NÚÚM ME ER RO O 9, ENERO 2014 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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© Revista Literaria Delirium Tremens # 9 ISSN 2219-391X – enero de 2014 Revista literaria de alcance internacional
Director y editor: Paolo Astorga artesinlucro@gmail.com http://sinllegaraloinvisible.blogspot.com
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Revista Literaria Delirium Tremens # 9
Índice Página
Editorial........................................................6 Gritos etéreos (Poesía):...............................7 Jairo Rojas Rojas..................................................................... Kaosbronazoo.......................................................................... Rolando Revagliatti................................................................. Silvia Ortiz Flores.................................................................... Felipe de la cruz Sánchez Gonzáles......................................... María Antonia Alonso.............................................................. Mauricio Berrio Arismendy...................................................... Blanca García Monge............................................................... Mauricio Duarte....................................................................... Rosemarie Navarro.................................................................. Constanza Alasevic Álvarez..................................................... Efraín Altamirano Cáceres....................................................... Marco Juárez........................................................................... Agustín Guambo...................................................................... José Romero Muñoz................................................................ Mariella di Laura...................................................................... Siomara España Muñoz........................................................... Carmen Pascual....................................................................... Manuel Adrián López............................................................... Melvin Yhans Jara Galvez........................................................ Alexis Baila Manay.................................................................. Luis Ernesto............................................................................. Paola Andrea Mosquera........................................................... Verónica Cabanillas Samaniego.............................................. Joseph Kennedy Águila Inga...................................................
10 12 14 18 20 23 26 31 36 38 43 45 53 60 66 69 73 80 86 87 95 96 100 104 109
Obituarios del silencio (Narrativa)............116 J. Montoya Carrasquilla........................................................ Camila Chico......................................................................... Antonio Arjona Huelgas....................................................... Filemón Zacarías García........................................................ Alberto Quero....................................................................... Carlos Enrique Saldivar......................................................... Raúl Lara Molina................................................................... Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Valeria Correa Rojas............................................................. Fernando Morote...................................................................
137 139
Oráculos de arena (Ensayos y Artículos)…143 Sartre: La literatura como compromiso social Por: Jaime Araujo Frias.........................................................
144
Peregrinajes de la historia Por: Xiomara Alejandra Muñoz Rojas...................................
148
En torno a un texto olvidado: La Argentina, de Ruy Díaz de Guzmán y la presencia del otro en la construcción de la identidad americana Por: Maria Ines Aldao...........................................................
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“La vida es bella y la encriptación a partir de Claves Previamente Compartidas (PSK)” o “La importancia de poner un título que no se entienda” Por: Munir Hachemi..............................................................
159
Los intermedios líricos en El Perseo de Lope de Vega Por: Juan B. Martinez Bennecker..........................................
170
Michel Tournier: Un escritor postmoderno, autobiografía y humor Por: Ma del Carmen Fernandez Diaz.....................................
180
La Inmortalidad como destino Por: Carlos Yusti...................................................................
187
Construcción civil o reconstrucción de la civis de Willy Gómez Migliaro Por: Pablo A. Landeo Muñoz.................................................
190
La relación madre-hija, unos «vínculos vampíricos». La novela (Ella) de Jennifer Thorndike Por: Nelly Andre....................................................................
193
Papiros de carne (Reseñas)......................197 8 Días de Luis Eduardo Ayala Pérez................................................
198
Mundo Cero De Lynette Mabel Pérez Villanueva......................................
202
Borderline de Andrés Norman Castro....................................................
206
Voces S.O.S. El Poeta y la Niña de Asfalto de Orlando V. Bedoya Pineda...............................................
210
Escalera de Renglones de Varios Autores.................................................................
214
Genéstica de Antonio Geovanni Sanchez Burgos..................................
216
Taita Serapio de Sócrates Zuzunaga Huaita............................................... Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Por el arte de los quipus de Ofelia Huamanchumo de la Cuba.....................................
223
Perturbatorio de David JimĂŠnez..................................................................
225
Cristo Barroco de Daniel Rojas Pachas........................................................
229
5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares de Emilio del Carril...............................................................
233
Enviar Textos..............................................235
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Editorial Leer en el mundo de las apariencias
El pensador francés Jean Baudrillard (1929-2017) decía que en un mundo posmoderno como el nuestro el problema con nuestro entorno social ya no estaba solo regido por los modos de producción, sino fundamentalmente por el consumo y sobre todo por el control de los códigos que permiten establecer relaciones significativas con los objetos de consumo. De esta manera este pensador nos mostraba las causas de un mundo que vertiginosamente se ha reducido a ser un coleccionista de objetos que en apariencia son muy importantes y útiles para nuestra vida, pero que desde un punto de vista más profundo, hemos sido nosotros mismos los que les hemos dado ese sitial trascendental en nuestra vida. Por ejemplo hoy la oferta de celulares inteligentes o Smartphones es tan grande y tan “necesaria” que el mensaje es claro en apariencia: “Si no tienes un celular inteligente, no estás conectado con el mundo o no lograrás un verdadero desarrollo humano”. Nada más cercano a nuestra triste realidad que interpretar un anuncio publicitario como si fuera una verdad irrefutable. Baudrillard tenía razón, nos hemos convertido en acumuladores de objetos simbólicos que nos dan algún valor aparente. En Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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lo personal no encuentro ninguna diferencia sustancial entre la persona que tiene un celular inteligente y la que no, sin embargo, sí la encuentro entre dos usuarios del mismo objeto (el celular) en tanto su relación con el objeto: digamos, uno lo usa para contactar clientes, organizar documentos de trabajo y el otro solo para conectarse con sus amigos por Facebook. El uso de los objetos y nuestra relación con ellos van a determinar su valor simbólico y por ende su sitial en nuestra vida, creará un estatus, una diferencia y un modo de conectarnos con la realidad a partir, ya no de nuestras mismas capacidades innatas, sino a través de sus “potenciadores” (la tecnología como arma de doble filo). Nos estamos enfrentando a una inminente involución porque se nos vuelve imperativo ya no ser solo seres humanos, sino que requerimos en apariencia la adquisición de “aparatos” anexos a nosotros, para comunicarnos, para trabajar, para amar, para distraernos, para crear y para destruir, en suma, para darle sentido a nuestra vida. Esta apariencia de progreso, de significación trucada y nebulosa, nos muestra su residuo: la superficialidad y banalidad de lo intrascendente. Los niños y las niñas han abandonado la creatividad y se esfuerzan hoy por consumir objetos que los han alienado o estancado en la pasividad. Y es que el código controlado y teledirigido es el de sentir “necesidad” por consumir, por tener, por aglutinar la mayor cantidad de objetos con el fin de acrecentar nuestro valor, nuestro placer por el poder, por el confort de sentirnos mejor. Nuestra elección es libre aparentemente, pero la influencia cada día crece y crece hasta hacerse identidad y presionar cada vez más fuerte sobre nosotros. Esta misma realidad sucede con la lectura y en esto es muy importante la primera vez. En un hogar donde la lectura como actividad simbólica resulta casi nula o llena de prejuicios -el libro es un objeto de lujo, inentendible y hasta una pérdida de tiempo-, obviamente el sitial simbólico de la lectura como “necesidad” estará muy por debajo dentro de las actividades familiares y será emocionalmente intrascendente y hasta negativo. Sin embargo la lectura como actividad placentera y constructiva del pensamiento debería ser trascendental. Y digo debería porque es harto difícil vencer al código ya construido en esta sociedad hiperdistractiva. La lectura es un proceso que exige concentración y una postura activa del receptor en tanto es él quien debe extraer, analizar y construir nuevos mensajes de la misma. Es triste pero real observar que en un hogar promedio la idea de lectura se interpreta solo como una actividad académica y obligatoria en pos de conseguir algún fin “útil” como una nota en un examen de comprensión lectora, no obstante, la lectura no se traduce como una necesidad por conocer, por reflexionar, por crear, por desarrollar nuestra sensibilidad; solo es un tedioso estadio que se debe sortear para lograr un fin superfluo y fugaz. Está claro que no existe el afecto por la lectura y para explicar esto los ejemplos se cuentan por miles, sino pensemos un poco respecto a los medios de comunicación que de muchas maneras influyen en hábitos de consumo y a ciertas actitudes que homogenizan el pensamiento colectivo, ya que son los compañeros virtuales de nuestros hijos y el amigo inmediato del hombre melancólico y posmoderno. Vemos, por ejemplo, el valor simbólico que la familia le ha dado a la televisión por su facilidad para lograr el entretenimiento en tanto este se convierte en “pasividad” es decir en un narcótico que provee placer y relajación en un mundo donde la realidad no es para nada agradable. Tendemos a crear la idea de felicidad como indiferencia, como un estadio de “idiotez” al más puro estilo zombi. Hemos entregado nuestra actitud crítica a la risa fácil y al afecto simulado de una Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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pantalla en HD. Hemos modificado nuestro código de valores y relación con los objetos. Ya no estamos “desnudos”, sino que nos hemos comprado la más variada cantidad de objetos que llenen un vacío que no está en nuestro espíritu, sino en nuestra voluntad de seres humanos. Nos gusta más hoy en día mantenernos en un estado de inercia y procrastinación que intentar construir una idea argumentada de lo que nos sucede, interpretar nuestra realidad, transformarla. Nos hemos acostumbrado a estar cómodamente indefensos. Y aunque se nos presente que la tecnología y el conocimiento está accesible para todos (véase internet como una fuente de “conocimiento”) es simple pantomima. Acceder al verdadero conocimiento no consiste en leer un artículo de Wikipedia o figurarnos los más grandes investigadores cuando tecleamos nuestra búsqueda en Google. El conocimiento cada día está más lejos y mucho más lejos aún de internet. El conocimiento es un proceso no un fin. Un proceso que exige rigor, concentración, y voluntad -cosas muy contradictorias en el mundo hiperconectado de hoy-, una experiencia interactiva donde el receptor va a aprehender información para transformarla en conocimiento. Para lograr este “milagro” se debe, sin duda, aprender a leer y con aprender a leer no me refiero a coleccionar cáscaras del saber humano, sino a saber expresar nuestras ideas en forma de conocimiento, donde la gran motivación, se quiera o no, parte del afecto y de la responsabilidad con uno mismo. Para los que nos cuesta acceder al conocimiento y disfrute que nos da una buena lectura sabemos que leer es peligroso, porque nos crea un fuerte y auténtico compromiso con nosotros mismos y con nuestros actos. Al leer nos reconocemos humanos y sobre todo, nos reconciliamos con ese deseo por alcanzar una extraña satisfacción al modelar nuestro mundo con autonomía y creatividad. La lectura es un mundo por hacer, por eso, pocos se atreven a concebirla como una actividad factible, sin embargo para los que intentamos navegar por el placer que nos depara la lectura, esta se convierte en alimento que, en pocas palabras, nos permite vivir, sobrevivir.
Paolo Astorga Editor de la Revista Literaria Delirium Tremens Blog: http://sinllegaraloinvisible.blogspot.com/
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Gritos etéreos
Poesía Ψ
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Jairo Rojas Rojas
Hesicasta Heme aquí junto a los más odiados / del día: inactivos, silenciosos, en ayunas, sólo eso, adentro, donde se oye todo junto a un tambor solo en la habitación contigua esperando esperando junto a granos de polvo que jamás serán silencio junto a una pared blanca donde un hombre apoya su oído pendiente de ese tambor que espera sacar su música junto a una ventana con huellas, llena de tierra de un vasto suelo que se llena de rezo y sangre luchando, que avisa de que afuera hay una ciudad como una pareja conflictiva donde mueren cuerpos pero no ideas sangre sangre sangre en los bancos, en las escuelas, en las esquinas mal iluminadas donde hay zapatos abandonados sangre sangre sangre en las manos de las madres que forman esta tierra, abrazadas, y levantan estas montañas, para la sombra y el mar de lo alto ¡qué gran familia! pidiendo dinero en la calle pidiendo dinero en la calle cuando hacen música rodeados de estampitas de santos, mártires, criminales, heme aquí rodeado de ángeles más bien ebrios que saben hablar que comprenden el barro, las cenizas, el polvo, las aguas, la sangre que llora sus cuerpos jóvenes, los insectos que suben por el cáliz esa cruz en mi frente soy feliz aunque esté triste Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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es divertido porque se sufre adentro y afuera en geografías donde se quiere hacer lo que en verdad hay que hacer, heme aquí en este antiguo suelo iniciando
Ω Jairo Rojas Rojas. Nació en Mérida, Venezuela, en 1980. Es melómano y le interesa el Land Art y el Arte Outsider. Licenciado en Letras mención Historia del Arte por la Universidad de los Andes. Ha publicado los libro de poesía La O azul premiado en el III Concurso Nacional de Poesía de Venezuela (2012) y La Rendija de la puerta ganador de la IV Bienal de Literatura Ramón Palomares (2011). Administra el blog: www.dibujosalmargen.blogspot.com.
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Kaosbronazoo
¡Ey, chico!
¡Ey, chico!, ¿te han dicho que el frío está a la vuelta de la esquina? Te vas contoneando con tus aires de chulito por la acera, manteniendo bien alta la cabeza, pero ¿Cuánto durará? Te has fijado en que las hojas comienzan a amarillear, o de que tu chica mira a otros de reojo; no, ¿verdad? Ya me lo suponía yo… chaval… Puede que yo haya salido de un profundo bosque, con todas esas ramas muertas y ese olor a humedad, lleno de mordientes espinas y salvajes sonidos de animal. Pero apuesto a que tú vienes de una bonita ciudad, de una casa preciosa donde te acurrucaba tu mamá, que se mostraba orgullosa y de ti no dejaba de hablar. Pero de pronto comienza todo a cambiar tu linda sonrisa no consigue agradar a nadie más, y tus estúpidas bromas, que fueron tus señas de identidad, ahora solo consiguen hacer sonrojar. La gente empieza a verte como a uno más, un chaval más, de esos bien peinados que salen trajeados a currar que tienen como única meta mantener su coche y si eso, una noche invitar a los colegas a privar. De los que cuando mueren solo dejan a este mundo bocas que alimentar y ojos cansados de lamentar. ¿Te has dado cuenta ya de que te quedas atrás? Que tus sueños de llegar a ser alguien respetable dan más pena que cuando te reías de nosotros por las cosas que nos solían gustar. Pues observa bien, chaval, porque nosotros hacemos ahora lo que queremos; no tenemos que obedecer ni que mandar en un trabajo de mierda, que ni de lejos te llena, en el que lo único que haces es parasitar porque papá es el jefe, o mamá te consiguió enchufar. ¿Y sabes qué más? Que me río de tus grandiosos títulos y de tus años en la universidad. De tus fiestas en el parque Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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y de las chicas que te conseguiste follar. Yo siempre hice lo que más me llenó y he conseguido paz. Tú sigue haciendo lo que los demás creen mejor para ti, chaval, que te veo como ellos: seboso, trajeado, orgulloso y con el pelo engominado hacía atrás. Pero sin haber conseguido en tu puta vida amar amar algo de verdad, y con unos sueños olvidados entre tanto aparentar.
Ω Kaosbronazoo. Rodrigo, conocido en la red como Kaosbronazo, es un joven poeta de 24 años que sobrevive en la capital de España. Fue colaborador del desaparecido colectivo de arte underground “La Espiral Fractal” y acabó editando el último número de su fanzine. Comenzó a escribir por necesidad de comunicar de una forma artística lo que le sucedía en la intimidad y que era incapaz de plasmar con lenguaje cotidiano.
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Rolando Revagliatti 4 poemas de la colecciĂłn HabrĂa de Abrir
Yo de ellos Al contraluz me devuelven esos ĂĄrboles de luz (Yo de ellos suelo provenir).
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Abismo Ni me asomé y mucho menos me caí Mi pertenencia a él y en él mi residencia ininterrumpida es rescatada y aun sobrevalorada por panegiristas y detractores.
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Del quitárnoslo Para quitárnoslo a veces tenemos frío Lo tenemos por afán del sentido de quitárnoslo Los sentidos acuerdan un sentido.
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Adivinanza No será quien dice ser pero tampoco es su contrario no odia exactamente aunque decididamente no ama y no será una vida verdadera la que vive aunque derrocha mortalidad.
Ω Rolando Revagliatti. Nació en 1945 en la ciudad de Buenos Aires, la Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de “Revagliatti – Antología Poética”, con selección y prólogo de Eduardo Dalter. Sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.net. Sus 185 producciones en video se hallan en http://www.youtube.com/rolandorevagliatti
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Silvia Ortiz Flores
LA CALLE DUELE Duele tu beso en el mordisco campo inactivo de su piel Duele la aorta rota en el péndulo de mi casa Duele mi boca sellada por el frío Todo duele Duele el calor de otro espacio En la esquina de tu abrazo Caminando entre mis piernas Duele el amor Dicen que la polvareda de los campos es agradable A la felicidad de sus ojos El otro lado del puente Invita la noche Intimida Qué poder existe entre El otro lado del puente Donde duele este amor
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DE QUÉ COLOR ES EL AMOR
De qué color es el dolor de nuevas avenidas Cubrir rostros al verme Preguntar si la mañana quita La luz parpadea Librar sustenta mi brazo Las páginas de otra cuenca Otro amor De qué color son tus besos Colmar silencios De qué color son los amigos Respirar frente al acantilado Duele al canto de otro llanto De qué color es el amor Sostienen mi garganta De qué color es el amor Odios del amor y sus colores O Dios Cuánta insensatez Revestir colores que el mismo amor No entiende
Ω Silvia Ortiz Flores. Nace en noviembre de 1955, en la Ciudad de Arequipa, siendo aún muy pequeña su familia se traslada a la ciudad de Lima, allí realiza sus primeros estudios. El año 1996 como representante de la Presidencia de la Casa Nacional del Poeta Peruano, coordina la presentación del libro “Trinos y Aleteos” en la ciudad de Ferreñafe, en ese acto cultural de hermandad, juramenta como Directora de Relaciones Exteriores de la Casa Nacional del Poeta - filial Chiclayo. Ese mismo año presenta su primera plaqueta titulada “La Casa Vacía”. En 1997 retorna a la ciudad de Lima para desempeñarse como docente del Centro Preuniversitario de la Universidad Nacional de Ingeniería, concluye estudios de postgrado. El año 2000 contribuye con la educación en la Escuela Militar de Cadetes en Chorrillos, así como en centros universitarios.
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Felipe de la cruz Sánchez Gonzáles
Grietas El apacible murmullo de las hojas han caminado en el interminable sendero del viento, cual mariposa que amanece pegada en mis labios. Donde el susurro suave de la brisa ha acariciado esos tormentosos rayos que navegan en tus sabanas, cuales sangrientos alaridos que despertaron en la noche. Allí, el desconocido canto de los grillos ha mordido cada pedazo de mi miseria como ese cuchillo que hiere la grieta de tu ánima.
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EL HAMBRE Amo la dulce voz de tus ojos que podó la fragilidad de mi pecho, ese golpe que galopó con el hambre como jinete, aquel que despertó al hombre sin dejar de ser niño. Amo el sabor de tu sangre en esas noches sin nombre, aquellas donde la inocencia empezó a ser hiena.
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SENTADO
Sentado entre la duda De un minuto y la alegría de un segundo me encuentro desentrañando los hilos de la vida. Ahí, ignotas aves juegan con la escuálida miseria que danza en la pared del tiempo como acariciando los besos que duermen en tu pecho. Sentado entre la inmensidad de una nostalgia, pierdo la realidad que esconden mis ojos… Me siento solo.
Ω Felipe de la cruz Sánchez Gonzáles. Nacido en Sullana-Piura-Perú (1970) Ex fundador del grupo literario “horizonte de luna” Sullana-Piura (1990) Integrante del grupo “gladiadores de las letras” y “uve de versos”. Radico en Chorrillos-Lima-Perú.
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María Antonia Alonso
DESDE QUE TE CONOZCO
Desde que te conozco el canto de los pájaros se abrochó a mis oídos y solo sé ingerir sonrisas. La vida despierta en mi garganta como febril granada. Desde que te conozco llevo fuego en las entrañas y camino en las manos, el verso brota como manantial de flores frescas acariciando el poema que teje tu aliento. Desde que te conozco el corazón se me desgrana en íntimos anhelos ahuecando el aire con tu amor entre mis dientes. Frente a tus ojos no existe el tiempo. Desde que te amo solo sé cultivar caricias e imprimir besos, llevo tu sonrisa en mis pestañas para romper los párpados contra un sueño de amor.
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LA LUNA Cuando la noche extiende su terciopelo de puntos luminosos, evocando la libido adolescente de los astros, bajo el conjuro sempiterno de las sombras, la luna levanta su frente de nácar. En su astral cabellera, adornada con el diamante, de las lágrimas de los juglares, lleva secretos de latitudes lejanas, silencios deshojados, deliciosas historias ilícitas, ardores taciturnos, memorias de ausencias y crepúsculos agonizantes. Descodificando soledades, galopa sobre la noche, a través de arboledas y senderos, alimentándose del concierto lastimero de los grillos y con ímpetu arrollador, impulsa el paso cansado de las babosas. Coqueta asoma su rostro en el remanso de cristal diluido, aromatizado por el incienso de sueños otoñales, erotizando su reflejo sinuoso. El suspiro del tiempo, quiso ser brisa, para acariciarla y ella, en femenina complacencia, se despoja de la máscara impoluta y vehemente deposita su incitante beso lumínico, sobre la faz de las aguas. Más allá del arrullo de la cascada, se escucha el gemir de los acordes de ayeres extendidos, mientras que provocativa, lame la miel del misterio nocturno. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Ω María Antonia Alonso. Nací el 17 de enero de 1955 en la ciudad de Camagüey, Cuba, donde cursé mis estudios primarios y secundarios. En el año 1971 me traslado a La Habana donde estudié Profesorado de Idioma Alemán en el Instituto de Idiomas “Máximo Gorki”, especializándome más adelante en traducción e interpretación. En ese tiempo recibí el Premio Nacional de la FEEM (Federación Estudiantil de la Enseñanza Media) con el ensayo: Martí poeta. En 1979 comienzo a trabajar en las oficinas de la Televisión Cubana. Años después me desempeño como Asistente de Dirección de Programas de TV. Más tarde estudio Producción en la Escuela Nacional de la TV Cubana y ejerzo como tal en Dibujos Animados. En el año 2001 paso a trabajar como infografista en el Dpto. de Dibujos Animados hasta el año 2011. Desde Octubre del 2013 resido en Santiago de Chile junto a mi hija.
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Mauricio Berrio Arismendy
EL PASO DE SAN GOTARDO Perdido entre las rocas discurre el pensamiento en densos nubarrones. Las fronteras del silencio, demarcan el camino hacia la soledad enfrentado la mirada implacable del enigma al encuentro irremediable con la muerte. La majestuosidad del instante se congela en visiones de futuro. Del peñasco a los filos inalcanzables de los montes, se trazan las sombras del cañón hundiéndose en oscuros laberintos hacia la locura.
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LAS TENTACIONES DE SAN ANTONIO
El agudo suspiro del mundo se manifiesta en encuentro de odios infundados. Tormentos de palabras… Desespero espiritual… Agonía eterna… El origen de nuestros demonios, aire fresco que inquieta los sentidos. ¿Cómo la carne es tentación cuando goza de tan delicada belleza? Sacrificio de santidad, olor a sacralidad en lenocinio. Las bestias crapulentas, reverberan de mundana experiencia penetrando las duras capas de lo incorpóreo.
El espíritu no quiere escuchar al cuerpo deseoso ardiente hambriento de comerse con la vista al tabú milenario… caída irremediable del ascetismo. Deseo incontrolable de embotamiento, Calcinación fatal de luceros perdidos… Mares de claroscuro. Razón primigenia Engendrada de la incapacidad Insoportable de ser.
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Los amantes muertos El recuerdo de tu piel tersa, contrasta con la realidad de tu avanzado estado en descomposición. El hedor de tu presente golpea con fuerza la imagen candorosa del recuerdo. La muerte para algunos… Viaje de ultramar. Máxime compromiso. Realidad incesante de la carne reducida a despojo exhumado. Con la aridez de tu pubis, reclamas a horcajadas las cenizas que alguna vez, llenaron tus ausencias. La vida en clara oposición al estado de las cosas, es detonante en el camino hacia la inmortalidad.
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Exilio Comienza una nueva diáspora ¿Dónde iremos a parar? El lugar en el que no existen las fronteras es encuentro con la tierra prometida… Nuestros cuerpos.
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A Kafka Llegas tarde ante la gran puerta. Intentas abrirla y no cede, tal vez por el peso de sus años o el de los años que llevas intentando abrirla. Tres golpes son acompañados por el silencio de la indiferencia… Aumenta el desespero, desaparece la compostura, luego de tal batalla sólo quedan heridas de frustración. Una luz incandescente se anuncia por las numerosas brechas del portón, rechinar de clavijas y bisagras avisan el final de la espera… Se acostumbran los ojos al silencio. Sólo vacío.
Ω Mauricio Berrio Arismendy, nació en Medellín, Antioquia Colombia, en 1983. Es licenciado en Ciencias Sociales de la Universidad de Antioquia, actualmente se desempeña como docente dictando las áreas de Ciencias Sociales y Ciencias Económicas y políticas en el Colegio San José de las Vegas, allí imparte el centro de interés de Taller Literario y Escritura Creativa. Participa del Taller de Escritura Creativa dirigido por el maestro Raúl Henao.
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Blanca García Monge
El nido, el ave... El vuelo del ave que deja el nido, el nido sin ave, El ave... ¿herida? El nido vacío. El viento ronco, afónico. El ave pensativa, el pensamiento en asombra y duda. La antigua duda, la de siglos inalterables. El ave silenciosa, el vuelo en espera, el corazón aturdido entre precipicio y olvido. El nido, el ave, la voz del nido, el nido solo, solito, solitario. El ave... sin rumbo. El corazón... ¿del nido? Esperando oquedades... muriendo de hastío.
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Silencio ¡Calla! Que despertarás a los dioses que duermen en templos de mármol y cristal. Calla... Ya mañana hablarás del silencio de esta tarde, solitaria y sepulcral. Del vacío, de la ausencia, del insomnio de plegarias que brotan desde adentro, encharcado manantial. Calla... Que luego hablarás del dolor y lo absurdo de esta vida... ¡Digo! De esta tempestad.
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Subsisto Paupérrima de respuestas sobrevivo a la quemazón de la tarde, en medio de estas soledades y calores sofocantes, en fuga el corazón a través de una grieta que dejó la nostalgia. Esta efervescencia de inquietudes contienen el eco de dudas ancestrales que se anclan como la noche a mí yo inalterable.
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Sombra
Sombra que a los lejos lento se acerca en somnĂfero ajetreo desparramando truenos. Afuera, se desborda sobre el tejado como piano gigantesco de la lluvia sus dedos gruesos. Una gota cae al suelo y forma una corriente que se engrosa y que da miedo. A lo lejos, el rayo, el resplandor parte en dos el cielo.
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El amante Contra todo pronóstico de mal tiempo un corazón que carecía de habilidades natas para moverse sobre el agua levó anclas y se aventuró al temporal.
Ω Blanca García Monge. Ocotal, Nueva Segovia, Nicaragua-1980. Licenciada en Desarrollo Social con especialidad en proyectos de cooperación internacional para el desarrollo, Técnica en gestión del riesgo y manejo de desastres, labores profesionales en ONG´s que manejan la temática de la reducción de riesgos de desastres para aumentar las capacidades de respuesta y la resiliencia comunitaria. Obra literaria: Poesía y narrativa corta en el blog personal: http://polvaredaliquidabng.blogspot.com/
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Mauricio Duarte
Lluvia Oigo el ruido de un trueno en la distancia. Espero que la lluvia Sola Lavar que todas las almas. Lo que sorprendió a todos los miedos y limpiar todas las conciencias Esa tierra húmeda prosperar y hacer ... ¿Qué hacer prosperar hojas y flores Cualquiera que sea la fuerza y la esperanza, Muero por un ciclo que se cierra y nacer a un ciclo que comienza Que componen la luz llueve ...
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Las gotas de lluvia Lluvia violenta viene por la noche Diezma a toda esperanza, lavar la cara entera. Después de la calma el chapoteo de las gotas de lluvia en hojas de plantas Aurora dom. el brillo y el aire limpio rehecho en mi corazón.
Ω Mauricio Duarte. Nació en Niterói, RJ - Brasil. Escritor, poeta, artista e ilustrador, se graduó en Diseño Industrial - Programación en Visual Escuela de Bellas Artes de la UFRJ. Ha publicado dos antologías de relatos cortos sobre la demanda: la conspiración literaria y Quadrinhográfica Conspiracy, además de colecciones de poemas, poesía Brutista, Simultaneísta y Estática y pedazos de una vida. Antología poética. Finalizado el curso de Literatura con el poeta Maria Regina Moura. Fue galardonado por ABD con medallas de plata y prominente en cuanto a su participación en exposiciones de arte y la literatura como poeta. También fue galardonado con la mención de honor en la poesía XXXV Concurso Hermando Continentes Argentina.
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Rosemarie Navarro
Una flor me está jodiendo el canto Una flor única y venenosa me nace y me crece caprichosa e ilegal de la arista de un sístole musical repetido en canto dulce agónico y en toques a puertas de ciudadanos invisibles Los demonios de mis válvulas purpúreas mandan a callar la austeridad de los dedos gélidos y tartamudos y el desierto atrapado en el halo de una pupila se reconoce astro Todos trabajan aquí dentro para colmar la voluptuosidad de la sangre en un viaje de sístole a diástole disparo contra disparo las balas son dos vidas condenadas a la soledad Yo estallo en pétalos de claves de sol cada vez que alguien me alcanza inevitablemente inhabitablemente como una caída a la dolorosa nada que es el abismo del adiós el vértice de un silencio sacro Mientras llega la hora del crimen final continuaré incendiando entre estambres de frío y calor toda la paz que he podido tener algún día Como un fuego artificial, sube ardiendo una flor dispuesta a colorearme con vesanias implorantes la noche de los campos negros de mis ojos
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El dolor en la noche Estamos a 40°26′ N 3°41′ O. El cielo es como una garganta La bestia es el universo que gime Paseamos por una calle alumbrada de cerillas altas los tacones de nuestros zapatos tocan las serpentinas puertas del delirio. Una necesidad añeja nos conduce en una ola de ejércitos con banderas de indefensión en pos de la caza del olvido. A dónde los bares chirrían vamos hacia sus dientes de copas y botellas, el polvo de estrellas se torna arma, la manada ciega un pequeño suicidio colectivo perpetua, después nadie recordará. Un sansón de los licores tumbará el olor de la felicidad fugada. Esta noche los cimientos son de cristal y el mundo es denso. Columnas de humo escapan de las bocas en pez que delatan el ardor del sueño frustrado. 3:30 a.m. el mundo aplasta. La gente orina en las calles su exceso de sed. La prostitución queda difuminada. Todos los contornos bailan como gusanos. Un hormiguero disfrazado de fontana guarda alfileres punzantes. Los hombres buscan un rincón donde pasar la hambruna. Madrugada de un sábado, el jolgorio no sabe a bálsamo. El alcohol no apaga la lumbre. La miseria sigue iluminada en una capital en ruinas. El Manzanares llora solitario a lo lejos. Cientos de personas duermen en agujeros de balas de guerra del capital. Cientos de personas rebuscan en las montañas de desechos. Cientos de personas agonizan en deseos. ¡Bienvenidos a la tragicomedia de la noche en Madrid! El telón se bajará al alba. ¡No te pierdas la función con los ojos en llamas! Mañana el drama quedará latente en la rutina. Nadie querrá reconocer la terrible necesidad de engaño.
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Llamada 2 He llamado a Dios mientras dormía en su apartamento en Pequeña Nube de Magallanes Todas las víctimas han dibujado un lamento de vaca que me ha lamido el impulso de flor Señor, siento despertarle, pero urge en este minúsculo músculo de un ojo de Enki tu ejercito de cucarachas tus sacerdotisas de libélulas todos tus cantos de caballos trotando a millones de años luz para las damas de la metafísica ¿Qué hacen ahí? Señor, las amapolas no han sido suficientes Han de venir los gatos monjes de tus barbas, Los hermosos gallifantes de Tritón, tus sirenas relámpago… Llena sus odios de tus océanos de vacío de los besos de tus blancos cráteres donde se hallan las arañas del tiempo tejiendo y destejiendo la gran explosión... Antes de que los hombres maten, y en esto no exagero, todo lo que les da miedo amar
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Dibujar Dime si esta puerta blanca no es el fin y el comienzo a la vez de un monstruo Islas de ausencias gritan mi trazo serpentino azul violeta amarillo verde y un incendio nervioso estalla Brujas de mi lenguaje enredado y torpe tejen sobre la célula del mundo Un abismo que adquiere formas sobre la nieve y se convierte en una nueva bestia loca y fértil Jadea ángeles en los espacios que llaman a mi hondonada con melodías de órgano Albergo demasiado para no escupir sobre la nada Remo allá donde un espacio llora
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Pájaros caídos Y yo le dije a aquel mendigo de sueños, en la oscuridad de una ciudad dormida, que éramos como pájaros caídos de alas rotas condenados al dolor del gris cemento, añorando por siempre la belleza de una naturaleza que nuestra propia debilidad nos robó. No viviríamos mucho, ni él ni yo y aunque éramos jóvenes aún teníamos el sello de la muerte estampado en las sombras. Ambos habíamos perdido el destino en el juego de azar de las estrellas Y sólo nos quedaba apostarnos los pasos la calderilla de nuestros ojos paupérrimos y un pedazo del cosmos por si recuperábamos, el porvenir Pero nunca, lo recuperamos Por el callejón de los despedazados caminamos aquella noche entregados en nuestra grata compañía, símiles piezas perdidas con el fuego hirviendo en los ojos, arrullando a la luna bajo la sombra patética del miedo, él siempre con la tentación de despedazarme, y yo con la triste tentación de ser despedazada.
Ω Rosemarie Navarro. (Lima 1986) Estudió Psicología y actualmente estudia Filosofía en la UNED. Reside en Madrid, España desde 1995. Se expresa en el blog http://mireinoporunaexplicacion.blogspot.com.es/ y en el tumblr http://versosreflejos.tumblr.com/ entre otros. Aún no ha publicado ningún libro.
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Constanza Alasevic Álvarez
Las pajareras A las semillas se les prohibió mi boca hace mucho tiempo. En las noches solía llorar una gota pasajera mientras mi mente temblaba esperando un estímulo. Una barrera de libros acogió mi llegada, sólo distinguí cuatro paredes donde en cada una de ellas surgían dos manos que me arrebataban la tranquilidad, a tirones. Mi nostalgia empapó la habitación, de mi cuerpo escapaba el veneno de mis casas anteriores, a mi lado las pajareras comienzan a tiritar, los pájaros han emprendido el vuelo y cegados van en picada a estrellarse contra el suelo, aún no se convencían de su envejecimiento. La laguna de mi habitación continuaba fría como para ahogarme a gusto, mis pobres pajarillos vuelven a volar contra el piso mientras la vejez les daba el beso de buenos días.
Han pasado cuatro días, los cuerpos de los únicos familiares que me quedaban rebalsaban en la alfombra la sangre grisácea que aun de mis ojos siguen brotando El más pequeño traía cargado en sí un año, sólo camino dos pasos hacia la ventanilla para emocionarse y envejecer, con el cigarrillo en el pico se dejó caer tentado por el humo dejando mis pajareras vacantes para el día que aprendiera a volar.
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Mi eterna autopsia Sigo oyendo las voces de negligencia, sigo sintiendo su placer al quitarme la carne. El olor a alcohol se hizo presente desde aquel día y gozaba emborracharme con este olor. Me esperan mis ateos, prontamente estarán mirando la falda al catolicismo, en unos momentos sonará la campañilla de la tienda de placas.
Ω Constanza Alasevic Álvarez. (Estudiante 16 años). Reside en Santiago de Chile, poeta y lectora voraz de novelas policiales. Participa en el taller de jóvenes críticos en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM).
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Efraín Altamirano Cáceres
CIGOTO Está aquí esperando en la puerta tu poesía oxidada olor a vinagre nadie le enseñó a saludar mucho menos pedir permiso aglutinante entre tanta multitud puede ser que a pesar de todo siga siendo solo tu poesía a nadie le interesa cómo haces para no resbalarte cuando aclarabas su espalda o esa vez que te mandó a la mierda si piensas abrir ten en cuenta no será lo mismo cada línea se quedó inmóvil hasta que volviste a escribir entendiste por qué el poeta puede ser un sicario o un santo la diferencia entre el santo y el poeta el asesino y el poeta el barrabás y el poeta el verdulero y el poeta el poeta y el poeta y tú aun así sacar cada palabra obligar a cargar con todo sujetar con gran fuerza sus manos entrar en su cuerpo mordisqueando el punto del primer verso Esta es la tercera vez que toca y nada sucede no se ha preparado nada para el almuerzo ni siquiera un poco de buenas tardes puedo notar en tus pupilas la decadencia y el terror de no saber qué hacer la falta de ánimo la vena palpitando dejando ceniza el golpe a la puerta es aún mayor se tiñe tus manos del cordón umbilical - lo lleva puestoestás y no estás te levantas caminas muerdes el labio inferior tratas de no estar de colgarte pendejo de saltar por la ventana pero sí estás y se hincha la mirada - sigo escribiendotú no eres lo que aún trato de entender la manera que rascas tu Jean no resolverá volverás a nacer no quiero entender tampoco humear en estas líneas sabes bien que pienso sangrar contigo pero tú estás y tal vez no estás seguiré escribiendo hasta que abras Esa es una fuerte patada en la puerta siento tantas ganas de esconderte donde acostumbraba fumar alegría quizá ya se enteraron los vecinos Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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(empezará el murmullo de versos cercanos) El dedo pulgar -gritas el dedo índice alcahuetea lloras como perra en celo el medio siempre fue medio no me interesa que siga apuntando el papel desapareces y no asimilo por qué escribo pisoteando rascándome la cicatriz que deja tu huella sumergiéndome en gotas de saliva gotas de aire gotas de ceniza pura y no pasa nada no sucede nada Sigo escribiendo a pesar de tu herida y tu poesía y la puerta pero sabe que existe apetito para tanto aullido y aventadas de madre así es aventada de madre es tu apellido que me embriaga detrás de la puerta el mundo vuelve a reclamarte detrás de tu espalda esta mi pecho arañado / fijo a la deriva está el aliento el deseo de no tocarte más de no tatuarte o tajarte el cuello y nada sucede no existe motivo para seguir esperando y nada sucede no existe motivo para seguir esperando y nada sucede no existe motivo para seguir esperando mientras sigue la puerta sin culpa alguna el chillido de su manija es violentado como un gran pene atropellando algo una y otra vez una y otra vez una y otra vez te sientas rascas tu Jean pero sabes que no es así sigo escribiendo para bendecir tu encuentro me doy cuenta que falta poco para que acabe todo para abortar o inseminar se acerca el último chillido el más agudo como una abeja gigante y empachada el gran pene sepultó y atravesó todo aunque el mundo sabe de puerta no existe la puerta / no existo pero tú estás y no estás entiendes te acercas con olor a vinagre y el puñal de su mirada es goma de mascar rascas mi espalda esa eres tú ya no me volverá a encontrar sigo escribiendo no la última palabra que se aproxima siento el latido de sus pasos acortando tu mundo levantas la mirada sonríes tragas silencio respiras mueres muero no es olor a vinagre es olor a poesía
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POETOLOGIA
Hay poetas que saben lo que escriben poetas que viven lo que escriben o mueren y escriben poetas que solo existen cuando escriben poetas que mandan al carajo no poder evitar escribir después de todo es el poema esa herida blanda y expuesta muda aunque suficiente para enfrentarse causa / efecto el desorden y el orden el lápiz el dedo el teclado la migaja que dios no evita compartir el anzuelo de una furtiva bohemia y pisadas grandes si trato de dar más detalles terminaré consumiéndome en el absurdo delicioso mechón que se arranca el poema después de lamer otra vez la llaga alergia verdadera filtros indigestión gota anémica lágrima tasa vacía con la cucharita de siempre resuelve tu entorno y regresa a ser el estigma ya no sigas el parto fue sin cesárea sin dilatación y pequeñas contracciones en algún bar al introducir un pero observo temor de que no encaje porque sigue el parto a toda marcha son huellas de un pie plano y geométrico pero si digo entonces hay poetas para cada locura poetas tan inútiles como yo debe ser el mejor pretexto para seguir existiendo alejado de almohadas de cicatrices frías sin sabor de uñeros colgando en las paredes ridiculizando el mayor anhelo entonces si digo pero cada vez que escribe ocurre me da gangrena si esta expresión fuera un pedacito de verdad como un aburrido porno donde el argumento ya no es esencia de carne un pedacito nomás de verdad todavía esperamos vendrá al tercer día
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GENESIS CAIN Todos quieren ser como tú verdad se convierte en hincones quietos eternos tengo suficiente para caminar siempre mirando al vacío los brazos crecen hablan se mueven y empiezan ABEL Lo que se desea puede morder despacio al principio hay algo que no se ha escrito manos viajan lentas para encontrarse para elevarse nadie notará la historia despierta CAIN Quién es mi madre quién es la culpa de dónde viene el azar para nunca preguntarme nadie cerca los pasos que invento ABEL La verdad tiene altos escalones prefiero andar tranquilo voluntad es un permiso absoluto que no dudé dártelo al escribir estas líneas empiezo a mirar hacia arriba ABEL Los pies son testigos fieles culpables nunca pensaron ir más allá el corazón se preocupa bastante cuando los talones duelen entonces quién debe explicar desde cuándo arde el silencio
ABEL Quién es mi madre para enseñarle mi culpa CAIN CAIN CAIN Huellas me persiguen gritos llevan el nombre - nadie olvida – rencor insípido ligero como un pañuelo acostumbrado a no entender letras es inútil buscar nuevas palabras suceden no se cansan de señalarme CAIN No tengo permiso para salir temprano No tengo permiso para salir tarde No para morir / ciego / recuerdo para escribir esto Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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CAIN / ABEL Lo que hago es un absurdo / estaba escrito existen ataduras desde el mismo ADN (Antes De Nosotros) despiertan ahora obligan para consumirse en historias donde sigo siendo una sombra si alguien pregunta sobre culpables esperaré de otra parte vengo aquí resignado este lado no es sombra y no intenta ser luz este lado tiene el cordón atado a la muerte entiendo entiendo ese era mi turno frío
ABEL / CAIN Alejado de los pies abriendo nuevas puertas (si es que así se llaman) Frío y algo rojo debo cerrar los parpados aún queda algo que no se ha escrito letras pierden aliento frío abraza eso rojo se aleja y aleja y aleja por un momento tuve ganas de defenderme (fue uno muy breve) pero eso no era para mí frío agradable mirada tranquila Soy el único testigo soy la causa no tenía otro nombre para agregar lo escrito sea parte del pasado nunca conoceré mi recompensa esta parte donde soy la sombra fue la única para entregarlo a la muerte tal cual es
así debió ser
no soy su hermano o su sangre CAIN CAIN CAIN / ABEL El frío conoce todo lo que sucede pronto pasará
pronto pasará pronto
terminó
No soy su hermano
me refiero a mí
O su sangre
CAIN No soy su hermano ahora miro arriba espero se acuerde cuando era su hermano trataba de amarlo Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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empecé a renegar de mi sangre la huella en la frente Mi huella eterna es como su sombra no soy su hermano
me di cuenta de lo escrito
nadie pregunta los pasos que invento
CAIN Tú que me hablas de todas partes debes amarme porque el perdón se fue en ese rojo color el camino que ahora tiene ese camino
Jamás podré tomarlo
CAIN CAIN CAIN
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CAUSAEFECTO – DESGASTE
Yo no escribo porque me da la gana escribo para cumplir un castigo para cumplir el indulto llenarme de caries la ausencia pensar y estrellarme para alunar en un viejo castillo sea en abril que regrese y escribo porque la ceniza de ellos todavía refleja mi nombre porque mi cuerpo amarra sarna porque ya no tengo ojos ni manos en la espalda la mugre sigue tan fresca llena ahora entiendo que la carne no es lo único que se pudre la intención de escribir puede ser parte del desayuno de una olla común de una pollada Pro fondos jalada de pelos / moquillo impregnado en el hueso el planeta tiene fiebre sus pies callosos necesitan ojotas la barba se le está cayendo sus canas ya no son verdes no son marrones ni azules sus canas son residuos de aquel pensamiento calambre en el corazón de un infarto en el apellido gemido de viejas historias vuelven a desnudarse y enseñar aquello que sucede la gorda azul se le está apolillando el sacón largo y curioso se come las uñas las escupe en los pies parar atenuar el frío traga saliva piojos todo el cuerpo se rasca la nariz y respira menos que antes cuando yo nacía cuando yo nacía miraba el techo y no terminé de anotar algún encargo de Dios de repente por eso sigo escribiendo el gran corral está oxidado lleno de mierda industrial lleno de flojera de exportación con tal certeza una vez mientras contemplaba a una cucaracha analizándome desde el baño comprendí muchas cosas y decidí no matarla pero eso nadie lo sabe más que indiferencia tengo envidia sabes perfectamente la culpa cuando la gorda azul se rebele cuando por esa última rebelión tenga que también desaparecer la envidia se vuelve una lástima soy nada más simple humano en cambio ella es una cucaracha soy nada más aire usado ella es muchas patitas y antenas nerviosas pero eso nadie lo sabe mirarla tan fijamente y maldecir todo amar odiar joder penetrar morder perdonar sollozar matar infinita arderá segura porque al final alguien la aplastará da lástima Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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sigo siendo solo un ser humano nunca enterarse de lo sincero que debe ser todas esas patitas aquellas antenas - siguen analizándome esa manera nerviosa de ocultarse / nunca entender lo que es la muerte quizá percibe mejor cómo la nodriza azul está sangrando está abortando lo poco que queda de sus duros senos tratando de esconderse buscando alguna sombra para no seguir llenándose de ampollas colores y marcas en lo más profundo del vientre y matar todo joder todo anular / borrar / liquidar / cercenar / putrefacción tierna Depravación extensa y despechada / glúteo opaco y sueño eterno ¿alguien puede decir que soñó una historia completa?
