AGRADECIMIENTOS Queremos agradecer a todas las personas sin la cual esta investigación no hubiese sido posible. Permítasenos agradecer primeramente a COSUDE, el MINAM y los Gobiernos Regionales por haber confiado en nosotros esta importante tarea. Nuestra especial retribución al Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC), a las instituciones que integran el consorcio y a sus equipos de trabajo. También queremos agradecer a los diversos equipos de investigación que han venido haciendo otros estudios para el PACC, al compartir con nosotros sus hallazgos, conocimientos y modelos interpretativos a lo largo de algunos años de nutridos y fecundos debates multidisciplinarios - un hábito que no es particularmente fluido en el Perú. Ofrecemos nuestro especial agradecimiento a las comunidades campesinas de las zonas de estudio por la apertura y acogida que nos dieron para lograr la consecución de esta investigación, así como por darnos la licencia para mostrar sus “voces” en este documento. Esperamos haber reducido, en algún grado, esa inconmensurable “deuda de reciprocidad” que contrajimos con cada uno de nuestros interlocutores y amigos campesinos cuando nos acogieron en sus hogares por días, semanas e incluso meses, protegiéndonos de las inclemencias del clima alto andino y permitiéndonos admirar esos esfuerzos de dignidad y aleccionamiento moral que sólo se muestran en las situaciones cotidianas difíciles, cuando los seres humanos se las ven con las duras pruebas que imponen las adversidades y desgracias naturales y humanas en el mundo de la vida. Pero, esperamos sobre todo haber acortado un poco más dicha deuda recordando a la sociedad, la comunidad científica y la comunidad política la deuda que aún mantiene con los pueblos del ande. Asimismo, queremos agradecer al ex-director general del Centro Bartolomé de las Casas, Marco Zeisser Polatsik, y al actual director, Valerio Paucarmayta Tacuri. También hacemos lo propio con Mourik Bueno de Mesquita, encargado de la gestión del Colegio Andino del CBC y representante institucional ante el PACC. Sin ellos no hubiese sido posible emprender y sostener, indudablemente, esta sesuda tarea. Tampoco las cosas hubieran marchado sostenidamente si no fuese por la genuina colaboración de Carmen Quispe, en el área de administración de proyectos, y de Mary Chino y Marlene en la biblioteca Guido Delrán del CBC. Debemos también nuestro agradecimiento a Rosario Alonso, Rafael Mercado, Luz María Zúñiga, Elías Ccollatupa, Hilda Cañari, María Huamán, Mirtha Irco, Jhovana Ramos y Zulema Ñawpa. Estas personas colaboraron con nosotros en las transcripciones y traducciones de varias de nuestras extensas entrevistas en que quechua y castellano con los hombres y mujeres del ande y con diversos actores del ámbito público y privado de los ámbitos de estudio. A ellos debemos ese enorme esfuerzo de traducción que de algún modo acerca culturas, formas de vida y distintas formas de construir socialmente la realidad. Agradecemos, asimismo, a Christine Jurt, Christian Huggel, Xavier Ricard Lanata, Pablo Sendón, Benjamín Orlove, Mark Carey, Ciro Alegría Varona y Max Hernández con quienes mantuvimos una fluida conversación teórica, personal o amical en los últimos años, en algunos casos cruzando fronteras transnacionales como si fueran fronteras domésticas y, a veces, sin que ellos lo sepan.
Debemos recordar también la impronta indeleble que dejaron en nosotros Bernardo Fulcrand y Vicente Santuc Laborde, desde que entregaron su oficio al campesinado y compartieron sus vidas y su amistad con algunos de nosotros. En el lado de PREDES expresamos nuestro profundo agradecimiento a Gladys Huamán, quien como acompañó el proceso del estudio en la fase de campo y procesamiento de información, quien conjuntamente con Milton Gamarra, fueron interlocutores privilegiados con las familias campesinas a través del idioma quechua. Del mismo modo, destacamos el gran aporte que hizo Alfonso Diaz al capítulo III sobre Manifestaciones del Cambio Climático y la Variabilidad Climática a partir de su especialización. Sin duda, los agradecimientos continuarán, porque siempre es más lo que tenemos que agradecer que lo que otros nos tienen que agradecer.
CONTENIDO INFORME CUSCO Capitulo I 1. Marco Teórico 1.1 Organización social en los Andes 1. 2 Espacio geográfico andino 1.3 Conceptos de Vulnerabilidad, Adaptación y Seguridad Alimentaria 2. Metodología 2.1 Enfoque metodológico 2,2 Alcance territorial 2.3 Criterios de selección 2.4 Métodos e instrumentos metodológicos Capitulo II Características sociales, económicas y políticas 2.1 Demografía y distribución de la población 2.1.1 Estructura de la población por distrito 2.2 Infraestructura y servicios 2.3 Perfil educativo 2.4 Salud 2.5 Perfil de pobreza 2.6 Resumen 3. Historia reciente y procesos sociodemográficos 3.1 Pitumarca 3.2 Chinchero 3.3 Hucrahuacho 4. Gestión municipal 4.1 Gobierno local de Pitumarca 4.1.1 Presupuesto participativo 4.1.2 Recursos 4.2 Gobierno local de Chinchero 4.2.1 Problemática 4.2.2 Presupuesto participativo 4.2.3 Recursos 5. Organizaciones locales 5.1 Pitumarca 5.1.1 Relación con organizaciones locales y organizaciones estatales de alcance regional 5.1.2 Relación con ONG 5.1.3 Relación con empresas extractivas 5.2 Chinchero 5.2.1 Relación con organizaciones locales y organizaciones estatales de alcance regional 5.2.2 Relación con industrias extractivas 6. Visión y perspectivas de desarrollo 6.1 Pitumarca 6.1.1 Problemática 6.2 Chinchero 6.2.1 Recurso hídrico 7. Gestión del cambio climático Capítulo III Manifestaciones del cambio climático y la variabilidad climática
2 4 8 9 13 13 14 14 17 18 18 18 20 24 26 29 30 32 33 33 33 34 35 35
37 37 37 37 39 39 39 40 40 40 41 41 42 42 42 42 42 43 44 44
1.1 Evidencia climatológica 1.1.1 Descripción del clima 1.1.2 Principales peligros climáticos Nivel regional 1.1.3 Peligros hidrometeorológicos Sequía Heladas Precipitaciones intensas / lluvias torrenciales Nivel comunal Sequía Helada Precipitaciones Capítulo IV Caracterización de sistemas productivos 1. Comunidad de Tauca, Umasbamba y Cuper 1.1 Elementos que contribuyen en la dinámica del Sistema Productivo 1.1.1 Diversidad biológica: flora y fauna 1.1.2 Agua 1.1.3 Suelo 1.2 Elementos constitutivos del Sistema Productivo 1.2.1 La fuerza de trabajo 1.2.2 Tenencia de la tierra 1.2.3 Uso de la tierra 1.2.4 Tecnología 1.2.5 Rol de la comunidad en el proceso productivo 1.3 Sub-sistema Agricola 1.3.1 Calendario agrícola y cédula de cultivo 1.3.2 Cultivos de importancia local 1.3.3 Rotación de cultivos 1.3.4 Agricultura bajo riego y en secano 1.3.5 Producción y rendimientos agricolas 1.4 Subsistema Pecuario 1.4.1 Crianzas de importancia local 1.4.2 Calendario pecuario 1.4.3 Producción y rendimientos de la ganadería 1.5 Subsistema forestal 1.5.1 Especies forestales, distribución e importancia económica y local 1.6 Uso y destino de los productos agrícolas y pecuariosl 1.7 Actividades complementarias 1.5.1 Especies forestales, disgtribución e importancia económica y local
1.8 Caracterización de la Seguridad Alimentaria 1.8.1 Disponibilidad de alimentos 1.8.2 Acceso a los alimentos 1.8.2.1 Ingresos complementarios 1.8.3 Utilización y aprovechamiento de los animales 1.8.4 Estabilidad 1.9 Cambios significativos en los sistemas productivos y en la seguridad alimentaria en la Comunidad de Tauca, Umasbamba y Cuper 2 Comunidad de Phinaya 2.1 Elementos que contribuyen en la dinámica del Sistema Productivo 2.1.1 Diversidad biológica de importancia: agrícola, pecuaria y forestal 2.1.2 Agua 2.1.3 Suelo
44 44 46 48 48 49 50 52 52 53 53 55 55 55 56 56 60 61 65 65 66 69 73 75 78 78 80 84 87 89 89 89 91 96 98 98 100 100
101 101 102 102 103 104 105 109 110 110 112 113
2.2 Elementos constitutivos del Sistema Productivo 2.2.1 La Fuerza de trabajo 2.2.2 Actividades socio económicas y culturales 2.2.3 Tenencia de la tierra 2.2.4 Uso de la tierra 2.2.5 Tecnología 2.2.6 Otros medios de producción 2.2.7 Rol de la comunidad en el proceso productivo 2.3 Sub-Sistema Pecuario 2.3.1 Crianzas de importancia local 2.3.2 Manejo de pastizales 2.3.3 Poducción y rendimiento de la ganadería 2.3.4 Uso y destino de los productos pecuarios 2.4 Caracterización de la Seguridad Alimentaria 2.4.1 Disponibilidad de alimentos 2.4.2 Acceso a los alimentos 2.4.3 Utilización y aprovechamiento de los alimentos 2.4.4 Estabilidad 2.5 Cambios significativos en los sistemas productivos y en la seguridad alimentaria en la Comunidad de Phinaya
116 115 116 121 124 125 127 130 135 135 139 143 144 145 145 146 147 148 148 153
Capitulo V Conocimiento local, prácticas discursivas y acción estratégica del campesinado indígena de alta montaña frente a la VC, el CC y otras presiones locales y globales 1 El caso de la comunidad agrícolas con pastoralismo complementario de Tauca, Cuper y Umasbamba (Urubamba, Cusco) 1.1 Entre las inclemencias del clima y las fronteras del mercado: variabilidad ambiental, acceso a recursos y conflicto cultural. 1.1.1 Conocimiento local y significaciones imaginarias sobre las manifestaciones de la VC y el CC en el territorio. 1.1.2 Estrategias locales frente a la VC y el CC 2. La acción estratégica campesina en un contexto local de industria extractiva. 3. La acción estratégica local bajo las presiones del turismo y la descentralización 3.1 La acción estratégica en el marco del turismo 3.2 La acción estratégica campesina en el marco del proyecto del Aeropuerto Internacional de Chinchero 2. El caso de dos comunidades pastoriles de Cusco: Phinaya y Siwina Sallma 2.1 Significaciones imaginarias y acción estratégica en el marco de la variabilidad climática, el cambio climático y otras presiones globales 2.2 Pastoralismo, dinámicas territoriales e intervenciones de desarrollo en Phinaya y Siwina Sallma
153 153 156 156 179 211 223 223 233 241 242 257 283
Capitulo VI Análisis de Vulnerabilidad en los sistemas productivos y paisajes locales debido a procesos climáticos y extra-climáticos dinámicos y variables 1. Factores de vulnerabilidad de la oblación campesino-indígena Capitulo VII Procesos sociales a futuro en el marco del Cambio Climático 1 Nivel Regional 2 Nivel Distrital – Comunal 2.1 Comunidad de Tauca, Umasbamba - Cuper 2.2 Comunidades de Phinaya 2.3 Comunidades de la microcuenca de Huacrahuacho Conclusiones Bibliografia
283 284 296 296 296 299 299 301 304 308 316
IMPACTOS DE LA VARIABILIDAD Y CAMBIO CLIMATICO EN LOS SISTEMAS PRODUCTIVOS RURALES Y EN LAS CONDICIONES DE VIDA Y DESARROLLO CAMPESINOS – UNA VISION DESDE LA POBLACION RURAL DE CUSCO
INFORME FINAL CBC-PREDES
Investigadores: Adhemir Flores (CBC) Karin Kancha (PREDES) Fiorella Miñán (CBC) Gilberto Romero (PREDES-Coordinador) Gerardo Damonte (CBC – Coordinador) Lima – Cusco, Abril 2011
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Introducción En la comunidad académica, la mayoría de los autores señala que el cambio climático ya está ocurriendo. En su reporte publicado en el año 2007, el IPCC (por sus siglas en inglés) menciona que las poblaciones asentadas en tierras marginales y frágiles, y cuyos sistemas de vida dependen principalmente del uso de los recursos naturales, se encuentran entre las más afectadas por los efectos del cambio climático, además de padecer la exclusión política, social y económica que ha caracterizado la historia que tuvieron en suerte (IPCC 2007). Sabemos que las poblaciones rurales andinas, y en particular las comunidades campesinas del sur andino peruano, se distinguen por sus tradiciones culturales de adaptación a las condiciones de alta variabilidad ambiental que son propias de los ecosistemas de alta montaña tropical de los Andes centrales (Troll 1958, Dollfus 1978). Estas tradiciones culturales se concretan en sistemas y estrategias de producción agropecuaria y de seguridad alimentaria, y en formas de organización social que las sustentan y viabilizan, configurando una misma racionalidad sociocultural que le es característica (Golte 1980, Morlon 1996, Earls 1998). Pese a ello, estas poblaciones o bien han sido raramente tomadas en cuenta en las diversas discusiones académicas y políticas sobre el cambio climático (Mark 2007, Orlove et al. 2008), o bien están presentes cuando su discurso cultural sirve para fortalecer, ampliar o buscar una base social a consideraciones epistemológicas cuyas verdades ya han sido determinadas con anterioridad, de modo que su posicionamiento es útil en cuanto confirma o prueba dichos supuestos, y ambiguo o equívoco cuando no lo hace (Flores Moreno y Valdivia 2010). De aquí se derivan dos perspectivas. Desde un punto de vista realista, hay la idea eco-pesimista de que la capacidad de adaptación de la mayoría de la población será excedida largamente como consecuencia de los cambios sin precedentes que habrá en el clima, en el medio ambiente y debido a otros procesos de origen antropogénico (Fischlin et al 2007, Easterling et al 2007). Otros, desde una posición constructivista, propugnan cierto optimismo porque asumen, de manera implícita, que los problemas del cambio climático podrán ser manejables a través de una acción colectiva que involucre poblaciones locales, estados, científicos y redes transnacionales (Parry 2001, Adger 2003). Sin embargo, nuestra investigación muestra que un examen sobre la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático y los conocimientos locales del campesinado del sur andino peruano, ofrecen premisas bastante consistentes para ampliar el debate. En primer lugar, si bien los conocimientos y estrategias campesinas son concreciones de sistemas socioculturales particulares, particularmente sensibles a la variabilidad climática y al cambio climático, y tienen significaciones imaginarias locales que permiten su interpretación y reflexión, existe también la evidencia de que ellas se encuentran fracturadas y erosionadas por diversos procesos parciales de desestructuración y conflicto cultural, o son subordinadas e invisibilizadas en los contextos locales y regionales, cuando se confrontan con las jerarquías socioculturales de la modernización y los programas de desarrollo (Mayer y Fonseca 1988).
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En segundo lugar, mostramos que la vulnerabilidad de las poblaciones rurales no se debe única o exclusivamente a las fuerzas o presiones de la naturaleza, sino a una multiplicidad de presiones locales y globales que vienen experimentando estas poblaciones en las últimas décadas, debido a la intensificación de la producción y el crecimiento demográfico, las diferencias de acceso a recursos, los cambios en el uso de suelos y cubierta terrestre, las competencias territoriales con las fuerzas del mercado y los intereses del estado, la marginación socioeconómica y, eventualmente, la guerra interna. Por lo mismo, la presencia mayor o menor del estado y de una red social globalizada que interviene en los ámbitos de las comunidades puede favorecer la acción colectiva y reducir la vulnerabilidad de la población local o, por el contrario, agudizarla, incrementar el conflicto cultural y su marginación social y poner en tela de juicio su poder sobre el territorio y su paz civil. En tercer lugar, las poblaciones campesino-indígenas no organizan únicamente su acción estratégica en función de los estresantes climáticos ni debido al empuje de la globalización económica. Los individuos, las familias y las comunidades campesinas se posicionan de modo muy activo frente al estado de cosas, introduciendo cambios en sus estrategias de subsistencia de acuerdo con sus proyectos ciudadanos y expectativas de vida. Estas estrategias se basan en una ética del auto respeto y la cooperación social que les permite aceptar concesiones territoriales y proyectos de desarrollo, o responder con ironía, no cooperación pacífica y desobediencia civil cuando esas iniciativas o emprendimientos no son sostenibles o amenazan sus territorios y formas de vida. Para estas poblaciones, el cambio climático es un síntoma de que no se están respetando las relaciones de reciprocidad entre naturaleza y sociedad a nivel mundial, ni tampoco las condiciones mínimas de cooperación social y política entre grupos políticos enteros y minorías étnicas o poblaciones marginadas dependientes de los recursos naturales. Por consiguiente, los campesinos invitan así a examinar y recrear las exigencias morales recíprocas a nivel local, regional y mundial, de modo tal que hagan posible que su forma de vida tenga aún sentido en el futuro en un contexto de cambio climático. El presente estudio se inscribe en el marco del Proyecto de Adaptación al Cambio Climático (PACC), y pretende contribuir con sus hallazgos, productos y resultados, teniendo como propósito establecer un diagnóstico de la vulnerabilidad y las condiciones de adaptación ante la variabilidad climática y el cambio climático y sugerir elementos para el diseño y la formulación de políticas públicas y estrategias de adaptación en la región de Cusco, a partir de estudios de caso circunscritos en ámbitos específicos. El estudio está estructurado en siete capítulos, cuyas responsabilidades estuvieron distribuidas entre CBC y PREDES en función de la especialidad, el enfoque y la metodología de trabajo de campo de cada uno de los investigadores o miembros del equipo de sendas instituciones. El capítulo I está destinado a plantear el marco teórico así como la metodología multidisciplinaria que ha sostenido la investigación. Aquí Damonte hace un balance de la extensa literatura existente sobre los andes centrales, así como una caracterización de los ecosistemas de alta montaña y la vulnerabilidad y seguridad alimentaria del campesinado andino en un contexto de cambio climático, sobre la base del marco teórico que Flores y Valdivia 2010 y Romero et al 2010
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hicieron para una fase anterior del estudio en el ámbito de una microcuenca de la región. El mismo autor, en el capítulo II, aborda las características sociales, económicas y políticas e históricas de los distritos en los que están situadas las comunidades seleccionadas para los casos de estudio, a partir de la data oficial y su metodología de recojo y procesamiento de información. Sin embargo, allí se advierte que las familias que habitan el espacio de estudio pueden tener una visión y valoración de su realidad distinta a la que emerge en los indicadores oficiales o en los estándares de desarrollo. En el capítulo III, Romero, Kancha y Gamarra muestran y analizan las consideraciones científico-naturales sobre las manifestaciones de la variabilidad climática y el cambio climático a escala regional, provincial y de cuenca, contrastándolas con las percepciones de las comunidades locales en diversos períodos de tiempo. En el capítulo IV, estudian, a su vez, las dinámicas de los sistemas productivos y las estrategias de seguridad alimentaria, mostrando los cambios más significativos a nivel local debido al proceso del cambio climático. En consonancia con lo anterior, Flores Moreno y Miñan examinan en el capítulo V los conocimientos locales, las prácticas discursivas y la acción estratégica del campesinado indígena de alta montaña frente a la variabilidad climática y el cambio climático, adoptando una perspectiva etnográfica que va adquiriendo matices y variaciones multidisciplinarias a lo largo de la exposición. Sin embargo, ambos autores observan que los impactos de las fluctuaciones climáticas y las amenazas naturales se asocian o coinciden también con otras presiones locales y globales que influyen, en varios niveles y en distintos grados, en la eficacia del conocimiento local y la orientación estratégica de la población rural, produciendo conflicto cultural y redefiniendo sus condiciones de vulnerabilidad en distintas relaciones de poder. El capítulo VI reúne los resultados de los capítulos previos, haciendo un análisis multidisciplinario de la vulnerabilidad en los sistemas productivos y paisajes locales debido a procesos climáticos y extra-climáticos dinámicos y variables. En esta parte, Flores Moreno y Romero ubican las fuerzas de la naturaleza en un segundo plano y prestan más atención a las estructuras sociales, económicas y políticas que influyen en la orientación productiva y la organización del espacio en las comunidades de estudio, creando condiciones propicias para padecer, enfrentar o transformar los impactos de la variabilidad climática y el cambio climático. El capítulo VII está escrito con una lógica retrospectiva y prospectiva. Damonte y Flores Moreno hacen un balance conjunto de los procesos sociales y políticos en curso en los ámbitos que han sido estudiados en los capítulos previos, para luego sugerir algunas tendencias que interactúan dinámica y recíprocamente en diversas escalas (comunidad, distrito, provincia y región). El esfuerzo interpretativo se inscribe, no obstante, dentro de los límites especulativos que imponen tanto las incertidumbres ambientales como sociales en el mediano y largo plazo. Finalmente, el documento culmina mostrando las conclusiones más contundentes del presente estudio, y ofrece recomendaciones sobre los elementos que pueden ser útiles para el diseño y la implementación de las políticas públicas de adaptación en el marco del cambio climático, buscando responder a la tarea que el PACC le 4
encomendó, a las deudas abiertas con las poblaciones más vulnerables y a los temas pendientes para el futuro. Lo que se haga o no en el porvenir al respecto es algo que entra principalmente en el plano de la acción política y no en el de la actividad teorética.
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CAPITULO I Gerardo Damonte Valencia
1 Marco Teórico La Conferencia Marco sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas - UNFCC (por sus siglas en inglés) define al cambio climático como “un cambio en el clima que es atribuido directa o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la atmosfera global y que se da en adición a la variabilidad climática observada en periodos de tiempo comparables entre sí” (UNFCCC. 1993). Por su parte, el IPCC lo define como una “variación estadísticamente significativa, ya sea de las condiciones climáticas medias o de su variabilidad, que se mantiene durante un período prolongado (generalmente durante decenios o por más tiempo). El cambio del clima puede deberse a procesos naturales internos o a un forzamiento externo, o a cambios antropógenos duraderos en la composición de la atmósfera o en el uso de la tierra” (IPCC 2007a). En este sentido, el IPCC menciona que entre los aspectos más importantes del cambio climático se ha observado cambios significativos en la temperatura, las precipitaciones y en la humedad de la atmósfera; la extensión de la capa de nieve y del hielo terrestre y marino; en el nivel del mar; en las pautas de circulación atmosférica y oceánica y en la variabilidad del clima y en los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos (IPCC 2007b). El Proyecto de Adaptación al Cambio Climático (PACC) se ejecuta en Cusco y Apurimac, dos regiones de alta pobreza, donde la población rural realiza sus actividades económicas en condiciones altamente vulnerables a los cambios del clima, siendo las partes altoandinas las más propensas a sufrir daños, por la precariedad de sus medios de vida, la no disponibilidad de tierras, dificultades con el régimen de tenencia de la tierra, escasa tecnología, gran dependencia de las lluvias para regar sus cultivos y pastos, entre otros factores. Los eventos climáticos se presentan recurrentemente pero en los últimos años se ha observado cambios en el nivel de severidad y en la época de ocurrencia y en los ámbitos geográficos donde se presentan, es el caso de los veranillos, las olas de frío y nieve, las sequías, heladas, granizadas, etc. En el país han coexistido desde hace muchos siglos, diversas culturas, las cuales han tenido que adaptarse a las diversas condiciones climáticas, geográficas, meteorológicas, etc. De hecho han podido sobrevivir ante eventos climáticos, algunos de extremada severidad y han aprendido por experiencias sucesivas, a armonizar con el medio natural, a proteger sus medios de vida (cultivos y ganadería), a tener estrategias para afrontar periodos largos de escasez de agua y de falta de producción, estrategias para recuperarse y cierta resiliencia.
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Se sabe que los efectos del cambio climático no van a afectar a toda la sociedad por igual. En general, se estima que los ecosistemas de montaña se encuentran entre los más vulnerables a los efectos del cambio climático en el mundo (IPCC 2007a)1, debido a que los glaciares son la fuente principal de los recursos hídricos que drenan el conjunto de las cuencas que forman un patrón fractal común en dichos ecosistemas (Earls, 2009)2. En ese sentido, los campesinos indígenas de alta montaña en general, y los pastores de altura en particular, aparecen como los más expuestos y vulnerables a la agudización de la variabilidad climática debido al proceso del cambio climático, precisamente porque la reproducción de su forma de vida depende, entre otros factores, del clima. La “cosmovisión andina” es la imagen del mundo que se hace el poblador andino, es la percepción e interpretación de su entorno natural y cultural. Esta visión incluye la percepción sobre el clima y sus cambios, con base en experiencias vitales, es una forma de conocimiento, que forma parte de la cultura, se acumula y se transmite de generación en generación.3 Este conocimiento ha guiado por siglos sus intervenciones sobre el medio natural, hay evidencias de que la población andina ha tenido una actitud de respeto a la naturaleza y ha buscado establecer una relación de equilibrio socio-cultural. Con el fin de construir estrategias y medidas orientadas a la adaptación al cambio climático, se requiere conocer cuál es la percepción del poblador andino sobre el clima. En particular, sobre los cambios que se están produciendo en el clima y que pueden clasificarse de Cambio Climático: en la medida que se trate de procesos progresivos y extensos en el tiempo o Variabilidad Climática, en la medida que se trate de un el conjunto de eventos climáticos regulares que ocurren anualmente en un territorio.
El presente informe tiene como objetivo presentar y contextualizar las percepciones y reflexiones campesinas sobre las manifestaciones locales de la variabilidad y cambio climático así los impactos que producen en sus medios y condiciones de vida. Entendiéndose como percepciones los discursos y acciones sociales que emprenden las poblaciones andinas en contextos de variabilidad y cambio climático. En este sentido, el informe busca constituirse en una base para el diseño de políticas que 1
En conjunto, estos abarcan alrededor del 24% del área mundial y contienen a una gran parte de los ecosistemas existentes en el mundo, por lo que presentan, además, la más alta riqueza biológica en el plantea. Así también, los ecosistemas de montaña cumplen, entre otras, una función importante en la purificación del agua y la regulación del clima, que influye en el mundo entero, más allá de los límites del espacio geográfico de montaña (IPCC 2007a). 2
Según Earls, la reducción del área glacial aumenta el flujo estival del agua pluvial hacia los ríos por el mayor escurrimiento, mientras en el invierno seco el escurrimiento disminuye y así el caudal de los ríos. Po ejemplo, en la cordillera Blanca, 33.6% del área de captación en la cuenca del Llanganuco es glacial y por eso retiene la precipitación veraniega y atenúa el ciclo estacional del escurrimiento. Al contrario, en la cuenca de Querococha, con sólo 3.2% de glaciación, el escurrimiento se asocia estrechamente al ciclo pluvial. El incremento en la estacionalidad del agua se acompaña de mayor variabilidad e incertidumbre sobre la disponibilidad, dando así lugar al estrés hídrico y a conflictos socioeconómicos. (Earls, 2009: 1415) 3
Con la transculturación ha sufrido modificaciones pero aún subsiste en la población rural.
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coadyuven al fortalecimiento y recuperación de conocimiento tradicional local útiles para enfrentar los fenómenos asociados a cambio y variabilidad climática. Con el fin de cumplir este objetivo el informe integra dos enfoques complementarios desarrollados a través del estudio. Por un lado, se hace una descripción y análisis de las comunidades andinas y su ambiente desde un enfoque técnico-científico común en las ciencias naturales. Por otro lado, se hace un análisis científico social que, centrándose en la exposición de las percepciones locales, las enmarca en su contexto político, cultural e histórico. Por ello, el informe contiene dos voces que se presentan que se presentan de manera intercalada en los primeros capítulos para luego integrarse en los últimos. En este sentido, el informe es un reflejo del carácter interdisciplinario de estudio. Para comprender el alcance del estudio así como seguir el análisis de percepciones locales debemos primero tener en cuenta el contexto social y geográfico de las poblaciones andinas cuyas percepciones recogemos. Por ello, en los siguientes párrafos introduciremos los temas de organización y espacio geográfico andinos para luego abordar de manera crítica las definiciones operativas del estudio.
1.1 Organización Social en los Andes Las primeras compresiones sistemáticas del mundo andino se desarrollan a partir de los trabajos históricos de Murra y Zuidema sobre la sociedad incaica. Los trabajos de Zuidema (1964; 1989) se concentran en la relación entre mundo cosmológico y organización social, basada en el parentesco, en la organización inca. Por su parte Murra (1979 [1955], 2002) desarrolla la idea de “verticalidad” en el sistema de producción Inca. Esta verticalidad se lograría a partir del uso de un máximo de pisos ecológicos en territorios discontinuos, generando “archipiélagos” de territorios de producción en distintos niveles ecológicos. Siguiendo y desarrollando a estos autores, estudios estructuralistas4 posteriores establecieron un conjunto de principios que definirían especificidad de la sociedad andina, los cuales son utilizados hasta el día de hoy en muchos estudios que buscan entender los sistemas andinos. Entro los principales tenemos: parentesco bilateral, tanto la línea del varón como de la mujer son reconocidas desde ego (centro desde el cual se estructura el “árbol” de parentesco); herencia bilateral, tanto la mujer como el varón heredan; dualismo complementarios, la organización de la sociedad y el espacio se dividiría en mitades complementarias (o mitades de mitades), siendo esta división 4
Durante los sesenta y comienzos de los ochenta múltiples estudios enriquecieron la literatura estructural. Diferentes características de la sociedad andina fueron estudiadas utilizando métodos etnográficos y etnohistóricos en Ecuador, Bolivia y principalmente Perú. Varios estudios se centraron en la organización social basada en el parentesco (Mayer: 1974; Belote &Belote: 1974; Webster, 1974; Harris, 2000 [1978]; Ossio, 1992); Producción e intercambio (Alberti and Mayer, 1974); Myths (Urton, 1988; Earls, 1973; Ortiz, 1973,); Religión (Ossio, 1973), y; Cosmología (Urton, 1981, Salomón, 1981). Dos de los mejores trabajos etnográficos que combinaron las principales preocupaciones de esta línea de literatura: simbolismo, parentesco, producción y ecología, fueron los de Isbel en Chuschi, Perú (1978) [2006] y Harris en Laymi, Bolivia (1978) [2002].
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ejemplificada en la división de género; reciprocidad, intercambio recíproco de bienes y servicios a nivel horizontal, y; redistribución, intercambio de bienes y mano de obra por servicios públicos a nivel vertical. Estos principios se transmitirían por medio de la mitología y ritualidad andina. Así los mitos y ceremonias andinas serían expresiones de estos principios y vehículos de transmisión de los mismos a futuras generaciones. En este sentido, las formas semánticas y sintácticas del quechua, como idioma incaico, se prestarían a la correcta transmisión de estos principios configurando estructuras verbales de significados específicamente andinos. Es así que desde un punto de vista estructuralista se puede encontrar una correspondencia intrínseca entre las formas productivas y simbólicas (verbales y no verbales) andinas, su identificación y análisis nos llevaría a descubrir lo que es esencialmente andino. Uno de los mejores ejemplos de este tipo de estudios es el concerniente Ayllu como unidad social andina por excelencia5. En términos generales el Ayllu es una red flexible y egocéntrica que posee un mito de origen y rituales codificados simbólicamente en el territorio compartido, es decir, cada sección del Ayllu tendría una adscripción (simbólico ritual) a un espacio territorial determinado. Asimismo, el Ayllu como red de parientes tendría un dominio vertical de un territorio discontinuo (el “archipiélago” de Murra) y una profundidad histórica de cuatro generaciones (como la identificada en el parentesco inca por Zuidema). De esta manera el Ayllu se constituiría en la unidad social y simbólica del todo estructural andino. La aproximación estructural tiene elementos importantes para el presente estudio puesto que define una “plantilla” de elementos constitutivos o principios andinos que pueden ser reconocidos y analizados. Sin embargo, su validez como marco teórico de análisis de la realidad actual de las comunidades andinas ha sido criticado por un conjunto de investigadores andinos desde mediados de los años ochenta (Stern, 1986). La crítica central se centró en la aproximación estructural y atemporal de las formas esencialmente andinas de las investigaciones estructuralistas. Para esta corriente la conquista y modernización republicana no habían cambiado lo “esencial” (estructural) de la sociedad andina, mientras para los críticos estos procesos históricos habían transformado a las comunidades que habitaban los andes. Así la tarea sería contextualizar histórica y contingentemente el análisis de las comunidades andinas, no como agentes de una estructura ancestral sino como actores sociales en transformación. Por ello el foco del análisis cambió de la búsqueda de formas estructurales al análisis de procesos de cambio. A partir de los setenta aparece una rama de la antropología interesada en las transformaciones que el ingreso del capital genera en el mundo andino. En el primer caso tenemos los estudios de corte Marxista desde la teoría de la dependencia theory (Frank, 1967; Cardoso and Faletto 1979) y el sistema mundo (Wallestein, 1974). Para ellos las instituciones andinas son más el fruto de siglos de colonialismo que la permanencia de una esencia andina6 En el caso peruano se propugna la articulación 5 6
Para distintas definiciones ver, Allen, 1976; Isbell, 1978; Skar, 1982; Poole, 1984. Como ejemplo ver Fuenzalida (1976); Degregori (1973); Naranjos (1981)
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de distintos modos de producción como forma hegemónica de insertarse al capitalismo mundial (Mallon 1983, Long y Roberts, 1984, Mitchell 1991). Para estos autores es la capacidad de los campesinos para mantener estos modos de producción paralelos lo que les permite mantener formas pre-capitalistas. Desde otra perspectiva autores como Albo (1974), Nash (1979) o Taussig (1980) se estudia la manera en que las poblaciones resisten el ingreso de formas capitalistas, en base a sus valores e instituciones específicas. En este contexto, la comunidad se convierte en el espacio de reproducción política y social, en el espacio de resistencia y transformación en un colectivo inmerso en procesos de ingreso capitalista. Desde la economía política Fonseca y Mayer (1979; Mayer, 2002) desarrollan el concepto de “zona de producción a partir del de “piso ecológico” propuesto por Murra. La zona de producción es un sector productivo culturalmente creado de acuerdo a sus características ambientales. Así, esta zona no solamente describe un sector productivo (por ejemplo zona de cultivo de papa) sino también el conocimiento cultural necesario para el manejo y mantenimiento de dicho sector. En el contexto de la comunidad andina, dicho conocimiento implica las formas culturales que norman la interacción colectiva-individual para la producción. Asimismo, el mantenimiento de zonas de producción ancestrales implica la manutención de conocimiento indígena. Más recientemente existen dos perspectivas teóricas que pueden ser relevantes para el presente estudio. La primera propugna analizar la relación hombre-naturaleza desde una aproximación que combine la organización política y producción económica con la relación específica que establece el sujeto colectivo con la naturaleza (Orlove 2002). La segunda se centra en la idea de subalternidad como condición de los grupos indígenas a partir de sufrir una experiencia colonial (Guha y Spivak 1988, Gupta 1998, Chartejee 2007). La visión subalterna argumenta que los procesos coloniales impusieron universos externos a las poblaciones locales que aunque subyugadas pudieron mantener esferas culturales alternativas e independientes. Gracias a esto las poblaciones indígena serían capaces de de-colonizarse, es decir deconstruir la experiencia colonial. El problema radica en que para estos autores, los subalternos o colonialmente subyugados no han tenido acceso, como colectivo, a la lógica de la empresa colonial, es decir, no son capaces de entender las esferas culturales impuestas. La tarea entonces sería descubrir las múltiples relaciones entre esferas dominantes y dominadas. En ese marco, la vulnerabilidad de las sociedades campesinas andinas al cambio climático opera en términos sociales y físicos, afectando los márgenes de su agencia culturalmente especifica. La exposición de los grupos campesinos a procesos de modernización que suponían la instalación de latifundios (Martínez Alier, Schlüpmann, 1991: 25), la interacción con la variabilidad del mercado en tanto precios, tecnología (Gonzales de Olarte, 1994; Golte y De la Cadena, 1986), inestabilidad jurídica (Monge, 1998), y la presión por la liberalización del mercado de tierras (Bebbington, 1999) habrían moldeado una cartera de respuestas indígenas especificas a los riesgos, impactos e incentivos tanto climáticos como sociales, como el afinamiento del control de pisos ecológicos (Murra, 1975, 2002), la producción multi-cíclica (Golte, 1980), y el uso de tecnologías andinas (Morlón 1982, 1987; Dollfus, 1991:109-110) que hallan su locus en la coordinación de relaciones materiales e identitarias basadas en la
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comunidad campesina. No obstante, las presiones de los procesos de modernización habrían generado un “conflicto cultural” con las formas de organización local campesina, reforzando una serie de relaciones de subordinación, instalando limites a la respuesta indígena campesina y amplificando sus condiciones de vulnerabilidad. En resumen, el marco conceptual que estructura el acápite de organización social de presente trabajo tiene al menos cuatro bases conceptuales. En primer lugar, acepta la existencia de una especificidad cultural y política andina, la cual partiendo de formas indígenas adquiere su especificidad regional a partir de procesos de dominación. Aquí los estudios estructuralistas nos brindan una plantilla conceptual, a partir de los cuales poder ver transformaciones políticas, económicas y culturales, fruto de múltiples procesos de cambio, que definen a las comunidades andinas hoy. En segundo lugar, la idea de subalternidad guía nuestro análisis al momento de establecer las múltiples relaciones entre actores sociales “internos” y “externos” siguiendo dinámicas de dominación. En ambos marcos teóricos asimismo la presencia de varias voces y la relación intrínseca entre las visiones de la naturaleza (conocimiento del ambiente en que se vive) y las formas sociales existentes. Asimismo, el trabajo define como unidad de análisis a la Comunidad Campesina. Las comunidades campesinas actuales tienen como antecedentes los ayllus prehispánicos, las reducciones coloniales (virrey Toledo, siglo XVI) y en las haciendas expropiadas por la Reforma Agraria. Las comunidades son la principal forma de organización de los productores campesinos en el espacio rural peruano, agrupando a un conjunto de familias campesinas que usufructúan de manera organizada los terrenos de propiedad comunal. La mayor parte de las comunidades cuenta con varios tipos de tierras que se usufructúan de manera diferenciada. Asimismo, las comunidades son espacios de autogobierno y reproducción social. Ellas tienen sus propios dirigentes (junta comunal y presidente de la comunidad), los cuales son elegidos en asamblea. Existe yuxtaposición entre la división política del espacio estatal (caseríos, centros poblados) y la comunal (sectores). Así como entre los ámbitos de representación de sus respectivas autoridades locales. En el caso específico de las comunidades pastoriles seguimos Sendón (2008) quien propone que, a diferencia de sociedades pastoriles en África, Europa y Asia, el modelo andino tiende a generar comunidad. Así, tras repasar una serie de etnografías de sociedades pastoras en los Andes del sur, constata a partir del estudio de los sistemas de parentesco que los modelos andinos pastoriles tienen las siguientes características. Elaboran memorias genealógicas moderadas: recuerdo de tres o cuatro generaciones ascendentes. Pautas de localidad: residencias virilocales. Intercambios de productos y de servicios al interior del grupo de parentesco. Estos rasgos generan grupos con contornos discernibles: ayllus. Estos encuentran en la comunidad vínculos productivos que enfatizan el papel de las unidades domésticas –y sus ciclos vitales-. Es así que, dadas las prácticas de alianza, herencia, residencia y movilidad de los pastores, la comunidad se refuerza con la repetición de estos mecanismos y se renueva como un espacio de coordinación de estrategias reproductivas.
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1.2 Espacio geográfico andino Las tierras andinas de altura pueden ser divididas en tres subzonas según su ubicación. Así, existen valles cálidos y muy productivos situados por debajo de los 2000 metros de altura en la vertiente del pacífico; valles templados atravesados por ríos que van hacia la selva amazónica entre los 3000 y 4000 m en los que se cultivan maíz, trigo y papas; y, finalmente, una sub-zona adicional que contrasta con las descritas anteriormente, ubicada por encima de los 4000 m, en la que la agricultura es casi imposible, pero que cuenta con abundantes pastos naturales que son favorables para la ganadería extensiva. Esta última subzona ha sido, desde tiempos prehispánicos, un territorio ganadero (Flores Galindo 1993). Esta diversidad no sólo crea las condiciones para que una gran cantidad de seres vivos habiten el territorio, sino, además, permite un rico tejido de asociaciones y mutua dependencia entre los mismos, donde ellos “se adaptan y se relacionan con la variabilidad del clima y la estacionalidad hídrica” (CAN 2008). En estas altas montañas semiáridas, se originan las cuencas hidrográficas y, dentro de ellas, las microcuencas. Formando una estructura fractal común (Earls, 2009), estas microcuencas y las cuencas de la que son parte son sistemas complejos y presentan características comunes al resto de montañas del mundo (CCTA; IDEAS; CCAIJO, 1999). Un primer rasgo es la verticalidad o el factor altitudinal, a partir del cual es posible distinguir tres grandes alturas: la alta, la media y la baja. La puna o jallka se ubica en la parte alta; la quechua, en la parte media y baja, y el valle sólo en la parte baja7 (Pulgar Vidal, 1987). Todas ellas se distinguen en términos de microclimas, tipos de suelos, vegetación, fauna, cultivos y ganados. La parte alta tiene principal vocación para la ganadería pero tolera, en micropisos de menor altitud, el cultivo de tubérculos andinos de mayor o menor diversidad. En mayor o menor grado, las zonas quechuas y los valles son más idóneos para la agricultura. Cada parte de la microcuenca juega un papel distinto en cuanto al agua: ésta se almacena en la parte alta y, dependiendo de la capacidad de retención de los suelos profundos de esta zona, está disponible en la parte media y baja de la microcuenca o incluso en otras cuencas vecinas, en razón de que las lluvias caen mas temprano y en mayor cantidad en las alturas que en los valles (Earls, 1976). La disponibilidad de agua está en función de la verticalidad de las altas montañas, y sus flujos son superficiales y subterráneos, debido a los glaciares, por un lado, y a las precipitaciones estacionales, por el otro. La verticalidad es, entonces, el factor determinante del otro rasgo característico de la microcuenca: la diversidad (de climas y especies). Así, se suele destacar que las altas montañas tropicales contienen, junto con los Himalayas, la mayor mega diversidad por unidad/área del planeta (Peru. Oficina Nacional de Evaluación de Recursos 1976), y que su medio ambiente es el más diverso, ecoclimáticamente hablando, del mundo (Dollfus 1991; Earls 1989; Holdridge 1978). Pero, las zonas de altura descritas constituyen una suerte de macro pisos ecológicos, pues a decir verdad dentro de la microcuenca existen “micropisos” más específicos 7
A raíz de la propuesta del SENAMIH, el PACC ha aprobado las siguientes diferencias altitudinales sobre el nivel del mar en la microcuenca de Huacrahuacho: parte alta: 4700-4000; parte media: 4000-3900; parte baja: 3900-3750. Cf. Ficha Técnica, emitida el 06/12/09
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determinados por los microclimas que cambian con la altitud. Por eso, Earls, siguiendo a Brush y Gade, sugiere hacer una distinción entre los “límites absolutos” y los “límites efectivos de producción” de los límites ecológicos (altura, humedad, exposición y latitud). Mientras los primeros delimitan el espacio ocupado por una “asociación de plantas”, los límites efectivos determinan el “área de producción óptima” de cualquier cosecha agrícola, definidas en términos de variedades de maíz u otros productos, dependiendo de las características más específicas de los suelos y de las condiciones que impone el clima (Earls, 1976: 228). Las altas montañas organizan así las microcuencas como “ecosistemas complejos y altamente variables”. Sin embargo, la complementariedad ecológica propia del control vertical de un máximo de pisos ecológicos (Murra, 2002) no se circunscribe únicamente a la “microcuenca”, sino a una interpretación sociocultural del “territorio” que suele estar asociada a la alta variedad de microclimas, a las redes de intercambio extensivas, a los diversos pisos distantes entre sí y, en general, a la historia local de los actores sociales. Si bien el concepto de microcuenca es útil para comprender los “ecosistemas de alta montaña”, no define, en un sentido absoluto, la interpretación sociocultural y el control del territorio por parte de las comunidades indígenas campesinas. En el marco del ciclo anual, estas suelen manejar distintos ciclos agropecuarios y redes de intercambio en espacios que, en muchos casos, exceden el territorio jurídicamente reconocido de la “comunidad”, y el territorio científicamente reconocido como “microcuenca”. El concepto de microcuenca tiene la virtud de identificar las características de un ecosistema complejo y variable, pero corre el riesgo de hacer abstracción de las complejas relaciones entre naturaleza y sociedad en los andes. Dicho con más precisión, para comprender las relaciones entre naturaleza y sociedad indígena campesina el concepto de microcuenca puede ser, sin duda, un buen punto de partida, pero la propia forma de vida del campesinado y los significados que atribuye al territorio, en un sentido que va más allá del administrativo y del reconocido como microcuenca, no nos aseguran que aquél sea un buen punto de llegada. Este hecho no es excluyente, sino complementario, pues pone precisamente en discusión las “variables” que utilizan los expertos frente a los “códigos culturales” que ponen en acto los propios sujetos campesinos cuando interpretan las relaciones entre naturaleza y sociedad en los andes.
1.3 Conceptos de Vulnerabilidad, Adaptación y Seguridad Alimentaria Un concepto que viene siendo frecuentemente usado en el debate mundial sobre el cambio climático es el de vulnerabilidad, que es definido como “el grado en que un sistema es susceptible, o incapaz de enfrentar, a los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad climática y las condiciones extremas. Así, la vulnerabilidad es una función del carácter, magnitud, y tasa del cambio climático y la variación a la cual un sistema está expuesto, su sensibilidad y su capacidad adaptativa” (IPCC 2007a). La noción de vulnerabilidad, entonces, se encuentra unida a la de adaptabilidad, que refiere a su vez a “la habilidad de un sistema para ajustarse al cambio climático para moderar los daños potenciales, aprovechar las oportunidades, 13
o para lidiar con las consecuencias” (IPCC 2007a). Así también, recientemente algunos investigadores del cambio climático han propuesto separar la vulnerabilidad al cambio climático entre vulnerabilidad social y vulnerabilidad biofísica (Brooks 2003; Cutter 1996). Esta definición implica que para determinar la vulnerabilidad futura de un sistema al cambio climático no sólo es necesario considerar las posibilidades de resistencia del sistema frente a las condiciones biofísicas futuras, sino, además, la sensibilidad de los grupos vulnerables y la de los ecosistemas en los que ellos habitan. Sin embargo, Orlove plantea que la definición de adaptabilidad presenta serias limitaciones. En primer lugar, es un concepto que va acompañado de un ropaje conceptual asociado a “peligros naturales” que, por principio, difieren del “cambio climático”, debido a que sus patrones temporales son cortos y raros, a la baja intensidad de sus cambios y a la menor influencia humana sobre ellos. Desde el punto de vista de sus consecuencias, la definición de adaptación, en segundo lugar, estaría cargada de un cierto optimismo frente a los escenario del cambio climático porque asume, de manera implícita, que todos los problemas derivados del cambio climático son manejables. De esta forma, este concepto sugiere que “los grupos sociales –las comunidades, las naciones, toda la humanidad en su conjunto- pueden evitar las peores consecuencias del cambio climático” sin plantearse que la adaptación podría no ser posible (Orlove 2005, 2009). Por otra parte, la definición de adaptabilidad no toma en cuenta que los efectos del cambio climático no afectan por igual a los miembros de una sociedad, sabiendo que es común que son ciertos sectores específicos los que resultan más afectados y con menos posibilidades de adaptarse. Ahora bien, Orlove va más allá en sus críticas y señala, además, que es muy difícil poder plantear estrategias de “adaptación” real al cambio climático, considerando que existen ejemplos de sociedades que tuvieron estrategias de “adaptación” exitosas al cambio de condiciones climáticas en su ambiente, pero que en el largo plazo esas estrategias terminaron agudizando aún más su situación, porque dejaron de ser sostenibles. En este sentido, no queda claro entonces cuál debe ser el criterio para definir aquellas acciones que constituyen verdaderas “adaptaciones” (Mark y Seltzer 2003; Orlove 2005). Orlove piensa que, de modo implícito, se da por “supuesto”, pero no se repara suficientemente, en el hecho de que el concepto de “adaptación” es relativo a la “no-adaptación”. Por otro lado, la definición de adaptabilidad requiere que las consecuencias del cambio climático puedan ser medibles en términos económicos o como amenazas y oportunidades. Sin embargo, el cambio climático también puede tener consecuencias sobre el bienestar [well being] y la identidad social [social identity] de ciertos grupos, lo que no es fácilmente medible en términos cuantitativos, por lo cual resultaría muy difícil determinar qué implicaría el uso de esa noción para ese tipo de casos. Por ello, a partir del análisis de algunas intervenciones privadas y estatales en el ámbito sociocultural de una comunidad y ayllu del Cuzco, Orlove sugiere que dicho concepto no captura el impacto completo del cambio climático y les sirve más a las organizaciones internacionales o intermediarias que inciden en esos espacios rurales que a las propias comunidades locales. Es por esto que para el presente estudio, enmarcamos y enriquecemos los conceptos oficiales de vulnerabilidad y adaptación entendiéndolos en el marco de los múltiples procesos de cambio que atraviesa la sociedad andina. La vulnerabilidad y adaptación
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como formas de agencia campesina no solo en relación al cambio y variabilidad climática sino como parte de sus estregáis de vida. Por otro lado, oficialmente seguridad alimentaria se define en el Perú como el “acceso material y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos para todos los individuos, de manera que puedan ser utilizados adecuadamente para satisfacer sus necesidades nutricionales y llevar una vida sana, sin correr riesgos indebidos de perder dicho acceso” (D.S. 066 PCM 2004). Además esta definición se desarrolla a partir de cinco componentes. En primer lugar, disponibilidad: provisión suficiente y oportuna de alimentos sanos, inocuos, nutritivos y asequibles para la población provistos por la producción. La degradación de los recursos naturales es un factor que influye negativamente en la disponibilidad de los alimentos. En segundo lugar, accesibilidad: la garantía del acceso a los alimentos requiere que las familias que no producen suficientes alimentos para cubrir sus necesidades tengan la posibilidad para adquirirlos, a través de capacidad de compra, generación y diversificación de sus ingresos, o por medio de transferencia de ingresos, subsidios de alimentos u otros. En tercer lugar, utilización: la utilización de los alimentos se refiere a la habilidad del cuerpo humano para ingerir y metabolizar alimentos. La mayoría de veces, la utilización se entiende desde la perspectiva biológica. Sin embargo, el alimento tiene un rol social importante pues mantiene a las familias y a las comunidades unidas. En cuarto lugar, estabilidad: un abastecimiento confiable de productos alimenticios en todo momento y para todos los miembros de la familia (espacio y tiempo). Por último, institucionalidad: la participación de los diferentes actores de la seguridad alimentaria. Si no se construye un eje transversal de sostenibilidad, sobre la base de una sólida institucionalidad, que involucre todas las acciones de cualquier intervención, el esfuerzo invertido en aquella pierde posibilidades de continuidad. El análisis específico de seguridad alimentaria para nuestro estudio tiene en cuenta que las sociedades campesinas altoandinas organizan sus sistemas de producción y estrategias de seguridad alimentaria en ecosistemas de alta montaña tropical, caracterizados por su alta variabilidad ambiental. Estos sistemas de producción, estrategias y adaptaciones, que son concreciones de sistemas socioculturales, constituyen la base material de la comunidad campesina, que da sustento a la existencia y reproducción de las representaciones ideológicas y las retroalimenta permanentemente, contribuyendo ya sea a su consolidación y/o a su resquebrajamiento y desestructuración. Asimismo, los sistemas productivos no son estáticos sino que evolucionan, influidos por el entorno físico-natural y socioeconómico, siendo los esquemas culturales, motor o freno de dicha evolución. La población rural andina vive en condiciones muy precarias, basadas en una producción agropecuaria de pequeña escala casi mayormente para el autoconsumo, con ingresos monetarios muy bajos, con serias deficiencias nutricionales y problemas de salud, bajos niveles de educación y precariedad en la vivienda. Estas condiciones de vida evidentemente son vulnerables ante el CC y la VA. La población rural tiene estrategias para asegurar su alimento, las cuales han sufrido procesos de ajuste basados en experiencias de carestía y están en función de la producción de bienes que realizan según la zona de vida donde se ubica la unidad productiva. Se identificarán y analizarán las estrategias adoptadas para
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generar alimentos, acceso a alimentos, estabilidad en el aprovisionamiento y utilización para fines alimenticios. Luego de esta presentación y discusión de conceptos es importante remarcar que los fenómenos de variabilidad y cambio climático aparece como un proceso más que se suma a otras exposiciones y vulnerabilidades ya existentes en el sur andino. Históricamente, los procesos de modernización han impulsado procesos de cambio que no ha disuelto las formaciones socioculturales indígenas. Así, en las poblaciones andinas coexisten estructuras socioculturales antiguas y modernas que en algunos casos pueden entrar en tensión o conflicto: constituyendo un espacio de conflicto cultural en el que se desenvuelve la agencia indígena campesina. Es decir, las lógicas culturales que estructuran los discursos y la acciones de los sujetos sociales no son únicas sino diversas y en muchos casos pueden entrar en conflicto. De aquí se desprende que las estrategias de adaptación al cambio climático sean heterogéneas y fragmentadas, no respondiendo necesariamente a una única lógica. La población rural, ha construido autónomamente, mecanismos, estrategias y medidas para protegerse y proteger sus medios de vida de los eventos climáticos. Pero también, en las últimas décadas ha recibido influencia de instituciones no gubernamentales e instituciones públicas, bajo la forma de programas o proyectos, con las cuales se ha desarrollado experiencias orientadas al mejor uso de los recursos naturales: suelo, agua, foresta, a mejorar la producción y productividad y las condiciones de vida, buscando además, recuperar los conocimientos ancestrales y los valores comunitarios.
Resumiendo, podemos afirmar que, primero, es evidente que estos sistemas, estrategias y adaptaciones son concreciones de sistemas socioculturales particulares, los cuales son particularmente sensibles a la variabilidad climática (VC) y al Cambio Climático (CC), y tienen códigos y esquemas culturales que permiten su percepción y reflexión, y la generación de respuestas adaptativas con base en ellos. Segundo, existe también la evidencia de que estos sistemas socioculturales se encuentran fracturados y erosionados por diversos procesos parciales de desestructuración, los cuales, aunque no han impedido hasta ahora su reproducción, son factores de la actual vulnerabilidad extrema en que se encuentran estas sociedades campesinas, sobre todo por la presumible afectación de aquellos códigos y esquemas culturales. Tercero, se trata de sociedades en condiciones de aguda marginación socioeconómica y vulnerabilidad ante las agresiones en el ejercicio de sus derechos. Por ello, sus conocimientos e iniciativas de adaptación tienden a ser subordinadas en los contextos locales y regionales, y son también inferiorizadas por las jerarquías socioculturales de la modernización. Para terminar la presente sección, presenta los capítulos que componen el presente informe. En este capítulo introductorio, se ha presentado el objetivo del estudio y los principales conceptos operativos. En el siguiente acápite se desarrollará la metodología utilizada. En el segundo capítulo hacemos una revisión de un conjunto de indicadores socio-demográficos del área de estudio. Esta revisión se basa tanto en información censal como en información recogida en el trabajo de campo. En el tercer
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capítulo, presentamos la evidencia disponible sobre manifestaciones de cambio y variabilidad climática en el área de estudio. En el cuarto capítulo, hacemos una caracterización de los sistemas productivos en las comunidades estudiadas y la caracterización de la seguridad alimentaria en el área de estudio. En el qunto capítulo, se concentra el análisis de percepciones sobre cambio y variabilidad climática que englobamos como conocimiento local. Este capítulo se nutre tanto del contexto descriptivo visto en capítulos anteriores como de entrevistas y observaciones vistas en campo. Así, en este capítulo podemos evaluar la subsistencia de conocimiento tradicional y establecer las estrategias asumidas por la población local ante los eventos climáticos. Como veremos, dichas estrategias no necesariamente son específicas para la problemática climática sino que responden a formas de asumir los procesos de cambio social, donde lo climático constituye un elemento. En el capítulo sexto, se hace un análisis interdisciplinario de vulnerabilidad. Aquí se contrastan visiones y aproximaciones distintas pero complementarias sobre este tema en el área de estudio. Por último, en el capítulo séptimo se presentan los procesos sociales en curso que enmarcarían los distintos eventos de variabilidad y cambio climático a futuro.
2 Metodología El presente estudio tiene una metodología básica cualitativa que incorpora data secundaria como bibliografía, informes o censos.
2.1 Enfoque metodológico El enfoque metodológico ha sido participativo, diferenciado y progresivo. En términos participativos se buscó un entendimiento amplio tanto de los objetivos como de las metodologías del estudio por parte de la población local. Se estableció espacios de colaboración donde se pudo incluir agendas locales por medio de la priorización e incorporación de temas de estudio. Asimismo, se estableció un nivel de intervención diferenciado para cada una de las comunidades participantes en el estudio de acuerdo a las particularidades identificadas en la tipología propuesta. Por último, de acuerdo al enfoque metodológico progresivo se fue mejorando la calidad de la información paulatinamente. Siguiendo el enfoque metodológico propuesto el trabajo se dividió entre los equipos de investigadores de las instituciones participantes de acuerdo a sus áreas de experiencia, de la siguiente manera: a. b. c. d. e. f. g.
Introducción (CBC-PREDES) Revisión de aproximaciones y conceptos sociales sobre los Andes (PREDES) Características sociales, económicas y políticas (CBC) Manifestaciones del Cambio Climático y la Variabilidad Climática (PREDES) Caracterización de los Sistemas Productivos (PREDES) Caracterización de la Seguridad Alimentaria (PREDES) Conocimiento local, prácticas discursivas y acción estratégica del campesinado indígena de alta montaña frente al CC, la VC y otros aspectos extra-climáticos CBC
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h. Discusión sobre la vulnerabilidad del campesinado indígena de Cuzco y Apurímac frente a la variabilidad climática, el cambio climático y otros procesos extra-climáticos (PREDES-CBC). i. Procesos sociales a futuro en el marco del Cambio Climático.(CBC) Como se puede apreciar en la división metodológica interdisciplinaria de organizó a partir de un doble esfuerzo. Por un lado, se trató de mantener los enfoques de especialización profesional, haciendo dialogar de manera paralela los distintos tipos de conocimiento. Este esfuerzo puede verse en los capítulos más descriptivos (2-6). Por otro lado, se buscó que las distintas aproximaciones se integren en un único discurso consensuado en los capítulos más analíticos (1, 6 y 7). La integración se realizó por medio de (3) talleres interdisciplinarios con participación de todos los miembros del equipo.
2.2 Alcance territorial El área de estudio comprende la región de Cusco. La unidad de análisis es la comunidad campesina. Se escogió esta unidad por tres razones: en primer lugar es la principal institución de productores rurales, así como el principal referente de autogobierno campesino en la zona de estudio. En segundo lugar, es la organización campesina – indígena típica en la zona, en este sentido, es el colectivo que con mayor probabilidad de ser el depositario de conocimiento local “ancestral.” En tercer lugar, es el espacio campesino institucional preferido para la implementación de políticos de gestión rural - ambiental desde estamentos públicos como las municipalidades y la región. En una primera fase el estudio se concentró en la microcuenca de Huacrahuacho. En una segunda fase se seleccionaron cuatro comunidades tipo de acuerdo a criterios que explicaremos más adelante, las cuales, unidas a las estudiadas en la primera fase, permite avanzar en la construcción de una visión regional. Las comunidades seleccionadas fueron: Tauca-Umasbamba- Cuper y Phinaya A partir del estudio a profundidad de estas comunidades tipo, se hizo un estudio transversal-regional -hacia arriba, para vincular la problemática local con la distrital y regional en los capítulos donde la data disponible lo permite.
2.3 Criterios de selección de las comunidades 1. Las comunidades consideradas para este estudio cuentan con una tipología ecológica y con un sistema productivo que son característicos del campesinado de alta montaña del sur peruano. Debido a la verticalidad y la altura, las comunidades presentan zonas ecológicas muy diversas en microclimas, pisos ecológicos, micropisos efectivos de producción, tipos de suelos, vegetación, cultivos y ganados. Estas condiciones altamente variables definen las formas de dispersión del riesgo y la vocación económica o los sistemas productivos de las comunidades locales. La tipología que hemos considerado para esta fase de estudio muestra diversas zonas ecológicas y actividades productivas que son predominantes en las comunidades del
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sur andino, pero en modo alguno excluyen el hecho de que las comunidades seleccionadas puedan ser ubicadas en más de un tipo:
Tipo 1: Comunidades de suelo predominante plano y vocación principal agrícola (por ejemplo, comunidades de valle análogas a algunas de la pampa de Anta y a las del valle sagrado del Cuzco).
Tipo 2: Comunidades de suelo predominante de ladera y vocación principal agrícola (por ejemplo, comunidades análogas a las de la microcuenca de Mollebamba, en Antabamba, Apurímac).
Tipo 3: Comunidades predominantemente ganaderas con ganadería mixta (por ejemplo, comunidades que presentan características como las que están en el ámbito de la microcuenca de Hucrahuacho, en Canas, Cuzco).
Tipo 4: Comunidades predominantemente ganaderas de camélidos (por ejemplo, comunidades de pastores de puna vinculadas a rutas y sistemas de intercambio tradicional, comercial o mixto como las de las provincias de Grau y Antabamba en Apurímac o las de las provincias de Chumbivilcas, Canchis y Quispicanchis en Cuzco)
Sobre la base de estos criterios ecológicos y productivos, las comunidades seleccionadas son comunidades-tipo de cada región y, por tanto, pueden ser consideradas como modelos de las regiones de Cuzco y Apurímac.
En la primera fase del estudio (entiéndase, en las microcuencas de Huacrahuacho y Mollebamba), se ha trabajado principalmente con comunidades tipo 2 y tipo 3. En la fase regional, se ha previsto priorizar los tipos 1 y 4, pero complementadas con otras zonas muestrales que presenten características de los tipos 2 y 3 para tener una visión de conjunto que nos permita un mayor alcance geográfico y sociocultural.
2. Las comunidades locales seleccionadas son culturalmente indígenas o están experimentando procesos de erosión, pero cuentan con conocimientos locales de reducción de incertidumbres climáticas y con estrategias de dispersión de riesgos que son socialmente eficaces o puestas a prueba debido a la experiencia del conflicto cultural en sus diversos contextos. Debido a las adversas condiciones de las altas montañas, estas comunidades han sabido sobreponerse y producir una forma de vida que sea compatible con el ambiente altamente variable del ande. Es posible identificar, entonces, en estas comunidades formas de dispersión o reducción de riesgos a través del control de pisos ecológicos, el manejo de la biodiversidad y de ciclos alternos y paralelos de producción, el pronóstico del tiempo y el clima con diversos sistemas de signaturas y observaciones astronómicas, la reducción de la variabilidad altitudinal y climática y otras estrategias policíclicas de subsistencia. Para llevar a cabo todo ello, estas sociedades consagran las relaciones de parentesco, las formas de cooperación social y las lealtades y reciprocidades entre familias nucleares y pares culturales como su bien capital principal y todo eso define lo que desde fuera llamamos su “identidad étnica”.
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3. Grado de exposición o vulnerabilidad a la Variabilidad Climática (VC) y al Cambio Climático (CC), así como niveles de exposición o no al mercado.
Según el IPCC (2007), las poblaciones campesino-indígenas alto andinas y los pastores de altura en particular constituyen uno de los grupos más expuestos y presuntamente más vulnerables al cambio climático, debido a que se estima una reducción en la disponibilidad de agua como consecuencia del retroceso de la masa glaciar en las montañas (IPCC 2007: 232), agravada además por los actuales niveles de degradación ambiental debida, entre otros aspectos, a los cambios en el uso de las tierras, al sobre pastoreo, al apisonamiento del suelo, la polución y la erosión (Gitay et al., 2001; Hassan et al., 2005). De cumplirse las proyecciones planteadas por el IPCC, se espera un reforzamiento de la tendencia al deterioro de la calidad nutricional y en la productividad de los pastos y, por tanto, en las tasas de muertes del ganado así como en la reducción en las tasas de reproducción - lo que es claramente visible desde hace algunos años en la zona andina -, por lo que es de esperar la agudización de estas tendencias (IPCC, 2007). Por lo tanto, las comunidades de pastores de puna (tipo 4) son las primeras candidatas para un estudio sobre los impactos de la variabilidad climática y el cambio climático en los sistemas productivos y en las condiciones de vida del campesinado indígena. Las comunidades de tipo 3, 2 y 1 no están menos expuestas al cambio climático en el mediano y largo plazo, pues en general se espera que el cambio climático afecte a los ecosistemas de alta montaña en su conjunto. Las comunidades difieren en su grado de exposición a la variabilidad climática y al cambio climático, pero también en su grado de exposición al mercado y la presión de la producción sobre los recursos, y a estos se suman otros procesos endógenos de presión demográfica y de degradación ambiental que, en más de un caso, definen, contradicen o confunden los cambios esperados del cambio climático.
4. Experiencias y trabajos previos en la comunidad de estudio y su ámbito local mayor, incluyendo presencia institucional externa Este criterio considera la mayor o menor presencia institucional externa en los ámbitos de las comunidades locales, así como diversos estudios etnográficos y especializados que sirven de antecedentes o de información de base. Son de particular importancia los discursos de las ciencias naturales sobre el terreno elegido para contrastarlos con las percepciones o las formas de producción de conocimientos de las comunidades locales. Asimismo, ocupan un lugar especial los trabajos etnográficos, toda vez que abordan diversas determinaciones específicas de una formación sociocultural y su racionalidad integral y diferenciada dentro de un contexto mayor. A ello se añaden las estrategias de desarrollo y adaptación llevadas a cabo en el terreno por diversas instituciones externas a lo largo de un período de tiempo, que nos permiten comprender las relaciones y tensiones históricas entre modelos de naturaleza, de desarrollo y de forma de vida en los ámbitos locales. Estos antecedentes crean condiciones propicias para efectuar el estudio sobre los impactos de la variabilidad y cambio climáticos en los sistemas productivos, en la seguridad alimentaria y en las condiciones de vida de las comunidades seleccionadas.
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2.4 Métodos e Instrumentos Metodológicos (Ver Anexo Metodológico) Se ha acopiado información secundaria y primaria. El principal método de recojo de información ha sido el trabajo de campo. La información será recogida siguiendo dos ejes: el Estudio de Caso (EC): toda la información se recogío de las comunidades como una unidad, y el Estudio Transversal (ET): toda la información recogida en las municipalidades y región.
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CAPITULO II Gerardo Damonte Valencia
Características sociales, económicas y políticas En esta sección se desarrollan las características sociales, económicas y políticas mediante el análisis de la demografía y distribución de la población, la infraestructura y servicios, el perfil educativo, la salud y el perfil de pobreza. Sobre las comunidades, en Cusco, la comunidad Tauca-Umabamba-Cupper está ubicada en el distrito de Chinchero; la comunidad de Huancrahuacho está repartida en dos distritos, Checca y Kunturkanki; y la comunidad de Phinya está ubicada en Pitumarca.
2.1 Demografía y Distribución de población En esta sección se presentan una serie de indicadores y cuadros estadísticos que ayudarán a perfilar las características demográficas, sociales y económicas de las poblaciones de los distritos en donde están ubicadas las comunidades de nuestro interés. (Para mayor detalle ver el Anexo 02). Es importante tener en cuenta que este perfil se construye a partir de data oficial del Estado peruano. Su validez por tanto está circunscrita a las metodologías de recojo y procesamiento de información que utilizan las entidades estatales. Como veremos en secciones posteriores, las familias que habitan el espacio de estudio pueden tener una visión y valoración de su realidad distinta a la que emerge de las cifras oficiales. Sin embargo, consideramos necesario tener en cuenta el perfil oficial estatal. La información estadística ha sido elaborada a partir del XI Censo Nacional de Población y VI de Vivienda, llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística e Informática en 2007, así como por el sistema ESCALE de estadística del Ministerio de Educación. Con el análisis de estas cifras se espera constatar procesos en marcha, sugerir algunas hipótesis de explicación, además de dibujar el contexto distrital que alberga la vida de las comunidades estudiadas. Se puede observar en la Figura 2.1 que Pitumarca supera en más de 500 km2 a Checca y Kunturkanki, mientras que Chinchero cuenta con apenas 94.57 km2.
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Figura 2.1. Comparación de la extensión de los distritos que albergan las comunidades estudiadas 1117.54
503.76 376.19
km2
94.57
Pitumarca
Chinchero
Checca
Kunturkanki
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
La cantidad de población que habita en cada distrito difiere en relación a la extensión distrital, como era de esperarse en el caso de distritos rurales. Chinchero es el distrito más populoso de los cuatro (Figura 2.2), lo que a la vez lo hace el más denso, debido a su pequeña extensión (99.6 hab/Km²). Pitumarca es un distrito de gran extensión y poco denso, y Chinchero es un distrito de pequeña extensión y denso. Checca, por su parte, es pequeño en extensión y poco denso, al igual que Kunturkanki. Figura 2.2. Comparación de la población de los distritos que albergan las comunidades estudiadas
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Figura 2.3. Comparación de la densidad de población por Km² en los distritos que albergan las comunidades estudiadas
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99.6
Hab/km2
6.3 Pitumarca
Chinchero
11.9
14.6
Checca
Kunturkanki
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
2.1.1 Estructura de la población por distrito Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Pitumarca Pitumarca tiene 7068 habitantes. De base ancha, la configuración de la pirámide de población sugiere una estabilidad en la tendencia demográfica que la afecta. Así, cerca del 46% de los pobladores de Pitumarca es menor de edad, y poco más de la mitad es menor de 24 años. El grupo quinquenal más numeroso se sitúa entre los 5 y 9 años, con 13%, población básicamente en edad escolar. Por su parte, la diferencia entre hombres y mujeres dista de ser significativa, de solo 1.5%. Figura 2.4. Estructura de población según grupos quinquenales y sexo, en porcentajes - Distrito de Pitumarca
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De 95 a 99 a ños De 90 a 94 a ños De 85 a 89 a ños
Hombre Mujer
De 80 a 84 a ños De 75 a 79 a ños De 70 a 74 a ños De 65 a 69 a ños De 60 a 64 a ños De 55 a 59 a ños De 50 a 54 a ños De 45 a 49 a ños De 40 a 44 a ños De 35 a 39 a ños De 30 a 34 a ños De 25 a 29 a ños De 20 a 24 a ños De 15 a 19 a ños De 10 a 14 a ños De 5 a 9 a ños De 0 a 4 a ños
8
6
4
2
0
2
4
6
8
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda /Elaboración propia
Chinchero Chinchero tiene una población de 9422 habitantes. La figura a continuación muestra una pirámide de población en la cual operan procesos que afectan a la población entre los 20 y 34 años, sin diferencia de sexo. Si se atiende la tendencia de decrecimiento demográfico, es posible que la migración por motivos diversos – laborales y/o educativos- marque la disminución de la presencia de individuos en estos grupos. No obstante, se necesita más detalle para decantar las afirmaciones hacia una situación concreta. Por otro lado, se constatan las proporciones vistas en los otros tres casos: una base ancha, lo que indica una población predominantemente joven, en donde el 54% es menor a 24 años. El grupo quinquenal más numeroso es el de 10 a 14 años, representando 14% del total. No existe una diferencia importante en la composición de acuerdo al sexo. Figura 2.5. Estructura de población según grupos quinquenales y sexo, en porcentajes - Distrito de Chinchero
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De 95 a 99 años De 90 a 94 años De 85 a 89 años De 80 a 84 años De 75 a 79 años De 70 a 74 años
Hombre
De 65 a 69 años
Mujer
De 60 a 64 años De 55 a 59 años De 50 a 54 años De 45 a 49 años De 40 a 44 años De 35 a 39 años De 30 a 34 años De 25 a 29 años De 20 a 24 años De 15 a 19 años De 10 a 14 años De 5 a 9 años De 0 a 4 años
8
6
4
2
0
2
4
6
8
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Checca Checca tiene una población de 5983 personas. La siguiente figura muestra una pirámide de población en donde se puede observar que existe una tendencia de decrecimiento demográfico a más edad del individuo. Hay una base ancha en la población joven (entre 0 y 14 años). Se ve un decrecimiento de la población entre los años 15 y 19 con respecto a las edades previas. Existe mayor población masculina entre los 15 y 19 años, mientras que entre los 35 y 39 años predomina la población femenina. Figura 2.6. Estructura de población según grupos quinquenales y sexo, en porcentajes - Distrito de Checca
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De 95 a 99 años De 90 a 94 años De 85 a 89 años De 80 a 84 años De 75 a 79 años De 70 a 74 años De 65 a 69 años De 60 a 64 años De 55 a 59 años De 50 a 54 años De 45 a 49 años De 40 a 44 años De 35 a 39 años De 30 a 34 años De 25 a 29 años De 20 a 24 años De 15 a 19 años De 10 a 14 años De 5 a 9 años De 0 a 4 años
Hombre
Mujer
10
8
6
4
2
0
2
4
6
8
10
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Kunturkani Kunturkani tiene 5494 habitantes. La mayor cantidad de población se encuentra entre los 5 y 14 años. La población decrece entre los 20 y 34 años, con una ligera ventaja de la población femenina. Figura 2.7. Estructura de población según grupos quinquenales y sexo, en porcentajes - Distrito de Kunturkanki
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De 95 a 99 años De 90 a 94 años De 85 a 89 años De 80 a 84 años De 75 a 79 años De 70 a 74 años De 65 a 69 años De 60 a 64 años De 55 a 59 años De 50 a 54 años De 45 a 49 años De 40 a 44 años De 35 a 39 años De 30 a 34 años De 25 a 29 años De 20 a 24 años De 15 a 19 años De 10 a 14 años De 5 a 9 años De 0 a 4 años
Hombre Mujer
10
8
6
4
2
0
2
4
6
8
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
2.2 Infraestructura y servicios Un indicador que permite bosquejar algunos aspectos del bienestar de las familias es el de la infraestructura de la vivienda que habitan. Esbozar estas características permite fijar un contexto de dotaciones materiales mínimas adjudicables a los habitantes de las comunidades que interesan al presente estudio. Como se puede apreciar en la Figura 2.8, la mayor parte de las viviendas en cada uno de los distritos esta construida con paredes de adobe o tapia y tiene pisos de tierra. Chinchero presenta, en este sentido, una configuración más heterogénea, y por lo mismo, más diferenciada, con poco menos de un quinto de viviendas con cuatros recintos. Figura 2.8. Comparación por distrito: materiales predominantes en las paredes y pisos de las viviendas
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2.09 0 10.43
Pitumarca
83.61 1.57 1.7 0.95
Kunturkanki
Adobe o tapia/Entablado 93.26
Checca
Adobe o tapia/Cemento Piedra con barro/ Tierra
0.34 0.47 0.54
Adobe o tapia/Tierra 97.9
0 5.25
Chinchero
0 89.41 Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Figura 2.9. Comparación por distrito: número de habitaciones por vivienda
Pitumarca
9.87
4.12 Kunturkanki 5.38 Checca
6.91
32.32 34.5
14.81
12.66
18.58
16.6
7.94 0
10
Una Dos
20.87 20.19
14.41 17.15
Chinchero
28.66 28.73
20
Tres
28.39
Cuatro Cinco
26.62 22.26 30
40
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Con respecto al saneamiento (Cuadro 2.1), los cuadros por distrito son más diferentes que en las comparaciones de las variables anteriores. Así, en Pitumarca, el déficit de instalaciones sanitarias se confirma ya que en 37,96% de los casos la fuente de agua más recurrente es el curso de un río o un manantial, y no existe un medio de evacuación de desechos instalado. Chinchero muestran una pequeña mayoría de casos (27.2%) con instalaciones de provisión de agua, tanto fuera como dentro de la vivienda, no obstante la implementación de letrinas sugiere un sistema de evacuación de residuos más extendido en el distrito de Pitumarca.
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Cuadro 2.1. Comparación por distrito: saneamiento por vivienda
Fuente de Agua / Evacuación de residuos Red pública de agua fuera de la vivienda / Letrina Red pública de agua dentro de la vivienda / Letrina Red pública de agua fuera de la vivienda / Ausencia de desagüe Curso y/o fuente natural de agua / Ausencia de desagüe Agua de vecino / Ausencia de desagüe Red pública de agua dentro de la vivienda / Ausencia de desagüe Curso y/o fuente natural de agua / Letrina Pilón público de agua / Pozo séptico Pilón público de agua / Letrina Agua de vecino / Letrina Curso y/o fuente natural de agua / Pozo séptico Curso y/o fuente natural de agua / Curso de agua Red pública de agua y desagüe dentro de la vivienda Pozo / Ausencia de desagüe Red pública de agua dentro de la vivienda / Pozo séptico Otros
Pitumarca Chinchero 3.56 11.31 -
-
37.96 -
14.77 -
13.54
27.2
3.46 19.49 22
4.44 9.43 8.66 5.57 19
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Finalmente, las viviendas que cuentan con instalaciones eléctricas (Figura 2.10) son mayoria en Chinchero (84.87%). En Pomacocha la provisión del servicio llega a poco más de la mitad de las viviendas, mientras que en Pitumarca y Oropesa la relacion se invierte, con una gran cantidad de casos que no cuentan con electricidad. Figura 2.10. Comparación por distrito: electrificación de la vivienda
73.33
Pitumarca
26.67 78.08
Kunturkanki
21.92 No 86.79
Checca
13.21
Sí
15.13
Chinchero
84.87 0
20
40
60
80
100
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
2.3 Perfil educativo La información que se muestra a continuación brinda una imagen general de las características educativas en los distritos. Esboza de forma preliminar el estado de la
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instrucción y formación de los pobladores, así como la configuración institucional del entorno. La distribución de la población alfabeta según sexo es mostrada en la Figura 2.11. En todos los casos, las tasas de alfabetismo en castellano son moderadamente altas. En todos los casos, asimismo, la composición de la población alfabeta muestra una predominancia masculina, mientras que la composición de la población analfabeta presenta una predominancia femenina. Hay un patrón de diferenciación generalizable asociado al acceso al tipo de instrucción escolar según sexo.
Mujer Hombre
Chinchero
Checca
Kunturkanki
Pitumarca
Figura 2.11. Comparación por distrito: distribución del alfabetismo en castellano, según sexo
28.08
23.38
37.67 35.65 42.13
Mujer Hombre Mujer Hombre
32.77 42.44
39.03 43.09
10.88 14.46 7.75 16.56
Si sabe leer y escribir
No sabe leer y escribir
8.23
12.02 5.26
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Las Figuras 2.12, 2.13, 2.14, y 2.15 muestran el último nivel educativo alcanzado según edad por cada distrito. En el caso de Pitumarca (Figura 2.14) se confirma la tendencia observada en los dos casos ya revisados: la correspondencia negativa entre edad y nivel de estudios aprobado. Asimismo, esta relación es más estable y pronunciada. En Chinchero (Figura 2.15), la relación entre la aprobación de nivel educativo y edad se modera, ya que solo en el grupo de 60 a 64 años el porcentaje de individuos sin ningún nivel aprobado supera al porcentaje que aprobó primaria. Además, destaca el alto porcentaje –alrededor de 30%- de pobladores que han aprobado o se encuentran cursando educación superior, sobretodo en el grupo de 20 a 24 años. Figura 2.14. Porcentajes de individuos según último nivel alcanzado, por grupos quinquenales – Distrito de Pitumarca
31
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
Figura 2.15. Porcentajes de individuos según último nivel alcanzado, por grupos quinquenales – Distrito de Chinchero
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
La dotación de servicios educativos públicos, por su lado, varía de distrito en distrito y esta relacionado a la demanda educativa de la jurisdicción. Con todo, llama la atención la disminución de los locales que atienden el nivel secundario con relación al primario. En cada caso, no obstante, puede haber una disposición hacia la migración por motivos educativos, por un lado, o la disponibilidad de centros educativos secundarios espacialmente concentrados y equipados para atender la demanda de egresados de primaria del distrito (Ver Anexo 02). Cuadro 2.2. Comparación por distrito: Centros educativos públicos por nivel Nivel educativo y estrategia/característica
Distrito Pitumarca
Chinchero
Inicial
32
Cuna
-
-
Jardín 1/
4
2
Cuna - jardín
-
-
SET
-
-
PIET
-
-
PIETBAF
-
-
PRONOEI
15
28
Ludoteca 2/
-
-
PAIGRUMA 2/
-
-
19
30
Polidocente completo
1
2
Polidocente multigrado
10
11
Unidocente multigrado
3
4
Total
14
17
Presencial
3
2
A distancia
-
-
En alternancia
-
-
Total
3
2
Total Básica Regular
36
49
Total Primaria
Secundaria
1/ Incluye aula de articulación. 2/ Programa excluido del reporte de matrícula. Fuente: ESCALE – MINEDU2009 / Elaboración propia
2.4 Salud Ante una deficiente penetración del aseguramiento público en zonas rurales, la implementación del Seguro Integral de Salud presenta porcentajes similares en cada distrito, con excepto en Checca, donde existe un porcentaje mayor (79.76%). Figura 2.16. Comparación por distrito: Afiliación a un seguro de salud
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Pitumarca
54.75
Kunturkanki
58.81
42.05
37.66
3.2
3.53
Solo está asegurado al SIS No tiene ningún seguro
Checca
79.76
Chinchero
47.36
18.6 1.64
49.11
Otros
3.53
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
2.5 Perfil de pobreza El siguiente Cuadro 2.3 presenta una serie de indicadores de pobreza monetaria y no monetaria en el distrito. Con 85% de pobres, Pitumarca es un distrito eminentemente pobre. Esta constatación toma énfasis cuando se observa que el 53% del total es pobre extremo, lo que indica que poco más de la mitad de la población tiene dificultades para saldar la canasta básica de alimentos. De nuevo, como en los casos anteriores, el coeficiente de desigualdad apunta a que la diferencia entre los pobres –que son la mayoría-, los pobres extremos –más de la mitad- y los no pobres –el 15%- es breve. En ese sentido, este tipo de categorizaciones se hacen inestables, y la línea entre unos y otros se hace borrosa. Por su lado, la pobreza no monetaria muestra grados similares de severidad. Poco menos de tres cuartos de la población tiene al menos una NBI, y el 36.7% tiene dos o más (aunque solo el 2% tiene más de tres). La NBI más recurrente, al igual que en los anteriores casos, es el déficit de saneamiento y desagüe -60% de la población vive en hogares con esta NBI-. Poco más de un cuarto del total de población vive en condiciones de hacinamiento en si vivienda. En el caso de las viviendas, estos porcentajes se confirman, con mayores o menores variaciones y, a diferencia de los casos anteriores, las condiciones físicas de las viviendas dejan de ser una necesidad insatisfecha difundida –uno de cada diez casos-. En Chinchero, el porcentaje de personas que no pueden saldar la canasta básica familiar es de 72%. Aproximadamente un tercio del total es pobre extremo. Este escenario se repite, al igual que los casos anteriores, ya que el índice de desigualdad apunta a una diferencia reducida en la disponibilidad de recursos entre los pobladores. El panorama de pobreza no monetaria se revela más moderado en relación con los casos anteriores. Así, solo el 11% de los hogares tiene más de una NBI, afectando al 15% de la población. La NBI más recurrente, al igual que en los casos anteriores, es la carencia de un saneamiento adecuado. Como se esperaba, el hacinamiento de las viviendas no es un problema generalizado, si bien es el segundo más común, afectando las condiciones del 8.8% de los hogares del distrito.
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Cuadro 2.3 Comparación por distrito: Indicadores de Pobreza Indicadores de Pobreza
Pitumarca
Chinchero
85
71.9
53.5
32.7
Brecha de pobreza total
38.2
27
Severidad de pobreza total
20.5
13
0.3
0.3
Con al menos una NBI
72.3
66
Con 2 o más NBI
36.7
15
Con una NBI
35.6
51
Con dos NBI
23.5
12.9
Con tres NBI
11.2
1.9
Con cuatro NBI
1.9
0.1
Con cinco NBI
0.1
0
Población en viviendas con características físicas inadecuadas
11.1
0.2
Población en viviendas con hacinamiento
26.4
12.6
60
58
Población en hogares con niños que no asisten a la escuela
9.3
4.5
Población en hogares con alta dependencia económica
21.5
9.5
70.7
66.4
28
11.1
Con una NBI
42.6
55.3
Con dos NBI
19.8
9.7
Con tres NBI
7
1.3
Con cuatro NBI
1.2
0.1
Con cinco NBI
0.1
0
Hogares en viviendas con características físicas inadecuadas
11.7
0.4
Hogares en viviendas con hacinamiento
16.7
8.8
Hogares en viviendas sin desagüe de ningún tipo
62.6
60.9
Hogares con niños que no asisten a la escuela
9.2
4.4
Hogares con alta dependencia económica
13.4
6.8
Pobreza Monetaria Incidencia de pobreza total Incidencia de pobreza extrema Indicadores de intensidad de la pobreza
Indicador de desigualdad Coeficiente de Gini Pobreza No Monetaria Población en hogares por número de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)
Población en hogares por tipo de Necesidad Básica Insatisfecha (NBI)
Población en viviendas sin desagüe de ningún tipo
Hogares por número de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) Con al menos una NBI Con 2 o más NBI
Hogares por tipo de Necesidad Básica Insatisfecha (NBI)
Fuente: INEI Censo Nacional XI de Población VI de Vivienda / Elaboración propia
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2.6 Resumen 2.6.1 Pitumarca La población del distrito es mayoritariamente joven. En ese sentido, aproximadamente la mitad es menor de 24 años. La pirámide muestra una tendencia estable de decrecimiento de la población a medida que avanza la edad, sin procesos de movilidad y desplazamiento lo suficientemente importantes como para que sean sensibles a la estadística. De cinco viviendas, cuatro están construidas con adobe y pisos de tierra. Esta misma proporción se repite en el caso de las habitaciones, ya que cuatro cuartos de las viviendas tiene tres o menos espacios interiores. Por otro lado, las instalaciones de agua potable al interior de las viviendas alcanzan el 39%. Un porcentaje algo mayor se abastece de agua desde cauces y fuentes de agua, y una de cada diez tiene implementado su cobertura del recurso hídrico al exterior. Asimismo, el 20% de viviendas tiene saneamiento interior, mientras que el 60% no tiene ningún tipo de saneamiento. Dos tercios de los habitantes del distrito son alfabetos en castellano. La relación negativa entre la edad y la superación de niveles de estudio se confirma, no obstante el 67% de población que ha recibido y aprobado algún nivel de instrucción básica. Por otra parte, hay 36 centros educativos, la mayoría de ellos en el nivel inicial, y albergan una población escolar de 2736 estudiantes. El 54% de la población está asegurada al SIS, cifra que representa un déficit si se atienden las proporciones de pobreza monetaria y no monetaria en el distrito: el 42% del total no cuenta con ningún seguro de salud. Poco más de cuatro quintos de la población es pobre, y la mitad es pobre extremo. Como en los casos anteriores, la diferencia entre pobres y no pobres no es marcada. Finalmente, la principal NBI es la ausencia de instalaciones de desagüe, seguida del hacinamiento de la vivienda y las características físicas inadecuadas.
2.6.2 Chinchero Como balance final, se tiene que el 54% de la población es menor de 24 años. Es posible que dinámicas de migración estacional o permanente operen en el grupo entre 20 y 34 años con mayor recurrencia. El 89% de las viviendas del distrito suelen tener paredes construidas con adobe y pisos de tierra. De cada tres, una vivienda tiene entre cuatro y seis habitaciones, moderando el escenario de hacinamiento en comparación con los anteriores casos. Más de la mitad de las viviendas tiene conexiones de agua potable internas, y el 20% recurre a ríos y acequias para asegurarse este suministro. Porcentaje similar cuenta con letrinas como medio de evacuación de residuos y aguas servidas, mientras que el 60% no tiene ningún medio para los mismos fines. El 84.8% de las viviendas, por su lado, cuenta con suministro eléctrico. La mayoría de habitantes es alfabeta en castellano, no obstante el sesgo de sexo cuando se trata del analfabetismo (dos de cada tres analfabetos son mujeres). Un tercio del total de pobladores ha aprobado la educación básica. Si se toma en cuenta la edad, la población de Chinchero tiene generaciones con una tasa de aprobación de niveles educativos más alta que los demás distritos, abreviando la brecha generacional presente en los anteriores casos. Por su parte, existen 52 centros educativos que atienden a una población escolar de 2963 alumnos. Poco menos de la mitad de la población no cuenta con seguro de salud, proporción similar a la que está afiliada al SIS.
36
Un tercio de la población del distrito es pobre extremo, componiendo un 71% pobre. No obstante, solo el 15% vive en hogares con más de una NBI, siendo la más recurrente la carencia de instalaciones de desagüe.
2.6.3 Checca y Kunturkanki Checca tiene una población de 5983 personas. Hay una base ancha en la población joven (entre 0 y 14 años). Se ve un decrecimiento de la población entre los años 15 y 19 con respecto a las edades previas. Existe mayor población masculina entre los 15 y 19 años, mientras que entre los 35 y 39 años predomina la población femenina. Kunturkani tiene 5494 habitantes. La mayor cantidad de población se encuentra entre los 5 y 14 años. La población decrece entre los 20 y 34 años, con una ligera ventaja de la población femenina. En Checca existe un porcentaje mayor (79.76%) de población inscrita en el SIS. Por otro lado, tanto en Checca como en Kunturkanki, las tasas de alfabetismo en castellano son moderadamente altas, y la composición de la población alfabeta muestra una predominancia masculina.
3 Historia reciente y procesos sociodemográficos 3.1 Pitumarca El distrito se crea en 1907, dentro de la provincia de Canchis. Se ubica en el valle interandino, por donde discurre el rio Pitumarca -nace en el Nevado de Ausangate y se prolonga hacia el Valle de Vilcanota-. Pitumarca es parte de una antigua red de poblados que tiene como común denominador el intercambio de productos y un circuito migratorio que los integra con Sicuani y Cusco. Fue reconocido como distrito, como se anticipaba líneas arriba, por Ley N° 629. Al interior del distrito existen once comunidades campesinas y sus respectivos anexos y sectores: Pampachiri, Pitumarca, Ccapacchapi, Ilave, Uchullucllu, Osefina, Ananiso, Chilca, Sallani, Phinaya, Siwina Sallma. La actividad principal es la agricultura y la ganadería en la capital del distrito y pastoreo de camélidos sudamericanos en las comunidades altas. Al parecer, la migración en la zona es estacional cuando los motivos son laborales, sobre todo a la ceja de selva, Macusani y Carabaya. Una migración más consistente y permanente es la que vincula a los pobladores de Pitumarca con las capitales regionales, como Cusco, Arequipa y Lima.
3.2 Chinchero Según lo recogido, se suele evocar como matriz de parentesco a tres ayllus: Yanacona, Ayllupongo y Cuper Ayllu. Los miembros de estas familias extendidas están organizados en 16 comunidades campesinas, siendo la más antigua Umasbamba. Además de las comunidades, en el distrito se asentaron organizaciones que gestionaban latifundios de distintos tamaños, como la congregación mercedaria en la zona de Huaypo. En Piuray también existieron dos haciendas: Simatauca y Piuray. Con la Reforma Agraria, estas unidades desaparecieron y pasaron a formar parte de
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los activos de las cooperativas de producción y, tras el desmantelamiento de la mayoría de ellas, el régimen de tenencia ha devenido en la parcelación y titulación individual. Por otro lado, la construcción y asfaltado de la carretera entre Cusco y Urubamba posicionó a Chinchero como un punto relevante en un circuito mayor de comunicación regional, animado ahora por el turismo. La concentración de servicios estuvo a la par de la dotación de infraestructura y la progresiva urbanización de la capital del distrito.
3.3 Huacrahuacho (en el distrito de Kunturkani y Checca) El ámbito de la microcuenca de Huacrahuacho abarca parte de los distritos de Kunturkanki y Checca en la provincia Canas, región Cuzco. Su territorio, que se ubica entre los 3800 y 4900 msnm, es de 262.10 Km2 y se encuentra inscrito entre las coordenadas (UTM): 234487 E, 8382190 N y 266243 E, 8401105 N. En general, estas tierras se encuentran bajo un dominio privado, comunal o en una fórmula mixta. Entre las zonas de vida que encontramos en la microcuenca y de acuerdo a la nomenclatura oficial del Inrena, tenemos: Bosque Húmedo Montano Subtropical; Páramo muy Húmedo Subalpino Subtropical; y, Tundra Pluvial Alpino Subtropical. En este territorio habitan alrededor de 9000 habitantes cuya actividad económica principal es, generalmente, la agropecuaria, contándose con 1600 ha. que se utilizan para esta actividad. Además del ganado vacuno, ovino y camélido, en la zona también se realizan actividades agrícolas en las que destacan por su importancia económica la cebada, el trigo, la papa, la avena forrajera, y el haba en grano seco. En algunas zonas de la microcuenca, debido a las condiciones descritas de altitud, los regímenes pluvial y climático de la región, la agricultura no es posible. La microcuenca abarca parte de dos distritos, Kunturkanki y Checca y contiene en su ámbito a las comunidades de: Hanansaya Ccollana, Pumathalla, Kjana Janansaya, Cebaduyo Ccollana, Tjusa, Vilcamarca, Chuquira, Huarcachapi, Pucacancha, Kcasillo Phatanga, Sausaya Central, Alto Sausaya, Tacomayo, Soromisa y Quillihuara. En ellas, en general, el quechua es la lengua predominante (Chirinos 2001). Existen ámbitos del territorio de las comunidades que son importantes espacios de producción (Chawara, Lawa lawa y Chaupimayo correspondientes a las comunidades de Huarcachapi, Kcana Hanasaya y K‟illiwara respectivamente), que se encuentran fuera del ámbito de la microcuenca. En ellos, una fracción importante de los alimentos es producida; por lo que suelen ser llamados como la “despensa de muchas comunidades” y por tanto, constituyen zonas estratégicas para la seguridad alimentaria8. En cuanto a la organización social, podemos señalar, siguiendo los planteamientos de Sendón (2004) para una comunidad similar en los Andes, que existen fuertes indicios de que en varias comunidades de Huacrahuacho el ayllu sobrevive en esta zona como forma de organización social, a pesar del efecto de la legislación relativa a las comunidades campesinas, específicamente, la parcelación de tierras. Durante largo tiempo, las familias de Huacrahuacho han sido capaces de sobrevivir y reproducirse en las condiciones climáticas extremas que este ecosistema les impone. Así, gracias a un complejo sistema relaciones y vínculos sociales, al 8
Estas áreas tienen características de zona qheswa por su ubicación, se localizan al lado de la laguna de Langui-Layo, con excepción de Chaupimayo (Quillihuara) que cuenta con características climáticas que se aproxima a la zona media (Qheswa).
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trabajo comunal, a una alta compenetración y conocimiento del medio ecológico así como también de los recursos productivos, la población de Huacrahuacho han sabido aprovechar ampliamente los recursos que predominan en su territorio. Específicamente: tierras agrícolas y diversos tipos de pastos que crecen en la zona, que constituyen la principal fuente de recursos para alimentar a los rebaños, vacas y ovejas. Todas las actividades agropecuarias se ordenan en función a las estaciones de la zona. La primera, una marcada temporada de lluvias (diciembre a abril); y la segunda, una temporada seca durante los meses restantes en los que la población suele canalizar el agua que discurre a través de los riachuelos para irrigar pastos. Las familias por lo general utilizan el término “sector” para referirse a áreas relativamente extensas con determinadas características topográficas y en algunos casos con microclimas, las cuales determinan la presencia de recursos biológicos y físicos. Los “sectores”; son llamados por sus propias toponimias. Se ha identificado los sectores actualmente utilizados para sus actividades productivas. Entre las comunidades varía el número de sectores que poseen, por ejemplo Hanansaya Qollana cuenta con el mayor número de sectores (08 sectores) y Cebaduyoc cuenta con el menor número de sectores (03 sectores). El resto se encuentra en este rango. El territorio tiene tres tipos de pendiente: suelos llanos [“pampayuq”], suelos moderadamente elevados [“qhataniray”] y suelos empinados [sayaq qhata]; la mayoría de las comunidades tienen suelos con pendiente moderadamente elevada y suelos llanos, en los que se ubican los diferentes espacios de cultivo.
4 Gestión municipal En esta sección se describen y analizan los cauces de formación de las políticas públicas locales, así como el desempeño de los gobiernos locales, sus problemas, proyectos, la forma en la que formulan el futuro de sus acciones y su gestión vinculada en el medio ambiente.
4.1 Gobierno Local de Pitumarca 4.1.1 Presupuesto participativo Se procura que el presupuesto participativo se ajuste al plan estratégico. Participan el alcalde de centro poblado menor y los presidentes de las tres comunidades que conforman el centro poblado menor y pertenecen al distrito de Pitumarca (Phinaya, Sibina Sallma y Sallani). Los proyectos priorizados son: -
Phinaya: educación y salud, vías de acceso y teléfono satelital. Interconexión caminos de Marcapata con la carretera de Corani. Inventario de las fuentes de agua. Plan turístico. Con el gobierno regional: reiterar la declaración de la zona reserva ecológica hídrica y turística. Servicios básicos (Phinaya no tiene servicio de desagüe).
4.1.2 Recursos
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Provienen en su mayoría del Fondo para la Igualdad, del FONCOMÚN y de recursos propios. A estos se le suman aquellos generados por el gobierno local, como los cobrados por el registro de nacimientos, defunción, autoavalúo y licencias de funcionamiento. Estos fondos sirven para solventar el 35% de los gastos corrientes y el 65% de los gastos de inversión, aproximadamente. A su vez, la operación de las empresas hidroeléctricas y mineras en el entorno propicia la recepción de canon, invertido en proyectos de salud, educación, comunicación y productivos (mejoramiento genético y sanidad animal, mejoramiento de pastos). En total, en 2009, el presupuesto de total de la municipalidad fue de S/. 5,583,155.99 y se compuso de la siguiente manera: Cuadro 2.3. Recursos transferidos al gobierno local de Pitumarca en 2009 Recurso
Monto en S/. 436,431.73 20,647.98 391,507.49 37,778.00 29,519.00 1,951,180.97 6.29 141,943.00 2,127,944.53 376,197.00 70,000.00
Canon minero Canon hidroenergético Canon gasífero - renta Proyecto transportes rurales PROVIAS Comedores, alimentos por trabajo, hogares y albergues FONCOMUN - Fondo de Compensación Municipal Canon forestal Programa del Vaso de Leche Canon gasífero - regalías Apoyo extraordinario tp_gl Recursos ordinarios por transferencias de partidas y otras asignaciones Fuente: Transparencia Económica. Ministerio de Economía y Finanzas
Los montos financiaron gran parte de la siguiente cartera de proyectos y lista de actividades: Figura 2.16. Ejecución de recursos del gobierno local de Pitumarca en 2009
S/. 1,200,000 S/. 1,000,000 S/. 800,000 S/. 600,000 S/. 400,000 S/. 200,000
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S/. 0
Fuente: Transparencia Económica. Ministerio de Economía y Finanzas
Con más detalle, los proyectos implementados en comunidades fueron los siguientes:
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Cuadro 2.4. Proyectos implementados Localidades beneficiadas
Actividades Proyectos
Phinaya: Con familias posesionarias del lugar.
Represa de Agua
Distrito
Centro de mejoramiento genético
Distrito Distrito
Contraparte
Gobierno Regional
Utilizar Fuentes de Agua para pequeñas Pisciculturas Paraderos Turísticos en lugares Estratégicos
Phinaya
Mejorar centro educativo
Asimismo, el gobierno central despliega su intervención en el distrito mediante los programas Juntos y Crecer.
4.2 Gobierno Local de Chinchero 4.2.1 Problemática Los problemas y dificultades que suelen exponerse no hacen referencia a deficiencias en la gestión del gobierno local, y están más dirigidas a exponer una serie de carencia de infraestructura en el distrito. Uno de estos ejemplos es la dotación de agua en muchas partes de la jurisdicción, como Piuray. Asimismo, las dificultades para lograr costos agrícolas gestionables para la producción –sobre todo en tecnología- pasan a conformar una agenda progresivamente ligada al papel promotor del gobierno local. A esto se suman algunos proyectos de modernidad, como la construcción de infraestructura pública municipal, colegios y centros de salud.
4.2.2 Presupuesto participativo La implementación de este mecanismo de planificación para haberse consolidado en el distrito. Así, antes de cada reunión se realizan talleres zonales, en donde se propicia un espacio de acuerdos emergentes sobre las decisiones sensibles al manejo público. A su vez, la participación en espacios medios y generales suele delegarse en las autoridades comunales. Los proyectos que han generado consenso son aquellos que apuntan a dotar de infraestructura urbana a los poblados, como plazas y pavimentación, además de redes de agua potable –como se indicó líneas arriba- y locales comunales.
4.2.3 Recursos Chinchero contó en 2009 con un financiamiento estatal de S/. 6 501 699, estructurado según las siguientes partidas: Cuadro 2.6. Recursos transferidos al gobierno local de Chinchero en 2009 Recurso Canon minero Canon hidroenergético Canon gasífero – renta
Monto en S/. 564,097.89 351,000.90 496,654.50
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Comedores, alimentos por trabajo, hogares y albergues FONCOMUN - Fondo de Compensación Municipal Canon forestal Programa del Vaso de Leche Canon gasífero – regalías Programa de alimentos y nutrición para el paciente con tuberculosis y familia Apoyo extraordinario tp_gl Recursos ordinarios por transferencias de partidas y otras asignaciones
40,445.00 1,725,458.81 7.72 180,905.00 2,742,348.63 4,997.00 325,754.00 70,000.00
Fuente: Transparencia Económica. Ministerio de Economía y Finanzas
A diferencia de los demás casos, el canon gasífero financia el 42% del presupuesto del gobierno local, más del doble del FONCOMUN. Esta disponibilidad de recursos es plasmada en la siguiente cartera de proyectos y lista de actividades: Figura 2.17. Ejecución de recursos del gobierno local de Chinchero en 2009 S/. 900,000 S/. 800,000 S/. 700,000 S/. 600,000 S/. 500,000 S/. 400,000 S/. 300,000 S/. 200,000 S/. 100,000
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Fuente: Transparencia Económica. Ministerio de Economía y Finanzas
Con más detalle, las iniciativas promovidas y ejecutadas por el gobierno distrital tienen las siguientes contrapartes y localidades beneficiadas: Cuadro 2.5. Proyectos implementados Localidades beneficiadas
Actividades Proyectos
Huaypo
Infraestructura de agua
Todo el distrito de Chinchero
Maquinaria agrícola Exportación de alcachofas y habas
Cuper, Corikancha, centro poblado de Chinchero, Wila Wila Productores de todo el distrito
Cuper Pueblo, Mateo Pumacahua,
Infraestructura en Centros Educativos (30 aulas) Ferias Artesanales a nivel local (Chinchero) e internacional (Ecuador, Colombia y el país Vasco) Pavimentación de calles
Contraparte
España (Málaga) Bilbao
Bilbao
Ministerio de
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centro de salud de Chinchero hasta la quebrada de Cachimayo
Construcción y Vivienda (Programa "A Trabajar")
Nueva Esperanza
Sistema de agua potable
Nueva Victoria
Renovación de tuberías
Wila Wila, Tauca, Pucamarka
Saneamiento básico
Centro de Salud de Chinchero hasta la quebrada de Cachimayo
Construcción de carretera
Cuadro 2.6. Comparación por distrito: Presupuesto per capita 2006-2009
S/. 900.00 S/. 800.00 S/. 700.00 S/. 600.00
2006
S/. 500.00
2007
S/. 400.00
2008 2009
S/. 300.00 S/. 200.00 S/. 100.00 S/. 0.00 Pomacocha
Oropesa
Pitumarca
Chinchero
Fuente: Transparencia Económica. Ministerio de Economía y Finanzas
5 Organizaciones locales 5.1 Pitumarca Las comunidades campesinas predominan en un escenario de organizaciones constituido de la siguiente forma: -
-
Las comunidades campesinas que conforman el distrito participan directamente en la gestión y en la toma de decisiones en todos los aspectos relacionadas con la gestión pública. Las asambleas comunales se constituyen, así, en los espacios privilegiados de dirimencia y acuerdo político. Las comunidades campesinas generan organizaciones especializadas, como el Comité de Autodefensa que actualmente lleva el nombre de Ronda Campesina. En el distrito, existen 24 Rondas Campesinas. Cada comité está
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-
conformado por 8 miembros, los mismos que tienen el cargo durante un período de 2 años. Su función es velar por la seguridad de la comunidad. La organización de Mujeres, representada por el comité de Vaso de Leche y el Club de Madres. Club de Jóvenes: conformado por jóvenes que por mérito propio están dispuestos a participar en eventos deportivos, así como en actividades en provecho de su comunidad y de la provincia.
5.1.1 Relación con organizaciones locales y organizaciones estatales de alcance regional La relación con la Municipalidad Provincial de Canchis suele ser definida por ser discontinua y centralizada, ya que no apoya a las instituciones de centros poblados y no tiene obras de impacto, sobre todo en las partes altas. En estos 4 años, la Municipalidad de Canchis sólo ha instalado un par de habitaciones para la atención materna. El presupuesto participativo es el espacio de relación entre el gobierno local y las comunidades, entre ellas Phinaya. La relación del gobierno local de Pitumarca y el Gobierno Regional parece haberse consolidado a partir de gestiones conjuntas. Así, este último ha propiciado el desarrollo de un programa de ordenamiento territorial y zonificación ecológica, reforestación, saneamiento, comunicación. En Phinaya, se está desarrollando un proyecto de mejoramiento genético de ganado.
5.1.2 Relación con ONG‟s InterVida, World Vision, PAP, IMA, entre otras, mantienen una serie de iniciativas en la jurisdicción. La relación es relativamente constante y el trabajo que realizan estas instituciones se encuentra involucrado con las necesidades de los pobladores.
5.1.3 Relación con industrias extractivas La Empresa de Generación de Electricidad Machupicchu – EGEMSA gestiona y controla la represa de Sibinacocha, en el lago del mismo nombre, en el distrito de Pitumarca. Problemas con el volumen del espejo de agua llevaron a que parte de los terrenos de la comunidad se vieron afectados. Esta situación desembocó en una serie de diálogos en donde encontraron expresión, además del malestar por el incidente, expectativas acerca de la disponibilidad de la empresa para participar en un programa de electrificación completo en todo el distrito. Al parecer, la relación entre las autoridades ediles, comunales y los funcionarios de la empresa ha sufrido un desgaste por los términos de implementación de este programa.
5.2 Chinchero Los organismos generados a partir de la especialización de las funciones de las comunidades, así como aquellos que se articulan a entramados institucionales de alcances regionales – vinculados al manejo de recursos naturales-, además de asociaciones educativas y deportivas son las organizaciones locales que constituyen el panorama institucional del distrito: -
Comunidades campesinas Asociaciones de productores.
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-
Rondas de vigilancia y control. Comités de gestión de las microcuencas. APAFA‟s. Clubes deportivos.
5.2.1 Relación con organizaciones locales y organizaciones estatales de alcance regional y nacional La micropolítica distrital suele tener como protagonistas a las comunidades campesinas. En las asambleas comunales, así como en las reuniones de definición del presupuesto participativo se establecen las líneas de cooperación y ejecución entre el gobierno local y estas organizaciones sociales. Por otro lado, las contrapartes en los niveles superiores de gobierno, concretamente la Municipalidad Provincial de Urubamba y el Gobierno Regional, alternan etapas de trabajo intensas y silencios burocráticos. Así, el gobierno provincial transfiere un monto al distrito que, según las autoridades, nunca es completado, los plazos se desordenan y la relación se desgasta. Mientras tanto, el gobierno regional promueve una agenda de cooperación vinculada a los ejes temáticos que quiere plasmar en la gestión regional. Así, los campos más dinámicos de cooperación entre estos dos niveles de gobierno son la instalación de infraestructura educativa (en Pongobamba) y la reforestación de las cuencas de Piuray y Huaypo. Asimismo, el gobierno central trabaja de acuerdo a un programa de intervenciones sectoriales. En el caso de Chinchero, las iniciativas de los Ministerios de Vivienda y Construcción -“A trabajar urbano”- y Agricultura –mediante semillas y reforestación-, además de los programas de asistencia social y productiva –como Crecer y Juntosson las que han desplegado sus acciones con mayor efectividad.
5.2.2 Relación con industrias extractivas Los recursos hídricos del distrito –las lagunas de Piuray y Huaypo- se constituyen en dos fuentes tradicionales e inestables de abastecimiento de agua potable para el Cusco. La construcción y renovación de infraestructura para este fin ha sido un tema álgido dentro de la política local. La municipalidad logró anunciar e implementar una red de abastecimiento provista por una cuota de agua negociada con SEDACUSCO – seis litros por segundo-. No obstante, derrumbes de tierra que obstruyeron y afectaron el abastecimiento de agua al Cusco tensionaron el equilibro de las posiciones, ya que se planteó una reducción de las cuotas de agua destinadas al distrito. En esa coyuntura, el gobierno local propuso un Convenio que incorporaba una extensión de la provisión de agua en el distrito, a la vez que aseguraba la cooperación en los trabajos de consolidación del abastecimiento hídrico para la capital regional. Los términos de este acuerdo propiciaron algunas reservas entre los líderes sectoriales y comunales potencialmente afectados: el estrés hídrico al cual se verían sometidas las fuentes de agua se configuró en una preocupación y argumento para la oposición. Con la intención de saldar algunas observaciones, tanto la municipalidad y SEDACUSCO han propuesto algunas actividades y proyectos que tienen como objetivo preservar las fuentes agua. La gestión del recurso se constituye, pues, en el común denominador de las relaciones entre las organizaciones locales, el gobierno local y SEDACUSCO. En particular, estos vínculos se han estructurado alrededor de la configuración de una serie de niveles de acceso y control del agua, sobre las prerrogativas de cada actor y nivel de gobierno, y
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la jerarquización de los usos del recurso. La actual gestión ha establecido como espacio de decantación de estas posiciones una Mesa de Dialogo, en funciones.
6 Visión y perspectivas de Desarrollo 6.1 Pitumarca 6.1.1 Problemática Al igual que en el caso anterior, el progreso del distrito es pensado a partir de una lista de ausencias y dificultades que afectan a la sociedad local. Esta agenda aborda una variedad de dimensiones y se constituye en un registro de discursos puestos en circulación en distintos niveles de la esfera pública. Así, un deterioro de las relaciones personales asociado al alcoholismo se suele identificar como resultado de la violencia familiar. Existe, en ese sentido, una reflexión sobre la relación entre géneros explicitada en ciertos espacios de reunión colectiva. Por otro lado, se presentan una serie de condiciones que se argumenta desgastan las posibilidades de realizaciones de los pobladores, como la recurrencia de un cierto tipo de enfermedades (respiratorias y digestivas), el analfabetismo y la deserción escolar. A otro nivel, los bajos precios que obtienen los productos del distrito en el mercado desincentiva muchos emprendimientos locales. De forma difusa, la variabilidad de los fenómenos naturales y los daños que causan aparece asociada a las reservas con respecto a la construcción del dique que represa la laguna Sibinacocha. Existe la percepción de que la primera ha alterado o ha contribuido a alterar el clima en la zona. De esta forma, se ha tratado de formar consenso en las actividades necesarias para intervenir y revertir estos condicionamientos. La lista puede resumirse de la siguiente forma: - Salud: Implementación de los centros de salud y hospitales, y capacitación del personal de salud. - Educación: Instrucción bilingüe e intercultural. - Actividades Económicas: Mejorar la producción agropecuaria y artesanal contribuyendo a su sostenibilidad. Infraestructura productiva de riego, pecuaria e instalación de viveros forestales en más comunidades. - Otros: Pitumarca gestionará su ordenamiento territorial, contará con áreas protegidas comunales y se encontrará en una mayor articulación vial y comunicativa.
6.2 Chinchero 6.2.1 Recurso hídrico y turismo Dos son los temas que dominan especialmente el discurso de desarrollo en el distrito: el manejo del agua y el turismo. Primero, y como se expuso líneas arriba, la percepción de una contracción progresiva de los recursos hídricos del distrito lidia con las iniciativas de modernización de la gestión del recurso, y, sobre todo, por las formas y los roles que organizan este proceso. Es necesario, en este sentido, poner en perspectiva el papel de SEDACUSCO en la formulación de las políticas locales.
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Por otro lado, la construcción del aeropuerto de Chinchero constituye una fuente de expectativas diferidas desde hace unas décadas, a partir de la cual el futuro de las líneas de desempeño del gobierno local se plantea. Además de eso, las posibilidades del perfil que tomaría Chinchero como distrito predominante turístico o predominante agrícola ha llevado a alternar las iniciativas tanto particulares, colectivas y públicas entre la dotación de servicios e infraestructura turística y/o dotación de servicios e infraestructura comunal.
7 Gestión del cambio climático Por otro lado, en Pitumarca la transformación de un paisaje sensible al cambio ha generado una serie de percepciones que son recogidas en algunas acciones del gobierno local. Entre estos eventos se señala el retroceso del glaciar Ausangate y la intensificación de vientos fuertes. Las lluvias erosionan los suelos, y arrastran tierra y materiales por los cauces congestionando la microcuenca. El cambio de temperatura brusca causa enfermedades en las personas y animales. El gobierno local ha desplegado una serie de acciones para gestionar la respuesta adaptativa a estos eventos: - Elaboración de perfiles técnicos que permitan obtener cooperación de multilaterales. - Identificación de las fuentes de agua -que, en los últimos 3 años, han desaparecido en un 7%-. - Reforestación e implementación de viveros en el piso medio de Pitumarca. - Cosechas de agua en las partes altas (Sallani y Sibina Salma). - En el centro poblado se ha construido un entubado desde Sibinacocha. - Se vienen realizando talleres de vivienda saludable por parte de la municipalidad y, a través de convenios con otras instituciones y, en ese sentido, se promueve la instalación de “viviendas climáticas”, con una serie de mecanismos de sostenibilidad. - Construcción de biohuertos. - En campañas periódicas de mayor crisis (mayo, junio y julio), se dosifican a las alpacas con antibióticos y reconstituyentes. Se distribuye de forma proporcional y se destina a un 60% de los pobladores de las partes altas y que se encuentran en mayor pobreza y riesgo. En Chinchero, un posible manejo de los impactos del cambio climático pasa por la concertación en la gestión del agua, según lo manifestado por las autoridades. Se ha formulado un Plan Maestro y se han planteado una serie de convenios con SEDACUSCO para integrar y articular acciones para el control del recurso, administración que, se cree, sería fundamental para mitigar cualquier evento extremo. En el caso de Huacrahuacho, los pobladores estiman que siempre les ha preocupado, y aún hoy les preocupa, los riesgos que les impone la variabilidad climática tanto como los riesgos que les impone e impondrá su agudización debido al proceso del cambio climático. Las heladas, nevadas y granizadas, las sequías y el incremento de temperaturas, se han producido en todas o casi todas las comunidades a la vez, aunque no en todas ellas ha tenido el mismo significado.
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CAPÍTULO III MANIFESTACIONES DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA VARIABILIDAD CLIMÁTICA Gilberto Romero, Karin Kancha y Milton Romero
1.1 Encia Climatológica 1.1.1 Descripción del Clima Figura 3.1. Clasificación climática de la región Cusco (2003 - 2009) (1 ) (3 )
(2 ) (4 )
(5 )
(6 )
(7 )
(1) (2) (3) (4) (5) (6) (7)
Selva norte Sierra nor occidental Sierra nororiental Sierra central occidental Sierra central oriental Selva central Sierra sur
Temperatura9 La información histórica observada revela un incremento sostenido de las temperaturas extremas (máxima y mínima) anuales desde 1965, del orden de 0.01 a 9
Información de SENAMHI Cusco
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0.04 ºC año-1 en promedio, lo cual es consistente con la tendencia positiva del índice de temperaturas extremas máximas, observado principalmente en las Regiones altoandinas de Anta y Sicuani. No obstante algunas localidades como Quillabamba (La Convención) actualmente presentan una tendencia anual de decrecimiento de la temperatura máxima del orden de 0.02 ºC año-1, además de un incremento del índice del número de días fríos para el caso de Granja Kayra (Cusco). La mayor frecuencia de temperaturas menores de 0 ºC (heladas) se presenta en invierno con 5 - 10 días por mes en la zona de Yucay, Urubamba, Calca y Cay Cay, mientras en sectores más altos como Anta y Cusco, la frecuencia es de 24 - 26 días por mes. En el verano la frecuencia de heladas se reduce significativamente en toda la cuenca. Localidades como Machu Picchu y Quillabamba presentan una menor frecuencia de heladas durante el año, no superando los 01 días por mes durante el invierno. El comportamiento anual de las heladas en los últimos 35 años presenta una tendencia decreciente en gran parte de la cuenca, es decir, hay una reducción del número de días con helada lo cual es más significativo en el sector altoandino de las provincias de Urubamba y Cusco, no obstante, algunos sectores de las provincias de Anta y Canchis vienen presentando mayor número de días con heladas. En la región Cusco, encontramos valores comprendidos entre 8 y 32°C, los valores más altos se ubican en la selva norte y selva central, la cual incluye selva alta y baja. Los valores más bajos entre 8 y 12°C se ubican en las zonas de las cordilleras Vilcabamba (zona occidental del sector sierra central), Vilcanota (zona suroriental de la sierra central) y Paucartambo (divide la sierra central de la selva central)10. La selva norte y central presenta valores entre 20 y 32°C. En la sierra nororiental y nor-occidental las temperaturas oscilan entre 16 y 24°C; en la sierra central occidental los valores fluctúan entre 12 y 24°C; siendo las zonas de cordillera los lugares más fríos con valores entre 12 y 16°C mientras que los valles son más cálidos con valores entre 20 y 24°C. En la sierra central oriental los valores de temperatura máxima se encuentran entre 8 y 24°C, siendo la zona de la Cordillera Vilcanota la más fría con valores entre 8 y 12°C; en la zona de la Cordillera de Paucartambo los valores oscilan entre 16 y 24°C. En la sierra sur las temperaturas están entre 8 y 20°C, siendo las más bajas en el extremo sur de la región con valores entre 8 y 12°C11. En Cusco sobre la selva norte y selva central oriental, los valores de temperatura mínima son mayores y oscilan entre 12 y 24°C, teniendo una mayor distribución los valores entre 20 y 24°C en la selva norte. Los valles que atraviesan la selva norte son cálidos con valores entre 16 y 20°C. En la sierra central oriental, los valores de temperatura mínima oscilan entre -8 y 12°C, siendo los más bajos en la Cordillera Vilcanota con valores entre -8 y -4°C. En la sierra sur los valores fluctúan entre -8 y 4°C, en dicha zona en las partes más altas llegan a alcanzar valores entre -8 y -4°C. En la sierra central occidental los valores fluctúan entre -4 y 12°C12. De otro lado, a lo largo de los valles que forman los ríos Urubamba y Vilcanota las precipitaciones presentan valores medios entre 200 y 1000 mm y los valles que forman los ríos Apurímac, Velille y Santo Tomás las precipitaciones son del orden de 700 y 1500 mm13 10
Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI 11 Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI
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Cuadro 3.3 Temperatura mínima estacional y multianual en la región Cusco Rango Rango Rango Rango Rango Localidades Región Anual Verano Otoño Invierno Primavera Principales Cusco (mm) (mm) (mm) (mm) (mm) Urubamba, Yucay,Calca, Paucartambo,Chitapampa, Zurite.Pisac, Sierra 20020050Colquepata,Granja Central 0-200 100-500 1500 1000 700 Kcayra, Cay Cay, Cusco, Ccatcca,Anta, Urcos, Paruro, Acomayo Combapata, Santo Sierra 5002001000-50 50-200 Tomás, Sicuani, Yauri, Sur 1500 1000 500 Livitaca Teresita, Echarate Selva 1000700500100500-1000 Quillabamba, Ocobamba, Norte 3000 1500 1500 500 Selva 1500700700500500-1500 Rocotal, Central >5000 3000 1500 1500 Salvación Fuente Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI
Quincemil,
1.1.2 Principales peligros climáticos Dentro de este segmento evaluaremos las condiciones del medio físico y la generación de eventos climáticos extremos a nivel regional en base al estudio Análisis histórico de los desastres naturales y a los “estudios de caso del nivel comunal desde la óptica y percepción de los pobladores” , el cual toma en consideración los consensos y pronunciaciones colectivas, que tratan de caracterizar los distintos eventos climáticos que se - suscitan en las comunidades en estudio de caso, con la posibilidad de realizar análisis de los impactos y alteraciones del curso normal de las actividades, económicas, sociales, físicas y culturales que desencadenen un ambiente de inestabilidad.
Nivel regional En un territorio existen distintos componentes que generan dinámicas muy intensas, dinámicas que tienen diversos orígenes, lo que explica las distintas formas de expresión física y actividad de un territorio.
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Es así que observando estos componentes en la región Cusco, en función de la base de datos consultados se pueden enumerar los eventos que generan desastres en Cusco14. Finalmente es necesario conocer los tipos de eventos que se registraron en función del tiempo, y determinar cuál de estos es el de mayor recurrencia y relacionar con los distintos elementos afectados.
Figura 3.2 Relación de desastres en el tiempo (1970 – 2006)15
Relación de desastres durante 1970 – 2006
Del grafico podemos decir que durante los últimos 36 años, las precipitaciones intensas y las inundaciones son los eventos naturales de mayor recurrencia en la región de Cusco, en segundo lugar se encuentran los deslizamientos y huaycos, esto implica una relación muy coherente, ya que las precipitaciones desencadenan o generan un ambiente de riesgo propicio para que se generen los deslizamientos y huaycos. La tendencia de la precipitación en los últimos cuarenta y cuatro años, viene siendo positiva (aumento) con valores del orden de 0.22 a 2.20 mm/año, en la región Cusco (Urubamba y Cay Cay)16.
1.1.3 Peligros Hidrometeorológicos Sequías
14
Análisis Histórico de eventos climáticos extremos y sus Impactos en Apurímac y Cusco – PREDES 2010 (fuente de información sistema Desinventar y SINPAD, escala temporal 1970 – 2006) 15 Análisis Histórico de eventos climáticos extremos y sus Impactos en Apurímac y Cusco – PREDES 2010 (fuente de información sistema Desinventar y SINPAD, escala temporal 1970 – 2006) 16 Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI
51
La región Cusco es un territorio propenso a sequías. Escenarios de sequías son las provincias alto-andinas como Chumbivilcas, Canas, Espinar y Canchis, así como Anta, Paruro, Acomayo y parte de Quispicanchis. La ausencia de precipitaciones ocasiona la carencia de pastos naturales y agua afectando a la población, la ganadería y los cultivos. En la década de los 60 afectó severamente a las provincias de Espinar y Chumbivilcas. Durante el período 1982/83, la sequía afectó a todas las provincias altas de Cusco. Existe mayor probabilidad de sequías en 9 provincias; Cusco, Acomayo, Anta, Canas, Canchis, Chumbivilcas, Espinar, Paruro, Quispicanchis. De la Figura 3.3 se puede inferir viendo los picos tan abruptos y diferenciados que las sequías responden a estímulos producto de alteraciones climáticas como por ejemplo las sequías de 1983. Cabe resaltar que el gráfico no indica las temperaturas más bajas en promedio anual durante todo el tiempo de análisis, lo que expresa es el número de desastres ocasionados por sequías en escala anual, es así que en el año 1987 y 1990 se presentan los mayores registros17.
Figura 3.3. Registro de desastres por sequía en el tiempo (1970 – 2006) Registro de desastres por Sequia en el tiempo (1970 - 2006) 14
12
N° de registros
10
8
6
4
2
20 06
20 04
20 02
20 00
19 98
19 96
19 94
19 92
19 90
19 88
19 86
19 84
19 82
19 80
19 78
19 76
19 74
19 72
19 70
19 68
0
Años
Registro de desastres generados por sequía en el tiempo (1970 2006) En el siguiente cuadro se puede observar que la provincia Sureña de Canas con altitudes que superan los 3500 m.s.n.m, presenta el mayor número de desastres con pérdidas económicas generadas por sequías. Esta provincia se caracteriza por tener climas fríos, y medios por lo que las seguías azotan con mayor intensidad y frecuencia; la provincia de Urubamba es la segunda provincia en presentar una mayor recurrencia de desastres. Caso aparte son aquellas provincias ubicadas al Nor Este de Cusco como la Convención donde se encuentran la menos cantidad de sequías que generaron afectación (Ver Figura 3.4). En el análisis anual, en la zona de Cusco, las precipitaciones presentaron un cambio en la variabilidad a partir del año 1979, con presencia de sequías extremas y eventos
17
Análisis históricos de desastres ocasionados por peligros naturales en la región Cusco PREDES - 2010
52
húmedos de intensidad moderada a extrema de mayor frecuencia en la última década18.
