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CALLBACK estudio para actores

CALLBACK Estudio para actores

Fernando LeaL GaLaviz

secretarĂa de cuLtura 2018

aLFredo deL Mazo Maza Gobernador Constitucional MarceLa GonzáLez saLas Secretaria de Cultura ivett tinoco García Directora General de Patrimonio y Servicios Culturales aLFonso sandovaL áLvarez Director de Patrimonio Cultural

© Fernando LeaL GaLaviz / Callback. Estudio para actores (Convocatoria 2017) Colección El espejo de Amarilis Primera edición: 2018 DR © Secretaría de Cultura Bulevar Jesús Reyes Heroles 302, delegación San Buenaventura, Toluca, Estado de México, C.P. 50110 ISBN 978-607-490-237-2 Registro de Derechos de Autor: 03-2016-090710035300-01 Autorización del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal No. CE: 228/01/05/18

Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra –incluyendo las características técnicas, diseño de interiores y portada– por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía, el tratamiento informático y la grabación, sin la previa autorización de la Secretaría de Cultura. El contenido es responsabilidad del autor.

Mi agradecimiento a Rocío Chiapa, Luis Ernesto Verdín, Alejandro Ostoa, Lorena Venta, Alexis Casas Eleno y Manuel Barragán.

LOS MOTIVOS DEL ACTOR

El mundo de los actores muchas veces se reduce al tiempo de duración de un espectáculo teatral, ese intervalo que transcurre desde que se encienden y hasta que se apagan las luces del escenario. Pero ¿qué pasa cuando no están bajo la máscara de la actuación? ¿Qué saben los espectadores de estas personas que les provocan la risa o el llanto? Nada, y quizás los actores no sepan mucho de ellos mismos. Por eso Callback. Estudio para actores pretende ser un espejo donde tres personajes que buscan la solución a sus vidas a través del “éxito” se vean reflejados ante una existencia absurda, dolorosa e incierta. Sirva esta historia, pues, para mostrar de dónde le viene a un actor su necesidad de construir mundos ficticios, o de dónde su llanto, risa o enojo, emociones que suelen ser tan verdaderas en la ficción como en la vida real.

A la memoria de José Alonso Leal Galaviz, caído en una guerra que no era suya, pero que ahora es motivo de estas balas que se imprimen en forma de palabras en una historia que es tan nuestra.

Al maestro Raúl Cáceres Carenzo, por sus grandes enseñanzas, sus letras, y por su guerra interminable en favor de la permanencia del arte, de la que siempre salió victorioso: por eso, y porque nos ha dejado de herencia la guerra, el campo de batalla y las armas para construir mundos, personajes y vida; o para destruir, cuestionar, o lo que sea necesario.

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Estudio para actores

PERSONAJES:

ernesto GabrieL Ã&#x2030;dGar

VIERNES Oscuro. ÉdGar: Tu hermano contempla la noche desde una camioneta que va a paso lento por un camino de terracería. GabrieL: Se siente parte de la oscuridad. Cierra los ojos para fundirse en ella. ÉdGar: Quiere dejarse ir. Baja su ritmo cardiaco, relaja los brazos hasta dejar de sentir la pistola en su mano. Y se deja ir. GabrieL: Sabe que no debe hacerlo. Hay que estar al cien, al límite, porque no sabe en qué momento algo puede saltar de entre el monte y arrancarlo de su cuerpo. ernesto: Mientras tanto yo, en una ciudad lejana, duermo y sueño con mi hermano. Él dentro de un río, el agua apenas le cubre

los pies. Salta de una piedra a otra. Recoge agua entre sus manos y se contempla en ella, se la lleva al rostro, me sonrĂe con el rostro empapado, voltea a verme y me invita a entrar. Me niego, ĂŠl se sienta en una piedra y contempla el agua cristalina. Yoâ&#x20AC;Ś veo que algo viene bajando por el rĂo.

ESCENA I

MARTES Una habitación acondicionada como estudio de audio y video; se ven los cartones de huevos pegados en la pared y hay una cámara de video al centro del cuarto. Gabriel y Édgar esperan sentados en sillas. GabrieL: (A Édgar:) Gabriel. ÉdGar: Édgar, actor. GabrieL: Te llamaron para… ÉdGar: Sí, claro. GabrieL: Das el tipo. Suerte. ÉdGar: Gracias.

GabrieL: ¿Ya te habían llamado a esta locación? ÉdGar: No. GabrieL: Está raro, ¿no? ÉdGar: ¿Por qué? GabrieL: Como que está muy escondido por estos rumbos; me costó trabajo dar. ÉdGar: Yo lo encontré muy rápido. GabrieL: Soy nuevo en la ciudad; ¿tú sí eres de acá? ÉdGar: Sí. GabrieL: (Después de un momento) ¿Y qué lees? ÉdGar: Estudio el guión.

GabrieL: ¿El de Paraíso? ÉdGar: Sí. GabrieL: Qué raro. ÉdGar: ¿Por qué raro? GabrieL: Es que no hay mucho que estudiarle a una historia así. Como que está muy simplona. ÉdGar: Siempre hay que estudiar. GabrieL: ¿Sí? No, no creo. ÉdGar: Bueno, lo que pasa es que yo soy un profesional. GabrieL: También yo, por eso no necesito estudiar eso. (Silencio) ¿Crees que vengan más actores?

ÉdGar: Sí, pero no creo que muchos, me imagino que nos convocaron a los que ya pasamos el primer filtro. Entra Ernesto, trae un periódico y unas esposas en las manos. ernesto: (Arrojándoles las esposas) Pónganselas. ÉdGar: Claro que sí. GabrieL: Oye, una pregunta: ¿nos esposamos juntos? Pegados, pues. ernesto: Sí. GabrieL: Muy bien… Listo. ÉdGar: (A Gabriel:) Ayúdame, por favor. Apriétala bien, fuerte para sentir más. (A Ernesto:) Es que soy vivencial. ernesto: Sí, se nota. ÉdGar: Ahora sí me siento privado de mi libertad.

ernesto: (Apuntándoles con una pistola) Sus teléfonos. Gabriel y Édgar responden al mismo tiempo. GabrieL: 55 38 5… ÉdGar: 55 63 35… ernesto: ¡Sus equipos celulares! GabrieL: ¿Para qué? ernesto: ¡Sus celulares! GabrieL: (Sacando el celular del bolsillo de su pantalón) Ahí te va, hermano… ernesto: ¡No me digas hermano! No vuelvas a decirlo. ¿Qué hacen aquí, eh? ¿En serio vienen a hacer casting para una película con un guión tan ridículo? ÉdGar: Esto no estaba en el guión…

ernesto: ¡Tu teléfono! Eso, me gusta que sean obedientes. En un momento regreso. Mucho cuidado con intentar hacer pendejadas. Aquí les dejo el periódico, para que vean, esto sí es entretenimiento de verdad. (Leyendo) “Dejan cuatro cabezas humanas en un parque”. Y ustedes haciendo su estúpida actuación, su teatrito, ¿no les da vergüenza? A mí me da asco. Sale. Cierra la puerta. ÉdGar: ¿Qué está pasando? GabrieL: Nunca había tenido una pistola en la cabeza. ÉdGar: Tenemos que salir de aquí. ¡Auxilio! ¡Ayúdennos! ¡Estamos secuestrados! ¡Auxilio! ¡Ayuda, por favor! ¡Tengo una familia que me espera…! GabrieL: ¿Qué estás haciendo? ÉdGar: Pido ayuda para que nos rescaten. GabrieL: ¿Y por qué ves a la cámara? ¿Crees que es parte del cast? Yo tengo mis dudas.