Ω Efraín Altamirano Cáceres. Cusco, 1985. Poeta, músico, performer e Ingeniero Civil. Agregado en la antología de la Fundación - Yacana Bar (60 poetas contemporáneos) Co-Dirige el Grupo Parasomnia (Plataforma de difusión de la Poesía en todas sus formas y deformaciones) estudió en el conservatorio nacional de música. Textos suyos han sido traducidos al inglés e italiano, agregado en muestras de Poesía de la editora Vicio Perpetuo y recientemente en la Antología Mexicana ¨Vox Horrísona muestra de poesía última peruana¨ publicado en México por la UNAM, que será presentado en el IV Festival de Poesía de Lima (octubre 2013)
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Marco Juárez
¿Y si nos olvidamos de todo de que te llamas Fulana y me llamo Mengano de que eres tal o cual cosa y no eres más cosa que persona así como nos olvidamos de que vives en tal palacio o yo en tal pocilga (cuando vivo en algún lugar) si nos olvidamos de que te gusta un Mengano y de que me gustó una Perengana y que el día tiene soles y las noches lunas y además nos olvidamos de las semanas y las letras y las lágrimas y las risas y solo somos como dos hojas en blanco y hacemos como que estas letras no tienen sentido porque también nos olvidamos del lenguaje si nos olvidamos o mejor olvidamos a todos los demás pero nos recordamos en aquel sueño y en aquel libro y en aquella fantasía si dejamos en paz que tú eres agua y yo soy tierra y entonces solo nos volvemos lodo y nos sacamos plantitas si votamos por la amnesia voluntaria solo por un rato Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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mientras cierras los ojos mientras cierro los mĂos y estas palabras dejan de ser palabras y te me vuelvo tu todo y te me vuelves mi toda y nos quedamos en nada sin nada con nada solo humo polvo ceniza un recuerdo de algo que puede ser y que no ha sido?
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Momento de (anti)amor: Dos o tres momentos de vete a la verga y dos o tres de me mandas al carajo Así es esto uno juega a putearse a decirse bromas con verdades entre líneas a negarlasa reafirmarlas y luego otra vez a negarlas Hacemos como que te quiero y después hago como que te creo Solo jugamos a creer a hacernos pendejos a no decirnos a guardarnos en secreto que ya no nos queremos que ni siquiera nos soportamos Peor aún así nos decimos te amo como si el te amo nos salvara de las verdades como si las verdades no calaran como si el lo siento fuera un ungüento mágico un producto milagro que rejuvenece el amor y quita las patas de gallo y baja diez kilos en una semana sin dieta y sin ejercicio como si al llegar a la cama no pensaras en otro y yo no pensara en lo que pudo ser con otra como si el amor solo fueran mariposas y temblores y sonrisas y suspiros Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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como si el amor además solo fueran lágrimas como si alguien supiera realmente qué es eso qué puta de qué esquina y con qué tarifa con qué enfermedad venérea viene el paquete de rosas y chocolates y sueños al que llamamos amor.
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Por ahí leí una vez que cuando te rompen el corazón no te lo vuelven a romper de la misma manera. Quizá están en lo cierto, quizá la verdad sea más cursi y es que no se puede romper algo roto. Como sea he decidido que si no se puede romper nuevamente me romperé algo más: ya me he roto una muela, y está por romperse otra, ya incluso me he roto los sueños y las fantasías, por el momento si no se me rompen los dedos estoy fielmente convencido de que me romperé los pulmones con tanto cigarro, y si se puede, de paso, la cordura o el hígado a ver qué cede primero.
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Física en un mundo tridimensional las líneas paralelas en algún momento se unen Tú en tus pedos se separan y nuevamente se unen Yo en los míos esto no es poesía es física y sin embargo Ninguno en los nuestros es poesía
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Así de sencillo como si fuera diabetes por partes a pedazos de los pedazos que se creían amputados o de las partes que no se habían dado cuenta que quedaban pal caso a pedazos
Ω Marco Juárez, nacido en México en el año de 1987. Estudiante de Filosofía en la UNAM durante año y medio antes de que la sensatez le llegara a la cabeza y concluyera que aún faltaban muchas lecturas. Estudiante esporádico (con preferencia al autodidactismo) de Creación Literaria en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, alumno de profesores como: Hugo Hiriart, Héctor Carreto, Xhevdet Bajraj, Teresa Dey, entre otros, y aprendiz, nacido de Adriana Jiménez. Trabaja los diferentes géneros narrativos, entre los que prefiere la novela y la poesía.
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Agustín Guambo
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No me gusta marzo me recuerda que no soy una ballena, me recuerda que no vivo en el mar que vivo en medio del smog de la gente; no me gusta marzo, en ese mes recuerdo que no soy ballena y te extraño…
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+++ Arena quedará de ella y de mi Después del amor Arena En la que otros Cuerpos Hundirán sus huellas
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iii el cielo se inundó de venas digitales No éramos felices No éramos felices corríamos esperando ancianas estrellas –partíamos- eso era la hermosura ver tu cabello perderse esconderse de mis manos No éramos felices pero nos queríamos Bajo del cielo de Lima un perro nos indicaba el fin de la noche y aún mirábamos nuestras pieles como queriendo mutar el abandono mirábamos nuestras pieles de tierra que poco a poco se erosionaban: era el olvido [Comenzamos a caminar] Lima refulgía descuartizada y hermosa seguíamos buscándonos nadie nos dijo cómo olvidarnos nadie nos dijo cómo amarnos nunca más estaremos solos La noche es un bisturí para nuestros cuerpos Que triste es Lima después de amar Que triste es Lima después de Lima algún día seremos eternos pero esta noche nos es permitido ser mortales Fuimos parte el uno del otro si alguien me preguntara dónde está ella dónde habitan sus heridas diré huele mi aliento Un día volverás absoluta, entrarás por esa puerta que tantas veces te despidió y un ruido blanco te dirá ha muerto es ahora -por fin- su propia identidad Si te preguntarán por mi muéstrales las uñas quemadas Leo que moriré en octubre y eso me llena de satisfacción La otra noche conocí a una chica eras tú o quizás solo un ave con una revelación en el plumaje Moriré en octubre como un perro asmático Una oración palpita en el centro de las estrellas ayer conocí a una chica que escribió no me conoces y ya me has matado, una oración palpita en el centro del viento, aún no me conoces y no quieres olvidarme Largas horas [veo moscas amar una fruta que se ama en una fruta veo moscas amar] bajo la luna acariciando la piel de las rocas porque nos dijeron que eso -también- era la felicidad Gaviotas quemadas eran los cromosomas de un árbol que usamos para impregnar nuestra derrota éramos pequeños éramos tristes éramos nada así conocí la locura de las hormigas la necesidad de las babosas una hoguera incendiaba mi infancia mientras Lima refulgía descuartizada y hermosa eso fue nuestro cariño…
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iii LA DISTANCIA esperábamos la espuma del sol sobre nuestros kráneos, cada uno de nosotros enfermos niños frente a un mar encrespado: búho mitógrafo del viento; en tanto que un Lóbrego funámbulo de aire se prendé en mi piel: la nostalgia No temas del aliento mecánico que hueles ni del llanto que derramo Te imagino ahí en el mismo lugar -numerosos muertos transitan sus pasos cantan agobiados por la sal del desvelo- de pie, tarde a tarde mirando el plumón del mar; me golpea la espalda el día remoto; busco tu sombra en cada libro que leo, sólo hallo lágrimas -arañas que tejen un cementerio me nacen de la lengua- , las páginas no me sirven de consuelo, las letras no sirven de consuelo… [la poesía fingió que era lascivia de la baba, nos dijo: soy un pájaro de miel que hace nido en la contemplación del fuego de los voraces; pero no, la poesía es/era/será un animal ciego dispuesto a atacar y matar, la poesía vive del resuello de los náufragos, en medio de la dermis de la neblina, esperando pólvora de jóvenes bestias…] pero volvamos a ti y a mí, volvamos a los zapatos, a tu sombra y tu ropa: que no están en mi piso desdoblando la soledad, ni tu sexo -tumba de garzas protervas- el acantilado donde hundo mis ojos en otoño me ha quedado, la noche se triza fugitiva y furiosa, espero aquel búho del alba que anunciará tu retorno… tu retorno wendy; esperaré por ti y por mis hijos injertados entre tus huesos… he de esperarte en una ciudad colérica e inventada, ¡Ítaca cayó ayer!, solo nos queda el polvo y la tarde… ¡amarnos!, no queda más, ¡amarnos! sobre el vientre de la piedra que se enmohece en silencio, junto al esqueleto de aquel árbol que tatuamos a obscuras… hasta que nuestras sonrisas se hundan nuevamente en la tierra y sobre ellas copulen los insektos…
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Polly Let me clip Your dirty wings (Polly-Nirvana)
Polly duerme, no mires a tu padre, está sucio, manchado entiende que la tristeza es un pulpo que recorre las venas, no juzgues cierra tus ojos negros descansa el rostro sobre la sangre de tu padre encuentra alegría entre sus glóbulos –mastíkalosabre sus pupilas para que vea el sonido que dejo en tus uñas,
Polly, muñequita triste sombra solitaria, Kurt ha muerto [Una ballena encalló en su corazón] no sientas miedo que él cuida de ti acaricia tu pelo en las noches cuando los coyotes bajan en busca de más sangre, Polly, todos llevamos un muerto por dentro, pero pocos lo usamos… Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Ω Agustín Guambo. Kito, 1985. Psicólogo Clínico por la Universidad Central del Ecuador. Maestrante y becario de Antropología por FLACSO. Director de la Editorial Murcielagario Kartonera. Invitado a: Letrarte (Argentina-2010); Festival Internacional de poesía SUMPA-VIVE (Ecuador-2012); Festival de poesía de Perú (Lima-2012). Ha publicado: Yellow dog blues (Argentina-2011) y POPEYE's Sea (Lima-2012).
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José Romero Muñoz
Palabras sin condena Sonidos que se pierden entre voces discordantes juicios paralelos afónicos palabras mediáticas y dolores que se producen entre la razón y lo supuesto. Cada alma tiene un pensamiento y cada ser se enfrenta a si mismo con momentos de melancolía cuando se ha causado daño y se esconde detrás de la cobardía. Palabras ¿cuánto daños hace? por qué fácil es de llevarte, cualquier momento es bueno si no te damos buen uso haremos daño sin condenarte.
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Miradas perdidas Tardes cálidas de otoño grises y opacas algunas suspiros por los besos y miradas perdidas, lentas horas se mueven entre luchas por no morir no es el tiempo quien muere sino el no vivir.
Oxigenado mis pasos Respiro cada instante envuelto con sonidos sedientos y necesitados para mi vida constante. Pensamientos oxigenados sensaciones atraídas momentos inocuos la soledad me ha llamado. Mi interior se engalana con recuerdos coloridos deja fuera lo sufrido para jugar en la mañana. Altivas palabras salen de un cuerpo con cicatrices enseñados por el tiempo se pueden ver lo que valen. Atraído por el tiempo envuelto en sus tormentas uno se cubre y espera que pasen los contratiempos. Del interior parten amores que resurgen entre cenizas roto fue muchas veces y con ello llego los dolores. El ser que me dieron y que no pedí tener se gasta de usarlo y con él mi fin me dieron.
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Último trago Hoy quiero beberme El resto de la vida que dejamos Contigo , compañera ,amiga Nos falto un trago que no hicimos Nos falto un último esfuerzo Y quedamos sin llenarnos juntos De tantas y tantas cosas..... Quedamos incompleto amiga Hoy nos falto ese último trago Que nos quitara lo amargo de lo pasado y nos dará esperanza para el futuro que nos llega Hoy podemos tomar ese trago Si tienes sed como yo de beber Junto a ti la vida.
Ω José Romero Muñoz. Natural de Huelva, 53 años afincado en Valencia desde hace 7 años. Profesor de teatro y durante años escribiendo poesía, siendo junto con el teatro su dos grandes pasión. Durante muchos años trabajo en los medios de comunicación de Huelva. La poesía le lleva a encontrarse con otra de sus grandes pasiones, haciendo que broten de su ser las más grandes pasiones y a la vez los sufrimientos y soledades .La mayoría de sus poemas están enfocados a sentimientos, pasiones y sufrimientos. Deja que el corazón y sus latidos muevan sus versos En marzo de 2013 sacó su primer libro de poesía Llantos y alegrías del corazón Es un admirador de Mario Benedetti, Neruda, Antonio Machado, etc.
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Mariella di Laura
Ă rida encierro el fuego te miro a los ojos el espejo hĂşmedo la margarita muerta el bourbon tibio te dejĂŠ tantas veces penumbra
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Tristeza es este el vino amargo el opio soĂąado grita el ĂŠbano tengo dagas en las venas camino lento hacia la maldita alborada
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Ebria pasión ebria muerte me disfrazo de poeta cuando te veo venir malditas mañanas me olvido del mar cojo una flor la destrozo entre mis manos quién matará este deseo mi pecho cae al alba rutina vieja
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Me alejo de las puertas abiertas cuando me danza la muerte me visto de lodo cuántas he sido ocaso azul huésped de fuego te consumo tristeza hereje nostalgia del hambre concierto de humo lágrima
Ω Mariella di Laura. Nació en Talca en 1962 y radica en Lima. Ha asistido a talleres de escritura poética con Ana María Gazzolo y Carmen Ollé en el Centro de Estudios Literarios Latinoamericanos - CELACP. Ha publicado los siguientes poemarios: Fiebre, Abismo, Voy por las huellas del delirio. En "Abismo" (2010) –dice la historiadora y poeta Magdalena Chocano-, la fiebre y el llanto ceden lugar a todo lo que muere: la noche, las hojas junto a una cuna. Incluso "dios ha muerto". En preparación se encuentra su último libro de poesía titulado “Mirada de hambre”.
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Siomara España Muñoz
MUJERES Me gustan las mujeres… ¡y qué! las que gritan se explayan vociferan las que ahogan con su instinto, aquellas perspicaces penetrantes y profundas las que ríen y se ríen que se arrancan hasta el alma aquellas que subyugan, me subyugan. Me gustan las mujeres enjundiosas las terribles, catastróficas la que me enseño el amor en la cama de su histeria y me enseñó a amar el amor de indecisiones. La que parió incesante en cada parto las nostalgias y me dio seis compañeras como espadas. Me gustan las mujeres, las que acosan, que me acosan y sublevan las que llaman las que lloran las que cogen sin descanso que recogen que seducen que se elevan las que parten y reparten con su aroma las señales y me besan y me estrujan y se callan y me callan con un beso. Me gustan las mujeres cibernéticas sin sonrisas de portadas sin voces de miel o edulcorante sin pestañas de gatita o silicona. Me gustan las mujeres no de arroz, de azucena o chocolate, me gustan las neuróticas menopáusicas cinéticas Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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que me endulzan y envenenan que me odian y acarician que me abren sus alitas matinales o me clavan en la noche mĂĄs tremenda su puĂąal de amapola y de cerezo.
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CONFESIÓN Que no se diga jamás se lo intentó que no rodé por el camino que no tropecé y caí mientras dormía. Que no se diga locura transitoria para decir amor sexo para pasión, furia para celo y a la distancia olvido. Que no se diga aquí no se fraguo el fuego el delito consumado sabanas mojadas, mentiras escabrosas lucidez y miedo. Que no se diga de esta agua no bebí en esta tierra no viví en esta cama no soplaron huracanes y volaron como cartas los espejos. Que no se superlativise el beso y no se conjugue el verbo amar y que se diga beso en la exacta dimensión de la palabra. Que se fusione cada silaba en su acento como un cuento interminable como un desplegar de leves alas. Que cada consonante caiga ante el deseo de las palabras sea grave el sonido en los abrazos y leve los fonemas con su luz difuminada Que no se diga siempre equivocada estaba que no se diga su cuerpo acurrucó contra su espalda que no arrancó gemidos de su boca que no luchó contra su pecho que no mintió que no digirió una a una sus palabras. Que no se diga probó de mil venenos que no se diga atroz para decir ternura y no se diga jamás tormenta y fuego y entre fuego besos y entre besos celo. Porque fui nieve y serpiente mujer y viento y después de viento arado y después de arado tierra y su simiente. Que no se diga nunca se fue sin intentarlo porque caí mil veces Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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ante el hondo transitar de las palabras.
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ÉL Y YO Éramos tan perfectamente inalterables tan inevitablemente honestos uno a uno tan humanamente inseparables que era como si nos hubieran modelado con el mismo barro. Éramos tan luminosamente estrictos que amábamos los mismos gestos los mismos iconos y la absoluta perfección de la tallada piedra. Éramos tan paradójicamente exactos que se gastaban nuestras lenguas al filo de las madrugadas hablando de los mismos dioses y discursos que si Copérnico, Fidel, la metafísica y nos amábamos sin señas sin santos o blandones. Éramos tan copiosamente imberbes que gozábamos los mismos desatinos y a la hora del encuentro conocíamos el exacto rincón de las caricias y el punto G de lo que eleva ante el gozo del éxtasis humano. Sabíamos de todo contra todos y discutíamos espalda contra espalda como endemoniados disidentes ubicando la postura necesaria para ganar las guerras siempre juntos siempre uno siempre aliados codo a codo en la cubierta del hogar y sus marismas. Éramos tan cercanos y perfectos que abreviamos un detalle… amarnos en las mismas diferencias.
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LA CASA VACÍA No invites a nadie a nuestra casa pues repararan en puertas, paredes, escaleras y ventanas, mirarán la polilla en los rincones, los cerrojos oxidados, las lámparas ciegas, arruinadas. No traigas a nadie a nuestra casa pues no tendrán más que angustia de tu mesa, de tu cama, del mantel, del mobiliario, se reirán de pena por las tazas, fingirán nostalgia de mi nombre y reirán también de nuestra hamaca. No traigas más gente a nuestra casa pues te escribirán canciones, te entusiasmaran el alma, te susurrarán traviesos, sembraran una flor en tu ventana. Por eso no debes, te lo ruego, traer más gente a nuestra casa pues se pondrán rosados, verdosos, rojizos o azulados, al descubrir paredes rotas las plantas marchitadas. Querrán barrer en los rincones querrán abrir nuestras persianas y encontraran seguro entre mis libros las excusas perversas que buscaban. No traigas más nadie a nuestra casa, así descubrirán nuestros absurdos te llevaran lejos a otras playas te contaran historias de naufragios te sacaran a rastras de esta casa.
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LA MUJER DEL MIÉRCOLES Cuantas veces la mujer del miércoles desdobla el rostro, lava sus pies y camina sobre sus palabras. Cuantas veces recorre los mismos caminos, transita las mismas calles, ve los mismos semáforos, observa los mismos mendigos, sube las mismas nubes, busca la misma cama. Cuantas veces la mujer del miércoles busca la boca de su amante, se estremece entre sus brazos, grita de amor desesperada y llora entre silencios sus palabras. Cuantas veces la mujer del miércoles quiere abandonar su pasión renunciar a su tortura olvidar sus sueños y seguir atada. Cuantas veces ríe y canta y otras tantas llora enamorada cuantas veces la mujer del miércoles tiene que amarrarse el alma, vivir el delirio, la locura y caminar sobre lo dicho, caminar sobre sus palabras.
Ω Siomara España Muñoz. Ecuador 1976/ Poeta y Catedrática de Lengua y Literatura / Licenciada en Literatura y Español por la Universidad de Guayaquil. Primer Premio de poesía, Juegos Florales, Casa de la Cultura Ambato 2012; Primer Premio de “Poesía Universitaria” Universidad de Guayaquil 2008; Finalista del concurso de cuentos “Jorge Luis Borges” Argentina 2008 / Ha publicado los poemarios: “Concupiscencia”, “ Alivio Demente “, “De Cara al fuego”, “Construcción de los sombreros encarnados / Música para una muerte inversa”, “Contraluz”. Ha sido incluida en Múltiples Antologías Poéticas de Ecuador, Perú, México, Cuba y España, EE. U.U. Así mismo consta en varias Ediciones Cartoneras de Latinoamérica. Ha participado en varios Encuentros Literarios, Ferias del Libro, con recitales y conferencias tanto en su país como en: México, Perú, Colombia, Estados Unidos, Brasil, Cuba. Parte de su obra está traducida al inglés y al francés. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Carmen Pascual
PAN DE ORO Fue un viernes sobre tu cama la mirada fija en la lámpara el olor a quemado las tostadas de amor y el maldito incienso estallando en el jardín. Nunca olvidaré el reguero azul de mis pezones rosas ni mi ombligo descomprimido bajo las sábanas arrugadas mendigando fruición a cucharadas. La venganza es tan deliciosa, puro manjar de orfebrería, pan de oro para mi sangre que se ha de deleitar durante siglos, con las ondas eléctricas de tu cerebro neurálgico.
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NAUFRAGIO Cómo será otra vez atravesar tu ombligo. Me pregunto en qué impávido segundo te clavaste en mi cruz -madera tallada de carcoma hambrientaCómo será volver a succionar tu tronco ardiente cuando ya aprendí a navegar en otros puertos. Cómo será rozar de nuevo tu bruñido pelo, tu oreja izquierda fiel compañera de mi codiciosa lengua. Cómo sería todo cuando ya no quedan sino restos, esqueletos de hematomas de amor olvidados, saliva moribunda tan espesa como esta sangre, que coagulada te escribe.
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CELOS Sospechar que otros ojos pueden descubrir lo mismo que yo, sería, está siendo, digo, una muerte lentísima. Me percato cuando supongo sus uñas dentro de tu carne. Qué ahogo, qué agonía lenta es presentir que le taladras la yugular como a mí. Pero lo nocivo es figurarme otra boca restregándose contra tu sustancia añil de nube. Que descubra lo que yo sé y te descienda. Y tú te dejes.
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BUITRE Vacías las vísceras, floto en la superficie. Me acomodo sobre las rocas puntiagudas. Grito de placer y dolor a la par que las gaviotas. Me interno en el bosque y aúllo con los lobos. Soy bestia herida sobre las ortigas que coagulan mi sangre. Sospecho que mi olor a plasma se está esparciendo y el buitre no puede remediar excitarse.
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ME HE SENTADO EN EL SUELO A CONTEMPLAR TU ANATOMÍA Me he sentado en el suelo a contemplar tu anatomía, me pierdo en el suave murmullo de tus sueños. Duermes y las mariposas cruzan por tus piernas, el cascabel de tu ombligo es melaza para las abejas hambrientas que pueblan este bosque. Quisiera libarte y mis manos tapan mi boca en este instante de furor místico, de estupor secuencial, distancia justa donde tu impávido latido exige mi cercanía. Deslumbrada yo en tu imagen, en tu piel de camaleón inerte e impasible. Cómo no perderme en tus orillas verdosas para beberme a ti dormido y lujurioso, animal utópico. Ahora que me inclino y me arrodillo ante esta escultura de alabastro. Hoy que tu quietud me invita a navegar sin restricciones por tu océano concupiscente. Permanece así, Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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domesticado y manso, sin avidez ni brasas en tus uñas, déjame instigarme yo sola a dos centímetros de ti, mientras te miro y conspiro con tu piel suplicante.
Ω Carmen Pascual. Utilizo siempre el seudónimo de Meri Pas Blanquer para firmar mis poesías, nací el 11 de abril de 1964 en Madrid. Mis estudios están repartidos entre la expresión artística, la Filología y los idiomas. He publicado un poemario llamado Eróticos desvaríos con la Editorial Ópera prima/edición personal y colaboro en diferentes revistas literarias de habla hispana. Algunos de mis poemas están incluidos en Antologías y diversas páginas web. Mi página de escritos personales es Escribo, luego existo.
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Manuel Adrián López
El guerrero No era perfecto caminaba con paciencia dormía con dificultad y cada gota que se perdía en el mundo aparecía derramada en su camisa nueva. Vino a socorrerme: un verdadero guerrero con herramientas cables y cables para arreglármelo todo. Cada cierto tiempo jugábamos pero nunca juró que me amaba.
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Grandes momentos de soledad Sé que me aguardan grandes momentos de soledad me preparo para no sentir miedo al silencio y que la inercia no acabe por atormentarme. Llenaré el espacio con la voz de un cantante iré de una a otra habitación llenándolas de diferentes músicas para evitar que no aparezca el verdugo. Para entonces ya habré leído todos los libros no tendré espacio para aceptar nuevos autores y yo pareceré una montañita derrumbada. Cuando eso ocurra hasta los libros me habrán abandonado las ventanas estarán tapiadas por armarios enormes que como centinelas no dejarán pasar la claridad. Ya no pondré flores en el búcaro rojo que debí regalar a cualquier principiante con futuro. Es muy probable que la gata haya muerto que todavía le ponga su comida en el lugar de siempre quizás hasta siga conversando con ella pero sin su mirada de aprobación al leerle un poema o su maullido para que le abra la cortina. Vendrá la soledad cuando me haya quedado sin recuerdos y el silencio imponga su presencia. Si pudiera cortar de un tajo la memoria no tendría que soportar su peso… que me hunde.
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Buscando Dioses Busco consuelo en las páginas de un libro de Anne Sexton Quizás Dios es una voz profunda que sólo los sordos oyen. Sin embargo yo me he aferrado a dioses los he involucrado en cada brote de respiro han tenido su espacio en rincones y altares llevo collares con caracoles recogidos en océanos lejanos no he tenido el valor de leer los rezos de un sidur que encontré olvidado en un parque porque mis plegarias no serían respetuosas. Cuántos pactos debo haber hecho y roto en tantos años buscando un Dios un Guía un Maestro para terminar exhausto del otro lado del río sin esperanzas y hambriento de manjar alguno. Si la respuesta fuera escuchada en la sordera pondría cada oreja en la guillotina y a gritos exigiría al verdugo de turno que me librara de ellas.
(Todos los poemas pertenecen al poemario Los poetas nunca pecan demasiado publicado por Editorial Betania)
Ω Manuel Adrián López (Manny) Nació en Morón, Cuba en 1969. Poeta bilingüe, y escritor. Su poesía ha sido publicada por revistas como Arique, Baquiana, Contratiempo, La Peregrina Magazine, LaFanzine, Linden Lane, Revista Literaria Ombligo y Ventana Abierta. Su primer libro de poesía, Yo, el arquero aquel, fue publicado en el 2011, por Editorial Velámenes. En julio del 2012, se publicó digitalmente por TheWriteDeal un libro de cuentos cortos en inglés, titulado Room at the Top, y en junio de este año una edición impresa fue publicada por Eriginal Books. Su próximo poemario, “Los poetas nunca pecan demasiado”, será publicado por Editorial Betania en España.
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Melvin Yhans Jara Galvez
MIS PAREDES Hay paredes desnudas con el luto desgarrado, Paredes que lloran la muerte de transeúntes que las han olvidado. Hay sirenas en las calles, a cada esquina suenan y revientan los tímpanos de cada inocente. Ellas no se mueven y esperan, esperan con calma un amanecer distinto. ¡Ay! Paredes, pobre de ustedes esperando por quien no los recuerda. Su única cicatriz un grafiti en el pecho, un cruce de besos, en sus paredes frías
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IDENTIDAD Cae el silencio de entre mis manos, las palabras se tiñen de colores y los búhos que cantan olvidaron seguir los pasos al compás. El árbol de hojas secas se agrieta más con cada noche, echando la savia de su fe así predican los en cada esquina los santos. El llanto de las piedras, penetran en el baldío terreno sacando las pupas dormidas de luciérnagas que invaden los carriles de los sueños. Y en la otra vía búhos sinfónicos ya no hay, crecen plantas y las piedras no pueden llorar. Allí donde el silencio es cada vez más mudo y las sabias van directamente a las hojas. Se esconde entre nubes blancas la palabra que tanto anhelo tener.
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EL PRECIO DE MIS POEMAS
Quiero escribir los mejores versos de aquellos que no lograrás olvidar, esos que tus pupilas velan por las noches y se duermen despertando en tus sueños. Versos que por seduzcas tu alma, la infecten de mis genes nocturnos que te arrebaten el aliento usar las palabras precisas conjugar tus verbos a la perfección arrastrarte a mi mundo en intervalos pausados. Cada letra, un minuto. Una oración, tu día y un párrafo lo que resta de tu vida. Incrustar en tu vida, mis letras. Versos que lentamente son atraídos por los vicios que aún no logro perfeccionar. Se mezclan en una hoja que dormitaba en medio de una calle desierta con ese suave olor a moho, que cautiva mis pulmones. Descolorido ya por el tiempo, espera. Pero es papel al final. Deseo que sean para ti, para ellos una oración que se pueda comer, una canción para bailar con los difuntos, una caricia desagradable, una tarde de silencio para los feligreses y un encuentro celestial a los ateos. ¡Pero eso sí! Mis letras no se irán a prostituir como lo han hecho mis días. Libertad les doy y hoy corren, se pierden en los ojos de tu mujer, de mi esposa viuda, de las mujeres que no recordamos. Agonizan mientras se tatúan en sus vientres siguiendo una línea imaginaria entre sus labios y tu ombligo para que conozcan sus verdaderas intenciones. Estos versos fama no buscan se envuelven en sustancias prohibidas, arrancando alaridos, proporcionando sosiego perpetuo y quitando quizá lo que ya no existe en ti. Mientras el mendigo Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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duerme en mi cama, se levanta y regresa a sus calles con pasos pausados y dormitando aĂşn, mis versos se pierden en su nada mientras persiguen al vagabundo que intenta atracar un banco cargado con balas de tinta y ego puro buscando solo un papel que lleve impreso en ambas caras el valor de su vida.
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ÁNGELES CAIDOS Dos ángeles susurraban en el cielo, argumentos para dialogar no tienen/ pero discuten como reclamar a su dios lo patético que los hizo/ lloran, se estremecen, se arrepienten, pero su reclamo oído no fue/ y su pena del cielo, satán misericordioso lo quiso arrancar/ les propuso arrancar sus alas, cortarlas con navaja de plástico/ esas frágiles alas de naturaleza celestial se rasgaron/ insertando en sus cabezas dos cuernos de conocimiento, en su frente la maldad/ la libertad de poder amar, de embriagarse con la entrepierna sobre su propia felicidad/ se volvió un ángel sexual, lunático hechicero del mar orgasmal / mientras su semen de lava quemaba los úteros comprados con céntimos/ dados por su dios padre para sus irás eliminar/ quemaba también los vientos, ninguna puta lo aceptaba/ y el amor se volvió caro, no se pudo reproducir y se tapó con el manto de virginidad/ Ese ángel violó al viento, quien como perra parió/ Y su mierda se extendió, pedazos de estiércol en el pulmón mundano/ a eso el gran dios nos ha confinado, a probar diario/ no juzgan los atragantados, pero señor ¡La mierda de perro estamos tragando¡/ No los compadezcas Moisés, otro avaro, egocéntrico como tú/ llegará ungido en mi nombre, una lacra más/ “otro que vendrá a seguir con mi boom literario” repite una y otra vez/ pobres idiotas mis historias leerán, dejaran de comer pan/ pues sus gargantas de las heces de perro del aire se llenara/ seguirán soñando y creyendo en teorías como la del big bang/ la evolución los degenerara, pero tontos muchos serán/ Y su ángel sumido en soledad a sus brazos regresará/ generosamente él lo vuelve a arrojar al hoyo donde el padre lo mando./ Salió un ángel con la piel bañada de semen y flujos, con mirada de violador tenebroso y con una aureola pálidamente angelical/ aliento a mierda de perro pues en la tierra lo inhalo y las plantas fumo/ mientras el padre sentado en su sillón dorado, sigue comprando con farsas a más religiosos/ necio pederastas que expanden la obra de su amo, sus libro en cada mercado/ y nosotros aquí con fervor cada día le rogamos, le imploramos y agradecemos/ agradecemos la bolsa de mierda que nos ha dejado en el aire y compramos su libro, pues es una ley impuesta/ una ley que nació desde que él se dio cuenta que su bolsillo era más importante que nuestra felicidad.
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DESNUDA MI ALMA. Desnuda las noches, envuélveme en caricias que me hagan delirar, inserta tus labios en la fosa de mi boca. Destruye los instantes grises que he ido formando con insana saña. Despierta en mis sueños y duerme en mi realidad cruda. Vísteme de blanco y negro, de colores fugaces y vivos. Canta a los vientos la canción más roja que pudimos haber escuchado en nuestro ciego mundo. Yo convivo con las noches, con las heladas jarras que bajan de la barra, con peatones que huyen al verme andar, con calles desiertas, con recuerdos intactos, viento que nace del frío que se acomoda en mi almohada.
Ω Melvin Yhans Jara Galvez. Nacido en el rincón de los muertos (Huamanga) un 19 de abril, allá por los años de 1992. Curso su primaria en el colegio estatal “Luis Carranza” de la misma ciudad. Sus estudios secundarios los culminó en la ciudad de Pisco en el colegio “María Parado de Bellido”. Curso la carrera de Diplomado en gestión agrícola en la escuela agraria Valle Grande, Cañete.
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Alexis Baila Manay
Destiempo I Frivolidad Frivolidad Frivolidad ¿Y los qué dicen qué sienten? También: Frivolidad. II Figuras de un viento de atún Balbuceos parecidos al desdén Una extraña razón de encontrarte en tabula rasa Vientos de rulos estrafalarios cortan en cuadritos la explanada de la facultad No hay opción: el clima es despiadado, el papel ya no alcanza y sigo pensando en formas insensatas. Amigos sin profundidades se solidarizan con epígrafes erosionados Estas líneas que eran mías ya parecen un cadáver Un cadáver exquisito. Solo espero.
III Estela de ti Me hace temblar La fotografía inútil De tu profundidad casi perfecta Con esa, eres de brillo correcta Con esa, eres reverberación de leña Estela ante ti He desaparecido por voluntad cyranesca Mata tu vacío singular: resplandor de una vida hecha por finanzas Te veo inútil despertando mi nostalgia Y afinando, intermitentemente La única punta afilada que impide mi suicidio Estela por ti Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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hoy, tengo que decir utilizando tantas palabras como describo tu substancia.
IV Está mirándome sin ansiarlo A una temperatura de 38ºC que tiene esta casi osamenta que quiere creer que él habla y pide que escriba. Dice que pretende salvarme la vida. Cómo me fascina tratar de dibujarlo Con surcos de polvo Con morrenas que dibujan la piel y colorean el cabello. Abultado color rojo Mis ojos rojos, a veces, te ven castaño. Es inevitable Estoy obsesionado de una parte de ti Y no me importan tus ojos Solo peleteo con un sonido ausente de palabras Mi tenue corazón con la esperanza de que tenga alma. Y te des cuenta y no me llames. 39ºc de un cuerpo casi desvanecido, el lápiz aún lo impide. Veo una cadena de plata Como se arma argentada De esa parte de ti, ahora, multicolora. Corazones que cuelgan de tus orejas Evidencian mi constante mirada Y tú, de espaldas, no te das cuenta Es inútil quiero pensar qué sirve de algo tantas palabras hacia tu cuello indiferente de surcos coloreados y accesorios moteados Solo veo a 40ºc Y tú… me despides de repente.
V Lima, 3am Llovizna, 3am Ella, 3am Cyrano, 3am Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Siempre estuve a tiempo de, 3am Acera, 3am Nostalgia, 3am Solo imagen, 3am Ida y vuelta, 3am ¡Mírame!, 3am Tal vez, 3am No te vayas, 3am Te amo, 3am Ya no, 3am Línea fugaz, 3am Yo, 3am Ya no te quiero, 3am Orgullo, 3am No importa, 3am ¿Y?, 3am Sin respuesta, 3am Orgullosa, 3am Y si no es así y si es..., 3am Paradigma, 3am No, 3am Fin, 3am Pero…, 3am Adiós, 3am Adiós, 3am Lima, 3:01am
Ω Alexis Baila Manay. Estudiante de sociología del IV ciclo de la UNMSM. Estudié la primaria en Ferreñafe, donde vivía y caminaba todo el día, he leído por accidente algunos autores y, hoy, se atreve a enviar algunos poemas.
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Luis Ernesto
Venus Verticordia Tú, cifra muda, beso anquilosado en el deseo de estos dos brazos mancos; tú, amor absurdo, candor de poca luz en que me ahúmo de tanto aún: Te quiero. Tú, oh efervescencia exteriorizada, te quiero porque nada más existes, porque yergues en tus ufanas miradas el amanecido día de todos los míos. Tú, tú, clavel de sangre tan viva, te escribo porque nada más existes, porque en tu latir llegas a enarbolar aquella mescolanza tan llenita de amor. Tú, oh balada de infinitas bondades, por qué no has volteado a sernos, como dos gorriones en primavera, de un latir y un atardecer fundidos
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¿………........? ¿Tocas acaso el cielo con tu mirada, o en el sonar de tu palabra ángeles cantan? Tú sonríes y el mundo detiene su aleteo; tú me miras y el tiempo se entumece. ¿Acaso si te oyera, miel y melodía, habrías de dibujar sueños de esmeralda? Yo te oigo… y tu voz me abraza; yo te pienso, y tú siempre sólo pasas. ¿Bailan en tu cabello torbellinos de vida, o en tu durazno en labio la flor misma? Ululan en tus auras aves de silencio. …Y qué más decirle a tu indiferencia, ¿acaso el tiempo en ti no pesa, o es que tus murallas se yerguen de hierro?
Ω Yo no sé si exista; pero, particularmente, tendrían que denominarme como Luis Ernesto. Y si me ubicaran en algún lugar del universo, necesariamente tendrían que hacerlo en Lima – Perú. No interesa nada más a la poesía que la misma poesía; y si de lo contrario fuera, interesaría, pues, el poeta como escribidor, nada más.
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Paola Andrea Mosquera
NIEBLA Nocturno blanco que invade la ocasiĂłn; Se torna perfecto para escabullir malos recuerdos de vidas pasadas, Oscuros espĂritus de otros tiempos; Niebla opaca que entrelazada en la hierba, Humedece el verbo de mis pasos nocturnos, Y, sin reparo alguno, me abraza, me hiela, Me incita a beber del vino de la nostalgia efĂmera.
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PASION MUDA Opacados pasos se aproximan hacia mi silla Tenue voz Como gota de lรกgrima Que rueda por mi mejilla Volรกtiles caricias Navegan hoy mi cuerpo Y sin siquiera sospechar Me intimida en secreto Tu inexplicable boca ardiente Besa la indiferencia de mis besos Y a causa de ser tan persistente Termina mi alma en tu pecho Regocijรกndose de amor y miedo Se mesclan dos pieles desnudas Anhelando que la noche guarde el secreto De una rima de pasiรณn muda.
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HASTA SIEMPRE Se ha marchado la constancia De tu física presencia, Se disuelve poco a poco Tu último aliento; Y tu dulce voz La ha gravado el espacio y el tiempo. Tus tenues pasos lentamente Por la casa enmudecen Y aunque dejas el espacio Solo con silencio triste La memoria hospeda incontables historia Entre tintos y atardeceres claros y grises Infinitos momentos escuchando El trineo de las aves Y el rechinar de un guadual Con la calidez de tu compañía. Tu dulce sonrisa te revelaba una Extensa travesía Pero a la vez la frescura de un infante. Tus abrazos, los abrazos De un sabio que temblaba de ternura en exceso, Fuertes y delicados al tiempo. Ciertos efímeros paseos por la vereda, Tus dulces enojos… Tu imagen, Todo de ti queda La extendida historia que reflejaba El brillo de tus ojos. Y aunque mi alma desfallece Al saber que cuando regrese Buscare en tu habitación, En tu casa, en cada rincón, Y finalmente no te encuentre… Mirare al cielo, me daré cuenta que allí estas, En todas las mañanas del campo, En el dulce canto de las aves, En la suave brisa del viento que me trae Tu voz de aliento.
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SUEÑO CON AMOR Sueño con la austera noche Desnuda ante la benigna promesa De un amor perenne. Sueño que nuestro aposento Es la luna y que la pasión Se funde en el corazón de un volcán, Que el veraz amor entrelaza Un par de almas en sinceros ósculos de amor.
Ω Paola Andrea Mosquera, nacida en Popayán (Cauca Colombia) 1ro Octubre 1990, ferviente poeta.
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Verónica Cabanillas Samaniego
Con estas palabras. . . .
Con estas palabras que dicen sobre cumbres ríos temporales la matriz del tiempo recostado sobre mi agrio corazón liberado esas palabras además dicen el silencio su cuerpo mi espíritu ritual de las galaxias que se contraen a la hora que amanece sobre todos nosotros el sol pagano el delirio y su llanto, rayos amorfos cristales derruidos en mi ojo crepuscular, la noche que se agolpa entre los dedos de mis manos detengo el circulo lunar de todo lo que nos acontece bajo el manto de la madrugada se despide ciego ese sol negro que inventa mil veces los versos que nunca diremos y que constituyen toda la vida cuando no se escribe. El sol lunar negro sobre el cielo blanco quema las palabras sus cenizas en el fondo de mi alma se despierta el día se abren las paredes se parte el muro, cae el cielo con todos sus dioses sobre la esfera de mi pensamiento la locura de invierno la locura del mañana la locura libertad que viste mis pies mis manos mi sexo el olor de los muertos el olor de los pocos vivos en esta tierra desangrada, amo esa sangre, la bebo como a mi, sangre que estalla la piel que explota y todo el dolor que retumba que ya ni siquiera es recordado se condensa en tu voz ejemplar la oigo y no te veo porque no existes mas que en mi deseo. Como las piedras y la arena se solidifica en bellos atardeceres del ocaso, cuerpos mitad mar mitad viento todas las pinturas de Magritte haciendo el baile de la noche triunfal el telón de carne abriéndose frente a mí y el hueco miles de luces el teatro del olvido en las piedras que rechinan cuando son azotadas por el mar devorado en que me ahogo, el sueño tendido abajo donde nadie nunca ve, la perdición el murmullo de ese cántico atrás, arriba la luna se seca en coágulos cae dispar sobre mi eco fulminado el día en que todo despierte y mi respiro se abra como un gran plexo hecho de sulfitos estratos maleables densidad anti-materia soles negros aros de colores brillantes un hueco negro tragándome ese día en que todo despierte; moriré para ya no verte.
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Solo el pie descalzo
Solo el pie descalzo Sobre el eje del mundo Da vueltas como un mendigo En medio de la nada Solo el silencio podrá repetirme el canto alzado al mar infinito del deseo Donde pienso perderme aun cuando te halle; pie del deseo y del amor A plenitud vibra más el nervio del recuerdo Cuando veo danzar el último segundo en que te veo Y te esfumas como una nube en el cielo más alto Donde hallo el eco de tu voz repetida dentro mío Solo dos pies helados en la negrura del tiempo Brillantes y esplendidos Como dos astros recién engendrados Como dos universos copulando en lo más hondo del desierto de tu memoria Y el volcán árido se apaga de pronto; hervidero del tiempo As del dolor brillante de la sabiduría que acontece Tu mueca en lo más alto de la profundidad apagada Sana y rehace lo deshecho Arquetipo del sonido hecho de viento En tu frente estelar en tu cuerpo ingrávido.
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Tú y yo Y una vez más el silencio Nos halla acá frente al mar A ti y a mí Que somos uno solo Que somos dos en un mismo cuerpo Que somos mil en el universo Y en la conciencia del supra cosmos Que no somos más que la ceniza de lo que quedo del arduo trabajo de re-inventarse Y esa ceniza Y ese polvo que conformamos Y ese rayo de sol que de nuestro corazón brota como un cruel relámpago Es lo que somos y nada más Crecerá y es fecundo Se hará fuego algún día Se hará agua en el desierto Y la luna bajara a abrazarme con su hiel y el sol explotará sobre mi piel de barro Sobre mi piel una vez más Sobre mis ojos que ansían ver el cuerpo explotado sobre el mar ensoñado, que tantas veces vi hundirse con los barcos y con el humo de las guerras que desatamos, al fondo de un gran espiral negro. Y sólo el testigo que es el mar y el viento, podrá contar con su silencio el lento y bello suicidio de mi espíritu en busca de lo desconocido Porque allí, sólo hablo y hablaré con el fuego brillante y fatuo del silencio que me halla en forma de palabra esta noche sin estrellas.
