Patricia de Ángel López Trabajo Fin de Máster Máster Universitario de Investigación en Prácticas Artísticas y Visuales Universidad de Castilla-La Mancha Facultad de Bellas Artes Cuenca, 2016
Libro autoeditado Impresión Copisteria Agustín Cuenca 5 ejemplares
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1. Prólogo 2.
Introducción y objetivos de la investigación
3.
Arte contemporáneo y diseño gráfico
5.
Convergencias e intersecciones
4. 6.
El diseño gráfico en el siglo XX hasta hoy A través de mi producción artística
7. Conclusiones 8.
Bibliografía
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Prรณlogo
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Aviso para navegantes. Lo que aquí van a leer no es más ni menos que la humilde investigación de una estudiante de arte obsesionada con el diseño gráfico. Hace algo
menos de dos años solicité una beca de colaboración en el Centro de Investigación y Desarrollo
de la Imagen. Este lugar, situado en el subsuelo de una facultad de artes, al fondo del más recóndito
de los pasillos (reflejo de lo que es el diseño para
el arte), ha cambiado durante los últimos 18 meses mi visión acerca del arte. Durante este tiempo, he cuestionado por qué en las Facultades de Arte, a
pesar de que muchas tienen un Grado en Diseño, no se imparten más asignaturas en relación con
el diseño gráfico (en los Grados en Bellas Artes),
al igual que se hace con la pintura o la escultura, ya que mucha práctica artística se lleva a cabo a
través de los mismos métodos que usa el diseño
y son dos prácticas -diseño y arte- que convergen continuamente.
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Históricamente el diseño gráfico ha sido -y sigue siendo- considerado una práctica creativa que
únicamente sirve al sistema capitalista, un espacio reservado para diseñadores y no para artistas. Sin
embargo, artistas y diseñadores comparten léxicos comunes en muchas ocasiones. En este texto que leeran a continuación daré respuesta a todas esas
preguntas en relación a la desvalorización del diseño respecto al arte e intentaré que todo aquel que
lea estas lineas reconsidere el modo en qué ve esta práctica artística -creativa- llamada DISEÑO.
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Lo que busco con esta investigación es hacer
visible esta práctica creativa e intelectual desde mi propia experiencia y ponerla en valor ya que hoy
en día sigue siendo tangencial al arte y sin embargo, entre ambos, se atraviesan y retroalimentan
continuamente. Imagínense por un momento que no hubiese existido la Bauhaus o que Duchamp
en vez de colocar un urinario al revés lo hubiese hecho con un árbol o que Andy Warhol hubiese
seguido la tendencia del expresionismo abstracto y no se hubiese fijado en las cajas de Brillo, ¿sería el arte lo que es hoy en día?, porque ¿qué es el arte si no contexto? Y el contexto es todo y cada una
de las cosas que nos rodean. Ahora mismo, a me-
nos de un metro de mi puedo llegar a contar hasta
cincuenta cosas que son el resultado del trabajo de un diseñador: el bolígrafo con el que tomo notas, el ordenador en el que estoy escribiendo, la ventana por la que entra luz, la camiseta que llevo puesta, la portada de un libro, la lata en la que bebo un
refresco… todo, absolutamente todo, es diseño. Si la vida fuera perfecta no necesitaríamos el diseño.
Sin embargo, es el arte el que se cuela por las grietas de las imperfecciones. Y por supuesto también
es necesario. El diseño sirve para paliar las necesi-
dades del hombre, que muchas veces son creadas por el propio diseño. El arte por su lado, tiene más que ver con una necesidad interior.
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En la película de Náufrago (Robert Zemeckis, 2000), basada en la novela Robinson Crusoe
escrita por Daniel Defoe en 1719, donde el protagonista, tras sobrevivir a un accidente de avión,
consigue fabricar todo tipo de utensilios a partir de lo que arrastra la marea hasta la orilla. Y por otro
lado, de manera accidental, crea a Wilson, que es
la representación de la forma más primitiva del arte donde en un balón plasma su mano ensangrentada, paliando así la soledad en la que estaba. Está claro que en cualquier situación, por extrema que
sea, la mente humana piensa como un diseñador y no como un artista. Este ejemplo sirve para poner
en contexto la diferencia entre la utilidad de diseño y la utilidad del arte.
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El mapa sobre el que voy apoyar la siguiente in-
vestigación tiene como núcleo central la continua
retroalimentación entre el diseño y el arte. Hablaré sobre todo de diseño gráfico ya que lo vivo cada día en primera persona y estoy afectada por él
hasta tal punto que pienso en términos de diseño continuamente, igual que un médico no puede
desligar de su vida privada la medicina o un biólogo, de la naturaleza. Por este motivo creo que es
importante que una investigación sobre arte trate
de diseño porque una de las cosas fundamentales que les une, al arte y al diseño, es el acto creati-
vo. Inevitablemente hay que hacer una distinción
entre ambas ya que el público no es el mismo. El arte, habitualmente, tiene un público mucho más reducido. Eres tú quien acude al arte, sin embar-
go el diseño es quién llega por todos los caminos posibles hasta ti. Creo que el arte y, en general,
la cultura, deben ser capaces de llegar a todos al
igual que lo hace el diseño. También haré un reco-
rrido por aquellos artistas y/o diseñadores que han sido capaces, por medio de sus obras, de llegar a
las masas sin, necesariamente, haber servido a una gran empresa o marca. Y es el lugar ideal donde
llegan a converger el arte y el diseño sin que ninguno pierda la esencia de lo que es.
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Introducciรณn y objetivos de la investigaciรณn
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Los objetivos de esta investi-
gación son, en primer lugar, poner en valor la
práctica del diseño gráfico dentro del contexto artístico. En segundo lugar, investigar la inter-
sección entre el arte contemporáneo y el diseño gráfico. Por otro lado, contextualizar a través de
un recorrido histórico el diseño gráfico durante el siglo XX hasta hoy y analizar la retroalimentación entre ambas disciplinas dentro de las prácticas artísticas actuales. Y por último cuestionar si el arte contemporáneo necesita del diseño para seguir evolucionando.
El objeto de esta investigación es la búsqueda de
los puntos de unión entre el arte contemporáneo y
el diseño gráfico a lo largo del siglo XX- a modo de
contextualización- hasta hoy, con más profundidad.
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El arte contemporáneo ha encontrado a lo largo
de su historia más reciente la forma de interseccionar y converger con el diseño gráfico, pues ambos se retroalimentan a menudo. El diseño gráfico, conocido en sus inicios como un arte
comercial, surge a través de la necesidad del ser humano de comunicarse de una forma rápida y visual. Los carteles informativos en la sociedad tienen sus orígenes mucho antes del siglo XX
pero no es hasta finales del XIX cuando se les
empieza a dar importancia estética y conceptual. Es entonces cuando nace este arte comercial
que pretende facilitar la comunicación y comprensión de los mensajes. Surge a la vez que
el incremento de industrias en las ciudades, los
espectáculos, la venta de productos de manera gradualmente masiva...es decir, con la llegada de la vida moderna, es cuando se empieza a
comerciar con todo tipo de productos, bienes y
servicios. El arte, a su vez, se da cuenta de este crecimiento y del cambio de mentalidad de la
sociedad, que pasa a ser una sociedad basada en el capital. Y, en los últimos cien años, arte y
diseño han ido de la mano inenvitablemente en
multitud de ocasiones y son estos momentos en los que se centra esta invesitigación.
En el primer capítulo se analiza, desde diferentes puntos de vista, qué supone hoy ser un artista
contemporáneo y cuáles son sus relaciones con 16
el diseño gráfico. También, del mismo modo, qué
relevancia tiene el diseño gráfico en nuestras
vidas y cómo somos conscientes, o no, de su
existencia en muchos de los aspectos de la vida pública y privada.
Durante el siguiente capítulo la atención se
centra en hacer un recorrido histórico del siglo
XX hasta hoy, analizando los puntos donde arte y diseño han ido convergiendo y retroalimen-
tandose. Durante la primera mitad del siglo XX el recorrido es -sobretodo- por Europa; cómo
afectaron las guerras mundiales o cuáles fueron los cambios sociales que marcaron un punto
de inflexión en la historia del arte y el diseño. A partir de los años cincuenta y sesenta, con el
nacimiento de Pop Art y más adelante los movimientos hippis, el arte y el diseño empieza a
unirse cada vez más, sobretodo si hablamos de cartelería y publicidad impresa. Más adelante,
comenzando con el punk británico en los años
setenta, muchos diseñadores y artistas empie-
zan a romper las normas y estructuras formales
del diseño. Por último, con el surgimiento de las nuevas tecnologías digitales estos nexos em-
piezan a fortalecerse y las fronteras entre arte y diseño cada vez están más difuminadas.
El capítulo de Convergencias e Intersecciones se
centra en dos tendencias que comparten tanto el arte contemporáneo como el diseño gráfico que
son el fanzine y la autoedición y, por otro lado, la
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ilustración de denuncia. Ambas prácticas, desde el punto de vista artístico, necesitan utilizar ele-
mentos del diseño gráfico para existir. He escogido estas dos líneas de investigación también porque son prácticas que no necesitan de una
gran financiación para llevarse a cabo, es decir,
la importancia recae en que se puede hacer arte sin necesidad de estar al servicio de galeristas y/o coleccionistas y, en el caso del diseño, sin
estar al servicio de empresas o marcas. Por este motivo me parece importante hacer un mayor
hincapié en estas dos vertientes artísticas actuales. Es la intersección ideal donde arte y diseño conviven con mayor libertad.
Por último, haciendo un recorrido a través de mi propia producción artística, analizaré varios de
mis proyecto recientes desde el punto de vista de la propia experiencia personal a la hora de
llevarlos a cabo y explicando, con la perspectiva de la presente investigación, cuáles son las
convergencias que se han llevado a cabo entre la práctica artística y el diseño gráfico para su desarrollo y arte final.
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Diagrama 1. Esquema conceptual.
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Arte contemporáneo y diseño gráfico
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La investigación sobre conver-
gencias e intersecciones entre el diseño y el arte contemporáneo tiene tres partes principales:
en primer lugar hablaremos sobre los diferentes
puntos de vista -de teóricos, filósofos, artistas o
diseñadores- entre lo que es arte contemporáneo
y diseño gráfico, a continuación haremos un recorrido por la historia del diseño gráfico del siglo XX
conectándolo con las prácticas artísticas de cada
contexto y por último la atención se centrará en el fanzine y la ilustración de denuncia.
Este primer capítulo tiene como punto de partida diferenciar qué entienden por arte contemporá-
neo y por diseño gráfico diferentes teóricos que han trabajado alrededor de estos temas y, así,
poder contextualizar el resto de la investigación.
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Estas dos cuestiones -qué supone el arte con-
temporáneo y el diseño gráfico en la actualidad, cómo es hoy en día la figura del artista/diseña-
dor - son la base del proyecto investigador que estoy llevando a cabo desde hace tiempo. El
hecho de cómo confluyen estas dos actividades en la actualidad ha de partir de la cuestión de
qué significan actualmente cada una y qué papel (papeles) desempeñan en la sociedad. Partimos
de la base de que ambas disciplinas, actividades o medios de expresión están sustentadas por
el sistema capitalista del mundo occidental que
basa sus principios en el intercambio de productos. La producción de bienes materiales es la
principal tarea que el sistema capitalista lleva a
cabo. En el caso que nos ocupa, en concreto en el mundo del arte, este sistema llega a determinados extremos en los que las altas esferas de
poder son quienes sustentan económicamente el mercado del arte contemporáneo. El diseño
gráfico, por el contrario, está al alcance de todos
ya que cualquier cosa a nuestro alrededor ha pasado previamente por un diseñador y, sin embargo, es un hecho socialemente aceptado ya que
no se cuestionan las labores que los diseñadores desempeñan porque se da por hecho que todo
objeto con imagen gráfica ha pasado por el filtro de un diseñador.
Este cambio de paradigma económico en el que 26
las creencias han pasado de ser religiosas a ser
materiales ha supuesto para el arte también un
cambio estético, donde la estética capitalista ya no tiene relación con la verdad o la perfección y
se sostiene, fundamentalmente, por el producto de intercambio. Más adelante veremos cómo el
diseño es la disciplina que decide aprovechar la
corriente y hacer del arte algo funcional, inmerso por completo, en el sistema capitalista, la cultura de masas y los medios de comunicación; es decir, hablamos de publicidad.
