LA SITUACIÓN DE LAS FOSAS EN ANDALUCÍA Y EL PAPEL DE LAS ASOCIACIONES DESDE LA INVESTIGACIÓN, GESTIÓN Y DIFUSIÓN. Rafael López Fernández Pte de la Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía.
Cuando vamos a cumplir 37 años de la muerte de Franco y 35 años de la aprobación de la Constitución democrática y del triunfo político de la democracia sobre la dictadura franquista, sigue pendiente en nuestro país el total reconocimiento de sus víctimas y sus familiares, así como el esclarecimiento de la verdad de la represión y de los crímenes contra la humanidad cometidos por el franquismo. El régimen franquista ha sido responsable de crímenes contra la humanidad y de una violación continuada de los derechos humanos por razones políticas, ideológicas y religiosas. Creemos que ya es tiempo de esclarecer esos crímenes y el alcance de la represión directa padecida por los cientos de miles de personas, así como el reconocimiento del derecho de esas víctimas a la verdad, la justicia y la reparación. Pero también es un paso necesario para consolidar y defender la democracia y para que las nuevas generaciones conozcan y se formen en los valores de la libertad, la justicia y la convivencia. Aún hoy, hay miles de desaparecidos en fosas comunes y en las cunetas de toda la geografía española. En Andalucía con un mapa de más de 600 fosas, de las que se han exhumado solo unas 20-25, queda un enorme trabajo por hacer. En los años 80, se exhumaron fosas en muchos pueblos por interés y acción de los propios municipios, aunque no quedó ningún informe forense ni arqueológico de lo realizado y, por supuesto, tampoco se dio parte o conocimiento a la Justicia. Este modelo de exhumación no es el que nosotros apoyamos. La Asociación con la que trabajo plantea abiertamente la necesidad de abrir y exhumar las fosas, exigir a los gobiernos la identificación de los restos, la inhumación de forma digna y el reconocimiento de la víctima y de sus familiares. Estoy de acuerdo con Luis Naranjo, nuevo Director General de la Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, en que las exhumaciones deben ser un acto público, que no puede ser un acto privado de familiares, allegados y amigos. Las exhumaciones son un acto público, que se interrelaciona con otras actuaciones de recuperación de la Memoria, como la denuncia de la tragedia del franquismo y el abandono de las víctimas.
No comparto el calificativo de “chapuza” dado en algunos medios de comunicación al trabajo realizado por familiares y asociaciones en las exhumaciones. Calificar el intento en solitario de los familiares de recuperar la memoria como una “chapuza”, es un desprecio a la Memoria y al trabajo realizado hasta ahora en las exhumaciones por familiares, asociaciones y arqueólogos/as. Todos conocemos y sabemos, las enormes dificultades que hemos tenido, y aún tenemos en este país, para obtener una Memoria colectiva, para introducir el discurso memorialista en una sociedad anestesiada, para contrarrestar tanta información manipulada y sesgada sobre lo que le ocurrió a los “nuestros”, que perdieron su vida defendiendo al régimen establecido democráticamente (la República) y luchando contra el golpe fascista del 36. Los responsables de que esos trabajos se hayan hecho con dificultad y con escasez de medios, son los poderes públicos: el Estado y los Gobiernos, además de muchos políticos, que no cumplieron con su obligación de ofrecer justicia y reparación a las víctimas, ni Verdad al conjunto de la sociedad española. Sólo las asociaciones hemos ofrecido amparo al drama que han seguido viviendo los familiares de las víctimas. Llevamos más de 10 años pidiendo al Estado y a la Junta que se hagan cargo y legislen para facilitar la Recuperación de la Memoria y ordenar los trabajos que se hace en una exhumación. Pero tanto la ley de Memoria como los Protocolos de Exhumaciones siguen dejando el trabajo y la responsabilidad en los familiares y asociaciones, no queriendo asumir la responsabilidad que como Estado tienen en este trabajo. Si ahora se le ordena a un juez estar presente en la exhumación, lo alabo. Pero nosotros hemos comunicado y presentado denuncias en los juzgados con la callada por respuesta en la mayoría de los casos; o hemos soportado la paralización de un año de la exhumación de Zalamea la Real, sin explicaciones. El trabajo desarrollado por muchas asociaciones se ha hecho con comunicación al juzgado, a los ayuntamientos y a los familiares. Se ha realizado el trabajo con empresas de reconocido prestigio en los trabajos de exhumación. Hemos hecho informes periciales minuciosos, cuerpo a cuerpo, que hemos entregado al ministerio de Presidencia, al juzgado de la zona, al Ayuntamiento de la localidad y a la Junta de Andalucía. Esto no sustituye la presencia de un juez, que hubiésemos deseado. Pero si hubiésemos esperado la reacción del Estado y la Judicatura, la memoria se habría muerto definitivamente. La Memoria y la gente que aún la guarda en su recuerdo, se mueren cada día. Esperar un solo día significa perder gran parte de la Memoria.
