alguien te estĂĄ mirando
Bienvenido nuevo dĂa Los colores y las formas Vuelven al taller de la retina Jorge Carrera Andrade
Juan Antonio Serrano
Colección: Taller de la Retina Un proyecto de Paradocs Coordinación editorial: Santiago Serrano Juan Antonio Serrano Francois Laso Juan Antonio Serrano juan.serranosalgado@gmail.com Primera edición Quito, Ecuador 2012 Diagramación y diseño Nora Salgado ISBN: 978-9942-11-301-6 Texto X. Andrade Paradocs fotografia paradocsfoto.com paradocsfoto@gmail.com
Obra impresa en Ecuador 1.000 ejemplares Este libro se terminó de imprimir y encuadernar en el mes de mayo de 2012 en Quito, Ecuador.
tardío de los recorridos cotidianos y la atención minuciosa al detalle inesperado. Participantes de estos cónclaves informales fueron Richi Bohórquez, Vicho Gaibor, Javier Lazo, Daniel Patino, Vicente Torres y muchos otros acólitos creativos como Jaime Nuñez del Arco que, seguro, sirvieron de catalizadores de los continuos peregrinajes de Juan Antonio Serrano, a quien, además, estas letras deberían servir para agradecerle sobre su generosidad
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para colaborar también con proyectos míos durante esas épocas. De hecho, como en buena parte de las artes visuales en Ecuador, han sido las dinámicas extraeconómicas las que han permitido la asociación desinteresada de grupos de esta naturaleza en función de una multiplicidad de proyectos documentales que van dejando una huella, la mayoría de veces con poco o nada de reconocimiento institucional. Este libro es resultado de este tipo de complicidades y dinámicas, y un acierto en el camino de posicionar a la fotografía documental en el lugar que se merece (y no relegado como lo está a pesar de la emergencia de programas académicos sobre imagen y el pequeño boom de producción audiovisual al que ha asistido el país en este último periodo). Gracias a iniciativas autogestionarias como la de Paradocs, y a la disciplina de Juan Antonio, se puede apreciar mejor el papel de la fotografía en hacernos ver el mundo -éste y los otros- de manera diferente.
Juan Antonio Serrano
planeta. La escala de la sociedad retratada aquí, comúnmente representada mediante lo desproporcionado de su composición demográfica y la monumentalidad de su desarrollo urbano, es otra: un hombre vestido de negro, diminuto frente a una gran cortina roja que es iluminada artificialmente sirve como la mejor síntesis de esta serie. Un algo -vedado a propósito- se oculta detrás de aquella. Su mensaje no conviene opresión meramente, como lo quisieran los relatos más ideologizados sobre la China moderna, sino el glamour de una sociedad de la abundancia que, como todas sus contemporáneas, se basa tanto en la sujeción a un modelo de explotación económica como en la capacidad de su gente para hacer sentido de sus ritmos acelerados y, también, de sus, probablemente pocos pero significativos, tiempos muertos. Día y noche, simultáneamente. Puedo imaginármelo perfectamente: Serrano recorriendo calles extrañas con su cámara bajo el brazo, como en Guayaquil en la época inmediatamente precedente a su estancia en el extranjero, cuando convertimos asimismo días y noches en una sola jornada, discutiendo sobre la extraña luz de amaneceres variados al tiempo que se nucleaba un grupo de fotógrafos que se convirtieron en activos interlocutores de sus búsquedas.
