Nº 668 Medellín, septiembre de 2017 Vigilada Mineducación
SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303
¿Por qué la movilización de la comunidad científica del país?
Estudiantes universitarios, docentes e investigadores protestaron en Medellín el 24 de agosto por el recorte presupuestal para la ciencia.
Foto: Alejandro Valencia Carmona
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Premio Alejandro Ángel Escobar a estudio sobre Parkinson y leucemia
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l Premio Nacional de Ciencias que promueve la Fundación Alejandro Ángel Escobar, FAAE, en el área de ciencias exactas, físicas y naturales, se lo ganó el estudio Parkinson & leucemia: dos batallas, un solo frente de acción, del grupo de investigadores vinculados a la Universidad de Antioquia, integrado por Carlos Vélez Pardo (coordinador), Marlene Jiménez Del Río, Héctor Flavio Ortega Arellano, Miguel Ángel Mendivil Pérez, Angélica Rocío Bonilla Porras, Diana Alejandra Quintero Espinosa y Cristian Camilo Ruiz Moreno. La enfermedad de Parkinson es una entidad neurodegenerativa progresiva con un origen ambiental y genético que afecta a la población mundial. Hasta el presente, no existen terapias que la prevengan o la curen definitivamente. En los últimos años el grupo de investigación ha establecido una relación entre la enfermedad de Parkinson y la leucemia. Las observaciones sugieren que tanto las neuronas como las células leucémicas comparten rutas meta-
bólicas similares de muerte/supervivencia. Los investigadores enfilaron sus esfuerzos en torno a tres estrategias terapéuticas en modelos pre-clínicos para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson: la inhibición farmacológica, la supresión génica por RNAi, y la terapia de regeneración celular. “El impacto social que se prevé con esta investigación es de muy alto nivel”, dice la FAAE. En la misma área, también recibió mención de honor la investigación Manipulación segura y eficiente de la información por medio de la luz, autoría de John Fredy Barrera Ramírez (coordinador) y Alejandro Mira Agudelo, profesores e investigadores vinculados a la Universidad de Antioquia, y Alejandro Vélez Zea, físico egresado de la Universidad de Antioquia, quien en la actualidad realiza su doctorado en el Centro de Investigaciones Ópticas de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Los ganadores de las demás categorías pueden consultarse en www. faae.org.co/
Campus
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De la representación estudiantil Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Ana Milena Gualdrón Díaz, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Carlos Arturo Morales Vallecilla, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Hernán Moreno Pérez, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General. CONSEJO ACADÉMICO Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • John Jairo Arboleda Céspedes, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edwin Carvajal Córdoba, Decano Facultad de Comunicaciones • Luquegi Gil Neira, Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •José Pablo Escobar Vasco, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: Álvaro Franco Giraldo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Mario Duque Duque, Director de Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Ana María Gutiérrez Giraldo, Directora de Gestión Logística y de Infraestructura • Adriana Lucía Valderrama Patiño, Directora (e) Unidad de Asesoría Jurídica • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Auditora Interna • Alma Nury López Patiño, Líder de Comunicaciones.
Por DANIELA MARGARITA RAMÍREZ OZUNA y JUAN DIEGO RESTREPO TORO Periodistas del portal web
5 de septiembre, elección de representante estudiantil al CSU Santiago Vélez Villegas
Hemel Antonio Pacheco Garzón
(Principal)
Medicina (Suplente)
Felipe González Ossa
Juan Esteban Montoya Clavijo
Maestría en Gestión, Ciencia, Tecnología e Innovación (Principal)
Ciencia Política (Suplente)
Esteban Jaramillo Vargas
Juliana Betancur Ayala
Comunicaciones (Principal)
Comunicaciones (Suplente)
Sociología
En la UdeA la silla del representante estudiantil ante el CSU ha permanecido vacía los últimos 13 años. A pesar de la importancia de esta forma de participación, hay voces enfrentadas alrededor de la misma pregunta: ¿para qué las representaciones estudiantiles?
Aspirantes
CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO
Voto en blanco
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a representación está consagrada como un derecho en el artículo 15 del Estatuto General de la Universidad de Antioquia, que define representantes estudiantiles en órganos de gobierno como el Consejo Superior Universitario, CSU, (artículo 29), el Consejo Académico (artículo 34) y los consejos de facultad (artículo 57), escuela, instituto o corporación (título 4). Además, el artículo 64 de la Ley 30 de 1992 indica que uno de los miembros del CSU, máximo órgano de dirección y gobierno de las universidades, es un representante de los estudiantes. “Si bien los universitarios valoran la democracia representativa, piden que la democracia universitaria también sea deliberativa y participativa”, indica la docente del Instituto de Estudios Políticos, Deisy Hurtado Galeano, a partir de una investigación realizada sobre cultura política en la Alma Máter. Para ella resulta paradójico que a pesar de que los universitarios destacaron la participación, pocos hacen uso de ella. “Una de las críticas que tienen ante las representaciones es que los escuchen pero no los tengan en cuenta a la hora de tomar decisiones”, dice. En esto coincide José Alejandro Restrepo, estudiante de Trabajo
Social e integrante del Proyecto de Oficina Estudiantil, POE, quien rescata las prácticas de delegación sobre la representación. “La asamblea estudiantil, sea general o de cada una de las dependencias académicas, es el escenario máximo de decisión del estudiantado, donde se dan las discusiones y si hay necesidad de dialogar con la administración se define una delegación o se constituyen mesas de trabajo”, explica Restrepo, para quien la democracia representativa universitaria tiene “dificultades profundas” por la composición “desequilibrada en términos de correlación de fuerzas” de los órganos de gobierno, por ejemplo el CSU, donde los representantes de los estamentos son “minoría frente a los representantes de la dirigencia del departamento, la ciudad y el país”. La pregunta reiterada entre quienes están en desacuerdo con la representación estudiantil es similar a la de Maritza Agudelo Cárdenas, egresada del pregrado de Trabajo Social y exintegrante del POE, de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas: “¿Cómo una sola persona puede representar a las diversas voces de los estudiantes?”. Para Carlos Arturo Morales Vallecilla, representante profesoral ante el CSU, “esos espacios deben
ser ocupados, porque es allí donde se decide la alta política de la Universidad”, aunque coincide con Restrepo en que se debe modificar la composición del Consejo, pues tiene “representaciones asimétricas, en tanto hay sobrerrepresentación del lado estatal, lo que hace que los otros estamentos estén en minoría”. Alex Flórez Hernández, representante de los estudiantes de Colombia ante el Consejo Nacional de Educación Superior, Cesu, reflexiona sobre la participación y la democracia universitaria. “El panorama actual es crítico porque los estudiantes colombianos parecen ser en su mayoría revolucionarios del Facebook y de las redes sociales, pero a la hora de asumir su responsabilidad frente al estado de cosas en el actual sistema político universitario se rajan”. Flórez no solo se refiere a la universidad pública, sino también al 68% de instituciones privadas acreditas donde, según él, no hay representante ante los consejos superiores. Además de la participación, las representaciones estudiantiles permiten, de acuerdo con Johana Salcedo, representante estudiantil ante el Consejo Académico de la Universidad del Quindío, comunicarse con representantes de
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facultades, articular información, y además proponer en las discusiones nacionales sobre política de educación superior. “Hay que desdramatizar el tema”, dice William Fredy Pérez, profesor del Instituto de Estudios Políticos, lo que no implica olvidar que la representación estudiantil tiene un sentido político. Según el investigador, si un estudiante participa en una decisión que se tome en el CSU y el estamento al que representa está en desacuerdo, hay maneras de hacerle control político. “Por ejemplo —explica— no votamos más por él o por la coalición que lo respaldó; también podríamos diseñar formas de revocatoria de mandato o aprovechar la asamblea de estudiantes para hacer un control político constante”. El representante estudiantil, como los otros ocho consejeros con voz y voto en el CSU, debe cumplir con varias funciones descritas en el artículo 33 del Estatuto General, que tienen impacto directo sobre los estudiantes y la Universidad.
Así va el proceso El proceso de elección de representante estudiantil ante el CSU concluirá el cinco de septiembre, a las seis de la tarde, cuando se cierren las votaciones a través del portal web universitario. La convocatoria comenzó en febrero de 2017 cuando se oficializó, a través de la Resolución Rectoral 42600, por la cual se convocó a elecciones para el 3 de mayo. Sin embargo, la asamblea de estudiantes solicitó una consulta electrónica que preguntara a los estudiantes si participarían o no en dicha convocatoria. Por la Resolución Rectoral 42712 del 22 de marzo de 2017 se suspendieron los efectos de la resolución anterior, hasta tanto se hiciera dicha consulta. Los resultados de la consulta en la que votaron 5.180 estudiantes fueron los siguientes: 76,8% votaron a favor de que la Universidad cuente con representante estudiantil ante el CSU. La convocatoria se reanudó el 24 de abril con la Resolución Rectoral 42806. En la elección podrán participar estudiantes de pregrado y posgrado con matrícula vigente y la votación será universal, directa, electrónica y secreta, a través de www.udea.edu.co. Se elegirá un representante principal y suplente para un período de dos años.
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Bondades de un calendario académico regular Por JENNIFER RESTREPO DE LA PAVA Periodista de Comunicación institucional prensa@udea.edu.co
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or cerca de 15 años, la Universidad de Antioquia tuvo una asincronía en los calendarios semestrales en las distintas unidades académicas. Inicios de semestre en abril o septiembre, clases durante las temporadas decembrinas y a mitad de año, fueron el pan de cada día para los estudiantes de pregrado. Además de las clases, la duración de los programas de pregrado, las matrículas, los ajustes de matrícula, las homologaciones, las prácticas académicas, las becas, los intercambios internacionales, nacionales y locales, y hasta las actividades deportivas recreativas, se vieron afectadas a lo largo de los años por los calendarios académicos trastocados. Así, la Institución siempre se vio abocada a adaptar distintas prácticas administrativas y académicas, para resolver las necesidades e inconvenientes que traía para la comunidad estudiantil, docente y administrativa tener distintos calendario a la vez, lo que implicaba mayores esfuerzos y una inversión significativa de personal y de recursos en matrículas, ajustes, contratación de docentes, soporte e infraestructura tecnológica y de sistemas. En 2016, gracias a la voluntad estudiantil y los esfuerzos de las directivas de la Universidad por propiciar espacios de diálogo y concertación, se retomaron las clases en el tiempo indicado. Por eso, por primera vez en más de una década, todos los estudiantes de las distintas facultades, escuelas e institutos de la Universidad de Antioquia iniciaron a la par el semestre académico 2017-I en febrero de 2017.
Beneficios Estar alineados con el calendario académico habitual de la región, permite a los estudiantes acceder a distintas opciones que ofrece la Universidad de Antioquia como complemento a su formación profesional. “Lo más importante de la calendarización no es estar sincronizados, sino lo que nos permite hacer (…) más que un punto de llegada, es un punto de partida para que la Universidad incursione o afiance los asuntos que ha tenido pendientes”, señaló Camilo Morales, asistente de la Vicerrectoría de Docencia. La calendarización permite que los estudiantes puedan matricular asignaturas en dependencias distintas a la propia y acceder a planes de estudios diferentes a los de su programa de pregrado. Además, favorece la movilidad entrante y saliente, a través de los convenios que tiene la Institución para que los estudiantes puedan cursar materias en otras universidades del país y el exterior, en programas de pregrado y posgrado; facilita, además, el acceso a becas, la homologación de materias y la realización de prácticas. “Anteriormente, los estudiantes no lograban aplicar a la movilidad o a una beca, por no haber terminado un semestre mientras que en otras instituciones de educación superior sí. Tener un calendario fijo y conocerlo les permite a los estudiantes planear su itinerario: identificar materias, planes de estudio, inscripciones, matrículas, viaje, vivienda y otros detalles. Algo similar ocurre con los estudiantes de movilidad nacional y local”, destacó la coordinadora de Cooperación Académica, Andrea Margarita Ayerbe Castro. Según la oficina de Movilidad Estudiantil Nacional de la UdeA, en el último año, el número de estudiantes que matricularon materias en otras universidades del país incrementó en un 40%. Mientras que la movilidad entrante se duplicó. Otro aspecto para destacar de la normalización del calendario académico es la realización de prácticas de acuerdo con los periodos
establecidos por las entidades del Estado y empresas privadas. Para el caso de la Facultad de Educación, el Departamento de Admisiones y Registro debía matricular a los estudiantes que lo requerían, el semestre de práctica sin haber terminado el anterior, para no perder la plaza de prácticas y responder a las convocatorias y necesidades de las instituciones educativas. De otro lado, algunas actividades de bienestar universitario como los juegos deportivos, con cerca de 20 deportes y disciplinas individuales y grupales, tenían que cancelarse o reprogramarse debido a la deserción de los participantes, ocasionada por la asincronía de los calendarios académicos y las vacaciones de las dependencias en distintas épocas. El coordinador de Deportes Recreativos, Mario Galvis, observa que en la actualidad esta situación ya no se presenta, pues el mismo calendario para todos permite la participación de los estudiantes sin afectar otros compromisos.
Cambios administrativos El ajuste del calendario o calendarización trajo consigo nuevos retos para la Universidad. Camilo Morales destacó que fue necesario sincronizar todas las instancias de la administración central que intervienen en la programación académica, y el personal que hace efectiva esa programación: desde el operativo y las unidades académicas, hasta las instancias decisorias, rector, vicerrectores, talento humano, entre otros. “Hicimos grandes inversiones que no necesariamente fueron económicas: estrategia, reorganización y optimización de procesos, además del robustecimiento de la infraestructura tecnológica; con el fin de atender a todos los estudiantes al mismo tiempo. Duplicamos la capacidad de las tandas de matrícula de 400 a 800 estudiantes por hora (…) Para el semestre 2017-2, se matricularon en dos semanas cerca de 40 mil estudiantes, incluyendo posgrados. Anteriormente, las matrículas se realizaban durante todo el semestre y no en un lapso tan corto”, recalcó Morales.
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Opinión / Análisis
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Por SERGIO URQUIJO M Periodista de la Vicerrectoría de Investigación sergio.urquijo@udea.edu.co
Redistribuir la capacidad científica del país “Hay capacidad investigativa, hay muchos grupos e investigadores de alta calidad, pero están concentrados en ciertas ciudades e instituciones”, afirma María Patricia Arbeláez, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Antioquia. “La solución más práctica —dice— es dirigir dicha capacidad a los departamentos que no la tienen, como ya se está haciendo en muchos casos”. Como ejemplo están los proyectos que la Alma Máter de Antioquia ha realizado en Amazonas y Vichada. Allí, grupos de la Universidad no solo se aliaron con las gobernaciones para realizar proyectos de gran
Foto: cortesía Facultad de Ingeniería
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n agosto, como parte del paquete legislativo presentado por el Gobierno para comenzar la implementación de los Acuerdos de La Habana, el Senado aprobó la propuesta de que, “por una sola vez”, 1,5 billones de pesos no ejecutados de los recursos de regalías destinados por ley a investigación en ciencia y tecnología vayan a la construcción de las vías terciarias mencionadas en los tratados. Durante cinco meses, desde el anuncio hasta la aprobación, la polémica sobre esta propuesta permitió a las partes enfocar las miradas en el problema central: la falta de articulación entre el mundo académico y el mundo político regional y las profundas y muy comentadas grietas del sistema diseñado en 2011. La exdirectora de Colciencias, Yaneth Giha, había manifestado en febrero su preocupación por no poder encontrar suficientes proyectos que satisfagan al mismo tiempo las prioridades científicas y las necesidades de las entidades territoriales. También Moisés Wasserman, exrector de Universidad Nacional, señaló que la subejecución del 30 por ciento de recursos encontrada por el DNP no se debía a la “falta de proyectos, como se dijo, sino por falta de proyectos que interesaran a los gobernadores”. Para la academia, el estancamiento y la baja ejecución de recursos son un problema con solución. Además de —como, según el Gobierno, se busca también con la reforma constitucional en trámite— exigir que los proyectos sean ejecutados por el proponente y no por quien los gobernadores decidan, y dar más peso a Colciencias en las decisiones, se requiere apoyar a las regiones con la capacidad científica concentrada.
