16/12/10
10:55
Página 1
artes y oficios
CUBIERTA
RESTAURACIÓN DE PINTURA
Este libro trata de los procesos de restauración de pintura sobre tela, expuestos de forma muy ilustrada y didáctica, adecuada para todas aquellas personas interesadas en conocer esta especialidad técnica del arte. En sus páginas se enseñan los criterios y conocimientos de conservación y restauración actuales, los materiales y herramientas que se emplean, así como los distintos procesos que hay que abordar al entrar un cuadro en el taller, tales como la documentación, el análisis de la obra y de sus patologías, y las técnicas adecuadas para reparar los daños que aquéllas han causado en la pintura. En el último capítulo, como ejemplos prácticos, se incluyen 5 casos de restauración, paso a paso, de cuadros con problemas distintos.
ISBN 978-84-342-2479-7
www.parramon.com
,!7II4D4-ccehjh!
RESTAURACIÓN DE PINTURA
REST. DE PINTURA
RESTAURACIÓN DE PINTURA Eva Pascual Mireia Patiño
La técnica y el arte de la restauración de pintura sobre tela explicados con rigor y claridad
colección artesartes y oficios colección y oficios
INTRODUCCIÓN, 6 Restauración de pintura
LA CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE PINTURA SOBRE TELA, 8
Dirección editorial: Mª Fernanda Canal Edición: Tomàs Ubach
La conservación y la restauración, 10 La degradación, 12 Humedad y temperatura, 14 Luz, 16 Biodeterioro, 18
Ayudante editorial y archivo iconográfico: Mª Carmen Ramos y Núria Barba Textos y coordinación: Eva Pascual Proyecto, informe técnico y realización de los ejercicios: Mireia Patiño Diseño de la colección: Josep Guasch Maquetación y compaginación: Estudi Guasch, S. L. Fotografías: Nos & Soto Archivo Mireia Patiño Dibujos infográficos: Jaume Farrés Segunda edición: marzo 2006 © Parramón Ediciones, S.A. Ronda de Sant Pere, 5, 4ª planta 08010 Barcelona - España Empresa del Grupo Editorial Norma de América Latina www.parramon.com
Sum
Dirección de producción: Rafael Marfil Producción: Manel Sánchez ISBN: 84-342-2479-8 Depósito legal: NA-228-2006 Impreso en España Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier medio o procedimiento, comprendidos la impresión, la reprografía, el microfilm, el tratamiento informático o cualquier otro sistema, sin permiso escrito de la editorial.
CONOCIMIENTO DE LA OBRA, 20 El soporte: bastidores, 22 El soporte: telas, 24 Preparaciones, 27 La capa pictórica y capas superficiales, 28 Patologías del soporte, 30 Patologías de la capa del cuadro, 34 Proceso de intervención: fases y guión, 38 Criterios de intervención, 39
001-007 Rest. de pintura
23/6/03
11:18
Página 5
MATERIALES, 40 Papeles y telas, 42 Materiales para el bastidor, 43 Colas, adhesivos y consolidantes, 44 Disolventes y materiales para limpieza, 46 Pigmentos, cargas y colores, 48 Barnices, 50 Material auxiliar, 51
HERRAMIENTAS, 52 Herramientas de uso general, 54 Herramientas para tensar, aplanar y soldar, 55 Herramientas para mezclar y aplicar, 56 Herramientas para cortar, disponer, sujetar y limpiar, 58 Útiles de laboratorio, 60 Herramientas para diagnóstico, 62 Herramientas de uso auxiliar, 63
ario PASO A PASO, 124 Conservación, 126 Cambio de bastidor y fijación y retoque de la capa pictórica, 132 Limpieza y retoque, 140 Parches, limpieza y retoque, 146 Refuerzos perimetrales, limpieza y retoque, 152
ASPECTOS TÉCNICOS, 64 Diagnóstico, 66 Informe, 70 Preparación de productos en el taller, 72 Procesos previos a la restauración, 82 Tratamientos del soporte, 84 La tela: limpieza, eliminación de elementos y desinfección, 86 Reparación de roturas en la tela, 90 Sustitución del bastidor, 102 Reentelado, 103 Empapelado de protección, 106 Fijación, 108 Limpieza y regeneración, 109 Estucado, 115 Barnizado, 117 Reintegración, 118 Presentación de la obra, 120 Seguridad y organización del taller, 121
GLOSARIO, 158 BIBLIOGRAFÍA Y AGRADECIMIENTOS, 160
030-039 Rest. de pintura
23/6/03
11:32
Página 30
Patologías del soporte tro aspecto de la obra que el restaurador debe saber y conocer en profundidad son los posibles problemas y degradaciones que aquélla puede sufrir. Éstos pueden afectar a distintas partes del cuadro o al conjunto de la obra por completo. El restaurador ha de saber identificarlos, conocer los mecanismos que los provocan así como los agentes responsables, para poder decidir en cada caso la intervención más adecuada y los parámetros de conservación aconsejables. A continuación, se explican las patologías más usuales de la pintura sobre tela, agrupadas según la parte del cuadro afectada.
