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Propuesta Comunista Revista política
Partido Comunista de los Pueblos de España Diciembre 2007, nº 51
Propuesta Comunista Director: Juan R. Lorenzo Consejo de Redacción: Área Ideológica del PCPE Diseño de Portada: C. Suárez Edita: Partido Comunista de los Pueblos de España Depósito Legal: M-12283-1990 Redacción: C/ Carretas nº 14 - 6º, G-1 28012 Madrid Telf. y Fax 91 532 91 87 e-mail: propuestacomunista@pcpe.es www.pcpe.es
Presentación.....................................................................................
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LA REVOLUCIÓN SIGUE SIENDO LA CUESTIÓN PRINCIPAL Declaración del Comité Central del PCPE sobre el 90 aniversario de la Revolución Rusa............................
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SOBRE EL 90 ANIVERSARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE EN RUSIA Declaración del Comité Central del Partido Comunista de Grecia (KKE)..........................................
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RESOLUCIÓN DEL XVI SEMINARIO COMUNISTA INTERNACIONAL Validez y actualidad de la Revolución de Octubre.....................
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“CREO EN LOS PUEBLOS, Y CREO MÁS QUE NUNCA EN LOS PUEBLOS” Fidel Castro......................................................................................
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EL PENSAMIENTO DEL CHE Y LOS DESAFÍOS DE HOY Fernando Martínez Heredia..........................................................
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DEMOCRACIA FRENTE A OLIGOCRACIA Julio Mínguez y Miguel Angel Rojas............................................ 101
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Presentación
Dedicamos este número de Propuesta Comunista a ver la lucha revolucionaria desde el 90 aniversario de la Revolución de Octubre. No sólo rememoramos y celebramos el que es el acontecimiento político y social más importante del siglo XX y de la historia de las sociedades divididas en clases, sino que –y sobre todo- incluimos análisis y reflexiones que sitúan la necesidad de la revolución, de la concepción revolucionaria, en el punto de partida de la concreción de la estrategia y la táctica de nuestra acción política. Este es el criterio que nos lleva a publicar, junto a trabajos de reciente elaboración, el discurso que Fidel pronunció el 26 de julio de 1989, alegato en el que él explicitó su profunda comprensión de los cambios regresivos que se aceleraban en la URSS y en el Este de Europa. Ante aquella situación, que iba a afectar a Cuba en el nivel que en estos años hemos conocido, la máxima dirección cubana manifiesta su absoluta determinación de mantener el poder revolucionario y luchar sin concesiones como única manera de defender la Revolución y sus conquistas, como el camino más corto para retomar la senda de la emancipación de los pueblos, de la humanidad, una vez sacudido el lastre de la derrota. El valor estratégico de tal decisión y tal determinación se agiganta en estos días. El Director
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LA REVOLUCIÓN SIGUE SIENDO LA CUESTIÓN PRINCIPAL
Declaración del Comité Central del PCPE conmemorativa del 90 aniversario de la Revolución Rusa
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ace 90 años el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre en Rusia conmovía los cimientos del capitalismo. Por primera vez, a excepción del breve ensayo de la Comuna de París, en 1871, la clase obrera tomaba el poder político y creaba un nuevo orden social. Bajo la dirección de Lenin y los bolcheviques, la Revolución de Octubre hizo discurrir por una misma senda revolucionaria la lucha de la clase obrera por el socialismo, el movimiento del pueblo ruso por la paz, la lucha del campesinado por la tierra y la lucha de liberación nacional de los pueblos sojuzgados de Rusia, orientando todas esas fuerzas hacia el derrocamiento del capitalismo. Por vez primera en la historia se instauró la dictadura del proletariado y se creó un nuevo tipo de estado, el Estado Socialista. Los soviets fueron la forma de esa dictadura del proletariado, que transfirió el poder a los obreros, soldados y campesinos, dando comienzo a una democracia hasta ese momento desconocida y radicalmente distinta de la burguesa: una
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democracia para la mayoría del pueblo, hasta entonces explotada, que comenzó a participar conscientemente en la administración del Estado, dando forma a la democracia socialista. El triunfo revolucionario suprimió la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción, quebró la base económica que sustentaba el régimen capitalista y barrió los restos del feudalismo. La tierra, las fábricas, los ferrocarriles, etc. se convirtieron en patrimonio del pueblo. A su vez, la Revolución rompió las cadenas de la opresión nacional reconociendo el derecho de las naciones a la libre autodeterminación y consolidando la amistad fraternal entre los pueblos basada en el internacionalismo proletario. El nuevo Estado soviético retiró a Rusia de la guerra imperialista -salvando al país de la catástrofe- y proclamó la consigna de la paz y de la igualdad entre los pueblos y naciones del mundo. La Unión Soviética fue el factor decisivo en la lucha de la humanidad contra el nazifascismo en 1944-45. En la II Guerra Mundial, 20 millones de ciudadanos soviéticos entregaron heroicamente su vida para garantizar la victoria de la libertad y de la amistad internacional. Previamente, y ante el vergonzoso “pacto de no intervención” de las democracias capitalistas occidentales, la URSS y la Internacional Comunista apoyaron, prácticamente en solitario, la lucha de la II República Española contra el golpismo franquista y la intervención nazi-fascista. El camarada José Díaz, Secretario General de los comunistas españoles por aquel entonces, afirmó, dirigiéndose a los ciudadanos soviéticos: “Nuestro pueblo jamás olvidará vuestra ayuda, y en lo más hondo de su corazón conservará siempre, con gran satisfacción, el nombre de la Unión Soviética, el país del socialismo” (1). La existencia de la URSS, al romper el frente del imperialismo mundial, abrió la primera gran brecha de liberación de los pueblos del mundo. La Revolución de Octubre contribuyó decisivamente al proceso de descolonización y su protagonismo en la escena internacional fue un factor decisivo para que más de cien países alcanzasen la independencia. La Unión Soviética y el resto de países socialistas hicieron avanzar la ciencia y la tecnología, promovieron el acceso a la educación y a la cultura de aquellos a los que hasta entonces se les había negado y garantizaron 1) José Díaz. “Saludo al gran pueblo soviético, en el primero de mayo de 1937”. TRES AÑOS DE LUCHA. COLECCIÓN EBRO, PARÍS 1970, PÁG. 420.
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durante décadas niveles de prosperidad, bienestar social y desarrollo humano jamás soñados por las masas populares de esos países bajo el capitalismo. Al mismo tiempo, el campo socialista permitió que avanzasen las reivindicaciones del movimiento obrero y que se alcanzasen conquistas sociales y democráticas en el interior de los países capitalistas desarrollados. La restauración capitalista en la URSS y en los pases socialistas del este de Europa tuvo causas internas y externas. Los errores y desviaciones políticas llevaron a la dirección soviética a minusvalorar la capacidad de recomposición capitalista en el escenario de posguerra. En el plano económico, se adoptaron posturas oportunistas que, lejos de afrontar los problemas detectados, socavaron el poder socialista y debilitaron el control y la participación obrera en la planificación de la producción. En el plano político, la aplicación de la teoría del “Estado de todo el pueblo” y del “Partido de todo el pueblo” debilitaron el papel del proletariado en todos los órdenes y ocultaron la existencia de una lucha de clases que culminó con el triunfo contrarrevolucionario tras la absoluta degeneración alcanzada con la perestroika. Los factores externos fueron igualmente determinantes y confirmaron que el enfrentamiento entre el campo imperialista y el campo socialista era la genuina expresión de la lucha de clases a escala internacional. La agresión emprendida por dieciséis potencias extranjeras tras el triunfo revolucionario; la agresión nazifascista y la deslealtad de los países “aliados”, que confiaban en que la maquinaria de guerra alemana terminase con el socialismo en Rusia; la constante amenaza militar, con la creación de la OTAN, en 1949, como máxima expresión; la permanente guerra psicológica contra los pueblos de los países socialistas, planificada por las centrales de inteligencia occidentales -principalmente la CIA-, o la forzada carrera armamentista, son factores que no pueden ser obviados a la hora de analizar las causas de la restauración capitalista, tal y como pretenden las potencias imperialistas en su constante campaña anticomunista. En el plano político, la oposición impulsada por las tendencias trotskistas, bajo una pretendida imagen de izquierdas, se sumó a las posiciones antisoviéticas, las cuales, posteriormente, serían también compartidas -desde otro enfoque- por los partidos de la fracción eurocomunista. Estas tendencias contribuyeron a debilitar la imagen internacional de la URSS y
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el apoyo de la clase obrera internacional a la construcción del socialismo, reproduciendo, en muchos casos, las calumnias vertidas por el imperialismo y prestando asistencia a las corrientes más oportunistas y derechistas del PCUS. El IV Congreso del PCPE inició el análisis de las causas del triunfo contrarrevolucionario en la URSS y de las desviaciones y errores cometidos. Será necesario contiNuestro Partido Comunista se declara nuar profundizando en su heredero de quienes aquel 25 de estudio. Destacamos, en octubre de 1917 tomaron el poder para todo caso, que durante la clase obrera, en ese sentido asume décadas la URSS demosla tradición histórica del Partido tró la superioridad del Bolchevique y hace suya la teoría sistema socialista sobre el marxista-leninista de la revolución capitalismo y confirmó la posibilidad de la construcción del socialismo en un grupo de países o, incluso, en un solo país, como consecuencia directa de la ley del desarrollo económico y político desigual en la fase imperialista del capitalismo, tal y como se afirma en las tesis de nuestro VIII Congreso. Nuestro Partido Comunista se declara heredero de quienes aquel 25 de octubre (7 de noviembre)(2) de 1917 tomaron el poder para la clase obrera, en ese sentido asume la tradición histórica del Partido Bolchevique y hace suya la teoría marxista-leninista de la revolución. Por su propia historia, el PCPE se reclama continuador de los hombres y mujeres de los pueblos de España que, animados por el impulso de la Gran Revolución Socialista de Octubre y de la Internacional Comunista, se organizaron en el primer partido marxista-leninista de nuestro país en 1920-21; de quienes asaltaron el poder para la clase obrera en Asturias en octubre de 1934; de quienes defendieron la II República y enfrentaron el fascismo con las armas en la mano en la Guerra Nacional Revolucionaria entre 1936 y 1939, en la lucha guerrillera o en la clandestinidad y la lucha de masas; y de aquellos y aquellas que, tras la traición de la dirección eurocomunista y de sus continuadores, prosiguieron, hasta nuestros días, la lucha de clase fieles a los 2) Las fechas, al triunfo de la Gran Revolución de Octubre, se corresponden con el “calendario juliano”, utilizado en Rusia hasta el 1 de febrero de 1918, y que implica un retraso de 13 días respecto al calendario occidental.
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principios del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario que la Gran Revolución de Octubre representa. Como comunistas, hacemos nuestro el legado revolucionario y la experiencia en la construcción del socialismo en la URSS y en los países del antiguo campo socialista, de la que aprendemos críticamente, partiendo del análisis marxista-leninista de los errores y desviaciones que condujeron a la restauración capitalista. Como dijera el propio Lenin, “…nosotros hemos empezado la obra. Poco importa saber cuándo, en qué plazo y los proletarios de que nación culminarán esta obra. Lo esencial es que se ha roto el hielo, que se ha abierto camino, que se ha indicado la dirección a seguir”(3). Nuestro Partido trabaja por el triunfo de la revolución socialista en España, rompiendo con la democracia burguesa. Luchamos por la toma del poder político por los obreros y las obreras de nuestro país como tarea estratégica, y afirmamos que, para lograr tales propósitos, la clase obrera necesita un partido comunista que, organizado conforme a los principios del centralismo democrático, sea capaz de conquistar ideológicamente y organizar la vanguardia, capaz de atraer para el campo revolucionario a las masas trabajadoras y a las clases y capas populares, y capaz de marchar con el máximo de unidad popular hacia un período constituyente que proclame la III República Española sobre bases antiimperialistas, democráticas y populares, de carácter confederal, reconociendo el derecho de autodeterminación de las naciones y organizando el Estado en base al principio de unión libre de pueblos libres y soberanos. La clase obrera debe jugar un rol dirigente en ese proceso de avance popular, siendo capaz de hacer avanzar el proceso revolucionario de forma ininterrumpida hacia la construcción del socialismo en España. Por tanto, al celebrar el 90 Aniversario de la Gran Revolución de Octubre, afirmamos que la revolución sigue siendo la cuestión principal para los y las comunistas, deslindando el campo con quienes pretenden conmemorar el triunfo bolchevique como mera efeméride, como hecho pasado desligado de los retos actuales de la lucha de clases, de quienes se reconocen de palabra en las enseñanzas y principios de Octubre y los traicionan de hecho. Frente a tales posicio3) “Con motivo del cuarto aniversario de la Revolución de Octubre”. V .I. LENIN, Obras Escogidas en tres Tomos, Tomo III, página 660. Editorial Progreso, Moscú, 1.961.
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nes, el PCPE levanta con orgullo las banderas del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario y trabaja para ser un partido cada día más bolchevique, tal y como reitera el V y VI Pleno de nuestro Comité Central, capaz de llevar a la clase obrera de los pueblos de España a cumplir su misión histórica enterrando definitivamente el capitalismo.
El socialismo es la alternativa a la actual barbarie imperialista “Imagínense ustedes qué ocurriría en el mundo si la comunidad socialista desapareciera…, las potencias imperialistas se lanzarían como fieras sobre el Tercer Mundo; se repartirían de nuevo el mundo, como en los peores tiempos antes de que surgiera la primera revolución proletaria: se repartirían el petróleo, los recursos naturales y los recursos humanos de miles de millones de personas en el mundo; convertirían en colonias las tres cuartas partes de la humanidad”.(4)
Fidel Castro (Discurso del 26 de julio de 1989) Hoy, transcurridos más de 16 años desde la desaparición de la Unión Soviética y del resto de países socialistas europeos, la opción entre “socialismo o barbarie” ha dejado de ser un futurible para convertirse en imperativa para la humanidad. El “nuevo orden mundial”, proclamado por George Bush -padre- tras la primera Guerra del Golfo, muestra su verdadero rostro y entierra definitivamente los cantos apologéticos que pronosticaban el “fin de la historia”, el “fin de las ideologías” y el “fin de la lucha de clases”. Para conjurar la tendencia decreciente de la cuota de ganancia, el imperialismo recurre una vez tras otra a los métodos tradicionales, pero intro4) Discurso por el XXXVI Aniversario del asalto al Moncada, 26 de julio de 1989. www.granma.cu 5) Hasta la fecha, se calcula que han huido de Iraq cerca de dos millones y medio de personas, otros dos millones serían refugiados o desplazados internos. Desde la invasión de 2003 hasta julio de 2007, las muertes alcanzan el millón de personas, según JUST FOREING POLICY. Vid “La escalada en Iraq en cifras”, de Tom Engelhardt, en www.rebelion.org.
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duce hoy, como elemento estructural del proceso de acumulación, niveles de violencia que comprometen seriamente la supervivencia de nuestra especie, imponiendo cotas de barbarie sin parangón en la historia. La guerra imperialista, realizada en nombre de la tasa de ganancia y de los intereses de gigantescos oligopolios, se ha convertido en norma. La desintegración de Yugoslavia, la agresión a Afganistán o la guerra continuada contra Iraq desde 1991 -ocupaciones incluidas-, dejan un balance de muertes, violaciones y tortura sistemática que envidiarían los mismísimos nazi-fascistas(5). El terrorismo de estado se generaliza (valga como ejemplo el genocidio que se lleva a cabo contra el pueblo palestino). Un terrorismo clasista mediante el que las clases dominantes imponen el terror de masas y que, al igual que las guerras actuales, responde a un deseo instintivo de conservación ante la imposibilidad de compensar por otros medios la tendencia decreciente de la cuota de ganancia y el agotamiento de los espacios productivos en los que tiene lugar la reproducción ampliada del capital(6). Junto a la guerra y el terrorismo de estado, las clases dominantes generalizan el espionaje de masas(7). Toda persona, organización o movimiento social que cuestione el actual orden de cosas se convierte en objetivo inmediato de poderosos servicios de inteligencia, nacionales y extranjeros, que actúan con total impunidad, como ha demostrado el asunto de los vuelos secretos de la CIA en España y otros países europeos. Un espionaje que no entiende de límites constitucionales ni de legalidad, y que sólo rinde cuentas ante su verdadero amo: la oligarquía. La represión se incrementa en el mundo entero. Desde las grandes campañas contra los destacamentos de vanguardia que hoy dirigen la lucha popular contra el imperialismo y por el socialismo (intentos de magnicidio, golpes de estado, apoyo a grupos contrarrevolucionarios, 6) Véase “El terrorismo de estado en el capitalismo monopolista transnacional”, Joel González García. CUBA SOCIALISTA Nº 40, Julio-Septiembre 2006, páginas 56 a 63. 7) Recientemente, ABC NEWS informó que el FBI está reclutando a miles de informadores encubiertos para espiar dentro de los EEUU, según un reciente informe desclasificado enviado al Congreso de ese país. El FBI quiere construir una red de más de 15.000 informadores.
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etc.) hasta la represión a escala local contra quien pega un cartel, hace una pintada o participa de una acción obrera o popular, con las consiguientes multas, interrogatorios, detenciones, cárcel(8), etc. La represión se manifiesta como violencia organizada de las clases dominantes contra las clases desposeídas y explotadas. Buen ejemplo de esa violencia estatal -de clase-, es la campaña anticomunista puesta en marcha en la Unión Europea contra los partidos comunistas y obreros, falseando La represión se manifiesta la historia de lucha de la clase como violencia organizada de obrera por el socialismo y el las clases dominantes contra las legado de la Gran Revolución clases desposeídas y explotadas Socialista de Octubre(9). Parece que los defensores del “fin de la historia” continúan teniendo bien presente la amenaza del viejo fantasma que recorriera Europa entera en tiempos de Carlos Marx y Federico Engels. Los instrumentos de alienación de masas juegan hoy un papel determinante y cualitativamente superior. El proceso de concentración de la propiedad de las empresas dedicadas a moldear la “opinión pública” (desde las telecomunicaciones y la publicidad comercial hasta la industria del “entretenimiento”) favorece objetivamente la propagación sin fisuras de los grandes dogmas de eso que han dado en llamar “pensamiento 8) Baste como ejemplo el encarcelamiento de los dirigentes del sindicato asturiano Corriente Sindical de Izquierda (CSI). Los compañeros Cándido y Morala fueron encarcelados por defender los puestos de trabajo del sector naval tras un proceso amañado impulsado por el Ayuntamiento de Gijón, gobernado por el PSOE e Izquierda Unida. Por otra parte, la detención de la dirección de Batasuna en Euskadi cuestiona los más básicos derechos democráticos y confirma la tendencia represiva de la dominación capitalista en España (nos remitimos a en este punto a las resoluciones aprobadas al respecto por el Comité Central del PCPE). 9) Los partidos comunistas han sido prohibidos en Letonia, Lituania y en otras repúblicas de la antigua URSS. Se han generalizado los intentos de excluir de la vida política a los partidos comunistas. La Juventud Comunista Checa (KSM) ha sido ilegalizada por oponerse a la propiedad privada de los medios de producción y defender su propiedad social. En los que fueran países socialistas, los comunistas son perseguidos mientras que se rehabilita a criminales fascistas. En Polonia, una ley de depuración anticomunista se ha impuesto a todas las reglas democráticas. En Hungría, se enjuicia a los miembros del Presidium del
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único”. Un proceso que debe ser analizado en una doble vertiente: como necesidad ideológica de las clases dominantes, que tienen que tratar de justificar los desmanes y la violencia que implica la supervivencia del capitalismo y, en su vertiente económica, como ámbito de acumulación y explotación capitalista a nivel mundial, de la mano del proceso de privatización y centralización de la propiedad empresarial en un pequeño grupo de monopolios(10). La libertad de expresión y de prensa en el capitalismo es, hoy más que nunca, la libertad absoluta de los monopolios mediáticos para manipular a sus anchas a la población y defender el orden mundial imperialista del que forman parte. A la vez, se excluye de forma absoluta el acceso a esos mismos medios de las masas populares, condenadas a jugar el papel de mero receptor-consumidor. El capitalismo, en su actual fase imperialista, sitúa a la humanidad entera ante el riesgo del infarto ecológico(11). Las grandes potencias se han lanzado a una nueva El imperialismo necesita hoy reducir carrera por el reparto del la independencia y soberanía de los mundo, de los recursos países empobrecidos a una mera estratégicos (petróleo, agua, proclama formal etc.) y materias primas, ante el agotamiento del modelo energético actual y el carácter objetivamente insostenible del modelo de producción capitalista y de los índices de consumo alcanzados por los Partido de los Trabajadores Comunistas Húngaros. En varios países, entre ellos, varios países árabes (Túnez, países del Golfo, etc.), los partidos comunistas están prohibidos o no son reconocidos. En diciembre de 2005, se introdujo un proyecto de resolución ante la Asamblea Permanente del Consejo Europeo ante “la necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios”. Sencillamente, no hay democracia para quien lucha contra el capitalismo. 10) Cuatro grandes monopolios controlan hoy 1.882 diarios, 7.957 semanarios y 11.000 revistas (datos facilitados por la Escuela Nacional de Cuadros de la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba). 11) El calentamiento global es un hecho inequívoco. Las emisiones de dióxido de carbono, el principal contribuyente en el cambio climático global, aumentaron desde 23.000 millones de toneladas métricas en 1990 hasta 29.000 millones de toneladas métricas en 2004. Naciones Unidas prevé que el cambio climático tenga un grave impacto a nivel económico y social. Vid “Objetivos de desarrollo del Milenio”. INFORME 2007 de la ONU.
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países pretendidamente desarrollados, lo que a su vez agrava las contradicciones entre los propios países imperialistas. La contradicción entre las potencias imperialistas y los países dependientes también tiende a agudizarse. El imperialismo necesita hoy reducir la independencia y soberanía de los Contra las poblaciones de países empobrecidos a una mera prolos países oprimidos se clama formal. Las prácticas coloniales practica hoy un genocidio y neocoloniales son cada vez más agrede magnitudes colosales sivas y se ha impuesto por la vía de los hechos el reconocimiento internacional de las guerras de ocupación. Contra las poblaciones de los países oprimidos se practica hoy un genocidio de magnitudes colosales. Nunca los ricos fueron tan ricos y los pobres fueron tan pobres, lo que provoca flujos migratorios masivos, que las potencias imperialistas tratan de regular recurriendo a niveles brutales de violencia: muros y vallas levantadas en la frontera mexicana o en Ceuta y Melilla; persecuciones, torturas y violaciones sistemáticas; hundimiento de pateras y cayucos, centros de internamiento (que, en la práctica, se convierten en verdaderos campos de concentración) y, en última Sanidad, educación, pensiones, instancia, miseria, racismo, xenotelecomunicaciones, vivienda… fobia, trabajos indignos, negación son hoy espacios entregados a de derechos elementales y somela acumulación de capital timiento forzoso a la sobreexplotación capitalista –papel de ejército de mano de obra de reserva-. Esa es la suerte que espera a los trabajadores y trabajadoras inmigrantes tras los muros levantados por las potencias imperialistas, mientras son bombardeados los países de origen y se esquilman sus recursos. En los países capitalistas desarrollados, la clase obrera y el resto de capas trabajadoras se ven sometidas a niveles crecientes de explotación y exclusión social. En España, un 20% de la población vive por debajo de los umbrales de pobreza, de los que un 44% son jóvenes y niños. En Estados Unidos, la cifra alcanza ya los cuarenta millones de personas, sin que haya dejado de crecer en los últimos años.
