Revista Artes y Oficios. web

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Indice

Contenido

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“Servicios públicos y gestión popular. Alternativas al problema de la basura en la ciudad de Córdoba”

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(Alvaro Martos y Guillermo Pleitavino)

“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX. Una lectura en torno a Augusto Céspedes, Oscar Cerruto y Marcelo Quiroga Santa Cruz.”

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(Magdalena González Almada)

“Este domingo vamos a comer a la Villa, un ratito de Bolivia aquí en Córdoba”

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(Rosa Quiroga Saavedra)

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Contenido

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n este primer número se han incluido trabajos producidos a partir de las actividades realizadas en los últimos 3 años de funcionamiento institucional del área Pensamiento Latinoamericano de la Agencia Córdoba Cultura, así como colaboraciones solicitadas de forma específica.

álvaro Martos y Guillermo Pleitavino hacen una aproximación a la problemática de la gestión de residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Córdoba, haciendo hincapié en uno de los componentes informales de dicho sistema: los carreros. Magdalena González Almada propone un abordaje del sujeto boliviano en la literatura de la primera mitad del siglo XX en el propone al suceso de la guerra del chaco como un parteaguas en la conformación social de Bolivia y la construcción de lo boliviano en los escritores de la época. Rosa Quiroga Saavedra hace una aproximación etnográfica a las prácticas culinaria de la ciudad de Córdoba aportando la receta del picante de pollo traída por los migrantes bolivianos y transmitida oralmente. Las imagenes que se exiben en este número pertenecen a la convocatoria fotográfica 2011 “Ferias Y Mercados De Latinoamerica” realizada por esta área.

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Martos, Alvaro

Pleitavino, Guillermo

“Servicios públicos y gestión popular.

Alternativas al problema de la basura en la ciudad de Córdoba” Resumen En el marco de las transformaciones de la ciudad uno de las principales problemáticas es la cuestión de los servicios públicos. Las sucesivas arremetidas del paradigma neoliberal y la progresiva mercantilización y comercialización en la prestación de servicios básicos han convertido estos espacios en lugares de disputa para las grandes empresas e intereses capitalistas. Frente a estadinámica altamente excluyente, combinada con los ritmos y características del mercado de trabajo en América Latina (precarizado, informal,expulsor y desigual) nuevas formas de resistencia y gestión alternativa emergen. Allí es donde se pone en juego la creatividad a la hora de gestionar nuestros recursos y nuevos colectivos de ciudadanos y trabajadores dan la disputa por otra forma de acceso y prestación de los servicios públicos demostrando que otros mundos son posibles y que su construcción se disputa hoy y ahora. El objetivo de nuestro trabajo es realizar una

primera aproximación a la problemática de la gestión de residuos sólidos urbanos en la Ciudad de Córdoba, haciendo hincapié en uno de los componentes informales de dicho sistema: los carreros. Dentro de la complejidad que presenta este fenómeno, nos enfocamos en desentrañar y comprender cuáles son las características principales que emergen en torno a este grupo de trabajadores. A partir de estos elementos, problematizamos y arriesgamos algunas ideas e hipótesis relacionadas a la necesidad y posibilidad de nuevas formas de entender el trabajo, la gestión y la prestación de servicios públicos en la ciudad. El presente escrito forma parte de un trabajo colectivo más amplio con Lisandro Levstein (UNC- El Eco en el EO). Agradecemos sus aportes, observaciones y co-construcción.Lic. en Ciencia Política (UCC); militante del Movimiento Lucha y Dignidad en el EO Lic. en Sociología (UESXXI); Maestrando en Economía Social (UNGS); militante del Movimiento Lucha y Dignidad en el EO e integrante del Colectivo de Investigación El Llano en Llamas (www.llanocba.com.ar/site/)

Autor de la fotografía: ALEXADER SANCHEZ. Año 2011, Convocatoria fotográica: *Ferias y mercados populares de Latinoamerica*

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Introducción

na de las problemáticas actuales más acuciantes para la organización de lo urbano en las grandes ciudades está estrechamente vinculada a la gestión de residuos sólidos urbanos (GRSU). Una característica distintiva del complejo de actividades que constituyen este servicio público es la importante participación de trabajadores y trabajadoras informales. Este grupo presenta, hacia adentro, una marcada diversidad y complejidad vinculada a la existencia de una amplia gama de actores (carreros, cartoneros, recicladores, algunos organizados en cooperativas y otros no, etc.) y a toda una serie de prácticas sociales que hacen de él uno de los sectores menos beneiciados en la división social del trabajo y en la determinación de su remuneración, riesgos y responsabilidades. Nos proponemos sistematizar y exponer aquí algunos resultados parciales de un proyecto de investigación más amplio que apunta a abordar de una manera sistemática las coniguraciones de sentidos, prácticas y saberes que se constituyen en torno a la igura del “carrero” en la Córdoba contemporánea. Trabajador, en la mayoría de los casos varón, autónomo y perteneciente a los sectores populares, el carrero emerge como actor protagonista dentro de la trama informal de la GRSU. Es al interior de esta misma trama que se tejen subjetividades alternativas que subvierten y descentran algunas de las nociones pilares de los imaginarios sociales vinculados al “trabajo” y que nos habilita la problematización y re-invención de, en-

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tre otros, la gestión de los servicios públicos desde una óptica popular. A los ines de abordar este complejo fenómeno adoptamos una estrategia que consta de tres caminos. En el primero de ellos realizamos una revisión de las discusiones teóricas, políticas y prácticas relacionadas a la gestión de los servicios públicos, el avance neoliberal y las resistencias y alternativas en América Latina y Europa. Esto nos permitirá en segunda instancia construir una descripción y contextualización del sistema de recolección de RSU en Córdoba a partir de fuentes documentales y entrevistas con actores claves a los ines de tener una noción más cabal de la complejidad del mismo. El tercer camino recorre, a partir de entrevistas en profundidad, aquellos elementos que estructuran la formación social de los carreros en lo que hace a las subjetividades construidas como trabajadores, los sentidos que le otorgan a su trabajo; los modos de organización y gestión interna de su espacio laboral y la disputa por “otra forma” de entender y llevar adelante el servicio de recolección de residuos en la ciudad.tener una noción más cabal de la complejidad del mismo. El tercer camino recorre, a partir de entrevistas en profundidad, aquellos elementos que estructuran la formación social de los carreros en lo que hace a las subjetividades construidas como trabajadores, los sentidos que le otorgan a su trabajo; los modos de organización y gestión interna de su espacio laboral y la disputa por “otra forma” de entender y llevar adelante el servicio de recolección de residuos en la ciudad.


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Neoliberalismo y servicios públicos. Resistencias y alternativas.

Luego del fracaso de las políticas de ajuste y reformas estructurales en los años ‘90, que incluyeron además de la des-regulación, lexibilización y precarización del empleo, la privatización de importantes sectores de la economía como lo eran las empresas estatales de servicios públicos, nuevas formas de avance en la mercantilización de nuestras relaciones emergen desde lo cotidiano. Bajo un discurso centrado en el desarrollo local, la participación (pasteurizada y despolitizada) y el buen gobierno (good governance) los organismos internacionales como el FMI y el BM avanzan sobre los municipios de la mano de las ONG’s al servicio del capital tras-nacional privatizador. En esta nueva dinámica uno de los sectores claves para el avance neoliberal está compuesto por las empresas de servicios públicos. Centradas en un argumento que prioriza la ganancia y rentabilidad sobre la equidad en el acceso a los servicios públicos, cientos de empresas han cedido ante las presiones del mercado y el capital, que mediante la más variada gama de estrategias legales y administrativas se abren paso para avanzar en el proceso privatizador. En este sentido observamos que “La privatización, en otras palabras, no constituye una situación que podríamos llamar –por decirlo en términos gramaticales– disyuntiva (o el Estado posee y dirige el servicio o

lo hace el sector privado/comunitario). La privatización debería contemplarse, más bien, como un todo formado por combinaciones entre lo público y lo privado, un todo en que ambos sectores presentan diversos grados de participación y de asunción de riesgos” (Starr 1988 citado en McDonald y Ruiters 2005: 12) Sin embargo en este camino se enarbolan fuertes procesos de lucha y resistencia por parte de los pueblos y sus organizaciones que complejizan el panorama local y permiten vislumbrar nuevas grietas y caminos alternativos frente a la intromisión del mercado en los servicios públicos. De este modo se coniguran constantemente las nuevas economías políticas urbanas como la evolución dialéctica de dos corrientes: una neoliberal que prioriza la acumulación de capital, a través de exoneraciones iscales y el desmantelamiento de medidas regulatorias y otra socialista que tiende a priorizar la distribución haciendo uso de fondos sociales y favoreciendo la apertura de instituciones participativas para generar desarrollo social y dar más poder político a sus ciudadanos (Goldfrank y Schrank 2011). Enmarcados en un contexto de restricción económica y debilidad política común a la mayoría de los gobiernos municipales en América Latina, estas dos tendencias conviven y se disputan las relaciones sociales en el marco del