ÉdGar: No, no, este… yo sólo estoy pidiendo ayuda. GabrieL: Mirabas a la cámara. Además estabas sobreactuando. ÉdGar: ¿Yo…? Nunca. (Pausa) Está bien, veía a la cámara. Pienso que esto puede ser parte de la peli. GabrieL: Si es parte de la película tampoco deberías ver a la cámara. ÉdGar: ¡Es algo en lo que ya estoy trabajando! GabrieL: ¿Y en la sobreactuación? ÉdGar: ¡Yo no sobreactúo! GabrieL: No, no, para nada. ÉdGar: (Después de un tiempo) ¿Cómo lo notaste? GabrieL: Tensas la quijada y el grito no te sale.

ÉdGar: Siempre he tenido problemas para gritar, no puedo. GabrieL: ¿Por qué? ÉdGar: ¡Qué te importa!... Con una chingada, no puedo dejar de ver a la cámara. GabrieL: Calmado, loco, relájate. ÉdGar: Es normal que me ponga así. Me pasa en todas partes. Hay una cámara frente a mí y me pongo nervioso, en el banco, en alguna farmacia, en un estacionamiento... es normal, a los actores nos pasa eso. GabrieL: A mí no, y menos en una farmacia. ÉdGar: Quiero salir de aquí. GabrieL: Esto está hecho para que ningún sonido salga o se filtre. Y si tal vez alguien llegara a escucharte, te va a notar sobreactuado, y va a decir: “Ah, unos mariconcillos ensayando una obrita de teatro”.

ÉdGar: ¿Siempre eres así? GabrieL: ¿Así cómo? ÉdGar: Bromista, inoportuno. ¿No te das cuenta? Estamos secuestrados… ¡¿estamos secuestrados?! GabrieL: Qué loco, ¿no? ÉdGar: Ya, ponte serio. GabrieL: Así somos en Sinaloa. ÉdGar: Con razón hablas tanto. Tenemos que salir de aquí… GabrieL: Hay que esperar, escuchar cuáles son sus condiciones, así nosotros vemos qué estrategia usar. ÉdGar: ¿Estrategia? Ni madres, yo en cuanto lo vea entrar me echaré encima de él, vamos a forcejear, un disparo se le va a escapar de la pistola, le dará a uno de los dos, no sabremos a quién hasta que alguno caiga muerto.

GabrieL: Esto no es una telenovela. ÉdGar: ¡Voy a luchar por mi libertad! GabrieL: Deja de ver a la cámara. ÉdGar: ¡Puta madre! GabrieL: Lo mejor es esperar. Mientras, hay que leer el periódico, eso fue lo único que nos dejó hacer. ÉdGar: No me gusta leer esas cosas. GabrieL: Pero trae dibujitos, mira. ÉdGar: ¿Te estás burlando de mí…? ¡El periódico, claro! Tal vez tiene un acertijo, algo que resolver para poder salir de aquí. A lo mejor todo es como esa peli donde un psicópata encierra a unos güeyes y todo es un juego… ¿Cómo se llama…? ¿La viste? GabrieL: No.

ÉdGar: ¿Cómo que no? Fue muy taquillera. La siete fue en tres D. GabrieL: No veo ese tipo de películas. ÉdGar: ¿Qué quieres decir con “ese tipo de películas”? GabrieL: No me gustan. ÉdGar: Pero tu tonito fue como diciendo “qué pendejada de película, sólo un pendejo la vería, Édgar ha de ser un pendejo”. GabrieL: No, loco, sólo quería decir que no me gustan. ÉdGar: Pásame el periódico, voy a encontrar el acertijo. (Lee el periódico) “Dejan cuatro cabezas en un parque”. Un buen de sangre… (Entra Ernesto y Édgar le dice:) Oye, qué tal si llegamos a un acuerdo… económico, ya sabes… ernesto: ¿Económico? Pero si son un par de actores muertos de hambre. ÉdGar: ¿Qué es lo que quieres, entonces?

ernesto: Que me cuenten cómo les fue en el casting. ÉdGar: ¿Qué? Ernesto les apunta con la pistola. GabrieL: ¿A mí…? Regular… ernesto: (Amenazante) ¿Regular? ¿Cómo? GabrieL: Me… me dijo… este chavo, el que hizo el cast… ernesto: Emilio. GabrieL: Sí. Me dijo: “Bien, estás bien, te preparaste chido”. Y eso fue todo. ernesto: ¿Crees que te llamen? GabrieL: No sé.

ernesto: ¡¿Te llamarán?! GabrieL: Eh… no, o sí, ve tú a saber. Uno les puede gustar en actuación, pero a lo mejor tu imagen en la cámara está de la verga… ernesto: Pero das el tipo: gordo, peso aproximado ciento veinte kilos, estatura de uno setenta y cinco a uno ochenta y cinco, joven, entre veintiocho y treinta y dos años. ¿Crees quedarte con el personaje? GabrieL: Pues estaría bien… actuar en una película, aunque sea de ese tipo… ernesto: Si te llaman te doy un tiro en la cabeza. GabrieL: ¡¿Qué…?! Oye, no, no creas que a mí me entusiasma mucho estar allí. Ellos pueden llamarme pero les puedo decir que no, que mi agenda está saturada, aunque no tenga ni madres que hacer en la vida… (Pausa) Te conozco, estabas el día que fui a hacer el cast. ernesto: ¿Yo?

GabrieL: Sí, me acuerdo que te vi. Yo estaba saliendo y tú apenas llegabas. Me acuerdo porque cuando te vi entrar volteaste a verme y traías los ojos llorosos, y entonces dije “pobre, sabe qué le esté pasando”. Y cerré los ojos para mandarte buena vibra y que te fuera bien en el cast, se veía que necesitabas que te fuera bien. ernesto: ¿Me mandaste buena vibra? Los actores no hacen eso. GabrieL: No, no lo hice, pero ¿ves?, sí eres, fuiste al cast. ÉdGar: Y das el tipo. ¿Nos quieres secuestrar para quedarte con el protagónico? Si me llaman también les diré que no quiero estar, que me salieron ofertas más importantes y asunto arreglado. Ahora déjanos ir. ernesto: Están decidiendo entre nosotros tres. ÉdGar: ¡Bien…! Digo… ernesto: ¿Lo ves? Si te llaman no vas a poder renunciar. GabrieL: ¿Cómo supiste que estaban eligiendo…?

ernesto: Me vi con Emilio, lo emborraché y luego le pregunté que cómo iba lo del casting, y me dijo “chido, hermano…”, como si fuera su hermano, “…va bien, les gustaste, están eligiendo entre tú y otros dos chavos”. Me dio sus nombres, los investigué en el face, los encontré, y preparé esto. En esta semana, entre hoy y el viernes, dirán quién se queda con el papel. ÉdGar: ¡Genial…! Digo, no es necesario que hagas esto, podríamos llegar a un acuerdo, porque sabes que van a buscarnos y entonces… ernesto: Nadie va a buscarlos. Están solos… yo estoy solo. ÉdGar: Pobre, te entiendo… ernesto: ¡No tienes ni puta idea de quién soy! ÉdGar: Un actor desempleado. ernesto: ¿Sí…? (Lo encañona) Hoy es martes, podrían llamar al seleccionado. Tendré sus celulares. Al primero que llamen es al primero que mataré.

