Emigracion femenina en el desarrollismo franquista en setenil uca

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MOISÉS ZAMUDIO SANAN

EMIGRACIÓN FEMENINA EN LOS AÑOS DEL DESARROLLO FRANQUISTA EN LAS LOCALIDADES DE LA SIERRA DE CÁDIZ

MÁSTER INTERUNIVERSITARIO Y DOCTORADO EN GÉNERO, IDENTIDAD Y CIUDADANÍA

CÁDIZ, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2011


Moisés Zamudio Sanan

“Este trabajo de investigación ha sido elaborado como requisito para la obtención del Título Máster en el programa de Género, Identidad y Ciudadanía, curso 2010-2011” Directora del trabajo: Gloria Espigado Tocino

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AGRADECIMIENTOS Serafina Domínguez Anaya Isabel Anaya Moreno Dolores Aguileras Camacho Josefa Cubiles Mi más sincero agradecimiento a cada una de ellas por haber colaborado de una forma tan amable a recordar como transcurrieron sus vidas en el extranjero. Gracias por contar sus experiencias de una forma sencilla pero a la vez detallada. Igualmente agradezco a María José Carrasco, hija de Isabel Anaya, por traerme de Setenil a Cádiz las fotos de su madre y de Serafina Domínguez. También agradezco a Almudena Jiménez, Francisca Villalba y Teresa Zamudio el haberme acompañado a las casas de las cuatro mujeres entrevistadas. Agradezco al ayuntamiento de Setenil, concretamente a José Domínguez, por facilitarme información sobre la “fiesta del emigrante”. Por último, agradecer a mi tutora, Gloria Espigado Tocino, su atención, su dedicación durante largas horas de revisión y su constante apoyo, ya que sin su ayuda este proyecto no se habría podido concluir. A todas y a todos les doy las gracias por haber aportado un pequeño grano de arena para que este trabajo de investigación quedara más completo.

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ÍNDICE DE CONTENIDOS

1. INTRODUCCIÓN.................................................................................................. 7 2. CAPITULO I: OBJETO DE ESTUDIO E HIPÓTESIS DE PARTIDA. METODOLOGÍA...................................................... 9 2.1. Objeto de estudio e hipótesis de partida....................................................... 9 2.2. Metodología................................................................................................11 3. CAPITULO II: CONTEXTO HISTÓRICO...................................................... 3.1. Relaciones de género en el contexto republicano. Entre la privacidad y la ciudadanía femenina...................................................................................... 3.2 Relaciones de género en el contexto de la Guerra Civil y la Dictadura de Franco ..................................................................................... 15 3.3. Estado de la cuestión. Aciertos y lagunas. Estudio sobre la migración femenina ............................................................... 17 3.3.1. “A propósito de inmigración”........................................................ 17 3.3.2. Las tres etapas de León y Rebeca Grinberg .................................. 18 3.3.3. Aportaciones de María Ángeles Durán ......................................... 19 3.3.4. Aportaciones de A.Rengifo ........................................................... 22 3.3.5. Cristina Blanco: Causas de las migraciones. ................................ 24

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3.3.6. La triple discriminación de las inmigrantes................................... 28 3.3.7. La migración económica................................................................ 31 3.3.8. Aportaciones de Pilar Pascual........................................................ 37 3.3.9. Juan Chacón y Guillermo Brugorolas.............................................37 4. CAPITULO III: LA MEMORIA DE LA EMIGRACIÓN 4.1. Presentación de las mujeres entrevistadas..................................................39 4.2. Breve descripción de la situación social de Setenil que enmarca las experiencias de emigración................................................................................40 4.3. Situación familiar previa de la emigración................................................. 41 4.4. Lugares de emigración e inserción laboral o social ................................... 43 4.5. Experiencias laborales................................................................................ 47 4.6. Constitución de redes de apoyo y solidaridad ............................................55 4.7. En el ámbito del hogar................................................................................ 60 4.8. Tiempo de ocio............................................................................................62 4.9. Otros aspectos relevantes............................................................................ 66 4.10. Fin y valoración de la experiencia migratoria...........................................70

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5. CONCLUSIONES................................................................................................. 6. BIBLIOGRAFÍA................................................................................................... 7. ANEXOS................................................................................................................ 80 7.1. Cuestionario de preguntas para realizar la entrevista.................................81 7.2. Entrevista oral de Dolores Aguilera............................................................ 84 7.2. Entrevista oral de Josefa Cubiles................................................................ 96 7.3. Entrevista oral de Serafina Domínguez.................................................... 103 7.4. Entrevista oral de Isabel Anaya.................................................................109

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1. INTRODUCCIÓN Este trabajo tiene el objetivo de investigar, estudiar y analizar a mujeres que han emigrado al extranjero por motivos laborales durante los años 60, 70 y 80 del siglo XX. Veremos como han intentado conseguir un mejor puesto de trabajo y como han luchado por obtener una vida mejor en países como Suiza o Alemania. Antes de trabajar las entrevistas realizadas trataremos de analizar de una forma breve el contexto histórico previo a la época en la que empiezan a emigrar las mujeres de Setenil, analizando las relaciones de género tanto en el contexto de la II República española como en la Guerra Civil y la posterior dictadura de Franco. A continuación trataremos de ver más a fondo los estudios que han aportado los diferentes historiadores e historiadoras y escritores y escritoras, en general, sobre el tema de la emigración femenina. Analizaremos sus aciertos y sus lagunas para después contrastarlo con las aportaciones que hemos podido sacar de las entrevistas realizadas. En el entorno rural de la provincia de Cádiz, concretamente en el municipio de Setenil de las Bodegas, apenas había trabajo, por lo tanto muchas mujeres decidieron tomar la dura decisión de emigrar al extranjero para conseguir mejorar su nivel de vida. Una de mis hipótesis de partida era que pensaba que las mujeres entrevistadas emigraron porque no tenían otra alternativa. A lo largo del trabajo veremos como la mayoría de ellas emigraron alegremente y con ganas de emprender una nueva vida con su familia, y el motivo de su emigración, como veremos también, no fue sólo el económico, sino que influyeron otros factores de peso y relevancia, rompiendo esto con la teoría prácticamente generalizada de que las mujeres que emigraban al extranjero lo hacían porque su nivel económico era muy precario y necesitaban ganar dinero para poder sobrevivir.

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En el desarrollo y análisis de las entrevistas podremos observar como han trascurrido la vida de las cuatro mujeres entrevistadas en las ciudades donde han emigrado. De las cuatro mujeres que hemos entrevistado, tres de ellas han emigrado a Suiza, concretamente a Zurich, y la otra ha emigrado a Alemania, concretamente en Frankfurt. Como hemos dicho anteriormente, conoceremos a fondo como eran las vidas de las mujeres entrevistadas en el extranjero, aunque primeramente veremos como eran las vidas de las cuatro mujeres entrevistadas en Setenil, conociendo brevemente a cada una de ellas para saber su nombre completo, lugar de nacimiento, edad, a qué se dedicaban, cómo eran sus familias…etc. También analizaremos los trabajos que han desempeñado cada una de ellas, veremos las relaciones que han tenido tanto en el ámbito del hogar como en el ámbito laboral. Igualmente, conoceremos, entre otras cosas, si han conseguido adaptarse a las condiciones de vida de sus nuevas ciudades. Analizaremos y veremos que para ellas unas cosas han sido más adaptables que otras, como por ejemplo el clima, coincidiendo las cuatro entrevistadas que uno de los motivos por los que retornaron a Setenil fue la adversa y dura climatología. También veremos a qué dedicaba el tiempo libre cada una de ellas, los retornos vacacionales a Setenil, coincidiendo la mayoría de ellas en que venían a España de vacaciones en navidades, pero sobre todo en verano, aproximadamente unas cuatro o cinco semanas. Curiosamente, y debido a que una gran parte de la población de Setenil había emigrado e diferentes ciudades europeas, cuando regresaban en las vacaciones de verano el pueblo solía recibir a todos y a todas las emigrantes con los brazos abiertos, y para festejar el regreso se solía hacer una fiesta en su honor, conocida popularmente como la “fiesta del emigrante”, la cual consistía, como hemos dicho, en dar la bienvenida a todos y todas las emigrantes comiendo, bebiendo y bailando hasta el amanecer. También trataremos los rasgos de parentesco, de redes de apoyo y solidaridad, viendo que entre los españoles y españolas, pero sobre todo entre las setenileñas y setenileños que convivían en la misma ciudad había unos lazos de unión muy profundos y arraigados que se habían consolidados por iniciar conjuntamente una nueva vida en el extranjero. 8


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2. CAPÍTULOS 2.1. OBJETIVO DE ESTUDIO E HIPÓTESIS DE PARTIDA El objetivo general de este trabajo de investigación es conocer los motivos por los que muchas mujeres tuvieron que emigrar al extranjero por motivos laborales. Y el objetivo específico es analizar a través de las cuatro entrevistas realizadas a mujeres que emigraron a Suiza y a Alemania cómo trascurrieron sus vidas durante su estancia en el extranjero, interesándonos por todos los aspectos de su vida, tanto en el ámbito laboral como en el personal. En definitiva, el objetivo general del trabajo es conocer a fondo la vida de las mujeres que han emigrado al extranjero. Y el objetivo específico es conocer las vidas de estas mujeres en su lugar de destino. El motivo por el que estábamos interesados en realizar un trabajo de investigación sobre las mujeres de la sierra de Cádiz que han emigrado al extranjero por motivos laborales es que pensábamos que era un tema muy interesante e importante, a la vez que poco trabajado. Por lo tanto, veíamos oportuno investigarlo para que se pueda llegar a conocer el trascendental movimiento migratorio femenino ocurrido en el entorno rural de la sierra de Cádiz, concretamente en Setenil de las bodegas, en el periodo que trascurre desde medidos a finales del siglo XX. Una de mis hipótesis de partida era que pensábamos que las mujeres que emigraban al extranjero lo hacían exclusivamente porque tenían una gran necesidad económica y su único propósito era ahorrar dinero. Pensábamos que las personas que emigraban tendrían un puesto de trabajo austero, mal pagado y con unas condiciones de vida negativas. En verdad hay dos hipótesis que no se cumplen, una que las razones de la emigración no son exclusivamente económicas, ni se realiza desde la miseria más absoluta (como siempre se suele decir) y otra que la experiencia no queda en el recuerdo como algo negativo sino todo lo contrario (frente a la idea de que el emigrante siempre lo pasa mal en el país de acogida). Pero una vez realizadas las entrevistas hemos cambiado rotundamente de opinión debido a que prácticamente ninguna de las cuatro

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mujeres entrevistadas querían regresar a España porque se sentían muy bien viviendo en el extranjero, concretamente en Frankfurt y Zurich. Se habían acostumbrado a su nivel de vida, a su ámbito laboral y se sentían muy felices y realizadas. El por qué han regresado las cuatro mujeres lo razonaremos en profundidad cuando analicemos las entrevistas. Otra de mis hipótesis de partida hace referencia al número de setenileñas que emigraron al extranjero. Sabía que algunas mujeres emigraron, pero no podía pensar que fueran tantas, ya que, como me ha comentado más de una mujer entrevistada, en los años 60-70-80 del siglo pasado llegaron a convivir en Zurich, sólo en esa ciudad, 250 personas de Setenil. Como hemos mencionado anteriormente, no todas las mujeres que han emigrado al extranjero lo han hecho porque las necesidades económicas les obligaban. A través de las entrevistas realizadas hemos llegado a la conclusión de que no todas las mujeres emigraron exclusivamente por motivos económicos, sino que había otras inquietudes, aunque realmente el motivo económico no llegaba a desaparecer.

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2.2. METODOLOGÍA La metodología que hemos aplicado para elaborar este trabajo de investigación ha sido, primeramente, documentarnos lo más oportunamente posible acerca del tema para poder conocerlo con profundidad y poder afrontar las entrevistas orales de una forma más positiva. Para realizar las entrevistas orales1 hemos elaborado una lista de preguntas, o sea, un cuestionario, el cual lo hemos dividido en dos partes: una primera parte donde hacemos preguntas para conocer como fue la infancia y la vida de cada una de las cuatro mujeres entrevistadas antes de emigrar. Y en la segunda parte nos centramos sólo y exclusivamente en su etapa en el extranjero para conocer con detalles como trascurrió su vida tanto a nivel personal como profesional. Hemos realizado una entrevista piloto para ver si la metodología y las preguntas eran las correctas. Hemos puesto en práctica le entrevista piloto con la primera mujer entrevistada, y una vez analizada la entrevista hemos llegado a la conclusión de que el cuestionario de preguntas que integraba la entrevista era válido. Debemos decir que no hemos seguido el guión de preguntas con un orden riguroso y estricto, ya que lo que realmente nos interesaba era que las entrevistadas hablaran libre y espontáneamente. Después ya nos encargamos nosotros de ordenar y analizar las respuestas. Una vez que nos hemos documentado2 y hemos realizado las entrevistas orales, las cuales hemos grabado a través del teléfono móvil, las hemos trascrito 3. Después de realizar las entrevistas y trascribirlas las hemos analizados minuciosamente para sacar valoraciones, conclusiones, similitudes, divergencias… entre las cuatro mujeres que nos han contado sus experiencias en el extranjero. 3. CONTEXTO HISTÓRICO 1

FOLGUERA, P. (1994): Cómo se hace historia oral. Madrid. Editorial Eudema. HISTORIA Y FUENTE ORAL. Barcelona. Universitat de Barcelona. 3 CAMAS BAENA, V. (1997): La transcripción en historia oral: para un modelo 'vivo' del paso de lo oral a lo escrito. 2

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Antes de centrarnos de lleno en el trabajo debemos retrotraernos a los años de la República, Guerra Civil y dictadura franquista para poder hacer

un estudio

comparativo. Lo que pretendemos anunciar, por un lado, de forma resumida, es conocer el contexto histórico de la época y, por otro lado, exponer cómo se encuentra la investigación sobre la emigración femenina y analizar sus aciertos y lagunas. 3.1. Relaciones de género en el contexto republicano. Entre la privacidad y la ciudadanía femenina4. Uno de los rasgos que mejor definen a la II República es la gran importancia dada en su proyecto político a la educación, la alfabetización y la cultura desde una perspectiva reformista y regeneracionista. Un sector de la intelectualidad republicana estuvo en estos años identificado con el objetivo de conseguir el triunfo de la revolución social y de la nueva cultura que de ella debía surgir. Para este grupo social, la “Nueva Cultura”, tenía que ser de carácter “popular”. Las transformaciones y cambios experimentados por la sociedad española de los años 30 del siglo pasado, no puede comprenderse sólo desde la historia de lo público (la historia política e institucional), sino que es necesario conocer la vida cotidiana, la vida privada, las formas de vida y las costumbres de las diferentes clases sociales, la denominada “cultura cotidiana”. Igualmente el estudio de los espacios donde transcurre la vida de los diferentes grupos: espacios urbanos, rurales, públicos, domésticos, lúdicos, de sociabilidad…etc. Las relaciones de género han hecho tradicionalmente menos visibles a las mujeres en la escena pública, pero por el contrario más significativa su presencia en la vida cotidiana por razones de sexo, ya que no debemos olvidar que en estos años, a pesar de las posibilidades transformadoras abiertas por la República, la sociabilidad pública, sus formas y sus espacios, son fundamentalmente masculinos. Fueron representativas del contexto ideológico y cultural las prácticas de vida y las actitudes de alguna manera “transgresoras” y absolutamente “modernas” mantenidas por algunas mujeres de la elite intelectual y urbana, que no sólo salían solas a la calle Extraído e la obra de Ana Aguado y María Dolores Ramos La Modernización de España (1917-1939) cultura y vida cotidiana. Madrid, Editorial Síntesis, 2002. 4

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sino que lo hacían “transgresoramente” sin sombrero. Lo hacían con hombres que no eran ni su padre, ni su hermano ni su marido, lo cual era absolutamente escandaloso para la moral dominante.5 La II República significó la consecución de la ciudadanía política y social para las mujeres, del sufragio y de los derechos civiles. Significó también la presencia en la vida pública y política de una primera generación de mujeres lo que posibilitó las condiciones necesarias para una amplia y profunda transformación de las relaciones de género tanto en lo público como en lo privado, cotidiano e íntimo. Aunque el modelo tradicional de feminidad, el ideal del “ángel del hogar” o la “perfecta casada”, continuaba siendo a la altura de los años treinta el modelo más valorado socialmente. Sin embargo, las mujeres pertenecientes a las clases populares siempre habían realizado trabajos extradoméstico. Significando la llegada de la República para las mujeres que luchaban por la igualdad, la esperanza de que el nuevo gobierno republicano recogiera las propuestas a favor de un nuevo estatus para la mujer que implicase una cultura igualitaria. Desde mayo de 1931 al verano de 1933 el gobierno promulgó hasta 17 textos legales que hacían referencia a la igualdad entre mujeres y hombres. Junto a esta novedosa visibilidad de las mujeres trabajadoras, se desarrollaron también nuevas pautas de comportamiento así, encontramos el caso de Margarita Nelken. 6 Católicos y conservadores acabarán imponiendo a las mujeres con la sublevación franquista, “la liberación del taller y la fábrica”, es decir, la domesticidad por decreto, en el Fuero del Trabajo de 1938.

Por lo que respecta a las transformaciones de las relaciones de género, tuvo lugar la consecución de la ciudadanía política femenina y el sufragio. El gobierno provisional promulgó entre los decretos de urgencia que las mujeres eran elegibles, lo que permitió la elección de las tres primeras mujeres diputadas a Cortes constituyentes: Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken. Veremos como tres de las cuatro mujeres entrevistadas no salían solas a la calle porque no las dejaban. Y sin embargo, años antes, en época de la República, no estaba mal visto que una mujer saliera sola a la calle y acompañada de un hombre que no era su padre, su hermano o marido. 5

Diputada en las Cortes republicanas, socialista y feminista. Madre soltera y partidaria del amor libre que quiso vivir entre y como los hombres de su época. 6

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El sufragio femenino, el derecho a voto para las mujeres, es el aspecto más representativo y significativo. Pero junto a posturas basadas en argumentos de diferentes estrategias políticas, es representativo analizar cómo en este debate todavía se dieron intervenciones parlamentarias contrarias al voto femenino, así, por ejemplo, el diputado radical Ayuso proponía permitir el voto a las mujeres sólo después de la menopausia, por el “nerviosismo y alteraciones de la menstruación.” El sufragio se aprobó el 1 de octubre de 1931 por 161 votos a favor, 121 en contra y 188 abstenciones, gracias fundamentalmente a la disciplina socialista que votó mayoritariamente a favor (83 votos). En contra votaron, por razones de estrategia política, todos los grupos republicanos, incluido el propio Partido Radical, con el que Clara Campoamor rompió la disciplina de voto. Pero no todo eran ventajas, ya que, por ejemplo, en la España rural difícilmente llegaron las ventajas de la igualdad política y cívica, pues ni siquiera en muchas ocasiones se enteraron de que podían votar. Pero sobre todo y de una forma general por lo que respecta al mundo del trabajo, se mantuvo una fuerte discriminación en la práctica en contratos y salarios. Esta coyuntura económica afectó de forma particularmente negativa a las trabajadoras casadas, ya que figuraban cláusulas que prohibían el empleo femenino si había obreros parados. En definitiva, las relaciones sociales de género y su interacción en la esfera pública y en la vida privada experimentaron significativas transformaciones. A pesar del corto periodo, la República sirvió para consolidar algunos rasgos de modernidad en los discursos ideológicos con respecto a las mujeres cambiando lenta aunque significativamente.

3.2 Relaciones de género en el contexto de la Guerra Civil y la Dictadura de Franco7. Desde el mismo momento de la sublevación franquista, en el territorio y las ciudades que fueron cayendo poco a poco bajo su control, los nuevos dirigentes 7

Ana Aguado y María Dolores Ramos , Op.Cit.

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militares, falangistas y católicos, comenzaron a implantar ya desde 1936 una nueva política de género, una legislación y un nuevo orden moral caracterizado por un fuerte intervencionismo del Estado y de los poderes públicos en los privado, en las relaciones personales y en las formas de familia; hasta tal punto de que lo privado iba a ser más que nunca político. Político en el sentido de que tanto el Estado, como la Falange y la Iglesia católica como instrumento ideológico del mismo se iban a arrogar el derecho a intervenir, a controlar y a regular tanto lo público como lo privado; así como a imponer unas formas de feminidad y de masculinidad que llegarían a ser no sólo hegemónicas sino únicas. Los modelos socioculturales que se iban a convertir en normativos para el régimen franquista significarían la radicalización hasta extremos esperpénticos de unas relaciones de género fuertemente patriarcales y del modelo tradicional de mujer doméstica, así como el retorno radical de las mujeres a la esfera privada. Retorno que sería potenciado desde la legislación, desde la educación y desde la Sección Femenina del Movimiento, eliminando radicalmente todas las transformaciones que, tanto a nivel político y jurídico como cultural e ideológico se habían producido durante la II República. El nuevo Estado

franquista iba a desarrollar una política claramente

intervencionista desde esta perspectiva, reforzada por la Iglesia. A ello se añadía la necesidad de utilizar a las mujeres como figuras fundamentales dentro de la estructura familiar patriarcal en su función de transmisoras de los valores tradicionales y conservadores necesarios para la estabilidad del régimen; y para ello, era necesario que las mujeres asumieran e interiorizaran una posición no sólo desigual, sino subordinada, respecto a los varones, tanto en público como en lo privado, y se dedicasen exclusivamente a su deber doméstico de esposas y madres. Para lograr estos objetivos, el nuevo régimen inició ya en 1936 en la zona “nacional” una actuación política y normativa destinada a derogar todas las prácticas y leyes republicanas o anteriores, contrarias a “las esencias tradicionales”, de tal manera que ya desde los primeros momentos se restableció el Código Civil de 1889, inspirado fundamentalmente en el Derecho Canónico y en el Código Napoleónico, y esto significaba que las mujeres volvían a ser sujetos jurídicos de segunda clase equiparadas a los menores de edad.

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Complementariamente, la subordinación de la mujer respecto al “cabeza de familia” se institucionalizó también -y sobre todo- a nivel económico con la prohibición legal de las mujeres casadas de realizar un trabajo remunerado, tal como se recogía ya en el Fuero del Trabajo de 1938, en el que se afirmaba: “Liberamos a la mujer casada del trabajo en el taller y la fábrica”. De esta manera, el trabajo remunerado se naturalizó por el nuevo Estado como monopolio masculino, y las mujeres fueron reducidas oficialmente al trabajo doméstico. A la altura de 1939, la imagen de un Franco victorioso bajo palio con las mujeres inclinándose a su paso constituiría todo un símbolo, que sintetizaba y simbolizaba en sí mismo el conjunto de modelos socioculturales, de género, éticos y estéticos que se iban a convertir en hegemónicos en España a partir de esa fecha. Evidentemente, los tres años de la guerra civil no se saldaron sin dejar una terrible huella de destrucción humana y material. Pero más importante que las pérdidas materiales y la situación de escasez y de hambre que hubo que suportar el pueblo español fueron las heridas morales, debidas a las represiones habidas en ambos bandos y a las que, terminada la guerra, llevó a cabo el sistema franquista. Muertes, cárceles, depuraciones, marginación y desarraigo fueron heridas que tardarían muchos años en cicatrizar. En definitiva, durante la dictadura franquista se desarrolló una legislación que excluía a las mujeres de la gran mayoría de actividades para mantenerlas en los roles tradicionales, que poco o nada tenían que ver con las tendencias que se estaban manifestando en Europa. Prácticamente durante toda la dictadura el conjunto de la población careció de libertades y derechos individuales y políticos característicos de una democracia, pero peor aconteció el panorama para las mujeres, que estuvieron mucho más relegadas que el resto de la población. Durante la dictadura se aplicará un discurso de reclusión de la mujer en el hogar. Las mujeres estarán supeditadas a los padres y después a sus maridos, y como hemos mencionado anteriormente, se alejan del trabajo extradoméstico y de los foros de vida

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pública que tenían antes. Y especto al ámbito sexual, se volverá a reprimir cualquier señal de libertad en el cuerpo, eliminando el aborto y el divorcio. 3.3. Estado de la cuestión. Aciertos y lagunas. Estudio sobre la inmigración femenina. 3.3.1. “A propósito de inmigración”. El tema que nos interesa, las migraciones de mujeres de la sierra de Cádiz a otros países, el libro, “a propósito de inmigración” 8, prácticamente no lo menciona. Aunque si podemos sacar algunas cosas interesantes de este libro, como por ejemplo que la migración es un fenómeno exclusivamente sociológico, resultante de la interacción social y no consecuencia de circunstancias naturales determinantes. Podemos decir que la migración es un fenómeno social resultante de la interacción entre seres humanos. Es importante destacar las relaciones existentes entre las personas que emigran, las que permanecen en el país de emigración y las que residen en el país receptor, y sobre cómo estas relaciones convierten un movimiento físico en un fenómeno social.

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Es común entre inmigrantes sufrir calladamente la profunda tristeza que provoca sentirse expulsado del propio país y extraño en él posteriormente, eximirlo de las culpas de la emigración, en un intento de preservar la propia dignidad personal, asociada para el nacional del país receptor a la nacionalidad del inmigrante y al motivo de su estancia, y subrayar el papel que las actitudes y la política nacional receptoras juegan en la situación de precariedad sufrida10. 3.3.2. Las tres etapas de León y Rebeca Grinberg

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TROYANO PÉREZ, J.F.: A Propósito de inmigración.

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Veremos a través de las entrevistas realizadas como se han llevado a cabo estas relaciones.

Veremos en las cuatro entrevistas realizadas cómo se sintieron ellas, aunque debemos aclarar que ninguna de las entrevistadas llegó a sentirse expulsadas de España. 10

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A continuación vamos a plasmar las tres etapas que León y Rebeca Grinberg 11 han observado en el proceso migratorio: -

En la primera de ella priman el dolor por lo abandonado, el temor hacia lo

nuevo, la ansiedad, la soledad y el desamparo, que pueden conducir bien a un estado maníaco de rechazo de lo nuevo y sobrevaloración de lo anterior o bien a un desprecio de lo antiguo y una sobrevaloración de lo nuevo. -

En la segunda etapa aparecen la nostalgia y la pena por lo anterior, al tiempo que

la interacción con el nuevo mundo se hace más fluida. -

En la última etapa el pasado y el futuro se diferencian y las acciones del

migrante se orientan en conocimiento de esta diferencia. Del libro “El movimiento feminista en España en los años 70” 12 Hemos llegado a la conclusión de que la excedencia forzosa por matrimonio para las mujeres se derogó legalmente por la Ley 56/1961de Derechos Políticos, Profesionales y de Trabajo de la Mujer, aunque en 1975 aún dos de cada tres trabajadoras abandonaban definitivamente el empleo al casarse (incentivadas por la dote, que venía a ser una mensualidad de salario) y 4 de cada 5 lo hacían al tener el primer hijo. Por lo tanto había muy pocas madres trabajadoras, pero las que trabajaban fuer del ámbito del hogar tenían la dificultad de realizar el trabajo remunerado y el de cuidar a los hijos/as, conllevando esto a que se vean obligados a “abandonar” a sus hijos/as en las guarderías. La Tasa de Actividad Femenina en el año 1950 era en España del 15,5%, o sea, la mitad que en Europa (35,1% en Alemania, 33,6% en Dinamarca, 35,9% en Francia, 30,7% en el Reino Unido), y tras mantenerse sensiblemente constante hasta finales de los años 60, inició a partir de 1970 un fuerte despegue, favorecido por el crecimiento de la actividad económica y del nivel de estudios de las mujeres. GRINBERG, L. y R., Identidad y cambio, Ed. Kargieman, Buenos Aires, 1971; Paidós-ibérica, Barcelona, 1980. 11

Nos interesa de este libro el contexto económico y laboral en los años 1975 a 1982, donde vemos que el Fuero del Trabajo de 1938, que establecía el objetivo de que el sindicato único, vertical (de empresarios y trabajadores juntos) y obligatorio, así como en su declaración IV, que señalaba que el Estado liberará a la mujer casada de la fábrica y el taller, fue debilitándose a lo largo de los cuarenta años de dictadura. MARTÍNEZ TEN, C. (2009): El movimiento feminista en España en los años 70. Madrid. 12

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3.3.3. Aportaciones de María Ángeles Durán. María Ángeles Duran13 nos dice en su libro “El trabajo de la mujer en España, un estudio sociológico”, que la irrupción masiva de las mujeres en las actividades económicas extrafamiliares es uno de los hechos de nuestros días que no acierta a explicar, en términos teóricos, ninguna de las sociologías generales vigentes. Poco a poco la mujer se va incorporando al mundo laboral. Por ejemplo, en países como Holanda, Irlanda o Noruega, en la década de los sesenta del siglo pasado, oscilaba entre el 5 y el 10% el número de mujeres de mediana edad, casadas y con marido presente, que realizaban, de forma habitual, actividades laborales extrafamiliares. Respecto al trabajo femenino, los estructural-funcionalistas suelen admitir que el empleo de la mujer disminuye su dependencia respecto a su marido y respecto a la familia de su marido y aumenta su poder de compromiso dentro de la unidad conyugal. El resultado que nos señala Goode se refleja en un alejamiento de la familia nuclear respecto al patrilinaje, y un reforzamiento de los lazos con la familia de orientación de la esposa. El empleo femenino es visto como un factor que en teoría puede romper el equilibrio en el sistema parental, pero en cambio, las investigaciones señalan que lo más importante no es el empleo en sí, sino las relaciones entre los esposos y sus hijos en relación al sistema sociocultural en general. En España la incorporación de la mujer a la población activa ha sido mucho más débil que en los países del este y algo más débil que en el resto de Europa. La distribución de la mano de obra femenina en los tres grandes sectores de producción: industria, agricultura y servicios, vería mucho de un país a otro y de una región a otra. Según María Ángeles Duran la participación global de la mujer española en las actividades productivas ha sufrido muy pocos cambios. Sólo una minoría de las mujeres que trabajan lo hace por cuenta ajena, debido a que la mayoría están incluidas en el ambiguo status de trabajadoras familiares, que no coincide con el trabajo por cuenta ajena ni autónomo.

DURAN, M.A. (1972): El trabajo de la mujer en España - un estudio sociológico (Madrid). Tecnos. 13

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Las mujeres suelen trabajar a la edad de unos 20 años. Hay que tener en cuenta que en todos los países desarrollados trabajan más de la mitad de las mujeres con esa edad. El número de trabajadoras desciende bruscamente a partir de los 25 años, y este abandono sigue progresivamente hasta los 35 años, en que se estabiliza. A partir de los 35 años, coincidiendo con la terminación de la época de gestación y crianza para la mayoría de las mujeres, los porcentajes de actividad vuelven a aumentar, aunque en ningún caso superan el 50%. Uno de los problemas principales que tuvieron las mujeres al incorporarse al mundo laboral es que muchos sectores de población, sobre todo en el nivel social más bajo, considera el trabajo de la mujer fuera de casa como una situación desagradable y concede prestigio al abandono del trabajo fuera del hogar, sobre todo si se trata de mujeres casadas, recogido muy expresivamente en la frase oída repetidas veces por el marido: “mi mujer no necesita trabajar fuera de casa”. Uno de los motivos por lo que muchas mujeres tuvieron que emigran al extranjero para buscar trabajo es que España atravesaba por esa época un bajo nivel económico y un gran déficit permanente de puestos de trabajo, con la secuela tradicional de una fuerte presión migratoria y la acumulación de obstáculos que en su búsqueda de trabajo ve ante sí el trabajador marginal en potencia que es la mujer. En España la edad en que más trabajan las mujeres es de 20 años, pero con una intensidad mucho mayor que en Europa. Siendo importante destacar que la emigración de población femenina tiene lugar sobre todo en los grupos de edad de 25 a 35 años. La población activa femenina viene aumentando desde 1950, disminuyendo la dedicación al hogar entre las menores de 15 años. Una mujer ya no se siente imprescindible todo el día en su casa. Este progresivo aumento de tiempo para reflexionar hace que se pregunte si no será más útil a su familia ganando dinero que dedicándose a hacer labores o cocinando platos más elaborados. Por lo tanto, debido a este motivo, muchas mujeres prefieren buscar un nuevo empleo para ayudar mejor a su familia. Cuando los ingresos familiares son insuficientes, los ingresos que pueda aportar la mujer serán altísimos, por lo que el ama de casa disminuye los servicios que presta en su propio hogar para prestarlos fuera. A lo que se refiere al trabajo agrícola realizado por

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las mujeres, simplemente diremos que la mayoría de las agricultoras trabajan como ayuda familiar y por lo tanto carecen de salario. La población activa española se ha dividido en dos: los que trabajan en España y los que trabajan fuera de España, haciéndose esta división más profunda desde el año 1960 para los grupos a los que la sociedad española coloca en una posición más contradictoria, más insostenible, siendo éstos los jóvenes y, sobre todo, las mujeres, pero el sistema se defiende del reconocimiento de sus propias contradicciones negándolas o desconociéndolas. Toda la población española que trabaja está afectada por la emigración en proporción que supera a las cifras de emigración asistida: la emigración de varones ha desplazado al 12% de la población activa fuera de España, y esta proporción es mucho mayor, sobre el 35%, en la mano de obra femenina. 14 La emigración de los hombres está reflejada por los datos del Instituto Español de Emigración, pero la emigración femenina, al tener un carácter semifamiliar y semivergonzante, la mantiene ajena a los ciudadanos y a los registros del Instituto Español de Emigración. Aunque muy probablemente un tercio de las mujeres españolas que trabajan lo hacen en los oficios de menos cualificación de Europa Occidental, porque su papel es casi silenciado en los informes y estudios sobre emigrantes.

3.3.4. Aportaciones de A.Rengifo. A. Rengifo nos dice que desde la Ley de Emigración de 1962 se conceptúa emigración a todo desplazamiento de ciudadanos españoles para trabajar en el extranjero, en cualquier situación de empleo en el exterior y en cualquier período temporal. Según el Instituto Español de Emigración el saldo migratorio ha sido de casi medio millón de personas para el período de 1959-1964. En el año 1968 los menores de 15 años y los mayores de 65 no llegan al 1% de los emigrantes a Europa. En los varones la emigración se reparte entre los 20 y 40 años. En cambio, en las mujeres la cifra es de 15 a 29 años. Muchas mujeres para poder trabajar han tenido que marcharse de España, como veremos en las entrevistas realizadas. 14

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Es importante destacar el libro “La emigración exterior de España” 15, donde se recogen las estimaciones privadas junto a las oficiales; recoge las estimaciones de Triviño.16 García Fernández estima que entre 1959 y 1962, han salido de España unas 600.000 personas, de las cuales 226.943 emigraron a Francia, estando el resto repartido entre Francia, con 141.261, Alemania, con 111.056, Suiza, con 44.010, Bélgica, con 38.000. Gran Bretaña, con 25.000, Holanda, con 6.000 y Austria con 1000. 17 A pesar de todo, la adaptación de las mujeres fue buena. Kade y Schiller nos dice que nada indica que las mujeres que emigran, que tienen una instrucción media superior a la de los varones y muy superior a la de las mujeres del grupo equivalente a Andalucía, se encuentren con dificultades o frustraciones especiales de un país extranjero. Al contrario, parece que para ellas la emigración está considerada como una posibilidad de emancipación y una oportunidad de obtener cierta independencia y que para ellas los factores de atracción son más fuertes, en comparación con los de repulsión, que para los hombres. En la década de los 60 ya no se emigraba a América, sino que se emigraba a Europa casi de forma individual y en busca de trabajo. Durante los años 20-40 del siglo pasado fueron casi exclusivamente los hombres lo que emigraron, pero a partir de los 40 la población activa femenina empieza a reducir diferencias considerablemente. Debemos tener en cuenta que los movimientos de población han sido una constante en la historia de la humanidad, pero las causas de las migraciones, características y consecuencias han sido diversas, generando cada época diferentes tipos de migraciones. Extraído de GARCÍA FERNÁNDEZ, J. (1965): “La emigración exterior de España”. Barcelona, Ed. Ariel. 15

Calcula la emigración real en unas 100.000 personas anuales sobre la cifra de emigración asistida, y con cuya estimación, a pesar de las reservas de García Fernández, estamos bastante de acuerdo. 16

Como veremos posteriormente, de las cuatro mujeres que hemos entrevistado tres de ellas emigraron a Suiza, concretamente a Zurich, y una de ellas a Frankfurt (Alemania). Parece ser que por el entorno rural de la sierra de Cádiz existía la tendencia de emigrar a Zurich. A través de las entrevistas hemos podido averiguar que había en esa ciudad 250 personas trabajando de Setenil, pero que mucha gente de pueblos colindantes de Setenil, como por ejemplo Alcalá del Valle, Olvera o Arriate también tenía la tendencia de emigrar a Zurich. 17

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Según la definición que ofrece la UNESCO 18: sobre las migraciones debemos decir que esta definición está bien pero no está completa porque no especifica la delimitación geográfica a traspasar para que el desplazamiento sea considerado migración y tampoco especifica la duración del desplazamiento, ya que todos los desplazamientos no son considerados migraciones. Veremos a continuación como Jackson, en 1986, aclara este término, diciendo que para que un traslado pueda considerarse una migración deben trascurrir tres circunstancias relativas: -

Espacial: es aquella en el que el movimiento debe producirse entre dos

delimitaciones geográficas significativas: municipios, provincias, regiones o países. -

Temporal: el desplazamiento ha de ser duradero, no esporádico.