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Estado local, enfrentando actores, intereses, lógicas y dinámicas en pugna, que luchan por inclinar la balanza a su favor. Uno de estos campos de disputa está constituido por el sector de los servicios públicos que pasa a convertirse en una trinchera estratégica para unos y otros intereses. Una de las notas principales a introducir en este debate es el carácter social de la prestación de servicios públicos. Como parte del “salario social” los servicios públicos son por deinición propiedad de todos los ciudadanos y tienen el objetivo de proveer ciertos beneicios imprescindibles a la comunidad como la provisión de agua, energía eléctrica, saneamiento, aseo, atención primaria de la salud o educación. Una de las características en este tipo de prestaciones están asentadas en sus diferencias con una mercancía en el sentido de que no son excluibles (no se puede excluir a una persona del acceso porque simplemente no pagó) y tampoco exclusivos (el uso de un servicio público por una persona no disminuye la posibilidad de consumo de otra). Sin embargo es importante aclarar que “los bienes y servicios no son ‘públicos’ o ‘privados’ de forma inherente, en virtud de un conjunto innato de características físicas (como nos harían creer los teóricos neo-clásicos). La mercantilización de un bien o servicio representa un fenómeno construido en un marco social e histórico que no puede entenderse al margen de su vínculo con una serie de relaciones sociales de producción” ( McDonald y Ruiters 2005: 16). A lo largo de la última década, se han

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dado en América Latina y el mundo importantes procesos de privatización, como así también fuertes procesos de luchas y resistencia que han anulado, retrasado e incluso revertido los planes privatizadores del avance neoliberal. Tal fue el caso de la Coordinadora por el agua y la vida en Bolivia en 2000, la Asociación en Defensa de Usuarios y Consumidores de Tucumán en 1998, la Comisión Popular por la Recuperación del Agua en Córdoba en 2006 y los cientos de sindicatos, movimientos sociales y puebladas que día a día resisten contra las grandes multinacionales prestadoras de servicios públicos (Suez, Veolia, Enron, Saur, Bechtel, Roggio, etc.) y los organismos internacionales que las secundan (OMC; FMI; BM; GTZ Alemania, CIDA Canadá, Consejo Mundial del Agua, entre otras) En lo que reiere al caso particular del servicio de recolección de RSU, observamos una serie de características propias de este sistema que repercuten directamente sobre cualquier tipo de caracterización que hagamos a posteriori. La primera de ellas reiere a la importancia estructural de la actividad en el actual modo de producción. En este sentido la generación de residuos y desechos es una de las más notables características del capitalismo. En este contexto el manejo y gestión de los mismos no es una tarea residual y hacen de esta actividad un verdadero nicho de mercado en constante desarrollo vinculado a la recuperación y eliminación de los RSU: “En los últimos años, hemos asistido a un crecimiento exponencial del llamado “negocio de la basura”, el que pre


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senta los rasgos característicos del trabajo informal: ilegalidad, baja productividad, escasa inversión de capital, mínima división del trabajo, escaso nivel de caliicación requerido, facilidad de entrada y bajo nivel de ingresos.” (Fajn 2002: 4) La informalidad como norma para los trabajadores carreros los posiciona como los actores más vulnerables y menos favorecidos en el circuito, lo que a su vez potencia la competencia, las salidas individuales y la precariedad de vínculos con sus pares. Sin embargo, no son pocos los carreros que eligen la forma cooperativa como forma de organizar su trabajo y el de sus compañeros de manera conjunta. En este sentido las experiencias más resonantes a nivel mundial de participación y gestión popular incluyen siempre la labor de cooperativas y formas colectivas de trabajo. Otro punto importante a destacar es el papel del Estado a la hora de dirimir las dinámicas en la prestación de los servicios públicos. Siendo quien tiene la potestad para decidir sobre las características y modalidades de este sector de la economía, más allá de capacidad de operación y organización de los sectores informales, el Estado se convierte en un actor clave del circuito. Siguiendo a Fajn (2002), observamos que el abanico de posibles actitudes y medidas hacia el sector informal está conformado por: a) Represión: mediante la declaración de prohibición legal de la recolección de residuos y la persecución de los trabajadores, muy frecuentemente basadas en políticas de “limpieza social” que apunta a la invisibilización y exterminio de los grupos más vulnerables de la so-

ciedad; b) Abandono: cuando el Estado se desentiende de la problemática y no adopta ninguna política activa para este segmento de la población, lo que claramente es una deinición política aunque difícil de sostener en el tiempo; c) Acuerdo y complicidades: mediante el reconocimiento de alguna actividades del sector para articular relaciones espurias y de connivencia mutua, atadas al clientelismo político y los beneicios de pocos a costa de muchos y; d) Apoyo: cuando el Estado reconoce la pre-existencia de los trabajadores de la recolección informal y los acompaña mediante estrategias para fortalecer y facilitar la creación de cooperativas a través de contratación directa, subvención y inanciamiento. En Colombia, vinculado al Programa Nacional de Reciclado, se han conformado desde 1986 más de 75 cooperativas que participan activamente en la gestión de los RSU en todo el país, destacándose las labores en la ciudad de Guarne donde una de las cooperativas se hizo cargo de la totalidad del servicio desde el transporte hasta el reciclado. En Brasil los “catadores de lixo” formaron varias cooperativas en Río de Janeiro, Recife, Salvador y Belo Horizonte, donde se agrupan más de 2500 trabajadores. Uno de los casos emblema está constituido por los miembros de COOPAMAR, que recolecta 100 toneladas de material reciclable por mes, en la Ciudad de Río de Janeiro, percibiendo un ingreso mensual cercano a los U$S 300.- lo que representa dos veces el salario mínimo de Brasil. (Fajn 2002). Otras experiencias resonantes a nivel

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mundial incluyen a los recolectores de SOCOSEMA en Juárez, cooperativas en Filipinas, Nepal y Camboya y la KKPK en India. En Argentina el desarrollo ha sido mucho más limitado y más allá de las iniciativas particulares de algunas organizaciones, las experiencias existentes poseen grandes desafíos a la hora de ser reconocidos por el Estado. En Buenos Aires luego de la explosión a principios del 2001, el gobierno de la Provincia y la Ciudad han ido paulatinamente adaptando su legislación en orden a reconocer un pujante y cada vez más numeroso sector de la economía informal y fruto de varias instancias de negociación cooperativas como el Ceibo (Palermo), Nuevo Rumbo, El Orejano (San Martín), Reconquista (3 de Febrero), RENASER (La Matanza), Mujeres para la Dignidad (Lavallol), Reciclado Sur (Lanús) han logrado acuerdos y convenios con los gobiernos locales mediante los cuales se les permite revalorizar la actividad y regularla legalmente (Paiva 2002). En Córdoba el panorama es menos alentador. Las políticas del gobierno hacia el sector informal del sistema de recolección de RSU ha estado caracterizada por la invisibilización y la persecución. Más allá de algunos precarios acuerdos arrancados a los distintos municipios mediante la lucha de las organizaciones los avances han sido limitados y la única política de los municipios se ha focalizado sobre la eliminación de la tracción a sangre. La persecución en manos de la policía y algunas protectoras de animales amenazan diariamente el trabajo de cientos de carreros que en un contexto de marcada exclusión y hostigamiento salen a trabajar para mantener sus hogares.

