LOS GOBIERNOS DEL CAMBIO NO CAMBIA EL ORO POR LOS ESPEJOS

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LOS GOBIERNOS DEL CAMBIO NO CAMBIA EL ORO POR LOS ESPEJOS Migraciones, eurocentrismo, xenofobia, colonialismo y racismo institucional en el Reyno de Espana

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ESTA EDICIÓN ESTA HECHA CON SOFTWARE LIBRE Y EN LICENCIA DE PARES compartir igual-no capitalista-atribución Se permite la copia y distribución de este fanzine con el lucro que quieran a colectivas, organizaciones o cooperativas no jerárquicas que trabajen en la destrucción de los sistemas de dominación racista, clasista, patriarcal, colonial. Ediciones PapelNegrO Exilio 2018 De las ilustraciones Daniela Ortiz LOS BENEFICIOS DE ESTE VOLUMEN ESTÁN DESTINADOS AL MOVIMIENTO MIGRANTERACIALIZADO EN EL ESTADO ESPAÑOL . El compromiso de PapelNegrO es generar herramientas editoriales que no sigan beneficiando la supremacía blanca-mestiza en el mundo editorial

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LOS GOBIERNOS DEL CAMBIO NO CAMBIA EL ORO POR LOS ESPEJOS Migraciones, eurocentrismo, xenofobia, Colonialismo y racismo institucional Lo primero en este texto se poner de manifiesto la dignidad y la valentía de las personas que han participado, y que con su cuerpo luchan tejiendo alianzas que vienen de raíces diversas. Es una resistencia diaria, se recogen una diversidad de voces y cuerpos. También espejos en disidencia. Este texto tiene una historia propia que cuenta -y es parte- de una historia de dominación. Este texto – que se introduce en valenciano1 pero está tramado en castellano- es un ejemplo de la necesidad de desplazarnos. Leeremos aquí este texto para hablar de migraciones y gobiernos del cambio; y es un texto que inicialmente fue encargado a un hombre blanco 1

La versión original de este texto fue publicada por el colectivo editorial afincado en València, Reyno de España. En un giro bastante común de la historia el texto se tradujo del castellano a la lengua catalana sin preguntar y sin respetar la lengua en la que había sido escrito por cada una de las personas que prestaron su voz y experiencia de vida. Es habitual la ceguera de las luchas parciales hacía los contextos más transversales, así como el supremacismo lingüístico de ciertos sectores de la izquierda -blanca- catalanista. En esta versión la introducción -original en catá- se ha traducido al castellano para que pueda ser leído y entendido en otros contextos. Se añade un subrayado personal en la compilación. Nota del compilador del texto

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nacido y arraigado en Valencia. Es necesario al pensarnos en cambio pensar como creamos nuestras comunidades, alianzas, afinidades y cómo reproducimos mecanismos del poder. ¿Cómo podría un hombre blanco escribir sin impostar discurso, sin ser un extractivista epistèmico? Recordando la pregunta de aquel texto de estudios poscoloniales -"¿pueden los subalternos hablar?"- Yos preguntaba si podemos los blancos dejar de hablar -o escribir, o publicar... o al menos desplazarnos Entonces, pues así el mecanismo que seguimos: reunirnos algunas personas amigas y debatir, identificar palabras, caminos, debates, exclusiones, experiencias y sentires. De allá sacamos temas que necesitábamos contar desde aquello que conocíamos y contactamos con las personas que aquí seguido responderán y se expondrán. Se les envió un par de preguntas a cada una, una común y otra singular. Todo con la libertad de responderlas o no, o hacerlo libremente. Es desde aquí donde se ha construido este texto: desde aquello que conocemos, puede ser por eso que las proximidades de la mayoría de palabras que recogemos son de personas migradas de las ex-colonias del que ahora vuelven a nombrarse como Abya Yala. En cambio, hay muy pocas opiniones otros espacios: África (sólo una) y ninguno de Asia o el Este europeo. Sabemos que estos espacios nos darían otras referencias y que suponen un límite del cual nos hacemos también responsables frente a la universalización del discurso que se suele pretender.

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Dejamos atrás el paternalismo, el racismo y valoramos las necesidades económicas (derivadas de la xenofobia institucional y económica) que dificultan que escuchemos las voces que están aquí al borde de nuestro contexto y nos hacen que este "cambio" sea más complejo, menos cosmético y menos blanco. Las respuestas encarnadas que aquí siguen nos permiten continuar siendo humanos, aprendiendo y escuchando más allá de violencias, discursos y acumulaciones de capital (simbólico, económico, humano o político). Han participado a su manera: Felipe, Rosa, Yos Piña, Úrsula Santa Cruz, Daouda Dieye, Yeison García, Victor Pool, Daniela y Marc.

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Felipe Llegué al estado español en 2001, a Alicante, una ciudad de extranjeros en varios sentidos. Pase 10 años allí, y tardé el primer tercio en adaptarme al medio tremendamente hostil que me recibía en aquella época. Estudié en Valencia, ciudad donde ahora vivo después de un par de años en Barcelona. Uno podría llegar a pensar que pasado tanto tiempo ya soy más de aquí que de cualquier otro lugar. Pero lo cierto es, como algunos sabrán, que al entrar en mi casa materna se entra en alguna provincia indeterminada de Chile, una que existe más allá de las fronteras físicas y donde yo viví sin salir en ningún mapa.