-

Social: el traslado debe suponer un cambio significativo de entorno, tanto físico

como social. Podemos afirmar que la migración se inicia con el abandono del lugar de origen por un período de tiempo prolongado o indefinido. Por lo tanto, una vez aclarado el término migración podemos afirmar que serán considerados migraciones los movimientos que supongan para el sujeto un cambio de entorno político-administrativo, social y/o cultural relativamente duradero. Llegado a este punto podemos afirmar que no son considerados migraciones los desplazamientos turísticos o viajes de negocios. Si la migración es definitiva acaba aquí, pero si se produce un retorno, como los casos que veremos, se inicia una nueva fase migratoria que acaba con el retorno del antiguo inmigrante a su lugar de origen, ya considerado como retornado 19. El abandono masivo de población puede producir un alivio de la presión poblacional. También un envejecimiento de la población porque quienes emigran suelen ser gente joven. En cambio, en los casos que vamos a tratar, las personas emigrantes en zonas rurales hacen que se produzca un problema de despoblación rural. Como hemos Son los desplazamientos de población de una delimitación geográfica a otra por un espacio de tiempo considerable o indefinido. 18

El proceso migratorio abarca tres procesos diferenciables: la emigración, la inmigración y el retorno. A lo largo del trabajo veremos como las mujeres entrevistadas han desarrollado estos tres procesos. 19

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dicho anteriormente, y como veremos detalladamente en las entrevistas, en los años 60, 70 e incluso 80 del siglo pasado había, sólo en Zurich, 250 personas de Setenil. En cambio, en la comunidad receptora las repercusiones son las contrarias a las vistas anteriormente20. El número de personas que emigran no ha dejado de aumentar, pasando de 76 millones de personas que residían en un país diferente al de su nacimiento en el año 1965 a 125 millones en el año 1995. Los países en vías de desarrollos son los que reciben a un mayor número de emigrantes, debido, sobre todo, al fuerte control y restricción de afluencias migratorias que están desarrollando los países más poderosos de Occidente. Como veremos, las mujeres entrevistadas emigraron a Alemania y a Suiza 3.3.5. Cristina Blanco: Causas de las migraciones, A continuación vamos a analizar las causas de las migraciones según Cristina Blanco y posteriormente las compararemos con las causas que llevaron a las cuatro mujeres que hemos entrevistado a tomar la decisión de emigrar. Según Cristina Blanco21, la primera y principal causa es de índole económica. Evidentemente esta es una causa relevante y de peso, pero en nuestro caso particular, como veremos, no todas las mujeres que emigraron lo hicieron, en primer lugar, porque estaban pasando fuertes necesidades económicas. Los movimientos migratorios se produjeron desde donde hay un exceso de mano de obra hacia donde se produce falta de mano de obra. Pero los trabajadores y trabajadoras extranjeros se situarán en el estrato más bajo del escalafón sociolaboral debido sobre todo a la baja cualificación, el carácter de transitorialidad, la legislación Como veremos en las entrevistas realizadas a las mujeres, éstas se tuvieron que asentar en una sociedad diferenciada de la suya en muchos sentidos, como por ejemplo en el aspecto cultural, económico, legal, de raza, económico…, suponiendo todo esto un importante esfuerzo de resocialización, pero no dejando de existir grandes diferencias con la población autóctona. Pero a pesar de tan grandes diferencias se adaptaron de forma muy rápida y posita en su nuevo destino. Más adelante veremos las cusas de esa buena adaptación. 20

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BLANCO, C. (2000). “Las migraciones contemporáneas”. Madrid. Ed. Alianza.

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inmigratoria del país receptor y debido también a las prácticas discriminatorias asociadas al prejuicio. Compartimos con Cristina Blanco que en el entorno rural de la sierra de Cádiz existía una gran carencia de trabajo, siendo éste uno de los principales motivos por el que muchas mujeres decidieron emigrar. También compartimos que las trabajadoras emigrantes se dedicaron a trabajos de escasa cualificación profesional, pero debemos matizar que ninguna de ellas se ha sentido discriminada en el ámbito laboral. Todas coinciden en que han sido tratadas exactamente igual que todas las compañeras, sin importar el lugar de procedencia. Uno de los mayores problemas es el de la integración social. Este proceso suele presentar conflictos en lo que nos referimos a la situación sociolaboral de los inmigrantes cuando éstos llegan a la nueva comunidad en calidad de trabajadores o trabajadoras, la situación cultural y en el aspecto identitario. El mayor problema radica cuando los nativos y los inmigrantes pertenecen a grupos étnicos diferentes. Como ya hemos mencionado anteriormente, hasta principios del siglo XX muchas personas europeas emigraban a América, pero la gran depresión iniciada en el año 1929, conocida comúnmente como el “Crack del 29”, hizo que el número de empleados aumentara considerablemente, por eso la inmigración dejó de ser factible. Evidentemente, debido a este problema se deja de emigrar a América, y pocos años más tarde aparecen en algunos países de Europa las primeras manifestaciones de escasez de mano de obra, teniendo lugar el desplazamiento de trabajadoras y trabajadores dentro de las fronteras de Europa, siendo Francia, Alemania, Suiza y Bélgica los primeros países que empezaron a necesitar mano de obra, y ésta llego de países como España, Italia, la por entonces Yugoslavia, Grecia, Turquía, Túnez o Marruecos, iniciándose un ciclo que se extiende hasta la actualidad. Tras la Segunda Guerra Mundial los países europeos necesitan mano de obra para su reconstrucción. Durante los años 50 y 60 del siglo XX las sociedades europeas dieron la bienvenida a las trabajadoras y trabajadores extranjeros, pero preferentemente a los europeos/as.

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Francia o Alemania se beneficiaron mucho con el renacer de la industria. En el año 1950 cinco millones de trabajadoras y trabajadores extranjeros residían en los 14 países que han compuesto la Unión Europea antes del 2004. De todos ellos un tercio vivía en Francia, medio millón en Alemania y el resto en los demás países. A mediados del siglo pasado incorporar a la mujer al trabajo resultaba costoso y, por si fuera poco, iba en contra de la concepción patriarcal de la familia en la sociedad alemana de la época. Los permisos de residencia y de trabajo tenían un año de duración y se vinculaban a un empleo y una región determinados. Los alemanes esperaban que los inmigrantes ocupasen los puestos de trabajo que ellos no querían y procuraban que ahorrasen pronto lo suficiente para que retornaran a sus respectivos países. A finales de los años 60 del siglo XX los gobiernos de los países receptores de inmigrantes empezaron a detectar problemas laborales y de alojamiento entre los inmigrantes, al tiempo que la economía comenzaba a moderar su marcha. También comenzaron a realizar una política de protección de los trabajadores nacionales dándoles prioridad a la hora de buscar trabajo, mientras que a los inmigrantes sólo se les concedía el permiso si el empleo al que optaban no era demandado por ningún alemán o alemana. Pero esto no fue algo aislado en Alemania, sino que a principios de los años 60 del siglo pasado la mayoría de los países europeos endurecieron las condiciones de entrada a los inmigrantes, en parte por el impacto recesivo de la crisis del petróleo y en parte por el descenso en la demanda de mano de obra. En 1970 los principales países receptores de inmigrantes eran Alemania, Francia, Suecia, Bélgica, Suiza y Austria, que recibían trabajadores y trabajadoras de Italia (820.000), Turquía (770.000), Yugoslavia (540.000), Argelia (390.000) y España (320.000), además de Marruecos y Túnez. Con las nuevas leyes que acontecen, como por ejemplo la Lay de Inmigración de 1971, países como Alemania, Francia o Gran Bretaña empezaron de nuevo a levantar barreras a la inmigración. En Alemania y Francia se redujo considerablemente el número de inmigrantes, ya que en 1980 había en Alemania 2.100.000 trabajadores extranjeros, y en Francia

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había 1.500.000. Pero en otros países como Holanda, Bélgica o Luxemburgo los inmigrantes siguen llegando, eso si, ocupando los trabajos peores pagados en la construcción, agricultura o servicios. Durante la década de los 80 del siglo pasado se amplían los derechos de las trabajadoras y trabajadores inmigrantes, como por ejemplo el derecho al voto local y a la reagrupación familiar. Los países más liberales fueron Suecia, Holanda y Bélgica, y en menor medida Francia. En algunos países como Suecia u Holanda los gobiernos proveyeron fondos para el asociacionismo inmigrante, facilitaron el aprendizaje de su lengua materna, promovieron la igualdad de oportunidades en el mercado de trabajo y permitieron a los inmigrantes votar en las elecciones locales. A estas nuevas mejoras para los inmigrantes pronto se sumaron países importantes como Francia y Alemania. Se empiezan a tomar mediadas en muchos países para que retornen los inmigrantes a sus lugares de origen. Por ejemplo, Alemania limitaba las futuras llegadas de inmigrantes y pretendía realizar una política de retorno a través de incentivos financieros, pero las duras condiciones de vida en sus países de origen, junto a la política de reagrupación familiar, hicieron que este sistema tuviera poco éxito. Por otro lado, la duración de la estancia de los inmigrantes comenzó a incrementarse, ya que en el año 1988 más del 45% de los trabajadores y trabajadoras extranjeros que residían en el país llevaban más de 15 años de residencia. En lugar de llegar hombres jóvenes solteros llegaban familias enteras. Menos Gran Bretaña, la mayoría de los países europeos liberaban poco a poco sus leyes de nacionalización. Hasta finales de los 80 los países que más facilitaban la concesión de la ciudadanía eran Francia, Suecia y Gran Bretaña, en cuento a requisitos formales: era automática u opcional para los niños y niñas nacidos en el país, el tiempo de residencia máximo es de 5 años, condiciones mínimas de buena conducta y su solicitud es un procedimiento simple. En cambio, Holanda y Bélgica han complicado sus procedimientos, se han vuelto más exigentes a la hora de comprobar la voluntad de integración del inmigrante

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Hasta hace pocos años España era un país de emigración, pero desde 1975, sin embargo, el volumen de emigrantes comenzó a descender hasta niveles poco notables: en el año 2001 sólo 744 españoles emigraron, principalmente a Europa, mientras se incrementaba la cifra de retornados: 47.788 en el 2001, según el Anuario de Migraciones del 2002. En el año 1970 dos millones de españoles vivían fuera de España y en 1980 1.800.000. 3.3.6. La triple discriminación de las mujeres inmigrantes. Veremos a continuación cómo las mujeres inmigrantes sufren una triple discriminación22 en base a las dimensiones de la clase social, el género y la etnia. Se produce un aumento en la participación femenina en el mercado de trabajo, aumentando de este modo el número de hogares en que el padre y la madre trabajan a tiempo completo para poder obtener una mejor recaudación económica. Las mujeres representan el 50% de la población adulta y un tercio de la fuerza de trabajo oficial, realizan casi dos terceras partes del total de las horas de trabajo, reciben sólo una décima parte del ingreso mundial y poseen menos del 1% de la propiedad mundial (PNUD, 1995). Esto demuestra una gran expresión de las desigualdades de género que atraviesan a todas y cada una de las sociedades. La Nueva Economía de la Familia (NEF), integrada en el paradigma neoclásico, supone un importante avance teórico al colocar en un mismo plano conceptual el trabajo asalariado y el trabajo doméstico. En los países industrializados las mujeres disponen de electrodomésticos que hacen más llevaderas las labores pesadas y al mismo tiempo disminuyen el tiempo necesario para su realización, mientras que en los países en desarrollo, el trabajo reproductivo tiene lugar bajo unas condiciones materiales de gran dureza, debido al elevado número de hijos y a la falta de servicios, equipamiento e infraestructura. Veremos en las entrevistas realizadas a las mujeres emigradas como han vivido ese cambio, en el sentido de que en su lugar de origen, ámbito rural, apenas había electrodomésticos y en su lugar de destino si los había.

Extraído de PARELLA RUBIO, S. (2003). “Mujer, inmigrante y trabajadora: la triple discriminación”. Barcelona. 22

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Tanto en la globalización de la economía como en los periodos de crisis y el deterioro de las condiciones económicas obligan a los miembros de la familia a buscar nuevas rentas para poder atender las necesidades de la familia; produciéndose de este modo un rápido acceso de las mujeres a los trabajos remunerados, en condiciones de precariedad extrema y marcado por la elevada carga de trabajo reproductivo que deben soportar. Por estos motivos es cada vez más habitual ver a las mujeres trabajando en el campo, en la artesanía, en la construcción, en los servicios (sobre todo en el servicio domésticos y en los personales), en sectores marginales o ilegales como la prostitución y en las pequeñas industrias tradicionales y las industrias modernas vinculadas al capital internacional, que encuentran en la mujer campesina la fuerza de trabajo más barato. Pero en realidad se perciben ciertas regularidades en las actividades remuneradas que llevan a cabo las mujeres, tanto si trabajan en la agricultura, en la industria o en los servicios, las mujeres trabajadoras están excesivamente representadas en el sector paralelo o no estructurado, donde se da una menor estabilidad laborar, los salarios son inferiores y las condiciones de trabajo son duras y difíciles, convirtiéndose en fáciles objetivos para la explotación. En las sociedades más industrializadas la integración laboral de las mujeres ha incrementado, coincidiendo con la etapa postindustrial de creación de empleo en el sector servicios, aunque aún existen muchas diferencias entre países, en las que sin duda inciden factores de tipo sociocultural. Las mujeres trabajadoras, además de ocupar los estratos más bajos de la estructura ocupacional y de recibir los salarios más bajos, prolongan con su actividad sus habilidades como madres, esposas y cuidadoras. La distribución ocupacional de las mujeres ha ido variando a lo largo del siglo XX debido a que ha descendido la categoría de “servicio doméstico”, así como el empleo de las mujeres en la industria textil y de la confección. Pero no sólo se asiste a un proceso de segregación horizontal, sino que las mujeres también se concentran en los eslabones más bajos de la escala profesional, en los puestos de trabajo que implican menor poder de decisión y de responsabilidad (segregación ocupacional vertical). En lo que concierne a la discriminación salarial se puede afirmar rotundamente que las mujeres no reciben los mismos salarios que los hombres. Esto se debe sobre todo a la segregación horizontal, es decir, al hecho de que no ocupan los mismos

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empleos, pero qué duda cabe que también interviene en buena medida la feminización de la flexibilización del mercado de trabajo (temporalidad, jornada a tiempo parcial), así como la construcción sexuada de las categorías profesionales. Veremos en las entrevistas realizadas como las cuatro entrevistadas afirman que ganaban menos dinero que sus respectivos maridos. El empleo a tiempo parcial ha crecido sustancialmente, sobre todo en los países del norte y del centro de Europa. La jornada a tiempo parcial se presenta como estrategia de conciliación entre trabajo remunerado y responsabilidades familiares de las mujeres, lo que significa asumir el modelo de “cabeza de familia masculino”. Sacando una conclusión de este apartado podemos decir que las mujeres de las sociedades occidentales son discriminadas en le mercado de trabajo en base a la asunción patriarcal que considera que el rol natural de la mujer está en la esfera reproductiva; siendo menos productiva que un hombre en determinados trabajos remunerados. La concentración primordial de la mujer en el área de la reproducción la convierte en trabajadora secundaria en el área de la producción social. En muchas ocasiones se da por hecho que los inmigrantes son, en su mayoría, hombres, y que las mujeres que emigran son muy pocas y, además, las que lo hacen “siguen” a los hombres como parte de la unidad familiar, bien en calidad de esposas, de madres o de hijas, por lo que el potencial impacto de la migración femenina se considera insignificante. Como veremos mas adelante, en las entrevistas realizadas, la iniciativa o el paso decisivo para marcharse al extranjero lo da el hombre, pero ellas acceden voluntariamente y con muchas ganas. Pero hay que tener en cuenta que las mujeres no son sólo un complemento de las migraciones masculinas, sino también agentes autónomo de los flujos migratorios transnacionales. 3.3.7. La migración económica.

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La migración económica23 puede ser considerada como el mecanismo que permite equilibrar las desigualdades sociales y económicas, a través de la redistribución de trabajadores y trabajadoras desde lugares de baja productividad hacia lugares de alta productividad. La decisión de emigrar es el resultado de comparar racionalmente los costes y beneficios de permanecer en el lugar de origen o de desplazarse hacia otros destinos: diferencias salariales, posibilidad de mejorar de ocupación o de encontrar empleo, distancia conste de desplazamiento, diferencias lingüísticas, culturales, étnicas… El principal objetivo es conseguir un mejor puesto de trabajo en el lugar de destino. La teoría neoclásica considera que tanto los hombres como las mujeres son individuos racionales y homogéneos en sus apetencias y en sus circunstancias, que emigran por las mismas causas: obtener unos ingresos económicos más elevados. Mientras que los hombres emigran por causas eminentemente económicas, las mujeres lo hacen por razones puramente sociales 24. Tras las razones que conducen a las mujeres a emigrar, subyace una realidad inesperable de lo económico y productivo. La “teoría marxista de la cumulación capitalista”, nos dice que el origen de las migraciones hacia Europa occidental en la posguerra se encuentra en los procesos de acumulación de capital y de desarrollo desigual, ambos interrelacionados, generadores de reservas de fuerza de trabajo. Los autores que presentan planteamientos sociológicos piensan que las migraciones no son meramente un fenómeno de naturaleza económica, argumentando que la emigración es un fenómeno eminentemente social y que son las propias redes

Roger Böhning jefe del servicio de Migraciones de la OIT (Organización Internacional de Trabajo). En 1983 realiza una definición general de la migración económica en base del concepto de movilidad en sentido abstracto (desplazamiento, trasferencia, cambio de localidad, circulación), refiriéndose al hecho de que toda migración económica implica un cambio en el trabajo como factor de producción desde el lugar de origen hasta el de destino. Por consiguiente, la migración económica internacional puede definirse como la circulación de recursos humanos. 23

Coincidimos con esta afirmación porque como veremos a lo largo del análisis de las entrevistas, efectivamente, los hombres emigraron por motivos económicos y las mujeres lo hicieron con el propósito de alcanzar otros objetivos. 24

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creadas por el movimiento migratorio las que permiten explicar el carácter perdurable de los flujos migratorios. Podemos definir las redes migratorias como los lazos interpersonales que conectan inmigrantes y no inmigrantes tanto en las áreas de origen como en las de destino base a la amistad y al hecho de compartir la misma comunidad de origen. Estas redes hacen que se reduzca el costo y los riesgos del desplazamiento de los inmigrantes potenciales, incrementando el interés a emigrar, y construye una forma de capital social que los inmigrantes pueden utilizar para acceder al empleo en las sociedades de destino y para facilitar la subsistencia de los que permanecen en las sociedades de origen. Estos planteamientos permiten explicar la persistencia de los flujos migratorios a pesar de las situaciones de crisis económica, dado que las redes crean sus propias demandas de inmigrantes, independientemente de la coyuntura. Incluso cuando las fuerzas iniciales movilizadoras desaparecen, las redes sociales posibilitan a los flujos migratorios adaptarse a los cambios económicos y a las condiciones legislativas y/o generar nuevas oportunidades para los inmigrantes. Haciendo referencia al análisis del papel de las mujeres en los flujos migratorios, los estudios de Saskia Sassen (1983,1994) señalan el reclutamiento masivo de mujeres jóvenes para trabajar en las nuevas zonas industriales de los países periféricos como factor explicativo de los movimientos migratorios femeninos. El impacto de los procesos de industrialización no es en absoluto neutral con respecto al género. La fuerte demanda de trabajo en esta industria provoca un masivo desplazamiento de mujeres del campo hacia las grandes ciudades, con el consiguiente desarraigo de sus formas tradicionales de existencia y el desmoronamiento de las economías domésticas que se basan en el trabajo no remunerado de las mujeres. La migración femenina se explica a partir de la posición de las mujeres como grupo social en relación al acceso a los medios de producción y a su posición en el sistema capitalista internacional. Como hemos podido observar, el capitalismo y el patriarcado constituyen sistemas interdependientes aunque no jerarquizados. Para el caso de las mujeres inmigrantes, el análisis de su posición como trabajadoras supone partir de la interacción de las desigualdades de clase, género y etnia.

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Las migraciones femeninas tienen unas causas y consecuencias diferentes a las de los varones, puesto que la mujer juega un papel social y económico distinto tanto en la familia como en la economía. Con este sentido, las denominadas teorías de la articulación incorporan las “redes migratorias” y el “grupo doméstico” en el análisis sobre las migraciones. Debido a estas variables intermedias se abren las puertas hacia una mayor visibilidad de la mujer como actora activa del proceso migratorio, desde una perspectiva de género, puesto que permite captar la diferente posición de los individuos en relación con las actividades de producción y reproducción. Las redes migratorias hacen posible que se puedan conectar migrantes y no migrantes a través del tiempo y del espacio y son muy importantes en el proceso migratorio, especialmente cuando los canales oficiales e institucionales de acceso al país de destino no existen o son muy rígidos. Pero la mayor parte de la literatura sobre redes migratorias nos dice que están protagonizadas por los hombres y que las mujeres inmigrantes simplemente les “siguen” de forma pasiva. Esta ausencia de la mujer en muchos de estos estudios es el resultado de ignorar de qué manera la propia división sexual del trabajo, tanto en la sociedad de origen como en la de destino, condiciona la formación de las redes. Sin lugar a dudas, al interpretar las redes migratorias desde una perspectiva de género se pone claramente de manifiesto que es un instrumento indispensable para comprender la decisión de emigrar de la mujer, así como sus pautas de incorporación laboral en la sociedad receptora. Las mujeres que emigran a otros países para trabajar como empleadas domésticas, son más propensas que los varones a formar parte de las cadenas migratorias; por cuanto siguen a sus hermanas o a otras mujeres de la familia que ya han emigrado anteriormente y utilizan las redes migratorias como principal fuente de información a la hora de buscar empleo en la sociedad receptora. Las migraciones femeninas tienen como principal objetivo hacer mejorar la renta familiar. A diferencia de las migraciones masculinas, el hecho de emigrar no elude la responsabilidad de las mujeres en el cuidado de los hijos, por lo que deben regresar al hogar con más frecuencia. Muchas veces es el hombre el que emigra primero y, después, cuando éste encuentra trabajo en la ciudad, se trasladan los hijos y las mujeres,

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como veremos en alguna de las entrevistas realizadas. Aunque debemos decir, aunque asombrado, que los cuatro maridos de las cuatro mujeres entrevistadas ayudaban en las tareas del hogar, como por ejemplo llevar a los niños/as al colegio en el caso de que su mujer se acostara tarde porque trabajaba en turno de noche, o que hacía la comida porque su mujer trabajaba por la mañana y él entraba por la tarde… Debido a los efectos de la globalización y a la crisis económica todos los miembros de la familia se verán obligados a incorporarse al trabajo remunerado para hacer frente a las necesidades familiares, contribuyendo, sin lugar a dudas, a modificar las constricciones culturales a la movilidad femenina. Haciendo referencia a las migraciones rural/urbana, que es el tema que mas nos interesa, Esther Boserup (1970) asegura que las desigualdades de género son todavía más acusadas en los modernos contextos urbanos que en las zonas tradicionales, especialmente en lo referente a las oportunidades laborales de las mujeres. Podemos llegar a la conclusión de que la migración constituye para muchas mujeres una estrategia para aliviar las deficiencias económicas de sus familias, en el contexto de sociedades atravesadas por profundas desigualdades de género, que son utilizadas por el capital internacional para abastecerse de fuerza de trabajo barata. Hay que tener muy en cuenta las migraciones rural-urbanas. Buena parte del crecimiento de población en las grandes ciudades se atribuye a la inmigración procedente de las zonas rurales, donde la pobreza, la falta de tierra y la pérdida de oportunidades laborales empujan a la población a abandonar el campo, como veremos en alguna de las entrevistas realizadas. Se constata claramente en todas las regiones un mayor predominio de los hombres en los movimientos migratorios individuales –no familiares-, que se explica por la presión cultural que reciben las mujeres para quedarse en el hogar., sin embargo, las mujeres tienen cada vez mayor protagonismo en las migraciones internas, aunque su movilidad varía según la zona geográfica. Las mujeres predominan en las migraciones rural-urbanas en Latinoamérica, Europa Occidental, América del Norte, Australia y Nueva Zelanda. En cambio, los patrones migratorios son eminentemente masculinos en regiones como África, Oriente Próximo y Asia

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meridional. Asimismo, en Asia oriental, en el sureste asiático y el la Europa del Este, las proporciones de hombres y mujeres en los desplazamientos prácticamente se igualan. Una de las claves más importante de la mayor feminización de los flujos se encuentra en la fuerte demanda de mujeres jóvenes para trabajar en las empresas multinacionales, como industria electrónica e industria industrial y de la confección, así como en los servicios poco cualificados, como comercio, servicio doméstico, prostitución… Saskia Sassen (1984) viene a decirnos que en los lugares donde predomina la producción industrial para la exportación, las mujeres que abandonan el campo se dirigen en menor proporción al sector servicios. Existe una relación sistemática entre la globalización del capitalismo y la feminización de la fuerza de trabajo. Los procesos de “deslocalización” crean empleo femenino mal remunerado y éste es potenciado y apoyado desde las propias políticas estatales, con la finalidad de atraer la inversión extranjera. La confluencia entre la demanda global de mujeres trabajadoras en industrias periféricas y el declive de las oportunidades económicas de las mujeres en las zonas rurales, provoca intensos flujos migratorios rurales-urbanos de mujeres jóvenes que buscan trabajo en la industria y que constituyen un “nuevo proletariado” a nivel mundial. El nuevo proletariado femenino forma una fuerza de trabajo flexible, disciplinada y barata. Los salarios son muy bajos y la retribución suele hacerse a destajo, en función de la producción. Las condiciones laborales de estas trabajadoras son sumamente desfavorables y precarias y, generalmente, carecen de la posibilidad de promoción, así como de organizarse a nivel sindical. Es común que o bien existan leyes laborales que las protejan, o que éstas no se cumplan, de manera que se enfrentan a prolongadas horas de trabajo y a deficientes condiciones de trabajo y de vivienda, con importantes riesgos para la salud. Puesto que se trata de actividades sumamente repetitivas, estas empresas optan por la rotación y la sustitución de las mujeres, lo que aumenta todavía más su desprotección. La mano de obra femenina resulta más barata que la masculina, aunque realicen la misma actividad, puesto que culturalmente se asume que el salario del hombre debe servir para mantener a la familia, a diferencia del

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de la mujer. Es así como el trabajo de la mujer se considera inferior al masculino, no tanto por la tarea en si misma, sino porque las trabajadoras arrastran la inferioridad de estatus al puesto de trabajo. La transnacionalización de la producción se aprovecha de la fragmentación por sexos de la fuerza laboral dentro de un país, lo que posibilita a las multinacionales operar con un coste mucho más reducido que el que tendrían que asumir en los países del centro. Los cambios que la industrialización introdujo en la naturaleza y en el significado del trabajo y como éstos afectaron de diferente manera a hombres y mujeres. El proceso de modernización puso en peligro la pervivencia del sistema patriarcal en algunos de sus aspectos básicos. Es sabido como la separación del hogar de los espacios para la producción mercantil: fábricas y talleres, constituyó un grabe conflicto para las mujeres, puesto que hacía incompatibles el trabajo doméstico y el trabajo asalariado. La extensión del nuevo concepto de trabajo como mercancía se constituiría en un elemento estructurador del sistema de género en las sociedades industriales, ya que convierte el trabajo de las mujeres, necesario para la reproducción social, en “no trabajo” frente al realizado por los hombres, es decir, en una actividad al margen de toda consideración económica. Un cambio importante que tuvo lugar es que se profesionalizó el cuidado de los hijos/as y las tareas domésticas según el modelo de las clases medias. La exclusión de las mujeres de buena parte de los trabajos remunerados, o al menos mejor remunerados, hizo imposible que éstas pudiesen sobrevivir con un “ganador de pan” a su lado. El primer problema a considerar cuando nos referimos a las mujeres como trabajadoras es que nos enfrentamos a una experiencia múltiple de trabajo que abarca tanto la actividad remunerada como la doméstica. 3.3.8. Aportaciones de Pilar Pascual. Pilar Pascual25 nos dice que la construcción ideológica que se ha tenido de la mujer se fue elaborando a partir de la consolidación de la hegemonía burguesa, eso que ha sido conceptualizado como “ideología de la domesticidad”, por medio de la cual, a la mujer se le considera “por naturaleza” (desde paradigmas esenciales) destinada a ser madre, esposa y cuidadora de “su hogar”, es decir, destinada, por “razón de sexo”, al trabajo doméstico. Extraído de PASCUAL DE SANJUAN, P., AGUADO, A. (VALENCIA). El trabajo femenino al servicio doméstico. 25

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Un hecho significativo que debemos tener en cuenta es que las mujeres que emigraron al extranjero no llegaron a tener muchas relaciones con la población del país de destino. Aunque es cierto que llegaron a adaptarse más o menos bien, asimilando en mayor o menos grado su cultura y su forma de vida, pero en realidad no llegaron a identificarse como una más de ese país porque solían relacionarse casi exclusivamente con españolas y españoles, manteniendo de este modo sus tradiciones y su cultura. Por lo tanto, llegó un momento que no se sentían bien ni en su lugar de destino ni en su lugar de origen, Setenil, o sea, España, porque la consideraban muy atrasada en todos los sentidos. Los países que tenían la capacidad de generar puestos de trabajo eran, mayoritariamente, Suiza, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica o Gran Bretaña. Estos países llegaron a pactar con los países del sur de Europa contratos de trabajo para cubrir de este modo sus necesidades laborales, llegándose a producir una emigración asistida. Debido a esta circunstancia y a que la crisis que había en España en los años 60 del siglo pasado más de dos millones de españoles y españolas tuvieron que emigrar al extranjero para poder trabajar.

3.3.9. Juan Chacón y Guillermo Brugorolas. Nos ha llamado la atención las declaraciones de Juan Chacón 26, al decir que muchas españolas y españoles emigrados al norte de Europa “trabajaban en condiciones extremas, viviendo en alojamientos insalubres, en barracones, con salarios menores que los nacionales y muy lejos de una posibilidad de integración en la sociedad que les recibió. También padecieron para conseguir el reagrupamiento familiar, especialmente en Suiza. Fuimos a hacer lo que ellos no querían, los trabajos más duros. El nativo del país conoce el idioma, cobra el paro, tiene su familia y recursos que no tiene el que viene de fuera”, 26

Hombre que emigró durante cuarenta años al norte de Europa.

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Nos ha llamado la atención porque las cuatro mujeres entrevistadas, (tres de ellas vivieron varios años en Suiza) nos han contado en las entrevistas orales todo lo contrario, o sea, que estaban muy contentas con su nueva casa, que era mucho mejor que la de España, con electrodomésticos…, que el nivel de vida era mucho mejor, que el trato recibido por los nativos era excelente, que en el trabajo eran muy bien tratadas, exactamente igual que las demás compañeras y compañeros, ya sean nativas/os o extranjeros/as. Lo único negativo que hemos podido sacar de las cuatro mujeres entrevistadas es que no se habían integrado completamente en la sociedad de origen por culpa del idioma, debido a que no fueron capaces de aprender el suizo o el alemán. Guillermo Brugarolas Masllorens27, y nos dice que todos los españoles y españolas que emigraron a Suiza “fueron bastante bien recibidos porque Suiza tenía la necesidad de mano de obra y la emigración de origen español, como la de otros lugares del Mediterráneo, se integró relativamente bien. Por ejemplo, los españoles en esta regio, si bien no sabían alemán, a través del italiano –una de las lenguas oficiales de Suiza- pudieron comunicarse a efectos laborales. Fue una mano de obra muy poco cualificada y aquí se cualificó 28” 4. LA MEMORIA DE LA EMIGRACIÓN 4.1. Presentación de las mujeres entrevistadas. A través de las 4 entrevistas realizadas analizaremos el fenómeno de la emigración femenina en el entorno rural de la provincia de Cádiz, concretamente en el municipio de Setenil de las Bodegas. Pero antes de empezar de lleno con el análisis de las entrevistas vemos conveniente presentar a las cuatro mujeres que hemos entrevistado29. 27

Es la persona que está al frente del Consulado General de España en Zurich.

Este comentario coincide mucho más con el de las cuatro mujeres entrevistadas. Como veremos en el análisis de las entrevistas, gracias a que el italiano es muy fácil de asimilar, pudieron comunicarse perfectamente tanto en el ámbito laboral como fuera de el. 28

El orden utilizado al hablar de cada una de las mujeres que hemos entrevistado no es casualidad, sino que hemos seguido el orden por el que hemos realizado las entrevistas. Lo que si es causalidad es que hemos entrevistados a las mujeres por orden cronológico de edad, siendo Dolores la mayor e Isabel la menor. 29

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La primera mujer que entrevistamos se llama Dolores Aguileras Camacho. Nació el 24 de enero de 1938 en Setenil de las Bodegas, está casada y tiene a dos hijas. De las cuatro mujeres que hemos entrevistado ella fue la única que no emigró a Zurich (Suiza), emigró a Frankfurt (Alemania). Seguidamente entrevistamos a Josefa Cubiles, nacida también en Setenil, concretamente en marzo de 1940. Esta casada y tiene dos hijos, y uno de ellos se ha quedado a vivir en Zurich, siendo este el motivo por el que muy a menudo regresan a esa ciudad para visitar a su hijo. La tercera mujer que entrevistamos se llama Serafina Domínguez Anaya. Ella nació en Setenil el 7 de diciembre de 1942. Está casada y tiene una hija y un hijo. La última mujer que entrevistamos fue a Isabel Anaya Moreno, nacida en Setenil el 22 de noviembre de 1956. Está casada y tiene un hijo y una hija.

4.2. Breve descripción de la situación social de Setenil que enmarca las experiencias de emigración. Quisiéramos empezar haciendo referencia a aspectos demográficos para poder medir la evolución de la población de Setenil desde principios del siglo XX hasta finales de siglo. Gracias a las mejoras de las condiciones de vida, a la aparición de nuevas medicinas y a los nuevos avances tecnológicos, Setenil pasa de tener 3291 habitantes en el año 1900 a 5005 habitantes en el año 1960. Lo lógico era pensar que a partir del año 1960 la población aumentara considerablemente, pero por desgracia se produjo un gran bajón demográfico, descendiendo el número de habitantes en 1970 a 3455. Este gran descenso fue una tragedia para un municipio tan pequeño, el cual se vio considerablemente mermado. A partir de los años 90, como veremos más adelante con las entrevistadas, se produjo un pequeño aumento de población debido a que muchas de

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las personas que emigraron al extranjero, por ejemplo a Suiza o Alemania, regresaron en los años 90, pero muchas de esas familias dejaron a sus hijo e hijas en el extranjero, donde habían iniciado una vida que quedaba totalmente desvinculada con Setenil. Por lo tanto no se pudo recuperar el alto índice demográfico que tenía Setenil en los años 60 del siglo pasado. Una de las causas principales que prácticamente obligaron a estas cuatro mujeres a emigrar al extranjero para poder conseguir un trabajo fue que en el entorno rural de la sierra de Cádiz, concretamente en Setenil, apenas había trabajo y las condiciones de vida se agravaban cada vez más. Setenil es un pueblo mayoritariamente agrícola, por lo tanto la fuerza de trabajo es el campo, tanto el cultivo de la tierra como la crianza de ganados: porcino, ovino o vacuno. A partir de los años 60-70 del siglo pasado empezaron a introducirse en Setenil y su entorno las nuevas máquinas agrícolas, con el inconveniente de que cada vez hacía menos falta mano de obra, sustituyendo ésta por las nuevas máquinas. Fue este el motivo por el que un gran número de personas no tuvieron más remedio que tomar la dura decisión de emigrar al extranjero para poder encontrar un trabajo y mejorar su precaria situación económica y social.

4.3. Situación familiar previa a la emigración. De las cuatro entrevistadas, debemos decir que ninguna se encontraba excesivamente mal económicamente, aunque realmente bien sólo se encontraba una de ellas, Dolores Aguilera, la cual, parece ser, pertenecía a una clase social media. La familia de Dolores Aguilera, la de Josefa Cubiles y la de Serafina Domínguez se dedicaban a la agricultura, pero matizando que la familia de Dolores tenía tierras propias, lo que hace que el nivel económico sea mayor. Las otras dos familias se dedicaban a la agricultura pero como jornaleros o asalariados. No tenían tierras propias, por lo tanto tenían que ganarse la vida trabajando para otros, bien cogiendo aceitunas, segando, cuidando el ganado…etc. Y la familia de Isabel Anaya se dedicaba a la construcción, llegando a ganar un sueldo medio para poder sobrevivir.