En un sentido al menos, las fotos que componen este libro son un resultado
históricamente más relevantes en el país, pero, curiosamente, sobre la que se conoce muy poco gracias, precisamente, al poder de los prejuicios que sobre ella se imponen. Por otro lado, Serrano revela también su propia estancia sobre este mundo, imposible de captarlo en toda su dimensión demográfica y económica. La mirada en los retratos es mas bien distante, resultado de las fronteras que se establecen a través de la que es, desde el otro lado de la cámara, reservada para los extraños. Esta mirada es un índice poderoso de la que el propio planeta tiene sobre China, sus excesos, y la condición entrópica que advierte la expansión de su propio consumo interno, la industrialización y urbanización imparables, su contaminación galopante expresada en la extraña luminosidad que emana al tiempo de rendir día y noche indiscernibles en buena parte de estas imágenes. Somos testigos de una mirada, de una u otra manera, tensa, densa. ¿En dónde radica, entonces, la política de estas imágenes?. Serrano, al inclinarse por la individualidad de sus personajes, contrapone las congregaciones masivas que vienen a la mente, cuando de China se habla, a las necesidades del relacionamiento humano. La invitación es a pensar sobre estos sujetos en la intimidad de sus propios pensamientos, trayectorias, actitudes y devenires. Sus fotos reemplazan la indeterminación con los rostros de la gente concreta que se encuentra, probablemente, detrás de alguno de los objetos que hacen operativa nuestra vida cotidiana en el otro lado del
Dedicado a: A mis padres Rocío y Pepe y a Judy Maysles Agradecimientos: A mis hermanos José, Mónica, Jorge, Sonia Javier, Gabriela, Celia y John. A Nora S, Antonio C, Fusil, Santiago V, Camilo M, Antonio M, Juan R, Paula C, A mis broderes Paradocs: Cocó y Santiago. Al Diego Arte y al personal de Caleidoscopio. A Bruno R, Stephen F, Andrew L. Marcelo A. En China gracias a Luciana, Rita, Eva, Felice, Martha, Marga, Antonio, Guillem, Paloma y Natalia.
Antonio Serrano ayudan a ver facetas de ese país más allá de los estereotipos que imperan a la hora de hacerse el retrato de una sociedad tan compleja como aquella. Allí donde los lugares comunes ven, por ejemplo, meras masas, explotación y alienaciones, Serrano descubre el gesto individual. En estas fotografías, la cámara atrapa sujetos descontextualizados de las condiciones de producción de la sociedad más amplia. Para tomarlas, Serrano deambula cotidianamente con una idea fija en su mente: La de llevarse una fotografía decente diariamente para tratar de hacer sentido de un entorno que tiende a ocultarse mientras, a su vez, se mantiene la mirada espía sobre el extranjero. Un policía, un cocinero, una compradora del mercado, un caminante, un viajero, una oficinista, una vendedora de posters de Mao (en una clara referencia a la omnipresencia del estado) y su entorno anómico más inmediato: una calle, una pared, un edificio. Por lo tanto, la condición de masa a la que inmediatamente recurrimos para estereotipar a esa parte del mundo en nuestra incapacidad para leer la multiplicidad de sus orígenes étnicos y de clase, es combatida por la personalidad de cada uno de los billones que constituyen un país que se prevé dueño del planeta en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, viendo estas imágenes desde Ecuador, y las reiterativas que los medios hacen de China, ahora que las inversiones desde y el endeudamiento frente a ese país han cobrado fuerza inusitada, Serrano aporta, mediante esta serie, a repensar sobre la vida de una de las colonias de migrantes
Paradocs es una fundación y una cooperativa de fotógrafos que busca hacer viables proyectos fotográficos. El trabajo de Paradocs promueve y difunde la creación contemporánea. Es una plataforma de debate y discusión basada en una permanente reflexión grupal y en fomento de nuevas formas de mirar la realidad. Existe desde 2008. Taller de la Retina es una línea editorial de Paradocs que tiene como objetivo difundir la creación y el pensamiento fotográfico contemporáneo.
apuntes X. Andrade
Décadas atrás, se podía pensar en China como un mundo inescrutable y aparte. Hoy por hoy, su cercanía se debe a la confluencia entre la compresión del tiempo y el espacio que el capitalismo flexible crea, y, la propia vía capitalista desarrollada por ese país para convertirse en el gran proveedor de fuerza de trabajo, tecnología y manufacturas a nivel global. Las imágenes de Juan
Títulos publicados por Paradocs: “Otro cielo no esperes” Francois “coco” Laso “Barrio” Paula Parrini “Alguien te está mirando” Juan Antonio Serrano “(de) antes de partir” Santiago Serrano “Nunca un río” Francois “coco” Laso
FOTO: Chrystele Theze
Juan Antonio Serrano Cuenca, Ecuador. 1976
Antes de dedicarse al fotoperiodismo fue mesero y jugó fútbol interbarrial. Uno de sus muchos sueños es hacer un retrato de Eduardo Galeano y Rubén Blades. Graduado del programa de Fotoperiodismo y Fotografía Documental en el International Center of Photography en Nueva York y máster en Periodísmo con la Fundación EFE en Madrid. Estuvo en China jugando pingpong y caminando por las calles de Pekín y Shanghai entre junio y diciembre de 2010. Es hincha del Deportivo Cuenca.
