Disertantes Invitados

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D i s e r t a n t e s i nv i t a d o s

ESPACIO PÚBLICO i C ongreso patagónic o de arquitec tura san martín de los andes, 24 al 27 de octubre de 2018


En la convicción que el Espacio Público es la trama de construcción ciudadana generadora de equidad e integración de nuestras ciudades, entendiendo la importancia de su evolución como vector en el ordenamiento y en pos de un equilibrio ambiental de las mismas, definiendo la escala y su calificación. Y vista la importancia de profundizar el análisis sobre el mismo, en forma crítica, abierta y participativaEl Colegio de Arquitectos de la Provincia del Neuquén, convoca al I Congreso Patagónico de Arquitectura, a realizarse en Octubre 2018 en la Ciudad de San Martín de los Andes, Provincia del Neuquén, Patagonia Andina, para reflexionar sobre esta temática. Arquitecto Francisco Amoroso/Secretario Académica

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Disertantes invitados Arquitectura Chilena y espacio público Por Arquitecto Humberto Eliash Díaz Tres aproximaciones para una revisión del espacio público Por Profesor Arquitecto Javier Fernández Castro La fragmentación urbana: un escenario de oportunidad para repensar el espacio público en la ciudad de México Por Arquitecta Angela María Góez Holguín El valor económico del espacio público Por Licenciado en Economía Gustavo Mosto El espacio público como una estrategia para la configuración de una ciudad sostenible en el valle de Aburrá Por Ingeniero Forestal David Emilio Restrepo Correa Carta para la planificación ecosistémica de las ciudades y metrópolis (resumen) Por Salvador Rueda Palenzuela Licenciado en Biología Un nuevo modelo de movilidad y espacio público en Barcelona, basado en supermanzanas Por Licenciado en Biología Salvador Rueda Palenzuela Yo y el mundo real Por Mag. Arch. Arquitecta Laura P. Spinadel Procesos Locales Por Arquitecto Martín del Solar y Arquitecto Rodrigo Sheward Por Grupo Talca Plan de desarrollo urbano de la zona noroeste de la ciudad de Mar Del Plata Por Dr. Arquitecto Guillermo Tella

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Arquitectura Chilena y espacio público

Por Arquitecto Humberto Eliash Díaz

La arquitectura chilena está pasando por un momento estelar desde el punto de vista de su reconocimiento internacional. En estos últimos 20 años ha tenido más créditos nacionales e internacionales que nunca antes en su historia.

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Abstract: A pesar del reconocimiento internacional de la arquitectura chilena, ésta presenta algunas asignaturas pendientes en el frente interno. Una de ellas es la gran deuda con la dotación y la calidad del espacio público. Aquí se debaten algunas razones que pueden explicar la brecha entre lo privado y lo público y se muestran algunos avances en la arquitectura donde se promueve la calidad del espacio público en medio de un modelo que ha privilegiado los valores individuales. La arquitectura chilena está pasando por un momento estelar desde el punto de vista de su reconocimiento internacional. En estos últimos 20 años ha tenido más créditos nacionales e internacionales que nunca antes en su historia. Tomemos algunos ejemplos: en todo el siglo XX encontramos sólo cuatro monografías publicadas sobre arquitectos chilenos en el extranjero. En lo que va del siglo XXI (18 años) ya se han publicado más de 50 libros sobre arquitectos o arquitectura chilena. El año 2016 el Premio Pritzker recayó en el chileno Alejandro

Aravena, quien tambien fue curador de la Bienal de arquitectura de Venecia de ese mismo año. Según informes de la Fundación Imagen de Chile, en los últimos años se destacan reconocimientos como el Premio León de Plata obtenido por el Pabellón de Chile en la XIV Bienal de Arquitectura de Venecia 2014, el pabellón anual de la Serpentine Gallery realizado por Smiljan Radic en ese mismo año. El Premio América que otorgan los SAL (Seminarios de arquitectura latinoamericana) ha recaído en cinco arquitectos chilenos: Fernando Castillo Velasco, Cristián Fernández Cox, Gabriel Guarda, Manuel Moreno y Carlos Martner En estos últimos diez años los arquitectos chilenos han construido más de 250 obras fuera de Chile y han obtenido cerca de 60 premios internacionales. Por otra parte los pabellones de Chile en exposiciones internacionale han sido objeto de reconocimiento y elogio: Expo Sevilla 1992 (arquitectos Cruz y del Sol), Expo Lisboa (2011 arquitecto Borja Huidobro),

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Expo Shanghai 2010, (arquitecto Juan Sabbagh), Venecia 2014 (arquitecto Pedro Alonso), Expo Shentzen 2011, China (Sebastian Irarrazaval) Expo Milan (2015, arquitecto Cristián Undurraga), Jorge Lobos y Fernando Dowling (ONG: Emergency Architecture and Human rights) han desarrollado recientemente un sistema de escuelas de bajo costo para zonas devastadas por la guerra en Siria aplicable a paises de Africa. Los jóvenes arquitectos Mauricio Pezo y Sofia Von Eirchhausen, quienes obtuvieron el Premio Mies por la casa Poli, han expuesto sus instalaciones que exploran la frontera entre arquitectura y arte en Venecia, Chicago y Paris. También en los últimos años se ha incrementado el número de arquitectos extranjeros que actúan en Chile: si en los años 90 el estudio Skidmore, Owins and Merril junto a Alemparte y Barreda era uno de los escasos estudios extranjeros actuando en el pais, hoy son muchos los arquitectos extranjeros que tienen obras construidas o en desarrollo en Chile: Cesar Pelli (Torre Costanera Center), Luis Vidal (nuevo aeropuerto AMB de Santiago), Alonso y Balaguer (Torre Príncipe de Gales), Hariri Pontarini arquitecto canadiense-irani que diseñó el Templo Bahai para Sudamérica. En el proyecto de un conjunto de viviendas unifamiliares frente al mar llamado Ocho al cubo (Ver sión 1 en Marbella y versión 2 en Los Vilos) participan junto a destacados arquitectos chilenos varios arquitectos japoneses: Toyo Ito, Kengo Kuma, Sou Fujimoto, Ryue Nishizawa, Kazuyo Sejima, Junya Ishiga-

mi, Atelier Bow-Wow (Yoshiharu Tsukamoto + Momoyo Kaijima), el dúo Onishi Hyakuda y Akihisa Hirata. La mayoría de las obras de arquitectura chilena más reconocidas de las últimas décadas, son de carácter privado y poco tienen que ver con el uso ciudadano y el espacio público. Sin duda la arquitectura chilena es el reflejo de una sociedad que ha tenido un gran desarrollo económico pero que ha significado la promoción del individualismo por sobre los valores del bien común, lo cual si bien ha sido eficiente en la derrota de la pobreza extrema y en la generación de crecimiento económico, ha producido grandes desigualdades sociales que las reformas educacionales y tributarias no han logrado revertir. Esto repercute en la sociedad civil, en el Colegio de Arquitectos y en las ciudades que cada vez están más segregadas. El ciudadano común no percibe la calidad arquitectónica en sus ciudades, en su medio ambiente construido y en su vida doméstica: el espacio público y la vivienda colectiva de bajo costo siguen estando al debe en la arquitectura chilena. El modelo chileno de crecimiento surgido en los años ochenta, impuesto con un radical modelo neoliberal en el gobierno del General Augusto Pinochet, privilegia el esfuerzo individual al colectivo. Este concepto se aplica no solo a la salud y la educación sino también a la ciudad, al transporte, a la arquitectura especialmente a la de carácter público y que ha significado ampliar la distancia entre los extremos

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sociales. Chile y México son los paises de la OCDE que tienen una brecha más grande entre ricos y pobres. Además Chile tiene un gran desequilibrio territorial en su desarrollo: 5 de 15 regiones concentran el 70% de la población de 17,3 millones de habitantes (Censo 2017) y el 20% de la población concentra el 72 % del PIB del pais. Esto se refleja inexorablemente en la arquitectura ya que el mayor número de las obras destacadas se concentra en tres grandes ciudades y la mayoría de los mandantes de esas obras y sus autores reside en Santiago y la zona central. Los concursos de arquitectura para obras de caracter regional en su mayoría los ganan oficinas de Santiago y ello produce conflictos con los arquitectos de la zona y las comunidades locales. En ellos, participan más oficinas de Santiago que regionales, ya que producto del centralismo son más y están mejor preparadas. Sin duda ello es un reflejo de la concentración de poder que tiene Chile por lo cual resulta urgente impulsar políticas públicas para mejorar esa situación. Una tarea pendiente es extender a regiones la calidad de la arquitectura chilena. Un buen ejemplo es la infraestructura turística que constituye una de las grandes caras visibles de la arquitectura nacional hacia el resto del mundo, tales como: Torres del Paine, San Pedro de Atacama, Pucón e isla de Pascua. Aquí se han dado grandes obras de arquitectura que ponen en valor la geografia chilena. Sin em-

bargo, la mayoría de sus autores y propietarios de esas obras siguen representando el poder central. En los años 50 y 60 la arquitectura chilena también tuvo una época de esplendor, con obras tan emblemáticas como la Capilla de los Benedictinos, la Unidad Vecinal Portales, la Villa Olimpica, la Villa Frei, la sede CEPAL. Pero en esos años se destacaban las obras de encargo público más que las privadas ya que el estado tenia un rol más preponderante. El desafio que tiene la arquitectura chilena actual es que la calidad de obras y proyectos permee hacia la arquitectura que hace el estado y en general a todo edificio de uso público. No hay duda que la arquitectura chilena ha tenido un progreso significativo en los últimos años en calidad y cobertura. Sin embargo aún quedan muchas tareas pendientes como las que hemos señalado: avanzar en equidad social, de género, igualdad territorial, mejorar la arquitectura pública, y mejorar el espacio público. Se están haciendo muchos esfuerzos en la dirección correcta: hacer más concursos, mejorar la gestión urbana, hacer más participación ciudadana efectiva, lograr más apoyo estatal para el fomento de la arquitectura, pero aún se deben hacer más esfuerzos para que la buena arquitectura deje de ser un privilegio de las elites y llegue al ciudadano común y corriente.

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Mirador Pablo Neruda en Parque metropolitano de Santiago. Arquitectos Martner, Eliash, Lambiasi y Westenenk 2009-2014


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Centro Nacional de arte contemporรกneo Cerrillos en Santiago. (remodelaciรณn ex aeropuerto los Cerrillos. Arquitectos Eliash, Lambiasi y Westenenk 2015-2017)



Tres aproximaciones para una revisión del espacio público Por Profesor Arquitecto Javier Fernández Castro

La creciente individualización de los relatos y conductas, la des-territorialización de las producciones, la economía del conocimiento, la disolución creciente de los grupos de convivencia tradicional (desde las familias hasta las naciones), la visibilización de nuevos colectivos identitarios, la acentuación de las asimetrías sociales, parecieran indicar la caducidad o peor aún la innecesaridad del espacio como categoría vinculante de lo público.

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La convocatoria del Colegio a revisar profundamente la noción de espacio público no podía ser mas oportuna. Resulta una obviedad, bien entrado ya el siglo XXI, volver acerca de las profundas transformaciones que en las conformaciones y las prácticas del hecho urbano colectivo han producido tanto la extensión de las tecnologías virtuales por un lado como los fenómenos de concentración de la riqueza por otro.

categoría vinculante de lo público. Así como el final de la guerra fría posibilitó que algunos apresurados hablaran del fin de la historia por la aparente superación del conflicto que era su motor, no pocos autores cayeron en la tentación de hablar congruentemente del fin de la ciudad por la supuesta disolución de la espacialidad en las nuevas condiciones virtuales de lo relacional.

La ciudad, expresión material de la socialidad; escenario, producto y código; condición y posibilidad; refleja inequívocamente las asimetrías del colectivo que alberga y los cambios en las prácticas sociales que cobija.

La profesión del arquitecto y el urbanista pareció entonces polarizada entre dos posturas aparentemente antagónicas pero coincidentes en sus efectos: añorar en queja una supuesta arcadia perdida insistiendo en herramientas inútiles, o prescindir de toda crítica operativa sumándose en complicidad al devenir “natural” de las novedades. Ambas visiones resultan igualmente inoperantes: la primera, pretendidamente consciente, insiste en impugnar las transformaciones acaecidas sin decodificarlas, añora un pretendido equilibrio que no existirá ya mas si es que alguna vez existió; la segunda, asumida como pragmática, se suma mansamente a la ola y por lo tanto renuncia a toda capacidad proyectual de transformación del real, reduciéndolo a un embelle-

La creciente individualización de los relatos y conductas, la des-territorialización de las producciones, la economía del conocimiento, la disolución creciente de los grupos de convivencia tradicional (desde las familias hasta las naciones), la visibilización de nuevos colectivos identitarios, la acentuación de las asimetrías sociales, parecieran indicar la caducidad o peor aún la innecesaridad del espacio como

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cimiento superficial que lo haga tolerable. La crisis de lo conocido siempre supone hasta procesarla esta falsa encerrona de enajenación y seguidismo que debemos trascender obligatoriamente.

afuera a la vez, como un escultor doble.” Henri Focillon La vida de las formas Paris, 1934.

El proyectar sigue siendo esa macro-práctica, definitoria de lo humano, capaz de leer las condiciones y posibilidades del presente para desde ellas generar un deseo y potencialidad cierta de transformación del futuro. Como proyectistas, y repito como humanos en sinónimo, no nos queda mas que repensar los nuevos contextos para poder desde ellos imaginar nuevos productos operativos. Lo urbano, y lo público como una de sus componentes, han pasado a ser otra cosa que requiere formular nuevas categorías de comprensión y de consiguientes nuevos productos operativos para su transformación. En esta síntesis propositiva, recurriremos a tres textos canónicos en nuestra intento de ayudar a esta tarea.

