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l ser humano en su búsqueda constante, se ha visto en la necesidad de relacionar lo inexplicable con fuerzas superiores y deidades que dadas su naturaleza y cualidades son capaces de dar sentido al más entrañable misterio o al fenómeno natural más asombroso, obteniendo de esta manera una visión muy particular del universo que dicta su estilo de vida y costumbres. La cultura maya es ejemplo aún tangible de cómo una particular percepción del mundo sobrevive generación tras generación, y como ésta sigue siendo eje de muchas de las tradiciones y creencias que hoy en día se manifiestan en las comunidades de nuestro Estado. En la edición de Mayo, Explora Campeche desea compartir con sus lectores una pequeña parte de la maravillosa cosmovisión maya que en gran medida tiene influencia en nuestro día a día, aunque a veces no nos percatemos de ello. Lejos de la polémica o interpretaciones expertas, con éste número pretendemos mostrar una perspectiva ráfaga de las raíces de la gente de Campeche, de eso que nos mueve y que en los rincones menos esperados, todavía se encuentra pacientemente esperando a que alguien lo reviva. COLABORADORES
Editor en Jefe Laet. Hugo R. Del Río Richaud
Editor Gráfico y Fotografía Ldg. Carlos Cáceres Cervera
Editores Adjuntos Lic. Aarón Enrique Durán Lic.Alicia Elidé Gómez Montejo
Auxiliar de Diseño Erick Daniel Urdapilleta
Editor Comercial y Publicitario Jorge Richaud Gómez de Silva
Autor y Editor Culinario Chef Ricardo López Avilez
Director de Arte y Diseño Ldg. Pedro Ricardo Durán Chablé
Contáctanos: Calle 63 Núm. 36 entre 14 y 16 Ciudad Amurallada San Francisco de Campeche, Campeche. Teléfono: 8112748 www.exploracampeche.com.mx info@exploracampeche.com.mx
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El registro de referencia se otorgó con fundamento en los artículos 1°, 2° fracción V, 6° fracción III, 125 y 126 de la Ley de la Propiedad Industrial. De conformidad con el artículo 95 de la Ley de la Propiedad Industrial, los presentes registros tienen una vigencia de 10 años contados a partir de la fecha de presentación de la solicitud y los mismos podrán renovarse por períodos de la misma duración, en los términos establecidos en los artículos 133 y 134 del mismo ordenamiento legal. La suscripción de los presentes títulos se hace con fundamentos en los artículos 6° fracción III y 7° BIS 2° de la Ley de la Propiedad Industrial; 1°, 3° fracción V inciso b), subíndice ii) y iii) primero y segundo guión respectivamente, 4°, 5°, 11, fracción II y último párrafo y 13 fracción III del Reglamente del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial; 1°, 3°, 4° y 5° fracción V inciso b, subíndices ii) y iii) 1° y 2° guión respectivamente, 17 fracción III, 28 y 31 del Estatuto Orgánico de este Instituto; 1°, 3° y 6° inciso a) párrafos antepenúltimo, penúltimo y último del acuerdo que delega facultades en los DIrectores Generales Adjuntos, Coordinador, Directores Divisionales, Titulares de las oficinas regionales, Subdirectores Divisionales, Coordinadores Departamentales y otros subalternos del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial. Ordenamientos legales cuyas reformas, adicones y modificaciones se encuentran vigentes a la fecha de emisión de los presentes títulos. México, DF a 14 de Enero del 2014
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odas las creaciones culturales de los mayas se fundamentaron en una concepción religiosa del mundo y de la vida, según la cual el universo entero proviene y está permeado de energías sagradas que, manifestándose de múltiples maneras y en diversos seres sobrenaturales, que determinan el acontecer, según el orden del tiempo. Para los mayas, los seres sobrenaturales crearon el cosmos con una finalidad precisa: el mantenimiento de su propia existencia a cargo de un ser especial, el hombre, que es por ello, motor y eje del cosmos (De la Garza, 1997: 101). Basado en dicha concepción, el pueblo maya hizo de la actividad ritual el centro de su existencia. Para los mayas el tiempo se vinculaba fundamentalmente al sol y al cielo; el curso del sol era percibido como un movimiento circular alrededor de la tierra y determinaba los cambios del espacio, puesto que el tiempo era concebido como un movimiento cíclico. Así, la temporalidad no era un concepto abstracto, sino el evidente y eterno dinamismo del espacio, que daba a los seres cualidades múltiples y a veces contradictorias. Para los mayas, el tiempo era orden y, consecuentemente, la intemporabilidad era caos. El universo maya era un cuadrado plano delimitado por un www.exploracampeche.com.mx