Por lo tanto, partiendo de que la base de toda actividad que realizamos en relación al arte
(cuando hable de arte estoy haciendo referencia también al diseño, de manera global, si no, diré
arte contemporáneo) o práctica artística y visual está observada desde la perspectiva del capital podemos empezar a hacer una lectura de es-
tas líneas desde esta mirada. Es decir, en todo
momento la visión que tiene esta investigación
es desde la perspectiva del producto como bien material, intercambiable, vendible.
De este sistema de capital donde todos somos
productores y consumidores también se puede
cuestionar el por qué siendo tan necesario el di-
seño en todos los ámbitos de nuestra vida no se
enseñan de manera más amplia los fundamentos del diseño en las escuelas y facultades de arte
(dejando a un lado los estudios exclusivos en diseño), puesto que, hoy en día, y de ahí el interés
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de esta investigación, el diseño y el arte tienen
un punto común que está totalmente en auge. Y más si, en todas las universidades, está implantado el plan Bolonia en el que una de sus ca-
racterísticas, bastante criticada por cierto, es el
acercamiento de los estudiantes a las empresas. Y estas no buscan artistas, buscan diseñadores con mentes creativas.
En relación a una reciente entrevista a Alex Troucht (Graffica, 2016), diseñador gráfico y ganador de
premio de oro Laus en 2008, comenzaremos esta
distinción. Troucht no considera que el diseño sea
arte pero sin embargo defiende la idea de que ambas prácticas pueden tener un léxico común.
Veo el arte y el diseño como dos lenguajes diferentes, sin embargo creo que los diseñadores pueden hablar el ‘lenguaje del arte’ (crear arte), al igual que los artistas pueden hablar el ‘lenguaje del diseño’ (hacer diseño).
Graffica. Design VS Art, 2016
La línea que separa a una y a otra es la intención con la que se realiza el acto creativo. En esta
entrevista para la revista Gráffica hace una dis-
tinción entre el arte y el diseño desde diferentes perspectivas y voy a utilizar su visión subjetiva
para dar paso a las dos preguntas que nos ocupan en este primer capítulo. Para Alex Trouch el 28
diseño resuelve problemas mientras que el arte
plantea preguntas. El diseño son resultados concluyentes y el arte propone debates abiertos. El
diseño es dependiente de una aceptación colectiva y el arte requiere de una aprobación interna. Y por último el arte es un acto de libertad y el diseño de empatía.
Estamos viviendo una época de continuos cam-
bios en lo que al arte y al proceso de creación se refiere, ya que los nuevos medios están ya for-
mando una parte inherente de nuestras vidas. Es evidente que todos los avances sociales, económicos, políticos que ocurren en un contexto, el
arte se apropia de ellos para dar su propia visión. Esto es así hoy, lo fue ayer pero ¿lo será mañana?. A consecuencia de todos estos cambios
ocurridos en las últimas décadas los artistas y
creativos han ido cambiando sus modos de hacer, dejando a un lado los medios tradicionales. Esto supone que estén en vigor varios estilos.
¿Cómo es que nuestra época no tiene un estilo propio? ¿se está convirtiendo el arte, que antes era privilegio de unos pocos, en una expresión posible para todos nosotros? ¿se está reduciendo positivamente la distancia entre el artista y el hombre de la calle?
(Munari en Calvera, 2003: 33)
La respuesta a esta pregunta es la clave que en
la que se hace hincapié en esta investigación, el
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buscar ese punto en el que arte, diseño y público convergen sin exclusiones económicas o culturales. He observado que el arte en los últimos tiempos ha revertido en un bucle en el que la
estética ha dejado de tener importancia y los temas que se tratan son de alto contenido cultural y, sobretodo, intelectual. Por este motivo mucha gente va a los museos y no es capaz de com-
prender qué está viendo. El verdadero arte debe tener varios niveles de comprensión, siendo el
más básico el nivel estético para que a cualquier persona que lo vea le atraiga un mínimo y, de
este modo, el espectador “llano” (con llano me refiero a un espectador que no tiene la obliga-
ción de saber lo que va a ver) no acabe sintiendo un rechazo hacia el arte contemporáneo y por consiguiente se sienta engañado.
Un artista contemporáneo es un agente creador que ofrece al espectador su propia visión del
mundo. Esto no es nuevo. La diferencia principal que se encuentra respecto al arte moderno es el
ensalzamiento del discurso, que tiene que ver en muchas ocasiones con lo efímero de las obras. En una conferencia en la UNSAM, el filósofo
Alain Badiou (2013) hace un recorrido sobre lo
que supone el arte contemporáneo hoy y cuáles son las condiciones necesarias que debe tener
el arte para ser una obra de arte contemporáneo. Para empezar, define contemporáneo como todo 30
aquello que está sucediendo hoy, por lo tanto
todo el arte que se produce hoy es arte contemporáneo. Ahora bien, está definición es amplia y
redundante y comienza a acotar en este sentido el arte contemporáneo analizándolo desde la
modernidad, la época del arte moderno inme-
diatamente anterior. Por lo tanto para entender
el arte contemporáneo hay que entender primero el arte moderno. Entre el arte moderno y contemporáneo se produce una ruptura que será
definida por Arthur Danto en su texto El fin del
Arte (Danto, 1984) ,quién se cuestiona qué es el
arte desde la perspectiva del objeto encontrado y el Pop Art. Parte desde la autonomía del arte moderno, que es definido en su momento por
Clement Greenberg, promotor del expresionismo abstracto. Greenberg opinaba que el arte
pop era “algo fácil” de hacer y por tanto debía
considerarse un arte menor - es posible que por su relación con el diseño gráfico y los medios
de masas - y que lo único que hacía era satisfacer el gusto del público sin ir más allá del plano
estético (Greenberg, 1979). Sin embargo, el arte pop llegó en un momento clave donde hubo un cambio de paradigma en el arte, pasando de la modernidad a la posmodernidad. Danto se da
cuenta de que no sólo había cambiado el arte si no que también debían cambiar nuestra ideas
sobre él. Cuando Andy Warhol creó las cajas de Brillo serigrafiadas y casi idénticas a las de los
supermercados, Danto reflexionó acerca de por
qué dichas cajas eran arte (Danto, 1964) y no un
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producto más y concluyó en que todo depen-
de del contexto en el que estas se encuentren. En el mundo del arte, las cajas Brillo pueden
ser llamadas Arte, pues es el significado que el
mercado les otorga. Y esta pieza de Warhol es, según Danto, la ultima pieza de arte dentro del
contexto de la modernidad. Warhol evidenció en
aquel momento que el valor de las obras de arte, en la posmodernidad, es su significado y no su apariencia estética.
Volviendo a la teoría del Alain Badiou (20 sobre arte contemporáneo, podemos abrir un debate sobre la belleza del arte moderno que ha-
bla Badiou y las teorías de Danto acerca de la
muerte del arte junto con la modernidad. Según
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Figura 1. Andy Warhol junto a las cajas Brillo Exposición “The American Supermarket” Nueva York, 1964
Badiou el arte moderno supera al arte clásico y romántico, los cuales mantenían la idea de que
el arte debía ser bello -hasta que Warhol demostró que no-, que procedía del genio artístico y
por lo tanto la belleza era la forma sensible de la idea. El arte romántico también se apoyaba en la representación de algo finito, pero cuya
permanencia en el tiempo sería infinita. El arte
romántico es, por lo tanto, eterno. Sin embargo, el arte moderno mantiene la idea y la novedad
de la forma como pilar fundamental del arte de
entonces, es decir, la belleza de las obras. Pero, por el contrario, abandona la transcendencia de lo sagrado y el hombre (artista) pasa de ser un
genio dotado de características divinas, a ser un testigo terrestre de lo real.
A partir de mediados del siglo XIX se produce un doble movimiento artístico que busca por un lado la simplicidad de las formas (colores puros, construcciones geométricas) y, como
consecuencia, una abstracción. El arte moderno supera entonces al arte romántico, sin embargo conserva la idea de la eternidad y temporalidad
de las obras. El Arte Contemporáneo va más allá del arte moderno y ataca la noción misma de la
obra de arte. Es una crítica del arte mismo, críti-
ca de la noción finita de la obra. Esta crítica está, se podría decir, sometida a cuatro normas:
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1. La primera es la de la reproducción y repeti-
ción de la obra cuyo principal teórico fue Walter Benjamin (1936) quien con su ensayo “La obra
de arte en su época de la reproducibilidad técnica” marcó un antes y un después en las teorías
y filosofías del arte, afirmando que desaparece la obra única y por lo tanto, según Badiou, la rela-
ción entre obra y artista como nexo de unicidad. 2. La segunda norma, que tiene que ver con la anterior, es el ataque a la figura del artista. Un ejemplo muy claro es Fuente de Marcel Du-
champ (1917), quien desafía a todo el arte hasta
el momento poniendo un urinario, objeto diseñado en masa de manera industrial, del revés y lla-
mándolo Fuente. Esta idea da pie a la afirmación de que cualquiera puede ser artista, superado el
Romanticismo, los artistas no son genios únicos. Las obras pueden ser anónimas.
3. El arte deja también de ser una técnica parti-
cular (escultura, pintura…) si no una elección de
medios, tal y como define medio Marshall McLuchan (1962), siendo este mismo el propio men-
saje, significado. Las fronteras entre disciplinas
se difuminan cada vez más llegando a ser, estas fronteras, la elección de medios de muchos
artistas contemporáneos . Esta es, por tanto, la
tercera norma. Las técnicas se mezclan y desa34
parecen las fronteras, se ataca esta separación
de medios técnicos. Esto es consecuencia directa del ataque de la noción romántica del genio y por eso el artista desaparece, porque ya no es un virtuoso y no hay razón para que construya una aristocracia alrededor de la obra de arte.
4. Por último, una característica importante del
arte contemporáneo es renunciar a la permanencia de la obra en contraposición o ataque a la
eternidad del arte. El arte debe ser frágil, mos-
trar el paso del tiempo. Acepta la finitud y por lo
tanto no pretende estar por encima de la muerte. Los criterios para definir el arte contemporáneo estarían comprendidos en estas posibilidades:
reproducción, anonimato y crítica a la eternidad. La visión del arte contemporáneo es crear un
arte viviente, dando como resultado el continuo interrogante de qué es o no arte. Es el debate
contemporáneo. Y, si el arte debe compartir la
vida ¿cuál es exactamente su función? El arte ya no se contempla porque detiene la vida, por lo
tanto, si la obra comparte la vida (espacio-tiem-
po) ya no hay una relación de contemplación por parte del espectador.
El arte contemporáneo toma la dirección de causar efectos tanto en la obra como en el espec-
tador. En el arte clásico, romántico o moderno la
obra de arte era una instrucción o lección para el espectador. Actualmente es una acción para el
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sujeto, que lo cuestiona y lo transforma. Esto, en palabras de Badiou, supone la ambición política del arte contemporáneo. La obra de arte con-
temporánea intenta producir una transformación
subjetiva y un testimonio viviente sobre la propia vida. Se preocupa por la inmediatez. Se trata de un presente en el presente puesto que pretende una transformación y no una contemplación.
A mediados del siglo XX aparecen dos nuevas formas de arte que se apoderan del espacio y
el tiempo produciendo una transformación en el sujeto-espectador. Son la instalación (depende de un espacio) y la performance (depende de
un tiempo). Después de este discurso, Badiou hace una crítica al arte contemporáneo desde
tres puntos de vista: hace una crítica ontológica,
estética y, por último, política. Badiou afirma que estas tres formas críticas del arte contemporá-
neo son extremas, es decir, críticas virtuales. La crítica ontológica que habla de la finitud de la
obra de arte, la crítica estética que hace un análisis entre la forma y la no forma, refiriendose a
esta última como una aspiración divina, a la que
el arte contemporáneo no aspira. Y por último, la que nos interesa, es la crítica política.
Badiou se pregunta: ¿cuál es en nuestro mundo
el gran modelo de lo que es inmediato, de lo que circula, de lo que muere en cuanto aparece, lo 36
que debe ser consumido y luego desaparecer?
Figura 2. Performance. Marina Abramovic. Rythmic 0 1974
Figura 3. Instalación. Christo y Jean Claude. Parlamento alemán Berlín, 1995
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El modelo de esto es la mercancía. La ideología de la finitud, la equivalencia de las cosas, su in-
mediatez. La idea del arte mismo debe estar en la circulación anónima, nada debe ser contemplado pero todo debe ser consumido: esta es la ideolo-
gía de la mercancía. El decir la existencia del mercado del arte (arte contemporáneo sobre todo). La valorización no crea ningún problema pues
obedece a las mismas leyes que la oferta y la demanda de las leyes de circulación de las mercancías. En el fondo se puede decir lo siguiente:
- En el arte clásico y el arte moderno la obra de
arte es un tesoro, lo que se guarda, se contem-
pla y se posee. Los museos exponen tesoros. Es justo criticar esta visión del arte pero podemos temer que después de ser un tesoro luego no sea más que una moneda de cambio.
