Dossier Cuentos para caer en la cuenta

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Colección de cuentos y citas

Cuentos para “caer en la cuenta”

Una aproximación a la Psicología a través de los relatos cortos


[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza]

INDICE de CUENTOS LA LABOR DEL MAESTRO DARSE CUENTA Fabula de Mulán y la llave La rana y el alacrán El alacrán y el maestro Las dos gotas de aceite Los dioses y la felicidad Pedro y el hilo mágico La camisa del hombre feliz La zanahoria, el huevo y el café El anillo ¿Sabes cuento vales en realidad? La Vasija agrietada La parábola del caballo La luciérnaga y la serpiente Las ranas y la nata El hombre que se creía muerto Seis hombres ciegos y un elefante Dos monjes y una mujer Las tres rejas El sabio y la barca Decisión anticipada El canto de la lechuza Saber escuchar El coleccionista de insultos El boomerang ¿Cómo crecer?

5 6 7 8 9 9 11 11 14 15 16 17 18 19 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31

Animarse a volar El elefante y la alondra El buscador El elefante encadenado LA JAULA La gallina El picador de piedra La carreta vacía La alegoría del carruaje La tristeza y la furia El árbol de los problemas ¿Para bien o para mal? La rosa y el sapo El leñador Acuérdate de soltar el vaso Los tres leones El tigre La vaquita La cucharas largas La ventana El conjuro En tus manos Los huesos El tiempo que yo quiero

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CITAS PARA CAER EN LA CUENTA 53

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¿Por qué usar los cuentos para hablar de PSICOLOGÍA? “A lo largo de la Historia de la Humanidad los relatos breves, los cuentos, las metáforas o las parábolas han venido desempeñando un papel significativo en el aprendizaje a todos los niveles, desde la vida cotidiana a los aspectos más sagrados”.(....)”Los cuentos, metáforas y mitos contienen la historia, los valores y las costumbres de la gente. Constituyen un instrumento de cohesión social que sirve para entretener , instruir y cuestionar al lector u oyente”.(...) “Y gozan entre las gentes de diferentes edades, épocas y culturas de gran aceptación” “Los relatos breves nos ofrecen una forma de ver y de entender el mundo desde una luz nueva. Los relatos que nos hacen mella constituyen esencialmente CAMBIOS DE ENCUADRE, lo que nos hace cuestionarnos nuestro mapa habitual del mundo y hacernos salir de nuestro pensamiento limitado a fin de aprender y descubrir nuevos aspectos” .(...) “Los cuentos pueden servir para confirmar, modificar o cuestionar las ideas, actitudes, creencias, opiniones, comportamientos y habilidades de la gente, además de influir en su determinación o su resolución. Constituyen un medio muy importante y eficaz para estimular la creatividad y generar un mayor número de opciones en nuestras vidas”. (fragmentos tomados del libro “La Magia de la metáfora” de Nick Owen Ed. Desclée de Bouwer 2003)

En todas las épocas las religiones, la filosofía, la ética,... han hecho uso de los cuentos para sus propósitos instructivos o morales. Actualmente algunas corrientes psicológicas de tipo humanístico encuentran en los relatos cortos y los cuentos un medio idóneo para ayudar a la personas a “caer en la cuenta” y revisar aspectos sustanciales en sus vidas: De la lectura, reflexión y análisis de algunos de los cuentos, las personas extraen conclusiones sobre ellas mismas o los demás en relación a algunos temas de la Psicología tales como : “El darse cuenta”, EL AUTOCONIMIENTO, LAS POSIBILIDADES DE CAMBIAR, ¿Cómo somos?(LA PERSONALIDAD), LA ACEPTACIÓN, LA AUTOESTIMA, LAS ACTITUDES HACIA LOS DEMÁS, LOS VALORES, LAS EMOCIONES, LA BUSQUEDA DE SOLUCIONES, LA FELICIDAD, EL OPTIMISMO, ....

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USOS DE LOS CUENTOS Los cuentos pueden servir:  Para reformular un problema presentándolo como una nueva oportunidad.  Para contemplar una conducta o actitud desde una perspectiva diferente.  Para cuestionar una visión limitada del mundo  Para explicar un aspecto de forma indirecta  Para cuestionar una conducta inaceptable.  Para ofrecer un modelo de conducta o una actitud más útil.  Para demostrar que un determinado problema no es novedoso ni excepcional.  Para abrir un interrogante, estimular el cerebro e introducir información en las mentes abiertas a la espera de que se resuelva el interrogante.  A modo de resumen o repaso de la información expuesta hasta el momento.  Para animar la búsqueda de otras alternativas y significados.  Para estimular un debate y una discusión.  Para rebatir o confirmar las visiones que del mundo que tienen los participantes.  Para incluir los puntos de vista y la sabiduría de otras culturas.  Para demostrar que cada persona interpreta la información de forma diferente, de acuerdo con su propia experiencia única y el mapa del mundo que le es propio.  Para establecer interrelaciones entre el pasado, el presente y el futuro.  Para que la información que queremos transmitir quede mejor estructurada y sea más fácil de recordar.  Para favorecer asociaciones muy intensas en las mentes de los oyentes.  Para suscitar la curiosidad y aumentar el interés por un tema.  Para favorecer el desarrollo de actitudes más creativas. (tomado del libro “La Magia de la metáfora” de Nick Owen Ed. Desclée de Bouwer 2003)

 Y para ayudarte a... “caer en la cuenta”.

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Cuento: La labor del maestro El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma... - Maestro - lo encaró uno de ellos una tarde - Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado... - Pido perdón por eso. - se disculpó el maestro - Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico durazno. - Gracias maestro. - respondió halagado el discípulo. - Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿ Me permites?. - Si. Muchas gracias - dijo el alumno - ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo? - Me encantaría,... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro... - No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte... Permíteme también que te lo mastique antes de dártelo - No maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso! - se quejó sorprendido el discípulo. El maestro hizo una pausa y dijo: - Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.

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DARSE CUENTA Este cuento está inspirado en un poema de un monge tibetano, Rimpoche, y que reescribí según mi propia manera de decir, para mostrar una característica más de nosotros, los humanos. Me levanto una mañana, salgo de mi casa, hay un pozo en la vereda, no lo veo, y me caigo en él. Día siguiente... salgo de mi casa, me olvido que hay un pozo en la vereda, y vuelvo a caer en él. Tercer día, salgo de mi casa tratando de acordarme que hay un pozo en la vereda, sin embargo,no lo recuerdo, y caigo en él. Cuarto día, salgo de mi casa tratando de acordarme del pozo en la vereda, lo recuerdo,y no veo el pozo y caigo en él. Quinto día, salgo de mi casa, recuerdo que tengo que tener presente el pozo en la vereda y camino mirando el piso, y lo veo y a pesar de verlo, caigo en él.

Sexto día, salgo de mi casa, recuerdo el pozo en la vereda, voy buscándolo con la vista, lo veo, intento saltarlo, y caigo en él.

Séptimo día, salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto, rozo con las puntas de mis pies el borde del otro lado, pero no es suficiente y, caigo en él. Octavo día, salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto,¡llego al otro lado! Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido, que festejo dando saltos de alegría... Y al hacerlo, caigo otra vez en el pozo. Noveno día, salgo de mi casa, veo el pozo, tomo carrera, salto, y sigo mi camino. Décimo día, me doy cuenta recién hoy que es más cómodo caminar... por la vereda de enfrente.

De "Cuentos para pensar" Jorge Bucay

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Breve Fábula de Mullan “LA LLAVE”: "Cuentan que un día Mullan estaba en la calle buscando algo a cuatro patas. Un amigo se le acercó y le dijo: - "Mullan, ¿qué andas buscando?" - "He perdido mi llave", contestó. - "¡Caramba! Eso es terrible, te ayudaré a encontrarla". Así que también se agachó a buscar la llave ; al cabo de un rato, se volvió a preguntarle: - ¿Por dónde la perdiste? Mullan respondió: - "La perdí en casa". - “Entonces, ¿cómo es que la estás buscando aquí fuera?” - "Porque aquí hay más luz".

Resulta cómico, pero eso mismo es lo que el ser humano hace con su vida: Piensa que todo hay que buscarlo a la luz, donde “es fácil encontrar”. Lo fundamental no está fuera. Está en uno mismo. "Es un error buscar siempre la esperanza o la felicidad fuera de sí mismo". Todo lo que necesitas está en ti mismo.


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Fábula de La rana y el alacrán Cuenta una vieja historia, que en un país distante se encontraba una rana junto a un bello estanque. Esta se disponía a entrar cuando de repente apareció un alacrán y le dijo: -amiga rana ¿que haces?, y la rana le respondió: -Estaba a punto de entrar en el estanque, ya que mis hijos me esperan ahí. El alacrán volvió a hablar: -Amiga rana, no seas mala y hazme un gran favor: llévame al otro lado del estanque sobre tu lomo, ya que yo no puedo cruzar por mis propios medios. La rana con un poco de temor le contestó: -Eso no puede ser posible, ya que tú eres un alacrán y me picarías sin duda alguna. -Confía en mi -replicó el alacrán- puesto que quiero un favor no te picaré y además si yo te picará, me ahogaría yo también pues , como te he dicho, no sé nadar. Ante esas explicaciones la rana asintió -Está bien, confío en ti. El alacrán subió al lomo de la rana y comenzaron a cruzar juntos el estanque, pasando un poco más de la mitad del estanque el alacrán levantó la cola y la ensartó en el lomo de la rana. La rana herida se giró a ver al alacrán y le preguntó: -¿Porque lo hiciste alacrán?, tú lo habías prometido. Y el alacrán confundido y lleno de pena respondió mientras se ahogaba: -No sé por qué lo hice, ¿será porque soy alacrán?. Mi naturaleza es picar. Diciendo esto murieron los dos ahogados en mitad del estanque.

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Cuento: El alacrán y el maestro Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio cómo un alacrán chapoteaba moribundo en una gran charca. Se acercó a socorrerlo ante el asombro del discípulo: -

¿Cómo vas a ayudar a un alacrán?. El te picará sin dudarlo.

El maestro seguía en su empeño de salvar al vida al pobre alacrán. Ayudándose de una caña intentaba sacarlo del charco. Mientras tanto el alacrán se revolvía e intentaba picarle con su aguijón. Su discípulo no entendía su empeño: -

No merece la pena el esfuerzo. Los alacranes son desagradecidos y cuando pueda te picará.

El viejo sabio no atendía a las razones de su discípulo e intentaba sacar al alacrán de la charca sin ser picado. Así estuvieron largo tiempo hasta que la insistencia del maestro se vio recompensada y el alacrán salió corriendo del agua. De nuevo el discípulo le preguntó perplejo: -

¿Por qué salvaste al alacrán de su destino?

El maestro se tomo un tiempo para responder y luego le dijo:

- La naturaleza del alacrán es picar, y la mía es salvar. Cada uno hemos hecho lo que debíamos hacer.

Cuento: LAS DOS GOTAS DE ACEITE ¿Cuál es el Secreto para La Felicidad?

Cierto mercader envió a su hijo al más sabio de todos los hombres para aprender el secreto de la felicidad. El muchacho anduvo muchos dias por el desierto, hasta que llegó a un castillo, que se encontraba en lo alto de una montaña. El sabio que el muchacho buscaba vivía allí. Sin embargo, en vez de encontrar a un hombre santo, nuestro héroe entró en una sala y vio una actividad inmensa; mercaderes que entraban y salían, personas que conversaban por los rincones, una pequeña orquesta tocando suaves melodías y había una mesa cubierta con los platos más deliciosos de aquella región del mundo. El sabio conversaba con todos y el muchacho tuvo que esperar dos horas para ser atendido.

