Pamela Alvarado Ă lvarez
A travĂŠs de mi ventana
Pamela Alvarado Ă lvarez
A travĂŠs de mi ventana 24 de Noviembre al 14 de Diciembre de 2014
Agradecimientos: Arnoldo Weber, María Pia Salas, Alexis Figueroa, Carolina Lara B., Andrés Grillo, Lorena Muñoz B., Hernán Rodríguez I., Hugo Muñoz B., Natalia Tapia G., Germán Estrada F. Colaboración: Maria Pia Salas Mora Diseño: proyectoDiseño.cl 100 Ejemplares
El espacio de allá
P
amela Alvarado ha mantenido por años una obra fotográfica variada y de fino sentido estético, que –sin embargo– ha mostrado muy poco. A través de mi ventana es de las primeras series que exhibe. Formada en Comunicación Audiovisual en Concepción, ligada al cine, la televisión y la publicidad, la autora descubrió un día que le fascinaba, de manera casi inconsciente pero pertinaz, fijar con su cámara fotográfica la vista a través de alguna ventana. La recopilación que ahora presenta abarca algunos trabajos del 2008 y 2015.
En blanco y negro, y con una tendencia al claroscuro, es un trabajo donde el sistema tradicional de la fotografía convive con el digital. Más que la técnica, no obstante, parece importar una manera común de asumir la imagen: en todas las tomas, la mirada apunta a alguna ventana –cerrada, abierta o entreabierta, siempre iluminada– que enseña un mundo más allá del espacio en que se sitúa la autora o el espectador. La ventana juega a ser un marco o un segundo encuadre que fija el objetivo no en la propia situación, sino en un más allá. Hay una interioridad, una habitación o un espacio de acá que se comunica con un exterior. La ventana es una frontera que se abre, el portal que separa y conecta al mismo tiempo mundos paralelos, sometiéndonos a un juego de dualidades entre el adentro y el afuera, entre la sombra y la luz, entre la propia intimidad y los otros. Esa exterioridad aparece gracias a que la ventana se abre con poder evocador, invitándonos a salir del difuso mundo personal para asomarnos y descubrir, del otro lado, la naturaleza o la ciudad, no obstante, jamás todo el panorama, sino sólo un atisbo. La ventana delimita y el misterio permanece; nunca está claro qué hay adentro ni qué hay afuera. Sólo el intento de un desplazamiento; en definitiva: el instante de una mirada que se prolonga en su propia quietud. La autora recuerda un juego de niñez, de mirada oblicua, cuando –dice– de noche y gracias a la luz que llegaba de la rendija de una puerta entreabierta, descubría las letras de algún libro brillando en la oscuridad y ella a punto de dormir. O esa mirada solitaria desde un edificio, a través de la ventana obser-
vando otras ventanas iluminadas e imaginando con cierto placer los posibles mundos que parpadeaban en esos distintos puntos de la ciudad. La fotografía de Pamela Alvarado no pretende ser documental. Es sí el registro de ese momento que surge de soslayo, del recuerdo tal vez de esos ejercicios de infancia, donde el ojo se fija con curiosidad inusitada en la imagen que se ilumina más allá del encuadre de la cámara, en el encuadre de una ventana que se abre y enseña otro mundo con cierto halo de irrealidad. Es en este punto que la técnica es clave: algunas intervenciones digitales aportan contraste, no tanto en busca de brillos –agrega– sino de mayor oscuridad, de sombras casi negras, de cierta teatralidad y dramatismo. Porque esta fotografía no tiene tanto que ver con lo que se ve, sino con lo que se percibe desde un estado intermedio. A través de mi ventana nos deja en el limbo, en un lugar en suspensión, en plena pregunta acerca del lugar en que estamos y qué es lo que podemos descubrir si traspasamos el umbral. Carolina Lara B. Periodista y crítica de arte
El espacio de allá
P
ara hablar del trabajo de Pamela Alvarado debe aclararse la poética de su propuesta. El trabajo fotográfico desarrollado por la artista ha sido una apuesta por un desarrollo sostenido en donde la experticia del lente ha ido cobrando movimiento. Desde el inicio existe en ella una gran necesidad de fundir lo fotografiado en un todo sensitivo. Las tomas de paisajes e interiores dan realce al conjunto que borronea los contornos y nos pone de frente a una relación táctil desde la luz y su ausencia. Es en este juego sensible donde el observador se integra a lo visible como elemento aglutinador de ese desdoble, posibilitando una nueva visión limpia y atemporal.
Desde esta búsqueda la artista ha manifestado la tendencia a integrar el sitio de su captura desde el movimiento, de modo sugerido o provocado. En esta línea, su trabajo de registro emerge decisivo pues en él logra vincular el movimiento en tiempo real con el tiempo subjetivo de la mirada, en una síntesis perfecta ocurrida a través de la experiencia del observador. Así, entre estos dos tiempos, se acompasa su trabajo más reciente, en donde la naturaleza y la ciudad, la luz y la sombra, dialogan en el delicado pero nítido borde de la imagen. La artista nos propone un viaje en donde todos los elementos ejercen una gravedad que pone al observador lejos de la contemplación sencilla. Lo hace partícipe del lugar anónimo, visto y reproducido tantas veces pero nunca observado, llevándolo a comparaciones imaginarias que permiten a la foto alejarse del marco e integrarse al espectador. Visto de este modo, la obra de Pamela Alvarado nos permite acceder a una experiencia estética que es capaz de perdurar en el observador pues la artista acentúa en el gesto fotográfico de su captura la dimensión integral de dicha experiencia, vale decir permite a la foto hacerse parte del observador y viceversa, sin renunciar a lo sensible a la vez que propone un diálogo con la disciplina fotográfica, en tanto nunca acabada.
En este sentido, la artista exhibe un amplio manejo conceptual de su trabajo llevando a cabo una producción fotográfica propia en donde la forma y el contenido de ésta logran desarrollarse íntegramente. El trabajo de Pamela Alvarado denota madurez y consistencia acometiendo un estudio de la imagen con características propias, las que le permiten exhibir una poética que termina por enraizar su obra. Es, su trabajo, una invitación no atada a fundamentos a hacerse partícipe de su visión, en perfecta sintonía con el devenir de lo contemporáneo. Andrés Grillo Teórico del Arte
www.radioleufu.cl