El Redentor #44

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El Redentor Nº 44 Abril 2016 INFORMACIÓN PARROQUIAL P. Jaime Paredes (Párroco) P. Roberto Trejo (Vicario) P. Arturo Escalante OFICINA PARROQUIAL Tel. (503) 2263-1218 / (503) 2264-4829 Email: oficina@parroquia-cristoredentor.org COMUNICACIONES Email: comunicaciones@parroquia-cristoredentor.org ADMINISTRACION Email: administracion@parroquia-cristoredentor.org TRABAJO SOCIAL Tel. (503) 2263-7547 / (503) 7079-6036 Email: trabajosocial@parroquia-cristoredentor.org CLINICA PARROQUIAL Tel. (503) 2264-2376 Email: clinica@parroquia-cristoredentor.org FUNDACION REDENTOR Tel. (503) 2131-8440 Email: norellana@fundacionredentor.org Sitio Web: www.parroquia-cristoredentor.org facebook.com/ParroquiaCristoRedentorSan Salvador

Twitter:@parroquiaCR

Saludo .................................................................................3 Avisos Parroquiales....................................................4 Liturgia y Espiritualidad..................................................................5

Paseo General Escalón, 50 metros al poniente del Redondel Masferrer, Colonia Escalón San Salvador.

Al César lo que es del César............................................................6-7

DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN EDITORIAL

Dejando Huella .........................................................8-9

Jaime Paredes Carlos Torres Gabriela Huezo Alejandro Villalta Patricia Ticas de Villalta Neto Segovia Hector Meza Carlos Figueroa Cecilia de Figueroa Una Producción de: Comisión de Comunicaciones Parroquia Cristo Redentor - San Salvador

Tema Central .................................................10- 11-12 Misericordia ..........................................................13-14 Fuerzas Vivas................................................................15 Publicidad ................................................................16-17 Fotografías ...............................................................18-19


Mensaje del Padre Jaime ¡Llegó la Pascua! ¡Cristo resucitado en nuestras vidas! Tiempo dichoso, de luz, de esperanza, de vida nueva. Y quiero desearles a todos: FELICES PASCUAS! Que sepamos disfrutar esta fiesta y meterla hasta el fondo del corazón, hasta los tuétanos de los huesos. Es que de verdad necesitamos aprender de nuevo a alegrarnos, a mirar el futuro con esperanza, a creer que vale la pena querer ser mejores, tratar de vivir fielmente la Palabra, que “paga” ser de Cristo. Es que al mirarse uno mismo con sus fallas y pecados, y avanzar tan lento y tan poquito en la fidelidad al Señor… Al mirar la Iglesia con sus manchas y arrugas y con los escándalos que nos han entristecido últimamente… Al mirar nuestro País, lleno de lágrimas y de muertes, de injusticias y abusos contra los pobres, y con líderes ineptos o corruptos… Qué bien nos cae y cuánto necesitamos la Resurrección del Señor y sus frutos en nosotros. Pues nuestra fe es de alegría y de vida plena, de ilu-

siones por el Reino y de agradecimiento admirado por la misericordia del Padre. No es del cristiano ver todo negro, perder la esperanza, ser aguafiestas… Y nuestra alegría y optimismo no es ilusión ni fantasía. No es ignorancia del corazón humano o de la situación real. Nuestro gozo es porque en Jesús no venció el mal ni la traición, ni el abuso del poder, ni ganaron los de siempre, ni el maligno ni la muerte. En Cristo el Padre cambió el rumbo de la historia; Dios mismo se manifiesta con claridad de parte de quién estaba y nos dió la certeza de que quien aprende de Jesús y lo sigue, también tendrá vida nueva, gozo, luz y plenitud de vida. Eso es lo que celebramos y vale la pena! Eso es lo que con certeza afirma nuestra fe y vale la pena! Eso es lo que queremos vivir y vale la pena! FELICES PASCUAS a todos los parroquianos y a todos los creyentes que han vivido la Liturgia de la Pascua.

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Avisos Parroquiales ¡CELEBREMOS CON GOZO AL SEÑOR RESUCITADO!

ASAMBLEA PASCUAL DE COMUNIDADES CRISTIANAS Sábado 23 de abril No faltes, testimonia con tus hermanos

CURSO CORTO SOBRE

EL AÑO DE LA MISERICORDIA INICIA: Lunes 18 de abril 7:00 pm Centro Pastoral

CASA DE ORACIÓN Allí conocemos al Señor y su palabra Allí se inicia el camino de vida parroquial TODOS LOS LUNES A LAS 7:30 p.m. EN EL CENTRO PASTORAL

No hay requisitos para venir ¡Todos invitados!

