Una novela corta, inteligente, novedosa, inicio triunfal del autor en terreno resbaladizo.
Pravia Arango
Miguel A. Pérez Ilustraciones de Teresa Toscano
¿Algún punto débil? Sí, las subidas de ego. Me explico. El punto de vista desde el que está escrita la novela planea sobre el resto de los mortales porque puede, además. Puede permitirse el lujo de ser insolente con el lector. El narrador es brillante, lo sabe y no lo oculta. Muy bien. La falsa modestia es pura hipocresía. Pero el narrador también tiene su batalla particular, no puede dejarse ir: o es autocrítico o si se duerme en la autocomplacencia, su lucidez de pensamiento se emborracha de ego y lo que venía siendo una reflexión aguda se desdibuja en una pifia mental. Nadie. Ni siquiera alguien medio humano medio divino está libre, si no anda con tiento, de caer en un delirio sin sentido. Y Ampliación del campo de batalla tiene pizcas de eso, puntos negros que conviene evitar en el futuro.
mpliación del campo de batalla, Michel Houellebecq. Sale en Francia en 1994. Finales del siglo XX, por tanto. Es una novela-ensayo (género híbrido que tiene como representante español a Javier Marías) donde las acciones de una trama que no pretende ajustar de modo perfecto —en el caso que nos ocupa el cansancio de vivir de un ingeniero informático de treinta años— se enredan con reflexiones originales, agudas y ácidas sobre la vida, el trabajo, la economía o el sexo. Si a esta mezcla unimos descripciones de paisaje hechas 5
DENTRO DE UNA BOTELLA
con ojo de artista, obtenemos una obra de ampliación del campo novelístico; al fin y al cabo, la auténtica aportación de una artista al mundo literario.