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Las políticas neoliberales han abierto al proceso de acumulación capitalista nuevas áreas o espacios productivos reservados, en el mundo de posguerra, al monopolio estatal, pilares de lo que se dio en llamar Hoy, el capitalismo no sólo “Estado del Bienestar”. Sanidad, requiere del obrero su tiempo de educación, pensiones, telecomu- trabajo, exige que se entregue al proceso de acumulación nicaciones, vivienda… son hoy capitalista la vida entera espacios entregados a la acumulación de capital, lo que trae consigo un retroceso generalizado de los derechos sociales, que empeora notablemente las condiciones de vida del pueblo trabajador. En estos países, de la mano del neoliberalismo salvaje, se extiende la precariedad y retroceden los derechos laborales conquistados por la clase obrera con enormes dosis de entrega y sacrificio al calor de la lucha de clases. La precariedad reina en la vida de cientos de miles de familias trabajadoras(12) que padecen lamentables condiciones laborales -cuando no el desempleo y la exclusión social-, sufren la carestía de la vivienda, ven cómo aumenta el coste de productos de primera necesidad, mientras se estancan o retroceden los salarios y son condenados a un preocupante subdesarrollo político y cultural, sometidos al bombardeo mediáticoideológico del consumismo y el pensamiento único. Hoy, el capitalismo no sólo requiere del obrero su tiempo de trabajo, exige que se entregue al proceso de acumulación capitalista la vida entera. Ante el retraso en la demanda solvente de los trabajadores y trabajadoras(13) respecto al crecimiento de la producción y las consiguientes dificultades en la venta de las mercancías, el capitalismo recurre a la forma más 12) La tasa de temporalidad reconocida en España alcanza el 33,3%. El salario del 61% de los jóvenes trabajadores no llega a los 800 € mensuales. 13) A pesar de los fabulosos beneficios declarados por las principales empresas, el peso de los salarios en la economía española apenas supone el 46,4 % del Producto Interior Bruto, según el Banco de España. Los sueldos de la eurozona no han dejado de caer desde 1980, hasta llegar a perder 13 puntos en los últimos 27 años. Vid EL PAÍS – NEGOCIOS Nº 1.136, 12 de agosto de 2007.
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parasitaria del capital: el crédito. La mayor parte de las familias trabajadoras padecen hoy insoportables niveles de endeudamiento(14). El carácter parasitario del imperialismo se percibe con claridad en la crisis inmobiliaria que hoy enfrenta Estados Unidos ante la dificultad de las familias trabajadoras, que solicitaron créditos hipotecarios de alto riesgo, para pagar sus deudas dado el Al agravarse la contradicción incremento de los fundamental del capitalismo -entre el carácter social del proceso de producción intereses(15). Ante el temor a que la crisis y la forma capitalista de apropiación privada de sus resultados-, se agrava se extienda a otros también el resto de contradicciones sectores económicos y se transforme en una crisis financiera internacional, los bancos centrales de la UE, EEUU, Japón, Canadá, Suiza y Australia inyectaron liquidez a sus sistemas financieros por un total de 323.300 millones de dólares en las primeras semanas de agosto. Al agravarse la contradicción fundamental del capitalismo -entre el carácter social del proceso de producción y la forma capitalista de apropiación privada de sus resultados-, se agrava también el resto de contradicciones. La lucha por la obtención de las máximas ganancias y por el reparto económico del planeta y sus recursos naturales intensifica las contradicciones entre los países capitalistas desarrollados (contradicciones interimperialistas). A su vez, la voracidad imperialista acentúa las contradicciones entre los pueblos de los países dependientes y los países capitalistas desarrollados. En el seno de estos últimos se profundiza la contradicción entre la clase obrera y la clase capitalista, entre el trabajo y el capital. 14) La deuda financiera de las familias españolas (préstamos, créditos y cuentas pendientes de pago) cerró el pasado año con el mayor crecimiento de los últimos siete años, y marcó un nuevo récord histórico al finalizar 2006, situándose en 832.289 millones de euros, lo que equivale al 85,25% del Producto Interior Bruto y supone un incremento del 18,53% en relación a 2005, según datos del Banco de España. 15) De acuerdo con cifras de The Wall Street Journal, el 80% de la deuda de los estadounidenses (más de 12 billones de dólares) corresponde a créditos hipotecarios.
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Para el PCPE, la resolución de las contradicciones enumeradas requiere situar el debate político en la necesidad del socialismo para la clase obrera y las capas populares, para la gran mayoría social. Por tanto, la organización de la clase obrera para la lucha por el socialismo -a la que deben sumarse las reivindicaciones democráticas de los sectores populares en confrontación con el capitalismo monopolista- se hace imprescindible. El socialismo es la alternativa a la barbarie imperialista y una necesidad para el pueblo trabajador.
La clase obrera y los pueblos del mundo dirán la última palabra La creciente violencia imperialista (guerras, terrorismo de estado, espionaje, represión…) está indisolublemente ligada al proceso de acumulación de capital y se ha convertido en el principal instrumento del capitalismo monopolista para tratar de evitar que la crisis económica se generalice. Desde mediados de la década de los noventa, asistimos a un proceso de reanimación de las luchas populares y de agudización de las contradicciones de clase inherentes al capitalismo. El recurso indiscriminado a la Desde mediados de la década de los noventa, asistimos a violencia por parte de las potencias un proceso de reanimación imperialistas –especialmente de las luchas populares EEUU– hace que cada vez más y de agudización de las sectores tomen conciencia de la contradicciones de clase incompatibilidad del sistema con inherentes al capitalismo sus propias aspiraciones y del riesgo que supone para toda humanidad la dominación imperialista. Las guerras se encuentran con una respuesta popular inesperada por la oligarquía. La resistencia afgana e iraquí cuestiona día a día las decisiones de los centros de poder occidentales y quiebra la legitimidad del recurso a la guerra como instrumento de política exterior en el interior de los propios países agresores. En la escena internacional, destaca el cambio de correlación de fuerzas operado en América Latina. Los avances revolucionarios en Venezuela,
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Bolivia o Ecuador; las aspiraciones antiimperialistas de Nicaragua, Brasil, Uruguay o Argentina; el repunte de la lucha popular en la mayor parte de países y la resistencia de la insurgencia colombiana –con las FARC-EP a la cabeza- suponen un claro obstáculo a las aspiraciones estadounidenses en su propio “patio trasero”. Mientras, la heroica Revolución Cubana, China, Corea del Norte, Laos y Vietnam resisten las ofensivas imperialistas. En los propios Estados Unidos y en los países de la Unión Europea se desarrollan importantes movilizaciones antiimperialistas (contra la guerra y por la paz, contra la Constitución Europea, movimiento antiglobalización, etc.) y se extienden las La estrategia que acompaña el luchas obreras(16), jugando proceso de acumulación se asienta un papel cada vez más en bases sumamente débiles importante el movimiento de trabajadores inmigrantes que clama por sus derechos laborales, sociales y políticos en países de la importancia de Estados Unidos o Francia. El enfrentamiento entre Estados Unidos y Francia por la permanencia de sus monopolios en Iraq y las consecuencias geoestratégicas de la invasión; la creciente tensión EEUU-Rusia ante el despliegue del escudo antimisiles norteamericano (DAM), que ha llevado a los rusos a reanudar el patrullaje aéreo sobre áreas del Océano Atlántico, el Pacífico, el Glaciar Ártico y el Mar Negro; la reactivación del Grupo de Shanghai (Rusia, China, Kazajstán, Tayikistán, Kirguiztán y Uzbekistán) con los ejercicios estratégicos, en los Montes Urales, denominados “Misión de paz 2007”; o las crecientes tensiones entre EEUU, Canadá, Dinamarca, Noruega y Rusia por las reservas energéticas y minerales del Ártico, son buena prueba del repunte de las contradicciones interimperialistas. 16) En los últimos años, se intensifican en Europa las luchas obreras de resistencia. Como ejemplo de lo anterior, destacamos las luchas en Francia contra el CPE o las huelgas en el transporte aéreo y en el ferrocarril (en los meses anteriores a la elecciones presidenciales se computaron en Francia cerca de 1.000 huelgas en diferentes sectores productivos). En Italia, se han convocado 5 huelgas generales contra las políticas del Gobierno de Berlusconi; en Alemania han destacado las huelgas de los obreros metalúrgicos, convocadas por el sindicato IG Metall, o las huelgas en el sector público. En Portuga, la reciente huelga general del 30 de Mayo, impulsada principalmente por la CGTP, ha sido un éxito. En España, desde la última huelga general del 20-J, han destacado las movilizaciones del sector naval -principalmente en
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La estrategia que acompaña el proceso de acumulación se asienta en bases sumamente débiles. A lo que contribuye el extraordinario desarrollo económico de la República Popular China y su creciente influencia política, buscando vías de desarrollo no capitalista, tras los últimos debates bajo la dirección del Partido Comunista, en un país marcado por las dificultades propias de su dimensión como nación y por su propia idiosincrasia. El imperialismo central estadounidense consigue mantener su economía parasitaria con el saqueo de los recursos económicos de buena parte del planeta, pero, a la vez, con la dependencia que supone la titularidad china de buena parte de sus bonos del tesoro, lo que, unido a los factores anteriormente señalados, convierte a China en uno de los enemigos principales del imperialismo estadounidense, europeo y japonés. A esa inestabilidad hay que añadir -en el plano ideológico- la creciente desconfianza de amplios sectores sociales en las capas dirigentes de los países capitalistas. Baste recordar al respecto las dudas ante lo realmente sucedido el 11-S en EEUU y la oscuridad que lo acompaña, la reacción popular ante las mentiras del “Trío de las Azores” sobre las armas de destrucción masiva en Iraq, que sirvieron de pretexto al genocidio, o la manipulación y el intento de engaño masivo llevado a cabo por el Partido Popular y el Gobierno de Aznar tras el 11-M en España(17). En este marco general de la lucha de clases, y ante la diversidad de respuestas a la nueva ola de expansión imperialista, se constata la necesidad de organizar y pertrechar ideológicamente al sujeto revolucionario. La izquierda mundial y los sectores democráticos van tomando conciencia de la gravedad de la situación. Ante la intensificación de las contradicciones enumeradas y al calor de las luchas populares, se reanuda el debate ideológico sobre la necesidad del socialismo, a lo que ha Galicia, Andalucía y Asturias- junto a la lucha de los trabajadores de SEAT, del personal de tierra del aeropuerto de El Prat de Barcelona, de los trabajadores de Delphi, o la huelga del transporte en Asturias junto a innumerables conflictos de empresa. 17) Sólo el 32% de los estadounidenses apoya la gestión de George W. Bush, según un sondeo publicado por ZOGBY INTERNATIONAL. De hecho, el 64 % afirma que en EEUU las cosas van mal, frente a un 22 % que cree lo contrario. Únicamente el 22% de los ciudadanos aprueba la estrategia del gobierno en política exterior. En España, más del 90 % de la población manifestó su rechazo a la guerra de Iraq y a la participación española en la agresión.
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contribuido de manera extraordinaria el avance de la Revolución Bolivariana en su fase antiimperialista y la voluntad expresada por el compañero Hugo Chávez de avanzar hacia el socialismo. El debate sobre el “socialismo del Siglo XXI” exige hoy de los y las comunistas que la lucha ideológica -las cuestiones teóricaspase a un primer plano y que se retroalimente dialécticamente con la práctica revolucionaria y la resistencia mundial antiimperialista. Como en otros momentos en la historia de la lucha revolucionaria, no faltan quienes, basándose en una supuesta “crisis del marxismo”, se apresuran a anunciar teorías “nuevas” y, en algunos casos, contradictorias con la experiencia de lucha por el socialismo acumulada por el movimiento obrero internacional. Posiciones como la de M. Hardt y Toni Negri con su noción de “imperio” y el rol asignado a eso que denominan “multitud”(18), la ofensiva de Heinz Dieterich contra Cuba, intentando contraponer su propia teoría del “socialismo del Siglo XXI” al modelo cubano(19), algunas opiniones negando el papel revolucionario de la clase obrera y la vigencia del marxismo-leninismo o los furibundos ataques que algunos sectores dirigen contra el modelo leninista En este escenario, Cuba de partido -sin que ninguno de continúa siendo ejemplo para ellos termine de concretar una todos los revolucionarios y teoría revolucionaria coherente, revolucionarias del mundo superadora y probada en la práctica revolucionaria-, en realidad ponen de manifiesto nuevos ejemplos de eclecticismo y de falta de principios que, además, por los contenidos que abordan y la forma de hacerlo, lejos de la pretendida novedad que anuncian, recuerdan demasiado viejos debates que cíclicamente se repiten en el seno del movimiento revolucionario (sujeto revolucionario, modelo de partido, carácter y naturaleza del estado y transición al socialismo…). En este escenario, Cuba continúa siendo ejemplo para todos los revolucionarios y revolucionarias del mundo. La defensa de su soberanía e independencia, de las conquistas revolucionarias y del socialismo por parte del pueblo cubano, de las organizaciones de masas y de su vanguardia 18) Vid Atilio Boron. IMPERIO E IMPERIALISMO, Fondo Cultural del ALBA, 2006. Cuba. 19) Vid Heinz Dieterich. LA CIENCIA SOCIAL CUBANA, DARÍO MACHADO Y EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. En www.rebelion.org puede seguirse el debate entre Dieterich y el compañero cubano Darío Machado.
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política (el Partido Comunista de Cuba), más aún desde el triunfo contrarrevolucionario en el este de Europa, son para nosotros y nosotras un referente indispensable por defender una política de principios combinada con la flexibilidad táctica necesaria para afrontar las embestidas del más poderoso enemigo que haya conocido la humanidad hasta nuestros días: el imperialismo estadounidense. Fidel llevaba razón al anunciar, allá por 1989, cuando la URSS y los países socialistas del Este se tambaleaban peligrosamente, que “desde luego hay dos tipos de comunistas: los que puedan dejarse matar fácilmente, y ¡los que no nos dejamos matar fácilmente!”. Pero si algo debemos destacar del ejemplo cubano es que representa las líneas de continuidad entre los procesos revolucionarios y las experiencias de construcción socialista en el siglo XX y las grandes luchas y avances antiimperialistas a lo largo de los primeros años del siglo XXI. De hecho, otros serían los derroteros seguidos por algunos de los procesos emergentes sin la asistencia y la experiencia acumulada por la Revolución Cubana. Esta realidad, junto a la innegable continuidad histórica de la lucha de clases y la acumulación de experiencias en la construcción del socialismo, es lo que algunos pretenden negar absurdamente levantando una inexistente muralla china entre los siglos XX y XXI. El debate entre el marxismo-leninismo y las que se pretenden “nuevas” teorías, abrazadas tanto por abiertos derechistas como por oportunistas y doctrinarios “de izquierda”, como siempre a lo largo de la historia, será definitivamente saldado en la arena de la lucha de clases. La práctica revolucionaria dirá la última palabra. El combate contra el reformismo y el oportunismo es una exigencia práctica de la lucha de clases, tanto a escala internacional como en la lucha revolucionaria en la España de nuestros días. En cada conflicto, en cada lucha, es preciso deslindar el campo con quienes desde el reformismo difunden entre los trabajadores y trabajadoras el desánimo, la confusión y el pensamiento burgués y/o pequeñoburgués, actuando como verdadero tapón en la lucha de clases al elegir el camino de la conciliación y abandonar toda tentativa de lucha revolucionaria. La clase obrera necesita arrancar conquistas, que cada lucha logre victorias concretas. Es preciso combatir el reformismo en la intervención política diaria como una exigencia para la toma de conciencia y el avance de la clase obrera.
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Es preciso desenmascarar el parlamentarismo burgués -cretinismo parlamentario, que diría Lenin- en que se ha instalado definitivamente Izquierda Unida. ¿Qué izquierda es esa que con su apoyo sostiene la política antiobrera y antipopular del Gobierno Zapatero? ¿Qué internacionalistas son esos que apoyan, o critican vergonzantemente, el despliegue de tropas imperialistas para sojuzgar a Es preciso desenmascarar el los pueblos oprimidos? ¿Qué parlamentarismo burgués revolucionarios son esos que cretinismo parlamentario, que entregan la dignidad de los diría Lenin- en que se ha instalado luchadores y luchadoras antidefinitivamente Izquierda Unida fascistas apoyando una ley que deja impune nuevamente a los criminales franquistas y ni siquiera declara la nulidad de los juicios franquistas? ¿Qué republicanos son esos que homenajean la Constitución Monárquica mientras el pueblo lucha en la calle por la III República? El fenómeno reformista trasciende nuestras fronteras. Como demuestra el borrador de las Tesis del II Congreso del Partido de la Izquierda Europea, la socialdemocracia reformista y algunos partidos autotitulados comunistas (defensores, en la práctica, de las teorías de lo que fue la fracción eurocomunista) han abandonado explícitamente el objetivo socialista para situarse cómodamente en la institucionalidad de la UE imperialista. El PCPE trabaja por la recomposición, fortalecimiento y cohesión del movimiento comunista internacional, que debe jugar un papel esencial y actuar con voz propia para levantar un Frente Mundial Antiimperialista que aglutine a todos aquellos movimientos democráticos y populares dispuestos e interesados en enfrentar la barbarie imperialista y en avanzar hacia la construcción del socialismo. Luchamos por impulsar la lucha de clase del proletariado, por la unidad comunista en nuestro país (sobre bases marxistas-leninistas) como elementos políticos claves en la recomposición de la vanguardia; por acumular fuerzas en lo que denominamos Frente de Izquierdas, para hacer avanzar un proceso constituyente republicano. Por desarrollarnos como Partido Comunista capaz de encabezar la lucha de la clase obrera por el socialismo, teniendo presente que hoy, dado el inmenso desarrollo de las fuerzas productivas, se dan, como nunca antes en la historia, las 20 F. Engels. LA GUERRA CAMPESINA EN ALEMANIA. Editorial Progreso. 21 V.I. Lenin. ¿QUÉ HACER? Editorial Progreso.
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condiciones científico-técnicas para resolver los grandes problemas de la humanidad (hambre, enfermedades, analfabetismo, etc.) y sentar las bases de la economía socialista. Pero sólo superando el capitalismo se podrá utilizar ese desarrollo y conocimiento para liberarnos y dar comienzo a la verdadera historia de la humanidad. Por eso, la Revolución Socialista es más necesaria que nunca. A 90 años del triunfo de la Gran Revolución de Octubre, el PCPE defiende el marxismo-leninismo, entendiendo, como dijera Engels(20), que “el socialismo, desde que se ha convertido en ciencia, exige que se le trate como tal, es decir, exige que se le estudie”. A su vez, descartamos toda posición dogmática y antidialéctica, pues la teoría revolucionaria sólo se forma de manera definitiva en estrecha conexión con la práctica del movimiento revolucionario y defendiendo la independencia real del pensamiento comunista respecto a las categorías de la superestructura ideológica del capitalismo. Hoy brillan con luz propia las afirmaciones de Lenin de que sin teoría revolucionaria, no puede haber tampoco movimiento revolucionario, y que sólo un partido dirigido por una teoría de vanguardia puede cumplir la misión de combatiente de vanguardia(21). Esa teoría es el marxismoleninismo, y, al desarrollo de ese partido, dedicamos hoy los hombres y mujeres del PCPE nuestros mejores esfuerzos, para que el siglo XXI sea el siglo del socialismo triunfante y del triunfo definitivo de la humanidad contra la barbarie.
¡Viva la Gran Revolución Socialista de Octubre! ¡Viva la unidad fraternal de los Partidos Comunistas y Obreros! ¡Viva el marxismo-leninismo! ¡Proletarios de todos los países, uníos!
Madrid, 6 de octubre de 2007
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SOBRE EL 90 ANIVERSARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN SOCIALISTA DE OCTUBRE EN RUSIA (1917)
Declaración del Comité Central del Partido Comunista de Grecia (KKE)
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on optimismo revolucionario, el Comité Central del KKE rinde homenaje al 90 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre. Hoy, las enseñanzas de Octubre guían la lucha del Partido Comunista de Grecia. La Revolución de Octubre recuerda a los comunistas la I Internacional de Carlos Marx y Federico Engels, a los de la II Internacional y de la heroica Comuna de París (la primera revolución proletaria que “asaltó los cielos”, pero no fue capaz de consolidar su poder debido a la inexperiencia), y la consigna “proletarios de todos los países, uníos”. Evoca también a los ejércitos rojos, a la III Internacional Comunista, a los trabajadores revolucionarios de Cantón, Turín, Berlín, España, Hungría y de todos los centros proletarios del mundo. En la gloria de Octubre, los y las comunistas ven la realización de la misión histórica de la clase obrera. Ven la confirmación de lo que Marx y Engels escribieron en el Manifiesto Comunista: “De todas las clases que
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hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que una verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Las demás degeneran y desaparecen con la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto genuino y peculiar.” Octubre revela el papel irremplazable del agente principal de la revolución socialista, el partido comunista, como partido de nuevo tipo, en comparación Con el poder soviético, las conquistas de con los partidos obreros y campesinos beneficiaron también socialdemócratas, a los trabajadores de los países capitalistas partidarios de pactar con la burguesía. Octubre también revela la fuerza del internacionalismo proletario. Con gran emoción saludamos a los millones de personas que dieron sus vidas por el movimiento comunista internacional, a los revolucionarios invencibles de la heroica historia proletaria, a las revueltas de obreros, obreras y campesinos pobres -todos ellos masas creadoras de la historia. Su ejemplo justifica la existencia humana; supone una enseñanza y un legado inestimable para los comunistas y los pueblos. La Revolución de Octubre fue un acontecimiento de proporciones históricas, el mayor acontecimiento del siglo XX, que marcaría durante décadas el curso de la humanidad. El “fantasma del comunismo”, que unas pocas décadas antes había recorrido Europa, se concretó como forma de poder (proletario). El resultado victorioso de la Revolución de Octubre implicó que a la Humanidad se le abría el camino para “pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad”. “Hemos iniciado esta tarea. Pero lo esencial no es exactamente cuándo, tras cuánto tiempo, los proletarios de cada país habrán finalizado esta obra. Lo esencial es que se ha roto el hielo, se ha abierto la vía, se ha despejado el camino”, escribió Lenin. La Revolución de Octubre fue la chispa que desencadenó el progresivo crecimiento del movimiento comunista internacional. Su llama aceleró la formación de un buen número de partidos comunistas, entre los que estaba el KKE. Llevó a la creación de la III Internacional Comunista (1919-1943), cuya necesidad surgió del hecho de que el capitalismo es una
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potencia internacional, pero también del hecho de que la II Internacional había traicionado los intereses de los trabajadores. Desde 1917, el capitalismo internacional se vio obligado a tener en cuenta la existencia de una fuerza opuesta, como el primer factor determinante de su política. Gracias a la revolución socialista de Octubre, se dieron las condiciones para establecer derechos, hasta entonces desconocidos para los trabajadores, incluso en los países capitalistas más desarrollados. Con el poder soviético, las conquistas de obreros y campesinos beneficiaron también a los trabajadores de los países capitalistas. Fueron un factor básico que obligó a los partidos gubernamentales burgueses, liberales y socialdemócratas a hacer concesiones a la clase trabajadora. La sacudida por la Revolución de Octubre de las bases del viejo mundo tuvo un efecto positivo inmediato en los movimientos anticolonialistas. Fue fundamentalmente a partir de entonces cuando ese régimen inhumano empezó a derrumbarse. Asimismo, el poder liberador de Octubre se expresó en la cultura global, en las artes y en las Grandes artistas de todo el letras. Grandes artistas de todo el mundo se unieron al movi- mundo se unieron al movimiento miento revolucionario de los revolucionario de los trabajadores trabajadores, se inspiraron en los mensajes de la Revolución de Octubre, y pusieron su trabajo al servicio de sus ideales, al servicio de la clase obrera internacional. Los retrocesos contrarrevolucionarios de 1989-1991 no niegan la consideración de nuestro tiempo como la época de transición del capitalismo al socialismo, que fue inaugurada simbólicamente por la Revolución de Octubre. El desarrollo histórico ha refutado la afirmación de que la naturaleza de la empresa socialista-comunista era utópica. Ningún sistema socioeconómico se ha consolidado completamente en la historia de la humanidad, ni siquiera el capitalismo en su lucha contra el feudalismo. Frente a los representantes ideológicos y políticos de la clase burguesa, que afirman
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que el fin de la historia ha llegado, el socialismo continúa siendo necesario y oportuno. La necesidad y oportunidad del socialismo surgen de las contradicciones del sistema capitalista. Brotan del hecho de que el capitalismo ha creado las condiciones materiales La necesidad y oportunidad necesarias para la transición de la del socialismo surgen de las humanidad a un sistema socioeconócontradicciones del sistema mico superior, aunque esa transición capitalista se retrase hoy por la adversa correlación de fuerzas, que hace que la agresividad capitalista parezca invencible. La necesidad de la transición al socialismo la genera el propio capitalismo, en el cual, a pesar de que el trabajo y la producción se han socializado a un nivel sin precedentes, los productos del trabajo socialmente organizado siguen siendo propiedad privada del capitalista. Esta contradicción es la matriz de todos los fenómenos de crisis en las sociedades capitalistas contemporáneas, pero también es la señal que marca el camino de salida y la necesidad de establecer unas relaciones de producción que se correspondan con el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, que implica la abolición de la propiedad privada de los medios de producción centralizados y su socialización para su utilización planificada en la producción social por el poder socialista, que expresa los intereses de los productores de la riqueza social. Las teorías que argumentan que no existían las condiciones objetivas necesarias para la realización de la Revolución de Octubre son resultado de la propaganda o de análisis acientíficos de la realidad. La Revolución de Octubre tuvo lugar sobre la base del desarrollo del capitalismo en Rusia, que ya había evolucionado a su etapa imperialista. Este hecho no lo refuta la circunstancia de la gran disparidad en el desarrollo capitalista de Rusia, ni la existencia de una herencia precapitalista que prevalecía en una gran parte del imperio zarista. La existencia de las condiciones materiales necesarias para la transformación socialista de Rusia puede probarse con estadísticas de la época.