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El sabio escuchó el motivo de la visita del muchacho y le dijo que en es momento no tenía tiempo de explicarle el secreto de la felicidad. Le sugirió que se diera un paseo por su palacio y volviera después de dos horas. "Quiero pedirte un favor" dijo el sabio, entregando al muchacho una cucharilla en la que dejó caer dos gotas de aceite. "Mientras vas caminando, lleva esta cucharilla sin permitir que se derrame el aceite". El muchacho comenzó a subir y bajar las escalinatas del palacio, manteniendo siempre los ojos fijos en la cucharilla. Cuando pasaron las dos horas, regreso con el sabio. Entonces preguntó el sabio: "¿Has visto las tapicerías de Persia que hay en mi comedor?" ;"¿Viste el jardín que el maestro de jardineros se tardó cien años para plantar?";"¿Te diste cuenta de los bellos pergaminos de mi biblioteca?"

El muchacho, avergonzado, confesó que no había visto nada. Su única preocupación era no derramar las gotas de aceite que el Sabio le había confiado. -“ Vuelve, pues, y conoce las maravillas de mi mundo”, dijo el Sabio. “No puedes confiar en un hombre si no conoces su casa.” Ya más tranquilo, el muchacho cogió la cucharita y volvió a pasear por el palacio, fijándose esta vez en todas las obras de arte que pendían del techo y de las paredes. Vio los jardines, las montañas en derredor, la delicadeza de las flores, la exquisitez con que cada obra de arte estaba colocada en su sitio. Al regresar al lado del Sabio, relató con pormenores todo lo que había visto. - Pero, ¿dónde están las dos gotas de aceite que te confié? preguntó el Sabio. Mirando hacia la cucharilla, el muchacho se dio cuenta de que las había derramado. "Pues ése es el único consejo que te puedo dar" .El más sabio de los sabios le dijo al muchacho, este es el único consejo que te puedo dar: "El secreto de la felicidad está en mirar todas las maravillas del mundo sin olvidarte nunca de las dos gotas de aceite de la cucharita".

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Cuento de los Dioses y la Felicidad En cierta ocasión se reunieron todos los Dioses y decidieron crear al hombre y la mujer; planearon hacerlo a su imagen y semejanza, entonces uno de ellos dijo: esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra, debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero, ¿qué les quitamos? Después de mucho pensar uno de ellos dijo: ya se!, vamos a quitarles la felicidad, pero el problema va a ser donde esconderla para que no la encuentren jamás. Propuso el primero: Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo; a lo que inmediatamente repuso otro: no, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está. Luego propuso otro: Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar, y otro contesto: no, recuerda que les dimos curiosidad, alguna vez alguien va a sumergirse en las aguas y entonces la encontrará. Uno mas dijo: Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra. Y le dijeron: No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros. El último de ellos, era un Dios que había permanecido en silencio escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizo en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo: creo saber a dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren, todos se giraron asombrados y preguntaron al unísono: ¿dónde? -La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontraran. Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo.

Cuento: PEDRO Y EL HILO MÁGICO Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. - ¿Cual? Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana. Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda. Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado. Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro. La anciana le dijo: "Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días" Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. "¿Podría quedarme la pelota?", preguntó. La anciana se la entregó. Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado. De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios. Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino. Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente. Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. "¿Has disfrutado de mi regalo?", preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: "Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla. Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida. "Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo", dijo la anciana. Pedro

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] pensó unos instantes y luego respondió: "Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida". Dicho esto se quedó otra vez dormido. Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez. Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tal como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora. Fragmento tomado de "El monje que vendió su Ferrari" Robin S. Sharma

Reflexión: Muchas veces descuidamos el presente por focalizarnos en los anhelos futuros. En el mundo real por desgracia nunca tenemos una segunda oportunidad de vivir la vida y no podemos volver a atrás como en el cuento. Es importante llenar nuestro presente de momentos de calidad para poder construir nuestro futuro, no dejemos pasar la vida soñándola y sin vivirla. Nos convencemos de que la vida será mejor después de cumplir los 18 años, después de casarnos, después de conseguir un mejor empleo, después de tener un hijo, después de tener otro...Entonces nos sentimos frustrados porque nuestros hijos no son lo suficientemente grandes, y pensamos que nos sentiremos felices cuando lo sean. Después nos lamentamos porque son adolescentes difíciles de tratar; ciertamente, nos sentiremos más felices cuando salgan de esa etapa. Nos decimos que nuestra vida será completa cuando a nuestro(a) esposo(a) le vaya mejor, cuando tengamos un mejor coche o una mejor casa, cuando podamos ir de vacaciones, cuando estemos retirados. La verdad es que no hay mejor momento que este para ser felices. Si no es ahora, ¿cuándo? Alfred de Souza dijo: "Por largo tiempo parecía para mi que la vida estaba a punto de comenzar, la vida de verdad. Pero siempre había un obstáculo en el camino, algo que resolver primero, algún asunto sin terminar, tiempo por pasar, una deuda que pagar; entonces la vida comenzaba. Hasta que me di cuenta de que estos obstáculos eran mi vida". Esta perspectiva nos ayuda a ver que no hay camino a la felicidad: la felicidad es el camino. Debemos atesorar cada momento, mucho más cuando lo compartimos con alguien especial, y recordar que el tiempo no espera a nadie. No espere hasta terminar la escuela, hasta volver a la escuela, hasta bajar diez quilos, hasta tener hijos, hasta que los hijos vayan a la escuela, hasta que se case, hasta que se divorcie, hasta el viernes por la noche, hasta el domingo por la mañana, hasta la primavera, el verano, el otoño o el invierno, o hasta que muera, para aprender que no hay mejor momento que éste para ser feliz. La felicidad es un trayecto, no un destino. http://www.psicologia-estrategica.com/cuentos-para-pensar/pedro-y-el-hilo-m%C3%A1gico/

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La Camisa del Hombre Feliz Había una vez, un Rey que habiendo alcanzado un notable nivel de prosperidad y abundancia en los confines de su reino, se sentía triste y desdichado. Su mayor deseo era el de encontrar a tan sólo un hombre sobre la Tierra que afirmara ser verdaderamente feliz. Una vez que lo hubiera encontrado, pensaba pedirle su camisa para vestirse con ella. Albergaba la primitiva creencia de que vestido con la misma prenda del hombre feliz, de alguna forma experimentaría también su misma felicidad. Lo primero que decidió fue llamar a todos los representantes de las escuelas y de las religiones del Reino a fin de formularles una pregunta clave: ¿"Es usted verdaderamente feliz"? En caso de que alguno de ellos afirmase tal supuesto, el Rey estaba dispuesto a entregar lo que fuese y vestir su camisa. Uno a uno, fue entrevistado personalmente por el Monarca que tras meses de trabajo, comprobó desanimado como ninguno de aquellos personajes se consideraba verdaderamente feliz. El Rey y su servidumbre viajaron entonces por todo el país, preguntando a infinidad de hombres y mujeres si conocían a alguien que se considerase feliz. Mucho camino recorrieron sin encontrar a nadie que afirmase tal posibilidad, hasta que triste y desalentado, pensando que no había felicidad plena en ninguna parte, el Rey ordenó el regreso a palacio. Fue entonces cuando un anciano súbdito le relató que había oído hablar de una persona feliz que vivía próxima a los grandes bosques. El Rey abrió sus ojos y pleno de esperanza, envió a sus más fieles emisarios colmados de oro y alhajas, en busca de aquel hombre tan raro, con el fin de conseguir y traer de vuelta su camisa, a cambio de lo que pidiese. Después de algunos días de viaje, los enviados encontraron por fin a este hombre que según se decía, irradiaba paz y alegría. Tras saludarlo ceremoniosamente en nombre del Rey, le preguntaron si se consideraba una persona verdaderamente feliz. Aquel ser contestó: "Yo soy el hombre más feliz del mundo". Todos los presentes pudieron comprobar cómo su rostro, en verdad reflejaba una intensa paz y sus ojos irradiaban una gran luz. Ante lo cual, le presentaron los cofres cargados de oro y alhajas diciendo: "Todo este incalculable tesoro te lo ofrece nuestro Rey, si tú tan sólo le regalas tu camisa." El hombre mirándolos con estupor y sorpresa les dijo:

"Imposible: No tengo camisa".

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La zanahoria, el huevo y el café Un acólito preguntaba a su maestro acerca de la vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido. Estaba cansado de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, otro.

aparecía

Su maestro, lo llevó a la cocina del monasterio. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra. El alumno esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su sabio maestro. A los veinte minutos apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su extrañado alumno le dijo: "¿qué ves?" -"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta. Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. El aprendiz sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma y humildemente preguntó: "¿Qué significa esto?" El maestro explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían transformado al agua. "¿Cual eres tú?", le preguntó. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un problema te haz vuelto duro y

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rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido? ¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.

Cuento: El anillo Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más? El maestro sin mirarlo, le, dijo: Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después... -y haciendo una pausa agregó: si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar. - E...encantado,- maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas. - Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó- toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas. El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta. Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas-, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. -Maestro- dijo- lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. - Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] él para saberlo?. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo. El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: -Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo -¡¡¡¡¡58 MONEDAS!!!-Exclamó el joven. - Sí, -replicó el joyero- yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé... si la venta es urgente... El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo- Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede revaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño. Todos somos como esta joya, valiosos y únicos, y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que gente inexperta nos valore.

Cuento ¿Sabes cuánto vales en realidad? Una pequeña parábola para darse cuenta que valemos mucho más de lo que pensamos. Alfredo, con el rostro abatido de pesar se reúne con su amiga Marisa en un bar a tomar un café. Deprimido descargó en ella sus angustias...que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación... todo parecía estar mal en su vida. Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 dólares y le dijo: - Alfredo, quieres este billete? Alfredo, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo: - Claro Marisa...son 50 dólares, quién no los querría? Entonces Marisa tomó el billete en uno de sus puños y lo arrugó hasta hacerlo un pequeño bollo. Mostrando la estrujada pelotita verde a Alfredo volvió a preguntarle: - ¿Y ahora igual lo quieres? - Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 dólares, claro que los tomaré si me lo entregas. Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado. - ¿Lo sigues queriendo? - Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor...

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- Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, SIGUES siendo tan valioso como siempre lo hayas sido...lo que debes preguntarte es CUANTO VALES en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado. Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro. Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó: - Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal...pero me debes un billete NUEVO de 50 dólares para poder usar con el próximo amigo que lo necesite !!

LA VASIJA AGRIETADA Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón. Cuando llegaba, la vasija rota sólo contenía la mitad del agua. Por dos años completos ésto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer. Después de dos años le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada de mi misma y me quiero disculpar contigo..." ¿por qué? le preguntó el aguador. -Porque debido a mis grietas, sólo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, sólo obtienes la mitad del valor de lo que deberías. El aguador se sintió muy apesadumbrado por la vasija y con gran compasión le dijo: "Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final sólo llevaba la mitad de su carga. El aguador le dijo: ¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino?, siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tú vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Sin ser exactamente como eres, él no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa”.

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PARÁBOLA DEL CABALLO Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayuden en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí. El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para retirarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó, entonces, la difícil decisión: Determinó que el capataz sacrificase al animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo. Y así se hizo. Los empleados, comandados por el capataz, comenzaron a lanzar tierra para adentro del pozo de forma que cubriesen al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en su dorso, el animal la sacudía y ella se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Luego los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, pero, al contrario, estaba subiendo a medida que la tierra iba subiendo el nivel del pozo, hasta que, finalmente, consiguió salir! Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, cuando los otros lancen sobre ti la tierra de la incomprensión, la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda el caballo de esta historia. No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella. Y cuanto más tiren, más irás subiendo, subiendo, subiendo... Sonriendo, sonriendo, sonriendo...

La Luciérnaga y la Serpiente Cuenta la leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Esta huía rápido de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía. Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía… Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente: “ ¿Puedo hacerte tres preguntas?”

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] -“ No acostumbro dar este precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar”. contestó la serpiente… -“¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?” -preguntó la luciérnaga. -“No”, -contestó la serpiente. – “¿Yo te hice algún mal?” -dijo la luciérnaga. – “No”, -volvió a responder la serpiente. – “Entonces, ¿por qué quieres acabar conmigo?” – “¡¡¡ Porque no soporto verte brillar !!!” Reflexión: Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa, no he hecho nada malo, ni daño a nadie? Sencillo es de responder… ¡¡¡¡Porque no soportan verte brillar… Y en otras ocasiones “eres tú” quien no soporta ver brillar a los demás!!!