Recurrimos en principio a Focillon para empezar por lo básico: la interdependencia entre interior y exterior, por extensión entre arquitectura y ciudad o entre lo privado y lo público. Moldear esta doble condición es inherente e inevitable. Debemos hacerlo en forma conciente, no necesariamente para su correspondencia total, sino para construir una serie de relaciones complejas de mostración y veladura al mismo tiempo.

I Masa Externa e Interna. “No debe olvidarse que la arquitectura presenta simultáneamente un doble aspecto, masa externa – masa interna, y que la relación entre la una y la otra es de un interés especial para el estudio de la forma en el espacio (…) la maravilla más remarcable es que la arquitectura permite concebir y crear un revés del espacio (...) el arquitecto constructor envuelve ya no el vacío, sino una suerte de residencia de formas, que él modela de adentro y de

Noli, en su magistral abstracción de Roma, convirtió en un lleno sólido inexpugnable el lugar de las conductas privadas, aquellas que no debían ser exhibidas al público; mientras por contraste precisó minuciosamente vacíos y huecos en la organización en calles, plazas, instituciones, mercados y templos; anticipando la dialéctica de fondo y figura de la Gestalt. La historia de la arquitectura podría escribirse como la de los diferentes dispositivos que oficiaron de mediadores entre lo público y lo privado. No se trata de un simple límite entre funciones o dominios, pura distinción de organizaciones opuestas. Son en cambio un sofisticado entramado de tamices, en los que las estrategias de secuencia permiten experimentar la doble acción de exposición y control en simultáneo, de indicio y ocultamiento. Las fachadas tradicionales son en principio planos de dos caras, más-

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caras que construyen una evocación urbana al tiempo que satisfacen una funcionalidad interior. Esta membrana puede “espaciarse” y adquirir complejas formas de intersección, apostando a percepciones múltiples y por lo tanto a definiciones relativas a su posionamiento. Gaudí y Testa bien lo supieron ejercitar. Cuando ambos lados se igualan, cuando el tamiz material permite la transparencia total, la parodia de Tati en Playtime resulta de visión obligatoria: el espacio público deviene universal, renuncia a toda pretensión identitaria y el espacio privado se expone, indecorosamente como en las pantallas mediáticas. Sólo el auxilio del cortinero podrá llevar habitabilidad a la señora Farnsworth. El reflejo en espejo propone un último ejercicio de narcisismos donde las arquitecturas son evocación sólo de otras arquitecturas vecinas o del paisaje circundante, en disolución de límites o resonancia de distorsiones. Volver a Focillon no intenta aquí retomar discursos posmodernos de arquitectura urbana o urbanismo arquitectónico, sino precisamente trascenderlos. El plan de masas como instrumento dispone volumetrías edificadas como macizos, tranquilizadores ordenamientos compositivos donde lo público y lo privado se circunscriben en aparente mutuo equlibrio. La secuencialidad productiva, la heterogneidad de

actores (aquí pasa ingenua o cómplicemente inadvertida su cartelización) pretende garantizar a posteriori la diferencia, la heterogeneidad que la ciudad tradicional a a imitar conllevaba. Esta suerte de neo – Haussmann oculta la exclusión tras la uniformidad, congela lo urbano en imagenes estáticas, en definitiva está lejos de hacerse cargo de lo público en sus múltiples estratos capaz como hipócritamente pretende. En definitiva retoma lo que mas critica de la modernidad, la forma como apariencia, olvidando rescatar su potencial de transformación.

“La casa es la ciudad (...) y la ciudad es la casa” como definiera Alberti. Estudiar las nuevas interrelaciones entre lo público y lo privado nos permitirá proyectar nuevos dispositivos articulatorios de cada entidad, a la vez de precisar sus definiciones particulares. No existen el uno sin el otro.

II. Nuevos y Viejos Paradigmas “Parece haber una imagen pública de cada ciudad que es el resultado de la superposición de muchas imágenes individuales. O mejor dicho lo que hay es una serie de imágenes públicas, cada una de las cuales es mantenida por un número considerable de ciudadanos. Estas imágenes públicas son necesarias para que el

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individuo actúe acertadamente dentro de su medio ambiente y para que coopere con sus conciudadanos.” Kevin Lynch. La imagen de la Ciudad. Cambridge 1960. Recurrimos ahora a Lynch, no para quedarnos en su descripción fenomenológica, científicamente justificada en una casuística y sus encuestas; sino para partir de sus categorías como contexturas genéricas de lo urbano. Si traducimos (cambiamos de código y en parte traicionamos) su discurso tipológico podríamos forzarlo a dar cuenta de condiciones urbanas de flujo (espacios de movilidad), referencia (hitos de distinción), habitaciones (recortes de homogeneidad), intercambios (puntos de inter-relación), y deslindes (disyunción de heterogeneidades). He aquí las componentes formales de la condición urbana. Reconociendo en la ciudad su carácter procesual, mutable, en definitiva histórico; acudiendo también a la comparación con el palimpsesto que ilustra a la ciudad como un territorio (el soporte papel) donde coexisten diversos modelos urbanos diacrónicos en complejas tramas de inercias y sustituciones parciales (las sucesivas escrituras), podríamos postular una reformulación contemporánea del proyecto urbano como una actividad que prosigue influir en un proceso para modificar su tendencia, antes que en la consecución de una pieza acabada y definitiva. Trabajamos sobre procesos, no sobre modelos.

Hacerse cargo del carácter procesual de lo urbano implica, parafraseando a Norberto Cháves poder manejar hipótesis siempre opuestas en la cabeza sin perder la calma y sudar hasta hallar su mejor intersección. Aplicado a las contexturas es pensar flujos que sean a la vez estáticos y dinámicos (garantes de movimiento a la vez de determinar espacios), habitaciones plurales y singulares (posibilitando identificaciones específicas en una totalidad unificada), referencias centrífugas y centrípetas (generadoras de expansión y concentración de lo público) y deslindes homogéneos y heterogéneos (capaces de actuar como separación e intersección alternativas). La contradicción es característica de lo social (por ende de su espacio urbano y en particular de sus manifestaciones públicas). Las condiciones tradicionales de lo público (aquello que entendíamos por lo abierto, atravesable, transparente, compartido) parecen amenazadas por oclusores, vallas, veladuras y apropiaciones particulares que lo tensionan hacia lo cerrado, infranqueable, opaco y ajeno. Esto no es sólo producto de conspiraciones sistémicas, sino muchas de las veces por imposición o “a pedido” de sus pretendidamente amables y civilizados entornos. La postura resumida en la sigla «NIMBY» (Not In My Back Yard /No en mi patio trasero), expone la falsa conciencia de valores supuestamente compartidos siempre y cuando no parezcan afectar intereses particulares. Es necesario cabalgar estas contradicciones.

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El proyecto, y la política por extensión de generación de un potencial, es y será afectación de intereses, transformación que requiere de procesos especificados, acuerdos explicitados y árbitros activos. La construcción de esos consensos puede encontrar en el proyecto un escenario de conciliación, o al menos de equilibrios provisorios, entre intereses diversos, donde las dimensiones de lo público y lo privado encuentren sus posibilidades de compleja intersección. El proyecto del espacio público será entonces una política urbana de construcción y mejora de equilibrios relativos, en constante redefinición hacia la concepción de nuevos paradigmas, o por el contrario se contentará con un artículo crítico o en el embellecimiento insustancial de áreas que no lo requieren. Des-banalizar la herramienta es una tarea urgente en las que nos va la profesión.

III. Espacio y Justicia “Las transformaciones metapolitanas nos obligan a repensar la relación público – privado, devenida en tres tipos principales de circunstancias socio -espaciales: el “en mi”, que no es sólo la vivienda sino el espacio de las prácticas sociales individuales y colectivas variadas; lo urbano que es el territorio de la socialidad externa, de cada uno “en medio de otros”; y lo comunitario, el

espacio tiempo del “entre nosotros”. François Acher. Metápolis o el futuro de las ciudades. Paris, 1995. Recurrimos por último a Ascher. En Metápolis nos advertía sobre la confusión o ambigüedad que suelen generar las categorías de lo público y lo privado al ser usadas indistintamente para definir situaciones jurídicas, dominiales, de funcionalidad, variante según la escala de análisis, etc., terminando por proponer su revisión. Atiende aquí a la relación entre sociedad y espacio, al Habitar en términos de Doberti, al hablar de espacios que posibilitan prácticas asociadas a posicionamientos alternativos y compatibles del ser: en mi, entre nosotros, en medio de los otros. Escapa por arriba del laberinto planteado por la vapuleada distinción entre individuo y sociedad, para (perdón por la metodología reiterada y recurrente) analizar sus espacios de inter-relación y posicionamientos en hibridación. Son necesarios al habitar contemporáneo espacios de intimidad, de co-relación con aquello que he definido como mi grupo de pertenencia, y de comunión con una multitud totalizante que me excede e identifica. En tiempos separados, en otros momentos aunados total o parcialmente, o en ejercicio parcial en plena conciencia del potencial usufructo de los otros. Las relaciones humanas y por ende sus espacialidades enmarcantes no son una disputa a todo o nada entre la reclusión autista o la disolución del sujeto. Graficando entre el Rain Man de Levinson y

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la Viridiana de Buñuel. Ambos son, por distintas razones, patológicos. Las preocupaciones pendulares entre la vivienda y el espacio público como factores excluyentes en la consecución de una ciudad mas justa, son una expresión de estos razonamientos lineales disociados. Si bien la modernidad había logrado colocar la habitación colectiva en la agenda pública y a la vivienda (a secas) en los derechos sociales, su crítica indiscriminada devino en su posterior abandono. Según este relato el arquitecto que había mesiánicamente pretendido imponer extrañas formas de habitar, debía abandonar este tema ajeno para volver a centrarse en las instituciones, en los verdaderos programas de prestigio. En paralelo un estado en retirada se recluyó coincidentemente en la ejecución de componentes básicas infraestructurales, o en confesión de impotencia frente a la escala y complejidad de la problemática urbana en trabajar el espacio público como (único) garante de ciudadanía. Quedaba librado lo doméstico a la libre iniciativa o le futuro desarrollo, como respuesta racional a un programa “naturalmente” privado. Estamos ya a mas de medio siglo de la publicación de los primeros textos de Lefebvre sobre el derecho la Ciudad, entendida como un concepto múltiple y abarcante de lo público y lo privado aunados. La proposición de Ascher nos ayuda a actualizar la consigna y tematizar las especificidades espaciales que la socialidad requiere.

Los proyectos de transformación de la vida urbana deberán atender esta triple condición situacional, no hay públicos ni privados como absolutos posibles sino individuos, grupos y comunidad en construcción multidimensional de ciudadanía plena, de justicia espacial. Entender los territorios concretos como espacios de sociabilidad a generar, contemplar situaciones, programas y escalas hibridadas en complejidad permitirá tener una mirada integradora, resolviendo mas allá de la porción concreta sobre la que nos toque actuar. No se trata aquí de impugnar la convocatoria a reflexionar sobre lo público, sino muy por el contrario de pensarla situadamente en sus interdependencias y correlaciones para volver mejor armados a explorar sus especificidades.

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Espacios pĂşblicos B31. Plano de Roma por Nolli


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Fotogramas: Play Time, Rain Man y Viridiana.


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Plaza de mayo, Movilizaciรณn contra el 2x1. Banco de Londres por Testa.


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La fragmentación urbana: un escenario de oportunidad para repensar el espacio público en la ciudad de México

Por Arquitecta Angela María Góez Holguín

La Ciudad de México como otras tantas urbes en Latinoamérica, ha vivido en las últimas décadas grandes transformaciones espaciales producto del proceso de la Metropolización.

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Este fenómeno se ve reflejado en varias escalas territoriales. Algunas de ellas se evidencian en la Ciudad Difusa como un ámbito más amplio donde no se distinguen límites ni bordes, y que además de modificar la conformación urbana por naturaleza, pone en riesgo algunas áreas con potencial ambiental y paisajístico; y, por otro lado, la Fragmentación Urbana, la cual puede entenderse desde dos aspectos: por un lado la relacionada con procesos de desigualdad social y por otro, la que se vincula con fracturas espaciales en la discontinuidad de la trama urbana (aun dentro de las zonas compactas de ciudad). Un proceso importante y derivado de la expansión urbana en este caso, la Ciudad de México, es el aumento de la red vial y de transporte. Las grandes avenidas representan la conexión de la ciudad a nivel metropolitano y nacional, pero también son estructurantes del sistema de transporte, como el Metro y el Metrobus. Sobre estos grandes ejes se movilizan a diario millones de habitantes que se desplazan para realizar sus distintas actividades. Sin embargo, estas obras también han sido interpretadas como grandes Fracturas al separar barrios y colonias que conforman una misma cultura con costumbres e identidad.

