Nuestra vida era sencilla, tranquila y feliz.
Mientras mi hermana asistía a sus controles médicos...
... yo aprendía muchísimas cosas en la escuela.
En casa, los abuelos nos cuidaban hasta que mamá volviera del trabajo.
De repente, la pandemia transformó completamente nuestra vida.
La pandemia tiene mayor impacto en hogares con niños, niñas y adolescentes.
Yo no pude volver a la escuela y mamá no pudo regresar a su trabajo.
En los hogares con niños, niñas y adolescentes, más personas perdieron su empleo.

Fue un reto estudiar desde casa porque el celular de mi mamá no siempre tenía señal.

Juanita y yo dejamos de recibir el alimento de los centros educativos y en casa no había suficiente para todos.
El acceso a vacunación, servicios de desarrollo infantil, alimentación escolar y educación se ha visto afectado.



La inestabilidad laboral afecta a 6 de cada 10 familias con niños, niñas y adolescentes, dos veces más que en hogares sin niños.
... y por eso tomó la decisión vender frutas en la calle.
Bono del Estado
Mi mamá estaba siempre muy angustiada...
En 7 de cada 10 hogares con bajos recursos económicos y con niños, hay poco acceso a alimentos nutritivos.
Mi mamá y mis abuelos tenían fiebre y síntomas muy fuertes que jamás había visto.
Sin saber cómo, el virus nos atacó.
No sabía cómo cuidar de ellos y mucho menos de mi hermana.
Las familias con niños, niñas y adolescentes tienen menos oportunidades para realizarse la prueba de COVID-19.Tuvimos suerte y mi familia pudo recibir atención médica a tiempo en un centro de salud público. Sin embargo, la situación sigue siendo complicada.
Aunque me alegra que mis abuelos y mi mamá se encuentren mejor, me entristece no poder ir a la escuela y me preocupan los problemas que seguimos teniendo.
Hay más afectación en la salud mental de niñas, niños y adolescentes con bajos recursos económicos y poco acceso a alimentos nutritivos.
Los niños, niñas y adolescentes nos vemos más afectados cuando vivimos en pobreza. Debemos ser la prioridad para superar los retos del presente y mejorar el futuro de nuestro país.
Cada hogar enfrenta la misma crisis de manera diferente. A los hogares con niños, les tomará al menos 11 años salir de la pobreza. Estas familias deben estar en el centro de la estrategia de recuperación.

Somos una pareja joven
con una familia pequeña pero llena de amor.

Hace poco llegó a nuestra vida Julieta.
Estamos en el programa acelerado para terminar nuestra educación básica del sistema público de educación.
Las cosas se complicaron cuando llegó pandemia.
A pesar de los esfuerzos de familias y docentes, no todos los hogares cuentan con acceso a educación virtual.
Al no contar con internet en casa y sin computador, solo podemos usar nuestro celular para continuar con nuestros estudios.
El 95% de los adolescentes en hogares de ingresos bajos solo pueden recibir clases desde un celular.

Aunque ha sido un reto, nuestra meta es terminar de estudiar para contar con más y mejores oportunidades.


Yo trabajo como repartidor...
... y Rosa trabaja algunas horas del día en la tienda del barrio.
Debido a la pandemia, hay menos empleo y las condiciones de trabajo han empeorado. Cerca del 30% de los adultos trabajan de manera informal y por cuenta propia.
Por la situación, no podemos llevar a Julieta al Centro de Desarrollo Infantil del MIES.
Ahora solo prestan sus servicios en línea y muchas veces no podemos conectarnos.
Solo 4 de cada 10 hogares accede a servicios de desarrollo infantil.
Entre Rosa y yo nos distribuimos las tareas del hogar y el cuidado de nuestra hija que alternamos con nuestro trabajo y los estudios.
En 3 de 4 hogares, el cuidado de la primera infancia recae sobre las madres.
Nos preocupa no poder seguir estudiando ni ofrecerle a nuestra hija la atención adecuada para su edad.
Queremos contar de nuevo con los centros de desarrollo infantil para continuar trabajando y sacar adelante a nuestra familia.

Aunque estamos enfrentando la misma crisis, cada hogar lo vive de forma diferente. Es indispensable atender a las familias con menos recursos de forma prioritaria y facilitar el acceso a educación y servicios públicos para garantizar su futuro.

Tenemos un hogar muy unido junto a nuestros hijos, Julián y Federico.
Durante gran parte de mi vida he trabajado en el sector privado.

