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La vida espiritual de la comunidad judía

Frente a esta realidad, la comunidad judía decidió reconstruir las murallas de Jerusalén y fortalecer la ciudad. Este fue el entorno político y social que antecedió la llegada de Nehemías a la ciudad de Jerusalén en el año vigésimo del rey (445 a.C.; Neh 2:1-10).

La vida espiritual de la comunidad judía La realidad política, económica y social de la comunidad judía post exílica ciertamente afectó su condición moral y espiritual. Nuestras fuentes para descubrir, analizar y comprender esa dinámica interna del pueblo, luego de la inauguración del Templo de Jerusalén, son los mensajes proféticos contenidos en los libros de Isaías y Malaquías, y el material que se encuentra en las memorias de Nehemías.

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Luego de la inauguración del Templo en el año 515 a.C., la comunidad judía adquirió un carácter de culto y religioso. Al percatarse que formaban parte de un imperio muy bien organizado y poderoso, reinterpretaron las tradiciones antiguas del Israel pre-exílico, a la luz de las nuevas realidades políticas, sociales y religiosas post-exílicas. Aunque el culto carecía de su antiguo encanto y esplendor, éste volvió a ser el centro de la comunidad judía.

La condición moral y espiritual del pueblo puede entenderse a la luz de las siguientes realidades: los sacerdotes hacían caso omiso de la Ley y ofrecían en sacrificio animales hurtados, enfermos, ciegos y cojos (Mal 1:6-14 ); la Ley era interpretada con parcialidad e injusticia (Mal 2:1-9); el sábado o día de reposo, que se había convertido en un importante símbolo del pacto o alianza durante el período exílico, no era guardado debidamente (Neh 13:15-22 ); la comunidad subestimó sus responsabilidades

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