O
El soporte de la obra Como se ha explicado anteriormente, el soporte de la obra está compuesto por el bastidor y la tela. Estos dos elementos presentan una serie de patologías diferentes y muy determinadas, que se analizan a continuación. Aunque es importante señalar que algunas de estas patologías afectan a la vez a los dos elementos, y que ciertas patologías del bastidor pueden favorecer la aparición de problemas en la tela, como se verá más adelante. Conviene no olvidar que cualquier degradación, patología o problema del soporte, en el sentido global, es decir, tela y bastidor, puede desencadenar o favorecer alguna patología en la pintura, la parte esencial de la obra.
Biodeterioro Las obras que llegan al taller del restaurador llevan, en la mayoría de los casos, un bastidor de madera. La madera es un material natural susceptible de ser atacado por diferentes agentes biológicos: los microorganismos y los insectos (véase el capítulo “La conservación y restauración de pintura sobre tela”). Los microorganismos pueden degradar la madera de diferentes modos; normalmente, la destruyen y provocan manchas más o menos extensas sobre la superficie. En condiciones ambientales favorables, pueden extenderse rápidamente y colonizar otras áreas, afectando la tela del cuadro. En este bastidor se aprecian los orificios causados por la carcoma común. Levantando el papel que cubría la zona de unión con el marco, se descubre el serrín característico que producen estos insectos.
Bastidor El bastidor, por la naturaleza de la materia que lo compone y por su propia estructura (confeccionada con diversas piezas encajadas entre sí), puede presentar una serie de patologías muy definidas. Las más usuales son el biotederioro, la pérdida de elementos y la suciedad, así como los daños producidos por una incorrecta manipulación.
Los insectos parasitan la madera, se instalan en su interior y se alimentan de ella, con lo cual provocan, en primer lugar, su degradación (se vuelve frágil), y luego, en ocasiones, su total destrucción. Cabe señalar que el ataque de estos insectos es a veces difícil de detectar, por lo que es posible que, cuando se haga patente, los daños sean mayores de lo esperado. Un bastidor que presenta un ataque importante de xilófagos se torna frágil e inestable estructuralmente, llegando incluso a la rotura, lo cual puede afectar a la estabilidad del resto de la obra. A causa de los insectos, un bastidor puede degradarse de tal manera que pierda por completo su función de soporte.
El bastidor de esta obra presenta un ataque severo de termitas, que han destruido casi por completo la parte superior de uno de los listones y el encaje. Esto ha provocado un debilitamiento general de la estructura del bastidor, afectando por ello a la estabilidad de la tela.
30
Reverso de un cuadro con bastidor de tipo español que ha perdido una de sus cuñas.
Problemas de estabilidad La estructura del bastidor, como se ha explicado anteriormente, está formada por distintas piezas encajadas entre sí. La pérdida o modificación de alguna de ellas puede variar por completo la estructura, el sistema de encaje o la estabilidad del conjunto, dando lugar a problemas de inestabilidad que afectarán directamente a la tela. La pérdida de una o varias de las cuñas de un bastidor puede provocar desajustes en los encajes, generando a movimientos del conjunto, que a su vez podrán alterar la tensión y provocar destensamientos y con ello movimientos en la tela.
En este detalle de un bastidor de tipo francés se puede apreciar la falta de una de las cuñas. Esto provoca la inestabilidad del encaje y de la estructura general del bastidor.
