Alma Mater 649

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SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Foto: cortesía

Nº 649 Medellín, diciembre de 2015

Nussbaum

en Medellín Páginas 2-5

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

“ En 2016-1 la UdeA recibirá 4.592 nuevos estudiantes Páginas 6-8

Del 10 al 14 de diciembre

El razonamiento crítico socrático hace que el debate y el diálogo real sean posibles, los cuales son esenciales para la reconciliación; la empatía promovida por la literatura y las artes aporta otro ingrediente crucial para el proceso de diálogo, pues las personas no pueden dejar atrás un conflicto sin entender la experiencia de los agentes en el otro lado. Y el estudio de la historia ayuda a que las personas vean cómo el conflicto ha trascendido en el pasado y proporciona un productivo marco conceptual para la reflexión sobre el futuro. Creo que mi área de la filosofía, el estudio de las emociones, también es útil aquí, ya que enseña la futilidad de las represalias y las actitudes retributivas, además proporciona modelos de generosidad y perdón que valen la pena estudiar.”


Nº 649, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2015

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¿Por qué la educación superior necesita las humanidades?

Filósofa Martha Nussbaum

Una educación liberal universitaria, que además de formación profesionalizante ofrezca a los estudiantes un currículo con contenidos generales de filosofía, historia, literatura y humanidades, que les permita desarrollar el pensamiento crítico, la compasión y el respeto, es la propuesta de la profesora norteamericana Martha Nussbaum para formar ciudadanos globales y promover la democracia.

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a reconocida filósofa norteamericana Martha Nussbaum visitará a Medellín del 10 al 14 de diciembre, a instancias del Parque Explora y de la Universidad de Antioquia que lograron asegurar la presencia y el intercambio académico con quien en la actualidad es profesora en la Universidad de Chicago, donde ostenta la distinción Ernst Freund al servicio académico en leyes y ética. Aparte de la intensa programación de charlas y de conferencias que dará durante su estadía en la ciudad, Nussbaum recibirá el Doctorado Honoris Causa en Filosofía por parte del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia, por su trabajo intelectual y su vasta producción académica que incluye más de 25 libros, entre ellos: “Crear capacidades: propuesta para el desarrollo humano”, “El cultivo de la

humanidad: una defensa clásica de la reforma en la educación liberal”, “Sin fines de lucro: por qué la democracia necesita de las humanidades”, y “Emociones políticas: porqué el amor es importante para la justicia”. Galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2012, se doctoró en derecho y ética en la Universidad de Harvard y ha recibido 51 doctorados honorarios conferidos por universidades en Norteamérica, Europa, América Latina, África y Asia. A propósito de su visita, un grupo de académicos le formularon unas preguntas sobre la importancia de la educación liberal, las emociones y el papel de las universidades en un posible escenario de posconflicto. El periódico ALMA MÁTER presenta una edición de ese diálogo plural, cuyas respuestas fueron traducidas del inglés por José Luis Estrada.


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Tanto Singapur como China reformaron la educación en todos los niveles para incluir muchas más artes y humanidades, pues buscan una cultura económica innovadora y dinámica y ven que no pueden obtenerla con las habilidades de ayer. (Claro que no quieren democracia, así que tratan de limitar el alcance de las artes y humanidades al prohibir la crítica al gobierno y otros elementos).

Al igual que en muchos países del mundo, la educación superior en Colombia ha hecho un claro énfasis en el desarrollo de la formación vocacional, el conocimiento disciplinario y las habilidades de investigación científica para garantizar las competencias para el mercado laboral. ¿Qué sugiere para transformar nuestra educación superior y promover una ciudadanía mundial y cultivar la humanidad? —Considero que la mejor estructura para promover una ciudadanía democrática y global es el modelo en el que los estudiantes tienen tanto una “educación general” como una especializada. En la mayoría de universidades e instituciones de Estados Unidos, cerca de la mitad de los cursos son de “educación

general”, con base en la idea de qué es lo que necesitan aprender los estudiantes para su ciudadanía y para la vida en general; y la otra mitad de los cursos involucran una especialidad académica que podría ser, aunque no necesariamente, de preparación para una carrera. Esta estructura significa que nadie tiene que elegir entre todo de filosofía y nada de filosofía, por ejemplo: los estudiantes pueden escoger una especialidad académica que aparentemente lleva a un empleo e igual tener cursos generales en filosofía, historia y literatura que promuevan el razonamiento socrático, el conocimiento del mundo y la empatía. Por lo general, la tradición católica ha hecho esto especialmente bien, pues exige cursos de filosofía para todos los estudiantes y un pensamiento sobre la ciudadanía global como uno de los objetivos de la educación universitaria. La idea de educación liberal es ampliamente aceptada porque apoya el logro de una sociedad más democrática. Aun así, su realización representa varios desafíos para las universidades. Por ejemplo, el énfasis en STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y la demanda de habilidades de innovación y emprendimiento han sido considerados como componentes claves para el crecimiento económico y una exigencia en programas universitarios competitivos. Este enfoque limita y excluye la presencia de las humanidades y las artes, componentes esenciales de la educación liberal. ¿Es posible reconciliar ambas visiones para lograr la misión de la universidad en nuestra sociedad? —Seamos claros en cuanto a la innovación: necesita una imaginación ambiciosa y entrenada. La educación que se centra en las habilidades técnicas aprendidas de memoria no atiende bien las necesidades de los negocios y la industria, tal como lo reconocen y manifiestan con frecuencia los educadores líderes en negocios. Tanto Singapur como China reformaron la educación en todos los niveles para incluir muchas más artes y humanidades, pues buscan una cultura económica innovadora y dinámica y ven

que no pueden obtenerla con las habilidades de ayer. (Claro que no quieren democracia, así que tratan de limitar el alcance de las artes y humanidades al prohibir la crítica al gobierno y otros elementos). Los graduados que tienen una educación liberal básica, e incluso aquellos cuya especialidad académica es la filosofía o la literatura, son altamente solicitados por las empresas, y en los Estados Unidos tienen una mayor tasa de empleo que aquellas personas que tienen como especialidad académica las ciencias de la computación. Otro prerrequisito de una cultura de negocios exitosa es la capacidad de un pensamiento crítico riguroso. Sin ella, las personas aceptan la autoridad y la presión de grupo, lo que a menudo lleva a la corrupción y al fracaso en la ejecución exitosa de una idea. En su trabajo con las emociones, ¿cuáles han sido los mayores errores en los intentos por incorporarlas en un enfoque humanístico en la educación superior? —No estoy segura si habla sobre los errores al teorizar sobre las emociones o errores al incluirlas en el proceso de enseñanza. El mayor error en la teorización de las emociones, que también he criticado por mucho tiempo, es la tendencia a pensarlas solo como impulsos inconscientes en lugar de verlas como vehículos de apreciaciones de objetos, pensamientos evaluativos. La visión evaluativa de las emociones se remonta hasta Aristóteles en la tradición filosófica occidental, pero por un tiempo fue desplazada por la visión de Hume y William James. Ahora se recuperó una imagen más rica de la emoción, y me alegra haber sido parte de ese renacimiento. En términos de la manera en que las emociones podrían incluirse en el proceso académico, es obvio que las obras de las artes visuales, la música y la literatura producen muchas emociones; interpretarlas implica

encontrar maneras inteligentes de hablar sobre esas emociones. Eso no significa que las personas deberían solo exteriorizar sus sentimientos en clase o decir cómo se sienten. Deben buscar las estructuras emocionales construidas en la obra, y su explicación de esas estructuras será, si se realiza, mucho más serena y menos llena de emoción que la obra misma. Pero también hay espacio en las universidades para incluir la práctica de las artes, en donde las emociones se involucran más directamente. Algunas veces el teatro, la música y la danza serán extracurriculares, pero hay formas de incorporar la práctica artística en el mismo plan de estudios. Colombia está pasando por un momento crucial en nuestro sueño de transformar una larga historia de conflicto armado interno. Un final acuerdo de paz, con suerte, hará que llegue a su fin. ¿Qué papel ve usted para la educación superior en la construcción de un nuevo tipo de ciudadano, dispuesto y capaz de apoyar un proceso exitoso de reconciliación social en el posconflicto? —Hay muchas cosas por decir al respecto. El razonamiento crítico socrático hace que el debate y el diálogo real sean posibles, los cuales son esenciales para la reconciliación; la empatía promovida por la literatura y las artes aporta otro ingrediente crucial para el proceso de diálogo, pues las personas no pueden dejar atrás un conflicto sin entender la experiencia de los agentes en el otro lado. Y el estudio de la historia ayuda a que las personas vean cómo el conflicto ha trascendido en el pasado y proporciona un productivo marco conceptual para la reflexión sobre el futuro. Creo que mi área de la filosofía, el estudio de las emociones, también es útil aquí, ya que enseña la futilidad de las represalias y las actitudes retributivas, además proporciona modelos de generosidad y perdón que valen la pena estudiar.

El mayor error en la teorización de las emociones, que también he criticado por mucho tiempo, es la tendencia a pensarlas solo como impulsos inconscientes en lugar de verlas como vehículos de apreciaciones de objetos, pensamientos evaluativos.


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Tercero, pluralismo razonable y liberalismo político Fragmento de La economía aún necesita de la filosofía de Martha Nussbaum (Medellín, Universidad de Antioquia, 2015; traducción de Martha Pulido para la Editorial Universidad de Antioquia), texto que se entregará durante la visita de la filósofa a Medellín y en el contexto de la programación relacionada con la recepción del Doctorado Honoris Causa que le otorgará la Universidad de Antioquia.

Por MARTHA NUSSBAUM

[…] Para prácticamente todos los teóricos del desarrollo, se seleccionan ciertas metas en el foco de la planeación política, y estas son recomendadas para toda la gente en grandes sociedades heterogéneas, tales como India o los Estados Unidos. Aun más, son recomendadas para las diversas naciones del mundo. (En realidad, pienso que es la misma cuestión, solo que mucho más amplia, porque todas las naciones modernas actualmente cuentan con religiones y con otras doctrinas del significado de la vida, como cualquier nación diversa; solo que la historia y los números son diferentes. Me enfocaré primero en el caso doméstico, y luego, para concluir, abordaré el caso mundial).1 Entonces, ¿por qué, y bajo qué condiciones, puede ser

¿qué está equivocado en la idea de Aristóteles de que basamos nuestros principios políticos en una descripción completa de la vida como florecimiento humano? Olvidémonos de la implementación. Creo que la mayoría de nosotros estaría de acuerdo en que las concepciones de una buena vida no deberían sernos impuestas por la fuerza por otra nación soberana. Los paradigmas normativos del desarrollo que los teóricos plantean son solamente patrones para persuadir, y si alguna vez van

Los principios políticos deberían reconocer y respetar dicha diversidad. Una manera de respetar la diversidad es protegiendo amplias áreas de libertad: la gente debería ser libre de vivir según sus propias ideas de lo que es bueno, excepto cuando interfieren en los derechos de los otros o en algunas otras consideraciones públicas urgentes, como en lo que tiene que ver con la paz y la seguridad. apropiado recomendar un conjunto de metas para esta diversidad de gente en una nación de dimensión importante? Y las consideraciones del pluralismo cultural y religioso ¿qué restricciones nos llevan a introducir, con el fin de hacer de esto una concepción del desarrollo defendible? En otras palabras,

a ser implementados, debe ser como resultado de la deliberación y elección de la gente de una nación. Por esto es que nos preguntamos en qué medida se justifica que los pensadores hagan recomendaciones para una sociedad pluralista. ¿Cuál es el problema? En resumen, es lo siguiente. En cual-

quier sociedad moderna, los ciudadanos tienen diferentes visiones del significado y del propósito de la vida; algunos una visión religiosa, otros una visión secular. Los principios políticos deberían reconocer y respetar dicha diversidad. Una manera de respetar la diversidad es protegiendo amplias áreas de libertad: la gente debería ser libre de vivir según sus propias ideas de lo que es bueno, excepto cuando interfieren en los derechos de los otros o en algunas otras consideraciones públicas urgentes, como en lo que tiene que ver con la paz y la seguridad. Podemos pensar en este principio como una versión más amplia de la cláusula de la Constitución de los Estados Unidos, la “del libre ejercicio”. Esa cláusula está formulada en términos de religión, pero también podemos extenderla a las ideas no-religiosas de la vida. Pero la libertad es solo uno de los problemas que la diversidad trae consigo. Otro es la igualdad, pues algunas veces los gobiernos toleran una religión o un modo de vida, pero lo desfavorecen cuando crean condiciones desiguales de libertad para diferentes grupos o cuando lo que expresan públicamente favorece o desfavorece grupos, incluyendo unos, excluyendo otros. Aquí llegamos a la idea que Charles Larmore y John Rawls, de manera acertada, llamaron “liberalismo político”, y que se puede ver como una versión más amplia de la “cláusula del establecimiento” de la Constitución de los Estados Unidos: no tenemos una descripción gubernamental completa, establecida, para la preferencia en el arte de vivir. Rechazamos fundamentar

nuestros principios políticos en tal representación porque tiende a ser parcial, favoreciendo algunas perspectivas de cómo debemos vivir, y en contra de otras. Un establecimiento tal fracasa en lo que concierne a la igualdad para todos.2 Larmore y Rawls argumentan, y estoy de acuerdo con ellos, que los principios políticos deben incluir contenidos morales. Este contenido no es neutral, y puede dejar por fuera muchas concepciones de cómo se debería vivir, que pertenecen a la gente real; contenidos que fracasan en expresar igualdad de respeto para todos los ciudadanos, como las doctrinas que asignan funciones políticas centrales junto con líneas jerárquicas raciales o de género. Las personas son libres de expresar esos puntos de vista, pero la constitución de la nación se comprometió en una posición contradictoria; por esto no se puede simplemente promulgar una ley para estas posiciones, por mayoría de votos. A pesar de la moral, los principios políticos deben ser parciales más que abarcadores, de manera que los ciudadanos tengan mucho espacio para procurar sus propias visiones y perspectivas, y así todos sean tratados con igual respeto. Deben ser parciales de dos maneras. Primero, deben reducirse hasta el máximo, sin intentar cubrir todos los asuntos que cubre la vida, dejando muchos de ellos para ser resueltos por las doctrinas abarcadoras de los ciudadanos. (Por ejemplo, no se pronunciarán sobre el tema de la vida después de la muerte, o sobre la posibilidad de la reencarnación). También debe-

Comité editorial: Carlos Vásquez Tamayo • Roberth Uribe Álvarez • Alma Nury López Patiño Directora: Alma Nury López Patiño • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Redacción: Angela María Agudelo Restrepo, Jaime Zapata Villarreal, Sergio Andrés Alzate Sepúlveda, María Alejandra Carmona Valencia, Andrea Orejarena Tamayo • Diagramación: Carolina Ochoa Tenorio • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio

Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

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rán ser livianos, evitando emplear conceptos metafísicos o epistemológicos controvertidos, tales como el concepto de alma o de verdades auto-evidentes, porque cuando se emplean concepciones densas, sobre las que diferentes doctrinas comprehensivas no están de acuerdo, cuando en realidad pueden ser evitadas, se orienta la concepción política en dirección de una doctrina comprehensiva en detrimento de la otra. Rawls lo llama el “método de la evitación”, motivado por consideraciones hacia la igualdad en el respeto, como deja claro el análisis de Larmore.

proceso de desarrollo enfocándolo hacia la creación y activación de condiciones para la elección. La creación de condiciones que capaciten para la elección de una variedad de funciones es abstemia porque permite a los ciudadanos elegir cuáles de ellas materializarán. Alguien que tenga acceso a una nutrición adecuada puede siempre estar en condiciones de ayunar por razones religiosas, pero existe una gran diferencia entre ayunar y morir de hambre. Alguien que no guste de deportes y entretenimiento y prefiera una vida solamente dedicada al traba-

A pesar de la moral, los principios políticos deben ser parciales más que abarcadores, de manera que los ciudadanos tengan mucho espacio para procurar sus propias visiones y perspectivas, y así todos sean tratados con igual respeto.

Algo similar fue la idea de los legisladores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Venidos de diferentes naciones y religiones, rehusaron utilizar nociones metafísicas o religiosas que provocaran divisiones, tales como “alma”, llegando a nociones éticas e inclusivas como la de dignidad humana.3 Así, cualquier concepto utilizado para legislar principios políticos debe ser delgado y estrecho. A este punto siente uno la tentación de regresar a uno de aquellos conceptos que la mayoría de los defensores del enfoque de desarrollo humano han criticado como medidas inadecuadas de la calidad de la vida, tales como “ingresos y riqueza” o “utilidad”, en razón de su neutralidad completamente inclusiva. Pero conocemos sus defectos. Y tanto Sen como yo hemos argumentado ampliamente que las teorías del desarrollo y de la justicia necesitan pensar las vidas humanas de manera más fecunda. Entonces, ¿cómo puede una perspectiva abarcar el esfuerzo humano de manera más fecunda y ser a la vez moderada y estrecha de manera apropiada? La respuesta reposa en la idea misma de capacidad, que dirige el

jo, puede escoger esta vida, pero existe una inmensa diferencia entre esa vida elegida y la vida del “día doble” (tener un trabajo de tiempo completo y luego realizar todas las labores domésticas y cuidar de los niños), que impide a millones de mujeres en el mundo entero elegir sus actividades de entretenimiento y placer que darían significado a sus vidas. Una persona puede rehusarse a votar o a participar en la vida política, como lo hacen los Amish, pero otra cosa es asaltar la igualdad política fundamental y negar a alguien la capacidad de votar. Referencias 1 Para la relación entre los dos problemas, veáse mi “Political liberalism and global justice” [Liberalismo político y justicia global], Journal of Global Ethics, 2015, pp. 1-12. 2 Veáse Charles Larmore, The morals of modernity [Moral de la modernidad] (New York: Cambridge University Press, 1996), 121-74; John Rawls, Political liberalism, [Liberalismo político] (New York: Columbia University Press, 1996). 3 Veáse Jacques Maritain, Man and the State [El hombre y el Estado] (Chicago: University of Chicago Press, 1951), capítulos IV y V, especialmente IV. 1, titulado “Men mutually opposed in their theoretical conceptions can come to a merely practical agreement regarding a list of human rights” [Los hombres, mutuamente opuestos en sus concepciones teóricas pueden llegar a un acuerdo meramente práctico observando la lista de los derechos humanos] (76). Maritain fue uno de los principales legisladores de la Declaración Universal.

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Comunidad académica de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas con expertos invitados en la presentación del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe.

Creado Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe

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esde hace más de una década profesores de distintas unidades académicas que hacen parte de grupo de investigación Cultura, política y desarrollo social han venido impulsando una propuesta que recién se acaba de materializar. Se trata del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, que tiene como propósito promover el debate en torno de ideas y problemas latinoamericanos, propiciando la recuperación de autores y debates teóricos clásicos y contemporáneos del pensamiento latinoamericano que permitan delinear y abrir nuevas aristas para desentrañar asuntos que desde las ciencias sociales y humanas desarrollan debates nodales en América Latina y el Caribe. La Resolución rectoral 39979 de marzo de 2015 es la norma que le da nacimiento institucional al Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, y cuenta entre sus apuestas abordar fenómenos de vasta importancia como es el de la integración regional en los procesos de globalización, las migraciones, el multiculturalismo y la interculturalidad, los asuntos referidos a la guerra, los conflictos y la paz, el campo de las políticas públicas y la gobernabilidad democrática, la cuestión de la ciudadanía y la participación, actores colectivos, política y sociedad y cultura, pensamiento social y ciencias sociales. Objetivos: • Realizar investigaciones acerca de problemas sociales, políticos y culturales de América Latina desde una perspectiva holística y transdisciplinaria. • Desarrollar procesos de formación en pregrado, posgrado y educación continua que permitan tanto la difusión de conocimientos y el fortalecimiento curricular, como la generación de debates acerca de América Latina. • Fortalecer el trabajo en red de tal manera que se contribuya a la consolidación de la comunidad académica cuyos intereses estén en el estudio de las realidades de América Latina y del Caribe. • Publicitar los conocimientos adquiridos mediante la promulgación de un amplio espectro de material escrito y audiovisual. • Ampliar el horizonte de análisis y disertación con la permanente realización de eventos, pasantías e intercambios con otros centros afines y con la comunidad académica en general. • Construir pensamiento para la acción social en correspondencia con la coyuntura especial por la que atraviesa América Latina, en relación con las ciencias sociales y la cultura. • Abrir un diálogo comparativo entre la realidad colombiana y los fenómenos y transformaciones en el ámbito latinoamericano y del Caribe, con el fin de analizar procesos y aportar desde el análisis de la realidad colombiana a la comprensión de las nuevas tendencias sociales, políticas y culturales de la región.

CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO: Sergio Fajardo Valderrama, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Francisco Javier Cardona Acosta, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Francisco Londoño Osorno, Representante del Consejo Académico • Rocío Bedoya Bedoya, Representante Profesoral • Ricardo León Álvarez, Representante de los Egresados • Juan Guillermo Londoño Posada, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • Roberth Uribe Álvarez, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO: Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • José Edinson Aedo Cobo, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Francisco Londoño Osorno, Decano Facultad de Artes • Luis Guillermo Palacio Baena, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Ramón Javier Mesa Callejas, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Gloria Patricia Peláez Jaramillo, Decana Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • David Hernández García, Decano Facultad de Comunicaciones • Clemencia Uribe Restrepo, Decana Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Carlos Arturo Soto Lombana, Decano Facultad de Educación • Sandra Catalina Ochoa Marín, Decana Facultad de Enfermería • Carlos Alberto Palacio Tobón, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina • Álvaro Franco Giraldo, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Clara Eugenia Escobar Güendica, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Marco Antonio Vélez Vélez, Representante Profesoral Consejo Académico • Roberth Uribe Álvarez, Secretario General. Invitados: Carlos Vásquez Tamayo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Carlos Mario Duque Duque, Director de Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Claudia Montoya Aguirre, Directora (e) Programa de Regionalización • Liliana Marcela Ochoa Galeano, Directora Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Gildardo Uribe Gil, Director Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Richard Steve Ramírez Grisales, Director Unidad de Asesoría Jurídica • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Auditora Interna • Alma Nury López Patiño, Líder de Comunicaciones.


