Parroquia San Joaquín de Flores Diócesis de Alajuela www.parroquiasanjoaquindeflores.org www.facebook.com/parroquiasanjoaquin Tel: 2265-1215 Boletín Pastoral N.1 pa.sanjoaquin@gmail.com
Boletín Pastoral N.5
52 Semana del 26 de diciembre 2016 al 01 enero del 2017 Natividad de Nuestro Señor Jesucristo “Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.” “El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierras de sombra y una luz les brilló” (Is 9,2). El profeta Isaías había visto abatirse la desgracia sobre las tierras del norte de Palestina. Pero de pronto ve brillar la esperanza sobre aquella “Galilea de los gentiles”, como era llamada con desprecio por los habitantes del reino de Judá Ahora bien, esa esperanza está vinculada al nacimiento de un niño: “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado”. El profeta se alegra e exhorta a su pueblo a la alegría. El niño podrá ser reconocido por su sabiduría y por su amor a la justicia. Sorprendentemente se le dará el título de “Dios guerrero, Padre perpetuo y Príncipe de la paz”. El salmo responsorial recoge esa profecía y nos invita a cantar: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor” (Sal 95). Y San Pablo escribe a Tito que “ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres” (Tit 2,11). Un hecho que nos exige llevar una vida sobria, honrada y religiosa. El evangelio de esta noche de Navidad nos transmite la noticia del Nacimiento de Jesús en Belén de Judea (Lc 2,1-14). Los acontecimientos históricos pueden parecer fastidiosos y hasta llenos de prepotencia. Pero han hecho posible el nacimiento de Jesús en el humilde lugar que señalaban los profetas. Dios escribe derecho con líneas torcidas. En aquel tiempo, los pastores no eran aceptados como testigos en los tribunales. No eran de fiar. Pero Dios es sorprendente y siempre lo será. Él elige a los pastores como los testigos y mensajeros del nacimiento del Mesías. La grandeza de Dios se sirve de la pequeñez y de la pobreza para hacerse creíble. Los pobres nos evangelizan. Las palabras de Isaías se hacen realidad. Ahora sí que el pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una luz grande. El texto evangélico contrapone a la noche de nuestra vigilia humana el resplandor de la Navidad Ciclo A presencia divina. De hecho, nos dice 1que a los pastores “la gloria del Señor