El Redentor Nº 32 Abril 2015
comunicaciones@parroquia-cristoredentor.org www.parroquia-cristoredentor.org facebook.com/ParroquiaCristoRedentorSan Salvador
Twitter:@parroquiaCR Paseo General Escalón, 50 metros al poniente del Redondel Masferrer, Colonia Escalón San Salvador Tel: (503) 2263-1218 Tel: (503) 2264-4829 DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN EDITORIAL Jaime Paredes Carlos Torres Gabriela Huezo Alejandro Villalta Patricia Ticas de Villalta Neto Segovia Julio César Cabrera Francisco Magaña Javier Rodríguez Miguel López Hector Meza Una Producción de: Comisión de Comunicaciones Parroquia Cristo Redentor - San Salvador
Mensaje del Padre Jaime...........................................................................3 Avisos Parroquiales..........................................................4 Liturgia y Espiritualidad.........................................................................5 Al César lo que es del César..........................................................................6 Fuerzas Vivas .................................................................7-9 La Resurección .....................................................10-11-12 Dejando Huella ...........................................................13-14 Perfiles ...................................................................................15 Fotografías Actividades........................................18-19
Mensaje del
Padre Jaime L
a vida de la Parroquia, igual que la vida de cada uno, está hecha de pequeñas y grandes cosas. Y según sean, uno se alegra o entristece. En este tiempo santo de Pascua, de Resurrección, de vida nueva, me fijo, por supuesto en las cosas más positivas, grandes o pequeñas. Como la pintura del Templo, que lo hace ver joven, limpio, alegre, de fiesta. O el hecho de que miembros de las Fuerzas Vivas se sintieron impulsados por su fe a participar en la política, en diferentes partidos y cargos, para servir a nuestro país. Ahí están Juan Valiente, Randa Hasfura, el “Chele” y otros… Casi no importa si fueron elegidos o no, sino que los laicos católicos vayan asumiendo su misión social, y que sean de nuestra Parroquia. Alegra también saber que contamos con gente muy valiosa en distintos campos de trabajo y profesión, que con su capacidad y testimonio cristiano hacen mucho bien a la sociedad, y que se le reconoce como ha sucedido con William Pleitez en el Fomilenio II.
Pequeñas o grandes cosas, experiencias de servicio o de espiritualidad nos alegran, como la nueva etapa de la Fundación Redentor que con nuevos planes, personal y espíritu está volviendo a ayudar a los jóvenes en riesgo. De igual modo el Club infantil que ha abierto turno de la tarde. Ya se ve venir niños y jóvenes en abundancia; ya se les oye con su alegría y relajo, dándole vida a nuestras instalaciones. Y el retiro espiritual de las Fuerzas Vivas, que llevó a muchos a descubrir gozosos el valor y la riqueza incalculable del Bautismo y la Eucaristía que renovamos en la Pascua y estamos queriendo hacer vida. Pero cómo no alegrarnos sobre todo, por la celebración del Santo Triduo de la Pascua. La centralidad de Cristo en nuestras vidas. La admirable belleza de la liturgia, que es fuente de la auténtica espiritualidad cristiana. La emoción espiritual del Bautismo de Sandra y Rodrigo en la Vigilia Pascual. La “mistagogía” de la octava de Pascua, que nos alecciona en la vida nueva. El alegre y fecundo tiempo pascual cuyo final feliz este año será la Beatificación de Monseñor Romero! En las cosas pequeñas y grandes reconocemos la presencia del Señor que nos salva. Cosas grandes y pequeñas que nos hacen la vida, cristiana y feliz. Por todas esas pequeñas y grandes maravillas de su amor, cantamos ¡Aleluya!
¡Feliz Pascua de Resurrección a todos! 3
Avisos Parroquiales Abril 2015
Celebremos la Pascua con el
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Gracias! Bienvenidos a la Parroquia los jóvenes que han tenido su encuentro con Jesús en el
RETIRO DE JUVENTUD CRISTO REDENTOR
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- Su vida y formación - Ambiente social y eclesial en que vivió - Su ministerio como Arzobispo - Homilías y escritos - Su Martirio INICIA EL LUNES 27 DE ABRIL Inscripción en Oficina Parroquial.
