Alma Máter 666

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Nº 666 Medellín, julio de 2017 Vigilada Mineducación

SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Recuperar el ethos de la Universidad, un acto de sensatez y de respeto Páginas 2 y 3

Invasiones lamentables

Orden con libertad

Que el caos no acabe con la Universidad

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Página 6

Página 7

MAESTRAS del arte y de la vida

Páginas 12 y 13


Gestión

CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Ana Milena Gualdrón Díaz, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Carlos Arturo Morales Vallecilla, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Juan Guillermo Londoño Posada, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • John Jairo Arboleda Céspedes, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edwin Carvajal Córdoba, Decano Facultad de Comunicaciones • Luquegi Gil Neira, Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •José Pablo Escobar Vasco, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: Álvaro Franco Giraldo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Mario Duque Duque, Director de Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Ana María Gutiérrez Giraldo, Directora de Gestión Logística y de Infraestructura • Adriana Lucía Valderrama Patiño, Directora (e) Unidad de Asesoría Jurídica • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Auditora Interna • Alma Nury López Patiño, Líder de Comunicaciones.

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Recuperar el ethos de la Universidad, un acto de sensatez y de respeto

Por REDACCIÓN ALMA MATER

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esde cuando asumió la dirección de la Universidad de Antioquia, en 2015, el rector Mauricio Alviar Ramírez se propuso recuperar el ethos de la institución, agobiada desde tiempo atrás por fenómenos de venta y consumo de sustancias sicoactivas, ventas ilegales de discos compactos y libros, ventas informales, preparación y venta de alimentos sin la observancia estricta de las normas higiénicas y de salubridad, robos de computadores portátiles, celulares y, últimamente, realización de rumbas sin ninguna autorización. Hace un mes las directivas decidieron actuar ante los hechos notorios que desvirtúan precisamente el ethos de la Alma Máter y la conducta que deben observar los universitarios para garantizar la convivencia y el cabal cumplimiento de la misión institucional. El cierre del campus principal en Medellín durante tres días y la reapertura bajo nuevas condiciones ha suscitado el rechazo de unos y la aprobación de otros, pero también la inquietud por la sostenibilidad de la medida, no

solo porque ya se ha intentado en otras ocasiones, sino porque en aquellas como en la actual la consolidación de la Universidad como lo que es, un bien público para el ejercicio de la cultura, la educación y el conocimiento, y no para el aprovechamiento privado de unos cuantos particulares, depende más del compromiso, la sensatez y el valor de los universitarios por respetar y hacer respetar la bicentenaria Alma Máter en beneficio de la sociedad y no de unos pocos. Rector, ¿cuál es la razón de ser del campus? —Lo primero es que hay que reconocer la diversidad y la pluralidad que debe reinar en una universidad pública, en una sociedad tan compleja como la nuestra. Pero, como comunidad universitaria debemos tener claridad sobre la manera como debemos usar el espacio universitario. Si bien es cierto, esta es una universidad pública, estos campus, en todas las sedes y seccionales tienen una destinación específica, acorde con la misión de la Universidad, es decir, el conocimiento y la cultura, la esencia de la institución y, por tanto, debemos ser coherentes entre la misión y el uso que le debemos dar a los espacios de la Universidad donde esa misión se desarrolla. Eso quiere decir que la Universidad no puede ser espacio para actividades ilegales como la venta de licor y demás sustancias sicoactivas. Está en nuestras normas universitarias, desde el

Estatuto General y el reglamento estudiantil hasta el Código de Policía, que prohíbe vender y consumir mercancías ilegales en las instituciones de educación. Esto lo tenemos que interiorizar y de ahí el llamado que le hago a los estamentos. No es para molestar a nadie, sino por la convivencia en un espacio que se tiene que corresponder con la misión para la cual está definido. Por eso nuestra idea de devolver el uso racional de un espacio, acorde con el ethos de esta institución. Hay quienes defienden en abstracto el carácter público de la Universidad, pero en la práctica la usufructuan en mero beneficio particular, a veces con actividades non sanctas. —La Universidad es pública, y eso quiere decir que le pertenece a la sociedad, pero la misma sociedad nos ha encargado una misión clara. Yo no me aparto y no nos debemos apartar de esa misión. El problema es con aquellas personas que quieren apropiarse de este espacio que es público para obtener beneficios individuales. Hemos llegado a una situación en la cual hasta personas que no tienen ningún vínculo con la institución se quieren apropiar del campus para obtener réditos individuales, económicos y de interés personal. Ese no puede ser el sentido de esta institución. Y no creo que falten diagnósticos. Tenemos las estadísticas, la documentación que muestra


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Foto: Luis Javier Londoño Balbín

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la cantidad de actividades ilícitas e informales que aquí se vienen haciendo, y que nada nos ganamos con esconderlas. La inmensa mayoría de la comunidad universitaria y de todos sus estamentos estamos trabajando para la misión de la Universidad, pero hay unas cuantas personas, internas y externas, que se dedican a hacer actividades que no están con la misión de la Universidad. Es mucho más sensato, responsable, decir la verdad que ocultarla, entendiendo que siempre hay que rescatar la grandeza de esta institución, que aquí hacemos cosas maravillosas todos los días, en conocimiento, cultura, deporte, proyección a la sociedad. No podemos seguir permitiendo que un grupo minoritario de personas con actividades ilegales opaquen y empañen la grandeza de la institución. ¿Decir que la Universidad es reflejo de la sociedad justifica esas prácticas privatistas del campus? —Si bien es reflejo de la sociedad, lo que debemos hacer como

profesores y universitarios es transformar la sociedad, y por esa razón no podemos seguir permitiendo que en la Universidad se hagan las mismas cosas que hace una sociedad con serios problemas. Por el contrario, la tarea es transformar esa realidad, preservar este espacio como quizá el único que le queda a la sociedad y a la propia Universidad para transformarse a sí mismas. Pretender convertir a la Universidad en un centro comercial, en un rumbeadero, en venta de licor y demás alucinógenos no puede ser lo que la sociedad espera de nosotros, bajo el argumento de que es el reflejo de la sociedad. Lo que demuestra es que no estaríamos haciendo la tarea de contribuir a la transformación de la sociedad. Más del 80% de la población estudiantil está en los estratos 1, 2 y 3. ¿Por qué los estudiantes “en situación de venta” no se acogen a los programas que la Universidad les ofrece para que cumplan su tarea: estudiar?

—Lo que hemos escuchado de algunos de los estudiantes en situación de venta es que lo que la Universidad les ofrece no les da sostenibilidad; que nada les sirve porque ellos tienen que sostener a sus familias. Y yo les digo: no es objeto de la Universidad, ni está dentro de la misión de la Universidad resolver la situación económica de ninguno de sus miembros y sus familias. Esa no es la misión de la Universidad. La Universidad apoya, estimula, incentiva; hace que ningún estudiante salga por condiciones económicas. Además, las matrículas son supremamente bajas en promedio, y para el estrato 1 y 2 son prácticamente gratuitas. Y apoya para el sostenimiento. Pero no puede confundirse eso con que la Universidad se vuelva el sitio de trabajo, en condiciones de informalidad e ilegalidad, de unas cuantas personas que no consideran suficiente los apoyos económicos que da la Universidad. Además, lo que hacen es una verdadera invasión del espacio

que está destinado para actividades de carácter universitario, de academia, de cultura, de recreación, de investigación. Son actividades desorganizadas, sin normas de manipulación de alimentos que ponen en riesgo la salud de los universitarios. Ha habido apoyo irrestricto de personas y entidades externas a las medidas por preservar el campus. ¿Qué demanda usted de la comunidad universitaria? —Hemos tenido un gran respaldo de muchos consejos de facultad, escuela e instituto; de profesores, de estudiantes, de toda la sociedad. No obstante, reitero el llamado a todos los estamentos universitarios para que resolvamos estos asuntos con apego a las normas, por la convivencia; no es para molestar a nadie ni contra los estudiantes; es una situación de responsabilidad y de respeto por los espacios universitarios, respeto que debe partir de la propia comunidad universitaria.

Comité editorial: Álvaro Franco Giraldo • David Hernández García • Alma Nury López Patiño • Ximena Forero Arango • Diana Carmona Hernández • Ángela Milena Rojas Rivera • Liliana Marcela Ochoa Galeano • Luis Javier Londoño Balbín Líder de Comunicaciones: Alma Nury López Patiño • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Redacción: María Alejandra Carmona Valencia • Diagramación: Carolina Ochoa Tenorio • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)

— Las opiniones expresadas en ALMA MATER son responsabilidad de los autores y sólo a ellos compromete —

Departamento de Información y Prensa - Secretaría General • Ciudad Universitaria • Calle 67 N° 53-108, Bloque 16, oficina 336A, Medellín Teléfono (4) 2195026 • E-mail: almamater@udea.edu.co


Gestión

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Programas para apoyar la calidad y la permanencia estudiantil Por FREDY ALONSO RAMÍREZ CALLE Periodista de la Dirección de Bienestar Universitario alonso.ramirez@udea.edu.co

Opciones Cuando los estudiantes ingresan a la Universidad de Antioquia pueden acceder a una gama amplia de posibilidades en deporte, recreación y cultura… Pero también a apoyos económicos, para cumplir sus metas académicas. “Tenemos una oferta importante de apoyos para nuestros estudiantes para que no tengan que desertar de la Universidad, ni acudir a negocios informales o trabajos que interrumpan su proceso académico”, señala Adriana Patricia Arcila Rojas, directora de Bienestar Universitario. Las estrategias de apoyo social a los estudiantes que coordina la

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

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l Sistema de Bienestar Universitario de la Universidad de Antioquia procura a los estudiantes, docentes y empleados calidad de vida y formación integral a través de diferentes programas y servicios que gestionan los departamentos de Desarrollo Humano, Promoción de la Salud y Prevención de la Enfermedad y Deportes, con la participación activa de las coordinaciones de bienestar en las unidades académicas que tienen presencia en Medellín y las sedes y seccionales de la institución en las subregiones del Departamento. En el caso particular de los estudiantes, la Universidad dirige todos sus esfuerzos para brindarles los apoyos necesarios que les garantice las condiciones para responder a las exigencias académicas y la permanencia en la institución, de manera que puedan sacar adelante la carrera en el tiempo previsto.

Dirección de Bienestar Universitario se traducen en alimentación, becas, transporte, estímulos, empleo, gracias a los recursos propios y a las gestiones con entidades externas, públicas y privadas.

Solidaridad en acción El programa brinda apoyo económico a la población estudiantil de pregrado, gracias al respaldo del sector de la economía solidaria y de

otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales, con cuyos aportes se sustentan dos líneas de apoyo socioeconómico a los estudiantes: el servicio de alimentación y las becas solidarias. Estudiantes en los estratos 1, 2 y 3 pueden acceder a los recursos que, conforme a la Ley 863 de 2003 y el Decreto 2880 de 2004 destina a la educación formal el sector solidario —cooperativas, asociaciones

3.139 estudiantes son beneficiarios de las entidades del sector solidario, el cual ha aportado en 2017 $1.069.458.420 en becas, y $1.746.451.469 en alimentación.

mutuales—, así como fundaciones y otras entidades. Mientras que en el año 2007 eran beneficiados con alimentación y con becas 2.579 estudiantes, en 2017 son 3.139 los apoyos que reciben los estudiantes de parte de las entidades del sector solidario, el cual ha aportado este año $1.069.458.420 en becas, y $1.746.451.469 en alimentación.

Tiquete de transporte estudiantil Gracias al convenio de cooperación entre la Alcaldía de Medellín y las empresas de transporte público de bus y Metro, el programa brinda un subsidio del 50% del costo del tiquete a los estudiantes beneficiados que estén en el estrato 1, 2, 3; estén matriculado en un pregrado, vivan cerca de los recorridos de influencia de las rutas que están adscritas al convenio y sean menores de 25 años.

LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de la sustitución pensional por el fallecimiento del señor ANTONIO JOSÉ RENDÓN VERGARA (cc. 3.338.506), quién falleció el 18 de julio de 2012. Se ha presentado a reclamar la señora LUZ CELINA DUQUE de RENDÓN en calidad de cónyuge. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de la sustitución pensional por el fallecimiento del señor CONRADO DE JESÚS GÓMEZ BERRÍO (cc. 3.465.626), quien falleció el 22 de marzo de 2017. Se ha presentado a reclamar la señora DORALBA DE JESÚS GAVIRIA de GÓMEZ en calidad de cónyuge. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de la sustitución pensional por el fallecimiento del señor JOSÉ MARÍA HERNÁNDEZ PINEDA (cc. 514.172), quien falleció el 27 de marzo de 2017. Se ha presentado a reclamar la señora TERESA DE JESÚS VALENCIA ACEVEDO en calidad de cónyuge. Las personas que se consideren con igual o mejor derecho, deberán presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación, en el bloque 16 oficina 106.


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Para el bus mensualmente se entregan alrededor de 1.040 tiqueteras, cada una con dos tiquetes diarios por 20 días hábiles del mes, para un subsidio diario de $2.000 por estudiante. Respecto al uso del Metro, hay un cupo de 4.700 estudiantes con derecho a 60 viajes mensualmente, para un beneficio de $69.000 por estudiante. En lo que va del año 2017, los estudiantes beneficiados con este programa han sido 5.740.

Fondo Sapiencia EPM Programa del Municipio de Medellín, administrado por la Agencia de Educación Superior de Medellín Sapiencia, en asocio con Comfama. Brinda oportunidades para el acceso y permanencia en la educación superior a estudiantes de bajos recursos económicos mediante préstamos que se pueden condonar o redimir si se cumple con los requisitos establecidos: buen rendimiento académico y prestación de servicio social (co-

rresponsabilidad). En 2017 se han beneficiado 2.279 estudiantes.

Fondo para la educación superior Antioquia Programa de la gobernación de Antioquia que financia becas de matrícula y de sostenimiento a jóvenes de estratos 1, 2 y 3 en estudios de educación superior, que vivan en los municipios de Antioquia (excepto Medellín), estén admitidos o en proceso de admisión, hayan presentado las pruebas Saber 11 y no tengan título universitario. En la actualidad, 1.626 estudiantes reciben beca para matrícula y sostenimiento por parte del Fondo para la educación superior Antioquia.

SEA Mediante el Sistema de Estímulos Académicos, SEA, la Universidad brinda apoyos económicos a estudiantes de pregrado para sufragar parte de los gastos que demanden sus estudios, quienes

Los estudiantes de estratos 1 y 2, que son casi el 62% de la población estudiantil total, y que tengan el promedio en 3.4, solo pagan $1.000 de matrícula por semestre.

Fotos: cortesía Dirección Bienestar Universitario

Hoy 2.790 estudiantes activos cuentan con el estímulo académico, que asciende a más de 2.100 millones de pesos.

Domos de bebidas y demás productos que demanda la comunidad, atendidos por universitarios.

por sus méritos académicos y capacidades, a través de convocatorias, se hacen acreedores a un beneficio económico y a la exención de un porcentaje de los derechos de matrícula según el estrato económico. “El SEA me estabiliza económicamente, suple mis gastos como el transporte, la comida, las copias, etc., por ende, me ayuda a continuar con mi proceso académico y formativo de una forma más amena”, expresa el auxiliar administrativo Camilo Echeverry Hincapié, estudiante de Trabajo Social. Hoy 2.790 estudiantes activos cuentan con el estímulo académico desempeñando labores como auxiliar deportivo, auxiliar administrativo, auxiliar de programación, docentes auxiliares de cátedra 1, docentes auxiliares de cátedra 2, músico auxiliar de la Banda Sinfónica. Más de 2.100 millones de pesos se entregaron en estímulos en el primer semestre de 2017.

