San Francisco de Asís
Buenagente
El
Cuaresma “Pon tu corazón en obras”
Nº 64, Marzo 2015
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Elabora: Familia Franciscana - Edita: O.F.S. Andalucía - Colabora: Dibujos religiosos para niños Fano Publicación sin ánimo de lucro
Las palabras de Francisco
para leer con tus padres o catequistas
ADM0NICIÓN 27: “UNA PR0PUESTA PARA LA CUARESMA.
EL MIÉRC0LES DE CENIZA”
Donde hay caridad y sabiduría, allí no hay temor ni ignorancia. Donde hay paciencia y humildad, allí no hay ira ni perturbación. Donde hay pobreza con alegría, allí no hay codicia ni avaricia. Donde hay quietud y meditación, allí no hay preocupación ni vagancia. Donde está el temor de Dios para custodiar su atrio, allí el enemigo no puede tener un lugar para entrar. Donde hay misericordia y discreción, allí no hay superfluidad ni endurecimiento El Miércoles de Ceniza marca el comienzo de la Cuaresma, 40 días de preparación del camino que nos lleva hacia la Pascua de Jesús, a su Resurrección. En los tiempos en que Jesús recorría Palestina, cuando la gente pensaba que debía corregir su vida, se echaban ceniza sobre la cabeza; era como decirle a Dios que reconocían estar “sucios” por dentro y que querían cambiar. Por eso, hoy, en las iglesias, los fieles se presentan al sacerdote para que les imponga la ceniza. Así se manifiesta su voluntad de convertirse. A veces no somos como Jesús quiere, somos envidiosos, egoístas, nos enfadamos…El Miércoles de Ceniza el sacerdote traza una cruz con la ceniza en la frente y nos dice “conviértete y cree en el Evangelio”; echarse ceniza es señal de disponibilidad, significa que tenemos que cambiar el corazón, tenemos que esforzarnos y hacer gestos de solidaridad y bondad, gratuitamente, por amistad y por amor. Somos llamados a creer más en Dios.
Mariam Torres LA CENIZA QUE DIOS QUIERE 1.- Que utilices tus talentos para servir 2.- Que seas humilde 3.- Que aprecies el valor de las cosas sencillas 4.- Que no temas 5.- Que vivas cada día en compromiso 6.- Que seas alegre 7.- Que reces todos los días ORACIÓN Señor Jesús, quisiera vivir como a ti te gusta. Quiero esforzarme, pero necesito que me ayudes. Señor Jesús, quisiera parecerme más a ti. Señor Jesús, enséñame a compartir. Señor Jesús, ayúdame a dedicar tiempo para rezar. Amén.
Grupo de San Francisco Fraternidad de Jaén.
¿Sabías qué…? El Miércoles de Ceniza, el cristiano recibeuna cruz en la frente con las cenizas obtenidas al quemar las palmas usadas el Domingo de Ramos del año anterior.
Conversión Ya estamos en ese tiempo que los mayores llaman Cuaresma y que nos suena muy raro y no entendemos muy bien. ¡Anoche mami me lo explicó y no resulta tan difícil! Me contó que era un tiempo dentro de la Iglesia y que se llama así porque dura cuarenta días (Cuaresma…cuarenta…¡¡claaaaaaro!!) Durante esos días nos preparamos para la Pascua… para la Semana Santa, en la que celebramos que el Señor murió y resucitó por nosotros, para que se nos perdonasen todos nuestros pecados, y la Cuaresma era el tiempo previo para hacer una revisión a fondo de todo lo que hacemos mal, de lo que deberíamos mejorar, de lo que nos hace ser más egoístas y menos hermanos con los demás y cambiarlo para mejor. Ella dice que esto se llama…espera que lo tengo apuntado por aquí… Tiempo de Conversión. Es decir, que era un tiempo para cambiar. ¿Y ese rollo del ayuno y la “bas”…”sas”…abs-ti-nen-cia? ¿Qué tiene que ver? (¡qué paciencia tiene con mis preguntas!) Ella me dijo que al hacer el esfuerzo de prescindir de alimentos y cosas que no nos son necesarios ayudamos a que nuestro corazón busque con mayor libertad ese cambio (la Conversión que os decía) para ser mejores personas, para ser mejores hermanos. ¡Bueno! ni qué decir tiene que ya salió a relucir que si los cromos, que todos los días le pido un sobrecillo… que si las chuches… el tomarme tres platos de macarrones o que si el último juego de la Play entre otras cosillas (¡ejem!) La verdad es que de primeras me quedé todo cortado y con un poco de enfado. ¿Qué mal hacía yo con esos pequeños… “caprichitos”? pero luego, pensando, me vino a la cabeza que el Señor aún dio más que un simple “capricho” por salvarnos… ¡dio su vida!… y ¡jo! Tampoco me cuesta tanto prescindir de algo. La verdad es que al principio me costaba más pero llevo unos cuantos días y estoy descubriendo eso del “cambio.” Resulta que me he ido vaciando de cosas que, mira por donde, no me hacían tanta falta como creía y voy viendo que otras (más importantes) ocupan su lugar. También me he dado cuenta de que no soy tan “santo” como pensaba y que aún hay cosillas que debo mejorar. Pero lo mejor de todo es comprender que este camino de cuarenta días, esta Cuaresma (que comenzó con una crucecita de ceniza en mi frente) me lleva hacia la Pascua para dejar atrás, con la celebración de la Resurrección del Señor, aquel niño que era antes de iniciarlo.
Susana Cueto Grupo de San Francisco Fraternidad de Granada.
Cuarenta días... Cuando a Pablo le dijeron que iban a regalarle un perrito, pensó que era uno de los momentos más felices de su vida. Pensó que podría jugar con él, que podría sacarlo de paseo, que se lo enseñaría a sus amigos... Después pensó que había muchas cosas que preparar antes de que llegara. Se dio cuenta de que necesitaría una cama para dormir, una manta para estar abrigado de noche, un cuenco donde comer y otro para beber. Pensó que necesitarían tiempo para prepararlo todo y su madre le dijo que tenían 40 días. Cuando Jesús supo que era el momento de hablarle de Dios al mundo, de empezar su misión, se dio cuenta de que necesitaba prepararse. Debía pensar qué diría, cómo hablaría a la gente sobre su Padre, por dónde empezaría, y decidió tomarse 40 días; 40 días caminando en el desierto, decidiendo cuál sería la mejor forma de presentar a Dios al mundo. La Cuaresma son esos 40 días, los mismos que necesitó Jesús, para reflexionar, para tratar de entender mejor a Jesús, para acercarnos a él y conocerlo. Son 40 días para mejorar, para cambiar aquello que no nos gusta y convertirnos en mejores personas.
Elena Godoy Parroquia de San Lázaro Málaga
Queridos amigos del Buenagente, El horizonte es la Pascua. No lo perdáis de vista. Toda fiesta debe prepararse y mientras mejor se prepare, mejor se celebrará. Perded de vista todas esas imágenes que dibujan la Cuaresma como una época triste, de miradas huidizas y andares cabizbajos. Es el momento de la conversión y del cambio. No hay cambio sin alegría, ni conversión sin esperanza. Alegraos, amigos, porque la fiesta que da sentido a nuestra fe está cada vez más cerca. Abrid las ventanas, respirad, que ya llega. Pedro o.f.s. Un abrazo de Paz y Bien. Grupo de San Francisco
Fraternidad de Málaga