Revista Parque Cultural Segunda Edición

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De la tolerancia a la empatía Los últimos 25 años han visto transitar, dificultosamente, la sociedad chilena por distintas etapas frente al complejo tema de la diversidad. Lo otro, lo raro, lo complicado, lo distinto, lo incompleto, lo provocador, lo que cuestiona. Hace un cuarto de siglo se hablaba en Chile de “tolerancia”, como si tolerar no fuera en sí tremendamente discriminatorio: tolero tu diversidad, soporto calladamente tu rareza... El lenguaje crea realidad y viceversa, el “inválido” resta validez, el “diverso” establece una supuesta normalidad respecto de la cual esa diversidad diverge. Una vez más el punto de observación es determinante para la medición y comprensión del fenómeno. En el caso de la diversidad sexual, social, nacional, racial, en medio a grandes dificultades y con graves prejuicios aún existentes, la sociedad chilena ha avanzado considerablemente en el último cuarto de siglo. Aún fuertemente al debe en materia legislativa e

institucional, la sociedad chilena parece ir encontrando el lenguaje y dotando ese lenguaje de contenido real. Sin embargo tenemos por delante un esfuerzo cultural enorme para no sentirnos avergonzados de nuestro cotidiano actuar y hablar al respecto. Si en los aspectos antes mencionados, junto con constatar enormes carencias podemos, por lo menos, reconocer avances, no sucede lo mismo en el caso de la discapacidad, donde la sociedad entiende y siente poco y la institucionalidad hace esfuerzos aislados e insuficientes. Una sociedad que privatiza los derechos ciudadanos, difícilmente puede asumir social y solidariamente las pesadas cargas de la discapacidad, y sin embargo estas cargas son casi imposibles de soportar privadamente por las personas y sus familias. En este aspecto hemos avanzado muy poco como sociedad y muy insuficientemente como institucionalidad. Hay un importante porcentaje de chilenas y chilenos que viven a diario graves formas de discriminación; las ciudades, los medios de transporte, los medios

de información, la ignorancia respecto de su condición por parte de la ciudadanía, etc. agregan a su discapacidad física todo tipo de barreras prácticas, sociales y culturales, al punto que su discapacidad se convierte en el menor de sus problemas de integración social y plenitud de vida. La respuesta caritativa es discriminatoria, esa masa ciudadano no necesita compasión, necesita respeto, no precisa de curiosidad morbosa, precisa de interés humano, no basta respecto de ellos “la buena acción del día”, exigen una preocupación seria, sistemática y constante de la sociedad, sea en términos culturales que institucionales. Inclusión es el concepto al que hemos llegado, pero ¿puede una sociedad culturalmente excluyente practicar la inclusión de manera cabal? La respuesta a los problemas complejos nunca es simple y raramente es una sola. Sigamos construyendo este viaje cultural de la “tolerancia” a la empatía. por Jorge Coulon Larrañaga


“Neruda: Devolvámoslo a su pueblo”, bajo este título, el 27 de julio de 1984, el Diario “Renacer de Chile” de Angol, publicó una columna que, con ocasión de los 80 años del natalicio de Neruda, escribí para la comunidad de Malleco y Chile. Con dicho recuerdo deseo comentar el filme “Neruda” dirigido por Pablo Larraín y que sitúa al escritor y senador del Partido Comunista como fugitivo del entonces Presidente de la República, el dos veces traidor, Gabriel González Videla, cuya Avant Premiere Regional tuvo lugar en el Parque Cultural de Valparaíso el pasado 8 de agosto. Es sin duda un filme que vale la pena ver, tanto por su contenido histórico, cuanto por la forma humana y descarnada que el realizador hace del poeta, a quien retrata como un hombre de carne y hueso, más allá de mitos, estereotipos u otra suerte de calificativos que muchas veces sus biógrafos, fanáticos y detractores se empeñan en distorsionar. Al respecto, como mero espectador, puedo concluir que las actuaciones de Gael García como de Luis Gnecco están a la altura de la historia y el personaje en sí; reconocimiento también para los actores de reparto los cuales asumen sus respectivos roles con tino y profundidad, un acierto más del cine chileno. Por diversas circunstancias y avatares he tenido encuentros y reencuentros con el vate: desde Nora {casada con un sobrino de Matilde Urrutia}, que ejerció como profesora en el puerto de Lebu, hasta Rosita y Manuel quienes cuidaron a Delia del Carril Iraeta (La Hormiga) hasta su muerte, gracias a ellos conocí “Michoacán de Los Guindos”, la casa de la artista argentina que el bardo criollo compartió con ella hasta su separación en 1954. Entre ambos hitos - Lebu y Michoacán - tuve el privilegio de compartir con don Pablo en tres oportunidades y, con los años, nutrirme de quienes fueran sus compañeros de partido, literatura y correrías bohemias: Francisco Coloane, Juvencio Valle y Diego Muñoz Espinoza; no obstante, declaro, en mi condición de literato, no sentirme nerudiano: sí un admirador de su obra, consecuencia y compromiso. Fue en Lebu, en la campaña para elegir al candidato único del ‘70, donde conocí al poeta: vestía su típico poncho y gorra Ascot. El encuentro oficial fue en la plaza pública,

EQUIPO DE TRABAJO REVISTA PARQUE CULTURAL Oficina de Comunicaciones Parque Cultural de Valparaíso.

luego del cual compartimos con él, donde, en la intimidad de la dirigencia provincial, expresó temores por lo que los capitales extranjeros harían para impedir el triunfo del candidato popular, cualquiera fuera el elegido. Luego del triunfo del Dr. Allende, estuve más cerca de él en la fiesta popular con ocasión de la victoria; ahí, se reunió con un grupo de jóvenes dirigentes instándonos a aportar con nuestros estudios, trabajos voluntarios y espíritu de solidaridad para contribuir al éxito del naciente Gobierno; a la par, nos advertía que la tarea no sería fácil y que el compromiso fundamental de la juventud era la participación activa en los cambios sociales que el programa de las 40 medidas traería al país. La última vez que le vi con vida y estreché su mano fue en 1972 en la celebración por la obtención del Premio Nobel de Literatura, oportunidad en que junto al Presidente, sus ministros, Matilde y cientos de invitados compartimos la hazaña. En el caso de Neruda, el Golpe de Estado precipitó su muerte; en el mío, truncó mis sueños profesionales y políticos dando con mis huesos en Isla Quiriquina en un periplo de persecuciones, torturas y arbitrariedades que duraría 11 años. Sin embargo, a principios de los ‘80, nuevamente fui actor de algunas actividades culturales y políticas que, una vez más, me acercarían al laureado poeta de Parral. En efecto, viviendo en Angol, un puñado de escritores pertenecientes a la filial de la Sociedad de Escritores de Chile me invitó a unirme a ellos. Así, sin mayor ceremonial, me incorporé a dicho estamento - la SECH - al que, por aquellos años, FILEBO definía como “el Parlamento ausente”. Integrado al Colectivo de Escritores Jóvenes en Santiago, tomé parte en la discusión en torno a los “80 Años de Neruda”, lo que en mi caso devino en la realización, en Malleco, de extensas jornadas de 8 meses (feb. – sep. 1984) que culminaron con la creación de un monolito en su homenaje – único en dictadura – el cual aún se conserva en la “Plaza El Mirador” de la Ciudad de Los Confines. Meses más tarde, enero 1985 - a instancias de Francisco Coloane - tuve el honor de rendir guardia y ser orador en el velatorio de Matilde Urrutia, en “La Chascona”.

Edición y redacción: Richard Muñoz Ojeda. Redacción: Silvia Gutiérrez González. Fotografía: Gabriel Ducros. Diseño y dirección de arte: Gabriel Huidobro

Finalmente, hace 4 años mi andar se volvió a cruzar con los senderos que caminó el excelso chileno cuando, sorpresivamente, fui invitado a visitar “Michoacán de Los Guindos”, recinto histórico, no sólo porque allí vivió Pablo con Delia por 21 años, sino porque desde aquel enclave arquitectónico inició la fuga histórica que le llevaría primero a Valparaíso, luego a Argentina y al mundo, de lo cual nos ilustra el filme de Larraín. En ese hermoso lugar, que se ha mantenido a la usanza de sus moradores, se hicieron testimoniales locaciones de la película Neruda; lástima que su creador no filmara el anfiteatro del final de los guindos, testimonio silente de las excentricidades sociales, insurgencias literarias y licencias terrenales que el insigne poeta y sus particulares invitados vivieron en más de alguna jornada en aquello idílicos paisajes, algunas de las cuales me fueran, sabrosamente, relatadas por sus inquilinos. Aquel encuentro con parte de la historia literaria y política de Chile fue una jornada maravillosa, en cuya ocasión tuve la suerte de tener un fotógrafo de lujo, al mismo que, por aquellas paradojas de la vida – en dictadura – le cupo la misión de custodiar la vieja casona para evitar que el poeta, aunque fuera desde la tumba, incitara a su pueblo a la insurrección. Pero esa historia, por razones de rango, debe observar el paso del tiempo para ser develada en detalles.

Fernando Salvador Presidente Corporación Cultural Valentín Letelier Viña del Mar

Reyes y Alexis Álvarez Producción: Daniela León Uribe. Mail de contacto: comunicaciones@pcdv.cl / Impreso en El Mercurio de Valparaíso.


