Plan Internacional

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Promoviendo los Derechos de los Ni単os y las Ni単as para Terminar con la Pobreza Infantil Por un cambio duradero a trav辿s del Desarrollo Comunitario Centrado en la Ni単ez


AFoto de portada: © Plan / Reeva con sus compañeras de clase, Bangladesh. Publicado por Plan Limited, Chobham House, Christchurch Way, Woking, Surrey GU21 6JG. Plan Limited es una subsidiaria de entera propiedad de Plan International, Inc. (una corporación sin fin de lucro registrada en el estado de Nueva York, Estados Unidos de Norteamérica) y una Compañía Limitada Registrada en Inglaterra No. 03001663. Esta publicación también está disponible en Internet en www.plan-international.org/publications Primera edición 2010. Texto y fotos © Plan 2010, excepto Anexo 1 © Canadian UNICEF Committee 2004 y fotos atribuidas a © Plan / Alf Berg. Se reservan todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitido, de ninguna manera o por ningún medio, electrónico, mecánico, fotocopiado u otro, sin la previa autorización de Plan Ltd. Para mayor información, póngase en contacto con nosotros a través de nuestro correo electrónico: publications@planinternational.org. Se reservan todos los derechos. Por favor, póngase en contacto con Plan a través de la dirección de correo electrónico info@plan-international.org para solicitar permiso de reproducción, almacenaje o transmisión de cualquier parte de esta publicación. La Biblioteca Británica cataloga este libro como Información Pública bajo el registro: ISBN: 978-1-906273-15-6 Co-autores: Stefanie Conrad, Joe Decosas, Irko Zuurmond (editor) Cita sugerida: Zuurmond, I. (ed) (2010). Promoting child rights to end child poverty. [Paremos la pobreza infantil] Woking: Plan. Colaboradores: Laure Abado, Jet Bastiani, Kate Bojin, Mattias Bryneson, Matthew Carlson, Nigel Chapman, Sven Coppens, Karen Craggs, Mónica Darer, Adrienne van Dok, Allassane Drabo, Simon Early, Elsebeth Elo, Jim Emerson, Myrna Evora, Mia Haglund Heelas, Nick Hall, Simon Heap, Sarah Hendriks, Nathalie Inion, Sarah Johns, Andrew Johnson, Nadya Kassam, Gezahegn Kebede, Martin Keijzer, Deepali Khanna, Else Kragholm, Anne-Sophie Lois, Jeanette McKenna, Delores McLaughlin, Alexander Munive, Michael O’Donnell, Matthew Riley, Ruth Santisteban, Francis Sathya, John Schiller, Rasa Sekulovic, Susan Smandych, Anja Stuckert, Melanie Swan, Mie Takaki, Nadia Tejani, Ann-Kristin Vervik, Rossana Viteri, Haider W. Yaqub, Roger Yates Diseño: Bell Design Impreso por Park Communications en papel certificado por el Consejo de Administración Forestal (FSC, por sus siglas en inglés). Park es una empresa CarbonNeutral® certificada por el Plan de Gestión y Auditoría Ecológica (EMAS, por sus siglas en inglés) y su Sistema de Control Ambiental está certificado por la norma ISO14001:2004 El 100% de las tintas usadas son a base de aceite vegetal, el 95% de las sustancias químicas de la prensa son recicladas para ser nuevamente utilizadas y un promedio de 99% de cualquier residuo asociado a esta producción será reciclado. Este documento está impreso en Revive 50:50, un papel que contiene un 50% de fibra reciclada y un 50% de fibra virgen procedente de bosques sostenibles, controlados y certificados por el FSC. Las páginas de división y de la cubierta están impresas en Dualcote Duo, un papel que contiene un 100% de fibra virgen procedente de bosques sostenibles, controlados y certificados por el FSC. El divisor y las páginas de la pulpa utilizada en este producto se decolora utilizando procesos libres de cloro elemental (ECF, por sus siglas en inglés) y contiene fibra proveniente de bosques controlados y certificados por el FSC. La pulpa utilizada en ambos productos se decolora utilizando procesos totalmente libres de cloro (ECF, por sus siglas en inglés).


Índice

Índice Prólogo 3 PARTE 1: Introducción

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PARTE 2: El entorno 2.1 Los niños y las niñas ante un mundo cambiante 2.2 Los cambios en la respuesta del sector de la cooperación internacional para el desarrollo 2.2.1 Las estrategias de la Ayuda Oficial al Desarrollo 2.2.2 La reforma de las Naciones Unidas 2.2.3 Los cambios en el marco de la ayuda para las ONG internacionales

6 7 11 11 12 13

PARTE 3: La respuesta de Plan 14 3.1 La pobreza infantil y los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes 15 3.2 El Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez (DCCN) 17 3.2.1 Los principios del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez 20 3.2.2 Las estrategias del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez 28 3.3 Las ocho áreas de impacto de Plan 38 PARTE 4: La efectividad de los programas de Plan 4.1 La eficacia del desarrollo y el desarrollo basado en derechos 4.2 Los puntos de referencia para la efectividad programática de Plan 4.3 Ámbito de control, influencia e interés de Plan 4.4 Los resultados de los programas de Plan con el enfoque del DCCN 4.5 La evaluación de la efectividad de programas: metodologías y fuentes de información

41 41 43 44 47

PARTE 5: Implementación del DCCN 5.1 Estándares para la práctica 5.2 El Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático (PALS) 5.3 El desarrollo programático a nivel regional y mundial

51 51 53 56

PARTE 6: Los próximos cinco años

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ANEXO 1: Resumen de la Convención sobre los Derechos del Niño

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ANEXO 2: Resultados claves por tipo de actor

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Acrónimos AOD

Ayuda Oficial al Desarrollo

CAT

Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes

CDN

Convención sobre los Derechos del Niño

CEDAW

Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas deDiscriminación contra la Mujer

CEI

Comunidad de Estados Independientes

CERD

Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial

CRMW

Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares

CSP

Plan Estratégico de País

DCCN

Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez

DERP

Documentos de Estrategia de Reducción de la Pobreza

DUDH

Declaración Universal de los Derechos Humanos

GFATM

Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria

ICCPR

Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos

ICESCR

Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales

IVR-EPT Iniciativa Vía Rápida de Educación para Todos ODM

Objetivos de Desarrollo del Milenio

OIT

Organización Internacional de Trabajo

ONG

Organización no Gubernamental

ONGI

Organización no Gubernamental Internacional

OSC

Organización de la Sociedad Civil

PALS

Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático

UNGAS

Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas (sigla en inglés)

UP

Unidad de Programas


Prólogo

Prólogo La visión de Plan es la de un mundo en el que todos los niños y las niñas puedan desarrollar su pleno potencial en sociedades que respeten los derechos y la dignidad de las personas.

Foto: © Plan / Pierre Stanley Eliacin. Niña en una actividad de apoyo psicosocial, Haití.

Como organización internacional con presencia en 48 países en desarrollo, Plan contribuye de manera significativa a hacer de esta visión una realidad para muchas niñas y niños de todo el mundo. Nuestra ambición es llegar a muchos más niños, niñas y comunidades en el futuro y lograr un impacto aún mayor tanto en sus vidas como en el desarrollo de sus países. Para lograr que esto se haga realidad, Plan se apoya en el Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez, un enfoque que ha ido evolucionando a lo largo de más de 70 años de experiencia en el terreno y que se sustenta en el firme y continuo compromiso de todo el personal de nuestra organización con los derechos de todos los niños y niñas. La Guía de Programas de Plan define el DCCN como un enfoque para luchar contra la pobreza infantil tomando como punto de partida los derechos de la infancia. Este enfoque aborda las injusticias y desequilibrios de poder en diferentes niveles de la sociedad que subyacen a la pobreza infantil y provocan la violación de los derechos de la niñez. Es un enfoque en el que las niñas y los niños, las familias y las comunidades participan activamente y dirigen su propio desarrollo, por lo que su

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

empoderamiento se convierte en un aspecto fundamental. La función de Plan es facilitar que sus voces sean escuchadas en el proceso de definición de sus propias prioridades a largo plazo. A esto se suman iniciativas que tienen como objetivo introducir cambios estructurales a nivel local, nacional, regional y mundial. En esta guía se muestra la interrelación que existe entre las distintas iniciativas de Plan en todo mundo, desde programas comunitarios en el terreno a la incidencia internacional a favor de los Derechos de Niño, poniendo de manifiesto su gran potencial como organización mundial con presencia local. A través de esta Guía de Programas se pretende presentar de forma clara el enfoque de derechos de la niñez adoptado por Plan y establecer ciertos estándares para que este enfoque sea entendido de manera similar por todas las personas que forman Plan. Este documento integra el Marco de Programa de Plan aprobado por la Junta, el Marco de Efectividad de los Programas, y el Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje de Programas, en una única guía de fácil manejo. Constituye una lectura obligada para todo el personal de Plan, independientemente de su ubicación o función. Recomiendo encarecidamente que todas las oficinas y todo el personal dediquen algunos momentos a reflexionar sobre este documento y sobre las implicaciones del mismo en su trabajo. No cabe duda de que la lectura de esta guía redundará en la calidad de nuestro trabajo.

Nigel Chapman, Director Ejecutivo de Plan Agosto de 2010


PART 1 | Introducción

Parte 1 Introducción Esta Guía de Programas va dirigida a todas las personas que trabajan en Plan, independiente de las funciones que desempeñen o la oficina para la cual trabajen. Ofrece información esencial sobre los programas de Plan y la forma de trabajar de la organización. Constituye, por tanto, una referencia ineludible para el personal de Plan en todo el mundo.

Foto: © Plan Un niño bombea agua para sus amigos, Camboya.

Conscientes de lo importante que es promover una diferenciación y una apropiación desde lo local, esta Guía de Programas no pretende, de ninguna manera, imponer un modelo único para el diseño y la aplicación de los programas. Su objetivo es, más bien, apoyar e inspirar al personal de Plan aportando cierta información y un conjunto de principios y estándares que sirvan de orientación en su trabajo programático y ayuden a elaborar e implementar programas de calidad que sean significativos para los niños y las niñas en su propio contexto; programas de apropiación local que generen cambios duraderos en las vidas de tantas niñas y niños como sea posible. La publicación de la Guía de Programas es el resultado de la aprobación, en 2009, del Marco de Programas por parte del Consejo o Junta? Internacional. La Guía de Programas integra el Marco de Programas de Plan, el Marco de Efectividad de los Programas y el Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático (PALS) en un documento único de fácil manejo. Sustituye a las Guía de Principios y Dominios de 1999, así como a la articulación del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez que fuera aprobada por el Consejo Internacional en 2003.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

La Guía de Programas describe al DCCN como el enfoque de derechos que orienta las acciones de Plan y muestra cómo éste contribuye a la mitigación de la pobreza y al cumplimiento de los derechos de la infancia. Asimismo, identifica las ocho áreas de impacto del trabajo de Plan y describe cómo Plan evalúa la efectividad de sus programas, identificando los resultados fundamentales que se persiguen a través de su enfoque de DCCN. Este documento aporta una reflexión en torno a los programas de Plan a la luz de las tendencias actuales relacionadas con la pobreza infantil y los cambios que se están produciendo en el contexto del desarrollo internacional. A tal efecto, se exploran los vínculos entre el trabajo de Plan y los instrumentos externos de desarrollo y de Derechos Humanos, entre los que se destacan la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda. Esta Guía de Programas muestra cómo Plan aprovecha su potencial como organización global con presencia local, a través de una aplicación coherente de los principios del DCCN y un trabajo programático coordinado desde lo local hacia lo internacional, con el fin de lograr una contribución significativa y duradera a la reducción de la pobreza y el cumplimiento de los derechos de la infancia. Además, el documento sirve de guía práctica para la aplicación del DCCN, dirigida especialmente al personal involucrado en los programas, y establece estándares comunes de planificación, seguimiento y evaluación. A esto le sigue una descripción del Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático (PALS), detallando los procesos de planificación, seguimiento y evaluación a seguir por todos los países. La guía contiene una serie de estudios de caso y diagramas con fines ilustrativos. Se anima al personal a identificar, elaborar y adaptar nuevos estudios de caso y nuevos diagramas que reflejen el contexto en el que trabajan y que ayuden a comunicar el contenido fundamental de esta guía a un entorno local.


El entorno externo

El entorno externo Foto: © Plan / Niños jugando con barro durante una sesión de apoyo psicosocial, Filipinas.


PARTE 2 | El entorno

El entorno La definición de niño, niña, adolescentes y jóvenes Plan se rige por la Convención de los Derechos del Niño, en la cual se define a las niñas y niños como “todo ser humano menor de dieciocho años de edad”. Las etiquetas que se aplican a las categorías de edad varían de significado y pueden diferenciarse según las culturas. Así, durante la etapa de la adolescencia incluida en esta caracterización de la infancia, es probable que muchas niñas y niños se sientan más cómodos si nos referimos a ellos como ‘jóvenes’. En esta Guía de Programación se utilizará el término ‘niño’, o ‘niña’, en sentido amplio, incluyendo en esta categoría a los todos los jóvenes menores de 18 años. Sin embargo, las franjas de edad que se atribuyen a esta denominación pueden variar según el contexto social.

Designaciones frecuentes aplicadas a niños, niñas y jóvenes según la edad Niños y niñas (0-17) Juventud (15-24) Jóvenes (10-24) Adolescentes (10-19) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

2.1 Las niñas y los niños ante un mundo cambiante Las niñas y los niños son el centro de los programas de Plan. Las niñas y los niños tienen el derecho de desarrollar su pleno potencial a lo largo de sus vidas. Tienen derecho a sobrevivir, a vivir en un entorno seguro y a ser respetados. Tienen derecho a recibir educación, a desarrollar sus habilidades y sus destrezas, a ser escuchados y a estar con sus familias. Estos son algunos de los compromisos que contrajeron los gobiernos de 192 de los 194 países miembros de las Naciones Unidas al ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño. Y estos derechos se aplican a todos:

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

niños y niñas con discapacidades, niñas y niños excluidos por su origen étnico, por sus creencias religiosas, o por cualquier otro motivo. La brecha que existe entre estos compromisos y la realidad es aún enorme y es mayor, sobre todo -pero no exclusivamente-, en los países en desarrollo. Pero, ¿cuál es la tendencia de esta brecha?, ¿se está cerrando o se sigue abriendo? Una de las fuentes de información en esta materia son los informes de progreso de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio A partir de la Declaración de Desarrollo del Milenio firmada por mandatarios de 189 naciones en diciembre de 2000, se formularon ocho objetivos que se pretenden alcanzar en 2015. En 2007, se revisó por última vez el marco diseñado para dar seguimiento al avance hacia el logro de estos objetivos. Este marco cuenta con 21 metas y 60 indicadores.1 Los objetivos son los siguientes: 1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre 2. Lograr una educación primaria universal 3. Promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres 4. Reducir la mortalidad infantil 5. Mejorar la salud materna 6. Combatir el VIH/sida, la malaria y otras enfermedades 7. Garantizar la sostenibilidad ambiental 8. Fomentar una asociación mundial para el desarrollo Los informes publicados en 2009 y 2010 presentan un panorama mixto2 3: • A nivel mundial es muy probable que se alcance el objetivo de reducir a la mitad la tasa de pobreza debido, principalmente, a un descenso drástico de las tasas de pobreza de China. Sin embargo, en muchas zonas del planeta los avances en esta materia son muy lentos y se ven a menudo socavados por el crecimiento demográfico. • El descenso de los índices de malnutrición infantil ha avanzado de forma muy modesta en los últimos 15 años. En las regiones en desarrollo, las niñas y los niños de las áreas rurales corren mayor riesgo de tener un peso por debajo de lo normal en comparación con las zonas urbanas.

1 UNSTATS Indicadores de los Objetivos de Desarrollo del Milenio [en línea]. Disponible en www.unstats.un.org/unsd/mdg/ Default.aspx. Recuperado el 4 agosto 2010. 2 Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2009. Nueva York: UN. 3 Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas. Informe de los Objetivos de Desarrollo del Milenio 2010. Nueva York: UN..