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El ciclo de la basura en Córdoba. Características, subsistemas y actores. El proceso mediante el cual los residuos que depositamos en nuestros basureros domésticos, o en los dispuestos en la vía pública llegan a su destino inal, incluye una serie de etapas, en las cuales mediante distintas técnicas y tecnologías los residuos sólidos urbanos (RSU) son tratados y procesados para luego ser eliminados. Básicamente se distinguen cuatro momentos en el ciclo de la basura: producción,recolección-transporte, tratamiento y disposición inal. La producción reiere al momento en que los residuos son desechados deinitivamente por quien los genera. La ciudad de Córdoba es uno de los centros de producción de RSU más grandes del país y, a nivel provincial, se observa una gran diferencia con respecto al resto de las localidades, como se puede observar en el gráico 1 del Anexo ‘A’. Respecto a la cantidad de RSU que se generan día a día es necesario hacer algunas aclaraciones vinculadas a su estimación. Un primer punto a tener en cuenta es que las toneladas de RSU que se registran son aquellas que ingresan y son pesadas en los predios de enterramiento sanitario. Esta modalidad deja afuera a los más de noventa basurales a cielo abierto distribuidos por toda la ciudad que, ocasionalmente, son


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limpiados. Otro problema que surge del registro y las mediciones es la disparidad y fragmentación de los mismos, lo que diiculta enormemente la tarea de calcular cuánta basura se produce realmente en la ciudad. Por último, al calcularse estas magnitudes en base a la recolección y disposición inal oicial, estas cifras dejan afuera los miles de kilos de RSU que carreros, cartoneros y recuperadores recogen a diario en su trabajo. En base a múltiples fuentes ponderadas podemos trazar una serie histórica de la cantidad de RSU generados por año en Córdoba, tal como se observa en el gráico 2 del Anexo ‘A’. Respecto al transporte es necesario mencionar algunas características urbanas/demográicas de Córdoba que complejizan el panorama en dos direcciones.La primera de ellas es la constante expansión de la ciudad y de las poblaciones en la periferia (Gráico 3 Anexo ‘A’). Esto hace que los límites cada vez se desdibujen más y que los 576 km2 de supericie que oicialmente tiene la ciudad sólo incluyan una parte de ella. A esta tendencia centrífuga le podríamos sumar otra de orden centrípeta según la cual la densidad habitacional y el número de hogares y comercios aumenta de la mano del crecimiento del negocio inmobiliario en la zona céntrica, lo que trae un marcado incremento en la producción de RSU y en el costo de recolección y mantenimiento del casco central de la ciudad. Esto se ve relejado en las características de la prestación del servicio de recolección de RSU en la ciudad y en la logística e infraestructura que demanda, así como también en la distribución territorial del traba-

jo de los carreros con fuerte presencia en el centro y en la periferia. En lo que hace propiamente al tratamiento y disposición inal actualmente podemos identiicar al menos tres procedimientos: separación y recuperación de reciclables; enterramiento sanitario controlado; basurales a cielo abierto e incineración: Separación y recuperación de reciclables: en el Centro Modelo de Reciclado y en el Centro de Clasiicación de residuos reciclables se reciben plástico, hojalata, papel, cartón y vidrio previamente separados por los vecinos y recolectado por el servicio diferencial. Posteriormente se realiza la recepción y posterior clasiicación por tipo de material. Luego de un comienzo positivo donde se llegó a recuperar hasta 28 toneladas diarias en manos de la cooperativa de recicladores que allí operaba, el servicio se fue resintiendo, primero quitando 2 de los 5 camiones destinados a la recolección diferencial y luego a raíz de la tercerización y concesión a las nuevas empresas privadas que dejó a los vecinos por 20 días sin el servicio de recolección diferenciada. Actualmente los camiones llegan “casi vacíos” con 700 u 800 kilos (La Voz del Interior,2012). Enterramiento Sanitario Controlado: este sistema utiliza principios de ingeniería sanitaria para coninar los residuos sólidos en la menor supericie posible, reduciendo su volumen al mínimo practicable. Los residuos sólidos así depositados se cubren con una capa de tierra con la frecuencia necesaria, por lo menos al in de cada jornada facilitando su compactación y disposición inal.

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En Córdoba, en 1982, la empresa Aseo habilitó el primer predio de enterramiento sanitario de la ciudad en Bouwer. Durante 27 años este lugar recibió más de 10 millones de toneladas de basura provenientes de Córdoba y otras 17 localidades de la zona. Tras el colapso de este predio y la resistencia y demandas de los vecinos de Bouwer por el cierre deinitivo y remediación, el Ejecutivo Municipal cerró el predio (la remediación continúa pendiente) y abrió una nueva Planta Transitoria de Procesamiento de Residuos Sólidos Urbanos en un terreno privado de 60 Ha. sobre el kilómetro 12 de la ruta 36 al sur de la ciudad. Sin embargo el carácter “transitorio” del enterramiento que se extendía hasta 1 año a partir de Abril de 2010 continúa hoy en funcionamiento y pese a las movilizaciones, cortes de ruta y protestas de los vecinos de Nuestro Hogar III, no parece haber en el corto plazo planes de mudar la basura de lugar, lo que deja en evidencia la falta de planiicación y seriedad del municipio a la hora de gestionar los RSU. Basurales a Cielo Abierto e Incineración: actualmente existen en la ciudad más de 90 basurales a cielo abierto. De esos 90, menos de la mitad se encuentran controlados por cooperativas de carreros que ordenan la disposición de las descargas disponiendo que la poda se deposite en un extremo del mismo y los escombros en otro para facilitar su recolección semanal. Sin embargo, muchos de estos basurales se encuentran en un estado de profundo abandono que expone a los vecinos y pobladores aledaños al peligro de enfermedades, infecciones y plagas. La incineración como forma de elimina-

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ción es una práctica habitual en estos sitios y muchas veces la única forma de combatir vectores. En lo que reiere al mapa de actores alrededor de la gestión de los RSU podemos identiicar una gran variedad de organizaciones, instituciones y lógicas que complejizan este sector de la economía local. En este sentido y siguiendo a Coraggio (2008), entendemos que toda economía lejos de ser un todo homogéneo es un sistema compuesto por subsistemas que poseen lógicas y características distintas entre sí. Para dicho autor, toda economía es en realidad una Economía Mixta compuesta por: a) un subsistema capitalista, que responde a la lógica de reproducción del capital; b) un subsistema estatal, que responde a la lógica de reproducción del poder político, y; c) un subsistema de economía popular, que responde a la lógica de la reproducción de la vida. Cabe aclarar que esta distinción en subsistemas es a ines analíticos, y que en la realidad la economía funciona como un todo integrado bajo la hegemonía del capital y que todo se interrelaciona a través de los precios. Dentro del subsistema capitalista encontramos como principal actor a la empresa capitalista y todas sus relaciones ya sean hacia adentro o hacia a fuera, dependen de los precios, mejor dicho, la relación se da a través de los precios. Teniendo en cuenta eso, es preciso diferenciar entre aquellas empresas capaces de ijar sus precios y aquellas que los recogen del mercado, que les vienen dados. A las primeras las denominaremos industrias organiza


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das por el capital concentrado y a las segundas industrias organizadas por el capital concurrencial. La diferencia fundamental entre unas y otras es que las primeras se relacionan en el mercado como formadoras de precios y las segundas como tomadoras de precios. Por su condición hegemónica, las empresas del capital concentrado se apropian de una mayor porción del producto social ya que ellas determinan internamente la tasa de ganancias que les conviene teniendo en cuenta la cantidad que pueden producir y el precio al cual vender. Esa mayor porción del producto social apropiado por el capital concentrado proviene tanto del subsistema estatal que subsidia a las empresas mediante otorgamiento de créditos blandos, construcción de infraestructura, etc, como del subsistema de la economía popular que es de donde proviene la fuerza de trabajo. A nivel local son pocas las empresas de estas características que se encuentran radicadas en la ciudad. Papel del Plata (celulosa), Cartocor-Arcor (cartón) y las grande fundiciones vinculadas al grupo Techint en Rosario (metales) son los principales actores de este subsistema, las cuales conforman grandes oligopolios en los distintos rubros. Los grandes acopiadores en Córdoba sólo funcionan como intermediarios de estas gigantes empresas reservándose un pequeño margen de negociación de precios con los carreros e industrias proveedoras de materia prima. En cuanto al subsistema estatal recordemos que su lógica es la reproducción del poder político del bloque de poder que lo detenta. Dentro de este subsiste-