¿Qué realidad vives dentro del colectivo migrante en las ciudades con gobiernos del cambio? ¿Crees que ha cambiado a cómo era antes? ¿Son los gobiernos nuevos una traba a un posible cambio en las condiciones de vida? Habiendo vivido en Barcelona y Valencia lo cierto es que los tramites de extranjería, la opinión general y la política local con respecto a los migrantes ha cambiado poco o nada. Barcelona y su campaña de Refugees Welcome fue la única referencia a algún tipo de migración que recuerdo en estos pocos años. Creo que un problema de los llamados gobiernos del cambio es que cualquier cambio que realicen, si realizan alguno, será siempre un cambio para una parte muy concreta de la 7


sociedad. Fundada en una imagen muy legalista de lo que es el ciudadano y un ciudadano de pleno derecho además. Cualquiera que no cumpla este estatus será siempre olvidado por cualquier política que realicen. Si una persona está en una situación opaca o directamente está invisibilizado simplemente no es el sujeto al que se destinan las políticas. Los llamados gobiernos del cambio -en su heterogeneidad- han resultado ser gobiernos de la clase media blanca para la clase media blanca. No sé si resultarán una traba pero la opinión de algunos izquierdistas sobre el discurso del cambio está invisibilizando el mantenimiento de un status quo muy claro en los estratos sociales que no le interesan a los gobiernos locales.

¿Qué aprendizajes te ha aportado formar parte de los movimiento sociales -del “activismo”- en los territorios de los gobiernos del cambio? ¿Qué problemáticas sientes? ¿Cómo has vivido estos procesos de integración identitaria que excluyen las diferencias? Creo que hubo una sustitución en algunos espacios de un movimiento social o 'de base' por una cuestión tratada por el gobierno local, con todo lo que ello supuso. De un movimiento vecinal o “ciudadano” se pasó a ser una problemática de Ayuntamiento. En algunos lugares esto supuso una desactivación de la actividad política a la espera de que se solucionaran los problemas por la vía administrativa.

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En cuanto a la cuestión de la identidad es siempre complejo y falta mucho para poder decir que se ha asumido que se puede estar con una lucha sin identificarse como sujeto político de ella. Es difícil para una parte de la izquierda el entender que hay luchas en las que no es ella quien dicta, quien dice y quien sufre la opresión -más bien lo contrario. Ante la incapacidad de verse en esa lucha como sujeto, la izquierda tiende a invisibilizarla a través de uniformizar las identidades, de trivializar los elementos que atraviesan esas identidades diversas para así verse en un lugar común y poder criticar como si se estuviera en una situación equivalente. La cuestión del racismo es fundamental en este sentido: la incapacidad de percibir el racismo institucional por parte de la gran mayoría de estos grupos políticos es escandalosa. Reducen así esta cuestión simplemente a otro dato más a tener en cuenta, sin que se perciba como un tema central de las relaciones entre colectivos con un poder asimétrico. A día de hoy, en una gran parte de la izquierda, cualquier persona migrada o racializada tiene que olvidar una parte de su propia identidad para poder ser aceptado como un interlocutor válido. De otra manera su posición será más un problema que cualquier otra cosa para los miembros del colectivo. Creo que mientras más se identifica/describe uno como migrante -o como persona racializada dentro de la izquierda- y decide luchar también desde allí, más problemas supone para sus compañeros pues cuestiona de base la red de privilegios que se mueven dentro de 9


estas organizaciones, colectivos y grupos. Hay un conjunto de experiencias a las que no puedo apelar porque eso supone un problema para la gente que me rodea. Gente con la que he compartido mucho, pero que no quieren ni oĂ­r hablar de esto.

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Rosa Feminismo comunitario autónomo Chiapas https://www.facebook.com/chiapasfem https://pensarecartoneras.wordpress.com/ Soy Rosa. Mexicana. Vine a España por primera vez a los 18 años. Llegué y me fui sin papeles. Regresé más tarde a España con visa, luego sin papeles. Ahora tengo “ciudadanía europea” que me facilita moverme, no tener miedo de tomar un avión, no tener miedo de cagarla por ahí y que me pidan papeles. Pero la memoria es fuerte, no se borran las marcas y la historia, lo que siente el corazón y el coraje que surge del estómago al ver-vivir-sentirescuchar-compartir lo que significa la Europa racista que queda siempre en el cuerpo. Un residuo que no se puede borrar, se siente a cada rato, brota pero no se lee en la piel. Una piel que por su color me permitió vivir un año sin papeles, redadas racistas continuas de las que me lograba salvar. Un racismo cruento y con jerarquías. El coraje crece pero no envenena. Europa no deja vivir dentro de su fortaleza a los cuerpos con memoria del colonialismo, que cuentan historias, con residuos de lucha y resistencia que se leen con resquemor, por encima del hombre. Siempre voltean por encima del hombro. En la fría distancia que sus formas imponen señalan, se ríen, se llenan las bocas de palabras vacías y de solidaridad, escupen fuego. Europa racista, políticas migratorias de muerte. Un gobierno de cambio en 11


