C1.2 El modernismo catalán de
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ontaner ontaner
Pita Castro, Pablo C1
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Contexto histórico
El Modernismo Modernisme catalán 2.1
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Domènech, apuntes biográficos
Recorrido por sus obras
Obras seleccionadas características propias 5.1
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Conclusiones
Índice de fotos
Bibliografía
Para entender a nuestro arquitecto empezamos explicando el contexto en el que desarrolla su labor y vida, no sólo desde los hechos, sino también desde las influencias y estilos en las que son integradas sus obras.
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Contexto histórico Nos situamos entre mediados del siglo XIX y principios del XX. Son tiempos de profundos cambios y avances. Comienzan a nacer las primeras democracias. Dicha circunstancia se ve potenciada por la Revolución Burguesa, desde principios del siglo XIX. Mientras tanto las monarquías absolutistas entran en un ocaso, que se hace definitivo tras la revolución de 1848. Arranca, así mismo, la revolución industrial, lo que provoca un gran aumento de la clase obrera y trae numerosos avances en materiales o de producción. Este hecho consolida a su vez una clase baja, el proletariado que aumenta en número y reivindicaciones. Guerras y conflictos son comunes en estos años. La guerra hispanoamericana (1848) conduce a la pérdida de casi todas las colonias españolas y al consiguiente estado de desánimo en el país. Estos conflictos concluyen con la primera guerra mundial en 1914. En el mundo de las artes también se produce una revolución. Se pasa en estos años por muchos estilos superpuestos que coexisten al mismo tiempo. Los numerosos estilos evocadores del pasado de principios del XIX dejan paso a otros más renovadores a finales del mismo siglo, y se acaba por dar el progresivo salto cara a las vanguardias, ya en el XX. El Art Noveau es de los últimos escalones cara a estas vanguardias.
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El Modernismo Llamado Art Nouveau, en Bélgica y Francia, es una corriente de renovación artística que tiene lugar a finales del siglo XIX y principios del XX, más concretamente entre 1880 y 1914. Surge como rechazo de los modelos existentes hasta entontes: la tradición academicista (del historicismo o eclecticismo) y las últimas vías rupturistas (realismo o impresionismo); e intenta conseguir una revalorización del trabajo artesanal, así como un arte moderno y joven. Los precedentes son movimientos como el ‘‘Arts and Crafts’’ de Williams Morris, o la hermandad prerrafaelita. En Arquitectura el gran innovador en Bélgica y Europa es Víctor Horta, cuya obra más representativa es la casa Tassel. En ella se produce un diálogo continuo entre los materiales, hierro y piedra, así como una reinterpretación del espacio interior, que es más abierto y fluido; así mismo las evocaciones indirectas al mundo vegetal mediante la decoración cobran gran relevancia.
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Junto a Víctor Horta, son Henry Van de Velde y Héctor Guimard (Francia) los principales pilares del movimiento. Un grupo algo más tardío es el denominado Sezession, de Viena, que cuenta con grandes arquitectos como Hoffman o Otto Wagner. Reducen la decoración y recurren a unas formas más clásicas, en un preludio de lo que será el siglo XX. De las obras de los tres primeros podemos extraer las principales características de la arquitectura modernista. Es, pues, un movimiento que pretende aglutinar, integrar a todas las artes en la arquitectura. Se aprovecha de la gran revolución en materiales y estructuras que tiene lugar en el siglo XIX, sobre todo del hierro y del vidrio. Estos sirven no solo como componente estructural o constructiva, sino también como expresiva. Se enfoca la decoración, la ornamentación como aspecto significativo y primordial de la arquitectura Modernista. Y, se produce una estrecha relación entre artesanía y decorativismo. Los arquitectos no copian las formas clásicas, contrariamente, se inspiran en la naturaleza. Por ello la línea curva, ondulante, vital e irregular es la que emplean, rechazando las simetrías y líneas rectas. Conciben el edificio como un todo, que debe estar en armonía con sus partes.
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El Modernismo adquiere diferentes y variados tonos según la zona en la que se desarrolle. Destacando el Modernisme catalán, que es casi una corriente por sí misma.
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Modernisme Catalán En España el Modernismo se expande muy fervorosamente, sobre todo en Cataluña, donde las corrientes renovadoras europeas llegan con mayor facilidad. Es un estilo que se desarrolla sobretodo en el campo arquitectónico y del diseño, pero que también tiene cabida en la pintura o escultura. Encuentra sus raíces, en Cataluña, en los movimientos europeos de renovación y en el fomento por parte de la nueva Escuela Provincial de Arquitectura, fundada en 1871.
