La elección del sitio en las estancia jesuíticas, un modela de estructura territorial

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LA ELECCIÓN DEL SITIO EN LAS ESTANCIAS JESUÍTICAS UN MODELO DE ESTRUCTURA TERRITORIAL María Alejandra Rega Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño. Universidad Nacional de Córdoba, Argentina

PRESENTACIÓN Y JUSTIFICACIÓN DEL TEMA

Las cinco estancias jesuíticas de Córdoba, Argentina, se designaron Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. A partir de ese hecho se las consideró un recurso patrimonial básico para la promoción de la provincia. El conjunto original fue sistema productivo integral. Hubo un sistema principal ordenador que fueron las cabeceras administrativoeducativas ubicadas en la ciudad y subsistemas de producción que fueron las estancias y las reducciones de indios. En el presente trabajo se analizan desde una escala territorial, comprendiendo las relaciones entre las distintas unidades, las redes que desarrollaron, estructurales en cuanto a su trama y espaciales en cuanto al paisaje circundante. Todo aún hoy se mantiene y se valoran como un soporte estructural con capacidad de mayor potenciación. El enfoque de este estudio se basa en las motivaciones que tuvieron los jesuitas en cuanto a la elección del sitio en el momento de la fundación de las estancias, especialmente en relación a la vinculación entre ellas y su permanencia como modelo de sistema productivo y de evangelización territorial. Si bien no existió el “acto de fundación” propio de las ciudades hispanoamericanas, sí existió un plan determinante de dichas elecciones. La metodología de trabajo se fundamenta en la verificación de cuatro hipótesis de “motivación”: motivos económico-productivos, motivos de evangelización, motivos geográficos y motivos de vinculaciones territoriales. Su comprobación hará comprender que el origen y las consecuencias de la eficacia del sistema también se relacionan con la elección del sitio de cada una. Las estancias con sus emplazamientos y vinculaciones fueron un sistema de producción integral. Hoy se han transformado en un sistema de soporte patrimonial.

INTRODUCCIÓN

En 1553 llegan los jesuitas a América. En su tercer viaje, por pedido expreso del Rey1 se envían 24 jesuitas con el fin de instruir y convertir a los naturales del lugar. A finales del s.XVI la Compañía de Jesús se instaló en Córdoba. Dos de cuatro jesuitas2 son los que arrivan el 2 de febrero de 1587, uniéndoseles luego los llegados desde Brasil. A 12 años de la fundación de la ciudad ya había 83 jesuitas. En 1589 se les asignó terreno próximo a la plaza y tomaron 1

Cédula Real del 3 de marzo de 1566, del Rey al P. Aráoz. Acompañados por el Obispo Sr. Victoria, llegan el P. Barzana, el P. Angulo. Quedan en Santiago el P. Gutiérrez y H. Villegas. 3 Diez jesuitas en total: 7 padres y 1 hermano en Córdoba y los 2 restantes en Santiago. 2