estos territorios, ¿para quiénes? un cambio para los cuerpos de aquí, sin residuo. Cualquier cambio desde y para la “ciudadanía” blanca europea no representará jamás un cambio para los países no occidentales. Desde su mirada y su posición no pueden más que proponer cambios para ellxs, ciudadanos blanco-europeos. Estatus de ciudadanía que coloca en un lugar higienizado, puro, casi-divino desde donde las atrocidades pasan como actos divinos. ¿Acaso dejan vivir? Robo, saqueo, despojo, para después gritar por las calles que nos regresemos a nuestros países. Está claro, la acumulación basada en el robo de nuestras tierras es de ellxs, para ellxs. Quieren gobernar desde la izquierda, el lugar correcto. Administrarlo todo, hacer que lxs ciudadanos estén mejor. Desde una posición de moralidad bien pensante, progresista, se gobierna más y mejor. Así, este control acecha los cuerpos no-ciudadanos, a los territorios no europeos, apela a otras injusticias que por no tratarse de los cuerpos blancx europexs no existen. La pregunta de un gobierno de cambio en Europa nunca puede pensarse en términos de cambio más que para quienes, ciudadanxs, se benefician de las políticas de muerte ejercidas a todos los sures. Un cambio real, de perspectiva y formas de habitar seguro que no es, más capitalismo y colonialismo probablemente (siempre lo mismo, capitalismo). La pregunta es pues si este “gobierno de cambio” al menos lleva a cabo políticas distintas en torno a la migración, toma en cuenta al colectivo migrante como sujetos políticos, detiene la persecución hacia las personas migrantes. Aminorar las 12


violencias cotidianas que viven los cuerpos racializados en una Europa colonial y racista es algo que pudiera hacer un gobierno del cambio si saliera del eurocentrismo cotidiano de estas tierras. La pregunta entonces es si se están llevando a cabo estas políticas, si siquiera se están pensando. ¿Este gobierno ha hecho algo en esta línea? La realidad parece mostrar que esto no es así, que la persecución incrementa, que el control que la “europeidad” izquierdista ejerce es igual o mayor, que este gobierno es de ciudadanxs, estos ciudadanxs no pueden ser en absoluto molestados con cuerpos que no interioricen, vivan y encarnen sus normas blanco europeas. El fondo es el mismo, las formas cambian ligeramente. Lo inhóspito de una Europa fortaleza no mengua, ni en Barcelona ni en Valencia.

Los gobiernos del cambio postulan un proyecto más de izquierdas, más solidario, más del bienestar y del respeto a las mercancías sociales. ¿Podríamos hablar de una izquierda que blanquea su propia posición a través de una digestión higiénica de estos sujetos críticos? Las materias primas, los alimentos, el pensamiento, el discurso, la fuerza de trabajo, la fuerza y la potencia de todxs quienes han y hemos luchado contra el poder colonial sigue siendo apropiado, un robo permanente, un despojo constante. Las vidas de quienes con el residuo y la memoria se levantan fuertes, sujetxs políticos con discursos de cambio, combativos, son arrebatadas por quienes detentan aún el poder, su ansia colonial no se detiene. Y son ahora las palabras que son tragadas, 13


digeridas, buscan borrar de ellas la potencia, la potencia de un horizonte de lucha, emancipatorio, para empaquetarlo en sus asépticas bolsas blancoeuropeas de consumo. Es el capitalismo que devora, despoja y vende. Así vemos nuestras teorías, luchas, palabras de resistencia ser regurgitadas por la izquierda blanco-europea, vemos como las mastican, vaciándolas, volviéndolas inofensivas, siendo colocadas en su campo semántico, donde son otra vez lxs protagonistas ellxs (y no ven que en lo que siguen siendo protagonistas es en el despojo, el robo sistemático, la violencia estructural, no ven cuan capitalista y patriarcal esta indigestión constante. Europa, lo indigesto de tanto robo, de tanto asalto, de tantas palabras vacías, como gobierno del cambio). Blanquean discursos y cuerpos, los incorporan e higienizan, todo aséptico, todo blanco. Se atragantan de solidaridad ocupando siempre posiciones heroicas. Las posiciones críticas se incorporan desde la idea de inclusión y solidaridad, siempre manteniendo las cosas en su lugar, a ellxs mismos en el centro. Tomar estos discursos críticos que confrontan, que ponen el dedo en la llaga para pensar otras formas de habitar el mundo, para blanquearlos y convertirlos en una mercancía que emana siempre desde los centros de poder para higienizarlos. Vampirismo escuché el otro día. Hasta nuestras palabras vienen sucias, nuestro petróleo crudo, nuestras ideas primitivas. Para venir a Europa hay que verificar que no tengamos enfermedades de tercer mundo, cuando ellxs van lxs vacunan para no infectarse. Desinfectan cuerpos y palabras, las hacen suyas. Su cuerpo puro y limpio, vacunado -siempre 14


vacunado- posibilita decir las palabras y discursos antes manchados, limpiarlos con su saliva; ahora sĂ­: los escuchemos esos discursos, los abracemos sin temor a ser infectadxs.