RECORDAMOS A: • Pastores de Comunidades de JCR • Coordinadores y subcoordinadores de Comunidades Cristianas parroquiales • Animadores de grupos de crecimiento del MEC. • Equipo Coordinador JCR • Equipo responsable del Ministerio de Comunidades • Secretariado del MEC • Todos los responsables de Ministerios y Comisiones (Miembros del Consejo Pastoral y del Consejo Económico) QUE PARA TODOS ESTÁ LA “FORMACIÓN UNIFICADA DE LAS FUERZAS VIVAS” QUE SE IMPARTE CADA 15 DÍAS. LOS MARTES DE 7:30 A 9:30 p.m. EN EL SALÓN PARROQUIAL.

Estamos reflexionando sobre nuestra realidad humana para poner bases firmes a nuestro ser cristianos. NOS FORMAMOS PARA NO DEFORMARNOS ¡Vengan!


Un Solo Cuerpo una Sola Iglesia La reciente reunión del papa Francisco y el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill, ha sido importantísima. Es un evento trascendental para todo el pueblo cristiano. Abre grandes esperanzas para el ecumenismo, concretamente para la unión de la Iglesia católica y la ortodoxa. Ambas iglesias han vivido separadas desde el cisma de 1054 que desenlazó la división entre los cristianos del este y los del oeste. Las diferencias, en gran parte, han sido por motivos teológicos o doctrinarios. Cuba fue el escenario ideal porque ambas partes buscaban un territorio neutral. Las razones principales son que Cuba es un país católico, un aspecto que es del agrado del Vaticano. Cuba oficialmente se declaró como una nación atea entre 1976 y 1992; sin embargo, los Castro se han visto con pontífices católicos. En 1998 Juan Pablo II visitó la isla, mientras que Francisco lo hizo en el pasado año. El patriarca Kiril también tiene una fuerte relación con Cuba, que se remonta a más de 15 años. Por otro lado, fue el papa quien jugó un papel decisivo en el acercamiento entre La Habana y Washington que permitió restablecer las relaciones rotas desde 1991. Por lo que se dice que Raúl Castro está devolviendo un favor. Francisco sirvió de

Liturgia y Espiritualidad

intermediario con EEUU y Castro le sirvió al Vaticano de intermediario con la Iglesia ortodoxa rusa. La Declaración Conjunta no se limita a enunciar los problemas, sino que se abordan en su raíz y proponen un plan para cristianizar el mundo, que va desde el empuje a los jóvenes para que “no tengan miedo” de anunciar el Evangelio, hasta la propuesta de la familia como“centro natural de la vida de un ser humano y de la sociedad” y añade: “La familia está fundada sobre el matrimonio que es un acto libre y fiel de amor entre un hombre y una mujer”, como modelo de amor y fecundidad. El matrimonio es la escuela del amor y de la fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia se equiparan ahora con esta unión”y se“expulsa de la conciencia pública”la vocación del hombre y la mujer al matrimonio “santificado en la tradición bíblica”. Al mismo tiempo, el comunicado defiende la vida y el derecho de nacer. Asimismo, se rechaza la eutanasia y la manipulación genética, por ser un“ataque contra los fundamentos del ser de la persona creada a imagen de Dios”. Se trató en el comunicado el tema de la paz, pidiendo el fin de la guerra en Ucrania y de la persecución de los cristianos y de otras religiones en el Oriente Medio, donde millones de familias han tenido que emigrar y se han matado a familias enteras por resistirse a negar la fe, dando un ejemplo de martirio en los tiempos actuales. Esta declaración es todo un programa de acción pastoral que se enfrenta al mundo secularizado para aportar la semilla del Evangelio por parte de las dos Iglesias cristianas más importantes del mundo. Finalmente, el Comunicado Conjunto desea una colaboración entre católicos y ortodoxos para extender el Evangelio por el mundo. “Este mundo, en el que se están socavando rápidamente los fundamentos morales de la existencia humana, espera de nosotros el fuerte testimonio cristiano en todos los ámbitos de la vida personal y social”. Y añade: “De esto depende, en gran medida, el futuro de la humanidad”.