030-039 Rest. de pintura
23/6/03
11:32
Página 31
Conocimiento de la obra
Suciedad Es una acumulación de partículas, principalmente polvo y humo, sobre una superficie. La acumulación de polvo no constituye por sí misma ninguna patología, pero los elementos y materias que forman parte de él pueden desencadenar diferentes tipos de degradaciones. En primer lugar, es importante tener en cuenta que el polvo depositado es capaz de elevar de manera apreciable la humedad en la superficie del objeto. Esto puede favorecer el ataque de agentes químicos (de los que el polvo es vehículo), produciendo reacciones de oxidación. También puede favorecer el ataque y posterior desarrollo de los agentes biológicos, así como producir manchas superficiales sobre los materiales. Acumulado en grandes cantidades, el polvo puede producir también, por fricción, una abrasión superficial de la materia. Esto crea y favorece las vías de penetración para los agentes de la biodegradación. La suciedad superficial depositada sobre el bastidor es, pues, uno de los parámetros que favorecen su degradación. Otro aspecto lo constituyen las bolsas de suciedad que se acumulan entre el bastidor y la tela. Esta acumulación de partículas puede producir varias patologías, como la erosión superficial de la materia, o la aparición de tensiones internas que a su vez pueden dar lugar a movimientos de dilatación y contracción de la tela, o producir deformaciones en ella.
Oxidación Otro tipo de patologías del bastidor son las causadas por la degradación de materiales que están en contacto con él. La más habitual es la oxidación de los clavos, tachuelas o grapas que unen la tela al bastidor. La oxidación superficial de alguno de estos elementos puede provocar, como se verá más adelante, la degradación e incluso la rotura de la tela, así como la degradación de la madera del bastidor.
En este detalle se pueden apreciar los daños producidos en la tela y el bastidor por la oxidación de una tachuela de hierro.
Manipulación incorrecta Cabe reseñar, por último, que la incorrecta manipulación de los bastidores puede provocar cierto tipo de patologías. Una práctica no demasiado habitual, pero con la que el restaurador se puede encontrar, son los cáncamos fijados en el bastidor en lugar de estarlo en el marco de la obra. Dejando de lado los antiestéticos orificios, esto puede dar lugar a desajustes en los encajes y provocar movimientos de la estructura (con lo que eso supone para la estabilidad e integridad de la tela), así como favorecer la erosión superficial de la madera, tal como se puede apreciar en el ejemplo.
Tela Las patologías que afectan a la tela son consecuencia de su propia naturaleza. Como se ha visto con anterioridad, la tela está compuesta principalmente por celulosa, alimento básico para toda una serie de microorganismos, que presenta una serie de condiciones desfavorables para su conservación. Este aspecto, unido a la fragilidad propia de todos los tejidos, configuran la mayoría de las patologías de la tela. Otros factores a considerar son los atribuibles al mayor agente de deterioro, el ser humano. Se trata de intervenciones (restauraciones) inadecuadas y una incorrecta manipulación de la obra. Los principales problemas que afectan a la tela de los cuadros son el biodeterioro, la oxidación, las deformaciones y las roturas. Biodeterioro El biodeterioro de las telas está causado principalmente por hongos y bacterias. Los hongos se reproducen en condiciones ambientales favorables, con la temperatura adecuada, elevada humedad relativa y poca luz. Su presencia se hace patente por las manchas características. La descomposición de la celulosa (véase el capítulo “La conservación y restauración de pintura sobre tela”) que compone las fibras de la tela provoca efectos similares a la oxidación, o sea, su debilitamiento así como la pérdida de elasticidad y consistencia, tornándose quebradiza y deshaciéndose. En algunos casos, es posible que también los insectos causen daños en la tela, produciendo orificios puntuales.
Orificio producido por un insecto en una área lateral del cuadro.
Aspecto de una bolsa de suciedad. Entre el bastidor y la tela se ha formado una gran bolsa de suciedad a causa de la acumulación de polvo, que ha afectado a ambos elementos. La suciedad ha causado manchas en la madera del bastidor. En la tela, la bolsa ha favorecido los movimientos de dilatación y contracción.
En este caso, pueden apreciarse las erosiones producidas en la superficie de la madera por el clavo de la pared, al intentar colgar la obra mediante el cáncamo fijado en el bastidor. Se aprecia también el orificio que ha quedado tras extraer el cáncamo y fijarlo en el marco, su ubicación correcta.