Ocupando la calle, irrumpiendo en el espacio público y sin permiso, el artista callejero Rodolfo Meneses ha logrado conquistar la cotidianeidad de las y los habitantes y visitantes de Valparaíso, y también de otras ciudades del mundo. Conversamos sobre su personaje de overol naranjo y bicicleta de dos metros, pero también sobre la necesidad de más espacios para las artes, el control policial en las calles, la política institucional y los nuevos proyectos. Por Silvia Gutiérrez González ¿Qué ha significado para ti el trabajo en la calle? Ha sido un camino con altos y bajos. Bien aguerrido. De cierta forma el trabajo en la calle es muy expuesto, no tiene la contención que tiene una sala. Lograr desde la calle cierta validación de mi trabajo es todo lo que yo he querido hacer, es cumplir los objetivos trazados desde los comienzos. Ha sido un camino bastante fuerte pero ahora comienzan a verse los frutos y eso es genial. Poder vivir del trabajo, llevar la bandera del arte de calle para adelante y poder validar un espacio que está bastante mirado en menos. ¿Cómo describirías tu relación con la gente en la calle? Yo me planteo el trabajo desde la invitación a las personas a empoderarse de sus propias vidas. Si te empoderas de tu vida, te empoderas de tu espacio, y la calle nos pertenece. La invitación es a empoderarte, a salir a la calle, en familia, a cagarte de la risa, a ver a los otros y a las otras que también están disfrutando. De cierta forma eso es una manifestación. Para mí el arte callejero es muy político. Uno a veces se cuestiona el hacer reír, cómo hacer reír, qué es hacer reír, pero después vas entendiendo que hacer reír es como el conducto, el canal. Con el humor puedes decir un montón de cosas y funciona! La gente va entendiendo y yo creo que por eso el personaje va creciendo. Porque no sólo te hace reír, sino que también te dice que no tires basura, te dice: ”igual te podís relajar”, “no tenís pa’ qué estresarte tanto”, “puedes compartir este momento con la comunidad callejera”. ¿Piensas el humor como un mecanismo de crítica social donde se pueden decir muchas cosas y sin censura? Es potente el humor. A mí por ejemplo, me gusta mucho Leo Leo Bassi, que es un italiano viejo, bufón, que deambula siempre en el límite. Le han hecho casi atentados, porque no a todo el mundo le gusta su discurso. Y si bien yo no busco mucho la controversia, si necesito expresar mis opiniones y es desde el humor que lo he logrado y validado. ¿Piensas el humor como un mecanismo de crítica social donde se pueden decir muchas cosas y sin censura? Es potente el humor. A mí por ejemplo, me gusta mucho Leo Leo Bassi, que es un italiano viejo, bufón, que deambula

siempre en el límite. Le han hecho casi atentados, porque no a todo el mundo le gusta su discurso. Y si bien yo no busco mucho la controversia, si necesito expresar mis opiniones y es desde el humor que lo he logrado y validado. ¿Sientes también que el humor aporta al proceso de sanación en un contexto de mucha rabia acumulada, de indignación? Hay que partir de la idea de que la gente no sale a la calle a ver un espectáculo o por lo menos no lo hacía algunos años atrás. Ahora invito a las funciones por las redes sociales, y antes de que llegue el Tuga, la plaza ya está llena. En el arte callejero uno se mete en el cotidiano, y desde ahí tratas de entregar esta cuota de humor y conciencia, invitas a mirar desde otros puntos de vista. Es genial porque la gente no se lo espera, te metes en su camino mientras sale a comprar pan, sale de la pega, o que viene del hospital. Y eso lo hace la calle, el estar ahí y validarla como un espacio increíble de trabajo. Encuentro que el humor es la revolución, el amor, sobre todo en estos tiempos de guerra, tiempos de dictaduras escondidas. Es muy violento el mundo en que vivimos, y no sólo una violencia concreta como la que a veces existe en las marchas, sino que una violencia social. Entonces si le haces a la gente un cariño en el corazón, la gente te quiere, es un acto de magia. ¿Por eso al Tuga lo quieren tanto?

Yo valgo callampa, pero al Tuga lo quiere la gente. Me subo a la bicicleta de dos metros. O sea, no yo, el Tuga, y andamos por la calle. La gente toca la bocina, es como una fiesta, una energía, una luz, es hermoso. Es muy liberador. Y desde ahí viene mi revolución, desde el pensamiento, desde la idea editorial de este personaje, hacia dónde quiere ir. Es un personaje que quiere involucrarse con la libertad, con el amor, con el trabajo en comunidad, tomarse el espacio público y ocuparlo. Yo ya no pido permiso para estar en la calle, porque es la misma gente que me lo da. Un espacio donde además se dan dinámicas como el control de identidad (…) Ahí yo tengo mucha experiencia. Ahora se modificó la ley, pestañaste y si al carabinero no le gustó, te puede pedir tu carnet. Todo según el criterio de este efectivo policial. Antes tenían que cumplirse ciertos criterios, aunque siempre “desde su criterio personal”, y es penoso porque yo siento que Carabineros no tiene la información necesaria para poder dirimir, identificar si alguien está haciendo arte u otras cosas en el espacio público. Es por eso que viví persecuciones. El Tuga fue durante los veranos del 2005 al 2007, “súper detenido”, con bombos y platillos, porque llegaban con una moto, después una RP, después la cuca, la zapatilla, el carnicero, llegaban todos a la fiesta para llevarse a ¡un mimo!

¿Has conversado con Carabineros o con otras instituciones sobre el acoso a los artistas callejeros? Yo no me he sentado a conversar con Carabineros, pero si se han dado algunas instancias donde nos entendemos. Lo fome es que de cierta forma me reconocen y validan mi trabajo, y por otra parte siguen habiendo violinistas, músicos y diferentes expresiones de arte callejero, pero como no hay ninguna regulación ni normativa, ni protocolo con la municipalidad, ni leyes con el Consejo de la Cultura que apoyen el uso del espacio público para el arte, siguen habiendo estos atropellos de derechos para los artistas. Y se ven ahora enfrentados a la nueva ley donde puedes terminar preso cada vez que ocupas la calle. El Tuga se ha convertido en punta de flecha, pero somos hartos y hartas las que ocupamos el espacio. Están los chiquillos que ocupan el Metro, la gente que trabaja en las micros, los chiquillos del trolley y los artistas itinerantes que no son de Valparaíso y viven así, itinerando, lo que es también parte de nuestro oficio. Hemos visto al Tuga también participar de las primeras Primarias Ciudadanas El Tuga tiene la oportunidad de hacerlo, entonces lo hacemos, lo ocupamos. Para mí el tema de las Primarias Ciudadanas fue genial, no sólo participar, sino que exista esta instancia. De cierta forma estamos todos cansados de la política tradicional, del duopolio, de la coalición tanto o la coalición tanto, y al final entre todos se arreglan los bigotes. La gente dice “yo no opino de política porque al final tengo que trabajar igual”. Ese escenario a mí me tiene un poco cansado, y ahora con el Tuga podemos empujar eso un poquito, ese “yapo, sale a la calle”; “yapo, hay esto”, “mira, hay carpa de circo en barón”, “mira, hay espectáculos” “mira, ahí está el machismo”. Es un poco eso, hacia donde miramos: “deja de ver la tele un poco”.


Es el pueblo empoderado, es la ciudadanía empoderada de una idea, empujándola. Cuando yo supe de este proceso, dije “quiero participar”. Es un terreno muy fértil para que un payaso pueda decir cosas. Y salió el Tuga de alcalde en un basural ¡Buenísimo!, en traje de baño tratando de entrar al puerto y bañarse ¡porque no se puede!. Entonces es poner sobre la mesa las cosas que están pasando hoy, sobre todo en Valparaíso. El Tuga está en esa, está politizado. Tenemos que tener opinión, defenderla y debatirla. ¡Que simbólico además que aparezca un payaso cuando se suelen hacer metáforas entre los payasos y los políticos! Con eso me incentivan aun más a trabajar. Miren ¡esto es un payaso! Lo que es trabajo, rigor. Hay una frase que saqué de un libro que se llama “Poesía Cirquera” y hay un poema sobre cómo la gente ocupa la palabra “payaso” para ofender, y dice esto: “ser payaso es cosa seria, es como una vida cualquiera”. Para mí eso lo resume todo al final. Yo te respeto panadero, ingeniero... entonces respetemos a los payasos. Hacer reír, subirse al escenario, pararse en la esquina... esto también es un trabajo.