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Las tres primeras entrevistadas, Dolores, Josefa y Serafina, son prácticamente de la misma edad, 72, 71 y 67 años, respectivamente. Las tres coinciden que en su infancia las condiciones sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas no eran muy buenas. Dolores dice: “estábamos demasiado cohibidas, nos criamos demasiado reprimidos, con la religión, to era malo, había que tener mucho cuidado con las cosas. Era la posguerra y nos cogió un tiempo malo. Después llegaron años mejores”. Isabel nos dice que tiene buenos recuerdos de su infancia, los de una niña normal y corriente. Debemos tener en cuenta que Isabel es varios años menor que las demás, por lo tanto las circunstancias van cambiando, evidentemente para mejor. En cambio, Dolores, de joven pasaba mucho tiempo bordando, cosiendo, haciendo encajes y charlando con las amigas. Y Josefa trabajó mucho ayudando a su familia, igual que Serafina e Isabel, quién trabajó durante cinco años en una fábrica de petacas, hasta que la cerraron.

Haciendo referencia a la pregunta de si las mujeres salían solas a la calle, las tres primeras entrevistadas, Dolores, Josefa y Serafina, han contestado un no rotundo porque sus madres y padres no las dejaban. Se solía ir mucho al cine en aquella época, pero para que alguna de ellas pudiera ir con su pretendiente tenía que llevar de acompañante a una hermana o amiga. Las tres coinciden en que no tenían apenas libertad para hacer las cosas que querían. Estaban demasiadas cohibidas. Serafina nos dice: “Hoy día es demasiao, una niña con 14 años va a to los laos, pero vaya que ni tanto ni tampoco ¿comprendes? En esa época estaba una tonta, no sabía ni por donde iba porque no tenías libertad ninguna, siempre con el susto de que me van a regañar”. En cambio, la respuesta de Isabel es muy diferente porque ha contestado un rotundo sí. Y al preguntarle que si salía acompañada de un hombre, contenta: “Pa qué

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(ríe).” Vemos que con el transcurso de los años la mentalidad de las personas va cambiando, poco a poco se van abriendo y se vuelven más razonables. Hemos visto que las cuatro mujeres han tenido una vida más o menos normal antes de emigrar al extranjero. Pero de repente, en la vida de una de ellas, de Dolores, surge un grabe problema dentro del seno familiar, debido a que la pareja de Dolores, su futuro marido por entonces, Manolo, no era del gusto de su familia. Según ésta, el motivo por el que Manolo no era de su agrado era porque él y su familia pertenecían a una clase social inferior a la familia de Dolores. Cuando le preguntamos a Dolores quién tuvo la idea de emigrar 30, la respuesta fue la siguiente: “Po mira, nos casamos. Tengo que decir que, ¡ah!, bueno, mi marido no era del gusto de la familia.”. Es este el verdadero y principal motivo por el que Dolores decide emigrar a Alemania, para poder rehacer su vida y poder estar tranquilamente con su marido. El caso de Isabel es diferente, debido a que ella conoció a su futuro marido en la discoteca del pueblo, durante el verano, cuando él regresaba de vacaciones de Suiza. Podemos ver ya como el futuro de Isabel empezaba a vislumbrarse, puesto que su novio, por aquella época, sólo regresaba a España por vacaciones, así que pronto tomaron la decisión de casarse y emigrar los dos a Zurich, donde su marido tenía un buen trabajo, un buen piso y hablaba correctamente el idioma. De esta manera podemos ver que el principal motivo por el que Isabel emigró a Suiza no fue el económico, sino que fue porque su marido tenía un buen trabajo allí. Evidentemente el motivo económico también fue importante, porque, como hemos dicho anteriormente, en Setenil cada vez había más carencia de trabajo y de repente cerraron la fábrica de petacas donde trabajaba. Y las otras dos mujeres, Serafina y Josefa, conocieron a sus respectivos maridos en la infancia. Josefa nos dice: “nos criamos juntos en la calle desde chicos, nos criamos juntos en la calle Mina”, la misma calle donde viven hoy día. 4.4. Lugares de emigración e inserción laboral o social. Como acabamos de mencionar, Dolores emigró a Frankfurt en el año 1971, pero no exactamente a la ciudad, sino a un pueblecito llamado Mercer Der, situado a muy Debemos especificar que esta respuesta fue dubitativa y llena de nervios, como dudando si contar el verdadero motivo o pasarlo por alto. PONER ENTREVISTA, MIRARLA… 30

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pocos kilómetros de la ciudad, donde permaneció durante cinco años y estuvieron francamente bien, trabajando en una fábrica de paños llamada “paños modelos”. Su marido llevaba trabajando en una compañía aérea alemana cuatro meses, y a los empleados de dicha compañía le hacían descuento en los vuelos, por lo tanto Dolores hizo su primer viaje en avión, el cual le fue muy ameno, excepto en la llegada, que debido a la niebla el avión tuvo que dar varias vueltas antes de aterrizar. A pesar que su marido trabajaba en una compañía aérea alemana y los billetes de avión les costaba relativamente barato, durante los cinco años que permanecieron allí vinieron muy pocas veces a España, sobre todo porque su marido tenía pocas vacaciones. El motivo por el que decidieron emigrar fue el siguiente: “teníamos que pensar en nuestro porvenir, ambicionábamos un poquito más”. Realmente el principal motivo por el que tuvieron que tomar la dura decisión de emigrar fue para poder vivir tranquilamente con su marido, ya que debido al problema familiar las condiciones no eran las más apropiadas como para emprender una vida juntos en Setenil. Por lo tanto la solución era emigrar. Cuando le preguntamos si emigra por obligación, la respuesta fue la siguiente: “Por obligación, por obligación…, como te diría, si y no. Teníamos eso pendiente de que queríamos mejorar, y después tampoco a la fuerza, a la fuerza tampoco. Con la serie de problemas familiares y todas esas cosas yo me quería ir. Había el disgusto, la familia, tu sabes, que estaba en contra, y mira, nos vamos allí y estamos mejor” Consiguieron ahorrar el dinero suficiente como para empezar de nuevo en Setenil. Una vez que regresaron se compraron una parcela para trabajarla y vivir de ella. Josefa nos cuenta que emigró a Suiza en el año 1965, permaneciendo allí hasta el año 1990, o sea, que han permanecido en Suiza veinticinco años. La idea de emigrar la tuvo su marido. Por aquella época había mucha gente de Setenil trabajando en Suiza, concretamente en Zurich. Había aproximadamente 250 personas de Setenil trabajando en esa ciudad. Entre unos y otros se arreglaban los contratos laborales para que la gente del pueblo se pudiera ir a Zurich con los papeles en regla. Por lo tanto, su marido, que por aquella época era su novio, emigró primero, 43


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estando cuatro meses. Luego vino, se casaron y ya se fueron los dos, donde le esperaba a Josefa una buena casa y un trabajo. Evidentemente, el motivo por el que emigró fue: “para estar mejor, para mejorar, claro”. Josefa nos dice a través de las entrevistas que estaban muy contentos en Zurich, que era una ciudad muy bonita y acogedora, la gente era muy amable y correcta, donde la mayoría de la población vive del turismo, por lo tanto hay una gran cantidad de restaurantes. Pero al principio lo pasaron muy mal porque echaban mucho de menos Setenil, aunque en realidad su marido lo pasó peor que ella en ese sentido. Nos dice que los primeros días solían tener muchos recuerdos y nostalgia, pero que con el tiempo se van acostumbrando y dejan de acordarse. Nos ha llamado la atención un aspecto muy significativo que le sucedió durante el viaje a Zurich, aunque posteriormente nos enteramos que eso lo solían hacer siempre. La cuestión es que cuando el tren llegó a Ginebra les hicieron un reconocimiento médico a todas las personas que querían emigrar. Si ese reconocimiento médico era negativo no le autorizaban seguir con su viaje y tenían que retornar a Setenil, destrozando el sueño de emprender una nueva vida; pero en realidad no hubo problemas y pasó correctamente el reconocimiento médico. Al hacer una pequeña comparación entre Zurich y España nos dice que Suiza estaba mucho más adelantada que España en todo lo sentidos, como por ejemplo, algo que prestó mucho hincapié, al igual que las demás entrevistadas, fue la puntualidad que había, también la limpieza, el respeto y el orden. A Josefa le gustó muchísimo la vida de esa ciudad, por lo cual no quería regresar a España, pero tuvo que hacerlo porque su marido echaba mucho de menos Setenil. Serafina emigró a Zurich en agosto de 1968, donde permaneció hasta diciembre del año siguiente, o sea, estuvo 16 meses en esa ciudad. El motivo por el que Serafina decidió emigrar fue porque su pretendiente por esa época estaba en Zurich. Estuvo once meses y cuando regresó a Setenil se casaron y a los pocos días después Serafina se fue

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con su marido a Suiza. Él ya tenía arreglado los papeles, contrato de trabajo, el piso…, e igual que él, Serafina emigró con todos los papeles en regla. El motivo por el que Serafina tuvo que emigrar, como claramente lo refleja en la entrevista, fue por necesidad económica: “Fue por obligación, la necesidad te obligaba”. En realidad mereció la pena porque cumplieron su objetivo, que no era otro que poder regresar a Setenil con el suficiente dinero como para comprarse una casita donde poder vivir junto con su marido y criar a su hija y a su hijo. “Cuando vinimos compramos la casita de las cuevas que nos costó 41.000 pesetas.” El idioma fue para ella una barrera, pero en realidad no tuvo problemas porque las compañeras y compañeros eran españolas y españoles e italianas e italianos, por lo tanto, como ha ocurrido con las demás entrevistadas, se defendían con el italiano. Pero no llegaron a aprender el alemán porque les parecía muy difícil y complicado. “Pa aprender un idioma hay que estar preparao y que tenga una necesidad grande, yo decía cuatro palabras a lo mejor. Una analfabeta no pue… ¿me entiendes?” Pero a pesar de todo ha estado muy contenta en Zurich, y nos dice que en absoluto está arrepentida de haber emigrado. Si fuese otra vez joven se iría, pero para mucho más tiempo, ya que sólo pudo estar un año y medio aproximadamente. Isabel emigró a Suiza, concretamente a Zurich, el 23 de septiembre de 1979, justo un mes después de casarse, o sea, que llegaron del viaje de novios, Canarias, y a los pocos días se fueron para Zurich, donde permaneció hasta el año 1991, doce años. El motivo por el que Isabel emigró fue porque su novio, por entonces, llevaba mucho tiempo trabajando en Zurich. Él sólo venía a Setenil en navidades y en verano, y en uno de los veranos que vino de vacaciones decidieron casarse e irse a vivir juntos a Zurich, donde él ya le tenía preparado un piso muy bonito Y un trabajo estando asegurada. Aunque en realidad ella no llevaba contrato porque como su marido tenía permiso de residencia, tenía un trabajo fijo, ella no lo necesitaba.

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Isabel emigró porque su marido trabajaba en Suiza, pero no se fue obligada, todo lo contrario, se fue muy contenta, con muchas ganas de viajar, de conocer nuevos lugares y de experimentar nuevas experiencias, porque por aquellos años en Setenil había poca salida laboral y la vida social estaba estancada y era muy monótona 31. El viaje fue en avión. Estaba muy contenta de subirse en el avión, pero en realidad no fue la primera vez, porque días antes fueron de viaje de novios a Canarias y lo hicieron en avión. Le gustaba mucho la ciudad, sobre todo porque tenía muchos parques32, lagos, unas buenas carreteras. Estaba muy bien allí, pero uno de los motivos que le hicieron regresar a España era la climatología, puesto que ella no podía con un clima tan adverso. Al hablar de la climatología nos dice lo siguiente: “Eso es que me deprimía total. Mira: allí, por ejemplo, en diciembre, a las 4 de la tarde era de noche completamente, y así un día y otro día… y nieve, y frío, hasta que te pones en mayo, y ahora en mayo empieza la primavera. Sale el sol y te pones mu contenta. ¡Ay que buen día hace!, y sales a la calle y de buenas a primera te cae un tormentazo, ¡ea! Ya te estropea to er día, y volvemos otra vez a los días tristes. Y yo te digo la verdad, que yo, eso, me hizo de venir más pronto. El tiempo, si, el tiempo es que me deprimía pero que mucho, mucho, mucho. El tiempo es que te aburre porque te levantas un día y o está nevando o está lloviendo o está gris, y al otro día igual, y al otro igual… y cuando pasa un tiempo es que tu quieres ver el sol, quieres ver el sol, y más nosotros que estamos acontumbrao a mucho sol.” A pesar de estar muy buen en Zurich se acordaba casi todos los días de Setenil, y había algunos días que la nostalgia hacia su tierra la hacía pasar mal. Poco a poco se fue acostumbrando hasta que ya te “haces” a la nueva ciudad y te acomodas, te aclimatas y empiezas a vivir tu nueva vida, pero hasta ese momento lo pasó un poco mal. Aún llevando ya varios años viviendo en Zurich, cuando regresaba de Setenil durante las vacaciones veraniegas lo pasaba realmente mal durante unos días, hasta que poco a poco se va centrando en su trabajo, en su vida y se olvida de Setenil.

Hoy día la situación apenas ha cambiado. Opino que Setenil es un pueblo encantador y acogedor, pero las personas que han experimentado otras formas de vida fuera del entorno rural, cuando regresan al pueblo pueden llegar a sentir la sensación de ahogo y apatía. 31

Cuando Isabel nos habla de parques no se refiere sólo a los parques naturales donde hay lagos, árboles…, sino que solían ir a los parques temáticos, como por ejemplo Europa Park, donde solían ir con frecuencia. Más adelante veremos una foto de este parque. 32

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Un hecho que le ayudaba a estar informada de los acontecimientos que sucedían en España era que su marido le traía del trabajo todos los días los periódicos de España, además de poder ver la primera cadena internacional, que ya por esa época empezó a funcionar. 4.5. Experiencias laborales. Tanto Dolores como su marido tenían los papeles arreglado para emigrar a Alemania y empezar a trabajar en una compañía aérea en el aeropuerto, pero al final no salió todo como estaba planeado porque a Dolores le sucedió un percance: “con tan mala surte me caigo y me parto la pierna y me tengo que quedar aquí y Manolo se tiene que ir solo. Que coraje, con el buen puesto de trabajo que podíamos haber tenido los dos, pero… Entonce vino a por mí a los seis meses. Yo fui ya no trabajando, sino de turista”.

Debido a este percance ella no pudo trabajar junto a su marido, perdió, por decirlo de alguna manera, ese puesto de trabajo porque no tenía los papeles en regla. Pero si la cogieron en la fábrica de “paños modelos”, una fábrica de costura, donde le arreglaron los papeles y trabajó durante un año y medio, hasta que a los ocho meses de embarazo tuvo que dejar el trabajo. Después de tener a su hija no se puedo reincorporar al trabajo porque cerraron la fábrica, pero según nos cuenta Dolores le estuvieron pagando una mensualidad durante un tiempo: Ya no volvió a trabajar más en Alemania porque se quedó al cuidado de la niña: “no quise ni poner a mi niña en guardería ni na, porque Manolo ya no quiso, yo con la niña y ya está. Y ya cuando la niña tenía dos años nos venimos”. Empezaba a trabajar muy temprano. Nos dice que exactamente no recuerda a que hora empezaba a trabajar, pero que muy temprano si que era. Y terminaba a las 14:00 o a las 15:00, o sea que trabajaba unas siete u ocho horas diarias, de lunes a viernes. Y la pregunta de si cobraba igual que su marido la respuesta fue rotunda:

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“No, yo cobraba mucho menos, mucho menos. Aquello no estaba mu pagao. No es que fuera un trabajo mu trabajoso, pero yo tenía mis papeles en regla, me pagaban todas las cosas que es por eso por lo que yo trabajaba allí”. A continuación le preguntamos que si en general las mujeres cobraban menos, y la respuesta vuelve a ser rotunda: “Si, por lo menos en la fábrica esa que yo estaba si, después ya no se yo. Siempre, tú sabes, ellos son ellos. Yo si cobraba mucho menos, y con to y con eso se cobraba mucho más que aquí (Setenil), y tenías todos tus seguros, todo, todo, todo” “Yo ganaba lo que ganaban todas, era suficiente, pero no se, un sueldo base y yasta, tampoco era stanza, era un fábrica más chica. Pero yo no me sentía explotá, no, yo ni nadie, eso si que yo jamás, jamás ha habido una discriminación ni mirarte por encima del hombro.” Con esta intervención podemos deducir que en Frankfurt, o por lo menos en la fábrica donde trabajaba Dolores, no había ningún tipo de discriminación hacia ninguna trabajadora o trabajador. Trataban a todas las trabajadoras por igual. Pero una cosa es el trato y otra cosa el tema económico, porque según nos cuenta Dolores las mujeres cobraban menos que los hombres, por lo tanto eso sí es una discriminación. En la fábrica donde trabajaba Dolores no había ni una persona que no estuviese asegurada y que no tuviese los papeles en regla. Además se sentía muy valorada en el trabajo y disfrutaba con lo que hacía. Ella empezó a trabajar en la fábrica estando embarazada. No quiso comunicarlo por si acaso no la admitían o la echan de inmediato, pero cuando ya llevaba unos dos meses trabajando lo comunicó, y la verdad es que no hubo ningún tipo de problema, la respetaron y la trataron muy bien, pagándole lo que le tenían que pagar y ayudándole en lo que hacía falta. Josefa, en cambio, estuvo un tiempo trabajando en un restaurante de montaña 33, para luego bajar a la ciudad, Zurich, donde estuvo trabajando veinticinco años en el mismo restaurante, con los mismos dueños, que eran catalanes y se portaron muy bien con ella. En ese restaurante trabajaban unas doce o trece personas, distribuidos de la siguiente manera: siete personas estaban trabajando en la cocina y cinco trabajaban fuera, de camareros. Ella trabaja de camarera y su marido lo hacía de cocinero. Trabajaban cinco días a la semana y descansaban dos. Trabajaban unas ocho horas al día 33

Curiosidad: esa montaña es la misma donde se rodó la película de Heidi.

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cada uno, pero, según nos dice Josefa, su marido ganaba más dinero que ella porque los cocineros estaban mejor pagados. Al llegar a Zurich y empezar a trabajar en el restaurante le impactó mucho los adelantos que había, como por ejemplo el friegaplatos, el pelador de patatas, secadoras…, muchos electrodomésticos que ella no había visto en Setenil y de repente se los encuentra en el restaurante. En Zurich se hablaba el alemán, francés, italiano y el danesco34, que es el suizo. La verdad es que no consiguió dominar el alemán, el idioma principal, pero como en el trabajo todas las compañeras y compañeros eran españoles pues no tuvo problemas de entendimiento. Además, los dueños del restaurante también eran españoles. Si dominaba el italiano, idioma que practicaba para relacionarse con las italianas, ya que en Zurich también había una gran cantidad de italianas e italianos. Las vacaciones en el trabajo eran en verano, por lo tanto, aprovechaban para regresar a Setenil. Ella regresaba dos semanas antes que su marido, llegando a estar cinco semanas en Setenil, que era el tiempo que los niños tenían vacaciones en el colegio. Estaban muy contentos con el trabajo. Además estaban asegurados. Respecto a este tema nos dice que: “allí todo el mundo asegurao. Aunque estuviera un mes, estaba asegurao. Nosotros donde quiera que hemos estao hemos estado asegurao. Han pagao por nosotros y la hora de cobrar siempre puntuales”. Nos dice que llegaron a ahorrar el dinero suficiente como para poder vivir hoy día cómodamente. No se ha arrepentido en absoluto de haber emigrado tantos años, ha estado muy contenta en Zurich, de cuya ciudad tiene un grato recuerdo, y cuando regresan, cosa que hacen casi obligatoriamente porque tienen un hijo viviendo en esa ciudad, tienen que ir al restaurante donde trabajaron tantos años para hacer una visita a los dueños, aunque ya no están los antiguos dueños, ahora están sus hijos.

“Danesco (Sic). Una de las lenguas oficiales que se habla en Zurich. Josefa decía en la entrevista que el danesco era el suizo. 34

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Gracias a que Serafina estuvo un tiempo trabajando en Zurich hoy día sigue teniendo una pequeña paga por haber trabajado en el extranjero: “To los años pa cobrar ese dinero tenemos que mandar un papel que es la fe de vida, que es pa saber si estamos vivos o estamos muertos”35. Serafina estuvo muy contenta con su trabajo. Trabajaba de camarera en un restaurante y le gustaba mucho lo que hacía.

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Respecto al tema económico nos dijo que cobraba igual que su marido, concretamente, setecientos francos al mes. Tanto ella como todas sus compañeras y compañeros estaban asegurados y aseguradas en el trabajo. Todas y todos tenían los papeles en regla y eran tratados por igual, nunca llegaron a mirarla por encima del hombro ni a menospreciarla. En realidad se sentía muy a gusto con el trabajo que desempeñaba y se sentía muy valorada. Un día de trabajo normal y corriente se puso a regar las flores del restaurante, sin ser ese su trabajo, pero como las vio un poco secas decidió regarlas. Parece ser que era alérgica a alguna de las flores que regó y le salieron una gran cantidad de ronchas en el brazo. Al día siguiente se tuvo que poner mangas largas para trabajar para que no le viesen la gran cantidad de ronchas que tenía en el brazo.

Curiosamente, el mismo día que le hicimos la entrevista habían cobrado la paga extra por haber trabajado en el extranjero. 35

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Serafina trabajando de camarera en el restaurante. Foto tomada el 10 de junio de 1969.

En esta foto vemos a Serafina con su jefa y la gobernanta, , que era como le decía Serafina a su encargada. Esta foto también fue tomada en 10 de junio de 1969. 37

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Cuando Isabel llegó a Zurich su marido llevaba ya diez años trabajando en la fábrica decorreos. Por entonces, las esposas de los trabajadores tenían preferencias para ser contratadas, así que de esta forma Isabel empezó a trabajar en correos (la Posta), pero antes de que la contrataran allí estuvo nueve meses como limpiadora, trabajando dos horas y media todas las tarde. Ella tuvo su primer hijo, y unos meses después empezó a trabajar en la posta.

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En un principio trabajaba cinco horas diarias durante tres días a la semana, en horario de tarde-noche: de 18:30 a 23:30, que era lo que a ella le venía mejor, puesto que su marido trabajaba por la mañana y ella por la tarde, de esta forma cuando ella se iba a trabajar su marido se quedaba al cuidado de su hijo. Cuando había más trabajo iba también los sábados, y unos años después, después de tener a su hija, empezó a trabajar la jornada completa, o sea, de lunes a viernes de 17:30 (dependiendo del día, porque había días que entraba un poco antes o un poco después) hasta las dos de la madrugada. Y algún domingo también trabajaba, pero eso era opcional, si le venía bien. Como hemos dicho, todos los días salía del trabajo a las 2 de la mañana, y la empresa, para que las mujeres no se fueran solas a sus casas les ponía unos coches para Foto donde vemos a Isabel en la posta (correos) con una compañera de trabajo. Foto tomada en junio de 1988. 38

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llevarlas a sus casas. En todos los trabajos que ha realizado ha estado siempre asegurada y con los papeles en regla: “Todas iguales, minuto que eches minuto que está declarao, no es como aquí, que trabajas tanto y tanto te damos en negro. Minuto que eches minuto que te lo pagan, allí está declarao to. Un cuarto de hora más que eches ten en cuenta que te lo vana declarar.” “Inspecciones hay to los días, y como cojan a uno que tiene a alguien si declarar po se le cae el pelo. Po entonces ellos ya se niegan a tener a alguien sin declarar. Ya te digo, eso está super controlao.” La puntualidad en todos los aspectos de la vida cotidiana de Zurich era extraordinaria, pero en el ámbito laboral quizás más. Nadie se atrevía a llegar tarde porque a la empresa no le interesaba si alguien ha tenido que llevar a los hijos/as al médico, si ha perdido el autobús porque estaba nevando…, a la empresa le interesaba el horario que cada trabajador o trabajadora tenía, que fuese una persona responsable y competente en su trabajo. Igual que la empresa es muy puntual a la hora de pagar, pues quiere que todos los empleados y empleadas sean puntuales. La Posta tenía unos pisos alquilados a estudiantes, y cuando éstos terminaban de estudiar y dejaban el piso ella se encargaba de limpiarlos, ganando así un dinero extra. De Setenil han trabajado muchas personas en la Posta, correos, y nos dice que estaban muy bien, que era un buen trabajo y les daba muchas posibilidades, como por ejemplo cuando tenían que llamar a España no pagaba las tasas, sino sólo la llamada, por lo tanto les salía mucho más barato llamar a Setenil. Me ha reiterado varias veces que en los trabajos no había favoritismos ni nada por el estilo, la que valía para hacer su trabajo permanecía en el y la que no valía la despedían. “Ha habido a lo mejor una chavala trabajando conmigo y hablando con ella, y hablando hemos llegao a la conversación y me ha dicho que era hija del jefe principal de to, y yo me he quedao…, y estaba ella con las cartas y los paquetes conmigo. Vamos que enchufe no hay. Y otra hija de otro jefe que había allí, estaban cogiendo paquetes como to er mundo, o sea, que no empiezan desde arriba, que si tienen que empezar empiezan desde abajo, y 52


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eso aquí no existe. Po esas cosas se echan de menos. Y que te digo yo, si vas a un banco, como te atienden, te lo arreglan bien, te tratan bien, no es como aquí que te dicen que vengas otro día.”. Esta última frase me ha recordado un artículo de Mariano José de Larra titulado “Vuelva usted mañana”, donde se critica la pereza de los españoles para trabajar ya en las primeras décadas del siglo XIX. Se criticaba a los españoles de la incompetencia en el ámbito laboral. También recuerda que cuando pusieron los ordenadores les enseñaron a trabajar con ellos dándoles clases dos días a la semana, las cuales se las pagaban. Donde trabajaba Isabel no solían tener en cuenta si eras extranjera, si hablabas el idioma…, lo único importante era que fueras una buena trabajadora y supieses hacer bien la función: “Estaban muy contento porque trabajábamos más que las de allí, por supuesto, y la verdá es que estaban mu contentos con nosotros, y la verdá es que un puesto de trabajo de esos es una maravilla trabajar allí, con muchísima gente, porque allí trabajarían yo que se…, suizos, italianos, Indios, suramericanos, bueno, de to los países había allí, y la verdad, ibas a trabajar y lo pasabas bien, estabas mu a gusto, sabes.” Su marido ganaba más que ella, pero por el motivo que él era fijo y ella trabajaba por horas. A Isabel no le interesaba que la hicieran fija porque sino tenía que trabajar tres turnos, y trabajando por horas empezaba por la tarde, terminaba por la nochemadrugada y tenía la mañana y parte de la tarde libre para dedicarse al cuidados de su hijo y de su hija, de la casa, para hacer la compra…, pero ella sola no se ocupaba de realizar todas las tareas domésticas, sino que su marido colaboraba mucho, se repartían las tareas. Por ejemplo, su marido llevaba por las mañanas al niño y a la niña al colegio, y ya después se iba para su trabajo, o si ya estaba trabajando salía un rato del trabajo, iba a la casa y llevaba a los niños/as al colegio y luego seguía trabajando. Eso lo podía hacer porque el trabajo lo tenía muy cerca de la casa, y así dejaba que Isabel siguiera durmiendo, ya que por las noches se acostaba muy tarde. Otras veces los llevaba ella, y ya que iba a llevarlos al colegio, a la vuelta se llegaba al supermercado y hacía la compra. Ella empezaba el trabajo a partir de las cinco de la tarde, entonces era el marido el que se encargaba de preparar la cena de los niños/as, acostarlos… “Además, él 53


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ayudaba a pasar la aspiradora, a poner la lavadora, to, to, to…, pero vamos, que todavía me ayuda, no te vayas tu a pensar que… ¡ya ve! Los machos ibéricos ya se han extinguío.”(Rie). Tanto ella como su marido estaban muy contentos con el trabajo que realizaban. Además, gracias al buen sueldo que tenían pudieron ahorrar el dinero suficiente. “to lo que tenemos lo hemos ahorrado allí, porque ganábamos mucho dinero. El cambio de franco a peseta también, y nosotros teníamos una colocación buena y se ganaba bastante”. Isabel nos explicó claramente el motivo de por qué no hay paro en Suiza. Ella tenía una compañera de trabajo que tenía dos hijos, y como el marido tenía el mismo horario de trabajo que ella no podían cuidar a los hijos. Así que tomó la decisión de darse de baja en el trabajo y apuntarse al paro para poder cuidar a sus hijos a la vez que estaba cobrando el paro, pero a los tres días de haberse dado de baja en su trabajo y apuntarse en el paro la llamaron diciéndole que había un trabajo. Pero ella dijo que ese trabajo no le interesaba porque no se adecuaba a sus condiciones. A los pocos días le volvieron a llamar y ella contestó lo mismo, igual que en la tercera llamada. Entonces, como ven que esa mujer no necesita trabajar la quitan del paro, siendo este e motivo por el que hay tan poco paro en Suiza. 4.6. Constitución de redes de apoyo y solidaridad.39 El idioma fue una barrera para Dolores. Pero en realidad fue una barrera que se podía esquivar porque gracias a que el italiano era muy fácil de asimilar no hubo nunca problemas ni en el ámbito laboral ni en el social. En el trabajo había muchas compañeras italianas y también muchas españolas, por lo tanto, la barrera del idioma quedaba solventada. Pero en cambio, por culpa de no dominar el alemán no pudo reintegrarse totalmente en la sociedad alemana. En realidad se relacionada con personas que hablaban español o italiano.

Un buen ejemplo de solidaridad lo demostró Serafina y su marido (Miguel), quien nada más llegar a Zurich un paisano de Setenil le pidió dinero para poder regresar porque había tenido un problema. Miguel no lo dudó y le prestó el dinero que le hacía falta. Al preguntar que si le devolvieron el dinero, Serafina me dijo que si, que a los pocos meses ,cuando se vieron, se lo devolvió. 39

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Respecto al tema sanitario nos dijo que la sanidad era más o menos como en España. Se pagaba pero era pública. Había cosas mejores y cosas peores que en España, como por ejemplo que en Alemania eran más amables y puntuales que en España, pero que aquí los hospitales estaban mucho más limpios que en Alemania. Cuando dio a luz, fue la dueña de la casa, que vivía en el piso de abajo, la que llamó al hospital para que viniera la ambulancia. Tuvo un parto un poco complicado porque le tuvieron que hacer una cesárea, pero a pesar de todo acabó muy contenta con el trato recibido por parte de todos los médicos y enfermeras/os. Recuerda que la trataron muy bien y que tenían una grandísima puntualidad. Los primeros días le costó mucho trabajo hacer las cosas bien. Nos dice que se equivocaba mucho y echaba a perder el pantalón, pero la encargada se portaba muy bien con ella y le decía que no se preocupara, que le cortaba otro. “Poco a poco me fue enseñando, y lo más curioso del pantalón me lo daba para que yo lo hiciera, pero me costó, me costó.” Josefa tenía muy buenas relaciones con los vecinos, se llevaban muy bien y había mucho afecto entre ellos. La mayoría de los vecinos eran españoles 40: gallegos, asturianos, andaluces…, pero también había muchos poloneses. Con una familia polonesa tenían muy buenas relaciones. Josefa nos dice que “esto, (señala un cuadro) y otra cosita que tengo por ahí, me la regaló un polonés para que lo tuviera de recuerdo” En el lugar donde vivían, Serafina era la única que estaba casada, y las compañeras le decían que si les podía poner la olla, y ella lo hacía gustosamente porque allí lo compartían todo. Por ejemplo, cunado su tía o su abuela le mandaban de Setenil chorizos, morcillas o cualquier producto de allí, pues lo solía compartir con sus compañeros y compañeras. Como había tanta gente de Setenil en Zurich, entre ellos se ayudaban lo que podían, llegándose a producir una gran solidaridad mutua.

Si por ejemplo, un amigo o familiar de Josefa iba a Setenil de vacaciones, siempre la familia de Josefa o del marido de Josefa le solían mandar cosas con la persona que había venido a Setenil de vacaciones. Y también Josefa solía pedirle a esa persona que le trajera del pueblo determinados productos. Había una gran solidaridad entre las personas de Setenil, y alrededores, que vivían en Zurich. 40

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Las relaciones con los vecinos de Zurich no fue buena, todo lo contrario. Creo conveniente citar el párrafo textual donde ella nos explica el por qué se llevaba tan mal con los vecinos suizos: “Con los vecinos españoles sí, pero los vecinos de allí eran malos, niño, allí no se podía poner… mi mario puso una radio y los vecinos protestaron porque no nos querían ni ver, los vecinos no querían extranjeros. Una vez nos pusieron la basura en la puerta, nosotros la poníamos abajo y nos la pusieron en la puerta, esta gente era malísima. Había una mujer abajo que no nos podía ni ver, yo pasaba con un susto, tenía que ir con alguien porque me daba mucho susto. Paca, una de Alcalá (del Valle) (localidad vecina de Setenil) que había me decía: Serafina, hoy vamos a bajar por leña y yo le decía po yo no voy porque la leña está abajo y es capaz de cogerme la gorda esa. Pero Paca me cogía por el brazo y me decía venga vamos y yo le decía ¡ay que susto me da! (rie).. En realidad nosotros na más que nos juntábamos con españoles” Normalmente Isabel se relacionaba con los españoles y españolas. En esta foto vemos a Serafina con su marido. Foto tomada el 19 de junio de 1969.

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Como hemos dicho anteriormente, en el trabajo tenía varias compañeras de Setenil, y también tenía compañeras de otras ciudades españolas y también muchas italianas. En realidad ella no tenía problema para relacionarse con los demás porque su marido hablaba, y habla, alemán perfectamente, por lo tanto, cuando ella necesitaba preguntar algo, llamar por teléfono…, su marido le ayudaba. Además, sabiendo italiano te podías relacionar con la mayoría de las personas porque en Zurich la mayoría de la población hablaba italiano, olvidándote de aprender el alemán, que era realmente más difícil de dominar. Por ejemplo, cuando tenía que ir al médico, lo primero que le preguntaba al médico o a la médica era si hablaba italiano, y como la mayoría de las personas lo hablaban pues no había problema. De las veces que ha tenido que ir al hospital ninguna vez ha tenido problemas, al contrario, dice que el trato era muy bueno, la gente muy educada, todo muy limpio y extremadamente puntual. La puntualidad ha sido una de las cosas que más le ha impactado. Isabel nos cuenta que llegó a integrarse en la sociedad, que llegó a sentirse muy cómoda en la ciudad, pero que apenas mantuvo relaciones con suizos ni suizas, sobre Celebración del bautizo de la hija de Isabel. En la celebración fueron una gran cantidad de familias de Setenil y varios compañeros y compañeras de trabajo de Isabel y de su marido. El bautizo se celebró en noviembre de 1985. 42

En esta foto vemos a una familia de Setenil merendando en casa de Isabel. Con lo cual vemos como las relaciones entre paisanos se estrechan en el extranjero. Foto tomada en verano del 1987. 43

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todo por la barrera del idioma y porque pensaba que los suizos y suizas eran muy diferentes a los españoles y españolas. “Es que tienen otra mente, porque yo no comprendía por ejemplo por que levantaba esa mujer a los niños chicos a las 6 de la mañana pa que tuviese que desayunar con el padre, y yo decía: esta mujer está loca, po ellos eran así, y a las 7 de la tarde tenían que estar los niños ya acostaos”. “Nosotros teníamos un cuarto de hora o 20 minutos de pausa, nosotras nos sentábamos todas juntas, nos íbamos a la cafetería, nos tomábamos un café, hablábamos de nuestras cosas. ¿Qué hacían ellas? Ellas se sentaban solas y cogían un libro y se liaban a leer.” Al hablar del aspecto sanitario nos cuenta que la sanidad es privada, es un seguro que se llama la “Grand Quincasa”, pero que cada persona tiene un precio diferente, o sea, que los hombres pagan una determinada cantidad, las mujeres otra y los niños y niñas otra. También, dependiendo del número de hijos o hijas que tengas pagas más o menos, y en función del trabajo que tengas y de si todos los miembros de la familia están trabajando se paga una cantidad u otra. En definitiva, que es un seguro privado pero parecido al de España, aunque con la peculiaridad de que cada paciente elegía si quería seguir con el médico que tenía asignado o no. Por este motivo los médicos y médicas trataban muy bien a los pacientes, para que no decidieran cambiar de médico y así permanecer con el mismo. Mientras más pacientes tiene un médico o médica más dinero gana, por lo tanto si el paciente está contento con él o ella no decidirá cambiar de médico. Isabel habla muy bien de la sanidad de esa ciudad, pero sobre todo, lo que más le gustaba era el trato que recibía de sus médicos o médicas. Por ejemplo, el pediatra de su hijo y de su hija siempre los trató muy bien y estaban muy contentos con él, incluso un veinticinco de diciembre, navidad, ella llamó al pediatra para que viniera a su casa porque su hijo estaba enfermo, y él le atendió. Como los sueldos que se ganaban trabajando eran tan altos, el nivel de vida también era alto. “El nivel es altísimo porque se ganaba mucho, pero aquí (Setenil) está por encima de lo que se gana. Allí el nivel de vida es altísimo porque se gana mucho, pero se vive mejor allí que aquí, la calidad de vida es mejor allí”. 4.7. En el hogar.

