El Redentor #74 by Parroquia Cristo Redentor

Bร SCANOS EN

SAN OSCAR ROMERO

Nยบ 74 www.parroquia-cristoredentor.org

OCTUBRE 2018

Nº 74 - OCTUBRE 2018 INFORMACIÓN PARROQUIAL

P. Jaime Paredes (Párroco) P. Roberto Trejo (Vicario) P. Arturo Escalante OFICINA PARROQUIAL

Tel. (503) 2263-1218 / (503) 2264-4829 / (503) 7069-0598 Email: oficina@parroquia-cristoredentor.org ADMINISTRACIÓN

Email: administracion@parroquia-cristoredentor.org Tel. (503) 7956-1600 TRABAJO SOCIAL

Tel. (503) 2263-7547 / (503) 7069-6036 Email: trabajosocial@parroquia-cristoredentor.org CLÍNICA PARROQUIAL

Tel. (503) 2264-2376 Email: clinica@parroquia-cristoredentor.org FUNDACIÓN REDENTOR

Tel. (503) 2131-8440 Email: norellana@fundacionredentor.org comunicaciones@parroquia-cristoredentor.org www.parroquia-cristoredentor.org facebook.com/ParroquiaCristoRedentorSan Salvador Twitter:@parroquiaCR Paseo General Escalón, 50 metros al poniente del Redondel Masferrer, Colonia Escalón San Salvador. DIRECCIÓN Y COORDINACIÓN EDITORIAL Jaime Paredes Carlos Torres Gabriela Huezo Alejandro Villalta Patricia Ticas de Villalta Neto Segovia Andrés Werner Carlos Figueroa Gracia Najarro Rigoberto Hernández Lucia Arguello Brenda Rivera Gabriela Gutierrez

Una Producción de: Comisión de Comunicaciones Parroquia Cristo Redentor - San Salvador

Índice 03 Saludo 05 Avisos Parroquiales 06 Al César lo que es del César 07 Conversión y Espiritualidad 08 Reconciliación y Paz 09 Pastoral Familiar 10 San Oscar Romero 13 En Camino 15 Dejando Huella 18 Fotografías

SALUDO

Mensaje del

Padre Jaime Dice San Pablo “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”. Y bendecimos a Dios por eso. Pues son tiempos difíciles para la Iglesia por tanto escándalo entre nosotros, a nivel local e internacional. Graves pecados, que nos provocan tristeza y vergüenza y nos llaman a revisarnos y a convertirnos. Y en medio de todo eso, el Señor, misericordioso y que ama con fidelidad a su Iglesia nos hace sobreabundar en su gracia. Este mes de septiembre nos regaló la experiencia maravillosa de la misión aquí en la Parroquia. Qué entusiasmo de los misioneros; qué generosa acogida de las familias, incluso de evangélicos, de testigo de Jehová y de no creyentes. Tuvimos una Misa de clausura de la Misión con el Templo rebosante de fieles y con gran alegría. Es el año que más Casas de Oración se han abierto! Y el mes de octubre viene lleno de bendiciones y de alegrías. En la primera semana la Asamblea Arquidiocesana de Planificación Pastoral. Reunió más de 500 delegados, entre sacerdotes y laicos de parroquias y movimientos. Con la ayuda del Espíritu y una metodología precisa y participativa se escogieron prioridades pastorales, se señalaron objetivos y criterios de acción para los próximos cinco años. Pero sobre todo, se vivió un espíritu de

comunión, de alegría y de empeño por hacer de nuestra Iglesia Arquidiocesana una Iglesia más fiel a Jesús y más fecunda. Pero lo más sobresaliente de la bondad del Señor con nosotros es la Canonización de Monseñor Romero! El primer santo de El Salvador! Y es nuestro pastor! Esta Iglesia nuestra, débil y pecadora, también es fecunda en santidad. Gran fiesta que viviremos todos como regalo del Señor y como reto para llevar también nosotros una vida santa. Algunos privilegiados, como me ha tocado a mí, gracias a la invitación de unos amigos creyentes y devotos de Monseñor, lo vamos a vivir en Roma, el 14 de este mes. La mayoría lo vivirá en nuestro país. Aquí en la Parroquia se tendrá una hermosa Vigilia para vivir juntos y alegres esa gracia del Señor. Por eso llenos de fe y de bendición podemos retomar nuestro camino como Iglesia. Marcados por el pecado y la debilidad, si, pero más marcados por el amor misericordioso de Dios. Así, también con San Pablo oramos: “¿Quién podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús?” Y agradecemos al Señor!