posesión el 2 de Noviembre de 1591. Con el fin de solventar las instituciones educacionales creadas en la ciudad de Córdoba, aquellos que llegaron siendo teólogos, se convirtieron en administradores de un exitoso sistema de producción agropecuaria como fueron las estancias, que establecieron y desarrollaron, todas en sitios diferentes, vinculando los rendimientos de las unas con los de las otras y organizando un comercio regional que terminó siendo modelo de gestión. Hay certeza sobre los datos, dadas las Anuas y referencias encontradas y confirmadas, pero las condiciones geográficas verdaderas, en el momento de la llegada de los jesuitas, el estado natural del sitio y las condicionantes que determinaron el emplazamiento de las estancias, son los puntos que intento descubrir en el presente escrito. Es mi interés demostrar mediante el estudio y la reflexión crítica, el cumplimiento de la siguiente hipótesis. Hipótesis sobre las motivaciones de la elección del sitio Los principales motivos de la elección del sitio de las 5 estancias jesuíticas, fueron los siguientes en orden de importancia: Motivos econó mico -p roductivos: desde el comienzo Córdoba sirvió de enlace para establecer una salida al Atlántico teniendo como polo de desarrollo las minas de Potosí. Una vez desprendidas del dominio gubernamental de Lima, surgieron tres puntos claves para el desarrollo del nuevo Virreinato del R. de la Plata: Asunción, Buenos Aires y Córdoba. Siempre tuvo una ubicación de nexo vincular de E a O y de N a S. La economía hasta ese momento se basó en un sistema tradicional, un régimen feudal, con un terrateniente (español) y una mano de obra (indios y negros esclavos). Los segundos eran la mano de obra para la ocupación y explotación territorial de los primeros. Los jesuitas implantaron un sistema innovador. Ante la necesidad de recursos económicos que solventaran sus labores educativas, establecieron unidades de producción (las estancias y sus puestos) actuando como células que articularon la economía de la región. Fueron establecimientos rurales auto-sustentables, con producción diversificada (talleres de carpintería, herrería, telares, cerámica), o con producción específica (ganadería). Como modelo económico plantearon un sistema integrado horizontalmente (y no vertical como el feudal), vinculando intereses comunes y creando condiciones para una economía de trueque. Se produjo intercambio de producción con un régimen de mercado común reformador de las condiciones practicadas hasta el momento. Se estableció un sistema económico rural de base agropecuaria que modificó el espacio territorial, estableciendo un método de trabajo comunitario auto-sustentable y sirviendo de modelo de integración socio-económica. Las estancias fueron formadas o adquiridas por compra o donación durante los ss. XVII y XVIII. Motivos de e vange liza ción: Con la fundación de Córdoba en 1573 comenzó un lento pero inexorable proceso de extinción indígena4 (encomienda, mestización, enfermedades y combates). La evangelización jesuítica tomó como base lo realizado hasta el momento por las ordenes mendicantes a lo que incorporó la organización de un sistema de vida comunitario, el jesuita promovió un apostolado auxiliado por la mano de obra del lugar, los indios. Al lema benedictino ora et labora (ora y trabaja) le sumó el lema jesuita ad maiorem Dei gloriam (a la mayor gloria de Dios). El indio se auto-sustententó y además solventó las necesidades de 4

Córdoba y noreste de San Luis fue territorio de los indios comechingones y sanavirones.


su encomendero y evangelizador, por eso es que esta combinación, que en situaciones de rectas intenciones de promoción humana hubiera funcionado como un sistema social ejemplar, no siempre ni en todos los casos, pudo funcionar equitativamente. A pesar de que los propios Reyes suprimieron el sistema de encomenderos a fines del s.XVII, el mismo continuó bajo condiciones poco favorables. Los jesuitas cumplieron con su fin principal que es el de conversión mediante la predicación5, logrando además implementar modos de trabajo y de convivencia social. Córdoba fue el centro de las actividades de la Compañía de Jesús desde 1599 hasta 1767, año de su expulsión por mandato de Carlos III. Motivos geog ráfico s: la ciudad de Córdoba se asienta en una escala territorial, entre la pampa norte y los cordones montañosos de la cordillera de los Andes. Las sierras de Córdoba forman el grupo oriental del sistema de las “sierras Pampeanas” con una superficie de 7.200 km2, con 430km. de largo y 120km. de ancho. Posee tres cordones que corren paralelamente: cordón occidental o de las Sierras de Pocho, cordón de las Sierras Grandes (327km.) y cordón oriental o de las Sierras Chicas. Todas las faldas de estos cordones caen hacia el oeste en bruscas pendientes, mientras que hacia el este bajan en caídas suaves que se confunden con la extensa llanura.6 Posee una topografía agreste con un clima de media amplitud con vegetación heterogénea reflejo de los diferentes suelos de contrates, selvas subtropicales y tórridos esteros; al igual que el área que va desde las sierras altas, pasa por extensos valles y quebradas hasta las sierras chicas dando paso a las llanuras. Todo regado por ríos que forman numerosas lagunas. Se divide hídricamente en tres cuencas: de las Salinas Grandes, de Mar Chiquita y de los ríos Tercero y Cuarto o Cuenca del Paraná. Entendiendo el paisaje como la resultante del entorno geográfico que da cabida al sitio, y entendiendo el sitio en relación concreta a su elección, y comprendiendo el sentido del uso humano del que ese espacio es objeto (considerando la capacidad del hombre de modificar su entorno), es que se llega a comprender si ese sitio ha sido bien elegido o no, en cuanto la capacidad de respuesta a su destino funcional. Se concibe entonces, el sitio como un lugar particular con determinadas características geográficas y culturales que en conjunto conforman un sistema de uso del espacio regional. El buen clima cordobés, su topografía amigable, y el caudal hídrico, hicieron que la Compañía eligiera este sitio para su asentamiento misional.7 Dentro de las producciones de las estancias está la molienda de granos, que se hizo con la fuerza motriz hidráulica generada a partir de la construcción de represas para acumular el agua de lo ríos, que, además sirvió para el riego de la siembra. Por lo que, parte esencial de las condiciones geográficas del sitio es la existencia de ríos o arroyos; propio del área, especialmente en la zona de la ladera serrana toda surcada por numerosos cauces que bajan de las Sierras Grandes o Chicas dependiendo de la ubicación de las estancias de estudio.