ma podemos distinguir a aquellas empresas que producen bienes y servicios y que son organizadas directamente por las agencias estatales, y, por otro lado a aquellas empresas que si bien son privadas producen bienes y servicios para el Estado de forma contractual. Dentro de las primeras encontramos aquellas empresas ligadas a la energía, la educación, la seguridad, etc; dentro de las segundas encontramos a aquellas empresas que construyen caminos, viviendas, suministros militares, entre otras. Además, dentro de este subsistema encontramos las dos funciones básicas que debe garantizar un estado capitalista: garantizar la rentabilidad del sector privado, y mantener la armonía social. Por ellos, suele distinguirse dentro del gasto estatal por un lado como capital estatal dirigido a la construcción de la infraestructura necesaria y la proporción de los servicios también necesarios para la producción y comercialización; y por otro lado los denominados gastos sociales enfocados en mantener la armonía social mediante la asistencia social por ejemplo. Nuevamente las transferencias de este subsistema son desde la economía popular de la que provienen la mayor porción de impuestos y la totalidad del trabajo para aumentar la rentabilidad del sector capitalista (Dieguez, 2007). Para el caso de la Ciudad de Córdoba el principal actor es el Municipio a quien le corresponde prestar el servicio, establecer la regulación pertinente y determinar las formas de inanciamiento. La empresa estatal CRESE, hoy en un claro proceso de vaciamiento y privatización, es la encargada de la administración del predio de enterramiento sanitario y LUSA y COTRECO, empresas privadas, son las

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encargadas del servicio de recolección domiciliaria y barrido-limpieza de calles. Por último, el subsistema de la economía popular tiene como lógica particular la reproducción de la vida de sus miembros. Aquí se incluyen el trabajo asalariado, el trabajo doméstico y otros tipos de trabajo como el denominado cuentapropista y asociativo que generalmente se maniiesta en forma de emprendimientos colectivos ligados a la producción de mercancías o a brindar servicios en pequeña escala. La unidad económica micro-social de la economía es la Unidad Doméstica, la cual puede visualizarse como la familia, la familia extendida, la comunidad o el grupo asociativo, su rasgo principal es que genera valores de uso o de intercambio en pequeña escala enfocado a obtener los valores de uso necesarios para la reproducción de la vida. Es en esta esfera en la que se encuentra el fondo de trabajo que cotidianamente es requerido tanto por el subsistema capitalista como por el estatal, como así también otrasformas de trabajo que hacen a la reproducción social como la preparación de alimentos, el cuidado de niños y ancianos, la limpieza e higiene del hogar, etc. Este subsistema transiere a los demás subsistemas no solo su fuerza de trabajo asalariada (sea formal o no), sino que transiere también todas las demás formas de trabajo que no son contabilizadas y que son necesarias para que la fuerza de trabajo funcione como tal. En nuestro caso, los principales actores aquí son los carreros, cartoneros y recuperadores urbanos que trabajan en la ciudad. No hay datos exactos sobre la cantidad de carreros y carto neros en la ciudad de Córdoba, pero si se estiman los asociados a las distintas

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organizaciones puede acercarse un número de alrededor 4000 y 5000 carreros.

El marco legal e institucional con impacto sobre la GRSU en Córdoba

Una caracterización completa del sistema de GRSU en la ciudad de Córdoba demanda,necesariamente, prestar atención al marco legal que regula formalmente la actividad en dicho territorio. Sin sobreestimar la relevancia del ‘elemento jurídico’, algo propio de una concepción del derecho ‘esencialista’ “como un sistema de normas coherentes y lógicas, que encuentran su fundamento y validez última en una norma de carácter fundamental [...] “depurada” de toda ideología política y de toda inluencia del mundo social” [Foa Torres et. al., 2011: 1], es importante analizar el conjunto de leyes, resoluciones, ordenanzas, decretos, etc. que tienen como objeto la gestión de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Córdoba y situar dicho análisis en el marco de relaciones de fuerza de orden económico, político y social. A continuación, se presenta un detalle de la legislación vigente a nivel nacional, provincial y municipal con relativa inluencia en materia de gestión de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Córdoba y su gestión.


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ÁMBITO

Nación

Nación

Nación

Provincia

LEY/DEC/RES

Constitución Nacional

Ley 25.675/02

TÍTULO

Art. 41

General del Ambiente

COMENTARIO Todos l os habitantes gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que l as a ctividades p roductivas satisfagan l as a ctividades p resentes s in comprometer las de l as generaciones futuras; y tienen el deber de preservarlo. El daño a mbiental generará prioritariamente la obligación de r ecomponer, según lo establezca la ley. Establece presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del a mbiente, l a preservación y protección de la diversidad biológica y l a implementación del desarrollo sustentable. P rincipios de política ambiental. Ley marco que debe ajustarse a normas específicas.

Establece presupuestos mínimos de protección ambiental para la gestión integral de residuos domiciliarios. Disposiciones generales. Autoridades c ompeGestión de tentes. Generación y Disposición inicial. Ley 25.916/04 Residuos Sólidos Recolección y T ransporte. Tratamiento, Domiciliarios Transferencia y Disposición final. Coordinación interjurisdiccional. Autoridad de aplicación. I nfracciones y s anciones. Disposiciones complementarias.

Ley 9.088

De aplicación a la generación, transporte, tratamiento, e liminación y disposición transitoria o final de residuos sólidos domiciliarios, derivados d e la Residuos Sólidos poda, e scombros, desperdicios de Urbanos y Asimiorigen animal, enseres domésticos y lables vehículos en desuso y todo o tro residuo de c aracterísticas s imilares producidos en l as a ctividades u rbanas, con excepción de aquellos que por sus características deban ser s ometidos a t ratamientos especiales antes de su eliminación, tales como l os patógenos, radiactivos, peligrosos u otros.

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Provincia Ley 8.973 y su Decreto Reglamentario 2149/03

Residuos Peligrosos

De a plicación a l a generación, transporte y tratamiento de residuos considerados peligrosos.

Principios Rectores para la Entre otras cosas, establece el proLey 7.343 y su Preservación, Provincia Decreto Regla- Conservación, ceso de Evaluación de Impacto Ambiental Defensa mentario para la provincia de Córdoba. y Mejoramiento 2131/00 del Ambiente

Provincia

Resolución 372/01

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Establece los términos de referencia para instalaciones p ara el destino final de residuos domiciliarios o asimilables.

Referencias a l a promoción humana, la calidad de vida de los habiMunicipal Carta Orgánica Art. 26, 28 y 33 tantes del m unicipio, la p rotección y cuidado del ecosistema humano, natural y biológico y e stablece l a salud como derecho fundamental del hombre.

Municipal

Municipal

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Ordenanza 8798/93

Ordenanza 9612/99

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Establece c omo delito contra l a ecología y el medio ambiente humano a todos los actos de los ciudadanos, instituciones y o rganismos P rivados o del Estado, que a tenten, p romuevan o causen daños contra e l medio ambiente humano y/o hagan p eligrar la s alud, l a higiene.

Tiene como objeto regular, en e l ámbito del M unicipio d e la C iudad de Art. 1, 3, 4, 12, Córdoba, l a generación, m anipulación, 13 y 24 operación, transporte, tratamiento y disposición final d e las distintas categorías d e residuos, desechos o desperdicios; como, t ambién, t odo o tro tipo de actividades i nvolucradas e n las etapas mencionadas.


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Municipal Decreto Reglamentario 144/E/99 Municipal

Ordenanza 9847/01

Municipal Decreto Reglamentario 2430/01

Municipal

Acta Compromiso

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Reglamenta la Ordenanza 9612/99.

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Establece la obligatoriedad de los estudios de impacto ambiental (EIA).

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Reglamenta la Ordenanza 9847/01.

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Acta Acuerdo f irmada e l 31 d e Marzo de 2010 por la Municipalidad de Córdoba, l a Universidad T ecnológica Nacional, la U niversidad C atólica de Córdoba, e l CEDHA y r epresentantes de los centros vecinales y vecinos de la Zona Sur d e la C iudad p rometiendo realizar e studios, obras y abrir i nstancias d e dialogo que permitieran abordar los conflictos generados a partir de la radicación de un enterramiento sanitario provisorio a la vera de l a Ruta Nacional 36.