Así pues, el cambio en estas formas urbanas y sociales representa un desafío en la forma de Repensar el Espacio Público como elemento cohesionador, integrador y dinamizador de los grupos sociales. Esta reflexión dio lugar a una propuesta de investigación que abordara no solo una identificación de las fracturas urbanas existentes en la ciudad de México, sino también una propuesta de modelo urbano arquitectónico replicable. Con el fin de estandarizar aquellos procesos de análisis en algunos corredores viales con características similares de Fragmentación Urbana, se propusieron algunos Criterios como medida para la definición del Caso de Estudio. Se propusieron 3 momentos: Preselección- Selección y Elección. Los criterios fueron siempre analizados desde los siguientes parámetros • Vialidades • Delegación y Colonia

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• Trazado urbano • Potencial de Desarrollo A partir de la Selección se eligió trabajar en el caso de Calzada de Tlalpan, Colonias Albert, Portales y Miravalle; entre el Metro Portales y Ermita, por ubicarse en una Zona Estratégica, además de contar con las siguientes características únicas: ~~ Se ubica sobre la Calzada Tlalpan, vía de gran importancia histórica (intangible) ya que conecta el Zócalo con el sur de la ciudad desde tiempos remotos a su conformación urbana. Además, este corredor no cuenta con ningún predio o zona de valor patrimonial ni turístico, Por lo tanto la construcción de un proyecto como el que se propone, representaría una oportunidad atractiva como patrimonio tangible. ~~ La vía cuenta con una ampliación de carriles en ambos costados y reducción de tamaño en los andenes, hecho que refleja un déficit en la movilidad peatonal del sector. ~~ Cuenta con dos estaciones de Metro elevado cuya infraestructura sirve a su vez para conectar colonias entre sí, lo que refuerza el propósito de unir el tejido urbano existente. ~~ La afectación de su Fractura urbana divide una misma Colonia (Portales) en 3 barrios (Portales Norte, Portales Oriente y Portales Sur) acentuando la alteración de su dinámica social original.

~~ Pertenece a la Delegación Benito Juárez, la cual cuenta con un abastecimiento casi completo en infraestructura de servicios públicos básicos. ~~ La atraviesan dos puentes elevados que conectan de Este a Oeste la ciudad, cuya jerarquía vial representa una conexión importante con el proyecto además de unirlo a ambos sectores. ~~ Mantiene condiciones similares durante su trayecto entre estación y estación, lo que refuerza la conveniente oportunidad de modelo replicable. ~~ Existe un crecimiento inmobiliario de tipo residencial, lo que indica un Desarrollo Urbano y una transformación en su dinámica social y usos del suelo del sector. ~~ Presenta un alto Déficit de espacio público (Plazas, Parque y Jardines) y equipamiento social, lo que refleja una desigualdad respecto a otras zonas de la Delegación. ~~ Por ser considerada una Vía Primaria con mucho flujo vehicular y mayor velocidad, lo cual requiere de otra alternativa para cruces de vía y conexión entre Barrios existentes. La definición de este corredor implicó reconocerlo desde distintas escalas de análisis que permitieran no solo la valoración de su conjunto, sino también la definición del tramo específico para el proyecto urbano arquitectónico. Las escalas fueron: • Escala de Urbana: Está definida por la Ciudad o Área Metropolitana, la cual comprende un sistema de Infraestructura urbana y Movilidad que a veces abarca ámbitos nacionales.

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• Escala zonal: Hace referencia a una de las áreas que conforma la Escala Urbana. Llámese Municipios, Delegaciones o Pueblos. • Escala de oportunidad: Está determinada por un corredor vial de características particulares, tales como la presencia de un sistema de transporte masivo como el metro o el metro bus. • Escala de influencia: Está delimitada por el conjunto de Colonias o Barrios que comprenden el polígono de actuación. Por lo general atravesado por la zona de oportunidad y con marcadas características respecto al resto de la Delegación. • Escala de intervención: Comprende el tramo definido para la implantación del Proyecto. Hace parte del área de Influencia donde se materializa el Modelo replicable urbano arquitectonico. A partir de esta escala de intervención se propuso una ruta metodológica que permitiera reconocer el territorio desde todos sus ámbitos. Tanto su marco normativo, como los componentes de análisis (territorial, movilidad, social, económico, espacio público, Medio Ambiente y Paisajismo). De igual forma se dejaron los lineamientos para su etapa de Formulación, Intervención y Gestión. Estas últimas fundamentales en el desarrollo del proyecto, ya que tendría en cuenta la participación ciudadana para definir el programa de necesidades, y de esta forma proponer un proyecto de espacio público, que respondiera

a los imaginarios de ciudad, mitigación del déficit de espacio público y un lenguaje paisajístico acorde con su contexto social. Aunque esta etapa (y la del diseño) está aún en proceso de elaboración, ya se cuenta con algunas ideas de diseño para la propuesta de espacio público, la cual estaría definida como un Parque Elevado con tres estrategias de intervención: • Incrementar las áreas verdes y mejorar el tránsito peatonal • Crear un paseo cultural y comercial Integrar a la sociedad a través de un desarrollo económico en la zona Este mismo perfil de diseño arquitectónico fue propuesto anteriormente para el corredor vial de Chapultepec, el cual integraba: valoración patrimonial, comercio, cultura, vivienda, áreas verdes y movilidad sostenible. Aunque no fue posible su construcción en su momento; se espera que el tramo propuesto en esta investigación (Est. Metro Portales y Est. Metro Ermita) contribuya a contrarrestar la Fragmentación Urbana, y transformarla en oportunidad de encuentro para todos sus habitantes.

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Tramo propuesta parque elevado de Chapultepec.


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Calzada Histรณrica de Tlalpan. Fuente: http://hellodf.com/22cm/

Calzada actual de Tlalpan. Fuente: propia


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Fuente de todas las imรกgenes del parque elevado Chapultepec: https://www.plataformaarquitectura.cl/cl/770422/mexico-parque-elevado-chapultepec-proyecto-catalizador-para-generar-comunidad-en-la-ciudad-de-mexico


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El valor económico del espacio público

Por Licenciado en Economía Gustavo Mosto

La propiedad privada no es la única manera de definir la propiedad en el uso de los recursos. La otra posibilidad es la propiedad estatal de los recursos, el control comunitario de los recursos. Cuando los recursos son manejados en conjunto por un grupo de copropietarios y el acceso abierto a los recursos cuando nadie es propietario. Todos estos sistemas crean diferentes incentivos para el uso de los recursos.

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Derechos de Propiedad, Externalidades, Bienes Públicos El criterio normativo para decisiones racionales referidas al vínculo entre el sistema económico y el ambiente dice que existen problemas ambientales cuando los recursos son asignados ineficientemente. Para observar porque se da esta ineficiencia es necesario examinar los derechos de propiedad. En economía los derechos de propiedad aluden al conjunto de títulos que lo definen, privilegios y limitaciones en el uso de los recursos.

Estructura de los derechos de propiedad eficiente. Las características por las cuales la estructura de derechos de propiedad es eficiente son tres: • 1. Exclusividad: todos los costos y beneficios asumidos como resultado de la propiedad y usufructo pertenecen al propietario del bien y solo a él y puede venderlos directa o indirectamente a otros.

• 2. Transferibilidad: todos los derechos de propiedad pueden ser transferidos de un propietario a otro en el marco de un intercambio voluntario. • 3. Asegurabilidad: los derechos de propiedad pueden ser asegurados contra le daño voluntario o involuntario del otro. El propietario de un recurso con un sistema de derechos de propiedad bien definidos tiene un poderoso incentivo para usar ese bien de manera eficiente porque una caída en su valor representa una pérdida personal. Esto se puede ver analizando el incentivo de los consumidores y productores frente a un sistema de derechos de propiedad eficiente. Porque los productores no entregarán el producto a los consumidores sino se realiza el pago correspondiente. El consumidor debe pagar para recibir el producto. Dado un precio de mercado el consumidor decide cuanto va a consumir de manera de maximizar su beneficio. El sistema de precios induce a las partes interesadas a realizar una elección eficiente desde el punto de vista social.

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Excedente del Productor, Renta de escases y equilibrio de largo plazo. El excedente del productor es su ganancia. Si aparece una ganancia extraordinaria tan pronto como nuevas empresas entren en el mercado esa ganancia extraordinaria desaparece. En el caso de los recursos naturales existe una ganancia extraordinaria que se convierte en renta de escasez porque la competencia no puede eliminar esa ganancia extraordinaria con la libre entrada de nuevas empresas dado que la disponibilidad de suelo es limitada. Este excedente del productor que persiste en el tiempo se denomina renta de escasez. David Ricardo fue el primer economista en reconocer la existencia de la renta de escasez. Ricardo sostiene que el precio del suelo se determina por la última unidad adicional de tierra con fertilidad marginal. Dado que el precio debe ser suficientemente alto para permitir que la tierra menos fértil entre en producción, de esta manera las tierras más fértiles podrán obtener una ganancia extraordinaria. La competencia no puede eliminar esa ganancia porque la cantidad de tierra es limitada y precios más bajos servirían solo para reducir la oferta de suelo por una demanda menor.

Las Externalidades como fuente de las fallas del mercado. La exclusividad es una de las características principales de una estructura eficiente de derechos de propiedad. Esta característica es frecuen-

temente violada en la práctica por los agentes que no tienen dimensión de las consecuencias de sus actos. Una externalidad existe cuando el bienestar de un agente o firma o un habitante depende no solo de su propia actividad sino que también de la actividad de otros agentes. Las externalidades pueden ser positivas o negativas. Se las denomina economía o deseconomías externas respectivamente dependiendo de las circunstancias que beneficia o perjudica de acuerdo al tipo de externalidad. Claramente la contaminación del agua del río representa un caso de deseconomía externa. Las economías externas no son difíciles de encontrar. Un área con particularidades escénicas proveen una economía externa a todos aquellos que pasan por el lugar. Generalmente cuando las economías externas están presentes el mercado suboferta los recursos. Las externalidades pecuniarias aparecen cuando los efectos externos son transmitidos por el sistema de precios. Supongamos que nuevas empresas se localizan en una determinada área y aumentan la renta del suelo de esas tierras. Este incremento genera un efecto negativo en aquellos que pagan renta y por lo tanto una deseconomía externa.

Otros regímenes de propiedad. La propiedad privada no es la única manera de definir la propiedad en el uso de los recursos. La otra posibilidad es la propiedad estatal de los recursos, el control comunitario de los recursos. Cuando los recursos

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son manejados en conjunto por un grupo de copropietarios y el acceso abierto a los recursos cuando nadie es propietario. Todos estos sistemas crean diferentes incentivos para el uso de los recursos. Los parques, plazas y recursos forestales son frecuentemente propiedad del estado. En estos casos los incentivos de la burocracia pueden divergir del interés colectivo. Cuando no existe propiedad de los recursos, estos suelen ser sobreexplotados por el primero que llegue porque ningún grupo individual tiene el poder de restringir el uso al resto. Son entonces 2 las características del acceso irrestricto a recursos comunes:

el aire y las aguas limpias y la diversidad biológica son ejemplos de este tipo de bienes. Las personas no revelan sus preferencias, con lo cual el productor no sabe qué precio cobrar. Entonces aparece el free rider que es alguien que se beneficia sin haber contribuido a la oferta del bien, debido a la indivisibilidad y a la imposibilidad de excluir a nadie del goce del bien público. Por eso el mercado suboferta espacio público. Cuando esto ocurre, no hay incentivo para contribuir al financiamiento de bienes públicos.

• 1. En presencia de demanda suficiente el acceso irrestricto a recursos comunes provoca que los recursos sean sobreexplotados.

El valor económico del espacio público con ambiente de alta calidad puede tener un impacto significativo en la vida económica de los grandes o pequeños centros urbanos y por lo tanto son una parte esencial de cualquier estrategia de éxito en la regeneración. Las ciudades compiten cada vez más una con otra para atraer inversión, la presencia de buenos parques, plazas, jardines y otros espacios públicos bien diseñados y bien administrados y estos a su vez atraen a los clientes, empleados y servicios. Un buen paisaje urbano público también ofrece beneficios muy claros para la economía local en términos del valor de la vivienda más estimulante, ya que los compradores de casas están dispuestos a pagar más por estar cerca de espacios verdes. En ciudades de Emmen, Apledoorn y Leiden en Países Bajos se ha demostrado que un jardín de agua puede aumentar el precio de una casa

• 2. La renta de escasez se disipa, por ende ninguno se apropia y se pierde.

Bienes Públicos Son aquellos que son indivisibles y no exclusivos. No exclusivos se refiere a la circunstancia de que una vez provisto, aun cuando no puedan pagar no se los puede excluir de los beneficios que conlleva el recurso. Se dice que un consumo es indivisible cuando una persona que consume no disminuye la disponibilidad del recurso para otros: los parques,

El valor económico del espacio público

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en un 11%. Mientras que una vista a un lago cercano puede aumentar en un 10% y 7% respectivamente. Una vista de un parque eleva los precios de vivienda en un 8% y tener un parque cercano 6%. En Dallas 60% de los residentes cree que el valor de sus hogares es al menos un 15% superior debido a la presencia de espacios verdes. Los comercios pueden mejorar con un entorno de espacios públicos de buena calidad puede aumentar su facturación en hasta un 40%. Estar cerca de un espacio público agrega valor a las PyME`s que eligen la ubicación para nuevos negocios en espacios abiertos. En 1980 16% de los residentes de Denver dijo que pagaría más por vivir cerca de un parque o un cinturón verde. En 1990 esa cifra se incrementó al 48%. En Coventry, la peatonalización de una nueva plaza cívica, la señalización más clara y mejor colocación de mobiliario urbano ha hecho del centro de la ciudad un lugar mucho más atractivo con sistemas de seguridad. De tal manera que en el centro las áreas beneficiadas generan mayor valor de las viviendas y por ende mayor recaudación de impuestos pagados al gobierno, sobre todo cuando se compran y venden propiedades. En San Francisco en las propiedades cercanas al Parque Golden Gate el precio de las propiedades aumento de u$s 500 millones a U$S 1 billón y los negocios incrementaron un 25% las ventas.

