Parroquia San Joaquín de Flores Diócesis de Alajuela Semana del 10 al 16 de marzo 2014 www.parroquiasanjoaquindeflores.org Tel-Fax. 2265-1215 E-mail: pa.sanjoaquin@gmail.com
I Domingo de Cuaresma
“No tentarás al Señor, tu Dios” La tentación se ha convertido en un tema predilecto para los publicistas que tratan de vender un nuevo producto. El ideal sería que nunca nos llegaran a seducir las cosas o las acciones que nos deshumanizan. Pero lo malo de la tentación es que se nos presenta tan disfrazada que apenas logramos reconocerla como tal. En su exhortación “La alegría del Evangelio”, el Papa Francisco ha señalado cuatro tentaciones: la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la mundanidad espiritual y las guerras entre los creyentes (nn.81-86.93-101). Esas tentaciones nos alejan del camino que nos habría de llevar a conseguir lo mejor de nosotros mismos y a anunciar el Evangelio. El texto del libro del Génesis que hoy se lee en la misa nos sugiere que la gran tentación del ser humano es la de despreciar la voluntad divina (Gen 2,7-9; 3,1-7). Al ceder a la tentación, la persona rompe la relación de armonía con lo otro, con los otros y con el absolutamente Otro. Si el primer Adán cede a la tentación, Cristo, el segundo Adán, la supera. Como todos los años, al principio de la cuaresma, hoy contemplamos a Jesús en el desierto (Mt 4,1-11). El evangelio nos dice que Jesús sale victorioso de las pruebas a las que es sometida su categoría divina y hasta su calidad humana. Jesús fue sometido una y otra vez a la prueba. En el caso de nuestras tentaciones la cuestión de fondo era, es y será siempre la misma. Hemos de preguntarnos por las hondas razones que nos mueven a caminar. Hemos de plantearnos el por qué y el para qué de nuestras elecciones. La gran tentación es la de volver la espalda a la verdad. La de pretender ignorar el plan de Dios y nuestra propia dignidad de Hijos de Dios. Nuestra gran tentación es el engaño que con tanta frecuencia aceptamos como normal e inofensivo. San Pablo nos recuerda que la salvación que nos llega por Cristo nos redime del mal que desde siempre nos seduce.
Cuaresma
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Ciclo A