Regalías Capacidad sí hay, solo hay que ver dónde tamaño, sino que desde el inicio se planeó dejar una capacidad instalada y personal formado para que dichos departamentos sean cada vez más autónomos en su trabajo científico. Como afirma Omar Cantillo, del grupo Biología y control de enfermedades infecciosas —BCEI—, en Vichada el principal objetivo fue “generar un laboratorio de referencia con personal capacitado en diagnóstico, análisis y salud pública”. En, Amazonas, el Pecet de la UdeA implementó un sistema de alertas tempranas (SAT) para prevenir y controlar las principales enfermedades transmitidas por vectores. Dicho proyecto fue destacado por el DNP como uno de los mejores manejados del país en 2016, y se concentró en dejar en las comunidades el conocimiento necesario “como mecanismo de prevención y control de estas enfermedades, complementado así las actividades de las autoridades de salud”. También están los estudios que durante décadas las universidades e institutos han hecho como base para generar lineamientos de políticas públicas, como el macroproyecto de regalías departamentales realizado por la Alma Máter en el trienio 2014-2016, que dejó lineamientos para el ordenamiento pesquero en el golfo de Urabá, o los numerosos aportes en buenas prácticas y lineamientos para polí-
ticas nacionales de salud encargados durante años por el Ministerio de Salud y Protección Social.
La política de ciencia empieza en la academia Sin descuidar problemas estructurales como la corrupción y el clientelismo, muchas estrategias pueden amainar el efecto de estos desacuerdos ciencia-gobierno. Un ejemplo es el esfuerzo, en cierta forma único, de Corpoica, por convertirse en el centro de investigación que debe ser. Con el liderazgo de Juan Lucas Restrepo, el proyecto de laboratorios territoriales aprovechó programas como Tiempo de volver y hoy emplea a 140 investigadores con formación doctoral para aumentar la productividad del campo y fortalecer el sector más delicado para la autonomía nacional y comunitaria. Esquemas similares en los ámbitos regionales podrían significar un empujón definitivo en el desarrollo a largo plazo y la autonomía del conocimiento. Lo que sigue faltando es voluntad y coordinación. Hay ideas divergentes de desarrollo, en las que Gobierno y academia no logran ponerse de acuerdo. Para estudiosos como la investigadora Jenny Perdomo, del Instituto de Estudios Regionales —INER—, la idea de desarrollo que enarbola el Gobierno se limita a construir infraestructura para que el agro y la minería saquen sus
productos a exportar, lo que puede conducir al país a ser de nuevo una economía primaria, basada en materias primas a las que no se les agrega valor. Valor cuya semilla está en la investigación nacional. Al respecto, la vicerrectora Arbeláez Montoya apunta una falencia que puede ser solucionada desde la academia misma: el alejamiento que hay entre lo científico y lo político, que suele ser interpretado como algo negativo y no como un pilar de la vida en sociedad. “Los investigadores no están siendo formados en las capacidades colectivas esenciales cuando se trabaja en asociación con entidades y comunidades”, comenta, y añade que “en todas las áreas deberíamos tener formación en capacidades éticas, políticas y sociales”. Una mejor formación en este terreno puede llevar a una más eficiente y organizada movilización política para defender y promocionar ante la población la importancia de las capacidades científicas, y para proponer estrategias y proyectos más eficientes y articulados con las necesidades de cada ámbito político y social. “Seguir invirtiendo el dinero de regalías con decisiones cortoplacistas arriesga a perder la posibilidad de tener cambios estables a largo plazo que signifiquen verdadero desarrollo”, concluye y alerta la profesora Arbeláez Montoya.
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Investigadores demandan presupuesto Por ANDRÉS AMELL ARRIETA Profesor de la Facultad de Ingeniería andrés.amell@udea.edu.co
Fotos: Alejandro Valencia Carmona
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esde el momento en que la ciencia y tecnología se convirtieron en factores determinantes para el desarrollo económico y para el control de la geopolítica mundial, los estados de los países desarrollados y con mayor tradición científica incorporaron en las políticas públicas y provisión de bienes públicos las actividades científicas y tecnológicas, siendo necesaria la financiación permanente y sostenida con recursos de los presupuestos de fondos estatales. El desarrollo científico y tecnológico moderno demanda significativos recursos financieros, en tanto es una actividad compleja, con incertidumbre y no siempre se obtienen retornos económicos y sociales en el corto plazo. Con la creación de Colciencias en 1969, el Estado colombiano se alineaba con la tendencia mundial de hacer de la ciencia y tecnología un asunto de política pública, sin embargo esa decisión no ha sido acompañada de esfuerzos por legitimar la actividad científica en los diferentes sectores de la sociedad, ni tampoco reconocerla como referente ineludible para abordar y resolver grandes problemas nacionales complejos, ni mucho menos de una financiación decidida, adecuada y ascendente con el trascurrir del tiempo. En materia de financiación, históricamente se han observado inversiones con orden de magnitud exiguo al medirse como porcentaje del producto bruto interno (PIB) y en relación con los diferentes rubros de los prepuestos para el funcionamiento del Estado; así por ejemplo, en el presupuesto general de la Nación para 2018 que asciende a un valor total de 235,6 billones de pesos colombianos, a Colciencias se la ha asignado 0,222 billones, es decir el 0.094 % del presupuesto general, mientras que a Defensa y Policía 32.4 billones y al servicio del pago de la deuda pública 51,6 billones. La Ley de Ciencia y Tecnología 1286 de 2009 que suplía la Ley de 1990, avanzó en darle institucionalidad a Colciencias, al considerarlo el órgano rector del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
Pero posiblemente la correlación de fuerzas en el Congreso de la República, la falta de sensibilidad de la dirigencia nacional en relación con la importancia de la ciencia y tecnología para el desarrollo económico y social de país, y la ausencia de una expresión más vigorosa de las comunidades académicas cuando se estaba discutiendo la ley, llevaron a que el tema de financiación no hubiese sido abordado; de haber acontecido se hubiera resuelto en parte este problema estructural de la financiación con cargo al presupuesto nacional fijado por la ley. Después de aprobada la ley, el presupuesto de Colciencias ha quedado en manos de los ministros
de Hacienda de turno, que ante dificultades fiscales lo primero que recortan son los recursos para la ciencia y la tecnología. La situación nacional dista de las experiencias internacionales exitosas en materia de financiación en algunos países en los que el estado ha garantizado una financiación ascendente, sostenida en el tiempo y sin discontinuidades. Lo que la experiencia internacional enseña es que en el campo de los recursos mineros energéticos, estamos hablando de recursos no renovables y la discusión pasa por criterios de sostenibilidad y responsabilidad intergeneracional, en el sentido de qué les vamos a dejar a las futuras generaciones y qué es
lo que tenemos que sembrar en el presente para ser responsables con ellas en el futuro. Sin duda que las estrategias de poner tributación a la explotación de recursos naturales son válidas, porque posibilitan la financiación durante la explotación y vida útil de estos recursos. Es una estrategia que no es nueva. En Brasil por cada kilo vatio hora (KWh) de energía que se transa en el mercado se ha colocado un impuesto para promover la financiación de actividades de investigación y desarrollo en el sector energético; en el caso de Chile con el cobre. Es una estrategia que responde al lema de convertir recursos no renovables en recursos renovables, al sembrar en neuronas, con lo cual se siembra en capacidad científica y tecnológica endógenas. Cuando se financian programas de formación de recurso humano al más alto nivel científico, se promueven programas de investigación estratégicos de interés nacional y se impulsa la consolidación de infraestructura experimental moderna para abordar problemas de gran complejidad científica o para coadyuvar a innovaciones tecnológicas radicales. Los investigadores colombianos hemos consagrado gran parte de nuestra vida laboral gestionando recursos y generando conocimiento para mantener una agenda de investigación activa. Entendemos que la continuidad en el quehacer científico es determinante para consolidar curvas de aprendizaje, generar impactos en la sociedad y formar generaciones de relevo. Destruir capacidades científicas por falta de financiamiento estatal tiene un costo social muy alto. Cuando se quiera volver nuevamente a activar agendas de investigación, la brecha científica y tecnológica del país con respecto al estado del arte internacional se habrá profundizado. Entre otras, estas preocupaciones son las que nos motivan a hacer un alto en nuestras actividades en centros de cómputo, laboratorios y otros espacios de investigación, para participar hoy [24 de agosto de 2017] en el gran plantón nacional por presupuesto para la ciencia y la tecnología.
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Publindex se usa como no se debe Por ALEJANDRO URIBE TIRADO Profesor investigador de la Escuela Interamericana de Bibliotecología auribe.bibliotecologia.udea@gmail.com
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ablar de Publindex en Colombia es complicado, ya que esta plataforma creada desde hace varios años, como medio de medición, más que como medio de información, conlleva muchos aspectos problemáticos de la comunicación científica. En primer lugar, Publindex nació como plataforma para registrar la producción de las revistas científicas colombianas, para crear un índice bibliográfico, cuyos orígenes se pueden ubicar a partir de dos convocatorias dirigidas por Colciencias (1998 - 2000), motivadas, en el fondo, por las implicaciones del Decreto 1444 de 1992, que luego se transformaría en el Decreto 1279 de 2002: “Por el cual se establece el régimen salarial y prestacional de los docentes de las Universidades Estatales”1; lo cual hace que oficialmente se ubique el nacimiento del Publindex en diciembre de 20022. El papel de Publindex en tanto índice bibliográfico, como sistema de información, no solo de medición, como herramienta para identificar la visibilidad e impacto de las revistas colombianas, con utilidad para investigadores, universidades, centros de investigación o entidades de gobierno, no solo de Colombia, sino de otros países iberoamericanos (que es de donde provienen mayoritariamente los autores que publican en revistas colombianas3), se perdió, y quedó solo como un sistema local (no reconocido en el exterior) para evaluar y clasificar las revistas en las cuatro categorías que daban un puntaje para asignación salarial a los profesores: A1, A2, B, C. En ese proceso, aparecieron otras variables, lo cual complicó la dinámica de comunicación científica real, ya que en las primeras convocatorias participaban las revistas que ya existían en las universidades; pero con la influencia del reconocimiento de puntaje, más el que durante varios años fue un criterio positivo de acreditación por parte del Ministerio de Educación, el que una Facultad tuviera una revista, la aparición de revistas en el país tuvo un crecimiento exponencial (aunque no es la única razón, pues el cambio de lo impreso a lo digital también influyó), pasando de 91 revistas registradas en 2002 a 604 revistas que se presentaron a la actual convocatoria (resultados preliminares)4, de las cuales en un primer filtro quedaron 551 y de ellas solo quedarían 121 reconocidas en alguna de las 4 categorías (los resultados definitivos salen este mes de septiembre). A su vez se convirtió, para el caso de las revistas no colombianas (internacionales), en un sistema que durante varios años las homologaba, y según criterios que fueron cambiantes en cada
homologación, ubicaba a dichas revistas en una de esas 4 categorías. Estos dos aspectos, de indexación de revistas nacionales y homologación de revistas internacionales, centraron el interés medidor de Colciencias y de esta plataforma Publindex, lo cual desde múltiples sectores según cada convocatoria tuvo reparos; ahora, con el escenario de no indexación de más de 450 revistas nacionales y la salida de la homologación de más de 38.000 revistas internacionales5, han circulado cartas de editores e investigadores, cuestionando el proceso6, sobre todo por tres aspectos generales: • Que Colciencias no hace su labor de fomento; es decir, ¿en qué ha apoyado Colciencias a las revistas nacionales que durante años han participado en el Publindex?, ¿solo medir las mejora?, ¿las hace de alcance internacional e ingresar a Web of Science o Scopus, sin dar ningún apoyo editorial o financiero? (si es que todas deben ingresar por pertinencia y posibilidades de recursos, a esas dos bases de datos). • Fue el mismo Estado el que, directa o indirectamente, motivó que tener revistas fuera positivo per se, y que no fuera, en varios casos, la decisión de crear una revista el producto de un proceso académico que viera necesario de parte de una comunidad científica el tener un medio de difusión y divulgación que no estaba disponible para ese contexto; sino que fuera un requisito para obtener puntaje o acreditación. Ese sistema se desbordó y por eso ahora la administración de turno indica que hay que “disminuir”, dejando de lado el esfuerzo de muchos años, no solo de revistas que surgieron después de 2002 (algunas producto de esa motivación inicial de la asignación de puntaje o la acreditación, pero que con el paso del tiempo se convirtieron en buenos medios de difusión y divulgación del conocimiento para sus disciplinas), sino también de revistas valoradas por la comunidad científica desde hace más de 20 años, pero como no han querido, no ven pertinente, o no tienen los recursos para ingresar a WoS o SCOPUS, ahora son “descartadas” o colocadas, como en el fútbol, no en la primera categoría (A1 y A2), sino en la segunda (B y C), o peor aún, sacadas del torneo (no clasificadas). • Y finalmente, no toda nuestra investigación es de alcance internacional anglosajón, es decir, que deba publicarse en inglés y en determinadas revistas (Q1 y Q2); parte de ella, por pertinencia, por adecuada difusión y divulgación, debe publicarse en español, cuyos lectores son el público local, nacional o internacional (iberoamericano). Pero si solo se valora lo que se publica en revistas de Wos y Scopus de los primeros cuartiles, estamos, por un lado, olvidando un aspecto clave de la comunicación científica, la
pertinencia y los distintos alcances; y, por otro, estamos fomentando el que nosotros mismos no podamos acceder a dichas publicaciones, ya que mayoritariamente esas revistas son de acceso cerrado7. En síntesis, la realidad que lleva el actual Publindex no es positiva, pues terminó siendo un sistema solo de medición, para regular lo salarial, y no un sistema de información que permitiera ver las dinámicas de la comunicación científica del país (analizar y tomar decisiones de comunicación científica); es decir, ha sido un sistema regulatorio que ha estado al vaivén de las administraciones de turno de Colciencias, no generando una cercanía con lo positivo que puede tener la medición (es necesario medir), y tras ella, buscar el fomento y el mejoramiento, sino que además, en estos momentos, está solo fomentando la publicación internacional anglosajona per se, y no por pertinencia y contexto, lo que tarde o temprano llevará a problemas mayores como la falta de acceso a la información científica propia o la falta de espacios de publicación para irse formando como autores, que son claves en la comunicación científica de un país como el nuestro. Es decir, retomando la idea del fútbol, si aplicáramos el actual Publindex a nuestro torneo: ¿para qué tener una liga colombiana de fútbol (fuera la A o la B), si lo único que vale la pena es la liga española, inglesa, alemana e italiana? La respuesta es porque tenemos derecho a nuestro propio fútbol, tenemos derecho a nuestras propias publicaciones, que sean de calidad (y en ello sí ha habido en algunos momentos un aporte del PUBLINDEX), pero mayoritariamente en nuestro idioma y con nuestros alcances, y solo en algunos casos otros alcances (como cuando algunos de nuestros jugadores van al Real Madrid, al Bayer, al Tottenham, al Milán); pero no todos pueden llegar a esas ligas; tampoco es lo pertinente que todos lleguen, pues no tendríamos nuestra liga, no tendríamos nuestras revistas, nuestra propia dinámica de comunicación científica abierta al mundo globalizado, pero sin olvidar que a este se llega mejor desde lo lo-glocal... 1. Charum, J. (2004). La construcción de un sistema nacional de indexación, el caso de PUBLINDEX. Convergencia. Revista de Ciencias Sociales, 11(35). http://www.redalyc.org/ html/105/10503511/ (Consultado: 22-8-2017) 2. Rodríguez, E., Naranjo, S., & González, D. L. (2015). PUBLINDEX: más que un proceso de indexación. El Ágora USB, 15(1). http://www.redalyc.org/html/4077/407747671002/ (Consultado: 22-8-2017) 3. http://www.redalyc.org/pais.oa?id=30&tipo=indicadores& perfil=produccion (Consultado: 22-8-2017) 4. http://www.colciencias.gov.co/sites/default/files/upload/noticias/informe-publindex.pdf (Consultado: 22-8-2017) 5. http://bit.ly/2vaR9jn (Consultado: 22-8-2017). 6. Grupo “Mamados de Colciencias”, Tema: Publindex https://www.facebook.com/groups/665608150215490/ search/?query=Publindex (Consultado: 22-8-2017). 7. Si tomamos datos de SJR: http://www.scimagojr.com/journalrank.php hay registradas 22.856 revistas, pero de estas, en acceso abierto (y muchas cobran el APC: Article Processing Charge), solo se registran 3.759, es decir el 16,4%.