Figura 3.4. Provincias con mayor recurrencia de Sequías Recurrencia de desastres por Sequia (1970 - 2006) 7
6
Registros
5
4
3
2
1
I NC H
UB AM BA UR
ISP ICA QU
UR O PA R
CA RT AM BO
PA U
CI O N VE N
ES PIN AR
LA CO N
SC O CU
HIS
UM BIV ILC AS
S
CH
CA NC
CA NA
A AN T
CA LC A
AC O
MA YO
0
Provincias
Heladas Para Cusco centro (Granja Kayra) y Norte (Urubamba) la tendencia de frecuencia de heladas es decreciente, lo cual significa que habrá una disminución de días con heladas meteorológicas19. En la Figura 3.5 se aprecia que desde el año 1988 existe un paulatino aumento en la recurrencia de este tipo de evento, y si relacionamos todos los años se aprecia un ligero aumento. Como lo indica la línea de tendencia, se aprecia que el 2002 hubo mayor reporte de este evento en la región Cusco. Figura 3.5. Registro de desastres por heladas en el tiempo (1970 – 2006) en la región Cusco
18
Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI 19
Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI
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Registro de desastres por heladas en el tiempo (1970 - 2006) 16
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N° de registros
10
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20 06
20 04
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20 00
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19 96
19 94
19 92
19 90
19 88
19 86
19 84
19 82
19 80
19 78
19 76
19 74
19 72
19 70
19 68
0
Años
Registro de desastres generados por heladas en el tiempo (1970 2006) Dentro del análisis, también es importante relacionar las tendencias con las zonas de ocurrencia o las zonas de impacto, la provincia más afectada según la cantidad de registros es la de Cusco, seguida de Canas y Quispicanchis.20 Figura 3.6. Provincias con mayor recurrencia de heladas Provincias con mayor recurrencia de Heladas (1970 - 2006) 10 9 8 7
Registros
6 5 4 3 2 1
UB AM BA
NC H
I UR
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CI ON
ISP IC A
QU
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ES PIN AR
SC O CU
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CA LC A
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0
Provincias
Precipitación intensa / lluvias torrenciales Es la precipitación que supera a la precipitación promedio de una determinada zona, y cae en tan grandes cantidades que causa daños significativos en viviendas y/o parcelas. En la región Cusco es uno de los eventos de mayor trascendencia y de mayor recurrencia en los últimos 36 años de registro, las precipitaciones generan y/o desencadenan eventos geológicos o socio naturales21, es por eso la importancia de conocer el comportamiento de las precipitaciones intensas, pero no solo como factor desencadenante si no como causante directo de gran cantidad de damnificados y pérdidas económicas, entre otros.
20 21
Análisis históricos de los desastres naturales en la región Cusco – PREDES 2010-09-12 Se refiere a los peligros asociados a los fenómenos naturales y actividad antropica.
54
La tendencia de la precipitación en los últimos cuarenta y cuatro años, viene siendo positiva (aumento) del orden de 0.22 a 2.20 mm/año, en la región Cusco (Urubamba y Cay Cay)22.
Figura 3.7. Registro de desastres por precipitaciones intensas en el tiempo (1970 – 2006) Registro de desastres por lluvias en el tiempo (1970 - 2006) 30
25
N° de registros
20
15
10
5
06
08 20
20
04 20
02 20
00 20
98 19
96 19
94
92
19
19
88
90 19
19
86 19
84 19
82 19
80
78
19
19
76
74
19
19
72 19
70 19
19
68
0
Años
Registro de desastres generados por precipitaciones en el tiempo (1970 - 2006) En la Figura 3.7 se aprecia el comportamiento variado de este fenómeno con dinámicas muy oscilantes, con picos y descensos muy abruptos, lo que significa una variación y alteración general de los regímenes normales de precipitación. Estas variaciones podrían explicarse por los procesos de variabilidad climática, que se acentúa aún más en la última década, que va desde 1990 al 2000. Figura 3.8. Recurrencia de Desastres por Lluvias (1970 – 2006) Recurrencia de desastres por Lluvias 120
100
Registros
80
60
40
20
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UB
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YO
0
Provincias
El grafico 3.8 nos muestra a la provincia de Cusco como el foco de los desastres producto de una precipitación, pero esto no se debe a que las precipitaciones sean mayores en la provincia del Cusco, con relación a toda la Región. La explicación de esto es que en Cusco se centra una mayor cantidad de elementos vulnerables así 22
Caracterización climática de las regiones Cusco y Apurímac, 2010, Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología – SENAMHI
55
como de población que son susceptibles a afectarse en caso de lluvias, los gráficos que se presentan no significan ocurrencia de precipitaciones si no desastres ya concretizados producto de un evento climático. El año 2010 en enero y febrero las precipitaciones fueron intensas. Según la información de SENAMHI llegaron hasta 113 mm en 4 días, lo que fue considerado como una precipitación excepcional que ocasionó el desborde de ríos, activación de laderas inestables, derrumbes y deslizamientos y por consiguiente inundaciones en 11 provincias de la región Cusco (Anta, Acomayo, Calca, Canas, Canchis, Cusco, La Convención, Paruro, Paucartambo, Quispicanchi y Urubamba) Nivel comunal La información de la ocurrencia de eventos climáticos extremos a nivel de la comunidad se basa en las percepciones los pobladores pobladores de las comunidades en base a lo cual pudimos determinar el rango de prioridad, recurrencia e impacto. Los eventos de mayor mención fueron para la comunidad de Phinaya lluvias torrenciales, nevadas intensas, heladas y sequías, Mientras que para las comunidades de la micro cuenca Tumamayo son; heladas, Sequia, lluvias intensas y granizadas. La información estadística útil para este diagnostico es parte de la Cronología de desastres realizada con la población local en grupos focales y entrevistas en la etapa de campo. Sequía Luego de revisar la afectación en el ámbito del territorio regional presentamos la información de los estudios de caso en la comunidad de Phinaya y la microcuenca Tumamayo. En Phinaya la sequía está caracterizada por el retraso de lluvias suaves y/o nevadas suaves que normalmente debían empezar en setiembre y prolongarse hasta marzo. Según la versión de los pobladores hace varios años atrás la lluvia inicia a fines de noviembre e incluso la primera semana de diciembre, presentándose de manera torrencial y concentrada o remplazada por una momentánea nevada intensa. Este hecho afecta directamente a los pastos naturales y la salud de alpacas y llamas. Destacan los eventos ocurridos en los años 2007 – 2008 que se caracterizaron por la pérdida de manantes y “ojos de agua”, generando la migración a otras zonas de pastoreo y la pérdida de áreas de pasto natural por fragmentación producto de la desecación, llevando a la pérdida de nutrientes del suelo, esto implicó la escasez de alimentos para los camélidos y por consiguiente pérdidas económicas a las familias. Por otro lado una preocupación muy sentida por los pobladores de Phinaya es la disminución de la nieve en los nevados como el Quelcaya y Yayamari, que relacionan directamente a la escasez de lluvia y nieve así como y el exceso de calor. (ver anexos 3.1) La microcuenca Tumamayo, a pesar de contar aparentemente con suficiente por estar ubicada cerca de la laguna de Piuray, son tan bien atañidos por los cambios climáticos pues en los últimos tres años ven que la lluvia se presenta a fines de noviembre e incluso diciembre, intensificándose, concentrándose en enero y febrero y reduciéndose a lluvias esporádicas en marzo, lo que ocasiona que la época de siembra y cosecha en los terrenos de secano se retrasen corriendo el riesgo de que las primeras heladas de mayo alcancen los cultivos que aún no maduran. Otra característica de la escasez de lluvias es que cuando no llueve se produce un veranillo que puede durar de una semana a más generando climas propicios para la incidencia de plagas como el gorgojo de los andes y los hongos como la rancha (ver anexos 3.2).
56
Helada Considerando el estudio de caso en las comunidades de Phinaya y Taucca se describirá como perciben las heladas en dichas comunidades. Según las entrevistas a los pobladores de Phinaya la helada está agudizándose cada vez más,, por las mañanas más frío, heladas fuera de época en enero y febrero, heladas que acompañan a las nevadas en los meses de julio y agosto. Otro aspecto que se tiene que considerar es la amplitud espacial de este tipo de evento ya que debido a las características del territorio de Phinaya y comunidades aledañas la dispersión de pastos naturales y camélidos es amplia por lo que la afectación es mayor. En la comunidad de Taucca, Umasbamba y Cuper Alto (Microcuenca Tumamayo), la manifestación de las heladas es sentida cuando se presenta de manera extemporánea en los meses de diciembre, enero y febrero, se presentan a manera de un manto blanco o negro que cae a partir de las 4 a 5 am congelando las plantas de papa. Este hecho es observado con mayor incidencia en la parte plana de la microcuenca Tumamayo afectando directamente al cultivo de papa mahuay (siembra temprana)23 En función de los registros recogidos en los grupos focales y entrevistas los subsistemas agrícola y pecuario son los más afectados por la helada debido a la sensibilidad ante este evento climático extremo (ver anexos 3.1). Precipitaciones A nivel de las comunidades de Cuper Alto, Umasbamba, Cuper Alto y Phinaya describen la lluvia del 2010 como gotas gruesas, fuertes y constantes, “…parecía que echaban agua con baldes del cielo llovió de día y noche…”24. Las afectaciones por la precipitación intensa en Phinaya se describen en el Anexo 3.1 y de Microcuenca Tumamayo en el anexo 3.2 En el siguiente cuadro podemos apreciar las diferencias que existen de las estadísticas históricas precipitación (lluvias normales) para enero y febrero y las estadísticas de las precipitaciones del 2010, cabe resaltar que los días de mayor precipitación fueron el 23 y 24 de enero. Cuadro 3.4. Comparación de precipitaciones históricas y precipitaciones 2010. Lluvias normales* Estación
Lluvias enero y febrero 2010 Precipitación Días en mm
Precipitación en mm
Días
Sicuani
50
10
83
4
Acomayo
65
10
94
2
Caycay
25
10
80
3
Kayra
50
10
92
3
Pisac 50 10 113 5 Fuente: Plan de reconstrucción y reactivación económica regional post desastre 2010 región Cusco – PLARE cusco Nevadas Existen factores geográficos que favorecen a la ocurrencia de este tipo de evento, los de mayor relevancia son los de altitud y latitud, motivo por el cual la comunidad de Phinaya presenta características geográficas favorables para la ocurrencia de este 23 24
Entrevistas a productores de comunidades de microcuenca Tumamayo. Grupo focal Cuper Alto.
57
tipo de evento, ya que posee una altitud promedio de 4000. m.s.n.m. En la comunidad de Phinaya y los sectores que conforman el centro Poblado, la nevada era considerada como un evento normal benigno para el crecimiento del pasto natural y la producción de agua y por consiguiente alimento para los camélidos, a partir del año 2000 los pobladores vienen percibiendo una forma diferente de nevar a la cual consideraran que ya no es buena para las personas ni para animales ni plantas. “Cuando era niño la nieve caía suave como algodón, era buena nieve, no mojaba a las alpacas se sacudían y ya estaban limpias de nieve, el pasto se alegraba con la nieve, desde el año 2000 la nieve cae más fuerte y solo un ratito, no es buena nieve, moja a las alpacas y no moja el suelo, a veces en plena nevada empieza a llover gotas gruesas, esa lluvia ya no es buena porque daña el pasto y el suelo…”- Diálogo con Marco Yaba Quispe 33 años poblador de la comunidad de Phinaya, sector T‟alla Las afectaciones producto de las nevadas son sobre la población, la crianza de camélidos, la nevada más sentida se presentó en los años 1970 – 1994 – 2004.
58
Capitulo IV Gilberto Romero, Karin Kancha y Milton Romero
Caracterización de los Sistemas productivos 1. Comunidades: Tauca, Umasbambay Cuper (Submicrocuenca Tumamayo) La submicrocuenca Tumamayo está a 15 minutos de la capital de distrito Chinchero y a 50 minutos de la ciudad de Cusco. El acceso vial por carretera y caminos de herradura son un medio importante para que se dinamice el flujo de alimentos dentro de la submicrocuenca y el intercambio con el mercado exterior a la submicrocuenca. Las comunidades campesinas del distrito Chinchero fueron reconocidas en la década de 1920 del siglo pasado, pero todas ellas están organizadas en ayllus. Cuper y Tauca pertenecen al Ayllupongo (o "collana ayllu", denominación antigua), al lado de otras comunidades como Ch'uso, Piuray y Ocutuan. Coexiste con ellas, Umasbamba, la cual forma un ayllu particularmente antiguo. Entre estas y otras comunidades, hallamos relaciones de parentesco y afinidad, logradas mediante alianza matrimonial e intercambio a lo largo de siglos, lo cual ha traído como resultado un espectro social altamente complejo en un "espacio reducido". Las comunidades Taucca, Umasbamba y Cuper pertenecen a la submicrocuenca Tumamayo, la cual es parte de otra mayor denominada microcuenca PiurayCcorimarca, ubicada en la margen derecha de la carretera que articula a Cuzco con el distrito de Chinchero. En la margen izquierda de esa carretera, está la microcuenca Huaypo Yanacona. Ambas microcuencas, se encuentran en el ámbito jurisdiccional del distrito de Chinchero. Tauca y Umasbamba tienen esta condición desde muchos años atrás, en cambio Cuper cuenta con un territorio que anteriormente estuvo ocupado por las haciendas Samata, Waka kancha y Puma q'aq'a. Con la Reforma Agraria de 1969, Cuper recibió adjudicaciones de aproximadamente 662 hectáreas, algunas de las cuales constituyen hoy sus cinco "mañay" o zonas destinadas para laymes: muñamoq'o, cuper qasa, puka marka, tayan q'ata, yarawaraka, huanka pata. En 1973 se inician los conflictos por linderos entre Cuper y Tauca , a propósito de un hito que coincidía con el manantial Yuraccpucyo. En 1990, la Asociación Arariwa y el PRONAMACHCS promovieron la creación de pequeños comités gestión, como el "Comité de recursos naturales" y el "Comité de conservación de suelos", respectivamente. Posteriormente, las comunidades locales promueven, junto con la cooperación de éstas y otras instituciones externas, la creación de un único comité al cual le denominaron "Comité de Gestión de la microcuenca Piuray Ccorimarca", que representa a 21 organizaciones campesinas de este espacio territorial. Dicho comité tiene como principal objetivo el manejo sostenible de los recursos naturales, así como la promoción del desarrollo y la producción agropecuaria. Sin embargo, desde que las mencionadas instituciones dejaron de trabajar en la zona, esta organización ha carecido de recursos económicos para lograr la consecución de sus ejes estratégicos. La caracterización de los sistemas productivos tomó como base la clasificación dos zonas específicas: «alta y baja» así como el manejo de pisos altitudinales que realizan los habitantes de Taucca, Umasbamba, Corcor y el sector de Cuper Alto; a partir de ahí se ha tomado en cuenta la forma como combinan el manejo de pisos ecológicos
59
con la variabilidad de sus cultivos, la diferenciación de su calendario agrícola en base a su agricultura bajo riego y secano y la complementariedad de su subsistema pecuario.
1.1 Elementos que contribuyen en la dinámica del Sistema Productivo 1.1.1 Diversidad biológica; agrícola, pecuaria y forestal Taucca, Umasbamba, Cuper se encuentran en la zona Suni y Puna 25, albergan una diversidad de flora silvestre y no domesticada que debido a los fenómenos físicos y biológicos relacionados con la variación climática constituyen una población variable y fluctuante, creciendo y decreciendo, según los cambios que se realizan en los sistemas productivos y debido a las variaciones climáticas. Flora y fauna silvestres de importancia en el agroecosistema. La situación actual de las especies26 señala que la población del Hippocamelus antisensis (Taruca), Thelmatobius marmoratus (Rana), Bufo spinolosus (Sapo) están en vías de disminución. También las poblaciones silvestres de papa ubicadas en los muyuy27 como Solanum acuale (machu papa), Solanum raphanifoliun (k‟ita papa), Solanum bukasovii (atoq papa)28 vienen disminuyendo por el cambio de de uso de los terrenos de cultivo (avena por papa), el pastoreo excesivo (vacuno, ovino, caballo) y la ausencia prolongada de lluvias. Así mismo, se percibe el incremento de algunas especies como el Pseudolapex colpaeus (Zorro o “atoq”) que ataca en cualquier época a las crianzas de ovinos, gallinas y cerdos, y del Zenaida auriculata (urpi) que afecta los cultivos de habas, trigo y cebada durante la fructificación. Esta evidencia percibida por los pobladores, podría ser un indicador de la alteración del comportamiento del clima. Diversidad y variabilidad de cultivares Las comunidades poseen diversidad y variabilidad de acuerdo a sus gradientes zonales. La “zona alta” cuenta básicamente con diversidad y variabilidad de tubérculos nativos como Solanum tuberosum (papa), Oxalis tuberosus (oca), Tropaelum tuberosum (Añu o mashua), la “zona baja” cuenta con cultivares de papa nativa y mejorada, Vicia faba (haba), Ollucus tuberosus (olluco), Avena sativa (avena), Hordeum vulgare (Cebada), Triticum aestivum (trigo), Lupinus mutabilis(tarwi) así también con cultivos forrajeros como alfalfa, rye grass, y hortalizas. Las familias indican que hace unos 20 a 30 años, se contaba con una gran diversidad y variabilidad de tubérculos andinos (principalmente papas nativas, entre amargas, semidulces y dulces) muchas de estas han disminuido significativamente y otras probablemente 25
De acuerdo a la clasificación de Pulgar Vidal 26 PRONAMACHCS (2001) (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray – Ccorimarca, 2001. Pag. 143, 144, 147, 148, 208), 27 Terrenos de rotación sectorial 28 Ochoa, C. 1999; Salas, A. 2004
60
desaparecieron de este ámbito, por efectos de la implementación de otras semillas, la variación climática extrema, y el cambio de hábitos alimenticios (productos locales por alimentos procesados). En los años 60 a 70 se tenía aproximadamente un centenar de cultivares de papa nativa para diversos usos, sin embargo, de acuerdo a la información recogida en el campo, en el año 2010 la mayoría de familias cuentan con alrededor de 10 cultivares en malas condiciones (infectados e infestados de entomopatógenos). Por otro lado existen especies como el Coneopatus rex (zorrino o añaz) que invaden los cultivos de papa desde la fase de tuberización hasta la cosecha29 ocurre también en menor escala con Notoprocta ornata (lluthu o “perdiz”) debido fundamentalmente al desequilibrio en el agroecosistema y la escasez de alimentos para estas especies. En el ámbito de la microcuenca, sobre todo en Taucca, existen poblaciones de especies vegetales en incremento como es el caso de Telima monspeluzanus (ceticio), Polylepis racemosa (qeuña) y Pinus radiata (pino) y hay especies que disminuyen como el caso del Spartium junceum (retama), los pobladores indican que hace 6 años tenían buena población de esta especie exótica la cual utilizaban en diversas actividades como; crianza de cuyes, almacenamiento de tubérculos, techos en viviendas y otros posteriormente, según indican esta especie fue afectada por patógenos hasta su casi eliminación del ámbito mientras que las demás especies mencionadas fueron implementadas con fines de forestación con apoyo de diferentes instituciones (CENFOR, Convenio Perú-Holanda, PRONAMACHCS en los años 2000 – 2004)30 Cambios de la diversidad y variabilidad de crianzas En la actualidad las familias crían fundamentalmente vacunos, equinos, porcinos y otros, sin embargo hasta hace unos cincuenta años sus crianzas consistían fundamentalmente en llamas, alpacas y cuyes, en un manejo aun equilibrado de sus recursos31. Con la introducción de “ganados mejorados” impulsado por diversas “instituciones”, en las últimas tres décadas, hoy en dia la crianza de vacunos se realiza de manera semiestabulada32. Desde que se fue cambiando el manejo tradicional de crianzas se fue reduciendo la variabilidad productiva con la consiguiente degradación de recursos, produciéndose competencia por su uso.. De otro lado, se está acentuando la presión interna y externa, por el crecimiento demográfico, el incremento de viviendas, la escasez de espacios de pastoreo, el sobreuso de los mismos, las limitaciones de cosecha y provisión de pastos cultivados y por las variaciones del clima. De igual
29 (Doc. Informe. Curso Internacional sobre Agrobiodiversidad: Conservación In Situ de papas nativas y sus parientes silvestres en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco-2004. Pag. 3), 30 información recogida del dialogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril 2010. 31 Dialogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril - 2010 32 Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray - Ccorimarca. 2001. Pag. 192
61
forma se ha observado la “depredación de los ecosistemas naturales, los que son invadidos como áreas de pastoreo, construcción de carreteras, incendios forestales”33. La diversidad se sujeta a las condiciones agroecológicas del ámbito con restricciones locales como el restablecimiento de áreas de conservación (caso Taucca, Ccorccor), que pueden permitirles el cuidado de plantaciones forestales, la regeneración de pastizales nativos y a su vez limitar el pastoreo en estos mismos lugares. Cuadro 4.18. Especies de Flora Y Fauna (nativa y exótica; silvestre y cultivada/domesticada) de importancia local y las tendencias actuales Nombre nativo o Especie (NC) común Especies silvestres Machu papa Sol. Acaule K‟ita papa Sol. Raphanifolium Atoq papa Sol. Bukasovii K‟ita papa Sol. Magistacrolobum K‟ita lisas Ullucus sp. K‟ita oqa Oxalis sp K‟ita añu Tropaelum sp. Papas amargas Yuraq Waña Sol. Curtilobum Azul Waña K‟anchillo Sol. Juzepczukii Takillpo Ruk‟i K‟ucha Sol. Juzepczukii Mallku Yana Waña Sol. Curtilobum Puka Waña Papas dulces Yana puywan Sol. Tub. Ssp andigena Sunch‟u Sol. Tub. Ssp andigena Espingo Sol. Tub. Ssp andigena Lluthu runtu Sol. Tub. Ssp andigena (No recuerdan mas) Qompis Sol. Tub. Ssp andigena Wayro Sol. Chaucha Peruanita Sol. Tub. Ssp andigena Yana waqoto Sol. Tub. Ssp andigena Yana k‟usi Sol. Tub. Ssp andigena Yuraq k‟usi Sol. Tub. Ssp andigena Pukamama Sol. Tub. Ssp andigena Wamanero Sol. Tub. Ssp andigena Yana q‟ewillu Sol. Tub. Ssp andigena Muru q‟ewillu Sol. Tub. Ssp andigena Yuraq q‟ewillu Sol. Tub. Ssp andigena Yuraq trombos Sol. Tub. Ssp andigena Yana waqoto Sol. Tub. Ssp andigena Puka waqoto Sol. Tub. Ssp andigena Puka weraqo Sol. Tub. Ssp andigena
Estado actual tendencias
y PA
PB
En descenso En descenso En descenso No se reporta En descenso En descenso En descenso
X X X X X X
-
Perdido Perdido Perdido Perdido Se menciona Se menciona Se menciona Se menciona Se menciona
-
-
Perdido Perdido Perdido Perdido Se perdieron Se halla Más afectados Más afectados En descenso Se halla Se halla Se halla Se halla Se halla Se halla Buena producción Se halla Se halla Se halla Se halla
X X X X X X X X X X X X X X X
X X X X X Xm X X -
33Estudio Etnobotánico de los Parientes Silvestres de la Papa, Oca, Mashua, Olluco y Pasifloras Per 98/g33. Urrunaga, R. 2002. Pag.81, 82.
62
Yana maqt‟illu Sol. Tub. Ssp andigena Se halla Ch‟eqchino Sol. Tub. Ssp andigena Se halla Maqt‟illu Sol. Tub. Ssp andigena Se halla Alqay warmi Sol. Tub. Ssp andigena Se halla Alqaywayruro Sol. Tub. Ssp andigena Se halla Se menciona que Hay mas cvs… Cvr. semicultivado Araq papas Sol. Tuberosum En descenso Papa mejorada Casa blanca Cultivar mejorado En descenso (azul ñawicha) Renacimiento Cultivar mejorado En descenso Mariva Cultivar mejorado Se halla Yungay Cultivar mejorado Se halla Cica Cultivar mejorado Mas sembrados Canchan Cultivar mejorado Mas sembrados Otros Tubérculos Papa lisas (Olluco) Ullucus tuberosa Se halla Oca (apiña) Oxalis tuberosa En descenso Añu (Mashua) tropaelum tuberosa Se halla Cvs Haba Verde Anta Vicea faba Se halla Otro cvr Vicea faba En descenso Cvs Quinua Puka Quinua Chenopodium quinoa En descenso Q‟ello quinua Chenopodium quinoa En descenso Cvs Tarwi Yuraq tarwi Lupinus mutabilis En descenso Pastos nativos Ichu o paja Stipa ichu En descenso Sillu sillu Alchemilla pinnata En descenso Paku paku Aciahne pulvinata Se halla Pasto exótico Grama común Muhlembergia fastigiata En ascenso Otros cultivos Avena Blanca Avena sativa En ascenso Rye Grass Lolium multiflorum Se halla Trébol Blanco Trifolium repens En descenso Alfa alfa Medicago sativa En ascenso Ganadería y otros animales Taruka o venado Hypocamelus antisensis En descenso Alpaca Vicugna paqus En prueba Llama Lama glama En descenso Vacuno criollo Bos tuarus En descenso Brown swiss Se halla Vacuno mejorado (Cruzados) Ovino criollo Ovis sp. En descenso Cara negra,Corriedale, Ovino mejorado Se halla Caballo Equus caballus En descenso Burro Equus sp. En descenso Cuy Cavia sp. En ascenso Otras Especies en observación Sapo Bufo sp. En descenso
X X X X X -
X -
-
X
X
-
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Rana
Thelmatobius marmoratus Tachimenis peruviana
En descenso
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Culebra, En descenso Mach‟aqway Zorro, Atoq Pseudolapex colpaeus En incremento X X Qeuña Polilepis incana Se halla X X Chachacomo Escallonia resinosa En descenso Tayanca Baccharis buxifolia En descenso Eucalipto Eucaliptus glonulus En incremento X< X> Pino Pinus serótina En incremento X> X< PA: “Parte Alta” (Zona Alta); PB: “Parte Baja” (Zona Baja); X: Presentes; - No se halla Fuente: Elaboración propia (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor y Cuper Alto. Abril-2010).
1.1.2 Agua Disminución e incremento de lluvias En las comunidades existen fuentes de agua subterránea hacia la cabecera de la submicrocuenca Tumamayo, principalmente, en Cuper Alto y Taucca, sin embargo estas vienen disminuyendo aceleradamente en los últimos 5 años34, solo el 2010 reaparecieron eventualmente de manera sorprendente. 35. Se identificaron otras fuentes de agua en la submicrocuenca de Tumamayu que comprende las poblaciones de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto y otras con 106 l/seg en época de secano (julio-agosto), las cuales vienen disminuyendo considerablemente mientras la velocidad de escurrimiento es más rápida debido a las precipitaciones en forma abundante y en periodos de tiempo cortos. Este comportamiento es visto por los pobladores como anormal rebasando sus predicciones y causando incertidumbre. Acceso y uso del agua El agua es considerada como el recurso más importante para los próximos años, la constante disminución del volumen por la escasez de lluvias y el uso cada vez ampliado viene generando dificultades en su distribución principalmente para uso agrícola, además ocasionando conflictos heredables. Esta situación genera discusión en los espacios creados para su regulación y en los “Comités de Regantes” tanto a nivel comunal, sectorial e intercomunal, todos asimilados a la JASS (Junta de Administración de Servicio de Agua y Saneamiento, 2002-2006). El agua se utiliza para consumo humano, riego de cultivos, ganadería y ocasionalmente para forestación a través de sistemas de agua entubada y canales a tajo abierto. De estos usos el uso domiciliario es el que tiene mayor atención (a veces
34 De acuerdo al inventario realizado por MIMA- PRONAMACHS-2001 antiguamente había una buena cantidad agua proveniente de ojos de agua, bofedales, lagunillas, el cual discurría por el cauce del riachuelo de manera continua y dentro esta había presencia de especies acuáticas como batracios, pececillos 35 (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. Pag. 80, 81, 82),
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no alcanza para nuestro consumo…) (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril - 2010). En determinadas épocas, sobre todo en el sector bajo se reconoce la escasez de agua en el riego para barbecho, en el riego de parcelas con forrajes o en la provisión de sus animales, en esos momentos la descoordinación y el desequilibrio se hacen evidentes, pues las familias que poseen pastos u hortalizas cultivadas utilizan el agua ampliando su periodo establecido (cultivos en maway); el estress hídrico es mayor debido a la mayor evapotranspiración durante el día en época de secano (nishu ruphay kunan watakuna...... chaywan unupas pisiyan). Por otro lado, últimamente las sequías son prolongadas y las lluvias excesivas. En las comunidades ubicadas cerca de la laguna de Piuray existe insatisfacción por la imposibilidad de ampliar la implementación de su sistema de riego tecnificado por la prioridad que tiene el abastecimiento para consumo humano de la ciudad Cusco. Afirman lo siguiente: “sabemos que en Cusco se consume bastante agua, pero nosotros teniendo el agua en nuestro territorio sufrimos de la escasez, eso no es justo…” (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril - 2010). Mapa 2.5. Mapa de las microcuenca de Chinchero, recogido en campo
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1.1.3 Suelo Conceptualización local del suelo Los pobladores adultos (mayores a 50 años) consideran al suelo como la madre tierra “pachamama” la cual provee todo para los que viven sobre ella “…y actualmente está muy herida o lastimada…”, sin embargo para las generaciones recientes el suelo es un recurso más“… hjallp’a lliuta q’arayapun…” (el suelo está muy empobrecido…) (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril l- 2010). En las comunidades más tradicionales donde se mantiene la relación y convivencia con la madre tierra, no se aprecia ninguna buena práctica de retribución a ella, salvo los pagos u ofrendas que se realizan de manera inducida en ocasiones como el caso de la recepción de visitantes extranjeros a las comunidades. Desde las intervenciones exógenas, se han realizado estudios con parámetros estrictamente convencionales y no se hallan ningún tipo de criterios locales de taxonomía de suelos como aporte de los pobladores. Clasificación convencional y tipología de suelos Las zonas de vida definidas por PRONAMACHCS-INRENA (2006)36 para las comunidades en estudio son: zona de Bosque húmedo, montano sub tropical (bh-MS) y Páramo muy húmedo-Subalpino subtropical (pmh-SaS). La clasificación por la Capacidad de Uso Mayor, define cinco grupos de tierras para; cultivos en limpio (A), cultivos permanente (C), para pasturas (P), producción forestal (F) y tierras de protección. Para el caso de Taucca y Umasbamba las tierras son para Cultivo en Limpio de Calidad Agrologica Baja con limitaciones por suelo y clima (A3sc), y con problemas de erosión e inundación (A3sei)37 Esta forma de clasificación convencional se sobrepone a una posible taxonomía local existente en el conocimiento oral y código cultural de pobladores mayores de 50 años y que no se halla en los pobladores de las últimas generaciones produciéndose una discrepancia entre padres e hijos sobre la capacidad de uso de las tierras.. Finalmente los ancianos ya no son considerados para la toma de decisiones sobre los sistemas productivos. Estado de la fertilidad de los suelos
36 (Documento de campo N°6 “Sistematización de la Experiencia de Planificación del Uso de las Tierras en la Microcuenca Piuray-Ccorimarca”. FAO 2006. Pag. 2). 37 (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray - Ccorimarca. 2001. Pag. 102, 107, 108).
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Las tecnologías de conservación de suelos, como el abonamiento con estiércol) son aplicadas por algunas familias que representan el 2% de la población total del ámbito de estudio.38 En la actualidad la mayoría de suelos en la parte baja son considerados de fertilidad baja quedando aun suelos de fertilidad media en escasos espacios hacia la “parte alta”, los mismos que no se recuperan en su integridad debido al recortarse el periodo de descanso de los muyuy (antes 10 años, y ahora entre 6 a 5 años), solo se observa la recuperación de la fertilidad en pequeñas áreas donde se cultiva alfalfa, durante unos 7 a 8 años antes de volver a utilizarlas como terrenos de cultivo de alimentos, también se utiliza el tarwi como abono verde durante 4 a 5 años para posteriormente sembrar cultivos forrajeros como avena o cebada Uso de suelos y sistemas de conservación
Cuadro 4.19. Uso actual de suelos por sub microcuenca
Descripción Pastos naturales, tierras de rotación o Muyus Áreas de cultivo en Secano Áreas de patapatas Áreas de cultivo con agroforestería Áreas de cultivo en terrazas de formación lenta Áreas de secano para cereales (pastos) Áreas de cultivo con riego Áreas de cultivo para maíz Áreas de cultivo en andenes Áreas de cultivo en terrazas de banco Bosques de eucalipto Áreas de afloramientos rocosos Cuerpos de agua TOTAL
Submicrocuenca Tumamayo (Ha) 1, 008.24 439.12 34.95 198.87 134.42 90.37 100.91 462.99 392.34 53.06 139.76 341.60 4, 096.63
Fuente: Cuadro de Uso Actual por Submicrocuencas: DPE - UE - IMA – Adaptado por el equipo de trabajo.
En la actualidad y desde tiempos remotos tal como señalan las familias de Taucca, Umasbamba y Cuper Alto siempre han considerado algunas áreas especiales para fines místico-culturales (como sitios sagrados; como los restos preincas o incas) los cuales no fueron identificados en el estudio realizado por MIMA-PRONAMACHCS, hoy sin embargo, se rememora estos sitios de manera apagada ya que las formas de manifestación cultural también vienen cambiando (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto). Las familias señalan que el suelo se usa como: 38 Asociación Arariwa -2006. Consultoría: “Sistematización de la experiencia del proyecto” Conservación In Situ de los cultivos nativos y sus parientes silvestres. Pag.32.
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Terrenos de conservación (terrazas de formación lenta). Terrenos agrícolas de cultivo en secano y con riego: donde se hallan los “muyuy”, “pata patas”, Terrenos para pastizales (pajonales, pastos nativos). Terrenos para viviendas e infraestructuras (escuelas, iglesias). Terrenos para forestación Terrenos para cosecha de agua, sistemas de conducción, e irrigación Terrenos para caminos y carreteras Terrenos para recreación (campos deportivos). Terrenos como sitios sagrados Terrenos eriazos o en desuso (suelos con roca madre desnudo; Caso: Cuper alto, Umasbamba y Ccorccor).
Erosión y limitaciones en el uso de suelos A raíz del estudio realizado por MIMA-PRONAMACHCS (2001) se identificaron diferentes procesos de erosión: hídrica en época de lluvias, eólica en época de sequía y antrópica producido por sobrepastoreo39. A partir del año 2002, las comunidades se esfuerzan en establecer prácticas de manejo y conservación de suelos con ayuda de instituciones como PRONAMACHCS y ARARIWA teniendo efectos alentadores principalmente para Taucca (sobretodo el anexo Ccorccor), actualmente se evidencia la cobertura vegetal ampliada desde la “parte baja” hasta la “parte alta”. La capa arable hacia la “parte alta” es de superficial a muy superficial, con mayor intensidad de erosión en las zonas de ladera, por lo cual las familias que realizan actividades agrícolas como la preparación de suelos o barbecho solo las hacen en pequeñas áreas de pendientes suaves que aun contienen capa arable de 20 cm.
Conflictos por uso y posesión de suelos Los conflictos por el uso de suelos que aparecen cada vez con mayor intensidad; obedecen a la presión interna (crecimiento de la población, uso intensificado, terrenos de baja fertilidad, entre otros), las condiciones topográficas de la zona, el clima y el difícil acceso a las áreas de interés agrícola,40 lo que generalmente agudizan los conflictos intrafamiliares pues los herederos demandan cada vez más áreas de terreno para la producción de alimentos y con ello ocasionan el fraccionamiento y la microparcelación, por ejemplo Taucca que hasta hace 30 años tenía 18 familias, actualmente cuenta con 58 familias.
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la afectación por el clima, la superficialidad de las áreas y la elección inadecuada de prácticas mecánicas de conservación sin embargo estas erosiones son consideradas como muy ligeras pues se observan síntomas de erosión laminar imperceptible e incipiente, que se caracterizan por una remoción y arrastre imperceptible de partículas del suelo y problemas de decantación. Bajo esta premisa se advierte que si este problema no es revertido, se llegará a procesos mayores de degradación provocando efectos más severos en el suelo 40 Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag. 124.
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Otro de los conflictos importantes es la sectorización y desmembramiento de los sectores de la “comunidad madre” (caso Ccorccor que exige su independización, motivado por la competencia en el acceso a los beneficios otorgados por instituciones que intervienen en el ámbito.
1.1
Elementos constitutivos del Sistema Productivo
1.2.1La fuerza de trabajo La familia de la comunidad Cuadro 4.20. Variación de la población en a través de los años en las comunidades bajo estudio y otras vecinas Poblaciones: Sub micro Hombre Mujer Total Nº Nº Nº Comunidades/ cuenca familias familias familias sectores -2004 -2010 Comunidad: Taucca Tumamayo 135 125 260 18 60 70? Sector: Ocotuan Tumamayo 135 125 260 48 Comunidad: Cuper Tumamayo 583 601 1184 283 Sector: Cuper alto Tumamayo 176 165 341 20 78 80? Umasbamba Tumamayo 257 332 589 60 120 170? Sector: Umasbamba Tumamayo 167 222 389 70 Sector Ccorccor Tumamayo 90 110 200 5 50 25? Pongobamba Tumamayo 321 279 600 120 Total 4233 4243 8476 1733 300 Adaptado del Cuadro N° 1: Población Total de las Comunidades y Sectores de la Microcuenca Piuray Ccorimarca (Diagnósticos MIMA Ccorimarca 1999- Datos de campo 2001). Fuente: elaboración propia y (dialogo con familias de: Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril2010).
En el 2010 se estima que el número de familias en las comunidades de la submicrocuenca son: 70 en Taucca, 150 en Umasbamba, 20 en Ccorccor y 80 en Cuper Alto. Como es lógico este incremento demográfico produce presión sobre sus sistemas productivos. Organización de la fuerza laboral a nivel familiar y comunal La fuerza de trabajo se organiza desde la comunidad y la familia, ellos son los que deciden en base a roles y funciones, algunas veces de manera jerárquica, que, como y cuando producir. Regularmente es el padre de familia el que encabeza la distribución del trabajo agrícola tomando decisiones sobre los principales aspectos que requieren mayor esfuerzo físico como la construcción de corrales, cercos, labores agrícolas básicas y otros, mientras que la mujer aparte de las labores domésticas básicas y el apoyo en
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ciertas actividades agrícolas busca otras formas de ingreso, principalmente a través de la producción y comercialización de artesanías para el turismo y la venta de productos agrícolas en la capital de distrito. Anteriormente el hombre tenía preponderancia en la representatividad comunal y familiar, y era el que recibía mayor herencia, hoy en día las mujeres cuentan con sus propias organizaciones representativas al interior de la comunidad, sin embargo nominalmente el varón sigue siendo el jefe de familia y muy excepcionalmente es remplazado. Retribución de la fuerza laboral Generalmente los jóvenes varones y mujeres (aunque en menor proporción) buscan incrementar sus recursos a través del trabajo asalariado tanto en la agricultura como en la41 ganadería42. Las varones también buscan otras actividades fuera de la comunidad para mejorar sus ingresos, desde hace 4 a 5 años se ha abierto otra actividad económica para ellos, trabajando como «portadores» (acompañantes-transportistas a pie de los turistas) en la ruta del «Camino Inca» durante 4 a 5 días a la semana, este tipo de actividades se vienen incrementando con la apertura del «camino inca» hacia Huch”uy Qosqo (Lamay). Actividades socio culturales El descrédito y la desaparición de las antiguas autoridades comunales como el Varayoq ha hecho que muchas festividades tradicionales dejen de recrearse en la comunidad, el catolicismo también ha sufrido un desmedro enorme en favor de las iglesias evangélicas las cuales vienen desempeñando nuevos de roles de cohesión, y nuevos horizontes explicativos43 bajo las normas comunales principalmente desde sus reuniones los sábados o domingos,. El Ayni, principio andino que generó una dinámica sociocultural holística y equilibrio ecológico, dentro de relaciones simétricas, hoy se considera como una práctica en decadencia por las formas de retribución monetaria de la fuerza de trabajo en sus sistemas productivos y también en otros sistemas que demandan mano de obra como obras públicas, turismo, empresas, (ñawpaq, aynillapi llank’aq kayku imatapas… hjinallataq pachamamawanpas aynipi hjinalla kawsakuq kayku… kunan timpukuna qolqellataña qhawarinku) “Antes trabajaban cualquier producto… así nomas en la tierra se vivía y trabajaba haciendo Ayni… ahora en este tiempo plata no mas miran” (Dialogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto) Actualmente el Ayni se practica de manera esporádica pues la misma forma de manejo fragmentario y descoordinado de las propiedades individuales lo ha arrinconado a algunas labores (siembra de papa y construcción de viviendas), entre 41 El jornal de 8 horas oscila entre 15 y 20 soles, solo en pocos casos se retribuye con productos de pan-llevar 43
que les permite reunir la ocurrencia de eventos climáticos con la segunda venida de Cristo en un solo discurso
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parientes o familiares cercanos generalmente de condición socioeconómica “baja.”. La mink’a se da de manera condicional, solo cuando demandan mano de obra en algunos sectores fuera de las comunidad (obras públicas, turismo, empresas).
7.1.1 1.2.2 Tenencia de la tierra Las tierras de las comunidades son de propiedad colectiva. Las asambleas comunales y otro tipo de instancias siguen siendo los espacios de planificación y distribución de la producción y el manejo de terrenos. No obstante, la posesión sostenida de topos o parcelas por parte de las familias supone un horizonte en el cual prácticas de parcelación y gestión particular se han implementado (en particular en Huaypo). En total, entre las tres comunidades estudiadas, y según se ha podido recoger, la cantidad de hectáreas destinadas para el uso agrícola es de alrededor de 4,416, mientras que 1,316 hectáreas son utilizadas para la ganadería. Con más precisión, en Tauca, Cuper y Umasbamba las hectáreas de uso colectivo son 350, 2,862 y 2,100 respectivamente.
Acceso al suelo Hasta antes de la Reforma Agraria (1972), las tierras estaban conducidas directamente por el hacendado, el cual utilizaba los mejores terrenos mientras que los natos solo accedían a la tierra de madera indirecta convirtiéndose en feudatarios. Con la reforma las tierras pasaron a manos de las pobladores que se hallaban empadronados, constituyendo Cooperativas de Producción, posteriormente se constituyeron las organizaciones comunales mediante las cuales iniciaron con la distribución de tierras en usufructo de acuerdo a las necesidades de las familias, en el marco del manejo comunitario y uso colectivo. Así también accedieron a otros recursos como agua (para irrigación), y servicios (luz, educación). Hoy algunos líderes consideran que son “posesionarios” (con derecho a la propiedad). Antiguamente las familias poseían por usufructo entre uno hasta 5 topos (medida tradicional, equivalente a 3330m2 a 16660m2), y las áreas de pastizales eran de uso colectivo y de libre disponibilidad. Posteriormente con el establecimiento del estatuto comunal la distribución fue ordenando el territorio se fue restringiendo , para el año 2004 según MIMA-PRONAMACHCS – Ccorimarca (2004; Pag. 118) las familias poseían desde ½ topo hasta 3 has (también para las comunidades en estudio), para el 2010 las áreas se mantienen en algunas familias, pero muchas familias se han visto disminuidas o reducidas en sus áreas por el incremento de la población y la exigencia de los matrimonios recientes quienes demandan el acceso a tierras. Los acuerdos comunales y el usufructo de recurso suelo Las organizaciones comunales regularon y regulan la distribución de tierras, la aplicación de acuerdos comunales permite cada cierto tiempo dotar de tierras a comuneros nuevos y también de otros recursos con derecho al uso, según se vea por conveniente, existiendo también casos especiales con familias que retornan. Así
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mismo, es funcional la herencia intergeneracional (transferencia de parcelas de padres a hijos). Finalmente se exige cumplir con los deberes u obligaciones para con la comunidad, que se actualiza cada dos años. Según la población local, las tierras pertenecen a la organización comunal, además se señala que los poseedores son dueños de estas tierras (Dialogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010), sin embargo la distribución espacial traspasa los límites comunales, es decir que muchas familias tienen o poseen terrenos en otras comunidades o sectores, los acuerdos comunales señalan que el uso de las tierras es indeterminado o indefinido hecho que no permite desarrollar la propuesta de parcelación y apropiación definitiva. Chacras o parcelas A pesar de la aparente distribución equitativa de los terrenos comunales, las familias se diferencian también económicamente, situándose en la cumbre de la pirámide aquellas familias que por los servicios que prestaron a la comunidad o sus relaciones locales poseen mayor cantidad de terreno. Las familias de condición socioeconómica “media”, que son aproximadamente >55% y 65%< del total de la población en estudio, poseen desde 2 hasta 4 topos. Las familias de condición socioeconómica “baja”, que son aproximadamente <35% y 20%> del total de la población en estudio, poseen desde ½ hasta 1 ½ topos. Adicionalmente la mayoría de las familias poseen alrededor de 1.00 has por familia, de uso colectivo, ubicada en los “laymes” o “muyuy” que son parte del territorio comunal. Las familias con mayor área no necesariamente desarrollan la agricultura con mayor intensidad porque por lo regular prefieren dedicarse a la crianza de vacunos, las familias que poseen menores áreas son las que predominantemente se dedican a las actividades agrícolas, dependiendo de sus posibilidades esta puede ser concentrada en pocos terrenos regulares o diversificada en varios terrenos pequeños. Transferencia o herencia de tierras La forma más común de adquirir un terreno en las comunidades es a través de la herencia lineal o a través de la alianza, de manera que de una forma u otra las familias tienden a reunir los terrenos dispersos a través de padres a hijos o de suegro a nuera (qatay, qachum), otra forma de hacer lo mismo es haciendo un trueque de chacras que compensan algunas veces con otros recursos (como crianzas), aunque las familias no poseen ningún documento que garantice su posesión son perfectamente conscientes que el uso garantiza la posesión. Esta forma de arreglos al parecer es más funcional ya que anula o reduce conflictos internos como también incrementa las facilidades de manejo aplicando, el ayni, chaninchay y otros. A pesar de ello desde hace algún tiempo algunas familias sobre todo jóvenes vienen proponiendo la «parcelación y titulación de tierras» por sorteo (Caso Umasbamba,
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Cuper) debido a que perciben que la distribución de tierras ha dejado de ser equitativa y piensan que la parcelación y titulación les proporcionará mejores tierras.
1.2.3 Uso de la tierra Evolución del espacio territorial Los datos obtenidos sobre la zona de estudio indican que antiguamente era parte del ayllu Pongo Ayamarca44 en la época colonial. En la República, el año 1905 Pongo Ayamarca fue reconocido como distrito compuesto por seis comunidades campesinas45, según Nuñez del Prado O. (1949) 46, los ayllus desmembrados de Pongo de Ayamarca formaron parte de las haciendas Huaypo Grande y Simatauca. En el año 1929 Umasbamba47 fue el primer ayllu-comunidad en ser reconocido oficialmente como comunidad, en el año 1960 Cuper también se hace comunidad y Tauca en 196648. Umasbamba que se halla cerca a la laguna de Piuray, con su anexo Ccorccor que está ubicado hacia la “parte alta”, actualmente busca llegar a formar una comunidad autónoma. Cuper Alto, ubicado hacia la “parte alta” es anexo o sector de Cuper, mientras Taucca como comunidad se ubica hacia la “parte alta” de la submicrocuenca Tumamayu. De este desarrollo se puede deducir que las comunidades abarcan mínimamente una “parte alta” y otra “parte baja”, a las cuales denominan como “wichay” y “uray”, sin delimitación fija, entonces se puede notar que las poblaciones consideraron en la organización de sus territorios variables topoclimatológicas (alto-bajo, convexo-cóncavo) principalmente a la hora de definir zonas agrícolas y pastoriles, introdujeron ovinos y posteriormente vacunos que terminaron por modificar su paisaje, pues muchos buscaron completar el paquete tecnológico con la introducción de monocultivos forrajeros en las zonas destinadas a la agricultura. De la misma forma, debido al desgaste que conlleva desplazarse de un sitio a otro y la escasez de mano de obra producto de la migración hacia lugares fuera de la comunidad, muchas chacras en la parte alta se vienen abandonando. Organización del territorio Nuevas formas de organización del territorio emergen de las nuevas formas de asociación local, aunque se sigue conviviendo bajo las antiguas normas comunales, estas se modifican frecuentemente de manera convencional permitiendo por ejemplo las plantaciones de eucalipto en terrenos que antes eran cubiertos por plantas medicinales y utilizados por todos. En esta nueva complejidad, la nueva ganadería (vacunos y ovinos) y la agricultura se complementan forzosamente a través de la accesibilidad al abono, sin embargo los terrenos abonados necesariamente son los más accesibles, al no existir suficiente mano de obra, se abandona necesariamente los terrenos más lejanos. Los terrenos aun administrados comunalmente no se 44 45
46
Cornejo Bouroncle (1956); 313, citado por Rostworowski, M. 2005, Pag. 77. Ayllopongo, Cúper, Koricancha, Tauka, Umasbamba y Yanacona. Citado por Rotworoski M. (2007) pag. 237
47
Contreras Hernández, J. 1940-1979” Pag. 16., 48 Taucca, La gestión y el manejo de sus recursos naturales”, PRONAMACHCS-MIMA-Ccorimarca. 2004. Pag. 10).
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integran totalmente pues a pesar de haber recibido apoyo desde diferentes frentes como en las «plataformas locales» «comités comunales» y la propuesta de «gestión integral de submicrocuenca y microcuenca» estas organizaciones no prosperan. La organización del territorio a nivel familiar esta mejor organizada, siguiendo la herencia intergeneracional permitida por la comunidad, sin embargo su vigencia es incierta por la misma presión interna sobre el acceso a terrenos para uso agrícola. Los caminos tradicionales Los caminos tradicionales en las comunidades continúan articulando las salidas y entradas de las actividades que se realizan en sus sistemas productivos, estas han venido adecuándose u ordenando la disposición de las áreas utilizadas básicamente para la agricultura, ganadería y forestación; a la cual además se viene acondicionando de manera elemental con plantas arbóreas y arbustivas con el fin de disminuir la erosión de suelos así como para embellecer el paisaje agrícola. Las vías carrozables se vienen ampliando hacia la “parte alta” (caso Taucca y Ccorccor), estas facilitan la provisión de maquinaria o materiales para diversas actividades, como la construcción de presas para cosecha de agua y sistemas de irrigación, también para el transporte de productos agrícolas y ganaderos entre otros, sin embargo se observa que al no tener debida protección o mantenimiento generan también erosión de suelos La organización del territorio comunal A nivel familiar: La “chacra” o parcela es el núcleo productivo básico de la familia, se halla disperso entre la “parte baja” y “parte alta”, puede estar constituida por: Áreas de pastoreo (áreas con pastos nativos y cultivados). Áreas de cultivos (con rotación sectorial hasta por 5 campañas y en periodos cortos de descanso de 3 a 4 años, generalmente en la “Parte baja”). Áreas para vivienda (generalmente en la “parte baja”). Áreas para infraestructura agrícola y pecuaria (puede contener: almacenes rústicos para tubérculos, para forrajes secos, corral pecuario, cobertizos, dormideros, entre otros. Área para infraestructura de servicios higiénicos (letrina, lavatorio) Áreas para los caminos o acceso a otros ambientes (patio, pasadizo) “Chacras” con pastizales: son terrenos con pastizales para crianzas, es de uso familiar (generalmente para traslado de crianzas, sin uso agrícola o eventualmente con uso agrícola)
A nivel comunal
Áreas como componentes del sistema productivo de uso y manejo colectivo: Áreas de pastoreo (con pastos nativos y generalmente en la parte alta).
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Áreas de cultivo o “laymes” (con rotación sectorial hasta por 7 años, generalmente en la “Parte alta”). Áreas de infraestructura agrícola y pecuaria (almacenes mejorados para tubérculos, para forrajes secos, entre otros. Área para infraestructura de servicios social (local comunal, iglesias, centros educativos, y otros) Área para caminos o carreteras Áreas para forestación Áreas para infraestructura de riego Áreas para cosecha de aguas Áreas de recuperación o de conservación de recursos (“tierras eriazas”) Áreas para recreación
Anexo o Sector es el espacio territorial relativamente amplio formado de varias parcelas, considerado como la concentración de varios sectores con organización representativa; Varía entre comunidades: Umasbamba cuenta con 8 sectores y Taucca con 7 sectores, el resto de las poblaciones en estudio (Ccorccor y Cuper Alto) son considerados como tales. Estos elementos constituyen la comunidad, y las comunidades componen el distrito.
La agricultura y cambios en “laymes” Anteriormente los suelos de la parte alta estaban poblados en su mayoría por laymes, actualmente el paisaje ha cambiado, los «laymes» son cada vez más reducidos porque la mayor parte de familias prefiere otros usos más diversos ligados a otro tipo de beneficios, como viviendas, escuelas, reservorios de agua, carreteras, bosques, por lo que el terreno en layme o se transforma o se abandona. (Entrevistas de campo: Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto). En las “partes bajas” desde los años 90 aproximadamente se han venido implementando especies de papas “mejoradas” o “hibridas” con el objetivo de incrementar la producción y productividad como lo propuesto por MIMAPRONAMACHCS - Ccorimarca (2004) junto a un “paquete tecnológico” (agroquímicos), esto al parecer solo ha contribuido al deterioro irreversible o por lo menos a la disminución de la fertilidad de tierras productivas, que luego se han convertido en parcelas para la producción de pastos bajo riego, (dialogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010). Uso de suelos para la producción ganadera La ganadería mixta ubicada en la “parte baja” vienen generando cada vez mayor demanda de áreas para la producción de forrajes porque los pastos nativos no abastecen, ni son “buen alimento” para vacunos “mejorados” En la “parte alta” ocurre
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algo parecido áreas agrícolas en secano y no agrícolas sirven para alimentar crianzas de camélidos (llamas) y ovinos .Finalmente el suelo es priorizado en gran proporción para la ganadería y se observa una disminución considerable de parcelas en “laymes” o “muyuy” sin cultivar. Provocando también en muchos casos la erosión de la capa superficial arable del suelo. En los últimos años, ante la ausencia de lluvias y aprovechando vasos naturales se han venido construyendo espacios colectores para la cosecha de agua en la “parte alta” y en algunos casos en la “parte baja” de las comunidades, estos reservorios sirven para irrigar mediante tuberías o canales a tajo abierto los terrenos circundantes. En algunos de estos espacios algunos comuneros piensan implementar la crianza de peces (truchas), Terrenos destinados a la forestación PRONAMACHCS-MIMA49 realizó una clasificación conveniente a sus fines50. . Desde esta clasificación muchos suelos fueron destinados a una producción de forestales de manera comercial con la idea de constituirse en fuentes potenciales de madera y ampliándose dentro de los “muyuy”. . Las viviendas sobre las tierras de cultivo Durante los últimos 5 a 6 años se ha observado un incremento y mejora en la construcción de las viviendas, la mayoría de adobe, hay una mejor disposición en cuanto a la distribución de ambientes y acabados de los techos, también se van incrementando los espacios construidos de viviendas porque hay crecimiento de la población. Otras tierras que antiguamente eran exclusivamente agrícolas o ganaderas se cubren hoy con redes de irrigación, redes eléctricas o vías de comunicación que actualmente usan las poblaciones de manera colectiva. A lo largo de los últimos 20 años la intervención de algunas instituciones de desarrollo han generado una particular población motivada y a la vez, habituada a servicios de apoyo al desarrollo. En este proceso, se ha generado un modelo de gestión del desarrollo basado en el enfoque de cuenca, según PRONAMACHCS-INRENA (2005)51 bajo este enfoque se ensayaron también la Construcción del Modelo de Evaluación de Escenarios “Programación Lineal” para establecer un Plan de Uso de Tierras, considerando la socialización de resultados en un taller y en presencia de los
49
PRONAMACHCS-MIMA (2001) Pag. 115,
50
En su clasificación de Tierras Aptas para Producción Forestal (F), PRONAMACHCS-MIMA considera que existen Tierras aptas para forestales de producción de Calidad agrológica media (F2) las Tierras aptas para forestales de producción de Calidad agrológica media con limitaciones por suelo y problemas de erosión (F2es) sólo pueden utilizarse para forestación o reforestación con especies forestales nativas y/o exóticas de valor, medicinal o industrial, bien adaptados a las condiciones climáticas de la submicrocuenca; pero sólo, con fines de protección de cuencas, cuya producción sólo podrá ser utilizada selectivamente, con técnicas de corte apropiadas 51
(Documento de campo N°12 “Informe Técnico de Generación de Escenarios en la Microcuenca PiurayCcorimarca, Peru”. FAO 2005. Pag. 2, 9.),
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directivos de la Microcuenca, autoridades locales y representantes de instituciones que laboran en el ámbito. Sin embargo, en el actual PLAN DE USO DE TIERRAS sus “chacras” o parcelas se mantienen bajo una confusa clasificación entre lo local contenida en su código cultural y la convencional que contribuye poco o nada en la producción directa de alimentos para las familias.
1.2.4 Tecnología La tecnología agrícola tradicional y su evolución Como en otras comunidades de alta montaña, la tecnología agrícola tradicional está constituida por elementos materiales e inmateriales, materiales como semillas, crianzas, insumos, instrumentos y herramientas (papas nativas, olluco, oca, mashua, tarwi, quinua, tintin, guano de corral, ceniza, chakitaqlla, rauk‟ana, soguilla, costales, entre otros) e inmateriales como la tecnología para leer los indicadores o señaleros biológicos del ambiente, así como la orientación en su cosmos La implementación de tecnologías de manejo y conservación de suelos implementadas por instituciones desde hace más de una década (PRONAMACHCS/ SEDACUSCO/ AGRORURAL/) no lograron su continuidad como parte de las actividades o prácticas locales, es decir no tienen vigencia sostenible.52 La propuesta de implementación del Manejo Integrado de Plagas (MIP) y los resultados hasta la actualidad La Asociación ARARIWA realizó un estudio en las comunidades de Taucca y Umasbamba53, y en los anexos de Taucca, Umasbamba (Ccorccor), Huitapujio y Cuper (dentro de la microcuenca de Piuray) y otras comunidades del distrito de Lamay y Ollantaytambo y constituyeron “Comités Comunales de Conservadores In Situ” en la Microcuenca de Piuray y otras, que son organizaciones de conservadores de la variabilidad genética de papas nativas y sus parientes silvestres, integrada por productores de papas nativas. Sin embargo, a pesar de ello las técnicas de manejo de plagas y enfermedades en el cultivo principal en la actualidad van expirando por la ausencia de instituciones funcionales tanto locales como externas. Las formas de cumplimiento para esta propuesta se mantuvieron hasta cuando las instituciones hicieron acompañamiento, posterior a ello se han venido descartando o adaptando bajo sus condiciones reales y sin resultados positivos. 52
salvo algunas familias quienes han adaptado algunas técnicas (ej. tecnología de semillas “mejoradas”) a manera de reciclar y recombinar mientras van funcionando son útiles, de lo contrario se van desechando a manera de experimentos sin éxito (tecnologías de prueba y error), porque no se han obtenido resultados favorables o que causen dinamismo en sus sistemas productivos. 53
Velásquez, Dora. 2006. Proyecto Conservación In Situ de Cultivos Nativos y sus Parientes Silvestres “Sistematización sobre: Tecnologías Apropiadas No Tradicionales Pag.10)
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La nueva problemática se resume en: “Kunan qhepawatakunaman lliuta hastawan papakuru paqarirapun, mirarapun, wichaykunapipas hjaykupushan kunanqa… ranchapas nishutapuni, manapunin atipanchu hjampikunapas, kunan watakunaman lliuta aswan,… kunanwatapaq manan muhju kanqachu… chayrayku llakisqa kashayku…” “En estos últimos años la gusanera -Gorgojo de los andes- se proliferó en demasía, se diseminó, actualmente viene afectando hasta en las partes altas… así mismo la rancha -Phytophthora sp- afecta excesivamente, no es posible contener ni con pesticidas, para estos últimos años empeoró,… no tendremos semillas para este año… por eso estamos tristes…” Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010).
Tecnología del riego Inicialmente se regaban pocas áreas de cultivo básicamente para realizar el barbecho, pero luego con la intervención de instituciones se mejoró la infraestructura de canales de riego y se implementaron 14 obras de sistema de riego presurizado en las comunidades de Taucca, Ccorccor54 así mismo, luego de un caos inicial 55 se llegó a la Interacción Intercomunal, Interinstitucional e Institucional-Comunal a partir del proceso de concertación, para la realización de diferentes trabajos o alcance con fines comunes56.57 Sin embargo todo el paquete tecnológico que involucra el riego actualmente se viene descomponiendo pues muchos materiales y equipos culminaron su vida útil o se deterioraron prontamente sin que nadie les de mantenimiento. Labores agrícolas El barbecho en los “muyuy” o “layme” se realizaba con chakitaqlla hasta la década del 2000 aproximadamente, posteriormente se fue remplazando la chakitaqlla por el pico como herramienta alterna. La práctica del barbecho realizada tradicionalmente en pendientes moderadas consistía en voltear por completo de glebas hacia la parte inferior barbechando hasta tres años consecutivos, sin embargo y debido al acortamiento del periodo de descanso y la erosión hídrica y eólica, se fue reduciendo la capa arable acelerando la remoción y reptación del suelo a favor de la pendiente, 54 ARARIWA (2008). Manejo Integrado de Plagas en la microregión Calca-Urubamba. Pag 42), 55 FAO 2006. Documento de campo N°6 “Sistematización de la Experiencia de Planificación del Uso de las Tierras en la Microcuenca Piuray-Ccorimarca”. Pag. 13) 56
como es el caso de riego por aspersión o presurizado realizado en las comunidades de Taucca entre las instituciones del PRONAMACHCS, ARARIWA y la comunidad con recursos compartidos y otros trabajos 57 FAO 2006 Documento de campo N°6 “Sistematización de la Experiencia de Planificación del Uso de las Tierras en la Microcuenca Piuray-Ccorimarca” (PRONAMACHCS-INRENA. Pag. 21).
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hoy en muchas zonas como Ccorccor, Cuper Alto el barbecho con chakitaqlla se ha vuelto impracticable. Tecnologías que contribuyen en la dinámica del sistema productivo Tecnologías como las instalaciones de riego por aspersión funcionan dificultosamente, pues los materiales o herramientas se van desgastando y al llegar al término de su vida útil no tienen como remplazarlas porque no cuentan con capital de reinversión para darle continuidad en tanto otras tecnologías como los servicios de transporte, la energía eléctrica, y las comunicaciones (teléfono público) funcionan con regularidad y pueden acceder la mayoría de las familias, puesto como son de propiedad privada su autosostenibilidad está garantizada por la empresa y contribuyen promisoriamente en la dinámica del sistema productivo. El uso de tecnologías endógenas como la chakitaqlla, la rauk’ana, la yunta de bueyes (tracción animal), animales de carga ( el caballo y el burro) vienen siendo desatendidas, solo algunas familias intentan mejorar y aplicarlas, paralelamente muchas herramientas actuales que poseen las personas, como pala, pico, barreta, cegadora y otros, fueron conseguidos mediante los programas de forestación y cultivos (PRONAMACHCS y ARARIWA) como apoyo a las actividades productivas en los proyectos ejecutados por estas instituciones o para labores adicionales en sus propias comunidades.
Fuerza laboral y otras tecnologías que contribuyen en los sistemas productivos Puesto que los jóvenes migran y solo los ancianos viven de manera continua en su comunidad, inevitablemente las relaciones de ayni se deterioran pues los ancianos no tienen la suficiente fuerza física para corresponder al ayni. Además la principal secuela que dejan los proyectos de desarrollo es la monetización del trabajo agrícola con lo que principalmente los jóvenes esperan recibir una remuneración por el trabajo realizado, por ese difícil acceso a la mano de obra local, muchas familias que poseen terrenos llanos, prefieren utilizar tractores y vehículos para el transporte en vez de la antigua tecnología de la chaqitaclla y animales de carga.
1.2.5 Rol de la comunidad en el proceso productivo Como ya se vio, las comunidades en estudio formaban parte de un ayllu, donde tenían vigencia las autoridades tradicionales comunales, como el Varayoq, quien era la autoridad tradicional política y administrativa de los ayllus; además de otras autoridades como el Arariwa (guardián) cuya función era de resguardar la integridad de la actividad agrícola, organizaba y conducía las labores agrícolas colectivas y familiares (barbecho, siembra, aporques, cosecha, y otros); el Qollana (primer líder) y el Qayhua (segundo líder) contribuían a liderar y organizar el cumplimiento de las labores agrícolas, así como la disciplina de la jornada laboral. Las autoridades tradicionales también se ocupaban de las ofrendas o peticiones a la madre tierra que eran determinantes para el proceso productivo, el “varayoq” también estaba a cargo de
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honrar las fiestas patronales al que se le denomina como “mayordomo”, también otras actividades como carnavales y otros se planificaban entre las autoridades locales. Estas actividades culturales estaban dirigidas para el mejor funcionamiento del sistema productivo, así también para regular el recurso agua, disminuir riesgos de fenómenos climáticos adversos, entre otros. (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010). Hacia la década del 80 aproximadamente, aún se consideraba a las autoridades tradicionales entre ellas al varayoq. Actualmente sólo el Arariwa tiene vigencia disipada en las comunidades debido entre otras cosas a la incorporación de nuevos sistemas de organización y administración (comités y asociaciones, como organizaciones especializados). Desde la implementación de la Ley de Comunidades Campesinas en el Perú, las normas y las organizaciones tradicionales disipan o pierden su autoridad ante la colectividad (salvo en algunas comunidades indígenas del Cusco), para establecer sus autoridades bajo el marco de la Ley de Comunidades Campesinas (Ley N° 24656). En el contexto actual, los acuerdos colectivos o comunales no tienen alcance, no están siendo respetados ni aplicados, ya que las leyes y normas implementadas no consideran las normas consuetudinarias como parte de la dinámica de los sistemas productivos, por lo que las poblaciones se sienten diferenciados entre la sociedad.
Roles de la mujer en el proceso productivo El rol de la mujer es fundamental, sobre todo en familias, para consolidar sus sistemas productivos. Las mujeres, además de realizar las labores domésticas y colaborar con el pastoreo y la agricultura, se encargan de generar utilidades y beneficios de los productos obtenidos en los sistemas productivos, a través de la comercialización. Su rol se torna más importante sobre todo cuando los esposos dejan la familia buscando mejores ingresos fuera de la comunidad. Muchas mujeres jóvenes apoyan también como trabajadoras en labores agrícolas como las siembras o las cosechas, este trabajo por lo general se retribuye con productos, como papa, maíz, avena, cebada, etc. Pocas veces se paga como jornal diario (7 a 8 horas) equivalente a 10 a 15 nuevos soles. En consecuencia se está ampliando y complejizando la responsabilidad de las mujeres en el sustento familiar (Diálogo con pobladoras de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010). Participación de los ancianos en espacios comunitarios Después de la época del hacendado se produjo el restablecimiento de los conocimientos tradicionales que subsistieron en el código cultural de los “kuraq” y/o “yachaysapas” (familias adultas o ancianos con alto conocimiento adquirido durante su convivencia con su entorno), para luego ser utilizados en las actividades de su sistema productivo. Desde la época de la ocupación de los pobladores (después de la reforma agraria) los “kuraq” y/o “yachaysapas” jugaban un rol importante ya que
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tomaban decisiones sobre las prácticas agrícolas, tales como la sucesión del “muyuy”, el “linderaje” o reafirmación de fronteras, la distribución de chacras o parcelas para las familias que requerían, la distribución del agua, así mismo las formas de interpretar el comportamiento del ambiente eran tomadas e impartidas a sus poblaciones o herederos, para las decisiones en el seno familiar.. Con el paso del tiempo y las nuevas formas de visión e interpretación del ámbito local, en la actualidad los jóvenes hacen de líderes comunales, la toma de decisiones para alguna actividad comunal ya no parece tener decisión colectiva (deciden los dirigentes y la población aprueba), finalmente las parejas jóvenes son quienes deciden, dónde, cuándo y cómo construyen su vida, y hacen lo que quieren… (paykunallaña kunanqa… munasqankuta ruwanku…: Guillermo Cano Santa María -(55)- Ccorccor). Por ej. las exoneraciones del trabajo a los ancianos que están establecidas en el estatuto comunal, beneficia con el descanso a estas personas , pero a su vez restringe la transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones , que pueden ser decisivos para sus sistema productivos, considerando que en los “kuraq” y/o “yachaysapas” se halla un conocimiento acumulado, y que está por perderse.
Participación de la familia en espacios comunales Con la disipación del ayni muchas de sus actividades familiares y colectivas han venido colapsando. (Por ej. los almacenes comunales con volúmenes mayores a 50 toneladas58 se construyeron con mano de obra y fines de uso colectivo, hoy se hallan deteriorados y poco utilizados) porque el ayni que unía y reunía en reciprocidad se practica escasamente entre algunas familias, la comunidad e incluso con agentes externos (instituciones que apoyan). La tendencia es hacia la sectorización y la especialización de actividades a través de plataformas locales (ej. asociación de papas nativas, asociación de ganadería, asociación de artesanos, etc.), las que terminan distanciando las relaciones familiares y comunales y generando conflictos, distanciado sobre todo a las familias que no entran en esta lógica de organización, además cada agrupación o asociación tiene sus propias reglas y fines distintos a un fin colectivo, por ello las acciones de previsión frente a situaciones de riesgo (por ej. las lluvias excesivas) se han descuidado, incluso a nivel de comunidades (antes tenían semillero comunal), por que no se tiene planes comunales que beneficien a la colectividad. En la actualidad las poblaciones, principalmente las comunidades reconocidas como tales, cuentan con una Junta Directiva, comités especializados y otras plataformas de base, las que están reconocidas y autorizadas por sus comunidades para liderar las gestiones comunales y grupales, cada organización tiene sus representantes y se encargan de dirigir sus agrupaciones en muchos casos apoyándose con la comunidad, las agrupaciones funcionan mediante su instrumento de gestión (Estatutos o Reglamentos), realizan sus actividades a veces sin aprobación de la asamblea general. Estas organizaciones existentes se formaron generalmente inducidas por instituciones que intervinieron en este ámbito (como PRONAMACHCS, ARARIWA, 58 (Arariwa -2008- Manejo Integrado de Plagas en la microrregión Calca-Urubamba. Pag.42)
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Municipalidad y agencias de turismo, otros) y no lograron desarrollar acciones ni beneficios para la comunidad en su conjunto pues la participación parcial de sus miembros los lleva a tener escasa interrelación con el resto de organizaciones. Existen las siguientes organizaciones: Los Comités de Mujeres; Clubes de Madres, Comité de vaso de leche Asociación de artesanos Los Comités Pecuarios; Criadores de ganado vacuno El Comité de Conservación de Suelos y Forestación, encargado de concertar y promover la conservación de suelos; Los Comités de Riego, encargados de administrar el agua de riego; Asociación de conservacionistas (“Comités Comunales de Conservadores in situ” en las Microcuencas de El Carmen, Patacancha y Piuray); Asociación de productores (“Asociación de Productores de Cultivos Nativos del Valle Sagrado de los Incas” (APROCULTIVOS. Pag 6 y 7.); Las Rondas Campesinas, encargadas de vigilar la seguridad de la comunidad; Las iglesias católicas y evangélicas, entre otros.
1.2
Sub-Sistema Agrícola
Los principales productos agrícolas son la papa, las habas, la oca, la mashua, trigo y cebada y olluco. Dos quintos de la producción son destinados al mercado local y provincial. Estos cultivos son administrados por la unidad doméstica – alrededor de 0.5 hectáreas promedio por familia- mediante rotación de cultivos cada 5 o 6 años, con dos años de descanso y una preparación intensiva de abono natural. Los terrenos son trabajados alternando faenas comunales –sobre todo en aquellos terrenos de vocación preponderantemente comunal- y contratación de peones remunerados con jornales que varían entre 12 y 16 soles. En los últimos años se han introducido variedades de papas con vista a la demanda del mercado (mahuay, compis, canchán, revolución, etc.), y se ha producido una progresiva reducción de variedades nativas.
1.2.1 Calendario agrícola y cedula de cultivo El calendario actual y su cédula de cultivo suponen parcelas familiares y algunos años parcelas comunales. En la “parte alta” se ubican los cultivos en secano, en condiciones de año normal la campaña agrícola grande se inicia entre setiembre y octubre y la campaña chica en enero59. Antes del inicio de la campaña se hace el barbecho o preparación anticipada del terreno (marzo y abril) para luego ayudados por la q”asuna o pico realizar el mullido (agosto a setiembre) En la “parte baja” generalmente se realiza riego machaco para seguidamente hacer el barbecho (setiembre) con yunta de bueyes o tractor agrícola (en terrenos llanos) y luego de una a dos semanas se siembran cultivos anuales (papa, haba, oca, otros). Posteriormente se continúa con las demás actividades dependiendo del comportamiento del clima y la respuesta de los cultivos. Hacia la “parte baja” subsiste una forma de dinámica adecuada y en ensayo continuo persistentemente alterada por la intensificación de 59 (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray - Ccorimarca. 2001. Pag. 46)
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cultivos forrajeros con riegos periódicos, el cultivo de pastos amplía los periodos de labores agrícolas pues estos se pueden sembrar desde diciembre y además añade otras labores como el corte, el ensilado y el carguío de forrajes. Es imprescindible señalar que las familias que no tienen interés en el cultivo de pastos forrajeros son las que poseen la mayor parte de tierras en la «parte alta», no muy enlazadas con el mercado. Estas familias son consideradas por los comuneros como de condición socioeconómica baja, aunque en la práctica son estas familias las que mantienen la diversidad y variabilidad de especies nativas de importancia alimentaria existentes. La siembra temprana “mahuay” La siembra temprana conocida como “mahuay”, práctica masificada desde el 2002, cuando uno de los objetivos era incrementar el consumo y tener mejores utilidades como una estrategia para garantizar la alimentación familiar, se realiza hoy de manera regular con variedades mejoradas (Cica, Canchan, Yungay) tendiendo a optar por variedades precoces, debido a que en los últimos años se ha venido produciendo más alimentos para crianzas que para las familias. Las familias señalan que hace 30 años se consumía papas nativas como 1kg/per/día y actualmente es alrededor de 0.50 kg/per/día) porque priorizan la actividad ganadera o sus cultivos, son afectados por fenómenos climáticos. En un año normal con presencia de lluvias y ausencia de heladas extemporáneas este cultivo prospera, sin embargo una gran parte de la producción se destina a la comercialización. En algunos años obtienen precios relativamente altos, pero la ventaja es mayor si se producen estos cultivos en épocas de escasez (a fines de febrero y marzo, donde ya se agotan los alimentos almacenados). La demanda del mercado por la papa nueva o “musuq papa” tiene sus inconvenientes porque las familias que siembran para satisfacer esta demanda en época de escasez contribuyen a la ampliación y diseminación de plagas y enfermedades, algo que con la rotación sectorial de tierras se controlaba perfectamente, pues se rompían los ciclos de las plagas y enfermedades, hoy al continuar sembrando en las mismas parcelas o chacras y acompañados de hospederos en los bordes de las chacras, aun con rotación de cultivos de hasta cuatro años (con cultivos de gramíneas) no es posible obtener productos libres de plagas y enfermedades. Finalmente esta actividad hizo variar los sistemas de riego, semillas, siembra, labores culturales, cosecha, almacenamiento y otros. El calendario de cultivos viene variando visiblemente, se puede deducir que existe descoordinación en el tiempo y espacio porque hay variaciones en las fechas de siembra y cosecha.Hasta hace poco la siembra se iniciaba en septiembre de cada año, entonces se sabía qué sembrar, con qué semillas etc., ahora la siembra se viene iniciando en octubre y termina en noviembre o se prolonga hasta diciembre incluso enero (caso de cultivo de forrajes y hortalizas) otras veces no se planifica, por consiguiente los meses de cosecha también varían. Esta complejidad en el contexto de cambio climático y la migración definitiva o temporal de los padres no permite
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sistematizar los conocimientos para transmitirlos, por ello los nuevos herederos son más víctimas que manejadores de riesgos. En la figura siguiente se muestra en primer orden una recargada actividad agrícola y pecuaria, y en segundo orden el periodo de siembras ampliadas que van desde setiembre hasta enero.
Cuadro 4.21. Calendario Agrícola Vigente
1.2.2 Cultivos de importancia local El productor de la zona debido al acceso a mercados, vías de comunicación, e implementación con infraestructura productiva, realiza cultivos acompañados por tecnología media (mecanización, fertilizantes, agroquímicos) existiendo en otras partes productores catalogados como semilleristas (Comunidades de Andenes y Tongabamba), que se estiman alrededor de 20 y que aplican tecnología de media a alta”60. Con la intención de producción y productividad se mantuvo en el año 2001 el cultivo principal en el orden que se muestra en el cuadro siguiente:
60
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag. 179).
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Cuadro 4.22. Cuadro de Principales Cultivos de la Zona Nº 01 02 03 04 05 06 07 08 09 10 01 02
Nombre Común Nombre Científico CULTIVOS DE PAN LLEVAR Papa Solanun tuberosun Haba Vicia faba Maíz Zea mais Olluco Ollucus tuberosus Cebada Hordeum vulgare Avena Avena sativa Arveja Pisun sativum Zanahoria Daucus carota Cebolla Alliun cepa Tarwi Lupinus mutabilis FRUTALES Sauco Sambucus peruvianus Capuli Prunus serotina
Fuente: Entrevistas de campo. (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag. 179).
El cuadro indica que la papa se ubicaba en el primer lugar como cultivo principal para el año 2001. En la actualidad el cultivo de papa y otros tubérculos nativos vienen siendo desplazados por cultivos exóticos, porque se siembran cada vez más áreas con fines ganaderos. Algunos cultivos como la cebada con cantidades considerables es cosechada en grano y se puede vender sus excedentes, se priorizan los gastos familiares (educación, alimentación) y se reinvierte poco o nada en la agricultura. La nueva producción no se realiza en función de la suficiencia alimentaria, como se planificó en tiempos anteriores, La idea vigente es cultivar, producir y adquirir alimento de fácil manejo y menor riesgo, por ello la tendencia actual es preferir cultivar forrajes exóticos, producir ganado para la venta y adquirir alimentos producidos en otras zonas. Semillas Antiguamente las semillas y el hombre dialogaban en una orientación hacia el futuro en base a las experiencias vividas en el que las acciones tenían determinación para interrelacionar todos los posibles elementos en el agroecosistema sean materiales e inmateriales, cuando los aspectos culturales y espirituales se hallaban en su plenitud o apogeo las semillas se propagaron de manera sorprendente y en armonía con el medio, por ello se construyeron laboratorios vivos (Moray) de envergadura para hacer perdurable esta tecnología de semillas oriundas o nativas. Para las comunidades en estudio, el intercambio de semillas como flujo genético permitía la diversificación de los cultivos y el mejoramiento de las especies cultivadas y por consiguiente la mejora de la productividad, dichas especies se iban validando y
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seleccionando positivamente, de manera que poseyeran cualidades para enfrentar adversidades ambientales, bióticas o abióticas, el escenario cambió con la aparición de tecnologías exógenas y la introducción de semillas y alimentos, hoy la presión interna y externa agudiza las expectativas del agricultor, las posibilidades giran de acuerdo a la cantidad de tierras que se posee, la cercanía o acceso a las vías de comunicación y al piso ecológico donde se encuentran los productores. Estas situaciones han contribuido a la erosión de semillas, como la papa, tarwi, quinua y otras. La implementación de otras semillas con fines de mercado está influenciada por comunidades vecinas ligados incluso por lazos de parentesco (ej. asociación de semilleristas de Andenes y Tangabamba) que obligan a cambiar y dejar de usar sus propias semillas. Sin embargo, hoy también podemos encontrar prácticas de recuperación en algunos pobladores (caso Taucca), que reconocen los ciclos en los que algunos cultivares de papa nativa, oca, año (mashua), o tarwi vuelven a florecer en las chacras de la familia o en la comunidad, y cuando algunas especies mejoradas o nativas llegan al cansancio o “saleasq’a” (desvigorizado); los pobladores conocedores aplican el criterio de la prueba error; si las semillas mejoradas ya no prosperan en determinadas condiciones entonces se desechan, las papas nativas pueden ser restauradas o reinstituidas. Últimamente con la disminución de las áreas de cultivo, y la priorización de cultivos forrajeros, algunas familias esperan adquirir en los mercados aledaños las variedades que pueden prosperar, y están incorporando las variedades comerciales como Peruanita y Huayro provenientes de Andahuaylas, pero no siempre logran una adaptación. Las “ferias no tradicionales” son otro espacio por donde discurre el flujo de semillas pues en ella participan comunidades aledañas a la región, las ferias en la última década fueron propiciadas por instituciones, pero los últimos años se viene perdiendo el interés. En el “Año Internacional de la Papa–2008”, se tuvo iniciativas a nivel comunal precisamente porque se percibió “amenazas” desde el orden abiótico, biótico, antrópico que influyeran en la propuesta de conservación de papa nativas (ARARIWA-2004). Conservación in situ de papas nativas En el siguiente cuadro se presenta un resumen tipológico de las amenazas más importantes para la conservación in situ61 Cuadro 4.23. Tipología de amenazas para la conservación in Situ TIPOLOGIA DE AMENAZAS Criterio de clasificación
Tipología Clima
Abioticos
Suelos
Amenaza Irregular distribución de lluvias Heladas, granizadas, sequias, vientos Erosión de suelos
61 (ARARIWA 2004. Doc. Informe. Curso Internacional sobre Agrobiodiversidad: Conservación In Situ de papas nativas y sus parientes silvestres en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco-. Pag. 3).
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Plagas
Enfermedades
Bióticos
Plantas
Animales
Manejo de Agro ecosistema
Sociales
Económicos
Antrópicos
Culturales
Políticos y legales
Tecnológicos Contaminación ambiental
Pérdida de fertilidad de los suelos Plagas claves por regiones: Caso Cusco: Gorgojo de los andes Polilla de la papa Illa Enfermedades clave por regiones: Caso Cusco: Rancha Ayawayko Virosis Plantas invasoras: Muchuy qora Kikuyo Silvestres: Zorrino Perdiz Introducción de especies depredadoras Deficiente control de animales domésticos Quema de pasturas naturales Incendios forestales Sobre pastoreo Débil organización y poca participación Migraciones Institucionales: Agencia Agraria no trabaja temas de conservación en comunidades. Centros de investigación no producen semillas de papas nativas. Expansión urbana Violencia política Mercado y precios: Competencia extraregional Transporte muy caro Falta créditos: Cambio de actividad económica Poca valoración de los cultivos nativos Porcentajes elevados de analfabetismo Cambio de hábitos de consumo Perdida de costumbres agrícolas tradicionales Ausencia de programas de conservación en las comunidades de parte del estado Leyes desfavorables a la conservación in situ Introducción de variedades mejoradas Falta promoción y producción de herramientas andinas Falta de difusión de las bondades de cultivos nativos Uso de agroquímicos contaminantes
Fuente: Tomado de, ARARIWA 2004. (Doc. Informe. Curso Internacional sobre Agrobiodiversidad: Conservación In Situ de papas nativas y sus parientes silvestres en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco. Pag. 3, 4).
Las amenazas de orden antrópico y bióticos hasta el año 2004, son las que hasta los últimos años se han extendido debido a las formas de organización e intervención sobre los sistemas productivos, poseen una visión local de manejo fragmentario e individualizado de sus recursos familiares y comunales. También hay “amenazas” de orden abiótico (fenómenos climáticos adversos), que en los últimos tres años vienen incidiendo sobre sus sistemas productivos de manera alarmante. En consecuencia los flujos y erosión de semillas son inciertos. Recuperación de variabilidad de semillas
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En las décadas 60 a 70 se tenía aproximadamente un centenar de cultivares nativos de papa para diversos usos; sin embargo el flujo de semillas entre las comunidades del distrito y la región ya se debilitaba a causa de las repercusiones de la revolución verde que indujeron al monocultivo, la masificación de variedades mejoradas y el uso de tecnologías y fertilizantes que se encontraban accesibles a través de la Industrial Cachimayo, En los 90 se agudizó la situación porque se introdujeron semillas exóticas de especies mejoradas como la cebada y trigo y existía una demanda de semillas de papa, por lo que en este periodo se vino incorporando las semillas mejoradas de papa liberadas por los centros de investigación como la Universidad Nacional San Antonio Abad de Cusco. Hacia los años 2000 se contaba con escasas variedades de semillas por lo que diversas instituciones prepararon iniciativas de recuperación y repoblamiento de variedades nativas. La ONG ARARIWA y el Proyecto de Conservación In situ de Cultivos Nativos y sus Parientes Silvestres (PER/98/G33) halló alrededor de 50 variedades nativas de papa entre Taucca, Cuper y Umasbamba y formaron un “Comité de Conservadores de Papas Nativas”62, existen otras experiencias que confirman el dato63, pero esta iniciativa se tuvo que enfrentar al continuo avance de la economía de mercado y a pesar de haber contado con la propuesta de la “Asociación de Productores de Cultivos Nativos del Valle Sagrado de los Incas” (APROCULTIVOS)64 no prosperó, y continuó la disminución. Para este año la mayoría de familias cuentan con alrededor de 10 cultivares entre nativos y mejorados en pésimas condiciones (infectados e infestados de entomopatógenos), aun quedan intentos de recuperación (por las recomendaciones de ARARIWA (20012006) por algunas pobladores que cuentan con alrededor de 25 cultivares que vienen manteniendo con su propio esfuerzo, pero se mantienen para satisfacer las demandas de, exhibición y degustación con los visitantes captados en los programas de turismo principalmente en Taucca y Umasbamba..
1.2.3 Rotación de cultivos Hasta los años 70 aproximadamente la rotación de cultivos para la “parte baja” y “parte alta” se iba determinando de acuerdo a los intereses de los hacendados que privilegiaban el monocultivo de algunas variedades como Renacimiento, Revolución, Tomasa Condenita, Yungay (variedades de papa que se liberaron según Ochoa, C. (1990), y son las que recuerdan los pobladores, utilizando los terrenos más fértiles, para una producción masiva o extensiva, con una clara intención de acumulación de beneficios generados, En ese entonces las familias oriundas de las comunidades bajo estudio persistían con el cultivo de papas nativas, también cultivaban olluco, oca, mashua, tarwi, quinua y otros de manera gradual; ya para los años 80 y 90 con los terrenos rehabilitados por las poblaciones se inició la restitución y reordenamiento de cultivos en las mismas parcelas en forma sistemática priorizando los principios de 62 Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010. 63 Asociación Arariwa -2006 “Sistematización de la experiencia del proyecto” Conservación In Situ de los cultivos nativos y sus parientes silvestres. Pag. 41,42); encontró variedades nominales caracterizados con descriptores campesinos y técnicos, para el año 2004, con 16 conservacionistas curiosos + 90 acompañantes de las 6 comunidades participantes con el proyecto. No se especifica por cada comunidad 64 (Informe, Curso Internacional sobre Agrobiodiversidad: Conservación In Situ de papas nativas y sus parientes silvestres en el Valle Sagrado de los Incas, Cusco-2004. Pag.2, 6, 7)
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diversidad y variabilidad de cultivos nativos. Posterior al año 2000 con la implementación de tecnologías apropiadas y sostenibles (semillas “mejoradas” y cultivos forrajeros, e insumos sintéticos) (impulsados por PRONAMACHCS y ARARIWA) cambiaron los patrones de cultivo. Desde el año 2003 hasta el presente, muchas parcelas en la “parte baja” cuentan con instalaciones de cultivos exóticos; cebada, avena, habas, trigo, alfalfa, hortalizas, papas mejoradas (Cica, Yungay, Canchan), y en pequeñas áreas al menos una variedad de papas nativas dulces (Puka Qompis, e intentos con Peruanita y Huayro sin éxito). Hacia la “parte alta”, con apoyo institucional (ARARIWA y grupos organizados), por iniciativa de algunos agricultores hay intentos de recuperación de papas nativas endémicas recolectadas entre las comunidades vecinas, porque los pobladores señalan lo siguiente: “Mejorada papakuna mana valipunchu, nishu kuru, nishu onqoy, hjampillatataq munakapun, nitaq precioyuqchu,… contaminacionpas kanraqtaq….chayrayku imaynatapas wichayllapiña papa nativaykuta atisqaykuman hjina tarpukuyta munayku mihjunallaykupaqña… chaychaqa kanraqmi imaynallapas…” “Las papas mejoradas ya no prosperan, hay mucha gusanera, hay mucha enfermedad, solo requieren aplicaciones con pesticidas, tampoco tiene buen precio,… además hay contaminación... por eso como sea queremos sembrar nuestras papas nativas hacia la “parte alta” hasta donde podamos queremos sembrar solo para nuestra alimentación… estita aun como sea siempre habrá…” Diálogo con pobladoras de Taucca, Umasbamba, Ccorccor, Cuper Alto. Abril-2010 Cuadro 4.24. Rotación de cultivos Clasificación local
Patrón de rotación de cultivo hacia 1980 Papa (papas amargas y dulces) Olluco (ocasionalmente)
“Parte Alta” Papa (papas dulces mejoradas) Olluco Papa Olluco-Mashua-Oca Haba “Parte Baja”
Papa Olluco Avena-Cebada
y
Periodo Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Año 5 Año 6 Año 7 Año 8 Año 9 Año 10 Año 1 Año 2 Año 3 Año 4 Año 5 Año 6 Año 7 Año 8 Año 9 Año 10
Cédula de cultivo en 2010 Papa (papas dulces amargas) Olluco-Mashua-Oca () Avena-Cebada
y
Papa (papas dulces y mejoradas) Olluco - Oca Avena-Cebada Tarwi Papa Haba u Olluco-Oca Avena-Cebada o Hortalizas Tarwi Papa Avena-Cebada o Alfalfa; Rye grass Alfalfa
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Aproximación del periodo de rotación de cultivos para las comunidades en estudio (Abril2010).
Variaciones en los patrones de rotación de Cultivos Para la “parte alta” hacia los años 80 se contaba con 8 a 10 “muyuy" relativamente amplios y se dejaba descansar entre 8 a 9 años, resaltaban las papas amargas (ruk‟is, wañas). Hoy cuentan con 6 a 7 “muyuy» que descansan entre 5 a 4 años. Antes se cultivaban papas amargas y algunas papas dulces luego se dejaba descansar hasta recuperar su fertilidad con prácticas de abonamiento tradicional. Las áreas de rotación o “muyuy”, hoy se hallan en sectores localizados en pocas parcelas o chacras dispersas, hoy se cultiva el primer año papas nativas, el segundo año entre olluco y oca, y al tercer año cereales (cebada, avena), luego se deja descansar. Este cambio del patrón de rotación está descoordinando las labores cotidianas en las “chacras” o parcelas, porque ya no se continúa con la secuencia de sistemas agrícolas correspondiente a las variedades de semilla. La actividad agrícola afecta también la vegetación arbustiva natural65 mientras las crianzas, se acomodan temporalmente aunque de manera restringida entre los espacios de pastizales que quedan. Distribución y ordenamiento de la tierra Anteriormente existían formas de distribución y ordenamiento de las tierras bajo normas consuetudinarias y tecnología tradicional, los líderes hacían cumplir los mandatos de manera orgánica y con ello la rotación sectorial tenia funcionalidad, además la coordinación de zonas de producción garantizaba el sustento local. Los principales cambios se empezaron a notar como respuestas a la presión de instituciones exógenas que han ido variando de acuerdo a los vaivenes del mercado. En ese sentido, las visiones se han cambiado tan aceleradamente que hoy no se tiene una visión perdurable66, el apoyo mediante la intervención de instituciones no surge para encaminar las actividades de manera endógena, (desde abajo o desde adentro) sino todo lo contrario. En la actualidad continúan acortando el tiempo de descanso en los «muyuy», además se han introducido en muchos «muyuy» especies forrajeras. A esto se suma la insuficiente restitución de nutrientes, pues ya no realizan los abonamientos tradicionales con crianzas de camélidos (Hjisp’achiy) establecidos en la partes altas y dispersos entre los laymes, hoy con la fuerte disminución de camélidos y con la crianza semi estabulada de vacunos, ovinos y otros ya no es posible cubrir estas demandas, provocando el abandono temporal de “chacras” o “parcelas” de manera alarmante ya que muchas familias priorizan u optan por recurrir a otras formas de conseguir dinero para su sustento familiar. Así el sistema de rotaciones sectoriales de tierras, denominadas “laymes”, permitían controlar las plagas y las enfermedades al romper con el ciclo de la plaga, hoy la diseminación de plagas y enfermedades tiene su foco en las formas de abonamiento (con estiércol fresco de vacunos, ovinos, 65
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag. 122, 134), 66 (Percepciones, Actores Locales y el Servicio Ambiental que Presta la Alguna de Piuray, Chinchero-Cusco. 2005. Pag. 15).
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caballo, burro, chancho, etc., en la “parte baja”) con excretas de crianzas semi estabuladas mixtas que se aplican en los “laymes”. Variación en el manejo vertical de los cultivos Antiguamente el orden de prioridad de los cultivos era: 1) la papa, 2) otros tubérculos, 3) cereales y 4) habas; sin embargo, para los últimos 5 años las siembras de papa disminuyeron extremadamente ya no se siembra papas nativas (excepto la papa nativa Qompis) y prefieren sembrar papas mejoradas o hibridas (Yungay, Cica, Canchan) para fines comerciales y para complementar la alimentación en épocas de escasez (siembra en mahuay. caso: Taucca, Umasbamba, Cuper alto y Ccorccor). El cultivo de forraje, en desmedro de la producción de alimentos, se viene ampliando hacia la “parte alta”, pues se percibe el incremento de temperatura que puede favorecer los cultivos forrajeros para alimentación de crianzas, y la tendencia es a continuar hasta que la capa arable, el espacio, y la vulnerabilidad lo permitan. Una de las actividades de importancia en las partes altas eran las prácticas de vigorización o adaptación de semillas, ésta se ha afectado porque las papas nativas sembradas en la “parte alta” ya no retornan hacia la “parte baja” como en épocas antiguas, salvo algunas variedades, pues el incremento de las plagas y enfermedades impide la obtención de productos sanos. Las plantaciones arbustivas y arbóreas en zonas de “laymes” o “muyuy” se continúan ampliando mayormente hacia la “parte alta” con la perspectiva de controlar la erosión e iniciar la recuperación de la fertilidad de los suelos y puede estar generando algún tipo de microclima donde pueden temporalmente prosperan algunos cultivos principalmente forrajeros, sin embargo los pobladores sienten que poco o nada contribuye a la producción de alimentos (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Cuper alto y Ccorccor).
1.2.4 Agricultura bajo riego y en secano Las condiciones edafológicas, climatológicas y otras que presentan las comunidades en estudio, permiten llevar una agricultura de secano y bajo riego, basada en la combinación de tecnologías locales (propias) y convencionales (introducidas). La distribución de las parcelas y presión local para la producción de alimentos En la actualidad existe presión por obtener parcelas en la parte “baja” porque ello les permite acceso a los alimentos tanto para las familias como para las crianzas “mejoradas”. Los cultivos en las partes altas van disminuyendo por la escasez de tiempo con que cuentan los pobladores (los hombres se van a trabajar fuera de sus comunidades, así la mujeres se dedican más a la crianzas y artesanías). Por ello la producción de alimentos en la parte “alta” es cada vez más escasa y se va concentrando en la parte “baja”. Distribución de parcelas en agricultura bajo riego
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Las zonas de mayor uso de agua de riego constituyen las quebradas, las terrazas, las faldas de los cerros y las colinas ubicadas en la parte “baja, de las comunidades de Taucca, Umasbamba, Pongobamba, Chuso, Ocutuan y Cuper. Las familias cuentan con dotación de agua de riego (sistemas de riego tecnificados y tradicionales)”, con la que realizan sus actividades agrícolas desde la roturación (barbecho) de terrenos, las familias demandan cada vez mayores cantidades de agua sobre todo cuando se inicia la época de escasez. La distribución del agua se hace mediante el ente regulador llamado “Comité de regantes” (2002), el uso del agua ya no considera las formas de expresión tradicionales y la realizan por turnos de acuerdo al padrón de regantes. El cultivo principal con riego es la papa (cultivar Cica), seguido de haba, avena, cebada, y algunas hortalizas (zanahoria, cebolla, coles, otros), recientemente se observa la preferencia por sembrar avena. La alfalfa y los forrajes son los que demandan mayores volúmenes de agua durante su permanencia en el terreno que dura entre ocho a diez años. Estas formas de cultivo bajo riego dan oportunidad de ensayar sistemas de asociación de cultivos y otros, que se pueden dar de manera muy compleja pues algunos cultivan en una misma parcela pequeña entre papa, haba, avena, cebada y alfalfa, incluso hortalizas, sin embargo no se halla ninguna forma de producción óptima aún. Agricultura en secano Las áreas de secano predominan en la parte “alta” de las comunidades y son destinadas a cultivos anuales y otros como forestación. Las condiciones edafológicas y climáticas permiten la práctica limitada de una agricultura en secano a base de cultivos de importancia local como la papa, otros tubérculos, tarwi), avena y cebada para forraje. Las labores agrícolas son manuales y esforzadas, se utiliza la chaqitaqlla, el pico, y la yunta ocasionalmente. La interacción encontrada entre sistemas tradicionales de cultivos nativos con los cultivos exóticos en la actualidad van generando según los pobladores una valoración positiva y otra negativa en el uso del suelo y agua. Para los que participaron directamente en los cambios en los sistemas productivos son de alguna forma beneficiosos, sin embargo para las familias que no han sido “beneficiarios” directos”, hay complicaciones y dificulta sus labores agrícolas. En el curso de los últimos 30 años, Perú ha emprendido un programa de plantaciones de eucaliptos. La finalidad de las plantaciones ha sido producir madera industrial, sin embargo el eucalipto produce diversos efectos negativos (alelopatía) sobre otros organismos como papa, habas, cebada, especies silvestres de tubérculos andinos (K’ita papa, K’ita lisas, K’ita oqa, K’ita añu) y otros. Se observa que muchas parcelas o “chacras” se secan rápidamente por estar rodeadas de eucaliptos, que extraen la humedad del suelo. En cambio, la forestación con ceticio y pino, es vista más favorable porque éstas pueden incorporar nitrógeno en el suelo, además se puede trasplantar ceticio durante un periodo de tiempo para luego volver a cultivar la papa (Lorenzo Huamán Quispe: Taucca), sucede algo similar con las plantaciones de
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queñua, sin embargo en otros casos ya no es posible aprovechar el mismo lugar para los cultivos, porque los árboles sirven como hospederos de aves que causan daño a cultivos (es el caso Qolle: hospedero de moscas que causan daño a las gramíneas (avena, cebada o trigo). Otra práctica escasa es la siembra de tarwi en parcelas de poca fertilidad, lo que como es conocido, contribuye enormemente a la recuperación de la fertilidad del suelo.
1.2.5 Producción y rendimientos agrícolas Las áreas agrícolas ocupadas por las comunidades han servido para buscar integrar las prácticas de conservación de suelos adquiridas durante la participación de instituciones con sistemas de producción agrícola, combinando las técnicas de manejo agronómico con las físico-mecánicas. La producción y rendimiento a nivel de la región difiere considerablemente, esta incrementa o disminuye en función de las condiciones abióticas y bióticas con que cuentan las zonas de producción. En la submicrocuenca, estos rendimientos están por debajo del promedio de la región67 observándose diferencias significativas al interior de la submicrocuenca68. Según los pobladores, hace unos 30 años se producía buena papa, sin riego ni guano, estos últimos años la producción ha disminuido considerablemente para todos los cultivos, y más aun para las familias de condición socioeconómica “media” que persisten con cultivos nativos, finalmente no se obtienen semillas si la plantación fue afectada durante su producción,69 o también por sequías acompañadas de calores intensos (que limitan la tuberización). Los rendimientos aproximados de hace unas tres décadas, comparados con los actuales difieren bastante y son observadas con mucha preocupación por las familias. Antes sembraban de 10 a 15 “cargas” -cargas de llama- (200 a 300 kg) y cosechaban entre 30 a 35 cargas (600 a 700 kg) y alcanzaba para 5 miembros de la familia, en la actualidad se siembra con 3 a 4 “cargas” -cargas de caballo- (160 kg) y se cosecha entre 5 a 6 cargas (200 a 240 kg).
1.3
Sub-Sistema Pecuario
Las familias comuneras poseen ganado vacuno y ovino, entre mejorado y criollo, cuya producción de carne destinan al mercado y la leche la venden a programas sociales. El pastoreo se lleva a cabo en parcelas familiares y en pastos comunales. Desde el año 2000, se introdujo pastos mejorados “ray grass” y trébol, regados por un sistema de aspersión y el cultivo de alfalfa para forraje.
67
Como el caso de la papa con 10,000 kg./ha, siendo el departamental 10,000 kg./ha; los rendimientos de la papa destinada para semillas es 18,000 kg./ha, 68
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag.178); 69 sea por plagas (gorgojo de los andes y polilla), enfermedades (rancha),
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1.3.1 Crianzas de importancia local Las unidades de producción ganadera son básicamente familiares, diversificadas y semiestabuladas se cría prioritariamente vacunos (criollos y mejorados por cruce) para la producción de carne y leche, seguido de ovinos (mejorados por cruce y criollos) para lana y carne70
Un componente que dinamiza las crianzas, son las ferias semanales que están establecidas desde hace un tiempo a donde llevan sus crianzas en estado maduro para la venta o intercambio de especies ganaderas de cualquier edad con la participación de comuneros vecinos y compradores. Las especies que conforman el capital pecuario son el vacuno, ovino, caballo, chancho, aves de corral y cuyes. Sin embargo, la ausencia de un manejo eficiente y eficaz de la crianza del ganado, el bajo nivel de conocimiento de criadores, la escasez de los pastos y el abigeato, determinan que los rendimientos sean relativamente bajos (salvo algunos criadores con propósitos de engorde y venta). Esta forma de crianza diversificada viene siendo el soporte socioeconómico de las familias y son complementarias con la actividad agrícola, en parte subsidiada por otras actividades. Priorización de crianzas Datos del año 2001, indican que la población por cabezas de crianzas aproximada por familia es de 2 a 12 de vacunos; 3 a 20 de ovinos. La crianza de animales menores son fluctuantes, complementarios, mayormente se utilizan para autoconsumo, además casi no se toman en cuenta en la tenencia pecuaria. Otras crianzas domesticas exóticas como el caballo, chancho, aves de corral, y burro, se posee en pequeñas cantidades (1 a 3), además, se tiene en promedio aproximado de 8 cuyes por familia, y se tienen por lo menos 30 llamas entre dos o tres familias 7172. Cabe resaltar que este es un promedio aproximado, no todas las familias se dedican a la crianza de las mismas especies, otras familias no poseen ninguna de estas especies porque no tienen facilidades o recursos en su comunidad. Estas variaciones se han dado también por influencia de instituciones como Arariwa y Clubes de Madres, quienes incorporaron ovinos de raza cara negra para mejorar los rebaños con la finalidad de generar mejores ingresos económicos mediante su venta. Se indica, que las familias se iniciaron con la crianza de llamas hace mucho tiempo (aun durante la época colonial), eran el medio de transporte, también servían para la alimentación y vestido, hacia los años 1980 las familias de condición socioeconómica local “alto”, “medio” y “bajo” tenían aproximadamente entre 50, 30, 15 cabezas de llamas respectivamente, de las cuales una parte se utilizaba (aproximadamente 15) 70 71
hacia el 2001 los camélidos como la llama se desarrollan mayormente en las partes altas de la comunidad de Cuper y su población se reduce a 270 en todo el ámbito del proyecto 72 (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag 190), MIMA-PRONAMACHCS (2001).
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como “llamas cargueras” para viajes de intercambio de productos hacia los valles como Calca, Urubamba y Cusco, a partir del año 1990 empezó a disminuir la producción de estos camélidos por la priorización de la crianza de ovinos y vacunos con propósitos de mercado, en la actualidad prima la crianza de vacunos (ver cuadro siguiente,1980 y 2009). .
Cuadro 4.25. Crianzas de importancia local y sus variaciones por familias que poseen mayor diversidad de especies. Nombre común y Clasificación local Vacunos: Mejorados
Criollos Ovinos: Mejorado
Raza/ especie
Antes (1980) Familias que poseían
Actual (2009) Familias que poseen
Brown swiss (por cruce)
No se criaba, hubieron intentos
Se cría regularmente por muchas familias
“cerrero”
Se criaba regular y por muchas familias
Se cría poco, por pocas familias
Cara negra
No se criaba
Se cría poco, por algunas familias “phuska chaki” Criollo Se criaba regular y por Se cría poco, por pocas muchas familias familias Llamas Lama glama Se criaba regularmente, Se cría muy poquísimo y Huacaya por muchas familias por muy pocas familias Otra importante: Se cría pocas cantidades, Cavia sp. Cuyes No se criaba por muchas familias Fuente: Elaboración propia (Diálogo con pobladores de Taucca, Umasbamba, Ccorccor y Cuper Alto). Abril-2010.
Existen acuerdos colectivos para la regulación y distribución de crianzas debido a los daños provocados en los sistemas agrícolas y forestales. Esta aplicación se ha dado de manera gradual pues las crianzas iban en incremento ovinos y vacunos se criaban libremente en los “laymes” y saturaban los pastizales nativos tanto en la “parte alta” y “baja” de las comunidades, afectando cultivos en la fase de crecimiento y desarrollo. Por ello se establecieron las restricciones, como el de disponer la áreas para plantaciones en bordes de parcelas, libres de crianzas durante por lo menos 2 años, prohibir el ingreso y afectación por crianzas y personas (niños o adultos), sancionar con multas o captura de crianzas en caso de haberse afectado las plantaciones. 73Esta forma de regulación ha contribuido en la prevención de daños en plantaciones forestales y los cultivos, sin embargo también ha contribuido hacia la concentración de crianzas en la “parte baja”.
1.3.2 Calendario pecuario Implementación de actividades dentro del calendario pecuario: 73
Posteriormente esta misma modalidad fue aplicada a la crianza de chanchos.
95
El calendario de actividades agrícolas y ganaderas en realidad son complementarias pero no definidos ni coordinados (cualquier actividad se hace a cualquier tiempo), se halla una sobreposición de actividades no establecidas y en periodos no definidos y además la crianza mixta de la gran mayoría de pobladores demanda mayor tiempo generando competencia de labores (a veces no cubren oportunamente y dejan de cosechar algunos cultivos). El periodo de actividades es inestable. La producción de forraje es considerada fundamental para las crianzas, el pastoreo con forrajes exóticos se hace principalmente durante los meses de abril a setiembre. El sistema de alimentación vacuno ovino es mixto, El empadre, la parición en vacunos se da a cualquier época del año, a diferencia del ovino y llama. Adicionalmente, la cosecha y procesamiento de forrajes es una de las tareas de mayor importancia dentro del calendario agropecuario dependerá el suministro de alimentos durante la escasez (Junio a Agosto). La avena es el forraje de mayor interés, se corta durante la madurez entre el mes de mayo a junio para proceder al secado a la intemperie en el mismo campo, hasta el mes de julio aproximadamente, luego se traslada al lugar de hacinamiento (junto a los corrales) para proveer como alimento durante los meses de agosto a noviembre.
Cuadro 4.26. Calendario pecuario vigente relacionado con cultivo de forrajes, por agricultores con mayor diversidad de especies.
96
Manejo de pastizales Se estima que más de la mitad (aprox. 80%) de la actividad ganadera se sustenta con forrajes exóticos cultivados y más de la mitad (aprox. 70%) de la parcela familiar en la “parte baja” está constituida por pasto cultivado. La introducción de pastos cultivados se dio hacia el año 2000 (según pobladores) de ahí se ha ido intensificando el cultivo de avena forrajera e implementando con pequeños sistemas de riego por aspersión Con el incremento de la población ganadera principalmente de ovinos, los pastizales nativos se han deteriorado considerablemente, pues estos pastos son sobre-utilizados sobre todo en sequías prolongadas. Hoy también se cultivan especies forrajeras exóticas que son reservadas para los vacunos mejorados y en ocasiones para los vacunos criollos u ovinos mejorados. En general las familias hacen pastoreo mixto complementado entre pastos nativos en secano y pastos exóticos cultivados, ocasionalmente se complementan con restos de cosecha como paja de trigo o cebada. Se considera también a algunas familias que solo hacen pastoreo en pastizales nativos, como también hay familias que solo usan forrajes exóticos cultivados. Roles de la familia en la crianza
97
Los pobladores de los ayllus tradicionalmente realizaban la crianza dentro de una organización social establecida por lazos de parentesco, donde varones, mujeres, niños y ancianos tenían distribuidos sus roles de manera equitativa e integrada, así, bajo esta organización las prácticas relacionadas dentro del calendario como el pastoreo, los cuidados o tratamientos para las crianzas se desarrollaban favorablemente porque contaban con recursos en suficiencia y conocimiento asociado, así también las celebraciones de los rituales eran realizados en conjunto bajo los principios andinos para garantizar la convivencia entre el medioambiente, plantas, animales y el hombre. En los últimos años en muchos casos es la esposa la asume la responsabilidad del pastoreo mientras el esposo y los hijos no se encuentran (por motivos de estudios o trabajo), esta labor es apoyada por hijos menores los fines de semana y el periodo de vacaciones escolares, en algunos casos los padres que aun viven (ya ancianos) están dedicados íntegramente al pastoreo al alcance de su fuerza de trabajo. La tarea esforzada para las mujeres o niños es el suministro de forrajes a las crianzas que se corta manualmente con una hoz en las áreas que vienen madurando, y son transportados a la espalda hasta los establos o lugares donde se hallan las crianzas. Esta forma de alimentación es conveniente porque además de estimar los volúmenes requeridos, se saca plantas atípicas junto a forrajes, aprovechando en la alimentación y evitando su maduración y diseminación de semillas, sin embargo requiere mayor esfuerzo físico. Sistema de producción ganadera El sistema de producción ganadera es el que ordena el territorio y los medios de producción en la lógica de una economía simple y extendida, el sistema depende fuertemente de la presencia de lluvias, tanto para los riegos como para la regeneración de pastos naturales, los pastoreos se realizan en pequeñas áreas de manera semiestabulada y se complementa con ocasionales viajes hacia los pastos no cultivados. Se prefiere sembrar cebada como primer pasto forrajero y generalmente se cultivan los pastos permanentes como la alfalfa74. Es un sistema que se basa en la movilización de recursos/insumos localmente disponibles, es un sistema de producción cuyos medios están encontrando un techo que ponen en riesgo la actividad e ingreso económico de las familias, porque los costos de producción y sobre todo los tratamientos sanitarios son cada vez más costosos. (En la actualidad no se cuentan con indicadores que grafiquen de mejor manera la problemática de la actividad pecuaria). Las crianzas “mejoradas” con deficiencias nutricionales dan lugar a prácticas artesanales para superar el problema, como por ejemplo, realizan incorporación de fuentes de calcio mediante la cáscara molida de huevos de gallina, con la idea de
74
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag 191).
98
complementar las deficiencias nutricionales en vacunos y chanchos, señalando que les recomendaron técnicos pecuarios. Los pastos nativos se hallan en disminución, mientras los forrajes cultivados se incrementan, amplían bajo riego. Se recomienda realizar una colección y selección de especies de pastos nativos existentes, con fines de investigación y propagación, considerando los siguientes géneros: Festuca, Bromus, Poa, Muhlembergia, Trifolium, Vicia, Eragrostis, gilgiane, Calamagrostis cephalanta, Calamagrostis ovata, Festuca orthopHylla y Calamgrostis heteropHylla,75 Cuadro 4.27. Pastos nativos y exóticos a nivel de las comunidades y las tendencias actuales Nombre común
Especie
Población actual
Pastos nativos Festuca dolichophylla Chillihua Se halla Festuca rígida Ichu Se halla Stipa Ichu Sikuya Se halla Juncus sp. Totorila Se halla Aciahne pulvinata Paqu paqu Se halla (Especie introducida) Kikuyo En incremento Forrajes Exóticos Avena sativa Avena Negra En incremento Avena Blanca Se halla Hordeum vulgare Cebada Se halla Medicago sativa Alfalfa En incremento Lolium multiflorum Rye Grass Ingles Se halla Rye Grass Italiano Se halla Trifolium repens Trébol Blanco En descenso Dactylis glomerata Dactilo Se halla PA: Parte Alta; PB: Parte Baja; X: Presentes; - No se halla
PA
PB
X X X X X X
X
X -
X X
X X X X X
X X X X X
Fuente: elaboración propia, (Diálogo con pobladores de las comunidades) Abril2010).
Infraestructura pecuaria La infraestructura pecuaria es deficitaria en la submicrocuenca, recién se están instalando establos mejorados en Taucca, Chuso, Cuper y Pongobamba, dirigidos a unos cuantos beneficiarios. En piso de valle se tiene infraestructura pecuaria, por la presencia de animales mejorados76. La infraestructura productiva implementada en el área de estudio, es variada y se encuentra en las diferentes comunidades (se aprecia en el siguiente cuadro 4.28). 75
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag.133 y 112). 76 (Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag 192).
99
Cuadro 4.28. Relación de Infraestructura Productiva Existente en la Zona Almacén Establos Comunidades Bañader de o corrales Riego por Canales / o Reserv. Viveros producto mejorado Aspersión de riego Cc.pp. s s 1 Tauca X X X X 3 Cuper Cuper alto X X X X Cuper bajo X X X X X 10 Umasbamba X X Umasbamba X Qorqor X X X X Total Fuente: PRONAMACHCS Y Son establos lecheros individuales. X Son corrales mejorados con estercoleros.
Existen diversas infraestructuras entre rústicas y mejoradas: Corrales rústicos con cimiento de piedra y paredes de piedra o adobe. Cercas provisionales de alambre de púas. Cobertores rústicos con pared de adobe y techo de teja, o plástico, o de paja y restos de arbustos (poseen varias familias en Taucca, Ccorccor y Cuper Alto). Cobertizos con pared de adobe y techo de calamina. (10 cobertores “mejorados” de 3m x 8m en Taucca y 6 en Ccorccor). Bañadero (sin uso, en Taucca) Sogas, estacas rústicas Hoz, mantas de polipropileno Forrajes secos
1.3.3 Producción y rendimientos de la ganadería Disponibilidad y beneficios que brinda la ganadería Entre el año 1980 por condición socioeconómica local “alta”, “media” y “baja”, las familias contaban respectivamente entre 50, 30, 15 de llamas, de 2 hasta 5 de vacunos; y por muchas familias de 3 hasta 10 de ovinos y otras crianzas se tenían en pequeñas cantidades. El 80% de la población posee entre 2 a 5 vacunos como promedio por familia, solo una pequeña porción de familias posee 10 vacunos; en cuanto a la población de ovinos la presencia más significativa se ubica en la sub submicrocuenca de Piuray donde la tenencia por familia es de 5 ovinos en casi el 80% de las familias, los porcinos son 3
100
por familia, cuyes entre 15-25, gallinas 3 y burros que poseen como mínimo 1 en el 80% de las familias y 2 en el 20%77. Las crianzas aprovechan el forraje, los sub productos agrícolas y desechos domésticos, las crianzas además de alimento para la familia, proporcionan fuerza de tracción en las labores agrícolas, materia prima para la actividad artesanal y excretas para los cultivos, de esa forma quien tiene animales de trabajo puede prestar servicios a otras familias los toros tienen un peso aproximado de 150 a 200 Kg. de peso vivo a la edad de 4 a 5 años con un precio que oscila entre 700 a 8000 soles. La producción láctea es en promedio dos litros por vaca y en un animal de 200 Kg., su intervalo de parto es cada dos años. La mayoría de familias campesinas cuentan de dos a quince cabezas.de ovinos de manera preocupante estos animales llega a la edad adulta a los 2 años con un peso vivo de 20 Kg., y su producción está destinada al autoconsumo de carne y lana que esquilan cada dos años para usarlo en la confección de vestimentas. La crianza de animales menores como gallinas y cuyes, es otra actividad, que aparte de ser utilizada para el consumo, ocasionalmente sirve como medio para obtener medios económicos o ingreso familiares mediante su venta. Estos son alimentados con granos de cereales, restos de las cosechas agrícolas (maíz, trigo, cebada) y desperdicios de cocina. Cuadro 4.29. Resumen de población ganadera por socioeconómica local de familias Especie/crianza Condición socioeconómica local Población/cantidad (Unidad) Producción de Leche en época de lluvia (Lt/día ) Producción de Leche en época de secano (Lt/día) Venta de leche (Lt/día) Consumo de leche Venta de queso (kg) Consumo de queso (kg) Venta de carne /año
Vacunos criollos o cerrero A 8 a 12
M 4a7
B 1a3
A 2a5
M 2a3
B 0a1
5
2
2
5a6
5a6
3
1a2
1
0
5
5
3
3 veces/ 3 veces/ 1 veces/ semana semana semana 3a5 2 1,5 a 1 0,5 0,5 2 1 Realizan cada dos o tres años en peso vivo (parado)
Especie/crianza Condición socioeconómica local
Vacunos mejorados (Brown swiss por cruce)
Ovino criollo
1 veces/ semana 0 1
Ovino mejorado (raza cara negra) A M B
A
M
B
10 a 20
5 a 10
0a3
5
2
1
1,4
-
-
1
-
-
Venta Lana (kg)
-
2
-
-
-
-
Peso Carne (kg)
12
-
-
15
-
-
-
-
-
-
-
-
18
15
15
20
15
-
Población/cantidad (Unidad) Producción Lana (kg)
Transformación de lana (kg) Peso Vivo (kg) 77
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag 191).
101
Venta de carne /año,
10
10
8
2
1
1
Consumo / año 5 2 5 2 2 Trueque Transformación de carne utilizan el 50 % de los animales que saca para su consumo Fuente: Elaboración propia (Fichas de entrevistas: Diálogo con pobladores de las comunidades),
1 -
Se presenta la demanda de agua de las principales especies pecuarias y/o domesticas sobre la base de datos de población adecuada del INEI 1996 de la submicrocuenca.78
Cuadro 4.30. Consumo de Agua por la Población Pecuaria de la Submicrocuenca
Especies animales
Peso promedio unidad animal (kg.)
Vacuno
705
Ovino Camélido Porcino Burros Aves Cuyes
23 80 48 400 1.25 0.8
Consumo de materia seca Unidad peso (kg. m.s vivo (kg./mat /día) seca) 0.03
Consumo de agua (Lt/día) (kg. m.s.)
(Lt/día)
Població n pecuaria total u.a.
21.15
3.5
74.025
7625
0.03 0.69 0.03 2.4 0.03 1.44 0.03 12 0.0325 0.040625 0.0325 0.01625
2 2 2.5 4 2 2
1.380 4.800 3.600 48.000 0.081 0.033
8665 270 3546 2078 7907 34660
TOTAL
Consumo de agua (Lt/día) 564440.6 3 11957.70 1296.00 12765.60 99744.00 642.44 1126.45 691,972. 82
( t/seg) 6.53 0.14 0.02 0.15 1.15 0.01 0.01 8.01
Fuente: IMA-DPE-UE- Equipo de estudios, en base a Información del INEI.1996 Tomado del Consumo de Agua por la Población Pecuaria de la Submicrocuenca
De acuerdo al cuadro anterior se nota la diferencia significativa en el consumo de agua entre la crianza de vacunos (con 74.025 litros/día) y la de camélido (llamas) con 4.800 litros/día, si hace unos 30 años se poseía una considerable población de camélidos, esta no consumía la cantidad de agua que consumen hoy vacunos y ovinos, por ello se viene generando competencia por el uso del agua en la parte “baja”.
1.4
Sub-Sistema Forestal
Entre los años 1994-2000, se inicia un fuerte proceso de reforestación en terrenos de manejo comunal. Así, cerca de 1000 hectáreas han sido plantadas con especies exóticas como eucalipto, y especies nativas como queuña, chachacomo, qolle, y ceticio, constituyendo uno de los recursos cuya gestión tiene un énfasis colectivo mayor que las otras actividades. 1.5.1 Especies forestales, distribución e importancia económica y local Los bosques exóticos son el resultado de diferentes programas de forestación realizadas por las comunidades de la submicrocuenca, con el apoyo de diferentes 78
(Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray Ccorimarca. 2001. Pag.51),
102
organizaciones internacionales, gubernamentales y no gubernamentales (CENFOR, Convenio Perú-Holanda, PRONAMACHCS y ARARIWA). Existe una unidad de vegetación que se halla ubicada en las laderas de la submicrocuenca, desde los 3,500 a 3,900 m. de altitud, en áreas con pendientes de entre 30 % a 50 % de inclinación. Ocupa una superficie de 1,844.81 ha, el cual representa el 19.26 % del área total en estudio. De la superficie total que cubre esta unidad de cobertura vegetal el 9.39 % se halla ubicado en la submicrocuenca de Tumamayo. 1.5.2 Calendario forestal principal; actividades a nivel familiar y comunal Las comunidades de Taucca, Umasbamba, Ccorccor y Cuper alto, contribuyeron con las plantaciones de árboles durante varios años, por ello los pobladores señalan que, actualmente algunas áreas ofrecen retribución permitiendo la utilización de material para las construcciones de viviendas, en la provisión de combustible para la cocina, en la infraestructura agropecuaria (corrales de madera, almacenes rústicos para productos) y vial (puentes de caminos de herradura y carreteros, postes de madera) entre otros usos. Según los pobladores estas actividades fueron llevadas de manera ampliada dentro del calendario de actividades agrícola y pecuaria habiendo muchas veces incompatibilidad durante algunas labores designadas que establecieron, por ej. La producción de plantones, labores culturales, el trasplante, cuidados en campo definitivo (deshierbe, remoción, y otros), cuando continúan aun viene demandando horas de trabajo, hasta que las plantas tengan prendimiento y mayor tamaño. Las plantaciones, son actividades que demandan mayor mano de obra y van casi paralelo con las prácticas agrícolas, generalmente se realizan cuando inician la época de lluvias, y previo a esta se realizan la identificación de áreas y las preparaciones previas como la elaboración de hoyos y sus respectivos arreglos, y cuando hay ausencia de lluvias se hacen riegos ligeros, finalmente estas actividades se realizan por lo menos durante dos años después de la siembra de almácigos hasta las podas en campo definitivo. Cambios en la forestación La población arbustiva propiciada por instituciones fue reordenando territorios en las comunidades. Los proyectos de forestación promovidos por PRONAMACHCS y ARARIWA, han generado el recubrimiento de una parte de los suelos en mayor proporción con especies exóticas (cetiso, pino, eucalipto), según las instituciones, esta implementación genera cambios en la percepción de varios pobladores como desafío para los mismos, porque ahora desean tener cobertura en la mayor parte de los suelos (borde de las “chacras”) pensando en generar mejores utilidades producto de la ganancia de la cobertura vegetal. Cambio en el ambiente
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Algunos pobladores señalan que la forestación brinda un microclima favorable atenuando la presencia de heladas o el frío de la noche. La percepción de contar hoy con un clima más templado es evidente, por otro lado, debido a que estas comunidades se hallan bordeando la laguna de Piuray, se encuentran influenciadas por su espejo de agua, otras familias suponen que por efecto de la insolación durante el día llega calentarse la superficie incluida la forestación, las cuales mantienen un espacio relativamente templado durante el atardecer. Sin embargo, otras familias con muchos años señalan que hacia los últimos años los fríos son más intensos durante las madrugadas llegando incluso a afectar a arbolillos o arbustos Este hecho induce a pensar en una forma de inversión térmica, por ejemplo señalan que las quebradas donde antes se generaban corrientes de aire frío, hoy parecen ambientes más calientes, sin embargo contienen también hospederos de insectos como las polillas. Por otro lado, existen anormalidades con los suelos, cuando después de la tala las raíces pueden extraerse fácilmente, a la vez estas plantas invaden terrenos de cultivo, con afectación a especies silvestres, entre otros.