- El arte contemporáneo es el arte de la época
financiera del capitalismo admitiendo que el arte clásico era la época de tesoro. Aquí se puede
ver que el arte contemporáneo es realmente de nuestro tiempo.
- El arte debería transformarse en algo más
afirmativo, que debería buscar más que criti-
car el estado del mundo, no sólo criticar el arte
mismo. Debería buscar los recursos secretos del
mundo. Las cosas positivas pero escondidas, los elementos de liberación están naciendo. El arte 38
debería ser una promesa dentro de su capaci-
dad subversiva. Estamos en un tiempo donde el arte tiene una nueva fuerza que es el poder del arte mismo y tenemos la capacidad de darle la
vuelta. Una función del arte es tener visión de futuro. El arte contemporáneo despliega todas sus funciones multiformes e informes, pero también tiene la capacidad de recordar eso de lo que somos capaces.
Otra de las visiones nos la ofrece Bruno Munari
(1971) en su ensayo Artista y Designer, es la di-
ferencia entre el arte aplicado, lo que Greenberg (1979) llama arte menor, y el arte puro.
El arte puro sería la presentación del mundo personal del artista en pinturas, esculturas y todas esas formas hoy existentes de manifestaciones personalísimas que no parecen ni pinturas esculturas porque son amasijos de planchas metálicas o de hierros viejos, lienzos blancos o paneles coloreados al azar, impresos encontrados en las imprentas y posteriormente manipulados, objetos varios usados incluso rotos y después amontonados, montones de tierra o rastrojos o tubos de neón, objetos y cosas muy variados que siempre se presentan o colgados de la pared de una galería de arte o apoyados en pedestales como las esculturas, pero siempre y de todas maneras piezas únicas hechas a mano personalmente por el autor.”
(Munari en Calvera, 2003: 40) 39
El arte más tradicional sigue avalando a este
tipo de piezas ya que, dicen, están hechas por
el propio artista, manejadas y manipuladas. Sin embargo esto no es del todo cierto ya que uno de los artistas más cotizados a nivel mundial, Damien Hirst, tiene a su cargo un equipo de
decenas de artesanos, ingenieros… que son
quienes ponen la mano de obra en la realización
de sus piezas. Y es un artista contemporáneo. El público de este tipo de artistas está comprendido entre la élite y la burguesía. A consecuencia
de esto cada día hay más incomprensión entre el público y el artista, ya que como dice Alain Ba-
diou (2013), el arte ha dejado de ser una contemplación por lo tanto la belleza no es un elemento esencial en el arte hoy. Esta tradición malenten-
dida, es decir unas costumbres e ideas transmitidas de generación en generación, es la causa
de esta incomprensión del arte contemporáneo por parte del público. La tradición en el arte,
mientras siga habiendo arte, es algo que debe
ser nueva cada día por lo tanto no tiene ningún
sentido que los artistas contemporáneos repitan lo que, años atrás, ya han hecho sus antecesores. Por ejemplo, actualmente carece de valor,
repetir las performance que se hicieron durante
los años setenta. Parece que los coleccionistas
y galeristas estan anclados aún en el arte que se
hacía hace cuarenta años. Solo hay que echar un 40
vistazo a los catálogos de las ferias de arte con-
temporáneo, e incluso, las ferias de arte contemporáneo emergente. Donde, año tras año, podemos ver cuadros colgados en las paredes que
imitan retratos que ya se hicieron o fotografías
innovadoras exactamente iguales a las de años
anteriores cambiando mínimos detalles. Esto son solamente ejemplos, pero el mercado del arte
parece aún reacio a sustituir el arte tradicional
por el arte contemporáneo que realmente va de
la mano del contexto socio político y tecnológico donde cientos de artistas están experimentando e investigando desde los años sesenta, con las nuevas tecnologías.
Por lo tanto, una definición de arte contemporáneo es todo aquel arte que se realiza bajo el
contexto de la posmodernidad, atendiendo a un tiempo y un espacio. No sigue ninguna norma
estética, por lo tanto es el significado de la obra
lo que le da valor y en el contexto en el que esta se muestra al público. El arte contemporáneo esta inmerso dentro del sistema capitalista y
obedece a las normas de la oferta y la demanda como cualquier otro producto.
Entonces, si el arte contemporáneo son todas
estas cosas anteriormente citadas, ¿es el diseño
parte del arte contemporáneo? Para responder a esta pregunta, primero vamos a analizar qué es exactamente el diseño gráfico hoy en día.
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Uno de los principales filósofos que ha trabajado
el significado de lo que supone el diseño respecto al arte es Vilém Flusser (1964) que en su libro la Filosofía del Diseño describe el diseño como
aquel lugar en que el arte y la técnica se solapan mutamente, con el fin de allanarle el camino a
una nueva cultura. Pero dicha cultura no es más que un engaño, consciente de si mismo. Por lo
tanto, el diseño que está detrás de toda cultura consiste en, mediante engaños, convertirnos a
nosotros mismos en artistas libres. Es, mediante esta consciencia del engaño de la que habla
Flusser, una definición de diseño que se refiere a
la propia existencia del ser humano. Nunca llegaremos a ser libres si no conocemos los mecanismos desde dentro, y aún así, siempre caeremos en nuestra propia trampa.
La palabra diseño ha adquirido hoy la posición central que hoy tiene en el discurso común porque estamos empezando a perder la fe en el arte y en la técnica como fuentes de valores. Porque estamos empezando a atisbar el diseño que se esconde detrás de todo ello (Flusser, 1964: 27)
En consonancia con lo que dijo Alain Badiou, más
de 20 años después, sobre la dessacralización del
arte y la pérdida del aura sobre la que hablo Walter Benjamin en “La obra de arte en la época de su 42
reproductibilidad técnica”. Con esto, quiere decir
que el diseño ha sustituido en gran parte al arte ya
que su utilidad deja de tener un componente divino pasando hacer algo meramente mercantil. Sin
embargo, no podemos generalizar. Por ejemplo,
cada vez que la marca Apple saca al mercado uno de sus móviles nuevos miles de personas hacen largas colas para ser los primeros en comprar
uno de esos móviles, del mismo modo, en fiestas
religiosas otra multitud de personas hace lo mismo para besar a una Virgen. Por lo tanto podemos
preguntarnos si lo que ha cambiado es la visión
del arte como un tesoro por la adoración hacia un
producto. Esto no es algo provocado por el diseño o el arte contemporáneo sino por un cambio de
paradigma económico en el que valoramos pro-
ductos fabricados de manera industrial como algo exclusivo y que hay que tener para estar en concordancia con nuestro tiempo.
Este planteamiento deriva de la posición que tiene
Flusser acerca de la “materia-forma”. Donde explica cómo la mente humana, después de miles de años de evolución, sigue viendo una mesa en vez de
madera. Una mesa es una mesa porque la madera ha sido colocada de determinada forma. Esta
madera con el tiempo se estropeará, pero la idea
que tenemos de lo que es una mesa perdurará en
el tiempo. Esto mismo trasladado al diseño significa que los productos, la materia, no perdurarán en el
tiempo pero el valor que le damos al adquirir determinado producto tendrá una perdurabilidad mayor
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en el tiempo. Dicho de otro modo y continuando el
ejemplo de Apple, cuando compramos uno de sus productos sabemos que tendrán una vida deter-
minada sin embargo seguiremos comprando más
cosas nuevas porque la idea que nos hemos hecho
de dicha marca no cambiará si sus productos cumplen la función deseada. El caso de la Virgen ocurre
lo mismo, puesto que la religión es una idea precon-
cebida de la existencia del ser y las figuras religiosas son la materia que apoya esta idea.
Si antes se trataba de formalizar el mundo dado, ahora se trata de hacer reales las formas diseñadas creando con ellas mundos alternativos. a esto se refiere la expresión cultura inmaterial, pero como debería llamarse realidad es cultura materializadora. Hablamos del concepto de informar, es decir imponer las formas a la materia (Flusser, 1964: 35)
Por otra parte Yves Zimmermann (2004) en su
artículo “El arte es arte, el diseño es diseño” se
cuestiona si es precisamente la relación entre el
arte y diseño la responsable del desprestigio del
diseño, concluyendo así, que es el propio diseño el culpable, ya que no acepta que un objeto de
diseño no puede pretender ser una obra de arte, ya que su fin último es una mera utilidad para el
usuario. La posición de Zimmermann tiene la clave de su coherencia en el acto comunicacional,
debido a que el arte comunica pero el artista no 44
preeve la relación del espectador sin embargo un diseñador tiene la obligación de saber cómo va
a reaccionar su público. Evidentemente esto no se puede saber a ciencia cierta pero, para eso, el diseño tiene una serie de pasos previos a su
realización como el estudio del target o los brie-
fing. Al contrario que Zimmermann, el diseñador André Ricard (1982) afirma al inicio de su artí-
culo “Diseño: ¿el arte de hoy?”: “Toda actividad creativa es arte. Crear objetos útiles es un arte,
del mismo modo que no son las obras plásticas, literarias, musicales o arquitectónicas” (Ricard
en Calvera, 2003), refiriéndose al término crear
como una aportación al bagaje cultural humano. En el sentido de diseño industrial, Richard hace una crítica a los objetos “de diseño”, es decir parece que hoy en día se ha puesto de moda
decir que todo lo que tiene una forma insólita es un objeto “de diseño”, que sería lo mismo decir una novela “de literatura” o una casa “de arquitectura”.
De esta manera se desvaloriza el acto creativo de un diseñador porque se da por hecho que
los objetos existen y punto. Ricard propone el término functional art para referirse a aquellos objetos insólitos o con un diseño fuera de lo
común. Por eso cree que en que existe una clara frontera entre arte y diseño puesto que al arte le
pertenecen las imágenes empleadas para expre-
sar emociones o sentimientos y al diseño las que
45
culminan en alguna función práctica por encima de la sensibilidad del autor (Ricard en Calvera 2003: 94).
Argentina es uno de los países en los que el
diseño y, más en concreto, la publicidad, tiene un mercado muy potente. Por eso en el año
2012 hicieron un documental titulado “¿Qué
es el Diseño gráfico?” (Gabriele, M. y Monti, F.
2012) donde diseñadores y artistas de diferentes partes del mundo dan una aproximación a
la definición de diseño gráfico. Todos los par-
ticipantes dan su visión en base a sus propias
experiencias y así se pone en evidencia que no
existe realmente una definición completa de di-
seño ya que su existencia es muy reciente. Este
mismo razonamiento se podría aplicar también al arte sin embargo, al ser una práctica tan antigua, la tenemos asimilada e interiorizada de diferente manera. Según escribe Franco Monti en la presentación de este documental:
46
Las definiciones clausuran y suspenden el desarrollo de una disciplina, un período histórico o una corriente artística. Pero al mismo tiempo, cumplen una función imprescindible en el recorrido del conocimiento, en las formas en que éste se manifiesta y se resignifica. Asimismo, las definiciones son muy generosas, inclusive nos dan herramientas para cuestionarlas, contradecirlas y someterlas a la potencia autorreflexiva de la crítica. Construir un futuro distinto sería práctica-
mente imposible sin dar cuenta de esta tensión al momento de formular una hipótesis (sobre qué es diseño) (Monti, 2012)
Aún así podemos recoger una idea aproximada
sobre lo que es, para estos profesionales, el diseño gráfico. Existen varias posturas muy con-
trastadas en las definiciones que presentan. Por
ejemplo muchos de ellos definen el diseño como
una actividad fundamentalmente comercial enfocada a las necesidades de la gente, supone una comunicación visual, es decir, un diseño de la
información que traspasa las barreras de la len-
gua. El diseño tiene como fin cumplir un objetivo
que es la resolución de las ideas de otros al contrario que el arte, que resuelve los pensamientos del propio autor. Otros diseñadores lo definen de una manera más poética, como un idioma
universal, una fuerza inevitable o una manera de mirar el mundo. Por último, otros consideran el diseño como una actividad social vinculada a
la actualidad, una forma de dejar huella traspasando las barreras del tiempo y del espacio o,
sencillamente, lo definen como un cruce entre
innovación, arte, tecnología y el propio diseño. De este modo podemos concluir que el dise-
ño gráfico debe estar en concordancia con la
actualidad, es decir, por el propio contexto. Es
una práctica incuestionablemente comercial, al
47
servicio del sistema capitalista que tiene como fin último la venta y el consumo de productos.
