Oro

Como si se tratara de los grandes cráteres que en su día formaran los meteoritos auriferos caidos hace 4500 millones de años. Las grandes minas a cielo abierto se suceden a lo largo y ancho del globo terraqueo. Es ese oro que permanece en la corteza terreste, al alcance del hombre quien no ha escatimado esfuerzos en la extracción y aquellas zonas donde el mineral se daba en cierto porcentaje rentable con más ainco si cabe. Las excavaciones mineras no han cesado durante décadas y es en estos últimos 20 años cuando han aumentado su volúmen y mágnitud. Tres explotaciones auriferas destacan por su descomunal tamaño, profundidad y en consonancia producción. Hasta 40 enormes vehiculos acceden en circulos por pistas con un ancho similar al de una autopista de 2 carriles en cada sentido, cerca de 1 hora de conducción con el material a cuestas para llegar a la ingestora y procesar el mineral. Las minas parecen inagotables pero los costes siguen subiendo, el combustible fósil, imprescindible para alimentar la maquinaria, empieza a subir de precio lo que hace que el precio del oro también suba con lo que de alguna forma vuelve a hacer rentable la mina que estaba planteandose cerrar por su peligrosidad y coste de extracción, incluso otras minas auríferas, abandonadas hace miles de años se dislumbran como la siguiente oportunidad en el horizonte de la codicia. Un vaivén de cifras que acabaremos por pagar todos, el medio ambiente se degrada pero nada parece frenar semejante locura.

Muchas de las principales minas se encuentran en paises demasiado lejanos como para ser conscientes siquiera de sus existencia pero el oro puede estar ahora mismo bajo sus pies, ecosistemas completos pueden ser arrasados a base de toneladas de explosivo y manadas enteras de caballos de potencia. Todo vale en la búsqueda del metal dorado. Incluso explotar pueblos enteros y emplear a familias enteras como lo hicieran los conquistadores, escalvizandolos y vendiendo el oro extraido a multinacionales que lo hacen pasar como producción propia de sus canteras, una forma muy lucrativa de aumentar la producción a costa de vidas humanas, el oro sangriento que se funde junto al oro contaminante, para formar un único lingote en cualquier caso vergonzoso e inhumano.