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Admisión, permanencia y graduación: calidad académica Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Por ERIC CASTAÑEDA GÓMEZ*

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a calidad académica no es solo el grado en que un estudiante cumple con los requisitos que exige una evaluación, un curso, un docente o una institución, entre otros actores que pueden estar interesados en su desempeño. También se puede entender como el grado en que una institución educativa ayuda a formar personas críticas, deliberantes, conscientes del contexto, felices, amables, sensibles ante la realidad social y humana, con relativa profundidad de conocimientos y saberes en áreas específicas de las ciencias naturales, sociales, humanas, económicas, etc. Los resultados del examen de admisión en la Universidad de Antioquia para el primer semestre de 2016 son de gran interés para diferentes audiencias. En primer lugar, para los casi cincuenta mil aspirantes que desplegaron su mejor esfuerzo por alcanzar un cupo en el programa de formación profesional que representa su anhelo de desempeño futuro en más de 60 profesiones ofrecidas. En segundo lugar, para la misma Universidad que, a través del Consejo Académico y el liderazgo de la actual administración, apuesta por mejorar la permanencia de los estudiantes en sus programas y su probabilidad de alcanzar la graduación a la luz de los currículos preestablecidos, mediante la incorporación inicial de una prueba específica en el proceso de admisión. Es aquí donde se unen dos acepciones de calidad académica que

deben compatibilizar para dar respuesta a una sociedad que deposita en ambos actores su confianza. Así, la calidad de la Alma Máter, reconocida y acreditada como formadora de profesionales en diferentes áreas del conocimiento y la calidad de los estudiantes que aprobaron el examen de admisión, como proceso de selección cuya representación por estratos socioeconómicos y por colegios de proveniencia no tuvo una variación significativa con respecto a las admisiones anteriores, se funden para responder por una expresión mayor que abarque aspectos asociados a la formación profesional rigurosa, la dignidad humana e institucional y el desarrollo social y tecnológico del país.

Con base en lo anterior, se podría decir que la Universidad de Antioquia, analizada de manera más detallada como un cuerpo profesoral altamente calificado y dispuesto a compartir sus saberes, que se ajusta a una infraestructura curricular establecida para cada programa, apoyada en recursos físicos y financieros naturalmente limitados, hace su mejor esfuerzo administrativo para garantizar que los estudiantes alcancen sus metas académicas. No obstante, las estadísticas son implacables, y muestran que cerca del 48% de las personas que aprueban el examen de admisión y se matriculan abandonan su proceso formativo y no logran alcanzar

la graduación en la Universidad de Antioquia; esto analizado luego del seguimiento por cohortes que registra el Spadies (Sistema para la prevención de la deserción en educación superior del Ministerio de Educación Nacional - MEN). El reto de la calidad académica del binomio estudiante-institución, es un tema complejo que involucra dos actores en una relación particular que define éxito o fracaso compartido. No importa si la razón es académica, económica, sentimental, familiar, laboral, psicológica; tampoco si es voluntaria o involuntaria; lo determinante es que luego de la admisión, la responsabilidad es compartida entre el estudiante y la Universi-

Retos de calidad académica Según las cifras generales de la Universidad de Antioquia en la última década, se podría decir que, con base en los períodos académicos semestrales, la media de ingreso es cercana a los 4.500 estudiantes, con una graduación promedio semestral de 1.950 profesionales. Obtienen rendimiento académico insuficiente (RAI) cerca de 1.040 personas, cada semestre. De otra parte, están aquellas personas que voluntariamente cancelan o desisten de renovar su convenio matrícula, que son cerca de 1.000. Así, la Universidad pasó de tener 35.000 estudiantes como población total en 2005, a cerca de 39.000 estudiantes en 2015. El reto actual de la Universidad, más allá de comprometerse con indicadores como ampliación de cobertura en cupos, incremento nominal o porcentual de la graduación o de la población estudiantil acumulada, debe estar alineado con una observación detallada en cada programa sobre el ciclo de la vida académica, para que, con base en datos y hechos, pueda tomar decisiones académicas que lleven a una actualización curricular que comprenda y comprometa al nuevo ciudadano universitario con el conocimiento, los valores y las habilidades reales y ciertas, para ejercer una profesión. Se debe recordar que se trata no del joven de la década de los años 70 u 80 que se bastaba con un título académico para sobrevivir profesionalmente, sino mayoritariamente de adolescentes quienes, según las categorías definidas por la OMS y la UNICEF, se definen como sujetos que ingresan en el mundo del trabajo o de la educación superior, para establecer su propia identidad y cosmovisión, lo que los faculta a participar activamente en la configuración del mundo que los rodea, con base en un desempeño profesional viable, inicialmente como seres sociales y luego como expertos.


dad, ante los ojos de la sociedad, llámese: indicador, Estado, MEN, Observatorio, etc. Es decir, vincula ambas partes, lo individual y lo institucional. Un emoliente y tranquilizador dato podría ser que los valores porcentuales de deserción por cohorte de la Universidad de Antioquia están cercanos, o en algunos casos por debajo, de indicadores nacionales e internacionales de programas iguales o afines según áreas del conocimiento; lo que aparentemente no llamaría la atención de la administración, que puede concentrarse en otros temas más visibles e inmediatos como la ampliación de cobertura, la nueva infraestructura o la internacionalización; relegando la calidad académica a otros mecanismos como las certificaciones. Pero no se puede estar tranquilo si se es medianamente responsable en lo administrativo y se sabe, con base en datos sustentados y publicados, que cerca de la mitad de las personas que aspira a ser profesional no alcanza sus propósitos. Posiblemente en el pasado se llamó calidad académica a la capacidad de sobrevivir en la universidad, aquí y en otros lugares; pero hoy en día esta categoría no tiene mucha vigencia. Es valiente y dignamente académico observar con detenimiento el devenir de los acontecimientos de la vida académica del estudiante admitido, para identificar oportunamente los modos y efectos de fallo, y de esta forma prevenir abandonos, fracasos y truncamientos en el proceso formativo. Es allí donde está el reto de la cohorte 2016-1, o primer semestre de 2016, y es superar los nefastos datos estadísticos de truncamiento de la vida académica que se producen en el primer año de formación. El binomio estudiante-institución debe superar indicadores históricos para definir si la decisión de incorporar una tercera prueba o prueba específica, fue una decisión adecuada del Consejo Académico. Más allá de si el puntaje de corte subió o bajó en algunos programas, el tema central es el éxito académico; ya que la Universidad, por mandato de la sociedad, le apuesta más a ser y a hacer un proceso de formación luego de la admisión inicial, que a ser un anticuado proceso educativo que forma profesionales por supervivencia y selección eugenista, donde las personas tienden a eliminarse por premios y satisfacciones parciales, para luego salir a enfrentar un mundo donde la colaboración es la clave para consolidar los saberes individuales en mecanismos de trabajo cooperativo que den solución a problemas complejos que no se resuelven con la destreza de aislados y huraños expertos. *Jefe del Departamento de Ingeniería Industrial de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia. Integrante del grupo de investigación Ingeniería y sociedad.

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Inforgráfico: portal universitario

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Para el semestre 2016-1 se inscribieron alrededor de 12.000 aspirantes de colegios privados y 37.000 de colegios públicos y, con respecto a los aspirantes admitidos, alrededor de 3.000 provienen de colegios públicos y 1.400 de colegios privados.

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¡Bienvenidos nuevos admitidos!

n una cifra récord, cerca de 50 mil aspirantes se inscribieron a la Universidad de Antioquia por un cupo a los programas ofrecidos para el primer semestre de 2016 en las sedes de Medellín y de las demás regiones del Departamento. El total de admitidos fue 4.592. Los resultados del proceso, que se cumplió en noviembre en aplicación de una nueva normatividad, muestran en grandes líneas que la composición de admitidos por estrato socioeconómico, proveniencia de colegio y género es similar a cohortes anteriores. Sin embargo, el análisis pormenorizado de los datos se conocerá en días posteriores, cuando la comisión de expertos creada para tal fin entregue el estudio encomendado.

¿Cuáles modificaciones aprobó el Consejo Académico? —El 1° de agosto de 2015 el Consejo Académico de la Universidad de Antioquia, mediante el Acuerdo Académico 480, aprobó la modificación del examen de admisión que deben presentar las personas que aspiran a cursar un programa académico de pregrado en esta institución. El cambio, realizado como elemento inicial de transformación de la política de admisión para la Universidad, propende por el incremento en los niveles de selección a partir de criterios académicos (competencias y conocimientos). El nuevo examen de admisión incluyó, además de las pruebas

tradicionales en comprensión lectora y en razonamiento lógico, una tercera prueba, específica —de matemáticas, biología o humanidades—según el programa elegido como primera opción por el aspirante. Adicionalmente, una variación importante consistió en la forma como se distribuyen los cupos disponibles en los programas, pues ahora para la segunda opción los aspirantes competían según el resultado obtenido en la prueba, y no debían esperar, como hasta antes del cambio, a los cupos que quedaran disponibles luego de la asignación de cupos a los aspirantes que eligieron el programa en primera opción.


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Puntaje de corte 2013-2016 Programas sede central-Medellín Facultad Artes

Sociales

Derecho

Comunicaciones

Idiomas Filosofía

Educación

Bibliotecología

Exactas

Programa Artes Plásticas

2013-1 62.6

2014-1 62.9

2015-1

2016-1

64.1

68.2

Facultad Económicas

Programa

2013-1

2014-1

2015-1

2016-1

Administración de Empresa

66.6

62.9

67.9

63.3

Lic. Educ Artes Plásticas

56.9

55.8

62.1

62.7

Contaduría

66.6

61.7

67.0

62.4

Antropología

59.2

53.8

64.2

70.3

Economía

63.1

61.7

66.8

62.0

Psicología

68.4

62.2

70.6

73.2

Ingeniería de Materiales

53.4

53.5

53.1

58.1

Sociología

58.0

53.8

62.2

70.7

Ingeniería de Sistemas

70.2

64.1

59.2

66.7

Trabajo Social

58.0

53.8

63.3

69.0

Ingeniería Eléctrica

62.0

59.4

53.1

61.6

Historia

53.4

53.9

53.1

69.9

Ingeniería Electrónica

66.7

62.9

56.8

64.6

Derecho

63.8

58.7

68.2

*

Ingeniería Industrial

69.0

65.2

58.0

66.3

Ciencia Política

55.7

53.8

62.1

*

Ingeniería Mecánica

69.2

62.9

58.0

66.3

Ingeniería

Letras: Filología Hispán.

63.8

61.0

67.7

69.5

Ingeniería Química

66.6

61.7

55.5

62.0

Comunic Audiov y Multimed

76.1

64.8

66.5

72.0

Ingeniería Sanitaria

53.8

53.5

53.1

55.5

Comunicaciones

65.5

58.7

59.2

68.6

Bioingeniería

66.6

61.7

55.5

64.1

Periodismo

73.6

62.2

64.1

70.3

Ingeniería Ambiental

65.6

62.9

56.8

63.3

Trad. Inglés-Francés-Esp.

71.8

75.8

68.9

71.6

Ingeniería Civil

72.6

66.4

62.8

71.5

Lic Lenguas Extranjeras

67.2

65.8

65.3

69.5

Ing Telecomunicaciones

60.8

54.6

53.1

58.5

Filosofía

53.4

54.0

54.3

66.1

Medicina

69.5

79.3

78.7

77.1

Licenciatura en Filosofía

53.4

53.5

53.1

61.9

Instrumentac. Quirúrgica

58.0

68.8

67.7

74.0

Odontología

58.0

69.9

65.3

63.3

Química Farmacéutica

63.1

53.9

55.5

69.6

Tecn. Regencia Farmacia

53.7

53.8

53.1

57.7

Ingeniería de Alimentos

56.1

53.8

53.1

63.2

Microb Industrial-Ambient

54.6

53.9

63.2

67.6

Microbiolog y Bioanálisis

58.0

54.0

66.9

72.0

Medicina Veterinaria

63.8

58.8

68.3

70.0

Zootecnia

54.6

53.9

60.6

62.8

Enfermería

56.9

68.8

66.9

63.6

Admon.s.: Gest.serv.salud

59.8

53.9

53.1

*

Admon.s.: Gest.sanit.amb.

54.9

53.9

54.3

*

Geren.sistem.inform.salud

53.7

54.1

53.1

57.2

Entrenamiento Deportivo

59.2

53.9

66.8

60.4

Lic. en Educación Física

59.2

53.8

58.0

57.7

Nutrición y Dietética

62.6

66.4

65.3

72.7

Lic Ed Bás:ccias Natural.

53.4

53.9

53.2

*

Lic Edu: Ccias Sociales

54.6

53.8

60.7

62.3

Lic Ed Humanidades L Cast

55.7

53.8

62.9

*

Lic En Educ. Especial

53.4

53.5

55.5

58.1

Lic Ed Básica:matemáticas

53.4

53.5

53.2

55.9

Lic. Matematicas y Fisica

53.4

53.0

56.5

*

Lic En Pedagogía Infantil

58.0

53.9

53.1

*

Pedagogía

63.1

Lic Ed Bca:c Nat-Convenio

55.7

57.0

*

Lic Edu:c Sociales-Conven

63.8

58.7

58.4

55.6

Lic Ed Human L Cast-Conve

58.0

64.6

60.4

*

Lic Edu: Mat-Convenio

55.7

56.3

62.1

*

Lic Pedag Infantil-Conven

53.4

60.7

*

Bibliotecología

53.4

53.5

53.1

60.6

Tecnolog en Archivística

53.4

53.5

60.9

56.0

Archivística

54.6

54.3

53.9

Biología

65.5

60.5

59.2

72.0

Estadística

53.8

53.5

53.0

55.5

Física

58.5

53.5

56.8

59.0

Astronomía

62.1

54.6

53.1

63.3

Matemáticas

53.7

53.5

53.1

58.5

Química

53.7

53.5

53.1

54.2

Tecnología Química

53.4

53.5

53.1

53.4

¿Cuándo se aplicó la prueba? —El pasado 3 y 4 de noviembre, 49.416 aspirantes presentaron el examen de admisión para los programas de pregrado en la Universidad, no sólo en las sedes de Medellín, sino también en las distintas sedes y seccionales de Antioquia en las cuales la Universidad hace presencia. Este número de aspirantes, provenientes en un 94% de los estratos 1, 2 y 3, así como el número de admitidos, que representa alrededor de un 10% de los inscritos, que provienen en un 90% de los estratos mencionados, confirman que la Universidad de Antioquia es la primera opción de educación superior para los jóvenes del Departamento y una de las principales del país.

¿Qué otros datos relevantes arroja el examen? —De este proceso, y a partir de las diversos tipos de admisión

especial con los cuales cuenta la Universidad, resultaron admitidos 114 miembros de comunidades indígenas y 136 miembros de comunidades afro, así como 8 admitidos con discapacidad motora o movilidad reducida, 8 con algún tipo de discapacidad auditiva, 36 con baja visión o discapacidad visual, para quienes la Universidad ofrece diversas estrategias de acompañamiento lideradas desde la Vicerrectoría de Docencia y la Dirección de Bienestar Universitario, incluyendo unidades como el Sistema de Bibliotecas de la Universidad. El 19 de noviembre pasado, y tal como se había anunciado, la Universidad de Antioquia publicó los resultados del proceso de admisión, los cuales están siendo objeto de estudio por partes de una comisión de profesores expertos en análisis estadísticos, no sólo con el objetivo de fortalecer la base académica y científica para el análisis de los resultados, sino también para contribuir con la reflexión

Medicina Odontología Farmacéuticas

Microbiología Agrarias Enfermería Salud Pública

Ed Física Nutrición

constante que sobre el proceso de admisión decidió emprender la Universidad de Antioquia en su Plan de Acción Institucional. Hasta el momento, los datos analizados de manera inicial muestran que el 17,1% de los admitidos son del estrato 1; el 38,5%, del 2; el 34,5%, del 3; el 6,8% del 4, el 2,6%, del 5, y el 0,5%, del 6. Mientras que del total de admitidos el 40,9% son mujeres y el 59,1% son hombres.

¿De qué otros servicios de bienestar dispondrán los nuevos admitidos? —La Universidad de Antioquia, con miras a mejorar continuamente, tiene el compromiso de ofrecer servicios con calidad que cobijen a la comunidad universitaria, que contribuyan a su formación integral y que brinden satisfacción a partir

del reconocimiento de la diversidad cultural y social bajo principios de corresponsabilidad, respeto, pertinencia y oportunidad. Todos estos propósitos se desarrollan a través de los siguientes servicios y programas: • Desarrollo humano: becas solidarias para la permanencia, servicio de alimentación, tiquete para bus y Metro, exenciones de matrícula, reimpresos, fomento artístico y cultural. • Promoción de la salud y prevención de la enfermedad: psicoorientación, apoyo psicopedagógico, autocuidado en salud, salud sexual y afectividad, prevención de adicciones, promoción de la salud mental. • Deportes: formación, recreación, representación.


Nº 649, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2015

9

La Universidad de Antioquia formará profesionales en cocina Por ANDREA OREJARENA TAMAYO

L

cultural, un lenguaje, una manera de hablar de la gente”. En la creación del pregrado los promotores de la iniciativa tuvieron como referentes y estudiaron los diferentes planes de estudio de las instituciones nacionales e internacionales con programas similares. Lo que pretenden es llenar los vacíos y evitar las falencias que tienen las otras instituciones que enseñan la disciplina, que están muy bien en la parte de cocina pero les hace falta el lado nutricional o carecen de la parte humana, antropológica. Según Milena Montoya, profesora de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, el egresado “no solo estará preparado en la parte técnica y práctica y podrá replicar fácilmente una receta, sino que tendrá la capacidad también de entender qué es lo que pasa con el alimento: procesos físicos, químicos, biológicos; toda la parte nutricional, organoléptica, para que

el plato que ofrezca realmente tenga un contexto y que además sea aplicado a una población específica”. Los primeros estudiantes de la carrera, pensada para un total de nueve semestres, comenzarían en 2016-2 en la seccional Oriente. Luego, en Suroeste y Urabá. Se desarrollará en las regiones porque, según Juan Carlos Amaya, “allá hemos encontrado algunas facilidades en los requerimientos de espacios”. En la seccional Oriente, por ejemplo, se construirán cuatro laboratorios para el desempeño de las actividades. Uno de estos espacios, explicó Amaya, contará con cinco mesas que utilizarán cuatro estudiantes de manera simultánea y un profesor; otro laboratorio será para panadería y repostería; un tercero, para la cocina demostrativa, es decir, habrá un profesor cocinando para un auditorio que atiende a la clase; y un cuarto espacio será la

Fotos: cortesía del proyecto

a Universidad de Antioquia será la primera universidad pública que contará con un pregrado en cocina, el cual se ofrecerá, en principio, en las sedes regionales. Un equipo de trabajo interdisciplinario, conformado por docentes e investigadores de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias, la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y la Escuela de Nutrición y Dietética, diseñó y presentó al Consejo Académico de la Universidad la propuesta del nuevo programa académico. Para Juan Carlos Amaya, director del Departamentos de Alimentos de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias e integrante del equipo de trabajo, el estudio de la cocina ha cogido fuerza en el ámbito nacional, “pero nosotros tenemos un programa muy diferente en contenido, en estructura, en la forma en cómo vamos a preparar a las personas”, dijo. El pregrado, precisó Luis Ramírez Vidal, profesor de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, no solo enseñará las técnicas de cocina, sino que “reunimos los campos de las disciplinas que aportan mucho al tema de la comida, pues comer no solo es llevarse alimentos a la boca, por esto en el programa hay cursos sobre agricultura y soberanía alimentaria”. En la estructura, contenido y formación del nuevo profesional confluyen los saberes y la experiencia de tres unidades académicas, con lo cual se busca darle otra connotación a la persona que hoy se llama cocinero, manifestó Amaya. Por su parte, Ramiro Delgado, profesor del Departamento de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, complementó que “estamos generando una nueva propuesta donde el acto humano, estructural e ineludible que es la comida se vuelve una reflexión, para formar profesionales en un oficio que es el de la cocina, un oficio que habla de cocineras y probablemente de cocineros; personas que tienen la tarea de transformar una serie de ingredientes que ofrece el ecosistema desde el género, animal, vegetal, mineral e industrial para volver ese proceso químico físico un código simbólico, un código

adaptación de un kiosco para que se desarrolle parte de la asignatura del rescate de cocinas propias. El pregrado buscará rescatar las cocinas locales, regionales y parentales porque “desafortunadamente hemos crecido con ese peso ideológico de que nosotros somos menos ante los otros, por lo que nuestras cocinas ancestrales han pasado por múltiples condiciones de vergüenza, de no estar lo suficientemente enamorados de nuestra propia culinaria y gracias a ese proceso colonial, capitalista y patriarcal hemos mirado más para fuera que para dentro”, agregó el profesor Delgado. Apostarle a las comidas regionales va de la mano con las políticas del Ministerio de Cultura para salvaguardar el patrimonio relacionado con cocina. También hay que tener en cuenta que la culinaria tiene una relación directa con el turismo. “Todos los lugares donde se decidió empezar con el programa tienen un interés especial con este tema”, enfatizó Amaya. Durante toda la carrera, el estudiante tendrá diferentes plataformas donde podrá mantener contacto permanente con la comida. En todos los semestres deberá cursar la materia Proyecto de aula, “un curso transversal donde pensamos centrar gran parte de la investigación, gran parte de la técnica, y que el estudiante pueda integrar algunas asignaturas que se ven dentro del semestre y lo puedan utilizar para practicar”, argumentó Milena Montoya. En cada uno de los semestres también estarán presentes los talleres culinarios, cursos donde se desarrollará lo teórico y lo práctico de las técnicas de la cocina. De acuerdo con la propuesta, que ya surtió el primer debate en el Consejo Académico, el estudiante deberá matricular cada semestre un laboratorio, “que contempla prácticas donde se realizan experimentos que tienen como objetivo reforzar los conocimientos adquiridos en el curso teórico”. “Lo que nosotros estamos proponiendo es un profesional que va a aprovechar mejor los recursos de la región, un profesional que va a rescatar lo ancestral de la cocina; además va a integrar la física y la química; es como un científico de la cocina”, concluyó el profesor Amaya.