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El Modernisme no es una simple versión o interpretación del Art Noveau. Tiene una estructura mucho más compleja, aunque menos unitaria, que destaca sobre los demás por dos razones: la gran difusión popular y social que obtiene, así como por la gran complejidad estilística que aglutina; desde un principio de racionalismo al expresionismo, o la vuelta a las teorías de ‘’Arts and Crafts’’. Supone una renovación en todos los sentidos de la cultura catalana y de ahí su gran difusión y colección inabarcable de obras de diferentes estilos. Hay más de un centenar de arquitectos que realizan edificios de este estilo. Los más importantes son Antoni Gaudí junto con Lluís Domènech i Montaner y su discípulo Josep Puig i Cadafalch, que además representan al ideal de hombre modernista, el artista total. Sin embargo, nos podemos servir de los dos primeros para, en líneas generales, dividir el Modernisme en dos corrientes muy características. Estas corrientes de Gaudí y Domènech son, en cierta manera, las dos tendencias fundamentales que se debaten en el movimiento moderno. Las que en su evolución conducen al expresionismo y al racionalismo respectivamente. Domènech es esencial para definir el Modernisme catalán. Su artículo "En busca d'una arquitectura nacional", publicado en "La Renaixença", expone la manera de conseguir una arquitectura moderna que refleje el carácter nacional catalán.
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Domènech, apuntes biográficos Es de los más importantes arquitectos del Modernisme catalán así como el exponente perfecto del artista total del modernismo: Arquitecto, político, historiador, humanista, escritor, diseñador de tipografías y encuadernaciones de libros e ilustrador. Nace en Barcelona un 27 de diciembre de 1849, hijo de Pere Domènech i Saló, un editor de gran prestigio, y de María Montaner i Vila. Cuando tiene nueve años se instauran en Barcelona los Juegos Florales, hecho que puede haberle influenciado más adelante. Estudia el Bachillerato en el instituto de Barcelona y se va a estudiar Arquitectura a Madrid, donde recibe una beca para continuar en Roma. Sin embargo, la temprana muerte de su padre hace que vuelva a su ciudad natal, terminando la carrera en 1873, en la misma promoción que Vilaseca, quién lo acompaña e influencia los primeros años. Dos años después se casa con María Roura y de ese matrimonio surgen ocho hijos. De los cuales Pedro, es el único que sigue el camino de su padre como arquitecto. En 1888, participa en la Exposición Universal en Barcelona colaborando con el director de la misma en su grupo de arquitectos, dándole este hecho gran prestigio. Escribe numerosos manuscritos y tratados, sobre todo de la historia de Cataluña, pero también sobre Arquitectura. En 1878 publica en la revista ‘‘La Renaixença’’ el artículo de más trascendencia para el Modernisme catalán ‘‘En busca de una arquitectura nacional’’.
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Su actividad política es incesante ya desde los 19 años, cuando funda junto a otros la primera sociedad catalanista ‘’La Jove Catalunya’’. Después pasa a formar parte de otras sociedades, como la ‘’Lliga de Catalunya’’, hasta crear la ‘’Unió Catalanista’’ de la que pronto es elegido presidente. En 1901 gana las elecciones de diputados a Cortes con la ‘’Lliga Regionalista’’ convirtiéndose en una figura muy respetada y conocida de la vida pública. Vuelve a ser elegido diputado en 1903 y un año después abandona la vida política directa. Se convierte pronto en catedrático en la Escuela de Arquitectura de Barcelona y profesor numerario, llegando a ser director en el año 1900; se jubila 20 años más tarde. Así mismo Domènech es presidente en varias ocasiones del Ateneu barcelonés y de los propios Juegos Florales de Barcelona. En 1921 ingresa en la ‘’Academia de Bones Lletres’’. Por lo que es observado también como una figura cívica y culta además de política. A partir de la primera guerra mundial (1914) y la posterior crisis de la arquitectura modernista, Domènech pasa sus últimos años alejado de cualquier actividad política o vida pública e incluso de su labor profesional. Deja los proyectos a su hijo Pedro y se recluye en su casa de Canet de Mar. Se dedica a completar sus libros y estudios sobre historia de Cataluña. Un 27 de diciembre de 1923, en plena dictadura de Primo de Rivera, fallece; dejando atrás un legado de valor incalculable de manuscritos y obras.