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Dentro del ámbito del hogar Dolores nos cuenta que su marido colaboraba exactamente igual que ella. Su marido tenía doble turno, o sea, que trabajaba muchas horas. Pero al regresar a casa se encargaba de realizar la compra, y si empezaba a trabajar por la tarde, cuando Dolores regresaba del trabajo ya tenía la comida preparada. En realidad se distribuían las tareas, siendo ella la encargada de la limpieza de la casa, de la niña…, y él se encargaba de hacer la compra y de la cocina. Vivían en un pequeño bloque que contaba de tres pisos: en un piso vivían los dueños, en otro vivían unos gallegos y en el otro vivían ellos. Las relaciones con los vecinos eran excelentes. Dolores nos dijo: “El dueño estaba loco con mi Encarni (la hija de Dolores) porque jamás lloraba y la quería con locura. Que la niña tenía que ir, por ejemplo, a ponerse una vacuna, si Manolo estaba trabajando po me llevaban ellos, siempre, siempre, siempre me llevaban ellos con un cochazo que no veas. (Ríe) Cuando nos vinimos lloraban que no veas, nos llevábamos mu bien mu bien con ellos. Luego bauticé yo a la niña, allí se celebró, luego me puso otra habitación con su calefacción para la niña, para que no tuviera ruido, que no se fumara… porque el bautizo de la niña duró desde por la mañana hasta por la noche, pero unos cuantos matrimonios nada más. Se portaron demasiado bien cuando nació la niña, entonces íbamos a estar que si invitábamos a uno, que si invitábamos a otro, y dice Manolo po lo que hacemos es que los invitamos a todos.” Josefa vivía justo arriba del restaurante, por lo tanto tenía una situación muy favorable porque la casa y el trabajo la tenía en el mismo sitio. En esa casa, que era propiedad de los dueños del restaurante, crió a sus dos hijos, que como hemos dicho anteriormente, uno de ellos aún sigue viviendo en Zurich. Realizaba doble trabajo, o sea, que echaba las ocho horas en el restaurante y después tenía que hacer las tareas del hogar. Recibía poca ayuda por parte del marido, quizás, cuando la visitaba su hermana le ayudaba un poco con los niños. Había veces que se dedicaba a planchar, otras veces a la cocina del restaurante, y le daban la oportunidad de que las ocho horas de trabajo las administrara como quisiera, permitiéndole tener un horario mucho más flexible y compartido para poder realizar “cómodamente” las tareas del hogar, cuidar a los niños y trabajar en el restaurante. Serafina estaba muy contenta con el lugar donde vivían, sobre todo porque vivían en el mismo edificio donde estaba el restaurante donde trabajaban, o sea, que de la casa

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al trabajo no había prácticamente nada. Las habitaciones eran individuales pero la cocina y el baño eran compartidos. Isabel nos cuenta que le gustaba mucho la casa donde vivían en Zurich, era una casa muy bonita y con muchas comodidades. En Setenil las casas eran más bajas de techos, más pequeñas, no tenían calefacción, aire acondicionado ni tantas comodidades, y de repente se encuentra con un piso repleto de comodidades y el suelo de parqués. La diferencia era abismal, por lo tanto estaba muy contenta con su nuevo piso. De vez en cuando le dice a su hija que le mire la casa de Zurich en Internet, en el Google Earth, y cada vez que la ve se pone muy contenta al recordar aquellos maravillosos años. En el bloque donde vivía ella vivían también muchos españolas y españoles, cosa que les hacía la vida más fácil porque al tener un contacto más directo con esas personas todo es mucho más fácil. Además, en el bloque vivían muchas compañeras suyas de trabajo, lo que le facilitaba el ir y venir de casa al trabajo y del trabajo a casa, que aunque después del trabajo la traían en un taxi pero siempre venía bien tener compañeras de trabajo en el mismo bloque: “Yo me acuerdo haber visto a Josefita, esa que tú le has hecho la entrevista, y al mario, en un restaurante que trabajaban los dos por allí cerca, y muchas veces po me lo encontraba a ellos por la tarde cuando salían. Te encuentras a un montón de gente de Setenil” Ella se levantaba, dependiendo del horario de colegio de su hijo y su hija, a una hora u otra, y si su marido no había podido llevarlos al colegio los llevaba ella. De regreso a casa, como hemos dicho anteriormente, se traía la compra a casa y se ponía a realizar las faenas del hogar, como por ejemplo lavar, planchar, limpiar, hacer la comida…, Más tarde tenía que ir al colegio a recoger a los niños/as, después comían y por la tarde de nuevo había que llevarlos otra vez. Por último, preparaba la cena y rápidamente se tenía que ir para el trabajo. “Así po los cinco días de la semana, un no parar”. Un aspecto significativo es que en Zurich la mayoría de las personas no tienen casas propias, suelen vivir de alquiler. No se compran casas porque los impuestos que se

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pagan son muy altos, pero, en cambio, si la alquilas pagas muy poco, y más aún si tienes hijos o hijas y si la mujer no trabaja. Por cada niño o niña que se tiene el estado paga a la familia una determinada cantidad de dinero. Ese dinero lo pagan a todos por igual, independientemente de lo que gane cada familia. Vemos aquí otra diferencia con España. “eso te lo dan pa los niños, y aquí, (España) no se lo que darán, pero tienes que estar pasando hambre pa que te den algo” 4.8. Tiempo de ocio. Cuando Dolores dejó de trabajar dedicaba el tiempo libre a dar paseos con la niña. Iba de un pueblo a otro paseando tranquilamente, aunque debía ser precavida porque el clima era muy cambiante, porque lo mismo estaba el sol fuera que de repente se ponía a llover. Nos ha contado que más de una vez se ha tenido que refugiar en algún lugar porque de repente empezó a llover. Por lo que podemos deducir de la entrevista a Dolores, vivía muy tranquila. Cuando trabajaba en la fábrica estaba todas las mañana ocupadas, pero por las tardes las dedicaba a la casa y a dar paseos. Cuando tuvo a su hija dejó de trabajar para ocuparse íntegramente de ella, teniendo más tiempo para ocuparse de la casa y de salir a pasear. No solían ir mucho a los bares porque le ponían unas cervezas muy grandes y no había tapas, y ella echaba mucho de menos una tapa con una cerveza, siendo este uno de los motivos por los que apenas solían ir a los bares. Los fines de semana que su marido descansaba solían coger el coche para ir al pueblo de al lado a escuchar misa en castellano. Al preguntarle si iban al cine me dijo que no, pero que tenían una televisión que siempre la ponían muy bajita porque como no entendían el alemán para que le iban a dar voz. Pero un día, de repente, salió Setenil en la televisión. Evidentemente se emocionó mucho y llamó inmediatamente por teléfono a las amigas que tenía en Alemania para que vieran su pueblo. Nos dijo que España salía mucho en la televisión, sobre todo la bomba de Carrero Blanco. Dolores estaba informada de las noticias que tenían lugar en España, pero no gracias a la

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televisión, sino a que su marido le traía todos los días del aeropuerto los periódicos de España, con lo cual se entretenía y a la vez se mantenía informada. En realidad tenían amistades en Frankfurt pero la vida allí era mucho más independiente que en España. El tiempo de ocio o tiempo libre Josefa lo dedicaba a pasear con los niños por los jardines, a ir a la montaña e incluso iban a veces a esquiar. También iban muchos domingos a misa, a una iglesia que daba la misa en español. Nos dice que Zurich es protestante, pero aún así había alguna iglesia católica. Berna, que es la capital de Suiza, si es católica. Haciendo referencia al apartado sanitario nos cuenta que todo era mucho más formal que en España pero que si iban al hospital por cualquier motivo ellos tenían que pagar, por lo tanto nos dice que la sanidad era privada, cada paciente tenía que pagar su intervención. Respecto a la educación de sus hijos, Josefa nos dice que era mucho mejor que en España. Además, ella nunca ha tenido que comprar el material escolar para sus hijos, allí se lo daban todo, incluso los libros, pero al final del curso los tenía que devolver en buenas condiciones para que los pudiera utilizar otros niños o niñas Serafina solía dar paseos por la ciudad en sus ratos libres. Le encantaba pasear y conocer la ciudad porque le parecía una ciudad preciosa. La abundancia de lagos era una de las cosas que más le impresionaba. Muchas tardes que tenían libre solían ir a casa de unos amigos a merendar juntos y a pasar la tarde., pero previamente tenían que acordar la hora de llegada para que cuando llegase la hora estuviera todo bien puesto: el té, las pastas…, ya que, como hemos hablado, la puntualidad era muy importante.

Los fines de semana es cuando Isabel y su marido solían tener más tiempo libre, pero no todos los fines de semana, porque había algunos que decidían trabajar pasa ganar un dinero extra. Pero al fin y al cabo, los fines de semana los dedicaban para

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hacer la compra, descansar, ir a la montaña con los niños/as, si nevaba cogían un trineo, iban a los parques, había uno en concreto que le gustaba mucho, el parque “Europa Park”. También iban a visitar las cataratas, viajaban a las ciudades cercanas, llegando incluso a visitar Alemania. La última semana que estuvieron en Zurich la cogieron de vacaciones para hacer visitas turísticas, llegando a ir al sur del país par ver ciudades como Lugano o Ginebra.

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Los viernes y sábados por la noche solían ir a cenar a restaurantes y después a dar un paseo por la ciudad. Como ella nos decía en la entrevista: ”Los sábados y los domingos eran pa nosotros. Además que éramos jóvenes, salíamos más que aquí, más que aquí salíamos” Otro aspecto que le llamó la atención a Isabel fue la limpieza. Veía la ciudad muy limpia y siempre muy bien cuidada, sobre todo porque la gente tiene civismo y cuidan las cosas como si fuesen suyas: “Mira, yo un día, recién venia de aquí (Setenil) iba comiéndome una mandarina por la calle y no se me ocurre otra cosa que tirar la cáscara a la calle, y venía un hombre detrás de mi recogiendo las cáscaras, y cuando llega a mi me tocó y le digo; perdone, perdone… No echan ni un papelito al suelo, eso con el orden y la puntualidad…”

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Europa Park (parque de atracciones) foto tomada el 27 de julio de 1991.

En esta foto vemos a Isabel con su hijo y su hija disfrutando de un día en la montaña de Zurich. Foto tomada en febrero de 1987. 45

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Con la educación de su hijo y de su hija estaba muy contenta, veía que el nivel cultural y educacional era mucho más elevado que en España, además de aprender en el colegio varios idiomas. Un aspecto que le llamó la atención es que no tenían que pagar nada para el material escolar de su hijo y de su hija, todo corría a cuenta del estado. Les daban siempre los libros, lápices, cuadernos…, lo único que les exigían era unas zapatillas porque el suelo de las aulas era de madera. Al llegar a España le impactó mucho que los padres y madres se tuviesen que gastar una gran cantidad de dinero en material escolar para los hijos e hijas. En realidad ella ha estado muy contenta de estar doce años en Zurich. Nos dice que no se arrepiente en absoluto de haber emigrado, pero que tampoco se arrepiente de haberse venido, aunque no pasa un día en Setenil que no se acuerde de su estancia en Suiza. Isabel lo pasó muy bien, fue una experiencia maravillosa porque no vivió como otras mujeres que emigraron antes que sólo vivían para trabajar tanto fuera como dentro de casa y tenían que ahorrar mucho dinero porque tenían que mandar dinero a Setenil. Tanto ella como su marido, el dinero que ganaban era para ellos, no tenían que mandar dinero a sus familiares, por lo tanto se compraban ropa, salían a menudo a cenar fuera, viajaban todo lo que podían… 4.9. Otros aspectos relevantes. A Dolores le impactó que cuando estaba embarazada e iba en el tren o el autobús, al entrar siempre le cedían el sitio para que se sentara y no consentían que se En esta foto vemos a Isabel y a su hija en un parque natural. Foto tomada en septiembre de 1986. 46

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quedara de pie. Nos dice que la gente era muy amable, educada y que se comportaban muy bien unos con otros. También le llamó la atención la puntualidad, como por ejemplo, cuando tenía que pasar los controles de maternidad, si le decían a las diez de la mañana era a las diez en punto de la mañana, ni un minuto más. Y eso le impacta mucho porque nos cuenta que aquí en España eso no ocurre ni en el mejor de los casos, porque si te citan a las diez de la mañana, como muy pronto entras a las diez y media, en el mejor de los casos. Otra de las cosas que le impactó mucho fueron los grandes coches que veía en Alemania. En Setenil estaba acostumbrada a ver los coches muy pequeños, y al llegar a Alemania y ver esos coches tan bonitos y tan grandes se quedaba admirada. “Recuerdo el día que llegamos que en España el Renault 6 era el cochecito más grande que había en España, y al llegar a Alemania recuerdo que la primera noche yo me asomaba a la ventana porque me encantaba ver esos cochazos tan grandes pasar”47 Dolores nos cuenta una anécdota muy curiosa que creemos merecedora de citarla textualmente: “Yo allí fui a arreglarme la boca, pero yo tenía un puente puesto y cuando fui al dentista, él practicaba mucho el español, le gustaba mucho que fueran españoles porque le gustaba practicar el español, y cuando fui me dijo, y me sentó mal, que el puente mío estaba tan rebién hecho que parecía que lo habían hecho allí (En Alemania). Y yo le dije que ustedes tenéis más dinero, más cosas…, pero la mano de obra la tenemos nosotros mucho mejor que ustedes., y lo que pasa es que ustedes tenéis muchos más adelantos que nosotros”. Como hecho anecdótico, por decirlo de alguna manera, fue que cuando Josefa cumplió cincuenta años, los dueños del restaurante la invitaron a comer en otro restaurante y le regalaron cincuenta rosas, quinientos francos y al final le tocó una tuna.

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Esta escena me recuerda al libro “Más Allá del Horizonte”, cuando la protagonista, Mara, al

llegar de África a Alemania, le pasa lo mismo que a Dolores con los coches.

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En Zurich han tenido lugar los dos bautizos de sus dos hijos y las dos comuniones. Lo celebraron prácticamente igual que en Setenil, sobre todo porque la mayoría de los invitados eran españoles y españolas. Otro aspecto curioso y merecido de ser recordado es que por los años sesenta, setenta y ochenta se solía hacer en el Setenil la denominada “fiesta del emigrante” 48. En realidad no fue una fiesta oficial, pero popularmente tenía mucho éxito. Además, coincidía con la fiesta de la Virgen del Carmen. Josefa, como hemos dicho anteriormente, viaja una o dos veces al año a Zurich a ver a un hijo que vive allí. Al preguntarle si ha cambiado mucho la ciudad respecto a la época en la que emigró nos dice: “Si porque ya no hay tanto españoles. Ahora hay más asiáticos, suramericanos, africanos, y antes a las 12 tú no podías pegar ni una voz, sino era frainá, eso quiere decir, que por ejemplo tú tienes un local y tú tienes permiso esta noche de dejarlo abierto hasta las 4 de la mañana puedes tenerlo abierto, sino hasta las 12, y todo en silencio, y ahora no, ahora ya cierra cada uno cuando quiere.” Igual que las demás entrevistadas, el clima era a lo peor que se enfrentaban porque no estaban acostumbradas a un clima tan hostil. Digo hostil porque en el sur de España estamos acostumbrados/as a muchas horas de sol y a una temperatura agradable, y en Suiza solía llover mucho, hacía una temperatura muy baja y el clima era muy cambiante: lo mismo estaba el sol fuera y una temperatura medianamente agradable que se ponía a llover y bajaba bruscamente la temperatura. Y sobre todo, que en Zurich a las cuatro de la tarde es prácticamente de noche, y en los inviernos, había días que apenas había luz del sol. Por lo cual, el contraste climatológico les impactó mucho. En cambio, hay muchos aspectos que hacen que la vida en Zurich sea mejor que en España, como por ejemplo las infraestructuras, había una gran cantidad de carreteras y muy bien preparadas, había muchos paseos, parques, lagos. Para los coches había muchos parking, pero todos eran de pago: “Allí es tó pagao, hay buenos servicios para ir a orinar en las calles, pero todo con dinero. Allí gratis no hay ná.”. Se paga por todo Fiesta que consistía en dar la bienvenida a todas y todos los emigrantes, que solían regresar por vacaciones por esa fecha, a mediados-finales de julio. 48

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porque los ciudadanos y ciudadanas pagan una gran cantidad de tasas, impuestos, y el que no tiene hijos o hijas paga aún más. Nos dice que el hijo suyo que vive en Zurich paga una gran cantidad de tasas porque no tienen aún ningún hijo e hija, y al trabajar tanto él como su pareja los impuestos que tienen que pagar son más elevados. Como hemos dicho anteriormente, el marido de Serafina emigró antes que ella, y cuando regresó en el verano ya tenía un buen dinero ahorrado, el cual lo utilizó para comprarle a Serafina cosas para la boda: “Mi mario trajo pa la boda 40.000 pesetas y me compró el vestio, los zapatos… me lo compró to él” Otro aspecto anecdótico fue el viaje de ida a Suiza. Nos dice que lo pasó realmente mal porque el tren tardó tres días, y encima la hicieron pasar por un reconocimiento médico, el cual pasó sin problemas, pero ella estaba verdaderamente aterrorizada. Vale la pena citar textualmente como Serafina nos cuenta esa vivencia: “El viaje ya ve… tres días de tren, con un peazo maleta, mu malo, mu malo. En Ginebra teníamos que pasar un reconocimiento y si estábamos bien nos dejaban pasar, si no, nos echaban pa trá. Mira niño, me dieron un pinchazo, me dejaron en cuero en un cuarto. Una muchacha que entró conmigo no pudo pasar. Y yo decía a ver como escapo yo, pero yo estaba buena, yo estaba sana, pero siempre con los nervios de pasaré o no pasaré. Allí tardaba una hora mientras te hacían el reconocimiento”. Hemos visto que lo pasó muy mal en el viaje de ida, pero el viaje de vuelta no fue mejor. Ella quería regresar en avión, pero debido a que estaba embarazada de unos ocho meses no pudo, por lo tanto tuvo que regresar también en tren, donde igualmente lo pasó muy mal, pero por motivos diferentes, ya que ahora, debido al embarazo, todo lo que comía lo vomitaba, así que pasó un viaje vomitando y con mareos.

Ella estuvo en Zurich muy contenta. El tiempo que permaneció en esa ciudad estuvo muy bien. Es más, cuando llegó el momento de regresar a España no paraba de llorar porque no se quería venir. A parte de eso se tuvo que venir porque estaba embarazada, ya por esa época, justo antes de venirse, estaba embarazada de unos ocho meses, y por ese motivo lo pasó realmente mal en el trabajo. Trabajando tenía un cubo

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escondido para poder vomitar sin que nadie la viera. La verdad es que pasó un embarazo bastante complicado. Isabel nos cuenta una anécdota haciendo referencia a la diferencia que había entre España y Suiza: cuando regresaban a Setenil, normalmente lo hacían en avión, pero como su marido tenía un coche en Zurich, una vez decidieron venir en coche. Nos cuenta que hasta Valencia iban por buenas carreteras y a una buena velocidad, pero de Valencia hasta Setenil las carreteras eran lamentables: pequeñas, mal asfaltadas, con un solo carril en cada sentido… Isabel dice que tardaban lo mismo de Zurich a Valencia que de Valencia a Setenil, siendo la distancia entre Zurich y Valencia muchísimo mayor que de Valencia a Setenil. Los veranos se venían siempre en coche porque durante la estancia en Setenil el coche les era necesario, pero para evitar que su hijo y su hija lo pasaran mal en el coche los montaba en el avión. Un aspecto que nos ha llamado la atención de la entrevista fue que nos dijo que unos días se levantaba antes para llevar a su hijo y a su hija al colegio y otros más tarde. La respuesta de ella fue que en Zurich las clases están formadas por unos diez u once alumnos y alumnas, pero para que el profesor o profesora no estuviese con “tantos” alumnos y alumnas se dividían en turnos, entrando un turno un día a las ocho de la mañana y otro día a las diez de la mañana, para que así las clases fueran más personalizadas y los niños y niñas aprendieran más. Cuando tuvo a su hijo en el hospital hubo un pequeño problema y tuvieron que tener al niño en observación durante varios días. Al despertarse y no poder ver a su hijo llamó inmediatamente a una enfermera, pero resulta que ella no hablaba español ni italiano y por lo tanto no le podía explicar lo que le pasaba a su hijo. Pero muy amablemente buscó por el hospital a un médico suramericano para que le contase detalladamente lo que tenía su hijo. Este médico atravesaba cada día ese gran hospital para contarle a Isabel la evolución de su hijo. “Son cosas que a lo mejor pa ellos no tiene importancia pero pa una si que las tiene. Y te digo una cosa, eso no se me va a olvidar nunca. Ese detalle que tuvo el médico conmigo y me explicó lo que tenía, tu sabes…”. “Hombre, yo, con 23 años, sin haber salio de aquí (Setenil), en un hospital

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tan grande, sin entenderme, mi mario no estaba allí, yo te digo la verdad, me volví loca, pero después te dan un apoyo, una satisfacción, te animan, si, si.” 4.10. Fin y valoración de la experiencia migratoria. Creemos conveniente hacer hincapié en la “fiesta del emigrante” 49. Varias de las mujeres entrevistadas y otras tantas personas que también han emigrado me han hablado mucho de ella, recordándola como algo excepcional que ocurría todos los veranos cuando cientos de seteniñeñas y seteniñeños regresaban de los países donde estaban trabajando. La “fiesta” consistía en que prácticamente el pueblo entero de Setenil (porque era raro la familia que no tenía un familiar, pariente o amigo cercano que estaba trabajando en el extranjero) daba la bienvenida a todas y todos los emigrantes que retornaban

en

vacaciones

a

Setenil,

aumentando

la

población

de

Setenil

considerablemente50. La fiesta consistía (como todas) en dar la bienvenida al emigrante comiendo, bebiendo y bailando hasta el amanecer. Los emigrantes y las emigrantes se gastaban una gran cantidad de dinero en los bares, invitando una y otra vez a todos y a todas las amigas y amigos a comer y a beber.

Pero cuando las emigrantes y los emigrantes regresaban no sólo traían regalos y souvenirs para sus familiares, sino que dejaron grandes divisas que sirvieron para que España pudiera crecer económicamente, y una visión muy diferente de la vida que contrastaba con la de aquellos que se quedaron en el pueblo. Ideas de democracia y

49

Después de investigar un poco e informarme en el ayuntamiento de Setenil hemos llegado a la

conclusión de que no era una fiesta oficial, sino que coincidía con las fiestas de la Virgen del Carmen, aunque para el pueblo en general era más importante la llegada de sus amigos/as y familiares que la fiesta de la Virgen del Carmen. 50

Recuerdo que de pequeño nos quedábamos “alucinados” admirando los grandes y buenos coches que

traían la mayoría de los emigrantes. Parece ser que la admiración hacia los coches no era algo exclusivo de Dolores.

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libertad quizás que sirvieron para crear un germen de cambio en la sociedad, y que mantenía en constante vigilancia a los servicios de inteligencia de los cuarteles rurales. A priori pensábamos que el “otro” trabajo de las mujeres, y con esto queremos referirnos al trabajo doméstico, lo realizaban ellas solas sin ayuda de ningún miembro de la familia. Pero tal fue mi sorpresa cuando, por ejemplo, Lola nos dijo que su marido fregaba, hacía la compra…etc, tal fue mi asombro que casi ni me lo creía. En el caso de Isabel fue exactamente igual, el marido colaboraba en las tareas domésticas exactamente igual que ella. Cierto es que las otras dos mujeres, Josefa y Serafina, apenas recibían ayuda de sus respectivos maridos, siendo ellas las que tenían un doble trabajo, tanto dentro como fuera de casa. De las cuatro mujeres entrevistadas, tres de ellas, curiosamente las de mayor edad, iban sin falta todos los domingos a misa. En cambio, Isabel, prefería dedicar su tiempo libre en otras actividades, las cuales ya las hemos mencionado en el trascurso del trabajo. Haciendo referencia al ámbito laboral debemos decir que todas las mujeres que emigraron estaban aseguradas en sus respectivos trabajos y tenían todos los papeles en regla. Todas eran bien tratadas y no había discriminación alguna, excepto en el tema económico, que de las cuatro mujeres entrevistadas, tres de ellas afirman que sus maridos ganaban más que ellas, bien porque eran otros tipos de trabajos, porque ellos echaban más horas…, pero ganaban más los hombres que las mujeres. En cambio, Serafina nos dice que ella ganaba exactamente igual que su marido. Ninguna de las mujeres entrevistadas ha conseguido dominar el idioma, el alemán. Todas coinciden en afirmar que les resultó muy complicado. Una de ellas estuvo incluso dando clases de alemán pero lo tuvo que dejar porque le parecía muy difícil. Las cuatro afirman que dominando el italiano era suficiente para relacionarte bien tanto dentro como fuera del ámbito laboral. Y también afirman todas que apenas solían tener relaciones con la gente del país, a parte de por la barrera del idioma, porque tenían una forma de ser muy diferente.

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Al finalizar y analizar las entrevistas podemos llegar a la conclusión de que las cuatro mujeres emigradas han alcanzado sus objetivos, siendo el principal de ellos adquirir el suficiente dinero como para vivir en Setenil de una forma más holgada y placentera. Otro objetivo, secundario, pero también muy importante, ha sido el de poder vivir una nueva experiencia que les cambiara la vida y les enriqueciera en todos los sentidos. Creemos que este segundo objetivo también lo han alcanzado las cuatro mujeres emigradas, pero unas más que otras. Por ejemplo, a nuestro entender, la mujer que más ha disfrutado de su experiencia y más le ha aportado la vivencia en el extranjero ha sido a Isabel, debido a que ha disfrutado muchísimo en su trabajo, se ha adaptado e integrado de forma muy satisfactoria en la sociedad y, en general, ha sabido aprovechar los años que ha estado en Zurich. Las tres mujeres que emigraron a Zurich: Josefa, Serafina e Isabel, coinciden en afirmar que lo peor de esa ciudad es el clima. En realidad ninguna de ellas consiguió adaptarse a esa climatología tan adversa. Como hemos ido mencionando en el desarrollo del trabajo, ninguna de ellas soportaba que lloviera tanto, que hiciera tanto frío y, sobre todo, que hubiese tampoco sol. En realidad, para la mayoría de las personas del sur de España, que estamos acostumbrados a tantas horas de sol, el cambio es muy brusco. Igualmente, Dolores, aunque ella emigró a Frankfurt, también coincide en afirmar que la climatología de esa ciudad era muy adversa, por lo tanto, también fue uno de los motivos por los que decidió regresar a España. Aunque esto último debemos matizarlo un poco más: las cuatro mujeres entrevistadas se adaptaron muy bien en sus trabajos y sus hogares. Llegaron a sentirse tan felices y tan cómodas en sus respectivas ciudades que realmente no querían regresar a España. No es que regresaran a la fuerza, pero parece ser que sus respectivos maridos eran los que sentían verdadera nostalgia por su patria e hicieron todo lo posible por regresar. Si las mujeres hubiesen tenido que tomar esa decisión estamos convencidos de que más de una, por no decir las cuatro, hubiesen tomado la decisión de continuar viviendo y trabajando en el extranjero.

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Los hombres, quizás, se distraigan más en el pueblo porque se van al bar con sus “amigotes” a ver el fútbol, los toros, a jugar a las fichas, a las cartas…, pero las mujeres casi siempre están “encerradas” en casa “matando” y “contando” las horas porque la vida rural es mas monótona, aburrida y cansina que en las grandes ciudades, donde hay más opciones para dedicar el tiempo libre. De las cuatro mujeres, la única que va todos los años al lugar donde vivió varios años es Josefa. El motivo por el que va, ya lo hemos hablado anteriormente, es para visitar a su hijo que vive en Zurich. Ese hijo suyo es uno de tantos emigrados que han decidido formalizar su vida en esa ciudad porque se ha dado cuanta que en Setenil la vida es demasiado sencilla, tranquila e incluso monótona. Está muy bien para una visita corta, pero no para vivir los 365 días del año. Lo que tratábamos de decir es que Josefa va todos los años a Zurich muy gustosamente. No sólo porque su hijo vive allí, sino porque le encanta recordar esos felices y prósperos años en los que vivió allí. A las demás mujeres también les gustaría regresar a sus respectivos lugares donde vivieron varios años, pero debido a ciertas circunstancias no pueden cumplir sus sueños.

5. CONCLUSIONES De las cuatro mujeres que hemos entrevistados tres de ellas han emigrado a Zurich y una de ellas a Frankfurt. En realidad, antes de empezar a realizar las entrevistas

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desconocíamos el país dónde habían emigrado cada una. Sabíamos que habían estado varios años en el extranjero, pero desconocíamos el lugar al que emigraron. Una de mis hipótesis de partida era que sabíamos que muchas mujeres habían emigrado al extranjero, pero no podíamos llegar a pensar que el número de ellas era tan elevado. A lo largo de las entrevistas hemos llegado a conocer que en los años 70 y 80 del siglo pasado llegaron a convivir unas 250 personas de Setenil en Zurich. Por lo tanto, aproximadamente la mitad, 125 eran mujeres. 250 personas de Setenil conviviendo en Zurich, así que si sumamos las demás personas que habían emigrado a otras partes de Suiza o a otros países como por ejemplo Alemania, Holanda, Bélgica o Francia, el número de senileñas que habían emigrado era muy elevado. De este modo, al concluir este trabajo podemos afirmar que Setenil ha sido un pueblo donde un gran número de su población ha tenido que emigrar. Hemos llegado a conocer los verdaderos motivos por los que las cuatro mujeres entrevistadas han emigrado al extranjero. La sorpresa nuestra ha sido que de las cuatro mujeres entrevistadas sólo una ha emigrado por verdaderos motivos económicos, en cambio, las otras tres, lo han hecho por otros motivos, aunque el motivo económico no dejaba de estar presente, pero dejando de ser el principal. Normalmente se piensa que las mujeres que han emigrado al extranjero lo han hecho a la fuerza, porque las necesidades económicas le obligaban y que la estancia en el extranjero ha sido un verdadero calvario. Pero al realizar este trabajo podemos llegar a la conclusión de que esa idea generalizada no se cumple siempre, porque, como hemos visto en el trascurso del trabajo, la mayoría de las mujeres entrevistas han emigrado por motivos sentimentales y muy gustosamente, más que económicos, y su estancia allí ha sido una experiencia muy grata. Referido a esto último podemos afirmar que las cuatro mujeres entrevistadas han tenido una muy buena experiencia de su estancia en el extranjero. Las cuatro coinciden en que repetirían muy gustosamente, por lo tanto, queda claro que disfrutaron mucho en el extranjero, además de conseguir sus objetivos, que no eran otros que regresar a Setenil con una gran cantidad de dinero ahorrado para poder empezar sus vidas de una forma más holgada, cómoda y feliz.

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También es importante destacar que, como acabamos de afirmar, las cuatro entrevistadas han tenido una experiencia de lo más gratificante que ha hecho que sus vidas cambien por completo. Es más, si las cuatro mujeres hubiesen tenido que tomar la decisión de regresar o no a España, todas, las cuatro, se hubiesen quedado viviendo en Suiza o Alemania. Eran sus respectivos maridos los que tenían más necesidad de regresar a España, concretamente a Setenil, quizás, como hemos dicho anteriormente, porque para ellos vivir en Setenil les resulta más cómo, yendo al bar con los amigos, viendo el fútbol, jugando a las cartas…, pero en cambio, las mujeres, quizás, no querían regresar porque la vida en Setenil para ellas podría ser más apática y monótona que para ellos. Por lo tanto, en conclusión, podemos afirmar que las mujeres se adaptan más y mejor que los hombres, porque los cuatro maridos querían regresar y las cuatro mujeres preferían quedarse. Pero también debemos aclarar que ninguna regresó a Setenil en contra de su voluntad. Las cuatro también querían regresar porque echaban de menos a sus familias, amigas…, en general, el pueblo; pero a la vez también querían quedarse. De esa manera, cuando sus maridos tomaron la decisión de regresar ellas no pusieron impedimentos. Nos ha llamado la atención que una gran cantidad de mujeres hayan emigrado a Suiza, concretamente a Zurich. Como hemos mencionado en el desarrollo del trabajo, en los años 60, 70 y 80 del siglo XX había una gran cantidad de setenileños y setenileñas en esa ciudad, pero ¿por qué esa ciudad?. En primer lugar debemos decir que las mujeres que hemos entrevistados han emigrado a Zurich porque anteriormente había paisanos suyos viviendo y trabajando en esa ciudad, quienes recomendaron que emigrasen e incluso le facilitaron el lugar de residencia y el puesto de trabajo.

Pero, ¿por qué empezaron a emigrar a Suiza?, Parece engañoso, pero, hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Suiza era una ciudad más bien pobre donde la población tenía que emigrar para poder trabajar. Y sin embargo, algunos años más tarde ocurrió todo lo contrario, fue uno de los países que más puestos de trabajo generó,

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hecho que hizo que miles de personas de toda Europa emigraran a ese país, convirtiéndose por esa época en uno de los más ricos del mundo. Las cuatro mujeres entrevistadas nos han contado su experiencia de forma muy positiva, pero muchas veces se obvia que la emigración llegó a resultar un drama para aquellas familias que se separaban, en una época en que las comunicaciones no funcionaban como hoy día. En muchos casos resultaba una verdadera tragedia dejar atrás a la tierra que les vio nacer y a los seres queridos que quedaban en ella. Conocer cómo se desarrolló este proceso para tantas y tantos setenileños y setenileñas que un día hicieron las maletas y salieron destino a otros países en busca de una vida mejor, es conocer mejor nuestra pequeña historia Para concluir el presente trabajo, sólo decir que hemos intentado conseguir los objetivos propuestos en un principio, hemos pretendido mostrar el panorama cultural, político, económico y social de las mujeres que han tenido que emigrar al extranjero, en definitiva, contar como fue su experiencia fuera de su lugar de origen. En cuanto al tema de las entrevistas, puede que no cuenten grandes historias, ni sean mujeres destacadas en algo importante, pero mi intención no era reflejar a mujeres de la elite política, social o cultural, sino mostrar a la mujer luchadora, la ama de casa, la mujer trabajadora, que pasa inadvertida por la Historia y que su única pretensión es salir adelante junto a su familia en el día a día, huyendo de complicaciones para vivir en paz. Esta ha sido mi intención y es lo que creo que muestran estas mujeres entrevistadas, voces anónimas que en este caso sí tienen nombres y apellidos y que relatan su experiencia de esfuerzo y superación.

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7. ANEXOS 7.1. Formulario de preguntas para realizar la entrevista oral

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ANTES DE EMIGRAR ¿Dónde y cuándo nació usted? ¿Cómo era su familia, hermanos, a qué se dedicaba su padre? ¿Tuvo posibilidades de ir al colegio? ¿Qué recuerdos tiene de aquella época? ¿Fue una época de hambre? ¿Usted pasó hambre? Pero en su entorno, ¿recuerda gente en peores condiciones? ¿El nivel de su familia como lo recuerda respecto a las familias de su entorno? ¿Comparando aquella época con la actual, qué piensa? ¿Cómo era un día normal en su casa, en su vida en aquellos años? ¿Ha tenido una infancia mala? ¿Cómo pasó su infancia, que recuerdos tiene en torno a ella? ¿Salía sola a la calle? ¿Cómo era la actitud de la gente, su carácter en esos años? ¿La recuerda como una época de muchas enfermedades y muerte? * ¿Trabajaba en casa? ¿Tenía algún tipo de empleo? ¿Le pagaban bien? ¿Cómo conoció al que sería su marido? ¿A qué se dedicaba? ¿Estuvieron mucho tiempo de novios? ¿Y su marido a qué se dedicaba? ¿Decidieron tener pronto hijos? Pregunta trampa, se trata de saber si practicaron algún tipo de planificación familiar. Este tipo de preguntas son muy interesantes porque descubren información que normalmente se quiere ocultar.