GabrieL: Oye, hermano… ernesto: ¡No me digas hermano! ¡Tú no eres mi hermano! Si vuelves a decirme hermano te mato antes de que te llamen. GabrieL: No vale la pena matar por esa película. ÉdGar: ¡Es de Canana Films!... Siempre hay buena proyección de sus pelis, festivales, dinero… (A Ernesto:) Pero ya no me interesa… ernesto: Les traeré una cobija, agua y algo para que coman, algo ligero, no quiero desastres en el estudio, es nuevo. También les voy a traer una cubeta por si quieren mear y cagar; puede que estén aquí varios días, o no, todo depende... La vida es incierta; la muerte, no. (Sale) ÉdGar: ¡Nos va a matar! ¿Lo escuchaste? Dijiste que lo analizarías y que buscarías una estrategia para escapar. GabrieL: Está difícil. ÉdGar: Es un psicópata.

GabrieL: ¡Es un actor frustrado! ÉdGar: ¡Es lo mismo! GabrieL: Y de seguro tiene otras broncas; ¿ya viste cómo se pone cuando le dices hermano? Por ahí vamos a atacar. Sólo debemos tener calma y esperar el momento indicado. ÉdGar: No esperes tanto, no vaya a ser que mañana a primera hora me llamen y me mate. GabrieL: ¿Crees que te van a llamar a ti? ÉdGar: Sí… no, mejor… GabrieL: Cálmate, vamos a salir de aquí, vas a ver. ÉdGar: No puedo creer que esté entre los finalistas. Entra Ernesto. ernesto: Aquí tienen: cobija, cubeta, unas manzanas y agua.

GabrieL: ¿Sólo manzanas? A mí se me baja la presión si no como bien. ernesto: Sólo manzanas. ÉdGar: (A Gabriel:) Puedes comerte la mía. GabrieL: ¿De veras? Gracias. ernesto: Hasta mañana. Suerte. ÉdGar: Espera. ¿Esto es en serio? ¿Nos vas a dejar aquí encerrados? ernesto: Sí. Me llevo la cámara, es de utilería. (Los ve con ironía) ¿Qué tal se siente la realidad, eh? (Sale) Oscuro.

VIERNES ernesto: ¡Algo viene bajando por el río! Le grito, pero mi voz no se escucha. Quiero correr hacia él pero no puedo hacerlo, estoy como anclado y veo eso que viene, no sé qué es, sólo sé que viene con fuerza. ÉdGar: Un bache. Por un instante el conductor pierde el control. GabrieL: “Ponte bien vergas, wey. No te duermas”, le dice su compa. “Estoy cansado, cabrón”, dice tu hermano. ÉdGar: Algo se escucha entre la maleza, se mueve. Tu hermano sabe que no es el viento, porque ahora sólo hay silencio. Algo está conteniendo la respiración, preparándose para dar el salto.

ESCENA II

MIÉRCOLES Édgar intenta defecar en la cubeta; Gabriel permanece al lado de él. Aún siguen esposados. ÉdGar: No voltees. GabrieL: Sólo quería ver si te podía ayudar en algo. ÉdGar: ¡No voltees! GabrieL: ¿Estás incómodo por mi presencia? ÉdGar: ¿Por tu presencia? GabrieL: ¿Te incomoda algo más?

ÉdGar: No, estoy de puta madre; no hay nada mejor que estar secuestrado… oh, mierda… GabrieL: ¿Ya salió? ÉdGar: No… se me calienta el estómago, ah… GabrieL: No pujes, te va a salir una almorrana. ÉdGar: Entonces qué mierda hago. GabrieL: Pégate en las rodillas. ÉdGar: (Pegándose en las rodillas) Ah… creo que… no, no sale… no sirve. ¿Qué haces? GabrieL: Voy a ayudarte. ÉdGar: ¡Quítate! No mires… ¡ah… mi estómago! GabrieL: ¿Sigue caliente?

ÉdGar: …De a madres. ¡No mires! GabrieL: ¿A poco tienes problemas con tu cuerpo? ¿No te gustas, loco? ¿La tienes chiquita? ÉdGar: No. GabrieL: Yo sí. ÉdGar: ¿Como de cuánto? GabrieL: A lo mucho doce centímetros. ÉdGar: ¿De verdad? GabrieL: Sí. ¿Y la tuya? Dime, yo ya te dije. No te avergüences, es más, déjame verla… ÉdGar: ¡¿Qué haces…?! GabrieL: Quiero ver…

ÉdGar: No… que no… ¡Tengo un solo güevo…! GabrieL: …No chingues. ÉdGar: Ahora lo sabes, ¿estás contento? GabrieL: No, ¿y tú?... No te agüites, tienes un sólo güevo pero… mira esas piernas, se ven fuertes. ¿Estás haciendo ejercicio? ÉdGar: Tae bo. GabrieL: ¿El kick boxing bailado? ÉdGar: Sí, algo así. GabrieL: Ya me decía que esas piernas estaban bien trabajadas, y no eres feo… ÉdGar: Ah, un retortijón… GabrieL: ¿Todavía no sale?

ÉdGar: ¡No…! GabrieL: Sóbate la panza, a ver si con eso. ÉdGar: ¿Tú crees? (Se masajea el estómago) GabrieL: Dicen que funciona, qué sé yo, por lo general cago muy bien. Oye, en la noche hablaste dormido… ÉdGar: ¿Sí? GabrieL: Y me tocaste. ÉdGar: ¡¿Te toqué?! ¿Dónde? GabrieL: No te creas, es broma. Pero sí hablaste, un chingo. ÉdGar: ¿Qué dije? GabrieL: “No me dejes… no, no me dejes… los he visto, los sigo… y los veo…”.

ÉdGar: Era un sueño, sólo eso, un sueño… No sale. GabrieL: Abrázate las rodillas. ÉdGar: ¿Y ya con eso? GabrieL: Puede ser. También lloraste. ÉdGar: (Abrazándose las rodillas) Entonces fue una pesadilla. GabrieL: ¿Tienes broncas con tu morra? ÉdGar: Sí… no, ¡qué te importa! Ya, no puedo, no sale nada… Pásame el periódico. GabrieL: Ahí te va la primera plana. ÉdGar: ¡No!, la primera plana no, está muy fea. GabrieL: Es para limpiarte.

ÉdGar: Pero no quiero. Dame otra página. GabrieL: ¿Una de arte y cultura está bien? ÉdGar: Sí, gracias. Édgar se limpia. Gabriel se asoma a la cubeta. GabrieL: ¿Nada más salió esa bolita? Pareces chiva, loco. ÉdGar: ¡Puta madre, ¿cómo te apagas?! Entra Ernesto, trae otro periódico en la mano. ernesto: Huele a mierda. (Arroja el periódico a Gabriel, éste lo cacha. Édgar se oculta tras Gabriel para subirse los pantalones) GabrieL: Hemos cagado mucho... a lo mejor los nervios... bueno, yo me solté, Édgar es el que le batalló un poco. Qué bueno que trajiste el periódico porque éste ya se está terminando. ernesto: (Asomándose a la cubeta) Voy a tirar esto y regreso. Pedí una pizza familiar.