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Recorrido por sus obras Los primeros años de Domènech como arquitecto, recién salido de la escuela, toman dos direcciones casi opuestas. Por un lado tiene un conjunto de obras en el ensanche barcelonés, en la corriente ecléctica-neoclásica; y por el otro, tiene una serie de participaciones en concursos en colaboración con Vilaseca, donde comienza a abrirse a nuevos caminos de expresión arquitectónica provenientes del resto de Europa. Son los años de la euforia económica y la acumulación de grandes riquezas gracias a la ampliación urbana de Barcelona. Los primeros edificios de Domènech, se sitúan en este nuevo ensanche. Neoclásicos, sin renovación del estilo; como el de la Ronda Universitaria, numero 4. Sin embargo, empieza a mostrar signos de evolución en su arquitectura en otras casas de esta etapa, las que hacen esquina entre la calle Méndez Núñez y Trafalgar, pues muestran ya una inquietud en el arquitecto de encontrar una nueva expresión por encima del ámbito de lo ‘‘comercial’’. Por otro lado, las colaboraciones con Vilaseca dan sus frutos en 1874, cuando ganan el concurso para el Monumento fúnebre a J. A. Clavé y también el concurso para un edificio destinado a las Instituciones Provinciales de Instrucción Pública. El culmen de esta colaboración llega con el proyecto para Edificio de las Instituciones Culturales de la Diputación de Barcelona, en 1880, que representa la primera ruptura real con lo existente e intención de dar expresión a los nuevos materiales y tecnología. Este proyecto precede a la primera actuación innovadora y modernista de nuestro arquitecto, la editorial.
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Entre 1881 – 1885 se construye la editorial Montaner y Simón, su primera obra con importancia, que representa uno de los puntos iniciales del modernisme catalán, y que más adelante analizamos. Llegamos así a la Exposición de 1888, que marca un antes y un después. Es una gran oportunidad para probar las nuevas ideas de Domènech y para la difusión de la arquitectura modernista en general. En ella nuestro arquitecto construye dos edificios: el Hotel Internacional y el CaféRestaurante, hoy Museo de Zoología. El primero de ellos es un logro extraordinario, que demuestra la gran capacidad organizativa del arquitecto, pues se construye en tan solo 2 meses. Las enormes dimensiones hacen más extraordinario el hito: mide 160 m de fachada y tiene 5 plantas. Es desmontado poco después de la exposición, y por eso no llega a nuestros días. Demuestra en este edificio ese gusto por la industrialización, por la prefabricación y las estructuras simples, acreditando ser un adelantado al racionalismo. Estilísticamente, el edifico se parece a otros suyos proyectados antes de la editorial Montaner y Simón. Es el actual Museo de Zoología, el que más innovaciones aporta al momento y el que continúa la corriente empezada por el edificio editorial. Se convierte en la primera construcción en el que se valora el plano como elemento propio de la arquitectura. Situado en el parque de la ciudadela, el conocido como Castell dels tres Dragons o el Café-Restaurante, llega prácticamente íntegro a nuestros días. A simple vista el edificio es un prisma macizo, con cuatro torres colocadas en las esquinas del mismo. La decoración cerámica concentrada en las almenas y los plafones ayuda a dar parte del aire a castillo medieval que posee, así mismo tiene también rasgos decorativos árabes, algo que es una constante en la obra de Domènech. Interiormente tiene dos plantas: la baja, en contacto con el jardín; mientras la alta, con el balcón perimetral interior, da lugar al espacio principal del edificio, el comedor. Se emplea el ladrillo visto y el hierro laminado junto con grandes vidrieras de colores. Una de las principales características del edificio es la dignificación y convivencia de los materiales. La estructura diáfana que posee el Castell es un adelanto de lo que Petrus Berlage propondrá para la bolsa de Ámsterdam (1898). Es un ejemplo de la adaptación de los materiales tradicionales a las nuevas tecnologías constructivas y estructurales. Fiel a esto es la solución constructiva de los muros, resuelta con la disposición de paredes delgadas, separadas y trabadas entre sí, determinando un peso mínimo, una amplia base de sustentación, y un aspecto decorativo que resulta, cuanto menos, interesante. La escasez de elementos decorativos que escondan la obra arquitectónica, haciendo de este edificio una arquitectura pura, casi la primera, tiene su explicación más en la falta de tiempo para la ejecución de toda la ornamentación que en fruto del pensamiento. Sin embargo es esto mismo lo que da gran fuerza e importancia al edificio, convirtiéndose en un adelantado a su tiempo. Un año después de esta exposición se hace cargo de la obra del Palacio Montaner, en Barcelona, que finaliza en 1893.