lagarto cuyo cuerpo estaba cubierto de símbolos planetarios. Dentro de este cuadrado se ubicaban los tres niveles cósmicos: el cielo, Caan; la tierra, Cab; y el inframundo, Xibalbá. Del centro de la tierra nacía una gran ceiba , cuyo tronco atravesaba de lado a lado el mundo intermedio; sus raíces se hundían por el nadir en la acuosa región inferior del otro mundo, mientras que sus ramas se remontan al zenit en la capa superior de la región celeste. Cada una de las esquinas del cuadrado representaba un punto cardinal, y a cada uno le había sido asignado un color. Al norte le correspondía el blanco; al sur, el amarillo; al este, el rojo y al oeste, el negro. Partiendo de esta idea, Linda Schele y David Fridel (1999: 73) afirman que los cuatro puntos cardinales proveían la red fundamental maya y la superficie de la tierra, que el eje principal del mundo
intermedio era la trayectoria que seguía el sol al desplazarse de Este a Oeste en su viaje cotidiano. Cada punto tenía un árbol y un color especial, dioses asociados a su reino y ritos vinculados a ellos. Además de rojo, el Este era la dirección más importante, donde había nacido el sol. El norte, a veces llamado “lado del cielo”, era blanco y de ahí procedían las refrescantes lluvias de invierno. Era también la dirección de la Estrella del norte, pivote a cuyo alrededor
gira el cielo. El Oeste, lugar por donde el Sol se iba o moría, era negro. El Sur era amarillo y considerado como la mano derecha o el gran lado del Sol. En cada una de las primeras cuatro direcciones, exactamente en los ángulos, habitaba un Bacab o dios cargador, cuya misión era sostener con las manos en alto una parte del universo. De los bacabes dependía que las estrellas, los planetas y demás cuerpos celestes permanecieran eternamente en su sitio. El cielo, simbolizaba para los mayas
la paz, la bondad y la luz. Se dividía en trece niveles, representado con una piamide de seis escalones de cada lado y uno más en la parte superior. En cada uno de estos niveles gobernaban los 13 dioses del mundo superior. Por encima de ellos, habitando el septimo nivel, estaba Hunab Ku el dios uno, el dios supremo, la divinidad creadora. Itzamná, señor de los Cielos, señor Ojo solar del Dragón, e hijo de Hunab Ku, es quien presidía ahora la sociedad divina. Como deidad celeste proporcionaba las lluvias; en su carácter terrenal constituyó el suelo fértil para la siembra. Compartiendo el cielo con Itzamná, de menor jerarquía que éste pero muy importantes para los mayas, existían una serie de dioses que regían diversos aspectos de la naturaleza. Encabezando a estas deidades estaba Kinich Ahau o Ah Kinchil, el de cara al sol, o el dios Sol, que los antiguos mayas representaban como un joven apuesto o como un anciano de prominente nariz; Ixchel, diosa de la Luna y compañera de Itzamná, considerada deidad de la procreación, la medicina, el tejido, el canto y los nacimientos; Noh Ek, nombre maya que significaba gran estrella, y Xaman Ek, estrella del norte, eran dos deidades del cielo que influían, aunque en forma menor, en la vida diaria de los mayas. El primero era el dios del planeta Venus, a quien se relacionaba con la buena cacería; el segundo, el dios de la Estrella Polar, deidad benévola a quien se encomendaban los marinos al navegar de noche. El cielo maya era igualmente la morada de Chaac, el dios de la lluvia. Se trataba de una deidad benévola, asociada con la creación y la vida. Finalmente, estaba Kukulcán, la Serpiente Emplumada, un dios dual que representaba a la tierra y su deseo por ascender al cielo. Los mayas afirmaban que la superficie de la tierra o Cab, era el lomo rugoso de un gran reptil, representado a veces como caimán, a veces como tortuga, que nadaba en el mar primigenio (Sharer, 1988: 499). Y dado que los reptiles eran considerados animales divinos, la tierra en sí misma constituía una deidad. De acuerdo con esta idea, los mayas habitaban en un dios, quien les proporcionaba lo necesario para subsistir: el alimento y el agua, así como lo info@exploracampeche.com.mx