Concurso público de méritos para docentes 2017 La Universidad de Antioquia tiene abierta hasta el 11 de septiembre la convocatoria al Concurso público de méritos para docentes 2017. En total son 266 plazas disponibles, 185 para profesores de tiempo completo y 81 para medio tiempo, para desarrollar actividades de docencia, investigación y extensión académica en las diferentes facultades, escuelas e institutos de la Universidad. Las inscripciones y carga de la documentación requerida serán hasta las 12:00 horas del lunes 11 de septiembre de 2017 a través del portal web universitario www.udea.edu.co (>> contratación y convocatorias >> concurso público de méritos).
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Colciencias tiende a desaparecer, pero no debería Por GABRIEL VÉLEZ CUARTAS* Docente del Departamento de Sociología gjaime.velez@udea.edu.co
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ontrario a todo lo que se viene exponiendo en los medios acerca de la disminución del presupuesto en ciencia y tecnología durante los últimos años, la verdad es que Colombia nunca había tenido tanto presupuesto disponible para hacer investigación. Por ejemplo, de acuerdo con el Observatorio de Ciencia y Tecnología (Ocyt), de 347 millones de dólares disponibles en 2006 para inversión en investigación y desarrollo, se pasó a 723 millones en 2016, y se presenta una curva siempre creciente aunque con unas pequeñas fluctuaciones en los últimos años. Así, en diez años Colombia duplicó la inversión en ciencia y tecnología; y aunque esto no se acerca a los 390.000 millones de dólares invertidos al año por China en I+D, sí es un incremento importante. Sin embargo, las últimas noticias han anunciado un desfinanciamiento creciente de la ciencia y la tecnología, asociado a la disminución sustancial del presupuesto de Colciencias. En 2013, Colciencias tenía 230 millones de dólares ($430.155 millones de pesos), mientras que el recurso proyectado para 2018 por el Ministerio de Hacienda es de 73 millones y medio ($220.506 millones de pesos). Colciencias fue ascendido a Departamento Administrativo en 2009, a la altura del Departamento Nacional de Planeación, pero con importantes limitaciones en la toma de decisiones, pues su autonomía quedó confinada a otros actores que deciden el destino de los recursos en investigación y desarrollo. ¿Dónde está el resto del dinero? En el gobierno de Santos, Colombia adoptó una política de descentralización de los recursos dedicados a la I+D a través de la destinación de un 10% de los recursos de regalías a su desarrollo. El manejo presupuestal fue delegado a las gobernaciones, las cuales podían apropiar los recursos y subcontratar otras organizaciones para que ejecutaran (lo que pasa con el 75% de los recursos, según informe de la Contraloría de 2017). Esto representó una gama muy amplia de interpretaciones sobre lo que significaba la I+D, de acuerdo con lo que cada gobernador observara como prioritario en su gobierno para alcanzar las metas propuestas, sin considerar agendas de largo plazo en la investigación (un proyecto sobre cura del Alzheimer, por ejemplo, necesita una proyección de 10 años como mínimo y no puede ser considerado solo un proyecto departamental). En otras palabras, la destinación de recursos de investigación quedó amarrada a la discreción de los gobernadores, muchos de los cuales relacionaron I+D con compra de computadores y, en el peor de los casos, con
financiación para apoyo a empresas innovadoras que incluían, entre otras, asaderos de pollos y spas (según informe de la Contraloría de 2017). El Ejecutivo está dando a entender que no considera a Colciencias un actor tan importante para su estructura en la definición de las orientaciones de la investigación científica en el país. La academia pareciera tener un interés importante, sin embargo no el suficiente como para manifestarse, tal y como lo han hecho los deportistas, por ejemplo, quienes ya inclusive consiguieron una rectificación por parte del Presidente (por lo menos intencional) en cuanto a los recursos destinados al deporte. No podemos dejar de pensar en las tensiones que han suscitado tanto el modelo de medición de grupos como las clasificaciones del Publindex, o en la disminución del presupuesto para becas de doctorado en Colombia, entre otras. Por su parte, tampoco las empresas sienten que Colciencias tenga mucho que ver con su misión; y el resto de la sociedad, creo, se debe preguntar exactamente para qué sirve esta entidad. Tenemos un sistema de investigación liderado legalmente por una organización a la que el gobierno le ha quitado su capacidad presupuestaria de orientar dicho sistema y que tiene problemas para relacionarse con su entorno organizacional. Estas funciones han sido delegadas en actores que tienen muy poca experiencia en la inversión en I+D, como los gobiernos departamentales, y en un entorno empresarial que es rentista y que no está interesado en considerar la cuarta revolución industrial (última proclamada por el Foro Económico Mundial); no, no, corrijo, la tercera revolución industrial, como lo evidencia la encuesta Edit de 2014-2015 del Dane, en la que se muestra que las empresas no alcanzan ni el 0,5% de desarrollo basado en estricta innovación (aplicación de I+D). Colciencias tiene que mejorar en muchos aspectos, pero ha sido el interlocutor más importante entre los investigadores y el Estado. La estrategia de regalías tiene buenas intenciones y permitiría, eventualmente, la construcción de agendas regionales de ciencia y tecnología, toda vez que se logre generar un liderazgo suficiente por parte de los órganos colegiados de administración y decisión (Ocad) en diálogo real con la academia. Sin embargo, se necesita un interlocutor mucho más fuerte con la Presidencia y los ministerios. Aceptemos por un momento que Colciencias desaparezca; el problema de fondo no es ese, el problema es que no hay en Colombia una entidad que permita la coordinación del desarrollo de la investigación científica y tecnológica en términos de toma de decisiones. Tenemos un sistema de investigación nacional lleno de fragmentos, en el que el entorno económico global determina que la I+D debe ser una política de Estado y no de planes de desarrollo parciales y eventuales. Por esto pienso que Colciencias debería ser un ente que garantice esa política; y aunque Colciencias tienda a desaparecer, no debería. * Investigador, grupo Redes y actores sociales, Red Íconos
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Recorte en ciencia y tecnología es grave para las universidades y el país Carta abierta del Consejo Académico de la Universidad de Antioquia —24 de agosto de 2017— El anuncio del Gobierno Nacional sobre el recorte en el Presupuesto General de la Nación para el 2018, de 41.6% en ciencia y tecnología con respecto al 2017, es grave para las universidades y el país. Esta disminución que se viene dando de manera sistemática desde el año 2013, cayó por debajo de la inversión del año 2010 y continúa en franco descenso. Este asunto, que parece coyuntural, es una muestra más de un proceso sistemático y contrario a cualquier política de fortalecimiento de la educación superior y de desarrollo de la investigación y la ciencia. Las universidades públicas tienen un vacío presupuestal cercano a los 800 mil millones de pesos, al cual el Gobierno Nacional no le ha ofrecido alternativas. Por el contrario, ha impulsado otras políticas que debilitan la universidad pública, como Ser pilo paga, Colombia científica – Pasaporte a la ciencia y la nueva metodología de clasificación de revistas científicas introducida recientemente. Es sorprendente que el presupuesto para ciencia y tecnología en 2018 sea escasamente de 1.54 dólares por habitante, cifra que contrasta enormemente con la inversión en otros países, como Argentina (130), México (188), Brasil (473), España (608), alcanzando en algunos casos hasta mil veces más nuestra inversión como país, hecho que se puede evidenciar comparándonos con Israel (1.537), Japón (1.385) o Estados Unidos (1.560). En Colombia, los recursos públicos, muy limitados, se utilizan para la investigación en los campos de la ciencia, la salud, las ingenierías, las ciencias sociales, las humanidades y las artes. Y, precisamente, este conocimiento busca resolver los problemas más importantes del país y mejorar las condiciones sociales de los colombianos. Como Corporación, hacemos un llamado al Gobierno Nacional y al Congreso de la República con el fin de que se revisen estas decisiones y se adopte una política a favor de la ciencia y la educación con adecuada financiación. Mauricio Alviar Ramírez, presidente David Hernández García, secretario
Opinión / Análisis
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La Universidad, presente y futuro: ideas para una nueva gobernabilidad Por PABLO J. PATIÑO Profesor de la Facultad de Medicina pablo.patino@udea.edu.co
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as actuales universidades de élite mantienen su preeminencia académica y científica gracias a sus fortalezas sobrevinientes, mientras que para otras resulta muy difícil ser competitivas en esa misma dirección, puesto que, en condiciones financieras más precarias luchan al mismo tiempo por lograr una destacada posición en los “rankings” y adecuar una oferta académica para su entorno. Por paradójico que parezca, en este contexto las universidades más pequeñas y locales, como la nuestra, pueden encontrar una alternativa de diferenciación. A partir de su relación con comunidades y ciudadanos, estas instituciones ponen en marcha un círculo virtuoso guiado por criterios de calidad, cuyo elemento diferenciador y pertinente es la formación de profesionales y la producción de conocimiento
con efectos benéficos en los territorios donde tienen influencia, contribuyendo al desarrollo equitativo local y regional, es decir, se convierten en universidades insignias de las regiones. Justo es reconocer que muchos esfuerzos se han hecho en la universidad colombiana en tal sentido, pero también que han resultado parcialmente exitosos porque no han sido agrupados en torno a una razón de ser o “misión integral”, lo cual les ha impedido conseguir coherencia, persistencia y sostenibilidad. Avanzar hacia un proyecto de universidad como el que acá se plantea no se logra ni por decreto ni en un corto plazo. Su diseño, implementación y sostenibilidad necesita de la legitimación que proviene tanto de su calidad académica como de un amplio acuerdo político
con un programa de gobierno universitario que tenga un plan de desarrollo consecuente con ese horizonte de expectativas. En el entendido que el afán altera el equilibrio, deteriora la gobernabilidad e imposibilita la innovación, es conveniente desarrollar un programa de gobierno que no introduzca cambios institucionales repentinos para transformar la institución que tenemos, pero que, asumiendo el concepto de utopía como lo no realizado aún, no renuncie a la búsqueda y realización de lo importante, incluso cuestionando el presente. El referente de tal búsqueda debe ser, entonces, la conjunción equilibrada de dos propósitos: a) producción y socialización de Pasa a la página 9
Como consecuencia de lo primero, es urgente rescatar el valor esencial, la iniciativa, el liderazgo y el papel estratégico permanente de las instancias académicas de la Universidad, especialmente del Consejo Académico.
La razón neoliberal y la universidad
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Por FRANCISCO CORTÉS RODAS Director del Instituto de Filosofía francisco.cortes@udea.edu.co
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a universidad que se desarrolló bajo el esquema conceptual del liberalismo, primero en Europa, Estados Unidos y posteriormente en América Latina, fue concebida como entidad autónoma, financiada por el Estado, orientada a la docencia y la creación de conocimiento. En nuestra época neoliberal la universidad ha sido sometida a los procesos económicos del mercado, la administración y la empresa. La educación se ha convertido en una mercancía. La ciencia y las humanidades son destruidas al imponerles los principios universales de la competencia y la mercantilización. El interés en la comercialización de la ciencia sugiere que los sistemas de investigación nacionales respondan a la presión del mercado para hacer que la academia sea así más eficiente. La norma de vida que define el neoliberalismo obliga a cada uno a vivir en un universo de competencia generalizada. Esto sucede en las empresas, las finanzas, el comercio, las instituciones estatales y en la universidad. La lógica del mercado, propia de la esfera mercantil y financiera donde reina el capital, se traslada a otras esferas “produciendo una subjetividad contable mediante el procedimiento de hacer competir sistemáticamente a los individuos entre sí” (Laval y Bardot, 2013). El cambio que se ha producido en la universidad a nivel global se caracteriza por algo muy
simple: los profesores, grupos de investigación, libros, revistas, obras de arte, son evaluados y clasificados con los mismos criterios con los que se valoran las actividades de un gerente o un emprendedor comercial. Las actividades propias de la vida universitaria, que deberían ser evaluadas de acuerdo con criterios de excelencia académica e investigativa, se juzgan de acuerdo con su “impacto”, que es la palabra mágica para medir lo que se hace en la universidad.
Así, las universidades públicas tienen, según un estudio hecho por la Universidad de Antioquia, un hueco presupuestal de 800.000 millones de pesos. Su situación de desfinanciación ha llevado a que algunos rectores hayan planteado que la alternativa es: o se reducen las universidades públicas o se acaban.