GabrieL: ¿De veras? ernesto: Sí. GabrieL: ¿Con refresco? ernesto: De tres litros. GabrieL: Chingón. ernesto: Regreso. GabrieL: No te tardes, que muero de hambre. ernesto: Estando conmigo no vas a morir de hambre, pero sí de un disparo en la cabeza. (Pausa) Es broma, mira nada más tu cara. (A Édgar:) Édgar, estás muy callado. ÉdGar: No me interesa hablar contigo. ernesto: Tranquilo, (Mostrándole la cubeta) suéltate. (Ríe. Sale)

GabrieL: ¿Escuchaste? Nos compró una pizza. ÉdGar: No pienso comer nada. GabrieL: Te vas a morir de hambre. ÉdGar: Qué más da, nos va a matar, ¿no? GabrieL: Puro cuento, es buena persona. ¿Tú crees que si fuera malo nos hubiera pedido una pizza? Y una pizza familiar. ÉdGar: Puede estar envenenada. GabrieL: No seas tan desconfiado. ÉdGar: No chingues, es un psicópata. GabrieL: No creo. Oye, si no vas a comer… ÉdGar: Sí, puedes comerte mi parte.

GabrieL: Gracias. ÉdGar: Pásame el periódico de hoy. (Gabriel se lo da. Lee:) “Encuentran seis cuerpos en bolsas negras para basura, cinco de ellos desmembrados”. Qué horror. ernesto: (Entrando) ¡Llegó la pizza! GabrieL: ¡Por fin! ernesto: No les molesta sentarse en el piso, ¿verdad? (Pone la pizza y el refresco en el suelo) ÉdGar: Después de estar secuestrado nada es tan molesto. ernesto: Yo no los tengo secuestrados. No los he torturado ni he pedido dinero por ustedes. ÉdGar: ¡Quieres robarme mi personaje! ernesto: ¿Tu personaje?

ÉdGar: He luchado muchos años para lograr mis sueños y tú me los quieres robar. ernesto: Sigues hablando acartonado; creí que el encierro podría servirte de algo. ÉdGar: ¿Encierro? Esto es un secuestro y se paga con cárcel. (Gabriel se sienta bruscamente) ¡Cuidado, cabrón! Casi me rompes la muñeca. GabrieL: No te pasa nada. ÉdGar: Sólo ten cuidado. GabrieL: Sí, sí. (A Ernesto:) Oye, ¿el refresco me lo puedo empinar o tienes vasos? ernesto: Tómale de la botella. GabrieL: Gracias. ¡Te dieron papas, qué chingón!

ernesto: (Saca los celulares y los pone en el piso) No los vayan a tocar, a menos que se los ordene. GabrieL: Están buenas… ¿Quieres? ÉdGar: No como carne. ernesto: Te pedí la mitad vegetariana. ÉdGar: ¡¿Sí?! De todas maneras no quiero. ernesto: Tú sabrás. ¿Y qué proyectos tienen? ÉdGar: Escapar de aquí. ernesto: Me temo que eso no tiene futuro. ÉdGar: Qué gracioso. GabrieL: Sí, ¿verdad?

ÉdGar: Tú sigue comiendo. ernesto: Cuéntanos. (Le apunta con la pistola) ÉdGar: Sólo cine… Mi objetivo es la pantalla grande. ernesto: Está cabrón. ÉdGar: Sí, pero mira, ahora soy una de las opciones para el protagónico de una película de Canana Films. ernesto: Digamos que oportunidades para nosotros no hay muchas. Eso de que se enfoquen en buscar tipos es una mierda. Para hacer, por ejemplo, a un pobre, te piden que seas flaco, moreno, feo… GabrieL: ¿Algo así como Luis Felipe Tovar? ernesto: Ándale. ÉdGar: Yo he salido de extra en varios films.

ernesto: ¿En cuáles? ÉdGar: …En unos... Gracias al cine me he podido pagar algunas cosas. ernesto: ¿Como qué? ÉdGar: Cosas. ernesto: Como tu cirugía. GabrieL: ¿Tienes una cirugía, loco? ¿Dónde? ÉdGar: Me sacaron el apéndice. ernesto: Te operaste la nariz, los labios, y te enchuecaste los dientes. Aquí tengo una foto de cómo eras antes. La bajé del face. GabrieL: Préstamela. Estabas más guapo, hasta te veías más blanco. ernesto: Se hizo un bronceado.

GabrieL: No, no chingues, loco. ¿Quieres parecerte a Luis Felipe Tovar? ernesto: Qué mal gusto, ¿no? ÉdGar: No me quiero parecer a nadie. GabrieL: No, loco, no dejes que el cine te cambie, al rato te vas a sentir perdido, sin identidad y te vas a sentir de la verga. A mí luego me quieren quitar mi acento de sinaloense, nel, que chinguen a su madre. ernesto: Yo sí me quité mi acento de jalisciense. GabrieL: ¿Eres de Jalisco? ernesto: Sí. GabrieL: Qué chingón. Pero aparte de tu acento, no te has quitado nada más, ¿verdad? ernesto: No.

ÉdGar: Todos hacemos cosas para alcanzar nuestros sueños. GabrieL: Hasta cuando hablas no pareces tú. Prefiero al Édgar que caga; bueno, al que intenta cagar. ÉdGar: Ya, ¿no? ernesto: ¿Pizza? ÉdGar: Por favor. ¡Sin carne! Gracias. Ustedes también ambicionan hacer un protagónico; los dos fueron a hacer el casting para el estelar de Paraíso. GabrieL: Es que casi nunca salen oportunidades para gordos como nosotros. ÉdGar: En el fondo también están buscando fama, reconocimiento, ser alguien. GabrieL: Sí, pero no Luis Felipe Tovar.

ÉdGar: Está bien, yo quiero convertirme en Luis Felipe Tovar, pero mira a… ernesto: Ernesto. ÉdGar: Mira a Ernesto, se ha convertido en un secuestrador y próximamente en un asesino para quedarse con el protagónico. ernesto: (Amenazante) Todavía tengo el arma. ÉdGar: Dispara. GabrieL: Calmados, que estamos comiendo una pizza familiar. ernesto: Pues este malagradecido, le compro su pizza vegetariana… ÉdGar: Que sabe espantosa. GabrieL: Calmados, calmados…

ernesto: Ten cuidado con lo que dices, quiero portarme bien con ustedes. ÉdGar: Para después matarnos. Pinche bipolar. GabrieL: Y yo soy bisexual, ¿cuál es el pedo? Todos tenemos una dualidad y no vamos a juzgarnos, ¿estamos? Suena un celular. ernesto: (A Gabriel:) Es el tuyo. GabrieL: Qué nervios. ¿Qué hago? ernesto: Contesta. GabrieL: ¡Estoy comiendo! ernesto: ¡Contesta…! Y cuidado con lo que dices. GabrieL: ¿Y si es de la película?

ÉdGar: ¡Te va a matar! GabrieL: No lo vas a hacer… ¿o sí? ernesto: ¡Se va a cortar! Si no contestas te mato. ÉdGar: Y si contestas también. ernesto: Voy a contestar yo, dámelo. (Contesta) ¿Diga…? ¿Perdón?... ¿quién?... No, no soy yo… ¿Quiere que se lo pase…? GabrieL: ¿Quién es? ernesto: Que es tu maestra. GabrieL: Uta madre. Dile que no estoy. ernesto: Dice que ya te escuchó. Se lo paso. (Pasándole el celular a Gabriel) Cuidado con decir tonterías.