PARTE 2 | El entorno externo

• La mortalidad materna es el indicador que presenta mayor grado de disparidad entre los países en desarrollo y los países industrializados. En cada embarazo, una mujer del África subsahariana corre un riesgo de morir en el parto 100 veces mayor que las mujeres de las regiones más desarrollas. En materia de acceso a servicios de salud reproductiva, los avances son muy lentos. • En los últimos años se ha notado una mejora sostenida en lo que respecta a la supervivencia infantil. Se estima que el número de muertes de niñas y niños menores de cinco años descendió de 12.5 millones a 8.8 millones entre 1990 y 2008. Sin embargo, a pesar de los progresos que se han producido en muchos países, en el África subsahariana -todavía- uno de cada 7 niños y niñas nacidos vivos muere antes de cumplir los cinco años. • El acceso a la educación primaria ha mejorado en casi todas las regiones, con mejoras especialmente significativas en el África subsahariana y en el sur de Asia. Aún así, 69 millones de niñas y niños en todo el mundo han sido despojados de su derecho a la educación, casi la mitad de ellos en el África subsahariana (2008). La discriminación sistemática por cuestiones de género, grupo étnico, estatus social, idioma o discapacidad, constituye uno de los grandes obstáculos para el acceso a la educación. Los niños y las niñas de las comunidades con escasos recursos, y las niñas en general, son los más afectados en este sentido, junto con los niños y las niñas que viven en zonas de conflicto. • En 2005, no se alcanzó el objetivo de eliminar las disparidades de género en la educación primaria y secundaria, pero se han logrado ciertos avances. En cuanto a la educación terciaria en los países en desarrollo, la proporción de niños y niñas está cercana a la paridad, con 97 niñas por cada 100 niños. Esto se debe, principalmente, a que en los países de la CEI, de América Latina y el Caribe, del norte de África y del Sudeste asiático, se matriculan muchas más niñas que niños. Sin embargo, en casi todas las demás regiones, el número de hombres que asiste a centros universitarios supera ampliamente al de mujeres. Por otra parte, la paridad en educación tampoco se traduce necesariamente en un mejor acceso al empleo para las mujeres jóvenes. • La incidencia del VIH y el número de muertes causadas por Sida ha empezado a disminuir. No obstante, esta tendencia mundial esconde la realidad local de muchas comunidades donde hay muchas personas viviendo con el virus. Se ha mejorado exponencialmente el acceso a tratamientos para VIH en la niñez; sin embargo, los servicios de prevención, incluyendo la prevención de la transmisión perinatal, son aún muy escasos. El informe de 2010 sobre los ODM pone énfasis en la relaciónentre la violencia de género y el VIH. • Se ha avanzado más de lo previsto en el cumplimiento de los objetivos relacionados con el agua potable, pero este progreso es muy desigual. En el África subsahariana más de la mitad de la población rural sigue obteniendo el agua para el consumo humano de lagos, ríos y presas o de pozos y manantiales no potables.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

• Sólo la mitad de la población del mundo en desarrollo utiliza servicios de saneamiento adecuados. Las disparidades entre las zonas rurales y urbanas, así como entre ricos y pobres, siguen siendo enormes. El tratamiento de estas desigualdades tendrá un impacto fundamental en varios de los ODM. • Los conflictos representan una enorme amenaza para el avance de los ODM. Más de 42 millones de personas se vieron desplazadas debido a conflictos o distintas formas de persecución en 2009. Los avances hacia el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio revelan algunas tendencias sobre el bienestar de la infancia, pero desde una visión muy limitada. Muchas de las grandes disparidades que se dan dentro de los países permanecen ocultas en las estadísticas nacionales y regionales. De la misma manera, muchos de los factores críticos que afectan el bienestar de los niños y las niñas no quedan reflejados en los indicadores de los ODM y son escasas las referencias a las causas subyacentes. Este aspecto se manifiesta de forma especial en lo que se refiere a las disparidades entre las niñas y los niños. Y es que si bien los ODM ponen de manifiesto algunas diferencias críticas en materia de género, sobre todo en temas de educación, no puede decirse lo mismo de los desequilibrios de poder que generan estas disparidades. En muchos países, los niños y las niñas son valorados de manera distinta y la preferencia por los hijos varones se hace evidente no sólo en la alimentación que reciben, sino también en su educación, en la ropa que visten o en la manera en que se los respeta o celebra. Las niñas siguen relegadas a los hogares, donde se espera que asuman, junto a sus madres, la carga de las tareas domésticas. En comparación con sus hermanos, las niñas dedican entre un 33 y un 85% más de su tiempo a trabajo doméstico no remunerado. Esta situación acarrea un sinfín de consecuencias para estas niñas cuando llegan a la edad adulta.4

4 Levin, R. et al. (2008) Girls Count: A Global Investment & Action Agenda. Washington, DC: Centre for Global Development/Population Council, p.24 Foto: © Plan / Maestra en una sesión de cuentos en una escuela de preescolar, Bangladesh.


PARTE 2 | El entorno externo

A pesar de que los procesos e informes relativos a los ODM no hacen alusión a la protección de la Infancia, un estudio sobre la violencia contra los niños, niñas, adolescentes y jóvenes (Naciones Unidas, 2006) reveló estadísticas alarmantes.5 La violencia contra los menores se da en todas las sociedades y en todos los contextos sociales. Se produce en los hogares, en las comunidades, en las escuelas, en las instituciones. Se encuentra oculta, no declarada y poco registrada. Las niñas sufren de manera desproporcionada prácticas perjudiciales como el matrimonio precoz y las diversas formas de violencia sexual. En todo el mundo, más de 65 millones de mujeres estaban casadas o en unión libre antes de cumplir los 18 años. En los países de baja alfabetización entre mujeres, la probabilidad de que las niñas contraigan un matrimonio precoz es alta.6 Por otra parte, hay violaciones graves de los derechos de la infancia, como la mutilación genital femenina, los matrimonios forzados o la trata de menores, que se circunscriben a ciertas regiones o culturas. También es posible agrupar geográficamente otros hechos muy traumáticos para niños y niñas, como la pérdida de uno o ambos progenitores en los países afectados por el VIH o los traumas y heridas provocados a raíz de catástrofes naturales o conflictos armados. Difícilmente los mecanismos de información global podrán reflejar de forma adecuada alguna de estas situaciones. Para poder abordar estas violaciones de manera eficaz, es fundamental que se analicen en el contexto de las tendencias locales, regionales y mundiales subyacentes y que se tenga en cuenta la forma en que afectan a los niños y las niñas y a sus comunidades. De hecho, al tiempo que surgen nuevas oportunidades que pueden ayudar a combatir la pobreza infantil y la violación de los derechos de la niñez –procesos de descentralización, nuevas fuentes de financiación, el desarrollo de la tecnología de la información y la comunicación –, son muchos los fenómenos, como la globalización, la urbanización, los cambios demográficos, los conflictos y el cambio climático, que pueden tener un impacto muy significativo sobre la vulnerabilidad de las niñas, los niños y las comunidades. La reducción de esta vulnerabilidad, el fortalecimiento de su resiliencia, así como de la capacidad colectiva para responder adecuadamente a estos cambios, constituyen una parte esencial de cualquier programa de desarrollo.

5 United Nations (2006). United Nations Secretary General’s Study on Violence Against Children: Report of the independent expert. www.unicef.org/violencestudy/reports/SG_violencestudy_en.pdf. Recuperado el 4 de Agosto de 2010. [Versión en español disponible en http://www.unicef.org/violencestudy/spanish/reports/SG_violencestudy_sp.pdf] 6 Las niñas suponen el 59% de los más de 130 millones de jóvenes analfabetos del mundo. UNESCO, EFA Global Monitoring Report 2009, p.331

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Foto: © Plan / Niñas y niños hablando sobre su campaña contra el tráfico de menores, Filipinas.

2.2 Los cambios en la respuesta del sector de la cooperación internacional para el desarrollo 2.2.1 Las estrategias de la Ayuda Oficial al Desarrollo Las estrategias actuales de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) están fuertemente influenciadas por la Declaración de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas (2000) y la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda (2005).7 Paralelamente, cada vez se concede mayor importancia a los Derechos Humanos como parte integral de la política de ayuda. Estas nuevas iniciativas y enfoques convergen en algunos aspectos, pero encuentran tensiones en otros. Los Objetivos de Desarrollo de la Declaración llevaron a los países industrializados a contraer una serie de compromisos para aumentar y focalizar mejor sus presupuestos para el desarrollo internacional. La asignación neta de la AOD alcanzó en 2008 la cifra más alta de la historia, con 119.800 millones de dólares estadounidenses (en 2009 fue de 119.600 millones de dólares). No obstante, el total sigue estando muy por debajo de la meta del 0,7% del ingreso nacional bruto marcada por las Naciones Unidas y alcanzada sólo por cinco países en 2009.8 El impacto de la crisis económica mundial en la cooperación al desarrollo internacional aún no ha podido ser totalmente evaluado, pero es de esperar que conduzca a una reducción significativa de las asignaciones internacionales al desarrollo. Mientras que el proceso que se inició con la Declaración de Desarrollo del Milenio se centra principalmente en torno a las cantidades y la orientación de la ayuda hacia los países que más lo necesitan, la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda, y el consiguiente proceso que trajo consigo la adopción de la Agenda de Acción de Accra (2008), se centra principalmente en las modalidades de entrega de la ayuda. Entre sus compromisos más importantes se destaca el siguiente: 7 Organisation for Economic Co-operation and Development (2005). Paris Declaration on Aid Effectiveness. Paris: OECD 8 Estimaciones publicadas en los informes sobre los ODM de 2009 y 2010.


PARTE 2 | El entorno externo

“Los gobiernos de los países en desarrollo asumirán un liderazgo más fuerte de sus propias políticas de desarrollo y trabajarán con sus parlamentos y con sus ciudadanos para conformarlas. Los donantes los respaldarán respetando las prioridades nacionales, invirtiendo en sus recursos humanos e instituciones, haciendo un mayor uso de sus sistemas para la provisión de ayuda y aumentando la previsibilidad de los flujos de ayuda”.9 Existe una tensión evidente entre la tendencia hacia las iniciativas impulsadas por los países inspirada en la Declaración de París, y la agenda de programas mundiales, como el Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria o la Iniciativa Vía Rápida de Educación para Todos (IVR-EPT), inspirada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Esto ha provocado un animado debate sobre la arquitectura de la ayuda internacional. En este sentido, son varios los programas mundiales que están negociando iniciativas conjuntas para apoyar el desarrollo de los sistemas nacionales de salud y educación.10 Otro cambio significativo en la cooperación internacional es la creciente relevancia que se concede a los derechos humanos como parte integral de la política de ayuda. Cada vez más las agencias multilaterales y bilaterales, incluidas las Naciones Unidas, aplican una perspectiva de Derechos Humanos como parte integral de su trabajo de desarrollo. Esto no quiere decir que hayan abandonado totalmente la financiación y el trabajo programático tradicional basado en las necesidades, pero existe un reconocimiento cada vez mayor de la relación intrínseca entre la pobreza y los Derechos Humanos tanto a nivel de políticas como de estrategias.

2.2.2 La reforma de las Naciones Unidas En la Cumbre Mundial celebrada en 2005, los líderes reafirmaron su compromiso de fortalecer las Naciones Unidas y dotarlas de mayor autoridad y capacidad para responder con eficacia y rapidez a los desafíos globales de nuestro tiempo. Al asumir el cargo de Secretario General, Ban Ki-moon, afirmó que las prioridades para la reforma serían el mantenimiento de la paz, la diplomacia preventiva, el cambio climático y mejorar la situación de los países en desarrollo, así como la reforma interna de la organización. Como parte de la agenda de la reforma, la Comisión de Derechos Humanos se transformó en el Consejo de Derechos Humanos y se estableció una nueva Comisión de Consolidación de la Paz. Esta última reforma se refiere al mantenimiento de la paz, un campo muy amplio que abarca cambios sustantivos como la propuesta de creación de una Fuerza Permanente de las Naciones Unidas. A través de la reforma humanitaria de la ONU se han llevado a cabo tanto reformas en la financiación de emergencias como en la introducción del sistema de grupos de trabajo (o ‘clusters’). El propósito es mejorar la eficacia de la respuesta humanitaria, garantizando mayor previsibilidad, rendición de cuentas y trabajo en colaboración. 9 Organisation for Economic Co-operation and Development (2005). Paris Declaration on Aid Effectiveness (2005) y Accra Agenda for Action (2008). p.15. www.oecd.org/dataoecd/11/41/34428351.pdf . Recuperado el 4 de agosto de 2010. 10 Para más información sobre el estado de estos debates, consúltese www.aideffectiveness.org. Recuperado el 4 de agosto de 2010.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Estos cambios surgen del propósito de llegar a más beneficiarios, aportando una ayuda y una protección más integrales, eficaces y oportunas, fundamentadas en las necesidades.

2.2.3 Los cambios en el marco de la ayuda para las ONG internacionales Las tendencias y los cambios descritos anteriormente tienen importantes repercusiones sobre el entorno en el que se desarrolla el trabajo de las ONG internacionales. Cada vez más, los fondos para el desarrollo estarán a disposición de los países en desarrollo a través de sus gobiernos u otros organismos nacionales.11 Cada vez menos agencias de AOD establecen contratos directos con ONG internacionales para la ejecución de proyectos y, cada vez más, las ONG internacionales están siendo contratadas desde el ámbito local. Por otro lado, las organizaciones de la sociedad civil (OSC) son cada vez más fuertes y tienen mayor legitimidad. Estos cambios están acercando a las ONG al funcionamiento del gobierno como nunca antes. Se está creando un nuevo espacio para las ONG y, en muchos países, están aumentando las consultas entre el gobierno y la sociedad civil. Desde la perspectiva del enfoque del DCCN de Plan, este contexto se presenta como una oportunidad para construir las capacidades de los/las garantes de los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, complementando así el trabajo de Plan con las comunidades y las OSC locales. Por otro lado, muchos gobiernos miran con recelo a las ONG internacionales, ya que éstas pueden cuestionar la responsabilidad y la transparencia del gobierno o suponer una competencia en temas de financiación. Esto lleva a que los contratos de las ONG con los gobiernos puedan ser restrictivos y centrados en servicios, dejando poco espacio para programas de apoyo a las voces de los/las titulares de derechos. Se trata de un equilibrio que hay que negociar y ésta es una de las razones que motivan la publicación de esta Guía de Programas. Existen otras tendencias, como la creación de grandes fundaciones filantrópicas, el empresariado social y la creciente inversión por parte del sector empresarial en programas de responsabilidad social corporativa. El objetivo de todos estos programas es generar bienes públicos comunes en los sectores social y ambiental. Esta evolución ofrece nuevas oportunidades para las ONG internacionales, al tiempo que las obliga a reajustar la forma en que operan con el fin de optimizar el uso de este potencial. Por último, la transición de algunos países de un estatus de ingresos bajos a medios ofrece nuevas oportunidades que obligan a las ONG internacionales a revisar su modelo de negocio tradicional para aprovechar el potencial local de forma eficaz, recaudar fondos y movilizar a la sociedad civil para la mitigación de la pobreza en cada país.

11 Por ejemplo, los Mecanismos Nacionales de Coordinación, una institución nacional de los sectores público y privado establecida para dirigir los programas financiados por el Fondo Global de Lucha contra el Sida, la Malaria y la Tuberculosis.


La respuesta de Plan

La respuesta de Plan Foto: © Plan / Naseem enseñando el alfabeto en un centro preescolar, Pakistán.


PART 3 | La Respuesta de Plan

La respuesta de Plan 3.1 La pobreza infantil y los derechos de la niñez

Foto: © Plan / Apoyo psicosocial a niños y niñas afectados por las inundaciones, Burkina Faso.

“Los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que viven en condiciones de pobreza están privados de un nivel adecuado de nutrición, instalaciones de abastecimiento de agua y saneamiento, acceso a servicios básicos de atención sanitaria, alojamiento, educación, participación y protección, y […] en esa situación son incapaces de ejercer sus derechos, desarrollar plenamente su capacidad y participar como miembros de pleno derecho de la sociedad.”12 Esta declaración de la Asamblea General de la ONU en 2007 destaca el hecho de que la pobreza es mucho más que la ausencia de dinero y posesiones. La pobreza, y en especial la pobreza infantil, es una causa y una consecuencia de la negación de los derechos. Las niñas y los niños que se ven privados de su derecho a la educación y al desarrollo corren alto riesgo de quedar atrapados en un ciclo intergeneracional de pobreza y privación. La pobreza es, asimismo, uno de los principales obstáculos para que niños y niñas ejerzan sus derechos a la supervivencia y al desarrollo de su potencial. Por tanto, no podemos separar las acciones destinadas a poner fin a la pobreza infantil de aquellas orientadas a promover los derechos de la niñez. Unas y otras tienen que ir de la mano. La pobreza en el contexto de los derechos de los niños y las niñas es un tema que atañe al ámbito político. Tanto la política formal de una ciudad, provincia, país o región como la política informal de las familias, escuelas y barrios afectan profundamente a la capacidad de las niñas y los niños para ejercer sus derechos. El poder es el factor 12 Asamblea General de la ONU; Resolución 61/146; Derechos del Niño; 23 de enero de 2007.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

fundamental que va a determinar el lugar que las niñas y los niños ocupen en la balanza de la pobreza y los derechos. Poder es la capacidad de un individuo para dar forma a su propia vida y a su entorno. La falta de poder es una de las principales barreras que impide que los niños y las niñas, las familias, Las comunidades o las naciones rompan el ciclo de la pobreza. Esto se puede superar mediante una estrategia de empoderamiento, es decir: “el proceso de aumentar la capacidad de los individuos o grupos para escoger opciones y transformarlas en acciones y resultados deseados”.13 El proceso de empoderamiento de los individuos o de los grupos en el seno de una sociedad no puede aislarse de su contexto social. El poder ejercido por algunos puede limitar las vidas y las oportunidades de los demás. Esto precisamente es lo que ocurre con las desigualdades de género. En términos de derechos humanos, el ejercicio del poder conlleva una obligación para con los que tienen menos poder. Las instituciones con obligaciones y responsabilidades hacia los niños y las niñas son las familias, las escuelas, las organizaciones de la sociedad civil, el gobierno local y nacional, y el sector empresarial. Estas instituciones son los garantes o ‘co-responsables’ de derechos, cada uno con funciones específicas y dentro de los límites establecidos. Tanto sus funciones y responsabilidades como los límites de su responsabilidad deben ser comprendidos y reconocidos. Cualquier estrategia que pretenda contribuir a acabar con la pobreza infantil y promover los derechos de la niñez tiene que involucrar a todos los actores involucrados en todos los niveles. No existen soluciones sencillas para el desarrollo: no hay libros de recetas sobre los derechos de la infancia, ni manuales sobre cómo poner fin a la pobreza infantil. También es muy importante reconocer que se trata de una tarea que no puede ser abarcada por una sola organización. Todos los actores locales, nacionales e internacionales que participan en los programas de desarrollo cumplen funciones distintas y tienen competencia para trabajar en niveles específicos. El trabajo en coaliciones y alianzas es, por tanto, absolutamente imprescindible para desarrollar una estrategia que promueva los derechos de la infancia de forma eficaz. El enfoque del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez de Plan reconoce esta complejidad y plantea vías para responder a la pobreza infantil en coherencia con su visión, pero adaptada a cada contexto particular. No se trata pues de una estrategia estática, sino de un intento por identificar y reflejar los elementos de empoderamiento que están dentro del alcance de la organización. Cada estructura de Plan tiene su propio alcance, su propio ‘ámbito de influencia’. Uno de los puntos fuertes de Plan es su capacidad para determinar las prioridades a nivel local y trabajar en ellas desde muchos niveles diferentes, que abarcan, por ejemplo, desde una reunión comunal a una sesión de las Naciones Unidas.