Nº 649, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2015

Por DIEGO JARAMILLO GIRALDO NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO

E

n desarrollo de la VII Conferencia latinoamericana y caribeña de ciencias sociales — CLACSO—, que bajo el lema “Transformaciones democráticas, justicia social y procesos de paz” sesionó en Medellín del 9 al 13 de noviembre, el secretario ejecutivo Pablo Antonio Amadeo Gentili, ofreció un análisis sobre educación superior, calidad, regionalización y construcción de paz. El actual profesor de la Universidad del Estado de Rio de Janeiro y de la Universidad Metropolitana del Ecuador, maestro en ciencias sociales y doctorado en educación, también se refirió a los desafíos a los que se enfrentan las universidades en una sociedad marcada por profundas transformaciones sociales, culturales, políticas y económicas. Profesor Gentile, ¿qué está pasando con la educación superior en América Latina? —Muchas universidades latinoamericanas se han expandido notablemente. El proceso de crecimiento del sistema universitario, que en algunos países comenzó en la segunda mitad del siglo XX, masificó el acceso a la educación superior. Este panorama nos ha creado la necesidad de redefinir el papel que deben tener las universidades en nuestras sociedades. En América Latina, todavía tenemos unas tasas bajas de escolarización en comparación con las de los países más desarrollados, pero son más altas en comparación con las que teníamos hace treinta años. Algunos países, incluso, han hecho de la expansión de la educación superior una de sus políticas públicas de democratización y ampliación de oportunidades para los más pobres. Brasil es un ejemplo de ello, en doce años duplicó su matrícula. En 8 años se construyeron más universidades que en cualquier otro periodo de la historia brasileña.

Hay dos modelos de universidad que han venido imperando. Uno, que pretende replicar el carácter elitista de la universidad, que genera fragmentación, diferenciación y segmentación del sistema universitario, donde se reservan instituciones de alta calidad para porciones muy reducidas de la sociedad con mayores ingresos; de otro lado, un sistema universitario muy degradado, con pocas oportunidades, pésima infraestructura y dominado en su mayoría por la oferta privada. Estos dos escenarios nos llevan a la imperiosa necesidad de pensar un sistema más integrado, menos segmentado y diferenciado, donde las variables expansión y calidad se juntan y no se contraponen, para construir mejores oportunidades educativas para mayores segmentos de la población. ¿Cuál debe ser el papel de las universidades? —El papel de nuestras universidades no debe asociarse sólo a las posibilidades de responder a demandas académicas y laborales, sino que debe propiciar un espacio en el que se piense el modelo de sociedad que queremos y el modelo de relaciones humanas. Es evidente que la universidad forma profesionales, pero sacarle sólo la dimensión valorativa del proceso de formación de los profesionales significa pensar que transmite las competencias laborales necesarias para el empleo, dejando la dimensión más ética del desarrollo humano de lado, y la universidad se transformaría entonces en un espacio cómplice de las injusticias, las desigualdades, la falta de oportunidades para las grandes mayorías en nuestras sociedades. Es necesario encaminarnos hacia un modelo de universidad que combine calidad con inclusión y que trascienda la preocupación por los conocimientos técnicos adquiridos, que genere la idea de que las profesiones sirven, además de para ganar dinero, para construir sociedades más justas e igualitarias, ética y políticamente más comprometidas. ¿Cómo ha avanzado Latinoamérica en el vínculo

Foto: cortesía

La universidad, para construir la sociedad que queremos

Pablo Antonio Amadeo Gentili entre educación superior y desarrollo territorial? —Ante el desafío de cambiar el espacio de inserción de la universidad, más allá de los grandes centros urbanos y las grandes capitales, se desencadenó un proceso de descentralización que aún es incipiente en América Latina. En algunos países ha significado expandir modelos altamente centralizados y eso ha tenido efectos en la construcción de mega-universidades asociadas a las grandes urbes; en otros, se ha dado una tendencia que debe seguirse: la expansión en contextos de descentralización y regionalización del sistema universitario, llevando la universidad a las regiones y los departamentos, y haciendo más cercana a las comunidades la formación universitaria; esto no es fácil y es costoso porque no siempre hay profesionales disponibles fuera de los grandes centros urbanos para hacer docencia; además, deben hacerse grandes inversiones porque muchos programas requieren de muy buena infraestructura, pero es lo que debemos hacer para que las universidades comiencen a trabajar en función de las necesidades locales, en el desarrollo rural, cuestiones que tienen que ver con la formación pedagógica. Por ejemplo debemos tener cursos de pedagogía en las regiones; el hecho de que la mayor parte de los docentes se forme en los grandes centros urbanos conlleva después a que los buenos profesionales de educación se queden en las grandes ciudades, generando un déficit en las regiones. ¿Qué se entiende por calidad? En esta disputa de dos modelos de desarrollo universitario, uno elitista fragmentado y otro de mayor inclusión que combina calidad con expansión, hay dos visiones de la calidad totalmente diferentes. El modelo elitista-excluyente tiene una visión de la calidad que la aso-

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cia con una serie de estándares o de criterios de evaluación a partir de la cual se mide la productividad docente, la calidad de los cursos, por una serie de parámetros muchas veces tomados del mundo empresarial; se evalúa solo la cantidad de artículos publicados en revistas extranjeras o las tasas de graduados. Pero la calidad de una universidad también tiene que ver con la función social que esta cumple. Los rankings con los que se evalúa la calidad de las universidades están basados en parámetros tecnocráticos y productivistas — inserción laboral de los egresados, los sueldos que perciben—, pero no miden las dimensiones académicas o pedagógicas y mucho menos evalúan la contribución real que hace la universidad en la sociedad en la que se inscribe para que sea más justa y más democrática. Muchas de las llamadas “mejores universidades latinoamericanas” son profundamente injustas en sus relaciones de género que allí se establecen: los hombres ganan más que las mujeres, nunca han tenido mujeres dirigentes, en la dirección de los departamentos científicos son hombres casi todos, y de las 200 principales universidades latinoamericanas, sólo 18 tienen rectoras; y luego uno mira la expansión del proceso universitario y las principales beneficiadas son las mujeres en términos de cobertura y acceso, pero la estructura de gobierno de las instituciones no se democratiza de la misma manera. Una universidad patriarcal, machista, discriminadora, no es bajo ningún aspecto un modelo de universidad de calidad. Otro aspecto tiene que ver con el grado de atención que le pone una universidad a la posibilidad que jóvenes de sectores populares estudien. No es lo mismo evaluar una universidad con 3 mil estudiantes donde cada uno paga 10 mil dólares por año, a una universidad de 170 mil alumnos que tiene que generarle recursos y condiciones a los jóvenes para que puedan estudiar. Evaluar ambas universidades bajo los mismos parámetros es un sinsentido. El hecho de que en una sociedad como la argentina, la brasileña o la colombiana, los jóvenes que vienen de familias que nunca tuvieron acceso a la universidad, tengan la posibilidad de ser la primera generación en ingresar a la educación superior es una enorme oportunidad social. Es la posibilidad de revertir una deuda histórica que la sociedad tiene con esas familias. Es más difícil trabajar con jóvenes de sectores populares y revertir las condiciones de familias que muchas veces no tienen libros, bibliotecas, ni computador, esta es una marca de calidad. Colombia necesita más universidades como éstas, más democráticas y más abiertas. Definitivamente hay que defender un concepto de calidad con inclusión.


Nº 649, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, diciembre de 2015

Intervinientes y asistentes de la Mesa universitaria por la paz en Urabá.

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Fotos: Mauricio Castaño

Retos de la región de Urabá en el posconflicto y la construcción de paz Por MAURICIO CASTAÑO GRAJALES

E

l conflicto en la región de Urabá ha estado latente desde mediados de la década de 1970, con periodos de recrudecimiento durante los últimos treinta años; la confrontación ha dejado huellas en la población, que aún persisten por las disputas por el control económico y territorial del narcotráfico. Por otra parte, no obstante ser una región próspera y con abundancia en sus recursos naturales, Urabá presenta indicadores de calidad de vida entre los más bajos del Departamento: el Atrato Medio presenta el índice de calidad de vida más bajo con 21.6%, mientras que la zona del eje bananero llega al 30.5%. Según el índice de necesidades básicas insatisfechas, la miseria en la región se sitúa en 28.4%, siendo Necoclí y Murindó los que más contribuyen con esta medida; respecto a las personas en situación de pobreza alcanza un índice de 53.1%, siendo de nuevo Murindó el de peor desempeño, ya que la pobreza llega al 92.1%. A pesar del conflicto y la inequidad, la población de Urabá ha logrado construir diversas formas de resistencia para no caer en la invisibilización, el olvido y la expulsión de sus tierras. Ante un panorama tan complejo, la participación de actores políticos, sociales y económicos es crucial, como lo ha entendido la Universidad de Antioquia, con presencia decidida en las regiones hace veinte años.

Y como parte de esa presencia y de su compromiso, la institución realizó la cátedra regional Retos de la región de Urabá para el posconflicto y la construcción de paz; además de dos conversatorios adelantados en noviembre en el marco de la Mesa universitaria por la paz, alrededor de las palabras para dejar la guerra y construir la paz: perdón, memoria y verdad. Construcción de paz Precisamente ese fue el aporte que destacó el docente e investigador Germán Valencia, del Instituto de Estudios Políticos, respecto de la presencia de la Universidad en las regiones. “El posconflicto no lo estamos haciendo ahora, llevamos 20 años trabajando en él”, dijo. Los frutos de la apuesta inicial de llevar educación superior a las regiones se están recogiendo en la actualidad, no sólo en Urabá, sino también en Occidente, Norte, Nordeste y el resto de las regiones donde la Universidad hace presencia. La oferta de programas ya supera las tres decenas y cada día se consolida un modelo basado en la autonomía para las sedes regionales. En esa perspectiva, cabe resaltar que el 60% de los egresados se quedan en las regiones ejerciendo su profesión. Y ahora que el conflicto se ha reducido en intensidad en los últimos años, uno de los problemas que hay que enfrentar es cómo hacer que los estudiantes puedan pasar el examen de admisión e ingresen a la Universidad; asunto que debe ser resuelto por los actores del sistema educativo: docentes, directivos, padres de familia, estudiantes y por supuesto la misma Universidad. El rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar Ramírez, indicó que la institución está

comprometida con este propósito y el desafío es formar un capital humano en las regiones con calidad. “…La economía —observó— puede ser muy productiva, pero si no se logra modificar la calidad de vida de la población se pierde el esfuerzo, y no significa necesariamente aumentar el ingreso per cápita; en un contexto de posconflicto, en la medida que seamos una sociedad más educada, mejoraremos el acceso a bienes y servicios, mejoraremos la satisfacción, la convivencia, la libertad y la política”. Acorde con este compromiso la Universidad de Antioquia propuso la Mesa universitaria por la paz, un encuentro itinerante en Medellín y en las regiones, con el propósito de comprender y hacer pedagogía ciudadana sobre los acuerdos a los que se han llegado en La Habana, pues, en últimas, el impacto e implementación será en el país y en las regiones. La paz verdadera se construirá en las regiones, no en Cuba. En un primer diálogo sobre palabras para dejar la guerra y construir la paz, en torno del perdón la docente Liliana Molina, el director de Cordupaz, padre Leonidas Moreno, el director del Instituto de Filosofía Francisco Cortés, y el vicerrector General Carlos Vásquez Tamayo hablaron sobre el perdón de las víctimas a los victimarios, el proceso para pedir perdón por parte de los victimarios, la condición de víctimas de los victimarios y la importancia del acompañamiento espiritual a la población para sanar las heridas abiertas durante más de 50 años de conflicto armado en el país. El segundo diálogo acerca de las palabras memoria y verdad contó con la participación de Clara Aramburo, docente e investigadora del INER; Jaime Fajardo Landaeta, ase-

sor de convivencia y reconciliación de Medellín y el padre Leonidas Moreno, director de Cordupaz; con la moderación de Juan David Londoño, docente de la Facultad de Comunicaciones. Se trata de dos conceptos fundamentales para que la paz sea duradera: la reconstrucción de la memoria de las víctimas, y los hechos y los relatos para que el conflicto nunca más se repita.

Restitución En la actualidad, Urabá cuenta con diversos movimientos ciudadanos que trabajan en reconstruir los relatos de memoria y verdad durante el conflicto. Parte de esa reconstrucción tiene que ver con la restitución de los derechos de las víctimas. Según Antonio David Roger, de la Unidad de Restitución de Tierras en Urabá, se han expedido en aplicación de la ley 1448 de 2011 41 sentencias de restitución que suman 1.499 hectáreas en Apartadó, Mutatá, Necoclí y Turbo. “Hablar de restitución de tierras y de víctimas hace 20 años era casi imposible, hoy hay en trámite 2.319 solicitudes de restitución y 1.239 procesos terminados en sus etapas administrativa o judicial”, dijo. Los académicos y los invitados de la zona a la Mesa universitaria por la paz concuerdan en que el mayor reto que afronta Antioquia es la reducción de la desigualdad, reducir esa brecha entre una región como el Valle de Aburrá y Urabá, o dentro del mismo Urabá entre municipios como Apartadó y Murindó. Un buen inicio para esta reducción es la educación, aquella que la Universidad ha propiciado desde hace 20 años con el Programa y la Dirección de Regionalización a la cabeza, para que afloren las oportunidades y sean verdadera alternativa a la ilegalidad.


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12

Foto: archivo Alma Máter

¿Cómo favorecer la refrendación de los acuerdos de paz a través de la formación política de los estudiantes universitarios? Esta es una reflexión en este sentido a través de una experiencia pedagógica desarrollada en el Oriente antioqueño por profesores y estudiantes del programa de Ciencia Política.

Por CATALINA MARÍA TABARES OCHOA* Profesora del Instituto de Estudios Políticos

S

i el protagonismo en la historia del conflicto armado en Colombia hasta ahora lo han tenido los guerreros, la superación de este dependerá en gran medida de un cuerpo ciudadano que evidencie “la exclusión como modo de cohabitación, la denegación de los derechos a la vida y a la libertad, la discriminación y la intolerancia en el tratamiento de las diferencias” (GMH, 2013, p.397). A esto apunta la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas, cuando plantea que los ciudadanos debemos rechazar colectivamente “la violencia como recurso para alcanzar objetivos de cualquier índole” (p.70). Para que este camino sea realizable es pertinente pensar en la contribución de la universidad pública como protagonista en la construcción de una cultura política democrática y participativa. Preguntarnos por nuestro papel como profesores, estudiantes, directivas y empleados de la universidad pública más importante de la región en el actual contexto de negociación, es un compromiso ineludible, máxime si tenemos en cuenta que tras la formación de los 5.8271 estudiantes —por mencionar solo los estudiantes matriculados en los programas de regionalización—, también están 5.827 familias y sus territorios. ¿Cómo favorecer la refrendación de los acuerdos de paz a través de la formación política de los estudiantes universitarios? Esta es una reflexión en este sentido a través de una experiencia pedagógica

Formación política de los estudiantes universitarios Contribución de la universidad pública a la refrendación de los acuerdos de paz

desarrollada en el Oriente antioqueño por profesores y estudiantes del programa de Ciencia Política. Formación política de los estudiantes universitarios. Una apuesta decidida de la Universidad por la paz El desafío que enfrenta la universidad radica en su capacidad de formar sujetos con suficientes conocimientos técnicos, idóneos en el campo específico profesional y a su vez comprometidos, con capacidad de pensar por sí mismos, de ubicarse críticamente en el mundo, comprendiendo el lugar de los otros en la sociedad y por tanto actuando no sólo en función de sus intereses, sino del bien público. En síntesis, la universidad debe propender por una formación integral que no margine la dimensión humanista y política de los sujetos. La contribución a un posible proceso de posconflicto pasa por pensar la formación política de los estudiantes universitarios, una formación que trascienda la lógica legal formal de la ciudadanía, es decir los cursos de formación ciudadana y constitucional, —que por supuesto son fundamentales—, pero que no agotan el ejercicio de discernimiento político; además de los contenidos y mecanismos institucionales, la formación política tendría que apelar a los apren-

dizajes políticos que los mismos estudiantes traen producto de sus ámbitos de socialización (de sus familias, escuelas, barrios, grupos de pares y redes sociales). Si queremos reivindicar una sociedad democrática y pluralista, debemos repensar la ciudadanía como un concepto atravesado por la experiencia de los sujetos políticos. (Agudelo, 2015) Tenemos una universidad en la que confluye la diversidad en todas sus manifestaciones, en la que el debate y la reflexividad política hacen parte de su naturaleza y en la que se está formando una importante parte de la población que tiene la responsabilidad de construir el futuro de la sociedad colombiana; este es un escenario privilegiado para una educación política favorable a la paz y a la democratización, pues cada estudiante es un potencial multiplicador de referentes que permiten comprender que si bien el otro es diferente, es posible dialogar con él, vivir con él, pensar con él. Para que esto sea posible la Universidad debe fundamentalmente formar en pensamiento, asunto en el cual quiero detenerme: En 1961 se realizó en Jerusalén un juicio contra Otto Adolf Eichmann, quien fue uno de los principales oficiales nazis, el encargado de la organización de la logística de

transporte de los judíos hacia los campos de concentración. Lo que él hacía era conducir a millones de judíos a uno de los horrores más grandes de la humanidad. En su libro, “Hannah Arendt constata un hecho inquietante: Eichmann no era un pervertido o un demente, tampoco la manifestación terrenal de una aberrada entidad demoníaca. Era un tipo bastante normal, un diligente funcionario preocupado por hacer bien su trabajo, era eso lo que le demandaban sus superiores. ¿Cómo explicar que este hombre hubiese estado involucrado directamente en los crímenes más chocantes de la historia? La respuesta de Arendt, que es el hilo conductor filosófico del reporte, es ya un lugar común. Y sin embargo es necesario revisitarla, pues en ella reposa, ni más ni menos, el quid del asunto. “Eichmann, sostiene Arendt, era incapaz de pensar.” (Caro, revista Arcadia, 2011) Esta cita ilustra muy bien la centralidad que el pensamiento reflexivo tiene en un proceso de formación (principal objetivo de la educación superior). Lo que Arendt advierte sobre Eichmann es el peligro que la ausencia de pensamiento trae consigo. Me refiero al pensamiento basado en preguntas a lo establecido, a lo instituido, a lo dado. Ese pensamiento creativo, que construye el sujeto apelando a


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la imaginación y a la realidad, que lo hace capaz de dimensionar al otro, de comprender sus logros y sus sufrimientos, un pensamiento que implica el ejercicio del juicio propio, de distinguir lo justo de lo injusto, lo bello de lo feo, lo bueno de lo malo y tener la capacidad de tomar distancia de nosotros mismos para evaluar nuestros actos. Si esto lo aprendemos en la universidad, las acciones que cada estudiante, profesional, integrante de una familia, de un entorno laboral y territorial lleven a cabo, tendrán un sello de diálogo y reflexividad que conducirán a decisiones más acertadas. Para finalizar esta reflexión, se destaca una experiencia pedagógica con enfoque territorial y experiencial en contextos de reparación y reconciliación, realizada por cuatro profesores y 58 estudiantes del programa de Ciencia Política, quienes hicimos una visita al municipio de Granada y San Carlos con el fin de propiciar un acercamiento a agendas de gobierno local, acciones colectivas de participación política y procesos de reconciliación y reparación en contextos altamente impactados por el conflicto armado. La agenda de esta salida pedagógica fue bastante apretada y agotadora, sobre todo porque implicó que profesores y estudiantes interactuáramos y escucháramos a víctimas de hechos atroces, —que se hacen al decir de Juan Pablo Aranguren (2008) indecibles e inenarrables— y que fuéramos testigos de los procesos de perdón y reconciliación entre estas mismas víctimas y sus victimarios.

Es muy difícil dar cuenta en unas pocas palabras de lo significativo de esta experiencia. En su evaluación, los estudiantes manifestaron necesitar tiempo para procesar lo vivido, aun así, presento unos cuantos testimonios, quizá esto permita dimensionar la potencia que este tipo de actividades tienen para la formación y la contribución de la Universidad a la paz. Mateo un estudiante punkero, a ratos molesto e incómodo con el mundo dijo: “En esta fértil miseria que es Colombia, a veces florecen humanidades”. Ana dijo: “Es incomprensible para mí que las víctimas de San Carlos puedan abrazar así a los victimarios”. Camila le respondió: “son abrazos de verdad, así a nosotros nos cueste entenderlo”. María Isabel expresó: “Por fin entendí que esos lugares de la memoria no son propuestas institucionales, tienen un sentido para las víctimas, ellos van allá a visitar a sus hijos”. Es que Camila vio a un viejo señalando a sus dos hijos en el muro en el que están las fotografías de las víctimas en el Salón del nunca más en Granada. ¿Es qué esto es en serio? Pensó ella. También a Jairo una mujer de cabello blanco le señaló una fotografía: “es Alberto, mi hijo, se lo llevaron”, le dijo ella. Jairo se quedó pasmado. En clase dijo que eso lo hacía pensar en su crudeza: “esa señora esperaba algo al decirme eso, pero estoy seguro de que le fallé”. Isabel llegó el domingo a su casa, apresurada para contarle a su familia todo lo que había vivido. Su hermanito pequeño le dijo: “ay… y yo cómo me gozo en el colegio a los niños que vienen de los pueblos. Hum…” *Este artículo se deriva de la participación de la autora en la Cátedra Regional del Oriente Antioqueño realizada el 27 de agosto de 2015 1. Datos suministrados por la Dirección de Regionalización de la Universidad de Antioquia. Bibliografía 1. Romero, J. P. A. (2008). El investigador ante lo indecible y lo inenarrable. 2. Caro, Hernan Darío. La obligación de pensamiento. Revista Arcadia. Bogotá. 2011. 3. Agudelo, Z. A. A. (2015). Formación política en la Universidad de Antioquia y su incidencia en las percepciones de los estudiantes de pregrado sobre la negociación del conflicto armado colombiano (Political education at the University of Antioquia and... Revista CES Derecho, 6(1), 58-78. 4. Contribución al entendimiento del conflicto armado en Colombia. Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas. Febrero de 2015 5. Grupo de Memoria Histórica. (2013).Basta ya! Colombia; memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Centro Nacional de Memoria Histórico. 6. Nussbaum, Martha C. (2010). Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos Aires/ Madrid: Katz Editores. 7. Vargas, Alejo. Colombia: muy cerca de la esperanza. 27 de septiembre de 2015. Serie Desafíos Latinoamericanos, 2 http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2015/09/colombiamuy-cerca-de-la-esperanza.html. (Consultado el 4 de octubre de 2015).