GabrieL: ¿Edna? ¿Cómo estás?... Qué bueno… ¿Yo? Bueno… aquí pasándola… ¿Solo? No... Claro que tengo compañía… por supuesto que tengo amigos... Nos conocimos en el cast de una película… ¿Y por qué crees que no voy a quedar? Me fue bien, a lo mejor me llaman… o mejor no, que no me llamen… es que la historia no es buena... ya sé lo que me dijiste. Digamos que no me ha ido como lo tenía planeado, pero ahí va… Que sí, son mis amigos, ¿por qué no me crees? Escúchalos. (A Ernesto y Édgar:) Digan algo, saluden, o lo que sea, algo amistoso. ernesto: Hola, buenas tardes… saludos. ÉdGar: Aquí divirtiéndose con el buen Gabriel. GabrieL: (A Édgar:) Oye, no exageres, se va a dar cuenta de que estás sobreactuando, lo detecta todo. (Al teléfono:) Ya los escuchaste... ¿Quién?... ¿Qué dijo?... ¿Se escucha falso?... ¿Hipócrita?... ¿Quién?... ¿Édgar?… Comiendo… Pizza… ¡Ya sé que estoy gordo…! No, no ha sido una complicación, son otras cosas… bueno y si fuera por gordo, ¿qué? Mejor hablamos luego porque no tengo tiempo, estoy con mis amigos y vamos a ensayar una obra… Algo de Shakespeare… No me queda grande. ¡Grande le queda tu cabeza a tu pequeño cerebro…! Oh… perdón… no quería… sabes qué, nada de perdón… Sí, quería decírtelo… No me importa… Me vale verga… Sí, vete a la verga… Pues chinga tu madre. Así como… (A Édgar y a Ernesto:) Colgó.

ernesto: ¿Quién era? GabrieL: Una maestra que me dio clases en la facultad. ÉdGar: ¿Y se hablan así? GabrieL: No me había portado así con ella. Ya no aguanté más, es que es muy culera la cabrona. Me tiene todo acomplejado. Siempre que me ve me dice: “Estás más gordo, así no vas a lograr nada. Gordo no vas a hacer teatro. Eres un fracasado, mediocre”. Me jode. Y pues parece que fue una maldición la que me echó porque no me ha ido bien. ernesto: Más bien te sentenció. GabrieL: ¿Cómo? ernesto: Sí. Mira, toda palabra bien dicha es una sentencia. Y tú estás ejecutando a la perfección todo lo que ella te dice. Te dice fracasado y tú haces todo para terminar siendo un fracasado. ÉdGar: Yo no creo en eso.

ernesto: ¿Por qué? ÉdGar: Porque se escucha mamón. ernesto: No, las palabras a través de la voz van llenas de energía, de ondas, de vibraciones que hacen resonancia en el cuerpo. ÉdGar: Se escucha mamón. ernesto: Ni madres. La palabra más clara es muerte, escúchala: mu-er-te… Lleva una gran carga energética, y todas las palabras son así. Mira el periódico… (Apuntándole con la pistola) ¡Hazlo! Eso. ¿Qué ves? ÉdGar: Dice: “Encuentran seis cuerpos en bolsas negras para basura, cinco de ellos desmembrados”. Y están las imágenes de los cuerpos. ernesto: ¿Sólo eso? ÉdGar: Sí.

ernesto: En esto está impresa la palabra muerte, ¿no la ves? Está aquí y en todas partes, sentenciándonos. ÉdGar: Son muertos, sólo eso, muertos, por sus acciones, por maleantes. Su sentencia fueron sus acciones. Merecían morir. ernesto: No digas eso… ÉdGar: No me sentencian a nada, son monstruos, han muerto porque se han comportado como monstruos. ernesto: ¡Cállate! GabrieL: ¡Calmados! ernesto: ¡Mi hermano está muerto…! Era narcotraficante, ¡a mucha honra! Y está muerto, y tú lo juzgas… ÉdGar: Oye, yo no sabía…

ernesto: ¡Lo juzgas y no sabes nada de él! Tus palabras lo sentencian a ser una simple rata, una alimaña. Mi hermano era bueno, ¡y tú lo sentencias! Édgar se saca las esposas. Ernesto se echa sobre él. Forcejean. GabrieL: ¡No chinguen!… ernesto: (A Édgar:) Pinche gordo frustrado. Sufres por no haber nacido feo como Luis Felipe Tovar. ÉdGar: Es buen actor… ernesto: ¿Qué pasa? ¿Quieres gritar? ¿No puedes? GabrieL: ¡Le falta un güevo! ÉdGar: ¡Déjame! (Corre hacia la puerta, Gabriel le da un golpe y Édgar cae desmayado) ernesto: …¿Qué…?

GabrieL: Quería irse. Baja la pistola, no es necesario que te pongas así. ernesto: Puedo matarlos en este instante… GabrieL: Pero no lo vas a hacer. ernesto: ¡¿Quieres ver?! Gabriel le quita el arma y le da una cachetada. GabrieL: ¡Que te aplaques, te digo…! (Viendo el arma:) Es de utilería… ¿qué pedo, loco? ernesto: ¡Dámela! GabrieL: Ai `tá. (Ernesto toma la pistola, amenaza a Gabriel, quien levanta las manos en son de rendimiento) Espósanos, y checa que estén bien apretadas. (Ernesto los esposa. Recoge los celulares) Siento mucho lo de tu hermano. ernesto: No, no lo sientes. (Sale) Oscuro.

VIERNES Oscuro. ernesto: “Si pudieras ver lo que veo, hermano”. Es lodo, y viene arrastrando gritos, los puedo escuchar. Los gritos tienen formas, son brazos, cabezas, ojos abiertos que piden ser cerrados, y yo también quiero cerrar los ojos, y no puedo. Y veo, contemplo con horror... Los cadáveres en el lodo gritan por mí. ÉdGar: Algo se prepara para saltar. GabrieL: Va a saltar.

ESCENA III

JUEVES Gabriel y Édgar realizan una rutina de estiramiento. GabrieL: ¿En serio tenemos que hacer esto? ÉdGar: Sí, tengo problemas de circulación. Si no quieres hacerlo… GabrieL: Sí quiero. ¿Cómo sigue el dolor de cabeza? ÉdGar: No se me quita, me duele horrible. GabrieL: Te caíste bien cabrón. ÉdGar: Parece como si me hubieran golpeado. GabrieL: No, loco, te resbalaste, y pues diste con la cabeza en el piso.

ÉdGar: ¿Me resbalé? GabrieL: Con una rebanada de pizza. ÉdGar: Puta madre, me sentía tan cerca de la libertad. GabrieL: De haber salido, ¿qué hubieras hecho afuera? ÉdGar: Pedir ayuda, hablar con la policía. GabrieL: ¿Para qué? ÉdGar: ¿Cómo que para qué? Para que encierren a este psicópata. GabrieL: No chingues, es buena persona. ÉdGar: Dale con lo mismo. Nos va a matar. ¿Qué no ves cómo se pone? Está loco, y nosotros vamos a estar muertos si no buscamos la manera de salir de aquí... ¡Ah, cómo me jode la cabeza!