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Por estos años el Marqués de Comillas le encarga una serie de obras en su ciudad, entre las que destaca el conjunto del panteón de la familia Piélago, con una bella cruz en hierro forjado; la lápida en el panteón del Marqués y, junto a un acantilado a la orilla del mar, el Monumento al primer Marqués de Comillas. Son un conjunto de obras que no poseen las características de nuestro arquitecto, están muy despersonalizadas; al igual que el seminario en la misma ciudad, que solo tuvo que terminar de decorar y finalizar algún espacio interior, pues estaba ya medio construido. El intervalo entre 1889 y 1892 es el tiempo en el que se construye la Casa Roura en Canet de Mar. La casa es una combinación de modernismo y alguna influencia medieval, incluyendo elementos fantasiosos y mitológicos. Los materiales que utiliza vuelven a ser los característicos de su obra: ladrillo, hierro forjado y cerámicas. Destaca la torre circular en la esquina sur y las grandes vidrieras. En los años siguientes se comienza la construcción del instituto Pedro de Mata de Reus que va desde 1897 hasta 1919. La institución médica es, seguramente, después del Hospital de San Pablo, el mayor conjunto modernista en España. Se encarga la obra a un grupo de arquitectos, entre ellos, Domènech. La construcción inicial consta de 6 pabellones de los cuales destacan el central, con una torre de treinta metros de altura que corona el recinto, pero sobretodo el ‘‘Pabellones dels distingits’’, pues es el único en el que se conserva el mobiliario original y en el que salientan las bellas vidrieras o barandillas de hierro forjado, así como la tan característica ornamentación de nuestro arquitecto. El proyecto integra nuevos conceptos urbanísticos, pues es casi una ciudad en sí mismo, y propone grandes innovaciones para la época, como la división de los enfermos por sus características o la separación de los espacios según su función. Está inspirado en los nuevos centros hospitalarios que surgen en Europa, y más concretamente, en Francia. Exteriormente, las fachadas de los pabellones son de ladrillo visto y están adornadas con cerámica. Como más adelante veremos la relación entre este edificio y el Hospital de San Pablo es muy clara, estando el segundo muy influenciado por el Pedro de Mata. Desde poco más de principios de siglo Domènech entra en su época de mayor producción y aciertos. Son de esta época sus casas Navás, Lamadrid, Lleó Morera y sus dos grandes obras: El palau de la música catalana y el Hospital de San Pablo. La Casa Thomas, es algo anterior a este período, pues se construye en 1899. Está en pleno corazón del Eixample Barcelonés y es encargada por Josep Thomas. Inicialmente, el edificio consta de planta dedicada a taller de litografía y primer piso, donde tiene la vivienda el propietario, pero es ampliada posteriormente. Ya en 1900, la Casa Rull, en Reus, en la plenitud artística de Domènech. Sus fachadas combinan materiales como la piedra o el ladrillo y una barandilla de hierro forjado con decoración floral, tan característica de esta época. A partir de este año la integración de todas las artes en sus edificios es más patente, no es posible separar lo arquitectónico de lo escultórico y pictórico.
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Dos años más tarde se comienza a construir una de las casas más emblemáticas del Paseo de Gracia de Barcelona, en la manzana de la discordia. Hablamos de Casa Lleó Morera que queda finalizada en 1905 y gana el premio de arquitectura del ayuntamiento. En su decoración participan numerosos artesanos, siendo las esculturas de la primera planta, hechas por Eusebio Arnau, una de las claves del conjunto. También destaca la monumental vidriera de la planta principal, que ocupa el comedor de la casa. Así pues, la Casa Lleó Morera es, desde el vestíbulo, las escaleras, el ascensor y la planta principal, uno de los conjuntos más ricos de las artes aplicadas del modernismo: desde pavimentos y mosaicos a las mencionadas vidrieras y esculturas. Antes de eso, proyecta a principio de siglo la Casa Navás, donde Domènech despliega toda su imaginación para el diseño de decorados, ventanas, columnas…. En la misma crea unos espacios interiores característicos por su luminosidad y amplitud. Como en la anterior, y en casi toda la obra de Domènech se agrupan en torno a esta obra y arquitecto numerosos artesanos que se encargan del mobiliario, mármoles, vidrieras, mosaicos… A la par la Casa Lamadrid queda terminada. Con una fachada donde los balcones dan un aspecto muy irregular, estando apoyados sin embargo, en un plano vertical bien diferenciado. La casa está decorada con llamativos colores verdes en barandillas y elementos ornamentales. Es entre 1902 y 1912 cuando comienza a construirse la primera parte del hospital de San Pablo, que junto con el palau de la música catalana (1905 – 1908) forma el dúo maestro de nuestro arquitecto. Estas son sus dos obras más importantes. El Hospital es, en cuanto a complejidad arquitectónica y urbanística, la mayor obra de Domènech. El proyecto, como tal, es de 1901, pero la construcción del mismo se prologa mucho más allá de la muerte de su pensador. La primera etapa constructiva se finaliza en 1911 y es la que da las líneas para la continuación del conjunto. Como en casi todas sus grandes obras Domènech se rodea de un gran número de colaboradores, entre los que está su hijo Pedro, encargado de seguir las obras después del fallecimiento de su padre. Lo realmente interesante de este proyecto es la genialidad en el planteamiento arquitectónico y urbanístico del tema