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NOTAS PRELIMINARES. Para leer este trabajo desde una sensibilidad feminista disidente y decolonial
NOTAS PRELIMINARES
Para leer este trabajo desde una sensibilidad feminista disidente y decolonial
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El lenguaje construye realidad y, esa realidad no es solo simbólica, es la que produce y reproduce prácticas y subjetividades, así como cuerpos y emociones. En primer lugar, quiero destacar que usaré a lo largo de mi trabajo de investigación un lenguaje no sexista y no binario. Esta decisión es política, afectiva y epistemológica, me sitúo desde la investigación y el activismo feminista hace varios años y uso un lenguaje inclusivo que nombra una pluralidad de subjetividades y no pretende designar un plural “universal” a través del género masculino ni de formas binarias como los/las que vuelven a fijar las subjetividades en varón-mujer, para ello uso la “x” en todas aquellas palabras que no designen particularmente a alguna identidad de género. A su vez, en muchos momentos el usar un lenguaje no sexista ni binario ha sido disparador de conversaciones sumamente valiosas e interesantes con personas ajenas al activismo feminista y al campo de los Estudios de Género, lo que es, también, parte de mi posicionamiento como activista trasnfeminista, por lo cual subvertir el lenguaje es también una técnica pedagógica y política para abrir la discusión sobre las posibilidades (y limitaciones) del lenguaje en la creación de sentidos y realidades.
En segundo lugar, quiero dar cuenta que usaré a lo largo de este trabajo ciertas expresiones que no corresponden al castellano que define la RAE (Real Academia Española), ya que parten de mi forma aprendida de hablar, escribir y sentir el castellano u español desde el Sur, desde Argentina, donde fui socializada y donde recibí mi educación formal desde el nivel inicial hasta mi título universitario de grado. Hoy puedo decir que ya he adoptado varios modismos, expresiones y palabras “españolas” luego de vivir un año en Granada, sin embargo, éstas también son propias del andaluz, incluso teñidas por formas de traducir palabras al español, experiencia que parte de mis otras vivencias en Francia e Italia.
Si hubiese escrito este trabajo de fin de máster en Argentina, no habría pensado en hacer una aclaración sobre mi forma de escribir, ya que allí nunca había puesto en discusión cuál es el “verdadero” español, como si éste fuera solamente el que define una institución de un estado alejado al que me vio crecer. Tampoco se asemeja al castellano actual, que nos enseñó, a fuerza de violencia y silenciamientos, la colonización, ya que incluso dentro de Argentina hablamos y escribimos de formas distintas. Sin embargo, muchas veces la distancia no solo nos acerca a formas experienciales de reconocer las heridas coloniales que aún vivimos y sentimos quienes nacimos en el Sur Global, sino
también a cuestionarnos y comprender nuestras propias prácticas y discursos en perspectiva comparada.
Es por eso que reivindico mi identidad sudaka, a lo largo del texto, tanto en mi forma de escribir como de pensar, sentir y actuar. Esta expresión que es la que se entiende tanto en el activismo como en el lenguaje coloquial para referirnos desde Argentina a nuestras identidades del Sur, en relación a aquellas del Norte Global, es un término que refiere al Cono Sur del continente americano, que se ha usado como insulto y ha portado un estigma para lxs migrantes sudamericanxs en España, pero como tantos otros insultos se ha resignificado desde los movimientos políticos, sociales y feministas como bandera identitaria y símbolo de resistencia. Muchas veces nosotrxs, lxs sudakas, lo usamos en relación a experiencias que nos muestran nuestras subjetividades, así como nuestras cotidianeidades colonizadas o alejadas de vivencias del Norte, por ejemplo, por nuestra moneda devaluada, nuestro acceso tardío a ciertas tecnologías digitales o nuestras constantes crisis de dependencia de los países mal llamados “centrales”. Se suele escribir con c o con k, pues deriva del lenguaje oral, pero el movimiento transfeminista, marika, torta (bollera) y trava (travesti) de la disidencia sexual y afectiva lo suele definir con k, desde un posicionamiento más radical que se distingue de su expresión original peyorativa “sudaca”.
En tercer lugar, inspirada por las reflexiones de mi compañera Bela en su tesis de fin de Máster del GEMMA, me acerco a aquellas investigaciones que consideran que el idioma corresponde a un modo de vivir (Hummelgen, 2021). Por lo cual, tomé la decisión metodológica y política de traducir yo misma las citas “originales” en lengua inglesa, las cuales comparto en nota a pie de página, ya que considero que quienes están leyendo este trabajo deben poder seguir su lectura completa en español. En mis traducciones yo interpreto, leo -significo- y re-escribo frases de las autoras anglosajonas que traduzco a través de mis propias experiencias e intereses situados a mis formas de vivir, desde mi presente, que en muchos casos no se asemeja al de las autoras citadas, incluso siendo ellas investigadoras feministas y activistas como yo.
Podría decir que, así como hablo desde mi experiencia encarnada, también realizo una traducción encarnada en mi cuerpo, mi historia, mis memorias sensoriales y mis interesesinspiraciones actuales. Mi intención es realizar una relectura de las autoras anglosajonas, motivada por la conceptualización -e inspiraciones- que aportan y materializan el proceso de investigación y escritura de este trabajo. De este modo, quiero aclarar que no pretendo una traducción “fiel” al contexto original de producción del pensamiento de las autoras, no solo porque no soy traductora oficial sino