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indispensable para vestir o construir una vivienda. En la superficie de la tierra vivían los Tzultacah, dioses cuyos nombres significaban montaña-llanura. Su número era indeterminado y cada una de estas divinidades era dueña de una determinada elevación, en cuyo interior habitaba. Protegían al hombre, cuidaban sus cosechas, vigilaban al ganado y, como dueños de las presas de caza, las soltaban a moderación para que los hombres lograran una buena cacería. A cambio, las montañas en las que habitaban estos dioses eran recipientes de ofrendas y oraciones, y en algunos casos de la sangre de pequeños animales sacrificados. Los antiguos mayas compartieron la misma concepción del universo, en el sentido de que, fuera cual fuera la actividad que se realizara, tenía como objetivo último el agradar a los dioses y de mantener el equilibrio natural del entorno. A cambio, las deidades los protegían y ayudaban a llevar a buen término las actividades comunitarias. Finalmente, temido y respetado entre los mayas, estaba el inframundo, sitio compuesto por nueve niveles de tinieblas, donde habitaban seres que viajaban constantemente a la tierra sólo para hacerles daño a los humanos. Dentro del contexto del universo, el inframundo se le representaba como una pirámide invertida (De la Garza, 1997: 113) con cuatro escalones que bajaban del lado Oeste hasta un quinto donde se ubicaba la cima del mundo inferior y cuatro escalones más que ascendían por el Este. El territorio de Xibalbá estaba formado por nueve niveles llenos de murciélagos mortíferos y una fauna repugnante, como perros demoníacos devoradores de almas; cada nivel estaba regido por un Señor de la Noche, siendo el nivel más profundo y tenebroso de todos el llamado Mitnal o infierno. En el descenso a Xibalbá se cruzaban varios ríos, entre ellos uno de pus y otro de sangre, y luego se llegaba a una encrucijada de cuatro caminos: uno negro, otro blanco, otro rojo y el último verde; siguiendo el camino negro se llegaba a las Casas del Sufrimiento o Lugares de Tormento: la Casa de la Oscuridad, la Casa del Frío, la Casa del Fuego, la Casa de las Navajas o Cuchillos de Pedernal, la Casa de los Tigres y la Casa de los Murciélagos info@exploracampeche.com.mx
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BIBLIOGRAFÍA
De la Garza, Mercedes (1997) (De la Garza, 1998: 59). ses benévolos eran responsables “Las fuerzas sagradas del uniLos nueve niveles del inframundo del trueno, el rayo y la lluvia; para verso maya” en Los mayas del estaban regidos por los Bolontikú, contrarrestarlos, los dioses ma- periodo clásico. Eduardo Matos nueve deidades que gobernaban lignos, que deseaban la muerte y Moctezuma (Coord). Consejo Nacomo señores de la oscuridad. En la destrucción, causaban sequías, cional para la Cultura y las Artes, México. Pág. 101-139, el quinto nivel, el más profundo huracanes y guerras. de todos, reinaba Ah Puch, el dios La responsabilidad del pueblo De la Garza, Mercedes (1988) de la Muerte. Se le representa- maya era mantener el equilibrio Rostros de lo sagrado en el munba como una calavera, como un entre ambas fuerzas, para lograr do maya. Biblioteca Iberoameriesqueleto o como un cadáver en la armonía en la tierra. Por ello, cana de Ensayo. Paidós. descomposición, que llevaba las las acciones de sus vidas se re- Universidad Nacional Autónoma costillas visibles y una parte de la gían por la cosmogonía, que les de México, Facultad de Filosofía y columna vertebral expuesta. En dictaba rendir culto a los dioses Letras, México. todas sus versiones porta casca- malignos para aplacar su furia, beles. Ayudándolo en las labores lo mismo que hacer ofrendas y SCHELE Linda y David Freíde malignas estaba el dios Jaguar, sacrificios a las deidades bonda- (1999) Una selva de reyes. La asombrosa historia de los antianimal sagrado y temido por los dosas para continuar recibiendo guos mayas. FCE, México. mayas. sus favores. Sólo así se manteEl cielo y el inframundo vivían en nía el orden cósmico, objetivo Sharer, Robert J (1988) La Civilizaperpetuo antagonismo. Los tre- final de cada uno de los actos, ción Maya. FCE. México. ce dioses superiores entraban en avances y logros de esta civilizacombate con los nueve inferiores, ción milenaria. y el enfrentamiento entre el bien y el mal producía los fenómenos naturales sobre la tierra. Los dio12
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La impresionante ruta del inframundo en los Chenes. Tohcok, el Tabasque単o, Dzibilnocac y Hochob.