El diseñador necesita ser consciente de que el
trabajo que hace resuelve y los problemas tanto de un cliente -capital- como las propias necesidades del ser humano. El diseño, en cualquiera de sus ramas, es indispensable para la vida y
por tanto no cubre las mismas necesidades que el arte, aunque sus procesos de creación sean
iguales o similares. El acto creativo está presente en ambas pero el fin de cada una de ellas es diferente.
A las artes libres se la sitúa generalmente siempre en un nivel más elevado qué otras formas de la configuración. Sin embargo, si se piensa que proceso creativo es más o menos el mismo para el artista y para el diseñador, entonces el diseñador también debe ser considerado un artista. En consecuencia, los artistas libres Y los diseñadores deberían sin duda se valorados del mismo modo.
(Bayer en Zimmermann, 2004: 61)
48
El diseĂąo grĂĄfico en el siglo XX hasta hoy
49
50
Durante la primera mitad del si-
glo XX en Europa se produjeron una serie de cambios sociales, económicos y políticos que dieron lugar, entre otras cosas, a la automatización de
la industria. Comenzaron en el arte nuevos movimientos artísticos que remplazaron la visión
objetiva del mundo por otras concepciones más analíticas de la forma y el color. Como conse-
cuencia de estos cambios en Europa, los medios de comunicación se empiezan a masificar dando lugar a más prensa escrita, propaganda política,
es el surgimiento del cine... Se empiezan a diseñar carteles periodísticos ya que eran entonces el medio de comunicación más efectivo para la
venta de productos. Por lo tanto, dicha publicidad empieza a hacerse más sofisticada a la hora de
hacer un diseño atractivo para el público, pero no
51
lo suficiente ya que, tras la Primera Guerra Mundial, la venta de productos de marca creció de
manera exponencial pero la publicidad de dichos productos no tenía la suficiente calidad. Una de las primeras marcas que se creó con un diseño
impecable para el momento fue AEG de la mano
del diseñador Peter Behrens que creó la firma de
la marca basada en puros criterios del diseño. Las escuelas de diseño industrial como la Bauhaus
de Weimar en 1919 y la aparición de movimientos artísticos como el constructivismo ruso, el
futurismo, el dadaísmo o el surrealismo marcaron un punto de inflexión entre el arte y los nuevos
modos de percepción impulsando las prácticas visuales hacia el diseño.
Se introduce en este momento también la foto-
grafía como un elemento más de las composiciones visuales enfocadas, sobre todo, a la publicidad y sigue conservando hoy en día uno de los
papeles dominantes en el sector. En este capítulo
se desarrolla un recorrido del diseño durante el si-
glo XX hasta los años setenta, donde se empiezan a subvertir las estructuras del diseño y, posteriormente, hasta la actualidad.
El término diseño gráfico fue acuñado por el diseñador, tipógrafo y calígrafo William Addison Dwi-
ggins en 1922 (Graffica, 2016). Antes de llamarse
diseño gráfico, eran llamados artistas comerciales 52
los que ejercían esta profesión, encargados de
de realizar todo tipo de comunicación de tipo
comercial. Pero, a pesar de esto, no fue reco-
nocido como una profesión hasta mediados del
siglo XX. Su trabajo consistía en la composición la tipografía de titulares, cartelería, señalética,
infografías, bosquejos de moda, ilustraciones e incluso fotografías. Hasta 1914 los artistas que
trabajaban en el terreno de la publicidad se dedicaban básicamente a la creación de carteles.
Estos eran la expresión de la vida económica social y cultural que impulsaban a los compradores
a adquirir todo tipo de productos e informaban al público de los espectáculos en la ciudad.
En este momento estaba también en auge el
estilo decorativo Art Nouveau, lo que supuso un cambio en el estilo de la cartelería donde está
entonces imperaban en los carteles los colores
planos sin textura ni perspectiva. En París, cuna del Art Nouveau, el máximo exponente de esta
tendencia de cartelería fue Alphonse Mucha. No solamente en París se estaba desarrollando el
arte (que era considerado como tal) de la cartelería. En Italia, Leonetto Cappiello también creó numerosos carteles donde el texto y la imagen
no forman una sola ilustración como el caso de Mucha, si no que se complementaban. Hasta
ese el momento, el uso de la ironía o la metáfora dentro de una gráfica visual, de un cartel, no era lo más común puesto que para eso estaban las
tiras cómicas políticas de los periódicos. Uno de
53
Figura 4. Alphonse Mucha.
Figura 6 y 7. Thomas Theodor Heine
54
Figura5. Leonetto Cappiello
los diseños que utilizó la metáfora fue una serie de
carteles que hizo Thomas Theodor Heine, un diseñador gráfico alemán, llamada “Simplicissimus”. Los artistas del cartel de este periodo de tiempo demostraron una gran creatividad y libertad de
estética que se confrontaba con las nuevas innovaciones técnicas en producción y reproducción
gráfica. Por ejemplo, eran ellos mismos quienes dibujaban las letras en vez de utilizar texto con tipos de impresión, convirtiéndose así, sin ellos saberlo, en los pioneros del diseño gráfico.
Los inicios del diseño gráfico Europa, más allá de la cartelería, fueron a principios del siglo XX. La
Primera Guerra Mundial evidenció la importancia
de diseño visual. Durante este periodo se hicieron
potentes eslóganes para los carteles de guerra uti-
lizados por los gobiernos para hacer propaganda e
invitar a los ciudadanos a contribuir en la guerra. Los
carteles producidos por las naciones en guerra reflejaba el carácter y el grado de desarrollo del diseño
gráfico en cada uno de los países. Las categorías de todos los carteles eran las mismas ya que pretendían reclutar a las tropas, fomentar el patriotismo
e incluso inducían culpabilidad a los que permitían que los demás se enfrentarán al peligro por ellos
(Hollis, 2000: 33). En Europa el cartel más conocido
fue el británico “Tu país te necesita” creado por Lord Kitchener. Este cartel fue imitado por los Estados Unidos con el famoso eslogan “I want you for U.S. army”.
55
Figura 8. Cartel británico Primera Guerra Mundial
Figura 9. Cartel americano Primera Guerra Mundial
Durante los años de entreguerras en Europa,
tras ser sacudida por la Primera Guerra Mundial,
surgieron una serie de movimientos artísticos. En Italia por ejemplo se creo el futurismo, liderado por Filippo Tommaso Marinetti, exponente del
verso libre, que en 1909 publicó el primer manifiesto futurista, donde ensalzaba el mundo mo-
derno como la velocidad, los coches, los aviones, los trenes o la guerra. La literatura futurista era
una especie de pintura verbal donde los sonidos y las formas eran relativos a las palabras escri-
tas. Marinetti se dio cuenta de que las letras no eran simples signos que formaban parte de un
texto para su comprensión, si no que podían ser 56
utilizadas a modo de imágenes visuales aisladas.
Los futuristas recibieron la publicidad como
manifestación de la vida moderna y antítesis de
la cultura de museo, con la que tenían bastantes diferencias. La figura más importante del diseño gráfico, entre los futuristas, fue Fortunato Depe-
ro, asociado con el pintor Giacomo Balla, juntos crearon grandes anuncios cinéticos. En 1927
Depero diseñó un pabellón para los editores de
Treves en la Feria Internacional de Artes Decorativas de Monza, donde construyó una estructura arquitectónica de nueve metros formada por
letras grandes y sólidas, un ensalzamiento a la
letra y la tipografía. En 1928 se trasladó a Nueva York donde trabajó para revistas como Vanity
Fair realizando las cubiertas y portadas de libros y revistas. En el libro hecho por Depero, en asociación con la marca Campari, titulado Numero único futurista Campari 1931 dice:
La influencia del estilo futurista en todos los ámbitos creativos de la publicidad es evidente, decisiva y categóricamente - lo veo en todas las esquinas, en todos los espacios reservados para publicidad, más o menos plagiados o robados, con más o menos inteligencia, más o menos gusto - mis colores dinámicos, mi estilo cristalino y mecánico, mi flora, fauna y seres humanos metálicos, geométricos e imaginativos son ampliamente imitados y explotados: estoy encantado. (Depero, 1931) 57
La publicidad se había extendido a la literatura
futurista y viceversa. El diseñador gráfico Bruno
Munari fue uno de los diseñadores tempranos en Italia, publicó en 1937 un libro con un poema de
Marinetti llamado “Poema del traje lácteo” donde utilizó técnicas innovadoras y originales para su edición como collages con fotografías sobreimprimiendo texto encima. Esta obra posfuturista poseía la misma seguridad y la energía que
Marinetti había introducido veinte años atrás,
pero sin la anarquía tipográfica. El Futurismo fue importante porque rompió con la disposición
tradicional simétrica de la página impresa. Creó
el precedente para las innovaciones tipográficas
dadaístas en Alemania y cedió su nombre de Futurismo al experimentalismo ruso que precedió a la Revolución de 1917 (Hollis, 2000: 43)
Después de la Primera Guerra Mundial el arte
de las exposiciones experimentales empieza a
expandirse de manera mundial como las ferias especializadas o las exposiciones universales.
Uno de los movimientos artísticos que impulsó
el diseño gráfico como una forma de arte fue el constructivismo ruso. Surge en Rusia en 1914
pero cobró importancia después de la Revolu-
ción de Octubre en 1917 donde muchos artistas progresistas participaron en la revolución po-
niéndose al servicio del aparato de propaganda con el deseo de cambiar el mundo desde su 58
condición de diseñadores modernos. El cons-
tructivismo se origina como respuesta al caos
que se vivía en los años de conflicto. Se caracteriza por recurrir a las formas geométricas y
colores. Movimiento fundado por Vladimir Tatlin en el que predomina la escultura, arquitectura
y diseño industrial e impulsaba a los artistas a
hacer un arte útil para que la gente lo entienda. Por otro lado Alemania, después de la Primera
Figura 10. Cartel constructivista
59
Figura 11. Portada de la revista De Stijl
Guerra Mundial, tuvo influencias artísticas por dos frentes: el constructivismo ruso y De Stijl
desde Holanda. En 1917 varios artistas fundaron
De Stijl, movimiento artístico y revista con el mismo nombre. Este movimiento se opone al sub-
jetivismo en el diseño. Según Alfred Barr, primer director del MoMa,
Dos elementos formaban la base del trabajo de De Stijl, lo mismo en pintura que en arquitectura, escultura, decoración de interior o diseño editorial: en la forma, el ángulo recto, y en el color, el rojo, el azul y el amarillo, los colores primarios. (Barr en Hollis, 2000)
Solo admitían recursos que permitirán repre-
sentar la armonía universal al margen de toda 60
sugestión emocional. Este grupo de artistas creó
varias tipografías con la restricción de utilizar
líneas verticales y horizontales y los tres colores primarios.
La comunicación visual, o lo que se llamó arte
comercial, se formó con más potencia durante
los años veinte gracias a los artistas de vanguardia. Fueron sobre todo los dadaístas los que
continuaron la revolución, comenzada con el
futurismo, del uso de palabras e imágenes. Las
habilidades propagandísticas del dadá, gracias a su autopromoción, se desviaron hacia un diseño publicitario como parte de una revolución social
en la que la libertad llegaría con la mecanización. Al mismo tiempo que futuristas y constructivistas llevaban a cabo sus trabajos de tipografía o fo-
tografía como un nuevo medio comunicación, en
Weimar (Alemania) se funda la escuela de Diseño Bauhaus en 1919 bajo la dirección de Walter
Gropius. Uno de sus principales objetivos fue dar unidad al arte y a la artesanía. Hasta 1922 los
trabajos gráficos eran considerados como obras de arte. A partir de 1923, año en el que tuvo
lugar la exposición de la Bauhaus, se reemplaza el principio de dar “unidad al arte y la artesanía” por el de “arte y técnica, una nueva unidad”. La
Bauhaus estaba muy influenciada por las teorías, sobre todo, constructivistas y las teorías de de De Stijl. En 1925 la escuela cambió de nombre
pasando a llamarse Escuela Superior de Diseño.