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Pedro Cieza de León en “Guerras civiles de Perú”, s.XVI. Español, (1520 - 1554) conquistador, cronista e historiador del Perú. Escribió en una crónica: “Tomaron los españoles algunos indios de aquellas provincias y con las lenguas les preguntaban si tenían alguna creencia o si conocían si había Dios hacedor de las cosas criadas; respondiendo que ellos tenían por dioses de su patria y propicios a sí al Sol y la Luna…” 6 Ver cartografía de Córdoba y San Luis de 1873 de Martín de Moussy (1810-1869). Realiza por pedido del Presidente Urquiza el libro: "Description geographique et statistique de la Confederation Argentine. Atlas. Planche XIII", Firmin Didot Freres, Paris, 1873. 7 “Era Córdoba… la mejor o de las mejores poblaciones del Tucumán, de temple sano, aunque no poco frígido en invierno, situada en un plano más largo que ancho, casi a la falda de una sierra,… dilataba su amplísima jurisdicción, por el oriente más de 50 leguas, hasta donde le sirven de margen, la misma (margen) que al Río de la Plata, no siendo más breves sus términos hacia los otros tres rumbos, en cuyo espacioso territorio, ocupaban gran número de poblaciones más de 40.000 indios de varias naciones y lenguas diferentes…” Cita tomada de: P. Lozano. S.J.Gracia, Joaquín, “Los Jesuitas en Córdoba”, Espasa Calpe, Buenos Aires-México, 1940, pp. 40.


Motivos de vincu lac ion es territo riale s: existieron dos áreas jesuíticas, la guaranítica y la mediterránea. En el centro de ésta, está Córdoba, desde el primer momento, ejerciendo un papel de irradiación de la cultura universitaria al igual que Charcas en la región norte. Crearon un sistema con subsistemas. Bajo las cabeceras administrativas de la ciudad se encontraban, ordenadas por uso y ubicación, subsistemas de producción y generación de recursos como las estancias y reducciones de indios. Considero el tema desde una escala de análisis regional, o de relaciones inter-sitios. Estos inter-sitios tuvieron vinculaciones que relacionaron los dos tipos de establecimientos, las cabeceras-urbanas (educativos y administrativos) y las cabeceras-rurales (estancias y reducciones). En las cabeceras rurales podemos hacer una distinción entre las reducciones y las estancias. Las primeras produjeron para su propio consumo y comercializaron el excedente. En cambio las estancias se organizaron, además, con un segundo objetivo, que fue el de producir excedente para la comercialización con lo que sostuvieron las cabeceras del sistema y garantizaron el sustento de la población asociada. Además tuvieron asentamientos subsidiarios, los puestos, ubicados en los mismos terrenos pero retirados. Cada célula del sistema no se comprende sola, está siempre ligada al sistema, y a su vez las actividades de cada subsistema (rurales y urbanas) están unidas por rutas vinculantes de producción y/o comercialización