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comunicaciones@parroquia-cristoredentor.org

AVISOS PARROQUIALES CELBRACIÓN NACIONAL DE ACCIÓN DE GRACIAS POR LA CANONIZACIÓN DE MONS. ROMERO

CASAS DE ORACIÓN

TERMINÓ LA MISIÓN CASA POR CASA Pero continúa en las CASAS DE ORACIÓN Hay 19 abiertas! Una cerca de ti Puedes participar y conocer a Jesús y su palabra Ven a esta hermosa experiencia de fe… CASA DE ORACIÓN EN LA PARROQUIA — Lunes 7:00 pm Sólo se ocupa venir! Más información en oficina parroquial 2263-1218 GRAN VIGILIA POR LA

CANONIZACIÓN DE MONS. ROMERO * Ver página 14. El Domingo 14 NO HABRÁ CELEBRACIONES EUCARÍSTICAS EN LA MAÑANA, pues se habrá estado en la Vigilia Sólo HABRA MISA DE 5:30 Y 7:30 pm ¡CON LECTURAS Y ORACIONES DE SAN OSCAR ARNULFO ROMERO! POR PRIMERA VEZ! A nivel Diocesano, en Catedral — De la plaza del Salvador del Mundo sale marcha de los farolitos a las 5:00 pm — Misa concelebrada por los sacerdotes de la Arquidiócesis frente a Catedral a las 8:00 pm — Celebración cultural (canto, danza, teatro, luces, estatuismo…) en honor de Monseñor en la Plaza Cívica — En vivo y en directo la Canonización de Mons. Romero desde Roma, en pantallas gigantes a las 2:00 am. — Fuegos artificiales — Visita a la tumba del santo en la madrugada.

Domingo 28 de octubre – 9:00 am Frente a Catedral. • • • •

Animación Procesión con la imagen de San Oscar Romero Celebración Eucarística Visita a la tumba del Santo

— SALDREMOS DE LA PARROQUIA A LAS 7:00 am / APUNTARSE EN OFICINA PARROQUIAL — EN LA PARROQUIA NO HABRÁ MISA DE 11:00 am

RETIRO PREMATRIMONIAL

RETIRO PREMATRIMONIAL Para pareja de jóvenes y adultos que desean recibir el sacramento del matrimonio. FECHA: 28 DE OCTUBRE 2018 Para mas información o inscripción: 2263-1218 ó 2264-4829 y al 7887-9334 GRAN BAZAR

A la recaudación para el beneficio de Parroquia Cristo Redentor. Día 20 de octubre en parqueo techado De 9:OO am a 4:00 pm. Ven, aprovecha y ayuda.

www.parroquia-cristoredentor.org

AL CÉSAR, LO QUE

ES DEL CÉSAR

EN ESTA ÉPOCA EN QUE SE SUSPENDEN MUCHAS ACTIVIDADES PARROQUIALES A FAVOR DE LA MISIÓN EVANGELIZADORA, HEMOS DESCUIDADO NUESTRO APORTE ECONÓMICO A LA PARROQUIA. DE SEGURO NUESTRO SEÑOR ESTÁ FELIZ DE NUESTRA ENTREGA A SU MISIÓN, PERO IGUAL NOS DICE “ ESTO ES LO QUE HAY QUE PRACTICAR AUNQUE SIN DESCUIDAR AQUELLO” MT 23,23

CONVERSIÓN

EL AMOR Y LA MISERICORDIA DE DIOS A lo largo de nuestra vida, tomamos decisiones que nos llevan por diversos caminos, y nos acercan o nos alejan de la luz. Siendo Dios la luz (1 Jn 1, 5) y siendo amor (1 Jn, 4, 8), en su amor y misericordia infinita nos entrega a su Unigénito, aun sin merecerlo, para lavarnos de nuestros pecado. Al olvidar este sacrificio de amor y al alejarnos de la luz, nos encontramos en la oscuridad. Es ahí, en medio de la desolación y desesperación, que encontramos satisfacciones pasajeras que no terminan de llenar ese vacío. Es como querer cubrir nuestro frio interior con un abrigo que no calienta. “La luz vino al mundo y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz” (Jn 3, 19). Este abrigo se puede comparar al manto que tiene el ciego en Jericó, que, al ansiar ver la luz de Jesús, tiró el manto sucio fuera de su vida y clama por su misericordia (Mc 10, 46-52), y en ese momento pudo ver. Sin dudarlo, el amor de Dios debe ser mucho más acogedor que cualquier abrigo en este mundo material, ese manto que nos puede curar de heridas profundas, como las que deja el pecado y nos aleja de Él, sacarnos de ese mal que nos tiene atados, como lo hizo sin dudarlo la mujer con hemorragias, que es tanta su fe que pensó “con solo tocar su manto sanaré” (Mc 9, 20-22). El amor de Dios, es un amor que ansioso sale a encontrarnos, como el padre en la parábola del Hijo Prodigo (Lc 15, 11-32). Es ese amor contundente que al vernos regresar a Él, solo quiere colgarse de nuestro cuello para llenarnos