GabrieL: Pues cálmate, el dolor va a seguir mientras no te relajes. ÉdGar: ¡¿Relajarme?!... (Pausa) Oye, ¿estoy hablando fuerte? GabrieL: Casi gritando. ÉdGar: Ésta es mi voz aguda. GabrieL: ¿Qué haces? ÉdGar: Pruebo mis agudos. No podía hacerlos. GabrieL: Pero si casi eres un castrati. ÉdGar: Chistoso. (Pausa) ¿Sabes? También iría a ver a mi novia, es lo primero que haría. GabrieL: ¿Tienen broncas? ÉdGar: Sí… o no, no sé, no me gusta hablar de eso… ¿Qué habrá pasado con la peli?

GabrieL: Quién sabe. A mí ya no me importa... tú y Ernesto son los que están enloqueciendo con su protagonismo. ÉdGar: Se puso muy mal, yo qué iba a saber que su hermano había muerto en el narcotráfico, con razón su pedo con el periódico. GabrieL: Está cabrón, ¿no? Pobre. ÉdGar: Sí, pero eso no justifica lo que nos está haciendo… ¡Estás estirando mal! GabrieL: ¡Me duele la pinche horqueta! ÉdGar: Aguanta. GabrieL: Como si fuera tan fácil. Oye, ¿y el tae bo lo haces sólo por adelgazar para las películas o quieres verte mejor para tu novia?... ¿o quieres romperle la madre a alguien? ÉdGar: Qué te importa. (Pausa) ¿Tú lo sentiste cuando entró a dejarnos el desayuno?

GabrieL: Sí. Primero metió la cubeta, fue por el desayuno y lo dejó a un lado de nosotros y… ÉdGar: ¿Qué? GabrieL: Te tocó. ÉdGar: ¿Me tocó? ¿Cómo? GabrieL: No sexualmente, loco. Te tocó el pescuezo con los dedos y puso su mano frente a tu nariz para ver si estabas respirando. Se te quedó viendo y te acarició el cabello. ÉdGar: ¿Hizo eso? GabrieL: Sí. Se fue bien trajeado, y llevaba una carpeta. ÉdGar: A lo mejor fue a pedir trabajo a una escuela; en esta temporada contratan. Yo ni de loco regreso a dar clases, prefiero esperar a que me llamen de la peli. GabrieL: ¿Has cambiado desde que hiciste el cast?

ÉdGar: Sólo por el bronceado y cuatro kilos menos. GabrieL: Si te llaman, eso puede perjudicar; ya ves que pedían que fuéramos de ciento veinte kilos, para luego adelgazarnos y dejarnos bien buenotes. ÉdGar: Me iba a ahorrar el gimnasio y… algunas cirugías. Y ahora todo se va a la mierda por culpa de este loco. A lo mejor ya le hablaron a él y sólo va a regresar para darnos un tiro en la cabeza. GabrieL: No creo… Ya estuvo bien con el ejercicio, ¿no? ÉdGar: Está bien. ¿Y qué es lo que no crees? GabrieL: Que nos vaya a matar; su pistola es de utilería. ÉdGar: ¡¿Qué?! GabrieL: Ayer se la quité. ÉdGar: ¿Cuándo?

GabrieL: Cuando te… resbalaste y quedaste inconsciente. ÉdGar: ¿Por qué no lo golpeaste? Hubiéramos podido escapar. GabrieL: Eh… pues, no sé… me dio unos bofetones… y nos volvió a esposar. ÉdGar: Estuvimos a punto de ser libres y ser protagonistas de una peli… bueno, yo… a ti te da igual… GabrieL: …Sí. ÉdGar: Va a ser fácil escapar. Ahora sólo es cuestión de quitarle la llave de la puerta. GabrieL: Oye, pero hay que seguir actuando como si el arma fuera de verdad, para que no nos descubra. ÉdGar: Sí, tienes razón… ¿escuchaste…? Ahí viene. GabrieL: Calmado, no te pongas nervioso, actúa normal.

ÉdGar: Yo soy natural. GabrieL: Sí, claro. ÉdGar: ¿Sigues creyendo que sobreactúo? GabrieL: …sólo lo digo por las cirugías. Entra Ernesto, borracho. En una bolsa de Oxxo trae cervezas, tequila y whisky; en la mano, un periódico. ernesto: Les traje chupe, culeros GabrieL: Estás borracho… ernesto: ¿Y…? Aquí están tus Tecates. (A Édgar:) Y tu whisky... Y para mí esta chingadera de tequila, sabe a perfume, pero ayuda… Beban, beban, no sean maricones. ÉdGar: No tomo. ernesto: (A Édgar, poniéndole el cañón de la pistola en la sien:) Bebe...

ÉdGar: Oh, sí, como tú digas… Édgar y Gabriel destapan sus bebidas. Beben. ernesto: (A Édgar, pasándole el periódico:) Lee esto. ÉdGar: ¿Para qué? ernesto: Que lo leas. GabrieL: Si quieres lo leo yo. ernesto: No, lo tiene que leer él. ÉdGar: No me gusta leer estas cosas. ernesto: Si no lo haces te vuelo la cabeza. ÉdGar: Ah, sí, qué miedo. (Gabriel le da un codazo para que disimule) ernesto: ¿Qué… qué pasa?

GabrieL: Nada, nada, que ya va a leerlo. ÉdGar: Empiezo… ernesto: Primero describe la foto y luego lees el título de la nota. ÉdGar: Bueno, en la foto hay un muerto, hinchado, morado, ya tiene varios días de muerto. ernesto: Quince días. ÉdGar: Sí, puede ser. ernesto: No, es eso. ÉdGar: Bueno, si tú lo dices. Y al parecer le faltan partes… ernesto: Se lo comieron los animales. ÉdGar: Podría ser.

ernesto: ¡Se lo comieron! ÉdGar: Está bien, está bien… El título dice “Carne echada a perder”. GabrieL: (Riendo) Muy bueno… ernesto: (A Gabriel:) ¡Cállate! (A Édgar:) Ahora lee la nota. ÉdGar: (Leyendo:) “Después de quince días de búsqueda es encontrado el cuerpo de Manuel Zepeda, quien estaba desaparecido desde la madrugada del diecinueve de abril del dos mil doce, después del enfrentamiento del Ejército Mexicano contra el grupo delictivo al que pertenecía el occiso, en el municipio de la Yesca, Nayarit. El cadáver fue encontrado en una cueva, donde se sospecha que Manuel, herido, se refugió para esconderse de los contrarios, desangrándose en ese lugar hasta morir. Aún no se sabe cuánto tiempo agonizó. El cadáver fue encontrado en estado de descomposición y devorado por los animales del monte”. (Dejando la lectura) Es todo… ernesto: Ése era mi hermano. ÉdGar: …Eh… lo siento.

ernesto: No, no lo sientes… Ayer le dijiste monstruo, y sí, en esa foto parece un monstruo, así se aparece en mis pesadillas… GabrieL: Calmado. ernesto: Sigan bebiendo, culeros. Eso, hasta el fondo para ahogar las penas. Mi hermano me decía “todo el mundo, carnal, te quiere meter la reata”, y justo hoy me la dejaron caer bien y bonito. Fui a pedir chamba a una escuela, y cuando la directora leyó mi curriculum, dijo: “Licenciado en arte escénico orientado a teatro... ¿y yo de qué le puedo dar trabajo a usted, joven?”. ¡Pendeja! Sentí como si se hubiera cagado en mi ego. GabrieL: A lo mejor luego te cae… ernesto: No, tú sabes que no, que estamos jodidos, y lo sabes porque tu mamá te jodió la vida cuando te abandonó, valiéndole madres tu futuro. GabrieL: ¿Cómo sabes que mi amá me dejó? ernesto: Porque lo publicaste en el face… Mami te dejó, por eso juegas al Edipo con tu maestra esa de teatro, está loca, y ahí estás con ella porque temes quedarte solo.