Como recapturar los beneficios del espacio público para financiar su expansión

El Estado es un poderoso agente que tiene una incidencia decisiva en este mecanismo de formación de precios del suelo: a) como productor de espacio construido altera el mercado del suelo urbano, b) El estado como proveedor de infraestructura urbana, c) el estado como regulador de los usos del suelo, d) el estado como agente fiscal Las plusvalías urbanas son el aumento del valor que experimentan los terrenos a lo largo del proceso de urbanización. Esta valorización es atribuible a los esfuerzos de la comunidad en general y más notablemente a las intervenciones del sector público, ya sea por: a) inversiones en infraestructura, o b) decisiones regulatorias sobre el suelo urbano. Alude específicamente a aumentos de la renta económica del terreno y no a la valorización de la edificación, por lo tanto resultan en general de acciones ajenas al propietario. La captura de plusvalía es un proceso por el cual una porción o todo el incremento del valor del suelo, atribuibles al esfuerzo de la comunidad son recapturadas por el sector público a través impuestos, tasas, contribuciones obligatorias y otros recursos fiscales o más directamente a través de la mejoría de la tierra in situ para beneficio de la comunidad.

Instrumentos para capturar el valor económico que genera el espacio público Se enuncian a continuación dos instrumentos que pueden utilizarse para capturar el valor económico que crea el espacio público

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Contribuciones por impacto Es una contribución por única vez por unidad de vivienda o por cada quinientos metros cuadrados de superficie construida en usos no residenciales. La pueden imponer los estados a un proyecto nuevo o desarrollo inmobiliario, a fin de poder pagar la totalidad o una parte de los costos de infraestructura y servicios públicos para el nuevo desarrollo. Estas contribuciones por impacto se consideran una “carga” para el nuevo desarrollo para ayudar a financiar y pagar por la construcción o expansión de la infraestructura pública necesaria para que el proyecto sea viable. Estas imposiciones son generalmente implementadas para ayudar a reducir la carga económica de las jurisdicciones locales que están tratando de lidiar con el crecimiento de la población y constituyen un verdadero elemento de regulación del uso de la tierra. Alrededor del 60% de todas las ciudades con más de 25.000 residentes, junto con el 40% de los condados metropolitanos de los Estados Unidos utilizan las cuotas de impacto para financiar avances de los servicios públicos o infraestructuras. En algunas ciudades o estados como Florida, el 90% de las comunidades utilizan Contribuciones por Impacto.

Contribución de Valorización/ por Mejoras

En Colombia desde 1921 se financian obras públicas con contribuciones de los propietarios de los predios que presumiblemente reciben el impacto positivo de estas inversiones. Su legitimidad se reconoce porque el monto de las inversiones públicas reaparece como incremento del precio de los terrenos. Fue promocionado internacionalmente por Banco Mundial y BID a fines de los sesenta y principios de los setenta. En efecto estos organismos internacionales han promovido la aplicación de estos instrumentos y han puesto como ejemplo la experiencia colombiana. Hubo resistencia política por la dificultad para precisar el efecto de las obras en la valorización de los terrenos y se optó distribuir el costo de las obras en un área de influencia que disminuye la contribución a medida que existe mayor distancia con respecto al proyecto de infraestructura.

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La Place de Vosgues inaugurada en 1612 en Paris fue realizada con una contribuciรณn por mejoras realizada por el rey Luis XIII.



El espacio público como una estrategia

para la configuración de una ciudad sostenible en el valle de Aburrá

Por David Emilio Restrepo Correa Ingeniero Forestal y Planificador Urbano Regional

“Lo rural, en el planeamiento (tradicional), no pasa de ser un lugar a la espera de la urbanización, y pierde su real dimensión como sustento del bienestar urbano. Luis Carlos Agudelo Patiño (1968-2017)

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1. Tema de Tesis de Maestría: expansión urbana y estrategias de control La cumbre de las Naciones Unidas del año 2015 generó el documento Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que incluye 17 grandes objetivos a alcanzar, dentro de los cuales esta el “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. La importancia de las ciudades radica en que la población urbana aumentará al 60% para el año 2030, y que para el 2050 llegará al 70% (Naciones Unidas, 2015 y Angel, 2015). Para Angel (2015) “cuando la población se duplica, el área de las tierras urbanizadas se triplica”. De hecho, las Naciones Unidas (2015) plantean que el crecimiento urbano se dará en un 95%, en los países subdesarrollados. Buzai (2006) revisa la configuración espacial de las ciudades deLatinoamérica, destacando el modelo evolucionista de Borsdorf (1982) con un actual crecimiento difuso y fragmentado.

Contrario a estas tendencias, las Naciones Unidas (UN, 2015) recomiendan una densidad relativamente alta de las ciudades, donde se podría lograr un aumento de la eficiencia y la innovación tecnológica, y al mismo tiempo que reducir el consumo de recursos y energía, para así contribuir a los objetivos de Desarrollo Sostenible. Ainstein (2009) propone diferentes políticas públicas requeridas para orientar los procesos de las configuraciones urbano-regionales según criterios de eficacia, eficiencia, equidad y sustentabilidad, e incluye el implementar fronteras urbanas efectivas o cinturones verdes. Sin embargo, Ángel (2015) analiza el impacto de éstos, especialmente el casoparadigmático de Londres y señala que no ha sido posible contener la expansión de las ciudades cuando crece su población. La Tesis de Maestría del Programa PROPUR: Estrategias de prevención y gestión de la expansión urbana tiene como objetivo general analizar y explicar cómo las dinámicas de crecimiento de las ciudades se manifiestan en una urbe latinoamericana como Medellín, en un contexto montañosos como el del valle de Aburrá y cuáles son sus espe-

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cificidades para las diferentes áreas de borde urbano rural. A partir de numerosa información secundaria disponible de esta ciudad intermedia y referente del urbanismo de los últimos años, se busca entender la historia urbanística del valle de Aburrá pero, no sólo en función de sí misma, sino de forma acorde con las fases del crecimiento y difusión urbana que se han planteado para otras ciudades de la región. Adicionalmente se pretende analizar los factores de expansión urbana de mayor incidencia en los diferentes bordes urbano-rurales que se han configurado para advertir si las prohibiciones al crecimiento urbano han sido, o serán, efectivas y qué aspectos deberían incluirse en la formulación de políticas para construir ciudad sustentable.

2. Desarrollo urbanístico en el valle de Aburrá El valle de Aburrá, se puede describir como una depresión alargada con un primero tramo de 30 km de longitud, con un ensanchamiento máximo de unos 7 km a la altura de Medellín, municipio central de la aglomeración urbana. El segundo tramo, más estrecho, orientado hacia el noroeste, y mide unos 35 km. de largo. La base del valle se encuentra alrededor de los 1500 m.s.n.m. mientras que las montañas orientales y occidentales superan los 2600 m. Desde los estudios geológicos y geomorfológicos se señala que el valle presenta una gran variedad de tipos de rocas, fallas y extensos depósitos de vertiente derivados de deslizamientos de los diferentes tipos de roca (Hermelín, 2007). Adicionalmente, el valle presenta una compleja red hídrica donde se destacan el río central y múltiples que-

bradas. Con una precipitación promedio de 1571 mm anual, las lluvias se concentren en dos períodos al año y hay una gran incidencia de procesos convectivos que alimentan fuertes tormentas tropicales. Se parte de trabajos como el Estudio de la forma y el crecimiento urbano (AMVA y UPB, 2007), análisis del mismo por Schnitter (2005) o por Schnitter, Giraldo y Patiño (2006), así como el análisis de tendencias del Plan Director BIO2030 (Alcaldía de Medellín et all.2011). Según estos estudios, la gran ciudad de Medellín está fuertemente condicionada por el valle y sus muy limitadas condiciones para la urbanización. El resultado es una ciudad que, aunque densa y cuyo paisaje está determinado por su entorno natural, genera fuerte presión sobre las áreas que le suministran diferentes bienes y servicios ambientales, presentando una fuerte tendencia de impactar las altas laderas. Si bien la ciudad del Medellín y el área metropolitana, pareciera contenida, ésta no es una ciudad compacta inédita en el contexto de países emergentes, sino que, por el contrario, es el corazón de una típica aglomeración urbana latinoamericana marcada por la difusión urbana, aunque los factores de expansión urbana se hacen visibles una vez se superan los distintos accidentes geográficos que la separan de los valles vecinos. Si bien las amenazas naturales de avenidas torrenciales y movimientos en masa son comunes a las altas laderas del valle, existe una correlación entre la mayor ocurrencia de desastres en la ciudad con las áreas urbanas periféricas más pobres. Dentro de los mayores deslizamientos que se han presentado en la ciudad está la tragedia de Villatina, que se

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observa en la figura 8, donde el 27 de septiembre de 1987, bajo un alud de tierra, perecieron más de 500 personas y fueron destruidas unas 100 viviendas. En su momento se estimó que cerca de 2400 personas resultaron damnificadas (Coupé, Arboleda y García, 2007).

3. Unos bordes de protección para contener la expansión urbana. Desde el Plan Piloto elaborado por Paul Weiner y José Luis Sert de 1950 se señalaría que “este valle presenta condiciones especiales debido a su confinamiento dentro de límites estrechos obligando a las líneas naturales de comunicación a seguir los bordes del Río” (Schnitter, Giraldo y Patiño, 2006). Desde este Plan se puso de manifiesto la necesidad de considerar la dimensión metropolitana y supramunicipal en la planificación urbana del valle. De hecho, la agrupación de municipios dentro del valle configuró en 1984, la entidad Área Metropolitana del Valle de Aburrá (AMVA) que actualmente funciona como autoridad supramunicipal en materias ambientales dentro del suelo urbano, de transporte público y de planificación del territorio de todos los municipios dentro del valle. Con respecto a las áreas de borde, el plan también incluye el control de los asentamientos en las laderas, pero como lo demuestra Bahamón (2009) el perímetro oficial de la ciudad ha sido constantemente desplazado, al ser desbordados por una población que se triplicó en 20 años con la contínua llegada de desplazados de la violencia del campo.

Analizar los cambios en la concepción, planificación y gestión de las áreas de borde urbano rural implica entonces considerar, por lo menos, tres escalas: la de todo valle de Aburrá, e incluso abordar la pregunta de ¿cuál sería la región metropolitana asociada a Medellín?; la escala de cada uno de los municipios, donde Medellín es el núcleo principal; y la escala de los grandes proyectos de ciudad o los procesos de planificación a escala intermedia. Desde la formulación de la Ley 388 de 1997, el ordenamiento del territorio en Colombia se fundamenta en los principios de: • La función social ecológica de la propiedad • La prevalencia del interés general sobre el particular • La distribución equitativa de las cargas y beneficios. Esta ley busca que los municipios elaboren esquemas, planes básicos o planes de ordenamiento territorial municipal (POT), según el tamaño de la población, y dispongan de instrumentos eficientes para orientar el desarrollo del territorio y regular la utilización, transformación y ocupación del espacio, de acuerdo con las estrategias de desarrollo socioeconómico y en armonía con el medio ambiente y las tradiciones históricas y culturales. Para Agudelo (2010), la primera generación de esquemas y planes de ordenamiento en Colombia, entre los cuales se encuentra el Acuerdo 62 de 1999 o POT de Medellín, desató y revivió importantes debates

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en los municipios, sentando las bases para un proyecto nacional de ordenamiento territorial que debe entenderse como un proceso histórico antes que como una producción normativa. Para el autor, el ordenamiento territorial orientado por la Ley 388 constituye una herramienta para la sostenibilidad especialmente en lo referido a la definición y tratamiento de las zonas de riesgo, zonas de protección y conservación de la naturaleza y la planificación del crecimiento urbano pero tiene algunos aspectos problemáticos entre los cuales está la separación del suelo urbano y rural, así como un sesgo hacia lo urbano. Según García (2014) este primer POT de Medellín genera una profunda ruptura en relación con los incipientes procesos anteriores, donde se insinuaba la necesidad de desincentivar la ocupación urbana de las laderas del Valle, pero acá se establece de forma contundente un límite específico para tal crecimiento, en contravía de los intereses de sus propietarios y urbanizadores. Para el año 2006 se realiza una revisión y ajuste al POT a la vez que se crea el Acuerdo Metropolitano Nº 15 del 2006 del AMVA, donde plantea las Directrices Metropolitanas de Ordenamiento Territorial iniciando un proceso de acoplamiento del conjunto de los distintos planes de ordenamiento territorial (POT) de los municipios del valle. Se definió así un modelo de ocupación territorial metropolitano de ciudad compacta y policéntrica contenida en la parte superior de las montañas del valle que configuran un gran cinturón verde. Sin embargo, para García (2014), las expectativas de los propietarios de suelos de protección adyacentes al perímetro urbano siguen latentes

pues el diferencial de rentas del suelo entre los suelos rurales con “alta productividad ambiental” frente a la expectativa de desarrollo urbano, es enorme y nada hace ni el POT para equilibrar esta situación más allá de normas prohibitivas que sólo son una bomba de tiempo mientras no se creen estrategias reales de compensación con relación a los territorios rurales y su aporte ambiental al bienestar urbano. Barsky (2005) señala que los territorios de borde se reconocen como áreas con gran trasformación, mezcla de usos del suelo y, sobre todo, como suelos de gran especulación inmobiliaria. De tal manera que en las áreas de borde urbano rural se genera un fuerte proceso especulativo. Básicamente, se incentiva asumir el riesgo de la ilegalidad y se generan muchas presiones para cambiar la norma. Y si esto se plantea para países centrales con mayores niveles de gobernabilidad y control a la norma, ¿cuál es el impacto de un cinturón verde basado en prohibiciones para el desarrollo urbano, en la población de una ciudad de una región periférica y con una menor gobernabilidad como Medellín?

