PARROQUIA de San Nicolás (Nº 16) Cuaresma 2007
Un camino para ser libres La Cuaresma llama de nuevo a nuestras puertas, como un tiempo privilegiado para encontrar de nuevo el rumbo que nuestras vidas necesitan para ser felices. La felicidad nos viene de la escucha de la Palabra de Dios, que nos lleva a la conversión de nuestro corazón a su amor. Es el camino que emprendimos el día de nuestro bautismo, pero que se nos olvida continuamente. Para retomar este sendero, que es el de la vida verdadera, Jesús nos invita a vivir una experiencia de desierto durante cuarenta días. Durante este tiempo, la Iglesia nos recomienda el recurso a las "armas de la penitencia cristiana" la oración, el ayuno y la limosna, vividos con un espíritu verdaderamente cristiano (cf. Mt 6,1-6.1618). Hoy no están de moda, pero son muy actuales. Las necesitamos. La oración: Que la escucha de la Palabra de Dios sea nuestro pan cotidiano. En casa, en misa, recuperemos el trato y la amistad con Dios. Descubriremos la fuente de todo bien para nuestra vida. El ayuno: Prescindamos de las cosas superfluas (tabaco, TV, caprichos,…); al privarnos de nuestros excesos, que nos impide amar a Dios y al prójimo, lograremos el ansiado dominio de uno mismo y descubriremos que el verdadero alimento nos viene de Dios. Así alcanzaremos la verdadera libertad espiritual. La limosna o misericordia: nos abre a las necesidades del prójimo, a compartir con quienes no tienen. Darles, más que nuestro dinero, nuestro tiempo, nuestra cercanía, nuestro amor. Así alcanzamos la paz y la reconciliación con los hermanos. Al final, llegaremos a La Pascua, participaremos de la victoria de Cristo. Resucitaremos con Él a la vida verdadera.
Santiago Cañardo