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Úrsula Santa Cruz Castillo Úrsula Santa Cruz Castillo, de origen peruano. Vive en Barcelona hace quince años. Licenciada en Psicología y Máster en Políticas de igualdad de género. Comenzó a trabajar en la problemática de las violencias contra las mujeres en zonas rurales del Perú, posteriormente en sectores urbano-marginales y más adelante en España. Los primeros años estuvo sin papeles. Durante cuatro años trabajó en el servicio doméstico. Ha trabajado en servicios de atención a mujeres en el ámbito municipal y del tercer sector. Desde hace años profundiza en el análisis de las violencias contra las mujeres inmigrantes desde una perspectiva interseccional y decolonial. Ha participado en diferentes asociaciones de origen migrante y feminista. Actualmente forma parte del colectivo t.i.c.t.a.c

¿Qué realidad vives dentro del colectivo migrante en las ciudades con gobiernos del cambio? ¿Crees que ha cambiado a como era antes? ¿Son los gobiernos nuevos una traba a un posible cambio en las condiciones de vida? En general, no creo que las políticas desarrolladas hasta ahora por el gobierno de cambio tenga un impacto directo en la población migrante. A día de hoy, las políticas, que se desarrollan para nuestros colectivos son continuidad de las que se vienen haciendo hace años. Tengamos claro que esta “nueva 16


izquierda” sigue siendo racista y eurocéntrica, en sus discursos, prácticas, actitudes. En este momento me viene a la mente la campaña “welcome refugees” lanzada con bombos y platillos y la actuación contra los manteros. Lo primero, es más bien una postura para mostrar “lo acogedores que son”, en tanto que con los manteros se emplean otros métodos. Por otro lado, si bien hubo gestos simbólicos como el cierre del CIE—sobre el que no tenía competencia- y más adelante fue reabierto; en lo que concierne a los informes de vivienda, realizado por el ayuntamiento -requisito para la reagrupación familiar- no ha existido ni existe ningún pronunciamiento u objeción.

Desde tu trabajo y perspectiva ¿Desde las instituciones cómo se gestiona la violencia machista cuando se oculta o se recrudece la actuación debido al racismo? ¿Qué respuestas hay entre las personas migradas-racializadas que escapa de la lógica del estado-gobierno-asistencialismo? A nivel institucional, la intervención contra las violencias machistas centra su atención en el ámbito de la pareja, en las violencias que se producen en la calle, en la prevención del sexismo. Y en el último año, en la lucha contra la explotación sexual a través de la creación de la Unidad de trata de seres humanos. El discurso que sustenta estas políticas y estrategias es el género, bajo el supuesto que esta problemáticacon sus especificidades- es común a todas las 17


mujeres, independientemente del tipo de violencia, ámbito en que ocurre, quien la ejerce y quién (es) la viven y cómo impactan en sus cuerpos y vidas. Desde esta óptica eurocéntrica se niega el racismo -físico, simbólico, psicológico, sutil, institucional, cotidiano- violencia a las que estamos expuestas y/o vivimos las mujeres inmigrantes y racializadas (las personas inmigrantes). En la calle, por ejemplo una mujer inmigrante, sea de la manera en que ocupe este espacio, no está expuesta únicamente a una agresión sexista sino también al racismo y ambos son indesligables por lo que es necesario evidenciarlo, no se puede seguir repitiendo “es violencia machista”. En los últimos años, para muchas mujeres inmigrantes-madres- los servicios sociales y la DGAIA, se han convertido en una terrible amenaza, pues bajo el argumento de “proteger a la infancia”, han sido víctimas de la violencia racista institucional que les ha quitado a los hijos. No obstante que este tipo de violencia no es exclusivo en las mujeres inmigrantes, en estos casos se evidencia cómo se articula el género, clasismo, racismo institucional, las condiciones materiales, afectivas, de soporte social en el desarrollo de sus vidas y maternidades. Sin embargo, esta forma de violencia no la vamos a ver en los medios o en otros lugares. Entonces ¿A dónde puede acudir una mujer inmigrante para denunciar violencias que los discursos y las políticas públicas no nombran, no reconocen…por lo tanto no existen? 18


Ignorar la raza en el análisis e intervención en las violencias es un hecho grave. Por un lado, niega el racismo como sistema de dominación que se ejerce sobre cuerpos no blancos, no europeos, migrantes y racializadxs que está presente en la vida cotidiana. Por otro lado, esta omisión silencia y niega las experiencias de racismo de quienes la viven constituyendo a su vez un acto violento al denominarlo con sus propias categorías, desde la posición de privilegio y poder que se arrogan las instituciones para definir, señalar y decidir cuáles son las violencias y los modelos de intervención a aplicar. Atribuir al sistema patriarcal la responsabilidad de las distintas violencias que vivimos las mujeres inmigrantes es simplista y contribuye a perpetuar las desigualdades y discriminaciones generadas por las leyes y políticas migratorias. Significa restar el peso y sus efectos que éstas tienen en las vidas de las personas inmigradas. Es no responsabilizarse del racismo que sus instituciones re-producen en los ámbitos social, jurídico, laboral, económico, educativo, político; es obviar el efecto de sus marcos epistemológicos en la atención, dado los sesgos eurocéntrico y de género racistas de sus profesionales que nos sitúa como víctimas y beneficiarias de sus intervenciones. Además, es no reconocer el trabajo de a pie y cotidiano que realizan colectivos, grupos y asociaciones de mujeres inmigrantes contra las violencias y que sin embargo, no tienen la posibilidad de acceder a recursos económicos, pues para eso ya les vale otorgar dinero a entidades grandes catalanas. 19