13 The World Bank Poverty Net. What is empowerment? www.worldbank.org/html/extdr/thematic.html; este artículo se encuentra en la sección ‘Poverty’ del menú temático. Recuperado el 4 de agosto de 2010.


PARTE 3 | La respuesta de Plan

3.2 El Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez La visión de Plan es la de un mundo donde todos los niños y niñas alcancen su pleno potencial en sociedades que respeten los derechos y la dignidad de las personas. A su vez, el enfoque del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez (DCCN) es la concreción de esta visión en la práctica del desarrollo internacional. El DCCN es un enfoque basado en derechos. No se limita a ningún sector técnico del desarrollo y no tiene fronteras ideológicas o religiosas. Se basa en la acción colectiva de la sociedad civil para generar el empoderamiento de los niños y las niñas con el fin de que éstos puedan desarrollar todo su potencial, y en las acciones de los Estados para cumplir con las obligaciones contraídas a través de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño. Aunque el término DCCN pone énfasis en la comunidad, el enfoque incorpora el reconocimiento de que para que se produzcan cambios significativos en las vidas de los niños y las niñas es necesario que también se produzcan cambios sociales, políticos, económicos y culturales en muchos niveles, más allá de la comunidad e, incluso, más allá del ámbito nacional. El DCCN pone el foco en las causas estructurales de la pobreza infantil y en las brechas y violaciones de los derechos de la infancia, y requiere una estrategia a largo plazo. Es cierto que no se pueden ignorar las manifestaciones inmediatas de la pobreza y de las violaciones de los derechos de las niñas y los niños, y que la necesidad de responder es apremiante. Sin embargo, los resultados esperados en materia de cambios en las políticas, voluntad política, actitudes públicas y cambios sistémicos en la prestación de servicios requieren de un compromiso constante y a largo plazo. Los programas tienen que llevarse a cabo en varios niveles con los plazos que sean apropiados para alcanzar el resultado deseado.

Foto: © Plan / Alumnas y alumnos de un colegio leyendo libros donados por Plan, Filipinas.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Estudio de caso Respuesta a desastres – el terremoto de Pakistán Después del terremoto que asoló Pakistán en 2005, dejando 70.000 personas muertas y más de 3,3 millones sin hogar, Plan fue uno de los primeras organizaciones en entregar provisiones en las aldeas remotas afectadas de los valles de Siran y Konch, en Mansehra. Durante su actuación, Plan detectó una enorme demanda de educación por parte de niños y niñas y, aprovechando su experiencia de respuesta al tsunami, optó por centrarse en este tema. Plan trabajó con las comunidades para desarrollar un programa educativo a largo plazo, fortalecer la participación y la apropiación comunitaria en colaboración con socios locales y en función de las estructuras locales existentes. El fruto de este trabajo se puede ver en los Comités Comunitarios de Educación y en el fortalecimiento de los consejos de representantes estudiantiles y asociaciones de padres/madres y maestros/as, así como en la mejora en los servicios para el desarrollo de la primera infancia. Los resultados más evidentes se vieron en las escuelas para niñas gestionadas por la comunidad. Algunas de estas escuelas siguen ya adelante sin el apoyo de Plan, demostrando el potencial y la sostenibilidad de un enfoque que combina los esfuerzos del Estado, la comunidad y las organizaciones de la sociedad civil. Este estudio de caso pone de relieve cómo el enfoque de DCCN de Plan, combinado con un compromiso a largo plazo, puede ayudar a las niñas, los niños y las comunidades a reconstruir sus vidas después de los efectos devastadores de los desastres.

El ámbito en el que se van a centrar las actividades del programa dependerá del contexto local y de los temas que deban tratarse. Para ello hace falta un conocimiento profundo y totalmente contextualizado de las causas y consecuencias de la pobreza infantil y esto no puede ser recetado por una Guía de Programas. Así, el objetivo de esta sección de la Guía es: a) articular los principios rectores del DCCN que deben aplicarse a todos los programas (véase apartado 3.2.1), y b) presentar las principales estrategias de Plan en la elaboración de todo programa (véase el apartado 3.2.2). Dichas estrategias se aplicarán en el lugar y el momento en que sean necesarias, en función del contexto. En muchos casos, los resultados mejores y más duraderos son los que se obtienen de la combinación de distintas estrategias.


PARTE 3 | La respuesta de Plan

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La visión de cambio de Plan: Un mundo donde todos los niños y niñas puedan alcanzar su pleno potencial en sociedades que respeten los derechos y la dignidad de las personas Nuestra estrategia

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Respaldada por los principios del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez

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for m a ción 14 Inspirado por Lisa VeneKlasen y Valerie Miller, A New Weave of Power, People & Politics The Action Guide for Advocacy and Citizen Participation Herndon, VA, Stylus Publishing (USA); Rugby, Practical Action Publishing (rest of world). Just Associates [online]. Recuperado el 16 de Septiembre de 2010. Disponible en www.justassociates.org/ActionGuide.htm da ni ga co Or tid ia n s a N u e v o s lí d e r e

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

3.2.1 Los principios del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez A. Los niños y las niñas en el centro de todos los programas de Plan Como se desprende de su nombre, el Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez coloca a la infancia en el centro de todos los programas de Plan. Aunque esto forma parte de la historia de la identidad de Plan como organización, también hay otras razones de peso que justifican continuar con esta tradición: • La pobreza y las múltiples formas de maltrato y explotación afectan a los niños y a las niñas de manera desproporcionada. • Las niñas y los niños son titulares de los Derechos Humanos universales, pero también tienen derechos específicos. Sin embargo, con frecuencia estos derechos son ignorados o violados. La promoción de los derechos de la infancia requiere de un esfuerzo y una atención mayores para que estos derechos se cumplan de manera efectiva. • Rara vez se reconocen los roles que las niñas y los niños desempeñan dentro de la familia y de la comunidad, y a menudo están excluidos de los procesos de toma de decisiones que afectan a su propia supervivencia, su protección y su desarrollo. • El empoderamiento de los niños y niñas, y la creación de unas condiciones en las que ellos puedan desarrollar todo su potencial son la clave para romper el ciclo intergeneracional de la pobreza en el que muchas comunidades están atrapadas.

Los programas de Plan están dirigidos a los niños y las niñas más vulnerables, con especial atención a aquellos/as que viven en la pobreza, a las niñas y niños excluidos y marginados, y a los afectados por conflictos y desastres. Para ello, es necesario conocer en profundidad en qué consiste la vulnerabilidad de los niños y las niñas y los riesgos subyacentes que los afectan, tanto ahora como en el futuro. Esto implica que debemos anticiparnos a las amenazas de conflictos y desastres antes de que éstos sucedan. Un enfoque centrado en la niñez no quiere decir que Plan sólo trabaje con las niñas y los niños o con organizaciones dedicadas a la niñez, o sólo en los temas que afectan directamente a la infancia. La promoción de los derechos de la niñez por parte de Plan implica la participación de múltiples niveles de la sociedad civil y de diversas organizaciones gubernamentales. Como principio, los programas de Plan deben ser siempre capaces de demostrar de manera coherente su contribución a una sociedad en la que se respeten, se protejan y se cumplan los derechos de los niños y las niñas.


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B. Guiados por las normas y principios de los Derechos Humanos

Principales tratados de Derechos Humanos 1948 Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) 1949 Convenio de Ginebra sobre el Trato Humanitario de las Víctimas de la Guerra 1965 Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial (CERD, por sus siglas en inglés) 1966 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) (2 protocolos facultativos) 1966 Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) 1979 Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) (1 protocolo facultativo) 1984 Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes 1989 Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) (2 protocolos facultativos) 1990 Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (CRMW, por sus siglas en inglés) 2006 Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas 2006 Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (un protocolo facultativo)

El enfoque DCCN se guía por los principios y normas establecidos en los tratados internacionales de derechos humanos. Esos tratados han inspirado otros convenios regionales, como la Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (1990), que los complementan. Todos los instrumentos internacionales, regionales y nacionales de Derechos Humanos son importantes para el trabajo de Plan, puesto que proporcionan normas consensuadas para trabajar con las niñas y los niños, así como con sus cuidadores/as. No obstante, dada la tradición y visión de Plan, su referencia principal es la Convención sobre los Derechos del Niño. Este documento, en vigor desde el 2 de Septiembre de 1990 y ratificado por 192 de los 194 Estados Miembros de las Naciones Unidas15, es el tratado que más países han firmado en la historia, y en el menor lapso de tiempo. En él se describen los principios de los derechos de la niñez, a los cuales se debe dar una consideración especial en todas las cuestiones relativas a los niños y las niñas. Estos principios 15 Somalia y Estados Unidos son los únicos países que no lo han ratificado.

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velan por el interés superior del niño/a (Artículo 3 de la Convención), el respeto de las opiniones del niño/a (Art. 12); la no discriminación (Art. 2) y el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, en la máxima medida de lo posible (Art. 6). En el Anexo 1, se presenta una versión resumida de los 54 Artículos de la Convención de los Derechos del Niño. Al aceptar las normas internacionales de Derechos Humanos, Plan: • reconoce que los Derechos Humanos han sido acordados a nivel mundial y que son normas protegidas legalmente que establecen metas claras para cumplir con las necesidades y los derechos de todas las niñas y todos los niños; • reconoce que las principales obligaciones para el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas recaen en manos de los gobiernos y otros garantes de derechos ‘secundarios’ o ‘morales’ (co-responsables); • está de acuerdo en que los Derechos Humanos constituyen la base para la cooperación al desarrollo y para la medición de la eficacia de los esfuerzos de desarrollo y la rendición de cuentas; • pone especial énfasis en los niños y niñas que viven en la pobreza y son víctimas de la exclusión social; • aspira a tener un impacto significativo y duradero en la realización de los derechos de la niñez.

Esto implica que conocemos los tratados, entendemos cómo éstos han sido plasmados en las legislaciones nacionales y utilizamos las normas y principios de los Derechos Humanos dentro de nuestro análisis de la situación y en nuestra respuesta.

C. Responsabilidad y rendición de cuentas Al adoptar un enfoque basado en derechos, Plan reconoce las diferentes obligaciones y responsabilidades de los diferentes actores que figuran en los tratados de Derechos Humanos. Plan se ha comprometido a trabajar por, con y en nombre de los niños y las niñas para reclamar sus derechos, y a dar apoyo a los garantes y co-responsables de los derechos para que cumplan con esas demandas y rindan cuentas por ello. En el contexto de la Convención sobre los Derechos del Niño, los titulares de derechos son los niños y las niñas; son sus derechos los que se reafirman por esta Convención. Estos derechos se extienden a todas las niñas y a todos los niños independientemente de su edad, su sexo, sus capacidades o su estatus social. Los garantes de estos derechos son los Estados que firmaron la Convención, por la cual se comprometen a: • respetar los derechos enunciados en la Convención; es decir, no aprobar leyes o aplicar políticas que violen estos derechos; • proteger los derechos; es decir, evitar que otras personas violen estos derechos, y • cumplir con los derechos; es decir, tomar medidas positivas para garantizar la realización de los derechos.


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La responsabilidad de cumplir con estos compromisos corresponde a los Estados y a sus instituciones; es decir, a todos los agentes estatales, desde las escuelas y los hospitales hasta las instituciones nacionales de los poderes Ejecutivo y Legislativo. En muchos países, sin embargo, las instituciones del Estado cuentan con recursos, capacidad y voluntad política limitados para poder cumplir con estos compromisos. Hay, por supuesto, otras muchas personas e instituciones con funciones relacionadas con los derechos de la niñez. Muchos de ellos, como padres y madres o maestros/as, están mucho más cerca de la vida de los niños y niñas que lo que los Estados podrán estarlo nunca. A estos actores se los denomina a veces ‘co-responsables’, (o garantes ‘secundarios’ o garantes ‘morales’ de derechos) ya que no han firmado la Convención. Entre ellos figuran: • Padres, madres, cuidadoras/es, familias, comunidades; • organizaciones de la sociedad civil, locales y nacionales; • instituciones multilaterales (por ejemplo, agencias de la ONU) y organizaciones internacionales de la sociedad civil (por ejemplo, ONGI). Todos estos actores tienen deberes dentro de su interacción con los niños y niñas, y todos ellos son responsables de sus actos. Por lo tanto, limitarse a trabajar con los Estados o las comunidades sería insuficiente para alcanzar los resultados deseados. Por este motivo, Plan trabaja simultáneamente con distintos actores y en diferentes niveles para lograr la realización permanente de los derechos de la niñez, teniendo en cuenta sus distintos ámbitos de influencia y poder.

D. Inclusión y no discriminación De forma ineludible, los niños y las niñas son socializados en funciones, identidades y grupos sociales específicos. Esto puede convertirse en una fuente de discriminación y exclusión, lo que supone la violación de los derechos enunciados en el Artículo 2 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Por ello, uno de los principios clave del enfoque de DCCN de Plan consiste en promover un entorno de inclusión social y proteger a las niñas y los niños para que no sufran discriminación. El trabajo de Plan parte de la perspectiva de que todos los niños y las niñas tienen los mismos derechos. Los Derechos Humanos son, por definición, universales (todos los niños los tienen por el mero hecho de haber nacido), inalienables (no se pueden perder, reducir o eliminar), indivisibles, interdependientes e interrelacionados (no hay una jerarquía de derechos). La programación de Plan tiene en cuenta todos estos aspectos. En su análisis de la situación de los derechos de la niñez, Plan utiliza datos desagregados para identificar a los grupos de niñas y niños más excluidos o discriminados. Esto se traduce en estrategias que persiguen un cambio social a largo plazo y la eliminación de las causas subyacentes de la exclusión y la discriminación. En caso necesario, también puede traducirse en acciones afirmativas a favor de las niñas y los niños más marginados y vulnerables, entre los que se encuentran niños y niñas con discapacidades, niñas y niños excluidos por motivos de origen étnico o creencias religiosas, o niños y niñas procedentes de

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familias con escasos recursos, consideradas de una clase inferior de acuerdo al sistema de castas o afectadas por el VIH. Al tiempo que desarrolla programas que respondan a las prioridades de los niños y las niñas de sus comunidades, Plan reconoce el riesgo de que algunos de estos programas puedan reforzar las divisiones sociales. Por ello, Plan adopta una posición activa de discriminación positiva para garantizar que todas las niñas y todos los niños puedan llevar una vida en la que desarrollen plenamente su potencial.

Estudio de caso Los niños y niñas con discapacidad En Egipto, sólo el 5% de las personas con discapacidad tiene acceso a algún tipo de servicio de apoyo, la mayoría de los cuales son institucionales, caros y presentes sólo en entornos urbanos. Las niñas y los niños con discapacidad siguen siendo invisibles y, a menudo, tienen que hacer frente a la negligencia y al maltrato, mientras sus necesidades sociales y de desarrollo son desatendidas. Para solucionar este problema, Plan Egipto se embarcó en un proceso de rehabilitación basado en la comunidad (CBR, por sus siglas en inglés), que ha tenido un impacto positivo en 3.000 niñas y niños, según una evaluación realizada en 2008. Uno de los componentes esenciales del enfoque de CBR es el empoderamiento de la comunidad, que se logra mediante la formación de voluntarios capacitados, incluyendo a las personas con discapacidad y sus familias. Los padres y las madres son fundamentales porque son el medio de transmisión más importante para generar cambios de actitud y mejorar la inclusión de los niños y las niñas discapacitados/as. Con el fin de aumentar la dimensión y repercusión de este programa, Plan Egipto firmó un acuerdo de cooperación con el Ministerio de Familia y Población en 2009 para promover un Programa Nacional de Formación, el manejo de planes de acción comunitaria sobre discapacidad y el trabajo de preparación de una Ley de Discapacidad.

E. Igualdad de género La discriminación de género es un fenómeno que se da en todo el mundo. Por este motivo, Plan ha identificado la igualdad de género como un principio independiente dentro de su enfoque del DCCN, centrado específicamente en la inclusión y la no discriminación desde una perspectiva de género. Las principales referencias externas de Plan para la promoción de la igualdad de género son la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW 1997) y la Plataforma de Acción de Beijing (1995). La CEDAW ha sido ratificada por 186 gobiernos.16 16 United Nations Treaty Collection. Human Rights; Convention on the Elimination of All Forms of Discrimination Against Women. Nueva York: UN. www.treaties.un.org/. Recuperado el 4 de agosto de 2010.


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Proporciona un marco contra la discriminación de género y para promover el fin de la discriminación contra las mujeres y las niñas en todas sus formas. El concepto de género se refiere a las normas, expectativas y creencias sobre los roles y valores atribuidos a las niñas y a los niños. Estas normas se construyen socialmente, no son invariables ni están determinadas biológicamente. Se aprenden de familiares y amigos, en las escuelas, en los lugares de encuentro religioso y en los medios de comunicación, y reflejan y perpetúan las desigualdades sociales, económicas y políticas entre mujeres y hombres en la sociedad y, por lo tanto, violan el principio fundamental de igualdad de los Derechos Humanos. Las niñas y los niños tienen los mismos derechos pero se enfrentan a diferentes obstáculos a la hora de ejercerlos. Estos obstáculos se derivan de la discriminación y los estereotipos de género y de las relaciones de poder desiguales entre los sexos. En muchas sociedades, la discriminación de género contra las niñas y las mujeres está integrada en el orden social, por lo que es un tema que hay que abordar desde diferentes niveles, desde lo individual hasta lo institucional y lo político. La promoción de la igualdad de género forma parte integral de los objetivos de Plan para abordar las causas estructurales y las consecuencias de la pobreza infantil. Para Plan, la reducción de la desigualdad de género no consiste simplemente en desarrollar programas que favorezcan a las niñas, sino más bien en aplicar un enfoque integral que abarque las complejas relaciones de género y de poder. Sólo a partir de ello podrá renegociarse el poder para lograr acceso, control y oportunidades más equitativas para niñas y niños, y promover así la igualdad. En términos más generales, la desigualdad de género tiene implicaciones sociales, económicas y políticas para las niñas y los niños y requiere de un enfoque colectivo que fomente la participación y aceptación por parte de ambos sexos. Este enfoque tiene que aplicarse desde personas de ambos sexos y a todos los programas.