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Alcaldía de Medellín reconoce a investigadores de la UdeA

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n la versión 2015 de los Premios Alcaldía de Medellín a la Investigación, cuya ceremonia de entrega se realizó el 26 de noviembre, la Universidad de Antioquia se destacó de manera contundente. Dos de sus investigadores del área de la salud fueron galardonados en las principales categorías, mientras dos estudiantes de pregrado recibieron el reconocimiento por su participación en investigaciones de gran impacto. El premio a Una vida dedicada a la investigación fue para el profesor Francisco Lopera, coordinador del Grupo de Neurociencias de la Universidad y mundialmente conocido como uno de los grandes luchadores contra el Alzheimer genético. El jurado de los premios reconoce así una vida dedicada a “realizar importantes investigaciones de punta sobre las enfermedades de Alzheimer, Huntington, Parkinson, trastornos de atención y conducta y alteraciones en el desarrollo del lenguaje”. El galardón a la Investigación de mayor impacto del año fue otorgado al equipo encabezado por la profesora Sara María Robledo Restrepo, del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales — PECET— de la Universidad, “por el desarrollo de una formulación novedosa de Hipericina para el tratamiento de la leishmaniasis cutánea mediante terapia fotodinámica”, según indicó la organización de los premios. Por su parte, nuevas promesas para la ciencia en la capital antioqueña son reconocidas en la categoría Estudiantes de pregrado destacados por su vinculación y aporte a la investigación. Dos representantes de la Alma Máter fueron escogidos en la distinción: Mariana Arango Cadavid, de Administración en Salud, participó activamente en el proyecto Caminos para la resiliencia: estudio sobre poblaciones de jóvenes realizado simultáneamente en varios países: Canadá, China, Nueva Zelandia y Sudáfrica. Para el jurado, dicha investigación sobre resiliencia —la capacidad de adaptación apropiada a traumas o fuertes tensiones— y sumamente pertinente en un escenario de conflicto como el de Colombia, “ha repercutido en la definición de políticas públicas sobre la juventud, en trabajos de la Secretaría de Inclusión Social y en el desarrollo de mecanismos sociales para promover la resiliencia de los jóvenes, a partir de sus familias y entorno social”. Karen Dayana Álvarez Isaza, egresada de Biología, también fue reconocida por la investigación que desarrolló para su trabajo de grado, denominada Diferenciación de células dendríticas con fenotipo tolerogénico a partir de monocitos de sangre periférica y evaluación de la eficacia de este protocolo en células cd14+esplénicas. Para el jurado, el trabajo es una promesa para el desarrollo de nuevas terapias celulares, relacionadas con el uso de células de bazo de un donante fallecido con el fin de moderar la respuesta del sistema inmunológico en pacientes de trasplantes. La Universidad de Antioquia se enorgullece de la labor de sus investigadores y ve en estos premios un reconocimiento al esfuerzo conjunto de los estamentos de la Institución para generar y apuntalar nuevo conocimiento al servicio de la sociedad.


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Por SERGIO URQUIJO MORALES

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Iván Darío Vélez, director del PECET, guió la visita a la SIU de la directora de Colciencias Yaneth Giha Tovar y del director de Fomento a la Investigación de la entidad Óscar Gualdrón González.

Fotos: cortesía

na clara intención de entendimiento marcó la visita a la Universidad de Antioquia de la directora de Colciencias, Yaneth Giha Tovar, y del director de Fomento a la Investigación de la entidad, Óscar Gualdrón González, el 24 de noviembre. En la Sede de Investigación Universitaria —SIU— los funcionarios se reunieron con el rector Mauricio Alviar Ramírez y con el Comité para el Desarrollo de la Investigación (CODI), órgano director de la investigación en la Alma Máter. La vicerrectora de Investigación, María Patricia Arbeláez Montoya, presidió el encuentro y expuso inquietudes y temas de importancia que existen con relación a la investigación y su viabilidad e importancia para el país. La vicerrectora presentó a los invitados una valoración de la significativa inversión que la Alma Máter hace en ciencia y tecnología, y cómo la financiación desde Colciencias ha disminuido en los últimos años, lo que presiona y pone en riesgo los Fondos Generales de la Universidad. La profesora Arbeláez insistió también en la necesidad de “consolidar una masa crítica de investigadores en Colombia, exigente y propositiva, que sea interlocutora ante el gobierno y sus organismos en este tipo de temas”. Las inquietudes fundamentales expuestas por la vicerrectora versaron sobre la necesaria articulación de Colciencias con las políticas de alto nivel del gobierno nacional — que involucran al Departamento Nacional de Planeación, los ministerios y al legislativo— y sobre la relación entre dichas políticas y la medición de grupos e investigadores. Se habló también sobre las dinámicas de la DIAN y el Invima, que dificultan y demoran la importación de insumos y equipos; sobre la necesidad de valorar y apoyar la construcción de capacidades administrativas —como es el Sistema de Información para la Investigación Universitaria, SIIU— y sobre la urgencia de generar lineamientos que fomenten la transdisciplinariedad y no sigan escindiendo las áreas. Los representantes de las áreas también expresaron sus inquietudes, a la vez que reconocieron los cambios que desde Colciencias se han hecho para una mejor valoración de las distintas áreas de investigación, como es la inclusión de productos diferenciales de artes, arquitectura y diseño en la

El investigador Félix Echeverría muestra uno de los equipos robustos con que cuenta la SIU, en la visita guiada a la directora de Colciencias y al director de Fomento a la Investigación de la entidad.

Colciencias y la UdeA conversan sobre investigación actual convocatoria de medición de grupos de investigación. Tras la reunión, Giha y Gualdrón visitaron los laboratorios y espacios de los grupos de investigación PECET (Programa de estudio y control de enfermedades tropicales) y Cidemat (ciencias de los materiales), así como el microscopio electrónico de transmisión, el más reciente de los equipos robustos para investigación adquiridos por la Universidad.

Dos preguntas Directora Yaneth Giha, ¿qué está planteando Colciencias ante el gobierno nacional para abogar por una financiación de la ciencia que sea realista, a largo plazo y que contribuya de verdad con el desarrollo del país? —En Colciencias, en conjunto con otras entidades del gobierno,

como los ministerios de Educación y de Comercio, y el Departamento de Planeación Nacional, estamos trabajando fuerte en diseñar una nueva política de CT+I para el país. Una política que plantee grandes metas, para que Colombia pueda llegar a ser una nación científica, donde haya mucha más transferencia e innovación que generen un grado mayor de conocimiento y competitividad. En este sentido estamos ya terminando un documento que define cuatro estrategias principales: formación de mucha más gente con maestría y doctorado que haga parte de una masa crítica de investigadores en el país, para los grandes problemas que tiene Colombia, y ojalá Latinoamérica; investigación: más investigaciones y más recursos, insumos e infraestructura para hacer investigación de alto nivel; transferencia: de nada nos sirve generar nuevo conocimiento que no se transfiera a la sociedad, al sector productivo, a todos los que puedan usarlo para resolver los problemas del país; e innovación para que ese conocimiento llegue a jalonar temas de competitividad. Estamos valorando cada una de las estrategias y estamos trabajando en conjunto con el Ministerio de Hacienda para evaluar cómo pueden ser financiadas, ojalá en su totalidad, con miras a avanzar en la meta que nos hemos propuesto. ¿Qué puede decirles a los investigadores de las áreas sociales y humanas, muchos de los cuales sienten una desventaja en el tratamiento por parte de Colciencias? —Una de las cosas que estamos comprendiendo es que tenemos un sistema de medición que mide a todas las áreas con criterios y parámetros muy similares. Vemos que probablemente debemos trascenderlo y darle a cada disciplina criterios y sistemas de medición diferenciales entre unas y otras. Ese fue el trabajo que hicimos en los últimos años con la mesa de artes, arquitectura y diseño, donde vimos que tenían temas muy diferentes y ahora están siendo incluidos con criterios de calidad, pero diferenciales. Un ejercicio similar ya comenzó con ciencias sociales y humanas: instalamos una mesa de trabajo con investigadores de esas disciplinas para entender cómo, teniendo la calidad como precepto fundamental, podemos diferenciar las mediciones de cada disciplina. Queremos que al final se mida con la lógica de cada disciplina.


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Por ÁNGELA AGUDELO RESTREPO

¿

Financiado por Genentech, el Instituto Nacional de Salud de los Estados unidos y el Instituto Banner Health de Phoenix, en Arizona (Estados Unidos), el estudio busca evaluar un medicamento para prevenir la enfermedad de Alzhéimer —que hoy padecen 36 millones de personas en el mundo—, o al menos, retrasar la manifestación de sus síntomas.

Investigan amiloide y tau

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Dónde están? El grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia sigue buscando familias en las que uno o varios miembros hayan sufrido demencia precoz. “Encontrar un solo caso es muy importante”, dice el profesor Francisco Lopera, su coordinador. Se refiere a la investigación que el grupo de científicos desarrolla desde diciembre de 2013, como parte del proyecto API Colombia (Iniciativa para la prevención del Alzhéimer, por su sigla en inglés), con la población portadora de la mutación paisa E280A —como se denomina en el ámbito médico—, portadora de uno de los genes mutados que causa la enfermedad de Alzhéimer. Para el Grupo de Neurociencias y para los propósitos de la investigación resulta fundamental encontrar más descendientes de un tronco familiar común que se originó en 1745 en Angostura, norte antioqueño. “Hemos establecido el origen de 14 familias de 25 identificadas, provenientes de tres hijos de esa primera pareja”, informa. En noviembre de 2014 se inició la campaña “¡Que no se te olvide ayudar! Buscamos prevenir el Alzhéimer”, con la meta de reunir a 300 voluntarios sanos miembros de esa población en Antioquia y el país, para que hagan parte de la investigación por un período de cinco años. La campaña explica que el Alzhéimer familiar se manifiesta en adultos jóvenes y el riesgo de heredarlo es alto. El objetivo es identificar personas que hayan sufrido pérdida progresiva de la memoria antes de los 60 años —debe ser Alzhéimer familiar de inicio precoz— y una vez que se haya comprobado que tienen la mutación, invitar a sus familiares sanos para evaluar quiénes han heredado el gen afectado. Cuando se comprueba que sufre la enfermedad a causa del gen mutado, cada descendiente del portador tiene un 50% de probabilidad de sufrir la enfermedad. “Identificar un solo caso es muy importante; así haya que hacer screening y evaluación de muchísimas personas”, dice el investigador Lopera. De ahí la importancia de encontrar más voluntarios para que hagan parte del estudio.

Francisco Lopera

Estudio para prevenir el Alzhéimer busca más voluntarios “Mientras más precoz sea el Alzhéimer que padece una persona es más probable que sea debido a la mutación paisa, y si tiene familiares afectados, hay más probabilidad aún. Pero si no los tiene, también le hacemos el examen”, precisa el profesor. Los voluntarios deben ser personas sanas, familiares de alguien que haya sufrido Alzhéimer precoz causado por la mutación paisa y

tener entre 30 y 60 años de edad. Por ser un estudio “doble ciego”, entre los participantes, habrá un grupo de portadores del gen mutado —que se sabe sufrirán la enfermedad— y un grupo que no, es decir que nunca se va a enfermar. El grupo no portador recibirá placebo y el grupo de portadores el 50% recibirá tratamiento con medicamento en estudio y el otro 50% recibirá placebo.

Se amplió el plazo Todos los días ingresan nuevas personas al estudio; sin embargo, se estima que no se alcanzará la cifra planeada para el 31 de diciembre de 2015, por lo que el plazo se amplió, pero no hay una fecha de cierre definida todavía.

Si tienes un familiar o conoces a alguien con demencia precoz o pérdida grave de la memoria antes de los 60 años comunícate con el Grupo de Neurociencias de la Universidad de Antioquia al teléfono 2196664 o al 2196657, o visítanos en www.quenoseteolvideayudar.com.

En la enfermedad de Alzhéimer dos basuras proteicas se depositan en el cerebro y matan las neuronas: amiloide y tau. “Sobre el amiloide se sabe que empieza a destruir el cerebro desde los 28 años de edad, no obstante que la persona afectada se empieza a quejar de problemas de memoria a los 45”, destaca el profesor Lopera. “Creemos que la taupatía o depósito de tau empieza más tarde. El amiloide, la primera basura que se deposita en el cerebro, hace que se dañe la proteína tau y se deposite como una nueva basura”, agrega. Como sobre tau se conoce muy poco, desde 2015 los investigadores están llevando a Boston a miembros de las familias que no estén en el estudio clínico, para mirar desde cuándo empieza a depositarse esta proteína en el cerebro. Según Lopera, “si de pronto surgiera algún medicamento antitau en los próximos años, podríamos combinar dos medicamentos: uno antiamiloide y otro antitau, para tener una mayor certeza de éxito en la prevención del Alzhéimer”. Hasta ahora, el medicamento experimental, dirigido a evitar que se deposite el amiloide, no ha producido ningún efecto secundario grave que haya amenazado la salud en las personas que lo han recibido (más de 800 en Estados Unidos), ni ha provocado alergias. “Siempre han sido efectos secundarios leves”, dice el investigador. Y resalta que “el proyecto tiene muy buena adherencia, en el sentido de que nadie se ha retirado después de casi dos años que lleva en curso el estudio”. A los dos sitios de atención — Sede de Investigación Universitaria, SIU, en Medellín, y Hospital de Yarumal— se sumarán, en enero de 2016, tres sitios satélite: en Bogotá (donde se aspira a vincular a 29 nuevas personas), en Cali (con otras 24 personas identificadas) y en Armenia (con 10 más). En caso de identificarse nuevas familias con demencia precoz afectadas con la mutación paisa en otras ciudades del país, se considerará la posibilidad de abrir nuevos sitios satélites en otras ciudades.


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Hechos y personajes 2015 de la UdeA

En Apartadó, inaugurada ciudadela universitaria de Urabá El 2 de febrero se dio la apertura de la ciudadela universitaria de Urabá, en Apartadó. La primera etapa, con cerca de 5 mil m2, está dotada con dos bloques de aulas, un bloque de laboratorios, otro administrativo, un bloque de salones especializados para artes, una terraza de estudio, una portería y un bloque técnico. De esta forma, la ciudadela de Urabá se convierte en el centro académicoadministrativo de la Universidad de Antioquia en la región, llevando, así, educación de calidad a los estudiantes de municipios como Turbo, Apartadó, Chigorodó, Carepa, Necoclí, entre otros. La segunda etapa contempla la construcción de 6.301 m2. Alianza estratégica entre Alemania y Colombia La Universidad de Antioquia, junto a la Universidad Nacional de Colombia y Colciencias, cooperará con la Sociedad Max Planck, gracias al acuerdo que se ratificó el 16 de febrero en la Cancillería. Entre lo acordado está la creación de seis grupos de investigación. Tres grupos de la Universidad de Antioquia desarrollarán investigaciones alrededor de enfermedades tropicales. La Universidad Nacional de Colombia trabajará temas relacionados con la biodiversidad con otros tres grupos. El sexteto investigativo se regirá por los más altos estándares científicos del mundo, y podrá adelantar pasantías, intercambios y programas de formación doctoral en el país germano.

Odontología, primer doctorado de su género En enero de 2016 iniciará el Doctorado en Ciencias Odontológicas de la Universidad de Antioquia, primero en el país, que fue avalado por el Ministerio de Educación con el registro calificado 01425 de febrero de 2015, por un periodo de siete años. El plan de estudios es de cuatro años y está dirigido, además de los odontólogos, a los profesionales de disciplinas afines a la salud, a la biología, la nutrición. El objetivo es formar investigadores en las diferentes áreas de la disciplina odontológica; profesionales capaces de generar, no solo conocimiento, sino también avances aplicables a las necesidades de las personas y de los gobiernos y sus diseños de políticas públicas que afectan la salud de la sociedad.

Veinte años de presencia en las regiones Tras experiencias y referentes, de caminos abonados y aprendizajes, a mediados de 1995 se oficializó la vocación regional de la Universidad de Antioquia con la inauguración de la primera seccional en Urabá; un compromiso con todo el departamento, descentralizando así la educación, la investigación y la cultura. Hace veinte años en el plan de desarrollo institucional “La Universidad para un nuevo siglo de las luces 1995-2006”, se concluyó que la regionalización era una estrategia fundamental para alcanzar equidad, calidad y eficiencia, criterios que la Universidad debía promover para convertir la educación superior en un factor dinamizador del desarrollo regional.

Elección de rector 2015 – 2018 El Consejo Superior Universitario designó en febrero al profesor Mauricio Alviar Ramírez, adscrito a la Facultad de Ciencias Económicas, como rector para el periodo 2015-2018, en reemplazo del médico Alberto Uribe Correa, quien estaba en el cargo desde 2002. Una de las preocupaciones de la administración entrante es la calidad universitaria, que implica contar con un profesorado mejor cualificado hasta egresados mejor posicionados en el campo laboral. Como retos adicionales que afrontar en los tres años, Alviar Ramírez resalta al humanismo como el corazón universitario; la regionalización como motor de desarrollo territorial; la necesidad de un liderazgo para el avance de la ciencia, la tecnología y la innovación y un gobierno universitario más acorde con las necesidades de la academia.

Honores a María Teresa Uribe El 26 de marzo de 2015 la Universidad concedió el Título Honoris Causa de Doctora en Ciencias Sociales a la maestra María Teresa Uribe de Hincapié. Su obra académica, que investiga y analiza las realidades políticas colombianas desde el siglo XVIII hasta la actualidad, está considerada entre las más importantes e ilustrativas del país. En su trabajo convergen la historia, la sociología, la filosofía, la antropología y la filosofía política. Fue postulada para este reconocimiento por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas y el Instituto de Estudios Regionales (INER). El entonces rector, Alberto Uribe Correa, destacó que su ejemplo intelectual convertido en obra escrita y su dedicación al magisterio hecha vida en sus alumnos es huella y horizonte para la interpretación de la vida cotidiana y de las tramas sociales y políticas.

Carlos Gaviria Díaz: una vida y un legado El 8 de mayo se desveló una placa conmemorativa en la, hasta entonces, Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia; desde entonces sería conocida como la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz, en honor al profesor emérito de la alma mater que murió este año. Amante de los libros, el exmagistrado y expresidente de la Corte Constitucional llenó su vida de lecturas que iban desde el pensamiento crítico de los filósofos hasta las páginas más voluminosas de la literatura universal. Y, tal como dice la resolución rectoral 40005 de abril de 2015, “con este reconocimiento la Universidad de Antioquia también quiere invitar a las nuevas generaciones para que, como el maestro, encuentren en los libros una manera de conocer el mundo que nos rodea, de soslayarse en los placeres de la cultura”.


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Rómulo Gallegos para Pablo Montoya El quinto Premio Rómulo Gallegos para Colombia vino de la mano del profesor de la Facultad de Comunicaciones Pablo Montoya Campuzano. Su novela Tríptico de la infamia (2014) fue galardonada con uno de los premios literarios más importantes del mundo hispano de las letras. El reconocimiento significa la exaltación de una obra silenciosa y estilística que ha desarrollado el profesor de Filología y Letras. La Universidad de Antioquia también reconoció el logro y la obra del escritor santandereano, al imponerle en julio el Escudo de Oro de la Alma Máter. “Para la Universidad es un verdadero orgullo tener al profesor Pablo dentro de su planta profesoral y, sobre todo, porque un reconocimiento de esta naturaleza e impacto cultural y social se refleja y debe ser un motivo de ejemplo para los estudiantes y para toda la comunidad universitaria”, manifestó el rector Mauricio Alviar Ramírez en el acto de premiación.

Ochenta años de cultura impresa Ochenta años cumplió la Revista Universidad de Antioquia. Fundada el 8 de mayo de 1935, esta publicación es considerada una de las más importantes en el panorama editorial del país. Fiel a su línea editorial –literaria, filosófica, analítica–, ha logrado amasar 321 números en estas ocho décadas que han traído sus retos particulares, sus dificultades, sus cambios naturales. Gracias al apoyo incondicional de la Universidad, la revista ha logrado una longevidad de la que muy pocas publicaciones similares en el país pueden alardear. El impacto de la Revista Universidad de Antioquia ha sido tal que Carlos Gaviria, en una de sus últimas entrevistas, dijo tajantemente que esta publicación era la mejor del país.

Premios al arte y la cultura Proclamados los ganadores el 11 de septiembre, los 47° Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia fueron entregados el 16 de octubre. El 16° Premio Nacional a las Artes y las Letras fue para la Fundación Mapa Teatro, con más de 30 años en el panorama cultural y artístico colombiano. El 33° Premio Nacional de Literatura, modalidad dramaturgia, fue para el escritor caleño Carlos Enrique Lozano Guerrero, por su obra Transmigración (los lobos no van a la guerra). El 12° Premio Nacional de Comunicaciones, modalidad ensayo crítica de arte y cultura, lo ganó el escritor antioqueño Jacobo Cardona Echeverri por su ensayo Las tecnologías de lo monstruoso. Un cuadro, los cuerpos, el procedimiento”. Finalmente, el Premio Nacional de Artes, modalidad performance y artes vivas, fue para Inocular, obra de Ana María Gómez López.