LAS RANAS Y LA NATA Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril». Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa croando alegremente. Tomado de “Déjame que te cuente” de Jorge Bucay Ed. R.B.A.

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El cuento del hombre que se creía muerto Había una vez un hombre muy aprensivo respecto de sus propias enfermedades y, sobre todo, muy temeroso del día en que le llegara la muerte. Un día, entre tantas ideas locas, se le ocurrió pensar que a lo mejor ya estaba muerto. Entonces le preguntó a su mujer: «Dime, mujer. ¿No estaré muerto?». La mujer rió y le dijo que se tocara las manos y los pies. —¿Ves? ¡Están tibios! Bien, eso quiere decir que estás vivo. Si estuvieras muerto, tus manos y tus pies estarían helados. Al hombre le pareció muy razonable la respuesta y se tranquilizó. Pocas semanas después, un día en que estaba nevando, el hombre fue al bosque a cortar leña. Cuando llegó al bosque, se quitó los guantes y empezó a cortar troncos con un hacha. Sin pensarlo, se pasó la mano por la frente y notó que estaba fría. Acordándose de lo que le había dicho su esposa, se quitó los zapatos y los calcetines y confirmó con horror que sus pies también estaban helados. En ese momento no le quedó ya ninguna duda: se «dio cuenta» de que estaba muerto. —No es bueno que un muerto ande por ahí cortando leña —se dijo. Así que dejó el hacha junto a su mula y se tendió quieto en el suelo helado, con las manos cruzadas sobre el pecho y los ojos cerrados. Al poco de estar tendido en el suelo, una jauría de lobos se acercó a las alforjas donde se hallaban las provisiones. Al ver que nada los detenía, destrozaron las alforjas y devoraron todo lo que había comestible en ellas. El hombre pensó: «Suerte tienen de que estoy muerto. Si no, yo mismo los echaba a patadas». La jauría siguió husmeando y descubrió a la mula atada a un árbol, fácil presa para los afilados dientes de los lobos. La mula chilló y coceó, pero el hombre sólo pensaba en cómo le hubiera gustado defenderla, si no fuera porque él estaba muerto. En pocos minutos dieron buena cuenta de la mula, y tan sólo algunos lobos seguían royendo los huesos. La jauría, insaciable, siguió rondando el lugar. No pasó mucho tiempo hasta que uno de los lobos percibió el olor del hombre. Miró a su alrededor y vio al leñador tendido inmóvil sobre el suelo. Se acercó lentamente, muy lentamente, porque para él los hombres eran seres muy peligrosos y traicioneros. En pocos instantes, todos los lobos rodearon al hombre con sus fauces babeantes. —Ahora me van a comer —pensó el hombre—. Si no estuviera muerto, otra historia sería. Los lobos se acercaron...... y viendo su inmovilidad, se lo comieron. Tomado de “Déjame que te cuente” de Jorge Bucay Ed. R.B.A.

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Cuento: Seis hombres ciegos y un elefante. Había una vez seis hombres ciegos que vivían en Indostán, que querían ampliar sus conocimientos y aprender cómo era un elefante, por lo que decidieron que cada uno, por la observación del tacto, podría satisfacer a su mente. El primero, al acercarse al elefante, chocó contra su lado ancho y fornido, por lo que en seguida empezó a gritar: "¡Bendito sea Dios! ¡El elefante es muy similar a una pared!" El segundo, palpándole el colmillo, gritó: "Oh! lo que tenemos aquí, es muy cilíndrico, suave, y aguzado. Para mí esto es muy claro, esta maravilla de elefante es muy parecido a una lanza". El tercero se acercó al animal y tomó la trompa, la cual se retorció en sus manos. Así, audazmente dijo: "Yo veo", acotó, "que el elefante es igual que una serpiente" El cuarto extendió su ávida mano Y se posó sobre la rodilla: A lo que más esta bestia maravillosa se parece, es muy llano", comentó él; "Es bastante claro que el elefante es semejante a un árbol". El quinto, que se arriesgó a tocar la oreja, dijo: "Hasta el hombre más ciego puede decir a lo que esto más se parece: Niegue el hecho quien pueda, esta maravilla de elefante es igual que un abanico". El sexto, en cuanto empezó a tentar a la bestia, asió su cola oscilante. "Yo veo", dijo él, "que el elefante es como una soga".Y así, estos hombres de Indostán continuaron disputando ruidosa y largamente. Cada uno se mantenía en su propia opinión, siempre más rígida y fuerte, por lo que no podían llegar a un acuerdo ya que, como podemos ver, aunque cada uno estaba en parte en lo cierto, todos estaban errados. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------¿Cuántas veces no nos sucede lo mismo en nuestro trabajo, con nuestras relaciones y en otros aspectos de nuestra vida? ¿Cuántas veces sacamos conclusiones apresuradas, basándonos exclusivamente en un solo dato o sin detenernos a comprobar si nuestras fuentes son correctas y objetivas? Con frecuencia pensamos que nuestra verdad es la verdad absoluta, siendo esta la causa de muchos de nuestros conflictos. En otras ocasiones, damos por hecho que los demás tienen que pensar y sentir lo mismo que nosotros. Sin embargo no es así. Es por ello que siempre debemos tomar en cuenta que lo que nosotros percibimos y aseguramos que es la realidad, es sólo una parte de ésta. De hecho, podríamos hablar de nuestra realidad, la de los demás y la verdadera. Comentarios de Psic. Silvia Russek Lic. En Psicología Clínica.

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Cuento: “Dos monjes y una mujer” Dos monjes zen iban cruzando un río. Se encontraron con una mujer muy joven y hermosa que también quería cruzar, pero tenía miedo. Así que un monje la subió sobre sus hombros y la llevó hasta la otra orilla. El otro monje estaba furioso. No dijo nada pero hervía por dentro. Eso estaba prohibido. Un monje budista no debía tocar una mujer y este monje no sólo la había tocado, sino que la había llevado sobre los hombros. Recorrieron varias leguas. Cuando llegaron al monasterio, mientras entraban, el monje que estaba enojado se volvió hacia el otro y le dijo: -Tendré que decírselo al maestro. Tendré que informar acerca de esto. Está prohibido. -¿De qué estás hablando? ¿Qué está prohibido? -le dijo el otro. -¿Te has olvidado? Llevaste a esta hermosa mujer sobre tus hombros -dijo el que estaba enojado. El otro monje se rió y luego dijo: -Sí, yo la llevé. Pero la dejé en el río, muchas leguas atrás. Tú todavía la estás cargando...

Y tú… ¿qué cargas? A veces cargamos con el pasado, la culpa, el resentimiento, etc. Cargamos con tantas cosas, tan grandes y pesadas, que caminamos encorvados, dejando de ver todo lo positivo que hay a nuestro alrededor. Todos podemos tener una vida mejor. Libérate de las cadenas que te mantienen atrapado. (Artículo Soltar, para volver a vivir)

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Cuento: LAS TRES REJAS El joven discípulo de un filósofo sabio llega a casa de éste y le dice: - Oye maestro, un amigo tuyo estuvo hablando de ti con malevolencia..... - ¡Espera! - lo interrumpe el filosofo - ¿ya hiciste pasar por las tres rejas lo que vas a contarme? - ¿Las tres rejas? - Si. La primera es la verdad. ¿Estás seguro de que lo que quieres decirme es absolutamente cierto? - No. Lo oí comentar a unos vecinos. - Al menos lo habrás hecho pasar por la segunda reja, que es la bondad. Eso que deseas decirme, ¿es bueno para alguien?. - No, en realidad no. Al contrario... - !Ah, vaya! La última reja es la necesidad. ¿Es necesario hacerme saber eso que tanto te inquieta? - A decir verdad, no. - Entonces, dijo el sabio sonriendo - Si no es verdad, ni bueno, ni necesario, sepultémoslo en el olvido. Reflexión: Muchas veces nos preocupamos por cosas que si las pasáramos por el filtro de las “tres puertas” no merecerían la pena. Es importante valorar y reflexionar antes de gastar energía en asuntos que no lo merecen.

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Cuento: El sabio y la barca Cierta vez, un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Tras un largo viaje hasta el paraje donde aquel maestro vivía, el hombre, finalmente, pudo dar con él: –Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado. Todo me sale mal y no sé qué hacer para salir adelante. El sabio le contestó: –Puedo ayudarte con esto. ¿Sabes remar? Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro le acompañó hasta un lago. Juntos subieron a un bote y el sabio le dijo al hombre que remase hasta el centro del lago. –¿Va a explicarme ahora como mejorar mi vida?, dijo el hombre, advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones. Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo: –Acerca tu cara al agua y dime qué ves. El hombre se asomó por encima del pequeño bote y, tratando de no perder el equilibrio, acercó su rostro todo lo que pudo. De repente, el anciano le empujó y cayó al agua. Al intentar salir, el anciano le sujetó impidiendo que subiera a la superficie. Desesperado, el joven manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua. Cuando estaba casi ahogado, el sabio soltó y le permitió subir. Una vez en el bote, entre toses y ahogos, el hombre gritó. –¿Está usted loco? ¿No se da cuenta, casi me ahoga? Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó: –Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas? –¡Respirar, por supuesto! –Bien, pues cuando luches para salir adelante con la misma vehemencia con la que luchabas por respirar, entonces estarás preparado para triunfar. Extraído del libro Aplícate el cuento. Jaume Soler y Mercé Conangla (Ed. Amat)

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Cuento: Decisión anticipada La señora Pepita, de 82 años de edad, estaba lista y arreglada como cada mañana a las ocho en punto. Con su cabello bien peinado y un maquillaje perfectamente aplicado, pese a tener dificultades de visión, estaba dispuesta a mudarse aquel mismo día a una residencia geriátrica.

El que había sido su marido durante cincuenta años había muerto, lo que hacía necesario el traslado. Después de esperar pacientemente en la recepción de la residencia, sonrió dulcemente cuando le comunicaron que su habitación ya estaba lista. Mientras maniobraba su andador dirigiéndose hacia el ascensor, yo le había dado una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y las cortinas que habían sido colgadas en su ventana. –¡Me encantan! –dijo ella con el entusiasmo de un chiquillo de ocho años al que acaban de mostrar un nuevo cachorro. –Señora Pepita, usted aún no ha visto el cuarto... Espere a verlo. –Eso no tiene nada que ver –dijo ella–. La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende de cómo esté arreglado el lugar, depende de cómo arregle yo mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría. Esta es una decisión que tomo cada mañana al levantarme. –¿Por qué lo hace, señora Pepita? –Éstas son mis posibilidades: puedo pasarme el día en la cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan o puedo levantarme de la cama y sentirme agradecida por las que sí funcionan. Cada día es un regalo, y he decidido que cada mañana me centraré en los regalos del nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente. Quiero vivir cada momento de mi vida. La vejez es como una cuenta bancaria... Uno puede extraer lo que ha ido depositando en ella.