1.5
Uso y destino de los productos agrícolas y pecuarios
La producción agrícola es escasa, por lo que el destino de la producción es el autoconsumo. Por lo general, los productores distribuyen su producción para los siguientes usos:
En transformación; para elaboración de productos almacenables (chuño y moraya) En semillas; para continuar con las próximas siembras En venta o mercados locales; una pequeña porción puede ser destinada a la venta o trueque ocasionalmente. En medicina local; generalmente por familias adultas con especies, expectorantes, aromáticas y otras
En cambio el destino de la producción pecuaria es diferente: el mayor porcentaje está destinado para la venta mientras que una menor parte es para el autoconsumo. La producción de pastos cultivados, cualquiera sea la especie o variedad, se destina al consumo de los animales que crían, en algunos casos se procesa en forma de ensilado para conservarlos para un periodo más extenso de tiempo. Considerando el destino de la producción, se podría deducir que la fuente principal de ingresos de las familias de las comunidades es la venta de la producción pecuaria y de los productos derivados de esa actividad. Además cuentan con la producción forestal que se oferta en periodos largos, se venden a nivel comunitario o en conjunto fuera de las comunidades (compradores de Cusco) las familias también acceden a la madera con un costo módico, y lo usan en la construcciones de viviendas, para hacer artesanía, para carpintería, fabricación de muebles (Cuper alto) y como combustible en la cocina. (Caso: Taucca). 104
1.6
Actividades complementarias
Turismo comunitario en las comunidades En las comunidades se realizan actividades turísticas: ofrecen a los turistas, excursiones largas y cortas, a pie o a caballo con visitas a miradores, conjuntos arqueológicos incaicos y pre-incaicos. En la comunidad se comparten las actividades agropecuarias y, si el visitante lo desea, se organiza una demostración de la producción textil. Los visitantes participan en ritos festivos y en una “noche cultural,” amenizada con música y cuentos tradicionales a cargo de las familias o pobladores organizados en asociación. Las comunidades también ofrecen servicios turísticos, alojamiento en una zona para acampar y alimentación con productos de la región. El servicio de arrieros y alquiler de caballos está disponible para el visitante. Se ofrecen servicios de guiado y de interpretación de costumbres, tradiciones y leyendas con guías hispanohablantes o quechua hablantes. Así mismo, se tienen paquetes ofertados desde las empresas turísticas (Red Latinoamericano de Turismo Comunitario): de 2 días y 1 noche. El visitante almuerza en la comunidad para luego emprender un ligero ascenso a caballo hacia las comunidades de Umasbamba, Corcor y Taucca, para participar en las actividades agropecuarias.
1.8 Caracterización de la Seguridad Alimentaria.1.8.1 Disponibilidad de alimentos La disponibilidad de alimentos en la submicrocuenca Tumamayo está sostenida en el sub sistema agrícola y pecuario, que son los que proveen de alimentos a las familias. Las familias producen alimentos79 que son la base de su seguridad alimentaria y complementan su alimentación con productos obtenidos de comunidades vecinas80 y de la feria dominical81 en Chincheros. Solo transforman la papa nativa, todos los demás productos los consumen directamente. La producción pecuaria de vacunos se destina solo al mercado; la carne, queso, leche. Antiguamente en la microcuenca para tener disponibilidad de alimentos durante el año tenían como estrategia almacenar y transformar los productos agrícolas y pecuarios. Pero al 2010 es tan poco lo que almacenan82 que solo les dura de 4 a 5 meses. Otra
79
Papa, maíz, habas, tarwi, habas, oca, olluco, mashua Hortalizas 81 Productos de pan llevar (arroz, azúcar, carne, fideos, aceite, fruta) 82 Papa nativa fresca, chuño, maíz. 80
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estrategia para tener mayor disponibilidad de alimentos es la diversidad de variedades de cultivos en la submicrocuenca. Pero esta diversidad de cultivos y productos está siendo reemplazada por la introducción de papa hibrida que ha ido desplazando a la papa nativa y por la producción de pastos cultivados para la crianza de vacunos. 1.8.2 Acceso a los alimentos En la feria dominical de Chinchero todavía prevalece en pequeñas proporciones la práctica del intercambio “trueque o chalay” entre las comunidades de la microcuenca Tumamayo y las otras comunidades de los distritos Chinchero, Urubamba y Anta . La principal generación de ingresos en las familias es la venta de ganado vacuno para carne, y el ingreso que obtienen los varones quienes salen a trabajar como porteadores en el Camino Inca por turnos, otro grupo de varones sale a trabajar a la ciudad de Cusco, Chinchero, Urubamba como obreros de construcción. Otra fuente de ingresos es la venta de la producción de papa (siembra temprana) y hortalizas en el mercado de Huancaro - Cusco. La canasta básica familiar de las comunidades de la submicrocuenca está conformada por productos endógenos: maíz, papa, chuño, cebada, haba, arveja, cebolla, tarwi, oca, olluco, mashua y productos exógenos: arroz, azúcar, fideo, harina, sal, coca, hortalizas, pan, pollo, fruta. Monetizando los alimentos que ellos producen y los comprados el costo aproximado de la canasta básica familiar es de 40 soles. Los precios considerados para cada producto son los del mercado de Chinchero.
1.8.2.1 Ingresos complementarios Las ingresos complementarios están relacionados con la actividad turística, artesanía y trabajo de porteadores en el Camino Inca y en construcción civil en Cusco, Chinchero y otras ciudades cercanas. Las mujeres complementan la economía con la venta de productos de pan llevar en el mercado sabatino de Huancaro - Cusco y la feria dominical de Chinchero, también expenden artesanías como chalinas, chullos, mantas y guantes en chinchero y en la comunidad. Otra forma de generar ingresos para las mujeres es el trabajo en la cosecha de papa en comunidades cercanas (Huaypo).
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1.8.3 Utilización y aprovechamiento de los alimentos El consumo de alimentos varía de acuerdo al número de miembros de la familia, la forma y cantidad de consumo se diferencia de acuerdo a si la familia tienen hijos en edad escolar. Las familias que ya no tienen hijos en edad escolar consumen 3 alimentos al día: por la mañana “desayuno” (infusión de hierbas, café o cocoa, pan y “almuerzo” (sopa de maíz, chuño, fideos o arroz a veces un plato de segundo) al medio dia un refrigerio que consiste en mote con queso o papa con ají y queso, por la tarde la cena. La variación de lo que consumen dependerá de los productos cosechados en la temporada y los productos exógenos con los que se complementen. Las familias que tienen hijos en edad escolar, consumen sus alimentos de la siguiente manera: Por la mañana desayuno; infusión de hierbas, café, en ocasiones leche, un plato de sopa o segundo. Al medio día almuerzo: sopa o segundo, que en ocasiones es lo que quedó de la mañana, las mujeres antes de salir a trabajar dejan preparado el almuerzo para que los niños lo calienten cuando vuelven del colegio, algunas familias solo dejan un poco de papa sancochada o mote. La cena consiste en un plato de sopa o segundo
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acompañado de una infusión de hierbas. Los alimentos que consumen las familias tienen un alto contenido de carbohidratos, la base principal en su alimentación son la papa, el maíz y el chuño. En la institución de educación inicial los niños reciben el refrigerio escolar que consiste en un plato de segundo a base de arroz complementado con un mate de hierbas. En la institución educativa primaria los niños reciben el “papa-pan”, en ambos casos los alimentos son proveídos por el PRONAA, para complementar la alimentación de los niños en edad escolar. El promedio aproximado de alimentos consumidos por una familia de condición socioeconómica media, conformada por 4 miembros, durante una semana es el siguiente: maíz 0,5 kg, papa 2.00 kg, chuño 0,75 kg, haba 0,75 kg, olluco 1.5 kg, arroz 1.0 kg, azúcar 0,20kg, fideo 1 kg, harinas 0.25 kg, sal 0,05kg, hortalizas 0,25 kg, carne 0,5 kg, charki 0.5 kg,83 estos productos son consumidos alternados en la semana, la carne solo es consumida una vez por semana. Las comunidades de la microcuenca Tumamayo consumen agua entubada, no cuentan con servicio de desagüe pero todas las comunidades tienen letrinas de arrastre hidráulico84. 1.8.4 Estabilidad La estabilidad en el acceso a los alimentos está determinada por la presencia de plagas, enfermedades, variación climática, pérdida o introducción de nuevas variedades y especies. Los fenómenos climáticos adversos como sequías, heladas, granizadas, lluvias torrenciales que ocurren fuera de época hace que las plantas sufran estrés, antes las familias contaban con diferentes variedades de papa nativa que se cultivaba en la parte alta y baja de la microcuenca, pero con la introducción de variedades hibridas de papa que son susceptibles a la variación climática y a las plagas y enfermedades, son más vulnerables a los efectos climáticos. Ante la variación climática se reporta la incidencia cada vez mayor de plagas en el cultivo papa que pondría en peligro la estabilidad de la producción. En síntesis podemos decir que la seguridad alimentaria de la población en la microcuenca Tumamayo tiene como soporte la producción agrícola para autoconsumo y venta, complementada con la producción pecuaria destinada a obtener ingresos monetarios así como actividades complementarias para generar ingresos, el rol de la mujer es importante para mantener la seguridad alimentaria pues son ellas la que se encargan del proceso de comercialización de los productos agrícolas y la artesanía. 1.9 Cambios significativos en los sistemas productivos y en la seguridad alimentaria
83 84
Datos de la familia de Servicios que fueron promovidos por la municipalidad de Chinchero en convenio con Sambasur.
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Luego de haber caracterizado los sistemas productivos describiendo como viene funcionando cada uno de sus componentes y los cambios que surgieron a lo largo del tiempo, ahora resaltaremos los cambios significativos en los sistemas productivos relacionados a la variación climática y cambio climático. 1. Cambio del paisaje de las comunidades de Taucca, Cuper y Umasbamba, forestación y agroforesteria con especies exóticas como Eucalipto, Ceticio, produciendo un ambiente más cálido en la zona baja de las tres comunidades, convirtiéndose en zona de producción permanente con especies como papa hibrida siembra temprana, maíz amarillo oro y pastos cultivados, esta zona antiguamente era considerada como terreno de rotación además que tenia la presencia de heladas por ser una área casi plana. En estas áreas antiguamente se producía tubérculos andinos. La campaña masiva de forestación fue desarrollada en la década de los 80 por la fuerte intervención de PRONAMACHS (convenio FAO – Holanda) y luego Arariwa hasta el año 2007, a partir del 2008 la municipalidad distrital de Chinchero en convenio con el gobierno regional Cusco, continúa con la forestación en las comunidades de la submicrocuenca85. 2. Desplazamiento de los cultivos tradicionales de la zona baja (papa nativa, tarwi, quinua, oca, olluco, mashua) por cultivos exógenos (papa hibrida, alfalfa, rye gras, avena, como consecuencia de cambio de paisaje y mejora en el clima, que es un cambio positivo para los pobladores según entrevista a los presidentes comunales de Ttauca86 y Umasbamba87, ya que pueden tener mayor diversidad de cultivos de pan llevar en la zona baja. 3. La fragmentación de los terrenos de cultivo se presenta con mayor fuerza en la zona baja debido a la presión demográfica en la submicrocuenca llegando a tener parcelas de 50 m2 a 1666 m2 (½ topo)88, con una tendencia creciente a seguir fragmentándose, este hecho vuelve vulnerable al productor ya que cuanto más pequeña sea la parcela tendrá menos producción y seguirá la tendencia de hacer uso intensivo de la tierra lo que implicará la producción de pasto asociado para ganado vacuno y por consiguiente disminución en la diversidad de su canasta básica familiar. 4. Cambio en el uso de suelo, los terrenos de la zona baja antiguamente formaban parte de los “muyus” de las cuatro de las comunidades, pero poco a poco con la transformación del paisaje se convirtieron en terrenos de uso permanente, con el cambio se reducen las áreas de rotación de suelos pero además se vuelve en una zona de producción de especies (por ejemplo papa), orientadas al mercado, eso implica introducción de semilla de mayor productividad pero poca capacidad para tolerar cambios de temperaturas extremas, mayor uso de fertilizantes, uso de plaguicidas, mayor incidencia de 8585
Entrevista al responsable de desarrollo económico municipalidad de chincheros Hermosees Quispe presidente de la comunidad de Ttauca 87 Filiberto Chauca Jancco presidente comunidad de Umasbamba 88 Entrevista a presidentes de Tauca, Umasbamba y secretario de Corcor 86
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enfermedades como rancha o de plagas como el gorgojo de los andes, este cambio vuelve más vulnerable al productor, otro ejemplo del cambio de uso del suelo es la producción de pastos asociados de manera permanente esto implica mayor cantidad de uso de agua a partir de abril hasta noviembre, pero también desplazamiento de cultivos de pan llevar. 5. Cambio de la tecnología de riego por surcos hacia el riego por aspersión89 solo en la parte baja, este hecho les permite tener un mejor manejo del agua a los pobladores de las comunidades, intensificar el uso del suelo pero tiene la desventaja que para que los técnicos demuestren que el proyecto es rentable deben impulsar un fuerte componente de crianza de vacunos con la producción de pastos asociados y así obtener de 3 a 4 cosechas al año y demostrar que el proyecto es rentable.
Este cambio está provocando una mayor demanda por el recurso agua, en un contexto de cambio climático manifestado por disminución de agua podría volver más vulnerables a las comunidades. 6. Introducción de Tecnología para el control de plagas y enfermedades exclusivas del cultivo de papa, los agricultores hacían uso de plaguicidas altamente tóxicos, lo que ocasionó la disminución de los controladores biológicos, incrementando la incidencia de plagas sobre todo en el cultivo de papa, ante este escenario interviene Arariwa en convenio con el Centro Internacional de la Papa y Estación Experimental Andenes Cusco el año 1996, aplicando el manejo integrado de plagas y enfermedades, esta actividad fue impulsada con mucha fuerza en las comunidades de la zona pero el efecto no fue el esperado ya que al 2010 continua el problema del gorgojo en la submicrocuenca ya que es considerada zona endémica de esta plaga sobre todo en la zona baja donde el uso de suelo es intensivo y no tiene descanso, si se suma a este hecho la presencia de heladas y lluvias intensas, el cultivo de papa tiene mayores desventajas para prosperar y tener buena producción. 7. Zonas de cultivo diferenciadas para mercado y para autoconsumo, la zona baja de la submicrocuenca está destinada a la producción de cultivos para el mercado90, por ej: hacen la siembra temprana de papa, cosechando en diciembre o febrero meses que este producto tiene buen precio en el mercado, cosechada la papa siembran avena o cebada con el riesgo de que las heladas de mayo afecten estos cultivos.
89
Según IMA – Pronamachs entre los años 1998 a 2000, en las comunidades de Taucca, Umasbamba y el sector de Corcor instalaron riego por aspersión para 68 ha y 161 familias 90 Del 100% de producción de papa de la zona baja, el 80% está destinado al mercado y 20% a 30% constituido por papa dañada o pequeña es consumida (entrevista con el presidente de Umasbamba, secretario comunal de corcor)
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En la zona alta siembran papa nativa, y otros tubérculos andinos, que son destinados en un 80% para el consumo y transformación y solo 20% para la venta. Esta es una práctica que contribuye a su seguridad alimentaria. 8. Disminución de la cantidad y diversidad de productos para la alimentación, por la disminución de la mano de obra en las zonas altas y el destino de la producción en la zona baja, de un tiempo a esta parte está disminuyendo la cantidad de papa que se transforma en chuño así como la cantidad de granos almacenados. 9. Migración temporal de varones por trabajo a la ciudad de Cusco para emplearse como obreros o maestros de obra, otro grupo se dedica al trabajo de porteador en el camino Inca o en la ruta a Huchuy Qosqo, dejando las labores agrícolas y pecuarias a la mujer. 10. Diversificación de ingresos en las mujeres, en estos últimos años se amplío la gama de ingresos para la mujeres, los días sábados se dedican al comercio de productos agrícolas en la feria de Huancaro – Cusco, el domingo en la feria dominical de Chinchero, en los días de la semana ofrecen artesanía a los grupos de turistas que visitan la Microcuenca Piuray Ccorimarca y finalmente en la época de siembra y cosecha de papa en Huaypo trabajan como jornaleras, estas actividades les generan más ingresos pero les crean más responsabilidades ya que deben distribuir su tiempo en el cuidado de los hijos, responsabilidades en el hogar, crianza de los vacunos y actividades agrícolas y las actividades arriba descritas. Si bien en cierto aumenta los ingresos pero recarga de actividades a las mujeres haciendo que no quede mucho tiempo para las actividades de transformación de productos para almacenar, ya que con el dinero que reciben por las otras actividades compran productos de exógenos para la alimentación. 11. Incremento de la crianza de vacunos mejorados y criollos semi estabulado, para la producción de carne, esta actividad fue impulsada desde la intervención de PRONAMACHS en la década de los 90‟ el objetivo inicial fue que produjeran vacunos de doble propósito carne y leche, pero con el paso de los años los productores de las comunidades vieron que les resulta más fácil y menos riesgoso comprar vacunos flacos de uno o dos años engordarlo por espacio de 3 a 5 meses y luego venderlos en la tablada de Chinchero, Urubamba o Cusco. El incremento de la actividad pecuaria y la especialización en la producción de pastos, podría volver menos resilientes a las comunidades de Ttauca, Cuper y Umasbamba, ya que demandaría de mayor cantidad de agua y terrenos de cultivo para continuar con esta actividad. 12. Cambio de cédula de Cultivo en la zona baja, las parcelas con riego por aspersión casi en un 85% están destinadas a la producción de asociación de pastos cultivados, actividad que está siendo impulsada por la municipalidad de Chinchero y AGRORURAL con la finalidad de que los pobladores mejoren su producción pecuaria.
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También vienen mejorando su producción de maíz, anteriormente solo producían maíz pescoruntu para tostado ahora producen maíz amarillo oro esto lo atribuyen a que mejoraron el clima en sus comunidades. 13. Disminución del Ayni, para las labores agrícolas, deben contratar jornaleros y pagar de 20 a 25 soles por día de trabajo. 14. Disminución de las fuentes de agua (manantes) es más sentido en la comunidad de Cuper, por ser la última de la submicrocuenca al momento de regar no es suficiente el agua sobre todo en los meses de agosto y setiembre. Los cambios mencionados párrafos arriba tuvieron cierta influencia por la variación climática en la última década. Según las entrevistas (Anexo b), tuvieron un periodo de escasez y retraso de lluvias, acompañadas de veranillos y heladas fuera de época, a diferencia del año 2010 donde hubo lluvias torrenciales y concentradas en periodos cortos de tiempo acompañadas de granizadas. En cuanto a la seguridad alimentaria los pobladores que año a año disminuye la cantidad de productos agropecuarios almacenados, lo que trae como consecuencia menor cantidad de productos para alimentarse y para vender al mercado, intensificación de plagas en almacén (gorgojo, pollilla en papa). Cambio y pérdida de la forma tradicional de almacenar por el almacenamiento en costales de polietileno. Disminución en la cantidad y diversidad de productos almacenados, en el trabajo de campo y de las entrevistas se pudo apreciar que los productos almacenados son pocos (papa, olluco, maíz, habas, tarwi en pequeñas proporciones, ya no alcanzan hasta la siguiente campaña, antes almacenaban chuño en cantidades importantes que incluso duraba 3 a 4 años91. En la actualidad el chuño solo alcanza hasta mediados de año, luego deben comprar de las ferias dominicales. En general según las entrevistas realizadas a los directivos de las cuatro comunidades, existe mayor relación con el Distrito de Chinchero donde las comunidades asisten a los presupuestos participativos priorizando proyectos para sus comunidades, solicitan diferentes actividades para su comunidad, así mismo las comunidades tienen mayor relación con el Gobierno Regional Cusco a través de proyectos puntuales como forestación desarrollado por la gerencia de Recursos Naturales del Gobierno Regional Cusco, mientras que con la Municipalidad provincial de Urubamba el relacionamiento es casi nulo. Esta afirmación dada por los directivos comunales es corroborada por las entrevistas a: Responsable de la Gerencia de Desarrollo Económico del distrito de Chinchero y Gerente de Desarrollo Económico de la Provincia de Urubamba, quienes en su momento manifestaron las actividades que vienen promoviendo en cada una de sus ámbitos de trabajo. Una institución de nivel nacional que todavía tiene presencia en la submicrocuenca es Agrorural que vienen impulsando el mejoramiento de la producción de ganado vacuno, 91
Entrevista a Antonia Sallo Huayllamamani pobladora de Cuper Alto
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con la asistencia técnica y la construcción de cobertizos para ganado pero solo a un pequeño grupo de seleccionados.
2. Comunidad de Phinaya Phinaya está ubicada al noroeste de la provincia de Canchis, en el distrito de Pitumarca, es el nombre de un centro poblado menor, el de una de las cinco comunidades que lo conforman, y el de uno de los 9 sectores en los que se divide esta comunidad de pastores de puna. Fuera de Phinaya, el centro poblado, los 8 sectores restantes están constituidos por dos pares (uno comunal y otro privado) de cuatro sectores: Canllini, Tt'alla, Ruita y Phaco son cuatro sectores comunales; Tres Estrellas de Chimboya, Ángel de los Andes, Incuyo y Únika (o Huaccollo) son sectores de propietarios privados. Estos sectores pertenecen a 2 ayllus: Ángel de los Andes, Canllini, Tt'alla e Incuyo integran "Consachapi" o hatun ayllu; Tres estrellas, Phaco, Únika y Ruita conforman "Ilave" o huchuy ayllu. Por lo tanto, ambos ayllus se reparten entre sí dos sectores privados y dos comunales. A su vez, con Consachapi e Ilave, Phinaya abarca dos de los cuatro ayllus que integran el distrito de Pitumarca, al lado de Pampachiri y Ccapacchapi. Cada sector, por su lado, está organizado de forma tal que genera membrecía, y tiene una directiva. Hay casos de propietarios inscritos solo en sectores, y no en la comunidad. Un tercer grupo completa, a grandes rasgos, la composición de la sociedad local: los pastores. Estos suelen ser individuos migrantes de Marcapata y Puno que tienen una residencia relativamente permanente en Phinaya. Pueden estar inscritos en los sectores y en la organización local llamada Autodefensa92. Los pastores tienen algunos animales, pero no poseen terrenos, por lo cual entablan tratos con los propietarios y algunos comuneros para pastar su ganado en sus parcelas, a la vez que hacen lo mismo con el ganado de estos. Para entender la tenencia de tierra y las actividades económicas –sobretodo el mercado laboral- en Phinaya, hace falta primero describir la composición de la sociedad local según su relación con la tierra y las organizaciones locales93. La comunidad campesina es propietaria de alrededor de 50,000 hectáreas. De estas, la mitad es utilizada por familias y dos quintos es de uso colectivo, comunal. Existe un grupo de propietarios privados que están empadronados y participan de las asambleas y actividades de la comunidad. Existe, asimismo, un grupo de comuneros que ligan sus actividades productivas a aquellas planificadas y ejecutadas de forma colectiva. No queda claro si es que los propietarios son efectivamente dueños de sus tierras, o tienen una posesión larga y sostenida de ellas, lo que consolida su control sobre estas –en promedio manejan 40 hectáreas por propietario-. Esta distinción se plasma en escalas territoriales.
92
Pensada como una organización de control, defensa y fiscalización de las relaciones entre los grupos e individuos de la sociedad local. 93 Para un examen más amplio y detallado, véase Sendón (2008) en Perú: el problema agrario en debate. SEPIA XII.
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2.1
Elementos que contribuyen en la dinámica del Sistema Productivo 2.1.1 Diversidad biológica
La comunidad campesina de Phinaya se ubica en las alturas del extremo oriental del distrito de Pitumarca (Canchis) entre los 4200 y 5000 m.s.n.m. A esta altura las variaciones topo-climáticas son determinantes para las respectivas formas de vida, por ello la diversidad de flora y fauna silvestre puede ser fuertemente disturbada por las acciones económicas del hombre. Esta relación se ha visto agudizada desde el repentino crecimiento demográfico y la agudización de variaciones climáticas extremas a nivel global y local.
Flora y fauna silvestre de importancia en el agroecosistema La estructura ecológica de comunidades como Phinaya contienen generalmente especies como kjunkuma (Disticha muscoides), llapha pasto (Muhlembergia peruviana) ichu (Festuca estipa), ch‟illiwa (Fesuc dolichopyla), iru ichu (Festuca ortopyla) sikua ichu ichu (Stipa ichu), ortiga (Urtica sp). Los pastos (kjunkuma,) son escasos en el piso puna, por las variaciones del clima en diferentes épocas del año, sobre todo cuando hay sequías prolongadas acompañadas de heladas. Entre las especies herbáceas encontramos la ortiga (Urtica sp.), q‟eto q‟eto (nn), panty (nn), ch‟iri ch‟iri (nn), y salvia (nn), todas utilizadas en la medicina tradicional en los últimos años muchas de ellas vienen ascendiendo hacia las partes cóncavas de los roquedales de la parte alta (sectores de Ruita, Phaco). La población de fauna silvestre se concentra sobre los 4850 msnm destaca el venado (hipocamelus antisensis) el puma (puma Concolor) el gato montés (felis jacobita), el zorro (Dusciun Colpaeus) y el zorrillo (Conapatu Rex) quienes se hallan en disminución y con riesgo de deshabitar estas zonas pues son constantemente afectados por la presencia humana que depreda su habitat. Entre las poblaciones que conviven en el medio físico de manera no dependiente, se halla la vizcacha (Legedium peruanum), aves como el Halcón, el K‟illinchu o cernícalo, el Cóndor, así esta última se halla en riesgo de desaparecer de este ámbito por la misma razón que los mamíferos, además existen otras especies de aves que viven temporalmente en las lagunillas como los patos, Wallatas y otras aves migratorias que se desplazan por temporadas. Hay una insuficiencia de estudios particulares que proporcionen una mejor caracterización de la flora y fauna silvestre de Phinaya de acuerdo a sus tipos de hábitat y distinga entre la fauna terrestre y la fauna hidrobiologica propia del hábitat. Finalmente estas especies de flora y fauna han sufrido a raíz de los fenómenos climáticos adversos que ocasionan la disminución de unas e incremento de otras,
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sobre todo durante las nevadas prolongadas (1978, 2005) (Diálogo con pobladores de Phinaya 2010). Diversidad y variabilidad de crianzas y cultivos El hecho de que instituciones como (CONACS) hayan introducido variedades de alpacas con el rotulo de «mejoradas", ha incrementado el problema, pues a decir de los comuneros son estas variedades las que demandan mayor cuidado, no ocurriendo así con las llamas machos ch”aku o castrados que tienen menor vulnerabilidad frente a los efectos de la variación climática. Las alpacas de especie Suri y Huacaya son más afectadas durante los últimos años, el clima variante en épocas de secano, la temperatura desciende por las noches y se incrementa de día intensamente (entre las doce y quince horas, aproximadamente). Los vacunos y ovinos criollos poseen cierta adaptabilidad a las condiciones de alta montaña, por ello existen algunas intenciones de masificar su crianza. También llama la atención la especie silvestre de papa hallada en el centro poblado, probablemente de la especie silvestre de Solanum a los 4719 m.s.n.m. que habita entre los montículos de tierra acarreada hacia la calle junto a una vivienda, esto significa que las especies silvestres dadas las condiciones siguen en ascenso hacia las cumbres buscando su hábitat optimo para su crecimiento, existen intentos de cultivos de papas amargas hacia la parte baja del sector Canlline de Phinaya a unos 4696 msnm,en parcelas pequeñas, lo cosechado fue poco porque fue afectado por heladas extemporáneas. Cambios en la diversidad y variabilidad de crianzas El territorio de la comunidad muestra una variada fauna doméstica con especies oriundas de las zona de puna y el páramo andino, los pobladores crian principalmente, alpacas, ovinos, llamas, caballos y vacunos. Este orden no se apreciaba hace 30 años. En la actualidad se aprecia que incorporan alpacas mejoradas mediante progenitores, además, continúan con la visión de establecer modelos de crianza “mejorada” con fines de mercado, es latente en algunas familias la idea de incorporar vacunos mejorados con la idea de contribuir a su capital ganadero lo cual implica cambios en las formas de conducción de parcelas porque los vacunos, equinos y otros demandarán distintas especies de pastos que exigen tener sistemas de irrigación apropiados y suficiente dotación de agua.
2.1.2 Agua Disminución e incremento de lluvias: En comunidades alpaqueras como Phinaya hay dos estaciones claramente diferenciadas: la época de lluvias o poqoy uhju (de diciembre a abril), y la época de secano o ch‟aki uhju (de mayo a noviembre), estos periodos se hallaban regulando los sistemas de crianza (pastizales, agua, suelo, labores pecuarias, etc.), pero la época de lluvias en estos últimos años se ha
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distorsionado, produciéndose precipitaciones continuas y torrenciales en una misma época, las lluvias pueden durar hasta 3 días seguidos y en ocasiones son acompañadas de granizadas, nevadas y vientos fuertes. antes se presenciaban nevadas intermitentes (allin ritti) o continuas hasta cubrir la superficie por completo (nevado del 2005), aun así no mojaba a las crianzas ni a los pastores, según pobladores (mana apichawaqkuqchu) hoy, sin embargo son las lluvias (kunan para unu hjaykunpun) que provocan una serie de dificultades a los componentes del ecosistema y del sistema ganadero; erosionan los suelos y discurren hacia las partes bajas arrastrando tierra, lodo, pastizales que luego se descomponen, se congelan y desencadenan en enfermedades en las crías de las alpacas generalmente, provocando también mortalidad de crías. En la época de secano las «heladas» vienen perdiendo su regularidad las temperaturas descienden hasta modificar por completo este ciclo. Lo contrario sucede entre mayo a octubre época en la que no llueve y se percibe una sequía temporal, el calor se incrementa llegando a temperaturas altas a medio día y disminuye considerablemente muy bajas por la noche y madrugada (hasta -15 ºC, Según SENAMHI, Sicuani julio 2010), estos cambios bruscos de temperatura afecta a los pastizales que se secan y reducen a pequeñas áreas, aunque estos se rieguen mediante acequias, puquios o sistemas de riego precarios. “Rittikuna chinkapushan, ñawpaq allin ritti karan,… maykunapi allin karan? Yayamari, Qhelqya, Ccori kalis” Versión de pobladores: Domingo Huillca (78) Huacullo; Timoteo Palomino (65) – Phaco; Carlos Quispe (32) – Phaco). Efectivamente, como confirman los habitantes de las zonas altoandinas, en los últimos 30 años las pequeñas fuentes de agua de estas zonas (ojos de agua y riachuelos) están disminuyendo, así mismo, en los últimos 30 años el retroceso de los glaciares en las comunidades altoandinas es acelerado94 . Acceso y uso del agua En la comunidad de Phinaya todos tienen acceso al agua, propietarios individuales y comuneros, el agua en estas alturas sirve para alimentar a los bofedales (humedales), para el abrevadero de las crianzas y el consumo humano directo desde los manantes. Las familias alpaqueras tienen poco conocimiento de prácticas de riego de pastos naturales, son pocos los lugares en los que existen -con fines de riego- adecuaciones de canales en tierra dirigidos hacia los bofedales. Usualmente las familias ubicadas en parcelas privadas utilizan el agua que contiene este territorio sin restricciones, aunque para algunos sectores comunales como Phaco y Canlline, la comunidad regula bajo sus normas locales el acceso al agua. Se identificaron ciertos conflictos entre los proyectos y los usos de las familias que requieren acceder al agua, tal es el caso de Unica95, donde las familias requieren 94 95
Familias alpaqueras enfrentando al cambio climático, Soluciones Prácticas-ITDG; 2008. Pag.16 Antes se conocía como Huacullo al sector de Unica
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conducir el agua del deshielo que proviene desde Ruita hacia sus pastizales sin embargo, las familias de Ruita no siempre están de acuerdo con esta acción, mientras la comunidad lo permita se seguirá utilizando este agua. En estos sectores de la comunidad, como no hay sistemas de riego importantes aun no existen organizaciones de regantes formalizados para el uso, manejo y gestión del agua, salvo la instalación de piletas domiciliarias que fue de gestión comunal. Igualmente los sistemas de provisión de agua hacia los pastizales o viviendas son afectados en las épocas de secano por la presencia de heladas intensas que puede llegar a congelar el agua hasta ½ pulgada de espesor por lo tanto los seres humanos como las crianzas se ven privados de este liquido en las primeras horas de la mañana. El suelo de Phinaya se extiende sobre un territorio de aproximadamente 40,000 hectáreas Los suelos no son propicios para la práctica agrícola, predominan los pastos duros que constituyen la principal fuente de alimentación para las crianzas 96. Las familias consideran recónditamente el concepto de “Pachamama97” como la relación de pertenencia y convivencia con la madre tierra, sin embargo hay también otras familias para las que lo mismo se ha convertido en “suelo” es decir medio para el desarrollo, por ello mientras algunas familias realizan ofrendas en ocasiones eventuales como en el chaku de vicuña, otras familias en su mayoría jóvenes ya no realizan ninguna ceremonia antes de esas labores.
2.1.3 Suelos Una de las alternativas propuestas por el IMA para el desarrollo y conservación de la zona es la realización de un Estudio de Zonificación Ecológica Económica mediante el cual se logre determinar todas las potencialidades y restricciones que presenta el territorio del distrito de Pitumarca y sus comunidades (Microzonificación Ecológica Económica de la Subcuenca Pitumarca – Checacupe, IMA 2006 (Pag.7,), sin embrago la comunidad de Phinaya no está considerada en este proyecto, como señala Sendón Pitumarca termina donde inicia Phinaya, . Existe articulación de Phinaya vía carretera afirmada con Sicuani y esporádicamente con Pitumarca, esperan un par de años para la conexión con Marcapata. Esta articulación es vista con buenos ojos por los pobladores por las ventajas que puede ofrecer el transporte por esta vía para el intercambio de productos con pueblos vecinos. Según la percepción de los pobladores algunas instituciones vienen realizado estudios con parámetros estrictamente convencionales sin ningún tipo de criterios locales de taxonomía de suelos como aporte de los pobladores98.
Fragmentación e individualización del territorio 96
98
Sendón, P. 2004: p7,8
según pobladores, sobre el Plan de Ordenamiento Territorial - Gobierno Regional
de Cusco -2010 117
La fragmentación a la que está sometido el territorio de Phinaya y el de otras comunidades que con ella forman el centro poblado de Phinaya, impulsa a sus pobladores a reordenar constantemente sus tenencias, muestra de lo cual constituye el centro poblado de Phinaya donde el interés es colectivo pero las posesiones son individuales, tanto así que su estructura les ha permitido incorporar en ella a vecinos de otras comunidades. Los sectores que cubre Phinaya en la actualidad provienen de las formas de distribución de tierras después de la reforma agraria. Hoy existen diferentes formas de acceder a esos terrenos: a través de la propiedad individual y/o comunal, llama la atención de que ambas formas de posesión no tienen una continuidad espacial sino están sujetas a las estrategias que en cada generación emplean las familias para hacerse de más terrenos, tanto como usuarios privados o usufructuarios comunales.
La transformación del espacio territorial La Cordillera Vilcanota es la segunda más grande del país y atraviesa las provincias cusqueñas de Canchis, Quispicanchis, Calca, Urubamba y un trecho de La Convención. Según investigaciones realizadas durante 30 años, se notó que mientras en los primeros 15 años de investigación el retroceso glaciar era de 6 metros anuales, en los últimos 15 años es de 60 metros anuales. Así mismo, se estima que la disminución de la masa glaciar del Quelccaya fue aproximadamente de 25 % en los últimos 30 años. Este fenómeno incide fuertemente en los caudales de los ríos Vilcanota y San Gabán99. La cordillera Vilcanota también es el lindero entre Cusco y Puno. Las poblaciones como Phinaya y sus sectores de la “parte alta”; Tres Estrellas, Ángel de los Andes, Ruita, Phaco, Yayamari son las que, por su cercanía, siente estos cambios. Los fenómenos climáticos adversos para los sistemas productivos alpaqueros son principalmente nevadas, heladas, vientos fuertes, granizadas, relámpagos, sin embargo es la asociación de nevada – helada la que provoca mayor daño en las crianzas y familias. Normalmente muchas familias buscan habitar los lugares que consideran menos afectados por estos fenómenos, sin embargo hoy estos espacios son cada vez más reducidos. Por otro lado es latente la erosión de suelos, el arrastre o reptación de masas de tierra y piedra y la pérdida de la capa de suelo donde están los pastizales generados por las intensas precipitaciones. Es posible observar en sitios como Ruita, Phaco y Huacullo o Unika áreas de roca madre expuestas ya sin cobertura de tierra. Este hecho alarma a las familias asentadas cerca de estas áreas porque ven indicios de panoramas desoladores en el futuro. Cultura local y normas consuetudinarias sobre el territorio Toda su vida social y cultural está articulada por la actividad de pastoreo disponiendo de un conocimiento adecuado del conjunto de normas, valores y
99
Se debe tener en cuenta que la cordillera Vilcanota también es el lindero entre
Cusco y Puno, Portocarrero (2007) 118
actitudes que organizan este "estilo de vida"100. Viven sometidos a un clima riguroso y a la vez fluctuante y en el contexto de una gran escasez de bienes con un estilo de vida muy austero. El esfuerzo físico, incluso de los niños que contribuyen en la dinámica pecuaria, es considerable. Una década anterior probablemente esta austeridad se rompía en ocasiones de fiestas y otros acontecimientos, según Sendón101 son las alianzas establecidas probablemente en la endogamia la que precisamente estructura una “red de parentesco entre los phinayenses” y permitía la concretización de las diversas manifestaciones institucionales del dualismo phinayense y otras formas de organización social. Estos ayllus acostumbraban nombrar a un varayoq para liderar y representar a todos, el cual contaba con dos “colaboradores” de ambos ayllus que apoyaban en las labores socioculturales, los que ataviados como antaño acostumbraban visitar a cada hogar con la finalidad de ver la situación familiar y el comportamiento de las parejas. En la actualidad son los tenientes gobernadores los que parcialmente suplen las funciones del desaparecido varayoq, los que para las grandes labores hacen preparar chicha y traen “trago” y coca, (Sendón, P. 2004:7,8) a pesar de eso el teniente gobernador como la autoridad política local de hoy en día se dedica más a las reuniones y decisiones políticas y las autoridades “tradicionales” van desapareciendo conforme a las nuevas formas de expresión del poder. Estos cambios sociales se asientan sobre una serie de nuevos discursos, entre ellos el discurso cristiano evangélico.
2.2
Elementos constitutivos del sistema productivo 2.2.1 La fuerza de trabajo
La fuerza de trabajo en los años pasados se construía sobre la familia. La comunidad asignaba roles y funciones a las familias, y las familias asignaban roles y funciones a sus miembros. Hoy sin embargo los roles y funciones dentro de la familia se dispersan de forma tal que la familia como entidad ya no forma una alianza con la comunidad sino que son los individuos, como tales los que pugnan por mejores privilegios. Regularmente es el padre de familia el que encabeza la distribución del trabajo agrícola tomando decisiones sobre los principales aspectos que requieren mayor esfuerzo físico como la construcción de corrales, cercos y otros, mientras que la mujer aparte de las labores domésticas básicas, comparte con el varón la responsabilidad de la crianza de los camélidos y es la responsable de negociar junto con el esposo el precio de la fibra de alpaca, nominalmente el varón sigue siendo el jefe de familia y muy excepcionalmente es remplazado por la mujer en las asambleas comunales. Por primera vez en la historia de Phinaya esta comunidad eligió una mujer como presidenta de la comunidad, se trata de Flora Mendoza Paredes (45), del sector Angel de los Andes (presidenta comunal electa para el periodo 2008 - 2010), acompaña este proceso la líder del comité de Rondas Campesinas de Phinaya: Cirila Mamani
100
Jorge A. Flores Ochoa: "Pastores de alpacas de los Andes". Pag.15-52 Sendón, P. 2004; Parentesco y organización social en un pueblo de pastores del sur andino. Pag.22,23 101
119
Ccahuana (42), del sector T‟alla102 (Dialogo con Autoridades Comunales y del Centro Poblado de Phinaya, y Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya, 2009, Pag.10).
2.2.2 Actividades socio económicas y culturales Los mayores criadores, sean “propietarios privados” o “comuneros”, son los que están en condiciones de contratar mano de obra eventual o temporal para el manejo de las crianzas, la esquila, el mejoramiento o la ampliación de las instalaciones, viviendas. El pago por estas tareas se efectúa en dinero o en especies (vellones de lana, minucias de crianzas, víveres, etc.). La posesión de un ingreso monetario sostenido facilita, en algunas familias, el aprovisionamiento de complementos necesarios para las crianzas como insumos o productos veterinarios las alpacas “mejoradas”, y hace de la venta de estos animales, mejorados y bien alimentados, un negocio posible. Muchas familias realizan este tipo de comercio centrado en la venta de “alpaca mejorada”. A su vez, algunos de los grandes y medianos criadores compran fibra y en algunos casos, fibra hilada o tejidos a los pequeños criadores y los comercializan fuera de la comunidad. Las prestaciones de servicio eventuales, permite a los “pastores” obtener un ingreso, y marcan la presencia de la red tradicional de reciprocidad, donde la responsabilidad de ambos contribuyen también a la comunidad directa o indirectamente (por ejemplo las mejores alpacas presentadas en ferias comunales, deben haber sido atendidas por pastores cumplidores), así también a la gestión social y colectiva de los recursos característica de las comunidades andinas-. Otras formas de retribución se dan en dinero entre S/. 20 nuevos soles por un día de jornal; esta forma de retribución es propiciada por familias jóvenes generalmente “comuneros” que deciden convertir su fuerza de trabajo y su conocimiento en dinero para comprar víveres principalmente. En la actualidad el ayni se practica de manera sostenida solamente entre familiares y a veces con los vecinos, en determinadas actividades como la esquila. Las actividades o labores colectivas bajo relaciones y redes sociales tradicionales son las que tienen continuidad por ejemplo el ayni, el cual se aplica aún en el chaku de vicuñas, donde participan diversos actores, tales como el centro educativo, los comités o asociación de criadores de camélidos, las asociaciones de conservadores de vicuñas y otros.
Plataformas locales vigentes Existen varias instancias, a los que se denomina organizaciones de base y son:
Autoridades del centro poblado de Phinaya (Alcalde, regidores)
Directiva comunal (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, fiscal y vocales)
Teniente gobernador (autoridad política del Estado)
102
(Dialogo con Autoridades Comunales y del Centro Poblado de Phinaya, y Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya, 2009, Pag.10).
120
Comité de rondas campesinas
Comité de ganadería
Comité de vicuñas (en los sectores: Ruita Huanaconi, Torre Estrella, Unica, Phaco, T‟alla, Canlline, Yayamari).
Comité de cultura y deportes
Comité de vaso de leche
Asociación de artesanos
Asociación de padres de familias
Comitê de feria (Juan Velasco Alvarado)
Organización del territorio "A más de 4300 msnm. cuando la humedad del suelo es abundante se encuentran lozanas praderas pantanosas y frías, alrededor de manantiales, orillas de las corrientes, lagos glaciales y superficies planas donde el drenaje es pobre. Por encima de la franja de 4500-4700 msnm, hay también lugares húmedos que contrastan con los escasos manojos de vegetación de las extensiones áridas. La existencia de estas manchas de vegetación se debe a suelos mineralizados y arcillosos, que almacenan agua todo el año y por tanto proporcionan hábitat para los pastos. Estas praderas se denominan bofedales o mojedales (oqho - en quechua) y junto con los pantanos son característicos de la puna alta y por consiguiente de gran importancia para el pastoreo de altura". El fenómeno es común en las áreas de la Puna Andina103. A partir de esta apreciación, las familias vienen estableciendo las formas de clasificación y ordenamiento de su territorio en razón a las actividades que desarrollan de la manera siguiente:
Espacio territorial Las características de la organización del territorio de Phinaya adopta una serie de instancias a nivel comunal y familiar. Los sectores en que se divide Phinaya se reagrupan en dos ayllus que, según los miembros adultos de su población, existieron desde antes de la división sectorial, de la organización comunal e inclusive, de la repartición del territorio por parte de los gamonales dueños de las haciendas. Mas precisamente, la comunidad campesina de Phinaya (en el sentido laxo del término) está y estuvo dividida en dos mitades denominados Ilave y Consachapi, (Sendón, P. 2004; Pag.50). Las familias en el dialogo consideran esencialmente 103
Glynn Custred, "La Puna de los Andes Centrales", pag.63., en Flores Ochoa, Jorge. (compilador) Pastores de Puna. Instituto de Estudios Peruanos, Lima, 1977).
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los sectores de Yayamari, Ángel de los Andes, T‟alla y Canllini, Tres Estrellas, Unica, Ruita Huanacuni y Phaco; estos sectores contenidos en dos ayllus: Consachapi llamado también “hjatun ayllu” porque agrupa la mayor área conteniendo a los primeros cuatro sectores e Ilave y “hjuch‟uy ayllu” que agrupa las otras cuatro de menor área. Según Sendón (2004) (Pag.33,45,51)., hacia el 2004 estos dos ayllus se relacionan como mitades con significados contrapuestos y tienen paralelismo simétricamente inverso en el sentido de que los atributos de una son los opuestos en la otra: los llamados sectores de Ángel de los Andes, Incuyo, T‟alla y Canllini, donde los dos primeros son tierras privadas y el resto comunales, así mismo, Tres Estrellas de Chimboya, Huaccollo, Phaco y Ruita con características similares al anterior, tienen cuatro sectores privados y cuatro comunales, denota también que los cuatro primeros se hallan dentro del “hatun ayllu” y los otros sectores en el “huchuy ayllu”. En cada sector identificado hay alrededor de 56 “subsectores”104. Viendo esta forma de clasificación en la actualidad los lideres o directivos y algunos pobladores (teniente alcalde centro poblado, teniente gobernador, presidenta comunal, presidente de rondas campesinas y presidente de APAFA) consideran un sector a Yayamari con 7 familias, “cabañas” o “estancias“, (según Sendón se considera “subsector” de Incuyo), y Unica como a Huaccollo (que no se halla en la clasificación por Sendón). Según la Agenda Comunal de Phinaya105 clasifican a los sectores en: Canlleni, Ttalla, Incuyo, Angel de los Andes, Tres Estrellas, Ruita Huanacconi, Phaco y Unica, Phinaya también es uno de los ocho sectores en los que está dividida la comunidad y el “centro poblado” Las formas de clasificación tradicional probablemente ya no se consideran como tales por las últimas generaciones, o es que se guarda las expresiones reales de los pobladores, porque las formas denominativas de Consachapi (hjatun ayllu) Ilave (hjuch‟uy ayllu) pasan a un segundo plano en sus conversaciones. “Ñawpaqa hajtun ayllu nisqaqa karan Consachapi, chaymanta hjuch‟uy ayllutaq karan Ilave Qhepawatakunamanqa runakuna munasqankuta sutikunata churanku …ñawpaqqa kaylaru Waq‟ollo, Paru Paru sutinkuna karan… kunataq Unica nispa sutiyanku nuqaqa Waq‟ollo nikullanin…” Domingo Huillca - (70), Estas expresiones nos inducen a pensar que las denominaciones y sus contenidos semánticos se están perdiendo sin remedio. Clasificación local en relación al espacio vertical (“parte alta” y “parte baja”) Actualmente la clasificación local considera dos zonas: la “parte baja” o “puna baja” y “parte alta” o “puna alta” (Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya – 2009, p8). La “parte alta” se halla en las cumbres nevadas donde nace el agua para Phinaya y la “parte baja” hacia los sectores de Huacullo o Unika y Canlline, en ambas las crianzas son la prioridad de los pobladores, los pobladores ven con mayor confianza la “parte alta” porque ahí tienen acceso al agua, sin embargo a mayor altitud mayor variabilidad climática y por lo tanto mayor vulnerabilidad, aún así este escenario no genera mayor preocupación en los pobladores. 104 105
Sendón -2004. Pag.45 BioAndes 2009, Agenda Comunal de Phinaya (2009) p3,15)
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Sobre las parcelas que conducen hoy, al parecer no tienen oportunidad u opción de reubicación, en vista que muchas familias ya se han posesionado sobre los recursos como pastizales y el agua, mientras que otras familias esperan acceder en algún momento al menos al agua que proviene de los glaciares. La reorganización del territorio Los cambios importantes sobre el estatus de la comunidad de Phinaya según Sendón, P. (2004; p35) fue con el auge del comercio y conformación de un mercado de lanas (1890) y la reforma agraria (1970), que marcaron las formas y los modos de vida de las pobladores. Una de la peculiaridades de Phinaya es la de haber experimentado todos y cada uno de los estados de la metamorfosis jurídico-institucional mencionados. Antes de adoptar el carácter de comunidad campesina, fue cooperativa, empresa comunal, grupo campesino, territorio de haciendas e, inclusive, comunidad indígena. Como resultado de un gran número de transformaciones a lo largo del tiempo Phinaya experimenta reordenamientos temporales de la forma de la organización social106. Hubo dos formas de reorganización; con la reforma agraria se beneficiaron unos y desfavoreció a otros, mientras que con la “propiedad privada” tienen reconocidos sus territorios por las instancias del Estado. Para justificar sus derechos los “comuneros” señalan que aún se mantienen bajo la Ley de Comunidades Campesinas (Ley N° 24656) donde se señala que el territorio que ocupan es de usufructúo comunal o colectivo hasta donde la comunidad lo determine, sin embargo, las familias usufructuarias se proyectan a garantizar su permanencia y apropiación de los territorios que ocupan a cualquier costo (para el caso de los “pastores” al parecer no se halla ninguna oportunidad de acceder a la propiedad de tierras). En este contexto cualquier reordenamiento que priorice la optimización de recursos a nivel familiar o “individual” producirá un efecto contrario a nivel comunal, acentuando con esto su vulnerabilidad como comunidad. Los caminos y reorganización del territorio Antiguamente los caminos o rutas de alimentos existían porque las familias no producían alimentos de origen vegetal (salvo algunas especies silvestres de uso alimentario o medicinal), por lo que fue necesario trazar rutas que conduzcan hacia las zonas o poblaciones que produjeran alimentos complementarios, estos caminos funcionaron durante mucho tiempo, pero en la actualidad las rutas y los caminos se han reorganizado, las familias ubican sus viviendas cerca a las carreteras por las facilidades que permite el transporte vehicular, hoy a diferencia de ayer, los caminos son más determinantes en la organización del territorio. Por otro lado, si bien los caminos carrozables han crecido en importancia, los otros caminos no carrozables han perdido importancia, no sólo porque se los deja de usar para rutas largas, sino porque dada la intervención “apropiativa” de los terrenos, muchos colocan sus cercos y mallas, sobre los lugares que antes eran caminos. La organización del territorio comunal
106
Sendón P. (2004; p20)
123
A nivel familiar: Los territorios ocupados a nivel familiar están formados por “propietarios privados” quienes organizaron su territorio de acuerdo a su disponibilidad y fines de sus crianzas, aspirando obtener las mayores utilidades con la maximización de beneficios a menores costos. La “propiedad privada” o parcela individual es el recurso productivo de la familia, se halla delimitado, en algunos casos entre la “parte baja” y “parte alta”, es ocupado por familias nucleares o extensas, y en su mayoría de los casos está constituido por:
Áreas de pastoreo (áreas con pastos nativos). Áreas para vivienda establecida o temporal (generalmente en lugares estratégicos, para vigilancia del ganado). Áreas para infraestructura pecuaria y doméstica (puede contener: almacenes rústicos para víveres o productos agrícolas, corral, cobertizos, dormideros, entre otros). Áreas para almacenamiento de material de combustión (excremento de crianzas), llamadas “pirwas”, el material es usado en la cocina. Estas se hallan dispersas en el contorno del establo a manera de vigías que a la vez sirven para ahuyentar a los predadores como el zorro.
Área para infraestructura de servicios higiénicos (letrina, lavatorio rústico) Áreas para los caminos o acceso a otros ambientes (patio, pasadizo). Áreas con cuerpos de agua (lagunillas o riachuelos), que son parte del sistema ganadero, que a la vez puede ser utilizados como fuente para la crianza de peces (truchas). Áreas consideradas para las acequias de regadío de pastizales, que pueden ser utilizados por otras familias.
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A nivel comunal: Los “comuneros” organizan su territorio en forma parecida a la de los “propietarios privados”, sin embargo, bajo ciertas restricciones poseen:
Áreas como componentes del sistema productivo de uso y manejo colectivo (en realidad no se reconocen con exactitud los linderos que ocupan).
Áreas de pastoreo (áreas con pastos nativos).
Áreas para vivienda no establecida (generalmente en lugares protegidos, en prevención de eventualidades como nevados).
Áreas para infraestructura pecuaria y doméstica (puede contener: almacenes rústicos para víveres o productos agrícolas, corral pecuario, cobertizos, entre otros.
Áreas para almacenamiento de material de combustión (excremento de crianzas), llamadas “pirwas”, el material que es usado en la cocina. Estas se hallan dispersas en el contorno del establo a manera de vigías que a la vez sirven para ahuyentar a los predadores como el zorro.
Áreas no definidas para los caminos o acceso a otros ambientes (patio, pasadizo).
Áreas consideradas para las acequias de regadío de pastizales, que son utilizados por otras familias.
Área con cuerpos de agua (lagunillas o riachuelos en algunos sectores) para uso ganadero y crianza de peces, son de uso colectivo.
Últimamente se han incorporado áreas para el chaku de vicuña, de uso comunal o sectorial bajo acuerdo colectivo (establecido en cada sector de la comunidad). Existen lotes de tierra destinados para viviendas que poseen la mayoría de la familias, estas se hallan concentradas en el centro poblado de Phinaya en las que se vienen estableciendo por las facilidades que brinda, en el acceso a educación, salud, aprovisionamiento de víveres, comunicación y otras.
2.2.3 Tenencia de la tierra En Phinaya se conocen formalmente dos formas de tenencia de tierras: la primera los que poseen tierras adjudicadas por la reforma agraria o los que compraron tierras posterior al proceso de la reforma agraria, se les considera como “propietarios privados”, son quienes tienen títulos de propiedad e inscritas en registros públicos de Cusco (según pobladores). Estas tierras son de uso de sus propietarios, sin embargo por normas consuetudinarias aun permiten el uso colectivo de caminos y agua en algunos casos, en cambio otros vecinos “propietarios privados” alejados de la organización comunal empezaron a restringir el paso por los caminos (Caso sector
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Unica) y ya no se comparten como en tiempos pasados, sin embargo los caminos que atraviesan terrenos comunales son permitidos para todos. El territorio comunal está ubicado en los cuatro sectores, es utilizado por los comuneros empadronados, quienes usan los recursos existentes en él, también pueden compartir estos recursos y ocurre también la forma de uso de recursos por comuneros para un fin colectivo (Caso Phaco, T‟alla, y otros), donde las familias comuneras como pastores además de aprovechar el recurso como crianzas, pastizales, el agua y otros en usufructo pastorean las crianzas comunales o ganadería comunal conjuntamente con sus crianzas o aparte, al final de la producción de lana e distribuye entre el comunero pastor y la organización comunal, a manera de una asociación colectiva funcional por el acceso y uso de recursos comunales. Hay otras actividades que generan espacios físicos y socioculturales que son de uso colectivo como el Campo ferial comunal (últimamente establecido), las viviendas concentradas (centro poblado de Phinaya), así también el uso del centro educativo, centro de salud, entre otras. Estas dependen de la comunidad en coordinación con las autoridades del centro poblado. Existen casos en que algunas familias alquilan área de pastizales, en parcelas vecinas y las poseen por un tiempo finito, esto se realiza cuando hay escasez y demanda de pastizales para las crianzas, y al cabo del periodo de aprovechamiento se devuelva al dueño.
La comunidad y familias con derecho a uso y acceso a tierras En el contexto de cambio climático percibido desde algún tiempo por los pobladores hace que el derecho a las formas de acceso y uso se vean comprometidos los últimos años. En épocas antiguas el derecho al uso de tierras tenía un tratamiento humanitario, oportuno y bajo las normas locales, con el pasar del tiempo, el crecimiento de la población y los conceptos de propiedad privada tiene un tratamiento especial para Phinaya y sus pobladores. Cuando Phinaya se consideraba una organización con el concepto de colectividad Ayllu107, son las relaciones de parentesco las que definían no solo la pertenencia al ayllu -condición no definitoria de la pertenencia institucional a la comunidad- sino también sus contornos y sus límites en tanto forma de organización social108, en los últimos años esta aseveración parece entrar a una reestructuración porque con la introducción de la propiedad privada y las acciones de las familias como las formas de restricción de caminos, uso exclusivo de recursos e individualización, así como la presencia de proyectos de orden exógeno, están al camino de establecer las condiciones o status que se planteó hasta algún tiempo la comunidad. Como unidad social, los individuos que la constituyen detentan los estatus de «propietarios», «comuneros» y «pastores» de acuerdo con el tipo de acceso que tienen al territorio: mientras que los primeros son dueños de las porciones en las que crían sus ganados, 107 108
Es una agrupación de individuos unidos entre sí a través de vínculos de parentesco. Sendón, Pablo F. (2009). Los ayllus de la porción oriental del departamento del Cusco. p108
126
el usufructo al que tienen acceso los segundos está reservado a aquellas porciones que fueron afectadas por la reforma agraria de 1969. El estatus de pastor es residual, tratándose de individuos cuyo acceso al territorio está mediatizado por los vínculos que mantienen con las familias propietarias o comuneras109. En consecuencia las familias posesionadas en un determinado territorio ya sean como “propietario privado” o “comunero” vienen estableciendo desde sus formas de ver herramientas e instrumentos para garantizar su permanencia y apropiación a futuro. Los “pastores” siguen relegados, sin oportunidades, salvo algunos que lograron acceder a un lote de terreno como vivienda en el centro poblado y otros que adquieren terrenos de los propietarios individuales. Parcelas con áreas aproximadas que conducen las familias El área de tierras en subdivisión por herencia se encuentra bajo acuerdos entre padres e hijos, el resto de las tierras es de uso exclusivo del padre. Esta forma de redistribución no siempre es de manera equitativa porque cuando los yernos o “qatay residen en la tierra de sus padres no siempre puede poseer la tierra de los padres del “qhachun” por lo que generalmente son los padres de los “qatay” quienes redistribuyen tierras para el usufructúo de la familia reciente. Los hijos menores probablemente migran a estudiar o en busca de otras oportunidades, sin embargo exigen a los padres que las herencias sobre recursos en general se realicen de manera equitativa, por ello algunos vuelven para quedarse en las tierras del padre, tratando de recuperar su derecho y establecerse con la actividad ganadera. Hace unos 30 años, algunos “propietarios privados” conducían un área mayor a 100 has, así mismo los “comuneros” conducían alrededor de 60 has, sin embargo en la actualidad conducen de 20 a 40 has aproximadamente, el área es determinada por las condiciones en que están los pastizales y los recursos con los que cuentan el poblador y la cantidad de crianzas que alberga, lo cual determina el área por utilizar. En estos últimos años estas áreas tienen mayor afectación por la variación climática extrema (daño a pastizales por heladas y sequias) son dejados de lado, se podría recuperar con un manejo adecuado de pastizales y sistemas de riego. Los “pastores” (familias nómadas) al no tener propiedad de la tierra o por lo menos posesión continua de las tierras, en su mayoría están sujetos al pago mensual o anual del servicio por pastar las crianzas. Esta relación determina su permanencia en el territorio, y mientras tanto pueden utilizar del área en forma controlada. Intenciones para la individualización y parcelación de tierras La comunidad campesina de Phinaya cuenta con una extensión de 3,000 has. Estas tierras poseen títulos de propiedad comunal e inscripción en los registros públicos de Cusco, ambos adquiridos mediante la reforma agraria110. Los cuatro sectores comunales de Phinaya se hallan ocupados por los comuneros, quienes se ocupan de áreas relativamente extensas, aducen que les pertenecen y tiene 109
Idem
110
Bioandes 2009,Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya –p3
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intenciones de formalizar ante las instancias correspondientes, además saben que existe la propuesta de parcelación y formalización de tierras comunales desde COFOPRI. Por un lado, este tema genera un espacio de discusión en la agenda de las asambleas comunales de manera persuasiva, donde van alimentando la idea de individualización y apropiación. Por otro lado, los comuneros apoyados por instituciones en el ámbito ven fortalecidas sus aspiraciones para continuar con el uso colectivo de las tierras, y que en el estatus de comunidad campesina tienen ventajas comparativas, para defender sus territorios frente a las amenazas que se presentasen en el futuro. Actualmente existen dos posiciones íntimamente latentes para el destino y forma de conducción de terrenos colectivos. A las tierras comunales se suman las áreas de los propietarios individuales de cuya área total no se tiene una información precisa.
2.2.4 Uso de la tierra La tierra usada prioritariamente para ganadería, con el tiempo ha variado, la introducción e incorporación de especies de flora fauna reorganizan los usos; hoy se observa con más usos, como la práctica agrícola a manera experimental, viviendas e infraestructura diversa, cosecha de agua y crianza de peces y otras actividades como espacios para ferias ganaderas, turismo y chaku de vicuñas. Además se percibe un uso más sutil para las acciones mítico-religiosas hacia las cumbres altas de Phinaya. Uso de suelos y priorización para la producción de alimentos para la ganadería El uso es especialmente para la ganadería con crianza mixta, ubicada en la “parte baja” y “parte alta”, en las cuales, en la última década, se viene generando cada vez mayor demanda de áreas para la producción y mantenimiento de pastizales nativos para camélidos (alpacas, llamas) que hoy en día no abastece la demanda de las crianzas con que cuentan, existen áreas de secano y con riego artesanal, además algunas familias poseen vacunos, equinos y ovinos que demandan también de otras especies de pastizales diferenciados de camélidos. En los últimos años, la tierra se viene priorizando para crianzas de especies mejoradas dando preferencia a las alpacas, ovinos y llamas, realizan la rotación de pastizales en áreas relativamente pequeñas, y se puede observar la delimitación de áreas con enmallados (postes de madera rollizo y malla ganadera), en cambio para los vacunos, equinos en áreas menos protegidas y mantenidas que pueden ser de secano, y de libre pastoreo. En estas áreas se percibe que la población ganadera exótica de vacunos y ovinos (existentes en pequeña proporción), también presionan sobre los pastizales naturales. Se puede mencionar que una familia experimentó el cultivo de papa nativa amarga111 (probablemente especies Ajanhuiri, Juzepczukii y Curtilobum), con semillas traídas de comunidades vecinas como Santa Barbará, y otras. Esto mismo se corrobora con la presencia de una especie silvestre de papa (probablemente de Sol acaule) habitando en pequeña cantidad en el mismo centro poblado. Este contexto actual hace variar inexorablemente las consideraciones descritas hasta ahora, como cuando en el marco 111
Esta forma de agricultura se viene implementando en áreas relativamente pequeñas y por algunos agricultores en el sector Canlline ubicada en la “parte baja” de Phinaya, a 4300 m.s.n.m.
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de cambio climático se aprecia también la identificación o generación de zonas benéficas para la agricultura (Magrin, 2007), y es por la misma acción del hombre que viene modelando estos espacios de manera incipiente, buscando obtener beneficios a pesar de las adversidades.
Cosecha de agua Los nevados aun presentes en la “parte alta” en la última década se van disolviendo aceleradamente (Caso Qellqaya: Portocarrero, C. 2007), el cual discurre formando lagunillas y riachuelos en los vasos colectores naturales, los cuales son aprovechados adecuando sistemas rústicos de criaderos de peces (Trucha en lagunillas de Ruita Huanaconi, y Phaco; “ch‟iñi challwa” en riachuelos y aguas empantanadas en Ruita Huanaconi, Phaco, Tres Estrellas, Unica o Huacullo y Ángel de los Andes), además estos colectores sirven para cosechar agua y enfrentar la escasez por la ausencia de lluvias o para épocas de secano, estos depósitos o riachuelos sirven de abrevaderos de crianzas, como para las aves silvestres, se puede apreciar en Phinaya la construcción de acequias rústicas para irrigación de pastizales en la “parte baja”. A partir de estas lagunillas artificiales existe la iniciativa de los pobladores de sembrar alevinos de trucha. Otros usos del suelo Predominan las viviendas de muros de adobe, techo generalmente de calamina. En las estancias y sectores utilizan el mismo material de construcción, aun quedan algunas viviendas antiguas con paredes de adobe y techos de paja. Durante los últimos 10 años se observa la mejora en la construcción de las viviendas, el centro poblado contiene a las familias en un espacio a modo de urbanización, ordenado en calles con nombre populares, áreas para uso colectivo como la Institución Educativa de tres niveles, puesto de salud, salón comunal, el local del consejo menor y otras. El reordenamiento del centro poblado se está haciendo alrededor de la antigua iglesia de Phinaya112. El territorio de Phinaya en los últimos años es usado en la apertura de vías de comunicación y caminos rurales que corta los pastizales. Los caminos y carreteras son considerados oportunos para las poblaciones especialmente para los sectores alejados, porque contribuirán a generar dinámica en la comunicación y transporte113 (según los pobladores de Phaco, Tres estrellas, otros).
2.2.5 Tecnología Tecnología de crianza tradicional
112
Este año la iglesia está en restauración para su puesta en valor por el INC. Los pobladores señalan que tendrán la posibilidad de trasladarse oportunamente, así como el personal de salud podrá llegar hasta sus sectores. 113
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En Phinaya la tecnología tradicional en la crianza de camélidos prima hasta la actualidad por la diversidad genética con la cuentan, en torno a esta tecnología se viene reordenando y adaptando diversos componentes en la comunidad. Los camélidos están anatómica y fisiológicamente adaptados a la altura, temperatura y las condiciones climáticas estaciónales imperantes de alta montaña, fue y es su medio para desarrollarse. Cada año los pobladores de Phinaya son testigos de la pérdida de calidad de fibra disminuyendo la población de alpaca Suri y la fibra de color. Esto se debe a la crianza extensiva que practican los productores alpaqueros. CONACS impulsó el mejoramiento genético de alpacas, incentivando el empadre controlado y selección de las crías por sexo; a esto sumó la atención veterinaria introduciendo productos exógenos, que implica desembolsos económicos considerables por los productores. Al 2010 la incertidumbre es mayor ya que al mejorar las alpacas si no tienen un control estricto de los reproductores machos, pueden otra vez generar endogamia en la población por consiguiente la fibra pierde calidad. Haciendo una comparación entre la llama y alpaca, la primera es más resistente a enfermedades, come un amplio espectro de forraje y no tiene limite altitudinal. En cambio la altura óptima de la alpaca está entre 4000 a 5000 msnm prefiriendo pastos verdes blandos de los bofedales. Sin embargo el mercado exige mayor producción de fibra y carne de alpaca, y para la llama hay pocas oportunidades de alcanzar valores mayores. La tecnología del riego El agua es considerada fundamental para las familias de Phinaya, porque de ella dependerá el aumento o disminución de la cantidad de sus crianzas. Si bien es cierto que existe un conocimiento ancestral en la generación de bofedales, sin embargo ese conocimiento se fue perdiendo, actualmente las prácticas de uso del agua no permiten ampliar nuevas áreas de bofedales, por el exceso de agua que implican estas prácticas deteriorando las praderas, las mismas que se convierten en un foco de infecciones parasitarias para los camélidos. Las nuevas formas de intervención local por ej. La conducción de agua mediante canales de tierra a determinados sectores o lugares sin la debida planificación colectiva genera malestar entre las familias porque se sienten disminuidas en su derecho y posesión sobre el agua. Las prácticas de riego por canales rústicos se está intensificando debido a la escasez de lluvia y nevada, la disponibilidad de agua es una condicionante para la garantizar la producción de la actividad alpaquera.
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Algunas prácticas tradicionales como las curaciones, estimulación, tratamientos, seguimiento durante la parición, marcación esquila, y otras en base recursos locales (como plantas medicinales), se viene perdiendo debido a las formas de cambio de vida practicadas por los pobladores.
2.2.6 Otros medios de producción Dentro de la comunidad de Phinaya existen otros medios de producción como la Artesanía de fibra de alpaca, comercio de carne, lana y el chaku de vicuña y turismo
La artesanía Los patrones culturales sobre la actividad artesanal datan desde tiempos antiguos, las familias tejían sus prendas de fibra de alpaca y llama, posteriormente con la aparición de prendas de fabricación exógena se fueron transformando y adecuando a las necesidades del medio. Los pastores a la fecha continúan hilando fibra de alpaca para la confección de prendas de vestir para la venta interna, así mismo mantienen vigente la confección de huarak‟as y sogas, en ocasiones ofrecen sus productos a los visitantes a la comunidad. El comercio Los propietarios privados de mayor poder económico hacen de acopiadores en la comunidad, todo lo cumulado es enviado a empresas como Mitchell e Inkatop. Las familias que tienen mayor cantidad de crianzas producen más fibra, por consiguiente venden mayores cantidades obteniendo mejores precios Las familias de condición socioeconómica “alta”, “media” y “baja” cosechan anualmente aproximadamente entre 3, 2 y 1 quintales respectivamente, de los cuales los dos primeros se destinan a la comercialización, y muchos “pastores” los utilizan una parte para elaborar prendas y otros artículos como sogas, huarak‟a, costales de carga. Otra fibra que tuvo auge la década pasada es la de vicuña, que a pesar de sufrir bajas por acción de abigeos y cazadores furtivos, que diezmaban la población de vicuñas e incluso victimaban a los pastores, esta realidad hizo que las familias reorganicen la seguridad y generen estrategias de comercialización, como las ferias artesanales. El chaku de vicuña Según las investigaciones de A. Brank. Durante el Imperio Inca se calcula que existían cerca de dos millones de cabezas en los Andes peruanos. Cada 3 años los Incas realizaban el chaku o rodeo, capturándola y esquilándola para obtener la fibra que sería destinaba al Inca Emperador. Garcilaso de la Vega, en el
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Libro VI - Capítulo VI de sus "Comentarios Reales", describe "el gran chaku que hacían los Señores Incas". El chaku consiste en acordonar amplias zonas con miles de personas y arrear las vicuñas hacia corrales de piedra o enmallados para esquilarlas. A pesar que se dieron 26 dispositivos legales que la protegen, en 1964 quedaban apenas 5,000 ejemplares. Hasta ese entonces se le mataba para obtener su fibra, algo difícil de creer. En 1964 se inicia la conservación de la vicuña en Pampa Galeras Ayacucho, en una iniciativa conjunta entre la Comunidad de Lucanas y el Ministerio de Agricultura. En 1969 se firma el Convenio para la Protección de la Vicuña entre Perú, Bolivia, Chile y Argentina. La Agencia de Cooperación Alemana - GTZ, financió la iniciativa entre 1973 y 1980. La población de vicuñas se recuperó y en 1977 en 75,000 ha de Pampa Galeras, habían 20,000 individuos, y en 1981 en todo el Perú la población llegaba a 75,000. Fue uno de los más grandes éxitos en el mundo, acerca de la recuperación de una especie de fauna en peligro de extinción. En 1966 se firma un convenio entre la Comunidad de Lucanas y el Servicio Forestal y de Caza, donde se acordó que una vez recuperada la población los beneficios iban a ser para la Comunidad de Lucanas. En 1979 y debido a la sobrepoblación en Pampa Galeras, se inicia una saca controlada de machos y el traslado de más de 2,500 vicuñas a Arequipa, Huancavelica, Junín y Ancash con fines de repoblamiento. Se hizo el mayor traslado de fauna silvestre de todo el continente americano. Con la saca de la vicuña se comenzó a pagar un beneficio a las comunidades por cada animal que pastaba en sus tierras. Pero vino el terrorismo y se abandonó. En Pampa Galeras, la caza furtiva prosperó y la población disminuyó de 23,000 a 12,000 ejemplares. En 1996 se retoma la iniciativa, se decreta la Ley de la Vicuña, y se transfiere vicuñas a las comunidades para que éstas las manejen, a modo de concesión. Se llegó a un acuerdo internacional para permitir la esquila y que el Perú pueda comercializar la fibra y sus derivados a nivel internacional. La población de vicuñas comenzó a aumentar de nuevo en vista que las comunidades, al sentirse propietarias y ver los beneficios económicos que les producían, comenzaron a cuidar de ellas. Hoy, Perú es el primer productor mundial de fibra de vicuña y comercializa miles de kilos al año, favoreciendo con ello a numerosas comunidades altoandinas que dependen de este recurso. En la actualidad para realizar el chaku114, se organizan en comités los propietarios individuales, comuneros y pastores, llevan un control de la cantidad de animales
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Confinamiento temporal de vicuñas para esquilar su fibra.
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haciendo seguimiento a las vicuñas que se alimentan de los pastos naturales de las alpacas. Desde el CONACS existe asesoramiento para el chaku, esquila, clasificación y venta de la fibra. Esta iniciativa data de julio del 2004 y está generando participación y oportunidades para el aprovechamiento del valor económico de la fibra. Sin embargo esta oportunidad genera también dificultades para el fortalecimiento de la organización y redistribución de utilidades de manera justa y equitativa entre los participantes, por otra parte las variaciones climáticas contribuyen en el probable contagio con sarna que no son tratadas por ahora. Las utilidades que otorga son considerables en el sector Ruita Huanaconi en Mayo 2010, se llego a atrapar más de 100 vicuñas, de las cuales se cosecharon alrededor de 30 libras con un valor aproximado de $ 5000; así mismo para el caso del sector T‟alla hubo una mayor cantidad de vicuñas por consiguiente mayor valor $ 6000.
El turismo Otro proyecto local propiciado desde las instituciones como la Municipalidad de Pitumarca y agencias de turismo, es el desarrollo de un “Circuito Ecoturístico de Pitumarca, Phinaya y los Nevados del Ausangate y el Qquelcaya”. La propuesta se caracteriza por que en el poblado de Pitumarca se origina un sendero, con raíces desde tiempos prehispánicos, que conduce al poblado de Phinaya, cubriendo una distancia de aproximadamente 60 km. Este camino atraviesa montañas y nevados como el Ausangate, el Chimboya, comunicando poblados, lugares naturales y lagunas que se encuentran en el trayecto. Por la altitud en la que se encuentra este camino, se observa un paisaje de puna, con montañas de topografía ondulada y espléndidos llanos. El camino se realiza usando acémilas para aprovechar la vista de una variedad de parajes. Los guías son personas de la zona que conocen perfectamente las rutas y la geografía local. El Valle de Pitumarca, llamado también el Valle del Ausangate, constituye un interesante atractivo turístico ecológico, con paisajes pastoriles, sitios tranquilos, un río que corre raudamente y paisajes inolvidables. Su caminata es un desafío a la resistencia física de los visitantes. Las rutas que se pueden seguir son las siguientes115:
Pitumarca – Uchullucllo – Puente natural – Hapura – Hanchipacha – Chillca – Sallama – Sibina – Phinaya – Tres Estrellas – Chimboya . Pitumarca – Uchullucllo – Puente Natural – Ha pura – Hanchipacha - Chillca – Sallma – Sibina – Phinaya – Phacco – Qquelccaya – Carabaya o Macusani. Pitumarca – Uchullucllo – Puente Natural - Hapura – Hanchipacha – Chillca – Ausangate – Ccasccara – Chimboya – Carabaya – Qquelccaya – Macusani – Pumanota – La Raya.
Esta propuesta denominada “Caminata Pitumarca-Qquelcaya” se halla establecido desde el “Encuentro Internacional Sobre Gestión del Turismo Sostenible y Competitivo, en alianzas entre Estado, Empresa y Comunidad” (Quito, Ecuador, 12 al 115
http://www.redturs.org/inicio/docu/peru/canchis.doc.
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14 de septiembre del 2001), Ecoturismo en la provincia de Canchis, Cusco, el cual fue propiciado por la Municipalidad Provincial de Canchis. Las poblaciones, señalan no tener participación directa sobre estas propuestas en vista que los beneficia muy poco.
2.2.7 Rol de la comunidad en el proceso productivo El modelo de utilización de recursos y organización lleva a suponer una sociedad simple como al nivel de comunidad campesina, lo anterior no implica que no exista estratificación, como grados de diferenciación social basados en el patrimonio y los ingresos o en la estimación social por el rol que cumplen en la comunidad, sin embargo, cuando se congregan los “propietarios privados”, “comuneros”, “pastores” y familias de otras comunidades en un centro poblado, aun con diferencias en los niveles de vida, es más compleja la organización. “Su población, exclusivamente dedicada a la actividad pastoril, asciende a unas 130 familias nucleares (650 individuos)”116. La población comunal de Phinaya es de 1,060 habitantes aproximadamente (varones y mujeres). Existen 60 jefes de familia empadronados y 50 familias no empadronadas que no participan en la organización comunal, por tratarse de hijos que viven en otros pueblos o ciudades pero que usufructúan las tierras. El promedio de hijos de los comuneros es entre 5 a 6 por familia (Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya - 2009, Pag.4). No todas las formas de prestigio en la comunidad están ligadas a la posesión de bienes económicos, sino a aptitudes que les permiten cumplir determinados roles en la comunidad, también existen personas con conocimiento sobre la salud humana, quienes usan plantas medicinales para curar enfermedades. La toma de decisiones de importancia sobre los sistemas productivos En la década del 80, en la Empresa Comunal Alpaquera de Phinaya, realizó una asamblea general de comuneros y socios donde acordaron disolver la empresa alpaquera para convertirse solamente en comunidad (la comunidad ya estaba reconocida desde 24/03/1977), en esta época ya existían los tres tipos de “personas sociales” (“propietarios”, “comuneros” y “pastores”) como señala Sendón (2004) (Pag.40). Estas decisiones fueron decisivas para el destino de las crianzas y con ello el reordenamiento de las parcelas y “propiedades privadas” que conducían en aquella época, posteriormente continuaron con este sistema intentando mejorar los beneficios y utilidades, orientados al uso y aprovechamiento de recursos, para tal fin acordaron distribuir las crianzas de “propiedad comunal” y se ubicaron en los sectores de T‟alla, Canlline, Ruita y Phaco, otorgando en usufructúo colectivo a cargo de uno o dos “comuneros” quienes estaban encargados del pastoreo y cuidado de las crianzas en estos sectores, en la actualidad continúan con este sistema, tratando de regular las
116
Sendón, Pablo F. (2009). Los ayllus de la porción oriental del departamento del Cusco. p109
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poblaciones de acuerdo a las necesidades que demanda la comunidad (por ej. gastos administrativos comunales, actividades colectivas). Los pobladores señalan que existen acuerdos colectivos sobre el sistema productivo elemental, como es el chaku y cosecha de fibra de vicuña. Hace 6 años atrás luego del flagelo del abigeato que fue controlado por la ronda campesina, iniciaron la captura de vicuñas que se albergan en territorio privado y comunal, en ocasiones depredando los pastizales de las alpacas, bajo un acuerdo comunal todos los pobladores que pertenecen al comité de vicuñas son participes de las utilidades obtenidas distribuidas equitativamente entre sus participantes, (esto fue promovido por el Ministerio de Agricultura mediante CONACS y SENASA). Esta actividad ofrece buenas ganancias por la venta de fibra. En los últimos años las familias vienen reestructurando sus acuerdos iníciales organizándose en Comité de vicuñas (según agenda comunal de Phinaya) y últimamente como asociaciones de conservadores de vicuñas en cada sector, considerando prioritariamente a las familias que habitan en la comunidad, y para el caso de las propiedades privadas también vienen restringiendo la captura con participación o beneficio colectivo o comunal. En cuanto a la participación en el chaku aun vienen aplicando el ayni entre los “propietarios”, “comuneros” y “pastores”. Los pastores reportaron que las vicuñas se están contagiando de la sarna de los camélidos ya que comparten el mismo espacio.
Acuerdos específicos y colectivos en usufructo de recursos Dentro de la comunidad hay acuerdos comunales que proponen la forma de acceso a la tierra por parte de los comuneros, propietarios individuales y pastores, es así que los propietarios individuales contratan a los pastores para el pastoreo de sus crianzas, pero deben tener un número limitado de de camélidos. A los pastores les asignan espacios donde deben vivir y pastorear los camélidos del dueño de la parcela y los propios, cambiando de sector de acuerdo a la disponibilidad de agua y pasto, en estos tratos el pastor es el menos favorecido ya que sin el permiso del propietario no puede hacer mejoras en el lugar asignado. Este sistema agudiza la vulnerabilidad de los pastores ante los eventos climáticos adversos que viven en las cabañas o “ch‟uqllas” soportando las variaciones climáticas extremas, mientras los propietarios viven en la población o fuera de la comunidad. La comunidad en asambleas comunales, establece democráticamente la forma de uso y acceso a tierras y recursos (basado en el estatuto de comunidades campesinas), por lo que exigen que los comuneros respondan a la comunidad de las acciones que desarrollan, a nivel comunal o familiar y esto es regulado cada dos años mediante el reempadronamiento comunal y el cambio de la junta directiva, de presentarse falta alguna es también la comunidad quien determina los destinos del caso. Por la complejidad de Phinaya existen acuerdos colectivos a nivel de comunidad y centro poblado. En caso de emergencia por variación climática, la respuesta es encabezada por las autoridades comunales y del centro poblado quienes regulan el apoyo recibido, como fue la nevada del 2004, que según los pobladores no se realiza
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de manera justa y equitativa donde figuran los comuneros y propietarios individuales más no los pastores.
Rol de la mujer en el proceso productivo Antiguamente la mujer era opacada, no actuaba directa y activamente, su participación en asambleas solía circunscribirse a escuchar y muy pocas veces tomaban la palabra y cuando lo hacían era sobre todo para preguntar, no para opinar. En la comunidad de Phinaya es aún restringida la participación femenina, porque generalmente se reconoce como representante ante las asambleas comunales a los varones como jefes de familia, así también en actividades colectivas (faenas, asambleas, como también en participación y viajes a instancias fuera de la comunidad). Las organizaciones donde la mujer tiene mayor grado de participación y oportunidad de ejercer liderazgo son las organizaciones asistencialistas o de ayuda social, como las del vaso de leche, club de madres. Sin embargo, desde esta instancia vienen desarrollando sus aptitudes para participar activamente en las toma de decisiones de la comunidad, como es el caso de la presidenta comunal y presidenta de rondas campesinas. En los últimos años muchas mujeres se desplazan al mercado de Sicuani a expender la saca temprana, y proveerse de alimentos o productos elaborados, responsabilidad de la cual dependerá la alimentación de la familia. Es importante mencionar que existe conocimiento local en las mujeres, que tiene un valor importante para la población, el uso de la medicina tradicional. Se viene ampliando la responsabilidad de las mujeres en el sustento familiar (Diálogo con pobladoras de Phinaya. Mayo-2010). La participación de los “kuraq” y/o “Yachaysapas” en las acciones familiares y comunitarias Luego de la época del hacendado resurgió pacíficamente una forma de restablecimiento de conocimientos tradicionales que subsistieron en el código cultural de los “kuraq” y/o “yachaysapas” (familias adultas o ancianos con alto conocimiento adquirido durante su convivencia con su entorno), para luego ser utilizados en las actividades y acciones de desarrollo de su sistema productivo. Desde la época de la ocupación de tierras por los pobladores su participación jugaba un rol importante ya que tomaban decisiones sobre las prácticas cotidianas y las decisiones colectivas y a nivel familiar, sobre la lectura del calendario pecuario, la distribución de parcelas para las familias que requerían, la distribución del agua, así mismo las formas de interpretar el comportamiento del ambiente eran tomadas e impartidas a sus poblaciones o herederos. En decisiones en el seno familiar como matrimonios, eran consejeros y guías para la pareja y la sociedad. Con las nuevas formas de visión e interpretación del mundo, en la actualidad se hallan limitados de participar, e incluso son relegados por sus prácticas ancestrales que continúan recónditamente, por ejemplo los pagos a la pachamama o los rituales sobre las crianzas. Son criticados por algunos grupos que practican la religión cristiana evangélica, y a la vez son inducidos a participar y olvidar las “prácticas profanas” por
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los principios de la religión cristiana, sin embargo el vasto conocimiento acumulado se restringe a la transmisión de conocimientos de manera colectiva, los que pueden ser decisivos para sus sistema productivos, porque en los “kuraq” y/o “yachaysapas” se halla el conocimiento de las tecnologías tradicionales como el de hacer lectura del contexto actual e inclusive del futuro. En Phinaya existen algunos líderes espirituales que viven ciertamente hacia las cumbres y alejados de la población.
Las migraciones Las familias de Phinaya se distribuyen en espacios alejados de las estancias; los hijos en edad escolar se quedan en el centro poblado para asistir a la escuela mientras las crianzas están a cargo de los padres, a su vez para continuar o concluir la educación secundaria migran hacia las ciudades como Cusco, Sicuani, Arequipa, Puno y otros. Además del cuidado diario de las crianzas hay ciertas tareas periódicas. Cuando es alta la población de camélidos, requieren la participación de varias personas, es el momento en que aparecen los “pastores” los cuales reemplazan a los hijos. Igualmente existen familias que vienen hacia Phinaya para prestar servicio como “pastores”, en ocasiones se quedan, y en algunos casos se quedan por cierto tiempo. La mayoría de la población migrante proviene del distrito de Marcapata (región Cusco), se dedican a la actividad agrícola y pastoril; las poblaciones altoandinas de las provincias de Carabaya y Melgar de la región Puno se dedican exclusivamente a la actividad pastoril; y las poblaciones que, junto con Phinaya, ocupan una región excepcional en la provincia y están también comprometidas en la crianza de ganado no cuenta con pitumarquinos entre sus miembros. (Sendón, Pablo F. (2009)117. Se observan también migraciones temporales generalmente por jóvenes en edad escolar y adultos varones, que salen del distrito en busca de mejores oportunidades e ingresos fuera de épocas de alta temporada de labores pecuarias, generalmente se trasladan a Pitumarca, Sicuani, Quillabamba, Puerto Maldonado, Arequipa, Cusco y Lima, donde realizan labores como empleados en labores domésticas con la finalidad de conseguir opciones educativas mejores que las de su zona, o por motivos de alcanzar un oficio y obtener ingresos económicos salen por unos 2 a 3 meses, y algunas veces vuelven a sus comunidades. La toma de decisiones sectorizados a nivel de “organizaciones de base” Las quejas inscritas en las fuentes entre los años 1921 y 1927 reflejan de modo notable la coyuntura histórica. Uno de los reclamos más constantes se refiere a la usurpación de tierras y el robo de ganado de la población indígena (o la venta forzada del mismo) por parte de las familias de hacendados. La participación en trabajos forzosos en las haciendas así, como la en construcción de carreteras y caminos de acuerdo con lo estipulado por la ley de conscripción vial, (Sendón, P. 2004; p36), esto ha llevado a la toma de decisiones para reorganizaciones progresivas aunque hacia 117
Los ayllus de la porción oriental del departamento del Cusco. p12)
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los últimos años se ha complejizado, donde la autoridad del centro poblado a veces se superpone sobre la autoridad de la junta directiva comunal y en las organizaciones de base como las de mujeres hay paralelismo de actividades, así mismo los sectores vienen estableciendo sus propias organizaciones como por ejemplo la asociación para el chaku de vicuña, que se maneja de manera independiente de las comunidad a pesar de haber sido la comunidad el iniciador de esta actividad. La actividad pecuaria pasa por una serie de dificultades en épocas criticas como el acceso o disponibilidad y calidad de pastos, deficiente infraestructura pecuaria, infestación de pastos y bofedales, deficiente estado de vías de comunicación. Viendo estas necesidades las familias se organizan para intentar atender las necesidades. Estamentos que se hallan en la comunidad y que participan en la toma de decisiones para la colectividad son: Autoridades del centro poblado de Phinaya (Phinaya, Collunuma, Sallma, y otros integrantes).
Directiva comunal (presidente, vicepresidente, secretario, tesorero, fiscal y vocales)
Teniente gobernador (autoridad política del Estado)
Comité de rondas campesinas
Comité de ganadería
Comité de vicuñas (asociaciones casi en cada sector: Ruita Huanaconi, Torre Estrella, Unica, Phaco, T‟alla, Canlline, Yayamari.
Comité de cultura u y deportes
Comité de vaso de leche
Comité de transporte
Comité de jóvenes
Asociación de artesanos
Asociación de padres de familias
Comitê de Feria (Juan Velasco Alvarado).
Las organizaciones vienen implementando sus propias formas de administración de manera desligada de las instancias colectivas con lo cual se debilita la organización comunal. La autoridad más inclusiva de los phinayenses es el Teniente Gobernador, con jurisdicción sobre los dos ayllus. Ella es secundada por cuatro Tenientes Auxiliares, dos por cada ayllu. El Teniente Gobernador es elegido entre dos candidatos, pertenecientes a cada ayllu, sus auxiliares son elegidos entre ocho, cuatro de
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Consachapi y cuatro de Ilave. El teniente gobernador es la autoridad que surge como ente regulador apoyado por las rondas campesinas, no solo de las situaciones sociopolíticas del poblado sino también de las faltas como el abigeato, cuando estas se entorpecen en su resolución, la autoridad determina su cumplimiento y las acciones de corrección, así también las faltas graves entre parejas son también reguladas en esta instancia. La familia nuclear o extensa es la célula básica de la organización social y debido a la debilidad de los lazos comunales, es la unidad de producción, consumo y distribución de bienes. Considerando que los recursos son limitados no producen todo lo que consumen. Por ello, a medida que el contacto con zonas comerciales como Sicuani se incrementa, las intenciones de consumo se fueron modificando rápidamente (por ejemplo la utilización de cocinas a gas, radio grabadores, bicicletas, relojes, y etc.).
2.3
Sub-Sistema Pecuario
Phinaya es una comunidad ganadera. Las alpacas, llamas, vicuñas y ovejas predominan entre las cabezas de ganado comunales y privadas. Existen algunas familias que poseen vacunos, de los cuales extraen leche y carne. Los comuneros manejan ganado comunal y a partir de la venta de fibra financian a la organización118. También poseen cabezas de ganado gestionadas por la unidad doméstica, vendiendo, de igual forma, la fibra en los mercados de Sicuani y Cusco, con lo cual adquieren otros productos agrícolas, abarrotes y de limpieza. Las familias comuneras entablan tratos con pastores cuando la fuerza de trabajo familiar no alcanza. Normalmente, el acuerdo consiste en un poco de alimentación y la cesión de algunas cabezas de ganado –generalmente ovinos- al final del año y el pastoreo de sus camélidos junto con los del propietario. Un trato similar al descrito también se establece entre los pastores y los propietarios.
2.3.1 Crianzas de importancia local Entre el año 1980 por condición socioeconómica local “alta”, “media” y “baja”, una parte de familias contaban aproximadamente entre 600, 400, 100 cabezas de alpacas; otras familias tenían entre 100, 50 y 20 de llamas, y de 40, 20, 10 de ovinos. Para el año 2010, la mayoría de familias tienen entre 450, 300, 100 cabezas de alpacas; las familias de menos recursos y los pastores tienen entre 60, 30 y 20 llamas, y muchas familias 30, 20, 5 de ovinos, algunas familias solo tienen 3 cabezas de vacunos. Diversas comunidades campesinas, organizaciones de productores, empresas industriales, investigadores y profesionales están vinculados de manera directa e indirecta con el aprovechamiento y uso de estos recursos. Sin embargo, aún no se ha logrado el aprovechamiento sostenible de la alpaca, llama y sus subproductos (fibra, piel, carne y sus derivados). Tampoco se ha logrado maximizar el beneficio, ni generar
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Algunas familias de propietarios, así como la comunidad, vende fibra de vicuña a mercados europeos, como Suiza, a través de la intermediación del Consejo Nacional de Camélidos Sudamericanos – CONACS. El kilo de esta lana alcanza los US$ 30.
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importantes ingresos y mejorar sustantivamente la calidad de vida de los miembros de la comunidad. La cantidad de ganado es variable. Es común que las familias grandes mantengan juntos los animales de todos sus miembros para facilitar su cuidado, pero reconociendo la propiedad de cada uno. Si bien no es fácil obtener información precisa sobre el número de animales, se puede ver que hay mayor cantidad de alpacas, y ovejas que de llamas. Es frecuente que los padres, u otros familiares, den a los hijos algunas alpacas o llamas (a veces los que quedan "huerfanitos") como retribución por cuidar la majada de la familia, también durante el matrimonio transfieren una vez casados al qatay o qhachun (yerno o nuera), ellos no lo toman como pago por trabajo, sino más bien como un regalo.
Priorización de crianzas La actividad pecuaria se caracterizó por la crianza diversificada de razas y colores, tanto de alpacas como de llamas, con la ventaja de adaptación al medio y la desventaja de la baja producción y productividad119 por consiguiente la baja rentabilidad en el contexto actual. El producto principal de la crianza es la fibra de alpaca, también de ovino, la misma que en los años 90 tenía precios regulares que luego fueron cayendo entre los años 1990 al 2000, posteriormente durante algunos años se incrementaron los precios considerablemente, pero luego sufrieron una nueva baja. Posterior al año 2000 se introduce la idea de blanquear la fibra; es decir el mercado y los agentes de comercialización demandan la producción de fibra blanca120, y por ello se buscaron incorporar progenitores (“alpacas mejoradas”) de fibra fina de color blanco mediante los proyectos CONACS, PERCSA; CPR Phinaya. Este cambio sin embargo no fue del todo exitoso pues las nuevas crías mostraron ser más vulnerables a los cambios extremos de temperatura, solo los más entusiastas “propietarios privados” continúan con el proyecto. Regulación y prevención de daños En el actuar de las rondas campesinas de Phinaya prima la vida de relaciones racionales y justas que se expresan en el respeto que debe existir en la comunidad entre ellos mismos o con terceros, de ahí que, si se vulnera una prohibición (no robar) se investiga y se corrige sin importar la cuantía de lo robado. Para la resolución de casos por abigeato, son las rondas campesinas organizadas y lideradas por varones o mujeres quienes se encargan de devolver calma y control a la exaltación de los agraviados. Muchos de los casos para los operadores de justicia ordinaria es delito, pero para ellos no, porque está en juego la reproducción de los bienes que sirvieron y sirven de sustento para su subsistencia121. 119
Agenda Comunal, Comunidad Campesina de Phinaya - 2009, Pag.8, descartando así las poblaciones de colores (fibra negra e intermedios; donde se hallan material genético importante) 121 Sistematización de la consulta nacional sobre el anteproyecto de ley de desarrollo del artículo 149 de la Constitución, Comisión del Congreso de la República Pag.20 120
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Calendario pecuario Las actividades inician con la limpieza o restauración de canales y acequias, para suministrar agua hacia los pastizales, desde las fuentes de agua hacia los lugares donde se riegan, lo hacen generalmente en ayni o contratando jornaleros por 15 soles. Según pobladores; las alpacas y llamas se pastorean todo el año, sin embargo los últimos años se viene reduciendo las horas de pastoreo, entre otras cosas debido al frio intenso, provocado a veces por vientos y lluvias, antes las crianzas salían a las 6 de la mañana y retornaban a las 6 de la noche. Actualmente el tiempo es limitado y salen a las 8 de la mañana y retornan a las 5 de la tarde. Las alpacas y llamas domésticas paren preferentemente en épocas lluviosas, donde hay mayor producción de pastos Al contrario los ovinos generalmente lo hacen en época de secano. Los tratamientos y cuidados sanitarios se realizan en cada cambio de época, de acuerdo al comportamiento de crianzas y mediante proyectos patrocinados por instituciones (PERCSA, CPR Phinaya) que sugieren fechas para los tratamientos en base a productos veterinarios exógenos. Existen personas en entrenamiento que participan en el Centro de Producción de Reproductores de Phinaya que apoyan a las familias en las dosificaciones y vacunas, finalmente son los criadores quienes las aplican previo ensayo, bajo su propia responsabilidad cuando no hay asesoramiento. Se observa la dependencia de insumos veterinarios en sus tratamientos, pues como señalan las familias, “ahora no pueden vivir sin ello”. Las prácticas tradicionales de antaño (como el “pago”) ligadas a las crianzas al parecer pierden su importancia entre las familias debido a las normas religiosas exógenas. El chaku de vicuña, se ha incorporado al calendario y tiene una programación en concordancia con las organizaciones locales y la agencia agraria122. Cuadro 4.30.Calendario pecuario vigente de familias con mayor población de crianzas
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quienes se encargan del seguimiento y registro de la actividad.
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Actividades del manejo pecuario Dentro del manejo tradicional, se percibe el incremento de actividades familiares pues a mayor riesgo climático, mayor inversión de energía, en ese sentido por ejemplo hoy las familias invierten más energía cuidando los animales sobre todo en los primeros meses de nacidos, usualmente los llevan a pastizales con buen pasto lo que garantiza la existencia y reproducción de la majada123. La exigencia del cuidado varía según fase de crecimiento del animal y las condiciones climáticas. Por ejemplo en época de lluvias, los animales permanecen más tiempo en el campo mientras que en época de helada hay más cuidado porque el frio es más intenso acompañado de fuertes vientos o phuco wayra. Las ovejas necesitan más protección y control diario, en cambio las llamas, y alpacas se crían más libres y pueden llegar a estar alejadas de la casa por un buen tiempo. Las ovejas disminuyen su peso en épocas de escasez de pasto (agosto y octubre).Las actividades de la crianza, como esquila, dosificaciones, etc., así como riegos, pastoreo, cosecha y elaboración o transformación de alimentos, además ello hay que sumar otras actividades como las “capacitaciones”, reuniones y labores mediante proyectos con instituciones las cuales requieren también fuerza de trabajo y disponibilidad de tiempo. Manejo sanitario de crianzas
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Por la tarde los llevan de regreso a los corrales cerca a la vivienda para evitar el ataque de los predadores
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En las sociedades alpaqueras la base tecnológica de la crianza son los conocimientos ancestrales que se operativizan a través de prácticas ganaderas tradicionales que se transmiten de padres a hijos en un marco de cierta ritualidad (pagos, ofrendas, etc.) compatible con un calendario o ciclo ganadero que responde al ciclo climático anual. La deficiente gestión del manejo productivo del rebaño determina una baja productividad del plantel. Las innovaciones tecnológicas son bastantes limitadas, aproximadamente no más de un pequeño porcentaje (10%) de criadores producen prácticas innovadoras, las prácticas de crianza están condicionadas por la estacionalidad climática, en tanto que las de cosecha (esquila y saca) están reguladas por la demanda y la expectativa del precio. Además existen diversos aspectos que son recurrentes y que dificultan alcanzar un estado saludable en las crianzas: prácticas reproductivas, donde las crianzas reciben muy poco control, se aparean libremente provocando muchas veces accidentes, hay poco uso de registros reproductivos, solo las realizan algunos criadores potenciales como “propietarios privados” y los productores que pertenecen al CPR Phinaya. El uso de la medicina tradicional antes era generalizado utilizaban recursos locales incluso subproductos de las mismas crianzas como el cebo de llama para curar la sarna Actualmente las prácticas de manejo sanitario están orientadas al control sanitario antes que a la prevención y se recurre mas propulsivamente al uso de insumos veterinarios exógenos. Una enfermedad más recurrente en crías de alpaca, que incluso llega a causarles la muerte, es la enterotoxemia. Por lo general, los criadores toman previsiones especiales para salvar a las crías y evitar la mortalidad, proveyéndolas de alimentación suplementaria para protegerlas de las variaciones climáticas. Las muertes por desnutrición y enfermedades carenciales se registran más en criadores de escasos recursos124. Otra forma de prevención, se vienen introduciendo con el uso de cobertizos con techo de calamina, para proteger a crianzas pequeñas y adultos gestantes o enfermos.
2.3.2 Manejo de pastizales El manejo de las parcelas y el pastoreo sigue dos lógicas: la comunal –sectorial y la privada. Difieren en que, para la planificación de ciertas labores de pastoreo –que incluyen mecanismos coordinados y recíprocos de organización laboral, como la mink’a-, las instancias colectivas son dirimentes. La especialización de pastizales para cabezas de ganado comunales es también un rasgo distintivo, así como la gestión de sementales para inseminación tanto de ganado comunal como de familias comuneras. La parcelación y cercamiento identifica a los pastos manejados por propietarios, por familias comuneras, los sectores y la comunidad. El territorio de Phinaya se halla cubierto en gran parte por pastizales nativos. Las áreas están distribuidas en parcelas familiares para “propietarios individuales” y 124
ITDG 2008. Pag.28
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“comuneros”, entre los cuales pululan los “pastores”, las familias comuneras a medida que van creciendo van ocupando sectores más amplios de la comunidad, mientras que los “propietarios privados” van transfiriendo por herencia a sus herederos sus tierras las que ocasionalmente contarán con fuentes de agua. De esa forma se va dibujando la fragmentación cada vez más minimalista de las parcelas.
Cuadro 4.31. Calificación de la población de pastizales por familias de Phinaya
Nombre de especie
Nombre científico
Antes
Actual
Kjunkuma tocra Llapha pasto Ojho pilli Crespillo Otros (no recuerdan)
Disticha muscoides Muhlembergia peruviana Hipochoeris taraxacoide Calamagrostis vicunarum (Varios)
Bastante Bastante Bastante Bastante Bastante
Regular Poco Poco Regular Muy poco
Fuente: Diálogo con pobladores de Phinaya.
En Phinaya muchas de las áreas que se vienen recomponiendo de forma natural están sujetas a arreglos de posesión que tiende a variar paulatinamente la recomposición de los pastos, otras áreas son ocupadas y afectadas por proyectos carreteros sobre todo en: Canlline, Ángel de los Andes, Tres Estrellas y Phaco, cuando se construye una carretera hay consecuencias como: que afectan directamente el uso de pastos como: los deslizamientos, reptación del suelo, generación de polvareda que afectan directamente la presencia de pastos. Las acciones que son mas observadas por los pobladores son: Pastoreo rotativo estacional: El pasto es suficiente en la época lluviosa, e insuficiente en la época de secano e inferior a la demanda nutricional animal, se pastorea el rebaño mixto integral y se desplaza o rota en las estancias. Existe una fuerte presión de la población animal sobre las pasturas en época de secano, produciendo pérdidas de pastizales en calidad y cantidad, conocida como “sobrepastoreo”, generando deficiencia y desequilibrio en la alimentación.
Pastos nativos La presencia de pastos nativos en épocas pasadas aún sin riego ni arreglos considerables era común y alcanzaban por lo menos de 35 hasta 40 cm. Las familias no eran muchas, tenían mayor cantidad de camélidos y el pasto era suficiente. En la actualidad su crecimiento es mediano a pequeño entre 10 hasta 20 cm (familias dialogantes: Domingo Huillca (78), Timoteo Palomino (65), aunque para muchas familias que intensifican su producción con fines comerciales es aún sostenible este escenario, no lo es tanto para las familias con más años (ancianos) para los que el crecimiento del pasto no es suficiente para mantener las crianzas.
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En el cuadro siguiente se tienen la calificación de los pastizales de acuerdo a su condición actual para Pitumarca- Checcacupe (IMA-2006), notando la condición del pastizal hasta excelente y bueno, sin embargo ya se percibía también como pobre y muy pobre, entre los pastos nativos principales.
Cuadro 4.32. Caracterización de los pastizales
Fuente: Microzonificación ecológica económica de la subcuenca Pitumarca – Checacupe, Proyecto especial regional Instituto de Manejo de Agua y Medio Ambiente – IMA 2006. (pag.38).
Variaciones en los patrones de rotación Se percibe que hay variaciones en los patrones de rotación y competencia por alimentos a raíz de los rebaños mixtos en los hatos que manejan los pobladores desde hace una década, hay disminución del pasto en la “parte baja” durante las épocas de secano y toda los pobladores llevan sus crianzas a las áreas ubicados en las alturas (“parte alta”) donde se conservan áreas verdes de pastizales, las familias que no cuentan con estas áreas persisten en pastorear en las áreas que tienen poco pasto, afectando así seriamente los restos de especies presentes. Antes las crianzas se pastoreaban libremente, sin mayores restricciones, salvo en los linderos entre parcelarios, se tomaba entre tres semanas en un determinado lugar, luego continuaban a otros lugares hasta completar con la rotación. En la actualidad las principales familias han hecho de los mejores terrenos áreas bajo control, colocando mallas ganaderas para realizar la rotación de alpacas mejoradas, los periodos de rotación son ahora más cortos una semana aproximadamente, las crías son pasteadas en los meses de diciembre a marzo, pasada esta época los pastizales se secan y disminuyen provocando competencia entre las crianzas por alimentarse. Según ITDG125 en secano una hectárea de pastizal soporta a una alpaca al año, los bofedales verdes soportan hasta cuatro alpacas por hectárea al año. Siguiendo la 125
ITDG (2008) (Familias alpaqueras enfrentando al cambio climático, Soluciones Prácticas. Pag.15)
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pauta de esta aproximación caeremos en cuenta que la cantidad de cabezas de ganado por familia en Phinaya supera el número de hectáreas requeridas. Roles de la familia en la crianza y provisión de pastos nativos Antes de la reforma agraria las familias solían residir durante algún tiempo en tierras del hacendado, ocupándose del pastoreo de crianzas de los hacendados a cambio del acceso a pastos. El trajinar diario de las crianzas hacia las zonas de pastizales o la permanencia de todo o parte del núcleo familiar en las estancias durante la época de heladas, involucra a los niños así como en las mujeres mayores o ancianas, que asumen estas tareas exponiéndose a las severas variaciones climáticas, como temperaturas extremas (vientos fríos e insolación abrasante durante el día) que causan problemas de salud. Dificultades y escases de pastizales, y tendencias La calidad de los campos hace 30 años era muy buena cuando los factores climáticos tenían un comportamiento apropiado y comparativamente constante para los pastizales, las precipitaciones se daban en forma continua y apropiada mediante la “buena nevisca” (ñawpaq sumaqta ritti chayaq); hoy sin embargo cuando hay precipitaciones llueve como aguacero que moja, a veces torrencialmente (kunanqa parapun apichakuqta, mayninpiqa hjich‟ayusqata hjina). El buen crecimiento y desarrollo de pastos está en relación con la humedad permanente, sin embargo las sequias prolongadas con presencia de heladas extemporáneas dañan a los pastizales restringiendo su desarrollo y crecimiento. Entre las causas principales del deterioro de pastos y praderas naturales destaca el sobreuso de pastizales, o sobrecarga de crianzas y el deficiente manejo de los pastos. La siguiente es una lista de las causas de la disminución de pastizales según los pobladores: Pérdida y disminución de especies de pastizales de mayor nivel nutricional Deterioro de la condición de praderas naturales Baja e irregular oferta de forraje de calidad para la demanda nutricional Escasez de forraje para afrontar la demanda durante la época seca Competencia entre crianzas por satisfacer sus necesidades Dichas dificultades tienden a incrementarse aun por la intervención del hombre (propagación de pastos bajo riego, mejoramiento de crianzas, otros) ITDG (2008) Pag.16.
Infraestructura pecuaria tradicional y actual Dentro de la especie alpaca tenemos la raza Huacaya y la Suri. En la raza Huacaya se presentan variación de colores en la fibra que van del negro al blanco así como del marrón oscuro al blanco. En llamas tenemos las razas Q‟ara y Ch‟aku. Este subsistema productivo constituye un material genético importante producto del
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resultado de las condiciones de adaptación que involucra el uso de una tecnología material y social vigente, además del manejo de rutas de comercialización. La mayoría de las familias continúa utilizando las mismas instalaciones desde los abuelos y padres, solo en algunos casos se han mejorado. Así se tienen entre rústicas y mejoradas:
Corrales rústicos con cimiento de piedra y paredes de piedra, con varios ambientes. Cobertizos con pared de piedra o de adobe y techo de calamina 4m x 8m. Cercas de alambre de púas o malla ganadera permanentes o movibles Equipos de carguío o transporte; Sogas, mantas, costales y otros de tejido artesanal de fibra de llama Viviendas de adobe y techo de calamina o teja en las estancias cerca a la carretera Chozas pequeñas de paja Carpas de lona y plástico móviles para los pastores Hoz, mantas de polipropileno para colocar paredes provisionales Equipos de esquila: cuchillos y tijeras; entre rusticas y mejoradas Herramientas veterinarias (por algunas familias) Carretillas Pala, pico, chakitaqlla Almacenes rústicos o “Pirwas” para excremento de crianzas Abrevaderos artificiales (lagunillas, agua por acequias) Carreteras y caminos de herradura
2.3.3 Producción y rendimiento de la ganadería La comunidad de Phinaya vive en una economía de rigidez, su principal actividad productiva es la crianza de camélidos y ovinos (vacunos criollos en pequeña cantidad), que sostiene sus sistemas de vida, la misma que estos últimos años ha ido entrando en un régimen de estrés pues la baja producción y bajos rendimientos, como lo testimonian las familias, solo deja recuerdos de cómo se producían, alpacas y llamas robustas que eran incluso difíciles de beneficiar y brindaban seguridad.”126 Dificultades en la producción y rendimiento de crianzas Entre las principales dificultades que mencionan los pobladores, están los aspectos productivos y sanitarios, organización y comercialización, y la afectación por eventos climáticos manifestados en: Acceso a alternativas tecnológicas de crianza Escasez de nacimientos y crianzas Infraestructura deficiente 126
Hoy como ayer el nomadismo se da en Phinaya por al menos dos motivos: la necesidad de trasladar el ganado de acuerdo con el ritmo impuesto por una biestacionalidad extrema y la necesidad de trasladarse para abastecerse de productos ausentes en la zona que habitan Sendón, Pablo F. (2009). Los ayllus de la porción oriental del departamento del Cusco. Pag.113, 114).
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Manejo extensivo y deficiencias en desarrollo de pastizales Debilidad organizacional Poca población y costo de plantel de reproductores
Disponibilidad de la ganadería y beneficios que brindan Las alpacas y llamas son mantenidas por su carne por unos 10 años, aunque pueden vivir más años. La venta se puede disponer a partir de los 3 años sobretodo de aquellos ejemplares de menor calidad genética (descarte). El ovino se mantiene hasta unos 6 años y se pueden disponer desde los 2 años. Los camélidos tienen un peso aproximado de 50 a 80 Kg vivo a la edad de 4 a 5 años con un precio actual que oscila entre 150 a 200 soles, dependiendo de la raza. Las alpacas machos que son seleccionados tradicionalmente como progenitores cuando crecen entre los 3 años incrementan su precio entre 400 a 500 soles. En los últimos 5 años se han incorporado alpacas reproductoras de fibra blanca mediante proyectos, con costo hasta de 1500 soles. El ganado ovino, cuando rinde adecuadamente presta algunas facilidades sobre-todo a los “pastores” que poseen hasta 10 cabezas en algunos casos. Sin embargo la crianza de ovinos también presenta dificultades cuando las condiciones climáticas son críticas. Las crianzas producen también sub productos como el estiércol que utilizan para fertilizar las áreas de pastoreo.
2.3.4 Uso y destino de los productos pecuarios Hace 30 años los productos eran regulares y servían para cubrir la demanda familiar de las poblaciones que poseían ganado (por ejemplo 500 unidades de crianza entre alpaca y llama, caso de Domingo Huillca) consumiendo gran parte de sus productos (fibra y carne) y otra parte la destinaban al comercio, recorriendo las rutas de intercambio hasta los mercados tradicionales como Sicuani, Espinar, Cusco, los que finalmente se conectaban con empresas como Maranganí. Aun el esfuerzo de viajar rutas largas para obtener y proveerse de alimentos valía la pena pues se obtenían alimentos de calidad. En estos últimos diez años la situación ha variado y el destino de la producción en su mayoría solo se destina para el autoconsumo y solo una pequeña parte se comercializa. Por lo general, los pobladores distribuyen su producción para los siguientes usos:
En alimentación para el autoconsumo directo En comercialización a mercados, dentro y fuera de la comunidad, trueque ocasionalmente. En transformación, para elaboración de “ch‟arki” o productos almacenables En reproducción, para continuar con la multiplicación En medicina local; generalmente por familias adultas conocimiento sobre sus cualidades
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La carne de las crianzas constituye un elemento importante en la dieta de los pobladores, siendo la más común la carne de llama, luego la de ovino, a veces alpacas y excepcionalmente vacunos. En los casos de crianzas grandes (llama), la carne se conserva en forma de ch‟arqui, hasta por lo menos dos años para el caso de “pastores”. Los propietarios de condición socioeconómica “alta” acopian su producción en cuero y carne en medianos almacenes, en cambio las familias de “pastores” utilizan su producción mayormente para su alimento o su dormitorio, como no poseen tierras, el ganado y los subproductos representa para ellos la única forma de adquirir otros alimentos y utensilios, por ello priorizan en su tiempo el cuidado de las crianzas. La producción de pastos nativos bajo riego en sus parcelas, cualquiera sea la especie o variedad, se destina al consumo de los animales. Los productos agrícolas adquiridos como tubérculos, cereales, víveres o enseres se usan netamente en la alimentación familiar, solo algunas familias comerciantes los expenden en las tiendas. Solo algunas familias usan “huarak‟as”, mantas, costales, etc., confeccionado por ellos mismos, los demás prefieren venderlos a precios relativamente bajos.
2.4 Caracterización de la Seguridad alimentaria 2.4.1 Disponibilidad de alimentos Los Phinayenses son esencialmente pastores, los alimentos que consume la población son producidos en las provincias y comunidades vecinas. Hace treinta años, las comidas tradicionales (chuño lawa, sara lawa, entre otros) estaban basadas en papa y maíz. Pero hace veinte años atrás empezó a modificarse el contenido alimentario, al introducirse arroz, fideos y condimentos. La alimentación habitual se centra en el desayuno-almuerzo donde es cotidiano el empleo de infusiones (mate o café, con azúcar), acompañado de pan o maíz tostado y acompañado de una sopa de carne, maíz ó chuño. A medio día se consume “cocahua” o fiambre que consiste en papa con queso o mote. En la cena consumen una sopa que tiene como base fideos o arroz. Los principales productos que adquieren por intercambio o compra son: papa nativa amarga y dulce, la papa amarga es transformada en moraya, la papa dulce dañada es transformada en chuño, además adquieren algunos otros productos como: diferentes tubérculos andinos,127 maíz, quinua, trigo, y habas.
127
Oca e isañu
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De la producción pecuaria obtienen mayormente carne de alpaca y en menor cantidad de carne de ovino, la carne es consumida en forma directa o transformada en ch‟arki128. Para tener una mayor disponibilidad de alimentos durante el año, los Phinayenses tienen como estrategia la conservación, transformación y almacenamiento de los productos agrícolas129 y pecuarios130. Los productos obtenidos de la transformación tienen mayor durabilidad por lo que pueden ser almacenados por espacio de un año o más. Esta estrategia está siendo cada vez menos practicada por la introducción de alimentos exógenos como arroz, fideos, pues estos son fáciles de adquirir en las tiendas. Un aspecto que preocupa son las plagas y semillas de mala calidad que afectan la producción de las comunidades vecinas de donde adquieren sus productos. La estrategia para tener mayor disponibilidad de alimentos en Phinaya es incierta ya que depende del beneficio que obtendrán de la fibra de alpaca y la diversidad de variedades de productos que encuentren en las comunidades131 de donde se proveen alimentos. El acceso vial por carretera y los caminos de herradura son un medio importante para que se realice el flujo de alimentos dentro de la comunidad, existe un camión que diariamente hace la ruta Sicuani-Phinaya a través del cual llegan productos como arroz, fideo azúcar y otros para ser comercializados en las 8 tiendas de abarrotes de la comunidad. Es evidente el acercamiento a la zona urbana principalmente de Sicuani por medio de las vías de comunicación que favorecen de alguna forma la economía de la gran mayoría de pobladores, la cual por esta misma razón es más dependiente del mercado externo que establece los precios der sus productos y crianzas, así como de los alimentos que adquirirán, en este vaivén los que sí definitivamente han conseguido beneficios son los comerciantes y grandes ganaderos porque situándose en el medio han visto aumentados sus ingresos, constituyéndose en la clase social privilegiada de la comunidad (Díaz, Sait y otros, 1977, Pag. 69). En el mes de mayo se realiza la feria agropecuaria en Phinaya. Este espacio es utilizado para la compra de productos agrícolas y compra y venta de alpacas mejoradas y llamas.
2.4.2 Acceso a los alimentos La mayoría de alimentos que consumen los Phinayenses vienen de fuera, por lo cual deben comprar o intercambiar con zonas vecinas132, para obtener ingresos, venden fibra de alpaca, carne, y en algunos casos reproductores.
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el charki de camélidos conserva los valores nutritivos de la carne fresca en la alimentación. 129 Transforma papa en Chuño o moraya, los granos como maíz, trigo y habas en harina. 130 Carne de alpaca y llama transformadas en charki 131 Santa Barbará, 132
Sicuani y Santa Bárbara
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La producción pecuaria es la principal fuente de ingresos económicos en Phinaya. De acuerdo a la información recogida en campo y haciendo una aproximación de la cantidad vendida durante el año de las diferentes crianzas, los ingresos varían de acuerdo a la cantidad de alpacas que posee cada familia, los precios por unidad fluctúan entre 100 a 130 soles para la alpaca en carne y 170 a 200 soles para la alpaca de fibra, la variación de precios depende de la calidad del camélido. Ocasionalmente venden ovinos pero en menor proporción, los precios del ovino fluctúan entre 60 a 100 nuevos soles. La mayoría de sus ingresos los obtienen de la comercialización de la fibra de alpaca en los meses de noviembre y marzo, el precio por libra fluctúa entre 7 a 8 nuevos soles, la fluctuación del precio dependerá de la calidad de fibra. El dinero obtenido de esta actividad será utilizado para comprar víveres133 en cantidades que serán distribuidas de tal manera que alcance hasta la esquila del siguiente año. Antiguamente practicaban el intercambio “Chalay” o “trueque” desplazándose a lugares como Quispicanchis, Paucartambo e incluso Arequipa, pero desde que se aperturó la carretera está disminuyendo esta costumbre. Los principales puntos de venta están en la misma comunidad de Phinaya, (hasta donde se desplazan los acopiadores) y en la ciudad de Sicuani, (donde se confunden varios propietarios-acopiadores de Phinaya con los demás acopiadores de fibra), Aparte de la oportunidad de obtener mejores precios en Sicuani, muchos aprovechan el viaje para comprar todos sus productos en las ferias de esta ciudad. Tanto propietarios individuales, comuneros y pastores, ocasionalmente realizan la actividad del trueque (chalay) en pequeñas cantidades, desplazándose hacia, Quispicanchis, Santa Barbara, Pitumarca y otros lugares.
Ingresos complementarios Como Phinaya es una comunidad netamente alpaquera no tienen tiempo para otros trabajos complementarios que complementen sus ingresos ya que por lo regular el pastoreo ocupa todo su tiempo. A pesar de ello, eventualmente en la época de cosecha de papa bajan a la comunidad de Santa Bárbara a ayudar en la cosecha a cambio de productos. Algunos varones de la comunidad emigran temporalmente a Sicuani para trabajar en rubro de construcción.
2.4.3 Utilización y aprovechamiento de los de Alimentos El consumo de alimentos varía de acuerdo al número de miembros de la familia y la cantidad de productos que puedan obtener con sus actividades diarias, se podría decir como primera aproximación que los Phinayenses consumen 3 alimentos por día, en la
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Un saco de 50kg de azúcar, 50 kg de arroz, un bidón de aceite de 5 litros, papa 100 a 200 kg, sal, fideos una bolsa de 10 kg, 20 a 30 kg de chuño y moraya.
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mañana la primera comida que consiste en una infusión con pan artesanal134, maíz tostado ó chuño y una sopa de fideo o chuño ó maíz: a medio día el refrigerio o Ccoccahua que consiste en un sancochado de moraya, maíz o papa con maíz, y por la tarde la cena que puede ser una sopa de chuño o maíz acompañada de una infusión de hierbas. En las instituciones educativas los niños reciben un refrigerio escolar, en Inicial les dan un segundo con arroz acompañado de infusión de hierbas aromáticas de la zona, y en el nivel primario les dan un “ papa pan”, en ambos casos los alimentos son proveídos por el PRONAA. La canasta básica de alimentos de la población de la comunidad de Phinaya está conformada de la siguiente manera; (tomaremos como referencia una familia de 4 miembros de estrato medio): alimentos producidos por ellos como carne de alpaca 250 gr dos veces a la semana, alimentos adquiridos, como papa 1.30 kg, chuño ó moraya 0,5 kg, trigo 0,5 kg; productos comprados como arroz 500 gr, azúcar 250 gr, fideo 1 kg, harina 400 kg, sal 50 gr, hortalizas 100 gr y coca 50 gr. El costo aproximado de esta canasta básica familiar es de 20 a 30 soles diarios, dependiendo si consumen carne ese día135. El aprovechamiento óptimo de los alimentos por los habitantes de la microcuenca depende de la condición de salud, lo cual permite aprovechar al máximo todas las sustancias nutritivas que contienen los alimentos. En concreto, las condiciones de salud dependerán de un elemento clave en la alimentación que es el agua de calidad y las condiciones de saneamiento además de las prácticas adecuadas de higiene y de salud preventiva. Según datos recogidos por la Municipalidad de Pitumarca, solo el anexo Phinaya tiene agua a domicilio mientras que todos los demás anexos no tienen. En lo referente al servicio de desagüe en Phinaya cuentan con algunas letrinas. Este es un aspecto prioritario sobre el cual hay que trabajar porque sobre una buena salud se edifica una buena alimentación.
2.4.4 Estabilidad La estabilidad en el acceso a los alimentos se encuentra influenciada por la variación extrema que reduce la crianza de alpacas, pero también reduce la cantidad de alimentos disponible gtanto los producidos localmente como de otras c comunidades vecinas que proveen alimentos vegetales. . Acerca de la variación climática extrema la población de Phinaya identificó los eventos climáticos extremos más dañinos a la ganadería, en el siguiente orden: nevada intensa, helada, lluvias torrenciales, granizada con tormenta eléctrica136.
134 135
136
Harina refinada de trigo con un poco de levadura y azúcar frita en aceite Información recogida en trabajo de campo mayo 2010
En el capítulo 3 está descrito cada evento climatológico.
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Cabe resaltar que el gobierno local representado por la municipalidad provincial no tiene planteamientos claros sobre cómo prevenir los efectos de la variación climática, en las actividades productivas. Los camélidos están adaptados a la variación climática, sin embargo en estos últimos años a raíz de las variaciones tan extremas y la selección que fueron haciendo de alpacas de color blanco, más susceptibles a las condiciones climáticas adversas y a las enfermedades en general, los han debilitado y afectado de tal manera que su mortalidad a aumentado considerablemente.
2.5
Cambios significativos en los sistemas productivos y en la seguridad alimentaria en la comunidad de Phinaya
Los sistemas productivos de la comunidad de Phinaya han sido influenciados por la variación climática, cambio climático y otros factores. Los cambios más sentidos están relacionados a la pérdida de los glaciares que se encuentran en esta zona: 1. Disminución de la nieve en la cadena de glaciares del Nevado Quelcaya, percibido claramente en el nevado Yayamari donde solo queda una porción pequeña de nieve. Este hecho es atribuido a la disminución y cambio en la forma de nevar137, y la sensación de calor intenso percibida por los pobladores en el día y por la noche y mañana olas de frio intensas. 2. Disminución de la cobertura vegetal: sobretodo pastos naturales palatables para los camélidos, por efectos de variación climática extrema138 escasez de nevada, lluvias intensas, vientos fuertes, olas calor, heladas. Ante este escenario los pobladores de la comunidad de Phinaya en los sectores donde hay fuentes de agua, vienen desarrollando cosecha de agua en cochas de construcción rústica y abriendo canales de tierra para regar los pastos naturales y recuperar bofedales. Es importante señalar que los propietarios individuales están construyendo bocatomas y canales de riego de cemento, lo que a la larga podría ocasionar conflictos por el acceso y uso de agua ya que no todos los pobladores podrán construir infraestructura costosa para riego. Desde la oficina de desarrollo local de la Municipalidad de Pitumarca se intentó buscar una alternativa de solución a este tema, iniciando prácticas de mejoramiento de praderas, sembrado trébol entre los pastos naturales como el Iru y Qhuya, pero se halló la dificultad que se requiere bastante mano de obra, sumado al hecho de que esta especie no se adapta a mas de 4000 msnm. En Pninaya existe un poblador que continua con esta práctica. Entrevista con el Ing. Oscar Pilares jefe de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Pitumarca “En Phinaya se ha trabajado el tema de mejoramiento de praderas con trébol en algunas zonas, el trébol prende entre 137 138
Nevadas intensas de corta duración acompañadas de lluvia, ver capitulo 3 Ver capitulo 3 cronología de desastres Phinaya.