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lo largo y ancho de su geografía, el estado de Campeche cuenta con sitios inigualables que permiten conocer bellezas naturales y también conectarnos con el pasado glorioso de los mayas. En la región de los Chenes, es decir, la Región de los Pozos (ch’e’en en maya significa pozo), se cuenta con varios sitios arqueológicos de edificaciones muy particulares. Enhiestas edificaciones de elegante acabado con narices salientes por los costados en conmemoración al dios de la lluvia. A la entrada de estas construcciones hechas en lo alto, o a ras del suelo, puertas que semejan las fauces abiertas que recuerdan el inframundo, portales hacia las dimensiones desconocidas del más allá. Muy arriba, ojos esculpidos en cada pórtico que parecen mirar al viajero, formas caprichosas zigzagueantes, serpientes bicéfalas, flores que emergen de la tierra, todos motivos artísticos que hablan de un conocimiento portentoso y de una arquitectura impresionante. De Campeche por la carretera 261 a Hopelchén son noventa kilómetros. Por vereda curva la ciudad amurallada queda atrás para dar paso a pintorescos pueblos: Castamay, Chencolli, Tikinmul, Pueblo Nuevo, Crucero Oxa,
Suctuc, Crucero San Luis, Ich Ek. Por doquier se mira la feracidad de la tierra campechana, ex haciendas, gente risueña ofreciendo fruta en medio de paisajes arbolados. Y justo a seis kilómetros antes de llegar a Hopelchén, tras una ondulación en el camino, una palabra formada por un cúmulo de piedras Tohcok. En frente del sitio que se aprecia pequeño, un relleno que sirve de estacionamiento. Así se llega a un aposento de muchos siglos donde muy amablemente el custodio del lugar José Rafael Acosta Baas nos da la bienvenida y nos explica el significado de cada friso, de cada monolito y de cada nivel info@exploracampeche.com.mx
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tas, un altar con las tres etapas de vida. Vemos un monolito que representa al ceibo o Yax Ché, árbol sagrado, donde se encontraba el centro del universo, sus copas representaban el cielo, el tronco o corteza, la tierra donde habitaba el hombre y sus raíces el lugar donde habitan los nueve dioses del inframundo. En cada esquina se aprecia la nariz de Chaac, dios de la lluvia, pero llama la atención que la nariz es cortada al parecer por la obsesión del hombre blanco de profanar los santuarios mayas para así imponer una nueva religión. La nariz alargada del dios semeja una serpiente que para el cristianismo es símbolo de pecado, de ahí su mutilación. Aún así, Chaac está representado como protector El lugar tiene dos estilos mezclados, estilo Chenes y de los cuatro puntos cardinales, los cuatro vientos. estilo Puuc. El primero es percibido por la hilera de El friso habla de lirios acuáticos, lirios muertos que cuatro habitaciones, tres son frontales y una se en- una vez irrigados emergen a la tierra dando vida. Escuentra en la parte posterior. La arquitectura Puuc tas representaciones son únicas, toda vez que sólo se distingue por las columnas monolíticas que hay se habían registrado en vasijas. Los especialistas en el lugar. Es así como se percibe una división entre del INAH que trabajaron arduamente por recuperar las cuatro habitaciones que representan a los cuatro estos elementos (encabezados por el Arq. Antonio vientos. Tahcoj en su plaza principal es la estampa Benavides), indagaron que esta iconografía es un atributo arquitectónico singular. del Universo. En el edificio 2 se distingue una división de tres plan- En la cosmovisión maya estas entidades formaban Este sitio es conocido como Tahcoj o Tohcok, que se traduce como “el lugar de la navaja de pedernal” o bien “la preciosa navaja de pedernal”. Nombre que deriva de una pintura mural hoy desaparecida que fue plasmada en la jamba del Edificio 1, pintura de la cual se tiene conocimiento por fotografías y un dibujo creado por la antropóloga Tatiana Proskouriakoff. La pintura mostraba a un guerrero sujetando un hacha de pedernal con la mano izquierda y sosteniendo una rodela con la otra. A sus pies un incensario, sobre el que descansaba el cuerpo de un hombre con un atado de cañas y el signo de Ahau o Señor. Debajo de la escena se apreciaban flores de lirio acuático y diversos glifos.
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parte del inframundo y estaban asociadas al resurgimiento de la vida, al ciclo continuo vida-muerte-vida, como analogía del proceso amanecer-anochecer-amanecer con la salida y puesta del astro rey. De Tohcok entramos a Hopelchén y enfilamos rumbo a Dzibilnocac, para eso debemos pasar por Dzibalchén a 40 kilómetros, pero justo seis kilómetros antes de llegar al poblado, existe una señalización de otro sitio arqueológico El Tabasqueño. Después de dos kilómetros de camino de terracería, se llega al lugar, llamado así porque se encontraba en las inmediaciones de un rancho llamado precisamente “El Tabasqueño”. Los edificios principales están distribuidos en tres grupos, con amplia muestra de arquitectura Chenes. La orientación de estos edificios, tienen una connotación astronómica. La arquitectura monumental recuerda el profundo interés de los sacerdotes prehispánicos por el cielo nocturno. En el Grupo 1 de las edificaciones, destaca el PalacioTemplo con ocho habitaciones en el primer nivel. En el segundo piso se conserva el aposento del templo que mira al norte, el del sur colapsó debido a los embates sufridos por los huracanes Opal y Roxana, ahí donde se veían dos figuras humanas de estuco. info@exploracampeche.com.mx
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Es imponente la fachada norte de este Palacio Templo, con la imagen de un gran mascaron de mosaico de piedra que representa al Monstruo de la Tierra o Itzamná abriendo las fauces. La portentosa imagen que forma la boca de la puerta, tiene replicada en ambas esquinas cascadas de ocho mascarones de nariz ganchuda. El estudio de la orientación de este aposento ha permitido saber que, durante los solsticios de verano, la luz del amanecer y la del ocaso permiten la iluminación de las paredes interiores. Llama poderosamente la atención que justo enfrente de la boca del mascarón zoomorfo, haya un chultún o cisterna subterránea para depósito de agua de lluvia. También existen dos aguadas localizadas al oriente y este del sitio. Existe la Torre, que de planta rectangular de 150 metros por lado. Abel Morales un investigador, comprobó que esta construcción presenta una desviación de 7º al este del norte. Y que tuvo importancia para registrar solsticios y equinoccios.