Antes de dedicarse al fotoperiodismo fue mesero y jugó fútbol interbarrial. Uno de sus muchos sueños es hacer un retrato de Eduardo Galeano y Rubén Blades. Graduado del programa de Fotoperiodismo y Fotografía Documental en el International Center of Photography en Nueva York y máster en Periodísmo con la Fundación EFE en Madrid. Estuvo en China jugando pingpong y caminando por las calles de Pekín y Shanghai entre junio y diciembre de 2010. Es hincha del Deportivo Cuenca.
FOTO: Chrystele Theze
Juan Antonio Serrano Cuenca, Ecuador. 1976
Paradocs es una fundación y una cooperativa de fotógrafos que busca hacer viables proyectos fotográficos. El trabajo de Paradocs promueve y difunde la creación contemporánea. Es una plataforma de debate y discusión basada en una permanente reflexión grupal y en fomento de nuevas formas de mirar la realidad. Existe desde 2008. Taller de la Retina es una línea editorial de Paradocs que tiene como objetivo difundir la creación y el pensamiento fotográfico contemporáneo.
apuntes X. Andrade
Décadas atrás, se podía pensar en China como un mundo inescrutable y aparte. Hoy por hoy, su cercanía se debe a la confluencia entre la compresión del tiempo y el espacio que el capitalismo flexible crea, y, la propia vía capitalista desarrollada por ese país para convertirse en el gran proveedor de fuerza de trabajo, tecnología y manufacturas a nivel global. Las imágenes de Juan
Títulos publicados por Paradocs: “Otro cielo no esperes” Francois “coco” Laso “Barrio” Paula Parrini “Alguien te está mirando” Juan Antonio Serrano “(de) antes de partir” Santiago Serrano “Nunca un río” Francois “coco” Laso
Antonio Serrano ayudan a ver facetas de ese país más allá de los estereotipos que imperan a la hora de hacerse el retrato de una sociedad tan compleja como aquella. Allí donde los lugares comunes ven, por ejemplo, meras masas, explotación y alienaciones, Serrano descubre el gesto individual. En estas fotografías, la cámara atrapa sujetos descontextualizados de las condiciones de producción de la sociedad más amplia. Para tomarlas, Serrano deambula cotidianamente con una idea fija en su mente: La de llevarse una fotografía decente diariamente para tratar de hacer sentido de un entorno que tiende a ocultarse mientras, a su vez, se mantiene la mirada espía sobre el extranjero. Un policía, un cocinero, una compradora del mercado, un caminante, un viajero, una oficinista, una vendedora de posters de Mao (en una clara referencia a la omnipresencia del estado) y su entorno anómico más inmediato: una calle, una pared, un edificio. Por lo tanto, la condición de masa a la que inmediatamente recurrimos para estereotipar a esa parte del mundo en nuestra incapacidad para leer la multiplicidad de sus orígenes étnicos y de clase, es combatida por la personalidad de cada uno de los billones que constituyen un país que se prevé dueño del planeta en un abrir y cerrar de ojos. De hecho, viendo estas imágenes desde Ecuador, y las reiterativas que los medios hacen de China, ahora que las inversiones desde y el endeudamiento frente a ese país han cobrado fuerza inusitada, Serrano aporta, mediante esta serie, a repensar sobre la vida de una de las colonias de migrantes
históricamente más relevantes en el país, pero, curiosamente, sobre la que se conoce muy poco gracias, precisamente, al poder de los prejuicios que sobre ella se imponen. Por otro lado, Serrano revela también su propia estancia sobre este mundo, imposible de captarlo en toda su dimensión demográfica y económica. La mirada en los retratos es mas bien distante, resultado de las fronteras que se establecen a través de la que es, desde el otro lado de la cámara, reservada para los extraños. Esta mirada es un índice poderoso de la que el propio planeta tiene sobre China, sus excesos, y la condición entrópica que advierte la expansión de su propio consumo interno, la industrialización y urbanización imparables, su contaminación galopante expresada en la extraña luminosidad que emana al tiempo de rendir día y noche indiscernibles en buena parte de estas imágenes. Somos testigos de una mirada, de una u otra manera, tensa, densa. ¿En dónde radica, entonces, la política de estas imágenes?. Serrano, al inclinarse por la individualidad de sus personajes, contrapone las congregaciones masivas que vienen a la mente, cuando de China se habla, a las necesidades del relacionamiento humano. La invitación es a pensar sobre estos sujetos en la intimidad de sus propios pensamientos, trayectorias, actitudes y devenires. Sus fotos reemplazan la indeterminación con los rostros de la gente concreta que se encuentra, probablemente, detrás de alguno de los objetos que hacen operativa nuestra vida cotidiana en el otro lado del
Dedicado a: A mis padres Rocío y Pepe y a Judy Maysles Agradecimientos: A mis hermanos José, Mónica, Jorge, Sonia Javier, Gabriela, Celia y John. A Nora S, Antonio C, Fusil, Santiago V, Camilo M, Antonio M, Juan R, Paula C, A mis broderes Paradocs: Cocó y Santiago. Al Diego Arte y al personal de Caleidoscopio. A Bruno R, Stephen F, Andrew L. Marcelo A. En China gracias a Luciana, Rita, Eva, Felice, Martha, Marga, Antonio, Guillem, Paloma y Natalia.