Análisis de las motivaciones por estancia Al carecer de recursos genuinos para el Noviciado, Colegio y Universidad, buscaron un medio de subsistencia para su mantenimiento. Este medio fueron las seis estancias.8 Una vez asentados en la ciudad, comenzó el posicionamiento y desarrollo de los establecimientos rurales. Cada estancia destinó la ganancia de su producción a un uso específico.

Estanc ia d e Caro ya (16 16) El área de ubicación de la misma se encuentra en la transición entre la depresión periférica del macizo de las Sierras chicas al oeste y la plataforma o pampa elevada al este. Tiene dos cursos de agua en la delimitación del territorio de la estancia. Su fisonomía paisajística presenta un relieve levemente ondulado contra el fondo de las Sierras Chicas. En su origen sus dimensiones fueron de 5,6 leguas cuadradas9 (25km2.), una 25.000ha., definidas por límites naturales: al Norte el río de Jesús María y la misma estancia de Jesús María, al Sur el río Chavascate (hoy río Carnero), al Oeste el camino de las tropas que va al Perú10 y al Este tierras11 con límite impreciso.12 Se ubica a 48km. al norte de la ciudad de Córdoba, cerca de la actual traza de la RN N°9, sobre el antiguo camino Real del Alto Perú o Camino Real del Norte.

8 “Hasta ahora se sustenta esta casa de Córdoba de limosna, la cual no llega más que a dar pan y carne necesarios porque de esto la tierra es abundante- y lo demás es necesario que lo provea el Provincial…-…Procuraré en llegando allá, fundar alguna hacienda con que aquella casa tenga segura la comida, para poder con libertad hacer nuestros ministerios”. Anuas de 1609, Gracia, Joaquín, SJ, “Los Jesuitas en Córdoba”, Buenos Aires-México, 1940, pp. 163 y 165. 9 Hoy el gobierno de Córdoba es dueña de un área de 10ha.3.870m2, incluye el casco de la estancia y sus construcciones e instalaciones anexas. En área construida tiene una sup. de 1.798,80m2. 10 También dice: “hasta el carril de carretas que viene desde la ciudad de Córdoba a Santiago”. 11 Dice:“hubiese hasta encontrar mejor derecho” también dice: “7 leguas rumbo al río de Córdoba” (se refiere al hoy río Suquía). 12 Cuando se habla de límites, superficies o distancias son imprecisos. Los términos son: “hasta el cauce de un río”, “piedra grande”, “monte de algarrobos” o expresiones similares. Cuando se habla de legua es dato referenciado y se aplica un aproximado en hectárea.