Fuente: Informe “Residuos Sólidos Urbanos Argentina. Tratamiento y disposición final, situación actual y a lternativas f uturas” d e la C ámara Argentina de l a Construcción, Documento “Lineamientos para una p ropuesa de gestión integral d e residuos s ólidos urbanos (GIRSU) para la ciudad de Córdoba” de la Comisión de acceso a la información ambiental, participación y monitoreo de la política de gestión integral de los RSU de la ciudad de Córdoba, Constitución Nacional de la República Argentina, leyes, resoluciones, ordenanzas y decretos varios.

Si bien es este el marco legal que regula las actividades relacionadas con la gestión de residuos sólidos urbanos, de las leyes que lo componen, son pocas las que se conocen y menos aún las que se cumplen. Finalmente, en lo que hace al marco institucional (entidades y/o actores relacionados con la actividad), la Secretaría de Ambiente de la provincia de Córdoba y la Dirección de Higiene Urbana de la Secretaría de Ambiente de la Municipalidad de Córdoba son las responsable de regular y supervisar las políticas de gestión de los residuos sólidos urbanos. Mientras tan-

to, ‘Córdoba Recicla Sociedad del Estado’ (CReSE) tiene a su cargo la ejecución de dichas políticas de gestión de residuos sólidos urbanos en la ciudad de Córdoba y para ello, desde marzo de 2012, contrata el servicio de ‘Logística Urbana Sociedad Anónima’ (LUSA) y ‘Compañía de Tratamientos Ecológicos Sociedad Anónima’ (CoTrEco). A su vez, existe en la ciudad de Córdoba, aunque invisibilizada, toda una serie de actores dedicados a la recuperación de residuos: cartoneros, carreros, cirujas, entre otros [Giannone y Vergara, 2009].

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“Servicios públicos y gestión popular. Alternativas al problema de la basura en la ciudad de Córdoba

Mundo carrero. Sentidos y disputas por un gestión popular. Podemos rastrear los primeros antecedentes de organización cooperativa de los carreros en Córdoba a principios de los años ‘70, donde un grupo de trabajadores marcados por la exclusión y una situación económica crítica deciden aunar sus esfuerzos en pos de mejorar sus condiciones de vida y trabajo. De esa experiencia nace el germen de los proyectos que más adelante, a principios de los ‘90 darían luz a la cooperativa de Villa Inés y la cooperativa de Villa Urquiza. Bajo el impulso otorgado por el gobierno municipal, quien en una relación espuria y con muchos grises les abre el acceso al predio de enterramiento sanitario ubicado en Bouwer para que ambas cooperativas puedan recuperar cartones, hierro y papel, comienzan a dar sus primeros pasos estas organizaciones, que comienzan a tener cada vez más asociados de distintos puntos de la ciudad. Sin embargo este crecimiento cuantitativo, enmarcado en un acuerdo altamente irregular con el intendente municipal, trajo algunos conlictos que terminaron con la retirada de una de las cooperativas del predio de Bouwer. Posteriormente esta cooperativa abrió una planta de acopio con inanciamientos exterior donde comenzó a nuclear a cientos de asociados que cotidianamente llevaban los desechos recuperados para ser vendidos. En este proceso, lo que antes era una cooperativa se convirtió en una em-

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presa intermediaria en la cualla relación con los socios estaba intermediada por el precio. Esto se explica en base a la gran cantidad de socios que se sumaron (más de 500) y en las características propias del trabajo del carrero, quien necesita poder cancelar sus pagos el mismo día en que entrega la carga. En estas condiciones, las relaciones cooperativas se debilitan y abren paso a otras formas mediadas por el dinero. Otra de las experiencias nacidas a mediados de los ‘90 nos dan cuenta de algunas de la notas que caracterizan el proceso de organización histórico de los carreros en Córdoba. Así, no son pocos ni menores los casos de cooperativas impulsadas por punteros políticos que generaron estas estructuras con el objetivo de aprovecharlas en beneicio propio. Como consecuencia de este tipo de manipulaciones, sumadas al empeoramiento de las condiciones de trabajo, muchas de las cooperativas dejaron de existir arrojando a cientos de carreros a las calles a trabajar de forma individual y atomizada. Luego del 2001 hubo un incipiente movimiento de recuperación de estas experiencias y a partir de esta época muchas cooperativas que habían desaparecido en los años ‘90 volvieron a sus actividades pero con menor intensidad y escala de lo que lo hacían en la década anterior. Nuevamente los intereses personales de unos pocos primaron sobre el trabajo de muchos fragmentando aún más el panorama cooperativo


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que luego de 10 años parece haberse estabi-lizado en alrededor de 10 cooperativas que con algunas luctuaciones menores mantienen cierta estabilidad en su número de asociados, trabajos e ingresos. Actualmente una de las cooperativas que mayor visibilidad y renombre a logrado es la Cooperativa la Esperanza, que con presencia en 25 barrios y más de 500 asociados viene llevando adelante un minucioso trabajo de organización y lucha en distintos frente vinculados al trabajo del carreros. En este sentido y a diferencia de las anteriores experiencias, esta organización se centra, no ya en el acopio de cargas y materias primas de cada carrero, si no en el logro de beneicios colectivos para los asociados vinculados a la salud y mantenimiento de los caballos y la mejora de las condiciones de trabajo (formalización de la actividad, reconocimiento y negociaciones con el Estado por puestos de trabajo y participación en la gestión de RSU). Uno de los desafíos más grandes de esta cooperativa fue romper con el individualismo y la desconianza hacia las organizaciones de carreros luego de las malas experiencias por las que había atravesado la mayoría. Este proceso requirió de una constante movilización y logro de resultados palpables que se vieron realizados en las múltiples jornadas de vacunación, que a su vez les permitió llegar a una gran cantidad de barrios y villas de la Ciudad de Córdoba. A partir de este trabajo de concientización y generación de redes, la cooperativa logró generar un importante poder de movilización gracias a lo cual pudo instalar en la agenda local

la necesidad de soluciones concretas para los trabajadores de esta actividad. En este contexto se abrieron distintas instancias de negociación con el municipio donde se fueron logrando diversos convenios mediante los cuales se lograron generar 20 puestos de trabajo (que se multiplicaron a 70 en base a la decisión de los asociados de rotar en los cargos) y actualmente se está negociando la gestión de dos programas: uno vinculado al mantenimiento y limpieza de basurales a cielo abierto (16 puntos verdes ubicados en la periferia de a ciudad) y el otro relacionado a la limpieza y aseo de villas. Sin embargo en paralelo a estas tratativas (por el momento suspendidas de parte del municipio) el gobierno local avanza en un proyecto conjunto con una ONG de Europa para erradicar y prohibir la tracción a sangre. Esta actitud por parte del estado local demuestra a las claras la falta de una política pública hacia el sector, lo cual como antes mencionamos es toda una deinición política. Así las escasas medidas hacia el sector, arrancadas gracias a la lucha y movilización, no son más que “parches” antes situaciones críticas. La falta de planiicación en materia de gestión de RSU afecta a toda la ciudad y sus vecinos y principalmente a aquellos sectores que informalmente se dedican a la recolección y recuperación de residuos. La posibilidades de inclusión y de gestión popular y democrática de los servicios públicos no es un horizonte utópico y no son pocas las experiencias que dan cuenta de la posibilidad real y concreta de pensar y ejecutar de otra

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forma los servicios públicos, de manera comunitaria, incluyendo a los sectores más postergados y haciéndolos partícipes formalmente de un circuito del que forman parte desde sus inicios.

Comentarios finales Lejos de su desaparición del mundo de las ideas y de la política, el neoliberalismo continúa avanzando en los distintos rincones del mundo mediante los recortes iscales, la precarización del empleo, la des-regulación y la privatización de los servicios públicos. Las resistencias a estos procesos nos son menos y en muchos casos gracias a la lucha, unidad y organización de los sectores menos favorecidos importantes logros se han conseguido, frenando la mercantilización y des-humanización de nuestras relaciones sociales. El problema de la basura en el mundo y en la Ciudad de Córdoba amenaza con convertirse en una bomba de tiempo en base a las cada vez más altas tasas de producción de desechos y residuos y en las condiciones de exclusión y precariedad a las que se somete a los trabajadores informales vinculados a la gestión de los RSU. En este contexto, uno de las urgencias más acuciantes es resolver dicha situación mediante políticas públicas que apunten en un sentido y dirección claras. El negacionismo y la represión de estos sectores se hace cada vez más insostenible y es necesario dar paso a un cambio de paradigma en la forma de entender y gestionar el sistema vinculado a los RSU.