61
El departamento de artes gráficas pasa llamarse Departamento de tipografía y diseño publicitario
por lo tanto el diseño gráfico era ya una especiali-
dad. El director de este departamento era Herbert Bayer que abogada por una tipografía funcional y
constructiva. El círculo, el cuadrado, el triángulo y los tres colores primarios constituyan los elemen-
tos básicos de la tipografía. La Bauhaus sentó las bases del diseño gráfico haciendo constar así su objetivo principal que es la comunicación visual. El concepto de Bauhaus como punto de oríge-
nes un efecto a su acogida dentro de la historia
del arte y del diseño, asi como un reflejo de sus
propios ideales: Johanes Itten, que enseñó en los primerísimos años de la escuela, utilizaba méto-
dos de enseñanza nada convencionales con el fin de “desenseñar” a los estudiantes y devolverles a un estado de inocencia, a un punto de origen
en el que poder empezar la verdadera enseñanza (Lupton, Abbott Miller, 1994). Esta corriente de
enseñanza estaba basada en el concepto de niño como artista (exposición en el Museo de Ham-
burgo, 1898), donde para Alemania fue un intento renovador para el futuro social y económico. Fue la Bauhaus la que años más tarde adquirió este
método de enseñanza por parte de alguno de sus profesores. En el caso de Itten, buscaba liberar la
creatividad de sus estudiantes mediante un retorno a la infancia, es decir, un retorno a las formas primitivas (círculo, cuadrado, triángulo) que pro62
ponía la Bauhaus como base de su pensamiento.
A finales de los años veinte, la escuela empezó
cada vez más a vincularse con la producción de maquinaria y se distanció de la concepción ex-
presionista de una “infancia del arte”. En abril de 1933 los nazis cerraron la Bauhaus.
Figura 12. Escuela de diseño Bauhaus de Weimar
En los años veinte y treinta en Europa aparecen
los precursores del diseño constructivo y objetivo. Estos diseñadores trabajaron creaban nuevos enfoques del diseño más objetivos y obje-
tualizados. Todos estos diseñadores trabajaban
de la mano de grandes marcas, como por ejem-
plo El Lissitzky que trabajó para la casa alemana Pelikan. El diseño gráfico en estas décadas es-
taba empezando a tomar fuerza como un medio
imprescindible para la comunicación visual y, por lo tanto, la publicidad. Es decir, a mediados de
la primera mitad del siglo XX, aparece un nuevo
63
mercado en el que muchos artistas se lucran trabajando para grandes marcas o empresas
a pesar de proceder de grandes movimientos
artísticos que van en contra del sistema, como
el constructivismo ruso. Los percusores de este
nuevo diseño hallaron numerosos seguidores en Europa y Estados Unidos. A pesar de que la Segunda Guerra Mundial interrumpió durante unos años el desarrollo en Europa, los principios del
diseño lograron entrar en las escuelas de diseño tanto en la teoría como en la práctica.
Durante la Segunda Guerra Mundial los trabajos de diseño se relacionaron, al igual que durante
la Primera Guerra Mundial, con intereses militares puesto que la mayoría de países europeos
tuvieron que limitar o suspender gran parte de la educación y la cultura. En 1958 pasada más de
una década de la Segunda Guerra Mundial unos
diseñadores suizos, Richard Lohse, Müller-Brockmann y Vivarelli, crearon la revista internacional Neue Grafik que informaba a los diseñadores sobre lo que se hacía en la escuela suiza de
diseño. Sus páginas estaban llenas de diseños
modernos y comentaban temas que tenían relación con el diseño gráfico y su influencia con el mismo. También hablaban de los fundamentos tanto intelectuales como artísticos del diseño actual. 64
Figura 13. Neue Grafik
El diseño objetivo informativo es, en primer término, una labor sociocultural. Sus opciones encierran una respuesta a la pregunta por el papel del diseñador en la sociedad. ¿Se siente este responsable ante ella? ¿se propone informar fielmente u ocultar hechos? La economía y, con ella, la publicidad utiliza sus recursos, a veces combinados con métodos científicos, para vender mejor y más rápido productos comerciales. Con frecuencia se ponen unilateralmente del lado del productor. Pero estas intenciones pueden encontrar la resistencia en las personas que piensan por sí mismas. Estas esperan información objetiva y detallada sobre lo que aparece en el mercado, y sopesan las ofertas. (Müller-Brockmann, 1971)
Han pasado más de cuarenta años desde que este diseñador escribiese estas palabras pero
sin embargo son totalmente aplicables al día de hoy.
65
En esta década en la que el diseño suizo estaba en auge, con gran influencia internacional, fue
gracias también a una revista mensual (que inició su recorrido durante la guerra) llamada Graphis, que equilibró la producción y la discusión del
arte comercial desde el extranjero con revisiones del arte más tradicional, libros de artista y temas históricos. La aparición de Neue Grafik
supuso una cambio de rumbo del diseño gráfico
en Europa ya que, en palabras de los editores, la revista pretendía:
Crear una plataforma internacional para la discusión del grafismo moderno y las artes aplicadas. Al contrario que las publicaciones existentes, la actitud de Neue Grafik se caracteriza por la exclusividad, el rigor y la falta de compromiso. (Hollis, 2000: 133).
La mayoría de las publicaciones hacían referencia a diseños nacionales, pero a pesar de ello tenía una difusión a nivel internacional. Estos
diseñadores fueron los creadores de una de las tipografías más famosas actualmente, Helvetica, anteriormente conocida como Neue Haas
Grotesk. Esta revista suiza fue, en definitiva, una consumación de los deseos de los pioneros de
preguerra de objetividad y comunicación visual; fue una fuerza internacional en la nueva profe-
sión, y contribuyó a dar al diseño de información 66
un lenguaje tipográfico y una disciplina antes de
la llegada de la fotocomposición y el grafismo por ordenador.
En los años sesenta el debate sobre el diseño
gráfico estaba en boca de todos aquellos que
ejercían la profesión de diseñador o artista. En
esta década en Europa y Estados Unidos estaba el movimiento artístico del Pop Art (arte popular) que se valía de muchos de los diseños publici-
tarios para crear obras. Fue un movimiento que
surgió como reacción al Expresionismo abstracto y y las actitudes que conducen al arte a ser
lo que es. Es decir, reaccionaban ante el “todo vale”. No es casual, que al estar tan relacionados el Pop Art y el diseño gráfico publicitario,
en 1964 el Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico se reunió en Zurich y se sentaron a debatir ¿diseño profesional o arte
comercial?. Para entonces ya era un tema de debate universal y más de cincuenta años después sigue siendo una pregunta que todo aquel que
trabaje en ámbitos creativos se ha preguntado: ¿arte o diseño?
Durante los años sesenta el diseño gráfico era
considerado una forma de solucionar problemas de comunicación (a través de la publicidad). Se entendía como una disciplina artística preocupada por la estética del momento presente. El
diseño gráfico estaba, y continúa estando, bajo la demanda de del desarrollo tecnológico, so-
67
cial y de los medios de comunicación. En aquel
momento, siendo una disciplina cada vez en más auge, llamó la atención de académicos y filósofos, como Marshall McLuhan que, tras analizar
numerosos anuncios publicitarios, desarrolló su
tesis de que “el medio es el mensaje”, sosteniendo que el ser humano durante su historia presta atención al medio -de comunicación- más que el propio contenido del mensaje. McLuhan se
dio cuenta de que el cruce entre la tecnología y la política eran precisamente los medios de
comunicación, que siempre han servido como un medio persuasivo y de control (McLuhan, 1951).
Los diseñadores gráficos, productores de imágenes para los medios, eran (y son) conscientes de esta maquinaria y, es más, es parte de su proceso de trabajo. A partir de los cambios técnicos
de la década de los años sesenta, los métodos de trabajo de los diseñadores se vieron afectados, e incluso desafiados, por nuevos factores
culturales y políticos como la guerra de Vietnam, las revueltas estudiantiles de mayo del 68, la
revolución cubana, la cultura hippie…Crearon un estilo que estaba entre la estructura formal de la escuela suiza y la extravagante cultura popular de los sesenta.
La Revolución cubana de 1959 llenó el país de acontecimientos culturales lo que supuso una
gran oleada de diseñadores gráficos que hacían 68
carteles para los eventos y, a su vez, grupos de
ciudadanos que se unían en asambleas públi-
cas para proclamar los logros de la revolución. Al contrario que sus vecinos norteamericanos, Cuba no tenía publicidad comercial y todo lo
que había estaba controlado por el gobierno. Por otro lado en el oeste de Estados Unidos, Cali-
fornia, las drogas eran legales hasta 1966, y los diseñadores apostaron por los diseños psico-
délicos. Muchos de los carteles que se hicieron en aquel momento estaban directamente influi-
dos por sustancias como LSD, que ingerían sus
creadores. Es el caso del conocido Wes Wilson, el cual utilizaba en sus carteles los colores que
los efectos visuales de esta droga le hacían ver. El término underground nació en California en
la década de los 60, y era utilizado para describir el rechazo que los jóvenes de clase media
tenían hacia los valores conformistas y estaban a favor de una cultura y políticas alternativas, identificándose así, con la cultura hippie. Las revistas que se hacían bajo esta tendencia
underground eran impresiones de poca calidad, lo que hoy podríamos llamar fanzines. De esta
manera atraían más a la gente joven, que no les
importaba la informalidad ya que afirmaban que hacer una revista no requería cualidades especiales. Este método se difundió rápidamente.
Estas revistas eran intervenidas directamente por los diseñadores quienes colocaban de forma,
aparentemente, aleatoria imágenes o caracteres unos encima de otros. De este modo, hacían
69
evidente que con mínimos conocimientos uno
podría autoeditarse sus propios folletos y difundirlos a bajo coste. Por último, otro aconteci-
miento clave de esta década fue la revolución
de mayo del 68 en París. Es en este momento
donde tiene un punto de partida importante las
imágenes de protesta, que más adelante analizaremos en profundidad. Los carteles eran normalmente en blanco y negro, puesto que la estética se estaba dejando cada vez más de lado, uno
de los puntos importantes del diseño: pasando a ser el propio mensaje, carteles claros y directos. También hacían graffitis como medio para desafiar a las autoridades.
70
Figura 14. Wes Wilson Cartel
Hasta este momento el resumen de las seis
primeras décadas el siglo XX sirven para contex-
tualizar lo que llegó a partir de los años setenta y
cómo los diseñadores por primera vez se atreven a romper las estructuras tan marcadas que tenía el diseño gráfico hasta ese momento.
Durante los años setenta el diseño adquirió los
mecanismos de los medios de comunicación en
movimiento como la televisión y se fue integrando más en los servicios públicos y propaganda cultural. Aumentó considerablemente su entrada en las empresas privadas ya que tenían la
necesidad de tener una imagen de marca reconocible para que sus ventas se multiplicasen.
Esta década fue muy importante en todos los
sentidos, pues se producen a nivel mundial gran cantidad de cambios políticos, sociales y cultu-
rales. El conflicto árabe-israelí, junto con el final de la Guerra de Vietnam, supusieron un cambio en la política internacional durante la década
de los setenta. También es la década donde los
grupos terroristas de extrema izquierda están en auge en muchos puntos del planeta. Otro acontecimiento importante en este momento fue el
escándalo del Watergate que llevó al presidente
Richard Nixon a su dimisión en Estados Unidos. A finales de los años setenta, a nivel social, co-
mienza el periodo acuñado como la posmodernidad que va ligado al movimiento gay, las luchas feministas en las calles, la economía pasa de
71
ser una economía de producción a la del con-
sumo masivo de bienes materiales, los medios
de comunicación y la industria se convierten en
los centros de poder desmitificando a los líderes
políticos, la vida privada se va convirtiendo cada vez más en vida pública gracias a los shows
televisivos, siendo la información un mero entretenimiento…Esto ocurre de manera progresiva
a finales de los años setenta y principios de los
años ochenta. De la mano de todos estos cam-
bios, también aparecen nuevos diseñadores que deciden romper y subvertir las estructuras del
diseño gráfico más tradicional. Es la respuesta a la efervescencia de la globalización en aquel momento.
Los críticos de estudios culturales especializados en la posmodernidad no prestaron ninguna atención al diseño gráfico a la hora de teorizar sobre
esta cuestión. Las introducciones criticas al posmodernismo y al arte suelen tratar de literatura,
arquitectura, bellas artes, fotografía, música pop,
moda, cine y televisión, pero no muestran ningún
indicio de interesarse, y mucho menos de teorizar, sobre diseño, a pesar de su papel obviamente
central como artífice de la vida contemporánea. (Poynor, 2003: 10).
La posmodernidad no es una respuesta a la
modernidad, si no una consecuencia de ella en 72
todos lo ámbitos, es una pérdida de fe en los
ideales modernos y consecuentemente una acomodación a la vida capitalista.
De esta manera son los diseñadores los que, en cierto modo, deciden no acomodarse. Desde
este momento, diseñadores y artistas, absorben
las modas del diseño gráfico para luego romperlas deliberadamente:
Antes de empezar a quebrantar las normas uno ha de saber cuales son. Después de conocer los procedimientos adecuados se puede analizar críticamente para ver si, desobedeciéndolos deliberadamente, se añade algo al método de comunicación. (Lewis, 1974)
Como describe Rick Poynor en su libro No más normas hay cinco maneras de romper los esquemas tradicionales del diseño subvirtiendo
así su significado, pero la que nos interesa es la deconstrucción de la idea. “El único princi-
pio que no dificulta el progreso es el todo vale” (Feyerabend, 1975), es una frase que identifica
esta forma anarquista que experimenta el diseño desde su tendencia más punk.