Siendo originalmente un asentamiento indígena13, pasó a manos españolas14 y luego la Compañía compró las tierras en 161515. Desde su origen se pensó como establecimiento rural que sirviera para el sostenimiento del Colegio y como casa de descanso. Caroya fue el primer núcleo productivo del sistema. Estanc ia d e Jesús María (1618 ) Las condiciones geográficas ambientales son las mismas de Caroya. Cabe destacar la consideración que hicieron los jesuitas de las bondades de la zona, sirviéndose de las posibilidades naturales. A lo ya descripto de la geomorfología del área se sumaron las condiciones aptas para la vid: suelos áridos y amplitud térmica considerable. A uno y otro lado del río Guanusacate se extendió la propiedad una legua y 2 leguas a lo largo del río por cada lado hasta una cañada16. Formó un campo regular de 6 leguas2 (30km.2), unas 30.000ha., al que se le fueron adosando terrenos circundantes, comprados o donados. Las tierras de Guanusacate las adquirieron a Quevedo, por ser una orden religiosa recibieron tierras vecinas. Además de cerealera, la estancia tuvo una importante producción vitivinícola. Su bodega marcó la producción de la zona junto con Caroya, considerándose hasta hoy el sector con más aptitudes enológicas de Córdoba.17 La mano de obra fue de esclavos africanos, además de los naturales del lugar. Se ubicó sobre el Camino Real, hacia el Norte, distante casi en igual medida que Alta Gracia hacia el Sur18. Si tenemos en cuenta que un año antes, ya existía Caroya, es factible pensar que las dos principales motivaciones de la elección del sitio en Jesús María fueron la ubicación de las tierras de Guanusacate frente al mismo Camino Real, paso obligado a la capital del Virreinato del Perú y, como segundo motivo, la realidad de que para ese momento la estancia era ya un negocio productivo19. Del cereal y la viña se adquiría harina y vino que se comercializaba con considerables ganancias. Estanc ia d e San ta Ca talina (1622) Es la de mayor extensión de todas las estancias, llegó a lindar con Jesús María. Pese a su cercanía con Caroya y Jesús María, Sta. Catalina mantuvo un perfil de asentamiento rural. Está en una suave planicie con una visión lejana del cordón de las Sierras chicas. Recolectó aguas subterráneas provenientes de Ongamira, organizadas en tajamar, acequias y molinos. Se compró en 1622, año en que se fundó la Universidad.20 Podría pensarse que por ser ésta la última que compran los jesuitas, ya estarían cubiertas las necesidades principales, pero consta que igual

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En esta zona habitaban los indios sanavirones. Estas tierras, junto con otras, las recibe en merced Bartolomé Jaimes en 1574. 15 La nieta de Bartolomé Jaimes abandona las tierras que son ocupadas por el P. Fernández Bandurria. Luego de un pleito entre, venden a La Compañía, quien a su vez vende el título al P. Duarte Quirós (fundador del Colegio Monserrat, 1610), quien la posee durante 26 años, creando en ese tiempo la estancia. En 1687 la dona al Colegio. A su muerte, en 1703, vuelve a La Compañía. 16 “las tierras corren dos leguas río debajo de Guanusacate, hasta las tierras que llaman de Cavinda,…Y una legua de ancho de cada banda del río” Texto en la firma del consentimiento de venta de Gaspar de Quevedo. 17 “Las vendo con 20.000 cepas de viña, poco más o menos, que está cercada con sus tapias, y con todo lo en ella labrado, edificado y plantado, y con un molino que en ellas está y con el agua que les pertenece”. 18 “…llamada la una de Jesús María, a 8 leguas más o menos de la dicha ciudad de Córdoba, hacia el camino de Santiago del Estero; y la otra de Nuestra Sra. de Alta Gracia, 5 leguas de la dicha ciudad hacia la sierra…”. 19 Pedro Deza instaló los molinos (hoy se pueden ver las ruinas) y Gaspar de Quevedo instala el resto del establecimiento rural. 20 En 1584 las recibe en merced Miguel de Ardiles, (tierra de los indios de Inchinsacate, Calabalumba y Sanumbasacate). La hereda su hijo, que luego la vende a Luis Frazón, un oficial herrero. 14