Seguramente lo que algunos desean. Somos conscientes que todas las fosas no podrán ser exhumadas ni dignificadas. Hemos esperado tanto la reacción del Estado y la Justicia, que se han perdido muchas fosas y muchos cuerpos son difíciles de exhumar. La prueba del delito de lesa humanidad se ha perdido con la dejadez y el paso del tiempo. Creemos que la Memoria comprende muchas acciones: la localización e identificación de las víctimas; su reconocimiento y reparación, explicación y contextualización de los hechos, pero también la exhumación. Sin olvidar el trabajo que todos tenemos que hacer para modificar la memoria colectiva de una sociedad sesgada y ciega. El trabajo del mapa de fosas se realizó entre 2006 y 2008 visitando uno a uno todos los municipios andaluces y recopilando la información documental u oral disponible. Gracias a la subvención de la por entonces Consejería de Justicia y Administración Pública y al trabajo de las Asociaciones de Memoria: “Guerra y Exilio” catalogó las provincias de Almería, Jaén y Málaga; la “Asociación Memoria Histórica y Justicia de Andalucía” hizo las de Cádiz, Huelva y Sevilla; el “Foro Ciudadano para la Recuperación de la Memoria Histórica” realizó la provincia de Córdoba y la “Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica” hizo la provincia de Granada. Las fuentes de información para la efectiva localización de las fosas fueron en casi el 90 % de los casos el testimonio oral de testigos, familiares o investigadores locales. Además, se consultaron los registros civiles, judiciales y de los cementerios, que, en algunos casos, permitieron constatar la existencia de ejecuciones en esos municipios e identificar los nombres de muchas de las víctimas. Como resultado de esos trabajos, se elaboró la relación de fosas de Andalucía. Con una enorme concentración en la Andalucía Occidental, que coincide en su distribución con la evolución del golpe y la guerra. La publicación del número de fosas varía entre las publicadas por la Junta de Andalucía y el Ministerio de Justicia. Cuando pregunté por la razón de la diferencia, la contestación de la Oficina de Víctimas fue: “queremos ser prudentes”. Esa prudencia es interpretada por nosotros como desconfianza al trabajo desarrollado. TABLA I: Mapa de Fosas de Andalucía PROVINCIAS ALMERÍA CÁDIZ CÓRDOBA GRANADA HUELVA JAÉN
JUNTA DE ANDALUCIA
MINISTERIO JUSTICIA
9 100 69 86 120 24
6 72 55 83 81 28
MALAGA SEVILLA TOTAL
76 130 614
77 137 539
La mayoría de las fosas se surgen en la primera etapa de la guerra, entre julio del 1936 y marzo de 1937. La mayoría de las ejecuciones se realizan en la primera etapa de la guerra en aplicación del bando de guerra y de forma extrajudicial. A las personas se las sacaba de su casa, se las llevaba a un lugar de internamiento unos días, y después eran “paseadas” hasta el lugar de fusilamiento. De esta forma se asesinaron a miles de personas en Andalucía. Las fosas correspondientes a los restantes años de la guerra se localizan mas en la zona oriental, coincidiendo con la cronología del avance del ejército franquista. También se han localizado 20 fosas posteriores a 1939, reflejando la prolongación de la represión durante la posguerra, en algunos casos contra la guerrilla que resistió en los montes andaluces una vez implantada la dictadura. TABLA II: Mapa de Fosas de Andalucía DISTRIBUCIÓN TEMPORAL DE LAS FOSAS 1936 462 1937 73 1938 4 1939 25 Después 1939 20