Extraído del libro Cuentos con alma. Rosario Gómez (Gaia Ediciones)

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El cuento: El canto de la lechuza Un día de primavera, sobre las ramas de los árboles de un gran bosque, una lechuza se encontró con un búho sabio. –¿Adónde vas? –pregunto el búho. –Me estoy mudando al este, contestó la lechuza. –¿Por qué? –preguntó el búho. –La gente de aquí es estúpida y vulgar. No le gusta mi graznido y, a causa de ello, no tengo más que problemas con todo el mundo que conozco –replicó la lechuza–. Por eso quiero trasladarme a otro lugar, para no volver a ver lo que veo aquí. El búho sabio respondió: –Si quieres cambiar tu voz, estará muy bien. Pero aunque te vayas al este o al oeste dará lo mismo, porque a la gente de allí tampoco le gustará tu graznido. Acuérdate, querida, que por más que cambies y sustituyas cosas en el exterior, tu graznido te perseguirá, ya que las verdaderas claves del cambio están siempre en el interior. Extraído del libro Cuentos para aprender a aprender. José María Doria (Gaia)

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Cuento: Saber escuchar Un hombre entrado en años llegó esa mañana al consultorio médico. Necesitaba curarse de una herida en la mano y tenía mucha prisa. Mientras el facultativo lo asistía le preguntó cuáles eran las razones de su urgencia. Contestó que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer. Ella padecía alzheimer y llevaba algún tiempo internada. Cuando acabó de vendar la herida, el galeno le preguntó si su esposa podría alarmarse en caso de que él llegara tarde. –No, ella ya no sabe quién soy. Hace un año que no me reconoce, respondió el paciente. Extrañado, el doctor agregó: –Si no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas, con tanta puntualidad? El herido sonrió y, dándole unas palmaditas en la mano al joven doctor le dijo: –Ella ya no sabe quién soy, pero yo sé muy bien quién es ella. La conocí en su plenitud y era una mujer extraordinaria. Siempre disfrutó mientras le leía cuentos y poesías en el desayuno. Cuando el hombre se retiraba del consultorio, el médico, con lágrimas en los ojos, se dijo para sí mismo: –Ésa es la clase de vínculo que anhelo alcanzar en mi vida. El verdadero amor no se reduce ni a lo físico ni a lo romántico. Es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es...

Extraído del libro Cuentos para regalar a personas soñadoras. Enrique Mariscal (Grijalbo)

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El cuento: EL COLECCIONISTA DE INSULTOS En los días que corren es conveniente cederle un espacio a esta alegoría budista que transcribe Paulo Coelho y que hará pensar a muchos. Cerca de Tokio vivía un gran samurai, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samurai, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama. Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible para sacarlo de sus casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza. Decepcionados por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron: -¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros? El viejo samurai repuso: -Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo? -Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos. -Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos nosotros los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos. Somos los únicos responsables de ellos.

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El Boomerang Había un tipo que andaba por el mundo con un ladrillo en la mano. Había decidido que a cada persona que lo molestara hasta hacerlo rabiar, le tiraría un ladrillazo. Método un poco troglodita pero que parecía efectivo, ¿no?. Sucedió que se cruzó con un prepotente amigo que le contestó mal. Fiel a su designio, el tipo agarró el ladrillo y se lo tiró. No recuerdo si le pegó o no. Pero el caso es que después, al ir a buscar el ladrillo, esto le pareció incómodo. Decisión mejorar el “sistema de autoprotección a ladrillo”, como él lo llamaba:Le ató al ladrillo un cordel de un metro y salió a la calle. Esto permitiría que el ladrillo no se alejara demasiado. Pronto comprobó que el nuevo método también tenía sus problemas. Por un lado, la persona destinataria de su hostilidad debía estar a menos de un metro. Y por otro, que después de arrojarlo, de todas maneras tenía que tomarse el trabajo de recoger el hilo que además, muchas veces se ovillaba y anudaba. El tipo inventó así el “Sistema Ladrillo III”: El protagonista era siempre el mismo ladrillo, pero ahora en lugar de un cordel, le ató un resorte. Ahora sí, pensó, el ladrillo podría ser lanzado una y otra vez, pero solo, solito regresaría. Al salir a la calle y recibir la primera agresión, tiró el ladrillo. Le erró ... pero le erró al otro; porque al actuar el resorte, el ladrillo regresó y fue a dar justo en su propia cabeza. El segundo ladrillazo se la pegó por medir mal la distancia. El tercero, por arrojar el ladrillo fuera de tiempo. El cuarto fue muy particular. En realidad, él mismo había decidido pegarle un ladrillazo a su víctima y a la vez también protegerla de su agresión. Ese chichón fue enorme ... Nunca se supo si a reír de los golpes o por alguna deformación de su ánimo, nunca llegó a pegarle un ladrillazo a nadie. Todos sus golpes fueron siempre para él. Este mecanismo se llama retro-flexión y consiste básicamente en proteger al otro de mi agresividad. Cada vez que lo hago, mi energía agresiva y hostil es detenida antes de que llegue al otro, por medio de una barrera que yo mismo pongo. Esta barrera no absorbe el impacto, simplemente lo refleja; y toda esa bronca, ese fastidio, esa agresión me vuelve a mí mismo. A veces con conductas reales de autoagresión (daños físicos, comida en exceso, drogas, riesgos inútiles) otras veces con emociones o manifestaciones disimuladas (depresión, culpa, somatización). Es muy probable que un utópico ser humano “iluminado”, lúcido y sólido jamás se enojara. Sería útil para nosotros no enojarnos. Sin embargo una vez que sentimos la bronca, la ira o el fastidio, el único camino que lo resuelve es sacarlos hacia fuera transformados en acción. De lo contrario lo único que conseguimos, antes o después, es enojarnos con nosotros mismos. de Jorge Bucay, del libro: "Recuentos para Demián"

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Cuento: ¿CóMO CRECER? Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo. El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa. La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una fresia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío? No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda". Ahora es tu turno. Estás aquí para contribuir con tu fragancia. Simplemente mirate a vos mismo. No hay posibilidad de que seas otra persona. Puedes disfrutarlo y florecer regado con tu propio amor por ti, o puedes marchitarte en tu propia condena...

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Cuento: ANIMARSE A VOLAR ..Y cuando se hizo grande, su padre le dijo: -Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado. -Pero yo no sé volar – contestó el hijo. -Ven – dijo el padre. Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña. -Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás... El hijo dudó. -¿Y si me caigo? -Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre. El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida. Los más pequeños de mente dijeron: -¿Estás loco? -¿Para qué? -Tu padre está delirando... -¿Qué vas a buscar volando? -¿Por qué no te dejas de pavadas? -Y además, ¿quién necesita? Los más lúcidos también sentían miedo: -¿Será cierto? -¿No será peligroso? -¿Por qué no empiezas despacio? -En todo casa, prueba tirarte desde una escalera. -...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima? El joven escuchó el consejo de quienes lo querían. Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó... Desplegó sus alas. Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra... Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre: -¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó. -Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar. Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo. Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.

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El elefante y la alondra Y a ti, ¿qué te impide volar?

El elefante y la alondra eran amigos. La alondra le señalaba al elefante los rincones mas sombreados de la selva, y el elefante protegía con su presencia nocturna el nido de la alondra de serpientes voraces y ardillas rapaces. Un día el elefante le dijo a la alondra que le tenía envidia por poder volar. ¡Cuánto le gustaría remontarse por los aires, ver la tierra desde las alturas, llegar a cualquier sitio en cualquier momento! Pero con su peso... ¡era imposible! La alondra le dijo que era muy fácil. Se quitó con el pico una pluma de la cola y le dijo: "Aprieta fuerte esta pluma en la boca, y agita rápidamente las orejas arriba y abajo" El elefante hizo lo que la alondra le había dicho. Apretó con fuerza la pluma en la boca para que no se le fuese y comenzó a agitar sus grandes orejas arriba y abajo con toda su energía. Poco a poco noto que se levantaba, despegaba, se sostenía en el aire y podía ir donde quisiese por los aires con toda facilidad. Vio la tierra desde las alturas, vio los animales y los hombres, cruzo por lo alto el río profundo que había marcado el límite de su territorio, exploro paisajes desconocidos, y volvió al fin, feliz y contento a aterrizar al sitio donde había dejado a la alondra. "No sabes cuánto te agradezco esta pluma milagrosa", le dijo. Y se la guardo cuidadosamente detrás de la oreja para volver a usarla en cuanto quisiera volar otra vez. La alondra le contesto: "Oh, esa pluma. La verdad es que no vale nada. Se me iba a caer de todos modos, y era inútil. Pero tenía que darte algo para que creyeras, y se me ocurrió eso. Lo que te hizo volar fue lo bien que agitaste las orejas"

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Cuento: EL BUSCADOR Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como buscador. Un buscador es alguien que busca. No necesariamente es alguien que encuentra. Tampoco es alguien que sabe lo que está buscando. Es simplemente para quien su vida es una búsqueda. Un día un buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a esas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo, así que dejó todo y partió. Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó Kammir, a lo lejos. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras. La rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada… Una portezuela de bronce lo invitaba a entrar. De pronto sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspaso el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos eran los de un buscador, quizá por eso descubrió, sobre una de las piedras, aquella inscripción… “Abedul Tare, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días”. Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra. Era una lápida, sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar… Mirando a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado, también tenía una inscripción, se acercó a leerla decía “Llamar Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas”. El buscador se sintió terrible mente conmocionado. Este hermoso lugar, era un cementerio y cada piedra una lápida. Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto, pero lo que lo contactó con el espanto, fue comprobar que, el que más tiempo había vivido, apenas sobrepasaba 11 años. Embargado por un dolor terrible, se sentó y se puso a llorar. El cuidador del cementerio pasaba por ahí y se acercó, lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. - No ningún familiar – dijo el buscador - ¿Qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar? ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que lo ha obligado a construir un cementerio de chicos?. El anciano sonrió y dijo: -Puede usted serenarse, no hay tal maldición, lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré: cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello, y es tradición entre nosotros que, a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella: a la izquierda que fu lo disfrutado…, a la derecha, cuanto tiempo duró ese gozo. ¿Conoció a su novia y se enamoró de ella? ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?…¿Una semana?, dos?, ¿tres semanas y media?… Y después… la emoción del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿El minuto y medio del beso?, ¿Dos días?, ¿Una semana? … ¿y el embarazo o el nacimiento del primer hijo? …, ¿y el casamiento de los amigos…?, ¿y el viaje más deseado…?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano…?¿Cuánto duró el disfrutar de estas situaciones?… ¿horas?, ¿días?… Así vamos anotando en la libreta cada momento, cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba. Porque ese es, para nosotros, el único y verdadero tiempo vivido.

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Cuento: EL ELEFANTE ENCADENADO Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enrome bestia hacia despliegue de su tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas clavada a una pequeña estaca clavada en el suelo. Sin embargo, la estaca era solo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir. El misterio es evidente: ¿Qué lo mantiene entonces? ¿Por qué no huye? Cuando tenía 5 o 6 años yo todavía en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no se escapaba porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: -Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan? No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente. Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y sólo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta. Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no se escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde muy, muy pequeño. Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró, sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo. La estaca era ciertamente muy fuerte para él. Juraría que se durmió agotado, y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía... Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no se escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE. Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro. Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

La Jaula Un oso recorría constantemente, arriba y abajo, los seis metros de largo de su jaula. Cuando, al cabo de cinco años, quitaron la jaula, el oso siguió recorriendo arriba y abajo los mismos seis metros, como si aún estuviera en la jaula. Y lo estaba... para él. “Los muros que nos aprisionan son mentales, no reales.”

Del Canto de la Rana de Anthony de Mello

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La gallina Había una vez una pata que había puesto cuatro huevos... Mientras los empollaba, un zorro atacó el nido y la mató. Por alguna razón no llegó a comerse los huevos antes de huir, pero estos quedaron abandonados en el nido. Una gallina clueca que pasó por allí, encontró el nido sin cuidados y su instinto la hizo sentarse sobre los huevos para empollarlos. Poco después nacieron los patitos y, como era lógico, tomaron a la gallina como su madre y caminaron en fila tras ella. La gallina contenta con su nueva cría, los llevó hasta la granja. Todas las mañanas después del canto del gallo, mamá gallina rascaba el pico y los patos se esforzaban por imitarla. Cuando los patitos no conseguían arrancar de la tierra un mísero gusano, la mamá sacaba para todos sus polluelos, partía cada lombriz en pedazos y alimentaba a sus hijos en sus propios picos. Un día, como otros, la gallina salió a pasear con su nidada por los alrededores de la granja. Sus pollitos, disciplinadamente, la seguían en fila. Pero de pronto, al llegar al lago, los patitos de un salto se zambullieron con naturalidad en la laguna, mientras la gallina cacareaba desesperada pidiéndoles que salieran del agua. Los patitos nadaban alegres chapoteando y su mamá saltaba y lloraba temiendo que se ahogaran. El gallo apareció atraído por los gritos de la madre y se percató de la

situación.

