Comunicado de Comisión de Reforma Tributaria PDC

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Santiago, 12/12/2011 Propuesta para un sistema tributario para Chile más justo e inclusivo Las movilizaciones sociales de este año nos reiteraron con fuerza que el país quiere y exige una sociedad más justa e igualitaria. Los movimientos estudiantiles, universitarios y secundarios, demandan una educación que rompa con las desigualdades de nuestra sociedad, un sistema educacional que otorgue a todos los chilenos, sin excepción, las posibilidades que se merecen. La sociedad ha puesto sobre la mesa la necesidad de avanzar hacia un país que otorgue más bienes públicos, una mejor educación, mejor salud, mayor justicia y mayores oportunidades de perfeccionamiento a sus trabajadores, de forma que todos disfrutemos de los beneficios del crecimiento. Este nuevo Chile requiere y exige un nuevo pacto, donde el poder, tanto político como económico, se desconcentre. En lo económico esto se traduce en una propuesta que la oposición debe proponer al país con el fin de generar una reforma tributaria. La reforma tributaria debe cumplir con cuatro condiciones. Primero recaudar más, de forma que el Estado pueda proveer más y mejores bienes públicos; segundo debe aumentar la carga tributaria de manera que quienes tienen más o perciben mayores ingresos aporten más a los recursos fiscales; tercero, debe tender a una mayor simplicidad del sistema que permita a los contribuyentes entender la forma de cumplir con sus obligaciones tributarias y a la autoridad facilitar su fiscalización; y cuarto, fomentar un desarrollo sustentable, donde quienes contaminan y dañan el medio ambiente de sus conciudadanos, paguen por el mal que le hacen a la sociedad. Las reformas que el país demanda requieren de una mayor carga fiscal. Una reforma sustantiva del sistema educacional para mejorar su calidad y reducir sus inequidades, un sistema de salud más solidario, un avance en la protección social, una economía más productiva, con una mayor inversión en investigación y desarrollo, y con un buen sistema de capacitación y con políticas pro empleo, requieren en principio de un esfuerzo tributario del orden de 3-4% del Producto Interno Bruto de aquí al 2020. El sistema tributario, al igual que el gasto social bien focalizado, deben contribuir en lograr una sociedad más justa, equitativa y solidaria. La mayor carga tributaria que Chile requiere debe recaer en quienes tienen más. Quienes reciben rentas del capital, los más ricos del país, tienen una serie de excepciones que les permiten al final pagar menos impuestos que aquéllos que perciben sus ingresos del trabajo. La reforma tributaria debe partir haciendo que quienes tienen más o tengan ingresos mayores paguen lo que deben pagar, y segundo, hacer nuestra estructura tributaria más progresiva, siempre teniendo en cuenta que debemos aumentar nuestra carga tributaria. Esto nos obliga a revisar en forma crítica la renta presunta, las sociedades de inversión, el actual Fondo de Utilidades Tributarias (F.U.T.), entre otros puntos, y a valorar la idea de un impuesto negativo para los más pobres implícita en el actual subsidio a los jóvenes. Por último, debemos cerciorarnos que quienes explotan nuestros recursos paguen por esta actividad, y lo hagan en la medida que corresponda.


Las transformaciones que se plantean (en educación, salud, empleo, previsión, etc.) no pueden ser improvisadas ni tampoco implementadas de un día para otro. La experiencia nos ha mostrado que toda reforma importante requiere fortalecer nuestra institucionalidad, adaptar y crear las instituciones que aseguren que los recursos invertidos den su fruto. Un aumento tan importante de la carga tributaria también requiere fortalecer las instituciones relacionadas con la recaudación tributaria. Se debe seguir con el perfeccionamiento del SII, del Servicio de Aduanas, Tesorería y se debe potenciar COCHILCO en su función fiscalizadora, entre otros. La reforma tributaria debe tener gradualidad. Los tiempos de implementación de las políticas como la situación mundial aconsejan que la reforma tributaria tenga distintas etapas. Más debemos comenzar ya y definir su implementación una vez definidas las modificaciones que se requieren. Esta debe partir manteniendo el impuesto de primera categoría en 20 por ciento mientras se hace aplicable la reforma tributaria definitiva que fijará su nivel permanente. Si el gobierno está por modificar el sistema tributario no puede comenzar el 2012 bajando los impuestos a las empresas. Los recursos ya comprometidos por el actual gobierno sin su contraparte en recaudación, aumento de becas, la rebaja del 7% en salud a la tercera edad, entre otros, presionan nuestras cuentas fiscales. Esto hace aún más imperativo mantener el impuesto de primera categoría. En una segunda etapa, primer trimestre del 2012, debemos ver como se modifica el sistema tributario en su integridad, y dentro de lo que es indispensable ir reduciendo excepciones que no se justifican y aumentando los impuestos a quienes tienen más, con todo lo cual se puedan lograr los ingresos tributarios que se requieren de aquí al 2020, con la necesaria equidad que el sistema recaudatorio del Estado debe asumir para hacer de Chile un país más justo. Una transformación como la que se busca debe partir de un gran diálogo ciudadano en que la mayor parte de la ciudadanía pueda aportar sus conocimientos para lograr los objetivos deseados. Por este motivo durante el resto de este año y comienzo del siguiente iremos a escuchar a quienes quieran compartir con nosotros sus ideas y propuestas.

Comisión de Reforma Tributaria de la Oposición


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