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La llamarada del tiempo
A la llamarada del tiempo Que quema en su incesante trascurrir que no trascurre Mi pena se agolpa en mi presente Hay dolor en el más ínfimo animal En el viento y en la misma llaga que nos abraza en esta noche secular El sol de la madrugada despierta a los criminales clarividentes de su letargo de su inacción saldremos a la calle con la llamarada del tiempo en la mano con los ganchos afilados y los dientes hambrientos y quemaremos todo lo que queda de nosotros se escuchará el crepitar de las ultimas voces de los poetas extinguiéndose entre el fuego de la masa estelar que baja de su ciclope, y se adentra por los oídos y las bocas de ninfas y las deja hecha cenizas Los rayos y los planetas circulan sobre nuestras cabezas: ¡despertarán!, y el cielo rojo jalará nuestros ojos y nuestras piernas y no habrá más por que llorar: ¡la humanidad desaparecerá! A la llamarada del tiempo Que hace de la poesía lo que es y no es A la furia del silencio Que inventa el cuerpo en palabra Que esculpe el dolor y lo extingue Es mi grito el que despierta las almas que no son almas el que grita sin saber que es el grito el que escribe por que el grito me condena a decir que esta alma es mas tuya que mía el grito y la llamarada de los astros incandescentes que descienden el sol que se traga a si mismo a la hora del suicidio de los seres inteligentes Cuando cae el telón de la vida para no proseguir el ritual de las aves sin memoria, de los ecos como voces de los agujeros negros que rodean mi cuerpo traslucido por morir al amanecer Es solo poesía Es solo un gesto de una galaxia cercana Es un bostezo del Dios luna Es un soplido por encender la llamarada de la vida Por apagar con la cal de las palabras lo que arde, lo que no encuentra lenguaje dentro de mí y que jamás encontrará Es la libertad que me otorgo por traducir lo intraducible, sobre estos pies amarillos andaré en mi próximo viaje al sol, imperecederos eternos como la mirada inexistente. Es la llamarada de mi paz.
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Camine tanto Caminé tanto El ardor de mis pies El sonido de mis huesos La arena en mis ojos Como un puñado de sangre aventado desde el cosmos que se abre para señalarme el camino en el que anduve Cruzando fangos Cruces, dioses y las paginas fecundas de este libro herido Escribo para escapar Y naufragar en la palabra hecha de viento Viento puro Adrenalina fulgor estallidos vespertinos en la noche sosegada, la luna tragada por el hueco de mi angustia Y ese viento que la jala Y me jala el alma al fondo de la noche estrellada Muy de tarde me hundo en el cielo de todo aquello que he buscado y encontrado Yo vi una luz Y también un ángel Y todo aquello no tiene la menor importancia Pues es la nube la que flota en forma de memoria sobre estos años que me vuelcan La ola insufrible del mañana Entra en mi garganta y el aire se corta en las noches en que visito todo lo que sé de mi propio destino Nada más queda la vida Una vez más repetir el canto, estos años décadas que nos tocan Volver a lanzar el grito que todo lo inunde con su luz revolucionaria para no ser testigos de la derrota sino purificadores de ésta enfermedad que se llama realidad.
Ω Verónica Cabanillas Samaniego (Lima-1981). Poeta y artista visual. Estudió en la Facultad de Arte de la PUCP. Ha realizado dos exposiciones individuales. Asimismo, ha participado en numerosas exposiciones colectivas en Lima. En el año 2012 fue invitada a participar de la exposición surrealista internacional “El surrealismo hoy”, en el Museo Eugenio Granell (Santiago de Compostela - España). Ha publicado sus dibujos, pinturas, poemas y ensayos en distintas publicaciones virtuales y físicas de diversos países de la Región; Derrame (Chile), Isla negra (Argentina), Mar con soroche (Chile-Bolivia), Cuerpo poético antología I (Bolivia), La esfera (España), Delirium tremens (Perú) son algunas.
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Joseph Kennedy Águila Inga
Temores Ojos de estrellas muertas, cuerpo de hielo quieto, rosa de pétalos marrones, y espinas punzantes que llegan a mi ser más oscuro. Resplandor que me oscurece la visión, mar que me castiga con su tempestad, huyo de tus garras, de tu cuerpo, que hasta Venus siente envidia, besos de mil demonios, que me roen el alma. ¡Oh! Tú, demonio de lujuria y pasión, que me descontrola y me entrego al mar de lava, de tus deseos y caprichos más morbosos , y el tiempo se detiene y no hay nada más en la caja, vida de aburrimiento y hastío, hoy me voy rosa de pétalos marrones y espinas indoloras.
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1) Calle tan oscura como mi alma Luz naranja 6a6 Flor marchita del destino Y páramo de confusión Páramo de aburrimiento Sin alegría
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2) y me dejas solo al alba y las mariposas son de humo y la mañana son de dioses de polvo y los sentimientos son cáscaras y tu cuerpo es hueco y tu sonrisa es hipócrita y las nubes son de hielo y el cielo es de metal y los corazones son solo músculos y las miradas son simples colores y las palabras son mudas y los besos son amargos y las caricias son puñales y los poetas son imágenes y las hojas son inútiles y los pensamientos son desechables y las personas son de plástico y todo son imágenes y el mundo es una esfera y el universo está vacío y el amor está muriendo y la muerte hoy te besa y los ojos rojos ya no ven y tus puñales desgarran mi alma y todo acabó y todos los pájaros cantan y todas las mariposas vuelan y tú ya no estas…
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3) Se borró con el viento con la neblina Y tus ojos de ceniza púrpura Ya no me encadenan Y tus brazos ya me atan Y tú ya no me abrumas Y el mundo ya no está gris Y las flores ya no están frías Y la luna ya no me teme Y el sol ya está muy arriba Y las estrellas mueras son tus ojos Ojos muy pesados
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4) Y el camino sigue oscuro y el sol violeta me quema y tus cabellos oscuros me ahorcan y tu sentimiento vacĂo me nubla y el cielo me aparta de todo y la vida es igual y la muerte me saluda y la tierra me llama lejos de ti pĂĄramo de soledad
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5) Y así de simple sangró sin nada sin causa y todo está oscuro desolado como siempre como si nada cambiara y el río sigue su camino y el viento sigue soplando y la rosa está muriendo y nada y ya nada puedo hacer luna de hielo y estrella de niebla ya extinta
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6) Ojos tan rojos como mi sangre gota de lluvia negra recorriendo una suave curva puñal no visible sangra sentimientos emana de ti de tu pecho te desangras un río y una gota negra tan pura y común día a día un charco lleno de sentimientos idiotas lleno de ti...
Ω Joseph Kennedy Águila Inga. Nació el 8 de agosto de 1996 en la ciudad de Lima, Perú. Estudió en la I.E.P. “Virgen de Fátima Milagrosa” en Santa Anita. Es un poeta novel que intenta abrirse paso en la inmensa selva de poesía y poetas.
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Obituarios del silencio
Narrativa
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J. Montoya Carrasquilla EL EQUIPAJE Allí estaba, como todos los días, a la misma hora, en la misma posición y mirando su maleta. Los cristales de su vieja ventana -pequeños recuadros de historias ya pasadastan solo dejaban entrever una postura de vieja holgura y un mirar no se sabe dónde. A sus 78 años, y tras muchos años de intentar su maleta arreglar, poco le quedaba por esperar. De joven, cuando su vitalidad lo permitía, se acercaba a la maleta e intentaba su equipaje preparar. Más todo terminaba allí: en un querer pero no puedo, en un saber pero no sé. Así, y por muchos años -tantos que ya lo había olvidado-, y al cabo de unos instantes casi distantes, terminaba por abandonar aquello que no se atrevía a ahondar. Como siempre, las sabias palabras de su padre golpeaban insistentes sus recuerdos, sacudiendo el polvo que años de experiencias habían depositado suavemente: "Mantén siempre tu equipaje preparado". Más lo que su padre no le había dicho era lo que en su equipaje debería llevar. Y aún hoy no lograba descifrar qué era aquello que debería llevar para un viaje cuyo destino ignoraba en total. Y no es que fuese perezoso, pues de oso nada tenía, eran aquellos a quienes preguntaban, tanto él como ellos, los que por error se equivocaban. - Dime, ¿si has de partir, qué equipaje has de urdir? - Primero, has de saber, debes decirme a dónde he de ir. - ¡A cualquier lugar! ¿Acaso importa a dónde has de ir si es obligado partir? - Más, insisto, ¿será tierra caliente donde todo ente su cuerpo ha de derretir? - De ello nada se. - ¿Será acaso tierra fría donde se enfría todo vivir? - De ello nada se. - ¿Tal vez tierra templada donde soplada la vida ha de transcurrir? - De ello nada se. - Pero, vamos, ¿acaso algo has de saber? - Oh, sí, ¡que obligado es el proceder! - Pues si así le pones, ¡melones no habré de llevar! Así, y como tantas otras veces, peces y otras reces, sus interlocutores, como autores, le venían a ofrecer. Más la pregunta, que se unta más no se pega, llega una y otra vez: ¿si has de partir, qué equipaje has de urdir? En sus recuerdos las palabras de su padre de nuevo se repetían: "Querido hijo, la vida es el equipaje que cada uno se fabrica y lleva, llueva o no llueva; cuanto más le metas, más pesado se te hará. Así, piensa siempre en qué será aquello que en ello meterás". Un día, como sin buscar más buscando algo que llevar, una pequeña y vieja mujer le preguntó: - ¿Qué buscas tan insistentemente que ya mi mente ha de turbar? - ¡Ah!, anciana mujer, busco aquello que tu bello cuerpo nunca ha de reflejar. Dime, que a mi te diriges, ¿qué es lo que en mi equipaje he de llevar? - Antes bien, debes decirme, ¿hacia dónde has de partir? Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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- ¡A cualquier lugar! ¿Acaso importa a dónde has de ir si es obligado partir? - En tu hablar ya se denota el largo caminar que, tras nota y nota, todo peregrino ha de apuntar. Si bien, ¡fácil me lo pones! - ¿Qué? ¿Has de saber tu más que lo sabios que en este mundo ha de haber? - ¿Acaso ves en mi rastros de equipaje por llevar? - No, ciertamente no. Tu andar ya no es como el caminar. Dime, te lo ruego, ¿cuál es ese tan afamado tesoro que he de llevar? - Mucho me extraña que un hombre de tu maña desconozca tan semejante tesoro que todos han de conocer. - Pues así es, sabia mujer. Largos años he buscado lo que no he encontrado en ningún lugar. - Ese es el punto, bien lo has dicho y me lo apunto: Tu buscar errado ha vagado. Es en tu interior donde semejante búsqueda debió de comenzar; tal vez así tu vagar pronto su fin hubiese podido encontrar. Dime, pues, con prontitud, ¿qué actitud es la que he de asumir para este discurrir pronto sucumbir? - Responde tú, como corresponde a todo hombre, al acertijo de su vivir: ¿qué es aquello que protege de todo mal, por muy mal que se ha de presentar? Ni el frío, y mucho menos el calor o el templado de su color, han de daño producir a aquel que por este se deja conducir. ¿Qué es aquello que por todo y para todo te ha de servir y del servir por vivir se ha de olvidar? ¿Qué es aquello que llenará tu fardo sin siquiera carga producir? - ¡Asombrado me dejas!, anciana mujer. En tus canas ya muchas ganas de vivir se reflejan por doquier. Dime, dime, ¿tan semejante prodigio cuál ha de ser? - ¡Asombrada me dejas!, caminante de errado vagar, que desconozcas tan semejante talante que por delante seguro te pudo pasar. Ciertamente te diré la identidad de tan ilustre deidad, más tras acertijo deberás buscar. - ¿Y cuál acertijo a este hijo tuyo has de dar? -Fácil será: "Ve a Roma que seguro al volver lo encontrarás". Y así, allí estaba nuestro amigo, como todos los días, a la misma hora, en la misma posición y mirando su maleta, ¡maleta que para Roma quería preparar!
ي J. Montoya Carrasquilla. 1999. Licenciado en Medicina y Cirugía y especialista en Gerontología Clínica y Gerontopsiquiatría, recibiendo además formación en Cuidados Paliativos e Intervención Psicosocial en Enfermos Terminales. Autor de múltiples publicaciones en gerontología, cuidados paliativos, duelo y tanatología, y reconocido conferencista nacional e internacional en duelo, aflicción y luto. Actualmente reside en Medellín, Colombia
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Camila Chico
FLORECIENDO ENTRE LAS CENIZAS
− Basta, no quiero escucharte más, vete de aquí. − Pero, papá.... estoy segura que mamá debió irse a tomar mates con Libertad.... jamás se me ocurriría que la hayan raptado, no serían capaces ¿Por qué no vas a ver el partido? Dentro de unas horas comienza el partido, dale, anda. − ¿Cómo podes decir algo así? ¡Abre los ojos, Prudencia! Hace ya horas que no sabemos nada de ella. Tu madre no es así, siempre nos avisa si va a visitar a una de sus amigas ¿Cómo puedes ser que seas tan ciega, hija mía, ser tan indiferente? − ¡Esta forma de gobierno funciona bien! Vos estas mal, echándole la culpa a ellos, no podes suponer cosas tan ruines. Hacen lo mejor que pueden, quieren que estemos seguros. − ¿Cómo puedes esconder los difuntos dentro de un pozo, así nada más? − Eso es un mito, es pura casualidad. Nunca viví mejor en mi corta vida de 24 años. Y ni se te ocurra meter a mamá en una bolsa de muertos, y no acuses a los milicos, no tenés derecho. Están para cuidarnos, y creo que no podes entender eso. − Si estas tan segura entonces ve a buscar tu madre, espero que vengan en una pieza. Y mis saludos a Libertad, espero que este bien su futura beba, ojala no la tires en el mismo agujero negro a la pequeña Argentina, como lo haces con todo y con todos. No quise contestarle, se armaría una batalla, dos puntos de vista diferentes enfrentándose absurdamente. Yo tengo razón, yo gano de antemano, no vale la pena discutir más con él, no quisiera humillarlo una vez más. El cielo, la hoja que envuelve a este insignificante mundo, estaba extrañamente manchada de colores fríos, mezclándose con las pocas nubes que se encontraban diluidas en la tímida puesta de Sol. Era un cuadro extraño pero pintoresco, una acuarela. Estaba salpicado de estrellas, similar a la brillantina que acompañan a este singular dibujo que hoy adorna a Buenos Aires. La casa de Libertad estaba solo a una cuadra de aquí, iba a ser un trámite corto. Saludé a los militares que estaban allí, tan rígidos como siempre, estatuas hechas de cemento camuflado, rostros duros y sin expresiones, como los soldaditos de juguete, me eche a reír por dentro al acordarme cuando solía jugar con esos pedacitos de plástico. Una de esas estatuas capturó mi atención, era hermoso, cabello abultado y rojizo, unos ardientes ojos vidriosos color de otro mundo, una fusión entre el marrón claro y el verde de las aceitunas, su piel albina y perfecta como el mármol, rasgos omnipotentes, no parecía de esos hombres de los que solían sonreír. Memoricé su precioso rostro, facción por facción y seguí mi camino. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014 119
El viento me susurraba al odio, haciendo danzar mis cabellos color castaño, formando nudos, marañas, una encrucijada de miel sobre mi cabeza. Llegando a la cruz donde marca el mapa, me situaba frente de la puerta de mi vecina, terminaría con esto de una vez y desenterraría a mi madre, la llevaría a casa para que los nervios de mi padre dejaran de atormentarlo y romper sus dudas sin sentido con el poder de mi razón. Mi mano se prepara para tocar la puerta, lo hago, pero no hubo respuesta. − Libertad, soy Prudencia la hija de Alma ¿Me escucha? Libertad.. Sin respuesta. Accedí a entrar, supongo que no me habrán oído. − Libertad, Mamá ¿Están aquí...? Mi corazón casi estalla del susto, como cuando un alfiler saluda a un globo. Un ruido sordo me perforó los tímpanos, solté un cobarde y chillón gritito de niña. Ese estruendo no fue producto de la explosión de mi órgano anteriormente mencionado, aunque cueste creerlo. La puerta se cerró detrás de mí, viento traicionero, que miedo me dio. Empiezo mi búsqueda, el tesoro, mi madre ¿Dónde puede estar? Inspeccioné cada rincón, pero ni pistas encontré de ella.
Abandoné la misión con las manos vacías, me dirijo frustrada hacia el exterior pensando en que le diré a mi padre cuando llegue a casa. ¿Qué pasa? ¿Por qué? No puedo salir, la puerta no abre. Forcejeo y forcejeo pero no obtengo resultado. − Ayuda, ayuda, me he quedado encerrada. Necesito ayuda. − Nosotros también la necesitábamos... No pasaron ni 10 minutos que estoy encerrada en casa ajena y ya estoy empezando a oír voces ¡Bien hecho, Prudencia, cada vez mejor! − Nadie nos ayudó, nadie nos ayudó... ¿De dónde proviene ese cantito? − ¿Quién está ahí? ¿Hay alguien? − Nadie nos ayudó.. Golpea en mi mente ese canturreo de un coro infernal, cada segundo, no para, es insoportable, retumba, como si fuera un eco, es un eco, un eco en mi conciencia. La despedaza, la rompe, la carcome. Imitaría a Van Gogh dos veces para cortar esta agonía. − ¡Basta! ¿Dónde están? − En un pozo, en un pozo... ¿Cómo que en un pozo? Cada vez es peor, siento que me sangran los oídos. − Nos encontraras en un pozo el pasado está dentro de un pozo, todos los desaparecidos, todas las mentiras, todo el dolor y la lucha están dentro del pozo. ¿Qué, qué? ¿Qué me quieren decir con eso? No entiendo, lo único que puedo comprender es que me estoy desvaneciendo, siento estacas que se clavan en mi pecho, me perforan el alma, me atraviesa un hierro caliente ¿Qué son todas estas torturas? Me siento sucia, quiero arrancarme la piel. Quiero vomitar, quiero sacar la escoria que hay dentro de mí. Corro descontroladamente hacía en baño, repentinamente tropiezo y ahora todo se mueve lentamente y mi interior grita desesperadamente hasta que abro los ojos. Todo está completamente oscuro, no puedo ver absolutamente nada, tal vez he perdido la vista, comienzo a enloquecer, el silencio, la filosa tranquilidad se torna abrumadora. Trato de ordenar mis pensamientos pero es prácticamente imposible. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Me levanto, me miro en el espejo, puedo reconocerme, estoy pálida, tiemblo, simplemente deseo humedecerme en el sosiego. De pronto todo el tormento se centra en un solo punto. Dagas enmohecidas se clavan en mi vientre, siento algo que se mueve dentro del mismo, el dolor se multiplica por mil. - Prudencia, ayúdame... Esa voz me resulta familiar ¿Quién es? Es una voz femenina, cantarina, suave, llena de calidez, mis oídos se endulzan y descansan en esa armonía. Quiero contestarle, pero tengo un nudo en la garganta, me arde, hay una hoguera con una corona de espinas. − ¿Qué... qu... ? ¿Quién eres? − Voltea y mírate al espejo. Los ojos se me salen de las órbitas, quiero llorar y no puedo, me falta el aire, ese rostro no me pertenece. Es Libertad ¡Oh querida Libertad! No comprendo nada. La sangre abandona mi cara, estoy congelada. Mi estómago carbonizado crece repentinamente ¿Y ahora que está pasando? − Ayúdame, Prudencia... Los cristales se aferran en mi puño, la sangre salta a borbotones, como una fuente sin control, seguramente me corte una vena o varias de ellas. − ¡Basta! ¿Cómo puede ser? ¿Dónde estás? ¿Dónde está mamá? − Junto a mí, estamos en el pozo. Mi mente se perturba agitada y confundida, trato de incorporarme, realmente lo intento... ¡Basta, basta! El golpe me afectó la cabeza, no puede estar pasando esto.
Miles de imágenes se estampan en mi cabeza, es como una película en sepia... me falta el aire, no hay nada que respirar, el aire se fue. Libertad, mamá... ¿Quiénes son esos hombres? ¿Son soldados? ¿Ese no es el que vi hoy, el del rostro perfecto? ¿Por qué se las llevan? Siento toda mi piel mojada, tomada de la mano de una corriente eléctrica que se desplaza desde la punta de mis pies hasta mis pestañas. Latigazos en mi espalda, sangre espurriéndose por todas partes. Me duele mucho el vientre ¡Madre, Libertad! No puede ser, basta no quiero ver más. Mis rodillas tienen abolladuras. No puedo ver nada como quería desde un principio, simplemente percibo los sollozos entristecidos de mujeres, zapatos de un nuevo personaje rebotando contra el suelo, cada vez más y más fuerte ¡No! Mi vientre me duele mucho. El acero recorre mi cuerpo, dos veces, tres, cuatro, infinitas veces ¡Quiero despertar de esta pesadilla! ¡Las han llevado a la réplica de un infierno! Me incorporo sobe los azulejos, me repito infinidades de veces "Es un sueño, es un espantoso sueño". − Mataron a inocentes, muchos inocentes ¿Quién puede pagar nuestras penas? Ese cantito otra vez, son niños tomados de la mano, sin sus pieles, cantando, sus voces otra vez, es como un ácido que perfora toda mi materia, todas mis tontas creencias ¿Por qué hicieron eso los milicos? El muchacho atractivo solo es una máscara ese rostro bellísimo, no puede ser ¿A mi madre, a Libertad, a su hija Argentina? ¿Quién puede ser más inocente que alguien que todavía no pisó este pantano lleno de impurezas llamado mundo? ¿Cómo pude ser tan ciega? Las palabras de mi padre penetran en mí, permanecen ahí, devorando toda mi conciencia, haciéndola añicos ¿Cuántas vidas caben en un pozo? Todo es confusión y desconcierto sin fin. Mi vientre, mi vientre ¿Qué le pasa? ¿Por qué actúa así? ¡No, otra vez no! Todo el dolor y la agonía de este pérfido mundo se adentró en mí ser. La sangre goteando, una vez más, cadáveres de infantes coordinan y hacen una ronda al Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014 121
rededor mío cantándome bañados de pena y envueltos en desconsuelo "Encontraras el pasado dentro de un pozo, todos los desaparecidos, todas las mentiras, todo el dolor y la lucha están dentro del pozo" Pequeñas voces ahogadas en un sufrimiento acoplaban todo mi oído, retumban las notas, esculpidas en mi oreja cada palabra, la herida esta al rojo vivo. Gritos sordos color luto, envuelven mi cuerpo, me aprietan como si estuviera atada en mil alambres de púa, mi sangre y la de otros se escurren en mi piel, a medida que pasa el tiempo me acostumbro a esta maldita melodía y al angustioso sonido de la sangre goteando al ritmo de los latidos de los corazones putrefactos de un pueblo cegado de malicia, rugiendo, reclamando Libertad, Libertad. El tamaño de mi vientre se agranda cada vez más y más, siento que va a ser erupción ¿Qué esta pasando? ¿Libertad, dónde te encuentras, Libertad? No me dejes. Sigue creciendo, no lo entiendo ¿Qué tengo dentro de mí? ¿Qué es esto? Libertad, ayúdame, explícame, acompáñame. − Es Argentina, libérala. Que salga y alumbre nuestro infierno oscuro y lúgubre. Que espante a los cuervos, que le quite la venda de los ojos a la Justicia, que abra paso a un mañana, que le dé un beso a la Libertad y que abrace a la Prudencia. Después de tanta espera al fin despertará, nuestro fragmento de Sol que iluminará a este dibujo macabro que adorna a Buenos Aires y a toda la Argentina. Dale paso hacia nuestros brazos. Mi corazón galopa, hay un semental dentro de él, corriendo entre las tinieblas, huyendo de ellas. Desplomada en la cama, me mordí la lengua de tanto calvario, mi boca oxidada, mis dientes rotos, lágrimas fusionadas con gotas de sudor. Argentina, pequeña, ven con nosotras. Me atravesaba un rió cálido, un incendio en mi vientre, estaba cerca. Por aquí, preciosa, no te vayas por las penurias, ven donde están los espíritus desgarrados sedientos de esperanza, sedientos de ti, pañuelos en las cabezas de las mujeres, rodillas raspadas, corazones fusilados. Toca mis manos, sujétate de la Prudencia y nunca la sueltes, nunca me sueltes. Muerte al ocaso. Golpea las rocas. Rompe las barreras de la oscuridad.
Mis ojos son rozados por la maravilla más hermosa y fresca que vi en mi vida. Nunca la había visto tan hermosa, un resplandor en su pequeño rostro, una microscópica figura de un futuro, sus sienes se encontraban empapadas de un aurora de un milagro, su cuerpecito fue tallado por los mismos ángeles. Bañada en sangre, nuestra flor silvestre, esta entre nosotros, con sus madres, pero ¿Por qué no abres tus ojitos? ¿Tienes vergüenza de ver las injurias que hay aquí? ¿Dónde está ese melodioso sonido que llena de gozo nuestras vidas? ¿Por qué ni siquiera lloras por el mal que está presente? ¿Estás ahí querida, Argentina? ¿Libertad, que le sucede? Reposo en el aire, ni un zumbido, nos abandonó, lo poco de Libertad que teníamos ¿Se la tragó el fútbol o las iglesias la callaron nuevamente? ¿Una careta esta sobre su rostro? Argentina, despierta, por nosotros, por tus madres. Eres tan preciosa como un la salida del sol después de una tempestad. No podía dejar de mirarla, la tenía en mis manos, su materia estaba aquí, como queríamos ¿Pero y su diminuta alma? ¿Esa alma que todos anhelábamos que creciera para conformar un porvenir sólido y justicioso? ¿Acaso se perdió en las penurias? ¡Te advertí que no vallas por ahí! Argentina, Argentina. Eres tal y como siempre te soñé, pero vive, querida, vive, elévate al presente. Te observo, te Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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grabo en mis pensamientos. Aun no logro oírte. Solo quedo yo para este horrible lugar, estoy sola, me duele, me desvanezco, pero te estoy viendo, hija ¿Algo más? Quiero seguir contemplándote, me pasaría siglos, milenios, eternidades haciéndolo, viviría de tu imagen y me bastaría ¿Pero por qué esta tan oscura? No, no quiero cerrar los ojos. Libertad, Argentina ¿Acaso yo, Prudencia, debo irme también? Quiero observarte más, Argentina, acordarme de que realmente exististe. ¿Quién apagó la última luz de alegría? ¿Quién privó al mundo de nosotras? Libertad y Prudencia, dejan a Argentina, y Argentina los deja a ustedes.
ي Camila Chico nació el 10 de Diciembre de 1994 en la ciudad de Lanús, Argentina. Su amor por la literatura la llevó a explorar ese misterioso mundo ya desde pequeña. A los 16 años ganó el XXIII Certamen Nacional “El decir textual 2011” en el género de narrativa breve, lo que conllevó a la edición de su primer libro “La Noche en Rouge”. A los 17 años quedó finalista en el XXVI Certamen Internacional de Los Cuatro vientos en el rubro narrativa breve. Tiene varias de sus obras publicadas en antologías y en la revista “Vagabunda”. Toca el saxo alto desde los 14 años. Actualmente reside en Banfield y estudia Licenciatura en Letras en la UBA.”.
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Antonio Arjona Huelgas
AL OTRO LADO DEL TERRENO SILENTE
Del otro lado hay un árbol, al otro lado de donde estoy ahora. Observo que de entre las ramas aparece un cráneo, el mismo que me observa todos los días en mi habitación cuando voy a dormir, este oscuro ser que me acosa desde las sombras y en la más profunda oscuridad. Pero hoy me observa a pleno día, esto no debería estar pasando. No sé qué quiere ni porque surgió entre aquellos árboles. Veo algo nuevo, una mano, una falange que lo sostiene desde las sombras, una mano negra y pútrida, una entidad de muerte. Seguido aparecen otros dos cráneos sostenidos por garras iguales a las que sostenían a la primera calavera, estos son más pequeños que el anterior, pero todos ellos me están mirando. En ese momento la mano hace hablar al cráneo: -¡Ven! ¡Acércate a la oscuridad! En ese instante, soy transportado de donde estoy hacia el árbol, nadie me detiene ni trata de ayudarme, pese a que son amigos y conocidos de la escuela. Voy rumbo a las sombras atravesando el silencioso lugar donde nadie habla ni dice nada en lo absoluto, llegando hasta el vació de la inexistencia. Al llegar soy tomado por garras malévolas, luego jalado hacia las sombras más profundas de la tierra y camino a la muerte; veo en el fondo a un espantoso ser, en el lugar a donde estas espantosas zarpas me están llevando, bien se que es un demonio, este saca un pequeño cuchillo de su mano. Sus ojos arden como el infierno mismo, pero al fondo de estos hay algo en ellos que es peor que el infierno, un vacío infinito, la nada. Sus brazos están completamente muertos, tal y como los de un cadáver; la piel de sus piernas es dura, escamosa y llena de arrugas, esta se mueve como un pellejo que se hubiera colocado sobre su verdadera carne que está ardiendo en él abismo; el torso de su cuerpo es color café, de él brotan espinas y está repleto de escamas. Detrás de su cabeza hay espinas, 2 grandes cuernos le brotan de las sienes, sus piernas están cubiertas de moho de los muertos, y una repulsiva larva brota de su nuca. Su cara parece humana, pero su color es gris oscuro, tiene grandes yagas en las mejillas, y un número sin igual de cicatrices de un color rojo profundo. Las manos continuaron llevándome hacia el demonio, entonces logré tomar una navaja que había dejado caer una de las monstruosas garras, lo tomé y me liberé de ellas, y después me lancé a apuñalar al demonio. Su nombre era Legión y sus otros nombres eran Locura, Violencia y Encierro. De repente recibo un fuerte golpe y pierdo la conciencia. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Ahora despierto y aparezco en una especie de auto, Todavía adormilado; dos seres delante de mí dicen cosas incoherentes: Mató a su profesor… En el momento en el que al compañero que se sentaba junto a él se le cayó su pluma… lo apuñaló en los ojos, cara, garganta y oídos… creen que no sobrevivirá. Volví a perder el conocimiento. Al despertar, estaba en una especie de consultorio, amarrado a una silla por unas correas; pasaron unos minutos y después entró a la habitación un hombre, se sentó frente a mí en un sillón y comenzó a decir cosas que no entendí, y luego me pregunto qué era lo que había pasado y lo que yo había visto. Yo entonces le conté todo, cada palabra de principio a fin, narré lo que había pasado con el demonio y con las entidades de la oscuridad. Entonces él me miró durante un momento, se rasco la barbilla y luego me pregunto: -¿Y en verdad crees que eso pasó? -Si- contesté. Entonces el bajo la mirada, y observó unas anotaciones que había hecho cuando me preguntó la historia, y finalmente dijo: -Ese cráneo que viste en al árbol jamás estuvo ahí. Tu nunca saliste del salón, simplemente te quedaste volteando a ver al árbol durante mucho tiempo, y de repente, en el momento en que a tu compañero de alado se le cayó su bolígrafo, comenzaste a gritar y a revolcarte, agarraste la pluma y te aproximaste a apuñalar con ella a tu profesor- su tono de voz se volvió cruel y sumamente sádico- el demonio era tu maestro, las garras eran los demás del salón tratando de ayudarte cuando comenzaste a agitarte y a gritar, eso y tu propia imaginación que te hizo ver cosas que no estaban allí; el cuchillo que él “demonio” tenía era en realidad un marcador y la navaja que dejó caer una de las manos era en realidad un simple bolígrafo con el que mataste a tu mentor. -No ¡Usted miente! ¡Estas mintiendo!- grité horrorizado ante lo que decía. -Lo que te digo es verdad, la única verdad. En ese momento, el hombre se transformó en una especie de esqueleto y comenzó a reír, río infinitamente, burlándose de mí. En ese momento volví a perder el conocimiento, poco a poco, mientras veía su espantoso rostro. Aparecí en un calabozo, con mis brazos amarrados y para que no los pudiera usar. Desde entonces todas las noches veo al mismo demonio, observándome y riéndose de mí, desde atrás de la pequeña reja de este calabozo de blancas paredes; si enloquecí y maté a alguien, o si de verdad hay demonios solo pido una cosa, por favor ayúdenme. Y desde las sombras, un rostro aún más horrible, una cara completamente indescriptible, con una mirada fría y sin emociones, está haya en el fondo, observándome desde el infierno, desde la oscuridad de la nada, me mira des el otro lado del terreno silente.
ي Antonio Arjona Huelgas. Estudiante de preparatoria de 18 años de edad. Nació en un 21 de Octubre de 1995 en la pequeña ciudad de La Piedad de Cabadas, Michoacán, en México. Hasta ahora su trabajo ha consistido en gran cantidad de cuentos, poesías, relatos cortos y Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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extensos, y actualmente se halla trabajando en una serie de historias relacionadas entre sĂ, que constituyen una obra mĂĄs grande.
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Filemón Zacarías García
DE CAFÉ, ESCRITURA Y MUERTE...LA CRÓNICA
Paco cerró los ojos, por fin,…dejó colgadas sus 3 metáforas en el limbo de los sueños, y al filo de la madrugada se quiso entregar, exhausto, en los brazos de Morfeo. A las 6:30 a.m. el sol de Abril penetró su habitación después de besar a las rosas en el balcón y le dio a su rostro macilento aspecto seráfico salpicado de sepias y tenues dorados. La ventana entreabierta no solo le mecía las cortinas y le compartía los trinos de los pájaros madrugadores, también le enfriaba los pies y le acentuaba el ruido del despertador, que de pronto, dejó su monocorde tic-tac y empezó su parafernalia alborotándole a Paco los últimos resabios de un sueño agitado. Se levantó, fue directo a la cocina por el primer café del día y se lo cargó más que de costumbre, la ocasión lo ameritaba. A las ocho, se estaba anudando la corbata de lunares pero la imagen en el espejo no lo complacía del todo…los ocres alrededor de los párpados le daban el aspecto de pre-difunto. Sin embargo, no se amilanó; tomó las llaves y salió a enfrentar al destino. Fue un día sui géneris. El almuerzo lo sorprendió en la oficina en una conversación con un editor persuasivo. A las tres, intentó comer en el restaurant de la plaza con un amigo trashumante que como él, tenía cinco o seis libros en sueños y proyectos y uno solo en alguna Editorial preparando la maqueta. El resto, solo ideas colgadas en los insomnios y en el polvo alucinante de los futuros. El tiempo se les fue en la charla, picó apenas la sopa y no pudo llegar al plato fuerte, optó por un café, un coñac y un cigarro de esos a los que se les desprenden las virutas y marean al más pintado. Su tarde transcurrió entre memorándums y despachos y a las ocho en punto de la noche se encontraba en el ascensor de su edificio prodigando sonrisas fingidas. Se duchó y ocupó su rincón favorito junto al balcón, en su mecedor de mimbre, y mientras descolgaba las 3 metáforas que dejó en el limbo la noche anterior, disfrutó su enésimo café con ínfulas de sibarita. Escribió y escribió… pasaron las horas hasta que el lejano silbato de un tren le restregó en los ojos la hora en el reloj de pared junto al Van Gogh: las 4:00 a.m. - ¡Puta madre!, dijo. - Otro día más sin dormir. Y cayó en la cuenta de que no era otro día sino veinte días escribiéndole al viento inefable de los remordimientos. No importa, pensó, ya habrá tiempo para dormir cuando termine la novela. Guardó las 3 metáforas de siempre e intentó conciliar el sueño, esta vez no pudo; su despertador le hizo brincar de la cama cuando estaba absorto, con los ojos fijos en el techo viendo copular a dos arañas. Casi zombie, se duchó y se vistió con cualquier cosa, se le olvidó peinarse pero no su café que apuró de grandes sorbos camino a la puerta. En la oficina lo miraron raro, ojos rojos, tez amarillenta y movimientos autómatas. - ¿Qué le pasa a Paco?- , dijo alguien. Los demás se encogieron de hombros. - De por sí es medio raro, Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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- Ya sabes, - tal vez sea la andropausia - concluyó otro. Le sorprendieron las tres de la tarde sin haber probado bocado, a las cuatro mordisqueó unas galletas olvidadas por alguien y canceló todas sus citas vespertinas. Se fue a su refugio, al sillón de mimbre y a su solitario verbo, ahí le llegó la noche trazando en el aire movimientos inusitados que sorprendían al pez gato en la pecera. Agotó hasta la última taza de café y el tabaco turco terminó por estragarle el paladar. Intentó dejar colgadas las 3 ideas siguientes en el lugar de siempre, pero no pudo…no durmió, solo dejó correr el tiempo que faltaba para que el despertador le revolviera el estómago con su estridencia premonitoria. No se bañó, solo se mudó y se presentó por equivocación en la editorial y no en su oficina. El Sr. Mendoza lo recibió de buen talante y le prometió que en una semana tendría las cubiertas y empezaría el trámite del ISBN, Paco asistía a todo como un cordero atónito, asintiendo con descaro a cada frase de su interlocutor que lo encontró más dócil y cooperativo que nunca, así que le invitó el primer café de la mañana en la hostería de la esquina. Cuando Paco llegó a casa al medio día, su celular no cesaba de timbrar y en la contestadora tenía diez llamadas perdidas, pero él, ya no estaba para llamadas, saludó de mano al saco del perchero, se tomó por equivocación el antibiótico café que había comprado para la pecera y empezó a contarle al pez gato de su próxima Novela una historia real, que un tal Sr. Mendoza le ayudaría a descolgar las ideas que dejaba siempre en la línea divisoria de los sueños y que de ahí en más, lo único que quería… era poder dormir…decansaaaaar, dormiiiir… Lo encontraron al tercer día en su sillón de mimbre, sus labios dibujaban un ligero rictus de felicidad, su rostro estaba cubierto de una rara, corta y tupida barba café, en su mano izquierda tenía una hoja llena de extraños símbolos que alguien descifró como poemas en latín y en su mano derecha, la última taza de un café reducido a melaza…que bordeaba el perímetro de sus dedos crispados que se aferraban en rigor mortis, como siempre…a la obsesionante pasión por escribir.
ي Filemón Zacarías García. Escritor veracruzano, escribe poesía y narrativa. Sus trabajos han sido publicados en diarios y suplementos culturales como “EL GRAFICO DE XALAPA, NORESTE Y OPINION DE POZA RICA” en Veracruz y “CATEDRAL” en Puebla. Ganador de primeros y segundos lugares en RED DE ESCRITORES DE COQUIMBO, en Chile y EL RELATO DEL MES.COM, de España obteniendo el derecho a ser publicado en los libros anuales de dichas redes. Ha sido antologado en libros colectivos internacionales. Autor de la novela: “INTERNOS LIBERTOS. ISBN: 978-607-9333-041.
