No.49 Parroquia San Joaquín de Flores Diócesis de Alajuela Semana del 4 al 10 de noviembre del 2013
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Domingo XXXI del Tiempo Ordinario
“El Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido” “Te compadeces de todos, porque todo lo puedes, cierras los ojos a los pecados de los hombres, para que se arrepientan... A todos perdonas, porque son tuyos, Señor, amigo de la vida”. El autor del libro de la Sabiduría sabe que el Señor nos recuerda nuestro pecado, no para avergonzarnos sino para que nos convirtamos a Él. (Sab 11, 22-12,2). Es importante subrayar las dos caras de la moneda. En primer lugar, desconfiar de la misericordia y del perdón de Dios sería una señal de que no lo conocemos bien. Su poder no se manifiesta en el rechazo, sino en el perdón. Él no odia nada de lo que ha creado. Y menos puede odiar al ser humano, al que ha creado a su imagen. En segundo lugar, confiar en el perdón de Dios no puede hacernos olvidar la gravedad del pecado. Esta dramática realidad no puede ser trivializada. El pecado es nuestra propia ruina. Por eso, el Dios que nos ama nos corrige poco a poco, nos recuerda nuestra falta y nos reprende para que nos convirtamos a él. El evangelio según San Lucas presta una atención especial a los pobres y al dinero. En el evangelio que hoy se proclama aparece la figura de Zaqueo, jefe de los cobradores de impuestos y rico (Lc 19, 1-10). El primer acto nos dice que desea ver a Jesús que llega a la ciudad de Jericó. Pero su baja estatura le impide descubrirlo por encima de la multitud. El segundo acto se desarrolla posiblemente a la entrada de la ciudad. Para superar la dificultad, Zaqueo se adelanta a la gente y sube a un sicómoro, una especie de higuera de madera incorruptible. Seguramente se cree protegido por las hojas de aquel árbol, como lo creía Adán. Pero Jesús lo descubre y se invita a alojarse en la casa. El tercer acto del relato nos lleva a la casa de Zaqueo. La alegre acogida que presta al Maestro suscita la murmuración de algunos. Pero Zaqueo se sitúa por encima de las críticas. Reconoce en público su pecado, promete compartir sus bienes con los pobres y restituir cuatro veces más de lo que ha podido adquirir injustamente.
Año de la Fe
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Tiempo Ordinario Ciclo C