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CAPÍTULO 2. Construyendo una metodología feminista encarnada y afectiva

Por lo cual, es fundamental contextualizar nuestra idea y concepción de las emociones y reconocer que parte de ella proviene de esta visión “iluminista” de la modernidad que justificaba su colonización, exterminio y saqueo a través de hegemonizar y homogeneizar las formas de ser en un sujeto racional y carente de sentimientos. De esta forma, resalto estos aportes de las epistemologías decoloniales que son también herramientas teórico-metodológicas para el cuestionamiento de binarismos creados por la colonización, por lo que descolonizar el discurso científico, la base moderna de este pensamiento dualista -lo que Lugones (2008) llama el “Pensamiento categorial”- es la tarea a la hora de hacer ciencia feminista decolonial. Por ejemplo, suele leerse o escucharse esta pregunta sobre la pandemia, formulada en términos binarios: ¿es este un momento de crisis u oportunidad? Esta pregunta me conduce a una entrevista que esuché y sentí mientras cocinaba un día, donde Silvia Rivera Cusicanqui explicaba su postura decolonial sobre las crisis capitalistas de esta forma: “la crisis nos revela la falsedad de las premisas sobre las que hemos organizado la vida social, todos los conceptos: democracia, igualdad, fraternidad, todo el aparato conceptual de la modernidad hace agua en la crisis” (TV UNAM, 2018). Quizás sea entonces momento de impugnar los dualismos e imaginar que la potencia explicativa estaría en dejar esta tensión abierta y poder encontrar matices y texturas a ambas “caras de la moneda”. Son muchas las visiones que reclaman este momento como la posibilidad de repensar y vivir de otra manera, más "orgánica" con nuestras vidas interdependientes entre las especies y con la naturaleza, de la cual somos parte. Quizás es la posibilidad de reflexionar sobre nuestras vulnerabilidades, y dejar de repetir ideas del pasado -como volver a la "normalidad"-, para incluir respuestas alternativas, subversivas y transfronterizas a nuestro presente. Por lo que, tras compartir, incorporar y dialogar con las aportaciones teóricas y epistemológicas de las que me he nutrido para mi trabajo de investigación desde las emociones, en el próximo capítulo, doy cuenta de la metodología autoetnográfica que uso a lo largo de este trabajo, explicando cómo llegué a seleccionarla a partir de mis vivencias y emociones. Para ello, indago acerca de qué es la etnografía feminista, la relación con las teorías sobre el cuerpo y las características de mi metodología autoetnográfica encarnada y afectiva.

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