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Alberto Quero FOGAJE*
Ahora todo es silencio. La luz del sol poniente ilumina todas las costas. Los últimos pájaros revolotean en círculos sobre el Lago. Una brisa ligerísima se desliza por la playa y muere sobre las aguas, dulces y translúcidas. Es una corriente cálida; levanta polvo de la tierra, árida y opaca. En el rancho, una mujer tendida en un chinchorro duerme pesadamente, entre espasmos febriles. A ratos la temperatura llega a extremos y la hace delirar. La vieja que está a su lado, sentada en un taburete es su madre. Es una lástima –piensa- que una mujer tan joven y tan hermosa como su hija estuviera así, sumergida en ese marasmo incandescente, en esos vaivenes que la arrastran de un mundo al otro. No puede menos que sorprenderse al verla tan quieta, tan silente: jamás fue ella así. Todo lo contrario. Algunas veces la joven tiene momentos de lucidez, instantes que son más de lucha que de otra cosa, no sólo por los desesperados esfuerzos que hace para mantenerse consciente, de este lado de la vida, sino también porque es entonces cuando vuelve sobre su eterna duda: –Mamá ¿cómo es mi padre? –No penséis en eso ahora –responde la vieja- Tomate mejor este guarapo, que te va a aliviar. Le levanta la cabeza y la ayuda a beber la caliente y desagradable infusión: es preciso aprovechar cuando está sana para administrarle la toma. Siempre que ese proceso ocurre, la escuálida casucha se llena con el vaho irritante y corrosivo que despide el remedio. Ahora le seca el sudor de la frente: el fogaje no perdona. Y la vieja lo sabe. Guarda todavía una cierta dosis de esperanza. Se levanta de su asiento, pero permanece al lado del chinchorro; observa largamente aquel rostro, que aún estando demacrado y pálido, conserva visible su lozanía y su tersura. Y la vida se le pierde en los ojos cerrados de la hija, en la frente que instantáneamente se le ha vuelto a perlar de gotas de sudor. Ahora es una mujer; es hermosa, esbelta. Pero no eran lejanos los días en que había sido una niña y corría infatigablemente por aquellas costas o monte adentro. Y a no ser por los ataques de fogaje –o mejor: por su intermitencia- los días fluían tranquilamente, sin mayores sobresaltos que los producidos por su incontenible energía, la misma que la hacía subirse a los árboles, cazar palomitas entre los matorrales o distraerse con su pasatiempo favorito: jugar con las olas, con la espuma del Lago, inmenso y azul. A lo lejos veía a lo lejos veía la difusa silueta de Maracaibo, la gran metrópolis, la capital del estado, con sus edificios, con su luz eléctrica por todas partes, telégrafo y hasta tranvía. Los vaporcitos llegaban trayendo cualquier cantidad de cosas: de gente o plátanos, en infinitos viajes de una costa a la otra o hacia el sur, en dirección a Encontrados o a Gibraltar. Se entretenía viendo cómo subían y bajaban los marineros que trabajaban en ellos, aquellos hombres anónimos, curtidos por el salitre, que cargaban y descargaban la mercancía. *
Publicado por la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. Noviembre 2000
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Pero siempre lo hizo sola. Jamás pudo compartir con ninguno de los otros niños del pueblo, que más bien solían atacarla para divertirse. Les bastaba sólo sentir su cercanía para interrumpir sus juegos y gritarle “¡Bastarda, bastarda!”. María los ignoraba y seguía su camino, tal como le había recomendado su madre. Al fin y al cabo ni falta ellos le hacían, pues ella sola se bastaba para crear sus propios mundos imaginarios, para poblarlos de seres y de cosas que nadie entre los de su entorno hubiera sido capaz siquiera de pensar. –No tenéis por qué hacerles caso –recomendaba siempre Carmen- Esos muchachitos lo que son es unos envidiosos, que te dicen cosas porque te ven tan bonita y tan arregladita. Y además tan juiciosa, porque ellos saben que vos sois la mejor en toda la escuelita de Rita Olivero... ¡Si hasta ella misma me lo dijo una vez! Pero en una ocasión su paciencia llegó al límite y no hubo consejo que valiera. Un día, cuando atravesaba la plaza Miranda, el pequeño corro que allí jugaba se deshizo, como de costumbre, con sólo verla pasar. Un osezno mocoso que la aventajaba un poco en edad, se separó del grupo y fue a plantarse justo delante de ella. –¡Tu madre es una ofrecida, una regalada! –le dijo. El resto formaba un semicírculo cerrado alrededor del líder. Todos aguardaban, impacientes, el final de la escena. Pensaban que María se desharía en llanto y desaparecería corriendo, lo que ellos aprovecharían para apedrearla por la espalda, incluso mangos ya demasiado maduros le lanzarían. Pero la reacción no obedeció a lo que el grupo de chiquillos esperaba: fue tan contundente el puñetazo que la insultada le propinó a su enemigo, que le hizo caer y una vez que éste estuvo en el suelo se abalanzó sobre él y, a horcajadas sobre su vientre continuó golpeándolo. Y no desistió sino cuando le hubo hinchado los dos ojos y hecho sangrar la nariz. A partir de entonces ni uno solo de sus condiscípulos se atrevió a gritarle de nuevo, ya la viera en la playa, ya se la tropezara en alguna de las tres polvorientas calles de Los Puertos. Y lo obediente que era. Apenas oía “¡María p’adentro que ya está oscuro!” estaba presta a volver al rancho solitario. No había una sola orden que diera Carmen que ella no estuviera dispuesta a cumplir, nunca hubo motivo alguno de queja ni de reclamo: todo en ella era pulcritud y corrección; todo en ella era sumisión y disciplina, todo era silencio. Pero se trataba de un silencio que ella misma parecía tratar de demoler con cada árbol escalado, con cada salto al Lago, con cada carrera; de tal modo que entre más circularse hacía su vida, más daba ella la impresión de encontrar fuerzas para nadar o trepar o correr, como si todo eso fuera parte de un antídoto contra algo invisible y voraz. Sin embargo, a pesar de la aparente vitalidad y de lo que semejaba un eterno desafío a la inercia. María siempre fue una niña débil. Resistía mal las enfermedades, que la acometían con bastante frecuencia. La llegad de la temporada de lluvias era sinónimo instantáneo de resfriados y de dolores de huesos. Y de fogaje. Después de que la temperatura descendía se desquitaba: una vez más volvía a sus andanzas y corría todo lo que no había podido durante los días de indisposición. Ni un milímetro de playa dejaba de abarcar; tampoco quedaba punto del malecón desde el que no se sentara a lanzar piedrecitas al agua, a ver como trazaban ellas, una tras otra, infinitos círculos concéntricos. La madre, por su parte, intentaba disimular su angustia y su ansiedad. Porque ella sabía que cualquier cosa que sucediera iba a ser por su culpa. Así, ante la menor aflicción de la nena, no perdía tiempo Carmen buscando los mejores curanderos de la zona, sin importar que tuviese que llegar hasta Ancón de Iturre o a Los Jobitos. Y no Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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se amilanaba si para ello tenía que ir caminando: prácticamente ya había dejado sus huellas por cada camino, por cada pueblo, por cada rincón de aquella tierra. La mayoría de las veces iba a buscar a Melquíades, un anciano taciturno que vivía casi llegando a Puntica de Piedras. Desde hacía mucho tiempo, aquel hombre silencioso y enigmático se había convertido en asiduo visitante del rancho, y entre ensalmos ininteligibles e invocaciones a San Cipriano, intentaba aplacar la convulsiva fiebre. En casi todos los casos invertía horas tratando de ganarle terreno a la enfermedad, aunque poquísimas veces lograba certeramente su objetivo. Siempre se despedía de la misma forma, como si admitiera la impotencia de sus recursos frente a una situación que le sobre pasaba: “Récele también al Gran Poder de Dios, a ver si le hace el milagro... a ver si se lo hace” y en seguida se colocaba de nuevo el sombrero y se marchaba bordeando la playa. Una vez que había desaparecido, la madre se iba a la iglesia del pueblo: desde que tenía memoria había oído decir que la Virgen de Altagracia nunca desampara a sus fieles y, de hecho, era la patrona del pueblo. Por algo Los Puertos se llaman de Altagracia –se repetía sin cesar- Ella no nos puede abandonar. Siempre caminaba a toda prisa ocultando la cara llorosa y culpable. O peor: sentía que no tenía motivos para estar así porque todo había sido producto de su terquedad. El sol ya casi ha desaparecido del todo; en el horizonte no queda sino una pequeña mancha rojiza que se refleja sobre minúsculas olas de la playa. La joven vuelve a abrir los ojos; una vez más está bañada en sudor. La vieja se le acerca, la seca y le da a beber otro sorbo de la bebida caliente y amarga. La joven hace un esfuerzo y se incorpora a medias. –Mamá, –susurra- ¿es verdad que Olimpíades, el marido de Benita, es mi padre? –No, hija, no es. Se lo habían dicho todas las mujeres de Los Puertos, pero ella, por su tozudez, desoyó las voces de alerta. La primera fue la comadre Ramona; después la previno Chinca, la vecina; Nicasia lo dejaba sobreentendido en sus frases. –Ese hombre no te conviene –le decía una- acordate que él tiene mujer. –Y además es marino –añadía otra- esos hombres hoy están aquí, mañana están en Maracaibo o en Caracas y la otra semana están en Trinidad; y así... una nunca les ve la cara. Pero a pesar de las advertencias ella nunca hizo caso. Se siguió citando con Olimpíades, un marinero que hacía tiempo había llegado en uno de los tantos vapores (ferrys, como decía él que los llamaban en Maracaibo), que iban y venían haciendo escala en Los Puertos. Coincidían cada noche, retirado, más allá de la Calle del Monte, donde las miradas no pudieran alcanzarlos, con la luna por todo telón. Sus pasos convergían olvidándose de los comentarios que circulaban por todo el pueblo y que hacían de la situación un secreto a voces. Tampoco les importaba la mujer de Olimpíades y se veían a pesar de todo, aun del diablo, con quien a buen seguro Benita había pactado. Y no sólo se veían: se unían; se unían como se unen el mar y la orilla, lamiéndose, mojándose; al menos así lo sentía ella. Acaso el mar fuera ella misma: gigantesca, infinita, embravecida. Probablemente lo fuera todo ella, mar y orilla, agua y arena. Y el hombre, ese hombre, ése o cualquiera otro que en su lugar hubiera podido estar, era un mero artificio, un decorado fútil pero imprescindible. En todo caso, poco importaba aquello: apenas sabía ella que las cosas pasaban porque sí, porque tenían que pasar y si no era Olimpíades, otro hubiera ocupado su lugar, pero de que pasaba, pasaba porque ése era el momento, ésa era la hora que el destino había indicado y ella no era nadie para oponerse a tales designios. Era ése el instante, ése el sitio y Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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nada más. El tiempo no espera y la naturaleza tampoco, y de alguna manera Carmen lo adivinaba; presentía que ella estaba allí y eso bastaba, todo se estaba cumpliendo como había sido decretado desde el principio de los días. Se veían, sí. Pero también se veía ella a sí misma, se encontraba consigo misma, como se ve y se encuentra la luna sobre el agua: sola sin nadie más que su propio reflejo. Así, tantas veces fue el cántaro al agua hasta que se rompió. Una vez se sintió mal y Ramona, que había ido a atenderla, le confirmó que estaba embarazada. –Yo te lo dije, carmen, y vos no me hiciste caso; ahora lo único que podéis hacer es dite, porque Benita lo va a saber tarde o temprano. –Dejate de tonterías –replicaba la otra- yo no creo eso que dicen de Benita. Para descartar toda sombra de duda, llamaron a Nicasia. “Ella es partera; ella sabe mejor que nosotras de estas cosas” Y cuando la tesis fue confirmada, la mujer finalmente optó por alejarse. Parecía la mejor salida: hacerse un rancho en las afueras del pueblo, en las riberas del Lago. Sólo habría que tomar a la recién nacida e irse. Sería una decisión drástica, y ella estaba conciente de ello: en ese estado y empezar una empresa así era más que riesgoso, y sin ayuda, además. Pero de todos modos su inflexible voluntad triunfó y se dio a la tarea de levantar algo así como una pequeña enramada, sin importar que le quedara torcida o endeble; le bastaba apenas que hubiera un techo que resguardara y unas paredes que escondieran. Se valió de palmas, madera, barro... todo cuanto le cruzaba por la mente y las fuerzas le permitían asir. –No hay nada mejor que hacer –se dijo, resuelta- A grandes males, grandes remedios. Una y otra vez, en un desfile interminable fueron las amigas hasta la improvisada vivienda a recomendarle que se marchara: “Andate pa’ Maracaibo, allá la cosa es más fácil, la vida como que se está poniendo mejor con eso de las petroleras nuevas que están llegando, seguro que allá te podéis acomodar en algo mejor que aquí... andá vete pa’ Maracaibo, Carmen. O pa’ donde sea, pero lejos de la bruja esa” Mas ella seguía impertérrita, porque según su criterio no había nada que temer, que todo era superstición y tontería. –Sí, mija, sí. –repetía cualquier conocida- los conjuros de esa bruja son así, sin fecha. Una vez le echó mal de ojo a un hombre que se le había robado unos cobres que Olimpíades llevaba años ahorrando, y andaba de lo más tranquilo; pero ya el mal lo tenía adentro aunque él no lo supiera. Ajá ¿y vos qué creéis? Fue como a los dos años que le vino a salir una enfermedad rarísima que no lo dejaba ni levantarse: no comía, no hablaba, no hacía nada... hasta que se murió. –Y así ha hecho con muchos –confirmaba otra- uno no puede saber cuándo va a reventar las cosa. –Eso es de ahí. Vete ahora que podéis –No va a pasar nada, tranquilas. Fuera como fuera, la vida se le había convertido en una zozobra. Y ambas lo sentían; había algo, algo completamente perceptible pero que no se podía descifrar: un nexo que unía cabos sueltos, pero que ninguna de las dos se atrevía a desenterrar. Cualquiera diría que existía entre madre e hija una especie de tácito acuerdo de sigilo, un soterrado pacto de ausencia por medio del cual todo en las casa se reducía al menor número de palabras y la simplicidad de la rutina valía para obviar todo comentario innecesario. Así, María apenas emitía sonidos cuando, por ejemplo, pasaba el aguador con sus alforjas de barro, frescas y opacas. –Mamá, allá viene el cojo Hurtado –decía ella desde la puerta. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Y la madre le tendía algunas de las escasas monedas ganaba trabajando como cocinera, para que le llenaran sus envases: procuraba que estuvieran siempre rebosantes y dispuestos para cualquier emergencia, para cualquier fogaje. Pero eso era todo; el resto era tiempo, tiempo en blanco por carecer de fechas y de medida, tiempo que transcurría lentamente, sin variaciones de ninguna índole en el que las horas y los días se iban sin más separación que la fiebre misma, que hacía entonces las veces de hito y de demarcación cotidiana. Además de las constantes murmuraciones que llegaban a sus oídos y de las permanentes mofas que los niños del pueblo le hacían a la chica –y que tanto a madre como a hija perturbaban enormemente- estaba el hecho de que ella misma no quería que María tuviera el menor contacto con su padre. Por ello se valía siempre de las más diversas argucias para evitar el contacto entre ambos. Su mentira favorita era fingirse enferma: así, si sabía que podía venir el vaporcito en el que Olimpíades trabajaba, Carmen solía atrincherarse en el rancho. . se hacía la enferma para que la hija tuviera que quedarse a su lado, día y noche, velándole el sueño. La garganta se le irritaba por tanta tos ficticia y las piernas se le acalambraban por todas aquellas horas, infinitas, que pasaba tendida, diciéndose débil. Cuando presentía que ya el peligro había pasado decía estar recuperada. –Pero si ese es el precio –se decía,- lo pago gustosa. Una ráfaga de viento tibio mueve las palmeras de la playa y cesa casi al instante. Los pájaros han desaparecido del todo: ni un graznido se oye y la vieja se inclina levemente hacia el chinchorro; con el dorso de la mano recorre la frente húmeda de la hija; la mira largamente; en silencio. Con los ojos entornados, la joven musita algo. –Mamá, ¿es verdad que Benita me va a matar con el mal de ojo que me echó? –Dormite tranquila... ya te dije que no penséis más en eso. Sin embargo, todas esas sentencias que profetizaban un desenlace fatal encontraban eco en lo más profundo del ser de Carmen y aún a pesar de su aspecto duro y escéptico, muy dentro de sí sentía ella latir la sombra de las advertencias que durante tanto tiempo había recibido. Las mujeres del pueblo hablaban de todo aquello con una convicción tan grande que tenía que ser cierto. Por la misma razón, nunca perdía la oportunidad para adoctrinar a su hija y recordarle que todo lo malo provenía del miedo, de ninguna otra fuente: –No oigáis a Benita –solía decirle- eso de que ella es bruja es mentira... Sí, sí, yo sé que te ha dicho que tenéis una maldición encima, una maldición que ella te puso. Pero eso es mentira: no te va a pasar nada. Si te la encontráis y te vuelve a decir algo, no le hagáis caso. Y lo decía con toda la intención del caso porque, aunque la hija no se lo dijera, bien sabía ella que Benita se daba a la tarea de perseguir a María y a atormentarla con sus palabras. La imaginaba –y así era- si no hablándole directamente, fulminando a la pequeña con una de esas miradas suyas, que de tan potentes, le habían valido que se atribuyera colectivamente la capacidad para transmitir el mal de ojo. Y el fogaje. “Ya vais a ver, carajita”, la amenazaba casi a diario Benita si se encontraban en la Calle del medio, por ejemplo; y era imposible saber qué era más sañudo, si las palabras en sí mismas o la furia que destilaban los ojos de su autora, esa misma furia implacable que circundaba cada frase, cada amenaza cotidiana. O si de pronto la veía jugando con los caracolitos de la playa, acostumbraba a permanecer no del todo oculta tras una palmera y observarla largo rato hasta ser descubierta, de modo que hasta su presencia fuera equivalente a espanto y a negras premoniciones. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Y así había pasado todo el tiempo. Siempre había un ir y venir, una incertidumbre sobre lo que podía pasar, sobre lo que podía deparar el futuro. Pero eran vacilaciones camufladas detrás de una armazón de sosiego, como si aquella calma absoluta sirviera de conjuro contra alguna cosa que permanecía al acecho y que se servía del temor más que de su verdadera presencia, como llave maestra para acceder a cualquier vida y hacerla territorio y dominio suyo. Jamás faltó en el rancho, para prevenir cualquier emergencia, una buena provisión de velones para el Divino Niño, para San Raimundo y para la Virgen de Altagracia. Cualquier cosa era poca si se trataba de evitar el fogaje, su sola posibilidad. También creía Carmen que era ése el mejor momento para probarse a sí misma, y a todos en el pueblo, que el reino de lo intangible está poblado sólo por invencibles seres angélicos y aunque la mayoría de las veces sus acciones y sus designios eran más bien incomprensibles, eran ellos los absolutos dueños de la victoria futura y definitiva. Por ello, las veces que iba a la iglesia, solía permanecer completamente callada, inmóvil sobre sus rodillas, gacha la cabeza frente al altar mayor: no sabía qué era más desagradable ante la vista de los santos y de la corte celestial, si lo que había hecho años antes y que ella consideraba digno de censura, pero no totalmente imperdonable, o su pánico ante un poder enemigo que venía del reino de la oscuridad, cosa que si le parecía imposible de disculpar. En más de una oportunidad estuvo Carmen a punto de claudicar y confesarle a su hija toda la verdad, y a pesar de que el hombre nunca les ofreciera ni siquiera su compañía y aún mucho menos un solo céntimo, uno solo de los pocos que ganaba trabajando como marinero de vapor, pensaba ella que María debía al menos conocer su origen. Pero siempre un cúmulo de dudas se cernía sobre ella y le imponía un terror tan rotundo que jamás se atrevió a pronunciar palabra. Ya es de noche; no hay luna, pero la noche está llena de estrellas. La vieja ha salido, en silencio, del rancho. La brisa ahora es fría: quizá venga del Golfo. Justo en frente, a unos pocos kilómetros, se ven los faroles de Maracaibo. A veces piensa que las cosas se simplificarían enormemente si existiera un puente que uniera las dos costas. Desde afuera la vieja mira a la hija. Se reconoce en ella, se da cuenta que, en el fondo, una y otra son solamente realidades que se reflejan mutuamente: ambas son la misma soledad, la misma incertidumbre, la misma mudez. Aprovecha que la joven ha vuelto a quedarse dormida. Carmen se aleja unos pasos, hacia la playa. Cuando llega hasta el borde del agua se detiene un instante y siente como los pies se le hunden lentamente en la arena mojada y tibia. Llora; y en seguida piensa que no debe hacerlo: siente que, ahora, cuando su hija lucha a muerte contra el fogaje, no tiene por qué llorar. –Cuando cae el sol –se dice para darse ánimos- no queda más que aprender a caminar en la oscuridad.
ي Alberto Quero (Maracaibo, Venezuela). Licenciado en Letras, Magister en Literatura Venezolana y Doctor en Ciencias Humanas (Universidad del Zulia). Profesor de idiomas. Editor para Suramérica de www.versejunkies.com. Miembro de la Asociación Venezolana de Semiótica. Ha publicado los siguientes cuentarios: Dorso (1997), Esfera (1999), Fogaje (2000), Giroscopio (2004), Aeromancia (2006) Ha aparecido en las siguientes antologías: Los Espejos Plurales (poesía, 2000) y Cuentos de monte culebra (narrativa, 2010) Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Carlos Enrique Saldivar
LA SUERTE VEJADA
Verás, me dijeron que mi suerte estaba echada. Desoí las observaciones, las amenazas, las reprimendas; ignoré los indicios, me creí lo máximo y seguí cometiendo fechorías. No obstante, pronto comprobé que lo dicho por mis enemigos era cierto. La suerte estaba echada… en mi cama, desnuda y durmiendo. Se hallaba de espaldas, su piel canela y sus cabellos ondeados me excitaron de una manera intolerable. Le di la vuelta, ella mostró su desconcierto; intentó gritar, pero le tapé la boca, y la violé de una forma monstruosa. Al terminar, la dejé llorando y salí de mi casa. Me fui a emborrachar en un bar. Cuando volví, no la encontré; desde ese momento comencé a extrañarla como un loco. Lamenté lo que le había hecho, sobre todo porque ella decidió vengarse. ¿Te imaginas vivir con la mala fortuna persiguiéndote? Nunca terminará, sucederá hasta el fin de mis días. Mírame, deduce el porqué de mis dedos mutilados, de estas cuatro balas en mis extremidades, de estas quemaduras en mi rostro; no iré preso, lo sé, no merezco ese premio. Entiendo que no moriré, no me dejará ir fácilmente; seguiré sufriendo, llorando, por dolor, por amor, pues escucho su risa, su destructora risa, que mezcla todo tipo de sentimientos. Me pregunto qué hubiera pasado si aquella vez en lugar de violentarla, la hubiese amado como se debe; yo le atraía, eso ocurre a veces: La suerte se entrega a los hombres, espera que estos le correspondan con ternura. Solo a un idiota se le ocurriría mancillarla como yo lo hice. Puede que algún día retornen sus buenos sentimientos y desista de atormentarme. Por ahora me toca sufrir. Oye, chico, deja de escuchar, atontado, mis divagaciones, llévame al hospital ya mismo o no la contaré. ¿Que tengo suerte de estar vivo? Sí… claro.
Lima, mayo de 2013
ي Carlos Enrique Saldivar (Lima, 1982). Es director de la revista impresa Argonautas y del fanzine físico El Horla. Es miembro del comité editorial del fanzine virtual Agujero Negro; publicaciones dedicadas a la Literatura Fantástica. Es coordinador general del fanzine impreso Minúsculo al Cubo, de ficción brevísima. Ha sido finalista de los Premios Andrómeda de Ficción Especulativa 2011, en la categoría: relato. Ha publicado los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008), Horizontes de fantasía (2010) y el relato El otro engendro (2012). Compiló la selección Nido de cuervos: cuentos peruanos de terror y suspenso (2011).
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Raúl Lara Molina 14.11.2012
EPÍLOGO
Entró la muerte muy dispuesta por la ventana. En el salón encontró al affamato escritor en calzoncillos junto a una botella de tequila, sentado en el sillón frente al ordenador, con el arma metida en la boca, con los ojos abiertos de par en par. -¡¿qué cojones haces tú aun así?!- preguntó alarmada la muerte. -¿así cómo?- contestó el tipo, que había bajado el arma. Ahora la tenía entre las piernas. -pues así... de vivo... Otra vez igual- se lamentó la muerte, que se golpeaba con la palma de la mano en la frente, mientras se apoyaba en la guadaña. -no tengo intención de suicidarme- dijo el escritor. -mis cojones. Pasaron unos segundos. En la radio se oía “hero of the day”. La muerte miraba distraida el resto del salón mientras el escritor no le quitaba ojo de encima. -hueles muy bien - dijo finalmente. -gracias- contestó la muerte- ...venga. -¿venga qué?- preguntó el escritor. -que te suicides - ordenó la muerte. El escritor notó entonces como su brazo cargado se volvía a elevar, esta vez en contra de su voluntad. -¡espera, espera!- dijo- ¡Desde que has entrado por la ventana me han venido a la cabeza un montón de ideas! ¡De párrafos buenos, cientos de diálogos inteligentes e historias divertidas! La muerte se mostraba cansada, suspiraba, el brazo del escritor seguía avanzando lentamente en su inexorable destino. -¡¡¡conozco al diablo!!!- exclamó con esperanza el escritor. -oh, ya cállate- dijo la muerte por fin.
ي Raúl Lara Molina (Cádiz, 1981). Ha publicado el libro de relatos La madre que lo parió (Groenlandia, 2013). Sus poemas han aparecido en diversas revistas literarias y en blogs digitales. Aficiones: leer, pasear. Actualmente reside en Italia.
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Valeria Correa Rojas
CÁMARA WEB
Marcela ve el círculo verde junto a la foto de Pablo. Escribe algunas palabras y luego las borra. Espera que él escriba primero. Pablo ve el círculo verde junto a la foto de Marcela. Agranda la foto de perfil y la observa. Es una chica atractiva y voluptuosa. Sonríe feliz con la torre Eiffel de fondo. –Hola bella, ¿cómo estás? –Hola guapo... aquí trabajando, muerta de calor. –Qué suerte… aquí nieva sin parar hace dos días. –¡Qué lindo! –Lindo una mierda, no he podido salir, me siento como un animal encerrado. –¿Qué tipo de animal? –Uno en celo –¡Oye! –;) Pablo estudió arquitectura, porque es lo que le aceptaron sus viejos, pero ahora se dedica a pintar. A veces vende, a veces no, a veces tiene dinero, a veces no. Marcela estudió arquitectura después de haber estudiado diseño, por un año. Aunque no es lo que soñaba ser cuando niña, el dinero le permite hacer cosas que ni había pensado soñar. –¿Estás con ese vestido sexy de flores? –No -–¿Escote? ¿Falda? –No –¡¡Queremos cámara web!! –¡No puedo! Estoy en la oficina – escribe con media sonrisa y enderezando la espalda. –¡¡¡Queremos cámara web!!! –Espera... Se conocen desde la universidad, nunca habían sido muy amigos, pero hace un año atrás, aprovechando el jugoso sueldo de su primer trabajo, Marcela hizo su mochila y tomó el primer avión que la llevó a Europa, por tres semanas. Estando allá se había contactado con Pablo, quien gentilmente le ofreció su sillón de alojados. Cuando Marcela llegó Suecia, Pablo la llevó a pasear por parques, bares, cafés y tiendas, pasaron tres días como buenos ex compañeros y amigos. Pero antes de partir de vuelta a España, envuelta en la oscuridad del departamento de dos ambientes, Marcela se metió en la cama de Pablo. Tuvieron sexo gran parte de esa noche, sexo tímido primero, sexo desesperado luego, sexo de despedida en la madrugada y sexo cariñoso por la mañana. A la vuelta de su viaje, al conectarse con Pablo, las conversaciones habían derivado rápidamente en lo que ellos llamaban reuniones del movimiento Sexualismo Virtualista. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Con ese nombre solían reír un poco y sentirse menos intimidados por la soledad que los inundaba al apagar el computador. –Me desconecto ahora... me cambio de computador ;) –¡¡Cámara web!! ¡¡Ahora!!! Marcela toma su notebook bajo el brazo y se dirige al baño con la cara nerviosa, mira alrededor. Todos trabajan sin sacar la vista de las pantallas de sus computadores. Es una tarde tranquila, nadie notará si pasa en el baño un poco más de lo usual. Ubica el aparato sobre el estaque del water y se gira para cerrar la puerta con llave. Se da unas vueltas en el reducido espacio analizando la mejor opción y decide finalmente colocar el computador sobre el lavamanos y sentada sobre el water, aprieta el botón que dejará mudo a su interlocutor, no puede correr riesgos. Sus labios, los de Pablo, se mueven. Ella no escucha nada, pero sabe lo que quiere. Con una sonrisa en los labios, comienza a desabrocharse la blusa, luego se baja los tirantes del sostén. Comienza a acariciarse los senos. Se para y sigue con la falda, queda en calzones y gira como bailando con una música que solo ella escucha en su cabeza. Se toca, se saca los calzones y completamente desnuda comienza a masturbarse, vuelve a sentarse sobre la taza. Para mayor comodidad sube sus piernas, una sobre la pared y la otra empuja accidentalmente la pantalla hacia atrás, la cara de Pablo se deforma, su boca se abre para gritar que solo ve el techo del baño y una parte de la pierna de su amante virtual. Lástima, si Pablo pudiera ver más abajo vería cómo los dedos de Marcela juguetean firmemente con su clítoris, vería cómo, con su otra mano se aprieta el culo. Vería como danza a su propio ritmo, con su propia música y como finalmente deja caer la cabeza en el estanque del water con la boca abierta de placer. Como sus dedos, ahora quietos, sienten los temblores de su vagina completa. Vería cómo, ahora, Marcela se queda lánguida y desnuda, sintiendo la leve brisa que entra por la ventana del baño, sin ganas de volver a vestirse y menos volver a trabajar.
ي Valeria Correa Rojas (Simona) Santiago, 1973. Actriz, en el año 1998 sube los títeres al escenario y funda la compañía OANI Teatro, grupo con el que crea y viaja hasta la actualidad. En el año 2010 y debido a una profunda cesantía causada por el terremoto, comienza escribir. Beneficiada en 2011 con el fondo de Iberescena de creación dramatúrgica en residencia viaja a Buenos aires a escribir, en 2013 se estrena la obra de su autoría “La estrategia de Elías” . Ese mismo año publica dos cuentos en la “Antología Erótica del Bar La Playa” y tres micro cuentos en “Cuentos en bandejas” (cuentos ilustrados e impresos en los individuales del casino de la Universidad de Playa Ancha, durante el mes del libro).
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Fernando Morote
TOCCATA Y FUGA (pre y post historia de una cachada brava)
A Metrónomo siempre le había gustado. Pluscuanperfectamente, incluso, en alguna época de su vida, él había llegado a amarla. Pero ahora se trataba de todo lo contrario. Los rechazos continuos, aunque siempre sutiles, y no siempre sinceros, de Leydú, habían terminado por cansarlo. Y eso que él lo tenía todo, convencionalmente hablando, para conquistarla. A propósito de esos rechazos, un día Metrónomo escribió en su diario: “He decidido no tener relaciones, a menos que sean sexuales y además promiscuas, con las mujeres”. Entonces resolvió emular a Ramsés II y a Huayna Cápac, dos de los héroes máximos de la fornicación mundial: 82 hijos el primero, más de 100 el segundo. Metrónomo, en cuestión de tretas, era silencioso, pero mortal; como los mejores pedos. Iniciaría su periplo por los cuerpos femeninos, lógicamente con Leydú, quien esa mañana, vaya Dios a saber por qué motivo, había finalmente aceptado su invitación; quizás para que nunca más se volviera a repetir.
º º º º º El alcohol es un buen sustituto de los libros. Esto por fin lo entendió Metrónomo cuando terminó de preparar su primera conferencia, que ofrecería precisamente esa misma noche. Se sirvió una copa de vino y la saboreó malévolamente dirigiendo sus pensamientos hacia Leydú: ella lo había rechazado hasta ahora porque se jactaba siempre de ser muy recta, muy moral, casi mística; pero él sabía que en el fondo también le gustaba lo otro. Llegada la hora, se peinó concienzudamente. Para él eso era muy importante; se fracturó la cabeza con una raya enérgica ubicada entre lo que sería una raya al medio y otra al costado; una miradita al espejo, y afuera. Metrónomo y Leydú pasearon esa tarde. Recorrieron parques y hospitales, visitaron enfermos desconocidos y rezaron por ellos. Leydú era muy recta, muy moral, casi mística. Ante la insistencia de Metrónomo, ella aceptó tomar un trago. Bebieron vino y después cerveza. Se sintieron más próximos, más cercanos. Hablaron sobre las obras de caridad que Leydú practicaba y sobre la inmensa pena que a ella le causaban los mendigos en la calle. Pero a pesar de su ascetismo, el vino empezó a perturbarla. Metrónomo lo notó y aprovechó la oportunidad para tirarse de golpe a la piscina: le propuso ir a un hostal. Inmediatamente después esperó los puñetazos en la cara, pero éstos nunca llegaron. Ella, luego de un remilgo algo forzado, finalmente accedió. Las sospechas de Metrónomo fueron confirmadas. º º º º º
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Suben a la habitación del hostal. Metrónomo apaga las luces, es casi de noche, se sientan ambos al borde de la cama y allí, sin decirse nada, se tocan, se excitan… —Me gusta tu barba —dice ella. —¿En serio? —En serio. —Pues a mí no —replica él. —¿No? —No. Como ves, no es en realidad una barba. Son más bien unos cuantos pelos adheridos a mi mentón. En efecto, la barba de Metrónomo, más que real parecía pintada con crayola. —Además —prosigue él—, tampoco me queda bien; de eso estoy plenamente seguro. —Entonces, ¿por qué no te la afeitas? —Porque es un símbolo de desprecio, una forma de burlarme del supuesto buen gusto de los demás. Ella sonríe piadosamente. —Quítate la ropa —le susurra él al oído y se recuesta, vestido aún, en la cabecera de la cama, mientras la contempla desnudarse, lentamente, frente al espejo. Leydú no poseía una belleza estruendosa, pero sí una parte posterior fascinante; su perfil tampoco era tan agradable como su frontis; su cabeza en realidad era un corcho, pero si bien no podía negar aquellos coágulos que sobresalían de su cerebro, allí estaba ella; pasaba con once. Ya al natural, ella se da la vuelta y se acerca a la cama, descorre la colcha estampada con “Los Girasoles” de Van Gogh y cubre a Metrónomo con su cuerpo desnudo, luego lo besa, lo muerde…“Obviamente se me paró el miembro”, escribiría después él en su diario. Al primer contacto surgen los piropos mutuos: —¡Qué maravillosa protuberancia! —dice ella, palpándole el órgano. Y él contesta, grueso pero conciso: —¡Siempre supe que tenías un buen par de omóplatos! Se suceden una y otra vez los inquietantes mordisqueos de Leydú sobre el cuello de Metrónomo. —Espera —le dice él, apartándola suavemente de sí; se levanta y corre a encender la luz. La luz encendida recién desnuda de verdad a Leydú; se cubre los senos con ambas manos. Metrónomo va hasta la mesita de noche, abre el cajón y saca el famoso libro que, al llegar, y sin que ella se diese cuenta, escondió allí. —Esto es lo que vamos a hacer —dice— Vamos a leer la Biblia. Ella se desconcierta, él insiste: —¿No es acaso esto lo único que te interesa hacer en la vida? ¡Ah, y por cierto! ¿Cómo es posible que tú, una mujer tan pura, tan noble, estés así, completamente desnuda y mojada frente a un hombre que ni siquiera se ha quitado los zapatos? ¡Serías más atractiva si fueras más inteligente! A Leydú le entró el julepe. Brincó de la cama y, haciendo equilibrio sobre sus zapatos recién puestos (Metrónomo observó con desencanto que un zapato feo -los de Leydú lo eran- destroza, aniquila, la sensualidad de una mujer), se aventó contra Metrónomo, le apretó los testículos y le mordió los ojos; Metrónomo ofreció cierta resistencia, forcejeó un rato, pero al final perdió; Leydú lo llevó de nuevo hasta la cama, lo desvistió, le arrancó brutalmente cada una de sus ropas y lo envolvió, esta vez sí definitivamente, con su cuerpo desnudo. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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El primero fue un ayuntamiento salvaje, ensordecedor. Sólo hubo un pequeñísimo momento de pausa, cuando ella se quedó inerte sobre la cama esperando la agresión inmisericorde de Metrónomo, por lo que éste tuvo que protestar, diciendo: —¡Ah, no! ¡Aquí también tiene que haber actividad femenina! Entonces Leydú se mostró más humana; dejó de ser una simple tabla penetrable para convertirse en un organismo vivo, participante activo de la experiencia. Para el segundo asalto, Metrónomo encendió el radio: hicieron el amor esta vez al ritmo de una sinfonía clásica; Metrónomo le insertó el miembro en el cuarto movimiento. Y después de esa movida fenomenal, le asestó a Leydú un duro golpe; le preguntó: —¿Dónde quedó ahora tu espiritualidad, mi amor? Leydú, helada. Entonces Metrónomo encontró la inspiración y la oportunidad; extrajo su diario del bolsillo y escribió: “Quiero sentir algo más serio por las mujeres. No he conocido todavía ninguna que pudiera mejorar mi concepto respecto a ellas. Nada hacen de extraordinario para que esto suceda: corren dando saltitos, gritan enloquecidas, patalean, miran de soslayo, suspiran enamoradas, hablan bajito, miran al cielo, estudian secretariado, suben a los autos, abren las piernas, lloran, tienen hijos, después amantes (que pueden ser sus hijos), escriben a máquina, salen casi desnudas a barrer la entrada de sus casas, y mueren. Sencillamente. Mueren sin grandeza, como los seres humanos”. Antes de guardar el diario recordó algo que anotó enseguida para no olvidarlo. Agregó: “Yo necesito una mujer que haya sufrido, pero que no haya sufrido en vano”. Leydú trató de detener a Metrónomo cuando vio que éste se ponía la ropa y alistaba sus cosas para largarse de allí sobre la marcha. No pudo lograr mucho, sin embargo, pues él volvió a paralizarla: lo contempló escribir, y luego pegar en la ventana de la habitación, un cartel que decía en grandes letras de imprenta: “SE DICTAN CLASES DE MORAL. LLAMAR AL TELÉFONO 2004-1992. PREGUNTAR POR EL SR. METRÓNOMO CABIEDES”. Segundos después lo vio partir con su cuerpo y su andar de hombre bueno, pero sometido. º º º º º Metrónomo tenía que ofrecer una conferencia esa noche. Su primera conferencia. Estaba ya sobre la hora. Llegó apuradísimo al auditorio. Su ropa no era la apropiada; esto era muy importante para él, así que se tomó un tiempo para cambiar de aspecto. Pidió un terno prestado, muy elegante y serio, pero con el apuro y el nerviosismo...Metrónomo sale al escenario con la bragueta abierta y el miembro expuesto. El auditorio se escandaliza. Se oyen risas y llantos. —¡Oh! —dice Metrónomo, al comprobar su descuido— Disculpen. Olvidé ponerme la corbata. Abandona corriendo el proscenio y al rato regresa con la corbata impecablemente arreglada, pero igualmente con la bragueta abierta y el miembro expuesto. El auditorio estalla en más risas y en más llantos. Metrónomo baja la cabeza y experimenta en ese momento una intensa y extensa sensación de dolor. No sabe cómo reaccionar. No se le ocurre nada, una salida ingeniosa, divertida, o lo que sea. Él nunca supo sortear con habilidad situaciones como ésa. Y es que Metrónomo era abogado; un buen abogado, pero nada más. No era mucho, realmente. Por fin intenta algo: sin mover la cabeza, torvamente cambia la dirección de su mirada y encuentra que…
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Leydú seguía en la habitación del hostal aquel y estaba nuevamente acompañada. —Amor —le dice ella a su amante, en la penumbra íntima—, sé amable conmigo. Ya sabes a lo que me refiero. Entonces Amor Gutiérrez se arrodilla sobre la cama, soba suavemente los muslos de Leydú y le rasca con fruición las plantas de los pies.
ي Fernando Morote. Piura, Perú-1962. Autor de las novelas “Los quehaceres de un zángano” (2009) y “Polvos ilegales, agarres malditos” (2011), el libro de relatos “Brindis, bromas y bramidos” (2013) y el poemario “Poesía Metal-Mecánica” (1994). Ganador del Concurso Sexto Continente de Relato Erótico (Madrid, 2010). Finalista del VII Premio Internacional VivendiaVilliers de Relato (Madrid, 2012). Sus textos han sido incluidos en las antologías “El sabor de tu piel” (2010), “Microantología del Microrrelato II (2010) y “Eros de Europa y América” (2011) de Ediciones Irreverentes de España. Actualmente vive en Nueva York y colabora con el Periódico Irreverentes de Madrid y la revista Lima Gris.
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Oráculos de arena
Ensayos y artículos
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Sartre: La literatura como compromiso social1
Por: Jaime Araujo Frias Estudiante de Licenciatura en Filosofía - Universidad Nacional de San Agustín
0. Introducción
El objetivo del presente ensayo es reflexionar brevemente sobre la literatura como compromiso social desde la perspectiva sartreana. Se podría decir que Sartre fue el que inventó la categoría del escritor comprometido, es decir, el escritor en situación, el que escribe para comprometerse con su tiempo, que no es ajeno a su tiempo, sino, que está muy atento al tiempo en que vive porque sabe que es el tiempo suyo, el tiempo que le toca vivir.
1 Está liberada del compromiso según Sartre, la poesía porque no utiliza palabras-signos sino palabrascosas.
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En este sentido, la pluma del escritor para Sartre, tiene que estar comprometida con su tiempo, no puede estar la realidad de un lado y la pluma del otro, porque escribir es una cuestión moral y la cuestión moral es que no podemos ser ajenos a un mundo inmoral y consecuentemente, si nuestro mundo es inmoral algo tenemos que hacer para que sea menos inmoral.
1. Libertad y compromiso Sartre empieza su libro ¿Qué es la literatura? advirtiendo, “todos los escritores de origen burgués han conocido la tentación de la irresponsabilidad; desde hace siglos, esta tentación constituye una tradición en la carrera de las letras”2, de no ser responsables de nada. Pero resulta, - dice Sartre - que somos responsables de todo. Y ¿por qué somos responsables de todo? Porque el hombre es totalmente libre, y si es totalmente libre – piensa Sartre – es también totalmente responsable, ya que todos sus actos derivan de su elección3. En consecuencia, escribe Sartre, “no queremos avergonzarnos de escribir y no tenemos ganas de hablar para no decir nada, aunque quisiéramos no podríamos hacerlo, nadie puede hacerlo”4. Nadie puede hablar sin decir nada porque no hablar también es hablar, callarse es seguir hablando. Cada palabra del escritor repercute, e incluso su pasividad y su silencio constituyen una forma de acción5 De manera que para Sartre no hay escapatoria, no hay donde escondernos, el mundo está ahí y está para comprometernos mutuamente, porque aún en nuestro escondite la realidad va a llegar a hasta nosotros y nos vamos a tener que comprometer con ella inevitablemente. Por eso su libro “El ser y la nada”, en el cual en mi opinión desarrolla su tesis filosófica de la libertad y el compromiso, va a sostener que el ser es lo cósico, lo compacto, lo que no tiene otra posibilidad más que ser lo que es, pero la nada que es la conciencia, es nada porque no tiene contenido, porque su contenido es ser eyección hacia el futuro. Entonces, esa eyección hacia el futuro, es el compromiso de la conciencia con el mundo, la conciencia se arroja al mundo para darse un contenido, cada elección que hace pasa a formar parte de sus ser, somos lo que hacemos, lo que elegimos y somos lo que elegimos porque somos libres para elegir, somos responsables de nuestro destino y estamos obligados a elegir a constantemente, estamos obligados a arrojarnos constantemente sobre el mundo para elegir y darnos el ser que somos eligiéndonos en libertad, cada uno es lo que es, porque cada uno ha elegido ser lo que es y lo ha elegido en libertad, nos hemos dado el ser al elegirnos6 y nos lo hemos dado desde nuestro presente que es pura proyección hacia el futuro, es decir, estamos condenados a ser libres7. Esta es la filosofía de la libertad, de la elección, del proyecto, y de darse el ser a través de la elección libre que defiende Sartre de manera magistral a lo largo de toda su vida.
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Sartre, J. Paul (1967). ¿Qué es la literatura? Buenos Aires: Losada, p. 6. Sánchez Vásquez (1996). Cuestiones estéticas y artísticas contemporáneas. México: Fondo de Cultura Económica, p. 53. 4 Sartre, J. Paul (1967). ¿Qué es la literatura? Buenos Aires: Losada, p. 9. 5 Sánchez Vásquez (1996). Cuestiones estéticas y artísticas contemporáneas. México: Fondo de Cultura Económica, p. 59 6 Sartre, J. Paul (1974). El ser y la nada. Buenos Aires: Losada, p. 206 7 Ibid., 298. 3
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2. El libro como proyección del Escritor Lo que acabamos de señalar le cabe a todo ser humano, y dentro de todos los seres humanos están también los escritores, es decir, el escritor es también conciencia comprometida con el mundo, conciencia eyectada hacia el mundo, el escritor no se puede esconder, escribe para proyectarse sobre el mundo. Si el escritor escribe y arroja su libro al mundo, lo arroja al juicio de los demás, ante todo ese juicio le va a devolver su libro de otro modo a como él lo había visualizado en su soledad. Ahora bien, el compromiso de la literatura no implica negar la literatura, el escritor no escribe para sí mismo, el escritor como conciencia proyectante está arrojado al mundo e inevitablemente, lo que escribe cae al mundo, no está encerrado, no hay escape, y si quiere huir de la política no puede porque la política lo va alcanzar, porque nadie huye de la política8. Vivimos dentro de la polis que es la sociedad civil, y en esta sociedad civil, somos lo que somos, elegimos lo que elegimos, escribimos lo que escribimos y lo que escribimos lo arrojamos al mundo, la literatura se dirige a los lectores, en este sentido es un acto de creación, el escritor crea su libro, pero el lector al leerlo también lo crea de nuevo, porque el lector al leerlo está reescribiendo el libro que el escritor escribió. Por otra parte nada de esto puede ser distinto porque si este mundo tiene sentido es porque el hombre le da sentido, por ejemplo vamos caminando por la campiña, hay un árbol y una roca, el que establece que eso es un árbol y una roca y que la distancia que existe es de 2 metros es el hombre, si sacamos al ser humano no hay nada, no hay árbol, no hay roca, no hay distancia entre uno y otro, porque la distancia lo ha creado el ser humano, el ser humano es el testigo de la realidad y el que introduce constantemente distintos sentidos. Si hay un mundo simbolizado es por el poder simbólico del hombre. Las cosas son lo que son, el hombre en cambio es posibilidad, sin embargo esta posibilidad puede ser negada, reducida por el poder de las dictaduras, pero siempre tenemos que creer que la posibilidad está de nuestro lado. El libro tiene que ver con la conciencia eyectante, porque yo escribo el libro, lo arrojo y el libro cae sobre el mundo, ya ahí estoy trascendiéndome, el libro es algo que me trasciende a mí mismo, no lo escribí para guardarlo en un cajón, lo escribí para arrojarlo al mundo y una vez que lo arrojé al mundo ya no es mío, ya no depende de mí, de pende de los otros, en ese sentido el libro es proyección, el libro es algo que arrojo al mundo y al arrojarlo al mundo me pongo en peligro9, me pongo en exposición ante los otros , soy de algún modo un objeto ante los otros y los otros van a decidir si el libro es malo o bueno, si merece el olvido o la gloria. Por eso, la única literatura posible es la literatura comprometida. El libro es compromiso porque está en manos de los otros, en la decisión de los otros, en la mirada de los otros, son los otros los que van a decidir si es bueno o es malo, lo que yo piense no interesa, porque ya lo arrojé y ahora estoy en peligro en medio del juicio del mundo.
3. Conclusión Las definiciones que Sartre hace en su libro ¿Qué es la literatura? son contundentes, por ejemplo dice: “el escritor tiene una situación en su época; cada palabra suya repercute. 8
Aristóteles decía que solamente las bestias y los dioses pueden prescindir de la política: Quien vive solo es un dios o una bestia pero no un ser humano. 9 Sartre advierte que, la relación de interdependencia que establece entre el Yo y el mundo es suficiente para que el yo aparezca como en peligro. Cfr. “La Trascendencia del ego”, p. 80. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Cada silencio también”10. No hablar es hablar, callase es gritar. Esto significa que si yo no hablo estoy hablando, estoy diciendo no quiero decir nada de eso, estoy diciendo no quiero saber nada de eso, eso es hablar, es tomar una posición frente aquello, y callarse es gritar, es peor aún que decir que uno no quiere hablar. La renuncia a hablar, el silencio como único pronunciamiento, son formas de resistencia que limitan peligrosamente con la abstención, la indiferencias, la desaparición, un dejar de decir que puede entenderse como un dejar de hacer11. De modo que en opinión de Sartre el escritor no puede permanecer ajeno al mundo, todos están comprometidos con este mundo, que nadie crea que va a volar con metáforas sobre las tragedias de este mundo, inevitablemente va a tener que comprometerse con ellas y aun no comprometerse es comprometerse. En este sentido, la misión del escritor es arrimar el hombro en el momento que le toca vivir12. El libro que escribimos diría hoy Sartre a los escritores, se arroja sobre el mundo buscando a quien decírselas; precisamente eso es lo que queremos, escribimos para decir lo que queremos decir, escribimos para decir al mundo que tiene que inventar sus propias palabras y decirlas a partir de su libertad. Por poner un ejemplo, en el prefacio al libro de Franz Fanón, “Los Condenados de la tierra”, Sartre escribe, “el europeo no ha podido hacerse hombre sino fabricando esclavos y monstruos”13. Esta denuncia evidencia que el compromiso es inevitable. El cual, además, tiene sus riesgos y a veces muy graves, puesto que ser en el mundo implica comprometerse, y consecuentemente denunciar las injusticias, las inmoralidades, las estupideces que vierten los políticos en las conciencias de nuestros conciudadanos. Esto es el deber moral del escritor según Sartre: la del compromiso con el presente desde la tribuna literaria.
ڭ Jaime Araujo Frias. Estudiante de Licenciatura en Filosofía, Universidad Nacional de San Agustín. Bachiller en Derecho y Ciencias Políticas, Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Ganador del 2do Lugar en el Certamen Internacional de ensayo filosófico “enséñame a pensar” 2012, Organizado por el Observatorio Filosófico de Morelos-México, el Observatorio Filosófico de Colombia y la Organización Juventud Utopía. Ganador del 1er Lugar en el Concurso de ensayo filosófico 2011, organizado por la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa. .