Domos de café y más El programa Domo (antes burbujas de café), adscrito a la Dirección de Bienestar Universitario, genera opciones de empleo flexibles a los estudiantes, además de la inversión directa de las ganancias netas en los programas para el bienestar y la ampliación de la oferta comercial formal. Los estudiantes que trabajan en Domo reciben capacitación y formación de manera permanente, con el objetivo de prestar un servicio de alta calidad; cuentan con un contrato de trabajo a término fijo inferior a un año y no mayor a 48 horas semanales. El programa Domo ofrece vinculación contractual directa a estudiantes en condiciones socioeconómicas desfavorables, fortaleciendo así la permanencia estudiantil. Los estudiantes se capacitan en manipulación de alimentos, resolución de conflictos, prevención en consumo de drogas, etc., y permite que el estudiante adopte lineamientos para la vida laboral.

Universitarios que hacen parte del programa Domos, en una jornada de integración e inducción. A la derecha, la directora de Bienestar Universitario Ana María Gutiérrez Giraldo.


Opinión / Análisis

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Invasiones lamentables

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Por EUFRASIO GUZMÁN MESA Profesor del Instituto de Filosofía tirtamo@hotmail.com

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Se imagina el lector qué habría pasado si las autoridades responsables del Metro hubieran cedido a las presiones de los usuarios y hubieran permitido el uso del espacio de circulación para la instalación de ventas informales? Se puede hacer el mismo ejercicio imaginario con los espacios del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe, el Parque de las Luces y en general de los espacios públicos que hoy son orgullo de la ciudadanía. Solamente concebirlo es molesto. Tendríamos una deformación enorme de los espacios comunes. Podemos hacer el ejercicio con otros espacios igualmente amables, bien diseñados y que ofrecen servicios puntuales como las bibliotecas públicas, las instituciones educativas, los terminales del transporte y los museos. Eso sería un caos que haría casi inhabitable la ciudad. Con el centro de la ciudad ha pasado eso y con creces y nos hemos acostumbrado a ello; no es exagerado decir que muchas partes de la ciudad, de las más bellas, han sido copadas por las ventas de alimentos procesados y sin procesar, es como si la Plaza Minorista hubiera extendido los tentáculos de un pulpo descomunal que se extiende por todo el centro, copando no solo las aceras sino los andenes, las esquinas. Igual invasión del espacio público para la circulación de los ciudadanos y visitantes han realizado los vehículos particulares apropiándose de zonas comunes. Las autoridades de tránsito saben perfectamente que ese uso

privado de las calzadas es un factor decisivo que constriñe la circulación y genera caos y le quita de todo a la ciudad, amabilidad, habitabilidad y lo que más le duele a la élite económica, competitividad. Frente a la invasión por los intereses e iniciativas de los particulares sobre los espacios comunes hay entonces por lo menos dos alternativas, se toleran o se limitan. Así de sencillo. Examinar las razones por la cuales las autoridades correspondientes hacen lo uno o lo otro no es tan simple. En una ciudad con habitantes que provienen del exterior, otros que han sido desplazados y miles que ha mordido el monstruo de la injusticia social no se puede proceder como si estuviéramos en Milán o en París, pero sería deseable dirían algunos. Todo alcalde, todo gerente del centro lo sabe. Lo que no es comprensible es que los campus universitarios de las instituciones públicas de educación superior (IPES) de la ciudad estén padeciendo eso. Al igual que el Metro, los parques y las bibliotecas se deben regir por una misión que no puede tolerar la apropiación por particulares sin deformarse. En una situación extrema se llegó a convertir el campus central de la Universidad de Antioquia; ya no solo eran ventas y apropiaciones del mobiliario por particulares externos sino que se estaba empezando a presentar el fenómeno de rumbas, microtráfico de estupefacientes y otros usos. En buena hora el equipo rectoral que lidera Mauricio Alviar Ramírez le ha puesto límite a ese fenómeno y puede contar esa iniciativa con el apoyo de la ciudadanía y de los universitarios; no será fácil, pues a la oposición a las medidas iniciales habrá que sumarle las argumentaciones más calificadas de algunos universitarios que piensan que el derecho y las normas son violencia contra la nuda vida; los debates se darán pero el sentido común y la misión de la Universidad deberá prevalecer, pues de lo contrario la anarquía sin horizonte invadirá y privatizará el espacio que deben tener todos los universitarios como un bien común. *Artículo publicado el 8 de junio de 2017 en el periódico EL MUNDO

Orden con libertad

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Por FRANCISCO CORTÉS RODAS Director del Instituto de Filosofía francisco.cortes@udea.edu.co

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n las universidades públicas se producen con cierta regularidad problemas graves que afectan seriamente su funcionamiento. Por la opinión pública son ampliamente conocidas las acciones de los estudiantes protestando contra determinadas políticas estatales, participando en marchas, etc. Pero hay otros hechos menos conocidos por el público que se han enquistado en los campus, que producen efectos negativos y perversos para la realización de los fines de la universidad. En algunas universidades, como la Nacional, Antioquia, Valle, etc., se han dado y se dan fenómenos como microtráfico de drogas, ventas ambulantes por personas externas, fiestas, expendio de alcohol, atracos, robos y hasta extorsiones. Estas situaciones se pueden interpretar como calamidades culturales —siguiendo la terminología de Mauricio García en su último libro “El orden de la libertad”—, las cuales resultan del incumplimiento de reglas básicas de coordinación y autorregulación. Pero, ¿qué produce el incumplimiento de las normas? Una primera respuesta, institucional, es que esto se debe a una debilidad del Estado o a su ausencia. Pero esto no explica todo. Hay factores éticos y culturales que son relevantes y que tienen que ver con un comportamiento basado en un individualismo extremo. Para que un orden social exista, enseña el libe-

ralismo, el uso de la libertad debe darse hasta el punto de no limitar la libertad del otro. En Colombia, en muchas situaciones no estamos dispuestos —no hemos aprendido ni interiorizado— a limitar la libertad que tenemos para actuar bajo este principio. El mundo social se ha convertido en una competencia desenfre-

A los motociclistas parece no importarles ponerse y poner en riesgo a los demás, los políticos no le temen a la ley cuando roban el erario y algunos estudiantes y egresados, por lo menos en la U. de A., actúan como si la universidad fuera una plaza de mercado, un rumbeadero, un expendio de drogas y alcohol.

nada en la cual cada uno quiere obtener las mayores ventajas sin importar los peligros. A los motociclistas parece no importarles ponerse y poner en riesgo a los demás, los políticos no le temen a la ley cuando roban el erario y algunos estudiantes y egresados, por lo menos en la U. de A., actúan como si la Universidad fuera una plaza de mercado, un rumbeadero, un expendio de drogas y alcohol. En estas situaciones, cada individuo reproduce el argumento de Trasímaco que Platón presenta en La República. Ante la pregunta: ¿qué es lo justo? Trasímaco dice “lo justo no es otra cosa que lo que conviene al más fuerte”. Así, identifica la justicia con la potencia; un hombre debe hacer lo que él puede hacer, y se merece todo aquello que él consigue. La consecuencia de que cada individuo se sienta omnipotente y que no ceda en el uso desenfrenado de su libertad, es el desorden, que produce la imposibilidad de la sociedad. ¿Por qué esta situación debe enfrentarse? Pues porque ante individuos que no han aprendido a autorregularse es necesario introducir medidas que garanticen la seguridad. ¿Cómo hacerlo? Cuando seguimos normas o leyes esperamos que las personas las usen como estándares para regular su propia conducta, así como estándares para regular la conducta de las otras personas. ¿Cómo llegar a esto? Generando una cultura de cumplimiento de las normas que primero requiere la coacción estatal pero que la abandona cuando la norma es aceptada, porque ha sido reconocida como legítima. * Texto publicado en El Colombiano, el 13 de junio de 2017


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Que el caos no acabe con la universidad* Hacen bien directivas de la U. de Antioquia en iniciar un proceso de formalización y reorganización

La columna “Ágora” es responsabilidad de Asoprudea, Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. • http//Asoprudea.udea.edu.co

La manoseada paz y la necesidad de exorcizar la guerra Por JOHN MARIO MUÑOZ LOPERA* Docente de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas jhonmalopera@yahoo.com

No suele ser común que un claustro universitario cierre sus puertas por razones distintas a una protesta, evidentes fallas de infraestructura o días de exámenes de admisión. Pero hacerlo por el exceso de ventas informales, inseguridad o porque allí se celebran fiestas pese a la prohibición de sus directivas resulta exótico. Es lo que sucedió hace unos días en la Universidad de Antioquia, en la ciudad de Medellín. Ya en años anteriores, un fallo de tutela había dado la razón a quienes defendían que dentro del claustro se permitieran ciertas actividades de manera informal. El último cierre afectó el ingreso de no menos de 35.000 personas, incluidos los propios estudiantes y sus maestros. Y uno de los alegatos para tomar tal decisión, además de lo dicho, fue el del atraco a mano armada y el consumo de drogas ilícitas y licor que allí se presentaban. Acto seguido, la fuerza pública inició una serie de inspecciones para corroborar las denuncias mientras el rector argumentaba que tales disposiciones eran necesarias en aras de garantizar la seguridad de la comunidad. Tiene razón el rector. Si uno de los principios básicos de cualquier claustro educativo es velar por una excelsa formación de los muchachos y por hacer de sus campus lugares de encuentro para las actividades académicas, culturales, de investigación y recreación, lo mínimo que se requiere es seguridad y orden, que era exactamente lo que no había ni hay en otras universidades del país. El otro problema, el de la excesiva presencia de ambulantes en los principales corredores de la universidad, es más complejo. Si bien se trata de un espacio al que tienen derecho todos, muchos mitigan parte de sus necesidades a través de la informalidad; por tanto, hacen bien las directivas en iniciar un proceso de formalización y reorganización. Uno de los estudiantes alegó que, además de los paros, ahora deben soportar el cierre por este tipo de incidentes. Y es verdad: no es justo, pero, en aras de la propia tranquilidad de quienes allí se forman y de quienes forman, son los mismos jóvenes los que deberían alentar medidas de este tipo. * Editorial del periódico El Tiempo, publicado el 21 de junio de 2017.

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olombia es una paradoja, por decir lo menos. El 13 de junio de 2017 se debió celebrar que el 60% del armamento del grupo guerrillero más antiguo de América Latina, las FarcEP, va silenciando su ruido de muerte y terror que ha acompañado esta trágica y absurda guerra de más de cinco décadas, que en su confrontación con el Estado y los paramilitares ha dejado más muertes que en guerras civiles declaradas, más desaparecidos que en las dictaduras militares del cono sur, más de 8.500.000 víctimas, más de 7.000.000 de hectáreas de tierras usurpadas a pequeños e indefensos campesinos, logrando con esta estratagema bélica ocupar nuevamente el deshonroso primer lugar en el mundo de personas desplazadas forzadamente por el conflicto armado interno y, como resultado de éste, una contra-reforma agraria donde las élites terratenientes del país se quedan con tierras geoestratégicamente bien ubicadas para la expansión del capital. Estas cifras evidencian los niveles de violencia que parecen estar enquistados en la mentalidad de muchos de los colombianos, y naturalizarse como parte biológica o cultural de un país que se ha degradado a extremos, donde el otro es un enemigo que se debe destruir de manera física o simbólica; el derecho a la réplica, a los argumentos, a la razón, perece perder el valor fundante de la modernidad; por el contrario, operan las emociones irracionales y violentas. Decía Clausewitz que “la guerra es la forma de hacer política por otros medios”. Esa parece ser la suerte de Colombia, con esta tragedia humanitaria con la que convivimos, pero en el fondo de este planteamiento, se puede desenmascarar los beneficiarios de esta demencial confrontación, puesto que es la relación guerra-paz la que ha puesto los últimos gobiernos en el poder, unos para acabar con la insurgencia y otros para lograr la paz, de hecho un derecho constitucional; pero los unos y los otros logran eclipsar el sentimiento de la población con discursos falaces que tienen un solo fin, seguir cabalgando en el poder, con la ayuda incondicional de los medios de comunicación que van creando una opinión muchas veces distorsionada de la realidad. Ahora, cuando la paz parece una realidad en el horizonte gris de esta historia colombiana dura de masticar, vuelven los salvadores de la patria, los dueños de la moral pública, los adalides de

los valores y la pulcritud, a tratar de volver “trizas” un proceso de paz que ha sido ya bastante manoseado, con artimañas propias de aquellos acostumbrados a engañar, diciendo al unísono como en un trance colectivo, que Colombia se va a volver castro-chavista, que los gays van a dictaminar la moral pública, que le van a entregar el país a las Farc y no van a entregar sus bienes económicos, que... en fin, hasta el exabrupto que el Papa es insurgente. No se puede subestimar a estos “salvadores” de la nación, ya que enfilan su arsenal de mentiras y sus formas distractoras de hacer política para la contienda electoral que se avecina, y que seguro será una de las más complejas y difíciles de la historia reciente del país; harán hasta lo imposible no solo por llegar al poder, sino por ir poniendo todos los obstáculos y críticas al proceso de paz. Es por lo anterior que una de las obligaciones como ciudadanos, como universitarios, es trabajar para exorcizar ese fantasma de la guerra, desentrañar desde el debate, la investigación y formación qué es lo que ha sucedido en la realidad política del país y seguir apoyando el proceso de paz, pero sobre todo acompañar su implementación, que será la parte más difícil, ya que la paz se hace en los territorios, no solo en el papel; este puede ser letra muerta o letra cómplice y asesina, si no se respeta la vida de aquellos que vieron en la paz una forma de salir de la ignominia de la guerra. Dice Pepe Mujica en la verificación de las entregas de armas de las Farc-EP: “Hay que desmantelar lo que ha acumulado tanto dolor (...) no se puede vivir en una sociedad con desconfianza” (…) “no sólo la paz de Colombia es la que está en juego sino el desafío de hacia dónde va el hombre y la humanidad. Por eso, Colombia es un laboratorio de la historia, no lo hagamos fracasar por favor pueblo colombiano. El principal actor eres tú que andas por las calles y la vida”. Este llamado de un hombre que no vio la guerra por televisión, que la padeció en su país Uruguay, que fue prisionero por muchos años y luego presidente, es muestra de que la guerra solo deja una estela de muerte y degradación, donde la gran mayoría de víctimas y victimarios son el propio pueblo excluido para beneficio de otros que están cómodos en su sofá. Es cierto que el proceso de paz en Colombia no va a generar los cambios estructurales que puedan mover los cimientos del modelo económico que gobierna buena parte del mundo, al igual que una política social estatal más integral, pero sí puede ser importante para disminuir las muertes como viene pasando, para consolidar una ciudadanía más activa y para hacer cumplir las premisas básicas del Estado de derecho propio de un estado moderno. *Director del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe, CELyC