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A escasos 100 metros al sur se aprecian plazas y varios inmuebles en derredor. Algunos como aposentos abovedados. Aún hay visita restringida a algunos lugares del Tabasqueño porque aún están en proceso de registro. El acceso es gratuito. Nos ponemos en marcha para regresar, caminar casi medio kilómetro y transitar nuevamente por el camino de terracería que nos conduce a la carretera de Dzibalchen. Una vez ahí, nos dirigimos a un poblado que se llama Iturbide pero que aparece en las señales como Vicente Guerrero, al atravesar este último pueblo se encuentra Dzibilnocac, nombre que significa Bóveda Pintada. Cuenta con un edificio parcialmente restaurado, integrado por varias habitaciones dispuestas de manera longitudinal, a las cuales se les agregaron tres torres, una en cada extremo y otra al centro, reminiscencia del estilo arquitectónico Puuc. Debido al uso común de los mascarones de narices ganchudos y el uso de esquinas redondeadas es un sitio también con influencia Chenes. Llama la atención las poderosas y visibles mandíbulas del gran Monstruo de la Tierra sobre el que se apoyaba la torre central. La alusión por medio de cartuchos con varios símbolos estucados semejan ondas acuáticas y escamas de la deidad. Por medio de pruebas hechas a materiales cerámicos se ha concluido que el mayor apogeo del lugar data del período Clásico tardío (600-900 d.C.) Hochob (Lugar de las mazorcas de maíz) está cerca de la carretera 283, una vez ubicado el poblado de Chencoh es fácil llegar. Cuenta con un parador turístico donde se cobra la entrada $ 50.00, y ahí se venden publicaciones de varios sitios arqueológicos. Del parador que semejan casas semicirculares tra20
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dicionales con guano, se suben unas escalinatas hacia Hochob, construida en lo alto. El apogeo de Hochob se dio en el Clásico Terminal (800-1000 d.C.) y el Posclásico Temprano (10001250 d.C.). Lo primero que llama la atención de Hochob es también que como los anteriores sitios no es grande, sin embargo, eso no eclipsa la significativa presencia de sus edificaciones pétreas, entre las que destacan una tripartita: “armoniosamente dispuestos en torno a una alargada plaza que fue acondicionada en una elevación del terreno, se levantan los edificios de mayor jerarquía, destacando al norte-al lado de un ruinoso templo- pirámide de medianas dimensiones- el edificio 88 o “palacio principal” con sus tres cuerpos claramente diferenciados…” (Gendrop, 1973: 38). Itzamná, dios creador, es repre-
sentado como reptil, la mandíbula inferior es lo más prominente porque se prolonga al frente del edificio, tapizada con hileras de colmillos en relieve. Toda la puerta es un ejemplo de mascaron zoomorfo muy ornamentado. El ojo en espiral, las formas geométricas y caprichosas del relieve en cuya complejidad se puede palpar lo que quizá fue la mitología del origen y la creación del universo. Todo nos lleva al Monstruo de la Tierra. El impacto visual es todavía mayor por la alta crestería calada de la parte superior. En los tres planos cósmicos en los que los mayas concebían su mundo existen varias representaciones de deidades zoomorfas, entre las que tienen mayor importancia es la del cocodrilo que puede ser una deidad dual, tanto celeste como terreste, es decir del inframundo. Este es el Monstruo de la tierra, que se remite al dios crea-
dor Itzamná Itzam Cab (Brujo del Agua Tierra Cocodrilo), sobre su cuerpo, la tierra y sus estanques acuíferos se han formado. Thompson menciona que “casi era seguro que los mayas (…) creían que el mundo descansaba sobre el tórax de un enorme caimán o lagarto”. Este tipo de concepción da una visión de qué tan importante era el cocodrilo en la cosmovisión maya como representación de la creación. También Itzamná es representado como serpiente bicéfala, y como otras divinidades mayas, era una deidad cuádruple ligada a los cuatro puntos cardinales, que tenían cada uno un color, rojo, blanco, negro y amarillo. Colores que a su vez se ligaban con el maíz cuyas semillas pueden tener esos mismos tonos. Todos estos elementos que hablan sobre dualidad, los mayas creían que tanto la muerte como info@exploracampeche.com.mx
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la vida eran sagrados, politeísmo, por el gran número de dioses, y su naturalismo, todos los dioses ligados la fauna de su alrededor, hacen que la arquitectura maya sea no sólo admirable en su aspecto artístico, decorativo y majestuoso, sino ante su significación cosmogónica, que ligaba la vida humana al universo, y a si mismo al agua y al maíz, donde nacía la vida. Estos elementos pueden verse en los cuatro sitios visitados que conforman los cuatro sitios arqueológicos de los Chenes visitados.