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Sartre, J. Paul (1968) ¿Qué es la literatura? Buenos Aires: Losada, p. 10. Block De Behar, Lisa (1994). Una retórica del silencio. Funciones del lector y procedimientos de la lectura literaria. México: Siglo XXI, p. 18. 12 Rubio Tovar, Joaquín (2005). La vieja diosa. De la filología a la posmodernidad. Madrid, Ediciones del Centro de Estudios Cervantinos, p. 150. 13 Fanon, Frantz (2007).Los condenados de la tierra. Santa Fe: Kolectivo Editorial Último Recurso, p. 20. 11
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Peregrinajes de la historia
Por: Xiomara Alejandra Muñoz Rojas Estudiante de la Universidad del Tolima
El dinamismo de la palabra en el arte literario abre la posibilidad de replantear constantemente las formas, estructuras, contenidos y pulsiones pasionales que impulsan al hombre a emplear la palabra como medio de expresión, más aun la literatura con una intención propiamente estética no se desliga de reflexiones críticas y autoconscientes para denunciar las crisis y contradicciones sociales, en esta medida <<la literatura podrá o no protestar contra esas condiciones, pero esto es posible en primer lugar, porque esas condiciones existen…”no hay documento cultural que no sea a la vez una crónica de la barbarie”>> (Eagleton, 1994, pág. 246). Desde esta Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014 148
perspectiva es posible perfilar la novela Cantata para el fin de los tiempos del autor tolimense Cesar Pérez Pinzón como una propuesta literaria capaz de reconstruir la memoria histórica y colectiva en torno a diferentes sucesos históricos como la conquista española y la época de la violencia bipartidista cuya focalización de los personajes en el relato recae y revaloriza la visión de los marginados o el héroe degradado. La obra se teje desde la subjetividad de dos personajes Fabian Cabral (ex militante liberal) y Juanalis, dos ancianos cuya relación se remonta desde la niñez entre el rol de una nana y posteriormente de amantes. La configuración semántica del espacio en la obra permite ubicar a los personajes en un cuarto recóndito de la casa en Bogotá desde donde se despliega toda la narración y ese estado de aislamiento entraña la carga emocional de desolación y decepción frente a la existencia, las contrariedades de la guerra y el hastió que siente Fabián por sus tías. Igualmente la construcción temporal es relativamente corta, ya que el tiempo de la historia transcurre en una hora (6 a 7 de la noche cuyo índice narrativo son las campanas de la iglesia) mientras Fabian Cabral espera la llegada de unos hombres que lo llevaran a un asilo. No obstante las bifurcaciones de la historia dan la sensación al lector de abarcar una gran vastedad de espacios y situaciones, porque el autor propone un juego metaficcional entre los personajes y de manera simultánea y paralela a la vida de los dos ancianos se cuenta la historia de un fraile que es capaz de viajar en el tiempo a diferentes espacios y momentos históricos como: <<la huida a Egipto del niño Jesús, su madre y José; las celebraciones en las cortes medievales y una extraña muerte pasional en Escandinavia donde, en medio de la ebriedad y los celos, asesina a la mujer de la que se enamora; la creación mítica del mundo Muisca e Inca y la suerte de sus caciques; los hechos insólitos y monstruosos durante La Conquista…>> (Gaitan Bayona 2010 pág. 169) pero que a la vez dicho personaje es una elaboración literaria de Fabián y es capaz de cruzar la frontera de la ficción para tomar el cuaderno y terminar en la lectura de su propia historia, en pasaje de la novela el narrador nos dice: <<Vuelvo a mirarte, Juanalis, y en ti veo un pasado entero. Giro un poco más la cabeza y también lo veo. El fraile seco y benigno, me observa tras la mesa de trabajo. No puedo imaginar lo que piensa, pero ha de ser santificado. Hablo por primera vez en muchos años para decirle con temblor en la voz que cuide a Juanalis, la proteja sea su guardián para siempre; que lea por mí en sus ojos, para unir al fin su historia peregrina de observador de la infamia, con la mía donde protagonizo sueños, fabrico ilusiones y soy actor deslucido de una comedia irrisoria>> (CPT pág. 217) En este caso el fraile remplaza a su propio creador, y de acuerdo a la caracterización de Gil González la metaficcion es <<la representación de esa representación de acto de lenguaje. La duplicación del proceso de la ficción. De ahí la tan frecuente imagen de juego de espejos con que ha solido simbolizarse…>> (2001 pag. 53), así lo que se busca es una ruptura entre ficción y realidad para dar más verosimilitud a la historia y a la vez generar procesos de autoconciencia narrativa y reflexión historiográfica. La construcción de la novela es bastante compleja no solo en cuanto a la exploración del lenguaje sino también corrobora a la posibilidad de rescatar la identidad cultural y abordar temáticas y hechos sociales traumáticos cuyas secuelas irreparables de una u otra forma se marginan y se olvidan dentro dinámica del discurso hegemónico y el imaginario colectivo. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Esta necesidad de rememorar algunos fenómenos culturales son recurrentes de la novela en la modernidad literaria tal como lo plantea Cesar Valencia Solanilla, quien presenta tres aspectos claves; el primero es que la narrativa moderna supera “el fenómeno de la violencia socio - político como prurito ético- narrativo, en búsqueda de una interiorización del fenómeno, expresado más bien en sus secuelas en el acervo imaginario que sus causas o hechos más protuberantes”. En segunda instancia, hay una “búsqueda de la identidad individual y colectiva mediante la reconstrucción critica del pasado, lo cual implica una reescritura de la historia y una indagación de nuestras raíces culturales” y por último es evidente “la renovación del lenguaje novelístico” (Valencia Solanilla pág. 469) estos rasgos son características visibles en la novela Cantata para el fin de los tiempos. En cuanto al primera característica, es posible asociarlo al conflicto de la guerra de los mil días, Fabián es un ex militante liberal que claramente a lo largo de la obra prefiere y opta por el encierro, sus silencios y la historia del fríale no es más que una forma de evadir los recuerdos que no se esfuman como leemos en este fragmento: << Moja con los labios la punta de sus dedos nudosos. Siente el sabor de la pólvora lejana y también el de su propio cuerpo como si ya no pudiera borrarse de ellos los momentos en la que volvía liquida en medio de olisqueos y arremetidas bajo toldos de campaña o el abrigo de cualquier matorral tupido. Pero el viejo no se inmuta porque su presente esta alelado en la observación de otra vida (la del fraile)>> (CPT pag.17). Inclusive, Jenaro, en una carta que le envía a Juanalis, narra muchas de las arbitrariedades de la guerra, las víctimas, los asesinatos de los niños, las violaciones, las ruinas de las casas quemadas, las persecuciones, fusilamientos, mutilaciones, las recriminación y la condena por ser liberal. Barbaries y matanzas colectivas donde los personajes aparte de ser despojados de sus tierras son testigos de las torturas hacia los familiares, a lo que nos cuenta el narrador <<fueron tantos los crímenes, asesinatos, robos, incendios actos tan espantosos cometidos por Santander… que ya sus mismos hermanos… pensaron que matándolos les agradecerían por limpiar el mundo de gente de esa clase>> (CPT pág. 168). De tal modo, el conflicto no se limita a narrarse desde una escena sanguinolenta o a responder al cómo y cuándo sucede, lo que si se refleja es una intención consciente de humanizar ese fenómeno, de ver que al lado del conflicto hay víctimas que sufren las secuelas de los victimarios, la <<manada de asesinos que masacraban con sevicia>> (CPT pag. 132) en la obra esa repercusión va a estar marcada por el tinte sombrío de Fabián y es la problemática existencial y filosófica que se plantea desde el principio de la obra <<¿Que puede significar el pensamiento de un hombre cuya suerte está en huelga perenne?>> (CPT pág. 9). Él es en si la representación del héroe degradado desde donde se desenmascaran los discursos oficiales pues como lo plantea Gaitán Bayona la intención en la novela: << No es focalizar a los que, como diría Foucault, están bajo la luz de la historia, sino a los que están en la sombra. El novelista-personaje, ya en su vejez y tras haber comprendido la inutilidad de las guerras en las que participó, prefiere darle status narrativo no a los que la historia patria Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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entroniza como figuras o héroes de guerra sino a los que padecieron como víctimas, a los que, precisamente, han sufrido las retaliaciones de un Estado excluyente y violento >> (2010 pag. 174) Entre las líneas de la novela se revalorizan algunos personajes como Uribe Uribe, Saturio Valencia última víctima de la pena de muerte en Colombia e igualmente <<responde al discurso legitimador de la historia con un contradiscurso, que rompe el discurso hegemónico y pone en tela de juicio la verdad de la interpretación histórica, para revisar polémicamente el pasado y reinterpretarlo>> (En Jiménez Torres. 2010. pág. 2), es por ello que recurre a un tono irónico por ejemplo para burlarse del himno nacional como símbolo patrio, al decreto emitido por Marroquin donde declara indultados a todos los individuos que participaron en la guerra pero en si esto era una <boleta de captura> (pág. 18) y hacer una crítica mordaz a la insignificancia de la guerra <<los hombres siempre en las guerritas. Las armas los acobardan pero las adoran >> (CPT. Pag 108). Aparte de este ámbito político la carnavalización temática de la novela abarca otros terrenos desde el plano religioso, moral y sexual ya que la misma inclinación hereje del fraile y de Fabián profanan y desmitifican la idea de Dios tal como nos cuenta el narrador: <<(Fabián)…El yo pecador y otras enormes oraciones que yo deglutía como alambre de púas…>> (pág. 93) y <<(El fraile)… su mente familiarizado con las paradojas no encontraba obstáculo para plantearse que la muerte del hijo de dios es muy creíble, porque es insensata, su resurrección es cierta, ya que es imposible.>> (CPT pág. 92). La transgresión también se da en el plano corporal, sexual y erótico de la obra, pues las imágenes de lo corpóreo reflejan formas grotescas donde: <<Lo «alto» y lo «bajo» poseen allí un sentido completa y rigurosamente topográfico. Lo «alto» es el cielo; lo «bajo» es la tierra; la tierra es el principio de absorción (la tumba y el vientre)… Rebajar consiste en aproximar a la tierra… Degradar significa entrar en comunión con la vida de la parte inferior del cuerpo, el vientre y los órganos genitales, y en consecuencia también con los Actos como el coito, el embarazo, el alumbramiento, la absorción de alimentos y la satisfacción de las necesidades naturales>>. (Bajtin 1987 pág. 21) De ahí que alusiones corpóreas como orinar en este fragmento <<Juanalis permanece quieta, pensativa dedicada a escuchar el chorro de orines al golpear el agua de la taza del inodoro. Todavía es como un caballo, se dice; si orinara por fuera de la taza lo inundaría todo como la última vez que se orino en la cama>> (CPT pág. 21) son imágenes que revalorizan el cuerpo como una integridad cósmica. Los pasajes eróticos abundan en la obra, pero resulta interesante ver resquebrajado el arquetipo de madre por parte de Laura, pues desde los planteamientos de Razanska <<La figura de la madre como alegoría latinoamericana es muy potente, y está disociada del cuerpo erótico, centrada en la crianza y la protección: es la solidaridad, la acogida, el afecto…>> no obstante, Laura dejo su responsabilidad de la crianza de Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Fabián a Juanalis y las alusiones de él hacia su madre son de rotundo desprecio y ella se perfila como figura de seducción sexual para Fabián tal como lo narra: <<…en las ausencias de papa dormía con frecuencia a su lado… en medio de los sueños la oía quejarse y supe que no eran quejidos de dolor porque subía una de sus piernas sobre mis nalgas… acompañada de unos movimientos de cadera…movía su pierna ávida sobre mi sexo apacible que de pronto empezaba a crecer en un fenómeno que las primeras veces me lleno de vértigo pero que luego disfrutaba hasta sentirla desfallecer… En medio del claroscuro me pasaba las horas su cara enmarcada en esa cabellera que me hechizaba al peinarla…>> (CPT pág.212) Esa fascinación y atractivo incestuoso se ve también en una intertextualidad que hace el autor frente a la cultura de los incas con Manco Capac y su hermana Dello Huako y desde la cultura muisca con el Zaque Huanzahua y su hermana quienes castigados por los dioses convierten a su hijo en una piedra inerte y ellos pasan a ser una leyenda entre el fluir de la corriente en el Tequendama. Y al igual que estos hipotextos aparecen muchos otros narraciones de otros tiempos personajes o sucesos mitológicos como Gilgamesh y Ekidu en la mitología sumeria, Chibchacun, la aparición del pozo de Donato, Zue, Chia, el dios Ciminigagua, los sucesos legendarios de María Manuela mitad mujer, mitad demonio entre otros. En relación a esto, la reconstrucción histórica y los palimpsestos permiten rememorar las raíces de lo que define nuestra identidad y las visiones cosmogónicas de otras culturas. Volver en la historia a recorrer Hispanoamérica requiere también deslizarse entre las líneas de las crónicas de indias hacer del fraile un testigo no solo del encantamiento por parte del extranjero frente a la exuberancia, riqueza y misticismo de esta tierra sino también ser el portavoz de la barbarie y de la cruenta por “civilizar” a los indígenas como lo señala el narrador: <<los españoles comenzaron a laborar con mano de obra de los sometidos; el fraile fue testigo de la merma… las epidemias traídas por los vencedores, el trabajo en la mina y la melancolía consumieron su ímpetu… pero lo más oprobioso para el espectador de la infamia fue que las nativas debieran tomar raros brebajes para abortar… algunos terminaron comiendo tierra y pedazos de metal para acelerar muerte y no se dejaban bautizar para evitar el riesgo de encontrarse en el cielo con los buenos de los españoles…>> (CPT pág. 137) Y como última constante, en la necesidad de renovar el lenguaje es particularmente interesante el aspecto estructural de la obra. La novela esta subdividida en capítulos y su estructura interna <<es la elaboración de un tiempo cíclico, mítico, único, que como una espiral crea una realidad más trascendente e inmutable, la realidad mítica>> (Valencia Solanilla. Pág. 479) el tiempo del mito esta fuera de la linealidad cronológica es decir: <<Historias que utilizan cruces de tramas, desviaciones, paralelismos, simultaneidades… Estas historias desafían las concepciones de principio y fin… y a la vez plantean la posibilidad de ser continuadas y conectadas con otras historias… La no linealidad se entiende como la ruptura de las Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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convenciones relacionadas con los conceptos de tiempo, espacio, principio y fin>> (GIL VROLIJK 2002 pág. 7) En novela vemos entonces, que las historias se narran alternadas, anacrónicas y simultáneamente y desde la subjetividad de cada personaje las historias se bifurcan empleando un complejo manejo de tiempos narrativos: analepsis o prolespis que se entrecruzan para crear todo el entramado. Los tiempos circulares simbolizados con la serpiente que se muerde la cola, están dados desde la primera página del libro, puesto que lo que se narra al principio es lo que sucede con Fabian al final de la obra, pero la historia continua en manos del fraile. Los giros espaciales y temporales de este último personaje reflexionan en torno al suceso cíclico, sincope y absurdo de la guerra. Por otra parte, la inclusión de la polifonía discursiva por parte del autor posibilita que desde las voces de los personajes se vislumbre el punto de vista emocional, psíquico e ideológico de cada uno. Para ello, el autor también emplea un narrador omnisciente, pero da plena libertad a los personajes, quienes a partir de un estilo directo libre monologan a lo largo de toda la obra y desde su propia voz el lector escudriña su intimidad y agobio existencial <<por así decirlo, oímos a hurtadillas al personaje verbalizando sus pensamientos a medida que se producen>> (Lodge 1998 pag. 76). Es más en el flujo de conciencia <<la realidad está cada vez más situada en la conciencia privada, subjetiva de seres individuales incapaces de comunicar la plenitud de sus experiencias a otros>> (Lodge pag. 76). Tan es su ensimismamiento que el lenguaje de comunicación entre los dos ancianos son las miradas. Finalmente, vemos que la particularidad y riqueza de la obra se entreteje desde un proceso crítico, reflexivo y autoconsciente, que abarca desde la forma, la construcción de los personajes, la complejidad temática y los juegos del lenguaje, donde la metaficcion, la historiografía y la estructura mítica en la narración son rasgos significativos en la novela que corroboran a la identidad y búsqueda propia de un estilo en el arte y la palabra. La historia como pretexto literario está muy bien lograda en la obra que sin llegar a dogmatizar hace un paralelo de tiempos y espacios para concluir que las contrariedades sociales y las guerras vuelven y se repiten cíclicamente, aun así problematiza de forma dinámica la necesidad de rememorar más que de conmemorar hechos históricos para controvertir los constructos de nación que se ha consolidado desde las figuras de poder, por tal razón la novela se posiciona desde una focalización anti épica y transgresora del orden moral político y religioso cuyos personajes son los antihéroes que cuestionan la falta de sensatez y de entendimiento, por eso la representación del fraile <<posee toda la sabiduría que le falta al mundo>> (CPT pág. 173). Así pues, esas regresiones en el tiempo otorgan una mirada panorámica a la historia pues tal como lo afirma Foucault esta debe << existir sin elección: considera que debe conocer todo, sin jerarquía de importancia; comprender todo, sin distinción de nivel; aceptar todo, sin hacer diferencias. No debe escaparle nada, pero al mismo tiempo no debe quedar nada excluido>>. (1979 pág. 23)
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ڭ Xiomara Alejandra Muñoz Rojas. Estudiante de la Universidad del Tolima inscrita en el programa académico de licenciatura en lengua castellana con nueve semestres aprobados.
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En torno a un texto olvidado: La Argentina, de Ruy Díaz de Guzmán y la presencia del otro en la construcción de la identidad americana
Por: María Inés Aldao Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA)
Ruy Díaz de Guzmán, mestizo nacido en Asunción, es hijo de un español (Alonso Riquelme de Guzmán, quien llega al Río de la Plata en la expedición de Pedro de Mendoza) y una mestiza, Úrsula, hija de una india llamada Leonor y de Domingo Martínez de Irala. En La Argentina, Ruy Díaz de Guzmán intenta borrar su condición de mestizo. Denuesta al indígena, quien siempre es vil y traicionero y ensalza permanentemente al español, por su heroicidad en el proceso de conquista. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Enuncia desde la mirada imperialista y, por eso, su visión se centra en la relación indio / maldad / vicio / improductividad. Los únicos nativos no del todo perjudiciales son aquellos “amigos de los españoles” (Díaz de Guzmán 1945: 44). Esta manipulación retórica produce referencias a los hechos más representativos de las disputas entre conquistadores, incurriendo en abruptas omisiones y en hipérboles en la descripción de los enfrentamientos entre los bandos. La codicia, la delación, la inclemencia y la tramoya que en muchas producciones coloniales suelen ser atributos del español, aparecen aquí como representativas del indio, quienes para el autor “disimulan su maldad”, “confabulan traiciones” y “mudan su parecer” debido a “su natural inconstancia y poca lealtad” en perjuicio de los conquistadores. A pesar de esto, la extinción paulatina del nativo es analizada por Díaz de Guzmán desde una perspectiva pretendidamente objetiva y matizada, lo que constituye, también, un rasgo típico en las crónicas escritas por conquistadores: “(…) esta provincia antiguamente fue muy poblada de naturales, y al presente se sabe se han extinguido, así por los continuos asaltos que les daban los españoles, que se servían de ellos, como por las crueles y sangrientas guerras de los chiriguanos, que con sola su sed carnicera de humana sangre han destruido varias naciones de esta provincia, como queda dicho”. (Díaz de Guzmán 1945: 182) En este texto, el enunciador se construye como un español más. Es parte del “nosotros” que se opone a los “enemigos” indios. De hecho, como estrategia típica de las crónicas de conquista, incluye comparaciones con Castilla sin que Díaz de Guzmán haya salido del Río de la Plata. Desde un discurso plenamente europeizado, el autor intenta situarse del lado del “civilizado” y alejarse de su costado indígena, por sentirse sujeto activo y partícipe de la conquista del territorio aborigen. Esta sola cuestión condicionará sus posicionamientos discursivos. Si bien narra con un dejo de objetividad, su visión crítica estará sujeta a su corrimiento del lugar de mestizo. Por otra parte, Díaz de Guzmán releva la heroicidad del español en los combates contra los indios. Omite la mención de nombres de indios o explicar etimológicamente algunos de sus vocablos, en un intento por incrementar el distanciamiento de su cultura. Resulta importante, también, la incorporación de la voz del otro. Guzmán no se ocupa por transcribir los dichos de los indios, optando por el discurso indirecto en contadas ocasiones. De alguna manera, la crónica de Díaz de Guzmán es un texto traidor: traiciona al lector, quien espera, por su condición de anal escrito por un mestizo, una mención positiva a lo indígena o, al menos, no detractora, por un lado y la ausencia de lo maravilloso, por otro. Por el contrario, el lector encuentra un texto que, a pesar de la intención de realizar una “narración fidedigna” (Díaz de Guzmán 1945: 21), mezcla párrafos descriptivos, alusiones ideológicas y episodios sobrenaturales [2] o teñidos de lo novelesco, como los de Lucía Miranda en el capítulo VII, “el primer drama pasional en estas tierras” (Salas 1960, p. 174) y la Maldonada en el capítulo XIII. [3] A pesar de esto, la enunciación de las crónicas se construye desde un yo que participa de la historia de la conquista, por lo que su discurso resultaría fundamental para la posteridad. Por eso, el texto se presenta como inconcluso: el autor anuncia al final la continuación de su historia. Por último, la función de testigo resulta clave. La opción por la primera persona valida algunos hechos y afianza el rigor testimonial. Sólo que Guzmán opta por la primera persona plural, en un claro intento por ser parte de ese “nosotros” español que revalida. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Su discurso pretende asemejarse (y de hecho, lo logra) al del conquistador. No hay nada en él que remita al mestizaje. En esta peculiar crónica encontramos la narración de la historia de los españoles en América, en la cual los indios resultan personajes secundarios, una suerte de obstáculo que dificulta la conquista pero que no presenta mayores complicaciones, puesto que el español es el gran héroe y protagonista. El texto es, también, “la construcción de un yo y un nombre, cuyo origen exige un proceso validatorio que funcione como sostén narrativo” (El Jaber 2006: 217). Ruy Díaz de Guzmán debió haber leído el famoso poema Argentina y conquista del Río de la Plata del fraile arcediano Martín del Barco Centenera y, seguramente, se basó en su poema para la escritura de su texto (Rojas 1948: 229-233). Además, por su condición de mestizo, debió haber compartido ideológicamente muchos rasgos y una postura ya presentes en el fraile. Aunque se supone que sus respectivas “Argentinas” describen un mismo territorio y período, más allá del tipo de texto elegido, son diferentes porque la mirada del yo, su posicionamiento respecto de lo narrado y su representación identitaria difieren profundamente. En conclusión, para el autor mestizo, el “otro” es el indio y éste, en lugar de representar parte de la cultura propia, refleja lo contrario de aquello de lo que Guzmán pretende ser parte. De esta manera, la inversión respecto de lo que el lector supone encontrar en las producciones coloniales resulta significativa. Es un alejamiento respecto de lo esperado que se relaciona, a su vez, con el territorio rioplatense, espacio peculiar que se distingue histórica y escriturariamente del resto de los centros de la conquista americana y en el que ningún mito se vuelve realidad.
Notas 1 El texto “ha llegado a nuestro tiempo con el nombre familiar de Argentina manuscrita, sin duda para distinguirla de la impresa por Barco” (Rojas 1948: 220). 2 Por ejemplo, las apariciones de San Blas (libro III, capítulo XV, p. 208) y de la serpiente dragón (libro II, capítulo III, p. 112). 3 Recordemos que los episodios maravillosos también se encuentran en otros textos coloniales rioplatenses. Un ejemplo esclarecedor es el texto de Martín del Barco Centenera, que incluye episodios como el del pez monstruoso (canto IX, pp. 159-160) o la aparición de sirenas (canto III, p. 95), por nombrar algunos.
Referencias bibliográficas Adorno, R. (1988). El sujeto colonial y la construcción cultural de la alteridad. Revista de crítica literaria latinoamericana, 14 (28), 55-58. Assadourian, C., Beato G. y Chiaramonte, J. (2010). Historia argentina 2: De la conquista a la independencia. Buenos Aires: Paidós. Del Barco Centenera, M. (1998). Argentina y conquista del Río de la Plata. (S. Tieffemberg, Ed.). Buenos Aires: Instituto de Literatura Hispanoamericana. Curia, B. (1990). Historia e imaginación poética en los orígenes de la literatura argentina. Luis de Miranda, Martín del Barco Centenera, Ruy Díaz de Guzmán. En Discurso historiográfico y discurso ficcional. Actas del Tercer Congreso Internacional del Celcirp, (pp. 77-87). Regensburg: Universidad de Regensburg. Díaz de Guzmán, R. [1612] (1945). La Argentina. Buenos Aires: Espasa Calpe. El Jaber, L. (2006). Tierra, sangre y nombre. La escritura de la identidad. En N. Jitrik (Comp.), Aventuras de la crítica. Escrituras latinoamericanas en el siglo XXI, (pp. 215-222). Instituto de Literatura Hispanoamericana: Alción. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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ڭ María Inés Aldao. Argentina. Licenciada y Profesora en Letras por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Becaria doctoral en Letras (UBA) Actualmente está finalizando la Maestría en literaturas española y latinoamericana (UBA). Adscripta a la Cátedra de Literatura Latinoamericana I (UBA). Docente e investigadora del Instituto de Literatura Hispanoamericana. Se especializa en crónicas de tradición originaria y religiosa de México, siglo XVI.
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“La vida es bella y la encriptación a partir de Claves Previamente Compartidas (PSK)” o “La importancia de poner un título que no se entienda”
Por: Munir Hachemi
¿Me lo dirás, papá, qué juego es? GIOSUÉ.
Advertencias al lector de este texto: 1. Considero que la crítica es ―como la física― la elaboración de un conjunto de reglas que se articulan en un modelo que describe algo que llamamos realidad. En crítica, sin embargo, como la realidad que se observa está compuesta ―entre otras cosas― de lenguaje natural, las ambigüedades vienen servidas y ―por razones de Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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dificultad― no se puede bajar tanto de nivel14 como en lo que las instancias de legitimación denominan las ciencias. De esto se desprende que me resulta absolutamente indiferente qué quisiera decir el autor con su obra, por ejemplo, si bien no por ello dejo de considerar los datos extratextuales que se me presentan. Me gusta ver la crítica como un juego de mapa del tesoro: cuando leo un libro o veo una película recibo un mapa, y cada dato que su lectura me aporta es una flecha que apunta hacia alguna parte. Después, cualquier dato ajeno al texto es otra flecha, y así podemos avanzar hasta encontrar un tesoro. Por supuesto, es posible que una vez desenterrado el tesoro aparezca alguien y nos muestre un número importante de datos que habíamos obviado y que apuntan en la otra dirección. Por eso es aconsejable huir inmediatamente después de desenterrar nuestro premio, antes de que aparezca ese hipotético aguafiestas. Esto también se puede entender como el juego de frío-frío caliente-caliente. Lo que quiero decir es que en cierto modo le invento significados a aquello que leo, pero éstos deben ser consistentes con lo leído (por ejemplo, para leer en El Quijote una novela de ciencia-ficción posmoderna habría que ignorar una cantidad abrumadora de datos). 2. No pretendo ser original. Si alguien ya había pensado aquello que expongo aquí, es libre de dejar de leer en cualquier momento, que yo no cobro. Por otra parte, no he indagado en absoluto en internet al respecto, así que puede que todo esto ya esté dicho en alguna parte. 3. He visto la película dos veces, una hace un año y otra anoche con un boli en la mano. Me gusta jugar a pensar que todo esto se me ocurrió porque la primera vez que la vi andaba leyendo a Piglia aunque quién sabe, pues por una parte uno siempre apoya el pie en lo primero que tiene a mano (a mano significa en la memoria a corto plazo) y por otra Piglia suele estar siempre en todas partes y sobre todo donde uno más se lo quiera encontrar. 4. Me cuesta expresar ideas con frases secas y contundentes. He podido observar que mis ensayos son más bien bombardeos de conceptos tangenciales (siempre tangenciales) al asunto que estoy tratando, pero me consuelo pensando que tras la lectura todos esos conceptos de alguna manera se aglutinan en la mente del receptor y le aclaran la idea que yo quería transmitir. Ni siquiera sé si es posible transmitir una idea o si no se puede hacer más que inducir a imaginar una sensación, una nube difusa que quiere decir algo inexpresable, algo que no se puede asir por ninguna parte. De todos modos, sí soy amigo de los resúmenes (que al estar en un nivel muy alto pierden información) y ―a pesar de lo que pueda parecer por todo esto que he dicho― no me creo Derrida ni nada por el estilo así que tranquilo, lector, porque yo hablo como un ser humano. No sé quién decía algo así como que el hecho estético es la inminencia de una revelación que no llega a producirse. Bueno, sí lo se, pero no os lo voy a decir. Jeje. 5. La vida es bella, si se ajusta a mi teoría, es una película absolutamente genial.
Empecemos.
14 Llamo bajar de nivel a abordar las cosas desde un punto de vista más elemental. Así, por ejemplo, decir “esto es un poema” sería un análisis en un nivel más alto que decir “esto es una lira”. Contra las evidentes ventajas que tiene bajar de nivel, cuanto más se baja más difícil es hacer cosas. Si se pensase, por ejemplo, en cada acepción de cada palabra de este ensayo, la posible comprensión sería enorme, pero tal vez sería necesario invertir meses para leerlo. Otro ejemplo: decir que 2x5=10 está en un nivel más alto que decir que 2x5=2+2+2+2+2=10, que a su vez está en un nivel más alto que decir que 2x5=2+2+2+2+2=1+1+1+1+1+1+1+1+1+1=10. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Por darle al lector un primer golpe en la cara que le empiece a poner en guardia y a guiarle hacia esa intuición final, voy a referirme brevísimamente a algo que escribí en el pasado cuando estudiaba la relación entre dos de mis escritores favoritos. Por supuesto, no voy a decir ni quién es el director de La vida es bella ni en que año se rodó ni nada por el estilo: para eso está Wikipedia, así que vayamos directos al grano. Lo que dije en aquel ensayo sobre Borges y Bolaño fue que ambos habían concebido la literatura ―al menos en algún momento de sus vidas― como algo que nos puede ser útil para escribir el relato de nuestra propia existencia. Ya lo he dicho: ahora sumerjámonos en un orden más coherente.
Breve presentación de la idea. Creo que este punto es el que habría sido el comienzo en un ensayo más canónico. Es el abstract. Lo que viene a continuación es un análisis de la película La vida es bella a partir de la manera en que se manejan los códigos en su interior. Ahí van las preguntas que considero más relevantes para entender cada escena: a) ¿Quién sabe qué? b) ¿Cómo está encriptado el código? Estas dos preguntas, que parecen ser extremadamente sencillas, encierran la clave para un análisis exhaustivo de la película que nos llevará a pensar que a) el arte es un juego, uno muy serio, b) nosotros escribimos nuestra vida, que es un relato, c) es muy importante pensar en la información que maneja cada una de las personas que intervienen en una situación y d) hay una diferencia crucial entre la ignorancia y la inocencia. Este último punto, que sé que suena a propaganda sufí occidentalizada, puede ser claramente explicado, y lo será.
El papel de cada uno. En La vida es bella cada personaje tiene un papel muy bien definido. A continuación, explicaré el de cada uno y daré numerosos ejemplos para que se pueda entender de qué estoy hablando. Guido es el encriptador, aquél que conoce el código que emite y el que será recibido. En la mayoría de escenas sabe muchísimo acerca de lo que está pasando, aunque en algunas hay cosas que se le escapan. Es la segunda instancia más poderosa dentro de la película, después del Espectador. Es importante tener en cuenta que es el dueño de una librería, porque él representa, en cierto modo, al arquetipo del escritor dentro de la película. En este caso, sin embargo, es un escritor cuasi divino, ya que escribe sobre la misma realidad en la que él vive, y no sobre otra inferior. La forma en que hace esto es jugando con los códigos y con lo que los demás personajes saben. En cierto modo, él escribe las reglas del juego, aunque algunas se le escapan. La mayor particularidad que tiene es que es inocente pero no ignorante. En el campo de concentración ve la realidad y también el juego. Un ejemplo de lo dicho es cuando está enamorando a Dora. En esa escena, la del paseo nocturno, Guido tiene más información que ella, de modo que, como luego diremos, puede predecir el futuro, es decir, el que maneja todos los códigos se convierte en un vidente. Así, por ejemplo, consigue que la llave caiga del cielo, que le sea revelado que deben tomarse un helado después de “siete segundos”, y juega con el Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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nombre de “María” y con el cambio de sombrero. Ésa es la faceta de conocedor del código, aunque también tiene un lado de creador del código cuando está en el campo de concentración: frente a Giosué, por ejemplo, Guido crea un código que el pequeño no puede desencriptar. Es lo que llamo el “juego”. Dora, la mujer de Guido, es la coparticipante, junto a él, en el código secreto. Así, se plantea la idea del amor hombre-mujer como el intercambio de la clave input/output de un código. El código secreto existe, por ejemplo, cuando en su anuncio de boda a Dora se le pone delante la tarta con las palabras Buongiorno principessa, que son lo que podríamos llamar palabras mágicas o palabras-llave (o simplemente “claves”) que desentrañan ese código secreto. Los ejemplos a este respecto son numerosos. Mismamente, cuando Guido entra a caballo, la gente lo toma como parte del espectáculo (es por eso que aplauden) pero Dora lee claramente el mensaje, que es: “levántate de la silla y móntate, que nos fugamos”. Dora no es ni ignorante ni inocente. En la parte del campo de concentración puede ver la realidad pero no puede ver el juego debido a barreras físicas. Giosué, el niño, es un personaje interesantísimo precisamente porque no puede leer. Así, es ignorante e inocente al mismo tiempo, ya que desconoce el código pero tampoco hace nada por conocerlo. En la parte del campo de concetración ve el juego pero no la realidad, así que técnicamente es un mal lector, aunque luego veremos que esto no es considerado necesariamente un valor negativo si es por inocencia y no por ignorancia. Los ejemplos de la forma de entender la realidad de Giosué son numerosos. Por poner uno, pediré al lector que recuerde cuando Guido le muestra al niño alemán que está encerrado en el mueblecito en el campo de concentración. Ahí un juego se confunde con otro, y de ese modo Giosué queda convencido de que realmente todo es juego. El Espectador somos nosotros. Nuestra ignorancia o inocencia depende de cada caso particular, aunque siempre se nos informa de todo (es decir, somos la instancia más poderosa ya que, como ahora mostraré, sabemos más que Guido). Además, estamos en una superrealidad respecto a la película, así que no se nos aplican sus reglas. Sin embargo, sí debemos ser buenos lectores para desencriptar ciertos mensajes y, si lo somos, podremos llegar a predecir el futuro ―como luego mostraré― o al menos a crear un hilo causal entre lo pasado y lo presente. En el campo de concentración vemos la realidad, vemos el juego, y sabemos lo que ve cada personaje. Por poner un ejemplo de un momento en el que sabemos más que Guido, recordemos el principio de la película, cuando Guido entra en el pueblo en un coche sin frenos gritando “¡apartad, apartad!”. Ahí, él emite el código, pero no tiene la clave del receptor, ya que los aldeanos lo desencriptan como el saludo nazi en vez de como un “¡apartad”. En este caso peculiar, entonces, Guido emite un mensaje que es mal recibido en el sentido en que la clave de emisión no es la misma que la de salida. Sin embargo, sí se produce un sentido, lo cual es raro porque normalmente un mensaje con una clave errónea de salida no produce ningún enunciado lógico. El espectador, por su parte, sabe todo esto y ese hecho lo lleva a la risa, que en esta película es de una importancia enorme. Otro ejemplo se da cuando Guido y Dora se van de la ceremonia de anunciación de la boda de ella a caballo. En ese momento, al novio de Dora le cae un huevo de avestruz en la cabeza, y eso sólo lo entendemos nosotros, ya que Guido, el único que también sería capaz de descodificarlo, ya se ha ido. Y nos reímos. Por último, antes en esa misma escena todo el mundo sabe lo que está pasando (que a Guido le gusta Dora pero ella se va a casar con otro) antes que Guido, así que él aparece como ignorante (aunque sólo por unos instantes). Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Cuando hablo de que el Espectador lea bien me refiero a que sea capaz de establecer relaciones complejas que le revelen datos de la historia oculta que tiene delante. Por ejemplo, un Espectador-buen lector (si damos por válido mi análisis de la película) sería aquél que se diese cuenta de que Guido escribe sobre la realidad y lo relacionase con que tiene una librería, aquél que relacionase que Guido sea bueno con las adivinanzas con el hecho de que siempre sea el que maneja la mayor cantidad de códigos, el que relaciona el hecho de que Giosué tenga todas las papeletas para ser un buen desencriptador (adivina quién es su abuela), con que sea el jugador del juego y con que cuando se los llevan está aprendiendo a leer, el que relaciona el hipo de Dora con el hecho de que no se quiere casar, o, por último, el superespectador (que, en mi opinión, es necesario que ya haya visto la película para convertirse en un vidente, pero que también puede funcionar de manera retroactiva) que relaciona el tanque de juguete con el de verdad o el mueble donde se esconde Giosué en su casa con el del campo de concentración. Va un esquema. Realidad extrafílmica Guido es un “buen lector” Guido crea ficciones Giosué tiene talento como “lector”
↔ ↔ ↔
Dora no quiere casarse
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Realidad de la película Se le dan bien las adivinanzas Guido tiene una librería Adivina lo de su abuela Aprende a leer Le da el hipo
El juego se convierte en realidad: la historia del tanque.
Podemos decir que toda la historia en La vida es bella se articula sobre el esquema comedia → tragedia. La película empieza con la entrada triunfal de Guido en un pueblo, con un malentendido que nos hace reír, y termina con la ejecución del protagonista (aunque aún dé un coletazo más para contarnos lo que pasa con Giosué). Si un espectador revisa la película con esta idea en la cabeza, verá que la gradación no es algo brusco sino paulatino. Sin embargo, la risa no desaparece en ningún momento, sino que se transforma. Pasa de ser un mero estímulo, un entretenimiento para aquellos que saben descifrar el código, a ser un arma que impide a ciertos personajes enloquecer ante el horror. Pero vayamos a la idea que más me importa: los juegos se desmontan; cuando la realidad se desnuda resulta terrorífica. Esto se ve reflejado en la transformación, dentro de la película, entre Giosué jugando con el tanque y Giosué jugando a ganar un tanque de verdad. La tragedia ocurre cuando aparece el verdadero carro de combate. Cuando el tío le dice a Giosué cuál es el premio hay un punto de inflexión: el premio es un carro blindado. Pero yo ya tengo un carro blindado. No, un carro blindado de verdad. ¿De verdaad? Noo. Es por eso que la película debe acabar cuando aparece el tanque de verdad, porque ése es el final del juego, y cuando el juego acaba la realidad aparece tal como es (en ese caso es un infierno) y Guido muere. Así, la aparición del verdadero tanque conlleva el final del juego. Los personajes se pasan toda la película tendiendo hacia ese momento, pero cuando por fin ocurre todo pierde el sentido. Yo, por ejemplo, me esfuerzo por desentrañar los significados de esta película, pero es muy probable que cuando termine este ensayo no la vuelva a ver jamás. El hecho estético es... Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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En el campo de concentración. No hay nada más necesario que lo superfluo TÍO DE GUIDO.
Pero ahora abordemos, por pasos, lo que ocurre en el campo de concentración, esto es, en el corazón de la película. Para empezar, podemos hablar de la llegada. Cuando los están metiendo y sacando del tren, Giosué pregunta y pregunta, claro, no entiende a dónde van, y se ve cómo Guido se siente realmente agobiado por inventar un juego, desesperado por crear una ficción que funcione como salvavidas ante la realidad que tiene delante, y titubea varias veces mientras inventa unas reglas que le cuenta a Giosué. Además, Guido reescribe lo que les está pasando. Por ejemplo, lo que para los otros presos es una cola interminable hacia un matadero, para él y para Giosué es “mira cuánta cola hay, eso es porque todos quieren ir a donde vamos. He conseguido las últimas entradas de milagro”. Guido escribe sobre el mismo nivel de realidad en el que vive. Tal vez ahí resida el secreto de la inocencia: en ser capaz de creer en la ficción que uno mismo fabrica. Podemos continuar hablando del código lingüístico. Al ser una película que trata sobre la importancia de manejar ciertos códigos, es evidente que el lenguaje debe tener un papel preponderante, ya que es nuestro principal código. Veamos algunos ejemplos: 1. Pocos serán capaces de olvidar la magnífica escena en la que Guido, tras preguntar qué ha dicho el guardia alemán, se ofrece para traducir y empieza a largar una serie de disparates sólo para mantener la solidez de la ficción ante su hijo. En este caso, nadie tiene todas las claves, ni siquiera el espectador (a no ser que hable alemán e italiano, cosa no esperable de un espectador medio). Si combinamos las variables “¿quién sabe qué código?” y “¿ve la realidad o el juego”?, tenemos. Guardias: saben el código A (alemán), no saben que está siendo desviado, y sólo ven la realidad. Guido: sabe el código I (italiano), desvía el código A, y ve la realidad y el juego. Presos: saben el código I, saben que el A está siendo desviado y sólo ven la realidad. Giosué: sabe el código I, no sabe que el A está siendo desviado y sólo ve el juego. Espectador: sabe el código I, sabe que el A está siendo desviado y ve la realidad y el juego. 2. Cuando Giosué merienda con los niños alemanes, la tensión lingüística cobra gran relevancia. Para empezar, su padre le obliga al juego del silencio, es decir, el código lingüístico debe ser temporalmente suspendido. Sin embargo, el niño comete un error y dice “gracias”, evidenciando que su código no es el que debería, y entonces Guido interviene y convierte la realidad en juego. Hace, por lo tanto, que todos los niños se pongan a decir “gracias”, y los introduce en su juego. La mujer nazi, sin saberlo, también acepta las reglas del juego cuando le dice que deje en paz a los niños, porque cree que ese “gracias” era juego. 3. En la tesis de que Guido es o representa al arquetipo del escritor, podemos preguntarnos por las figuras retóricas que usa, y encontraremos numerosos ejemplos. Uno muy revelador, en mi opinión, es la escena en que Bartolomeo entra en el barracón (viene de la enfermería) y a la pregunta de “qué tal” responde: “me han dado 20 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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puntos”. La polisemia de la palabra “punto” es utilizada en este caso por Guido para legitimar la realidad de su juego. Otra cosa que cobra una enorme importancia en el campo de concentración es el código secreto entre Dora y Guido. Pensemos en lo que dije al principio, en que Dora tiene la capacidad de ver la realidad pero no conoce el juego. Es por eso que Guido debe informarle desde el otro lado de la barrera física que los separa. Esto es tan importante que Guido está dispuesto a arriesgarlo todo (su vida, su hijo, su ficción) para establecer ese código secreto, y cuando coge la radio lo primero que dice es la clave previamente compartida (CPC) que tiene con Dora: “¡buenos días princesa!”. Analicemos esto. Dora: tiene la CPC y por lo tanto oye: “estamos vivos”, que es el mensaje encriptado. Guido: emite el mensaje. Presos: no tienen la CPC y por lo tanto reciben un mensaje aparentemente sin sentido. Guardias: no tienen la CPC y aunque la tuvieran no conocen el código. Aun así, sí reciben un mensaje: “pasa algo en la sala de la radio. Vamos”. Espectador: tiene la CPC y además está en una superrealidad, así que descifra: “él le está diciendo a ella que está vivo, pero haciéndolo pasar por otra cosa. Está en peligro”. Otro ejemplo de código secreto es cuando Guido hace sonar Los cuentos de Offenbach por la ventana. En este momento la CPC es saber que él fue a una representación de esa obra sólo para mirarla a ella, esto es, una experiencia común pasada. Para entender la importancia real del juego, hay que pensar en los otros presos: todos están tristes, viven un infierno, mientras que Giosué está razonablemente feliz y Guido también. Sin embargo, el juego le permite no perder el norte. Así, el juego (y con él la risa) es un arma ante el horror, un instrumento para no perder la cordura. Los presos, por desgracia, no son ignorantes pero no tienen la capacidad de ser inocentes, no pueden jugar, y eso hace que vivan en el mismo infierno. El juego, por lo tanto, debe distorsionar la realidad pero no deformarla, lo que queda claro a través del caso del doctor. Debemos entender lo que es el doctor, o cómo funciona en la película: como productor de sentidos. Desde el principio, su papel se basa únicamente en proponer adivinanzas e intentar resolverlas, es decir, busca interpretar todo aquello que ve. Podemos decir que es un adicto a producir sentidos coherentes. Sin embargo, la guerra resulta un absurdo, y él no “juega” como Guido y Giosué sino que intenta descodificar la realidad directamente, intenta resolver el acertijo de la guerra, y eso es imposible porque la guerra es un discurso incoherente, no tiene sentido, es el horror en estado puro. Guido sabe que lo que debe hacer es transformar la guerra en algo soportable, pero el doctor la intenta descifrar y es así como acaba en un acertijo totalmente desviado y en un errar sin rumbo a través de la matanza. Es por eso que enloquece y que cuando se encuentra a Guido en el campo de concentración (a pesar de que entiende los peligros a los que se enfrenta, pues se comunica con él sólo en privado) en vez de ayudarlo le propone una adivinanza totalmente absurda, una que escapa a todo sentido. De esto podemos concluir algo importantísimo: que la verdad no existe hasta que no la inventamos, que intentar buscar la verdad en lugar de crear la verdad puede ser algo enormemente peligroso. Algún lector especialmente suspicaz puede pensar que manejo la idea de que la guerra es un absurdo como algo mío y que para Benigni esto podría no resultar así. Sin embargo, hay una escena sobre la que puedo apoyar mi tesis: cuando Giosué le dice a Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Guido que hacen botones y jabón con ellos, éste estalla en risas y, realmente, ¿qué hay de raro en ello? ¿Qué hay de especial en reír ante la idea de que se hagan jabones con las personas? En principio, es o debería ser una idea absurda, con lo que podemos concluir que dentro del universo de la película la guerra es considerada como algo absurdo. De por qué lloramos donde Giosué ríe. La escena final, tal vez una de las más brutales de la historia del cine, sólo se puede entender de forma relativamente exhaustiva si consideramos con atención lo que está pasando, el choque entre lo que sabe Giosué y lo que sabemos los espectadores. La forma más breve y directa de explicar esto es hacernos dos preguntas. ¿Qué ve Giosué? El juego está a punto de acabar. Si no salgo de aquí ganaremos el carro blindado y veré a mamá y comeré caliente y volveremos a casa. Ahí va papá, está jugando con el soldado, caminando como aquella vez que se lo llevaron esos dos señores de la librería, haciendo el tonto, y me guiña un ojo. Todo va a ir bien y pronto terminará. [Sonríe]. ¿Qué ve el espectador? El espectador tiene más información que el niño (y más le valdría no tenerla), así que ve el horror en sí, pero también ve el juego. Esto es importantísimo, ya que el único que sólo ve el horror en esa escena es el soldado. De alguna manera, si sólo podemos ver el horror nos convertimos en parte de él. Así, un espectador que no hubiese visto el resto de las escenas y sólo viese al padre siendo asesinado pensaría algo como “otra película de nazis” y no sentiría nada. Nosotros, en cambio, no estamos asistiendo a una ejecución sino al desomoronamiento de una ficción tan importante como para que Guido arriesgue varias veces su vida y la de su hijo a lo largo de la película. Estamos cerrando dos libros: uno, el de la película; dos, el del juego que con tanto esfuerzo Guido ha construido. A veces, manejar el código puede resultar doloroso.