Opinión / Análisis

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Limitaciones de la reforma político electoral Por JOHN FREDY BEDOYA MARULANDA* Docente del Instituto de Estudios Políticos comunicacionesiep@udea.edu.co

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a Constitución de 1991 y las reglas que plasmó para la competencia electoral, tratando de lograr una mayor inclusión social, dejó abierto un sinfín de interrogantes sobre la manera de ordenar el sistema político. Por ejemplo, la laxitud en la creación de los movimientos y partidos políticos que esta propuso desató una lluvia de etiquetas, que si bien dio entrada a nuevas tendencias políticas, la mayoría de ellas no representaba nada más allá de los intereses personalistas de quienes las creaban. Sin embargo, la reforma de 2003 trató de ordenar este caos, no solo depurando el número de partidos, sino convirtiendo a los que quedaron en colectividades más o menos uniformes, sostenibles en el tiempo y, de alguna u otra forma, les enseñó a disciplinarse en términos electorales y legislativos. Pero aún con este logro, ante la opinión pública los partidos siguen siendo solo maquinarias electorales de las élites que no agregan demandas sociales y que excluyen a la mayoría de los ciudadanos. Bajo esta premisa, se han logrado algunos avances posteriores como la ley 1475 de 2011 que impone la cuota de género pensando en la inclusión de las mujeres y la ley de bancadas (ley 947 de 2005), que trató de cohesionar internamente las estructuras partidistas. En las negociaciones de La Habana se abrió de nuevo esta discusión, aduciendo la importancia de lograr instituciones incluyentes y representativas de las poblaciones como forma de desarticular las causas objetivas de la guerra; de allí que una de las propuestas fuese nuevamente la apertura del sistema de partidos. En este contexto, con el rápido proceso de implementación, el gobierno presentó

una nueva reforma política que trata de garantizar el cumplimiento no solo de este acuerdo, sino lo que se había esperado desde la constituyente de 1991; propuesta, que si bien apunta a la importancia de lograr instituciones más disciplinadas, democráticas y transparentes, no logra avanzar en la preocupación por la apertura política. Lo más preocupante de esta nueva reforma es que la fórmula electoral dispuesta para la entrada de nuevas organizaciones partidistas no está diseñada para este fin. De esta manera se dispone que es necesario, para el reconocimiento de la personería jurídica, que las nuevas organizaciones políticas tengan un número de afiliados igual o superior al 0,2% del censo electoral (un poco más de 71.100 personas), medida que no es del todo despreciable pues evita el surgimiento de movimientos personalistas. Sin embargo, para que estos nuevos movimientos logren presentar candidatos a nivel nacional deberán acreditar que estos afiliados se encuentren en departamentos con grandes censos electorales como Antioquia, Valle, Atlántico, Santander y Bogotá, los cuales actualmente poseen la mayor representación en la Cámara y el Senado (que sumados sean el 50% del censo electoral). Es decir, no cambiará nada hasta ahora, ya que departamentos con menor población y que han sido excluidos en el tiempo de los procesos políticos, no podrán generar alternativas políticas regionales. De otro lado, aún si surgen movimientos nuevos desde estos departamentos, logrando afiliar 71 mil almas a su causa (a razón de 14.340 afiliados por cada uno), estos no podrán disputar las elecciones regionales, pues deberán acreditar que sus afiliados corresponden al 1% del censo electoral de cada uno los departamentos; es decir, para lograr actuar en ambos niveles deberán tener mínimo en Antioquia 44 mil afiliados, 17 mil en Atlántico, 16 mil en Santander, 33 mil en Valle y 54 mil en Bogotá. En suma, si un partido requiere ser funcional, tanto a nivel nacional como regional, requeriría de al menos 164

mil afiliados, lo que sería un gran desincentivo pues este número no le garantiza los mismos derechos que adquiere un partido político que sobrepasa el umbral del 3% (350.167 votantes). En el caso de elecciones locales, el escenario no es distinto, ya que tampoco permite la entrada a nuevos competidores, sobre todo en los municipios más pequeños. Supongamos que una organización desea incursionar en el campo electoral y sus demandas corresponden a las de los habitantes de gran parte de ese municipio; en este caso, deberá acreditar que parte de sus 71 mil afiliados corresponde al 1% del censo electoral del mismo. La medida anterior, puede ser procedente para ciudades como Medellín, Cali, Bogotá y Barranquilla, donde los electores se cuentan por millones, sin embargo, no sería lo mismo para aquellos municipios en los que sus censos electorales se cuentan en miles. Para dar solo un ejemplo, Ituango, uno de los municipios más afectados por la guerra y por el proceso de implementación en Antioquia, tiene un censo electoral de 17.155 votantes, mucho menor que el umbral de afiliados necesario para formar un movimiento político. Pero pongamos el panorama un poco más alentador; supongamos que ese movimiento que nace en Ituango logra aglutinar afiliados en todos los demás municipios de la zona norte de Antioquia (esto incluye a otros 16 municipios), aún en este caso deberá reunir el 38% de todo el censo electoral de estos municipios, en donde la participación electoral es cercana al 40% (75.000 votantes), es decir, es casi improbable que esto suceda. En suma, aunque no es del todo despreciable la propuesta de reforma presentada, hay una gran limitación a su accionar para cumplir con la tan mencionada inclusión al sistema político y al parecer no logrará cambiar nada de lo que actualmente conocemos. * Miembro de la plataforma SEPA, Seguimiento político en Antioquia

Otra oportunidad perdida* Por CARLOS ARTURO SOTO LOMBANA Profesor y exdecano de la Facultad de Educación

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l día de mañana, 24 de mayo, el Concejo de Medellín se dispone a aprobar el proyecto de acuerdo por el cual se adicionan cerca de 300.000 millones de pesos al presupuesto de la ciudad; este dinero es producto de recursos adicionales, no previstos, que según el Secretario de Hacienda corresponden al aumento del recaudo producto del excelente pago de las obligaciones de los ciudadanos con su ciudad. Es de resaltar que el promedio nacional de pago de las obligaciones ciudadanas está entre el 50 y el 55%, mientras en Medellín esta cifra fue del 82%. En mi columna del 7 de marzo mencionaba sobre el particular que se abría una interesante discusión sobre los destinos que podrían tener estos recursos. Sugería que el Concejo de Medellín tendría en sus manos una oportunidad para corregir la deuda histórica que tiene la ciudad con la Universidad de Antioquia. Dentro de los argumentos planteados se resaltó que cerca del 75% de los estudiantes que ingresan a la Alma Máter tienen su residencia en Medellín, pero además que el potencial cultural, científico y tecnológico de la Universidad lo recibe directamente el Municipio. Conocido el proyecto de acuerdo y sin desconocer la importancia de los proyectos que se contemplan para destinar esta adición presupuestal, dirigidos a fortalecer temas sobre prevención de vulneración de derechos de niños y niñas, educación asistida, seguridad e infraestructura (la mitad de los recursos), quedó por fuera algún aporte a la Universidad de Antioquia.

Por estos días el rector de la Universidad Nacional de Colombia, Dr. Ignacio Mantilla, ventilaba la impugnación que hizo el alcalde Peñalosa a una ley que busca favorecer a las dos universidades públicas más importantes que tiene Bogotá; cuenta el rector Mantilla que el argumento del alcalde Peñalosa es que la Ley 1825 de 2017 tiene aplicación en el Distrito Capital y por consiguiente sólo debe beneficiar a la Universidad Distrital y debe excluir a la Universidad Nacional de Colombia por cuanto esta es una institución del orden nacional. El rector Mantilla califica esta actitud del Alcalde de mezquina, pues toda ley finalmente afecta (bien o mal) a las personas y es de reconocido conocimiento que el 80% de los estudiantes que estudian en la Sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia provienen de las 20 localidades de esta ciudad. La reticencia de concejales y alcaldes de Medellín en apoyar su Alma Máter no dista mucho de la posición del alcalde Peñalosa con la Universidad Nacional de Colombia y no tiene presentación alguna. Ojalá que los diálogos que viene sosteniendo el rector de la Universidad de Antioquia con el alcalde de Medellín permitan allanar otra vía para que la ciudad de Medellín reconozca la deuda histórica con su Universidad. Así como los ciudadanos de Medellín tenemos un excelente compromiso con el pago de las obligaciones fiscales con nuestra ciudad, otro tanto deberían hacer concejales y alcaldes en el cumplimiento de obligaciones morales con la Universidad de Antioquia. Si persiste esta ceguera y mezquindad (términos usados por el rector Mantilla a la actitud del alcalde Peñalosa) los municipios deberían separar lo que logran realizar con sus propios recursos de lo que hace la nación con sus aportes, a la hora de presentar los balances sociales. Es claro que lo que hoy puede presentar Medellín en términos de educación superior, ciencia, tecnología e inclusión no se podría explicar sin el aporte de la Universidad de Antioquia. *Columna publicada el 23 mayo de 2017 en el periódico El Mundo


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Desplazamiento forzado Por GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co

Diploma en memoria histórica Inscripciones abiertas hasta el 19 de julio de 2017 La Universidad de Antioquia y la Deutsche Welle Akademie abren la convocatoria para la tercera cohorte del Diploma en memoria histórica, un programa académico que propone fortalecer el conocimiento y la reflexión en memoria histórica y cubrimiento del conflicto armado, desde una perspectiva que incida en el debate público y la definición de políticas de paz. El diploma, que comenzará el 24 de julio de 2017, está dirigido a periodistas, comunicadores y profesionales de las ciencias sociales, gestores sociales y agentes de proyectos interesados en profundizar en las implicaciones sociales y políticas del enfoque de la memoria, la paz y la justicia en los contextos local, regional y nacional. El diploma constará de diez módulos en los que los participantes, apoyados de docentes de gran experiencia y reconocimiento en el campo, y basados en ejercicios y vivencias, analizarán y abordarán problemáticas orientadas a la coyuntura social actual del país. El diploma ha formado 54 profesionales entre comunicadores, periodistas, abogados, sociólogos, politólogos, psicólogos, gestores culturales, ingenieros, biólogos. Inscripciones por internet Hasta el 19 de julio de 2017 Ingrese a la página http://reune.udea.edu.co y haga click en la sección Cursos y Eventos Académicos; allí, busque la opción Facultad de Comunicaciones y elija Diploma en Memoria Histórica. Duración del curso Del 24 de julio al 27 de septiembre de 2017 Intensidad horaria: 160 horas (120 horas presenciales y 40 horas de trabajo fuera del aula). Horario y lugar: lunes, martes y miércoles, de 5 p.m. a 9 p.m. Edificio de Extensión Universidad de Antioquia. Calle 70 #52-72 Inversión: $1.700.000: tarifa plena. $1.500.000: comunidad académica de la Universidad de Antioquia y grupos de inscritos. Informes Proyecto Hacemos Memoria Universidad de Antioquia- DW Akademie Teléfono: 320 571 2889 Email: proyectohacemosmemoria@udea.edu.co Página web: www.hacemosmemoria.org

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esde hace varios años Colombia se “pelea” junto a Siria el primer puesto como país del globo con mayor población desplazada a raíz del conflicto armado interno. Según el Registro Único de Víctimas de la Red Nacional de Información, a mediados de junio del presente año el país contabilizaba 8.421.627 en situación de víctimas, y de ellas el 85% (7.175.181) lo era a causa del desplazamiento forzado. Lo que significa que por cada siete personas que habitan nuestro territorio al menos una ha sido obligada en las últimas tres décadas a abandonar su hogar a causa del conflicto armado. A pesar de lo escandalosa que se presenta esta cifra, a la mayoría de los colombianos y de la comunidad internacional pareciera no preocuparles el fenómeno. La razón del desinterés se encuentra en la particularidad que tiene el desplazamiento en el país. Pues, mientras que en países como Siria o Afganistán —por solo nombrar dos casos— la mayoría de los desplazados se convierte en refugiados en otras naciones, en Colombia la inmensa mayoría de esta población se desplaza de manera interna; sólo el 5.62% de los migrantes forzados nuestros buscan refugio en países como Ecuador, Panamá o Venezuela. En Colombia la población desplazada suele recorrer cortas distancias. De cada tres desplazados, dos (el 63%) se movilizan a la cabecera municipal más cercana y usualmente lo hacen dentro de su mismo departamento de expulsión. De esta manera, la ciudad se viene constituyendo en el lugar más preferido para los migrantes, y la zona rural en el mayor lugar de expulsión (el 87% de los desplazados provienen de estas zonas). Así, según la Red Nacional de Información, entre 2007-2016, Bogotá con 260.979, Medellín con 207.547 y CaliYumbo con 84.263 (gráfico 1) son las ciudades que más atraen población desplazada. Los efectos que trae este fenómeno político sobre la población y la ciudad colombiana son variados y muy dolorosos. Pues, por un lado, dado que la mayoría de los desplazados son habitantes

del campo y pertenecientes a población étnica —afrocolombiana e indígena— estos tienen que abandonar sus tierras y trabajos, y arribar a la ciudad donde se tienen otros hábitos y formas de vida. Los nuevos habitantes de las urbes sufren en la ciudad un choque cultural, tienen que aprender nuevos lenguajes y costumbres que hagan posible afrontar los retos de la naturaleza de los nuevos espacios de vida requeridos. Por el otro, los habitantes y autoridades de las ciudades receptoras tienen que enfrentar los desafíos que les imponen los fenómenos migratorios. El arribo de los desplazados a la ciudad afecta la dinámica urbana: aumenta los índices de pobreza extrema y empeora los indicadores del mercado laboral. Los migrantes forzados caen en una posición desventajosa, se ven forzados a trabajar en empleos mal pagos, usualmente del sector informal, o caen en el desempleo. Incluso, en el peor de los casos, se ven involucrados en las nuevas guerras por las rentas ilegales y el control territorial en las grandes ciudades. En pocas palabras, el desplazamiento forzado viene provocando en Colombia una tragedia individual, familiar y comunitaria. Es un fenómeno que conlleva graves problemas psicológicos —a causa de los traumas que genera la guerra—, destruye capital social —al deteriorar las redes de apoyo y confianza en la sociedad y el Estado—, reduce la capacidad de trabajo específico —al desaprovechar las habilidades personales de los campesinos— y, finalmente, revictimiza, pues son percibidos como un problema sociopolítico y son marginados. En síntesis, el desplazamiento forzado en Colombia genera una trampa de pobreza y exclusión para todos, tanto víctimas como habitantes de las ciudades. En conclusión, tanto la abrumadora magnitud del desplazamiento forzado como su extensión territorial y la duración histórica obligan a poner la mira a este fenómeno. No podemos seguir con la postura apática frente a esta grave tragedia humanitaria. Es clave que en la coyuntura actual, donde se presentan de nuevo las cifras de desplazamiento forzado y en donde se trabaja con la insurgencia en la implementación del Acuerdo de La Habana, sea necesario afrontar con decisión la problemática. Hoy, es prioritario que desde muchos ámbitos se realicen esfuerzos que hagan posible la construcción de la memoria histórica, el tratamiento sistemático a las consecuencias dejadas por la guerra y la construcción de escenarios del posconflicto viables y justos.

Gráfico 1. Colombia: desplazados forzados recibidos en las 23 ciudades principales (2007-2016)

Notas: 1Área Metropolitana de Medellín, 2Cúcuta, Villa del Rosario, Los Patios y El Zulia, 3Bucaramanga, Girón, Piedecuesta y Floridablanca y 4Pereira, Dosquebradas y La Virginia. Fuente: Elaboración propia con datos del DANE.