- No se puede confiar en los jóvenes - fue su sentencia - son unos imprudentes. Uno de los patitos que escuchó al gallo, se acercó a la orilla y les dijo: -No nos culpen a nosotros por sus propias limitaciones. No pienses que la gallina estaba equivocada. No juzgues tampoco al gallo. No creas a los patos prepotentes y desafiantes. Ninguno de los personajes está equivocado, lo que sucede es que ven la realidad desde miradores distintos. El único error, casi siempre, es creer que el mirador en que estoy, es el único desde el cual se divisa la verdad. de Jorge Bucay, "Recuentos para Demian"

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Cuento: El picador de piedra Cuenta la leyenda que un humilde picador de piedra vivía resignado en su pobreza, aunque siempre anhelaba con deseo convertirse en un hombre rico y poderoso. Un buen día expresó en voz alta su deseo y cuál fue su sorpresa cuando vio que éste se había hecho realidad: se había convertido en un rico mercader. Esto le hizo muy feliz hasta el día que conoció a un hombre aún más rico y poderoso que él. Entonces pidió de nuevo ser así y su deseo le fue también concedido. Al poco tiempo se cercioró de que debido a su condición se había creado muchos enemigos y sintió miedo. Cuando vio cómo un feroz samurai resolvía las divergencias con sus enemigos, pensó que el manejo magistral de un arte de combate le garantizaría la paz y la indestructibilidad. Así que quiso convertirse en un respetado samurai y así fue. Sin embargo, aún siendo un temido guerrero, sus enemigos habían aumentado en número y peligrosidad. Un día se sorprendió mirando al sol desde la seguridad de la ventana de su casa y pensó: "él si que es superior, ya que nadie puede hacerle daño y siempre está por encima de todas las cosas. ¡Quiero ser el sol!". Cuando logró su propósito, tuvo la mala suerte de que una nube se interpuso en su camino entorpeciendo su visión y pensó que la nube era realmente poderosa y así era como realmente le gustaría ser. Así, se convirtió en nube, pero al ver cómo el viento le arrastraba con su fuerza, la desilusión fue insoportable. Entonces decidió que quería ser viento. Cuando fue viento, observó que aunque soplaba con gran fuerza a una roca, ésta no se movía y pensó: ¡ella sí que es realmente fuerte: quiero ser una roca ! Al convertirse en roca se sintió invencible porque creía que no existía nada más fuerte que él en todo el universo. Pero cuál fue su sorpresa al ver que apareció un picador de piedra que tallaba la roca y empezaba a darle la forma que quería pese a su contraria voluntad. Esto le hizo reflexionar y le llevó a pensar que, en definitiva, su condición inicial no era tan mala y que deseaba de nuevo volver a ser el picador de piedra que era en un principio.

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Cuento: LA CARRETA VACÍA Caminaba con mi padre, cuando se detuvo en una curva y, después de un pequeño silencio, me preguntó: - ¿Oyes algo más, que el cantar de los pájaros? Agudicé mis oídos y algunos segundos después, le respondí: - Sí, es el ruido de una carreta. - Eso es, - me dijo. - Es una carreta vacía. Pregunté a mi padre: - ¿Cómo sabes que es una carreta vacía, si aún no la hemos visto? Entonces, otra vez más, me mostró su sabiduría: - Es muy fácil darse cuenta: "Cuánto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace". "Me convertí en adulto y hasta hoy, cuando veo a una persona hablando demasiado, interrumpiendo la conversación de todos, siendo inoportuna o violenta, presumiendo de lo que tiene, sintiéndose prepotente y tratando con superioridad a los demás... O a aquellos, que no pueden estar, sin el estímulo de parlantes o de un televisor, que impiden todo tipo de diálogo, tengo la impresión de oir la voz de mi padre diciendo: - "Cuanto más vacía la carreta, mayor es el ruido que hace" Y a la vez : "cuánto se regocija el corazón, cuando vemos pasar una carreta repleta de carga preciosa... Silenciosa... Plena.

LA ALEGORÍA DEL CARRUAJE Un día de octubre, una voz familiar en el teléfono me dice: - Sal a la calle que hay un regalo para TI. Entusiasmado, salgo a la vereda y me encuentro con el regalo. Es un precioso carruaje estacionado justo, justo frente a la puerta de mi casa. Es de madera de nogal lustrada, tiene herrajes de bronce y lámparas de cerámica blanca, todo muy fino, muy elegante, muy "chic". Abro la portezuela de la cabina y subo. Un gran asiento semicircular forrado en pana y unos visillos de encaje blanco le dan un toque de realeza al cubículo. Me siento y me doy cuenta que todo está diseñado exclusivamente para mí, está calculado el largo de las piernas, el ancho del asiento, la altura del techo... todo es muy cómodo, y no hay lugar para nadie más. Entonces miro por la ventana y veo "el paisaje": de un lado el frente de mi casa, del otro el frente de la casa de mi vecino... y digo: "¡Qué bárbaro este regalo! "¡Qué bien, qué lindo...!" Y me quedo un rato disfrutando de esa sensación. Al rato empiezo a aburrirme; lo que se ve por la ventana es siempre lo mismo. Me pregunto: "¿Cuánto tiempo uno puede ver las mismas cosas?" Y empiezo a convencerme de que el regalo que me hicieron no sirve para nada. De eso me ando quejando en voz alta cuando pasa mi vecino que me dice, como adivinándome:

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-¿No te das cuenta que a este carruaje le falta algo? Yo pongo cara de “qué-le-falta” mientras miro las alfombras y los tapizados. -Le faltan los caballos - me dice antes de que llegue a preguntarle. Por eso veo siempre lo mismo -pienso-, por eso me parece aburrido. -Cierto - digo yo. Entonces voy hasta el corralón de la estación y le ato dos caballos al carruaje. Me subo otra vez y desde adentro les grito: -¡¡Eaaaaa!! El paisaje se vuelve maravilloso, extraordinario, cambia permanentemente y eso me sorprende. Sin embargo, al poco tiempo empiezo a sentir cierta vibración en el carruaje y a ver el comienzo de una pendiente en uno de los laterales. Son los caballos que me conducen por caminos terribles; agarran todos los pozos, se suben a las veredas, me llevan por barrios peligrosos. Me doy cuenta que yo no tengo ningún control de nada; los caballos me arrastran a donde ellos quieren. Al principio, ese derrotero era muy lindo, pero al final siento que es muy peligroso. Comienzo a asustarme y a darme cuenta que esto tampoco sirve. En ese momento veo a mi vecino que pasa por ahí cerca, en su auto. Lo insulto: -¡Qué me hizo! Me grita: -¡Te falta el cochero! -¡Ah! - digo yo. Con gran dificultad y con su ayuda, freno los caballos y decido contratar un cochero. A los pocos días asume funciones. Es un hombre formal y circunspecto con cara de poco humor y mucho conocimiento. Me parece que ahora sí estoy preparado para disfrutar verdaderamente del regalo que me hicieron. Me subo, me acomodo, asomo la cabeza y le indico al cochero a dónde ir. Él conduce, él controla la situación, él decide la velocidad adecuada y elige la mejor ruta. Yo... Yo disfruto el viaje.

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Cuento: La tristeza y la furia. En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta... En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas. Había una vez... un estanque maravilloso. Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente... Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia. Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque. La furia, apurada (como siempre está la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua... Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró... Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza... Y así vestida de tristeza, la furia se fue. Muy calmada, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque. En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba. Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia. Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza. Jorge Bucay, "Cuentos para pensar"

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Cuento: El árbol de los problemas El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se estropeó, le hizo perder una hora de trabajo y ahora su antiguo camión se niega a arrancar. Mientras lo llevaba a su casa, se sentó en silencio. Una vez que llegamos me invitó a conocer su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando la punta de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió una puerta, ocurrió sorprendentemente una transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dió un beso a su esposa. Posteriormente me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que había visto hacer un rato antes. "Oh, ese es mi árbol de problemas ", contestó. "Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego mañana los recojo otra vez ". " Lo divertido es ", dijo sonriendo, " que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".

Cuento: ¿Para bien o para mal? Hace muchos años, en una villa de una pobre comarca china, vivía en una pequeña granja y en compañía de su único hijo, un anciano y humilde labrador. Un día, el único caballo que el viejo tenía, se escapó, dejándolo sin animal de labranza. Como el anciano era muy querido y respetado por su bondad y nobleza, los más importantes del pueblo se allegaron a su casa para decirle cuánto lamentaban que hubiese sufrido tal pérdida. El anciano les agradeció la visita, pero les preguntó: - ¿Cómo saben ustedes que lo sucedido es para mal? Asombrados por tan inesperada pregunta, los visitantes se retiraron sin saber qué responder. Al poco tiempo, retornó a su establo el caballo que se había escapado. Pero no solo. Lo acompañaba otro orejano al que había encontrado en su fuga y se había amigado con él. Al saber eso los vecinos se alborozaron y nuevamente fueron a visitar al viejo. Esta vez para felicitarlo por su buena suerte, ya que además de recuperar el caballo, contaba ahora con otro más. Después de oir las congratulaciones, el viejo les dijo: -¿Cómo sabéis vosotros que esto es para bien? Tales palabras los anonadaron y se retiraron murmurando "que raro era el viejo".

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] Pasados unos días, el hijo del labrador montó al nuevo caballo y éste, que era salvaje, lo arrojó de tal forma, que a consecuencia de las graves fracturas, el muchacho quedó cojo. Tristes llegaron los vecinos a casa del viejo para decirle que se apenaban por su mala fortuna, y que se condolían por su único hijo que había quedado rengo. Pero el anciano les dijo: -¿Es que acaso estáis seguros que lo ocurrido es para mal? Esa frase los dejó más estupefactos que nunca y se dijeron: "sin duda, el viejo está loco. Su único hijo ha quedado cojo y todavía pregunta si esto es para mal." Transcurridos unos meses, pasaron por el pueblo los emisarios del emperador. Estaban encargados de reclutar hombres para la construcción de la gran muralla, obra en la cual muchos perecían porque el trabajo era duro en extremo. Y se llevaron a todos los hombres jóvenes del pueblo. Pero no al hijo del anciano, por su defecto. Retornaron los vecinos ahora alegres y le dijeron al viejo que estaban muy contentos que su hijo se hubiese salvado de tan penosas tareas. Su contestación los sorprendió nuevamente: -¿Cómo sabéis, que esto sea para bien?

Cuento: LA ROSA Y EL SAPO Había una vez una rosa roja muy bella, se sentía de maravilla al saber que era la rosa más bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos. .... Se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordenó al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Está bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo pasó por donde estaba la rosa: y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. -Le dijo entonces: Vaya que te ves mal. ¿Qué te pasó? La rosa contestó: Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contestó: Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la más bella del jardín.

Moraleja: Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos más que ellos, más bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada. Todos tenemos algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie.

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Cuento: El leñador Había una vez un terrateniente que era dueño de un gran bosque en el que quería talar muchos árboles. Buscaba un leñador eficaz y convocó un concurso. Se presentaron todos los leñadores de la región porque pagaba muy bien. Allí fue nuestro protagonista, hombre serio, responsable, muy trabajador y con gran experiencia. Ganó el concurso, le contrataron y comenzó a trabajar. El primer día cortó 100 árboles y muy contento regresó a su casa. Pero el segundo día solo pudo cortar 80, pese a que tenían la misma dificultad que los del día anterior. Para quedar bien con el terrateniente el tercer día madrugó más y se puso a cortar árboles desde el amanecer hasta el anochecer, sin embargo sólo pudo cortar 50. Ante la impotencia de nuestro leñador, las cosas fueron empeorando según pasaba los días, se levantaba antes de que amaneciera, se acostaba ya anochecido y se esforzaba al máximo, pero cada vez cortaba menos árboles. Por fin decidió hablar con el terrateniente y todo compungido le explicó la situación: “Mire, estará viendo que me esfuerzo más y más, pero no sé lo que pasa que cada vez corto menos árboles. Estoy desesperado, pero ya no puedo más, no descanso, no paro, casi no duermo, pero no puedo cortar más árboles”. Ante esto su jefe le dijo: “Vengo observando tus dificultades y veo tus esfuerzos para resolverlas, me he dado cuenta que no descansas ni un segundo, pero ¿te has parado a afilar tu hacha?”. De Jorge Bucay

Historia: Acuérdate de soltar el vaso Un psicólogo en una sesión grupal levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la típica pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, preguntó:- ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. El psicólogo respondió: "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del vaso no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado, más difícil de soportar se vuelve." Y continuó: "Las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellas un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellas todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada."