4. Generación de un borde articulador de lo urbano y lo rural. Entre los años 2004 y 2011 se desarrollaron diferentes acciones de planificación e intervención y que han sido agrupadas con el término de Urbanismo Social. Entre éstas acciones se destacan los Proyectos Urbanos Integrales (PUI), primero el PUI Nororiental pero luego otros por diferentes zonas de la ciudad, y la Consolidación Habitacional de la Quebrada Juan Bobo que derivó en el Programa de Mejoramiento Integral de Barrios (Alcaldía de Medellín et al. 2015). Ya el POT

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había definido para las áreas de la ciudad con menores niveles socioeconómicos los tratamientos urbanísticos de Consolidación nivel 3 y de Mejoramiento Integral. Sin embargo, aunque la formulación de PUI quería impactar en los sectores más vulnerables de la ciudad, no se circunscribía a estos polígonos de zonas homogéneas, sino que realizaba una lectura de los sistemas estructurantes naturales y artificiales asociados para proponía intervenciones, que no necesariamente se encontraban dentro de las áreas menos favorecidas, pero que indirectamente las beneficiaría al integrarlas con el resto de la ciudad. Menos promocionado que los PUI, pero en el mismo período administrativo de la ciudad, y por lo tanto, como parte del Urbanismo Social, se desarrollo el Plan Maestro de Cerros Tutelares (Alcaldía de Medellín et al 2006). Dentro de los principales componentes del modelo de ciudad propuesto por el POT, además de los cinturones verdes de contención y el crecimiento orientado hacia adentro, se incluía la incorporación efectiva de elementos naturales destacados al sistema de espacio público. El Plan de Cerros, ofreció una mirada paisajística y de aprovechamiento sostenible de algunos hitos geográficos y planteó como dentro de la gestión integrada de los cerros se debe considerar aspectos como el fortalecimiento de un sentido cívico y ciudadano, la evolución de una identidad territorial, así como la valoración y planificación del recurso visual. En un primer momento la inversión se priorizó en El Volador y El Nutibara pues eran los que inicialmente estaban integrados a la estructura de la ciudad mientras que los demás

cerros se constituían, hasta ese momento en hechos aislados de la estructura urbana. Con el Acuerdo 39 del 2008, sobre una política pública ambiental de intervención en las laderas y bordes para la sostenibilidad ambiental del municipio de Medellín, se hizo evidente la necesidad de complementar los nuevos Proyectos Urbanos Integrales PUI Centroriental y Noroccidental con el suelo rural a través del Proyecto de Planificación Conservación y protección de los bordes urbanos-rurales en las comunas 8, sector La Honda, La Cruz en la Comuna 3 y la Comuna 6 de la ciudad. Este proyecto formula un Plan Maestro que prevé el desarrollo de los bordes de ciudad en función de reconocer, valorar, proteger y aprovechar los servicios ambientales, recreativos o paisajísticos de las montañas y quebradas, aún perceptibles en el entorno de la urbe, y contribuir a la consolidación de una ciudad sostenible. Las principales transformaciones que se proponen son precisamente en el ecotono, el área de transición donde se articulan lo urbano y lo no urbano (Alcaldía de Medellín 2010). En el año 2011, el Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de la Universidad EAFIT (URBAM) coordina la formulación del Plan Director BIO2030 (Alcaldía de Medellín et al 2011) recogiendo muchas de las discusiones académicas sobre el desarrollo urbanístico del Valle de Aburrá. A partir de este plan surge el Acuerdo Metropolitano 13 del 2011 donde se ratifica el modelo de ocupación territorial y como novedad plantea la adopción de los Sistemas Estructurantes de Ocu-

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pación del Territorio y el desarrollo de escenarios estratégicos de Intervención: el Rio y la (alta) Ladera. En este último también propone cambiar la dinámica actual, que acepta una línea teórica entre lo urbano y lo rural, por la de unos bordes que permitirán la correcta articulación entre el suelo urbano y rural, a través de una secuencia de escenarios naturales, núcleos institucionales, actividades productivas sostenibles y asentamientos humanos de baja ocupación y densidad. Y en cuanto a los grandes sistemas estructurantes del territorio metropolitano, el Plan Director BIO2030 plantea, además del sistema de Movilidad y Transporte, un Sistema Estructurante Ambiente, Paisaje y Espacio Público, definido como una red de espacios que soportan y enlazan funciones ecológicas, ambientales e histórico-culturales a través del territorio y que alrededor del perímetro, se configura como una interfase urbano-rural asociada a un corredor ecológico de borde. Posteriormente, se dio la revisión estructural del POT con el Acuerdo 48 del 2014. Para García (2015), allí se mantienen los rasgos esenciales del modelo de ordenamiento territorial, pero refuerzan con proyectos como el de parques del río Medellín (que estimularía el crecimiento hacia adentro) o la formulación de macroproyectos en las Áreas de Intervención Estratégica, incluyendo las de Borde urbano Rural, que se prefigura como una estratégica tanto de mejoramiento integral en los barrios de borde, como de contención de la expansión urbana pero apoyada en un ambicioso aumento del espacio público (Figura 4) soportado en la experiencia acumulada del Plan de Cerros Tutelares, los PUI, el Proyecto de Bordes Urbano Rural, BIO2030 y del proyecto

Jardín Circunvalar de Medellín que durante los años 2012-2015 generó una gran transformación en el Cerro Pan de Azúcar y otros lugares del Cinturón Verde. Para lograr estas ambiciosas metas, García (2015) explica que el POT propone un sistema de gestión territorial para la equidad, utilizando muchas de las figuras contenidas en 7 la Ley 388 de 1997 y que no han sido usadas en la ciudad como son, entre otras: las trasferencias de derechos de construcción para compensar a los propietarios de bienes de protección patrimonial y para adquirir los suelos de oportunidad necesarios para los parques de borde del Cinturón verde; la venta de derechos de construcción para apoyar la financiación de espacios públicos barriales y el mejoramiento integral de barrios informales; los macroproyectos y, a su interior, los planes parciales como apuestas estatales para la trasformación urbana. En cuanto a la escala metropolitana, en el año 2013, a la cabeza del profesor Luis Carlos Agudelo , el AMVA y UNAL (2013), desarrollan una propuesta de Cinturón Verde basado en tres componentes: ~~ Regulación hidrológica y control a inundaciones con una estructura continua de bosques nativos y restaurados que protejan la parte superior de montañas, los nacimientos y las zonas de recarga o cuencas de orden cero de las quebradas.

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~~ Conexión ecológica, con una funcionalidad ecológica propia de los corredores biológicos para conectar los ámbitos de planificación urbano y rural por medio de una red asociada a la red hídrica. ~~ Sistema de transición urbano-rural, plantea escenarios recreativos y de singularidades paisajísticas como entornos de lúdica. Sería una franja de territorio para soportar las dinámicas propias de la frontera urbano-rural caracterizada por procesos de urbanización formal e informal, sin embargo, este sistema de transición no tendría la continuidad de un corredor ecológico de borde propuesto por BIO2030 o por el nuevo POT de Medellín. En conclusión, al observar cronológicamente los planes formulados en sus diferentes escalas, se observa un cambio de paradigma del Cinturón Verde del valle de Aburrá que pasa de un límite urbano propio de un enfoque urbanístico tradicional, que repara la planeación y la gestión del suelo urbano y rural, a un enfoque sistémico donde se da el reconocimiento de los bienes y servicios ambientales brindados por el entorno inmediato, a la vez que se proyecta un ambicioso sistema de espacios públicos, pero que dependen de la materialización de un sistema de gestión para la equidad que aún no se ha materializado.

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Figura 1. Evolución de la ciudad compacta a la ciudad fragmentada (Borsdorf. Bähr y Janoschka, 2003).


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Figura 2. Modelo de ocupaciรณn del territorio propuesto por el Acuerdo Metropolitano 15 del 2006.


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Figura 4. Espacio pĂşblico existente y proyectado por el POT en el Acuerdo 48 del 2014.



Carta para la planificación ecosistémica de las ciudades y metrópolis (resumen)

Por Salvador Rueda Palenzuela Licenciado en Biología

Las voces de alarma sobre el impacto y las incertidumbres creadas por la especie humana en los sistemas de la Tierra llevan décadas clamando sin que se aprecie un mínimo cambio de rumbo que incremente nuestra capacidad de anticipación.

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Se habla mucho, eso sí, no obstante, los resultados no llegan. Las razones son varias, pero una de ellas, fundamental, es el uso de instrumentos de planificación que no abordan con eficacia el actual deterioro urbano y el nivel de impacto que los sistemas urbanos provocan en los sistemas de soporte a todas las escalas. El urbanismo que se ha desarrollado en la era industrial ha querido, conscientemente en muchas ocasiones, prescindir de las leyes de la naturaleza. Ha seguido, de un modo u otro, las propuestas del funcionalismo donde cada territorio tiende a tener una única función, diluyendo la idea de ciudad, creando inmensos suburbios urbanizados simplificados. Ha basado la estrategia para competir entre territorios en el consumo de recursos: más suelo, más materiales, más energía. Una estrategia que explica, en buena medida, el grado de deterioro interno de las ciudades y, también, la insostenibilidad global. El impacto de algunas de las variables sobre los sistemas de la Tierra (la más conocida es la concentración de gases de efecto invernadero en la atmosfera) ha sobrepasado los límites que garantizaban el equilibrio, generando procesos de cambio irreversibles de conse-

cuencias imprevisibles. Otras variables cuentan con un margen muy reducido antes de sobrepasar sus propios límites. El escenario de incertidumbres es de tal magnitud que es bastante probable que la situación colapse, globalmente, a lo largo de este siglo. Lo que suceda en el planeta depende de una sola especie y nuestro futuro depende, sobre todo, de cómo organicemos los sistemas urbanos que, como es sabido, son los principales responsables del actual proceso hacia la insostenibilidad. Planificar los nuevos desarrollos urbanos y, sobre todo, la regeneración de los existentes, con nuevos principios es crucial y urgente. El urbanismo como práctica social de creación y transformación de las ciudades es el instrumento para abordar los retos enunciados. Las limitaciones del urbanismo actual, sin embargo, obligan a la formulación de un nuevo urbanismo con bases ecológicas: el urbanismo ecosistémico, que amplíe el foco, y nos permita, de ese modo, aumentar nuestra capacidad de anticipación. El urbanismo ecosistémico pretende ser el instrumento que ayude a configurar el nuevo paradigma que viene con la era digital y que ha

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de permitir, en estos ámbitos, desmaterializar la economía y generar una nueva estrategia para competir entre territorios basada en la información y el conocimiento. El urbanismo ecosistémico considera la ciudad como un ecosistema, el más complejo que ha creado la especie humana. Un sistema es un conjunto de elementos fisicoquímicos que entran en relación y que, a su vez, establecen un conjunto de restricciones sobre el comportamiento de los elementos que, al final, permiten identificarlo. La definición permite entender como sistema una habitación, un edificio, un barrio, una ciudad o una metrópoli, es decir, la idea de sistema es escalable. En todos los casos la definición se cumple. La laxitud de la definición permite entender que fuera de los sistemas no hay nada. De ahí su fuerza y la necesidad de aproximarse a los mismos de manera holística y, valga la redundancia, sistémica. Cuando un sistema tiene organismos entre sus componentes se denomina ecosistema. Los seres humanos son el componente principal de los ecosistemas urbanos1. El mínimo ecosistema urbano2 que puede integrar y maximizar los 15 principios del urbanismo ecosistémico tiene una superficie entre 16 y 20 ha y se ha denominado supermanzana. La supermanzana cuando integra los valores del equilibrio ecosistémico se convierte en una pequeña urbe y en la base del nuevo modelo urbanístico que, por repetición, se convierte en el módulo que permite la regeneración de cualquier tejido y la planificación de los nuevos desarrollos urbanos.