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el Iru y la Qhuya y ahí sí se puede decir es rentable y puede adaptarse esa especie para arriba. Hay familias que están utilizando eso, pero el tema es que es bien laborioso ese trabajo, pero tampoco alcanza grandes alturas por el frio, no hay las condiciones, no se ha trabajado directamente como proyecto, pero hemos visto en la propagación principalmente Carlos Solórzano, que esta avanzado bastante por cuenta propia”. Al abordar el tema del agua no se puede dejar de mencionar a EGENSA (empresa generadora de electricidad), que construyó una represa en la laguna de Siwinacocha139 para regular el caudal del río Vilcanota en los meses de estiaje, la comunidad no puede usar el agua de esta laguna libremente, solo puede utilizar el agua del rebose. Este es un tema espinoso ya que al construir la represa se inundo más de lo que tenían previsto los pobladores afectando pastos naturales y camino de acceso a las estancias sobre todo de Yayamari. A esto se suma que la comunidad no recibe canon por el uso del agua ni tienen el servicio de alumbrado eléctrico. La municipalidad distrital de Pitumarca no tiene injerencia en el tema. El alcalde manifiesta que la empresa negoció solo con los propietarios de alrededor, EGENSA paga solo 340 soles a la municipalidad, las relaciones con esta empresa son nulas al igual que con la Municipalidad Provincial de Canchis.
3. Mejoramiento genético de la fibra de alpaca, con tendencia a la fibra de color blanco. Según los pobladores las alpacas mejoradas de color blanco son menos resistentes a la variación climática, a esto se suma que al realizar el mejoramiento genético los centros de investigación ponen énfasis en la calidad de fibra, carne, pero no toman en cuenta la resistencia a situaciones extremas como temperaturas extremas, escasez de agua y pasto. Un tema importante de hacer seguimiento es el uso de reproductores en la comunidad, esto debido a que si se tiene un solo macho que sirva a varios hatos podría tenderse a la consanguinidad, este podría ser el caso de algunos productores de Phinaya que comentan que las hembras de su hato fueron servidas y las crías no salieron mejoradas. Para apuntalar el mejoramiento genético de la alpaca, el PERCSA (Proyecto Especial Regional Camélidos Sudamericanos) inició el 2008 el proyecto “Apoyo a la Sostenibilidad de la Crianza de Camélidos Sudamericanos en la Región Cusco” que tiene como forma de intervención la introducción de reproductores machos mediante los Centros de Producción de Reproducción CPR con la 139
La represa de Sivinacocha y el Lago natural del mismo nombre se ubican en la Cuenca Alta del Salcca, en la comunidad de Phinaya, distrito de Pitumarca, provincia de Canchis, Departamento del Cusco, a una altitud media de 4,860 msnm. y a una distancia de 147 Km al Sur Este de la Ciudad del Cusco. EGEMSA decidió impulsar la construcción de la Represa de Sivinacocha, para mantener el caudal del río Vilcanota en época de estiaje (o de secas) y así garantizar la normal operación de los grupos generadores de la Central Hidroeléctrica Machupicchu. La Represa de Sibinacocha tiene un volumen útil del orden de los 120 Hm3. La regulación de la laguna natural permite una disponibilidad adicional en época de estiaje de 7 m3/s a 12 m3/s. http://www.egemsa.com.pe/mobile/?dir=contenidos/instalaciones.xml&c=rsc
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participación directa del Gobierno Regional a través del PER Camélidos sudamericanos (PERCSA), gobiernos locales y los criadores140. En este marco el PERCSA firmó un convenio tripartito con la Municipalidad de Pitumarca y la comunidad de Phinaya, con el fin de formar el Centro de Productores y Reproductores de Camélidos Sudamericanos de Phinaya –CPR, cuyos objetivos son mejorar la calidad genética de la fibra y carne de los camélidos, impulsar el manejo técnico de la crianza, el CPR es un centro piloto que beneficia a los miembros del centro poblado de Phinaya141 a largo plazo debe beneficiar a comunidades de otros distritos de Canchis. El CPR se instaló en 50 ha del Sector Canlline, donde se llevaron machos mejorados de alpacas Huacaya blanca en su mayoría, los que fueron prestados a los productores en el mes de noviembre y son devueltos en el mes de abril, con la condición que al parir las alpacas servidas devuelvan una cría al CPR, los gastos de funcionamiento están cubiertos por la Municipalidad de Pitumarca, el aporte de la comunidad al CPR es en la administración a través de un comité formado para este fin y mano de obra en la mejora y acondicionamiento del terreno. El aporte del PERCSA son los reproductores, asesoramiento técnico, materiales para la instalación de los cercos de pastoreo. La municipalidad de Pitumarca tiene programado para el 2011 continuar con el CPR, pero incluirá alpacas hembras mejoradas para la reproducción y darle el verdadero nombre al CPR, está evaluando que se amplié el terreno a 500 hectáreas, busca que con el tiempo este centro piloto sea autosostenible142. Por su lado la comunidad está solicitando a la Municipalidad de Pitumarca que el convenio para el funcionamiento del CPR se amplié por 5 años más y que la Municipalidad compre 400 ha de terreno143. Los convenios firmados entre municipalidad local y gobierno regional es una forma común de intervención de las gerencias del Gobierno Regional Cusco en los distritos y comunidades. La creación del CPR en Phinaya es un ejemplo de la influencia que ejerce el nivel regional en los cambios que realizan las comunidades locales, las cuales tratan de aprovechar lo que se les ofrece sin medir si los cambios les serán favorables y sostenibles.
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El PERCSA financia el CPR en el marco del proyecto “Apoyo a la Sostenibilidad de la Crianza de Camélidos Sudamericanos en la Región Cusco” teniendo como objetivo general mejorar la calidad de los productos derivados de la crianza de camélidos: fibra, carne y pieles; El ámbito de intervención del Proyecto son las 06 provincias altas del departamento de Cusco: Canchis, Quispicanchi, Espinar, Chumbivilcas, Canas y Paucartambo; por la naturaleza del Proyecto se ha previsto una duración de 4 años (2008 a 2011) con una inversión total de 9.123.750 Nuevos Soles, considerándose para el primer año una inversión de 1.921.232 Nuevos Soles http://www.regioncusco.gob.pe/upload/archivos/Proyectos/PERCSA/2008/PORTAL_PERCSA_ABRIL_ 2008_.pdf 141 El centro poblado está conformado por la comunidad, propietarios individuales y pastores. 142 Entrevista a Gerente de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Phinaya, Oscar Pilares 143 Oficio 035 emitido por la comunidad de Phinaya
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4. Disminución de la actividad de intercambio “trueque” con otras comunidades y distritos, prefiriendo vender a los acopiadores de fibra y comprar productos para su alimentación en la feria de Sicuani. Otro cambio colateral es la dependencia de los productos exógenos obtenidos por compra directa como fideos, arroz, azúcar, harina; para lo cual necesitan dinero en efectivo o pedir adelanto al acopiador a cuenta de la fibra que le venderán en la siguiente campaña144, esto es riesgoso para el productor ya que si solicita mucho adelanto el acopiador podrá regular el precio de la fibra como mejor le parezca. La disminución de las actividades de intercambio en un contexto de variación climática y cambio climático, dejaría como efecto mayor vulnerabilidad y menor grado de resiliencia de los productores alpaqueros, ya que si los mercados fuesen desabastecidos de los productos de primera necesidad y disminuyera la producción de fibra o hubiera una caída en el precio como ya ocurrió en años pasados les sería muy difícil conseguir alimentos a los productores alpaqueros. Desde el gobierno local y regional no existe un proyecto que trabaje el tema de la regulación de precios de la fibra de alpaca o centros de acopio donde se pueda seleccionar y clasificar la fibra para que obtengan mejores precios. 5. Variaciones en los patrones de rotación de pastoreo, la distribución de zona alta y baja para el pastoreo ya no funciona como antes, esta es una consecuencia de la disminución de las áreas de pastos naturales, antes se pasteaban 3 semanas en un lugar, luego se rotaba a otro sector, pero ahora por la disminución de pastos no se puede rotar, las familias que tienen áreas cubiertas con buen pasto natural están en proceso de instalación de cercos con alambres de púas o malla ganadera, esta actividad es financiada por las empresas acopiadoras y la Municipalidad de Pitumarca solo en el caso del CPR de Phinaya. 6. Se han realizado pruebas iníciales de siembra de papa amarga a 4200 msnm, como iniciativa de los pobladores para probar si resisten la variación climática y si llega a formar tubérculos.
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Entrevistas a productores de Phinaya mayo 2010 156
Capítulo V Conocimiento local, prácticas discursivas y acción estratégica del campesinado indígena de alta montaña frente a la variabilidad climática, el cambio climático y otras presiones locales y globales Adhemir Flores Moreno y Fiorella Miñan Bartra
A partir de nuestro trabajo de campo en estas comunidades étnicas de alta montaña, hemos podido corroborar que los campesinos indígenas son altamente sensibles a los cambios producidos en la naturaleza y la sociedad de forma integral y recíproca. Ellos son muy conscientes de su estrecho margen de libertad frente a las variaciones ambientales de corto y largo plazo con las que tienen que lidiar si no quieren perecer, y están atentos a los cambios de la sociedad moderna en razón de las libertades que abre y las oportunidades ellos pueden aprovechar, así como muy pendientes de las amenazas, emplazamientos y desafíos que dicha sociedad plantea a sus territorios y medios de vida. Hay cambios en la naturaleza que tienen que ver con las presiones de la modernización y globalización económica, mientras que otros han sido históricamente introducidos primeramente por los propios individuos y, luego, por toda la comunidad local en función de una diversidad de fines, y no siempre con ocasión de peligros naturales o estresantes climáticos. Con variaciones en espacio y tiempo, las prácticas sociales suelen inspirarse en los conocimientos, las tradiciones y las significaciones imaginarias locales, pero su eficacia es relativa al sujeto y su amplia diversidad de contextos; en otros casos, ellas forman parte de los proyectos ciudadanos del campesinos alto andinos y pueden haber sido “coproducidas” a partir de sus interacciones con la sociedad moderna y el estado, teniendo características diferenciadas en cada caso. En algunas circunstancias, estas relaciones sociales favorecen la acción colectiva frente a los estresantes climáticos y las presiones locales y globales, y en otras incrementan vulnerabilidades, agudizan el conflicto cultural o ponen en tela de juicio la seguridad y la paz civil de la población, así como su poder sobre el territorio. De esa forma, lejos de cualquier reduccionismo, pretendemos sugerir que la adaptación no sólo no está garantizada de antemano frente al cambio climático, sino que al ser un concepto que se concentra únicamente en peligros naturales medidos en términos de costos-beneficios, pierde de vista el rol de la etnicidad, el conflicto cultural y la cooperación social y política en la determinación de la vulnerabilidad o no de la población en el marco de una serie de presiones locales y globales con las que ellas deben lidiar diariamente para continuar con la reproducción de su forma de vida y sus valores sustanciales en contextos de mayor incertidumbre. Para lograr su cometido, esta parte del trabajo adopta una modesta perspectiva etnográfica145 cuyo itinerario conceptual va adoptando matices y variaciones multidisciplinarias de acuerdo con el tratamiento que imponen los problemas que fuimos hallando en el camino. El capítulo se concentra en dos estudios de caso en el ámbito de la región del Cusco. El primero está dedicado a las comunidades agrícolas con pastoralismo complementario de Tauca, Cuper y Umasbamba, en la provincia de Urubamba. El segundo corresponde a dos comunidades pastoriles de la provincia de 145
Una exposición más precisa de este enfoque en el apartado del Cap. I dedicado a “metodología”. El dominio que tenemos del quechua nos ha permitido encaminarnos con vista a ese propósito, logrando que la mayoría de nuestras entrevistas se produzcan en esa lengua. En las páginas siguientes, ofrecemos al lector fragmentos de algunas entrevistas en versión bilingüe para que pueda comparar su interpretación con la nuestra. Para hacerlo, hemos obtenido antes la licencia de nuestros interlocutores.
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Canchis: Phinaya y, en menor grado, Siwina Sallma. El tratamiento de ambos casos tiene la misma lógica, pero su estructura es relativamente distinta dependiendo de las cualidades propias de cada zona. El primer estudio de caso es más extenso y está dirigido a un lector más interesado en profundizar en los detalles. En el segundo caso, el análisis compensa su menor extensión con un rigor idéntico al anterior, pero sujeto a un mayor pragmatismo para los lectores. Con el propósito de ofrecer en algún grado una interpretación más amplia de las poblaciones rurales de Cuzco, a lo largo de nuestra argumentación hemos incluido aquí algunos resultados arrojados por otro estudio de caso que corresponde a las comunidades pastoriles con agricultura complementaria de la microcuenca de Huacrahuacho (Canas, Cuzco), incorporando las variables usadas para las otras dos zonas de estudio.146 El texto de este capítulo podría ser bastante más breve si no fuera porque varios aspectos, determinaciones y consideraciones auxiliares sobre temas tan importantes como los problemas y preocupaciones que aquejan a estos pueblos merecen estudio también por sí mismos.
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El caso de las comunidades agrícolas con pastoralismo complementario de Tauca, Cuper y Umasbamba (Urubamba, Cuzco)
Estas comunidades se localizan tanto dentro de la jurisdicción del distrito de Chinchero y la provincia de Urubamba, como dentro del ámbito territorial de la cuenca del Vilcanota, la microcuenca Piuray-Ccorimarca147 y la submicrocuenca Tumamayo.148 Situadas dentro de un rango de altitudes que va de los 3500 a los 4500 msnm, son comunidades caracterizadas por un clima con invierno seco que es semifrío en lo que la gente llama “parte baja” (3500-3900 msnm) y semiseco semifrígido en su “parte alta” (3900-4500)149, con precipitaciones medias anuales de 808.73 mm y 895.42 mm que varían de un año a otro, y con temperaturas promedio anual de 9.22°C y 5.91°C, respectivamente. Aún cuando las variaciones térmicas son reducidas entre una estación y otra, si la época de estiaje se produce de abril a octubre, hay un período muy húmedo entre los meses de noviembre a marzo, y otro relativamente húmedo o con lluvias esporádicas entre setiembre y noviembre y entre abril y mayo; las temperaturas altas y bajas se producen entre mayo y julio; los vientos predominan de julio a agosto; las granizadas, de diciembre a abril; y, finalmente, las heladas son nocturnas y matutinas y se dan en el período mayo-agosto, principalmente en las partes más altas. Bajo esas oscilaciones climáticas, encontramos un paisaje disímil que, en su parte baja, presenta un relieve que va de plano a ondulado y empinado, donde dominan suelos relativamente profundos y arcillosos, menos expuestos a la acción negativa de agentes naturales, pero profundamente expuestos a la acción antrópica. Soportando una fuerte densidad humana150, este piso es intensamente 146
Para un estudio más específico sobre la microcuenca de Huacrahuacho, véase: Flores Moreno, A. y Valdivia, G. (2009) 147
La microcuenca lleva este nombre porque está conformada por dos sistemas de escurrimiento superficial: el de la laguna de Piuray y el del río Ccorimarca. 148 Esta es la submicrocuenca más alta y junto con Sondorhuaycco, Maranhuaycco y Ccorimarca forman la microcuenca Ccorimarca. 149 Nótese que este modo de enunciar localmente las alturas no coincide con las alturas definidas para la microcuenca Piuray-Ccorimarca: 3350 msnm -3500msnm (parte baja), 3500msnm-3900 msnm (parte media), 3900-4500 msnm (parte alta). Este es un buen ejemplo de que para los campesinos el enfoque de cuenca no es relevante. 150 Este piso de valle interandino se ha caracterizado desde tiempos remotos por tener un buen número de habitantes en proporción a su superficie que cualquier otro piso en los andes. Cf. Tschudi, Juan Jacobo (1966) Testimonio del Perú, 1838-1842, Lima, p.284. En el caso de nuestro estudio, existen reportes de larga data que mencionan que, en el umbral del siglo XX, en todo el distrito de Chinchero - por entonces, unido a Calca - había aproximadamente 3000 indígenas, y sólo 20 “mestizos” terratenientes que no hacía mucho tiempo que se habían alojado allí. En particular, se registraba una población de 300
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cultivado bajo riego y secano en terrazas que controlan el escurrimiento y reducen la erosión, y donde es posible encontrar productos de pan llevar como papa, oca, habas, olluco, trigo, tarwi y pastos cultivados como cebada. También hallamos especies arbustivas exóticas y nativas. En efecto, son suelos que han sufrido intensas transformaciones productivas, debido a sus condiciones agronómicamente favorables. Por contraste, en la parte alta, encontramos áreas ligeramente onduladas y colinosas, con laderas moderada o fuertemente pendientes, donde hallamos afloramientos rocosos, suelos muy ácidos y una mezcla de gramíneas y otras hierbas de hábitat perenne que protegen de la erosión, pero no impiden la elevada vulnerabilidad de estas vertientes de ladera y de montaña que son muy características de Tauca y, en menor grado, de Cuper Alto.151 Aunque con ciertas limitaciones de altitud y clima que hacen menos productivas estas zonas de altura, aquí se produce una agricultura de secano mediante un sistema de rotación de cultivos [muyuy o layme] tales como papa amarga, olluco y maca, acompañadas por zanjas de infiltración y por una presencia menor de terrazas. Esta producción, destinada más para autoconsumo, es alternada con una ganadería ovina, vacuna y porcina que subsiste con pastos naturales (césped de puna), en particular en Tauca y Umasbamba. Tanto el riego tecnificado y la introducción de ciertas especies forestales y pastos cultivados como la construcción de terrazas de absorción, reservorios y zanjas de infiltración, han sido fruto de una red extensa de relaciones de alcance transnacional que estas comunidades han establecido con elementos públicos y privados a lo largo de décadas que ahora alcanzan el medio siglo152, y mediante las cuales ellas han podido no sólo acceder a información, recursos y asistencia técnica, sino transformar sus paisajes locales.
Foto: Vista Panorámica de la laguna de Piuray. Alrededor se puede observar el asentamiento de la población y los campos de cultivo Por: Fiorella Miñan Bartra
“individuos” en el “barrio” de “Umasbamba”, de 500 en “Pongo-ayllu” y de 800 en “Cupermi”. Cf. Araujo, Eliseo (1902) Chinchero. Fragmentos de un estudio, en: Boletín del Centro Científico del Cuzco, Año 5, No. 1-2, Abril, p. 18 151 PRONAMACHCS; FAO; INRENA (2005), Estudio de vulnerabilidad y riesgo para actividades productivas y erosión por tipo de cultivo en la microcuenca Piuray-Ccorimarca, Cusco 152 Contrariamente a lo que se suele decir, estas intervenciones tienen un pasado que data de la colonia, pero que adquieren el carácter de un “arsenal” a partir de la década del 60, mucho antes de las incursiones de ARARIWA y PRONAMACHCS. Véase, en ese sentido: Guzmán, Ester (2002) Impacto económico de las inversiones en prácticas de conservación de suelos en la Microcuenca Piuray. Cuzco: UNSAAC. Tesis de licenciatura
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1.1 Entre las inclemencias del clima y las fronteras del mercado: variabilidad ambiental, acceso a recursos y conflicto cultural En estas comunidades de alta montaña, los cambios son atribuidos a menudo a las fluctuaciones propias de la variabilidad climática o a los cambios introducidos por la población en el lugar, mientras que en otros casos la gente arguye que se están poniendo en cuestión las perspectivas de riesgo conocidas debido a procesos globales, los cuales se conocen más por sus efectos para sus formas de vida más que por sus orígenes y emprendimientos. La línea que separa una posibilidad de otra no es simple, sino sutil y grácil. Los discursos no son homogéneos ni mucho menos uniformes, pues cambian con el interlocutor, su lugar de enunciación y el contexto en el cual se sitúa la interpretación. Pero, en cualquier caso, no es sobre la base de que el cambio climático está ocurriendo con anterioridad que la gente formula sus discursos, sino que es a partir de su experiencia cotidiana con el clima y la naturaleza en general que los sujetos sugieren en qué sentido es posible hablar acerca de cambios producidos en el tiempo y el espacio, en qué casos ellos superan o no las perspectivas de riesgo localmente conocidas y qué procesos no naturales han ido alterando el paisaje local o redefiniendo las condiciones de su vulnerabilidad. Que la propagación de eventos climáticos extremos sea un indicio del cambio climático es algo que puede ser científicamente correcto, pero puede estar desconectado de la experiencia cotidiana, las preocupaciones y las creencias de la gente. Habituados a un estrecho margen de libertad en el marco de una serie de amenazas naturales y humanas que se han ido deslizando a lo largo de su historia, los campesinos pueden encauzar sus preocupaciones hacia la pregunta de cuán soportable puede seguir siendo el clima en el futuro, a qué cosas pueden ser atribuidos los cambios y de qué manera ellos se posicionan frente a esos procesos. Con nuestros modestos límites, esto es precisamente lo que nos proponemos examinar a continuación.
1.1.1 Conocimiento local y significaciones imaginarias sobre las manifestaciones de la VC y el CC en el territorio a) Precipitaciones pluviales y humedad En ecosistemas con climas semiáridos como las altas montañas, los cambios en las precipitaciones entre un año y otro son altamente sensibles para las poblaciones campesino-indígenas, y cualquier cambio en ese sentido es un acontecimiento que no puede ser menos preocupante cuando una forma de vida organiza y produce su espacio bajo condiciones constantes de riesgo y peligro. De hecho, ese ha sido el caso en Piuray-Ccorimarca y en la microcuenca de Huacrahuacho, dos zonas ecológica y socialmente distintas que comparten, sin embargo, una misma forma de vida y, en cierta medida, un mismo universo de representaciones.
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Cuadro 1: Cambios en las precipitaciones pluviales en Piuray-Ccorimarca y Huacrahuacho Interlocutores o sujetos de la Épocas enunciación Ancianos de Lluvias 60 a 70 años socialmente aceptables en tiempos remotos [sumaq para] ñawpaq tiempopi karan] y lluvias anormales en la actualidad [nisyu para kunan tiempopi] Jóvenes de 20 a 50 años
Escalas de Interpretación Años
Meses
Lluvias torrenciales consecutivas en el último año [20092010]
Antes se sembraba en setiembre y octubre; ahora no [setiembrepin octubrepipas tarpukun; kunan manan]
Lluvias torrenciales [nisyu para] consecutivas en el último año [20092010] después de sequías [mana unu kanchu] en los últimos 3 ó 4 años
Lluvias torrenciales durante los meses enteros de enero y febrero [iskaynin killapi]
Días
Lluvias intensas en días consecutivos [nisyu para iskay p’unchawllapi noviembremanta marzo killakama]
Una primera aproximación, sugerida por cerca de 10 campesinos de mayor edad entre las dos zonas de estudio, postula que las precipitaciones pluviales de tiempos recientes han producido una ruptura respecto de las pasadas. Estas discontinuidades marcan una diferencia de “épocas” entre los tiempos de hacienda o del gamonalismo y los tiempos recientes. Si bien la gente de las comunidades de Piuray-Ccorimarca confiesa la ocurrencia de lluvias torrenciales acaecidas en 1975 y 1980, acompañadas de huaycos e inundaciones con severos daños para sus medios de vida (Huacrahuacho se registra una situación parecida en 1985), arguye que esto no semeja a las lluvias excesivas [nisyu para] del último año [kunan watapi], siendo intensas y continuas en lapsos de tiempos extremadamente cortos: Calixto Quispe: Chay tiempuqa manan nisyuchu para karan, mana nisyutachu parantaq, manan imapaq llullakuyman chay pagawantaq haciendayuq llamk‟ani chayqa mana ñuqa nisyu para karanchu. Sumaqlla tanteadulla para karan. Kunam wata nisyu para karapun, no sé imawanchá kunam watan nisyu para hasta kay sanjakunatapis chaynaniqraq mayu yaykumun mana ayparanchu. Entonces antes tiempuqa, hasta ñuqayku ripusqaymantapacha kawsayllasqaymantapachaqa mana chayna mayuta rikuranichu, chayqa mana ñuqaykukpiqa anchayna mayu karanchu ni imapas karanchu, chayqa anchayna normallata mayupis purinallanta purikuran. Investigador: ¿Y en ese tiempo, compañero, en tiempo de la hacienda, cómo era la lluvia?
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Calixto Quispe: En el tiempo de las haciendas, no llovía demasiado, no era demasiado. ¿Para qué mentiría? Si yo trabajaba por un sueldo en la hacienda, percibí en esos tiempos que la lluvia no caía torrencialmente, [era] agradable, llovía lento, lo suficiente. En cambio, este año ha llovido demasiado. No sé a qué se deba tanta lluvia. Hasta estas zanjas se llenaron y excedieron con el agua que se desbordó del río. Era exagerado. Nunca, desde que nací, vi de esa manera el río tan crecido e inundándolo todo. En anteriores tiempos, nunca vimos el río así, ni tuvimos esos problemas. En nuestro lugar todo era normal. El río recorría sólo por donde debería ser su cauce.
La asociación o coincidencia entre ciertas condiciones sociales y los eventos climáticos extremos tiene su propia razón ser. Debido a su anclaje o arraigo al lugar, los campesinos indígenas no hacen una separación irresoluble entre naturaleza y sociedad, o entre los dinamismos y variaciones de la primera y los de la segunda: ellas aparecen confundidas, reflejadas e informadas de manera recíproca dentro de una misma historia. En efecto, la historia local de los dos ámbitos de estudio estuvo marcada por la expansión del gamonalismo, un proceso muy presente en la memoria colectiva local debido a que, bajo ese orden social de títulos y rangos, los campesinos fueron perdiendo el control de pisos ecológicos y se vieron obligados a establecer relaciones semi-feudales con familias privadas terratenientes a cambio de acceso a recursos.153 Esta amenaza social coincide con un clima menos hostil para la población local, cuando las precipitaciones pluviales eran solamente agradables [sumaqlla para] o únicamente equilibradas [tanteadolla]. Un tiempo socialmente difícil debido al gamonalismo y menos perjudicial desde un punto de vista climático difiere de un tiempo sin gamonalismo, pero más difícil desde un punto de vista natural como el actual. Irónicamente, hoy que ya no se padece los impactos directos del gamonalismo el clima resulta adverso. Así, el clima es un factor de vulnerabilidad que ha sucedido a otro factor social de fondo presente en la memoria local. Los campesinos son altamente conscientes que a lo largo de su historia han tenido que lidiar, casi sin opciones, con amenazas naturales y sociales que se suceden mutuamente o coinciden sin cesar. Una segunda interpretación, formulada por 5 adultos jóvenes (2 de Umasbamba y 3 de Tauca), sugiere que las lluvias torrenciales recientes sucedieron a sequías consecutivas ocurridas en los años 2006-2007, 2007-2008 y 2008-2009. La gente de esta zona reporta sequías análogas ocurridas entre octubre y abril en la década del 60, período en el que se produjo una hambruna, definida por una pérdida generalizada de semillas de papas y habas. Este es un indicador fuerte para la gente de que las sequías recientes pueden asociarse más con las perspectivas de riesgo propias de la variabilidad climática que con el cambio climático. Poco después, la intervención gubernamental del PRONAMACHCS produjo iniciativas de manejo de suelos y cubierta terrestre transformando el paisaje local de una forma que tendría repercusiones después. Huacrahuacho, una zona donde las sequías han sido los eventos climáticos más preocupantes a lo largo de su historia, ofrece un ejemplo análogo. En el año 1948, se produjo tal escasez que la gente se vio obligada a solicitar la cooperación de familias privadas terratenientes para aligerar en alguna medida esta difícil situación. Otra hambruna en 1982 produjo un menor crecimiento de pastos para el ganado y una falla en la cosecha. Como una medida para neutralizar la situación, la gente tuvo que buscar un número limitado de recursos alternativos de otras zonas ecológicas de Acomayo y Sicuani mediante reciprocidad e intercambio, una vieja forma de control 153
Hobsbawm, Eric (1978) Los elementos feudales en el desarrollo de América Latina, en: Análisis 5: 5966; Yépes, E. (1979) Burguesía y Gamonalismo en el Perú, en: Cuadernos de Investigación 7: 31-66; Keith, Robert (ed.) (1970) “La hacienda, la comunidad y el campesino en el Perú”, Lima, IEP; Flores Moreno, Adhemir (2009) Historia y genealogía en el sur andino: De la lucha por el reconocimiento entre señor y siervo a la lucha moral entre campesinado indígena y sociedad moderna, Cuzco, CBC [Manuscrito Inédito]; Contreras, Jesús (1981) El gamonalismo local y la Reforma Agraria: El caso de Chinchero (Perú), en: Boletín Americanista XXIII: 15-40
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indirecto de pisos ecológicos y reducción de riesgos, a la cual haremos alusión después. Si las sequías se asocian poco con cambios en la variabilidad climática, no se piensa lo mismo cuando se hace alusión a lluvias torrenciales. Un siguiente modelo sugiere que las lluvias torrenciales del último año (2008-2009) han presentado características localmente desconocidas. Ellas se han presentado el 15 de noviembre, 2 veces en diciembre, 2 en enero y 2 en marzo. Las escalas utilizadas ofrecen un modelo distinto a los que ofrece la comunidad científica para esta zona en particular. 154 De ese modo, hemos tenido una frecuencia promedio de 2 días de precipitación pluvial intensa por cada mes. Estos impactos duplicaron la energía invertida en la recuperación social por un promedio de dos semanas por vez y un total de 8 semanas de plus laboral. Entre los perjuicios colectivos, se identifica 40 has de tierras comunales destinadas principalmente al cultivo de papas en Umasbamba. Uno de los campesinos típicos de esta comunidad nos manifestó que perdió 10 sacos de papas (entre nativas y comerciales), es decir, el 7.5 % de los 30 sacos que produce anualmente. De los sacos con los que se pudo quedar, el 10% fue destinado para el consumo de su familia, y el otro 10% lo guardó como semillas. Adicionalmente, en Sulllupuquio perdió nada más que 500 m2 de pasto mejorado, y, cerca de la bocatoma de Umasbamba, otros 200 m2, lo cual hace un total de 700m2 de pérdidas. Sin contar los costos de energía del trabajo empleado por todos ellos para sobreponerse a los impactos de las lluvias torrenciales ni las pérdidas proyectadas (al no contar ya con los niveles de producción esperados), los impactos de estos acontecimientos son bastante significativos para individuos que en promedio cuentan con 3 topos de tierras y que viven básicamente de la producción agrícola y ganadera. 10 afectados de la comunidad de Umasbamba nos ofrecieron datos que se aproximan a los resultados descritos anteriormente. De ellos, hay un afectado mucho más joven que, aún cuando apenas alcanza los tres topos de tierra juntando los que heredó con los de su esposa, lo perdió casi todo. En suma, las pérdidas han sido primeramente individuales y después colectivas. En algunos casos, hay un consenso entre las mujeres de Piuray-Ccorimarca y Huacrahuacho de que las lluvias no sólo se han producido en días consecutivos dentro de cada mes. Ellas afirman que las lluvias torrenciales han tenido tal magnitud que, a decir, verdad han sido constantes durante los meses enteros de enero y febrero, después de un año 2008-2009 marcado por sequías. Para ellas, no existen segmentos específicos de eventos climáticos extremos dentro de cada mes. Los impactos se han dejado sentir a lo largo de todo el mes. Varias jóvenes señalaron simplemente que perdieron todo [tukuy], porque ellas no sopesan los daños como lo hace la ciencia. Los constantes peligros a los que están expuestos los conduce a situar los acontecimientos en términos más simples: “todo” [tukuy], demasiado [nisyu], mucho [ancha] o poco [pisi]. En sentido estricto, ellas no calculan: ellas meditan los significados que los cambios tienen para su forma de vida. Éste es un ejemplo par excellence acerca del modo en que los campesinos suelen estimar las fluctuaciones climáticas y su concurrencia en el tiempo. Un acontecimiento ocurrido en un solo día puede tener un efecto inconmensurable a lo largo del todo el mes, en otro mes y así sucesivamente. Esta suerte de efecto a distancia en el tiempo y el espacio dificulta en grado sumo la pretensión de reducir los impactos a un intervalo específico del tiempo o una especulación diacrónica del impacto en el corto y largo plazo. Sociedades que se las ven todo el tiempo con estresantes climáticos extremos en las frágiles condiciones 154
La mayoría de la información climatológica para la zona de la microcuenca Piuray-Ccorimarca la encontramos disponible en escalas “anuales” y “mensuales”. Véase, por ejemplo: IMA; PRONAMACHCS (2001) Diagnóstico integral y lineamientos de gestión ambiental de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, Cusco; PRONAMACHCS (2004) Gestión participativa de los recursos naturales para el desarrollo rural sostenible: experiencias en tres microcuencas alto andinas del Perú, Lima; Saavedra, Ángela (1997) Diagnóstico Agroecológico de Cultivos en Secano en las Comunidades de Tauqa y Ccoper del distrito de Chinchero. Tesis de licenciatura, Cusco, UNSAAC
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de los ecosistemas de alta montaña tienden, naturalmente, a hacer una evaluación extrema de sus situaciones cotidianas. Y mujeres campesinas que ocupan una posición diferenciada en la división sexual y social del trabajo en las condiciones extremas del ande suelen ser finamente sensibles a esa consideración: Kay watapi para, compañero, anchatan qatiywanku, qayna watataq mana para karanchu, kunan kay puquyllapi iskaynin killapi anchatapuni para qatiywanku. Chay kawsayniykutaya chay paraqa totalta afectan, chakrakunata apayapun lluqllakunapas, mihuykunata ñit‟iyapun imaymanaya pasan. Este año, compañero, la lluvia mucho nos ha puso en aprietos; en cambio, el año pasado no hubo lluvia. Ahora, sólo en las épocas de lluvias, durante los dos meses (enero, febrero) la lluvia demasiadamente nos ha puesto en apuros. Aquello de lo cual nosotros vivimos fue afectado completamente por esa lluvia; los huaycos se llevaron nuestras chacras, la lluvia aplastó las plantas de nuestros productos, pasó de todo pues. Yolanda Quispe, campesina indígena de la comunidad de Cuper
Otras campesinas indígenas de Tauca y Cuper suscriben un cuarto modelo de interpretación cuando indican que se están produciendo retrasos en la ocurrencia de precipitaciones pluviales durante el ciclo anual bi-estacional. En opinión de los hombres y mujeres de este espacio alto andino, antes la siembra de cultivos como la papa, las lisas, la oca, el tarwi y las habas verdes comenzaba en setiembre y octubre, meses en los cuales solían presentarse lluvias esporádicas eventualmente idóneas para la producción. En la comunidad pastoril con agricultura complementaria de Huacrahuacho viene ocurriendo algo similar, con la sutil diferencia de que, en los últimos dos años, la ocurrencia de lluvias es más incierta en diciembre y marzo y, en algunos casos, se presenta en el mes de junio; es decir, no se sabe si lloverá en ciertos meses de la estación húmeda e, imprevisiblemente, llueve en los meses menos esperados de la estación seca. Antes que generar oportunidades, estos cambios en la precipitación pluvial impiden el desarrollo del ciclo vegetativo de los cultivos, la productividad expone a los cultivos a mayores riesgos (como las heladas de mayo) y, en su extremo, colapsa. Tal es el caso de las habas y papas en Piuray-Ccorimarca, y el de un número limitado de variedades de papas amargas y pastos naturales y cultivados en Huacrahuacho. Ahora bien, si es cierto que en los andes centrales no existen registros in situ y a largo plazo acerca de la humedad, y, en el caso peruano, apenas se identifican “incrementos moderados” de 0.5-1% por década entre 1950 y 1995155, los campesinos indígenas de Piuray-Ccorimarca sugieren - mas no siempre lo dicen explícitamente que la humedad ha sufrido también cambios. Ellos formulan esto a partir de la creciente propagación de plagas en la última década; esgrimen que la rancha es resultado de la lluvia [paramanta] o de lo que nosotros podríamos traducir aquí como “humedad”. En el juego de lenguaje local, la gente usa el vocablo “para” referirse a la humedad, siempre que en el contexto discursivo se establezcan asociaciones entre “plagas” [rancha y papa kuru] y “precipitaciones pluviales” [para]. La proliferación inadvertida de plagas y hongos es indicador local de cambios en la humedad y en otros elementos del lugar. Siete jóvenes de Umasbamba nos dijeron que hace cinco o seis años - es decir, poco tiempo después que los más importantes cambios en los sistemas productivos en función de las dinámicas del mercado comenzaron – la producción se ha visto afectada por hongos como la “rancha”. Por lo mismo, las pérdidas han sido mayores en el último año (2009-2010), pero no han sido más significativas que las del año anterior (2008-2009): 155
Vuille, M.; Bradley, R.S.; Werner, M.; Keimig, F. (2003) 20th century climate change in the tropical Andes: observations and model results, en: Climatic Change 59 (1–2): 75–99
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Pablo Puma [P] (32 años): Hace 5 ó 6 años que no hay producción acá. Y peor este año. Investigador [I]: ¿Y a qué se debe que no haya producción? [P]: Porque pienso que con el calentamiento climático y con las enfermedades que están atacando a las plantas: las plagas, rancha, por todas esas enfermedades no hay producción. Por ejemplo, acá en la pampa había bastante producción. Pero ahora este año ya no hay producción. Porque yo pienso que de la lluvia entra rancha, la ataca, entonces no podemos aplicar nada, no podemos curar. [I]: ¿Y cuánto más o menos ha perdido usted el año pasado? [P]: El año pasado [2008-2009] más o menos habré perdido el 30%. Ahora este año he perdido el 60%.
Cabe hacer aquí unas cuantas observaciones irreductibles. En primer lugar, hay un contraste entre el instrumental científico natural y los conocimientos locales asociados con la humedad. Mientras los científicos suelen utilizar censores para identificar las cantidades de vapor de agua troposferita comparando diversas estaciones con el fin de determinar un indicador eficaz del cambio climático, los campesinos indígenas leen los cambios a través de la proliferación de plagas en su ámbito local, pero no para abstraer la humedad con un fenómeno natural y después sopesar sus efectos desde el punto de vista de la causalidad, sino como un evento que tiene repercusiones inmediatas y altamente sensibles para sus condiciones de existencia en sus ámbitos locales y cuyo origen guarda relación con una multiplicidad de procesos concatenados de una forma muy compleja. Sin embargo, a nivel local no hay, empero, un consenso de que las plagas sean un producto de la humedad, sino de una red de procesos ocurridos a lo largo del tiempo y producidos en escalas espaciales diferenciadas. Además de hongos conocidos localmente como rancha, el incremento de la conocida plaga “gorgojo de los andes” o “gusano de papa” [papa kuru] es, sin duda, uno de los más importantes indicadores de presencia de humedad para los campesinos de esta zona. Provocado principalmente por la humedad proveniente de las precipitaciones pluviales, esta plaga presenta una sola generación al año en agricultura de secano, además de tener un período promedio de vida de 145.8 días (104.5 días, como mínimo, y 189.75 como máximo). La presencia de huevos, que pueden ascender de 630 a 1000, ocurre de diciembre a marzo y el período de “larvarización”, de febrero a agosto.156 No cabe duda, entonces, que ante un eventual incremento de humedad, debido fundamentalmente a los cambios en los niveles de precipitación descritos anteriormente, esta plaga encuentre, además de otros factores, un terreno propicio para propagarse, afectando a los tubérculos andinos. Hay diagnósticos hechos en una porción biofísica significativa de Chinchero que corrobora de cierta manera esta situación.157 Por lo demás, es posible que las sequías sucesivas de los últimos años también hayan impactado en los cultivos de papas, pues mucha lluvia tardía en la estación de crecimiento favorece los gusanos.158 Al menos para los campesinos de estas comunidades, estos datos influyen pero no esclarecen suficientemente la aparición exacerbada de dicha plaga altamente peligrosa para sus activos naturales y su seguridad alimentaria. Otros acontecimientos 156
Almanza, Jorge (2004) Estudio de la situación actual del programa de manejo integrado del gorgojo de los andes (premnotrypes latithorax pierce), en las comunidades del distrito de Chinchero – Cusco. Tesis de licenciatura. Cuzco, UNSAAC 157 Un diagnóstico llevado a cabo por Quispe, Catalán y Vallenas en la zona de Chinchero arroja una cantidad de 640,45 k de gorgojo y que ha sido identificada dentro del período en el que se produce el “desarrollo del insecto” (larva, pulpa, adulto). Dentro de ese peso total, se observa que la proporción de gorgojos ha sido ascendente entre 1996 y 1997. Convertida en números, esta cantidad equivale a nada más y nada menos que 31 122 500 gorgojos. Cf. Quispe, Víctor; Catalán, Wilfredo; Vallenas, Justo, “Recojo manual del gorgojo de los Andes en Chinchero, ¿una alternativa viable?”, en: ARARIWA; CIP, op. cit., pp. 98-101 158 Winterhalder, Bruce (1978) Geoecology of Southern highland Peru : a human adaptation perspective, Colorado, Brooke Thomas
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parecen haber tenido un mayor impacto en los microambientes de estas comunidades. En opinión de la mayoría estos cambios se deben más al hecho de que sus suelos y pasajes han venido siendo modelados por el mercado. Ellos ubican en un lugar secundario el hecho de que los peligros naturales hayan producido los cambios, tomando distancia del enfoque naturalista que le echa la culpa a las fuerzas de la naturaleza de las desgracias humanas, o del determinismo ambiental que pone énfasis a la “racionalidad limitada” de los seres humanos para responder adecuadamente a los condicionamientos naturales.159 Es decir, a la gente le importa no sólo lo que la naturaleza le hace a la sociedad, sino también lo que ésta le ha hecho a ella. En esa línea de interpretación, hay un acuerdo mayoritario de que la expansión de plagas, en diversas áreas de producción, guarda relación con el uso excesivo de agroquímicos, mientras que un grupo minoritario señala todo lo contrario. Estas interpretaciones asocian la creciente aparición de plagas en los tubérculos con el uso de agroquímicos por exceso o por defecto. En un contexto donde los espacios producidos por las sociedades “locales” empiezan a ser recreados por las dinámicas del mercado, los campesinos de Cuper, Tauca y Umasbamba decidieron introducir insecticidas y fungicidas en su ambiente para acabar con las plagas, siguiendo el modelo de los propietarios de la vecina microcuenca de Huaypo-Yanacona, una zona que produce principalmente para la comercialización. En opinión de al menos 20 entrevistados con mayor edad de la comunidad de Tauca, desde que este cambio tecnológico ha sido introducido se ha comenzado a reducir controladores naturales de plagas en el ámbito local. En efecto, aunque se sabe que, dentro de las especies polares y de cumbres altas, los anfibios son uno de los grupos taxonómicos más impactados negativamente por el reciente cambio climático160, los campesinos indígenas de Tauca señalan que su extinción, no sólo en el ámbito de la microcuenca sino en toda la provincia vecina de Anta, tiene poco o nada de natural, sino que es producto de la introducción de agroquímicos. Estas pérdidas son vinculadas con procesos extra-climáticos relacionados con el uso de suelos y cubierta terrestre, y aparecen situadas desde una óptica territorial culturalmente distinta, es decir, más allá del enfoque de “microcuenca” o el de la “provincia natal”. En modo alguno, eso significa que la tesis científica esté descartada y que el comienzo del incremento de la variabilidad climática no sea otro factor adicional que potencie la propagación de plagas en estos espacios.161 Por lo pronto, lo importante es que para los interlocutores tiene sentido y eficacia arriesgar su propia interpretación en esa dirección, sin cancelar otras posibilidades, bajo las condiciones de verdad impuestas por el hecho de que la aparición de plagas de años recientes coincide con un cambio tecnológico a nivel local. Dicha interpretación no es necesaria, pues otros interlocutores asocian directamente plagas con la humedad, pero es bastante consistente con lo que ocurre a nivel local. En la actualidad, ellos eligen esa interpretación sobre la base del hecho de que la medida adoptada condujo a un resultado trágico o contrario al esperado, pero cuando introdujeron agroquímicos, sobre la base de la creencia de que estos acabarían con las plagas, probablemente pensaban lo contrario.162 Los campesinos indígenas saben que el “error” ha sido la raíz 159
Blaikie, P.; Cannon, T.; Davis, I.; Wisner, B. (1994) Vulnerabilidad: el entorno social, político y económico de los desastres, Colombia, La RED/ITDG, p.33 160 Parmesan, Camile (2006) “Ecological and Evolutionary Responses to Recent Climate Change”, en: Annual Review of Ecology, Evolution and Systematics, 37: 637–69, pp. 652 y 657 161 El problema es mayor porque hoy es difícil encontrar estos anfibios en la zona. Véase al respecto: PRONAMACHCS; IMA (2001) Diagnóstico Integral y Lineamientos de Gestión Ambiental de la Microcuenca Piuray– Ccorimarca, Cusco, p. 151 162 El hecho de que estos productos sintéticos orgánicos no hayan logrado resolver el problema de plagas de manera satisfactoria, ha sido una de las razones fuertes que dio origen, desde mediados de la década del 50, a la conocida estrategia denominada recientemente “Manejo Integrado de Plagas” (MIP), una alternativa contra la dependencia de uso “intensivo” de insecticidas – sin descartar su utilización
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de su pensamiento, sus prácticas sociales y su historia, una dimensión propia de la vida e indispensable para la temporalidad de su condición humana.163 Como una refutación al concepto de la “adaptación”, los campesinos indígenas señalan que tan pronto cuanto una vida se afirma lleva inscripta la posibilidad del error: Lorenzo Huamán [L]: Yo percibo, yo veo que antes no había los insecticidas, los químicos, la fumigadora, esa fumigadora antes no había. Entonces vivía normal la culebra, el sapo, esos animales existían, en Tauca, en Umasbamba, en Cuper, en Anta habían mucho de estos animalitos. En esos lugares habían, pues, sapos, ¿no es cierto?, habían bastantes de estos animalitos, pero desde que aparecieron las enfermedades, aparecieron también las insecticidas, esos productos, fabricaron esos productos, esos insecticidas para combatir esas enfermedades, fumigan la papa, el maíz, la oca, el olluco, entonces a ese sapo, a esa culebra ya no permitimos que vivan, ¿no es cierto?, esos animalitos era insectívoros, insectívoro era el sapo, el sapo anda más de noche, caminan muchos por la noche “k'ar, k'ar” andan y se topan con un insecto, por ejemplo con el gorgojo de los andes, ¡con qué clase de insectos todavía no será!, con larvas, con microbios, eso cuando el sapo abre su boca de por sí, esos vichos se entran al estómago del sapo, y con su lenguita a las polillas también fácilmente las captura y se las traga (A: ¿Entonces las extermina?) lo extermina el sapo, lo extermina a esas plagas, y ahora las chacras fumigan con insecticidas, y los sapos se comen a esos insectos, a esas larvas, al gorgojo, entonces el sapo los encuentra a los insectos envenenados con insecticida y se los come, entonces el sapo muere, entonces se produce la proliferación de esos insectos, ahora en Taucca ya no existe sapos, ya no existe, han desaparecido, culebras también dentro de los pedregales tantos habían, cortando pasto solíamos coger culebras, sapos; y ahora ya no los vemos, por eso el papakuru se ha proliferado.
Dicho esto, puede ser audaz pretender determinar estas pérdidas en términos de costos-beneficios, si consideramos una complejidad de factores, es decir, no sólo activos-base como la tierra, la variedad de cultivos o el ganado, sino también la eficacia de la cooperación social, la reciprocidad y el parentesco, los conocimientos locales, las estrategias socioculturales disponibles (actuales o potenciales) y las intervenciones externas de corte moderno en el espacio y tiempo, como después veremos. Todo eso constituye el capital social principal del que disponen estos pueblos para abordar situaciones difíciles, y es el marco con el que la gente selecciona sus opciones dentro de la lista de posibilidades que tienen localmente. Además, hay opciones en potencia o implícitas que no siempre están en acto en la amplia diversidad de contextos. Pero, pese a sus diferencias, los campesinos señalan que la vivencia es la misma en todos los casos y que no es posible diferenciar o aislar a los afectados en tal o cual sentido. Para ellos, los impactos sobre los medios de vida de la gente va más allá del individuo y la comunidad local, incorporando en la evaluación a otras comunidades, a la microcuenca vecina Huaypo-Yanacona y a todo el distrito de Chinchero. De esa forma, ellos invitan a interpretar – más que a cuantificar – los daños en términos territoriales más amplios y en una escala social universal, prestando atención a los impactos sobre el bienestar y la identidad étnica de la población local en su conjunto. Sucesos de esta naturaleza crean incertidumbres, pero también circunstancias que inducen a redefinir identidades colectivas entre los propios afectados, sobre la base de la experiencia de un mundo compartido marcado por constantes amenazas o adversidades naturales y humanas con imprevisibles consecuencias para las formas de vida que allí habitan: Investigador [I]: ¿Y qué familia fue la más afectada de esta comunidad?
“selectiva” - cuyos efectos colaterales son perjudiciales para el ambiente, según ciertos balances científicos-naturales. Cf. Cisneros, Fausto, “Marco conceptual del manejo integrado de plagas”, en: ARARIWA; CIP (1999) Seminario Taller Internacional “Manejo Integrado de plagas de los principales cultivos andinos”, Cusco, Urubamba, 23-26 de marzo, pp. 19-29 163 Foucault, Michel (2007) “La vida: la experiencia y la ciencia”, en: Deleuze, G., Foucault, M., Negri, A., Zizek, S.; Agamben, G., Ensayos sobre biopolítica: excesos de vida, México: Paidós, pp.55-6
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Braulio Quispe [B]: Aquí fue afectada la mayoría. Nosotros no podríamos decir que tal familia es la más afectada, o tal familia es menos afectada. No podemos decir qué familia es nomás la afectada. No ves que todo el sector se vio afectado, compañero. Toda la comunidad, Huaypo, Yanacona, Ocutuan, Umasbamba, todos, a nivel distrital se afectó. Por eso no podemos decir que algunos nomás se han afectado.
b) Temperaturas y glaciares Los tiempos fríos parecen haber sufrido, al mismo tiempo, cambios importantes para los campesinos de esta zona. Los interlocutores de Tauca, Cuper y Umasbamba guardan memoria de intensas heladas en el año 1988 que acabaron con tubérculos y cebadas y dieron muerte a una considerable cantidad de crías vacunas. Hasta por lo menos los años finales de esta década, estas heladas eran muy intensas. Pero, eso ya no ocurre en la actualidad. Las heladas son menos intensas durante la estación seca y eventualmente ocurren en algunos meses de la estación húmeda; se adelantan apareciendo en el mes de marzo y se prolongan hasta noviembre. La misma interpretación tienen los campesinos de Huacrahuacho. Si es cierto que a nivel micro los impactos de la helada cambian con la heterogeneidad ecológica del lugar (si es empinado o de ladera, o si es pampa o llanura), no es menos cierto que lo que gana la población con heladas de menor intensidad en una estación lo pierde con heladas que se adelantan o retrasan en otra. Las heladas han sufrido cambios en intensidad y frecuencia complejizando más la dispersión estacional del riesgo a lo largo del ciclo anual, pero sus oportunidades pueden estar a la misma altura de sus amenazas. De manera distinta, la gente de Huacrahuacho señala que las heladas han continuado siendo tan hostiles como antes. Canas, después de Cuzco, es la provincia que más heladas ha presentado en el período 1970-2006 (Cap. III). Sin embargo, la gente de esta zona comparte con la de Piuray-Ccorimarca la tesis de que estos eventos extremos han sufrido cambios considerables en la previsibilidad de su ocurrencia. Las heladas, producida durante las estaciones secas, al parecer ha superado los límites estacionales en que aparece y se estaría extendiendo hasta el mes de septiembre, amenazando las áreas de pastoreo y subsecuentemente la salud de los rebaños, los cuales “definitivamente se están enflaqueciendo” [tullukapun]. La gente no recuerda desde cuándo están padeciendo los impactos de las heladas, de modo que tal evento parece estar más relacionado con las fluctuaciones de la variabilidad climática conocida. La comunidad científica tampoco está muy convencida que las heladas puedan ser eventos inscritos dentro del proceso del cambio climático, sobre todo porque este último tiende más bien a ir acompañado de incrementos de temperaturas; pero los campesinos insisten en atribuirle cambios en términos de frecuencia. Mientras esto es algo que debería ser más estudiado, los campesinos indígenas sugieren que los impactos del cambio climático no pueden ser desligados de los que siempre ha impuesto la variabilidad climática. Una lista extensa de otros eventos climáticos extremos ya ha sido presentada esquemáticamente en el cap. III. Ellos estiman que todos estos eventos conforman una “familia de riesgos” con múltiples y heterogéneas amenazas para sus medios de vida, y que los impactos de uno no pueden ser comprendidos sin la totalidad de peligros que ya existen. Si ellos evalúan la totalidad de riesgos climáticos como un conjunto de acontecimientos que establecen relaciones recíprocas y mutuamente influyentes, es razonable que ellos asocien todos los eventos dentro de una misma totalidad de cambios, pues cualquier alteración en un aspecto de la naturaleza repercutirá sobre cualquier otro. En ese sentido, la gente no le presta más o menos atención al reciente cambio climático que la que le ha prestado históricamente a la variabilidad climática. Ahora bien, la gente de estas comunidades es, a su vez, profundamente consciente del retroceso del glaciar. Dado que los cambios en los glaciares ocurren
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inmediatamente después de producidos los cambios en el clima, para la comunidad científica ellos constituyen uno de los indicadores más visibles del cambio climático, un proceso que la gente no puede comprobar o refutar fácilmente a partir de su experiencia con el lugar.164 Aún bajo ese supuesto, los cambios pueden ser socialmente vivibles e interpretados de muchas maneras o desde diferentes marcos culturales.165 No todos los glaciares son igualmente visibles para el discurso científico y no tienen igual significado para la población. También están sujetos a las actitudes selectivas de los científicos para estudiarlos y determinar sus tendencias en el largo plazo, a las consecuencias dramáticas difundidas por la “escenificación mediática” respaldada por las instituciones privadas y públicas, así como a las significaciones imaginarias producidas por las poblaciones que habitan en las tierras marginales de las altas montañas y viven de sus glaciares.166 Las formaciones sociales modernas pueden decodificar este acontecimiento en un sentido distinto a las comunidades étnicas, o ambas pueden fabricar diversos discursos sobre las imágenes mentales que surgen de la situación actual de los glaciares: Lorenzo Huamán [L]: El clima no es como antes, ya no es como debe ser, compañero. El clima los nevados controlaban, los intensos calores [controlaban]. Los nevados eran las fuentes que cumplían la función de controlar el calor. Ahora que ya no hay nevados, el calor es fuerte, un calor insoportable, que quema. El calor es intenso, ya no es igual que antes, compañero. [I]: ¿Y el nevado de este lado cómo se llama? L: Al nevado de ese lado le llamamos Sallqantay. [I]: ¿Sallqantay? ¿Sallqantay se está secando [derritiendo]? [L]: Y el de este lado es Pitusiray, así le denominamos, el Pitusiray se encuentra en la parte alta de Huayoqari, en las cimas de esas montañas había nieve, en la cima de Chayña Puerto había nieve, pero ahora ya no se ve nieve, porque ahora definitivamente se está convirtiendo en [algo] sucio, como si eso también debiera definitivamente ser un arenal. Ahora se ve definitivamente como un arenal negro. [I]: ¿Entonces se está secando? L: Se está secando, compañero, definitivamente ya no hay nevado. [I]: ¿Qué dicen aquí en la comunidad, y por qué ese nevado se está secando? L: Es que es fuerte el calor, la temperatura se ha incrementado, por eso los nevados se están deshelando, así dicen, eso es lo he escuchado, antes el clima era normal, y ahora se ha calentado, el calor de un día es equivalente al calor de dos días, en un solo día se presenta un fuerte calor, con eso los nevados se deshielan. [I]: ¿Por qué ha subido tanto el calor? [L]: Por qué será eso, así dicen compañero, lo que tiene que solear un solo día, en un solo día solea por dos, ajá, de repente, por ejemplo si yo mi chacra trabajara un solo día, no es cierto (A: Ajá) pero un fuerte solazo en un solo día lo quema todo, así es compañero.
Desde ese punto de vista, nuestro interlocutor dice, primeramente, que nevados como el Sallqantay y el Pitusiray “definitivamente se están secando” [rit’i chullupuchkan] y, por lo mismo, “definitivamente ya no hay nevado” [mana kapunñachu rit’i]. Una de las acepciones del verbo “kay” es el infinitivo “ser”. Eso quiere decir que el retroceso de nevados significa que éstos están perdiendo algo que es constitutivo de su propio ser. Pero se trata, para Lorenzo, de un hecho definitivo, completo e irreversible como lo sugiere el sufijo “pu”. En ese sentido, se ve ahora definitivamente la capa del suelo del glaciar como si se estuviera convirtiendo en algo sucio, como si fuese un arenal, como si debiera ser un arenal, una tierra arenosa [chaypas kananpunin aquman, aqu allpa]. Que estas transfiguraciones tengan un lugar en deidades montañosas que tienen un status sagrado en los andes es algo mucho más problemático aún que percibir 164
Kaser, G.; Juen, I.; Georges, C.; Gómez, J.; Tamayo, W. (2003) The impact of glaciers on the runoff and the reconstruction of mass balance history from hydrological data in the tropical Cordillera Blanca, Peru, En: Journal of Hydrology 282: 130–144 165 166
Orlove et al. 2009 Íbidem
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alteraciones en una masa de hielo en movimiento. La objetividad fundada en las creencias locales arroja que las divinidades locales están experimentando su propio ocaso. Pueblos que fundan sus sistemas de creencias en el culto a la divinidad local empiezan a perder así algo esencial, no sólo porque la mera naturaleza comienza a sufrir severas transformaciones, sino porque es su estatus sobrenatural el que aquí se pone en riesgo. Es evidente, por lo tanto, que la población se relaciona con el hecho del cambio climático de una manera particularmente distinta o difícil de capturar objetivamente con el vocabulario epistemológico científico-natural.
Foto: Vista de uno de los nevados de la cordillera del Sallkantay desde Piuray-Ccorimarca Por: Fiorella Miñan Bartra
En segundo lugar, el retroceso del glaciar aparece íntimamente ligado a los incrementos dentro de una relación mutuamente influyente: el glaciar se está secando debido al incremento de las temperaturas y, simultáneamente, las temperaturas se están incrementando debido al retroceso del glaciar. Con la misma fuerza que el glaciar retrocede se incrementa la temperatura y se afecta la producción y el trabajo humano, y, a la inversa, estos se acrecientan conforme retrocede el glaciar, sin que haya necesariamente un momento anterior claro que preceda necesariamente a otro según la ley de causalidad.167 Para la población, la relación causa-efecto no es una condición de posibilidad de sus juicios empíricos, sino la reciprocidad: sólo hay interdependencia y familiaridad entre eventos y signos naturales sin que haya una regla previa que permita saber cuál ocurre antes y cuál después. Los incrementos de temperatura son dignos de preocupación para los pobladores de las tres comunidades. Dado que no establecen distinciones sustantivas ni insalvables entre naturaleza y sociedad, los campesinos indígenas aducen que esta situación afecta inevitablemente el natural desarrollo de los cultivos tanto como el trabajo humano, pues el que trabaja su chacra un día con esa temperatura duplica su jornada de trabajo o pierde más energía que lo habitual, ya que debe lidiar con una temperatura que hoy equivale a dos días. Asimismo, los campesinos sugieren que hay variedades de cultivo que se produjeron antes y que hoy han vuelto a aparecer, como es el caso del maíz. En Cuper, Tauca y Umasbamba no cuenta con pisos ecológicos formalmente reconocidos para la producción de ese cereal168, pero los campesinos de Tauca señalan que reportan la 167 168
Kant, Inmanuel (1988) Crítica de la razón pura, Madrid, Alfaguara, pp.228-9
Sobre la base de los diagnósticos realizados por el PRONAMACHCS, en la microcuenca PiurayCcorimarca se identifican alrededor de 86 has de maíz repartidas entre las submicrocuencas de Ccorimarca, Maranhuaycco y Sondorhauycco. Hay 49.9 has en Ccorimarca (de un total de 768.4 has de cultivo), 37.5 en Sondorhaycco (de un total de 62.5 has) y 8.2 en Maranhuaycco (de un total de 117.0 has). La única submicrocuenca que no cuenta con este cultivo es la de Tumamayo, dentro de la cual se localizan Cuper, Tauca y Umasbamba. El maíz no es un cereal de pan llevar que produzcan los campesinos indígenas de estas comunidades, aunque sí lo hacen otras comunidades de la microcuenca,
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existencia de este cultivo en el sector de Wasichimpa desde el 2006. En muchas partes de la región del Cuzco se suscribe también la disponibilidad mayor de este cultivo a diferencia de hace 10 años. Sin embargo, en razón de que los campesinos prestan mucha atención a los límites de un área óptima que hace posible el rendimiento eficaz de los cultivos (límites efectivos) y no sólo a los límites altitudinales en las que dichos cultivos o variedades de plantas pueden crecer sin que el rendimiento esté garantizado (límites absolutos)169, no está claro si, en las condiciones actuales de crecimiento de temperaturas, se ha producido un cambio sustantivo en los límites absolutos o, más bien, en los límites efectivos de producción del maíz - un cultivo que no sólo tiene una importancia económica, sino también simbólica en las tradiciones y prácticas sociales de esta zona.170 En todo caso, este proceso debería ser más estudiado, sobre todo porque los resultados arrojados en Piuray-Ccorimarca son bastante modestos como para establecer relaciones inmediatas entre estos cambios y el cambio climático global, ya que el paisaje ha sufrido tantas alteraciones antropogénicas locales en las últimas décadas que ellos pueden alterar la interpretación de la influencia posible del clima en tales cambios: Esta comunidad realmente sufría lo que es en la parte económica, también de la parte agrícola. Porque, por ese entonces, existía la Hacienda de Huchuy Qusqu, a donde iban a trabajar desde aquí, a servir a otra gente. Aquí crecían muy poco las habas, no crecía la cebada, porque hacía mucho frío, pero ahí atrás como tenía buen clima, las habas y la cebada crecían normalmente. Por ese motivo, la gente se iba allá a trabajar. Tampoco había leña. Entonces, cuando yo era niño, por ejemplo, yo recogía leña, la bosta de la llama y del caballo para cocinar. No había leña e íbamos a recoger leña a Huchuy Qusqu, a las alturas de Calca, perdiendo 1-2 días para traer leña. La gente sufría mucho. Pero, ahora, con el apoyo de las instituciones, tenemos bastante leña; no hemos vuelto a ir a esos lugares tampoco; ya vamos a trabajar; también la papa crece normal, igualmente las habas. Asimismo, el maíz ya está creciendo. [I]: ¿Dónde está creciendo exactamente el maíz? [B]: Aquí, al frente. Uno de nuestros compañeros ha sembrado maíz y ya ha cosechado. [I]: ¿Cómo se llama ese lugar? [B]: ¿Se llama Wasichimpa? [I]: ¿A partir de qué año está creciendo el maíz ahí? [B]: Desde el 2006.
En tercer lugar, el retroceso del glaciar marca una discontinuidad de índole temporal en el estado actual del clima, y no aparece necesariamente asociado con el empeoramiento de la escasez del agua en ciertos períodos críticos del año. Es un signo de que las reciprocidades y reflejos entre eventos naturales están fallando, y no – al menos no directamente - un efecto natural provocado por otra causa antropogénica ni mucho menos una causa de otro efecto relacionado con la escasez del agua. En consecuencia, la gente no se preocupa por el glaciar por sus virtuales amenazas en el largo plazo y sus oportunidades en el corto, sino porque es un indicador de que la naturaleza está sufriendo una transformación que no se ha conocido antes, un hecho que marca una ruptura entre una época y otra, entre una fase y otra, dentro de su ciclo natural dinámico. Dos interlocutores de Umasbamba suscriben eso y, a guisa de ejemplo, hemos optado por mostrar la interpretación de uno solo: ubicadas en pisos ecológicos más bajos (3350 m.s.n.m. – 3500 m.s.n.m.), como Cachimayo y Bellavista. Por ello, si los campesinos indígenas de las comunidades que comprenden nuestro estudio desean adquirir maíz, pueden hacerlo en la Feria de Chinchero, en Cachimayo o en Bellavista. Cf. IMA; PRONAMACHCS (2001) Diagnóstico integral de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, Cusco, p. 44 169
Gade, Daniel (1975) Plants, man and the land in the Vilcanota valley of Peru, The Hague, W.Junk 170
Núñez del Prado 1950
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Investigador [I]: ¿Y para ustedes qué era más importante? ¿El agua de la lluvia o el agua del nevado? Calixto Quispe [C]: Lo más importante es el agua de la lluvia, porque el agua del nevado a nosotros no nos beneficia, no llega hasta aquí. Una vez que empieza a llover, recién nuestras chacras se humedecen, con el agua de la lluvia. Sólo así nos sentimos contentos. De ninguna manera el agua de los nevados puede llegar aquí. I: ¿No puede llegar aqui? C: No I: Pero. ¿No brota agua del suelo? C: Claro que brota agua, pero sale a la laguna. Sólo es eso. A nosotros no nos beneficia porque no inunda nuestras chacras. I: ¿Entonces los nevados no son beneficiosos para ustedes? C: No creo, no sé si nos ayudan o cómo será. No sé que será. I: Porque, en otro lado, hablando con un sabio indígena, él me dijo que si los nevados se derritieran ya no existirían los bofedales. Eso me dijo, ¿es verdad? C: Por aquí no hay bofedales. Además, los nevados ayudan al valle sagrado porque el agua que baja de los nevados va hacia la quebrada, al frente, ¿acaso se va ha desviar hacia este lado? De ninguna manera. El agua de los nevados, como consecuencia del deshielo y por efecto del sol, se desliza por las faldas del cerro abriendo zanjas y favoreciendo al valle sagrado de los incas. A nosotros no.
En la interpretación del campesino indígena de Umasbamba, los glaciares no organizan la vida de la gente en Piuray-Ccorimarca, pero sí en el “valle sagrado”. Su valor reside en otro sentido. El discurso científico estima que el glaciar es la principal fuente de la red de cuencas y agua subterránea171, pero eso tiene poca importancia para los campesinos de esta zona. Según sus propias significaciones imaginarias sociales, las precipitaciones pluviales son de mayor trascendencia que los retrocesos del glaciar.172 Como en diversas comunidades agrícolas, él establece jerarquías entre el el agua de lluvias y las fuentes de agua subterráneas que hacen posibles los glaciares. Asimismo, el concepto de cuenca o microcuenca queda localmente refutado cuando se deja de asociar glaciar y agua, pero también cuando la interpretación del dinamismo del glaciar y sus repercusiones para la vida excede el ámbito local. Desde una óptica del territorio andino que va más allá de su comunidad y su espacio local inmediato, nuestro interlocutor está convencido de que el flujo hídrico procedente del glaciar en la estación seca beneficia a otras comunidades alto andinas, pero no a su comunidad ni a sus comunidades vecinas. El significado del glaciar depende de cómo se distribuye en el espacio; cambia con la heterogeneidad del ambiente y la población que le otorga un sentido: “El agua de los nevados, como consecuencia del deshielo y por efecto del sol, se desliza por las faldas del cerro abriendo zanjas y favoreciendo al valle sagrado de los incas. A nosotros no.” Entonces, ¿qué estatuto tiene el glaciar para el campesinado indígena de esta zona? Investigador [I]: ¿Qué les causa mayor preocupación? ¿Que no haya lluvia o que los nevados se vayan deshelando? Lorenzo Huamán [L]: Si es que hubiera bastante lluvia, entonces los nevados definitivamente no se secarían tanto. Mi mayor preocupación estaría en torno al deshielo, al deshielo de los nevados. 171
Earls, John (2009) Organización social y tecnología de la agricultura andina para la adaptación al cambio climático en cuencas hidrográficas, en: Tecnología y Sociedad 8 (16): 13-31 172 Algunos autores señalan que las preferencias del hombres andino por el agua de la lluvia se hace plausible cuando simultáneamente se toma en cuenta las connotaciones sexuales del arriba/cerro y abajo/tierra. C.f. Diestschy, Beat (1985) Respuestas altiplánicas a la escasez de agua, en: Boletín del Instituto de Estudios Aymaras 19: 20-50, p.35
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[I]: ¿Por qué? [L]: Es que con el deshielo ha cambiado mucho el clima compañero, el clima está cambiando mucho porque era mucho la nieve de los nevados, el clima era normal, el clima normal y con el cambio del clima hasta para los productos se han manifestado una serie de enfermedades, a los productos de consumo humano están siendo afectados por una serie de enfermedades, antes el clima era normal, la lluvia también era constante.
Tomando distancia del interlocutor precedente, el significado atribuido por Lorenzo al retroceso de glaciar vincula glaciares y precipitaciones pluviales (incluyendo humedad), dentro de un mismo universo simbólico de acciones recíprocas. El glaciar no sólo controla las temperaturas: es un depositario de precipitaciones pluviales que sirve de amortiguador en los períodos críticos. Él introduce otros eventos climáticos emparentados con el glaciar dentro de una familia extensa de comportamientos naturales que establecen relaciones de mutua influencia. La comunidad científica suscribe la alta sensibilidad del glaciar a eventos múltiples analizando dichas las complejas relaciones de causalidad entre los eventos por separado173, mas los campesinos indígenas le atribuyen interdependencias y jerarquías basadas en la reciprocidad y en un sentido holístico. Sus vivencias no se derivan de tal o cual evento, visto de manera aislada o separada de otros: la interpretación de su experiencia se basa en lo que significa vivir bajo las fuerzas naturales en su totalidad. Figura 1: Procesos climáticos intrínsecamente relacionados con las dinámicas del glaciar
Reciprocidad Reciprocidad
Cambios en temperaturas
Cambios en la humedad Cambios en el estado del glaciar
Cambios en las precipitacione s
Por otro lado, el campesino indígena de Tauca le atribuye al glaciar un carácter regulador del tiempo y sus repercusiones para la vida. Para él, lo que está en juego con el retroceso del glaciar es un cambio en la experiencia de la temporalidad del mundo, una discontinuidad inherente a las dinámicas del mundo. Dado que los glaciares son divinidades que están sufriendo alteraciones, asistimos a un acontecimiento en el que los dioses están experimentando su propio ocaso. Él no se pregunta de forma directa – un supuesto de causalidad que intentamos examinar con el interlocutor anterior - si el glaciar es una fuente o no de agua esencial para la gente de Cuper, Tauca o Umasbamba, sino por el significado que ese acontecimiento tiene para toda la humanidad. La semiótica local del glaciar dista mucho de los múltiples discursos que vienen pululando en la mesa global cuando se propugnan relatos sobre el cambio climático. No son meros recursos, vistos en abstracto y bajo el principio de la causalidad, los que están en cuestión para nuestro interlocutor. Como lo anunciamos páginas atrás, él invoca a pensar en el retroceso del glaciar como un proceso que produce una ruptura, una falla, una alteración en las reciprocidades 173
Vuille, M.; Francou, B.; Wagnon, P.; Juen, J; Kaser, G.; Mark, B.; Bradley, R. (2008) Climate change and tropical Andean glaciers: past, present and future, en: Earth-Science Reviews 89: 79–96
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intrínsecas entre eventos naturales, en todo aquello que constituye el orden natural mundial y las formas de vida que habitan en la tierra, desde el momento en que la divinidad local ha comenzado a sufrir una transformación. Los discursos ecopesimistas de un retroceso de los glaciares que empeorará la escasez del agua en el largo plazo, parece ser una interpretación demasiado simplista o profana del carácter problemático de la situación mundial y estar muy lejos de una lectura más crítica de la naturaleza y la sociedad como la que ofrecen los campesinos de esta zona. Lejos de reducirla a una serie de eventos y recursos que establecen relaciones de causalidad entre sí con serios impactos para la población en el futuro, las poblaciones campesinas de alta montaña convierten esta cuestión en un hecho más profundo: a la naturaleza se le ha sustraído, en parte, el significado que siempre tuvo, el estatus sobrenatural que siempre la determinó; el glaciar es una divinidad cuyo retroceso anuncia el crepúsculo de las divinidades locales. Yolanda Quispe [Y]: kunapis ruphaymi anchata chayamuchkan compañero, cambianpuchkanmi kay ruphay nisqaykuhina, directamente ancha ruphakuyllaña kachkan, inti, nisqaykupas nawpaqqa karqan kay muyuriqnintinpis ancha rit‟ikuna karqan chay rit‟ikuna tinplamuq chay ruphaytaqa, chay rit‟ikunallaman chayamuq ruphay chayqa manayá anchatachu ruphay ruphawaq kanchis, ichaqa kunan rit‟ikuna manaña kapunñachu tukukapuchkanña chullupuchkan chayqa manaña imapas timplamunñachu hinallataq ninku chay capa de ozono nisqas t‟uqukapuchkanmanña chaykunawancha riki chay cambio climático kamuchkan riki compañero. Investigador [I]: Qam yuyanki ima watamantan chullupuchkan chay rit‟ikuna chayqqa [Y]: Chay kachkanmanchá, compañero, huk chunka wata hinaña. Yolanda Quispe [Y]: Ahora también está haciendo mucho sol, compañero. Como ya lo dije, ciertamente la temperatura está cambiando mucho, directamente mucho calor nomás está habiendo. Como también dijimos, antes había muchos nevados en todos los alrededores, habían nevados; los nevados templaban ese calor, el sol llegaba solo a esos nevados, nada más; si soleaba, el sol nos solía quemar, mas no mucho. Pero ahora definitivamente ya no existen los nevados, se han extinguido, se están derritiendo. Entonces ya nada se encarga de templarlo. En ese sentido, dicen también que aquello que se llama la capa de ozono es probable que se esté agujereando, con todas esas cosas, ¿no es cierto?, se está produciendo el cambio climático. ¿No es cierto, compañero? Investigador [I]: ¿Y tú recuerdas, entonces, desde qué año se está secando definitivamente el glaciar? [Y]: Eso estaría ocurriendo quizás, compañero, desde hace aproximadamente 10 años.
La tesis de la campesina indígena de Cuper no dista en lo fundamental de la que expuso otro de sus pares culturales anteriormente. Pero, llama la atención de que al final la interlocutora ensaye otra interpretación adicional. Ella acude al discurso científico de corte global cuando intenta una “explicación” sobre el retraimiento del glaciar. El discurso local del glaciar como fuente de regulación es consistente a la hora de establecer asociaciones o interdependencias entre eventos climáticos o procesos naturales, pero no compensa la incertidumbre que surge cuando se constata que su salud está experimentando un declive. Ya que la entrevistada no ha vivido antes una experiencia análoga y que no dispone de un paradigma interpretativo local compatible con una situación de naturaleza desconocida como la que ella tiene enfrente, opta por adscribirse, con ciertos reparos, a una representación basada en la causalidad que muestra a una naturaleza vulnerable en las condiciones de verdad actuales: “la masa glaciar está disminuyendo”. Esta interpretación altera el sistema de significados con el que la gente interpreta la naturaleza, invierte su sentido con el del “ambiente”, es decir, en nada más que una invención, un concepto, un artificio: una naturaleza cultivada,
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subyugada y destruida.174 El glaciar sigue cumpliendo un papel capital en el ordenamiento cíclico de la naturaleza, pero el sujeto requiere de un punto de vista extra-local, de una naturaleza convertida en representación, de otra interpretación, para determinar por qué ella está sufriendo alteraciones que no se conocieron antes. El discurso ambiental global es muy eficaz en ese sentido porque se propone hacer visible lo invisible, escenificar con instrumental científico-natural aquello que es difícilmente demostrable o refutable por la gente corriente.175 Cuando la naturaleza sufre cambios localmente desconocidos y el inventario cultural local no garantiza una base fuerte de certidumbre para dar cuenta de ese acontecimiento, entonces es más difícil ponderar los peligros y un paradigma que interpreta la naturaleza bajo dicho esquema conceptual llega para llenar el sin sentido del retroceso del glaciar confiriéndole un sentido, para lo cual las creencias locales no parecen ser suficientes. De ese modo, el paradigma interpretativo científico auxilia a nuestra entrevistada, como a tantos otros sujetos jóvenes de estas comunidades, y es útil allí donde se busca u ostenta una explicación de una índole cultural diferente. Los aspectos comunes y diferenciados entre estas formas de producir conocimientos muestran que la diferencia entre una creencia verdadera a nivel local y algo que sea verdadero desde un punto de vista científico es muy fina y delgada176, y lo es más en un contexto en el que la naturaleza tiene otras connotaciones y en el que ya no hay bases de interpretación absolutamente seguras sobre las cuales se puedan apoyar invariablemente los hombres y mujeres del ande para seguir viviendo. Pero, la distancia que toma nuestra interlocutora respecto de esa posición como cuando habla en tercera persona, muestra que ella no se apropia del todo de dicha interpretación; ella ensaya una idea entre otras, sin que esa verdad compense del todo su necesidad de sentido. La idea del calentamiento global es una tesis verdadera para la comunidad científica, mas dicha verdad no tiene la misma índole cultural para la población local, no tiene el mismo significado. Que algo diga por qué el glaciar está en retroceso desde cierto punto de vista no agota las posibilidades de sentido o sinsentido que tenga ese acontecimiento. Por el ello, el retroceso del glaciar es una alteración en la condición sacralizada del lugar, una fisura en sus significaciones imaginarias sociales desde tiempo inmemorial, y no un mero descongelamiento de una masa de hielo en movimiento que tendrá repercusiones negativas para la que gente disponga de agua. Ese juicio le otorga un carácter subalterno a aquella interpretación extra-local de la naturaleza como ambiente comparada con la fuerza o estatuto privilegiado que tiene su interpretación de la naturaleza basada en sus propias creencias. No hay una transición lineal ni necesaria para la población local de lo que se conoce localmente como naturaleza a lo que se conoce globalmente como ambiente, sino un juego de significados que coexisten y entran en tensión y conflicto (ver figura). El conflicto latente o abierto entre significados que no se agregan a los eventos climáticos extremos como si existieran fuera de toda interpretación177, sino que son constitutivos de ellos mismos, muestra la polifonía del discurso existente entre los campesinos.
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Beck, Ulrich (1998) Políticas ecológicas en la edad del riesgo: antídotos. La irresponsabilidad organizada, Barcelona, El Roure, pp.68-70 175 Beck, Ulrich (2008) La sociedad del riesgo mundial: en busca de la seguridad perdida, Barcelona, Paidós, pp.108-9 176 Rorty, Richard (1975) La filosofía y el espejo de la naturaleza, Madrid, Cátedra, pp. 279-284 177 De allí que Heidegger considere que este mundo que nos rodea no consta de cosas con un determinado contenido de significación, de objetos a los que se añada el que hayan de significar esto y lo otro, sino que lo significativo es que ellos se nos den inmediatamente, sin ningún rodeo intelectual que pase por su captación de las cosas. C.f. Heiddegger, Martín (2005) La idea de la filosofía y el problema de la concepción del mundo, Barcdelona, Herder, p.88
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Figura 2: Paradigma Dominante Modelo Naturaleza
El retraimiento del glaciar como alteraciones en el lugar sacralizado
Modelo cultural local del retroceso del glaciar en un dinamismo cíclico permanente
Conflicto Cultural Paradigma subalterno Modelo Ambiente
El retraimiento del glaciar debido al calentamiento global
Modelo cultural extra-local del retroceso del glaciar desde un punto de vista lineal
Que la idea fisicalista del ambiente implique una imagen mental de la naturaleza como una totalidad biofísica, no es razón suficiente para cancelar el sentido sacralizado que tiene para la población local. Así, el discurso del cambio ambiental no desfigura la fuerza de significación que tiene el conocimiento local para interpretar los cambios e inestabilidades de la naturaleza, sino que pasa, más bien, a ocupar un lugar auxiliar o subsidiario que interviene sólo en un sentido que no puede ser compensado por el discurso cultural campesino. En efecto, los dioses locales han huido, pero el mundo no ha perdido su condición sacralizada, al menos para la población local. Allí donde han muerto unos dioses, nace otro. Pero, el discurso adquiere una complejidad mayor que la que tuvo antes a partir del momento en que el retroceso del glaciar aparece asociado a otras significaciones imaginarias cuyas pretensiones universales colocan los conocimientos locales nuevamente en un lugar sombrío. Se trata de meta relatos o construcciones míticas que se asocian con discursos religiosos de una índole cultural externa y que, como en tiempos remotos, se actualizan en las condiciones recientes de incertidumbre que viven los campesinos. Así, los discursos protestantes hallan un ambiente propicio en un contexto de cambio climático para potenciarse y difundirse en el mundo rural como opciones de sentido altamente eficaces para ciertos sujetos sociales: Investigador [I]: Chay rit‟i chullupuqtin imaynatan qamkunata afectasunkichis? Yolanda Quispe [Y]: Ruphayyá, compañero, anchata chayamun, chay rimay kallantaqmi sichus chay rit‟i tukukapunqa chayqa runapas tukukapusunsis nispa niqta uyarini compañero, chaytan rimachkanku chay evangelistas nisqakuna, paykunan chayhinata rimanku chayñan kay muchuykuna hamuchkan nispa; ñawpaq pachapiqa ancha ñawpaqtaqa chayhinapunis kasqa compañero kunan ankay laguna quchaykupas manan chayhinallachu karqan llaqtas kasqa chaysis ankhayna muchuykuna hamusqa imaynan kunan ñuqayku kawsachkayku chaynas
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kanman karqan chayman hinas aknapi chay quchapis anchaykunamanraqya chay climaq cambiamusqan parisiwanku.
rihuripusqa
llaqtapi,
Investigador [I]: ¿Y cuando esos nevados se deshielan, en efecto a ustedes cómo es que los afectará? Yolanda Quispe [Y]: El sol, pues, compañero, llega muy fuerte. Ciertamente hay este comentario: “Si es que esos nevados van a desaparecer, las personas también vamos a desaparecer”. Eso he escuchado decir, compañero. En efecto, eso es lo que están comentando. Aquellos a quienes se les dice evangelistas, ellos son los que comentan de ese modo: “Por eso es que se viene presentando miserias (escasez)” – dicen -. En épocas pasadas, mucho tiempo atrás, dice que así era, compañero. Ahora, también estas lagunas no sólo eran como lo son ahora. Dicen que era un pueblo, y dice que se presentó una escasez como ahora; dicen que la situación era como ahora. Nosotros lo estamos sufriendo (viviendo). Así es. Dice que así, la laguna también emergió sobre el pueblo. Nos parece que el clima vino cambiando desde esas épocas todavía.
De los comportamientos proposicionales descritos, podemos deducir que el retroceso del glaciar es un presagio de una muerte antropológica eventual: a la gente le espera su propia destrucción como un acontecimiento que retorna o se repite. Nada hay de inhóspito en ese hecho. Una analogía hecha con lo que ocurrió en el pasado otorga una carácter mítico a esa acontecimiento. El cambio climático sería así una fase de una historia cíclica y circular que se repite sin cesar y que no inaugura nada nuevo; es una fase más dentro de una historia que se re-edita o renueva indefinidamente. En la interpretación de nuestra interlocutora, en el área que hoy ocupa la laguna de Piuray residió en otro tiempo una población, es decir, los antepasados de los campesinos que hoy viven en sus alrededores; tal población desapareció cuando la laguna inundó el lugar y se vio desplazada hacia sus riberas. Es posible que con ocasión del cambio climático la gente también vincule lo que ocurre con lo que hace o deje de hacer la laguna. En los andes, la laguna tiene otro orden simbólico: no es sólo almacena agua, también tiene un carácter divino dado que es fuente de lluvias.178 Por ello, si hay cambios en las precipitaciones pluviales, como se vio páginas atrás, hay muchas probabilidades de que eso guarde relación con el hecho de que la “madre laguna” esté dejando a los hombres sin lluvias. En un sentido trágico, la gente de este lugar se imagina el cambio climático como un desastre súbito provocado por una inundación de la laguna sobre la población que vive a su alrededor de una manera análoga a lo que ocurrió ayer. Uno puede imaginar que ha habido cambios climáticos en tiempos pasados que se pueden repetir hoy y que se repetirán en el porvenir. En sociedades tradicionales, el futuro sólo tiene sentido si se remite al pasado, no un pasado que está atrás, sino que es siempre porvenir. Esa historia está aquí lejos de una interpretación meramente material y lineal del cambio ambiental y, como es propio del mito, tiene un carácter universal y cíclico: es la historia de la humanidad resumida en una reducida porción del territorio de una población. Investigador [I]: Entonces, eso es lo que dicen los evangélicos. Yolanda Quispe [Y]: Sí, compañero. [I]: ¿Tú eres evangélica? [Y]: Definitivamente que no, yo soy católica, compañero. [I]: Entonces eso dicen los evangélicos. ¿Y tú qué dirías? [Y]: Yo diría desde mi opinión, así también casi, a esa situación ya se está pareciendo, todo 179 tipo de situaciones difíciles están viviendo los hogares. Antes había una vida ética , también desde la época de nuestros padres respetando a las personas solíamos coexistir, pero ahora 178
Rösing, Ina (1996) Rituales para llamar la lluvia: rituales colectivos de la región Kallawaya en los andes bolivianos, La Paz, Los Amigos del Libro 179
Traducimos “sumaq kawsay” como “vida ética”, es decir, como la realización de la excelencia humana de una forma de ser social. Esto contrasta con la expresión “allin kawsay” o “buen vivir”, cuyo rango de significación también es profundo, pero en un menor grado que la anterior.
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ese respeto ya no lo hay compañero, lo que dicen ya no es como lo de antes,” así gira pues el mundo” dicen, por eso será, no es cierto, dónde ya estaremos, en qué pueblo ya estaremos, a un buen pueblo, a un mal pueblo todavía habremos coincidido compañero, no es cierto, por eso será pues, no es cierto, se presenta como una enfermedad, no es cierto, este mal andar, también en esta vida. Así lo mismo será pues. Las [personas] de nuestra generación van dejando a sus esposos, dejando sus esposas, así también, los de la anterior generación se van dejando a sus esposos a sus esposas. Dicen que todo esto es una enfermedad, nosotros no sabemos muy bien sobre eso compañero.
En un mundo sacralizado fundado en la ética de la reciprocidad, las acciones humanas no se pueden comprender sin los efectos que tienen para los dioses, y sin la furia que estos despliegan sobre los hombres cuando sus conductas no se producen con arreglo a las leyes divinas. Como en las obras de Sófocles, el resultado trágico se produce cuando la voluntad humana pretende afirmarse a tal grado que colisiona con la voluntad divina hundiéndose en el infortunio o en la furia de su propia destrucción. El dios de la causalidad interviene allí donde se ha fracturado esa alianza teñida de reciprocidad asimétrica, en el que los hombres y las mujeres pagan los dones de la divinidad con sus propios actos. Cuando las conductas se alejan de la reciprocidad que se debe a la divinidad, los hombres y las mujeres se alejan de la posibilidad de alcanzar “la región de tierra fértil”, el “paraíso” en el que se dedican a labores agrícolas y cuyas abundantes cosechas, aseguradas por la abundancia del riego, son la recompensa deseada, un “lugar de tranquila seguridad” en la que la tierra dará óptimos frutos a quien la trabaje.180 Con el cambio climático, Dios simplemente hace justicia a los hombres, debido a su impiedad, su adulterio, su pecado y su falta de cooperación. Dicho discurso supone, no obstante, una concepción de humanidad o antropología que cobra determinación en las condiciones naturales y sociales actuales, y muestra cómo la gente juzga sus circunstancias recientes tanto como en aquello en lo cual funda sus esperanzas sociales: Investigador [I]: ¿Entonces en la Biblia Dios está hablando de estos tiempos? Margarita Quispe [M]: Claro, en la Biblia en el nuevo testamento ya se refiere a tiempos actuales (A: Claro) Víctor Quispe [V]: Así nos dice que los castigos a los gentiles ya están empezando [I]: ¿Ya empezaron en estos tiempos? [M]: Ya está empezando [V]: Recién están empezando los castigos, porque vendrán muchos más castigos. Como estamos viendo, ya no llueve en su época; cuando no es tiempo de heladas, no hiela; cuando no tiene que hacer viento, hace viento; no escampa en su tiempo. Esto nos está hablando Dios: “Así se comportará el clima antes que yo vuelva a la tierra”. [I]: En la Biblia ya está escrito. [V]: Sí, en la Biblia está escrito todo lo que tiene que pasar en estos tiempos. No solo es el comentario de la gente, sino que hasta los señores que realizan misa (los curas) ellos también leen la Biblia. Algunas veces escuchamos comentarios de ellos. ¿De dónde sabrían sobre el clima? ¿De dónde sabrían? Siempre de la Biblia, porque en la Biblia está escrito todo, hasta los castigos que mandará Dios antes del Juicio, antes de la venida de Jesucristo.
Para nuestros interlocutores, no hay que buscar las respuestas al estado actual del clima en otro medio que no sea la biblia, es decir, en el libro. Todo ha sido ya predicho o anticipado allí desde hace siglos. El hecho de que haya más de una evidencia en cuanto al clima de que eso sea así, parece reducir la historia de la humanidad a algo pre-anunciado. Quienes pregonan estos discursos se presentan como los poseedores de certidumbres sagradas que arremeten contra un mundo profano. El cambio climático no tiene nada de sorprendente. Es una consecuencia inevitable prevista tiempo atrás, una fase que muestra una situación universal dramática y anuncia un acontecimiento mesiánico que redimirá al mundo. Cuanto más se cumple la cábala 180
Núñez del Prado, Oscar (1952) La vida i la muerte en Chinchero, Cuzco, UNSAAC, 1952, pp.2-3
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religiosa en las condiciones actuales del clima, más razones encuentran los campesinos indígenas para adherirse a un discurso que proyecta un final apocalíptico. Curiosamente, este discurso catastrófico sobre el cambio climático no dista tampoco mucho del discurso científico y mediático del mismo o, más bien, compite con él. Científicos e instituciones transnacionales pregonan escenarios con consecuencias catastróficas para la humanidad en el largo plazo. Los discursos religiosos protestantes parecen haber entendido bien el reto y están dispuestos a aprovecharlo y derivar de allí sus últimas consecuencias. Como ocurría en la Edad Media o en la también llamada “Edad de la Fe”, la gente especialmente en tiempos difíciles “esperaba un fin inmediato del mundo con el establecimiento del reino eterno de dios, y la imaginería del apocalipsis es particularmente adecuada para esos tiempos”.181 Las implicancias éticas que este discurso parece entrever son dignas de atención. Mientras estos problemas sigan perpetuando la historia de una sociedad que no repara en seguir vulnerando una naturaleza sacralizada, el cambio climático será un acto de justicia divina, el doloroso modo en que la divinidad educa a los hombres para que estos asuman la deuda de reciprocidad que yace al hecho de recibir los dones de la naturaleza o sus concesiones patrimoniales. La humanidad se ha desintegrado desde que los seres humanos ya no administran sus vidas o sus medios de vida tomando como referencia fundacional a dios, ya no respetan su alianza y pacto con él. La divinidad no está dispuesta a actuar a favor de hombres y mujeres que no siguen cultivando su ética de la reciprocidad, pues cada uno sigue su destino a su manera, como si cada uno fuese su propio dios. En palabras de Nietzsche, “ese viejo Dios no vive ya: está muerto de verdad”.182 Con esta inspiración, nuestro interlocutor sugiere que con el estado del clima actual estamos ante la degeneración global del hombre, su empequeñecimiento, su mediocrización y el rebajamiento de su valor.183 Ante un mundo que está en manos del mal, la esperanza, el consuelo, la redención del hombre, la superación del sufrimiento y el dolor, no puede hallarse en el “mundo de aquí”, sino en un “mundo-otro”, “transmundando”, “extra-social”. Desde la óptica del discurso religioso extra-local, esa desconfianza y desprecio por el hombre en nombre, una vez más, de un dios “abstracto” y “todopoderoso” encarnado y resucitado, y de una vida transmundana que libere a los sujetos de las apariencias y falsedades del mundo terrenal184, es más que suficiente para que estas personas no esperen mucho o muy poco de los políticos, los científicos, las agencias de cooperación y todos aquellos que detentan un tipo de poder con ocasión de procesos que introducen rupturas o trastornos como el cambio climático. Con ironía, aguijoneada por la historia que estos pueblos han tenido en suerte, ellos no creen en un sentido incondicionado que no dispense consuelo, en un sentido de justicia que no se justifique sino a través de un dios y una humanidad que despliegue su solidaridad sobre las poblaciones vulnerables y abandonadas para reconciliarlas con la realidad o la vida. 185 Quienes se adscriben al discurso religioso protestante esperan menos de los científicos y más de los pastores, creyentes y seguidores de dios. Estos sujetos miran con ironía y 181
Cook, W. y Herzman, R. (1985) La visión medieval del mundo, Barcelona, Vicens-Vive, p. 41 Nietzsche, Friedrich (1972a) Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para nadie, Madrid, Alianza, p.352 183 Nietzsche, Friedrich (1972b) Más allá del bien y del mal: preludio de una filosofía del futuro, Madrid, Alianza, §203 184 Fauerbach lo describe así: “La nulidad del hombre es el presupuesto de la esencialidad de Dios; afirmar a Dios significa negar al hombre, honrar a Dios despreciar al hombre, alabar a Dios denostar al hombre. La majestad de Dios se funda únicamente en la bajeza del hombre; la bienaventuranza divina, en la miseria humana; la sabiduría divina, solamente en la humana necedad; el poder divino, en la humana debilidad.” Cf. Fauerbach, Ludwig (2007) “La esencia de la fe según Lutero. Una contribución a La esencia del cristianismo”, en: Fauerbach, Ludwig, Escritos en torno a la “Esencia del Cristianismo”, Madrid, Tecnos, 2007, p.5 185 Esta interpretación semeja mucho al “materialismo pesimista” de Max Horkheimer. Cf. Habermas, J. (2001) “Sobre la frase de Horkheimer: es inútil pretender salvar un sentido incondicionado sin Dios”, en: Habermas, J., Israel o Atenas: ensayos sobre religión, teología y racionalidad, Madrid, Trotta, pp.121-38 182
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desconfianza las “grandes palabras” de los primeros, y con creciente fe las “grandes palabras” de los segundos. Para ellos no se trata de salvar el glaciar o la naturaleza bajo el supuesto de que es una especie en peligro de extinción186; ellos disciernen más las pocas opciones que tienen para encontrar su propia “salvación”. Pero estas adscripciones discursivas no impugnan o cancelan del todo los conocimientos locales tales como los que tienen como fin la predictibilidad climática. Pueden coexistir con él dentro una misma trama discursiva, en tensión o en conflicto, estableciendo relaciones mutuas de poder que cambian o mutan con el tiempo, ocupando un lugar primario o auxiliar dependiendo de la experiencia social de cada sujeto.187 Un breve ejemplo en las comunidades de Chinchero ilustra apropiadamente esta situación. Después que invitamos a un joven de la comunidad de Umasbamba a hacer un pronóstico de lluvias, ésta fue su respuesta: Investigadora [I]: Ya. ¿Y este año tú crees que va a ser bueno o no? Wilfredo Mancco [W]: Si, va ser bueno, porque ya estamos viendo ¿No? porque esas cosas ya pasaron, entonces creo que pueden mejorar las cosas ¿No? este año [I]: ¿Y por qué crees que pueden mejorar, después de una lluvia torrencial? [W]: Si, porque a veces de un momento ha caído la lluvia, entonces nosotros creemos después de 2 semanas ha empezado a solear, hasta el momento no ha caído lluvia, pero podría ser, una semana ¿No? tiempo bueno puede ser este año, o sea según lo que piensan nomas, ¿No? como serán para otras personas tal vez.
Haberse adscrito al discurso religioso protestante no significa para nuestro interlocutor haber abandonado las significaciones imaginarias locales que guían sus prácticas sociales. Probablemente, esta suspensión del juicio religioso protestante para dar lugar a los conocimientos locales en un sentido inductivo, es posible porque el discurso religioso le habla a sujeto en un sentido más universal e ideal del estado de cosas, mientras que él debe hacer frente, asimismo, a una serie de exigencias concretas y pragmáticas en las circunstancias naturales de su medio, para lo cual sus conocimientos locales son muy útiles.188 El discurso religioso extra-local compensa una incertidumbre que no se puede ganar con el mero conocimiento local, y éste último permite resolver situaciones concretas para las que no alcanza el discurso de inspiración protestante. Como en el caso descrito, el discurso religioso protestante le permite al campesino indígena de Umasbamba elevar su pensamiento hacia una comprensión universal de los cambios en el clima, mas en este caso no le sirve para saber si habrá o no un buen o mal año o emprender una acción particular, que tampoco se deriva necesariamente de un presunto peligro natural. El conflicto cultural aparece allí donde la interpretación del clima se basa en una polifonía de discursos o paradigmas interpretativos culturalmente heterogéneos que permiten una interpretación del estado de cosas en un sentido universal a la vez que concreto. Se traduce en esa tensión o dialéctica entre lo abstracto y lo concreto, entre el pensamiento y la acción, a partir de una polifonía de paradigmas interpretativos culturalmente distintos.189 Cualquiera de los paradigmas es eficaz si se justifica para el sujeto en ciertas circunstancias, y lo deja de ser si no es así en otras. No hay una regla para determinar cuándo es así y cuándo no, pues eso depende de cada sujeto, de su experiencia social y de las significaciones imaginarias que use para formular una interpretación en determinado contexto. Tampoco los hombres y las mujeres del ande 186
Carey, Mark (2007) The History of Ice: How Glaciers Became an Endangered Species, En: Environmental History 12: 497-527 187 Esteva-Fabregat, Claudio (1970) Medicina tradicional, curanderismo y brujería en Chinchero (Perú), en: Anuarios de Estudios Americanos, XXVII, Sevilla, pp.19-42; Contreras, Jesús (s.f.) Ideología tradicional y la crisis de subsistencia: el contexto cambiante de la adivinación en la sierra sur del Perú. 188 Contreras, Jesús (1983) Subsistencia y ritual en Chinchero (Perú), En: Boletín Americanista, Año XXV, p. 195-222 189
Como diría Hegel, el pensamiento tiene siempre pretensiones de universalidad, mientras que la acción es siempre particular. Cf. Hegel, G.W.F. (1994) Fenomenología del Espíritu, México, FCE
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requieren aprender reglas - escritas o no escritas - con anterioridad a su acción, pues basta con que sepan cómo hacerlo.190 De allí que, aún cuando tomen relativa distancia de las significaciones imaginarias locales considerando otros modelos interpretativos, los jóvenes no dejen de consultar ocasionalmente con los ancianos para hacer pronósticos del tiempo. Los indicadores de predictibilidad climática han sido documentados in extenso por la literatura191, y ellos siguen siendo eficaces en estas comunidades de Chinchero, así como en las comunidades pastoriles con agricultura complementaria de la microcuenca de Huacrahuacho. Dos interlocutores de ambas zonas de estudio muestran so detalladamente: 1 Investigador [I]: ¿Pero ustedes saben calcular por ejemplo si este año será bueno o malo, eh si va a ser año lluvioso o no? Lorenzo Huamán [L] (64 años): Oh, es probable que este año sea un buen año, va a ser un buen año compañero. Ahora, como ya hemos podido ver el comportamiento del año pasado de repente tal vez este año calme un poco las lluvias, yo no te puedo decir cómo va a ser exactamente, “este año va a escampar, o se va a incrementar las lluvias, o va ser lo mismo”. No puedo asegurarte nada. I: Ajá ¿pero este año va a ser un buen año? L: Sí. I: ¿Y eso ustedes cómo lo saben? L: Porque nosotros sabemos si las lluvias se van a adelantar, si las lluvias se van a dar el mes de octubre, eso sabemos observando la luna. Si la luna sube medio inclinado, entonces si está medio inclinado entonces decimos que va ser un año lluvioso. Si es que la luna tiene una posición normal, está derecho, decimos que va a ser un año seco, y que las lluvias se van a retrasar y para sembrar observamos el lucero, observamos lo que dicen la constelación de la qullqa, si la qullqa se ve medio alargado, ¿lo conoces compañero? Entonces si esa qullqa, ya casi al amanecer, si su brillantes es intensa, entonces decimos “que la siembra es qipa tarpuy, si es que, antes las estrellas alumbran intensamente, “ñawpaqta tarpukusunchik”. Así decimos: “si vamos a sembrar antes, la lluvia lo va a inundar”. Así decimos. Si en caso las nubes se dirigen desde abajo, eso indica de que va a llover, y llueve si es que si es que las nubes se dirigen de arriba hacia abajo, eso indica de que va a escampar, es para que todavía no llueva. Eso observamos compañero. con el zorro compañero para que sea un buen año aúlla con claridad y si es que va a ser un mal año, aúlla entre cortado. Eso es lo que observamos compañero, eso es lo que significan, compañero. 2 Investigador [I]: Compañero: ¿cómo está el clima por aquí? Eufrasio Chara [E] (71 años): Definitivamente, el clima está cambiando. El día se presenta demasiado cálido y, por las noches, hace mucho frío. Las lluvias caen con más fuerza. [I]: ¿Cómo sabes si lloverá o no? ¿Cómo sabes si será un buen o un mal año? [E]: Si el 15 de agosto, en la feria de Pampakuchu, las lluvias caen torrencialmente acompañadas de granizo, indica que el año será malo; pero si no llueve el 15 de agosto, presagia un buen año; lo mismo indica si las lluvias caen en el mes de julio. También se presagia observando la flor de Waraqo. Luego, se puede observar a las piedras del camino de herradura: si las piedras pequeñas que tienen forma redonda ruedan por el camino dejando una huella en línea recta, indica que será un buen año; si la huella que deja es en curvas, es presagio de mal año. Después se observa la flor de diente de león, que es muy buena para curar las colerinas. Este diente de león en el mes de junio, o julio, está flor, desprende una especie de algodón que es arrastrada por el viento y, a veces, se prenden en la leña. Si la lluvia no las mata, quiere decir que también será un buen año. Esas cosas solía enseñarme mi padre [Papaymi chaykunata yachachiwaq]. El zorro creo que ya está gritando. No sé: por estos lugares no grita. Si el zorro emite un sonido que dice así “¡kaj, kaj, kaj, waq!”, entonces es mal 190
Wittgenstein, Ludwig (2004) Investigaciones filosóficas, Barcelona, Crítica
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Bauer, Brian; Dearborn, David (1998) Astronomía e imperio en los Andes, Cusco, CBC; Orlove, Benjamin (2003) “How people name seasons”, en: Strauss, S.; Orlove, B., Weather, climate, culture, New York, Berg, pp. 121-140
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año; si el sonido es armonioso, es buen año. Ahora, es el tiempo: en agosto, sale el zorro de la ribera del río gritando y sube hacia las lomas, especialmente por las mañanas, como a las 6 ó 7, indicando así que será un buen año. Pero si el zorro sale de las quebradas hacia el río, gritando por las tardes, indica un mal año. Cuando sembramos nuestra chacra en el mes de marzo a eso de las cuatro de la tarde es la hora de descanso. Si ves que llegan tres “alqamaris” negros y observan tu chacra, presagia una buena cosecha; si son dos alqamaris significa mala cosecha; si es uno es desastre. Después, cuando se voltea la tierra para sembrar y encuentras sapos, eso es cosecha segura de papa.
Sobre la base de estos “sistema de signaturas”, el mundo aparece como un texto, es decir, cubierto de un engranaje de signos que hay que descifrar y que des-oculta o hace visible la similitud, afinidad o parentesco entre las cosas. En ese sentido, la verdad sobre el clima puede ser descubierta o reconocida a través de distintas figuras de la naturaleza que se entrecruzan: la posición inclinada o normal de la luna, el lucero, las constelaciones, los mensajes del zorro, las granizadas, etc. Todos esos signos conforman una extensa e infinita “red o cadenas de signos” de una misma cosa: de si el tiempo será oportuno e inoportuno, de si habrá o no lluvia, de si los caprichos de la naturaleza serán favorables o desfavorables. De un lado, hay una semejanza entre el modo en que se designa y lo que es designado; los signos nos hablan de la naturaleza, del clima, y le confieren un sentido: no hay nada en ellos que no pueda ser interpretado, descifrado. Del otro, los seres de la naturaleza aparecen comunicados entre sí, encadenados; unos signos nos llevan a otros, unas marcas a otras y establecen coordenadas entre la interpretación actual y pasada.192 Juntas, las comunidades que están dentro de los ámbitos de las microcuencas de PiurayCcorimarca y Huacrahuacho complementan ampliamente algunos de los indicadores locales de predictibilidad climática que existen a lo largo de la región del Cuzco y del sur andino (ver cuadro), si bien es posible encontrar otros más que integran una larga lista. Cuadro 2: Indicadores locales de predictibilidad climática utilizados a lo largo del ciclo anual Indicadores Vigentes Piuray-Ccorimarca Huacrahuacho Observación de constelaciones en horas de madrugada Observación de la luna antes del inicio de la estación húmeda Movimientos de nubes a lo largo del día Señales del zorro Características de ciertas flores Presencia de alqamaris durante la estación húmeda Presencia de sapos durante el aporque
El hecho de que los conocimientos locales no queden disueltos cuando ceden lugar a discursos extra-locales religiosos o relacionados con el cambio ambiental global, o que vuelvan a tener un rol privilegiado en las variables de interpretación local, muestra que la identidad del sujeto continúa siendo intransferible e intercambiable, pero al mismo tiempo viene siendo alterada por una multiplicidad de procesos a partir de su experiencia social con la modernización. El cambio climático agudiza más el conflicto cultural y, por lo tanto, tiene impacto en la identidad y el bienestar de los pueblos de alta montaña. Los campesinos indígenas siguen manteniéndose adscritos al lugar, su 192
Foucault, Michel (1976) Las palabras y las cosas: una arqueología de las ciencias humanas, México, Siglo XXI, pp.35-42
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inventario cultural y sus contextos locales de interacción social, pero se apropian también de otras significaciones imaginarias que compensan el vacío y sin sentido que admiten las incertidumbres. Si esos paradigmas o discursos compensan sus necesidades subjetivas, entonces pueden ser eficaces en ciertos contextos, pero pueden no serlo en otro. Ellos pueden apelar a su propio inventario cultural o agarrarse de otros modelos de naturaleza para comprender los cambios. Desde este punto de vista, la verdad no es simplemente un mero acto de conocimiento, sino aquello que ilumina al sujeto, lo que lo aparta de la incertidumbre y lo transforma.193 El discurso local puede entrar en un plano subalterno allí donde no es capaz de dar cuenta del sentido o sin-sentido de una serie de eventos climáticos extremos, o puede adquirir un lugar privilegiado frente a las incertidumbres climáticas concretas producidas por el cambio ambiental global. Mientras las religiones - cualesquiera que sean - les sigan ofreciendo a los campesinos un sentido de la esperanza, un futuro posible en las condiciones actuales del clima y el mundo, será razonable para ellos seguir creyendo en ellas, y cuando no lo hagan probablemente las abandonarán. Y mientras el discurso científico sirva para arriesgar una interpretación causal o catastrófica de lo que le hemos hecho a la naturaleza más que lo que la naturaleza nos ha hecho a nosotros, podrá tener un lugar en la producción discursiva local, pero no compensará esa necesidad de sentido que abrigan los campesinos con la misma fuerza con que no están dispuestos a extraviarse en la inseguridad y la incertidumbre. Así ni los campesinos claudican del todo a sus significaciones imaginarias sociales indígenas ni se adscriben del todo a nuevos modelos de interpretación de la naturaleza y la humanidad. El conflicto cultural sitúa a estas personas en una constante tensión con la cual ellos han aprendido a convivir a lo largo de su historia, y el cambio climático interviene para agudizarlo. En consecuencia, no son meros conocimientos sobre el estado actual del clima los que están en juego para la población campesino-indígena en el escenario actual, sino la esperanza de que su forma de vida aún tenga futuro y sentido. 1.1.2 Estrategias locales frente a la VC y el CC
Desde tiempos remotos, los campesinos indígenas de estas comunidades ilustran bien diversas estrategias de subsistencia y lucha con las condiciones naturales y humanas adversas remotos y que han ido teniendo cambios considerables en las últimas décadas. Pero, considerar estas estrategias como “formas de adaptación”, o calibrarlas con métricas de costo-beneficios, podría pasar desapercibido no sólo que su eficacia no está garantizada de antemano ni sujeta a un determinismo ambiental ni economicista. Podría eludir la cuestión de por qué la gente hace lo que hace o en qué racionalidad o modelo cultural descansan sus decisiones al continuar con una forma de vida que diariamente es puesta a prueba por una serie de amenazas naturales y humanas, en un mundo donde son escasas las opciones. La adaptación no es un concepto que tenga connotaciones sociales importantes para la población local, en contraste con su ética de la reciprocidad y la cooperación social que subyace a las múltiples estrategias de variación, selección y dispersión del riesgo y de posicionamiento frente al estado y la sociedad moderna en distintos momentos históricos. Suponer que la acción estratégica es un conjunto de respuestas o actos reactivos frente a estresantes climáticos o peligros naturales, como los que hemos descrito anteriormente, resulta más bien arbitrario, porque con ello no se hace sino simplificar y presuponer que las comunidades locales actúan únicamente movidas por procesos materiales y biofísicos condicionados, como si sus conductas derivaran de un mero estado de cosas material. Por contraste, son las tradiciones y las prácticas sociales las que determinan una forma de ser o una identidad étnica que interpreta, 193
Foucault, Michel (1996) Hermenéutica del sujeto, La Plata: Altamira, p. 40
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produce y organiza la rugosidad del espacio andino y toma presión frente a las presiones y los cambios del lugar y del mundo a lo largo del tiempo, y no únicamente como consecuencia inmediata o mecánica de las coacciones naturales de su medio. En la acción estratégica de las comunidades étnicas intervienen elementos socioculturales o intersubjetivos que comprometen organización social y valores substanciales, proyectos domésticos locales y demandas de reconocimiento cuyos significados no pueden ser reducidos fisicalistamente a procesos automáticos ni lineales culturalmente neutros. En el ámbito de las de Tauca, Cuper y Umasbamba, estas estrategias multi-activas – apenas advertidas anteriormente - pasan por el culto o el homenaje la divinidad local, el cual atraviesa, en menor o mayor grado, otras prácticas sociales como la zonificación óptima de diversas zonas de producción, la selección de variedades de cultivos para autoconsumo o comercialización, el control directo de pisos ecológicos mediante laymes o barbecho con pastoreo, la intensificación de ganadería vacuna, los sistemas de riego, el aterrazamiento, la reforestación y las estrategias de reciprocidad e intercambio. En interdependencia con ellas, tenemos migraciones, nomadismo laboral y defensa del territorio ante amenazas extra-climáticas que se inscriben dentro de procesos sociales y políticos recientes. En todos los casos, vemos que una acción estratégica compatible con la heterogeneidad y las coacciones del lugar no se funda sino en los sistemas de creencias y esperanzas locales, en la experiencia del conflicto cultural y en un margen muy estrecho de libertad de decisión, en las reciprocidades y lealtades entre parientes y pares culturales y en formas de cooperación o acción colectiva con elementos públicos y privados de la sociedad mayor en el marco de contextos dinámicos globales. En un mundo donde son escasas las opciones, la acción estratégica local no sólo se produce con ocasión de los estresantes climáticos y en respuesta al empuje de los mercados y la globalización económica, sino también inspirada por sus significaciones imaginarias sociales y el posicionamiento activo que ellas han ido asumiendo frente a los cambios del mundo.194 a) El culto a la divinidad local y extra-local En las comunidades étnicas, el culto a la divinidad es una forma de neutralizar los riesgos impuestos por la naturaleza en las condiciones extremas de las altas montañas. Allí donde la libertad de los seres humanos pende de los tiempos oportunos e inoportunos, la gente acude al auxilio de las divinidades locales para que enrole la naturaleza a favor suyo, compensando así una vida habituada a constantes peligros.195 El culto a la divinidad local, un homenaje que se renueva y confirma en el territorio mediante el cumplimiento de la deuda de ofrenda y la consagración de los ritos propiciatorios, es una manera de convocar a la divinidad para que interceda por los hombres, un acto de reciprocidad a partir de la cual los pueblos del ande esperan que la divinidad haga lo que ellos no pueden hacer con sus solas fuerzas, pero que, a cambio, ellos están dispuestos a retribuir. En sociedades tradicionales, los peligros naturales son golpes inevitables del destino, riesgos imputados a un mundo otro o extra-social que los seres humanos no pueden controlar por sí mismos, pero que pueden alterar o atenuar a través del culto. Si algo falla en la naturaleza, entonces algo está fallando en la reciprocidad asimétrica entre el mundo de allá y el mundo de aquí, en el pacto ineluctable que unifica naturaleza sacralizada y sociedad. La necesidad de actualizar el culto una y otra vez sugiere que dicha alianza no es estable, sino dinámica y variable como la naturaleza misma, dependiendo de los comportamientos recíprocos de las personas y sus dioses.
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Giddens, A.; Hutton, W. (2001) En el límite: la vida en el capitalismo global, Barcelona, Tusquets, pp. 47-8 195 Nietzsche, F. (1984) Humano, demasiado humano
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En las comunidades de Piuray-Ccorimarca y Huacrahuacho, estas prácticas sociales siguen siendo eficaces para la población local. Es común que la gente haga t‟inkas en los meses de agosto, los más críticos para el ganado y una fase en la que los apus están más hambrientos que nunca y los campos comienzan a prepararse para inaugurar un nuevo ciclo productivo a partir de la siembra. Los procedimientos se inspiran en el discurso religioso local y en la simbología tradicional de la religión católica: Investigador [I]: ¿En qué meses hacen la t‟inkay? Yolanda Quispe [Y] Se hace en agosto. Solamente en este mes. No hay en otros meses. [I]: ¿Cómo haces tú el t‟inkay en agosto? [Y]: En la siembra, la papa para hacer el k‟intuy. Las papas se ponen en forma de cruz. En ésta hacen la señal de Dios, el hijo, el espíritu santo. En diferentes partes ponen tres papas (Dios, hijo, espíritu santo). Forman una cruz con sus manos y pies. A éste ponen coca, algunos cigarros, en sus diferentes partes y en seguida hacen la t‟inka; echan con licor indicando: “Prodúcemelo de lo mejor, que la producción sea mejor este año”. [I] ¿Y con quién haces esta actividad? ¿Sola? ¿Con tu familia o con otros comuneros? [N] Esto hace el maestro (la persona encargada del manejo de la yunta de ganados). Lo hacen los antiguos (sabios). Los antiguos son las personas que saben todo esto, ellos son los que saben de todas estas costumbres.
Estas prácticas sociales han sufrido cambios que no es posible ubicar con precisión. En el primer caso, la eficacia de los conocimientos locales está relacionada con el sujeto de la enunciación, es decir, con el agente que les confiere o no un significado y que los usa o no para guiar sus prácticas sociales. Los campesinos indígenas hacen una distinción gruesa entre el lugar de enunciación de los ancianos o antiguos [machulakuna] y los jóvenes [waynakuna]. Mientras los primeros son los que más creen en todas esas cosas porque es la tradición el referente de significación de su interpretación actual del clima, los segundos sólo creen “a medias”, es decir, lo hacen en ciertos contextos y no en otros, porque sus referencias de sentido son otras o más de una. No obstante, para ninguno de ambos sujetos creer no significa necesariamente poner en acto esos conocimientos locales en ciertas prácticas sociales. Es parte de un sistema de significados locales, aunque no se cumpla en más de un caso. La gente trabaja sin cumplir con ninguna “deuda de ofrenda” con la tierra o con los apus en este caso, pero no significa que no se haga en otros.196 Su pragmatismo los ha conducido, en algunos casos, a ya no enrolar la naturaleza para imprimirle una legalidad favorable para los seres humanos, invocando a la voluntad de la divinidad para que interceda en beneficios de los hombres y los aparte de la furia inclemente de la naturaleza y del clima. En este contexto específico, el culto ha quedado en una situación ambigua, pero no por ello la gente ha claudicado a sus conocimientos locales. En palabras de nuestro interlocutor, los jóvenes eventualmente consultan con los ancianos para los pronósticos del tiempo, apelando al valor objetivo de su experiencia y al poder subjetivo de la tradición. Este es un caso particular de una ética de la reciprocidad que, pese a tomar distancia crítica de las tradiciones, reconoce las lecciones que pueden ofrecer aquellos que han vivido más que uno y conocen mejor que nadie el medio: Lorenzo Huamán [L]: Antes, las personas practicaban estos conocimientos compañero, y también en la siembra compañero, antes los ancianos, con toda veneración, con rezos se dirigían a la tierra, las semillas también, muy lindo con k'intu todavía las sembraban compañero, pero ahora ya hay ninguna de esas prácticas, llegan a la chacra rápido y muy rápido solo a trabajar nada más. Investigador [I]: ¿Y las personas entran al mal camino, se equivocan o no? [L]: ¿Entran al camino errado? [I]: Claro, sí, por ejemplo normalmente son los ancianos son los que saben al respecto. 196
Rösing, Ina (1994) La deuda de ofrenda: un concepto central de la religión andina, en: Revista Andina, Año 12, Nº 1.
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[L]: Saben, nosotros lo practicamos todavía, compañero. [I]: ¿Algunos comuneros o todos los comuneros consultan todavía a los ancianos? [L]: ¿Consultan? [I]: ¿Si va a ser un buen año, si va a ser un mal año? [L]: Sí conversan pues, sí consultan pues. [I]: ¿Cómo? [L]: “¿Este año va a ser un buen año? ¿Cómo es que están observando el tiempo? No va a ser un buen año, este año va a ser un buen año, siembren temprano”, así intercambian pareceres compañero.
En este contexto específico, el culto a la divinidad local ha quedado en una situación ambigua, pero no por ello la gente ha claudicado a él ni a sus tradiciones y conocimientos locales para guiar su acción estratégica. Que una creencia no resulte eficaz o correcta en ciertos contextos no es razón suficiente para deducir que ocurre lo mismo con todas las creencias del sistema cultural local en otros contextos.197 La inseguridad que produce el conflicto cultural es tal que estos sujetos pueden apelar, entonces, a paradigmas interpretativos extra-locales para dotar de sentido las condiciones actuales del clima en un sentido más universal y abstracto e imprimirle al culto otros significados que impidan que la gente se extravíe en la incertidumbre. Los jóvenes hacen eso porque ya no hallan en sus discursos, tradiciones o conocimientos locales fundamentos absolutamente sólidos que les sirva para enfrentar circunstancias de mayores incertidumbres o contextos que relativizan el crédito que les dio origen. El culto continúa, pero no apelando exclusiva o necesariamente a la divinidad local, sino al auxilio de un dios global, universal. Un pueblo que ha perdido en parte el culto a sus dioses locales, se ve tentado entonces, si no quiere perder el culto definitivamente, a creer en el dios de las religiones universales, en un dios que no representa una realidad sino una idea abstracta. Es el dios de la causalidad, creador del orden natural. Un dios tal sólo puede establecer una relación “ficticia” con los hombres, y estos con aquél, no ya en los términos en las que los campesinos indígenas tenían con los apus, sino en un tipo de reciprocidad asimétrica basada en “creencias abstractas”, allí donde se ha producido el crepúsculo de los dioses locales, allí donde éstos se han venido a menos.198 En un contexto de incertidumbre fuertemente abstracto como el que producen el incremento de la variabilidad climática y otros estresantes extra-climáticos que interpelan las certidumbres que dan seguridad a los campesinos, un dios abstracto y omnipotente aparece como un “auxiliador de la vida y la muerte”. Un hombre que se siente impotente frente a las condiciones que impone actualmente la naturaleza busca refugio en un dios más fuerte.199 No es extraño, por lo mismo, que los campesinos estimen que ante un hecho de esta naturaleza no haya más opción que recurrir al culto para volver a renovar y confirmar la reciprocidad con la divinidad y con otros hombres que libere a un pueblo de la cadena inevitable de los eventos climáticos extremos. No es la actitud estoica de quien no se opone a la realidad que no puede cambiar la que organiza sus prácticas sociales, sino un posicionamiento activo frente a las condiciones actuales de la naturaleza: Investigador [I]: ¿Recuerdas que en algún año pediste a Dios para que sea un buen año, un excelente año, y de repente a dios pediste? ¿Recuerdas o no? Víctor Quispe [V]: Antes no pues, porque yo no escuché bien la palabra del Señor. No entendía el mensaje que nos daba Dios mediante la Biblia. Entonces, cuando yo quería pedía a Dios, y cuando no quería no lo hacía. Ahora, en cambio, ya fuimos llamados por Dios, “nuestro
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Davidson, Donald (1997) La objetividad de los valores, en: Estudios de filosofía/PUCP 3: 43-52 Taubes, Jacob (2007) Del culto a la cultura: elementos para una crítica de la razón histórica, Madrid, Katz, pp.287-288 199 Sloterdijk, Peter (2003) Crítica de la razón cínica, Madrid, Ciruela, pp.70-71 198
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creador” [kamaqninchik] , por nuestro padre que nos cría [taytanchik uywaniyku]. Él, que hace que el sol brille, el que pone los días, el que riega los cerros. A Él pedimos que nos guarde cada día de nuestra existencia y pedimos que bendiga nuestro trabajo. En caso que mis alimentos estén escaseando, ya sea el maíz, la cebada. Dios nos envía a una persona para canjear o para vendernos o para comprar lo que nos falta o, en su defecto, canjeamos los productos. Así hacemos. Ayer, por ejemplo, los hijos escogidos, los hermanos evangélicos que viven en estas quebradas, en estos cerros ellos nos hicieron llegar choclos. Es el amor que Dios tiene para sus hijos. Así, nuestro padre abastece nuestras necesidades. Hace un año que conozco a Dios y, desde entonces, no me falta alimento. Aunque yo produzca poco, siempre me alcanza. Yo veo que otros producen sacos y sacos de cebada, trigo, maíz, habas. Pero esas personas en el mes de diciembre, noviembre, están diciendo que ya se terminaron sus productos. En cambio, nosotros a veces cosechamos un saco o dos sacos o parte de un saco. Así nomás cosechamos y es bastante para nosotros, nos alcanza todo el año, y en la Biblia lo dice, en el Antiguo testamento: “Si ustedes creen en mí, si hacen lo que les había ordenado 201 [kamachisqayta] , serán bendecidos. Tú serás bendecido, tus hijos y tu casa, tu negocio será bendecido, tus hijos serán bendecidos, serán bendecidos tus animales, tu trabajo será bendecido, tu dinero será bendecido, benditas serán todas las cosas que hagas, bendecido saldrás y bendecido regresaras” Y al que no obedece Dios le dice: “Maldecido, entra y sale de su casa, trabajando por cerros y quebradas y con mi poder exterminaré todo” - dice el Señor.