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LOS TRES LEONES En la selva vivían 3 leones. Un día el mono, el representante electo por los animales, convocó a una reunión para pedirles una toma de decisión: - Todos nosotros sabemos que el león es el rey de los animales, pero hay una gran duda en la selva: existen 3 leones y los 3 son muy fuertes. ¿A cuál de ellos debemos rendir obediencia?¿Cuál de ellos deberá ser nuestro Rey? Los leones supieron de la reunión y comentaron entre sí: - Es verdad, la preocupación de los animales tiene mucho sentido. Una selva no puede tener 3 reyes. Luchar entre nosotros no queremos ya que somos muy amigos. Necesitamos saber cual será el elegido, pero, ¿Cómo descubrirlo? Otra vez los animales se reunieron y después de mucho deliberar, llegaron a una decisión y se la comunicaron a los tres leones. - Encontramos una solución muy simple para el problema, hemos decidido que ustedes tres van a escalar la Montaña Difícil. El que llegue primero a la cima será consagrado nuestro Rey. La Montaña Difícil era la más alta de toda la selva. El desafío fue aceptado y todos los animales se reunieron para asistir a la gran escalada. El primer león intentó escalar y no pudo llegar. El segundo empezó con todas las ganas, pero, también fue derrotado. El tercer león tampoco lo pudo conseguir y bajó derrotado. Los animales estaban impacientes y curiosos; si los 3 fueron derrotados, ¿Cómo elegirían un rey? En ese momento, un águila, grande en edad y en sabiduría, pidió la palabra: - ¡Yo sé quién debe ser el rey! Todos los animales hicieron silencio y la miraron con gran expectativa. - ¿Cómo? Preguntaron todos. - Es simple, dijo el águila. Yo estaba volando bien cerca de ellos y cuando volvían derrotados en su escalada por la Montaña Difícil escuché lo que cada uno dijo a la Montaña. El primer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido! El segundo león dijo: - ¡Montaña, me has vencido! El tercer león dijo: - ¡Montaña, me has vencido, por ahora! porque ya llegaste a tu tamaño final y yo todavía estoy creciendo. La diferencia, completó el águila, es que el tercer león tuvo una actitud de vencedor cuando sintió la derrota en aquel momento, pero no desistió y quien piensa así, su persona es más grande que su problema: Él es el rey de sí mismo, está preparado para ser rey de los demás.

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Los animales aplaudieron entusiasmadamente al tercer león que fue coronado como Rey de los animales. Moraleja: No tiene mucha importancia el tamaño de las dificultades o problemas que tengas. Tus problemas, por lo menos en la mayor parte de las veces, ya llegaron al nivel máximo, pero no tú. Tú todavía estás creciendo y eres más grande que todos tus problemas juntos. Todavía no llegaste al límite de tu potencial y de tu excelencia. La Montaña de las dificultades tiene un tamaño fijo, limitado. ¡TU TODAVÍA ESTAS CRECIENDO!

El tigre

Un hombre caminaba por el bosque cuando vió una zorra lisiada. "¿Cómo hará para alimentarse?", pensó. En ese momento, se acercó un tigre, con un animal entre los dientes. Sació su apetito, y le dejó a la zorra lo que había sobrado. "Si Dios ayuda a la zorra, también me va a ayudar", reflexionó. Volvió a su casa, se encerró en ella, y se quedó esperando que los Cielos le proveyeran de alimento. Nada pasó. Cuando ya se estaba quedando demasiado débil para salir a trabajar, se le apareció un ángel. - ¿Por qué decidiste imitar a la zorra lisiada? -preguntó el ángel. - ¡Levántate, toma tus herramientas, y sigue el camino del tigre!

de Paulo Coelho

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Cuento: La vaquita Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, también de conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que tenemos de estas experiencias. Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces se aproximo al señor, aparentemente el padre de familia y le pregunto: "En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?" El señor calmadamente respondió: "Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo." El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó: "busque la vaquita, llévela al precipicio de allí en frente y empújela al barranco."

El joven espantado vio al maestro y le cuestiono sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujo la vaquita por el precipicio y la vio morir. Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos años. Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, acelero el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El joven preguntó por la familia que vivía allí hacía unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí.

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Espantado el joven entró corriendo a la casa y confirmo que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita): "¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?" El señor entusiasmado le respondió: "Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora."

Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia la cual es una convivencia con la rutina, NOS HACE DEPENDIENTES, Y EL MUNDO SE REDUCE A LO QUE LA VAQUITA NOS BRINDA. Descubre cuál es tu vaquita y aprovecha para empujarla por el precipicio: No es posible seguir haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes.

Cuento: Las cucharas largas Dice una antigua leyenda china, que un discípulo preguntó al Maestro: - ¿Cuál es la diferencia entre el cielo y el infierno?. El Maestro le respondió: - Es muy pequeña, sin embargo tiene grandes consecuencias. Ven, te mostraré el infierno. Entraron en una habitación donde un grupo de personas estaba sentado alrededor de un gran recipiente con arroz, todos estaban hambrientos y desesperados, cada uno tenía unas cucharas atadas fijamente a sus manos y de esta manera llegaban hasta la olla. Pero cada cuchara tenía un mango tan largo que no podían llevársela a la boca. La desesperación y el sufrimiento eran terribles. - Ven, dijo el Maestro después de un rato, ahora te mostraré el cielo. Entraron en otra habitación, idéntica a la primera; con la olla de arroz, el grupo de gente, las mismas cucharas largas, pero allí el aspecto de estas personas era sumamente agradable. Todos estaban felices y alimentados. - No comprendo dijo el discípulo, ¿Por qué están tan felices aquí, mientras son desgraciados en la otra habitación si todo es lo mismo? El Maestro sonrió. - Ah... ¿no te has dado cuenta? Como las cucharas tienen los mangos largos, no permitiéndoles llevar la comida a su propia boca, aquí han aprendido a alimentarse unos a otros. Beneficio común, trabajo común... ¿Tan complicadas son las cosas que no vemos el beneficio común, que en definitiva es nuestro beneficio?

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza]

La ventana Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital. A uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora, para ayudarle a drenar el líquido de sus pulmones. Su cama daba a la única ventana de la habitación. El otro hombre tenía que estar todo el tiempo boca arriba. Los dos charlaban durante horas. Hablaban de sus mujeres y sus familias, sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde habían estado de vacaciones. Y cada tarde, cuando el hombre de la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana. El hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades, colores del mundo exterior. La ventana daba a un parque con un precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano, entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de la línea de la ciudad. El hombre de la ventana escribía todo esto con un detalle exquisito, el del otro lado de la habitación cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena. Una tarde calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la ventana con sus mágicas palabras. Pasaron días y semanas. Una mañana, la enfermera de día entró con el agua para bañarles, encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había muerto plácidamente mientras dormía. Se llenó de pesar y llamó a los ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo. Tan pronto como lo consideró apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama al lado de la ventana. La enfermera le cambió encantada y, tras asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación. Lentamente, y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado de la cama... y se encontró con una pared blanca. El hombre preguntó a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana. La enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni la pared, y le indico: "Quizás sólo quería animarle a usted". Epilogo Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación. El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble. Si quiere sentirse rico, solo cuente todas las cosas que tiene y que el dinero no puede comprar. "Hoy es un regalo, por eso se le llama el presente".

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza]

EL CONJURO Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux, que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Azul, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.... - Nos amamos...- empezó el joven -Y nos vamos a casar....- dijo ella. Y nos queremos tanto que tenemos miedo... Queremos un hechizo, un conjuro, o un talismán...algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos: que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar la muerte.

-Por favor...-repitieron – ¿hay algo que podamos hacer?

El viejo los miró y se emocionó al verlos tan jóvenes... tan enamorados...y tan anhelantes esperando su palabra... -Hay algo....-dijo el viejo- - -Nube Azul...-dijo el brujo- ¿ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos.......deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte...si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de luna llena... ¿Comprendiste? -Y tú, Toro Bravo...-siguió el brujo- deberás escalar la montaña del trueno...cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas, y solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva...el mismo día en que vendrá Nube Azul... Salgan ahora! Los jóvenes se abrazaron con ternura y luego partieron a cumplir la misión encomendada: ella hacia el norte y él hacia el sur. El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con las bolsas que contenían las aves solicitadas. El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas: eran verdaderamente hermosos ejempla-res... Y ahora qué haremos...-preguntó el joven- ¿los mataremos y beberemos el honor de su sangre? -No – dijo el viejo. -¿Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne?- propuso la joven. -No –repitió el viejo.- Harán lo que les digo: tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero...cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres...

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El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros...el águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero sólo consiguieron revolcarse por el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre sí hasta lastimarse.... - Este es el conjuro. Jamás olviden lo que han visto...son ustedes como un águila y un halcón: si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse el uno al otro... Si quieren que el amor entre ustedes perdure... “Vuelen juntos...pero jamás atados”.

En Tus Manos En la antigua Grecia, sede esplendorosa de las ciencias y de las artes, se hallaba un anciano famoso por la lucidez que sus respuestas ofrecían a todo aquel que solicitaba consejo y guía. Una tarde, el joven estudiante Quirón, conocido por el tono irónico que utilizaba al poner en aprietos a los académicos más notables, decidió ir a escuchar al anciano, para de una forma u otra, poner en entredicho sus ideas. Cuando llegó al hemiciclo donde éste hablaba, se sentó junto a los que escuchaban y prestó atención con ánimo de encontrar en sus planteamientos la mínima presencia de fallos y grietas. El anciano decía así: "Nuestros antepasados pensaban que en la vida hay que ver para creer. Se trata de un principio que suele resumirse en aquella frase que todavía resuena": "Si no lo veo no lo creo". Un gesto de curiosidad se fue dibujando en el rostro de los allí reunidos El anciano prosiguió: "Sin embargo si profundizáis en ello, comprobaréis que para el ser humano que ha observado suficientemente su mente, no se trata de ver para creer, sino más bien al revés, de creer para ver. Nuestras creencias crean la realidad y en consecuencia el hombre autoconsciente elige lo que quiere vivir y, paso a paso, conforma su destino" Quirón se sintió algo confundido. Por una parte, entendía lo que quería decir el anciano, pero por otra parte, deseaba satisfacer su deseo de ridiculizarlo, así que salió del hemiciclo con el fin de idear una estratagema que lograse su objetivo. Resultó que pasaba por allí un mercader de pájaros, conocido por apresar una especie de muy pequeño tamaño con ingeniosos cepos de su invención. Al verlo, Quirón pensó: "Siempre que estoy buscando una solución suele aparecer algo ante mis narices que trae las claves, así que me acercaré a ver esos pájaros y seguro que se me ocurrirá algo".