Los niños, la ignorancia, la inocencia. Ahora, ha llegado el momento de establecer la prometida diferencia entre ignorancia e inocencia. Para ello, el papel de los niños es fundamental en la película. Recordemos, por ejemplo, la escena de la escuela, cuando Guido se hace pasar por el funcionario venido de Roma para explicar a los niños por qué su raza es superior. Consideremos que la ignorancia es no saber interpretar un código y la inocencia es no querer interpretarlo. Entonces: Guido es inocente (se sumerge en el juego, sabe interpretarlo pero no quiere) pero no ignorante. Conclusión: ríe. Los profesores son ignorantes pero no inocentes (quieren interpretarlo y no pueden). Conclusión: no entienden y no ríen con el juego. Dora es algo inocente (acepta el juego y no lo desenmascara) pero no ignorante. Conclusión: ríe. Los niños son ignorantes pero también inocentes (no pueden interpretar el juego, pero da igual porque tampoco quieren). Conclusión: disfrutan, ríen. Esta diferencia atraviesa toda la película. Un ejemplo muy revelador nos viene cuando Guido le dice a Dora que si él estuviera loco le diría que quiere hacer el amor Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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con ella durante el resto de su vida, pero añade que promete que jamás se lo dirá, que lo guardará en secreto. Ahí (como en muchos flirteos en la vida real) se comparte un código que tácitamente se acepta como juego. Dora puede huir de su rol social y no escandalizarse ni alejarse de él porque es capaz de crear una dimensión de juego para lo que Guido dice. En cambio, si simplemente le dijese: te amo, cásate conmigo, las cosas adquirirían una seriedad, una gravedad que tal vez serían insoportables. Ambos son inocentes, pero no ignorantes.
Conclusiones y dos bonus track A partir de las reflexiones que he hecho en el ensayo, creo que podemos plantear tres ideas importantes (y ahora sí, seré breve). La primera de ellas es que los juegos pueden poner de manifiesto que la realidad es absurda. Aunque parezca paradójico, así es, en el campo de concentración el juego es muchísimo más lógico y necesario para la supervivencia y la cordura que la realidad misma. Así, el juego funciona como mecanismo de defensa y también al revés que como la Disneylandia de Baudrillard: sirve para desenmascarar que la realidad también es juego. La segunda es lo que dije cuando hablé del doctor: que la verdad no se busca sino que se crea. La tercera es la importancia de mantener nuestra inocencia sin perder nuestra ignorancia. En esta era del discurso político vacío y la publicidad agresiva siempre hay que saber leer más allá del juego que tenemos delante, hay que indagar en los códigos si uno no quiere convertirse en un ser humano ignorante y manipulable, pero sin perder la inocencia, sin perder de vista el hecho de que el discurso de nuestra realidad también es un juego, y de que no vale la pena matar o herir a nadie por un simple juego. Pero esto es sólo una opinión. Vengan los bonus track.
Bonus track 1: otros ejemplos para quienes no terminen de entender. 1. En la escena de la granja, al principio. Guido sabe que todo es juego, que él no es un príncipe, pero lo ignora deliberadamente. Dora sabe que todo es juego, y también lo ignora deliberadamente. La niña, en cambio, no conoce el código y cree estar ante un verdadero príncipe. 2. Cuando Guido le pregunta al hombre del sombrero por sus tendencias políticas y él reprende a sus hijos, que se llaman Benito y Adolfo. Guido entiende el código y decide no volver a preguntar. El hombre no sabe qué ha pasado, no tiene información suficiente para interpretar la escena. El espectador entiende el código porque conoce una historia común entre la realidad fílmica y la nuestra, y ríe. 3. Cuando Dora y su madre llegan a casa y la encuentran desordenada, la abuela no entiende nada, pero Dora conoce ese código y puede interpretar lo que ha ocurrido. 4. Cuando Guido encuentra a Giosué en la fábrica de yunques hay un mensaje oculto que es “todos los demás niños han muerto y sólo él ha sobrevivido”. Guido aún Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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no lo entiende, porque no sabe lo que se hace con niños y ancianos. Por eso, intenta que su hijo vaya a ducharse, es decir, a la muerte. El espectador, en cambio, entiende perfectamente lo que ocurre porque antes ha sido debidamente informado.
Bonus track 2: paralelismo con Final del juego, de Julio Cortázar. Nos alegramos mucho con Holanda porque Leticia era muy buena como estatua, pobre criatura. CORTÁZAR. Supongo que en cualquier otro caso me habría costado una gran cantidad de espacio explicar qué creo que podemos entender en este relato de Cortázar, pero si se ha leído todo lo que he escrito acerca de La vida es bella y se ha entendido creo que lo que sigue será breve y sencillo. Para empezar, resumamos el cuento (que recomiendo leer o releer antes de seguir, en fin, es muy corto y su lectura apenas llevará unos minutos) resaltando lo que más me interesa. Tres chicas que viven cerca de la vía del ferrocarril Central Argentino van de vez en cuando a la hora en que pasa el tren a jugar a un juego. En este juego, primero se elige quién será la protagonista y luego las otras dos escogen para ella una estatua o una actitud. Para llevar a cabo tal estatua o actitud disponen de unos ornamentos. La estatua o actitud se ejecuta mientras pasa el tren, de modo que los pasajeros serán los espectadores. Un día pasa un chico que se fija en ellas y les tira un papelito. La que más le gusta es Leticia, una chica a la que en casa todos tratan mejor porque tiene una enfermedad que resulta ser una parálisis progresiva. Una tarde, el chico queda tan deslumbrado que al otro día lanza un papelito anunciando que la próxima vez se bajará a hablar con ellas. Sin embargo, el día que Ariel, el chico, decide apearse, Leticia opta por no ir a jugar, y deja una carta para él. Sus dos compañeras se la entregan, y queda patente que al chico sólo le interesa Leticia. El relato está a punto de terminar. Una de las niñas dice “vas a ver que mañana se acaba el juego”. Yerra, pero tan sólo por un día. La tarde en que todo acaba, Leticia lleva al juego unas joyas reales de su madre para hacer la estatua más linda que jamás se ha hecho en el juego. Ariel sonríe y la mira embelesado. Después, Leticia se va, llorando, y se nos da entender que el juego no se vuelve a repetir, pues Ariel deja de aparecer en su ventanilla. ¿Qué podemos pensar a partir de lo que Cortázar nos cuenta? 1. Leticia es una chica que juega a las estatuas pero que en realidad se va a convertir en una estatua, ya que tiende a la parálisis completa. El paralelismo es grotesco y, sin embargo, no es tan obvio en una primera lectura. 2. Ariel jamás toca a Leticia, ni tiene un contacto directo con ella. Siempre está por medio la ventanilla del tren. Ahora pensemos en El Sur, de Borges, y en sus cristales. 2.1. Dahlmann piensa que él y el gato están como separados por un cristal, porque el animal vive en la eternidad y él en la sucesión del tiempo 2.2. Dahlmann viaja en tren observando la naturaleza a través de la ventana del mismo. Él está en la sucesión temporal, representada por el movimiento del tren, y la naturaleza en la eternidad, parada y extendiéndose (es la Pampa) hasta el infinito. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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2.3. En el almacén, Dahlmann se sienta al lado de la ventana. A partir de todo lo anterior es posible entender que, dado que la razón humana es la que crea la percepción de la sucesión temporal y que en El Sur la literatura tiene un papel fundamental (léase a Piglia o piénsese en que cuando molestan a Dahlmann él está leyendo), podemos identificar la literatura como una suerte de “condena de la razón”. Sin embargo, si consideramos que todo es un sueño podemos entender que lo que ocurre tras el sanatorio es una ficción de la mente de Dahlmann, es decir, que su experiencia es puramente imaginada, literaria. Ahora, pensemos en el cristal que separa a Ariel y Leticia y entenderemos que ese cristal es el que separa juego y realidad, y que si se rompe ocurrirá algo, pero ¿qué? En La vida es bella eso está claro, con el final del juego viene la muerte, y en el cuento de Cortázar ocurre algo parecido. 3. Si el lector se inmiscuye en la ficción, si Giosué consigue el tanque, si Ariel se baja del tren, todo se desmorona, ya que se evidencia la condición de simulacro del juego y se mezcla con lo real. 4. El día en que todo acaba, Leticia lleva joyas de verdad en lugar de ornamentos. La realidad sustituye al juego. Recordemos que el tanque también era de verdad. 5. En el caso de Cortázar y de la película, la realidad es algo terrible. Giosué juega para ocultar el hecho de que está viviendo el acontecimiento considerado como el más terrible del siglo XX. Leticia juega a ser una estatua para ocultar el hecho de que es una estatua, así que Ariel no debe penetrar en esa realidad. La verdad jamás puede llegar a tocarse, porque acaba con todo. Se puede estar tan cerca como se quiera, pero nunca debe tocarse. El hecho estético es la inminencia de una revelación que no llega a producirse. En el fondo, ambas historias nos hablan de lo mismo, de la barrera entre la realidad y la ficción, de la imposibilidad de prescindir de un discurso, en fin, del final de un juego tan serio que merece la pena arriesgar la vida por mantenerlo. Y ese juego es la literatura y también es la ficción con la que construimos el relato de nuestras vidas.
ڭ Munir Hachemi (1989 - 2022) es un joven que escribe (no "escritor") ensayos y relatos y, a su pesar, algún que otro poema. Nació en Madrid, lo cual le ha configurado sociopolíticamente de una manera muy poco particular que no merece más atención que una, o dos, o quizá hasta tres líneas en su biografía, pero nunca más porque ¿saben?, de algún modo somos lo que nos toca ser, y a mí me ha tocado ser esto, y estar escribiendo mi biografía en este mismo momento sin la certeza de que nadie la vaya a leer jamás. A todo esto regento (¿regento?) un blog: losescritoresbarbaros.blogspot.com
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Los intermedios líricos en El Perseo de Lope de Vega
Por: Juan B. Martínez Bennecker IES “El Almijar”. Cómpeta (Málaga) España
Lo que más llama la atención en la comedia El Perseo15 es su alta calidad poética, que se aprecia especialmente en la versificación. Así lo han celebrado todos los críticos que han estudiado la obra, coincidiendo en ensalzar su excelencia como poesía. El mismo Menéndez y Pelayo afirmaba que “Lope contaba El Perseo entre las cinco piezas que trabajó con más cuidado, predilección muy natural si se atiende a la belleza de sus versos y no a la fábula misma”16 y M. D. McGaha llega a decir en la “Introducción” a su edición de la comedia que “El Perseo es una demostración prodigiosa de la maestría de Lope de la técnica de la versificación. En este aspecto es posible que sea la más ambiciosa de sus obras”17. Hasta trece formas métricas (quintillas, sonetos, romances, redondillas, décimas, octavas reales, silvas, canción, 15 Hago las citas del texto de Lope por MCGAHA, M. D. (ed.) VEGA, LOPE de, La fábula de Perseo o la bella Andrómeda, Kasel; Edition Reichenberger, 1985. 16 MENÉNDEZ Y PELAYO, M., Estudios sobre el teatro de Lope de Vega, II, Madrid, CSIC, 1949, p. 197. 17 MCGAHA, M. D., op. cit., p. 34.
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canción sin rima, cantarcillo, tercetos, endecasílabos sueltos y liras) podemos constatar en el inmenso caudal poético de la pieza y entre ellas podemos aislar algunas composiciones, que -al carecer de función dramática- adquieren vida propia, las cuales denominamos, con David M. Gitlitz18, intermedios líricos. Estas composiciones corresponden a pasajes de indudable valor lírico y sin apenas relación con el argumento. Seguramente el Siglo de Oro español es uno de aquellos momentos en la historia del teatro en que los nexos entre la poesía teatral y la poesía “pura” han sido más estrechos. Desde Gil Vicente y Juan de la Cueva hasta Lope de Vega y luego Calderón, los dramaturgos […] se consideraban ante todo poetas.19 No es fácil, pero sí útil, por otra parte, establecer una frontera entre la poesía dramática y la poesía lírica. Para su reconocimiento conviene saber que “toda la poesía que en una comedia avanza el argumento o desarrolla el carácter de algún personaje puede considerarse poesía dramática”20, y al contrario, la que no avanza el argumento o no desarrolla el carácter de algún personaje sería la poesía lírica, que da lugar a los intermedios líricos. Estos tienen otras funciones que responden a la intención del poeta dramático en cada una de las comedias. Los intermedios líricos, más allá de conceder los necesarios descansos a la acción, […] ofrecen, formando parte de su construcción dramática general, una combinación de de bellas piezas artísticas que hacen de cada obra mucho más que una sucesión de hechos dramáticos.21 De las siete modalidades de intermedios líricos que establece David M. Gitlitz (canciones; soliloquios; dúos, tríos y cuartetos; relaciones; pronunciamientos; descripciones líricas y ensayos líricos) sólo dos se dan en El Perseo, las canciones y los soliloquios. A estas modalidades añadimos dos nuevas, presentes en esta comedia, que son el poema encomiástico y las dedicatorias. Las canciones son los intermedios líricos más fáciles de detectar, pues forman entidades líricas aparte de la poesía dramática por su contenido y por estar destinadas al canto. Sólo hay dos canciones, en romance (a-a), cantadas por músicos y poetas que forman coro alrededor de la fuente Castalia, originada por la pisada del caballo Pegaso poco después de su nacimiento como consecuencia de la sangre vertida al suelo de la cabeza de Medusa. Sirven de introducción y conclusión al poema encomiástico de la monarquía que recita el poeta Virgilio: [Introducción] MÚSICOS. Esta fuente milagrosa cuyas cristalinas aguas hizo el alado Pegaso, que el monte Parnaso baña, será el divino licor que dará influencia y gracia a los famosos poetas para cantar alabanzas de la virtud y grandeza 18
GITLITZ, D. M., La estructura lírica de la comedia de Lope de Vega, Valencia, Albatros ediciones Hispanófila, 1980, pp. 126-163. 19 GITLITZ, D. M., op. cit., p.p. 22-23. 20 GITLITZ, D. M., op. cit., p. 126. 21 “Los intermedios líricos en la comedia de Lope de Vega: versificación, funciones y relaciones”, Teatro de palabras, revista sobre teatro áureo, nº 2-2008, <http://www.uqtr.ca/teatr/Teapal/> p. 25 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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de los reyes y monarcas, de los nobles caballeros, de las letras y las armas. (II: 1781-1792) [Conclusión] MÚSICOS. Vendrán los siglos dichosos, aunque parece que tardan, en que habrá nuevos Virgilios que cantarán su alabanza. (II: 1813-1816) El poema encomiástico, escrito en romance a-a (II: 1793-1812) constituye un elogio a Felipe III y a la Casa de Austria, también a la casa de Sandoval. Recitado por Virgilio junto a la fuente Castalia, conforma –junto con las canciones- un episodio que se aparta del mito de Perseo dramatizado en la comedia; con él se suspende el ritmo dramático y nos evoca la poesía épica culta, en cuyos poemas no faltaba este tipo de encomio al monarca y a otros mecenas. Lope, que conocía muy bien este género en la teoría y en la práctica, lo introduce aquí, en esta comedia que se representaba en palacio, probablemente para intentar granjearse beneficios de la monarquía o de la nobleza, que asistía a estas representaciones: VIRGILIO. Oíd, naciones del mundo al que vuestros siglos llaman príncipe de los latinos, versos que las musas cantan. Virgilio soy, que quisiera no haber nacido en Italia, por loar, siendo español, los claros reyes de España; al soberano Filipo, a quien los siglos aguardan para corona del mundo y sol de la esfera de Austria; a sus prendas, que han de ser gloria de España y de Francia, porque coman sus leones flores de lises doradas. [De la casa Sandoval dijera grandezas tantas que más que la dulce Eneida me dieran gloriosa fama.] (II: 1793-1812) Las dedicatorias constituyen una modalidad singular de intermedio lírico. Están formadas por tres sonetos, dos de ellos, el de Amintas y el de Cardenio, fueron encontrados por J. P. Wickersham Crawford en un tomo de poesía manuscrita (Nº 3.700) en la Biblioteca Nacional de Madrid, y los publicó en la colección “Sone Unpublished Verses of Lope de Vega”, según recoge en nota explicativa (p. 165) Michael D. McGaha en su edición de La fábula de Perseo o la bella Andrómeda. Su materia es una justa poética entre pastores de Acaya, adonde el dramaturgo ha trasladado la acción. El asunto es el corte del cabello de Clori por prescripción médica debido a una enfermedad que padece en los ojos. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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En el primer soneto “Para cortar a Clori los cabellos”, recitado por el pastor Amintas, se expone la preocupación de la tierra por saber dónde quería el cielo guardar los cabellos cortados “para honrarse dellos”; después de la intervención del sol, del día y de Cupido, zanja la cuestión Venus diciendo: “Cielo por cielo, estén sobre su frente, pues hay almas que aspiran a su gloria, y tenga sol la tierra como el cielo”. (I: 734-736) El segundo, “Aunque vengarme de tu sol pudiera”, que corresponde al pastor Fileno, es un soneto amoroso en el que el enamorado pide a Clori que, para su remedio, guarde el cabello que quieren robarle, que si todo el cabello amor me ofrece para ocasión, y no he podido asirte, sin él, ¿de qué asiré para obligarte? (I: 752754) Y el tercero está puesto en boca del pastor Cardenio; en él se evidencia, tras consultar a los cabellos, la inutilidad de su corte, pues en ellos anida el amor, concluyendo la argumentación con los tercetos: Bien dicen, Clori, y es razón que huyas de cortarte el cabello, aunque recelo te ofende el peso de las almas suyas, que, si al cielo no pesan las del suelo, es porque en gloria están; pero las tuyas pesan porque padecen en tu cielo. (I: 767-772) Los soliloquios son muy apropiados para los intermedios líricos. David M. Gitlitz define el soliloquio “como el discurso de un personaje consigo mismo”22, es la estructura poética que más se prodiga en El Perseo. E. Orozco Díaz resalta el carácter eminentemente lírico del soliloquio cuando afirma que “es un pensar en voz alta para hacernos participar de su inquietud, para vivir con él su situación dramática. […] A veces, es un puro desahogo lírico”23. El profesor Diego Marín, al estudiar las funciones de la versificación en el teatro de Lope de Vega, propone seis tipos de soliloquios: 1) El monólogo narrativo o parlamento en forma de relación con un fuerte sentido afectivo, encaminado a provocar una reacción favorable por parte del oyente […] 2) El monólogo que sirve para hacer una relación puramente descriptiva o informativa (sin tensión dramática ni intención de provocar una reacción ajena) [...] 3) La glosa lírica o el poema recitado en forma de monólogo. 4) El soliloquio (o aparte) factual con tensión derivada de un obstáculo exterior que provoca una reacción emotiva directa […] 5) El soliloquio lírico que puede ser o bien efusivo y dotado de tensión dramática derivada de un conflicto íntimo u obstáculo exterior, o bien reflexivo y sin tensión especial […] 6) El soliloquio o aparte cómico, generalmente a cargo del gracioso o de un rústico.24 22
GITLITZ, D. M., op. cit., p. 133. OROZCO DÍAZ, E., El teatro y la teatralidad del barroco, Barcelona, Planeta, 1969, p. 57 24 MARÍN D., Uso y función de la versificación dramática en Lope de Vega. Valencia, Castalia, 1962, p.11. 23
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Podríamos agrupar los soliloquios por el personaje que los emite, pero preferimos tratarlos conforme aparecen en escena para un mejor entendimiento de su sentido y significado. a) Perseo, reposando de la caza, canta a la naturaleza (II: 980-1030). Tipo 2). Canción. Esta canción (abCabCdeffEgG) de alabanza de la vida del campo está inspirada en la famosa oración de Hipólito (“Non alia magis est libera et uitio carens”- vv. 483564) en la Fedra de Séneca. Sirve, como desahogo dramático, para hacer un canto a la soledad y a la vida libre y descansada en el campo. La canción comienza con un apóstrofe lírico en el que el héroe se dirige primero a los montes de Acaya (“Verdes montes de Acaya”) y después a los ríos (“claros, humildes ríos”), a los que solicita “tierna acogida” para descansar y dormir apaciblemente, en soledad y libre de los rigores del amor junto a las fuentes, en tanto que Llore el celoso ausente los temidos agravios, y celebre el presente los favores, al amigo los cuente, si fue de amantes sabios, y yo mi libertad a vuestras flores; que sólo los amores de las parleras aves me causan alegría, cuando aparece el día, sentado entre la hierba a los suaves céfiros que recrean los que vivir en soledad desean. (II: 1017-1030) b) Diana cazadora contempla a Perseo dormido (II: 1031-1064). Tipo 2) y al final, tipo 4). Tercetos. Diana ha venido a informar a Perseo de su origen jupiterino y de las razones por las que está en Acaya. Cuando Perseo se echa a dormir, sale a escena Diana cazadora. Tras su presentación e identificación: Diana de las selvas soy llamada, Proserpina del centro, y de los cielos luna de la gran noche respetada. Mi tibia claridad, mis castos hielos, murmura el agua de mi imperio silla, encubro amores y descubro celos; mas esta castidad que maravilla consiste más en conservar la fama: bien lo sabe del mar la verde orilla y de la oscura selva alguna rama, donde mi envidia ha visto en algún nido la que da me da quien es amado y ama. (II: 1037-1048) contempla con pasión a Perseo dormido y al “cubrirle de jazmín y rosa” su “bello rostro”, el héroe despierta. Diana se esconde entre las cañas, pero es descubierta por Perseo y entablan un animado coloquio, en el que la diosa le revela su origen jupiterino Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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y cómo ella les ayudó a él y a su madre en la desgraciada travesía por el mar, cuando fueron enviados a la muerte por su abuelo el rey Acrisio en una nave sin velas ni timón. A continuación hay otros dos breves soliloquios (II: 1065-1069), uno de Perseo y otro de Diana. En el primero, Perseo se ha despertado y pide al sueño que se detenga: Detente, sueño; ¿dónde vas ligero? Mas no vendrás porque te estoy llamando: ¡para ser engañoso y lisonjero, muy poco asistes, sueño, a quien engañas! (II: 1065-1068) En el segundo, Diana ve despierto a Perseo, pero no se atreve a salir del escondite: Él se levanta. ¡Ay, Júpiter! ¿Qué espero? (II: 1069) c) Fineo se lamenta de su amor no correspondido por Andrómeda (III: 2031-2044). Tipo 5) Soneto. Comienza el acto tercero, y -después de la conversación entre Andrómeda y Laura, en la que la princesa deja claro que no ama a Fineo, aunque él la ame a ella- sale el amante a escena. En este soneto, de clara resonancia petrarquista, Fineo, sabedor del menosprecio de la dama, se afana por rivalizar con ella, pero en sentimientos y actitudes totalmente contrarios: Mata, desdeña, abrasa, hiela, enciende el alma que te adora, desdén mío; que cuanto más me matas, más te envío la libertad del alma que te ofende. […] Compitamos los dos: yo en atreverme para que mi locura se confirme, y tú en matarme, helarme y encenderme; que no pienso jamás arrepentirme, que aunque es verdad que puedes deshacerme, no serás tan cruel como yo firme. (III: 2031-2034, 2039-2044) d) El rey refiere cómo la ciudad le exige el sacrificio de Andrómeda (III: 2170-2179). Tipo1). Romance (e-o). El rey, después de confirmar a Fineo que el oráculo de Apolo en Delfos fue quien le aconsejó entregar a Andrómeda al monstruo marino, relata las desgracias que sufre Tiro y la necesidad de cumplir el oráculo: Ya Tiro se va encendiendo de peste; ya se conjura contra mí el airado pueblo. A Andrómeda piden todos. ¿Qué haré? No puede ser menos de que, atándola a una roca, apaciente el monstruo fiero. (III: 2170-2176) Al final le queda un atisbo de esperanza: Vamos a ver si es posible Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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que tenga piedad el cielo de su hermosura y mis canas. (III: 2177-2179) e) Fineo apela a los dioses para que revoquen la sentencia de Andrómeda (2180-2209). Tipo 4). Romance (e-o). Fineo, luego de implorar piedad a los dioses, trata de justificar por qué la madre de Andrómeda quiso competir en belleza con Latona, generando la causa de su castigo: […] pues tenía Andrómeda en sus cabellos el sol, la luna en su rostro, más bellos que Cintia y Febo. (III: 2199-2202) f) Fineo se lamenta de la suerte de Andrómeda y desea morir con ella (III: 2230-2263). Tipo 5). Romance (e-o). Fineo confiesa que la muerte de Andrómeda es motivo suficiente para perder la razón. Impreca a los cielos por su decisión y desea morir él primero, porque Muerta Andrómeda, mi bien, ¿qué vida estimo? Dejemos, alma, en aquesta ocasión la cárcel del sufrimiento. ¡Ea, Ismeno, al mar camina; trágueme el monstruo! ¡Yo quiero ir a hacer en sus entrañas a mi Andrómeda aposento! (III: 2251-2258) g) Perseo analiza sus empresas y decide acometer la liberación de Andrómeda (III: 2349-2373). Tipo 1). Quintillas. Perseo pasa revista a las diferentes hazañas que ha llevado a cabo (muerte de Medusa, transformación de Atlante en monte y corte del ramo de oro de su jardín) para preguntarse a continuación de qué le valen todas esas acciones: ¿Qué importa el haber cortado de su güerta el ramo de oro, si vuelvo a Grecia afrentado de que dejo el bien que adoro a un monstruo en él sepultado? (III: 2364-2368) Decide, pues, acudir a salvar de la muerte a Andrómeda. h) Fineo pregunta si todavía vive su amada (III: 2526-2546). Tipo 5).Tercetos. En este bello soliloquio Fineo interroga a varias instancias por la suerte de Andrómeda. En primer lugar quiere saber de los cielos si ha muerto “la luz” de sus “ojos”, si bien él mismo se otorga la respuesta: ¡Cielos!, ¿Qué ya murió quien sola ha sido la luz de apuestos ojos?¡No es posible que estuviera de luto el sol vestido! Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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(III: 2526-2528) Además, cree – si hubiera muerto- que su pecho enamorado hubiera sido el refugio de “su espíritu invisible”, porque Júpiter desearía que siguiera sufriendo de amor. Las selvas y árboles son los siguientes elementos a quienes se dirige para tener noticias de su amor (“¡…decid si vive allá mi prenda bien amada!- III: 2540) y finaliza el soliloquio preguntando a los “nácares de colores diferentes” ¡Nácares de colores diferentes, así de perlas en la bella aurora vuestras conchas llenéis resplandecientes, que me digáis si pisa mi señora las arenas del mar, para que vaya adonde tanta gloria se atesora! (III: 2541-2546) i) Fineo pide a las ninfas que tejan su historia vinculada a Andrómeda y al monstruo marino (III: 2565-2582). Tipo 5). Tercetos. Fineo apela a las ninfas del mar como bordadoras de “telas/ de verdes ovas que tendéis al viento” para que ensamblen su historia de amor desgraciada y pinten un cuadro en el que figuren Andrómeda, el “monstruo fiero” y él: pintad en vuestras peñas desiguales a la divina Andrómeda desnuda entre nácares, perlas y corales; al monstruo fiero, que la gente ruda dice que fue castigo de los cielos, la piedad sorda y la inocencia muda, y a mí, llorando en tantos desconsuelos hasta volverme en agua, aunque vengado de su injusto desdén y de mis celos. (III: 2574-2582) j) Andrómeda pide ayuda al cielo, a las estrellas y al mar (III: 2608-2629). Tipo 4). Romance (a-e). Andrómeda, consciente de que va a morir, suplica al cielo que le dé valor para soportar el trance, apelando a las “claras, altas deidades” y a las estrellas para que tengan compasión de ella. Por último, se dirige al elemento más cercano, el “mar inexorable”, con un “tú” de cercanía para que sea leve con ella: Y tú, mar inexsorable, que has producido este monstruo, así de preciosas naves tus campos cubiertos veas, que tus peñascos ablandes a las olas de mis penas. (III: 2624-2629) k) Perseo oye las quejas de Andrómeda (III: 2630-2634). Tipo 5). Romance (a-e). Perseo, estremecido por los lamentos de Andrómeda, exclama: ¡Ay, cielo, que voces tales por las puertas del oído el muro al alma combaten! Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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¡Qué dulcemente se queja! (III: 2630-2633) l) El rey se lamenta del destino de Andrómeda (III: 2735-2752). Tipo 4). Octavas. El rey manifiesta su desventura y su dolor viendo el estado de Andrómeda y se lamenta de la actitud de su esposa por haber sido la causa del fatal destino de su hija: ¡Ay, desdichada Andrómeda! Pluguiera al alto cielo que tu madre cara la soberbia que tuvo no tuviera, ni a la madre de Apolo se igualara; (III: 2743-2746) y finaliza su discurso con esta pregunta retórica: ¿Es posible, deidades celestiales, que quepa en vos crueldad tan insufrible? (III: 2751-2752) A modo de conclusión, diremos que los intermedios líricos en El Perseo conforman entidades poéticas que, sin carecer de importancia en la estructura dramática, tienen un alto grado de autonomía poética. En este sentido, ya hemos señalado cómo dos sonetos de los tres que compiten en la justa poética entre pastores figuran como piezas independientes en un manuscrito de la Biblioteca Nacional. Además, estas estructuras líricas, al tiempo que producen pausas en el ritmo dramático sirviendo para deleite del público, constituyen un conjunto de bellas composiciones líricas que enriquecen sin duda la estructura de la comedia y contribuyen, finalmente, a hacer más amena la fábula (canciones y poema encomiástico), a relajar en ocasiones la tensión dramática (el soliloquio de Perseo cazador), a proporcionar a la escena una distinción artística (la justa poética de los pastores de Acaya) y a reforzar aspectos clave del argumento (los soliloquios en general), suscitando –desde el punto de vista de la representación- mayor interés de los espectadores.
Bibliografía FERNÁNDEZ GUILLERMO L. (2008): “Los intermedios líricos en la comedia de Lope de Vega: versificación, funciones y relaciones”, Teatro de palabras, revista sobre teatro áureo, nº 2, <http://www.uqtr.ca/teatr/Teapal/> pp. 13-25. GITLITZ, D. M. (1980): La estructura lírica de la comedia de Lope de Vega. Valencia: Albatros ediciones Hispanofilia. McGAHA, M. D. (1985): “Introducción” a su edición de VEGA, Lope de. La fábula de Perseo o la bella Andrómeda. Kassel: Edition Reichenberger. MARÍN D. (1962): Uso y función de la versificación dramática en Lope de Vega. Valencia: Castalia. MENÉNDEZ Y PELAYO, M (1949): Estudios sobre el teatro de Lope de Vega, II. Madrid: CSIC. OROZCO DÍAZ, E. (1969): El teatro y la teatralidad del barroco. Barcelona: Planeta. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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VEGA, Lope de (1985). La fábula de Perseo o la bella Andrómeda, ed. M. D. McGaha. Kasel: Edition Reichenberger.
ڭ Juan B. Martínez Bennecker. (33 años). Licenciado en Filología Hispánica y Profesor titular de Lengua y Literatura del Instituto de Educación Secundaria “El Almijar”. Cómpeta (Málaga) España. Jefe de actividades culturales del Instituto. Tiene aprobados los cursos del doctorado y este curso comienza la tesis doctoral sobre el Manuscrito Chacón de Góngora.
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Michel Tournier: Un escritor postmoderno, autobiografía y humor
Por: Mª del Carmen Fernández Díaz Universidad de Santiago de Compostela.
Si por transgresión entendemos la violación de un precepto, de una ley o de un estatuto, podemos afirmar que Michel Tournier25, en el conjunto de su obra, es un transgresor. Esta conducta implica una dimensión creativa que pone de manifiesto hasta qué punto los arraigos que el individuo posee en la sociedad responden a la inercia de la costumbre. Por otra parte, podemos afirmar que Tournier se ha dedicado en la práctica totalidad de su obra a una interpretación mitológica del mundo.26 Y, teniendo en cuenta que todo mito representa en sí mismo un símbolo y una lectura alegórica de un aspecto de la vida, podemos decir que nos encontramos ante parábolas que van interpretando la realidad.
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Michel Tournier nació en París, en el seno de una familia acomodada y culta, en el año 1924. El mito es definido como: Narración fabulosa e imaginaria que intenta dar una explicación no racional a la realidad. Por el contrario el “logos” significa pensamiento racional. 26
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Por mito se entiende comúnmente un conjunto de creencias e imágenes idealizadas que se forman alrededor de un personaje o un fenómeno y que lo convierten en modelo o prototipo. Según Guichard, “el mito parece ayudar a una mejor integración con el mundo, utilidad esta que ya había sido reconocida por los pueblos arcaicos. A través de los mitos, se conoce el origen de las cosas, lo que permite controlarlas a nuestro antojo”.27 Reiteramos también de paso que dichas metáforas son, en el caso de Tournier, en su mayor parte literarias, aunque haya alguna que se escape a dicha clasificación. Se trata pues de meta-literatura, destinada a adultos, aunque también a niños, siguiendo la estela marcada por su compatriota Perrautl, gran inventor de cuentos crueles que advierten a los pequeños de la maldad del mundo, aunque también les indiquen métodos de resistencia, de protección y de lucha. Ahora bien, los mitos de Tournier están casi siempre invertidos, de manera que el ogro, por ejemplo en lugar de inspirar terror, será un ser desvalido y bondadoso. Tenemos así la imagen del mundo al revés, la parábola transgresora que tanto ama el autor y de la que se sirve para parodiar la realidad que lo rodea. Frente a un posicionamiento de la Postmodernidad muchas veces escéptico, incrédulo y ególatra, Tournier propone remedios que van en otra dirección: la fantasía, la aventura del viaje, los cuentos de hadas (mucho menos poéticos de lo que cabría esperar), y la Biblia, como gran manantial de sabiduría. Todos esos aspectos y alguno más constituyen el cuerpo de este ensayo, basado en uno de los autores de mayor nivel en Francia y mundialmente reconocido. Un escritor que quiso dedicarse a la filosofía y que terminó plasmando esa disciplina en historias que nos sorprenden, que provocan la sonrisa, y que tienen la virtud de no dejar nunca indiferente al lector.28 Varios críticos han escrito monografías importantes sobre la obra de Tournier; es el caso de Arlette Bouloumié, William Cloonan, David Gascoigne o Cornelia Kettke. Ahora bien, siempre hay aspectos sin tratar, dada la complejidad del conjunto de sus libros. Bouloumié ha sido quien más ha insistido en las huellas autobiográficas que el autor ha dejado en su obra: fechas, lugares, personajes que se corresponden con la biografía del Tournier. De este modo, desmontó la teoría de que se trataba de un escritor que jamás describía su propia vida. Por el contrario, demostró que Tournier es un experto en borrar las fronteras entre la realidad y la ficción. Tournier siempre negó que su obra fuese autobiográfica. Es más, en El vuelo del vampiro, dijo que los libros de ficción son diferentes a la autobiografía, que describe próxima al periodismo, pero resulta evidente que existen reflejos autobiográficos en sus obras, como es el caso de la repercusión de la Segunda Guerra Mundial en El rey de los Alisos y algunos más que son fácilmente detectables. La influencia de su formación religiosa también está presente en muchos de sus libros. Y, abundando en el tema de la biografía hecha literatura, no debemos olvidar la importancia que el autor da a los espejos en sus diferentes libros. 27
Vid. GUICHARD , N., op. cit., p.121. Vid. también ELIADE, M., Imágenes y símbolos, ed. Taurus, Barcelona, 1991, y del mismo autor: Aspects du mythe, Gallimard, Paris, 1981 e Initiations, rites , sociétés secrètes, ed. Gallimard, Paris, 1992. Sobre Tournier y los mitos, vid. BOSQUET, A., “Michel Tournier et les mythes renouvelés”, Nouvelle Revue Française, nº 270, 1975, pp. 82-86. También : BOULOUMIE, A., Michel Tournier, le roman mythologique suivi de questions à Michel Tournier , ed. José Corti, Paris, 1988. 28 El conjunto de la obra de Tournier, sus libros y los ensayos y estudios que se han hecho sobre ellos, se conserva en el Fonds Michel Tournier de la Universidad de Angers, creado en 1996 por iniciativa de Arlette Bouloumié, profesora universitaria, y con el beneplácito y ayuda económica del propio autor. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Otro punto fundamental para la crítica ha sido el diálogo establecido por Tournier entre ficción para adultos y ficción para niños. Incluso con dos versiones diferentes de la misma historia, como sucede con Viernes o los Limbos del Pacífico, para adultos, y Viernes o la vida salvaje, versión para la infancia, o Melchor, Gaspar y Baltasar y Los reyes magos, doblete que sigue el mismo esquema. Pocos escritores han seguido esta senda, lo que demuestra que Tournier ha trabajado su obra hasta extremos inimaginables y ha invertido su tiempo en remodelar historias demasiado duras para que el público infantil pudiese acceder a ellas. Para el autor, el niño “forma parte de la naturaleza y del estado salvaje,…, todavía no contaminado por la razón, la religión, la cultura o la educación “.29 Por otra parte, ha añadido: “El niño se forma a través de canciones, cuentos, historias, personajes ejemplares, aventuras heroicas”.30 Otro rasgo característico de su escritura es el humor, a veces negro, que destila del conjunto su obra. Un humor que muchas veces se muestra subversivo con el orden social establecido. Tournier afirma que escribe porque tiene algo que decir, mientras que uno de los defectos de la novela contemporánea es, según él, la no implicación en la realidad circundante. El humor y la ironía en su caso tienen la función crítica de desvelar aspectos sociales con los que se muestra en desacuerdo. En 1981, publica El vuelo del vampiro, ensayo que reagrupa sus reflexiones sobre la creación literaria. En él vemos su interés y su pasión por los mitos, por su función social y sus relaciones con la literatura. El autor se muestra interesado por los espíritus transgresores, que son capaces de aportar algo nuevo a la sociedad. Para él, las grandes figuras mitológicas no se someten a la norma establecida; al contrario, la transgreden. El mito no muestra el orden, sino el desorden La sociedad, a su entender, tiene demasiadas normas, exige demasiadas obligaciones. Esas imposiciones actúan como un corsé que aniquila la originalidad del individuo. Los mitos parecen historias propias para la infancia. No obstante, profundizando un poco, se desvelan mucho más complejos de lo que aparentan. Igualmente, el niño es un ser en apariencia sencillo. Su complejidad sale a flote sin embargo en el momento menos pensado. Por eso Tournier dice: “Estoy convencido de la imposibilidad de los adultos para vadear el abismo que los separa del niño y más todavía de los grupos de niños, que son más secretos y cerrados que las sociedades dedicadas a la conspiración”.31 Los grandes mitos, según Tournier, nos ayudan a deshacernos de las normas que nos constriñen. Todos ellos, cualquier que sea su temática, protestan contra el orden establecido y requerido. De este modo, el mito se convierte para el autor en una fórmula contestataria frente a una sociedad que aprisiona y frustra al individuo, a la vez que lo esclaviza con sus leyes. Los héroes mitológicos que Tournier analiza en El vuelo del vampiro se rebelan contra las imposiciones sociales, cada uno desde su ámbito de actuación propia. Ya sea la rebeldía frente al matrimonio, cayendo en el pecado del adulterio, Isolda; ya el pacto con el diablo, Fausto, o el rechazo de las normas sociales, Don Juan. También el
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Vid. TOURNIER, M., Le Vol du vampire, Mercure de France, Paris, 1981, p. 41. Vid. TOURNIER,M., « Je suis un métèque de la littérature », entrevista con Jacqueline Piater, in Le Monde, 28 marzo 1975,p.16. 31 Vid. TOURNIER, M. , “Je suis un métêque… », op. cit. p. 16. 30
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rechazo de los demás, como Robinson al principio, respecto a viernes, o el comportamiento anárquico e inadaptado, que observamos en Don Quijote. Tournier ha dicho que le encantaría que el lector percibiese el humor en todos sus libros. Esa ha sido también su intención, porque el humor, a su entender, “quebranta el edificio de nuestras ideas, convicciones, reglas de juego, etc.” Ahora bien, junto a esta faceta lúdica, es necesario señalar la presencia en sus libros de la escatología. El mismo autor habla de ese aspecto y lo ilustra de este modo: “No hay nada como la basura para lastrar al mito y obligarlo a tocar tierra”. Conviene observar también que en sus libros se puede apreciar el mundo idílico y tenue de lo femenino frente a la dureza masculina y que Tournier ha sido considerado muchas veces como un autor demasiado difícil, elitista, no al alcance de cualquier lector. Muchos personajes de Tournier se sienten carentes de afecto. Ese vacío lo van a acusar siempre, sea cual sea su circunstancia, Unos serán más conscientes que otros, algunos degenerarán hacia el mal, otros serán capaces de dar un giro a su destino, en apariencia ya maldito. Los protagonistas de sus libros son, en la mayor parte de los casos, seres con un desequilibrio psicológico, entendiendo por ello que se muestran sensibles en demasía a los acontecimientos externos, reaccionando exageradamente ante los mismos. De ese modo, presentan reacciones vivenciales anómalas. Algunos de ellos muestran una afectividad frágil e inestable, por eso se vienen abajo ante cualquier circunstancia. Normalmente, caen en la depresión, el desánimo o la tristeza, pero también presentan en ocasiones fases de una euforia exagerada. Esos vaivenes emocionales se conocen con el nombre de labilidad afectiva. Cuando esas oscilaciones son muy marcadas y muy opuestas, se habla de la posibilidad de que no se trate simplemente de un trastorno de la personalidad, sino de una psicosis maníacodepresiva. Algunos personajes estarán sometidos a desequilibrios procedentes de sus impulsos. Se mostrarán muy irritables e incluso agresivos. Son seres igualmente desequilibrados, que no se autocontrolan, que no son libres a la hora de actuar, que están enajenados, al menos temporalmente, lo cual define perfectamente la enfermedad mental. A veces la falta de equilibrio proviene precisamente de un intento de equilibrio exagerado, Son entonces personajes que carecen de sentimientos, sin compasión, sin empatía y sin principios morales. Auténticos psicópatas desalmados que sólo piensan en sus propios intereses. En el caso de sus personajes infantiles, pero también en alguno de los adultos, observamos personalidades muy influenciables, inseguras e inestables. Todo eso conduce a la ansiedad. En la época posmoderna, la psicología ha observado la deshumanización de los seres humanos. Esa idea sobrevuela el conjunto de sus libros. Lo más específico de la vida humana es la propia identidad, que ha de ser pensada, dicha o narrada. La identidad tiene dos caras: la mismidad y la otredad. El hombre ha de ser sentirse único y a la vez inserto en el tejido social. Ambos aspectos completan su personalidad y le permiten abrirse a los demás, ser solidario y entregarse cuando ama. Por el contrario, el hombre actual se ha vuelto narcisista. Por Narcisismo se alude al mito que insiste en el amor excesivo a la propia imagen, pero también en el terror a verse reflejado en el espejo. Freud introdujo dicho concepto en el área del psicoanálisis a través de su obra Introducción al narcisismo, noción que ya había utilizado con anterioridad de manera más difusa. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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El narcisismo puede aludir a una serie de rasgos propios de la personalidad normal, pero puede presentarse también de forma patológica extrema en algunos desórdenes de la personalidad, como el trastorno narcisista, en el que el paciente sobreestima sus habilidades y tiene excesiva admiración por sí mismo y excesiva afirmación. De ese modo, se genera una forma de egoísmo agudo y de desconsideración hacia las necesidades y los sentimientos ajenos. Resulta desconcertante para muchos que el narcisista suela exhibir una aparente fortaleza, cuando en realidad está camuflando su vacío interior y su falta de autoestima y de seguridad. Las personas que son más agraciadas que ellos mismos se convierten en una amenaza para esa imagen artificial con la que el narcisista sustenta su ego. Los narcisistas son seres muy vulnerables a la crítica, que ven como un ultraje. El deterioro de sus relaciones sociales es muchas veces consecuencia de su altanería y su necesidad constante de admiración. El narcisista tiene una inagotable sed de adulación. Diversos filósofos y sociólogos han caracterizado la segunda mitad del siglo XX y lo que va del XXI como una época narcisista. Especialmente sociólogos como Lasch o Lipovetsky han dedicado libros a las nuevas características de la postmodernidad, entre las cuales están el culto al yo, el énfasis en la exteriorización de la persona, el desierto social y la indiferencia ante cualquier realidad que implique tomar postura. Lo que equivale a la apatía total, a la disolución de la política y la preferencia por el ámbito privado en todos los sentidos. No es extraño que en la obra de Tournier abunden los espejos, para que los diferentes Narcisos puedan mirarse en ellos. También reitera el tema de la imagen. Así, por ejemplo, en Llaves y cerraduras, el libro se organiza a través de cuarenta temas de reflexión entre los que la imagen es la reina.32 Encontramos asimismo las imágenes del cuerpo y la historia del autorretrato. Tournier insiste en que en las últimas décadas hemos pasado del conocimiento verbal al visual; del logos al icono. En El espejo de las ideas, amplía hasta cien el número de categorías filosóficas con la intención de iluminar las ideas oponiéndolas por parejas. Y no deja de postular que “signo e imagen son las dos grandes vías de comunicación entre los hombres a través del espacio y del tiempo”. 33 En cuanto a la identidad, ésta se asienta sobre tres pilares: la integridad, el crecimiento personal y la filiación. En las novelas y cuentos de Tournier, algunos personajes no respetan su propia integridad física, tampoco presentan gran interés por un desarrollo vital, ni están a veces satisfechos de su filiación, ya sea porque detestan a sus progenitores o a sus descendientes. El término “identidad” está compuesto de dos palabras: “idem”, igual, y “entitas” o entidad, es decir, ser. Entidad, aquello que es la esencia de algo, hace referencia a una unidad. Entero significa uno, completo, total, perfecto. Pero hablando de lo humano, lo entero no puede ser tal sin lo otro. Así lo explica el mito del andrógino, que tantas veces citará Tournier, y tantos otros que hablan del origen de la humanidad. El ser humano añora ese estado de unidad, de nirvana durante toda su existencia. Lo uno y lo otro forman un todo. Identidad significa, pues, que lo uno es (o debe ser) similar a lo otro para existir. Ahora bien, en Occidente, se han invertido los términos; el otro debe ser igual a mí. De ese modo, la identidad se ha convertido en un 32 33
Vid. TOURNIER, M., Des clefs et des serrures, Paris, edit. du Chêne-Hachette, 1979. Vid. TOURNIER, M., Le miroir des idées. Essai, édit. Mercure de France, Paris, 1994, p. 167.