Egresado ejemplar El exmagistrado Iván Velásquez Gómez, egresado del pregrado de Derecho de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, recibió la distinción José Félix de Restrepo al Egresado Sobresaliente, el 9 de octubre, en el día clásico de la Alma Máter. Como director del Colegio Antioqueño de Abogados “Colegas” adelantó campañas contra el “Estatuto de defensa de la justicia”, que establecía los jueces sin rostro y los testigos secretos. Como Procurador Departamental de Antioquia inició investigaciones por violaciones de derechos humanos en contra la población civil. Fungió en 1996 como magistrado auxiliar en el Consejo de Estado, y luego fue director de Fiscalías en Medellín. De 2006 a 2012 coordinó la comisión de apoyo investigativo de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, luego de lo cual más de 50 congresistas fueron condenados por parapolítica. En 2011 la International Bar Associationlo lo galardonó con el Premio Mundial de Derechos Humanos, y en 2013 la Asociación de Jueces Alemanes lo galardonó por su compromiso contra la impunidad y el respeto a los derechos fundamentales.

La biblioteca de hoy y del futuro Al igual que la Revista Universidad de Antioquia, la ahora Biblioteca Carlos Gaviria Díaz nació en 1935, bajo el nombre de Biblioteca General de la Universidad de Antioquia. Se llamó Biblioteca General de la Universidad de Antioquia, Departamento de Bibliotecas, Sistema de Bibliotecas, hasta el actual, en homenaje al profesor emérito. Incluidas las bibliotecas satélites, cuenta con alrededor de 258 mil títulos de libros de todas las áreas, que se traducen en casi 400 mil ejemplares. En cuanto a revistas, cuenta con más de cinco mil títulos, que suman entre sí cerca de 310 mil ejemplares. Además, tiene 76 bases de datos, 53 mil revistas en línea y 57 mil libros electrónicos. En 1985 recibió el “El Mundo de Oro de la Cultura”, otorgado por el periódico El Mundo por su labor cultural durante cincuenta años; en 2010 obtuvo el premio Cecorp, categoría “Responsibilidad social”, gracias a su servicio para invidentes; en 2010 recibió el premio Crea digital y en 2015 la Asamblea Departamental de Antioquia la galardonó con la Orden al mérito cívico y empresarial Mariscal Jorge Robledo.

La visita de una filósofa Con un apoyo conjunto entre la Universidad de Antioquia y el Parque Explora, Martha Nussbaum visita a Medellín del 10 al 14 de diciembre. En ese marco, la Alma Máter le otorga el Doctorado Honoris Causa en Filosofía. “El papel de las artes liberales en la revolución educativa” y “¿Por qué el amor es importante para la justicia? Emociones políticas en un país en proceso de paz”, hacen parte de sus disertaciones en la ciudad. Es estadounidense, profesora de filosofía en la Universidad de Chicago y entre los reconocimientos que ha recibido se encuentra el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales (2012). Sus ideas giran en torno a la renovación de los sistemas educativos, el papel de las humanidades en las mallas curriculares y la importancia del arte para la formación de ciudadanos. Cuenta con más de 51 títulos honorarios y más de 25 obras, entra las cuales destacan El cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la reforma en la educación liberal, Sin fines de lucro: por qué la democracia necesita humanidades.


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Medicamentos, tómense con cuidado Por JOHANNA PINO QUICENO

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levar ese mensaje a las comunidades, manifiesta Andrés Felipe Zuluaga Salazar, líder científico de CIEMTO, ha sido muy difícil. Uno de los principales factores para que las estrategias de vigilancia y control en el consumo de medicamentos funcionen es la participación y entendimiento de las personas sobre este ejercicio. Tal vez, apuntan a afirmar varios de los expertos asistentes al encuentro, este es el momento para que inicie una transformación en la manera de percibir el consumo de medicamentos. “En España se estima que, de una población de 46 millones, 3.000 personas mueren al año por reacciones adversas; un número mayor del que se registra por accidentes de tránsito. Curiosa, y paradójicamente, hay campañas de concientización para que la gente conduzca bien: no consuma alcohol ni alucinógenos, o no utilice el móvil; pero en medicamentos es poco lo que se ve”, explica Mariano Madurga Sanz, jefe del Área de Farmacoepidemiología y Farmacovigilancia del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de Madrid, España. Para Pamela Alejandra Saavedra, del Consejo Federal de Farmacia de Brasil y líder del Centro Brasileño de Información sobre Medicamentos, resultan pertinentes centros como Ciemto, pues, dice, “una de los principales intenciones es llevar a la población información calificada sobre medicamentos y los eventos adversos. Además de cómo tener un buen uso de los mismos y llegar a transformar esa información técnica-científica en un lenguaje de fácil comprensión para la población”. La preocupación por la adecuada ingesta de medicamentos no es en vano, aunque las cifras en nuestro país no son tan altas y, al parecer, ni tan alarmantes como las entregadas por el farmacoepidemiólogo español. Pero sí se trabaja en la disminución de los indicadores. Según cifras de 2013 del Instituto Nacional de Salud, “el mayor porcentaje de intoxicaciones por sustancias químicas correspondieron a intoxicaciones por medicamentos (32,13%), seguidos de intoxicaciones por plaguicidas (29,17%) e intoxicaciones por sustancias psicoactivas (16,94%); concentrando el mayor número de eventos en las entidades territo-

En el XII Encuentro Internacional de Farmacovigilancia convocado por la Facultad de Medicina a través del Centro de Información y Estudio de Medicamentos y Tóxicos –CIEMTO– se insistió en el papel responsable que debe tener el ciudadano-paciente al momento del acceso y toma de medicamentos.

Tabla 1. Casos de intoxicaciones por sustancias químicas Antioquia 2008 - 2013 Año

Fármacos

Plaguicidas

Otras sustancias

Psicoactivas

Metales pesados

Monóxido gases y solventes

Total

2008

253

428

423

0

56

0

1160

2009

527

735

633

0

173

0

2068

2010

1111

981

579

358

132

127

3288

2011

1533

1136

416

523

117

115

3840

2012

1863

1225

426

695

76

155

4440

2013

1777

1053

638

557

53

161

4239

Fuente: Sivigila 2013

riales de Bogotá, Antioquia, Valle, Nariño y Huila”. En un informe del mismo año de la Secretaría Seccional de Salud y Protección Social del departamento de Antioquia se evidencia que 4.293 personas presentaron intoxicaciones, de las cuales más de la tercera parte, 1,777, fueron por medicamentos. Tabla 1. Según el mismo informe, “el 52.7% de los casos de intoxicación por sustancias químicas se reportaron en mujeres, situación que puede obedecer a que estas tienen mayor contacto, usan o manipulan más (están en mayor riesgo) estas sustancias químicas, se automedican (fármacos) y utilizan desmesuradamente sustancias de aseo y limpieza (otras sustancias químicas); por su parte, los hombres registran el 47.3%, presentando mayores intoxicaciones en el resto de sustancias químicas analizadas, sobre todo en actividades agropecuarias, donde se manipulan plaguicidas, lo que incrementa los factores de riesgo de intoxicación por el uso desmesurado y escaso uso de elementos de protección personal. Estos también se intoxican más con psicoactivos al igual que con metales pesados, monóxido de carbono y otros gases”. Tabla 2. Por cifras como las descritas anteriormente es que para José Luis Castro, asesor en uso razonable de medicamentos de la OPS/OMS, “no se puede considerar solo la promoción del acceso, sino el acceso unido a la utilización adecuada. El enfoque de una estrategia de uso racional implica tener todos los elementos vinculados desde el acceso hasta el uso por el paciente, porque el acompañamiento del paciente, incluso en la estadía final de su prescripción, administración

Tabla 2. Proporción de Intoxicaciones por tipo de sustancias químicas según sexo. Antioquia 2013

Fuente: Sivigila 2013

y consumo del medicamento, es importante para que sepa qué está haciendo correctamente”. Pero debido a las limitaciones del sistema es claro que el médico no puede acompañar al ciudadano en todo este proceso, por eso para Pamela Saavedra, “se ha trabajado mucho que el paciente deje de ser pasivo frente a su enfermedad o condición de salud. El paciente tiene que estar al tanto de su tratamiento farmacológico. Es necesario que tenga mucho conocimiento para poder actuar en las diferentes situaciones y poder tener un papel activo”. Según ella, el paciente debe ser el centro del proceso y no el médico, a quien finalmente se le deja toda la responsabilidad. En este punto es donde recae la importancia de las instituciones que preparan los futuros médicos; varios especialistas coinciden en que ni los médicos más antiguos, ni los más recientes, son juiciosos en el registro de las reacciones adversas y es posible, explica Sa-

avedra, que no lo hagan porque es visto como un error en el que incurrió el médico, sabiendo que este proceso no es en busca de señalar errores sino de mejorar el cuidado del paciente. A su vez, Mariano Madurga, manifiesta que para él, “el enfoque máximo debería ser la universidad donde las nuevas generaciones de sanitarios —médicos, farmacéuticos, enfermeros— estén sensibilizados frente a esto tan sutil que es al final tomar uno o dos comprimidos con medio vaso de agua que pueden solventar de inmediato una jaqueca, pero si intervienen otros agentes allí puede ser un riesgo que te puede llevar al ‘otro barrio’”. Ciemto cuenta con una línea celular en la que orienta a las personas que creen tener síntomas de intoxicación por medicamentos o alimentos, o por accidentes con animales ponzoñosos. Si necesita orientación se puede comunicar todos los días de 7:00 a.m. a 6:00 p.m. a la línea Ciemto 300 303 8000.


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Foto: cortesía

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Parte del Grupo de Trasplantes de la IPS Universitaria con el paciente que se sometió al trasplante.

IPS de la Universidad de Antioquia realiza con éxito trasplante combinado Por JAIME ZAPATA VILLARREAL

E

ra difícil imaginar que solo cinco años después de haberse hecho el primer trasplante de riñón en la IPS de la Universidad de Antioquia se realizaría, con éxito y sin mayores contratiempos, un procedimiento complejo y de alta rigurosidad técnica: un trasplante combinado de páncreas y riñón a un paciente con diabetes tipo 1. Esto fue posible gracias al trabajo mancomunado del Programa de Trasplantes de la IPS Universitaria y un equipo de profesionales de las áreas de Nefrología, Cirugía, Anestesiología, Laboratorio de Inmunología, Hospitalización, Unidad de Cuidados Intensivos y Farmacia. La apuesta era arriesgada: es un procedimiento que, aunque muy necesario por la demanda de pacientes con diabetes tipo 1 y problemas de insuficiencia renal, es poco realizado en el país —solo una clínica en Cali y otra en Medellín lo realizan— por su complejidad y alto riesgo de mortalidad. “Nos tardamos más de 4 años en tener todo a punto para realizar este procedimiento: donantes, un paciente idóneo, escribir guías, formación de personal de enfermería e instrumentación, consecución de cirujanos, de anestesiólogos, de nuevos instrumentos, optimizar

la sala donde iba a recuperarse el paciente. Fue un trabajo de mucha planeación y cuidado”, explica Jaime Ramírez, cirujano y coordinador científico del equipo de trasplantes de la IPS. Un hombre de 34 años fue el paciente escogido para la cirugía que duró aproximadamente siete horas, a quien desde los 13 años se le había detectado una diabetes tipo 1 y empezó a sufrir, desde entonces, un deterioro progresivo en varios de sus órganos: además de insulina diaria, esta insuficiencia le causó una falla de riñón y lo llevó a realizarse diálisis, aumentando la urgencia de practicarle un trasplante combinado. “El pasó de ir a la clínica la mitad del día, cuatro veces por semana, hacerse diálisis y aplicarse la insulina sagradamente, a ir una vez al mes, sin insulina ni diálisis. Sumado esto a la libertad que supone tener más tiempo para estar con la familia, viajar, aprovechar mejor esos días que antes malgastaba por culpa de la enfermedad”, asegura Iván Darío Arenas, anestesiólogo e integrante del equipo médico que realizó la cirugía. Para José Nelson Carvajal, nefrólogo y pieza clave en la consecución del trasplante combinado, una de las dificultades palpables del procedimiento residía en las condiciones óptimas para realizar el trasplante de páncreas. “Este trasplante —dijo— tiene un alto grado de dificultad por

diferentes motivos: el páncreas es un órgano que puede trombosarse fácilmente si no hay un manejo adecuado; también está el riesgo de filtración que presenta en la sutura intestinal (el páncreas produce también enzimas digestivas) y las filtraciones que pueden originar un alto riesgo de peritonitis y complicaciones infecciosas. Dado que es un trasplante con una gran dificultad técnica y cuyas complicaciones pueden ser desastrosas, no todos los grupos de trasplante están en condiciones de ofrecer este servicio”. Más allá del éxito de la operación, Jaime Ramírez sabe que este es solo un punto de partida y que falta mucho por hacer. “Se calcula que hay tres millones de diabéticos en el país y de esos 60.000 son tipo 1. Deberíamos estar trasplantando 50 o 60 pacientes por año, no uno o dos”. A pesar de esto, Ramírez es optimista con los resultados. “Para nuestro servicio y nuestro programa de trasplantes de la IPS Universitaria es catapultarnos y posicionarnos como uno de los programas más completos del país y Latinoamérica. Tener la capacidad de manejar cada una de las fallas de los órganos abdominales con suficiencia y con posibilidad de realizar trasplantes si es necesario.” “Este es un paso muy grande para la IPS universitaria”, asegura Iván Darío Arenas, quien resalta que esta institución ha cambiado mucho de lo que era hace 20 años.

“Antes se conocía a la León XIII como una clínica en decadencia. Hoy se la reconoce como uno de los mejores centros médicos del país. Su modelo de gestión y trabajo se está difundiendo a otras sedes y eso ha llevado a una sólida confianza en su equipo médico y de especialistas, y en particular en la función pionera que el programa de trasplantes está realizando en Medellín”. Para la Universidad de Antioquia, destaca José Nelson Carvajal, el hecho de contar con un servicio exitoso de transplantes de alta complejidad implica “una formación íntegra en programas de trasplantes de órganos abdominales y nefrología para los estudiantes de medicina de la misma universidad; además de un nuevo centro de rotación más capacitado para los que trabajen en áreas como enfermería, nutrición, sicología, trabajo social, infectología, entre otros”. Carvajal, como docente y formador de nuevos profesionales en la materia, hace énfasis en la juventud de este grupo de trasplantes de la IPS Universitaria y pondera cómo esta mezcla de juventud y profesionalismo ha llevado no solo a un ambiente de trabajo propicio para el éxito de estos procedimientos, sino también a la confianza de las nuevas generaciones en lo que pueden hacer. “Así estamos cumpliendo con el papel de la universidad —dice— en la formación de recurso humano calificado para la sociedad”.


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Estudiantes actualmente matriculados en el programa de Administración de Empresas de la Facultad de Ciencias Económicas.

Administración de Empresas suma 40 años en la gestión de organizaciones sostenibles

E

l Departamento de Ciencias Administrativas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia celebró durante noviembre los 40 años de creación del pregrado Administración de Empresas. Conferencias, encuentros de investigación, concierto sinfónico, y la II Feria de Inglés fueron algunas de las actividades con las que se conmemoró la efeméride. Comprometida con la generación y transferencia del conocimiento administrativo en la región y el país, la Universidad de Antioquia dio el aval a la Facultad de Ciencias Económicas para crear en 1975 el pregrado Administración de Empresas, fecha desde la cual el programa se ha renovado acorde con las necesidades sociales y empresariales del sector, constituyéndose en referente regional en la formación de profesionales íntegros, que se caracterizan por su liderazgo en la gestión de organizaciones sostenibles. La investigación y la extensión han cumplido un papel crucial en

Docentes y empleados del pregrado de Administración de Empresas.

la madurez del programa. “En sus 40 años de historia, a través del pregrado hemos contribuido al país con proyectos de investigación aplicada en áreas de marketing, dirección estratégica, finanzas,

talento humano, gestión del conocimiento, CTi, entre otras; dirigido a empresas como Nutresa, EPM y la Contraloría General de la Nación, donde docentes, estudiantes y egresados han trabajado manco-

munadamente”, expresa Ramón Javier Mesa Callejas, decano de la Facultad de Ciencias Económicas. El pregrado, que cuenta con reacreditación de calidad y fue


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Normas internacionales de información financiera: una nueva realidad para las empresas Por JAIR ALBEIRO OSORIO AGUDELO* JULIÁN ESTEBAN ZAMARRA LONDOÑO**

L Fotos: cortesía Facultad de Ciencias Económicas

ofrecido inicialmente en Medellín, ha llegado en los últimos años a cada una de las subregiones de Antioquia donde la Universidad opera. De Administración de Empresas han egresado 2.637 profesionales, alrededor de 77 cohortes, y en la actualidad registra 1.724 estudiantes están en proceso de formación con énfasis en mercadeo, gestión del talento humano y finanzas corporativas. ¿Cuáles son las metas para los próximos años? “Celebrar 40 años es el reconocimiento del trabajo arduo de pensar y construir el futuro, pero aún queda mucho camino por labrar. Dentro de 10 años, nos vemos como una escuela de pensamiento y formación de reconocimiento nacional e internacional, con procesos de investigación y extensión consolidados; que se caracterizará por el bienestar de sus integrantes, su enfoque global e influencia en procesos de innovación y sostenibilidad”, afirma Bernardo Ballesteros Díaz, jefe del Departamento de Ciencias Administrativas.

as normas internacionales de información financiera, NIIF, se han convertido en los estándares de contabilidad en el mundo. En la actualidad se adelantan proyectos de convergencia en más de 100 países, de lo cual se espera una integración en la forma de reconocer, medir, valorar y revelar los diferentes hechos económicos que se ven reflejados en la información financiera organizacional. Colombia no ha sido la excepción y desde el 2009, con la expedición de la Ley 1314, cuyo objetivo es mejorar la productividad, la competitividad y el desarrollo armónico de la actividad empresarial a través de la expedición de normas de contabilidad, de información financiera y de aseguramiento de la información bajo estándares internacionales de aceptación mundial que la Ley denomina convergencia; se inició el camino hacia la globalización del lenguaje contable en Colombia, el cual, hoy en día, ya se encuentra cerca de su culmen máximo de reporte empresarial bajo este nuevo modelo contable. En esa dirección, el Departamento de Ciencias Contables de la Universidad de Antioquia acompaña desde 2014 a la empresa Gana en el proceso de implementación de las NIIF en la fase de diagnóstico, lo cual ha permitido determinar los potenciales impactos en los procesos y rubros contables, en la planeación tributaria, recursos tecnológicos (hardware y software), recursos humanos, aspectos operativos y relación con acreedores. El proyecto, denominado “Diagnóstico en la convergencia hacia las NIIF”, cuenta con un equipo de profesores, profesionales y estudiantes de la Universidad con amplia experiencia en procesos de implementación de las normas. Se desarrolló en varias fases; la primera de diagnóstico, la cual incluye la identificación de diferencias de políticas contables entre la normativa local vs las normas internacionales,

incluyendo impactos en reportes, impuestos, procesos y tecnología. Adicionalmente, se llevó a cabo una capacitación a empleados del área contable y financiera y de las áreas que alimentan el sistema contable de la empresa. En la segunda fase, se asesoró y acompañó a la compañía en la realización del estado de situación financiera de apertura bajo los estándares internacionales. Finalmente, la tercera fase está orientada al acompañamiento de los parámetros necesarios en el sistema de información contable para cumplir con los criterios de reconocimiento y medición bajo las NIIF. Al considerar que no se trataba sólo de una exigencia normativa sino de un proyecto de gran impacto, los directivos de Gana, junto con el equipo de profesionales de la Universidad, analizaron el estándar que más se adecuaba a las necesidades e intereses de la compañía, por lo decidieron adoptar voluntariamente las NIIF plenas para el grupo I, aun cuando la legislación solo exigía pertenecer al grupo II. “Somos una compañía que ha crecido y que se ha transformado para adaptarse a los retos y oportunidades que define el mercado a una velocidad extraordinaria.

Empezamos con un solo producto hace nueve años y hoy contamos con 80 productos diferentes”, observa el gerente general Carlos Salazar. Dicho proceso de transformación también incluye la implementación de las NIIF, con el propósito de mejorar la calidad de la información en términos de transparencia, relevancia, pertinencia y comparabilidad con un lenguaje global que permita apalancar la estrategia de internacionalización y de esta forma dar respuesta a la visión de la empresa en el corto plazo. Según Salazar, el respaldo recibido por parte de la Universidad de Antioquia en la implementación de las normas NIIF ha sido trascendental para el éxito del proyecto. “El trabajo articulado entre las universidades y las empresas es necesario para potenciar la obtención de resultados eficientes que repercutan positivamente en la sociedad. Por esta razón deseamos extender un sincero saludo de agradecimiento a todos los profesionales de la Universidad de Antioquia que, con su conocimiento, han aportado para que Gana siga siendo una empresa competitiva”, expresó. *Jefe Departamento de Ciencias Contables **Coordinador Proyecto NIIF en Gana

Gana es una empresa comercial constituida en abril de 2006 para integrar a todos los empresarios de apuestas permanentes de Antioquia en una sola compañía, más moderna y competitiva. Con ella se dio surgimiento a la sistematización del chance en el Departamento, brindando mayor respaldo a los clientes y luego, con la ampliación del portafolio, oportunidades de integración a las comunidades más apartadas que ahora pueden acceder a otros servicios de trascendencia para su desarrollo. Hoy en día esta compañía hace presencia en los 125 municipios de Antioquia, a través de 2.100 sitios de venta, 233 Ganaservicios, 5.000 colocadores independientes y 5.300 comercios.