Referencias:
Arias Ortiz, Teri E. (2004) El cocodrilo en la cosmovisión maya: un proceso de larga duración. (Tesis). ENAH. Gendrop, Paul. (1984). Quince ciudades mayas. UNAM, México. Thompson, J. Eric (1970), Historia y religión de los mayas. Siglo XXI. México. Ibid. (2003). Grandeza y decadencia de los mayas. Fondo de Cultura Económica. México, D.F. Entrevista al Señor José Rafael Acosta Baas custodio de Tohcok elaborada el 17 de abril de 2014.
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Los cuyos de X-Kamayamúl: Lugar sagrado de los señores del monte Arón Enrique Pérez Durán
Aluxes de la noche azul de cuarzo, suspiros de fantásticos enanos; despierten que ya es día y sol de marzo, alégrense del mar y los veranos. El ámbar de la vida les espera, sacúdanse del trono de obsidiana; y vean qué color de primavera, los pájaros, la paz de la mañana. La Ceiba los recibe con agrado, libérense de arpones y de redes y sientan el amor del consagrado. (Anónimo) 1.- Licenciado en Historia con Especialidad en Patrimonio Cultural por la Universidad Atonóma de Campeche. Investigador e Historiador.
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unkiní es una comunidad ubicada a 11 kilómetros de la cabecera del municipio de Calkiní en el Estado de Campeche. Su vocablo proviene del origen maya: Nun: nacer, I: ahí, Kin: sol; significa por lo tanto, “Ahí donde nace el sol”. Aunque se desconoce con exactitud la fecha de la fundación del pueblo, se conjetura que pudiera haberse efectuado en el Preclásico Maya, ya que, después de la desintegración de Mayapán, los siete hermanos Canul fundaron
sus respectivos cacicazgos en el territorio de lo que hoy comprenden varias poblaciones del Estado de Campeche, en el área denominada Camino Real, siendo una de éstas precisamente Nunkiní (Gómez, 2002: 45). Desde la caída de las ciudades prehispánicas, los antiguos sitios arqueológicos se han convertido de gran importancia entre los mayas de hoy en día, formando parte de la concepción histórica del tiempo, de la mitología y de la concepción del espacio. Los cuyos son, a simple vista, montículos de piedras de irregular
tamaño y forma, bajo las cuales se esconden restos de las construcciones de los antiguos mayas, de antes de la llegada de los españoles. Se trata de los restos donde vivían los antiguos y como tales son peligrosos porque en su interior se aloja todo aquello que fue, y ya dejó de ser, la humanidad actual. prehispánicos, pues hay más de cincuenta cuyos en el interior de los terrenos ejidales del pueblo (De Ángel, 2007: 142). Para los pobladores son lugares peligrosos con los cuales hay que tener cuidado y respeto reverencial, no en vano en su interior moinfo@exploracampeche.com.mx
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ran personajes que pueden resultar en extremo peligrosos para los humanos. De esta forma se puede entrever, bajo estos restos prehispánicos, un espacio habitado por seres que tienen su origen en un pasado remoto, en la época de los antepasados mayas, ya que a la llagada de los españoles los pusieron ahí, para que vigilen las casas y los templos de los antiguos. Los cuyos de X-Kamayamúl se encuentran al Sur de la comunidad a una distancia de 5 kilómetros tomando un camino de terracería a las afueras del pueblo. Don Javier Chi es el guía, es quien da la señal para descender de la camioneta e ingresar al monte. Con su machete en mano se adentra a una brecha donde va dando de tajos a los arboles para marcar la ruta de regreso. Se camina aproximadamente como seiscientos metros sobre el sendero para después ingresar 26
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al terreno abrupto de maleza y llegar al sitio. Los cuatro cuyos piramidales miden veinte metros de altura y una base de dieciocho por veinte metros aproximadamente, además de una quinta estructura de menor tamaño de quince metros de alto y una base de trece metros por lado (Orihuela, 2010): “Éstos cuyos datan de más de 400 años, según algunos investigadores que han venido al pueblo, afirman que el lugar era un paso de descanso para aquellos sacerdotes o reyes mayas que iban de paso a la Isla de Jaina. Aquí está la historia de Nunkiní y de sus antepasados. Cuentan que en el año de 1932, llegaron personas a explorar el lugar porque decían que aquí había un tesoro. Mucha gente curiosa escarbó y escarbó, y cuando regresaban al otro día ya estaba tapado lo que habían hecho, así sucedió durante tres días hasta que se rompió el encanto que había sobre ese tesoro que
nunca apareció ”1 . En X-Kamayamúl, el alux es el principal habitante del cuyo, el dueño o señor del terreno y del monte: “Los cuyos están dedicados a los dioses mayas, a los cuatro vientos y a los aluxes que son los protectores y guardianes del lugar”3 . De acuerdo con David de Ángel (2007: 142) a los aluxes los crearon los antiguos, no son personas como nosotros, son de puro aire. Respecto a su aspecto físico son como niños, refiriéndose al tamaño, pero tienen cara de viejito. Visten de blanco entero, llevan sombrero, huaraches y les gusta silbar, en las noches se les puede oír en los patios, en la milpa y en el monte. Son juguetones y traviesos, por lo que les gusta jugar con los niños varones que andan por los terrenos solos. En la narrativa de los pobladores de Nunkiní se menciona que algunas personas han sido llevadas
1.-Javier Chí Collí. Entrevista personal, 19 de abril de 2014. 3.-Javier Chí Collí. Entrevista personal, 19 de abril de 2014.