31
052-063 Rest. de pintura
23/6/03
16:14
Página 56
Herramientas para mezclar y aplicar Aplicadores Pinceles Los pinceles, lo mismo que para pintar, se utilizan también en los trabajos de restauración. Un pincel es un instrumento compuesto por un manojo de pelos o cerdas, sujeto en el interior de una virola montada en el extremo de un mango. Existen en el mercado pinceles de diferentes marcas, materiales y formas, con una numeración (distinta según los fabricantes) que indica el grosor de la punta. Hay que escoger siempre el más adecuado para el trabajo que se va a realizar. Se fabrican pinceles de cerda, de pelo de marta, de pelo de cola de visón siberiano (Kolinsky), de pelo de meloncillo, de pelo de buey y sintéticos. Los pinceles de cerda están confeccionados con pelo blanqueado de jabalí, que al tener las puntas abiertas admite mayor carga de pintura, siendo muy adecuado para trabajar grandes superficies. Los de pelo de marta se emplean para pintar con acuarela y otros medios acuosos, y en los trabajos de restauración, sobre todo, para efectuar retoques. El pelo de marta, al igual que el pelo de meloncillo, es muy suave, elástico y duradero. Los pinceles de pelo de buey son más fuertes y menos elásticos que los anteriores. Los pinceles de pelo sintético son muy suaves, y además muy económicos, pero en general poco duraderos. La forma del pincel depende de la forma de la virola, que puede ser plana o redondeada, y de la longitud y el perfil del pelo. Por lo común, los pinceles que se emplean para efectuar los retoques en la restauración de cuadros tienen las puntas finas y afiladas. Los pinceles con otras formas se pueden emplear para otras tareas, por ejemplo, para aplicar adhesivos. Espátulas Constan de una delgada hoja de acero, plana y flexible, con un mango que suele ser de madera. Las hojas pueden tener distintas formas: redondeadas, triangulares, lanceoladas, etc. Según la forma y la dureza de la hoja, se pueden emplear para dispensar pequeñas cantidades de material (por ejemplo, pigmento), agitar preparaciones, amasar mezclas, extraer bolsas de suciedad o aplicar estuco en las lagunas de la capa del cuadro. Brochas Las brochas son aplicadores redondos similares a los pinceles, pero de dimensiones algo mayores, y llevan también una numeración que indica el grosor de la punta. Pueden estar confeccionadas con distintos materiales, aunque en general el pelo es más duro y firme que el de los pinceles. Paletinas Las paletinas son brochas de sección rectangular, de pelo corto y duro, que en restauración se emplean para aplicar barniz o cola sobre superficies amplias, así como en la limpieza del soporte de los cuadros. Espátulas de pintor Las espátulas de pintor constan de una hoja metálica ancha y flexible provista en su extremo de una pieza de plástico que sirve para agarrarla. En restauración se emplean, fundamentalmente, para aplicar adhesivos sobre superficies grandes o medianas, ya que permiten distribuir el producto de manera rápida y uniforme.
Diversos tipos de espátulas.
56
A B
Paletinas (A), brochas (B), pinceles (C).
Espátulas de pintor.
052-063 Rest. de pintura
23/6/03
16:14
Página 57
Herramientas
A E
D Recipiente para barnizar (A), paleta para acuarelas (B), paleta rectangular (C), aceiteras (D) y tiento (E). C C
B
Útiles para mezclar Paleta Consiste en una lámina de forma ovalada o cuadrangular, generalmente de plástico o de cualquier otro material no poroso, fuerte y ligero, generalmente con un orificio por donde se pasa el dedo pulgar para sostenerla. Se emplea para disponer y ordenar en ella los colores, efectuar las mezclas y mojar el pincel mientras se pinta. Las paletas para óleo son planas, mientras que las que se emplean para pintar al temple presentan pequeños compartimentos para depositar los pigmentos. Existen diferentes tipos de paletas: rectangulares, ovalada, la inglesa, la Díaz, plegables, etcétera. Aceiteras Las aceiteras son recipientes metálicos con un tapón roscado, que se fijan a un lado de la paleta mediante una pestaña en forma de pinza. Sirven para disponer en su interior los disolventes y medios que se emplean para mezclar con los colores mientras se pinta. Suelen llevar dos recipientes.
Azulejos Los azulejos son baldosines esmaltados por una de sus caras, que ofrecen una superficie plana, lisa y sin poros. En restauración se usan para mezclar colores, como la paleta, y para amasar (por ejemplo, el estuco). Recipientes Los recipientes sirven tanto para mojar y limpiar los pinceles, con disolvente en su interior, como para guardarlos. También se emplean para disponer el barniz durante los trabajos de barnizado final del cuadro. Tiento Es un instrumento auxiliar, que consiste en un largo mango de madera (de unos 15 mm de grueso y 1 m de largo) que en uno de los extremos lleva una pieza redondeada de algodón envuelta en una tela. Se usa para apoyar la mano a fin de tener mayor seguridad y precisión al pintar. Se emplea sosteniéndolo con una mano, colocando el extremo sobre la pintura, y descansando sobre el mango la mano que pinta.