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Al César, lo que

es del César Queridos hermanos, este mes hemos contado con la acción de la Divina Providencia y ya reflejamos un SUPERAVIT. Sus ofrendas han sido generosas y superaron los gastos del mes. Ustedes pueden observar que el rubro de donantes y los diezmos de la Comunidades se incrementaron considerablemente, y reflejamos cierta sol-

vencia; no nos durmamos en nuestros laureles; la Parroquia necesita que su generosidad sea permanente, pues nuestros compromisos también lo son, muchas gracias por esa respuesta que le han dado al Señor. “No amontonen tesoros en la tierra… amontonen más bien tesoros en el cielo” Mt 6, 19-20.

PARROQUIA CRISTO REDENTOR MES DE FEBRERO DEL 2016

INGRESOS Colectas $ 9,642.61 35.48 % Intenciones y ofrendas $ 380.19 1.40 % Diezmo de comunidades $ 5,630.00 20.72 % Contribución de movimientos y ministerios $ 600.00 2.21 % Programa de donantes voluntario mensuales $ 7,487.00 27.55 % Nichos y osarios $ 0.00 0.00 % Publicidad El Redentor $ 0.00 0.00 % otros $ 3,434.45 12.64 % GASTOS Pastoral $ 8,864.89 37.44 % Pastoral Social $ 3,387.70 14.31 % Administración $ 10,058.87 42.48 % Arquidiócesis de San Salvador $ 818.08 3.45 % Infraestructura $ 0.00 0.00 % Previsional $ 550.00 2.32 % SUPERAVIT

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$ 27,174.25

$ 23,679.54

$ 3,494.71



Dejando huella

La nueva vida 8

Por Juan Valiente Inicia la pascua y en la vida de los cristianos significa una nueva oportunidad de morir al pecado y renacer, de tener una nueva vida. El Obispo de Querétaro, Mario de Gasperín, en su mensaje de hace varios años dijo: “Si con Cristo morimos al pecado, con él resucitamos a la vida nueva, llevemos una vida digna de resucitados, hagámonos dignos de tanta gloria”. El énfasis en el mensaje de muchos sacerdotes y obispos se aleja de lo divino de la resurrección y busca que se concrete dicha resurrección en la vida cotidiana de tantos que nos decimos cristianos. Los evangelizadores nos piden morir al pecado y comenzar una nueva vida, por lo que los conceptos fundamentales sobre los que debemos reflexionar son entonces la muerte, el pecado y la nueva vida. Debemos matar en nuestra vida al pecado, debemos permitir que florezca el bien. La doctrina de la Iglesia católica ha insistido en la naturaleza maligna del ser humano. El catecismo se refiere a la concupiscencia como la tendencia natural de los seres humanos a obrar con maldad, consecuen-


cia del pecado original, y agrega que “en sentido etimológico, (aunque) la ‘concupiscencia’ puede designar toda forma vehemente de deseo humano, la teología cristiana le ha dado el sentido particular de un movimiento del apetito sensible que contraría la obra de la razón humana.” Pareciera que si por naturaleza somos pecadores, debemos luchar contra nuestra propia naturaleza. ¿Pero a qué debemos morir? La iglesia católica nos ha enseñado que a todo lo que satisfaga nuestro cuerpo. Sigue el catecismo: “En el hombre, porque es un ser compuesto de espíritu y cuerpo, existe cierta tensión, y se desarrolla una lucha de tendencias entre el‘espíritu’y la‘carne’. Pero, en realidad, esta lucha pertenece a la herencia del pecado.” La estrecha vinculación que la iglesia he hecho de la concupiscencia con la sexualidad humana le ha dado un sesgo al concepto vinculándolo más a“placeres deshonestos”de la carne que a otros deseos. Recordemos que, aunque aceptáramos que nuestro cuerpo y espíritu sean dos elementos diferentes

Hagamos un compromiso serio por ser nuevos en medio de nuestra familia, con nuestro cónyuge e hijos” y complementarios, con ambos podemos cometer excesos. Recuerden las prevenciones que muchas veces recibimos de nuestros pastores por la “espiritualitis”, abusar de prácticas beatas y de oraciones encapsuladas, cuando en nuestra vida nada sea ejemplo de las mismas prácticas y oraciones. Encerrarnos en lo místico para huir de lo humano no es ejemplo de ser un buen cristiano. Si bien es cierto que no podemos ser esclavos de nuestros deseos y necesidades, debemos cuidar nuestro cuerpo como templo del espíritu. Tenemos que atender con sobriedad sus necesidades y deseos, a la vez que debemos permitir que nuestra voluntad y nuestra consciencia dominen nuestra vida.