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Derecho a las ciudades y espacio público en América Latina

L

a discusión sobre qué es espacio público, a quién pertenece y cómo se regula es un tema de agenda prioritaria en el continente. Así se pudo constatar en el coloquio “Derecho a las ciudades y espacio público en América Latina”, en el marco de la XXV Asamblea general del Consejo latinoamericano de ciencias sociales, CLACSO, que sesionó en noviembre en Medellín. Para Vladimir Montoya, director del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia, el derecho a la ciudad “no es un derecho canónico ni constitucional ni algo que esté establecido, más bien es una constelación de derechos que ponen al ciudadano y su relación con el territorio en primer plano”. La posibilidad de un espacio propio, como necesidad vital del ciudadano, es la raíz de un problema social antiquísimo y siempre vigente: la usurpación, el dominio arbitrario por parte del Estado y grupos terratenientes de grandes porciones de territorio. “Los habitantes de las villas, en Buenos Aires, según el Estado argentino, no tienen derecho a la ciudad, no se les puede urbanizar porque ellos son los culpables de la inseguridad. Eso es uno de los argumentos más deslegitimantes, de mayor peso para no oficializar estos espacios marginales y, a la larga, despojar a sus habitantes de ellos”, explica María Cristina Cravino, antropóloga argentina e investigadora sobre temas de política social y asentamientos urbanos en su país. Contrario al caso argentino, en Puerto Rico, por ejemplo, se presenta el modelo de la Casa Talf, el cual, explica Marina Moscoso Arabia, una de sus impulsoras, “era una propiedad que había sido abandonada en la ciudad de San Juan hace más de 40 años. Lo que hicimos con unos vecinos del barrio fue apropiárnosla y convertirla en un centro cívico al servicio de los habitantes del sector”. Este acto, explica Moscoso, más que un impulso de rebeldía fue “el legítimo derecho de una comunidad a desarrollar, en su espacio vital, un símbolo de cómo la propiedad es una construcción pública y plural, de quien la nece-

sita y aprovecha; ya que lamentablemente en San Juan de Puerto Rico más que el derecho a la ciudad estamos hablando y peleando por el derecho a hacer ciudad, porque hace más de 70 años se abandonó el proyecto urbano y el gobierno se dedicó a suburbanizar”, aseguró. En Colombia la situación del espacio y su apropiación tiene una estrecha relación con los conflictos políticos y sociales que han marcado la historia del país desde su conformación. Y esto lo evidencia Luis Berneth Peña, geógrafo urbano e investigador, quien pone de ejemplo Bogotá, ciudad donde vive, para plantear un término que engloba su perspectiva sobre espacio, paz, calidad de vida y seguridad: securonormatividad. “Esta palabra proviene de una pregunta sobre si un espacio de seguridad es un espacio de paz; si esa consciencia de saberse dueño de un territorio opera en términos de tranquilidad para ese propietario; o si por el contrario es una carga, un motivo de conflictos y envidias con los demás”, explica Berneth Peña, para quien esta situación es el origen de muchos de los mayores problemas sobre territorio y propiedad en Colombia. En el caso de Medellín, Juan Fernando Zapata, investigador y miembro de la fundación Sumapaz, habla de un problema social que afecta el derecho al espacio vital de cierta población del país: el desplazamiento forzado externo e interno a causa de la guerra. “En Medellín —expone Zapata— son más 250 mil desplazados externos y 30 mil internos que luchan por encontrar un lugar dónde vivir en las zonas marginales de la ciudad. Y en vez de recibir apoyo del gobierno local, lo que se ha visto es un despojo abrupto de más de seis mil personas de sus hogares improvisados, con malas soluciones de viviendas en solo mil casos”. Zapata advierte que si bien este es un tema que atañe a todo el Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Por JAIME ZAPATA VILLARREAL

gobierno nacional y que muchas veces rebasa la posibilidad de acción de los gobiernos locales, sí cree, enfáticamente, que en el caso de Medellín “una gestión de ordenamiento territorial organizada serviría para generar equidad y mejoramiento integral de barrios como algo prioritario para la ciudad”, en lugar de gastar recursos, dice, en “proyectos urbanos paisajísticos poco funcionales; más estéticos que otra cosa y con cero gestión democrática para la construcción participativa desde lo público”. Lo que estos ejemplos de diferentes lugares de América Latina logran, para Vladimir Montoya, es

explicar que “el derecho a la ciudad es la posibilidad, la esperanza de ser diferentes y convivir en la diferencia con dignidad”. La trascendencia de esta discusión sobre derecho, espacio y propiedad pone el énfasis en otra preocupación urgente: la convivencia con el otro, cómo se adecúa y se reparte un territorio aceptando la individualidad de cada ciudadano sin perder el horizonte colectivo. “Lo importante de estos derechos —concluye Montoya— es que son la condensación de muchos otros derechos: la idea de poder permanecer, de poder reconocer al otro como habitante de un espacio en común”.


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Jóvenes de Antioquia podrán estudiar virtualmente con la U.deA. desde el grado décimo El 2016 será un buen año para los jóvenes de las regiones de Antioquia. A través del proyecto Vamos para la universidad, más de 50 mil estudiantes de 10˚ y 11˚ y bachilleres de 117 municipios no certificados en educación, tendrán la oportunidad de estudiar con la Universidad de Antioquia desde 237 instituciones educativas departamentales y la red de parques y ciudadelas educativas. Por REINALDO ZAPATA SÁNCHEZ

Foto: Gobernación de Antioquia

U

y explicaciones recibidas desde la Universidad. Para lograr un mejor desempeño de los maestros y maestras, se les brindará capacitación en el uso de las TIC mediante diplomados, capacitaciones y sesiones virtuales previas a cada clase. Esto mejorará las competencias en el uso de la TIC de alrededor de 1.000 docentes de 237 instituciones educativas del departamento de Antioquia.

Ude@: referente de educación virtual

Foto: Ude@

na vez más la Gobernación de Antioquia y el Alma Mater suman esfuerzos para fortalecer la regionalización en el Departamento, en esta oportunidad con el proyecto de educación virtual Vamos pa la universidad 2016 y 2017, iniciativa con la cual más de 50 mil jóvenes del departamento tendrán la oportunidad de estudiar con la U. de A. a partir de grado décimo, desde instituciones educativas departamentales de 117 municipios y la red de parques y ciudadelas educativas ubicadas en 90 municipios de Antioquia. El proyecto fue presentado por la Gobernación de Antioquia al Sistema General de Regalías en octubre del presente año, y aprobado el mismo mes, con el objetivo de mejorar las oportunidades de acceso y permanencia en la educación superior de los jóvenes del departamento. La Universidad de Antioquia, a través de su unidad de virtualidad, Ude@, será la encargada de ejecutar la iniciativa, con la que se espera impactar de manera positiva la educación en el Departamento. El programa se extenderá desde enero del próximo año hasta diciembre de 2017 y en principio beneficiará más de 50 mil jóvenes entre estudiantes de 10°, 11° y bachilleres. La iniciativa apunta a que un estudiante pueda hacer un primer semestre en el colegio y el segundo, cuando se gradúe, como bachiller en el parque educativo del municipio. En un comienzo los cursos pueden ser homologados en la Facultad de Ingeniería y más adelante en otras facultades de la Universidad de Antioquia, sin moverse de su municipio. El primer semestre consta de cuatro cursos universitarios que se desarrollarían así: dos en grado décimo, lectoescritura y matemáticas, como cursos generales y dos en grado once; Inglés y Descubriendo la física como cursos específicos.

En el segundo semestre que se realizará en los parques y ciudadelas educativas, el estudiante tendrá acceso a otros cuatro cursos homologables con el fin de dar continuidad al proceso iniciado en las instituciones. Los cursos tienen una duración de un semestre y son exactamente iguales a los que se ofrecen en la Universidad. Cabe resaltar que se emiten en tiempo real desde la Universidad de Antioquia, mediante la plataforma de videoconferencia y contarán con el apoyo de los maestros de las instituciones educativas contratados como profesores de cátedra de la Universidad de Antioquia. Alrededor de 18 mil millones serán destinados a esta iniciativa, provenientes de recursos de regalías derivadas de fondos de compensación, de desarrollo, de ciencia, de tecnología e innovación y por asignaciones directas; suma que fue aprobada por el OCAD (Órganos colegiados de administración y decisión) y que representa una gran avance en la expansión de la regionalización de la U. de A. a través de educación virtual.

Orientación vocacional Adicionalmente, los estudiantes recibirán el acompañamiento de profesionales del área de Bienestar en las instituciones educativas y los parques y ciudadelas educativas para la construcción de sus proyectos de vida, enfocados en la orientación profesional y la disminución de la deserción académica. Este acompañamiento consta de talleres reflexivos y motivacionales, asesorías personalizadas, actividades de autoconocimiento, entre otros. El proceso de orientación vocacional es clave ya que mediante éste se busca que los jóvenes tengan más fundamentos en la escogencia de su carrera profesional, factor que genera niveles de deserción importantes.

Capacitación en TIC a maestros y maestras A lo largo del proceso, los maestros y maestras son claves para el éxito del proyecto. Las clases están diseñadas para que los maestros estén vinculados a las clases mediantes ejercicios, talleres, o evaluando, coevaluando y complementando los conceptos

Desde hace 10 años, Ude@ (unidad de virtualidad) de la Universidad de Antioquia viene haciendo un trabajo destacado en educación virtual dentro y fuera de ella. A través de ésta, especialmente la Facultad de Ingeniería, ha podido fortalecer su presencia en las regiones y ampliar la oferta educativa de la U. de A. en el Departamento, brindando así mayores oportunidades de acceso a la educación superior. Actualmente, Ingeniería cuenta con cuatro programas virtuales que se ofrecen en las nueve subregiones del departamento: Ingeniería Ambiental, Industrial, Telecomunicaciones y Sistemas. Adicionalmente, cuenta la especialización y maestrías en Gestión Ambiental con modalidad virtual. Otras unidades académicas también han incursionado en la virtualidad a través de Ude@, como es el caso de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias con la Especialización Tecnológica en Regencia de Farmacia, y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales con la Maestría en Enseñanza de las Matemáticas. También cuenta con el Diplomado AMETIC (Aprendizaje Efectivo Mediado por TIC). Finalmente, se ofrece el Diplomado Aprendizaje Efectivo Mediado por TIC (AEMTIC) dirigido a maestros y maestras del país para que incluyan en su hacer pedagógico los recursos y herramientas tecnológicas más destacadas de las TIC.


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Facultad de Educación ofrece maestría con metodología virtual Por ALEJANDRA CARMONA

Fotos: Yeison Osorio Mejía

C

on el fin de ampliar la oferta de promoción posgraduada a los docentes del país para que profesionales de otras áreas del conocimiento se formen en los principios generales de la pedagogía, la didáctica, la enseñanza y el aprendizaje, la Facultad de Educación ofrecerá la maestría en educación, metodología virtual. Las inscripciones están abiertas hasta el 2 de diciembre de 2015 y los seleccionados se darán a conocer en 10 días hábiles. La primera corte inicia en febrero de 2016. Los elementos estructurales del posgrado son el uso de la multimedialidad y la hipertextualidad, la integración de herramientas que favorezcan la comunicación e interactividad y la incorporación de altos niveles de personalización para situar a cada estudiante de acuerdo con el contexto en que desarrolla su labor docente o proceso investigativo. El enfoque del programa es constructivista, “esto quiere decir —explica Doris Adriana Ramírez, coordinadora de la maestría— que el conocimiento se construye colaborativamente, que juegan un papel muy importante los saberes previos de las personas que llegan” y, por tanto, añade, “debemos rescatar esas experiencias y fortalecer la base conceptual, metodológica y didáctica de los profesores”. Otra de las posibilidades que plantea Ramírez, es la ampliación de la cobertura a todo el país, pues muchos profesionales en el ámbito educativo no están formados en lo pedagógico y didáctico pero están enseñando. Para muchos de ellos es complejo el desplazamiento a una sede presencial, y con la virtualidad la maestría da la posibilidad a los interesados de cualificarse, en uno de los dos énfasis propuestos: profundización, para aquellos que quieren seguir ampliando sus bases pedagógicas, e investigación, para quienes deseen ser profesores universitarios y quieran seguir la ruta del investigar. En la presentación de la maestría, el investigador experto en comunicación Germán Rey Beltrán resaltó el esfuerzo que Colombia ha emprendido para desarrollar la infraestructura de la virtualidad y las nuevas tecnologías, “en el sentido de hacer accesible el internet, permitir que los niños y jóvenes de las escuelas tengan acceso a un computador”, pero advirtió que

Presentación de la maestría en Educación, metodología virtual, que se realizó en el auditorio de la SIU. esa es la primera fase y que deben venir otras. También señaló que debemos plantearnos interrogantes tales como qué están haciendo los niños y jóvenes con las tecnologías, cómo se pueden vincular las tecnologías a los procesos educativos, o cómo se articulan las tecnologías de la información y la comunicación con

las manifestaciones culturales de los colombianos. Rey Beltrán augura que en el futuro existirá una especie de contextos híbridos en los que las metodologías presenciales dialogarán con tecnologías de la información y la comunicación. “No creo en una educación que acabe con el acervo de lo presen-

Germán Rey Beltrán con Carlos Arturo Soto, decano de la Facultad de Educación.

cial, siguen siendo importantes los maestros, los textos, pero ahora el asunto será cómo se integran las tecnologías a la labor de un maestro que ya no va ser un proveedor de información, sino un acompañante, alguien que permite el descubrimiento”, reflexionó. Carlos Arturo Soto, decano de la Facultad de Educación, dice que en las dos últimas décadas la unidad académico administrativa ha estado centrada en la presencialidad y concentrado sus esfuerzos en Medellín y el Valle de Aburrá. “Mirando cómo aparece la fisonomía de la Facultad hoy, creemos que es importante retomar ese legado que dejaron las generaciones de profesores de la Facultad con el uso de los desarrollos tecnológicos, y volver a posicionarla más trascendiendo Medellín y hacerla la institución insignia de Antioquia con un gran impacto a nivel nacional”, dice, al señalar las perspectivas que genera la maestría en educación bajo la modalidad virtual. Para acceder a la maestría se tendrá que seguir el proceso regular de admisión de la Universidad que se hará virtualmente. Los profesionales que aspiran a ser admitidos deben presentar su hoja de vida y una propuesta de investigación o un proyecto de profundización, además de un examen de conocimientos básicos. La valoración y selección se hará con un comité de la maestría que estará integrado por profesores de la Facultad.


Mario Yepes en su estudio.

Por GISELA SOFÍA POSADA

B

ach se escucha como si estuviera presente. En esta sala de su casa los libros parecen derramarse o ser las fronteras del espacio. La voz sale como una tonada grave y dulce a la vez, las palabras bien pronunciadas traen las anécdotas y esos momentos que la memoria no ha borrado. Las frases contundentes salen del cuerpo grande de tez blanca, los ojos negros, y sus manos pequeñas que con gestos delicados reafirman las verdades a la manera de un montañista que pone la bandera al llegar a la cima. Mario Yepes Londoño, integrante de una familia de diez hermanos, es la representación de lo que quiso ser, luego de entender que su camino no era ser pianista. A los 16 años, su deseo de ser actor lo llevó a conocer ese mundo y a conformar el primer grupo teatral, en compañía de algunos amigos, entre ellos la pianista Teresita Gómez, con quienes ensayaba, en los sótanos de Bellas Artes, la obra Corrupción en el Palacio de Justicia, de Hugo Betti. Era 1963. Pero el plan no duró mucho y la obra nunca se presentó, porque el director de Bellas Artes de la época argumentó que allí solo se enseñaba música y

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Foto: Gisela Posada

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Páter familias ballet, que le habían llegado noticias de que el teatro era un medio para que la subversión entrara al país. Al lado del maestro Rodolfo Pérez, en el año 1970, Mario Yepes se inició en la dirección de óperas con montajes y las puestas en escena —una temporada de seis operas lo estrenó en el oficio— , las cuales incluían, por primera vez en Medellín, obras como Orfeo y Eurídice de Gluck. Óperas como el Barbero de Sevilla y Aida, en escena triunfal con más de 120 personas, hicieron exhaustivo su trabajo itinerante en Bogotá, Cali y Manizales y, Medellín, cuando apenas arañaba una vida cultural a la manera de las grandes ciudades. En medio de festivales y de la efervescencia cultural patrocinada por la empresa privada, dirigió a personalidades del mundo como el tenor del Metropolitan de New York Eugenio Fernandi, quien grabó con la cantante María Callas La Traviata de Verdi. Becado por el British Council viajó a Londres a un curso sobre la producción escénica de ópera y fue el rigor, la disciplina y la lectura el método para reafirmar la importancia de los clásicos. Allí presenció la enorme riqueza de una ciudad que le brindó, por ejemplo, el privilegio de ser espectador en primera fila del ensayo y la función de la obra Sueño de una noche de verano de Shakespeare. El equipaje con el que llegó incluía el estudio del teatro griego, latino y de la edad media: “Uno puede ser ignorante, menos

en el oficio propio {…} tener un cultura del oficio que incluye las humanidades”. En 1972, Mario Yepes le propuso al rector Luis Fernando Duque Ramírez la creación de la Escuela de Teatro de la Universidad de Antioquia, al llegar a dirigir el grupo El Taller. Quince estudiantes hicieron el embrión y algunos hoy siguen fieles al oficio (desde la calle o en el escenario), como Bernardo Ángel de la Barca de los Locos y Carlos Mario Aguirre del Águila Descalza. En el recuerdo aparece Informe para una Academia de Kafka, obra y montaje del español José Luis Gómez en el que Mario Yepes colaboró en su presentación en Medellín. El Padre de las Casas y las obras cortas de Anton Chejov contaron con su dirección y están en el repertorio del grupo de teatro de la Universidad en medio de una época convulsionada y de luchas intestinas de partidos e ideologías, nombrada por él como “la locura furiosa”, pero estaba ahí, blindado por la convicción de que la función social del teatro debe ir acompañada de una estética y de un compromiso juicioso con el oficio. El teatro tendría valor en sí mismo, y esa era su máxima defensa contra los radicalismos. Imposible no mencionar al dramaturgo Enrique Buenaventura, maestro colombiano por excelencia, y ante quien el Colectivo de Teatro de la Universidad presentó El Padre de las Casas. El Director y fundador del Teatro Escuela de Cali, a pesar de ser el autor, elogió

el montaje y advirtió que la obra debía reescribirse, para cumplir con la vigencia histórica que rige al teatro, según él. Ahora, en 2015, cuando se cumplen cuarenta años de la enseñanza del Teatro en la Universidad de Antioquia, Mario Yepes, el padre y gestor de esta idea, dicta clases en Artes, Educación y Comunicaciones, donde con especial devoción insiste en el reconocimiento que merece la tradición y el conocimiento de la historia teatral: “Los estudiantes deben ser mejor que el profesor y no su imagen y semejanza {…} Un actor necesita saber de combate, esgrima, expresión corporal y manejo de la voz {…} Un montaje como Hamlet, por ejemplo, merece una amplia formación y un reto integral del actor para llevarlo a escena”. Se subleva ante la noción de que la Universidad es el reflejo de la sociedad. Con vehemencia dice “La Universidad debe ser la representación de la sociedad, lo cual implica una reelaboración”. “La Universidad transforma y permite hacer la crítica de la realidad”. “Tenemos la tendencia a nivelar por lo bajo y en la Universidad se debe encontrar lo superior”. El arte, el cine, su familia, sus nietos son tan esenciales para su vida como la docencia y la propia Universidad, y aunque al Teatro le hayan decretado la muerte, para él sigue siendo tan vigente como “un arte vivo en el que personas vivas se enfrentan con personas vivas para representar a la sociedad”.