Habitualmente los técnicos de la posmodernidad siempre están cuestionándose cuáles son las
artes mayores y menores y, dicho de otra ma-
nera, existe una discriminación a veces positiva
73
y a veces negativa de los artistas/ diseñadores
underground. Es difícil definir y defender la idea de que hay formas correctas o incorrectas de
abordar la comunicación visual. A principios de los años ochenta surgió movimiento social, en
pleno momento del cambio en los Estados Unidos donde empiezan a hacerse, aún más, visi-
bles los movimientos feministas y gays, en este momento aparece el punk en muchos ámbitos
de la sociedad. Uno de sus principales exponentes en la cultura gráfica del punk es el británico Jamie Reid, que hizo la portada del disco God
save the Queen del grupo punk Sex Pistols. Estas portadas ofendieron a muchos diseñadores
por su falta de estética usando las tipografías de manera anárquica.
74
Figura 15. God save the Queen. Sex Pistols Jamie Reid
Los artistas gráficos relacionados con el punk
sentaron las bases de la subversión y continua
ofensiva contra las convenciones de diseño profesional. Reid, entre otras cosas, pensaba que
los escritos de los situacionistas contenían ex-
cesivo texto y decidió simplificar sus ideas con grafismos agresivos. Estos artistas undergroud
también recortaban las tipografías de los perió-
dicos para crear nuevos mensajes, como Jamie
Reid que colocó en las tiendas de Oxford Street
(Londres) carteles que decían “ahorrad petrolero
y quemad coches” y “oferta especial: esta tienda acepta ladrones”.
Reid no era miembro establecido de la profesión pero sabia muy bien improvisar técnicas gráfi-
cas con finalidades políticas. El diseño punk no fue reconocido por el diseño profesional en su
corriente más dominante ni fue aceptado como forma válida.
Otra de las representaciones más importantes de diseño punk es la revista Hard Werken , creada, entre otros por Rick Vermeulen y Tom van den Haspel en Rotterdam, quienes explican:
No tenemos un estilo colectivo. Tenemos estilos distintos y algunos trabajamos intuitivamente, mientras otros lo hacen de manera más controlada. Aunque tampoco acostumbramos a descartar material y aprovechamos gran cantidad de ele-
75
mentos. En este sentido somos bastante agresivos. Mezclamos cualquier color y tipo de letra. En la revista, no nos preocupan demasiado seguir las normas, o seguir el grafismo que se supone correcto. Nuestra preocupación no se centra en la legibilidad o la funcionalidad si no la imagen total, aunque a veces está imagen sea ilegible.
(Vermeulen y van den Haspel en Poynor, 2000:44)
En contraposición con el diseño punk, la década de los ochenta está marcada por los tambaleos
de los pilares sociales como la familia o la religión. Por eso los diseñadores que si pertenecían al
gremio profesional enfocaban sus diseños hacia la creación de ideales, aspiraciones y deseos. A
finales de los ochenta y principios de los noventa empezaron a salir a la luz que grandes marcas,
avaladas con una imagen publicitaria muy reconocida, fabricaban sus productos a costa del tercer
mundo y esto creó un dilema entre los profesionales del diseño ya que vieron tambalear su trabajo, pues asimilaron por completo que estaban al
servicio del consumismo desenfrenado. A con-
secuencia de esto muchos diseñadores deciden empezar al crear un diseño más social donde
los mensajes tiene un componente de denuncia, como el colectivo español Un mundo feliz que
comienza lo que ellos llaman “guerrilla gráfica” a finales de los noventa.
76
Los diseñadores de la última década del siglo
XX hasta principios del siglo XXI se tienen que
enfrentar algunos cambios decisivos tanto en la
forma de ejecutar como en el propio enfoque del mensaje. La sustitución del lápiz y papel por el
ordenador y los software modernos provocan una transformación importante a raíz del uso de la
tecnología. No sólo son los diseñadores los que
tienen que enfrentarse a este cambio, pues ellos son los productores de imágenes visuales, sino
que también la población adquiere dentro de su
cotidianidad el bombardeo de mensajes gráficos
en todos los ámbitos de la vida pública y privada.
A consecuencia de esto, los diseñadores empieza a elaborar un tipo de mensaje que ayude más al intelecto. Muchos de los mensajes dejan de ser
tan explícitos y directos y empiezan a trabajar la
ambigüedad y los dobles sentidos para captar la
atención del consumidor de una manera diferente. No son más que estrategias comunicativas pues para que algo se retenga es nuestra atención
deben provocarnos grandes dosis de reflexión o diversión (Fiell, 2007: 12).
Los continuos avances de estas tecnologías y
también la aparición en nuestras vidas de Internet han provocado que cada vez exista una mayor
rapidez en la difusión de mensajes y en contra-
partida el nivel de obsolescencia de los mensajes gráficos también es mayor. A pesar de esto hoy
en día el papel sigue siendo uno de los principales
77
soportes, pero por su encarecimiento cada vez se utiliza menos para la promoción el propio diseñador ya que tiene a su alcance herramientas que
permiten incorporar movimiento e interacción con
los usuarios. En esta primera década del siglo XXI los diseñadores gráficos se enfrentan a los retos
que estos nuevos medios les ofrecen para poder extraer todo su potencial comunicativo, pues la
evolución del diseño gráfico ha estado y seguirá estando directamente relacionada con el desa-
rrollo de la tecnología y por eso los diseñadores
tienen que están reinventándose continuamente. Al contrario del arte, donde se les permite a los artistas tener una mayor libertad de creación.
Los diseñadores gráficos deben ser conscientes de que poseen la responsabilidad (y la sensibilidad) de satisfacer, no sólo, las necesidades de sus clientes sino también las de toda la sociedad. El poder persuasivo del diseño gráfico puede aprovecharse para cambiar radicalmente el modo de pensar de la gente acerca de aspectos importantes del futuro, desde el calentamiento global del planeta hasta la deuda externa de los países pobres. Si bien no todos los trabajos de los diseñadores gráficos pueden englobarse en la toma de decisiones éticas, la profesión necesita inclinar la balanza de lo comercial a lo social si desea seguir siendo una fuerza cultural importante y vital. (Fiell, 2007:36)
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Convergencias e intersecciones
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En este capítulo desarrollaré el
punto clave de investigación. Donde el arte y
el diseño convergen de una manera común. El
lugar donde el arte se atreve a tener una funcionalidad específica y el diseño se atreve a inter-
pretar. Existen muchos tipos de manifestaciones de arte en las que éste se sirve del diseño y
viceversa, pero me voy a centrar en los dos que
más me interesan que son el fanzine y la ilustración de denuncia.
El primero es el fanzine, es decir, libros autoe-
ditados. Este tipo de práctica comienza en los años setenta y están basados en la impresión
de una especie de folletos, normalmente a bajo coste que el artista o diseñador edita para sus propias creaciones con los medios de los que
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dispone sin pasar por una imprenta. Esto da
mayor libertad tanto de producción como de
difusión. Por otro lado están las ilustraciones de
denuncia, que normalmente son llevadas a cabo por diseñadores valiéndose de las estrategias
del arte, al contrario que el fanzine que es una estrategia que suelen utilizar los artistas para
autopromocionarse. La primera, el fanzine, sirve como vehículo para dar a conocer trabajos del
propio artista utilizando el diseño editorial. El valor de estas obras recae en la propia edición del
proyecto más que el contenido en sí, es decir, el resultado es un todo y el conjunto tiene un valor
concreto del que las páginas independientes por si solas carecen. El fanzine es un objeto artísti-
co por si solo, no el continente de un contenido artístico, como un catálogo. Es utilizado por muchos ilustradores y buscan su difusión en
ferias o en tiendas especializadas. Por su parte los diseñadores se valen de las estrategias del
arte, es decir la libertad de creación y exposición
de las ideas, normalmente, a partir de un contexto político, para realizar diseños e ilustraciones
de carácter social y/o político con el fin de hacer visible una problemática actual.
Hoy en día es difícil desligar el arte de la política, entendiendo política, también, en el sentido de polis (ciudad). Me refiero a un arte acorde con
su contexto. Como hemos visto, en cada época 84
el arte y el diseño van en relación a la actualidad
de cada sociedad, los griegos esculpían a sus
dioses, el la edad media se hacían retablos de
santos, más tarde imperaban retratos de reyes y sus familiares y así, sucesivamente en todas las etapas de la historia del arte. Actualmente
vivimos en una sociedad donde la política es el
tema central de debate, en concreto en España, el arte en gran medida no se puede desligar de todos los movimientos sociales que están sur-
giendo los últimos años. Y es evidente que artistas y diseñadores utilicen este tipo de temáticas
primero, porque son temas que normalmente les afectan directamente y segundo, porque son de un interés social general, al contrario que el arte que podemos ver de puertas para dentro de los museos o los diseños de marcas que se hacen
con el fin de vender productos. Estas prácticas normalmente se llevan a cabo sin ánimo de lu-
cro. Como consecuencia están emergiendo una serie de prácticas artísticas que tienen que ver
con lo social y con un arte crítico. En el caso que nos ocupa, me estoy refiriendo a las ilustracio-
nes de demanda. Son mensajes claros y contundentes que tienen su difusión, en su mayoría, a
través de las redes sociales, las cuales son, hoy en día, el ágora del pueblo, la plaza pública, el centro de debate social.
Este tipo de trabajo se presentan normalmente en forma de cartel, pero también existen otro
tipo de manifestaciones de estas prácticas como
85
la intervención en carteles publicitarios (con-
tra-publicidad), pegatinas, buzoneo... Los crea-
dores que lo llevan a cabo tienen la total libertad
de utilizar su obra en el espacio público, a veces rompiendo incluso los límites de la legalidad. Se
podría decir que hablamos de ilustración expandida, como dice Rosalind Krauss (1974) haciendo alusión a la idea de campo expandido, solo
que la tridimensionalidad de la obra adquiere un carácter diferente al que ella se refiere en “La
escultura en el campo expandido”, esa tercera
dimensión del arte es el público, el espectador
que mira e interpreta, pues es capaz de remover conciencias. Por eso este tipo de ilustraciones
son en muchas ocasiones utilizadas en manifestaciones o protestas en las calles, son imágenes
públicas sin necesidad de que el artista ceda sus derechos pues son precisamente para ese fin, el uso del arte por parte del pueblo. También son imágenes móviles, pues adquiere también una
dimensión espacial que depende del contexto. Para poder entender la ilustración expandida a la
que se hace referencia es, por ejemplo, la Fuente de Marcel Duchamp que, a pesar de que su obra se basa fundamentalmente en el objeto encontrado, él se consideraba pintor, y sin embargo utilizó un objeto -imagen- que todo el mundo
conocía para demostrar, entre otras cosas, que se podía hacer arte con cualquier cosa y dicha 86
obra, debía de ser aceptada por un público.
Ahora mismo el arte navega entre muchas dis-
ciplinas y no es tan importante categorizar cada
una de las cosas que se están haciendo. Sin embargo, una ilustración si que es importante dife-
renciarla de un cuadro o un dibujo. Otro ejemplo, esta vez para entender el término ilustración, es el Guernica. ¿Qué intención tuvo Picasso cuan-
do pintó este cuadro? Es sabido que fue un en-
cargo para el pabellón español de la Exposición Internacional de 1937 en París, pero ¿por qué
blanco y negro? ¿es el Guernica una ilustración porque Picasso sabía que esta imagen se iba a reproducir en periódicos? o ¿es una ilustración
porque ilustra (valga la redundancia) el bombardeo del Guernica? Creo que si llegamos a esta
conclusión, una gran mayoría de las obras de la historia del arte serían ilustraciones. Pero, esta reflexión se centra en la actualidad.
Figura 16. El Guernica. Pablo Picasso. 1937
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Las ilustraciones en el espacio público, hechas por diseñadores (en su mayoría) que buscan
una vía de escape para expresar sus ideas, que
normalmente son coartadas por las marcas para quienes trabajan. Estas ilustraciones abarcan
siempre temáticas de la esfera pública, enten-
dida, por cualquier temática de interés político,
social, que afecte o aluda a un colectivo concreto o que, en general sea de interés de la gente.
La esfera pública como sinónimo del debate en
las calles. A continuación expondremos algunos ejemplos.