Esta revolución mundial en la educación, impulsada entre nosotros por la Ocde, se ha implementado de diferentes formas. Así, las universidades públicas tienen, según un estudio hecho por la Universidad de Antioquia, un hueco presupuestal de 800.000 millones de pesos. Su situación de desfinanciación ha llevado a que algunos rectores hayan planteado que la alternativa es: o se reducen las universidades públicas o se acaban. Teniendo en cuenta lo dicho, se pueden analizar los sistemas de medición implementados por Colciencias para calificar la producción científica. En estas mediciones, las ciencias sociales y las humanidades son evaluadas a partir de los estándares creados bajo la perspectiva neoliberal de la ciencia, produciendo como consecuencia la reducción de la universidad. ¿Y qué se reduce o elimina? Pues todo aquello que no sea indexado por la racionalidad neoliberal. Profesores, programas, revistas, facultades. Veremos. Asistimos así al despliegue de la cultura de la sociedad neoliberal, en la cual la universidad se orienta básicamente por el valor de mercado del conocimiento y se distancia de la formación de los ciudadanos en las humanidades. ¿Cómo resistir la racionalidad neoliberal que desafía a la universidad liberal y humanista? ¿Cómo enfrentar el debilitamiento de la democracia que produce la eliminación de la educación humanista y de las ciencias sociales? Preguntas difíciles, pero preguntémosles a los candidatos. * Texto de la columna semanal en El Colombiano, publicado el 15 de agosto de 2017
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conocimiento con la calidad que le permita reconocimiento nacional e internacional, y b) responsabilidad social basada en la equidad, de forma que su saber acumulado impacte positivamente en su entorno. Esta sería una universidad insignia en ambos frentes: con calidad académica certificada y con probada eficiencia en su responsabilidad social. Para acercarnos a ese ideal se requiere un profesorado que realice las actividades de docencia, investigación, extensión como un todo académico, que esté motivado por condiciones adecuadas para el ejercicio de la profesión, pero también dignificado y enaltecido por su pertenencia y contribución a un proyecto social en el que adquiere pleno sentido su profesión; y un estudiantado que comprenda su formación universitaria no solo como una excelente posibilidad de progreso individual y de su entorno familiar, sino también el de la sociedad en general. Igualmente, alcanzar ese propósito depende en grado sumo de las obligaciones recíprocas entre la universidad y el Estado. Si bien la universidad no puede eludir los mandatos constitucionales y legales, ni el control y fiscalización de sus actos administrativos y financieros, ni la observancia de las exigencias oficiales de evaluación, medición y acreditación, ni el cumplimiento eficiente y eficaz de su papel como responsable directa de garantizar el derecho a la educación superior, tampoco el Estado puede evadir la responsabilidad de convertir en política pública su financiación sostenida y suficiente. Sin esta garantía no es posible mantener la autonomía académica, consistente en que la universidad disponga de los recursos suficientes para que pueda hacer lo que sabe hacer y desarrollar el fin para la cual fue concebida. Y, aunque no haya necesidad de introducir cambios institucionales bruscos, sí es necesario recuperar: —El carácter integral de la misión que por exigencias funcionales se ha dividido en tres actividades que adquirieron estatus de misiones fundamentales pero específicas, docencia, investigación y extensión. En efecto, si la universidad tiene sentido pleno porque produce y socializa conocimientos mediante procesos que garanticen la calidad y la equidad, esos quehaceres y exigencias expresadas en su misión, deben ser referentes iniciales y finales de toda iniciativa académica y de toda decisión sobre su administración. —Como consecuencia de lo primero, es urgente rescatar el valor esencial, la iniciativa, el liderazgo y el papel estratégico permanente de las instancias académicas de la Universidad, especialmente del Consejo Académico. —Y para que un programa de gobierno sea aún más legítimo es necesaria la inclusión de nuevas miradas, ideas e iniciativas para robustecer el pensamiento sobre la Universidad y fortalecer el análisis reflexivo, crítico y propositivo que mantiene vigente y a la altura de las demandas sociales el proyecto educativo de equidad, conocimiento y vida que la Universidad de Antioquia representa como primera universidad pública de la región. No podría ser de otra manera si entendemos que los asuntos que conciernen a la Universidad no atañen solo a la preocupación de unos pocos, que requiere la democratización de la participación y que un proyecto de universidad del presente para el futuro debe ser el producto de una construcción de la comunidad universitaria académica y demás actores de la sociedad.
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¿Qué pasa con el poder político electoral de las mujeres? Por Corporación para la vida mujeres que crean*
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l presente artículo es producto de una serie de investigaciones desarrolladas por la Corporación para la vida mujeres que crean, con el objetivo de identificar y analizar la participación política electoral de las mujeres, a nivel local y regional, desde la expedición de la ley 1475 de 2011, más conocida como “ley de cuotas”. La Corporación es una organización feminista, que busca gestionar e impulsar propuestas políticas que aporten a la construcción de la democracia desde una ética feminista, al logro de la paz, a la salida negociada y pacífica de los conflictos y en particular al conflicto armado, a la protección y defensa de los derechos humanos de las mujeres, en coordinación, concertación y alianza con el movimiento de mujeres, el movimiento ciudadano y otros sectores, organizaciones e instituciones afines. En nuestro país las mujeres representan entre el 52% y el 54% del censo electoral y son más de la mitad del total de miembros de los partidos, sin embargo, nunca han alcanzado una representatividad igual o mayor a la de los hombres en los cargos de elección popular, a pesar de haberse expedido la ley 1475 de 2011. Ello se puede evidenciar en la inexistencia de una alcaldesa electa popularmente en Medellín. En este sentido solo una mujer, en las contiendas electorales, acontecidas desde el año 2011, se ha postulado como candidata a la alcaldía, por parte del partido político Mira, quien alcanzó 12.556 votos, equivalente al 1.97% del total. Otro dato representativo tiene que ver con la composición de la Asamblea de Antioquia, la cual se mantiene igual desde 2007 hasta el 2015, con dos mujeres electas, que representan el 8% en un total de 26 integrantes. Las investigaciones han evidenciado la necesidad de que los partidos ganen sensibilización y reconocimiento de las realidades que viven las mujeres en la contienda política electoral, asumiendo una postura decidida respecto a la potenciación y apertura de los liderazgos políticos de las mujeres, disponiendo de los recursos económicos, logísticos y comunicativos pertinentes. Ello implica, entre otras cosas, que las mujeres ocupen lugares importantes en las listas. En este sentido, Luz María Múnera (2015), concejala de Medellín, señala que la posición que ocupan las mujeres en las listas que presentan los partidos políticos a cuerpos colegiados, aunque sea de voto preferente, es fundamental, debido a que muchas mujeres deben emprender una negociación no solo con los aspirantes a la misma corporación, sino también con los miembros que
conforman la administración del partido. A partir de este análisis, se encontró que en la contienda electoral por el Concejo de Medellín en 2015 el 28% de las mujeres ocuparon las posiciones entre uno y cinco; el 35% las posiciones entre seis y diez; y en 37% restante, ocuparon de la posición once en adelante. Lo anterior evidencia la necesidad de abogar por la reestructuración del sistema electoral colombiano, abordando la igualdad de género como un eje transversal, considerando que las cuotas de género requieren de medidas integrales, pues el uso de las cuotas como mero dispositivo de coerción para los partidos no es garante de que las mujeres puedan llegar a las instancias de poder. Se requiere considerar cambios relevantes, como la estructura del tarjetón electoral (lista cerrada o abierta); la redistribución de la financiación de las campañas de los partidos políticos en beneficio de las mujeres; establecer seguimiento y control sobre las organizaciones políticas, para monitorear la inclusión de las mujeres en sus procesos y el cumplimento de la ley 1475 de 2011. Ahora bien, el nuevo marco jurídico-político que abre los Acuerdos de paz, con la reforma constitucional y legislativa, debería ser la oportunidad para implementar medidas afirmativas concretas que, efectivamente, permitan la inclusión activa de las mujeres en la política electoral en términos de paridad, lo cual no se identifica ni en las incorporaciones constitucionales, como tampoco en la conformación de las nuevas circunscripciones especiales de paz, ni en las legislación para la implementación de los acuerdos. En este sentido, señala la magistrada del Consejo Nacional Electoral, Idayris Yolima Carrillo Pérez (2017) que: Resulta desafortunado que, en vientos de cambio y paz, no se haga justicia con las mujeres y se les declare, reconozca y exprese de manera taxativa en la Ley, el derecho a la participación política en condiciones de paridad, sino que, por el contrario, a pesar de esta gran oportunidad, se siga enunciando este tema tan trascendental, como un ideal de logro progresivo y no efectivo. Así las cosas, es fundamental, que todos los actores políticos, comprendan el valor democrático de la participación de las mujeres en la política electoral en igualdad de condiciones frente a los hombres, no solo como un tema de garantía de los derechos humanos, sino como un elemento fundamental para el desarrollo del país, desde una visión de sostenibilidad, justicia y paz, además como un factor de reconfiguración ética, donde efectivamente mujeres y hombres sean libres de tomar decisiones políticas transformadoras, y donde la categoría del cuidado, en tanto visión femenina del mundo y de la política se reivindique. *Integrante de la Plataforma para el seguimiento político en Antioquia, SEPA
Opinión / Análisis
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Entre la construcción mediática de la realidad y realidad homicida
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Por JOHN MARIO MUÑOZ LOPERA Profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas
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ara analizar la realidad de la violencia en Medellín no podemos caer en los planteamientos coyunturalistas, es menester plantear un estudio de larga duración, para tratar de precisar cuáles pueden ser las causas objetivas de la constitución de los actores de la violencia en Medellín, y cómo trabajar de manera integral para conjurar estos actos de violencia que emergen permanentemente y se agudizan más cuando se fracturan “acuerdos” entre los grupos armados y la institucionalidad, como el llamado “pacto del fusil”, o se rompen las “fronteras invisibles”. Medellín ha estado sitiada por las violencias desde décadas atrás, algunas asociadas a las milicias de izquierda que crearon sus nichos en las zonas marginales por la falta de presencia estatal, no solo como aparato de seguridad sino por falta de políticas públicas más amplias y de una recepción más cercana del habitar la ciudad por parte de los gobernantes frente a estas personas, que venían, muchas de ellas buscando mejores opciones económicas o huyendo de la violencia en el campo. El narcotráfico y su aparato criminal no solo azotaron el país y la ciudad con su carnaval de muerte, cubriendo con su estela de terror más de una década de asesinatos, heridos, secuestrados, sino que crearon una mentalidad de dinero fácil, de sicariato, de ilegalidad; en últimas de “traqueto” que parece constituir buena parte del ADN de muchos habitantes de la ciudad; esta huella no solo no ha terminado, sino que se ha ampliado y sofisticado convirtiéndose en verdaderas empresas criminales que tienen tentáculos en casi toda las formas de rentas, unas legales y otras ilegales, tales como: los casinos, las máquinas tragamonedas en los barrios, la extorsión, el narcotráfico, la venta de virginidades, entre tan-
tas otras, con rentas que no se sabe a ciencia cierta cuánto poseen, donde seguro seguirán los herederos cuando caiga un mando alto. La entrada a la ciudad del paramilitarismo se da en una alianza con el narcotráfico y algunos integrantes de la fuerza pública, como quedó demostrado en la operación Orión y Mariscal, que bajo el argumento de expulsar las milicias de izquierdas de los barrios populares, fueron articulando las bandas alrededor de las grandes estructuras criminales, como la famosa oficina de Envigado, posteriormente los Urabeños, el Clan del golfo, los Úsuga, entre muchos otros, articulados por estructuras jerárquicas, con el fin de tener control territorial y distribución de la renta criminal. Este entramado criminal de varias décadas se va consolidando, afinando y mutando, la ciudad se mueve en ciclos de violencia que van minando la esperanza de muchos de sus habitantes, ya sea por el incremento de las confrontaciones y muertes, especialmente en algunas comunas, como las recientes en las 16 y 13; los robos y la percepción de inseguridad en las calles sigue en aumento. Mientras la ciudad está sumida por el caos, donde las muertes violentas en los últimos meses superan las del año anterior, el alcalde crea mediáticamente una percepción falsa de seguridad, persiguiendo fleteros de poca monta, y mostrándolos por todos los medios posibles, el gran logro de su política de seguridad, e incluso comprando un helicóptero que solo parece que sirve para quitarle el sueño a los habitantes de Medellín, que ya bastante tienen con las noches de desvelo por el ruido de las balas entre enfrentamientos de los combos. El incremento de la violencia en la ciudad perece que está asociada a la ruptura del “pacto del fusil” no solo entre algunos combos sino con la institucionalidad, ya que no solo se dan disputas territoriales por las llamadas “fronteras invisibles”; el mundo criminal después de la detención del secretario de Seguridad Gustavo Villegas, y las
“negociaciones” que venían sosteniendo con éste, deja en la incertidumbre un posible sometimiento. Mientras esto ocurría, el alcalde Federico Gutiérrez, no solo atiborraba los medios de comunicación diciendo que estamos persiguiendo a los criminales, y que los jueces eran los culpables por excarcelar a los detenidos. Las bandas por su lado, le “calientan” la ciudad y qué mejor momento que en el marco de la famosa fiesta de las flores: esto ha generado una violencia sin precedentes durante la gestión del mandatario actual. Resolver este problema que es estructural no es cosa fácil, menos si importa más la imagen y lo mediático, que la vivencia diaria de quienes tienen que soportar la zozobra que deja esta violencia cotidiana; es así como al alcalde debe afrontar esto en varias vías, una que parece ser la que han hecho en los últimos tiempos los gobernantes locales, refundando “el pacto del fusil” donde seguirá allí enquistado el problema o una estrategia de más largo aliento, que combine de manera integral mayor presencia de los organismos de seguridad no cooptados por las redes criminales y el despliegue de políticas públicas que de manera integral ataquen problemas como el desempleo, la vivienda, la salud, la educación, ya que la pobreza y la falta de oportunidades es utilizada en muchas ocasiones por el mundo criminal como escenarios propicios para seducir a muchos de los jóvenes. Igualmente, y siendo éste como se dijo al principio un conflicto violento construido por décadas que ha generado una especie de subcultura en alguna parte de la población, de dinero fácil, de poder y representación asociado al mundo criminal, mutando de generación en generación, urgen intervenciones interinstitucionales, que desde formas integrales de educación trabajen con los jóvenes metidos en estas redes criminales y se creen estrategias de prevención con los niños para que no queden atrapados. *Columna “Ágora”, es responsabilidad de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia.
Efectos en el bolsillo de los colombianos por ingresar a la Ocde Por JOHN JÚPITER MORALES VALENCIA Periodista de la Facultad de Ciencias Económicas jjupitermorales@gmail.com
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olombia está cerca de recibir la aprobación para pertenecer a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, Ocde. Los efectos de la reforma tributaria del 2016, que recogió parte de las recomendaciones para que Colombia haga parte del exclusivo club, han generado críticas por su impacto en el bolsillo de las clases medias y bajas. “Para entrar a la Ocde se tienen que hacer muchos sacrificios”, afirma Omar Bedoya Martínez, contador público y profesor de la Facultad de Cien-
cias Económicas, y señala que cumplir las exigencias es muy complicado, entre otras razones porque Colombia es un país que apenas está saliendo de lo rural, no es productor de maquinaria, y su contexto es muy diferente al suizo, norteamericano o escandinavo. El Estudio Económico de la OCDE de Colombia 2017 evidencia las notables diferencias de las condiciones colombianas de las de los países miembros: los niveles de escolaridad son muy bajos, persisten altos niveles de pobreza y desempleo, hay una amplia brecha entre hombres y mujeres, falta inversión en innovación, el gasto social y de desarrollo es considerablemente más bajo que el promedio de la Ocde. El índice Gini, que mide la desigualdad en una escala de 0 a 1, donde los valores cercanos a cero indican menor desigualdad, tiene en los países de esa organización un promedio de 0,3 mientras que en Colombia es 0,5. Pasa a la página 11
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El estigma y la atención en salud, pendientes en el posconflicto Por ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista Oficina de Relaciones Públicas elizabeth.canas@udea.edu.co
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a política de reintegración en Colombia y sus catorce años de historia son parte de la realidad nacional, pero sobre todo de las cerca de sesenta mil personas que se han desmovilizado en el país durante ese tiempo. También resulta sustancial para garantizar la no repetición de la violencia y la consolidación de los procesos de paz. Aunque “el proceso colombiano de reintegración y normalización de excombatientes y actores armados acredita las mejores cifras que cualquier otro en el mundo”, también son varios los asuntos pendientes y riesgosos, como lo señalan Lucas Gaviria Lopera, director programático de la Agencia colombiana para la reintegración y normalización, ARN, y el Alto Comisionado para los derechos humanos en Colombia, Todd Howland, invitados a la cátedra pública Héctor Abad Gómez. Los conferencistas coinciden en que el proceso, por ser tan sui generis, no solo ha sido muy esperado y observado internacionalmente, sino que en materia de reinserción y derechos humanos, presenta varias problemáticas y obstáculos difíciles de salvar. En la sesión “La salud y el posconflicto”, Gaviria Lopera reconoció que el proceso de paz ha sido definitivo para el apego a la legalidad de una
gran mayoría de personas, pero que situaciones como la estabilidad jurídica y las garantías de seguridad física se mantienen en intermitencia. Por su parte, en la sesión de la cátedra “El porvenir de los derechos humanos en Colombia”, Howland afirmó que en el proceso subsisten preocupaciones por la ocupación de espacios de poder en zonas que antes eran ocupadas por las Farc. “Hay dificultades para la atención en derechos humanos de un proceso del que no hemos reconocido su gran dimensión para el cambio, para la generación de oportunidades”, dijo. Las inquietudes del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos también giraron alrededor de cómo contrarrestar la tradición histórica del país respecto de los procesos electorales —para los cuales se preparan los exmilitantes— que se adelantan en medio de intimidaciones, fiestas a cambio de votos y financiación de campañas políticas por empresas nacionales. Todd Howland llamó la atención sobre los casos violatorios de los derechos humanos y afirmó que estos no deben ser sujetos al debate político, al tiempo que manifestó que se debe aprovechar el momento para que el desafío de asegurar el proceso sea una realidad.