Si el mandato más importante de Jesús es el amor, el pecado más crítico a eliminar debe ser la falta de amor en la vida. Sin entrar en la discusión si el ser humano nace para el bien o el mal, debemos insistir en que si la vida se llena de amor se aleja del pecado (independientemente de cuál sea). De hecho no encontramos en los primeros libros de la Biblia referencias explícitas al pecado original, sino más bien a la responsabilidad individual de cada persona por su pecado. Sólo San Pablo en sus cartas rescata la idea que por el pecado de un hombre entró la muerte al mundo entero. Busquemos pues realizar en nuestra propia vida el ejemplo de vida de Jesús con obras y también con oraciones. Vivir una nueva vida a la luz de Jesús Resucitado es ser testigo y testimonio. Sin ignorar tantas evidencias de pecado estructural en el mundo, concentrémonos en nuestra familia, nuestra comunidad y nuestro país. Hagamos un compromiso serio por ser nuevos en medio de nuestra familia, con nuestro cónyuge e hijos. Seamos nuevos también para nuestra comunidad buscando parecernos a Jesús, refugio y esperanza para los hermanos en necesidad. Y seamos nuevos para nuestro país responsabilizándonos de nuestras obligaciones como ciudadanos y dando ejemplo de cómo el trabajo personal y empresarial también debe servir para contribuir al desarrollo de los demás. Ya es tiempo que dejemos atrás todas las hipocresías y todos los egoísmos. Debemos cambiar de forma que hagamos de nuestro país ejemplo del Salvador.

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Tema Central

La resurrección del Señor “¡Ha resucitado!” Anunciaban en el sepulcro vacío los ángeles (Lc 24,6). “¡Es verdad! Ha resucitado el Señor” testimoniaban esa misma noche los apóstoles (Lc 24,34). “¡Esta es la noche en que Cristo ha vencido la muerte y del infierno retorna victorioso”! canta la Iglesia en el Pregón Pascual.

Hemos vivido con emoción y alegría la experiencia de la resurrección del Señor Jesús. La vida personal, pegada a Cristo por la fe y la obediencia a su palabra, ha ido tomando rumbos nuevos, estilos y acentos nuevos, los del mismo Señor… estamos resucitando! Lo notamos también en la vida comunitaria: nuestra Parroquia está siendo transformada. El sentido de pertenencia y de fraternidad; el amor a la liturgia y a la evangelización; el crecimiento en el servicio y en la acogida a los pobres nos indica que estamos resucitando! Es en la celebración litúrgica donde la emoción y el gozo

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de la vida nueva se hace más palpable y más profunda. No en vano la liturgia es “fuente y cumbre de la vida cristiana”, según dice el Concilio Vaticano II (S.C. 10). Así lo hemos vivido otra vez en el Triduo Santo de la Pascua.“Es celebración de la pasión de Cristo, que nos salva y del“pasar”(pascua) del Señor Jesús de la muerte a la vida, arrastrando consigo hacia el Padre, a todos los que ponen su fe en él. La Pascua, Solemnidad de las solemnidades, fue por largo tiempo la única fiesta cristiana. En ella “el Día”, (“este es el Día que ha hecho el Señor”dice el salmo 118 (117)) se prolonga una semana entera y se renueva en una semana


La Pascua es el centro y el vértice del tiempo cristiano

de semanas. La Pascua es el centro y el vértice del tiempo cristiano. Se trata de algo mucho más que una simple conmemoración; no sin razón San Agustín le reconocía como título privilegiado y casi exclusivo el carácter de “ Sacramento”, pues ella introduce a los fieles en una realidad invisible que es del todo suya”. (Irenée Henri Dalmais en El tiempo en la liturgia). Esa es la fuerza y la gracia de la liturgia; en los signos eclesiales hace presente la experiencia salvadora de Jesús para nosotros los creyentes. Por lo visible nos lleva a lo invisible. Por lo humano a lo divino. En la liturgia pasamos de lo menos real, este mundo pasajero, a lo más real y ver-

dadero, el Reino. La liturgia de la Vigilia Pascual nos introduce en el mundo nuevo, en el mundo futuro, de Cristo Resucitado. Ese mundo es todavía invisible, pero ya real. Así lo hemos experimentado en cada Pascua celebrada. Así lo vamos viviendo en la experiencia bautismal. Así lo vamos descubriendo admirados en la fe y la caridad. No sólo la Vigilia Pascual es el centro de la liturgia sino que la resurrección del Señor es el centro de nuestra fe. Desde el día de Pentecostés la resurrección se convirtió en lo central de la predicación apostólica (Hch 2, 22-35). Esa es la catequesis de Pedro a los judíos y su confesión ante