H
ace tres años, el Padre Jaime nos llamó para formar la Comisión de catecumenado y catequesis de adultos. Nuestra experiencia era la catequesis de niños y la evangelización, pero el conocimiento para llegar “Jesús” es el mismo, un gran deseo que nace del corazón por servir a los demás. En la actualidad, nuestra Iglesia nos propone hacer un catecumenado o preparación de las personas adultas interesadas en recibir el sacramento del Bautismo a fin de llevarlas a la maduración de su conversión y su fe. Este catecumenado debe disponerse a la persona a recibir el don de Dios en el Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía. Con mucha paciencia el padre Jaime nos fue mostrando el camino a seguir en esta nueva Comisión e iniciamos nuestro trabajo en el año 2012, con la preparación de la joven “Sara” que era la primera persona que se bautizaría en una vigilia Pascual. “Sara” fue bautizada el 2013 seguido luego “Gerson” quien fue bautizado el año 2014 y este año contamos con “Sandra y Rodrigo”. Nuestro trabajo es sencillo pero muy hermoso, porque iniciamos con los nuevos catecúmenos reflexionando la palabra de Dios, en el Evangelio de San Mateo. Las reuniones las programamos en días de semana, adaptándonos al horario de la persona y durante una hora vamos descubriendo en la Palabra, la apasionante vida de “Jesús”.
Liturgia y Espiritualidad Siempre nos dejamos guiar por el espíritu Santo, quien nos va dando la motivación de comentar lo que en ese momento está impactando nuestro corazón. Durante cinco o seis meses, compartimos con el catecúmeno la experiencia y el conocimiento de la palabra, así como nuestra relación de amistad con ellos. En este tiempo conocemos sobre su vida, su familia, su trabajo, sus deseos futuros y sus problemas. Cuando ha finalizado su preparación están listos para ser presentados al padre Jaime. Esto se hace el miércoles de ceniza, día en que hay un momento para conocerse y para platicar sobre su aprendizaje. El primer domingo de Cuaresma el catecúmeno es presentado en la misa de 11 a.m. a toda la asamblea reunida. El padre Jaime anuncia que hay un(a) joven que se está preparando para recibir el bautismo durante la Santa Vigilia Pascual y que nos acompañará durante toda la Cuaresma en las misas de 11 a.m. Luego el padre Jaime los inscribe en el “libro de la vida” y firman los padrinos, catecúmenos y el Padre. En estos domingos los evangelios son especiales para los catecúmenos y se lee el “ciclo A”. Nuestra experiencia personal como catequistas es muy gratificante, pues en este recorrido que hacemos, descubrimos que el bautismo se renueva en nosotras desde el momento que damos inicio a una nueva catequesis. Hemos logrado tener un lazo muy fuerte de amistad, de trabajo y de entrega en estos tres años, pero lo más importante, es que siempre nos hemos dejado guiar por el Espíritu Santo, quien nos ha dado la capacidad de ayudarnos mutuamente, sin que exista egoísmo o envidias en lo que hacemos. Cada una aporta los dones que Dios le ha dado y eso se convierte en una ofrenda agradable a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo. El Señor “Jesús” afirmó que el bautismo es necesario para la salvación y por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y ahora somos nosotras las nuevas discípulos de Jesús y obedecemos el siguiente mandato que nos dejó: “Id, pues y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado” (Mateo 20, 20)
(Julieta de Ramírez y María Teresa de VIllacorta)
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Al César, lo que es del César
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Te damos gracias Señor y Padre nuestro por tu siervo Óscar Romero, nuestro Arzobispo, a quíen hiciste semejante a Jesús. Te pedimos que su beatificación enseñe a la Iglesia a predicar con valor la verdad, a defender siempre la vida y la dignidad humana, y a amar con predilección a los pobres. Que su palabra profética y su sangre martirial nos ayuden a encontrar en nuestro país caminos de justicia, de reconciliación y de paz. Señor, te bendecimos y te alabamos por tu obra de salvación entre nosotros. Pues tuyo es el honor, el poder y la gloria por los siglos de los siglos. Amén SANTA LITURGIA DE BEATIFICACIÓN Presidida por el cardenal Angel Amato delegado del Papa Francisco Sábado 23 de mayo de 2015 Plaza del Salvador del Mundo
Vamos todos a celebrar con la Iglesia universal vamos a orar, a cantar, a gozar, a compartir Que nuestra parroquia sea también protagonista de esta jornada espiritual histórica
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Fuerzas vivas