Opinión / Análisis

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¿De cuál propiedad privada hablamos? Por RAÚL OCHOA CARVAJAL Profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas raulhumbertoochoa@gmail.com

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n 1936, en la presidencia de Alfonso López Pumarejo, se dictaron dos normas que tocaron directamente la propiedad sobre la tierra. Una fue la ley 200 o ley de tierras; otra, el acto legislativo número uno, que reformó la Constitución. Estas normas acogieron las ideas positivistas de León Duguit que se encontraban de moda. Duguit propugnaba por la función social de la propiedad, frente a la cual los propietarios no tenían un derecho subjetivo sino una función que cumplir frente a la sociedad. Por ello, en la reforma se dijo que la propiedad es una función social (lo que se quiso decir fue que la propiedad tiene una función social). Este mandato fue ratificado en iguales términos por el constituyente de 1991, en el artículo 58 de la C.P. Si estas normas están vigentes en Colombia, ¿por qué, entonces, personajes como Lafaurie, Uribe y el exsuperintendente Vélez advierten que la propiedad privada, esencia de la democracia, está en juego? ¿Cuál es la propiedad que está en juego? Frente al derecho de propiedad ha habido diversas posturas. Una de ellas asoció la propiedad a la libertad y a la igualdad. Fue la postura de Locke. Pero esa visión liberal extrema de la propiedad, recogida por los neoliberales, no se compadece con un Estado social de derecho ni con ninguna visión solidaria de la sociedad. Por ello, la Corte Constitucional ordenó retirar de la definición de propiedad del artículo 669 del Código Civil la expresión “arbitrariamente”. Al propietario, en los términos del artículo 58 de la C.P. se le protege si cumple con la función social. La propiedad obliga, decía Gaitán. El Papa Francisco expresa en la Encíclica Laudato Si: “…La tradición cristiana nunca reconoció como absoluto o intocable el derecho a la propiedad privada y subrayó la función social de cualquier forma de propiedad privada. San Juan Pablo II recordó con mucho énfasis esta doctrina, diciendo que “Dios ha dado la tierra a todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a ninguno”. Son palabras densas y fuertes. Remarcó que “no sería verdaderamente digno del hombre un tipo de desarrollo que no respetara y promoviera los derechos humanos, personales y sociales, económicos y políticos, incluidos los derechos de las naciones y de los pueblos”. Con toda claridad explicó que “la Iglesia defiende, sí, el legítimo derecho a la propiedad privada, pero enseña con no menor claridad que sobre toda propiedad privada grava siempre una hipoteca

social, para que los bienes sirvan a la destinación general que Dios les ha dado”. Por tanto, afirmó que “no es conforme con el designio de Dios usar este don de modo tal que sus beneficios favorezcan sólo a unos pocos. Esto cuestiona seriamente los hábitos injustos de una parte de la humanidad.” Por ello, sorprende la afirmación del exsuperintendente: “Si lo quieren ver como política, pues digo que sí, que Cambio Radical defiende la propiedad privada y no vamos a permitir que nadie la toque… Es el estándar de la democracia”. (El Colombiano, mayo 11 de 2017). Con respecto a las relaciones de tenencia de la tierra en el campo, dice el investigador Darío Fajardo: “El desarrollo agrario del país ha tenido como constante la convergencia del despojo y el destierro con la concentración de la propiedad… Sin embargo las normas expedidas no han modificado la tendencia dominante hacia el afianzamiento del despojo y la concentración de la propiedad rural, habiendo tomado fuerza la política dirigida a la legalización de las tierras apropiadas mediante la violencia.” (Fajardo, 2014). La misma idea es expuesta por Reyes Posada: “Ese es el lío actual: que la guerra contra el narcotráfico aceleró la formación de una clase propietaria del campo —ganaderos, coqueros, narcotraficantes— que usaron el desorden y la violencia paramilitar y estatal, para apoderarse de tierras. Entonces surgió una nueva clase de terratenientes.” (Reyes, 2016). Marco Palacios, otro estudioso de los problemas agrarios, dice: “A partir de la década de 1940 asistimos a una veloz y creciente concentración de la propiedad (incluida la de la tierra), del poder plutocrático y del poder local. La ausencia de un catastro técnico y confiable (asociado al sistema registral) que garantice la seguridad jurídica y la publicidad de los títulos de propiedad rural ha facilitado la concentración. Este fenómeno fue de la mano de la violencia y, más recientemente, de las formaciones paramilitares, de la corrupción judicial y administrativa, de la viscosidad políticoelectoral, de la profunda crisis de los otrora partidos hegemónicos Liberal y Conservador, de la parapolítica y de la fabricación de un nuevo salvador de la patria. (Palacios, 2011). Por su parte, Francisco Cortés, en su columna de El Colombiano, afirma: “… La experiencia de

injusticia en el campo resultó del despojo de las tierras de los campesinos que los grandes hacendados hicieron en las últimas décadas, mediante la fuerza y el engaño. Entonces, ¿cuál es la justicia que prostituye el concepto de justicia? ¿La social? o ¿la que afirma el carácter absoluto del derecho de propiedad? (El Colombiano, mayo 30 de 2017) Como se desprende de las citas anteriores, la situación del campesino es aterradora. Más de 800.000 familias sin tierra y un 60 % de poseedores sin título. En contraste, es Colombia uno de los países con más concentración de la tierra en el mundo. Las cifras oficiales indican que el 40% de la tierra está en manos del 0.4 % de los propietarios. Así las cosas, es absolutamente inhumano defender la propiedad privada a ultranza. La propiedad privada del Código Civil, propiedad absoluta, perpetua, ilimitada, se hace inhumana. El Código Civil colombiano, al igual que el de Napoleón, son códigos de propietarios. Los hermanos Mazeaud dicen con respecto a este que, sobre 2.282 artículos, solo los 515 primeros no estarían consagrados a la propiedad. Fue la burguesía quien lideró la revolución francesa. En esa lucha contra el feudalismo abogó por una propiedad libre de trabas. Rescató el derecho sagrado de propiedad, apoyándose para ello, de manera oportunista y descontextualizada, en Rousseau. El ginebrino sí habló del derecho sagrado de propiedad, pero se refirió a la propiedad del primer ocupante, producto del trabajo y solo para cubrir las necesidades. Ese triunfo de la burguesía se plasmó en el Código de Napoleón. Y esas ideas sobre la propiedad las recogió Andrés Bello en lo que es hoy nuestro Código Civil. Una de esas instituciones del Código Civil fue la posesión inscrita señalada en los artículos 789 y 980. El primero alude a que mientras subsista la inscripción, el que se apodere de la cosa no adquiere la posesión de ella. El segundo señala que la única prueba de la posesión es la inscripción. Estos dos artículos, propios de un código de propietarios, favorecían al propietario frente al poseedor y fueron fuente de muchos litigios entre terratenientes y campesinos poseedores, hasta que llegó la Corte Suprema de Justicia y rescató la fuerza de la posesión ante los títulos de los propietarios en sentencia del 24 de julio de 1937. Y fue un magistrado cristiano, Miguel Moreno Jaramillo, el ponente de esta sentencia que se alejó de la postura del Código Civil en

Las cifras oficiales indican que el 40% de la tierra está en manos del 0.4 % de los propietarios. Así las cosas, es absolutamente inhumano defender la propiedad privada a ultranza. La propiedad privada del Código Civil, propiedad absoluta, perpetua, ilimitada, se hace inhumana. El Código Civil colombiano, al igual que el de Napoleón, son códigos de propietarios.


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Reivindicar al contador público beneficio de los poseedores del campo, quienes verdaderamente trabajaban la tierra, pero sin títulos. ¿Qué dirían hoy los defensores de la propiedad privada y el Código Civil? A pesar de los cambios sociales, nuestros líderes de la derecha siguen aferrados al Código Civil. A raíz de los acuerdos de La Habana se plantea una reforma integral al campo y se señalan unas pautas que se recogen en un proyecto de ley que el gobierno anuncia presentar a través de un decreto ley. En ese momento se hace sentir la voz de los defensores de la propiedad privada y el gobierno cede: no se hará la reforma a través de un decreto sino solo una parte y la otra se someterá al Congreso y la propiedad privada no se tocará. El señor Lafaurie había dicho: “El día en que la propiedad privada, que ha sido el fundamento de la generación de riqueza en Occidente, se ponga en riesgo, pues se prendió la mecha”. La verdad es que la propiedad privada no hay que tocarla, pues ya se tocó. Si el propietario cumple con la función social se le protege, de lo contrario no es ningún derecho. Si el propietario adquirió su tierra de manera delictuosa será objeto de la extinción de dominio. Si la tierra se requiere para beneficio de la comunidad, vendrá la expropiación. Lo que sigue es voluntad política del Estado para implementar los acuerdos y terminar con la injusticia que sufren los campesinos. Siervo Joya, el personaje de Caballero Calderón, toda su vida luchó por un pedazo de tierra y murió sin él. “… yo nací un tirito más lejos, más abajo, en la misma orillita el Chicamocha, al pie de la Peña Morada, en un sitio que llaman La Vega del Pozo. Todo eso pertenece a los patronos de la casa de teja… ¿No conoce mi amo a los patrones? Son gente rica. Mucha peonada tienen, mucha. Y tierra, tierra, más tierra… !cuánta tierra buena y agradecida tienen, por la Virgen Santísima! ¡Y uno sin un terrón donde sembrar dos palitos de maíz, como para decir ahí te caigas muerto!... Lo único que vale la pena en esta vida es la tierra, la tierra propia pues todo lo demás se acaba y no da contento”. La parábola de Siervo termina con su muerte, sin un terrón”. No más Siervos.

Por GICCO*

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n Colombia está haciendo carrera la generalización precipitada que se hace del comportamiento corrupto de algunos profesionales, sin mediar consideración alguna sobre las consecuencias que esta falacia trae para el ejercicio de algunas profesiones vinculadas con algunos campos donde existen altos niveles de riesgo de corrupción. Según el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) de 2015 de Transparencia Internacional, Colombia ocupa el puesto 90 entre 176 países. Se observa que la percepción sobre la corrupción en el país se mantiene y se sospecha que para 2017 la situación poco mejorará. Los escándalos de corrupción (tales como los del sector salud, Interbolsa, Reficar y Odebrecht) han puesto en tela de juicio el papel de algunos profesionales en Colombia, dado que su portafolio de servicios tiene vínculos con la justicia, la gestión, la vigilancia y el control de los recursos, campos en los cuales se presenta la corrupción de manera recurrente; uno de estos profesionales es, sin duda, el contador público, dada su formación y su campo de acción. Pareciera que un manto de dudas se cierne sobre una profesión que pretende generar confianza pública a partir de una información contable de calidad, sobre la cual se da fe pública, así como del diseño e implementación de unos procesos de control efectivos en las organizaciones; dicho “manto de dudas” se generaliza, como si toda la profesión incurriera en tales hechos de corrupción. Profesionales críticos y medios de comunicación, recogiendo la percepción de algunos sectores de la población, se preguntan por las capacidades de los profesionales para ejercer sus funciones y, en varios casos, dudan de la efectividad del papel de los contadores públicos, del seguimiento de los protocolos para seguir las evidencias frente al flagelo de la corrupción, así como del nivel de actualización en el conocimiento de punta en materia de información contable y control organizacional. Por parte de un sector de la profesión contable en Colombia se considera que, sin desconocer la responsabilidad que tienen los contadores públicos en la lucha contra la corrupción, hace falta reconocer las limitaciones que rondan la práctica profesional del contador público, evidenciadas en la inexistencia de condiciones para el ejercicio de la fe pública; tratándose del ejercicio de la revisoría fiscal, estas evidencias se orientan a que no se han estructurado las medidas de protección para los agentes que desarrollan esta institución de control emergente de la dinámica empresarial de las sociedades anónimas. ¿Qué pasa cuando un profesional contable se atreve a denunciar los casos de corrupción? ¿Qué pasa cuando un contador público se atreve a informar a la DIAN cuando encuentra una “planeación tributaria agresiva”? ¿Quién protege su integridad personal? ¿Quién protege el ejercicio profesional del contador público en Colombia? Es imperativo que el Estado colombiano proteja el ejercicio de la contaduría pública como profesión liberal y que los gremios realicen investigaciones que analicen la carga laboral de los profesionales contables para verificar si ésta se compensa con la remuneración recibida. En muchos casos, las labores del contador público son desarrolladas sin una plataforma de base que sustente

su trabajo profesional con suficiencia e independencia, aspecto que se evidencia en la carencia de lugares y ambientes adecuados de trabajo, en la no provisión de equipos humanos calificados para laborar, en la falta de acceso a bases de datos para realizar la “minería de datos” o la “vigilancia tecnológica” y en la provisión de tecnologías obsoletas para su desempeño. Para el Grupo de Investigaciones y Consultorías Contables, Gicco, de la Universidad de Antioquia, una señal de tal carencia de condiciones se sustenta en dos aspectos relacionados con el ejercicio del control en las organizaciones: primero, que las críticas a la revisoría fiscal se centran regularmente en el revisor fiscal (como agente de control) y poco se refieren a la revisoría fiscal (como institución de control), es decir, que se hace referencia al agente y no a la estructura que lo soporta; y segundo, que se viene asimilando la revisoría fiscal como auditoría externa, cuando una y otra son tan importantes, hasta tal punto que cada una tiene sus propias objetivos y fortalezas en la organización. Es necesario que se precise la corresponsabilidad que tienen los administradores de las organizaciones que contratan los servicios del contador público ofrecidos en la Ley 43 de 1990; los administradores de las empresas (públicas y privadas) deben ser responsables solidarios de la información que elaboran los contadores y presentan al rendir cuentas, así como las firmas de auditoría deben serlo de los servicios de control que prestan, y no descargar toda la responsabilidad en los contadores públicos. Adicionalmente, las empresas tienen la obligación de brindarle a los contadores las condiciones adecuadas para ejercer su labor en un contexto empresarial complejo. Para Gicco es importante que las facultades de contaduría pública y los gremios de contadores trabajen mancomunadamente en procura de restablecer la reputación de la profesión contable y enfocar el portafolio contable en el valor de la confianza pública. Consideramos necesario construir un escenario de acuerdos con los organismos de la profesión y de los que tienen la responsabilidad de la vigilancia y la lucha contra la corrupción. En primer lugar, se debe exigir a la Fiscalía General de la Nación, a la Contraloría General de la República y a otros organismos de control, celeridad en los procesos de investigación de los contadores indiciados e inculpados en los procesos de corrupción. Sumado a lo anterior, es pertinente solicitar a la Junta Central de Contadores pronunciarse con respecto a los procesos en curso y realizar las investigaciones de oficio que a bien tenga que hacer con respecto a estos escándalos, a fin de salvar el buen nombre de la profesión contable. Finalmente, se recomienda realizar jornadas contra la corrupción en las que se concientice sobre la gran importancia que tiene la información contable y el control organizacional en la lucha contra la corrupción. Tenemos la certeza de que son muchos los esfuerzos que hay por hacer en la contaduría pública para ratificar su función social a partir de la confianza pública, que es necesario impulsar la investigación en las líneas relacionadas con el control organizacional y que son muchos los acuerdos en que debemos comprometernos, como profesionales y organismos, para dignificar una profesión contable con base en su buen nombre y en un portafolio contable que contribuya a erradicar las prácticas de la corrupción. *Ideas planteadas en el espacio “Grupo de opinión”. Participantes: Ph.D. Marco Machado, Mg. Oscar López, Mg. Luis E. Llinás, Mg. Claudia Rivera y C.P. Tania Atehortúa.