Si bien tal discurso, visto superficialmente, puede parecer inútil para las instituciones que promueven la adaptación, en realidad es muy sugerente si prescindimos del paradigma religioso y prestamos más atención al aleccionamiento moral que propone. Por un lado, el cambio climático es visto como un resultado de los problemas morales de la humanidad, un riesgo fabricado por las decisiones tecno-económicas de grupos políticos enteros, y que difiere por completo de los peligros pre-industriales que eran “obra del destino”, de los dioses o de la naturaleza.202 Antes la gente andaba preocupada por lo que podía hacerle la naturaleza, ahora anda preocupada por lo que ella les hace a ellos. La situación crítica de corte ambiental aparece así como el presupuesto de toda crítica de la sociedad. Cualquiera que no necesariamente profese un discurso religioso puede estar más o menos de acuerdo, aunque lo haga desde otro punto de vista. Por el otro, estas personas no están diciendo únicamente que es mejor que la humanidad se convierta a la fe religiosa para que las cosas cambien, sino que no hay nada más estratégico que se respeten las condiciones mínimas de reciprocidad entre los pueblos, así como entre naturaleza y sociedad. Evaluar o examinar la situación actual de la cooperación a nivel local y mundial y las relaciones de reciprocidad con la naturaleza resulta más importante para estos pueblos que reducir el problema a la mera adaptación. Desde su punto de vista, no está en juego el ajustamiento de los sistemas biológicos y humanos a ambientes variables en tiempo y espacio. Lo que está en cuestión son las relaciones de reciprocidad en el mundo de la vida. Si el discurso religioso se ha propagado en el mundo rural a lo largo de su historia quizá 200
El verbo “kamay” es un vocablo sociocultural indígena que, desde tiempo inmemorial, quiere decir “ordenar”, y normalmente se atribuía al apu o al kamachiq. En efecto, el apu es “ordenador del mundo” tanto como lo es el kamachiq, que, literalmente, quiere decir “el que hace ordenar [la vida social]”. (Cf. G. Taylor, 2000; X. Ricard Lanata, 2007a). Es interesante notar, empero, que en el vernacular diccionario de Diego Gonzáles de Holguín (1989), el término aparece, en la sección castellano-quechua y con indudable intencionalidad evangélica, como “crear”, e incluso como una actividad que se le imputa a la autoridad sacerdotal. Entretanto, en la sección quechua-castellano, aparece como “el talento de gobernar” [camachiypac camaynin], y también se le asocia con “pecado” [cama] o como un atributo del pecaminoso [camallicuk] cuya acción se homologa al del culpable [huchallikuq], pues “una falta o transgresión” [hucha] es interpretada como “pecado”. Es pecaminoso creer en el apu o rendirle culto a esa divinidad ordenadora, porque es una forma de transgresión ante el tribunal de las leyes divinas; en cambio, es propio de la fe creer en un dios creador del universo y de la tierra. Cuando el punto de partida es el castellano, el concepto arrastra las connotaciones metafísicas del concepto de “creación”; cuando lo es el quechua, adquiere el sentido del “orden”. A la larga, el primer uso pasó a ocupar un lugar preponderante, relegando el segundo uso a un lugar subalterno pero aún vigente. Cf. Gonzales de Holguín, 1989: 46-47 y 609. 201 202
“Kamachisqayta” quiere decir, literalmente, “lo que les había ordenado”. Beck, Ulrich (2002) La sociedad del riesgo global, España, Siglo Veintiuno, p.78
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sea porque les ha servido a la población para capturar sus preocupaciones sociales y existenciales más hondas, las mismas que el vocabulario epistemológico de la adaptación no ha logrado alcanzar en toda su complejidad y profundidad. El culto, como una relación o abrazo entre naturaleza y sociedad, es algo que atraviesa, en menor o mayor grado, el conjunto de estrategias campesinas, más allá de su apariencia material o amoral, y su ética de la reciprocidad constituye el punto de vista con el cual ellos miran con ironía y evalúan moralmente lo que haga o deje de hacer tanto la comunidad local como la sociedad mundial.
b) Zonificación óptima en diversas zonas de producción y cambios en las variedades de cultivos Debido a la topografía vertical de esta zona de estudio, la gente de las tres comunidades controla tanto los suelos de la parte alta como los de la baja, en el marco de una movilidad multi-zonal escalonada que se produce diacrónica y sincrónicamente a lo largo del ciclo anual. Dentro de cada altura, encontramos microambientes o distintas zonas de producción que o bien se destinan al pastoreo o bien a la agricultura, o a una combinación de ambas, según ya se ha dicho anteriormente (Cap. I y IV). La gente ha ido oscilando entre la intensificación de la producción a lo largo del tiempo y de acuerdo con las condiciones heterogéneas del espacio. En las tres comunidades, la mayor presión sobre la producción se ha gestado fundamentalmente en la parte baja [uraypi] en contraste con lo ocurrido en la parte alta [wichaypi]. Un cambio tecnológico relacionado con el riego tecnificado puede haber contribuido con ello, pero no es una causa de fondo. Hasta hace aproximadamente tres décadas, la gente de esta zona solía producir tubérculos muy diversos en la parte alta; pero una razón fuerte animó a la población a reducir la presión agrícola: la serie de incertidumbres productivas a la que solían exponerse los cultivos debido a hostiles heladas a las que nos hemos referido anteriormente. Los campesinos de la zona señalan que, por entonces, además de habas, ollucos y ocas, producían muchas variedades de papas nativas como wiraqu, yana bule, moru bule, alfa k‟usi, q‟illu anka, muru chiktinku, alqata, trombo, yana k‟usi, yuraq k‟usi, alqan k‟usi, muru k‟usi. De todas esas variedades de papa, las que eran más resilientes a heladas eran alfa k‟usi, muru k‟usi, alfa kusi. Sin ser muchas las variedades más adaptadas, ellas estaban dentro de las preferencias culturales de los campesinos por ser muy “suaves” y “agradables” (la gente usa en ambos casos el adjetivo “munay”). De ese modo, ellos dicen que “con eso podían pasar la vida feliz” [chaypaqmi munay mikhunapiqa amaña vida kaq]. Eso era posible para las variedades más resistentes, pero no para la vasta diversidad de tubérculos de los que disponían localmente los campesinos de esta zona. Un cambio muy importante ocurrió después: Investigador [I]: ¿Y ahora en la actualidad cuál es el comportamiento de la helada? Lorenzo Huamán [L]: Ahora la helada no. I: ¿Es igual a otros años atrás? L: Eh, menos, menos, es menos la helada. I: ¿Es menos la helada? L: Menos, la helada de ahora es menos frente a temporadas anteriores, porque antes no solíamos cosechar papa en esta pampa. Crecía, pero si sembrábamos, de un momento a otro se presentó la helada y todo completamente todo arrasó la helada, no hemos cosechado papa, solíamos trabajar en vano, solíamos fracasar, y ahora, inclusive en la altura ya no hay helada, entonces estamos sembrando inclusive por encima de aquella lomada, la helada no afecta tanto, en esta altura se presenta poca helada, antes sí que la helada era intenso (A: ¿Era intensa la helada?) era intensa la helada. I: ¿Por eso ustedes no cultivaban papa?
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L: Por eso en esa altura no sembrábamos, ahora en esa altura ya estamos sembrando, compañero. Antes sólo se trabajaba sólo en las zonas bajas. Solíamos descansar: “este año la helada afectará mis cultivos. Si al siguiente año voy a sembrar otra vez la helada arrasará con todo”- diciendo eso, no solían trabajar -. En esta zona de altura la helada era muy intensa.
En efecto, las incertidumbres y limitaciones climáticas de las partes más altas influyeron (pero no solamente) en la necesidad de intensificar la producción en las partes bajas tal y como las conocemos hoy, antes o al mismo tiempo que la búsqueda de mercados sea otro gran motivo y de que el crecimiento poblacional se convierta en un problema altamente desafiante en términos de asignación y distribución de recursos naturales. Este cambio implicó, entre otras cosas, la introducción de variedades de semillas importadas de otras zonas ecológicas y un poco más apreciadas por el mercado, como compis, maqt‟illo, peruanita, revolución y otras más. Por lo que sugiere el interlocutor, este cambio parece haber sido una iniciativa colectiva, pero es muy probable que algunos individuos o subgrupos de individuos hayan hecho esto antes de que se extienda en todo el grupo social. Como era de esperarse, esta iniciativa cambios redujo cualitativa y cuantitativamente la disponibilidad de variedades tradicionales y, como consecuencia de ello, expuso más la producción local a los riesgos climáticos, dado que las variedades que se destinan al mercado son altamente sensibles tanto a las fluctuaciones climáticas conocidas como a los aún recientes golpes producidos por el cambio climático. De hecho, estos cambios han jugado un papel – aún imponderable para la población local – en la evaluación de los impactos de los eventos climáticos extremos de los últimos años, al cual nos hemos referido en la sección anterior. Por añadidura, con la apertura de carreteras, el flujo de medios de transporte y la difusión de nuevos productos de consumo global, cambios dietéticos acompañaron también la relativa extinción de variedades tradicionales. Alimentos procesados e importados de fuera comenzaron al menos desde la década del 70 a formar parte de la canasta básica203 y, por supuesto, el consumo complementario de estos productos se generalizó en los primeros años del 2000.204 El impacto de estas modificaciones en el régimen nutricional y su contribución en las condiciones de vulnerabilidad de la población es algo que debería ser más estudiado. Mas la necesidad de contar con “semillas de cultivos” apreciadas por el mercado, importándolas de otras zonas ecológicas como Huaypo-Yanacona y Pisac, han conducido a un resultado no menos dramático. Un total de 40 interlocutores repartidos entre Tauca, Umasbamba y Cuper señalaron que las “semillas maduras” [phuqu muhukuna] de variedades de papas nativas (ccompis o maqt‟illo) y de otros tubérculos (ollucos y ocas) suelen venir acompañadas de plagas que impiden la eficacia de la producción. Ellos sugieren, con ello, que las plagas no sólo son un subproducto de la humedad, sino además de la calidad de semillas que son traídas de otras partes. Son estas presiones extra-climáticas, relacionadas con las aspiraciones o expectativas de vida de la gente, las que intervienen, por lo tanto, en el grado de exposición de la población a los estresantes climáticos o los eventos climáticos extremos: Investigador [I]: Nos estuviste diciendo “papa kuru” (gorgojo), ¿no es cierto? (L: Ajá) ¿Y algunos dicen que es otro el gorgojo de la zona de Chinchero y otro es el gorgojo de la zona de Andahuaylas. Dicen que no son los mismos. ¿Son parecidos? ¿Pero dice que son parecidos, identificas eso aquí? Lorenzo Huamán [L]: Ah, no por la zona de Chinchero es casi lo mismo, por el contrario hay más bien otro gorgojo en la oca. Hay otro en la oca, otro hay en el olluco, y hay otro en la papa. [I]: ¿Son distintos? 203
Esteva-Fabregat, Claudio (1970) Un mercado de Chinchero, Cuzco, en: Anuario Indigenista, Instituto indigenista interamericano, vol. 30, 1970, abril, pp.213-254 204 PRONAMACHCS; INRENA (2005) Estudio de Mercado: informe parcial conjunto, Cuzco [manuscrito inédito]
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L: El gorgojo de la papa es grandecito, y es así gordito, y el de la oca es delgadito, y el del olluco son así de pequeñitos nada más. Sólo eso es lo que identificamos, compañero. No identificamos un gorgojo que provenga de otro lugar. Más bien estos gorgojos vienen en la semilla, viene en la semilla para la siembra, en la semilla de la siembra de repente, como cambiamos semilla, ¿no es cierto?, nos venden semilla madura, la semilla viene siempre conjuntamente que el gorgojo, y en la chacra se procrea, se gorgojo se infesta en la siembra, entonces debe venir siempre seleccionado la semilla, a un terreno sano no se debe infestar con gorgojo. [I]: Ahora tú traes semilla de otros lugares distantes, muy distantes, ¿por ejemplo de dónde traen? L: Nosotros traemos semilla de Pisac, traemos de Pisac, pero de otros lugares más distantes no, solo de ese lugar traemos nada más, traemos de Pisac, por Huaypo, de ese lugar traemos más. [I]: ¿De ese lugar qué semillas traen? L: Traemos semilla de qumpis, de maqt'illu, la semilla de estas papas nativas poco a poco las traemos.
En opinión de los campesinos de Tauca que cuentan con un conocimiento eximio de la selección de semillas, han aparecidos diversos tipos de gorgojo en cada clase de tubérculo, el cual se distingue de otros por su tamaño. Esto produce pérdidas muy apreciadas, porque no sólo afecta tubérculos que se consumen localmente todo el año cuanto porque, además, se afecta a otros cuyo acceso se limita a ciertas épocas del año, de acuerdo con el calendario agrícola.205 Sin embargo, dar la vulnerabilidad por sentada podría resultar ser también una interpretación demasiado simplista - sino equívoca - cuando se consideran otros procesos más finos. La intensificación de la producción en la parte baja no implicó el abandono ni el colapso parcial de la producción agrícola en la parte alta. Al ritmo con que la población ha ido creciendo y la producción para el mercado está sujeta otras incertidumbres climáticas como las ocurridas en los últimos años, entonces los campesinos indígenas de las tres comunidades han decidido tomar nuevamente mano de las partes altas para intensificar la producción como lo hacían antes, y lo han hecho por múltiples razones. Eventos climáticos como las heladas son menos inclementes en la actualidad. Si esto es así, no es inconveniente, por lo menos mientras el clima lo permita, mantener la producción en las partes altas de la microcuenca, donde encontramos suelos que poco a poco han comenzado también a sufrir una mayor presión de la producción. Asimismo, ellos prefieren mantener su diversidad en la parte alta para al autoconsumo y separar la producción de la parte baja para la comercialización. En otros términos, la zonificación vertical razonable para dispersar los riesgos de los productos de subsistencia en algún sentido neutraliza las situaciones adversas206, mas la creciente necesidad de hacer ajustes en el sistema-ambiente para ejercer una mayor presión de la producción nuevamente les exige a los campesinos de estas comunidades re-examinar esta situación constantemente. Si falla la producción abajo ellos pierden respecto del mercado, pero arriba tienen acceso a recursos que sirven para el consumo; si falla arriba, ellos pierden una parte importante de su seguridad alimentaria, pero los ingresos obtenidos con la producción en la parte baja pueden servirles luego para subsidiar el autoconsumo importando semillas de variedades nativas después de una minuciosa selección y bajo condiciones climáticas más o menos favorables. Si el clima es adverso para la producción multi-zonal en 205
La “papa” es el único alimento que las familias consumen diariamente y con independencia del ciclo agrícola, y el cultivo que provee mayores calorías a las personas de estas comunidades. En cambio, tubérculos como la “lisa”, salvo excepciones, suelen ingeridos mayormente en el mes de junio, pues su consumo es menor antes de la cosecha de la “siembra grande” que después de ella. Véase a este respecto: Calderón, Violeta; Tupayachi, Julieta; Windisch, Petra (1989), Hábitos y actitudes alimentarias en los distritos de Chinchero y Huancarani, Cusco, pp.18-20 206
Mayer, Enrique (1988) “Comunidad y producción”, en: Mayer, E.; Fonseca, C., Comunidad y producción en la agricultura andina, Lima, FOMCIENCIAS, pp.97-106
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sentido integral, entonces la gente no puede garantizar su autoconsumo ni subsidiarlo luego, en caso de pérdidas, mediante la realización efectiva de la comercialización. Las lluvias torrenciales del último año afectaron la producción vertical en ambos sentidos. Luego, tampoco los campesinos arriesgan sus mejores activos naturales, sino que toman mano de los activos que están en “peor situación” para recuperar la producción con innovaciones agrícolas, mientras se reservan el derecho de administrar otras zonas de producción con “fertilizantes naturales”.207 Por lo mismo, los cambios en las variedades de cultivo y en la seguridad alimentaria, no hicieron colapsar la producción de la diversidad en las partes altas, y tampoco impidieron que la gente intensifique la producción en la parte baja. Manejar el riesgo es, pues, dispersarlo.208 Una visión general del caso revela que producir ciertas variedades de cultivo con vista al mercado termina exponiendo la productividad local a mayores riesgos frente a una eventual propagación de plagas. El carácter razonable de una medida que es adoptada o que deja de ser cultivada está en juego desde el momento en que el conflicto cultural está presente en la experiencia social del campesinado indígena. Las condiciones adversas del medio, la marginación socioeconómica y las expectativas de vida influyen en la evaluación que hacen los campesinos de su situación y en las posibilidades que ensayan para transformarla o alterarla en cierta medida y conseguir sus propósitos, posicionándose frente a los cambios del mundo. El “cambio tecnológico” es una de las pocas opciones que está a la mano para lograr ese cometido. Hay una necesidad de llevar a cabo innovaciones agrícolas en los sistemas productivos locales con el propósito de asegurar o transformar la subsistencia, apelando al propio andamiaje cultural indígena de la variación y el cambio y, de ser el caso, adoptando los aportes de los sistemas expertos que están sujetos a las continuas reflexiones e innovaciones del mundo moderno.209 Su estrecho margen de libertad en condiciones de subsistencia, anima a estos actores locales a probar medios externos para hacer frente a ciertas amenazas naturales, pero su auto respeto las adiestra para abandonarlos si vulneran su modelo de naturaleza o el sentido que ellos le dan a sus territorios, pues, en tales casos, para estas “comunidades étnicas” esos “remedios” pueden ser peores que la supuesta “enfermedad”. Si el acto estratégico se mide por su resultado indirecto y sus repercusiones remotas para el ambiente y el bienestar de la familia y el grupo social, su legitimidad para estos pueblos reside, por tanto, en no violar el sentido ellos les dan a sus medios y formas de vida, pues todo eso es lo que desde fuera llamamos “identidad étnica”. De esa forma, ni los campesinos claudican a sus conocimientos y estrategias socioculturales ni tampoco excluyen los cambios impulsados por la modernización. Ellos experimentan la tensión de estar adscritos a sus frágiles ecosistemas y preservar sus tradiciones y valores sustanciales y, al mismo tiempo interactuar con las dinámicas de la sociedad moderna. Pero, el otro lado de esa compleja interacción, es que un cambio tecnológico específico no transforma sustancial ni estructuralmente las condiciones de 207
El concepto de “zonas de producción” lo usamos para referirnos a “micro-espacios” o “microambientes” socialmente producidos o manejados por la comunidad y el ayllu, sobre la base del parentesco, la reciprocidad y la cooperación entre pares culturales. Al respecto, también puede verse: Mayer, Enrique; De la Cadena, Marisol (1988) Cooperación y conflicto en la comunidad andina: zonas de producción y organización social, Lima, IEP 208 Morlon, Pierre (1982) Tecnologías Agrícolas Tradicionales en los Andes Centrales: Perspectivas para el desarrollo, Lima, COFIDE
Los “sistemas expertos” son sistemas de logros técnicos y de experiencia profesional que organizan grandes áreas del entorno material y social en el que viven los individuos. En tanto dichos sistemas tienen pretensiones de validez universal o global, y son constantemente transformados debido a la “índole reflexiva” de las instituciones modernas, son mecanismos de “desanclaje”, pues separan a los sujetos de sus “ambientes natales” y sus “contextos locales de interacción social”, para situarlos dentro de un espacio universalmente exterior, impersonal y abstracto. Cf. Giddens, Anthony, Consecuencias de la modernidad, Madrid, Alianza, 1994 209
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subsistencia de los campesinos y los mantiene en las fronteras de la modernización.210 Como se sabe, la reproducción física y sociocultural de las comunidades de alta montaña se realiza únicamente de manera parcial en el mercado, pues buena parte de los factores que emplean para su reproducción provienen del sistema de intercambio e interacción no mercantil; en todo caso, los relativos beneficios de una eventual e inestable participación en una economía mercantil son, las más de las veces, reutilizados con el fin de mantener la lógica de producción orientada a producir valores de uso.211 No es que ellos produzcan para su propio consumo y luego para la comercialización, sino que la comercialización misma contribuye con la lógica de autoconsumo.212 Entre otras múltiples razones estructurales, eso explica en parte por qué los campesinos indígenas participan parcialmente en el mercado sin convertirse orgánicamente a él. Sin embargo, las implicancias subjetivas que esta situación estructural tiene para los campesinos no se reducen a una mera problemática económica, sino algo que compromete su existencia entera y su posicionamiento social frente a los cambios del mundo. Estar en las fronteras del mercado coloca a los campesinos en una situación peculiar que restringe más su margen de acción del poco que él ya tiene en las altas montañas tropicales. En contraste con la enorme libertad de opción con que cuentan las sociedades modernas, el campesino indígena se encuentra casi sin opciones: tiene que hacer ajustes frente a las amenazas de plagas que pueden ser potenciadas tanto por el clima como por la acción humana, y, por otra parte, debe enfrentar, al mismo tiempo, la alta variabilidad de un mercado que ellos conocen más por sus consecuencias deseadas e indeseadas antes que por sus orígenes. Es decir, no sólo se encuentran ajustados por las condiciones que impone el clima y por los cambios que a nivel local lo agudizan. Por si fuera poco, se las ven con una fluctuación de precios absolutamente incontrolable que los compele – como ellos dicen – a vender a precio “regalado”, y buscar otros medios para acceder a recursos y cubrir ciertas necesidades básicas. Las adversidades que los campesinos indígenas han tenido siempre que enfrentar debido al clima y a las peripecias de su historia, los ha adiestrado para estar extraordinariamente capacitados para el sufrimiento. Sin embargo, este hecho no se compara con una versión más contemporánea de sufrimiento producida por las nuevas exigencias de la sociedad civil y el incremento de la variabilidad climática, donde a la dolorosa experiencia que produce la marginación socioeconómica se suma ahora la que impone el inicio del cambio climático. Los hombres y mujeres de los andes comparten esa experiencia cultural, pero no de la misma manera: Víctor Quispe: Mana antesqa chaynachu kaq, pero kay ñuqaykupaq puriyniykupi, llamk‟ayniykupi sayk‟urayku, sufrirayku haciendayuqkunata sirvispa, anchaykunalla kunanqa chinkan, pero kunanqa astawan mas sufriyhina kachkallantaq chayhina tiempo mana ankayhinachu ruru, mana anchayhinachu p‟unchaw duran llamk‟anaykupaq ratuchalla, después imapis valen antesqa karanyá rantikunaykupaqpis, aunque manaña llamk‟asqayku valinchu 210 Gonzales de Olarte ha demostrado cómo entre los años 50s y 80s del presente siglo, los campesinos de alta montaña han sido poco afectados por los vaivenes del “ciclo distributivo” en el Perú. Durante la etapa expansiva crecieron lentamente sus ingresos y, durante la recesión, decrecieron relativamente menos que los otros sectores. En otras palabras, la “performance productiva” de los campesinos ha sido relativamente independiente de los ciclos económicos. “Es decir, la economía nacional habría seguido funcionando sin mayores variaciones aún sin los campesinos. Esto definía el problema campesino como una cuestión política más que económica, pues en el Perú hubo crecimiento sin redistribución hacia ellos”. Cf. Gonzales de Olarte, Efraín (1994) En las fronteras del mercado: economía política del campesinado en el Perú, Lima, IEP, p.35 211 Golte y De la Cadena 1983 212 Contrariamente a lo que se dice, la producción de la diversidad tiene costos muy altos, pues la producción de papas nativas que son destinadas para el autoconsumo son subsidiadas por los ingresos que los campesinos obtienen con su producción comercial, con la posibilidad contraria de incrementar la vulnerabilidad de los cultivos frente al clima, como se ha sugerido en esta sección.
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chaypis yaqa igualhinalla karan, madiupaq, huk realpaq, kaq antes papapis, azucarpis mediupaq moldekunata rantikuq kayku, mana chayna iska realwan hina t‟ant‟apis kimsa ima medio karan, chaykuna karan hatunkuna, kunanqa, manaña chaynachu kapun, hinaqa kaqllapuniyá kachkan, chikallantan antes tiempumanta sufrinaykumanta na, kunam tiempo kaq sufriyqa, kaqllapunimá kachkan. Margarita Quispe: Masmi kachkan. Víctor Quispe: Antes el sufrimiento era diferente, en nuestra vida nosotros servíamos en la hacienda, trabajábamos exageradamente, nos cansábamos, sufríamos, acabábamos agotados sirviendo al hacendado. Eso ha desparecido hoy en día, pero a cambio tenemos otra clase de sufrimiento, que es más doloroso para nosotros. Porque en estos tiempos las semillas no crecen como antes. El día no dura lo suficiente para acabar nuestros quehaceres cotidianos. Después todo es caro. Antes nos alcanzaba para comprarnos algo. Aunque nuestro trabajo no tenía mucho valor, el costo era equivalente, podíamos comprar papas en un real, medio, o comprar azúcar en moldes con medio; comprábamos tres panes por medio y eran panes grandes. Ahora no es así. Siendo así, entonces estamos sufriendo siempre, pero de otra manera. Nos hemos liberado del sufrimiento anterior solo un poco, pero el sufrimiento casi es igual que antes. Margarita Quispe: Es más que antes.
c) Selección de variedades de semillas La selección se semillas es un conocimiento compartido por las comunidades campesinas de alta montaña, pero es algo que está más o menos bajo la soberanía de las mujeres.213 En Chinchero, esta actividad ha ido creciendo con la misma fuerza con que las semillas que se importan de otras zonas ecológicas no siempre aseguran de antemano su calidad, no son inmunes a la proliferación de plagas y requieren un cuidado minucioso para mantenerse en la despensa doméstica y luego desarrollarse a lo largo del año: Yolanda Quispe [Y]: Esta semilla trabajamos por ejemplo lo que es la siembra grande hacemos en el mes de octubre y la cosecha sería en el mes de mayo, si en esa cosecha la papa ya está con gusano lo echamos en el patio y en este lugar empezamos a seleccionar; primero seleccionamos los grandes para consumo y los medianos (segunda) seleccionamos para la semilla, la semilla de papa tiene que ser con bastantes ojos por esta razón las mujeres hacen esta selección algunos varones también si saben seleccionar por lo tanto hacen esta actividad. Investigador [I]: ¿Ustedes cómo seleccionan? ¿Con qué criterio hacen esta selección? [Y]: Para que la semilla resulte bien tiene que ser con bastantes ojos si no es así no da una buena producción si la papa no tiene ojos no brota la semilla empieza a pudrirse esos son los criterios para la selección de la semilla. [I]: ¿Luego las guardan? [Y]: Sí, enseguida se guarda en el almacén, si tenemos almacén lo guardamos en ella. Antes nuestros abuelos lo guardaban en qutukancha [por montones]. Así guardaban la semilla; del cerro traían paja y en un lugar guardaban por montoncitos y separado por variedad (cada montón una variedad); luego tapaban con paja. Así era la costumbre. Para sembrar esta semilla hacían solear, dicen que cuando está soleadito la semilla rápido brota. Eso es cierto porque cuando lo echas la papa al aire libre se pone de color verde. Eso lo sembramos y, de verdad, rápido brota. Y cuando no es soleado, demora en brotar. Muchos dicen que dentro de la tierra recién empieza a calentarse. [I]: ¿Y cómo se organizan para trabajar con las semillas? [Y]: Nosotras para realizar este trabajo ya no utilizamos Qutukancha, ya utilizamos el almacén. Quizás, has visto compañero ahí, en la pampa, tenemos un almacén grande. En esa casa, está hecho de maderas, como camas, por etapas, ahí echamos la papa. Cuando sale de este lado el sol se calienta y cuando el sol está en atardecer también se calienta por todos lados, tiene varias ventanas, compañero. Ahí está la semilla.
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Gose, Peter 2004
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Pudimos comprobar para el caso de Umasbamba y Tauca lo que nuestra interlocutora señaló para el caso de Cuper. La gente ya no guarda las semillas agrupándolas en la chacra y cubriéndolas con paja, sino en almacenes acondicionados para que las semillas se mantengan a una temperatura propicia. Esto es particularmente importante por lo que vimos en b). Los campesinos requieren controlar diversos pisos y zonas de producción, y, al mismo tiempo, asegurar la disponibilidad de una amplia diversidad de semillas con arreglo a su subsistencia y después al mercado. La gente vive, pues, una constante tensión entre los conocimientos locales previos y las exigencias de una mayor producción para la comercialización en condiciones climáticas hostiles. En este caso, los conocimientos locales sobre el manejo de las semillas pueden servir para atenuar circunstancias adversas que ponen en riesgo la producción o exigen su intensificación, pero su eficacia es relativa a la heterogeneidad de los afectados a un nivel sub-grupal e individual en situaciones múltiples y complejas. Dentro de la división sexual del trabajo, sospechamos que el género es un elemento que arroja luces en cuanto a determinar la elasticidad de las poblaciones campesino-indígenas frente a los cambios pasados y recientes, pero esa tarea se la encomendamos a futuros trabajos. d) Laymes o sistemas de barbecho con pastoreo El “sistema rotativo” (muyuy o layme, según la denominación local) sigue siendo una estrategia aún vigente de control directo de pisos ecológicos en los andes centrales214, y continúa cumpliendo un papel fundamental en la dispersión del riesgo en las partes altas de las comunidades de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, y no así en la microcuenca de Huacrahuacho. En el primer caso, esta estrategia ha sufrido algunos cambios debido a la presión demográfica, a la limitación de los recursos y a modificaciones en el uso del suelo y cubierta terrestre: Investigador [I]: Ya, ahora, ¿usted cómo organiza sus parcelas? Me ha dicho que tiene varias parcelas. Usted ha dicho que tiene parcelas en varios sitios, en varios lugares, ¿no es cierto? ¿Cómo usted decide, aquí voy a empezar este año, el próximo año acá, aquí, acá? ¿Cómo rota, como organiza eso usted? Elcio Hancco [E]: Bueno este, ¿cómo se llama?, depende del terreno que está descansando. Por ejemplo, un terreno ya tengo que hacer descansar, pues. Es, ¿cómo se llama?, para sembrar la papa, para rotar, para la papa, tengo que hacer descansar si quiera un año. Entonces, ahorita, ya tengo parcelas ya, [y sé] en dónde voy a sembrar la papa, en dónde las habas, en dónde las lisas, en dónde las avenas, ya está ya, tengo ya decidido pues. Igualito eso, rotativo, pues, hay. De repente un año ha crecido avena, entonces acá ya también papa, así avena rotativo, rotativo, así tiene que ser. (…) En muyuy, también igualito: de acá, de cada 5 años. Pero, ahora, hoy en día, ya no hay muyuy, porque mixto estamos trabajando en todo sitio. I: ¿Qué quiere decir mixto? E: O sea común, pues. Ya no hay muyuy (A: Ya). Por ejemplo, muyuycha kancha era Ccorccor, allá decimos “chimpawaylla”, “panteón kancha” – decimos -. Por ejemplo, ahí era cinco muyuys, en varios sectores. I: ¿En una misma comunidad? E: En la misma comunidad I: ¿Entonces ya no hace descansar? E: Ya no hacemos descansar ahora. Lo que descansa es en la roturación nomás. Un año crece avenas, un año habas, ahí nomas es ya lo que descansa. Pero no descansa. Casi el terreno, casi no descansa, pues. Está creciendo avena, está creciendo habas, ah ya, recién papa también, nuevamente avena, habas, papa, nuevamente avena, habas, así nomas pues.
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Un análisis sobre la vigencia de esta versión de control directo de pisos ecológicos en otras escalas espaciales, puede verse en: Orlove, B.; Godoy, R.; Morlon, P. (1996) “Sistemas de barbecho sectorial”, en Morlon, Pierre (coord. y comp.), Comprender la agricultura campesina en los andes centrales, Perú y Bolivia, Lima: CBC/IFEA, p.86-117
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La reducción de los tiempos de descanso de 7 a 5 años se debe – nos dice el interlocutor – al hecho de que cada vez hay menos acceso a tierras con la relativa celeridad con que crece la población y, relacionado a este aspecto, al hecho de que se ha comenzado a intensificar la producción ganadera para reducir las incertidumbres agrícolas. El crecimiento desmesurado del minifundio y la presión demográfica en la historia local han conducido tanto a las familias a dividir las parcelas hasta el extremo y de una forma tan desigual (cap. IV)215 que la reducción de los períodos de descanso es una decisión inevitable más que una opción entre otras. Obviamente, en las frágiles condiciones de los ecosistemas alto andinos, esto tampoco permite alcanzar niveles de productividad como los que mínimamente exige el mercado y, en efecto, la interacción de la producción local con la esfera mercantil continúa siendo tan parcial como precaria y reciente a nivel colectivo, mientras que buena parte de los procesos de producción se producen dentro de una esfera no mercantil. La gente no ha claudicado, por ello, a períodos de descanso, contribuyendo con que los niveles de erosión en la microcuenca, con excepción de las riberas de la laguna, sean moderados y bajos en su gran mayoría y altos en una minoría.216
Fotos: Laymes en la parte alta de la comunidad de Tauca Por: Fiorella Miñan
Pero, las limitaciones antes descritas han empujado a la gente a desintegrar más los barbechos sectoriales, optando por que cada uno trabaje en sus parcelas individuales. Dado que el área del terreno con cultivo rotativo o layme es insuficiente para la gestión individual y la presión de la producción ganadera es mayor, entonces ellos se ven coaccionados a usar más de un pastizal en diversos sectores, a la vez que dejan en manos de la comunidad la reducción de los daños o riesgos por sobrepastoreo. Es decir, en estas formaciones socioculturales, las presiones individuales o sub-grupales que generan riesgos pueden así ser compensadas por la gestión colectiva en general. Al hacer eso, los campesinos de esta zona pueden intensificar la producción agrícola y pecuaria de forma sincronizada en su sector, dejándolo al menos descansar un año para evitar plagas o fracasos, y no hacer colapsar el suelo ni sacrificar al ganado, contando con la posibilidad de compartir otros sectores para el pastoreo con otros pares culturales. A esto el interlocutor citado llama “muyuy mixto”, un sistema de administración colectivamente regulado con el que se garantiza la seguridad alimentaria y se reduce el riesgo de las presiones productivas de cada familia en particular frente a los estresantes climáticos y la degradación misma del suelo. Que 215
Saignes, Thierry; Morlón, Pierre (1996) “Del archipiélago étnico al minifundio”, en: Morlon, Pierre (comp. y coord.), Comprender la agricultura en los andes centrales, Perú y Bolivia, pp.136-71 216 Egas, Giovanna (2005) Estimación de la magnitud de la erosión hídrica en la microcuenca PiurayCusco, con aplicación de la ecuación universal de pérdida de suelos (usle) y su integración a sistemas de información geográfica. Tesis de licenciatura. Lima: PUCP, p.54
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este sistema local aún se mantenga en lo sucesivo es algo muy incierto, pero al menos hasta ahora sigue siendo socialmente eficaz aún cuando haya sufrido ajustes al interior de las tres comunidades étnicas a la par que aumentan los peligros con la presión demográfica, el minifundio, la erosión hídrica, etc. Por contraste, en Huacrahuacho casi ya no existen manejos rotativos de sistemas de barbecho con pastoreo o laymes, pues buena parte de los pastizales y los campos de cultivo están bajo “posesión” exclusiva de las unidades domésticas, si bien la propiedad sigue siendo de la comunidad, con excepción de quienes son propietarios. e) Intensificación ganadera dentro de una economía vertical agrícola con pastoralismo complementario En las comunidades de Tauca, Umasbamba y Cuper la agricultura con pastoralismo complementario es algo que ha definido, por principio, la vocación económica y la especialización cultural local a lo largo de siglos. Sin embargo, no existe mucha literatura que rastree, como lo hace la geografía cultural por ejemplo, los cambios en tiempos remotos para comprender mejor el presente. A partir de nuestro modesto alcance temporal, nosotros hemos podido esbozar algunas hipótesis que deberán ser más estudiadas. La gente señala que hace poco más de 4 décadas solía dedicarse un poco más al pastoreo que a la agricultura, especialmente en la comunidad de Umasbamba y en menor o escasa proporción en Cuper y Tauca. Los activos pecuarios se restringían básicamente a llamas, ovejas y vacas. Por entonces, las cabezas de llamas en Cuper y Tauca podían oscilar entre 50 y 60 en promedio, y sumaban más de un centenar en Umasbamba; ellas servían para transportar carga; su lana, para hacer cuerdas, sogas y vestimenta, mientras que su deyección podía ser aprovechada para fertilizar suelos o trocarla para el mismo fin con otros campesinos de zonas vecinas o distantes a cambio de otros productos. Las ovejas podían alcanzar un estimado medio de 60 ó 70, y, fuera de su lana y cuero, sus deyecciones eran apreciadas también como fertilizantes. El ganado vacuno lo concentraban básicamente algunas familias (en un promedio de 3), y su importancia estaba en la provisión de carne y leche y, secundariamente, en una cantidad limitada de combustible y fertilizante natural. Pero, con el transcurrir del tiempo varios cambios comenzaron a introducirse. El clima parece haber sido un factor adicional, pero no una causa de fondo. Otros procesos sociales parecen haber influido más en los deslizamientos de tales cambios. Conforme se iba afianzando el minifundio y la repartición desigual de tierras y áreas de pastoreo en los períodos previos y posteriores de la reforma agraria, algunas unidades domésticas comenzaron a denunciar el hecho de que la carga animal ovina no sólo competía por pastos con los camélidos y las vacas, sino que amenazaba constantemente los campos de cultivos de los productores. Es probable que las llamas se hayan visto en mayor aprieto durante la competencia, pero la gente señala que a la larga ellas dejaron de criarse en las partes altas debido a la falta de fuerza de trabajo mínima para el pastoreo como para ofrecerle un especial cuidado frente a amenazas naturales como el zorro o a amenazas humanas como el “abigeato”, una estrategia de subsistencia habitual en los andes.217 Adicionalmente, la expulsión paulatina de excedentes de fuerza de trabajo joven hacia otras partes puso a prueba el pastoreo de camélidos a nivel local (un conocimiento que hoy sólo se reserva a los ancianos), pero también ejercieron influencia otras dinámicas territoriales locales, acaecidas en Chinchero durante la década del 70, debido a la introducción de infraestructuras de transporte y la aún incipiente urbanización. Desde entonces a acá, la gente de PiurayCcorimarca compra lana a pastores de las tierras altas de otras zonas del Cuzco - una necesidad que también ha creado el lento despliegue de la actividad turística en el distrito. 217
Gade, Daniel (1970) Ecología del robo agrícola en las tierras altas de los Andes Centrales, en: América indígena 4: 1019-1037
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De alguna manera, la celeridad con que fue creciendo la proporción de ganado vacuno, extendiéndose prácticamente a todas las familias en las últimas dos décadas, fue una opción que sirvió para sustituir la disponibilidad de fertilizantes naturales, al lado de animales menores. El pastoreo podía así compensar las incertidumbres habituales de la agricultura, así contribuir con su reproducción. Este hecho fue una barrera menor para no impulsar más el uso de agroquímicos en sus frágiles y ecoclimáticamente diversos ecosistemas. Ulteriormente, se sumó a la lista de cambios la introducción de porcinos y de animales pequeños como el cuy; en ambos casos, la producción se destina más al autoconsumo que al mercado, aunque es posible encontrar en Cuper unos productores que han comenzado a especializarse en ello, sin abandonar su actividad agropecuaria. Así, en no más de tres décadas, los campesinos indígenas de la zona optaron por desplazar los camélidos y sustituirlos por ganado vacuno y porcino y adicionar animales menores. Aminorando el hecho de que no hemos podido ponderar las densidades poblaciones del conjunto del ganado a escala de comunidad, otros estudios estiman que en la microcuenca Piuray-Ccorimarca el valor de carga animal (medida en ovinos) sobre los pastizales disponibles en la zona es de 4.9 UO/ha/año, mientras que la capacidad sustentadora de los pastos es 0.50 UO/ha/año. El desbalance existente entre la oferta forrajera de los pastizales y la demanda, muestra que hay sobrepastoreo, pues el número de cabezas que pastorean sobre aquélla es mayor, aún cuando el hecho de que se trate de animales de “recojo de pastos” reduzca un poco su impacto.218 Estos datos son altamente relativos, teniendo en cuenta que hay zonas con una densidad mayor que otras, dependiendo de sus condiciones ecológicas particulares, su vocación económica y sus mayores o menores límites para acceder a mercados. Sin embargo, hay un consenso a nivel local de un incremento sostenido del ganado vacuno que se ha extendido en todas las unidades domésticas; en contraste con tiempos pasados, hoy no hay una sola familia que al menos nos disponga de una cabeza de ganado vacuno. Actualmente, la ganadería vacuna – entre criolla y mejorada - es la de mayor proporción en estas comunidades y, junto con el ganado ovino y porcino, su crianza es extensiva y complementada con pastos cultivados, dentro de la cual destacan Umasbamba y Cuper. En la zona se han ido introduciendo también ovinos mejorados (“hampshire” o “cara negra), como es el caso de la comunidad de Cuper. En las comunidades de nuestro estudio, el promedio de cabezas de ganado vacuno es cuatro (4), el porcino es tres (3), el ovino es 25 y los animales menores (entre cuyes y aves de corral) varían en cantidades desproporcionadas a nivel subgrupal e individual. La intensificación ganadera en los andes centrales ha tenido siempre un doble propósito. La ganadería presenta menos incertidumbre que la producción agrícola, porque ésta permite la producción continua de excedentes, de modo tal que la gente pueda reducir las inseguridades monetarias constantes, así como acceder a otros recursos ocasionalmente.219 En efecto, el doble objetivo de la crianza de ganado es, por un lado, evitar el riesgo al que están expuestos los cultivos agrícolas y, por el otro, obtener un fondo de reserva al vender un ganado que eventualmente podrá compensar las necesidades de dinero. De esa manera, la ganadería es una herramienta eventual de pequeña comercialización que permite sustentar la lógica de autoconsumo: Investigador [I]: ¿Y por qué, de pronto, ustedes decidieron decir “sí”, “¡queremos más ganado!”, si antes tenían poco? Elcio Hancco [E]: O sea que, hace 2 ó 3 años, el ganadito, pues,… en el ganado hay platita. Por ejemplo, yo compro, el ante año, en Abril, compré toritos a 700 soles. Ahora, ya algunos 218
Para el cálculo de la carga animal de la pradera se considera solamente la población pecuaria que tiene acceso a ella, tomando en cuenta solo a las comunidades que tienen acceso a estas praderas naturales. Cf. IMA-PRONAMACHCS (2001) Diagnóstico integral de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, Cusco, pp.141-2 219 Golte, Jürgen (1980) La racionalidad de la organización social andina, Lima, IEP, p.46
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estoy vendiendo en s/. 1 400; entonces, el doblecito estoy ganando. Encima de eso, el ganado da guano, ara todo en las chacras, trabaja. Encima de eso, ahí está, tu dinerito está guardadito, entonces, ya, duplico siempre pues, ajá; entonces, por ahí, pues, como no estamos trabajando permanentemente en otros sitios, como no trabajamos en la institución y tampoco somos empleados del estado, ¿entonces de dónde vamos a agarrar plata, pues? Entonces nos dedicamos a los animales, en donde puede haber más platita. A eso nosotros nos vamos, pues. I: Y cuando introdujeron más ganado, ¿no redujeron los cultivos? E: No, no, normal, o sea que antes los cultivos, porque la papa, cuando trabajamos la papa, ¿qué hace? No es rentable pues, no sacamos la inversión, lo que hemos invertido no lo sacamos. Por ejemplo yo gasto de una parcela de 3 mil metros cuadrados, unos 2 mil soles. De ese terreno, si es que hay algunas cosas, desastres, yo no puedo sacar 2 mil soles; apenas de repente puedo recuperar la mitad, mil soles; entonces, ¿dónde va? Por gusto estoy trabajando pues. Pero si de repente en esta parcela de 2 mil metros cuadrados yo hubiera sembrado alfa y de repente hubiera comprado 2 ganaditos, toritos, de repente sin hacer nada, sin hacer, sin invertir abono, sin lampear, sin votar ninguna fuerza, sin sudor, los animales así, caminando nomás, pasteando tranquilo, puedes ganar si quiera esos mil soles. Esa es la ventaja que cada uno de nosotros tenemos. Casi la mayoría, de todos son de esa idea.
No obstante, esta actividad abre importantes preguntas respecto a su sostenibilidad desde que su intensificación ha corrido parejo con la introducción de ganado mejorado y pasto cultivado, y la presión que estos cambios tecnológicos generan sobre los recursos. Las dinámicas del mercado y diversas intervenciones de desarrollo, han presionado a los campesinos de estas comunidades para optar por el ganado mejorado con pastos cultivados antes que por el criollo o tradicional, bien adaptado a las condiciones alto andinas. Esto ha tenido costos muy altos en palabras de los propios actores locales. En primer lugar, el cada vez menor acceso a tierra y la presión de la producción y la población ha conducido a agudizar más la reducción de los sistemas de barbecho sectoriales, transformando el muyuy tradicional en un modelo “mixto”, donde cada quien rota dentro de su propia parcela y aspira a contar con otras parcelas de uso común para la gestión individual del pastoreo, como se ha señalado anteriormente. En segundo lugar, además de que adquirirlos requiere disponibilidad de dinero, los pastos cultivados que se demandan para sustentar al ganado mejorado son costosos. Por un lado, necesitan mucha agua, sobre todo en un piso ecológico como el de estas comunidades, donde, por principio, se produce una desigual distribución natural de la misma, pese a las acciones emprendidas por los comités de riego para atenuarla. En un contexto en el que empiezan ya a advertirse las primeras manifestaciones incipientes de la reducción de ciertas fuentes de agua (véase infra), no deja de ser importante preguntarse por la sostenibilidad de esta transformación en los sistemas productivos en el largo plazo. Por otro lado, sabemos que los pastos cultivados y los cereales forrajeros son alimentos que se producen con petróleo. Cualquier análisis que intente conmensurar las decenas de calorías fósiles que se gastan por una caloría de carne para el consumidor, es un hecho tan conocido que algunos ecólogos suelen incluirlo a la hora de determinar la sostenibilidad en pequeña y gran escala.220 Conscientes de ello - si bien la evaluación local no se deduce necesariamente de los conocimientos expertos, sino de la experiencia con el medio -, los campesinos parecen haber llegado a esa misma conclusión. Hace ya algunos años ellos han puesto en cuestión la viabilidad de los pastos cultivados y los animales mejorados en sus ecosistemas. En principio, no todos han renunciado a la crianza del ganado criollo, pese a que la crianza del mejorado se ha extendido entre todos los pares culturales. Más aún, la mayoría ha continuado criando su ganado criollo aún introduciendo ganado mejorado. Que el ganado criollo sea a menudo infravalorado por las 220
Martínez Alier y Schlüpmann
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instituciones externas y por ciertas posiciones zootécnicas en el propósito – entre otros - de “articular” a los campesinos al mercado, no ha cancelado el valor de aquéllos para los propios campesinos. Su amplio margen de tolerancia a la alimentación escasa y desequilibrada de la época seca y su capacidad para recuperar rápidamente su condición corporal tan pronto como aparece una situación de bonanza nutricional; su mecanismo fisiológico de conservación corporal de agua y su aptitud para sacar provecho de un territorio de pastoreo escaso y heterogéneo en diferentes pisos altitudinales, muestran un tipo de animal altamente compatible con la alta variabilidad del medio, porque cualquier alteración en el sistema ambiente es inmediatamente reelaborada o redefinida por el sistema biológico animal.221 En ese sentido, la experiencia les ha enseñado a los campesinos que, en las condiciones que les impone el macizo montañoso, ellos no pueden renunciar fácilmente a su ganado criollo ni a sus pastos naturales para asegurar el pastoreo. Por ello, es común o generalizado encontrar en Cuper, Tauca y Umasbamba varias zonas de producción con pastos naturales y otras con pastos cultivados. Esto se explica por qué, durante la década de los 90s, algunos individuos lograron comprobar que cuando no se combinan diversos tipos de pastos en la alimentación se pone en riesgo la salud y la existencia del ganado. En los últimos 10 años, estas asociaciones en la alimentación del ganado se han extendido en todo el grupo social. Con ello, los campesinos preservan a un ganado criollo infravalorado por el mercado y más adaptado a las altas montañas y, a su vez, crían un ganado más apreciado por el mercado, pero menos adaptado al medio alto andino. Lo que ellos ganan y pierden con la innovación del ganado del segundo tipo es compensado por la continuidad de la carga animal del primer tipo. Así, ni los campesinos se convierten del todo al mercado ni tampoco se resisten a efectuar algunos cambios en sus sistemas productivos cuando las circunstancias relacionadas con sus propios proyectos de subsistencia y con las presiones globales así lo exigen. El dilema entre la necesidad de articularse al mercado y la necesidad de lidiar con el clima es un caso específico de conflicto cultural que ha atravesado sensiblemente el margen estrecho de opciones en la historia del campesinado alto andino, y Piuray-Ccorimarca ilustra muy bien esa situación. Mientras una estrategia con arreglo al mercado puede ser contraproducente con respecto al cambio climático, otra estrategia puede ser muy eficaz con respecto a este último y, al mismo tiempo, mantener a los campesinos en las fronteras del mercado. f) Cambios en los sistemas de riego En climas con estaciones hídricas más marcadas e inciertas como el sur andino, las técnicas de irrigación han sido estrategias características de las comunidades desde tiempos remotos. El ciclo del riego estructura calendarios particulares y colectivos, constituyendo un aspecto de la identidad étnica de las poblaciones campesinoindígenas de alta montaña.222 La morfología social de cada una de ellas, las características específicas de su espacio ecológico y las peripecias de su historia han influido en la heterogeneidad y el dinamismo de estas “tecnologías” en tiempo y espacio. En el ámbito de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, existe un manejo tradicional del riego que sigue siendo eficaz para la población local. Este sistema, que localmente se conoce como “riego por gravedad”, permite un manejo estacional del agua para alimentar los cultivos de la parte alta. Pero, en la medida que la gente ha optado por 221
Fulcrand, Bernardo (2008) “Las dos zootecnias y el desarrollo agropecuario en el Perú”, En: Damonte, G.; Fulcrand, B.; Gómez, R., Perú: El problema agrario en debate. SEPIA XII, Lima, SEPIA, pp.261-326 222
Treacy, John (1994) Las chacras de Coporaque: andenería y riego en el valle del Colca, Lima: IEP; Gelles, Paul (1998) Canales de poder, terreno de conflicto: políticas de riego y recuperación de tierras en una comunidad andina, en: Revista Antropológica 16: 149-194
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intensificar la producción, un cambio tecnológico basado en “riego tecnificado” mediante canales y aspersores ha permitido, a partir de la década de los 90s, reducir las incertidumbres de acceso a agua en cualquier época del año y subsidiar así la intensificación agrícola y ganadera en la parte baja. Consagrando la diversidad y la variación, la gente no ha tomado absoluta distancia del sistema de riego tradicional. Los campesinos indígenas estiman que, en la actualidad, tanto el riego tradicional como el tecnificado configuran dos elementos de un mismo sistema de riego local que, distribuido verticalmente y a lo largo del ciclo anual, resulta más eficaz que cualquiera de los por separado: Elcio Hancco [E]: Bueno, de acuerdo a lo que hemos visto, o sea que en la papa nosotros hacemos la práctica, por ejemplo, cuando es con riego tecnificado, la producción no es igual, pero cuando lo hacemos con riego por gravedad, ahí sí varía la producción de la papa. Investigador [I]: ¿En qué sentido? E: O sea que produce un poco más, porque el aspersor por poquitos nomás está chorreando, a lo lejos, ¿no? Entonces casi, a esta alturita nomás pasa el agua, remojando. Es para un día nomas. Pero cuando riegas por gravedad, ahí sí, si quiera dura 2 días, 3 días si quiera, esa es la ventaja. Mas algunos saben regar por gravedad. I: ¿Y hay gente que todavía mantiene el riego entonces por gravedad? E: Por gravedad sí. Mantenemos todavía porque ya en eso creen: “No, con aspersor no trabajo; prefiero regar por gravedad” - dicen algunos -. Pero en caso para las alfas, para trébol, para esas cosas, para pastos, el riego tecnificado esta ok. Sí, sí I: Ah ya. Para eso no sirve el riego por gravedad E: Por gravedad no, porque con gravedad, como es pampa, no va a poder pues. La papa es puro surco, entonces por puro surcos al toque se riega pues. Pero el pasto está en pura pampa pues. Entonces, no se puede regar fácil pues. Con aspersor [riegas] tranquilo. Todo el día, en cuento sea posible, puedes ponerlo nomas, normal trabaja.
Sin excluir el riego tradicional dentro de las estrategias de vida, la introducción del riego tecnificado trajo algunos cambios. En el marco de diversas intervenciones públicas y privadas, el agua empezó a ser objeto de diversas modelaciones con arreglo a su gobernanza en varias zonas del sur andino con el propósito de ampliar la frontera agrícola.223 En Piuray-Ccorimarca, el PRONAMACHCS, con el financiamiento del Banco Mundial, asumió esa tarea llevando a cabo varios proyectos en los años finales de su gestión. En particular, las obras del período 1998-2000 se concentraron básicamente en “riego tecnificado”, mientras que Ccorcor (anexo de Umasbamba) recibió adicionalmente un “reservorio”. Incluyendo sus sectores o anexos, el número de familias beneficiarias en total en Tauca, Cuper y Umasbamba con riego tecnificado fue 151, y comprendió un alcance total de 63 has bajo riego. El riego tecnificado en Umasbamba pudo cubrir un total de 20 has.224 Poco después, en el 2009, la Municipalidad de Chinchero construyó un reservorio en esta última comunidad, lo que a ésta le permitió seguir los pasos recientemente de Cuper y Tauca y contar con más agua para riego en las llanuras próximas a las lagunas. Con la expectativa de tener un alcance mayor, la municipalidad distrital de Chinchero hizo gestiones en esa misma dirección con la Municipalidad de la Provincia de Urubamba, pero discrepancias políticas impidieron ese cometido. Para mediar socialmente la distribución del agua, el comité de riego, constituido de manera compartida por las comunidades de Cuper, Tauca y Umasbamba (incluyendo Ccorcor), tiene una existencia relativamente reciente y constituye una de las expresiones más significativas de la agencia local en cuanto a la distribución social del agua. En opinión de los entrevistados, surgió debido a las presunciones de que por parte del gobierno central existía el interés de privatizar el agua. La distribución 223
Dietschy, (1986) Distribución de aguas en sistemas de riego: problemas y alternativas, en: Revista Allpanchis 82 (185-210) 224 IMA; PRONAMACHCS 2001:184-5
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desigual del agua y la inseguridad jurídica respecto de su propiedad intervinieron en la decisión de los campesinos de organizar y formalizar el control del acceso al agua entre las tres comunidades mencionadas y, con ello, aminorar incertidumbres climáticas y prevenir amenazas extra-climáticas. Conscientes de presuntos cambios en la sociedad, los campesinos no dudaron en tomar medidas para aligerar sus probables impactos a nivel local. Investigador [I]: ¿Y cuando usted era dirigente, dio inicio a esta organización del agua o ya había esto ya? Esto existe, ¿desde cuándo existe esta organización del agua? Vicente Hancco [V]: Como 4, 5 años más atrás así nomás, así nomás todavía. I: ¿Y por qué decidieron organizarse como comité de riego para administrar el agua, para usar el agua? ¿Por qué decidieron hacer eso? V: Porque en su tiempo el presidente de la república nos ha dictado, nos ha dicho que el, se va a privatizar el agua, recién hemos hecho, recién hemos hecho un día, yo tengo documentos, un día 25 de mayo hemos sacado su resolución de la comunidad, o sea resolución de cañón de aguas. Sí, compañero. Hemos conversado porque, cuando no vamos a hacer, cuando no vamos a pagar al ministerio de comité de regantes de agua, bueno reconocerá pues un, presidente de la república venderá pues no, se va a privatizar entonces prácticamente con que agua regamos, así hemos pensado nosotros también, de ahí hemos entrado lucha, de ahí hemos ido a Lima, de ahí los compañeros han seguido, el otro compañero ha ido a Lima no, entonces de ahí recién nos ha traído, nos ha traído informes. Entonces recién desde ahí hemos siempre, ahora estamos algunos recién organización fuerte hemos estado, sí, compañero.
Desde el punto de vista de la organización social, hay un comité central de riego compartido entre los “cuatro sectores” (Cuper, Tauca, Umasbamba y Ccorcor) y un comité en cada sector que coordina con aquél. Los cargos directivos del comité central y de los comités de cada sector rotan generalmente cada dos años. Estos comités no establecen una coordinación directa con el comité de gestión de la microcuenca, debido a las razones que ya esbozamos en su lugar. Ambos comités se proponen de manera compartida administrar sincronizada y colectivamente la distribución del agua entre los cuatro sectores, debido a que nada garantiza que cada comunidad distribuirá el agua con otras en un período oportuno y en una cantidad mínimamente suficiente. El riesgo se reduce elevando los intereses de cada comunidad a un comité de segunda instancia integrado por todas ellas. Se perdía más si se dejaba en el arbitrio de cada quien la distribución del agua que sometiéndolo al arbitrio de una entidad mayor social y legalmente reconocida. Es mejor la cooperación social que dejar en manos de cada uno el reparto de los beneficios. Este proceso lo explican bien Braulio Quispe y Lorenzo Huamán, dos campesinos indígenas de la comunidad de Tauca: Investigador [I]: ¿Y sobre los turnos, cómo se organizan ustedes, por ejemplo qué día es el turno para Umasbamba, qué día es el turno para Tauca, eso? Lorenzo Huamán [L]: En la parte alta Cuper tiene su propio tomero, Tauca con su propio tomero, también Umasbamba con su propio tomero. Asimismo, también Ccorccor con su propio tomero. Era problemático cuando solo se contaba con un tomero nada más, porque: “Que solo de la central nomás de Umasbamba que se tomero”. A la hora que se le daba en gana soltaba el agua o algunos se lo separaban el agua, así es. Entonces por eso nosotros, en nuestro turno, cuando es nuestro turno, nuestro tomero va al reservorio y coloca el candado, para las cuatro noches. Entonces y otro día va Umasbamba, y por la noche, a eso de las seis de tarde ya es Taucca quien suelta el agua. Así es compañero. (…) I: Y por ejemplo ¿esta semana [de abril]? ¿Qué? ¿A quién le toca el turno? L: Ahora todavía está libre, hasta mayo o junio. Ya en el mes de junio vamos a utilizar el agua por turnos. I: ¿Hasta qué mes? L: Hasta para que se inicie la temporada de lluvias, cuando empezará la temporada de lluvias hasta ese mes. I: ¿Tal vez hasta el mes de octubre, o tal vez hasta el mes de noviembre o diciembre?
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L: Hasta, hasta ese mes, hasta la finalización de la siembra. El agua de riego continúa hasta cuando las lluvias se hacen constantes, cuando la temporada de lluvias se hace contante, se deja de usar agua de riego, y también deja sus funciones el tomero, el tomero deja sus funciones. Si no llueve, el tomero continúa con sus funciones, que es soltar agua, entonces [dice]: “Ya cumplí con mi labor este mes, ya se cumplió mi período de trabajo”. “Como no llueve, este mes más continuaré con mis labores”. “Continúa nomás” - así le dicen -. El trabajo de ese mes es retribuido, si la lluvia ya es constante, [le dicen]: “ya no vayas a soltar el agua, las lluvias ya son constantes”. Entonces, el tomero ya no va, y tampoco ya no se le paga al tomero.
El campesino indígena de Tauca señala que la organización en comité ha permitido “ordenar” la distribución del agua, corregir los “desórdenes” y lograr así que la comunidad (con relación a cada grupo de familia) y el comité central de riego (respecto de cada comunidad o sector) se posicione y regule las prácticas sociales de todos los que detentan el agua dentro del grupo social. La cooperación social permite así dispersar los riesgos a un doble nivel. El sistema de riego no sólo subsidia de agua a los campesinos durante la época seca para sus usos productivos en la parte baja, en particular durante la “siembra pequeña” [huchuy tarpuy], que luego destinan casi en su totalidad al mercado: su beneficio se extiende allí donde ya existe, como se ha visto en este capítulo, un margen de error en el comienzo de la época húmeda en cuyos primeros comienzos se realiza la siembra grande [hatun tarpuy], en razón de la enorme variabilidad de precipitaciones que existe en las altas montañas entre un año y otro.225 En efecto, estas estrategias de riego tecnificado contribuyen con la neutralización del estrés hídrico por razones climática y sociales. Estos elementos sociales más que naturales vuelven a cobrar importancia cuando se examina la vulnerabilidad de la población frente a los riesgos climáticos. En la zona de estudio, no todos los sectores se encuentran en igual situación en el reparto del agua y no cuentan con el mismo margen de acción frente a las incertidumbres climáticas que los acosan en diversos períodos. Aunque defienden sus territorios y sus intereses colectivos frente a otros pueblos o instituciones, estas sociedades no modernas también permiten ciertas desigualdades o privilegios al interior de sus miembros, debido a que también consagran culturalmente aquello que nosotros llamaríamos “jerarquías”. Este orden social dentro de la comunidad étnica se funda en lazos de sangre, parentesco, reciprocidades y lealtades interpersonales. Ccorcor, por ejemplo, es uno de los cuatro sectores que integran el comité y es, a su vez, anexo de Umasbamba. Este sector, que no ha logrado aún el estatus de comunidad como los otros tres, representa un subgrupo de familias dentro del ayllu de Umasbamba. Los campesinos indígenas de este anexo son muy conscientes de sus diferencias de acceso a recursos con su comunidad madre (Umasbamba) y con las otras dos comunidades, Cuper y Tauca, las cuales conforman otros dos ayllus. Éstos cuentan con un mayor acceso a agua que Ccorcor. Según los campesinos de dicho anexo, mientras que las primeras comunidades cuentan con agua en varios de sus sectores, Ccorcor no dispone de agua en los sectores de Uchupata y Kuyuqpata. Sus miembros juzgan, por lo tanto, que están en una posición desigual en el reparto de un recurso como el agua. No sabemos en qué medida el hecho de no ser comunidad coloca a Ccorcor en una situación desigual en el reparto del agua al interior del grupo social, pues para abordar eso requeriríamos considerar más determinaciones que, antes bien, deberían ser más estudiadas. Sin contar con ello, otras determinaciones definidas por las relaciones entre este sector y elementos públicos y privados externos, parecen ofrecer una respuesta positiva en términos de relaciones de poder, tal y como ocurre también con otras comunidades del Cusco y del sur andino: a escala local se agudizan o recrean las tensiones entre una minoría del grupo social y otra mayoría distribuida entre Umasbamba (su comunidad madre), Tauca y Cuper, así como las tensiones entre dicha minoría étnica y las instituciones externas situadas dentro de escalas 225
Dollfus, Olivier (1981) El reto del espacio andino, p. 48
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sociopolíticas mayores. Por ello, los campesinos de Ccorcor abrigan el propósito de convertirse en algún momento en “comunidad”, y así reducir las brechas entre ellos y Tauca, Cuper y Umasbamba, tanto para la gobernanza territorial de los recursos naturales como para el acceso a recursos mediante una acción colectiva compartida con las instituciones que tienen presencia en sus ámbitos locales: Investigador [I]: ¿En qué año se crea Ccorcor como sector? Abelardo Hancco [A]: 1990 por ahí Bernardino Hancco [B]: Nosotros nos hemos separado de Umasbamba porque nosotros por parte de Umasbamba asistíamos a las asambleas, a las faenas. Pero solo para Umasbamba venia diferentes gestiones por parte del Municipio y del gobierno Regional y a nosotros no nos querían dar nada. Entonces, como nosotros ya somos bastantes, hemos decidido separarnos y organizarnos y solos gestionar lo que necesitamos. Actualmente, no estamos en buenas relaciones con Umasbamba. Tenemos ciertas rencillas porque si llega algún apoyo por parte de la municipalidad o del gobierno regional, solo ellos se benefician y a nosotros no nos dan nada, y nosotros estamos resentidos y hemos decidido no asistir ni a las asambleas ni a las faenas, ya que somos un gran numero trabajaremos separados de Umasbamba haciendo nuestras gestiones a las autoridades correspondientes, quizá nos puedan apoyar. Entonces ahora la Municipalidad y algunas instituciones están enteradas de nuestras decisiones. Ya no queremos juntarnos con ellos y si llega algún apoyo los únicos beneficiados seremos nosotros. Como ellos no comparten con nosotros nos hemos quedado resentidos y preocupados. De repente al paso de los años este sector se puede convertir en comunidad. [A]: Cuando nosotros pedimos que se ejecute alguna obra, no somos escuchados, no nos escuchan fácilmente porque alegan que como sector no tenemos muchos derechos y que las obras son para las comunidades. Por eso compañeros no podemos obtener ninguna obra para nuestro sector por parte de la municipalidad. Solamente tenemos apoyo de algunas instituciones. [B]: Así como te dije, este pueblo está olvidado, marginado, porque estamos arrinconado aquí en Ccorcor, no somos escuchados. Ahora más o menos están viviendo instituciones que, de alguna forma, nos están apoyando y estamos felices de recibir su apoyo.
Las desigualdades referidas al reparto de aguas, no sólo se produce entre los sectores, sino también entre los propios campesinos indígenas situados en escalas más minúsculas. Hay gente que recibe agua en un lapso de pocos minutos, debido a las diferencias sustantivas en términos de disponibilidad de tierras y recursos, relaciones sociales y balance de fuerzas, así como a las decisiones ocasionalmente arbitrarias de quienes asumen los cargos. Frente a ese margen de error, ellos encuentran en el sistema rotativo de cargos una posibilidad para redistribuir rotativamente los beneficios y los riesgos. Los cargos rotativos redefinen las desigualdades de manera sincronizada entre todos los empadronados, pues así como cada uno tiene la posibilidad de perder en nombre de mayores beneficios para otros, cuenta con la posibilidad (si lo logra) de recuperarse en nombre de menos beneficios del sistema de riego para los demás. Por consiguiente, factores como la tenencia y el acceso a recursos, las relaciones de parentesco y las reciprocidades y lealtades mutuas y las mayores o menores oportunidades de acceso a cargos, son algunas de las múltiples determinaciones que no sólo definen heterogeneidades subjetivas entre los campesinos, sino también relaciones de poder en la esfera social local, pudiendo ser disputadas, negociadas o mediadas socialmente en espacios como la Asamblea Comunal, pero también en otros. Aún así, hay pocas razones para atribuirle un carácter igualitarista a la comunidad, ya que la complejidad social en que descansa su forma de vida obedece a un modelo cultural que consagra los privilegios y las desigualdades y esta eticidad de las costumbres organiza las relaciones sociales, incluso aún cuando la comunidad esté inscrita dentro de ciertos formatos institucionales modernos. Estos factores socioculturales dinámicos pueden contribuir, como ya lo hacen, con la redistribución de la vulnerabilidad o su transformación en un grado mayor que cualquier evento natural de corto y largo plazo.
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Estos elementos también intervienen en la microcuenca de Huacrahuacho, pero aquí se suma el reparto natural del agua que es más desigual que en Piuray-Ccorimarca. Todas las comunidades insisten en una insuficiencia general de fuentes de agua, pero las brechas son mayores entre las comunidades más próximas a la cabecera de cuenca y las que están más alejadas de ellas. g) Aterrazamiento y reforestación En la línea de las iniciativas del manejo del riego, otros cambios sustantivos se produjeron en las últimas tres décadas. Estas innovaciones se concentraron en estrategias de aterrazamiento y reforestación. La primera es una estrategia que data de tiempos remotos y que consiste en superficies de cultivos allanadas; ellas se fueron reduciendo a lo largo de la historia y el entusiasmo en rehabilitarlas comenzó a predominar en el Perú en la década del 80.226 En el caso de Piuray-Ccorimarca, estas terrazas fueron siendo relativamente abandonadas con el tiempo dependiendo de las opciones que fueron barajando los productores a lo largo de siglos; pero comenzaron a ser restituidas a partir de la intervención del PRONAMACHCS con el financiamiento del Banco Mundial, transformando el paisaje local de una manera que se fue propagando en varios lugares del sur andino.227 La reforestación es un poco más reciente. La gente de la zona señala que entre 1995 y el año 2000, las tres comunidades presentaban un paisaje que había sufrido un agudo proceso de desertificación. Ante esa situación, diversas instituciones de desarrollo (CENFOR, Convenio Perú-Holanda, PRONAMACHCS y ARARIWA) intervinieron en el ámbito de la microcuenca Piuray-Ccorimarca para llevar a cabo programas de reforestación con especies nativas y exóticas. En lo sucesivo, estos emprendimientos alteraron profundamente el lugar; buena parte de los bosques con que cuenta hoy esta zona tienen muy poco origen local, al punto de que es mínimo el número de especies “nativas” que no han sido importadas.228 Hay un consenso sobre las ventajas ambientales de las terrazas dentro de la comunidad académica. Estas infraestructuras conservan la fertilidad de los suelos, retienen las semillas y los minerales, incrementan el área del terreno para cultivar y atenúan el efecto de las sequías para mantener eficazmente más humedad en el suelo. Pero, su desventaja reside en que son laboriosas tanto como pesada su conservación; requieren riego y fuerza de trabajo para no traer más perjuicios que beneficios. De hecho, los campesinos de esta zona han tenido que enfrentar los costes de fuerza de trabajo, las coacciones del minifundio, la desigualdad en la distribución del agua y las posibilidades heterogéneas de producción. Sin embargo, ellos señalan que la adopción relativa de estas iniciativas fue llevada a cabo no tanto por los beneficios de esas infraestructuras, sino por las relaciones de reciprocidad que ellos pudieron establecer con las instituciones externas para lograr otros objetivos. Mientras las instituciones transnacionales introducían, en parte, su modelo de territorio y desarrollo, los campesinos indígenas accedían a recursos o transformaban su subsistencia con vista a ejecutar otros proyectos domésticos: Elcio Hancco [E]: Claro, este no, porque la institución ARARIWA entró y dijo pues: “Ya, señores comuneros, por ejemplo esto hacen en vuestras chacras, mejoran vuestros terrenos. Encima de eso, el diario les vamos a pagar tanto.” Entonces ya la gente, pues, como estaba en escasez de plata en estas comunidades, entonces: “¡Ya, listo! ¿Por qué no pues? Si vamos a trabajar, vamos a mejorar nuestra tierra, todo, encima nos va a pagar. Entonces, está bueno.” 226 227
Treacy 1994: 30
Gonzáles de Olarte, Efraín; Trivelli, Carolina (1999) Andenes y desarrollo sustentable, Lima, IEP/CONDESAN, p.107 228 Sin contar con información por comunidad, al menos se sabe que de las 1,844.81 has de vegetación arbórea que existe actualmente en toda la microcuenca, aproximadamente el 98 % está cubierto por bosques exóticos, y tan solo el 2 % de la superficie total están cubiertos por bosques nativos. Asimismo, el 85 % de la superficie de bosques exóticos están cubiertos por plantaciones de eucaliptus globulus (eucalipto). Cf. IMA-PRONAMACHCS 2001: 135-6
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Entonces han trabajado. Por ejemplo, han mejorado sus terrenos, pues: terrazas de formación lenta, cárcavas, zanjas de infiltración, con varias técnicas y, desde esa fecha, el pueblo empezó a crecer (como ganaba jornal). Entonces han llegado a tener plata pues. Antes no había plata, no has encontrado plata en este pueblo. Investigador [I]: ¿Y todos, entonces, empezaron a cobrar jornal a ARARIWA? [E]: Todos hemos trabajado, entre marido y mujer hemos trabajado, mejorando nuestro terreno, en varios sitios trabajando. Ganábamos, por ejemplo, mensual, casi cada uno cobrábamos cerca a 200, 200 soles, así que de los 2 sacas 400 soles. Por ejemplo, yo no iba a tener estas casas. Por ejemplo yo he estado pensando construir, pero no tenía plata. Entonces, estuve pensando construir una casita de paja, porque paja es extraer nomás, pues, con AYNI, MINK‟A; pero cuando he visto platita, de los 2, mi señora mas, yo he empezado a trabajar con ARARIWA, con instituciones. Ahí sí hemos tratado de juntar dinerito, y ya [decíamos:] “empecemos a construir una casita de teja”. Recién teníamos para puertas, para tejas, para ventanas. Entonces, cuando ha habido platita, entonces he comprado tejas.
La gente no descarta la eficacia de las terrazas, pero para ella cuenta más el capital social que hace posible el aterrazamiento más que la infraestructura en sí misma. La institución externa puede asumir que el aterrazamiento es sin duda una alternativa de desarrollo bastante eficaz y puede usar los medios más adecuados para convocar a la población en ese sentido, pero ésta puede efectuar el cambio tecnológico y darle otro sentido a la iniciativa sin sobrevalorarla. Aunque ello podría resultar moralmente sospechoso, en realidad no lo es. La gente está dispuesta a cooperar con elementos públicos y privados siempre que estos estén dispuestos a cooperar con ellos, mas eso no quiere decir que comparta con estos últimos los mismos fines, las mismas expectativas de vida, el mismo proyecto territorial o incluso de desarrollo. La reciprocidad entre comunidades étnicas y sociedad moderna implica establecer un mundo de prestaciones y contraprestaciones mutuas de bienes y servicios que pueden alterar el territorio; sin embargo, los objetivos no descansan en moralidades homogéneas. Sin dejar de cuestionar sus intenciones, estas poblaciones agradecen que las instituciones externas cooperen con ellas, mas no están dispuestas a concederles la responsabilidad de elegir sus propósitos ni mucho menos juzgar sus intenciones, aún cuando aquéllas presupongan que pueden hacerlo desde el momento que la comunidad aceptó algún proyecto. Desde ese punto de vista, lo que la gente gana con la reciprocidad es algo más que un recurso en particular, y lo que la institución gana con arreglo al desarrollo es también relativo. Las instituciones externas pueden lograr que la gente coopere, pero para la población esto cuenta más por el hecho de que les permite consagrar su red de relaciones sociales con el estado y la sociedad mayor en ciertas circunstancias, y no algo que los comprometa del todo con el propósito político de la intervención. La ética de reciprocidad de estos pueblos los anima a cooperar con diversos proyectos gubernamentales y civiles que se proponen beneficiarlos, y su auto respeto los adiestra para jerarquizar sus valores, ser responsables de sus propios fines y determinar “su” bien. Cuando las instituciones no hacen eso y más bien presionan a los campesinos para comprometerse con sus fines agreden el auto respeto y la ética de la reciprocidad de estos pueblos y vulneran las condiciones mínimas de cooperación social consciente y libre con estas formas de vida. El discurso moral del desarrollo se topa con sus propios límites cuando constata que la población rural no funda su moralidad ni su acción estratégica en términos culturales idénticos al suyo, y las comunidades se enfrentan al mismo problema cuando constatan que las instituciones esperan algo que ellas no necesariamente comparten.
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Foto: Terrazas de la comunidad de Tauca Por: Fiorella Miñan Bartra
En ocasiones, puede haber una coincidencia entre las expectativas de la población y la intervención de desarrollo, pero los resultados no están garantizados de antemano. Las estrategias reforestación, llevadas a cabo en la zona en la década del 90 y sobre todo en los primeros lustros de este siglo, son una respuesta a modificaciones preexistentes de los aspectos biológicos y físicos del paisaje que produjeron agudos procesos de desertificación. La vegetación funciona como una infraestructura de soporte que reduce la erosión de los suelos y el arrastre de viento, produce microclimas diversos, protege los cultivos si se les asocia apropiadamente y puede ser usado como combustible natural y material doméstico. Especies forestales como el qolle, la retama, el ceticio, el kishuar, el capulí, el capca, el sauce, el sauco y el chachacomo, cumplen en cierta medida tales propósitos y, con excepción del eucalipto, eso les da cierta ventaja ecológica, en opinión de la mayoría de los campesinos de la zona. Ellos aprecian mucho a estas especies, al punto de que existe en consenso en Tauca de multar a cualquiera que tale alguna de estas especies forestales. No corre la misma suerte, sin embargo, con el “eucalipto”, una especie que, paradójicamente, ocupa la mayor proporción de vegetación en Piuray-Ccorimarca y en las comunidades de Cuper, Tauca y Umasbamba. Desde la óptica de los afectados, esta especie puede incrementar la erosión antes que reducirla, así como competir con los cultivos contiguos debido a su alta demanda de agua. De hecho, estudios recientes sostienen la hipótesis de que el eucalipto ha sido una de las especies que ha agudizado la erosión en Piuray-Ccorimarca, al lado de otras acciones de degradación como el sobrepastoreo y la deforestación.229 Un campesino indígena de Tauca corrobora esta evaluación en su comunidad, donde es posible encontrar 150 has de plantas exóticas de las 340 has de árboles existentes y cuyas plantaciones fueron hechas, de manera bipartita, por ARARIWA y PRONAMACHCS: Investigador [I]: ¿Y luego, si hay tantos árboles de eucalipto esos árboles es por esa razón? (L: por esa razón surgió la población de cuculís), ¿fue importante o no que ARARIWA haya promocionado la plantación de eucaliptos? Lorenzo Huamán [L]: Por una parte es positiva, porque el eucalipto constituye un material importante para la construcción de casas, y además su aporte como leña es importante, pero por otra parte notamos que malogra los terrenos, entonces por eso nosotros no sembramos eucaliptos en buenos terrenos, en terrenos de cultivo está completamente prohibido la plantación de eucaliptos ([I]: ¿Por qué?) de repente mi chacra estuviera ubicada en este lugar y por ser mi chacra yo decido plantar eucaliptos, entonces ese eucalipto no solo afecta mi chacra 229
IMA; PRONAMACHCS (2001) Diagnóstico integral de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, Cusco, p.124
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nada más, sino también la chacra de mi vecino, por eso nosotros hemos prohibido plantar eucaliptos en terrenos de cultivo, plantamos eucaliptos en terrenos no aptos para el cultivo, en terrenos rocosos, pero no plantamos tantos, sino poco nomás, casi no es aceptada la plantación de eucaliptos. I: ¿Exactamente, el eucalipto como afecta la tierra? L: Afecta mucho a la tierra compañero, donde crece el eucalipto no crece la papa, ni el pasto crece tan bien, ni la alfa crece tan bien. I: ¿En la parte baja hay mucho eucalipto no es cierto? L: Sí, esos eucaliptos son plantaciones antiguas, mana ñuqaykuqa plantaykuñachu allin allpaknosotros ya no plantamos eucaliptos en terrenos aptos para el cultivo, nosotros ya no plantamos eucaliptos, empobrece los terrenos, consume toda la humedad del suelo. Entonces los componentes que se encuentran en la hoja del eucalipto, perjudica a las plantas que se encuentran en su contorno, por eso no plantamos eucalipto en terrenos de cultivo compañero.
Los campesinos indígenas evalúan los impactos del cambio ambiental no en términos individuales, sino colectivos. El eucalipto afecta de manera múltiple las chacras contiguas de varios productores, empobreciendo y consumiendo toda la humedad de los suelos y perjudicando con sus hojas a los cultivos de los campos que están a su alrededor. Además, en la interpretación de 9 campesinos de la comunidad de Tauca, después de la introducción de eucaliptos se produjo el advenimiento de especies tropicales como el cuculí, la cual se hospeda en medio de su follaje y produce perjuicios en los cultivos que están en proceso de crecimiento. Aproximadamente 14 campesinos indígenas de Tauca estiman que el clima ha cambiado a nivel local desde que se ha llevado un importante proceso de reforestación en los últimos 10 años. En ese sentido, la gente aguarda expectativas de reforestación con ocasión de los primeros indicios del cambio climático. En tal sentido, no se ha descartado el eucalipto en ciertas zonas de producción con suelos rocosos, pero se ha reducido su proporción considerablemente. Tampoco se descarta el pino por su ventaja económica, pero se mira con cuidado también el hecho de que esta especie también degrada a los suelos, pues los convierte en áridos e impide el crecimiento de cultivos como la papa; ellos prefieren, entonces, sembrar pino en las laderas donde no crecen este tubérculo - el activo agrícola principal de esta zona - debido a que también puede servir para recuperar los suelos empinados y erosionados de las partes altas, y porque, por adición, no exige mucha humedad. Así, nuevamente observamos que las poblaciones campesino-indígenas de esta zona no arriesgan sus mejores activos y, antes bien, los factores de riesgo como ciertas especies forestales son ubicados en zonas donde sus impactos serán menores. La heterogeneidad de suelos existentes en espacios tan reducidos como los de estas comunidades al menos permite que la gente pueda redistribuir los riesgos en escalas muy finas, allí donde las opciones son muy escasas y la posibilidad del peligro muy alta. La acción estratégica no se basa en una amplia diversidad de opciones, sino en acciones que varían o cambian entre aciertos y desaciertos en un ambiente pequeño y finamente heterogéneo y donde un solo error puede costar más caro que una multiplicidad de aciertos. La reforestación es una iniciativa que ha continuado siendo empujada en un contexto de cambio ambiental global. La municipalidad de Chinchero, en convenio con el Gobierno Regional del Cusco, ha hecho en los últimos años una instalación de cerca de 400 mil plantones entre especies nativas y exóticas, sobre todo en PiurayCcorimarca, pues según el alcalde en dicho ámbito hay más espacio.230 En el último presupuesto participativo organizado por la Municipalidad de Chinchero, se ha aprobado un proyecto de “agroforestería” para cerca de 12 comunidades de la microcuenca, pero a la fecha aún está pendiente. A su vez, recientemente, la
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Diálogo con Humberto Huamán, alcalde de Chinchero del período 2006-2010 (Cuzco, Abril del 2010)
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Municipalidad Provincial de Urubamba viene haciendo lo propio, pero no en PiurayCcorimarca sino en el distrito de Urubamba.231 Hay una tendencia, entonces, en seguir “verdeando el terreno” por doquier, sin un manejo político coordinado y más bien multiplicado. En efecto, “planta un árbol” y “salva a los árboles” son dos aspiraciones que parecen estar cumpliendo un papel importante frente al cambio climático a nivel local y regional en Cusco, pero no sabemos hasta qué punto la reforestación promoverá la elasticidad de los sistemas ecológicos frente a los estresantes ambientales y en qué medida sus técnicas más utilizadas con intervenciones externas dispersas y múltiples consideran las dinámicas temporales, la incertidumbre y la variabilidad ambiental y los modelos territoriales de la población local. Además, no se puede medir las limitaciones de la adaptación local si no se determinan la influencia de las inserciones al ambiente global, las cuales obedecen a decisiones políticas cuyos riesgos fabricados pueden forzar más las posibles respuestas de las poblaciones locales, poniendo en cuestión hasta qué punto el cambio climático es manejable o peligroso local y globalmente con estrategias de reforestación.232 La población rural puede seguir introduciendo estos cambios en sus territorios con la misma fuerza con que la emisión de gases de efectos invernadero a nivel mundial prosigue sin cesar. En un sentido holístico, una estrategia implementada a nivel local puede ser relativizada en su eficacia por la continuidad de amenazas de índole global. h) Estrategias de reciprocidad e intercambio En las comunidades étnicas, la acción estratégica se mide por las ceremonias, obligaciones y reciprocidades entre parientes y contrapartes de formas diversas de cooperación y acción colectiva. Una acción es “razonable” si es consecuente con las significaciones propias de una forma de ser cuyas virtudes y costumbres se debe a la herencia de los antepasados, a las lealtades interpersonales al interior de su parentesco ampliado o simbólico y a las condiciones mínimas de cooperación entre pares culturales. La confianza, atribuida a la acción y las palabras, está presupuesta en las virtudes y costumbres de los sujetos, y es confirmada en las deliberaciones colectivas, las ceremonias, los rituales y el trabajo social en sus distintos ámbitos socioculturales; pierde consistencia, no obstante, en la medida en que se alejan de todos esos rasgos o va contra ellos. Ninguna acción tendiente a desconocer los fundamentos de la vida ética de la comunidad, del ayllu o de todo el grupo étnico puede ser estratégica si no reconoce la verdad de esas leyes universales socialmente reconocidas que justifican la existencia del grupo. Tal es el sentido ético de la acción estratégica en las formaciones socioculturales indígenas. Por lo mismo, en un contexto en el que la inseguridad crece con la celeridad con que lo hacen los peligros, estas comunidades encuentran en las condiciones mínimas de cooperación que impone toda reciprocidad una posibilidad habitual para hacerle frente a situaciones difíciles. Quienes tienen más afianzadas las bases de este capital social, a partir de una red de relaciones sociales dentro de la comunidad étnica o más allá del ámbito local, tienen, por supuesto, más probabilidades que otros de aligerar los peligros naturales, acceder a recursos y transformar la subsistencia. Son estas relaciones sociales de cooperación, y no las “infraestructuras”, el bien capital principal con que cuenta la gente para atenuar, aminorar o sufrir menos los efectos adversos y riesgosos de la vida en las altas montañas. La disponibilidad de activos naturales o recursos monetarios influyen, pero no son aquí lo esencial, ya que no son elementos biofísicos echados a su suerte, sino procesos que están siempre interactuando con las dinámicas sociales o humanas. Estas relaciones sociales harto complejas se 231
Diálogo con la bióloga Berlin Palacios de la Gerencia de Desarrollo Medio Ambiental de la Municipalidad Provincial de Urubamba, Cuzco, Abril del 2010 232 Pyke, Christopher; Andelman, Sandy (2007) Land use and land cover tools for climate adaptation, En: Climatic Change 80: 239–251, pp.246-247
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activaron, por ejemplo, con ocasión de los sucesos climáticos del último año (20092010) en Piuray-Ccorimarca. Examinar cada una de ellas excedería los límites de extensión de este trabajo. Baste con analizar algunos ejemplos. En principio, hay que decir que algunos grupos de familias de las tres comunidades contiguas estudiadas cuentan con zonas de producción en comunidades vecinas. Ellas accedieron a estos recursos por herencia o por alianza matrimonial. En los andes, el virilocalismo y el uxorilocalismo configuran una forma particular de control indirecto de pisos ecológicos. El lugar de residencia de dos cónyuges depende del acuerdo establecido por ambos y por los parientes directamente involucrados, dependiendo de la disponibilidad de recursos y la calificación moral de los interesados ante los ojos del grupo social. De ese modo, es común encontrar que los campesinos de una comunidad cuentan con parcelas de cultivo y pastoreo en otra comunidad vecina. En efecto, las redes de parentesco cruzan o trascienden las fronteras institucionales que separan la comunidad de Cuper de la comunidad de Umasbamba, y la comunidad de Umasbamba de Tauca y de otras comunidades como Ocutúan, Ayllupongo, etc. La gente puede residir en un solo lugar u organizar el trabajo en distintas parcelas situadas en comunidades diferentes a lo largo de todo el año. La vulnerabilidad de los campesinos de una comunidad pende así no sólo de los recursos con que cuenta dentro del ámbito comunal, sino desde una perspectiva territorial más amplia y dinámica urdida por relaciones sociales que traspasan los límites de la propia comunidad. Estas relaciones de parentesco se imbrican con reciprocidad y lealtades que son particularmente fluidas en tiempos difíciles. En las circunstancias adversas de las precipitaciones pluviales que asediaron la zona, varios de los afectados optaron por llamar a la “cooperación social” de sus pares culturales para sobreponerse, de algún modo y hasta donde fuera posible, a los daños provocados por las precipitaciones pluviales. En el caso de Wilfredo Mancco, un campesino indígena de la comunidad de Umasbamba, esas relaciones no pasaron por el “ayni” o la “mink‟a”, que son eficaces en otros contextos, sino por relaciones de producción basadas en el jornal.233 No debemos suponer, de suyo, que la falta de recursos como tierra, ganado o dinero ya hace más vulnerable a un campesino indígena en comparación con otros, ya que no es ese el único instrumental con que cuenta la población local para darle la vuelta a la situación. Hay otras mediaciones sociales que redefinen la magnitud de los impactos de los peligros naturales y las formas de agencia para hacerle frente con o sin éxito. Habituados a menudo a los riesgos climáticos y sin contar necesariamente con muchos recursos medidos con “instrumental económico”, estos sujetos encuentran en la “cooperación social local” una vía por la cual atenuar pérdidas irreversibles, aún cuando no siempre ése sea el caso al nivel de la “comunidad”: Investigadora [I]: Y con las lluvias torrenciales que han ocurrido este año ¿Se han ayudado entre ustedes? A habido digamos organización entre comunidades o entre familias de la misma comunidad Wilfredo Mancco [W]: No, este año como ha caído un poco de la lluvia y más que todo, la máxima autoridad seria el presidente de la comunidad, el no se ha preocupado, ¿no? Otras comunidades se han preocupado bastante, han tenido apoyo por parte de la municipalidad, pero este año para nosotros no hubo, ¿no? eso, quizás no han pensado nuestras juntas directivas de la comunidad, entonces, más que todo este año ha afectado la papa y las viviendas por esta parte, ¿no? Digamos, mi casa, esa parte, aunque usted que ve esa parte esta, en esa parte está zanjada, ¿no? Entonces a mi también mucho me ha afectado entonces, no, nuestra junta directiva no se preocupa, ¿no? No siente, creo que no siente: “Tal fulano está afectado, hay que apoyarlo”. No, no dice. [I]: No, se preocupa [W]: No se preocupa 233
Fioravanti-Molinié, Antoinette (1973) Reciprocidad y Economía de Mercado. El ejemplo de Yucay, en: Allpanchis phuturinqa, Vol. 5, pp. 121-130.
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[I]: ¿Y entre ustedes si se apoyan, digamos, entre las familias? [W]: Entre nuestras familias nomás [I]: ¿O entre los comuneros, entre tus vecinos? [W]: No, entre familias nomás, digamos mi casa esta, esta húmedo ¿No? ya esta las paredes así, entonces mis familiares me dicen, no, hay que hacer esas cosas o hay veces ellos me orientan ¿No? ¿Por qué no haces esto? Porque el agua podría salir a otro lado, así, pero yo pienso de que no podría ser así, porque digamos más tarde, tarde que temprano, quizás nosotros también vamos hacer alguna junta directiva dentro de la comunidad y tenemos la experiencia porque, creo que debemos apoyarnos ¿No? debemos ser unidos en la comunidad, y así quizás podríamos lograr otras cosas, porque así individual, otro por su cuenta, el otro así, no sé, no está bueno para nosotros.
Líneas arriba, el interlocutor llama la atención de que, en una situación como la que él vivió, no fue la “institucionalidad comunal” la que acudió a su auxilio, sino el “ayllu”. La cooperación que no se produce al nivel de la comunidad, se produce, entonces, al nivel de las reciprocidades y lealtades entre parientes y pares culturales que los campesinos altoandinos han consagrado desde tiempos prehispánicos.234 Aunque no dependen inevitablemente de ella para atenuar un evento climático extremo, la comunidad sigue siendo, embargo, el ente que rige la vida individual y colectiva en el espacio local, al intervenir en los sistemas de producción y la administración de tierras, al velar por la seguridad alimentaria y diseñar otras estrategias de acceso a recursos y al intervenir en los procesos de resolución de conflictos. Pero, en los contextos críticos donde la institucionalidad comunal no aparece, los campesinos indígenas encuentran en el parentesco nuclear y ampliado – es decir, en el ayllu - otras mediaciones sociales para hacerle frente a la situación. Son estas relaciones sociales infrapolíticas al interior del grupo social las que pueden permitir, de algún modo, darle la vuelta a la situación, aún cuando la comunidad no se preocupe - como dice nuestro interlocutor - por aminorar los daños que el clima produjo en el último año. Que las formas jurídicoinstitucionales no funcionen en ciertos contextos críticos que los campesinos indígenas deben enfrentar, no significa que otras estructuras institucionales fundadas en sus valores sustanciales no sigan reproduciendo la vida del grupo y sus significados socialmente eficaces allí donde la comunidad brilla en su ausencia o, incluso, allí donde está presente.235 Lo mismo puede valer para lo que hagan o dejen de hacer las instituciones externas con respecto a las comunidades. Los campesinos indígenas agradecen la cooperación social y política cuando verdaderamente se producen sobre la base de la compresión de las limitaciones de su medio alto andino y del respeto por sus formas de vida, pero tampoco se hacen muchos problemas si aquéllas no están. Una red de relaciones sociales globalizadas puede influir en el curso de las territorialidades rurales y la acción estratégica, pero no lo hace tanto como la que ya existe al interior del tejido social de los propios campesinos. El campesinado indígena halla en sus relaciones intra-étnicas un sentido positivo y una seguridad que no pueden ser fácilmente compensados ni sustituidos por la gruesa o delgada brecha que los ubica cara a cara frente al estado y la sociedad mayor:
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Murra, John (1975) “En torno a la estructura política de los inka (1958)”. En Murra, John (1975a) Formaciones económicas y políticas del mundo andino, Lima, IEP, pp. 23-41; Zuidema, Tom (1995) El sistema de ceques del Cuzco. La organización social del capital de los inkas, Lima, PUCP 235 Sendón, Pablo (2008) "Organización social de las poblaciones pastoriles de los Andes del sur peruano: hacia un balance comparativo de un aspecto omitido." Damonte, Gerardo; Fulcrand Terrisse, Bernardo y Gómez, Rosario (eds.) Sepia XII. Perú: El problema agrario en debate. Lima: SEPIA; Sendón, Pablo (2004) Parentesco y organización social en un pueblo de pastores del surandino. Tesis doctoral. Universidad de Buenos Aires [Ms. Inédito]
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Investigadora [I]: En caso de que suceda eso, y digamos el municipio o el estado no los ayuden en el momento en que ustedes lo necesiten, ¿qué alternativa asumirían en ese momento? ¿Qué harían en ese momento? ¿Qué pensarían? Wilfredo Mancco [W]: No, ayudarnos entre nosotros [I]: ¿De qué manera? [W]: En nuestros productos. A veces una persona está afectada entonces, tenemos que, si quizás su casa se ha caído o no tiene su papa, entonces juntarlo para que pueda consumir ese producto.
Existen, pues, formas de agencia campesina que se apoyan en sus propias significaciones imaginarias o tradiciones cuyas dinámicas históricas no son necesariamente reconocidas por los discursos o políticas oficiales, y a menudo se siguen reproduciendo tenazmente a un margen amplio o estrecho del estado y la sociedad moderna. La historia rural a escala local no necesariamente sigue el mismo trayecto histórico de los estados y las instituciones públicas y privadas jurídicamente reconocidas a escala nacional y global, pero puede afectarlo o verse afectada por él.236 En opinión de algunos campesinos indígenas, “ferias dominicales” como las de Chinchero permiten que la gente pueda acceder a recursos ampliamente diversos de zonas ecológicas andinas y amazónicas distantes entre sí, y eso es más importante aún en circunstancias de pérdidas inconmensurables debido a factores naturales pero también sociales. Este hecho es razonable si tenemos en cuenta que las relaciones territoriales y de intercambio entre las tierras altas y bajas proceden de tiempos prehispánicos, aún cuando hayan sido irónicamente invisibilizadas por los modelos territoriales oficiales y ampliamente sugeridas por diversos modelos científicos.237 Al lado del mercado sureño de Sicuani, el mercado de Chinchero es un marco referencial bastante sugerente dentro de la cuenca del Vilcanota de control indirecto de pisos ecológicos. Como en la feria de El Descanso en Canas y de Sicuani en Canchis, en dicha feria confluyen una serie de actores, socios y contrapartes de distintos pisos ecológicos para llevar a cabo formas de intercambio tradicional, comercial y mixto en pequeña escala o al menudeo. Campesinos de diversos “ayllus” cercana o lejanamente circundantes, así como “comerciantes” de Urubamba, Maras, Wayllabamba, Cusco, La Convención y Sicuani, llegan en forma dominical, quincenal o mensual a la feria para hacer trueque o vender sus productos, según el caso, con sus contrapartes locales, es decir, con los campesinos indígenas y los llamados “mistis” del distrito de Chinchero. En tanto es un nexo entre climas y microclimas 236
Con esa inspiración interpretativa, un no muy reciente trabajo llevado a cabo con instrumental arqueológico y referido a los pueblos del altiplano prehispánico, muestra cómo los ayllus Lupaka y Pakaq lograron reestructurar su economía y subsidiar al pastoralismo, pese al colapso del estado Tiwanaku. Cf. Graffam, Gray (1992) Beyond State Collapse: Rural History, Raised Fields, and Pastoralism in the South Andes, En: American Anthropologist, New Series 4 (94): 882-904 237 Renard-Casevitz, France-Marie y Saignes, Th. (1988) Al este de los andes, Lima: IFEA/Quito: AbyaYala; Smith, Richard (2006) García Jordán, Pilar (2001) Cruz y arado, fusiles y discursos: la construcción de los orientes en el Perú y Bolivia, 1820-1840, Lima, IEP; Varese, Stefano (1968) La sal de los cerros: notas sobre los campa de la selva central, Lima, Universidad Peruana de Ciencia y Tecnología; Encinas, M.; Pérez, A.; Alonso, R. (2008), Historia de la provincia de La Convención, Lima, José Pío Aza/CBC; Ricard Lanata, X. (2007a), Ladrones de sombra: El universo religioso de los pastores de altura del Ausangate, Lima: CBC/IFEA; Ricard Lanata, Xavier; Valdivia, Gustavo (2009), Tejedores de espacio en los Andes: itinerarios agropastoriles e integración regional en el sur peruano; Sendón, Pablo (2009) Los ayllus de la porción oriental del departamento del Cusco. Aproximación comparativa desde el Collasuyu, En: Bulletin de l‟institut franҁais d‟études andines, t. 38, N°1; Gade, Daniel (1975) Plants, man and the land in the Vilcanota valley of Peru, The Hague, W. Junk; Gade, Daniel (s.f.) Comercio y colonización en las zona de contacto entre la sierra y las tierras bajas del valle del Urubamba, Perú, en: Actas y memorias del XXXIX Congreso Internacional de Americanistas, Lima, pp. 207-219
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escalonadamente heterogéneos, el mercado es un punto de encuentro en el que la diversidad hace fiesta. De la Convención, llegan especias (piris, achiote, palillo, pimienta y comino), frutas (plátano, naranja, mandarina, níspero, limón, papaya, pera, piña), hortalizas (rocoto), semilla (cacao y maní), fruto (café crudo), cereales (arroz) y caña de azúcar; de Urquillos, Urubamba y Wayllabamba, la gente trae verduras (huacatay, apio, acelga, repollo, orégano, culantro, perejil, ruda) y legumbres (poroto). A todo esto los de Urquillos adicionan hierbas (colaicaballo, violeta, menta), otros frutos (calabaza) y frutas (duraznillo), así como miel de abeja. De Yucay también llegan hierbas (ruda, perejil), cereales (maíz) y miel de abeja. Maras provisiona la feria de sal y, junto con Cusco, añade “manzanas”. Finalmente, al mercado llega gente de Rajchi trayendo más hortalizas (habas) y cereales (trigo y harina de trigo) y de vez en cuando llega gente de Sicuani y Cuzco a vender otros insumos. La cantidad y los costos de estos productos son dependientes del calendario agrícola y de las fluctuaciones del precio en los mercados regionales. La principal motivación de los comerciantes forasteros es dirigirse al mercado de Chinchero con la finalidad de conseguir, por medio del trueque, un producto principal como la papa, y por medio de la venta de los recursos un capital que compense sus costos de producción y transporte. En ciertas circunstancias, sus ganancias dependen del trueque antes que de cualquier otro procedimiento, porque después de hacerlo aún les espera un largo camino por recorrer cuando lleven a comercializar esos productos a otras partes. Más o menos lo mismo calculan los comerciantes de Chinchero y del Cuzco que concurren a la feria. Ellos invierten dinero para obtener más dinero. En cambio, los campesinos indígenas de, por ejemplo, las comunidades de Cuper, Tauca y Umasbamba van a la feria con una interpretación diferenciada cuando no completamente ajena a aquélla. En principio, el mercado de Chinchero es predominantemente femenino. Esta división sexual del trabajo ubica a las mujeres campesinas en una posición primordial en la transformación de la subsistencia de las unidades domésticas y comunidades campesinas de este espectro social. Y, dado que no es el dinero el bien de capital principal que organiza sus vidas, mediante la destinación de “excedentes” a la feria estas mujeres se proponen básicamente cambiar alimentos por alimentos y, con ello, aprovisionarse de productos en período semanales, y, en casos en los que el intercambio es comercial, participar de algún flujo monetario que le permita acceder a otros recursos que sus familias demandan, dada la insuficiencia de la producción agropecuaria local para garantizar la seguridad alimentaria. Desde ese punto de vista, el trueque tiene aquí una doble función. Por un lado, durante ciertos períodos del año o del mes, les permite contar con diversos activos alimentarios que ellos no pueden producir localmente y, por el otro, les sirve como una forma de ahorro, pues dinamiza los excedentes que ellas llevan a negociar el mercado, ofreciéndoles la posibilidad de acceder a otros activos con pequeños ingresos monetarios. Es una forma de arriesgar mínimamente de una manera que sea compatible con la producción local de excedentes, el calendario agrícola y sus diversos ciclos productivos. Es decir, a diferencia de los comerciantes, las campesinas indígenas invierten, intercambian o venden fundamentalmente para su subsistencia. De ahí que en esos mismos espacios se reproduzcan “desigualdades” o “jerarquías” entre socios o contrapartes de un acuerdo establecido al paso, precisamente porque lo hacen desde perspectivas de intercambio distintas: Investigador [I]: ¿Y la cantidad? Por ejemplo, por una arroba de papa, de la selva traes frutas. Yo te entrego la arroba de papas, ¿qué me das a cambio de una arroba de papas? ¿Me estás entendiendo? Víctor Quispe [V]: Nosotros no intercambiamos productos por arrobas, únicamente en porciones, preparamos pequeñas porciones. Margarita Quispe [M]: En porciones. Por una porción de papas nos dan dos naranjas. I: Por una porción, ¿qué cosa les dan?
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V: Lo que deseen las personas. Algunas me piden habas, entonces hacemos el cambio por habas. Si nos piden papas, les damos papas y cambiamos por naranjas. Si queremos, cambiamos por plátanos, naranjas, o también mangos, paltas, las porciones que uno desea. Así cambiamos, por porciones. M: Proporcionando las papas para hacer el cambio, la cantidad es menos de una arroba. Igualmente, traigo la misma cantidad de fruta, que no es equivalente al precio de una arroba de papas. V: Ellos se llevan más cantidad. M: Se llevan más productos y ellos traen menos cantidad. V: Así vengan de diferentes sitios, como del Cusco, es igual. M: Quieren buena porción de papas por cincuenta céntimos. Así grandes, no resulta, no nos conviene por arrobas [I]: Ah ya, ya V: Por arrobas, vendemos por dinero. M: Vendemos, por dinero, vendemos en cinco, soles, seis soles. V: Tres soles I: ¿Entonces ustedes prefieren en porciones? M: Así es V: Así venden en Chinchero.
De forma similar, los fines de semana es posible apreciar en El Descanso, dentro del ámbito de Huacrahuacho, la convergencia de comerciantes y personas de distintas zonas ecológicas y ayllus de varias provincias de la región (especialmente de Canchis, Espinar y Acomayo) para efectuar formas de intercambio tradicional, comercial o mixto de una amplia diversidad de productos agrícolas, pecuarios y fabricados. Hay un espacio predominantemente masculino alejado del centro que está acondicionado exclusivamente para recursos pecuarios, y hay otro, diferenciadamente femenino, situado alrededor de la plaza principal y donde es posible encontrar recursos agrícolas, además de productos manufacturados e industriales. Como en el caso de Chinchero, estos movimientos de intercambio dependen del clima y del calendario agropecuario y festivo de todos los participantes y, en ese sentido, la feria se adapta a la producción local y extra-local y sus relativos rendimientos, constituyendo una forma diferenciada de control indirecto de pisos ecológicos de corta y larga escala. Para estos pueblos, nada puede compensar ni justificar que su forma de vida se siga reproduciendo, sin más, en las fronteras del mercado, mientras la nueva economía política mundial infravalora, por un lado, el enorme aporte que aquél le hace a la humanidad preservando la biodiversidad in situ y ahorrando la energía que la agricultura moderna y la sociedad mayor y su principio de sobre-abundancia derrochan por doquier.238 Pero, para ellos tampoco son transferibles esas experiencias subalternas de reconocimiento, no exentas de desigualdad, que ellas experimentan en los “poros” de su ámbito local. La feria no tiene un carácter estrictamente material, sino también un componente sociocultural significativo. Este “sistema de adquisiciones de pequeña economía” es, sin duda, un momento de reproducción de su subsistencia, pero no deja de ser también un momento de reproducción de una forma de ser que consagra la reciprocidad y las lealtades interpersonales como aquello que le da un sentido a sus vidas en las difíciles condiciones del terreno alto andino, más allá del ámbito local y a un relativo margen de la economía mundial. Mediante esas “constelaciones territoriales” entre distintos “archipiélagos ecológicos”, los campesinos alto andinos amplían su base de activos, pero, a la vez, renuevan “lealtades” o “interacciones sociales” con socios o contrapartes situados en espacios relativamente distantes entre sí. 239 Así como ellos 238
Martínez Alier, J. (1995) De la economía ecológica al ecologismo popular, Montevideo: NordanComunidad/Barcelona: Icaria; Martínez Alier, J.; Schlüpmann, K. (1991) La ecología y la economía, México: FCE 239 Refiriéndose al “mercado de Chinchero”, Esteva-Fabregat lo resume así: “Este es un momento en el que puede advertirse cómo estas mujeres sienten estar dentro de un sistema de oportunidades, el del mercado, en el cual se sumerge su personalidad, y en el cual asimismo emerge cuando constata que se
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experimentan el hecho de estar, al menos, dentro de los umbrales del mercado mundial y regional, pese a su marginación redescubren el sentido del honor que les da una particular forma de ser y de producir socialmente sus territorios. En efecto, estas constelaciones que vinculan distintos ecosistemas conforman una “extensa malla” de “relaciones sociales” que dotan de un carácter peculiar o diferenciado a la región del Cuzco, pues subsisten a las dinámicas territoriales oficialmente reconocidas, o abiertas por la modernización, y van más allá de enfoques como los de “microcuenca” que, sin perder su rigor, no siempre capturan el sentido que las comunidades locales les dan a sus territorios y a sus estrategias translocales de acceso a recursos. J) Migraciones Al menos desde la década del 40 del siglo pasado, las grandes migraciones hacia diversas ciudades del país han venido siendo parte de las estrategias de posicionamiento de los campesinos frente a los cambios domésticos y globales. Entre otras cosas, esto ha representando la pérdida paulatina de fuerza joven de trabajo para el manejo de diversos ciclos productivos y la reducción del índice de presión demográfica a nivel local, a cambio del crecimiento poblacional de las ciudades y la multiplicación de sus sistemas de necesidades y riesgos. Establecer una relación de causalidad sobre estas opciones es harto difícil, pues los fines, las circunstancias y los contextos en los que esta acción social aparece, son altamente dinámicos y heterogéneos a lo largo del espacio y el tiempo. Dentro de la literatura sobre adaptación al cambio climático, pocos autores suscriben la “migración” como una posibilidad no descartada por la gente, quizá porque sería impopular o porque no sería una propuesta aceptable dado que, salvo excepciones, ningún estado llevaría a cabo políticas pro-inmigración.240 Pese a ello, los campesinos indígenas de estas comunidades, que conocen mejor que nadie lo que es aprender a vivir en condiciones donde son escasas las opciones, consideran la posibilidad de que sus hijos sigan esa tendencia en el corto y largo plazo, pero no de forma lineal ni necesaria y no como resultado automático de los estresantes climáticos o los peligros naturales: Investigador [I]: ¿Qué es lo que están pensando en el futuro ustedes? ¿Ser más ganaderos, antes que agricultores, o las dos cosas? Wilfredo Mancco [W]: No, para más futuro, sería para mí, ahí hay niños, ¿no? Creo que ellos ya no deberían ser campesinos, ¿no? Si no, orientar a esos niños. Quizás podrían ser mucho mejores. Son personas de otra visión quizás, porque la misma cosa seria, porque si toda la comunidad se dedicaría, seria mucha competencia también, y ahora que nosotros, ahora creo que hay interoceánica, tratado de libre comercio, entonces por lado de, así que entre la carne, entonces está ya, va a bajar ya también entonces, no, no sería bueno, orientarlo a esos niños ya, deben seguir en sus estudios más que todo I: ¿Y tu quisieras que tus hijos ya no sean campesinos? W: Si, ya, quizás nuestros padres nos ha apoyado ¿No? en la educación, hasta el colegio ¿No? porque ellos no tienen la suficiente economía, pero nosotros somos jóvenes y ya pensamos de otra forma, nuestros hijos ya no deben ser ya como nosotros, si no mucho mejor ya. Para mí, con la gente que vive en la ciudad, trabajan, caminan limpios, pero una persona que está en el campo, hay veces está dedicado a la chacra, diario está agarrando la tierra, está un poco sucio, ¿no? Ahí veces, esa es la defensa que tengo. A veces, ellos comen, tienen la ha experimentado positivamente a sí misma en el contraste con otros individuos. La negociación del trueque es, en tal caso, una experiencia más personal e intransferible que la de los precios fijos y el pago en dinero, especialmente porque en dicho trueque la personalidad juega un papel activo, al lograr para sí reconocimiento de reciprocidad, siendo que este intercambio es también un modo de sentirse parte del sistema dialéctico de la sociedad.” Cf. Esteva-Fabregat, Claudio (1970), Un mercado en Chinchero, Cuzco, en: Anuario Indigenista, Instituto indigenista interamericano, vol. 30 (1970: 213-254), p. 247 240 Orlove, Benjamin (2005) Human adaptation to climate change: a review of three historical cases and some general perspectives, En: Environmental Science and Policy 8 (589–600), p.599
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suficiente economía, comen la comida que les gusta, pero, aquí en el campo y también comemos papa sancochada, sus habas tostadas, su ají, nada mas, ¿no? En las mañanas una sopa, medio día papa sancochada, en la tarde la cena, así nomas nosotros, pero las personas que viven en la ciudad ya también en las mañanas toman su desayuno, medio día su almuerzo, ¿no? Una comida quizás, y calidad no sé. Entonces esa es la diferencia que hay.
Cuestiones más profundas como las políticas económicas, la marginación socioeconómica, la discriminación étnica, los conflictos sociales y los proyectos ciudadanos de los campesinos, influyen en la decisión de los individuos y las familias, pero tampoco las determinan. En efecto, con la misma fuerza que los campesinos se ven lanzados a fluidas migraciones – permanentes o estacionales -, no claudican a su identidad étnica o una forma de ser intransferible e irrenunciable cuando deciden permanecer, retornar y continuar persistiendo y aprovechando las adversas y diversas condiciones ecológicas de los espacios andinos. Las migraciones urbano-rurales hablan del profundo conflicto cultural que viven los campesinos, y continuar con la reproducción física y social de su forma de vida en contextos sociales, económicos y políticos que los alcanzan, también. Presiones locales y globales contribuyen a desvalorizar o bien redefinir las antiguas ventajas vinculadas al escalonamiento de pisos altitudinales y a poner en cuestión la viabilidad de sus formas de vida en los andes, pero las mismas condiciones de riesgo, inseguridad e incertidumbre que fabrica la modernización y la globalización económica ponen a prueba esas aspiraciones. Hace mucho tiempo una porción social amplia del mundo rural se impulsa hacia las ciudades y, sin embargo, seguimos teniendo formas de vida no modernas en los andes, aunque sean minoría. Con esta tenaz actitud, que no se deriva de los programas de desarrollo ni de movimiento étnico alguno, los campesinos indígenas muestran que las dificultades naturales y humanas que han tenido a lo largo de su historia, y que adquieren nuevas condiciones en un contexto de relaciones globalizadas más extendidas, no han impedido que ellos sigan encontrando en esos espacios, definidos por una gran permeabilidad a los desplazamientos y por condiciones ecológicas habitables, una forma de vida dura pero sensata, modesta pero digna. Ésta parece ser una tesis que refuta la anterior con una fuerza no menor con que los campesinos no ven su futuro únicamente en la ciudad ni en la recuperación o construcción de las obras de infraestructura, sino en los territorios y las significaciones imaginarias locales que han hecho posible sus vidas desde tiempos remotos. Aunque esto debería ser más estudiado, la última palabra al respecto la tienen los propios campesinos: Investigador [I]: ¿Cómo ves tú vuestra vivencia en el futuro? ¿Cómo ves la vida de las comunidades de Umasbamba, Tauca, Ccorcor? Braulio Quispe [B]: Nosotros, con miras al futuro, lo que más queremos es conservar el agua. Como sabemos, podemos hacer salón comunal, la carretera, pero esas cosas se acaban; en cambio, con el agua y las plantas la vida de la gente definitivamente no podrá acabarse. Pero 50-70% queremos hacer represas y reforestación. En Taucca queremos la mayoría. [I]: ¿Y en Umasbamba y Curcur? [B]: No sé. [I]: ¿No han conversado con ellos? [B]: No; solamente dentro de nuestra comunidad luchamos por eso. Tenemos la laguna de Chinchac que nunca se seca. Mis compañeros comuneros me dijeron para traer toda el agua de esa laguna solamente para nuestra comunidad. Pero yo, como cabeza o dirigente, les dije: “Hermanos, eso no se los voy a permitir, porque nuestra agua es riqueza”. Y con eso mucha gente se quedó disconforme. La gente decía que hay que secarla de la laguna. Entonces yo les dije: ¿Y con qué van a vivir nuestros hijos? De esa manera, ellos reflexionaron y se dieron cuenta.
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2. La acción estratégica campesina en un contexto local de industria extractiva Por ser el más largo y probablemente por llevar más cantidad de agua, el canal que conecta las fuentes de agua de Chinchero con el Cuzco ha tenido una importancia social cardinal desde tiempos remotos.241 Desde que se inició el proyecto de modernización del canal en la década de los 40s, no pasó mucho tiempo para que ese objetivo fuera asumido por la Empresa Prestadora de Servicio de Agua de Lima ESAL (hoy sólo SEDA CUSCO) en la década del 70. Conforme ha ido creciendo el sector urbano del Cusco y su gradual demanda de agua, la empresa ha ido adoptando medidas paulatinas para modernizar la extracción del agua de la laguna, de otras fuentes localizadas en la microcuenca Piuray-Ccorimarca y, finalmente, de las fuentes fluviales de otras zonas ecológicas de la región para su consiguiente distribución en varias zonas de la ciudad. Pero, en las últimas décadas, estas iniciativas han dado origen a un conflicto que, en el caso de Piuray-Ccorimarca, involucra a la empresa municipal del Cusco, a la Municipalidad de Chinchero y a las comunidades campesinas de dicho distrito. El caso muestra las disputas entre los valores comunitarios de las comunidades étnicas y los intereses territoriales de un estado moderno, dos poderes éticos que, en países descolonizados, descubren su interdependencia al enfrentarse con la misma fuerza con que antes sólo se miraban como extraños. Los conflictos se activaron con fuerza desde que las actividades de la empresa SEDA CUSCO, además de otros factores topográficos, geo-dinámicos y climáticos, desencadenaron sucesivos deslizamientos y pérdidas inconmensurables en términos de costos-beneficios en los activos-base de las comunidades campesinas cuyos territorios alcanzan las frágiles tierras ribereñas de la laguna de Piuray. El inicio de los deslizamientos se produjo en 1988 al norte de la laguna, en la comunidad de Pukamarca (Cuper), y continuó en el año 2000. En 1999, se produjo otra serie de deslizamientos en Pongobamba, en la orilla sur de la laguna, que se prolongó hasta el 2000. A mediados de ese último año, asistimos, por último, a otra cadena de deslizamientos en la ribera este de la laguna, en la comunidad de Ocutuan. A esas alturas, el conflicto era inevitable.
Imagen 5.1. Deslizamiento de la laguna en el sector de Pukamarca /Archivo MIMA 2000/ IMA; PRONAMACHCS 2001: 24
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Sherbondy, Jeanette (1982) The canal systems of Hanan Cusco. Tesis para Ph.D., University of Illinois, Champaing Urbana
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Imagen 5.2. Deslizamiento de tierras en sector de Pongobamba/Archivo MIMA 2000/ IMA; PRONAMACHCS 2001:25
En efecto, según el PRONAMACHCS, hasta ahora se han perdido 22.09 has de cultivos, repartidas entre las comunidades de Pukamarka, Pongobamba y Ocutuan. Asimismo, se prevé que la situación de los deslizamientos se agrave en el futuro. En Pukamarka, las grietas indican fallas que dentro de 50 años habrán afectado 95 m de longitud en la ribera lacustre; en Pongobamba, las grietas en las cabeceras de los deslizamientos favorecerán la afluencia de lluvias e indican que, dentro del mismo período señalado para el caso anterior, los peligros geológicos continuarán y producirán 170m de deslizamiento de ribera; finalmente, las grietas en Ocutuan indican peligros geológicos en ese mismo lapso de tiempo, donde se verán afectados 145m de longitud de ribera.242 No cabe duda que factores como la actividad sísmica, la condición limosa-arcillosa de los suelos, su bajo grado de cohesión, su humedad y su sobresaturación debido a las lluvias, son potencialmente favorables para haber provocado erosiones y para seguir advirtiéndolas en el futuro. Pero, según el PRONAMACHCS, existe un dato decisivo para atribuir los motivos más fuertes de estos accidentes a la presión sobre la laguna por parte de SEDA CUSCO. En los primeros años del 2000, se observa que existe un desequilibrio entre la cantidad de agua que sale y la que entra a la laguna. En efecto, las entradas de agua a la laguna suman 5`990, 046, 505.4 litros/año, y sus salidas suman 6,590`682,206.8 litros/año. Es decir, hay un déficit de 600,635.7 m 3/año, lo cual explica la reducción del nivel del espejo de agua y, por tanto, los deslizamientos recientes.243 Luego, un balance del espejo de agua de la laguna en escalas que van de 1985 al 30 de julio de 1994 muestra que en todas las escalas el nivel de espejo de agua ha ido descendiendo paulatinamente desde 1985, precisamente poco antes de que comenzaran los primeros deslizamientos en las riberas lacustres. Estos procesos continuaron en los primeros años de la década del 90 y en el período que va de sus últimos años a los primeros lustros del presente siglo. Aunque no nos ha sido posible obtener información directa de SEDA CUSCO, debido a la escasa disposición que algunos de sus representantes han tenido para abordar algunos temas con nosotros, éstos han ofrecido información a otros interlocutores con una relevancia que nos parece pertinente traer a colación aquí. Haremos esto aunque los límites de nuestra interpretación residan en fuentes secundarias, porque los discursos extraídos parecen bastante coherentes con lo que nosotros recogimos in situ.
242 243
IMA; PRONAMACHCS 2001: 24-26 IMA; PRONAMCHCS 2001: 67; PRONAMACHCS 2004: 114-115
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Los representantes de SEDA CUSCO no descartan explícitamente la evaluación antes descrita, pero sugieren tomar en cuenta otras variables y llevar la discusión a otro terreno. Según Valcárcel (2005), los funcionarios de la empresa mentan que ellos no han hecho pocas cosas para reducir los impactos ambientales sobre la laguna de Piuray, llevando a cabo acciones que nosotros podemos llamar “directas” e “indirectas”. En lo que concierne a acciones directas, los empresarios señalan que en la laguna de Piuray cada año se hace un mantenimiento integral de sus orillas, de sus riachuelos tributarios, y de las tuberías de captación y abastecimiento de agua. Desde el punto de vista socioambiental, los representantes de la empresa arguyen, además, que, aunque no cuentan con un Estudio de Impacto Ambiental, cumplen con ejecutar un sistema de monitoreo mediante estudios bacteriológicos del agua, y con conducir un programa de “educación sanitaria”, a fin de reducir los impactos de la población local sobre la calidad de este recurso, precisamente porque debe ser destinado, en óptimas condiciones, a los consumidores de la ciudad del Cusco. Por otro lado, la empresa refiere haber efectuado otras acciones que reducen los impactos ambientales en Piuray de manera indirecta. En tal sentido, señala que, con el Plan Maestro (un proyecto que desde 1998 consiste en aprivisionar de agua a la ciudad del Cusco mediante el “sistema Vilcanota”), lo que se ha hecho es descargar la sobre-explotación de la laguna de Piuray restringiéndola a ser la fuente de agua que satisface al 55% de la población de la ciudad del Cusco, mientras que el otro 45% recibe agua del río Vilcanota.244 Debido a ello – le dicen los agentes de la empresa a Valcárcel -, la laguna ha recuperado totalmente su nivel de espejo de agua, después de los impactos ambientales que se produjeron mayormente en el período 1990-1991 y que - añaden – coincidió, no por casualidad, con el Fenómeno del Niño de entonces. Asimismo, señalan que SEDA CUSCO ha recibido la concesión de la explotación del recurso hídrico por parte del INRENA (Hoy Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas – SERNANP), pagando la tasa correspondiente que bien podría ser aprovechada con fines ambientales, de modo que son las instituciones públicas las que deben atender las demandas y los reclamos de la población local, y no la empresa. Antes bien, los empresarios aclaran a Valcárcel que las medidas de presión llevadas a cabo por la población local en contra de su empresa, tiene como propósito fundamental obtener “beneficios económicos inmediatos” que esta última no puede proveer por razones legales y económicas que perjudicarían su estabilidad jurídica y empresarial. Pese a ello, los representantes de la empresa arguyen haber tenido, finalmente, distintos espacios de diálogo con la población local y con las autoridades correspondientes, logrando acuerdos para el desarrollo de algunas actividades o programas en el marco de las funciones y atribuciones de SEDA Cusco.245 De las actitudes proposicionales de los representantes de SEDA Cusco obtenidas por Valcárcel, se pueden deducir varias cosas. La empresa aparece no sólo como entidad prestadora de servicio de agua potable de “calidad” a la ciudad del Cusco, sino como entidad que “cumple” con la ley y que, adicionalmente, presta “servicios ambientales” a la laguna de Piuray. No es materia de este trabajo discutir la calidad de su servicio a la ciudad ni su conformidad o no con el sinnúmero de disposiciones legales de corte ambiental vigentes en el país, de modo que aquí nos referiremos sólo al último aspecto, toda vez que tiene significativas implicancias para la población local. Empecemos por la tesis más fuerte. En primer lugar, SEDA Cusco advierte que los deslizamientos más fuertes que ha sufrido la laguna de Piuray se han producido en el 244
De la laguna de Piuray y los manantes de Ccorcor, se satisface de agua al distrito del Cusco y sus cuatro barrios (Santa Ana, San Pedro, San Blas y San Cristobal), así como al distrito de Santiago. El resto de distritos se abastece de agua del Sistema Vilcanota. 245 Valcárcel, Laura (2005) Percepciones, actores locales y el servicio ambiental que presta la laguna de Piuray. Tesis de maestría. FLACSO-Ecuador, pp.108-116
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período 1990-1991 y vinculan de manera superficial este asunto con el Fenómeno del Niño. Pero, como lo vimos anteriormente, a partir de los datos recogidos por el PRONAMACHCS (Véase: Supra), los deslizamientos comenzaron en 1988, después de que ya se notara una significativa reducción del espejo de agua desde 1985, y continuaron hacia fines de los 90s y principios del 2000. Llama la atención, asimismo, que los pobladores locales no hablen de deslizamientos en el período 1990-91 (Véase: Infra) y que la empresa omita los deslizamientos producidos en otros períodos, así como la reducción del espejo del agua que corrieron parejos con ellos, como lo muestra el cuadro de nivel de agua tomado de la base de datos de la propia empresa. Por último, la posibilidad de una relación entre los deslizamientos del período 19901991 y el Fenómeno del Niño, queda descartada porque durante ese período no sólo no ha habido Niño según la comunidad científica, sino que, en el caso hipotético de que hubiera sido así, la población no ha notado lluvias torrenciales o acrecentadas precipitaciones que hayan impedido el natural desarrollo de los cultivos. Más bien, este período destaca para ellos como un mal año desde el punto de vista de las fluctuaciones de los precios de ciertos productos en el mercado. Estos incidentes no sufrieron, sin embargo, reparaciones correspondientes, salvo las retribuciones monetarias que la Municipalidad Provincial del Cusco hizo en 1988. 246 Igualmente, tampoco la laguna ha sido objeto de mantenimiento por parte de la empresa, como se lo han hecho saber a Valcárcel los pobladores locales en otro momento.247 Ccorcor, uno de los anexos de Umasbamba, de cuyos manantes SEDA CUSCO también extrae agua para abastecer a la ciudad del Cusco, es un grupo que ha experimentado estas formas de discriminación más sofisticadas como otras de las tantas comunidades de la microcuenca. Ellos señalan que no sólo su comunidad, sino el comité de microcuenca también han sufrido ciertos maltratos cuando solicitaban apoyo a la empresa y ésta hacía promesas de reforestación. Estos hechos, sin duda, han acrecentado el sentimiento moral del resentimiento en los campesinos indígenas de esta zona. Otras formas de desprecio o agravio más explícitas, en las que han venido incurriendo algunos representantes de la empresa frente a la gente del lugar, agravaron esa situación, según lo atestigua uno de los actuales regidores de la Municipalidad: Graciano Cusihuamán [48]: De repente, yo no soy el perjudicado directo, ni siquiera es mi comunidad [Simatauca], pero no por eso, tenemos que trabajar en beneficio o en contra de nuestros sectores. Por ejemplo, nosotros hemos hecho una trocha carrozable en la anterior gestión (yo estoy hablando como comunero, ¿no?). En esa oportunidad tuvimos la suerte de visitar las oficinas de SEDA Cusco. Todavía no era yo regidor para solicitar esa trocha (no es trocha, perdón, es una carretera afirmada). Entonces necesitamos hacer alcantarillas. Necesitábamos hacer varias alcantarillas, un aproximado de 5 cantarillas grandes para que pasen más o menos ríos de buen caudal. Entonces, yo he visto, yo he palpado, cómo nos trata la empresa SEDA Cusco. Nos dan material que está en desuso, que para nosotros era basura (Discúlpame la expresión). Porque nos querían dar unos materiales de diferentes diámetros y rotos. Entonces ya cuando estuve como regidor hemos planteado: ¿Por qué SEDA Cusco? Porque el otro problema de la población de la microcuenca es que solamente SEDA Cusco se está avocando a extraer agua de la laguna. Y hemos considerado nosotros, en nuestro idioma de repente diríamos: “¿Por qué SEDA Cusco se dedica solamente a ordeñar la vaca, por la leche? ¿Y? ¿No da ni una paja a la vaca? No hace nada para mejorar, para cuidar la vida de la laguna, mucho menos hace por los pobladores”. No aporta en sus proyectos. No tiene presencia pues SEDA Cusco. Esa era la preocupación.