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La posibilidad de generar una gestión popular e inclusiva, que de lugar a los sectores informales de este servicio público, dándoles el protagonismo que merecen, es la única forma de avanzar hacia el reconocimiento y formalización de los carreros y por ende hacia la mejora de las condiciones de trabajo y de vida de cada uno de ellos. Las necesidades son concretas y reales. Las propuestas y proyectos existen. Sin embargo los negociados con las grandes empresas privadas contratistas de los servicio de recolección de residuos siempre priman en detrimento de los menos favorecidos, atentando contra su dignidad y formas de subsistencia. El trabajo del carrero como actividad guiada por la lógica de reproducción de la vida misma, no puede seguir siendo invisibilizado y reprimido por el Estado y la sociedad. Mientras la negación sea la única política hacia este sector, los carreros seguirán siendo marginados, excluidos y reprimidos por la ciudadanía, los gobiernos y sus fuerzas represivas. El desafío de pensar y crear nuevos mundos, con otras lógicas y otras economías implica re-pensar la forma en que gestionamos los servicios públicos. Como todo proceso creativo y emancipatorio se requieren de luchas, resistencias e ideas que nos permitan llevar a la práctica una nueva manera, más democrática, inclusiva y popular de auto-gestionar-nos. Avanzar y profundizar la lucha por el reconocimiento de los carreros y su trabajo es uno de los pasos en la construcción de nuevas alternativas de vida.


“Servicios públicos y gestión popular. Alternativas al problema de la basura en la ciudad de Córdoba

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“Servicios públicos y gestión popular. Alternativas al problema de la basura en la ciudad de Córdoba

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Anexo ‘A’

Nirich (2010)

Fuente: Planeamiento Urbano.Municipalidad

Fuente:

La Voz del Interior (2010)

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Magdalena González Almada

“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX. Una lectura en torno a Augusto Céspedes, Oscar Cerruto y Marcelo Quiroga Santa Cruz.”

Resumen La conformación social boliviana presenta profundas complejidades en términos de su deinición. Es por ello que la relexión en torno al sujeto nacional partirá de la lectura de dos momentos históricos y políticos que impactaron en el desarrollo literario de Bolivia. Sangre de Mestizos de Augusto Céspedes y Aluvión de Fuego de Oscar Cerruto, están situadas en el período posguerra del Chaco; Cerco de Penumbras, también de Cerruto yLos Deshabitados de Marcelo Quiroga Santa Cruz son, entre otras, obras del período posrevolución del ‘52. A partir de ellas se procurarán líneas de interpretación en las que se conjuguen lo social, lo político y lo histórico en el marco de lo literario.

Autores de las fotografías: 1 y 7 CAROLINA ROJO- 5 y 8 CECILIA CASENAVE- 2 CONSTANZA ROLON SOTO3 ELIANA MAGALÍ GIOVANNINI4 LAURA VAIERETTI6 MARCOS PIGNANI.

Año

2011,

Convocatoria

fotográica:

*Ferias

y

mercados

populares

de

Latinoamerica*

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“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX”

a producción literaria boliviana del siglo XX ha sido coherente con el devenir político del país. Incansablemente, obra tras obra, ha querido dar una respuesta acerca de la “bolivianidad”, de lo que el boliviano es, de qué boliviano debería ocupar las esferas del poder y de qué boliviano debería permanecer en la periferia. Un gobierno tras otro ha querido regir el país ignorando su diversidad o parcializando su comprensión del territorio o perdiéndolo. La esfera política y la esfera literaria han querido explicar a Bolivia, cada una a su manera, con los elementos que tienen a su alcance. La Guerra del Chaco, transcurrió entre 1932 y 1935, y como consecuencia Bolivia perdió territorio en favor de Paraguay. Entre sus causas aparece el impulso dado por intereses extranjeros (holandeses e ingleses) que procuraban encontrar yacimientos petrolíferos importantes en la zona; fue una guerra que pretendía velar la inoperancia política del gobierno de Daniel Salamanca; en deinitiva, la guerra quería resarcir moralmente al país de lo anteriormente perdido: los territorios del Litoral –y con él de la salida al mar- y del Acre situado al norte del país y ganado por Brasil. De estos procesos históricos y políticos, surge una nueva generación que de vuelta de la guerra pretende cambiar el estado de cosas: La Guerra del Chaco, especialmente al traer la fantástica derrota y frustración, reveló a la nación todas sus notorias faltas, y ciertamente no había excepción en esta reacción, produciendo su propia “generación del Chaco”. (Klein, 1995: 213) El modelo liberal conserva-

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dor que imperaba desde 1880 se verá agotado dando paso al gobierno de leve inclinación de izquierda liderado por los militares héroes de la guerra David Toro y Germán Busch. Los intelectuales y escritores también se debatirán en función al presente y al futuro del país al dar por acabado un período que solo había acarreado pérdidas materiales y simbólicas. La urgencia por la redeinición del sujeto nacional nace como una necesidad del momento. Atrás quedan las teorizaciones de Franz Tamayo y Alcides Arguedas y surgen no solo las críticas propias de los nuevos tiempos sino también las nuevas formulaciones y las nuevas miradas sobre los hechos acaecidos en el Chaco. El realismo de la novela de la guerra del Chaco tuvo un profundo impacto en los hombres de esa época y en las futuras generaciones intelectuales de Bolivia, al hundir el análisis de la guerra profundamente en la conciencia de la nación. (Ibídem, 214). Los personajes de Sangre de Mestizos (1936) de Augusto Céspedes son por un lado, mestizos cholos (siguiendo la categorización realizada por Javier Sanjinés en su obra El Espejismo del Mestizaje) más vinculados con las prácticas indígenas. Por ello les compete el ámbito de la acción, del hacer. Esta caracterización es acorde con los conceptos vertidos por Tamayo en Creación de la Pedagogía Nacional, quien ubica al indio como el cuerpo del sujeto nacional. Es decir, al indígena le compete la acción, el movimiento. Se trata de una competencia limitada.


“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX”

En segundo lugar, hay personajes mestizos criollos a quienes les compete el pensar. Esta actitud coincide con el esquema de Tamayo en tanto que el mestizo criollo ocupa la cabeza en ese cuerpo social; es el mestizo criollo y no el cholo a quien le compete el pensar y quien ocupa los lugares de privilegio. En Sangre de Mestizos los cholos no son viables. Las acciones que llevan a cabo son un maniiesto de lo limitado del movimiento. No hay trascendencia. El coronel Sirpa no puede contener a la impetuosa Bara en el cuento “La Coronela”; el Pampino no parece tener un futuro deinido, es un andariego, un aventurero; el camba chiquitano del cuento “El Milagro” solo conduce a los combatientes. Muchos de ellos, terminan muriendo violentamente, en combate, en explosiones o terminan “diluyéndose” en la progresión narrativa del cuento sin ser recuperados por el narrador que los olvida. Esto signiica que el sujeto nacional para Céspedes no puede ser el cholo. Los mestizos, por el contrario, son sujetos que dentro de la lógica narrativa consiguen sus propósitos, conservan la vida. No están descriptos desde lo físico –rasgos que se acentúan y recalcan cuando se trata de cholos labios delgados, ojos delgados y cuello duro como la paja brava que le crecía a dos dedos encima de las cejas (Céspedes, 2000: 40)- sino que se destacan sus competencias vinculadas a la escritura, a la narración. En varios cuentos, el narrador es un mestizo que recuerda o que evoca sus experiencias en el Chaco y que apela a diarios o a cartas como registro de esa vivencia. Por ello, es el mestizo el sujeto privilegiado por Céspedes, es su