Historia del Movimiento Encuentro Conyugal. Fue el padre Gabriel Calvo de España, quien en el año 1962, fuera inspirado por el Espíritu Santo y estructuró un método de convivencia para matrimonios, el cual se desarrolla durante un fin de semana a nivel de internado que denominamos Encuentro Conyugal. El método se difundió rápidamente en España, siendo adoptado por varios movimientos de apostolado familiar. Cuando se difundió en España por el Movimiento Familiar Cristiano MFC lo trasladó al continente de América. Se realizaron sus primeros encuentros en México, luego en Miami, después se realizó una campaña en la que participaron 50 matrimonios y 29 sacerdotes españoles que vinieron a Estados Unidos y México a realizar encuentros en muchas ciudades. A nivel mundial tuvo su lanzamiento en 1969, con motivo de un Congreso Internacional del MFC en los Estados Unidos de América, en el que se impartió un encuentro en el que participaron matrimonios de Estados Unidos, India, Nueva Zelanda, Gran Bretaña, Irlanda y México. Actualmente se ha extendido en muchos países del mundo, incluyendo Japón y otros países orientales. En Latinoamérica pasó de México, a Colombia y a otros países del Sur. En Centro América se inició en Guatemala por medio de parejas mexicanas, habiendo pasando luego a El Salvador, cuando en 1976 dos matrimonios y un sacerdote de Guatemala vinieron a impartir el Encuentro Conyugal (29 y 30 de mayo de 1976).
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A partir del 30 y 31 de julio de 1977, se iniciaron los retiros a nivel local, habiéndose formado una comunidad que se constituyó después en lo que es hoy el Movimiento de Encuentros Conyugales, con sede principal en la Parroquia El Carmen, Colonia Roma, San Salvador, El Salvador. Sin embargo actualmente se encuentra extendido en todo el territorio nacional incorporando cada día más miembros al movimiento. En el año 1984 fue autorizado por la Conferencia Episcopal de El Salvador y se encuentra afiliado al Movimiento Familiar Cristiano (MFC) de Latinoamérica y es miembro de la Confederación Internacional de MFC.
Gabriel Calvo de España, quien en el año 1962, fuera inspirado por el Espíritu Santo y estructuró un método de convivencia para matrimonios El MEC es un movimiento laico de la Iglesia Católica con el objetivo de evangelizar a la familia ayudándole a convertirse en formadora de personas, educadora en la fe y promotora del bien común.
El MEC en la Parroquia Cristo Redentor. El MEC de la Parroquia Cristo Redentor posee cerca de 25 años de existencia, siendo nuestros actuales Secretarios Generales el matrimonio Jaime y Aida Castaños. Este año 2015 tenemos más de mil quinientas parejas que han vivido esa experiencia de intimidad espiritual en esta parroquia. Muchas de ellas continúan creciendo conyugal y familiarmente a través de pequeñas comunidades, Cuánto amor, cuánto reencuentro con Dios, cuántos recuerdos, cuántas vivencias pero sobre todo cuánto servicio llevado a las parejas encuentristas. Y sobre todo cuanta perseverancia en los diferentes miembros de nuestra parroquia. Realmente debemos sentirnos alegres y satisfechos que siguiendo el Plan de Dios un día fuimos escogidos por Él para servirle y ser su instrumento y estamos diciendo : ”Henos aquí Señor dispuestos a hacer tu voluntad y a tenerte
Objetivo del Movimiento
Encuentro Conyugales. El Movimiento Encuentros Conyugales (MEC) es una asociación de fieles laicos de la Iglesia Católica con ámbito nacional cuyo objetivo es la evangelización y la promoción de la familia desarrollando sus valores humanos y cristianos, a fin de capacitarla en su misión formadora de personas, educadora en la fe y promotora del bien común. MISION: Brindar a las familias miembros, una formación integral, a través de la cual se promuevan los valores humanos y cristianos, se aprenda a dialogar y proporcionar medios e instrumentos para propiciar que sus miembros formen familias que sean: verdaderas comunidades de personas al servicio de la vida, promotora del bien común. VISION: Construir el Reino de Dios desde las familias, que en ellas se anuncie, celebre y sirva el Evangelio del Matrimonio, la Familia y la Vida. Y que sean fermento de la vida cristiana en la comunidad y se proponga una sociedad más justa, solidaria, comprometida con los valores del Evangelio.
en el medio de nuestras familias”. El diálogo y la disposición a servir al otro son los instrumentos por medio de los cuales el Señor nos permite mantener el tono de la relación conyugal. Encuentros nos enseñó a cultivar la espiritualidad conyugal y a no descuidar ningún aspecto de ella, a compartir absolutamente todo con la pareja, a no dejar áreas privadas, a no meter la basura debajo de la alfombra. La construcción de relaciones de amor duraderas requiere fidelidad al Señor, a uno mismo y a la pareja.