de besos. Ese padre que nos pone sandalias para que nuestros pies no sigan lastimándose por andar en caminos borrascosos, que nos pone un anillo porque nos reconoce como sus hijos y nos prepara una grandiosa cena con el mejor Cordero de todos. Nosotros podemos ser protagonistas de esta historia todos los domingos, día de fiesta. Donde Dios nos puede cubrir con su manto tan limpio y caliente, que nos recuerda que estamos en ese lugar anhelado, dejando lejos la soledad, frio y tristeza. Y al consumir a Jesús, el Cordero, en la eucaristía alcanzamos la unión íntima con Cristo. Provocando en nosotros una acción transformadora, que nos motiva a salir y a replicar por el mundo ese gran amor a nuestro prójimo, predicando su palabra y compartiendo su amor, su entrega y su sacrificio. Somos testigos de su infinita misericordia: cuando en nuestro país envuelto en la oscuridad de la guerra, El se compadece del sufrimiento de nuestro pueblo y nos envia para consolarnos y para convertirnos al profeta “voz de los sin voz”, nuestro mártir, nuestro santo, Mons. Romero. Así es el amor misericordioso de nuestro Padre.

Foro sobre Reconciliación y Paz Fecha: martes de 30 de octubre de 2018 Hora: de 7:00 a 9:00 PM. Lugar: Templo de la Parroquia.

Tema: Los niños del Acuerdo de Paz y la violencia: las lecciones aprendidas Las deudas sociales con la generación del Acuerdo de Paz

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Oración Inicial (Jaime Paredes) Presentación de ponentes (Jaime Paredes) Introducción al Foro. (William Pleitez) PONENTE: Jimmy Vásquez (especialista en políticas sociales UNICEF) Preguntas y respuestas. (William Pleitez) Agradecimientos (José Carlos Pérez)

PASTORAL FAMILIAR

HABLEMOS DE AMOR Y RESPETO EN LA FAMILIA. “Hijos, obedezcan a sus padres, pues esto es un deber: honra a tu padre y a tu madre. Es, además, el primer mandamiento que va a acompañado de una promesa: para que seas feliz y goces de larga vida en la tierra. Y ustedes, padres, no sean pesados con sus hijos, sino más bien edúquenlos usando las correcciones y advertencias que pueda inspirar el Señor”. Efesios 6:1-5. El apóstol San Pablo, nos brinda una guía de cómo mantener adecuadas relaciones familiares. A los hijos, les pide obedecer, reconocer el respeto que se les debe a los padres y madres. A los padres los guía diciendo no ser pesados o ásperos con los hijos, sino más bien formarlos en la instrucción de Cristo, quien fue claro en decir: en el amor se identificarían quiénes son sus discípulos. Un ejemplo de guía con amor, lo encontramos en nuestra virgen María Madre de Jesús, en Mamá Margarita, Madre de San Juan Bosco. En el primer caso mencionado, tenemos al Salvador del Mundo, en el otro, al Santo de los jóvenes. En ambos casos siempre tuvieron palabras de amor de guía para sus vidas. Estos ejemplos nos retan, pues sabemos que la corrección con el amor de Cristo tiene

más efecto que la vara con ira. Y es desde la pastoral Familiar que deseamos que los padres y madres de familia tengan las herramientas para las adecuadas relaciones familiares; que estas generen en la vida de los jóvenes buenos cristianos y honrados ciudadanos. El componente de la Pastoral Familiar denominado: talleres para la convivencia familiar, tiene como objetivo brindar herramientas para que los padres y madres de familia puedan generar dinámicas de orientación para la vida de sus hijos desde un enfoque integral, donde cada miembro del grupo familiar asuma su rol. A su vez busca generar en la vida de los participantes un estado de reflexión del entorno “moderno” donde se desenvuelven sus hijos.