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Entre la clase obrera de Rusia, y, particularmente, en su sector industrial, se crearon los soviets, como células alrededor de las cuales se organizó la lucha revolucionaria de la clase obrera. El partido bolchevique tenía una confianza ilimitada en la fuerza y capacidad de la clase obrera -a pesar de ser por entonces una minoría de la fuerza de trabajo total- para llevar a las masas a la lucha y dirigirlas. Aprendió de la iniciativa revolucionaria de las masas, de las instituciones que ésta creó en los momentos en que la lucha de clases se agudizaba. Al mismo tiempo, desarrolló la iniciativa de las masas y la elevó a un nivel más consciente. Las palabras de Carlos Marx se han demostrado ciertas, a saber: que la lucha de clases, con la violencia revolucionaria que implica, es “el motor de la historia”, y que la historia hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases. Octubre siguió los pasos de la gran revuelta de los esclavos liderada por Espartaco, de las revueltas campesinas de la Edad Media y de las gloriosas revoluciones burguesas, de la Revolución Francesa en primer lugar. El victorioso Octubre supuso la más rotunda expresión de la superioridad de la teoría del socialismo-comunismo científico, del marxismo-leninismo, sobre cualquiera de las variaciones filosó- El partido bolchevique tomó como un ficas idealistas y antidia- todo indivisible la lucha económica, lécticas en que se basa política e ideológica de la clase obrera la ideología burguesa. Confirmó que el marxismo supone verdaderamente un salto cualitativo en relación con las más avanzadas teorías creadas por la mente humana hasta el siglo XIX en filosofía y en las ciencias sociales: la economía política inglesa, la filosofía alemana y el socialismo utópico francés. Las ideas de la Ilustración, que inspiraron y guiaron las revoluciones burguesas, habían sido superadas hacía tiempo, ya que la burguesía había dejado de ser una clase en ascenso y se había convertido en una clase reaccionaria. El partido bolchevique tomó como un todo indivisible la lucha económica, política e ideológica de la clase obrera. Se guió por el principio
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leninista de que el papel del luchador de vanguardia sólo puede ser asumido por un partido guiado por una teoría de vanguardia. La ideología socialista-comunista -que revela las leyes del movimiento de la sociedad capitalista y las leyes para la transición revolucionaria del capitalismo al socialismo, y generaliza la experiencia de la lucha de clasesse desarrolla y extiende entre la clase obrera por el partido comunista, su vanguardia consciente y organizada. Es precisamente aquí donde reside la necesidad del Partido Comunista. La teoría de la revolución socialista se forjó en la incesante lucha contra la ideología burguesa y contra las muchas teorías reformistas y oportunistas. Estableció científicamente las razones por las que las condiciones de la clase obrera no pueden cambiar radicalmente por medio de una lucha por reformas. Con la fundación del partido bolchevique (1903) y en la intensa lucha ideológica que se dio en el partido durante muchos años entre los seguidores de los puntos de vista leninistas y los oportunistas, se creó por primera vez en la historia política una fuerza organizada que estatutariamente establecía derechos y obligaciones para los miembros, que tenía en el centralismo democrático su principio operativo fundamental, con el derecho a opinar y criticar, con unidad de acción y disciplina unánime una vez tomadas las decisiones, con fuertes lazos con las masas trabajadoras y populares que se van consolidando con la democracia interna y la autocrítica, basado todo ello en el principio rector supremo de la colectividad. La amplia preparación teórica del partido bolchevique, bajo la dirección de Lenin, lo capacitó para analizar correctamente la disposición y la correlación de fuerzas sociales y políticas, para mostrar la flexibilidad política adecuada sin distanciarse del objetivo estratégico (la toma del poder por los obreros revolucionarios), para solucionar problemas relativos a la política de alianzas en beneficio del movimiento revolucionario, para adaptar positivamente y desarrollar consignas adecuadas para cada momento, dentro de unas condiciones fluidas, complejas y que evolucionaban rápidamente. Uno de los factores decisivos para la victoria de la revolución fue la política de los bolcheviques durante la I Guerra Mundial.
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Ésta fue una guerra imperialista cuyo objetivo era redistribuir los mercados, las esferas de influencia y las colonias. Agudizó al máximo las contradicciones en la sociedad rusa y causó un profundo y brusco deterioro en las condiciones de vida de las masas. Se consideró que la guerra era la continuación de la misma política interna por medios militares, es decir, que servía a los intereses de las mismas fuerzas clasistas que estaban explotando a la clase obrera y habían llevado a decenas de millones de campesinos a la pobreza extrema. La dirección de la II Internacional, con la consigna de la “defensa de la patria”, ocultó la naturaleza imperialista de la guerra, llevando a la fragmentación de la clase obrera mundial y a su conversión en defensora de su propio ladrón “nacional”, la burguesía doméstica. Por el contrario, los bolcheviques no sólo denunciaron la guerra, como hacían los pacifistas, sino que apostaban por transformar la guerra imperialista en una guerra contra las clases dominantes para su derrocamiento. Sólo este camino podía llevar a una paz justa, con la eliminación de la explotación de clase y de la opresión imperialista. La propia vida creó las condiciones para el comienzo de la revolución socialista. Dio forma a la situación revolucionaria, que es un hecho objetivo que se da, como enfatizó Lenin, cuando las siguientes condiciones se presentan simultáneamente: “1. La incapacidad de las clases dirigentes para mantener su poder invariablemente (…) para que estalle la revolución, no basta con que “los de abajo no quieran”, sino que también es necesario que “los de arriba no puedan” seguir viviendo como antes. 2. Un deterioro, mayor de lo habitual, en la privación y la miseria de las clases oprimidas. 3. Por las razones expuestas, un significativo aumento de la actividad de las masas, que, en tiempos “de paz”, permitirían que se les robase tranquilamente…” Mientras duraba la guerra, los bolcheviques no permitieron que las masas revolucionarias fueran influenciadas por las fuerzas burguesas que alcanzaron el poder en la revolución de febrero de 1917 con el derrocamiento del gobierno zarista, sino que las llevaron a la Revolución de Octubre. No participaron en los gobiernos burgueses que se formaron entre febrero y octubre de 1917. Aprovecharon las contradicciones que no sólo mantenían la situación revolucionaria, sino que también ayudaban a cambiar la correlación de fuerzas en los soviets. El último gobierno burgués, el de Kerensky, fue igualmente incapaz de resolver los proble-
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mas que habían movilizado a millones de personas en una lucha a vida o muerte, con el impulso de aquellos a quienes todo pertenece y merecen conquistarlo y vivir en paz. La consigna “¡Todo el poder a los soviets!” ganó a la mayoría de la clase obrera y atrajo rápidamente a millones de campesinos, mientras también se utilizaba en las filas del ejército burgués, donde los soldados deponían a los oficiales reaccionarios y elegían a revolucionarios para sustituirlos. La teoría leninista del eslabón débil en el sistema imperialista se confirmó plenamente. En condiciones de desarrollo económico y político asimétrico, ley absoluta del capitalismo, existe la posibilidad de victoria de la revolución socialista en unos pocos países o, incluso, en un solo país tomado individualmente. El nuevo Estado, el de la dictadura del proletariado, basado en los soviets, surgidos de la propia actividad de las masas en el fuego de la revolución de 1905-07, sustituyó a la vieja maquinaria estatal destruida por la Revolución de Octubre. La ruptura de las estructuras del Estado burgués es necesaria porque “el Estado moderno, cualquiera que sea su forma, es una máquina esencialmente capitalista, es el Estado de los capitalistas, el capitalista colectivo ideal”, como escribió Engels. “¿Democracia basada en la propiedad privada o basada en la lucha por abolir la propiedad privada? (…) ¡Libertad e igualdad para el trabajador, para el campesino, para la raza oprimida! ¡Esta es nuestra consigna!”, declaró V.I. Lenin. Y enfatizó: “La dictadura del proletariado… no es únicamente el ejercicio de la violencia contra los explotadores y, de hecho, no es principalmente violencia… en comparación con el capitalismo, representa y alcanza una más alta forma de organización social del trabajo.” El esfuerzo del joven gobierno soviético por construir las bases económicas del socialismo avanzó en condiciones de una dura lucha contra las fuerzas de la intervención militar extranjera y la burguesía doméstica, el cerco imperialista y la subversión interna, con conspiraciones, sabotajes y asesinato de bolcheviques.
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Dadas las condiciones existentes, el hecho de que las bases del socialismo efectivamente se construyeran constituye un hecho histórico sin precedentes. No es casual El papel de la Unión Soviética en la que el tema sea tratado victoria antifascista de los pueblos con tanta rabia por la buren la II Guerra Mundial fue decisivo. guesía y los oportunistas. La URSS diezmó la maquinaria Hasta hoy, la bandera de militar alemana y de sus aliados la cruzada “antiestalinista” se alza para desacreditar globalmente a la lucha comunista y sus perspectivas. La actividad del partido se basaba en la consolidada visión teórica relativa a la posibilidad de construir el socialismo en un solo país, especialmente uno del tamaño de Rusia, en oposición a la visión trotskista de la “revolución permanente”. Se basaba en la unidad de la clase obrera y su alianza con los sectores pobres del campesinado. En ausencia de tales condiciones, el desarrollo industrial y la colectivización (o cooperativización) de la producción agrícola no se podría haber llevado a cabo. Una fuerza significativa en la construcción del socialismo fue el trabajo de vanguardia del movimiento stajanovista, que incluía en sus filas a millones de revolucionarios, lo mejor de la nueva sociedad. Gracias a todo ello, la Unión Soviética fue capaz de convertirse en una gran potencia económica y militar en vísperas de la II Guerra Mundial. El papel de la Unión Soviética en la victoria antifascista de los pueblos en la II Guerra Mundial fue decisivo. La URSS diezmó la maquinaria militar alemana y de sus aliados, que habían invadido su territorio. Liberó numerosos países europeos de las fuerzas de ocupación alemanas. Por la patria socialista, más de 20 millones de ciudadanos soviéticos dieron sus vidas, y alrededor de 10 millones más sufrieron heridas o invalidez. Las victorias del Ejército Rojo dieron un empuje considerable al desarrollo de los movimientos de liberación nacional y antifascistas, en los cuales los partidos comunistas participaban en primera fila. Es característico que su crecimiento fuera más vigoroso justo tras la batalla de Stalingrado, que marcó un giro en la guerra en detrimento de las fuerzas del Eje nazifascista.
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La lucha de la clase obrera y el pueblo de China, Cuba, Vietnam y la R.P.D. de Corea encontró en la política de la Unión Soviética un apoyo desinteresado y un puntal contra el imperialismo. La Unión Soviética ayudó a los pueblos de Afganistán, Angola, Camboya, Yemen del Sur, La URSS buscó todas las vías para aplicar Etiopía y docenas de países en África, una política de paz y de eliminación Asia y las Américas. de los puntos de tensión y guerra que Defendió a Palestina desencadenaba el imperialismo y Chipre. Gracias a la URSS y al resto de países del Pacto de Varsovia, regiones enteras,como los Balcanes, vivieron décadas de cohabitación pacífica entre sus pueblos, a pesar de su diversidad étnica. La URSS buscó todas las vías para aplicar una política de paz y de eliminación de los puntos de tensión y guerra que desencadenaba el imperialismo, responsable de dos guerras mundiales y de cientos de conflictos locales. La Unión Soviética remitió docenas de propuestas para la abolición o reducción de todas las armas nucleares, para la conclusión de acuerdos de no proliferación. Sus propuestas chocaron con el carácter agresivo de los estados capitalistas. El Pacto de Varsovia -formado en 1955, seis años después de la creación de la OTAN imperialista-, fue un instrumento de defensa, un bastión del socialismo. La Unión Soviética y el resto de los estados miembros propusieron a menudo la disolución de ambas alianzas, sin obtener respuesta. La decisión del Pacto de Varsovia de proveer asistencia internacionalista a Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968) tenía la intención de defender el poder socialista frente a la contrarrevolución. La lucha de clases, entre el capitalismo y el socialismo, se daba a nivel internacional. El derecho humano al empleo fijo y estable, a la educación gratuita, al bienestar y a la sanidad, a la vivienda barata y a la garantía de los derechos básicos sociales y políticos para la mayoría del pueblo se deben todos a la Revolución de Octubre. A los pocos años de la Revolución de Octubre, el desempleo desapareció en la Unión Soviética. Desde 1956, se instituyó la jor-
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nada laboral de 7 y 6 horas, así como la semana laborable de cinco días. Se aseguró el tiempo de ocio para todos los trabajadores. Su contenido también cambió en base a las infraestructuras creadas por el poder soviético, tales como casas de descanso, centros de vacaciones y campings. La jubilación era universal, a La Unión Soviética estaba cubierta los 55 años para las mujeres por una amplia red de teatros y y a los 60 para los hombres salas de cine, asociaciones artísticas y deportivas, grupos musicales y librerías, llegando a los pueblos más pequeños y los más remotos lugares de Siberia, grandes extensiones que fueron explotadas y literalmente transformadas gracias a la heroica labor de miles de trabajadores, entre ellos, muchos voluntarios. La seguridad social era una preocupación fundamental para el estado soviético. La jubilación era universal, a los 55 años para las mujeres y a los 60 para los hombres. Los fondos de la seguridad social se financiaban Más de ¾ de los trabajadores a través del presupuesto público y de la URSS tuvieron de contribuciones de las empresas. educación universitaria o Había similar preocupación en el secundaria completa resto de países socialistas europeos. Los trabajadores nunca experimentaron la inseguridad, problemas y ansiedades que sufren los trabajadores, jóvenes y capas populares en los países capitalistas. El poder soviético puso las bases para abolir la discriminación y la opresión hacia las mujeres. Les dio plenos derechos legales. Protegió en la práctica la maternidad, como una tarea social y no privada o familiar. Liberó a las mujeres de muchas responsabilidades en el cuidado de la familia, creando un sistema gratuito estatal de ayudas sociales. Desde el principio, enfrentó prejuicios centenarios y enormes dificultades objetivas. Mostró particular interés en las parejas jóvenes. Aunque ello no significa que toda forma de desigualdad entre hombres y mujeres fuera eliminada, es un hecho que el poder soviético ayudó a la mujer a salir de su estatus de abandono, de ser humano de segunda clase.
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El esfuerzo por elevar el nivel de la educación pública en todos los sentidos fue un componente integral y permanente de la política soviética. Más de ¾ de los trabajadores de la URSS tuvieron educación universitaria o secundaria completa, mientras que el analfabetismo, que en 1917 afectaba a dos tercios de la población de este enorme país, fue rápidamente erradicado.
Los avances hechos por los pueblos de la Unión Soviética y el resto de países socialistas demuestran la superioridad del modo de producción socialista frente al capitalista. Adquieren aún más valor si tenemos en cuenta la herencia de la asimetría capitalista y el retraso en el momento de la revolución, en comparación con los EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón.
Se vieron los resultados en el florecimiento de las ciencias, en el primer viaje espacial tripulado (por Yuri Gagarin), en la aparición de científicos reconocidos mundialmente en campos como la física, las matemáticas, la química, la medicina, la ingeniería, la psicología y otras, creando una gran reserva de conocimiento científico.
La construcción del socialismo comenzó en Rusia sobre las ruinas resultantes de la I Guerra Mundial, la guerra civil y la intervención de los ejércitos de 16 estados imperialistas. A ello hay que añadir la aún mayor destrucción resultante de la II Guerra Mundial. La reconstrucción de la URSS sin ninguna ayuda extranjera en cuatro años (1945-1949) supuso otra hazaña del poder socialista soviético. Por el contrario, la reconstrucción de la Europa capitalista se basó principalmente en el “Plan Marshall” de EEUU.
La construcción de la base económica socialista y la formación de un estado de obreros se convirtieron en la base y el instrumento para moldear al nuevo hombre, Los logros de la cultura socialista en al creador de la cultura todos los campos se los apropiaron socialista. Su influencia fue las amplias masas populares, como universal y abarcó a todos un beneficio social estatal los pueblos y naciones de este vasto país. Los logros de la cultura socialista en todos los campos se los apropiaron las amplias masas populares, como un beneficio social estatal. El estado proveyó los recursos para la educación artística, para el desarrollo de la creatividad artística, desde la infancia. En la Unión Soviética no sólo destacaron grandes artistas en todos los campos de la estética, sino, sobre todo, el alto nivel cultural de las masas. Igual cuidado se tuvo en proteger y diseminar los mejores logros intelectuales jamás conocidos por la humanidad. Junto con los trabajos del arte socialista y de la cultura socialista en general, millones de ciudadanos soviéticos pudieron aprender y asimilar las grandes obras de la cultura humana. Tras el Louvre y el Vaticano, el Museo del Hermitage tuvo la mejor colección de obras de arte del mundo, siendo accesible para todos. El pueblo soviético comenzó a familiarizarse ampliamente con las creaciones culturales desde los primeros momentos de la Revolución de Octubre y la guerra civil, en una época en que pasaban hambre, frío y morían de cólera o en el campo de batalla.
La creación de la Unión Soviética fue una unificación progresiva y popular, en contraste con los “Estados Unidos de Europa bajo el capitalismo” que son “imposibles o reaccionarios”, como predijo Lenin. Hoy, las uniones imperialistas están impregnadas de contradicciones insalvables. Su competencia por la dominación es debida a la propiedad privada de los medios de producción. Las relaciones de la UE con otros estados y entre sus propios miembros están gobernadas por la desigualdad y la dominación. El gobierno soviético se opuso al nacionalismo, al particularismo y a la xenofobia. Reconoció el derecho de todo pueblo a la autodeterminación, incluyendo la plena separación. Promovió el respeto mutuo y la igualdad entre naciones y grupos étnicos, cultivó y estableció la idea de su unión voluntaria en el único marco de la Unión Soviética. Esta política se basaba en el internacionalismo proletario, el único principio cuya aplicación consistente puede asegurar el respeto a las particularidades nacionales, lingüísticas y culturales y la participación uniforme en el camino de la construcción socialista. Por el contrario, la violación del internacionalismo proletario, principalmente bajo condiciones de acumulación de problemas internos, puede dar lugar a que se deshagan los lazos, e, incluso, a una abierta oposición a la unificación.
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El factor imperialista, en colaboración con las fuerzas contrarrevolucionarias internas, aprovechó las distorsiones y errores, y desencadenó lo que quedaba de los sentimientos nacionalistas, para socavar el sistema socialista y agravar las tendencias secesionistas. El manejo por el gobierno soviético, a un nivel u otro, de tantos problemas populares demuestra que la constante mejora de las condiciones de vida y el desarrollo de la personalidad de los trabajadores está en la propia naturaleza e inherente potencial del socialismo-comunismo. Sin embargo, sólo puede lograrse por medio de la aplicación de una política correcta por parte de los partidos comunistas. Las desviaciones y violaciones de los principios se convierten en factores que promueven el retraso, el estancamiento e incluso la deriva contrarrevolucionaria. El KKE, con las conclusiones y elaboraciones de su Conferencia Nacional de julio de 1995 sobre “Las causas del derrocamiento del sistema socialista en Europa”, dio un primer paso en el estudio de este adverso acontecimiento para los pueblos. Posteriormente, se formularon más observaciones y valoraciones en las “Tesis del CC del KKE en el 60 aniversario de la gran victoria antifascista de los pueblos” -mayo de 2005. Hoy, el KKE, tras haber adquirido mayor madurez y conocimiento de las fuentes históricas, pero también siguiendo las discusiones que se han dado a nivel internacional entre eruditos marxistas, se esfuerza por profundizar en su conocimiento de las causas de la victoria contrarrevolucionaria, sin considerar que esta investigación haya sido completada. El derrocamiento del sistema socialista constituye una contrarrevolución porque supuso retrocesos sociales. La absoluta dominación del capitalismo ha supuesto grandes sufrimientos para millones de personas, dentro y fuera de los países socialistas que conocíamos. La explotación del hombre por el hombre, el crimen, la prostitución y las drogas, el paro y el expolio capitalista de la enorme riqueza de la Unión Soviética -todo lo cual había sido desconocido durante siete décadas- son ahora características de la situación que ha surgido tras la contrarrevolución y el desmembramiento de la URSS. La contrarrevolución supuso una destrucción increíblemente generalizada de las fuerzas productivas. La propaganda contrarrevolucionaria se ha esfor-
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zado por presentar a escala global los desastres de la contrarrevolución como un problema de la construcción socialista. Los pueblos se han visto privados temporalmente de su gran apoyo, de su sincero aliado. Son miles los muertos, las víctimas de la agresión imperialista, los desvalidos y los refugiados. Los Balcanes, Irak y Afganistán, los pueblos de Ruanda, Haití y Somalia son las víctimas más claras de la nueva correlación de fuerzas global tras 1989-91. El nacionalismo, el racismo social, las diferencias religiosas y culturales, el antisocialismo y el anticomunismo se están convirtiendo en armas en manos de los imperialistas para fomentar la discordia entre los pueblos y el desmembramiento de estados. Se están desarrollando nuevas armas y sistemas nucleares. Las nuevas dimensiones que ha adquirido el anticomunismo, convirtiéndose, en muchos casos, en política oficial de los gobiernos, revelan el carácter formal y limitado de la democracia burguesa como dictadura del capital. En algunos estados que emergieron de la restauración del capitalismo y el desmembramiento de la Unión Soviética, en los países bálticos, en Polonia, en la República Checa y en otros lugares, los criminales de guerra y colaboradores de los alemanes reciben honores, mientras que los héroes de la lucha antifascista son perseguidos y los símbolos de la victoria de los pueblos contra el fascismo se derrumban. Rechazamos el término “colapso” del sistema socialista, porque sugiere una especie de necesidad del proceso contrarrevolucionario y oculta la lucha social y las condiciones necesarias para su evolución hacia una abierta lucha de clases. Consideramos fundamental reconocer que en esos países se había iniciado la construcción socialista, con sus debilidades, errores y desviaciones. No se trataba de un “sistema explotador transitorio” o un “capitalismo de estado”, como dicen algunas corrientes del movimiento obrero. El hecho de que en los antiguos países socialistas el derrocamiento fuera dirigido por las direcciones del partido y del estado demuestra lo que afirma la historia entera del movimiento obrero: en su desarrollo, particularmente en condiciones de agudización de la lucha de clases, el oportunismo madura en fuerza contrarrevolucionaria.