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Cuando vio un pequeño pajarillo que cabía en la palma de su mano, de pronto, se iluminó su mente y se dijo: "Ya lo tengo, tomaré este pajarillo, me acercaré al anciano y le preguntaré delante de todos, si cree que este polluelo que tengo en mi mano cerrada está vivo o muerto. Si me contesta que está muerto, abriré mi mano y lo dejaré volar. Si por el contrario, me contesta que está vivo, lo apretaré con fuerza y lo dejaré caer al suelo. Entonces, dijo con radiante alegría, sus ambiguas teorías acerca del destino se verán devaluadas..." Así pues, Quirón tomó el pajarillo en su mano y se acercó de nuevo al hemiciclo para interpelar al anciano. Una vez allí y levantando fuertemente la voz, le dijo: Anciano: "Decidme" dijo levantando el puño a la vista de todos, "Tú que pareces saber lo que hay tras las apariencias, responde mi pregunta; ¿el pajarillo que tengo en mi mano, está vivo o está muerto?" Un silencio tenso se hizo entre todos los allí presentes. A lo que el sabio, mirando a los ojos del joven con una profunda ternura le contestó: "Muchacho, en realidad LA VIDA Y EL DESTINO ESTAN EN TUS MANOS"

Los Huesos Cuenta Plutarco que en cierta ocasión vio Alejandro Magno a Diógenes escudriñando atentamente un montón de huesos humanos. -¿Qué estás buscando?-, preguntó Alejandro -Algo que no logro encontrar-, respondió el filósofo. -¿Y qué es? -La diferencia entre los huesos de tu padre y los de tus esclavos.“Igualmente indistinguibles son los huesos de los católicos y los de los protestantes, los de los hindúes y los de los musulmanes, los de los árabes y los de los israelitas, los de los rusos y los de los americanos. Y el que ha alcanzado la iluminación no ve la diferencia ni siquiera cuando los huesos están recubiertos de carne.” Del Canto de la Rana de Anthony de Mello

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El Tiempo Que Yo Quiero -¿qué tiempo cree usted que vamos a tener hoy?-, le preguntó un individuo a un pastor en el campo. -El tiempo que yo quiero-, respondió el pastor. -¿Y cómo sabe usted que va a hacer el tiempo que usted quiere?Verá usted, señor: cuando descubrí que no siempre puedo tener lo que quiero, aprendí a querer siempre lo que tengo. Por eso estoy seguro de que va a hacer el tiempo que yo quiero.“La felicidad o la desdicha dependen de cómo afrontemos los acontecimientos, no de la naturaleza de los acontecimientos en sí.” Del Canto de la Rana de Anthony de Mello

Cuida tus pensamientos Cuida tus pensamientos porque se volverán palabras. Cuida tus palabras porque se transformarán en actos. Cuida tus actos porque se harán costumbre. Cuida tus costumbres porque forjarán tu carácter. Cuida tu carácter porque formará tu destino. y tu destino, será tu vida. (Mahatma Gandhi)

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Citas para “CAER EN LA CUENTA”

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Citas sobre Autoconocimiento “Conócete a ti mismo” Socratés Conocer a otros es inteligencia, conocerse a sí mismos es sabiduría. Manejar a otros es fuerza, manejarse a sí mismos es verdadero poder. - Tao Te Ching El misterio final es uno mismo. - Oscar Wilde Cualquier vida, no importa lo compleja que sea, está hecha de un solo momento. El momento en que un hombre descubre de una vez y para siempre, quién es. - Jorge Luis Borges “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama” San Agustín “De todos los conocimientos posibles, el más sabio y útil es conocerse a sí mismo” William Shakespeare “Conocerse a uno mismo es la tarea más difícil porque pone en juego directamente nuestra racionalidad, pero también nuestros miedos y pasiones. Si uno consigue conocerse a fondo a sí mismo, sabrá comprender a los demás y la realidad que lo rodea” Alejandro Magno ” Autoconocimiento comienza por la auto- aceptación. Acéptate y te conocerás mejor” Erich Fromm “Conocer bien a los otros es inteligente, conocerse bien a sí mismo, es sabiduría” Einstein “La clave para gestionar a otros de manera efectiva es manejarse uno mismo primero. Cuanto más conoces de ti mismo, más puedes relacionarte con los demás, desde una posición de confianza, seguridad en uno mismo y fortaleza” - Weisinger. Todo aquello de lo que has estado huyendo y todo aquello que has estado buscando, está dentro de ti. ANTHONY de MELLO. Tú eres lo que estás buscando. RUMI La primera tarea del ser humano en la vida es darse luz a sí mismo. ERICH FROMM. El placer más grande es la alegría de la comprensión. LEONARDO da VINCI. Camina lento, no te apresures que al único lugar a donde tienes que llegar es a ti mismo. JOSÉ ORTEGA y GASSET. La forma más elevada de la inteligencia humana es la habilidad de observarse a uno mismo, sin juzgarse. DEEPAK CHOPRA. Si sabemos escuchar con respeto al cuerpo y a la mente, veremos que nos están dando toda la información que necesitamos. OLGA CASTANYER. El autoconocimiento es el final del sufrimiento. JIDDU KRISHNAMURTI. Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú lo llamaras destino. CARL GUSTAV JUNG.

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Citas para la búsqueda interior • La verdad es totalmente interior. No hay que buscarla fuera de nosotros ni querer realizarla luchando con violencia con enemigos exteriores. (Mahatma Gandhi) • En lo profundo del invierno, finalmente aprendí que dentro de mí existe un verano invencible. (Albert Camus) • Vive tu vida como si subieras una montaña. De vez en cuando mira hacia tu alrededor y admira las cosas bellas en el camino. Sube despacio, firme y disfruta cada momento hasta llegar a la cumbre. (Harold V. Melchert) • El primer acto de percepción profunda consiste en quitar las etiquetas. (Eudora Welty) • Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento. (Sócrates) • El que conoce el arte de vivir consigo mismo ignora el aburrimiento. (Erasmo de Rotterdam) • Si un hombre se encuentra a sí mismo, posee una mansión en donde morará con dignidad todos los días de su vida. (Deborah Tannen) • Tenemos que aprender a ser el mejor amigo de nosotros mismos, porque con demasiada frecuencia caemos en la trampa de ser nuestro peor enemigo. (Roderick Thorp) • Nos preguntamos: ¿quién me he creído para ser brillante, espléndido, talentoso, sensacional?, pero, en realidad, ¿quiénes nos hemos creído para no serlo? (Marianne Williamson) • Cuentas con unas energías fabulosas de reserva justo para cuando las necesites: sólo tienes que descubrir lo que está ocurriendo en ti. (Anthony de Mello)

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Citas sobre el CAMBIO ♦ "Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia." Honoré de Balzac ♦ "¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio."H.G. Wells ♦ "El que puede cambiar sus pensamientos, puede cambiar su destino".Stephen Crane. ♦ "Un viaje de miles de kilómetros debe comenzar por un solo paso."Lao-Tsé "Los grandes cambios personales dependen de iniciativas pequeñas, a veces incluso ínfimas." ♦ "Dentro de veinte años te arrepentirás más de las cosas que no hiciste que de las que llegaste a hacer. Por lo tanto, ya puedes levar el ancla. Abandona este puerto. Hincha las velas con el viento del cambio. Explora. Sueña. Descubre."Marc Twain ♦ "La naturaleza humana se resiste cuando alguien intenta cambiarla. Cuando la dejan en paz, cambia por sí misma". ♦ "La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia." Emperador Marco Aurelio. ♦ "Sé el cambio que quieres ver en el mundo".Gandhi. ♦ "Al fin y al cabo somos lo que hacemos para cambiar lo que somos".Eduardo Galeano. ♦ "Las personas sólo cambiamos de verdad cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo".Mario Alonso Puig. ♦ "Cambia la forma de ver las cosas y las cosas cambiarán de forma". ♦ "La gente se queja mucho, pero se acobardan a la hora de actuar. Quieren que todo cambie, pero se niegan a cambiar".Paulo Coelho. ♦ "No puedes guiar el viento, pero puedes cambiar la dirección de tus velas".Proverbio chino. ♦ "Si algo no te gusta, cámbialo. Si no puedes hacerlo, cambia tu actitud". ♦ "Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos". Viktor Frankl. ♦ “El hombre no tiene miedo a su oscuridad, sino a su luz”.Marianne Williamson.

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Citas sobre la Felicidad "Muchas personas se pierden las pequeñas alegrías mientras aguardan la gran felicidad". Pearl S. Buck. "La felicidad consiste en hacer lo que te gusta y en esforzarte porque así lo decidiste, no porque sea una obligación." La felicidad es al mismo tiempo la mejor, la más noble y la más placentera de todas las cosas" Aristóteles "La felicidad es hoy. No es grano para ser almacenado. Debe cosecharse, disfrutarse y compartirse hoy" Og Mandino "La felicidad es gratitud por el presente, gozo del pasado y fé en el futuro"Proverbio Inglés "La felicidad huye de quien la busca. Ella viene solo del interior" Mahatma Gandhi "La felicidad es, sin duda, aceptar valientemente la vida" H.Bordeaux "La felicidad no es perfecta hasta que no se comparte" Jane Porter "La felicidad es algo que depende no de la posición, sino de la disposición" Jhon G. Pollard "La felicidad es una bendición, pero generalmente es también un conquista" Paulo Coelho "La felicidad viene enmascarada, sólo hay que saber identificarla" "Qué felices seriamos si supiéramos que somos felices" "'La felicidad es siempre asunto personal, no basta con un libro ni una doctrina: cada hombre, cada mujer, tiene que pensar, tiene que preguntarse perentoriamente por lo que entiende por felicidad y lo que necesita para ser feliz ". Julián Marías "Quien sólo puede ser feliz por decisión de otro (sea éste todo lo benévolo que se quiera), siéntese con razón infeliz. Pues ¿qué garantía tiene de que su poderoso prójimo coincidirá en el juicio sobre la felicidad con el suyo propio?” Kant “La felicidad consiste simplemente en que el mundo interior de la persona esté en total armonía con el mundo exterior”. La felicidad es un estado pleno de regocijo cuando el ser experimenta la manifestación de un gozo. La felicidad y el arco iris no se ven nunca sobre la propia casa, sólo sobre la de los demás. La felicidad es aquello que te alegra el corazón y te alimenta el alma.

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Citas sobre Comunicarse “La palabra es capaz de aplacar el miedo, de disolver la tristeza, de exaltar la alegría, de animar la compasión” Gorgias “Escuchar al otro es dejarle ser” Anónimo “El hombre que sabe hablar, sabe también cuándo hacerlo” Arquímedes “Hablar es una necesidad. Escuchar es un arte” Johan Wolfgang Goethe “Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para escuchar más y hablar menos. ” Zenón de Citión “Lo importante no es escuchar lo que se dice sino averiguar lo que se piensa” Donoso Cortés “La lectura hace a la persona sabia, el dialogo sagaz y la escritura exacta” Anónimo A veces es necesario guardar silencio para ser escuchado. Somos esclavos de lo que decimos y señores de nuestros silencios. Anónimo Cuando tan torpe la razón se halla, mejor habla, señor, quien mejor calla. Pedro Calderón de la Barca La primera virtud es la de frenar la lengua; y es casi un dios quien teniendo razón sabe callarse. Catón Manejar el silencio es más difícil que manejar la palabra. Georges Clemenceau El silencio es un amigo que jamás traiciona. Confucio La buena comunicación estimula tanto como el café y quita el sueño en igual medida. Anne Morrow Lindbergh. La excesiva riqueza de vocabulario suele encubrir pobreza de pensamiento. Enrique Larreta. Entre dos explicaciones, elige la más clara; entre dos formas, la más sencilla; entre dos expresiones, la más breve. Eugenio d´Ors. Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: La palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida. Proverbio chino Recuerda que no basta con decir una cosa correcta en el lugar correcto; es mejor todavía pensar en no decir algo incorrecto en un momento tentador. Benjamin Franklin. No hay nada que se pueda comparar a la palabra y a la comunicación. No hay nada comparable a poder hablar a la persona adecuada en el momento adecuado en el que la persona a quien se habla tiene ganas de escuchar, y la persona que habla desea hablar. Carmen Martín Gaite. Cuando existe respeto por uno mismo y por los demás, la comunicación se hace más fácil. Rooder Fifigthy