Estigma y garantías Sobreponerse a la estigmatización y las garantías en materia de salud para una nueva vida nacional, ocupan hoy a organizaciones como la ARN y la ONU, las cuales que no solo comparten la atención de un proceso en el que más del 70% de la población exmilitante acogida estaba en condiciones de analfabetismo, sino también las gestiones para los derechos y el afán de velar por las garantías para la civilidad. Asimismo, comparten las preocupaciones sobre cómo garantizar que el sistema de salud
soporte este proceso, —que sin duda obliga al tratamiento de patologías mentales, el stres postraumático, casos relacionados con abuso y dependencia de sustancias psicoactivas—, y cómo sobreponerse el estigma, que al parecer termina por ser la barrera más difícil de superar colectiva e individualmente. Al respecto, el Alto Comisionado para la paz señaló que se trata de una situación difícil que obliga a abandonar los prejuicios y anteponer las oportunidades del proceso que, insistió, no han sido develadas ni reconocidas en la dimensión justa por los colombianos. “Es difícil hablar del futuro de los derechos humanos, pero este dependerá no solo de las decisiones políticas, sino también de los ciudadanos, de la implementación de los acuerdos de paz, del cambio de cultura y de la reivindicación de los derechos básicos y de saneamiento, por ejemplo, porque no hay educación para ello, sobre la cultura de derechos como base necesaria para la paz”, dijo Howland. Por su parte, el director programático de la ARN observó que “el conflicto armado es la quinta causa de muerte violenta; nos matamos más por la imprudencia al volante, por la violencia intrafamiliar, lo que constituye un indicador que señala la necesidad de unirnos por un nuevo país”. Y respecto del proceso de paz y de sus inconvenientes, Gaviria Lopera agregó que el reto es mayor porque a la estigmatización se suma la preocupación de que se generen nuevos círculos de violencia; la amenaza de que existan otras poblaciones seducidas por las formas de violencia reciente y la urgencia de generar las garantías de no repetición, así como de juntarnos para salvaguardar el proceso, en medio de un conflicto que sigue vigente.
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Entre las recomendaciones que desde hace unos cinco años vienen dando la Ocde a Colombia, Luis Felipe Jaramillo, abogado de la Universidad de Antioquia, destaca aspectos positivos, tales como “el fortalecimiento de la administración tributaria, del sector educativo y el ahínco en torno a la protección del medio ambiente”; no obstante —señala—, también contempla el aumento en la tributación de determinados sectores poblacionales, la flexibilización de los derechos laborales y la implementación de reformas estructurales en el sector de la seguridad social de los colombianos”. Los promotores de las dos más recientes reformas tributarias en el país han aducido que, para estimular la generación de empleo y aumentar el recaudo de impuestos, se debe disminuir la carga tributaria a las empresas, pero como el Estado necesita ingresos, se incrementaron los impuestos a las personas naturales. “Los impuestos que más afectan a la gente son el de renta y el IVA. El IVA es el impuesto al consumo, es decir lo paga el consumidor final, y fruto de esas reformas ya está en el 19%. Ese incremento disminuye la capacidad de consumo”, dice Omar Bedoya, y añade que, “a una persona a quien realmente el mercado le vale 100 mil pesos, termina pagando $119.000, que son ocho pasajes menos, dos canastas de huevos menos, cinco cervezas menos. Afecta la calidad de vida de la clase media y media-baja, que es la clase de mayoría en Colombia”. La desigualdad, el desempleo y la informalidad hacen que el ingreso de las clases medias y bajas en Colombia sea muy bajo, comparado con el
de los miembros de la Ocde, y según el estudio económico realizado por esa entidad, casi la mitad del total de la fuerza laboral, formal e informal, gana menos que el salario mínimo. En el país el 10 por ciento de la población con mayores ingresos gana 37 veces el salario del 10 por ciento con menor ingreso, según un informe de la Ocde elaborado con datos de 2012, mientras que en los países miembros de esa organización las personas más adineradas ganan nueve veces el salario de los más pobres. Opina el profesor Bedoya que “no es lo mismo decirle a un país que produce maquinaria, que produce renta, ingresos, etc. que reduzca su carga tributaria a las empresas, porque allí las personas naturales tienden a ganar mucha plata; aquí en Colombia los salarios son muy apretados”. Por su parte, la Ocde argumenta que el crecimiento económico en Colombia ha estado entre los mejores de la región y que “la amplia reforma tributaria de diciembre 2016 ayudará a la economía a ajustarse a los bajos precios del petróleo y a reducir la dependencia del presupuesto de los ingresos petroleros. Mayores ingresos tributarios aumentarían el impacto de las políticas redistributivas para reducir la desigualdad y respaldarían la inversión pública”. Concluye Omar Bedoya que si bien aplicar la fórmula de la Ocde en teoría podría funcionar, es mejor “que sea algo gradual, porque si todas las medidas se aplican ya, la mayoría perdemos. Por ejemplo, si aprietan en pensiones que no aprieten en renta, porque ambos afectan a las personas naturales”.
Extensión
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EXPOIngeniería 2018 Propuesta de innovación para el desarrollo social Por DIANA PATRICIA GRAJALES LÓPEZ
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esde 2016 un equipo de profesionales de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antioquia ha liderado el proyecto de ciudad EXPOIngeniería 2018, feria académica y comercial y congreso internacional, que reúnen lo mejor de la ingeniería en un solo espacio para compartir los avances, desarrollos, innovaciones, productos y servicios, que tanto la academia como el sector productivo y gubernamental tienen para mostrarle a la sociedad. En julio se hizo el lanzamiento en Medellín, con representantes del sector gubernamental, directivos de diferentes empresas y universidades, entre ellos el rector de la Universidad de Antioquia Mauricio Alviar Ramírez, el viceministro de Economía Digital Daniel Quintero Calle, el alcalde de Medellín Federico Gutiérrez Zuluaga, el gerente encargado de EPM Jhon Alberto Maya y el decano de la Facultad de Ingeniería Jesús Francisco Vargas Bonilla. Consciente de la urgencia de un escenario para socializar y compartir con la comunidad los avances e innovaciones de la ingeniería, Vargas Bonilla considera que “la ingeniería colombiana tiene muchísimo para mostrar, y desde la Universidad de Antioquia creemos que es importante dinamizar la relación y la interacción entre la academia y el sector productivo”. En hora buena, EXPOIngeniería2018 llega como una apuesta para trazar el futuro de la región y del país desde la perspectiva del desarrollo y la sostenibilidad, con propuestas que inviten al avance de la ingeniería dentro de los límites biofísicos de la región y del planeta. La unión de esfuerzos, académicos y gubernamentales son indispensables para hacer realidad muchos de los proyectos de desarrollo que demanda la actual sociedad y que se deben orientar a las comunidades que más lo necesiten.
Foto: cortesía Facultad de Ingeniería
Comunicadora de EXPOIngeniería 2018 comunicacionesexpoingenieria@udea.edu.co
EXPOIngeniería honra a la ingeniería de Antioquia y su realización se propone, además, en el marco de los 75 años que la Facultad de Ingeniería cumplirá en 2018. Por esta razón, durante el lanzamiento, se incluyó un momento muy especial de agradecimiento a los exdecanos de la Facultad de Ingeniería, quienes contribuyeron a fortalecer sus inicios y a lograr el prestigio académico de esta dependencia académica.
Para el rector de la Universidad de Antioquia, el economista Mauricio Alviar Ramírez, “no puede haber desarrollo sin innovación; no puede haber innovación sin ingeniería y no puede haber ingeniería sin ciencia ni tecnología”, y resalta su deseo que la ingeniería vuelva a ser protagonista en el desarrollo de Antioquia, propósito que debe consolidarse desde la Facultad de Ingeniería, aprovechando el capital intelectual de todos sus profesores y estudiantes de pregrado y posgrado. Ese propósito es posible máxime cuando la Universidad de Antioquia recién aprobó el Plan de Desarrollo para los próximos 10 años, el cual incluye el aporte a la construcción de la paz o la protección de la calidad ambiental y de la biodiversidad en el departamento. Justo ahí, la Facultad de Ingeniería cumple un papel clave para generar innovación no solamente para la universidad, sino también para la sociedad, el sector público y privado y la comunidad. El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez Zuluaga, destaca la importancia en la priorización de los recursos públicos destinados a las obras de infraestructura que
no sólo mejoran la vida de los habitantes de una ciudad, sino que se convierten en ejemplo de innovación para la región y para el país, como el Metro de Medellín y todos sus proyectos pensados para optimizar la movilidad de una ciudad en constante crecimiento demográfico. Gutiérrez Zuluaga, quien es ingeniero civil, considera que hoy el mayor reto de un ingeniero es enfocarse en un desarrollo social sostenible. “Ya el deber para un ingeniero no solo es conocer los planos, los detalles, los estudios y diseños, sino saber cómo proceder pensando en comunidades o especies vegetales que se deben proteger”, sostiene. EXPOIngeniería2018: desarrollo y sostenibilidad desplegará un abanico de opciones temáticas que marcarán la ruta en el análisis del contexto actual de la ingeniería, como energía, ambiente, materiales, química, bioingeniería, logística, infraestructura y tecnologías de la información y las comunicaciones. Estas tecnologías, advierte el viceministro de Economía Digital, Daniel Quintero Calle, vienen trans-
formando de forma radical todo lo que conocemos; sin embargo, dice, “aunque la tecnología tiene la posibilidad de aumentar los niveles de productividad en una sociedad, también se corre el riesgo de aumentar los niveles de desigualdad”. En este sentido, sólo ciudadanos conscientes del poder de la información empezarán a demandar a sus gobiernos y al sector privado transformaciones que tengan impacto positivo en sus realidades. Quintero, quien es ingeniero electrónico egresado de la U de A, señala que “EXPOIngeniería2018 va en esta dirección, de contarle a la ciudad y al país qué se puede hacer con la tecnología y la información; y es por esta razón que el Gobierno Nacional apoya esta iniciativa que nace desde la Universidad de Antioquia”. EXPOIngeniería se realizará en Medellín del 16 al 19 de octubre de 2018 y contará con dos grandes componentes: una feria comercial con temáticas particulares en los cinco pabellones de Plaza Mayor y un congreso internacional en el Teatro Metropolitano. Uno de los ingenieros invitados es Jorge Reynolds, inventor del marcapasos.
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En 2027 la Universidad de Antioquia, como institución pública, será reconocida nacional e internacionalmente por su excelencia académica y por su innovación al servicio de la sociedad, de los territorios y de la sostenibilidad ambiental.
—Visión 2017-2027—
Foto: Luis Javier Londoño Balbín
Una universidad innovadora para la transformación de los territorios
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l Acuerdo Superior 444 del 25 de julio de 2017 plasma la versión aprobada por el Consejo Superior Universitario en julio pasado del PLAN DE DESARROLLO 2017-2027 “Una universidad innovadora para la transformación de los territorios”. Es el fruto de la discusión y del trabajo durante más de un año de los estudiantes, profesores, empleados, egresados, jubilados y directivos que hicieron parte de las mesas de interlocución, uno de los espacios de la metodología integradora que se utilizó para configurar el que será el referente obligado de las actividades, los proyectos, programas y planes del quehacer universitario en la próxima década. El PDI 2017-2027 gira en torno de seis temas estratégicos (ver recuadro), cada uno con los respectivos objetivos y metas que los desarrollan y, a más de la metodología seguida para la construcción colectiva, que involucró a los estamentos universitarios de todas las sedes y seccionales en Medellín y las subregiones de Antioquia, se caracteriza por incluir tres enfoques, participativo, diferencial y territorial. Incluye, además, las metas globales que se aspira alcanzar en el decenio en cada tema estratégico y un glosario para su mejor comprensión. El presente y el futuro de la Universidad de Antioquia —dice el documento— obligan a reafirmar su carácter de institución pública de educación superior al servicio del avance del conocimiento y de la promoción de las culturas. La Alma Máter se proyecta internacionalmente y se compromete con la transformación de sí misma y de los territorios, contribuyendo a la equidad, la paz y la sostenibilidad ambiental. Y agrega: Grandes son los retos globales que la Universidad afrontará en lo referente a la construcción de paz y a la inclusión, al fortalecimiento de la democracia, y al cuidado del ambiente y de la biodiversidad. Frente a estos desafíos en el próximo decenio, es esencial mantener la Universidad como patrimonio de la sociedad para garantizar el derecho a la educación superior y la autonomía universitaria. En concordancia con su función social, la Universidad renueva el compromiso con la generación de conocimiento y la formación integral de las personas. La Universidad de Antioquia, como institución pública, debe velar siempre por la excelencia académica y la pertinencia de sus programas y proyectos misionales, así como la convivencia, los procesos administrativos, el desarrollo de sus sedes y la sostenibilidad financiera. La apertura al cambio de paradigmas también será un reto para el avance de la Institución y su adecuación permanente a las exigencias de una sociedad dinámica. La disposición a los cambios sugiere un proceso de aprendizaje y transformación institucional desde todos los niveles y perspectivas, que requieren el compromiso y la corresponsabilidad de los diferentes actores universitarios.
Tema estratégico 1 • Formación integral de ciudadanos con la articulación y el desarrollo de las funciones misionales, desde los territorios y en conexión con el mundo
Tema estratégico 2 • Ciclos de vida de la comunidad universitaria
Tema estratégico 3 • Democracia, gobierno universitario y convivencia
Tema estratégico 4 • Gestión administrativa y del financiamiento
Tema estratégico 5 • Compromiso de la Universidad con la construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad
Tema estratégico 6 • Contribuciones de la Universidad a la gestión del ambiente y la biodiversidad
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La Universidad tiene que transfo El Plan de Desarrollo 20172027 que aprobó el Consejo Superior Universitario en julio le muestra una hoja de ruta a la Universidad de Antioquia en la próxima década. Pero es apenas el principio. Porque el Plan fija metas y desafíos, y obstáculos que debe salvar la institución para sacar adelante los propósitos allí establecidos. Diálogo con el rector Mauricio Alviar Ramírez.
—Sigue la socialización e implementación, o sea, materializar ese plan de desarrollo —que es una hoja de ruta, un norte para la Universidad—, en los planes de acción de las unidades académicas y de la rectoría. Si bien se construyó participativamente, ¿cómo acercar ese plan a la comunidad universitaria?
Foto: Johnny Cadavid
Rector, la Universidad ya tiene, una carta de navegación para los próximos diez años ¿Qué sigue?