Para la inclusión del conjunto de variables del urbanismo ecosistémico es necesario dibujar tres planos • En altura • En superficie • Para el subsuelo Con los tres planos religados y con la definición de las reservas de suelo para las distintos usos y funciones es posible alcanzar los objetivos del urbanismo ecosistémico. Con un único plano en superficie, como propone el urbanismo actual, es imposible alcanzar los objetivos propuestos. Además de los instrumentos técnicos enunciados, el urbanismo ecosistémico propone desarrollar los instrumentos de carácter normativo, económico-financieros, organizativos y de gobernanza, y los relacionados con los necesarios cambios en los estilos de vida, es decir, los instrumentos educativos. El papel de las ciudades en el concierto de organizaciones internacionales es irrelevante si se compara con el de los países o incluso el de las regiones. Si es en las ciudades donde se ganará o se perderá la batalla de la sostenibilidad, parece lógico modificar el estatus de los sistemas urbanos y su relevancia en la toma de decisiones a todas las escalas, también a escala mundial. El “poder” urbano debería ser el

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necesario para abordar los retos de la sostenibilidad en la era de la información. Buena parte de los problemas de muchas ciudades están relacionados con la ausencia de norma y también de organización para hacerla cumplir. La única posibilidad de desarrollar el nuevo urbanismo es creando las condiciones organizativas que hagan posible, entre otras, la definición del cuerpo legal y su cumplimiento. La consecución de los principios y objetivos de una ciudad equilibrada, ecointegradora y más sostenible requiere de una transformación radical de la actual normativa.

las ciudades, se modifiquen los porcentajes presupuestarios dedicados a los sistemas urbanos. El incremento debería ser equivalente a la combinación entre el porcentaje de población que sostienen y el PIB que generan. Para abordar los retos del nuevo paradigma es conveniente desplegar los instrumentos educativos que permitan el cambio en los estilos de vida de los ciudadanos y el comportamiento de las empresas y las personas jurídicas en general. Con los actuales, el proceso hacia la insostenibilidad será imparable. Hasta aquí el resumen de la Carta que podrás descargarte en

En la mayoría de los países la población es eminentemente urbana, además, más del 70% del PIB mundial es generado, también, por las ciudades, no obstante, los presupuestos son recolectados por los estados y la parte dedicada a las ciudades no es equivalente a los porcentajes apuntados. En España el presupuesto estatal traspasado a las ciudades apenas alcanza el 15% cuando la población urbana es casi del 80%. En otros países como Dinamarca el presupuesto traspasado a las ciudades es cercano al 60%. Parece razonable que, en aras de abordar los retos actuales y sabiendo que la batalla de la sostenibilidad se ganará o se perderá en

www.cartaurbanismoecosistemico.com. Si consideras que esta iniciativa merece la pena ser apoyada e impulsada y que las ciudades y metrópolis deben regenerarse siguiendo las pautas y principios incluidos en la Carta, te pediría que te adhieras, que la compartas con tus contactos y, si te es posible, que se adhiera la institución o la empresa de la que estés formando parte.

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Un nuevo modelo de movilidad y espacio público

en Barcelona, basado en supermanzanas Por Salvador Rueda Palenzuela Licenciado en Biología

La Supermanzana es una célula urbana que provee las bases para el nuevo modelo funcional de Barcelona. Libera espacio para el disfrute de todos los derechos ciudadanos. Reduce impactos nocivos sobre la población. Se adapta a las características de cada tejido urbano. Integra todas las redes urbanas sin comprometer la funcionalidad del sistema urbano.

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La Supermanzana es una célula urbana que provee las bases para el nuevo modelo funcional de BCN. • Libera espacio para el disfrute de todos los derechos ciudadanos. • Reduce impactos nocivos sobre la población. • Permite alcanzar los objetos del PMU 2013-2018. • Se adapta a las características de cada tejido urbano. • Integra todas las redes urbanas sin comprometer la funcionalidad del sistema urbano. La Supermanzana está definida por: • Perímetro de las rutas de 400 m x 400 m. • El vehículo privado de paso no puede circular por sus vías interiores. • Permite ejercitar todos los derechos ciudadanos en el espacio público de cuc vías interiores.

• Dentro de las Supermanzanas, los ejes monofuncionales de transporte se convierten en espacios multifuncionales.

Supermanzanas funcionales Las Supermanzanas funcionales empiezan el proceso de transformar la movilidad y el espacio público, integrando la red completa de transporte y la red verde. Las Supermanzanas funcionales están definidas por vías básicas y previenen la circulación a través de su interior con, en principio, un sistema circulatorio de bucles que obliga al vehículo a circular por la vía básica y áreas de movilidad local. En las vías interiores, la velocidad máxima es de 20 km/h. La fase 1 de implementación se lleva a cabo, principalmente, a través del cambio de señalización.

Supermanzanas urbanísticas

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La Supermanzana se transforma, expandiendo los espacios ciudadanos (donde todos los derechos pueden ser ejercidos) a casi todas las vías interiores. Su implementación puede llevarse a cabo a través de pilñonas, plataforma única y/o señales especiales. La velocidad máxima permitida es 10 km/h. Esta velocidad es compatible con el ejerciciode los derechos ciudadanos. Los peatones/ciudadanos ocupan el espacio entero de las Supermanzanas. Los móviles restantes adaptan su velocidad la de quienes caminan. En las vías básicas, los peatones, circulan por las aceras. El espacio público representa el 94% del total del viario.

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Yo y el mundo real

Por Mag. Arch. Arquitecta Laura P. Spinadel

Lo autobiográfico nos marca en nuestro pensar y en nuestras acciones. Estoy convencida que lo que hago es formador de sociedad…. y eso muchas veces me hace tomar conciencia que debo nutrir permanentemente mi curiosidad, alimentándome con imágenes y experiencias en todo el planeta

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Yo y el mundo real Dime, ¿en tu niñez te dejaban jugar en la calle? Lo autobiográfico nos marca en nuestro pensar y en nuestras acciones. Estoy convencida que lo que hago es formador de sociedad…. y eso muchas veces me hace tomar conciencia que debo nutrir permanentemente mi curiosidad, alimentándome con imágenes y experiencias en todo el planeta. Ver como las diversas culturas pasan su tiempo en sociedad es para mí urbanidad. Y al construir los espacios para la vida como diseñadora integral de esos vacíos debo permanentemente domar el enano que todos tenemos adentro para estar abierta a otras formas de sentir las múltiples realidades. Mi llave siempre ha sido ligar el espacio con el tiempo que es quien nos lleva a entender que todo cambia y que lo importante es ser sensible a reconocer las potencialidades que debemos despertar en la gente para que se relacione y evolucione.

Te preguntarás, ¿y YO como arquitecto que tengo que ver con todo esto? Volvamos a mi pregunta del principio. Yo no podía jugar sola en la calle pues viví gran parte de mi niñez y adolescencia en dictaduras militares en la Argentina. Hoy vivo en Viena, una ciudad donde todo el que se precie de no juega en la calle pues eso es propio de extranjeros e inmigrantes. Y en mi trabajo como arquitecta holística estoy permanentemente enfrentada al espacio público privatizado que obviamente nadie quiere pagar y que en nuestra cultura globalizada está marcado por el Big Brother y el miedo a lo diferente. Y de pronto leo que las expectativas de vida aumentan en las sociedades equitativas. Que las disonancias socio-económicas afectan mi felicidad. Son los momentos que me pregunto ¿por qué si todos lo entendemos así seguimos aceptando evadirnos de la realidad en lugar de intentar construirla?

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Será que esa necesidad que todos tenemos de vivir en armonía con el cosmos empuja a unos más y a otros menos a creer que su aporte tiene sentido…… Podemos creer en un futuro mejor si ignoramos el presente…………. Steven Spielberg me despabila de tantas elucubraciones filosóficas diciéndome en Ready Player One: Y llegó un momento aproximadamente en el año 2030 donde todos dejaron de sentir que podían hacer algo por este planeta. Por qué será que no lo quiero aceptar, más sabiendo que las culturas no se mueren………sólo se transforman……….. Creo que es importantísimo que alguien modere el proceso y genere la mesa de Hannah Arendt para interrelacionar intereses y permita gestar ya en el proceso comunidad. Pero creo que nos faltan los instrumentos para volver a aprender a trabajar en equipo a pesar de tener objetivos diferenciados. Creer no es lo mismo que amor a primera vista pues hemos olvidado - por lo menos con respecto a nuestra realidad - a ver y a sentir el mundo que nos rodea. Estos años he viajado muchísimo por el mundo presentando el proyecto del Campus WU que no ha quedado en el papel, sino que con el esfuerzo de miles de personas se ha convertido en un espacio contemporáneo motor de la economía y de la cultura en Viena. No es simplemente un espacio joya barroco sino un proceso que esta ciudad

se animó a iniciar. Debo reconocer que estoy espantada de la burbuja inmobiliaria de la especulación que está destruyendo todos los valores de los que hablo para construir la RES PUBLICA en el Siglo XXI. Me dan esperanzas iniciativas como la Ley del Paisaje en Chile, los Movimientos Flower Power Barriales en Australia o las nuevas generaciones americanas en Washington que no quieren el American Dream. Aprendamos a mirar y a creer nuevamente. ¡Vale la pena animarse a jugar y crear desde adentro!

Los arquitectos son SCOUTS de la realidad La credibilidad que nos regalan como arquitectos al activar nuestras antenas sensitivas en las sociedades en las cuales actuamos es prácticamente nula. Es como que lo que planteó Hans Hollein en 1996 como tema para la Bienal de Venecia “Preanunciar el Futuro – el Arquitecto como Sismógrafo” no puede y no quiere ser aceptado por los sistemas aparentemente establecidos. Integrar nuevas formas de comunicación e interacción en el proceso de concreción de nuestros proyectos en una sociedad donde habitualmente existen especialistas de Coaching, Lobbying, Publicidad, Desarrollo de Imagen Corporativa, Estudios de Mercado, Tendencias de Futuro y muchas más, ha hecho que la labor del arquitecto que intenta penetrar esos códigos sea muy compleja. La comunicación es un tema que viene al final no al principio acompa-

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ñando todo el proceso – fue la respuesta a nuestras inquietudes durante mucho tiempo. Hasta que decidí no actuar más como Arquitecta sino como Comunicadora con mi segunda empresa BOA oficina para la ofensiva aleatórica. Hace más de 15 años que trabajo con mis clientes también desde esta plataforma multidisciplinaria de comunicación, mediación y moderación de procesos de creación. Y como no podía ser distinto hemos decidido ir a la ofensiva y dejar de estar en la defensiva. En la actualidad estamos plenamente sumergidos en la Planificación de Futuro en 3D con un nuevo instrumento digital de parametrización consensual llamado Menus Urbanos que estamos desarrollando con la Agencia de Fomento Económico en el Programa Innovación de las Industrias Creativas de la República de Austria. Es decir que a partir de la realidad podemos desarrollar visiones de futuros posibles en los cuales los actores interactuantes sea cual fuera su función e interés en el proyecto puedan interactuar para llegar a una toma de decisiones óptima. El mínimo común denominador nos lleva a considerar que los temas que nos unen son la ecología entendida como el enfoque cultural de un grupo de interés con respecto a un cambio posible, la urbanidad interpretada como los códigos de conducta definidos por una postura política y social, y por último la densidad que claramente representa los intereses económicos imperantes en la creación de nuestras ciudades desde hace más de dos siglos. Sin embargo, creo que a raíz del cambio climático por un lado y – nos guste o no – un sistema democrático, pero también globalizado por otro, la economía sola no

puede avanzar. Existen historias exitosas de los diversos colores y formatos que demuestran que cualquiera de los tres intereses planteados será mucho más efectivo si logra el consenso con los otros dos. Los Menús Urbanos son el instrumento con el cual en este momento estamos trabajando con una movida educativa a partir de la Iniciativa Bink y la Bienal de Venecia 2018 para llegar a los niños y la juventud con una educación cívica acorde a las necesidades de los espacios públicos que nos unen. Asimismo, estamos desarrollando el área costera de la Ciudad de Krems en Austria que es la ciudad más innovativa del país que ha decidido encarar el proyecto refundacional de la Milla Deportiva a Orillas del Danubio con la ayuda de los Menús Urbanos. Es decir que la curiosidad intelectual como camino para descubrir aplicaciones no tan obvias de la teoría del juego en la arquitectura es nuestra manera de asumir un rol activo en nuestra producción cotidiana. El juego es un Juego de Sociedad pues lleva a la socialización del individuo en una comunidad virtual y consecuentemente en el desarrollo de una comunidad real. Y asumir que debemos explorar en la realidad concrteta que nos toca vivir para descubrir las señales que necesitamos para poder construir es un cambio de paradigmas total. Ya no podemos creer que como arquitectos lograremos controlar el mundo. Somos simplemente quienes debemos interconectar fuerzas a fin de permitir que surjan las VISIONES que los lugares y las comunidades necesitan. Estoy convencida que si entre todos pudiéramos crear

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una masa crítica de milagros urbanos obviamente que reales quizás……y sólo digo quizás………..arribaríamos a un punto para que nos devuelvan la confianza como arquitectos y urbanistas y nos permitan reintegrarnos a la sociedad en que vivimos. Yo aun no lo logré.

Los arquitectos son Trovadores de un futuro mejor Le Corbusier abogó en el año de mi nacimiento – 1958 - por una “nueva arquitectura” para un “hombre nuevo”. La omnipresencia del arquitecto creyendo en el poder de sus espacios para modelar una sociedad produjo muchos pecados construidos entre los arquitectos de todo el planeta. El péndulo giró de pronto hacia el otro lado y la influencia de la arquitectura en la vida de sus habitantes empezó a ser un tema ignorado y evitado. Muchas arquitecturas contemporáneas han ido aún más lejos y se limitan a producir diseño o a prestar un servicio al capital o a la administración pública de turno. Yona Friedman luchó en ese mismo año 1958 por una Arquitectura Móvil en sus manifiestos visionarios, donde las megaestructuras sobre ciudades existentes les permitían a los ciudadanos reconfigurar su vida futura de manera flexible. El desarrollo de utopías que decidían actuar desde “afuera” o desde “arriba” de las sociedades para las cuales se concebían, llevó a la arquitectura y al urbanismo a perder el foco

disciplinar y su responsabilidad social. Actualmente encontramos esta postura en la nostalgia y en la fascinación por los diseños que sólo podrán ser construidos por robots. Tomás Maldonado defendió también en ese año 1958 los nuevos desarrollos en la industria y en la formación de diseñadores de productos aplicados a objetos desde la cuchara hasta la ciudad. Su amplitud de enfoque científico del diseño alejó a muchas generaciones de creativos de los problemas sociales del diseño para quedarse en la dicotomía entre funcionalismo y esteticismo que sólo podía ser superada por una base metodológica sólida. Hoy la llamaríamos paramétrica. Exactamente medio siglo después al ganar el Concurso para la nueva Universidad de Economía en el 2008 en Viena sentí que había entrenado toda la vida para resolver la tarea que de pronto debía encarar. Y obviamente era consciente que ninguna de las posturas extremas antedichas me iba a dar las respuestas que buscaba para el Proyecto integral que sabía debíamos desarrollar. Las primeras preguntas que nos hicimos apelaban a la Responsabilidad Social Corporativa tanto de nuestras empresas BUSarchitektur & BOA oficina para la ofensiva aleatórica como a la de la “empresa” Universidad WU, la Empresa Inmobiliaria Nacional BIG de la República de Austria y la Ciudad de Viena. Es decir que el primer paso para lograr las alianzas estratégicas buscadas para empezar a trabajar fue indudablemente ideológico y filosófico y fue incluido entre los documentos contractuales con una jerarquía preferencial.