UNA VEZ QUE HAN EMIGRADO ¿Cómo surgió la idea de emigrar? ¿Quién tuvo la idea?

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¿Realmente tenía ganas de emigrar o fue por obligación? (emigración voluntaria o forzada) ¿Por qué emigraron (realmente), a secas, por qué emigraron y entonces sobra la pregunta anterior, tú debes deducir si fue voluntaria o forzada? ¿Cómo fue el viaje? ¿Les costó muy caro? ¿A que parte del país emigró? ¿Era una zona industrializada o rural? ¿Le gustaba el lugar de residencia? ¿Puede hacer usted una comparación entre la vida en Setenil (Cádiz) y la vida en… (el lugar al que emigraron) durante esa época? Respecto al idioma: ¿asimilasteis bien la nueva lengua? ¿Rompisteis pronto la barrera del idioma? ¿Os costó mucho esfuerzo? ¿Aún practicáis el idioma? ¿Había en España, concretamente en Setenil, mucho retraso respecto al lugar que emigrasteis? ¿Has emigrado a través de otros familiares o lazos de unión, o sea, recomendada por alguien? ¿Tuvisteis muchos sentimientos de añoranza a España, concretamente a Setenil? ¿Cuánto tiempo ha permanecido viviendo en el extranjero? ¿Teníais la oportunidad de venir a España en navidad o en alguna ocasión especial? ¿Te adaptaste bien? ¿Tenías buenas relaciones con las vecinas/os? ¿Llegaste a reintegrarte en la sociedad de forma satisfactoria? Quizás no es una pregunta para hacer, sino para deducir tú después de las respuestas recibidas. Respecto al ámbito laboral: ¿cuantas horas trabajaba diariamente? ¿Igual que su marido? ¿Cobraban los dos iguales? ¿Cuantos días a la semana trabajaba? ¿Realizaba doble trabajo?, o sea, ¿si trabajaba fuera y dentro de casa?. ¿Recibía ayuda por parte de los demás miembros de la familia a la hora de realizar las tareas domésticas? (¿Cómo ve esa situación?) ¿Tenía compañeras españolas en el mismo trabajo? ¿Estaba asegurada en el trabajo? ¿Y las demás compañeras? En definitiva, ¿se sentía a gusto trabajando?, ¿se sentía valorada? ¿Cómo era la vida fuera del ámbito laboral? ¿Me podría decir cómo era un día normal, desde que se levantaba hasta que se acostaba?

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¿Se relacionaban con las personas de ese país? ¿O se relacionaban mucho más con españoles y españolas? Si han enfermado y han necesitado ir a hospital, ¿ha habido algún problema o inconveniente? ¿Era como en España que todo lo cubre la seguridad social? ¿Llegaste a conocer asociaciones de vecinos o algún tipo organización que reivindicara los derechos de la mujer? En esa época en España, y más concretamente en un entorno rural como Setenil, no había a penas adelantos tecnológicos como lavadoras, secadoras… ¿Cómo fue su reacción al encontrarse en el extranjero que existían lavadoras, secadoras…? ¿Tuvo hijos/as allí? ¿Cómo fue la educación de ellos? ¿Dicha educación la pagaba el estado? ¿Consiguieron ahorrar mucho dinero? ¿Se han arrepentido de haber emigrado? ¿Mereció la pena? ¿Que has sacado de positivo? ¿Que has sacado negativo? ¿Podría hacer un balance final de su experiencia en el extranjero? Recuerda algún hecho significativo o anecdótico que merezca la pena recordar? ¿Recomendarías a sus hijos/as para que fuesen al extranjero para trabajar igual que ustedes?

7.2. Entrevista oral de Dolores Aguilera FICHA TÉCNICA DE LA ENTREVISTADA

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NOMBRE: Dolores Aguileras Camacho EDAD: (72 años) ESTADO CIVIL: Casada LUGAR Y AÑO DE NACIMIENTO: Setenil de las Bodegas (Cádiz), 24-1-1938 RESIDENCIA: Calle Constitución Nº-ETAPA EN LA QUE EMIGRÓ: 1971-1976 PAÍS AL QUE EMIGRÓ: Alemania A QUÉ SE DEDICÓ: Fábrica de costura ANTES DE EMIGRAR ¿Dónde y cuándo nació usted? “¿Yo?, ¿donde? en Setenil, en 1938, el 24 de enero, por decirlo no voy a vivir más ni meno”. ¿Cómo era su familia, hermanos, a qué se dedicaba su padre? “Mi familia, pues una familia acomodá, de clase media, no alta, pero de clase media. Éramos tres hermanas y jamás trabajamos fuera. Mi padre era labrador, pasábamos temporadas en el campo, otras pasábamos en el pueblo. No pasábamos necesidades económicas ninguna gracias a Dios. ¡Hombre!, teníamos las cosas que antes había, menos necesidades…menos, pero, gracias a Dios no…” ¿Tuvo posibilidades de ir al colegio? “Pues aquí si. Formaron un colegio que fue la señorita Leonor, don Manuel el cura, el boticario y el maestro. Íbamos al colegio y estudiábamos hasta bachiller. “ ¿Qué recuerdos tiene de aquella época? “Bonito por una parte, estábamos así normal y eso, pero por otra parte estábamos demasiado cohibidas, nos criamos demasiado reprimidos, con la religión, to era malo, había que tener mucho cuidado con las cosas. Era la posguerra y nos cogió un tiempo malo. Después llegaron años mejores”. ¿Fue una época de hambre?. ¿Usted pasó hambre?* “Nosotros no hemos pasado hambre, pero si. Iban la gente pidiendo por ahí… esa época si fue de hambre Pero en su entorno, ¿recuerda gente en peores condiciones? * ¿El nivel de su familia como lo recuerda respecto a las familias de su entorno? “Pues que había de todo. Los que más contacto teníamos más o menos era el mismo nivel, luego otras familias mas retiradas tenían otro nivel, otro con nivel más alto y otros con nivel mas bajo. Nosotros teníamos nuestras criadas… ese era nuestro entorno, mas retirados había de todo.”

¿Comparando aquella época con la actual, qué piensa? “Igual que ahora!!!! (en tono sarcástico, queriendo decir lo contrario)

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Bueno, verás, la vivencia nuestra fue buena, en plan económico, no estaba mal, arreglao como estábamos entonces. Las posibilidades que tenemos ahora no las teníamos entonces, además no nosotros, sino quien tuviera muchísimo dinero. Muchas cosas muchísimo mejor, pero por otra parte, nosotros que somos un poco antigua vemos las cosas demasiados liberal, demasiada libertad, poco respeto, muchos valores que se están perdiendo, ponlo, eso lo pones que es muy importante: muchos valores que se están perdiendo.. La familia, la familia ya no es lo que era antes, ante un padre y una madre decía a tal hora aquí y a esa hora estábamos aquí, y ahora no. Por todo en general.” ¿Cómo era un día normal en su casa, en su vida en aquellos años? “En aquellos años, bordábamos mucho. Tu sabes, una vida normal, eso, bordábamos mucho, hacíamos muchos encajes. Charlábamos mucho con las amigas, porque al no haber tele había mucho mas comunicación, era distinto” ¿Ha tenido una infancia mala? * ¿Cómo pasó su infancia, que recuerdos tiene en torno a ella? YA ME LA HA CONTESTADO ¿Salía sola a la calle? (comparar un poco la situación de las mujeres de aquella época con las de ahora) “Como ahora ni pensarlo. Salíamos los domingos, libamos los domingos por la noche al cine”, ¿Pero casi siempre acompañada? “casi siempre acompañada pero ya nosotros no éramos tan dependientes, nosotras ya íbamos solas al cine, lo que pasa que no nos podíamos estar hasta las tantanas de la noche. Era del cine aquí (a su casa) corriendo, corriendo, corriendo, podíamos pasearnos en la plaza. La libertad de ahora de subirse en un coche y irse con un novio, no, la verdad que no”. ¿irse un grupos de amigas a dar un paseo? “Bueno, yo si salí mucho así con mis amigas, mi madre pa eso si era más liberal, pa eso era más liberal, pa esas cosas si, no me tomaba tan… Mandando en el sentido de que hay que estar aquí a tal hora, a comer a tal hora, no como hoy en día que viene cada uno a una hora, era todo más, más… Aquí guardábamos un horario, salíamos sola y todo pero guardábamos un horario. Había más seguridad. Antes veníamos a las 12 de la noche y veníamos mas tranquilo, ahora con tanta droga no, las cosas que hay ahora. Había antes más seguridad que ahora. Tu veías antes una pareja de guardias y de daba seguridad, y ahora como los ves. Como escuchen esto algunas gente me voy a enterá…, (ríe)” ¿Cómo era la actitud de la gente, su carácter en esos años? Ya la ha contestado anterioemente ¿La recuerda como una época de muchas enfermedades y muerte? * “No, si lo había yo no me acuerdo” ¿Trabajaba en casa? ¿Tenía algún tipo de empleo? ¿Le pagaban bien? “Bueno, trabajar lo que he dicho antes, bordar, coser y esas cosas así, después teníamos una muchacha que se dedicaba a la limpieza de la casa… y yo le he ayudado mucho a ella, a limpiar y eso porque quería. El empleo que tenía era el de bordar…, perder la vista. Si fuesen otros tiempos iba yo a abordar tanto, eso ya estaba hecho”

¿Cómo conoció al que sería su marido? ¿A qué se dedicaba? ¿Estuvieron mucho tiempo de novios?

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“Mayor, mayor, mayor ¿pero de cuantos años habla? Hablamos de 28 años, que hoy no es mayor eso. Hoy es normal. Le conocí por causalidad es la acción católica. En la asociación católica teníamos un grupo y nos reuníamos allí pa bailar, que bailábamos, y allí pues lo conocí. Bailaba con my amiga, bailaba conmigo hasta que bailó más conmigo que con la amiga y ya se quedó conmigo. Manolo era hortelano. Su familia tenía una huerta. Segaba, todo, todo, todas las cosas del campo… Lo que es novio novio no estuvimos ni dos meses De novio nada, bueno muy poco. Nos conocimos y al poco tiempo nos casamos. ¿Dónde emigró?: “a Alemania, Frankfurt, bueno, muy cerca de Frankfurt, un pueblecito, Mercer Der, me acuerdo del pueblo, porque yo, a mi me ha ido muy bien allí, las cosas como son… Era muy diferente a esto, el clima era muy frío, más húmedo, más triste, más triste, era otro cambio de vida porque Manolo (su marido) tenía dos turnos, entonces, yo también trabajé en la fabrica de faldas “en paños modelos” se llamaba, por si hay que…, y muy bien, a mi me fue muy bien, muy bien muy bien; hombre dentro de las circunstancias porque estábamos allí de inmigrantes, pero vamos, gracias a Dios no hemos tenido ninguna dificultad con la casa, ni con la gente, ni con na ni con na. Yo además yo siempre lo he dicho, yo en Alemania, nosotros nos vinimos, francamente, porque Manolo tenía dos turnos y lo mismo dormía por la noche y cambiaba el turno y era de día, y entonces ya era demasiado.” UNA VEZ QUE HAN EMIGRADO ¿Cómo surgió la idea de emigrar? ¿Quién tuvo la idea? “Po mira, nos casamos (noto que esta pregunta la responde de forma nerviosa y un poco cortada) tengo que decir que, ah, bueno, mi marido no era del gusto de la familia. Emigramos porque mi suegro tenía una finquita. Arreglamos los papeles para irnos, teníamos que pensar en nuestro porvenir, ambicionábamos un poquito más, entonces teníamos lo papeles arreglado pa la stanza, trabajar en el aeropuerto, un trabajo estupendo, stanza, una compañía de aviones alemana. La gente nos decía que que gancho habíamos tenido para que fuéramos los dos a trabajar los dos al mismo sitio, pero entonces con tan mala surte yo me caigo y me parto la pierna y me tengo que quedar aquí y Manolo se tiene que ir solo. Que coraje, con el buen puesto de trabajo que podiamos haber tenido los dos, pero… Entonce vino a por mí a los 6 meses. Yo fui ya no trabajando, sino de turista. Fue estupenda la mujer, la dueña, los dueños de la casa, porque yo fui en plan de turista y no me fui declarada allí, hasta después ya más tiempo que tenía los papeles arreglao. Pero estupendamente, durante ese tiempo no hubo problema ninguno, ni nada, nada, nada. Ya después me coloqué yo en “paños modelos” una fabrica de costura, porque en el aeropuerto no me admitieron, no me admitieron porque no tenía los papeles arreglado, las cosas como son. Ya después me arreglaron los papeles en esa fábrica, y cuando me llamaron para la stanza, que ya tuve suerte, que no pude ir, yo ya iba a tener a Encarna (su hija mayor), tenía ya ocho meses de embarazo, entonces yo ya no podía, tan alta yo ya no podía. Así que estuve trabajando un año y medio o cosa así estaría”. ¿estando embarazada seguiste trabajando todos esos meses? “Yo si, yo trabajé. Entré a trabajar y no dije ni esto, porque si no… ahora, una vez ya que cumplí allí mes y medio o dos meses trabajando presenté los papeles y ya no me podían echar. Ahí respetaban mucho, exagerado”. (hoy en día aquí en España muchas fábricas no respetan a las embarazadas y allí en Alemania hace 35 años si les garantizaban sus

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derechos) “Una vez que pasó el tiempo de prueba yo presente mis papeles, e incluso me dijeron si estaba representada por un abogado, y yo no estaba aconsejá por nadie. Yo tenía unas amigas muy buenas alemanas, bueno, que estaban casadas con alemanes, ellas eran suramericanas. Yo presenté mis papeles y ya no me podían echar”. ¿Después de haber tenido a Encarni? “Cerraron la fabrica pero me estuvieron pagarme, tu sabes, el tiempo que ellos consideraron oportuno, yo de eso no entiendo. Yo después no quise ni poner a mi niña en guardería ni na, porque Manolo ya no quiso, yo con la niña y ya está. Y ya cuando la niña tenía dos años nos venimos”. Ya en esa época en Alemania había muchos más derecho que aquí en España actualmente, ¿no? “Mira allí, tu ibas embarazá en el tren, por ejemplo, tenían el detalle de levantarse y dejarte el sitio y no consentían que fueras de pie, ¡¡¡igual que aquí!!! Y los controles, te decían que tenías el control a las 10 de la mañana po a las 10 en punto lo tenías. La niña tenía que ir al pediatra al reconocimiento y no tenías que estar esperando tres horas como aquí. Súper puntuales”. ¿Realmente tenía ganas de emigrar o fue por obligación? (emigración voluntaria o forzada) “Por obligación, por obligación…, como te diría, si y no. Teníamos eso pendiente de que queríamos mejorar, y después tampoco a la fuerza, a la fuerza tampoco. Con la serie de problemas familiares y todas esas cosas yo me quería ir. Había el disgusto, la familia, tu sabes, que estaba en contra, y mira, nos vamos allí y estamos mejor” ¿Por qué emigraron (realmente), a secas, por qué emigraron y entonces sobra la pregunta anterior, tú debes deducir si fue voluntaria o forzada? ¿Cómo fue el viaje? ¿Les costó muy caro? “Ay, el viaje muy bueno. Mira, cogimos el avión, cuando yo llegué a Alemania había una niebla tremenda y el avión tuvo que dar dos o tres vueltas, yo no estaba acostumbrada a eso, era la primera vez que me monté en el avión, lo pasé mal ese ratito, con tanta niebla, sin poder aterrizar. Pero después el vuelo fue muy bien, dos horas o dos horas y media y se me pasaron muy rápido, yo no he visto cosa más buena”. ¿En qué año te fuites? “Yo me casé en el 70, así que en el 71. Manolo se fue antes y yo un poco después, hace 40 años ahora. No costó muy caro el avión porque nos fuimos a través de stanza. Nos constó poquísimo, poquísimo. Nosotros no hemos viajado más por tontos, podíamos haber conocido el mundo entero, pero siempre por ahorrar. Es verdad, nos costó poquísimo poquísimo.” ¿A que parte del país emigró? ¿Era una zona industrializada o rural? “A unos cuantos kilómetros de Frankfurt. El pueblecito, pueblecito aquel quizás fuera más rural, pero Frankfurt estaba más industrializada, ya era natural. Después también íbamos a otros pueblos al reconocimiento de la niña y eso. Pero ya no me acuerdo del nombre de los pueblecitos y de las capitales” ¿Le gustaba el lugar de residencia? “Si, estuvimos muy bien muy bien era, un sitio muy bueno. Vivíamos en el centro. El pueblo no era grande pero si… como estaba Alemania. Recuerdo el día que llegamos que en España el Renault 6 era el cochecito más grande que había en España, y al llegar a Alemania recuerdo que la primera noche yo me asomaba a la ventana porque me encantaba ver esos cochazos tan grandes pasar es verdad, aquí no estábamos acostumbrado entonces. Eso fue cuando España empezó a cambiar bastante. Antes Alemania nos llevaba muchos años de adelanto.” ¿Puede hacer usted una comparación entre la vida en Setenil (Cádiz) y la vida en… (el lugar al que emigraron) durante esa época?

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“Allí mucho más independiente, mucho más solitaria, porque allí tenías tu compañeros. Por ejemplo los hijos de los dueños de la casa, alemanes, nos invitaron a comer, pero eso era una vez, así, tampoco salíamos mucho. Allí iba yo a misa. Había un matrimonio religioso, sevillano, muy religioso que íbamos juntos, y cuando daban la misa en español en el pueblo la escuchábamos, y cuando no, íbamos al pueblo de al lado, Barro. Y vamos, yo estuve bien, pero notaba, claro, que aquí…, si Manolo estaba de noche yo salía por la tarde al parque con la niña, había muchos parques… el pediatra decía que a la niña había que sacarla a pasear, aunque hubiese mucha nieve. Llovía mucho. A lo mejor tu ibas tan tranquila dando un paseo y de pronto un tormentazo y había que salir corriendo, corriendo, y al rato otra vez el sol. Un clima distinto a este, este un clima mucho más bonito que aquel.” Respecto al idioma: ¿asimilasteis bien la nueva lengua? ¿Rompisteis pronto la barrera del idioma? ¿Os costó mucho esfuerzo? ¿Aún practicáis el idioma? “Llave que me puse a dar clase y to, pero dificilísimo, dificilísimo, dificilísimo. Buenas tardes, buenas noches… el alemán es que cambia, eso de poner el sujeto antes que el verbo, horroroso. Yo no estaba acostumbrada a eso, además yo seré más torpe. Había gente que lo cogía pero yo…, lo más esencial para ir a comprar, pero después muy difícil, lo puedes poner que yo no”, ¿pero en el trabajo hablabais alemán con las compañeras?, “no porque había muchas italianas y el italiano era más fácil, y muchísimas españolas que había. Yo me relacionaba poco con las alemanas. Con la encargada que había porque no tenía más remedio. Yo tenía un puesto de trabajo que era muy bueno, gracias a Dios. Lo primero, sobrehilar las cosas y en el sobrehilado era como una cuchilla, ibas cortando los hilachos y yo le metía la cuchilla al pantalón y me llevaba el pantalón pa´lante y…, eso pasé yo, pero la encargada era muy buena y me decía que no me preocupara que ya ella me cortaba otro. Yo no he abierto en mi vida aquella máquina, yo en mi vida, una máquina de esas con cinco agujas, yo no, yo no. Pero al principio dije que si, que yo la entendía, para que me cogiese. Poco a poco me fue enseñando, y lo más curioso del pantalón me lo daba para que yo lo hiciera, pero me costó, me costó. ¿Había en España, concretamente en Setenil, mucho retraso respecto al lugar que emigrasteis? “Si lo había, mucho más retraso en todos los sentidos, en todo, en todo, desde la forma de vivir, los coches… un nivel muchísimo mejor que este.” ¿Has emigrado a través de otros familiares o lazos de unión, o sea, recomendada por alguien? “No, no estábamos recomendado por nadie. Se que fuimos a Cádiz a arreglar los papeles, estaba un yerno de Moreno (una persona que ella conocía de Setenil) que estaba allí y nos dijo po venga, os voy a poner en este sitio, los dos juntos y eso, pero entonces fue cuando yo ya me partí la pierna.” ¿Tuvisteis muchos sentimientos de añoranza a España, concretamente a Setenil? E voy a echar mentira, ninguno “No, pa que voy a echar mentira, ninguno. A mi me fue allí estupendamente, los dos estábamos estupendamente. Yo vine a Setenil porque Manolo se empeñó en venir para ver a los padres, como era natural, si no yo no vengo.” ¿Cuánto tiempo ha permanecido viviendo en el extranjero? ¿Teníais la oportunidad de venir a España en navidad o en alguna ocasión especial?

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“Cinco años. Si teníamos oportunidad de venir porque nos costaba poquísimo, poquísimo el viaje, pero dependía también de las vacaciones que tuviese Manolo. ¿En esos cinco años veníais a Setenil una vez al año? Si, si veníamos, pero muy poco, nosotros fuimos de los que veníamos mu poco mu poco. Yo una vez me quedé aquí (en Setenil) porque hicimos la casa, entonces ya me quedé yo aquí. Después vine otra vez, quizás vendría tres veces, quizás, quizás, lo que pasa es que una vez me quedé dos o tres meses por eso, por la casa. Después me vine yo unos días antes para que no me costara nada el viaje. Me vine con Encarnita, sola, estaba esperándome mi hermana en el aeropuerto de Málaga, y Manolo se vino a los 5 o 6 días, cosa así. El viaje, la verdad nos costó muy poco. Y te voy a decir una cosa, los jefes de Manolo no querían que se viniera por nada del mundo” ¿estaban contento con él? “Que si estaban contento, que si Manolo hubiese sabido alemán hubiese tenido un buen puesto de trabajo. Y Manolo vino aquí con la cosa de que si se quería volver tenía las puertas abiertas… Manolo trabaja mucho, nosotros hemos trabajado mucho, mucho, mucho, pero no fue mal. También nos vinimos por el clima, porque esto era lo nuestro. La familia, quiera que no, también tira. Tenía en Alemania amigas buenísimas que eran, pero no eran lo mismo”. ¿Las amigas eran españolas? “Aquello no era, en tal barrio todos los españoles, no. Era un pueblo donde unas amigas vivían en una calle, otras en otra. Había una tal Dolores que era muy buena, y Antonio. Estaba Mercedes y el marido Galindo. Estaba también esa Esther. Había unos cuantos que nos veíamos mucho, y sobre todo una suramericana, muy religiosa. De Setenil estaba Bartolo, ese si venía a la casa una vez cada cuantos meses. Paisano, paisano era Bartolo, que trabajaba también allí.” ¿Te adaptaste bien? ¿Tenías buenas relaciones con las vecinas/os? “Si, yo me adapté estupendísimamente bien. Eran dos pisos y la dueña de la casa, en una vivía Esther, que era gallega, y en el otro vivía yo, y la dueña de la casa vivía abajo. El dueño estaba loco con mi Encarni porque jamás lloraba y la quería con locura. Que la niña tenía que ir, por ejemplo, a ponerse una vacuna, si Manolo estaba trabajando po me llevaban ellos, siempre, siempre, siempre me llevaban ellos con un cochazo que no veas, (ríe). Cuando nos vinimos lloraban que no veas, nos llevábamos mu bien mu bien con ellos. Luego bauticé yo a la niña, allí se celebró, luego me puso otra habitación con su calefacción para la niña, para que no tuviera ruido, que no se fumara… porque el bautizo de la niña duró desde por la mañana hasta por la noche, pero unos cuantos matrimonios nada más. Se portaron demasiado bien cuando nació la niña, entonces íbamos a estar que si invitábamos a uno, que si invitábamos a otro, y dice Manolo po lo que hacemos es que los invitamos a todos. La suramericana nos lo pusieron todo, todo, vajillas, cosas… porque nosotros no teníamos allí tantas cosas, las cosas como son. Nos llevábamos muy bien con ellos, lo que pasa es que con el tiempo se van perdiendo las relaciones, se enfrían y…” ¿Llegaste a reintegrarte en la sociedad de forma satisfactoria? Quizás no es una pregunta para hacer, sino para deducir tú después de las respuestas recibidas. “Con los alemanes no porque no eso, sino por el idioma. A los que conocía, por ejemplo, a los hijos de los dueños po si, hablando a trancas y barrancas, pero bueno.” ¿Notaste rechazo por parte de los alemanes?, “nada, nada, nada, ni Manolo. Yo, incluso en la fábrica que yo trabajaba, tenía fama de mala la que estaba de jefe, que estaba allí de vigilante, y yo, conmigo no tuvo quejas, pero tenían culpa las italianas, que no se daban a respetar, les faltaban, po ella, la jefa, que tenía un carácter fuerte, po las italianas, no se si sabes como son, donde quiera que van, van formando jaleo…, no respetaban, y decían que la encargada

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era mala, pero de mala nada, lo que tiene es que no la respetáis que se creen que van a hacer lo que les den la gana. Pero estuvo muy bien.” ¿Había más seguridad que en Setenil? “Allí dejabas una cosa en la puerta y estaba en la puerta. Allí no, que va que va, mucha más responsabilidad, nada, nada. Había flores en la puerta y nadie las tocaba. Y además las flores se regaban a sus horas. Nadie que te hacía daño en la fachada ni ná. Muchas mañanas mu temprano mu temprano sacudían las alfombras por las mañanas, como eran tan aficionado a alfombras veías tu mu temprano las alfombras en las ventanas.” Respecto al ámbito laboral: ¿cuantas horas trabajaba diariamente? ¿Igual que su marido? “Manolo trabajaba de dos turnos, po un montón de horas al día. Yo trabajaba desde mu temprano, mu temprano, mu temprano y volvía sobre las dos o las tres, unas siete u ocho horas serían, de eso si que no me acuerdo exactamente” ¿Cobraban los dos iguales? No, yo cobraba mucho menos, mucho menos. Aquello no estaba mu pagao. No es que fuera un trabajo mu trabajoso, pero yo tenía mis papeles en regla, me pagaban todas las cosas que es por eso por lo que yo trabajaba allí” ¿pero en general las mujeres cobraban menos? “Si, por lo menos en la fábrica esa que yo estaba si, después ya no se yo. Siempre, tu sabes, ellos son ellos. Yo si cobraba mucho menos, y con to y con eso se cobraba mucho más que aquí (Setenil), y tenías todos tus seguros, todo, todo, todo” ¿Cuantos días a la semana trabajaba? “De lunes a viernes. Sábados y domingos no, pero Manolo si, porque eran turnos. Cuando era su turno era su turno, luego a lo mejor libraba a lo mejor dos días. Y puntualidad al pagar si, y en todo. Nosotros somos muchos mas listos que ellos, ahora lo constantes que son ellos. Tu sabes, por una porfía somos capaces de subir allá arriba corriendo, corriendo pero por una responsabilidad no, los españoles tu sabes lo que somos. Ellos son mucho más constantes, más constantes, más constantes. Allí, por ejemplo, se daban de baja en la fábrica, ¿no?, pero todo sigue exactamente igual, son muy estrictos. Y ya te digo, que los españoles tienen fama de más listos que ellos, bastantes mas listos. Mira, te voy a contar una anécdota por si la quieres poner: yo allí fui a arreglarme la boca, pero yo tenía un puente puesto y cuando fui al dentista, él practicaba mucho el español, le gustaba mucho que fueran españoles porque le gustaba practicar el español, y cuando fui me dijo, y me sentó mal, que el puente mío estaba tan rebién hecho que parecía que lo habían hecho allí (En Frankfurt). Y yo le dije que ustedes tenéis más dinero, más cosas…, pero la mano de obra la tenemos nosotros mucho mejor que ustedes., y lo que pasa es que ustedes tenéis muchos más adelantos que nosotros” ¿Realizaba doble trabajo?, o sea, ¿si trabajaba fuera y dentro de casa?. ¿Recibía ayuda por parte de los demás miembros de la familia a la hora de realizar las tareas domésticas? (¿Cómo ve esa situación?) “Yo la casa. Si Manolo estaba de noche, y yo como siempre era de día, por la mañana era cuando me iba, cuando volvía …, Manolo se dedicaba más a la cocina y yo a la limpieza, porque Manolo es un desastre pa la limpieza” ¿pero colaboraba en las labores del hogar? “Si, mucho, yo llegaba y yo tenía mi comida. La compra, por ejemplo, la hacía él. Yo era siempre la casa, la limpieza sobre to, la niña, la casa…pero después, darle de comer a la niña también le daba él, pero. El primero que llegaba era el que hacía las cosas. Hacíamos exactamente igual los dos. A mi me gustaba menos la cocina y a el le gustaba menos la limpieza, po cada uno a sus cosas. La compra cuando salía del trabajo se la traía pa la casa.”

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¿Tenía compañeras españolas en el mismo trabajo? “Si, si, además buenísimas.” ¿Estaba asegurada en el trabajo? ¿Y las demás compañeras? “Si, si, además es que no había más remedio. Si estás trabajando por algo privado no, pero si estas trabajando en algo público tienes que tener tu seguro. Y las demás compañeras po también, supongo que también estaban aseguradas.” En definitiva, ¿se sentía a gusto trabajando?, ¿se sentía valorada? “Si, porque me gustaba, el trabajo aquel me gustaba, con la maquina, eso volaba. Se llamaba la fábrica de faldas, pero allí lo que más se hacían eran pantalones. Había una italiana que no sabía ni enhebrar y llevaba mucho más tiempo que yo y no sabía ni enhebrar la máquina, y venía a que yo se la enhebrar, y por detrás se estaba riendo de mi. Pero yo era mu cobarde y con las italianas no me metía, que se ria to lo que le de la gana, yo le enebro la aguja y yasta, (ríe), así era. Después había una yugoslava que era compañera mía, era con quien empezaba el trabajo, buenísima, tu sabes, buenísima, buenísima, buenísima que era. Llevaba mucho tiempo allí ya, no era como yo que estaba recién llegá Yo que se, a mi como no me decían na. Yo ganaba lo que ganaban todas, era suficiente, pero no se, un sueldo base y yasta, tampoco era stanza, era un fábrica más chica. Pero yo no me sentía explotá, no, yo ni nadie, eso si que yo jamás, jamás ha habido una discriminación ni mirarte por encima del hombro.” ¿a qué dedicaba el tiempo de ocio? ¿Cómo era la vida fuera del ámbito laboral? “A sacar a la niña, pasear a la niña y yasta. Cuando ya dejé de trabajar po eso, las cosas de la casa. Me daba yo mi paseo con mi niña. Yo iba de un pueblo a otro, están cerquita, entonces las carreteras estaban extraordinarias, no era como España, tu tenías tu camino pa las bicicleta y pa los que iban dando andando, paseando a los niños…, tu ibas tranquila, tu ibas allí, te volvías… también pasábamos por un colegio, siempre me acordaré, que una vez nos tuvimos que refugiar porque empezó a llover de repente” ¿Me podría decir cómo era un día normal, desde que se levantaba hasta que se acostaba? “Po mu tranquila, la casa y la niña. A lo mejor una vez en navidades no reunimos, y yasta. Si salimos a la calle te ponen una cerveza y nosotros echábamos mucho de menos las tapas. Te ponen una cerveza mu grande, mu grande, mu grande, pero sin tapas, y a mi eso no me gusta. Si era cuando trabajaba era distinto a después. Cuando trabajaba me levantaba a las siete, temprano, pero jamás llegué tarde al trabajo, jamás fiché tarde, con una barriga grande que tenía ya, pero nunca llegué tarde... Íbamos al trabajo, fichaba, después salíamos a desayunar, después ya nos íbamos a la casa. Si Manolo estaba allí po ya estaba la comida hecha. Cogíamos, como allí anochece tan pronto, salíamos con la niña de paseo, regresar, acostarnos y ea, a la mañana siguiente la misma rutina. Los fines de semana que Manolo tenía libre podíamos hacer más cosas juntos. Íbamos a misa, y cuando no podíamos ir a pueblo de al lado a escuchar misa en castellano po íbamos a escuchar misa en alemán pero también católica, pero casi siempre íbamos a una española porque estaban los pueblos muy cerca, cogíamos el coche e íbamos” ¿y al cine o…? “al cine no, teníamos tele, pero como no la entendíamos no la poníamos mucho, y casi siempre estaba mu bajita mu bajita, parecía una tele muda. ANÉCDOTA Una vez estando sola, y me dio pena porque estaba sola, viendo la tele veo que es Setenil, ay Setenil, ay Setenil, fui corriendo a llamar a las españolas pa decirle que ha salido Setenil, que ha salido my pueblo, my pueblo ha salido, claro. El único pueblo que ha salido allí. La única persona que

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han nombrado ha sido a Barraquet, al oculista de Barcelona, después yo no he escuchado así más a ninguno. Si que salió Setenil y la casualidad es que estaba viéndolo yo.” ¿Por qué motivo salió? “Porque salieron unos pueblos en plan de turismo y entre ellos salió Setenil, eso ya era alemán yo ya no se ya por que motivo… La pena que yo tenía era que no había nadie conmigo. Allí tan lejos y ahora ves a tu pueblo en la tele po te da, te da… Salió España muchísimo, aquello de Carrero Blanco, la bomba de Carrero Blanco eso era to los días en el telediario. Además yo estaba mu al día porque Manolo me traía los periódicos de España del stanza, me los leía, estaba informada, además yo hacía muchos crucigramas” ¿entonces estabas informada de las noticias que sucedían en España? “Si, antes que nada ya lo sabía yo, porque Manolo se los traía del aeropuerto. Yo leía mucho con eso y me distraía mucho. Estaba más informada que aquí, aquí no leo nunca.” ¿Se relacionaban con las personas de ese país? ¿O se relacionaban mucho más con españoles y españolas? “Uno era gallego, la gallega, Esther, era muy buena persona, era buena persona. Uno de Zamora, allí en Alemania, uuhhh, que tío más tonto que… hablaba más fino que nosotros, pensaba que hablábamos mu mal. Pero en realidad nosotros hablamos de una forma y escribimos de otra, eso es lo que yo le decía a ellos, que como hablaban tan fino… Los alemanes, eran los dueños de la casa, que nosotros vivíamos en un piso arrendado, y eran buenísima gente, buenísima, buenísima, buenísima, lo que yo puedo decir, buenísima. Ahora había de to. Dio la casualidad de que tuvimos suerte, mucha suerte. Nos invitaron a comer fuera, y nos decían que eso era raro. Pero en realidad nos relacionábamos más con las españolas. Cuando nos encontrábamos por la calle hablábamos un rato…si necesitabas un favor por cualquier cosa…, resulta que cuando yo me fui pa tener a Encarnita, llegó la ambulancia a por mi y me estaba comiendo un mollete así de grande, me llevaron al hospital de Frankfurt pa tener la niña, pero como era una falsa alarma po me tuve que oír, pero como Manolo estaba trabajando llamé a Antonio y le dije: mira Antonio que me pasa esto, y cogió Antonio el coche y vino a por mi y yasta. Fue una falsa alarma, fue mu gracioso porque cuando yo vi a tantos tíos vestidos de blanco digo: donde van esta gente…” ¿y ya perdieron el contacto? “Ya no, habrá muerto ya…, hace, te estoy hablando de…, Encarna (su hija mayor) tiene 37 años, pues 35 años, Encarna nació allí. Ella tiene nacionalidad alemana, si quiere. Si quiere coger la nacionalidad alemana tiene menos dificultades porque nació allí y estuvo allí dos años. Entonces era así, ahora yo que sé…” Si han enfermado y han necesitado ir a hospital, ¿ha habido algún problema o inconveniente? “Nada, nada, nada, ni Manolo ni yo hemos estado nunca malo, nunca gracias a Dios.” ¿Era como en España que todo lo cubre la seguridad social o era privada? “Privada no, era publica. Manolo me tenía en su seguridad social, porque yo ya no trabajaba, y no sólo a mi sino que también tenía a mi suegro, a los dos. Pagábamos por supuesto, pero teníamos una seguridad. Igual que aquí, una seguridad bien y yasta. Incluso te ponían un coche, como me pasó a mi cuando fue una falsa alarma, pa llevarme. Pagaba yo, pero después me pagaba la seguridad social. Que era un papel, con sus papeles reglamentarios como es natural. El trato era mu bien, ahora en España los hospitales mucho mejores que ellos, mucho más limpio, las cosas como son, y eso que yo estuve en la universidad clínica, eh, que no era un hospital cualquiera, mucha más limpieza aquí. Allí puntuales y muchas cosas, pero como bonito y limpio aquí, mucho mejor. Ya te