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Nuestros adversarios, distorsionando nuestras posiciones, aseguran que el KKE reduce toda la cuestión de las causas del vuelco contrarrevolucionario a las actividades subversivas de los agentes imperialistas en el partido y en el estado. Esto es una vulgarización de las posiciones del KKE, cuyo objetivo es presentar que el pensamiento del partido se queda corto en cuanto a lo que demandan las condiciones, desacreditarlo a los ojos de los preocupados trabajadores. El cerco imperialista al sistema socialista supuso un fortalecimiento importante de sus problemas internos y sus contradicciones. Llevó a decisiones que hicieron la construcción socialista más difícil. La carrera armamentista absorbió una gran parte de los recursos de la Unión Soviética. La línea de la coexistencia pacífica, desarrollada durante el período inmediato de la posguerra, La línea de la coexistencia pacífica, a cierto nivel, en el XIX permitió la aparición de visiones Congreso (octubre de 1952), utópicas, de que era posible para el pero, especialmente, en el imperialismo renunciar a la guerra XX Congreso del Partido Comunista de la URSS y los medios militares (febrero de 1956), permitió la aparición de visiones utópicas, de que era posible para el imperialismo renunciar a la guerra y los medios militares. A la hora de fijar la correlación de fuerzas global, jugó un papel importante el desarrollo del movimiento comunista internacional y las cuestiones sobre su estrategia. La decisión de disolver la Internacional Comunista (mayo-junio de 1943) señaló la ausencia de un centro que pudiera formular una estrategia revolucionaria contra el sistema imperialista internacional. A pesar del hecho de que la II Guerra Mundial creó las condiciones en las que las contradicciones de clase se agudizaron enormemente, la lucha antifascista llevó al derrocamiento del poder burgués sólo en los países de Europa central y oriental, con la decisiva contribución del Ejército Rojo en un sentido u otro. En el occidente capitalista, los partidos comunistas no pudieron elaborar una estrategia para la transformación de la guerra imperialista o la lucha de liberación en una lucha por la conquista del poder por la clase obrera. Pospusieron la meta del socialismo para el futuro y establecieron
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tareas que limitaban la lucha al frente contra el fascismo. Prevaleció la visión de que era posible algún tipo de forma intermedia de poder, entre la burguesía y el poder de la clase obrera revolucionaria, con la posibilidad de que evolucionara hacia un poder obrero. Tras la II Guerra Mundial, se produjo una obvia falta de lazo organizativo entre los partidos comunistas que permitiera conformar una estrategia unida e independiente contra la estrategia unida del imperialismo internacional. La Oficina de Información de los Partidos Comunistas, creada en 1947 y disuelta en 1956, y las Conferencias Internacionales de Partidos Comunistas que se celebraron desde entonces, no tuvieron éxito en contribuir a la unidad ideológica y a la plasmación de una estrategia revolucionaria. En los análisis realizados por el movimiento comunista internacional, las tácticas flexibles del capitalismo no fueron evaluadas apropiadamente. Las contradicciones entre estados capitalistas, que, por supuesto, contenían el elemento de la dependencia, como en el caso de la pirámide imperialista, no fueron analizadas así, un hecho que llevó a una política de alianzas con sectores de la burguesía que eran descritos como “nacionales”, contra las denominadas burguesías dominadas desde fuera. Además, las direcciones comunistas no elaboraron conclusiones correctas y exhaustivas en relación a las abiertas actividades contrarrevolucionarias del imperialismo, inicialmente en la República Democrática Alemana y, más adelante, en Hungría, Polonia y Checoslovaquia. La política seguida por un número importante de partidos comunistas de colaborar con la socialdemocracia fue parte de la estrategia del “gobierno antimonopolista”, una especie de paso entre el capitalismo y el socialismo, también expresada a través de gobiernos que intentaban administrar el sistema capitalista. Por otro lado, justo tras el fin de la guerra, bajo la dirección de EEUU, el imperialismo lanzó la “guerra fría”. La “guerra fría” incluyó la organización de una guerra psicológica contra los países socialistas, la escalada de la carrera armamentista, redes de subversión y sabotaje del sistema socialista, abiertas provocaciones del imperialismo, fomento de actitudes contrarrevolucionarias y una política económica y diplomática diferenciada respecto de los nuevos regímenes
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obreros, dirigida a romper su alianza con la URSS. Al mismo tiempo, el sistema imperialista estableció coaliciones militares, civiles y económicas, así como organizaciones internacionales prestamistas, como la OTAN, la Comunidad Europea, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los acuerdos transnacionales de comercio, que aseguraban la coordinación entre los estados capitalistas. Ambas secciones del movimiento comunista, la que estaba en el poder y la que no, no supieron valorar correctamente la correlación de fuerzas mundial, mientras subestimaban el potencial de la reorganización del capitalismo de posguerra. Al mismo tiempo, la crisis se profundizó en el movimiento comunista internacional, inicialmente manifestándose en la total ruptura de relaciones entre el Partido Comunista de la Unión Soviética y los Partidos Comunistas de China y Albania. Luego, crecieron las dificultades con la cristalización del oportunismo de derecha en el movimiento comunista en Europa Occidental, con la corriente denominada “eurocomunismo”, que abiertamente convergía con la socialdemocracia. Desde ambos lados se manifestó el antisovietismo, que llegó a ser un componente elemental en sus políticas. Del lado del PC Chino, alcanzó sus expresiones más crudas. Al mismo tiempo, la recíproca influencia del oportunismo en los partidos comunistas de los países capitalistas y en los partidos comunistas en el poder se reforzó bajo condiciones de amenaza de un golpe nuclear contra los países socialistas. Debe señalarse que la diferencia fundamental entre el capitalismo y el socialismo-comunismo es que las relaciones de producción capitalistas surgieron en el seno del feudalismo, mientras que las del socialismo-comunismo no pueden nacer en el seno del capitalismo porque están en contradicción con toda forma de explotación. El poder de los obreros revolucionarios debe derribar y remodelar radicalmente todas las relaciones sociales heredadas del capitalismo, conscientemente debe construir un nuevo modo de producción, resolviendo las contradicciones sociales en beneficio de la construcción socialista. Por ello, encuentra grandes dificultades en la construcción, extensión y pleno desarrollo y dominio de las nuevas relaciones de producción y distribución. El capitalismo no se encontró con tales dificultades. La sociedad
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socialista tiene grandes cargas de la sociedad capitalista, que la hacen peligrar a todos los niveles. En el socialismo, la explotación de clase está abolida, pero no se puede abolir toda forma de desigualdad social y estratificación, que se refleja en la conciencia de la gente y en su actitud hacia la vida. En la construcción socialista, las diferencias entre el campo y la ciudad, entre el trabajo manual e intelectual, también deben ser eliminadas. Sólo entonces seremos capaces de decir que hemos metido “el último clavo en el ataúd de la sociedad capitalista que estamos enterrando”, como escribió Lenin. La lucha por establecer y desarrollar la nueva sociedad es dirigida por los obreros revolucionarios, cuyo núcleo es el partido comunista, el cual actúa conscientemente en base a las leyes del movimiento de la sociedad socialista. Por ello, la naturaleza científica y la orientación de clase de la política del partido comunista, sobre todo el desarrollo de la teoría del socialismo-comunismo científico por el partido comunista, es una condición fundamental y previa de la construcción socialista. Los partidos comunistas en el poder no realizaron esta tarea con éxito. Y, en la medida que las políticas del poder socialista no lograban resolver tales contradicciones en beneficio de la construcción socialista, tales contradicciones evolucionaron hasta ser antagónicas. La teoría oportunista de que las contradicciones no antagónicas no pueden evolucionar a contradicciones antagónicas no se confirmó. Tras la guerra, como señaló el XIX Congreso del PCUS, a pesar de los éxitos logrados en el cumplimiento del IV plan quinquenal (1946-1950), hubo problemas en lo relativo a la modernización y desarrollo de los medios de producción, la dirección de las empresas y el nivel de bienestar social. A partir del XX Congreso del PCUS, se fueron adoptando aproximaciones teóricas erróneas para resolver tales problemas, y las políticas oportunistas que se aplicaron en la economía se extendieron al poder socialista y a las relaciones internacionales. Al mismo tiempo, con el pretexto de combatir el “culto a la personalidad”, se desencadenó una desenfrenada campaña contra la política del Estado soviético bajo la dirección de Stalin y se trazó el camino para la gran deriva oportunista de derecha del movimiento comunista internacional.
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En lugar de fortalecer las relaciones socialistas de producción/ distribución, se reforzaron las relaciones mercantiles, potencialmente capitalistas. La planificación central comenzó a desaparecer y la propiedad social se erosionó. Una parte importante de la producción agrícola privada y cooperativa se vendía libremente en el mercado, esto es, al punto más alto en la fluctuación de precios. La diferenciación social en la industria era incluso mayor. El enriquecimiento ilegal, el denominado “capital a la sombra”, trataba de operar legalmente como capital productivo, es decir, trataba de restaurar el capitalismo. Esto afectó al partido, reforzando la erosión oportunista y la degeneración socialdemócrata. El subjetivismo a la hora de analizar la marcha de la construcción socialista como “socialismo desarrollado” y el desarrollo del oportunismo quedaron recogidos en los análisis del XXI Congreso del PCUS, en 1959: “El socialismo en la URSS ha triunfado absoluta y definitivamente (…) Ha entrado en el período de la gran extensión de la sociedad socialista”. El XXII Congreso, en 1961, adoptó el “Programa de construcción del comunismo”. En los cambios formulados en la Constitución de 1977, se institucionalizaron el “Estado de todo el pueblo” y el “partido del pueblo”. La teoría del “Estado de todo el pueblo” tuvo otro efecto a la hora de alterar las características del Estado y en degradar el papel de la clase obrera. También alteró la naturaleza de la democracia socialista. Al mismo tiempo, la definición del partido como un “partido de todo el pueblo” significó un cambio en su carácter de clase. En los Documentos de la Conferencia Nacional del KKE de julio de 1995 sobre “Las causas del derrocamiento del sistema socialista en Europa” se menciona el hecho de que “el papel de vanguardia del partido se hizo cada vez más débil (…). En el período de la perestroika, el estado del partido alcanzó el punto de la degeneración.” Las fuerzas en el partido comunista que no habían derivado conscientemente hacia el oportunismo consideraban el papel preponderante del partido en la sociedad como un hecho e indiscutible. El control del partido por las fuerzas de la clase obrera se debilitó gradualmente y, finalmente, desapareció. El principio de igualdad entre
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comunistas se violó. Se crearon las condiciones para el crecimiento del arribismo entre los cuadros. La clase obrera y las masas populares en general no rechazaban el socialismo. Es típico que los eslóganes usados durante la perestroika fueran “revolución dentro de la revolución” y “más socialismo”. El hecho de que la clase obrera no reaccionara contra la contrarrevolución puede explicarse por estos y otros factores. Al tiempo que las direcciones de los partidos comunistas tomaban posturas que erosionaban la naturaleza social de la propiedad y fortalecían intereses estrictamente privados, los sentimientos de alienación de la propiedad social fueron apareciendo y al mismo tiempo se fue erosionando la conciencia social. Se fomentaron la pasividad y la indiferencia. La erosión oportunista del movimiento comunista internacional fue un proceso a largo plazo, con profundas raíces en el desarrollo capitalista del siglo XX, que no fue analizado a tiempo y objetivamente. La interacción entre el oportunismo en los partidos comunistas de los países capitalistas desarrollados y el del PCUS y el resto de partidos comunistas en el poder requiere una mayor investigación histórica, necesaria para el fortalecimiento ideológico y político y la unidad del movimiento comunista en el siglo XXI. Es igualmente necesario sacar y asimilar conclusiones acerca del desarrollo y crecimiento de la lucha de clases durante la construcción socialista del siglo XX. La futura construcción socialista comenzará y evolucionará seguramente a un nivel superior al del siglo XX. Sin embargo, también es cierto que llegará a una dura confrontación con la herencia capitalista en lo económico, en lo político y en lo ideológico. Para el movimiento obrero en los países capitalistas actuales, se mantiene el problema de que las masas están atrapadas en las estructuras del sistema (parlamento, control del gobierno y el patrón, sindicato, gobierno municipal y otros). La poderosa influencia burguesa en el movimiento obrero también se expresa a través del revisionismo y oportunismo en un número importante de partidos comunistas.
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Hoy, más que nunca antes, se ha demostrado que la lucha de clases no puede ser principalmente defensiva, para defender determinadas conquistas, cuando las necesidades inmediatas están cambiando tanto del lado del capital como de la clase obrera. Resultados inmediatos, y también a largo plazo, sólo pueden conseguirse politizando la acción, poniendo por delante exigencias que chocan con la estrategia del capital, que reclaman para sus productores directos la riqueza que se está creando, y a la vez preparando el factor subjetivo de la conquista del poder. Tales luchas pueden crear correlaciones de fuerza favorables a la clase obrera y sus potenciales aliados, las masas populares. Una de las principales tareas del frente ideológico comunista es restaurar, a los ojos de la clase trabajadora, la verdad acerca del socialismo en el siglo XX, sin idealizaciones, objetivamente, libre de las calumnias burguesas. La defensa de las leyes del desarrollo del socialismo y, al mismo tiempo, la defensa de la contribución del socialismo en el siglo XX suponen una respuesta a las teorías oportunistas que hablan de “modelos” de socialismo adaptados a peculiaridades “nacionales”, pero, además, responden también a la discusión derrotista acerca de los errores. La defensa de esta contribución es, para el KKE, un criterio en las relaciones con otros partidos comunistas y obreros para la creación de un polo comunista en el movimiento internacional. La calumnia y la cruzada anticomunista no pueden esconder la verdad durante mucho tiempo. El anticomunismo, uno de cuyos elementos es la reescritura de la historia, es un indicador del miedo de la clase burguesa. Se ha confirmado que no hay una tercera vía o una vía no clasista al desarrollo. En cualquier caso, ésta servirá al imperialismo (es decir, a la dirección del sistema capitalista) o servirá al pueblo. Todos los mitos antiguos y contemporáneos están siendo derribados y desvelados en la práctica: el mito del “libre mercado” y la “competitividad”, de la “modernización”, “consenso”, “diálogo social”, la “democracia de las instituciones”, “vías de un solo sentido” y los mitos de la seguridad y respeto por los derechos soberanos y las fronteras. La pregunta es: ¿quién está en el poder, quién domina, para el beneficio de quién y con qué finalidad?. La clase obrera y las capas pobres de las masas populares no se quedarán ancladas en el pasado. La clase obrera, especialmente sus generaciones más jóvenes, así como las jóvenes generaciones de las masas populares,
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merecen un solo futuro, el que teme el imperialismo: el socialista-comunista. Como se enfatiza en el Programa del KKE adoptado en su XV Congreso: “El siglo XXI será el siglo de la reagrupación de las fuerzas revolucionarias, se repelerá la ofensiva del capital internacional y se organizará la contraofensiva decisiva. Será el siglo de un nuevo crecimiento revolucionario en el mundo y una nueva serie de revoluciones sociales”.
25 de mayo de 2007. Comité Central del KKE
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RESOLUCIÓN GENERAL DEL XVI SEMINARIO COMUNISTA INTERNACIONAL
Validez y actualidad de la Revolución de Octubre de 1917 para el siglo XXI
Bruselas, 4 - 6 de mayo de 2007
Tipo de partido necesario para responder a los desafíos del siglo XXI I. Un partido leninista
1.- Hace 90 años, el partido bolchevique condujo al proletariado ruso a la victoria durante la gran Revolución socialista de Octubre de 1917. El partido se armó en base a las estrategias y las tácticas de la revolución socialista desarrolladas bajo la dirección de Lenin. El partido bolchevique se construyó en lucha permanente contra el oportunismo tanto de derecha como de izquierda. 2.- Octubre de 1917 confirmó la validez de los principios como la base del partido bolchevique. Para elaborar su línea, el partido debe ana-
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lizar las luchas de clases, a nivel nacional e internacional, desde el punto de vista de la clase obrera, a la luz del marxismo-leninismo. Debe tener amplias relaciones con las masas trabajadoras y llevar una larga lucha por los intereses de éstos. Debe mantener su espíritu revolucionario aplicando los principios de centralismo democrático, de la crítica y la autocrítica y de la lucha contra el oportunismo. Toda la historia de los movimientos revolucionarios del siglo XX, de las victorias del socialismo en Europa del Este, las revoluciones china, vietnamita, coreana y cubana, han probado que, sin el partido marxista-leninista y sin el socialismo, las revoluciones nacionales y democráticas no habrían salido victoriosas. 3.- Este partido, concebido por Lenin, obtiene su particularidad en la tarea estratégica a la que se ha aplicado, a saber, la revolución socialista, en ruptura con la democracia burguesa. Se demarca del partido de tipo socialdemócrata y electoral, cuyo objetivo es el de administrar el sistema. Esta vía socialdemócrata, que ensalza las reformas progresistas como si llevaran a la liberación del proletariado, ha conducido, a fin de cuentas, al reforzamiento del dominio burgués y al perfeccionamiento de formas de explotación. 4.- Al final del siglo XX, la restauración del antiguo orden capitalista en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y en los países de Europa del Este ha ido a contracorriente de todas las conquistas de la Revolución de Octubre, de por sí minadas por el ascenso del revisionismo desde 1956. La restauración del capitalismo en estos países fue un duro golpe para los pueblos de los antiguos países socialistas, pero también para las masas trabajadoras en el resto del mundo. Esta restauración aumentó la agresividad del imperialismo en el mundo entero. Muchos logros de los trabajadores, arrancados gracias a la existencia de la Unión Soviética, fueron sacrificados desde entonces ante el altar de mayores ganancias. 5.- Inmediatamente después de esta contrarrevolución, se desarrolló una vasta campaña anticomunista. La burguesía, deseosa de desembarazarse de una vez por todas de la amenaza comunista, ataca a los partidos de tipo leninista. Esto va de la mano con una fascistización disimulada
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o abierta. Así, los partidos comunistas han sido prohibidos en Letonia, Lituania y en otras repúblicas de la exURSS. Además, se han generalizado los intentos de excluir de la vía política a los partidos comunistas. La Juventud Comunista Checa (KSM) se ha visto prohibida porque se opone a la propiedad privada de los medios de producción y promueve su propiedad social y colectiva. En otros países antiguamente socialistas, los comunistas son perseguidos mientras que se rehabilita a criminales fascistas. En Polonia, una ley de depuración se ha impuesto en violación a todas las reglas de la democracia. En otros varios países, entre ellos varios países árabes (Túnez, países del Golfo, etc.), los partidos comunistas están prohibidos o no son reconocidos. En diciembre de 2005, se introdujo un proyecto de resolución ante la Asamblea Parlamentaria del Consejo Europeo (APCE) arguyendo “la necesidad de una condena internacional de los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios”. Esto indica lo que puede significar hoy la legalidad burguesa. De seguir este derrotero, no habrá que esperar mucho tiempo para que sean declaradas ilegales las luchas contra las privatizaciones, por un sistema universal, público y gratuito de salud y educación, por un sistema universal, único y público de pensiones, etc. 6.- Ciertos partidos antiguamente comunistas en diferentes regiones del mundo, se han encarrilado en el parlamentarismo y la conciliación de clases, separándose de los intereses vitales de las masas. Así, la fundación del Partido de Izquierda Europea ha validado este proceso y lo ha institucionalizado a nivel europeo. Éste marcha concertadamente con los partidos burgueses para atacar el concepto leninista del partido. Esto es una muestra de lo peligroso de hacer concesiones ideológicas y políticas al enemigo de clase, como lo hace la dirección del Partido de la Izquierda Europea. 7.- En 1908, hace casi un siglo, en tiempos de la lucha contra la revisión del marxismo por Bernstein, Lenin resumió, en un texto de gran actualidad, la esencia del revisionismo y del reformismo: “´El objetivo final no es nada; el movimiento lo es todo´: esta expresión proverbial de Bernstein pone en evidencia la esencia del revisionismo mejor que muchas largas disertaciones. Determi-
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nar su comportamiento caso por caso, adaptarse a los acontecimientos del día, a los virajes de las minucias políticas, olvidar los intereses cardinales del proletariado y los rasgos fundamentales de todo el régimen capitalista, de toda la evolución del capitalismo, sacrificar esos intereses cardinales en aras de las ventajas verdaderas o supuestas del momento: ésta es la política del revisionismo”. (1) 8.- En cada país del mundo, la construcción de un partido leninista, fiel a la vía trazada por la Revolución de Octubre, es una tarea prioritaria. A la centralización del capital, a la dictadura de los monopolios, del imperialismo y de sus lacayos, no hay más que una respuesta posible, que es la fuerza democrática centralizada del movimiento obrero actuando de común acuerdo con los pueblos oprimidos y los países socialistas. No es posible poner fin a la opresión y a la guerra si los partidos comunistas se ponen a lijar las esquinas afiladas del capitalismo. No son los órganos electorales y las fracciones parlamentarias quienes responden a la necesidad de desarrollar estrategias y tácticas para vencer al poder del capital centralizado, al imperialismo y a las fuerzas reaccionarias que son sus aliadas. No es con el concepto de “burguesía” clásica del partido (cretinismo parlamentario) con lo que se puede hacer comprender lo que es el capitalismo, sus leyes económicas, su explotación y su opresión, su belicosidad, su pasado, su presente y su futuro. No es a través de grupos y redes dispersos como se puede ganar la compleja lucha contra la dictadura de las empresas transnacionales, contra los aparatos de Estado imperialistas, contra sus lacayos en los países bajo dominio imperialista de tipo neocolonial, contra organismos tales como la OTAN. Las coordinaciones, redes o fracciones sin compromisos jamás podrán reemplazar a los partidos de la clase obrera edificados bajo la base del centralismo democrático, con sus principios de unidad de voluntad y de acción, de mayoría y minoría, de decisiones prácticas que comprometen a todo el mundo.