F. Participación La participación es un derecho garantizado por el Artículo 12 de la Convención sobre los Derechos del Niño. Plan cree firmemente que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes tienen derecho a participar en las decisiones que afectan a sus vidas, teniendo en cuenta su grado de madurez para comprender y contribuir a ello. La participación debe ser libre y significativa y no puede ser impuesta. Debe contribuir a los resultados que se encuentran entre las prioridades de los propios participantes.

En todas las etapas del ciclo de trabajo programático, Plan tiene que considerar cómo sus procesos y procedimientos pueden maximizar la participación libre y significativa de los niños y niñas. Uno de los principales objetivos de la participación es el fortalecimiento de la capacidad de las niñas y los niños para hablar y ser escuchados. La participación se convierte así en una estrategia con un objetivo propio, más que una simple metodología para desarrollar programas de calidad que respondan a las necesidades y aspiraciones de las niñas y los niños. Es por eso que la participación también ha sido identificada como una de las ocho áreas de impacto del trabajo de Plan (véase apartado 3.3).

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Foto: Plan 漏 / Luis Vera. Plan apoya el fortalecimiento de grupos infantiles y juveniles y promueve la participaci贸n infantil, Paraguay.


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Estudio de caso La movilización de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para la participación Los programas de lucha contra el tracoma (una infección del ojo transmitida por las moscas) se incluyen a menudo en los programas de higiene de las escuelas. Sin embargo, al tratar este tema con un grupo de estudiantes del norte de Ghana, aparecieron una serie de problemas: el pozo estaba muy lejos de la escuela, las alumnas tenían que llevar agua a la escuela todas las mañanas, y no sólo a las aulas, sino también a las casas de los profesores. Se trataba de cuestiones de igualdad de género, de explotación infantil, y de política del pueblo, que tenían repercusiones para las estudiantes. Para ellas, todas estas cuestiones eran potencialmente más importantes que la incidencia del tracoma. Con el fin de generar resultados duraderos, cualquier solución que se propusiera debería tener en cuenta estos problemas y violaciones de sus derechos. Esto demuestra la importancia de incluir a las niñas y los niños como actores en la preparación de la agenda.

Como lo ilustra el ejemplo del programa de tracoma, la participación es un componente clave en los procesos de empoderamiento. La participación significativa contribuye a la construcción de las capacidades políticas, de análisis y de organización de los niños y las niñas y les ayuda a ser más eficaces en el momento de hacer valer sus derechos. Plan invita a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes a participar en el proceso de establecimiento de prioridades, en el desarrollo de estrategias y en la evaluación del progreso como apoyo al desarrollo de sus comunidades. De esta manera, Plan sienta un precedente para la participación de los niños y las niñas en las decisiones de sus familias, escuelas y comunidades. Participar en la toma de decisiones y aceptar las responsabilidades de sus decisiones hace que, con el tiempo, las niñas y los niños aprendan a ser ciudadanos activos. Pero la insistencia de Plan en la participación no se limita a su labor con los niños y las niñas. El principio de que todos los interesados tengan una voz en el debate sobre las cuestiones que les afectan también se aplica en el trabajo con las comunidades, los gobiernos y las instituciones internacionales.

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Estudio de caso La participación de las niñas y niños – El Consejo de Derechos Humanos En marzo de 2010, Abigail, de 17 años, embajadora de Plan para los derechos de la niñez, se dirigió en Ginebra a los participantes del Consejo de Derechos Humanos en el Día Anual de los Derechos del Niño. Allí habló sobre sus experiencias en relación con la violencia sexual que tiene lugar en las escuelas y sobre la labor de promoción llevada a cabo por su asociación juvenil en Ghana. Abigail, que fue la única menor que participó en el evento, señaló la ignorancia como la causa fundamental de la violencia sexual contra las niñas y destacó cómo la falta de aplicación de la ley y de sanciones a los agresores lleva a que la gente vea la violencia sexual como algo aceptable. Muchos de los ponentes que escucharon a Abigail hicieron luego referencia a sus declaraciones, subrayando la importancia de involucrar a las niñas y los niños en la toma de decisiones que afectan a sus vidas. El ejemplo de Abigail demuestra que el proceso de participación puede servir para empoderar a las niñas y los niños permitiéndoles convertirse en defensores activos y eficaces para la efectiva realización de sus derechos.

3.2.2 Las estrategias del Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez A. Vinculando los programas a la comunidad Los orígenes de Plan como organización de patrocinio de niños han generado un vínculo muy estrecho entre nuestra organización y la vida de las comunidades. A medida que ha crecido el patrocinio en el contexto de un enfoque de DCCN, las actividades de comunicación que caracterizan el modelo de patrocinio se han ido fusionando con la participación y la incidencia política. Las niñas y los niños hacen escuchar sus voces, tanto dentro de sus comunidades como en el mundo, a través de distintos medios, incluido el patrocinio. Su fuerte arraigo en las comunidades es uno de los ‘activos’ organizacionales de Plan, que caracteriza el posicionamiento de la organización dentro del conjunto de agencias u organizaciones no gubernamentales de desarrollo y que define la identidad de Plan. Al centrarse en las comunidades, Plan reconoce que la responsabilidad primordial para el cuidado de los niños y las niñas recae en las familias. Esta responsabilidad no debería verse disminuida por la falta de recursos, pero lo cierto es que con frecuencia las condiciones económicas y sociales limitan la capacidad de padres y madres o cuidadores/as para ejercerla plenamente. Por ejemplo, las personas de una comunidad que no tiene seguridad alimentaria, que está saliendo de una guerra civil, que vive las secuelas de un desastre natural, o que está muy afectada por el VIH, pueden encontrarse en una posición demasiado débil para responder por los derechos de sus hijos e hijas.


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Una de las principales estrategias de Plan en el ámbito comunitario consiste en fortalecer las capacidades de las familias y de las organizaciones comunitarias para que éstas cumplan con sus responsabilidades. Plan apoya a las comunidades en el análisis de la situación de los derechos de las niñas y los niños en los procesos de planificación del desarrollo de la comunidad con un enfoque de derechos. Plan promueve la participación activa de las comunidades en los mecanismos y espacios de planificación local, apoyando vincular sus planes de desarrollo con los planes de gobierno locales y con la política nacional, y para influir en estos procesos de planificación pública en favor de los derechos de los niños y las niñas.

Estudio de caso Poniendo énfasis en las familias Cuando las ONG internacionales y las agencias de desarrollo comenzaron a desarrollar programas para los niños afectados por el VIH en África, se centraron en los huérfanos y en los niños y niñas vulnerables, prestando poca atención a las familias y cuidadores/as. Pronto se hizo evidente, independientemente de la envergadura y el alcance de la respuesta internacional, que ésta nunca podría reemplazar la atención que estos niños y niñas recibían de sus familias, por más debilitadas que estuvieran las estructuras familiares. La ayuda internacional suponía a menudo un mayor desempoderamiento de las familias y de los cuidadores primarios. Aprender esta lección llevó muchos años. En 2009, una iniciativa de investigación internacional, la Iniciativa Conjunta de Aprendizaje sobre la Infancia y el Sida (JLICA, por sus siglas en inglés), publicó un informe con sus hallazgos. La recomendación del informe fue la siguiente: “El primer paso para la lograr mejores resultados para los niños y las niñas afectados por el VIH y el Sida es reorientar las políticas y programas para apoyar a las niñas y los niños dentro y a través de sus familias.”17

No obstante, el enfoque del trabajo a nivel comunitario no significa que Plan sólo tenga que hacer esfuerzos en este nivel. De hecho, Plan reconoce que las causas de la pobreza infantil van más allá de las comunidades. Además, son las organizaciones locales de la sociedad civil las que están en mejores condiciones de crear plataformas para elevar las voces de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y de sus familias. El rol de Plan en este contexto consiste en amplificar estas voces a un nivel superior, tanto en el ámbito nacional como en el ámbito internacional. Pero para hacer esto de manera eficaz y justa, y con el fin de rendir cuentas a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes cuyas voces amplifica, Plan debe permanecer firmemente vinculado a las comunidades.

17 JLICA. (2009) Home truths: Facing the facts on children, AIDS, and poverty: Final report of the Joint Learning Initiative on Children and HIV/AIDS. p.17

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B. Exigiendo la rendición de cuentas de los actores estatales Al ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño, los gobiernos aceptan la obligación de respetar, proteger y garantizar los derechos de los niños y las niñas. Puesto que ellos son los responsables de cumplir con esta obligación, desde Naciones Unidas se ha establecido un mecanismo para vigilar su responsabilidad.18 La rendición de cuentas de los Estados se aplica a todos los niveles, desde los servicios que presta una oficina municipal hasta las acciones legislativas del parlamento. Esto no significa que los Estados deban proporcionar todos los servicios necesarios para el cumplimiento de los derechos de los niños y niñas, pero son responsables de crear y mantener las condiciones que permitan que estos derechos se cumplan. Los Estados tienen que rendir cuentas, entre otras, de las siguientes medidas: • La adopción de políticas y leyes que protejan a las niñas y los niños y que promuevan sus derechos. • La implementación de políticas económicas que permitan a las familias y a las comunidades cumplir con los derechos de las niñas y los niños. • La implantación de leyes en contra de violaciones de los derechos de la niñez. • La asignación de presupuestos adecuados para servicios sociales y de protección para los niños y las niñas, especialmente para aquellos que se encuentran en condiciones desfavorables o de marginación. • Asegurar que las instituciones públicas ofrezcan servicios de calidad que sean pertinentes y respondan a las necesidades de los niños y las niñas. • Crear oportunidades para la participación de las niñas y los niños en las decisiones que afectan a sus vidas. • Recopilación y comunicación de datos válidos y desagregados sobre el estado de los niños y las niñas del país y sobre el grado de cumplimiento de sus derechos. Plan centra su trabajo en el fortalecimiento de la capacidad de los Estados para cumplir con sus obligaciones, al tiempo que los insta a rendir cuentas sobre el cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos de la niñez. Este doble enfoque puede exigir muchos esfuerzos. En cualquier caso, el equilibrio óptimo entre ambos enfoques deberá establecerse caso por caso y con una visión a largo plazo. Para Plan, siempre existirá una tensión entre las demandas para cubrir las necesidades inmediatas de servicios necesarios y el enfoque de derechos, menos tangible, más abstracto, que implica trabajar con las/los titulares y las/los garantes de los derechos. Pero la diferencia no es tan categórica como parece. La prestación de servicios puede ser la respuesta apropiada si está integrada en una estrategia a largo plazo que aumente la responsabilidad de los Estados en el respeto, la protección y la realización efectiva de los derechos de la niñez. 18 T he Committee on the Rights of the Child. Disponible en www2.ohchr.org/english/bodies/crc/ . Recuperado el 4 de agosto de 2010.


PARTE 3 | La respuesta de Plan

Además, la participación en la prestación de servicios también puede permitirle a Plan adquirir una experiencia práctica que permita a la organización hablar con autoridad al promover el cambio.

Uno de los compromisos adquiridos por los gobiernos al firmar la Convención sobre los Derechos del Niño es garantizar una educación primaria obligatoria y gratuita para todas las niñas y los niños. En el caso de que esto no se cumpla, tanto los niños, niñas, adolescentes y jóvenes como sus cuidadores/as deben movilizarse para exigir cambios en las políticas y más recursos para sus escuelas. Pero para esto hacen falta muchos pasos previos. Por una parte, las comunidades tienen que reconocer el valor de la educación. En muchas sociedades, la educación de las niñas se encuentra especialmente infravalorada y sólo en el caso de que realmente quieran enviar a sus hijas a la escuela, se podrá movilizar a las comunidades para exigir el correspondiente acceso. Las escuelas deben ofrecer un servicio adecuado, un entorno sin violencia y sin discriminación, un plan de estudios que responda a las necesidades educativas y a las expectativas de los niños y las niñas y unas instalaciones de abastecimiento de agua y saneamiento adecuadas. En ocasiones, los gobiernos tienen la voluntad de cumplir con sus obligaciones, pero carecen de los medios y de la capacidad para hacerlo; también puede ocurrir que no se cuente con suficientes profesores/as capacitados para niveles de enseñanza superior a la primaria, no se tenga la capacidad suficiente para el desarrollo curricular, no se hayan asignado recursos suficientes al sector educativo para cubrir adecuadamente el costo de funcionamiento de las escuelas o que muchas escuelas hayan sido destruidas por desastres naturales o por la guerra. Plan tiene que conocer y entender el contexto social, económico, cultural, civil y político de las necesidades no satisfechas y desarrollar sus programas de manera consecuente. Para ello puede ser necesario presionar para que se produzcan cambios en las políticas y en la dotación presupuestaria, o construir una escuela que permita aumentar la capacidad del Estado para cumplir con sus obligaciones. También puede implicar poner en marcha acciones específicas para promover la educación de las niñas intentando convencer a las cuidadoras/es de que esto es deseable y necesario, o establecer una asociación de padres y madres con maestros/as para mejorar la calidad de la educación. Lo importante de todo esto es que, al tiempo que se centra en los resultados de más y mejor educación, Plan no deje de cuestionarse cómo sus programas aumentarán la responsabilidad del Estado para con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

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Foto: © Plan / Mamadou Gomis. Escuela coránica apoyada con libros de texto y material de lectura, Senegal.33

C. Fortaleciendo la capacidad de la sociedad civil Plan define la sociedad civil como “el espacio público donde los ciudadanos (titulares de derechos) se asocian libremente para el ejercicio de sus derechos y de los derechos de los demás, por medio de sus propias acciones, o ejerciendo influencia sobre las personas que rigen o determinan la calidad de sus vidas”. La sociedad civil puede manifestarse a través de formas de organización muy diversas, como grupos juveniles o infantiles, organizaciones no gubernamentales o benéficas registradas, u organizaciones comunitarias o basadas en la fe, además de asociaciones profesionales, sindicatos, grupos de autoayuda, movimientos sociales, asociaciones empresariales e instituciones académicas, coaliciones, grupos de interés y medios de comunicación. Todos ellos pueden, o no, estar formalmente constituidos. La forma que adopten las organizaciones de la sociedad civil depende a menudo de su contexto cultural y político. En algunos países, estas organizaciones tienen presencia desde hace décadas y están plenamente integradas en el paisaje socio-político tanto a nivel local como nacional. En otras sociedades, por el contrario, son reprimidas y tratadas con desconfianza por gobiernos que se sienten incómodos ante cualquier tipo de organización ciudadana. En otras, las organizaciones de la sociedad civil no han hecho más que empezar a surgir, al compás de los cambios sociales y políticos. Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan roles muy variados en la realización de los derechos de la niñez, entre ellos: prestación de servicios, desarrollo de capacidades, promoción de la participación y de la democracia, empoderamiento de las comunidades o grupos específicos de la sociedad, promoción y participación en los procesos de rendición de cuentas. Plan promueve la participación de la sociedad civil en el fomento de la capacidad de las instituciones estatales para contribuir a que éstas cumplan con sus obligaciones en materia de derechos de las niñas y los niños.


PARTE 3 | La respuesta de Plan

Al mismo tiempo, Plan apoya a las organizaciones de la sociedad civil en el seguimiento del cumplimiento de las obligaciones del Estado y en la rendición de cuentas por parte de sus instituciones. Plan apoya el fortalecimiento de los sistemas de información para que a través de éstos se puedan recopilar y analizar datos desglosados, promoviendo así un monitoreo más fiable de las desigualdades y una mejora de la toma de decisiones. Como ONG internacional, Plan es parte de la sociedad civil que opera a nivel global, regional, nacional y local. Plan desempeña una función de apoyo en los procesos de desarrollo y está comprometida con la sociedad civil en diferentes niveles. En el plano internacional y nacional, este compromiso puede plasmarse en asociaciones con organizaciones afines. A nivel comunitario, su función primordial consiste en apoyar la creación de grupos u organizaciones locales. Uno de los aspectos fundamentales de este trabajo es el apoyo a la creación de coaliciones y el desarrollo de redes nacionales o supranacionales y de ‘grupos paraguas’. Conseguir una sociedad civil fortalecida es uno de los resultados más eficaces del desarrollo de capacidades en apoyo a la efectiva realización de los derechos de la niñez.

Estudio de caso El Movimiento Africano de Niños y Jóvenes Trabajadores El Movimiento Africano de Niños y Jóvenes Trabajadores (MAEJT, por sus siglas en francés), creado por niños, niñas y jóvenes que trabajan como servicio doméstico, aprendices, trabajadores o comerciantes, cuenta con más de 250.000 miembros en 23 países africanos. El Movimiento ofrece una amplia gama de servicios de apoyo, formación y habilidades organizacionales a un sector olvidado y descuidado de la vida africana para exigir el fin de la explotación. En 2004, el MAEJT estableció una colaboración con Plan para la formación de miembros y facilitadores con el fin de mejorar la coordinación entre el nivel local y el nivel nacional, el fortalecimiento de la colaboración con las autoridades locales, las instituciones internacionales y las ONG así como para mejorar la comunicación dentro del movimiento y reforzar el desarrollo de actividades generadoras de ingresos. Reconocido internacionalmente a través de su participación en reuniones de alto nivel, como UNGASS, y a través de su colaboración con organizaciones como UNICEF, la OIT y diversas ONG internacionales, como Plan, el MAEJT se ha convertido en mecanismo de desarrollo orientado a niños, niñas y jóvenes de referencia a nivel local, regional e internacional.