hospitalario. En plena discusión entre las propuestas de pabellones separados y hospitales concentrados, la idea de Domènech es toda una innovación. Sin renunciar a la diseminación espacial en pabellones, propone una conexión de los mismos mediante todo un mundo subterráneo, que esconde no solo pasillos, sino la concentración subterránea de todos los servicios y múltiples dependencias. Así se crea una unión de funcionalidad y aprovechamiento de los espacios, que junto con la planta característica de pabellones diseminados, crean la principal innovación que supone este centro. Pone también interés en que los espacios pudieran adaptarse a cambios y modernizaciones futuras, sin embargo en la actualidad se ha demacrado mucho esta obra. En el aspecto constructivo cabe destacar que todo el hospital está cubierto con bóvedas tabicadas, revitalizando este método autóctono, y modulando, en cierta manera, el conjunto, a la vez que crea una sucesión espacial. 7
De su otra gran obra, el palau, hablaremos más adelante. Al mismo tiempo que el hospital, se construye el Gran Hotel en la plaza Weyler, en Palma de Mallorca que se finaliza en 1912 y representa una de las muestras más importantes del modernismo en la isla. La fachada, como todas las de Domènech está ricamente ornamentada con elementos escultóricos y cerámicos. También ese año se finaliza la Casa Gasull, que es vecina de la Casa Rull, en Reus. La casa Fuster va antecediendo el estilo que supera al modernismo. Se acaba en 1911 y a pesar de contar con muchísimos elementos característicos de Domènech, como las ventanas trilobulares o la ornamentación floral, hay una contención expresiva, que se ve favorecida por el mármol blanco y la organización de las fachadas. Mientras una es sorprendentemente plana, la otra es una torre que corona el edificio.
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El rápido repaso a las obras de nuestro arquitecto hace que el posterior análisis de sus principales obras nos resulte más sencillo, y podamos así extraer del conjunto de todas ellas sus características arquitectónicas.
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Obras seleccionadas El motivo más claro o importante de la elección de estas obras es, puesto que cada una se corresponde con una etapa muy diferente de Domènech (la editorial es su primer edificio de importancia, mientras que el palau es casi su última construcción), la comparación entre los dos proyectos y, la posterior extracción de las características a partir de las mismas, es más destacable, y resulta más evidente.
Editorial Montaner y Simón Se encuadra este proyecto en un clima de cambio, que se lleva a cabo entre 1878 y 1885, y significa el paso de una actitud conservadora propia del pasado a otra nueva, que adapta las nuevas tecnologías a la arquitectura y que tiene su documentación teórica en el manifiesto de Domènech ‘‘En busca de una arquitectura Nacional’’. Este nuevo pensamiento se refleja en las obras arquitectónicas de la época, siendo los mejores ejemplos la casa Vicens de Gaudí y la propia editorial Montaner y Simón, que constituyen dos de las obras más representativas del primer modernismo.
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La editorial es un encargo realizado por el tío de Domènech al mismo, más adelante también le encomienda el proyecto de su casa, el Palau Montaner (1889 – 1893). Supone una innovación para el momento, pues es uno de los primeros edificios que tiene una visión integradora de la nueva tecnología y materiales con lo ya existente; dando un significado, una forma expresiva a todos los avances técnicos desarrollados en el siglo XIX. Así pues, se emplea el ladrillo visto (triunfo de la autenticidad racionalista) en la construcción del edificio, lo que ya por sí supone una gran experimentación para la época, pero el ladrillo además, supone un juego de luces y sombras por el aparejo de paramentos variados, una característica de influencia islámica. Otro de los nuevos materiales empleados es el hierro, que se utiliza en bellas y trabajadas barandillas tanto interiores como exteriores, destacando las rejas del semisótano en fachada, así como las carpinterías de las ventanas. El hierro se utiliza también en la estructura, que sigue el modelo de los nuevos mercados construidos en Barcelona, y es la primera hecha en este material para el apoyo de un edificio de tan grandes dimensiones. Es una estructura simple, en apoyos muy esbeltos cuya forma supone una novedad. No se copian las formas clásicas de columna, como ocurre hasta entonces, sino que Domènech realiza un diseño elegante y estilizado para las mismas. Estos dos materiales, hierro y ladrillo, junto con el vidrio, empleado en los grandes ventanales y claraboyas, se aplican conjunta y armoniosamente, siendo este edificio el punto inicial de esta característica tan representativa del modernismo. Interiormente el edificio consta de dos plantas y un semisótano. En este último estaban situadas las máquinas de impresión y los obreros y estaba perfectamente iluminado por una claraboya superior que daba al patio interior. La primera planta era para las oficinas y la administración, mientras que la más alta era ocupada por los dibujantes y los grabadores. El patio permitía ver cómo trabajan todos los integrantes de la plantilla, así como iluminar las diferentes estancias. La fachada, de aspecto muy poco académico para el momento, tiene aires ligeramente islámicos y está organizada por pilastras que separan las grandes vidrieras. En la ornamentación destacan los bustos de Dante, Cervantes y de Shakespeare en la parte alta de la entrada principal.
