Parroquia San Joaquín de Flores Diócesis de Alajuela Semana del 16 al 22 diciembre del 2013
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Tercer Domingo de Adviento: Gaudete “¿Eres Tú el que tiene que venir?”
Santa Teresa de Jesús escribía: “¿Qué esperanza podemos tener de hallar sosiego en otras cosas, pues en las propias no podemos sosegar…?” Las noticias de cada día nos hablan de catástrofes naturales, de guerras y atentados. Con mucha frecuencia son los más pobres y marginados los primeros en pagar las consecuencias del mal y de las desgracias. El texto del profeta Isaías que hoy se lee gira en torno a una consoladora profecía: “Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite, viene en persona, resarcirá y os salvará”. Inmediatamente añade que su venida cambiará la suerte de los ciegos y los sordos, los cojos y los mudos y hará volver a los rescatados del Señor. El evangelio se hace eco de aquella profecía. De hecho, las mismas señales de curación constituyen la prueba de que Jesús es el Mesías que había de venir. Hoy no podemos ignorar a todos esos enfermos y desvalidos. Hoy hemos de agradecer la misericordia de Dios sobre ellos. Desde la mazmorra en la que había sido arrojado por Herodes, Juan Bautista envía a dos discípulos suyos para que interroguen a Jesús sobre su identidad: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Jesús no presenta más credenciales que sus propias obras. Sus acciones coinciden con las antiguas promesas formuladas en el libro de Isaías Sus acciones que no son meros actos de curación. La sanación corporal es el signo visible de la salvación integral de la persona. Una salvación que solo Jesús puede otorgar. Nadie fuera de él podrá salvarnos. Ni personas, ni instituciones. Ni líderes ni ideologías. Ni objetos de consumo ni loterías. Solo Él es el Salvador. Ese es el contenido central de nuestra fe y de la nueva evangelización. La salvación del hombre no se reduce a la sanación corporal de las persona, pero no pretende ignorarla. Hoy podemos preguntar por los enfermos que conocemos. O tal vez visitar en una residencia a los ancianos que no conocemos todavía. Y no sólo para “distraerlos”.
Adviento
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Ciclo A