Tecnicas

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PEDRO el raro ANÓNIMO



PEDRO el raro ANÓNIMO


Cr茅editos Director: Paula Arancibia Autor texto: An贸nimo Dise帽o: Paula Arancibia Ilustraci贸n: Paula Arancibia


La gente solĂ­a decir que Pedrito era un chico raro, pues mientras todos los niĂąos del barrio disfrutaban de salir por las tardes a jugar en las calles, ĂŠl se sentaba solo en un terreno apartado, mirando fijamente hacia una esquina.


Algunas veces se le podía ver tan contento, que la gente comenzaba a asustarse, pues creían que el niño se estaba volviendo loco y le insistían a su padre que lo llevara al “loquero”, el pobre hombre viudo creía que la carga de cuidar de sus cinco hijos pequeños era demasiada e ignoraba por completo cualquier comentario.


Pero todo empeor贸 cuando Pedrito, se escapaba por las noches, para ir a aquel terreno solitario.


Los vecinos sabían que estaba ahí, pues sus carcajadas asustaban a más de uno.


Cansados, de ser despertados en la madrugada, decidieron un día seguirlo, escondiéndose entre los árboles para espiarlo, descubrieron un terrible secreto…


con la escasa luz que llegaba de los alrededores, varios de los vecinos vieron una pequeña sombra, que se levantaba en el rincón más lejano, y se arrastraba cual serpiente al acecho hasta donde estaba Pedrito, le cuchicheaba un par de cosas y este no hacía más que reír.


Los que estaban espiando se vieron muy confundidos y casi saltaron encima del niño para interrogarlo… esta vez, Pedrito tenía algo que decir...


El es mi amigo Miguel, les respondió y Pedrito se puso de pie... –Me pidió de favor, que me riera todos los días, para que todos ustedes vinieran hasta aquí y el pudiera…


Pedrito cerró los ojos, y detrás de todas aquellas personas una tenebrosa voz llena de ira continuó diciendo: -Para que yo pueda, ¡Vengarme de ustedes por dejarme morir aquel día!- dijo la sombra mientras se expandía como humo bajo sus piés y se les metía entre la piel haciéndolos caer retorciéndose…


Miguel era un pobre niño del barrio que quedó huérfano, y todos aquellos vecinos no le tendieron la mano, dejándolo morir de hambre, y después al sentirse culpables de tan terrible acto, fueron a enterrarlo en aquel terreno solitario.

Fin



El autor de este libro es anónimo, cuenta la leyenda que era un jóven abandonado que después de haber escrito este cuento, habría muerto y que su “tumba” está en un terreno abandonado...




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