por los aluxes a los lugares donde viven. Dicen que sus casas están en los cerritos y en los cuyos, que son cuartos grandes como de cinco mecates y allí tienen mucha comida, tienen de todo: melones, sandías, pib, y tortillas, pero no lo puedes comer porque si lo haces te quedas para siempre con ellos. Con relación a esto, se dice que los platos que salen de los montículos, materiales arqueológicos, son platos con los que comen los mismos aluxes porque ahí viven ellos. De esta manera, al ser innumerables los montículos arqueológicos, en todo el pueblo, se piensa que de igual forma son innumerables las moradas de los aluxes. Al ser estos seres no humanos, se trasladan de un montículo en horarios establecidos que tienen que ver con la hora en que la comunidad ha notado que se levantan remolinos de viento. El movimiento de estos remolinos, en la percepción de la comunidad, sigue
una trayectoria entre un montículo y otro, formando caminos que se le conoce como moson beh. De acuerdo con la creencia del pueblo, estos caminos se pueden tornar peligrosos si el ser humano tiene contacto con ellos en las horas que se supone corresponden al traslado que llevan a cabo los aluxes. Si esto ocurriera, la persona presentará síntomas del mal viento. Los síntomas de esta enfermedad consisten en vómito, fiebre y diarrea. De esta manera, la persona afectada tiene que ser presentada ante el j´men o sacerdote maya, quien mediante un procedimiento ritual expulsa el mal viento del cuerpo del afectado (Orihuela, 2010). Además de ser la residencia de los aluxes, la importancia de los cuyos o restos prehispánicos en la cosmovisión maya es fundamental, porque en su interior se guarda el poder y el conocimiento para curar que poseían los anti-
guos, por eso la gran importancia simbólica en el discurso ritual que manejan los j´meno´ob. Para evitar ser dañados por los guardianes de los cuyos, las familias de Nunkiní acostumbran hacer cada año, o cada dos años, una ceremonia llamada Hanlicol que tiene como objetivo pedir permiso y solicitar a los aluxes su protección para todos los integrantes de la familia, los animales, plantas y siembras que residen en sus terrenos y casas. A cambio de su protección se les ofrece todo un banquete compuesto de pib, sakaa, k´ool, tuch de pavo, cigarros y aguardiente. Así mismo, se
contrata los servicios de j´men del pueblo para que dirija la ceremonia y participe en la preparación de los alimentos que se van a ofrendar. En muchos casos las familias se ponen a trabajar desde las cuatro de la mañana para preparar todo y participan padres, hijos, sobrinos, primos, nueras, yernos y cuñados, entre otros. info@exploracampeche.com.mx
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En los rezos del Hanlicol, el j´men llama a los vientos que habitan en los cuyos ubicados en los cuatro puntos cardinales, siempre mirando hacia donde nace el sol. Para el j´men Victoriano Chin Huchim el clímax de la oración es la parte en que se menciona al Sur donde se encuentra X-Kamayamúl: “Primero llamamos a Dios padre de los cielos, después a cada protector de los cuyos empezando por el Este, el Norte, el Oeste y terminamos con el Sur. Pido por la salud de cada integrante de la familia, mencionándolo de uno en uno de mayor a menor, que cuiden de su trabajo que realizan en el terreno del monte, a sus animales y sus siembras”4 . Una vez hecho el llamado se hace la entrega de la ofrenda y todo queda bajo la protección del dueño del terreno, ya no sufrirán daños ni enfermedades de ninguna clase. Si pasado los años que marca el ritual del Hanlicol, el alux se enfadará y comenzará a molestar a la olvidadiza familia en reclamo de su comida, le tirará piedras, esconderá los utensilios del hogar y los asustará; así a pesar de las señales continúan olvidando las ofrendas, uno de los integrantes de la unidad familiar enfermará y sólo sanará cuando se lleve a cabo la ceremonia de ofrecimiento (De Ángel, 2007: 143). Finalmente quiero agradecer a Jorge Tzeek Suárez por su apoyo en esta investigación, a don Javier Chi Collí por ser nuestro guía e informante, al j´men Victoriano Chin Huchim por su buena charla y su bendición y a don Reynaldo Collí Haas por su hospitalidad y permitirnos ser parte de los integrantes del ritual del Hanlicol en su casa.
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4.-Victoriano Chin Huchim. J´men de Nunkiní. Entrevista personal, 19 de abril de 2014.