ÉdGar: No hace falta poner el dedo en la llaga. GabrieL: Está bien, tienes razón. ernesto: Me alegra que reconozcas que todo el mundo nos la deja caer… pero mi hermano siempre me decía “tú no te dejes, carnalillo, te quiero ver chingón, serás exitoso, vas a salir en las telenovelas de las nueve…”; pobre, no sabía lo que decía... por eso no voy a dejar ir esta oportunidad de estar en la película… ¿cómo se llama? GabrieL: Paraíso. ernesto: Sí, esa putadera... será un homenaje para mi hermano… ÉdGar: Déjanos ir, y te quedas con el papel. ernesto: Ni madres, aquí se van a quedar, sientan lo que es estar a punto de morir y que nada podrá salvarlos, como mi hermano… Beban, beban, o los mato ahora mismo, cabrones… Les apunta con la pistola.

ÉdGar: ¡Oh, no, el arma…! Gabriel vuelve a darle un codazo. ernesto: ¿Qué…? ¿No me crees? ÉdGar: Sí, sí… ernesto: Te ves, te ves… GabrieL: …borracho. Ya le está haciendo efecto el whisky. Tú síguenos contando. ernesto: …¿Saben…? Entre mi hermano y yo quedó algo pendiente… dijo que me hablaría. “Luego te hablo, carnalillo”, me dijo eso en un mensaje de texto. Casi no nos veíamos, sólo nos hablábamos por teléfono… y ya no me volvió a llamar… En el Semefo me dijeron que lo encontraron con el celular en la mano, empuñándolo… así… A veces me imagino, como en una representación teatral, que él me llama… y hablamos… qué pendejada… Breve silencio.

GabrieL: ¡Salud! ÉdGar y ernesto: ¡Salud! ernesto: (A Édgar:) Tu novia te engaña… con un cabrón. ÉdGar: No, no me engaña, porque ya lo sé… (Ríe) Ella cree que me engaña… yo la engaño a ella al hacerle cree que no sé nada, para que se quede conmigo… GabrieL: Ya le está pegando el whisky. ÉdGar: Ahora que esté en la peli va a ver que no soy un fracasado y vamos a estar bien… (Suena un celular) ¡Es el mío…! Me los cogí. ¡Me eligieron para el protagónico de una película de Canana Films! Pásamelo. ernesto: Acuérdate que si… ÉdGar: Sí, me vuelas la tapa de los sesos. ernesto: ¿No me crees?

ÉdGar: Sí, te creo. ernesto: Te escucho falso. ÉdGar: Es que estás borracho. ernesto: Tú también. ÉdGar: Dame el cel, que se va a perder la llamada. ernesto: (Pasándole el celular) Si es de la película… ÉdGar: Sí, sí, me matas. (Contesta) ¿Bueno?... Ah… bien, sí… hola. ¿Cómo estás?... He estado esperando tu llamada. ernesto: ¿Quién es? ¿Es de la película? ÉdGar: Estoy con unos amigos… Sí, los tengo, qué raro, ¿no?... Los acabo de conocer, son un poquito raros… Sí, son actores… ¿De la peli?, no, pero me están contemplando… No, todavía no me llaman, estoy en eso, dicen que esta semana, tal vez hoy… ¿ya es muy noche?… Entonces quizás

mañana. ¿Cómo has estado?... Qué bueno, me da gusto. Te extraño mucho… GabrieL: Está hablando con su morra, baja la pistola. ÉdGar: Sí, tengo tiempo… pero primero déjame decirte que te amo… ernesto: Qué cursi. ÉdGar: No, no estoy borracho, apenas si me he tomado unos cuantos tragos. Te escucho, ¿qué quieres decirme?... ¿Qué?… No, no me digas eso… Creo que te estás precipitando, ¿por qué no esperas a que regrese para que podamos hablar con calma?… A lo mejor mañana, o pasado, no sé, estoy tomando un curso de actuación… No, estamos encerrados todo el día, es intensivo… Espérame, por favor, y ya verás que arreglamos las cosas… ¿Por qué no?... ¡¿Qué?!... ¡¿Con quién?!... Sí, tienes razón, ya lo sabía, desde hace mucho… GabrieL: (A Ernesto:) Sobreactúa, se lo dije. ÉdGar: ...¿Estás segura que no hay marcha atrás…? Ah, puta madre, duele mucho… ¿Pues qué quieres que diga?... No, no es nada fácil. ¿Qué te gusta de él?... Tienes razón… Enton-

ces ya, voy a respetar tú decisión, no queda de otra, ¿o sí?... Está bien, lo acepto. Te deseo la mejor de las suertes… Me voy a morder un güevo… ernesto: (A Gabriel:) Nada más tiene uno, ¿no? ÉdGar: Voy a estar bien, no te preocupes… Adiós… ernesto: Tranquilo… todo va estar bien. ÉdGar: …Sigamos festejando… ¡Esto es una fiesta! ernesto: Si quieres podemos hablar de lo tuyo. Les voy a quitar las esposas para que puedan descansar, pero no intenten irse. ÉdGar: Sí… que nadie se vaya. ernesto: Que nadie nos deje. GabrieL: Que nadie nos abandone. ernesto: ¡Salud!

GabrieL y ÉdGar: ¡Salud! ÉdGar: Gracias, ya me estaban apretando demasiado, tengo la mano hinchada. GabrieL: A esta fiesta le vendría mejor otro ritmo. ÉdGar: ¡Sí…! ¡¿Dónde está la música?! ernesto: ¡Festejemos! GabrieL: (A Ernesto:) Oye, ¿has escuchado hablar del síndrome de Estocolmo? ernesto: Olvídalo. Oscuro.

ESCENA IV

VIERNES Desde la oscuridad escuchamos las voces de Édgar, Ernesto y Gabriel; los tres están borrachos. ernesto: La corriente de lodo se lo lleva. ÉdGar: ¡Disparos! GabrieL: Es una emboscada, alguien les puso el dedo. ÉdGar: Tu hermano salta de la camioneta pistola en mano, intenta protegerse detrás de las llantas pero se da cuenta que no es un lugar seguro. Sale corriendo para el monte. La noche se convierte en una tormenta oscura, lluvia de balas. Los gritos hacen sollozar a los árboles. GabrieL: Órale, eso está bueno.

ÉdGar: Sólo improviso. (Retoma:) La noche se convierte en una tormenta oscura, lluvia de balas. Los gritos hacen sollozar a los árboles. Tú hermano corre sin rumbo fijo. Una bala lo alcanza. ernesto: La corriente se lo lleva y yo no puedo hacer nada. Despierto con su nombre en la boca… pronuncio su nombre y me seca los labios, porque su nombre suena tan triste, tan vacío. GabrieL: Va herido, su único rumbo es la oscuridad. Cae una que otra vez, rueda, se impacta contra las rocas. ernesto: Me levanto por agua. GabrieL: Helicópteros sobrevuelan el área. ÉdGar: Tu hermano los ve desde lejos, dentro de una cueva. Ya siente las manos frías de la muerte en su cuerpo. ernesto: Veo mi celular y pienso en llamarle, pero no, no es buena idea, debe estar durmiendo o haciendo un jale, pienso.