Metodología de crecimiento
conyugal y familiar permanente. Los matrimonios miembros del MEC son organizados después de su retiro de iniciación, en grupos de crecimiento, compuestos por un promedio de siete parejas, su objetivo es conformar verdaderas comunidades y trabajar juntos, con sus asesores espirituales para promover el crecimiento mutuo y el de sus familias.
Filiación Internacional del Movimiento Encuentros Conyugales. El MEC está afiliado al Movimiento Familiar Cristiano de Latinoamérica y además es miembro de la Confederación Internacional de Movimientos Familiares Cristianos (CIMFC), organización con estatutos aprobados por la Santa Sede, con secretariados en los cinco continentes y con representantes acreditados ante las Naciones Unidas. Posteriormente te daremos el detalle de la organización del MEC como fuerza viva dentro de este movimiento y te haremos la invitación a ti querido lector para que puedas integrarte en nuestros secretariados, misioneros, animadores, etc.
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“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” (Jn.8:56).
La Resurrección En la pascua celebramos el paso de la muerte a la vida y de la esclavitud a la libertad. Cristo, con su resurrección nos ha dado la vida de la gracia. La Pascua cristiana tiene sus raíces en la pascua de los judíos. Fecha en la que el pueblo de nuestros antepasados en la fe, celebra su liberación. Según las promesas que Dios hizo a Abraham, Isaac y a Jacob, conocidos como los patriarcas, y herederos de las promesas: Gen 12, 3 Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. Cuanto mejor conozcamos la celebración judía, tanto mejor comprenderemos el papel de la tipología pascual del Antiguo Testamento para interpretar el misterio de la MUERTE y la RESURECCIÓN de Jesús y, tanto mejor comprenderemos lo que celebramos en la fiesta más importante de nuestra Iglesia. Uno de los nombres dados a Jesús en la Biblia es el “Cordero de Dios.” Cuando los hombres de Dios ofrecían un cordero por sus pecados, en realidad anticipaban por fe la venida del Salvador. Abraham anticipó el día cuando vendría Jesús. Comprendió que el Hijo de Dios vendría algún día y moriría como el Cordero de Dios por los pecados de todo el mundo. Jesús dijo: “Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó” (Jn 8, 56). Abraham comprendió que el cordero que él ofrecía era sólo un símbolo del Señor Jesús, el Cordero de Dios, quien vendría un día para morir en la cruz. En el libro del Éxodo se nos narra la razón por la cual los judíos celebraban la fiesta pascual. La narración está compuesta de diferentes relatos, que proceden de tiempos diversos. Podemos recordar lo siguiente: Desde tiempos inmemoriales, los pastores nómadas celebraban una fiesta especial, con ocasión del comienzo del año, y con ocasión de la época de transición entre el invierno y la primavera.
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Era la época del año en la cual nacían las crías de las ovejas. Era la época en la cual ellos tenían que comenzar de nuevo la peregrinación que los conduciría al país cultivado, en cuyas inmediaciones podrían pasar el tiempo del verano. En la noche del primer día de luna llena de la primavera se reunían los pastores en el desierto, sacrificaban un cordero, realizaban un rito mágico para espantar los espíritus que podían perjudicar al ganado o para ganarse la protección de los buenos espíritus, y celebraban una cena. En esta cena comían las carnes del cordero, con los vegetales que podían encontrar en el desierto. Cuando ya el pueblo era sedentario, la fiesta de la Pascua, coincidió con la fiesta de primavera de los agricultores, que consistía en comer los panes sin levadura con los primeros frutos de la cosecha de cereales.