Las respuestas de muchas mujeres migradas frente a las distintas violencias se dan a nivel personal y colectivo. Una de las más importantes consiste en reconocer y nombrar las violencias en distintos ámbitos-como el laboral, social- y que van más allá del discurso de género-eurocéntrico y racista- y de la relación de pareja, denunciando el racismo como un sistema estructurador de dominación que atraviesa todas las dimensiones de nuestras vidas y relaciones. Esto implica poner en cuestión el discurso establecido, la institucionalidad que nos subalterniza y borra nuestras agencias para convertirnos en “víctimas” a las cuales pretende salvar del patriarcado. Uno de los aspectos importantes a destacar, sobre todo en los últimos años, es la existencia de colectivos de migrantes y racializadxs que vienen (venimos) produciendo conocimientos desde nuestras experiencias situadas de migración, como sujetxs políticxs denunciando el racismo institucional y social. A la vez, desarrollando prácticas de resistencia colectiva, de autogestión, de cuidado, soporte social y tejiendo redes entre nosotrxs y con personas blancas dispuestas a apoyar la lucha antirracista.

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Victor Pool Migrante Originario del sureste mexicano. Migró a Estados Unidos, donde vivió cerca de una década. Hizo una segunda migración a España, donde está establecido desde hace más de una década. Tiene estudios de Trabajo Social y Máster en Cooperación al Desarrollo, especializado en Migraciones y Co-desarrollo. Ha trabajado con diferentes colectivos y organizaciones de base migrante y pro-migrantes, así como organizaciones y proyectos de cooperación al desarrollo. Mantiene una visión crítica de las políticas, discursos y prácticas de “acogida e integración” de las personas migrantes y de la “cooperación al desarrollo”, diseñadas por los países del norte.

¿Qué realidad vives dentro del colectivo migrante en las ciudades con gobiernos del cambio? ¿Crees que ha cambiado a como era antes? ¿Son los gobiernos nuevos una traba a un posible cambio en las condiciones de vida? Vivo en un municipio del interior de Valencia. Los municipios en el ámbito rural no han estado exentos de los ‘cambios’ que ha habido por la geografía del estado español; es decir, han surgido nuevos partidos políticos, incluyendo algunos partidos locales que ahora tienen representación en los Ayuntamientos. 21


Sin embargo las políticas, en la práctica, no han cambiado mucho, si acaso algo. Aunque cada partido político tiene su propio discurso -unos más “pragmáticos” y otros más “sociales”- lo cierto es que se mantienen las mismas prácticas. Todos forman parte del mismo juego. Algunos ni siquiera tienen una opinión ni una sola propuesta concreta contra el racismo en sus programas. Localmente hablando, en lugar de ser facilitadores, a veces son una traba. Ponen obstáculos, sea burocráticamente, sea al escucharnos, sea al dificultar nuestra participación en las decisiones y políticas que afectan o condicionan nuestras vidas. Y también por su falta de visión a pesar de todas las potencialidades existentes. Da la impresión de que se conforman con lo que hacen y, lo peor, están convencidos de que hacen todo lo mejor que se puede hacer.

¿Cómo se vive el cambio de políticas, si ha habido alguna, en un municipio rural de la Comunitat valenciana? Buena parte de las políticas se diseñan desde los escritorios con escasa o nula participación de las personas migrantes. En buena parte vienen ya condicionadas y financiadas por las políticas y planes de las ciudades o gobiernos autonómicos que establecen sus prioridades, limitándose localmente a copiar, imitar, mimetizar esos modelos sin haber estudiado a fondo los contextos, necesidades y potencialidades locales. Por otro lado, 22


casi no conozco a personas migrantes profesionales contratadas atendiendo a los colectivos migrantes en el ámbito local. Todo lo contrario, hasta pareciera que las personas migrantes profesionales son sistemáticamente excluidas en los procesos de selección de personal de los Ayuntamientos. No me extraña: forma parte del racismo estructural institucional que se autoreproduce. Las políticas son marcadamente asistencialistas y, en la práctica, la mayor parte se limitan a dar orientación jurídica burocrática en extranjería, en solicitud de ayudas o expedición de informes sociales. Raras veces se hacen “actividades de sensibilización”, aunque siempre me pregunto cómo se mide el alcance, impacto o efectos reales de dicha sensibilización en la disminución del racismo. Se mantiene una visión paternalista con discursos del tipo “todos somos iguales”, “bienvenidos refugiados”, pero no se va mucho más allá. Se tiene y se vende una imagen de que España es “abierta, tolerante y solidaria”, o de que tal o cual partido político es más “sensible” hacia las personas migrantes, refugiadas o racializadas. Nunca se habla del racismo estructural, ni de sus raíces, ni sus efectos. Muchísimo menos se hace un autoanálisis y auto-crítica para erradicar el racismo de las instituciones públicas. Hace tiempo se puso de moda declarar municipios como “ciudades refugio” y mi municipio fue declarado “Municipio de acogida de refugiados”. Se hizo un par de reuniones con organizaciones 23


locales para tratar el tema, pero ya nunca más se ha hablado del asunto, ni mucho menos ha venido una sola persona refugiada al municipio, creo que ni siquiera a la comarca, pese al interés de parte de las organizaciones como de una parte de la población local. Se delega casi todo y hasta se deriva el trabajo hacia otras organizaciones como ONG o Asociaciones “pro-inmigrantes” locales que hacen lo que pueden con sus limitados recursos. Pese a que cada día el racismo es más grave, crudo y crece a pasos agigantados en Europa y, objetivamente hablando, cada vez es más peligroso ser inmigrante o persona racializada en Europa, podría afirmar sin temor a equivocarme, que las personas migrantes no somos prioritarias para los gobiernos locales en comparación con otros colectivos, sean estos gobiernos llamados “del cambio” o no, y a pesar de que sus propias estadísticas dicen que las personas migrantes soportan el peso del desempleo, la exclusión, vulneración de derechos, pobreza, etc. Da la impresión de que localmente se piensa que el racismo no va con ellos, que es cosa de lugares lejanos y que aquí hubiese algún tipo de inmunidad. ‘Es que la inmigración es nueva en España y en nuestros municipios… todo esto nos ha tomado por sorpresa’, suelen decir, pero ya llevamos así más de dos décadas. Más que suficiente tiempo para haber reaccionado desde hace mucho.