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Las políticas globales frente a la(s) “crisis de refugiados” en el mundo de hoy Por GLORIA NARANJO GIRALDO Profesora e investigadora del Instituto de Estudios Políticos

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a búsqueda de medidas eficaces de control de los flujos migratorios ha producido profundas modificaciones en las políticas regulatorias a lo largo de las últimas décadas. Entre estos cambios se destaca el de las fronteras, que se han revelado como mecanismos relativamente eficaces al servicio de los objetivos de la política migratoria por su capacidad para regular la permeabilidad de los flujos de personas y la selectividad de los migrantes. Las prioridades de estas políticas de control han variado significativamente en diferentes momentos históricos. Desde 1995, cuando se empieza a reportar la caída en el número de refugiados y de solicitantes de asilo en los países del Norte Global, hasta finales de 2012 cuando estos países acogen 2.500.000 refugiados de un total de 10.500.000, lo que indica, según cifras de Acnur, que los restantes 8.500.000, equivalentes al 81% de los refugiados y solicitantes de asilo del mundo, son acogidos en los propios países del Sur Global. Lo anterior se explica, en parte, porque desde finales del período de la llamada Guerra Fría, los refugiados ya no eran bienvenidos al Norte, entre otras razones, porque ya no denunciaban simbólicamente el mundo del “socialismo realmente existente” y porque —según afirmaban— se trataba de “nuevos solicitantes de asilo” (procedentes del Sur) declarados como diferentes porque: la mayoría querían ir al Norte; procedían de conflictos internos y no interestatales; eran movimientos migratorios económicos encubiertos de refugiados políticos; en fin, que llegaban para abusar de la hospitalidad (Chimni, 2008). Queda en evidencia la ambigüedad de los esfuerzos de la “comunidad internacional”, y de sus políticas globales, para prevenir las migraciones forzadas combinando restricciones de entrada en el Norte y medidas de contención en el Sur. Entre otras (Zetter, 2007): En primer lugar, aprobando una

gran variedad de instrumentos extraterritoriales para la interdicción, por ejemplo el procesamiento en alta mar de las solicitudes de asilo, las devoluciones a terceros países, los acuerdos bilaterales de retorno, los oficiales de enlace en los aeropuertos. En segundo lugar, multiplicando las políticas restriccionistas dentro de todos los principales países de asilo: con nuevas agencias gubernamentales que gestionan la creciente afluencia de refugiados con procedimientos burocráticos complejos que transforman la etiqueta de refugiados hacia mayores resultados discriminatorios. En tercer lugar, los cambios en las políticas y prácticas nacionales se reflejan en los llamados superficiales hechos por algunos gobiernos en los últimos años para renegociar la Convención de Ginebra de 1951. Se argumenta que hay “refugiados genuinos”, que fueron mal recogidos por la etiqueta de la Convención. Se culpa a las víctimas y se ve como inconmensurable controlar la elegibilidad para el estatuto de refugiado. En cuarto lugar, en los países del “mundo desarrollado” se despliegan una variedad de etiquetas para la “protección temporal” o la llamada categoría “estatuto de refugiado b”, que mantiene a la gran mayoría de los solicitantes de refugio en un estado transitorio, a menudo durante años, sin que haya ninguna base en el derecho internacional para este tipo de protección temporal. Mención especial merece la manera como las diferentes etiquetas de “refugiado” y “migrante económico” con frecuencia, y tal vez deliberadamente, han sido fusionados por los intereses de los Estados-nación; la etiqueta “migración irregular” capta de manera efectiva esta incertidumbre y confusión. Los Estados, fusionando intencionalmente a los refugiados como migrantes, aplican una especie de “rechazo automático”, un primer punto de control. En buena medida es por esto que se considera intocable la diferencia entre migrantes/refugiados incrustada en la Convención desde 1951. En el presente, cualquier límite borroso entre migrantes forzados, y otros migrantes, hace más difícil y reduce

la oportunidad para alcanzar el estatus de refugiado, o peor aún, se penaliza a los demandantes que tratan de evitar estos obstáculos. Aún más, otros puntos de control han sido estratégicamente ubicados antes de poder alcanzar el estatus de refugiado: solicitante, protección temporal, personas de interés, permanencia humanitaria, y un largo etc… Y más todavía. Otras etiquetas actúan como embalses para contener la entrada y el acceso al estatus: “clandestinos”, “irregulares”, “ilegales”, “objeto de mafia de tráfico”, “deportables”. De esta manera, los solicitantes de asilo son empujados —metafórica y geográficamente— hacia atrás en el proceso; como “migrantes económicos”, en el mejor de los casos; como “migrantes irregulares” o “ilegales”, en el peor. Mientras esta fusión intencional e indebida es cubierta con la etiqueta “migraciones irregulares”, lo que habría que poner en primer plano, también, es que la metáfora de los embalses podría representar igualmente una cuenca para la “industria de la migración” (Castles,

estatutos jurídicos” de los migrantes, se garantiza la “multiplicación de la mano de obra”. Llegados a este punto, lo que hoy en día parece un poco desconcertante (o ingenuo) es entender que la reducción de la elegibilidad para los privilegiados de la etiqueta “refugiado” sea un problema humanitario, que también lo es, es un problema político y económico, no solo de políticas anti-refugiados, sino de políticas anti-inmigrantes. La multiplicación de nuevas etiquetas de “protección temporal” para designar diferentes tipos de solicitantes de asilo, y sus instrumentos asociados, tienen como objetivo habilitar a las burocracias para gestionar y rechazar las solicitudes de refugio. Porque lo que está en juego en el presente no es tanto la protección internacional como la distribución del estatus de refugiado. Y de manera vertiginosa esta política, con sus políticas públicas, vendrá a reflejarse en las manifestaciones de “sociedades antiinmigrantes”, algunas de las cuales, abonadas con políticas migratorias y fronterizas previas, no han hecho

Los gobiernos del Norte utilizan tácitamente el asilo y la “migración irregular” como una manera de satisfacer las necesidades de mano de obra, sin admitir públicamente la necesidad de tales contingentes migratorios. O dicho en palabras de Mezzadra (2013), existe una fábrica social “normal” que sostiene en alto la importancia de la migración en el mundo contemporáneo: mediante el mecanismo de la “multiplicación de los diversos estatutos jurídicos” de los migrantes, se garantiza la “multiplicación de la mano de obra”.

2003) transnacional. Los gobiernos del Norte utilizan tácitamente el asilo y la “migración irregular” como una manera de satisfacer las necesidades de mano de obra, sin admitir públicamente la necesidad de tales contingentes migratorios. O dicho en palabras de Mezzadra (2013), existe una fábrica social “normal” que sostiene en alto la importancia de la migración en el mundo contemporáneo: mediante el mecanismo de la “multiplicación de los diversos

más que florecer activamente en la Europa de la “crisis de refugiados” del presente año 2015. Los discursos políticos que insisten en la amenaza a la seguridad nacional son amplificados en los discursos sociales para hacer hincapié en las supuestas amenazas a la cultura nacional y al Estado de Bienestar por parte de los migrantes. No en pocas ocasiones unos discursos son el reflejo de los otros, y se refuerzan entre sí.


Equipo del diploma “Liderazgo, creatividad y sostenibilidad”, con docentes y participantes en el encuentro sobre tierras y minería, de Putumayo, San Luis, Tanguí, Vigía del Fuerte y Murindó.

Problemáticas de la tierra y la minería en Colombia

Desafíos educativos para comunidades rurales Por DIANA GÓMEZ

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l encuentro local-internacional “Tierras y minería: desafíos educativos para comunidades rurales y la sociedad en general”, que promovió la Facultad de Educación en octubre en Medellín, hizo visible la importancia del diálogo de saberes en la educación superior para la construcción de programas educativos pertinentes y adecuados a contextos rurales diversos. En el certamen, que reunió a 180 participantes, el economista y profesor de la Universidad Nacional Absalón Machado suscitó una amplia reflexión sobre la complejidad y multifuncionalidad del mundo de lo rural, en contraste con la discusión a la que históricamente se ha reducido, solo a asuntos de acceso y tenencia de la tierra, o a la producción agropecuaria. El abordaje de la problemática conceptualmente implica abordar y resolver en contexto otros temas interrelacionados con los componentes políticos, culturales, sociales. El 70% del país es todavía rural, y es la base para la soberanía alimentaria. Sin embargo, el Estado en sus planes de desarrollo privilegia una economía extractivista (megaproyectos, minería, ganadería extensiva y monocultivos), lo que ha puesto en alto riesgo la sosteni-

bilidad de páramos, ríos, bosques y tierras fértiles; mientras que la disputa de tan valiosos territorios por distintos grupos de poder y actores armados ha obligado al desplazamiento de la población rural a los centros urbanos, con el consecuente incremento de la pobreza que dificulta a familias enteras ejercer sus derechos y vivir con dignidad. El profesor Machado, quien fue el coordinador académico del informe Colombia rural: razones para la esperanza, del Programa Nacional de Naciones Unidas para el Desarrollo, 2011, sostiene que en vez de reforma agraria hay que hacer referencia a una reforma rural, un nuevo paradigma que debe ser considerado de manera interrelacionada, contextualizada y problematizada para una comprensión a profundidad sobre la ruralidad en Colombia. Al hacer hincapié en que los problemas de tierras hoy en Colombia no son los mismos de hace 50 años, Machado destaca siete asuntos clave que requieren ser discutidos y resueltos en nuestro país hoy: —El acceso a los derechos de propiedad sobre la tierra, problema histórico no resuelto. —Cerca del 50% de las propiedades rurales en Colombia están en la informalidad, por lo cual los poseedores de tierra son ciudadanos de segunda o tercera categoría. —La validez jurídica de los

derechos de propiedad. Un tema bastante complejo porque el país carece de una jurisdicción agraria. —No se tiene información cierta sobre la estructura agraria. Catastro está desactualizado en un 40%, los datos no reflejan la realidad. —El Estado colombiano desconoce la magnitud del problema de baldíos, pues no se sabe ciertamente cuántos son, quiénes los tienen, cómo fueron apropiados, ni cómo sanearlos. —Regulación de los servicios ambientales de la ruralidad desde una perspectiva de sostenibilidad. —Falta de una institucionalidad consistente, para administrar todo lo relacionado con la ruralidad. A esto se le suma la falta de un sistema de información actualizada y cualificada que dé cuenta de la realidad de las tierras en el país, el fortalecimiento de políticas diferenciadas para el desarrollo rural sostenible, con enfoque territorial y desde la perspectiva de los distintos actores involucrados. Lo anterior, reafirma Machado, no es un problema técnico, sino fundamentalmente político, y constituye una deuda histórica que tenemos como nación. Otro tema nodal de reflexión en el encuentro, tratado por el geólogo y excontralor delegado para medio ambiente Mauricio Cabrera, giró en torno a la minería en Colombia, que aunque se relaciona directamente con lo rural, también amerita un análisis a profundidad,

Foto: cortesía

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no sólo desde la academia, sino desde la sociedad en su conjunto. El modelo extractivista predominante actualmente en nuestro país, evidenciado especialmente en el fenómeno de expansión minera, viene ocasionando múltiples conflictos a lo largo y ancho del territorio nacional desde el punto de vista jurídico, social, ambiental y el crecimiento desbordado de grupos y bandas criminales organizadas desde la ilegalidad, la informalidad, e incluso, desde la formalidad, para apropiarse de los recursos mineros en detrimento del bienestar de las comunidades. Según Hader Calderón, magíster en educación y profesor de la Facultad de Educación, las distintas ponencias de los expertos nacionales e internacionales, y las experiencias presentadas por representantes las comunidades partícipes en el encuentro, mostraron múltiples necesidades y la importancia de los ejercicios de contextualización y los diálogos de saberes para la co-construcción de conocimientos pertinentes y un buen vivir en los territorios. Sin embargo —observó—, también se hizo evidente que salvo contadas excepciones que confirman la regla, las universidades y la academia en general permanecen de espaldas a la realidad que viven y sienten las poblaciones rurales, por lo cual se hace un llamado a las instancias pertinentes, para generar y potenciar espacios dialógicos como el que se habilitó en este evento, que posibiliten procesos de co-construcción entre universidades y comunidades. Hader Calderón, junto con Renata Moreno, máster en ciencias políticas y candidata a doctorado, y Luanda Sito, candidata a doctorado y también profesora de la Facultad de Educación, integran el proyecto Buppe “Diálogo universidades - comunidades para el fortalecimiento de capacidades de liderazgo y creatividad hacia la sostenibilidad en tres contextos rurales diversos: afro, indígena y campesino”, que lidera la profesora Zayda Sierra, y en cuyo marco se propició el encuentro. Los tres docentes investigadores destacaron en un documento de conclusiones del encuentro la importancia de comprender la complejidad de lo rural y la necesidad de implementar ejercicios de contextualización y de diálogos de saberes para la co-construcción no solamente de conocimiento sino de un buen vivir en el territorio. En el encuentro también se habló de empoderamiento de las mismas comunidades, la formación en cultura política para la participación, hacer valer en toda la sociedad, la importancia de la ruralidad como escenario estratégico para la construcción de la paz, de una democracia plena y permanente en Colombia.


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Asoprudea. Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. Ciudad Universitaria. Bloque 22, oficina 107. Teléfono 2195360. Fax 2636106 • http// Asoprudea.udea.edu.co • La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea.

Del MIDE y otros demonios Por LUIS JAVIER CASTRO NARANJO Profesor de la Facultad de Medicina Junta Directiva Asoprudea

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l Ministerio de Educación Nacional difundió hace algunos meses los resultados del Modelo de indicadores del desempeño de la educación superior –MIDE–. Desde que esta información salió a la luz pública se hicieron muchas observaciones y en particular el profesor del Instituto de Física de la Universidad de Antioquia Jorge Mahecha publicó en el portal universitario un artículo que llamó “MIDE no mide lo que dice medir”. Mahecha hace un estupendo análisis del cual traigo textualmente el siguiente párrafo: “Se usan indicadores que les permite una mejor ubicación en el ranking a las universidades a las cuales usualmente asisten personas de familias influyentes. Por ejemplo, «salario de enganche» como indicador de la calidad de una universidad. Igualmente «empleabilidad». Decir que una universidad con más «ingresos propios» es de mejor calidad que una que no los tiene, favorece a las universidades privadas respecto a las públicas. Con todo esto se están comparando universidades que no pueden ser comparadas”. En completo acuerdo con el profesor sobre estas conclusiones; agregaría que los estudiantes de las universidades públicas tienen serias desventajas con los que se matriculan en las instituciones privadas, pues los primeros proceden fundamentalmente de los estratos 1, 2 y 3, mientras los de las privadas pertenecen a estratos más elevados. Lógicamente la mayoría de los jóvenes que hacen durante su carrera pasantías en Londres, París o cualquier otra urbe no serán los de las instituciones oficiales. Una de las variables del MIDE se relaciona con el dominio de una segunda lengua y las llamadas inmersiones durante períodos no inferiores a seis meses en idiomas como el inglés, el francés, el alemán, entre otros, son propias de los estudiantes de las instituciones privadas. Según la información que aparece en el portal del Ministerio, “El MIDE tiene como propósito brindar información a la sociedad sobre el estado de las variables que explican la calidad de las IES, especialmente a estudiantes de colegios y padres de familia para que cuenten con información pertinente al momento de tomar la decisión de donde realizar sus estudios de educación superior”. Los resultados del ranking tienden a mostrar las instituciones privadas como de mejor calidad. La Universidad de Antioquia en el MIDE pierde varios puestos si tenemos en cuenta las clasificaciones internacionales como el Scimago Institutions Rankings donde el primer puesto lo ocupa la Universidad Nacional, el segundo la Universidad de Antioquia y el tercero los Andes. El Ranking de Shangai existe desde 2003 y la Universidad que normalmente ocupa el primer puesto es la de Harvard, el segundo lugar lo tiene Stanford, luego está el Instituto Tecnológico de Massachusetts y la Universidad de California-Berkeley, en quinto lugar aparece la Universidad de Cambridge en Inglaterra. Entre las 500 mejores universidades hay 148 de USA, 39 de Alemania, 37 de Inglaterra, 22 de Francia, de Canadá 20, de Italia otras 20, 13 de España, 6 de Brasil, 2 de Chile, una de Argentina y una de Méjico. Como puede verse no hay ninguna universidad colombiana. En este mundo globalizado todo tiene una explicación de tipo económico. La calidad de las instituciones va de la mano de los recursos financieros. Es difícil que algún día estemos entre las primeras quinientas universidades porque lo que si tenemos bien grande es el déficit presupuestal de la educación superior que ronda por los 12 o 13 billones de pesos. La Universidad de los Andes acaba de dar a conocer los resultados de una investigación sobre la movilidad social mediada por la educación. En la información socializada se destacan cosas como las siguientes: “en términos generales, la mejor herramienta para ascender socialmente en Colombia es nacer en el seno de una familia acomodada”. En otras palabras, las personas que nacen en hogares cuyos padres han llegado a la educación superior tienen una muy alta probabilidad de alcanzarla también y, en consecuencia, de obtener condiciones socioeconómicas favorables. Los investigadores manifiestan que lo observado por ellos no difiere mucho de lo que encontró el sociólogo Rodrigo Parra en los años 70, hace 40 años. “Cuando se mira con detenimiento a la sociedad colombiana –escribió entonces– se observa que las posibilidades de movilidad ascendente son mínimas. Solo existen para grupos específicos, estratos medios y altos urbanos, para quienes representa no un ascenso, sino un mantenimiento de su posición”. El director ejecutivo de Fedesarrollo, Leonardo Villar, está de acuerdo en que el camino por recorrer aún es bastante, pues a su juicio hay factores complementarios al acceso a la educación que inciden en la movilidad social: “En Colombia, la brecha de calidad entre la educación pública y la privada es muy alta y lleva a que los jóvenes cuyos padres tienen mayores posibilidades económicas se junten con jóvenes como ellos, para crear lo que popularmente conocemos como ‘contactos’. Este fenómeno ocurre incluso en los países desarrollados, pero es mitigado con una educación pública que por su alto nivel invita por igual a los diversos sectores sociales”. El ranking MIDE se enmarca en la tendencia general de la política estatal de favorecer las universidades privadas y promover la privatización y/o autofinanciamiento de las públicas.

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Universidad y posconflicto

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l fortalecimiento de la educación pública como espacio social de encuentro y la construcción de ciudadanía y Estado, especialmente en la periferia, son dos desafíos mayores que se avizoran con la firma de un acuerdo de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc como punto de partida, sostuvo el columnista Mauricio García Villegas. El experto, quien fue invitado a la cátedra pública de formación ciudadana Héctor Abad Gómez, el 20 de noviembre, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, dijo que “la educación es el espacio por excelencia de construcción de ciudadanía y donde todos podemos aprender a usar un mismo lenguaje”. En su opinión se debe contribuir a que las clases sociales se encuentren en diversos espacios democráticos, para “volver a esa situación que existía hace 40 o 50 años, en donde la universidad pública era pluriclasista y las élites estudiaban en ella. No estoy sosteniendo ni mucho menos que se acabe con la universidad privada, pero esta debería ser la excepción a la regla”. Del mismo modo, señaló que “nuestras instituciones están en las montañas: a medida que uno baja de ellas, ve en las selvas desde el Chocó hasta el Amazonas, y en los desiertos de la Guajira que casi todo el derredor de Colombia está desinstitucionalizado”. De ahí la urgencia de desarrollar un trabajo de diseño institucional y de participación política fundamental, pues “necesitamos pensar que nuestro destino está mucho más en nuestras manos de lo que creemos, y no en las manos del jefe”, recalcó. García Villegas se refirió a una investigación en la que participó y que hizo una relación entre valores y violencia a partir del proyecto Encuesta mundial de valores, que lleva 30 años realizándose en 80 países e indaga sobre las concepciones y creencias de las personas. El proyecto ubica a los países de acuerdo con dos variables: secularización y democratización. Valga notar que en los países con valores más seculares, la religión no es el centro de la moralidad, a diferencia de América Latina, región que está muy ligada a una visión patriarcal de la sociedad, a un patriotismo autoritario y a una religiosidad tradicional. La investigación encontró que hay una fuerte correlación entre pertenecer a un país con valores tradicionales, y tener índices elevados de violencia. “Nosotros tenemos una tradición muy larga de obediencia y muy ajena a la participación”, señaló el académico, a lo que se agrega que “la gente desconfía muchísimo de las clases sociales por desconocimiento, porque nunca se ha encontrado con ellas. Los ricos nunca conocen a los pobres como ciudadanos; los conocen como empleados, o como marginados, y a veces peor aun, como ladrones, y viceversa”.

Cumplimiento y consensos El profesor de Ética Elkin Vásquez Correa, asistente a la conferencia, comentó que un problema serio en la concepción de la educación es que la verdad también es susceptible de interpretación. “No existe una verdad una; existe la verdad como una entelequia, digámoslo así. Pero, en este momento, ¿cuál es la verdad de las Farc versus la verdad del Gobierno?”, preguntó.


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La justicia después de la guerra Por FELIPE PIEDRAHITA RAMÍREZ

Al respecto, García Villegas cree que no se debe abandonar la posibilidad de ciertos universales de respeto y de dignidad humana. Instó a construir una moral cívica y ciudadana que conduzca a la confianza, al respeto y a la tolerancia entre todos. “Los valores son importantes sobre todo porque tienen que ver con la manera como la gente se comporta en la sociedad”, dijo, y agregó que en esta nueva etapa en Colombia cobran relevancia problemas como las riñas en el espacio público, en la familia —del padre autoritario que le pega a la mujer o maltrata a los hijos—, que “están muy ligados con los valores”. Por eso plantea que hay que “reemplazar la moral autoritaria y desconfiada, perdida o escondida bajo una falsa secularización, por una moral del respeto, de la tolerancia y del cumplimiento de las reglas por parte de una ciudadanía comprometida”. Las preguntas del auditorio también se relacionaron con la juventud: ¿Qué lenguaje estamos usando con la gente joven? y ¿qué se podría proponer para generar interés, en especial en los jóvenes y en la universidad pública, para que de verdad exista un compromiso con lo que se viene de cara al posacuerdo con las Farc? A lo que el experto sugirió que “uno de los desafíos que tenemos los educadores mayores es adaptar el lenguaje”. En su opinión, los docentes deberían ser personas capaces de transmitir y de traducir inclusive debates muy complejos que tienen lugar en la academia, a un lenguaje común, que es “más bonito y más significativo, además”. Sobre la última pregunta, contó que “en Bogotá hemos asistido a muchas situaciones en las cuales los sindicatos de los profesores están divididos, los trabajadores están divididos y los estudiantes mismos están divididos; pero los que están realmente organizados y logran hacer una asamblea, esos son los que terminan imponiéndoles a todos los demás su punto de vista”. Según explicó, “no hay nada que desincentive más la participación política y el desgano político que cosas como esas; porque muchos estudiantes saben que no pueden hacer nada frente a estos grupúsculos que manipulan las asambleas”.