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MAESTRAS del p Por ALEJANDRA CARMONA VALENCIA Estudiante de Periodismo aleja2779@hotmail.com

Las pianistas Consuelo Mejía y Teresita Gómez cumplen 60 años de vida artística. El sello distintivo y su vida. Por eso la Universidad de Antioquia —como otras institucio pero también por sus aportes a la academia, a la docencia, a la cultura musical nuestr anténticas maestras del piano, del arte y de la vida, para conocer sus apreciaciones so

“La vida me premió al poder ver cómo a un joven que no tiene ninguna perspectiva se le abren nuevos horizontes a través de la educación pública y del arte”

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Consuelo Mejía

Lo único absoluto es lo relativo de las cosas El amor Es ser tolerante, es hacerle buena cara al vecino y saludar. Todos nos complementamos y somos un solo cuerpo, ese es el sentido del amor. Si lo entendiéramos bien viviríamos mejor, porque es la fuerza que nos mueve a todos.

La vida Es lo más hermoso. Un milagro. La alegría de vivir no nace porque sí, uno la tiene que construir buscando cada vez más razones para darle un sentido.

El piano Es mi herramienta de vida. Un mundo infinito; uno puede trabajar una obra veinte años y siempre tiene algo distinto por descubrir, como la vida misma, porque nada es definitivo, lo único absoluto es lo relativo de las cosas.

La enseñanza Para mí ha sido vital, es la manera de pasarle a otras generaciones lo que yo hago en el piano. Es por lo he que luchado y trabajado toda mi vida. Transmitirle lo que sé a un muchacho joven que está empezando y que las cosas funcionen es el placer más grande, algo que no puede nombrarse. Una maravilla.

El estudiante Significa la generación que va a seguir detrás de uno. No son solo quienes reciben lo que yo sé del piano, sino de la vida misma, ayudándoles a enfrentar obstáculos a través del arte. Muchas veces se sientan en el

piano y parecieran llegar donde el psicólogo, porque sacan todo lo que les pasa. Es algo muy vivencial y bello.

La Universidad Es el medio por el cual yo me he ido formando en la vida, mi gran apoyo. La que me ha brindado los medios para obtener aprendizaje, y no solo a mí, mis hijos también estudiaron allí. Pertenecer a ella significa todo para mí.

La educación pública La educación no es rentable para el neoliberalismo ni para los que solo piensan en obtener ganancias económicas, pero sí lo es para que un pueblo crezca y así tengamos mejores seres humanos. Si la gente se educa con verdaderos valores, si tiene acceso al trabajo y a desarrollarse como persona, produce lo mejor, sacando lo más bueno de sí mismo.

La dificultad Soy muy atormentada por lo que pasa pero siempre trato de buscar salidas. Procuro ayudarme haciendo meditación y en las mañanas me motivo con pensamientos positivos porque el pensar genera el sentir, entonces al despertar me digo: “¡estoy muy bien!” “¡Qué alegría!” “¡Qué hermosa soy!”.

La vejez Asusta, porque es algo que viene paulatinamente. Las arrugas y los cambios golpean pero he estado tan ocupada en mis cosas que no me llegó de una manera apabullante; yo hago ejercicio todos los días, estudio italiano, toco piano, brinco, salgo. La vejez y la soledad son más llevaderas si uno se mueve y tiene objetivos e ideales.


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piano y de la vida

piano, los conciertos, la enseñanza han sido maneras de ser y de estar. Han sido su ones gubernamentales y de la cultura— les tributó recientemente un reconocimiento, ra y del mundo. A propósito del reconocimiento, ALMA MÁTER dialogó con ellas, dos obre conceptos universales que han cruzado su experiencia vital.

“Hay que ser generosos con el conocimiento. Todo lo que hayamos recogido es para sembrarlo como semillas de amor”

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Teresita Gómez

Cada acto debe tener una dosis de amor El amor Es algo que no está enmarcado en el sentir hacia una sola persona, sino que se expande de manera incondicional al salir del corazón. A todos los seres humanos nos gusta que nos recompensen, pero esa no es la idea inicial del amor. Cada acto debe tener una dosis de amor hacia el otro sin condición, de una manera verdadera.

La vida Es una oportunidad muy grande. No importan los conflictos que resultan tan pesados; cada día nos da la oportunidad de hablar con alguien, de aprender y enseñar algo.

El piano Es el instrumento que elegí, fuerte e imponente. Estar con un piano en un escenario es un rito y un reto. Hay pianos que se dejan amar, hay pianos dulces; otros que deben trabajarse más porque no se dan pronto. No concibo mi vida sin él y sin la música que sirve para reírme o llorar. Para dar un paso adelante y levantarme. Desde que nací vamos de la mano, es como un sacerdocio. Una religión.

La enseñanza Es motivar al aprendiz para que arme su panorama induciéndolo a la música, el teatro, la pintura. Enseñar a tocar piano es algo que va más allá de una partitura, es muy íntimo. Incluso uno acompaña al estudiante dándole herramientas para enfrentar momentos duros, por eso los maestros son sagrados.

El estudiante

Con el piano se hace un trabajo individual, es algo muy profundo por-

que la música devela muchas cosas de uno, todo lo que se va operando a través de esta en esencia es humano. Uno como maestro es como el cincel de un escultor que talla la piedra hasta que va quedando lo bueno. Mi gran recompensa es verlos crecer, reconocer sus logros y que ellos se puedan abrir a la vida.

La Universidad Yo soy fruto de esta Universidad que ha hecho muchas cosas por mí. Es muy generosa, un apoyo fundamental. Me siento muy orgullosa de pertenecer a ella.

La educación pública Lo es todo. Por ejemplo, no quisiera ver que privatizaran esta Universidad, sentiría un dolor muy profundo. La educación es muy importante para la humanidad y las instituciones públicas crean esa posibilidad de acceso para quienes no pueden tenerla.

La dificultad La vida nos da muchos golpes pero lo importante es sobreponerse a ellos y tomarlos como pruebas, como un cuento de hadas. Cuando uno va por un bosque oscuro y sale la bruja, debe buscar por dónde salir y pasar los obstáculos. Tampoco hay que darle pie al resentimiento porque lleva al odio y este quita muchas posibilidades de amor.

La vejez Me la estoy disfrutando mucho. Es el aquí y el ahora. Como en el otoño, caen muchas expectativas y sueños pero nacen otras certezas.


Perfil

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Una mirada al pasado en contraste con la realidad actual permite develar las perspectivas de la Universidad de Antioquia, a partir de la conversación con José Jairo Alarcón Arteaga, profesor del Instituto de Filosofía quien habita y recorre el campus desde la década de los 70.

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

El campus ha sido tomado por una mentalidad paupérrima Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista de la Oficina de Relaciones Públicas elizabeth.canas@udea.edu.co

Profesor Alarcón, ¿qué asuntos caracterizaban la vida de la Universidad recién llegado y cómo los compara con la actualidad? —Las cosas suceden simultáneamente, no una tras otra, y cuando llego a la Universidad en 1973, lo que noto es una institución más alegre que la actual y que entonces traía consigo las huellas de los principios que regían la academia como era, un trabajo humanizado que se interesaba en todos los asuntos locales, de la ciudad y la cual, por cierto, era más pequeña y menos complicada. La Universidad convivía con el legado de la orientación de las ciencias y el humanismo y, en especial, con lo que había dejado el nadaísmo; con un ambiente articulado no solo a la ciudad, sino también al afán de cuestionar. Parte sustancial del entorno fue

el paradigma o modelo mental determinante que era el marxismo, y del cual se derivaba no solo una postura epistemológica, sino también moral. Al mismo tiempo, se gestaban cambios en la estructura universitaria que dieron lugar a divisiones de las áreas de conocimiento, a la desaparición de algunos programas y la creación de otros. Lo anterior implicaría la creación de institutos, escuelas y corporaciones. ¿Qué hechos condicionaron políticamente a la Universidad y la beligerancia de la época? —A finales de los años 80, lo que se vivió en la Universidad fue el resultado de esas simultaneidades antes mencionadas y, de manera contundente, de las posturas solidarias que se generaron frente a los movimientos sociales, entre ellos el sindicalismo que afloró como efecto del Frente Nacional. El estudiantado creía en la subversión y todo paro estaba conectado con el resto de los movimientos sociales, de las condiciones del país, de las causas políticas locales, todo era una lucha. Al mismo tiempo se fraguaban las grandes mafias y se afrontó un periodo de cierres dictados para preservar la seguridad universitaria, los cuales, en la práctica, cada vez demostraban su inefi-

cacia, porque al volver a abrir las puertas del claustro, las cosas seguían lo mismo. El cierre más prolongado fue en 1987, cuando asesinaron a Héctor Abad Gómez, a Leonardo Betancur Taborda y a Luis Felipe Vélez Herrera. ¿Cuál es su percepción frente a la condición del estudiante en la Universidad? —No tenemos, —al menos son raros los casos—, al estudiante analista que era característico de aquella época. Tal vez porque no hay esa articulación con el contexto y también por los cambios que subyacen a su condición económica. Creo que hasta los años 80, el estudiantado era en su mayoría de clase media, de vanguardia y atento a manifestarse. Había una independencia social y contestataria que se pregonaba antimperialista, y una condición natural de aceptabilidad de la subversión. Además, porque se creía en el movimiento laico y en la necesidad de modernización. Parte de las consignas destilaban la ideología de la liberación y la convicción de que era necesario gestionar un modelo de país independiente. ¿Y cómo podría definirse al profesorado? El profesor universitario era bien remunerado y esta condición no solo contribuyó a su convicción como docente, sino también

a forjar un carácter especial. Era un ser más integral, conectado con las externalidades. Ahora el profesor tiene un saber y un pensamiento más atomizado que se establece como el que va a informar, pero no a formar. Gremialmente, creo que los profesores no se piensan a sí mismos como una vanguardia crítica, sino como una especie de proletariado. En particular, recuerdo a grandes maestros universitarios como Jorge Valderrama, Félix De Bedout, Darío Valencia y muchos otros, con un discurso coherente, de denuncia y de profunda conciencia sobre las cosas importantes. ¿La transformación del campus está ligada al cambio de los universitarios? —Los espacios universitarios antes eran sacralizados, porque era el ámbito donde se gestaba pensamiento y se han convertido al punto de asimilarse hoy como un parque. El campus ha sido tomado por una mentalidad paupérrima, porque atrás quedó ese valor simbólico y ahora parece un espacio público más. Esto no es solo en la Universidad de Antioquia, sino también en otras instituciones —y correspondiente con un fenómeno social—: la universidad no es una casa de estudio, sino un lugar de comercio.


Egresado

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Presencia del egresado

Retos de la justicia en el posconflicto La Universidad de Antioquia le tributó el 2 de junio en Medellín un homenaje al egresado de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, el abogado Enrique Gil Botero, expresidente del Consejo de Estado y actual ministro de Justicia y Derecho. Versión sintética de su intervención en el homenaje. El rector de la Universidad de Antioquia Mauricio Alviar Ramírez, el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas Luquegi Gil Neira y el ministro de Justicia y Derecho Enrique Gil Botero.

Por ENRIQUE GIL BOTERO Ministro de Justicia y del Derecho

Foto: cortesía Facultad de Derecho y Ciencias Políticas

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l escenario político actual relieva aún más la importancia de la justicia como eje articulador de los valores que nos llevarán al estado de plena convivencia social. El posconflicto es un porvenir que plantea los más grandes retos de la historia de la república en materia de justicia. Como es sabido, en las zonas de conflicto armado, las relaciones políticas, familiares y comunitarias habían sido reguladas y regladas por los grupos armados que ejercían control sobre el territorio. El dominio y presencia de las Farc no ha sido homogéneo en todas las zonas, pues mientras en algunos lugares asumían control de todos los aspectos de la vida de los civiles, en otros regulaban ciertas conductas. En todo caso, la facultad para decidir conflictos y disputas de la comunidad era ejercida de facto y por la fuerza por los grupos armados al margen de la ley. Esta situación fue una constante, en mayor o menor medida, de acuerdo con la capacidad y presencia del Estado en cada territorio. Ante este escenario, se torna imperativo recuperar la confianza en el Estado y en la institucionalidad en aquellas zonas en las que la presencia estatal ha sido precaria, especialmente en materia de resolución de los conflictos. La justicia, en todas sus dimensiones, es vital para alcanzar y luego consolidar la paz territorial, que, dicho sea de paso, es el componente más importante de este proceso de paz: hacer realidad la idea de goce tranquilo de derechos a los campesinos, a las mujeres, a las comunidades étnicas, a las víctimas y a todos los que históricamente han sido olvidados. Esta es una paz con fuerza transformadora, anclada y construida desde las regiones. Es por lo anterior que, cuando hablamos de justicia para el posconflicto, debemos tener en mente una justicia en dos dimensiones muy claras. La primera es la justicia transicional, que es fundamental para consolidar el proceso de

reconstrucción del orden social y los derechos de las víctimas. Y la segunda es la justicia en su rol propiamente dicho, el de velar, con aspiraciones de universalidad, por los derechos de los demás habitantes del territorio colombiano. La justicia transicional tiene lugar en períodos de profundo cambio político, que se caracterizan por la necesidad de adoptar reformas institucionales para hacerle frente a los crímenes cometidos, tanto desde el punto de vista penal como desde la perspectiva de reparación de las víctimas. Similar entendimiento tienen las Naciones Unidas: Toda la variedad de procesos y mecanismos asociados con los intentos de una sociedad por resolver los problemas derivados de un pasado de abusos a gran escala, a fin de que los responsables rindan cuentas de sus actos, servir a la justicia y lograr la reconciliación. Tales mecanismos pueden ser judiciales o extrajudiciales y tener distintos niveles de participación internacional (o carecer por completo de ella), así como abarcar el enjuiciamiento de personas, el resarcimiento, la búsqueda de la verdad, la reforma institucional, la investigación de antecedentes, la remoción del cargo o combinaciones de todos ellos1. El esquema de justicia transicional pactado en el punto 5 del Acuerdo de paz, sobre víctimas, obedece a esta filosofía. Se acordó la creación

de un Sistema integral de verdad, justicia, reparación y no-repetición. Está compuesto por mecanismos judiciales y extrajudiciales cuyo fin primordial es lograr la satisfacción y restablecimiento de los derechos de las víctimas, pero además, asegurar la rendición de cuentas de lo ocurrido, garantizar la convivencia, la reconciliación y no repetición, en el marco de un enfoque territorial, diferencial y de género. En esta tarea concurrirán la Comisión para el esclarecimiento de la verdad, la convivencia y la no-repetición, que será vital en el establecimiento de la verdad y la explicación de la complejidad del conflicto armado; la Unidad especial para la búsqueda de personas desaparecidas en el conflicto, que dará cuenta de las personas que murieron en poder de actores armados, sin que se sepa de su paradero o las personas que hayan sido víctimas de desaparición forzada, y la Jurisdicción especial para la paz (JEP) ejercerá funciones judiciales y cumplirá con el deber del Estado colombiano de investigar, juzgar y sancionar los delitos cometidos en el contexto y en razón del conflicto armado, en particular los más graves y representativos. La JEP busca resolver, a través de un aparato de justicia especializado, la carga que ha significado para nuestro sistema de justicia los crímenes y los hechos relacionados con el conflicto. Así, habrá una

mejor distribución de tareas en la administración de justicia: la JEP se concentrará en hacer justicia respecto de los crímenes del conflicto y la justicia ordinaria en perseguir el crimen organizado y los delitos que afectan cotidianamente a los ciudadanos. Pero los retos de la justicia del posconflicto no se agotan en la justicia transicional, pues encuentran un rango de acción más amplio en la tarea de garantizar acceso efectivo a la justicia de todos los ciudadanos y de esta forma desmontar las justicias paralelas, ilegales y paraestatales que para muchos territorios han sido la única forma de justicia conocida. Así, pues, el reto principal de la justicia del posconflicto se concentra en el acceso efectivo a la misma, la resolución de conflictos en el campo y el fortalecimiento contra el crimen organizado. Estos son aspectos cruciales para la generación de estabilidad y la construcción continua de convivencia. Por ello, además de fortalecer los mecanismos de acceso a la justicia formal y no formal en aquellas regiones con ausencia histórica del Estado, la implementación de la justicia agraria es otro de los grandes retos del posconflicto. Esta no es una tarea nueva para el Estado, pues el Decreto 2303 de 1989 ya se había encargado de crear y organizar una justicia agraria, sin embargo, su puesta en función nunca fue una realidad. Se hace necesario, entonces, pensar normas y procedimientos a partir de las relaciones especiales del campo y de una idea bien clara: la protección al sujeto campesino. Este es un compromiso, antes que con las Farc, con el campo colombiano. Finalmente, la paz es un compromiso de todos y en su consolidación tienen asegurado un papel fundamental las universidades y sus integrantes. 1. Naciones Unidas. El Estado de derecho y la justicia de transición en las sociedades que sufren o han sufrido conflictos. Nueva York: Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. 2004.