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digo, en otros hospitales no se yo, pero allí si. Aquello era inmenso, la universidad clínica era inmensa” ¿Y cuando distes a luz? “Estupendo, ya te digo, allí estaba…, llamé, porque llamó la dueña de la casa, como siempre estaba la pobrecita pendiente, vio la luz encendida a media noche y subió y me pregunto que que pasaba y le dije que me había puesto buena, a mi manera. Me vine otra vez a Mercer Der (el pueblecito de al lado) y ya si era verdad. Además estupendo porque yo me puse mala el día 12 de octubre que fue el día de la virgen del Pilar, y mi Encarna nació el día de Santa Teresa, entonces durante ese tiempo, porque yo no vi la casa, tuve esa dificultad, me pusieron incluso una camilla, estaban aquí los médicos comiendo y yo estaba allí. Después las enfermeras estupendas, una era mu recta, no porque era mala sino porque era recta, y ya vino el doctor Schumann, no se si se dice así o se dice así, pero… fama mundial tenía, mira que suerte había tenido yo, y había asín de gente nueva y eso como tu, y yo decía que esa gente que no me toquen, porque la ayudante suya era suramericana y hablaba español, y digo yo: esa gente que no me toquen a mi eh, y me decían que no chiquilla, que no, que a ti te opera ese, y estupendamente., bien, bien, bien, bien, bien. Ahora, allí una limpieza Moisés, después de una cesaría recién hecha levántate y a arreglarte y a lavarte, tu todavía no habían llamado cuando ya estaban allí. Y ahora había una allí, aquella no era buena, aquella era china o japonesa, yo que se, una eso importante que tenía, pero hija de mi alma, nos forzaba a que nos levantáramos. Había una allí que el marido era piloto y no había ido porque nevó, un tiempo mu malo que hizo, total…, y a mi me daba lástima y le decía que yo te ayudo pero nada, no quería que le ayudara. Entonces yo le decía: tu eres mala, y cuando vino el médico con eso, tu sabes que vienen a ver como estas, le decía que esa no es buena, po le formaron una que no vea. Aquella mujer, la pobrecilla que no veía al niño, yo no se lo que le pasaría al niño. A mi me traía mi niña cada vez que… aunque le daba el biberón, y ahora a ella no, una gente que se veía…, yo no se lo que pasó. Una vez me levanté yo y me dieron mareos, eso si que es verdad, fui yo al servicio y me dieron pero mareos, mareos, mareos, y había otra que me cogió y también la regañaron, me dijeron que sola que no. Esas cosas, pero después, porque había una asín, que no, no que fuera…, es que era demasiado recta.” ¿Llegaste a conocer asociaciones de vecinos o algún tipo organización que reivindicara los derechos de la mujer? “No, porque no hacía falta, a nosotros no nos hacía falta.” En esa época en España, y más concretamente en un entorno rural como Setenil, no había a penas adelantos tecnológicos como lavadoras, secadoras… ¿Cómo fue su reacción al encontrarse en el extranjero que existían lavadoras, secadoras…? “Allí si. Lavadora…, mira, antes de recoger la mía, antes de comprar la mía yo iba a una lavandería. Incluso en el carrito de la niña llevaba yo mi barreño, mí de eso así, y ponía yo la ropa en una lavandería. La ponía, le daba al botón. Estamos hablando del año 71 o 72, y yo por ejemplo no me acuerdo si mi madre ya la tenía. Nevera si, nevera y eso ya si lo había. El impacto mío que más me llamó la atención fueron los coches, porque lo demás, si tenía aquí lavadora, tenía de eso, aquí era de gas y allí era eléctrica. No me impactó mucho las cosas esas. El aire acondicionado, que aquí no existía y allí si. Por ejemplo, el aire acondicionado en las casas particulares no existía. Microondas tampoco pero horno si, horno si tenía yo. Lo que aquí no tenía y allí me lo encontré po si que me impactó. “ ¿Al regresar de Alemania encontró España muy cambiada? “España evolucionó exagerado, eso fue en cuestión de unos cuantos años. Vengo de Alemania y me encontré España cambiá por completo. No es que fuera como

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ahora, pero si me la encontré mucho más…, en cinco años, es que España en poco tiempo, no se lo que hizo.” ¿Tuvo hijos/as allí? ¿Cómo fue la educación de ellos? ¿Dicha educación la pagaba el estado? “Si, Encarnita. No la puse en guardería porque no quisimos ponerla. No quisimos ponerla en caras extrañas, la verdad. Ya que dejas de trabajar, como te he dicho antes, pero aunque no la hubiesen cerrado, Manolo decía que no la dejábamos con caras extrañas, sin saber. Serían buenísimas, no te digo que no, pero yo que se quien era. Aquí (Setenil) las conoces por lo menos.” ¿Consiguieron ahorrar mucho dinero? “Po mira, el poquito que eso si empezamos, nosotros es que éramos muy ahorrativos. Ya te digo que nosotros podíamos haber ido a conocer el mundo entero, porque nos costaba mu poco, pero nosotros preferíamos ahorras para tener nuestra casa, pa tener nuestra eso, pa empezar, antes que, que…, que ahorramos, que ahorramos.2 ¿Se han arrepentido de haber emigrado? ¿Mereció la pena? REPETIRÍA? “No, de haber ido, no, después de venir tampoco. De haber emigrado no, yo tampoco porque yo no puedo contar más. Mereció la pena. Yo, repetir, bueno, repetir, nosotros aquí (Setenil) la verdad gracias a Dios ha ido muy bien, nos hemos venido en el momento justo para empezar a salir aquí, porque si regresamos más tarde empezamos mu viejos, nos tuvimos que ir, más que por necesidad, no es que nos fuéramos por justo, pero Manolo aquí (en Setenil) tenía su huerta, el padre se la dejó, pero no era un porvenir, era una cosa que a mi suegro le pasaba cualquier cosa y tenía que dividir las tierras en siete.” ¿Que has sacado de positivo? “Positivo…, teníamos más bienestar, ahorramos más dinero. Y después el clima aquel no me gustó. Viene a ser distinto, mucho frío, mucha humedad. Es distinto, a las cuatro de la tarde ya era de noche. Positivo eso, que económicamente estábamos mejor, había más adelantos por lo tanto, la vida era más, más cómoda, y yasta, después como no salíamos ni eso así po no…” ¿Que has sacado negativo? “De negativo, de negativo el clima, el horario por ejemplo de Manolo, que eran turnos. Por lo demás no, por lo demás estupendo, era lo mismo por la mañana que por la tarde. Tenía cambios, el es nervioso de por sí y eso le afectaba más, cada vez que le cambiaban de turno, y yo no, yo mu bien, yo…” ¿has sacado más cosas positivo que negativo? “Yo si, ya lo has visto ahí, muchas más cosas positivas que negativas”. ¿Podría hacer un balance final de su experiencia en el extranjero? “Mi experiencia, como salí poco tuve poca experiencia, pero vamos, la experiencia que tuve fue positiva. El trabajo allí estaba mejor organizado que aquí, aquí si no trabajamos antes, ya veía yo como se trabajaba. Ahí estaban las cosas mucho más, mucho más mecanizá, más industrias, un nivel de vida mucho más, mucho más alto, en parte porque tenían muchos adelantos.”

¿Recomendarías a sus hijos/as para que fuesen al extranjero para trabajar igual que ustedes?

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“Con las cosas legalizá y si a ella le gustara y eso po sí. Aparte de eso, que trabajen aquí, que aquí están en lo suyo, aquí estamos en lo nuestro. Pero aparte de eso si, siempre… allí lo que tu tenías que tener es siempre los papeles en regla y to estupendo. No se metía absolutamente nadie contigo. ANÉCDOTA Teníamos un televisión pero no la teníamos declará, porque allí la tele se pagaba, no es como aquí, allí la tele se pagaba, si, y la dueña de la casa no nos dio nada, estuvimos cinco años y nadie se metió con nosotros, y nos habían podido multar a lo mejor, no se, pero a lo mejor, nosotros no sabíamos eso, pero si, había que pagar, cosa que aquí no, no se pagaba. Yo ya no se allí ahora. Era una cosa ilegal, nadie llegó, nadie dijo nada, nada.”

7.2. Entrevista oral de Josefa Cubiles

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FICHA TÉCNICA DE LA ENTREVISTADA NOMBRE: Josefa Cubiles EDAD: (71 años) ESTADO CIVIL: Casada LUGAR Y AÑO DE NACIMIENTO: Setenil de las Bodegas (Cádiz), marzo de 1940. RESIDENCIA: Calle Mina ETAPA EN LA QUE EMIGRO: 1965-1990 PAÍS AL QUE EMIGRÓ: Suiza (Zurich) A QUÉ SE DEDICÓ: hostelería. (Cocinera-camarera en un restaurante). ANTES DE EMIGRAR ¿Dónde y cuándo nació usted? “En Setenil, en marzo del 1940” ¿Cómo era su familia, hermanos, a qué se dedicaba su padre? “Po mi padre al campo, mis hermanos al campo porque es lo que había en aquellos tiempos. Yo estuve un tiempo vendiendo, después estuve trabajando en la casa de tu tía Josefa una temporada también. Y mi familia muy bien, eran gente humilde pero buena gente”. ¿Tuvo posibilidades de ir al colegio? “Po sí que fui, pero iba de noche a enseñarme a leer, a una señora que enseñaba aquí a los que no sabían leer, se llamaba María Luisa, yo fui de noche, pagando una peseta cada vez que iba, 30 pesetas al mes pa enseñarme a leer. Una señora que se dedicaba a dar clases particulares y las daba de noche”. ¿Qué recuerdos tiene de aquella época? “Buenos recuerdos, como no conocíamos otra cosa, po éramos felices. Fue una época de necesidades”. ¿Fue una época de hambre?. ¿Usted pasó hambre? “No, pero si había gente que pasaban hambre” Pero en su entorno, ¿recuerda gente en peores condiciones?. ¿El nivel de su familia como lo recuerda respecto a las familias de su entorno? “Bueno, porque teníamos nuestra casita propia y mi padre estaba trabajando y cuando fuimos grande cada uno iba trabajando como podía y no hemos pasado hambre”. ¿Comparando aquella época con la actual, qué piensa? “¡Ooooo! mucha diferencia, una diferencia mu grande” ¿Cómo era un día normal en su casa, en su vida en aquellos años? “Trabajá, íbamos a lavar al río, ayudábamos a mi madre y así pasábamos el día”. ¿Erais muchos hermanos? “Siete éramos, han muerto dos y ya quedamos 5. Cinco hembras y dos varones”. ¿Ha tenido una infancia mala?. ¿Cómo pasó su infancia, que recuerdos tiene en torno a ella? “Bien con algunas necesidades, porque a lo mejor llegaban los reyes y no teníamos reyes, no teníamos donde… Pero bien porque tenía unos padres buenos que era lo principal, es lo más importante y ya está”. ¿Salía sola a la calle? “No, que tu ibas por ejemplo a lo mejor tu empezabas con un chico siempre iba la hermana contigo, las amigas, sola nunca, nunca”.

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¿Cómo era la actitud de la gente, su carácter en esos años? “Po yo lo veía bien, sólo conocía eso” ¿La recuerda como una época de muchas enfermedades y muerte? * “No, en nuestra familia gracias a Dios” ¿Trabajaba en casa? ¿Tenía algún tipo de empleo? ¿Le pagaban bien? “Pues sí ayudándole a mi madre, y luego como te he dicho también estuve un tiempo trabajando en casa de tu tía Josefa, y después ya me casé y emigramos” ¿Cómo conoció al que sería su marido? ¿A qué se dedicaba? ¿Estuvieron mucho tiempo de novios? “Po que nos criamos juntos en la calle desde chicos, nos criamos juntos en la calle Mina” ¿Y su marido a qué se dedicaba? “Po mi marido al campo, que es lo que había, en Setenil no había otra cosa. Estuvo vendiendo pescao y esas cosas cuando era un niño con Pedrín, pero después al campo” ¿Estuvieron muchos años de novio? “Ocho o nueve años” UNA VEZ QUE HAN EMIGRADO ¿Cuándo emigró? “Po emigramos en el 65, fuimos de contrato allí. En Suiza estuvimos un tiempo en una montaña, en un restaurante de montaña, y ya luego bajamos a la capital y estuvimos 25 años con los mismos dueños, eran catalanes ellos. Allí crié a mis hijos y tó en la misma casa en la que trabajábamos. Tengo dos hijos: mi Eulogio y mi José Luís”. ¿Cómo surgió la idea de emigrar? ¿Quién tuvo la idea? “Po la idea de emigrar, mi marido se fue y emigró porque éramos muchos allí del pueblo y unos a otros se hacían allí el contrato, entonces se fue estuvo allí cuatro meses soltero y a los cuatro meses vino, nos casamos y nos fuimos. La idea la tuvo él”. ¿Realmente tenía ganas de emigrar o fue por obligación? (emigración voluntaria o forzada) “Más que ná fue por obligación, porque se estaba mal, la verdad, yo decía el día que yo tuviera a mis hijos estuvieran mejor que estaba yo, la verdá, y emigramos”. ¿Por qué emigraron? “Para estar mejor, para mejorar, claro”. ¿Cómo fue el viaje? ¿Les costó muy caro? “Po el viaje fue, primero tuvimos que hacer escala en Ginebra y allí nos hacían un reconocimiento cuando fuimos en aquellos tiempos, si estabas bien te dejaban pasar y si estabas mal te volvían, claro está. Allí nos hicieron un reconocimiento médico y nos encontraron bien y nos dejaron pasar sino no puedo pasar porque la gente se volvía que estaban enfermas y no podían pasar. El viaje el primero fue en tren. No me acuerdo lo que me costó, de eso no me acurdo yo, mi marido puede que se acuerde”. ¿A que parte del país emigró? ¿Era una zona industrializada o rural? “A Zúrich, que la capital es Berna aunque yo veo a Zúrich más grande siendo la capital Berna. En Zúrich se vive allí más que ná de restaurantes, muchísimo turismo, es una ciudad muy bonita y se vive allí más que ná de restaurantes”. ¿Trabajaba usted en el mismo restaurante que su marido? “En el mismo, los dos hemos estado siempre juntos. Allí crié yo a mis hijos y tó. Eran catalanes ellos, me dieron vivienda arriba, un piso po entonces yo crié a mis hijos allí muy bien, tenía que trabajar pero los crié allí”.

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¿Le gustaba el lugar de residencia? “Pues sí que me gustaba a mí Zúrich, me ha gustado siempre mucho y además tenía el trabajo allí mismo, en la misma casa donde vivía. Tenía la vivienda arriba y el trabajo abajo. Los dueños también estaban allí. Es una cosa mu cómoda porque teníamos el trabajo abajo y la vivienda arriba”. ¿Cuántos trabajadores/as eráis? “Éramos siete en la cocina y cinco camareros, al menos catorce personas trabajábamos, no era muy grande pero trabajaba de 14 a 15 personas trabajábamos”. ¿Puede hacer usted una comparación entre la vida en Setenil (Cádiz) y la vida en Zurich durante esa época? “¡Uy! Eso no se puede compara, aquello mucho más avanzao en todos los sentidos. Vas a arreglá papeles, en cualquier sitio te atienden diferente, la cosa está mucho más adelantá. Mucho más puntualidad, si tú llamas a un fontanero y te dice a las 10:10 a las 10:10 está ahí. Más seguridad, Zúrich es un sitio mu seguro, mu seguro. Allí por ejemplo hay unos pueblecitos que están muy cerquitas de la capital porque eso no se corta, a lo mejor si tú quieres la leche le dejas el dinero en la bolsa y te dejan la leche allí y nadie se lleva el dinero ni ná. Aquello me gustaba mucho, me vine porque a mi marido le gustaba mucho el pueblo y ya… porque me guste me gustaba mucho la vida de allí también. Yo me hubiese quedao, tengo un hijo allí viviendo, que vamos mucho allí nosotros, ahora este año iremos otra vez. El mayor se quedó allí y el pequeño se vino aquí, José Luis”. Respecto al idioma: ¿asimilasteis bien la nueva lengua? ¿Rompisteis pronto la barrera del idioma? ¿Os costó mucho esfuerzo? ¿Aún practicáis el idioma? “El idioma eso es lo peor, eso es lo más difícil, nosotros nos adaptamos bien porque como eran españoles los compañeros, nos desenvolvíamos mejor en italiano, con las italianas sí que me entendía bien, y cualquier palabra ya con tanto tiempo se coge. Ya mis hijos se hicieron mayores y como ellos hablaban muy bien el alemán po ya no tenía yo problema”. ¿Qué idiomas se hablan en Zúrich? “Se habla el alemán, francés, italiano y el denesco, que es el suizo, que es como un dialecto, este no llegamos a dominarlo porque es muy difícil. Mis hijos sí, ellos sí, pero nosotros no, ellos han hecho todo el colegio allí y ellos sí. El idioma es algo complicao, la verdad”. ¿Había en España, concretamente en Setenil, mucho retraso respecto al lugar que emigrasteis? “bastante más, muchísimo más”. ¿Has emigrado a través de otros familiares o lazos de unión, o sea, recomendada por alguien? “Sí, sí, mi marido se lo hizo a través de otras personas que habían allí y ya él me llevó. Ya ellos le informaron como estaba aquello y todas esas cosas”. ¿Una vez que llegasteis ya teníais el trabajo? “Sí, ya teníamos el trabajo y todo”. ¿Tuvisteis muchos sentimientos de añoranza a España, concretamente a Setenil? “Sí, bastante, bastante, los primeros tiempos bastante y yo quizás un poquito menos, pero mi marido era mucho del pueblo y lo añoraba muchísimo, muchísimo”. ¿Cuánto tiempo ha permanecido viviendo en el extranjero? ¿Teníais la oportunidad de venir a España en navidad o en alguna ocasión especial? “Veinticinco años. No, siempre en verano, que cerraban, siempre en verano, siempre en agosto. Cuando echaban las vacaciones de los niños que la echaban el 14 de julio, me venía yo una semana antes que mi marido y después venía él

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que cerraban allí tres semanas, yo siempre me venía las 5 semanas del colegio con los niños todos los veranos”. Teníamos de vacaciones tres semanas los más jóvenes y cuatro semanas los más mayores. Los niños tienen cinco semanas de vacaciones, allí las tienen más compartida y no es como aquí que la tienen tres meses. ¿Tenías ganas de volver o ya después…? “Cuando ya estabas aquí te costaba un poquito” ¿Te adaptaste bien? ¿Tenías buenas relaciones con las vecinas/os? “Pues sí, yo si me adapté bien como era un sitio que estábamos muy queridos por ellos, por los dueños y tó me adapte mu bien. Los dueños también fueron emigrantes y pusieron este negocio y después fueron patrones. Sí que tenía buenas relaciones con los vecinos, porque la mayoría eran españoles, otros gallegos, otros asturianos, habíamos de to, andaluces, hasta poloneses que los teníamos bastante… esto (señala un cuadro) y otra cosita que tengo por ahí me la regaló un polonés para que lo tuviera de recuerdo” ¿Llegaste a reintegrarte en la sociedad de forma satisfactoria? Quizás no es una pregunta para hacer, sino para deducir tú después de las respuestas recibidas. “Sí, sí” Respecto al ámbito laboral: ¿cuantas horas trabajaba diariamente? ¿Igual que su marido? ¿Cobraban los dos iguales? “Pues trabajábamos 8 horas. Pues si casi igual que mi marido. Él siempre cobraba más que yo porque él era cocinero y el cocinero allí estaba muy bien pagao y él cobraba un poco más que yo”. ¿Cuantos días a la semana trabajaba? “Pues 5 y 2 libres” ¿Realizaba doble trabajo?, o sea, ¿si trabajaba fuera y dentro de casa?. ¿Recibía ayuda por parte de los demás miembros de la familia a la hora de realizar las tareas domésticas? (¿Cómo ve esa situación?) “Claro en la casa, cuando terminaba tenía que trabajar en la casa. No recibía ayuda de los demás miembros de la familia, a veces estaba allí mi hermana Catalina y se quedaba con los niños un rato o mi mario y yo hacía la faena así. Yo siempre he llevao mi casa y mis dos niños a parte de las 8 horas que echaba. Lo que pasa que yo tenía el trabajo unas veces la plancha otras veces la cocina, pero me la daban pa que yo la echaras como quisiera pa que yo cuidara de mis niños. Yo administraba las horas. Por esa parte… ¿Tenía compañeras españolas en el mismo trabajo? “Sí, po la mujer de José la cuñá de Lola que una vez estuvimos trabajando ella mediodía y yo otro mediodía porque como teníamos los niños. Era del pueblo y durante una temporada estuvimos compartiendo el trabajo, ella hacía cuatro horas y yo hacía otras cuatro y cuidábamos a los niños”. ¿Estaba asegurada en el trabajo? ¿Y las demás compañeras? “Yo sí, allí todo el mundo asegurao. Aunque estuviera un mes, estaba asegurao. Nosotros donde quiera que hemos estao hemos estado asegurao. Han pagao por nosotros y la hora de cobrar siempre puntuales”. ¿Cómo era la vida fuera del ámbito laboral? “Po en el tiempo libre nos íbamos con los niños a la montaña, a pasear a los jardines o depende si había nieve a esquiar con los críos”. ¿Me podría decir cómo era un día normal, desde que se levantaba hasta que se acostaba? “Po un día normal desde que nos levantábamos íbamos al trabajo, después media hora de desayuno, después otra vez a continuar, a las tres terminaba o había un descanso hasta las 6 otra vez y de la 6 a lo mejor a las diez de la noche.

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En el descanso íbamos de paseo con los niños a los jardines. Los viernes por ejemplo íbamos los dos de compra se compraba todo. También algunas veces íbamos al cine. Los días libres nosotros hemos ido a todo los sitios con ellos”. ¿Se relacionaban con las personas de ese país? ¿O se relacionaban mucho más con españoles y españolas? “Más con los españoles, pero había suizos que aunque no te entendieran eran buena gente. Todas las camareras eran españolas o italianas” Si han enfermado y han necesitado ir a hospital, ¿ha habido algún problema o inconveniente? ¿Era como en España que todo lo cubre la seguridad social? “No ha habido, él se operó de una etnia y no hubo problema ninguno. Mi José Luis se operó de la apéndice y tampoco. Lo que yo no entendía el médico mismo me ayudaba. Nosotros no hemos tenio inconveniente ninguno. Para el trabajo y para los hospitales y tó allí, allí son las gentes más formales y puntuales, comparación no hay. Los hospitales y eso eran privados, eso lo teníamos que pagar nosotros. En los hospitales dabas un dinero pero luego te devolvían un tanto. No en los hospitales cuando estuvo mi José Luís no pagué yo ná” ¿Y la educación? “Mucho mejor allí, un nivel más alto, el idioma mínimo dos hablao y escrito, la base que traía mi José Luís no la tenían aquí muchos ni con 11 años” ¿Llegaste a conocer asociaciones de vecinos o algún tipo organización que reivindicara los derechos de la mujer? “Pues no he ido nunca, pero lo he escuchao, pero nosotros no hemos ido nunca, porque el rato que tenía libre eran para mis cosas. Pero si lo había” En esa época en España, y más concretamente en un entorno rural como Setenil, no había a penas adelantos tecnológicos como lavadoras, secadoras… ¿Cómo fue su reacción al encontrarse en el extranjero que existían lavadoras, secadoras…? “Mucho más, la máquina frega platos, el pelador de patatas, muchas más cosas que aquí, secadoras grandes que caben las sábanas enteras. Todo esto estaba en el mismo restaurante porque el bloque era de los dueños entero, un bloque de cinco pisos pero entero de los dueños. En uno estaba la lavandería, en otros los apartamentos…” “Maquinarias de todas clases había. Se extrañaba una como ya te digo en la máquina de la plancha, en la secadora, la lavadora grande, lavavajilla grande también industriales, nos llevan mucho adelanto, me impactó ya luego lo ves tan normal, pero a lo primero te impacta” ¿Tuvo hijos/as allí? ¿Cómo fue la educación de ellos? ¿Dicha educación la pagaba el estado? “Los dos han nació allí. Po mu bien, mu bien, un día a la semana iban a natación, lo enseñan a to, eran colegios estatales. Allí no te da cuenta na, yo no supe lo que era comprar un lápiz, los libros te lo dan y los tiene que forrar, si tu lo llevas al otro curso manchao tienes que pagar 50 céntimos, que eran allí 50 francos para que tuviera cuidado con el libro de no mancharlo y eso y así sirven de unos para otros en aquella época. Yo me he gastao cuando estaba mi José Luis estudiando aquí (Setenil) pero antes nada”. ¿Hablaste con los maestros?“Si, hablaba en italiano con la hija del patrón que hablaba muchos idiomas, si tenía algún problema o quería preguntar algo ella me ayudaba”. ¿Consiguieron ahorrar mucho dinero? “Po mira no estuvo mal, por lo menos estamos viviendo de eso, de lo que ahorramos allí, y mereció la pena” ¿Que has sacado de positivo?

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“El bienestar que tengo lo he sacado de allí, la experiencia, conocer un país que no lo conocía y todo eso. Allí estábamos todos juntos”. ¿Qué has sacado negativo? “Na, lo único que cuando me iba dejaba a los padres atrás, mucha nostalgia, pero otra cosa no”. ¿Podría hacer un balance final de su experiencia en el extranjero? “Bien, bien, mu contenta, contentísima, aún tenemos muchos contactos con ellos porque nos fue mu bien, la verdad. Hemos trabajao, pero hemos tenio un sitio muy bueno y hemos estao muy bien. Todavía la amistad, hará unos cinco o seis meses han estado aquí una sobrina y el marido que han venio a vernos. Se guarda la relación. Ahora cuando vamos allí tenemos que ir siempre al restaurante a comer, este año queremos ir en enero”. Recuerda algún hecho significativo o anecdótico que merezca la pena recordar? “¿Curiosa? como no fuera mis 50 años, que nos fuimos a comer a un restaurante y la patrona me regaló 50 rosas y 500 francos, después me tocó la tuna. Después los bautizos de los niños y las comuniones las hemos hecho allí y to mu bien. Las celebraciones eran casi igual que en España porque siempre íbamos los españoles, yo invitaba a los conocio, 25 ó 30 que éramos y siempre a los conocio” ¿Recomendarías a sus hijos/as para que fuesen al extranjero para trabajar igual que ustedes? “Yo sí, sí yo fuera nueva se lo he dicho a mi hijo muchas veces que si yo volviera a nacer me iría de nuevo, como nos ha ido bien, la verdad, pues yo me iría, no tengo porque decir lo que no es”. “De Setenil había allí 200 personas cuando nosotros, casi todos en restaurantes que habían por la zona. Setenil tenía entonces casi 4000 habitantes, más que ahora. Cuando uno venía se llevaba paquetes pa otros y nos juntábamos muchísimo. En esa época aquí en verano venían montones de emigrantes y por eso cambiaron la fecha de la feria y tó. Hubo una temporá que hubo la fiesta del emigrante, pero eso se acabó. ¿En qué consistía esa fiesta? “En darle la bienvenida al emigrante, llegaba el emigrante que venía con dinero y hacían una fiesta a mediados de julio, duró mucho tiempo, pero ya cada vez menos, menos. Era la fiesta del emigrante porque se gastaba mucho dinero en los bares, y ya con la fiesta del Carmen…Esta fiesta la puso el ayuntamiento. En Arriate emigraron mucho también, es más, hay una escultura de un hombre con una maletita. Desde Arriate iban también a Francia y a Basilea. Allí nos juntábamos un montón de paisanos en una plaza llamada Berbio, nos decían, ¿dónde quedamos en Berbio?, si, en Berbio. ¿Ha cambiado mucho el ambiente ahora que usted va a ir en enero respecto a cómo era…? “Sí ha cambiado, porque ya no hay tanto españoles. Ahora hay más asiáticos, suramericanos, africanos, y antes a las 12 tú no podías pegar ni una voz, sino era frainá, eso quiere decir, que por ejemplo tú tienes un local y tú tienes permiso esta noche de dejarlo abierto hasta las 4 de la mañana puedes tenerlo abierto, sino hasta las 12, y todo en silencio, y ahora no, ahora ya cierra cada uno cuando quiere. ¿Cuándo usted va visita el mismo sitio donde estuvo? ¿Cómo está el restaurante ahora? “yo sí, el restaurante igual, lo que pasa que ahora lo tienen los hijos, porque los padres ya murieron” ¿El restaurante no ha decaído? “No, no, el restaurante Imidio sigue, porque se llama el restaurante Imidio”. Respecto al clima. “El clima es mu cambiante, porque a lo mejor que te digo en agosto tú sales y hace un sol y por la tarde ya llueve y hace frío y ya tienes que llevar una chaqueta, el clima no es como el de aquí. Yo por ejemplo me iba con los niños al lago y echaba una chaqueta porque me iba con calor y volvía con frío. Allí hay

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menos horas de luz al día, allí cenan a las cinco, pero lo que pasa una cosa que allí por ejemplo a las 4 de la mañana hay más gente en la calle, allí los autobuses y los tranvías están funcionando desde las 5. Allí en noviembre y diciembre a las 4 de la tarde es noche, y hay día que se juntan el día con la noche se está tan oscuro a las 12 del día que parece las 4 de la tarde, sobre todo en invierno”. Respecto a los coches ¿le impactaron los de allí? “Los coches tenían mucha diferencia respecto con los de aquí, claro, muchísima, eso son cosas que te impacta, ¡ohhh! que cochazo”. Allí las calles, carreteras… eran mejor ¿no? “Si, si, las ciudades con más zonas de parques y tó. Lo que pasa que tó es pagao los parking pagao, pa meter el coche había una maquinita que cada hora le tienes que meter una moneda. Allí es tó pagao, hay buenos servicios para ir a orinar en las calles, pero todo con dinero. Allí gratis no hay ná. Pero por qué pagarían los ciudadanos muchos impuestos ¿no? “Sí, pagan mucha tasa, y el que no tiene hijo po más. Allí si tú tienes hijos pagas menos impuestos. Pero como mi hijo que no tiene hijo y trabajan los dos pagan una cantidad mu grande”. ¿Se hacía allí declaración de renta? “Sí, allí siempre ha habio declaración, que le llaman allí la tasa y hay que pagar dos: la del trabajo y la de la nación, y por ser católico, es que te desquitan por todo, allí gratis no hay nada”. Y a misa ¿ibais? “Sí, algunos domingos que yo libraba, yo casi todos los domingos libraba, a una iglesia que la decían en español” ¿Allí había muchos católicos? “Sí, católicos. Zúrich es protestante, hay varias iglesias católicas, pero Zúrich es protestante. Berna es más católica. Allí cuando era fiesta católica en Berna cerraban y en Zúrich estaba todo abierto, Zúrich es protestante no católico, aunque hay varias iglesias católicas. Estaba la iglesia de San Pablo (iglesia católica) muy cerquita de donde yo trabajaba, y allí hizo mi José Luis la comunión y todo. La misa era en español y el cura también era español”. ¿De nuestro régimen franquista que se decía allí? “A Franco no lo querían mucho”. ¿Había muchas noticias de España? “Sí había, si había noticias, la muerte de Franco, to eso venían en los periódicos”.

7.3. Entrevista oral de Serafina Domínguez FICHA TÉCNICA DE LA ENTREVISTADA

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NOMBRE: Serafina Domínguez Anaya EDAD: (67 años) ESTADO CIVIL: Casada LUGAR Y AÑO DE NACIMIENTO: Setenil de las Bodegas (Cádiz), 7-12-1943 RESIDENCIA: Calle Gibraltar Español ETAPA EN LA QUE EMIGRO: Agosto del 68 a diciembre del 69 (16 meses) PAÍS AL QUE EMIGRÓ: Suiza (Zurich) A QUÉ SE DEDICÓ: Hostelería (Restaurante) ANTES DE EMIGRAR ¿Dónde y cuándo nació usted? “En Setenil el 7 de diciembre de 1943” ¿Cómo era su familia, hermanos, a qué se dedicaba su padre? “Mi padre a las aceitunas, cegando en el campo, vendiendo cal en un mulo por ahí. Mi madre también le ayuó mucho a las aceitunas, mis hermanos también” ¿Tuvo posibilidades de ir al colegio? “Yo tuve ná, de colegio tuve mu poco hijo, porque con la señorita Parra ahí no daban lección ninguna. Yo sé leer, pero escribir no pueo”. Yo me puse con una maestra que vino aquí y se llamaba María Luisa y pagaba una peseta y lo pagaba mi abuela” ¿Qué recuerdos tiene de aquella época? “¿De esa época? La juventud, vivía una no bien, estaba trabajando y luego estaba con mi abuela siempre porque ella vendía pan y le ayudaba a carrear el pan, luego me iba al campo a llevar el almuerzo, el café. Yo me he criao con mi abuela y mi tía, las dos me han criao a mí. Cuando me fui al extranjero las dos lloraban como una magdalena, ellas fueron mu buenas conmigo, me decían: ¡ay! niña no te vaya, y yo le decía: es que me tengo que ir, me tengo que ir”. “Yo no me quería ir, pero luego no me quería venir, yo llorando porque no me quería venir, pero como estaba embarazá me tuve que venir porque tuve un embarazo mu malo. Es que ya tenías un trabajo y veía un futuro y aquí no había trabajo ninguno y pagaban mu poco ¿entiendes? Al cambio suponía mucho aquello. Allí ganábamos los dos, mi mario y yo. Nos vinimos cuando me quedé embarazá y estuvimos aquí nueve meses, ya cuando mi hija nació mi mario se fue solo y estuvo dieciséis meses sin venir. Cuando ya tenía mi Isabel un año y pico fuimos a Málaga por mi mario y mi hija no lo conocía, y esa noche la niña no quería que me acostara con mi mario, porque la niña decía: mi madre que está acostá toa las noches sola y ahora este hombre y tuvo que estar escondio detrás de una cortina hasta que la niña se quedó dormía. Mira niño, y decían la gente ya a Serafina la ha dejao el mario porque lleva un año sin venir, pa que vea lo que son los pueblos. Luego mi mario se fue otra vez. Yo lloraba por no venirme, porque yo ya conocía aquello. Pero cuando llegué estaba tonta porque no sabía dónde iba, no conocía aquello. Cuando llevas un tiempo ya te espabila. Sabe lo que me pasaba a mí, que to los días a la 7 de la mañana llegaba una con un huevo que había que cocerlo con tanta bulla que había que cocerle el huevo y ponérselo allí y yo toa las mañanas estaba sola hasta las 11 que entraba otra y despue entra otra a las 3 que salgo yo. Y había una bulla de café que no me vea, los clientes me decían que no te has enterao, y yo le decía: que si me he enterao pero no me ha dao tiempo de ponértelo, pero como no me entendían ellos que sabían. Aquello era un restaurante que se llamaba Tearrón, y donde no se vendía alcohol. Había un

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hombre que tenía allí un de eso grande de dulces y él confiaba mucho en mí y me decía: Serafina yo voy a ir a la escuela pero tu cuida de los dulces y los vende. Yo se los vendía y me daban el dinero que… como estaba allí puesto lo que valía los dulces y yo… También había un guardarropa, pero yo nunca fui porque como no entendía y lo hacía Paca por mí, me decía: tú no te irrites que yo voy y tú te queas aquí. Paca era mu buena conmigo. Algunas veces me hartaba de llorar porque no entendía a la gente esa, y de la impotencia, eso tiene guasa hasta que tú no te hacías aquello. Una vez me perdí niño, tenía que irme sola y tenía que coger Manopraces que era un tranvía que era el 13 y ahora se me pasó y no lo cogí y me fui andando y me encontré con el hombre de la limpieza y me dice: ¿Serafina dónde vas? Y le digo a trabajá y me dice ¿por aquí vas a trabajar? Por aquí no, tienes que coge por allí y ya me equivoqué, y digo es verdad si tengo que pasar el lago y tengo que pasar la estación, y tuve que irme pa la estación, pero me daba susto porque allí había muchas pelea, mira un día pasé yo y había un hombre con la cabeza rota”. ¿Fue una época de hambre? “Claro que sí, menos mal que abrieron las puertas y nos fuimos que si no…, no tenemos na. Como mi mario estaba colocao allí yo me coloqué allí. Cuando nosotros nos casamos no teníamos ná. Mi mario llevaba 10.000 pesetas y cuando llegó allí se la dio a uno que le hacía falta así que fíjate tu…” ¿se las devolvió? “Po sí, luego le dijo: toma Miguel que ya las he ganao yo. Fue un favor”. “Nosotros como era un restaurante comíamos allí y tó, nos traían unos filetitos… Siempre me traían un flan y eso decía esto pa Serafina que lo tengo yo guradao. Aunque no nos entendíamos él sabía quien trabajaba bien y quien no” Pero en su entorno, ¿recuerda gente en peores condiciones?. ¿El nivel de su familia como lo recuerda respecto a las familias de su entorno? “Bueno… más o menos comparao con otros estábamos regular, regular. Hambre no porque estaba con mi abuela y no, pero mi padre ha pasao mucha fatiga” ¿Comparando aquella época con la actual, qué piensa? “Una diferencia mu grande en to. Si te comprabas un pantalón lo guardabas pa los disantos porque… luego a lo mejor cuando ibas a ponértelo ya se te había quedao chico (ríe).” ¿Cómo era un día normal en su casa, en su vida en aquellos años? “¿Un día normal? Na como eras joven, tu sabes… te levantabas, iba a las aceitunas, ayudaba en la casa… Hemos pasao una época mala, pa criar a los niños y to. Mis niños se liaban a llorar, ya se ha io mi padre, ya se ha io mi padre, eso es mu duro, mi Enrique el angelito le decía: papá no te vaya” ¿Salía sola a la calle? “Sola no, sola no me dejaba mi abuela, ni hablá. Yo iba al cine y venía una amiga conmigo y mi mario le tenía que pagar la entrada a la gente pa que viniera conmigo sino no iba. Aquí venía Mariquita Moreno y le decía a mi abuela: Elena dejala que va a venir al cine conmigo y decía mi abuela: bueno pero luego la tiene que asomar tu padre por aquí arriba. Hoy día es demasiao una niña con 14 años va a to los laos, pero vaya que ni tanto ni tampoco ¿comprendes? En esa época estaba una tonta, no sabía ni por donde iba porque no tenías libertad ninguna, siempre con el susto de que me van a regañar… Me decía mi abuela: toa han salió embarzá como tú salgas… la irritación que tenía. No tenía una libertad, es verdad. Mira, me ponía yo en una ventana que tenía y le decía a mi mario con la mano si salía o no (ríe)…Una vez vino Miguel a mi casa y le dijo a mi abuela: mira, que vengo a hablar con su nieta y le dijo mi abuela: po mira corre vete y ponte unos pantalones largos (ríe).. Miguel estuvo 14 años en Alcalá trabajando en la barbería y cuando venía yo le decía: que no te vea mi abuela, que como te vea ya no me

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deja salir. Mira y cuando yo sabía que había venio cogía la canasta pa ir por pan. Una vez derrame un bote de vino pa ir a por más y ver a Miguel (ríe)… Así era la cosa hijo” ¿Cómo era la actitud de la gente, su carácter en esos años? “To igual, to igual, porque eso era lo que había, íbamos toas y jugábamos a eso jugábamos a lo otro, íbamos a la plaza nos veníamos” ¿La recuerda como una época de muchas enfermedades y muerte? * “No, normal y corriente, aunque las personas ante vivían menos envejecían antes debió al trabajo que tenían y eso” ¿Trabajaba en casa? ¿Tenía algún tipo de empleo? ¿Le pagaban bien? “Sí, con mi abuela, y otras veces con mi padre a las aceitunas, mira niño pa coger los olivos grandes…no pasé yo na, y sabe cuánto gané 5.000 pesetas. Y con esas 5.000 pesetas fui a comprarme unas colchas, pero antes de llegar a la tienda llegué al estanco donde se me olvidó el monedero y no veas la irritación que cogí hasta que volví al estanco y el hombre me lo tenía guardao” ¿Cómo conoció al que sería su marido? ¿A qué se dedicaba? ¿Estuvieron mucho tiempo de novios? “A mi mario, ya ves… desde chico. Lo conocí en una Semana Santa, pero él pretendió a una amiga mía, pero ya luego se cambió (ríe).. y mi amiga no dijo na. De novio estuvimos 11 ó 12 años” ¿Y su marido a qué se dedicaba? “Él se aprendió a la barbería, era peluquero” UNA VEZ QUE HAN EMIGRADO ¿Cómo surgió la idea de emigrar? ¿Quién tuvo la idea? “Porque mi mario estaba allí. Él se fue porque allí había conocio de aquí del pueblo y le dijeron que si se quería ir. Él ya llevaba el contrato y tó cuando se fue. Mi mario estuvo allí 11 meses y luego vino nos casamos y ya me fui yo con él. Tuve una boda mu buena porque fue de dulces y estuvimos bailando y to. Mi mario trajo pa la boda 40.000 pesetas y me compró el vestio, los zapatos… me lo compró to él” ¿Realmente tenía ganas de emigrar o fue por obligación? (emigración voluntaria o forzada) “Fue por obligación, la necesidad te obligaba” ¿Por qué emigraron? “Para mejorar, para poder comprar tu casita… Cuando vinimos compramos la casita de las cuevas que nos costó 41.000 pesetas. Y decía la Elena (una niña chica, prima de la entrevistada): la Fina ha traio mucho dinero porque lo está contando en la cama, y es que yo estaba contando el dinero pa pagar la casa” ¿Cómo fue el viaje? ¿Les costó muy caro? “El viaje ya ve… tres días de tren, con un peazo maleta, mu malo, mu malo. En Ginebra teníamos que pasar un reconocimiento y si estábamos bien nos dejaban pasar, si no, nos echaban pa trá. Mira niño, me dieron un pinchazo, me dejaron en cuero en un cuarto. Una muchacha que entró conmigo no pudo pasar. Y yo decía a ver como escapo yo, pero yo estaba buena, yo estaba sana, pero siempre con los nervios de pasaré o no pasaré. Allí tardaba una hora mientras te hacían el reconocimiento” ¿A que parte del país emigró? ¿Era una zona industrializada o rural?