Estas formas de violencia simbólica o racismo constituyen el lado más oscuro e inconmensurable del impacto socio-ambiental. Son formas de vulnerabilidad que no se pueden medir en términos de costos-beneficios o “pagando” algún impuesto ecológico 246 247
Diálogo con Pedro Condori, presidente del Comité de Gestión de la Microcuenca Piuray-Ccorimarca Valcárcel, Laura 2005: 91
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a través de algún “servicio ambiental” o un programa de “educación sanitaria” en nombre del crecimiento económico. Hay un margen de inconmensurabilidad cuando la población se expone a las ofensas de la empresa, porque para ella lo que está en juego es su propia existencia, su bienestar, su identidad étnica.248 En un mundo donde escasean las opciones, decirle a la empresa que coopere es lo menos que le pueden pedir poblaciones o minorías étnicas que corren el riesgo de empeorar su situación con la misma fuerza con que la empresa acrecienta sus ganancias. En segundo lugar, así como no existe un estudio de impacto ambiental hasta la fecha, sino algunos bocetos de daños referidos a los deslizamientos hecho por otras instituciones, SEDA CUSCO sugiere que su “sistema de monitoreo” y su programa de “educación sanitaria” son una clara muestra de “servicio ambiental” a la laguna de Piuray-Ccorimarca, del mismo modo que lo es el hecho de que ellos hayan reducido las “exacciones” a la laguna, buscando otras fuentes de agua en otras zonas de la región del Cusco para abastecer a la creciente ciudad. Pero, obviando lo que dijimos del racismo anteriormente, para cualquiera que no sea ducho ni experto en la materia, el supuesto “control de la calidad del agua”, no es nada más que la acción que cualquier empresario sensato haría para colocar mejor su producto en el mercado mientras sus clientes virtuales proliferan al ritmo con que crece la ciudad, siempre que cumplan con los estándares de calidad públicamente regulados y que estén a la altura de las expectativas de los consumidores, y mientras no haya otras empresas que rompan el monopolio de la suya cumpliendo las mismas expectativas de calidad y compitiendo en el terreno de los precios. La “educación sanitaria” tiene el mismo propósito aunque con el saldo de responsabilizar, primero, a la población campesinoindígena por una supuesta “falta de educación” en cuanto a mantener en buen estado la calidad del agua de la laguna. La visión medioambiental neoliberal de los paisajes andinos tiende a imponer valores medioambientales a través de la educación y la autoregulación como un hábito personal, denunciando la falta de “conciencia ecológica” de la población.249 Partiendo del supuesto de que los campesinos no tienen la capacidad para pensar en los problemas ecológicos de la laguna, la empresa aparece como moralmente invicta. Pero, sabemos que, antes que ambientalista, la “apariencia moral” de la empresa reside en el hecho de que se propone básicamente controlar el producto que sale al mercado y que cada vez es demandado por más gente, y no la laguna de Piuray, mientras que los campesinos aparecen sutilmente como los primeros responsables de la “degradación ambiental” a nivel local, en un balance análogo al del Informe Bruntland de 1987. En tercer lugar, el hecho de buscar otras fuentes de agua para el Cusco, reduciendo así los niveles de explotación de la laguna, revela que efectivamente la laguna está sufriendo “salidas” [outputs] que no son reductibles ni irrisorias, después de varios deslizamientos que la empresa atribuye a otras fuentes. Más aún, al mismo tiempo esta situación abre otras preguntas sobre los impactos que ya se pueden estar produciendo o que se producirán en otras zonas ecológicas de la región, de las que se obtienen otras fuentes de agua, como la cuenca del Vilcanota, donde encontramos también otras comunidades campesinas que usan no sólo esas aguas, sino el territorio en su conjunto.250 De esa forma, incluso en el supuesto de que con esa estrategia se 248
Como dice Levinas, la vulnerabilidad también se muestra allí desde el momento en que un sujeto se expone a otro como una piel se expone a aquello que la hiere, como una mejilla ofrecida a quien la abofetea. El Decir descubre al sujeto que habla o solicita algo, como se descubre en el momento de descuidar las defensas, de abandonar el abrigo, de exponerse al ultraje; en suma, como ofensa y herida. El sujeto corre ese riesgo con la posibilidad de una respuesta absurda o sin sentido por parte del otro.Levinas, Emmanuel (1987) De otro modo que ser, o más allá de la esencia, Salamanca, Sígueme, pp.102-103 249 250
Mayer 1994: 353-4 Gade 1976
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redujera un riesgo o un problema en Piuray, a cambio se pueden abrir u ocultar nuevos riesgos y conflictos en otros espacios de la región del Cusco con el mismo ritmo con que la empresa se ve obligada, si no quiere colapsar, a ubicar, tan pronto como pueda, otros archipiélagos extractivos que no sirvan nada más que para responder al consumo de la creciente población y su progresiva demanda hídrica en la ciudad. De esa forma, podemos tener una redistribución del riesgo a escala regional en nombre de más agua para una porción social dinámica y creciente a nivel local. Estas amenazas vienen influyendo en la forma y la intensidad con que la gente debe enfrentar otra serie de amenazas naturales y humanas a nivel local, pero también redefinen las relaciones estructurales entre las poblaciones rurales y urbanas de la región para determinar los factores de fondo que crean condiciones de vulnerabilidad. En cuarto lugar, la empresa suscribe que las comunidades únicamente protestan o reclaman porque se proponen obtener “beneficios económicos inmediatos”, y que ella no puede hacer nada al respecto porque contraviene su estabilidad jurídica y empresarial. Es decir, bajo la sombra de ese discurso, los campesinos no sólo tienen poca o ninguna “conciencia ecológica” para solucionar los problemas ambientales, sino que sus miras no van más allá de solicitar recursos. Así, la empresa reduce el auto respeto y sentido de justicia de las poblaciones locales a una suerte de entendimiento crematístico de costos-beneficios, cuando, a decir verdad, ellas no sólo no obtienen nada del saldo neto de beneficios que sí obtiene la empresa por el servicio, sino que estas poblaciones padecen los costos de los graves daños a sus condiciones de existencia a cambio de mayores beneficios para otros. Decir que la gente únicamente quiere obtener ventajas económicas de sus pérdidas cuando defiende sus territorios y sus intereses colectivos es suponer con cierta ingenuidad que la gente ganaría más con la degradación ambiental que sin ella. Pero, no es el cálculo de las ganancias lo que inspira la acción de protesta de estas poblaciones porque, a decir verdad, ya perdieron demasiado. Lo que se lesiona aquí su sentido de justicia, al ver amenazado su forma de vida indígena en nombre de una acumulación de capital para la empresa y de una maximización de beneficios y comodidades para las ways of life [formas de vida] de los que viven en la ciudad. Parece un “reduccionismo economicista” obviar las ofensas que la población recibe por parte de la empresa estatal y el sentido de justicia y reciprocidad que ella impugna cuando le exige a la empresa que la respete. Finalmente, la empresa suscribe, contraviniendo la idea de que ella ofrece servicios ambientales, de que las responsabilidades no son suyas, en el peor de los casos, sino de otras instituciones del estado. No miente la empresa cuando señala el papel que juega el estado frente al uso de los espacios, pero entonces ella no sólo confiesa su falta de ambientalismo, sino que transfiere la responsabilidad política de los daños a otras instituciones públicas, culpabilizándolas, en el caso de no hacer nada o muy poco, de los perjuicios que otra institución pública del Cusco produce contra el territorio y las formas de vida que lo habitan. Esto confunde el carácter público de la institucionalidad oficial, allí donde las instituciones no asumen responsabilidades con los ciudadanos y se las atribuyen a otras. De ser así, estamos aquí ante un estado con una versión local muy extraña: un estado bifronte que, a la vez que es un partícipe de las presiones especulativas de los mercados, claudica, al menos en este caso, a todo control político de la economía. Con ello, la empresa lleva los conflictos socioambientales a la arena de otra expresión local del estado, y deja a éste, no la última, sino al menos la primera palabra. En esa vena, en el 2004 la Municipalidad de Chinchero decide iniciar gestiones para proponer a SEDA CUSCO compartir el uso de otra fuente de agua - los manantes de Ccorcor -, aprovisionar de agua a su zona urbana y realizar el saneamiento básico de las comunidades que están dentro de su jurisdicción, en particular en las de la microcuenca Huaypo Yanacona y, excepcionalmente, en uno de los sectores de la
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comunidad de Cuper. En parte, la idea era cobrar impacto ambiental con más agua para el distrito. Una vez aceptada esa solicitud por parte de la empresa, la Municipalidad distrital de Chinchero, diversas organizaciones locales y la Asociación ARARIWA deciden, en el 2006, hacer llegar a SEDA CUSCO un Proyecto de Rehabilitación, Mejoramiento y/o Ampliación de los Sistemas de Agua y Saneamiento del distrito de Chinchero, donde se especificaba el caudal de agua requerido para satisfacer mínimamente las necesidades hídricas de la población. Acto seguido, la empresa decide formar un Comité Técnico encargado de elaborar el suministro de agua para la zona urbana de Chinchero y de hacer la evaluación preliminar del sistema de saneamiento de las comunidades. Eso arrojó como resultado la “Propuesta de Disponibilidad de Caudal Máximo Diario Distrito de Chinchero – Zona Urbana” (con la cual la empresa SEDA Cusco se compromete a ofrecer caudales escalonados de agua, de acuerdo con el crecimiento poblacional de la zona urbana) y un perfil de “Sistema de Saneamiento del Poblado de Chinchero – zona comunidades”, previa suscripción de un convenio con la Municipalidad.251 Pero, el intervalo del cambio de gestión municipal paralizó este proceso por poco tiempo y volvió a aparecer en el primer Presupuesto Participativo de la nueva gestión municipal que se llevó a cabo en el 2007. Allí se hizo una evaluación sobre la disponibilidad de agua y uno de sus resultados fue la decisión municipal de retomar las negociaciones con SEDA Cusco. Sin embargo, los problemas se agudizaron a propósito de la firma del convenio cuyo propósito era, en principio, que la Municipalidad pueda disponer de más fuentes de agua para sus desabastecidas zonas de Huaypo Yanacona y lo que los actores locales llaman su “centro poblado” o su “zona urbana”, además del sector de Pukamarca de la comunidad de Cuper. En efecto, en el año 2008 la Municipalidad decide iniciar acuerdos con SEDA Cusco para llevar a cabo en el mes de julio la firma aún pendiente del referido convenio, con la participación del Comité de Gestión y del Comité de Defensa de los Recursos Naturales de la Microcuenca Piuray-Ccorimarca. Pero, sobre la marcha de las negociaciones, sólo la Municipalidad y SEDA Cusco firmaron dicho documento, y no así ambos comités. Un punto de vista sobre las razones que llevaron a firmar y a no firmar el convenio por todos los involucrados lo ofrece nuevamente el alcalde de Chinchero: Investigador [I]: ¿Qué es lo que ustedes le plantean a la empresa y qué es lo que la empresa les plantea a ustedes? Humberto Huamán [H]: El convenio es bien claro. Solamente habla de que nos tiene que dar agua y toda, cualquier mejora, o cualquier otro acondicionamiento, tiene que ser bajo el conocimiento, primeramente, de la Municipalidad y toda la población [I]: ¿Y toda la población estuvo de acuerdo en firmar el convenio? [H]: Toda la población estuvo de acuerdo, pero finalmente había dos dirigentes que caminaron cuando ellos mismos eran partícipes en este grupo, cuando ellos mismos han firmado en el acta, la verdad lo tomaron políticamente, porque para mí era mucho ya. Hablaron por toda la microcuenca que se estaba vendiendo el agua. Ellos dijeron que se estaba vendiendo el agua. Yo no entiendo de qué manera se vende el agua. Pero, ¿acaso es la primera vez que va el agua al Cusco? Son ya años, desde los 70s creo que va algo más de 300 l/s. ¿Y por qué no ha no han hecho eso antes, en otras gestiones? ¿Por qué dicen que en mi gestión se vende el agua? [I]: ¿Cuál es el objetivo del convenio? ¿Que la empresa se compromete a dar agua al distrito o hay otro? [H]: No tanto, no hay condiciones. Nosotros hemos pesado hacer tras bases de recarga de la laguna. La preocupación es esa: la recuperación de la laguna. En el mismo convenio dice que se debe traer agua en época de lluvias de toda la quebrada de Urquillos. Queremos que se recupere la laguna de Piuray como lo han hecho con Huaypo. Huaypo ha sido recuperada un rato cuando estaba por secarse, pero felizmente la naturaleza es sabia y se ha recuperado la 251
Para una descripción más detallada de los acontecimientos, véase: Quispe, Lisbeth (2007) Gestión del uso del agua en el sector urbano y rural en el ámbito de la EPS SEDA CUSCO: Caso Korkor, Cusco, CBC, pp.13-20
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laguna de Piuray, por lo menos, no en un 100%, pero sí en gran medida, no todo. Eso ha sido hacia lado de Piuray, Pongobamba y Ayllupongo. Entonces cualquier modificación que quería hacer la empresa, mejoras, o algo, debía ser con previa coordinación, con las tres partes, con la municipalidad de Cusco y con las municipalidades. ¿Estamos en lo correcto? Estamos en lo correcto. Ello no están diciendo: “¡Oye, fírmame este contrato y yo hago lo que quiero!” No. Estamos haciendo esto respetando toda la institucionalidad. [I]: Y, entonces, si hubo dos personas que no firmaron, ¿qué pasó con el convenio? [H]: Igual firmamos, creo que no importó la parte política ni la oposición. Y creo que David Valenzuela entendió y vio la cruda realidad y dijo: “Humberto: firmamos”. Claro, ellos dijeron que el alcalde había firmado a espaldas de la población. Y querían que la población se divida en dos partes: en parte Huaypo-Yanacona y en parte Piuray-Ccorimarca. Este tema social para cualquier obra era un obstáculo. Por el calor, me vieron mal. Y creo que el tiempo les ha dado la razón. Aquel tiempo les han engañado, que el alcalde está vendiendo el agua. Lo que hemos dicho, esa es la verdad. Pero, ahora, felizmente, este problema se ha superado. Ya está superado, ya no hay esa cosa.
Sobre la base de esta interpretación, no podemos deducir fácilmente si, desde una perspectiva de “desarrollo”, el objetivo del convenio era proveer de agua a ciertas zonas del distrito de Chinchero o, si como lo dice insistentemente el alcalde, era más bien recuperar la laguna de Piuray, en un sentido “ecologista”. En ese doble sentido, este discurso podía ser una versión particular de “desarrollo sostenible”, esto es, un proyecto orientado al despliegue de las posibilidades humanas locales y a un mayor acceso a recursos como un patrón que debía seguir su curso, pero atenuando o aminorando los impactos que podría producir sobre el ambiente. En la práctica, lo cierto es que, al firmar el convenio, la Municipalidad logró el propósito de obtener más litros de agua para Huaypo-Yanacona y para el Centro Poblado de Chinchero, mientras que la recuperación de la laguna no tuvo finalmente efecto en razón de que las comunidades afectadas y los comités de Piuray-Ccorimarca no respaldaron esas disposiciones. Según el alcalde, éstas perdieron más de lo que pudieron haber ganado con una negociación que no estuvo mal para la Municipalidad. Desde ese punto de vista, esta institución pública aparecía como entidad fuertemente estratégica y promotora del desarrollo para una porción social del distrito, ubicada en Huaypo Yanacona y el Centro Poblado, mientras que las poblaciones de Piuray-Ccorimarca emergían no sólo como un “obstáculo” para el desarrollo del distrito en su conjunto, sino como un grupo social problemático por oscuros “intereses políticos” y que se engañana por su falta de “racionalidad estratégica”, al no aceptar el hecho de que firmar el convenio los sacaría de la situación en la que actualmente están y, en segundo lugar, repararía los daños que sufrieron en otro tiempo. En efecto, mientras la Municipalidad y los segmentos beneficiados con agua en Chinchero aparecían como los ganadores del riesgo, los de Piuray-Ccorimnarca quedaban rezagados como los perdedores del riesgo. Pero, a esta opción estratégica, sin embargo las propias comunidades locales opusieron otra estrategia inspirada en un fuerte sentido de justicia y potenciada por la moralidad de quien se sabe ofendido, mostrando que en modo alguno estaban sujetos a un ardid actuando como lo hicieron y cuestionando, al mismo tiempo, la interpretación optimista de que, al fin de cuentas, “el problema estaba superado”: Investigador [I]: Bien, compañero. Primeramente, quisiera saber, por favor, cómo surgió el Comité. Constantino Sayo [C]: Hace un año o más que se ha constituido el Comité de Defensa de los Recursos Naturales de la Microcuenca Piuray-Ccorimarca. Todavía no tiene muchos años de vida. No contamos con personería jurídica. Entonces por ahí es que ha surgido el Comité para, como su nombre lo dice, velar por los recursos naturales de la microcuenca Piuray-Ccorimarca. Entonces hemos tenido unos impases no tanto tan directamente con SEDA Cusco, sino más directamente con la Municipalidad. [I]: ¿Y qué es lo que ustedes plantearon?
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[C]: El planteamiento era reposición de los terrenos y resarcimiento de los daños de los productos. Así era. Entonces, eso no ha surtido, porque quizá nos faltaron ahí algunos conocimientos, normas legales. Entonces, nosotros hemos ido – como quien dice – a pelear, pelear, sin base. También las autoridades pasan a veces. Entonces así lo dejamos pasar por alto. En la microcuenca Piuray-Ccorimarca hay agua, en casi todas las comunidades hay agua, no mucho, pero tenemos. Y también tenemos la laguna. Mientras que en Huaypo Yanacona hay escasez de agua. (…) En el 2006, cuando el alcalde anterior está candidateando su reelección, dice: “Voy a traer agua para todo Chinchero” (no sólo para zona urbana ni para Huaypo-Yanacona, sino para todo Chinchero). Entonces crea una expectativa. Allí nomás llegan las elecciones, no lo logra, y llega la otra gestión. Y también la otra gestión que llega, en pugna, ¿no?, dice: “También vamos a traer el agua para todo Chinchero.” Entonces, ahí está el problema que surgió con nosotros. Entonces, nosotros, los del comité de gestión de la microcuenca y el comité de defensa de los RRNN, dijimos: “Nosotros no estamos en contra de que traigan el agua. Estamos de acuerdo que traigan.” Nosotros dijimos: “Señor alcalde, nosotros no estamos en desacuerdo con que se traiga agua. No solamente queremos 5 litros. Queremos un manante de los 16 l/s para todos.” Entonces, de repente, de alguna manera, él [el damnificado] estaría convencido que estamos trayendo agua para todos. Entonces, “¿cuáles serían las condiciones?” – dijimos -. Al final ha habido un enfrentamiento. El alcalde dijo: “No, yo traigo agua. ¿Acaso allá [en Piuray] no hay agua?” “Pero señor alcalde – le decimos – este señor [el damnificado] no tiene agua.” En otras palabras, el agua se está trayendo gracias al deslizamiento de las 100 has de terreno dentro de la microcuenca. Solo así también la empresa SEDA Cusco para justificar nos está dando el agua. Pero, no para la microcuenca PiurayCcorimarca, sino para la zona urbana y para [la microcuenca] Huaypo-Yanacona. A la actual gestión no le ha interesado para nada el problema de la laguna de Piuray, pero él no se da cuenta que el agua está siendo soltado por la empresa gracias a esos problemas que han ocurrido en la microcuenca Piuray-Ccorimarca (…). El alcalde debería plantearon y conversar, 252 pero al alcalde no le interesa el problema de nosotros sino el agua.
Nuestro interlocutor describe un escenario con varios planos en el que las disputas por el acceso y el control del agua se engarzan con lesiones padecidas en los territorios con ocasión de la actividad extractiva. En un primer plano, se observa que hay tres sujetos sociales en Chinchero que luchan igualmente por el acceso al agua, pero animados por motivaciones distintas y situados en posiciones desiguales en el balance de fuerzas. Los sujetos de la zona urbana se proponen acceder al agua, pero sobre la base de las nuevas necesidades y modos de vida que comienza a abrir un espacio y un sistema incipiente de servicios urbanos que empieza a redefinirlo, o bien como un hecho relativamente actual o como una posibilidad proyectada. En su caso, los “propietarios individuales” de la microcuenca Huaypo-Yanacona luchan porque no cuentan localmente con agua y porque, además, la proporción de recurso que demandan básicamente para el consumo debe ser compatible con la fuerte presión de la producción que ellos ejercen sobre sus suelos debido a que el 85% de lo que producen es destinado al mercado. Un tercer grupo que, por lo pronto, no adolece de agua para riego pero sí, en menor grado, para consumo humano, y representado por las poblaciones campesino-indígenas de la microcuenca Piuray-Ccorimarca, también demanda el agua, pero sus motivos parecen asumir más la forma de una suerte de solicitud menor de compensación por los incuantificables daños que la empresa produjo en sus territorios en otro tiempo antes que una mera demanda de recursos. Al menos en este caso, la gente encuentra en los Comités de la Microcuenca, que fueron creados a partir de una red extensa de relaciones globalizadas, una mediación importante para hacer frente a otros actores públicos y privados que intervienen en sus territorios con el fin de obtener recursos y luego satisfacer, como en el caso de SEDA Cusco, las demandas hídricas, cada vez más ascendentes, de las zonas urbanas. Dispuestos a la defensa de sus territorios y sus intereses colectivos, el comité
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Diálogo con el presidente del Comité de Defensa de los Recursos Naturales de la Microcuenca PiurayCcorimarca.
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adquiere un sentido distinto al que le dio origen o, en todo caso, se concentra sólo en uno de ellos. En otro plano, todos estos grupos saben que no hay nada más estratégico que la acción organizada, las leyes o lo que haga o deje de hacer un estado. No todos, empero, están ubicados en igual posición en la interpretación de esas leyes e instituciones. Como lo señalaba líneas arriba nuestro interlocutor, las comunidades campesinas indígenas y sus comités de mayor escala emprendieron inicialmente su protesta, aún experimentando el conflicto cultural de no saber cómo funcionan esas reglas de juego (leyes y normas) de una democracia constitucional moderna. Durante la gestión anterior (2003-2006), Constantino señala que ellos fueron a pelear o, como lo dijo el alcalde actual, no fueron a negociar. Con ese antecedente que tendría implicancias después, ellos, como los otros interesados, vieron su suerte en las decisiones que tome la Municipalidad de Chinchero, porque el estado es la entidad que debe impedir, en principio y por principio, que cada quien sea “juez de sus propios asuntos”, confiando en su propia sagacidad, en sus conocimientos y sus solas fuerzas. Esta idea de estado inspirada en Hobbes, propone que la cooperación social (el interés común) es mejor que la lucha de todos contra todos en función de sus intereses, a menos que cada uno quiera, trágicamente, su propia destrucción. 253 Pero, desde Hegel se sabe que a los hombres, en la sociedad civil, no les es indiferente el modo en que se distribuyen los beneficios por su trabajo colectivo, pues cada quien prefiere una cuota mayor a una menor (intereses particulares).254 La idea de la justicia plantea, por lo tanto, los principios que determinan ese reparto. Ahora bien, cuando la Municipalidad toma posición a favor de unos, dejando en una situación ambigua el lugar de otros en el reparto de un bien como el agua (después de que estos últimos padecieran, además, las pérdidas de grandes has de cultivo a cambio de ganancias para la empresa y de beneficios para las obras de la municipalidad), entonces se polariza el distrito entre varios frentes y se produce un problema de justicia, incluso aún dentro de un sistema democrático. Cuando hace eso, el alcalde lleva a cabo una acción política con una idea de justicia muy particular. Desde un lado del espectro, los argumentos que esgrimió esta autoridad con respecto a la fuerte demanda de agua de las mayorías distribuidas entre Huaypo-Yanacona y la llamada “zona urbana”, hacían perfectamente razonable la decisión de adoptar acciones a favor de ellas. De ese modo, el alcalde de la Municipalidad entendía que la justicia era maximizar el bien y los beneficios en el distrito. Pero, si la idea de justicia es obtener el saldo neto de beneficios, en un sentido utilitarista, la cuestión es cómo se distribuyen éstos entre los segmentos sociales del distrito. Si partimos de la idea antropológica de que cada persona o ciudadano posee una inviolabilidad fundada en la justicia y sobre la que ni siquiera el bienestar de todos puede prevalecer, entonces una mayor suma disfrutada por muchos (HuaypoYanacona y zona urbana) no rectifica una pérdida de libertad para otros (PiurayCcorimarca); es decir, las mayores ganancias de unos no compensan las menores – o, más bien, las mayores - pérdidas de otros, porque las libertades fundamentales no pueden estar sujetas a la negociación política.255 Los dos primeros segmentos sociales ganaban agua con la firma del Convenio, mientras el tercer segmento no sólo recibía esos beneficios, sino que ya había sufrido pérdidas incuantificables en sus territorios. En ese sentido, es razonable que ciertas disposiciones sobre el agua, que fueron consideradas justas para una mayoría ubicada en una posición socioeconómica diferenciada y distribuida entre Huaypo-Yanacona y la zona urbana de Chinchero, 253
Hobbes, Thomas (1980) Leviatán o la materia o forma y poder de una república eclesiástica y civil, México, FCE 254 Hegel, G.W.F. (1988) Filosofía del derecho o derecho natural y ciencia política, Barcelona, Edhasa 255 Rawls, John (2002) Justicia como equidad, Madrid, Tecnos, p.124
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sean, por el contrario, evaluadas como injustas por una minoría étnica localizada en Piuray-Ccorimarca y en peor situación en el reparto de los bienes y oportunidades tanto como en el de las amenazas y los riesgos extra-climáticos. En efecto, al ver que no se estaban respetando las condiciones mínimas de cooperación social y política, estas minorías decidieron adoptar una actitud de “no cooperación pacífica” y, por tanto, se rehusaron a firmar el controvertido Convenio. Con esta actitud - reducida a una mera cuestión política por sus oponentes -, esta porción de la población instaba a la Municipalidad de Chinchero y a los otros segmentos sociales del distrito a considerar las medidas objeto de protesta y a saber que en la firme opinión de los que no aceptaron firmar el convenio, no se estaban respetando los modernos principios de justicia dentro del distrito. Independientemente de los intereses políticos que se puedan atribuir a los miembros de sus Comités, en la práctica lo cierto es que la gente de Piuray-Ccorimarca daba un aleccionamiento moral dentro del distrito. Con cierta inspiración liberal, sin ser liberales y tras haber sufrido las consecuencias de las exacciones de SEDA Cusco, estas minorías ponían a prueba la concepción de justicia como equidad dentro de su ámbito local y le pedían sensatez al estado: ninguna disposición puede ser justa para una mayoría si no mejora o repara la situación de aquellos que se encuentran en una posición desigual en el reparto de bienes y oportunidades.256 No debe extrañar, por lo tanto, que nuestro interlocutor señale que, a la larga, los conflictos con SEDA CUSCO devinieron en conflictos con el estado, precisamente al cuadrilátero que propuso en otro tiempo la empresa para abordar el conflicto. Pero, haciendo esto, estas personas le decían indirectamente al estado que él no era una agencia autónoma con sus propias ambiciones burocráticas, ni podía estar dirigido por los intereses de grandes concentraciones de poder económico y privado, sustraídos del escrutinio público y de toda responsabilidad. Así, apelando a su auto respeto y su propio sentido de justicia, este grupo social le daba la vuelta a la idea del “desarrollo sostenible” defendiendo su territorio y su forma de vida, y dejaba en manos de la Municipalidad la tarea de la democracia y la justicia básica en todo el distrito. Por lo mismo, no se trataba únicamente de un mero conflicto por el agua, sino por modelos de naturaleza e identidades locales apoyadas en distintas perspectivas de justicia. Cuando el representante del Comité señala que al alcalde sólo le importaba el tema del agua, y no el problema de ellos, impugna la idea de que en nombre de una naturaleza modelada culturalmente como “recurso” y reducida al “agua” se asigne poder a ciertas mayorías y se ponga en cuestión el bienestar, la identidad social o la paz civil de minorías que no interpretan la naturaleza bajo el mismo formato cultural. Los campesinos indígenas de Piuray-Ccorimarca no ven la laguna únicamente como una fuente de agua y tampoco encuentran un sentido en el hecho de que esté bajo la soberanía de otros, aunque haya sido sorteada así por las leyes públicas. Como lo vimos en la sección referida al clima, en la mitología local la laguna refleja el origen de sus antepasados y, a su vez, es fuente de lluvias. Las fuentes de agua de Ccorcor también proceden de lugares sagrados, mostrando una perspectiva territorial culturalmente indígena que establece constelaciones entre lugares sagrados y 256
Este es el “principio de diferencia” propuesto por Rawls, y supone la existencia de los principios liberales de igual libertad básica para todos y una democracia constitucional, esto es, libertad personal e igualdad política libertad de conciencia y de pensamiento, igualdad de oportunidades y una competencia leal para las posiciones disponibles sobre la base de cualificaciones razonables. Literalmente, el principio reza así: “Las diferencias son justas si y solo si las mayores expectativas de los más favorecidos, cuando desempeñan un papel en el funcionamiento del sistema social en su conjunto, mejoran las expectativas de los menos favorecidos”. En efecto, la estructura básica es enteramente justa cuando las ventajas de los más afortunados promueven el bienestar de los menos afortunados, esto es, cuando una disminución de sus ventajas haría que los menos afortunados se encontraran aun peor de lo que están. Cf. Rawls 2002: 130-131
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canales. Por lo mismo, estas fuentes connotan el carácter fundacional de los ayllus de esta zona y el patrimonio corporativo que heredaron. De allí que sea comprensible que para estas poblaciones el “derecho a adorar una fuente” y el “derecho al uso del agua que emana” vayan juntos257 y que, como en los tiempos de conquista, la gente perciba que, a raíz de los acontecimientos transgresores y violentos de la actividad extractiva, se le está sustrayendo algo que es constitutivo de su memoria colectiva, sus medios de vida y su identidad étnica. Sobre la base de esta conflicto cultural territorializado con repercusiones psicológicas imponderables, los campesinos indígenas de PiuryaCcorimarca que incurrían en desobediencia civil, usaban simbólicamente un bien como el agua, medido en términos de costos-beneficios, para exigir antes bien una reparación moral y un acto de justicia que, sin embargo, tampoco podían ser medidos en esos mismos términos. Así, la acción estratégica de estas minorías se inspiraba en un modelo cultural distinto y en un sentido de justicia y de equidad más amplio que el que una institución pública local sólo reservaba, en sentido utilitarista, para unas mayorías, partiendo de otro modelo cultural de naturaleza. Este conflicto entre distintos modelos culturales de naturaleza y formas y expectativas de vida es una versión particular de lo que ocurre en la región del Cuzco y a lo largo del sur andino. Allí donde se reconduce el crecimiento económico por vías más benignas haciendo justicia a ciertas mayorías al beneficiarlas con el agua, pero a costa mayores injusticias para los pueblos que son minorías infravalorando aquello de lo cual viven, no sólo se confunde “crecimiento” con “desarrollo”258, sino que se dispersan de manera económica y ecológicamente desigual las consecuencias de la acción estratégica sacrificando las identidades o formas de vida rurales a cambio de asignación de recursos a las modernas formas de vida urbana en potencia o actuales, mientras que las dudas de la justicia como equidad y la distribución se dejan esperar, como dice McCarthy, “en la hornilla trasera” [on the back burner].259 A escala local, en modo alguno este conflicto ha sido superado, pues se reserva el derecho de volver a activarse en cualquier momento en el futuro, si, como lo dijimos anteriormente, se presume que en los próximos 50 años habrá más deslizamientos en las riberas de la laguna y mayor demanda de agua de múltiples actores a nivel rural y urbano con la misma fuerza con que crecerá la población local y de la ciudad del Cusco tanto como sus sistemas de necesidades, mientras otra nueva amenaza que, analizaremos a continuación, advierte su pronta venida. 3. La acción estratégica local descentralización
bajo las presiones del turismo y la
3.1 La acción estratégica en el marco del turismo El turismo, pese a su incertidumbre y a sus constantes y heterogéneas fluctuaciones a nivel global, ha jugado un papel fundamental en la organización del espacio del sur peruano. En la región del Cusco, los lugares turísticos están concentrados, por un lado, en la ciudad del Cusco y el valle del Vilcanota-Urubamba, entre Andahuaylillas y Machu Picchu, y, por el otro, en algunas zonas del piedemonte amazónico, al este de los Andes. En la década del 60, la actividad turística en el valle del Vilcanota fue 257
Sherbondy, Jeanette (1986) Los ceques: códigos de canales en el Cusco incaico, en: Allpanchis 27: 39-74, p. 42 258
Estos “crecimientos” no sólo alteran las condiciones de “subdesarrollo” de las poblaciones locales, sino que las “enmascaran” y, en algunos casos, las “fortalecen”. Ejemplos análogos se pueden hallar también en la historia reciente de Nepal. Véase: Mishra, Chaytanña (1980) Review article: “Nepal in crisis growth and stagnation at the periphery” by Blaikie, P.; Cameron, J.; Seddon, D., Oxford University Press, en: Contributions to nepalese studies (CNAS), vol. VIII, N°1, December, Tribhuvan University, pp.223-228 259 McCarthy, James (2004) Privatizing conditions of production: trade agreements as neoliberal environmental Governance, en: Geoforum 35: 327-341, p.328
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favorecida por las iniciativas adoptadas por el Estado a través del Plan de la Comisión Especial para Coordinar y Supervisar el Plan Turístico-Cultural Perú-Unesco (Plan COPESCO), con la cual se mejoraron las infraestructuras de transporte, los monumentos, las áreas urbanas, los sistemas de energía eléctrica, los centros educativos y la cooperación técnica.260 El despunte o rezago de algunas zonas ha dependido no sólo de los atractivos turísticos, sino también de las infraestructuras y sus articulaciones territoriales. Mientras ciertos espacios se han convertido tempranamente en zonas con fuertes flujos turísticos, otras lo han hecho marginal y tardíamente. En ese sentido, a diferencia del valle del Vilcanota, Machu Picchu tuvo la ventaja de estar ubicado sobre un eje vial de importancia regional, del mismo modo que Huchuy Qosqo - una zona de las alturas de Calca muy frecuentada en otro tiempo por la gente de PiurayCcorimarca - tuvo la suerte de estar ubicada en zonas muy accesibles.261 Durante la década de los 70s, se comenzó a habilitar el Camino Inca - un tramo de 40 km que conduce a Machu Picchu -, pese a que por esos años el turismo en el Cusco no era tan importante como a principios de los 90s, aún con la epidemia del cólera y mientras el país seguía enfrentando las amenazas del conflicto armado interno.262 Después de una década en que detuvo su crecimiento en toda América Latina y con las reformas liberales de los 90s, el turismo en el Perú tuvo un movimiento ascendente entre 1994 y 1997 que se mantuvo hasta por lo menos el 2001, poco después del 11 de setiembre, para luego recuperarse y continuar su ascenso súbitamente.263 Si bien Chinchero no ha tenido el dinamismo turístico del valle sagrado, la población local no ha dejado de participar en grado incipiente de esa actividad, por estar situada dentro de uno de los ejes viales que conecta a Urubamba con el Cusco, la ciudad que concentra y articula el mayor flujo turístico de la región y del sur andino. Las élites locales han tenido cierta capacidad económica para participar de la construcción de una escasa infraestructura de hoteles y restaurantes, mientras que los campesinos indígenas lo han hecho, desde hace algunas décadas, ofreciendo estacionalmente su fuerza de trabajo como “porteadores”, vendiendo algunas pocas “artesanías” y, como ocurre recientemente, recibiendo “pasantías” o visitas de turistas a sus comunidades a partir de convenios que un grupo pequeño de asociados establece con ciertas agencias de turismo. De todas estas actividades, la más practicada y significativa de Cuper, Tauca y Umasbamba es la del trabajo de “porteadores” o de “personal de apoyo” en el Camino Inca. Se trata de un oficio realizado por una minoría muy reducida en las tres comunidades, entre marzo de un año y enero del otro y, 260
Este plan fue el resultado de una petición de la UNESCO al gobierno del Perú en 1964 para estudiar el potencial turístico al igual que su colaboración técnica y económica. La primera etapa del Plan COPESCO se realizó entre 1975-1983 y ejecutó proyectos con inversión de más de US $ 93 millones. La segunda etapa fue ejecutada sin financiamiento externo y aquí se invirtió más de US $34 millones. A esto se añade el Plan de Inversión de Mediano Plazo para el período 1993-1997 que consiste en cuatro subprogramas: infraestructura de transportes, mejoras en áreas urbanas, mejoras de monumentos y estudios de preinversión que se realizan en dos zonas geográficas: en el área del Cusco, Urubamba, Machu Picchu, y en la ciudad de Cusco, Sicuani y la Raya (Valle del Vilcanota). Los montos propuestos para las inversiones están en el orden de U$ 33 millones de dólares. Al respecto, cf.: Arthur D. Little International, Inc; Ministerio de la Presidencia; Región Inka; COPESCO (1996) Estudio de Orientación Estratégica para Inversiones en Turismo en la región Inka, Cusco, pp. 6-7 261 Hurtado, I.; Mesclier, E.; Puerta, M.; Deler, J.P. (1997) Altas de la Región del Cusco: dinámicas del espacio en sur peruano, Cusco, CBC, pp.112 262 Pese a ser muy vulnerable a los cambios, el turismo fue también un factor que, por su dinamismo social transnacional, sirvió de “contrapeso cultural” para que el terrorismo no se expanda en la región del Cusco de la misma manera con que lo hizo en otras regiones del sur andino. Cf. Comisión de la Verdad y la Reconciliación (2003) Informe Final, t. I, p.76 263 COPESCO (1994) Plan de desarrollo turístico de la región inka, Cusco, pp.5-6; Raymond, Nathali (2004) Turismo, geografía y globalización, en: Deler, Jean; Mesclier, Evelyn, Los andes y el reto del espacio andino. Homenaje a Olivier Dollfus, Lima, IEP/IFEA/Embajada de Francia, pp. 367-383
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principalmente, en la temporada alta del turismo, entre junio y setiembre. Esta actividad tiene un antepasado muy diferente en el trabajo de “arrieraje” que algunos campesinos indígenas de estas zona llevaban a cabo en diversas rutas que unen aún hoy Chinchero (Cuper, Tauca, Umasbamba) con Calca (Huchuy Qosqo), y que, mucho antes de los circuitos abiertos por la modernización, conectaban diversos pisos ecológicos que jamás permanecieron incomunicados o aislados entre sí. Mediante estas constelaciones territoriales tradicionales, los arrieros solían transportar mercancías y otros insumos que ellos llevaban o traían de otras partes en sus recuas de mulas o caballos, pero también transportaban viajeros que visitaban el Valle Sagrado o que retornaban al Cusco recorriendo distancias cortas o largas.264 A los turistas que estaban de paso por la comunidad, después de cuatros días de viaje desde Huchuy Qosqo, se les podía ofrecer algunas cuantas artesanías, hechas de una enorme diversidad de plantas y plagadas de una simbología localmente importante. Debido a la transformación de las infraestructuras de transportes y las carreteras de penetración, estas rutas que, en otro tiempo, permitían combinar el trabajo de “arrieraje” con “artesanía”, han comenzado a ser ecológicamente alteradas y usadas por las agencias de turismo y otros actores desconocidos que, poco antes de llegar a Chinchero, realizan un desvío en Allpachaca con destino a Huchuy Qosqo, atravesando la trocha carrozable que cruza las comunidades de Cuper y Tauca. Sin embargo, en modo alguno, los campesinos indígenas han dejado de recorrer esos tramos, aunque lo hagan ahora por medios más diversificados de transporte.265 Como otras actividades económicas complementarias, la artesanía con vista al mercado es una actividad de pequeña o reducida escala que agrupa fundamentalmente a las mujeres de Chinchero. Constituidas en Asociaciones que, en su conjunto, congregan a más de 400 mujeres de todo el distrito, las artesanas o tejedoras son principalmente del Poblado de Chinchero, y ellas comercializan sus productos principalmente en las ferias locales. Estas organizaciones comenzaron a tener un relativo crecimiento en cuanto a número de integrantes en los primeros años de la última década a partir de una red transnacional de intermediarios266 y de múltiples formas de publicidad que estos promueven.267 Recientemente, las mujeres de PiurayCcorimarca han comenzado a organizarse y coordinar con las algunas agencias para recibir pasantías o visitas esporádicas de turistas, los cuales pagan por compartir jornadas de interacción social con la comunidad durante la temporada alta. Sin embargo, es tan poca la proporción de familias que participan en estas actividades del sector, que ellas no descartan esta posibilidad entre las escasas opciones que tiene en su ámbito local o regional, pero son muy conscientes de las constantes incertidumbres a las que está sujeto un sector altamente sensible a cualquier cambio a nivel local o mundial. El trabajo que llevan a cabo los porteadores ilustra muy bien esa situación: Investigador [I]: ¿Entonces, trabajas en el Camino Inca? Bernabé Sallo [B] (54 años): Así es. Trabajo en el camino inca, ajá. Al mes suelo entrar por el camino inca cuatro veces. Con esta actividad nada más nos ayudamos económicamente un poco. Como estás viendo, compañero, estas nuestras tierras son muy pequeñas y están en 264
Esto es compatible con la clasificación de arrieraje que Contreras propone adicionalmente tomando como referencia otros modelos: 1) el del arriero que se alquila bajo contrato de sus recuas de mulas para el transporte de mercancías ajenas [y, antes, personas], y 2) el viajero que mediante un pequeño capital o préstamos, se dedica a la compra-venta de mercancías diversas. Cf. Contreras 1987: 50-51 265 Es posible encontrar también en el paradero de Allpachaca a campesinos indígenas que, estacionalmente, ofrecen sus servicios de taxi a turistas con dirección a Huchuy Qosqo. 266 Por ejemplo, durante los primeros lustros del presente siglo la Oficina de Cooperación Popular del Cusco impulsó con un relativo éxito la conformación de Comités de Mujeres y la consolidación del Comité de Vaso de Leche para desarrollar la textilería artesanal. Participaron aquí cerca de un total de 120 mujeres procedentes de las comunidades de Pongobamba, Piuray, Umasbamba, Tambocancha, Pukamarca y Qorqor. Cf. IMA-PRONAMACHCS 2001: 211 267 Véase, por ejemplo, un artículo del diario El Comercio que hacen alusión a Chinchero como una “Tierra de Grandes Tejedores” (El Comercio 11/05/10)
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ladera. Entonces en estas tierras la producción es escasa y, por lo tanto, no tenemos un ingreso monetario suficiente como para vivir bien. Además, no contamos con otro ingreso que nos permita ganar dinero. Entonces, nosotros nos vemos obligados a buscar trabajo fuera de nuestra comunidad, por eso trabajamos en el camino inca. En este trabajo ganamos para educar a nuestros hijos, para mantenernos y cubrir nuestras necesidades personales. Por estas razones es que salimos a trabajar. (…) Yo estoy trabajando ahí compañero, porque tengo muchos hijos y siempre necesitamos ganar dinero para educarlos, para que acaben sus estudios del colegio, para esas cosas. Entonces yo ya estoy trabajando en el camino inca, compañero casi 10 años. Sí I: ¿Y tus hijos trabajan en el camino inca o no? B: Uno de mis hijos actualmente está trabajando en el camino inca. Estamos trabajando juntos, otro de mis hijos, el que está trabajando en Cusco, también antes trabajaba en el camino inca, pero ya hace dos programaciones que no viaja. I: ¿Qué actividad realizas en el camino inca? B: Nosotros compañero en el camino inca realizamos las actividades de por ejemplo vamos desde Ollanta[ytambo] nos trasladamos en carro hasta el kilometro 82, kilometro del cual empezamos el trabajo propiamente dicho transportando los víveres y carpas en las cuales los pasajeros o los turistas duerman. Se transportan las carpas, los comedores, se trasporta la cocina, después los víveres; las mesas y las sillas el gas para cocinar y todas esas cosas se trasportan
En general, la vinculación de la comunidad de Cuper con el turismo mediante viajes por el Camino Inca tiene ya décadas, y Braulio es uno de las 7 personas de un total de 346 habitantes del sector Cuper Alto que participa desde hace 10 años en este tipo de trabajo. Lo propio han hecho, o aún hacen, algunos comuneros de Umasbamba y Tauca. Pero, los beneficios del turismo importan más por los “flujos monetarios” que luego pueden favorecer el aumento de los ingresos y el acceso a otros recursos básicos de subsistencia antes que por la acumulación en un sentido económico más fuerte. Al llevar a cabo estas estrategias, lo que más importa es el dinero que “sale” y que “entra” con vista a reducir las incertidumbres monetarias a lo largo del año, cubrir ciertas necesidades básicas y conducir ciertos proyectos domésticos por canales que estén a la altura de las expectativas y las posibilidades de los sujetos sociales, tolerando, en la medida de lo posible, los márgenes de incertidumbres y pérdidas que caracterizan a estas formas de “pluriempleo estacional”. Bajo esas condiciones, las relaciones parciales o temporales con el turismo son formas de agencia local a través de las cuales una minoría de estas comunidades puede contar con ingresos, pero sin disolver sus relaciones inmediatas con la tierra y la comunidad, continuando con la reproducción de su forma de vida no moderna en sus contextos locales de interacción social. En más de un caso, los hijos pueden seguir los pasos de los padres adoptando las mismas estrategias, o pueden buscar otras vías por las que los flujos monetarios serán menos inseguros o tendrán menores incertidumbres que otros, asumiendo que las posibilidades de cumplir sus aspiraciones individuales serán menos lejanas o inciertas. Pero, nada de eso garantiza que los campesinos puedan tener siempre la oportunidad de trabajar en el turismo, no sólo por el “nomadismo laboral estacional” al que ya se han habituado, sino porque el turismo es una de las actividades más sensibles a cualquier situación global o doméstica que la altere. Su dinamismo produce mucha incertidumbre no sólo de un año a otro, sino de un mes a otro o de una semana a otra, debido a múltiples circunstancias locales y globales que influyen en la configuración del escenario en el que esta actividad se produce y organiza. Además, en ocasiones, el turismo también puede verse afectado por eventos climáticos extremos. Los desastres suscitados en el Cusco entre diciembre, enero y febrero del último año (2009-2010) corroboran esta situación, al punto de que condujeron al estado peruano a incluir muchas áreas de esta región dentro la lista de
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zonas declaradas en “estado de emergencia” a nivel nacional. 268 No hay, empero, un consenso dentro de la comunidad científica doméstica de que esto se haya debido al cambio climático, sino a otros procesos sociales y territoriales que, al coincidir con eventos climáticos extremos, crean mayor vulnerabilidad.269 Como quiera que fuese, estos incidentes pusieron en cuestión las condiciones naturales de existencia y, de ser el caso, el trabajo como porteadores a lo largo del periodo anual. Siempre que el turismo no se vea afectado por estas condiciones adversas, los porteadores pueden ingresar al camino Inca como “personal de apoyo” siempre que lo hagan bajo la tutela contractual de empresas “prestadoras de servicios turísticos” debidamente registradas. Sólo así los porteadores cuentan con la posibilidad de ingresar cuatro veces a un largo camino que les toma cuatro días en ser recorrido por diversas rutas cargando múltiples implementos de viaje con destino a Machu Picchu. Esto es así desde que entrara en vigencia del Reglamento de Uso Turístico de la Red de Caminos Inca del Santuario Histórico de Machu Picchu.270 Dicho reglamento se propone conservar y mantener el santuario, mitigar los impactos causados por los múltiples usuarios, reducir los riesgos de deterioro y establecer un sistema coordinado de visitas que permita protegerlo ofreciendo un servicio apropiado a los visitantes. El antecedente de esta disposición que busca ejercer control sobre la geografía local y preservar con vista al mercado turístico un ambiente como el que ofrece el camino y el santuario, es que este espacio ha sufrido por largo tiempo una enorme presión informal de visitantes nacionales y extranjeros sin control alguno. Pero, dado que el subtexto de esta iniciativa política es adecuar un espacio al mercado, entonces se busca aprovechar el santuario por su ventaja económica pero sin alterar más el ambiente central y circundante, porque, a decir verdad, ya ha sufrido serias transformaciones.271 Así, la idea es adaptar el patrimonio al crecimiento económico incorporando, ahora, un marco económico y laboral ecológico. Sin embargo, el discurso de una “modernización ambientalizada” queda relativizado por dos hechos socialmente significativos. A menudo se pierde de vista que el denominado Camino Inca, en realidad, no fue sólo del Inca, sino que sigue siendo hoy un espacio socialmente producido por las poblaciones campesino-indígenas, en términos de un manejo escalonado de pisos altitudinales desde las partes altas hasta el fondo del valle. Con sólo hojear las rutas que conducen a la ciudadela de Machu Picchu, es posible observar cómo el Camino Inca atraviesa también diversas rutas y zonas de producción de las múltiples y heterogéneas comunidades campesinas cuyos derechos de usufructo en diversos pisos y microambientes ecológicos siguen siendo
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Las declaratorias oficiales corresponden al Decreto Supremo Nº 081-2009-PCM de fecha 23 de diciembre de 2009 y al Decreto Supremo Nº 028-2010-PCM del 26 de febrero del 2010 269 Lavado, Waldo (2010) Escenarios del cambio climático y sus implicancias en la disponibilidad hídrica, con acotaciones a la región Cusco, Diapositiva, en: PACC, Seminario Internacional Cambio Climático y Deglaciación, Cusco, 21 de julio del 2010 270 Este reglamento fue aprobado por la resolución No.002-2000-UGM-CD el 08/05/00, y entró en vigencia el 07/08/00 271 Un documento que data de 1985 describe a grandes rasgos esta situación: “Las ruinas de Machupicchu ahora reciben más de 120 000 visitantes. Está estimado que sólo el camino del inca recibe 6 000 visitantes anualmente… Esta cantidad de uso hace del camino inca, el camino más popular de América del Sur. Sin embargo, no hay facilidades para excursionistas y no hay programas educativos para el uso propio del camino. No hay tampoco estaciones de control ni guardabosques. Consecuentemente, la excursión descontrolada está teniendo un impacto nocivo en los lugares incaicos y el ambiente natural, debido a la falta de consideración por parte del excursionista y la falta de administración en cuanto a estos recursos de recreación. Más daño ha sido hecho a las ruinas y al ambiente del camino del inca en los últimos 10 años que en los últimos 450 años por la naturaleza.” Cf. Hammitt, William (1985) El Camino del Inca: Trabajo de Manejo y Dirección del lugar. Un estudio de los problemas que impactan al Camino del Inca y soluciones de manejo sugeridas, Cusco, pp.1-2
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ampliamente vigentes.272 Haciendo caso omiso a esas dinámicas socioculturales andinas que datan de tiempos remotos e infravalorando los daños inconmensurables que ya sufrieron, no es extraño que se hable básicamente de “medio ambiente”, de “santuarios”, sin hacer alusiones explícitas a parcelas de cultivo, ganado o formas de vida. Hay allí una falta de ecologismo, y una omisión más significativa aún: se supone implícita o explícitamente - que estas rutas son más o menos zonas vacías o prístinas y que, por la diversidad de sus ecosistemas y su atractivo turístico, deben ser acondicionadas para los usuarios y protegidas de un sinnúmero de amenazas antropogénicas de degradación ambiental debido a la múltiple y variada ocupación temporal de visitantes externos tanto como a la presencia permanente de las poblaciones locales que buscan también en esos flujos turísticos, altamente inseguros, “alguito más para ganar”. De hecho, la presencia de las comunidades dentro de esos espacios refuta que estos sean vacíos o que sólo deban ser arrastrados unilateralmente por una globalización económica que está dispuesta a poder pagar cualquier impuesto ecológico, como si éste pueda conmensurarse en términos de costos-beneficios tanto como un espacio social previamente ocupado. En segundo lugar, estas distintas formas de usar y producir socioculturalmente el espacio han redefinido no sólo brechas entre distintos actores situados en diversas escalas socioeconómicas, sino que ha conferido nuevos significados a esa extensa red de relaciones globalizadas que se disputan la gobernanza territorial, poniendo en cuestión el supuesto crecimiento económico. Las comunidades han encontrado en estas nuevas dinámicas territoriales abiertas por el turismo transnacional una vía estratégica para transformar su subsistencia vendiendo su fuerza de trabajo, ofreciendo productos o convirtiendo ciertas zonas de producción en “campamentos”, mientras que otros elementos privados y públicos han visto allí un medio bastante atractivo para invertir y acumular capital. Pero, la escasa “libertad de decisión” de los primeros no se compara en modo alguno con la enorme “libertad de movimiento” de los segundos. Pues, bajo esas presiones glocales, se incrementa la productividad económica y laboral de quienes más se benefician con las ganancias que deja el santuario, mientras se abaratan las inserciones al medio ambiente y el valor de la producción local de esos territorios por parte de las comunidades campesinas, dejándolas en los márgenes del capital sin otra alternativa que pugnar “por alguito” con otras comunidades, mientras contemplan delante suyo una multitud esporádica de personas que se pasea libremente por sus territorios como si sólo fueran un mero espacio público. El crecimiento económico queda así relativizado debido a que deja en una situación ambigua e incierta no sólo el ambiente y los territorios producidos por la población local, sino la distribución y la equidad, con el enorme saldo de que produce, por el contrario, competencias geográficas entre los pobladores locales y actores exógenos a escala local, regional y global, basados en diferentes modelos culturales de uso del territorio y en formas desiguales de asignación de recursos con un potencial imprevisible en el futuro.273 272
Estas son las vías de acceso a la Ciudadela de Machupicchu: ruta 1: Km 82 (Piscacucho) – Cusichaca –Huayllabamba - Wiñay Wayna - Ciudadela de Machupicchu; ruta 2: Km 88 (Qoriwayrachina) – Huayllabamba - Wiñay Wayna - Ciudadela de Machupicchu; ruta 3: Salcantay-Huayllabamba - Wiñay Wayna - Ciudadela de Machu Picchu; ruta 4: Km 82 (Piscacucho)-Km 88 (Qoriwayrachina)-Pacaymayo bajo – Km 104 (Chachabamba) – Wiñay Wayna – Ciudadela de Machu Picchu; ruta 5: km 104 (Chachabamba) – Wiñay Wayna – Ciudadela de Machu Picchu; y, finalmente, tenemos la ruta 6, que no incluye la ciudadela de Machupicchu: Salcantay – Huayllabamba – Km 88 (Qoriwayrachina). 273 Como lo ha podido corroborar in situ otro trabajo, los conflictos pueden estar marcados por aquello que separa a los formales de los informales, por quienes tienen más oportunidades que otros, o por diversas formas de racismo como cuando algunos guías de turismo advierten a los turistas que si entablan “relaciones directas” con los campesinos indígenas serán estafados. Cf. Maxwell, Keely (2006) “Campesinos metalizados y rituales burocráticos: la lucha por el sustento, las regulaciones y el turismo en el camino inca”, en: Ypeij, Annelou; Zoomers, Annelies, La Ruta Andina: turismo y desarrollo sostenible en Perú y Bolivia, pp. 85-103
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Un hecho ejemplar, recogido durante nuestro trabajo de campo en Piuray-Ccorimarca, define mejor esta situación. Desde que se ha comenzado más o menos a implementar el “reglamento”, lo que se ha hecho es develar una informalidad pre-existente y continua con la misma fuerza con la que se exige formalidad a los campesinos indígenas que usan esos espacios localmente - o bien del lugar o bien procedentes de otras zonas -, compeliéndolos a regularizar su situación por los canales socioculturales legalmente adecuados si quieren obtener algún beneficio. Así como hay campesinos que han podido formalizarse bajo estos nuevos códigos culturales, hay otros que, por múltiples razones, no lo han podido hacer. Este estrecho o amplio margen de error y éxito en la formalización deja descansar el problema en las poblaciones locales, pues la posibilidad de que ellas tengan actitudes informales aparece como contraproducente para un nuevo marco legal laboral y ecológico en el sector turismo, mientras las instituciones públicas aparecen como moralmente invictas al lado de las agencias privadas que cumplen con la ley. No obstante, pasar de un régimen informal a un régimen laboral no ha significado necesariamente seguridad laboral para los campesinos, sino más bien inestabilidad, incertidumbre y riesgo: Investigador [I]: ¿Con qué agencia de viajes trabajas actualmente, compañero? Bernabé Sallo [B]: Trabajo con la agencia Perú Trexs I: Perú Trexs B: Está escrito en mi uniforme. I: Compañero, ¿cómo llegaste a trabajar a esa agencia? B: Nosotros llegamos a la agencia primero I: ¿Cómo? B: Nosotros formamos primero una asociación compañero, y un directivo de la asociación formada se encargaba de ir buscar contactos con las agencias de viajes. Entonces, fue así que entramos a trabajar en la agencia, pero antes de estar en la asociación, en forma particular encontramos este trabajo. I: ¿Hay diferencias entre el pago que reciben los porteadores? B: Existe diferencia en los sueldos de los porteadores en cada agencia. En algunas agencias el sueldo de los porteadores es menos pero en otras el pago es de acuerdo a la ley. I: Por ejemplo, ¿cómo es eso? B: Bueno, compañero, algunas agencias en la actualidad están pagando hasta 120 soles por el viaje de cuatro días, otras agencias pagan 110 soles también por los 4 días y otras están pagando hasta 150 soles, así pagan. Otras agencias no realizan el pago a los porteadores de acuerdo a ley. En cambio en nuestra agencia el sueldo de porteador es de 173 soles, es el pago según a la ley I: 173 soles es el sueldo más alto. B: Aja, la agencia en la que trabajo pagan más sueldo. I: Ah, ya, es la agencia Trexs. ¿Y en otras agencias vemos que el sueldo es menos? B: Hay muchas agencias que pagan menos sueldo, como existe un montón de agencias. Hay otras agencias que también están pagando igual sueldo que nosotros, pero no son todas las agencias que pagan el sueldo señalado por la ley.
En ese sentido, hay porteadores que pueden llegar a recibir S/. 27.50 nuevos soles por un día de trabajo si trabajan cuatro días por S/. 110.00 nuevos soles. Otros pueden recibir S/. 30.00 nuevos soles por día si trabajan por un total de S/. 120 nuevos soles. El pago más alto - que es lo que recibe Bernabé - es S/. 173.00 nuevos soles y equivale a S/. 43.25 nuevos soles por cada día de trabajo. Si multiplicamos lo que un porteador excepcional como Braulio recibe si hace cuatro viajes por el Camino Inca, tenemos un total de S/. 682.00 nuevos soles que él puede recibir como pago en un mes. No ocurre lo mismo con un porteador que recibe S/.110 nuevos soles, pues, si tiene la suerte de entrar 4 veces por algunas de las rutas hacia la ciudadela, podrá obtener tan solo un total de S/.440.00. Por lo demás, no todos los porteadores van todos los meses y más de una vez en un solo mes, teniendo en cuenta la enorme carga de trabajo que ellos tienen en sus comunidades como dirigentes (como en el 233
caso de Bernabé) o con ocasión de sus diversos ciclos productivos y de las fluctuaciones climáticas que ellos tienen que afrontar durante la temporada seca, coincidiendo con la temporada más alta del turismo. A partir de estos modelos, no es fácil cuantificar, sin hallar al menos un contraejemplo, lo que recibe un porteador por varios meses de trabajo a lo largo del ciclo anual y en períodos mensuales. Pero, independientemente de esta diferencia de ingresos en escalas cortas, nuestro interlocutor enfatiza que la diferencia en los ingresos reside entre los porteadores que reciben menos y los que reciben de acuerdo a ley. No se trata de una mera diferencia entre quienes reciben “menos” y quienes reciben “más” como ocurre en toda división del trabajo. Nuestro interlocutor trata de decirnos algo más significativo. En efecto, mientras ciertas empresas pagan lo que la ley prescribe y otras se ahorran dinero del modo más “espontáneo”, la desigualdad entre los ingresos de los diversos porteadores puede ser muy alta algunas veces, y muy baja en otras situaciones, pues a menudo no cuentan con una protección de facto que haga efectiva una protección de jure preexistente. La ley puede tener un efecto moral aunque no se cumpla en más de un caso. Si antes, que los campesinos indígenas solían ir solos a ofrecer su fuerza de trabajo a los turistas, no contaban con ninguna protección tanto más que el medio ambiente, tampoco tienen garantizada protección alguna ahora que lo hacen formalmente por intermediación de las agencias y que el ambiente está aparentemente sujeto a un cierto “control”. Esto es más explícito aún en cuanto a la cantidad de carga que los porteadores deben trasladar por el Camino Inca. Según la ley, el personal de apoyo - esto es, los porteadores, los cocineros y otros contratados por el Prestador de Servicios Turísticos - no deben trasladar una carga que exceda los 20 kg.274 Esto no se ha cumplido en más de un caso, como lo atestigua otro interlocutor275: Investigador: ¿Y a qué te has dedicado compañero durante el tiempo que buscabas trabajo? Hermógenes Huayllahuamán (45 años): Hace algunos años yo trabajaba como porteador en el Camino del Inca. Cargábamos hasta 55 kilos. Después lo dejé y me convertí en albañil, dejé por la edad, tienes que cargar mucho peso, hay que dormir en el frío y por 100 soles, 4 días. Como no había trabajo teníamos que trabajar así. En el camino hacíamos pasar el peso por otro lado, más abajo, pasando el control en Huayllabamba y después otro control en el km 82. Llegamos en mancha, según uno por uno está pasando el control. La gente se pasa las mochilas y los víveres mientras se están distrayendo los señores que controlan. La agencia hacía pasar más peso. Entonces tienen que pasar nomás, rápido, porque no le conviene pagar más, pues. Es como si nosotros pagáramos, compañero. (El subrayado es nuestro)
En otras palabras, no sólo se abaratan las inserciones al medio ambiente, o se pone en riesgo formas de vida en nombre del crecimiento económico, sino que también se abarata el valor del trabajo humano. Todas estas condiciones muestran que el trabajo como porteador para una minoría de estas comunidades campesinas es una forma de empleo estacional altamente inestable, dinámica y precaria en el contexto de la nueva economía política mundial.276 No se convierte, por lo tanto, en condición de existencia para los pocos campesinos de Piuray-Ccorimarca, sino en una oportunidad eventual para vender excedentes de fuerza de trabajo a costa de mucha inseguridad, incertidumbre y, a veces, abuso. Esta situación ha conducido a muchos campesinos de esta zona a no continuar en esta actividad y a otros les ha dado pocas razones para participar en ella. En general, hay razones de índole diversa que han desprestigiado mucho más esta laboral para los propios campesinos: 274
Reglamento de Uso Turístico de la Red de Caminos del Inca del Santuario Histórico de Machupicchu, Título II, artículo 7°, inciso c). 275 Maxwell también ha podido corroborar esto recientemente en el lugar: “Los empleados de campo del Santuario saben que los guías y cocineros pueden ayudar a los porteadores a cargar mochilas durante los puntos de chequeo y devolver el sobrepeso después del mismo”. Cf. Maxwell, keely 2006: 96 276
Beck, Ulrich () Un nuevo mundo feliz: la precariedad del trabajo en la era de la globalización
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1 Investigadora [I]: ¿A trabajar fuiste a Machu Picchu? Wilfredo Mancco [W]: A trabajar, sí I: ¿Qué tipo de trabajo? W: Camino Inca, de porteador, como dicen, sí, de eso el otro año I: ¿Y cómo te fue en ese trabajo? W: Mis primeros [meses], fue muy bien, pero poco a poco me he cansado. Entonces no me ha gustado, ¿no? A veces I: ¿Qué es lo que no te ha gustado? W: Los trabajos, ¿no? A veces ahí cargan bastante, ¿no? Mucho peso, no puedes comer, así, lo suficiente, duermes en una pampa, ¿no? No es tu casa, no puedes dormir con una frazada, en un colchón, no sé, una pampa, ¿no? Que puedes, en esa pampa quizás podrías tener plástico, la matra y el sleeping, pero por ahí mejor no trabajo, porque yo mismo me estaría maltratando, ¿no? I: ¿Y la remuneración cómo era en ese trabajo? W: ¿El salario? I: Sí W: El salario, pagaban pues este, el otro año nos ha pagado 170 soles por 4 días, pero por partes me convenía, pero no I: ¿Y te parecía que estaba bien el precio o era muy poco? W: Muy poco es, porque, como esas las personas que trabajan ahí, están cargando como animales, ¿no? 2 Investigador [I]: ¿Usted también ha trabajado alguna vez de porteador? Elcio Hancco [E]: No, nunca I: ¿Tampoco de albañil? E: Con eso sí I: Con eso sí, de albañil. E: Sí, sí me gusta porque… I: Ya, usted me ha contado que, además, se ha formado para eso. ¿Le gusta mucho, no? E: Ajá. ¿Por qué no voy al camino inca? Porque es un trabajo bruto pues, trabajo bruto: cargan y sudan. No aprenden más, ajá, como animales nomás cargan, pero en caso de construcción, de repente hasta viejito puedes seguir dirigiendo lo que sabes, puedes seguir trabajando.
El trabajo de porteador es visto con cierta distancia por varios campesinos indígenas de las comunidades de Cuper, Tauca y Umasbamba, en comparación con otros de sus compañeros que se emplean de esa forma porque no tienen otras opciones. A diferencia de otros tipos de empleo valorados de un modo diferenciado, es un trabajo que ha perdido utilidad, prestigio y, a veces, dignidad, esto es, una actividad a la que se le ha sustraído su “condición humana” no sólo por su desigualdad, precariedad e incertidumbre, sino porque su denigración o descrédito puede superar los límites de lo aceptable en ciertas circunstancias. “Cargar como animales” es una expresión bastante fuerte en un nuevo marco laboral y ecológico que se propone el “desarrollo sostenible”, y no excluye la posibilidad de que algún campesino semeje esto a las formas de “ritualización de la servidumbre” propias del gamonalismo.277 Si bien existen excepciones, esto define los límites étnicos de estas personas en una actividad dinámica como el turismo con su adición ecológica: en estos ámbitos, cabe la posibilidad altamente recurrente de configurar una violencia racista infrapolítica, confundida o informada, a su vez, con otra de carácter político. 278 Dado que la globalización redefine las diferencias y las desigualdades con el mismo tenor con que 277
Anrup, Roland (1990) El Tayta y el toro: en torno a la configuración patriarcal del régimen hacendario cusqueño, Estocolmo: Nalkas Boken Förlag 278 Wieviorka, Michel (1992) El espacio del racismo, Barcelona, Paidós, pp. 161-167
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se universaliza o cruza fronteras distantes, los sujetos de estas comunidades quedan así ubicados en una posición social “inferior”, dentro de la nueva re-estratificación mundial que estas dinámicas abren en sus espacios locales, porque “ser campesinos” los coloca, de entrada, en una posición ontológica desigual en la repartición de los bienes, las oportunidades y la distribución de los riesgos. Investigadora [I]: ¿Y las personas que trabajan son de esta zona o de otro sitio? Wilfredo Mancco [W]: Son de Patakancha, puede ser de Ollantaytambo, Willo, Patakancha, de Calca sería Lares, más arriba de las comunidades. Más que todo trabajan las personas de las comunidades, pero hay veces de Cusco así, vienen otras personas a trabajar, pero no pueden hacer como nosotros hacemos. Porque, a veces, ellos, como son de Cusco, creo que no están acostumbrados a llevar mucho peso. Entonces, se cansan pero ellos quieren llevar poco nomas, y a nosotros nos deja mucho peso, entonces no podría ser, pero nuestros salarios están igual, ¿no? Entonces, no nos conviene, ellos van a cargar menos y nosotros más, pero nos van a pagar igual monto, ¿no? [I]: ¿Y por qué crees que a ustedes, así, digamos, les hacían cargar más peso y a ellos menos? [W]: A veces los cocineros son de Cusco, entonces creo que son conocidos, amigos, entonces puede ser, entonces por ahí. [I]: ¿Ellos son campesinos también, los de Cusco? [W]: No, no son campesinos [I]: ¿Y a quienes les hacen cargar más peso entonces? [W]: A nosotros [I]: ¿A los campesinos? [W]: Si, a los campesinos, pero nosotros reclamamos esas cosas porque no debe ser así. Pero hemos reclamado nosotros con esa agencia y, no, de Cusco ya no, mejor de Cusco ya no venga a trabajar, si no de las comunidades, para que haya unión, poder para llevar peso exacto y cualquier cosa que se pierde. Podemos arreglar entre nosotros, pero cuando se pierde otras cosas así, de las personas de Cusco no, se van tranquilos ellos, entonces nosotros somos los que pagamos, ¿no? Las cuotas que ponemos, que podríamos poner un poco más, entonces no nos conviene.
Por consiguiente, estas formas ambientalizadas de empleo abiertas por el turismo, que vinculan a una porción minoritaria del mundo rural, parecen tener un valor que ha sido relativizado hace tiempo por algunos campesinos indígenas, de un modo muy distante del crecimiento económico y, por lo visto, más cercano a la formación social del racismo. Este tipo de vulnerabilidad es algo que no captura el concepto de adaptación. Cercados por un metal que transita globalmente, que se les sustrae para ir a parar fundamentalmente en manos de otros y que ellos conocen más por sus consecuencias indeseadas o deseadas antes que por sus iniciativas y emprendimientos, los campesinos indígenas están muy lejos de esos calificativos que, con cierto sesgo racista, los vincula antropológicamente con el “dinero”279 y con una fuerza proporcional a los atributos de la pobreza en un marco neoliberal.280 Las geografías glocales del 279
El hallazgo de Maxwell (2006) acerca del estereotipo “campesinos metalizados” en la lingüística singular del Camino del Inca, resulta aquí particularmente irónico, pues aquellos que califican así a los campesinos lo hacen como si su trabajo y sus condiciones de existencia no tuvieran que ver nada o muy poco con el “metal”; pero, a su vez, suponen, con cierto esencialismo racista, que los campesinos indígenas no tienen derecho alguno a participar de formas abstractas de intercambio propias de la economía mundial, porque las estrategias de subsistencia de gente que se halla en las fronteras del mercado desfigura una imagen abstracta y purista de la cultura local que puede ser consumida simbólicamente por espectadores externos que atraviesan sus territorios como si fueran tierra de nadie o, en el mejor de los casos, sólo del estado. 280 Desde la óptica de Del Pozo Vergnes, en el nuevo marco estrictamente liberal la cuestión de la modernización del campo o la del desarrollo rural, es diluida en el discurso de la mundialización, de las ventajas comparativas y el de la competencia en el mercado. El abandono de las antiguas funciones del estado, particularmente su papel de apoyo y promoción del sector agrario, indica la nueva y declarada consideración de los campesinos como un elemento prescindible del nuevo modelo de desarrollo basado en el mercado. En treinta años, el indio ha recorrido un camino de “desarrollo” que lo convirtió de “indio” a “campesino” y, finalmente, a “pobre”. Cf. Del Pozo Vergnes 2004: 13-22
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racismo en los andes centrales se redefinen así sobre la base de un marco que, al mismo tiempo, que incrementa el valor mercantil de ciertos espacios turísticos privilegiados moderando los efectos sobre el medio ambiente281, invisibiliza la etnicidad de los campesinos y la organización plural de la región, al lado de un reparto precario del saldo neto de los beneficios del turismo y un margen más estrecho de libertad sobre sus espacios – sin contar con el poco que ya tienen con los riesgos vinculados a la variabilidad climática y que apenas comienza empeorar con el cambio climático –. Más aún: la ironía que todo esto produce para el campesinado indígena es tan grande como aquella que pretende adaptarlos al crecimiento económico transfiriéndoles la parte más gruesa de las incertidumbres, la inseguridad y los riesgos fabricados local y globalmente. ¡Incas sí, indios no!282, tal vez sea la frase más sugerente que se haya conocido dentro de una de las genealogías del racismo en el Perú y quizá sea la más apropiada para develar, en particular, la genealogía del turismo en el Cuzco.283
3.2 La acción estratégica campesina en el marco del proyecto del Aeropuerto internacional de Chinchero “Ñuqayku uyariyku, uyarini ñuqa, huk lado parte runakunas apayamuwachkan imaymana unquyta, imaymana wañunanchispaq ima nispa, qalatas wañuchipuwasun chaymanta paykuna kaypi tiyakapunqaku, hunt’ayamunqaku, asina rimaykuna kan. MiKhunakunata apayamuwasun tomanapaq apayamuwasun, chay runakuna nispa, icha anchaynachu haykumuchkanki manachá.” “Hemos escuchado que dicen que las personas que vienen están trayendo diferentes enfermedades para que nosotros muramos. ¿Y para qué? Para que todos nosotros sucumbamos y, luego, ellos invadan y vivan en nuestros espacios. Esas habladurías hay. Dicen que esas personas nos traerán comidas, nos traerán bebidas, eso es lo que dicen. ¿Tú estarás viniendo, 284 pues, en ese sentido o no?”
Víctor Quispe (74 años) Campesino indígena de la comunidad de Cuper En medio de estas y otras condiciones que aquí no hemos podido abarcar, los campesinos indígenas de Cuper, Tauca y Umasbamba vienen experimentando localmente otras incertidumbres fabricadas. Nos referimos al proyecto del Aeropuerto Internacional del Distrito de Chinchero, promovido por la Municipalidad del distrito y por múltiples agentes privados y públicos a nivel regional, nacional y global, y que se inscribe dentro del marco de las estrategias de descentralización difundidas en los
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Con el reglamento, se sube la tarifa del ingreso al Camino Inca por cualquiera de las rutas – y sin incluir el ingreso a la ciudadela de Machu Picchu – de U$ 17 a U$ 50 dólares americanos, en el caso de los “adultos”, y a U$ 25 dólares para los que son “estudiantes”. 282 Esta frase sirvió de título a un conocido artículo de Cecilia Méndez (2004): Incas sí, indios no: apuntes para el estudio del nacionalismo criollo en el Perú, Lima, IEP 283 Véase al respecto: De la Cadena, Marisol (2004) Indígenas mestizos: raza y cultura en el Cusco, Lima, IEP. Al mismo tiempo, son también semióticamente sugerentes dos imágenes representativas de dos fotógrafos cusqueños, en los que las piedras o los monumentos sagrados que allí aparecen destacan por su grandeza al lado de la pequeñez y ubicación tangencial de los campesinos: “Campesinos en Sacsayhuamán” (1940) de Horacio Ochoa, y “Aborigen en piedra de los doce ángulos” (1945) de César Meza. Véase: CBC (2006) Fototeca Andina 1900-1950: Ñawiykikunawan Uyarimuway, Óyeme con los ojos, Lima, pp. 45 y 53, respectivamente. 284 Con esta expresión, llena de un profundo significado que ilustra muy bien el contexto, nos recibió este interlocutor, poco antes que comenzáramos a tener una entrevista que nos tomó casi todo un día.
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primeros años del siglo actual.285 Este asunto ha comenzado nuevamente hacer noticia en diversos medios locales y de alcance nacional a lo largo de este último año.286 Dado que se trata de un proyecto que, por lo pronto, ha sido llevado a un concurso público para las empresas interesadas, no podremos sino básicamente esbozar los discursos relacionados con este asunto y las implicancias significativas que ha comenzado a tener para diversos actores locales. El proyecto tiene un presupuesto de inversión que supera los US$ 350 millones, y está pensado para un plazo máximo de 13 años. El alcalde de Chinchero explica así las razones y las consecuencias de una obra de esta magnitud: Investigador [I]: ¿Y cuál es la situación del Aeropuerto? Humberto Huamán [H]: Por supuesto. El Aeropuerto es – mira - un canal, una apertura a mercados. El mercado europeo viene directo aquí, y de aquí se va directo a Europa. Y eso canaliza y dinamiza la economía. Facilita el tema de la producción de… No solamente esos productos. También la artesanía. Y no solamente eso, sino también los servicios, ¿cuántos turistas van a llegar? Imagínate 10 millones. ¿Ahora tenemos capacidad para 10 millones? ¿Hay camas para 10 millones? En Urubamba, solamente tenemos 2000 camas. Entonces, hay una gran oportunidad. Pero, tenemos que arriesgarnos. Ya, pues, tenemos que dejar de trabajar, de sufrir, en la chacra. Pero, ahora, tiene que venir otra etapa, bueno, seguramente en esta transición, en esta parte de cambios, se sufrirá, habrá, pues, algunos cambios por el beneficio de la gente. Pero va a ser para un bien. [I]: Ya, ahora bien, usted mencionaba también que un problema será que la gente pierda sus chacras. ¿Uno tiene que sacrificar eso para articular al distrito al mercado? [H]: Así tiene que ser, ¿no? Habrá seguramente un pequeño sacrificio, pero para un bien, porque los niños, los hijos, tienen que pensar con estos recursos. [I]: ¿Qué dice la gente? [H]: Bueno, pierden sus tierras, ¿pero después qué hacen? ¿De qué viven? ¿De qué se visten? Esa parte es delicada. (…) Tenemos que priorizar servicios turísticos, sobre todo porque este pueblo tiene futuro, ¿no? Fundamentalmente Cusco y gracias a la maravilla del mundo (…) [I]: ¿Pero cómo se podría articular la producción agropecuaria de la gente al mercado si, como usted mismo ha señalado, estamos ante un contexto en el que habrá un Aeropuerto que limitará el acceso a la tierra, a los recursos? [H]: Por eso, tienen que funcionar las PYMES, la microempresa, tenemos que promocionar la empresa agrícola. Entre 10 personas deben producir papa exclusivamente. Entonces ellos tienen mercados, porque va a haber cantidad de gente en este distrito, en este territorio, porque hoteles, restaurantes, van a necesitar de estos productos. Entonces, ya tendrán un mercado dónde vender, ¿no es cierto? Se tiene que generar ese tipo de empresa. Otro también es la empresa hotelera. Otros deberán ser empresas de servicios de restaurantes, de transporte, en fin, hay un montón de estos servicios. [I]: Ya, pero, ¿y qué sucederá con las tierras de la gente? ¿Qué quería decir usted antes con eso? [H]: Bueno, obviamente, el Aeropuerto va a afectar, ¿o no? Son 600 has. Entonces, creo que por estas 600 has se tendrá que dar un reembolso adecuado, entonces con eso tiene que pensar en rehacer un negocio.
Con cierta inspiración neoliberal, el discurso citado ofrece un boceto bastante optimista desde el punto de vista económico. El Aeropuerto abrirá la esfera local a la globalización, articulará a los campesinos indígenas al mercado mundial, pondrá en valor los productos locales, disolverá el cerco que mantiene atada a la población a la 285
Dentro de la cartera de promoción de PROINVERSIÓN, el Aeropuerto de Chinchero es uno de los tantos otros proyectos de inversión privada pensados para el Sur que se localizan dentro de los corredores, ejes o circuitos que forman parte de la Estrategia de Desarrollo Territorial del “Plan Nacional de Desarrollo Territorial 2004-2013”. Cf. CONSEJO NACIONAL DE DESCENTRALIZACIÓN (2003) Plan Nacional de Descentralización 2003-2006/Plan Nacional de Desarrollo Territorial 2004-2013, Lima, Propuesta Ciudadana, p.54 286 Ese año, dos diarios bastante extendidos a nivel nacional difundieron la noticia en dos de otros artículos: “Construirán nuevo aeropuerto internacional en Cusco” (La República, Dom, 07/02/2010) y “Aeropuerto de Chinchero no tiene estudio de factibilidad” (El Comercio, Martes, 07/09/10)
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subsistencia, les evitará a los campesinos el sufrimiento de dedicarse exclusivamente a la chacra y los convertirá en empresarios. Esto presupone, por lo tanto, que la gente debe seguir la curva teleológica del crecimiento económico, porque éste puede superar cualquier obstáculo, pagar cualquier impuesto ecológico y compensar en nombre de un bien mayor o más alto el costo de la transformación de las geografías locales y la desestructuración social de ciertas formas de vida: “En esta parte de cambios - nos dice el alcalde -, se sufrirá, habrá, pues, algunos cambios por el beneficio de la gente. Pero va a ser para un bien”. Desde esa óptica, los campesinos alto andinos de esta zona aparecen como socioeconómicamente inviables y como un obstáculo para los intereses territoriales del estado, de modo que deben transformarse, es decir, dejar de ser campesinos y convertirse, más bien, a otras fuerzas productivas, concediendo al estado un mayor poder sobre sus territorios y la facultad de decidir sobre cuál es la asignación más apropiada de su bienestar. La máxima moral sería, entonces, que los campesinos del distrito deben abrirse inevitablemente al crecimiento económico, incluso sacrificando una porción de sus territorios y las bases de su sustento en nombre de un proyecto que les promete un futuro que no conocieron antes. La decisión política busca así crear las condiciones propicias para que la población opte por otra forma de vida, como si su identidad étnica fuese un bien equivalente a cualquier otro. Pero, no tienen la misma interpretación los campesinos indígenas acerca de ese estado de cosas. Sobre la base de una suerte de “optimismo pesimista”, su pensamiento estratégico reside, por el contrario, en pensar el peor escenario de esas disposiciones y la acción preventiva más razonable si no caben otras opciones. Al menos los que han sido nuestros interlocutores en Cuper, Tauca y Umasbamba nos han manifestado que no están pensando en el crecimiento económico, en articularse al mercado mundial, en ser empresarios ni en sacrificar fácilmente sus territorios, sino en asegurar mínimamente sus condiciones de vida. Ellos perciben allí una amenaza que afecta su seguridad en un sentido más amplio que las múltiples amenazas naturales y humanas con las que ella ya tiene que lidiar si no quiere perecer: Hermógenes Huamán [H]: Así es, el Aeropuerto está medio preocupante lo que nos están trayendo. [I]: ¿La gente quiere o no Aeropuerto? [H]: Bueno, nosotros vemos ya que debería haber, pero más avance debería en el futuro con el aeropuerto. Esas cosas nomás estamos viendo entre otras cosas, no está totalmente mal lo que nos están trayendo, está bien lo que está viniendo porque cuando haya aeropuerto las señoras trabajan con las artesanías, ellas también tendrían más venta, más comercio, así lo vemos. Por otro lado, el aeropuerto nos traerá también fracaso a nosotros también, porque nosotros vemos que si las tierras no están tituladas, habrá problemas. Esas cosas nomás vemos, eso. [I]: Entonces, está bien este proyecto del Aeropuerto, pero también hay problema. [H]: Para nosotros está bien, está bien el Aeropuerto [I]: ¿Y ustedes, entonces, no se oponen? [H]: No, no, solo está preocupante solamente con respecto a esto de la titulación, eso es lo que más quieren.
Así, pues, existe, en primer lugar, mucha incertidumbre por parte de las poblaciones campesino-indígenas del distrito, quienes se ven a sí mismas como afectadas por un proyecto que, sin duda, alterará sus paisajes locales con una magnitud que no podrá ser compensada por los pequeños y precarios flujos monetarios que podrían obtener (si lo consiguen) de una actividad moderna que a la vez que ocupa sus territorios, puede mantenerlos al margen. Varios interlocutores estiman que cuentan con muy poca información sobre un menudo asunto; pero advierten profundas amenazas a sus territorios, sus recursos y sus formas de vida, una vez que se instaure un proyecto geográfico que alterará los territorios locales, demandará más servicios y más 239
recursos como el agua. Mientras múltiples instituciones públicas y privadas cuentan con el monopolio del discurso del Aeropuerto por todas las ventajas económicas que esperan obtener con este proyecto, las minorías étnicas de esta zona se topan, por sus propios medios, con un discurso que produce mayor inseguridad con la misma fuerza con que les llega demasiado tarde y al que no se oponen porque saben que tienen pocas alternativas allí donde las cartas políticas ya han sido echadas. Los campesinos indígenas ven así fluir tras sus espaldas una red de decisiones políticas o tecno-económicas globales o domésticas desconocidas que extrañamente fabrican o producen nuevos peligros en su ámbito local y que no obedecen a las fuerzas de la naturaleza, sino a las fuerzas del mercado. Estas presiones que no tienen nada de natural han conducido a la gente a replantearse sus escasas opciones de vida en un contexto definido por la inseguridad o la falta de certidumbres. Sobre la base de esa preocupación y de las escasas libertades con que cuentan en el mundo rural, ellos han vuelto a replantarse el debate de la seguridad jurídica de la propiedad de la tierra así como la gobernanza de sus recursos naturales al interior de la comunidad. Apelan al poder que la democracia da a los marginados, allí donde a éstos se les sustraen derechos básicos y libertades fundamentales. Así el modelo de desarrollo transfronterizo, translocal, del Aeropuerto, ha comenzado a forzar más la decisión y la acción estratégica de las poblaciones locales, conduciéndolas a replantearse la modalidad de la tenencia de tierra, la seguridad de su acceso a recursos y la viabilidad de su forma de vida en los andes, y no precisamente con arreglo a lo que los actores locales o extra-locales públicos y privados llaman “desarrollo”. Hermógenes Huamán [H]: Sobre ese asunto, hace poco nomás hemos conversado, en la madrugada, en la asamblea, tampoco yo no me estuve informando sobre ese caso, no, estuve así de tranquilo nomás, no yo sobre eso [¿?] bueno hace unos instantes me quedé muy preocupado, los comuneros también gravemente me han increpado, “Sobre ese asunto tú no te preocupas” cuando eso me dijeron, ahora ya, hace un rato, todo el día anduve con los ingenieros ya he conversado con ellos, entonces, no, cuando fui a la [municipalidad] también “tampoco disponemos de ingenieros, nosotros no los podemos ayudar, anda consulta con otro ingeniero, toma los servicios de otro ingeniero, él te explicará sobre la titulación” así me dijeron “Qué monto te pedirá para que te quedes con tus terrenos”. Todas esas cosas nos dijeron, en ese plan estoy ahora con el ingeniero, una vez más tendré que conversar claramente con el ingeniero, quedaré fecha para constituirlo al ingeniero aquí en la asamblea general, con el ingeniero nos pondremos de acuerdo, para que él, aquí nos explique, nos diga, cuánto de dinero nos cobrará a nosotros para que se pueda titular nuestras tierras, eso Investigador [I]: ¿Quién con ustedes tiene esa preocupación? [H]: Bueno a lo que hemos conversado hace un rato atrás, estamos preocupados, porque aquí nosotros vivimos de la tierra pues, por lo que hay tierra [hay animales] así, porque de acuerdo a lo que dijeron hace un rato, si se llega a construir el aeropuerto, Chincheros se va a convertir en una ciudad grande, así comentaron, en una ciudad grande, es cuando van a venir muchas personas, dice que podrían venir invasores, de pronto, de la noche a la mañana entran en invasión a algunos sitios, así este tipo de cosas nos pueden hacer, porque para evitar eso, tienes que tramitar la titulación de nuestros terrenos, con esa preocupación están más las personas.
En efecto, el problema es mayor aún cuando los propios lugareños perciben una escasa voluntad política en reducir incertidumbres, cuando notan que la tierra – condición de existencia de una identidad étnica - se trata como un “bien” que ser medido en términos de costos beneficios y sustituido por cualquier otro, y cuando empiezan a surgir también desconfianzas entre pares culturales ante esas potenciales amenazas. De esa manera se afecta el tejido social local, la agencia indígena campesina, aquella que precisamente constituye el capital social con el que la gente
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puede contar a nivel local para reducir su vulnerabilidad y alcanzar sus metas comunes. Existen dos cuestiones íntimamente relacionadas con esa “preocupación”. La primera está relacionada con el agua, un recurso que, como vimos páginas atrás, es muy disputado en el distrito de Chinchero por comunidades, microcuencas, empresa y estado. Según el interlocutor anterior, debido al sistema de necesidades que abrirá o complejizará localmente, el Aeropuerto acarreará una mayor demanda de agua de la que ya existe en el distrito. Y, dado que Piuray-Ccorimarca es la única microcuenca que por ahora dispone relativamente de agua, en contraste con Huaypo-Yanacona, entonces es razonable que sus pobladores avizoren mayores inseguridades en el recurso por razones climáticas y por las políticas de desarrollo. Adicionalmente, la inseguridad de disponibilidad de agua está relacionada con una segunda cuestión, a saber, la inseguridad jurídica de la propiedad de la tierra. Esta inseguridad y las expectativas y acciones correspondientes suelen reactivarse en el campesinado indígena siempre que hay disposiciones normativas o políticas que despiertan suspicacias o preocupaciones sobre sus territorios.287 Un proyecto que se propone impulsar el turismo en un espacio pone en otro estatus el valor económico de la tierra. No contar con títulos individuales expone a la gente a mayores riesgos ante una obra de la magnitud como el Aeropuerto cuyo alcance territorial abarcará también terrenos comunales. No preocupa tanto el Aeropuerto en sí mismo, sino por otras incertidumbres preexistentes que podrían ser agravadas una vez que se produzcan esos cambios. En un marco de incertidumbre, los campesinos temen por su acceso a recursos. Su previsión de las consecuencias, inspirada en otro modelo territorial, los conduce a pensar que de cualquier manera serán afectados. Para empezar, el área prevista para el Aeropuerto supone, como lo dijo antes el alcalde, una pérdida de un total 600 has tierra entre Huaypo, Yanacona y Ayllupongo, cuyo régimen de propiedad es individual en los dos primeros casos y comunal en el tercero. Eso implica, de suyo, que los campesinos – propietario o no – deberán elegir una opción entre casi ninguna. En consecuencia, la gente prefiere reducir sus incertidumbres asegurando sus propias parcelas, y reservándose otros objetivos para otras circunstancias, antes de esperar una situación sorprendente o perjudicial, además de los viejos problemas – más o menos regulados - que ya existen al interior de las comunidades campesinas del sur andino.288 Wilfredo Mancco [W]: (…) la comunidad no piensa vender sus terrenos. Es para hacer propios de sus terrenos, piensan hacer titular, ¿no? Ajá, quizás cuando se haga el Aeropuerto, la gente se viene donde hay agua, ¿no es cierto? Entonces, si nos ofrecen un poco de dinero quizás podríamos venderlo, hay veces otras personas tienen pues suficiente, otras tienen, como aquí en la comunidad creo que hay como 5 personas, un terreno suficiente son, harto. Entonces quizás esas personas podrían vender; pero si otras personas, así, tenemos por topos, no sé, no se puede. Porque tenemos hermanos o hermanas o hijos, quizás nuestras hermanas están en Cusco, algunos familiares, entonces se regresa: “¡Quiero hacer aquí mi casa!”. Entonces, como somos familias, facilitarlo esa parte para que se puedan hacer sus casas. Investigadora [I]: Sí, digamos, si se logra titular individualmente, que cada comunero logre individualmente, ¿cuál crees que serían las expectativas de los comuneros, ya teniendo títulos y terrenos. ¿Crees que lo venderían? ¿Qué crees que haría la mayoría? 287
Una disposición que suscitó muchas incertidumbres y plurales interpretaciones en el campesinado indígena alto andino fue, por citar sólo un ejemplo, la “Ley de Tierras” de 1995. 288 La estrategia de la seguridad jurídica de la propiedad no es nada reciente: tiene su inspiración más contemporánea en los procesos de toma de tierras inmediatamente posteriores a la Reforma Agraria. Para un análisis más amplio al respecto, véase: García-Sayán, Diego (1982), Tomas de tierras en el Perú, Lima, DESCO
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[W]: No, la mayoría creo que, cuando lo hacen titular sus terrenos, podrían dar para sus hijos. No creo que podrían vender, sí, porque la mayoría de las personas tienen hijos, digamos [de] 5 a 6, a veces, como nosotros estamos viviendo aquí, en el campo, no tenemos lo suficiente, en la economía, o sea no trabajamos [en otras cosas]. Entonces a veces muchas personas se quedan u otros jóvenes ya también se van a otras provincias o departamentos, creo. Entonces para mí, cuando lo hacen titular, creo que lo reparten para sus hijos, como una herencia.
Primeramente, la propiedad individual le permitirá a tomar decisiones a los campesinos respecto de los recursos mediante herencia y distribución, y sólo después contar con la posibilidad de vender sus tierras en el caso de que la situación sea más crítica que la que ya es, o en circunstancias en las que su familia tenga otros proyectos y no haya otra opción. Por este medio, los campesinos indígenas se proponen asignar recursos a aquellos que forman parte de sus vínculos de parentesco nucleares o más inmediatos, en el caso de los propios hijos, y, por medio de ellos y bajo ciertas condiciones, a aquellos pares culturales que hayan entablado alianzas matrimoniales con sus hijos mediante un modelo de residencia virilocal o uxorilocal. La continuidad inter-generacional o en el tiempo de ese mismo esquema social nos permite extender esta cadena de asignaciones a los hijos de sus hijos, y así indefinidamente. Esto vale para los hijos que migran estacionalmente, y para los que retornan después de muchos años de haber permanecido fuera, expuestos a las incertidumbres de la vida urbana y moderna y cuando su vida ya no depende de los recursos naturales sino de un salario; las migraciones pueden reducir incertidumbres locales, pero también pueden acrecentarlas, animando al sujeto a volver para reducirlas en su “casa lingüística local”, siguiendo una serie de ciclos diversos. Las herencias, las alianzas matrimoniales o la transferencia temporal o definitiva de recursos en diversas zonas de producción, pueden así intervenir cuando la estrategia de la migración falla, y lo mismo puede ocurrir del modo inverso. Así, la gente puede apelar a las reciprocidades, obligaciones mutuas y lealtades del ayllu o de su comunidad étnica, cuando las estrategias que abre la modernización no compensan, en algún grado, las expectativas de vida del sujeto social. El mundo rural puede atenuar las incertidumbres que abre el mundo urbano, y éste puede hacer lo propio con aquél, pero las migraciones urbano-rurales pueden también pueden limitar la reproducción del conocimiento local y la acción colectiva en diversas situaciones naturales y humanas adversas. En ese sentido, estas transferencias bajo relaciones de parentesco son estrategias de asignación de recursos a gran escala intergeneracional, pues lo que hacen los campesinos, mediante herencia o cesión en uso de parcelas, es reducir - salvo que en algún momento se interrumpa abruptamente - las incertidumbres actuales y futuras de acceso a recursos de sus parientes que viven en la comunidad o que viven fuera, así como la de sus pares culturales más cercanos y más remotos. El proyecto de titulación individual – tal vez, el vocablo “proyecto” sea equívoco – tiene una significación jurídica que no sustituye las transferencias o asignaciones de recursos ni es una condición necesaria para que ellas sean efectivas, pero empieza a tener un significado altamente importante para la gente de estas comunidades desde que otras presiones globales irrumpieran con una agresividad más sofisticada en las últimas décadas, y desde que el mercado recondujera por otras vías las incertidumbres en sus espacios locales. Sin excluir otras posibles, esa ruta de interpretación nos las ofrece el interlocutor líneas arriba cuando señala que la titulación individual les permitirá darle la vuelta al potencial agresivo de demanda de agua en los años en los que comience a habilitarse el Aeropuerto, mientras que las desigualdades en materia de activos como la tierra también constituyen un factor socialmente eficaz o decisivo a la hora de determinar quién podrá vender y quién no. Nuestro interlocutor sugiere, por otro lado, que la titulación permitirá que los padres den tierras a sus hijos, y el verbo “dar” debe tener aquí más de un sentido. Dado que no podemos decir que los padres venderán 242
sus tierras a los hijos, el término sólo puede tener dos sentidos: heredar o transferir. Si estos constituyen indistintamente un tipo de relación social que siempre ha existido, y la titulación individual es una categoría jurídica que empieza a sopesar el campesinado alto andino para asegurar sus medios de vida frente a un sistema socioeconómico y político más grande, entonces se trata de una herencia o transferencia que pondera posibles peligros o riesgos, y posibles respuestas a esas condiciones en un momento dado. Así, la titulación individual como una condición alternativa para heredar o transferir tierras es una estrategia consistente en asignar recursos en diversas escalas intergeneracionales bajo condiciones de riesgo, es decir, “una” forma de asegurar los recursos de los parientes o los pares culturales en diversas zonas de producción ante la eventualidad de una posible amenaza social y política: industria extractiva, mercado, conflictos sociales, conflicto armado interno, etc. No cabe duda que, así como todos estos procesos pueden potenciar la titulación, también pueden erosionar su validez jurídica. Pero, dado que estos pueblos no consideran relevante la separación entre naturaleza y sociedad, eso en modo alguno es comparable a las transgresiones que estas personas perciben en perjuicio de su “naturaleza socializada” o de su identidad étnica adscrita o anclada a ella. El punto es que el contraste moral entre la acción estratégica del campesinado indígena frente a los defensores del crecimiento económico que no reparan poco en la equidad y la distribución, es abismal: mientras que el interés del mercado asigna recursos sin considerar a los consumidores virtuales (o excluidos) del futuro289, los campesinos se reservan el derecho de considerar abiertamente a estos últimos sin convertirse estructural ni sustancialmente al mercado. La venta de tierras es una posibilidad final no descartada una vez que se han agotado, anteriormente, otras pocas.290 Pero, si la venta de tierras es una posibilidad a posteriori lo es sólo en la medida que, primeramente, hay una seguridad jurídica que se ha obtenido por motivos y que no necesariamente se adapta al crecimiento económico. El hecho de que la titulación individual no signifique necesariamente conversión al mercado vale también para develar la eficacia social que la “comunidad” y el “ayllu” siguen teniendo para los campesinos indígenas. Ese dualismo institucional que reúne institucionalidad comunal y relaciones de parentesco permite, mediante diversas modalidades de cooperación social, que los campesinos puedan organizarse para vivir en un medio tan difícil, frágil y adverso como las altas montañas291-. Eso no excluye que los individuos detenten cierta autonomía sobre sus parcelas, como viene ocurriendo hace décadas en Huacrahuacho - una zona en la que las tierras de uso comunal se han ido reduciendo paulatinamente -. Hace décadas que las poblaciones indígenas del sur andino nos han ofrecido la lección de que “propiedad individual” y “comunidad” no son categorías jurídicas y sociales mutuamente excluyentes aunque puedan entrar en tensión.292 En ese sentido, tampoco las comunidades de Piuray289
Martínez Alier, Joan; Schlüpmann, Klaus (1991) La economía y la ecología, México, FCE Este hecho particular sirve ya de contraejemplo para poner en discusión la supuesta conversión a un mercado de tierras por parte de las comunidades campesinas alto andinas. Las reformas neoliberales de los 90s tuvieron como uno de sus propósitos la liberalización de la propiedad de la tierra, fundada en la idea de la inviabilidad de las comunidades campesinas y en la idea de que estas comunidades ya habían entrado a una suerte de mercado de tierras por lo bajo o ilegalmente con lo que su régimen jurídico de propiedad no era sino una especie de “ficción legal”. A juzgar por ese dato altamente discutible, el supuesto de esa posición es que lo único que había que hacer es formalizarlas, es decir, ponerlas a disposición del mercado y su capacidad para asignar recursos por las vías legales “correctas”. Cf. Hvalkof, Sören; Plant, Roger (2002) Titulación de tierras y pueblos indígenas, Washington D.C., BID 291 Golte, J. (1980) La Racionalidad de la Organización Andina, Lima: IEP; Mayer, Enrique; De la Cadena Marisol (1988) Cooperación y conflicto en la comunidad andina: zonas de producción y organización social, Lima, IEP 292 Monje, Carlos (1998) “La comunidad: tierra, institucionalidad e identidad en el Perú rural”, En: Degregori, Carlos Iván (ed.), Comunidades: tierra, instituciones, identidad, Lima: Diafonía/CEPES/Arariwa, 290
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Ccorimarca han sido una excepción. Las pretensiones de titulación individual son posibles desde que el momento en que el campesinado indígena tiene enfrente el advenimiento, en el mundo moderno, de la sociedad del derecho universal e igualitario, el despliegue de sus sistemas de necesidades y el reparto universal de sus riesgos.293 Mas la singularidad de su situación es que las pretensiones individuales de autonomía de toda sociedad civil, donde las personas devienen independientes, no se produce esencial ni exclusivamente, pues los campesinos indígenas siguen consagrando las interdependencias inter-familiares y diversas formas de cooperación social del ayllu y la comunidad para la gestión individual de diversos ciclos alternos y paralelos en diversas zonas escalonadas de producción, para la regulación del manejo del territorio y sus probables conflictos y para otras estrategias de acceso a recursos294. De esa manera, la sociedad civil les quita a las familias, ayllus o comunidades el destino irrenunciable de sus miembros como “sujetos derechos” dentro de una sociedad mayor, pero les deja a ellas lo esencial. La comunidad, en consecuencia, sigue siendo socialmente eficaz para reducir las incertidumbres de la gestión individual, incluso dentro de un nuevo marco económico y laboral definido por el turismo y por pretensiones particulares que detentan su derecho a la autonomía jurídica. Si la validez de la acción estratégica se mide por sus resultados indirectos, por su efecto en la conducta de los demás o por sus repercusiones remotas295, entonces no pueden dejárselas de ver con las leyes morales y los valores substanciales de la comunidad étnica o del grupo social, porque son estas determinaciones las que no sólo le dan un carácter estratégico a la acción en las adversas condiciones de los ecosistemas de alta montaña y bajo las diversas presiones locales y globales, sino un sentido positivo a la vida de los hombres y mujeres del ande.296 Con todo, sin la consideración de los sistemas sociales, económicos y políticos que hemos examinado anteriormente, no se puede comprender la cuota que añadirá el cambio climático para las poblaciones alto andinas, en razón de que tales procesos influyen en la forma cómo las amenazas naturales y humanas afectan a las poblaciones rurales de diferentes maneras y con diferentes grados de intensidad.297
pp.81-115; Monje, Carlos; Urrutia, Jaime (1997) “El debate sobre la titulación en comunidades del sur andino”, en: Agreda, V.; Diez, A.; Glave, M., Perú: el problema agrario en debate. SEPIA VII, pp.392-410 293 Hegel, G.W.F (1988) Filosofía del derecho o derecho natural y ciencia política, Barcelona, Edhasa 294 Golte, Jürgen (1980); Golte, Jürgen; De la Cadena, Marisol (1983) La codeterminación de la organización social andina; Mossbrucker, Harald (1990) La economía campesina y el concepto “comunidad”: un enfoque crítico, Lima, IEP 295
Alegría Varona, Ciro (2001) Flores Moreno, Adhemir (2008b) (2009) 297 Blaikie et al. 1994 296
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2. El caso de dos comunidades pastoriles de Cusco: Phinaya y Siwina Sallma La historia de la crianza de camélidos en el sur andino peruano data de miles de años298, pero es sobre todo durante el siglo XIX que el sur se convierte en una economía predominantemente exportadora de lanas, aunque débilmente articulada al mercado mundial.299 Si bien muchas de las haciendas ya existían desde la colonia y pocas fueron creadas después del siglo XVIII300, la expansión del gamonalismo animado por la exportación de la lana hacia fines del siglo XIX y principios del XX limitó el manejo óptimo de los campesinos de ciclos agropecuarios simultáneos, sobre todo en las zonas de producción del piso ecológico puna, porque permitió la apropiación de grandes has de tierras y obligó al dueño a producir para comercializar y a requerir suficiente fuerza de trabajo para una producción destinada al mercado mundial.301 En efecto, la consolidación de la haciendas condujo a la proliferación de los propietarios y, por extensión, a la propagación masiva de huacchilleros o pastores.302 De esta forma, el despliegue del gamonalismo ofrece, paradójicamente, un típico caso de una formación socioeconómica semi-feudal en el sur andino que se reproduce o se afianza en el marco del desarrollo del capitalismo a nivel mundial.303 Esta suerte de desequilibrio ecológico-cultural se redefinió con la Reforma Agraria (1969), cuando las pretensiones oficiales de modernización del campo, si bien lograron disolver la coerción extraeconómica de las haciendas y consolidaron la formación social de comuneros, no cambiaron la concentración de la tierra ni la oferta agrícola, de modo que la tenencia de tierras de las comunidades no creció mucho y siguió por 304 debajo del porcentaje de tenencia de propietarios individuales. Phinaya es una de las comunidades pastoriles más meridionales del Cuzco y desde tiempos remotos ha sido un corredor entre Puno y Cuzco y entre las tierras altas y bajas.305 Ubicada a unos 100 km del noroeste de Sicuani (Canchis), a la derecha de la 298
Según Troll, a diferencia de otras zonas de la cordillera de los andes, la crianza de camélidos seleccionados para desempeño de trabajo humano fue una forma típica de los andes secos de la esfera cultural peruana. No ha podido ser así en los llanos costeros peruanos, o las llamas sólo lo hicieron como animales de carga. Si la región de la crianza de la llama coincide casi exactamente con el área cultural peruana, la alpaca, menos importante, tiene una distribución más reducida aún, en el sur del Perú y en algunas partes de Bolivia. El límite septrentrional de área continua de distribución de la llama se halla ahora en el Perú central, allí donde termina también la puna. En la cordillera blanca no desempeña ya ningún papel digno de mención. No obstante, introducidas por los Incas, en el Ecuador se les utiliza como animales de carga, como consecuencia del suelo arenoso; a su vez, las llamas llevadas a Chile por los incas no han podido mantenerse allí y han desaparecido a principios del siglo XVI. En los Andes de Páramo, el clima húmedo de sus estepas tampoco fue favorable para las llamas y alpacas y éstas sucumbieron. Cf. Troll, Carl 1958: 28 299 Sobre la base de los informes de los cónsules británicos, Bonilla señala que, en todo este período, la balanza comercial fue favorable; las exportaciones, aunque interrumpidas por diversas recesiones, crecen desde 1857 hasta 1878. Hacia 1900, se observa una caída de las exportaciones de Mollendo. En efecto, el crecimiento de la exportación de la lana es casi permanente a lo largo del siglo XIX, mientras el resto de la economía peruana permanece casi dependiente de los períodos de de crecimiento y expansión del mercado internacional. Según el autor, en parte esto se explica debido a que la economía peruana, entre 1840-1880, estaba articulada casi exclusivamente al guano, y de esta explotación estaba divorciada la lana sureña, la misma que presenta una elasticidad permanente. Bonilla, Heraclio (1973) Islay y la economía del sur peruano, Lima: IEP, pp. 8-18 300 Martínez Alier, Joan (1973) Los huacchilleros del Perú: dos estudios de formaciones sociales agrarias, Lima: IEP/París: Ruedo Ibérico 301 Golte 1980: 64-5 302 Del Pozo-Vergnes, Ethel (2004) De la Hacienda a la mundialización: sociedad, pastores y cambios en el altiplano peruano, Lima, IEP/IFEA, pp.44-5 303 Yépes 1979, 1992 304 Gonzales de Olarte 1994: 46 305 Renard-Casevitz y Saignes 1988; Sendón 2003; Ricard Lanata 2007a
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laguna Sibinaqocha306 y al pie de eslabones de nevados que conforman la cordillera del Ausangate307, esta comunidad tiene una altura que en su parte baja alcanza los 4 200 msnm y, en su parte alta, poco más de los 5 000 m de altitud. Con un territorio aproximado de 40 000 has y una población de 650 individuos ó 130 familias nucleares, es un espacio exclusivamente pastoril con un patrón de asentamiento disperso y variable a lo largo del año. Debido a la expansión del gamonalismo hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX, a la larga Phinaya se convirtió, como diría Sendón, en un “archipiélago de tierras comunales que emerge en medio de un océano de tierras privadas”.308 La existencia de tierras comunales y el derecho de usufructo de las familias que la integran le otorga el estatuto de comunidad; la existencia de tierras bajo el dominio de propietarios define el territorio con un régimen de tenencia diferenciadamente mayor; y, finalmente, la porción minoritaria de pastores cuyo acceso a recursos pasa por la intermediación de los otros dos, completa un espectro social tripartito. Así, pues, comuneros, propietarios y pastores se diferencian o bien por el régimen de tenencia en los dos primeros casos o bien por el tipo de acceso a recursos en el último. Sobre la base de un acentuado modo de residencial uxorilocal frecuente en sociedades pastoriles, la comunidad de Phinaya309 está compuesta por dos mitades estadísticamente endogámicas que describen una tupida red de parentesco y organización social (Consachapi e Ilave), así como por 8 sectores (4 de ellos privados y 4 de ellos comunales), situados, a su vez, dentro de los ámbitos de cada mitad. Esta comunidad, junto con otras cuatro comunidades (Siwina Sallma, Sallani, Cullunuma y Midma-Huancané), forma el Centro Poblado Menor de Phinaya territorialmente repartido entre el distrito de Pitumarca y el de Checacupe (Cap.II).310 Siwina Sallma, en particular, es una aldea pastoril situada a una hora y media al oeste de Phinaya, en el extremo occidental de la laguna Sibinaqucha. Esta comunidad, que se ha convertido recientemente en una “asociación”, fue parte de la comunidad campesina de Sallani, constituida también por dos mitades (Hanan Mayu y Uray Mayu).311 Como suele ocurrir en sociedades pastoriles, esta comunidad también ofrece rasgos marcadamente uxorilocales.312
2.1 Significaciones imaginarias y acción estratégica en el marco de la variabilidad climática, el cambio climático y otras presiones globales 1 En Phinaya, algunos propietarios dedicados exclusivamente a la crianza de camélidos señalan, de modo general, que los glaciares han sufrido un cambio apreciable en su fisonomía. Estos no sólo aparecen como masas de hielo en movimiento que se tornan luego en un recurso como el agua, sino también como figuras interconectadas a una red de manifestaciones de una naturaleza en movimiento que organiza un acontecimiento más grande para la vida de la gente. Sin embargo, no hay aquí “desorden” que no sea intrínseco a otro “orden”; al parecer, es un “desorden tentativo 306
Visible desde Cuzco, este macizo de aproximadamente 100 km tiene la forma de un circo cuya altura culmina a cerca de 6 400. 307 Llamada también “siwina qucha” (en quechua), esta laguna glaciar tiene 18 km de largo por 2 km de ancho, e irriga a varias provincias de la región del Cuzco, incrementando el volumen de agua del río Vilcanota, el cual es subsecuentemente usado por la hidroeléctrica de Machu Picchu. 308 El 50% son tierras privadas; el 40% son tierras comunales y 10% restante son tierras eriazas. Sendón 2004: 33-4. 309 Phinaya fue reconocida como “comunidad campesina” en 1977, como “grupo campesino” y “empresa comunal alpaquera Phinaya” en 1978 y nuevamente como “comunidad campesina” en 1982 (Sendón 2004: 35-40) 310 Phinaya es, entonces, “sector”, “comunidad” y “centro poblado”. 311 2 Sallani, con un área de 175 km , fue reconocida como comunidad de indígena en 1920. 312 Ricard Lanata 2007a: 44
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o transitorio” que está dentro de la historicidad propia del “orden” natural mismo, y en modo alguno separado de él: Baltasar Santos [B] (74 años): El nevado está bajando ya demasiado, aquellos nevados, por ejemplo aquel que se está viendo tenía nieves perpetuas. Ahora ya no hay, todo se está derritiendo. Allá arriba todo se está terminando, allá al frente hay un cerro. Investigador [I]: ¿Cómo se llama? [B]: Abra se llamaba, Runqutawqa, dicen esos también era nevado, esos eran de nevada perpetua. Pero ahora ya no hay, todo se está derritiendo, se está convirtiendo en arenal. [I]: ¿Dicen negro? [B]: Nevado negro [yana rit‟i], ya no hay [I]: ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué el nevado se está derritiendo? [B]: Está cambiando demasiado el ambiente, y después hasta el sol solea fuerte esos meses de noviembre solea fuerte. Entonces hasta el agua cae como en tiempo de lluvias y el río viene hasta el rincón. Se está derritiendo la nevada, pero ahora que está cayendo la helada hay poco, pero no se está derritiendo. Cuando caliente se va a derretir. [I]: Pero, ¿tú no te explicas por qué pasa eso, por qué solea demasiado, por qué se está derritiendo el nevado, no te explicas por qué hay esos problemas con el clima? [B]: Seguramente está cambiando el clima. [I]: ¿Por qué crees que está cambiando? [B]: Por ejemplo, así como dicen los profesionales, dice que ya no hay la capa de ozono, eso 313 están diciendo, con esas cosas seguramente se está derritiendo demasiado.
Ubicándose únicamente en el presente, Baltasar Santos, un propietario del sector Tres Estrellas de Chimboya, confiesa que la finitud de los nevados perpetuos ha sido anunciada por el hecho de que estos se han convertido en algo negro [yana rit’i], en un arenal [aqu]. Esta metamorfosis no ocurre en el nevado como algo separado del resto de eventos naturales: está acompañado de incrementos de temperaturas y descensos de agua a través de riachuelos que presentan descargas semejantes a huaycos producidos por lluvias torrenciales, apenas interrumpidos o confundidos por heladas que congelan el flujo estival durante la estación seca. Mientras los glaciares se descongelan y fluyen como si fuesen descargas de aguas pluviales, y las heladas intervienen luego para detener, por congelamiento, esos repentinos advenimientos hídricos, las temperaturas intervienen nuevamente para inaugurar otro ciclo, una vez que empiezan a descongelar el agua anteriormente congelada. Hay una acción recíproca inherente a todos los acontecimientos naturales. Un desequilibrio transitorio inaugura o anticipa otro equilibrio sucesivo. En medio de un aparente desorden, otro orden emerge. La inestabilidad y la variación en la naturaleza aparecen como constitutivos de su propio dinamismo y cambio. Sin embargo, el discurso de nuestro interlocutor se trastoca cuando el investigador, inspirado en el conocido principio de causalidad, intenta conducirlo a hacer una explicación sobre lo que realmente ocurre. Entonces, nuestro interlocutor, como si entendiera en qué consisten las reglas de interpretación que subyacen a la pregunta, acude a un paradigma interpretativo más próximo al cientismo y más distante del suyo (por eso, habla en tercera persona), aduciendo que los “profesionales” dicen que eso se debe, para decirlo en nuestros términos, al calentamiento global. Allí donde el investigador busca causalidades, probablemente encontrará discursos de este tipo, como si el campesino indígena que tiene enfrente le dijera, en sentido figurado, lo siguiente: “¿Quieres una explicación? Esa explicación es la que ofrecen los expertos de tal o cual manera. Busca allí una respuesta.” Pero, eso no ocurría anteriormente cuando el interlocutor se refería al glaciar. Él hablaba del glaciar como un proceso: no sólo como un cuerpo de hielo, por abstracción, que se descongela y fluye como agua y nada más, y cuyo 313
Diálogo con campesino indígena y, a la vez, propietario del sector Tres Estrellas de Chimboya, Phinaya, 2010
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comportamiento obedece a tal o cual razón. El glaciar no es aquí visto como un recurso. Se trata, por el contrario, de un acontecimiento global de la naturaleza durante la estación seca, determinado por el hecho de que un glaciar se desfigura cuando se descongela de manera más marcada que antes (dejando caer flujos de agua cuya magnitud semeja efectos de lluvia). Este acontecimiento aparece constelado con heladas nocturnas muy intensas que detienen esos flujos e incrementos de temperaturas diurnas que vuelven a hacerlos desaparecer. La temperatura aparece aquí como una fuente de desorden; la helada, como un regulador del orden - aunque en otros casos ocurra más bien lo contrario (véase infra) -. Pero, dado que ambos forman parte de una misma cadena de procesos naturales, no son sino fluctuaciones de una misma variabilidad climática, de un comportamiento que, por definición, caracteriza a la naturaleza misma. Que eso sea beneficioso o perjudicial para la gente es aquí tácito: no es algo que esté en discusión. Independientemente de esa consideración, que dejaremos para otros casos, el campesino indígena citado alecciona al investigador mostrándole un orden, un sentido, un significado, que a él le revela la naturaleza a partir del retroceso específico del glaciar, como si contrastara su discurso con aquellos que no ve nada más que en el descongelamiento del glaciar una “amenaza”, un “peligro”, una “especie en extinción”, y todas esas metáforas históricas recientes y viejas - que forman parte del caleidoscopio discursivo de la ciencia y la escenificación mediática y política sobre el cambio climático.314 Por añadidura, la interpretación local de la naturaleza examinada no excluye los supuestos de la “nueva ecología” o “ecología del caos” (fluctuaciones, desequilibrios, irregularidades) ni los de de la “ecología de sistemas” (estabilidades, regularidades, equilibrios).315 Las significaciones imaginarias locales que ofrece Baltasar Santos parecen cruzar, antes bien, el delgado y grueso intervalo que vincula, separa y opone a ambas. Es como si él viera, en esa disputa epistemológica entre dos modelos extremos, una misma naturaleza.
Foto: Nevado en sector tres estrellas de Chimboya, Phinaya, 2010 Por: Fiorella Miñan Bartra
2 “Antes [ñawpaqqa], cuando era niña, todavía no había visto como ahora, ni el calor ni el frío había visto así. Hasta los nevados veía mucho más. Pero ahora ya no. Me parece que donde llega menos el sol, allí nomás hay nieve. Pero donde llega más el sol, allí ya no hay nieve. Esos 314
Carey, Mark (2007) The History of Ice: How Glaciers Became an Endangered Species, en: Environmental History 12: 497-527 315 Zimmerer, Karl (1994) Human Geography and the "New Ecology": The Prospect and Promise of Integration, en: Annals of the Association of American Geographers, Vol. 84, 1: 108-25
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cerros antes eran normales, para los animales, para que en esos tiempos de sequía [chay ch‟aki tiempokunapi] puedan alimentarse. Esos lugares definitivamente se están secando [chullukapuchkan]. Por eso, ya no son normales nuestros animales, demasiado está afectando el clima. Hay demasiado frío [nishu chiri], demasiado calor [nishu rupa], hasta el agua está disminuyendo demasiado. Si se acaba la nieve de los nevados, me parece que la vida en este 316 lado de Siwina Sallma ya no será lo mismo. Eso, nomás, yo diría.” Martha (35 años), campesina indígena de Siwina Sallma
La comunera de Siwina Sallma habla de “épocas”. De modo análogo al discurso científico, ella señala que los glaciares son altamente sensibles a las temperaturas.317 A ella le consta (de allí que use el sufijo –qa) que las temperaturas de antes [ñawpaq] eran distintas a las de ahora [kunan]. Los incrementos de temperatura segmentan o ahuecan la blancura del glaciar allí donde inciden con más fuerza, y no ocurre lo mismo en aquellas partes donde la irradiación del sol es menor. Antes los cerros “eran normales” [normal karan]. En cambio, la anormalidad actual de los nevados reside en que definitivamente se están secando o descongelando. Pero, esta anormalidad actual no es algo que se mida por el estado del área glaciar en sí mismo, su desvío en el tiempo y su descarga hídrica, sino por la anormalidad que produce en los seres que habitan al pie de él, al ya no contar con el agua suficiente para su subsistencia en ciertos “meses” críticos del año. ¨
Foto: Mujer campesina observando uno de los nevados de la cordillera del Quelccaya, Phinaya, 2010. Por: Fiorella Miñan Bartra
Un glaciar es “normal” cuando subsidia al pastoralismo, y logra así que los animales sean “normales”, y es “anormal” cuando ocurre lo contrario. La anormalidad del glaciar reparte anormalidades por doquier porque es un ser en movimiento que anima o actualiza otros movimientos naturales. Cuando el glaciar está anormal produce anormalidades en cadena en la disponibilidad de agua y pastos y, por tanto, en la existencia natural del ganado, ya que el movimiento de todas estas especies depende, a su vez - en ciertas fases del ciclo anual -, del “normal” movimiento del glaciar. El descongelamiento no es anormal en ciertos meses del año porque el movimiento del 316
Diálogo con campesina indígena de Siwina Sallma, 2010 Mark, Bryan (2007) Tracing tropical Andean glaciers over space and time: some lessons and transdisciplinary implications, en: Global and Planetary Change 60, pp. 101–114 317
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glaciar es compatible con su naturaleza: lo que es anormal es que “definitivamente” (tal es el sentido del sufijo -pu) los animales ya no puedan disponer de las donaciones del glaciar en la actualidad, al punto de correr el riesgo de morir. El equilibrio y los desequilibrios del glaciar y sus equilibrios subsidiarios son, pues intrínsecos, a los desequilibro y equilibrios intrínsecamente ligados de la naturaleza. Los glaciares cuentan porque garantizan la existencia del ganado camélido, ovino y algún otro, o porque la amenazan cuando se halla en otra fase, y no porque sean bloques de hielo que se contraen o se deslizan sin más, separados de una vasta red de procesos. Dado que se trata de poblaciones que se producen e instituyen a partir de su anclaje inmediato a su medio natural, no hay, pues, separación entre tiempo y espacio, sino una profunda imbricación a la hora de interpretar el estado de cosas318: el retroceso del glaciar en el tiempo se mide por su capacidad para subsidiar a los seres vivos o animados que habitan en el lugar. El tiempo – oportuno e inoportuno - habla del lugar y el lugar, del tiempo. Si comparamos la interpretación de esta joven campesina con la que antes expuso el anciano Baltasar Santos, entonces la dinámica del glaciar y sus repercusiones para la sociedad pastoril cambian con la edad y el género. Estas diferencias no son irreductibles puesto que muestran diversos tipos de posicionamiento ante las variaciones de las relaciones entre naturaleza y la sociedad. Estos rasgos característicos de los sujetos también definen el modo en que la gente juzga su vulnerabilidad o no ante los estresantes climáticos y los eventos climáticos extremos. En Phinaya y Siwina Sallma, ocho mujeres nos manifestaron que, en las circunstancias climáticas descritas, las preocupaciones de los hombres y las de las mujeres no son las mismas. Luz Marina [L] (35 años): Las mujeres estamos más preocupadas con estas cosas porque nuestros animales siempre están corriendo hacia donde hay agua. Agüita nomás quieren. Por ejemplo, esta parte es sequito, después se va a correr a la pampa a buscar agüita, y eso a mí me preocupa. Qué va hacer si ya no hay agua. Investigador [I]: ¿Y por qué las mujeres están más preocupadas que los hombres? [L]: Porque más estaremos pues así con nuestras alpacas. [I]: ¿Y los hombres no? [L]: También, pero las mujeres son las que están más con las alpacas, más tiempo estamos nosotras. [I]: ¿Y los hombres qué están haciendo mientras ustedes hacen eso? [L]: Bueno, algunos están viajando al pueblo, a ver a sus hijos, o algunos tienen cargos en la comunidad. Entonces a eso están yendo, a asambleas. [I]: ¿Y quién sabe más de lo que pasa con el ganadito? [L]: Nosotras porque estamos más cerca del ganado. Por ejemplo, a veces yo pasteo, un día en una parte que es bofedalcito, y al día siguiente en la parte seca. Así, intercalado. En cambio, parece que Donato [mi esposo] no se da cuenta. Porque la alpaca no toma mucha agua como el caballo. Todavía aguanta, ¿no? Entonces, eso yo hago, entonces, tranquilo está. Si pasteo seguido, por día, en la parte seca, al día siguiente se desespera. Rápido se baja al agua. Cuando es intercalado por día es casi normal. [I]: ¿Y su esposo por qué no entiende? [L]: Él cada día al seco nomás los tiene.