planeta. La escala de la sociedad retratada aquí, comúnmente representada mediante lo desproporcionado de su composición demográfica y la monumentalidad de su desarrollo urbano, es otra: un hombre vestido de negro, diminuto frente a una gran cortina roja que es iluminada artificialmente sirve como la mejor síntesis de esta serie. Un algo -vedado a propósito- se oculta detrás de aquella. Su mensaje no conviene opresión meramente, como lo quisieran los relatos más ideologizados sobre la China moderna, sino el glamour de una sociedad de la abundancia que, como todas sus contemporáneas, se basa tanto en la sujeción a un modelo de explotación económica como en la capacidad de su gente para hacer sentido de sus ritmos acelerados y, también, de sus, probablemente pocos pero significativos, tiempos muertos. Día y noche, simultáneamente. Puedo imaginármelo perfectamente: Serrano recorriendo calles extrañas con su cámara bajo el brazo, como en Guayaquil en la época inmediatamente precedente a su estancia en el extranjero, cuando convertimos asimismo días y noches en una sola jornada, discutiendo sobre la extraña luz de amaneceres variados al tiempo que se nucleaba un grupo de fotógrafos que se convirtieron en activos interlocutores de sus búsquedas.
En un sentido al menos, las fotos que componen este libro son un resultado
tardío de los recorridos cotidianos y la atención minuciosa al detalle inesperado. Participantes de estos cónclaves informales fueron Richi Bohórquez, Vicho Gaibor, Javier Lazo, Daniel Patino, Vicente Torres y muchos otros acólitos creativos como Jaime Nuñez del Arco que, seguro, sirvieron de catalizadores de los continuos peregrinajes de Juan Antonio Serrano, a quien, además, estas letras deberían servir para agradecerle sobre su generosidad
alguien te está mirando
para colaborar también con proyectos míos durante esas épocas. De hecho, como en buena parte de las artes visuales en Ecuador, han sido las dinámicas extraeconómicas las que han permitido la asociación desinteresada de grupos de esta naturaleza en función de una multiplicidad de proyectos documentales que van dejando una huella, la mayoría de veces con poco o nada de reconocimiento institucional. Este libro es resultado de este tipo de complicidades y dinámicas, y un acierto en el camino de posicionar a la fotografía documental en el lugar que se merece (y no relegado como lo está a pesar de la emergencia de programas académicos sobre imagen y el pequeño boom de producción audiovisual al que ha asistido el país en este último periodo). Gracias a iniciativas autogestionarias como la de Paradocs, y a la disciplina de Juan Antonio, se puede apreciar mejor el papel de la fotografía en hacernos ver el mundo -éste y los otros- de manera diferente.
Juan Antonio Serrano
Colección: Taller de la Retina Un proyecto de Paradocs Coordinación editorial: Santiago Serrano Juan Antonio Serrano Francois Laso Juan Antonio Serrano juan.serranosalgado@gmail.com Primera edición Quito, Ecuador 2012 Diagramación y diseño Nora Salgado ISBN: 978-9942-11-301-6 Texto X. Andrade Paradocs fotografia paradocsfoto.com paradocsfoto@gmail.com
Obra impresa en Ecuador 1.000 ejemplares Este libro se terminó de imprimir y encuadernar en el mes de mayo de 2012 en Quito, Ecuador.
alguien te estĂĄ mirando
Bienvenido nuevo dĂa Los colores y las formas Vuelven al taller de la retina Jorge Carrera Andrade
Juan Antonio Serrano