Muy acostumbrados también a ese humor que es racista, machista, homofóbico, gordofóbico Hay muchas cosas arraigadas en nuestra sociedad como el machismo. Es cosa de leer Condorito por ejemplo, donde las mujeres son todo tetas y potos, estúpidas, histéricas o pesadas, como la figura de la suegra. Y Condorito está en todos lados. Todo bien con Condorito pero ya podemos pasar a otras cosas. Con el Tuga lo podemos decir, lo podemos poner en el tapete. Por eso lo cuido, para que tengamos posibilidades de llegar cada vez más lejos, y tener mayor poder de hacer. Qué pasa con esa ética –constante- de ser Rodolfo y ser a la vez, el personaje. Trato de ser consecuente con el personaje. Por ejemplo en febrero me hice vegetariano, y es loco porque el personaje habla de amor, de la revolución del amor, de las luchas, de visitar a la gente en los hospitales (y tratar de ir a todos los beneficios al que lo invitan). Me hice vegetariano porque empecé a entender que iba en contra de este mundo, que la industria cárnica es un mundo de torturas, y esta sociedad

es muy hipócrita. Yo me sacaba selfies con el asado, pero después empecé a entender por amigos veganos y vegetarianos otro mundo que es más consciente con la naturaleza y los animales. Entendí que para que esa carne llegara a esa parrilla, los animales tenían que pasar por mucho sufrimiento, no sólo en el momento que lo matan, sino una vida de sufrimiento, donde sus derechos son vulnerados, y paralelamente estamos hablando de derechos humanos, ¡y derecho animal también! No digo que nunca será inconsecuente, pero intento serlo, eso también es parte de uno. ¿Qué se viene, cuáles son los proyectos, las giras? El Tuga ahora está invitando a participar de “Cuéntame Valparaíso” que lo organiza El Mercurio, invitar a la gente a participar de este concurso escribiendo cuentos. Hace poco hicimos “Circo Condell” en el Teatro Condell, y eso fue genial porque lo armamos nosotros de forma autogestionada y llenamos tres funciones. Pensamos poder hacer circo más adelante. El documental ya se viene para

octubre. Estamos preparando la temporada verano 2017, con acciones en las calles de Valparaíso. Y se viene también una gira internacional que incluye China, Inglaterra, Canadá, Colombia y Brasil, que esperemos se concrete. Además realizo seminarios en el Parque Cultural. Uno de esos se llama “Cómo trabajar en la calle y no morir en el intento” e invita a las y los artistas escénicos o artistas en general, a ver la calle como escenario y les entrega tips para que puedan intervenir sin que les peguen o sucumban ante la calle, en donde la gente te puede ignorar y tratar mal. Y el otro seminario se llama “La potencia del gesto en la interpretación” que son técnicas gestuales, el abecedario para después implementarlas en tus malabares, o en tu payaso o tu teatro. Además de la candidatura ciudadana, estamos atentos a qué pasará con Cultura con el cambio de gabinete y apoyando todos los beneficios que podemos, que estos últimos son una respuesta a nuestra realidad, sin salud, sin plata. Ahí los artistas estamos empujando tallarinatas, karaokes, corridas, zumbatón... Hacerlas todas, porque está todo pasando.


Entrevista a “Los Maestros de las Cosquillas”

Arte para reír, sanar y cambiar el mundo Siempre ha existido la figura del que hace reír. Con efectos chamánicos, y en las cortes de la realeza, habían juglares que venían a decirnos la verdad sin que les cortaran la cabeza, y quienes en África siempre han hecho reír y bailar. Los aportes para la inspiración de las y los payasos chilenos provienen de todos los rincones del mundo, pero siempre con el objetivo de convertirlos en risa. Conversamos con Los Maestros de las Cosquillas: la payasa Soponcia (Tahía Carrasco) y los payasos Custodio Patilla (Pablo González) y Charkikán (Carlos Gatica), que nacen en el Museo del Títere y el Payaso, provenientes del mundo del teatro y que hoy aúnan sus técnicas para hacer compartir momentos de risa, y hacer arte para reír, sanar y cambiar el mundo. ¿Cómo es hacer humor en una ciudad como Valparaíso, respecto a los espacios para aprender y crear? Hay varios espacios para las y los payasos, según lo que uno quiera aprender. Está el Museo del Títere y el Payaso, que es más de sala, o la Carpa Azul del Cerro Barón, para payasos más de circo o de calle. También para algunos la posibilidad de estudiar en Argentina, Ecuador, Brasil, Colombia, pues independiente de que todos seamos payasos, hay diferencias en las especializaciones. Lo principal es que queremos pasarlo bien, y hacer reír. Lo que hacemos es una invitación a la gente a vivir un momento de la risa. A veces cuesta sacar a la gente de la rutina, de los problemas cotidianos, y cuesta además que se comprenda que este es nuestro trabajo, que aunque nos estemos riendo esto no es juego, pues vivimos de esto y queremos seguir haciéndolo. Creemos también que a Valparaíso le falta organización en este sentido, pues vemos humor en la Plaza Aníbal Pinto, en la Plaza El Descanso, en el Parque Cultural, donde la gente se reúne. Ahí hacemos una crítica a las autoridades pero también a nosotros por no crear más instancias donde la gente pueda reír, reunirse, estar en familia, pasarlo bien, dejar de ser tan serios. ¿Cómo sienten la relación con la gente y la valoración de su trabajo? Cuesta que la gente vaya a los espectáculos y que pague una entrada. Si es gratuito se llena, pero con un precio se complica. Falta una especie de educación donde se comprenda este tipo de trabajos. Es ardua la misión, nosotros tenemos que trabajar harto para que se nos valore y reconozca nuestro trabajo. Es difícil hacer reír, trabajamos harto. Además parte de nuestro corazón está depositado acá, porque hacemos esto de manera honesta, entonces va más allá de lo económico. Esto lo hacemos desde hace muchos años y a puro pulso. Somos muy afortunados de estar viviendo en esta era de rescate de una tradición tan bonita como el mundo de las y los payasos para todos. Los

cambios sociales son muy graduales, es lento el proceso Sabemos que han transitado desde el teatro a hacer humor. También desde las salas, a las calles. ¿Qué ha significado ocupar el espacio público como escenario? Cambia bastante. En el teatro tú tienes al público en frente tuyo, y en la calle se abre el espectro, hay ruidos, hay perros. Es bonita la experiencia de la calle. Hemos hecho la mayoría de nuestras creaciones ahí. Es gratificante la recepción del público, considerando que en la calle estamos dispuestos a que pase lo que tenga que suceder, porque nosotros podemos tener una idea, un plan, pero hay miles de variables, y hay que estar 100% atentos. La gente se ríe, te agradece, porque estamos todos en ese momento siendo parte de la performance. La calle nos pone a prueba, por todos los estímulos, pero tiene esa cosa desafiante, porque tengo que conquistar a cada uno, al que va pasando, al que está mirando de la ventana. Es teatro en 360°, estamos desnudos en la calle, pero es una hermosa montaña rusa. Somos de la idea de lo participativo y cooperativo, tenemos más familia. Los payasos nos queremos harto, mantenemos contacto, en este oficio todo es desde el amor. Hay retroalimentación todo el tiempo. Cuando compartimos en el Teatro Condell con “El Festín de la Risa” fue maravilloso, compartimos tras bambalinas, y todo nos ayuda, como compañías y de manera individual. Esta bueno el movimiento. ¿Creen que vivimos en una época en que nos reímos poco? La gente no está acostumbrada a reír. Nos han tocado funciones donde si un niño se ríe muy fuerte los papás lo hacen callar, y decimos ¡está bien que se ría, eso es lo que queremos provocar!. Tenemos que aprender a reírnos de más cosas, pero que tampoco nos hagan lesos. Nos damos cuenta de lo que está pasando, de que las cosas no van bien como las proponen desde arriba, pero la forma de cambiarlo es también a través de la risa, del diálogo. Nosotros somos agentes de cambio, queremos sacudir lo que está sobre y por debajo de la mesa. Este es un país

bastante gris, nos hacemos callar cuando reímos muy fuerte, venimos a remover un poco lo que está pegado en este sistema. Necesitamos colores, necesitamos cambiar. ¿Qué piensan de esta analogía de que los políticos son unos payasos…? Con los payasos en el poder lo estaríamos pasando bien, estaríamos disfrutando, sería todo más trasparente y honesto. Ser payaso es eso, no es esconder nada. Una sociedad honesta sería fantástica. También esos dichos como “la risa abunda en la boca de los tontos”. Nosotros creemos que la risa abunda en la boca de la buenas personas, transparentes, honestas, felices. Y al contrario, quienes intentan regularnos, el sistema, los poderes, no les gusta la risa ni que lo pasemos bien. Prefieren mantenernos grises. ¿Qué nos aconsejan Los Maestros de las Cosquillas para que cambie esta sociedad? Lo que nosotros queremos instalar es el sentido del humor en la sociedad para dejar un montón de problemas de lado. El humor no puede ser sólo comprendido desde el molestar al otro, y cuando es hacia mí nos sentimos ofendidos. Culturalmente hay gente que se cree muy importante. La gente quiere tener y sentir poder, aunque sea en las cosas más mínimas. Y eso es una ilusión, no hay ninguna realidad. Hace muchos años un amigo que hacía teatro, crudo y contestario decía: ¿los payasos? los payasos no hacen nada por cambiar la sociedad, hacen reír a la gente, qué les va a cambiar eso su realidad. No le estamos dando el pan, ni la educación, pero estamos compartiendo felicidad, y el amor por la felicidad no está en cambiar lo que yo tengo afuera, sino como yo estoy por dentro. Nosotros elegimos reírnos, y que todos nuestros amigos y amigas elijan reírse ¿Qué le hace mejor al cuerpo? ¡Reírse! Como decía Patch Adams: “Voy a ser feliz como acto político”, y queremos que el resto sea feliz conmigo, con nosotros. No hay mejor trabajo que ser payaso, que ser payasa. Somos afortunados.


Entrevista a Rodrigo Piaggio-Marchant.-

DIVA: La transformación de Festival a Academia Cinematográfica

La sexta y última versión de DIVA Film Fest se realizará entre el 14 y el 18 de noviembre, en el Teatro Condell y Municipal de Valparaíso. El Festival es patrocinado por la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, bajo la producción de Agencia F! y cuenta con el co-financiamiento del Fondo de Fomento Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes del Gobierno de Chile.