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Foto: Plan © / Alf Berg. Niños y adultos sacan agua de un manantial canalizado y tratado por Plan, Etiopía


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D. Involucrando al sector empresarial Plan reconoce el papel fundamental que el sector empresarial desempeña en el desarrollo de un país: crea puestos de trabajo, fortalece las economías locales y nacionales y contribuye a crear nueva infraestructura. No contar con el sector empresarial sería prescindir de uno de los actores que mayor influencia ejerce en el desarrollo de la vida de las niñas y los niños. Para poder comprometerse con el sector empresarial es necesario superar un cierto grado de desconfianza. En principio, la intuición nos dice que el éxito comercial y la maximización de los beneficios no siempre son compatibles con los objetivos humanitarios y de desarrollo social. Pero si vamos más allá de esta intuición, veremos que hay muchos intereses en común. A largo plazo, las empresas deben mantener sus líneas de producción y su base de consumidores. Para ello, necesitan sociedades estables en las que se respeten los derechos de los individuos como ciudadanos/as y como consumidores/as. Las empresas pueden comprometerse desde distintos lugares. Por un lado, las compañías están invirtiendo cada vez más en programas de responsabilidad social para alcanzar objetivos que generen bienes públicos comunes en los sectores social y de medio ambiente. Algunas dependen de socios con experiencia para garantizar la pertinencia del diseño y la calidad de sus servicios. En muchas áreas, tales como las comunicaciones, la educación o la salud, la experiencia de Plan con niñas, niños, adolescentes y jóvenes puede constituir una base sólida para establecer una colaboración productiva con los programas de responsabilidad social de las empresas, tanto a escala nacional como internacional. En algunos casos, los intereses de las multinacionales y empresas nacionales chocan con los objetivos de la promoción de los derechos de la niñez. Ejemplos de esto se ven, por ejemplo, en las estrategias de comercialización de los sucedáneos de la leche materna, en las estrategias de protección de patentes para productos farmacéuticos esenciales o en la degradación ambiental causada por proyectos mineros, forestales o agrícolas de gran envergadura. El compromiso de Plan estaría orientado a cumplir una función de incidencia política para fortalecer las voces de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y comunidades e instar a las empresas a que cambien sus prácticas en pos de una mayor responsabilidad social. Todos estos tipos de compromiso no se excluyen entre sí. Trabajar en asociación con el sector empresarial no elimina el compromiso de Plan para con el interés superior de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y sus comunidades. Plan trabaja con el sector empresarial, no para él. Al trabajar con el sector empresarial, Plan no deja de lado sus objetivos y valores. Por ello, es necesario que los principios y valores de la organización estén claramente enunciados en cualquier acuerdo de asociación o alianza, que se haga una evaluación transparente de los posibles riesgos de conflicto entre estos valores y las actividades comerciales de los socios del sector empresarial, y que estos riesgos se manejen de forma satisfactoria para todos los socios.

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E. Incidencia política Para lograr un cambio positivo y duradero en la vida de los niños y las niñas, no sólo es importante que se faciliten el apoyo y los servicios que éstos y sus comunidades necesitan. También tenemos que prestar atención a las políticas, leyes, actitudes y prácticas que hay que cambiar. A través de su incidencia política, Plan tiene por objeto abordar las injusticias y los desequilibrios de poder que subyacen en la pobreza, con el fin de realizar los cambios necesarios para mejorar la vida de las niñas y los niños, de sus familias y de sus comunidades. Mediante la realización de actividades de incidencia, Plan pretende influir positivamente en las personas con poder y/o responsabilidad con el fin de garantizar los derechos de la niñez, actuando para, con y en nombre de los niños, las niñas y sus comunidades. La incidencia política es una parte integral del desarrollo programático basado en derechos. La experiencia ha demostrado que esta incidencia es más efectiva cuando se planea de forma sistemática. A nivel mundial y nacional podemos describir la incidencia política como un proceso deliberado y planificado para influir en quienes toman las decisiones políticas. El enfoque de la incidencia política de Plan es participativo, desde las bases, y se fundamenta en la evidencia, en la experiencia y en la credibilidad de Plan en el terreno. A través de un proceso de participación auténtica de los niños y niñas y de las comunidades, los esfuerzos de incidencia política de Plan tienen por objetivo cambiar las políticas, prácticas, ideas, valores y relaciones de poder que generan desigualdad, prejuicios, y otras violaciones de los derechos humanos y de la niñez. Plan brinda apoyo a las organizaciones locales para exigir que se cumplan los derechos de las niñas y los niños, al tiempo que amplifica sus diversas voces en los planos nacional e internacional. Esto no significa que Plan no tome posición en otras cuestiones que no sean prioritarias para las comunidades y los socios con los que trabaja. Algunas cuestiones sensibles, como la mutilación sexual femenina, no se van a presentar de forma automática como una prioridad para nuestros socios; pero, si se descuidan, pueden tener graves repercusiones. El papel de Plan en este proceso debe ser el de mediador, aunando nuestro conocimiento sobre las cuestiones de desarrollo con las prioridades expresadas por nuestros socios en el terreno. La información y la educación son elementos claves del trabajo de incidencia de Plan con las comunidades y con los socios, puesto que contribuyen a que nuestros socios de la comunidad y de la sociedad civil comprendan mejor las injusticias y los desequilibrios de poder que subyacen en la pobreza, facilitando así la movilización social.

F. Trabajo en colaboración para lograr un mayor impacto Plan se ha comprometido a abordar las causas estructurales de la pobreza infantil, así como a hacer frente a sus efectos inmediatos. Estas causas estructurales se encuentran generalmente en los niveles superiores de organización. La desnutrición de un niño puede estar ligada a unas políticas de protección social insuficientes, al fracaso de las políticas agrícolas de un Estado, o a


PARTE 3 | La respuesta de Plan

unas relaciones comerciales internacionales injustas. Los programas de Plan tienen por objetivo ofrecer respuestas eficaces en el ámbito familiar y comunitario, pero también entablar esfuerzos conjuntos con otros para lograr un impacto mayor y duradero a nivel nacional e internacional. A fin de promover eficazmente los derechos de los niños y las niñas, Plan se ve en la necesidad de fijar una agenda que va más allá de su propia capacidad y una forma de lograrlo es trabajar en coalición y alianza con las organizaciones e instituciones que persigan objetivos similares. Las coaliciones permiten luchar por derechos específicos de los niños y las niñas en varios niveles y a un mismo tiempo; a la vez, permiten ampliar la audiencia y reforzar el poder político de la iniciativa que se esté promoviendo. El papel de la Sede Internacional de Plan, de sus oficinas nacionales y regionales, y su representación en Ginebra, Nueva York y Bruselas son fundamentales para el establecimiento y mantenimiento de estas coaliciones. La clave del éxito es disponer de evidencias basadas en una adecuada investigación y documentación, así como de una estrategia de comunicación que nos permita ser capaces de convencer a otros para que participen en nuestra causa y de ampliar la escala de los enfoques que han resultado eficaces.

Estudio de caso La erradicación de la enfermedad de Chagas en Bolivia El mal de Chagas es una enfermedad infecciosa que se transmite a través de la picadura de la vinchuca, y es una importante causa de muerte en las Américas. Para ayudar a resolver el problema, Plan Bolivia estableció una alianza con Pro Hábitat y el gobierno local en 1996. A partir de la alianza, se recogieron datos sobre la percepción de la enfermedad de Chagas y, con base en estas evidencias, se desarrolló un programa para cambiar el comportamiento de las personas y mejorar la protección en sus hogares. Miembros de la comunidad participaron en el establecimiento de las normas locales y eligieron a un grupo de personas a cargo de la promoción -la mitad de ellas mujeres-, para informar a los demás miembros de la comunidad sobre los peligros y los datos recopilados. Además, se contrató mano de obra local para hacer las mejoras necesarias en los hogares. Diez años más tarde, según datos de una evaluación realizada en 2006, las infecciones en la zona habían descendido de un 80% a menos del 3% y el 80% de las familias practicaban las recomendaciones de conducta preventiva. Dado su éxito y rentabilidad, este modelo ha sido ampliado y replicado en otras regiones de Bolivia.

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3.3 Las ocho áreas de impacto de Plan A partir de un análisis de los problemas que más afectan a los niños y a las niñas y de su experiencia programática, Plan ha identificado ocho áreas de impacto en las que puede contribuir de forma eficaz para la realización de los derechos de las niñas y los niños mediante la aplicación de su enfoque de DCCN. La siguiente tabla muestra cuáles son estas áreas y aporta una breve explicación de cada una de ellas:

Área de impacto

Los derechos a un desarrollo saludable desde la primera infancia

Los derechos a la salud sexual y reproductiva, incluida la prevención, la atención y el tratamiento del VIH.

El derecho a la educación.

Resultados del DCCN Padres y madres, familias y comunidades son conscientes de la importancia de la salud materna e infantil, de la atención y el desarrollo de la primera infancia, y proporcionan el apoyo y los cuidados necesarios para la supervivencia y el desarrollo integral de los niños y niñas con menos de 5 años de edad. Las futuras madres, los bebés y los niños y niñas con menos de 5 años de edad tienen acceso a una atención sanitaria materno-infantil de calidad, a una nutrición apropiada y a servicios de cuidado y desarrollo de la primera infancia, y hacen un uso óptimo de estos servicios. El Estado asume la responsabilidad de la prestación de servicios de calidad para el desarrollo de la primera infancia y rinde cuentas por ellos. Las niñas y los niños pueden desarrollar su sexualidad sin coerción, discriminación o violencia. Las familias y las comunidades apoyan a los niños y niñas ya que refuerzan sus conocimientos y habilidades para ejercer una sexualidad feliz y saludable. Las niñas, niños, adolescentes y jóvenes tienen acceso a servicios de salud, sociales y educativos de calidad y adecuados que apoyen el desarrollo de su sexualidad. El Estado asume la responsabilidad de garantizar el acceso universal de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes a servicios de salud sexual reproductiva de calidad, incluyendo la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo social para el VIH, y la rendición de cuentas correspondiente. Los niños, niñas adolescentes y jóvenes tienen acceso a entornos de aprendizaje seguros, sanos y adecuados que cuentan con profesores competentes y planes de estudios centrados en los alumnos y las alumnas. Los padres y madres y los cuidadores/as hacen un uso óptimo de estos entornos de aprendizaje para apoyar el desarrollo de sus hijos e hijas. El Estado asume la responsabilidad de la prestación de servicios de educación de calidad para todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y la correspondiente rendición de cuentas.


PARTE 3 | La respuesta de Plan

Área de impacto

Resultados del DCCN

Los derechos al agua y a un saneamiento adecuado.

Las niñas y los niños, y sus comunidades, son conscientes de los efectos positivos que el agua potable, el saneamiento y la higiene tienen para la salud; tienen acceso a cantidades suficientes de agua potable y a servicios de saneamiento higiénicos y hacen uso óptimo de estas instalaciones. El Estado asume la responsabilidad de la prestación de los servicios necesarios para todos los ciudadanos y la correspondiente rendición de cuentas. Las comunidades y el Estado garantizan que el acceso al agua y al saneamiento sea sostenido. El sector privado tiene la capacidad para asumir, cuando sea invitado, un determinado papel en la construcción, funcionamiento y mantenimiento de las instalaciones.

El derecho a la seguridad económica.

Se crea un ambiente propicio para asegurar que el desarrollo económico y social beneficie a todos los niños, niñas, adolescentes y los jóvenes. El Estado y las comunidades apoyan a los hogares para que las niñas, niños y jóvenes puedan tener un desarrollo normal incluso en tiempos de crisis o tensión económica. Con el apoyo de sus familias y comunidades, las niñas, niños y jóvenes son capaces de tomar decisiones respecto a su participación en el trabajo y a su contribución a la sociedad civil. Los niños, niñas y jóvenes tienen las habilidades, conocimientos e información necesarios para pasar de manera exitosa de la escuela al trabajo, ya sea por cuenta propia o por cuenta ajena. Hay alianzas público-privadas para crear un entorno que estimule el crecimiento y las oportunidades, apoyando el desarrollo de la microempresa, el desarrollo de la cadena de valor para integrar a los pequeños productores en los mercados y el acceso a servicios de formación y financieros.

El derecho a la protección contra todas las formas de abuso, negligencia, explotación y violencia.

Todas las niñas, niños, adolescentes y jóvenes se sienten seguros y están protegidos contra toda forma de abuso, negligencia, explotación y violencia a través de: la prestación de servicios de prevención; la recuperación y reinserción de calidad y eficaces, proporcionadas por el Estado; un marco jurídico de protección adecuado en todos los niveles; un fuerte apoyo a la comunidad y la familia; la sensibilización y el respeto par parte del publico por el derecho de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes a la protección; y el acceso a habilidades y conocimientos que contribuyan a su propia protección.

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Área de impacto

Resultados del DCCN

El derecho a participar como ciudadanos.

Con el apoyo de sus familias, comunidades, compañeros/as, profesores/ as y otros garantes de derechos, las niñas y los niños aumentan su capacidad y su habilidad para ejercer sus derechos y responsabilidades ciudadanos a medida que crecen y aprenden. Los niños y las niñas –de forma individual y colectiva – hacen uso de sus capacidades, habilidades y oportunidades para participar en las decisiones que se toman en sus hogares, en las comunidades, en la escuela y en el ámbito gubernamental y que afectan a sus vidas. Los garantes de derechos asumen su responsabilidad de reconocer y apoyar la participación de las niñas y los niños en la toma de decisiones. Asimismo, se comprometen a proporcionarles la información y la educación adecuadas, junto con las oportunidades y la libertad para desarrollar y expresar sus propias opiniones y pensamientos, para que puedan trabajar juntos en grupos y organizaciones y para que estén protegidos al tiempo que ejercen una ciudadanía activa.

Los derechos a la protección, a la asistencia en situaciones de emergencia y a una capacidad de recuperación mejorada frente a las amenazas naturales o provocadas por el hombre.

Los niños y las niñas crecen en comunidades resilientes donde el Estado asume la responsabilidad de velar por la aplicación de las políticas y prácticas que reduzcan los riesgos de desastres.19 Las agencias locales, nacionales e internacionales proporcionan asistencia humanitaria oportuna y suficiente para proteger los derechos de los niños y niñas y garantizar su protección frente a los abusos, la negligencia, la explotación y la violencia en las situaciones de emergencia.

Estas ocho áreas de impacto reflejan la competencia organizacional de Plan a nivel mundial. Sin embargo, esto no implica que cada programa de país deba abarcar todas y cada una de estas áreas. Los países de Programa seguirán desarrollando sus estrategias en consulta con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, las comunidades y otros actores nacionales en función de las prioridades locales y de las áreas de competencia y el rol de Plan. Se aspira a que cada área de impacto tenga su propia estrategia, que será desarrollada en un documento aparte como complemento a esta Guía de Programas. Además, aunque las estrategias para cada área de impacto sean diferentes, las ocho estrategias programáticas estarán fundamentadas en la aplicación de los principios y estrategias del enfoque de DCCN, como se describe en el apartado 3.2. La aplicación del enfoque del DCCN en cada área de impacto influye la manera en la que Plan evalúa la efectividad de sus programas, como se describe en el siguiente capítulo. 19 En 2005, 168 gobiernos se comprometieron a aplicar políticas y acciones específicas para reducir los riesgos de desastres en un acuerdo denominado el Marco de Acción de Hyogo.


Foto: © Plan Niños se divierten salpicándose con agua en el patio de su colegio, Camboya.

La eficacia de los programas

La eficacia de los programas de Plan


PARTE 4 | La eficacia de los programas de Plan

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La efectividad de los programas de Plan 4.1 La eficacia del desarrollo y el desarrollo basado en derechos El tema de la eficacia del desarrollo adquirió gran interés internacional en 2005 con la firma de la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda.20 La evaluación de la Declaración de París de 2008 define la eficacia del desarrollo como “la capacidad de los Estados y otros actores del desarrollo para transformar las sociedades con el fin de lograr un desarrollo sostenible y resultados positivos para sus ciudadanos”.21 Esta definición implica que un desarrollo sostenible y eficaz requiere cambios estructurales en la sociedad, lo que sitúa a la agenda de la eficacia de la ayuda muy cerca del discurso de los programas de desarrollo basados en derechos. En la siguiente tabla se exploran las sinergias entre los cinco principios de la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda y el enfoque de Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez de Plan.

20 OECD. The Paris Declaration on Aid Effectiveness, 2005 21 Stern E.D et al. (2008) Thematic study on the Paris Declaration: Aid effectiveness and development effectiveness. p.21. www.oecd.org/dataoecd/59/28/41807824.pdf . Recuperado el 4 de agosto de 2010. 21 Stern E. D et al. (2008) Estudio temático sobre la Declaración de Paris. Efectividad de Ayuda para el Desarrollo p.21. www.oecd.org/dataoecd/59/28/41807824.pdf . Accessed 4 August 2010.


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Principios de la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda

Desarrollo Comunitario Centrado en la Niñez

Mutua responsabilidad: Los donantes de ayuda y los gobiernos de los países en desarrollo son responsables de los resultados en materia de desarrollo.