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Este proyecto constituye el punto inicial de toda la obra de Domènech y marca su posterior evolución. Aúna en el toda una serie de características renovadoras, muy propias de este nuevo estilo, el modernismo, y de la forma de trabajar de nuestro arquitecto. Ese gusto por el trabajo en compañía de artesanos, intentando integrar todas las artes en la arquitectura, el empleo conjunto de múltiples materiales e innovaciones tecnológicas, el ladrillo visto, la estructura simple pero que permite generar grandes espacios, son toda una serie de pautas que se repetirán a lo largo de su vida.
Palau de la música Catalana Varios años después de su fundación, la entidad Orfeó Catalá, la más importante sociedad para la música en su momento, precisa de la construcción de su sede social y de una sala de conciertos. Este edificio tiene que revitalizar la cultura de Barcelona y actuar como símbolo de una generación y época. El proyecto es encomendado a Domènech i Montaner que supera con creces las altas expectativas. El palau de la música es considerado por muchos como la obra más lograda y armoniosa, la más representativa del modernisme catalán y de Domènech. Su construcción se comienza en el año 1905, en un solar que pertenece a un convento franciscano, y se finaliza en 1908. Destaca en importancia la estructura que idea Domènech para el proyecto, que se va perfeccionando desde la editorial, hasta llegar a su culmen en la construcción del palau. Se trata de una gran estructura reticular de puntales y jácenas de hierro laminado, esto permite que la disposición interior del espacio permita grandes vacíos y aberturas en las paredes. Este armazón de hierro queda escondido a la vista, pues es recubierto en su totalidad por ladrillo visto, siendo una solución muy original en su tiempo. También de ladrillo desnudo, visto, está recubierto todo el edificio en cuanto a muros se refiere, adquiriendo un papel decorativo preponderante y dando ese color rojizo característico a la obra. Así pues en la decoración y ornamentación se agrupan todas las corrientes estudiadas y practicadas por el arquitecto, que adquieren en este edificio su máxima expresión y culminación. Los motivos florales, en columnas, sobre el ladrillo visto o en vidrieras tienen gran importancia, así como el tema heráldico, medieval o el árabe en los múltiples elementos decorativos. Alegorías y símbolos forman buena parte del repertorio de elementos característicos de edificio, adquiriendo significado y expresión propia. Nuevamente se rodea Domènech de todo tipo de artistas y artesanos para la creación de, no solo todos estos elementos decorativos, sino del palau como conjunto único. Demuestra pues, uno de los principios del modernismo, trabaja siempre en equipo, une todas las artes al servicio de la arquitectura, y está al servicio de todas ellas. Y la confirmación de esto está en las colaboraciones con Lluís Bru, a quien se le atribuye buena parte de los mosaicos, con los escultores Pau Gargallo o su amigo Eusebi Arnau, o con los arquitectos Francesc Guàrdia o Josep Gabriel.
