en compañía
MINUTOS DE LOS SANTOS Por Alberta Salas Flores, fsp
1 de noviembre
DIA DE TODOS LOS SANTOS Este día celebramos a las personas que han llegado al cielo, conocidas y desconocidas. Es una tradición católica instituida para honrar a todos los hombres y mujeres que han consagrado su vida a Dios y al servicio del prójimo llegado a un alto grado de amor a Dios y a su prójimo. La palabra “Santo” significa consagrado a Dios. La Iglesia llama Santo a aquél que se ha dedicado su vida a Dios para agradarlo con su forma de actuar. La Iglesia está llamada a ser santa y por lo tanto, sus miembros están llamados a la santidad (LG 39). Al inicio del cristianismo, a los miembros de la Iglesia fundada por Jesucristo se les llamaba “santos”. Hoy celebramos a todos los millones de personas que han llegando al cielo, aunque no sean reconocidos como santos; de estas personas, algunos han sido canonizados, es decir, propuestos por la Iglesia como ejemplos de vida cristiana. Para ser declarado “Santo” por la Iglesia Católica es necesaria toda una serie de trámites y estudios rigurosos, pasando por ser declarado “Siervo de Dios”, luego “Venerable”, “Beato” y finalmente de le declara “Santo”. Para algunos Santos el procedimiento de su Canonización ha sido muy rápido, como el caso de San Francisco de Asís y algunos más, en comparación con otros que se tardan muchos años, para ser declarados Santos. El otro tipo de Santos y que son la mayoría, son aquellos que no están canonizados, pero ya están en el cielo y a ellos está dedicada esta fiesta. Los Santos están divididos en categorías: Apóstoles y evangelistas, Mártires, Confesores, Doctores, Vírgenes, Matronas y Viudas. La comunión de los Santos significa que ellos participan activamente de la vida de la vida de la Iglesia, por el testimonio que dieron con sus actos de caridad y su gran fe en Dios, transmisiones de sus escritos y por su oración. Contemplan a Dios, lo alaban, y cuidan de aquellos que han quedado en la tierra. La intercesión de los Santos significa que ellos al estar íntimamente unidos a Cristo pueden interceder por nosotros ante el Padre. Esto ayuda mucho a nuestra debilidad humana. Su intercesión es su más alto servicio al plan de Dios y podemos rogarles que intercedan por nosotros y por el mundo entero.