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estado normal y espontáneo, mientras que el cambio y la transformación son lo antinatural, lo extraño y lo ajeno. Lo bueno es ser idéntico, igual; lo anormal es ser diferente, otro. Y todo lo diferente debe ser aniquilado. No obstante, y Tournier lo sabe, en la terapia psicológica predomina el cambio. El ser que busca ayuda no puede permanecer igual a como ha sido hasta entonces. Pide un movimiento. En medio del caos identitario, es verdad, surgen a veces patologías como la esquizofrenia y la personalidad múltiple, patologías psicóticas en donde diferentes “personalidades” entran en juego. De ese modo, Narciso muere cuando se contempla en el agua del estanque, porque lo que amenaza a la identidad es la diferencia, lo otro, la discontinuidad.34 A pesar de todo, la represión de lo desigual es un riesgo a correr cuando el individuo opta por no plegarse a los dictámenes sociales. Y Tournier también es consciente de ello. Fausto y don Juan son castigados al fuego del infierno. Don Quijote es objeto de burlas. Los tres representan el impulso positivo del individualismo que al final acarrea sobre sí la reprobación en términos sociales. Pero la pérdida de identidad implica también, y conviene subrayarlo, un sufrimiento psíquico, presente en esta época posmoderna, en la que el ser humano no ve clara ni su relación consigo mismo ni con la realidad que le rodea. Otro tipo de suplicio en la sociedad actual es el de la apariencia, el de la imagen, a la que tanto se refiere Tournier, en muchos de sus libros. La sociedad no va a lo profundo, se contenta con lo superficial y cada individuo se esfuerza por ofrecer la imagen que cree que los demás esperan de él, El drama consiste muchas veces en el inexorable paso del tiempo. Los cambios corporales ponen en jaque la identidad del adulto. Si la dimensión narcisista se encuentra perturbada, se desconoce la imagen corporal, produciéndose la sensación de que es ajena y no propia. Así, los cambios que van ocurriendo si pueden ser aceptados paulatinamente garantizan su elaboración; de lo contrario, estamos ante el riesgo de envejecimiento patológico, tal es la presión social que se ejerce sobre la vejez, estrechamente ligada en el inconsciente colectivo con el tabú de la muerte. La postmodernidad, definida como amplio número de movimientos artísticos, literarios, culturales y filosóficos que se han opuesto o que han superado el Modernismo, es una corriente que nació en pleno siglo XX y que continúa en la actualidad. A grandes rasgos, se trata de una filosofía del desencanto, en la que todos los credos e ideas recibidas han sido puestos en entredicho, en la que priman las nuevas tecnologías y los medios de masas. La rapidez en la difusión de las noticias conlleva la saciedad y la indiferencia, Cualquier tragedia, por grande que sea, es entrevista con indolencia o en todo caso, como espectáculo. La mística y el esoterismo, por el contrario, vuelven a gozar de gran predicamento. No se trata de que se hayan perdido todos los valores, sino de otra percepción de la realidad y seguramente de una acomodación temporal del ser humano a las nuevas circunstancias.35 De todos modos, la sociedad actual parece en ocasiones enferma y la obra de Tournier, de manera alegórica, no es ajena a esta realidad. Entre los filósofos postmodernos más reconocidos se encuentra Gilles Deleuze, tan admirado por Tournier. Deleuze dijo que los grandes escritores eran pensadores que sabían utilizar la fantasía y el sortilegio de la palabra. Además, en su 34
Vid. JUARISTI, J., El bucle melancólico, ed. Espasa, Madrid, 1998. Vid. también LÉVI-STRAUSS., C., Anthropologie structurale, ed. Plon, Paris, 1958. 35 Vid. DURAND, Structures anthropologiques de l´imaginaire, ed. Bordas, Paris, 1969. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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sistema filosófico, la otredad está muy presente como premisa necesaria para construir la propia personalidad. Tournier ha seguido en sus libros la misma línea de pensamiento.
ڭ Mª del Carmen Fernández Díaz. Profesora Titular de Filología Francés. Universidad de Santiago de Compostela. Antigüedad como docente: 32 años. Publicaciones en revistas especializadas: 40. Premios de investigación recibidos: Premio Unamuno de Ensayo, 2006, por el libro: “Marguerite Yourcenar: erotismo, alquimia y otros saberes”, Bilbao. Premio Becerro de Bengoa, 2007, por el libro: “Las caras de Afrodita”, Vitoria.
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La Inmortalidad como destino
Por: Carlos Yusti Pintor, editor y escritor
Mirar el río hecho de tiempo y agua y recordar que el tiempo es otro río, saber que nos perdemos como el río y que los rostros pasan como el agua. Jorge Luis Borges
La noria de recuerdos y celebraciones cada tanto vuelve a tocar a Jorge Luis Borges. Ocasión propicia para recordar uno que otro libro en torno a su obra y que por esa rara mecánica del azar de la literatura han quedado como sepultados/olvidados. Alejandro Rossi aseguró que escribir sobre Borges era resignarse a ser el eco de algún comentarista escandinavo o el de un profesor norteamericano, sesudo y tesonero. Lo cierto es que Borges da para mucho (y para todos). En un texto de Tomás Eloy Martínez sobre una visita-entrevista realizada al poeta Saint–John Perse no podía faltar el autor argentino. La crónica se inicia con un tono grave: “Hace quince días iba yo en busca de un hombre que estaba a punto de morir”. Con un buen pulso narrativo entramos a la casa del poeta en un pueblito perdido cerca del mar. Perse está en cama aquejado de gota. Durante la conversación el Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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tema Borges fue inevitable, para ese tiempo el escritor de laberintos y ficciones se había convertido más que un autor en un tema incómodo. Perse que había tenido breves encuentros con Borges contó: “Me sorprendió saber que detestaba a Rimbaud y que consideraba en cambio a Verlaine y a Víctor Hugo como los únicos poetas de Francia. Me sorprendió aun más saber que concedía a sus poemas, demasiado lógicos, demasiado enfermos de racionalismo, una importancia superior a la de sus esplendidas ficciones.” Aquellas palabras de Perse subrayaban mi convicción de que Borges poeta era prescindible y que en sus poemas, de manera deliberada, recurría a la pirotecnia de la erudición para volverse un clásico antes de tiempo. Pero Borges comenzó como poeta y su primer libro se lo costeó él mismo. Con el libro impreso se lo mostró a su padre y este le dijo que no tenía nada que decirle, que debía enfrentar por su cuenta sus errores. Borges confesó: “…mi padre hubiera querido ser escritor y no pudo. Dejó algunos sonetos, una novela, muchos trabajos que destruyó. Entonces se entendía de un modo tácito, que es el modo más eficaz para que se entienda una cosa, que yo iba a cumplir ese destino que le había sido negado a mi padre”. Al respecto de sus poemas dijo que muchos de sus amigos le decían que era un intruso en la poesía y que debía dejar de escribir versos. En su defensa alegó que a él le gustaban los versos que escribía. Apreciar la poesía de Borges en su justa dimensión pasa por un pequeño libro escrito por Guillermo Sucre titulado “Borges el poeta”. Sólo un buen ensayista e inobjetable poeta como Sucre, aparte de traductor de Saint-John Perse, podía encarar el reto de una poesía escrita desde el raciocinio de ese lector inverosímil que en suma fue Borges. Sucre destaca: “El Borges que reflexiona en sus relatos y en sus ensayos es el mismo que medita ensimismado o fervorosamente en sus poemas. Incluso hay páginas de su prosa que se imponen más por cierto arrebato, cierto juego libre del pensamiento y de la sensibilidad; hay en ellas tanta pasión como en su poesía. La poesía de Borges no pierde, sino rara vez, su contención, su secreto rumor; su simplicidad puede a veces desorientar: hay en ella más profundidad de la que se cree”. Sucre asevera que es más bien un escritor que exige mucho y no hace concesiones: “Ni los que aspiran enrarecer al Borges de los relatos y los ensayos, ni los que simplifican al Borges poeta, parecen estar en lo cierto”. El libro “Borges poeta” no sólo le otorga cualidades a la poética de Borges, sino que va devalando sus trucos eruditos para sorprender; va descubriendo al autor que piensa con verbosidad libresca sus metáforas y al hombre sensible que desde niño se crió “detrás de una verja de lanzas, y en una biblioteca de ilimitados libros ingleses”. Sucre como poeta va a la raíz de los poemas de Borges y los examinas también sin hacer concesiones: “Son sus metáforas menos persuasivas y, queriendo sorprender, son precisamente las que menos sorprenden. Descubren demasiado su mecanismo. Ya es el gusto por la brusquedad, por el impacto: "La luz a puñetazos / abre un boquete en los cristales". Ya la excesiva intencionalidad y el cálculo: "Vienen del patio donde el aljibe es una torre invertida / entre dos cielos". Ya el rebuscamiento: "Alguien descrucifica los anhelos / clavados en el patio". Otras veces se cae en un inútil hermetismo, en una desmedida acumulación de elementos. No son ejemplos aislados, pero tampoco dominantes. Abundan especialmente en Fervor de Buenos Aires; no así en los dos libros posteriores. Hay, incluso, pequeños poemas que no consisten sino en un puro juego metafórico. Citaremos un ejemplo, pero no sin añadir también que en él se intuye una influencia más que todo expresionista, y sin dejar de reconocerle cierta fuerza expresiva:
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"Más vil que un lupanar la carnicería rubrica como una afrenta la calle. Sobre el dintel una cabeza ciega de vaca preside el aquelarre de carne charra y mármoles finales con la confusa majestad de un ídolo”. El libro de Sucre sobre el poeta que hay en Borges es una lección de lectura por encima de cualquier prejuicio y entre algunas de las conclusiones del libro esta me parece la más acertada: “El destino de Borges se identifica, en última instancia, con el destino de la palabra, del poema, de la poesía misma. De ahí su valor ejemplar”. Borges escribió su poesía pensado en lectores futuros y se sirvió de su inteligencia y memoria libresca para escribir poemas como pasajes a la inmortalidad, no quería estar en el ruido del momento, quería ser un rumor que viaja a través de los siglos cabalgando sobre metáforas sin fisuras en las cuales la perfección fue lograda con paciente artesanía, quizás su poesía parezca fría o sin emoción, quizá carezca de esa vibración musical de la piel, pero su efectividad lírica estriba en lo que expresan, en lo que dicen con un inesperado efecto de lucidez, ilustración y belleza. Borges apostó por ello y sólo el tiempo tendrá la última palabra.
ڭ Carlos Yusti (Valencia, Venezuela, 1959) es pintor, editor y escritor. Como pintor ha realizado alrededor de 40 exposiciones individuales y 20 exposiciones colectivas. Como editor, fue cofundador de la revista Zikeh y del grupo literario Animales Krakers; formó parte del equipo de la revista cultural Predios y fungió como director de editorial de las revistas impresas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. En la web ha coordinado las páginas Arteliteral y Códice. Como escritor ha publicado los libros Pocaterra y su mundo (1991), Vírgenes necias (1994), Cuaderno de argonauta (1996), De ciertos peces voladores (1997), Los sapos son príncipes y otras crónicas de ocasión (2006), Dentro de la metáfora: absurdos y paradojas del universo literario (2007), Para evocar el olvido y otros ensayos inoportunos (2007) y Poéticas del ojo (escritos sobre arte) (2012). Ha obtenido los premios de Ensayo de la Casa de Cultura “Miguel Ramón Utrera”, en 1996, y IV Bienal de Literatura “Antonio Arráiz”, en la categoría Crónica, en 2006.
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Construcción civil o reconstrucción de la civis De Willy Gómez Migliaro
Por: Pablo A. Landeo Muñoz Profesor de Lengua y Literatura, magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana (UNMSM)
Construcción civil36 significa el retorno de Willy Gómez Migliaro hacia la forma más intensa de hacer poesía, por consiguiente –diez años después–, hacia Nada como los campos37 (libro donde el autor, desde la impronta de los años violentos que nos correspondió vivir, emprende la angustiosa búsqueda de referentes de territorio y 36 37
Willy Gómez Migliaro. 2013. Construcción civil. Lima, Paracaídas editores. –––––––––––––––––– 2003. Nada como los campos. Lima, Hipocampo editores.
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peruanidad en íconos como Atahualpa, Túpac Amaru, Arguedas, Tello y Javier Pulgar Vidal o espacios como Uchuraqay –esa cordillera que siempre estará en nuestros huesos–, y Barrios Altos, donde la violencia llegó a manifestarse en su forma más cruenta). Construcción civil es también el retorno hacia Nada como los campos porque en ambos libros hombre y territorio constituyen una unidad congénita como antes los runakuna y la Pachamama, el ayllu, la memoria y la palabra. Ambigüedad, polisemia, textos anti–argumentativos o ausencia de situaciones narrativas, turbulencia, amor y caos; en fin, en ambos libros, una forma distinta de viajar por el Perú y sus hombres. Pero vayamos por partes, ¿qué tan difícil puede resultar la lectura de un libro de poemas con situaciones narrativas nulas o casi nulas? Precisemos que la mayoría de los lectores buscamos en los libros la experiencia del placer estético; otros, los menos, además de la experiencia anterior –si es que aún son capaces de llegar hacia la belleza– buscan una explicación del texto desde la teoría y la razón poética; por consiguiente, aproximarnos a la poesía de Willy Gómez podría resultar frustrante o gratificante porque Construcción civil es un libro que, como La tierra baldía, difícilmente otorga concesiones al lector. Desde otra perspectiva, el libro que reseñamos, es también la construcción o reconstrucción de la civis, luego de los años de barbarie. Reconfiguración mítica de los Quispe, los Chuquisuta y los Huillca (:11), aunque en Occidente se anuncie el triunfo de la ciencia y la decadencia de los metarrelatos, de los grandes héroes y sus periplos. Por momentos, se podría pensar que uno está frente a Nada como los campos pero Construcción civil es más urbano; en él, es la poética de la urbe la que emerge con fuerza para hablar de la naturaleza humana y metaforizar la migración de los andinos: “ciego cantaba oro bruñido / en su carretilla azul cuando Martínez era un huamani [o Huamaní]” (:53); “…para nosotros Huillca [Pedro] / toda una cicatrización de seguir aprendiendo el Perú ahora” (:71); “hazme saber al cerrar que esto no es sino una construcción civil [alusión indirecta a los trabajadores de este sector, básicamente migrantes de provincia o descendientes de ellos]” (:75). Construcción civil revela también una esencia cultista, académica, por ello configura (además del mismo Arguedas y Tello, presentes desde Nada como los campos) una iconografía de héroes culturales como Eguren, [Marco] Martos y Jorge Eduardo [Eielson] de Habitación en Roma, Amat [Carlos Oquendo de] (poesía); Herskovitz y [Gerardo] Chávez (artes plásticas) o [Sebastián Salazar] Bondy (artes escénicas). Se aprecia al mismo tiempo la búsqueda de Willy Gómez por entablar nexos con manifestaciones culturales de otros países y consolidar su palabra de poeta, de allí – como en el caso de los peruanos– las alusiones directas o indirectas a personajes significativos no solo contemporáneos (La voz a ti debida [Pedro Salinas], Elena Rubenstein y los artículos de la estética femenina occidental, Shakespeare, JFK, Sor Juana Inés, y las urbes europeas primordiales) sino también mitológicos (Sísifo, Sibila de Cumas, también la de Arguedas, Helena, Minerva, Narciso, el bíblico David, Horacio, entre otros),que establecen un discurso único y trascendental. Entiendo que la poesía de Willy Gómez debe ser leída y disfrutada verso a verso porque resulta difícil hallar un solo poema cuya comprensión sea total; si un núcleo (no estrofa) de 4 o 5 versos asume el desarrollo de una idea única o sugiere alguna escena, ya resulta extraño, como en el siguiente caso que, al parecer sugiere una naturaleza muerta: Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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CONMUEVEN LAS IMÁGENES de barro huacos con un lenguaje que se extiende en una consecución de símbolos conmueve el panorama de fondas adentro con chivo destripado carne con retrospectiva con moscas & claveles después del entendimiento del instante de imágenes de cama casi volteada ruedas y procesiones ……………………………………………………. (:29). Desde la norma, la escritura de Willy Gómez Migliaro tampoco es sencilla. Apreciamos la ausencia de signos de puntuación, alteraciones o distorsiones sintácticas, omisión de conectores o verbos en la estructura de algunos versos, particularmente en los que fungen de título, que además parecen remitirnos a Trilce de Vallejo, como en: “OBJETOS ALZAN TEMPESTAD frente al progreso”(:36), “CRIOLLA EL CUERPO con ojos de hormiga” (:47), “DEBERÍA POLÍTICA EL PERÚ en tu cuerpo desnudante” (:54), “BOTONES NO DEJAN al cuerdo solo luz adentro” (:75), “CONTIENE CAMPO y divisiones de trilce con forma / con golpe y comunión sin Lázaro” (:89). Construcción civil, significa la consolidación de una voz poética que respira sus rebeldías y su generosidad; una voz que no transige en la búsqueda de una sociedad más humana y plural, que apuesta por el Perú de Javier Pulgar Vidal, de Arguedas y Pedro Huillca; asimismo, constituye el diálogo con otras culturas próximas a la nuestra o distantes, en apariencia, porque en las sociedades globalizadas las distancias han sido ampliamente superadas, aunque no los tiempos; por consiguiente, es necesario destacar el esfuerzo de Willy Gómez Migliaro por propugnar la construcción de una poética peruana en tiempos de globalización y libre comercio, donde todo parece conducirnos a la nada. Cono Sur de Lima, diciembre 2013
ڭ Pablo A. Landeo Muñoz (Huancavelica, 1959) es profesor de Lengua y Literatura, magíster en Literatura Peruana y Latinoamericana (UNMSM). Su tesis de maestría Categorías andinas para una aproximación al willakuy/Umallanchikpi kaqkuna (Seres imaginarios del mundo andino) fue ganador del IV Concurso Nacional de tesis de Posgrado (ANR - 2010). En el 2011 publicó Los hijos de Babel, su primer libro de poemas. Actualmente es director de Atuqpa Chupan, primera revista académica cuyos artículos se publican íntegramente en runasimi. A la fecha tiene publicado, en revistas y bloogs de nuestro medio, diversos artículos escritos en su lengua materna; en ellos propone -a los andinos bilingües- la escritura en quechua, ya que las traducciones para él “se constituyen en férreos mecanismos de dominación oficial”.
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La relación madre-hija, unos «vínculos vampíricos»38. La novela (Ella) de Jennifer Thorndike
Por: Nelly André Doctora en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Orleans
Ella no está, no está en ningún lugar. Reviso las habitaciones pero no la veo. Su presencia solo se insinúa en el intenso olor a humedad que desprenden el hermetismo de la casa cerrada. Mi preocupación crece. No está. Una nota se asoma debajo de una taza de café. Esto es culpa tuya.39
38 María del Carmen García Maza, «Madre e hija: relación compleja», en http://www.uaemex.mx/faapauaem/docs/edesp/caminos%20hacia%20la%20equidad%202007/madre.html 39 Jennifer Thorndike, (Ella), Borrador editores, Perú, 2012, p.11 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Miedo, odio, culpabilidad, opresión, encerramiento, huis-clos. Las primeras líneas de la novela (Ella) de Jennifer Thorndike sintetizan la atmósfera general de esta obra. A esta joven escritora peruana nacida en 1983 le interesa «extremar las relaciones entre mujeres»40. Empezó su proyecto literario con la publicación de sus relatos de cuentos Cromosoma Z (2007): Con Cromosoma Z llevarlas por el lado de la sexualidad, explorar los conflictos que aparecen dentro de una relación de pareja entre dos mujeres. En (Ella) sucede algo similar, pero con un lazo que puede ser incluso más intenso, el lazo entre una madre y su hija. Llevo la propuesta a un punto extremo donde lo único que existe es la dependencia de la madre y la resignación de la hija. Mi propuesta va por ahí: desmontar las relaciones entre mujeres, ver qué hay adentro, analizar la manipulación, el poder, el dolor, la construcción de la identidad. En eso, ambos libros se parecen.41 Así, en sus obras, Jennifer Thorndike lleva las relaciones humanas a sus extremos, busca el punto de ruptura sentimental o mejor dicho emocional. Nos ofrece una relación de dependencia emocional mutua y el peso insoportable de la culpabilidad de una hija («si no consigo impedírselo, mis huesos no podrán soportarlo»42), víctima de una madre «patógena» [Caplan, 1985]43, una madre depresiva, hipocondríaca. Esta hija sacrificó su vida para cuidar de su madre; una vida que nunca le perteneció puesto que el desequilibrio emocional de la madre destruyó la relación de pareja de esta última y la relación con sus hijos. Si, como lo dijo Freud, la relación humana privilegiada es la relación madre-hijo, claro está que la relación madre-hija es totalmente diferente. Varias escritoras ya describieron la difícil relación madre-hija, analizándola como destructora o idealizándola. Jennifer Thorndike retoma esa idea de Yvonne Poncet-Bonissol44 según la cual madres e hijas son unas equilibristas, unas funámbulas al borde de un precipicio que ofrece distintas caras.
La nueva estación del metro es enorme. Sé que es en el corredor E donde la gente que se lanza desde lo alto ha establecido su base. Dos escaleras, una a cada lado, son las que delimitan el mundo de los vivos y el de los muertos. (…) En medio de las dos escaleras, la losa de embarque del metro se ha convertido en una tumba provisional donde los cuerpos reventados descansan.45 Esta elección entre vida o muerte, este mundo de suicidas, esta imagen de la gente que se echa al vacío, este infierno de Dante es la pesadilla que la narradora hace frecuentemente. Revela lo agobiante que es vivir con su madre y la culpabilidad que la habita. Odia a su madre y no espera más que su muerte («He esperado tanto este 40 Jennifer Thorndike : « El universo temático de Ella es muy intenso », entrevista en Lima en escena : http://limaenescena.lamula.pe/2012/07/23/jennifer-thorndike-el-universo-tematico-de-ella-es-muyintenso/rosanalopezcubas/ 41 Ibidem 42 Jennifer Thorndike, (Ella), op.cit., p.11 43 Teresa López Pardina, Asunción Oliva Portolés (editoras), Crítica feminista al psicoanálisis y la filosofía, Editorial Complutense de Madrid, 2003, p.70 44 Yvonne Poncet-Bonissol, La relation mère-fille, Edition Dangles, 2011, pp.3-4 45 Jennifer Thorndike, (Ella), op.cit., pp.11-12 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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momento. Hace tiempo que calculo los años que le quedan por delante»46); sin embargo, no soporta la idea de sentirse culpable de su fallecimiento. El dolor le impide respirar; su secuestro desde que nació la agobia («Necesito sacar el plástico que cubre la ventana para recibir un poco de aire y regresar a esta realidad que quizá sea peor.»47). Esos «vínculos vampíricos» provocan «serias afecciones psicosomáticas» en la hija; ambas mujeres conviven en una locura mutua. Como lo afirma María del Carmen García Maza, en «Madre e hija: relación compleja», la madre tiene a la hija de rehén escudada en una enfermedad psíquica o somática real o fantaseada. Es una madre débil, dependiente que deposita en la hija deberes o responsabilidades que ella no asume. (…) Se le culpa ante cada oportunidad de vida independiente. (…) Este nivel de exigencia para la hija la priva de vivir su niñez, la convierte en modelo de vida de sacrificio y sobre adaptación, lo que provoca en ella serias afecciones psicosomáticas.48 La madre descalifica constantemente a su hija, porque tiene una pésima imagen de sí misma que proyecta en el otro. Así, «atrofia la autoestima de su hija, haciéndola sentir insegura, poco valiosa»49, solo para que se quede a su lado.
En esta novela, los hombres huyeron la casa familiar. Normalmente, el hogar representa el lugar de protección, un lugar seguro, de refugio, tal como el vientre de la madre. Se transforma aquí en un lugar de agresión constante, de encerramiento, un lugar claustrofóbico que los hombres no pudieron soportar: el padre, esa figura anodina, pasiva a los abusos de la madre, no regresó un día del trabajo; «el que era nuestro padre»50 abandonó a sus hijos porque era otra víctima de esa mujer castradora. El hijo gemelo se fue de casa tras una pelea con su madre que no podía soportar su homosexualidad, esa relación amorosa nefasta porque extranjera, externa al vínculo con la madre; y, abandonó a su hermana gemela a la neurosis de su madre, cumpliendo solo con el papel que le incumbía como hombre: enviar cada mes el dinero suficiente para la sobrevivencia de su familia.
Así, la madre se volvió cada vez más castradora, encerró a su hija en casa con cadenas porque era lo único que le quedaba. «Ahí será, ahí lo haré. Y será por tu culpa. Tú eres responsable de mí. No tengo a nadie más y no fuiste capaz de cumplir 51 con tu papel» . Como en La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca, la madre ejerce un poder absoluto sobre su hija. Se crea una dependencia malsana y artificial porque ella lo necesita y depende psicológicamente de su hija. La relación madre-hija parece tocar al origen del mundo.
46 Op.cit., p.14 47 Op.cit., p.13 48 María del Carmen García Maza, «Madre e hija: relación compleja», en http://www.uaemex.mx/faapauaem/docs/edesp/caminos%20hacia%20la%20equidad%202007/madre.html 49 Op.cit. 50 Op.cit., p.19 51 Op.cit., p.11 Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Somos mamíferos sociales y, como tales, la figura más determinante en la génesis de nuestro psiquismo es la madre. (…) Las capas más hondas de nuestra personalidad, nuestra actitud ante la vida, el modo de afrontar nuestros éxitos y fracasos, etc., dependen absolutamente del tipo de relación que nuestra madre estableció con nosotros, y viceversa.52 La hija no tiene personalidad, no posee identidad propia porque no tiene nombre ni apellido. No existe en la sociedad porque no puede salir de casa. Así, como no tiene vida propia, roba la llave de su habitación a su madre y se encierra porque rechaza a su madre, la odia y cada nuevo contacto con ella, la culpabiliza, reabre heridas. Es una pérdida de energía, una relación toxica. La madre es un vampiro que lleva casi sesenta años chupándole la sangre. Mi tiempo se ha acabado y ahora mi cuerpo envejecido tiene que enfrentarse a su cuerpo muerto de noventa y cuatro sin ninguna esperanza y sin ningún placer. Solo con odio. Estoy segura de que cuando entre en su cuarto y vea la sonrisa apacible con la que murió, confirmaré que ella siempre supo que su muerte no solo terminaba con su vida, sino también con la mía.53 Así, Jennifer Thorndike, nos ofrece un grito de expiación, donde la protagonista se reconoce como un individuo vacío, que busca su yo verdadero, sabiendo que ya es demasiado tarde. El cántico brutal de una mujer cuyas cadenas se formaron desde el mismo vientre de su progenitora. 54
ڭ Nelly André. Francesa, doctora en Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Orleans, miembro principal del grupo de investigación SAL (Seminario América Latina, laboratorio CRIMIC), Universidad París-Sorbona-París IV.
52 José Luis Cano Gil, El vínculo patológico o las fuentes de locura, en http://www.psicodinamicajlc.com/articulos/jlc/vincpat.html#.Up-nb9LuKag 53 Jennifer Thorndike, (Ella), op.cit., p.14 54 Jennifer Thorndike, op.cit., contraportada Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Papiros de carne
Reseña de libros
ھ Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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8 Días
8 Días Luis Eduardo Ayala Pérez Imprenta Multiservicios “J&C”, 2012
8 días del poeta ayacuchano Luis Eduardo Ayala Pérez (Ayacucho – Perú, 1987) nos muestra a través de una reducida serie de poemas el tema de la cotidianidad que desnuda una realidad desilusionada. El desencanto como centro se mezcla con la naturaleza de las cosas que creemos poseer en apariencia, pero que a la larga solo acrecientan nuestros vacíos, nuestros fútiles deseos. El cariz ontológico de sus poemas afirma la automatización del ser como un escape ante su finitud porque La simetría de la vida es un ritmo forzado en cadenas perpetuas aunque nada es eterno. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Un día mi realidad será una tal vez, o tal vez lágrimas y seré ceniza incinerada ¿Café? ¿Té? ¿Whisky? …O solo importa poco vestirse de negro otro día más.
Como observamos el poeta reconoce su tedio o spleen como una irremediable carga que se acumula como los días. El hastío la condición del cuerpo en sus desmoronamientos, pero a pesar de esta estancia donde lo absurdo y lo insignificante son dictaduras, hay una voluntad de lucha y constante reconstrucción a pesar de que todo es ilusorio y efímero. En mi mente estalla la impresión de que el día es gris de que el día es gris, de que el día es gris. Y me da la impresión de reír y me da las ganas de correr y me dan la idea loca que iré a llover (…) Pero cuando no haya más que pensar -cuando no haya más que pensarno sabré qué hacer y cuando deje de correr querré aventar piedras que no dejan de gritar. y el día es gris…
El poeta se sabe melancólico y derrotado, sin embargo es en esa derrota donde apela a su necesidad por expresarse, por decir su dolor. Sabe que su discurso es antitético y solo un momentáneo paliativo, no obstante hay siempre una búsqueda consciente por construirse una identidad imperecedera que a su vez consolide ese placer de saberse vivo a pesar de lo absurdo, porque el poeta desea mantenerse en la vitalidad del que está descubriendo el peso de sus ideas, el acuchillar de sus propios pensamientos ante la vastedad de la realidad que lo reduce a una infinitesimal molécula viva; el poeta sabe que es inevitable ese acercamiento con su nada hacia la muerte por eso sus deseos lo mueven a preservarse, por ello en el poema 7 “Ansias escasas” leemos: Deposito dentro de este pecho la cruz marchita de mis años los recuerdos vagos con la mirada que guardo en mis ojos de gallo. Y frente a los ojos augustos del Juez deposito este letargo de sonámbulo, como una flor de domingos e inviernos hermanos…
Ese “depositar”, ese darse a las cosas y a la naturaleza hacen que el poeta se eternice en esa vastedad universal. Es por ello que más adelante el poeta como mostrándonos su ímpetu y su abandono nos confiesa: Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014 199
A veces me gustaría salir a gritar como río ácido, aguardar la aurora del ocaso. Mas las estrellas son inmensas, el desierto tan eterno, el mar excesivamente delirante que al ver sus olas bravas caigo espantado.
Es el miedo, el espanto ante la totalidad, es allí donde nos reconocemos como una simple contingencia, como una casualidad que en su imperfecta agonía existe y se confiesa rebelde, pues no se rinde ante el terror del mundo, sino que en ese temor, desea, aún desea y la vida le acrecienta. Por otro lado y a pesar de sus dilucidaciones ante su existencia, el poeta experimenta de forma constante la soledad como un estado intensificador del abandono que permite al ser apropiarse de las cosas y hacerlas poesía. El poeta lucha contra aquello que no le permite seguir su flujo: la inanición. El ser amado es un pretexto para contemplar su existencia como una mera tentación hacia el fracaso que sin embargo deja siempre su hálito de fragmentada satisfacción: Defendí tu boca de mis besos, a tu espalda de mis manos. Defendí a tus piernas de mis ojos y a tus ojos de mis caricias. Te defendí de finar mis versos crucificando como impuestos mis negaciones, y terminé por aceptar que hay miltequieros en mis dedos y en tus canciones. … Ahora camino por ahí –aún sin tihipotecando noches de luna (como estas de octubre) Para poder edificarme un corazón.
Como vemos, el poeta siempre quiere SER, quiere lograr la totalidad en el objeto amado, pero sabe que a pesar de la lucha constante, la derrota es una valla insorteable. Por eso el amor no es la función de la entrega, sino la construcción de una identidad. El poeta no quiere amar en otro, sino construirse con la otra “soledad” amada. Quiere aceptar la pureza melosa de esos “miltequieros” e intentar hacerlos realidad concreta que cual falso alquimista, sabe que es una quimera nada más. Por último un símbolo reiterativo en este breve poemario es la excrecencia que significa el asco existencial donde el hombre es configurado como imagen magnánima del mundo en contraposición con la insignificancia de sus restos o la antítesis entre el endiosamiento y la descomposición; dualidades que se alternan y dan al discurso un tono profundamente existencial. Por otro lado esta “mierda” simbólica es también el Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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producto del mundo, el residuo del accionar humano en su absurda mitificación. Esta imagen de desecho es sin duda una constante en el hombre que ha visto en su realidad el vaho de su pesimismo. En suma este poemario nos deja con un sabor existencial y a la vez con una posibilidad: el hombre que quiere, que desea, pero que se reconoce imperfecto, pero con una vitalidad que a pesar de estar presa de su nada, de la casualidad, de la inercia de la muerte por la muerte aún puede construir (o reconstruir) el mundo en ocho días hasta acariciar, si quiera por un instante, la ardiente eternidad de la realidad que acaricia furiosa nuestros ojos, la sinceridad de un prospecto de cadáver. Me escondía y perdía en mi propio laberinto, hasta que vino un día alguien y me dijo: sé sincero contigo mismo. …Desperté de nuevo en este cuerpo –el que creí muerto-. Tomé un lápiz y una hoja Y empecé a escribir mi testamento.
Paolo Astorga
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Mundo Cero
Mundo Cero Lynette Mabel Pérez Villanueva Edición de autor, 2013
Mundo Cero de la poeta puertorriqueña Lynette Mabel Pérez Villanueva, nos muestra desde sus primeros versos el tema de la deshumanización como inicio del mundo. La tendencia autodestructiva del hombre deviene siempre en la depredación de su conciencia y por ende de la vaciedad de su ser. El sujeto poético como profeta del apocalipsis individual se resuelve como un encarcelado en la palabra; siempre en busca de ese placer imposible que sea real. El tono testimonial de los poemas de Lynette nos confirma su desencanto, la muerte de sus deseos y un profundo e inevitable acercamiento hacia la dictadura de lo automático y el control de nuestra humanidad. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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El Gran Hermano hala los hilos, nos disloca las neuronas, nos quiebra los sueños. Somos un cuerpo sin alma, una marioneta del “establishment”.
El sujeto poético busca reestructurarse, rehacerse. En esta reconstrucción interior, la intención no es la de simple rebeldía, sino la de afirmar una libertad cortada. La poeta lo sabe bien, por ello, a lo largo del libro intenta lograr una nueva identidad, pretende – como si se tratara de un ser kafkiano- mostrarnos su ser consciente de su individualidad reprimida por ese “establishment” que aliena y degenera la inocencia en movimiento absurdo y banal, un estado de un mundo contradictorio y degenerado en nada. Prueba de esta contradicción es el poema “I-Kid” cuyo centro es la denuncia contra la indiferencia de una realidad cada vez más olvidada o peor aún, cada vez más superficial donde los niños como símbolo de inocencia y alegría son dopados y seducidos por el placer de la insensibilidad y el consumo como la paranoia de la acumulación sin sentido. Cuidado con los niños, toque de queda, peligro no natural -artificialcreado por nosotros. Bauticemos al nuevo niño: Niño-X-Box, niño Gameboy no Play Yard, niña-mercancia vendiéndose por unos cuantos pesos en el Japón, niño-nómada surfeando sobre los trenes en Brasil, niño sin fe, niño-circuito.
Podemos observar que este poema se nos muestra como la pérdida de lo trascendental, alimentando a su vez una transformación mimética hasta consolidar al “humano-cosa”, es decir, la poeta no denuncia solo la conciencia alienada de infancia, sino la profunda necesidad que se ha creado para que el mundo sea homogeneizado y sobre todo se logre instaurar ese “sentimiento estándar” que hace imperar el “disfrutar” sobre el “sentir”. La poeta nos recrea, en suma, un paraíso artificial y posmoderno, donde la única fe es la del consumo.
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Por otro lado el libro también critica duramente a la idea de felicidad como un acto de mala fe, como una simple sucesión de momentos alegres, donde impera el placer de lo feliz, pero no la conciencia de la felicidad. Esta idea de felicidad está conectada directamente con lo fugaz. Poemas como “Cortezas desprendidas” o “Mundo Cero” nos hablan directamente de esa soledad del existir, nos recrea esos sucedáneos de placer y alegría que en tiempos donde todos los mitos han muerto, se nos presentan como posibilidades para el feliz engaño, para la brillante farsa que se desea, que se reproduce, se consume y se comparte. Veamos a continuación un fragmento del poema “Mundo Cero”: Conteo regresivo en donde pierdo la humanidad que jamás tuve. Aliento virtual que se desvanece en la noche. Vitrina de cielos lejanos. Se vende un infierno. Un Paraíso en alquiler. Una baja en la bolsa de valores. Un alma en desuso. Fuera de moda. No admitida en pasarelas. Una pizca de luz. Fusión de núcleos en danza de fuegos. Vivir o morir. Trascender o no.
Observamos que en este fragmento existe un tema en común: la necesidad por querer experimentar algo “espectacular”, sin embargo, vemos que hasta el dolor es un producto que se encuentra en venta. La moral es inexistente y solo nos guía el miedo a no disfrutar el mundo, el miedo a no estar allí exhibidos, siendo vedettes para los demás. No hay nada en qué creer, salvo, el rápido placer y de allí un nuevo placer. El ser humano ya no es un individuo, sino un producto comercial. Ya no existe “lo puro” o lo “impuro”, sino solo la voluntad por existir lo más cómodo posible. Pensar como la masa, ser de la especie y no criticar (porque es ocioso) ese es el objetivo. Por último este intenso poemario nos lleva hacía la idea de lo “descartable” como un viaje hacia lo inútil, la misma nada, el vacío otra vez, al que se trata uno de escapar, pero que al ser parte de nuestra “nueva naturaleza”, es prácticamente imposible resistirse o superar. Esa tendencia hacia convertirse en un ser residual nos plantea un gran problema: La obsolescencia programada del ser humano que siendo cosa o máquina, debe ser reemplazada por un sucedáneo de este. La deshumanización no es la animalidad, sino simplemente la reducción de lo humano a la de un objeto sin importancia, despreciable polvo de poliuretano. Las emociones eclosionan, unas con otras, en esta búsqueda del gen asociado. ¿Supra-humanidad? (Una tortura de vida.) Un fracaso de experimento. No quiero podrirme por más tiempo en esta miserable jaula, Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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soñar con calles abiertas, ver tan sólo batas blancas. La asepsia indignante de este laboratorio. ¿Supra-humana? Hay solo un fallo. Esas malditas emociones que me vuelven humana. No las esperaba, ¿Verdad? Para ustedes es un simple juego. Pasan por alto lo más importante: la humanidad nunca lo es. Sé que tú me comprendes, verdad ratita, después de todo tú también fuiste artificialmente creada, y ahora también te has vuelto descartable, pero en tu caso es más fácil… tú no pareces humana.
En suma, Mundo Cero de Lynette Mabel Pérez Villanueva, nos deja con una serie de sentimientos vitales. Prevalece el deseo por tomar conciencia de nuestra inutilidad y a partir de esa conciencia construir un nuevo sujeto que se atreva a luchar contra su propio veneno. La posmodernidad y lo banal son tatuajes en el cuerpo, espacios simbólicos para describir la destrucción como obvio devenir, pero que como un estigma amado, se ve nuestro y único en este lúcido poemario.
Paolo Astorga
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Borderline
Borderline Andrés Norman Castro Chuleta de cerdo editorial, 2013
“¿Y si Jesús hubiese dicho:/ “El país que esté libre de culpa,/ que tire el primer misil”? con estos primeros versos se nos presenta Borderline del poeta Andrés Norman Castro (San Salvador, El Salvador, 1989), un manojo de poemas breves y desinhibidos, sueltos de hueso y desenfadados. Estos poemas giran en torno a una desquiciada ternura y el discurso es ironía que sale como espuma rabiosa manándonos por la boca. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Padre nuestro que estás lejos de acá, a veces no entiendo por qué luchas por nosotros si tantas veces te hemos hecho sentarte a llorar: Mejor vete lejos, donde no hayan otros como nosotros y hayan otros como nosotros y haya un Andrés que te escriba odas en vez de estas líneas.
Los sesgados discursos moralizadores son desmitificados, trasgredidos y por último burlados. El mundo en este poemario es mostrado como el más absurdo lugar para soñar y cada ideal es transformado en simples objetos que nada dicen. El amor es una cosa, es la violencia de los simulacros, un simple chiste sórdido, el dolor chispeante como una ironía de seres humanos idiotas creyendo en hermosos anhelos sin sentido. No llorés mi amor no es tu culpa que seas gorda No estés nostálgica por el pelo largo que te recortó la policía anoche No te lamentés porque tu vagina ya no aprieta No te quejes por los moretes que te dejaron los golpes del bate de tu chulo. No te pongas triste porque te gritan “marica” en la calle Ellos no te conocen como yo, no te besan como yo, no te recorren como yo, mi puta vieja.
El problema está en que vivimos en un estado Borderline, con una patología psiquiátrica donde la ternura y la más cruenta violencia se mezclan formando a un ser indescifrable entre el Eros y el Tánatos. El sujeto poético es extremadamente cínico e irónico, se muestra con posturas poco serias y su discurso se transforma en confesión y el halo del amor aparece como la suma de acciones despojadas de todo encanto y pasión, es decir, en simple movimiento de palabras y gestos que ya no dicen nada, sino que solo testifican su absurdez. Busco tu nombre una y otra y otra vez en las actualizaciones del Facebook, a pesar de que estás sentada frente a mí.
El hiperconsumo que genera está sociedad banalizada es descrita por el poeta con sarcasmo e indiferencia, frialdad que al fin y al cabo, relumbra en nuestra falsedad, nuestra existencia que busca un sentido artificial. La rutina y el hastío son recurrentes en este poemario donde el sujeto ya no cree ni en su sombra, sino que solo está en un profundo estado de inercia, donde lo único importante es resistir el peso de nuestra Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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existencia sin más encanto que la acumulación de acciones, de objetos, de nada trascendente. Soy un precipicio al que le dan migrañas, que consulta a Dios en el Facebook, que le gusta la Kim Kardashian, que ve la televisión de 6 a 10 PM, que despierta con mal aliento que le hace el amor a ella o a su mano, llorando, hasta caer dormido. Yo soy un precipicio que tendrá hijos que van a hacer lo mismo, a ser lo mismo incluso, precipicios.