El año 2010, en el marco del X Festival de Cine de Ovalle, el porteño Rodrigo Piaggio-Marchant y el ovallino Mauricio Ortiz, piensan en la posibilidad de realizar algo en Valparaíso. Los acompañaban las ganas y la experiencia de realizar festivales de cine en diferentes ciudades de Chile: Iquique, La Serena, Coquimbo, Ovalle, Rengo, Chillán, Coyhaique, Los Vilos, Quilpué, entre otros lugares. Diez años de experiencia que decidieron volcarla en un nuevo festival, llevado a cabo en un contexto de fuertes movilizaciones sociales. Es así como el año 2011 se da inicio a la primera versión del Festival Internacional de Cine Diversidad Valparaíso, DIVA Film Fest. A sus creadores les interesaba que la gente de Valparaíso le perdiera miedo a los temas tabúes y conociera las causas invisibilizadas en Chile y América Latina, además de privilegiar el encuentro con la otra/el otro. “Las películas son una excusa” dice Rodrigo Piaggio-Marchant, director artístico de esta iniciativa que cierra su ciclo este 2016.

¿Por qué deciden realizar un Festival de la Diversidad en Valparaíso? Nunca quisimos hacer un festival de cine gay, un festival temático tan específico, porque creíamos que Valparaíso tenía otra disposición. Teníamos claro también que Valparaíso es una de las ciudades más diversas de Chile, y por qué no decirlo ¡del mundo!. Pero en todos sus contextos, esa riqueza y diversidad cultural que tiene Valparaíso: del cerro al mar, del campo a la costa, las playas, las no playas, los colores, sus habitantes. Todo influye en el contexto.

LOS PACTOS DE SILENCIO CULTURALES

No es prioridad para las autoridades, ni para el Consejo de la Cultura, ni para los líderes regionales de cultura (porque no hay), nadie lo asume, nadie se quema. De lo que se ha tratado esto es de que te haces amigo de cualquier político, y te quedas callado, ya no te enfrentas ni molestas a nadie. ¡Ganan más lucas los que están administrando la cultura que los mismos creadores! Es absurdo.

“En la mística de estos 5 años, el Festival DIVA no se ha empañado con los altos y bajos que en términos de financiamiento ha tenido. Los tres primeros años contaron con recursos públicos a través del Fondo de Fomento Audiovisual, y la cuarta y quinta versión se financió principalmente a través de auspicios. Este último año, también cuentan con fondos públicos de Cultura” ¿Sientes que en Chile la cultura no es prioridad? El camino de los festivales en Chile es complejo, ningún festival en Chile se destaca, pues están más preocupados de invitar a sus amigos a los eventos que de hacer eventos amplios, que lleguen a la gente. Los proyectos de calidad como el Festival Ojo de Pescado, Cine Recobrado u otros eventos culturales de calidad en la ciudad no son prioridad para las autoridades que gestionan la cultura. No es prioridad en Chile ni acá que somos capital cultural.

¿Y cuál es su mirada respecto al derecho al disenso y a la diferencia? Tenemos una idea de cómo manejarnos socialmente. Creemos que deben existir sociedades diversas, sin etiquetas. Una sociedad moderna, distinta, donde nosotros podamos converger con el otro y la otra en base al respeto, donde prime esta mirada más amable que nos permita construir una sociedad mejor.

¿Cómo ves la situación de los artistas y la dificultad de mantener proyectos en el tiempo? Tenemos gente que está muriendo de hambre, gente que no tiene ni salud ni previsión. Jamás hemos cotizado. Es extraña la dinámica de la gestión cultural porque es todo al revés. Pues tengo que caerle bien a “alguien” para poder conseguir algo. Me sorprende que toda esa gente que no está creando, que no está liderando procesos, gane tanta plata. Son gente con puestos de poder importantes, que deberían jugársela por la cultura, por los festivales, por las organizaciones, sin embargo, se están sirviendo, y muy buenas tajadas.

¿Cómo sientes que DIVA ha contribuido al debate de la diversidad? Nosotros no hemos instalado ningún tema, pero sí hemos ido a la par con los cambios sociales. Cuando fue el debate por el matrimonio igualitario mostramos experiencias internacionales; o sobre la ciudad mostramos qué pasa con la gentrificación y los cambios urbanos; una forma de poner en la palestra los mismos temas que se debaten en la agenda pública y los que no. Además de la gran calidad y apuesta artística de las películas, el DIVA es reconocido por ser un espacio de encuentro (…) No sólo nos importaba generar este espacio de discusión respecto a temáticas que nos podían ayudar en el sentido de las ideas comunes y diversas, sino que también el espacio para el disenso. Cuando creamos el evento lo pensamos en dos ejes súper importantes: hablar estos temas que se invisibilizan socialmente y tener la excusa para el encuentro con las otras y los otros. Lo que queda es lo que pasa antes y después de las películas.

Claro, porque además pareciera que fuera el arte un apostolado (…) Me da rabia que lo que hacemos no se vea en términos profesionales. Estudiamos, no formamos, nos endeudamos, y quieren que todo sea “por unas luquitas” o un “por favor”. Así todo se diluye. Yo me cansé de los apostolados. ¿Qué viene ahora para ti, cuáles son los nuevos proyectos? Nos dimos cuenta de que el DIVA, independiente de la cantidad de espectadores, ya es una marca instalada y reconocida. Funciona bien y no se podía perder. En Chile además sólo ha habido fracasos respecto a una Comisión Fílmica para el país, no hay leyes, referentes, cuentas claras. Hoy estamos en eso, constituyendo las bases de la primera Academia Cinematográfica y Audiovisual Diversidad Valparaíso, cuyo objetivo será entregar el Premio DIVA a las principales obras audiovisuales nacionales e internacionales, elegidos por los representantes de la Academia.


La creación como ejercicio de sanación

Energía y movimiento: El devenir del edificio de la Ex Cárcel de Valparaíso De la violencia, del dolor, del hacinamiento. De la arquitectura, de la sonoridad, de las cifras. Al hablar del edificio de la que fuera la cárcel de Valparaíso desde 1907 hasta 1999, los relatos son múltiples, al igual que las memorias y energías que coexisten y habitan en este lugar. La cárcel es desalojada en la madrugada del 25 de abril de 1999, se van los reos y gendarmes hacia Playa Ancha, y el edificio permanece para ser resignificado. De la incomunicación se pretende convertir el lugar en una oportunidad para el flujo, el movimiento, la creación y la memoria, tal como ocurriera en México con el Palacio Negro, la cárcel de Lecumberri que se convertiría en el Archivo General de la Nación. Ya lo decía Manuel Rojas en Hijo de Ladrón, “la cárcel es una institución que busca reparar las cicatrices de historias agrietadas, arrebatando otras heridas o creando nuevas heridas del incomunicado. Pues son los presos lo enfermos de una herida al fin, profunda o superficial, de sordo o agudo dolor,

sangrante o seca, de grandes o pequeños labios, que los limita, los empequeñece, los reduce y los inmoviliza”. Las cárceles, pensadas para el control social, para esconder nuestras miserias han significado la anulación humana, y los dolores de presos –políticos todos- que han llegado hasta el lugar por diversos motivos. Estuvieron aquí los presos de las guerras, de las dictaduras, anarquistas, sindicalistas, comunistas, y quienes cometieron delitos condenados por la justicia y el Estado. “La población peligrosa” que debía transitar hacia las sombras con nuevas rutinas clandestinas. Un espacio rehabilitado: “La liberación de la mente y de la sociedad liberadora” El Edificio de Transmisión es el principal espacio del Parque Cultural de Valparaíso, donde la ex galería de reos fue rehabilitada para transmutar a través de las artes y el encuentro, los dolores alojados, y ser un espacio de memoria viva y nuevas propuestas experimentales. Sin embargo, la historiografía del lugar, requiere

hacer un levantamiento de sus archivos, registros, testimonios, con el objetivo de reconstruir su memoria apegada a la justicia que otorga validar y conocer a todos quienes pasaron y habitaron el lugar. A veces pareciera ser que los últimos episodios de violencia de los países -que tardarán décadas en sanar como las dictaduras- concentran el patrimonio exclusivo de la memoria, como si ésta no estuviese unida con un hilo rojo con las historias anteriores de violencia política, torturas, encarcelamiento, fusilamiento, y muerte. Pasillos, celdas y rejas permanecen como pasas para la memoria de un entramado social que a veces pareciera preferir el olvido. Con el enorme desafío de reconstituir la historia de este recinto penitenciario y todas las connotaciones políticas acumuladas a lo largo de su existencia, el Parque Cultural


deberá comprender el rol que este espacio ha jugado en la historia social y geopolítica de la ciudad, así como también cómo se resignifica desde el movimiento, desde lo comunitario y desde la otredad. Mirarse hacia adentro No es un espacio de acceso inmediato, se debe coordinar su ingreso para el uso de las salas, las visitas al huerto, o el uso de la cocina. “Hubo personas que no estuvieron contentas con esta medida, querían abrir el espacio. Sensación válida de que el espacio debe estar abierto, pero como es un sitio con un acontecer histórico complejo, se ha preferido optar por la creación, el silencio, y así respetar la esencia del lugar” señala la coordinadora del Edificio de Transmisión, Úrsula Tejos. El director del Parque Cultural, Jorge Coulon también indica que este espacio está en construcción. “Se tiene que ir definiendo su funcionalidad. Hoy acoge a comunidades de artistas, a instituciones, a organizaciones sociales, pero respetando la dinámica que