propuesta de sujeto nacional. Un sujeto del pensar, con la competencia de la escritura que le permite transmitir la experiencia del Chaco. Se cumplen así los dos requerimientos de Céspedes: el sujeto nacional debe ser mestizo y letrado. Es la escritura el vehículo de trascendencia, lo que propicia una permanencia y es símbolo de fertilidad en contraposición a ese terreno agreste y a la infertilidad/improductividad de los cholos que aparecen en los cuentos. Es, también, la posibilidad de escribir una nueva historia vivenciada, experimentada, lo cual aporta una nueva conciencia nacional y un nuevo imaginario social. Por todo lo dicho, Céspedes deja de lado el problema del indígena. Vuelve a colocarlo en las márgenes no solo del sistema social sino también del sistema literario. El mestizo letrado de Sangre de Mestizos es el claro ejemplo de la sociedad boliviana que Céspedes imaginaba en términos territoriales y en términos sociales. Un año antes de la publicación de Sangre de Mestizos, Oscar Cerruto publicaba desde Chile su novelaAluvión de Fuego. El narrador aparece apartado de los acontecimientos narrados, estrategia utilizada por Cerruto para dar cuenta de su alejamiento del frente de batalla; con el mismo in, no aparece en la novela el territorio del Chaco, excepto en el episodio de la carta de Sergio Benavente. Esta carta funciona como un relato inserto dentro de la novela, donde se narra en primera persona el abandono, la frustración y el delirio de la guerra. Pero el joven Cerruto procura mostrar la decadencia del Estado boliviano del período liberal conservador, los abusos de los magnates del esta

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“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX”

ño, la incompetencia de los burócratas. Aparecen los excesos de los capataces en las haciendas y de los mandos medios en las minas. Más allá de ello, iel a sus convicciones marxistas, publica una novela donde el sujeto nacional será indio y minero; se aparta, sin embargo, de las cuestiones raciales o étnicas para enfatizar la condición de clase y privilegia al obrero sindicalizado que se construye en las minas. Así conceptualiza al sujeto desde lo político y lo social. Apuesta, a través de Aluvión de Fuego, a alentar la lucha sindical organizada, potenciando al sujeto minero que en el imaginario boliviano representa al hacedor material de la nación. Es el minero sindicalizado, el proletario, el que nace de las profundidades de la tierra, el que representa lo más hondo de la bolivianidad. Según la visión cerrutiana, indios, mestizos y cholos se encuentran en tierras del Chaco, sí, pero ese colectivo social que se reconoció en el sudeste boliviano se desmembra luego de la guerra volviendo a las fracturas usuales entre indígenas y mestizos; los indígenas y los cholos quedan al margen de los imaginarios construidos por los intelectuales. En ese sentido, Cerruto desde fuera de Bolivia, visualiza un horizonte donde sea posible la Revolución permanente cuyo protagonista no es otro que el minero, el obrero proletarizado, organizado en sindicatos. El momento actual es lo que se llama una prueba de fuego para nosotros, proletarios. No necesito yo azuzarlos para la acción, para la resistencia. Sé que cada uno de ustedes se basta con su resolución y su fe; sé que esa resolución es inquebrantable… No necesito hacer frases y decir que la historia nos contempla; no soy

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un demagogo. Pero, sí, compañeros, recordemos en este decisivo momento, que nosotros somos esas fuerza grande, cuya voz de tormenta resuena al través de la historia: el proletariado… Nuestros pechos son de bronce y resistentes…, nuestro empuje es de ierro… Y lo que nosotros queramos, eso es lo que ha de prevalecer… Y nosotros queremos una sociedad justa… ¡Somos dueños del mundo… no lo olvidemos! (Cerruto, 2000a: 235) Años después, abandonados los ideales juveniles relacionados con el marxismo, publica en 1957 la primera obra de corte fantástico en Bolivia. Cerco de Penumbras es un conjunto de cuentos que le dan un nuevo giro a la literatura boliviana. Al igual que Los Deshabitados de Marcelo Quiroga Santa Cruz, novela publicada en el mismo año, hablan de un sujeto ausente, inmerso en una ciudad difusa. Elementos urbanos que se entremezclan con una sensibilidad extraña dan cuenta de un nuevo momento político y literario. Atrás quedaron, al menos en esta época, los personajes indígenas y cholos. En estas obras, lo urbano desplaza a lo rural; son los escenarios rescatados por la literatura posterior a la Revolución de 1952. Los personajes de Cerco de Penumbras o de Los Deshabitados no están caracterizados desde lo étnico, no hay tampoco personajes jerarquizados. Aparece esa clase media que la Revolución había alentado; pero una clase media endeble, que solo transcurre y a la cual se le ha apagado la pulsión política. Se agota la comunicación con el mundo exterior; los personajes dialogan consigo mismos, cuestionándose y provocando con ello un aislamiento social.


“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX”

No hay solidaridad, ni amor posible; las manifestaciones de humanidad están reducidas al mínimo. Los personajes no tienen objetivos precisos ni dirección en su existencia. Inmovilizados, paralizados generan una realidad que los niega. Casi no conversaban. Su diálogo estaba hecho de profundas exhalaciones que eran un comentario de sus dolencias; de contracciones faciales con las que querían decir algo a propósito del pan que esa mañana estaba más duro que de costumbre; o de un nervioso mordisqueo de los labios que equivalía a una protesta muda porque el cuchillo no estaba bien ailado. (Quiroga Santa Cruz, 1995: 73) Los Deshabitados es una novela existencialista donde se cuestionan los componentes intrínsecos del sujeto: lo material y lo espiritual. En ese sentido lo religioso es cuestionado tanto como aquello que simboliza lo viejo y lo pasado. Todos los personajes están vacíos excepto Pablo que es casi un niño. Hay en él algo que lo distingue, él puede ver la realidad tal cual es. Pablo interrogaba a la forma curva de las aceras, a la imprevista saliente de un ediicio de aspecto polvoriento y al hormigueo de los peatones, en el que creía advertir un cierto ritmo que suponía consciente y deliberado. (Ibídem: 175). El resto de los personajes solo transcurren esperando la hora de morir, no deciden sobre su vida. Son cuerpos erectos que se mueven casi sin voluntad consecuente, marionetilmente.

En el contexto de la posrevolución se puede leer esta novela como una decepción frente a un proceso político corrupto y estéril. El transcurrir de los personajes tiene que ver con el desánimo que suscita el contexto histórico; no hay contención, no hay refugio. El Estado se torna difuso y ausente nuevamente, como en tiempos del modelo liberal conservador. En términos generales, en las obras literarias, los personajes crean mundos sociales donde se proyectan las ideas, las esperanzas del autor. En Los Deshabitados se opera por oposición. Marcelo Quiroga Santa Cruz crea un mundo vacío donde los personajes no construyen nada, se abandonan y no deciden sobre su vida. Lo que la novela presenta es lo contrario de lo que Quiroga Santa Cruz esperaba para su sociedad y en consecuencia abandona la actividad literaria para volcarse de lleno en la actividad política. Porque si sus personajes no actúan, él como sujeto histórico decide hacerlo. En “Un poco de viento”, cuento que integra el volumen de Cerco de Penumbras, el narrador también aparece en estado de abandono de sí: El día ha resbalado pesadamente sobre mi cansancio. Tendido en la cama, sentía deseos de hundirme de golpe en un pozo, un tubo de olvido, parecido a la muerte sin su condición deinitiva. O de asomarme a la ventana y decir una palabra que detenga, paralizados, a los transeúntes. (…) Hace rato que vivo sin peso, vacío, como los viejos o como los exhaustos. (Cerruto, 2000b: 33)

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La Revolución del 52 implica para la historia de Bolivia un proceso profundo de esperanzadas estrategias políticas que pretendían conducir al país a un nuevo estadio de quiebre total con el pasado de desigualdad social anterior. Dos bastiones importantes conluyen en este proceso: la participación activa de la Central Obrera Boliviana y el sustrato intelectual de los miembros del Movimiento Nacionalista Revolucionario, con la destacada participación de Augusto Céspedes y Carlos Montenegro, verdadero artíice de las ideas movimientistas. Las ideas principales son el germen de aquellas que empezaron a crecer luego de la guerra del Chaco y se pueden encontrar en detalle en la obra de Montenegro Nacionalismo y Coloniaje. Una vez alcanzado el poder en 1952, asume la presidencia Víctor Paz Estenssoro y al poco tiempo comienzan a evidenciarse las fracturas. En el marco de esta situación, y más allá de las críticas que puedan hacer de estas circunstancias políticas e históricas los estudiosos del pensamiento descolonizador como Silvia Rivera Cusicanqui –por ejemplo- en el marco de la Revolución se logró el voto universal, el robustecimiento de la clase media, el fortalecimiento de los sindicatos mineros y la sindicalización de los trabajadores rurales reunidos en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la reforma Agraria, entre otras. Con respecto a estos dos últimos aspectos, los movimientistas quisieron licuar el problema indígena en tanto problema de la tierra y en tanto problema racial, convirtiendo al indígena rural en campesino e intentando repartir la tierra de forma igualitaria. Ambos intentos de “solucionar” el problema del indíge-