Como observamos, el desencanto y la repetición de lo inútil es una constante. El ser humano ya no aspira a ser otra cosa más importante, sino que solo se enfrenta sin fuerzas y con mucha ociosidad ante “lo mismo”. Sin embargo, este estado de pérdida y reacomodo, le permite el confort, el placer chato de ser el eterno dios que evoca una felicidad fugaz que es reducida al encuentro con el objeto amado para no dejarse vencer por la soledad que lo devora y lo desquicia. Por eso leemos: Cuando te fuiste y me dejaste solo en la habitación entré desnudo al baño y al abrir la tapa del inodoro vi el pez que me habían dejado nadando así, de lado y entendí la magnitud de nuestro amor cuando me negué a liberarlo a la inmensidad del mar.
El amor es simplemente un deseo de compañía, de unión que se fundamenta en lo emocional como pasión o como momento temporal para el disfrute. En este libro el amor es evocativo, es simplemente reminiscente y frustrante. Por otro lado hay un desenfadado deseo por mostrarnos a la muerte como un objeto más del “espectáculo”, donde el dolor es simple pretexto para mostrar nuestra asolapada locura por la modernidad que a fin de cuentas es simplemente la vanagloria del consumo, las puertas abiertas para la solemnidad de la indiferencia. Ayer murió frente a la puerta de mi casa, un bebé perforado entre las costillas por los rayos del sol y a un lado un biberón lleno con Coca-Cola.
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En suma este poemario es el resultado de observar el mundo en su eterna brutalidad, la poesía que devela nuestra fragilidad, pero también nuestra gran capacidad para crear “estúpidas fantasías”. Los fantasmas del placer y del dolor se repiten y se estiran hasta más no poder y el humor matiza el discurso para que nos parezca la destrucción de lo humano un chiste. En Borderline hay una intensidad que no quiere encerrarse en contarnos lo malvados y patéticos que somos, sino que nos invita a recrearnos, a beber de nuestro propio absurdo y hacernos entender que siempre estaremos “a dos minutos para el fin del mundo”.
Paolo Astorga
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Voces S.O.S. El Poeta y la Niña de Asfalto
Voces S.O.S. El Poeta y la Niña de Asfalto Orlando V. Bedoya Pineda Ambedue, 2013
INICIO. Voces S.O.S. El Poeta y la Niña de Asfalto del poeta y crítico arequipeño Orlando V. Bedoya Pineda (Arequipa, 1978) es un libro de poemas de doble entrada donde el poeta se enfrenta a su condición de ser arrojado al mundo donde la única libertad es tan infinita como la angustia que la aguanta. Para el fin de esta presentación, he dividido mi intervención en dos brevísimas partes: 1. VOCES S.O.S. En el caso de Voces S.O.S., el poeta emprende un viaje de construcción de una identidad en la paradoja de la realidad que desmiembra y aliena. A lo largo del viaje el poeta sabe que no hay excusas, solo hechos y deseos, la voluntad de cumplir una misión que más Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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allá de profética es descriptiva y profundamente reveladora. Sin embargo el poetaprofeta no tiene un solo norte, sino que vive en la angustia de sus posibilidades. Él conoce la sordidez del mundo y la fragilidad de su cuerpo. Sabe que la brutalidad no está en la grandilocuencia de lo cotidiano, sino en la violencia de la soledad ante el deseo más preciado: alcanzar, fusionarse, fundirse en uno con el ser amado. Este profeta, se enfrenta así a sus fantasmas interiores; su mensaje no es el de la salvación, sino en el intentar encontrar un sentido a su existencia. El pretexto: el amor trascendental, el cuerpo como una semiótica del amor evocativo, donde las palabras tejen un universo poético desprovisto de atalayas en el que solo quedan las voces mezcla de angustia y deseo intentando ser rescatadas del abandono o por lo menos difundir su estigma hasta hacerse identidad o tal vez esa poesía en los labios que anhelan pronunciarse y hacerse patentes en el mundo inhóspito y bestial. El profeta es el que necesita salvarse, es el que requiere perfeccionar el arte del suicida, el magisterio de la trascendencia y entender la paradoja de sus actos, el encanto de su ambigüedad frente al mundo armado con sus etéreas palabras: Profetas, cuando la Poesía es el viento y nosotros las hojas secas nuestra voluntad (es el garabato de orina gruesa) es perfume que se escapa como tímido río se escapa de las piedras del adaptarse al sopor del Sol cruza las paredes para morder un puñado de flores ─no importa si son orientales u occidentales─ luego las escupe asexuadas para multiplicar la catástrofe antropológica del pensamiento ¡Oh, profetas!, pero las monedas humanas nos incendian las brújulas y nosotros sin poder denunciar tremenda tentación.
Como observamos en este poema el poeta-profeta sabe que su destino es tan indescifrable como el exquisito placer de la tentación. Todo esto obviamente –como diría Schopenhauer- nace de una privación, de una necesidad y del dolor mismo frente a esos deseos inalcanzables que acrecientan nuestra voluntad. La poesía aquí no es el simple producto artístico de un ser cuyos sentimientos se deslizan al papel, sino que se transforman en el mundo vivible, en la posibilidad de regenerar el cosmos, la oferta para la venganza, una segunda oportunidad irrepetible, porque al final las opciones son una infinita recatafila de eventos posibles en un mundo anodino y desbaratado de sentido. Llenar el mundo de sentidos, esa es la labor de nuestro profeta que vuelve a darle algún tono cromático a un mundo deshecho. Sin duda esta actividad reconstructiva tiene muy en cuenta la vaciedad y la inutilidad de las imposturas porque: Todo es sin permiso, como los días, como el saludo. Nuestro mañana es un bastón roto que no puede sostener a los valores. La prudencia de los hogares ha viajado sin avisarnos y nuestra historia se acuesta con cualquiera que venga como destino o creíble justificación. ¡Suenan todos los teléfonos!, todos. El gris se agiganta. Y nosotros no podemos llorar.
No podemos llorar. No podemos siquiera replegarnos ante la más desquiciada embestida de la realidad y sus cancerberos. Inventaremos el consuelo: “porque somos humanos”, inventaremos (como unos buenos mentirosos) el amor eterno como una figurita repetida y anhelada, inventaremos demonios y aventuras, miles de Ítacas nos van a esperar, pero la reflexión, nuestro terrible pensamiento desnudo y compulsivo nos Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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hará saber que somos unos niños que se extasían jugando con sus mocos, porque el hombre no puede desposeerse, no puede vivir de su nada, sino que tiene y debe colmar el universo con desesperado desprecio ante sí mismo: Lo poco que fuimos lo perdimos. Llegaron los nombres concretos. Con su luz de tentáculo nos abrieron las bocas cayendo nuestros ojos entre las piedras que se hicieron urbe Ahí nos pintaron de brea las frentes y cultivaron plantas duras y altas / algunas traían cemento Nuestras carnes se llamaron edificios: tiendas, colegios, niños Nos hicieron eventos y voces.
Esos “eventos y voces” resumen muy bien esta parte de libro. El deseo por servirse de las cosas solo ha cosificado a la sociedad y el poeta aparece, no como un iluminado, sino como un testigo del devenir funesto de las sociedades trasplantadas con la inutilidad de lo banal. El poeta es sin duda un rebelde de la palabra que se esfuerza por gozar la paradoja que le permite el verbo, el ideal frente al hastío, el mal. Las ciudades engendraron fantasmas El mal ya no era interno ni externo Estaba entre cada átomo / invencible Algo se rió de nosotros: científicos esperanzados (héroes leprosos y posesos). De nuestros nombres lógicos de nuestros zapatos llenos de orina Nos quedamos enrejados en la sed de los árboles secos con el grito amputado para el algo con ojos tratando de abrirlos más.
2. LA NIÑA DE ASFALTO En La Niña de Asfalto, se nos muestra una poesía más inquisitiva, sin embargo, aún persiste el pesimismo de la existencia y el deseo desmembrado. El poeta aquí ya no es el profeta que viaja aprehendiendo el mundo, sino, es el cuerpo que se cosifica y genera su propia “náusea” en la rutina: Un día sobre mi trabajo, que es la vida y la libertad, políticos, policías, religiones, ciudadanos llegaron como marejada de insectos se posaron sobre las pupilas sobre los sentidos que libertos se les ocurrió regurgitar hasta perder la razón y como si al sacro templo hubieran arribado demonios se alejaron del entorno hasta ser desmemoria sólo quedó el espíritu batallando sin cuerpo / rebelde
El poeta a lo largo del libro intenta recobrar el espacio perdido por lo superfluo. Hay una profunda revaloración de las emociones y la excitación de los sentidos en tanto estos trasciendan el tiempo y el placer por el placer. La exploración metafísica del libro se basa en el diálogo (el poeta y la niña del asfalto), dos alter egos que se necesitan y se cuestionan. Son la paradoja ideal de lo que se anhela. Casi todo el discurso se agolpa en la trascendencia de la vida y su valor en un mundo automatizado y a la vez tan “feliz” Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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como una piedra en medio de cualquier lugar. El hombre es la fantasía de la contingencia y sin embargo ha aprendido muy bien su papel de marioneta, pero jamás a mover sus propios hilos sin sentir el peso de su cuerpo y el dolor de sus actos. Y aunque todo se nos muestra vago e impreciso es allí donde nace la posibilidad de ser porque como nos responde la niña del asfalto: “todo es incierto / y por eso bello”. Al final del libro la sentencia es reveladora, nos plantea quizás esa salida ante un universo tan despreciable e intenso: Soy hijo de la Poesía, ese es mi lugar.
Todo esto es cierto y las palabras sobran y destruyen, por eso la poesía queda como un lugar posible y esta posibilidad es tan infinita como el silencio poblándolo todo. En suma estos dos libros en uno, nos muestran al hombre desde su desesperación, pero también desde la potestad de cambiar su mundo. El profeta, el poeta y la niña del asfalto, son traductores de un cosmos desmoronado por la indiferencia y a la vez los vectores de una esperanza paradójica: El amor que todo lo redime; el amor que es una puñalada después de salir del trabajo por cumplir, en una vida por cumplir, en un mundo por cumplir para cumplir algo (cualquier cosa) que lamentablemente es tan fugaz como un beso o una caricia esperando la condena del silencio y la soledad otra vez.
Paolo Astorga
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Escalera de Renglones
Escalera de Renglones Varios Autores Ambedue, 2013
Escalera de Renglones ─Colectivo Narrativa 1─, Es una breve antología de cuentos de tres autores arequipeños que encierran en sus discursos narrativos la paradoja del desencanto y el pesimismo, que sin embargo, a veces se trasfigura en la belleza de lo breve. Para esta presentación he preparado el siguiente análisis acerca de los escritores presentes en el libro. Úrsula A. N. Podestá Sánchez (Arequipa, 1982), Maneja una narrativa intimista cuya intensidad radica en la creación de discursos donde los personajes se definen por su condición desolada e incompleta. El cuento “el poeta” es una muestra de ello. El Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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personaje (el poeta) sabe que su condición de artista de la palabra no es casual, sino que se ha concretado con el dolor de la pérdida y el goce de la evocación. El poeta es en el cuento un viajero, un constructor de un camino inacabado y posible. Él es la alegoría de un amor absurdo, pero hermoso y trascendente. El sufrimiento es materia de creación, es extrañamente, el impulso que mueve al ser a construir el universo. La imposibilidad de llegar a la totalidad amada es la tortura interminable, pero el poeta sabe que a pesar de todas las cuchilladas que lo sumergen en la soledad más atroz, el viaje, su viaje aún no termina y siempre queda la opción para existir y resistir hasta el placer de caminar haciendo el camino, creando el placebo más excelso: la poesía. En suma Úrsula nos ofrece una narrativa tensiva, donde la dualidad genera conflictos y desnuda el complejo engranaje del amor. Orlando V. Bedoya Pineda (Arequipa, 1978). Maneja una narrativa más irruptiva donde los personajes se han construido como seres esclavizados ante la dictadura de la soledad y ante un destino que no se encuentra determinado por nada, ni por nadie. El cuento Todo lo que sueñas y Rosaura, son una muestra del tema del amor como aparato desquiciador. El amor que enloquece y que paradójicamente acerca y cura. La cura y el veneno es son los signos centrales en este cuento. El personaje (un sujeto enloquecido y sin excusas) desea a una loca hermosa y excitante, pero en esta utopía absurda e irónica el deseo es sufrimiento, angustia y frustración. No hay salvación, solo queda el reflejo de lo que soñamos, si es que al menos eso hicimos. Las relaciones obsesivas son los temas que engloban los tres cuentos de Orlando. El amor como un obsceno pájaro inalcanzable pero que deja su estela de placer y gozo; doloroso goce que trasunta el absurdo y la desesperanza, pero que es al fin y al cabo el amor expresado y vivido.
Gabriela Podestá Sánchez (Arequipa, 1991) Con un lenguaje más directo nos habla también del tema amoroso, pero esta vez del amor transfigurado en violencia, en desesperación y muerte. Prueba de ello es el cuento “La Muerte la Traigo yo” donde el personaje principal abre los ojos ante un mundo degradado por la violencia y la brutalidad. Aquí el amor es una simple palabra que como bala perdida impacta en la indiferencia de sus sufrientes personajes. El destino se nos presenta como una voz inquisitiva, como un grito desesperado, pero con ironía y desencanto. La hostilidad no conmueve, ni es espectacular, se nos muestra como una simple escena que debemos asimilar, como un camino trazado al que solo es posible la absurda contemplación, mientras toda esperanza se despedaza en la rutina o en el vicio de ser perverso y aun así no encontrar nada a la altura de nuestra inocencia. Como vemos estas tres voces de la narrativa arequipeña contemporánea han fijado su artillería en un tema en común: El amor y las relaciones humanas, en un mundo de plástico y sintético como el nuestro. Este sentimiento ambiguo y deseado se convierte en una herida placentera, en un virus necesario. La angustia y la soledad son residuos que los escritores reciclan magistralmente en sus narraciones, pero a la vez hay unas profundas ganas en todos los cuentos de dejar entredicho ese mensaje urgente por la reconstrucción del espíritu y por supuesto, la comprensión de lo que nos mata de a pocos y sin embargo, nos embriaga como el vino más excelso, la belleza de la estupidez mientras somos violados por el terror de nuestra humana fragilidad. Paolo Astorga Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Genéstica
Genéstica Antonio Geovanni Sánchez Burgos Edición de autor
Genéstica del poeta puertoriqueño Antonio Geovanni Sánchez Burgos (Puerto Rico, 1973), nos entrega un libro de poemas donde el tema capital es el deseo del hombre frente a su existir, esa voluntad de la que tanto habló Arthur Schopenhauer, se traduce en un inminente deseo por vivir. La genéstica es la posibilidad de trascender a partir de la constitución de la mezcla entre lo natural y lo artificial. Se nos muestra como la manipulación de la vida para sondear nuevos límites y nuevas adversidades. No obstante el poemario hace primar un fin originario: el placer de lo sensual como discurso dador de vida y sobre este discurso, todo se plasma en el cuerpo como receptor de dicho placer y deseo. Veamos el siguiente fragmento de “Letanías de la contracepción”: Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Tómame. Disuelve mis creencias en tu paladar. Sumérgeme en los pantanales de tu génesis Ahoga mi vida entre tus pasos. Inunda mi garganta con el zumo de tus deseos. Ya no quiero respirar. Necesito: flotar sobre tu aliento, hacerme mi morada, despojarme de mi mortalidad. Recíbeme sobre tus altares moleculares. Aprisióname en tus arcas celestes. Muéstrame tus divinidades. Solo soy un esclavo del deseo un transeúnte de multiderroteros. Hoy quiero anclar en tu vida. Quita tus harapos para que te veas en mis espejos, te mostraré las letras escritas en mí. Sobre mis genes verás quién eres. Correré el velo que cubre mis códigos secretos. Leerás las cicatrices bajo mis pies. Y te sabrás mi destino.
Aunque el poema nos transporta al anhelo de posesión, nos encontramos ante la posibilidad de satisfacción que nos resulta instintiva y en un aspecto más profundo harto problemática. Este poema nos plantea un acercamiento desde la contemplación que se traduce en esperanza. El poeta desea y contempla, vive y disfruta su salmo apasionado, su acercamiento sensible con el objeto amado. La palabra clave que puebla todo el poemario es ENTREGARSE y luego hacer que ese otro amado nos posea para así lograr poseerlo también como lo veremos en el poema “costurera” donde el sujeto poético intenta siempre la unión como reconstrucción, una fusión de cuerpos en la obsesión agónica del instante, el poeta se abandona ante el poder creador de lo deseado: Déjame sentir tus manos cosiendo mis heridas. Quiero sentir tus hilos atravesando mi ser (hilvanados de caricias) remendando los pedazos rotos de mi vida. (…) Costurera de vidas; destrúyeme vuelve a unirme, pedazo a pedazo. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Recoge los fragmentos de tus letras. Tíñeme con tus dulces fluidos. Púleme con el calor de tu aliento. (…) Vísteme con la suavidad de tus manos… y desnúdame entonces con tus tantos deseos.
Como observamos el poeta se pierde en la voluntad del movimiento dador de vida, sin embargo no nos debemos dejar vencer por las apariencias, el poemario se construye de posibilidades en referencia a un cuerpo trascendental; el deseo no se queda en las palabras, sino que siempre es una búsqueda, un camino que exige una estrategia: Soy un timonel… sin manos, un bucanero… que carece de dirección, un simple marinero… dispuesto a desenterrar tus tesoros. Te quiero… joven como tus palabras, eterna como un mar de estrellas. Eres mi único y añorado puerto… yo un navegante de sueños.
El erotismo impregna todo el poemario, lo sitia y magnifica. El erotismo es la descripción sensual de los objetos que se poetizan para alcanzar el grado máximo de su expresión. El símbolo del placer erótico un rico “café”: Mis deseos orbitan alrededor del crepúsculo de tus gemidos. Quiero verme amanecer entre las grutas secretas de tu cuerpo. Hazme desfallecer sobre los medios de tu espalda. Derríteme con la fuerza de tus soles despiertos. Dame a probar de las llamas que se ocultan en tus adentros. (…) Se enciende la vida, se apagan las luces de nuestros días. Aroma a café, café negro endulzado con tus leches y azúcares. (…) Derrama tus sueños sobre mí, duerme, despierta. Frío, tibio, caliente, umm ardiente. Rico café.
El libro apunta a una redención por el sentir, por la magia del encuentro amado. El erotismo se transforma en único discurso, el placer del movimiento sensual, la única realidad frente a los desmoronamientos, la destrucción del tiempo sobre la carne y los sentidos. (…) He lavado mis culpas. Mis manos no están manchadas. Alzaré mi cáliz dorado y brindaré por tus embriagantes gemidos. Toma, levanta tu copa y bebe de mi dulce vinagre. Se estremece nuestro lecho, me estremecen tus vituperios pasionales. Flagelaré tus espaldas. Dejaré tus Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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heridas abiertas. Dame a beber de tu mosto para embriagarme con tu locura. Dobla tus rodillas; calla ramera y muere en silencio. Abre tus piernas para lamer tu sepulcro y resucitar tus enclaustrados deseos. Será nuestra última cena.
La piel es el hiperanhelo, esa mezcla de pasión, tentación y frustración que configuran la caída del sinsentido, el azar y el juego seduciendo al poeta hasta angustiarlo y paradójicamente esperanzarlo, dándole una nueva vitalidad. En suma, Genéstica es un intento por la fusión amorosa, el sentido más cercano por la búsqueda vital y sobre todo el anhelo por satisfacer nuestros deseos en el cuerpo amado. El poeta sabe que el único enemigo es el tiempo, por eso se busca en la existencia de sí mismo. Sabe que su espíritu vive de la acción, de la exploración sin fin, por eso intenta renacer, intenta fusionarse eternamente con la vida.
Paolo Astorga
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Taita Serapio
Taita Serapio Sócrates Zuzunaga Huaita Eclosión Editores – Nictálope Editores, 2013
“Cuando estuve trabajando en la sierra, pasaba por un pueblo y había un señor, anciano él, que siempre paraba ebrio; que, para ganarse una copa de licor, contaba anécdotas y chistes. Taita Serapio le decían al señor”. Con este breve testimonio se nos presenta el libro Taita Serapio del escritor peruano Sócrates Zuzunaga Huaita (Ayacucho, 1954), el cual contiene una serie de relatos breves donde el personaje principal taita Serapio, se presenta como el perfecto pícaro andino. Es un personaje anecdótico que no se presenta como un estereotipo del sujeto andino, ni mucho menos como un personaje lejano a nuestra realidad. Es burlón, vicioso, propenso al trago y al sexo como necesidades que le permiten una inusual felicidad. Este pícaro tiene todos los defectos habidos y por haber y se presenta como un ser marginal y políticamente incorrecto, sin embargo, es a partir de su contacto con la sociedad dirigente, con la discriminación, con la frustración y la marginación, que criticará duramente a lo establecido. No es un “cholito Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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cualquiera”, sino más bien, es un demonio feliz que con humor y grandes cuotas de ironía, nos muestra nuestra hipócrita sociedad presa de la alienación y la exclusión. Podemos observar a lo largo del libro que nuestro taita Serapio transita por dos mundos: el de la ciudad y el de la sierra. Ambos espacios le darán la savia para generar sus anécdotas y situaciones embarazosas, muy jocosas, pero, con alguna cuota de crítica social. En el breve relato “Burla en la ciudad” vemos un ejemplo: Taita Serapio pasaba por una calle de la ciudá de Lima, cuando en eso, escuchó quialguien en su detrás decía: -¡Serrano bruto! Púchika, qué caray, nuestro gran amigazo se revolvió como un torillo rabioso y se encaró al insolente: se trataba diún jovencito blanquiñoso, bien vestiu, a la moda, con camisa floriada y pantaloncitos ajustados, con gomina en los cabellos y brillantez zapatos. -¿Serrano bruto? –masculló, echando candela por los ojos, arremangándose la camisa, presto a pelear. Cuando en eso, diún repente, se cogió los porongos de la entrepierna y gritó: -¡Pero con buenos cojones, carajo! ¡Y no como tú, alimeñau de mierda, perfumadito de flores, más delicau quiuna cáscara de hueyvo, quianda como que pisando un caminito de nubes todo movedorcito de cadera, y harto cosquilloso como que diciendo: ¡ay, no miatoques!... ¡ay, no miatoques!...
Como todo pícaro taita Serapio tiene ciertas características generales como un aparente bajo nivel cultural y el deseo por satisfacer necesidades primarias como: comida, bebida y sexo; además de oralizar sus pensamientos. Sin embargo también posee el aprendizaje de la experiencia por medio de la violencia, la marginalidad y la exclusión, sin embargo no es un ser indefenso. El mundo de lo “moderno”, es decir, la ciudad de Lima, se presenta para nuestro querido personaje harto conflictivo y contradictorio respecto a su idiosincrasia. Vemos relatos muy interesantes como “Alienación”, donde existe una negación por la verdadera identidad andina que en la ciudad capital debe reprimirse por considerarse como algo inferior y “vergonzoso”; o el excepcional y altamente humorístico relato “¡Ni más voy a Lima!” en donde nuestro personaje se verá enfrascado en una situación embarazosa a raíz de la satisfacción de una necesidad fisiológica. Este relato enfrenta a este pícaro con la representación simbólica del Estado como poder hegemónico (Un policía) y la representación simbólica del poder económico (Un comerciante), generando una situación que en lo superficial nos parece muy risible y por demás un clásico de picaresca, pero que en lo profundo, nos muestra una realidad aún patente: la discriminación y la marginación en una ciudad ridícula e hipócrita. Leamos: ¡Ni más voy a lima! Recién llegadito de la sierra, taita Serapio sincontraba caminando por el centro de Lima, cuando, en eso, caray, tuvo deseos de pujar su necesidá. — ¿Y aura quíago, carajo, adonde voy, siacá nuay campo ni corral ni chacra? — dijo. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Y, no pudiendo aguantar más la cosa, se bajó el pantalón en un rincón de la calle e hizo el asunto sobre un papel de periódico y, ahí mismito, lo envolvió como si juera un paquete común y se lo puso debajo del brazo, todo nervioso él. Un policía municipal que notó su nerviosismo, se acercó y le preguntó: — ¿Qué llevas ahí? — Este... yo... ¡Un kilo de manteca, señor! — Ah, un kilo de manteca —dijo el policía, todo cachaciento, balanceando su palo negro, mirándolo con harta desconfianza. ¿Y dónde lo compraste? — Este... pues... ¡En la bodega de la esquina, señor! — Ah, en la bodega de la esquina... A ver, vamos para allá. Ahora hay comerciantes inescrupulosos que están engañando en el peso de la mercancía. En la bodega, el policía pidió al comerciante que verifique el peso del paquete. Púchika, faltaban cien gramos pa' que seya un kilo completo. — Ah, conque usted está engañando a sus clientes en el peso — dijo el policía. — ¿Yoooo? — siasombró el comerciante —. ¡Yo no le vendí nada a este serrano, señor policía! — ¡Cómo que no, carajo! — siamargó el policía, golpeando el mostrador de la tienda — . ¡A ver, abra el paquete para ver! Y el tendero lo hizo así. ¡Y ya pueden imaginarse lo que encontró! Diay, dizque taita Serapio salió derechito a la cárcel por cochino y cagón. Por eso, cuando llegó a nuestra querencia, llegó todo rabioso, diciendo: — ¡Ni más voy a Lima, carajo, porque allá todo está bien controlau! ¡Allá, tienes que cagar un kilo completo o si no te vas derechito a la cárcel!
Para taita Serapio, Lima es un campo de batalla cuya única fórmula infalible para sortear satisfactoriamente la discriminación y el ninguneo, es el humor y el enfrentamiento frontal, con el poder que discrimina. Taita Serapio sabe que las más grandes armas que tiene contra la discriminación y marginación, es su voz, su propia interpretación del mundo y la lucha, no por cambiar al sistema (sueño, utopía), sino por “sacarle la vuelta” al mismo, para sobrevivir en una ciudad que acultura y destruye los sueños. El discurso de taita Serapio es directo y defensivo, mordaz. En suma, nuestro personaje debe aprender a vivir en un país que ya no le pertenece, con gente que le irá enseñando por las buenas o por las malas a no dejarse derrotar. Nuestro taita, no es un cobarde, sino que irá aprendiendo las “malas mañas” de las personas “buenas” y no se volverá malvado, sino que se convertirá en alguien astuto. No hay opción, el pícaro debe asegurar su existencia y tentar su felicidad; y aunque para algunos taita Serapio nos parezca un ser ignorante y repulsivo, él sigue feliz bebiendo, comiendo, gozando y criticando la hipocresía, política, cultural y religiosa con el pedazo de vida que los apus le dieron.
Paolo Astorga
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Por el arte de los quipus
Por el arte de los quipus Ofelia Huamanchumo de la Cuba Vagón Azul Editores, 2013
Por el arte de los quipus de la escritora peruana Ofelia Huamanchumo de la Cuba (Lima, 1971) nos presenta la historia intensa donde la trama principal es la del descubrimiento de un manuscrito colonial cuyo valor es incalculable: El arte de los Quipus (1574) escrito en lengua puquina por el licenciado fray Mateo Mudarra, libro donde se explica “el verdadero beneficio de los de registro de cuentas i estadísticas, el modo de anudarlos sin fraude i como se han de conservar.”. A raíz de esta búsqueda la novela nos irá presentando dos historias paralelas que se irán entrelazando gracias a un Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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tema en común: la bibliofilia. Por un lado tenemos a la bibliotecaria española Covadonga Fombellida que nos irá narrando a través de las entradas de su blog, los pormenores del hallazgo de dicho manuscrito y los problemas y crímenes que se tejen a su alrededor. Ella nos cuenta su testimonio desde su reclusión en el penal de mujeres de Santa Mónica. Contado en primera persona ella intenta dar cuenta de su inocencia y de la importancia que cobra el manuscrito no solo para el conocimiento y redescubrimiento de la historia, sino también este se trasforma en el objeto de deseo que se convierte a la larga en un mito demoníaco. La otra historia es la de “El Ché”, apelativo del paleógrafo Martín Saavedra Luján, del cual se narra una historia fragmentada de su infancia y juventud, todo engarzado al amor por los libros y la necesidad por la colección de los mismos como objetos trascendentales. En el afán de adquirir dicho manuscrito los dos personajes son tentados por la seducción de dicho incunable e interactuarán con catedráticos, libreros, políticos, curas y estafadores. Veremos que en este devenir la narración tendrá una doble intención: por un lado se nos narra la historia con matices policiales y testimoniales y por otro se hará una denuncia contra la corrupción y la mafia que maneja el mercado negro de los libros en Lima. Por otro lado también la autora nos describirá de manera intensa los ambientes por los que los personajes se transportan. Pero quizás la crítica más mordaz de esta novela es la que se hace a la prensa peruana sensacionalista que ha creado una “historia" paralela para que los ciudadanos satisfagan su morbo. Todo esto a raíz de un crimen relacionado al manuscrito. El desenlace de esta novela es anticlimático y frustrante, ya que deja al lector con la necesidad de querer más. Una novela fluida y dinámica, donde podemos observar la búsqueda del conocimiento, el apasionamiento desmedido por los libros y sobre todo una dura crítica al sistema político, religioso y social, donde la ignorancia y los intereses personales cobran más fuerza que el deseo de saber y compartir ese manuscrito incalculable y maldito.
Paolo Astorga
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Perturbatorio
Perturbatorio David Jiménez Hipocampo Editores, 2013
Perturbatorio del poeta peruano David Jiménez (Lima, 1983) son una serie de poemas donde se toca el tema de la existencia como una posibilidad que delira entre el placer y la destrucción de toda ilusión. El poeta confluye por un discurso dual donde el dolor y la imposibilidad crean ese “perturbatorio”, una tentación, una invitación para llegar al estadio donde “desaparecen los ojos” y ofrendarnos al dolor de la belleza, pues la violencia y la ternura se mezclan apasionadamente en este libro: Desaparecen los ojos El fuego nos llama El goce de las bestias nos pertenece El espejo se quebró Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Y muestra sus cicatrices La mujer perdona nuestra sombra La luz será fruición o dinamita Una máscara interrumpe la elección Otros labios recibirán el licor alucinado Otras manos dibujarán nuestro vientre
El símbolo de la bestia es constante, ya que se nos presenta como la dictadura animal de los instintos, el pecado que arrastra a la destrucción y al placer. El demonio es la voluntad impulsora de vida, es la metáfora de la angustia y el motor para fluir por el universo. Un estado vital puebla el poemario, un anhelo feroz por inflamarse con el ardor de la perversidad. SUZANNE BEWARE OF THE DEVIL Mujer La noche amanece Por la fascinación de nuestro demonio Sus manos nos cogen El lujo de nuestro sollozo Y sus caricias albergan El anhelo de nuestra muerte Fabulosamente El pecado Se refleja en sus labios Y su canto inflama nuestra mente Mujer La guerra nos embellece Cuando el alma construye otro demonio
Por otro lado, hay un intenso deseo por “redimirse”, pero esta redención siempre es incompleta, porque esta posibilidad no está en el poeta, sino en el ser amado que es configurado mientras el mundo se devasta y fluye, una unión incapaz: CRUCIFIXIÓN SERPIENTE Observamos el loto desde el abismo Nuestras manos se acercan a la nube fugitiva Y se alejan del dios prisionero Infame sollozo del cráneo crucificado Rumor del astro en la incandescente pureza La tormenta de labios decapitados Desaparece el vuelo del pájaro cegado Para que la sierpe no se alimente de sus heridas Eternidad negra en la asfixia negra La sierpe se arrastra por el desierto de espejos.
Más adelante se nos presenta el goce y la ceniza, el placer cuyo residuo inminente siempre es el hastío y la traición; la imposible ensoñación por tentar poseer eternamente. El poeta se enfrasca en una lucha contra la muerte, pero no solo la muerte física, sino también la muerte simbólica, entendida como pérdida o metamorfosis, de esta manera la muerte construye una semiótica de la devastación, una melancolía inevitable que empujan a los amantes al abismo hasta convertirlos en ceniza. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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INSCRIPCIONES EN CENIZA El delirio te entrega el goce y la ceniza Protegido por ella tu delito se torna bendición Pero no es posible una dicha perfecta Con tantos rostros que buscan traicionarte (…) Tú puedes decir: “Estoy muerto, pájaros grises comen mis entrañas” Y nadie permitirá que tu tumba sea profanada Porque los muertos solo son malditos Cuando nos muestran el verdadero camino del averno.
El poema “Epiphany Street”, el cuerpo de mujer amada, lo romántico, redime, salva. La perturbación aparece como la energía redentora en excelsa pasión. En última instancia la salvación es solo un nuevo pretexto para el placer que construye la ética sensual nuevamente: EPIPHANY STREET Estas calles sirven para el amor El más hipnótico El más perturbador Aquí los castrados muestran con orgullo sus tatuajes Y se entregan al privilegio del alcohol En estas calles se detiene el miedo Para regalar su música narcótica Y la certeza se desprende de su rencor Y triunfa el harapo Aquí todos han abandonado su piel Lo sublime lo frágil lo lacerado Es solo un pretexto para la redención
La belleza es tentación del Eros y el Tánatos y en esa grosera contemplación mediadora, la tentación es una necesidad que nos reduce a ser del otro: (…) Bruscamente recuerda a Eva, primera mujer, Venus tentada, la condenada a ser solo una costilla, la elegida para ser ultrajada por la serpiente.
La ceguera es el amor, lo que nos desquicia en el perturbatorio de nuestros sentimientos. Es ese desquicie que nos hace dejarnos llevar, el uso de la libertad para perderse hasta desaparecer: Necesitan encontrar salidas a través de la ceguera. Toda visión se torna goce y la obsesión que poseen se interna en la frágil estructura del placer. Sin cadenas o con ellas no saben cómo llegar hacia ese corazón sin latidos. A los otros, voraces, se les hace fácil destruir la persecución. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Por último este poemario nos enfrenta ante nuestra fragilidad, ante nuestra incoherencia humana. Nos enfrenta a nuestras mismas acciones que configuran al demonio amado de nuestro Ego, esa apariencia seductora de la orgía perpetua: Hace frío. Las cadenas apresan el sexo de las marionetas. A lo lejos la ciudad se muestra como un violento cristal. Aquí los niños cortan sus manos con dagas abandonadas. Hombres y mujeres buscan la adolescencia de sus besos. Y aparece la gloria bárbara de los reptiles.
En conclusión este breve poemario nos presenta al hombre enfrentado a su animalidad deseada, construyendo sus atalayas con placer y fugacidad. El amor y la frustración son los engranajes del motor del deseo y por último el mundo que se nos presenta dual se convierte indefectiblemente en lo que queremos: Nadie sabe que nos espera por fingir eternidad entre insaciables sombras. Inventamos una nueva destrucción y la protegeremos con nuestra sed.
Paolo Astorga
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Cristo Barroco
Cristo Barroco Daniel Rojas Pachas Ediciones Orem, 2012 Con Cristo Barroco, el poeta peruano radicado en Arica Daniel Rojas Pachas (Lima, 1983) nos presenta un libro donde el verbo se nos presenta posmoderno en un espacio cosmopolita. La ciudad es el lugar para una poética de la reconstrucción entre la violencia y la ternura. Los poemas se nos presentan como posibilidades para la performance, para construir identidades aparentes y explorar los límites de la significación. Lo barroco no es solo el éxtasis nacido del hastío y la vaciedad, sino que es ante todo una invitación para que el sujeto sea muchos otros, en esta brevedad eyaculativa que es la vida misma sobre el tiempo que nos devora: Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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(…) un tráfico de revelaciones propuestas como el sonido para un ciego, como ebrias miradas que mienten ante un origami de unicornio… … Por encima de cerros, plástico y verbo… Un replicante, la pandilla, un torpe niño y detective, van pariendo el dolor… Todos esos momentos, se perderán en el tiempo.
El libro se construye como un ensayo por vivir. Las palabras cobran un orden y una significación ambivalente. En ese sentido, el tema de la felicidad como pasión inútil aparece y se desvía hacia el cuerpo sensible y doliente. Han muerto los discursos y se han convertido en ceniza reciclada. El poeta lo sabe y por ello nos dice: La pregunta no encierra misterio alguno ¿Eres feliz? La pregunta en todo caso era otra… Y su misterio será mejor. ¿Por qué duele tanto? “Voy a esperar en ese lugar donde el sol nunca brilla” y hablar desde la ingenuidad de la poesía, hablar con los puños, a gritos… pretendiendo tartamudos, que aún puede decirse algo nuevo o más incierto todavía… Entenderse.
El poeta no intenta saber el motivo de su existencia o peor aún hace de ese aparente motivo existencial una causa intrascendente y por ende las identidades múltiples y variantes. En el libro, el discurso se nos presenta como un ejercicio libre de construcción contra la incomunicación, el dolor de la indiferencia y la soledad que devasta. Todo es configurado no como únicas e inequívocas metáforas emotivas, sino más bien, lo que se nos muestra son imposturas, el verbo que nos permite el escondite de nuestro ser y nos hace simular un movimiento. Encerrados en un delirio caprichoso jugamos a tientas con un puzzle astillado. Dormimos este fracaso Inconclusos deseos, apacentados como fichas que salpican en un mismo derrotero. A sabiendas contenemos elecciones poco usuales y juntos cual crédulos en carnaval servimos esta cena de preguntas (…) Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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El poeta nos plantea un mundo sin eternidades; critica con su verbo testimonial la superficialidad de las relaciones que se convierten en reminiscencias de un tránsito hacia la nada. Vivimos como tentando ilusiones y situaciones que se nos presentan como eternas e infinitas, pero que rápidamente se desgastan y dejan ver la realidad detrás de la máscara, hasta mostrarnos al peso del amor como un ensueño inútil: Es difícil encontrar dentro de nuestra especie seres que atesoren la maravilla del silencio, por eso he optado por renunciar al amor. Aunque un día… conocí de modo casual a una niña que mordía su lengua al verme perdido entre mudos desvaríos, compartimos unas tardes agradables, el nebuloso azul de los cinemas rumores y ecos inválidos agitando el barullo de las avenidas… vidrios y agua y cascajo reluciente pero luego, como mi preciada mudez fuimos apaciguados por la memoria y la necesidad de crecer… En ese momento… me volví de modo irremediable y sentencioso, un hombre y tuve que decirte adiós, como a un mal sueño.
Este intenso poemario nos plantea el problema existencial del “otro” como la extensión del yo. Hay una gran cuota de desenfado y sinceridad en las metáforas y a la vez la mezcla de la ternura y la violencia. El poeta se transforma en un escriba que testimonia lo insoportable del ser y sus gazapos, sin embargo se muestra atraído por las inconsecuencias de lo humano, por la ternura de lo sórdido por eso nos dice: Los amo tanto… que no los soporto duele verlos caminar sus bostezos un estornudo que salpica la comida y oír las carcajadas… Los miedos al lograr un acierto las victorias propuestas entre cada problema que nos une. No saben cuánto los amo duele estar ungido por su carne beber sorbos de sangre que cuaja en un cordón dilatado y mirar a cada momento –atravesado por el error, conteniendo la náuseacomo se repite cada hombre y mujer
Como vemos a lo largo del poemario la voz del poeta nos trata de convencer con sus simulaciones verbales, con su tentación por la configuración de una realidad. El mito se nos presenta como una ficción de la vida, un fluir de la conciencia y del tiempo que deviene en aglomeración de fragmentos y recuerdos: I Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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Transitamos repetidos como una mala caricatura Transitamos… repetidos por calles sin historia… muertas que nada dicen del mañana… transitamos pues jamás tuvimos tendrán un ayer
El poeta sabe muy bien que “Todavía sufrimos esta fugacidad de la palabra”, se reconoce inestable y delirante, donde el único norte es la experimentación, llenar el enigmático silencio con gritos y gemidos, el poeta sabe que el papel lo aguanta todo y que el universo tiene el tamaño de nuestras inversiones, de nuestros miedos y anhelos en lo más cotidiano del existir: (…) he procurado comprender al mundo fuera de lo verbal, llevando la escritura hasta sus últimas consecuencias… y quién puede contener en un soplo la inmensidad del silencio y pedirle que selle su magia a gritos.
En suma este libro nos plantea de forma interesante el proyecto creativo que Daniel Rojas Pachas ya lleva hace algunos años y que en este libro cobra matices más melancólicos, sin embargo hay un deseo excelso por la búsqueda de lo verbal, por el contar el mundo desde el delirio y la creación misma de la palabra poética. El poeta buscará siempre ese derrotero, la fantasía, el ensueño y la pesadilla como un modo de reencontrarse en carne viva con uno mismo.
Paolo Astorga
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5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares
5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares Emilio del Carril Editorial Pasadizo, 2007
5 minutos para ser infiel y otras divagaciones testiculares del escritor Emilio del carril (Puerto Rico, 1959) nos presenta a lo largo de sus 11 cuentos el tema de la frustraci贸n sexual desde diferentes aspectos y situaciones. El libro cuya carga er贸tica es Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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intensa y bien manejada nos muestra una serie de personajes que se enfrentan ante la encrucijada de la frustración que no solo se transcribe en el simple deseo de satisfacción sexual, sino que nos transporta a la psicología de sus personajes, sus miedos y anhelos. La infidelidad se presenta como un aliciente del desgaste del amor y la pérdida de comunicación erótica entre las relaciones de pareja. El autor ha construido un discurso que se puede definir de la siguiente manera: por un lado tenemos a los relatos donde las situaciones son el desgaste de la “chispa amorosa” (Con olor a orquídeas medievales), la búsqueda de nuevas experiencias sexuales, también originados por el desgaste de las relaciones (Cinco minutos para ser infiel), El descubrimiento tardío de la sexualidad homoerótica (1942. Un rayo de luz para la luna negra), los relatos que mezclan lo ritualizante y religioso con la posesión carnal y sexual (Ritual de la cruz y Narciso, vísteme a la santa), ciertos enredos amorosos que culminan en la experimentación de nuevas aventuras (En el pleno lugar donde los encuentro); el juego fetichista y la fantasía sexual que se mezcla con cuños de experimentación sexual (Causa y efecto del fetichismo de Nabucodosor), entre otros. En suma, este libro nos muestra sin tapujos y con un tono confesional y directo, el constante problema de la masculinidad como identidad erótica. Los personajes de Emilio son siempre seres tentados por sus propios deseos y miedos. Las frustraciones que retrata no solo nos transportan a ver la realidad de ese “infiel” que todos llevamos dentro, sino que logra ver más allá de los sexos, la tensión que los hace dudar, que los mueve a actuar, el corazón que los traiciona hasta hacerlos ver que solo quedan los momentos, el silencio y por supuesto unas tremendas ganas de querer más.
Paolo Astorga
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Delirium Tremens (ISSN 2219-391X), revista literaria de alcance internacional, que se distribuye vía online en formato PDF, lo invita a ser parte de la misma con sus colaboraciones tanto en poesía, narrativa, artículos, ensayos en la edición número 10, la cual saldrá a mediados del mes de abril de 2014. Si está interesado en colaborar con nuestra publicación, agradeceríamos que lea los siguientes pasos para publicar: PASOS PARA PUBLICAR: 1. La revista acepta todo tipo de colaboración que esté relacionada al campo literario y cultural de cualquier país del mundo, siempre y cuando se encuentre en idioma español. 2. Para la extensión de los trabajos se tendrá en cuenta las siguientes especificaciones: Estudios literarios: El tema es absolutamente libre. La extensión relativa para el envío de ensayos es la siguiente Para ensayos: 10 páginas como máximo Para artículos o notas: 3 páginas como máximo Creación Literaria: Tema libre. Poesía: 3 a 5 poemas Narrativa: un texto de 5 páginas como máximo 3. Los colaboradores deberán adjuntar también un pequeño resumen biográfico de no más de 8 líneas, conteniendo lo más importante de sus datos. 4. Los trabajos deben ser enviados a nuestro correo: artesinlucro@gmail.com como datos adjuntos en Word, debajo de todas las colaboraciones deberá constar el resumen biográfico del autor y su correo electrónico para contacto. Se ruega poner en el asunto: “Colaboración Revista Delirium Tremens” y el género que participa (poesía, narrativa, ensayo, nota, artículo) 5. Se enviará un correo electrónico a los colaboradores que sean elegidos para la presente edición. Además de enviarles la edición en pdf de la presente edición. 6. La revista se editará en formato virtual que se difundirá a través del blog de la revista: http://revistadeliriumtremens.blogspot.com y a través de diversas redes sociales, así como dentro del grupo de Facebook “Difusión Literaria” 7. El plazo para el envío de trabajos vence el día 1 de marzo de 2014. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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La Revista Literaria Delirium Tremens Número 9 Se terminó de diagramar el 1 de enero de 2014 en la ciudad de Lima, Perú. Revista Literaria Delirium Tremens # 9 - enero de 2014
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