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Exteriormente, dejando atrás el ya mencionado tema decorativo y la tan repetida característica de la conjunción armoniosa de materiales nuevos y antiguos, destaca la visión que Domènech tiene de los dos alzados que dan a la calle. Pues estas dos fachadas son compuestas como una sola unidad, por lo que el ritmo sigue a lo largo de la esquina. En estas fachadas exteriores se puede leer todo el interior e interpretar lo que está pasando dentro. Tiene nuestro arquitecto una preocupante necesidad por envolver todo el bloque, en sus cuatro costados, con una luminosidad permanente, creando una cortina de vidrio que rodea todo el edificio y crea esos efectos de luz y ambientes tan reconocibles del palau. Estas enormes vidrieras junto con los grandes balcones crean una unión, una conexión entre el exterior y el interior del edificio. En el interior, lo primero que nos encontramos es el fastuoso vestíbulo con la gran escalera doble que sube al primer piso, donde está la sala de conciertos. Al situarse esta sala en el primer nivel, la planta baja queda libre para la situación de oficinas y salas de ensayo de la institución que encarga el proyecto. Al llegar arriba uno se encuentra con una estancia simple, con techos abovedados, que tiene la función de sala de espera, o antelación al gran salón de conciertos. Esta salita tiene el nombre de Lluís Millet, fundador del Orfeó Catalá. Siguiendo adelante por el edificio nos topamos ya con la impresionante sala de conciertos. Con capacidad para más de dos mil personas, está organizada en varios niveles que se superponen como bandejas. Aparentemente la planta de la misma es rectangular, sin embargo se estrecha en la boca del escenario. Las paredes laterales están totalmente vidriadas, haciendo que el espacio destaque por la iluminación natural uniforme proveniente de estas. También la enorme claraboya central, en forma de bóveda invertida ayuda a crear este ambiente de calidez y luminosidad. El grandioso espacio de la sala, viene determinado por el sistema estructural, tan avanzado, de los voladizos superpuestos de los dos pisos interiores ya mencionado antes. El colosal órgano que corona el escenario y símbolo del palau, se realizó en 1908, en la casa alemana Walcker y es restaurado en la última rehabilitación integral de edificio, hecha por el arquitecto Óscar Tusquets.
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Este proyecto marca la culminación no sólo de la obra de Domènech, sino de todo el modernisme catalán. En él pone en práctica todos los conocimientos y mejoras que va aprendiendo a lo largo de su vida. Este edificio sirve como punto de inflexión para poder extraer las características de un movimiento renovador, anti academicista que empieza a entrar en crisis unos años después de que el gran centro cultural de Barcelona quedé terminado. Después de este análisis algo más exhaustivo de estas dos obras, el palau y la editorial, deducir las características propias de nuestro arquitecto y del movimiento resulta una tarea muy sencilla.
5.1 Al desarrollar 1.1 la explicación de la editorial, nos percatamos del camino que pretende seguir Domènech, cuáles son sus ideas. Sin embargo es llegado a este punto cuando Características propias
estas se perciben muy claramente, donde sus ideas son pulidas por los años de oficio y reciben su culmen en la construcción del palau. Esa caja acristalada, pura y perfecta, donde el esfuerzo por crear a la perfección la estructura en forma de malla reticulada es enorme. La cual es tan simple pero a la vez tan compleja que nos parece obra de hace solo unos años. Este estudio racionalista que hace Domènech, supone su gran aportación a la arquitectura, que más tarde desemboca en los estilos modernos de los siguientes años. Alrededor de este nuevo sistema estructural, Domènech crea un novedoso repertorio ornamental que permite la incorporación a sus proyectos de los artistas y artesanos más destacados de la época. La decoración floral que desarrolla, en la corriente del eclecticismo de Vilaseca, tiene sin embargo un enfoque muy personal y naturalista. Esta se muestra en los capiteles de sus obras y en muchos elementos de las mismas. Crea edificaciones homogéneas y equilibradas, caracterizándose también por las oscilaciones rítmicas de la línea y por la adaptación de estas a los materiales. Otra de las características fundamentales de su obra es la utilización de los nuevos materiales y avances técnicos de la época, pero dándoles verdadera expresión y significado como nunca antes, abriendo vías a los nuevos materiales sin tradición. Realiza una armoniosa unión entre estos nuevos materiales y los ya existentes, conjugándolos sin que haya diferenciación ni discriminación entre ellos. Eleva al máximo la sintonía en la utilización del ladrillo visto y emplea también muy frecuentemente el vidrio, el hierro laminado, piedras y cerámicas. La preocupación por la función, por la adaptabilidad de los edificios al futuro, por la humanidad y ambiente de los espacios es algo siempre presente en su obra. Hombre de ciencias, pero también de letras, de políticas, sabio regidor de sus construcciones no deja nada a la improvisación, construyendo un legado mucho menos valorado de lo que debería.
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Conclusión En resumen, resulta sorprendente lo poco divulgada, mancillada, mutilada y muchas veces mal valorada, que está la obra de Domènech i Montaner. Después de haber estudiado el tema, nos damos cuenta de la mucha trascendencia que tiene para la arquitectura toda su obra. Mencionado como simple ornamentalista por algunos, Domènech demuestra con sus obras y proyectos lo equivocados que están. Su importancia radica en la transmisión del modernisme catalán, como movimiento autóctono y propio, la búsqueda de una arquitectura propia y nueva, además de esa pedagogía que muestra y que intenta transmitir en sus escritos y obras. Por si fuera poco, su obra es influencia directa, principio de dónde derivará, la arquitectura racionalista de los siguientes años; e introduce numerosas concepciones e innovaciones arquitectónicas y constructivas que aun hoy en día sorprenden por la fecha en la que fueron realizadas. Tras haber estudiado su obra, concluyo que el legado que deja Domènech debe ser conservado como un tesoro, tal como se conservan las obras de Gaudí; y no dejar que el tiempo las acalle para su disfrute y nuestra desgracia.