ÉdGar: Casi sin fuerza saca su celular, intenta marcar un número, la sangre se mete entre las teclas del teléfono, se lleva el auricular a la oreja, se tiende sobre la tierra en posición fetal y espera a que le contesten. Suena un celular por largo tiempo. La respiración de Ernesto se escucha cada vez más agitada. ernesto: ¡No puedo! No puedo… enciendan la luz. Se ilumina el espacio. Gabriel tiene la mano en el interruptor de luz y Édgar su celular en la mano derecha. Ernesto deja caer su teléfono y se lleva la pistola a la sien. GabrieL: ¡¿Qué haces?! ernesto: No sé…, díganmelo ustedes. Es una pendejada ficcionar que me va a llamar, ¿a quién se lo ocurrió? GabrieL: A ti. ernesto: Qué mierda. Eso no va a ocurrir, se acabó… ÉdGar: Tranquilo, piensa muy bien…

ernesto: No hay nada que pensar, está muerto y ya, punto final. Para ustedes es fácil porque todavía pueden solucionar algo, pero yo no, la muerte es irreparable. GabrieL: Baja el arma… ernesto: No, es mejor acabar con el sufrimiento de una buena vez. ÉdGar: Recapacita. Una vez que presiones el gatillo no habrá marcha atrás. ernesto: No acepto que mi hermano esté muerto, no puedo con eso. ÉdGar: Puedes sanar ese dolor. GabrieL: Sí. ernesto: (A Gabriel:) No, tú sabes que no se puede, porque también tienes miedo de estar solo, por eso golpeaste a Édgar. ÉdGar: (A Gabriel:) ¿Me golpeaste? ¿Cuándo?

ernesto: El miércoles, por eso te desmayaste. ÉdGar: ¡¿Entonces no me resbalé con una rebanada de pizza?! GabrieL: Sólo quería que conviviéramos más. ÉdGar: ¿A esto le llamas convivencia? Ese día pude haber escapado y arreglar mi noviazgo. ernesto: No, tú sabes que eso era imposible. ÉdGar: Puta madre, tienes razón. Pero lo voy a superar. ernesto: Yo no puedo. A veces quisiera borrar ese momento en el que entré a reconocer el cuerpo en el Semefo. ÉdGar: Vuelve a entrar. ernesto: ¡No! ÉdGar: Tienes que verlo. Abre esa puerta…

ernesto: ¡Cállate! ÉdGar: …y mira a tu hermano deshe… ernesto: (Apuntándole con la pistola:) ¡Que te calles, cabrón! GabrieL: ¡Calmados! ÉdGar: ¡Dispara! GabrieL: ¡No! ernesto: No me provoques… ÉdGar: Estás en el Semefo, caminas, es un pasillo muy largo, de color blanco… ernesto: No, es café, y las paredes están manchadas, sucias, huele a meados, a cerveza, el perito ha estado bebiendo, está borracho, así me tomó la declaración.

ÉdGar: Vas caminando por el pasillo, de color café, paredes sucias, huele a meados, a cerveza… ernesto: …y a sangre… apesta a muerto, creo. Camino. Mis pasos no hacen ningún sonido, hay un silencio terrible, sólo escucho los latidos de mi corazón, como impactos de balas… y pienso, Dios, que no sea él, que ande perdido en el monte, pero que esté vivo, que no sea él, una oportunidad, Dios, de cambiar las cosas, de sacarlo de esta mierda. Llego a una puerta… ÉdGar: …La abres, tu hermano está sobre una mesa, cubierto con una sábana blanca, un tipo levanta la sábana… y ahí está… ernesto: ¡No! No puedo verlo… ¡Adiós, culeros! (Se vuelve a llevar el arma a la sien, presiona el gatillo, se escucha el aire que sale de la pistola) …A veces odio la ficción. GabrieL: Yo sí me la creí. ernesto: Qué mierda. (A Édgar:) ¿Ya sabías que la pistola era falsa? ÉdGar: Me lo dijo Gabriel.

ernesto: Se te notaba. ÉdGar: Ya lo sé. Tomaré un curso de actuación después de salir de aquí. ernesto: Váyanse. ÉdGar: La llave. ernesto: No existe, siempre fingí ponerle llave. (Ríe) Qué loco, ¿no? ÉdGar: Estamos jodidos. (Recoge su celular del piso. Va hacia la puerta, la abre, observa a Ernesto) ¿Y ahora qué voy a hacer? ernesto: Habla con la policía si quieres. ÉdGar: No, con mi vida, ¿qué hago? GabrieL: ¿Una película?

ÉdGar: Creo que eso ya no podrá salvarnos a ninguno de los tres. ernesto: Vivir, eso nos vendría bien. Tienen que irse. GabrieL: ¿No podemos quedarnos más tiempo? ernesto: No. (Va hacia la puerta y la abre) Váyanse. ÉdGar: (A Ernesto:) Si necesitas algo puedes llamarme. (Sale) GabrieL: (Recogiendo su celular) Tengo registrado tu número, te hablaré después… ernesto: No vas a llamar. GabrieL: Sí lo haré. Y nos podemos poner de acuerdo para salir… ¡en plan de amigos, eh!, no vayas a creer que yo… ernesto: Vete. Gabriel lo abraza, Ernesto no reacciona. Gabriel Sale. Ernesto observa su celular por un largo tiempo, lo guarda

en el bolsillo de su pantalรณn. Mira detenidamente el lugar. Empieza a quitar los cartones de huevo de la pared mientras se va haciendo el oscuro final.

ÍNDICE

LOS MOTIVOS DEL ACTOR CALLBACK. ESTUDIO PARA ACTORES

9 11

Personajes

Viernes

ESCENA I. Martes

Viernes

ESCENA III. Jueves

ESCENA IV. Viernes

CALLBACK estudio para actores

CALLBACK Estudio para actores

Fernando LeaL GaLaviz

secretarĂa de cuLtura 2018

Mi agradecimiento a Rocío Chiapa, Luis Ernesto Verdín, Alejandro Ostoa, Lorena Venta, Alexis Casas Eleno y Manuel Barragán.

LOS MOTIVOS DEL ACTOR

A la memoria de José Alonso Leal Galaviz, caído en una guerra que no era suya, pero que ahora es motivo de estas balas que se imprimen en forma de palabras en una historia que es tan nuestra.

CALLBACK

Estudio para actores

PERSONAJES:

ernesto GabrieL Ã&#x2030;dGar

ESCENA I

ESCENA II

ESCENA III

ESCENA IV

en el bolsillo de su pantalรณn. Mira detenidamente el lugar. Empieza a quitar los cartones de huevo de la pared mientras se va haciendo el oscuro final.

ÍNDICE

LOS MOTIVOS DEL ACTOR CALLBACK. ESTUDIO PARA ACTORES

9 11

Personajes

Viernes

ESCENA I. Martes

Viernes

ESCENA III. Jueves

ESCENA IV. Viernes