—Eso hace parte de la estrategia de socialización del Plan que ya se empieza a desarrollar usando todos los mecanismos y el sistema de comunicaciones de la Universidad. Hay que lograr que todos los estamentos y la sociedad conozcan los seis temas estratégicos para mantener una conexión con todo lo que hacemos en la Universidad y ese norte. ¿Cuál de los temas estratégicos plasmados en el PDI le llama más la atención? —Los dos primeros: el que tiene que ver con la formación integral y el que tiene que ver con los ciclos de vida de los estamentos de la Universidad, es decir, estudiantes, profesores, empleados, egresados, jubilados. En esos dos tienen que estar puestas todas nuestras energías, recursos y capacidades. Sin embargo, el cinco, que tiene que ver con la construcción de paz, y el seis, que es el relacionado con la sostenibilidad ambiental y la biodiversidad, son dos temas estratégicos que están apuntando a dos realidades, una nacional, que es la construcción de paz a partir de la firma de los Acuerdos de La Habana y ojalá lleguemos a una situación similar con el ELN, y otra, de la incumbencia de todo el planeta, el cambio climático, la sostenibilidad ambiental; y, en el caso de Antioquia, la preservación y aprovechamiento sostenible de nuestra biodiversidad. Esos temas estratégicos son novedosos en este plan de desarrollo en relación con los anteriores y responden a una coyuntura nacional y mundial absolutamente determinante de la evolución de la Universidad y de la propia sociedad. ¿Cuál es el escenario actual para adelantar el Plan? —En los dos temas de la paz y de la sostenibilidad ambiental, la Universidad ha venido trabajando en la Mesa Universitaria por la Paz; ahora la idea es canalizar todas las iniciativas, proyectos, programas en asocio con las instituciones nacionales, regionales e internacionales que van a trabajar en esa dirección, en la construcción de paz, para poner al servicio de esos proyectos toda la capacidad de la Universidad y sus ejes misionales. Yo he planteado la necesidad que tenemos de construir una matriz en donde, por un lado, están todas las unidades académicas y, por el otro, los programas que, desde la docencia, la investigación y la extensión, cada una de esas unidades académicas va a aportar a la construcción de paz. Lo que hemos venido haciendo en regionalización es un aporte a la paz, pero ahora tenemos que avanzar en capacitación, formación, nivelación de víctimas y excombatientes y adelantar proyectos concretos
como el Centro de agrobiotecnología para la integración de los territorios que, con un componente científico-académico, pueda capacitar excombatientes en agroindustria. Por su quehacer, el conocimiento acumulado, la experiencia, la innovación, la Universidad tiene toda la autoridad académica, moral y social para desarrollar este tipo de proyectos que van a ser indudablemente una contribución a la construcción de paz, y a la protección del medio ambiente, con los grupos de investigación en todas las áreas que han venido trabajando la sostenibilidad ambiental y el desarrollo territorial basado en la protección de los recursos naturales.
Desafíos para la Universidad en la década venidera —Sin lugar a dudas un desafío es el financiamiento de la educación superior. Si bien hemos logrado algunos recursos adicionales de base presupuestal gracias a la gestión que se hizo en la reforma tributaria, seguimos teniendo un reto grande para lograr mayor apoyo financiero con el departamento de Antioquia, con el municipio de Medellín y los demás municipios donde la Universidad tiene sedes. Además, la Universidad también tiene que pensar en una dinámica de transformarse a sí misma. Si las universidades no nos transformamos, si no nos ponemos en una órbita que responda a los desafíos del mundo, vamos a quedar como una buena institución del siglo XX. Necesitamos entender las dinámicas nuevas del mundo, de las tecnologías de las comunicaciones, de la integración de los saberes, de pensar en los estudiantes del presente y del futuro. Ese me parece a mí un desafío quizá más importante que el propio financiamiento.
Frustraciones en el proceso de configuración del plan —Me parece que faltó más preocupación de la comunidad académica por los temas de ampliación de la infraestructura física. Siendo la ampliación del campus una necesidad tan sentida, es una pena que no hubiera quedado tan explícita. ¿Qué universidad tenemos hoy y cuál se visualiza en diez años? —Hoy tenemos una Universidad de Antioquia muy buena, que ha profundizado mucho en la investigación científica y que tiene que seguir manteniendo esa misión investigadora, pero en diez años debe ser una universidad innovadora, que se innova a sí misma y contribuye al desarrollo de los territorios, pero con la excelencia académica
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ormarse
Construcción colectiva
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l Consejo Superior Universitario encomendó a la administración del rector Mauricio Alviar Ramírez la estructuración del Plan de Desarrollo Institucional con participación amplia de la comunidad universitaria. Para cumplir ese cometido se apeló a la metodología integradora, con la que se pudo pulsar el pensar y el querer de los universitarios en las sedes regionales y en Medellín.
Para la profesora Claudia Puerta Silva, asesora metodológica y académica del PDI, el documento final refleja la construcción colectiva en el lenguaje plural, en la manera en la que se exponen los objetivos que se plantea la Universidad en los próximos diez años, en las aspiraciones distintas que recoge en temas como el de la construcción de paz, la inclusión y la interculturalidad. Pero también en las múltiples maneras de construir el conocimiento y en los enfoques —participativo, diferencial y territorial— que permiten dar cuenta de unas premisas sobre las cuales la Universidad tendrá que actuar en la próxima década. “Esto no estaba reflejado en el plan anterior y eso da cuenta de diferentes posturas que hay en la Universidad sobre la investigación”, afirma. Desde luego, del carácter participativo del PDI hablan las 226 actividades desplegadas, en la que estuvieron comprometidos 1.500 integrantes de la comunidad universitaria en la fase amplia de participación en la que se formularon las bases estratégicas y sobre las que se configuraron las mesas de interlocución, que permitieron una participación más dirigida y enfocada en los seis temas estratégicos consignados. Aprendizajes Para la asesora metodológica y académica, cuando hay tiempo, espacios y mecanismos permanentes se puede lograr una participación comprometida, lo que permite que haya una maduración de las ideas, un logro de acuerdos, una explicitación de las posturas por parte de las personas. “La participación requiere de tiempo, de periodicidad, de construcción; no puede ser puntual, pues no es inmediata, es algo que debe irse construyendo poco a poco, afinando, revisando, retroalimentando, para llegar a unos acuerdos que sean satisfactorios para todas las personas que están en el proceso”, plantea Puerta Silva. Y sostiene que la Universidad puede utilizar sus propios saberes y sus propias herramientas para pensarse a sí misma, sistematizar las narrativas y los discursos, y utilizar las técnicas cualitativas para analizar, categorizar, triangular la información y llegar a síntesis. “De hecho —observa— eso queda plasmado en el Plan cuando se habla de la innovación frente a su propio saber hacer y a su conocimiento para transformarse a sí misma y en ese sentido poder aportar a la transformación de la sociedad”.
como meta irrenunciable. Hoy tenemos una universidad muy buena, con un potencial enorme, pero en los próximos diez años ese potencial hay que volverlo real, y eso lo lograremos en la medida en que mantengamos la investigación y avancemos en la innovación tanto tecnológica como social. ¿Qué cambios mentales, físicos y demás hay que dar para alcanzar ese escenario? —El primer giro que hay que dar es una apertura a los cambios. La Universidad no puede seguir aferrada ni al pasado, ni a espacios físicos, ni a concepciones académicas que hoy requieren transformación; ese es el primer giro que hay que dar: abrir la mente a los cambios que la sociedad nos está impulsando a dar. Eso es lo que yo llamo la transformación y la innovación sobre sí misma. Otro es definitivamente la ampliación del espacio físico, sobre todo en Medellín, pues en las regiones ya se han hecho avances importantes. El otro giro es lograr que los espacios de la Universidad sean real y comprometidamente para la academia y la cultura. No puede haber otro tipo de actividades en la Universidad distintas a la academia y la cultura, incluido el deporte, por supuesto.
Todo ello configura el acumulado de aprendizajes que deja el proceso de definición del Plan de Desarrollo Institucional, como lo ha sido reconocer y valorar los conocimientos que tienen las personas, su lugar de enunciación, es decir, —explica Puerta Silva— desde donde hacen sus propuestas. Por lo mismo, ha sido muy importante la valoración de todo lo que se dice y en esa perspectiva ha habido una dinámica formativa en el proceso de la escucha y de la conversación. “En esa perspectiva —asegura la asesora— la metodología potencializa esa posibilidad de participar en tanto se promueven ciertas condiciones, las personas que se animan a participar se activan políticamente porque tienen la posibilidad de expresar sus posturas y de incidir entonces en este proceso de planeación”. Puerta Silva también resalta los espacios de encuentro cara a cara, la posibilidad de que personas que provienen del área de la salud, de las ingenierías, de sociales, de humanidades, de artes, se encontraran en un mismo espacio cotidianamente, lo que posibilitó conocer muchos de los procesos que se llevan a cabo y la riqueza que tiene la Universidad. “Yo aprendo sobre lo que pasa en otra unidad académica, sobre la definición de un concepto que usualmente no utilizo, sobre la normativa. También lo que aprendo sobre las estrategias y técnicas para conversar, para llegar a acuerdos, para negociar, para consensuar”, dice. Por último, la profesora investigadora considera que frente al Plan de Desarrollo 2017-2027 los universitarios deben asumir compromisos; uno de los principales compromisos —observa—es el seguimiento y explicitar cuáles fueron los primeros cambios introducidos por parte de los órganos de gobierno. Pero también comprometerse con acciones que puedan llevar a buen término los lineamientos y objetivos propuestos. “Hay una gran responsabilidad por parte de quienes participaron en las mesas”, afirma, por el conocimiento más específico que tienen del documento y al mismo tiempo de las estrategias que hay en las unidades académico administrativas o en las diferentes instancias universitarias. “Habrá que establecer una ruta de acción específica y allí entonces es tanto responsabilidad de las autoridades universitarias como de la comunidad universitaria lograr que se mantengan el ánimo participativo, el ánimo de construcción colectiva en las siguientes etapas que son necesarias para poder cumplir con ese plan de desarrollo”, concluye.
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Aciertos y desafíos
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El Plan de Desarrollo es muy ambicioso porque busca transformaciones esenciales como la regionalización; es necesario generar un proceso de descentralización con las sedes regionales para que se vuelvan más autónomas”, sostiene Jaime Restrepo Cuartas, representante de los exrectores en el Consejo Superior Universitario, CSU. Del PDI 20172027 que aprobó en julio la Corporación resalta, de igual modo, el propósito de consolidar la investigación y la transferencia tecnológica hacia los sectores social y productivo. Señala que se deben fortalecer más los posgrados, sobre todo en las regiones, tanto las especializaciones y maestrías y, desde luego, los doctorados, “pero debe hacerse un énfasis en que son principalmente para hacer investigación y no para cargos directivos”, dice, y considera que un grave problema que hay en el país es la desfinanciación de la educación superior, la ciencia y la tecnología, por lo que “la Universidad debe fomentar la búsqueda de recursos propios”. Para la decana de la Facultad de Educación y representante del Consejo Académico ante el CSU, Elvia María González Agudelo, el desafío principal es lograr que toda la comunidad universitaria incorpore el Plan y se pueda llevar hasta los planes de acción, es decir, “interiorizarlo como parte del alma universitaria”. Observa que siempre debe hacerse un énfasis en la educación de calidad, la articulación de la investigación, la extensión y la docencia, y considera que para tener un proyecto de Universidad que sea claro “hay que trabajar de forma articulada para lograrlo; además, es muy importante seguir jalonando la investigación sin descuidar la docencia”. Coincide en que la educación es pública y el gobierno tiene la obligación de presupuestar los recursos necesarios, “pero ahora estamos sin financiación porque son muchos años trabajando con los mismos recursos. El Estado nos debe ayudar mucho más”. El representante profesoral en el CSU, Carlos Arturo Morales Vallecilla, identifica tres desafíos principales para la Universidad, a propósito del PDI. El primero — señala—, es mejorar la cultura de la participación y del trabajo en equipo de toda la comunidad académica. El segundo, adelantar gestiones y acciones políticas y sociales que permitan una adecuada financiación de éste y de todos los planes de acción de las universidades públicas, abocadas a una terrible desfinanciación materializada en programas como Ser pilo paga, el traslado de recursos de las regalías a la construcción de vías terciarias y el recorte del presupuesto de 2018 para ciencia y tecnología en un 41,6 por ciento. Tercero, “se requiere profundizar en el tema de la democracia y la participación, que siempre se soslaya (y así lo hizo este plan) y no se asume con determinación al interior de la Universidad”. Tras aclarar que en ambos debates votó negativamente el Plan, “con base en las críticas que hicimos respecto de la metodología utilizada para su elaboración y los déficits que, a nuestro modo de ver, tuvo en lo referente a los indicadores de gestión”, considera acertado haber incluido en este Plan el enfoque territorial, la equidad y la paz. Carlos Alberto Giraldo Giraldo, representante de los egresados en el CSU, observa, de un lado, que se trató de un debate muy intenso porque hubo muchas contradicciones en los puntos de vista, y, del otro, que en comparación con otros planes de desarrollo, el actual recién aprobado fue el de mayor participación, aunque “mucha gente estuvo ajena al proceso y se convirtió en una especie de selección de interesados y el resto de la comunidad quedó por fuera de esa discusión”. Considera entre los desafíos desarrollar una
nueva pedagogía porque la Universidad no tiene un gran proyecto educativo institucional. “Ese proyecto debe hablar de una educación para los nuevos tiempos; todavía estamos muy apegados a las formas tradicionales en la relación profesor-alumno; creo que eso debe transformarse”, afirma, y plantea que la investigación tienes muchos retos, porque está muy amenazada por la intervención de las corporaciones que están interesadas en manipular el conocimiento para sus intereses particulares. Antonio Yepes Parra, representante del Presidente de la República en el CSU, resaltó que el proceso que se adelantó para configurar el PDI tuvo una dirección técnica seria e inteligente que implementó un amplio proceso participativo a diferentes niveles, y dijo que el plan no es un documento rígido; exige evaluaciones periódicas. Exhortó, asimismo, a “Conformar una auténtica comunidad crítica de profesores y estudiantes”, como lo dijera Habermas, y a participar activamente en el proceso de paz que adelanta el país, “contribuyendo a su consolidación y oponiéndonos a la polarización que estimulan las fuerzas de la extrema derecha”. Cuestionó, asimismo, Ser pilo paga, “puesto que en su aplicación se están destinando recursos que corresponden a la universidad pública”. Aseguró que el PDI se sintetiza en programas que exigen participación de los gobiernos nacional, departamental y municipal. “Es necesario que la Alcaldía de Medellín destine recursos para la Universidad de Antioquia, puesto que un gran porcentaje de nuestros estudiantes son residentes en la ciudad”, concluyó. La viceministra de Educación Superior Natalia Ruiz Rodgers, dijo que la Universidad de Antioquia siempre ha sido líder en planeación, y fue la primera institución de educación superior que hizo un plan a largo plazo. “Lo más importante de este proceso es que se trata de un ejercicio que parte de la experiencia, teniendo siempre en la mira la calidad de la educación”. Subrayó que el ejercicio que ha hecho la Universidad con el camino seguido para definir el PDI 2017-2027 es muy valioso “y los seguiremos acompañando en el norte que se ha propuesto. En la medida en que nosotros podamos fomentar ese desarrollo de planes específicos a nivel de país, mucho mejor”, dijo, y agregó que el plan de desarrollo institucional “es una combinación entre la historia y lo que exige la dinámica de la sociedad. En esa medida, esta Universidad responde a ambas cosas por haber construido el Plan así y porque es un reto ambicioso a largo plazo”. Foto: Luis Javier Londoño Balbín
Sede de Ciencias del Mar en Turbo
Extensión
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Donde no hay libertad, nace el arte “Tengo un pincel para desahogarme”, expresa ´Conejo´, uno de los internos de la cárcel de alta y mediana seguridad La Paz del municipio de Itagüí, quien hace parte del taller de música, escultura, pintura y grabado que desarrollan estudiantes y docentes de la Facultad de Artes. Por JUAN DIEGO RESTREPO TORO
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a cárcel de máxima seguridad La Paz está ubicada en una colina del barrio San Francisco en Itagüí. En el taller de arte, cada hombre permanece concentrado en su trabajo. Los reclusos que integran el coro hacen ejercicios de calentamiento en la mitad del salón. Escucho sus voces vibrantes mientras los demás presos reciben asesorías para sus pinturas, o grabados por parte de los estudiantes y docentes de la Facultad de Artes de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia que cada jueves los visitan como parte del proyecto ´La paz es una obra de arte´. Aunque esta cárcel tiene capacidad para 328 internos, hay un total de 1.036. El hacinamiento es tal que en el patio 4, que es de seguridad media, hay 429 personas, es decir, casi 100 más de la capacidad de todo el plantel. Como los presos no caben, tienen pico y placa para dormir. Mientras unos esperan por un lugar otros tratan de conciliar el sueño. Descansar así, meditar o disfrutar de un instante de soledad es casi imposible para ellos; aunque algunos hayan encontrado libertad en los pinceles o en la música. ´Conejo´ mezcla verde con amarillo en su paleta, frente al lienzo donde pinta al papa Francisco cargando una silleta y sonriendo. Sobre su mesa de trabajo hay pinturas, cartón, pinceles y una carpeta con las fotografías de los trabajos que ha realizado durante el último año, tiempo que lleva el proyecto que comenzó con cuatro internos y hoy cuenta con 45, incluidos los del coro. Para ´Conejo´ pintar es como un salvavidas, pues necesita de esos momentos de trabajo para desahogarse y para encontrar satisfacción al terminar la tarea. “No trabajamos desde el concepto de la resocialización”, explica Bernardo Barragán, docente de la
Fotos: cortesía Jusseh Restrepo
Periodista del portal web universitario jdiegorestrepo@gmail.com
Facultad de Artes. “Nosotros no somos ni mesías ni hacemos rescate; queremos darles herramientas artísticas, conceptuales y técnicas que les permitan modificarse a sí mismos pero por su intención propia”, dice. Para Barragán, jefe del departamento de Artes Visuales, el arte es un dispositivo de transformación. Además, en este proyecto se concreta la responsabilidad social universitaria al trabajar con una población vulnerable, pues “en este lugar se siente el abandono del Estado”. Al taller también pertenecen algunos reclusos del patio 2 de máxima seguridad, que cuenta con 155 personas, entre ellos antiguos líderes paramilitares, guerrilleros y de organizaciones del narcotráfico o del crimen organizado como la Oficina de Envigado, además de exfuncionarios; todos ellos sindicados o condenados por delitos como narcotráfico y otros contemplados en la Ley de Justicia y Paz. A pesar de la gravedad de sus
crímenes y del poder que tuvieron (o siguen teniendo algunos), aquí lo que cuenta es el trabajo artístico. “No nos interesa si son inocentes o culpables, esas cosas quedan como suspendidas y no tenemos el prejuicio de si se han manchado con sangre o con narcotráfico”, agrega Barragán.