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“A Zúrich. Era industrial. Aquello era mu bonito, yo llegué y vi aquello era mu limpio, mu limpio. Yo me vine cuando la estación la estaban haciendo. Yo me vine llorando, yo no quería venirme. Pero me tuve que venir porque mi mario no podía atenderme con el trabajo y yo estaba mu mala con el embarazo. Yo estaba trabajando y tenía un cubo abajo escondío pa que no me vieran y no dijeran na”. En el trabajo ¿respetaban a las mujeres que estaban embarazadas? “Sí, sí claro, me podían llevar al médico y tó. Además nosotros estábamos legalizados, nosotros teníamos nuestros papeles y to”. ¿Tuviste la baja maternal? “No, porque como te he dicho me tuve que venir. Yo sólo estuve 14 meses, pero mi mario estuvo 6 años y 9 meses. Yo ahora estoy cobrando y tó del extranjero, ahora nos han dao más dinero. To los años pa cobrar ese dinero tenemos que mandar un papel que es la fe de vida, que es pa saber si estamos vivos o estamos muertos” ¿Le gustaba el lugar de residencia? “Claro hombre, allí vivíamos ¿cuánto éramos?... Nosotros vivíamos donde trabajábamos, teníamos habitaciones individuales, pero la cocina y el baño pa to. Como las demás estaban mocita y yo casá me decían: Serafina tú mañana me quieres poner la olla y yo la ponía. Allí lo compartíamos to, si me mandaban de España cosas yo me la iba a comer sola, me mandaba mi tía, me mandaba mi abuela, me mandaba mi madre. Me mandaban chorizos tachao en una lata pa que no se salieran. Yo iba a comprar a una tienda española sola y allí no se metía nadie con nadie, yo le decía a Miguel: dame dinero que no me falte que si no tengo que soltar las cosas. Allí había muchos españoles. En agosto venían los extranjeros y comían los bares con ellos porque traían mucho dinero” ¿Puede hacer usted una comparación entre la vida en Setenil (Cádiz) y la vida en Zurich durante esa época? “¿Comparar? Aquello era estupendo como que no hay comparación, aquí antes no había ni televisión ni ná. Allí la gente más bien vestío, las carreteras, las calles eran mejores y las calles estaban más limpias. Aquello nos llevaba a nosotros 40 años de adelanto” Respecto al idioma: ¿asimilasteis bien la nueva lengua? ¿Rompisteis pronto la barrera del idioma? ¿Os costó mucho esfuerzo? ¿Aún practicáis el idioma? “El idioma es mu complicao y más sin preparación y menos ma que los compañeros eran españoles y italianos. Pa aprender un idioma hay que estar preparao y que tenga una necesidad grande, yo decía cuatro palabras a lo mejor. Una analfabeta no pue… ¿me entiendes?. Había dos compañeras que eran mu buenas conmigo, buenísimas. Yo daba los café, las merienda” ¿Había en España, concretamente en Setenil, mucho retraso respecto al lugar que emigrasteis? “Muchísimo, muchísimo donde va a comparar” ¿Has emigrado a través de otros familiares o lazos de unión, o sea, recomendada por alguien? “Sí, yo emigré porque mi mario estaba allí ya, y él se fue porque había conocios allí que le dijeron que si se quería ir. Cuando yo me fui ya lo llevaba to, el contrato, la casa… Cuando mi mario vino pa casarse le dijo el patrón: Miguel ¿qué te vas a casar? Po si quieres tráete a tu mujer pa cá. Era mu bueno con mi mario. Bueno luego de casarme tuve que estar tres días en Cádiz arreglando los papeles” ¿Veníais mucho al pueblo? “Yo desde que me fui no vine hasta que me quedé embarazá que ya me vine y no fui más, y mi mario venía dos veces en el año. Yo quería venirme en avión pero no me lo recomendaron porque como estaba embarazá, y que mal lo pasé en el tren y to lo que comía to lo vomitaba. Antes eran unos trenes mu malos”

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¿Tuvisteis muchos sentimientos de añoranza a España, concretamente a Setenil? “Sí, to los días me acordaba de mi tía, mi abuela…” ¿Cuánto tiempo ha permanecido viviendo en el extranjero? ¿Teníais la oportunidad de venir a España en navidad o en alguna ocasión especial? ¿Te adaptaste bien? ¿Tenías buenas relaciones con las vecinas/os? “Con los vecinos españoles sí, pero los vecinos de allí eran malos, niño allí no se podía poner… mi mario puso una radio y los vecinos protestaron porque no nos querían ni ver, los vecinos no querían extranjeros. Una vez nos pusieron la basura en la puerta, nosotros la poníamos abajo y nos la pusieron en la puerta, esta gente era malísima. Había una mujer abajo que no nos podía ni ver, yo pasaba con un susto, tenía que ir con alguien porque me daba mucho susto. Paca, una de Alcalá que había me decía Serafina hoy vamos a bajar por leña y yo le decía po yo no voy porque la leña está abajo y es capaz de cogerme la gorda esa. Pero Paca me cogía por el brazo y me decía venga vamos y yo le decía ay que susto me da (ríe). En realidad nosotros na más que nos juntábamos con españoles” ¿Llegaste a reintegrarte en la sociedad de forma satisfactoria? Quizás no es una pregunta para hacer, sino para deducir tú después de las respuestas recibidas. “Si, porque casi siempre estábamos rodeaos de españoles” Respecto al ámbito laboral: ¿cuantas horas trabajaba diariamente? ¿Igual que su marido? ¿Cobraban los dos iguales? “Po yo trabajaba 8 horas. Si cobrábamos iguales, yo cobraba en aquellos tiempos 700 francos. A mí el turno que me gustaba era de 7 a 3” ¿Realizaba doble trabajo?, o sea, ¿si trabajaba fuera y dentro de casa?. ¿Recibía ayuda por parte de los demás miembros de la familia a la hora de realizar las tareas domésticas? (¿Cómo ve esa situación?) “Claro, luego tenía que hacer la casa, tenía que lavar, hacer de comer, los mandao… Menos mal que el supermercado estaba abajo y no tenía que ir mu lejos. Ayuda no recibía ninguna y ahora también estaba allí mi cuañao y tenía que lavarle la ropa…” ¿Tenía compañeras españolas en el mismo trabajo? “To, de Setenil, de Alcalá” ¿Estaba asegurada en el trabajo? ¿Y las demás compañeras? “Sí, allí estábamos to asegurao” En definitiva, ¿se sentía a gusto trabajando?, ¿se sentía valorada? “Yo sí, allí nos trataban a to por igual” ¿Cómo era la vida fuera del ámbito laboral? “¿Allí?, íbamos a la casa de un amigo, íbamos a ver los lagos, a conocer aquello” ¿Me podría decir cómo era un día normal, desde que se levantaba hasta que se acostaba? “¿Un día normal? Nos levantábamos, íbamos al trabajo dependiendo del turno que tuviera, hacer las cosas de la casa…” ¿Se relacionaban con las personas de ese país? ¿O se relacionaban mucho más con españoles y españolas? “Con españoles más, porque era lo que había en el trabajo, y como tampoco salíamos mucho” Si han enfermado y han necesitado ir a hospital, ¿ha habido algún problema o inconveniente? ¿Era como en España que todo lo cubre la seguridad social?

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“Problema ninguno, aunque al hospital no he estao, gracias a Dios, allí había que pagar unas tasas, sino no nos mandaba na, el que no ha pagao no le mandan na hoy” ¿Llegaste a conocer asociaciones de vecinos o algún tipo de organización que reivindicara los derechos de la mujer? “No, aunque no quiere decir que no hubiera, pero yo no lo conocí. Un día íbamos los tres de paseo, mi mario, mi cuñao Juan y yo y unos italianos se metieron conmigo, y yo le dije: venga vámonos q no pasa na, los italianos son mu frescos. Un día estaba yo trabajando y vino la patrona y me dijo de la línea esta pa dentro q no entre nadie y un día vino un italiano y me paso y le dije: ¿tu dónde vas? Y le pegué con una botella ¡bon! Es que pensaba que era yo otra. Tenía yo un babi azul marino y pensaba que yo era otra camarera. Y a mí como la patrona me había dicho eso sabe… y como él entro tan fresco, yo le dije: no quiero a nadie na más que a mi mario. Aunque el hombre no iba con eso ¿sabes?, pero como me dijeron eso…” En esa época en España, y más concretamente en un entorno rural como Setenil, no había a penas adelantos tecnológicos como lavadoras, secadoras… ¿Cómo fue su reacción al encontrarse en el extranjero que existían lavadoras, secadoras…? “En Setenil no había na, no había na. Allí si había lavadora y eso, pero yo no tenía, yo lavaba en la pila. En el restaurante si había lavavajilla y eso, allí metía yo los platos y eso, y los platos del helao. Yo también hacía helaos” ¿Tuvo hijos/as allí? ¿Cómo fue la educación de ellos? ¿Dicha educación la pagaba el estado? ¿Consiguieron ahorrar mucho dinero? “(Rie)… pa la casita. Nosotros si ganábamos allí dinero” ¿Se han arrepentido de haber emigrado? ¿Mereció la pena? “No, yo estaba contenta allí. Yo estaba estupendamente, como me fui con mi mario”... ¿Que has sacado de positivo? “La experiencia que tuve, conocer otro sitio que no conocía. Si me tocara la lotería yo iría, ya no es por lo que vale porque un billete vale mu poco, pero ahora dónde vas, y ya no es igual ir de joven que con 60 y pico años. Yo estaba contenta, porque había mucha gente de aquí y los patrones no eran malos conmigo” ¿Qué has sacado negativo? “De negativo el idioma y que se echaba de menos la familia” ¿Podría hacer un balance final de su experiencia en el extranjero? “Un balance final bien, contenta de haber estao allí” Recuerda algún hecho significativo o anecdótico que merezca la pena recordar? “Que cuando llegas, llegas atontá y no sabes por dónde va. Mira niño, un día me puse a regar las flores del restaurante que era una cosa que yo no tenía que hacer yo, eso le tocaba a otra camarera y ahora se me pusieron to los brazos llenos de ronchas, fue como una alergia, y tuve que estar toa la noche soplando, y al día siguiente tuve que ponerme mangas largas pa trabajá y pa que no se me vieran como tenía los brazos” ¿Recomendarías a sus hijos/as para que fuesen al extranjero para trabajar igual que ustedes? “Hombre, si hay trabajo aquí… más bien o más mal que aguanten lo que pueda, porque irse al extranjero sólo es mu duro, eso dice mi mario”

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7.4. Entrevista oral de Isabel Anaya FICHA TÉCNICA DE LA ENTREVISTADA NOMBRE: Isabel Anaya Moreno EDAD: (54 años) ESTADO CIVIL: Casada LUGAR Y AÑO DE NACIMIENTO: Setenil de las Bodegas (Cádiz), 22-1l-1956 RESIDENCIA: Calle Vizcaíno ETAPA EN LA QUE EMIGRO: Septiembre de 1979 hasta verano de 1991 PAÍS AL QUE EMIGRÓ: Suiza (Zurich) A QUÉ SE DEDICÓ: Limpiadora y empleada de correos. ANTES DE EMIGRAR ¿Dónde y cuándo nació usted? “En Setenil de las Bodegas el 22 de noviembre del 1956” Isabel Anaya Moreno ¿Cómo era su familia, hermanos, a qué se dedicaba su padre? “Mi padre trabajaba en la construcción y mis hermanos eran más chicos que yo. Cuando yo me casé mi hermana tenía 9 años, o sea que…, y mi hermano po trabajaba en la flores (un bar de Setenil, que hoy día aún existe). Juani el de la Flores es mi hermano” ¿Tuvo posibilidades de ir al colegio? “Yo sí, claro. Yo fui hasta que me jarté, y ya decía que no iba más y no fui más, vaya. No, yo fui a la escuela normal, que estaba Anita Ordoñez. Y también tuve yo como profesora a una mujer que hay a la vera de Pedrín (supermercado del pueblo) que está por ahí que tiene una hermana que vive en la fábrica, po esa también fue mi maestra” ¿Qué recuerdos tiene de aquella época? “Po los recuerdos bien, los de una niña normal y corriente. Vaya que yo no he tenido problemas como salen en la televisión, (rie)…” ¿Fue una época de necesidades? “No, si pero eso ya…. Para mis padres sí, pero yo no he tenio problemas por esa parte” Pero en su entorno, ¿recuerda gente en peores condiciones?. ¿El nivel de su familia como lo recuerda respecto a las familias de su entorno? “Hombre yo te digo la verdad yo no he pasao necesidades ni yo no recuerdo haber estado mal, hombre, no éramos muchos hermanos, vivíamos con mis abuelos, entonces po no éramos como las que tenía 8 o 9 hijos, comprende, entonces po yo he estado bien, la verdad, la verdad que sí”

¿Comparando aquella época con la actual, qué piensa? “Hombre claro que sí, había mucha diferencia, un cambio mu grande por supuesto, po si hubiese problemas yo diría po ha habido problemas, pero yo no he estado mal” ¿Cómo era un día normal en su casa, en su vida en aquellos años?

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“¿Cuándo, cuando yo era chica? Antes de emigrar estuve yo 5 años en las petacas, una fábrica de petacas que había aquí, po estuve cinco años hasta que me casé, y ya la cerraron y ya me fui. ¿Ha tenido una infancia mala? * ¿Cómo pasó su infancia, que recuerdos tiene en torno a ella? ¿Salía sola a la calle? “Sí, claro. Yo salía con mis amigas”. ¿No salía acompañada de un hombre? “Pa qué (rie)..” ¿Cómo era la actitud de la gente, su carácter en esos años? “Po normal, po como ahora más o menos, diferentes cosas, porque antes la vida era diferente, pero la gente aquí…, más o menos la misma gente que ahora. (La hija le dijo: ¿Pero tú no eras una moderna en esa época?) Hombre yo te hablo del año setenta y tanto pues la gente no estaba tan atrasá, como por ejemplo si le has hecho la entrevista a Josefita que es más mayor que yo, esa mujer ha vivido otra época diferente a la que yo he vivido, pero yo…. Po yo iba a la discoteca con mis amigas, salíamos. Además, no la vida de ahora de acostarte a las 5 de la mañana, pero nos acostábamos a las 11 o a las 12 de la noche. Se salía una vez los domingos, una vez a la semana, el único día, ni más ni menos na más que el domingo. Mi padre, po yo a lo mejor llegaba el domingo y me vestía y mi padre me decía: ¿tú dónde vas? Y digo yo: que voy a salir, y dice: ¿tú no saliste el domingo pasao?, digo sí, pero que tiene que ver, y dice: po este no se sale, y digo: ¿por qué?, y dice: digo, porque te vas a poner mu vista, y ya no salía. Como te lo estoy diciendo, así estaba la cosa” ¿La recuerda como una época de muchas enfermedades y muerte? * “No, de enfermedades no, que yo recuerde más o menos como ahora, se moría la gente igual que ahora” ¿Trabajaba en casa? ¿Tenía algún tipo de empleo? ¿Le pagaban bien? “No, trabajaba en las petacas. Me pagaban normal y corriente, no recuerdo exactamente cuánto, lo normal, ni mucho ni poco. Bueno… mu poco si lo comparamos con Suiza” ¿Cómo conoció al que sería su marido? ¿A qué se dedicaba? ¿Estuvieron mucho tiempo de novios? “Po en la discoteca, yo lo conocía a él desde siempre, pero vaya tu sabes allí pues…como tó, empezamos el rollo (rie). Él estaba en Suiza entonces, y venía los veranos, venía las navidades, y yo fui novia dos años y a los dos años me casé. Estaba él allí, allí tenía el trabajo, po entonces él dice po nos casamos y ya tá”. Y después al poco tiempo ya te fuiste con él, ¿no? “Claro nos casamos y nos fuimos”

UNA VEZ QUE HAN EMIGRADO ¿Cómo surgió la idea de emigrar? ¿Quién tuvo la idea?

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“Porque él estaba allí, él tenía allí su trabajo, cuando yo llegué él había alquilao un piso, un piso mu bonito en Zúrich. He vivio allí la mar de feliz”. ¿En qué año os fuisteis? “En el 79, yo llegué allí el 23 de septiembre del 79. Me casé en agosto, el 23 de agosto y me fui en septiembre. Claro, el mes de ir de viaje de novio a Canarias”. ¿Llevabas ya un contrato? “No, porque mi mario tenía permiso de residencia, entonces yo no necesitaba contrato, él no tenía contrato, él tenía allí un trabajo fijo. Entonces yo cogí el permiso de él, al irme yo, entonces yo cogí el permiso de él, entonces yo no necesitaba contrato ni permiso de la policía, porque la policía ya me lo daba a mí porque él era fijo allí. O sea, que no tuve problema en llegar, no tuve problema en llegar, no tuve por ejemplo problema de vivienda, porque ya cuando yo fui ya tenía el piso arrecogío. La verdad que hemos estao allí muy bien, estupendamente” ¿Y cuántos años estuvisteis? “He estao 12, doce años” ¿A qué te dedicaste allí? “Po mira allí he estao trabajando en correo” La idea de emigrar la tuvo él ¿no? “Él ha estao 22 años trabajando en correo, y claro po entonces las mujeres de los trabajadores que trabajaban allí po teníamos preferencia, claro está. Nosotros teníamos preferencia pa entrar en el trabajo. Él por ejemplo, yo empecé a echar horas cuando nació mi hijo Juan Antonio, a los 11 meses de nace mi Juan Antonio yo estaba apuntá, y entonces me cogieron y yo iba a trabajar tres días 5 horas por la tarde, de las 6:30 a las 11:30, y ya empecé también a trabajar los sábados, cuando había mucho trabajo, o en época de las navidades, que había muchos paquetes, había muchas cartas, po entonces echábamos más horas. Y mi marido trabajaba por las mañanas, ya después, cuando mis hijos fueron más grandes pues entonces yo ya echaba la jornada completa. Entonces yo me puse de noche y mi marido de día. Yo me iba, por ejemplo, eran turnos de rotación, yo me iba de mi casa a las 5 o las 5:30 y terminaba siempre a las 2 de la noche. Algunas veces trabajaba los domingos, pero eso ya si quería. A parte estábamos muy bien porque ganábamos mucho dinero, había un taxis que todas las noches nos llevaba a la casa. A todas las mujeres nos llevaban en taxis. A todas las mujeres que vivíamos en el mismo distrito nos montábamos en el taxis para llevarnos a la misma zona, entonces nos dejaba en la misma puerta, todas las noches. Este taxis lo ponía la empresa y no teníamos que pagar na nosotros. Ojalá yo tuviese ese trabajo hoy día aquí, se trabajaba mu bien. Primero yo trabajé en la POSTA en la misma calle, vaya como te digo yo: donde vive por ejemplo la casa de tu abuela, y después hicieron una POSTA más grande y estaba en las afueras, la Mulinger que se le llamaba. Entonces mi marido se quedó allí porque él iba a la estación, pero yo como eran los paquetes y las cartas nos íbamos al otro sitio, y claro po pa irme me cogía el autobús, pero ya después de noche, nos recogía el taxis y nos llevaba a cada una a nuestras casas, que estaba Loli la de Juan Vargas que estaba allí conmigo, la Ramona, también trabajaba conmigo. Mucha gente de aquí (Setenil) han trabajado allí conmigo. En entrevistas anteriores me han dicho que había unas 250 personas de Setenil trabajando en Zúrich. “Po sí que lo habría. La POSTA, para que nos entendamos bien, es correo, que allí es PTT, que es del gobierno, es correo, teléfono y transporte, y de aquí de Setenil, la verdad es que han trabajado muchísima gente allí, ha habio muchas posibilidades, la verdad, por ejemplo tenía teléfono pues entonces no tenía que pagar tasas, solamente las llamadas que hiciera. Después tenía muchas posibilidades pa trabajar porque siempre te combinaban el turno, por ejemplo yo trabajaba con mi mario entonces nos combinábamos los turnos, nos daban esas facilidades, facilidades para las vacaciones, también si a lo mejor él se tenía que venir 20 minutos antes porque yo me tenía que ir, tenía que dejar los niños po entonces no había problemas tampoco. La verdad ya te digo esa colocación la tuviera yo aquí, o sea, que allí no

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es como aquí, si vales vales y si no vales no vales, y aquí no. Allí por ejemplo, cuando hicieron la POSTA nueva pusieron unos ordenadores y entonces nosotros que estábamos trabajando nos enseñaron a manejarlos y eso también te lo pagaban, estábamos todos los días 2 horas durante 2 semanas, bueno pues ahí no te cuenta que éramos extranjeros, tuviera el idioma, ahí solamente contaba si tú eras escapaz de hacerlo, y nosotras, toas las que estábamos aquí, po la verdad que toas hemos estado allí porque nosotros, estaban muy contento porque trabajábamos más que las de allí, por supuesto, y la verdá es que estaban mu contentos con nosotros, y la verdá es que un puesto de trabajo de esos es una maravilla trabajar allí, con muchísima gente, porque allí trabajarían yo que se…, suizos, italianos, Indios, suramericanos, bueno, de to los países había allí, y la verdad, ibas a trabajar y lo pasabas bien, estabas mu a gusto, sabes. Mira, esto (un documento, una tarjeta, que nos enseñó), cuando tu vas a trabajar te dan esto, tu ya te puedes cambiar 50 veces que tu siempre vas a tener lo mismo, porque lo que cuenta aquí es un número que hay, entonces que pasa, que cuando yo el día de mañana tenga la edad pa la vejez, po na ma que tengo que ir con esto ya saben todo lo que he cotizado, todo, todo… Y esto sería una nómina (la cual adjunto). También estuve en una firma de limpieza. Cuando llegué po yo tenía unas ganas locas de trabajar, y ahora, yo no entendía. Los periódicos te lo echan to los días en el buzón, y yo me enseñé lo que era la palabra limpieza pa trabajar en la limpieza, y ahora yo cogía un bolígrafo y rodeaba y ahora cuando llegaba Pepe le decía que me llamara a este número que aquí necesitan a una persona pa limpiar, y estuve trabajando también, dos horas y media que trabajaba por las tardes. Ahí estuve unos nueves meses, hasta que ya me salió lo del correo y ya me cogieron ahí, antes de quedarme embarazá de mi Juan Antonio y to. Eso de la limpieza fue cuando llegué. Y ya po me cogieron ahí y ya lo de la limpieza po lo dejé. Esto me parece que es (otro documento, el cual también adjunto) es un certificado del salario, mira, ve, aquí están las horas, está lo que ganaba en el año… Mira, esto es lo que yo te he dicho, esto es lo de la PTT, y esto es lo del año, lo que yo he cobrao. Aparecen los días y las horas que yo he trabajado durante un año. Y esto es u certificado de trabajo, porque mira, yo me vine con ellos, porque cuando mi Juan Antonio empezó la escuela, entonces yo me vine con ellos aquí a Setenil, pero después me fui otra vez, y entonces me dieron otro certificado de trabajo del último año que yo estuve, porque me dieron otro. Ese es del último año, que yo estuve allí un año, creo, del 88 al 89, no, del 82 al 88, eso es un certificado de trabajo”. ¿Realmente tenía ganas de emigrar o fue por obligación? (emigración voluntaria o forzada) “No, a mi me daba igual, porque como yo aquí no tenía na que hacer po estaba loca de contenta, contad de irme por ahí, aquí no había ná, y a mí cuando me dijo mi mario que me tenía que ir pa Suiza po yo estaba loca de contenta. Hombre, llave, imagínate tu, porque ustedes (se refiere a mi, a su hija que es más o menos de mi edad) ahora estáis por ahí…, y antes no se iba ni…, a Ronda (localidad que se encuentra a 15 kilómetros de Setenil) como máximo. Tú sabes, cuando yo me fui, me iba loca de contenta. Aquí ahora no hay problema porque quiero ir a Málaga, vas a Málaga, quiero ir a Sevilla po vas a Sevilla, y antes ni tenías medios, trabajo, ni dinero… ni incluso los que tenían dinero viajaban, así que cuando yo me fui po imagínate, loca de contenta”. ¿Por qué emigraron (realmente), a secas, por qué emigraron y entonces sobra la pregunta anterior, tú debes deducir si fue voluntaria o forazada? ¿Cómo fue el viaje? ¿Les costó muy caro?

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“El viaje po estupendo, en el avión. La primera vez fue cundo me monté en la luna de miel pa ir a Canarias, así que me subí dos veces en un mes. ¿A que parte del país emigró? ¿Era una zona industrializada o rural? “A Zurich, y si que era una zona muy industrializada. ¿Le gustaba el lugar de residencia? “Si, precioso, encantada de la vida. Nosotros lo vemos muchas veces por Internet, le digo: niña búscame la calle donde vivíamos y en el Google lo vemos super bien, y están los pisos igual que estaban, pintados en amarillos, vamos igual”. ¿ellos (sus dos hijos, uno de 30 años y otra de 26 o 27) recuerdan…? Responde la hija diciendo: “yo recuerdo algo, de mi casa, del parque, tu sabes, de cosas así. Tu hermano si recuerda más, ¿no? Ya responde Isabel: “si, mi Juan Antonio es que hizo allí hasta primero, entonces él se acuerda. Y cuando veo la casa por Internet me da una alegría, la verdad es que me da alegría. ¿Puede hacer usted una comparación entre la vida en Setenil (Cádiz) y la vida en… (el lugar al que emigraron) durante esa época? “Totalmente diferente, aquí (Setenil) una vida de pueblo que no tienes donde ir, que no tenía trabajo ni tenía donde ir, ni tenía na, y te vas a una ciudad done to es completamente nuevo. Muchos parques, lagos, carreteras buenas, autopistas… nosotros, al año de venir, mi mario tenía un coche allí, pero nosotros no veníamos cas siempre en avión, y una vez nos venimos desde Zurich hasta Setenil en coches, dos mil y algo kilómetros, y antes, de Valencia pa bajo no había autopista, nada, y los coches no tenían aire acondicionado ni na. Muchas veces digo yo: como me he venido yo en pleno agosto de Zuiza a Setenil en un coche sin aire acondicionado, sin autopistas, bueno, vaya, era pa matarme, pero claro, también te digo otra cosa, que hace 28 o 29 años no había aquí tanto coche ni tantas cosas como ahora, tu venías un mes y necesitabas el coche pa desplazarte. Lo que hoy día te vienes de donde vengas y alquilas un coche en el mismo aeropuerto. Compras el billete de avión y si quieres el coche va incluido en el billete y te lo dan en el aeropuerto. Pero claro, hace 27 o 28 años no estaban las cosas como estaban ahora, entonces aquí te hacía mucha falta un coche, porque antes no había tantos coches por aquí como hay ahora, y ahora to er mundo tiene coche, pero hace esos años… Había carreteras, pero no te quiero ni contar. Imagínate tu, desde aquí a Granada, que eso era morirse, era la carreterita estrecha, y cuando veníamos pa ca nosotros cansados, con el calor… y ahora de Granada pa ca el tráfico que había, la carretera tan estrecha, los camiones que había, y te tirabas una hora detrás de un camión, eso era mortal. Con to lo que ganaba ahora digo yo: Pepe (su marido) como que nosotros nos veníamos en coche. Por Francia y el norte había un montón de autopistas, pero cuando llegabas a Valencia tardas lo mismo de Valencia aquí que de Zurich a Valencia. También te digo una cosa, que en unos cuantos años aquí se ha progresado, porque ahora tu coges la autovía ahí en Antequera y te pones ya en to Europa, pero antes nada, de Valencia pa ca ya te digo. Ahora por Granada había que cruzar to el puerto de la Mora, y cruzamos yo que se los pueblos, Carabaca…, hasta coger la nacional que venía de Madrid hasta Valencia, y ahora cuando cogíamos la nacional de Madrid a Valencia eso era ya…, imagínate tu en un verano con to la cantidad de coche y una carretera y dos carriles, y te mete en Valencia con un montón de camiones sin tu conocer Valencia, y to eso por medio Valencia. Y cuando te metías en Barcelona, tenías que cruzar Barcelona pero por to el centro. Ya últimamente cuando ya nos veníamos nosotros ya bordeábamos Barcelona y ya no teníamos que entrar en Valencia. Es que antes ya te digo, eso en particular, mortal.” ¿Y a partir de eso cada vez que os ibais era en avión? “por ejemplo, nos fuimos en el avión. Después cuando venimos otra vez nos venimos en coche. Y después cuando

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nació mi Juan Antonio me lo traje con 30 días en el avión, recién nacio me lo traje, me vine yo sola, y después él se vino detrás con el coche, porque yo me vine en julio y Pepe se vino en agosto, y después me lo llevé pa lla en el coche. Pero muchas navidades nos hemos venio en avión, pero en los veranos nos traíamos el coche, y a los dos niños los mandaba yo en el avión, hombre pa que no pasaran tanto aperreo y… Ya te digo, que yo he sido mu feliz. Respecto al idioma: ¿asimilasteis bien la nueva lengua? ¿Rompisteis pronto la barrera del idioma? ¿Os costó mucho esfuerzo? ¿Aún practicáis el idioma? Problema allí con el idioma, po mira, la verdad no los tuve porque como mi mario hablaba alemán, lo hablaba y lo habla, el no tenía problemas, si, si, mi mario habla mu bien el alemán. Entonces po tampoco tenía problema porque si yo tenía, po mira, pa llamarme de algún trabajo, pa ir a algún sitio, al médico…po entonces siempre venía el conmigo. Para hacer la compra iba yo sola, pa eso no lo necesitaba, aunque al principio él venía conmigo y me decía esto, lo otro, y después ya po con el italiano ya te las apañas, como allí to el mundo te habla italiano, ¿po que pasa? Que tu te preocupas de saber el italiano, pero el alemán como es tan difícil, po tu no te preocupas de enseñártelo, pa eso tiene que ser una persona que le guste mucho, mucho y que se vea obligao. Yo me cogía el italiano, y en el trabajo to er mundo te hablaba italiano, donde quiras que vaya te hablan italiano, entonces po mira, po no tenía problema. Yo iba por ejemplo al médico, y el médico lo primero que preguntaba si hablaba italiano, porque el italiano de seguía te lo aprendes, se aprende mu fácil, entonces cuando vas al médico o a cualquier sitio lo primero que te dicen es si hablas italiano, y si hablas italiano po ya no tienes problemas. Y si te dice que no habla italiano, aunque la mayoría habla italiano, es que allí hay tres idiomas: el alemán, el francés y el italiano, entonces es obligatorio, donde quieras que vayas te hablan el italiano, po claro, que pasa, que no tienes problemas a la hora del trabajo, de médicos, por ejemplo, si te vas a un hospital no tienes problemas porque te vas defendiendo, y aparte, como te digo, que estaba mi mario y con el no tenía problema. En esa parte po la verdad es que no, yo he estao allí mu bien, mu bien. Yo me quería venir, porque te voy a decir una cosa, porque te harta, porque te harta, ¿Y tu sabes lo que más te harta de to? el tiempo, eso es que me deprimía total. Mira: allí, por ejemplo en diciembre, a las 4 de la tarde era de noche completamente, y así un día y otro día… y nieve, y frío, hasta que te pones en mayo, y ahora en mayo empieza la primavera. Sale el sol y te pones mu contentas. Ay que buen día hace, y sales a la calle y de buenas a primera te cae un tormentazo, ea! Ya te estropea to er día, y volvemos otra vez a los días tristes. Y yo te digo la verdad, que yo, eso, me hizo de venir más pronto. El tiempo, si, el tiempo es que me deprimía pero que mucho, mucho, mucho. El tiempo es que te aburre porque te levantas un día y o está nevando o está lloviendo o está gris, y al otro día igual, y al otro igual… y cuando pasa un tiempo es que tu quieres ver el sol, quieres ver el sol, y más nosotros que estamos acontumbrao a mucho sol. Ahora es que hace mucho calor (agosto) pero es que el sol te da vida, y yo, mira, te digo la verdad, que lo que es por el trabajo, por la casa, por estar allí, po yo estaba super bien. Donde vivía, vivían españoles, casi to el bloque donde yo vivía, era el bloque que eran pa los trabajadores de la posta, aparte de los suizos viejos que vivían, casi to éramos españoles. Donde yo vivía en el rellano vivía también una familia de aquí de Setenil, no se si tu lo conoces, ese hombre se ha muerto ahora, Antonio Cochero que se llamaba, que la mujer vive en la calle sin salia, po vivíamos en el mismo rellano, y también trabajaba en la posta, y la suegra, y el suegro. Vivía también Ramona la de ajuallá, vivía también la cuña de mi cñuá Mari Tere. Vivía mucha gente del pueblo, y siempre

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salía y te encontrabas con gente. Donde yo vivía también vivían gallegos, asturianos, valencianos…, entonces por aquella calle siempre te vas encontrando a gente que te parabas a hablar. No es por ejemplo como en otro sitio que no conocías a nadie. Allí conocías a muchos, en primer lugar porque eran compañeros de trabajo, y después porque vivíamos allí y había muchísimos españoles, y hombre, eso se hace también más llevadero. Yo me acuerdo haber visto a Josefita, esa que tú le has hecho la entrevista, y al mario, en un restaurante que trabajaban los dos por allí cerca, y muchas veces po me lo encontraba a ellos por la tarde cuadno salían. Te encuentra a un montón de gente de Setenil y por la mañana cogiendo el autobús. Siempre te encontraba a gente. Hombre, aquella era un ciudad más bien chica, tenía nos 200.000 habitantes, entonces tu te subes to los días en el autobús y ya ves la gente que van. Si te subes en el tranvía también, siempre vas mas o menos viendo a las misma gente, y si vives en una calle donde vivía yo, que vivíamos tantos españoles, siempre te encontrabas a alguien, por eso yo la verdad no he tenio problemas. En cuestión de hospital, yo he estao tres veces en los hospitales, po yo tampoco he tenío problemas, te hablan la gente super amable. Eso ya no es como aquí, eso ya es otro mundo, la puntualidad sobre todo, el orden y la puntualidad. Había veces que yo empezaba a trabajar a las 5 y otras veces a las 5:10, y otra vez a las 5:20, pero claro, a las 5:20 eran las 5:20, no era las 5:30. ¿Sabes por qué? Po te lo voy a decir: yo por ejemplo después tenía un cuarto de hora, desde las 7:15 hasta las 7:30, y después me daban 40 minutos pa la cena, pero ¿qué pasa? Que 40 minutos son 40 minutos, y 35 minutos son 35 minutos, ¿qué pasa? Que los ordenadores no se podían quedar vacíos. Entonces yo llegaba y la que estaba allí se iba ese cuarto de hora a tomarse un café. Cuando yo me tenía que ir 40 minutos llegaba otra pa irme yo, entonces. Siempre tenía que haber allí alguien, eso no es como aquí, que si empiezo a las 5:20 yo me voy a las 5:30, que 10 minutos… y 10 minutos son 10 minutos y 5 minutos son 5 minutos, pero aquí no, y después ya te digo, cuando estaba en el hospital la gente super amable, eh, y gente mu puntual. Es otro mundo completamente diferente.” ¿Había en España, concretamente en Setenil, mucho retraso respecto al lugar que emigrasteis? “Lo que ya te he dicho antes, muchísimo.” ¿Has emigrado a través de otros familiares o lazos de unión, o sea, recomendada por alguien? “También lo que ya hemos hablado antes” ¿Tuvisteis muchos sentimientos de añoranza a España, concretamente a Setenil? “Sí, claro, todos los días me acordaba. Te acuerda todos los días, todos los días te acuerda, de lo más insignificante, lo que pasa que claro, ya te vas haciendo, día día ya te vas haciendo, allí ya tienes tu trabajo, tu casa, tu familia, ya tienes amistades y ya no es como el primer día, pero por ejemplo, cuando veníamos aquí de vacaciones la primera semana era mortal, estabas diciendo a esta hora estaba haciendo esto a esta hora estaría haciendo lo otro, entonces sí que te acuerdas. Mi mario trabajaba en la estación y allí estaban los periódicos de España y to los días me traía un periódico, y quieras que no te mantienes informada. Nosotros cuando fuimos no era como cuando se fue mi marido, ahora han avanzado más las comunicaciones… Nosotros veíamos la primera cadena internacional, y quieras que no estábamos informados de las cosas que pasaban en España. ¿Cuánto tiempo ha permanecido viviendo en el extranjero? ¿Teníais la oportunidad de venir a España en navidad o en alguna ocasión especial?

