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el misterio de
LA VERDADERA ADORACIÓN En tu gloria sé prosperado; cabalga sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia, y tu diestra te enseñará cosas terribles. Salmo 45:4
Al analizar el tema de la adoración, nunca podré enfatizar lo suficiente que está rodeada de misterio, y bendito el cristiano que penetra en este y lo descubre. La adoración cristiana genuina no aumenta o disminuye según la voluntad del hombre, porque solo existe un objeto digno de la adoración humana: Dios. Ojalá pudiera expresar con precisión la gloria de aquel a quien debemos adorar. Si pudiéramos expresar esos miles de atributos que habitan en la luz inmarcesible, donde ningún hombre puede verlo y seguir viviendo (Dios plenamente eterno, omnisciente, omnipotente y soberano), nos sentiríamos muy humillados. El pueblo de Dios no es tan humilde como debería serlo, y creo que esto se debe a que no vemos de verdad a Dios en su soberanía. Se nos manda que adoremos al Señor, y me pregunto cómo podría ser que nosotros los cristianos cayéramos de rodillas ante un hombre para decirle: «Tu trono, oh Dios, es para siempre». 123