eran escasos los recursos. Tanto como aumentaba la compra de propiedades y la producción, crecían las vocaciones, los alumnos, los indios pobladores y la actividad que se desarrollaba en la ciudad. Se ubica a 13km.de la ruta que une Jesús María con Ascohinga; y a 70km. de la ciudad de Córdoba a través de la hoy RN. Nº9. Muy vinculada territorialmente a Jesús María y Caroya. Estanc ia d e Alta Grac ia (1643 ) Se asienta en el sitio de Paravachasca (actual departamento de Santa María) al pie de la vertiente oriental de las Sierras Chicas; el casco se ubica en su faldeo. El paraje preciso está a 600 msnm y a 40km. al sudeste de la capital cordobesa siendo, de todas las estancias, la más próxima a la ciudad. Su clima es de “baja montaña” y sus tierras cursadas por el arroyo Alta Gracia21 que vierte sus aguas al Anisacate y muere en el río Segundo. Durante la administración jesuítica la incorporación de tierras y las adquisiciones constatadas indican que hubo un intento continuo de expansión y ocupación. Se delimita tentativamente el área original de la estancia en un polígono que va desde el límite Norte por los 31º, el Sur: 31º 49’, Este: 64º O y Oeste: 65º O. 22 Las bondades hídricas de la zona fueron muy bien usadas, teniendo en cuenta el sistema de regadío que se implementó, recolección, encauce y uso de las aguas.23 Por la elección del sitio para el casco es clara su jerarquización por el control de recorridos y accesos. Demuestra que primó la supervisión del espacio con la posesión visual del valle. Estas tierras de indios comechingones, llegan a los jesuitas en 164324 por donación de D. Alonso Nieto25 hasta la expulsión de la Compañía en 1767. Con el tiempo se adosaron tierras, pedidas en merced o compradas o donadas por privados. Fue un centro de manufactura agrícola ganadero, especializados en la cría de ganado extensivo, productora de mulas e importante taller de textiles. El tajamar con su paredón y molino motivó una gran actividad hídrica. No hay suficiente información en relación a la autonomía de los puestos: San Ignacio, Santiago, San Antonio, Potrero, Achala, San Miguel, Potrerillo y el Puestito de Guzmán. Se vinculó directamente a la ciudad, por la hoy RN Nº 5. Es la que se ubica en el extremo sur de todo el territorio jesuítico. Bajo su control estuvieron varios puestos del valle de Calamuchita. Tuvo conexión con la estancia de La Candelaria por el tráfico de peones y hacienda. Estanc ia d e La Cande la ria (1678 ) El paraje La Candelaria, hoy en Cruz del Eje, se ubica al norte del macizo de la Sierra Grande y de los Gigantes, al límite septentrional de la Pampa de Achala, al pie del 21

Antes llamado río Chicamtoltina. “hazia el sur hasta vn monte grande questa al pie de la barranca del rrio de Quisquisacate y hacia el nacimiento del sol hasta vna punta de vn monte que llaman los naturales Vspavache y vn arroyo que llaman Yinquila o Coacamilin, y por la parte del norte hasta el pie de vn cerro que llaman Lacauca”ca”mchira, y por la parte del poniente hasta el pie del otro cerro que llaman Onacamchira…” En Page, Carlos A., “La estancia jesuítica de Alta Gracia”, Eudecor, Córdoba, 2004. De: Tanoldi, Aurelio, fajardo, María Elsa y Dávila María Esther, “Libro de las mercedes de Córdoba de 1573 a 1600”, Universidad Nac. de Córdoba, Facultad de Filosofía y Humanidades, Instituto de Estudios Americanistas, (Serie Documental N°V, Córdoba, 1958, pp. 158 y159), pp. 24. 23 El tajamar (1659) fue el 1º dique de Córdoba. Forma parte de un sistema hidráulico de represas que regularon el ingreso de aguas. 24 Alonso Nieto escritura sus bienes a nombre de la Compañía el 24 de junio de 1643. 25 Alonso Nieto de Herrera (1574/1581-1661) hereda la tierra por ser 2° esposo de Estefanía de Castañeda, viuda de Juan Nieto. Al quedar viuda de su 2° esposa ingresa a la Orden jesuítica donando todas sus propiedades. Juan Nieto (15511609), conquistador y cofundador de la ciudad de Córdoba. Recibió entre otras tierras, la llamada “merced de Paravachasca”, luego Alta Gracia. El título de propiedad es del 8 de abril de 1588, aclarando que es para siembra y cría de ganado para sustento de la familia. 22


