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Insatisfacción

INSATISFACCION

No se conforma con nada, la más mínima imperfección lo altera y enfurece. Un matiz que desentone en su puesta de sol, una hoja de árbol mal ubicada o de color incierto, un sonido fuera de lugar, que haga calor, que haga frío, o que le falte un diente al choclo del puchero.

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A veces quiere que el tiempo se detenga, que enmudezcan los relojes y que la luz del día o las sombras apacibles de la noche permanezcan para siempre, quietas y mudas para siempre.

Cuando era niño, andaba dándole empujones a las sombras lentas de la tarde tironeaba de los rayos solares para acelerar el tiempo, regaba con aceite los engranajes de los días. Bajó de certero hondazo el pájaro del reloj cucú, porque el tiempo pasmoso, pachorriento demoraba su crecer, su desarrollo,

irritaba mucho su impaciencia adolescente, sus deseos de ser grande. Los días demasiado largos, las noches interminables, se le hacían siglos de aburrimiento y tedio.

Hoy. En cambio, quisiera que el tiempo se detenga. le resultan tan cortos los días, tan breve y tan fugaz la noche. Los años se le van volando se arrepiente de su prisa irresponsable, de su torpe impaciencia. Aquel hondazo al pájaro del reloj cucú, produjo un efecto contrario a sus deseos porque el reloj en lugar de apurarse y correr de prisa por el tiempo, se quedó clavado en las cuatro en punto de la tarde.

Hoy quiere que el tiempo se detenga que el día se eternice, que la noche no acabe nunca y no puede darle un hondazo al pájaro del reloj cucú, porque su reloj es electrónico y no tiene pájaros ni apuro. Pero ya logró detenerlo, le sacó la batería, y acaba de molerla a martillazos.

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