Azulejos.
57
074-083 Rest. de pintura
23/6/03
16:17
Página 82
Procesos previos a la restauración ntes de iniciar la restauración propiamente dicha, puede ser necesario efectuar algunos trabajos previos referidos al ámbito de la conservación. En la mayoría de ocasiones, las obras que llegan al taller del restaurador son cuadros con su marco. Entonces, el primer paso consiste en reparar y salvaguardar el marco mientras dure la restauración de la obra.
A
Marco El marco de un cuadro debe desmontarse con el máximo cuidado, garantizando su integridad y la de la obra que realza. Su limpieza se inicia por el reverso, y se continúa por su cara frontal, que acostumbra a presentar policromía, dorados, marquetería o trabajos de talla, aspectos estos con una problemática particular que no se tratará en este libro. Finalmente, se procede a su desinsectación. Este paso es sumamente importante, pues sólo la completa eliminación de xilófagos asegura la conservación del marco y del bastidor.
Desmontaje 䉱 1. En primer lugar se eliminan los elementos que sujetan el marco a la obra, en este caso clavos. Se separan del cuadro y con la punta de un destornillador u otra herramienta plana y resistente se efectúa una ligera palanca para levantarlos.
䉱 2. Seguidamente, se extraen con unas tenazas, continuando con el movimiento de palanca. Para evitar dañar el marco al apoyar la herramienta se intercala una pequeña pieza de madera, en este caso parte de una pinza para la ropa.
䉳 3. Finalmente, se extraen los elementos para colgar, por ejemplo los cáncamos. Se usa el destornillador a modo de llave, que facilita el giro de la pieza. Limpieza 䉲 1. Una vez desmontado el marco se limpia. Se elimina el polvo depositado sobre la superficie con un aspirador doméstico regulado a la mínima intensidad. El cepillo de que consta permite eliminar el polvo de los ángulos.
82
䉲 2. El polvo situado en hendiduras o lugares de difícil acceso se elimina con un pincel. Finalmente se limpia el reverso del marco frotando con suavidad la superficie de la madera con un manojo de cabos de algodón humedecidos en alcohol.
074-083 Rest. de pintura
23/6/03
16:17
Página 83
Aspectos técnicos
Desinsectación 䉳 1. El primer paso de la desinsectación consiste en introducir, con ayuda de una jeringa, desinsectante líquido en los orificios producidos por los xilófagos. Con un algodón se eliminan posibles excesos de líquido. Es imprescindible usar guantes de protección, ya que los desinsectantes contienen sustancias irritantes para la piel.
䉴 2. A continuación, se confecciona una bolsa de desinsectación. Con plástico grueso y cinta de precinto se cierra lo más herméticamente posible, dejando un lado abierto por el que se introducen el marco y un par de pastillas antipolilla domésticas. Luego se cierra la bolsa.
䉳 3. Se pega en ella una etiqueta en la que figuran la referencia del cuadro al que corresponde el marco, el tratamiento seguido y la fecha de inicio de éste, así como el nombre de la persona que lo llevó a cabo. Se dejan transcurrir 15 días, tiempo necesario para la eliminación de los xilófagos.
83
16/12/10
10:55
Página 1
artes y oficios
CUBIERTA
RESTAURACIÓN DE PINTURA
Este libro trata de los procesos de restauración de pintura sobre tela, expuestos de forma muy ilustrada y didáctica, adecuada para todas aquellas personas interesadas en conocer esta especialidad técnica del arte. En sus páginas se enseñan los criterios y conocimientos de conservación y restauración actuales, los materiales y herramientas que se emplean, así como los distintos procesos que hay que abordar al entrar un cuadro en el taller, tales como la documentación, el análisis de la obra y de sus patologías, y las técnicas adecuadas para reparar los daños que aquéllas han causado en la pintura. En el último capítulo, como ejemplos prácticos, se incluyen 5 casos de restauración, paso a paso, de cuadros con problemas distintos.
ISBN 978-84-342-2479-7
www.parramon.com
,!7II4D4-ccehjh!
RESTAURACIÓN DE PINTURA
REST. DE PINTURA
RESTAURACIÓN DE PINTURA Eva Pascual Mireia Patiño
La técnica y el arte de la restauración de pintura sobre tela explicados con rigor y claridad
colección artesartes y oficios colección y oficios