Gaspar. Paisaje básico de roca granítica, tiene quebradas y pequeños valles que forman cordones montañosos y encajonan los ríos que bajan desde los Gigantes. Ubicada en la “pampa de San Luis”, desde su origen la propiedad abarcó desde el “cerro grande” de Achala, Sierras grandes, hasta los valles de Soto al noroeste de la Pampa de San Luis. Este ambiente que fisonómicamente se presenta como de pampa de altura, en cuanto a su vegetación es un pastizal serrano y arbustillos. El lugar de asentamiento se lo conoce como “Rincón de Ocampis”. Si bien se recibió por donación, es clara la elección del sitio; la ubicación del casco principal está en una pequeña hondonada protegida de los vientos, haciéndola poco visible a la distancia, como una especie de avanzada en zona probablemente atacada por los indios, apoyada al pie del Achala. La merced Real dio posesión de estas tierras al Gral. Francisco de Vera y Mugica; pasan a manos de su hijo Francisco Xavier, quien en 1678 las dona26 a los jesuitas. Al igual que la consideración geográfica-climática que hubo para el emplazamiento del casco; la motivación económica-productiva fue importante, por el tipo de producción ganadera. Es una región montañosa poco apta para la agricultura. Fue siempre establecimiento ganadero mular. El casco de la estancia está a 220km. de la ciudad de Córdoba (RN Nº38) y a 74km. de la ciudad de Cruz del Eje. Se debe recorrer 45km. de la RP N°15 hasta La Higuera, y desde allí 30km. La Candelaria presentó siempre un carácter diferente al resto, con un paisaje particular dentro del escenario regional que hizo que a veces se la considerara falta de integración dada su posición periférica. Pero su tráfico mular, hace concluir que el emplazamiento fue valioso por ser zona apta para la actividad. Si bien la distancia hacia el resto de las unidades es considerable, se posiciona dentro del circuito que rodea en forma periféricamente radial la ciudad de Córdoba.

CONCLUSIONES VALORATIVAS

Tres de las cinco estancias fueron compradas: Caroya, Jesús María y Sta. Catalina; las otras dos, Alta Gracia y La Candelaria se reciben por donación. Concluyo diciendo que en la mayoría de ellas existió, por parte de la Compañía, efectivamente, una elección del sitio, con una fuerte motivación de tipo económico-productiva. Si relaciono con la razón de la creación de las estancias confirmo esta hipótesis, el fin de las mismas fue la necesidad de sostenimiento de las labores de administrativas y formativas. Se suma el hecho de que las tres estancias adquiridas son las tres primeras, es decir, en el momento de mayor necesidad económica. La motivación geográfica queda supeditada a la primera, ya que el lugar soporta el desarrollo de la producción. Si comparo las estancias con las ciudades en relación a la fundación, puedo decir que si bien en las estancias no existió el “acto de fundación” propio de las ciudades hispanoamericanas, sí existió un criterio a seguir con razones suficientes para la ubicación del sitio. Lo demuestran las diferencias topográficas de las distintas células de producción y sus vinculaciones. En relación a la motivación económica, concluyo que hubo una intención principal que fue solucionar el problema de la subsistencia en un medio nuevo, carente de recursos inmediatos. Encontrando como un potencial la tierra, vieron un medio, no sólo de subsistencia, sino que fue un recurso genuino que se convirtió en protagonista del desarrollo económico de la región. ¿Cómo entender que estancias, con dimensiones y usos tan diversos 26

Se donan las tierras de S. Gregorio; de Quilambe; Rincón de Ocampis y de Río de Pinto; y de las estancias de Polotosacate.


