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Eran amigos

ERAN AMIGOS

En el barrio hay cientos como ellos que a cada rato se encuentran en calles y veredas. Se miran, se huelen, simpatizan o se gruñen. El Benyi y el Copito siempre se buscaban mutuamente, se distinguían entre todos y era como en un impulso urgente y necesario. Traducían su alegría esos encuentros con pequeños correteos inofensivos mordiscos y ladridos apagados.

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Tan difícil de explicar. ¿Por qué se buscaban y elegían entre tantos? y tan simple sin embargo, la respuesta.

El Benyi y el copito ¡eran amigos! amigo...... una palabra que suena a mucho esa palabra que suena a tanto¡

Amigo..... con alguien puedo contar cuando decaigo, un gato ronronea en mi regazo. Viento amigo, sol amigo chau océano (cuidate) adiós mar. Hasta el próximo verano.

Era tan hermoso verlos al Benyi y al Copito jugar en la calle o la vereda. Y aunque en el barrio había muchos como ellos, igual que ellos, siempre se elegían, se encontraban en las buenas o las malas, eran amigos....

Un nefasto día en que el Copito cruzaba en su rutina de marcar árboles y postes los acostumbrados hitos de su imaginario territorio; la fatalidad traicionó su instinto de experimentado perro callejero, y un auto lo arrolló sobre el asfalto dejándole tendido y sin remedio. Junto a su cuerpito inerte el Benyi era un aullido

un grito lastimero, espeluznante que se prolongó por horas como una letanía dolorosa inconsolable.

No come nada el Benyi va quedando piel y huesos. Ya no corretea ni hace giros jugando en la vereda y es su mirada una mezcla curiosa de tristeza y esperanza, tal vez de que algún día aparezca por la calle dando saltos la figura juguetona del Copito.

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