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Nacional
DOMINGO, 28 - V - 2006
LA RAZÓN
INSEGURIDAD CIUDADANA >La respuesta del Gobierno
Rubalcaba se muesta «tranquilo» y «seguro» de que los delincuentes serán detenidos Los Mossos creen que las 30 detenciones y la presión policial reducirá el elevado número de robos
El Gobierno llevó a la Península a 1.000 inmigrantes tras la primera oleada de cayucos R. N.
Efe
P. A. Ruiz
Barcelona- Optimismo en el Gobierno por la respuesta policial ante la oleada de robos en Cataluña. Tanto el Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como su homóloga catalana, Montserrat Tura, quisieron dar ayer una imagen de control ante la situación de inseguridad que se da en Cataluña con alarmante preocupación desde hace un mes. «Comprendemos que este tipo de robos genere miedo en los ciudadanos y a estas personas les decimos que estamos trabajando, codo con codo, de manera unificada», explicó tras la breve reunión mantenida con el ministro, la titular del departamento de Interior de Cataluña. Una coordinación policial que ambos subrayaron y, que por el momento, está dando sus frutos: treinta detenidos en las últimas dos semanas. «Cierto es que ahora se está haciendo un esfuerzo especial, pero es porque la situación es novedosa: nunca se habían dado tantos robos en tan poco tiempo», señaló Rubalcaba, quien mostró su satisfacción y optimismo ante «la buena coordinación entre todos los cuerpos de seguridad, y me voy con la seguridad de que estos robos se van a erradicar». El ministro, sin embargo, eludió indicar cuándo y Tura tampoco quiso precisar el fin de esta oleada. «Sabemos que con el tiempo, la actuación policial dará su resultado», dijo. Unos 30 detenidos. Los atracos con violencia es un tipo de delito frecuente. Sin ir más lejos, ayer trascendió que la Audiencia de Barcelona condenó a 61 años de prisión a los seis integrantes de una banda que se dedicaba a asaltar viviendas en la comarca del Maresme (Barcelona) en 2001. El grupo estaba formado por tres mujeres (dos de origen polaco) y tres hombres, todos ellos vecinos de la zona. No obstante, hasta ahora no se habían dado tantos asaltos seguidos en una misma zona. Sólo en el último mes, se han producido por toda Cataluña doce robos con violencia, todos ellos, salvo uno, realizados por bandas rumanas, según confirmaron fuentes de los Mossos d'Esquadra. Los cuerpos de seguridad que actúan en Cataluña han realizado hasta treinta detenciones en las dos últimas semanas relacionadas con este tipo de delitos, informaron a LA RAZÓN las mismas fuentes. De éstos, sólo cuatro eran de origen español y provenientes de otra comunidad autónoma, concretaron, mientras que el resto eran de origen rumano. Las úl-
Rubalcaba se reunió en Barcelona con la consejera de Interior de la Generalitat, Montserrat Tura, para estudiar la ola de atracos
timas detenciones acontecieron el viernes, cuando la Guardia Civil dio con un grupo de cinco rumanos que se escondían en el bosque, ocultando el botín en numerosos zulos, como si de «guerrilleros» se tratara. Fuentes de Interior destacaron que, aun realizadas por uno u otro cuerpo de seguridad, el resultado muestra un trabajo conjunto. La principal prioridad es «el intercambio de información» entre todos los cuerpos para realizar acciones más eficaces, señalaron. Asimismo, se han reforzado todas las carreteras del
ANÁLISIS Pilar FERRER
E
n un interesante libro titulado «Miedo líquido», el filósofo alemán Zygmunt Bauman revela los temores que atenazan hoy día a la humanidad. Hay miedo, mucho miedo, pero un miedo difuso, tembloroso, distinto al tradicional. Una sensación de inseguridad que provoca angustia y desconfianza en los poderes públicos. Magnífica reflexión que define lo que sucede en España en estos momentos. La ola de asaltos a viviendas privadas, la extrema violencia de las bandas organizadas y la impotencia de ver cómo los delincuentes entran por una puerta de la detención y salen en breve de nuevo hacia las ca-
territorio, con especial énfasis en aquellas que dan a las zonas «más sensibles» como las urbanizaciones, y se han incrementado el número de controles, adelantaron las mismas fuentes. Desde los Mossos confían, con todo, en que la importante presión policial, junto al elevado número de detenidos de las últimas semanas, amedrente a este grupo de ladrones violentos. Un número de efectivos que se verá reforzado, además, por los 246 agentes de la Guardia Civil recién salidos de la academia que
ayer tomaron posesión en Cataluña, bajo la presencia del ministro del Interior. Gran parte de estos efectivos, 138, se destinarán a la provincia de Barcelona; unos 93 serán trasladados a Tarragona, mientras que 18 y 15 reforzarán al cuerpo en las provincias de Girona y Lleida, respectivamente. A estos nuevo agentes se les ha de sumar los 53 que se incorporaron en abril, además de otros 50 que está previsto que lleguen en junio. En total, el aumento de dotaciones en Cataluña será de 367 guardias civiles antes de verano.