“Estas formaciones se desarrollan una vez al mes de la 1:30 pm a 3:30 pm, cada tercer sábado de mes, con atención a 60 participantes. “

SAN OSCAR ROMERO El profeta Isaías, en éxtasis vió la gloria de Dios. Los serafines gritaban: “Santo, santo, santo, Yavé todo poderoso; llena está la tierra de su gloria” (Is 6, 3) La gloria de Dios llenaba la tierra por la misma creación, que lo refleja y por su Palabra acogida por los creyentes. La santidad de Dios “contagiaba” a Moisés, al monte, al arca de la Alianza, al Templo… En Jesús, el Dios santo se hizo humano y contemplamos su gloria! (cfr Jn 1, 14). El Señor Jesús llamaba: “Sean perfectos como el Padre de ustedes es perfecto” (Mt 5, 48) La santidad de Dios llenó su Iglesia. Primero en María Virgen, llena del Espíritu Santo. Ella, santificada, es la imagen perfecta de la Iglesia. Luego la llenó de santidad en Pentecostés con el mismo Espíritu, que como huracán y llamarada inundó a los creyentes. Discípulos santos! Iglesia Santa! Así profesamos en el Credo Domingo a Domingo. “Creo en la Iglesia, que es… santa”! Lo decimos nosotros que somos pecadores y damos buena prueba de ello.

Es que la Iglesia, esposa amada de Cristo, es santa por El, su esposo y Señor. Es santa por el amor con que El la ama, por el Espíritu que la habita, por la Palabra que la hace creyente y por los sacramento que le dan la vida de Dios. Por la caridad con que manifiesta el Reino… En esa Iglesia santa el Señor sumerge nuestros pecados en el mar de su misericordia, quita también nuestras culpas, transforma nuestros corazones, endereza a los que ya se doblan, hace obras grandes en nosotros el que todo lo puede y cuyo nombre es santo. Así, los santos en la Iglesia son el reflejo de la santidad de Dios. Desde la mejor de todos, “Santa María Virgen, Madre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor”. Y la interminable procesión de apóstoles, mártires y santos, como los describe el Apocalipsis: “Vi una multitud inmensa, que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblos y lenguas, de pié delante del trono y del Cordero, vestidos de blanco y con palmas en las manos”… (Ap. 7, 9) Así ha sucedido con Monseñor Romero. El humilde niño de Ciudad Barrios, el anónimo

TEMA CENTRAL

seminarista, el buen Padre Romero de San Miguel, el Obispo de la humilde Diócesis de San Salvador, a quien el Papa Francisco llamó: “ Pastor según el corazón de Cristo, evangelizador y padre de los pobres, testigo heróico del Reino de Dios” (Carta apostólica de Beatificación). En él fue haciendo camino la gracia de Dios. Pues nadie nace santo. Es el fruto de “negarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir a Jesús” (Mt 16, 24). Su bautismo floreció. Se dejó guiar por el Espíritu que recibió en la Unción. La Eucaristía lo fue llevando de comunión en comunión hasta que no fue sólo sacramental sino vivencial. “Quiero ser hostia para mi diócesis” deseó y oró el joven Oscar, preparándose para el Sacerdocio. Eso se hizo realidad en su vida entregada y en su última Eucaristía! Es que la santidad es un contagio del Santo a quienes se acercan a El y allí permanecen. Como Moisés en tierra sagrada, como los discípulos de Jesús en torno y tras de El. (cfr Mc 3,13) Su sacerdocio y su Episcopado le marcaron de parte del Señor cómo sería su consagración y su servicio al Reino de Dios.