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Y ahora exactamente 10 años después estoy hablándoles en San Martín de los Andes en el 2018 en el Primer Congreso Patagónico de Arquitectura acerca del Espacio Público preguntándome cuantos de Ustedes viven en Barrios Cerrados, trabajan en Espacios con Acceso Controlado o sólo se mueven con vehículos privados. Y como soy consciente que la exclusión es un tema muy complejo pues yo misma vivo en un continente amurallado, me pregunto de qué espacio público puedo hablarles. Mi respuesta al tema es empezar a aprender de la historia y del enemigo. Me refiero a lograr una apertura mental frente a formas de vida distintas y nostalgias que me resultan extrañas. No existe un solo futuro. Existen de la misma manera que como individuos tenemos un doble que por la noche sale a explorar los futuros posibles para nuestra vida individual, muchas opciones para una comunidad. Nosotros decidimos trabajar a partir de los sueños y creo que entender el Sueño Americano, el Sueño Europeo, el Sueño Productivo, el Sueño Imperial y el Sueño de los Negocios nos está ayudando a pensar que podemos proponer como arquitectos cuando le pedimos a la sociedad que negocie un balance sustentable. Me entusiasma mucho dejarme sorprender de la alquimia resultante al estar abierta a muchos desarrollos posibles antes de aconsejarme y aconsejarles y aconsejarnos jugarse por uno.

Los arquitectos son Argonautas de un mundo de fantasías Hacer arquitectura hoy es un juego nómico tal cual coincidí este año en Harvard con Peter Suber, su autor.

Las reglas de juego son paradójicas, los jugadores cambian de parecer continuamente y todo proceso termina siendo auto- referencial. Consecuentemente la búsqueda de un equilibrio holístico en todo momento de nuestro actuar se encuentra a lo largo de todo el proceso de proyecto y su ejecución con un balance inestable de fuerzas entre usuarios, ciudadanos, desarrolladores, políticos, especialistas y arquitectos. Desde hace muchos proyectos que sostengo la tesis que el equilibrio sustentable entre los cuatro cuadrantes de Ken Wilber no es un hecho preexistente a nuestra labor como arquitectos y urbanistas. Me refiero a lograr el equilibrio entre el desarrollo personal, la tecnología objetivable, la interacción cultural y los impulsos sociales requiere aceptar la importancia de cambiar permanentemente el punto de vista animándose a pensar en otras categorías. Estoy convencida que nuestra apertura mental en la búsqueda del valor agregado que debe imprescindiblemente incorporar nuestro accionar muchas veces nos lleva a estrategias casuales en el desarrollo de los proyectos. El desequilibrio entre los cuatro cuadrantes (o dicho de otra forma con las palabras de Wilber, el yo, el lo, el nos y el vos) es la condición de partida que nos obliga a gestar reacciones en cadena

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interrelacionadas a fin de lograr despertar el potencial de CoOpetición del cual hablamos, tanto de los actores directos como del efecto dominó resultante una vez que ocupemos la realidad en la cual actuamos. CoOpetir entre lo público y lo privado asumiendo la simultaneidad de los principios de cooperar y competir al hablar de calidad de vida y amortización de capital. Competir cooperativamente a fin de lograr éxito en los emprendimientos y desarrollos de mecánicas de diseño alternativas a las de la globalización. A diferencia de la Aldea Global, que en su intento de homogeneizar es cada vez más excluyente, entendemos, que las Aldeas Holísticas como el Campus WU son los lugares que celebran la diversidad y la inclusión.

Nos referimos a la inclusión de todas las disciplinas que interactúan en el desarrollo y el disfrute del hábitat construido. Nos referimos a la motivación de todos los seres humanos para lograr un ambiente armónico. Nos referimos a la integración generacional y cultural de todos los que creen que lo que hacen busca un cambio de paradigmas La misión de las Aldeas Holísticas es crear una masa crítica de librepensadores que decidan mediante su autodeterminación calificar el entorno en el que coexisten.

Nuestras acciones pueden dar forma a las sociedades holísticas. Esa es nuestra esperanza y un sueño que queremos compartir con todos aquellos que se cruzan en nuestro camino y que en el Campus WU fue el denominador común y el fuego holístico que nos unió frente al desafío planteado. Y fue así que en la contratapa del libro Campus WU Una historia holística escribí: La concepción de lugares que aspiran a un diálogo con la Creación, intenta motivar la percepción inconsciente de las personas que vivencian nuestros espacios. La Realidad me está demostrando que algo Mágico pasó en Viena y que miles de personas se dejan seducir por esta Utopía que se hizo Realidad. www.busarchitektur.com www. boanet.at www.holisticvillages.com

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Procesos Locales

Por Grupo Talca Arquitecto Martín del Solar Arquitecto Rodrigo Sheward

Una historia lineal en el tiempo es capaz de transmitir lo que como GrupoTalca hemos venido trabajando durante más de 15 años sobre procesos locales muy relacionados con el habitante y sus saberes La historia del pescador de Cuchi, la del leñador de Pinohuacho y la de la pareja de leñadoresde Puerto Cisnes son las que a lo largo de los 15 años han entregado el camino de como operar y donde situarnos como arquitectos

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En un comienzo nos movíamos más por intuición bordeando los temas que nos interesaban poniendo en el centro a la arquitectura o al arquitecto sin perder de vista el valor de la sabiduría local como patrimonio cultural de un territorio que era capaz de construir paisaje. Esta manera de moverse intuitivamente decanta en un viaje que hacemos junto a un leñador y su hermano mueblista, ambos de la Cordillera de los Andes, a Venecia y es ahí donde caemos en cuenta en que andábamos y que buscábamos haciendo arquitectura en lugares remotos o mas relacionados a las personas que las cosas.

Desde un territorio sin senderos Desde la nueva carretera costera que atraviesa el tramo acotado por los ríos Mataquito y Maule, flanqueada a un costado por bosques de pino insigne y al otro por el inmenso campo dunar de junquillart, difícil es visualizar Cuchi, un pequeño asentamiento rural en medio de arena y pajonales, y más difícil es entender cómo y por qué habitan ese territorio que no admite senderos. Recordando territorios cordilleranos como los faldeos del volcán Villarrica y Choshuenco, en donde las referencias que otorga el paisaje mediante sus altas cumbres y pronunciadas quebradas, acompañadas siempre por sinuosos senderos que sortean de la mejor y más económica manera los arduos obstáculos al paso. Justamente al paso es como se entiende el que hacer local que circula en búsqueda del día a día desgastando el musgo y la piedra de altura. El sendero acompaña el ir y venir diario de andinistas en búsqueda de lograr vencer el tramo y de habitantes que deben regresar a casa con leña y comida.

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Otro es el caso de Caleta Tortel, en donde los senderos artificiales sobre la roca marina y erosionados bordes de cerro, son la manera de ordenar el paso cotidiano respondiendo a las mismas condiciones del sendero cordillerano, pero a una escala más acotada pero no menos importante. Cuchi, Inserto en el centro de una inmensa duna solo aparece al acercarse a un pequeño cumulo de eucaliptus y pinos que devela, desde la carretera, este asentamiento. Ésta pequeña conformación les permite protegerse del viento, permitiendo la permanencia, habitando bajo estos árboles. Una vez dentro de Cuchi se comienza a entender como logran dominar este territorio dunar agobiado por fuertes vientos que transforman y moldean este territorio día a día borrando huellas y desplazando pequeños valles y cumbres de arena. Este pequeño pueblo de pescadores y extractores de machas habitan a tres kilómetros desde la costa, teniendo que atravesar diariamente la duna para llegar a la orilla donde antes del amanecer comenzarán con sus labores de extracción. “UN FARO DE TIERRA” nos respondía el pescador al preguntar por una inmensa vara anclada a la arena que yacía en el horizonte, de camino desde su casa a la orilla. “es nuestra manera de orientarnos en medio de la duna para obtener el tramo más corto desde la casa al mar”.

Señales aéreas ancladas a la arena les permitía domar el paso sobre el territorio, pues sus pasos que podrían desgastar ese suelo o construir su sendero artificial como en el caso de Caleta Tortel, en este territorio, era imposible gracias al dominio de los vientos que cada día desplazaban los livianos granos que conformaban su suelo. La herencia del oficio dominaba la mano plenamente y otorgaba la mejor respuesta a los encuentros que solicitaban los distintos materiales recogidos tras cada temporal que conforman sus viviendas, cercos y galpones sorteando los vientos, la sal y la humedad a través del nudo y la amarra con la misma maestría que enmiendan sus redes pesca tras pesca. Visualizando la desgastada soga que amarra dos piezas de madera tinglada conformando un paramento, distintos desechos que ordenados de tal forma les permiten un refugio contra los vientos y algunas planchas de zinc y un pequeño bote invertido que conformaba la techumbre del pasillo de la vivienda es cuando se logra entender la dependencia del habitar con el territorio en distintas escalas. Desde la manera de emplazarse hasta que cada material que ahí utilizan, es recolectado luego de cada temporal que azota la zona. “ el temporal nos entrega lo que a lo ancho de chile le arrebató a otros”,

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haciendo referencia a como entienden que el río Maule trae consigo tal cantidad de materia y materiales que arrastra de cordillera, pasando por los valles y descargándolos al mar, devolviéndolos a las orillas tal como el mismo río descarga los sedimentos que conforman el campo dunar de Junquillart. Tablas de alguna rancha destruida por un temporal en Armerillo, planchas de zinc arrastradas desde las orillas de La Puntilla, conforman los muros y divisiones que construyen sus viviendas donde se refugian esperando volver tras cada temporal a las orillas para completar o ampliar su vivienda y seguir dominando desde la mano este territorio que no admite senderos y que no guarda memoria del paso de sus habitantes pero que se hace presente a través de aéreas señales esbeltas en el horizonte que develan su refugio y su paso. Esta pequeña historia es la que puede explicar mejor como el año 2001, estudiando arquitectura en la Universidad de Talca, Chile, nos encontramos con este caso y trabajando junto a los pescadores podemos resolver un taller sobre el habitar mínimo y poder darnos cuenta del valor cultural que existe en la persona y como esta cultura que tiene que ver con sus saberes y oficios son capaz de domesticar el territorio y construir paisaje. Es así que mostraremos algunas obras y los relatos de personas muy arraigadas a los procesos locales en relación con su cultura y territorio

que habitan en donde a través de estos 15 años nos encontramos rondando recurrentemente sobre como a partir de una sabiduría podemos hacer arquitectura que se relaciona con comunidades rurales o en la periferia urbana en donde las generaciones jóvenes han abandonado estos lugares con pocas posibilidades de volver a trabajar estas tierras donde nacieron y se educaron en su temprana edad. Estamos en un momento histórico en donde este regreso de las generaciones jóvenes que traen conocimiento técnico o profesional, sumado a la sabiduría que aún habita estos territorio, padres y abuelos, son capaces de construir una nueva ruralidad que permite pensar estos territorios desde una manera sustentable y bajo una mirada de desarrollo que ya no es solo subsistencia o solo es una manera extractivista depredativa, sino que ambas miradas juntas sobre el mismo territorio serán capaces de cohabitar y trabajar juntos teniendo ese equilibrio que permita permanecer y desarrollarse a la escala humana y no terminar desplazando a la periferia urbana tras vender sus tierras por falta de oportunidades.

La historia del pescador de Cuchi, la del leñador de Pinohuacho y la de la pareja de leñadores de Puerto Cisnes son las que a lo largo de los 15 años han entregado el camino de como operar y donde situarnos como arquitectos,

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entendiendo que ya no debemos situarnos en el centro, llevando arquitectura donde el arquitecto no llega, como lo declarábamos antes del año 2016, si no que situándonos a un costado de este tipo de persona sabia y escuchar lo que tiene, que como Latinoamérica creemos, es nuestro gran patrimonio que podemos mostrar y contar al mundo.