tiene el Edificio de Transmisión que es principalmente la creación”. Un espacio de convergencia para las artes escénicas, visuales, la música, el circo, el video experimental, la actividad gastronómica, además de talleres, seminarios y capacitaciones. Con uso de carácter rotativo, conviven diariamente adultos mayores, jóvenes creadores, artistas y organizaciones que buscan la tranquilidad y el espacio íntimo para el diálogo, el encuentro y la creación en toda su diversidad. Con altos niveles de demanda, muchas obras han comenzado en este edificio, se desarrollan y algunas de ellas se estrenan en el Parque. Otras, sin el objetivo de terminar en un producto final, utilizan el espacio para sus ejercicios de formación y experimentación. Sin embargo, poder contar con una mejor infraestructura, es una necesidad urgente para poder albergar nuevas disciplinas y comunidades locales. Los problemas de agua, ventilación, calefacción, entre otros, son nudos críticos reconocidos por la actual

administración, la cual señala estar trabajando en protocolos, procesos operativos y adaptándose a las necesidades de la gente para asegurar las mejores condiciones y la permanencia en el tiempo de sus ocupantes. Hoy el Edificio de Transmisión convive con diferentes expresiones que generan también los cambios de energía necesarios para continuar. El teatro, la danza, las marionetas, el dibujo, la pintura, la fotografía, la música, los malabares, las telas, el cine, el video experimental, la cocina, y una hermosa huerta; además de trabajadoras y trabajadores del Parque, adultos mayores vibrando en sus talleres, funcionarios públicos en capacitaciones, jóvenes creando. Todos los días, en un proceso de resignificación al dolor que tiene que ver con conocerse, reconocerse, crear lazos, y quemar –simbólicamente- los barrotes que nos separan.


Cia La Peste: 15 años de amor, furia, disciplina, rigor y autonomía En uno de los lugares que ha sido testigo de su trayectoria, el Centro de Investigación Teatro La Peste se ha instalado con talleres, una reposición de reconocidos montajes y el estreno de dos obras nuevas, estás últimas relacionadas a la crisis hídrica en Chile y el ignorado trauma de los conscriptos durante la dictadura. Por Daniel Labbé Yáñez Quince años no es nada, es mucho; sobre todo cuando durante ese tiempo se ha dado vida a 11 versiones del mítico Encuentro de Teatro Porteño Independiente (ETPI) a 18 montajes y dos estrenos en menos de un año. De ahí la importancia del festejo que está llevando a cabo el Centro de Investigación Teatro La Peste, quienes en marzo de 2016 se instalaron con una residencia en el Parque Cultural de Valparaíso, la que durará hasta enero de 2017. “Es estar en el lugar que hemos ocupado siempre. Venimos de la etapa de la Ex Cárcel. Trabajar en el Parque es un proceso obvio. Lo seguiremos haciendo porque es el espacio que debe albergar a todos los trabajadores del arte en Valparaíso, sin excepción” señala Danilo Llanos, co-director de La Peste. En ese sentido, agrega que no solo esta residencia sea fructífera para exhibir sus trabajos, sino que sea una plataforma de difusión y circulación real de las artes escénicas en general en Valparaíso. Es decir, apunta el actor, “que el fomento a este quehacer se transforme en algo de mucho mayor alcance que tan solo utilizar las gélidas y bulliciosas salas de ensayo y el tan ocupado teatro principal”. Talleres de teatro para aficionados en septiembre -como parte del área de formación de La Peste-; reposición del montaje “Mediagua” (Premio a la Mejor Dirección y Diseño Integral en el Festival de Dirección de la Universidad de Chile, y Mejor Actor y Montaje en el Festival de Invierno de Calama, ambas en 2014) y de uno de los últimos trabajos de la compañía, “Error”, en noviembre, es solo parte de lo que ofrecerá el Centro de Investigación en el Parque Cultural. Añadiendo el reciente estreno de “Enemigo”, basada en “Un enemigo del pueblo”, montaje del influyente autor noruego Henrik Ibsen, publicada en 1883. La agrupación porteña se toma de este emblemático texto para revisitarlo, traerlo a la actualidad y en base al trabajo del destacado dramaturgo Fernando Mena (“Pato Yáñez o el Gesto Nacional”, “15 años después”) internarse en los conflictos, intereses, entramados de poder y traiciones que se esconden tras una de las problemáticas socioambientales más graves que afectan hoy a Chile y al mundo en general: la escasez y contaminación de aguas.

“Nuestro proceso ha sido libre, sin apegos a métodos ni fórmulas” A la hora de mirar hacia atrás y hacer una lectura de estos años, Daniella Misle, actriz y co-directora de La Peste, sostiene que el crecimiento de la compañía se podría evidenciar precisamente en “la capacidad de existir durante 15 años con un trabajo constante y en diferentes áreas de

lo que implica el quehacer teatral, desarrollando todas las actividades que hemos considerado relevantes en creación, gestión, formación y vinculación, entre otras”. Llanos, por su parte, destaca la capacidad que ha tenido La Peste de realizar una labor ininterrumpida y explica las razones de este logro. “Hemos sido capaces de sostener un trabajo a lo largo del tiempo en un país con un modelo de política cultural que fomenta -precisamente- lo contrario. Somos un grupo, somos amigos, convocamos a gente a trabajar con nosotros desde el más profundo y sincero amor. Ahí está el motor de nuestro trabajo: El amor. El amor complementado con la furia, la disciplina, el rigor y la autonomía”, señala. Junto a las mencionadas obras “Mediagua” y “Error”, la labor creativa incesante de la compañía porteña se ha traducido en los montajes “Ser Madre”, “Secreto de Camarín” (Mejor Obra de Teatro Regional 2009, otorgada por el Círculo de Críticos de Arte de Valparaíso), “I Love Valpo”, “Todo es Cancha”, “Pueblo del Mal Amor”, “Vitrinas: Episodios de Cuerpos en el Caos” y “Proyecto Vitrinas: Episodio II. Hallazgo, Revelación y Deseo”, entre otros. “Nuestro proceso ha sido libre, sin apegos a métodos ni fórmulas; responde a pulsiones espontáneas que aparecen en la orgánica del grupo”, explica Llanos. En cuanto a lo que se viene, Misle indica que el tema pasa “por tener la capacidad de aunar y poner en valor todo el trabajo que hemos realizado para fortalecerlo y poder hacer, como siempre, lo que queramos, sin quedarnos en la ‘comodidad’ de lo que ya hemos construido”.

La calle, el ETPI, el laboratorio…

Una historia que comenzó con La Peste haciendo teatro en la calle. “Fue un aprendizaje enorme. Un entrenamiento inagotable y también una creación de vínculos con el territorio muy evidente”, indica Danilo al respecto, y que los llevó posteriormente a idear el que se convertiría durante más de una década en uno de sus proyectos más queridos, el Encuentro de Teatro Porteño Independiente. Nacido en 2004 como una reacción a la nula exhibición de teatro local en los Carnavales Culturales de ese año, el ETPI “sirvió como plataforma de visibilización para muchas compañías de Valparaíso en un tiempo en que el teatro de esta ciudad era concebido desde una precariedad absoluta” plantea el actor. El ETPI se realizó, por ahora, hasta su versión número 11. No obstante, la inquietud de la compañía por contribuir a la escena local de forma paralela a la creación de obras, ha redundado en un interés particular por su área de formación. Talleres, seminarios y charlas, entre otras actividades, son parte de esta instancia que -explica Danilo Llanos- “busca aportar al quehacer teatral de Valparaíso y generar puentes

de creación artística”. Junto con ello, la compañía se encuentra en una etapa de profundización de su labor de Centro de investigación. “Pensando la teatralidad y situándonos en el espacio de laboratorio”, dice Llanos, agregando que no todo se reduce a un “afán productivo de hacer obras”, sino que también a “la búsqueda de intentar cada vez poner en tensión lo que nosotros hemos ido entendiendo como fenómeno teatral”. “Un enemigo” y “Negros”: Lo nuevos estrenos Dentro de las actividades de la compañía en su residencia en el Parque Cultural, el estreno de su obra “Un enemigo” (Fondart Regional 2016) el pasado 11 de agosto marcó definitivamente un hito. Desde el 26 de marzo que trabajan en este montaje al interior del Parque. “Nos interesa siempre estar en la coyuntura, en los temas que son sinónimo de indiferencia o peligrosidad, en sus distintas dimensiones” explica Llanos, director de la obra que se toma del clásico de Henrik Ibsen, Un Enemigo del Pueblo, para -reescrito por el dramaturgo de la región, Fernando Mena. “En Chile el agua es privada y eso como punto de partida en tanto coyuntura es brutal como material discursivo”, señala Llanos, quien releva uno de los crudos tópicos contenidos en “Un Enemigo”: “Hay una crisis y el tema es cómo esta crisis la trasformo en un beneficio propio. Es el hombre expuesto en su más absoluta hipocresía”. Son el poder grosero y la búsqueda de objetivos a cualquiera costo -detalla el director- los factores decidores en una serie de hechos que se pueden constatar en la historia reciente de nuestro país. Daniella Misle agrega que, más allá del tema medioambiental del texto original, la mirada de esta apuesta “tiene que ver con exponer la chabacanería y el carerajismo de la clase política, quienes roban y explotan los recursos comunes y ‘no pasa nada’”. Sin embargo, suma la actriz, “quien se roba un celular se va 10 años en cana. Es la injusticia y el desperdicio de la vida de millones para el aprovechamiento de unos pocos”. “Nosotros hacemos la obra y cada uno que saque sus propias conclusiones”, plantea. Por último, en enero, cerrando la residencia de alrededor de 10 meses del Centro de Investigación Teatro La Peste en el Parque, se estrenará la obra “Negros” (Fondart Nacional 2016). El trabajo busca poner en discusión un tema excluido del debate en torno a la dictadura cívico-militar chilena, planteando una polémica pregunta: ¿Los conscriptos fueron también víctimas de los derechos humanos?... Respecto a lo que pudiera generar dedicar un montaje a esta realidad excluida de la reflexión post dictadura, Danilo Llanos señala: “El teatro debe siempre generar preguntas, ese también es el rol del arte, jamás dar respuestas”.