Respondió en serio a su vocación. Aunque le costara negarse en muchas cosas de descanso y comodidad, de exigirse mucho en su ascesis y oración personal. Aunque cayera mal. Así le sucedió con sacerdotes de San Miguel por ser “demasiado” exigente en la vida sacerdotal. Aunque fuera contra corriente. Como le pasó al venir a San Salvador como Obispo Auxiliar y estar en desacuerdo con la pastoral de la Arquidiócesis. Aunque tuviera que negarse él y cambiar. Así fue haciendo al encontrar a los pobres y la represión contra ellos en Santiago de María. Aunque le costara perder su prestigio y sus amigos de antes, su seguridad y su vida. Como le sucedió al llegar como Arzobispo nuestro en San Salvador, Porque se dejó contagiar de Cristo, tuvo sus mismos sentimientos. Y amó a la Iglesia queriendo siempre “sentir con la Iglesia”. Y se entregó a la Palabra de Dios, que se le hizo luz y camino. Y se alegró con los pobres a quienes sirvió, defendió, dignificó, y con quienes se identificó, no queriendo seguridad ni defensa y siendo asesinado como tantos de ellos y como su Señor Jesús. El día de su ordenación sacerdotal había escrito: “Haz que este sea mi distintivo: una gran

locura por Ti. Tú eres mi gloria y la recompensa de toda mi vida sacerdotal; tu amor, Jesús, tu amor… y eso me basta.” (Diario de juventud 4 abril 1942). Y eso lo llevó a poner toda su confianza en el Señor, a quién él acudía frecuentemente y con gran devoción con la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. “Me cuesta aceptar una muerte violenta que en estas circunstancias es muy posible… Concreto mi consagración al Corazón de Jesús, que fue siempre fuente de inspiración y alegría cristiana en mi vida. Así también pongo bajo su providencia amorosa toda mi vida y acepto con fe en él mi muerte, por más difícil que sea… Me basta para estar feliz y confiado, saber con seguridad que en él está mi vida y mi muerte, que, a pesar de mis pecados, en él he puesto mi confianza y no quedaré confundido” (últimos ejercicios espirituales, 25 febrero 1980). A su siervo bueno y fiel, quiso regalarle el Señor una muerte admirable: revestido de sacerdote; en la Celebración Eucarística; al terminar la homilía en la que había dicho “Que este cuerpo inmolado y esta Sangre sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro

cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo.” Lo predicado se hacía realidad, palabra en plenitud. Ya no tuvo que presentar pan y vino, sino su propio cuerpo y su propia sangre, que unió para siempre con la de Cristo. “El discípulo, cuando aprende, llega a ser como sus Maestros” (Lc 6, 40). Fiel, entregado, amando siempre, con el corazón traspasado, santo. ¡Todo esto es lo que celebraremos el 14 de octubre! Y todo esto es para gloria de Dios y para nuestro bien. Para mostrarnos el poder del amor del Señor, y la fecundidad de su Iglesia. Para que veamos que en nuestra tierra, en nuestro tiempo, es posible responderle fielmente al Señor, a pesar del ambiente pagano y en medio de graves dificultades. Es para que cada uno de nosotros se anime también a ser Santo.

¡Hagamos fiesta!

EN CAMINO

EL PADRE ROMERO El Padre Oscar Romero pasó casi 25 años en San Miguel. Vivió allí todo su período sacerdotal. Llegó de Roma en diciembre de 1943 ya ordenado sacerdote. Salió de allí rumbo a San Salvador en septiembre de 1967. Lo habían nombrado “Monseñor” y secretario de la Conferencia Episcopal. Sólo tuvo dos “destinos”: Por unos meses fue enviado a Anamorós, en el departamento de La Unión. Después fue nombrado Párroco en Santo Domingo de la ciudad de San Miguel. De allí no salió, sino que fue acumulando cargos y tareas pastorales, pues el Obispo vió sus cualidades y los migueleños fueron conociendo su bondad, su elocuencia y su espiritualidad como sacerdote. Fue secretario del Obispo, encargado de terminar la construcción de Catedral, promotor de la devoción a la Virgen de la Paz, Director del periódico diocesano “Chaparrastique”, fundó asociaciones para mujeres y hombres y los Alcohólicos Anónimos. Fue asistente espiritual de los jóvenes de Acción Católica, de los Cursillos de Cristiandad, de la Legión de María, la Guardia del Santísimo, el Apostolado de la Oración y otros grupos. Y también confesor de varias congregaciones religiosas. En su vida espiritual era cuidadoso, detallista, exigente consigo mismo. Seguía con determinación la formación espiritual tradicional recibida de los Jesuitas: constancia en la oración, búsqueda de recogimiento, cumplimiento