FUENTES CONSULTADAS Javier Chí Collí. Entrevista personal, 19 de abril de 2014. Victoriano Chin Huchim. J´men de Nunkiní. Entrevista personal, 19 de abril de 2014. De Ángel García, David (2007) “Espacios y representaciones del mal entre los mayas yucatecos contemporáneos” en Mayab. Sociedad española de estudios mayas. Núm. 19, pp. 139-145. Gómez Montejo, Alicia Elide (2002) Las H. Juntas municipales del Estado de Campeche. Una breve descripción. H. Congreso del Estado de Campeche, Serie Tomas Aznar Barbachano. Campeche. Orihuela Gallardo, Maria del Carmen (2010) Actualizando el pasado: los restos arqueológicos en la cosmovisión de la comunidad maya de Nunkiní, Campeche. Recuperado de: http://www.iifl.unam.mx/mitosmayas/index.php?option=com_content&view=article&id=47:actualizando-el-pasado-los-restos-arqueologicos-en-la-cosmovision-de-la-comunidad-maya-de-nunkini&catid=38:estudios-de-caso&Itemid=59
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Pollo de patio con chileatole de elote pibinal, frijol tierno (xpel贸n), Y cilantro en ra铆z, tallo y brote.
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os olores en la cocina juegan uno de los papeles más importantes en el desarrollo de los platillos y comidas de un restaurante, ya que a través del sentido del olfato podemos saber si el producto es el adecuado para servir, al mismo tiempo que nos alerta de algo que ya no está en condiciones para degustar y peor aun si algo se está quemando. En este sentido, lo aromas nos hacen recordar momentos, lugares, personas, cosas ya sea muy agradables y felices o desagradables y tristes.
El humo, la tierra mojada, la humedad, los vegetales tatemados, la totilla quemada y masa cocinándose en agua para hacer atole, son algunos de los olores que podemos percibir en un hogar típico de un poblado maya, de estos que están alejados de la ciudad. Estos aromas son en particular los elementos con más carácter que servirían para describir la mística de la gastronomía de nuestro pueblo.
hechos en la tierra (pib), cocinándose con el calor de las piedras calientes y la leña, consiguiendo así que los granos absorban los aromas y gustos a tierra mojada y humo, haciendo que este producto no tenga otra palabra para describir su sabor que “pueblo”.
La receta de este mes representa al estilo de un servidor la esencia del vasto carácter de nuestros pueblos mayas, plasmando con elementos e ingredientes típicos En las comunidades la gente con- lo elemental de sus sabores y cosume el pibinal, elote para cuya elaboración colocan la mazorca lores. #ComanRico de maíz tierno entera en hornos info@exploracampeche.com.mx
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[ INGREDIENTES 1 pax ] • • • • • •
Pollo de patio Pechuga de pollo 150g Manteca de cerdo 15g Epazote 5 hojas Orégano seco 3 hojas Sal y pimienta c/n
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Chileatole de Pibinal Huesos de pollo 500g Cebolla blanca 50g Ajo 3 dientes Zanahoria 50g Apio 50g Chile pasilla 2 pzas Hojas de laurel 3 Granos de elote pibinal 100g Sal c/n
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Frijol tierno (xpelon) Xpelon 60g Cebolla blanca 30g Ajo 1 diente Mantequilla 15g Chile serrano 5g Sal y pimienta c/n Cilantro 1 manojo de cilantro aceite vegetal Zanahoria rebanada 5g
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[ PROCEDIMIENTO ] Pollo de patio
Picar finamente el orégano y epazote; sazonar el pollo con orégano, sal y pimienta. En una sartén bien caliente colocar manteca y dorar el pollo por 4 minutos de ambos lados. Agregar epazote picado después de cocinado y reservar.
Chileatole de elote pibinal
Colocar todos los ingredientes a excepción de los granos del elote pibinal en una cacerola con agua y cocinar por 40 min para obtener un fondo (consomé). Procesar en una licuadora el consomé con los granos de elote pibinal hasta obtener la textura deseada. Reservar.
Frijol tierno
Cocinar en una cacerola el frijol, agregar ajo y cebolla para perfumar. Una vez cocidos los frijoles, saltear en una sartén caliente con un poco de mantequilla y chile serrano, sazonar y reservar.
Cilantro
Cortar la raíz de cilantro y lavar perfectamente, colocarla en una bandeja y llevar al horno precalentado a 145ºC, cocinar durante 1 hora. Tomar la raíz deshidratada y freír en aceite muy caliente 3 segundos y reservar. Dividir el resto del cilantro en tallos y brotes. info@exploracampeche.com.mx
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[ MONTAJE ] Colocar los granos de frijol tierno en el centro del plato, sobre estos colocar el pollo. Agregar las raĂces y los tallos alrededor haciendo las veces de un nido. Decorar con brotes de cilantro y la zanahoria rebanada. En un recipiente colocar el chileatole y servir en la mesa.
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