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el Sanedrín (Hch 3,14 y 4, 10): Lo mismo Felipe con el etíope (Hch 8, 35) y Pablo a los judíos y a los paganos (Hch 13, 33 y 17, 31). La resurrección de Jesús ha sido anunciada en el Antiguo Testamento y su realización es el cumplimiento de las Escrituras (Sal 118, 22; Hch 4, 11; 1 Cor 15, 3; Lc 24, 27 ss) Pero es también el sello del Padre sobre lo vivido por el Hijo desde la encarnación y principalmente en su pasión y cruz. El humillado es exaltado, el fracasado es el triunfante. La piedra rechazada es ahora piedra angular, el acusado de blasfemo es ahora glorificado. Jesús resucitado es contituído Hijo de Dios con poder, Señor y Cristo, cabeza y salvador, Juez y Señor de vivos y muertos, primogénito de la creación nueva… (Rm 1,4; Heb 1,5 Hch 2,36; 5,31; 10, 42; 2 Tm 4, 1…). Vemos, pues, que la resurrección de Jesús que celebramos en la Pascua, no es del mismo tipo que la resurrección de la hija de Jairo (Mc 5,21) o del hijo de la viuda de Naim (Lc 7; 11) o la de Lázaro (Jn 11,1). En ellos la muerte fue vencida, pero volvieron a una vida humana normal… y algún día morirían otra vez. La resurrección de Cristo es entrar a una nueva dimensión de vida: La dimensión de Dios, el Padre. Es lo que llamamos el Reino pleno, el cielo, la gloria. En Jesús no solo la muerte fue vencida, no solo no volverá a morir, sino que en El todo lo humano ha sido asumido por el amor del Padre, llevándolo a su plenitud y a la comunión perfecta. A esta resurrección de vida nueva estamos llamados los Bautizados y los que

nos alimentamos con la Eucaristía. En la resurrección, todas las opciones de Jesús (por lo humilde y por los pobres, lo comunitario, lo misericordioso, la obediencia al Padre, el amor y el perdón…), es decir, toda su vida ha sido “confirmada”; es lo que al Padre le agrada, aunque al mundo le parezca “pérdida”. Así la resurrección es para los creyentes camino de vida nueva. Desde el Bautismo esa vida nueva se nos da, y en la docilidad al Espíritu y la obediencia a la Palabra, se va haciendo cierto que ya empezamos a resucitar. Nos hemos llenado de alegría y de vida nueva, por eso:

“Damos gracias a Dios Padre… que nos ha trasladado al reino de su Hijo querido… El es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: Los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz”.


Misericordia

1era y 2da Obra de

Misericordia Corporal

Dar de comer al hambriento Dar de beber al sediento Estas dos primeras son complementarias y se refieren a la ayuda que podemos dar en alimento o en dinero a los necesitados. Los bienes que poseemos, ¡si son bien habidos!, también nos vienen de Dios. Y debemos responder a Dios por éstos y por el uso que le hayamos dado.

Podemos dar de lo que nos sobra. Esto está bien. Pero podemos dar de lo que no nos sobra. Por supuesto, el Señor ve lo último con mejores ojos. Recordemos a la viuda muy pobre que dio para el Templo las últimas dos moneditas que le quedaban. No es una parábola, es un hecho real que nos relata el Evangelio. Cuando Jesús vio lo que daban unos y otros hizo notar esto:“Todos dan a Dios de lo que les sobra. Ella, en cambio, dio todo lo que tenía para vivir” (Lc. 21, 1-4).

Esta viuda recuerda otra historia del Antiguo Testamento sobre la viuda de Sarepta, en tiempos del Profeta Elías.Ella alimentó al Profeta Elías con lo último que le quedaba para comer ella y su hijo, en un tiempo de una hambruna terrible. Y ¿qué sucedió? Que no se le agotó ni la harina y ni el aceite con que preparó el pan para el Profeta. (Ver 1 Reyes 17, 7-16). Sobre dar de beber al sediento, la mejor historia de “A quien mucho se le da, mucho se le exigirá (Lc. 12, 48). Esta exigencia se refiere tanto a lo espiritual, como a la Biblia es la de la Samaritana a quien el Señor le pide de beber. (Ver Jn. 4, 1-45) lo material. Dios nos exigirá de acuerdo a lo que nos ha dado: Parábola de los Talentos (Mt. 25,14-30). Por cierto, no es por casualidad, que viene contada en el Evangelio de San Mateo, justamente antes de la escena del Juicio Final, donde habla de las Obras de Misericordia.