de los deberes litúrgicos, frecuente examen de conciencia, vigilancia en los pensamientos y disciplina en la acción, confesión semanal, rosario diario, ayunos y penitencias. Tenía un alto ideal del sacerdocio y quería ser santo. Por supuesto tanto trabajo y el tiempo dedicado a la oración, aunado a un estilo de vida sobrio y hasta pobre, le “pasaba factura”. Tuvo que aceptar largos períodos de “vacación” obligatoria, tratamiento médico para el asma que le volvía y sicológico por su temperamento nervioso y las ansiedades que padecía. Trabajos y amigos nunca le faltaron. Se entretenía en la calle hablando y bromeando con los pobres, a quienes asistía con cariño y prontitud. Algunas personas que le hacían regalos, se molestaban con él porque todo lo daba a los necesitados. Pero también tenía enemigos por su “celo” católico en los M.C.S. contra los enemigos de la Iglesia y los que abusaban de los pobres. Hasta entre el clero migueleño lo criticaban por ser demasiado exigente en la vida sacerdotal. Pero los fieles migueleños lo hicieron su sacerdote favorito! El Padre Romero fue feliz en San Miguel. Le costó dejarlo. Siempre recordó con nostalgia y alegría ese período de su vida, mantuvo sus amistades, la devoción a la Reina de la Paz y el estilo de sacerdote sencillo de provincia. Los migueleños siguen guardando al P. Romero en su corazón.

EN CAMINO

UNAMONOS!! PARA CELEBRAR Y DAR GRACIAS A DIOS!! Te invitamos cordialmente a la Vigilia con motivo de la

Canonización de Nuestro Beato Monseñor Oscar A. Romero

Fecha: Hora: Lugar:

Sábado 13 de Octubre 10:00 pm en adelante Parroquia Cristo Redentor

Comenzaremos con la Santa Misa, habrá refrigerio, participación de las Fuerzas Vivas (JCR, MEC y CC). Además se transmitirá la Misa de Canonización en vivo desde el Vaticano en pantalla gigante.

TE ESPERAMOS!! NO FALTES!!

DEJANDO HUELLA

MONSEÑOR ROMERO: MENSAJE DE VERDAD, JUSTICIA Y RECONCILIACIÓN POR GUILLERMO GALVÁN BONILLA Hace cuatro décadas la palabra de Monseñor Romero, como Arzobispo de San Salvador, era para muchos la verdad de lo que se vivía en el país desde hace tantos años, por lo que la gente necesitaba que alguien con su peso espiritual la dijera en forma clara, fuerte y sencilla; palabra siempre muy esperada por la población, más por quienes se sentían vulnerables en todo sentido. Ahora su palabra es mejor entendida y aceptada por muchos, aunque todavía hay personas que se incomodan ante ella; o la cuestionaron por considerar que no respondía a la visión que ellos tenían de la realidad del país y de la Iglesia en ese momento, o decían que estaba siendo manipulado. Conocer y comprender mejor esta palabra y su mensaje, ayudaría a generar una actitud de mayor apertura para buscar mejor entendimiento entre los fieles, al interior de la misma Iglesia, entre los distintos sectores de la sociedad y para la conciliación/reconciliación del país. Es necesario tener en cuenta el contexto en que vivió Monseñor para valorar lo que dijo sobre esta realidad. Durante el Arzobispado de Monseñor Romero, entre 1977 y 1980, la población era menor de 4.5 millones de habitantes, 58% vivía en la zona rural, la mayoría sin tierra propia que trabajar; un trabajador agropecuario, si tenía trabajo, debía ganar el equivalente a $1.7 al día. Con $50 al mes una familia de 4 a 5 personas, tenía menos de $1 al día por persona para sus necesidades. El 60% de los hogares del país estaban en situación de pobreza. A 28 familias de cada 100 no les alcanzaba para comer, estaban en pobreza extrema; a otras 32 familias de cada 100 les alcanzaba para comer,

pero no para todas sus demás necesidades básicas: casa, vestido, educación, salud, agua, luz, etc. Había un 40% de analfabetismo, 4 de cada 10 personas no podían leer ni escribir y 3 de las 4 vivían en el sector rural. Morían cerca de 90 de cada 1,000 niños, el riesgo era mayor para los que nacían en el campo. Monseñor constató directamente esta pobreza, sobre todo siendo obispo de la Diócesis de Santiago de María (19741977), donde también constató la represión contra los campesinos. Nunca Monseñor iba a ser insensible a esta situación de pobreza de tanta gente. Además, el país vivía una crisis social y política, la autoridad estaba cuestionada después de casi medio siglo de gobiernos encabezados por militares apoyados o impuestos por el poder económico. Las elecciones en los años 70 evidenciaron crudamente que no se respetaban los resultados. Había un rechazo popular al gobierno y a lo que este representaba, cada vez más población estaba dispuesta a luchar contra la injusticia de la que eran víctimas. En este contexto el Arzobispo tuvo que ser pastor, de una Iglesia que estaba inmersa en esta situación y que se examinaba críticamente (Vaticano II, Medellín, Puebla) para definir el rol que le correspondía asumir en estos tiempos, la necesidad de compromiso con la realidad que vivía la población. Tres semanas después de ser nombrado Arzobispo, fue asesinado el Padre Rutilio Grande, hecho que marcó a Monseñor Romero, él con la Iglesia lo condenaron fuertemente. Luego vinieron más asesinatos y más violencia, la confrontación fue en escalada. Repudió, semana a semana, este y