funcionaron con 300 personas dirigidas por dos o tres sacerdotes?. Si se piensa en el período colonial argentino, se piensa en los jesuitas, se piensa en las estancias y se piensa en un “sistema”. En relación a la motivación geográfica, como bien lo explicó Marina Waisman, es en relación al territorio donde nos diferenciamos sustancialmente de los europeos. Tenemos elementos de identificación propios respecto como son las dimensiones, las perspectivas de infinitud y la idea de naturaleza abierta. El paisaje natural siempre tendrá protagonismo. Los jesuitas entendieron esta cualidad del paisaje americano como virtud ineludible: “en América la naturaleza es protagonista en la elección y posterior uso del sitio”. Así emplazaron sus unidades de producción, pudiendo comprobarse aún hoy, a pesar de estar rodeadas por un tejido urbano, en algunos casos, como se asientan respetuosa y arraigadamente al suelo cordobés, con miradas y perspectivas serranas desde cada ángulo construido; acompañándose del sistema de riego implementado, que demuestra el bien aprovechado uso de los recursos naturales. En relación a las vinculaciones territoriales llegaron a establecer un “tipo de mercado” que promovió un comercio regional.27 Se establecieron rutas de comercialización creando un “mercado común”. La ciudad de Córdoba, por ser el subsistema urbano al que se mantenía económicamente es un polo de atracción en relación a los caminos. Pero se infiere que existió un recorrido en forma radial entre las estancias que hoy no se distingue como un circuito demarcado. Probablemente existieron senderos por los que se hacía el traslado de ganado y cereales. Hoy los cascos de las estancias son testimonios tangibles con promesas de perdurabilidad. Son la comprobación de como un ideal trascendental como la evangelización a través de la instrucción y el trabajo, hizo que pocos hombres fueran capaces de desarrollar un modelo que afectó el territorio natural, la economía y la cultura de toda una región. La ubicación de las estancias con sus emplazamientos estratégicos en las laderas serranas, con buenos suelos y agua fue factor determinante para que, en tan poco tiempo el modelo se desarrollara con éxito. ¿Qué fueron las misiones jesuíticas en el continente americano: una impostación o capacidad gestora de desarrollo productivo entre habitantes, lenguas y territorios desconocidos? La comprobación de que el soporte fundamental de estos núcleos de producción fue sólo de “trascendencia ideológica” por sobre cualquier otro, es que, a la expulsión de los jesuitas, dejó de funcionar el sistema orgánico de economía complementaria y decayó todo el medio involucrado. Quizás si el modelo económico hubiera perdurado junto a los edificios, en la Argentina hoy existiría un sistema económico integrado horizontalmente, autosustentable y las economías regionales prosperarían, porque “las estancias nunca eran, sino que siempre estaban siendo, un proyecto que se iba perfeccionando con la marcha; se agregaba, ampliaba, modificaba; era como la gestión de un organismo viviente, donde siempre había una impronta de trabajo con fervor de panal o de hormiguero”.28 Con la expulsión de la Compañía, comenzó un modelo productivo agro-exportador, concentrado en Buenos Aires. Se miró Europa como modelo, no siendo capaces de actuar con la responsabilidad y el respeto geográfico-cultural que los jesuita29 demostraron era posible. Entendieron que sólo “la conciencia de la situación y del sitio” puede engendrar un 27

Los jesuitas tenían otros establecimientos con los que se produce el intercambio y comercialización: Brasil, Perú, Paraguay, Chile. 28 Gallardo, Rodolfo, “La arquitectura en Córdoba y su historia”, Nuevo siglo, Córdoba, 2003, pp. 80. 29 Cabe una mención especial hacia los “jesuitas españoles estancieros” que supieron administrar, dirigir, descubrir habilidades en los indios y africanos, y sobre todo a partir de la conversión hacer que encontraran en el trabajo un medio de dignificación personal y de ennoblecimiento del espíritu.


pensamiento comprometido, y si es comprometido, genera acciones eficaces. Pero sobre todo entendieron que América no es prolongación de Europa, ni siquiera de España. Entendieron que América es otra, es nuestra, es ancho de paisaje, es margen propio, es desarrollo inacabado, es adaptabilidad a sistemas, es función y sencillez formal, es lo inconmensurable y el aquí de al lado.

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