Docente investigador del Instituto de Filosofía

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l objetivo y resultado último de toda guerra es la paz. La transición exitosa de una situación bélica a la construcción de una paz estable y duradera plantea una serie de complejos dilemas que nos llevan a pensar desde una perspectiva transdisciplinar cuáles deberían ser los criterios o principios que determinarían la convivencia social y política después de un pasado reciente plagado de dolores y atrocidades. La paz posbélica es siempre una paz imperfecta ya que no puede encarnar o satisfacer los altos estándares morales, políticos y jurídicos propios de una situación de normalidad. La paz justa después de una guerra terriblemente injusta es, necesaria y defectiblemente una paz excepcional, y en tal medida podría requerir algunos sacrificios. La reciente y creciente literatura sobre justicia transicional —a la que la Universidad de Antioquia ha contribuido de manera significativa desde múltiples perspectivas y enfoques— ha abordado de distintas maneras cómo las sociedades deben enfrentar dichos sacrificios, dilemas —o males menores, según el uso— para que el paso de la guerra a la paz sea menos traumático para combatientes, víctimas y sociedad en general. Buena parte de las discusiones ha girado en torno al diseño y apropiación de dispositivos transicionales que permitan encarar las situaciones trágicas derivadas [del pasado violento y evidenciadas en] de las dicotomías castigo/impunidad, verdad/justicia, justicia/paz. De manera recurrente suelen contraponerse dos grandes cosmovisiones en este debate: quienes abogan por un modelo estandarizado y globalizado de justicia transicional enfocada en los desarrollos recientes del derecho penal internacional1, y quienes dan primacía a las perspectivas críticas que enfatizan el empoderamiento local y la acción política ‘desde abajo’ en los contextos transicionales2. El Grupo de Investigación de Filosofía Política adscrito al Instituto de Filosofía ha revisado críticamente los debates sobre

Dado que el caso colombiano no supone una victoria definitiva de las partes enfrentadas que ahora negocian, tendremos que discutir y reconstruir a la luz de nuestra experiencia, cómo evaluar la originalidad de este conflicto y acoger las posibles lecciones que la tradición de la guerra justa nos pueda dar sobre la construcción de una paz lo más justa posible.

ad bellum), y de manera tangencial y negativa aborda la manera en que el conflicto armado ha afectado a la sociedad en general, evidenciando el brutal grado de indecencia e injusticia de una guerra degradada que ha roto y vulnerado las limitaciones más elementales a las acciones armadas (incumplimiento del ius in bello por todas las partes involucradas). Encontramos así una preocupación aguda por clarificar la caracterización de las actuales manifestaciones bélicas en aras de posibilitar la construcción de una paz estable y duradera4. La discusión sobre la justicia después de la guerra (el jus post bellum) nos da luces y determina los criterios normativos que deben guiar el proceso de negociación y terminación de las acciones armadas y la subsiguiente ‘normalización’ de la vida social y política de las comunidades afectadas. Dado que el caso colombiano no supone una victoria definitiva de las partes enfrentadas que ahora negocian, tendremos que discutir y reconstruir a la luz de nuestra experiencia, cómo evaluar la originalidad de este conflicto y acoger las posibles lecciones que la tradición de la guerra justa nos pueda dar sobre la construcción de una paz lo más justa posible. Sirva esta sintética enunciación como invitación a la exploración y la discusión: en un marco general que cumpla directrices mínimas de publicidad y proporcionalidad, tendríamos que ocuparnos de dar contenido concreto a seis grandes principios de la justicia posbélica: reconstrucción, retribución, reconciliación, restitución, reparación y responsabilidad. Queda esperar que quienes hacen la paz —y quienes la construiremos— lo tengan en cuenta.

Actualmente se discute cuál debería ser el umbral mínimo de expectativas que nos permitan hablar de una paz justa, construida de manera justa, y que tenga en cuenta la justicia del origen del conflicto y del desenvolvimiento de la guerra. En el marco del actual proceso de paz de La Habana, gobierno y Farc-ep han avanzado y propuesto una discusión pública sobre los dos primeros componentes de la tradición mencionada. El informe de la Comisión Histórica del Conflicto y sus Víctimas es buen ejemplo de ello3: pone como ejes de discusión —sin llegar a acuerdos o conclusiones definitivas— los contextos socio-históricos que determinan el origen y causas del conflicto (jus

1. Tal y como lo han desarrollado y problematizado las juristas Ruti Tetitel (2014) Transitional justice: contemporary essays globalizing. Oxford University Press, y Christine Bell (2008) On the law of peace: peace agreements and the lex pacificatoria. Oxford University Press. 2. Cabe destacar el trabajo del profesor Gabriel Ignacio Gómez (2014) Justicia transicional en disputa. Una perspectiva constructivista sobre las luchas por la verdad, la justicia y la reparación en Colombia, 2002-2012. Universidad de Antioquia; inter alia. 3. En el contexto de la discusión pública es igualmente importante el Informe del Grupo de Memoria Histórica (2013) ¡BASTA YA! Colombia: Memorias de guerra y dignidad. Bogotá: Imprenta Nacional. 4. Cf. C. Stahn, J. Easterday & J. Iverson (eds.) (2014) Jus post bellum: mapping the normative foundations. Oxford University Press; Larry May (2013) After war ends: a philosophical perspective. Cambridge University Press. Daniel Philpott (2012) Just and unjust peace: an ethic of political reconciliation. Oxford University Press.

justicia transicional y se encuentra explorando una vía alternativa y complementaria: el jus post bellum. ¿Qué nos puede decir la vieja y discutida tradición filosófica de la guerra justa sobre la construcción de paz? Habitualmente se ha concentrado en otras dos esferas que determinan la justicia de los conflictos armados: el ius ad bellum, que define cuándo y por qué es justificable recurrir a la guerra, y el ius in bello, que determina qué prácticas y conductas son lícitas y legítimas en el desarrollo de las hostilidades entre los actores del conflicto armado. Si sobre estos dos componentes se han discutido y construido permanentemente una serie de principios, incluso codificados en el derecho internacional y en el DIH, sobre el tercer componente queda aún mucho por explorar y discutir, máxime cuando nos referimos a conflictos armados internos, como es el caso colombiano que ahora nos preocupa.


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La edición como propuesta de lectura Por JORGE FRANCO*

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¿Edición sin lectores?

Una editorial, y cada uno de sus libros en particular, es una propuesta de lectura, y por ello de formación. Cada uno de los géneros en que se publica (ensayo, libro didáctico, libro de investigación, clásicos, narrativa, poesía, traducción, etc.) comporta una distinta experiencia de lectura y reflexión, de ampliación del horizonte de cultivo y formación de la persona. Cuando se olvida algo tan obvio (que “los libros se hacen para ser leídos”), crece el interés casi exclusivo por el libro como indicador de productividad académica (especialmente por el tipo de texto mejor ubicado en los escalafones de reconocimiento). Y bajo la presión implacable del “¡publica o perece!”, se confunde lo accidental con lo sustancial y se invierten las prioridades: muchas personas, que simplemente usan la escritura como herramienta de registro en su trabajo académico, reconocen que se ven obligadas a asumir el rol de escritor (algo que requiere el desarrollo de competencias específicas, sensibilidad con el lenguaje y consciencia del lector destinatario) sin que realmente ese sea su principal talento o vocación; las editoriales realizan procesos de evaluación para validar el contenido de los textos que proponen a los lectores (y ese es tan solo uno de los pasos del proceso de edición), pero algunos organismos de investigación tienden a asumir que la única o principal función de una editorial es convertirse en instrumento de validación de información científica. La consecuencia general es que en la producción académica universitaria pueden llegar a desaparecer géneros como el libro didáctico, las traducciones y el ensayo de divulgación bien escrito; la universidad opera así un corte respecto al público lector, se empobrece su propuesta de formación y sufre el ideal de bibliodiversidad.

2 El acceso a la publicación Para los lectores, disponer de buenos libros, accesibles y legibles, constituye un bien inestimable; y para los autores, contar con la

oportunidad de que su trabajo sea evaluado, reconocido, publicado, y recibir los beneficios derivados de la publicación, también lo es. Esto depende de que los procesos de edición puedan seleccionar las mejores propuestas de obras, provenientes de dentro o de fuera de la institución, mediante evaluación independiente; también de que la oportunidad de publicación sea accesible a diversidad de proponentes en condiciones de igualdad (más todavía si se tiene en cuenta que las publicaciones universitarias tienen un alto componente de apoyo y fomento, con subsidios a los costos que pueden oscilar entre el 20% y el 80%; este último es el caso, por ejemplo, de los libros especializados de investigación). Las evaluaciones académicas de pares externos constituyen un insumo clave en este proceso de selección de obras. No son infalibles, no son “una ciencia exacta” y son también una de las razones fundamentales de que no se publiquen “tantos libros como se quisiera” (las tasas de rechazo editorial suelen ser altas, en ocasiones del 60% de las obras recibidas); pero, por otra parte, las recomendaciones contenidas en estas evaluaciones contribuyen de manera decisiva al mejoramiento y la validación de las obras que sí llegan finalmente a manos de los lectores. Con ello se busca reducir los niveles de publicación “endogámica” (entre integrantes del propio grupo o comunidad académica), la autopublicación y la presencia de los denominados “editores depredadores” que exigen a los autores pagar para ser publicados, se apropian indebidamente de los derechos de autor y no cuentan con procesos de evaluación reglamentados. Adicionalmente, la llamada “sostenibilidad” de los procesos de publicación y creación depende también de la adecuada preservación y explotación de los derechos de propiedad intelectual de la institución. Se estima que hasta 75% y más de los activos de instituciones y empresas en la sociedad del conocimiento están constituidos por los que se conocen como “bienes intangibles”, compuestos en buena medida por derechos sobre las obras, desarrollos e investigaciones que ellas han financiado. Y, en el caso de las publicaciones, se insiste mucho sobre la necesidad de que investigaciones que han sido patrocinadas con presupuesto público conserven este carácter, público y accesible; sin excluir que su explotación pueda generar también a la universidad recursos

Con ello se busca reducir los niveles de publicación “endogámica” (entre integrantes del propio grupo o comunidad académica), la autopublicación y la presencia de los denominados “editores depredadores” que exigen a los autores pagar para ser publicados, se apropian indebidamente de los derechos de autor y no cuentan con procesos de evaluación reglamentados. La consecuencia general es que en la producción académica universitaria pueden llegar a desaparecer géneros como el libro didáctico, las traducciones y el ensayo de divulgación bien escrito; la universidad opera así un corte respecto al público lector, se empobrece su propuesta de formación y sufre el ideal de bibliodiversidad.

De acuerdo con datos de la Agencia del ISBN, sobre la cantidad anual de libros publicados en el país (que en años recientes se ha incrementado hasta unos 16.000 títulos, 4.000 de ellos digitales), las ediciones universitarias aportan cerca del 20%, publicando predominantemente en ciencias sociales (área con aproximadamente el 40% de los títulos publicados por las universidades, en una relación que llega a ser hasta de 10-1 respecto a las áreas de arte, técnicas y de la salud, según puede verificarse en el catálogo de la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia).

para financiar nuevas obras e investigación.

3 ¿Demasiados libros y pocos lectores? De acuerdo con datos de la Agencia del ISBN, sobre la cantidad anual de libros publicados en el país (que en años recientes se ha incrementado hasta unos 16.000 títulos, 4.000 de ellos digitales), las ediciones universitarias aportan cerca del 20%, publicando predominantemente en ciencias sociales (área con aproximadamente el 40% de los títulos publicados por las universidades, en una relación que llega a ser hasta de 10-1 respecto a las áreas de arte, técnicas y de la salud, según puede verificarse en el catálogo de la Asociación de Editoriales Universitarias de Colombia). Para algunos esto hace parte de la tendencia de la industria editorial a nivel mundial a la saturación (“demasiados libros”); más si se tiene en cuenta la ausencia persistente de lectores (el país hace esfuerzos por superar el promedio de lectura de 2 libros al año por habitante; y hay quienes exageran diciendo que incluso en algunas universidades puede llegar a haber “más autores que lectores”, algo que por fortuna no es necesariamente así). Estimaciones conservadoras nos dicen que aun en países con altos índices de lectura y mejores sistemas de distribución, las tasas de devolución de ejemplares luego de comercialización en librerías y puntos de venta son crecientes y oscilan ya entre 40% y 50%. Eso quiere decir que buena parte de los libros producidos en el mundo, empezando por los que efectivamente van a puntos de venta, no son leídos, en muchos casos ni siquiera exhibidos. La irrupción creciente de los soportes digitales de publicación es sin duda positiva para disminuir costos, reducir el desperdicio de recursos, facilitar el acceso y la visibilidad de los libros; y ello los hace el medio preferible para una buena cantidad de publicaciones universitarias. Pero enfrentan también un déficit de orientación para la lectura (saber leer, qué leer y qué es realmente de buena calidad). No necesariamente “a más libros más lectores”. No puede olvidarse entonces que “los libros no cambian el mundo; más y mejores lectores… quizás sí”. De modo que deberíamos, claro, preocuparnos por seleccionar y producir buenos libros, pero también, y prioritariamente, por formar muchos y buenos lectores. *Jefe del Departamento de Publicaciones de la Universidad de Antioquia.


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Por JORGE ANTONIO MEJÍA

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a denominación Filosofía de la ciencia surgió a comienzos del siglo XX como integrante de un proyecto de unificación del conocimiento científico. Esa aspiración unificadora se hizo tomando como modelo a la física, porque para muchos era la ciencia más desarrollada de ese momento, y por esa razón el proyecto también se conoció como “fisicalismo”. De manera complementaria, la propuesta incluía también a la lógica, debido al rigor que le transmitía a los procesos de razonamiento. Pero el proyecto no se limitaba al conocimiento científico sino que pretendía tener consecuencias mucho más amplias: el establecimiento de una nueva cultura que fuera la base de una nueva sociedad. De esa manera la expresión filosofía de la ciencia servía para nombrar una utopía que permitiría integrar las múltiples dimensiones de la vida humana. Esa pretensión holística quedó expresada inicialmente en un folleto publicado en 1929 por Otto Neurath, Hans Hahn y Rudolf Carnap, tres integrantes del movimiento impulsor de esta propuesta, la Asociación Ernst Mach. Literalmente el folleto, cuyo título era La concepción científica del mundo, decía: “Experimentamos cómo el espíritu de la concepción científica del mundo penetra en creciente medida en las formas de vida pública y privada, en la enseñanza, en la educación, en la arquitectura, y ayuda a guiar la estructuración de la vida social y económica de acuerdo con principios racionales. La concepción científica del mundo sirve a la vida y la vida la acoge”. Pero un año más tarde, en 1930, el presidente de la asociación, el físico Moritz Schlick, ya dejaba de lado la pretensión holística de la filosofía de la ciencia o concepción científica del mundo y en un artículo de la revista Erkenntnis decía que la única tarea de la filosofía era aclarar el sentido de las proposiciones de la ciencia: “La actividad mediante la cual se descubre o determina el sentido de los enunciados: ésa es la filosofía” p. 62. Así, la promesa amplia de una filosofía que serviría de base para construir una nueva sociedad basada en los logros de la ciencia, daba paso a una acepción técnica y mucho más estrecha, vinculada con el esclarecimiento del sentido de las proposiciones, que permitiría distinguir las teorías científicas de las no científicas. Es un dato complementario y significativo que la Asociación Ernst Mach estaba compuesta principalmente por científicos de carrera que querían desarrollar

La filosofía de la ciencia, una promesa del siglo XX una filosofía más vinculada con la práctica de la ciencia que con la tradición filosófica. La razón de esto era que consideraban que a través del tiempo la filosofía se había lastrado de elementos metafísicos cuya depuración resultaba muy difícil por la simbiosis que se había desarrollado entre las categorías filosóficas y el pensamiento teológico. Los escritores del manifiesto afirmaban de los miembros de la asociación: “Ninguno de ellos es de los llamados “filósofos puros”, sino que todos han trabajado en algún ámbito científico particular”. De ello resultaba que la filosofía de la ciencia tenía el cariz de filosofía de científicos y un matiz de movimiento de liberación. En la medida en que el siglo XX fue envejeciendo, avanzó la discusión sobre el contenido de la filosofía de la ciencia, pero ya no en su sentido holístico inaugural sino restringida ante todo a la delimita-

ción entre la ciencia y la no-ciencia. En un segundo acto, Karl Popper le cuestionó a sus amigos de la sociedad Mach, también conocida como Círculo de Viena, la estrechísima concepción de significado con la cual Schlick había atado a la filosofía. Ella procedía de la escuela operacionalista cuyo canon había sido definido por Percy Bridgman para la física experimental. Para Popper no podía unificarse la noción de significado en ambas actividades pues el significado de las proposiciones filosóficas trascendía los límites del laboratorio y estaba vinculado con los intereses y los valores. Complementariamente, y apoyándose en el análisis de los modos ponens y tollens de la lógica, Popper mostró que la demarcación entre ciencia y no ciencia no puede basarse en la verificabilidad de teorías universales porque ellas no pueden ser justificadas inductivamente. Como alternativa propuso que se

basara en la falsabilidad de dichas teorías, pues bastaría encontrar un caso particular que contradijera la teoría universal y ello parecía mucho más sencillo. No obstante, tampoco era tan sencillo porque ello exigía aclarar cómo fundamentar el enunciado falsador que traducía el caso particular que servía de falsador. La fundamentación que él propuso era sociológica: debía ser el resultado de un acuerdo de varios observadores competentes que actuaran como informantes equivalentes. En este punto surgió una nueva dificultad, si se aplicaba la propuesta falsacionista y un contraejemplo bastaba para descartar una teoría científica era muy probable que la ciencia se quedara vacía de teorías, pues la historia de la ciencia mostraba que hasta las teorías más robustas habían encontrado casos límite y pese a ellos podían seguir produciendo soluciones de problemas. ¿Se justificaba, entonces, esa búsqueda de una forma de racionalidad que diera resultados instantáneos? En un tercer acto de este drama Imre Lakatos propuso que hubiera formas de evaluación de las teorías que se desarrollaran en un tiempo más largo. Así apareció la Metodología de los programas de investigación científica. En ella se combinaban dos tipos de examen que su autor llamó heurística negativa y heurística positiva. Por la primera se “prohibía” que pudieran presentarse algunos hechos y por la segunda se anunciaban otros que no hacían parte de las expectativas hasta ese momento, se anunciaban “sorpresas”. Y al ponderar los dos tipos de examen se concede preferencia a la heurística positiva para comparar teorías que se disputan un ámbito del conocimiento. Estos tres actos son sólo una muestra de lo que se encontrará en el ensayo más amplio que lleva el mismo título, y el ensayo amplio es, a su vez, una muestra de lo que se puede encontrar al seguir la historia de la teoría del conocimiento, de la cual es un episodio reciente la llamada filosofía de la ciencia. La pretensión del ensayo es mostrar de qué manera una expectativa que no se cumplió no resultó un fracaso, sino que fue llenándose de contenidos cognoscitivos gracias a la participación de muchos actores que iban entrando paulatinamente en la conversación. Es un ejemplo de la forma como se desarrollan los hechos sociales por la interacción de propósitos dispares que terminan generando una dirección difícil de prever y casi siempre diferente de las distintas intenciones en juego.


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ay libros que se leen bajo el más estricto suspenso, como los cuentos de E. A. Poe, o las novelas de Ricardo Piglia, por ejemplo; o tomando notas para no perderse, por las intrigas y la cantidad de nombres involucrados en la trama, como los de Tolstoi o Dostoievski; o buscando paralelos con situaciones y personajes de la realidad por su burla y su crítica latentes, como en los libros (muchos de ellos) de Roberto Bolaño; o con un mohín de sabihondos por creer entender todo lo que nos dicen en sus cuentos, novelas o ensayos Umberto Eco, Jorge Luis Borges o William Ospina; o bajo el inquietante y nervioso erotismo que todos llevamos a cuestas —afortunadamente—, como en algunos libros de Nabocov o de Henry Miller. Y hay libros que se leen con una sonrisa permanente, no tanto porque estemos leyendo chistes finos o algo parecido, sino porque la irreverencia y la frescura de las historias que leemos nos sacan a menudo una sonrisa, que bien puede ser de cómplice aprobación o, simplemente, de sorpresa y beneplácito, como en Alicia en el país de las maravillas, libro (aquí es muy difícil definir si es una novela, un libro de aventuras, un cuento en doce capítulos, un libro infantil o un libro de humor satírico) que este año cumplió 150 de ser editado por primera vez en Londres en mayo de 1865. Su autor, Lewis Carroll, seudónimo de Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), diácono, matemático, lógico, escritor y fotógrafo inglés nacido en Cheshire, de donde es el famoso gato del epígrafe, aunque la realmente famosa es su sonrisa, que una vez aparece sola, subida en un árbol, sin gato, aunque es perfectamente claro que se trata de la sonrisa del Gato de Cheshire, porque nos lo dice Alicia, a quien creemos, por supuesto, todo lo que nos cuenta en su libro. Una tarde de 1862 el reverendo Dodgson paseaba en barca por el río Támesis con las hermanas Lidell, las niñas Lorina de trece años, Alice de diez y Edith de ocho. Aburridas, le piden que les cuente una historia, ante lo cual Dodgson empieza una larga historia de deliciosas aventuras con Alicia como protagonista (Alice Lidell, su preferida). Y esa historia por el Támesis es la semilla de lo que más tarde se convirtiera en uno de los libros más leídos y más traducidos y más ilustrados (además del propio Carroll, por John Tenniel —el de la edición original—, por René Magritte, por Salvador Dalí, por Max Ernst, por Arthur Rackhman, entre muchos otros) y más comentados en la historia de nuestra literatura de Occidente. Los que la leemos en la traducción al español —aunque es

150 años de Alicia en el país de las maravillas “¡Bueno! Muchas veces he visto a un gato sin sonrisa”, pensó Alicia, “pero ¡una sonrisa sin gato!... ¡Esto es lo más raro que he visto en toda mi vida!”1 Alicia en el país de las maravillas.

Ilustración: Jhonatan Correa Henao, estudiante de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia.

Por LUIS GERMÁN SIERRA J.

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una lectura maravillosa— estamos condenados a perder más de la mitad de los geniales juegos verbales que Carroll se inventa para satirizar y fustigar con inteligencia al poder, a la educación, a las costumbres de su tiempo en la conservadora y bien arreglada Inglaterra. Esto lo

advierten, casi siempre, los mismos traductores. El de esta edición que comento dice del libro: “Es un espejo maravilloso del alma inglesa”. El Conejo Blanco, el Sombrerero, la Oruga Azul, el Gato de Cheshire, la Reina de Corazones son solo algunos de los más so-

bresalientes personajes de un libro que, como los grandes libros, nace de las ganas de contar historias y de la necesidad absoluta de oír historias. El prodigio de un amateur. 1. Lewis Carroll. Alicia en el país de las maravillas, Alianza Editorial, Madrid, 1983. Traducción y prólogo de Jaime de Ojeda.


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