1) V.I. Lénin : Marxismo y revisionismo [abril 1908].
h t t p : / / w w w. p a c o c o l . o r g / e s / B i b l i o t e c a / 0 0 4 _ L e n n i n / 0 3 7 _ M a r x i s m o _ revisionismo.htm
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II. Un partido de vanguardia, ligado a las masas 9.- Sólo la clase obrera puede dirigir el proceso revolucionario y llevar a fin, junto con sus aliados, la lucha por la liberación nacional y el socialismo. 10.- El partido leninista es un partido de vanguardia. El objetivo principal del partido de tipo bolchevique es el de conquistar ideológicamente y organizar la vanguardia de la clase obrera. “Es lo principal”, declaró Lenin durante el II Congreso de la Internacional comunista, sacando las lecciones del proceso que condujo a octubre del 17. 11.- Lenin pronto agrega que hay un segundo objetivo necesario de atender, que es el de ganar a la clase obrera y sus aliados: “Si la primera tarea histórica (atraer a la vanguardia consciente del proletariado al poder soviético y a la dictadura de la clase obrera) no podía ser resuelta sin una victoria ideológica y política completa sobre el oportunismo y el socialchovinismo, la segunda tarea que resulta ahora de actualidad y que consiste en saber llevar a las masas a esa nueva posición capaz de asegurar el triunfo de la vanguardia en la revolución, esta segunda tarea no puede ser resuelta sin liquidar el doctrinarismo de izquierda, sin enmendar por completo sus errores, sin desembarazarse de ellos”. (2) 12.- El partido comunista debe combinar a la vez una estrategia y una táctica revolucionaria, tal como el partido bolchevique lo hizo de manera ejemplar. Subordinar a la estrategia una táctica adaptada a las condiciones específicas, a los desarrollos coyunturales y a las relaciones de fuerza presentes es crucial para obtener una influencia más grande de los partidos comunistas en la conciencia de las masas. En la ola anticomunista actual, y ante la agresividad inaudita del capitalismo monopolista de los Estados Unidos, de la Unión Europea y de sus aliados, la cuestión de tener una línea de masas para ganar la clase obrera y sus aliados y el problema de un trabajo permanente de los comunistas entre las masas se vuelven cuestiones de vida o muerte para los partidos comunistas actuales. Se trata del trabajo en las empresas y los sindicatos, 2) V.I. Lenin : La enfermedad infantil del “izquierdismo” en el comunismo [junio 1920], http://www.pacocol.org/es/Biblioteca/004_Lennin/030_enfermedad_infantil_ izquierdismo_comunismo.htm
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en los barrios populares, dentro de la juventud progresista y entre las mujeres, entre los pequeños y medianos campesinos (en los países donde existen), en los movimientos por la defensa de la democracia, de la paz, y de la liberación nacional. Se trata igualmente de la presencia en los movimientos por la preservación del ambiente y de las fuentes naturales, gravemente amenazadas por el desarrollo anárquico y destructor del capitalismo. En este trabajo, más flexibilidad, mayor abertura y sentido práctico son necesarios en la situación actual. Esto sirve para reaccionar mejor a las oportunidades que se presentan, a sensibilizarse, organizarse y movilizarse más, en resumen, a cumplir mejor las tareas comunistas. 13.- Como Lenin lo indicaba, “no basta titularse “vanguardia”, destacamento avanzado, es preciso también obrar de suerte que todos los demás destacamentos vean y estén obligados a reconocer que marchamos a la cabeza” (3). “A fin de servir a las masas y expresar sus intereses acertadamente comprendidos, el destacamento de vanguardia, la organización, ha de mantener toda su labor entre las masas, recurriendo para ello a todos sus mejores elementos sin excepción, comprobando a cada paso, minuciosa y objetivamente, si se mantiene viva esta relación con las masas. Así, y solo así, educa e instruye el destacamento de vanguardia a las masas, expresando sus intereses, enseñándole a organizarse, dirigiendo toda la actividad de la masa por el camino de una política consciente de clases”. (4) III: Un partido internacionalista 14.- La Revolución de Octubre ha mostrado que, mientras que es nacional en su forma, la revolución es internacional en su contenido, siendo parte del movimiento de emancipación de la clase obrera mundial. El internacionalismo proletario es un elemento central que distingue a los partidos comunistas de todos los demás. En las diferentes luchas nacionales de los proletarios, los comunistas anteponen y hacen valer los intereses independientes de la nacionalidad y comunes a todo el proletariado. Engels escribió: “La emancipación del proletariado no puede ser sino un hecho 3) V.I. Lenin : ¿Qué Hacer? [ marzo 1902], OC., T.V, Editora Política, La Habana, 1963, p 432, http://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1900s/quehacer/qh3.htm 4) V.I. Lenin : OC., T.XIX, Editorial Cartago, Buenos Aires, 1960, pp 450-406, citado en http://www.cubasocialista.cu/texto/cs0165.htm
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internacional; si usted intenta realizarla como un hecho simplemente [nacional], usted la vuelve imposible” (5). La realidad del mundo, en esta primera década del siglo XXI, hace más evidente aún que el imperialismo extiende sus tentáculos por todos lados y vuelve el mundo inhabitable para la humanidad. Esto confirma la teoría desarrollada por Lenin sobre el imperialismo como el estado supremo del capitalismo, y vuelven aún más actuales las tareas que se derivan a nivel nacional e internacional. 15.- La lucha contra el capitalismo monopolista, el imperialismo y por el socialismo se enfrentará a enormes dificultades para obtener éxitos importantes y durables si el movimiento comunista queda fragmentado en el ámbito ideológico y organizativo. Sin un movimiento comunista unido, fuerte, con una identidad definidamente clara ante el reformismo, los movimientos populares y los militantes que surgen por todos lados -pensemos notablemente en América Latina, en el Medio Oriente y en la lucha contra la Unión Europea imperialista y la OTAN-, seguirán sumidos en la confusión, la desorientación, la manipulación y la asimilación, a fin de cuentas, del sistema capitalista. 16.- El reconocimiento del carácter mundial de la revolución no puede llevar a la conclusión de que la revolución en un solo país es imposible. Siempre hay eslabones débiles en la constelación capitalista e imperialista. Es el deber de cada partido comunista desarrollar la conciencia y la organización revolucionaria dentro su propio país, incluso si es evidente que las condiciones objetivas de la revolución están interconectadas a nivel de regiones, continentes y subcontinentes. 17.- Cada partido aplica los principios marxistas-leninistas a la realidad presente según las condiciones específicas de cada país y en el interés de la clase obrera internacional . En ningún caso la situación particular puede ser un pretexto para abandonar las ideas fundamentales del marxismo-leninismo, como fue el caso en el pasado reciente con la corriente eurocomunista. En los países imperialistas, los comunistas trabajan en base a un frente amplio contra los monopolios, contra el imperialismo y 5) Friedrich Engels, Paul et Laura Lafargue, Correspondance [27 juin 1893], Paris, 1959, Editions Sociales, Volume III, p.293.
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por la democracia, el progreso social y la paz, y su lucha tiene por objetivo la revolución socialista. En los países dependientes, los partidos comunistas construyen una alianza obrero-campesina como núcleo de un frente antiimperialista. Preservando la lucha por el socialismo, llevan a cabo las tareas democráticas y antiimperialistas de la revolución donde todavía no se han cumplido. 18.- El restablecimiento de la unidad del movimiento comunista internacional, basado en el marxismo-leninismo y el internacionalismo proletario, es la tarea internacional más urgente para los diferentes partidos comunistas. En la perspectiva de su realización, es imperativo que los comunistas estén a la cabeza de las luchas obreras y populares contra el capitalismo y el imperialismo. Igualmente, es imperativo que se haga la unidad en base al reconocimiento de los logros históricos de los países socialistas, realizados gracias a enormes sacrificios. 19.- En esta dirección, podemos y debemos avanzar en varios aspectos: el intercambio de experiencias –especialmente, en la organización de la clase obrera, de la juventud, de las mujeres y de los campesinos- y en el análisis, la coordinación y la acción común, el diálogo y la discusión sobre nuestra identidad ideológica y sobre la estrategia de la lucha antiimperialista y revolucionaria. Simultáneamente, contra el capitalismo, el imperialismo y la reacción, debemos construir, sin demora, el frente unido internacional de los obreros, pueblos y naciones que sufren una intervención u ocupación. 20.- Los comunistas estamos decididos a mantenernos fieles al marxismo-leninismo, a organizar a las masas populares previendo las batallas que esperan a los pueblos, a demostrar determinación, espíritu de sacrificio y heroísmo, y haremos del siglo XXI el siglo de la liberación nacional y social, el siglo del socialismo triunfante. ¡Que las ideas y la causa de la gran Revolución de Octubre continúen viviendo a través de las próximas décadas! ¡Que viva el marxismo-leninismo, que viva el internacionalismo proletario! ¡Proletarios de todos los países, uníos! ¡El comunismo es el futuro de la humanidad!
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Son firmantes de esta Resolución: Movimiento Toda la Nación por la Democracia y Progreso de Afganistán, Partido de la Liberación de Argentina, Iniciativa Comunista (Austria), Partido Socialista de Bangladesh, PC de la Unión Soviética (Bielorrusia), Partido del Trabajo de Bélgica, Movimiento Revolucionario 8 de Octubre (Brasil), Partido de los Comunistas Búlgaros, Acción del Chad para la Unidad y el Socialismo, Partido Socialista Obrero de Croacia, Partido Comunista Obrero por la Paz y el Socialismo (Finlandia), Polo del Renacimiento Comunista en Francia, PC Unido de Georgia, PC de Alemania, PC de Grecia, Partido Guatemalteco el Trabajo, Comité de Iniciativa para la Formación del Partido Comunista Haitiano, PC Obrero Húngaro, Centro de Unidad Socialista de India, Red de los Comunistas (Italia), Partido Socialista de Letonia, PC Libanés, Comunistas (Lituania), PS de Lituania, Partido Democrático Popular Revolucionario (México), Partido Popular Socialista de México, PC de Nepal (M-L), Foro Popular Progresista Nepalés, Nuevo PC de Holanda, FDL de Palestina, Partido Proletario de Perú, PC de Filipinas, Refundación Comunista de Puerto Rico, PCUS (Rusia), PC Obrero de Rusia-Partido de los Comunistas de Rusia, Movimiento de Trabajadores Yugoslavos (Serbia), Nuevo PC de Yugoslavia, PC de Eslovaquia, PC Sudafricano, PCPE, Unión Proletaria (España), Los Comunistas-PC Ginebrino (Suiza), PC Sirio, PC Obrero Tunecino, Partido del Trabajo Patriótico y Democrático de Túnez, PC de Turquía, Unión de Comunistas (Ucrania), PC de Gran Bretaña (M-L), Organización Vía Socialista de Libertad (Estados Unidos) y PC de Venezuela.
5 de septiembre de 2007
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“CREO EN LOS PUEBLOS, Y CREO MÁS QUE NUNCA EN LOS PUEBLOS”
Fidel Castro
Discurso pronunciado el 26 de julio de 1989
Distinguidos invitados, camagüeyanos, compatriotas de todo el país: Pensé que a lo mejor caía alguna lluvia durante nuestro acto, lo pensaba cuando escuchaba la noticia de que había una ondonada que venía de oriente hacia occidente; pero, después de tantos meses de sequía, aunque llueva un día como hoy, bienvenida el agua. No sabemos si continuará este chinchín toda la tarde, no sabemos si arreciará o escampará; pero a ustedes les corresponde decidir si me apuro (exclamaciones de: “¡No!”), si hablo rápido (exclamaciones de: “¡No!”), o me tomo mi calma habitual (exclamaciones de: “¡Sí!”). Sé que ningún agua podrá enfriar nuestro entusiasmo, ni debilitar nuestra voluntad. Ahora, ¿qué llama la atención en este 26? -a mí particularmente me llama la atención: Las voces de admiración de tantos visitantes de Cama-
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güey, de tantos periodistas, incluso, por la obra realizada, por el nivel de entusiasmo y de espíritu de lucha que han encontrado en esta ciudad y en esta provincia.
¿Existían estas instituciones antes del triunfo de la Revolución? ¿En alguna otra parte se ha hecho más por la educación del pueblo? Y me refiero solo a esta provincia de Camagüey.
¿Por qué, después de tantos años de Revolución -ya son algunos- el entusiasmo, lejos de decaer, crece; el espíritu de lucha crece? ¿Qué es lo que puede explicar esto? Me parece que no hay misterio: es lo que la Revolución ha hecho por el pueblo; es lo que la Revolución ha hecho por el hombre en todo el país y en esta provincia; es lo que ha significado, para nuestra nación y para nuestros compatriotas, la posibilidad de construir su propio camino y escribir su propia historia.
En el terreno de la salud, construcción, remodelación y modernización de 24 hospitales, con casi 5000 camas; 25 policlínicos, 15 clínicas estomatológicas y 18 talleres de prótesis, todos al servicio del pueblo gratuitamente. Decenas de otras instituciones, que van desde hogares de ancianos, hogares de impedidos, hasta hogares maternos, etcétera, etcétera.
Si nos preguntamos, y si se preguntan los numerosos visitantes de las delegaciones extranjeras, qué ha hecho la Revolución por el hombre, podríamos responder sin extendernos demasiado que, si se mira, por ejemplo, un campo como la educación -sobre la cual tanto hablaron nuestros compatriotas en el pasado, desde José de la Luz y Caballero hasta José Martí-, como condición inexcusable del progreso de un pueblo, de la independencia y de la dignidad de un país, podríamos señalar algunas cosas realizadas por la Revolución en este campo, en esta provincia. Primero, la creación de una universidad, con 9 facultades y 25 carreras; un instituto superior de ciencias médicas, que en estos días se acaba de concluir, con capacidad de casi 3000 estudiantes y 3 facultades; un instituto superior pedagógico, con siete facultades; un instituto preuniversitario de ciencias exactas, con capacidad de 2500 alumnos; una escuela vocacional militar; una escuela vocacional de arte; una escuela pedagógica con capacidad de más de 2000 alumnos; una escuela de educadoras de círculos infantiles, con capacidad de 500 alumnas; una escuela de profesores de educación física y deportes, con capacidad de más de 500 alumnos; una escuela de iniciación deportiva, con capacidad de más de 1000; 21 preuniversitarios en el campo; 43 escuelas secundarias básicas nuevas, con una capacidad de casi 40.000 alumnos; 319 escuelas primarias -el ciento por ciento con doble sesión-, 63 semiinternados de primaria, donde estudian alrededor de 36000 alumnos; 12 escuelas politécnicas, con más de 15000 estudiantes; 41 escuelas especiales; 62 círculos infantiles y 8 palacios de pioneros, para no citar todas las obras.
¿Y cuáles son los resultados? De una provincia con un elevado número de analfabetos y gran número de ciudadanos que apenas sabían leer y escribir, hoy el nivel medio de instrucción de la población es de 7º grado; 35 de cada 100 ciudadanos estudian, hay una matrícula escolar de casi el ciento por ciento y una retención escolar de alrededor del 97%. En la universidad camagüeyana hay hoy casi el doble del total de estudiantes que había en todo el país al triunfo de la Revolución. Se gradúan por año más estudiantes de nivel superior que el total de graduados universitarios en todo el país al triunfo de la Revolución. La mortalidad infantil, que sobrepasaba la cifra de 60 por 1000 nacidos vivos en el primer año y que todavía, hace 10 u 11 años, alcanzaba la cifra de 26 por cada 1000, se ha reducido ya a 11 por cada 1000. La perspectiva de vida se eleva casi a 75 años; el número de médicos se ha multiplicado varias veces, e incluso tenemos ya en pleno auge la institución del médico de la familia, con más de 350 médicos. ¡Como médicos de la familia tenemos más que el número total de médicos que había al triunfo de la Revolución en esta provincia!. En el terreno de la economía, se trataba de una provincia que solo contaba con la agricultura cañera y el desarrollo industrial azucarero: algunas pequeñas industrias; más que industrias, chinchales. Con la Revolución nace la industria eléctrica, que multiplicó casi cuarenta veces la capacidad de generación de energía eléctrica que había en la provincia, y se construyeron casi 5000 kilómetros de líneas eléctricas.
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¿Cómo sería posible concebir hoy esta ciudad, concebir estas luces, los estadios, concebir este acto sin ese desarrollo eléctrico?.
Nació la industria de los derivados de la caña de azúcar y continúa desarrollándose.
Con la Revolución nació la industria química, y hoy la provincia dispone de la capacidad de producir amoníaco, urea y fertilizantes mezclados, con una capacidad de cientos de miles de toneladas cada año.
Nuestra agricultura se tecnificó, se modernizó, se mecanizó. Al triunfo de la Revolución, todo el arroz que se producía era cosechado a mano, toda la caña que se elaboraba era cosechada y cargada a mano. Gran parte de las labores agrícolas y del transporte se hacían mediante tracción animal. ¿Cómo se podría concebir este moderno Camagüey si todavía en este país fuera necesario cortar el arroz a mano, cortar y cargar la caña a mano? ¿Cómo podrían desarrollarse las zafras sin los 115 centros de acopio con que cuenta la provincia?
Con la Revolución nació la industria mecánica en Camagüey, que hoy puede exhibir con orgullo esa moderna planta, donde laboran miles de camagüeyanos, para producciones civiles y militares; planta de producir alambre de púa, planta de prefilar, planta de herramental, ¡alrededor de 200 talleres mecánicos solo en el área de la agricultura!. Con la Revolución nació la industria de materiales de la construcción, comenzando por una moderna fábrica de cemento, capaz de producir 600.000 toneladas anuales y que funciona como un reloj; que cuenta con fábricas modernas de producir elementos ligeros de barro, ocho molinos de piedra -uno de los cuales tiene capacidad de más de un millón de metros cúbicos-, y decenas de plantas de materiales de diverso tipo, que hacen posible estas obras que ustedes tienen hoy ante sus ojos. Con la Revolución nació la industria de la construcción prefabricada y mecanizada, a través de numerosas plantas, como las plantas Sandino, las plantas Gran Panel, la planta IMS, que hacen posible ese flamante edificio de 26 pisos, construido prácticamente en un año, que tenemos a nuestra vista. Los procesos constructivos se mecanizaron. Con la Revolución nació realmente la industria alimentaria, cuyo exponente principal es esa moderna fábrica de cerveza, que produce 25000 cajas diarias y que se cuenta hoy, por su calidad, entre las mejores del país; el moderno combinado cárnico, capaz de procesar hasta 1000 reses cada día; la planta de procesamiento de cerdos, capaz de faenar e industrializar 500 cerdos cada día; las plantas pasteurizadoras, las nuevas fábricas de quesos, y otras decenas de industrias alimenticias. Con la Revolución se impulsó el desarrollo de la industria azucarera, centrales nuevos estandarizados han surgido en esta provincia, y todos los antiguos centrales azucareros han sido reconstruidos o remodelados.
Todo eso se tradujo en grandes avances: las producciones agrícolas se multiplicaron en muchos renglones, así como la producción industrial y las construcciones. ¡Miles de instalaciones económicas y sociales se construyeron en estos años de Revolución!; ¡miles de kilómetros de carreteras, líneas de ferrocarril y caminos también se construyeron en estos años! Y me refiero exclusivamente a la actual provincia de Camagüey. Se construyeron instalaciones de todo tipo en los puertos: almacenes de azúcar a granel, mecanización de la carga portuaria, nuevos puertos, nuevas instalaciones para el combustible o instalaciones para recibir amoníaco, algunas de ellas sumamente costosas. En una provincia donde creo que existía solamente una pequeña presa, se han construido, en estos años, 44 presas importantes y 179 micropresas. Gracias a esos desarrollos desde el triunfo de la Revolución, en la provincia de Camagüey se han construido 105.000 nuevas viviendas. No he hecho el cálculo exacto, pero es de suponer, por el total de habitantes de la provincia -algo más de 700.000-, que más del 50% de las familias camagüeyanas viven hoy en casas construidas después del triunfo de la Revolución. No he mencionado tres importantes ramas: la de las actividades científicas, que nacieron con la Revolución en esta provincia y que hoy cuenta con decenas de laboratorios -y que acaba de inaugurar ese modernísimo centro de investigación de Ingeniería Genética y Biotecnología, que es el
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segundo del país. Tal vez no fue correcto decir inaugurar, puesto que le faltan algunas semanas de trabajo, ya que no quisieron acelerar las terminaciones con motivo de la fecha para garantizar la calidad. Hoy se hacen cosas como las que se pueden apreciar en el centro de camaronicultura, en los procesos biológicos que allí tienen lugar: la inseminación artificial de los camarones, el desove artificial, y todos esos procesos científicos y técnicos que nos permiten disponer de la base para un importante desarrollo en esa rama de la producción. Nuestros hospitales han adquirido un nivel científico elevado. No había mencionado la esfera de la cultura, que tanto se ha desarrollado en estos años de la Revolución y de la cual son símbolo: el Ballet de Camagüey, la Orquesta Sinfónica, el museo “Ignacio Agramonte”, la reconstrucción de teatros, el desarrollo, la conservación del casco histórico de la ciudad y los módulos culturales en todos los municipios de la provincia, una actividad que ha permitido a la ciudad de Camagüey montar un espectáculo como el de ayer, de extraordinaria calidad, solo con artistas camagüeyanos. No había mencionado la esfera del deporte, que nació con la Revolución y de la cual exponentes importantes son estadios como el “Cándido González”, o esa sala polivalente, terminada en estos tiempos, y que es, sin duda, la mayor y una de las más bellas del país. El viajero que transita por las proximidades de esta plaza y observa esa sala polivalente, no sabe si está en Camagüey, o en la antigua Grecia en los tiempos de su mayor esplendor arquitectónico. Ese desarrollo deportivo se expresa no solo en las escuelas de profesores de que hablé antes, o en las escuelas de iniciación deportiva, o en las escuelas de perfeccionamiento atlético, que creo que no había mencionado; se expresa igualmente en las casi 800 instalaciones deportivas creadas por la Revolución en esta provincia de Camagüey. Mas, si los camagüeyanos pueden sentirse satisfechos de lo que han creado con sus brazos, con su espíritu revolucionario en los pasados 30 años de Revolución, pienso que mucho más satisfechos han de sentirse por lo que están creando ahora mismo y por las perspectivas del futuro.
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Hace un poco más de dos años visitamos esta provincia durante varios días, recorrimos numerosos lugares en compañía del compañero Lázaro Vázquez. Recuerdo que por aquellos días, en pleno proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, en importantes campos se había reducido el ritmo de desarrollo en nuestro país o estábamos paralizados. Motivado por el entusiasmo de esta provincia, por el nivel cultural y técnico que estaba adquiriendo, por el prestigio y la autoridad de nuestro Partido, les hablé a los camagüeyanos de importantes planes. Partíamos también de los grandes recursos naturales de esta provincia, la menos poblada o de menos habitantes por kilómetro cuadrado en todo el país, y estuvimos trabajando en una serie de proyectos. Le planteamos a la dirección del Partido de la provincia de Camagüey, la idea de convertir a Camagüey en un modelo de desarrollo para el Tercer Mundo y, en primer lugar, en un modelo de desarrollo en la producción alimenticia y también de desarrollo social. Algunos de estos planes agrícolas, en años anteriores, se habían paralizado. No voy a explicar ahora -ya lo he hecho otras veces- los factores que dieron lugar a esa situación. Planteamos, de hecho, desarrollar en Camagüey, en tiempo récord, el más grande centro de producción lechera que pudiera encontrarse en cualquier país; desarrollar a plenitud las 14000 caballerías, es decir, más de 180.000 hectáreas, disponibles para la ganadería alrededor de la ciudad: hacia el oeste, el suroeste, el sur, el sureste, el este y el noreste. Elaboramos un plan para construir 300 nuevas vaquerías, de las grandes, con las demás instalaciones complementarias, en un período no mayor de seis años. Se asignaron los primeros equipos y se empezó a trabajar. Le planteamos a la provincia la idea de duplicar la producción arrocera. Planteamos la idea de impulsar la producción cañera, para garantizar producciones de azúcar de no menos de un millón de toneladas cada año y, además, la materia prima suficiente para otros usos de la caña, especialmente en la alimentación animal, con el criterio de que no se desperdiciara ni una hoja de cogollo, ni siquiera de paja seca de la caña.