“Nos interesa siempre estar en la coyuntura, en los temas que son sinĂłnimo de indiferencia o peligrosidad, en sus distintas dimensionesâ€?


Marcha de la diversidad sexual Santiago de Chile, septiembre de 2004. Foto: Javier Godoy

Víctor Hugo es un activista político homosexual, escritor, periodista y amigo del fallecido escritor Pedro Lemebel, nos juntamos con él en el centro de Santiago, en una marcha contra la transfobia, donde nos tocó presenciar su lucha, lucha a la que le ha dedicado toda su vida, convencido, reflexivo y maduro el Che de los Gays está donde las papas queman, desde ahí nos da su visión de Chile, del VIH y de su libro. Por Ciudadano Huidobro


¿Cómo nace el libro “Sida en Chile, Historias Fragmentadas”? Este es mi tercer libro, el primero se llamó “Bandera Hueca. Historia del Movimiento Homosexual en Chile” que fue publicado el año 2008, era un homenaje a la primera protesta homosexual que aconteció el 22 de abril de 1973, precisamente en la Plaza de Armas de Santiago, protagonizada por un grupo de travestis prostibulares pobres, quienes decidieron alzar la voz y protestar en contra de la represión policial, o sea, que tampoco hemos avanzado mucho desde esa época. El segundo libro es “El Diario del Che Gay en Chile” que lo publicamos el año pasado, junto al sello de Siempreviva Ediciones, que es un retrato biográfico, político y social sobre mi quehacer en el activismo homosexual, incorporando textos críticos, performance, fotografías, es un libro bien “queer”, como le llamaríamos ahora, bien loco porque parece un artefacto con muchas entradas y salidas, pero siempre centrado en el ámbito de la historia que es algo que a mi me preocupa trabajar y profundizar, la historia social y política de la diversidad sexual. Se complementa este trabajo con “Sida en Chile, historias fragmentadas”, que está publicado en coautoría con la periodista Amelia Donoso, idea surgida de una iniciativa de Fundación Savia, una organización que viene trabajando hace más de 20 años en temas relativos al VIH/SIDA y a los derechos de las personas que viven con el virus, es una investigación de largo aliento que duró varios años, donde intentamos describir y recopilar la mayor cantidad de antecedentes posibles de la historia comunitaria del VIH, esta no es una historia del Sida científico, sino de la sociedad civil, cómo la sociedad se fue organizando, cómo fue armando una respuesta política y social a partir de la primera persona muerta producto del Sida el 22 de agosto de 1984, o sea, hace muy poquito cumplimos 32 años de la pandemia, de la estigmatización, de la doble discriminación, porque en Chile la enfermedad está focalizada en la población homo y bisexual, entonces, se suma la discriminación, una por la orientación sexual o disidencia sexual y la otra por discriminación de la propia enfermedad. El Sida en Chile surge en plena dictadura y un dato bien curioso es que Pinochet firma un decreto que la incluye en la lista de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), debido a esto es que puede ser tratada de manera gratuita por el sistema de salud chileno, esta es una de las pocas herencias positivas de la dictadura, pero es así, el Sida en Chile surge en este periodo, si bien la dictadura la reconoce como una ETS, a su vez, minimizaron los efectos de pandemia, con los años aparecieron muchos más casos, pero era muy tarde. En una mirada de historia, el llegar a publicar libros, tener concejales transexuales. ¿Hablamos de la madurez de un movimiento político? ¿Existe alguna estrategia? No existe un nosotrxs único, porque somos tantas y somos tan diversas y en esa diversidad hay múltiples estrategias de visibilización, de luchas, de enmarcarse o desenmarcarse, no es lo mismo hablar de las compañeras trans que hoy mismo estaban en una manifestación en contra la transfobia, aquí en el centro de Santiago, que hablar de la Fundación Iguales que es una institución más bien institucional, higiénica de homosexuales de clase alta, que no se interesan por la luchas de las transexuales, o sea no somos temas, o no somos tan iguales. Hay algunas más iguales que otras. Las pioneras de las luchas homosexuales han sido históricamente las travestis, las más pobres, las que no tienen nada que perder o las que ya lo perdieron todo, son ellas las que han levantado la voz históricamente. Fueron ellas las primeras que se levantaron en medio de un gobierno socialista en el año 1973 para decir que el socialismo no había alcanzado para los homosexuales, lesbianas y trans. Después sobrevino violentamente la dictadura y todos sabemos con ello que se clausuraron todos los espacios de disidencia y libertad, incluida la liberación sexual. En el año 1977 se agrupa un pequeño número de homosexuales que se reúnen para estudiar el tema de la homosexualidad pero de modo muy privado, hasta que ya el año 1980 surge el colectivo lésbico feminista “Ayuquelén”, un grupo de mujeres lesbianas politizadas, que empiezan a pensar la diversidad sexual desde un corte político lésbico y en sucesivo a ellas en el año 1988 surge un colectivo de arte homosexual “Las Yeguas del Apocalipsis”, o sea que, antes del surgimiento del Movilh, el colectivo más importante o trascendente homosexual, que nació el año 1991, habíamos tenido otras experiencias de organización política, de lucha o de emergencia homosexual, es la transición a la democracia la que permite que estas voces disidentes, emancipadoras colorearan el arcoíris que planteó la Concertación a la Democracia, un arcoíris que era bastante gay, pero que ellos, los políticos oficiales, no tenían planificado ingresar a ese arcoíris diverso, más bien era

puro maquillaje, fuimos los homosexuales, lesbianas y transexuales los que introducimos el debate de la liberación homosexual en la discusión pública nacional, planteando conquistas legislativas como por ejemplo la derogación del artículo 365 que penalizaba las relaciones sexuales entre hombres, la famosa sodomía consentida entre hombres adultos que se logró despenalizar el año 1999, más de una década de lucha. Luego lo que todos conocemos, la ley en contra de la discriminación, surge en el Gobierno de Ricardo Lagos Escobar pero viene a cuajar muchos años después tras el terrible asesinato de Daniel Zamudio. Posteriormente el AUC (que es como un grito homosexual) que significa Acuerdo de Unión Civil y ahora se esta planteando una Ley de Identidad de Género que es una iniciativa de carácter más libertario que beneficia a las compañeras y compañeros que tienen una identidad de género que no está acorde a su sexo biológico. En términos legales hemos avanzado mucho, hay un resguardo legal y constitucional, no hemos avanzado tan profundamente y seriamente como quisiéramos, como es el caso de Argentina, o como Uruguay, pero hemos avanzado, es un hecho político que la realidad homosexual se reconoce, antiguamente sólo aparecíamos en las páginas policiales, hoy, también porque salimos a las calles a luchar por nuestros derechos, de ahí esa relación enfermiza casi histórica de las trans con la policía, porque el único medio que ha tenido el Estado de relacionarse con las transexuales es por medio de las detenciones por el comercio sexual, por la violación del artículo 373 que castiga las conductas en contra de la moral y las buenas costumbres, un artículo de ley que todavía hoy en democracia sigue existiendo, así mismo, tenemos casos emblemáticos como el de Alejandra González Pino, la primera concejal transexual de Chile y de América Latina elegida por sistema de voto popular el año 2004 y que se ha mantenido en el cargo subiendo sistemáticamente su votación, ya lleva tres periodos, estuvo a punto de ser candidata a alcaldesa por Lampa pero se entrampó la negociación porque todavía tenemos dificultades para avanzar en la conquista de derechos y visibilidad en espacios de poder político. En ese sentido ¿Crees que debe existir en los partidos políticos o movimientos un debate sobre representatividad o una cuota de participación para la diversidad sexual? Sí, es pertinente, pero no por cuotas, quedaríamos muy bajos, de a poco se ha ido dando, existen partidos que han creado comisiones de diversidad sexual, como el Partido Socialista, el Partido Comunista, la Democracia Cristiana, Revolución Democrática e incluso en la derecha más liberal en Evopoli y Amplitud, hubo incluso una precandidatura trans de la historiadora Valentina Verbal, lo que demuestra que la ampliación de derechos va más allá de los colores e ideologías políticas, hay muchos homosexuales, sobre todo de derecha, muchos, tal vez demasiado. Ahora, donde hemos avanzado poco es en educación sexual, no creo que sean los partidos políticos los que avancen en estos cambios, a los partidos políticos le parecen buena onda los gays, pero no pasan de ahí, es la gente la que debe impulsar estos cambios, la calle. Sabemos que hay diputados homosexuales, pero hasta ahora no se ha levantado ninguna candidatura públicamente homosexual, lésbica o transexual que logre romper los cercos de la homofobia y se instale en el Congreso Nacional. ¿Existen liderazgos internos reconocidos en el mundo homosexual para llegar al congreso? Somos un movimiento muy diverso y muy contradictorio, como la marea, con muchas olas y huracanes, un movimiento permanente de idas y venidas, algunos sectores tienen énfasis en algunos temas y no en otros, el tema de la clase cruza también el movimiento, porque no es lo mismo ser homosexual pobre que ser homosexual rico, ser pobre y maricón es más duro como diría Pedro Lemebel, claro, podríamos armar un movimiento político, pero ¿de que ideología sería? No sería un partido político de los gays, no sé si me entiendes, porque los gays tienen distintas ideologías, maneras de entender la realidad, hay otros países donde hay partidos políticos gays, pero aquí aún no se ve en el futuro más próximo, lo que si debemos hoy es apostar y apoyar a nuestros amigos y amigas que están tomando estos desafíos. Pero nuestras demandas no pueden ser sólo del gueto homosexual, lésbico o trans. Deben ser demandas de todos y todas. Tú eras amigo de Pedro Lemebel. ¿Qué opinión te merece que el Premio Nacional de Literatura lo ganara Antonio Skármeta y no Pedro Lemebel? Una gran injusticia porque Pedro Lemebel tenía todas las condiciones artísticas, toda la trayectoria para ser merecedor de ese