La fiesta de primavera se relaciona estrechamente con la liberación de los hebreos, esclavos en Egipto: Éx 12, 12-28. El Faraón no permitía que los israelitas adoraran a Dios libremente. Tras la negativa del Faraón Dios envía diez plagas. La décima plaga fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto, nadie escapaba, desde el más bajo funcionario hasta el propio primer hijo del Faraón, pasando por los primogénitos del ganado. Antes de dicha plaga, Dios mandó a Moisés informar a todos los israelitas de la marca del cordero que debían poner en sus puertas, para que Yahvé pasara de sus puertas y, así, pudieran evitar que todos los primogénitos israelitas murieran. Esto fue lo que finalmente convenció al Faraón de que debía liberar a los israelitas. Después de esto, el Faraón, escandalizado y triste, ordenó a los israelitas desaparecer. Al final de esa noche Moisés los llevó de Egipto, “marchando como un ejército.” Desde entonces la fiesta de primavera ya no se celebró en función de los ganados (ni de las cosechas), sino como conmemoración de la liberación del éxodo. La celebración incluía un sacrificio con la sangre, y una cena, que obedecía a un ritual bien establecido, en el que jugaban un papel fundamental las carnes del cordero, el pan ázimo, las hierbas amargas y las cuatro copas de vino. Todos estos elementos de la cena encarnaban simbólicamente el memorial del éxodo; y la historia debe ser compartida de padres a hijos, según Dios le ordenó a Moisés. En el desierto Dios mandó a Moisés que se sacrificaran un cordero como sacrificio por sus pecados. El sacerdote mataba al cordero como símbolo que Dios permitía a un cordero inocente morir como sustituto de esa persona. Dios anunció la venida del Mesías por medio de los profetas. Isaías describió la muerte de Cristo como el sustituto del pecador. El Espíritu Santo reveló a Isaías que Cristo sería: hombre de dolores, familiarizado con el sufrimiento (Is 53, 3). Isaías comprendió que los
sufrimientos de Cristo fueron por nuestros pecados y llevó él nuestras enfermedades - sufrió nuestros dolores - herido fue por nuestras rebeliones - molido fue por nuestros pecados - el castigo de nuestra paz fue sobre Él - y por sus llagas somos sanados (v.4-5). Dios permitió que mis pecados, tus pecados, y los pecados de todo el mundo fueran cargados sobre Su Hijo, quien nunca tuvo pecado. Yahvé cargó en él el pecado de todos nosotros; sin abrir la boca, como una oveja cuando la trasquilan (v.6). Jesucristo cumplió a cabalidad el mensaje profético encerrado en las fiestas solemnes del pueblo de Dios. Juan el Bautista exclamó de Jesús: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Jn 1, 29). ¡Jesús es nuestro sustituto! Pablo lo confirma en Hch 3, 25 Ustedes son los herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos del pacto hecho por Dios con nuestros antepasados. Dios dijo a Abraham: Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes. Jesús vino a confirmar y a proclamar las promesas hechas a Abraham, Isaac y a Jacob. Como consecuencia de su muerte nuestros pecados son perdonados, y a través de su reinado en la tierra, Abraham y sus descendientes (los resucitados en Cristo) heredarán la tierra para la eternidad. Hch 3, 26 Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad. Logrando lo que la ley de Moisés no pudo. La resurrección de Cristo no es un asunto menor. ¡Nuestra Fe está basada en esta verdad! ¡Está vivo o el Cristianismo es una mentira! Sin la resurrección el mensaje del evangelio no tiene efecto. 1Co15,14 Mas si Cristo no resucitó, luego vana es nuestra predicación, y vana es también nuestra fe.
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Cristo tuvo que morir como nuestro sustituto, siendo el primero en resucitar. El cristianismo no es solo una serie de historias, ni un conjunto de leyes y ritos externos basados en principios morales. Jesucristo es el Dios Único que vive en “espíritu y verdad,” y somos el “templo de Dios” y su Espíritu desea vivir en Nosotros. 2Co 5, 1718 Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Antes de morir Jesús advirtió a los discípulos que él tenía que irse pero regresaría: Jn.14:16 Y yo pediré al Padre que os envíe otro defensor el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros. Los Apóstoles y discípulos redimidos por el Salvador, cuando Él murió quedaron temerosos, confundidos y escondidos, porque ya no tenían líder ni consuelo. Durante las fiestas de Pentecostés los discípulos, en unión a la Madre de Jesús, estaban reunidos, y ahí recibieron el Bautismo en el Espíritu Santo. Al recibirlo, los Apóstoles comprendieron lo que le había sucedido a Jesús y empezaron a Evangelizar, seguidos por señales y prodigios. Fueron transformados en hombres libres, valerosos y audaces, y así nace la Iglesia. Ellos no cambiaron porque con el pasar del tiempo lograron entender, cambiaron porque recibieron el Poder de lo Alto; la Gracia del Espíritu Santo. Fue un evento distinto al de haber escuchado el mensaje de salvación. El Bautismo en el Espíritu Santo era una experiencia real, indispensable y normal en la Iglesia primitiva. Y la promesa sigue repitiéndose igual que hace 2,000 años, cada vez que se pide a Jesucristo la efusión del Espíritu Santo sobre los que creen en Él. La promesa es también para este tiempo (Hch 2, 39).