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1era y 2da Obra de

Misericordia Espiritual

Enseñar al que no sabe

Dar buen consejo al que lo necesita

Consiste en enseñar al ignorante sobre temas religiosos o sobre cualquier otra cosa de utilidad. Esta enseñanza puede ser a través de escritos o de palabra, por cualquier medio de comunicación o directamente.

Aquí es bueno destacar que el consejo debe ser ofrecido, no forzado. Y, la mayoría de las veces es preferible esperar que el consejo sea requerido. Asimismo, quien pretenda dar un buen consejo debe, primeramente, estar en sintonía con Dios. Sólo así su consejo podrá ser bueno. No se trata de dar opiniones personales, sino de verdad aconsejar bien al necesitado de guía. “Los guías espirituales brillarán como resplandor del firmamento”. (Dan 12, 3a)

“Quien instruye a muchos para que sean justos, brillarán como estrellas en el firmamento”. (Dan 12, 3b)

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COMISIÓN DEL AÑO DE LA MISERICORDIA


Fuerzas Vivas

La Evangelización en la Familia La familia, el seno de la sociedad y la institución primera en la formación de un individuo es base fundamental para la formación y el conocimiento de Dios y de la Iglesia. Ya, nuestro Santo papa Juan Pablo II, consciente de la importancia de la familia como iglesia escribe Familiaris Consortio (FC) en 1980, para reflexionar sobre el papel de ésta en la evangelización y la función kerigmática que desempeña en los miembros de la misma. La familia inicia en la unión de dos seres que ante la presencia de Dios se juran amor incondicional; sin embargo, esa unión en los tiempos modernos ha sido atacada y distorsionada por agentes externos, como los escenarios planteados por los medios de comunicación (numeral 76 de FC), quienes consideran las nuevas formas de unión- la unión libre, matrimonios del mismo sexo, entre otros- como algo normal, y no solamente este tipo de situaciones, sino que, como los obispos reunidos en Puebla (1979) ya lo establecían, enumerando condiciones que afectan a la familia: falta de empleo, insalubridad, migración, ausentismo de los padres, por mencionar algunos. Es hoy, que las familias católicas, debemos de poner especial atención en las herramientas que como padres- en nuestro ministerio sacerdotal doméstico- debemos tener en cuenta para evangelizar a nuestros seres queridos, en especial a los más pequeños. Ya lo dice la palabra en Deuteronomio 6, 6-7: las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria, se las inculcarás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa y yendo de camino, acostado y levantado. Es decir, la labor de padres de familia como encargados de esta catequesis no puede ser abandonada como tarea exclusiva de la iglesia, la parroquia o los grupos de crecimiento, sino que debe ser enseñada a través del testimonio mismo de la pareja, más que una costumbre o buen hábito, es la auténtica convicción de ser misioneros en nuestra iglesia doméstica. En ese sentido, la evangelización al interior de la familia es cuestión individual, de pareja y familiar, los esposos estamos llamados a formarnos en la fe, para poder formar, es en este punto donde el Movimiento de Encuentros Conyugales, recoge esta tarea: la formación de la pareja en la evangelización de la familia, de manera que, es la familia la que camina hacia el Señor. Dios nos hace esa promesa:

Ellos le contestaron: -Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú con tu familia… (Hechos 16, 31). El evangelio nos llama también a extender la evangelización más allá de parientes y convertirla en luz guía para nuestro entorno: “Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” (Mateo 5:15-16). Sin importar las edades de nuestros hijos, padres o hermanos, el Espíritu Santo se derrama y se muestra en las palabras o acciones de ellos, y aunque parezca lo contrario, el tratar de catequizar a los niños nos hace ser más sencillos, más humildes como Dios nos lo pide. Por lo tanto pidamos siempre al Señor la gracia de ser testigos y portadores de la buena nueva.

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Entrega de Becas de undacion Meza Ayau a Fundaci贸n jovenes de la Parroquia j贸venes

Retiro #75 MEC

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Convivio con juntas directivas

Evangelizacion Fundamental #46 MEC

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