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¿Qué posibilidades y dificultades encuentras para construir vínculos? ¿En qué espacios se generar alianzas y aperturas, son espacios institucionales u otro tipo? Muchas dificultades para construir vínculos desde instituciones públicas vienen de la visión paternalista hacia las personas y colectivos migrantes. Se nos ve como aquellos objetos pasivos a quienes se tiene que ayudar, ‘dar la voz’ y ‘empoderar’ casi por lástima, pero con pocas o ningunas ganas de escuchar. Se nos ve como aquellas a quienes ‘hay que enseñar’, pero nunca aprender. A poco que protestemos y expresemos nuestras opiniones se nos cuestiona y minimiza, porque se supone que ellos son los ‘profesionales’, ellos son los que tienen la ‘autoridad’. Contrasta totalmente de la imagen y discursos de ‘cambio’, de ‘diálogo’ y de ‘diversidad’ que venden. Mientras no nos vean de igual a igual y sigan aferrándose al poder, será imposible establecer vínculos ni mucho menos establecer alianzas sólidas. Por otro lado, hay que reconocer positivamente el apoyo de aquellas personas, colectivos y organizaciones que sí hacen una autoreflexión profunda, deponen sus privilegios y demuestran ser verdaderas aliadas en la lucha antirracista. Son vínculos que se están forjando desde la informalidad, desde diferentes espacios geográficos, sin apenas recursos pero con mucho potencial, lo cual hace mirar el futuro con optimismo.

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Yeison F. García López http://afrokwanzaa.com/ https://twitter.com/EspacioAfro Mi nombre es Yeison Fernando García López, nací en Cali, ciudad negra de Colombia, sin embargo, me he criado en Madrid, por lo que una parte de mi subjetividad se ha construido en este lugar. Todo ello me lleva a reconocerme como afro-colombiano con raíces indígenas y afro-español, esta ultima identidad asumida desde un posicionamiento estratégico contra la negación de lo negro que hay en el imaginario social del Estado español. Mi devenir afro-político dio comienzo en la facultad de políticas de la Universidad Complutense de Madrid, donde junto a 3 compañerxs- Nayr, Ngoy y Gaelle- fundamos la Asociación Afrodescendiente Universitaria “Kwanzaa”. Actualmente soy miembro del equipo del grupo de pensamiento y acción “Espacio Afroconciencia”, desde donde a través de lógicas participativas desarrollamos diferentes actividades con el principal objetivo de fortalecer a la comunidad africana/afrodescendiente/ negra de Madrid, en concreto, y de España, en general. Nuestras actividades las llevamos a cabo en el Centro de creación contemporánea Matadero, es importante resaltar este punto dado que los espacios públicos también nos pertenecen como vecinos y vecinas que habitamos y desarrollamos nuestras vidas en la ciudad de Madrid. 27


¿Qué realidad vives dentro del racializado en las ciudades con gobiernos del cambio? ¿Crees que ha cambiado a cómo era antes? ¿Son los gobiernos nuevos una traba a un posible cambio en las condiciones de vida? ¿Qué vínculos se establecen entre las comunidades migrantes y las racializadas? Asumiendo mi posición de persona con “privilegios” (grado universitario, manejo del idioma, nacionalizado, etc.) con respecto a otras personas de mi comunidad, no percibo que se haya producido un cambio sustancial de la realidad de la comunidad afro con la llegada al gobierno de AhoraMadrid. Si es verdad que hay más espacios de diálogo y se están empezando a implementar otras lógicas de trabajo, sin embargo, estas mismas prácticas participativas esconden una trampa muy poderosa. La trampa es que en las lógicas de consenso y horizontalidad las especificidades se difuminan, es decir, que cuando se realizan, por ejemplo, talleres para niñxs, no se tiene en cuenta para nada la realidad racista que puede sufrir la infancia de nuestra comunidad. Esto es lo que he experimentado en diferentes mesas de trabajo convocadas por el ayuntamiento, a las cuales era invitado en casi toda las ocasiones indirectamente. Claro, llegaba a los lugares de trabajo y en multitud de ocasiones era la única persona racializada, es decir, se está haciendo un plan que se llama “cultura para todas”, y yo soy la única persona racializada del lugar. Por otro lado, el maltrato de la policía a las personas de nuestra comunidad que venden en las calles se 28