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Jesús venció la muerte, resucitó y envió Su Espíritu para que podamos “gozar de la vida plena y abundante”, prometida por Dios. Dice Rom 8, 11 Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes. Jesús dijo, “el Reino de Dios (la salvación) ya está entre ustedes.” Debemos dejar de hacer las cosas que desagradan a Dios, para nacer de nuevo y por el poder del Espíritu ser liberados de la esclavitud del pecado: vicios, fracasos, enfermedades, etc. Nosotros pecamos debido a nuestra naturaleza, pero por medio del Espíritu de Jesús podemos, de manera sobrenatural, hacer morir esas inclinaciones. Para lograrlo debemos renovar nuestra mente, actitudes y conducta, sometiéndolas al Espíritu. Pablo nos dice: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto” (Rom 12, 2). Necesitamos el poder del Espíritu para poder sentir, pensar y actuar como Jesucristo, “porque el reino de Dios no es cuestión de palabras, sino de poder” (1Cor 4, 20). Este mismo poder es el que recibimos y nos capacita para proclamar el evangelio con el mismo fervor y celo apostólico de Jesús. Porque si en verdad hemos conocido a Jesucristo y el Espíritu de Dios vive en nosotros es para presentarnos como ofrendas vivas, consagradas y agradables a Él. ¡Este es el verdadero culto que agrada a Dios!
Dejando huella
Perdón,
Monseñor... perdón
Federico Hernández Aguilar fhernandez@camarasal.com
A alguien que va camino de los altares, oficializada su santidad por la Iglesia, no se le felicita, Monseñor. A usted hay que rogarle para que interceda por un pueblo ingrato que todavía no sabe bien qué hacer con un santo.
A usted, Monseñor, hay que pedirle perdón, y hacerlo en serio, como se ruega indulgencia a quien, siendo el más preclaro hijo de nuestra patria, sigue “asesinándosele” a diestra y siniestra, víctima del fanatismo, los discursos interesados, el oportunismo político y una exuberante ignorancia sobre la fe católica. Perdón, Monseñor, en primer lugar, por los manipuladores de su imagen, por todos esos que jamás han doblado rodillas delante del Santísimo pero se dejarían amputar las dos piernas con tal de verle a usted sometido a sus ideologías; por
esos que han reproducido hasta la saciedad sus condenas al ejército, pero esconden sus palabras contra el marxismo ateo, los secuestros de empresarios y la prédica socialista del odio. Ellos, lamentablemente, no están interesados en un santo para unir a todos los salvadoreños: ¡lo que les urge es una estatuilla de mármol con la cual darle en la cabeza a sus adversarios políticos! Perdón también, Monseñor, por los que detestaban sus homilías sin haberlas escuchado y hoy continúan llamándole “comunista” sin saber nada de la doctrina social de la Iglesia.
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Un mártir de su talla bien puede hacernos el milagro de llegar a merecerlo como un santo para todos los salvadoreños.