Madrid-El Gobierno trasladó durante el pasado marzo a la Península a 1.068 inmigrantes subsaharianos que habían llegado a las costas canarias durante la primera crisis de los «cayucos», según consta en una respuesta a una pregunta parlamentaria de la diputada del PP Celia Villalobos sobre esta materia. En un principio, fueron trasladados desde centros de internamiento canarios a otros peninsulares y, posteriormente, fueron acogidos por ONG, informa Ep. Concretamente, 865 fueron trasladados a Madrid; 133, a Málaga; 45 a Barcelona y otros 25 a Algeciras. El Ejecutivo cifra en 200 el número de repatriados a Mauritania desde las islas Canarias, según consta en otra respuesta a una pregunta del portavoz de IU, Joan Herrera. Ayer mismo, continuó la avalancha de cayucos a las costas canarias pues otras dos embarcaciones, con 44 y 80 inmigrantes irregulares a bordo, fueron interceptadas. La primera de las embarcaciones transportaba a 44 subsaharianos y llegó al puerto de Los Cristianos a las diez y cuarto de la mañana. Una patrullera de la Guardia Civil y la Salvamar Alphard escoltaron al cayuco hasta el puerto, donde les esperaba un dispositivo de servicios sanitarios. Pocas horas después llegó al mismo puerto una segunda embarcación, escoltada por la Salvamar Punta Salinas, que rescató a 80 inmigrantes irregulares de madrugada. Con éstos son casi 300 los subsaharianos que han tratado de llegar a las Islas Canarias en las últimas 48 horas.
El miedo permanente lles, es de lo más grave que pueda suceder. Toda una alarma social que no puede explicarse, como lamentablemente ha dicho el director de la Guardia civil, Joan Mesquida, por una «percepción subjetiva». ¿Es acaso subjetivo despertarse ante el horror de unos criminales que aterrorizan al paciente dueño de su propia casa? ¿Es normal verse obligado a convertir esa misma casa en una especie de fortaleza? No, desde luego. Los ciudadanos que en estos días vienen siendo objeto de asaltos, robos salvajes y secuestros «exprés», tienen derecho a exigir una elemental seguridad, unas fuerzas policiales bien preparadas, unas
leyes más duras y una justicia más eficaz. Porque ni el debate territorial, ni el término nación, ni las bravuconadas de Otegi, ni las lagunas del Gobierno o la crispación del Parlamento, preocupan tanto y calan tan profundo. Una patata caliente para Rubalcaba. Hasta Zapatero, tan sonriente y optimista él, tuvo que anunciar medidas urgentes en el Congreso como la creación de un Centro de Inteligencia contra el crimen organizado. No es la solución. La solución pasa por aumentar las Fuerzas de Seguridad, incrementar presupuestos, formación, endurecer el Código Penal, agilizar la Administración de
Justicia y ejecutar una sensata política migratoria. El tradicional binomio que la izquierda, instalada en su demagogia, ha manejado entre libertad y seguridad, se salda ahora muy negativamente hacia esta última. Si al ciudadano se le pregunta por jueces y policías, escogerá sin dudarlo a estos últimos. ¿Por qué se reclama ahora en Cataluña a la Guardia Civil, que tan denostada fue en su momento por el nacionalismo radical? ¿Es que ya no son tan buenos los Mossos? Atentos, señores gobernantes. Porque esta alarma social sí puede pasar factura. Con la seguridad, con el miedo, no se juega. Ahí, ustedes se la juegan.