sigue produciendo y el último documento, que marcaba el posicionamiento respecto a los CIE`s del ayuntamiento, esconde una retahíla de justificaciones para asumir la opción de los pisos tutelados. Los vínculos que se establecen entre las comunidades migrantes y las racializadas, desde mi punto de vista, son aún débiles, aunque siempre ha habido solidaridad entre las personas migrantes, la activación política de nuestras comunidades supone un trabajo bastante duro dado que provenimos de situaciones de supervivencia constante. Como digo en uno de los poemas de mi libro “Voces del Impulso”, en esta sociedad, siempre seré el otro El otro. Se rompe algo, una membrana invisible, Un silencio sin una mirada compañera, Canciones de infancia sin recuerdo, Cuando se que siempre seré el otro. Con lo que soy fabrico mundos, Descubro realidades sentidas sin forma Y dibujo la vida como una noche constelada Donde el desarraigo es fantasía sin nombre. De aquí de allí siempre seré el otro, Viajero sin un lugar de retorno, Para el que los caminos se pierden en apertura Donde seres externos controlan mi piel oscura, Para quienes soy, aún sin verme, sospechoso. 29


Tiño mis mundos de negro intenso Para bailar sin complejos en el arco-iris. Nadando entre los mares ocultos del miedo, Siento, me apropio, contemplo, soy el otro.

¿Cómo valoras las políticas parlamentarias de estos últimos años desde la emergencia de los partidos del “cambio”? El reconocimiento de la diversidad étnico/racial que hay en España es un tema que no se trata en el Congreso de los Diputados. No existimos para ellxs, porque para muchas el racismo no existe en España. En la actualidad hay cuatro Proposiciones No de Ley que hablan sobre la comunidad negra en España, sin embargo, como su propio nombre indica, no son leyes, son meros papeles mojados, que estratégicamente sirven para poder llegar a más pero ese no ha sido, o no parece que sea, el sentir de los partidos habidos en el Congreso. La lucha por el reconocimiento de la comunidad africana/afrodescendiente/negra debe provenir de nuestra activación política, no podemos dejar en manos de otrxs, las maneras de reconocernos.

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Yos Piña Narváez/ erchxs_ http://desde-elmargen.net/ https://www.facebook.com/migrantes.transgresorxs

Me sitúo en un lugar límite que intenta escapar de los binarismos límpidos sexo-génericos. Este lugar límite es un lugar de re-existencia y de resistencia a la colonialidad. Me sitúa como un cuerpx no binarix, que ha pasado fronteras acompañadx de sus muertos y viendo a sus hermanxs desaparecer. También me sitúa el sistema euro-blanco-colonial en un lugar límite, en un lugar donde se me niega la existencia jurídico-administrativa. Por eso re-existo. Soy una persona migrante, diáspórica, que ha transitado las ciudades del “cambio”. BarcelonaMadrid. Ciudades gobernadas por la izquierda blanca filantrópica. La izquierda que estetiza discursos, para ejecutar las lógicas del correctness. Barcelona, ciudad de desahucios, de redadas racistas, de policías secretas que focalizan su mirada a un perfil racializado de quien transita. Ciudad que controla el desplazamiento de los cuerpxs no blancos para que los cuerpxs blancos, cuellos rojos y con bronceados de Trump disfruten sonrientemente de la ciudad fancy sostenida por nuestrxs cuerpxs.

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Me multaron: “estamos haciendo chequeo al azar”, me dijo el policía. El azar policial tiene color. Me volvieron a Multar, estando con amigxs blancxs con pasaporte europeo. Si no tienes papeles no puedes trabajar Sino tienes trabajo no puedes vivir “Nunca en tu puta vida tendrás una casa” Ni siendo puta en la vida tendré una casa 10 euros cuesta una felación 10 euros cuesta una T-10 en Barcelona Hacer una felación también es un trabajo Esto en la ciudad del cambio Cambio una felación por 10 Euros Cambio una felación por 10 euros para no tener una multa Cambio de acera porque “allá está la policía” Cambio de casa porque no puedo pagar el alquiler en los barrios gentrificados/gaytrificados Cambio de asiento en blabacar porque si voy delante detienen el coche “por mi apariencia” ¿cuál es mi apariencia?-pregunté al chófer- mi apariencia es negra. Cambio una sonrisa por una pocker face cada vez que me piden “amablemente” “papeles” en un Centro de salud. Cambio amigx blancx activista del “rollo”, “promigrante,” “especialista en frontera sur”, por una manada afectiva negra Cambio a eurosocializadx, pusilánime y estafadxr afectivo, por un abrazo que venga de una marica india, del wallmapu Cambio espejos partidos por oro

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Cambio cárcel por casa de amigxs. Quedar en casa implica a que tu cuerpx no sea policiado. Quedarse sin salir durante el world Pride 2017 en Madrid es auto-cuidado radical. Es ver la fiesta blanca homonacionalista de lejos, es ver los cordones policiales que garantizan el disfrute blanco. Queer-nation-gay-nation-whiteness-the same shit. España y su catoli-cis-mo inventó la sodomía como castigo de las disidencias a la heterosexualidad obligatoria y colonial y ahora celebra el capitalismo rosa. Los gobiernos del cambio gobiernan ciudades con estatuas que le rinden culto al genocidio y a la hetero supremacía blanca-Colonial. Los gobiernos del cambio no pretenden cambiar esos monumentos que reafirman su hegemonía histórica. Los gobiernos del cambio son parte de la hegemonía blanca. Los gobiernos del cambio no cambian sus posiciones de poder Los gobiernos del cambio no cambia el oro por los espejos