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Citas sobre CRISIS Y ADVERSIDAD ♦ "Lo que en un momento de la vida se presenta como un revés, es quizás una puerta abierta a un cambio necesario. Lo contrario también puede suceder: un aparente golpe de suerte se convierte en una pesadilla de compleja gestión y superación”. Álex Rovira ♦ "Nuestros momentos de más lucidez suelen tener lugar cuando nos sentimos profundamente incómodos, infelices o insatisfechos. Pues es en estos momentos, empujados por nuestra insatisfacción, cuando salimos del camino trillado y empezamos a explorar maneras diferentes de hacer algo, o respuestas más certeras”. M. Scott Peck ♦ "No hay educación como la que da la adversidad". Benjamín Disraeli ♦ "Con las piedras que me arrojáis construyo los escalones que llevan a mi casa."Oria ♦ "Nuestra mayor gloria no se basa en no haber fracasado nunca, sino en habernos levantado cada vez que caímos."Confucio ♦ "Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá."Harold Macmillan ♦ "El error es una condición tan importante para el progreso de la vida como la verdad."Carl G. Jung ♦ "La esperanza tiene dos preciosos hijos: sus nombres son enfado y valor; enfado al ver como son las cosas y valor para no permitir que continúen así." Agustín de Hipona ♦ "Si realmente podemos entender el problema, la respuesta vendrá de éste mismo, porque la respuesta no está separada del problema." Krishnamurti ♦ "El éxito consiste en ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo". Winston Churchill ♦ "En lo más profundo de la noche, empieza la madrugada." Swami Tilak ♦ "No pierdo el ánimo, porque cada intento fallido que dejo atrás es un nuevo paso adelante." Thomas Alva Edison "Caer está permitido. ¡Levantarse es obligatorio!" Proverbio ruso "Las revoluciones se producen en los callejones sin salida." Bertolt Brecht

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Citas sobre AUTOESTIMA “La autoestima es la clave para comprendernos y comprender a los demás”. Nathaniel Branden “Ellos no pueden quitarnos nuestro autorrespeto si nosotros no se lo damos”. Mohandas K. Gandhi “Amarse a sí mismo es una aventura que dura toda la vida.” OSCAR WILDE “Hay que esforzarse por ser el mejor amigo de uno mismo porque, a veces, nos maltratamos.” RODERICK THORP La forma en cómo te tratas a ti mismo es la base para tratar a los demás. Sonya Friedman Lo más importante para mejorar tu autoestima es tener un diálogo interno positivo. Denis Waitley De todas las críticas que pasamos en nuestra vida, ninguna es tan importante como la que nos hacemos a nosotros mismos. Nathaniel Branden Respétate a ti mismo si quieres que otros te respeten. Baltasar Gracian Las personas con alta autoestima no se sienten superiores a los demás; no buscan probar su valor comparándose con los demás. Disfrutan siendo quienes son, no siendo mejor que los demás. Nathaniel Branden “Tú eres tanto como cualquier persona en el universo, mereces tu amor y afecto." Buddha Para elevar la autoestima, todo lo que debes hacer es empezar con cosas pequeñas. No necesitas hacer cosas espectaculares. Simplemente comprométete a una disciplina. Jim Rohn Baja autoestima es como conducir en la vida con el pie en el freno. Maxwell Maltz Bueno todos sabemos que la autoestima viene de lo que pensamos acerca de nosotros mismos, no de lo que piensan los otros acerca de uno mismo. Gloria Gaynor La verdadera autoestima no surge de las grandes cosas que haces, o las cosas que ganas, sino de una apreciación de TI mismo, de quien eres. Maxwell Maltz La forma en cómo te tratas a tí mismo es la base para tratar a los demás. Sonya Friedman “No digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes.” Facundo Cabra “Si crees totalmente en ti mismo, no habrá nada que esté fuera de tus posibilidades.”Wayne Dyer

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Citas sobre Emociones Los sentimientos son los instrumentos de que dispone el sujeto para estar interesado en los objetos que le rodean. Sin los sentimientos seríamos prácticamente muebles. Carlos Castilla del Pino El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta. Federico García Lorca No hay nada que desespere tanto como ver mal interpretados nuestros sentimientos. Jacinto Benavente Faltan palabras a la lengua para los sentimientos del alma. Fray Luis de León Siente el pensamiento, piensa el sentimiento. Miguel de Unamuno Ciencia y humanismo han de ser un brazo y no un muro que separa razón y sentimiento. Pablo Serrano Nuestros pensamientos más importantes son los que contradicen nuestros sentimientos. Paul Ambroise Valéry Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer; y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere. Juan XXIII La ciencia no me interesa. Ignora el sueño, el azar, la risa, el sentimiento y la contradicción, cosas que me son preciosas. Luis Buñuel El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos. Platón

Citas sobre INTELIGENCIA Así como el hierro se oxida por falta de uso, así también la inactividad destruye el intelecto. Leonardo da Vinci El hombre se eleva por la inteligencia, pero no es hombre más que por el corazón. Henry F. Amiel Inteligencia: conócete, acéptate, supérate. San Agustín de Hipona La curiosidad es una de las más permanentes y seguras características de una vigorosa inteligencia. Samuel Johnson La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica. Aristóteles La inteligencia es útil en todo, pero no suficiente para todo. Henri Frédéric Amiel La inteligencia no puede representar por mucho tiempo el papel del corazón. François de La Rochefoucauld,

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios. Goethe La tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista; la inteligencia detrás para ver. Isabel de Rumania (Carmen Sylva). Las inteligencias poco capaces se interesan por lo extraordinario; las inteligencias poderosas, por las cosas ordinarias. Víctor Hugo Las inteligencias grandes discuten las ideas, las inteligencias medias los sucesos; y las pequeñas, las personas. Autor Desconocido Las personas inteligentes tienen un derecho sobre las ignorantes: El derecho a instruirlas. Ralph Waldo Emerson Los hombres inteligentes quieren aprender; los demás, enseñar. Anton Chejov Nada está en la inteligencia que primero no haya pasado por los sentidos. Aristóteles Puede llegar el día en que la inteligencia humana sea definida como aquello no factible por las máquinas. Herman Kahn Sólo la inteligencia se examina a sí misma. Jaime Balmes

Citas sobre RISA Y HUMOR La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.Proverbio escocés Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, a veces, nunca se borra. Anónimo Sonríe aunque sólo sea una sonrisa triste, porque más triste que la sonrisa triste, es la tristeza de no saber sonreír. Anónimo Son necesarios cuarenta músculos para arrugar una frente, pero sólo quince para sonreír. Swami Sivananda Es más fácil obtener lo que se desea con una sonrisa que con la punta de la espada.William Shakespeare (1564-1616) Escritor británico. Empieza cada día con una sonrisa y mantenla todo el día.W. C. Fields (1879-1946) Actor y cómico estadounidense. La sonrisa es una verdadera fuerza vital, la única capaz de mover lo inconmovible. Orison Swett Marden (1850-1924) Escritor de libros de autoayuda. Aquel cuya sonrisa le embellece es bueno; aquel cuya sonrisa le desfigura es malo. Proverbio húngaro A veces, sonreír es la mejor forma de contribuir a cambiar el mundo. José Luis Cortés La sonrisa es el idioma universal de los hombres inteligentes. Tomás de Iriarte La sonrisa es la distancia más corta entre dos personas. Autor desconocido

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[Cuentos para caer en la cuenta] [Universidad Popular Zaragoza] "La risa no es un mal comienzo para la amistad. Y está lejos de ser un mal final." Oscar Wilde "La risa es el sol que ahuyenta el invierno del rostro humano." Victor Hugo "Me reiré de mí mismo, porque el hombre es lo más cómico cuando se toma demasiado en serio." Og Mandino "Es muy bello callar pero reír es más bello todavía." "El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa." Friedrich W. Nietzsche "Todos al nacer ya saben llorar, necesitamos aprender a reír." Anónimo "En nada se revela mejor el carácter de las personas, como en los motivos de su risa." Goethe "La raza humana tiene un arma verdaderamente eficaz: la risa." Mark Twain "El día peor empleado es aquel en que no se ha reído." Chamfort "Que el maquillaje no apague tu risa..." Chavela Vargas "El tiempo que pasa uno riendo es tiempo que pasa con los dioses." Proverbio japonés “Si uno es capaz de encontrar humor en cualquier situación, podrá sobrevivir a ella". "El humor es una herramienta de poder. Nos proporciona una perspectiva diferente sobre nuestros problemas y una actitud de desapego y de control. Si eres capaz de reírte de algo, ¡ya le has ganado la partida!" Bill Cosby. "Una hora de risa produce efectos más beneficiosos que cuatro horas de yoga".Creencia hindú. "¿Mi pasatiempo favorito? ¡La risa!".Dalai Lama. El humor y el amor son los componentes fundamentales de una vida sana". Dr. Patch Adams. "Facilitar la risa de alguien equivale a incrementar directamente la calidad de su vida". Dr. Raymond A. Moody, Jr. "La risa es como los limpiaparabrisas, nos permite avanzar, aunque no detenga la lluvia". Gérard Jugnot. "Un humorista es como una aspirina, sólo que funciona mucho más rápido". Grouncho Marx. "El humor es la razón cuando se vuelve loca". Grouncho Marx. "La risa es una cosa muy seria". Grouncho Marx

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Libros sobre “Cuentos para Pensar” -

Jorge Bucay: “Dejame que te cuente” RBA Ed.INTEGRAL 2002 Jorge Bucay: “ Cuentos para pensar” RBA Ed.INTEGRAL 2002 Jorge Bucay:: “Cartas a Claudia” RBA Ed.INTEGRAL 2002 Jorge Bucay:: “Amarse con los ojos abiertos” RBA Ed.INTEGRAL Nick Owen : “La magia de la metáfora” Ed. Desclée de Brouwer Col Serendipit. Jaume Soler y Mercé Conangla “Aplícate el cuento: relatos de ecología emocional” Ed. Amat Enrique Mariscal “Cuentos para regalar a personas inteligentes” Gaia Ediciones Pencer Jonson, M.D. “¿Quién se ha llevado mi queso?”: Cómo adaptarnos a un mundo en constante cambio. Ed. Urano 2002 Robert Fisher: "El caballero de la armadura oxidada"" Ed. Obelisco Robert Fisher y Beth Kelly: "El buho que no podía ulular" Ed. Obelisco Robert Fisher: “Cuentos para pensar” Ed. Obelisco 2005 Idries Shah: “Cuentos sufies para pensar Ed. R.B.A. Libros 2004 Idries Shah: El Mundo de Nasrudim: Cuentos Sufies Romano Bataglia “El Buscador de sueños” Ed. R.B.A. 2005 Paolo Coelho “El alquimista” Ed. Planeta “Libro de los cuentos del Mundo” R.B.A. Llibros 2006 Jack Canfield y Mark Vistor Hansen “Sopa de pollo para el alma” Biblioteca de Crecimiento personal Ed. Salvat 2005 Alejandro Jodorowsky: “La sabiduría de los cuentos” Biblioteca de Crecimiento personal Ed. Salvat 2005 Anthony de Mello” El Canto del Pájaro” Ed. Sal Terrae Anthony de Mello” La canción de la rana” Ed. Sal Terrae Anthony de Mello” Un minuto para el absurdo” Ed. Sal Terrae Alex Rovira y Fernando Trias de Bes “La buena suerte: claves de la prosperidad” Empresa Activa 2004 Robert Fulghum “Las cosas importantes las aprendí en el parvulario”. Biblioteca de Crecimiento personal Ed. Salvat 2005 Gerlinde Ortner “Cuentos que ayudan a los niños” Ed. Círculo de Lectores Gibran Khalil Gibran “El loco” Ed. Pomaire 1975 Gibran Khalil Gibran “El vagabundo” Ed. Pomaire 1975

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Enlaces sobre cuentos: Blog “Más Psicología Por favor” http://maspsicologiaporfavor.blogspot.com.es/search/label/Cuentos%20pa ra%20Pensar Blog “Si yo cambio, cambia todo” http://siyocambiotodocambia.blogspot.com.es/ Blog Relatos para pensar http://losrelatosdemontse.blogspot.com.es/ Blog CONTAR CUENTOS http://contarcuentos.com/ Blog Cuentos que yo cuento http://cuentosqueyocuento.blogspot.com.es/ Psicología estratégica http://www.psicologia-estrategica.com/cuentos-para-pensar/ Blog Crecimiento y bienestar emocional http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/cuentos.html http://psiqueviva.com/cuentos-reflexion/ http://saberpsicologia.com/articulos/cuentos/ http://educamosjuntoscuentos.blogspot.com.es/

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