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Justo Grau

nal que estás pagando, y en muchas ocasiones no te estás dando cuenta. Así como los impuestos económicos en nuestro país que vienen incluidos en la mayoría de los bienes y servicios que adquirimos, los impuestos emocionales vienen inmersos en cada conversación que tenemos.

En ocasiones, esos impuestos emocionales tienen un saldo a favor para ti, lo que te ayuda a sentirte mucho mejor que cuando comenzaste esa platica. En otras instancias, quizá sin darte cuenta estás pagando muchos más impuestos de los que te gustaría y es importante comenzar a poner más atención en esto.

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Sé que tomar decisiones en tu posición en muchas ocasiones puede ser complicado por las implicaciones de estas. Al estar en un cargo público, el impacto que cualquier decisión, en función de la dependencia en la que te encuentres, pueden ser incluso de nivel nacional. Es precisamente por esto que quiero que en esa ecuación comiences a considerar tu paz y el manejo de tus emociones. Quizá quieras preguntarte “¿qué decisión en esta materia me daría más paz?”, o “¿cómo puedo gestionar mis emociones ante este reto?”.

Si lo piensas bien, siempre sabes cual es la respuesta correcta para ti. Si te escuchas lo suficiente, cada vez te será más sencillo manejar los retos y crisis que se te presentan al hacerte las preguntas correctas. En lo personal, antes de tomar cualquier decisión importante, siempre me pregunto si el resultado de esta me ayudará a mantener mi paz. Si la respuesta es positiva me siento mucho más confiado de lo que estoy haciendo. Si, por el contrario, la respuesta es negativa, me detengo a pensar en otras opciones.

Una aclaración importante por realizar es que estamos hablando del cuidado de tu paz y no de tu comodidad. La pregunta no es “¿Qué me es más cómodo?”, sino “¿Qué decisión me da más paz?”. Supongamos que estás por tener una conversación difícil. Tal vez lo más cómodo sea cancelar y postergar. Sin embargo, esa decisión va a restarte paz. Con la pregunta correcta, vas a encontrar que en muchas ocasiones lo mejor es tener esa conversación a la brevedad para “liberarte” de esa presión.

Así que cada vez que te sientas pagando demasiados impuestos emocionales, considera el cambiar el tipo de preguntas que estás haciendo y date la oportunidad de comenzar a blindar más tu paz. Sin importar el nivel o tamaño de crisis que puedas estar pasando, siempre tienes la oportunidad de hacer algo mejor para ti y para apoyar desde un mejor lugar.

Finalmente, te invito a que en esas reflexiones y consideraciones, también incluyas a tu equipo de trabajo. ¿Qué es lo que más paz va a traerle a tu gente? ¿Cómo puedes cuidarlos de la mejor manera? John Maxwell dice que liderazgo es influencia, y si quieres ver que tan buen líder eres, observa cuanta gente está siguiéndote. Cuando estés considerando qué decisiones tomar, no te transformes en un líder solitario, sino, reconoce que estás a cargo de un grupo de personas que están confiando en tu dirección. Piensa también en su paz.

Si por cualquier razón sientes que estás llegando al límite o estás en camino a caer en burnout, solo entra a https://www.irradiatemore.com/adiosburnoutat y descarga la guía que hemos preparado para ti para apoyarte a reducir esa sensación y comenzar a hacer algo al respecto desde ya. No te permitas llegar a ese punto sin pedir ayuda.

PARA TU REFLEXIÓN Y ACCIÓN

1. Haz una lista de todas aquellas decisiones que has estado postergando las últimas semanas. Considera no solo lo profesional sino también lo personal. Considera áreas como tu salud, finanzas, relaciones, pasatiempos, crecimiento personal, por decir algunas áreas. Ahora pregúntate por cada uno de esos puntos que detallaste “¿Cuál es el siguiente paso que debo tomar aquí que me traerá más paz en el futuro?”. Toma nota de esas acciones y ponlas en tu agenda para hacer que ocurran. No te quedes solo con la intención de hacer un cambio, sino involúcrate y haz que las cosas pasen. 2. Piensa en los pasados tres meses y observa cuales fueron las actividades que mayores impuestos emocionales te cobraron. Busca recordar no solo lo que pasó, sino como llegaste a esa situación y detalla la forma en la que reaccionaste. Con esa información, pregúntate “Si esta situación se me presentara de nuevo, ¿qué podría hacer diferente para reducir el costo emocional?” Piensa desde ahora cómo puedes prepararte desde hoy para hacerle frente a situaciones similares de una mejor manera en el futuro. 3. ¿Cuáles son las tres mejores acciones que puedes hacer por tu equipo durante el próximo mes para blindar también su paz y apoyarlos a dar lo mejor de si mismos? Recuerda que tu equipo no puede crecer por arriba de tu capacidad de liderazgo, por lo que resulta fundamental que comiences a dedicar más tiempo a tu equipo y a la forma en la que quieres cuidarlos, servirles y apoyarlos.

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