Perdón por quienes han olvidado –si es que alguna vez lo supieron– que en la misma alocución en que usted denunció el asesinato de Rutilio Grande, perpetrado por militares, censuró igualmente el crimen de un humilde capataz de Nejapa, a manos de las FPL. Perdón por esos que ahora, por el mero hecho de haber declarado su martirio, tildan de “socialista” al papa Francisco, sin enterarse de que el anuncio fue simultáneo con otro en el que también se declara “mártires de la fe” a tres sacerdotes (dos polacos y un italiano) que a mediados de 1991, en los Andes peruanos, fueron ultimados por la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso. Perdón, Monseñor, por los fariseos del “conservadurismo” laico: por esos hombres y mujeres que jamás se permitieron conocer la hondura teológica detrás de la opción preferencial por los pobres, y hoy sufren urticaria de solo pensar que van a ver su sonriente fotografía en cuanta parroquia visiten, dentro y fuera de El Salvador. Interceda por ellos, Monseñor, porque creen tener un corazón “católico” (universal) pero han ignorado por mucho tiempo que un obispo no solo está comisionado por el Romano Pontífice para pastorear una diócesis, sino que, al decir del último Concilio, es “representante personal de Cristo en la Iglesia particular que le ha sido canónicamente confiada”.
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Perdone usted, Monseñor, a quienes se han acostumbrado tanto a manosear su mensaje, que ya no distinguen entre los límites de la propaganda burda y las verdaderas causas que usted defendía. Perdón por esos que pintan su rostro en una pancarta y la llevan a manifestaciones a favor del aborto o en contra de la familia tradicional. A estos perdónelos de manera especial, Monseñor, pues como decía Chesterton ellos no saben lo que hacen... “porque no saben lo que deshacen”. Perdón, en fin, Monseñor, por este pueblo desagradecido al que usted amó tanto y por el que dio la vida. Perdone nuestra invidencia, nuestra falta absoluta de criterio, nuestra estupidez. Pero siga rogando por nosotros, Monseñor, siga intercediendo. Un mártir de su talla bien puede hacernos el milagro de llegar a merecerlo como un santo para todos los salvadoreños.
De Catecúmenos a Neófitos, nuestros nuevos hermanos por el Bautismo.
Perfiles Roberto Rodrigo Castro 19 años Estudiante de Bachillerato. Colegio Internacional de San Salvador. 1. ¿Por qué me quiero bautizar? Pues desde hace un tiempo recibí un llamado y no quería que fuera muy tarde en mi vida porque ya me habían hecho la invitación. Ahora que ya tengo la edad suficiente, quiero acercarme porque me gusta la religión. 2. ¿Qué hizo que me acercara a la parroquia para recibir la catequesis? La Parroquia Cristo Redentor queda cerca de mi casa. Además el amor de Dios me hizo el llamado para buscar la paz interior. 3. ¿Cómo miro a Jesús ahora que estoy recibiendo catequesis? Lo siento aún más cercano, como un padre; para protegerme y guiarme por el camino correcto. 4. ¿Cómo ha cambiado mi vida después de este proceso? Me abrió los ojos, ya que me di cuenta de cosas que yo hacía que estaban mal y ahora lo sé, gracias a la ayuda de Él. 5. ¿Cómo me veo perseverando dentro de la parroquia? Después de recibir el cuerpo de Dios por medio del bautismo, espero que llegue el momento de sentir el deseo de servir para involucrarme en algún ministerio, por ejemplo el de visitar a enfermos, porque creo que son personas que necesitan compañía y los que sirven en esa área les sacan sonrisas y les dan apoyo.
Sandra Patricia Recinos 21 años Empleada 1. ¿Por qué me quiero bautizar? Por amor a Dios, a mi familia, y a la Iglesia. Lo que más deseo es darle el ejemplo a mi hijo de 2 años, que él y yo podamos dejarnos guiar por Dios. 2. ¿Qué hizo que me acercara a la parroquia para recibir la catequesis? Dios puso la Misión Evangelizadora para que yo tomara la decisión, fue un llamado. Mi familia siempre ha sido un impulso por lo que resurgió el deseo de escuchar el llamado de Dios. 3. ¿Cómo miro a Jesús ahora que estoy recibiendo catequesis? Jesús es nuestra guía, una persona a la cual honrar porque queremos seguir sus pasos. 4. ¿Cómo ha cambiado mi vida después de este proceso? Considero que ha cambiado para bien, estoy más tranquila y gracias a eso pienso antes de actuar, al mismo tiempo aprovecho mi vida. 5. ¿Cómo me veo perseverando dentro de la parroquia? Pienso ser servidora de las actividades que realiza la Iglesia, principalmente me gustaría evangelizar, eso me gustaría mucho; también visitar a enfermos y estar en alguna comisión de jóvenes.
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Retiro Espiritual Fuerzas Vivas
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Nueva pintura en la Parroquia
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