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“12 años” (ya hablado anteriormente). Veníamos en navidades y en agosto, dos veces al año veníamos. En navidad veníamos unas 3 semanas y en verano 5 ó 6 semanas ¿Te adaptaste bien? ¿Tenías buenas relaciones con las vecinas/os? “Si. Quitando la de abajo, bien. Bueno, tan poco nos tiramos de los pelos. No, pero con las vecinas allí estupendo, no te digo yo que vivíamos muchos españoles. Abajo vivía una familia gallega, que trabajaba también juntos, entonces no tenía problema. Arriba vivía otros gallegos que trabajaban también juntos, entonces la verdad que muy bien, no teníamos problemas” ¿Llegaste a reintegrarte en la sociedad de forma satisfactoria? Quizás no es una pregunta para hacer, sino para deducir tú después de las respuestas recibidas. “Hombre, yo me integré, pero yo integrarme allí con los suizos, no, con los españoles si, con los suizos no, y no por na, sino por la barrera del idioma, y son completamente diferente a nosotros. Por ejemplo, yo estaba trabajando, yo trabajaba con suizas, pero si me tocaba una italiana yo estaba to la noche hablando con ellas porque teníamos los mismos temas de conversación: que si la casa, que si los niños, que si la compra… y ahora por ejemplo me tocaba una suiza po no hablábamos en to la noche. Es que tienen otra mente, porque yo no comprendía por ejemplo por que levantaba esa mujer a los niños chicos a las 6 de la mañana pa que tuviese que desayunar con el padre, y yo decía: esta mujer está loca, po ellos eran así, y a las 7 de la tarde tenían que estar los niños ya acostaos, cuando nosotros no charlábamos de esas cosas porque los niños se acostaban a la hora que les daban la gana, entonces son temas que tu como lo vas a hablar con ellas. Nosotros teníamos un cuarto de hora o 20 minutos de pausa, nosotras nos sentábamos todas juntas, nos íbamos a la cafetería, nos tomábamos un café, hablábamos de nuestras cosas. ¿Qué hacían ellas? Ellas se sentaban solas y cogían un libro y se liaban a leer. Si te tocaba una suiza no es que te llevaras ni bien ni mal, sino que eran dos mundos completamente diferentes. Por ejemplo, en el tiempo de pausa yo llamaba a mi casa, nos tomábamos un café, hablábamos de nuestras cosas… y ellas no, ellas son individuales, más reservá, y ¿Qué es lo que hacían? Po se fumaban un cigarro, se tomaban un café y abrían un libro y no tenían comunicación.” ¿y con las italianas os llevabais bien? “a si, yo sí, con las que he trabajao estupendamente”. Respecto al ámbito laboral: ¿cuantas horas trabajaba diariamente? “po mira, ya te he dicho antes: yo empecé en una firma de limpieza que echaba dos horas por las tardes, y estuve allí unos cuantos meses, hasta que salió lo de correos, y al principio trabajaba tres días a la semana 5 horas, y después trabajé la jornada completa por la noche. Entrábamos a las 17:00 o a las 17:15 o a las 17:20, depende, pero salir siempre salíamos a las 2, salvo en navidades, que nos quedábamos hasta las 3 o las 4 de la mañana y ya empezaba el otro turno, había mucho trabajo.”¿Trabajaba las mismas horas que su marido? “el trabajaba más horas que yo. Yo al final echaba la jornada completa, pero él era fijo y a veces cogía sábados y domingo para hacerlos vacaciones. Porque él era fijo, yo trabajaba por horas, porque si yo me pongo fija tenía que trabajar tres turnos, entonces me convenían más trabajar por horas porque ganaba más y me daban el turno de la noche que era el que a mí me convenía”. ¿Cobraban los dos iguales? “no, porque no. Ya te digo, él cobraba siempre el sueldo más o menos igual, pero yo no, porque yo, me pagaban por horas, pero las horas que te pagaban es como si el tuviese horas de más. Si empezaba que te digo yo, a las 17:20, entonces te daban un dinero porque no era una hora normal de empezar. Después, a partir de las 8 de la noche te daban una nocturnidad, y te daban también el inconveniente,

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de empezá, que te digo yo, a las 17:30 o a las 17:20, entonces por eso te daban un dinero. Pero claro el ganaba más que yo porque ya te digo, el trabajaba muchos sábados que no tenía que trabajar y los trabajaba y trabajaba también los domingos que le tocaba, entonces eso se lo pagaban y aparte tenía un día de vacaciones los sábados y los domingos. Yo libraba lo sábados y los domingos, y mi mario también pero como tenía el trabajo tan cerca y a lo mejor un sábado empezaba a las 6 de la mañana y a las 11 estaba terminao, y le pagaban un día y un día de vacaciones, entonces merecía la pena trabajar, y los domingos, po trabajaba a lo mejor iba a recoger un tren y ya tenía to el día libre, entonces merecía la pena trabajar. ¿Realizaba doble trabajo?, o sea, ¿si trabajaba fuera y dentro de casa?. ¿Recibía ayuda por parte de los demás miembros de la familia a la hora de realizar las tareas domésticas? (¿Cómo ve esa situación?) “Ay!, llave, doble, porque tenía que hacer la casa y lo otro, pero igual trabajaba mi mario que yo, porque date cuenta que si yo me iba a las 5 y pico de mi casa po el tenía que preparar la cena a los niños, le tenía que poner los pijamas a los niños, darles la cena, acostarlos… Algunas mañanas, algunas no, montones de mañanas, que pa que yo no me levantara tan temprano, si tenía que llevar a mi Juan Antonio a la escuela. Como ya te digo, teníamos el trabajo en la misma calle, el venía un momento y los llevaba él a la escuela. Además el ayudaba a pasar la aspiradora, a poner la lavadora, to, to, to…, pero vamos que todavía me ayuda, no te vayas tu a pensar que…, llave. Los machos ibéricos ya se han extinguío, (rie) Mi mario lo primero que hace por las mañanas cuando se levanta es prepararse el café, tomarse un café, y luego ya desayunamos los dos. Tiene esa costumbre desde siempre. Y después si tiene que fregar po friega…, pero mi Juan Antonio no quita ni la mesa, y le digo chiquillo tu que pasa, que las cosas se quitan solas o que, eso es tener la cara como el cemento…, po no, ni friega ni quita la mesa. Si estamos los dos trabajando po así tiene que ser, entre los dos hacemos las cosas, es lógico, es que si yo, por ejemplo, yo estaba trabajando y tenía los dos niños y él estaba trabajando, pero es que las cosas hay que hacerlas a medias, entre los dos. Yo me preocupaba de hacer la comida, de limpiar, de la lavadora, pero claro, ¿tu sabes lo que me pasaba algunas veces? Que yo estaba en el médico con alguno de ellos, y me tenía que llevar a los dos, y ahora llegaba la hora de que me tenía que ir a trabajar y estaba en el médico, él a lo mejor había terminado, y yo lo llamaba, Pepe (su marido) vente a escape que me tengo que ir a trabajar, entonces po desde el trabajo se iba al médico y él se quedaba con los dos en el médico. Se me ha olvidado decirte que en el verano, unos apartamentos que tenía la posta (correos) de estudiantes y las que los hacían se venían de vacaciones durante 5 semanas, po los hacía yo, los limpiaba yo, era la misma calle también, mu cerquita.” ¿Tenía compañeras españolas en el mismo trabajo? “Si, la mayoría, y de aquí del pueblo, estaba la Loli, la Ramona, la madre de Juan Antonio el Suizo, estábamos juntas” ¿Estaba asegurada en el trabajo? ¿Y las demás compañeras? “Ah, si, minuto que echara minuto de trabajo, eso no… Todas iguales, minuto que eches minuto que está declarao, no es como aquí, que trabajas tanto y tanto te damos en negro. Minuto que eches minuto que te lo pagan, allí está declarao to. Un cuarto de hora más que eches ten en cuenta que te lo vana declarar. Si, todo lo que eches. Yo no he llegao nunca tarde, pero a lo mejor una persona en invierno que llegue tarde porque el autobús se retrase por culpa de la nieve…, pero ellos no quieren saber na, ellos no quieren saber si tu tienes niños, si el autobús ha llegao

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tarde, si ha habido nieve, si está lloviendo a cantaros…, ellos no quieren saber absolutamente nada. Ellos saben que tu tienes que empezar a tal hora y sales a tal hora, y eso es lo que hay. A ellos no le interesa, si, mire usted, que hoy he llegao más tarde porque he tenio que ir al médico con los niños… ellos no quieren saber nada. Además, ese es tu problema, no el problema de la empresa. Si estás malo, si vas al médico y te da la baja, pero es que a los 3 días tienes que ir otra vez al médico, nada de baja permanente. A los tres días te dan…, si estás resfriado… y si ya estás mucho tiempo de baja po ya la compañía no quieren saber na de ti, ya vas al seguro de la Grand Quincasa y ellos se las entienden contigo. Por eso te digo yo que nadie llega tarde a los trabajos, no se atreve, porque es que a ellos no le interesan lo problemas que nadie tenga en su casa. Si llegas tarde porque pierdes el autobús por culpa de la nieve, ellos te dicen que si sabías que estaba nevando haber cogido un autobús más temprano. No es como aquí que hoy llego tarde por una cosa y mañana llego tarde…, no”. En definitiva, ¿se sentía a gusto trabajando?, ¿se sentía valorada? “Si, claro, mucho” ¿Cómo era la vida fuera del ámbito laboral? “¿A qué dedicaba el tiempo libre? Po no me daba tiempo na más que a hacer faenas, (Rie). El tiempo libre po mira, a las cosas de la casa, ir de compras, y sábados y domingos, hacíamos la compra y después a lo mejor nos íbamos a la montaña con los niños, a dar un paseo. También nos íbamos a cenar. Y los domingos po también salíamos por ahí, po claro. Allí salíamos más que aquí. Claro, nos íbamos a Alemania, al parque, como se llamaba…, erupapark, cataratas…, a muchos sitios. Los sábados y los domingos eran pa nosotros. Además que éramos jóvenes, salíamos más que aquí, más que aquí salíamos. Allí tu sabes, los sábados por la noche, po mira, vamos a ir a cenar. Los domingos que hacía bueno, po nos íbamos. Que era invierno y estaba nevando po nos íbamos con los niños a la montaña, con el trineo.” ¿Me podría decir cómo era un día normal, desde que se levantaba hasta que se acostaba? “Loca perdía, (Rie). Po mira, si me levantaba por la mañana y tenía que llevar a mi Juan Antonio a la escuela.” ¿A que hora se levantaba más o menos? “Es que si tenía que llevarlo a la escuela po me levantaba a las 8 y me acostaba cerca de las 3. Eso algunas veces, ya te digo, mi mario procuraba de llevarlos a la escuela él. Pero la escuela tiene un horario mu diferente, porque un día entraba a las 8 de la mañana y otro día entraba a las 10, ¿sabes por qué?, po te lo voy a explicar, porque la maestra, me acuerdo yo, que tenía 11 niños, pero claro, 11 niños no quería tener nadie juntos, entones ¿Qué pasa? Que reparten los niños dos horas uno y dos horas otro pa que los niños aprendan más. Entonces que pasa, que unos días entraba a las 8 y otros a las 10. yo tenía un plano en la nevera y por ejemplo mi Juan Antonio empieza este lunes a las 8, el martes a las 10… y así toa la semana, así que un día yo me levantaba antes o otros después. Por la tarde los tenía siempre la maestra todos juntos, pero por las mañanas los tenían partios porque así se enseñan los niños más. Y te digo una cosa, que se enseñan. Y ahora, niños tan diferentes, porque allí había niños españoles, suizos, italianos, austriacos…” ¿en qué lengua se daban las clases? “en alemán. Mi Juan Antonio el italiano lo hababa perfecto y el alemán también lo sabía. Por eso, unas mañanas me levantaba antes y otras después, y ¿Qué hacía? Que los llevaba a la escuela y a la vuelta me traía la compra, me ponía pa hacer la comida, después, eran dos horas que tenía que andar a escape porque tenía que recogerlos otra vez, ya después era la hora de la comida. Comíamos y me tenía que poner a preparar la

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cena porque me tenía que ir a trabajar. Se me pasaba ya la tarde volando hasta que llegaba la hora de irme, así po los 5 días de la semana, un no parar. ¿Se relacionaban con las personas de ese país? ¿O se relacionaban mucho más con españoles y españolas? “Poco, poquísimo, nada” Si han enfermado y han necesitado ir a hospital, ¿ha habido algún problema o inconveniente? “No, problema ninguno”. Allí la sanidad es privada. Allí se llama la Grand Quincasa, entonces por ejemplo, mi marido, nosotros la tenemos de la misma empresa. Entonces allí no es como aquí que lo mismo pagas tu de la seguridad social que puedo pagar yo igual que tu, porque allí los hombres pagan un precio, las mujeres pagan otro y los niños tienen otro precio. ¿qué pasa? Pasa lo siguiente: que yo tenía que ir al médico, a este, a la Grand Quincasa, le decía que necesito un certificado pa ir al médico y me mandaban un papel y yo se lo llevaba al médico, pero si ese médico no me gustaba po yo ya no iba más. Él ya se entendía con la factura de enviársela a mi compañía y yo ya con él no me entendía más. Que a mi me interesaba ir más con ese médico, po iba, que quería ir a otro, po iba a otro, pero claro, ¿qué pasa allí? Que allí lo que quieren es coger a clientes, porque entre más clientes tengan más ganan ellos. Entonces ellos se portan contigo super amables pa tenerte a ti siempre, entonces yo, por ejemplo, siempre he tenío a los mismos médicos. Pa ellos (los hijos) el pediatra siempre era el mismo, y te digo, un hombre super amable que ha llegao a ir a mi casa un 25 de navidad. Si, un 25 de navidad, me acuerdo yo que mi Juan Antonio tenía una fiebre mu alta y lo llamé, y enseguía estuvo allí en mi casa, y siempre he tenio el mismo, pero por eso, mira, ya te digo, una gente super amable, una consulta de un médico. Por ejemplo un pediatra, era una consulta de niño, no de una butaca grande que hay aquí cuando vas al médico, era una habitación llena de juguetes para que todos los niños que fueran allí estuviesen entretenios. El que yo tenía era un hombre, que vaya, no se me va a olvidar en la vida, porque llegaba y cogía a un niño y le daba to las cosas que tenía en la mesa, y le mesa estaba siempre llena de cosas, de chocolatines, galletitas… entonces lo niños que estaban con él estaban super contentos. Y de la sala que tenía allí los niños no querían ni irse, porque él decía que a el le preocupaba mucho como estaban los niños, el no quería ver a un niño llorando cuando lo estaba visitando, el quería que un niño estuviera a gusto, y te digo, super amable, y yo siempre, la verdad, he tenio siempre los mismo médicos, siempre en el mismo hospital, porque eso tiene una puntualidad que eso es, eso era admirable, y to super limpio. Mira, yo un día, recién venia de aquí (Setenil) iba comiéndome una mandarina por la calle y no se me ocurre otra cosa que tirar la cáscara a la calle, y venía un hombre detrás de mi recogiendo las cáscaras, y cuando llega a mi me tocó y le digo; ay perdone, perdone, no echan ni un papelito al suelo, eso con el orden y la puntualidad… Mira, yo vivía en un tercero, y abajo del to vivía una mujer que era azafata, pero era de esas mozitas viejas que no tenían nunca na que hacer, escuchando to er día a quien entra y quien sale, y me tenía amargaíta porque yo iba abajo a la lavadora po la mujer venía detrás mía a ver lo que yo estaba haciendo. Mi Juan Antonio, como era un tracto, po tiraba los palillos de la ropa abajo, po ella se presentaba siempre en mi casa con los palillos. Venía mi cuñao y tocaba el timbre po yo le echaba la llave, y ella me decía que por qué tenía que tirar las llaves. No podías pegar portazos, esta gente (sus dos hijos) eran chicos y pegaban unos portazos y yo decía: verá la vecina de abajo… Y con toe r mundo se peleaba, porque es que… ea, como son ellos. Nosotros teníamos niños, el muchacho de arriba, y los niños po son niños. Aquella, por ejemplo, aquella vecina

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mía, y vivía en el bajo, a la vera del ascensor y s enteraba de to, pero son una gente… puntualidad y orden. Por ejemplo, nosotros íbamos a una visita, nosotros teníamos unos amigos, ella era suiza y él español y íbamos a su casa de visita, y nos decían, Joaquín el sevillano, ¿cuando vais a venir a mi casa a tomar café? Po mira a esta hora, pero tenías que decir a tal hora y estar allí a tal hora. Po mira, vamos a ir a las 5, y cuando llegamos a las 5 ya estaba la mesa puesta, las pasitas, el bizcocho, tu no te pue presentar a una casa sin decir a que hora vas, porque ellos son mu puntuales, no son como nosotros que decimos: a la tarde vamos, y nos da igual a las 4 que a las 7. y si tienes un problema en tu casa y dice el fontanero que viene a las 9, po a las 9 en punto está el fontanero en tu casa. Y aquí te dicen: voy mañana, y pasan 20 días y no va. Po allí no, allí hay una puntualidad… ¿Era como en España que todo lo cubre la seguridad social? “Era privada, allí todo es privado. Tu pides en tu seguro un papel y ya vas al médico y él ya se entiende con la seguridad social. Si tu a los 3 meses no estás contento con el médico po coges y te vas a otro. Na más que tienes que pedir to las que quieras y te cambias, pero claro, como te he dicho antes, que pasa, que los médicos quieren estar contentos contigo, por el motivo de que tienen un cliente y ganan dinero contigo, entre más visitas le hagas po más ganan. Yo, por mi, gracias a Dios, no iba mucho al médico, las veces que fui pa tenerlos a ellos (al hijo y a la hija). Y el pediatra, po siempre el mismo, un médico super amable” ¿Llegaste a conocer asociaciones de vecinos o algún tipo organización que reivindicara los derechos de la mujer? “No, eso es mu complicao, habría, pero nosotros no hemos tenido problemas con el trabajo. Habría, pero que no hemos tenido contacto con esas cosas.” En esa época en España, y más concretamente en un entorno rural como Setenil, no había a penas adelantos tecnológicos como lavadoras, secadoras… ¿Cómo fue su reacción al encontrarse en el extranjero que existían lavadoras, secadoras…? “te voy a decir el contraste que había. Cuando yo me fui estaba el teléfono en la plaza, Marujuta la del teléfono, entonces yo decía…, entonces Maruja se ponía y estaba toe r día hablando: ay, mira ¿como estás?, mira Maruja ponme con mi suegra, y ella seguía hablando y hablando y la conversación era para ella, y ya después ya me pasaba con mi suegra. O le decía, mira Maruja, pásame con las flores que quiero hablar con mi madre, y mientras tanto po ella charlando. Ya te digo que mira que contraste, porque allí ya estaban los teléfonos normales, por supuesto. Pero como esto estaba en la cola del mundo tenían que hablar primero con Marujita y ya luego con quien tu querías. Entonces Marujita que pasa, que sabía to los problemas de to er mundo, la que se quedaba embarazá, la que había salio, la que el novio se había peleao…, claro como ella lo escuchaba t opo se enteraba de to las conversaciones, po mira que atraso. Respecto a los coches aquí había coches pero allí eran muchos más grandes y más llamativos, también era una cosa que me chocó. ¿Tuvo hijos/as allí? ¿Cómo fue la educación de ellos? ¿Dicha educación la pagaba el estado? Ya contestada antes “todo lo pagaba el estado, que si libros… hasta los colores, puezles… to te lo daban en la escuela. Solo había que llevar unas zapatillas porque el suelo era de madera po pa tenerlas allí pa que los niños…, y ni te exigían na como aquí, que si los deportes, que si tiene que ser de velcro…, allí no te exigían nada. Allí por las tardes siempre hacían actividades, que si lo llevaban a la piscina, que si lo llevaban a la montaña, po entonces te decían que esta tarde había que traer un impermeable, o esta tarde se trae esto, unos mambos que vamos a ir a la montaña, o que se traiga el bañador y la toalla que vamos a ir a la piscina, cosas

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así, pero después no te exigían tanto como aquí. Ya más grande no se, porque como ya nos vinimos no se yo…, pero los chicos si” ¿Consiguieron ahorrar mucho dinero? “hombre claro, to lo que tenemos lo hemos ahorrado allí, porque ganábamos mucho dinero. El cambio de franco a peseta también, y nosotros teníamos una colocación buena y se ganaba bastante” ¿Se han arrepentido de haber emigrado? ¿Mereció la pena? “ Yo he sido mu feliz en Zurich. Pa mí si ha valido la pena. Ya te digo, que pa mi el único problema que yo he tenio era el tiempo, porque la verdad es que te deprime mucho. Pero después aquello es precioso, vaya, eso merece la pena de ir, no te vas a arrepentir, es todo muy bonito, Nosotros antes de venir nos cogimos una semana y nos fuimos a to la parte del sur que no conocíamos, y eso es una maravilla: Lugano, después está Ginebra. Todo está muy cuidao. Tu siempre vas a ver flores, aunque nieve mucho siempre vas a ver flores porque como hay mucho dinero aunque se quemen ponen otras nuevas. Todo está mu cuidao mu cuidao, todo el mundo mira por to, la gente mu respetuosa, mira, por ejemplo, que te digo yo, yo tengo el coche aparcao y vienes tu y me das y te vas, po antes de llegar a tu casa ten en cuenta que la policía va a estar esperándote, porque la gente que ven hacer algo así ya están llamando a la policía. Aquí yo veo a lo mejor que tu le das a un coche bueno po ellos allá, pero allí no. Mira, nosotros nos compramos un coche, tenía el coche 500 o 600 kilómetros, estábamos haciendo el rodaje pa venir de vacaciones, sobre las 3 de la mañana venía un loco por la calle, uno que venía borracho y se llevó el coche por delante, lo hizo polvo, que estaba aparcao. A nosotros nos llamaron, y en la misma calle al final estaba la policía, y cuando nosotros llegamos ya lo había cogido al tio la policía, y a nosotros no dieron un coche completamente nuevo. Son perfeccionistas y son…, claro que son mu suyos y mu…, no como nosotros que hablamos mucho, nos reimos, un carácter completamente diferente, más abiertos. Después ellos son unas personas mu puntuales en el trabajo, mu respetuosos, y ya te digo, el que vale vale y el que no po nada, ya pue ser quien sea, porque ya te digo, yo he estao trabajando allí en la posta con los paquetes y las cartas, y ha habido a lo mejor una chavala trabajando con migo y hablando con ella, y hablando hemos llegao a la conversación y me ha dicho que era hija del jefe principal de to, y yo me he quedao…, y estaba ella con las cartas y los paquetes con migo. Vamos que enchufe no hay. Y otra hija de otro jefe que había allí, estaban cogiendo paquetes como to er mundo, o sea, que no empiezan desde arriba, que si tienen que empezar empiezan desde abajo, y eso aquí no existe. Po esas cosas se echan de menos. Y que te digo yo, si vas a un banco, como te atienden, te lo arreglan bien, te tratan bien, no es como aquí. ARTÍCULO DE JOSÉ ZARAMAGO: VENGA USTEDE MAÑANA Tu en Zurich vas a un banco a arreglar un papel y le dices que no sabes rellenarlo te dicen muy amable que no me preocupe que usted me dice que yo se lo relleno, y aquí vas con un simple papel porque no sabes y te dicen que lo traigas mañana relleno, porque ahora no pueden rellenártelo. Eso te pasa aquí en to los sitios que vaya, y bueno, allí no, y hay que decirlo, aunque nos duela a nosotros pero es que es así. Allí te atienden lo mejor que pueden. Si no te entienden con ellos te buscan a una persona, eh, pa que se pueda comunicar contigo. Mira, te voy a contar un caso: cuando yo tuve a mi Juan Antonio, en el hospital, después de las visitas se queda to er mundo solo. Tuvo un problema porque había tragao… que tenía que estar en observación, claro, yo me levanto y yo no lo vi, yo preguntando que donde estaba, que donde estaba, que yo quería verlo, y entonces vino la enfermera y yo no me entendía con ella, y yo le dije que yo quería ver a mi niño, entonces me dijo ella: no se preocupe usted, y me trajo a un médico, pero

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aquel hospital era grandísimo, po de otro sitio del hospital me trajo a un médico suramericano pa que me explicase bien lo que tenía mi niño. Se lo habían llevao a la UVI abajo, entonces ese hombre, ese médico vino conmigo, entonces me explicó lo que tenía, y me dijo que el tiempo que esté aquí yo vendré todos los días y le explicaré lo que tiene su niño. Bueno, po esos son cosas que se te quedan. Son cosas que a lo mejor pa ellos no tiene importancia pero pa una si que las tiene. Y te digo una cosa, eso no se me va a olvidar nunca. Ese detalle que tuvo el médico conmigo y me explicó lo que tenía, tu sabes, y a lo mejor el niño no tiene na y va a estar en observación dos días, o a lo mejor esta como máximo 40 días así pero usted no se preocupe que el niño está bien… hombre, yo, con 23 años, sin haber salio de aquí, en un hospital tan grande, sin entenderme, mi mario no estaba allí, yo te digo la verdad, me volví loca, pero después te dan un apoyo, una satisfacción, te animan, si, si. Ya te digo, que yo he estao allí y he estao muy bien en to los sentidos, tanto en el trabajo como con la gente”. “claro que mereció la pena. Mi mario no hay día que no lo nombre, vamos, me tenía que haber quedao, pero es que llega un momento en que tienes que decidir aquí o allí, y yo tenía los dos niños, la niña que iba a entrar a la escuela, entonces decía el momento es ahora que ya empieza la escuela, porque cuando empieza tampoco te puedes traer dos niños pa ca porque ni se enseñan allí ni aquí, entonces tienes que tomar una decisión. Entonce lo que pensamos nosotros es que antes de que empezara la escuela nos vamos y que la empiecen allí (Setenil). Yo no me arrepiento de haberme venio, lo mismo que no me arrepiento de haberme ido tampoco me arrepiento de haberme venio. La verdad, como te lo he dicho, yo he estado muy bien, he tenio un trabajo mu bueno… ¿Que has sacado de positivo? “Po mira he estao mu bien, verdad, el trabajo, la casa, las relaciones que he tenio allí con la gente, la verdad es que si” ¿Que has sacado negativo? “negativo, el idioma es negativo, el clima también es negativo, y que son gente completamente diferente a nosotros, pero vamos, dentro de eso yo, vaya, yo positivo” ¿Podría hacer un balance final de su experiencia en el extranjero? “ya te digo, la experiencia lo mejor que me ha pasao, porque yo he estado allí 12 años mu bien. Hemos tenio un trabajo que nos ha gustao, hemos tenío vacaciones, hemos vivío bien, la verdad es que nosotros hemos vivío bien, porque allí salíamos también nosotros, nos íbamos, allí hemos ido a Italia, hemos ido a Alemania, o sea, que hemos viajao, que no hemos hecho una vida de decir: trabajo y casa, trabajo y casa, trabábamos pero también hemos salido, y además éramos jóvenes y teníamos ganas de salir, la verdad es que hemos estao bien Recuerda algún hecho significativo o anecdótico que merezca la pena recordar? (Anteriormente ha contado varias) “yo que se, es que ahora mismo no…, ahora mismo Nome acuerdo de… ¿Recomendarías a sus hijos/as para que fuesen al extranjero para trabajar igual que ustedes? “hombre, por supuesto, yo si, porque yo he estado muy bien, y si ellos estuvieran como yo he esta po encanta de la vida. Eso es una experiencia que tiene, además viajar es bonito, conoces gente. Aquí siempre hay la misma gente, allí conoces a otra gente, conoces a otras historias, otra vida, otra vida completamente diferente, te abres. Yo era más joven, salía…, pero había mujeres que iban allí y no salían pa na. Es que también depende de la edad. Yo conozco a gente que no salía, na más que el trabajo y toe r día ajustando cuentas y tengo que mandar tanto dinero a

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Setenil, pero yo decía. Yo soy joven, yo me tengo que comprar ropa, tengo que salir… También depende la ápoca, porque no es lo mismo el 79 que el 70, porque cuando mi mario se fue tenía que mandar dinero, pero nosotros cuando nos fuimos no, lo que ganábamos era pa nosotros, yo no tenía que mandar a mis padres na ni el a los suyos tampoco, pero claro, cunado se fueron estaba la cosa…, él se fue porque aquí no tenía trabajo, porque aquí no había nada, po que pasó, que se fue el hermano y se fue él con un contrato, se fueron los dos con contrato, y luego ya se quedaron allí porque es que aquí no había na. Ellos se fueron por eso, porque necesitaban el trabajo, y yo po claro, yo fui diferente, yo me fui porque él estaba allí ya, entonces todo cambia. Él tuvo que empezar desde cero, y yo no porque yo tenía allí mi piso, yo tenía mi trabajo…, él llevaba allí ya 10 años, él ha estao 22, po que pasa que yo llegué allí y entré en un piso que aquello me parecía a mi la gloria. Mira, acostumbrá aquí, las casas más chicas antes, no había tantas comodidades como ahora, y yo veía aquel piso, un piso lindo, no es que fuera…, pero vaya, estaba bastante bien, con to el piso enmoquetao, con calefacción, y claro, yo nunca había visto un piso con calefacción, porque aquí no existía. Te encuentras con otro mundo. En cuestión de comidas había una diferencia grandísima. Mira, cuando yo me traje a mi Juan Antonio todavía aquí no había pañales pa los niños, no, no había pañales, yo tenía que ir a Ronda, a un supermercado que había que se llamaba supercasas, y me tenía que traer los pañales de Ronda porque aquí no había. Aquí hoy día hay de to, pero hace años aquí no había tantas cosas. En cuestión de pastas aquí a penas había nada, y allí había de to, en cuestión de salsas… Allí la comida era mu buena, ya te digo, cosas que aquí no había, porque por ejemplo la nata ha llegao aquí hace poco y allí ya había. Yo una pizza no la había visto hasta que no llegué allí, ni de lasañas tampoco” ¿y el nivel de vida era mucho más alto allí, a la hora de comprar la comida, ropa…? “Si claro, es que arreglao a lo que ganaba po estaban las cosas mas caras. El nivel es altísimo porque se ganaba mucho, pero aquí está por encima de lo que se gana. Allí el nivel de vida es altísimo porque se gana mucho, pero se vive mejor allí que aquí, la calidad de vida es mejor allí”. “otra cosa que se me ha olvidao contarte es que allí nadie tiene casa, to er mundo vive en casa de alquiler, ¿sabes por qué?, porque pagan mucho, pagas más al gobierno, de impuestos, de lo que te vale la casa en si. Vamos a ver, es como si te compras un Mercedes, mira te voy a decir una cosa, y tu compras el mercedes por 8 millones de pesetas, vamos a poner un ejemplo, y ahora el seguro te vale al año casi un millón de pesetas, ¿qué pasa? Que te vale el seguro casi más que el coche, po eso pasa allí con las casas. Tú te compras un casa y tienes que estar to la vida pagando casa porque hay que pagar un impuesto. Y si la alquila por ejemplo un matrimonio que tenga dos niños y la mujer no trabaje, ese no paga nada, nada, tiene que pagar mu pocos impuestos, poquísimos, porque eso se paga dependiendo de lo que ganes. Ahora, el dinero este que te dan de los niños, tu puedes ganar todo lo que sea, un sueldo altísimo, pero eso te lo dan pa los niños, y aquí, no se lo que darán, pero tienes que estar pasando hambre pa que te den algo. Allí hay paro, pero poco, y te voy a decir el por qué: yo he conocío a una muchacha que ella… po entonces po tenía dos niños, y ella quería quedarse en su casa con las niñas, y se dio de baja en el trabajo, y se apuntó allí al paro, pero a los tres días la mandaron a llamar porque tenían un trabajo pa ella, entonces ella le dijo que no le interesaba. Te mandan hasta 3 trabajos, y cuando te mandan 3 trabajos y a los 3 los rechazas ya te quitan completamente del paro porque ya es que ven que tu no necesitas eso, y que pasa, po que te quitan del paro, como ven que te quitan el paro, como ven que no te interesa ningún trabajo, po por eso esos

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países tienen menos paro. Esas son las normas de allí, por eso to está declarao, hora que eches hora declará. No como aquí, que estás trabajando y ahora estás cobrando el paro, y allí inspecciones hay to los días, y como cojan a uno que tiene a alguien si declarar po se le cae el pelo. Po entonces ellos ya se niegan a tener a alguien sin declarar. Ya te digo, eso está super controlao.

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