Investigación

Uso y efectos del mercurio

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Fotos: Margarita Pérez y Mónica Soto

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según el perfil de la minería de oro Por MARGARITA PÉREZ OSORNO* margarita.perez@udea.edu.co

MÓNICA SOTO**

monica.soto@udea.edu.co

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as investigaciones relacionadas con la actividad económica de la minería de oro deben ser —o por lo menos deben intentar ser— integrales y, por tanto, abordar las dimensiones ecológica, económica, política, cultural y sanitaria, además de aquellas que implican la subjetivación de la relación hombre - territorio y que se imbrican en un complejo sistema que denominamos ambiente; de lo contrario no

Barequeros en el río Cauca, Sabanalarga. podría entenderse su diversidad y complejidad desde el nivel local. En esa dirección, los grupos de investigación Salud y ambiente de la Facultad Nacional de Salud Pública y el Grupo de diagnóstico y control de contaminación, Gdcon, de la Universidad de Antioquia, adelantan desde 2015 la investigación “Cartografía socio-ambiental, perfil epidemiológico en menores de 5 años y estrategia educativa en territorios donde empieza a

configurarse la minería como actividad económica: caso occidente antioqueño, 2015-2016”. El trabajo, adelantado en los municipios de Anzá, Sabanalarga y Caicedo, con recursos de Colciencias y de la propia Universidad de Antioquia, surgió pensando en los municipios en donde la magnitud de la minería no se compara con municipios como Buriticá (en el mismo occidente antioqueño), Segovia (en el nordeste antioqueño) o Caucasia, El Bagre, Nechí y Zaragoza (en el Bajo Cauca).

Perfiles socio-ambientales La investigación ha permitido identificar contextos socio - ambientales bien diferenciados, condicionados a la forma en que se desarrolla la minería de oro. Así, por ejemplo, en el municipio de Anzá se registra minería de oro desde el siglo XVI, con minas que le pertenecían a los jesuitas; en la actualidad se desarrolla minería de socavón en el corregimiento de Guintar. En el municipio de Sabanalarga, por su lado, se tienen registros arqueológicos y antropológicos de minería de oro desarrollada por los Nutabes con bateas y canalones directamente en el río Cauca; inclusi-

Caicedo, en resistencia a la minería.

ve, la descripción de la bandera del municipio, cuya franja superior es amarilla, reza: “porque la búsqueda de materiales preciosos como el oro, fue lo que motivó la fundación de Sabanalarga”, tradición artesanal que se conserva hasta hoy y se ubica en el tercer renglón de la economía del municipio (Alcaldía de Sabanalarga, 2015). Mientras que en Caicedo, las lecturas analizadas evidencian un territorio que —por los menos en los últimos 4 años— se ha resistido a que se instale la actividad extractiva minera de oro; a pesar de ello, se encontraron algunos montajes intermitentes de aprovechamiento del mineral. Estas diferencias en los perfiles socio - ambientales de la minería de oro en los tres municipios de estudio, implican diferencias en el uso del mercurio en el proceso de amalgamar el oro. En Anzá, por ejemplo, el uso del mercurio es extendido, pues en la minería de socavón se amalgama con el material de mina para separar el oro de los minerales no preciosos. En Sabanalarga, los mineros artesanales barequeros reportaron que pocas veces usan el mercurio, pues la actividad se hace principal-

Entable de oro en la vereda Chuscalita, municipio de Anzá.


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Por CARLOS ARTURO BETANCUR VILLEGAS

E mente a través de medios físicos que implican la separación de las partículas de oro usando las bateas y los canalones. Y en Caicedo, no se pudo evidenciar uso del metal pesado por la intermitencia de la actividad, sin que pueda asegurarse que no se usa. El mercurio que sirvió para amalgamar el oro es recuperado a través de la quema de la aleación en los entables, en las compra - ventas o incluso en las viviendas.

Perfil epidemiológico Estas diferencias en la forma en que se realiza la minería y, por ende, en la forma en que se usa el mercurio, determinaron niveles diferenciales de excreción de este metal pesado en orina en los niños menores de 5 años residentes en los municipios de estudio, así: los niños de Anzá tuvieron niveles de mercurio en orina más altos que los de Sabanalarga y Caicedo, indicando que el uso extensivo de mercurio en la minería de oro no solo afecta a los mineros, sino también a otros miembros de la comunidad, inclusive niños, en uno de los períodos mas críticos del desarrollo (primera infancia) como se evidenció en este caso. Esto representa una exposición involuntaria para estos menores de edad en zonas donde la explotación minera, como se mencionó antes, es de una magnitud muy inferior a la de otros municipios del departamento y del país. Como reflexión final, estos resultados nos llevan a pensar en la necesidad de revalorizar la minería tradicional como el barequeo que no utiliza mercurio, para no explotar la tierra desde la gran minería e implementar entre los diferentes sectores y la comunidad acciones no homogenizantes, coordinadas y participativas, que reconozcan las realidades y capacidades locales. * Investigadora principal ** Coinvestigadora

l grupo de investigación Materiales y preciosos —Mapre—, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia, adelantó en 2013 un proyecto en torno de los procedimientos con el oro y sensibilizó a los mineros de los municipios de Andes, Nechí, Zaragoza, Puerto Berrío, Remedios, Segovia y Buriticá, pues las plantas de procesamiento tenían malas prácticas en el uso del mercurio. En otra etapa del proyecto, en abril de 2014, el grupo comprobó que algunos entables auríferos atendieron las observaciones referentes a las técnicas utilizadas con el material precioso, lo que originó mejoras en la reconversión del proceso de amalgamación por tecnologías limpias. La actividad científica ha continuado y la problemática se ha intervenido en el municipio de Andes, Suroeste antioqueño, donde la minería artesanal y a pequeña escala (conocida como minería social) se ha beneficiado. El ingeniero metalúrgico Jairo Ruiz Córdoba, director de Mapre, considera que se trata de un proyecto ambicioso con el que el grupo culmina un trabajo fortalecido desde hace 20 años. “La idea —dice— es actuar con mejoras que se reflejen en la salud humana, en los procesos y en el medio ambiente. Por ello, en este municipio del Suroeste queremos consolidar y aplicar tecnologías limpias en la explotación del oro que se puedan mostrar al mundo; y eso lo estamos alcanzado hoy con la comunidad de Andes”. Para desarrollar la iniciativa con carácter científico y de servicio a la comunidad, Mapre buscó diferentes fuentes de financiación, como la convocatoria del Banco universitario de programas y proyectos de extensión —Buppe—, en la que el proyecto “Hacia una minería social y responsable en el municipio de Andes, mediante procesos competitivos y amigables con el ambiente” resultó seleccionado entre las 42 propuestas participantes. Así, empezó a ejecutarse en junio y concluirá en diciembre de 2017. Gracias al proyecto Buppe, los investigadores podrán continuar con su trabajo social en la zona aurífera de Andes. “Nuestro interés es solucionar esta problemática en las regiones, más ahora que estamos ad portas de que entre en vigencia la Ley 1658 de 2013 que empezará a aplicarse en 2018 y que contempla cero mercurio en la minería”, señala Ruiz Córdoba.

Fotos: cortesía del proyecto

arturo.betancur@udea.edu.co

“Una minería responsable con el medio ambiente” es la consigna con la que el grupo de investigación Mapre de la Facultad de Ingeniería dota de conocimientos a los mineros del municipio de Andes, en el suroeste de Antioquia, para que hagan buen uso de las tecnologías en la extracción del oro.

Por una minería sostenible en Andes Con base en la legislación ambiental, Mapre propuso implementar procesos más limpios empleando equipos gravitacionales como mínimo en el 80% de los entables mineros de Andes; realizar acompañamiento técnico y médico, con mediciones ambientales y de aguas, y ofrecer asesoría personalizada en cada una de las plantas de procesamiento. Según la ingeniera María Eugenia Carmona Arango, investigadora del grupo Mapre, en Andes los mineros han sido muy receptivos con las recomendaciones frente al manejo del mercurio. “Se ha trabajado duro, pero los resultados son alentadores y nos permiten ser optimistas, lo cual se ve reflejado en el medio ambiente y en la salud de los pobladores”. A esta propuesta se suma la iniciativa de diseño y construcción de nuevos equipos y modelos de plantas con beneficios ecoeficientes, ecológicos y amigables con el ambiente, que mejoren la calidad de vida de las personas involucradas en el trabajo con el material

precioso en la pequeña y mediana minería y la minería artesanal. Ahora los investigadores del grupo Mapre se ocupan de reconvertir el trabajo minero en procesos más limpios, emplear tecnologías apropiadas para el procesamiento del mineral, aumentar el conocimiento de la comunidad minera acerca de las posibles soluciones y los efectos nocivos del mercurio para la salud de las personas, la biota (fauna y flora de la región), y la abiota (factores climáticos, geológicos o hidrológicos). Para Mapre la meta en diciembre de 2017 es cero mercurio para lograr una minería sostenible en Andes. Es importante resaltar que la Secretaría de Salud y Protección Social del municipio apoya el proyecto de manera permanente.


Investigación

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UdeA y Eafit patentan dispositivo para tratar aneurismas cerebrales y líder de la investigación Carlos Mario Jiménez. Esta creación tiene prensa@udea.edu.co mayores ventajas que los procedimientos actuales para tratar los aneurismas, beneficianl aneurisma do a quienes sufren la es la dilataenfermedad y al persoción anormal nal asistencial. Por no de las paredes ser necesaria la cirugía de una arteria abierta, disminuye el o vena. La lesión es conriesgo de complicaciosiderada asintomática, es nes en el paciente, y decir, silenciosa. Cuando ayuda al abordaje neuel aneurisma se rompe rovascular, facilitando el produce una hemorragia trabajo del médico. cerebral que puede causar El diseño del dispola muerte del paciente. sitivo inició en 2012, Según investigadores de la cuando el profesor JiméUniversidad de Antioquia, nez evidenció la necesiel 70% de los diagnósticos dad de tener un sistema de esta enfermedad son de tratamiento menos accidentales. La ruptura invasivo y más efectivo del aneurisma es el único que los disponibles, para signo de alerta, por lo ge- Dispositivo (stent) oclusor del cuello del aneurisma intervenir a los pacientes neral catastrófica, ya que con este desorden neuel paciente puede perder la rovascular. El investigador trabajó de la mano con el conciencia, la capacidad de moverse y de comunicarse. ingeniero y profesor de la Facultad de Ingeniería de la La enfermedad está presente en el 5% de los adultos y Universidad de Antioquia, Carlos Manuel Fajardo. tiene una tasa de mortalidad del 50% en esta población, es decir, 1 de cada 2 pacientes muere; aproximadamente En 2013 se realizó la fase del perfeccionamiento del el 80% de los sobrevivientes quedan discapacitados para diseño, la creación de un prototipo y el desarrollo de una volver a trabajar o desarrollar actividades cotidianas por prueba de concepto para el dispositivo, a través de un el resto de su vida. convenio con Felipe Isaza y Santiago Correa, ingenieros de la Universidad Eafit, quienes entraron a formar parte del equipo. En 2015 se inició el trámite de la patente El dispositivo de este avance médico, que promete ofrecer atención La Superintendencia de Industria y Comercio de Comás inmediata en este tipo de emergencias y mejorar lombia concedió a la Facultad de Medicina de la Univerla calidad de vida de los pacientes. sidad de Antioquia y a la Universidad Eafit la patente por un implante neuroquirúrgico denominado “Dispositivo Siguiente fase restrictor de flujo en aneurismas cerebrales y conjunto posicionador-liberador del dispositivo” o “Dispositivo Con la patente, comenzó la etapa de transferencia oclusor de aneurismas cerebrales”, diseñado por los de conocimiento a la comunidad, objetivo final de este investigadores de ambas instituciones tras cerca de esfuerzo multidisciplinario y de colaboración multicinco años de investigación aplicada y desarrollo. institucional. Según Jiménez, dada la complejidad de esta área biomédica, es necesario establecer alianzas El dispositivo patentado, que busca disminuir las con universidades y empresas biotecnológicas internacomplicaciones de los pacientes con este tipo de cionales —muchas de ellas en el primer mundo—, con lesiones neurovasculares durante una emergencia, es el fin de realizar ensayos clínicos que impliquen el uso menos invasivo que los que se usan tradicionalmente del dispositivo en pacientes con aneurismas cerebrales. y se proyecta como una alternativa a la cirugía abierta y a los espirales o coils desprendibles —los métodos “Antes de que este desarrollo biotecnológico sea más usados en la actualidad— para la intervención de implantado en un ser humano, es necesario que se la enfermedad que puede llegar a ser mortal. realicen múltiples pruebas experimentales para perfeccionar su diseño y determinar con certeza el grado “La colocación del dispositivo, el cual es una variedad de efectividad del dispositivo patentado”, subraya el de stent —endoprótesis vascular— está dirigido a cerrar profesor Carlos Mario. el flujo sanguíneo únicamente en el cuello del aneurisma, sin afectar el resto de la circulación sanguínea cerebral. Se espera que en los próximos meses se inicie la Se realiza por medio de la técnica endovascular, utilietapa de pruebas y ensayos clínicos del desarrollo. El dispositivo oclusor de aneurismas cerebrales fue posible zando un cateterismo guiado por equipos radiológicos gracias al apoyo de la Facultad de Medicina de la UdeA, de alta resolución. La solución permite navegar por la del Comité para el Desarrollo de la Investigación de la circulación cerebral del paciente hasta llegar al aneuUdeA (Codi), de la Universidad Eafit y del programa risma y tratarlo”, explica el profesor de la Facultad de Patentes N de Ruta N. Medicina de la Universidad de Antioquia, el neurólogo Por JENNIFER RESTREPO DE LA PAVA