Los gobiernos tienen que rendir cuentas sobre los derechos de la niñez. Programas de Plan fortalecen la rendición de cuentas nacional. Esto, a su vez, fortalece su capacidad para ser socios con responsabilidades mutuas. Al mismo tiempo, Plan es responsable ante los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, familias, comunidades, socios, patrocinadores y donantes por su contribución al logro de un cambio duradero en la vida de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes.

Apropiación: El Estado y las correspondientes instituciones nacionales de la sociedad civil lideran la agenda nacional de desarrollo.

Al reconocer las funciones y obligaciones de los garantes nacionales de derechos, el enfoque de DCCN afirma y apoya el liderazgo del país en la promoción de los derechos de las niñas y los niños.

Alineación: Los donantes basan todo su apoyo en las estrategias, instituciones y procedimientos nacionales de desarrollo de los países socios.

El objetivo del enfoque de DCCN es contribuir a la realización de los derechos de los niños y las niñas velando porque éstos sean integrados en los programas, estrategias e instituciones nacionales de desarrollo.

Armonización: Las acciones de los donantes son más armonizadas, transparentes y colectivamente eficaces.

El enfoque de DCCN requiere trabajar en alianzas, asociaciones y coaliciones a fin de abordar los derechos de los niños y las niñas en muchos niveles.

Gestión orientada a resultados: Los donantes y socios administran y aplican la ayuda de tal manera que ésta esté centrada en obtener los resultados deseados y utilizan la información para mejorar la toma de decisiones.

El enfoque del DCCN permite una definición clara de los resultados que deben alcanzarse sobre la base de los artículos de la Convención sobre los Derechos del Niño.


PARTE 4 | La eficacia de los programas de Plan

Foto: © Plan / Nazia Parvez. Alumnos bajo el techo de un edificio abierto que sirve como aula en el distrito de Moyamba, Sierra Leona.

4.2 Los puntos de referencia para la efectividad programática de Plan En el marco general de su enfoque de DCCN, Plan define la efectividad programática como “la medida en la cual los programas de Plan contribuyen al fortalecimiento de la capacidad de los titulares y los garantes de derechos para crear un medio entorno duradero en el que se respeten, se protejan y se cumplan los derechos de los niños y las niñas”. Para evaluar la efectividad de los programas de Plan es necesario establecer criterios de referencia en función de los cuales se pueda medir esta eficacia. La principal referencia externa a partir de la cual Plan evalúa la efectividad de sus programas es la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), pero no es la única. Algunas son específicas del sector, otras son de índole regional o nacional. Por ejemplo, los planes nacionales de desarrollo o las estrategias nacionales de reducción de la pobreza son referencias fundamentales para los programas de país de Plan. Otra referencia internacional de singular relevancia en este contexto son los Objetivos de Desarrollo del Milenio22, que se han convertido en un referente común de prioridades para el sector de desarrollo. A través de su trabajo en las ocho áreas de impacto, Plan se compromete a contribuir al logro de los ODM. Plan reconoce, sin embargo, tanto los aspectos complementarios como los desafíos de alcanzar los ODM desde un enfoque de derechos humanos. Estos aspectos se analizan en un informe publicado por el PNUD.23

22 La lista de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, sus metas e indicadores, está disponible en www.emro.who.int/CAH/ pdf/ ODM-list.pdf. Consultado el 4 de agosto de 2010. 23 UNDP. Human Rights and the Millennium Development Goals: Making the link. www.hurilink.org/Primer-HR-MDGs.pdf . Consultado el 4 de agosto de 2010.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Estos puntos de referencia externos se complementan con las prioridades establecidas por los propios niños y niñas, sus comunidades y las organizaciones asociadas. En conjunto, estas referencias externas orientan la determinación de los objetivos programáticos que realizan todas las instancias de la organización (Unidades de Programa, Oficinas de País, Oficinas Regionales, Organizaciones Nacionales y la Sede Internacional), así como la determinación de los objetivos de las iniciativas estratégicas de Ginebra, Nueva York y Bruselas. Estos objetivos se complementan entre sí y juntos forman el Programa Global de Plan. Dichos objetivos constituyen los puntos de referencia internos en función de los cuales Plan evaluará la efectividad de sus programas.

4.3 Ámbitos de control, influencia e interés de Plan Al establecer unos objetivos programáticos complementarios y claros para cada instancia de la organización, Plan está aprovechando todo su potencial para lograr un cambio entre los diferentes actores y en diferentes niveles, desde lo local a lo global. Ya se ha destacado la importancia de las alianzas y las coaliciones como una estrategia clave del enfoque de DCCN. Esto implica que la rendición de cuentas y la responsabilidad de la efectividad programática tendrá que ser compartida entre todos los socios, especialmente a medida que se avanza hacia el impacto final en la cadena de resultados. Los conceptos de ‘ámbitos de control’, ‘ámbitos de influencia’ y ‘ámbitos de intereses’ ayuda a ilustrar la cuestión de la responsabilidad compartida y sus implicaciones para la evaluación de la efectividad de los programas de Plan:

Las esferas de control, influencia e interés de Plan24

Resultados de proyectos que son directamente atribuibles a los esfuerzos de Plan

Ámbito de control de Plan

Resultados (‘outcomes’): cambios entre los/las titulares y los/las garantes de derechos

Ámbito de influencia de Plan

Impacto: el respeto, la protección y el cumplimiento de los derechos de las niñas y los niños

Ámbito de interés de Plan

24 El diagrama se basa en los conceptos clave del mapeo de resultados. Para más información, se puede consultar www.idrc.ca/en/ev-9330-201-1- DO_TOPIC.html. Recuperado el 4 de agosto de 2010.


PARTE 4 | La eficacia de los programas de Plan

Los diferentes ámbitos pueden describirse como sigue: • Plan implementa proyectos y programas para apoyar el desarrollo de capacidades entre los/las titulares y los/las garantes de derechos en diferentes niveles. Los resultados de estos programas –por ejemplo, una cadena de frío intacta para la entrega de una vacuna o un plan de estudios para la prevención de la violencia de género – se encuentran dentro del ámbito de control de Plan. Estos resultados pueden atribuirse directamente a las actividades de Plan y la organización es plenamente responsable de ellos. A su vez, estos resultados tienen que ser monitoreados como parte de un sistema de información de gestión que controle los presupuestos y los planes de trabajo, pero este tipo de monitoreo es independiente de la evaluación de la efectividad programática. • Los resultados deseados (‘outcomes’, en ingles) se encuentran en un nivel estratégico superior, en el nivel de los cambios entre las/los titulares de derechos y las/los garantes. Por ejemplo, mayor capacidad y procesos mejorados para la prestación de los servicios de vacunación, una mejor prevención y mejores servicios de protección contra la violencia de género o el aumento de la demanda y del uso de estos servicios por parte de madres y padres, y de hijas e hijos. El programa de Plan debe influir en estos resultados, pero no será el único responsable de su consecución. Estos resultados se encuentran en el ‘ámbito de influencia’ de Plan, es decir, una esfera de responsabilidad y rendición de cuentas compartida. Este es el nivel principal en el que se establecen los objetivos del programa y en función de los cuales se va a evaluar la efectividad del programa. • La meta (o ‘goal’, en ingles) del programa es conseguir una sociedad donde los derechos de los niños y las niñas sean respetados, protegidos y cumplidos; una sociedad en la que todos los niños y las niñas estén vacunados y cuyas vidas no se vean afectadas por la violencia de género. Este es el impacto deseado que sirve de motor al trabajo de Plan y al cual Plan quiere contribuir de manera significativa. Los cambios a nivel de impacto se encuentran dentro del ámbito de interés de Plan, pero más allá del alcance de una evaluación de la efectividad. Aún así, dar seguimiento a la situación de los derechos de la niñez en una comunidad, distrito, país o región es parte del mandato de Plan como defensor mundial en nombre y representación de los niños y las niñas. En la medida de lo posible, esto se hará en colaboración con otros actores, utilizando las fuentes de información existentes (por ejemplo, el departamento de salud, el departamento de educación, los datos de patrocinio de Plan, etc.)

Conviene resaltar que estos ámbitos no son categorías en estricto rigor, sino que más bien constituyen un proceso continuo que comienza con las actividades del proyecto, de las cuales Plan es completamente responsable, y termina con la mejora de la situación de los derechos del niño en consonancia con la visión de Plan, reconociendo que esto último no puede ya atribuirse directa y únicamente a las actividades de la organización.

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Foto: 漏 Plan / Nelson, un ejemplo a seguir dentro de los grupos de participaci贸n infantil, Paraguay.


PARTE 4 | La eficacia de los programas de Plan

Foto: © Plan / Niñas y niños participando en una sesión de juegos dirigida a las víctimas de las inundaciones, Filipinas

4.4 Los resultados de los programas con enfoque de DCCN Los efectos tangibles de la efectividad de los programas de Plan se encuentran principalmente en el ‘ámbito de los resultados’, dentro del ‘ámbito de influencia’ de la organización. Estos resultados, o áreas de resultados (‘outcomes’), son cambios sociales, culturales y políticos que generan conjuntamente el impacto deseado. Los resultados esperados se caracterizan por ser cambios producidos entre los diferentes actores, dando por sentado que, para generar un impacto sostenible, estos cambios tendrán que producirse en los diferentes actores y en diferentes niveles de forma simultánea. Siguiendo el enfoque de DCCN, el objetivo de Plan es lograr un cambio entre los siguientes actores: • Los/las titulares de derechos, incluidos los niños y las niñas, los padres y madres y las comunidades. • El Estado, como principal garante de los derechos, incluidos el gobierno central y los gobiernos locales. • Los/las corresponsables o garantes secundarios/morales de derechos más cercanos a los niños y las niñas, es decir, sus padres y madres, cuidadores/as, familias y prestadores/as de servicios. • Las organizaciones de la sociedad civil a nivel local y nacional. • Las instituciones multilaterales (por ejemplo, agencias de la ONU) y las organizaciones internacionales de la sociedad civil (por ejemplo, ONG internacionales). • Plan, como organización con instancias diferentes, funciones y responsabilidades que evolucionan con el tiempo. Para cada tipo de actor, se han identificado los principales resultados (‘outcomes’) que se aspira a alcanzar como, por ejemplo, prácticas mejoradas, mayor sensibilización, o mayor nivel de rendición de cuentas. En el Anexo 2 se recogen ejemplos de estos resultados.

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Estudio de caso Registro Universal de Nacimientos La campaña de Plan de Registro Universal de Nacimientos (UBR, por sus siglas en inglés) ha ayudado a registrar más de 40 millones de personas en todo el mundo, principalmente niños, niñas, adolescentes y jóvenes y, según una evaluación realizada en 2009, otros 153 millones se habrían registrado como consecuencia de cambios en la legislación. Por sí solos, los cambios en la legislación no habrían generado el mismo resultado si no hubieran ido acompañados de una mayor sensibilización por parte de padres, madres y cuidadoras/es, y viceversa. Estos resultados muestran el poder de un cambio que tiene lugar entre los diferentes actores y en diferentes niveles de forma simultánea. La campaña se basa en un programa que había sido implementado con éxito en las Filipinas. Las oficinas de Plan aplicaron enfoques similares, adaptados a cada contexto, y forjaron sólidas alianzas entre las agencias gubernamentales, agencias de la ONU, las ONG locales y organizaciones comunitarias. Entre los principales resultados obtenidos destacan una mayor concienciación y movilización de madres, padres, cuidadoras/es y jóvenes; cambios en la legislación y en las políticas; el aumento del presupuesto destinado al registro de nacimientos; innovaciones en las prácticas, como el registro de nacimientos a través de las parteras y el uso de las TIC; y un mayor interés de los medios de comunicación en este tema. Al analizar los cambios que se producen entre los diferentes actores y en diferentes niveles, es necesario plantearse las siguientes preguntas transversales: • Centralidad en la niñez: ¿en qué medida los cambios afectan a los niños y las niñas, directa o indirectamente, positiva o negativamente?, ¿contribuye el cambio a la reducción de la vulnerabilidad o al aumento de la resiliencia de los niños y las niñas? • No discriminación e inclusión: ¿Quién se beneficia de los cambios, quién está excluido, y por qué? ¿Qué barreras siguen impidiendo que algunos grupos se beneficien de los cambios positivos que se están produciendo? ¿Los programas de Plan, están ayudando a superar estas barreras o las están acentuando? Hay que tener en cuenta todos los tipos de discriminación, ya sea por motivos de edad, de sexo, de etnia, de religión, de clase, o de discapacidad. • Género: ¿En qué medida el cambio contribuirá a una mayor igualdad entre niños y niñas, mujeres y hombres? • Sostenibilidad: ¿En qué medida podrán mantenerse o se mantendrán estos cambios? ¿Se están gestionando o mitigando los riesgos que podrían socavar los resultados y el impacto? ¿Cuán sostenibles son los cambios?


PARTE 4 | La eficacia de los programas de Plan

La identificación de los principales resultados (‘outcomes’) entre los diferentes actores y en los diferentes niveles, en combinación con estas preguntas de corte transversal, conforman una herramienta muy versátil y poderosa para evaluar la eficacia de los programas de Plan. Esta herramienta puede aplicarse y adaptarse a muchos contextos y tipos de programas diferentes, ayudando a centrarse en el nivel estratégico de los cambios tangibles que están ligados al impacto deseado. Por otra parte, cuando evaluamos la eficacia en el nivel de resultados, no hay que olvidar las metas de los programas. El objetivo fundamental es que todas las niñas y niños puedan ejercer sus derechos, ya sea en materia de salud, de educación, o de participación, tanto en las circunstancias normales como en las situaciones de emergencia. Éste es el impacto al que, desde los programas de Plan, se espera contribuir. Para ello es necesario que Plan conozca la situación y las tendencias de los derechos de la niñez en cada área de impacto para desarrollar, a partir de ahí, una incidencia eficaz e intervenciones que sean capaces de responder de manera adecuada. Esto implica que Plan debe realizar o participar en estudios periódicos sobre la situación de los derechos de los niños y las niñas. Prueba de ello son el compromiso de Plan con los informes de la CDN, el informe anual de Plan sobre el estado de las niñas en el mundo y el análisis de los datos de patrocinio de Plan.

Foto: Plan © / Sofía y algunos miembros del grupo escolar de lucha contra la violencia en una de sus sesiones, Uganda.

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4.5 La evaluación de la efectividad programática: metodologías y fuentes de información La evaluación de la efectividad de los programas de Plan requiere recabar un conjunto de pruebas a partir de métodos múltiples y rigurosos de recopilación y análisis de datos. Requiere la triangulación de datos cuantitativos y cualitativos y de información proveniente de distintas fuentes. Uno de los principios fundamentales de Plan en este proceso es el respeto por la apropiación local de los datos y la información, de manera que el énfasis se ponga en la información que sea relevante para el contexto local y que facilite los procesos locales de reflexión, desarrollo de capacidades y rendición de cuentas. Los datos y la información recogidos serán devueltos a las comunidades y socios locales de manera que les resulte significativa.


Implementaci贸n del DCCN

Implementaci贸n del DCCN


PARTE 5 | Implementación del DCCN

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Implementación del DCCN 5.1 Estándares para la práctica Como se indicaba en el Capítulo 3, no existen recetas sobre los derechos de la niñez ni manuales sobre cómo poner fin a la pobreza infantil. Por lo tanto, no hay una única solución de programas aplicables a todos los países en los que trabaja Plan. Los programas están diseñados para atender las violaciones de los derechos de la niñez a partir de las causas subyacentes de estas violaciones y tienen que estar fundamentados en las prioridades establecidas por los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y las comunidades, por lo que cada programa será distinto según su contexto. Hay, sin embargo, un conjunto de estándares para la práctica, derivados de los valores que Plan aplica a toda planificación, seguimiento o evaluación de los procesos que tienen lugar en toda la organización. Dichos principios son los siguientes: • Nos esforzamos por actuar siempre en el interés superior de los niños y las niñas: El interés superior de todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes es la primera consideración cuando se trabaja para, con y en nombre de las niñas, los niños, adolescentes y jóvenes en todo el ciclo del programa. Nos aseguraremos de que sus mejores intereses están protegidos en todas las etapas y de que sus voces sean escuchadas en la identificación de sus mejores intereses. • Respetamos los derechos de las niñas y los niños, así como los Derechos Humanos y creemos en la dignidad innata e inalienable de todas las personas como seres humanos independientemente de su edad, sexo, raza, color, etnia, religión, clase, nacionalidad, origen nacional, estado civil, orientación sexual o posible situación de discapacidad.


Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Nuestros programas se construyen sobre la base del conocimiento de qué derechos se están respetando (y por parte de quién) y qué derechos se están violando (y por parte de quién) y qué factores generan exclusión. Nuestro objetivo es promover de manera efectiva la inclusión social y los propios procesos de Plan operan para eliminar, y no reforzar, los patrones de discriminación. Para ello, nos esforzamos por reconocer y comprender las relaciones de poder y nos aseguramos de que las voces de los marginados sean escuchadas en todo el ciclo de programación. • Somos éticos, honestos, transparentes y otorgamos un gran valor a la integridad: Nuestras evaluaciones y nuestras investigaciones cumplen con las normas éticas de evaluación e investigación. Nuestros informes reflejan la realidad sobre el terreno, las puntos fuertes y débiles de nuestros programas y los diferentes puntos de vista de los actores. Los resultados de las evaluaciones y de las investigaciones se comparten, tanto dentro como fuera de Plan. • En nuestro trabajo, en nuestras actividades y en nuestra organización, creamos las condiciones para el empoderamiento personal, especialmente de las niñas y los niños, adolescentes y jóvenes y de los más marginados/as: la participación de los actores, especialmente de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y de los más marginados/as y excluidos/as, es clave en el análisis de la situación, en el desarrollo de los planes, en el monitoreo del progreso y en la evaluación para saber qué aspectos han funcionado y cuáles no. La participación ha de contribuir al empoderamiento. • Reconocemos que no podemos resolver los problemas de la pobreza sólo por nosotros mismos, sino a través de alianzas y de trabajo en equipo: es fundamental trabajar con otros –individuos, grupos y organizaciones formales o informales y el gobierno – para llevar a cabo los programas y esto da un mayor empuje a nuestro trabajo. Creamos espacios para que los socios locales y nacionales puedan extender y apoyar sus redes y asociaciones. • Tenemos una responsabilidad con todos nuestros grupos de interés en nuestros procesos de comunicación, en nuestras finanzas, en nuestro desempeño y en la evaluación de los resultados. Luchamos por la eficacia, la sostenibilidad y la eficiencia en todo lo que hacemos. Nos adherimos a las normas internacionales aceptadas: En Plan tenemos que rendir cuentas a los niños y las niñas, a las comunidades y a los socios con los que trabajamos, a nuestros patrocinadores y donantes, y a nuestro personal. Nos aseguraremos de que nuestra planificación, seguimiento y evaluación sean transparentes y se comuniquen de forma adecuada, para rendir cuentas a las personas con las que estamos comprometidas. • Nos esforzamos por conseguir mejoras y aprendizaje continuos. Estamos abiertos a ideas nuevas y fomentamos el emprendimiento, la innovación, la creatividad y el cambio: Nos esforzamos continuamente para mejorar la calidad y la efectividad de nuestros programas a través del aprendizaje continuo sobre los éxitos y fracasos tanto de Plan como de otras organizaciones.


PARTE 5 | Implementación del DCCN

5.2 El Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático (PALS) Los procesos de planificación, seguimiento y evaluación de los programas de Plan en los países se articulan en el Sistema de Rendición de Cuentas y Aprendizaje Programático (PALS, por sus siglas en inglés). En consonancia con el enfoque del DCCN, el PALS facilita el desarrollo y la ejecución de programas mediante la vinculación de iniciativas que van desde los hogares hasta el nivel nacional. Esto permite a los países adaptar sus programas al contexto local y fortalecer la rendición de cuentas de Plan. El aprendizaje continuo forma parte intrínseca del ciclo, pues va a permitir mejorar continuamente la calidad y la efectividad programática.

1. Análisis participativo de la situación desde una perspectiva de los derechos de la niñez

El ciclo PALS

Ciclo de cinco años 4c. Evaluación de la Estrategia de País

Ciclo de 1 año

2a.Planificación Estratégica del País (Programas de país y Marco de Monitoreo, Evaluación e Investigación)

4b. Revisiones participativas anuales de los Programas 4a. Actividades anuales de monitoreo, evaluación e investigación

2c. Planificación anual de la UP 3. Ejecución del Programa a través de proyectos

2b. Planificación de largo plazo de la UP (incluyendo línea de base)

En el ciclo de PALS se distinguen cuatro etapas: • Etapa 1: Análisis participativo de la situación a partir de una perspectiva de derechos de la niñez El ciclo de PALS comienza con un análisis de la situación de la pobreza infantil desde una perspectiva de los derechos de la niñez y en múltiples niveles. Esto aporta información sobre qué derechos no se han ejercido por parte de qué niñas y niños, cuáles son las consecuencias de ello y cuáles las causas estructurales en diferentes niveles.25 El análisis también indaga en el contexto más amplio de lo que se está haciendo o dejando de hacer para realizar estos derechos y cuál es el lugar de Plan en este contexto. Este análisis sirve como un insumo clave para la siguiente fase de la planificación estratégica. 25 Las causas pueden estar relacionadas con factores culturales, con la situación económica y social de la familia o la comunidad, con las leyes y las políticas nacionales y la forma en que se aplican, o con acontecimientos mundiales que tienen un impacto en el bienestar de los niños.

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Foto: © Plan / Niño lavándose las manos, Brasil.


PARTE 5 | Implementación del DCCN

• Etapa 2: Planificación estratégica y programática Plan Estratégico de País El Plan Estratégico de País (CSP, por sus siglas en inglés), de cinco años de duración, describe la respuesta de Plan a la situación analizada. Se utiliza el análisis de la situación como base para la identificación de las metas del país y la respuesta estratégica de alto nivel necesaria para trabajar en pro de esas metas. El CSP describe los programas del país a través de los cuales se implementará la respuesta estratégica.

Plan a largo plazo de la Unidad de Programas Los planes a largo plazo de las Unidades de Programas tienen una duración de cinco años y describen cómo cada una de las UPs va a implementar los programas. Es en este nivel donde se van a definir los objetivos específicos, reflejando los cambios que se persiguen a nivel de resultados. La determinación de los objetivos de la UP se apoyará en el levantamiento de una ‘línea de base’ integrada por indicadores relevantes realizada en cada UP y coordinada por la Oficina de país. La mayoría de las UPs cubren varias áreas geográficas del país. Las iniciativas a nivel nacional, tales como la incidencia o la creación de redes a nivel nacional, serán gestionadas por un Plan de UP de Largo Plazo desde la Oficina de país. Los Planes Anuales de UP describen las prioridades programáticas, los recursos y las actividades que serán necesarios para implementar los Planes de Largo Plazo de las UPs a lo largo del siguiente año. Este proceso estratégico y de planificación programática permite que cada país defina su foco programático según lo descrito en los Programas de País, dotando a las UP de la flexibilidad necesaria para poder adaptar la implementación de estos programas al contexto local. Esto permite a las UPs realizar una mejor rendición de cuentas a todas las partes. • Etapa 3: La ejecución programática a través de proyectos Los proyectos permiten a Plan gestionar a lo largo del tiempo la implementación de las diferentes iniciativas identificadas en los programas de la UPs. Los proyectos se inician de manera continúa a lo largo del periodo de vigencia de los programas y se pueden financiar a través del patrocinio o de donaciones. El seguimiento de los proyectos es un insumo clave para el seguimiento del Programa. • Etapa 4: Seguimiento, evaluación e investigación del programa Como parte del CSP, el Marco de Seguimiento, Evaluación e Investigación sirve para rastrear e identificar los cambios que se producen dentro del ‘ámbito de control’, del ‘ámbito de influencia’ y del ‘ámbito de interés’. El marco identifica las preguntas clave a las que hay que responder para conocer y evaluar los progresos que se consiguen a lo largo de la vida de un CSP, la información necesaria para responder a estas preguntas, y el conjunto de actividades de monitoreo, evaluación e investigación a través de las cuales se recogerá dicha información. Estas iniciativas complementarias permiten a Plan generar un conjunto de evidencias a partir de las cuales se podrá evaluar el progreso del programa, fortalecer la rendición de cuentas y mejorar el aprendizaje.

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El Marco de Monitoreo, Evaluación e Investigación incluye tres tipos de iniciativas: a) Revisiones Anuales Participativas de Programas, que proporcionan una oportunidad para que Plan y los actores pertinentes reflexionen sobre el progreso a corto plazo del programa y se efectúen los ajustes necesarios al programa en curso. b) Iniciativas adicionales de monitoreo, evaluación e investigación para responder a temas específicos tanto a nivel local como nacional (investigaciones, evaluaciones de donaciones y evaluaciones de áreas temáticas específicas). c) Evaluaciones de la Estrategia de País, que se llevan a cabo en el último año del ciclo del programa y las realiza un evaluador externo. Estas evaluaciones dan la oportunidad de informar sobre la efectividad de los programas de Plan e identificar las principales lecciones. Las lecciones aprendidas a partir de estas evaluaciones servirán para la planificación del siguiente ciclo de PALS. Para más información sobre el PALS, visite el sitio PALS en Planet (https://communities. planapps.org/pc/TEAM004/pals1/default.aspx). Aquí encontrará las directrices básicas de PALS, y otras orientaciones y herramientas de apoyo.

5.3 El trabajo en programas a nivel regional y mundial El trabajo de Plan en los países del programa se complementa tanto con iniciativas programáticas estratégicas realizadas por las Oficinas Regionales, las Organizaciones Nacionales y la Sede Internacional, como con las iniciativas estratégicas de Ginebra, Nueva York y Bruselas. Estas iniciativas pueden adoptar diversas formas, desde la comunicación de patrocinio, la educación para el desarrollo y la incidencia política con donantes institucionales por parte de las Organizaciones Nacionales, hasta la incidencia a favor de los derechos de los niños y las niñas o la igualdad de género en ámbitos multilaterales o en conferencias mundiales. Estas iniciativas se basan en las labores que Plan realiza en los respectivos países en los que trabaja y aumentan el potencial de Plan como organización mundial con presencia local. Esto le permite a Plan construir una comunidad global consciente, comprometida y unida en torno a las necesidades y los derechos de los niños y las niñas. Aunque la naturaleza de este tipo de iniciativas programáticas es diferente de la programación práctica en el terreno, se siguen aplicando los principios y estrategias del enfoque de DCCN descritas en el apartado 3.2, así como estándares para la práctica descritas en el apartado 5.1, independientemente de la ubicación geográfica y la fuente de financiación. Esto requiere que cada instancia de Plan establezca objetivos claros que reflejen los cambios a los que se aspira dentro de su ámbito de influencia, a partir de los cuales se evaluará su efectividad. El conjunto de estos objetivos de cambio conforman el Programa Global de Plan, en el cual queda reflejada la contribución de la organización a la realización de los derechos de las niñas y los niños.


Foto: © Plan / Alf Berg. Un niño riega las plantas del patio de un colegio en Koupela, Burkina Faso.

Los próximos cinco años

Los próximos cinco años


PARTE 6 | Los próximos cinco años

Los próximos cinco años El enfoque de DCCN de Plan está alineado con (y agrega valor a) la teoría general del desarrollo internacional sobre los derechos de la niñez. Además, constituye una plataforma sólida para las asociaciones y relaciones de financiación a largo plazo con individuos, organizaciones y donantes bilaterales y multilaterales muy diversos. En los próximos cinco años, Plan intensificará sus esfuerzos programáticos mediante: • La construcción de un entendimiento común sobre el enfoque de DCCN para garantizar que se aplique de forma coherente en todos los programas de nuestra organización. • El esfuerzo por mejorar la calidad, la innovación y la efectividad de nuestros programas a través de nuestro enfoque de DCCN.

Foto: © Plan. Unos niños celebran la inauguración de un aula, Guatemala.

• El fortalecimiento de las conexiones: entre lo local y lo global, entre los patrocinadores y las niñas y los niños patrocinados y las relaciones de solidaridad entre los titulares de derechos, y entre trabajo de desarrollo a largo plazo y la inmediatez de las crisis humanitarias. • El fortalecimiento de una cultura de inclusión y participación en Plan para ser una organización mundial más eficiente y eficaz. • Un énfasis mayor a nuestros procesos de monitoreo, evaluación, aprendizaje y rendición de cuentas. • El fortalecimiento de nuestro papel como promotores de campañas mundiales y defensores de los derechos de los niños y las niñas a nivel local, nacional e internacional.

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• El uso de las tecnologías de la información y de la comunicación de manera innovadora para mejorar y reforzar nuestro enfoque de DCCN y su implementación. • El desarrollo continuo de nuestro personal, nuestros voluntarios/as y nuestros socios/as. Plan cree firmemente que todos los niños y las niñas tienen derecho a vivir en un mundo seguro, a salvo y sin pobreza, en el que sus derechos sean respetados, protegidos y cumplidos, tanto ahora como en el futuro. Esta Guía de Programas ayudará a la organización hacer una importante contribución para que esto se haga realidad.

Foto: Plan © / Bonnie Miller. Alumnos de un centro de día para el cuidado y desarrollo de la primera infancia en Paden, Filipinas.


ANEXO 1 | Resumen de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño

Anexo 1

Resumen de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño Copyright: Canadian UNICEF Committee, 2004 Artículo 1: Definición de niño. Se considera niño [o menor] a toda persona de menos de 18 años de edad, a menos que según las leyes de su país haya alcanzado antes la mayoría de edad. Artículo 2: La no discriminación. Todos los derechos se aplican a todos los niños sin excepciones. Es obligación del Estado proteger a los niños de toda forma de discriminación y tomar medidas positivas para fomentar sus derechos. Artículo 3: El interés superior del niño. En todas las medidas concernientes a los niños una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño. El Estado deberá brindar al niño la atención adecuada cuando no lo hagan sus padres u otras personas que tengan esa responsabilidad a su cargo. Artículo 4: Efectividad de los derechos. El Estado tomará todas las medidas necesarias para aplicar los derechos reconocidos en la Convención. Artículo 5: Orientación de los padres y evolución de las facultades del niño. Orientación de los padres y evolución de las facultades del niño. El Estado debe respetar los derechos y las responsabilidades de los padres y de los miembros de la familia ampliada de los niños a fin de proporcionar a los niños una orientación en consonancia con la evolución de sus facultades. Artículo 6: Supervivencia y desarrollo. Todos los niños tienen el derecho intrínseco a la vida y el Estado tiene la obligación de garantizar la supervivencia y el desarrollo del niño. Artículo 7: Nombre y nacionalidad. El niño tiene derecho a un nombre desde que nace. También tiene derecho a adquirir una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos. Artículo 8: Preservación de la identidad. Preservación de la identidad. El Estado tiene la obligación de proteger y, de ser necesario, de restablecer los aspectos fundamentales de la identidad del niño, como su nombre y nacionalidad y sus relaciones familiares. Artículo 9: Separación de los padres. El niño tiene derecho a vivir con sus padres excepto cuando se considere que ello es incompatible con el interés superior del niño. El niño que esté separado de uno o de ambos padres también tiene derecho a mantener relaciones personales y contacto directo con ambos padres.

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Artículo 10: Reagrupación familiar. Los niños y sus padres tienen derecho a salir de cualquier país y de entrar al suyo a los efectos de la reunión de la familia y de mantener relaciones entre padres e hijos. Artículo 11: Traslados y retenciones ilícitos. El Estado tiene obligación de prevenir y remediar los traslados ilícitos de niños al extranjero y la retención ilícita de niños en el extranjero por parte de sus padres o terceros. Artículo 12: La opinión del niño. El niño tiene derecho a expresar su opinión libremente y a que esa opinión sea debidamente tenida en cuenta en todos los asuntos que le afecten. Artículo 13: Libertad de expresión. El niño tiene derecho a expresar libremente sus opiniones, a recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras. Artículo 14: Libertad de pensamiento, conciencia y religión. El Estado debe respetar el derecho del niño a la libertad de pensamiento, conciencia y religión, de acuerdo con una orientación adecuada por parte de sus padres. Artículo 15: Libertad de asociación. Los niños tienen derecho a formar asociaciones libremente y a celebrar reuniones con otros. Artículo 16: Protección de la intimidad. Los niños tienen derecho a la protección contra las injerencias en su vida privada, su familia, su domicilio y su correspondencia, y contra los ataques a su honra y reputación. Artículo 17: Acceso a la información adecuada. El Estado velará por que el niño tenga acceso a información y material procedentes de diversas fuentes, y alentará a los medios de comunicación a difundir información de interés social y cultural para el niño, y tomará medidas para proteger al niño contra todo material perjudicial para su bienestar. Artículo 18: Responsabilidades de los padres. Los padres tienen obligaciones comunes en lo que respecta a la crianza y el desarrollo del niño y el Estado les prestará la asistencia apropiada para el desempeño de sus funciones en lo que respecta a la crianza del niño. Artículo 19: Protección contra el abuso y la negligencia. El Estado protegerá al niño contra toda forma de malos tratos o explotación por parte de sus padres o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo y creará programas sociales adecuados para la prevención del abuso y el tratamiento de las víctimas. Artículo 20: Protección de los niños sin familia. El Estado está obligado a brindar protección especial a los niños privados de su medio familiar y garantizará que en esos casos se disponga de otros tipos de cuidado o colocación en hogares de guarda. Al considerar las soluciones se prestará particular atención al origen cultural del niño. Artículo 21: Adopción. En los países en que se reconozca o permita el sistema de adopciones, las mismas se realizarán teniendo como consideración primordial el interés superior del niño y aún en esos casos se velará por que las adopciones sean autorizadas por las autoridades competentes y por que los niños gocen de salvaguardias.


