Otoño en la campiña sevillana
En algún lugar entre Utrera y Los Molares
26 de noviembre de 2017
En soledad, vago entre los campos, buscando lĂneas, cruces, texturas, luces, contrastes.
Los campos, resecos tras un tรณrrido verano, yacen heridos, marcados, bajo la atenta mirada de las nubes deshilachadas.
MirĂadas de trazos del arado, rasgan la tierra a lo largo de las suaves colinas. Caminos infinitos a ninguna parte.
Los campos se dividen, se parten, se unen delimitando espacios alineados. Limites invisibles , visibles por estacas y cultivos.
LĂneas atravesadas por otras. Se intuye la presencia humana, aunque no se la vea en kilĂłmetros a la redonda.
Cerros , lomas, altozanos, vaguadas plagadas de torrenteras, hienden el horizonte, preñadas de pequeños árboles, jóvenes aún , pero suficientes para la sombra del pastor.
Desafiantes desde su mirador, reclamando a las nubes su anhelado lĂquido esquivo, observan en silencio mi paseo.
Altivos, aunque apuntalados, guarecen alondras, abubillas , gorriones, jilgueros, en duras y frĂas madrugadas al raso. Locura de trinos al atardecer.
Verdes que amarillean, ocres que verdean.
La campiĂąa, antesala de la sierra., aguarda el ocaso, bajo negras nubes altas,.
Oleaje de lomas bajo sombras de nubes.
El sol , con brillos anaranjados y malvas, despide el día, bajo el ulular del viento, y el gruir de los bandos de grullas que cubren de triángulos el cielo.
Mañana… Mañana, será otro día en la campiña sevillana
Fotografías de Pedro Blasco, en la campiña sevillana
Otoño 2017