Imágenes: cortesía

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Convocatoria abierta del programa Vamos para la universidad Hasta el 21 de julio de 2017 están abiertas las inscripciones para los cursos 2017-2 que ofrece el programa Vamos para la universidad. En las instituciones educativas de Antioquia se dictarán los cursos Matemáticas, para grado 10°, y Descubriendo la física, para grado 11°. Asimismo, en los parques y ciudadelas educativas del Departamento se ofertarán 12 cursos, de los cuales el estudiante puede matricular máximo 4. El único requisito es tener título de bachillerato y realizar la inscripción en el parque o ciudadela educativa del municipio más cercano. • Descubriendo la ecología • Descubriendo la biología • Descubriendo la física • Descubriendo la economía • Descubriendo las ciencias sociales • Estadística básica • Inglés I • Inglés II • Matemáticas • Lectoescritura • Informática básica • Formación ciudadana Estos cursos no tienen ningún costo. Para más información ingrese a www.vamosparalauniversidad.edu.co


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Por JUAN DIEGO RESTREPO TORO

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enos exposición a la irradiación para los pacientes, reducción de desechos tóxicos y un impacto significativo en el costo de los procedimientos hacen parte de las ventajas de la tecnología digital en radiología que implementa la Facultad de Odontología para mejorar la formación de los estudiantes y la atención a los usuarios. El Centro radiológico en odontología, que recién puso en marcha la Facultad de Odontología de la Universidad de Antioquia, beneficiará a las más de 800 personas que a diario demandan los servicios de la unidad académico administrativa en 164 consultorios, lo que lo hace el punto de atención en odontología con mayor capacidad en el país. La mayoría de tales pacientes requieren de ayudas diagnósticas para que los profesionales puedan acertar en el diagnóstico y tratamiento. De ahí la importancia del Centro, dotado de equipos de rayos x para tomar e imprimir imágenes digitales en menor tiempo y de manera más segura que con el método tradicional, con el que se generaban residuos líquidos contaminantes. “Con la modernización de estos equipos se van a regular los precios, lo que representa un beneficio social, pues podemos ofrecer servicios a una tarifa menor, de hasta un 30% menos respecto a los mismos servicios que se prestan en la ciudad”, apunta Jorge Luis Sierra, jefe del Departamento de Atención Odontológica Integrada, para quien además de los beneficios sociales, están los ambientales, de formación profesional y biológicos. También se destaca el impacto positivo en la seguridad de las personas. “Con el método anterior, el paciente estaba expuesto a la irradiación por un mayor tiempo y con una mayor intensidad”, dice Carlos Mario Gómez, coordinador de Prácticas formativas centralizadas, pues los estudiantes también se benefician al usar esta tecnología en su proceso educativo. Según la decana de la Facultad de Odontología, Ángela María Franco, el nuevo centro hace parte de la modernización de la unidad académica. “Aumentamos la capa-

Foto: Juan Diego Restrepo Toro

Periodista del portal web universitario jdiegorestrepo@gmail.com

Facultad de Odontología puso en servicio Centro radiológico en odontología cidad instalada y eso nos mejora el rendimiento de los procesos de formación y de atención, porque los estudiantes se involucran con una tecnología que no teníamos, pero que en el mercado ya existe”, dice, y añade que se amplía el portafolio de servicios y se mejora el servicio, una de las formas de extensión de la Facultad. Además, la Facultad presta servicios de radiología a los usuarios de la Unidad estomatológica del Hospital San Vicente Fundación y de la IPS Universitaria, y a odontólogos externos, para quienes será una ventaja recibir las imágenes digitales vía correo electrónico. De otro lado, el centro beneficia la zona norte de la ciudad, que es donde menos se dispone de esta tecnología, lo que representa mayor inclusión social.

Equipos y servicios Con una inversión de 500 millones de pesos en equipos y 100 millones de pesos en adecuaciones, el nuevo centro consta de un equipo para tomar radiografías extraorales (por fuera de la boca), que puede hacer imágenes panorámicas, cefálicas y carpogramas

(estudio para detectar edad ósea); también realiza tomografías volumétricas, es decir, imágenes en tres dimensiones. También cuenta con equipos para radiografías intraorales (dentro de la boca), que tienen un sistema digitalizador de imágenes, cuya captura se realiza con placas de fósforo, después del disparo con el equipo de rayos x. Además, el Centro dispone de una impresora térmica de alta resolución Dicom para imágenes digitales extraorales, intraorales, en 3 dimensiones (tomografía volumétrica) y periapicales (del área que rodea el extremo de la raíz del diente). Con ella se puede obtener un formato similar a los acetatos utilizados en la radiología convencional, sin utilizar químicos para el revelado y fijado de la imagen. Según Carlos Mario Gómez, con la nueva tecnología se eliminan los reprocesos en la captura de las imágenes. Tener imágenes en tercera dimensión es otro avance, pues “estas ya no son una sombra que uno tiene que interpretar con criterios clínicos y técnicos, sino que se puede tener la imagen en tercera

dimensión y ver realmente lo que está ocurriendo alrededor de los tejidos del paciente”, agrega Gómez, para quien en las radiografías convencionales hay una distorsión muy grande, mientras con la nueva tecnología el tamaño de las imágenes es de 1 a 1 con respecto a los tejidos reales, y visualmente es más precisa, pues tiene una escala de grises mucho más amplia. Asimismo, fueron instalados monitores en la clínica de la Facultad para comodidad de los profesionales. La renovación tecnológica en radiología contribuye también con el desarrollo de la historia clínica digital, por lo que se reducirán los archivos físicos. Los equipos de radiología tradicional seguirán disponibles para que los estudiantes también aprendan con ellos, pues en el mundo laboral encontrarán ambas opciones. “En la medida en que mejora el diagnóstico, mejora el tratamiento. Con esta tecnología se puede concentrar uno más en el paciente, porque más que lo tecnológico, la odontología sigue siendo una actividad de relacionamiento entre dos personas”, concluye Carlos Mario Gómez.


Formación

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Por REDACCIÓN ALMA MATER

Enfermería, la mejor de la UdeA en el ranking De acuerdo con el ranking establecido, el programa de Enfermería ocupó el mejor puesto de la Universidad de Antioquia, situándose en el segundo puesto entre las mejores 52 carreras de enfermería del país, con 172 puntos. La decana de la Facultad de Enfermería, Lina María Zuleta Vanegas, señala que las pruebas las ha ideado el Icfes para identificar debilidades y fortalezas de los estudiantes en algunos módulos específicos de la carrera. En el caso de Enfermería, explica, el segundo escalón alcanzado, por debajo del programa de la Universidad Nacional que obtuvo 175 puntos, guarda relación con la experiencia y los años que la Facultad lleva formando profesionales de enfermería en el país. Los módulos evaluados fueron competencias ciudadanas, comunicación escrita, inglés, lectura crítica y razonamiento cuantitativo. “Comparando con la media nacional obtuvimos niveles superiores”, observa la decana, y atribuye el buen desempeño de los estudiantes, además, a la identificación de las fortalezas por los módulos específicos. “Cada disciplina propone al Icfes la evaluación de módulos identificados como las fortalezas y habilidades que tiene que tener todo profesional de enfermería formado en Colombia”, explica Zuleta Vanegas. En ese sentido, agrega que los módulos específicos son el cuidado de enfermería en el ámbito

Foto: cortesía Facultad de Enfermería

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inero publicó un ranking con base en los resultados de las pruebas Saber Pro 2016. La revista sacó el promedio en 16 programas académicos que ofrecen las universidades en el país, a partir de las calificaciones que van de 1 a 300 puntos. Según ese análisis, la Universidad de Antioquia se destacó como una de las mejores instituciones de educación superior al ubicar, entre programas comparables, en segundo lugar al pregrado de Enfermería, en el quinto a Contaduría, en el cuarto a Ciencias Agrarias, en el quinto a Medicina al igual que Psicología.

Enfermería, entre los mejores programas del país clínico y comunitario, la promoción de la salud y la prevención de la enfermedad y atención para la salud, en los cuales la Facultad de Enfermería también registró puntajes altos, muy por encima de la media nacional. “Eso quiere decir —considera la decana— que hemos trabajado muy bien por la formación de nuestros profesionales en esas áreas y que podemos continuar ofreciendo una formación con calidad”. Destaca el trabajo que la Facultad de Enfermería ha desplegado en sus 67 años de existencia en la calidad de la formación, que lo refrenda la reacreditación del pregrado en 2012 por el máximo tiempo otorgado por el Consejo Nacional de Acreditación y el Ministerio de Educación. Zuleta Vanegas considera que un elemento distintivo de los enfermeros y enfermeras de la Facultad es la sensibilidad social. “Buscamos que nuestros estudiantes, además de la formación académica, se formen con sensibilidad social. Tenemos la oportunidad de trabajar en clínicas de alta complejidad, pero también buscamos espacios de práctica comunitaria en donde podemos identificar las necesidades

de la población y nuestro quehacer tanto con la comunidad enferma como la sana”, señala. Observa, además, que la preferencia de los estudiantes por la enfermería ha venido experimentando cambios, pues hoy en día un porcentaje mayor de hombres, y no solo las mujeres, optan por esa carrera, al punto que se puede decir que de un curso de 50 alumnos, 20 son del género masculino. Además, añade, “todos nuestros estudiantes pasan a la Universidad por primera opción, ninguno por segunda opción, porque muchas personas están interesadas en ser enfermeros y enfermeras profesionales; en nuestro caso, más de 3.000 aspirantes por admisión para 63 cupos”. Al margen del escepticismo y la reticencia que las pruebas Saber Pro generan en algunos sectores y programas académicos, la decana Zuleta Vanegas considera que, en el caso de la Facultad de Enfermería, son un indicador importante, “sobre todo cuando estamos haciendo el análisis curricular del plan de estudios”. La directiva sostiene que la valoración de las competencias

específicas les brinda herramientas suficientes para poder identificar dónde hay debilidades y fortalezas. Otro buen indicador de la calidad de la formación que imparte la Facultad es el alto nivel de becas que alcanzan los egresados, precisamente por provenir de un programa acreditado y los puestos de vanguardia en las pruebas de Estado. “Es muy importante que se manejen estos resultados desde la perspectiva académica, diferente de cualquier otro análisis económico o financiero que pueda hacerse”, plantea, y subraya que la Universidad de Antioquia no entrena a los estudiantes para presentar las pruebas Saber Pro. “Nosotros confiamos que la formación de nuestros muchachos se hace desde el primer semestre hasta que terminan la carrera. Ese es el objetivo en últimas de estas pruebas: evaluar cuál ha sido el avance en la formación del conocimiento de nuestros estudiantes. Siempre hemos considerado que darles preparación para las pruebas sería desdibujar todo el esfuerzo que hacemos en la formación desde el primer nivel hasta que terminan”, concluye.


Internacionalización

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Estrategias que enriquecen la movilidad de estudiantes extranjeros Parcero busca potenciar este acompañamiento, destinando recursos económicos y en especie, y estableciendo un límite entre las actividades culturales que promueve oficialmente la Universidad y las que realiza el visitante internacional por fuera, mientras explora la ciudad. Según el estudiante de la Universidad de Colima, México, Mauricio Beltrán Pintón, una de las cosas que más le gustaron de su intercambio fue el Programa Parcero. “Te ayuda en todo lo que te pone nervioso, por ser de otro país, te da la seguridad de que al llegar, ya mínimo conoces a alguien. Además, te acerca a otros extranjeros y nacionales, con quienes terminé por relacionarme más que con los compañeros de clase”, comenta. El estudiante Adrien Mitia Pornet, de la Escuela Nacional de Ingenieros de Tarbes, en Francia, prefirió acercarse a la cultura local por medio de sus amigos colombianos, con quienes además buscó practicar el español.

Por ANDREA QUINTERO CARDONA Asistente de comunicaciones de la Dirección de Relaciones Internacionales comunicacionesinter2@udea.edu.co

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Becas y cursos en inglés El Programa y las fortalezas académicas y científicas hacen parte de las diversas cualidades que apoyan la internacionalización de la Universidad de Antioquia. Pero, ¿qué pueden esperar en un futuro cercano los estudiantes extranjeros?, ¿cuáles nuevas estrategias

las escuelas públicas nos otorgan a los nacionales distintos apoyos económicos para salir”, resalta Adrien. Junto a esta prioridad, existe la iniciativa universitaria de ofrecer más cursos con contenidos en inglés, considerando el número cada vez más alto de profesores que hablan este idioma, así como la política institucional que pide cierto nivel de suficiencia en una lengua extranjera, ya sea para graduarse de un pregrado o para entrar a un posgrado. Ello es un reto para la formación de profesores y para las unidades académicas, según la Directora de Relaciones Internacionales, quien espera que en un futuro a mediano plazo haya más posgrados en inglés, siguiendo el ejemplo del Doctorado en Ingeniería Química, y considerando además que hay programas que tienen como factor común la bibliografía en otras lenguas. Estos cursos se suman a las iniciativas académicas, económicas y humanas que tiene la Universidad de Antioquia para fortalecer la movilidad de estudiantes extranjeros, las cuales plantean desafíos en diferentes esferas universitarias, inherentes a la experiencia de cruzar fronteras y dejar eventualmente un hogar, para experimentar en cuerpo y corazón una nueva alma máter.