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Daouda Dieye 2 http://manteros.org/ Soy parte del Sindicato popular de vendedores ambulantes de Barcelona. Desde el cambio de gobierno en Barcelona ha bajado mucho el acoso policial y la persecución debido a la organización y a la cooperativa que ha creado el Ayuntamiento de Barcelona que puede incorporar 15 personas. Ahora en la venta no hay persecución como antes (golpes o rotura de brazos) pero es más difícil ya que desde que han creado esa cooperativa han puesto más policía en la calle, lo que significa que es más difícil trabajar ahora en la calle que antes aunque no hay tanta persecución. La voluntad y la iniciativa que tenían [el equipo de gobierno de Barcelona] recién llegados al poder y ahora es diferente. Antes tenían más voluntad, tenían más ganas de ayudar a los colectivos que están desde abajo pero ahora han ido cambiando poco a poco. Antes había más comunicación con el gobierno cuando recién llegaron en el poder, ahora ha cambiado mucho. Recién llegados eran activistas, ahora son políticos. 2 Estas respuestas son una transcripción de una conversación a través de audios telefónicos. Nota del compilador 35


Eso es el problema La realidad que nos aleja un poco de los gobiernos de aquí es la lucha. Nosotros no tenemos que obedecer a todo lo que nos dicen, tenemos que luchar. No estamos aquí para unos cuantos puestos de trabajo o para mendigar o pedir ayuda a los gobiernos. Estamos aquí para luchar, para pedir nuestros derechos. Es nuestro derecho tener los papeles, trabajar y circular como todo el mundo. Somos de aquí, vivimos aquí, tenemos que trabajar aquí como todo el mundo. Eso es el problema, no tenemos que callarnos para esperar una ayuda que viene del gobierno. Eso no se puede. Siempre cuando pasa algo tenemos que salir a la calle y reivindicarlo. Estamos aquí para luchar, no para obedecer. Y se nos ponen varias barreras. No se nos permite trabajar sin tener documentos. Otra barrera, en el tiempo que estás viviendo aquí tienes que estar limpio: no puedes trabajar en la calle porque puedes tener antecedentes penales que te impedirían hacer cualquier tipo de trámite. Las barreras en la salud: sin padrón no hay tarjeta sanitaria, sólo urgencias. Con tarjeta sanitaria pero sin papeles de trabajo no te atienden correctamente porque saben que no cotizas a la Seguridad Social. Siempre nos acaban dando Ibuprofeno. Muchos ya nos vamos al hospital, uno se baja a la farmacia y listo.

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Marc pensarecartoneras.wordpress.com

Nacido el año que el Reyno de España entró en la UE, de padre andaluz y madre valenciana. Nacido en Catarroja (València), crecido en una escuela de pago que era de izquierdas y tenía en su entrada la bandera europea y la bandera catalana. Intento entender que significó eso en mi infancia y cómo lo arrastro ahora. He transitado espacios autónomos, universitarios y anarquistas del “movimiento social” en la ciudad de València -que cada vez me es más extraña en su funcionamiento. Vivir en México y la convivencia con amigas y compañeras migrantes, racializadas y con culturas diferentes a mis referentes eurocéntricos de izquierda me han permitido desplazarme para empezar a entender cuáles son nuestras responsabilidades. He aprendido que la auto-organización y la autogestión permiten tomar las riendas de nuestras vidas organizadas sin pedir migajas al poder. Soy parte del colectivo editorial Pensaré Cartoneras en el que aprendo a callar, a acompañar y a que hacer juntas es necesariamente hacer de otra manera re-equilibrando historias coloniales. Mi punto aquí es solamente hacerme presente como responsable y “transcriptor-recolector” de la preguntas/respuestas; así como llamar la atención desde dentro de la cultura hegemónica situada, es decir, de aquella no diaspórica y privilegiada. Escuchando y leyendo -lo breve pero rotundo de las palabras ante37


riores- entiendo que no andaremos en cambio ninguno en estos territorios sino empezamos a ser conscientes que nuestra “memoria larga” (esto lo he oído en diferentes espacios de convivencia con feministas del Abya Yala) es una memoria larga de dominación. Reconocer esto nos permite destruirnos en nuestra máscara de fragilidad blanca. Asentar de dónde viene gran parte de nuestros imaginarios y formas de posicionarnos, poder desplazar esa sensación de tener que hablar y acumular siempre -acentuada en el caso de estas políticas de cambio tan masculinas que pretenden competir en el espacio público político de la democracia neoliberal racista y patriarcal. Unas políticas en cambio empiezan por cambiar el lugar de dónde pensamos-sentimos-hacemos, para quién, con quién y cómo. Y dejar de ignorar estos hechos.

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Otros títulos de PapelNegrO Ediciones No nos dejen solas. I. Mujeres Zapatistas en el 94 II. Mujeres Zapatistas tejedoras de comunidad Le diría buenos días! Palabras de/con/junto/desde James Baldwin Minar. Genealogía y colonialidad del extractivismo. Los gobiernos del cambio no cambia el oro por los espejos. Migraciones, eurocentrismo, xenòfobia, colonialismo y racismo institucional en el Reyno de España Colección Micros Manifiesto Colectiva Río Combahee Colección Macros No subir. Nuevo pensamiento más allá del Estado

Nosotrxs lxs blancxs. Visibilidad, blanquitud, violencia

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