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Planteamos la idea de impulsar considerablemente la producción de viandas y vegetales, para satisfacer a plenitud las necesidades de la provincia. Planteamos la idea de impulsar el plan de cítricos hasta alcanzar las 1000 caballerías que se habían propuesto inicialmente, y trabajar arduamente en la construcción de los sistemas de riego de esos cítricos, que entonces ni siquiera llegaban a 100 caballerías. Planteamos la idea de aprovechar al máximo toda el agua potencial que se escurre por sus ríos y arroyos; recuperar plenamente la voluntad hidráulica. Planteamos la idea de convertir esa pampa estéril de serpentina en terrenos altamente productivos. Planteamos la idea de impulsar la producción de peces en todos los embalses, en todas las presas y micropresas que fuera posible. Planteamos, incluso, la idea de aprovechar el estiércol de esa enorme masa ganadera que estará alrededor de la ciudad, para convertirlo en humus a través de la lombricultura, produciendo a la vez miles de toneladas de proteína de origen animal para la elaboración de pienso. Planteamos la idea del uso máximo de la técnica y la ciencia en nuestros suelos, para sembrar en cada campo la variedad adecuada de caña, para sembrar en cada hectárea de pasto la variedad adecuada de pasto. Quedó aquí un gran programa, en la agricultura y en otras áreas; analizamos bien cómo se iba a llevar a cabo ese desarrollo de la agricultura como planes integrales, algo que habíamos empezado a hacer en los primeros años de la Revolución, y que luego se perdieron por culpa de los teóricos del mercachiflismo, que tuvieron la loca idea de jugar aquí con mecanismos capitalistas, y como consecuencia de lo cual surgieron, incluso, los pueblos fantasmas, pueblos donde se hacían los edificios y no había calles, o había calles y no había alcantarillado, o había alcantarillado y no había agua corriente; o no tenían tiendas, ni círculos, ni escuelas, ni servicios de ningún tipo. Pusimos énfasis en la idea de los planes integrales, como se corresponde con un concepto verdaderamente elevado y verdaderamente revolucionario del socialismo, que significa la oportuni-
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dad de programar el desarrollo y no dejar que los problemas se resuelvan al azar. Recordamos que por aquellos días exhortamos a la provincia a luchar por este 26 de julio y, algo más, a luchar por el derecho a ser sede del V Congreso del Partido. Desde luego, en esa lucha tendrá que lidiar con el resto de las provincias del país; pero estoy seguro de que, aunque esa lucha será dura, la provincia de Camagüey estará muy lejos de contarse entre las últimas. Para celebrar este 26 de Julio, la provincia ha terminado más de 1000 obras, que van desde un pequeño centro de trasplante de embriones, que puede tener unos 800 metros cuadrados, hasta un edificio como éste, de más de 100 apartamentos y 26 plantas. Ese edificio se cuenta no como ciento y tantas obras, sino como una obra, igual que el estadio polivalente se considera como una obra. ¡Más de mil obras se han terminado desde que la provincia se propuso ganarse la sede del 26 de Julio en los últimos dieciocho meses! Claro está que el esfuerzo desarrollado por la provincia impresiona a todos los visitantes. Ayer hicimos un recorrido con un numeroso grupo de periodistas, ellos estaban admirados; más que admirados, asombrados. Recorrimos la cuenca lechera en desarrollo, la parte que fue posible en algunas horas. Visitamos comunidades para los trabajadores ganaderos, construidas en el término no mayor de un año; comunidades de 300 viviendas, como las que habíamos calculado cuando elaboramos el plan de la cuenca. Pero no era una comunidad fantasma; era una comunidad que tenía sus edificios terminados, sus calles, su acueducto, su alcantarillado, su círculo infantil, su escuela de seminternado, sus tiendas para la venta de productos alimenticios, de los productos agrícolas, sus áreas para los distintos servicios que requiere la comunidad. Y allí estaba construida, también, la casa del médico de la familia, y reservado el lugar donde en el futuro se construirá el área social, el círculo social de la comunidad, una comunidad integral, y no era la única que estaban construyendo. También se dieron a la tarea de construir y concluir aquellas instalaciones en las comunidades creadas anteriormente, donde faltaba el círculo, o faltaba la escuela, o faltaban otros servicios, o donde era necesario hacer
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nuevas viviendas. Era la idea de la concepción socialista, la verdadera concepción del desarrollo socialista plenamente aplicado; cientos de kilómetros de caminos y carreteras, carreteras radiales y carreteras circulares: el primer anillo, el segundo anillo, el tercer anillo, el cuarto, el quinto y el sexto anillos, que nacen desde las proximidades de Vertientes; algunas de ellas nacen por el suroeste y terminan en el circuito norte. Les puedo asegurar, camagüeyanos, que aquí, en los alrededores de esta ciudad, se está construyendo el más grande centro lechero del mundo, como unidad integral, ¡como unidad integral!. Catorce mil caballerías, ¡catorce mil caballerías!, organizadas en una gran unidad productiva. Que me digan si hay algo parecido en algún otro lugar, que va a tener en total alrededor de 540 vaquerías, entre las ya construidas y las nuevas, y cientos de otras instalaciones: cría de terneros, centros integrales para las novillas que van a reemplazar a las vacas productoras, centros de cría de los machos; en fin, todas las instalaciones que de manera integral lleva cada grupo de vaquerías. En este proyecto estamos trabajando con la cooperación de la FAO, institución de Naciones Unidas, y sé el altísimo aprecio que sienten por este programa, la idea que tienen de este programa, al que visitan casi todos los meses y que presentan como ejemplo de desarrollo ganadero en un país del Tercer Mundo; pero yo diría también que en cualquier país del primer mundo. Quisiera saber si en Estados Unidos, por ejemplo, hay alguna unidad que se semeje a ésta; quisiera saber si en Europa, si en Francia, si en Holanda hay un tipo de organización integral de la producción de magnitud que se semeje a esta, que llevará, además, todos los laboratorios que se requieran, todos los talleres que se requieran, todas las líneas eléctricas que se requieran, todos los sistemas de riego que se puedan construir de acuerdo con el potencial hidráulico. Por eso podemos decir con satisfacción que tendremos acá, alrededor de esta ciudad, un centro ganadero único en el mundo. La provincia ha trabajado intensamente para este 26 de Julio en la construcción de presas y micropresas. Ya este año aumentará la producción de arroz en 300.000 quintales, y se proponen, en un futuro no
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lejano, alcanzar los 3 millones de quintales, es decir, más del doble de lo que se venía produciendo. Avanza el plan de cítricos y se acerca ya a las 700 caballerías, de ellas más de 300 con regadío. Avanza la producción de viandas y vegetales, que en los últimos años se ha elevado 2,6 veces y aún es insuficiente. Avanzan las construcciones porcinas, de las que no había hablado anteriormente; y han elevado en los últimos años en un 60% la producción de carne de cerdo, en un 40% la producción de huevos y en un 60% la producción de carne de ave. Este año, a pesar de la sequía, están elevando la producción de leche en 11 millones de litros. Estamos seguros de que el proyecto de llevar la producción de leche de la provincia a 300 millones de litros por año en un futuro no lejano, con el ritmo de trabajo que llevan, lo alcanzarán. Ya empezaron a construir la fábrica de leche en polvo; ya están terminando la nueva fábrica de quesos, que tendrá una capacidad de más de 30.000 litros diarios, y vendrán nuevas inversiones en este campo. En los últimos años, la masa ovino-caprina de la provincia ha aumentado en cinco veces, y ya en la pampa estéril del pasado, cuyo desarrollo avanza rápidamente, hay alrededor de 40.000 animales, y no se detendrán hasta alcanzar los 300.000. Estas noticias tienen que ser motivo de orgullo para los camagüeyanos y de entusiasmo para la provincia; pero también de entusiasmo para el país, porque algunas de las experiencias recogidas de este trabajo las estamos extendiendo a otras provincias. Ya se desarrolla un ambicioso plan de construcción de instalaciones ganaderas, no de la magnitud de éste, pero sí con la misma calidad de éste, en la vecina provincia de Victoria de Las Tunas. Ya se desarrolla en este momento un plan como el de Victoria de Las Tunas en la vecina provincia de Ciego de Avila. Ya se desarrolla un plan similar a estas dos últimas provincias en la provincia de Granma. Y este año pensamos iniciar el plan de Sancti Spíritus y, de ser posible también, un plan importante en Pinar del Río. Ya todas las provincias del país están buscando las áreas donde llevar a cabo construcciones de nuevas lecherías, porque las ideas que estuvimos desarrollando aquí, en Camagüey, las estamos llevando a todas las provincias del país.
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Como le decíamos al compañero Lázaro, no hacemos nada con desarrollar este plan solamente en la provincia de Camagüey. Hay que desarrollarlos, y los estamos desarrollando, de acuerdo con sus recursos naturales, en todas las provincias del país. Por eso quiero recalcar que no se trabaja sólo en Camagüey, sino que, con este mismo espíritu, se está trabajando en todo el país. Y estos planes requieren esfuerzos, coordinaciones, suministros de hembras. Vamos a llegar a construir, entre grandes y medianas, más de 200 vaquerías por año. Y quiero que sepan, camagüeyanos, que cuando empezó el proceso de rectificación, se estaban construyendo siete por año; a eso nos condujo el jueguito con los mecanismos del capitalismo. Lo mismo estamos haciendo con las escuelas, con los círculos infantiles, con las instituciones hospitalarias o policlínicos; lo mismo estamos haciendo con todos los planes económicos y sociales del país; lo mismo estamos haciendo con la construcción de caminos y carreteras; lo mismo estamos haciendo con la voluntad hidráulica. Además, nuestro ambicioso plan alimentario se lleva a cabo en todas las provincias del país. Ahora, ¿cómo ha alcanzado este éxito la provincia?, eso no es casualidad. Admitido que Camagüey, desde los primeros años de la Revolución, se caracterizó por su gran entusiasmo; pero con eso solo no es suficiente. Pienso que el secreto del éxito de estos programas en la provincia de Camagüey está muy relacionado con el trabajo del Partido y el estilo de trabajo del Partido en esta provincia, con el esfuerzo de los 37.000 militantes del Partido, de los 35.000 militantes de la juventud y con el apoyo masivo del pueblo de Camagüey. El trabajo voluntario en Camagüey, como en el resto del país, casi había desaparecido, porque aquellos polvos de que hablé trajeron después esos problemas: los tecnócratas no querían ni oír hablar del trabajo voluntario. Y yo me pregunto aquí si habría sido posible sin el apoyo de las masas, sin el trabajo voluntario, construir las más de 1000 obras que se han inaugurado en estos días. El pueblo participó en todo: en la construcción de comunidades, en la construcción de la fábrica de zeolita, en la construcción de las escuelas, de los círculos, de los edificios de viviendas, del centro de biotecnología, dondequiera que se trabajaba.
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El socialismo es la ciencia de llevar al pueblo al desarrollo del país, llevar a las masas a su participación directa en el desarrollo de la patria, ganar las masas para esa gran causa; el socialismo es la ciencia de crear, preservar y desarrollar el más amplio vínculo, el más profundo vinculo del Partido con las masas; el socialismo es la ciencia de dirigir con métodos correctos; el socialismo es la ciencia del ejemplo. Con relación a esto hemos visto cosas muy importantes en estos días. Ayer, cuando visitábamos la fábrica de quesos en construcción y próxima a concluirse, nos encontramos que allí estaban realizando trabajo voluntario, desde horas tempranas de la mañana, todos los secretarios de núcleos del Partido en el municipio de Sibanicú, todos los cuadros del Poder Popular y todos los cuadros de las organizaciones de masas. La población entera de Camagüey, repartiendo las horas voluntarias trabajadas entre el total de habitantes —incluidos los que nacieron en este primer semestre— acumuló un promedio de 25 horas de trabajo voluntario: ¡Quince millones de horas de trabajo voluntario, casi dos millones de jornadas de ocho horas!. Me contaba Lázaro algo que es lo más definitorio y que es la clave; me contaba que todos los cuadros del Partido, de la Unión de Jóvenes Comunistas, de los Poderes Populares, de la administración local o central y de las organizaciones de masas, físicamente aptos, realizaron, como mínimo 208 horas de trabajo voluntario en los últimos 18 meses, en trabajo real y efectivo: limpiando caña, haciendo zafra, construyendo, trabajando con sus manos. ¡Doscientas ocho horas de trabajo bien organizado y bien empleado!, que equivalen a 20 días de más de 10 horas, o más de 25 días de ocho horas, en medio del trabajo y de las obligaciones que tiene cualquier cuadro del Partido, la juventud, las organizaciones de masas o de la administración. ¡Eso se llama ejemplo y ese es el camino verdaderamente revolucionario, verdaderamente socialista, capaz de llevar a un pueblo a cualquier meta, capaz de llevar a un pueblo hasta el fin del mundo!. Meditaba cómo se habría sentido el Che; él, que tanto predicó el trabajo voluntario y tantos ejemplos dio de dedicación personal al trabajo voluntario, cómo se habría sentido si hubiese podido escuchar esto. Nos dejó su ejemplo.
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El trabajo voluntario andaba por el suelo, pero el proceso de rectificación lo ha elevado a los niveles jamás alcanzados en la historia de la Revolución. Por eso, Camagüey, a pesar de las lluvias -que fueron inoportunas al final, en los últimos dos meses de zafra, y que no vinieron cuando tenían que venir, después de la zafra-, pudo alcanzar este año el millón de toneladas de azúcar. Por eso, Vivimos un momento especial Camagüey llegó al 26 de Julio con el 95% de sus cañas limpias, dentro del movimiento índice que no se había alcanzado revolucionario mundial. No vamos a andar con melindres, nunca con anterioridad. Por eso, a pesar de la sequía, cuyos daños tenemos que llamar las cosas por su nombre. Hay dificultades serían realmente incalculables, en el movimiento revolucionario esperamos mantener un nivel mundial; hay dificultades en el decoroso de producción azucarera en la provincia de Camamovimiento socialista güey; porque lo que el hombre puede hacer en materia de siembra, en materia de cultivo, en materia de limpia, lo ha hecho, aunque, desde luego, mucho dependerá de lo que llueva en la parte final de este mes y, sobre todo, en agosto y en septiembre. Esto es, a grandes rasgos, lo que significa el esfuerzo de los camagüeyanos. Nadie sabe cuán lejos podemos llegar trabajando así. Pero, ¿en qué condiciones internacionales se desenvuelve nuestro actual esfuerzo? Algo tengo que hablar sobre esto, es muy importante. Necesitamos saber dónde estamos parados, en qué mundo vivimos, qué problemas amenazan al esfuerzo creador de nuestro pueblo. Vivimos en momentos de grandes problemas económicos en el mundo y, sobre todo, en el Tercer Mundo; de grandes deudas, de grandes crisis económicas. Vivimos un momento especial dentro del movimiento revolucionario mundial. No vamos a andar con melindres, tenemos que llamar las cosas por su nombre. Hay dificultades en el movimiento revolucionario mundial; hay dificultades en el movimiento socialista. Ni siquiera podemos decir con seguridad que los suministros del campo socialista, que con la puntualidad de un reloj han estado llegando a nuestro país durante casi 30 años, sigan llegando con esa seguridad y con esa puntualidad de reloj.
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Si el país ha estado haciendo más que nunca con menos que nunca –y estos hechos lo demuestran–, con menos divisas que nunca, es posible que en el futuro tengamos que seguir trabajando y esforzándonos, ¡y haciendo milagros!, con problemas también en los suministros provenientes del área socialista. Pero, quizás, el problema mayor es la euforia del imperialismo, la posición triunfalista del imperio y de la administración del imperio. Nunca ninguna administración, ni siquiera la de Reagan, fue tan triunfalista, nunca pronunció discursos tan triunfalistas. A partir de las dificultades en el campo socialista, pero fundamentalmente en algunos países socialistas, la administración de Bush viene pronunciando en los últimos meses discursos tales que parten de la premisa de que la comunidad socialista está en su ocaso, de que el socialismo está en su ocaso y de que el socialismo irá a parar al basurero de la historia, que fue el lugar que aquellos brillantes y geniales estrategas y creadores del movimiento socialista reservaron, precisamente, para el capitalismo. A partir de las dificultades —que son evidentes y que todo el pueblo conoce— que han existido y existen en Polonia, de las dificultades del socialismo que han existido y existen en Hungría, Bush organizó una gira triunfal, un viaje triunfal por estos dos países en semanas recientes. Es cierto que hay dificultades allí, y él no fue por gusto a esos países, fue a alentar las tendencias capitalistas que allí se están desarrollando, y los problemas políticos que allí se han suscitado. Será obra de historiadores y de estudiosos, en algún momento, profundizar en las causas de esos problemas. Yo tengo mis ideas sobre eso, pero no es este el momento de exponerlas. El hecho cierto es que tienen dificultades, y que en unas elecciones recientes en Polonia la oposición liberal, la oposición procapitalista o, al menos, la oposición antisocialista, que todavía no ha definido bien, bien, bien cuáles son sus intenciones, ganó, en las elecciones para senadores, casi el ciento por ciento de los cargos; y hoy, en Polonia, incluso el líder de esa oposición, el señor Walessa, conocido por informaciones periodísticas en nuestro país, le ha planteado al presidente Jaruzelski, que ganó la presidencia por un voto más del mínimo indispensable, que lo mejor sería que le entregara el gobierno a la oposición. Ha dicho, incluso, en días recientes, que no se opone a que algunos de la oposición estén en
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el gobierno, pero que no contarían con el apoyo de la oposición; que lo único que aceptaría la oposición es la entrega del gobierno. En Hungría ocurre lo mismo. Se sacaron a elección cuatro cargos de diputados, y tres de ellos los ganó ampliamente la oposición. ¿Ante qué fenómenos estamos, acaso ante un tránsito pacífico del socialismo al capitalismo en esos países? Es posible; incluso, nosotros no lo cuestionamos, nosotros defendemos el derecho sagrado a la independencia de cada país y de cada partido. Es lo que pedimos para todos los pueblos del mundo, es lo que pedimos para todos los pueblos de América Latina y del Tercer Mundo: el derecho de cada país a construir, si quiere, el socialismo, que tanto trata de impedir Estados Unidos por la fuerza de las armas; el derecho de nuestro pueblo a construir el socialismo. Claro que ese derecho no nos lo dio nadie; lo ganamos nosotros, lo conquistamos nosotros y lo defendemos nosotros. Pienso que se han cometido muchos errores, que traen estos problemas. A veces, incluso, medito si no sería mejor que esas nuevas generaciones que nacieron en el socialismo, en Polonia y en Hungría, se dieran una vueltecita por el capitalismo, para que conozcan el capitalismo: lo egoísta, lo brutal y lo deshumanizada que es la sociedad capitalista. Es un asunto muy delicado, pero son nuestras reflexiones más sinceras sobre estos problemas. Durante su viaje triunfal, en Gdansk, una ciudad de Polonia, donde dicen que una multitud recibió al señor Bush, según cables de las agencias norteamericanas más renombradas, había muchos letreros —y no puedo certificar si eran muchos o pocos porque no estaba allí, ni lo vi por televisión, sino que lo leí en los cables—; dicen que muchos letreros decían: “¡El mejor comunista es el comunista muerto!” Vean qué entraña fascista, netamente fascista, de los letreros con que recibieron a Bush en aquella ciudad polaca (desde luego, que hay dos tipos de comunistas: los que puedan dejarse matar fácilmente, ¡y los comunistas que no nos dejamos matar fácilmente!). Con regocijo narraban esos cables de las agencias imperialistas que otros letreros decían: “¡Lenin, Jaruzelski, asesinos!”. No voy a defender a Jaruzelski, creo que él se puede defender a sí mismo. Pero, ¿qué significa que en una ciudad de un país cuya liberación del fascismo costó la sangre de medio millón de soldados soviéticos —y pongo a un lado los
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errores de política internacional que en otros tiempos pueda haber cometido la Unión Soviética con relación a Polonia, simplemente me remito al hecho real de que medio millón de soviéticos murieron luchando junto al pueblo polaco por la liberación de Polonia—, y que se llame a Lenin “asesino”? Al fundador del primer estado socialista, que abrió la primera gran brecha de liberación a los pueblos del mundo; al fundador del primer estado socialista, cuya revolución hizo posible la desaparición del colonialismo, y que más de 100 estados hayan alcanzado su independencia, que más de 100 antiguas colonias hayan alcanzado su independencia. ¡Qué repugnante llamar “asesino” a Lenin, cuyo pueblo alcanzó la victoria, liberó al mundo del fascismo con el sacrificio de 20 millones de muertos entre sus mejores hijos! Es realmente amargo. Pero, claro, eso multiplica la euforia del señor Bush, multiplica su triunfalismo, multiplica la hostilidad imperialista contra Cuba y la multiplica mucho; porque si el señor Bush parte de la premisa de que el socialismo está en su ocaso, que la comunidad socialista se va a desintegrar, qué pensará con relación a Cuba, esta Cuba firme, esta Cuba valiente, esta Cuba heroica, esta Cuba que ni se rinde ni se vende. Si se parte de esa premisa, ¿por qué cambiar la política con relación a Cuba?. Lleva a cabo la política de paz contra las grandes potencias y de guerra contra los pequeños pueblos progresistas. Lleva a cabo la política a partir de esa premisa de que, si el socialismo se desintegra, Cuba no podría resistir, la Revolución Cubana desaparecería; y ese razonamiento multiplica el espíritu agresivo y la hostilidad del imperialismo yanki contra nuestro pueblo, contra nuestra Revolución, contra nuestra patria. Estas son verdades. Por eso, ahora vemos al imperio más insolente que nunca, más facineroso que nunca, más amenazante nunca. Imagínense ustedes qué ocurriría en el mundo si la comunidad socialista desapareciera. De acuerdo con esa hipótesis, si eso fuera posible —que no lo creo posible—, las potencias imperialistas se lanzarían como fieras sobre el Tercer Mundo; se repartirían de nuevo el mundo, como en los peores tiempos antes de que surgiera la primera revolución proletaria; se repartirían el petróleo, los recursos naturales y los recursos humanos de miles de millones de personas en el mundo; convertirían de nuevo en colonias las tres cuartas partes de la humanidad.
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Pero ni aun así la lucha cesaría, ni aun así los pueblos jamás aceptarían; los pueblos seguirían luchando, tal vez más que nunca, ¡y en la primera fila de esa lucha estaría nuestro pueblo, estaría nuestra patria, estaría nuestra Revolución!. Naturalmente que las mayores ilusiones se las hace el imperialismo y se las hace Bush a partir de las dificultades que está atravesando la Unión Soviética, baluarte fundamental de la comunidad socialista. Es cierto que la URSS está atravesando dificulLos problemas de la Unión tades, no es un secreto para nadie, Soviética es algo que preocupa y el sueño de los imperialistas es extraordinariamente a todos los que la URSS se desintegrara. Hay países del Tercer Mundo, a las dificultades y son crecientes las antiguas colonias, a aquellos tensiones y los conflictos entre pueblos que no quieren volver las nacionalidades de la URSS; a ser colonizados, porque en la son evidentes, igualmente, las URSS estuvo su fundamental y tensiones internas dentro de la más firme aliado URSS, y hemos sido testigos de la huelga de cientos de miles de mineros del carbón en Siberia, en Donestsk y en otros lugares. Esas noticias llenan de felicidad a la reacción mundial, esas noticias llenan de felicidad al imperio. Nosotros, en estos días, hemos recibido un mensaje muy caluroso y muy fraternal de la Unión Soviética, en nombre del Partido, del Gobierno y del Estado soviéticos. Nuestro sentimiento de amistad con el pueblo soviético y de reconocimiento al papel de ese gran país es enorme, ustedes lo saben; también nuestro infinito agradecimiento hacia ese país. Nuestro más ferviente deseo es que los soviéticos logren superar sus dificultades, logren reconstruir su unidad y logren mantener y elevar el gran rol que ese país ha jugado en el mundo. Los problemas de la Unión Soviética es algo que preocupa extraordinariamente a todos los países del Tercer Mundo, a las antiguas colonias, a aquellos pueblos que no quieren volver a ser colonizados, porque en la URSS estuvo su fundamental y más firme aliado.
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Al ver esos problemas, los círculos imperialistas sueñan con un imperio de 1000 años, como en su tiempo soñó Adolfo Hitler con relación a su III Reich. Pensaba que duraría 1000 años, y duró, realmente, muy poco. Es posible que en los círculos más reaccionarios del imperialismo se estén repitiendo esos sueños, que estoy seguro de que no durarán tampoco mucho tiempo. Esto no es cuestión de armas nucleares, de cohetes de un lado y de otro, o de arreglos para el desarme nuclear; nos alegramos muchísimo si se eliminan tales armas, pero la independencia de nuestro pueblo dependió siempre y depende de nosotros, no depende de cohetes nucleares de la Unión Soviética ni de nadie. Recuerdo la Crisis de Octubre y una frase que utilizamos en la Crisis de Octubre: “No tenemos cohetes estratégicos, pero tenemos cohetes morales.” Esas son las armas con que se defienden los pueblos. Creo en los pueblos, y creo más que nunca en los pueblos como creo en mi pueblo, y sé de lo que es capaz nuestro pueblo. Aquí, razonando muy fríamente, como hay que razonar con el pueblo y en una fecha como hoy, en un minuto histórico como el que vive hoy el mundo, debemos pensar, debemos razonar: la independencia de nuestro pueblo ¿Acaso vamos a detener dependió siempre y depende de nuestra marcha? ¿Acaso nosotros ... creo en los pueblos, y vamos a detener este colosal creo más que nunca en los pueblos esfuerzo? ¡No! ¡Jamás! Ante las realidades, ¿cerraremos los ojos? ¡No! ¡Jamás! Ante las realidades, ¿meteremos la cabeza, como el avestruz, en un hueco? ¡No! ¡Jamás! Tenemos que ser más realistas que nunca. Pero tenemos que hablar, tenemos que advertir al imperialismo que no se haga tantas ilusiones con relación a nuestra Revolución y con relación a la idea de que nuestra Revolución no pudiera resistir si hay una debacle en la comunidad socialista; porque si mañana o cualquier día nos despertáramos con la noticia de que se ha creado una gran contienda civil en la URSS, o, incluso, nos despertáramos con la noticia de que la URSS se desintegró, cosa que esperamos que no ocurra jamás, ¡aún en esas circunstancias, Cuba y la Revolución Cubana seguirían luchando y seguirían
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resistiendo! ¡Cuba y la Revolución Cubana resistirían! Lo digo, y lo digo con calma, con serenidad y con toda la sangre fría del mundo. Es hora de hablarles claro a los imperialistas y es hora de hablarle claro a todo el mundo. Nosotros no bromeamos. ¿Qué nos puede asustar a nosotros si, hace 27 años casi, conocimos la experiencia de la Crisis de Octubre? Por ahí andan los historiadores recogiendo papeles y dando sus versiones. Todavía nosotros no hemos dado la nuestra. Sí, asistimos a una reunión allá por Moscú donde había norteamericanos, personajes de aquella época, soviéticos y algunos cubanos. Nosotros no hemos dado todavía nuestra versión ni hemos sacado nuestros papelitos, aunque también tenemos papelitos. Hay una cosa que es evidente: vivimos aquella experiencia, y no recuerdo haber visto a un solo cubano vacilar. Los cubanos se resistían a cualquier concesión al imperialismo, y los cubanos de aquella generación —gran parte de la cual sobrevive, a la cual se han unido nuevas generaciones muy bien formadas, con una gran conciencia política— estuvieron dispuestos a morir sin vacilación alguna. ¡Morir antes que retroceder! ¡Morir antes que ceder! ¿Qué puede asustar a nuestro pueblo revolucionario? No hay nada en el mundo que pueda hacer vacilar, que pueda asustar a nuestro pueblo revolucionario. Hace rato ya, hace algo más de ocho años, cuando el señor Reagan irrumpió con grandes amenazas contra Cuba, que nosotros nos olvidamos de los libritos académicos sobre la guerra. Aceptamos, sí, toda la experiencia positiva, toda la experiencia de la guerra convencional, y adoptamos la doctrina de la defensa del país y el concepto revolucionario de la guerra de todo el pueblo; y todo el mundo sabe cuál es ese concepto, porque todo el mundo participa de ese concepto, que es la filosofía de lo que debe hacer nuestro país en cualquier circunstancia, de lo que haría en caso de bloqueo total que no permitiera entrar ni un litro de combustible, ni un grano de alimento, qué haríamos, y sabemos qué haríamos, lo sabemos muy bien, y sabemos que resistiríamos. Caso de guerra de desgaste, sabemos qué haríamos, y sabemos cómo resistiríamos; caso de invasión y ocupación del país por las tropas yankis, sabemos cómo resistiríamos, cómo lucharíamos y qué haríamos. Y sabemos que, más tarde o más temprano, el precio sería tan alto para los agresores que tendrían que marcharse de nuestro país.