premio nacional, ese reconocimiento del Estado de Chile a su obra, sin embargo, lo que ahí imperó fue la homofobia estatal y social, debemos reconocer que siempre ha sido un premio muy político, un premio que se entrega bajo mucha presión y negociaciones, por ejemplo: muy pocas mujeres ganan ese premio, así que, que un homosexual se lo ganara, era mucho más difícil. ¿Cuáles son los temas pendientes de hoy relativos a las leyes, las libertades sexuales y el VIH/SIDA? Existen varios relevantes, que se legisle de una vez por todas por el aborto en tres causales, ojalá se avanzara en aborto legal y gratuito más allá de las causales. En otro ámbito relativo al VIH/SIDA, que los menores de 18 años no puedan hacerse el test del VIH sin la autorización de sus padres o adultos, aumentando el riesgo de adquirir o transmitir el virus sin saberlo, es preocupante, porque los adolecentes a los 14 años tienen responsabilidad penal, pero no pueden decidir sobre sus comportamientos sexuales ni prevenir el VIH/SIDA. Del mismo modo, que la ley equipare la autonomía sexual, porque ahora reconoce la independencia homosexual a partir de los 18 años, antes no podemos auto-determinarnos, no así los heterosexuales que son reconocidos como tales desde mucho antes de los 18 años, o sea, más discriminaciones en la misma ley. En el entendido de que te autodenominas “El Che de los Gays” ¿Hay una definición de clase con la que defines tu activismo homosexual? Sí, evidente, también de género y política, podría haber sido cualquier personaje de la TV facha, te imaginas, la Patty Maldonado de los Gays, ¡no, porque ella es facha! Una cómplice de la dictadura pinochetista. Yo asumo el Che porque es un personaje, una legenda rebelde, de una causa justa latinoamericana, un emancipador de los pueblos que fue acusado por ser homofóbico, y yo creo que fue así, porque él es parte de un contexto histórico donde la norma era ser homofóbico, el mismo Fidel Castro era homofóbico, y sin embargo reconoció lo horrores de la persecución cubana en contra de los homosexuales y asumió los errores de la revolución. No disculpo al Che, pero comprendo su contexto complejo, nuestra disidencia sexual se ha ido incorporando en los procesos revolucionarios de la izquierda, por lo que es en sí misma, una revolución dentro de la revolución, imagínate tú que hoy la hija del presidente Raúl Castro, la mismísima Mariela Castro, que es nuestra amiga, es la líder de este proceso revolucionario en Cuba, el cambio es posible y para mí es posible en la izquierda, porque yo soy un homosexual de izquierda. Es por eso que yo, al menos, no aspiro sólo a derechos o al matrimonio igualitario, las locas que se quieran casar bien por ellas, pero hay algunas locas como nosotras que apostamos por una transformación estructural, por una transformación del sistema capitalista, apostamos porque los ricos no sean cada día más ricos y los pobres cada día más pobres. Nosotras y nosotros luchamos por toda la justicia social.


ENTREVISTA A ANGÉLICA VALERO PINTO:

Proceso Constituyente: Participación como espacio de sanación

“Pensar una nueva Constitución es romper con el silencio y el miedo de hace 40 años”. Conversamos con la Coordinadora Territorial del Proceso Constituyente, Angélica Valero Pinto, sobre el proceso vivido en las comunas de Valparaíso, Viña del Mar, Quintero, Concón, Casablanca, Puchuncaví y Juan Fernández. La participación de jóvenes y adultos, la urgencia de crear espacios de diálogos, de discusión y encuentro, y lo que espera de los cambios en Chile más allá de la institucionalidad. ¿Cómo has visto a la gente vivir este proceso? Creo que uno de los sentidos más importantes ha tenido que ver con la articulación ciudadana. Es impresionante ver en estos 91 encuentros locales, que la gente después de 40 años se juntara a conversar sobre estas temáticas. Si bien la metodología era bien cerrada – te daban conceptos, y tú podías elegir otros- la gente a raíz de esos conceptos lograba ir un poco más profundo. Y con eso a mí me quedó claro que a diferencia de lo que nos muestran los medios de comunicación tradicionales -controlados por grandes monopolios comunicacionales vinculados a grupos económicos- es que la gente maneja mucho más cuestiones que tienen que ver con lo político de lo que nos quieren hacer creer. Luego de los Encuentros Locales vinieron los Cabildos Provinciales ¿cómo se desarrolló esa instancia en Valparaíso? Los cabildos provinciales -reunión de hasta 500 personas- se realizaron en el Instituto Superior de Comercio (INSUCO) y en el Liceo Guillermo Rivera de Viña del Mar. En Valparaíso se congregaron 265 personas, y en Viña del Mar un poquito menos de 200 personas. Y siento que lo más grato ha sido ver a nuestros viejos, que nos hablan de un Chile distinto, un Chile más cívico, un Chile que se quebró después del año 73’. Ver que llegaban viejitos en sillas de ruedas, con sus burritos, con sus familiares, la verdad que es emocionante. Hay algunas críticas relacionadas con la metodología, que los conceptos a discutir no tenían “una bajada” clara, o bien respecto a los pocos recursos utilizados y al poco tiempo destinado. Sí, los conceptos no tenían una bajada clara, pero es interesante porque se logró ver en esos encuentros qué es lo que entendía cada persona. Ahí quedó en evidencia qué tan permeados hemos estado por los medios de comunicación

que nos han formado durante 40 años, y en ese cara a cara, en ese vernos, pudimos darnos cuenta de que quizás estábamos en errores. Hemos tenido que responder sobre la marcha a las cosas que se nos han ido planteando, con mucha improvisación, pero siento que tenemos que ocuparlo, tenemos que tomarnos el espacio, por sanarnos, por tener una sociedad distinta, porque tampoco tenemos mucho más futuro si seguimos profundizándonos en la individualidad, en el consumo y eso que tanto daño nos ha hecho. ¿Cómo ha sido el encuentro y el diálogo con las y los participantes? He recibido mucha inquietud de la gente de que se niegan a que esto termine. Siento que es una instancia de sanación muy profunda, porque la conversación nos sana, porque cuando yo me comunico con el otro es que me doy cuenta de que puedo estar equivocado, y ésas son instancias que no se han dado en Chile en los últimos 40 años. Se ha construido un país neoliberal, que ha neoliberalizado nuestra vida y nos ha sumido en una individualidad muy dolorosa, y esa individualidad ha significado que estemos repitiendo conceptos que no son adecuados, que no son nuestros y que son antidemocráticos, por lo tanto es una instancia en donde podemos lograr construir tejido, lograr vincularnos y decir vamos a seguir juntándonos y vamos a seguir defendiendo esto. Como coordinadora y protagonista también de esta iniciativa ¿Cómo crees que debe continuar este proceso? Entendimos que teníamos en nuestras manos una instancia que la podíamos aprovechar muchísimo, y ahí fue que empezamos a articularnos con la gente, invitarla a participar y decirle: “hagamos de esto algo interesante”. Acá lo que tenemos que hacer es profundizar el tejido social, y esto fue el inicio de eso, de ese tremendo daño que nos hicieron de desarticulación, por una parte la dictadura, y luego todos

los años de una democracia desarticulada. Esta es una instancia donde se está comenzando a sanar el tejido social, no puede acabar con la entrega de las bases ciudadanas de la Presidenta. ¿Cómo crees que se observa este proceso desde el Estado y los discursos oficialistas? Quieren armaron esto no se lo esperaban, principalmente porque ellos no tienen una visión clara de la realidad, viven despegados de lo que en realidad pasa, y subestiman todo el tiempo a la gente, entonces qué bueno que así sea, porque por otra parte lanzaron un proceso, quizás de baja intensidad, con muy pocos recursos, muy precario, con una precarización absoluta, pero la gente con toda la fuerza y claridad que tiene se lo ha tomado, entonces realmente esto no se lo esperaban. Y finalmente, se ha instalado un discurso y una crítica respecto a si el proceso es vinculante o no, o bien, que serán los poderosos de siempre quienes capitalizarán para sí mismos la idea de una nueva Constitución (…) Jamás en Chile, jamás alguna Constitución ha sido en base a preguntarle media palabra al pueblo. Siempre ha sido levantada desde procesos muy violentos, muy sanguinarios, desde el poder, desde la elite. Incluso nuestra Constitución, que nos llevó a la primavera democrática, de los años 50’ y 60’. Para mí agrado y el de mis compañeras facilitadoras el nivel de ganas de la gente por participar es lo que a mí me ha hecho muy grata la labor de estar acá. Siento que tras eso, para nada este proceso va a terminar. Este es un inicio, ahora depende de la gente, depende de nosotros, que aunque dejemos de tener el rol de facilitadoras, sigamos articulándonos. Eso para mí es una esperanza, ha sido muy grato ver que ha sido una instancia de articulación, de vinculación, y creo que está todo por hacer.