En muchas ocasiones se confunde la esfera pú-
blica con el espacio público así que es pertinente comenzar con esta distinción. Espacio público
es todo aquello que está de manera física en un espacio o lugar público como una calle. El arte realizado en el espacio público puede ser des-
de un graffiti hasta una acción. En el caso de la
esfera pública la técnica también es indiferente, pero la temática no. El arte dentro de la esfera pública trata temáticas de relevancia pública.
Muchas veces converge con el espacio público o cualquier medio de naturaleza pública como puede ser internet, la televisión o la prensa.
Uno de los sucesos más recientes fue que, a
los pocos minutos de enterarse de los atenta-
dos ocurridos en París el pasado noviembre un 88
ilustrador francés llamado Jean Jullien dibujó el
símbolo de la paz con la Torre Eiffel y lo compartió en la red social Instagram. A los pocos minutos esta imagen ya se había hecho viral. Actual-
mente uno de los mecanismos más importantes para hacer llegar una información son las redes sociales y el arte se está apropiando de ellas
también. Sobre todo un arte social, de crítica, de protesta. El caso de Jean Jullien es uno de los
más claros y recientes ejemplos de la efectividad de este medio.
Figura 17. Ilustración de la Torre Eiffel con motivo de los atentados en París en noviembre de 2015 Jean Jullien
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Cuando la prensa impresa era el medio de di-
fusión más popular de noticias muchos artistas e ilustradores utilizaban sus páginas para crear
pequeñas imágenes de protesta, viñetas de hu-
mor negro que eran vistas por todo el mundo, la gente se detenía diez segundos a mirar y leer la imagen. Probablemente no recuerda el nombre del autor pero la imagen se le quedó grabada
durante un tiempo en la memoria. Eran ejemplos sencillos que ilustraban una situación o noti-
cia actual. Ahora las viñetas en prensa siguen
existiendo pero no tienen tanta difusión como las imágenes en redes sociales.
Otro ejemplo es la Guerrilla Gráfica. Muchos
ilustradores y diseñadores gráficos se encuen-
tran ahora en la disyuntiva de ser un diseñador, creador de la visibilidad del capitalismo, o un
artivista gráfico (aunque se dan las dos cosas).
Centrándonos en lo segundo, el guerrillero gráfico lucha por los derechos fundamentales creando mecanismos de contra-información que se
filtran por las grietas del arte y provocan la conciencia colectiva frente a determinados temas
de la esfera pública. El colectivo de diseñadores “Un mundo feliz” es uno de los exponentes en
el ámbito nacional. Dicen que “no hay lucha sin palabra, no hay lucha sin voz propia”. Con esta
frase encabezan una revista llamada Bastard Art
Review donde recopilan cartelería e ilustraciones 90
de guerrilleros gráficos, entre otros.
En el caso de los guerrilleros gráficos en España, su principal fuente de denuncia son los políticos, los bancos... Muchas de estas imágenes crea-
das se han convertido en iconos y nos las hemos apropiado para las luchas sociales en las calles.
Los guerrilleros gráficos pretenden precisamente esto, que sus imágenes sean fáciles de entender y que la gente se apropie de ellas para su lucha. Ahora más que nunca se necesitan este tipo de
iconos para poder entender de una manera más contundente la situación del país. En el caso de otros ilustradores que abordan temas más glo-
bales se centran en las guerras, la lucha racial, la desigualdad de género, desigualdad entre ricos y pobres o rediseñan iconos conocidos para entenderlos de otra manera.
Figura 18. Algunos ejemplos del colectivo Un Mundo Feliz
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Hay otro tipo de ilustradores de denuncia que
utilizan en humor como arma de ataque. Es el
caso, por ejemplo, de Miguel Bustos, que utiliza personajes icónicos y hace juegos de palabras
con ellos ridiculizándolos o simplemente dándoles un nuevo significado. Del mismo modo, otro ilustrador llamado Recreo hace el mismo juego
de palabras, esta vez acompañándolos con imágenes menos explícitas pero no por ello menos contundentes.
Y por último otro ejemplo es La Mandanga que sigue la línea de los dos anteriores pero sus
dibujos son rápidos y menos elaborados, pero
no carecen de valor ya que la importancia recae
en el mensaje y no en la perfecta ejecución. Otra de las características de las ilustraciones de
denuncia es la inmediatez, por eso son imágenes efímeras, tienen valor en el momento que el contexto en el que fueron hechas es el mismo que en el que se utilizan.
Figura 19. Miguel Bustos
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Figura 20. Recreo
Las situaciones críticas llevan en sí mismas una potencia provocadora. En este sentido, mientras los artistas tienen una tendencia contemplativo-escapista del mundo, los artivistas lo miran desde una posición transformadora de la realidad. (Un Mundo Feliz, 2005)
Estos artistas tienen en sus manos la posibilidad de las masas se unan en una lucha, pues una
ilustración potente tiene la capacidad de denunciar y pedir que se retiren, por ejemplo, ciertas
leyes. La gente se siente identificada con estas imágenes y en el arte tradicional esto es difícil, si no imposible, de conseguir. Son, en cierto
modo, la voz del pueblo, el observador activo
de lo que pasa en la esfera pública. Es el caso, por ejemplo, de la ley mordaza. Muchos ilus-
tradores españoles se unieron (y aún lo hacen)
para denunciar esta ley que recientemente trajo mucha polémica e inconformismo a España. Y
no sólo aquí ocurre, otro ejemplo es la ley contra la propaganda homosexual con el gobierno
de Putin en Rusia. Los ilustradores denunciaron esta ley a través de sus viñetas y dibujos. Esto
sólo son dos de los muchos ejemplos que existen de ilustraciones que tienen un carácter de
denuncia concretos y que tienen un componente
importante que es el de concienciar al ciudadano de que existe un problema o una injusticia. Conciencian de una lucha y la hacen visible.
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Está claro que existe una intención de denuncia en todo este tipo de ilustraciones sobre la esfera pública y son necesarias por varios motivos. El primero es detectar el problema que existe,
saber en que consiste y tener la capacidad de crear imágenes que ilustren de manera clara y
directa qué ocurre. En segundo lugar hacer que estas imágenes lleguen al máximo número de
personas posibles, en muchos casos, como ya he dicho, a través de las redes sociales. Estas
son un arma de doble filo y una herramienta muy potente que podemos usar de manera acertada haciendo virales todo este tipo de denuncias sociales. Cuando la esfera pública converge
con el espacio público es donde se encuentra el
verdadero poder de esta imágenes, accesibles a cualquier persona.
Por otro lado, y volviendo de nuevo al inicio de este capítulo, el segundo punto de interés es
el fanzine. Es un medio que habitualmente es
utilizado por artistas valiéndose del diseño edi-
torial y gráfico, para autopromocionar sus obras, dibujos, fotografías... Como ya he dicho en el
capítulo anterior, en los años setenta empeza-
ron a hacerse folletos a bajo coste gracias a los avances tecnológicos que permitían tener en
casa una fotocopiadora que abarataba los costes de producción y por lo tanto podías realizar el trabajo tu mismo sin necesidad de acudir a 94
una imprenta.
Actualmente esta tendencia vuelve a estar en auge por diferentes motivos: la libertad crea-
tiva y de contenido que permite, por lo tanto,
una experimentación a la hora de autoeditar tus propios trabajos. Por otro lado el fanzine busca
ser algo accesible a todo el mundo, con mensajes directos y por último, los bajos costes y las tecnologías digitales que permiten realizar un
trabajo con una acabado profesional muy barato, ya que normalmente la venta de estos productos
se hace para recuperar el dinero gastado y poder volver a producir nuevos ejemplares.
La autoedición se utiliza como soporte artístico y permite un sin fin de temáticas bajo los parámetros antes citados. Es otro tipo de práctica
que se encuentra en los límites del arte ya que
no es habitual que los fanzines tengan cabida en los museos o galerías pero si que, en los últimos años, este movimiento tiene un mercado muy concreto y por eso se han creado en España
diferentes ferias de autoedición como Libros Mutantes, Gutter Fest o Tenderete. El fanzine sirve
también como un lugar de exposición y para ello los artistas buscan la mejor solución para que
la propia edición sea parte de la obra, es decir, como un porfolio del artista.
Existen también editoriales alternativas que se dedican a la creación y difusión de fanzines e
invitan a artistas a participar en sus proyectos.
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Estas editoriales trabajan el acabado de una
forma más profesional que las autoediciones
caseras, pero el contenido siempre muestra el
espíritu fanzine. Por ejemplo Belleza Infinita que “edita y distribuye publicaciones de género in-
clasificable cuestionando los límites de la experiencia estética y fomentando otras maneras de
percibir, expresar y pensar” (bellezainfinita.com). Otra editorial española que se está especiali-
zada en el fanzine es Ediciones Valientes, que definen su trabajo como propuestas que par-
ten de una continua investigación, desarrollo y
difusión sobre lenguajes y autores gráficos, tanto tradicionales como experimentales, a través de pequeñas ediciones de corta tirada, ya sean
estas proyectos propios, donde reunimos dife-
rentes autores, o propuestas ajenas de carácter más personales y poniendo especial atención a
estéticas más bizarras y periféricas provenientes de diferentes partes del globo (cargocollective. com/edicionesvalientes). No sólo en España
existen este tipo de editoriales, en Francia por
ejemplo está Éditions du Livre o Editions FP&CF, en Portugal Kaput Livros o en Inglaterra Landfill Editions.
Por otro lado hay artistas independientes que
autoeditan ellos mismos sus propios fanzines,
siguiendo el espíritu original de fabricar una obra íntegramente desde casa, con los medios más 96
comunes. Las temáticas que abordan estos ar-
tistas son muy variadas, desde dibujos infantiles hasta viñetas de comic con una estética punk o incluso dibujos geométricos sin significado
aparente. Este último es el caso de Alexis Beauclair, un artista francés que hace fanzines a una sola tinta con figuras geométricas de todo tipo. Predomina en este tipo de publicaciones los
dibujos hechos con trazo rápido, normalmente
con mucho color y con un mensaje fácil y directo que muchas veces no pasa más allá de ser una
imagen sin ningún tipo de acompañamiento textual. Por ejemplo Antonio Ladrillo cuyos dibujos
tienen una estética muy colorida infantil tanto por la temática como por el propio dibujo te parece está hecho por un niño. Este tipo de imáge-
nes también las serigrafía en camisetas, lo cual también es perfectamente válido considerarlo
una autoedición. Stereoplastika es otro artista que utiliza la ilustración con motivos infantiles
en muchos de sus trabajos, sus dibujos tienen
más estética parecida a las infografías actuales,
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Figuras 21 y 22 Alexis Beauclair Figuras 23 y 24. Antonio Ladrillo Figura 25. Stereoplastika Figura 26.. Save the fanzine. Stereoplastika.
líneas de trazo grueso y colores planos.
Otro tipo de estética fanzinera es la infantil pero a su vez algo perturbadora, es decir cuanto
más bizarro sea el dibujo y contenido, mejor.
Por ejemplo Dansleciel Toutvabien realiza ilus-
traciones para sus fanzines que parece hechas por la mano de un niño, sin embargo tiene un contenido crítico social muy fuerte. O el caso
de Margaux Duseigneur, ilustradora que utiliza
normalmente colores pastel y recurre a la viñeta. Al contrario ocurre con otros dos ilustradores,
Irkus M Zeberio y Daniel Cantrell, que se encantan por una estética más hacia la cultura punk
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Figura 27 y 28. Dansleciel Toutvabien Figuras 29 y 30. Margaux Duseigneur Figura 31. Irkus M Zeberio Figura 32. Daniel Cantrell
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con predominancia del color rojo y negro. Por
último el ilustrador Jose Jajaja en cuyos trabajos predomina la trama sustituyendo al color. Una
de sus series más interesantes es La ciudad en viñetas: Madrid, en la que retrata la capital con sus escenas más típicas.
Los artistas que utilizan el fanzine como me-
dio de expresión no sólo lo hacen otra vez del
formato de folleto, Sino también existen infinidad de formatos que se pueden considerar como
fanzine, desde barajas de cartas, camisetas o
bloques de juego. En definitiva la esencia este
tipo de proyectos es el hecho de estar autorizados por el propio artista o diseñador de manera económica y casera.
Estas dos prácticas artísticas, el fanzine y las
ilustraciones de protesta, se complementan en
muchas ocasiones Y por eso es interesante tratar de potenciar este tipo de actividades artísticas que se pueden compaginar con proyectos
de más envergadura, tanto para un artista como para un diseñador. Son un medio de expresión
con una libertad total de ejecución y por eso permite salirse de lo establecido tanto del mercado
del arte contemporáneo como de la profesionalización de un diseñador gráfico que trabaja para una empresa. Éstas dos disciplinas son preci-
samente ese punto de convergencia entre arte y 102
diseño, y que en los últimos años están en auge.