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En el concepto de la defensa, hace rato que hemos aprendido a contar sólo con nuestras propias fuerzas, y sabemos que, en caso de un bloqueo total, no entra ni un litro de combustible, ni un grano de alimento, ni una bala; la URSS no tendría fuerzas convencionales con las cuales romper ese bloqueo a miles de millas de sus fronteras, y ningún país puede confiar a otro su defensa, un país solo puede confiar su defensa a sí mismo. De modo que nuestras mentes, nuestras ideas, nuestros conceptos están elaborados y desarrollados. ¿Y qué creen, que perdemos el sueño? ¿Qué creen, que nos llenamos de incertidumbre ante todas esas premisas y todas esas hipótesis? Que se El futuro presenta amenazas quiten la telaraña del cerebro, que nosotros sabemos lo que debido a esa política imperialista, a esas creencias, a esa idea somos, lo que tenemos, lo eufórica de que el socialismo está que podemos; sabemos con lo que contamos, de modo que en el ocaso y llegaría el momento estamos tranquilos. ¡Ni lo peor de cobrarle a Cuba el precio de más de 30 años de Revolución. nos asusta, ni la peor premisa, ¡Aquí no podrán cobrar nada! ni la peor hipótesis! Pero como vivimos en este mundo y en este planeta, tenemos que conocer las realidades y tenemos que meditar sobre las realidades. El futuro presenta amenazas debido a esa política imperialista, a esas creencias, a esa idea eufórica de que el socialismo está en el ocaso y llegaría el momento de cobrarle a Cuba el precio de más de 30 años de Revolución. ¡Aquí no podrán cobrar nada! Y esto no es de ahora, es desde hace mucho tiempo, y ya lo dijo Maceo: qué le correspondería al que intentara apoderarse de Cuba. ¡Este es el mismo país y es el mismo pueblo de Céspedes y de Martí; este es el mismo país y el mismo pueblo de Agramonte y de Máximo Gómez; este es el mismo país y el mismo pueblo del Titán de Bronce, Antonio Maceo; este es el mismo país y el mismo pueblo de Yara y de Baire; este es el mismo país y el mismo pueblo de la Protesta de Baraguá; este es el mismo país y el mismo pueblo del Moncada, de Girón y del internacionalismo, solo que con una conciencia revolucionaria tan alta como nunca la tuvo jamás; y este pueblo y este país sabrán ser consecuentes con su gloriosa historia! Patria o Muerte! ¡Venceremos!
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EL PENSAMIENTO DEL CHE Y LOS DESAFÍOS DE HOY
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Investigador del Centro Cubano de Investigación de la Cultural “Juan Marinello”
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rnesto Che Guevara ha tenido una posteridad difícil, como suele ser el destino de los grandes transformadores de la sociedad y del pensamiento social (1). Ellos logran volverse tan autónomos respecto a la reproducción usual de la vida material e ideal que son capaces de ejercer una acción revolucionaria que desnuda y condena lo que parecía normal o inevitable, que exige o crea nuevas realidades, que hace nuevas preguntas y formula nuevos proyectos. Hasta cierto punto coinciden con las necesidades sociales, pero su grandeza personal reside en que, además de expresar esas necesidades, en buena medida son capaces, al satisfacerlas, de abrir nuevos caminos
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y plantear nuevas necesidades, desafíos y metas. Sobre tantas cualidades se levanta su conducción, su fascinación y su influencia duraderas. La humana tendencia a volver a la normalidad -tan aprovechada por las formas nuevas de dominación- se vuelve en algún momento posterior contra esas grandes personalidades, y las considera molestas, ilusas o anticuadas. Vienen entonces los nuevos períodos de las sociedades y del pensamiento a echarlas a un lado y a roer su memoria, hasta que nuevas necesidades humanas y sociales agobiadoras se presentan, y exigen echar mano a lo valioso. Entonces vuelven los grandes, mientras se disuelven lo efímero y las modas; pero sólo pueden volver si existen nuevos actores y pensadores capaces de utilizarlos como base y como fuerza espiritual para llevar adelante tareas nuevas e ideas nuevas. José Martí dijo una vez que el único hombre práctico es aquel cuyo sueño de hoy será la ley de mañana. Para ser realmente práctico, el Che elaboró y lanzó una propuesta de mucho mayor alcance que la estrategia revolucionaria ligada a las circunstancias inmediatas en que vivió. Como en el caso de Martí, la unión de su vida y su obra ha resultado, entonces, de un doble valor: son líderes políticos revolucionarios de su tiempo y son pensadores del orden futuro que debe lograrse mediante la praxis revolucionaria. La combinación es fulgurante: les asegura su grandeza permanente y su fuerza de convocatoria, pero también puede hacerlos peligrosos o molestos. Son demasiado revolucionadores frente a la mayoría de las perspectivas visibles o representables, pero, a la vez, son paradigmas de la revolución. Son poco aceptables para el reclamo de orden, viabilidad y respetabilidad que avanza después de las grandes conmociones sociales, para intereses de grupos que quieran predominar. Pero son, al mismo tiempo, piezas maestras del arsenal simbólico de la revolución y de su proyecto de futuro de mejoramiento humano. Este es el año del 40º aniversario de la caída del Che. A la mitad de este camino que hemos andado, el día del 20º aniversario -8 de octubre de 1987-, Fidel tuvo que traer al Che al ámbito de la política viva, en su discurso tremendo de Pinar del Río, una de esas piezas maestras suyas sobre las cuales es tan provechoso volver periódicamente. La primera etapa de la revolución en el poder -la que va de 1959 a inicios de los años 70-tuvo en
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el Che uno de sus protagonistas, siempre junto a Fidel en la defensa y la profundización del proceso. La segunda etapa fue muy contradictoria, lo que puede ilustrarse con el masivo avance constituido por una niñez sana y educándose, que todas las mañanas prometía llegar a ser como el Che, mientras el pensamiento del Che había dejado de estudiarse en los planteles de un país que no cesaba de estudiar. Su ejemplo sí estuvo siempre presente y actuante, en las virtudes del pueblo trabajador, en la entrega solidaria de los internacionalistas y en todo lo esencial de la estrategia socialista que mantuvo la dirección de la revolución. Cuando hace veinte años el Che apenas pugnaba por salir de las sombras, se discutió un criterio, a mi juicio erróneo, que sintetizo aquí. El Che fue un hombre muy grande, se dijo, pero limitado por dos realidades: era un hombre de su tiempo, y su circunstancia es irrepetible; y era un hombre muy bueno, de ideas tan altruistas que sólo tendrían suelo para realizarse en un futuro no previsible. Si se cree esto, se castra el contenido revolucionario del Che, y queda listo para ocupar el inocuo lugar de muertos ilustres en el que la burguesía y la socialdemocracia pusieron a Carlos Marx, como afirmó Lenin, en 1917, al inicio de su libro El Estado y la revolución. En 1997, con el imperialismo ya en una fase de extrema centralización, rapiña financiera parasitaria y agresiva recolonización del mundo, muertos la URSS y los regímenes de dominación levantados en Europa en nombre del socialismo, derrotados la mayor parte de los esfuerzos por alcanzar el desarrollo en el Tercer Mundo y desprestigiada la idea misma del socialismo, el Che estaba claramente de regreso en el mundo, en ámbitos mucho más amplios que los de aquellos combatientes, militantes y seres esperanzados con los que siempre anduvo. Desde entonces nos acompañan la imagen, el ejemplo y el legado del Che, que cuando van juntos son más fuertes y no pueden ser despojados de su contenido profundamente subversivo. Desde que Fidel lanzó el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas hasta hoy, el pensamiento del Che ha vuelto, miles de cubanos lo conocen y otros muchos lo buscan y estudian, pero falta mucho para que sea efectivamente un instrumento intelectual y político plenamente aprovechado.
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Abordo dos temas en esta intervención (1). Uno es el de las ideas del Che, que no pueden ser comprendidas mediante frases suyas o separadas entre sí, sino como aspectos de una concepción orgánica, a la que el Che pensador arribó y continuó desarrollando mientras pudo. Me inspira este ámbito en que estamos y la necesidad, que entiendo urgente, de aplicarnos, con dedicación y sistemáticamente, al estudio de su pensamiento. El otro tema que toco es el que este Coloquio llama “permanencia del Che”, el cual entiendo como algo vivo, sujeto a avances, problemas y quebrantos. No es algo fijo -que sería una manera de matar al Che-, es una acción respecto a las cuestiones de hoy y, sobre todo, respecto a la actividad nuestra, porque somos nosotros los llamados a mantener al Che actuante, a forjar o no, y a sacar mayor o menor provecho, a la permanencia del Che. Ernesto Guevara avanzó desde el estudio a la pertenencia a una organización y a la guerra revolucionaria. Tras el triunfo, participó en el poder revolucionario y en el impulso de los cambios más profundos de las personas y la sociedad. Y otra vez marchó a la guerra revolucionaria. Durante ese período, su pensamiento logró comprender problemas fundamentales, plantearlos y, hasta cierto punto, elaborar una concepción teórica que fuera un instrumento capaz de: a) servir a las prácticas necesarias, y b) restituir al pensamiento revolucionario su función, indispensable para guiar las transformaciones y proyectar e imaginar el futuro. Al mismo tiempo, el Che libró una batalla intelectual que él entendía indispensable, no sólo para la práctica, sino también para el desarrollo de la teoría. El pensamiento y la actuación del Che tienen nexos muy profundos, que no debemos apreciar solamente como vínculos entre teoría y práctica, porque son muy valiosos para el análisis de su posición teórica y para el provecho que podamos sacar de ella. Además, el Che sigue siendo un fértil territorio y un lugar de combate para el pensamiento que pretenda (1) Conferencia pronunciada en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 12 de junio, como inauguración del Coloquio “Permanencia del Che”, organizado por la Cátedra Ernesto Che Guevara (de FLACSO-Cuba), Universidad de La Habana y el Centro de Estudios Che Guevara (Cuba)
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contribuir a la liberación de las personas y las sociedades y a la creación de una nueva cultura. He organizado un grupo de comentarios desde mis criterios acerca de la concepción teórica y la batalla de ideas del Che, con el fin de contribuir en alguna medida a la reflexión y al debate. En la misma medida en que la revolución triunfante en Cuba en 1959 tenía la necesidad de romper los límites de una democratización política que permaneciera dentro de los límites del capitalismo neocolonial, y debía abrirle paso al pueblo como protagonista, el pensamiento revolucionario, para serle útil, debía romper el Che sigue siendo un fértil territorio y dos cárceles: la del un lugar de combate para el pensamiento democratismo previo que pretenda contribuir a la liberación sin justicia social y sin de las personas y las sociedades y a la proyecto nacional viacreación de una nueva cultura ble, y la del marxismo reformista y dogmático. En la gran revolución de los hechos y las ideas que se desató en Cuba entonces, Fidel fue la figura central, como líder político supremo y como educador popular. El Che, protagonista junto a él, emprendió también una tarea teórica que debía dar frutos mucho más avanzados que los correspondientes a la reproducción espiritual esperable de la vida social. Desde el inicio, el Che se vio ante la necesidad de hacer la más profunda crítica de la modernidad, mientras luchaba junto a todos los demás cubanos en lograr que el país funcionara bajo el nuevo poder, y en poner al alcance de todos la satisfacción de las necesidades básicas más sentidas y otros avances que, en conjunto, pueden llamarse “modernizadores”. La ideología y las teorías más en boga durante los años 60 en el llamado Tercer Mundo respecto a proyectos nacionales eran las del desarrollo, basadas en que la economía del país en cuestión alcanzara un determinado grado de suficiencia respecto a indicadores más o menos análogos a los de los países centrales del sistema capitalista. Por otra parte, la URSS proclamaba el mismo objetivo para ella, aunque expresado a su escala: “alcanzar y superar a los Estados Unidos”. Su política respecto al Tercer Mundo estaba determinada por sus intereses estatales, y ese país obtenía algunos beneficios del intercambio internacional desigual; consignas como la de “democracia nacional” eran ropajes para el trato con los
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sectores dominantes de algunos países. En 1961, Estados Unidos lanzó un plan para América Latina: la Alianza para el Progreso; “es un intento de buscar solución dentro de los marcos del imperialismo económico, será un fracaso”, dijo el Che las modernizaciones bajo un en Punta del Este. Era también régimen de dominación traen una maniobra contra el ejemconsigo, en el mejor caso, la plo subversivo que constituía modernización de la dominación Cuba. Lograr el desarrollo era, sin embargo, el anhelo de muchos millones de personas que estaban viviendo la descolonización en África y Asia, o el fortalecimiento del Estado y ciertos sectores de la economía en países de América Latina. “La técnica se puede usar para domesticar a los pueblos, y se puede poner al servicio de los pueblos para liberarlos”, les dice el Che a los profesores y estudiantes de Arquitectura, en 1963. Esa es una disyuntiva fundamental. El crecimiento económico no traerá por sí solo ningún avance social para las mayorías, y las modernizaciones bajo un régimen de dominación traen consigo, en el mejor caso, la modernización de la dominación. Lo decisivo es la actividad liberadora; ella es la que será capaz de darle un sentido positivo a las fuerzas sociales económicas. Esa afirmación del Che tiene consecuencias trascendentales, define una posición dentro del campo de las ideas. El carácter de una revolución no está determinado por la medición de la estructura económica de la sociedad, como creían tantos en la izquierda, sino por la praxis revolucionaria. Ella es la única que puede ser creadora de condiciones para el cambio social, y establecer realidades nuevas. La mundialización del imperialismo está acompañada en la segunda mitad del siglo XX por la mundialización de la conciencia revolucionaria, y eso modifica el alcance de la revolución posible en cualquier país, escribe el Che durante el gran debate de 1963-1964. Movilizar y concientizar a los oprimidos, luchar con medios y modos radicales, tomar el poder y utilizarlo con nuevos fines son las tareas de la época, para que sea posible conquistar un desarrollo de las personas y la sociedad que no consistirá en el desarrollo, sino en la liberación. Esas ideas son centrales en textos fundamentales del Che, como “Sobre el sistema presupuestario de financiamiento” y “La planificación socialista, su significado”.
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Al hacerse socialista de liberación nacional, la revolución cubana estaba descubriendo, a través de sus prácticas, que en las condiciones desventajosas de la mayoría de los países del mundo, la transición socialista y el proyecto de sociedad a crear están obligados a ir mucho más allá de lo que su “etapa del desarrollo” supuestamente le permitiría, y deben negar que la nueva sociedad sea el resultado de una evolución progresiva que ya no cabría en el capitalismo, y que con sólo expropiar sus medios de producción se puede “superarlo”. Es decir, es imprescindible trabajar por la creación de una nueva cultura, que implica una nueva concepción de la vida y del mundo, al mismo tiempo que se empeña uno en cumplir con las prácticas más inmediatas, urgentes e ineludibles. El socialismo factible no depende, por consiguiente, del llamado “crecimiento de las fuerzas productivas en correspondencia con las relaciones de producción”, ni de un desarrollo social que será consecuencia del económico; depende de un cambio radical de perspectiva por parte de los que actúan, y de las revoluciones sucesivas que experimente su propio proceso. A Cuba, la primera revolución socialista autóctona de Occidente, forjada en un medio capitalista neocolonial ligado íntimamente a la mayor potencia material, política y cultural imperialista del mundo, le tocaba un papel importante en esta nueva fase de la mundialización de la revolución contra el capitalismo. El Che tomó plena conciencia de lo anterior, cuando apenas comenzaba a desplegarse el problema en Cuba, y emprendió una extraordinaria labor intelectual para identificar y formular las preguntas y los problemas principales, ayudar a fundamentar o a modificar las estrategias y las medidas y, a la vez, generalizar y conceptualizar. Se dedicó a formar una concepción teórica en medio de un mar de actividad, en un proceso cuyos dirigentes habían sido rechazados por la teoría al uso y con razón sentían prevenciones frente a ella, y cuyos cuadros y miembros de fila tenían muy escasa preparación. En 1964 dice: “nosotros no podemos ser hijos de la práctica absoluta, hay una teoría (…) inventar la teoría totalmente a base de la acción, solamente eso, es un disparate, con eso no se llega a nada”. “Pero hay una cierta pereza mental para entrarle en el fondo al problema y para saber qué es lo que estamos haciendo y por qué. Hay excesiva disciplina en seguir la línea y falta de una disciplina consciente de buscar los por qué.” A pesar de que la muerte interrumpió bruscamente su produc-
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ción de madurez, la concepción marxista del Che es uno de los mayores aportes al pensamiento revolucionario en el siglo XX. Marx logró plantear bien e impulsar la idea de que la política debe ser lo central en la actividad de la clase proletaria. Lenin y el bolchevismo produjeron un formidable avance al establecer un poder anticapitalista en un enorme Estado y darle un alcance mundial al movimiento. Medio siglo después, el Che formuló las líneas fundamentales de una política comunista eficaz. Resalto dos de esas líneas: esa política debe ser realmente internacionalista; y debe responder bien a dos exigencias: que el individuo es lo primordial y que es necesario un nexo íntimo entre política y ética. “El hombre es el actor consciente de la historia. Sin esta conciencia, que engloba la de su ser social, no puede haber comunismo”, dice el Che en uno de sus textos prinla vanguardia política debe constituir cipales. Un punto central de su concepción -reiteuna prefiguración de conductas y relaciones que aún están lejos de ser rado en sus textos- es el vínculo entre la revolución mayoritarias en la sociedad que deben experimentar en sí mismas las personas involucradas y la revolución a llevar a cabo en cada país y en el mundo. Además de poseer una capacidad autocrítica sorprendente y ejemplar, el Che les demanda al dirigente y al militante revolucionario una entrega total y numerosas cualidades, y hace una rigurosa exposición de los rasgos que debe tener la organización política de vanguardia. No se trata sólo de la necesaria eficiencia; es que su existencia y su actuación constituyen un servicio vital para la causa de la liberación, que les da fuerza y sentido a los esfuerzos y sacrificios de todos. Al mismo tiempo, la vanguardia política debe constituir una prefiguración de conductas y relaciones que aún están lejos de ser mayoritarias en la sociedad. El Che no valora con el mismo rigor al conjunto de los trabajadores y ciudadanos de la revolución, ni a los que no simpatizan con ella. Lejos de utilizar recursos discursivos para atraer y conducir, el Che analiza las representaciones, motivaciones, intereses, hábitos y niveles de conciencia, la subjetividad predominante en diferentes grupos sociales que están participando en el proceso o viviendo en él. En sus memorias siempre es
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agudo y nunca es despectivo cuando aborda a la gente humilde que sirve al enemigo. Esos materiales suyos son un notable ejemplo de análisis de clase que parte de las personas, despojado de clichés prejuiciosos y dictámenes abstractos. Su objetivo es comprender para valorar y actuar, o para ayudar a otros a hacerlo. Una permanente actividad educacional rige su actuación y su concepción; ellas quieren contribuir a un complejo real de elementos modificadores de la conducta, que va desde la coerción social y estatal hasta la autoeducación. Che no cree que exista una naturaleza humana dada previamente, que solamente puede ser entendida; al contrario, el trabajo fundamental consiste en desarrollar las relaciones y los medios de transformación y mejoramiento humano: “haremos el hombre del siglo XXI nosotros mismos.” Este y los fragmentos que siguen son de El socialismo y el hombre en Cuba. El proceso comienza desde el primer momento: “En la actitud de nuestros combatientes se vislumbraba al hombre del futuro (.) Encontrar la fórmula para perpetuar en la vida cotidiana esa actitud heroica es una de nuestras tareas fundamentales desde el punto de vista ideológico”. Y, sobre la transición socialista: “Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que hacer al hombre nuevo (.) La sociedad en su conjunto debe convertirse en una gigantesca escuela”. Precisamente para sacar adelante estos propósitos tan ambiciosos, Che no olvida nunca las enormes insuficiencias, los errores y las deformaciones generadas en el propio proceso, los cuales critica sin ambigüedades y sin descanso. En ese campo, como en otros, veo tanta profundidad en sus indicaciones, análisis puntuales y reproches como en el contenido y la articulación de sus conceptos y en sus frases famosas. El Che es, en una gran medida, el hombre de los cómo. Sin descuidar sus deberes de dirigente político y estatal -y también durante su nueva etapa guerrillera-, el Che trabajó sistemáticamente la teoría, consciente de los problemas y necesidades de ésta, y del lugar histórico que él ocupaba. Desde una posición opuesta al capitalismo, el colonialismo y el neocolonialismo, produjo una interpretación latinoamericana de las cuestiones fundamentales del mundo; y concibió una visión
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de las conductas, acciones, cambios y objetivos necesarios para la liberación de las personas y las sociedades desde una posición comunista. La concepción filosófica del Che privilegia el papel de la acción consciente y organizada como creadora de realidades sociales y humanas. Esta filosofía de la praxis recupera el papel central de la dialéctica en el marxismo. Sin desconocer las realidades existentes y su funcionamiento discernible -y la formulación de leyes atinentes a lo que esas realidades “pueden dar de sí”-, Che estima que el nivel de conciencia alcanzado a escala mundial permite que en cualquier lugar se organicen vanguardias revolucionarias, influidas por la ideología marxista, que prevean, hasta cierto punto, cómo actuar y violenten las relaciones vigentes a través de las acciones colectivas que susciten y guíen, al menos dentro de ciertos límites. Su posición marxista es ajena al determinismo social y al dilema central especulativo de “materialismo o idealismo”, pivote filosófico de las corrientes que eran dominantes en el marxismo. Para el Che, la conciencia no es la antítesis de la “economía” o de “la materia”: es el instrumento principal para lograr que las fuerzas productivas y las relaciones de producción dejen de ser medios para perpetuar las dominaciones. La conciencia es una fuerza potencial decisiva para que avance la praxis revolucionaria; ella tiende a desarrollarse y crecer si el trabajo intencionado que se realiza es eficaz, por lo que urge encontrar y aplicar reglas que lo propicien. El proceso de creación de nuevas realidades en los individuos, las relaciones sociales, las instituciones y la sociedad como un todo contiene un enfrentamiento dialéctico de los aspectos favorables y opuestos al triunfo del socialismo, que deben ser manejados a través de las formas de organización revolucionaria y de la transición socialista, y de sus instrumentos. En esta concepción dialéctica no hay lugar para la primacía de la “materia” del marxismo que permanece dentro de la problemática estalinista y postestalinista. Para el Che, el factor subjetivo debe ser el dominante durante toda la época de los cambios revolucionarios. El Che defiende el valor permanente del humanismo filosófico del joven Marx. Expone, a su vez, el suyo, que parte de la experiencia vivida y del conjunto de la teoría marxista. No es un humanismo a secas: requiere una acción humana organizada que revolucione las condiciones de exis-
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tencia y la reproducción que se considera “normal” de la vida social, una práctica que sea una palanca eficaz para transformar las realidades conocidas en otras realidades, conquistadas o nuevas, creadas. Es en esos sentidos que “lo objetivo” puede ser transformado y superado por el factor subjetivo. Para el Che, la lucha de clases es central en la teoría y en la historia, y el individuo es expresión viviente de las luchas de clases. Nadie más ajeno que él, insisto, a ideas como la de la innata bondad de la naturaleza humana. “Para cambiar de manera de pensar” –dice- “hay que sufrir profundos cambios interiores y asistir a profundos cambios exteriores, sobre todo sociales”. El poder revolucionario sobre la economía, la política y la ideología es necesario para enfrentar un triple reto: 1. El poder del capitalismo, que va desde su enorme fuerza material y sus controles a escala mundial hasta su vigoroso complejo cultural, que es capaz de recuperar modos de vida y mentes que un día fueron rebeldes; 2. El de la mercantilización y el subdesarrollo que padecen las sociedades en transición socialista, y las combinaciones de ambos; 3. Las nuevas realidades que hay que crear. Sin esa concentración de fuerzas, sin unidad política y cohesión ideológica, el poder revolucionario tendría las manos atadas y, tarde o temprano, caería. La vanguardia política, basada en la ejemplaridad, la unión de ideas y voluntades, la organización y la disciplina, debe lograr los difíciles objetivos de dirigir, guiar, educar, prefigurar los pasos sucesivos que se alcanzarán y proyectar la transición socialista. Pero sólo cumplirá esos fines si se compenetra con la situación de la población, sus intereses y aspiraciones, su concepción del mundo y de la vida, si comparte los rigores de su vida cotidiana y sabe interactuar con ella, y no teme aprender también de ella y sacar provecho de sus saberes. Y, sobre todo, si la población participa cada vez más en el poder real. El Che no deja lugar para el mito de una falange infalible, para la sustitución del poder de las clases que habían sido dominadas en el capitalismo por el poder de un grupo, ejercido en nombre del socialismo, y el predominio de ideologías que disfracen la dominación.