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na y su postergación no fueron exitosos en profundidad: no es posible reducir al indígena rural a “campesino” sin que medie un proceso de ocultamiento de la identidad del indígena y sus prácticas; y el reparto de tierras tuvo a largo plazo consecuencias nefastas en la economía agrícola y en la tenencia de tierras actual, viéndose más perjudicado el altiplano boliviano en beneicio del oriente del país que mantuvo el latifundio. Desde lo literario, las obras que hablan del hastío o la desazón experimentada por los personajes en una situación de posrevolución, con las promesas incumplidas y los impulsos de crecimiento detenidos, maniiestan esta frustración con personajes inactivos, paralizados frente a la sensación de abandono y soledad. La ciudad es un escenario apagado, carente de vida que sostiene a los personajes pero ella misma no palpita con vitalidad; solo está. El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX, entonces, se halla marcado por dos hitos históricos: la guerra del Chaco y la Revolución del 52. La segunda no hubiera sido posible sin la primera. Existen diferentes propuestas, siempre emparentadas a las circunstancias y a los intereses vinculados a las esferas de poder. En los casos aquí señalados, el indígena queda relegado de los lugares protagónicos, siendo los sujetos del hacer frente a los mestizos, sujetos del pensar. En el caso de los sujetos de la posrevolución la inactividad está más acentuada, existiendo una negación del mundo social que contiene al personaje. Más allá parece no haber absolutamente nada.)


“El sujeto nacional en la narrativa boliviana de la primera mitad del siglo XX”

Abandonamos la gastada atmósfera del café y salimos a la noche, de nuevo, nuevamente a su viento sin color, huraño, bajo. Solicitados por nuestros fantasmas, devorados por una agitación sin empleo, que no es sino indiferencia, que no es sino náusea y resentimiento. Afuera, la urbe arde como una hoguera de vastos muros helados, lanzando hacia la altura sus melancólicos destellos. Mis pasos fatigan, solitarios, la calle solitaria, nocturna todavía, mis pasos y la muerte, trasnochadora pública, suelta la cabellera y la lúbrica risa de metales sombríos. (Ibídem: 45).

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(2000)

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La

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(2005)

El

espejismo

del

mestizaje,

IFEA-PIEB,

La

Paz.

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Rosa Quiroga Saavedra

“Este domingo vamos a comer a la Villa, un ratito de Bolivia aquí en Córdoba”

Autores de las fotografías: 1 MARIO BRIZUELA- 2 ESTEFANIA DI RIENZO- 3 JOSEFINA BILBATUA- 4 SANTIAGO MONDINO- 5 GISSELLA RENOLFI- 6 RAFAEL IBAÑEZ- 7 GUADALUPE SENDRA- 8 BERNARDO FLANDORFFLER NALLAR- 9 NATALIA GAITERI- 10 JUAN PABLO FERREIRA CENTENO- 11 ANALIA MABEL VILLAGRA- 12 IVONE DENTESANO.

Año 2011, Convocatoria fotográica: *Ferias y mercados populares de Latinoamerica*

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“Este domingo vamos a comer a la Villa, un ratito de Bolivia aquí en Córdoba”

a comida boliviana principalmente es encantadora, intensa en sus sabores y aromas,abundante y colorida en su presentación, además de estas cualidades se podría decir que es una cocina que moviliza convoca a los sentidos, la memoria, las intenciones, las nostalgias, reproduce signiicados, cuenta historias (Retazos) generando re – encuentros de la colectividad boliviana que vive desde mucho o desde hace poco en Córdoba. La feria dominical de Villa Libertador se compone por su diversidad en la expresión de culturas e identidades Grimson (2010), en este paraje de manifestaciones se encuentran puestos de compra - venta de artículos nuevos o usados un sinfín de chucherías, pero tal parece que la principal convocante es la amplia variedad culinaria boliviana y argentina que se presenta en este espacio, allí descubrimos un puesto con mayor aluencia donde el oicio de cocinar es un legado de las mujeres de la familia que viene desde Cochabamba – Bolivia, “llevamos en la sangre esto de cocinar” siendo en muchos casos las mujeres las encargadas de la transmisión de dicho saber de abuelas a madres a nietas, la elaboración les lleva varios días “(…)desde muy temprano para servir y vender, la comida que no cambian los paisanos es el chicharrón, el picante y el ají de lengua, la sopa de maní y el chairo, no cambian su paladar”. Y evidentemente no hace falta el libro de recetas pues la transmisión oral sigue siendo la principal fuente saber Sanchez Romero (2008). Bajo la guía de una de las cocineras de la feria sigamos estos pasos:

“Para hacer un buen picante de pollo, primero tienes que remojar el chuño un día antes, al día siguiente debes de pellizcarlo y ponerlo a coser, una vez cocido debes freír cebollas bien picadas, luego añadir el chuño sofreírlo todo y añadir el maní y ese es el chuño puti. El ají colorado, debe ser remojado, sacas las semillas y licuar con sal, pimienta y comino, luego se cocina y la cocción inal será con el pollo para preparar el ahogado, las papas se hacen hervir por separado, el arroz debe ser tostado y hervido por separado. Luego se colocan cada elemento en el plato cada con un lugar correspondiente sin olvidar la ensalada de tomates y cebollas para decorar al inal del plato”. Pasos tan cortos pero que parecen códigos indescifrables, en principio el chuño es una papa deshidratada y quemada con la helada de la región andina en Bolivia, un alimento con una participación culinaria de aproximadamente 3.500 años, el ají en sus diversas variedades tiene un papel importante en la cultura boliviana, estos y otros objetos de alimentación hacen largos y permanentes viajes para no hacer falta en comida y en la cultura. Para inalizar esta breve presentación, se invita quienes lean estas pocas palabras a visitar la villa el domingo a comer en un pedacito de Bolivia sin ir tan lejos, y sin caer en la folclorización se propone relexionar sobre la migración y las vivencias en espacios transnacionales.

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“Este domingo vamos a comer a la Villa, un ratito de Bolivia aquí en Córdoba”

Bibliografía

GRIMSON, A., “Culture and Identity: in: Social Identities, vol. 16, nº 1, January 2010, pp. 63-79.

two

diferent

notions”,

SÁNCHEZ ROMERO, MARGARITA (2008), “El consumo de alimento como estrategia social: recetas para la construcción de la memoria y la creación de identidades”, en Cuadernos de prehistoria y arqueología de la Universidad de Granada, Nº 18: 17-39. SE COCINA BOLIVIA EN BUENOS AIRES. Editorial Retazos Libros tela y cartón.

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Año I - N° 1 - 2014

EDITOR RESPONSABLE

Hugo Rodrigo Serra COMITE EDITORIAL EJECUTIVO

Hugo Serra Marcela Zarazaga Gabriela Pugliese Daniela Astrada CONSEJO EDITORIAL

Marcos Carrizo Jorge Montesino Ana Elisa Arriaga Cintia Cuestas Magdalena González Almada María Lina Piccone DISEÑO DE ARTE

Daniela Astrada IMPRESO EN:

Boletín Oicial De La Provincia De Cordoba

AUTORIDADES: GOBERNADOR

José Manuel de la Sota VICEGOBERNADORA

Alicia Mónica Pregno PRESIDENTE DEL DIRECTORIO AGENCIA CÓRDOBA CULTURA

Pablo Canedo VOCALES

Marcos Diaz Geraldine Balbi Gustavo Trigueros JEFA DEL áREA PENSAMIENTO LATINOMERICANO

Celina Garay

Área Pensamiento Latinoamericano. 27 de abril 375, ,1° piso (C.P. 5000) Córdoba, Argentina. Tel:4332303/06. pensamientolatinoamericano@cba.gov.ar



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