“Nunca había pintado en mi vida” Lleva 11 meses en esta prisión donde aprendió a pintar. Su sentimiento más fuerte es añorar a su hijo. En su trabajo, Alexander Peláez mezcla los conocimientos que tiene como mecánico automotriz, tatuador y electricista con las expectativas de la vida afuera del penal y con lo que significa la memoria. “Uno acá maquina mucho”, reflexiona Peláez, quien trabaja en la cabeza de un hombre-máquina que tiene unos cables que representan las venas y las arterias, un filtro de aire en vez de nariz, un amortigua-
dor como cuello y un dispositivo de memoria ubicado en la parte posterior del cerebro: “esa es la memoria de nuestra vida pasada, porque como decía Elkin Ramírez, vocalista de Kraken, ´cada hombre es una historia´. La conexión entre el cerebro y la boca representa lo necesario que es pensar antes de hablar. Y de la pintura quiero sacar unos engranajes que simbolicen lo que fue mi familia”. Observo las distintas obras que hay en las paredes y mesas del taller: caballos, paisajes, imágenes religiosas, retratos de niños que parecen sus hijos y de mujeres que parecen las esposas o madres de sus hijos. “Los fuimos orientando para que expresaran simbólicamente temas como memoria, paz y reconciliación, y hemos encontrado unos trabajos conceptualmente muy poderosos”, anota Barragán, para quien el trabajo sobre la memoria produce una perspectiva de lo que es la reconciliación, pues construye otra forma de paz. Los internos no necesitan de conocimientos previos para pertenecer al taller. Kelly Agudelo, docente asistente de la Facultad, explica que esta experiencia sirve para salir del aula regular y saber lo que significa una práctica social en un entorno como este. “No podemos desconocer las problemáticas de la población carcelaria. Acá también hay estratos, unos tienen más privilegios que otros. Es como una burbuja en la que se refleja la sociedad”, afirma. Las obras de los reclusos serán expuestas en el centro carcelario y luego serán llevadas al campus central de la Universidad de Antioquia.
Salud
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Por ANDRÉS VERGARA AGUIRRE
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ara quienes somos carnívoros, una de las mejores carnes es la de cerdo. A pesar de ello, esta es una de las especies más calumniadas del reino animal. Alberto Botero Gutiérrez, médico veterinario de la Universidad de Antioquia, especialista en gestión ambiental, magíster en salud ocupacional y profesor desde hace veinticuatro años en la Facultad de Ciencias Agrarias, desmiente los mitos y confirma las propiedades de la carne de cerdo, en la que es experto. Y aunque paradójico, es un médico veterinario que le tiene miedo a los perros, “porque todo perro muerde”, advierte, “aunque ningún dueño lo crea”. Y no le gusta interactuar con perros o gatos. “Sí, la verdad es que el animal como mascota no me interesa, no les veo gracia. Me gusta el animal de producción. Cuestiono mucho la tendencia de la gente a humanizar a los animales. Eso de coger un animal y tratarlo como a una persona no va conmigo”, reconoce. ¿Cómo se especializó en carnes? —En sexto semestre empezamos a ir a la planta de beneficio, lo que llaman popularmente “el matadero”. Descubrí que la medicina veterinaria tenía un área muy especial, la salud pública, que trasciende hacia el ser humano: la salud animal para la salud humana, para que los alimentos que consumamos no nos hagan daño, para que los animales no nos transmitan enfermedades. Y descubrí el encanto en este campo específico precisamente por los mitos que ha habido toda la vida frente al tema. Me pregunté: ¿qué es lo que pasa con el cerdo que es tan señalado, tan criticado, tan cuestionado? ¿Y qué es lo que pasa? —Cuando a los judíos los obligaban a convertirse al cristianismo, una prueba era que comieran carne de cerdo. Los compañeros que aún persistían en el judaísmo les decían que estaban “marrando”, es decir obrando de modo equivocado. Y el término “marrando” degeneró en “marrano”. Por eso insisto en las clases en que no utilicemos “marra-
Fotos: Luis Javier Londoño Balbín
Director de la revista Estudios de Literatura Colombiana avergaraeditor@gmail.com
Profesor Alberto Botero G. Hacienda La Montaña, San Pedro de los Milagros
Desmentidos sobre la carne de cerdo “También al cerdo, porque tiene pezuñas, y es de pezuñas hendidas, pero no rumia, lo tendréis por inmundo” (Levíticos, 11:7) no” sino “cerdo”, que es el término técnico. Pero más allá de la prohibición de comer carne de cerdo en el Antiguo Testamento, tanto en el Levítico como en el Deuteronomio, el cerdo históricamente ha sido ultrajado, y se han generado diversos mitos frente al consumo de su carne. Se dice, por ejemplo, que produce gusanos en la cabeza. Este es un mito absolutamente falso. Es mucho más riesgoso consumir vegetales que no hayan sido lavados de modo adecuado, que pueden estar contaminados con materia fecal humana, que contenga huevos de taenia solium o solitaria, los cuales producen esos “gusanitos” en la cabeza o cisticercosis. Pero si
usted consume carne de un cerdo que tenga cisticercosis, que por cierto es muy difícil encontrarlo hoy, le puede dar la solitaria, que es un parásito en el tracto digestivo, nada más. Beneficios de la carne de cerdo —El cerdo hoy es supremamente magro, es decir que tiene muy poca grasa, y por eso hay muchos cardiólogos que sugieren el consumo de esta carne. Las grasas poliinsaturadas e insaturadas, que son las benéficas, están en alto porcentaje en la carne de cerdo. Yo le insisto a la gente: coma carne, cualquier carne es nutritiva, toda
carne tiene un aporte importante de proteína de alto valor biológico, tiene vitaminas y minerales. Una de las ventajas de la carne de cerdo es que además es muy sabrosa, y es más fácil de digerir. En Estados Unidos ya es reconocida como carne blanca, y ello tiene que ver con la irrigación del músculo. En realidad es una carne rosada, pero se le considera carne blanca. ¿Cómo se crían hoy los cerdos? —Nuestra porcicultura hoy es, sin lugar a dudas, completamente similar a la de los países europeos, con granjas tecnificadas. Una gallina en malas condiciones no produce huevos, y un cerdo en condiciones desfavorables no gana peso; un cerdo que gana buen peso es porque está en condiciones favorables, con buenos planes de alimentación, con dietas balanceadas. En las granjas, además de la buena alimentación, se tiene excelente bioseguridad, con planes rigurosos de vacunación y con buen control sanitario. Además, hoy, por bienestar animal, se están prohibiendo las jaulas; entonces vamos a volver a los cerdos libres en las granjas, y eso también mejora sus condiciones. Hoy la carne de cerdo es la más consumida del mundo. En Colombia ocupa el tercer lugar, después de las aves y de los bovinos; pero porcentualmente es la carne que más ha aumentado su consumo en Colombia en los últimos años. ¿Cuál es su recomendación sobre el consumo de la carne de cerdo? —Mi recomendación final es que coma carne de cerdo, si le gusta, desde luego, sin temor alguno; no se prive de comer carne de cerdo por algún temor respecto a su salud, pues esta es completamente sana, saludable y sabrosa. También es importante obtener la carne en expendios de buena calidad, reconocidos, que cumplan con las condiciones higiénicas adecuadas. Y no la lave, porque al hacerlo le está barriendo proteína hidrosoluble. Compre la carne en un buen expendio y no la lave, no tiene sentido.
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—Décima segunda convocatoria— Apertura de la convocatoria y formularios disponibles en el sistema de información y página web: www.sapiencia.gov.co: jueves 14 de septiembre a martes 17 de octubre de 2017. La convocatoria estará abierta durante 34 días incluidos sábados y domingos. Pre-inscripción: entre el jueves 14 de septiembre y el lunes 25 de septiembre. Inscripción: entre el martes 26 de septiembre y el martes 17 de octubre. (Quien no se preinscribe no se puede inscribir). Revisión de requisitos de elegibilidad de los postulados: miércoles 18 de octubre a jueves 26 de octubre de 2017. Proceso de evaluación para selección de ganadores: viernes 27 de octubre a jueves 23 de noviembre de 2017. Selección de ganadores: viernes 24 de noviembre de 2017 Oficialización de resultados: 1. Reconocimiento a Una vida dedicada a la investigación. 2. Ganadores Investigación de mayor impacto. 3. Ganadores Estudiantes de pregrado destacados en investigación. Ceremonia de proclamación: miércoles 6 de diciembre de 2017
BECAS Fondo Colombia Biodiversa La Fundación Alejandro Angel Escobar tiene abierta la segunda convocatoria 2017, del 24 de julio al 6 de octubre, de las becas Fondo Colombia Biodiversa. En esta ocasión, en convenio con Asocolflores – Programa ruta de la tigua, ofrece una beca adicional para el apoyo a las tesis de grado relacionadas con investigaciones sobre la Gallinula melanops bogotensis (tigua moteada), ave en peligro de extinción. Dirigida a universitarios de pregrado y maestría www.faae.org.co/colombiabiodiversa
La IPS Universitaria le apuesta a la medicina domiciliaria Por Oficina de Comunicaciones IPS Universitaria coordinacioncomunicaciones@ ipsuniversitaria.com.co
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ste año la IPS Universitaria implementó un modelo propio de hospitalización domiciliaria, gracias al cual más de 2.300 pacientes se benefician de un servicio más integral y humanizado. Por la estrategia, la IPS Universitaria atiende en su gran mayoría a adultos mayores que padecen enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, Epoc y otras patologías. La figura, que recuerdan los tiempos en que el médico visitaba la casa y conocía la historia, dolencias y hasta los secretos mejor guardados de la familia, cobra vigencia y gran importancia en este nuevo modelo de atención, porque no se limita a los pasillos y habitaciones hospitalarias sino que vuelve otra vez al escenario cercano del hogar. Es la apuesta por una atención más integral y humana, donde se trabaja de sol a sol para dar atención en casa y así evitar los reingresos hospitalarios. El personal de salud que hace parte de la estrategia recorre las empinadas calles de Medellín y otras rutas sin dirección para encontrar casas escondidas en las zonas más periféricas de la ciudad. Son 65 profesionales de 13 disciplinas como medicina, enfermería, terapia respiratoria, fonoaudiología, trabajo social, entre otras, quienes participan en el modelo de atención domiciliaria facilitando un adecuado manejo de la enfermedad en casa, lo que evita el reingreso hospitalario y reduce costos para el sistema de salud y la familia. Los pacientes que hacen parte de este modelo son pluripatológicos y polimedicados, es decir, padecen más de una enfermedad crónica y consumen en promedio más de seis medicamentos diarios, lo que los hace propensos a episodios de agudización de su enfermedad y a reingresos hospitalarios constantes. Desde el mes de febrero que fue puesto en marcha el modelo de atención domiciliaria, más de 17 mil servicios de salud
Foto: cortesía IPS Universitaria
Premio fomento a la investigación alcaldía de Medellín 2017
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han sido prestados a estos pacientes en sus casas, proceso en el que incluso se han ido incorporando desarrollos de telemedicina y el uso de una aplicación móvil para apoyar la asistencia médica. El servicio de atención domiciliaria no sólo implica cambios administrativos, sino un convencimiento de que es posible apostarle a otras maneras de sanar, de acompañar y de interactuar con los usuarios y sus familias. Es por ello que la IPS Universitaria trabaja con un modelo de atención integrado en red, donde el punto de partida es la necesidad del paciente para el diseño de un plan individualizado de cuidados, soportado por una atención multidisciplinaria que asegura los distintos niveles de atención y ofrece respuestas rápidas.
Uso de nuevas tecnologías A los estetoscopios, tensiómetros y bajalenguas se suma el celu-
lar como herramienta de trabajo en la atención domiciliaria. Gracias a la aplicación Salúdame, desarrollada por la Universidad de Antioquia, Ártica, Vitalbox y la IPS Universitaria, los cuidadores y pacientes tienen en su dispositivo móvil un recordatorio para la toma de sus medicamentos, lo que permite al personal asistencial no sólo hacer seguimiento a los tratamientos sino medir el nivel de adherencia de sus pacientes. Por otra parte, y con el apoyo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, se realizan actividades de telemedicina, las cuales consisten en llamadas de seguimiento para conocer el estado de salud de los pacientes, además de una mesa de ayuda donde a través de una línea telefónica que funciona 24 horas los siete días de la semana, cuidadores y pacientes pueden consultar al personal asistencial capacitado para brindar orientación en caso de una recaída o descompensación del estado de salud.