Mi esposa, Elsa, trabaja desde hace unos años en una institución pública.
Tras la pandemia, la compañía empezó a despedir a varios empleados. Entre ellos, yo.
Las empresas redujeron horas de trabajo o suspendieron jornadas laborales debido a los efectos de la pandemia en la economía.
Muchas familias de clase media en Ecuador viven una situación similar a la de Carlos.
Por la falta de empleo, perdimos el principal ingreso de nuestro hogar y mi afiliación a seguridad social.
CARLOSA pesar del riesgo de contagio, decidí usar mi carro para prestar servicios como conductor.
Elsa, por su parte, comenzó a trabajar de manera remota.

Desafortunadamente, a los pocos meses me contagié con COVID-19. Al no contar con seguridad social, debí inscribirme en una lista de espera para poder ser atendido e internado en un hospital público.
Quienes conservaron su empleo o consiguieron uno nuevo, sufren las consecuencias de la reducción de ingresos, horas de trabajo y beneficios laborales.
A los pocos días, Elsa comenzó a presentar síntomas, pero gracias a su trabajo el seguro social cubrió su ingreso a un hospital.
Nuestros familiares debieron encargarse de cuidar a nuestros hijos mientras volvíamos a casa.
Mi hermana estuvo pendiente de que no les faltara nada...
...mientras que el hermano de Elsa se hizo cargo de pagar los medicamentos que debíamos tomar y que no cubrían los hospitales.
Cerca de un 80% de los hogares con niños, niñas y adolescentes, y el 65% de los hogares sin ellos, tuvo menos ingresos durante la pandemia.
Esperamos regresar poco a poco a la normalidad. Confío en que encontraré de nuevo un trabajo formal.
Luego de un mes en el hospital, ya volvimos a nuestro hogar.
Sin embargo, aún estamos en rehabilitación pulmonar y no hemos podido volver a trabajar.
Aunque estamos enfrentando la misma crisis, cada hogar lo experimenta de forma diferente. La inestabilidad laboral afecta más a los hogares con niños, niñas y adolescentes, especialmente cuando sus cuidadores pierden los beneficios asociados a sus empleos.

Juan y yo llevamos más de 30 años trabajando como profesores en universidades públicas.
Con el cambio a la enseñanza remota, las horas asignadas de clase se han reducido afectando nuestros salarios.
La educación virtual ha evidenciado las desigualdades en el acceso a internet y al uso de dispositivos tecnológicos entre los hogares.
El colegio privado donde estudian nuestros hijos también se ha adaptado a la educación virtual.

Mientras en el 70% de hogares de ingresos altos, los niños, niñas y adolescentes estudian a través de computadora, en los estratos bajo y medio bajo, solo el 8% de niños y 3% de adolescentes lo hacen.
Cada uno accede a clases desde su computadora personal...
...y con el tiempo, hemos logrado que se adapten a una nueva rutina.
A diferencia de Federico y Julián, en el 90% de los hogares con bajos ingresos, los niños, niñas y adolescentes estudian desde un celular. En zonas rurales, continuar la educación es aún más difícil por la falta de internet.
Promedio de horas de clase para niños y niñas (5 a 11 años).
Instituciones privadas: 4 horas

Escuelas públicas: 2 horas
Promedio de horas de clase para adolescentes (12 a 17 años).
Instituciones privadas: 5 horas
Escuelas públicas: 3 horas
En Ecuador, el tiempo de estudio de los niños niñas y adolescentes de niveles socieconómicos altos es casi el doble que en hogares de bajos ingresos.
Mientras guiaba a mis hijos con sus estudios, comencé a sentirme cansada y con fiebre. Juan y yo decidimos hacernos pruebas de PCR, aunque él no tenía síntomas.
Pude tratarme en una clínica privada y Juan solicitó un préstamo bancario para cubrir los gastos.
Ambos resultados fueron positivos, pero Juan permaneció asintomático.
Al poco tiempo de salir de la clínica, retomé mi trabajo. Sin embargo, aún no hemos recuperado la tranquilidad que teníamos antes de la pandemia.
La carga laboral, las tareas domésticas, la educación en casa y el pago de las cuotas al banco nos han mantenido con mucha angustia.
Los cambios producidos por la pandemia y las preocupaciones familiares han afectado la salud mental de niños, niñas y adolescentes.
He notado tristeza y mucha falta de ánimo en Julián y Federico, además de cambios en sus horarios de sueño y apetito.
Hemos pensado en irnos del país para asegurar nuestros ingresos y el futuro de nuestro hijos.
La salud mental de niños, niñas y adolescentes en todos los niveles socioeconómicos se ha visto afectada por la pandemia. Es importante prestar atención a los cambios de comportamiento para ofrecerles el acompañamiento necesario.