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A través de mi producción artística
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La producción artística realiza-
da a partir de estos conceptos de convergencia e intersección entre el arte contemporáneo y el
diseño gráfico es muy variada. Desde el fanzine hasta la instalación en el contexto de una casa, desde la imagen de denuncia hasta los juegos
visuales. Sin posicionarme dentro de ninguna categoría, trabajo siempre con ideas instantáneas, normalmente con temáticas que me preocupan
en determinados momentos pero siempre desde una mirada crítica.
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La utilización de las imágenes apropiadas es una repetición -casi- constante en mi trabajo. Es en
este momento, dentro de la sociedad de la información, donde nadie es dueño de su imagen ya
que todo está en la red. Uno de los primeros trabajos que realicé desde una mirada más crítica consisten en una serie de collages construidos a partir de imágenes publicitarias en los que el estereotipo femenino de “mujer perfecta” está presente. En este proyecto realizo una reinter-
pretación desde el arte partiendo de imágenes publicitarias -diseño gráfico- y subvirtiendo su
significado apropiándome tanto de sus estratégias como de sus imágenes.
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Continuando con la misma línea de la técnica
del collage, otro de los trabajos más recientes es el Periódico de los Contrastes. A raíz de la
Guerra de Siria y de las imágenes que aparecen
en las televisiones observé que la diferencia con las escenas de periodo de rebajas en occidente no eran tan diferentes. Masas de gente, unos
huyendo y otros persiguiendo un objetivo y sin embargo hacen referencia a situaciones total-
mente inversas pero cuando uno mezcla dichas imágenes cuesta reconocer la diferencia entre
sendas situaciones. Con esta idea llevé a cabo
una serie de collages con imágenes de periódi-
cos digitales y, utilizando titulares reales, cree un periódico -fanzine- basado en estas noticias.
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Los trabajos realizados con una fuerte carga crítica de denuncia social corresponde a un colec-
tivo creado por varios estudiantes llamado Sexo ≠ Género en el que a través de varias interven-
ciónes en el espacio público hacíamos visible la
problemática existente hoy en día del género. En mi caso me centré en el género femenino ha-
ciendo varios carteles en los que ponía sobre la
mesa cuatro problemáticas diferentes referidas al cuerpo. En este caso concreto utilicé las estrategias técnicas del diseño para hacer intervenciones dentro de un colectivo artístico.
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Dentro de esta temática de la ilustración denun-
cia, otro de los trabajos realizados fue un fanzine
dentro de un taller que el colectivo Un Mundo Feliz (Abril, 2016). En dicho taller nos propusieron la
creación de varias ilustraciones a partir de imágenes apropiadas que entre todos los participantes fuimos recopilando. Cada uno eligió un tema de
interés y con esas imágenes realizamos compo-
siciones diferentes dando como resultado varias
ilustraciones con una carga crítica, es decir lo que ellos llaman guerrilla gráfica. El resultado de ese taller fue una pequeña autoedición titulada Arte de mierda. Fue un trabajo realizado desde cero
en cuatro horas. Como dije en el capítulo anterior,
una de las cosas más importantes de este tipo de ilustraciones es la inmediatez y las ideas frescas
pues no importa tanto la calidad de la imagen sino el mensaje en si.
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Otro de los puntos claves en los proyectos que
realizo es el tema del juego, hacer arte para que
los demás, el público, intervenga en los trabajos ya sea de una forma real o simplemente haciendo pensar al propio espectador. Proponiéndole retos. Uno de los proyectos con esta temática
es Silhouette Mundi, que consiste en una especie de juego geográfico parecido al tradicional ahorcado. En este trabajo se presenta en dos
formatos diferentes los 194 países que hay en
el planeta e invitando al espectador a comple-
tar el nombre de cada país añadiéndole letras.
Este trabajo ha sido expuesto en Cracovia (Abril, 2016)
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Este tipo de juego de palabras también está
presente en la publicación Aquí y Ahora realizada por los alumnos del Máster en el que hicimos
un proyecto común basándonos El Paso, que
consiste en realizar una obra, en nuestro caso
con una extensión limitada, basada en el artista anterior. En mi caso, partiendo de la historia del arte y el retrato femenino hice una recopilación
de varios retratos hechos por artistas masculinos de mujeres. Este trabajo se llama Art Women without Women.
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Johannes Vermeer/ Salvador Dalí/ Eugène Delacroix/ Edgar Degas/ Peter Paul Rubens/ Roy Lichtenstein/ James Abbott McNeill Whistler/ Gustav Klimt/ Sandro Botticelli/ Diego Velázquez/ Diego Rivera/ Andy Warhol/ Joaquín Sorolla/ Jan van Eyck/ Pablo Picasso/ Grant DeVolson Wood/ Francisco de Goya/ Marc Chagall/ Leonardo da Vinci/ Pierre-Auguste Renoir/ Joan Miró/ Edward Hopper/ Max Ernst/ Ernst Ludwig Kirchner/ Paul Gauguin/ Miguel Ángel/ Rembrandt/ Tiziano/ Edvard Munch/ Georgy Kurasov/ Vincent van Gogh/ Sigmar Polke/ Amedeo Modigliani/ Otto Mueller
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Por otro lado basándome en la colección Parkett, realicé una pequeña autoedición para las jor-
nadas de las colecciones de arte contemporáneo de Cuenca (Abril, 2016). En este pequeño libro hago una comparación de varios artistas que
han participado en esta colección y que tienen en común los parámetros de geometría, color, texto y objeto. Utilicé imágenes de sus obras
para Parkett junto con la imagen más representativa de su trayectoria artística. De este modo pongo en evidencia algo que a mí me sucede
personalmente, que es el recuerdo de las imágenes antes que los nombres de los artistas pues nuestra propia percepción rescata en nuestra
memoria más las imágenes que las palabras, haciendo también una crítica a la excesiva teorización de las artes visuales.
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Bajo una nueva premisa, está el proyecto colectivo realizado con la condición de la utilización
de un lugar concreto. En este caso fue la Torre
Hurtado de Mendoza, conocida en Cuenca como
la Casa Azul. En ella un grupo de estudiantes
dispusimos los espacios repartidos por la casa
para trabajar durante dos semanas sobre uno de ellos. La exposición, que se llamó En Contexto,
pretendía visibilizar los espacios históricos de la
ciudad y ponerlos en valor tanto para los turistas como para los propios habitantes. El proyecto
personal que realicé para esta microrresidencia fue Doscientos cincuenta colores y una casa... azul. Consistía en la utilización de los rincones como una paleta de color, ya que la casa, a
pesar de ser azul por fuera, por dentro escondía
una infinidad de colores. En este proyecto utilicé los recursos del diseño, tanto técnicos como físicos, para llevarlo a cabo.
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Por último, está este otro trabajo, también autoeditado, pero se sale de las coordenadas hasta ahora presentadas en otro formato. A partir de la lectura del libro de Brian O’Doherty, “Dentro
del cubo blanco. La ideología del espacio expositivo”. Construí un libro que debía estar fuera
de estas cuatro paredes blancas (partiendo de
la idea del cubo imaginario), en las que el blanco y el reflejo se vuelven un juego de miradas: el vacío por un lado y el espectador-contexto
por otro. De esta manera saco esta solemnidad de la institución (entendida como un mueso o
galería) al contexto de fuera, con el mismo contenido pero un significado totalmente diferente,
cambiante. La obra, el espectador y el contexto nunca son los mismos. La obra siempre está
construida en el tiempo presente, al contrario
que dentro del cubo blanco, que la obra siempre es pasada, el espectador es presente, el con-
texto (la galería) atemporal y la mirada, presente y futura. En mi propuesta el espectador-obser-
vador no muere al contemplar la obra, si no que
vive con y en ella. El espectador es la obra y por lo tanto, la obra (sin una mirada, un espectador) por si sola, no existe.
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Para terminar, como ejemplo de las tipografías
construídas a partir de módulos que hacían en la Bauhaus o De Stijl, está esta tipografía realizada
durante un taller con el diseñador Luis B (Marzo, 2016)
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Conclusiones
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El planteamiento de esta investi-
gación ha estado basado desde el principio en la puesta en valor de la práctica de diseño gráfico como un pilar fundamental del arte contemporáneo. Hemos comprobado que en los últimos
cien años el arte y el diseño siempre han ido de
la mano, es decir, se han ido retroalimentando. El arte no hubiera sido lo que fue ni lo que es hoy en día si el diseño gráfico no se hubiera inter-
puesto en su camino. Tenemos ejemplos claros
como la Fuente de Duchamp, las cajas de Brillo
de Andy Warhol, los folletos de los años sesenta y setenta, las nuevas tecnologías, etc. Por eso es inevitable que el diseño, a pesar de seguir
sin considerarse arte contemporáneo, tenga sus
fronteras bastante difuminadas cuando éste está inmerso en el ámbito artístico.
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Los continuos cruces entre ambas disciplinas
son la base de muchos de los proyectos de arte contemporáneo pero aún el mercado del arte,
entendiéndolo también desde las propias facul-
tades de arte, no le está dando a diseño gráfico el valor suficiente ya que se da por hecho que
existe y que lleva a cabo sus funciones princi-
pales, que son básicamente, la transmisión de información.
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Otro de los puntos que planteo en esta investigación es la mercantilización del arte con-
temporáneo como producto de intercambio. El fanzine y la ilustración de denuncia funcionan
porque interseccionándolas con el diseño, dan resultados potentes, críticos y a bajos costes.
Los artistas que llevan acabo sus proyectos bajo estas premisas suelen ser conscientes de que el mercado del arte, en sus esferas más altas,
esta subyugado a los mismos parámetros que
un diseñador que trabaje para grandes compañías. La diferencia entre un diseñador actual y
un artista contemporáneo es que el primero es
consciente de que trabaja para un sistema capitalista sin perder sus ideales, sean los que sean,
el segundo se mueve en unos círculos en los que intervienen grandes cantidades económicas y,
normalmente, está cegado por el éxito obtenido. Evidentemente ambos ejemplos son extremos,
sin embargo el funcionamiento de ambas prácticas creativas es así. Por eso reivindico una
forma de arte en la que la tecnología actual y los nuevos medios sean un pilar fundamental en la enseñanza artística ya que abaratan los costes de producción de las obras finales.
133
Reivindico también el concepto de “menos es
más”, refiriéndome a que muchas veces es más importante el contenido de la obra, por ejemplo en las ilustraciones de denuncia, que el conti-
nente en si, que en este caso normalmente es el
papel. Sin embargo se sigue teniendo el prejuicio de que cuando una obra artística se presenta en
un formato más parecido al que utilizan los dise-
ñadores, la obra artística va perdiendo valor. A lo largo de esta investigación he demostrado que no es así, puesto que muchas de las piezas de arte contemporáneo, estén hechas por artistas
o por diseñadores, se presentan en un formato bastante humilde y no le resta importancia al contenido, es más, lo potencia.
134
Por último he comprendido, tras hacer un reco-
rrido por mi propia producción artística, que los valores del diseño siempre están presentes en
mi obra, tanto por el uso técnico de sus herramientas como por la propia temática presente
en este proyecto de investigación. La puesta en
valor del diseño gráfico es y debe ser, una lucha para todos aquellos diseñadores que también
tengan producción artística independiente. Esta idea debe estar presente desde las escuelas de
arte, facultades e incluso instituciones artísticas ya que, cuando un estudiante de arte sale de la
universidad, la gran mayoría de salidas profesionales están encaminadas al mundo del diseño, ya sea en publicidad, dirección de arte o estu-
dios de diseño. Y sin embargo se sigue sin hacer hincapié en esta práctica dentro de la institución universitaria.
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El camino que continúa a esta investigación se
centrará de ahora en adelante en buscar cuáles
son las estrategias que la enseñanza universitaria del diseño, dentro de las facultades de arte, debe tomar. Y así, poco a poco, pueden llegar a ser considerado como una de las patas que
sostiene el arte contemporáneo, y si esta pata
no está a la altura de las demás o no se le da el
valor que tiene desde la enseñanza, el arte contemporáneo cojeará hasta convertirse en pura filosofía y pensamiento, sin obra gráfica. Pues
como he dicho a lo largo de la investigación el
arte es contexto, y el contexto actual esta plagado de imágenes producidas por el mundo capi-
talista. Y la labor del artista, entre otras cosas, es
la ruptura y creación de nuevas imágenes a partir del contexto y si no se tienen las herramientas necesarias, las herramientas de diseño, el arte
no superará esta época en la que las nuevas tecnologías y la publicidad controlan la sociedad.
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