Casi todas las fosas se encuentran sobre terrenos de titularidad pública y más del 70% dentro de los cementerios. Conforme íbamos a los distintos municipios, nos encontrábamos que la información de las fosas no estaba recogida ni documentada en los propios ayuntamientos. Mucha información nos la daban informantes claves: sepultureros, historiadores locales o personas que por su edad habían vivido la represión. En algunos cementerios se ha edificado encima de las fosas comunes, lo que implica falta de información y/o el desprecio a las fosas y a lo que éstas significan. TABLA III: Mapa de Fosas de Andalucía DISTRIBUCIÓN SEGÚN LOCALIZACIÓN INTERIOR CEMENTERIO 415 EXTERIOR 21 CEMENTERIO CARRETERA/CAMINO 54 VAGUADA/BARRANCO 36 ZONA EDIFICADA 17 OTROS 71
Según datos publicado por la Comisaría de la Memoria, un total de 90 fosas se encuentran en cunetas de carreteras, caminos o vaguadas. Estas fosas son las que se han podido conocer y georeferenciar. Aunque en lugares como la Pata del Caballo, pudimos encontrar y dignificar una fosa. Según los guardas forestales de esta zona, Sierra entre Huelva y Sevilla, y la transmisión oral, por toda esta sierra hay múltiples fosas, pero los cambios producidos por el paso del tiempo han impedido su identificación. Lo mismo que ha pasado en muchas cunetas y sierras de Andalucía. Es cierto que en los primeros años de la democracia, se hicieron algunas actuaciones de exhumación y dignificación de los enterramientos en algunos cementerios gobernados por partidos de izquierda. De estas actuaciones no quedó constancia escrita, aunque sí algún monolito o lápida que recogían lo realizado. En el caso de Bonares (Huelva), me consta que se ha realizado un trabajo completo de dignificación e investigación de la represión, por la apuesta concreta de Juan coronel, alcalde del municipio en ese tiempo.
Gracias al trabajo de Asociaciones y familiares, con colaboración de la Junta de Andalucía en algunas fosas (Puebla de Cazalla, Málaga, Grazalema, Vizna, El Bosque, Guillena, Marrufo, Siero, etc.) y con la subvención del Ministerio de Presidencia (Cazalla de la Sierra, Calañas, Aguilar de la Frontera, etc.) se han exhumado en Andalucía unas 20-25 fosas, que albergaban unos 3.000 cuerpos. Algunas fosas están exhumadas de forma incompleta (Puebla de Cazalla necesita la retirada de un bloque de nichos para seguir trabajando en la fosa). Muchos restos están individualizados en cajas en los cementerios pendientes de la identificación y la inhumación definitiva (Puebla y Cazalla). En otras fosas, los restos, ya identificados, se han enterrado de forma definitiva (Zalamea la Real). Y en otras se han enterrado conjuntamente a la espera de la identificación (Ubrique sacados en la fosa del Bosque); en otra identificada y con enterramiento en su localidad (fosa de GuillenaGerena). En fin, el trabajo de las exhumaciones está siendo largo, complejo, delicado y cada vez con menor apoyo de los gobiernos, sobre todo el
Gobierno de la Nación, que ya ha reducido el presupuesto dedicado a la Memoria y ha eliminado la Oficina de Atención a las Víctimas, con el objetivo de “acabar con la molestia de la Memoria”. Sevilla, a 11 de julio de 2012