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En todas las circunstancias, la fraternidad, la entrega a la causa y demás valores morales del revolucionario contribuyen a la creación de personas nuevas, tanto en la vida cotidiana como en los eventos cruciales. Pero cuando se tiene el poder, la formación de personas nuevas adquiere nuevas cualidades: debe ser intencionada y llegar a ser planeada, y debe tender a abarcar o influir en toda la actividad social. A pesar de los cambios tan profundos que implica la transición socialista, el trabajo cuando se tiene el poder, la sigue vinculado a presiones formación de personas nuevas adquiere nuevas cualidades: debe sociales, a retribuciones y a la misma condición especial de ser intencionada y llegar a ser planeada, y debe tender a abarcar ser trabajador. El Che recoo influir en toda la actividad social noce esa realidad, pero no se rinde a ella; al contrario, la enfrenta con un manejo conciente y organizado de todo el poder de que se dispone, en busca de que el trabajo se vaya convirtiendo en un deber social, una actitud y un hábito nuevos, en un largo proceso en que deberá llegar a ser un “reflejo condicionado de naturaleza social”, un “engranaje conciente” y “la completa recreación individual ante su propia obra”. La economía debe ser gobernada por el poder revolucionario y el proyecto de liberación total. El poder no es más que un instrumento privilegiado del proyecto. Para el Che, el plan es un producto de la conciencia organizada y con poder, que conoce en cierto grado los límites de la voluntad, los datos de la realidad y las fuerzas que operan a favor y en contra. El plan no es un diagnóstico de la economía y una previsión de su comportamiento futuro: “para eso no es necesario el pueblo”, dice. El plan será socialista si a través de él las masas tienen “la posibilidad de dirigir sus destinos”. Se debe combinar la centralización con las iniciativas, y desarrollar un proceso de descentralización progresiva, con participación masiva en la dirección y una acción política organizada y concretada contra el burocratismo. Los avances del nuevo modo de vivir diferente y opuesto al del capitalismo irán creando un cambio cultural radical que abarque desde las relaciones económicas hasta cambios muy íntimos del individuo y sus relaciones interpersonales. La sociedad debe volverse capaz de trabajar cotidiana y eficazmente en esa dirección, de manera planeada y con rigor técnico; el sistema debe combatir sus pro-
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pias tendencias contrarias a la liberación, medir los avances y declarar con valentía los retrocesos. El Che planteó nuevamente la utopía del comunismo marxista, sin ingenuidad ni paternalismo. Su experimento del Sistema Presupuestario de Financiamiento, que abarcó a un sector importante de la economía y de los trabajadores del país, funcionó bien, y consistió en mucho más que gestión, producción y control económicos. Fue un combate diario por la opción comunista. Combinó en la práctica a individuos, masa, dirigentes, conciencia, trabajo asalariado y voluntario, política, producción, plan, educación, estimulaciones, subdesarrollo, coerción social, relaciones mercantiles, poder estatal, macroeconomía y relaciones internacionales. Esos materiales y experiencias sirvieron mucho al Che para tejer su trabajo teórico, pero fue mucho más allá, tanto en sus puntos de partida intelectuales como en la formación de un sistema conceptual propio -que incluye en ciertas definiciones lo que debe llegar a ser-, y en desarrollos temáticos parciales pero vigorosamente articulados. Explicitó su tipo de ortodoxia marxista y refirió a ella su creatividad. Sus prácticas y sus ideas resultaron sumamente polémicas. El Che las debatió públicamente en las revistas de la época y las defendió activamente como parte de una lucha política e ideológica en el seno de la revolución. Por su vida ejemplar, su tajante honestidad y la concordancia total entre sus dichos y sus hechos, el Che es asociado a la palabra ética. Eso es muy justo, pero opino que lo político es el centro de su actividad y lo que articula su pensamiento. Che pretende una revolución de lo político y propone una gigantesca elevación del contenido y los objetivos del movimiento histórico de liberación humana. Ese es el marco real de frases como “...el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”, “el socialismo económico, sin la moral comunista, no me interesa. Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo contra la alienación (...) si el comunismo descuida los hechos de conciencia puede ser un método de repartición, pero deja de ser una moral revolucionaria”. Y de ideas como la de que se debe trabajar desde el inicio mismo en la realización práctica del proyecto comunista, “aunque pasemos toda la vida tratando de construir el socialismo”. Se deben utilizar todos los logros obtenidos bajo el capitalismo que sea conveniente y factible, pero hay
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que crear una nueva cultura a través de las transformaciones de los seres humanos y las relaciones sociales, que sea, al mismo tiempo, un polo de atracción para los pueblos frente a la dominación y la cultura del capitalismo mundial. El capitalismo actual es incapaz, por su naturaleza, de resolver ninguno de los graves problemas que afectan a la mayoría de las personas y los países del mundo, ni de defender el medio en que vivimos. Su promesa de progreso material y democracia era mentirosa y se ha desgastado, pero conserva un enorme poder en muchos terrenos y lo ejerce en una escala colosal para mantener la situación a favor suyo, privilegiando una sistemática guerra cultural. El pueblo de Iraq está demostrando que es posible rechazar la recolonización imperialista. En América Latina y el Caribe, el continente más cargado de contradicciones potencialmente peligrosas para el capitalismo, el campo popular y diversos tipos de opositores han salido del foso de derrotas y desesperanza de la década pasada. Se han combinado la capacidad de protesta social organizada de muchos pueblos con el uso del voto universal que servía a los sistemas llamados democráticos para mantener su incierta hegemonía, y se han obtenido victorias populares en varios países. La revolución bolivariana de Venezuela produce de nuevo en América el escándalo de un gobierno para el pueblo y con el pueblo, y contribuye de manera decisiva a la creación de un polo de independencia continental mediante la integración de poderes populares y alianzas que fortalecen la autonomía económica latinoamericana. En el marco del ALBA, Cuba multiplica el valor de su ejemplo y su sagacidad como revolución liberadora, su internacionalismo ejemplar, sus fuerzas productivas sociales y las inmensas capacidades adquiridas por nuestro pueblo a partir de casi medio siglo de gigantesca y sistemática inversión educacional. En esta coyuntura, promisoria y difícil a la vez, se torna cada vez más clara la procedencia y la necesidad de asumir todo el Che. Ante todo, para seguir su modo de ser práctico, que implica alzarse -los individuos y el pueblo entero- por encima de las condiciones de reproducción de la vida material y política que parecen normales y esperables, por encima incluso del sentido común. Y hacerlo tanto en lo inmediato como en la elección del rumbo, el planeamiento y el aferramiento tenaz al proyecto.
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El Che puede ayudarnos más, por ejemplo, a combatir la corrupción, que tiene tantas formas y tentáculos, desde una ética profundamente ligada a la política, pero, a la vez, ayudarnos a examinar sus causas y sus modalidades, para ir a su raíz. Puede ayudarnos contra la añoranza por el capitalismo, que entre nosotros disfraza su condición de vuelta al pasado con esa pérfida impresión que brinda de ser un paso hacia el futuro, sea como un supuesto avance que puede hacer Cuba, o sea como un destino inevitable para este pequeño país. El pensamiento del Che ayuda a fundamentar el anticapitalismo sin concesiones, que sabe asumir las realidades más duras u opuestas a nuestros ideales, para conocerlas bien, pero sin dejarse vencer por ellas, para trabajar con el pueblo en vez de intentar donarle el socialismo, para fiar el esfuerzo principal, la sagacidad y todos los factores con que se cuenta en dos direcciones fundamentales que estén íntimamente relacionadas. Una es la labor socialista práctica, creadora y distribuidora de bienes y servicios, y, sobre todo, creadora de relaciones sociales nuevas, que es decisiva para la formación de las personas y las relaciones sociales en el predominio de la solidaridad frente al egoísmo, en el fomento de la laboriosidad y de hacer que los méritos personales sean el rasero social principal para medir a los individuos, y la defensa del aporte y la eficiencia frente a los intereses individualistas y de grupos, y contra el afán de lucro. La otra es una concientización permanente y sistemática que no consista en un discurso lleno de frases hechas y vacío de contenidos, sino en el aprendizaje entre todos y a partir de las situaciones concretas, de por qué, para qué y cómo es la sociedad organizada la que debe manejar los recursos del país en bien de toda la población del país; de cómo instrumentar el conocimiento del pueblo acerca de las cuestiones fundamentales y cómo lograr que cada vez más el pueblo participe en las decisiones acerca de esas cuestiones; de discernir lo que es positivo y lo que no lo es, qué actitud es moral y cuál no, qué es lícito y qué es ilícito, cómo hacer que los instrumentos de formación y de difusión que posee la sociedad sirvan cada vez mejor a la expresión de la rica diversidad de las ideas y las motivaciones de las personas, y al arraigo y profundización de vínculos solidarios socialistas.
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Me siento universitario, siempre. Por eso me hacen feliz los logros de nuestras universidades y me duelen mucho sus insuficiencias. Que la universidad se pinte de negro, de mulato, de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo, decía el Che en la Central de Las Villas, un año después de haber pasado por ella camino del fuego, de la sangre y de la victoria en la batalla de Santa Clara. Hace pocos años tuvimos que volver a plantearnos el cumplimiento de aquel reclamo del Che, a pesar de los inmensos avances obtenidos después de 1959, y volver a atender a la composición social del alumnado. Eso brinda una enseñanza y tiene, a mi juicio, un significado doble: el de nuestras deficiencias y el de nuestra capacidad de avanzar una y otra vez. La batalla de estos años recientes por defender y ampliar la continua y sistemática redistribución de la riqueza social y las oportunidades entre todos los cubanos y cubanas, que es uno de los rasgos fundamentales de nuestro socialismo, continúa hoy con la misma decisión con que la inició Fidel, pero también con los obstáculos formidables que Cuba ha encontrado siempre para llevar adelante su proceso revolucionario de liberación. Opino que hoy no les basta a las universidades y a las demás instituciones del país con pintarse de negro, de obrero y de pueblo. Ellas, y cada uno de nosotros, tenemos que entender el papel que nos toca cumplir, y, a la vez, debemos tener iniciativa y empeño para encontrar y asumir nuevas tareas y papeles que la revolución necesita. Apoyar y ayudar de maneras concretas en la acción, en la eficiencia y en la necesaria creación, porque por los caminos trillados que se limitan a modernizaciones sólo se logra finalmente modernizar la dominación, y si estamos limitados por una estrechez de miras que nos lleve a repetir lo que ya ha servido antes para sobrevivir y mantenerse, no se podría forzar el cerco del capitalismo en la actualidad y en el futuro próximo. A los jóvenes sobre todo quisiera decirles -porque los jóvenes vuelven a ser la carta decisiva de la revolución- que la juventud no puede seguir siendo tímida ante el estudio de la obra del Che. Hay que apoderarse de su pensamiento, como hay que apoderarse de la historia entera de la revolución, tan llena de maravilla y de momentos angustiosos, para unir a la emoción, que es determinante para actuar, el conocimiento, que multiplica las posibilidades del que actúa. “La juventud tiene que
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crear. Una juventud que no crea es una anomalía, realmente”, les dijo el Che a los jóvenes reunidos para conmemorar el segundo aniversario de la integración de las organizaciones juveniles, la víspera misma de la Crisis de Octubre. Los que fuimos jóvenes de la revolución y seguimos siendo revolucionarios, tenemos el deber -difícil e importante- de evitar la lejanía y mantener abierta la puerta de la continuidad revolucionaria, de trasmitir todo lo que pueda ser valioso, sin temor a no ser los protagonistas. De no traicionar los ideales y la vida que hemos vivido por cansancio, por cobardía, por intereses mezquinos o por torpeza insondable. Tenemos el deber de ser honestos, aun si nos faltaran capacidades y habilidades, para al menos dar testimonio de la moral y la grandeza de la causa de todos, y ser con eso ejemplos de conducta. Si lo logramos, garantizaremos lo que sólo nosotros mismos podemos lograr: la permanencia del Che. Y haremos que ella no sea un dato, más o menos valioso, sino un arma de creación, uno de los nombres del futuro. Y haremos que crezca el Che también en la medida en que crezca y se profundice el modo de vivir socialista y el proyecto de liberación plena y bienestar de su pueblo, íntimamente ligado a la ampliación de la conciencia y de la solidaridad a escala internacional, que crezcan el campo revolucionario, la lucha de los pueblos y los poderes populares en la América Latina. Que crezca, en fin, la oportunidad de hacer de este siglo que comienza un campo superior del desenvolvimiento humano, de las capacidades de las sociedades de salvar el planeta en que vivimos y cambiar entre todos la vida, y de brindar a cada uno y a todos más justicia y más libertad. Es decir, para hacer realidad los sueños y el pensamiento del Che.
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DEMOCRACIA FRENTE A OLIGOCRACIA
Julio Mínguez
Miembro del CC del PCPE Miguel Angel Rojas
Miembro del PCPE
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egún la etimología, oligocracia significa poder de unos pocos, mientras que democracia es poder del pueblo. Podemos entender cómo la palabra democracia ha sido prostituida como un ejercicio de cinismo a través de publicistas y sus masivos bombardeos panfletarios, encuestas tergiversadas, medios de comunicación… que conforman matrices de opinión, usurpando la voz y la capacidad de decisión de cualquier otra capa social que no sea la plutocracia (gobierno en manos de los ricos). Asistimos al declive del neoliberalismo, como etapa decrépita del capitalismo senil. Donde todo a nivel global se supedita a los intereses del capital, al poder de la plutocracia, a las élites y sus esferas de poder,
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en contraposición a la clase explotada, cada vez más sometida, y sectores sociales de la pequeña burguesía, progresivamente más relegada de la toma de decisiones. La riqueza a nivel mundial se concentra cada vez en menos manos, abriendo una brecha social abismal, obedeciendo a la necesidad de acumulación del capital y a un control del poder de decisiones en una exigua élite (vedado, pues a la mayoría social). El viejo régimen de la oligocracia o democracia de explotación supone una rémora gelatinosa, un lodazal, en suma, siendo instrumento para optimizar y agudizar el proceso de explotación, además de utilizarse para enmascarar la dominación, agravando las condiciones de vida del conjunto de la sociedad. Se circunscribe la capacidad de decidir tan solo a las élites académicas, económicas, burocracia política, mediáticas. Frente a ello, es necesario la reconstrucción del movimiento obrero y demás movimientos sociales, así como un tejido social que sustente una amplia base social que luche por la capacidad de decisión: por una democracia participativa: es decir, el conocimiento, la ciencia, los medios de producción, los medios de comunicación, la toma de decisión, la creatividad, el arte en manos del pueblo. Cada vez más amplias capas sociales (como agricultores, pequeños comerciantes, pequeños y medianos industriales, cuentapropistas, proletarios, sectores excluidos, siendo la inmensa mayoría) quedan al margen de las decisiones. Por lo que dicha democracia, que no tiene vida por sí misma, queda supeditada bajo la imposición de la acumulación del capital. Subordinándose a tal objetivo. De hecho, la democracia de explotación es suprimida por el capital cuando no le es válida para su acumulación: tenemos infinidad de ejemplos de dictaduras militares o regímenes fascistas a lo largo de la historia por todos los continentes. Así, podemos concebir que la noción democracia no queda, como nada en este mundo, al margen de la lucha de clases. La burguesía se ha apropiado de una noción de democracia recurriendo como elemento referen-
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cial a la tradición griega para conformar su proyecto explotador sobre la base de un consenso social. Es hora de que la clase explotada abandere la democracia dentro de las coordenadas de las alianzas con otras capas sociales: primero, frente a la plutocracia, y, después, despejando el camino hacia la sociedad sin explotación. Tenemos un ejemplo revelador: la democracia formal no tiene mecanismos para llevar a cabo la reclamación de la totalidad de un pueblo contra la arbitrariedad parcial de una transnacional como Delphi. Por eso, hemos de propugnar una democracia que garantice los derechos humanos por encima de los intereses lucrativos.
Sobre el individuo y la libertad La libertad concebida en la sociedad capitalista como libertad del individuo es una quimera, pues, en realidad, en el capitalismo la libertad se basa en la libertad de la propiedad privada y el individuo en cuanto propietario (claro, unos, propietarios de los medios de producción y, por lo tanto, explotadores, y los que poseen nada más que la fuerza de trabajo: los explotados). Por lo que en realidad es una libertad ficticia en la que el individuo aparece mutilado, huero, sin atribuciones, cortacircuitado, sin capacidad de unir en sí mismo lo productivo y lo político. En la que al individuo se le escapa la organización de la producción, ya que se organiza la producción en aras del beneficio. Frente a ello, el individuo pleno es el que une en su vida o desarrollo vital la capacidad de organización de la producción y la participación en el despliegue total de su vida en todas las esferas de la sociedad. Un individuo nada aislado, integrado, desarrollado y desplegando todo el potencial de sus capacidades y de la creatividad en la colectividad. Por otro lado, la libertad, tal como la entendemos desde nuestra posición de clase, no es fruto del voluntarismo individualista (ello es un idealismo absoluto), sino hay que entender la libertad como antagonismo a la servidumbre de la necesidad, tal como lo plantea Marx. La burguesía
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dispone del poder enunciativo de la libertad, y lo plasma y ahí queda su plenitud, mientras que los comunistas debemos entender la libertad como el margen que queda entre la aspiración de libertad y su consumación, entre el conocimiento de la necesidad y su transformación. Debe quedar claro que existen dos concepciones contrapuestas del individuo y de la libertad: la burguesa y la marxista. Una, la del individuo castrado y la libertad idealista, y, otra, la del individuo pleno y la de la libertad materialista. El concepto de libertad de la burguesía, que aparece como algo ahistórico y eterno, obedece a un desarrollo histórico, al igual que la propuesta revolucionaria de libertad de los explotados también representa unas exigencias históricas de liberación de la clase obrera y de la humanidad.
Las caras y las máscaras de los derechos La burguesía abandera el emblema del derecho. Así, nos habla constantemente de estado de derecho o propala con estruendo los derechos humanos, cuando es la clase que los niega. Pues la burguesía entiende el derecho siempre y cuando se la burguesía entiende el derecho supedite a la competitividad y siempre y cuando se supedite a el mercado: es decir, los derela competitividad y el mercado: chos bajo las imposiciones del valor de cambio. Sin embargo, es decir, los derechos bajo las imposiciones del valor de cambio niega los derechos humanos en el marco del valor de uso. O la burguesía plantea la igualdad de derechos en la medida que se inserte en el marco de la competitividad: aquí está la trampa, pues en este marco se basa en relaciones de desigualdad. También hay que tener en cuenta la historicidad de los derechos: según la burguesía, aparecen como inmutables y se plasman en los artilugios jurídicos y enunciativos, mientras que los comunistas entendemos los derechos en cuanto que se tiene la capacidad y posibilidad de consumarlos.
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Por eso, el derecho a la vivienda puede ser incluido en las constituciones burguesas y su realización obedece tan solo a la lógica irracional del beneficio a través del mercado, y se contrapone la consumación de las necesidades humanas por la lógica irracional del beneficio, en vez de satisfacer las necesidades y derechos de los humanos. Otro ejemplo: la igualdad de derechos de las mujeres, en cuanto puedan someterse al marco de la competitividad del mercado laboral (y, en esto último, somos iguales hombre y mujeres: sometidos a la explotación).
Por una sociedad armoniosa como consumación de la democracia La lucha por la democracia de base Tarea imprescindible de los comunistas es abanderar la lucha por la democracia. La democracia desde abajo, de los de abajo, por los de abajo y para los de abajo. Una democracia de base: como ejercicio estructurador de la vida humana en la sociedad. Y debemos de abrir espacios de tal La democracia desde abajo, manera que cale la idea de que la de los de abajo, por los de abajo y para los de abajo democracia es capacidad de decisión en los diversos ámbitos. Que los vecinos luchen por tener potestad en las decisiones sobre el barrio. Que los trabajadores luchen por tener capacidad de decidir en el centro de trabajo y no estén supeditados al despotismo de la dictadura del capital y que puedan tener voz y determinación en sus condiciones de vida y de trabajo: educación, problemas ambientales, etc. Que los estudiantes no se ciñan tan solo a pasar por la evaluación, sino entender el estudio de forma más integral, a ejercer activamente la democracia: preocupándose por la enseñanza de calidad: que la ciencia y los conocimientos estén a disposición del ser humano y para resolver sus necesidades y no para garantizar el
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beneficio del capital (esa debe ser una palanca de lucha por la democracia en el mundo educativo). Que el deporte sea un derecho democrático para todos y todas y no un privilegio para una élite: no hay que ser galáctico ni cobrar millones de euros para jugar al fútbol. De esta forma, la burguesía deja de controlar, a través de todos sus resortes, instituciones y mediaciones, la sociedad, para asegurar su sistema de dominación imponiendo un consenso social acorde a sus intereses y según sus reglas de juego. Hay que luchar por cambiar las reglas de juego y acabar por implantar otro juego, por sustituir las caducas normas y costumbres impuestas por las élites por las reglas democráticas de la participación activa y directa en las decisiones de todo el pueblo (la clase trabajadora y demás capas populares): esto es fundamental para los comunistas en la lucha por la democracia, desenmascarando a la burguesía que posee su poderosa maquinaria y entendiendo que el socialismo, como ejercicio de destrucción del viejo poder y construcción del poder de los explotados, será el resultado de un proceso extendido y ampliado por la democracia.
El socialismo: fase superior de la democracia La democracia burguesa se basa en su supeditación al derecho de propiedad y se caracteriza por estructurar las asimetrías sociales: trata de tamizar las desigualdades a través del engranaje del aparato jurídico apareciendo tan solo en el marco de un esencialismo abstracto. La democracia del pueblo se consuma en la materialidad, en el ejercicio de poder de los actores sociales subalternos, y su única supeditación reside en culminar el objetivo de acabar con la explotación y, por tanto, con las desigualdades. Por lo que entendemos que la democracia conlleva la conformación de una sociedad vertebrando la armonía entre el ser humano y la naturaleza (evitando el problema del cambio climático y la destrucción de la naturaleza y la biodiversidad, convertir los alimentos humanos en biocombustibles, etc, a causa de un modelo de mundo que está subordinado a la vorágine despiadada del beneficio) y tejiendo redes solidarias: entendiendo la solidaridad como expresión avanzada de la democracia con el objetivo de
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la desaparición de la explotación como base de una democracia cimentada en la armonía entre los seres humanos y donde éstos se desarrollen plenamente en la producción y creatividad de sus vidas en una sociedad equilibrada y armoniosa.
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