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Índice de fotos Fotos portada: (izquierda): Fuente: msu.edu. Autor: - Que es: Fachada Editorial Montaner y Simón (derecha): Fuente: palaumusica.org. Autor: - Que es: Interior de la sala principal del palau de la música. Foto uno: Fuente: wix.com. Autor: - Que es: Detalle escalera Casa Tassel de Victor Horta. Explica: Las evocaciones indirectas al mundo vegetal mediante la decoración como característica del Art Noveau. Foto dos: Fuente: es.Wikipedia. Autor: Rafael Jiménez. Que es: Detalle lucernario escalera Casa Tassel. Explica: El comienzo de la utilización de nuevos materiales como el hierro y el vidrio. Foto tres: Fuente: es.Wikipedia. Autor: Henry Townsend. Que es: Fachada Casa Tassel. Explica: Diálogo entre los materiales: vidrio, hierro y piedra. Foto cuatro: Fuente: Domènech i Montaner año 2000, Col-legi d’Arquitectes de Catalunya. Autor: Manolo Laguillo. Que es: Vista del Café-Restaurante. Explica: Visión de los elementos presentes en las fachadas, así como la configuración y tratamientos de esta. Foto cinco: Fuente: Domènech i Montaner año 2000, Col-legi d’Arquitectes de Catalunya. Autor: Xabier Basiana y Jaume Orpinell, editada por mí. Que es: Plano de la planta sótano del Hospital de San Pablo. Explica: Los colores azules señalan los distintos pabellones y dependencias a nivel sótano, mientras que las líneas rojas marcan las comunicaciones subterráneas que conectan todo el hospital. Foto seis: Fuente: Lluis Domenech i Montaner, Servicio publicaciones del COAM. Autor: --, editada por mí. Que es: Planta primera Editorial Montaner y Simón. Explica: En rojo están marcados los apoyos de la estructura y en cuadrados azules las claraboyas del patio que dan luz al nivel sótano de las máquinas. Se ven los grandes espacios generados por la estructura y la introducción de luz a los distintos niveles. Foto siete: Fuente: Lluis Domenech i Montaner, Servicio publicaciones del COAM. Autor: --, editada por mí. Que es: Sección Editorial Montaner y Simón. Explica: en rectángulos rojos marcados los apoyos de la estructura, en cuadrados azules las claraboyas del patio (relacionar ambos con la planta). Los 3 niveles del edificio están marcados con líneas de colores. Nivel Sótano línea verde, planta uno línea amarilla, planta dos naranja. Se ve en relación con la planta los espacios y alturas generadas, la introducción de luz y la forma de la estructura. Foto ocho: Fuente: Palau de la música catalana, editorial escudo de oro. Autor: A.Merletti Que es: Visión angular del edificio Explica: El conjunto armónico que forman las dos fachadas a la calle. Foto nueve: Fuente: Palau de la música catalana, editorial escudo de oro. Autor: -, editada por mí. Que es: Sección longitudinal del palau de la música. Explica: la estructura reticulada ideada por Domènech (rojo) y los distintos espacios: sala central (azul) y su escenario (amarillo), vestíbulo y escaleras (gris) y la de sala ensayo (rosa).
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Bibliografía fundaciotapies.org fundaciolldomenechimontaner.org gaudiallgaudi.com palaumusica.org Wikipedia.es gencat.cat arteespana.com barcelonaturisme.com bcninternet.com Palau de la música catalana.editorial Escudo de oro S.A. Lluis Domenech i Montaner. servicio publicaciones COAM Domènech i Montaner, año 2000, Col-legi d’Arquitectes de Catalunya Gran enciclopedia Sapiens temática: 2.Historia. Trama equipo editorial Nuevo Arterama, Historia del Arte. editorial Vicens Vives L’Arte Moderna 1770/1970, Giulo Carlo Argan. Fernando Torres – editor Historia del Arte, Erns H. Gombrich. editorial Alianza Forma El palau de la música catalana de Lluís Domènech i Montaner, Lluis Domenech i Girbau¡ y Mare Llimargas i Casas Lluis Domenech i Montaner , Lourdes Figueras
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