LO QUE IMPLICA: ESTAR DISPUESTOS AL CAMBIO, A APRENDER, AL RIESGO. VER A LA CRISIS COMO OPORTUNIDAD.
NO TIENEN UNA INTRÍNSECA PARA ENSEÑAR, SIENTEN QUE NADA FUNCIÓNA Y ESTO GENERA: ANGUSTIA; TRISTEZA; MONOTONÍA. CONSECUENTEMENTE, SE DESMOTIVA AL ALUMNO.
PARA MOTIVARSE EL DOCENTE DEBE PENSAR QUE para que el niño desarrolle afecto y esperanza por la vida y el ser humano, fomentando su creatividad, pensamiento crtítico.
• La escuela es : familia, sociedad, empresas. La enseñanza tiende a ser . Las habilidades básicas que el alumno de hoy necesita son: -Investigación e imaginación -Capacidad de relacionar acontecimientos, saberes hechos. -Ser críticos -Buscar y diseñar estrategias. -Elegir la esperanza.
DESAFÍO: Originar mentes bien ordenadas antes que bien llenas, enseñar la riqueza y la fragilidad de la condición humana, afrontar la incertidumbre. En una palabra: formar al ciudadano del nuevo milenio.
• Los docentes han NATURALIZADO SU PRÁCTICA provocando FALTA DE PENSAMIENTO EDUCATIVO Y REACOMODACIÓN DE LAS ACTIVIDADES Se hace lo mismo una y otra vez, esperando resultados distintos.
• Se enseñan los contenidos de forma descontextualizada y sin presentarle al alumno los motivos que lo hacen importante los profesores mismos pierden el interés refugiándose en memoria y repetición
Debemos poner al alumno en actitud de búsqueda. Despertar su curiosidad. Es indispensable por lo tanto, comunicar pasión, interés, curiosidad.
EL BUEN PROFESOR Tiene: PASIÓN POR LO HUMANO (capacidad de enseñarnos a aprender). PASIÓN POR LA VIDA Y SU MISTERIO (aprende continuamente junto a sus alumnos).
SE CONTAGIAN A TRAVÉS DE: RELACION CON SUS ALUMNOS LOS GESTOS LAS METODOLOGÍAS LOS EJEMPLOS LAS PUESTA EN ESCENA SU PRESENCIA
Recuerdo una clase de literatura en la que el profesor abordaba Don Quijote de la Mancha; de pronto, con un gesto vehemente abre el libro y se embarca a leernos el pasaje donde el Quijote muere. Entonces, el profesor empieza a llorar, llora mientras lo lee, cada vez más desconsoladamente, con un último hilo de voz llega hasta el punto final. Cierra el libro, saca un pañuelo, se recompone un poco y dice: "Hemos perdido a un gran hombre". En el aula no vuela una mosca, fascinados por la escena. Después íbamos a enterarnos de que en todos los cursos este profesor repetía la misma escena de llanto emocionado en el mismo pasaje del libro. Era su pequeño y pícaro aporte para que nos interesásemos por la literatura.
Toda educación tiene en sí misma una raíz ética: ayudar al hombre a ser humano, a hacer emerger no lo más fácil, no lo instintivo, sino lo mejor de sí mismo como condición indispensable, no solo para que su vida sea plena, sino para que la vida de los que ya existen y de los que vendrán sea mejor que la que conocemos.