Dentro de este espectro social, los hombres de las tierras altas admiten o confiesan que son las mujeres las que cuentan con una mayor soberanía en el cuidado de los rebaños y las que cultivan un sofisticado conocimiento del ganado, sus características y su comportamiento en el medio. Le atribuyen, además, un pragmatismo altamente eficaz en la división sexual del trabajo, la formación pastoril de los hijos y la economía de la unidad doméstica. Si son ellas fundamentales para la reproducción social de una forma de vida pastoril, son ellas las primeras en identificar la variación más minúscula de la naturaleza y sus repercusiones para la vulnerabilidad de la población: 318
Giddens 1999
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Donato Bermúdez [D]: En la mayor parte de la ganadería creo que las mujeres están al lado de las alpacas. Por eso la alpaca incluso está relacionada con la mujer. Investigador [I]: Así. ¿Cómo es eso? [D]: La alpaca es, pues, la que genera dinero, prácticamente te da casi todo: fibra, carne, dinero. ¿Y la mujer qué hace? La cuida y te da de comer. Así más o menos está relacionado. Y a la alpaca la comparan con la madre. Dicen que son los hijos del Apu, así. Está mi apu, ¿no es cierto? Wayruruni. Ese Apu me está viendo todo lo que yo hago porque él está viendo todas partes. Entonces, Wayruruni está cuidando a todas las alpacas igual. La mujer está cuidando las paquchas. Entonces las dos son hija de los apus. Entre ellos, se cuidan. [I]: ¿Y quién le enseña más a los hijos el conocimiento sobra las alpacas? [D]: Obviamente, la mujer porque incluso con el hijo están junto a las alpacas. Es que está totalmente relacionado con la mujer, incluso en la administración yo sobre todo soy un despilfarrador en cualquier cosa rápido lo gasto también soy débil en la comercialización. Porque a veces me dicen aquello más véndeme, pues, y yo les digo: “Ya, pues, llévate”. Mientras que ella dice que no, que eso es para cría. Y después yo mismo me lamento: ¿Para qué lo he vendido? Así estoy diciendo.
Sobre la base de alianza y reciprocidad asimétrica entre la divinidad local y los seres humanos, el cuidado y la protección que la divinidad debe ofrecer a los hombres y mujeres del ande es tan importante como las obligaciones que éstos tienen con ella. El apu es una divinidad “ordenadora o animadora del mundo” [kamachiq] y, a la vez, un “pastor sobrenatural de hombres” [runa michiq] y “guardián vigilante”.319 En la interpretación de Donato, existen dos metáforas que amplían esa consideración. En primer lugar, la mujer se asocia con la madre tierra, y ésta con la alpaca que vive de la tierra. La mujer es así pastora y hermana natural de la alpaca. El apu, en cambio, es masculino y pastor divino. Las reciprocidades asimétricas o jerárquicas entre la divinidad local y las mujeres se amplían hacia las reciprocidades asimétricas entre dos seres vivos unidos por vínculos de afinidad y parentesco por el género que comparten y la relación tan íntima que establecen entre sí. Así como el apu cuida de la madre de tierra y vela por la vida de los pastores, éstos deben retribuir a la divinidad ofreciéndoles cuidado a los rebaños. La segunda metáfora es que la alpaca representa abundancia y que la mujer conoce muy bien cómo producirla y preservarla. El acto de reciprocidad consiste en saber administrar la abundancia que uno eventualmente recibe y allí reside el prestigio de la actividad pastoril. De allí que Donato considere que las mujeres tienen cualidades extraordinarias para organizar la vida pastoril y el prestigio de la familia. Los rebaños no sólo tienen una valoración económica. Son bienes sociales. Por lo tanto, la división sexual del conocimiento local y las prácticas sociales confiere a la mujer pastora un estatus peculiar en comparación con el hombre. Cualquier situación que ponga en riesgo la vida de los rebaños, pondrá en riesgo, en primer lugar, su subjetividad social, debido a la cercanía y parentesco inmediato que ella tiene con las alpacas y éstas, a su vez, con la madre tierra. Y si los camélidos no sólo son “recursos”, “activos” o “capital natural”, sino seres animados ubicados en una posición jerárquica inferior a los seres humanos, entonces los peligros naturales ponen también en riesgo bienes sociales que otorgan prestigio, para lo cual sirve poco la valoración económica en términos de costos y beneficios. El cuidado de los rebaños es un acto de obligación con la divinidad por el cual los hombres y las mujeres del ande reciben a cambio un posicionamiento social determinado, pero cuando ellos paralizan su alianza con la divinidad o no cumplen con su deuda de ofrenda, entonces no sólo pierden recursos, sino estatus social. Puesto que son las mujeres las primeras en cultivar esa ética de la reciprocidad, son las primeras en experimentar dolorosamente la pérdida incalculable de prestigio por parte de la familia cuando la reciprocidad falla y las 319
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fuerzas de la naturaleza atentan contra los rebaños. Ante amenazas de esa índole, las pastoras parecen ser las primeras en saber que cuando las condiciones mínimas de reciprocidad entre naturaleza y sociedad no se cumplen no sólo está en juego un estado de cosas material para la sociedad pastoril, sino su bienestar social, su identidad étnica. 3 En un mundo donde “el ámbito de lo profano es pequeño”320, el estado actual del nevado se vincula con los comportamientos del viento. En los andes centrales, el viento [wayra] o bien es un “enemigo de la lluvia” o bien “el que busca la lluvia”, dependiendo de la región, la aldea o el ritual dentro de una aldea. Es decir, el carácter del viento depende del lugar.321 También puede ser un enemigo de los seres animados o, como en los ritos propiciatorios, puede adoptar la apariencia del animu o, finalmente, ser la voz de los espíritus de las montañas [apus] cuando se presenta ante el chamán alto andino322. En ese sentido, el significado del viento depende, por otro lado, de la ocasión o contexto. Adicionalmente, los pastores de Phinaya afirman que el viento es también un “enemigo del glaciar”: Investigador: Ustedes decían que el nevado se está deshelando. Eso yo quisiera saber: ¿por qué se está descongelando el nevado en Siwina Sallma. Esa sería la pregunta: ¿por qué se está descongelando el nevado en Siwina Sallma? Comunera: Se lo está llevando [apakuchkan] el viento [wayra] y encima de la arena [aqumanta] se está diluyendo rápidamente. Comunero: Es cierto, por qué nuestra nevada se está secando. En estos tiempos hay demasiado calor, solea demasiado. Solea demasiado, es grave. Antes no soleaba así. Tanto es así que nuestra nieve se está agotando. En esos rincones, antes había la mamá nieve [rit‟i mama]; esos se están terminando, es por eso que ahora no tenemos agua. Hay demasiado viento, el cual lleva polvo encima de la nieve y eso lo está derritiendo la nieve. El viento, el polvo es lo que está derritiendo a nuestro nevado, razón por la cual nuestra agua está disminuyendo demasiado. Ya no tenemos laguna. Están disminuyendo hasta los manantiales que teníamos. Se están secando y, por tal razón, nuestras alpacas se están muriendo. Para nosotros [ñuqaykupaq], hay mucha preocupación sobre el agua, para los que vivimos en los 323 rincones ya no hay agua ni para que tomemos.
Una de las interlocutoras de Siwina Sallma señala que el inquieto viento está despojando al glaciar, por decir así, de su blanca vestidura y se lo está llevando [apakuchkan] (el reflexivo “ku” indica que el viento es un agente, y el sufijo “chka” sugiere que la acción es progresiva). El viento está sustrayendo del cerro la capa que lo define como un glaciar (en sentido masculino) y lo está dejando como si fuese sólo un arenal. O, en todo caso, está dejando que el hielo se derrita sobre el arenal que yace debajo o en las laderas de él (cualquier de las dos interpretaciones es posible). Otro interlocutor, en cambio, relaciona el glaciar con los incrementos de temperatura (véase supra), y, adicionalmente, enfatiza que el viento, que hoy es “demasiado” [nishu], traslada y vierte polvo por encima de la “madre nevado” [mama rit’i] (en sentido femenino), como si fuese un manto que, luego, de cubrir la capa gélida de la montaña la convierte en nada más que un arenal. En el primer caso, el viento desnuda, desfigura; en el segundo, oculta, encubre. El viento no es sólo alguien que puede apoderarse de los seres animados: también puede ejercer influencia respecto de los seres que podemos llamar “inanimados”. Desfigurador o encubridor, el viento aparece como un personaje “transgresor” de “el” glaciar (en sentido masculino) o de “la” madre 320
Rösing 1994: 195 Rösing 1994: 197; Rösing 1996: 159-160 322 Ricard Lanata 2007a 323 Diálogo con campesinos indígenas de Siwina Sallma, 2010 321
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glaciar (en sentido femenino), de modo que o bien lo despoja y anonada, en el primer modelo, o bien la invisibiliza y disuelve, en el segundo.324 Por una u otra acción – o por una combinación de ambos -, en los rincones que yacen al pie del glaciar, el agua se está terminando o está disminuyendo demasiado. Uno de los interlocutores de Siwina Sallma completa esto diciendo que no es sólo el viento, sino también la helada [qasa] la que está afectando al glaciar. En el mes de agosto (el mes más crítico de la estación seca), los cerros se ven oscuros y, a la vez, rajados, de modo que el retroceso del glaciar se produce a destiempo. El glaciar presenta, por lo tanto, un rostro oscuro, agrietado e irreconocible: Así como les dije, hay demasiado viento, o sea, la arena… la helada [qasa] lo está haciendo derretir rápidamente, también el viento [está afectando]. Sí, así es. O sea, justamente, en este mes de agosto, se ve negros todos los cerros sobre la mamá nevada. O sea, es como si estuviéramos en época de lluvia: hasta el agua viene bastante y raja los cerros. Antes no era así. Era suavecito y planito. Pero, ahora, esas aguas están haciendo grietas, tal vez será porque no se está derritiendo en su tiempo, porque antes era suavecito y planito, creo. Juan, campesino indígena de Siwina Sallma
Y dado que el glaciar alimenta la laguna, los manantiales y los riachuelos, lo que es una transgresión contra el glaciar se traduce en escasez de agua no sólo para las alpacas (véase caso anterior), sino también para los campesinos indígenas (“para nosotros” [ñukaykupaq] – dice el interlocutor en sentido excluyente). La desfiguración del glaciar al que se la sustraído su condición o aspecto, o al que se le ha envestido con polvo, simboliza a su vez algo que no se ha dicho y que aquí se revela: la vida puesta en peligro del ganado camélido y de los pastores de altura. La desglaciación habla no sólo de un despojo al glaciar, sino de un despojo más amplio, uno que atraviesa la vida del resto de los seres vivos, uno que despoja a los seres vivos de aquello de lo cual viven. Así como la vida es donación recíproca o mutua entre la totalidad de los seres que habitan la naturaleza, también es despojo, lucha y sustracciones interconectadas. Por sustracción o encubrimiento, el retroceso del glaciar refleja, cual espejo, el signo de la situación límite de la existencia en general. No hay aquí, por consiguiente, brecha alguna entre naturaleza y sociedad. Ambas aparecen confundidas dentro de una misma totalidad de correspondencias y reciprocidades mutuas. 4 No obstante, los retrocesos del glaciar no son perceptibles de manera espacial ni temporalmente homogénea. La gente identifica glaciares que están en movimiento, pero sin haber sufrido agudas metamorfosis. Pero también se refiere a otros, como el nevado Antaymarca, que sí han sufrido cambios considerables desde hace 10 años, al extremo de haber desaparecido por completo. Por esa razón, para algunos propietarios, el retroceso glaciar está distribuido en el espacio de modo heterogéneo, si bien comparten con los comuneros y los pastores el hecho de que esto viene ocurriendo desde hace una década. No existe, para ellos, “homogeneidad ambiental”. Ellos ofrecen una interpretación que ve el espacio natural como un escenario envuelto de matices y formas diversas, de ajustes y desajustes plurales espacial y temporalmente distribuidos. Así lo cuenta un interlocutor del sector de Yayamari o Incuyo: Samuel Zavala [S] (53 años): Su nombre de ese cerro es nevado perpetuo, y el otro es Antaymarca, pero ya Antaymarca ya se secó: nevado perpetuo todavía sigue un poquito, ante anoche ya se ha secado. 324
Nótese que aquí hay un juego de correspondencias: el género del nevado o glaciar es interdependiente de la acción del viento (es masculino cuando es despojado; es femenino cuando es cubierto de polvo); pero también es una función del interlocutor o sujeto que habla de ello: para la comunera, el glaciar es “masculino”; para el comunero, “femenino”.
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Investigador [I]: ¿El nevado perpetuo sigue todavía un poco? [S]: Sigue todavía un poco [I]: ¿Antaymarca ya se secó? [S]: Sí [I]: ¿Y en qué año se ha secado Antaymarca? [S]: Más o menos 10 años atrás 325 [I]: En el 2000 más o menos.
Además, en Phinaya los efectos del retroceso del glaciar se sopesan desde una perspectiva que va más allá de la “familia nuclear” y que considera, antes bien, la “familia extensa”, los “sectores” y otros “distritos” y “provincias” contiguas, que, juntas, sugieren una interpretación territorial de mayor escala por parte de los pastores de altura en los andes centrales. Es común encontrar en esta comunidad, campesinos indígenas que hablen del retroceso del glaciar y de sus impactos sobre el agua, los pastos y el ganado, desde una óptica que considera a los pares culturales, a los residentes de Phinaya en su conjunto o a pastores de otras provincias y regiones del sur andino, poniendo énfasis en la heterogeneidad territorial y social de los impactos en un sentido local y extra-local. En ese sentido, los campesinos no ofrecen una interpretación de la naturaleza meramente localista, sino universal. Es probable que allí influyan mucho las coaliciones discursivas globales sobre el cambio ambiental, pero no es más probable que el hecho de que los propios campesinos no ven la naturaleza únicamente circunscrita al lugar, sino en un sentido más amplio: Eugenio Ccarhuani [E] (35 años): Yo he visto cuando tenía 7 a 8 años el nevado era hasta abajo. Investigador [I]: ¿Cómo así? [E]: Por acá arriba está el nevado Montora, por acá está la cadena occidental de Carabaya. Esa es toda la cadena. Así veía: Antes era blanquito, bien bonito, pero ahora se ve moteado, antes era bien bonito desde abajo todavía era blanquito. Desde que tengo uso de razón hasta la lluvia caía en su tiempo nomás. No hacía demasiado viento. Caía lluvia de nieve; por eso, las lomas también estaban con nieve y a medida que iba creciendo casi a los 10 años, 14 años el tiempo ha cambiado demasiado, ya no es normal. Cuando no es su tiempo, llueve. El nevado es lo que más se está derritiendo. [I]: ¿Y cómo te afecta el deshielo [del glaciar]? [E]: A mi casi no tanto, claro yo vivo abajo, no en el mismo nevado, no me afecta mucho porque vivo abajo del nevado, solamente afecta más a los que viven debajo de la nevado. Se carga demasiada agua y las alpacas bajan por agua y se remojándose se mueren. [I]: ¿O sea no afecta el deshielo a la gente de Tt‟alla? [E]: No, casi a nosotros no nos afecta solamente se seca el agua por asá abajo habían manantiales ya no es normal cada año se está secando, ya no es normal. Afecta más a nuestros animales, a las alpacas, a las vicuñas, porque aparecen de toda clase de enfermedades. Antes no era así. [I]: En otros sectores, están cerca de los cerros y otros sectores están lejos de los cerros que tienen nevado. ¿Cuáles serían los sectores que están más afectados por el deshielo? [E]: Está el sector Ángel de los Andes y después el sector Torre Estrella de Chimboya, Ruita, Phaco. Esos son los más afectados. [I]: ¿Y tú has hablado con los compañeros del lado de Chimboya [en Carabaya] sobre el nevado? [E]: No he hablado, pero si un poco, entonces aquí había nevada y bajaba agua de la nevada con eso regaban los pastizales y como se ha secado el agua, entonces todos los pastizales se han malogrado
Eugenio Carhuani es un comunero del sector de Tt‟alla que aduce que, desde que él tenía uso de razón (es decir, hace aproximadamente 30 años), solía notar que los nevados eran “blancos” [yuraq] y “bonitos” [munaycha]. En primer lugar, él se refiere al 325
Diálogo con campesino indígena y, a la vez, propietario del sector Yayamari, Phinaya, 2010
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Montera, un nevado probablemente “secundario” comparado con el lugar que ocupan en Phinaya los nevados Qellccaya, Cero, Yayamari, Sallkantay, Qoricalis, Chaupiantana, y que forman parte del circo glaciar de la cordillera del Ausangate cuyas extremidades rozan el río Vilcanota. En segundo lugar, Eugenio habla de la “cadena occidental de Carabaya”, es decir, del extremo occidental de la cordillera de Carabaya que se puede apreciar desde Phinaya y que se extiende en un rango más amplio de altitud que la vecina cordillera del Vilcanota. Sobre esa base, él suscribe que, en el año 85 ó 89 (si, por entonces, tenía 10 y 14 años respectivamente), la serie de nevados de la cadena del Ausangate y la de Carabaya comenzaron un retroceso significativo – como no se ha visto antes -. Los datos ofrecidos por el comunero de Phinaya parecen dialogar, implícitamente y hasta cierto punto, con algunas investigaciones hechas en la cordillera de Carabaya y del Vilcanota recientemente. Situados en la planta hidroeléctrica de San Gabán - un lugar distante de Phinaya y relativamente distante de la cordillera de Carabaya -, Huggel y otros autores han mostrado que esta cordillera, junto con la del Vilcanota, ha sufrido un retroceso dramático en su área glaciar desde 1962 hasta 1999, acompañado de un ascenso de temperatura de 0.34°C.326 El punto es que, a la larga, esto trajo serias consecuencias para quienes viven en los sectores de la parte alta que están al pie de los nevados (Phinaya o Ángel de los Andes, Tres Estrellas de Chimboya, Ruita y Phaco), y efectos menores o escasos para aquellos sujetos que se asientan en sectores más bajos o más alejados de los pies de los nevados, como es el caso de Tt‟alla (ver figura). Por lo tanto, a juzgar por lo que dice nuestro interlocutor, en Phinaya los sectores que han sido inmediatamente afectados son los que están más próximos a los nevados en las partes altas, y no los que están más lejos en las partes bajas. Si leemos esto en clave de ayllu, entonces vemos que tanto Consachapi como Ilave se han visto afectados en los últimos años por el retroceso del glaciar, pero no por ello de la misma manera: en el segundo caso hay más sectores involucrados que en el primero. En efecto, tomando como referencia el régimen de tenencia de tierras y la distribución de los sujetos sociales en un espacio que explotan de manera diferenciada, nuestro interlocutor identifica sólo al sector privado Phinaya o Ángel de los Andes como un presumible afectado por el lado de Consachapi. Simultáneamente, él incluye como afectados del ayllu Ilave al sector Privado Tres Estrellas de Chimboya y a los sectores comunales de Phaco y Ruita. En consecuencia, los riesgos potenciales o efectivos del retroceso del glaciar han estado repartidos desigualmente entre los dos ayllus que conforman la organización social de Phinaya, y entre distintos sujetos sociales (comuneros, propietarios y pastores).
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Huggel, C.; Haeberli, W.; Kääb, A.; Hoelzle, M.; Ayros, E.; Portocarrero, C. (2003) Assessment of glacier hazards and glacier runoff for different climate scenarios based on remote sensing data: a case study for a hydropower plant in the peruvian andes, Zürich, University of Zurich, Department of Geography
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Figura 4: Cordillera del Ausangate
CUSCO Angel de los Andes
Incuyo
Cordillera del
Tres Estrellas
Ruita
Cordillera del Quelccaya
Tt‟alla
Phaco
Cordillera del Quelccaya Canllini
Huaccollo
PUNO
Ilave o Huch’uy Ayllu
Consachapi o Hatun ayllu Río Phinaya
Río Mattis
Figura 1: Interpretación local de los sectores de Phinaya que fueron inmediatamente afectados por el retroceso de glaciares de la cordillera del Ausangate y de Carabaya en los últimos 20 años 5 Para los pastores de altura, el retroceso espacial y temporalmente heterogéneo del glaciar interactúa simultánea e intercaladamente con una red de eventos climáticos (heladas, nevadas y granizadas, etc.) que ponen en aprietos el agua, las alpacas, los pastizales y, por extensión, su forma de vida. Examinemos algunos casos típicos de Phinaya para ilustrar mejor esta situación. Romualdo Guzmán es un pastor [waqchillero] originario de Chimboya que llegó hace 18 años a Phinaya con su esposa, siguiendo a una iglesia adventista y en razón del poco espacio que él tenía en su lugar de origen como para continuar, sin problemas, con su actividad pastoril. No fue el uxorilocalismo o el virilocalismo lo que animó su transhumancia, sino motivaciones religiosas, tanto como la necesidad de acceder a recursos controlando directamente un piso ecológico situado fuera de su localidad. Con el transcurrir del tiempo, él se hizo “comunero calificado” del sector Canllini y, 256
cuando lo entrevistamos, él y su esposa sólo contaban con 28 alpacas y poco más de 10 ovejas, algunas de las cuales heredó de sus padres, quienes también eran pastores. Él menciona que, debido al “cambio climático” (para usar su propia expresión), hace aproximadamente 10 años que la comunidad viene perdiendo pastos. Él describe así esta situación: Investigador: ¿Y tú recuerdas en qué año se ha afectado más los pastos? Romualdo Guzmán (48 años): Los pastos están siendo afectados más por el cambio climático. La disminución del pasto está pasando hace unos 09 a 10 años aproximadamente. Desde esos años ya no es normal. En época de lluvia cuando el pasto creciendo bonito nomás [sumaqlla], viene la helada y se lo quema todo. Con la helada se vuelve amarillo y no termina de madurar. Si antes de que madure la helada afecta ya no tiene buena semilla, eso ya no sirve. Con eso ya no crece y así está disminuyendo el pasto.
El comunero del sector Canllini señala que, hace aproximadamente 10 años, se ha venido perdiendo el pasto que alimenta al poco ganado que él tiene. Él afirma que en los meses en los que se producen precipitaciones pluviales esporádicas (abril y mayo y setiembre y octubre) la helada interrumpe el “buen” crecimiento de los pastos y los quema o acaba con ellos. Debido a que la incertidumbre es mayor a más altura, en sólo un año una buena lluvia puede estar intercalada por una helada muy intensa que acaba con lo que aquélla fecundó. Un evento climático puede suceder a otro en un mismo año y producir peligros mayores o menores. En opinión de entrevistado, la helada de los años recientes es peculiar, ha sufrido cambios. Ella ha modificado su manifestación dentro del calendario anual en Phinaya, de manera análoga a lo que nos dijeron los pastores de altura de la comunidad de Pomacocha, en Andahuaylas, Apurímac (véase el informe regional correspondiente), y de forma similar a que lo señala un campesino indígena de Siwina Sallma. Con esa precisión, Romualdo asocia, entonces, los cambios producidos en la periodicidad de las heladas con lo que él denomina “cambio climático”, y después suscribe que éste ha comenzado hace una década. Otro interlocutor de Siwina Sallma se refiere también al hecho de que los pastos ya no crecen; pero agrega que ello se debe no sólo a las heladas o a los tiempos fríos, que se ha ido acrecentado en los últimos años en el mundo urbano y rural, sino también a la falta de agua y otros eventos climáticos extremos: “A esto tendríamos que añadir, así como estamos diciendo, el clima está cambiando totalmente. No sé por qué. Dentro de la población también hace bastante frío, está haciendo bastante frío. En años anteriores, el otro año y los años anteriores no hacía tanto frío. Más bien, estos años se siente más frío, no hacía tanto frío. Pero, ahora, se siente más frío: ya no puedes caminar con ropa simple, como en los lugares de altura. Ya necesitas ponchos, casacas. Así ya se está caminando hasta en la ciudad. Más que todo aquí, en la parte de altura, hay preocupación: hasta los pastos ya no crecen normales; ya no se ve hasta los pastos; hasta el agua ya es escaso. Ya no hay. Hasta los nevados se están derritiendo y, de año en año, está avanzando [el deshielo]. Ya no hay nevados, ya no se ven los nevados. Hay poca agua y, por eso, los pastos también, de año en año, están bajando. Por tal motivo, los animales también están bajando y los demás definitivamente se están enflaqueciendo [tullukapuchkanku], se están muriendo [wañukapuchkanku].” Campesino indígena de la comunidad Siwina Sallma
Los pastores de altura señalan, por lo tanto, que una amenaza va acompañada de otras y que las heladas destacan como uno de los eventos climáticos extremos más peligrosos dentro de esa red de procesos. Hay estudios que señalan que no hay razones inequívocas para afirmar que los tiempos fríos se estén acrecentando como consecuencia del cambio climático, sobre todo porque ellos demuestran que en los
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andes tropicales las temperaturas han ido in crescendo.327 Pero el interlocutor de Siwina Sallma está convencido que el clima ya no es el mismo. Hay una lectura holística de la naturaleza: basta con que un evento climático cambie como para que la totalidad de eventos encadenados e interdependientes sufra alteraciones a los ojos de la población local. Retroceso de glaciar acompañado de un empeoramiento en la escasez de agua y heladas y tiempos fríos año tras año, son para el comunero de Siwina Sallma señales indubitables de que “el clima está cambiando totalmente”. Pero llama la atención que nuestro interlocutor sostenga que el frío no es algo que esté afectando únicamente a su espacio rural, sino también a la “ciudad”. Su interpretación de las cosas no se circunscribe al lugar en que vive, sino que trasciende cualquier frontera local (distrito, provincia, región, país, etc.) y alude al mundo en general. El reparto de los riesgos no es, por ello, el mismo en cada lugar. Un frío intenso se despliega por un espacio global que podemos llamar urbano-rural (porque trasciende las fronteras entre el campo y la ciudad), pero en los territorios de las comunidades pastoriles eso se determina como pastos que ya no crecen con normalidad y, en efecto, animales que están enflaqueciendo y muriendo. El frío afecta a todos, pero no a todas las poblaciones por igual. Esta situación se agudiza o complejiza si se toma en cuenta un set de peligros más amplio y otros afectados pecuarios más significativos para los siwino-sallmeños: Efectivamente, aquí en nuestro sector, en el año 1976 hubo una nevada, [después de] un mes se ha derretido el hielo; casi dos veces era. Antes hubo nevada allá solamente desde el lugar Punkuni, Apacheta. Hubo lluvia de agua y para arriba ha caído lluvia seca. Esa vez no se ha necesitado nada para abrigarse, no se ha necesitado ni impermeables. Pero aquí ya está llegando la lluvia de agua. Así, como dicen, ya estamos necesitando plástico aquí donde vivimos. Y ahora está… No es como antes: ahora hasta la nevada está cayendo como granizo; pero solamente por sectores, como una especie de bandera. Pero antes la nevada caía a todo. Pero ahora, el granizo está como caminando, haciendo franjas y franjas, y el frío está siendo fuerte. O sea que… y el sol también está llegando fuerte y está quemando. Pero, antes, tranquilamente te soleabas tranquilo, te echabas a solearte tranquilo. Pero ahora ya te quema, pero… ahora hay demasiado viento; es demasiado. La helada también es demasiado (…) Y, después, ¿qué puedo recordar? O sea, totalmente está cambiando nuestro clima, total, total, ¿no? Ya no es como antes. Antes hasta nuestros cerros estaban bien, y [ahora] hasta nuestros cerros que son de arena se están rajando, se están formando acequias y como se forman acequias. Eso está tapando a los pastizales. Juan, campesino indígena de la comunidad Siwina Sallma
En breve, Siwina Sallma reporta dos nevadas muy intensas en 1972, que demoraron cerca de un mes en disolverse y descender como “lluvia de agua”, como solía apreciarse en los sectores de Punkuni y Apacheta. Antes no era así. Ahora, en cambio, ya está cayendo la nevada como verdadera lluvia de agua, o como si fuese una “granizada”, pero repartida o distribuida, como flancos de bandera, por sectores. Entretanto, el “granizo” están caminando construyendo franjas tras franjas; la helada es hoy demasiado y el viento, el sol y el frío, muy fuertes. Así, pues, dado que estos eventos son parte de una extensa o global familia de riesgos que definen, por principio, las inclementes condiciones del macizo alto andino, los campesinos señalan que, desde que aquéllos se han alterado, “totalmente está cambiando el clima, total, total”. Hay ocasiones en las que las nevadas que usualmente se presentan en la estación húmeda dejan a la gente sin armas o sin opción alguna cuando irrumpen en el terreno. Eso está ocurriendo en Phinaya desde el año 1995. Dado que en una familia de riesgos existen jerarquías entre todos ellos, las nevadas pueden ser más perjudiciales que las lluvias torrenciales. Para los pastores de esa zona, es preferible, por lo mismo, 327
Vuille et al. 2008
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una nevada suave antes que una lluvia fuerte. El significado que le otorgan a precipitaciones como las nevadas no es el mismo que el que le otorgan a las precipitaciones pluviales. Los eventos climáticos son jerarquizados dependiendo de su significado. “Un año, el año 2002, ese año ha nevado demasiado, casi 50 a 60 centímetros o algo más de altura, así ha nevado. Por eso en nuestra zona los pastos se han podrido, ya no ha crecido el pasto, en donde se ha detenido la nieve el pasto se ha podrido y se ha vuelto amarillo y ya no ha crecido el pasto. Allí en ese tiempo para nosotros hubo mucha mortandad de animales como las alpacas, las ovejas, las llamas. Esa vez se han muerto casi el 40% o 50% de nuestros animales, hubo mucha mortandad de nuestros animales, ya no hubo para que nosotros caminemos, para que nos cocinemos, porque el excremento que es la uchha con la nevada se remoja y se va con el agua y ahí es donde no teníamos para cocinarnos. Esas veces hasta los bebés se han enfermado con la bronconeumonía, hasta a los ancianos les dio la neumonía; por ejemplo, a algunos les dio mucho. Esa vez, demasiado a nosotros nos ha afectado, en el 2002 y además a nosotros. Hoy en día 2009 y 2010 hay demasiada helada para nosotros , no era antes así cuando yo aún era pequeño de 5 ó 6 años , 7 hasta 10 años yo recuerdo cuando que caía helada, pero caía de noche y como saleaba de día normal se derretía, pero ahora ya no es así, es muy distinto, porque cae la helada de día y de noche de igual forma la lluvia cae todos los día semanas enteras no vemos el sol , con eso se mueren todas las crías de las alpacas, les la bronconeumonía , la neumonía a esa crías de alpaca. Este año 2010 se han muerto demasiado nuestros animales, en otros lugares casi el 50 o 60% de las crías se han muerto, inclusive hasta más, ya no han vivido, de los que tenemos poquita alpaca de las 20 crías casi 15 a 10 crías se han muerto, entonces ya no tenemos para mantenernos y así en este estado nos hemos quedado.
Así, en el año 2002, la gente de Siwina Sallma perdió casi el 50% del ganado camélido y ovino, y niños y ancianos fueron los más expuestos y los que más padecieron enfermedades diversas. Poco después, en el 2009-2010, la helada añadió su cuota de peligros cuando se presenta en meses que no le corresponden. El interlocutor especifica que estos eventos, además de haber modificado su aparición dentro del calendario estacional de peligros, se están produciendo en el día y no sólo en la noche. No ofrece diferencias específicas sobre los afectados: él asegura que, en el último año, la gente de Siwina Sallma en su conjunto ha perdido cerca de 60% de las crías de su ganado camélido, y que, de cada 20 alpacas, ha perdido al menos 15. Las pérdidas han sido individualmente diferenciadas y socialmente compartidas por la comunidad. 6 Así como la interpretación de los impactos de la variabilidad climática y el cambio climático cambian con la edad, el género y la comunidad, el grado de exposición o afectación de los comuneros, propietarios y pastores tampoco es fácilmente discernible. Esto se debe a que las preocupaciones entre los distintos sujetos sociales son múltiples, como diversos los lugares de enunciación desde los cuales hablan o se posicionan frente al asunto. Antes vimos interpretaciones diferenciadas de algunos comuneros de Phinaya; ahora veamos algunas otras lecturas de propietarios y pastores. Santiago Puma es un expastor como su padre y un propietario actual de tierras en el sector Ángel de los Andes. Como ha ocurrido con muchos pastores en los andes del sur, él ofrece un caso típico de un pastor o huacchillero que tuvo más oportunidades de enriquecerse que los propios comuneros, porque contaba con acceso directo a los pastos y rebaños de la hacienda.328 Con estudios universitarios en veterinaria, él vive 328
Del Pozo 2004: 85-7
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actualmente en la ciudad de Sicuani, es regidor de la Municipalidad y administra un rebaño de alpacas contratando a pastores que residen en distintos sectores de Phinaya o que proceden, según el caso y la ocasión anual, de las tierras bajas de Marcapata. Él observa que, aunque “los nevados se están derritiendo”, por lo pronto no hay problemas con respecto a la disponibilidad de agua en la alturas de Phinaya, contrariamente a lo que ya está ocurriendo en Macusani (Carabaya, Puno), una zona que él destaca como económicamente “estratégica” para la producción alpaquera. Desde un lugar de enunciación diferenciado, él no ve problema alguno en el ámbito local de Phinaya, pese a identificar el inicio del retroceso glaciar. Pero sí encuentra este problema en un lugar relativamente lejos, en el ámbito de la región de Puno. En todo caso, para él, los problemas de agua en Phinaya no pasan por un recurso que mantiene al pastoralismo, como lo señalaron los comuneros y pastores anteriormente, sino por el agua para el consumo humano. Él se refiere al agua siguiendo un modelo urbano antes que rural. Es sólo desde este punto de vista que todos (propietarios, comuneros y pastores) en Phinaya aparecen como afectados actuales o potenciales: (…) El agua es demasiadamente esencial; sin el agua no hay vida. Como también todo el mundo sabe, lamentablemente en la puna lo que tomamos nosotros, los propietarios, los comuneros, todos solamente es agua que es del puquial ni si quiera es tratado ni siquiera entubado ¿no? Entonces ese es un poco difícil el manejo. Un poco se está secando cada vez más el agua y se están derritiendo los nevados que felizmente todavía tenemos en estas alturas. Y es grave porque se está pareciendo al clima húmedo hasta Macusani, que es la zona más estratégica, estratégica para la crianza de alpaca. Santiago Puma, sector Ángel de los Andes, Phinaya
No piensan lo mismo otros sujetos sociales. Sixto Puma trabaja como pastor para alguien que fue en otro tiempo pastor y que ahora es propietario: precisamente Santiago Puma. Él recibe un salario de S/. 15.00 nuevos soles diarios por su servicio, es decir, S/. 350.00, sin contar con otros descuentos inherentes a los riesgos del trabajo y el pago de herbaje o licencia para poder pastar el ganado waqcha en los dominios del propietario. Sin embargo, los aspectos contractuales propios del mercado son difíciles de separar de los aspectos de reciprocidad, porque el salario de los pastores depende también de que participen plenamente de la reciprocidad.329 Dicha reciprocidad es asimétrica: el salario no cuenta tanto como los costes de oportunidad en una economía con rasgos no modernos. Obteniendo fuerza de trabajo a destajo los propietarios se reservan el derecho de ahorrarse los costos de obtener mano de obra, ofreciendo a los pastores remuneraciones que son relativas a lo que una persona produce, así como a los riesgos del mercado laboral y la comercialización en ciertos períodos del año.330 El pastor citado es del sector privado de Huacollo, usualmente conocido como Únika. Este sector es uno de los que más padece de agua en Phinaya, y eso explica, entre otras cosas, por qué Sixto prefiere trabajar para Santiago Puma, alguien que decía anteriormente que “en las alturas” (entiéndase en las zonas de producción que están al pie del nevado) todavía hay agua.
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Orlove 1974: 305 En conocido análisis que contempla las relaciones de producción entre pastores y propietarios, Martínez Alier señala que la viabilidad de la economía campesina se mide, entonces, por la capacidad para contar con mano de obra de un modo mayor que el trabajo asalariado. Por ello, los propietarios pueden contar con mano de obra todo el año, aún cuando el valor de la productividad marginal de sus trabajadores, en condiciones de pleno empleo, estén muy por debajo de los salarios de los trabajadores asalariados. Es decir, en un régimen no capitalista, la superioridad de la economía campesina sobre el trabajo asalariado reside en que es “capaz de aproximar más el coste social o coste de oportunidad del trabajo disponible a su coste privado”. Cf. Martínez Alier 1974: 70 330
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Investigador [I]: ¿A ustedes qué les preocupa más? ¿El precio de la fibra, o les preocupa el agua y el clima? Sixto Puma [S] (30 años): Más nos preocupa el agua y le clima porque sin el agua no podemos vivir; por ejemplo, en el lugar donde estoy viviendo, ya no hay agua ahorita: hay riachuelito que baja, pero que ya está secando. [I]: ¿Y ustedes tienen sus bofedales? ¿Cuántos bofedales tiene usted aquí? [S]: Abajo hay un poco grande, serán unas 200 hectáreas; las demás son pequeñas, pero si no riegas también se secan. [I]: ¿Y antes cuántos bofedales tenían? [S]: Antes no había. [I]: ¿Entonces recién apareció bofedales por aquí? [S]: Apareció con el riego. [I]: ¿Entonces el bofedal depende del riego no del nieve ni de las glaciares? [S]: No, es con el riego. Claro, en algunas partes depende de la nieve, glaciares pero en esta parte es producto del riego.
Por lo visto, el discurso de los pastores contrasta ampliamente con el de los propietarios. Sixto Puma dice que antes no había bofedales en Únika, y que ahora sí hay debido al sistema de riego que ellos han construido. Los bofedales en este sector son, pues, una “construcción social” relacionada con el riego, y no un resultado natural de los glaciares, si bien en otro momento este interlocutor nos confiesa sus dudas. Mediante el riego, la gente del sector de Únika puede disponer de bofedales todo el año, porque, según Sixto, el agua del río del cual ellos desprenden el canal subsidia con una semilla llamada “khunkuma”. En ese sentido, él, como sus pares de Únika, no está pensando en los costos-beneficios del retroceso glaciar, que era el paradigma interpretativo con el que Santiago Puma sopesaba esta situación en Carabaya, Puno. Sixto se inclina por pensar en el modo más apropiado de construir o diseñar bofedales con riego para la subsistencia mínima del ganado en un sector que echa de menos agua y pastos. Para Santiago Puma, está en juego su estabilidad económica; para Sixto Puma, su identidad étnica. En ese sentido, los pastores que no cuentan con tierras propias son más vulnerables que los propietarios, porque no solamente dependen del modesto salario que pueden recibir por su trabajo, sino porque tanto el trabajo para otro como la crianza de los rebaños propios puede venirse a menos cuando ocurren eventos climáticos extremos. Es evidente, pues, que el discurso de un propietario como Santiago Puma, del sector Ángel de los Andes, contrasta ampliamente con el discurso de otros propietarios como Baltasar Santos y Samuel Zavala de Tres Estrellas de Chimboya y Yayamari respectivamente que nos ilustraron anteriormente, y de un pastor como Sixto Puma que ha hecho lo mismo aquí, pero desde otro lugar de enunciación. Los discursos no son pues lineales ni simples, sino altamente complejos y diferenciados como lo son las preocupaciones de cada uno de los sujetos que habitan en la comunidad de Phinaya. El posicionamiento de cada uno de ellos es relativo a las significaciones imaginarias que ponen en acto en su práctica discursiva, o, para decirlo de otro modo, obedecen al juego de lenguaje o conjunto de proposiciones que dan contenido a su interpretación del clima y sus repercusiones para sus vidas.
2.2 Pastoralismo, dinámicas territoriales e intervenciones de desarrollo en Phinaya y Siwina Sallma Según ya se ha visto en el anterior estudio de caso, en las comunidades étnicas la adaptación se asume como un supuesto o como algo dado, mas no como una tarea ética ni mucho menos como un comportamiento que deba sobrevalorarse, porque las tradiciones y las prácticas sociales no son meras respuestas necesarias y automáticas a los cambios, sino determinaciones de una forma de ser que interpreta, produce y
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organiza los cambios y la diversidad del espacio en distintas circunstancias históricas a partir de sus valores substanciales y sus significaciones imaginarias sociales. Su forma de vida consagra una ética de la reciprocidad y la cooperación social que orienta la acción estratégica, la reconduce o la limita en diversos contextos y circunstancias que amenazan la propia existencia. Son estos valores sustanciales los que dicen por qué la gente se decide por tal o cual acción en el espacio y el tiempo, o por qué hace lo que hace, y no sólo qué medidas o ajustes realiza frente a determinados cambios. 1 En una arena plagada de sagrado, para muchos campesinos de Phinaya y de Siwina Sallma los significados asociados al retroceso del glaciar y las fluctuaciones climáticas tienen una índole cultural que describe forma de ser indígena campesina particular en las condiciones actuales del mundo. Las significaciones imaginarias locales asociadas a la naturaleza se reactivan, alteran o redefinen por una conjunción de procesos y determinaciones históricas espacialmente más amplias: “Hay demasiado calor, la nieve se está derritiendo y se están secando los nevados, por eso ya no hay agua, el viento lleva el polvo encima de la nieve y la derrite, las lagunas y los manantiales se están secando y los animales se están muriendo. También hay mucha contaminación ambiental y ya no se sirve a los Apus como antes..” nosotros ahora ya no como antes a los Apus, a la tierra servíamos , ahora nos hemos olvidado de esas cosas, ya no recordamos esas cosas , es por eso que se está secando todo, ya no recordamos esas cosas, ya no nos damos cuenta, nosotros caminamos común, como cuando se arrea a las vicuñas, así somos nosotros , no hacemos como antes nuestros abuelos, ellos ch‟allaban bien, el primero de agosto esas cosas, cada vez que había algo se servía a la tierra, ahora no nos damos cuenta , es la razón por el que nosotros nos encontramos en bastantes dificultades o problemas” Campesino indígena de Siwina Sallma
Desde un primer punto de vista, las dificultades de índole naturales sólo son comprendidas e incluso pueden ser neutralizadas si se asume su estatus sobrenatural. Esto se explica por el carácter ambiguo que tiene la naturaleza, el lugar, el territorio, en el discurso cultural campesino. Para los campesinos indígenas, el carácter ambiguo del lugar se produce allí donde la naturaleza precede, por decirlo así, a la cultura, y al mismo tiempo la sobrepasa en un sentido sobrenatural.331 La forma de vida indígena campesina se realiza, por principio, en ese espacio transicional en el que la naturaleza se abraza o se ensambla con algo sobrenatural. A más altura, la vida está mucho más expuesta a peligros y amenazas diversas. El anclaje a la naturaleza supone hallarse en una situación en la que la vida pende de los tiempos oportunos e inoportunos; la escasa libertad que allí se tiene está sujeta a lo que haga o deje de hacer la naturaleza, pero también a lo poco que pueden hacer los seres humanos. Por ello, el culto es una acción estratégica consistente en invocar a la divinidad local para que ella interceda en la suerte de los hombres ante una naturaleza hostil como rica y diversa en donaciones. El culto - mediante los ritos propiciatorios, los pagos y las t‟inkas - es el medio por el cual los campesinos indígenas se encuentran o renuevan reciprocidades y lealtades con sus antepasados, con los espíritus y con sus dioses locales, para reorientar la suerte de su existencia en favor suyo. Cuando el culto no se cumple, entonces, esa alianza se fractura y, por lo tanto, queda suspendida. Así, los incrementos de temperatura, el comportamiento del viento, el retroceso del glaciar, la falta de agua, la escasez de pastos y la consiguiente muerte del ganado, no son sino una “cadena de signos” de una alianza que ha sido paralizada, de una alianza puesta 331
Lévi-Strauss, Claude (1997) Antropología estructural: mito, sociedad, humanidades, México, Siglo XXI, p. 301
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a prueba, pero no por la divinidad local, sino por la impiedad de los mortales. Cuando eso ocurre, es en los seres humanos y no en la divinidad que reside el problema, pues, al haber abandonado, en parte, su alianza con ella, han creado las condiciones propicias para que la naturaleza se vuelva o se convierta, a partir de ese momento, en un estado de cosas arbitrario, incontrolable, anormal, impredecible. Dada la reciprocidad asimétrica entre los hombres y los dioses locales y la reciprocidad simétrica entre aquéllos y los muertos o antepasados332, el dejar de hacer de los primeros supone también el dejar de hacer de los segundos, dejando abierto el camino para que la naturaleza, más o menos desacralizada, haga lo que quiera. No llevar a cabo la acción estratégica se vuelve contra la sociedad misma. El interlocutor citado arriba señala que antes en Siwina Sallma hacían el “pago” (una expresión que supone una “deuda”), y menciona que eso ocurría en el mes de agosto. Este mes es idóneo para las ofrendas que se destinan a los apus (para los pastores de altura la pachamama ocupa un lugar secundario o nulo), y lo es porque, por un lado, se dice que a partir de este momento los apus están vivos, están hambrientos, la hierba y el agua son escasas y los animales están en el período más crítico de su subsistencia; y, por el otro, porque este es el mes en el que se inicia la estación húmeda y en el que se comienza a labrar los campos.333 En ese estado de cosas, los discursos religiosos de origen extra-local que se remontan a época colonial y reciente pueden servir también de compensación para actualizar el culto con la divinidad, aunque eso tenga connotaciones muy distintas. Sin embargo, en Siwina Sallma, es posible apreciar que las creencias presentan muchos elementos de la antigua religión popular que, por entonces, coexistió con la religión imperial del incanato. Mientras esta última colapsó con la conquista, aquélla persistió con algunos cambios, como se puede entrever en diversos relatos míticos socialmente eficaces para la población pastoril.334 Eso quiere decir que los discursos religiosos católicos o protestantes han venido compitiendo o disputando sus condiciones de verdad con los sistemas de creencias locales produciendo conflicto cultural, pero sin cancelarlos. No obstante, 15 interlocutores de la mencionada comunidad nos dijeron, durante nuestro trabajo de campo, que el culto de las religiones universales o con pretensiones de universalidad no siempre ha configurado el conflicto cultural en términos de negaciones, disfraces o travestismos relativamente estables con los paradigmas interpretativos religiosos fundados en el culto a la divinidad local.335 Haciendo alusión al “mito de la conquista”, ellos señalan que las pretensiones de universalidad del discurso judeo-cristiano, católico o protestante, han producido en los pueblos del ande mayor confusión, desequilibrio, antes que arreglos cognitivos o síntesis conceptuales. Una exposición extensa al respecto no las ofreció un campesino indígena de esta comunidad: “Sí, se está perdiendo desde años atrás, en que llegaron los españoles. Ellos trajeron otras costumbres, ahí nos han hecho conocer la biblia, nos han dicho que en eso tenemos que creer en Dios. Entonces nosotros hemos estado desorientados, no sabíamos en que creer, no podíamos [saber] a qué agarrarnos. Nos hemos olvidado de la Pachamama, pero tampoco definitivamente nos hemos apoyado en Dios, más bien estamos diciendo, que debemos hablar de Dios, pero en sí, tampoco cumplimos, por estamos cayendo en el pecado, a los chismes, al insulto, al odio, al miramiento a esas cosas estamos entrando, es por eso que nuestro Dios, nuestro padre a nosotros nos está enviando esas dificultades. Asimismo, nosotros ya no 332
Gose 2004 Ricard Lanata 2007: 195-6 334 Ricard Lanata (2003) Entre autonomía y dependencia: las relaciones entre el mundo natural y mundo sobrenatural a través de dos cuentos de la comunidad de Siwina Sallma, provincia de Canchis, Revista Andina 36 : 131-160 335 Ricard Lanata (2007b) Los mecanismos de adaptación al conflicto entre paradigmas interpretativos incompatibles en el contexto del cambio cultural: negación, disfraz y discursos transicionales, en: Journal de la Société des Américanistes, pp. 93-2. Y el mismo autor trata esto en otro notable trabajo que aquí hemos citado varias veces: Ricard Lanata 2007a: 389-411 333
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recordamos a la Pachamama, por esas cosas ya no estamos recordando, nos hemos olvidado; más bien a ninguno de ellos estamos yendo, ni a pedir a Dios ni a valorar a la Pachamama. Por todas esas razones, hay todas estas dificultades. Esas cosas no están bien para nosotros, más bien nosotros debíamos hacer… estaría bien, deberíamos valorar a nuestra Pachamama, asi como valoraban nuestros abuelos: ellos pagaban a la Pachamama, a la santa Tierra. Asimismo, para los ganados han hecho sus k‟intus, pagaban muy bien a la Pachamama con fetos de animales, con todo sabían pagar nuestros abuelos, tal vez nosotros, la nueva generación ya no sabemos. Esas cosas no están bien. De igual forma nos hemos olvidado de Dios, la nueva generación ya no sabemos rezar bien, esas cosas no está bien. Esas cosas más bien yo pediría. Desde nuestros abuelos conversando entre todos volveríamos a valorar nuestra Pachamama, ya no deberíamos enfermarla más y, asimismo, los que estamos más con Dios, deberíamos apoyarnos más en Dios, más bien con los dos deberíamos ir por un solo lado, apoyándonos en los dos no deberíamos entrar en la desconcentración esas cosas no están bien.” Félix Chipana, campesino indígena de la comunidad Siwina Sallma
Por consiguiente, la configuración del conflicto cultural para Félix no son meramente rechazos, recomposiciones o reconciliaciones estrictamente cognitivas entre representaciones del mundo, como si los sujetos se adaptaran – en el sentido “mecánico” del término - a los cambios. Son también determinaciones que cuestionan o amenazan el umbral de seguridad ontológica de los sujetos sociales, las significaciones imaginarias que han sido condición de existencia de ellos y de sus instituciones desde tiempo inmemorial. En contextos históricos diversos de esta índole, los sujetos del ande, sin duda, jerarquizan sus significaciones imaginarias, toman de algún modo distancia de ellas, las interrogan, las comparan, las redefinen, las infravaloran y las reinventan en sus discursos y sus prácticas sociales, sin por ello ceder su lugar automáticamente a otras instituciones y significaciones imaginarias sociales: Investigador [I]: Braulio, tal vez te voy a preguntar, ahora, en este momento, algunos compañeros dicen que no creen en el Padre Dios y otros dicen que no creen en los Apus, ¿entonces en qué creen? Esa es la pregunta. Braulio Ccarita [B] (51 años): ¿Por qué? Nos dice con razones. ¿Por qué…? Ahora hay de todo, no creemos ni en los Apus y, por último, no creemos ni en Dios, hay otras religiones, católico, evangelista, yo no se qué cosas más. Con esas cosas hemos variado, nada… ¿qué es Pachamama? ¿La Pachamama nos está haciendo comer? ¿La Pachamama nos está poniendo el arroz? ¿La Pachamama [nos da] los ganado? Esas cosas dicen. Antes eso no era así. A la pachamama, arrodillados, quitándose el sombrero y, sin haberla visto, les servía a la Pachamama. Hacían la ch‟alla, tomaban t‟inkando a la Pachamama. Esas veces dice que era bueno, pero nosotros, los de la generación posterior, ya no nos damos cuenta de eso. ¿Qué es eso? ¿Para qué sirve la Pachamama? ¿Y como acaso para eso? Ves esas cosas, carajo. Antes a la Pachamama se le respetaba muy bonito, como si estaría llegando el padre, o estaría a su lado, así bonito, pero ahora… ¿Qué es la Pachamama? Peor los de la religión. Yo no sé ahora cuántos seremos de la religión, no sé cuantos somos católicos, nosotros pikchamos coca, algunos siguen pikchando coca, otros los de la religión ya no picchamos coca, ya no 336 quieren pues… la Pachamama, se reciente, pues, la Pachamama.
Pero, mientras Braulio Ccarita nos sugiere que, en medio de un marasmo de paradigmas interpretativos religiosos, los campesinos indígenas de las alturas están ofreciendo, con algún sesgo instrumental e irreverente, respuestas precipitadas a problemas mal planteados que, antes bien, corresponden a otro plano337, algo muy profundo se produce en la identidad social de estas personas. Se ponen en cuestión las bases de aquello que hacen sentir al sujeto - en el más hondo sentido del término un ser real, vivo, entero, en el que la certeza de sí mismo no está en puesta en tela de 336 337
Diálogo con campesinos indígena de la comunidad Siwina Sallma Ricard Lanata 2003
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juicio, aunque él o ella pueda poner en tela de juicio las cosas, los hechos y las conductas humanas. Estas circunstancias ponen en tela de juicio el meollo de la seguridad ontológica del sujeto.338 Desde ese momento, el hombre o la mujer alto andina pasa a ser, de forma relativa, una subjetividad extraña de sí misma, de la realidad local (de la que ya es parte) y de la sociedad mayor (de la que también es o empieza a ser parte). Es recién a partir de ese momento impreciso - aunque ocurra en el tiempo - que el sujeto comienza – consciente e inconscientemente – a hacer eso que no solía hacer antes frente a su sociedad y sus instituciones imaginarias sociales. Ellos pensaban hasta ese momento que “sus” dioses eran “los” dioses, que “su” lugar era “el” lugar, que “su” forma de vida era “la” forma de vida (no en el sentido de que todo esto era “lo” único posible, sino en el sentido de que era lo más razonable y sensato para ellos). Tampoco se planteaban el dilema de si sus instituciones fueron o no creadas o instituidas – aunque lo sepan - porque así fueron desde siempre y porque probablemente tampoco deseaban saberlo.339 Pero desde que nuevos modelos de naturaleza y sociedad irrumpen en sus espacios o los alcanzan, hasta cierto punto y en alguna medida, el desgarro que se produce es profundo. De allí que el interlocutor arriba citado diga que ellos “no sabían de qué agarrarse”. Como lo vimos en el caso de Piuray-Ccorimarca (primer estudio de caso), ante esa suerte de relativo vacío de significación y ante el intento de evitar perder el sentimiento de habitar un yo o un cuerpo como si fuese el movimiento de la vida misma, hay quienes, en busca de su salvación, ingresaron a ser parte de “nuevas” religiones que, por sus pretensiones territoriales de corte global, se llamaron desde entonces “universales”, sin que eso haya significado la desarticulación absoluta de los discursos religiosos y las prácticas rituales preexistentes en los ámbitos locales. No obstante, en opinión de nuestro interlocutor, esto que podría ser visto como un proceso de transición (habría que precisar antes su dirección o su destino) no se produce orgánicamente. Quienes se adscriben al discurso religioso - protestante, en este caso – por un lado suspenden su culto o sus prácticas rituales en homenaje a la divinidad local, o, como lo señala uno de los interlocutores, la “enferman”, es decir, le sustraen aquello que le da salud y vida: su ofrenda. Sin embargo, por otro lado, este sujeto tampoco se convierte por completo al discurso y las prácticas rituales protestantes, y entra en una situación difusa y compleja, porque con la misma fuerza con que él se afirma la resistencia de la realidad lo conduce a aislarse si no quiere enfrentarse a ella. En otras palabras, el sujeto entusiasmado se convierte a ellas de modo proposicional o verbal (anuncia a otros su fe y los invita a convertirse en hombres de fe)340, pero cuando sus conductas o prácticas sociales se desarticulan o se reproducen obviando, en parte, las condiciones mínimas de cooperación social que la comunidad étnica exige, su particularidad se enfrenta con la totalidad social que tiene enfrente y de la que él, al mismo tiempo, es parte. El extraño resultado es que el sujeto aparece como una construcción social que está más allá de los discursos, mientras estos últimos 338
Laing, Ronald (1964) El yo dividido: un estudio sobre la salud y la enfermedad, México, FCE Castoriadis 2002: 42 340 El concepto de “lingüística del entusiasmo” propuesto por Sloterdijk es, en ese sentido, muy sugerente: “Partiendo de la tesis de que el hombre es el animal que se predice, esta lingüística trata de actos verbales con los que los hombres anuncian hombres venideros. Esta fórmula hace patente que la autopredicción de la condición humana no debe ser entendida de manera solipsista, como sucede en un soliloquio, sino como fait social [hecho social]. Los hombres tienen noticia de lo que pueden ser mediante una corriente continua de presagios, designaciones y proclamaciones. Los hombres anuncian también a otros hombres en cuanto – también en los más eminentes tonos – hablan de las posibilidades humanas…Quien corresponde a la invitación del discurso sobre las más eminentes posibilidades humanas va a parar al centro del proceso de humanización. Al penetrarse de la importancia de tales discursos, los sujetos experimentan el impulso de no sólo ser oyentes de la palabra, sino de convertirse en sus autores. Desde siempre la humanización fue un proceso en el que predicadores eminentes proponían a sus semejantes modelos de humanidad, historias ejemplares de los antepasados, los héroes, los santos, los artistas. A esa fuerza demiúrgica de la lengua la llamo promesa.” Cf. Sloterdijk, Peter (2001) Extrañamiento del mundo, Madrid, PRE-TEXTOS, p.40 339
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dejan su existencia y sus creencias en una situación ambigua ante el tribunal de una comunidad que le exige respeto por la forma de vida que ella encarna. En tales circunstancias trágicas, en las que el grupo social se impone sobre las pretensiones individuales, el sujeto convertido en evangélico aparece únicamente como un particular solitario, replegado en las satisfacciones individualistas de su fe, mientras la comunidad étnica ve, delante suyo, una lesión ética a su sentido del honor y sus valores sustanciales, pero sin que nada de eso la desfigure como persona moral.341 Finalmente, el interlocutor acaba su disertación proponiendo que, en adelante, los campesinos indígenas de Siwina Sallma deben apoyarse en los dos paradigmas interpretativos (el culto indígena y el culto protestante), para atenuar la vertiginosa experiencia de habitar en un cuerpo y un lugar extraña y desgarradoramente indefinidos o inciertos y que crece con ocasión del inicio del proceso del cambio climático. En consecuencia, valga esto también para poner en cuestión aquellos discursos que pregonan la “adaptación” – reduciéndola a peligros naturales, a cuantificaciones de costos-beneficios o a posibilidades optimistas de éxito - sin prestar atención a la contribución del cambio climático en los estremecimientos del bienestar y la identidad étnica de estas personas.342 En efecto, mientras en la comunidad académica diversas líneas interpretativas, procedentes de la tradición naturaleza-riesgos, formulan diferentes vías por las cuales es posible pensar la adaptación en sistemas naturales y humanos cambiantes o inestables, los discursos religiosos se siguen propagando con más o igual fuerza en el ámbito rural, pregonando, como vimos en el caso de PiurayCcorimarca, un final catastrófico y mesiánico con ocasión del cambio climático y, como en Siwina Sallma o Phinaya, una alternativa para lograr la re-incorporación del sujeto hacia sí mismo, hacia su propio ser-como-bienestar, como si las presiones o perturbaciones del mundo actual lo hubiesen expulsado antes de sí mismo.343 Aunque el éxito de ello no esté garantizado de antemano o agudice el conflicto cultural, como lo muestra el interlocutor de Siwina Sallma, conviene preguntarse por la “eficacia social” que, no sólo ahora sino hace varias décadas, estos discursos han venido teniendo en las comunidades campesinas y en sus significaciones imaginarias locales, bajo las situaciones adversas a las que están extraordinariamente habituados estos pueblos de alta montaña, tanto por las duras condiciones de su medio como por la historia que les ha tocado en suerte.344 De hecho, aunque visto con ojos superfluos Kierkegaard ve aquí una paradoja: “La fe consiste precisamente en la paradoja de que el Particular se encuentra como tal Particular por encima de la general, y justificado frente a ello, no como subordinado, sino como superior. Conviene hacer notar que es el Particular quien después de haber estado subordinado a lo general en su cualidad de Particular llega a ser Particular por medio de lo general, y como tal, superior a éste, de modo que el Particular como tal se encuentra en relación absoluta con lo absoluto. Esta situación no admite la mediación, pues toda mediación se produce siempre en virtud de lo general; nos encontramos pues - y para siempre – con una paradoja por encima de los límites de la razón. Cf. Kierkegaard, Sören (2001) Temor y temblor, Madrid, Alianza, pp.112-3 342 En un reciente trabajo, Orlove ha cuestionado fuertemente el concepto de “adaptación” en una línea análoga a la que proponemos aquí: Orlove, B. (2009) “The Past, the Present, and Some Possible Futures of Adaptation”, En: Environmental Science and Policy, en: Adger, W.N.; Lorenzoni, I.; O‟Brien, K. (Eds.), Adapting to Climate Change: Thresholds, Values, Governance, Cambridge, UK: Cambridge University Press, pp.131–63. 343 Gadamer, Hans-Georg (1996) El estado oculto de la salud, Barcelona, Gedisa, pp.87-100 344 Theidon ha tratado notablemente el papel que tanto las “prácticas socioculturales campesinas” como las “iglesias evangélicas” cumplieron durante el conflicto armado interno que el Perú vivió por 20 años, cuando las comunidades campesinas se vieron acorraladas por las fuerzas insurgentes y contrainsurgentes. En particular, al decir de la referida autora, los movimientos protestantes se constituyeron en “fundamentalismos fluidos” orientados a propugnar una “teología de la guerra” para desafiar o bloquear las amenazas externas, y, al mismo tiempo, ofrecieron “espacios recuperativos” a los campesinos en el marco de una suerte de proceso de “reconciliación”. De esa forma, se propusieron “remoralizar” un mundo que, por oscuras y extrañas razones, había perdido los fundamentos de su vida ética con la misma fuerza con que se envolvía en sangre. Cf. Theidon 2004: 150-5. Por otro lado, también 341
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esto pueda parecer mera “superstición” o ser “irrelevante” para pensar la situación y la capacidad de agencia de estos pueblos en un contexto donde crecen las incertidumbres climática y extra-climáticas, tal vez convenga examinar el grado de influencia que estos movimientos de corte global han tenido hasta ahora y podrán seguir teniendo para los pueblos del ande, tanto como las significaciones imaginarias y la organización social campesina, en un lugar donde las hostilidades naturales son enormes y las opciones escasas, bajo la sombra de una sociedad mundial que expande el potencial creativo y destructivo de sus significaciones imaginarias sociales atravesando territorios y formas de vida por todas partes. Por otro lado, como apenas pudo sugerirlo el interlocutor de Siwina Sallma, hay sujetos que, sin claudicar necesariamente a los discursos religiosos precedentes, buscan “explicaciones” sobre las condiciones actuales del clima usando ciertos elementos de un paradigma interpretativo diferente, es decir, de corte “cientista”. Eso ocurre - nos dice Taubes – cuando la técnica aparece para cubrir, sólo hasta un cierto punto, ese vacío o intersticio que ha dejado la paralización de la alianza entre los hombres y los dioses.345 La naturaleza pierde, en algún sentido, esa condición espiritual o sacralizada que las tradiciones locales les dieron desde antaño desde el momento en que el mundo moderno transformar la imagen y representación de la misma por todas partes. La naturaleza, el clima, pasa a ser algo “inorgánico”, “biofísico”, es decir, adopta la fisonomía de un “ambiente” o “recurso”.346 La idea de la naturaleza como ambiente representa una idea tan abstracta como la que corresponde al dios de las religiones “universales”, con la esencial diferencia que ya no tiene el mismo carácter sacralizado que tuvo en otro tiempo, pues aquí “los dioses han huido”. En efecto, la naturaleza se convierte en un ambiente-signo, mecánico, es decir, en un estado de cosas material manipulable, útil, calculable e incalculable, a la vez que alterable y frágil, según el caso. De algún modo, tal es la metafísica de la naturaleza que subyace a la tesis moderna del calentamiento global347: “Sí, es cierto, así como estamos diciendo que nos estamos olvidando de los apus y hay demasiada la contaminación ambiental. En otros pueblos están apareciendo toda clase de fábricas, la cual está contaminando todas las comunidades, esto está viniendo en la nube con el humo que sale de los valles, con eso se está derritiendo hasta los nevados y así como hemos dicho esa nube hace que avance más a la nieve en derretirse, los nevados lo esta haciendo derretir las nubes, esas cosas se esta viendo. También podemos decir, así como hemos dicho nos estamos olvidando demasiado de nuestra Pachamama, ya no recordamos nosotros los de la nueva generación, más que todo nuestros antiguos abuelos agradecían siempre, (makita ruwaqku) para ellos era muy importante. (…) Pero ahora la nueva generación, ya no vemos esas cosas como importante, me parece que con todas esas cosas se nos presenta toda clase de dificultades y a nuestra Pachamama, más lo estamos haciendo enfermar. No le damos el tratamiento que corresponde, más al contrario hacemos humear con lo que sea, lo ensuciamos hasta los ríos y con lo que ensuciamos los ríos ni truchas ya tenemos. La contaminación ambiental se ve demasiado en los pueblos , no solo en estos pueblos también en los otros pueblos , en todo sitio es esta contaminación y año en año se está aumentando más y a eso nosotros no le damos el tratamiento correspondiente, estamos contaminando peor con el humo, esas cosas no esta bien y nos encontramos en dificultades.
conviene prestar atención a los trabajos de García-Sayán (1982) y Gose (2004) cuando examinan distintamente el papel que jugaron las significaciones imaginarias locales o campesinas durante los procesos de tomas de tierras y el colapso del gamonalismo en el sur peruano. Cabe encontrar otros tantos ejemplos. 345 Taubes 2007: 289 346 Escobar, Arturo (1995) Dinero, desarrollo y ecología. El desarrollo sostenible: Diálogo de Discursos. En: Ecología Política N° 9 347 Esta es una idea que ya abordó Heidegger cuando se propuso comprender la metafísica que subyace a la moderna imagen del mundo. Véase el artículo de este autor titulado “La época de la imagen del mundo”, en: Heidegger, Martín (1995) Caminos del Bosque, Madrid, Alianza, pp.63-90
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Bartolomé Ccarita (20 años), campesino indígena de la comunidad-asociación Siwina Sallma
El joven Bartolomé Ccarita indica que la nueva generación no sólo ha suspendido su alianza con la divinidad local, sino que ha comenzado a alterarla, a agredirla, a envestirla con una serie de actos transgresores. No hay nada menos estratégico que tomar distancia de la ética de reciprocidad que debemos a la naturaleza. Él señala que el retroceso del glaciar se debe, primero, al hecho de que las generaciones recientes ya no realizan el culto o ya no cumplen con su deuda de ofrenda, pero esa deuda es incomparable a la audacia de arremeter contra la naturaleza, de agredirla, de ejercer contra ella un acto de violencia. La madre tierra, una divinidad femenina y con un estatuto secundario para los pastores de altura, no es sólo alguien a quien ya no se le rinde homenaje: ella aparece aquí, además, como una cosa susceptible, débil, vulnerable a los excesos de la ciencia y la técnica. El retroceso actual de los glaciares es un riesgo fabricado por la acción humana, el resultado de una violencia organizada y generalizada. La madre tierra no sólo ha perdido el estatus de respeto que en otro tiempo tuvo como divinidad: ahora ha devenido en una cosa lábil y degradable. Desde ese punto de vista, la difusión del discurso del cambio ambiental global penetra en el imaginario local de nuestro interlocutor, pues “sólo quien tiene la catástrofe climática en la cabeza ve que ciertas alteraciones de la naturaleza son concreciones del cambio climático”.348 Pero, desde el momento en que esta escenificación mediática de transgresiones ecológicas no cancela la interpretación cultural de la naturaleza preexistente, el conflicto cultural se traduce y se reactiva aquí en una polifonía de modelos culturales de naturaleza coproducidos y presentes en las prácticas discursivas de los campesinos. La tensión o conflicto cultural entre estos paradigmas no es algo que sólo se produzca entre expertos, instituciones y sociedades: de forma compleja y heterogénea, está presente también en la interioridad de los hombres y las mujeres de los andes. 2 Las comunidades pastoriles han consagrado desde tiempos remotos dinámicas territoriales que articulan distintos pisos ecológicos en un espacio topográficamente accidentado y ecoclimáticamente diverso como es el sur andino. Dadas las limitaciones naturales de los pisos de puna, los pastores siempre han requerido, primero, hacer rotaciones para el pastoreo en ciertas estaciones del año y, segundo, realizar largo viajes en caravanas de llamas para acceder a recursos de otros nichos ecológicos vía intercambio tradicional (trueque), comercial o mixto, sobre la base del parentesco, la reciprocidad y las lealtades interpersonales con sus socios y contrapartes de distintas zonas ecológicas, ayllus y comunidades alto andinas. Si bien es cierto que las primeras se mantienen en espacios cada vez más sobre poblados y reducidos, buena parte de las otras dinámicas territoriales son hoy menos frecuentes pero aún vigentes, pese a que a lo largo de su historia han sido invisibilizadas por los modelos territoriales de la sociedad mayor y por las articulaciones territoriales promovidas por la modernización.349 La rotación de pastizales es una forma de control directo de pisos ecológicos. En ese sentido, la población de Phinaya suele contar con dos lugares de residencia, una casa principal [hatun wasi] y una cabaña [astana], entre las que alternan su residencia durante el año. La primera, se caracteriza porque es en la que permanecen más tiempo cada año, de setiembre a abril, además de ser el lugar en el que se guardan los alimentos necesario para la alimentación de la familia durante todo el año, las herramientas, las medicinas para los animales, los costales, las sogas y demás cosas. 348 349
Beck, Ulrich 2008: 109 Contreras 1982; Ricard Lanata y Valdivia 2009
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Durante esta estación húmeda, los cultivos y los pastos crecen y así los rebaños y las áreas de pastoreo. La cabaña, en segundo lugar, es otra residencia en la que los pastores permanecen entre los meses de mayo a setiembre y llevan solo lo necesario para estar durante esta difícil temporada, en la que las áreas de pastoreo se reducen debido a la escasa disponibilidad de agua, de modo que la población suele canalizar el agua que discurre a través de los riachuelos para irrigar los pastos. Sin embargo, los pastores suelen contar también con más de una cabaña y con más de una casa principal a lo largo del tiempo. El número de cabañas puede llegar en algunos casos a cuatro. Es sobre todo durante la época de sequía que los comuneros suelen trasladarse estratégicamente a diversas zonas de producción para proveer de agua y pastos a sus rebaños. Dado que Phinaya fue un importante corredor espacial, y a veces conflictivo, entre las poblaciones de las tierras altas y bajas, o entre el antisuyo y el collasuyu, esta comunidad ha sido un nexo muy importante entre distintas zonas o pisos ecológicos del sur andino.350 Es posible encontrar, en efecto, población migrante en Phinaya procedente de la comunidad agropastoril de Marcapata, y de las poblaciones pastoriles de Melgar y Carabaya de la región de Puno. Si bien en la actualidad hay muy pocas personas que siguen viajando desde Phinaya a lo largo de la cordillera del Ausangate o hacia tierras de menor altitud en recuas de llamas, los comuneros o pastores de Phinaya continúan viajando eventualmente a Marcapata, especialmente en los meses de abril, mayo y junio, llevando lana de oveja, carne de alpaca y queso, entre otros insumos. Allá realizan formas de intercambio tradicional, comercial o mixto. El trayecto a esta zona, que toma un día en ser recorrido a pie, es una versión aún vigente de control indirecto de pisos ecológicos: Investigador [I]: ¿Usted hace viajes a la zona de Marcapata y a otros para intercambiar sus productos? Florentina Maqque [F] (30 años): Sí, viajo a Marcapata llevando lana, carne y quesos. [I]: En qué mes viajaste a Marcapata? [F]: En el mes de abril viajamos con mi compañera Juana y ha llevado unos 10 ovillos de lana de oveja y carne de alpaca, unos 15 kilos de queso, 15 kilos de coca. Todo esto llevo cargando en las llamas. Es un día de viaje. [I]: ¿Esos 10 ovillos de lana de oveja con qué los cambias? [F]: He cambiado con papa en los meses de abril y mayo y en junio con maíz. Aparte de eso también me traje olluquito y algunas verduras como es el pepino rojo.
De forma alternativa, los pastores y comuneros de Phinaya visitan los fines de semana o esporádicamente la feria de Sicuani, una zona que siempre fue un nexo entre las tierras del altiplano y las tierras intermedias y de valle del sur andino. Como el mercado de Chinchero, el de Sicuani puede producirse gracias a la existencia de comunidades agrupadas a lo largo del valle y altamente especializadas en un producto agrícola o pecuario más que en otras, algo que distingue a las poblaciones campesinoindígena de la cuenca del Vilcanota en toda la región.351 Los fines de semana es posible apreciar en dicho lugar la convergencia de comerciantes y personas de distintas zonas ecológicas y ayllus de toda la provincia y de provincias vecinas con el fin de efectuar formas de intercambio tradicional, comercial o mixto de una amplia diversidad de productos agrícolas, pecuarios y fabricados. Dado que para las partes es preferible arriesgar en pequeñas proporciones de un modo compatible con su productividad, no es mucha la cantidad que se troca, compra o vende en esta feria, pero es mucha la diversidad que fluye en ella. El mercado se adapta bien a los 350
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relativos rendimientos de la producción de todos los participantes, en concomitancia con el calendario ecológico, ritual y los riesgos que ellos afrontan en las adversas condiciones del macizo montañoso. En ese sentido, es un espacio no sólo de intercambio, sino de interacción social; no es de una naturaleza estrictamente económica cuanto un lugar en el que se consagran reciprocidades, alianzas y cooperación social entre pares culturales o personas que comparten una misma forma de vida. De ese modo, la feria es una ocasión que compensa la necesidad de control indirecto de pisos ecológicos por parte de los Phinayenses y Siwino-Sallmeños. Como ocurre con muchas comunidades pastoriles, la articulación de Phinaya con el mercado de la lana es parcial, con variaciones relativas al sujeto social que realiza la actividad económica. En Phinaya, los propietarios pueden llegar a tener más de 1000 alpacas, mientras que los pastores pueden llegar a tener en promedio sólo 40 alpacas y 20 llamas. Los comuneros que tienen más alpacas pueden llegar a tener promedio entre 500 y 600 cabezas; los que tienen regular entre 200 y 300, y los que tienen menos pueden superar las 80 alpacas. Las familias de la comunidad que cuentan con un mayor número de llamas son las que llegan a 50, las que tienen regular número llegan a 30 y las que tiene pocas llamas llegan a lo mucho a 20. Lo mismo se puede decir, con un margen muy estrecho de error, para el caso de la comunidad de Siwina Sallma. En ambas comunidades, se identifican los tipos huacaya y suri en cuanto a la calidad de la lana y cerca de 36 variedades de colores para el caso de la alpaca, y hayñachu, urqu llama y china llama, en el caso de la llama.352 Figura 5: Cantidad de ganado por propietarios, comuneros y pastores Propietarios 1200 Comuneros con mayor cantidad de camélidos
1000 800
Comuneros con regular cantidad de camélidos
600 400
Comuneros con menos cantidad de camélidos
200 0
Pastores Alpacas
Llamas
Elaboración propia: CBC Al respecto, comuneros y propietarios coinciden y difieren en varios sentidos. Desde 1983, los primeros le venden la lana a la empresa Texao; los segundos lo hacen en menor grado, pues prefieren hacerlo con la empresa Inkatop. Bajo el respaldo de la comunidad, los comuneros pueden lograr colocar así una proporción relativamente cercana a lo que les demanda el mercado, siempre que las circunstancias adversas lo permitan. Los propietarios pueden hacerlo individualmente, porque cuentan con activos pecuarios en mayores proporciones y con la fuerza de trabajo que representan los pastores o huacchilleros, como para responder en alguna medida a las exigencias del mercado. En Phinaya, los huacchilleros cuentan con un número reducido de 352
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alpacas y llamas que sólo excepcionalmente les permite colocar algunos productos en el mercado. El ganado camélido con que cuentan les sirve básicamente como un “fondo de reserva” o “ahorro” para reducir incertidumbres y riesgos en ciertas épocas del año. A principios de los 90s, se consolidaron las vías de acceso a Phinaya y, por entonces, los pobladores comenzaron a introducir ganado mejorado. Considerando que de una alpaca se puede obtener entre 6 y 10 libras, y que el precio de una libra de lana “de segunda” fluctúa entre s/. 6.00 (US $2.00) y s/. 7.00 (US $2.3), se puede especular, en el mejor de los casos, un ingreso aproximado de s/. 70.00 (US $23.33) por 10 libras de fibra de lana. Actualmente, el precio de la fibra de lana de esta alpaca es de s/. 9.00 (US $3.00) y el precio de la fibra de lana más gruesa o “última” es de s/. 4.00 (US $1.33). Adicionalmente, la lana de alpaca blanca tiene un costo de hasta s/. 6.00 (US $2.14) y la lana de alpaca de color tiene un costo de s/. 3.50 (US $1.25). En el caso de la carne, ésta puede llegar a costar entre s/. 3.00 (US $1.07) y s/. 4.00 (US $1.43). Los reproductores machos son quienes generan un mayor ingreso a los campesinos, ya que cada uno puede ser vendido en s/. 3000.00 (US $1,071.43). Las alpacas mejoradas “paradas” pueden costar hasta s/.2500 (US $892.85) y una alpaca criolla hasta s/. 160.00 (US $57.14). Los compradores por lo general van a Phinaya a adquirir alpacas vivas, carne y lana. Para el caso del resto del ganado, tenemos que la oveja se vende parada, su carne y su lana es utilizada para el trueque y para la venta. Una oveja parada cuesta entra s/ 70.00 (US $25) y s/. 100.00 (US $35.71). En el caso del vacuno, el precio puede llegar hasta s/. 500 (US $ 178.57). Cuadro 3: Producción de fibra de Precio promedio de Ingreso por 10 libras de lana lana por alpaca lana de alpaca “gruesa o última” 6 a 10 libras S/. 4.00 Us$ S/. 40.00 Us$ 1.33 13.33 Elaboración propia: CBC Cuadro 4: Producción de fibra de lana Precio promedio de Ingreso por 10 libras de lana por alpaca lana de alpaca “de segunda” 6 a 10 libras
S/. 7.00
Us$ 2.3
S/. 70.00
Us$ 23.33
Elaboración propia: CBC Cuadro 5: Producción de fibra de Precio promedio de Ingreso por 10 libras de lana lana por alpaca lana de alpaca mejorada 6 a 10 libras S/. 9.00 Us$ S/. 90.00 Us$ 3.00 30.00 Elaboración: CBC Bajo esas condiciones, los phinayenses comenzaron a ver en el ganado mejorado una posibilidad bastante atractiva por su ventaja económica, pero al mismo tiempo con cierto escepticismo. Ellos mencionan que el Gobierno Regional les propuso mejorar su ganado camélido, ofreciéndoles reproductores, medicinas e infraestructuras; pero sólo
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algunas familias nucleares han acogido esa posibilidad pagando para adquirir los padrillos. El resto tiene fuertes argumentos para no haber aceptado esas iniciativas: Investigador [I]: ¿Pero tú qué esperas en el futuro que las de color tengan mayor rentabilidad o prefieres que el mercado te siga pidiendo las blancas? Donato Bermúdez [D]: Lo que yo pienso es que las alpacas de color se adaptan a este clima; por lo tanto, me quedo con eso; pero si no se adaptan al cambio de clima no importa prefiero a las blancas. Imagínate que tengas alpacas blancas, pero que se estén enfermando a cada rato. Nada, eso te trae perdida, a lo menos cuando una alpaca se enferma uno se preocupa yo soy así, las alpacas son como nosotros claro que no hablaran por eso siempre a mis compañeros les digo: ¿Cómo se van a morirse las alpacas por flacura? En quechua les digo: “chayqa qamtacha ñakachkasunki riki” a ver a tí te hago trabajar sin hacer comer. Creo que no vas a rendir tu mismo te morirás a quien maldecirías al que te hace trabajar verdad así les digo. A las alpacas yo las comparo con un ser humano porque si yo las cuido bien a la alpaca la alpaquita también me va a rendir bien por eso yo tengo que preocuparme de su comida agua; de repente, no se adapta a los pastos cultivados, pero tengo que mejorar pues. En esas praderas donde no hay mucha vegetación, ellos mismos mejoran el pasto con su guano la cosa es dar rotación por ejemplo la otra vez lo hice dormir allá ahora aquí luego lo llevaré allá.
Asimismo, sabemos que las 130 familias de la comunidad de Phinaya han estado siempre organizadas en dos ayllus o mitades, constituyendo una tupida red de parentesco, que combina agnación, virilocalidad, endogamia en cada mitad, exogamia entre mitades, migración y fragilidad en la memoria genealógica.353 Quienes son “minoría” y forman parte de huch‟uy ayllu o Ilave señalan que las ofertas del Gobierno Regional se han concentrado fundamentalmente en Consachapi o hatun ayllu, es decir, a favor de los que son “mayoría”. Por eso, los primeros tampoco están dispuestos a cooperar o a comprometerse en ese sentido con el gobierno regional. En la comunidad de Phinaya, ambos ayllus se reparten rotativamente los cargos, la división social del trabajo y los riesgos. Existe, pues, una relación estructural dentro de la morfología social de Phinaya donde tanto los de Consachapi como los de Ilave redefinen sus diferencias, límites y relaciones de poder en distintos contextos. Sin embargo, apoyar a una mayoría obviando a una minoría que compone el tejido social de la comunidad en su conjunto, puede favorecer a un grupo, pero afectar al conjunto del grupo social, es decir, a todo el sistema. En el mejor de los casos, los proyectos no logran su cometido porque no contemplan, en toda su profundidad, la organización social campesina en sus aspectos más finos: Investigador: ¿Cómo les afecta directamente a ustedes?: Donato Bermúdez: Pues nos afecta porque traer desde Consachapi los padrillos, mientras que nosotros estamos sufriendo en traer los que están más cerca se lo aprovechan, para nosotros quedan lo que ya no quieren ya esas alpacas muchas veces que están peor que nuestras alpacas preferible es ya no traer, más pierdes tiempo en el traslado; una fecha hemos peticionado fuerte y nos hemos traído unos diez alpacas para cada uno, aquí en este sector (Ilave) somos catorce familias en total el problema ya también era que el acuerdo era una alpaca para cada familia entonces rápido se lo querían llevar las alpacas porque nosotros queríamos tener los tres meses pero no querían nos exigen pues; es como decir como en el congreso la mayoría manda.
Otra fuerte razón para no persistir en mejorar el ganado por parte de la gente de Phinaya es que la situación actual de los precios es mucho menos estimulante que antes. Un propietario, en otro tiempo pastor, se refiere a ello, argumentando que actualmente la crianza de alpaca no es hoy más rentable que ayer. Los propietarios sugieren que la nueva economía política mundial está sujeta a los arreglos, reciprocidades y redes de parentesco de unos cuantos empresarios que residen en 353
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Arequipa, y no a la presencia de un estado que, por el contrario, cada vez participa menos de la economía. Ellos postulan que hay relaciones sociales a nivel local que se reproducen a un relativo margen de la ley cuando ésta existe, o que se deslizan sin pausa cuando las leyes públicas dejan que el mercado esté echado a su propia suerte: “Por ejemplo, mi padre producía alrededor de unos 10 ó 12 quintales de fibra cuando era más joven. Con eso, el podía comprarse, por ejemplo, su casa en Sicuani. Imagina que hoy en día con 12 quintales, más nada, no alcanza ni para pagar a mis ayudantes que me ayudan. No alcanza para nada. Hoy en día cosecho 30 ó 35, hasta 40. Solamente se va en pago. Yo gano más que todo cuando vendo. Hay ingresos que al menos a mi me conviene; el camal también está en los gastos del fundo. Nada más tengo que renegar con esto y una serie de cosas, tributos que hay que pagar. Triste es la realidad en otros que no invierten. ¿Y con qué van a vivir? Tendrán esta cantidad, de repente. Pero no, no están sacando. Antes sí era rentable. Ah había una época en creo que era en el noventa y algo por ahí que la libra de zuri, por ejemplo, costaba 30 soles. Pero acá nos costaba entre 18 soles. Ahí sí era rentable. Ya teníamos 30 000, es decir, para 10 quintales ya tenias 30 mil soles. ¿Y cómo no vas a vivir con eso? Ahí si era rentable. Después, pues, la fibra es así de ondulante. Es que en el mercado mundial claro maneja un monto, a pesar de que el estado dice que no va a ver monopolio del estado. Pero en Arequipa se juntan la Mitchell con la Incrator inclusive con la SARJAV Y METROSUR. Todos son familias. Ellos fijan los precios. Ellos son entre 4 a 5 empresarios y nosotros somos miles de alpaqueros. Al nivel del país nosotros nunca nos ponemos de acuerdo y la necesidad es tan apremiante que varios tenemos que pedirnos apenas algo de repente. En julio, agosto, ya estamos pidiendo adelanto de la empresa o de los compadres que normalmente recolectan el dinero.
Estas exigencias que exceden el margen de acción de los propietarios, y las condiciones climáticas adversas, invitan a los comuneros a no claudicar a su ganado criollo, pese a las presiones de mercado. Ellos le encuentran un valor simbólico al ganado criollo que está mucho más allá de la ley del valor, porque buena parte de los procesos de producción e intercambio se encuentran dentro de una esfera no mercantil. Algunos pastores explican por qué los phinayenses tienen preferencias culturales por el criollo antes que por el mejorado: Investigador [I]: ¿Por qué es importante tener de color para ustedes? Daniel Huillca [D]: Es importante. ¿Y sabes por qué es importante para nosotros? Porque en otros pueblos casi no hay lana de colores, pero vienen en busca de colores. Y también nosotros vamos llevando nuestras lanas de colores en busca de alimentos para hacer el trueque. Ellos nos dan alimentos y nosotros les damos lana de colores, eso hacemos. Y la gente quiere la lana de colores para hacer sus tejidos, sus chompitas, sus medias, quieren lana de color negro y marrón para hacer sus medias, porque los colores como el negro y plomo son más calientes. Porque el color blanco casi no abriga. [I]: ¿Y cómo es eso? [D]: La lana de color es más abrigador, pero no así el de color blanco.
Por tal motivo, los phinayenses han incorporado muy poco ganado camélido mejorado. Esto explica también otro cambio muy importante en la ganadería. Desde hace aproximadamente una década, los campesinos de las cuatros comunidades de Phinaya han logrado introducir razas criollas de ganado bovino, un animal que ha comenzado a tener mucha importancia en las comunidades pastoriles de los andes del sur, pese a las condiciones hostiles que el piso puna impone a estos animales354 y a un entorno económico y político local y mundial que torna frágil cualquier buen resultado.355 En estas comunidades, las familias que cuentan con ganado vacuno difieren en su estratificación: las que tienen más llegan a diez (10) cabezas; las que tienen regular llegan a seis (6) y las que tienen menos tienen al menos dos (2). Sin 354 355
Winterhalder 1982 Del Pozo Vergnes 2004: 211-17
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embargo, los resultados de este cambio tecnológico han sido bastante modestos en Phinaya debido a las repercusiones que la escasez de agua tuvo en el crecimiento previsible de los pastos y, subsecuentemente, en la seguridad alimentaria del ganado. Esto es algo que padeció de manera particular Dante Ccolque – un comunero que es hijo de una “pastora” de Carabaya que estableció, a su vez, una alianza matrimonial con un propietario (un caso ejemplar de virilocalismo). Los datos ofrecidos por el interlocutor arrojan como resultado que, en los últimos 10 años, él ha perdido nada más y nada menos que el 40% de su ganado vacuno. A su vez, indica que ha quedado sólo con siete vacas de las 35 que tenía, lo cual sugiere que ha perdido más del 50%. Pero, es probable también que haya dado una cifra menor (40%) porque descuenta, en su cálculo, el ganado vacuno que perdió por causa de otros eventos climáticos extremos como los rayos: Investigadora [I]: Y, ahora, después de ya más de diez años que ustedes están aquí, ¿tu ganado ha aumentado o ha disminuido? Dante Ccolque [D]: No, creo que nos hemos [disminuido], ha disminuido de lo que teníamos. [I]: De un inicio, de cómo empezó [la cantidad del ganado] [D]: Sí. [I]: ¿En qué porcentaje más o menos ha disminuido? [D]: Del 100% ha disminuido algo de 40% [I]: Bastante [D]: Últimamente ya no hay pasto. Lo que teníamos algo de 35 vaquitas, ahora tenemos algo de 7 vaquitas nomás, ¿no? [I]: ¿Qué pasó con las otras vaquitas? ¿No hay pasto? [D]: No hay ni pasto. Se han enflaquecido. Y así se han empezado a morir. La tierra también [ha disminuido]. El rayo también ha cogido a cuatro vacas. (…) El agua más bien si bastante se había disminuido. Yo tenía, sigo teniendo unos terrenitos por ahí había bastante agua. Pero el año pasado, el ante año pasado ya no hay agua. Solo estamos sacando de acequias y ya no alcanza. Ya no hay agua. [I]: Ya. ¿Y hay una forma para que ustedes puedan combatir ese problema? [D]: Bueno. Si ha habido una forma. Sembrando pasto pero no crece también. Acá pues porque la helada y el frio son muy intensos. Entonces por esa misma razón hemos sembrado pastos, hemos preparado tierra así para sembrar, entonces no crece. [I]: ¿No crece? [D]: No crece. Si crece, crece una mínima partida. Así no más crece, entonces no hay. La helada más que todo no deja que crezca.
Por ello, los phinayenses se han visto motivados a preservar su ganado criollo pese a las coacciones del mercado. Si es cierto que esta raza presenta una mayor elasticidad para tolerar los hostiles condiciones de los ciclos ecológicos en los andes de puna, los campesinos de las comunidades que integran el centro poblado de Phinaya reducen así las probabilidades de riesgo ante los eventos climáticos extremos. Sin embargo, al hacerlo pierden desde el punto de vista de un mercado que infravalora esas razas. Si hacen lo contrario, obtienen un poco más de ingresos, pero exponen a las nuevas razas a amenazas climáticas inclementes. Un cambio tecnológico tal puede coincidir con eventos climáticos extremos y agravar la vulnerabilidad de la población, mientras que mantener la crianza del ganado criollo puede dejar menos armada a la gente frente a las presiones de la globalización económica en diversos períodos dinámicos. El conflicto cultural se expresa así en esa tensión que obliga a la gente a limitar sus posibilidades de competencia en el mercado teniendo en cuenta las pocas opciones de su medio, y a hacer cambios relativos en sus sistemas productivos considerando las coacciones del mercado. En sociedades altamente probabilísticas como las campesinas, las estrategias pueden fallar a riesgo de afirmarse. El sector Únika es uno de los sectores de Phinaya que adolece de poca disponibilidad de agua en comparación con otros sectores, donde la suerte del reparto natural y social del agua no ha sido tan dramática. Cuando tuvimos
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la oportunidad de dialogar con algunos campesinos de este sector en la ribera izquierda del río Mattis, ellos se encontraban reparando un canal adherido a él para producir “bofedales artificiales” que alimentan de agua 200 has en un sector que tiene más de 1 500 has. Poco antes de nuestra llegada, ellos acababan de poner plástico en las paredes internas del canal para evitar que el agua filtre y no perder una importante semilla que fertiliza los suelos y alimenta los pastizales. Esa era una alternativa más atractiva para ellos que usar una infraestructura de cemento que afectaría los suelos de parcelas contiguas. La estrategia no funcionó, y la reparación tomó 2 días: Investigador [I]: ¿En Únika hay bofedales gracias al riego no al nevado? Sixto Puma [S]: Sí, es por el riego, pero pueda que sea también por el nevado, porque hay por aquí cerca bastante nevado y más allá hay bastante bofedal por el rincón. Parece que de ahí trae la semilla el agua y por aquí se forman bofedales. [I]: ¿Qué semillas trae el agua? [S]: La semilla de Khunkuma [I]: ¿Y esa semilla qué es lo que genera? [S]: Eso es lo que genera bastante bofedal pues. [I]: ¿Entonces el río es el que da vida al bofedal? [S]: Claro, por ejemplo, aquí estamos cortando pasto y cuando pasamos por el río se cae la semilla y más allá lo lleva el río y ahí ya se forma bofedalcitos.
Foto: Canal de agua recubierto de plástico, sector Unika, Phinaya Por: Adhemir Flores Moreno
Dado que propietarios y pastores a menudo comparten un mismo sector y demandas heterogéneas de agua y pastizales, es posible hallar también estrategias de reciprocidad y cooperación entre estos sujetos sociales. Ése es el caso del sector Phaco o Huaccollo, en Huch‟uy Ayllu o Ilave. Las pocas familias que viven aquí cuentan con un riachuelo que las abastece de agua y que en los últimos dos años presenta una mayor carga debido a un derrumbe que colisionó sobre una laguna que dejó de alimentar desde entonces al sector vecino de Ruita. Sin embargo, estas personas señalan haber perdido en la última década al menos tres áreas de bofedales, lo que tratan de revertir, en parte, haciendo pequeñas excavaciones, grietas y aberturas en el suelo para extraer agua. Como esto no es suficiente, un propietario de esta zona que reside al pie de un nevado ha represado una pequeña laguna para alimentar de agua sus pastizales y sus rebaños así como los de otras cuatro familias 275
de comuneros, a cambio de los servicios de estas últimas para mantener la represa en condiciones idóneas a lo largo del año. La falta de acceso de unos y el mayor acceso de otros hacen posible formas de “reciprocidad generalizada” con connotaciones sociales tradicionales asimétricas poco explícitas; pero son asimetrías las que les permiten a las partes obtener ventajas mutuas.356 Las relaciones de reciprocidad y cooperación entre estos diversos sujetos sociales son comunes en las tierras altas, pero también lo son los conflictos, allí donde las incertidumbres climáticas e hídricas suelen ser extremadamente adversas. Sobre la base de las tensiones ya existentes, algunos campesinos avizoran, en el corto y largo plazo, conflictos entre propietarios, pastores y comuneros por agua y pastizales localizados en sectores específicos: Dante Ccolque [D]: De acá unos diez quince años ya las nevadas perpetuas ya se están diluyéndose poco a poco. Entonces de acá de quince años creo que ya va haber agua. Si habrá también habrá pues en una parte ya donde hay una pequeña cantidad de nevada. Solamente en esa parte no más habrá pues ¿no? Y todos van a querer agua ¿no? y de repente hay ya va empezar las guerras, el conflicto, el otro, el otro va querer agua, también ya no se puede vivir sin agua. Entonces de acá de unos quince años ya no va haber agua. Ahora siquiera hay una pequeña cantidad de agua. De repente hay habrá pues donde hay un solo sitio donde habrá una pequeña cantidad Investigadora [I]: ¿Y en estos momentos existen conflictos por el agua o no todavía? [D]: Sí. Existen. También en el mismo sector de donde hay agua los que viven en la parte baja. Donde hay agua es de un propietario también y el otro propietario quiere sacar y el otro propietario no le deja sacar agua. Entonces digamos este solo este frente es de Ángel de Los Andes del Rio para allá es Ángel de los Andes. Entonces en parte de abajo no hay agua. Y entonces en parte de arriba quieren sacar agua entonces no les dejan sacar agua.
Por otro lado, desde fines de la década de los 90s, los phinayenses han comenzado a realizar “chacos” o acorralamientos de vicuña, para luego realizar la esquila, el acopio y la distribución de su fibra. El chaco se realiza entre los meses de abril y octubre. Eso es así desde que la ley de vicuñas les reconociera a las comunidades el derecho de propiedad de estos camélidos silvestres que pululan en sus territorios.357 La historia del tratamiento de la vicuña en esta zona ha sido tan oscura como lo ha sido en otras partes del sur andino, allí donde cazadores furtivos, como si estuviesen en tierra de nadie, eliminaban a estos camélidos silvestres para obtener su lana, y algunas veces intimidando a la población pastoril al hacerse pasar por representantes del Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso.358
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Orlove, Benjamin (1974) “Reciprocidad, desigualdad y dominación”, en: Mayer y Fonseca (1974) Reciprocidad e intercambio en los andes, Lima, IEP 357
Ley N° 26496 Equívocamente, Orlove (2009) toma este hecho de manera literal y afirma que esta zona fue afectada por lo que él llama “Shining Path guerrilla movement”, es decir, “movimiento guerrillero Sendero Luminoso”. Sin embargo, esta calificación es imprecisa, debido no sólo a que el Partido Comunista del Perú Sendero Luminoso no era un movimiento guerrillero, sino además porque tampoco tuvo incursión en Phinaya. Se trataba de una estrategia “psicosocial” que usaban los cazadores furtivos en un contexto socio-político muy agitado por el conflicto armado interno que, por entonces, vivía el país. Sobre el particular, véase: CVR (2003) Informe Final, Lima 358
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Foto: Chaco en comunidad de Phinaya, Mayo 2010 Por: Adhemir Flores Moreno
Foto: Vicuñas capturadas en el chaco,Mayo 2010 Por: Adhemir Flores Moreno
Foto: Esquila de vicuñas, Mayo 2010 Por: Adhemir Flores Moreno
Anteriormente, el Chaco se solía hacer entre los miembros de toda la comunidad de Phinaya. Pero, luego, los pobladores decidieron separarse y hacerlo por sectores debido a deficiencias en el manejo con el modelo anterior. Cuando se inicia el chaco por sectores, los pobladores se organizan en función de un calendario dispuestos por el Concejo Nacional de Camélidos Sudamericanos (CONACS) del Ministerio de Agricultura. Así, a cada sector se le asigna una fecha para el chaco. Una vez que las vicuñas son atrapadas y esquiladas, su lana es vendida a EEUU y eventualmente a Suiza a través del CONACS. El precio de un kilo de lana de vicuña está entre $200.00 y $300.00. En el año 95‟ el precio era de $500.00. El descenso del precio se debe a que, actualmente, existen un mayor número de compradores de fibra y una mayor competencia entre las comunidades que complementan su subsistencia con esta actividad. Sin embargo, los campesinos indígenas de Phinaya mencionan que, en los meses de abril y mayo, se gana más porque hay más pastos. No obstante, esta actividad productiva relativamente reciente, es altamente inestable y en modo alguno garantiza flujos monetarios permanentes y gruesos a las diversas unidades domésticas que integran las asociaciones respectivas. Por un lado, es materia de consenso en Phinaya que los bofedales que dan sustento a las vicuñas se han ido reduciendo paulatinamente y que esta situación se agravará en el futuro. Ellos no atribuyen esto, sin embargo, al empeoramiento de la escasez de agua, sino a cambios en la composición de los suelos. Los campesinos de esta zona señalan que, 277
al aumentar el espesor de la tierra, los bofedales son cubiertos, se ocultan y se redireccionan hacia las partes más bajas. Esto obliga a las vicuñas a ir a las riberas de los ríos a riesgo de caerse y a volver a huir a las alturas tan pronto cuanto perciben la presencia humana. Por el otro, la captura de vicuñas no produce los mismos resultados anualmente para las diversas asociaciones. Asuntos relacionados con el nivel de organización local, la cooperación social de todos los participantes en las fechas designadas para esta actividad y la disponibilidad heterogénea de vicuñas en diversas zonas del territorio echan la suerte el éxito del chaco a lo largo del calendario anual. Por citar un ejemplo, en el año 2010 la Asociación del sector comunal Tt‟alla logró cazar aproximadamente 150 vicuñas, pero el año anterior no logró cazar ninguna. Dada esta inestabilidad a la que está expuesta esta actividad, los phinayenses estiman que, si bien de esta forma pueden acceder a flujos monetarios, esta acción estratégica complementaria tiene más el propósito de cuidar estas especies que convertir la producción local orgánicamente al mercado. No es una actividad estrictamente comercial, sino que está revestida de rituales y elementos simbólicos cuyo propósito fundamental es proteger a los camélidos silvestres de las amenazas humanas: En estos tiempos, más hacemos el Chaco para proteger de los cazadores. Como la rotulamos su lana, todo calatito, los cazadores ya no vienen. Porque esos cazadores vienen más por su lana. Como ya no tienen lana, las vicuñas están calatas; entonces, por gusto vendrían a matar los cazadores. Porque ellos solo vienen a llevar la lana. Ahora ha entrado el estado. Está bien controlado, ahora lo controla el CONACS, las vicuñas están bien controladas. Nosotros también las controlamos cuando viene gente extraña, trayendo ollas o algo averiguamos. Mediante la organización de autodefensa nos hacemos respetar. Ya muy pocos vienen y, si vienen, vienen después de mucho tiempo. Eugenio Carhuani, campesino indígena de la comunidad de Phinaya
3 Pero, desde que otro de los brazos de las reformas neoliberales en el Perú fue la liberalización del mercado de energía, la empresa chilena Generación Eléctrica Machu Picchu S.A. (EGEMSA) se ha convertido en una amenaza extra-climática tanto mayor que el inicio del cambio climático para los campesinos indígenas de Phinaya y Siwina Sallma, al hacer uso de la laguna de Sibinaqucha desde el año 1996. El agua procedente de esta laguna se usa para aumentar el caudal del río Vilcanota por intermediación de la Central Hidroléctrica de Machu Pichu, y así abastecer de electricidad a miles de clientes (entre otros, empresas mineras) de una porción significativa del sur andino distribuida entre las regiones de Cusco, Apurímac y Puno.359 Pero, los campesinos indígenas de Phinaya y de Siwina Sallma sugieren que, desde que este “archipiélago energético” ejerce dominio en la laguna de Sibinaqocha, se ha tomado posesión unilateral de sus territorios, se les ha ofendido haciéndoles promesas incumplidas de electricidad y, en el caso que nos ocupa aquí, se ha alterado el orden simbólico que ellos confieren a la laguna. Esto ha incrementado el número de usuarios del agua en la zona con diferentes niveles de poder. En efecto, un año después que comenzara sus operaciones en Sibinaqocha, EGEMSA intentó aumentar el volumen de la laguna con el fin de controlar sus salidas, aumentar luego el volumen de agua del río Vilcanota y así satisfacer los requerimientos de agua de la hidroeléctrica de Machu Picchu. Pero, al hacer eso, inundaron vastas has de pastizales de los campesinos de estas comunidades sin compensación alguna.360 Paradójicamente, un año después, un aluvión provocado por precipitaciones en la cuenca media y alta del río Aobamba y los deshielos del nevado Sallkantay hizo 359 360
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colapsar las instalaciones del Central Hidroeléctrica de Machupicchu. 361 En el 2008, luego de 12 años, la empresa comenzó a regular también el uso del agua por parte de los pobladores locales, condicionando en particular el acceso al agua de la gente del sector comunal de Canllini, que es el más próximo a la laguna. La empresa suele hacer esto durante la estación seca, la más crítica para los pastores de altura a lo largo del ciclo, y la temporada más alta del turismo - una dinámica socioeconómica muy demandante en energía -. Mientras unos compensan sus inversiones con los flujos monetarios, si bien inestables, de la actividad turística, otros luchan por su sobrevivencia en los andes de puna mientras ven transitar delante de sus territorios un metal ajeno y extraño que restringe más su libertad de decisión que la poca que ya tienen con respecto al adverso clima de las alturas. Así lo atestigua quien fuera en ese momento una autoridad del sector de Canllini: Investigador [I]: ¿El lugar de donde sale el agua está cerrado algunos días, toda la semana? Daniel Huillca [D] (34 años): Solamente, ellos [los de la empresa EGEMSA] tienen una planta y un motor. Cuando se malogra ese motor, lo cierran y un mes o dos meses se seca el agua. Si no se malogra casi no. Pero cada año lo cierran un mes, de nuevo se seca el agua y les pedimos agua con ruegos: “¡Arreglen, por favor! ¡Dennos agua!” - les decimos -. Así les pedimos. [I]: ¿En qué fechas está cerrado? [D]: En el mes de julio, en los meses de agosto y setiembre lo cierran. Este año más bien lo han cerrado en el mes de marzo, pero como hay lluvia hay pues agüita. [I]: ¿Pero en los meses de agosto y setiembre…? [D]: No pues, el agua se seca, las alpacas se mueren de agua, nosotros también pedimos con ruegos el agua. Esas cosas pasan, esos problemas [pasan]. Las alpacas cuando no hay agua totalmente han enflaquecido, hasta se han muerto. Nosotros también hemos caminado en necesidad de agua, tan solamente llevábamos agua de los manantes. De todas maneras hubo muchos problemas. [I]: ¿En qué año han sido afectados cuando se cerró la laguna? [D]: En el 2008, lo han cerrado durante tres meses y no hubo agua. [I]: ¿Y la gente qué ha hecho si no había agua? [D]: Solamente han exigido a la empresa EGEMSA para que suelten agua y pueda haber agua, entonces a EGEMSA nomás han exigido. Ya vamos a arreglar – decían [los de la empresa] -, pero no lo hacían rápidamente. No han soltado rápidamente el agua y como hubo sequía ese año los pastos se han secado.
La dramática situación que describe nuestro interlocutor arroja lo que implica para los campesinos indígenas de Phinaya no poder separar tiempo y espacio, y lo que implica para los empresarios de EGEMSA hacerlo. En efecto, mientras los primeros organizan los recursos disponibles en el lugar como un hecho indisociable del ciclo anual, donde la estación seca es la más crítica, los otros separan espacio y tiempo y se apropian de ciertos recursos del lugar durante ese ciclo para destinarlos a un consumidor virtual en un espacio extralocal o exterior bajo otro calendario, esta vez de corte mercantil. Esta situación puede agudizarse allí donde la empresa hace lo mismo precisamente en la estación húmeda, si resulta que en un contexto de cambio climático este época puede presentar lluvias torrenciales interrumpidas por intervalos de sequías.362 En tales casos, para la gente de Phinaya y Siwina Sallma es difícil, pues, separar o distinguir, en términos territoriales, los riesgos climáticos de los extra-climáticos como si la fabricación de sus riesgos procediera, al fin de cuentas, del mismo linaje o familia: “Hace tiempo cuando había un convenio con la empresa EGEMSA iba ver luz para todas las comunidades altas, pero sin embargo hasta el momento no se cumple, no se hace efectivo esos compromisos, no se acuerdan de nada porque inclusive la carretera iba estar bien 361
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arreglada y cada comunidad electrificada con esa agua, pero hasta ahora todas esas cosas están olvidadas no llega la luz ni apoyo, nada. a pesar tenemos heladas , lluvias, nevadas para esas cosas pedimos apoyo pero no llega ni nos escuchan , ellos nos dicen que es del estado. Eso sabe el estado, esas cosas no se pueden hacer, nosotros no podemos gastar, no sacar para eso, eso nos dicen. Por eso nosotros posteriormente queremos tomar la puerta de la laguna, porque gracias a esto genera un ingreso, un canon, y este canon debe quedar en está parte alta, porque nosotros somos directamente afectados con esta laguna Siwina Qucha, inclusive por eso ha variado el clima. Ahí tenemos varias aves en la laguna. Esas aves también han quedado afectadas. Entonces yo creo que a los mismos vecinos nos han perjudicado a varias hectáreas de terrenos esa laguna.” Campesino indígena de Siwina Sallma
Además, el conflicto se agudiza porque no sólo se pone en cuestión recursos definidos por su naturaleza económica. Como la laguna Piuray-Ccorimarca (Urubamba) - de la cual extrae agua SEDA CUSCO -, la laguna de Sibinaqocha también tiene un carácter sagrado para los pastores de altura de Canchis. En las tradiciones míticas de los campesinos indígenas que habitan alrededor de la laguna, ésta ocupa un espacio que estuvo habitado en otro tiempo por sus antepasados. Esta laguna sería, por un lado, el epicentro de una suerte de “geografía mágica”, porque sus riberas están surcadas por antiguos caminos, indicios todos de uno de los puntos de una red extensa red de intercambios entre las tierras altas y bajas.363 Por el otro, en los andes las lagunas son también deidades femeninas que funcionan como fuente de lluvias.364 Por lo tanto, se trata de un espacio que simboliza los lazos sociales que unen a los pobladores actuales con los pobladores antiguos sobre la base de la reciprocidad y el respeto mutuo, pero también la alianza entre pueblo y su divinidad local. De allí que los pastores de altura no vean esta laguna como un mero recurso, sino como una expresión territorial de su identidad étnica. Las connotaciones socioculturales de este conflicto territorial dieron fuertes razones a la población phinayense para participar en las movilizaciones sociales que, al lado de diversas demandas sociales, remecieron a la ciudad de Sicuani entre octubre del 2008 y junio del 2009, involucrando a la población de Canchis, las autoridades locales y el gobierno central. Bajo la dirección de la organización Autodefensa Juan Velasco de Phinaya, cerca de 200 personas del Centro Poblado de Phinaya (Phinaya, Sallani, Siwina Sallma y Alto Huancané) participaron en varias de las movilizaciones. La experiencia local con el archipiélago energético promovido por EGEMSA había enseñado mucho como para estar de acuerdo con que algo análogo ocurra en los territorios de otros pares culturales de la provincia, o como para dar crédito, por otro lado, a una virtual explotación minera en la cordillera de Carabaya-Vilcanota que alcanza sus territorios - un objetivo adicional de su protesta -. Ofrecer libertades a la industria extractiva a un relativo margen del estado no resultaba estratégico para pueblos que se auto respetan y exigen respeto por su forma de vida. Con su desobediencia civil, estos pueblos impugnan el hecho de que no se están respetando las condiciones mínimas de reciprocidad entre naturaleza y sociedad ni entre sociedad moderna y comunidades étnicas, y miran con ironía – es decir, con la perspectiva crítica de la distancia - que las libertades fundamentales estén sujetas al crecimiento económico y la negociación política. Investigador: ¿Cuál fue la razón por lo que ustedes se sumaron a la huelga? Raúl Quispe: Más era por la cuestión de la minería y por Salca Pucara, pero la plataforma de Phinaya era sobre las concesiones mineras. Ese era el punto central. Alan García dice que el Perú avanza, pero eso no es cierto porque dice que ya no hay analfabetismo. En sí no se ve eso. Es lo contrario: hay más pobreza.
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Otros campesinos indígenas de la comunidad pastoril con agricultura complementaria de Huarcachapi cuyos territorios trascienden o exceden el ámbito de la microcuenca Huacrahuacho (Canas, Cuzco), cuentan también con una laguna que tiene un significado altamente apreciado por los residentes. Los campesinos indígenas de esta zona deben, entonces, cumplir con su deuda de ofrenda con la “madre laguna”, porque de ella depende la lluvia y el éxito de la pesca. Por ello, la laguna está lejos de ser una mera fuente de agua o de recursos. Sin embargo, estas personas temen que una cosa análoga a lo que ya observamos en Phinaya y Siwina Sallma ocurra con su laguna llamada Langui-Layo. Ellos señalan que existe, al parecer, un proyecto por parte de EGEMSA para represar también esa laguna, bajo la promesa de traer “progreso” a las comunidades locales ofreciéndoles, en este caso, “agua potable”. Grupos corporativos de asociados de las comunidades Huarcachapi y Kjana Hanansaya usan la laguna para la crianza de truchas, mientras que sus riberas, que presentan características similares al piso ecológico “qeswhua”, las destinan a la agricultura de una rica variedad de cultivos. Los campesinos temen, entonces, que la laguna suba su caudal y acabe con las parcelas que ellos tienen en sus riberas, y dudan de las promesas de la empresa, porque sospechan que ese discurso trae consigo oscuros intereses económicos y políticos: “Para el represamiento del agua por EGEMSA, ya vino varias veces a cada distrito para que se apruebe y ellos puedan levantar el expediente técnico para el represamiento y sacar agua de acá para Machupicchu, para la energía, esa vez era EGEMSA, ¿no es cierto? Entonces por eso ahora EGEMSA, con el ingeniero estamos con faena además para que investigue como es el territorio. EGEMSA quiere hacer eso. Entonces un día estaba discutiendo con el ingeniero administrador de esta empresa. Según él me dice: “no, ustedes deben aceptar porque se va hacer por toda la orilla”. EGEMSA nos dice que para nosotros también habrá agua: “¿No quieren esa agua?” - nos dijeron -. Pero nosotros no les creemos yo no les creo porque una vez que levanten el muro aquí puede ser no tengamos acceso al agua. ¿Quién sabe no? EGEMSA dice: “nosotros represamos esto y luego les construimos su carretera, la carretera les traerá progreso”. Pero afectará a todo alrededor de la comunidad el agua: “Si el agua se seca, ustedes tendrán agua”. Nos dicen que por medio de motobombas llevarán el agua. Pero EGEMSA es una empresa mayorista y, una vez que logre represar el agua, la negociará a Electro Perú, es como si comprarías una casaca o un par de zapatos: no te puede reclamar otro dueño sino el que te vendió. Yo pienso que ellos nos engañarán a nosotros y lo negociarán. ¿Y cómo quedamos nosotros? Felipe Cucho, campesino indígena de la comunidad de Huarcachapi, Canas, Cuzco
En Phinaya, por lo demás, hay usuarios potenciales y no identificados que están detentando poder sobre el territorio. Los campesinos indígenas señalan que una serie de personajes desconocidos de empresas mineras que concentran sus actividades en Puno suelen venir con frecuencia a la zona para conversar de manera aislada con algunos comuneros y propietarios sobre la posibilidad de iniciar actividades exploratorias de minerales. Estos actores externos ven en la “comunidad” un impedimento para desplegarse por el terreno sin problemas y, a cambio, optan por buscar la cooperación de aquellos que cuentan con autonomía en cuanto a la administración de sus tierras y recursos, como es el caso de los “propietarios”. Raúl Quispe [R] Los de la mina vinieron de un momento a otro, como pasan por mi cabaña yo les pregunté qué querían no y me dijeron que estaban explorando sobre la minería y preguntamos de qué tipo de minerales ha diciendo pero no nos cuentan sólo nos dijeron que solamente hay los minerales que ellos no necesitan. Investigador [I]: ¿En qué año vinieron ellos por aquí? [R]: creo que fue en 2007 – 2008. [I]: ¿No dijeron de donde eran o de que empresa?
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[R]: Eran los que están trabajando en la zona de San Gabán, no sé cómo se llama esa empresa. Con ellos fuimos hasta la zona de Marcapata como guía hasta la zona de Parina. [I]: ¿Ellos llegaron a la comunidad o se presentaron? [R]: No, ellos de frente entraron. De ahí la gente se dio cuenta y dijeron: ¿A qué vienen? A partir de esta fecha hemos restringido las entradas y otros han entrado pidiendo permiso. [I]: Eso sucedió en Ángel de los Andes. ¿Y en otros sectores también pasó lo mismo? [R]: Sí, pues, casi en toda la cordillera estaba. Sí. Por ejemplo en Chimboya por Quelccaya, en toda esa parte, esa empresa ha estudiado. Gregorio Cochama [G]: Esa empresa incluso ha entrado primero, después de eso han entrado varios. Una fecha estábamos en faena y ahí ha venido una empresa igual. No sé si recuerdas. Decían que nosotros queremos entrar a hacer la exploración de primera fase y una fecha ha venido a mi casa a Sicuani, diciendo que estaba Buscando al señor Luís Quispe (a mi papá) y me dice que quiere conversar con él porque una parte de su terreno está concesionado. Nos han llevado a un hotel de Turistas. Aquí nos han explicado de que iban a entrar a hacer el estudio de primera fase: ¡Apóyanos! ¿O quieren vender? – así estaban diciendo -. Prácticamente cuando la comunidad ya estaba rechazándole entraron con cada una de los propietarios de manera individual.
Cabe preguntarse por la viabilidad de esta estrategia privada de buscar la cooperación individual de los propietarios, a expensas de los comuneros y los pastores. En Phinaya, la organización de Autodefensa tiene dentro de sus propósitos llevar a un terreno común las disputas entre estos tres sujetos sociales por abigeato, intrusión del ganado en pastizales ajenos, violencia familiar, etc. Es decir, lo que no entra en el plano del poder de la comunidad entra en el plano de una organización de mayor escala que ejerce presión social sobre todos los actores o involucrados, aunque ellos presenten diferencias entre sí. Los phinayenses han encontrado aquí un espacio de intermediación que responda estratégicamente a la heterogeneidad de los diversos sujetos sociales que cuentan con recursos dentro del centro poblado. Sin embargo, algunos propietarios del sector Únika consideran que, con ocasión de la escasez de agua, no descartan la posibilidad de vender sus tierras e irse. Así, es difícil saber si la actividad hidroeléctrica o minera ejercerá una presión que anime a la gente a afianzar esta organización local o si contribuirá con su desestructuración. Esta es una tarea que dejamos para estudios posteriores. A pesar suyo, nosotros pudimos corroborar la profunda desconfianza que ya existe en la población local cuando solicitamos el permiso a las comunidades de Phinaya y Siwina Sallma para hacer la investigación en el marco del Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC)-Perú. Ellos temen que, en nombre de estas iniciativas y emprendimientos aislados, los expertos y las instituciones que promueven el desarrollo y la adaptación reclamen poder o derechos de administración sobre sus tierras y recursos.365 No quedaron muy convencidos cuando nosotros les dijimos que no sería así: Creo, compañeros, que estamos un poco mal, porque nosotros también estamos celosos, compañeros – les dice a otros campesinos de su comunidad -. En vista de que vienen las concesiones mineras y hay personas que están trabajando y creo que estamos…. A veces vienen a sacarnos las palabras compañeros. Yo creo que esto hay que tomarlo bien, compañeros. No creo que podamos darle informaciones exactas y claras, ¿no? Yo creo que muchas veces han venido unos personajes haciendo el estudio. Sin embargo, esos personajes están haciendo las concesiones mineras que afectan a las comunidades, que afectan a los comuneros. Entonces, yo creo que esto también perjudica al medio ambiente. Por esto, nosotros, yo creo, compañeros, tenemos que pensar un poco al tener que informar a las personas. Yo creo que no podemos darle detalladamente estas informaciones, compañeros, 365
Forsyth, Tim (2008) Political ecology and the epistemology of social justice, en: Geoforum 39: 756–764
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¿no? Nosotros no conocemos si es cierto o no, porque así han venido años pasados para tener que hacer el estudio de estas tierras, pero, sin embargo, después de eso han llegado a concesionar nuestros terrenos, ¿no? Entonces, compañeros, de esa forma yo creo, compañeros, yo creo que no estamos en eso, compañeros. Campesino indígena de Siwina Sallma
El gobierno regional del Cuzco también ha experimentado esta respuesta de la población, pero con una ironía más explícita. Si bien es cierto que esta institución gubernamental, a diferencia de su similar en Apurímac, tienen una posición más crítica con respecto a la minería, algunos de sus representantes señalan que los impactos de esta versión de la industria extractiva, junto con la de las hidroeléctricas en la región, están dando a las poblaciones rurales fuertes razones para poner en discusión el concepto mismo de “adaptación”, sugiriendo que no se están respetando las condiciones mínimas de cooperación entre sociedad moderna y comunidades étnicas como para luego pedirles a estas últimas su cooperación. Esto conduce a un paradójico resultado. Mientras diversas coaliciones transnacionales, regionales y locales proponen un planteamiento institucional más reflexivo de la vulnerabilidad y la adaptación al cambio climático, las empresas especializadas en la extracción de recursos naturales se despliegan libremente por los territorios de las comunidades campesinas con pocas restricciones territoriales y ambientales, constituyéndose en amenazas humanas que constituyen imponderables barreras frente al cambio climático. En medio de esas tensiones, las poblaciones marginadas, que conocen mejor que nadie lo que cuesta la libertad cuando la vida diaria está sometida a pruebas muy duras, acogen el cambio climático como un discurso que permite replantear sus problemas de acceso a recursos en el corto y largo plazo, pero de inmediato se posicionan frente a cualquiera de esas intervenciones con cierta ironía: toman distancia crítica de manera seria, tranquila y lúdica del interés utilitario que el mundo exterior le ofrece y muestra, porque, a ciencia cierta, no ven allí ningún fin trascendente que pueda sustituir los fines y valores substanciales que ellos se dan a sí mismos.366 Con ese desapego, que no deriva de ningún proyecto político, sino de su auto respeto, su ética de la reciprocidad y su respeto por la verdad, ellos agradecen que haya una mayor preocupación de la sociedad por el clima y que asignen recursos para apoyarlos, pero no están dispuestos a cooperar de la manera con que lo pueden esperar la sociedad moderna y el estado mientras estos no asuman sus obligaciones con la naturaleza ni respeten la vida ética de la comunidad étnica que tienen enfrente: (…) Si tú ves el incremento a las concesiones mineras que existe en todo el Cusco, no vamos a tener donde vivir. Lo peor es que las concesiones de concentración de mayor mineral que se llama la mina están en comunidades campesinas. Entonces hay un mayor desplazamiento de las comunidades campesinas y hay conflicto social como el del Espinar. Ahora es toda la cuenca que se está contaminando. Al margen de contaminación, ¿las mineras cuánto de agua consumen? Es la responsabilidad del recurso hídrico la que está en juego. Ahora el conflicto es la demanda de agua se incrementa. Mira: Estudios solamente los está haciendo el PACC y no lo están haciendo los otros programas. Me parece que el PACC tenía 5 a 6 estudios; entre ellos, había uno de oferta y demanda de recurso hídrico. Por ejemplo, allí me imagino que las personas que están encargadas tienen que considerar estos grandes proyectos, es decir, si van a afectar el tema de adaptación al cambio climático. No se está considerando lo de Inambari, lo de Salca Pucará y las otras hidroeléctricas que se piensa hacer en Cusco. ¿Cómo están viendo el tema de conflictos y el tema de la minería? Para eso es que queremos que se haga esos estudios. Se deben orientar a estos temas que son trascendentales para la adaptación al cambio climático. Por ejemplo, en Huacrahuacho yo sé que hay una concesión 367 minera : ¿Cómo el PACC está visualizando eso los que están haciendo el estudio? Todos los 366
Jankelevitch, Wladimir (1982) La ironía, Madrid, Taurus, pp.50-72 En un reciente estudio Flores y Valdivia (2009) no han registrado, en el caso de Huacrahuacho, concesiones mineras, sino un proyecto hidroeléctrico que ha generado mucha preocupación a los ojos de 367
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proyectos nos traen conflictos, pero esto se informa en este caso a los ministerios y ellos tienen que tomar la decisión. Pero también es un gran problema cuando vamos a las comunidades, cuando les digo que no deben de quemar, que debemos cuidar el ambiente en todas sus formas. Pero ellos no aceptan y nos dicen: “Nosotros impactamos lo mínimo; en cambio, la minera que está aquí, al costado, emite gases, nos contamina, vienen en sus carros, nos llenan de polvo, los niños no pueden ir a la escuela.” Entonces, vienen agentes externos y ellos son los que impactan más y a ellos no les dice nada nadie. ¿A esto qué vas a decir? Nelly Jibaja, Sub Gerente de Gestión Ambiental del Gobierno Regional del Cuzco
Entretanto, la Municipalidad de Pitumarca tiene en cartera algunos proyectos de viviendas saludables, reforestación de especies nativas, construcción de represas y canales que conectan la laguna de Sibinacocha con las comunidades más bajas. Algunos de estos proyectos están en curso, pero se concentran básicamente en las comunidades ubicadas en el “piso medio” del distrito, y no en comunidades pastoriles como las que pertenecen al centro poblado de Phinaya. Sobre la base de estas circunstancias, los propietarios, pastores y comuneros de dicha zona evalúan que su situación es “marginal” dentro del distrito y que tampoco tienen motivos para disputar una cuota con otras comunidades que juntas forman “una gran mayoría”. Pese a ello, la referida institución edil, en convenio con el Gobierno Regional, incorporó también el discurso de la “adaptación al cambio climático” como una prioridad, al menos mientras duró su gestión: En esta parte, principalmente en este aspecto, digamos, de adaptación al cambio climático y en lo que es identificación de riesgos, se ha hecho trabajos en conjunto con el Gobierno Regional, anteriormente en el año 2007. Para hacer un diagnóstico un Ordenamiento Territorial, una Zonificación Económica. Y gracias a unos planos satelitales se ha podido ubicar las zonas con diferentes usos de suelos. Y también los lugares que son vulnerables en la zona de la microcuenca. Este estudio está en el Instituto…en el IMA. Lo cual se está utilizándose en la oficina de Obras en la Municipalidad de Pitumarca. Y esto, a su vez, también se ha tratado de identificar lugares. Y también se hizo inventario de las fuentes de agua. En los cuales en los últimos 3 años han desaparecido fuentes de agua. Casi en un 7% en estos 3 últimos años. O sea, digo, es fuerte la pérdida de recursos hídricos. Alcalde de la Municipalidad Distrital de Pitumarca
La distancia social y política de la Municipalidad Provincial de Canchis con respecto a Phinaya es aún mucho mayor. Al menos desde la óptica de la “gerencia de desarrollo económico”, las estrategias se han concentrado básicamente en actividades agropecuarias artesanales orientadas a la promoción de la crianza y comercialización de animales menores (principalmente avícolas), cuya producción y consumo, como se sabe, ha comenzado a crecer en el Perú exponencialmente, compitiendo con los productos de los ganaderos de valle y de altura.368 Aún así, la gerencia municipal aspira a potenciar esta actividad a través de la instalación de “camales”. La infraestructura que se echa de menos aquí se prioriza, no obstante, en otros sectores como salud y educación. En el último caso, un proyecto de tratamiento básico de residuos sólidos en Sicuani, financiado por el Japan Bank, quedó paralizado con ocasión de los conflictos socio-ambientales acaecidos en esa ciudad entre el 2008 y el 2009. Aunque no podemos reducir la gestión municipal a las actividades de unas de sus gerencias, lo que este caso muestra es que las sociedades pastoriles que conforman una porción social del distrito de Pitumarca y la provincia de Canchis, están, pues, lejos del modelo de desarrollo que las instituciones públicas correspondientes vienen promoviendo en la actualidad. En función del lugar que ocupan en la distribución del poder dentro de la re-estratificación nacional y mundial, los campesinos. Pero, debería estudiarse, entonces, hasta qué punto la preocupación de la representante del Gobierno Regional es consistente con lo que está ocurriendo en la zona. 368 Fulcrand 2007; Fulcrand y Malpartida 2007; Rendón 2008
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poblaciones que habitan en tierras marginales como las de Phinaya y Siwina Sallma tienden a ser de importancia marginal para aquellos que tienen poder económico y político.369 Pero, al juzgarlas sólo como “marginales” política y económicamente, siguiendo un patrón de estratificación “urbana”, se oscurece también las connotaciones étnicas de su identidad social o su diferencia cultural.370 Bajo el telón de tales condiciones estructurales, mientras la libertad de movimiento de las empresas extractivas crece con la misma fuerza con que el estado toma distancia de la economía y se torna débil frente a los excesos de aquélla, los campesinos de esta comunidad se exponen a las ofensas de la primera y a la relativa ausencia del segundo. Las minorías étnicas quedan así echadas a su propia suerte bajo el enorme arsenal de las fuerzas del mercado y sus sistemas de necesidades, y bajo un estado que deja en manos de cálculo racional y la negociación política la suerte de sus territorios, mientras se limita a nada más que empujar un modelo de desarrollo que no visualiza la organización plural de la sociedad que quiere gobernar. Pero, mientras los campesinos indígenas ven así desafiadas sus significaciones imaginarias locales - es decir, todo aquello que asegura su confianza básica en la vida, su sentido propio y el sentimiento de ser parte de una totalidad social mayor -, se desgarran también las significaciones imaginarias de toda sociedad democrática que, por lo menos en principio, deben dar soporte, sentido y seguridad a los ciudadanos o constituir esferas 371 mayores para formar individuos sanos. Las consecuencias trágicas que se desprenden del hecho de que los campesinos ven amenazadas sus condiciones de existencia y el estado cede relativamente su lugar a las fuerzas expansivas del mercado, pone en tela de juicio tanto la capacidad de la sociedad moderna para ser eficaz socialmente para ciertas minorías étnicas, como la disposición de estas últimas para hallar un sentido pleno en las leyes e instituciones del estado y en los intereses de la sociedad moderna. Así, las significaciones imaginarias de la sociedad moderna se ponen en cuestión con la misma fuerza con que lo hacen las significaciones de los campesinos indígenas, porque no les proveen las referencias y valores sustanciales que ellos encuentran en su forma de vida y sus contextos locales, así como tampoco les da fuertes motivos para cooperar y hacer funcionar la sociedad y el estado y, al mismo tiempo, seguir siendo ellos mismos.372 En suma, hemos visto, entonces, que la semiótica de la naturaleza o las condiciones de existencia de estas sociedades pastoriles ha sufrido transformaciones históricas. En algunos casos, se ha venido redefiniendo la naturaleza como el territorio del culto, mientras que en otros, y sin cancelar lo anterior, simplemente ha devenido ambiente. Pero, en opinión de nuestros interlocutores las agudas o modestas modificaciones en las significaciones imaginarias locales no sólo obedecen a las fluctuaciones del clima, sino a otros imaginarios religiosos globales de largo cuño y otras amenazas humanas que, en tiempos recientes, han empezado a propagarse por sus territorios, produciendo profundos desequilibrios en quienes viven en el lugar o anclados a sus contextos locales de interacción social. Desde el momento en que sus espacios natales han sido abiertos al libre tránsito del metal, el tráfico y el comercio, han dejado de ser sólo lugares inmunes, para convertirse en ambientes emplazados, abiertos y conducidos hacia el mundo global, y su “sistema de necesidades” transfronterizo o transterritorial, mientras que sus relaciones localizadas han comenzado a ser
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redefinidas o relativamente desgarradas por nuevas relaciones globalizadas. Desde entonces acá, los riesgos y peligros climáticos y extra-climáticos – inexorablemente unidos o confundidos - han dejado de ser sólo locales para ser más abstractos e inciertos, y sus orígenes han dejado de ser exclusivamente extra-sociales o imputados a los dioses para ser también riesgos fabricados por seres humanos.374 El conflicto cultural en un contexto de cambio climático, modernización política y globalización económica, se traduce, por un lado, en un sinnúmero de disputas entre las significaciones imaginarias locales organizadas en términos del lugar y múltiples versiones de la moderna metafísica de la naturaleza que pululan a nivel global. Pero, por el otro, algo más profundo sucede en la identidad y formas de vida de los campesinos indígenas: estos procesos ponen a prueba o desgarran sus “ontologías locales”, es decir, los territorios y las significaciones imaginarias sociales que organizan la estructura básica de su auto respeto, la confianza en sí mismos y en el mundo exterior, la certeza de estar vivos y enteros, encarnados en un cuerpo o encarnando una forma de vida que es sentida y pensada como razonable y sensata, y ensamblada o en equilibrio con un totalidad social más amplia, una condición que es fundamental para la formación de la identidad de una persona. Si el bienestar, la identidad étnica y la paz civil de estos pueblos se juegan allí, las condiciones actuales del conflicto cultural - que se agudizan conforme la sociedad mundial irrumpe o ejerce influencia en sus territorios y formas de vida mediante múltiples riesgos o amenazas naturales y humanas - ponen a prueba, antes bien, los fundamentos de su existencia y aquello que desde tiempos remotos les dio un sentido a sus vidas.