Foto: cortesía Dirección de Relaciones Internacionales

urante el primer semestre de 2017, 78 extranjeros y 69 nacionales llegaron a pregrados y posgrados de la Universidad de Antioquia, para cursar maestrías y doctorados, o para participar en intercambios, rotaciones médicas y pasantías, tanto en el campus principal como en las diferentes sedes y seccionales. Estudiantes internacionales buscaron acercarse a nuevos recintos universitarios, no por medio de aulas virtuales o profesores en conferencias, sino a través de experiencias que les permitieran sumergirse en sus universos científicos, académicos y culturales, al tiempo que entendían cómo las instituciones se relacionan con la sociedad y qué retos enfrentan. El relacionamiento de la Universidad con estudiantes de distintas instituciones de Colombia y el mundo es posible gracias a fortalezas académicas en Ingeniería, Salud Pública, Comunicaciones y Ciencias Económicas (por nombrar las cuatro facultades que más estudiantes de intercambio convocaron en 2017-1); así como a investigaciones en enfermedades tropicales, neurociencias, Alzheimer y retos ambientales (cáncer de pulmón asociado a la polución ambiental, biología tropical, ingeniería oceanográfica, fenómenos climáticos). De igual forma, la institucionalización del Programa Parcero de la Dirección de Relaciones Internacionales se suma a las estrategias más recientes que aportan a la proyección internacional de la Universidad. Los estudiantes voluntarios lideran el primer contacto que tiene el extranjero o nacional con la comunidad universitaria y con Medellín.

van a sumarse y desarrollarse en los próximos años? “Lo que viene es el resultado de un aprendizaje de la Universidad”, afirma Adriana González Moncada, directora de Relaciones Internacionales, “porque sabemos que esperamos mucho de las instituciones que acogen a nuestros estudiantes, pero a cambio nosotros otorgamos menos apoyo económico y logístico”, agrega. En ese sentido, la Directora señala que entre las prioridades de la UdeA en movilidad entrante está pensar el bienestar universitario, incluyendo a los extranjeros como sujetos de derecho de ese bienestar, considerando además que no vienen siempre de países ricos, familias acaudaladas o con un cambio de divisa que les convenga. Esto plantea un reto económico que la Universidad se propone enfrentar, en un futuro cercano, con becas para extranjeros, sobre todo para posgrados y programas posdoctorales, para que el estudiante no pague la matrícula y pueda recibir un estipendio. “Cualquier país tiene algo para enseñarle al mundo (…); no solo la UdeA sino el gobierno colombiano podría aprender más de Francia las oportunidades que ofrece para la movilidad académica. En mi país hay muchos extranjeros en intercambios, y, a su vez, el gobierno y

Estudiantes extranjeros y nacionales de intercambio en la UdeA, durante la despedida en el Edificio de Extensión.


Publicaciones y literatura

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Bases para el manejo del * dolor en perros y gatos Aunque principalmente de interés veterinario, el autor sugiere al público en general, la lectura del segundo capítulo, referido a los aspectos éticos del manejo del dolor.

Por CARLOS ARTURO MORALES VALLECILLA** carlos.morales@udea.edu.co

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ctualmente, cuando la práctica veterinaria se ha tornado más especializada, y cuando además se observa un auge notorio en la aplicación del concepto de bienestar animal en múltiples esferas, el dolor se posiciona como uno de los fenómenos que reclama un mayor conocimiento por parte de los profesionales y estudiantes de medicina veterinaria, y por aquellas personas que ejercen profesiones afines a la misma. La investigación sobre el tratamiento eficaz del dolor, y el correspondiente desarrollo de analgésicos de gran eficacia, acción prolongada y seguros, es relativamente reciente, si se considera la larga historia de las medicinas humana y veterinaria. Evidencia de ello es que hasta comienzos de la década de los ochenta del siglo pasado, el número de artículos sobre dolor publicados en revistas científicas alcanzaba cifras que se podían contar en decenas, y su auge se produce apenas desde mediados de los años noventa de la misma centuria. Hoy, artículos sobre esta temática se cuentan por miles. Respecto a la publicación de libros sobre dolor en medicina veterinaria, su incremento ocurre sobre todo a finales del siglo pasado y comienzos del presente, especialmente en el Reino Unido, los Países Bajos, los Estados Unidos de América y España. En el ámbito latinoamericano estos textos son escasos. Además de las implicaciones éticas que acompañan al tema del dolor, su manejo requiere de un conocimiento básico sobre la anatomía y la fisiología de los órganos y sistemas implicados en su presentación, y una gran idoneidad en el reconocimiento de sus signos y en la aplicación de las diferentes alternativas terapéuticas y de soporte.

Este texto, dirigido principalmente a estudiantes de medicina veterinaria, pretende brindar las bases generales necesarias para comprender de forma integral el fenómeno del dolor en perros y gatos, con miras a un adecuado abordaje de su prevención, control y paliación. Adicionalmente, el autor espera que su contenido sea un estímulo importante para la lectura de textos y artículos más especializados, entre ellos los que aparecen referenciados al final de los diferentes capítulos de la presente obra. A partir de una exhaustiva revisión bibliográfica especializada en el tema del dolor (con énfasis en perros y gatos), la consulta a colegas y expertos, y las propias experiencias y conocimientos del autor, el libro está propuesto conceptualmente en cinco grandes apartados alrededor de las cuales se desarrollan los diferentes capítulos: 1) consideraciones generales y éticas sobre el dolor, 2) morfología y fisiología de las vías que conducen dolor, 3) fisiología y fisiopatología del dolor, 4) reconocimiento del dolor en perros y gatos, y 5) bases generales de la terapéutica farmacológica del dolor en perros y gatos. Al final se presenta un glosario de términos relacionados con el dolor, utilizados a lo largo del texto. Agradezco a la Universidad de Antioquia y a su Facultad de Ciencias Agrarias, en las cuales laboro con entusiasmo, por posibilitar el desarrollo de la mayor parte de este trabajo durante el año sabático que me fuera

concedido, y que además valoro como un incentivo especial del que gozamos quienes, por fortuna, desarrollamos nuestra vida académica en la universidad pública colombiana. Mis agradecimientos también a los doctores Carlos Riaño Benavides y Tiberio Álvarez Echeverri, quienes revisaron el capítulo Consideraciones éticas acerca del dolor y el sufrimiento animal; a la doctora Lynda Tamayo Arango, quien revisó el capítulo Morfología y función de las vías nerviosas nociceptivas; a los doctores David Villar Argaiz, Isabel Ruiz Sierra, Carlos Mauricio Acevedo Naranjo y Sandra Acevedo Toro, quienes revisaron los capítulos Fármacos utilizados en el manejo del dolor en perros y gatos, y Uso de glucocorticoides en el manejo del dolor en perros y gatos. Las generosas y oportunas observaciones de todos ellos me permitieron introducir mejoras al libro, para bien de los lectores. Finalmente, debo hacer mención de los valiosos aportes del psicólogo Luis Fernando Acevedo Ruiz, vinculado al Departamento de Bibliotecas de la Universidad de Antioquia, quien revisó el estilo de los textos, y del licenciado en educación física Guillermo Morales Jaramillo, vinculado al área administrativa de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Antioquia, por las ilustraciones esmeradamente realizadas en formato electrónico, con base en los conceptos y los bosquejos elaborados por el autor de la obra que los lectores tienen a la vista. * El libro está publicado en formato digital y los interesados pueden acceder al contenido en el repositorio de la Biblioteca digital de la Universidad de Antioquia en el vínculo https://goo.gl/t0Hzgd ** MV., MSc. Profesor Asociado vinculado al área de fisiología veterinaria en la Escuela de Medicina Veterinaria, Facultad de Ciencias Agrarias, Universidad de Antioquia.

Algo me dice que no estás Hilo de Plata Editores Medellín, 2017 340 p. Dalia y Marín enfrentan una crisis, producto de la rutina y las renuncias a las que la vida en pareja los ha llevado. Esta crisis, que apenas se adivina, se dispara con la presencia de un tercero, traído del pasado por ellos mismos, y, junto con el azar, les cambia el ritmo de la existencia, tal como lo conocen. Este es el hilo por el que nos conduce Algo me dice que no estás, la nueva novela de Jaime Restrepo Cuartas, en la que el autor, a través de la exploración del lenguaje de gestos y signos que está antes y después de las palabras, nos habla del amor, sus cimas y abismos, y de la búsqueda de la tan esquiva (y casi siempre breve) felicidad. Restrepo Cuartas es el actual representante de los exrectores de la Universidad de Antioquia en el Consejo Superior Universitario y rector de la Universidad de Santander. Entre su producción literaria se cuentan El cero absoluto, Inextremis, De lluvia y recuerdos, Todas las estrellas posibles, El ocaso de la memoria, El hilo del viento, La guerra en todas partes.


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Cuando la felicidad costaba dos pilas Por JUAN GUILLERMO VALDERRAMA SANTAMARÍA

Danger, un perro modelo 66, estrato dos*

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uando el viejo se murió de viejo, no del corazón como dijeron los médicos, porque, ¿quién a los ochenta se puede morir de algo distinto?, ya la vieja llevaba ocho años de muerta. Un par de meses bastaron para repartir lo que ellos dos, en medio siglo, se demoraron en juntar: tres casas, una cuenta de ahorros, los muebles antiguos, el mantel blanco con individuales y servilletas en punto de cruz con sus iniciales entrelazadas, envuelto en papel mantequilla y custodiado por bolitas de naftalina; la vaji­lla alemana de antes de la Segunda Guerra, que permaneció bajo llave en el bifé a la espera de un debut que jamás llegó; el Jawaco de péndulo, que mientras estuvo colgado más de cuarenta años del mismo clavito de acero, campanilleó no menos de dos millones de veces; la Olivetti 82, la misma que padeció la fuerza de los índices del viejo; el óleo del Corazón de Jesús, firmado por un tal Ramírez en 1954; la cruz de madera chapada en nácar con cristo de bronce, “Made in Roma”, obsequio de Barrientos, el párroco del barrio, culpable absoluto de tanta familia numerosa, puesto que desde el púlpito ofrecía infierno para: “¡Ay de aquellas que planificaran!”; las pocas alhajas de ella y su tesoro, codiciado por parientes y vecinas: los cuernos sembrados en canastos, macetas y sarros, suspendidos a la sombra de los patios y que, a pesar de su muerte, él continuó regando cada mañana. Todo fue repartido con justicia, y a mí, tal vez por ser el menor, me dieron de ñapa el anillo de rubí y el escapulario de oro, los cómplices más cercanos al viejo. El Pequeño Larousse y el retrato de Danger, nuestro primer perro, los hice míos canjeándolos con Gladys por el teléfono Ericsson de baquelita negra. Danger llegó como no deseado, con la promesa hecha por to­dos al papá de que en dos o tres días le conseguiríamos un hogar sustituto. Óscar, mi hermano, se lo había comprado de sorpresa de cumpleaños a su primera novia, pero la sorpresa se la llevó él: la suegra no se lo dejó

recibir, argumentando que su niña era alérgica a las pulgas. Cuando se terminó el plazo, hubo alrededor del viejo lágrimas, súplicas y promesas para que no arrojara a la calle lo que ya considerábamos un Valderrama más. Él se mostraba inamovible, pero la mirada intercesora de la vieja y los intentos de ladrido del cachorro terminaron por conmoverlo. Como ya empezaba a dar mis primeros pasos, la vieja cuna pasó a ser perrera: el nuevo niño heredó mi cuna corral, si acaso se le puede llamar así a un cajón de madera con un par de agarraderas horadadas en sus lados y esquinas unidas por zunchos metálicos remachados con grapas. Su fondo lo recubría una colchoneta fo­rrada en caucho, que los domingos se aireaba en el patio trasero. No era un cajón cualquiera, ya que había servido de cuna corral a los últimos integrantes de la familia. En él, mi madre metía al crío de turno mientras realizaba sus labores domésticas. Era un simple cajón de madera, de esos en los que se repartía la cerveza en tiendas y cantinas antes de que aparecieran las cajas de plásti­co. El papá repintaba aquel cajón de rosado o azul marino, según fuera para niña o niño. Ese perro fue tan trascendental para nuestra familia que se mereció una foto, cuando estas eran de merecer y no se le iban tomando por ahí a cualquiera. Y como al viejo su salario de maes­ tro a lo sumo le alcanzaba para dos colores, en blanco y negro se tomó. Dichas fotos se convertían en patrimonio, ya que después de descartar las movidas, borrosas, repetidas o con mucha luz, de un rollo de veinticuatro exposiciones con suerte salían reveladas la mitad. Por eso ayer, mientras desempolvaba la biblioteca, vi que una arista sobresalía entre las apretadas páginas del Larousse. Mi ma­nía del perfeccionismo me ordenó ir a revisar, y al abrir el libraco, allí estaba, idéntico: ojos vivaces, esperando el menor descuido de quien abriera la puerta para salir cual galgo a su presa, a sus andanzas, a sus pulgas y garrapatas, a sus perros y perras, con el permiso de nadie, aunque con la confabulación de todos.

Y entonces, al mirar aquella foto, ahora sepia, entendí que los recuerdos que se almacenan en el cerebro no envejecen a la par que los que inmortalizamos en los retratos. Para definirlo con objetividad, podría decir que era un perro con algo de pekinés en su pelambre y estatura, orejas de labrador, mandíbula de beagle, lengua de chow chow, cola de akita y pa­tas de salchicha; era un conjunto de todas las razas pegadas por su peludo cuerpo. Pero, despojándome de toda vanidad de amo, únicamente lo definiré como un perro criollo, que no conoció de veterinarios, ni purgantes, ni vacunas, ni croquetas, ni collares, ni el champú antiparasitario, ni salones de belleza y, mucho menos, al “Encantador de perros”. Danger era un perro simple, de los de antes, cuando los perros eran perros; y comía bofe picado revuelto con arroz y las sobras de todos. El domingo, día de mercado, don Gerardo, el carnicero, de regalo le mandaba un hueso, el mismo que nos servía para manipularlo, pasarle un lazo por el cuello y poder bañarlo. Lo hacíamos con manguera en mitad de la acera, y con disimulo lo espulgábamos. De pronto se escuchaba un grito: ¡Danger se voló!, y antes de volver a mirar, desaparecía en la esquina. Únicamente quedaban los mechones de pelo blanco, la espuma del jabón Rey y el olor a veterina. Al rato llegaban las vecinas chismosas a ponerle quejas a mi mamá: “Vea, Nury, allá arriba, por el parque, vimos a

ese pulgoso haciéndole groserías a una perra, la gente les echaba agua, y ese par de degenerados no se despegaban”. Era muy respetuoso, pero si no le gustaba algo, con dientes y gruñidos lo hacía saber. Les gruñía a las arrastraderas de mi papá, a él si discutía con la vieja, a las maldiciones del tío Alberto Loco, al traqueteo de la Lambretta de don Cándido y a su promesa de envenenarlo, al olor de los borrachos, a quienes delataba antes de que tocaran a la puerta; a su cola que, aunque trató, nunca pudo alcanzar; al que le soplara a la cara, a la trapeadora, a los espejos y a las moscas. Juro que tuve recelo de escribir algo en memoria suya, debido a que Alberto Cortez plasmó a todos los callejeros del mundo en su Callejero, pero hubo cosas que del mío no dijo. Por ejemplo: que siempre se las ingeniaba para escaparse y llegar a la puerta de la casa donde mi mamá estuviera haciendo visita y esperarla por horas hasta que saliera. Tampoco que, en múltiples oportunidades, Óscar se tuvo que bajar del bus porque, cuando se iba a sentar, Danger ya estaba echado debajo del asiento. Que al decirle baño te enseñaba los caninos, y te batía la cola si la palabra era leche. Que se extravió ocho días, y lo encontramos en el Coso Munici­pal, donde pagamos una multa para que no lo castraran; que gozó de buena salud hasta que a sus quince comenzaron a caérsele los dientes, el pelo y la cola, y le apareció una bola en el estómago, que Herrera, el sacamuelas del barrio, que a la vez oficiaba de sobador y veterinario, diagnosticó como cáncer. Nos turnábamos para cuidarlo. Fueron muchas las noches sin dormir, arrullándole sus jadeos con olor a pus y dándole las gotas de morfina que tomaba la tía Caridad para sus sufrimientos. Hasta que llegó a mis oídos una palabra que no conocía: “eutanasia”. El viejo la pronunció disimulando sus lágrimas.

*El texto hace parte de la obra Cuando la felicidad costaba dos pilas (pp. 50-53), publicada por la Editorial Universidad de Antioquia®.


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