ANEXO 1 | Resumen de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño

Artículo 22: Niños refugiados. Los niños refugiados o que traten de obtener el estatuto de refugiado serán objeto de protección especial. Es obligación del Estado cooperar con las organizaciones competentes que brinden tal protección y asistencia. Artículo 23: Niños discapacitados. El niño mental o físicamente impedido goza del derecho a cuidados especiales, educación y capacitación con el objeto de ayudarlo a que disfrute de una vida plena y decente en condiciones que aseguren su dignidad, le permitan llegar a bastarse a sí mismo e integrarse a la sociedad en la máxima medida posible. Artículo 24: Salud y servicios sanitarios. El niño cuenta con el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud y de atención médica. Artículo 25: Examen periódico de las condiciones de internación. El niño que ha sido internado en un establecimiento por el Estado para los fines de atención, protección o tratamiento tiene derecho a un examen periódico de todas las circunstancias propias de su internación. Artículo 26: Seguridad social. El niño disfruta del derecho a beneficiarse de la seguridad social, incluso del seguro social. Artículo 27: Nivel de vida. Todo niño tiene derecho a un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social. Los padres tienen la responsabilidad primordial de proporcionar condiciones de vida adecuadas. El Estado es responsable de garantizar que los padres puedan dar efectividad a este derecho y de que así suceda. Artículo 28: Educación. Los niños tienen derecho a la educación. El niño tiene derecho a la educación y es deber del Estado asegurar que la enseñanza primaria sea obligatoria y gratuita, fomentar el desarrollo de distintas formas de enseñanza secundaria accesibles a todos los niños y hacer la enseñanza superior accesible a todos, sobre la base de la capacidad. La disciplina escolar se debería administrar de modo compatible con la dignidad del niño y de conformidad con sus derechos. Artículo 29: Objetivos de la educación. La educación del niño deberá estar encaminada a desarrollar su personalidad, aptitudes y capacidad mental y física hasta el máximo de sus posibilidades. La educación deberá preparar al niño para asumir una vida responsable en una sociedad libre e inculcarle el respeto de sus padres, de su propia identidad cultural, de su idioma y sus valores, y de la identidad y valores culturales de los demás. Artículo 30: Niños de comunidades minoritarias o indígenas. Los niños de las comunidades minoritarias y poblaciones indígenas disfrutan del derecho a tener su propia vida cultural, a profesar y practicar su propia religión y a emplear su propio idioma. Artículo 31: Esparcimiento y actividades recreativas y culturales. El niño tiene derecho al esparcimiento, al juego y a participar en actividades artísticas y culturales. Artículo 32: Trabajo infantil. El niño tiene derecho a estar protegido contra el desempeño de cualquier trabajo que ponga en peligro su salud, educación o desarrollo. El Estado fijará una edad o edades mínimas para trabajar y dispondrá la reglamentación apropiada de las condiciones de trabajo.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Artículo 33: Uso ilícito de estupefacientes. Los niños tienen derecho a la protección contra el uso ilícito de los estupefacientes y sustancias sicotrópicas y contra su participación en la producción y el tráfico de esas sustancias. Artículo 34: Explotación sexual. El Estado debe proteger a los niños contra la explotación y los abusos sexuales, incluso contra su explotación en la prostitución o en espectáculos o materiales pornográficos. Artículo 35: Venta, trata y secuestro de niños. Es obligación del Estado tomar todas las medidas que sean necesarias para impedir la venta, la trata y el secuestro de niños. Artículo 36: Otras formas de explotación. El niño tiene derecho a la protección contra todas las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar que no estén contempladas en los Artículos 32, 33, 34 y 35. Artículo 37: Tortura y privación de la libertad. Ningún niño será sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, ni será detenido o privado de su libertad ilícitamente. No se impondrá la pena capital ni la de prisión perpetua sin posibilidad de excarcelación por delitos cometidos por menores de 18 años de edad. Todo niño privado de libertad estará separado de los adultos, a menos que ello se considere contrario al interés superior del niño. Todo niño privado de su libertad tendrá acceso a la asistencia jurídica y otra asistencia, así como a mantener contacto con su familia. Artículo 38: Conflictos armados. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar que las personas que aún no hayan cumplido los 15 años de edad no participen directamente en las hostilidades. Los Estados asegurarán la protección y el cuidado de los niños afectados por los conflictos armados. Los niños menores de 15 años no tendrán participación directa en los conflictos armados. Los niños que se ven afectados por los conflictos armados tienen derecho a protección y cuidados especiales. Artículo 39: Atención para la recuperación. El Estado tiene la obligación de garantizar que los niños que hayan sido víctimas de los conflictos armados, la tortura, el abandono, el maltrato y la explotación reciban tratamiento orientado a lograr su recuperación y reintegración social. Artículo 40: Justicia de menores. Todo niño que haya transgredido las leyes, o se lo acuse o declare culpable de haber infringido esas leyes, cuenta con el derecho a ser tratado de una manera acorde con el fomento de su sentido de la dignidad y el valor, que tenga en cuenta la edad del niño y aliente su reintegración social. Artículo 41: Respeto de las normas. En todos los casos en que las normas jurídicas de un Estado o el derecho internacional vigente recojan disposiciones que sean más favorables a la realización de los derechos del niño que las disposiciones de la Convención, las primeras prevalecerán sobre lo que disponga al respecto la Convención. Artículos 42 a 54: Aplicación y entrada en vigor.


Foto: 漏 Plan Celebraci贸n por el nacimiento de un ternero, Sudan.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Anexo 2

Resultados clave por tipo de actor La siguiente tabla de resultados ha sido adaptada a partir del Marco de Efectividad de Programas de Plan. Su objetivo no es reflejar todos los posibles tipos de resultados de los programas de Plan, sino servir para estimular pensamientos y generar ideas sobre el tipo de cambios que Plan tiene que poner en marcha para hacer realidad su visión. La lista de resultados no es exhaustiva, ni debe entenderse como un menú obligatorio. El tipo de resultados que se persigan variará de un país a otro dentro del marco general del Plan Estratégico de País. Será la estrategia del país la que determine el perfil de la cartera de programas y, por lo tanto, la lista de resultados que se necesitarán para evaluar su efectividad.


Anexo 2 | Resultados clave por tipo de actor

Tipo de actor

Resultados clave por tipo de actor • Conocimiento de sus derechos por parte de los/las titulares de los derechos. • Conocimiento de los roles y responsabilidades de otros actores responsables del cumplimiento de sus derechos en los diferentes niveles por parte de los/las titulares de los derechos. • Medida en que los/las titulares de derechos son conscientes de la pertinencia de la legislación vigente y de las brechas en la realización de sus derechos (legislación, procedimientos, mecanismos, etc.). • Medida en que los/las titulares de derechos tienen la capacidad de ejercer y gozar de sus derechos.

Titulares de derechos, incluidos niños y niñas, sus familias y sus comunidades

• Patrones y cambios en los valores y las prácticas socioculturales. • Grado en el que los titulares de derechos hacen uso de la atención y servicios puestos a su disposición (salud, educación, protección, etc.). • Grado en el que las niñas, niños, padres, madres, cuidadores/as, familias y comunidades se organizan en apoyo de los derechos de la niñez (por ejemplo, formación de alianzas y redes). • Nivel de su participación activa en espacios democráticos, estructuras de gobernanza y procesos de toma de decisiones en todos los niveles. • Medida en que los titulares de derechos reclaman la calidad y la pertinencia de la atención y los servicios (salud, educación, etc.). • Medida en que los/las titulares de derechos contribuyen a la construcción e intercambio de conocimientos e información.

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Tipo de actor

Resultados clave por tipo de actor • Estado de la ratificación de instrumentos de derechos y de desarrollo pertinentes. • Medida en que la ratificación de la CDN se refleja en la legislación y en las políticas nacionales. • Cambios en las prioridades gubernamentales y en la asignación de presupuesto. • Medida en que los/las garantes de derechos actúan según las recomendaciones del informe del Comité de los Derechos del Niño. • Sensibilización y compromiso de los garantes de la CDN y otros instrumentos de derechos humanos y de las implicaciones y responsabilidades de su función.

El Estado como principal garante de derechos, incluidos los gobiernos locales y centrales.

• Capacidad de los/las garantes de derechos de los diferentes niveles para asegurar el cumplimiento de los derechos del niño (capacidad técnica, capacidad de gestión, etc.). • Medida en que los/las garantes de derechos garantizan la disponibilidad y accesibilidad de los servicios para todos los/las titulares de derechos. • Asignación de recursos (financieros y humanos –calidad y cantidad –) para garantizar el acceso a los servicios. • Provisión de espacios democráticos para la participación de los ciudadanos. • Medida en que las niñas y los niños son consultados y sus voces escuchadas en la toma de decisiones en todos los niveles. • Transparencia de los garantes de derechos de cara al público. • Medida en que los garantes de derechos deben rendir cuentas a los titulares de derechos en todos los niveles. • Nivel de colaboración, armonización e integración entre departamentos y entre otros actores. • Medida en que los garantes de derechos supervisan y evalúan sus propios resultados (y los de otros actores) en el cumplimiento de sus obligaciones para con los derechos de los niños y las niñas.


Anexo 2 | Resultados clave por tipo de actor

Tipo de actor El Estado como principal garante de derechos, incluidos los gobiernos locales y centrales.

Resultados clave por tipo de actor • Medida en que los garantes de derechos generan y comparten información sobre el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas • Libertad de información y libertad de asociación. • Presencia de un Comisionado Independiente para el Seguimiento de los Derechos del Niño. • Conocimiento de la CDN y otros instrumentos de derechos humanos y de las implicaciones para sus roles y responsabilidades. • Capacidad para asegurar el cumplimiento de los derechos de los niños y las niñas (por ejemplo, alfabetización, habilidades de crianza, etc.). • Patrones y cambios en los valores y prácticas culturales, sociales (por ejemplo, la búsqueda de atención sanitaria o el abandono de prácticas nocivas).

Los/las garantes secundarios/ morales de derechos más cercanos a los niños (padres, madres cuidadores/as, familias, comunidades y proveedores de servicios).

• Medida en que se utilizan los servicios disponibles (salud, educación, protección, etc.). • Grado en el que los garantes morales de derechos se organizan en apoyo a la realización de los derechos de las niñas y los niños (por ejemplo, formación de alianzas y redes). • Provisión de espacios democráticos para que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes puedan participar dentro de la familia, de la comunidad y de los servicios locales. • Medida en que los niños, las niñas, adolescentes y los jóvenes son consultados y sus voces escuchadas en la toma de decisiones en la familia, la comunidad y en los puntos de prestación de servicios. • Grado en el que los/las garantes morales de derechos se responsabilizan de su función en la realización de los derechos de las niñas y los niños y pueden rendir cuentas (por ejemplo, asegurando que el liderazgo de la comunidad sea representativo). • Grado de seguimiento y evaluación de sus propios resultados (y los de otros actores) en el cumplimiento de sus obligaciones para con los derechos de los niños y las niñas.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Tipo de actor

Resultados clave por tipo de actor • Conocimiento de la Convención, la legislación y las políticas por parte de las OSC. • Capacidad de las OSC para promover los derechos de los niños y las niñas. • Nivel de organización de la sociedad civil en apoyo a la realización de los derechos de las niñas y los niños. • Nivel y tipo de asociaciones y alianzas entre las OSC. • Grado en que las OSC promueven los derechos de la niñez. • El papel de las OSC en la incidencia política y en la legislación en favor de los derechos del niño y la niña. • Grado en que las OSC se adhieren a los derechos de los niños y las niñas.

Organizaciones de la sociedad civil (OSC) locales y nacionales.

• Cambios en las asociaciones público-privadas. • Grado en que las OSC participan en los espacios democráticos. • Rol de las OSC en las auditorías sociales. • Grado en que las OSC participan en procesos relacionados con la CDN. • Grado en que las OSC buscan la participación de los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, padres, madres, cuidadoras/es, familias y comunidades y tienen en cuenta sus aportaciones en su propio gobierno y en la toma de decisiones. • Grado en que las OSC representan los intereses de los titulares de derechos, y de los niños y niñas en particular. • Nivel de la rendición de cuentas de las OSC a las partes interesadas y, en particular, a los titulares de derechos. • Existencia de mecanismos para garantizar la rendición de cuentas de las OSC a los titulares de derechos. • Grado en que las OSC contribuyen a la construcción y al intercambio de información y conocimiento.


Anexo 2 | Resultados clave por tipo de actor

Tipo de actor

Resultados clave por tipo de actor • Medida en que los organismos multilaterales aplican una perspectiva de derechos humanos como parte integral de su trabajo de desarrollo. • Cambios en las políticas y prácticas en favor de los niños, las niñas y sus comunidades (por ejemplo, en las relaciones comerciales internacionales). • Nivel de coaliciones y alianzas activas para promover los derechos de los niños y las niñas.

Instituciones multilaterales (por ejemplo, agencias de la ONU) y organizaciones internacionales de la sociedad civil (por ejemplo, las ONG internacionales).

• Grado de colaboración, armonización e integración con otros actores en la promoción de los derechos del niño y la niña (por ejemplo, en los procesos de ordenación territorial, tales como el desarrollo de DERP). • Capacidad para promover los derechos de las niñas y los niños en diferentes niveles. • Medida en que las niñas, niños, adolescentes y jóvenes y las comunidades son consultadas y sus voces amplificadas en foros mundiales legislativos y de políticas. • Nivel de participación activa en los correspondientes espacios democráticos. • Nivel de transparencia hacia el público (por ejemplo, publicación de información y criterios para todas las tomas de decisiones). • Capacidad para hacer que los garantes de derechos rindan cuentas sobre el cumplimiento de sus obligaciones (por ejemplo, la capacidad del comité de la CDN). • Grado de seguimiento y evaluación de sus propios resultados (y los de otros actores) en el cumplimiento de sus obligaciones para con los derechos de los niños y las niñas. • Medida en que los programas de Plan se han trasladado de la prestación de servicios a un enfoque basado en derechos.

Plan como organización de muchos niveles.

• Nivel de armonización de los programas del Plan con la CDN, los ODM y las estrategias de desarrollo nacional. • Interiorización del enfoque de DCCN y los enfoques basados en derechos en toda la organización.

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Promover los derechos de la niñez para poner fin a la pobreza infantil

Tipo de actor

Resultados clave por tipo de actor • Cambios en los sistemas y procesos de negocio que reflejan la alineación con el enfoque de DCCN como enfoque de derechos. • Cambios en la naturaleza de las asociaciones de Plan (de subcontratación a asociaciones con una relación de igualdad). • Reflejo del enfoque de DCCN y de los principios de derechos humanos en las asociaciones. • Grado en el que las asociaciones contribuyen a la realización de los derechos del niño y la niña. • Creación de espacios democráticos en los procesos y procedimientos de Plan (consultas con los niños, niñas adolescentes y jóvenes, mecanismos de retroalimentación, mecanismos de denuncia, etc.). • Nivel de participación de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y las comunidades en la planificación, el seguimiento, la evaluación y los procesos de aprendizaje de Plan.

Plan como organización de muchos niveles.

• Nivel de participación de los niños, niñas, adolescente y jóvenes, las comunidades y las OSC en los procesos de toma de decisiones de Plan (a nivel de gestión y gobierno). • Políticas y prácticas de Plan en favor de la transparencia y la rendición de cuentas. • Rendición de cuentas de Plan a los niños, niñas, adolescentes, jóvenes, familias y comunidades. • Rendición de cuentas de Plan a los socios (incluido el Estado). • Rendición de cuentas de Plan a los donantes. • Grado de innovación facilitado por Plan. • Medida en que los programas de Plan son replicables. • Existencia de estrategias explícitas para ampliar las buenas prácticas. • Pruebas de la ampliación de iniciativas exitosas. • Aumento del número de niños beneficiados directa e indirectamente por los programas de Plan.


Nuestra visión La visión de Plan es la de un mundo en el que todos los niños lleven a cabo su potencial en sociedades que respeten los derechos de las personas y su dignidad.

Nuestra misión El objetivo de Plan es conseguir mejoras duraderas en la calidad de vida de los niños necesitados en países en vía de desarrollo, a través de un proceso que una a las personas de todas las culturas y que añada un propósito y valores a sus vidas: • Permitiendo a los niños, niñas. adolescentes y jóvenes necesitados, a sus familias y sus comunidades satisfacer sus necesidades básicas y aumentar sus capacidades para participar y beneficiarse de su sociedad. • Construyendo relaciones para aumentar la comprensión y la unidad entre personas de culturas y países diferentes. • Promocionando los derechos e intereses de los niños del mundo. Nuestro trabajo y nuestras relaciones se guían por estos siete principios: 1. Nos esforzamos por actuar siempre en el interés superior del niño, niña, adolescentes y jóvenes. 2. Respetamos los derechos del niño y la niña y los derechos humanos y creemos en la dignidad innata e inalienable de todas las personas como seres humanos independientemente de su edad, sexo, raza, color, etnia, religión, clase, nacionalidad, origen nacional, estado civil, orientación sexual o discapacidad. 3. Somos éticos, honestos, transparentes, y otorgamos un gran valor a la integridad. 4. Creamos las condiciones en nuestro trabajo, en nuestras actividades y en nuestra organización para el empoderamiento personal, especialmente de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes y de los más marginados. 5. Reconocemos que no podemos resolver los problemas de la pobreza por nosotros mismos, sino a través de alianzas y trabajo en equipo. 6. Somos responsables de todos nuestros grupos de interés en nuestros procesos de comunicación, en nuestras finanzas, en nuestro desempeño y en los resultados y luchamos por la eficacia, la sostenibilidad y la eficiencia en todo lo que hacemos. Nos adherimos a las normas internacionales reconocidas. 7. Trabajamos por conseguir mejoras y aprendizaje continuos. Tenemos los oídos abiertos ante ideas nuevas y fomentamos el emprendimiento, la innovación, la creatividad y el cambio.


Promover los derechos del niño para poner fin a la pobreza infantil es la guía de Plan para contribuir a una programación basada en derechos. En ella se describe el desarrollo comunitario centrado en la niñez (DCCN) como el enfoque adoptado por Plan para hacer frente a la pobreza infantil. Este enfoque reconoce la relación intrínseca que existe entre la pobreza y los derechos, una relación en la que la pobreza es causa y consecuencia de la negación de los derechos. La Guía de Programación identifica las ocho áreas de impacto en las que Plan trabaja para lograr un cambio significativo en las vidas de niños y niñas. También se describen aquí los principales resultados que Plan pretende generar a través de la aplicación de DCCN en cada una de las áreas y las implicaciones de éstos en la evaluación de la eficacia de los programas de Plan. Esta Guía de Programación es de lectura obligada para todo el personal de Plan.

Acerca de Plan Fundada hace más de 70 años, Plan es una de las organizaciones dedicadas al desarrollo de los niños más grandes y antiguas del mundo. Trabajamos en 48 países en desarrollo de África, Asia y América para sacar a millones de niños de la pobreza y promover sus derechos. Plan ayuda a más de 3.500.000 familias y sus comunidades cada año. Plan es independiente, no tiene ninguna afiliación religiosa, política o gubernamental.

Plan 
International Headquarters Chobham House, Christchurch Way, Woking
 Surrey GU21 6JG United Kingdom Tel +44 (0) 1483 755155 Fax +44 (0) 1483 756505 info@plan-international.org
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