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Eventos A.C y D.C
— POR: DAVID DÍAZ* —
En el ámbito de los eventos hemos comenzado a darle un significado distinto al tiempo que medimos como A.C. y D.C. pues la organización y operación puede ser interpretada como “Antes de Covid y Despues de Covid”.
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La buena noticia hoy es que nada será igual en los eventos, como industria capaz de adaptarse a las demandas de mercado los eventos se adaptan no solo a estas demandas sino a los cambios mundiales de operación.
Sin embargo, algo que no cambia es la necesidad del usuario, los eventos y viajes de incentivo prevalecen debido a esta interacción necesaria para mantener los negocios que A.C. fue herramienta importante para generar mejor negocio pero que D.C. es estrategia para no quedar fuera de mercado.
La forma de hacer negocios se transformo a herramientas virtuales, la comunicación es cada vez mayor sobre todo como resultado de un aislamiento que pone al descubierto la necesidad del ser humano para interactuar.
Congresos, convenciones y eventos promocionales son cada vez más vistos en línea que, dicho sea de paso, llegaron para quedarse pues en el futuro será una combinación presencial y digital que genere el resultado que buscábamos y que probablemente nos lleve también a mejores dividendos.
Ahora, partiendo de la necesidad de seguridad como ser humano, la rentabilidad de cada negocio pone atención en el comportamiento de sus clientes, de sus colaboradores y socios comerciales y es por ello por lo que los eventos vuelven a ser actividad clave para reactivar la economía de los negocios.
Esto nos ha llevado a diferentes fases, desde el miedo y la depresión para después seguir adelante con valentía y buena actitud. Las personas hoy más que nunca deben mantener el contacto humano.
¿Y como mantener el contacto humano cuando la mayoría de las actividades se ve empujada a trabajar en línea? Incluso si las personas salen tenemos distancia social y equipo de protección que hacen que el contacto humano se este perdiendo entre gel antibacterial, cubre bocas y barreras plásticas.
Lo más importante es entender lo que estamos comunicando para después pensar en como vamos a operar las actividades buscando que “La protección no mate la experiencia”.
Para iniciar es vital comprender que existe un proceso, analizar como vamos a interactuar, generar la estrategia y protocolo correspondiente para después capacitar a los colaboradores para que pongan en acción lo aprendido y sumar el contacto humano que además de generar la sensación de seguridad, lo convertirá en un evento exitoso.
Este éxito debe fincar sus acciones en el ser positivos, en hacer que las personas se sientan confortables, que pierdan sus miedos y en algún momento olviden que el uso del equipo de protección es una barrera y que por el contrario lo perciban como parte de la experiencia.
Los destinos, operadores y organizadores de eventos deben tomar esto en cuenta y construir el producto adecuado pensando en hacer sentir feliz al usuario y logrando que la frustración sea cosa del pasado para que por el contrario la experiencia sea memorable.
Ya lo expreso correctamente Martin Seligman, “No solo la gente feliz soporta mejor el dolor y toma mejores decisiones de salud y seguridad cuando se ve amenazada, las emociones positivas pueden deshacer emociones negativas”
* DAVID DÍAZ IMPARTE CONFERENCIAS Y PROGRAMAS EDUCATIVOS DE SITE (SOCIETY FOR INCENTIVE TRAVEL EXCELLENCE) A NIVEL NACIONAL E INTERNACIONAL Y ES SOCIO FUNDADOR DE PROCESA EVENT MANAGEMENT & INCENTIVOS.