muchos otros crímenes en los meses y años que siguieron; reclamó ante los Poderes y cuestionó la violencia. Muchos criticaban su mensaje por considerarlo parcializado a favor de unos, sin realmente analizar que había mucha más violencia y hasta represión masiva desde las estructuras de poder hacia la población, que en sentido contrario, por lo que el mensaje de Monseñor era más crítico hacia estas estructuras, aunque también reclamaba la violencia proveniente de otras organizaciones y de los grupos alzados en armas, las acciones que consideraba tenían un carácter terrorista. Llamó a buscar “una solución que no implique sacrificio de vidas humanas”, él insistió en la necesidad de buscar con humanidad salidas alternativas a la violencia. “Hay muchos (que han caído) en esta tentación (de la desesperación y la violencia): los que creen que van a encontrar la salida al país por caminos de sangre y de odio. Por allí no hay salida”, dijo Monseñor. En homilías de mayo 1977 decía, “La violencia la producen todos, no sólo los que matan, sino los que impulsan a matar”. “(La Iglesia)… Ha estado con el que sufre, ha rechazado la violencia… La violencia no es cristiana, la violencia no es humana... nada violento puede durar. El mandamiento “NO MATARAS” siempre está gritando desde Dios al corazón del hombre.” En su homilía del 25 de marzo de 1979, un año antes de ser asesinado, Monseñor Romero continuaba defendiendo la vida y cuestionando la violencia, “toda muerte violenta me ha conmovido siempre… toda vida es sagrada, sea de rico o sea de pobre… No se puede endiosar la violencia convirtiéndola en fuente única de justicia.” La Iglesia no puede renunciar “a defender la causa del débil y objetivamente necesitado, cualesquiera sean los grupos… que reivindiquen estas justas causas”.

Su palabra cuestionaba la desigualdad, “nuestro pueblo salvadoreño no está hecho para el odio, está hecho para la colaboración, para el amor y quiere encontrar fraternidad en todos los sectores que constituimos un pueblo tan bendecido de Dios, que ha recibido de Dios bienes abundantes pero que se hacen causa de tanta tristeza por la mala distribución, por el pecado de los hombres.” Decía Monseñor, “entiendo que este tipo de pastoral supone riesgos y señalamientos, acusaciones falsas, pero creo necesaria esta pastoral porque el momento la exige”, el Arzobispo era consciente del ataque a su persona y a la Iglesia, que iba en incremento. Las amenazas a su vida se hicieron constantes. La crisis avanzó, en octubre de 1979 fue depuesto el último presidente militar que tuvo El Salvador y su gobierno, el Arzobispo pidió espacio para la justicia y que la voz de los pobres fuera escuchada, llamó a demostrar “madurez política, flexibilidad y capacidad de diálogo” y a participar en un esfuerzo conjunto, “todo el pueblo debe construir la plataforma común de su propia justicia como base de su fraternidad.”, pero los vientos de cambio no soplaron fuerte, pronto las cosas siguieron empeorando, se agudizó la represión de la población, cobraron vida los escuadrones de la muerte, Monseñor Romero fue asesinado, quien hasta en sus últimos días clamó por el cese de la represión, la confrontación política, en constante ascenso, dio paso al conflicto armado que duró una década. La canonización de Monseñor Romero debería servir para construir fraternidad y solidaridad, para asimilar su mensaje y a la luz de éste, aportar en la búsqueda del entendimiento nacional, basado en la verdad, justicia y la conciliación/ reconciliación de nuestro país.

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CLAUSURA MISIÃ&#x201C;N EVANGELIZADORA

CONGRESO VICARIAL SOBRE MONSEÃ&#x2018;OR ROMERO