La participación infantil como antídoto a la exclusión

El futuro es hoy: El debate político guiado por niñas y niños más allá de la política Provienen de diferentes lugares de Valparaíso, algunos de ellos viven en el Hogar Arturo Prat del Cerro La Cruz, otros asisten a clases en la Escuela República Argentina o en el Colegio Mar Abierto. Tienen diferentes edades, gustos y opiniones. Se han conocido durante estos meses, y se encuentran preparando una importante actividad: “El futuro opina hoy”, debate con los candidatos a alcalde, Jorge Sharp, Leopoldo Méndez y Jorge Castro. La idea ha sido trabajada entre la Fundación La Maquinita de Sueños y el Parque Cultural de Valparaíso, quienes se encuentran realizando los talleres de Periodismo, Audiovisual y Participación Ciudadana desde el mes de julio. Una oportunidad que les ha permitido a las niñas y niños desarrollar sus opiniones, compartir sus visiones de mundo, y sentirse protagonistas de discusiones que a lo largo de la historia se han constituido como patrimonio de los adultos. Ejercer el derecho a la palabra con voz propia, significa sin duda un ejercicio político frente a una democracia también adultocentrista, que los ha excluido e invisibilizado. Tener opinión es una invitación a estar informados, a valorar el diálogo, a conocer el derecho al disenso en un país acostumbrado a los pactos y a los consensos políticos. LA MAQUINITA DE SUEÑOS Tras el gran incendio que afectó a Valparaíso en abril de 2014, la Fundación “La Maquinita de Sueños” se levanta para aportar en la reconstrucción de corazones de niñas y niños, como ellos señalan. Quieren convertirse en una causa, masificarlas por la ciudad, llegar al corazón de Valparaíso. El 31 de agosto cumplieron dos años de existencia, y han realizado alianzas con el Parque Cultural, el Centro Cultural Trafón, el club deportivo Santiago Wanderers, entre otros. Además, han realizado talleres deportivos y artísticos, entre los que destacan fútbol, yoga, breakdance y audiovisual. Sus primeros talleres fueron de títeres, donde las y los

niños crearon personajes para poder hablar sobre ellos mismos, sacar afuera sus dolores, sus preocupaciones e inquietudes. “Luego de esa primera experiencia, quisieron ellos ir a presentar los títeres a las y los niños con cáncer. Los queríamos ayudar a ellos, y queda claro que son ellos los generadores de conciencia”, señala Felipe Mesina, Presidente de la Fundación La Maquinita de Sueños. “EL FUTURO OPINA HOY” El debate con los candidatos a alcalde se realizará el lunes 3 de octubre a las 11.00 am en la Sala de Lectura del Parque, y las niñas y niños que han participado de los talleres

serán los encargados de conducir, realizar las preguntas, el backstage, y todo lo relacionado con el ejercicio audiovisual y periodístico que será transmitido via streaming por el facebook oficial del Parque Cultural de Valparaíso. “El objetivo es que ellos puedan intervenir, reflexionar sobre las problemáticas de Valparaíso, pensar soluciones. Desarrollar conciencia a través de la conciencia sobre la política pública”, indica Mesina, quien además resaltó la inquietud de las y los niños de ser escuchados dentro de realidades muchas veces hostiles, y de que crezca ese sentimiento de tener muchos motivos para vivir y continuar.


Gabriel Aldoney, Intendente Regional:

“Los porteños no aceptan todo de buenas a primera” En medio de una opinión pública cargada de pesimismo, en donde se exacerban las emociones negativas, la frustración y la intolerancia, la máxima autoridad regional nos llama a mirar el vaso medio lleno, a mirar el futuro con optimismo y a conocer el inmenso bosque de acciones culturales que inundan la región, las cuales desconocemos y establecemos un juicio a priori creyendo que el mundo termina en mi metro cuadrado. Por Richard Muñoz Ojeda.

Desde su rol de representante del Gobierno en la región, y como máxima autoridad regional ¿cómo ve el desarrollo cultural de Valparaíso? Tal como lo señala muy bien usted y en mi calidad de autoridad regional, debo expresarle mi satisfacción por lo que hoy se está realizando en este ámbito en la región en general. Hay movimientos notorios y notables en comunas y zonas de la zona interior que se han constituido en verdaderos ejemplos para el mundo de la cultura en sus más diversas disciplinas que quizás no se refleje con tanta nitidez en centros más poblados o en la propia capital regional, lo que no significa que aquí no lo haya. Ejemplos tenemos varios, sólo por nombrar algunos: Aconcagua, Quillota, Quintero, San Antonio, La Ligua, etc. En Valparaíso mismo, el Parque Cultural ha adquirido en los últimos tiempos un movimiento cada vez más creciente y vemos a su director, Jorge Coulon trabajando con mucho entusiasmo. Lo anterior se lo preguntaba toda vez que Valparaíso acoge a la sede del CNCA, es capital cultural del país y patrimonio de la humanidad, usted cree que la región desarrolla planes y programas acordes a la envergadura cultural que ostenta? Permítame reiterarle lo que le decía recién: Se están haciendo cosas. Siempre los seres humanos quisiéramos que fueran muchas más dado como usted dice el carácter patrimonial de Valparaíso sumado a su calidad de Capital Cultural del País. Por cierto, nos falta mucho camino por recorrer. Creemos que Valparaíso se merece mucho más. No siempre es fácil…faltan recursos…a veces interés, disposición, pero es precisamente eso en lo que trabajamos más de

lo que cualquier vecino de esta región pueda pensarlo. Estoy seguro, sin embargo, que muchas veces desconocemos más allá del territorio en que nos desenvolvemos habitualmente. En San Antonio, por ejemplo, se está construyendo un museo que será un lujo para nuestra región con una altísima inversión y allí también se ha formado un importante foco cultural; se trabaja en el Museo de Bellas Artes de Viña del Mar; tenemos presente la necesidad de restaurar a la brevedad el Teatro Municipal de Viña del Mar. Usted me podrá decir que todo esto no es cultura propiamente tal, pero yo le digo que es dónde se hace o se hará cultura. Le puedo seguir enumerando una extensa red regional de Centros Culturales. En medio de toda la crisis institucional y transversal que vive el país, usted qué valor le pondría al aporte que se puede hacer desde el mundo de la cultura al sentimiento de frustración de la ciudadanía? No compartiendo en general su aseveración, yo diría más bien que su consulta es un tanto pesimista. Quizás usted se confunda, por la manera en la cual los hijos de esta región acostumbramos a exponer nuestros puntos de vista. Claramente, los porteños no aceptan todo de buenas a primera. Solemos discutir, a veces con vehemencia las ideas que se nos proponen, y ello en todo orden de cosas, en infraestructura, en patrimonio, en cultura. Más que sentimiento de frustración, yo veo deseos de hacer cosas, muchas cosas y por ahí nos vamos enredando. Miremos la mitad del vaso lleno… A pesar de la gran variedad de actividades culturales que se realizan en la región y del innegable aporte material e inmaterial de todo el gran Valparaíso al

desarrollo humano de las mismas, pareciera que al sentir ciudadano le hace falta una cuota de alegría, de optimismo y de mirar el mundo y lo que nos rodea más positivamente. El sólo enunciado de su pregunta le da la razón a esta entrevista donde estamos conversando acerca de, y le copio a Ud. “…la gran variedad de actividades culturales”. Eso es un logro. A veces más lúdica, otras veces menos; voy al interior y veo preciosas y alegres muestras de bailes, teatro, especialmente de los jóvenes, pero igualmente de los adultos mayores que no se cansan de aplaudir. Ojala todos y todos los días seamos más positivos. Ese estado ayuda y mucho.

Desde la Intendencia se resuelven muchos temas macro de la región y es indudable el aporte del Gobierno Regional en este sentido levantando proyectos de gran cuantía en infraestructura y de apoyo a la región en su conjunto, pero en materia más lúdica, más de emociones y de percepciones, cómo podría aportar el Gabinete que usted dirige en consolidar una mirada más optimista de la región y su gestión? Creo que esa respuesta está implícita en las anteriores. El predio de la ex cárcel, donde está ubicado el Parque Cultural de Valparaíso, es de propiedad de la Intendencia Regional, usted cree que la gestión del Parque con un espaldarazo regional, podría cumplir o tener un rol más activo en cambiarle el humor a la ciudadanía? Estimo que lo que usted llama “espaldarazo regional”, el Parque Cultural de Valparaíso lo tiene ylo seguirá teniendo, dado la forma en que está trabajando, todo lo que ha conseguido y la gran cantidad de personas, especialmente jóvenes, que giran en torno a él. No sólo hay espaldarazo sino un gran voto de confianza.


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