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Sloterdijk llama a esto el “drama de la globalización”, cuyo núcleo está “en la observación de que las condiciones de inmunidad humana se transforman de raíz en la tierra descubierta, redificada, singularizada”. (Cf. Sloterdijk 2007: 22). Para una apreciación pormenorizada de la dialéctica entre lo particular y lo universal bajo el “sistema de necesidades” que potencia la modernización, véase Hegel (1988, 1993). 374 Castoriadis 2004; Beck 2006
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CAPÍTULO VI Análisis de Vulnerabilidad en los sistemas productivos y paisajes locales debido a procesos climáticos y extraclimáticos dinámicos y variables Adhemir Flores Moreno y Gilberto Romero Zeballos
En el debate mundial sobre el cambio climático, la vulnerabilidad es un concepto que suele ser definido como el grado en que un sistema es susceptible o incapaz de enfrentar los efectos adversos del cambio climático, incluyendo la variabilidad climática y las condiciones extremas. Es decir, es una función del carácter, magnitud y tasa del cambio climático y la variación a la cual un sistema está expuesto, su sensibilidad y su capacidad adaptativa.375 Desde ese punto de vista, la vulnerabilidad se suele medir por la capacidad de un ecosistema o una población para ajustarse a ambientes variables o dinámicos en tiempo y espacio.376 Así, por un lado, se asume el supuesto de que la vulnerabilidad de la población está asociada a eventos climatológicos o peligros naturales y, por el otro, que la respuesta o recuperación humana consiste en volver a una situación normal una vez que ocurren acontecimientos que se desvían de lo normal, como sucede con el cambio climático. Sin embargo, lejos de hacer separación alguna entre naturaleza y sociedad, nosotros mostramos, en las páginas siguientes, que la vulnerabilidad no es un producto necesario o exclusivo de las fluctuaciones climáticas y las fuerzas de la naturaleza, sino que está intrínsecamente asociada a cómo la sociedad crea condiciones propicias para padecer, enfrentar o transformar los impactos de la variabilidad climática y el cambio climático. En las comunidades de la región y, probablemente, en muchas comunidades del sur andino, podemos identificar diversos factores de vulnerabilidad que guardan relación con diversas características de las poblaciones rurales, tales como etnicidad, edad y género, acceso y distribución de recursos, presión de la producción, crecimiento demográfico, cambio tecnológico, dinámicas territoriales y redes sociales. Desde ese punto de vista, nos interesa comprender en qué sentido el conflicto cultural, las presiones locales y globales, la reciprocidad, la cooperación social y la acción colectiva influyen en las condiciones de vulnerabilidad de las comunidades étnicas de la región. Asimismo, consideramos que si bien el concepto ecológico de la adaptación viene siendo frecuentemente usado por las instituciones preocupadas por el cambio climático, es un término que presenta muchos límites como para determinar lo que la gente puede esperar hacer en el mediano y largo plazo. No sólo refiere a acciones o medidas que no están garantizadas de antemano en un lugar y un período determinado, sino que pueden invisibilizar las implicancias del cambio climático en la identidad étnica de las personas, así como las causas de fondo que fabrican de algún 375
IPCC 2007
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Hay que decir que algunos investigadores del cambio climático han propuesto separar la vulnerabilidad al cambio climático entre vulnerabilidad social y vulnerabilidad biofísica. Cf. Brooks 2003; Cutter 1996
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modo su vulnerabilidad y ponen a prueba sus prácticas sociales, traduciéndose en acontecimientos normalizados o nada excepcionales en su vida cotidiana. En este breve capítulo, nos proponemos examinar esto partiendo de los resultados arrojados por los capítulos previos para las dos zonas de estudio de la región del Cusco, incluyendo algunos resultados del estudio concerniente a la microcuenca de Huacrahuacho.377
1. Factores de vulnerabilidad de la población campesinoindígena a) La formación social del conflicto cultural en los andes centrales Ésta es la base primordial de la cual pende la vulnerabilidad o no de la población rural. Sobre la base de su arraigo o anclaje al lugar y sus contextos locales de interacción social, la población de la zona de estudio vive, según el caso, de la agricultura o la ganadería o de una combinación de ambas, bajo un sistema de producción de pequeña escala que se destina en gran parte al autoconsumo. Las comunidades de Tauca, Cuper y Umasbamba tienen una vocación económica básicamente agrícola con pastoralismo complementario, a diferencia de las comunidades pastoriles de Phinaya y Siwina Sallma (Canchis) y de las comunidades pastoriles con agricultura complementaria de la microcuenca de Huacrahuacho. Al vivir bajo las difíciles condiciones de los andes centrales, estas comunidades se hallan sujetas a situaciones dinámicas de alta variabilidad climática, peligros naturales y escasez estacional de agua, por lo cual su producción está expuesta a un alto riesgo de pérdidas cada año y sus impactos dejan con un margen muy estrecho de decisión a la población. Debido a ello, estas poblaciones han desarrollado desde tiempos remotos un conocimiento altamente sofisticado de la naturaleza, así como un manejo sociocultural compacto o extendido del territorio andino y sus recursos, que las ha adiestrado para interpretar o descifrar, asumir y atenuar, en la medida de lo posible, las fluctuaciones y manifestaciones climáticas, distribuidas de manera heterogénea a lo largo de sus paisajes locales y en diversos intervalos de tiempo. Para lograr ese cometido, estas poblaciones consagran los conocimientos locales de predictibilidad climática, el culto a la divinidad local o universal, el parentesco nuclear y ampliado, las interdependencias familiares y diversas formas reciprocidad y cooperación social para el manejo escalonado de pisos altitudinales, los ciclos productivos y la dispersión del riego. Así, buena parte de los procesos de producción e intercambio proceden de una esfera no mercantil. Son todas estas determinaciones las que constituyen el bien capital principal de estos pueblos, la base de su auto respeto y su acción estratégica y aquello que, desde fuera, llamamos “identidad étnica”. Sin embargo, el conflicto cultural se produce a partir de la interacción de las poblaciones campesino-indígenas con la modernización y la globalización económica. Al ritmo de sus interacciones parciales con las dinámicas de la sociedad mundial y la historia que tuvieron en suerte, estos pueblos de alta montaña han ido introduciendo ciertos cambios en sus sistemas productivos. En función de las expectativas de vida, algunos de esos cambios responden a iniciativas propias y, en más de un caso, también guardan relación con las intervenciones de una red doméstica o globalizada
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Para un análisis pormenorizado de la microcuenca, véase: Flores Moreno, A. y Valdivia, G. (2010)
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de actores externos: organismos del estado, organizaciones no gubernamentales y empresas comerciales y extractivas. En cierto grado, estas instituciones o entidades ejercen influencia en la orientación local de la producción, en las estrategias de vida y en el control de los recursos naturales. Pero, mientras bajo esas relaciones sociales entre comunidades étnicas e instituciones externas no se garantiza el desarrollo local ni el empoderamiento del campesinado indígena, dichas instituciones aparecen o bien como unos cuantos caminos para confrontar la pérdida de las localidades rurales, o bien como presiones globales que limitan o reconducen el poder de las poblaciones sobre su territorio en un contexto económico y político más amplio.378 Dicho con otras palabras, estas relaciones y dinámicas sociales pueden reducir, agudizar o redefinir el conflicto cultural y, por medio de él, la vulnerabilidad de la población local. En esa amplia diversidad de contextos, el conflicto cultural puede traducirse en a) la infravaloración de estas formas de vida y sus modos específicos de generar conocimientos, controlar recursos y organizar territorios, o, b) en respeto por sus territorios y su identidad étnica por parte del estado y la sociedad moderna, y en auto respeto y autoconfianza por parte de los campesinos. Cuando se produce lo primero, entonces eso genera tal vulnerabilidad que los sujetos indígenas someten a un duro interrogatorio sus conocimientos locales y sus tradiciones, mientras que la sociedad moderna puede menospreciar el valor de su manejo escalonado de pisos altitudinales y descalificar sus propias formas de cooperación social y reciprocidad, en nombre de otros modelos de vida que cuentan con un prestigio cultural que, por el contrario, se le sustrae a esta forma de vida no moderna. Esto produce tal desconfianza e inseguridad en los hombres y las mujeres de los andes que, a la larga y dependiendo de cada lugar en particular, puede generar tal impacto que puede dejarlos con pocas armas para enfrentar situaciones adversas e inciertas como las que impone el cambio climático. Cuando se produce lo segundo, estas personas no claudican al orgullo y sentido propio que hallan en su forma de vida y sus organización social, y ese hecho les da seguridad y confianza, permitiéndoles preservar y recrear sus conocimientos locales y al mismo tiempo dialogar y exigir que la sociedad moderna también coopere, garantizado su paz civil y el respeto por sus libertades y sus territorios. Cuando la sociedad y el estado cooperan en esa dirección, llevan a cabo una acción colectiva que hace posible la justicia como equidad para las poblaciones marginales dependientes de los recursos naturales y reducen así su vulnerabilidad ante las posibles amenazas. Cuando no es así, potencian la vulnerabilidad de la población tanto como su marginación social. Hay que decir, sin embargo, que la diferenciación entre estas tendencias, a riesgo de ser simplista, no es exacta sino harto compleja y dinámica, dependiendo de las características de la población rural, los contextos históricos de sus estados y sus interacciones con la sociedad moderna. Pero, a partir de aquí se sigue todo lo demás.
b) Cambios en los eventos climáticos Los campesinos de las tres zonas de estudio de la región de Cuzco comparten la tesis de que hay cambios profundos en algunos eventos climáticos con impactos heterogéneos sobre sus condiciones de vida. Pero, los impactos de estos eventos no aparecen como expresiones concretas aisladas de situaciones anormales recientes, sino como una constelación de acontecimientos naturales múltiples que ocurrieron en el pasado y que otras veces han comenzado a sufrir alteraciones desconocidas en la actualidad. La imbricación entre comportamientos conocidos o desconocidos complejizan las amenazas a las que están expuestos los campesinos a lo largo de su historia. Luego, estos procesos están indisolublemente unidos a las características de 378
Bebbington 2001, 2007a, 2007b
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la población vulnerable y los contextos sociales y políticos bajo los cuales subsisten y movilizan recursos. Ellos forman, por tanto, una misma totalidad orgánica con las prácticas y estructuras sociales. En suma, así como es muy difícil determinar los impactos de los eventos naturales aislándolos de otros de eventos de la naturaleza en su totalidad, tampoco es posible medir el grado, intensidad y caracterización de la vulnerabilidad de la población ante una o varias amenazas sin considerar sus características y condiciones socioculturales pre-existentes. En particular, hay un consenso sobre cambios en la frecuencia de las heladas o los tiempos fríos en escalas mensuales. En las comunidades de estudio, localizadas por encima de los 3000 msnm, se recoge la interpretación de que las heladas están ocurriendo fuera de la época normal, precisamente en el periodo estacional de fecundación de los cultivos o “estación húmeda” [poqoy uhu], entre noviembre y marzo y, a veces, en abril, mientras que, en sociedades fundamentalmente pastoriles, la helada coincide con los tiempos de la esquila [paqocha rutuy], el empadre [padrillo churay], la parición [paqocha wachay] y el destete de las crías de sus madres. Estadísticas sobre desastres y emergencias en Perú379 indican que, efectivamente, en los últimos años se produjeron heladas en noviembre y en febrero, las cuales cubrieron un amplio territorio en la sierra sur del país, causando daños muy severos a los cultivos y los recursos pecuarios. En ciertos años, ocurren nevadas acompañadas de temperaturas que se mantienen bajas durante varias semanas en cuyo caso se califica como olas de frío intenso que, en ciertos lugares de los andes, llegan a 28° o 30° C bajo cero. Desde la óptica de los campesinos, las heladas se han reducido en intensidad, en contraste con las alteraciones en la estacionalidad de sus manifestaciones diurnas y nocturnas. En todas estas comunidades, los campesinos señalan que las heladas no son tan fuertes como antes, pero todos comparten que ellas se vienen presentando en otros meses del año que no ocurrían, con contrastes diarios más bruscos. La reducción de la intensidad y duración de las heladas, ha venido cuestionando las perspectivas de riesgo conocidas y algunas estrategias socioculturales campesinas. Al menos en Pomacocha y en Huacullo, los campesinos indígenas señalan que, desde entonces, ya no pueden completar, como siempre lo han hecho, el proceso de deshidratación de los tubérculos andinos convirtiéndolos en ch’uño y moraya para darles un almacenamiento prolongado. Esto ha tenido repercusiones en la dieta diaria, pero también en la disponibilidad del producto para trocarlos con los agricultores situados en pisos ecológicos más bajos. En Pomacocha, después de que la producción de papas comerciales en las partes bajas y altas no alcanzó los resultados esperados por la población, se volvió a retomar la siembra de la waña (una variedad de papa amarga) con el apoyo eventual de la Municipalidad del distrito, pero la imprevisibilidad de la frecuencia de las heladas ha vuelto a poner en aprietos esa pretensión en los últimos años. Esta situación obliga a los campesinos a hacer modificaciones en la siembra, arriesgar en pequeñas proporciones y diversificar la producción, almacenar semillas o acoger la ayuda institucional externa y preservar las relaciones de parentesco y reciprocidad para organizar socialmente el acceso a recursos. Por otro lado, los interlocutores de algunas comunidades principalmente agrícolas con pastoralismo complementario (Piuray-Ccorimarca), exclusivamente pastoriles (Phinaya y Siwina Sallma) o predominantemente pastoriles (Huacrahuacho), señalan que las heladas se alternan con fuertes incrementos de temperatura en rangos diarios que ponen en mayores aprietos a la población local. En Tauca, Cuper y Umasbamba, la gente indica que el calor de hoy equivale a dos días calurosos de ayer y que el trabajo, 379
Ver: base de datos de “Desinventar” 2000 al 2009
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en efecto, se ha intensificado. En ambas zonas, la gente dice que demasiada radiación solar no favorece un secado normal de productos agrícolas como habas, ocas, chuño, maíz, etc. Si hay jóvenes que señalan que esta situación es inédita, hay personas de mayor edad que suscriben que el estado de cosas actual no es sino el retorno de situaciones pasadas que se repiten, como lo registran los mitos de origen. Unos consideran que esta situación es conocida y otros afirman, por el contrario, que no tiene precedentes. Estas formas diferenciadas de apreciar los cambios influyen en las estrategias heterogéneas de todos los afectados, pero también en las prácticas sociales compartidas. En consonancia con ello, en las tres comunidades de la microcuenca de PiurayCcorimarca, la gente reporta, desde hace más de 5 años, una subida en el umbral altitudinal de los “límites efectivos de producción” de cultivos como el maíz [sara] (un cultivo muy apreciado no sólo por su contribución en la dieta diaria, sino porque desde tiempos remotos ha estado teñido de un valor simbólico para el conjunto del campesinado de alta montaña). Al mismo tiempo, la gente asocia estos cambios con los diferentes grados de uso y erosión de suelos, la distribución del agua, las condiciones topográficas y la reforestación. Hay comportamientos antropogénicos locales que modelan la naturaleza de una forma compleja. Estos procesos confunden o contradicen que el cambio referido obedezca exclusivamente a irregularidades en las fluctuaciones climáticas. Aún cuando resulte difícil identificar los factores que están detrás de la subida de los límites efectivos de temperatura que permiten la producción del maíz, lo cierto es que la posibilidad de poder cultivar maíz produce es aún bastante modesta en algunos campos de cultivo de Tauca como para relacionarla con el cambio climático, y no más bien con los cambios antropogénicos en el paisaje local y las estrategias de experimentación que son comunes en comunidades campesinas. Sin embargo, estos cambios han ido acompañados de presiones biológicas que atentan también contra los cultivos. En Piuray-Ccorimarca, la gente reporta la aparición reciente de especies tropicales como el cuculí. Los estudios a este respecto son bastante escasos en la zona, pero los campesinos encuentran aquí amenazas que no han sido registradas antes. Los desplazamientos o migraciones de estas especies a estas zonas podrían ser expresiones de los impactos del cambio climático sobre la biota terrestre, pero los indicios en la zona aún son bastante modestos como para hacer afirmaciones tan contundentes. En todas estas zonas, la gente señala que el retroceso del glaciar, debido a su alta sensibilidad, es uno de los indicadores más visibles que la población tiene a mano para calibrar el estado de las temperaturas y la época que atraviesa la sociedad. En Piuray-Ccorimarca, el glaciar es visto como regulador del tiempo que establece relaciones de reciprocidad con una red de eventos climáticos. Sirve, por lo tanto, para regular básicamente el clima en su conjunto, o para ofrecerle a los hombres y mujeres del ande señales del tiempo. Desde la óptica de los campesinos de esta zona, la situación de los glaciares no agudiza la vulnerabilidad de la población local, porque no provee de agua a la población como lo hacen directamente las lluvias. Los cambios en los regímenes pluviales tienen más relevancia en comunidades agrícolas con pastoralismo complementario que en sociedades pastoriles. El glaciar permite ponderar la situación crítica de la humanidad en un sentido universal, mas no plantea en sí mismo un problema en términos de acceso a recursos. En comunidades pastoriles como Phinaya, Siwina-Sallma y Huacrahuacho, el significado que se le atribuye al glaciar también está asociado con la posibilidad de calibrar el tiempo en un sentido global, pero su retraimiento está empeorando también la escasez de agua y, por consiguiente, las condiciones de existencia de sus pastos y rebaños en particular.
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Eso ha generado preocupaciones y presagios sobre posibles conflictos en el futuro. La reducción de bofedales que afecta a camélidos domésticos (llamas y alpacas) y silvestres (vicuñas) se asocia con este procesos, pero también con las dinámicas propias de la topografía del suelo. Los pastores de altura de la región de Cusco asumen, por lo tanto, que el retroceso del glaciar es un acontecimiento que reparte peligros para todos en igual o en menor grado, pero que son ellos los afectados más inmediatos al vivir pendientes de los nevados. Sin embargo, en el caso particular de Phinaya, las interpretaciones de esos acontecimientos cambian con el sujeto social. Los propietarios ponderan esos cambios en sus activos naturales en términos de costos-beneficios; los pastores y comuneros, en cambio, están preocupados por su identidad étnica y su bienestar social. Aún así, todos los interlocutores sugieren que la desglaciación no es algo que merezca tanta atención o preocupación como la totalidad de riesgos que amenazan su vida diaria. Ellos no aíslan este hecho de los diversos comportamientos naturales para medir el grado en que serán afectados. Heladas, nevadas y sequías son algunos de los más importantes estresantes climáticos que preocupan tanto como la disponibilidad de agua en el futuro en las comunidades pastoriles, y estos procesos conjuntamente las lluvias torrenciales y las granizadas son los que más preocupan a las comunidades agrícolas con pastoralismo complementario. Sobrevalorar un acontecimiento climático perceptible como el retraimiento de los glaciares y la disponibilidad de un recurso como el agua, podría invisibilizar el modo en que están encadenados a una serie de procesos naturales cuyos cambios no siempre son visibles ni fácilmente discernibles en las diferentes comunidades. En un sentido integral, la vulnerabilidad de la población rural no es algo que pase por aquello que la afecta de modo más visible con ocasión del comienzo del cambio climático, sino por el set de amenazas naturales que ellos han tenido que enfrentar desde hace mucho tiempo atrás, aún cuando no hayan sido igualmente visibles para la acción política. En ese contexto, es compartida la interpretación a nivel local de que las precipitaciones pluviales han cambiado, como es más notorio en Piuray-Ccorimarca y Huacrahuacho. Los campesinos hacen referencia a las variaciones en las precipitaciones y no a los promedios de precipitaciones. Las lluvias se inician con retraso en comparación con décadas atrás. También se producen episodios cortos y muy intensos de lluvias, seguidos luego de varios días o semanas de ausencia de lluvia. Ellos reconocen el efecto que tienen las lluvias intensas en la generación huaycos, deslizamientos de laderas y caída de taludes, causando daños sobre terrenos de cultivo e infraestructuras productivas. Estos acontecimientos tienen precedentes en el pasado, pero no con la magnitud e intensidad con que se presentan en la actualidad. La lluvia atrasada retrasa, a su vez, la época de siembra, y también limita la posibilidad de tener cultivos largos. Los campesinos se resisten a trabajar la tierra en las épocas de grandes precipitaciones e inmediatamente después de ellas. En espacios con climas semi-áridos, estos sucesos representan un desafío para su orientación productiva, su seguridad alimentaria y sus conocimientos locales de predictibilidad climática. El exceso de lluvia, concentrada en poco tiempo, tiene efectos dañinos para la ganadería y la agricultura. Eso produce cambios bruscos dentro de la estación húmeda, la época cuyas temperaturas suelen ser más benignas para el ganado, al permitir el empadre, la aparición, el destete y la esquila en el caso de los camélidos, así la mayor provisión de leche y derivados en el caso de los vacunos. Estos procesos se ven afectados por la proliferación de enfermedades en el ganado cuando las precipitaciones pluviales son muy intensas y continuas. Las lluvias torrenciales también malogran las plantas de manera directa, favoreciendo un exceso de humedad que se convierte en el caldo de cultivo para la proliferación de hongos [rancha],
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insectos y otras plagas en cultivos como la papa [papa kuru], la oca y el trigo. No obstante, al menos en Piuray-Ccorimarca, hay diversas interpretaciones asociadas con la proliferación de plagas. Una de ellas dice que la plaga viene con la semilla nueva de papa comercial o nativa que ha sido comprada o adquirido con trueque en otras partes; otra interpretación señala que las plagas permanecen en el suelo durante un largo tiempo y se activan cuando se instala un determinado cultivo; otros, por el contrario, señalan que las plagas son provocadas por el uso excesivo de agroquímicos, al eliminar ciertos reguladores biológicos como los anfibios (sapos), mientras que otros refutan eso y dicen que las plagas se debe al hecho de no aplicar agroquímicos. No hay, pues, consenso sobre por qué se producen las plagas: hay una constelación de diversos puntos de vista sobre la aparición de las plagas. Antes que contradecirse, todas parecen encadenar procesos que no se pueden comprender por separado, obligando a combinar en el análisis las relaciones entre amenazas naturales y prácticas sociales en los territorios de estas comunidades. Eso complejiza más los factores que producen o propician vulnerabilidades e igualmente las estrategias que las reducen o las incrementan. Los campesinos de todas estas zonas, que dependen de los recursos naturales tanto como de los tiempos oportunos e inoportunos, insisten que las sequías recientes no han tenido repercusiones en el advenimiento de hambrunas como las que padecieron en el pasado. Señalan que en las hambrunas ocurridas hace décadas ejercieron influencia las sequías y nevadas intensas que se prolongaron por semanas y meses, afectando tanto como la dieta de nutricional, los recursos disponibles en las despensas, los derechos de acceso a recursos y las relaciones sociales que determinan la distribución de los mismos. Ellos tuvieron que recurrir a las relaciones de reciprocidad con pares culturales de otras zonas de la provincia o de provincias y regiones vecinas para acceder a recursos e iniciar una recuperación que les tomó varios años. Sin embargo, que las diversas situaciones no hayan llevado a hambrunas en tiempos recientes en las zonas de estudio, no significa que se haya reducido el riesgo de sufrirlas en el futuro. De hecho, existen vulnerabilidades y, aunque en en menor escala, diversas familias de la región padecen continuamente los efectos del déficit de lluvia, los huaicos, la erosión, las granizadas, las nevadas y las heladas. La vulnerabilidad se manifiesta al ocurrir una amenaza que puede ser o no extraordinaria, es una situación socio-ambiental cotidiana, y no anormal, en las zonas de alta montaña. Aun cuando todos estos impactos son perceptibles de manera espacialmente diferenciada, los campesinos de cada comunidad hacen una lectura de las manifestaciones de estos impactos no sólo dentro del territorio de la comunidad, sino desde una perspectiva territorial que atraviesa a todas las comunidades de la microcuencas, a comunidades vecinas de todo el distrito, la provincia y la región, y al grupo social campesino en su conjunto. En efecto, las relaciones de parentesco e intercambio, la historia local y las dinámicas territoriales locales, configuran una tupida red social y espacial que trasciende el territorio comunal, el comprendido como microcuenca y los que forman parte del distrito, provincia y región. Eso explica también por qué el modelo cultural de cuenca no es relevante en Huacrahuacho, donde las comunidades de Huarcachapi y Khana Hanansaya cuentan con importantes zonas de producción que semejan al piso “qeshwa” en ámbitos territoriales que llegan hasta la laguna Langui-Layo, y que a veces opera como la “despensa de muchas comunidades”. Tampoco el concepto de microcuenca es socialmente eficaz en PiurayCcorimarca, donde existe un comité encargado de su gestión, el cual utiliza estratégicamente esa denominación para defender los territorios y los intereses de las comunidades miembros. Es sobre esta extensión territorial local y extra-local que se asientan las significaciones imaginarias atribuidas a los impactos de la variabilidad climática y su inicial agudización sobre sus medios de vida. En ese sentido, la
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población local no juzga sus condiciones de vulnerabilidad únicamente en el marco de un modelo territorial circunscrito a la comunidad, a la cuenca y al marco oficial, sino desde un modelo territorial andino de gran escala. Finalmente, ellos interpretan estos cambios un poco más o muy lejos del reduccionismo fisicalista, naturalista o economicista. Si bien pueden incorporar imágenes de la naturaleza que corresponden con discursos catastróficos procedentes de las religiones universales o incluso de la propia ciencia, estos paradigmas interpretativos no sólo entran en tensión y conflicto con los paradigmas culturales locales o tradicionales, sino que producen desequilibrio e inseguridad en estas personas al ver delante de sí una multiplicidad de amenazas naturales y humanas que ponen entredicho su identidad étnica, su bienestar y su paz civil. Estableciendo un gozne entre naturaleza y sociedad, ellos evalúan estas alteraciones en la naturaleza como el reflejo de las alteraciones en la sociedad. Para ellos, lo que la naturaleza le está haciendo a los seres humanos [runakuna] en la actualidad no es sino lo que haría cualquier divinidad que despliega su furia contra aquellos que no están cumpliendo con su acto moral de reciprocidad. Pero, el hecho de que sean sus pueblos, dependientes de los recursos naturales los más afectados como consecuencia de lo que le han venido haciendo a la naturaleza en primer término otros grupos del mundo entero, entonces los campesinos evalúan que no se están respetando tampoco las condiciones mínimas de reciprocidad entre los pueblos de la sociedad mundial. Su ética de la reciprocidad es la base a partir de la cual juzgan que su vulnerabilidad ante las amenazas naturales depende de lo que le sigan haciendo los hombres a la naturaleza o, vale decir, de lo que un pueblo le siga haciendo a otro. La suerte de la vulnerabilidad entronca así con un problema moral para toda la humanidad: o se respetan los intereses y formas de vida de los otros en forma recíproca, o, siguiendo el camino de un poder unilateral, se explotan las posibilidades de la ventaja de uno mismo a costa de aquellos que son minoría.380 En un contexto de incertidumbres y riesgos, el abordaje de este problema parece ser de mayor trascendencia como “causa de fondo” que reducir el estado de cosas a la “mitigación” y la “adaptación”, dos axiomas presentes en el debate sobre el cambio climático.
c) Cambios tecnológicos y presión de la producción sobre ecosistemas frágiles Los cambios más significativos en los sistemas productivos de las poblaciones de las comunidad de Tauca, Cuper y Umasbamba se relacionan con las dinámicas del mercado y con los cambios en el uso de suelos y cubierta terrestre, a raíz de la cooperación externa del PRONAMACHCS, de ARARIWA y, en menor grado, de la Municipalidad de Chinchero en las últimas décadas. Esta zona también ha sido dinamizada a partir de los 70s, desde que la empresa municipal SEDA-CUSCO, comenzó a extraer agua de la laguna de Piuray para destinarla luego a la creciente población urbana de la ciudad del Cusco. Estos cambios debido al mercado y a la globalización económica también han ocurrido en el mismo período en la microcuenca Huacrahuacho, allí donde intervinieron o aún intervienen la Municipalidad de Kunturkanki, la ONG Kausay, el Gobierno Regional, y donde se espera la intervención del Programa de Adaptación al Cambio Climático (PACC), mientras la empresa chilena EGEMSA, por su lado, empieza a proyectar sus actividades extractivas en LanguiLayo, una laguna que está fuera de la microcuenca, pero a la que llegan los territorios de algunas de comunidades. En Phinaya (y, en cierto sentido, en Siwina Sallma) ha ocurrido una cosa relativamente análoga. Aquí, las iniciativas han estado a cargo del gobierno regional y su Proyecto Especial Regional de Camélidos Sudamericanos (PERCSA), el cual ha tenido una relativa influencia en algunas unidades domésticas 380
Tugenhadt, Ernst (2001) Problemas, Barcelona: Gedisa, p.133
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de Consachapi, uno de los ayllus de Phinaya, y poco éxito en las comunidades de Huacrahuacho que se ve más atraída a priorizar la ganadería vacuna. Asimismo, en Phinaya y Siwina Sallma, los cambios más significativos en los sistemas productivos se asocian con la apertura en la década del 90 de carreteras con propósitos hidroeléctricos y turísticos, y con la ubicación de la lana de vicuña en el mercado mundial debido a la intervención de la organización gubernamental CONACS. En estas sociedades, la ampliación de la frontera agrícola es posible debido al control de pisos ecológicos y la tierra potencial cultivable, y ello permite experimentar con nuevos cultivos en ciertas zonas de producción. En Phinaya, ha habido intentos de introducción de pastos cultivados o cultivos forrajeros, pero con escasos resultados debido a la escasez de agua y las hostilidades climáticas en ciertos períodos del año. Lo mismo ha sucedido en las comunidades predominantemente pastoriles de Huacrahuacho, siendo crítica la situación en las comunidades que se encuentran en la cabecera y mucho más crítica en las que se alejan de ella. Sin embargo, la introducción de nuevos cultivos también sucede por degradación de tierras que se usaban antes. Un caso típico que se repite es ensayar cultivos en espacios más altos, cuya continuidad es relativa a la bondad del suelo y del clima que suelen comprobar los productores. Este es el caso de la comunidad de PiurayCcorimarca en la década de los 90s. La aspiración de los campesinos de colocar excedentes en el mercado para subsidiar también su propio autoconsumo los llevó a adoptar cambios en los cultivos, al introducir la producción intensiva de papas comerciales en las laderas escalonadas y aterrazadas de las zonas bajas. Pero, en condiciones de creciente humedad y eventos extremos, eso condujo a la proliferación de plagas y, subsecuentemente, a la pérdida de cultivos y la erosión de suelos. La situación llegó a tal extremo que las semillas que almacenan muchas unidades domésticas en sus despensas para asegurar su alimentación en todo el año, también se vieron afectadas por hongos y plagas. Ante esa situación, el manejo escalonado de pisos altitudinales en un espacio reducido como el que tienen las comunidades de Piuray-Ccorimarca, hizo posible que los campesinos decidieran producir papas comerciales en las partes bajas, con una intensidad y periodización que no se había visto antes. Sin embargo, los campesinos continuaron preservando su stock de diversidad en las partes altas destinándola fundamentalmente para su autoconsumo. En las comunidades de Tauca, Umasbamba y Cuper, se observa también una propensión mayor por la ganadería por el hecho de que permite reducir los riesgos de la agricultura asociados a amenazas climáticas y aprovisiona de excedentes a lo largo de todo el año. En esta zona, la opción por el ganado vacuno data de la época colonial y, recientemente, ha sufrido cambios importantes desde que diversas familias decidieron introducir razas mejoradas. Desde entonces, realizan el pastoreo en las partes bajas. Este cambio en el uso del suelo obedece también en parte a la disponibilidad de agua debido a la construcción de infraestructuras de riego tecnificado en dichas comunidades y a los estímulos de las intervenciones externas del PRONAMACHCS y Arariwa. Pero, si por un lado el sistema de riego artificial permite subsidiar el pastoreo del ganado vacuno en estas zonas de producción, por el otro ha conducido también a mayores competencias entre campesinos por los recursos, principalmente por una mayor cantidad de agua y pastizales que esas razas demandan. El hecho de que la población disponga de múltiples campos de cultivo en diferentes pisos altitudinales neutraliza en algún sentido la presión de la producción ganadera sobre los recursos, pero el minifundio, el crecimiento poblacional y el acceso heterogéneo a recursos presiona, dispersa y distribuye desigualmente dicha compensación. El ganado mejorado puede reducir la vulnerabilidad por un lado y acrecentarla por el otro. Conscientes de esa contradicción, los campesinos han
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introducido modestamente esas razas sin transferir la prioridad que le asignan al ganado criollo. Esto no tiene una naturaleza estrictamente económica sino cultural, como se observa con claridad en comunidades que se dedican a la crianza de camélidos. En la última década, Phinaya ha sido objeto de las intervenciones del Gobierno Regional para impulsar el mejoramiento de alpacas con reproductores e infraestructuras, las cuales son más vulnerables a las inclemencias del clima y más costosas en cuanto a su producción. En efecto, estos intentos se han visto limitados por las condiciones de los suelos, el clima, el estrés hídrico y la falta de sistemas riego en varias zonas de producción de los pisos de puna, pero también por las preferencias culturales de los campesinos. La población local no se ve persuadida a transformar o sustituir sus activos pecuarios por otros mejorados, porque estiman que el ganado camélido tradicional está altamente adiestrado para vivir en un medio difícil como el que sus ecosistemas imponen al aprovechar las diversas facetas ecológicas, sobre todo en los períodos críticos. Así, las familias sólo han incorporado pocas unidades de alpacas de fibra blanca, y los camélidos de colores siguen constituyendo el grueso de sus rebaños. De esa forma, los campesinos evitan o dispersan los riesgos. Por lo tanto, el cambio tecnológico torna más compleja la vulnerabilidad de la población rural precisamente porque el conflicto cultural adquiere una configuración singular. Mientras las instituciones externas llegan al mundo rural y difunden la intensificación agrícola y el mejoramiento ganadero como estrategias de desarrollo que buscan aumentar los ingresos de los campesinos indígenas, éstos se encuentran en la encrucijada de responder a las exigencias globales del mercado por esos medios y al mismo tiempo a las presiones hostiles de la variabilidad climática.. De esa forma, las intervenciones externas no garantizan el desarrollo rural y los campesinos tampoco producen socialmente sus territorios para convertirse estructuralmente al mercado, sino para subsistir en condiciones difíciles y consagrar su forma de vida. Ellos preservan su identidad étnica sin convertirse sustancialmente al mercado, y cruzan eventualmente las fronteras del mercado desafiando, en menor o mayor dimensión, la construcción social de su identidad étnica.
d) Presión demográfica y migraciones
La expulsión de un significativo número de población rural hacia las ciudades o las tierras marginales ha permitido dispersar el riesgo de la presión demográfica local sobre los recursos, y ha constituido una respuesta a la marginación socioeconómica. Los migrantes salen en busca de otros medios de vida en las ciudades o en las tierras marginales de la ceja de selva. En Piuray-Ccorimarca y en Huacrahuacho, estos procesos han sido continuos en las últimas cinco décadas. Pero, la migración principalmente de población joven ha reducido la disponibilidad de fuerza de trabajo que los campesinos necesitan maximizar cada año para cumplir con todos sus ciclos productivos. Las remesas de dinero y de bienes de los migrantes atenuan en cierta medida la situación en comunidades agro-pastoriles, permitiéndoles a las familias disponer de recursos para alquilar mano de obra, pero eso no cubre completamente la necesidad de disponer de ese recurso durante todo el año, sino por momentos cruciales del ciclo productivo. En tales circunstancias, las personas de mayor edad y las mujeres son las más vulnerables y las que terminan asumiendo esos riesgos. La emigración similar aunque menos fluída en comunidades pastoriles como Phinaya y Siwina Sallma, en la provincia de Canchis.
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En ese sentido, las migraciones pueden servir para que ciertas familias reduzcan sus condiciones de vulnerabilidad individual, en un sentido, y lo agudicen, en otro. A su vez, dadas las interdependencias entre las familias que los campesinos consagran como una condición altamente eficaz para la producción en las difíciles condiciones de las altas montañas, la ausencia de población joven crea cierto desequilibrio, sobretodo en el ejercicio del Aynbi, que es parte de su cultura, que no es posible compensar totalmente. Pero, a gran escala, lo que eso representa es una competencia entre la demanda de fuerza joven de trabajo a nivel local y la demanda de mano de obra barata en la ciudad. En razón de que estas estrategias de nomadismo o transhumancia laboral de mayor escala están caracterizadas por el riesgo y la incertidumbre, los migrantes no descartan la posibilidad de volver a la comunidad para reducir su vulnerabilidad, porque lejos de la tierra natal el acceso inmediato a los recursos no pasa por el trabajo asalariado. El ciclo se repite una y otra vez si la migración es estacional o por un período corto. Eso significa que aún cuando la gente presenta condiciones de vulnerabilidad en el campo puede compensarlas viajando a la ciudad y soportando condiciones de vida que son harto difíciles e inciertas, y viceversa. De otro lado, los migrantes de zonas altoandinas incrementan las vulnerabilidades de las tierras frágiles del piedemonte amazónico y de los pueblos de bosque y de río, en la medida que ocupan esos territorios y realizan actividades de deforestación, cultivo y ganadería, para las cuales no tiene capacidad de soporte el suelo. La lucha por la subsistencia adquiere características diferenciadas entre diversas familias retando también las tradiciones e identidades locales, así como el ejercicio de las libertades básicas en otro lugar. Pero detrás de ello, el conflicto cultural hace posible que los campesinos experimenten esa tensión estructural dinámica entre preservar su arraigo a la naturaleza y su identidad étnica y ensayar la posibilidad de desarraigarse y explorar otros modelos de vida. En un contexto de cambio climático, cabe la posibilidad de que estos procesos continúen, se recreen o se transformen, poniendo en entredicho en varios sentidos la vulnerabilidad de la población rural.
e) Marginación socioeconómica, competencias territoriales y conflictos socioambientales
La vulnerabilidad depende, pues, de la estratificación social y el posicionamiento socioeconómico y cultural de un grupo o estamento social determinado en contextos locales y mundiales. Esto significa que el reparto y la distribución de derechos y bienes (que varía entre sociedades, regiones, sectores sociales, comunidades, unidades domesticas e individuos) influyen mucho en el impacto que las amenazas naturales producen sobre una población. Si no existen condiciones seguras, un menor acceso a recursos (conocimientos, bienes económicos y sociales, derechos, fuerza de trabajo y redes sociales, etc.) crea condiciones que favorecen la vulnerabilidad de la población. En las últimas décadas, las comunidades campesinas de la zona de estudio han experimentado grandes cambios que han ido redefiniendo su lugar en la distribución de derechos, bienes y recursos en el marco de la sociedad mayor. Diversos estudios han mostrado que la producción campesina no ha sido relevante en los diversos ciclos económicos del Perú a lo largo del siglo XX. Con las reformas neoliberales, apareció la consideración de que la producción campesina era disfuncional o que su economía era inviable porque no pasaba la prueba de eficiencia del mercado, sin otra opción que reformarse o, en el peor de los casos, migrar o desaparecer. En efecto, las políticas se orientaron a liberalizar el acceso a los recursos naturales, a promover la penetración de la industria extractiva en esas tierras marginales, a acentuar la pobreza como un estigma o atributo de los campesinos, a
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considerarlos como socios de los programas de desarrollo con financiamiento externo y a promover su participación como actores del desarrollo local en el marco de los procesos de descentralización. En este lapso de tiempo, los hombres y mujeres pasaron de ser considerados indios a campesinos y de éstos a pobres o indigentes. Entretanto, mientras el estado fue tomando paulatinamente distancia de la economía y de su apoyo a la agricultura y la ganadería en las altas montañas, las intervenciones privadas o bien se convirtieron en unas de las pocas vías para replantear los modos de subsistencia rural o en nuevas amenazas a sus territorios y formas de vida. Pero, en la medida que las poblaciones campesino-indígenas tienen menos libertad respecto de sus territorios en un sentido general, y de los recursos naturales (agua, tierras, etc.) en un sentido más restringido, y adquiere un mayor poder el estado y las fuerzas del mercado, entonces se producen dos inevitables consecuencias. En primer lugar, se margina o invisibiliza la producción local del territorio y sus significaciones imaginarias sociales (lugares sagrados, constelaciones territoriales tradicionales, control de pisos ecológicos y zonas de producción, etc.) y, en segundo lugar, se empeora la situación de las poblaciones que habitan en tierras marginales y dependen de los recursos naturales. El conflicto cultural se traduce así en marginación social y política de las territorialidades rurales y sus logros culturales, desequilibrando las relaciones de reciprocidad y equidad entre comunidades étnicas, estado y sociedad moderna. Cuando es así, entonces se produce mayor vulnerabilidad en la población y se afecta su paz civil porque, en cierto sentido, se le sustrae las bases materiales y socioculturales con que cuenta o puede contar para darle la vuelta a una situación de impredecibles consecuencias en el largo plazo como el cambio climático. Cuando, en cambio, eso se asegura, entonces la gente puede hallarse menos vulnerable frente al cambio climático, y menos desarmada frente a otras amenazas extra-climáticas que podrían potenciar o confundir presumiblemente los impactos del primero y hacer proliferar diversos conflictos socio-ambientales. Las comunidades campesinas de la región se encuentran con ese problema desde que diversos archipiélagos extractivos por empresas mineras e hidroeléctricas irrumpieron en sus espacios, alterando la relación que ellas tienen con sus territorios y produciendo, por tanto, diversos conflictos socio-ambientales. En la región de Cusco, la minería por ahora está concentrada en la provincia de Espinar, mientras que en los ámbitos de las comunidades que hemos estudiado sólo Phinaya y Siwina Sallma reportan la presencia de actores desconocidos interesados en abrir ese frente en algún momento. La mayor amenaza que ellas experimentan es la producida por diversas empresas hidroeléctricas que buscan el control de lagunas para aprovisionar de agua a miles de consumidores de las ciudades de la región. Eso ha llevado a competencias territoriales profundas que condujeron a conflictos entre las comunidades de Piuray-Ccorimarca, la empresa SEDA-Cusco y la Municipalidad de Chinchero, así como a conflictos análogos entre la empresa EGEMSA y las comunidades de Phinaya y Siwina Sallma, en Canchis. En este último caso, el conflicto adquirió dimensiones provinciales entre el 2008 y el 2009 con ocasión de un controvertido proyecto hidroeléctrico en Pucará que confrontó a comunidades, gobiernos locales y gobierno central en la ciudad de Sicuani. En todos estos casos, asistimos a la presencia de más usuarios y actores en las zonas rurales que han comenzado a transformar profundamente las territorialidades locales y a competir eventualmente por los recursos. En la última década, el turismo ha tenido un crecimiento exponencial en la región Cusco que no ha sido proporcional a los indicadores “oficiales” de la pobreza. Su crecimiento, por lo tanto, no ha corrido parejo con la distribución social de sus beneficios y la reducción de sus riesgos e incertidumbres para las comunidades locales. Phinaya y Siwina Sallma, situadas en el eje Sicuani-Marcapata, ha estado
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relativamente marginada de esa actividad y la microcuenca de Huacrahuacho mucho más. Por el contrario, en el valle sagrado y en el trayecto hacia Machu Picchu, se ha buscado ordenar esta actividad en los últimos años con un nuevo marco ecológico y laboral después de inconmensurables costos ambientales y sociales de décadas atrás. Pero, con esa misma fuerza, se ha alterado también las dinámicas territoriales tradicionales y las comunidades han comenzado a competir entre sí por los recursos que produce un sector altamente sensible a cualquier cambio. En Tauca, Umasbamba y Cuper, algunos campesinos participan en este sector como porteadores, como vendedores de artesanías y, recientemente, como receptores de visitas o pasantías de turistas. Como una actividad que complementa la producción agropecuaria, las mujeres campesinas también han ido ingresando parcial o modestamente a este mercado laboral. Sin embargo, al lado de las exigencias que imponen las actividades productivas tradicionales, el trabajo como porteador se ha convertido en un recurso habitual para pocas familias y en una actividad que ha perdido valor humano para otras muchas, mientras que el controvertido proyecto del Aeropuerto en el distrito de Chinchero ha producido una mayor inseguridad en la población, obligándola a replantearse, como última opción, el problema de la seguridad jurídica de la propiedad y la viabilidad de su forma de vida en el futuro. Pese a ello, estas transformaciones territoriales no han cancelado las territorialidades rurales que los campesinos consagran desde tiempos remotos. Ferias locales como las de Chinchero, Sicuani y el Descanso son estrategias de acceso a recursos que han continuado siendo vigentes para las poblaciones campesino-indígenas de la región, pese a pasar desapercibidas por los circuitos territoriales abiertos por la modernización y los marcos oficiales. Desde una perspectiva diferenciada del territorio andino, las comunidades no han estado pues aisladas ni incomunicadas, sino que han mantenido una estrecha relación entre sí, consagrando reciprocidades, lealtades y diversas formas de cooperación y solidaridad social para afrontar los desafíos del macizo montañoso, así como las presiones globales. Así como existen competencias por los recursos y zonas de producción entre pastores, propietarios y comuneros, también es posible encontrar formas de cooperación social entre todos estos sujetos sociales para afrontar la adversidad sobre todo en las hostiles condiciones ecológicas de las sociedades pastoriles. En general, son estas luchas por la subsistencia en Chinchero, Phinaya y Huacrahuacho las que han permitido que los campesinos se posicionen dinámicamente frente a los cambios de la naturaleza y la sociedad. Es por medio de la eficacia social de esas constelaciones sociales entre diversos nichos ecológicos que las comunidades reducen su vulnerabilidad.
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CAPÍTULO VII Procesos sociales a futuro en el marco del Cambio Climático Gerardo Damonte y Adhemir Flores Moreno
Existe un consenso en la comunidad científica sobre la existencia de un proceso de variabilidad y cambio climático, en el cual estamos inmersos, que afecta y afectará el planeta por un periodo indeterminado, pero en particular a la región andina. Las predicciones sobre la naturaleza de este cambio en la región andina nos hablan de un aumento paulatino de la temperatura promedio, una mayor variabilidad en los volúmenes y estacionalidad de las precipitaciones, así como una mayor frecuencia de eventos extremos en períodos largos. Sin embargo, con excepción de la subida de temperatura, los científicos no pueden predecir todavía con exactitud la magnitud y direccionalidad de los cambios en los eventos climáticos extremos y la disponibilidad de los recursos. A lo sumo, se trata básicamente de indicios que, a su vez, son difíciles de comprobar o refutar por la gente corriente en su vida cotidiana en el corto plazo. Así, lo primero que debemos tener en cuenta es que los eventos y procesos de variabilidad y cambio climático desde un punto científico aun son en gran medida inciertos. Asimismo, debemos tener en cuenta que los eventos ambientales que conceptualizamos como parte de la variabilidad climática y sus cambios al momento de su ocurrencia, se integran a otros múltiples procesos sociales en curso. Los procesos de cambio climático, en gran medida inciertos, se insertan en dinámicas sociales particulares adquiriendo sentidos específicos en cada lugar. En tal sentido, podemos señalar que el cambio climático está relacionado también, y principalmente, con la sociedad y la pluralidad sociocultural que la compone. Los efectos del cambio y la variabilidad climática pueden ser mitigados o potenciados dependiendo del espacio social en el que ocurre y del modelo cultural con que se interpreten. Por ello, para tener una mejor idea sobre estrategias de adaptación a la variabilidad climática y al cambio climático debemos, primero, entender los procesos sociales en curso en las áreas de intervención, teniendo en cuenta la pluralidad de actores y formas de vida. El presente capítulo hace un análisis de los procesos sociales en curso que consideramos pueden afectar el impacto de los eventos de cambio climático y variabilidad climática en el ámbito de estudio dentro de los límites especulativos que nos imponen tanto las incertidumbres ambientales como sociales. El capítulo comienza con un análisis a nivel regional con el fin de ofrecer un boceto de los procesos generales identificados en Cusco. Luego, en este marco, se aborda el análisis a nivel de las comunidades estudiadas. 1. Nivel Regional
2 En la región Cusco de observa un impulso desarrollista que busca priorizar algunos sectores: turismo, energía, comercio, agricultura-ganadería con el fin de lograr un crecimiento económico mayor. Este impulso está liderado por el gobierno regional,
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gracias a una mayor renta estatal, y un conjunto de ONGs de desarrollo, traduciéndose en una mayor presencia desarrollista pública y privada. Este empuje en proyectos e infraestructura busca, en la gran mayoría de los casos, que la población rural aumente su producción y generación de ingresos desde una lógica de inserción al mercado. En este sentido, podemos definir al menos tres tipos de proyectos desarrollistas. El primer lugar, tenemos el desarrollo “clásico”, es decir, aquellos proyectos que buscan la introducción de especies más rentables en términos mercantiles. La papa mejorada y ganado mejorado son ejemplos de este tipo de intervención desarrollista que se popularizó a partir de la revolución verde a mediados del siglo XX. En segundo lugar, tenemos el desarrollo “ambiental” que prioriza la sostenibilidad de la intervención. Este tipo de desarrollo surge de la crítica al esquema desarrollista clásico, proponiendo una agricultura orgánica o ambientalmente más amigable. La promoción de cultivos biodiversos (como papas nativas) con valor “orgánico” agregado en el mercado es un ejemplo de este tipo de proyectos que generalmente se asocian a ONGs con financiamiento externo. El tercer tipo de desarrollo es el de “rescate” que busca la reintroducción de técnicas ancestrales de producción. La recuperación de andenerías es un ejemplo de este tipo de proyectos. Aunque se trata de técnicas desarrolladas en sociedades no modernas, su carácter desarrollista de mercado se evidencia en sus objetivos actuales: generación de excedente agrícola y de espacios de atracción para la industria turística. En todos los casos, el desarrollo está ligado a crecimientos económicos sectoriales y obras de infraestructura. El impulso al sector turismo y la construcción de la carretera inter-oceánica son dos ejemplos de los vehículos de desarrollo priorizados actualmente. En general, la actividad turística tiene un crecimiento sostenido durante la última década381. Así, el PBI del Cusco, nutrido de forma importante por el turismo, creció entre 1991 y 2009 poco más de 70%382. Entre 2005 y 2009, asimismo, el flujo de turistas en el Aeropuerto Velasco Astete de Cusco creció un 56%383. Este despliegue de actividad económica se distribuyó entre los destinos que ofrece la región, con la predominancia de Machu Picchu, que entre 2004 y 2009 vio incrementado el número de visitas en un 39%384. La concurrencia a Moray, por ejemplo, sitio arqueológico articulado al circuito turístico que incluye Chinchero y el Valle Sagrado, aumentó en un 147% entre 2005 y 2009. La inversión en este rubro también recibió nuevos incentivos, mediante iniciativas privadas y públicas385. Este impulso, a su vez, ha planteado nuevos niveles de promoción de la actividad turística en el exterior386, la habilitación de nueva infraestructura, como el Aeropuerto de Chinchero387, e instalado la convicción de distribuir la oferta turística en otros destinos al interior de la región388, a través de distintas modalidades, como el turismo de aventura, de vivencia, de trabajo social389, etc. Sin embargo, este sector ha provocado también inseguridad y nuevas amenazas para las poblaciones rurales que producen sus territorios allí donde este sector abre
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Solo en los últimos años el país recibió divisas del sector por US$ 9000 millones. Diario El Comercio 29/08/2010. 382 http://perueconomico.com/ediciones/46-2010-jun/articulos/698-cusco-sin-turismo-razones-para-norepetir 383 Ministerio de Comercio Exterior y Turismo - MINCETUR. 384 Ibíd. 385 Entre 2007 y 2013, según la Cámara Nacional de Turismo, se tiene previsto una inversión en el sector de US$ 2000 millones en hoteles en Lima y Cusco. Diario El Comercio 14/06/2010. 386 Por ejemplo, MINCETUR destinó US$ 1.3 millones para la promoción de Cusco como destino turístico en Latinoamérica. Diario Gestión 23/02/2010. 387 Diario Perú 21 20/03/2010. 388 Diario El Comercio 16/02/2010. 389 Plan COPESCO.
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nuevas dinámicas territoriales (cap. VI)390, mientras provincias como Urubamba y Calca han continuado entre las provincias con menor desarrollo humano del país. Adicionalmente, como es conocido, el turismo se produce básicamente en los ámbitos situados en la ciudad del Cuzco y el valle del Vilcanota-Urubamba, mas su despliegue no ha tenido un impacto sustantivo en Phinaya ni mucho menos en la microcuenca de Huacrahuacho, esta última situada dentro de la cuenca del Apurímac. Por otra parte, la construcción de la Carretera Interoceánica se ha constituido en el proyecto de infraestructura vial más importante de la región. La inversión asciende a US$ 1031 millones391 en su totalidad. En la región Cusco la intervención se centra en dos tramos: el que proviene de Abancay a Urcos, y de Urcos a Puente Inambari. En el primero las obras son de afianzamiento del asfaltado, mientras que es el segundo tramo el que ha implicado obras de construcción, modificación y asfaltado. Esta carretera ha consolidado el eje vial de la provincia de Quispicanchi, estableciendo incentivos, por lo pronto, para la movilización de personas y la valorización de tierras392, -además de los impactos inmediatos propios de la obra- estableciendo condiciones para la subordinación de otros circuitos, como el de Sicuani – Marcapata. A nivel regional, se espera el incremento del turismo emitido desde Brasil393 y la instalación de industrias cementeras.394 Sin embargo, cabe señalar que, a diferencia de Apurímac, el gobierno regional Cusco no ha priorizado el sector minero como motor desarrollista hacia el futuro. En Cusco existen 49 proyectos de exploración minera, que ocupan 0.59%. Está implementada la explotación de 15 de estas unidades, ocupando el 0.07% de la región395 . En ese sentido, existe en la esfera pública regional discursos críticos de la actividad minera nutridos por experiencias de impacto y negociación de larga data, como en Espinar396. Estos discursos inciden en el tipo de relación que establecen las empresas con las poblaciones locales, la sensación de arbitrariedad en el desempeño del Estado, la contaminación, la distribución del poder sobre los territorios y la diferencia entre los que ganan y pierden con los riesgos fabricados por el modelo económico vigente. Eventualmente, estos mensajes y las convicciones que estos han generado se plasmaron en políticas públicas regionales, como la prohibición de la actividad en 2009397, y su posterior modificación398. En cualquier caso, el desarrollo propuesto implica un uso más intensivo de los recursos ya escasos. Si a esto sumamos el crecimiento poblacional, tenemos que la presión y competencia sobre recursos vitales como agua y tierra probablemente se incrementará de manera dramática en el futuro. En este contexto, el discurso científico señala que la incertidumbre climática producida por los eventos de cambio y variabilidad climática generales en la región incrementará el estrés social producido por la demanda creciente de recursos, pero los procesos sociales en curso son altamente dinámicos a nivel local y regional como para determinar las características de esa tendencia. Quizá la adaptación pasaría por una improbable desaceleración del impulso desarrollista actual y/o la búsqueda de modelos alternativos de producción que disminuyan de manera radical la demanda por recursos y por consumo per capita, pero también por el reconocimiento de la organización plural de la sociedad y la 390
Copesco 1994; Maxwell 2006, Raymond 2004 http://www.conservation.org.pe/factsheets/interoceanica_sur.PDF 392 http://www.mtc.gob.pe/portal/transportes/asuntos/proyectos/pvis/tramo_2/eisaif/3.0_DESCRIPCION_DEL_PROYECTO.pdf 393 Se habla de 60 000 nuevos visitantes. http://news.machupicchu.com.pe/node/7 394 Diario del Cusco 24/08/2010. 395 Ministerio de Energía y Minas; Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía. 396 De Echave et al, 2009: 125-147. 397 Mediante la Ordenanza Regional N° 065 – 2009. Diario La República 27/03/2010. 398 Diario La República 28/03/2010. 391
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visualización de las relaciones de poder entre modelos culturales que demandan recursos y compiten con otros. En lo que se refiere al conocimiento local se observan dos procesos con tendencias contrarias que se reproducen con ocasión del conflicto cultural que experimentan las poblaciones campesino-indígenas en un contexto de modernización, globalización económica y cambio climático. Por un lado, existe una tendencia a tomar distancia crítica de los sistemas de creencias locales y las perspectivas tradicionales de riesgo y prestar una mayor atención a diversos paradigmas interpretativos de fuente externa (algunos de corte religioso y ambiental) que tienen presencia en las zonas rurales. Pero, el impulso desarrollista orientado a introducir cambios tecnológicos y nuevas técnicas con vista al mercado, no cancela las tradiciones y prácticas sociales indígenas que generan un espacio de seguridad, certidumbre y sentido, pero coexiste con ellas en condiciones de tensión y conflicto, adoptando características heterogéneas en cada sujeto y contexto, sobre todo en un contexto en el que la inseguridad crece al ritmo con que crecen los peligros. Este proceso no es lineal, como ha quedado demostrado en los capítulos previos. Siguiendo los procesos observados, se puede afirmar que las formas de conocimiento local seguirán desarrollándose, en un tenso proceso de tensión, transformación y recreación. Así, lo más probable es que la variación y diversificación de las estrategias de vida, así como la combinación e incorporación de viejos y nuevos saberes, tan particular de los andes, continúe. 2. Nivel Distrital - Comunal 2.1 Comunidades de Tauca, Umasbamba - Cuper
En este ámbito de estudio podemos encontrar cuatro procesos en curso: una fuerte impulso desarrollista que empuja a las comunidades hacia una parcial dependencia mercantil, un proceso que pone énfasis en la ganadería en el marco de su simbiosis agropastoril, un incremento en las tensiones y conflictos por recursos y una preocupación creciente por el clima, el territorio y, en particular, el recurso hídrico. En primer lugar, el impulso de desarrollo mercantil se da a partir de dos modelos de intervención: el clásico y el ambiental. En lo que respecta al desarrollo clásico, las familias campesinas manejan ciclos de producción agrícola, gestionando carteras de productos diferenciadas tanto por su destino como por su disponibilidad en diversas zonas de producción situadas en un espacio vertical comprimido. Hay una tendencia hacia la priorización de la papa producida en las partes bajas para el intercambio en el mercado local y venta en el del Cusco, pero al mismo tiempo muchas familias preservan un stock de diversidad en las partes altas que se destinan al autoconsumo. A decir verdad, hay una dependencia estructural entre los ingresos que se obtienen del mercado y el sustento del autoconsumo. Por otra parte, con ocasión de la intervención del proyecto MIMA-PRONAMACHCS y de Arariwa, se produjo la expansión de cultivos forrajeros en las tierras más aptas de las partes bajas, fortaleciendo la vocación de venta de los productos pecuarios. Esto condujo a reducir muchas áreas con vocación exclusivamente agrícolas, pero ésa es una práctica habitual dentro de las opciones tácitas que tienen los campesinos cuando combinan agricultura y ganadería.
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En lo que respecta al modelo de desarrollo ambiental o verde, intervenciones, como PRONAMACHS y la Asociación ARARIWA, identificaron una serie de productos nativos, ligados a los rasgos de producción de las familias campesinas, y plantearon el ingreso a mercados de valorización ecológica tanto como el autoconsumo. Para esto promovieron desarrollos institucionales plasmados en el Comité de Gestión de la microcuenca Piuray Ccorimarca. La retirada de estas organizaciones ha discontinuado el proceso. Otra asociación de productores, como APROCULTIVOS, ha logrado estabilizar contactos de venta con hoteles cusqueños, ganando márgenes de negociación de precios por papas nativas, pero sus resultados son aún modestos para el grueso de la población distribuida al menos entre las tres comunidades. Se han desplegado también incentivos institucionales para la forestación, apuntando a la gestión sostenida del recurso, la conservación y la venta de madera local y regional. Asociado a este impulso desarrollista, se ha organizado la oferta turística vivencial y cultural en algunas de las comunidades, inscribiendo el servicio en la Red Latinoamericana de Turismo Comunitario para consolidar el acceso a flujos globales de visitantes. Se han puesto en circulación, a la vez, posibilidades de adecuación institucional de la oferta de servicios en expectativa a la construcción del Aeropuerto internacional. Sin embargo, la instalación de incentivos para la producción de ciertos nichos de productos, como los agropecuarios y ecológicos, ha llevado a la ampliación de los márgenes de decisión productiva de las familias campesinas, que siguen operando mecanismos de autosustento alimentario, pero incluyendo en sus comportamientos económicos otras lógicas de obtención de bienes. Así, las prácticas locales no se revitalizan en este escenario pero subsisten. En segundo lugar, el aumento de las tensiones políticas se concentra en la competencia por agua y tierra. A este respecto se pueden identificar dos procesos. Por un lado, el crecimiento poblacional. La población del distrito ha crecido un 20% entre 1981 y 2007. La presión por los recursos –tierra y agua- se instala de acuerdo a la generación de nuevas demandas por la magnitud demográfica y nuevos usos urbanos. Se suma a esto las dificultades de disponibilidad y distribución del recurso hídrico de acuerdo a la provisión de servicios agrarios y urbanos –Cusco-. Por otro lado, las propuestas de desarrollo existentes divergen. Existe una historia de instituciones que promueven usos de recursos –agua y tierra- orientados hacia lógicas de reproducción campesina vinculados al mercado y/o el autosustento, como PRONAMACHS y ARARIWA. A la vez, la operación de provisión de agua a Cusco por parte de SEDACUSCO ha abierto lógicas de manejo del recurso hídrico que, a lo menos, generan competencia entre usos. Una tensión similar se ha instalado por la expectativa de la apertura de un mercado de tierras debido a la posibilidad de construcción del aeropuerto. Esta expectativa agrega incertidumbres al uso de tierras que, de por sí, tiene zonas de transición de uso rural a urbano. Una amenaza adicional para los campesinos representa el proyecto del Aeropuerto. Al igual que la actividad extractiva de SEDA-CUSCO, ellos interpretan este proyecto como una toma de posesión unilateral de sus territorios que los dejará menos armados frente el cambio climático. Mientras las autoridades locales y regionales miran con entusiasmo las ganancias que obtendrá la región con un proyecto de tal magnitud, las comunidades locales se han vuelto a plantear el problema de la seguridad jurídica de la tierra y el agua. Pero lo que para ellos está en juego es primeramente su bienestar y su identidad étnica, y sólo después un estado de cosas material. De allí que la posibilidad de vender tierras en un contexto de mayor inseguridad y menor poder sobre el territorio sea sólo un último recurso.
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Si bien se tiene una creciente preocupación por la escasez de recursos en contextos de cambio climático. Tanto por las experiencias institucionales previas mencionadas, como por la instalación de estas convicciones en la política pública local, la preocupación por el cambio climático y la escasez de recursos se ha nutrido de la incertidumbre por eventos climáticos de variabilidad e intensidad no contempladas, y sus efectos en la producción de la experiencia de las familias campesinas sobre el tema. Pero, los factores sociales y políticos antes descritos parecen tener más repercusión por el modo en que coincidirán con los eventos climáticos extremos, que estos últimos en sí mismos. En cuarto lugar, la creciente competencias por recursos en el contexto de escasez de tierra productiva viene generando dos procesos relacionados. Por un lado, existe una tendencia a la minifundización. La extensión de las parcelas se reduce en cada generación a medida que la población crece. La transferencia de tierra generalmente se da por herencia por lo que la parcela familiar se subdivide. Por otro lado, la tierra alcanza cada vez menos para mantener a las familias campesinas. Por ello, se observan estrategias de diversificación económica, empleo asalariado temporal o permanente en actividades no-agropecuarias y migración permanente a centros urbanos. En consecuencia, el número de individuos de la familia extensa campesina que no depende de la tierra para su subsistencia es cada vez mayor, aunque esto no prefigura un proceso de abandono familiar de la tierra. Por último, debemos mencionar que las comunidades estudiadas pueden ingresar a un rápido proceso de urbanización dada su cercanía a centros urbanos importantes y una doble presión económica: el desarrollo turístico y la construcción de un aeropuerto internacional. Si bien ya se puede apreciar una paulatina urbanización que se traduce, por ejemplo, en cambios en los roles de género en las familias campesinas, es probable que este proceso se acelere en la siguientes décadas, pero aún es incierto el lugar que tendrá la forma de ser de estas comunidades étnicas en estos contextos. En el marco de la problemática climática, esto generaría una mayor demanda de recursos como agua fruto de una densificación poblacional, pero esto oscurece también la viabilidad de una forma de vida que depende de los recursos naturales para existir como tal. 2.2 Comunidad Phinaya En Phinaya, se identifican los siguientes procesos: impulso de desarrollista enfocado en mejoramiento de ganado alpaquero, la coexistencia dinámica entre el trueque y la transacción mercantil como forma de intercambio, una paulatina parcelación de tierras, un debilitamiento de las redes sociales por migración y una creciente competencia y preocupación por el territorio y, en particular, el recurso hídrico. El proceso es más agudo en Siwina Sallma. En primer lugar, el impulso desarrollista en estas comunidades se concentra y creemos se seguirá concentrando, en el desarrollo alpaquero. La comunidad mantiene relaciones con los gobiernos regionales, que impulsan iniciativas de desarrollo, más no así con los gobiernos provinciales y distritales. Phinaya y, más aún, Siwina Sallma se encuentran territorialmente subordinados en el marco del circuito político de toma de decisiones distritales y provinciales. Los vínculos de política pública son más continuos y sostenidos con iniciativas sectoriales de sus gobiernos regionales que con sus gobiernos locales. En términos de proyectos de desarrollo, observamos que la relación de Phinaya con el mercado cambia con el sujeto social que la conforma. Existen al menos tres
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segmentos sociales: los propietarios, los pastores y los comuneros (que pueden incluir individuos de los otros segmentos). Estos grupos se relacionan de manera distinta tanto al mercado como a agentes externos como las agencias de desarrollo y las empresas. Por ejemplo, los comuneros pueden negociar mejor con la empresa por tierras, mientras los propietarios, debido a la mayor disponibilidad de capital natural, tienen más facilidad para integrarse al mercado y a las iniciativas de desarrollo. Pero, los comuneros cuentan con un capital social tradicional y con una organización colectiva que permite acceder a recursos y enfrentar situaciones difíciles de un modo que no ocurre para los propietarios. Los pastores difieren entre sí dentro de esta estratificación social, pero su posicionamiento y su vulnerabilidad pende de su interdependencia relativa con los propietarios. En esta zona, son los pastores el grupo más vulnerable, pero también es posible encontrar pastores que superaron en gran parte ese umbral al convertirse en propietarios, después de haber acumulado rebaños y haber logrado producir excedentes en alguna hacienda. Las iniciativas de desarrollo (cuando existen o como están planteadas actualmente) tienden a acentuar diferencias sociales entre los distintos segmentos sociales de la población local. Teniendo en cuenta estas diferencias, consideramos que la búsqueda - tanto pública como privada – de un desarrollo alpaquero se va a mantener, ampliando o reduciendo las brechas que existen al interior de la estratificación social local. Sin embargo, esta línea de desarrollo tiene una limitante en la oferta de recurso hídrico, pero también en las preferencias culturales de los campesinos dedicados a la ganadería extensiva. El ganado mejorado, además de ser más sensible a cambios climáticos que el criollo, necesita de pastos mejorados que a su vez necesitan más agua que los pastos naturales. Consecuentemente, el desarrollo alpaquero depende de tener acceso a una mayor cantidad de recurso hídrico y áreas de pastoreo. En Phinaya, la oferta hídrica es limitada y desigual entre los diversos sectores y los sujetos sociales; sin embargo, está siendo requerida por proyectos hidroeléctricos en curso. Junto con el desarrollo alpaquero, la región de Cusco está impulsando el desarrollo turístico, energético y minero, aunque con posicionamientos críticos aislados en cuanto a su sostenibilidad y costes sociales por parte de algunos representantes públicos. Esto nos muestra un proceso complejo de superposición territorial de proyectos de desarrollo sin cancelar las territorialidades rurales pre-existentes. Por un lado, se busca un desarrollo ganadero alpaquero con mejoramiento de ganado y mayor inserción al mercado. Por el otro, se impulsa el desarrollo de grandes proyectos energéticos y mineros. Se considera que la infraestructura vial que se construye con los grandes proyectos facilitará la conectividad de las familias alpaqueras al mercado creando sinergias o promoverá el turismo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la infraestructura a construirse para fines energético-mineros responde a las necesidades de dichos proyectos, no necesariamente conecta mercados regionales y pocas veces es compatible con las expectativas de vida de la población. Asimismo, los proyectos demandan y usan gran cantidad de agua, recurso escaso en las partes altas, más aun en contextos de los fenómenos climáticos actuales. Estas condiciones dan fuertes razones a los phinayenses y siwino sallmeños para seguir consagrando dinámicas territoriales tradicionales definidas por relaciones de reciprocidad e intercambio que se producen a un relativo margen o a pesar de los circuitos territoriales abiertos por la modernización y las políticas oficiales. Por lo mismo, es común observar en esta zona que ciertos sujetos sociales suelen efectuar entre abril y junio viajes con recuas de llamas para efectuar intercambios tradicionales y mixtos en Marcapata, o suelen usar transporte moderno para hacer lo propio en la feria semanal de Sicuani, un mercado que, como el de Chinchero, reúne a comunidades especializadas en ciertos productos de la cuenca del Vilcanota. Estas
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constelaciones territoriales que conectan a diversos pueblos del ande, permitiéndoles confirmar reciprocidades e identidades colectivas, son versiones particulares de control indirecto de pisos ecológicos que las comunidades alto andinas han consagrado desde tiempo inmemorial. Así, las dinámicas territoriales producidas por el impulso ganadero-alpaquero no necesariamente se condicen y, de no mediar políticas públicas que efectivamente articulen estas líneas de desarrollo, lo más probable es que entren en tensión y conflicto. Un segundo proceso se refiere a la coexistencia estructural entre esferas de producción e intercambio. La construcción de vías de comunicación estableció incentivos a la dinamización de la venta de fibras, con intercambios mercantiles de mayor frecuencia. En el caso de Phinaya, los comuneros venden sus fibras de lana a la empresa Texao y los propietarios a Inkatop. En el primer caso, buena parte de los procesos de producción e intercambio ocurren dentro de una esfera no mercantil; en el segundo, tienden a priorizar la transacción comercial. Un tercer proceso se refiere a la parcelación de las tierras. En Phinaya, el manejo de las parcelas y el pastoreo sigue dos lógicas: la comunal –sectorial y la privada. Difieren en que, para la planificación de ciertas labores de pastoreo –que incluyen mecanismos coordinados y recíprocos de organización laboral, como la mink’a-, las instancias colectivas son dirimentes. La especialización de pastizales para cabezas de ganado comunales es también un rasgo distintivo. La parcelación y cercamiento identifica a los pastos manejados por propietarios, por familias comuneras, los sectores y la comunidad. Un cuarto proceso se refiere a las presiones de las migraciones urbano-rurales. A pesar de las iniciativas de desarrollo en curso, existe una cantidad importante de individuos que decide migrar temporal o permanentemente en busca de otras fuentes de ingreso. Este es un fenómeno común en las zonas rurales andinas; sin embargo, en el caso de estas comunidades pastoriles los migrantes no mantienen relaciones fluidas con su comunidad de origen lo que se manifiesta en la poca importancia que tienen las remesas. Los migrantes rara vez visitan a sus parientes y en general no intercambian productos. Probablemente, esto se deba a la condición alejada de las comunidades de altura. En todo caso, si bien este hecho debilita las redes sociales campesinas extra-locales afectando este recurso social tan importante en la sociedad andina, las redes sociales locales que ellos consagran en diversos pisos ecológicos siguen sirviendo de contrapeso cultural a estos flujos sociales dinámicos. Por último, en ambos casos se ha observado una creciente preocupación por el recurso hídrico, la cual se manifiesta en dos niveles. En un primer nivel económico, la población local entiende que existe una competencia entre varios actores: comunidades e hidroeléctrica por un recurso cada vez más escaso. La minería se comienza aproximar como una amenaza aún incierta en el futuro desde que personajes desconocidos visitan la zona para ubicar a algunos propietarios y comunicarles sus intereses extractivos. Ambas preocupaciones son compartidas por las distintas comunidades de la provincia de Canchis, como lo muestran los conflictos socio-ambientales producidos entre el 2008 y el 2009 en Sicuani. La zona tiene como antecedente una serie de conflictos que pueden volver activarse en el futuro. En un segundo nivel cultural, existe una preocupación por el retroceso de los glaciares y espejos de agua así como el agua de las lluvias como fuentes de vida, en toda la extensión de la palabra. En Phinaya y Siwina Sallma, encontramos modelos culturales socialmente eficaces del glaciar y del clima como una constelación o interconexión de
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eventos dinámicos y dispersos en un tiempo y tiempo indivisiblemente unidos a él. Es difícil aquí distinguir entre eventos propios de la variabilidad climática, los que corresponden al inicio del cambio climático y los cambios en el uso de suelos y cubierta terrestre. La población soporta, interpreta y relativiza los eventos de manera holística o integral, y no aislando los unos de los otros. Tampoco hace una distinción sustancial entre naturaleza y sociedad. En ese sentido, resulta problemático pretender diferenciar la vida cotidiana de la gente de los eventos climáticos extremos pasados y recientes, de los cambios que los campesinos indígenas han introducido en sus paisajes a lo largo del tiempo y de los cambios producidos por la globalización económica. Las narrativas son altamente heterogéneas, variables, afines o disímiles, debido a que están atravesadas por más de un paradigma interpretativo o de significación. La tendencia aquí es a la multiplicación de discursos culturales que sirven de base para interpretar un ambiente cambiante y dinámico y que varían en función de la edad, el sexo, la posición social, el arraigo cultural y el posicionamiento de cada uno de los interlocutores. Estas interpretaciones del mundo pueden integrar pero también oponerse o negar explicaciones científicas en el futuro. 2.3 Comunidades de la Microcuenca de Huacrahuacho
El territorio de la microcuenca comprende una población cuya actividad económica principal es pecuaria y complementariamente agrícola. En algunas zonas de la microcuenca, debido a las condiciones descritas de altitud, y los regímenes pluviales y climáticos de la región, la agricultura no es posible. Con esta simbiosis agropastoril, durante largo tiempo las familias de Huacrahuacho han sido capaces de sobrevivir y reproducirse en las condiciones climáticas extremas o adversas que su medio les impone, si bien es posible encontrar algunas relativas diferencias entre ellas de acuerdo con sus condiciones naturales específicas, su acceso a zonas de producción, su organización social y la historia que les ha tocado en suerte. Es preciso señalar que la gente no interpreta ni organiza su territorio sobre la base del enfoque de microcuenca. En primer lugar, se observa que hay algunas comunidades madres y anexos que no siempre coinciden con las zonas de cuenca. En segundo lugar, los campesinos indígenas de esta zona no hacen alusión a tres zonas de cuenca, sino básicamente a dos zonas principales: la parte alta [wichay] y la parte baja [uray]. En tercer lugar, es posible apreciar que hay comunidades que cuentan con importantes sectores y zonas de producción que trascienden el territorio comprendido como microcuenca.399 Si las relaciones con el territorio basadas en el enfoque de cuenca no son reconocidas como relevantes por la población campesina, existen otras más eficaces, como las que se fundan en el manejo escalonado de pisos altitudinales, los lugares sagrados, las relaciones de parentesco, el intercambio, la historia social local, etc. En lo que respecta al clima, la población de Huacrahuacho interpreta los riesgos de la naturaleza dentro de una totalidad de riesgos que pone a prueba sus sistemas productivos y sus medios de vida, y no cada riesgo por separado. No hacen abstracción de los riesgos, para luego sopesarlos de forma aislada, sino que todos 399
Una porción minoritaria de algunas comunidades cercanas a la laguna de Langui-Layo complementan su actividad agropastoril con la crianza de truchas, recursos que son destinados fundamentalmente al mercado con el respaldo de algunas instituciones públicas (Ministerio de Pesquería y Municipalidad de Kunturkanki), aunque excepcionalmente ofrecen o venden estos productos a otros pares culturales de su comunidad y de comunidades vecinas. Otras comunidades como Quillihuara y Sausaya hacen lo propio de manera informal y durante la estación seca en el río Apurímac, allí donde la microcuenca se une con otra.
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ellos aparecen como una “red de riesgos” de una naturaleza cuyo capricho condiciona la libertad de los sujetos indígenas, al punto de que ellos se ven obligados a lidiar con ella si pueden hacerlo o a resignarse si están desarmados. Eso significa, por un lado, que la gente no interpreta dichos eventos climáticos en términos de causalidades, sino en términos de acciones recíprocas. Ellos, más bien, observan un set de procesos relacionados e interconectados cuyos significados están natural y socialmente mediados, es decir, determinados por el capital natural y social con que cuenta cada sujeto o grupo para descifrarlos, jerarquizarlos, atenuarlos con una acción social posible o simplemente resignarse a hacerlo. Como en los casos anteriores, para estas comunidades, naturaleza y sociedad van indisociablemente unidas. La gente de estas comunidades ha hecho cambios en los sistemas productivos en las últimas décadas, introduciendo mejoramiento genético e infraestructuras a partir de una relativa y esporádica presencia de elementos públicos y privados. En efecto, en Huacrahuacho, al menos desde mediados de los 80s, los campesinos indígenas se han ido comprometiendo de forma relativa con un set de intervenciones públicas y privadas de desarrollo que ha ido impulsando diversas iniciativas para introducir cambios en los sistemas productivos y articular al mercado a la población local.400 Entre los más importantes, estos cambios pasaron por los esfuerzos de la municipalidad de Kunturkanki y la ONG Kausay para introducir ganado vacuno mejorado (brown swiss) con pasto cultivado y riego, y, en grado menor, por la iniciativa reciente del gobierno regional en cuanto a potenciar la ganadería camélida. Sin embargo, mientras esta última se las vio con que la gente no estaba dispuesta a claudicar a la prioridad que le otorga a la ganadería vacuna, la primera se las vio con un respaldo muy relativo de la población que no disponía de suficientes fuentes de agua y no estaba dispuesta a renunciar fácilmente al ganado criollo debido a la elasticidad de esta raza para adaptarse a las condiciones desigualmente hostiles de clima y disponibilidad de agua y áreas de pastoreo, como la que ofrece Huacrahuacho. Esta situación es más crítica en las comunidades ubicadas lejos de la cabecera. Tampoco productos como la carne y los derivados destinados al mercado regional podían intensificarse allí donde, además de verse limitados por el clima y la tendencia al minifundio, competían en la región con el crecimiento intensivo de la crianza y consumo de monogástricos (aves y porcinos) y con los precios de la carne importada. Simultáneamente, al priorizar la ganadería y bajo el empeoramiento paulatino de la escasez de agua, la gente fue perdiendo parcelas y variedades de cultivo (especialmente papa amarga), trastocando estas pérdidas, en la medida de lo posible, con los pequeños flujos monetarios que puede dejar la ganadería en cualquier momento del año. Esto cambios en el uso de suelos y cubierta terrestre produjeron tal estrés hídrico que varias fuentes de agua y bofedales de las partes bajas y altas fueron reduciéndose paulatinamente, y en la última década comenzaron a agudizarse con ocasión del inicio del cambio climático. En un plano menor, la pesca, a través de la crianza de truchas en las comunidades de Huarcachapi y Khana Hanansaya, si bien ha sido una actividad cultural y económicamente significativa para unos asociados, no ha tenido la importancia económica para el conjunto de la población local. Sí lo ha tenido, aunque en menor grado que la ganadería, la agricultura complementaria en las zonas de producción que estas comunidades tienen fuera de la microcuenca, en las riberas de la laguna de Langui-Layo, localmente conocidas como la “despensa de algunas comunidades”. Si bien la gente señala que el empeoramiento en la escasez de agua no está desligado de sequías prolongadas, también advierte que las razas mejoradas también presionan más el medio como para agudizar esa situación, aunque deje, en cualquier 400
Kausay 1996
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época del año, algunos flujos monetarios debido a los continuos excedentes que genera para las familias. Los campesinos de esta zona se encuentran así entre las inclemencias del clima y la necesidad de participar de un modo parcial en el mercado. Pero, dado que hacer un ajuste en el uno puede implicar hacer desajustes en el otro, oscila entre ajustes relativos o parciales en uno y otro caso que producen al mismo tiempo pérdidas y beneficios. Así, la gente de Huacrahuacho se mantiene en las fronteras del mercado en condiciones de marginación socioeconómica y, al mismo tiempo, resuelve, en cierta medida, las limitaciones que imponen las altas montañas. Las migraciones urbano-rurales configuran presiones internas que complejizan más las tendencias. Como en Piuray-Ccorimarca, las comunidades de la microcuenca de Huacrahuacho presentan índices altos de migración en las últimas décadas. A la par que esto reduce la presión de la población sobre los recursos, también altera el tejido y la organización social y la eficacia de los conocimientos locales en contextos y situaciones ordinarias que son de alto riesgo en los andes. La fuerza joven busca su suerte en las ciudades a través de diversas estrategias multi-activas de acceso a recursos, pero retorna con la misma fuerza con que la inseguridad, la incertidumbre y la precariedad laboral tiñen también el espectro social del mundo urbano. Si bien esta tendencia no es lineal, se ha seguido manteniendo en las últimas décadas, al punto de que la tasa de crecimiento poblacional entre Checca y Kunturkanki en el período 19811993 ha sido de 1.7% y 1.5% respectivamente401, y pocas razones pueden ofrecerse para suponer que esto se detendrá.402 Por otro lado, si bien el ajuste estructural ha fomentado y difundido los derechos de propiedad privada, en Huacrahuacho, como en buena parte del sur andino, la tarea de la titulación individual de tierras, ha sido poco eficaz. Pero, aún cuando algunas familias de esta zona detentan la propiedad individual, no existe ninguna tendencia a pensar en la disolución de la comunidad, pues ésta sigue siendo socialmente eficaz en cuanto a gestión y acceso a recursos, seguridad alimentaria, defensa de intereses colectivos y división social del trabajo. Además, diversos casos en el sur andino muestran que propiedad individual y subsistencia de la comunidad no son necesariamente elementos incompatibles para los propios campesinos. Que esto sea así o no en el futuro es algo que descansa en la decisión de las propias comunidades alto andinas. Otras presiones globales complican más esta situación. De manera análoga a Phinaya, los campesinos indígenas de esta zona señalan que la empresa EGEMSA se ha acercado a ellos para manifestarles su interés en hacer uso del agua de la laguna de Langui-Layo y construir una carretera en las zonas de producción que están en la ribera, a cambio de ofrecerles “agua”. Ellos temen que esto ponga en riesgo un espacio social y culturalmente producido que les provee de activos agrícolas complementarios para su seguridad alimentaria en una zona predominantemente ganadera, y que, ocasionalmente, intercambian también con otros pares culturales de comunidades vecinas. Por lo pronto, no se sabe mucho de dicho proyecto sino a partir de lo que manifiestan las poblaciones locales. Si bien esto es algo que debería ser más estudiado, una amenaza a esas zonas producción podría poner en peligro un 401
Fuente: INEI-Cuadro 36: indicadores demográficos según distrito 1981-1993
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Sobre la base del último Censo de Población y Vivienda (2007), el INEI estima que para el caso de Checca la tendencia de crecimiento poblacional proyectada hasta el año 2015 muestra un “ascenso”, pero con ligeros descensos en los años 2013-2015. En Kunturkanki, la tendencia de crecimiento poblacional proyectada hasta el año 2015 muestra básicamente un “descenso”. Sin embargo, estas diferencias deben ser más estudiadas, incorporando variables climáticas dentro de un conjunto de variables más amplias.
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stock agrícola altamente apreciado por las comunidades predominantemente pastoriles de esa zona. Vistas las cosas en conjunto, todas estas determinaciones muestran que, más allá de estas inciertas tendencias, las comunidades locales continuarán experimentando el conflicto cultural, pero bajo determinaciones globales más complejas e inseguras. Dicho conflicto se produce allí donde las mismas condiciones de subsistencia, hostilidad climática y marginación socioeconómica empujan a los campesinos a tomar cierta distancia de la valor del manejo escalonado de pisos altitudinales en la rugosidad del espacio andino y, en efecto, a arriesgar otras estrategias de vida fuera de la comunidad, el ayllu y sus contextos locales de interacción social. A la vez, esa tensión se produce allí también donde las incertidumbres abiertas por espacios locales, regionales y urbanos no compensan sus expectativas de vida ni les permiten hallar un sentido a su existencia, y los retrotrae, antes bien, a seguir hallando en su forma de vida indígena una forma de ser digna y sensata, pese a las pocas opciones que encuentran en un medio natural adverso y las nuevas amenazas globales que ellos tienen que enfrentar. Ellos pueden seguir reproduciendo, entonces, su forma de vida y seguir en las fronteras del mercado, mientras se comprometen, a su vez, con un set de relaciones globalizadas variables u dinámicas que inciden en sus sistemas productivos y sus paisajes locales, con la misma relatividad con que las abandona cuando estiman que no son sostenibles o conducen a un resultado contrario. De esa forma, ni los campesinos claudican definitivamente a su identidad étnica, salvo que migren del todo, ni tampoco se convierten orgánica o estructuralmente a la modernización. El papel que cumplirá el cambio climático para las poblaciones locales en esta red de procesos socioculturales, históricos y políticos es algo que, por lo pronto, es también incierto.
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Conclusiones 1. Los resultados de nuestra investigación cubren un espectro social muy pequeño de las poblaciones campesino-indígenas de Cusco. Son estudios de caso que reflejan dinámicas particulares y que, según como se mire, pueden o no representar la heterogeneidad ecológico-cultural de las comunidades campesinas de la región. El estudio ha mostrado que las tendencias generales no pueden aislarse del modo en que se determinan a nivel local, y las dinámicas locales tampoco pueden ser comprendidas sin hacer aproximaciones de alcance regional o global. En cualquier caso, hay procesos que pueden ser generalizables y otros que sólo pertenecen a la especificidad de la comunidad estudiada y sus contextos locales. 2. En Cusco, la percepción de los impactos que tienen los comportamientos naturales asociados a la variabilidad y cambio climático no pueden ser entendidos de forma aislada. Ellos forman parte de una constelación de amenazas naturales y no naturales que forman parte de la vida cotidiana de los campesinos. Dichos eventos proceden de tiempo atrás y comienzan a desafiar hoy su bienestar y su identidad étnica, y no sólo una serie de recursos medidos con instrumental económico y ambiental. A su vez, estos fenómenos se articulan de forma compleja con un conjunto de fenómenos sociales y políticos como la marginación socioeconómica, el crecimiento demográfico, la fragmentación de tierras productivas o la falta de representación adecuada. Tanto la variabilidad climática como el proceso del cambio climático afectan en diversos niveles las rutinas productivas de los campesinos, dependiendo de la comunidad, el sujeto social, la edad, el género y los contextos sociales y económicos específicos bajo los cuales ellos definen u orientan sus estrategias de vida. Pero, estos procesos no pueden ser desligados de los cambios en el uso de suelo y cubierta terrestre, la selección, la variación y la diversificación, el cambio tecnológico y, en general, los proyectos y expectativas de vida de las familias y comunidades para lidiar con la adversidad, en condiciones de marginación social. El cambio climático exacerba así problemas estructurales de pobreza y justicia como equidad de larga data en los andes centrales, aumentando así la vulnerabilidad de aquellas minorías étnicas que dependen de los recursos naturales para reproducir su identidad social y sus valores substanciales en el marco de un estado particular y una sociedad mundial. Sugerencia: Por ello, para definir estrategias de adaptación al cambio climático, debemos primero entender los procesos sociales y políticos en curso en las áreas de intervención que influyen de diferente manera o en varios niveles en las condiciones de vulnerabilidad de la población, así como en su acción estratégica para darle la vuelta a múltiples situaciones que comprometen su existencia como grupo social. Es así que se sugiere que los programas de adaptación al cambio y variabilidad climática extrema no sólo presten atención a las fuerzas de la naturaleza, sino también a las estructuras sociales plurales de la sociedad que interpretan y producen la naturaleza con diversos marcos culturales y en distintas posiciones de poder. Esto permitirá llevar cabo programas de adaptación en diálogo y consenso con todos los actores involucrados en el mediano plazo, pero también para examinar las causas de fondo que producen o agudizan la vulnerabilidad ante amenazas naturales y humanas y constituyen barreras frente al cambio climático en el largo plazo. 312
3. A nivel global todavía existe mucha incertidumbre sobre los efectos del cambio climático. Sin embargo, a nivel local, los principales indicadores de la variabilidad y cambio climático encontrados son dos. En algunos casos, estos indicadores reflejan y en otros casos retan los indicadores científicos a escala de cuenca, provincia y región. En primer lugar, el aumento promedio de la temperatura y los cambios en las precipitaciones pluviales, creando las condiciones para realizar cambios en el tipo de cultivos, la aparición de nuevas plagas, el retraso de la siembra y las enfermedades pecuarias. En segundo lugar, tenemos que la variabilidad en el acceso a los recursos hídricos no siempre obedece a cambios en el régimen de precipitación o retroceso de glaciares, sino a fluctuaciones normales en las fuentes de agua o en el uso y la distribución desigual del recurso entre familias, zonas de producción, anexos y comunidades. El deshielo de los glaciares por efecto del calentamiento global incide en este último punto, generando una abundancia efímera del agua y prometiendo una escasez en el corto plazo, pero también intervienen factores sociales y culturales en la asignación de los recursos. Estos indicadores han generado nuevos retos para las sociedades pastoriles inmediatamente afectadas por sus retrocesos, mientras que en comunidades agrícolas con pastoralismo complementario el retraimiento del glaciar se sopesa más como un indicador de la época actual del mundo que como una fuente de agua. Ellos están más preocupados por los cambios en las precipitaciones pluviales, los que a veces se asocian con los comportamientos de la laguna y de los vientos. El estudio muestra que el conocimiento local no ha sido suficiente para encontrar respuestas ante estas incertidumbres, mientras que los planes de mejora productiva derivados de “recetas” externas de desarrollo no han dado los resultados esperados. Sugerencia. Por esto se sugiere establecer políticas concertadas de seguimiento de los cambios a nivel local con el fin de llegar a soluciones conjuntas en cada caso particular. Los distintos conocimientos locales y externos deben dialogar, mientras la diversidad de casos, en su especificidad, podría articularse en los planes regionales, provinciales y distritales. Sin embargo, estos conocimientos no descansan en las mismas condiciones de verdad y de poder, es decir, no operan con las mismas formas de justificación y plausibilidad. Los campesinos pueden llegar a tal diálogo en condiciones de desventaja cuando los grupos de expertos o instituciones llegan con sus propios modelos y asumen implícitamente que las apreciaciones campesinas – enunciadas, por lo demás, en una lengua distinta - sólo son “percepciones”, “consideraciones subjetivas”, “creencias” y “supersticiones”, solamente útiles cuando comprueban o refutan verdades científicas previas. No obstante, las personas razonables no están de acuerdo sobre la existencia del cambio climático porque una de ellas haya encontrado antes “la” verdad sobre este asunto, sino que hemos comprendido el cambio climático cuando dialogamos y nos ponemos de acuerdo al respecto. 4. El conjunto de percepciones y conocimientos que prefiguran la “visión” y entendimiento local de los fenómenos que la ciencia asocia a la variabilidad y cambio climático, no están estructurados en un discurso único e “indígena”. Por un lado, el estudio nos muestra que distintos actores perciben los mismos fenómenos de distinta manera. Hay distintas maneras de construir la realidad que pueden o no ser negociadas socialmente.
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Por otro lado, las interpretaciones de los comportamientos naturales pueden articular conocimientos locales con discursos científicos ambientales o procedentes de las religiones universales, de los cuales se agarran los campesinos para no perderse en la incertidumbres. Es interesante observar que las mismas consecuencias catastróficas que los discursos científicos y diversas coaliciones transnacionales advierten respecto del cambio climático para la vida en general, son análogas a los discursos apocalípticos con los que las religiones universales se posicionan sobre el asunto. Pero, a diferencia del discurso científico, la fuerza del discurso de corte religioso católico o protestante es que suscribe que el cambio climático no es sino la respuesta que la divinidad les da a los seres humanos por no pagar la deuda de reciprocidad que tienen con ella. Igualmente, la naturaleza aparece así como una construcción social cuyos cambios se miden con diversos modelos culturales. Sugerencia. En este punto, es muy importante que las políticas de adaptación a la variabilidad y cambio climático asuman los límites culturales de sus discursos y sus medidas. Presuponer que los conocimientos científicos tienen mayor legitimidad y justificación que los conocimientos locales, no sólo podría reproducir relaciones unilaterales de poder, sino provocar la ironía moral de las comunidades campesinas. Y, en el otro extremo, pretender restituir un modelo “auténticamente” andino de saberes, desligado de los logros cotidianos de los campesinos, podría conducir al mismo resultado. En cambio, se sugiere encontrar soluciones concertadas donde los conocimientos y las preferencias culturales sean respetados, como una condición básica para la cooperación social y la acción colectiva frente al cambio climático. Esto implica la búsqueda de un “diálogo intercultural” al momento de establecer las políticas y planes de adaptación a seguir. 5. La vulnerabilidad de las comunidades campesinas a los eventos naturales de cambio y variabilidad climática se hace más evidente allí donde la producción es menos diversificada, como en el caso de las comunidades pastoriles, pero también allí donde también la producción es diversificada, como en el caso de las comunidades agropastoriles. Los campesinos indígenas cuentan con conocimientos locales y prácticas locales de predicción, selección y variación, que pueden ser o no eficaces para orientar sus acciones en ciertos contextos, pero también están sujetas a error bajo los condicionamientos ecológicos de su medio. Diversas experiencias históricas en las comunidades de estudio demuestran que las estrategias pueden errar y que otras que se aplicaron pudieron haber sido opciones tácitas que se activaron en el momento actual. Los sistemas agrícolas y pecuarios son muy eficaces y otras veces no son inmunes a eventos climáticos extremos. En ocasiones, los programas o proyectos de desarrollo fluyen en el mundo rural convirtiéndose en formas de recreación y potenciación de las territorialidades rurales, pero otras veces fallan o se disuelven al no considerar las múltiples dimensiones de la situación estructural de los campesinos ni sus prioridades y expectativas de vida. Las estrategias externas a menudo se traducen en programas anti-pobreza, pero pocas veces prestan atención a la vulnerabilidad y las estrategias multi-activas y diversificadas con las cuales los campesinos la reducen. Las intervenciones externas suelen elegir entre dos vías al pretender satisfacer las necesidades de las poblaciones locales: la de un modelo de desarrollo que
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busca introducir a como dé lugar tecnologías externas y la de un romanticismo anticuado que pide el regreso a las tecnologías tradicionales. Son conocidos los resultados de los programas de desarrollo del primer tipo en los frágiles y difíciles ecosistemas de alta montaña. Y aunque los programas del segundo tipo pretenden reconducir el desarrollo por vías más benignas, la mera recuperación de dichas tecnologías no garantiza una mayor capacidad de respuesta ante la variabilidad y cambio climático. Antes bien, ese impulso podría obviar u oscurecer también otras estrategias cotidianas más eficaces que las comunidades cultivan en el presente y aunque no correspondan con aquello que, desde fuera, llamamos “tecnología tradicionales”. Sugerencia. Por este motivo, consideramos que los programas de adaptación a la variabilidad y cambio climático deben tener en cuenta las dimensiones integrales u holísticas de las formas de vida indígenas campesinas en todo el sentido de la palabra, es decir, considerando las estructuras sociales y económicas que definen su situación en la distribución general de poder, derechos y bienes. Aquí, la recuperación de la diversidad productiva es un elemento a tener en cuenta, pero también las presiones locales (tierras, agua, población, deforestación, conflictos internos) y globales (mercado, cambio climático, globalización) con las cuales ellas tienen que lidiar para no perecer. Los programas de recuperación de tecnologías pueden adecuarse - algunas veces integrando nuevas tecnologías - a la realidad de las comunidades involucradas, pero otras veces pueden no ser parte del sistema de necesidades y prioridades de las comunidades campesinas. 6. La mayoría de las veces, los programas de desarrollo se ejecutan en los ámbitos de jurisdicción política como los distritos, las provincias y las regiones. Algunos programas llevan a veces el título de la adaptación y se plantean con el enfoque de “cuenca”. En Cusco, esto ya ha tenido precedentes, mientras que en Apurímac la idea empieza a ser innovadora. Sin embargo, ni el enfoque territorial político ni el de cuenca toman en cuenta la territorialidad que los campesinos han consagrado desde tiempos remotos y que ha sufrido serias transformaciones en las últimas décadas. El estudio muestra que las comunidades manejan territorios que van más allá de sus límites de comunidad, cuenca, distrito o región. Sugerencia. Por eso, se recomienda que los gobiernos regionales y locales tomen en cuenta la territorialidad social de las comunidades al momento de diseñar e implementar (si es así) sus políticas de adaptación a la variabilidad y al cambio climático. Esto supone, en efecto, examinar cómo estas territorialidades subsisten interactuando o compitiendo con las dinámicas territoriales de la modernización política, la descentralización y la globalización económica. El alcance de esta territorialidad social puede definirse a partir de la semi-movilidad o transhumancia estacional de algunas comunidades, el manejo escalonado de distintos espacios de producción - a veces, discontinuos -, así como las ferias locales y las rutas de intercambio tradicional, comercial o mixto establecidas que forman una extensa malla territorial a lo largo de los andes. 7. En los datos oficiales se observa una alta carencia de sistemas de saneamiento, agua y desagüe en los tres distritos estudiados; es esta infraestructura la mayor necesidad básica insatisfecha, junto con los materiales de construcción de las viviendas. En particular los datos nos muestran que es importante reducir las brechas entre la población masculina y femenina en cuanto a la alfabetización. Existe una demanda grande de escuelas y docentes
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de nivel secundario que, de ser satisfecha, ayudará a reducir la cantidad de población mayor de 24 años sin estudios secundarios. Sin embargo, a menudo esos datos oficiales se dan por sentados o son tomados como datos o causas y no como resultados. Al mismo tiempo, se miden usando “estándares urbanos” que pocas veces reflejan las características más finas o particulares de la composición plural de la población. Las comunidades de la región jerarquizan sus sistemas de necesidades, manejan diversos ciclos productivos y controlan diversos pisos altitudinales, consagran una ética de reciprocidad y cooperación como base de su auto respeto y educación, y combinan estrategias poli-activas de acceso a recursos y redes sociales con instituciones externas en diferentes ciclos del año. Ése es el capital social principal con que ellos cuentan para enfrentar las adversidades. Sugerencias: Todos estos indicadores nos muestran donde deben incidir las políticas de desarrollo regionales. También nos muestran que estas poblaciones con limitaciones de acceso a recursos pueden convertirse en las más vulnerables frente a los eventos de variabilidad y cambio climático. En este contexto general, si bien los programas de adaptación al cambio climático pueden ser integrados a los planes de lucha contra la pobreza, pueden prestar atención también a las características y estándares culturales de la propia población. Esto podría permitir plantear los problemas de una manera menos etnocentrista y ofrecerle respuestas menos precipitadas. Por otro lado, es importante fortalecer las relaciones con las entidades estatales de alcance regional más allá de la cooperación puntual para proyectos específicos, así como implementar los procesos de consenso entre las provincias, distritos y sus anexos. Es de vital importancia implementar procesos de consenso y diálogo entre ayllus y anexos; en un nivel mayor, es preciso fortalecer el diálogo entre gobierno local, comunidades y gobierno regional. En cuanto a las relaciones con entidades estatales de alcance regional, es necesario el acercamiento físico tanto como de gestión. Por último, deben fortalecerse el diálogo y actividades de consenso y participación entre empresas extractivas y representantes de la comunidad. En esa vena, debe implementarse un plan de prevención y afrontamiento del cambio climático especialmente en Phinaya y Siwina Sallma con relación al acceso al agua y su posible uso hidroeléctrico, pero considerando la composición social de cada una de ellas, siguiendo una perspectiva regional articulada que integre en un mismo plan a la provincia, los distritos, las comunidades y los caseríos. Deben estudiarse más en qué medida los intereses privados mineros o hidroeléctricos se convierten en factores actuales o virtuales de vulnerabilidad de la población frente al cambio climático. Las políticas deben ser coordinadas a nivel regional, articulando distritos, comunidades y caseríos. En suma, la acción colectiva y la cooperación social o recíproca son más eficaces frente al cambio climático que el hecho de que cada uno explote las posibilidades de obtener su propia ventaja.
8. Los programas de adaptación pueden también invisibilizar las causas de fondo si concentran únicamente en las amenazas naturales o en desastres. En algunos casos, pueden obviar una serie de dimensiones que influyen en la
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vulnerabilidad de la población y que no tienen nada de natural. Esas amenazas pueden ser los archipiélagos extractivos (mineros e hidroeléctricos), las competencias locales por los recursos, las políticas económicas, los conflictos sociales y, en general, las relaciones de poder entre actores y sociedades en varias escalas. Esa entrada puede contribuir con una mirada más amplia de los problemas de la humanidad y los que aquejan, en particular, a las poblaciones más vulnerables. Pero, otras veces, los procesos y sistemas sociales pueden impedir también el diálogo con las poblaciones campesinas y despertar suspicacias. En varias comunidades, hemos visto que no sólo la palabra adaptación no tiene relevancia para la población local, sino que los estudios que se realizan para llevar a cabo políticas públicas frente al cambio climático, pueden ser considerados moralmente sospechosos por parte de los afectados. En un clima de desconfianza e incertidumbre en el que intervienen más actores, los campesinos alto andinos pueden temer que esos emprendimientos tengan como propósito tomar decisiones sobre sus recursos y territorios. Sugerencia: Conviene, por tanto, reparar en el hecho de que las amenazas climáticas son socialmente construidas por diversos actores e instituciones a nivel local y mundial. Ellas coexisten con una serie de procesos yuxtapuestos que influyen en forma diferenciada en las características de la vulnerabilidad de la población, pudiendo contradecir, fortalecer y alterar los posibles impactos del cambio climático. En ese contexto, la posibilidad de decirles a los campesinos que se adapten podría ser contraproducente, mientras las deudas de la equidad y distribución de derechos, recursos, amenazas y riesgos sigan presentes. 9. La región Cusco apuesta por un desarrollo diversificado que incluye los sectores turístico, energético y agropecuario. El desarrollo propuesto implica transformaciones territoriales y un uso más intensivo de los recursos ya escasos que se confrontan con las territorialidades rurales producidas por las comunidades campesinas. Si a esto sumamos el crecimiento poblacional y las limitaciones en el acceso a recursos, tenemos que la presión y competencia sobre recursos vitales como agua y tierra se incrementará de manera dramática en el futuro. En este contexto, la incertidumbre climática producida por los eventos de la variabilidad climática en la región incrementará el estrés social producido por la demanda creciente de recursos. En ese sentido, es ilustrativo que el turismo haya tenido un crecimiento exponencial en los últimos años y que la región continúe dentro de los estándares oficiales de pobreza. El consenso de quienes impulsan los monumentos y legados prehispánicos en favor del mercado de paisajes no ha corrido parejo con la justicia como equidad para los diversos segmentos sociales que componen la región en la actualidad. La liberalización del mercado de agua y energía para aprovisionar de agua y energía a miles de consumidores de la región y de regiones vecinas como Apurímac y Puno, ha comenzado a retar las territorialidades de las comunidades pastoriles y agropastoriles de la cuenca de Vilcanota (dentro de la cual encontramos a Phinaya, Siwina Sallma y Piuray-Ccorimarca), y es posibilidad ha comenzado a preocupar también a los campesinos que residen en algunas comunidades de Huacrahuacho. Esto crea nuevos desequilibrios en las relaciones de poder entre campo y ciudad, entre comunidades, dependientes de los recursos naturales, y sociedades dedicadas a sobredimensionar su consumo a lo largo de la región. Las lagunas de donde las empresas extraen o pretenden extraer agua tienen un carácter genealógico
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para los ayllus y comunidades de esta zona y constituyen el patrimonio corporativo que heredaron. La gente percibe, entonces, que las transgresiones territoriales de las empresas en nombre de una maximización de beneficios para otros les está sustrayendo algo que representan su memoria colectiva, sus medios de vida y su identidad étnica. Dado que las lagunas son también fuentes de lluvias, asocian los cambios recientes en las fluctuaciones climáticas con esas amenazas humanas que contradicen la ética de reciprocidad que se debe a la naturaleza. Esto que atenta contra la seguridad, el bienestar y la vulnerabilidad de la población difícilmente puede ser medido en términos economicistas o pagando algún impuesto ecológico. De allí que la gente mire con ironía el crecimiento y con la conciencia moral que otorga el resentimiento y la indignación, y se vea tentada a la desobediencia civil y la no cooperación pacífica. Su ética de la reciprocidad los adiestra a los campesinos de tal suerte que no están dispuestos a cooperar con la sociedad y sus procesos en curso si al mismo tiempo ella no coopera con ellos. Sugerencia. En este contexto, la adaptación a la los eventos de variabilidad y cambio climático pasa por una desaceleración del impulso desarrollista actual y/o la búsqueda de nuevas relaciones de poder, reciprocidad y cooperación social entre campo y ciudad, o entre comunidades étnicas y sociedad moderna, en un contexto de cambio climático. Examinar las exigencias morales recíprocas de la cooperación social en la región frente al cambio climático quizá sea una tarea de largo plazo social y políticamente más vinculante y eficaz que la adaptación o, si se quiere, una estrategia de adaptación más prudente.
10. Existen otras presiones locales muy sensibles para las comunidades campesinas. Como un legado de la Reforma Agraria (1969), las comunidades no han descartado la posibilidad de la titulación individual como una agenda tácita cuando las circunstancias sugieran que no hacer eso podría empeorar su situación. En los 90s, el estado comenzó a priorizar la titulación de la comunidad antes de pasar a la titulación individual, pero aún existen muchas incertidumbres en materia legal en las millones de pequeñas parcelas que existen en los andes. Sin embargo, la gente ve la titulación individual como una posibilidad para defender sus territorios y disponer de sus recursos de subsistencia en situaciones límites que abrir un “mercado de tierras”. Por ello, aun cuando las familias han ido detentando la propiedad individual no han renunciado a la eficacia de la organización comunal y el ayllu para acceder a recursos, reestructura la tenencia de tierras y enfrentar adversidades. Por otro lado, ellos tampoco han descartado la migración como una estrategia de vida que ya conocen y que no descartan para el futuro. Sin embargo, los campesinos tampoco descartan la posibilidad de volver a la comunidad cuando la precariedad del trabajo, la incertidumbre y el riesgo que imponen las ciudades los hacen también vulnerables. Ellos experimentan el conflicto cultural de preservar su arraigo a la naturaleza y su identidad étnica y optar por otra forma de vida en el mundo urbano. Esos flujos de ida y vuelta dinámicos han ejercido influencia en el modo cómo los campesinos juzgan su forma de vida en el campo en contraste con el hecho de vivir en la ciudad.
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Sugerencia: Una tarea para la acción política es comprender cuáles son las reformas en la tenencia de tierras que ya han iniciado las comunidades campesinas en las últimas décadas, antes de proponer reformas que resultan siendo un problema antes que una solución. Esta situación decide mucho el acceso a recursos y las posibilidades que los individuos tienen para afrontar los impactos del cambio climático. Igualmente, las migraciones pueden reducir la presión local sobre los recursos, acceder a recursos y establecer redes sociales, pero también pueden erosionar los conocimientos locales, las tradiciones y las prácticas sociales, todo ese inventario cultural con el cual los campesinos han aprendido a vivir frente a las adversas condiciones del macizo montañoso. Si ésta es una tendencia que podrá afianzarse o recrearse en un contexto de cambio climático es algo aún incierto.
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346
ANEXO Metodología:
Términos de Referencia del Estudio CBC-PREDES en su Fase Regional: El estudio se llevará a cabo en dos comunidades de cada región (dos en Cuzco y dos en Apurímac), de las cuales una de ellas será estudiada con mayor profundidad en lo que respecta a los aspectos etnográficos. Las comunidades se ubican en espacios de microcuencas donde las familias realizan sus actividades económicas productivas, insertadas en determinadas condiciones ecológicas, económicas y políticas. Se estudiará la lógica de los sistemas productivos, el proceso que atravesaron y la situación actual de vulnerabilidad ante el cambio climático y los eventos climáticos. Las comunidades serán seleccionadas para el estudio, utilizando criterios como: tipología ecológica, diversidad productiva y niveles de exposición a cambios climáticos, conocimiento tradicional sobre el clima, experiencias de adaptación y respuesta ante eventos climáticos, así como experiencias institucionales o investigativas previas en las zonas de estudio. La selección de las comunidades también considerará los avances conseguidos en las etapas previas, es decir, en los estudios por microcuencas. El estudio considera la microcuenca como el ecosistema o ámbito sociocultural mayor que define las condiciones ecológicas, el acceso a recursos y la vocación económica de las comunidades locales. El enfoque de microcuenca será materia de análisis en la medida en que sea significativo o socialmente eficaz para las poblaciones locales en lo que respecta a su reducción de la vulnerabilidad, pues ellas controlan diversos pisos ecológicos y, por tanto, diversos ciclos productivos y de intercambio en ámbitos que exceden a veces tanto el territorio comunal como el comprendido como microcuenca. Además, el estudio toma como punto de partida la comunidad y la producción territorial campesina situándola en escalas de contextos más amplios definidos por las políticas específicas de desarrollo o adaptación de los gobiernos locales y regionales, siempre que ellas decidan o incidan en los ámbitos sociales y territoriales de la comunidad seleccionada. La idea es examinar si los modelos de naturaleza y sociedad de estas instituciones o agentes dialogan, invisibilizan o entran en tensión con los conocimientos y las estrategias socioculturales de reducción de vulnerabilidad de las comunidades locales. En suma, lo que le da un carácter regional al estudio es el hecho de llevar a cabo el análisis de las comunidades teniendo en cuenta la universalidad sociocultural mayor o el marco regional dentro de la cual aquéllas se inscriben, sitúan o determinan, según sus distintos procesos. Se trata de profundizar en la vulnerabilidad al cambio climático no a partir de una mera oposición entre lo local y lo regional, sino prestando atención a cómo lo regional determina lo local, y cómo lo local nos permite tener una lectura de alcance regional.
347
Instrumentos metodológicos (trabajo de campo) Estos instrumentos deben ser discutidos y consensuados por CBC y PREDES. Asimismo, algunos de estos instrumentos pueden ser utilizados por ambas instituciones. a. Entrevistas a profundidad semi – estructuradas. Este será el principal instrumento de recojo de información cualitativa. Se aplicará a dirigentes, autoridades y algunas familias con el fin de recoger información sobre historia, organización política y productiva, recursos. En el EC se enfocará en el conocimiento local sobre variabilidad y cambio climáticos. En el ET se enfocará en los planes de gestión pública ligados a variabilidad y vulnerabilidad climática. b. Observación participante y no participante. Este instrumento de suma utilidad para registrar eventos sociales como fiestas, rituales, acción política, etc. El componente de participación depende de las normas sociales vigentes en la localidad y el grado de confianza/involucramiento que logre el trabajador de campo. En el EC se enfocará en las prácticas sociales que se derivan del conocimiento local en variabilidad y cambio climáticos. En el ET se enfocará en las maneras en que los funcionarios de Municipalidades y las Regiones interactúan con autoridades y familias comunales en temas ligados a la variabilidad y cambio climáticos. c. Mapas de recursos. Esta herramienta sirve para construir de manera participativa un mapa de los recursos naturales de las comunidades y la organización social que gestiona dichos recursos dentro de sistemas de producción locales. Los mapas serán utilizados para sistematizar las reglas vigentes de acceso y uso de los recursos comunales. En particular se verá cómo el conocimiento local influye al momento de establecer sistemas y clasificaciones productivas del territorio (pe. Clasificación de suelos). En el EC se enfocará en el territorio comunal. En el ET se enfocará en las zonificaciones oficiales. d. Ficha comunal. Estas fichas sirven para sistematizar información sobre: organización social, así como sobre mercados, proyectos de desarrollo, infraestructura, servicios públicos etc. Se usa en el EC. e. Historias de vida. Historias de vida enfocada en el clima (desastres) y la manera en que la comunidad/familia explicí/reaccionó a los mimos. Se aplica en el EC y a personas muy mayores. f.
Ficha abierta de conocimiento local. Esta ficha abierta tiene tres objetivos: sistematizar información sobre: a) conocimiento y prácticas locales (“ancestrales” y nuevas) identificadas b) establecer el contexto cultural en que se reproducen dichos conocimientos y prácticas y c) establecer la posición dominante o subalternas de dichos conocimientos y prácticas. Los puntos a) y b) se relacionan más al EC mientras c) se realiza en ambos: EC y ET.
g. Ficha de gestión pública de variabilidad y cambio climático. Sistematiza la información sobre planes y gestión pública en municipalidades y la región (ET)
348
h. Cuadro de actividades y roles de género. Este instrumento es muy útil para identificar y sistematizar la información referida a las diferencias de género tanto en los ámbitos culturales como productivos en relación al conocimiento y prácticas vinculadas a la variabilidad y cambio climáticos. i.
Ficha de percepción cambio climático. Sistematiza información sobre la manera en que los cambios climáticos son predichos, identificados y explicados. Enfocado en EC (en la comunidad) y ET (en municipios y regiones)
.
349
ANEXOS CAPITULO III
Cuadro 3.1. Eventos climáticos en la Comunidad de Phinaya Eventos climáticos extremos
Años 40
60
70
80
90
Localización
Afectación
Comunidad de Phinaya, siwina Sallma y comunidades aledañas a está. Todo el sur andino
Cae con fuerza, moja a personas y alpacas sumado al frío provoca enfermedades respiratorias Se disuelve rápido y erosiona los pastos. La nevada no se infiltra en el suelo y se pierde por escorrentía arrastrando semilla de pastos naturales Falto comida para los animales. Daña el techo de paja de las viviendas Murieron vacunos y camélidos Las personas se enfermaron con . Surumpe. Disminución de los pastos naturales Resfrío a los camélidos, equinos y canes, Los pastos cultivados son quemados por el por el frío y calor. El pasto natural es congelado por el frio y quemado por la calor. Se congela los manantes de donde toman agua las alpacas. Las crías de camélidos se enferman con neumonía por excesivo frío. La sensación de frío dentro de las viviendas se incrementa por las noches y madrugadas y por el día la sensación de calor es fuerte. Los pastos cultivados no desarrollan. Escasez de pastos naturales y forraje. Las alpacas consumen agua caliente lo que les ocasiona la muerte (septicemia) Abortos de alpacas Las lluvias son fuertes y concentradas en poco tiempo. Los pastos naturales son arrastrados por escorrentía. La lluvia moja a Alpacas produciendo neumonías. Mato alpacas por el frio, se enfermaron con neumonía, las crías no soportaron el frío. El agua inundo las casas, tuvieron que cubrir con plástico las paredes No hubo leña se mojo el guano almacenado para leña Tuvieron que proveerse de leña de Sicuani. Se desbordo el riachuelo del pueblo (Chullupata mayo) Socavo los márgenes de los ríos
2000
1994 Nevada Intensa
1970
1996
2004
1998
Comunidad Phinaya,
2000 Helada
1974
1996
1982 Sequía
2008 2009
2007 1995
1984
Comunidad de Phinaya, siwina Sallma y aledañas a está.
2008
Comunidad de Phinaya, anexos y comunidades aledañas
Lluvias torrenciales
1985
1999
2010
350
Granizada con tormenta eléctrica
2007
Nevada y helada
1968
2004 (julio y agosto)
1987
Jun - Jul Vientos Huracanado
1994
22005
Comunidad y anexos de Phinaya Comunidades por encima de los 4000 msnm
La comunidad de Phinaya y sus anexos.
1996 Comunidad de Phinaya
Incremento de la radiación térmica diaria y la sensación de frío
2000
La calle camélidos sudamericanos se inundaron todas las casas incluidas el puesto de salud. Desaparición de puentes peatonales Lodo de los cerros tapo los pastos , Afecto los pastos naturales. La tormenta eléctrica cada año mata camélidos y ovinos. Disminución de pasto natural, abortos en camélidos Muerte de animales menores. La nevada alcanzo altura de 0.50 a 1 m que fue congelada por la helada, provoco muerte de alpaca bebe, abortos. Enfermedades en las personas. Desprendimiento de techos de calamina, arraso con el pasto natural y muerte de ganado. Infección en los ojos de las personas por el arrastre del polvo. NO hubo comida para las alpacas El calor y el frío es cada vez intenso. Las familias sienten más calor en el día y más frio en la noche.
Fuente: Grupo focal Phinaya junio 2010 - entrevistas a productores
Cuadro 3.2 Eventos climáticos Comunidad Taucca, Umasbamba, Cuper Alto Eventos climáticos extremos
Años Localización 60
70
80
90
Distrito de Chinchero
Sequía
1968
Distrito de Chinchero
Helada
Lluvias torrenciales
1988
1975
1980
Afectación
2000
2010 Dic a
Con mayor severidad Ichucancha,
No hubo lluvia desde octubre hasta abril, se perdieron los cultivos, el pasto natural, hubo mucha escasez de alimentos, se perdió la semilla de papa, habas. Hubo escasez de forraje para las ovinos El cultivo de papa es susceptible a la escasez de agua se seca como si tuviera rancha. Los pastos cultivados no desarrollan. Escasez de agua para regar los pastos cultivados. Disminución del caudal del agua en los manantes y desaparición de algunos. Se presento en el mes de noviembre afectando la papa mahuay en floración. •Heladas en enero y febrero quema las flores del cultivo de papa, y otros tuberculos andinos. Heladas en septiembre congela los cultivos de papa que están en emergencia. Los pastos cultivados son quemados por el por el frío y calor. Las crías de vacunos se enferman con neumonía por excesivo frío. La sensación de frío dentro de las viviendas se incrementa por las noches y madrugadas y por el día la sensación de calor es fuerte. Las lluvias se presentan mas fuertes y concentradas por poco tiempo. Chaparrón fuerte de día y noche
351
marzo
Tauca, Hatun Sanca). Microcuenca Huaypo y Yanacona Microcuenca Piuray Ccorimarca Y Tongobamba
Distrito de Chinchero Nevada
Incremento de la radiación térmica diaria
1968
2000
Desencadeno un huayco en dos quebradas que causaron la inundación del Puesto de Salud de la Cc de Ocotuan, Filtración de agua en las viviendas de Umasbamba En los niños y ancianos ocasiono neumonía y fiebre. La siembra de papa mahuay se inundo, y ocasiono rancha, ccama. Disminuyo la producción de papa mahuay En los vacunos ocasiono neumonía, fiebre 1 metro de nevada, las familias no podían salir de sus viviendas, murieron los animales, falto forraje. Murieron vacunos y camelidos Las personas se enfermeron con . Surumpe. El calor se intensifica desde el 2009, la oca que se solea es quemada por el sol. Las familias sienten más calor en el día y más frio en la noche.
Fuente: Grupo focal Phinaya junio 2010 - entrevistas a productores
352