La Mirada de Pedro A fines del año 2015, Alejandro Aravena nos convoca a participar de la XV Bienal de Arquitectura de Venecia dentro de la muestra principal que congrega a 88 arquitectos internacionales. Esta invitación no hace preguntarnos que mostrar en Venecia desde un lugar muy remoto, teniendo en cuenta que no tenemos recursos como oficina y que tenemos una obra construida muy pequeña. Decidimos contar la batalla ganada por un pequeño poblado que no aparecía en el mapa local ni nacional pero que, por su voluntad por permanecer, habían logrado que los hijos vuelvan a vivir junto a sus padres en las mismas tierras donde crecieron, ahora esa vuelta había recibido a los hijos con estudios secundarios y técnicos. Una pequeña obra desarrollada el año 2016 logra construir la postal que hace aparecer a Pinohuacho no solo en el mapa local o nacional, si no que en el mapa mundial. Un pequeño mirador de madera diseñado y construido con la inteligencia de la mano de un leñador, un carpinte-

ro y un mueblista de Pinohuacho, desde la sabiduría del oficio, al igual como se entiende el caso del pescador de Cuchi. Nuestra propuesta para exhibir en la XV Bienal de Venecia es justamente llevar lo único que teníamos o que Pinohuacho tenía para mostrar y decir al mundo, en este caso no era el objeto mirador, si no que este mirador pensado como un caballo de Troya llevaría a Pedro el leñador y su hermano Carlos el mueblista a Venecia a contar su historia de voluntad sobre este territorio y como han permanecido y logrado que sus hijos vuelvan a vivir a trabajar estas tierras. Finalmente, lo que sucede en Venecia es lo que nos sitúa y nos hace entra en conciencia de que estábamos haciendo y estábamos buscando estos 15 años y sucede cuando el jefe de seguridad de la Bienal de Venecia, Doménico Lanucara le dice a Pedro en el momento de comenzar a montar la muestra dentro de Corderie en el Arsenal. “Pedro, tenga mucho cuidado con perforar estos muros, pilares y suelos, no los toquen, solo emplacen la obra y tengan mucho cuidado con todo” a lo que Pedro le pregunta, “¿por qué Domenico?..., “Porque usted Pedro está parado en un edificio de mas de mil años”, Pedro recorre su mirada sobre el arsenal observando el edificio, a lo que responde ¿así que ustedes tienen edificios de mas de mil años, yo tengo un volcán de millones de años”.

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Acá es cuando entendimos a que le pone énfasis un leñador de la cordillera de los Andes. Nos deja claro que pone el énfasis en ese territorio, en la persona que lo habita en relación a él y como se siente parte de esa relación. Pone el énfasis en la persona y no en las cosas. Este relato nos sitúa definitivamente a un costado de un tipo de persona especial, el leñador, por su sabiduría, puede llevar un mensaje a Europa desde Latinoamérica diciéndonos que hay un valor que ha estado algo invisibilizado, que tal vez no tenemos grandes ciudades o templos para mostrar pero que si tenemos una persona excelente que sabe habitar la tierra de manera justa.

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82 Un faro de tierra, Dunas de Junquillar


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Pedro y Carlos, leĂąador y mueblistas de Pinohuacho; Mirador que ellos construyeron el aĂąo 2006.


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Pedro el leĂąador


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La Mirada de Pedro, Bienal de Venecia



Plan de desarrollo urbano de la zona noroeste de la ciudad de Mar Del Plata

Por Dr. Arquitecto Guillermo Tella

En las ciudades intermedias se observa una tendencia creciente hacia la segregación socioterritorial que pone en evidencia el fuerte proceso de fragmentación social y urbana por el que atraviesan. Con menor distancia física entre grupos sociales, se consagran marcados contrastes y una distribución asimétrica de oportunidades. El espacio público expresa las desigualdades urbanas en respuesta a esas fuertes diferencias sociales.

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Las ciudades tienen orígenes diferentes pero crecimientos similares. Cuentan con un núcleo histórico-institucional, con infraestructura ferroviaria a la que se le superponen (tiempo después) las rutas del transporte vehicular. La ciudad crece al ritmo de las subdivisiones de las manzanas fundacionales, de las quintas aledañas y de las chacras próximas, que fueron valorizando la tierra rural y la propia ciudad con autonomía de los servicios públicos. Hoy muchas de esas ciudades forman constelaciones metropolitanas. Argentina cuenta con una población altamente urbana.

recurrentes, identificadas en casos recientes, que podrían sintetizarse como:

El índice de urbanización es superior al 89%. En la actualidad, mientras aproximadamente el 50% de la población del país reside en seis grandes ciudades o aglomerados; cerca de un 32% lo hace en 273 ciudades de tamaño medio (10 mil a 500 mil habitantes).

• Procesos crecientes de fragmentación social y segregación residencial.

Las ciudades intermedias pierden equidad en un territorio desequilibrado. En términos generales, encontramos problemáticas críticas

• Débil papel asumido por las (numerosas) ciudades de tamaño medio. • Dispersión urbana en baja densidad y acceso desigual a infraestructuras. • Dificultad de acceso a viviendas adecuadas y a equipamiento básico.

• Demanda de producción de vivienda colectiva para diferentes sectores sociales. • Conflicto entre usos, falta de planificación y marcos normativos vetustos.

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• Ausencia de instrumentos apropiados para equi-distribuir cargas y beneficios. • Conflictos de tránsito vehicular, superposición de modos y ausencia de red. • Fragilidad ambiental producto del consumo especulativo del paisaje natural. • Disposición final de residuos sólidos urbanos con escasa tecnificación. Es necesario entonces pensar en las ciudades intermedias como el punto de apoyo para promover un mayor equilibrio regional. Si bien cuentan con un bagaje de instituciones y empresas así como infraestructuras y conexiones que otras no poseen, requieren del diseño de políticas de descentralización, aprovechando el mayor crecimiento relativo de ciudades observado en el último medio siglo, respecto de los grandes centros urbanos. Dado que ese crecimiento no siempre fue acompañado de un desarrollo proporcional en los sectores productivos y en la provisión de servicios e infraestructura básica, el desafío es dotar de equipamiento urbano (sanitario, educativo, cultural, habitacional, etc.) en aquellas ciudades consideradas de carácter intermedio. La oportunidad que

ofrece esta escala para la planificación resulta mucho más apropiada para capitalizar las condiciones locales. Con una planificación ajustada al territorio, elaborada desde lógicas ascendentes (de abajo hacia arriba) y siguiendo estrategias de gestión, las ciudades de carácter intermedio se podrán posicionar competitivamente. Las ciudades capaces de afrontar esa situación fueron aquellas que encararon estrategias de desarrollo local, desde lo local propiamente dicho. Los gabinetes municipales deben asumir el liderazgo en la conducción de los procesos de transformación del territorio y establecer reglas de juego para los diferentes agentes intervinientes. Y, también, tendrán que recuperar a la participación como motor de crecimiento y de mejoramiento de la calidad de vida urbana y de legitimación de las políticas públicas. En este marco fue concebido el plan estratégico para el desarrollo del sector noroeste de la ciudad de Mar del Plata, cuyo objetivo central es dotar de equidad al territorio. Por ende, se tiende a: • Definir políticas y acciones locales de planeamiento regional y urbano. • Repensar nuestro territorio en términos de equidad y de inclusión. • Dotar a las ciudades de redes de infraestructura y de equipamientos. • Producir viviendas sociales para afrontar las demandas habitacionales.

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• Impulsar estrategias de densificación conducida en áreas servidas y equipadas.

Desafíos de cara a la próxima década

• Proteger el paisaje, principalmente en ciudades de tamaño medio.

Las ciudades no son lugares en el espacio sino historias en el tiempo.

• Actualizar los marcos normativos locales de regulación edilicia y urbanística. • Desarrollar instrumentos urbanísticos de redistribución de cargas y beneficios. • Transformar los viejos catastros físicos en sistemas digitales multifinalitarios. • Capacitar a los equipos técnicos locales en el manejo de nuevas herramientas. Con lo cual, para un mayor desarrollo, sustentable en el tiempo y capaz de mejorar las condiciones de vida de su población, la ciudad debe aprovechar esas oportunidades. Desde esa mirada, se requiere de una serie de herramientas que permitan reconocer, interpretar y actuar en diferentes escalas de abordaje, mediante la formulación de lineamientos estratégicos, programas de actuación e instrumentos de gestión urbanística.

Que una ciudad crezca y de qué modo lo haga forma parte entonces de un proceso de construcción colectiva. Para tal proceso resulta indispensable planificar su crecimiento, generando un modelo con el cual direccionarlo. Y ello requiere de una fuerte iniciativa de gobierno así como de la activa participación del conjunto de actores sociales involucrados. El Plan entonces promueve una serie de políticas que tiendan a consolidar una ciudad cada vez más equitativa e inclusiva, participativa y democrática, diversa y plural, innovadora y sustentable. Si bien la diversidad de intereses que conviven en una comunidad resultan difíciles de conciliar, se consolida como el espacio de lo público, priorizando el bien común con visiones articuladas para hacer realidad ideas del presente en un futuro cercano. La ciudad es el espacio en el que la sociedad se reproduce, en el que los asentamientos humanos se expresan, en donde se establecen relaciones de poder y se articula lo público con lo privado. Intervenir en territorios en constante mutación requiere abandonar la concepción tradicional de planeamiento para avanzar en el diseño de propuestas flexibles, audaces y eficientes.

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En el caso de estudio se plantean lineamientos capaces de orientar el desarrollo mediante acciones que tienden al reequilibrio del territorio. Con el propósito de capitalizar ventajas de localización, accesibilidad e infraestructura, el plan apunta a completar y consolidar el tejido urbano existente, conteniendo el crecimiento de la ciudad sobre áreas rurales y creando nuevas subcentralidades. Asimismo, conforma un sistema verde público integrado, que recupera al espacio público como contenedor y a sectores en desuso como atractivo cultural, y revitaliza áreas de protección histórica. Para la ejecución de programas y proyectos, presenta diferentes instrumentos de gestión urbana (normativos y financieros) de carácter combinado, donde la aplicación de uno habilita la del siguiente. Las estrategias de desarrollo local emergen de una planificación participativa y de una fuerte presencia del gobierno, que motorice el crecimiento y mejore las condiciones de vida. En primer término, es necesario relevar las actividades productivas y los recursos existentes, sobre la base de fuentes secundarias y primarias, informantes-clave y talleres de discusión y datos obtenidos del censo de recursos y necesidades elaborado ad hoc. De esta manera es posible formular un diagnóstico que conduzca a determinar el perfil del distrito. La síntesis diagnóstica da cuenta entonces de problemas en el sector a escala local. Esta característica de fuerte dependencia de variables exógenas señala la necesidad de aunar esfuerzos para lograr diferenciar, articular y tecnificar la producción de bienes y servicios locales.

En un sector como el de referencia, la ocupación del suelo decrece desde el área central hacia los bordes. Y en ese recorrido ofrece un gran número de edificaciones con aptitudes para ser preservadas desde el punto de vista histórico y turístico. Sin embargo, diversas barreras físicas (como el tendido ferroviario y los canales) han condicionado un crecimiento dispar, con un trazado lineal que divide a la ciudad en dos áreas y un escaso protagonismo de los cursos de agua en la vida de la ciudad. Su inserción en el sistema de pertenencias regionales presenta amenazas que exigen un manejo responsable del suelo, del agua y de la biodiversidad, y desequilibrios territoriales que implican una pérdida del potencial de desarrollo endógeno y una distribución equitativa de la riqueza. Por ende, el modelo tiende a evitar el desarraigo de la población residente en las localidades, a preservar las áreas naturales más frágiles y al subsistema de lagunas, a revitalizar el área central y a fortalecer su patrimonio. La ciudad expresa sus contrastes sociales y económicos, y esta diferenciación da cuenta de la fuerte presencia de un actor determinante: el Estado municipal, que cumple la función de ordenar el territorio, resguardar la productividad del espacio rural y ofrecer un orden urbano regular, con una trama cuadricular y con manzanas parceladas.

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Esto determina el tipo de infraestructura a proveer, la densidad y la capacidad edificable del suelo. Encontramos entonces un doble discurso. El del “orden” (dado por el Estado) y el de la “diferenciación” (a partir de las cualidades del espacio construido). Por otra parte, la ciudad define áreas homogéneamente consolidadas y otras (más heterogéneas) con potencial de desarrollo, en función de su dotación de infraestructura: son sectores con intersticios vacantes, capaces de absorber la demanda de nuevo suelo urbano para el desarrollo residencial, comercial e industrial. En términos generales, al cambiar indicadores urbanísticos de una zona para otorgarle mayor capacidad constructiva, se tienden a disparar los precios del suelo urbano. Dicho instrumento buscará un uso más eficiente de la infraestructura urbana disponible en el resto de la ciudad: preserva un polígono urbano y concentra el desarrollo (clustering) en otro. Asimismo, busca redistribuir los beneficios que se obtienen del desarrollo y a solventar intervenciones en aquellas áreas que el plan requiera. Con la aplicación de estos instrumentos, el plan puede, por una parte, conservar las cualidades del centro de la ciudad, resguardando el valor de su paisaje urbano. Por otra, compensar los efectos no deseados, promoviendo la inversión de los propietarios y la conservación de sus inmuebles. Y el municipio puede capturar y administrar la mayor capacidad edificatoria otorgada. Reconocer cómo evoluciona tendencialmente una ciudad, de qué modo se produce la diferenciación de lugares, cómo enfatizar criterios

de sustentabilidad ambiental y cómo dinamizar al sector productivo, permitirá desarrollar propuestas que fomenten una ciudad más sostenible, más amigable. De tal modo, el plan permite ejecutar programas y proyectos considerados prioritarios para mejorar la calidad de vida de la población, para generar una ciudad para todos, más saludable, equitativa e integrada. En las ciudades intermedias se observa una tendencia creciente hacia la segregación socioterritorial que pone en evidencia el fuerte proceso de fragmentación social y urbana por el que atraviesan. Con menor distancia física entre grupos sociales, se consagran marcados contrastes y una distribución asimétrica de oportunidades. El espacio público expresa las desigualdades urbanas en respuesta a esas fuertes diferencias sociales. Es indispensable pues operar con estrategias que tiendan al control de sus efectos para promover el incremento de la diversidad social en el espacio. Desde esa perspectiva se enmarca el plan de desarrollo urbano, que define los lineamientos a implementar de cara a la próxima década con el propósito de construir una ciudad más inclusiva, más equitativa e integrada

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