Bienestar
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Por FREDDY RAMÍREZ Periodista Dirección de Bienestar Universitario alonso.ramirez@udea.edu.co
Salud mental en la UdeA El Departamento de promoción de la salud y prevención de la enfermedad adelanta diversas actividades relacionadas con la promoción del bienestar mental y la prevención de trastornos mentales, orienta a la comunidad universitaria para acceder al tratamiento y rehabilitación cuando necesita atención, busca que se reconozcan factores ambientales, individuales y sociales que favorecen la salud
Foto: cortesía Dirección de Bienestar Universitario
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as enfermedades mentales afectan la manera de pensar, el humor y el comportamiento. Pueden originarse por los genes y la historia familiar, las experiencias de vida como el estrés o el abuso, y afectan a cualquier persona. La depresión, la enfermedad de salud mental con más afectados en todo el mundo, se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en las actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañada de una incapacidad para llevar a cabo las labores diarias. Los afectados pueden experimentar, además, pérdida de energía, cambio en el apetito, dormir mucho o poco, ansiedad, concentración reducida, indecisión e inquietud, sentimientos de inutilidad, culpa o desesperanza y pensamientos de automutilación o suicidio. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 300 millones de personas viven con depresión, y en la última década el número se ha incrementado en un 18%. Las cifras son un llamado de atención para que la salud mental sea tratada con la urgencia que merece, pues tan solo en América cerca de 50 millones de personas sufren depresión, mientras que el 80% de los colombianos ha presentado entre uno y tres síntomas de depresión en algún momento de su vida, según una encuesta de salud mental del Ministerio de Salud. La falta de apoyo a quienes padecen trastornos mentales y el miedo al estigma, impiden el acceso al tratamiento necesario para vivir vidas saludables y productivas, lo cual es posible, como lo considera Julia Beatriz López Bedoya, psicoorientadora del Departamento de promoción de la salud y prevención de la enfermedad de la Dirección de Bienestar Universitario, para quien “incluso la depresión más grave se puede superar con un tratamiento adecuado”.
La salud mental de los universitarios mental, así como signos de alerta, maneras de protegerse de posibles daños, el manejo de las enfermedades mentales y el estigma a las personas que las padecen. Ánimo, es el servicio de salud mental a través del cual la dependencia trabaja por la salud mental de los estudiantes, por la capacidad para disfrutar la vida, asumir responsabilidades y proyectos, relacionarse entre sí y con el entorno, enfrentar temores y tensiones de manera favorable, en coherencia con el proyecto académico y de vida. En 2016, el Departamento de promoción de la salud y prevención de la enfermedad atendió en los servicios de psicoorientación 10.572 consultas, de las cuales 4.213 fueron al servicio de salud mental. Entre tanto, en el primer semestre de 2017 registra 3.530 atenciones a 1.128 estudiantes en sico-orientación: 654 consultaron por el servicio de salud mental, Ánimo. Por otro lado, el Programa de Salud de la Universidad de Antioquia, es la entidad administradora de planes de beneficios del Sistema Universitario de Seguridad Social, que aporta a la calidad de vida de sus afiliados y su grupo familiar. Según el director, Juan Felipe Henao Velásquez, en la IPS Universitaria el número de diagnósticos realizados a la población afiliada al Programa de Salud en 2016 por enfermedades mentales fue de 720:
293 relacionados con trastorno mixto de ansiedad y depresión, 94 con episodio depresivo leve y 70 con episodios depresivos moderados. Y precisa que la población afiliada la integran trabajadores activos, cónyuges, hijos y jubilados con los respectivos beneficiarios.
Observatorio Así como en Colombia existe el Observatorio Nacional de Salud Mental, el servicio de salud mental y el equipo de gestión del conocimiento del Departamento de promoción de la salud y prevención de la enfermedad impulsan en la Universidad de Antioquia un observatorio para identificar la recurrencia de factores emocionales, comportamentales y cognitivos por los que consultan en sico-orientación los estudiantes durante el desarrollo del proyecto profesional, con el fin de obtener información que permita orientar las intervenciones para favorecer el desempeño y la permanencia estudiantil con calidad.
Recomendaciones La Dirección de Bienestar Universitario también adelanta Bienestarea, con el que periódica y rotativamente da a conocer a los estudiantes, profesores y empleados los programas ofrecidos por Bienestar Universitario, para fortalecer hábitos y estilos de vida saludables.
Bienestarea hace alusión a la tarea permanente que tenemos todos para generar bienestar. En esa dirección, este semestre como el anterior realizará jornadas en todas las seccionales y sedes de la Universidad, en las que está incluida como actividad la caja de herramientas para la salud mental. En desarrollo de esa actividad, los profesionales a cargo hacen las siguientes recomendaciones en pro de la salud mental: • Hable de sus sentimientos con alguien de su confianza. • Solicite ayuda profesional con un profesional o con su médico de cabecera. • No se aísle. Mantenga el contacto con familiares y amigos. • Haga ejercicio regularmente, aunque se trate de un pequeño paseo. • Mantenga hábitos regulares de alimentación y sueño. • Evite o limite la ingesta de alcohol y absténgase de consumir drogas ilícitas. • Siga haciendo las cosas que siempre le han gustado, incluso cuando no le apetezca. • Tome conciencia de sus pensamientos negativos y autocríticos persistentes e intente sustituirlos por pensamientos positivos. Felicítese por sus logros.
Egresado
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Presencia del egresado
Los retos en salud y el papel de la Universidad Por LUZ MARÍA AGUDELO SUÁREZ* luzmagudelos@gmail.com
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stablecer los retos que debe enfrentar la sociedad colombiana en salud supone entenderla como un derecho humano fundamental, como un valor social que garantiza el disfrute de la vida y como un servicio que permite restituir la salud cuando esta se ha perdido: esto es, identificar los principales problemas de salud de acuerdo con el perfil epidemiológico, las causas determinantes de dichos problemas y la respuesta social dada por las políticas de salud y el sistema de salud. Hay consenso en que el país presenta un perfil epidemiológico acumulativo, es decir, donde persisten las enfermedades infectocontagiosas, y las relacionadas con la reproducción humana, mientras en forma simultánea se convierten en un verdadero desafío las enfermedades crónicas y degenerativas como cardiocerebrovasculares, el cáncer y la diabetes, además de un aumento considerable de los accidentes de tránsito y las enfermedades relacionadas con la salud mental. Bastante preocupantes son las relacionadas con el deterioro de la salud mental en un país como el nuestro, donde la larga guerra vivida ha afectado todos los órdenes de la vida social y personal; sus efectos no solo se evidencian en el número de víctimas, lesionados y pérdida de vidas humanas y sobre el medio ambiente, estableciendo profundas alteraciones de la vida sobre la tierra. La guerra produce sin lugar a dudas una afectación del espíritu humano que llega a límites insospechados del horror, y genera dolor y sufrimiento. Es incalculable el inmenso daño al tejido social que la guerra ha producido y es aún inicial la comprensión que logramos sobre los efectos en torno a la salud mental y social de la población, tanto de quienes la han vivido en forma directa, como quienes han vivido sus efectos colaterales. Muy pro-
bablemente las relaciones de desconfianza, intolerancia, exclusión y la eliminación de todo aquello que se percibe como diferente, sean el producto de lo que la guerra nos ha enseñado como forma de relacionamiento. Este perfil epidemiológico acumulativo se explica no solo por la guerra que hemos padecido por más de cincuenta años. Los cambios demográficos derivados de la disminución de las tasas de natalidad y mortalidad, el aumento en la esperanza de vida, el deterioro considerable del medio ambiente, el cambio climático, las grandes desigualdades en la distribución de la riqueza social y el acceso a bienes y servicios, los procesos de urbanización en la vida moderna y la concentración de la población en los grandes centros urbanos y un modelo desarrollo económico y social que aún no logra poner al alcance de toda la población condiciones de bienestar y calidad de vida y del disfrute de la salud, también hacen parte del modelo explicativo. Los grandes retos en materia de salud serán entonces enfrentar las grandes inequidades en salud y muy especialmente en garantizar mejores condiciones vida y salud en las zonas rurales y marginales de las grandes urbes donde son más precarias. Paralelamente debemos avanzar en el conocimiento y la intervención de las llamadas enfermedades del desarrollo: las enfermedades crónicas y degenerativas, los accidentes de tránsito, y las relacionadas con la salud mental que, como se anotó anteriormente, constituirán un capítulo especial en el posconflicto. En consecuencia, el sistema de salud tiene la responsabilidad de contribuir a elevar la calidad de vida de la población, atender la
enfermedad y mitigar el dolor y el sufrimiento humano con acciones que promuevan la salud y la vida, prevengan la enfermedad y brinden atención con calidad y pertinencia social. Ello se ve obstaculizado por problemas de acceso, oportunidad y calidad en la prestación de los servicios, a pesar de la alta cobertura del aseguramiento; la corrupción imperante en todos los niveles del sistema, el debilitamiento de la red pública de servicios, la falta de resolución de los primeros niveles de atención, el desarrollo preferencial de los niveles de atención de mayor complejidad, con un uso en ocasiones irracional de la tecnología y los medicamentos, y la concentración de estos servicios en las grandes ciudades, así como la baja inversión y continuidad de los programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad. Además de los problemas de financiamiento, el sector requiere un manejo más eficiente de los recursos y mayor inversión social para afrontar la carga de enfermedad acumulada. En este panoram, ¿cuál es el papel de la universidad como formadora de recurso humano en salud, y gestora del conocimiento? La universidad, en particular la universidad pública, cumple un papel primordial para transformar y mejorar la salud de la población. Su papel como integrante privilegiado del sistema de educación superior y formadora de profesionales, y técnicos en salud es desarrollar el talento humano, principal recurso del sistema de salud, con pertinencia social, claros ideales éticos, compromiso con los grandes problemas del país y una formación holística donde no sólo se procure un elevado nivel de formación
Egresado actualice sus datos Egresad@ de la Universidad de Antioquia, para mantener el contacto y recibir información de la Alma Máter actualice sus datos. Envíe al correo electrónico programaegresados@udea.edu.co nombre completo, cédula, correo, celular y teléfono fijo, o al teléfono (57-4) 2198995.
científicotécnica, sino en artes y humanidades. Al fin y al cabo, las profesiones del campo de la salud en tanto la complejidad de su objeto, la salud y la vida humana, son profesión y arte. Enfrentar los desafíos descritos supone no solo formación adecuada sino creatividad, imaginación, innovación y sentido crítico. Formación científico técnica y humanística pero también ciudadana. La universidad, espacio autónomo y de deliberación por excelencia, debe recuperar su papel de liderazgo y participación democrática en los grandes debates de salud del país desde su conocimiento y experticia. Para proponer alternativas, debatirlas y enriquecerlas desde los avances en el conocimiento y en la práctica social. Debe ganar voz y escucha en los grandes escenarios de decisión ciudadana, para influir en aquellas políticas públicas que propician y abogan por el bienestar, y la calidad de vida de la población, la tolerancia, la inclusión y la disminución de las grandes inequidades en salud. La universidad no puede ser inferior a los grandes problemas y necesidades que en materia de salud enfrenta el país, debe sumar voluntades y es la llamada a ganar la confianza de la ciudadanía en la institucionalidad pública gracias a su autonomía y al poder que le confieren el uso de la libertad de pensamiento y argumentación. Los planes de desarrollo de la Institución deben acompañar los grandes objetivos de desarrollo local, regional y nacional, de tal manera que puedan sumar a estos la autoridad que da el conocimiento acumulado que posee la institución iniversitaria y ser capaz de ponerlos al servicio de la población. Pero sobre todo, los planes y proyectos de la universidad y su liderazgo, deben ser producto de la deliberación y argumentación de la comunidad universitaria para potenciar la multiplicidad de miradas y perspectivas que fortalezcan el espíritu democrático, como ejemplo para un país que requiere con urgencia la construcción de una sociedad justa equitativa y en paz. *Graduada de la Facultad de Medicina en 1986. Especialista en epidemiología e investigación social. Mención honorifica Fernando Zambrano de la Asociación Colombiana de Epidemiología 1992.
Posgrado
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Foto: cortesía Facultad de Derecho y Ciencias Políticas
La política en entredicho
Estudiantes y docentes del Doctorado en Derecho
Ya inició el Doctorado en Derecho Por CAROLINA SÁNCHEZ Periodista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas boletinalderecho@udea.edu.co
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n 2009 la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia se planteó la idea de ofrecer un doctorado en derecho gestado desde el grupo de investigación Derecho y sociedad. Ocho años después de ese primer atisbo, el segundo semestre de 2017 nueve estudiantes inscritos en seis líneas investigativas iniciaron la primera cohorte del Doctorado en Derecho. Entre los 14 que hay en el país, el Doctorado en Derecho de la Universidad de Antioquia es el segundo ofrecido por una universidad pública —el otro lo ofrece la Universidad Nacional—. El nuevo programa de educación avanzada tiene un enfoque interdisciplinario, pluralista en lo teórico y metodológico, y con una fuerte orientación crítica. “No solamente está constituido en una perspectiva dogmática, disciplinaria, dedicada a estudiar los metarrelatos y las teorías sobre las estructuras normativas existentes, sino que desde el principio quisimos que fuera un espacio de nos permitiera dialogar con las ciencias sociales y las comunidades; es decir, con un enfoque multidisciplinario establece un diálogo entre las reflexiones sobre el derecho y la realidad social”, señala el profesor Gabriel Ignacio Sánchez, coordinador del Doctorado. El posgrado pretende formar investigadores con un perfil “muy
abierto intelectualmente, capaz de comprender la complejidad de la sociedad, establecer diálogos con humanidades y ciencias sociales, problematizar un conocimiento del derecho, tomar distancia y moverse tanto dentro del derecho como fuera de él. Un profesional con una enorme sensibilidad social y capacidad crítica para analizar ese campo jurídico y proponer respuestas”, explica Sánchez. Para Carlos Zárate, profesor de la Universidad Nacional sede Medellín y estudiante del Doctorado, este programa tiene “algo muy apasionante que nos convoca no solamente a los abogados sino también a los profesionales de la ciencia política, y es que permite abordar las discusiones del derecho desde el derecho mismo y otras disciplinas, es decir la posibilidad de abordar discusiones recientes e investigaciones actualizadas de los sistemas jurídicos que implican la convergencia del conocimiento”. A diferencia de otros doctorados, el programa académico no inicia con el proyecto de investigación sino con cuatro seminarios de fundamentación teórica que promueven el diálogo con ciencias sociales: epistemología de ciencias sociales y derecho, métodos de investigación, teorías críticas del derecho y procesos de formación del derecho. Estos seminarios, que hacen parte del primer año de formación, buscan dar bases teóricas al estudiante. El segundo año inicia con la preparación de la candidatura, e implica presentar un examen compresivo, y sustentar la propuesta de investigación. Finalmente, los dos últimos años son de desarrollo del proyecto de investigación, durante los cuales el estudiante tiene que hacer además una pasantía de seis meses en una universidad o centro
de investigación, que permita estar en diálogo con la comunidad internacional. Según Zárate, que el programa tenga planificado estas posibilidades de pasantías “lo pone como un doctorado de primer nivel y pone la posibilidad de confrontarse con otras teorías del conocimiento internacional, porque el derecho colombiano está sufriendo también cambios y presiones desde diferentes ámbitos, muchos de los cuales se han vivido a nivel nacional e internacional”. Para el Doctorado resulta fundamental la pertinencia social y la interacción del derecho con el contexto local. “La intención es que los investigadores cuenten con las herramientas teóricas para saber que estamos en una sociedad afectada por el conflicto, con muchas inequidades sociales, con muchas exclusiones, y que le permita a los investigadores hacer investigación sobre lo que nosotros somos, de dónde venimos, sobre nuestros contextos, sobre las posibilidades que tiene el derecho para cambiar la realidad social”, agrega Gabriel Ignacio. En este sentido, es importante también estudiar las teorías que se están pensando en Europa y Estados Unidos, y de alguna manera generar una comunicación con la academia internacional, para estudiar el campo jurídico de América Latina y Colombia, con el fin de entender y promover los contextos locales. Si bien este es el punto de partida para que se puedan formar doctores en derecho de esta Facultad, es también el punto de cierre de un proceso que empezó con el Pregrado de Derecho en regiones en 2004, la Maestría en Derecho en 2005, la reforma curricular de 2010. El Doctorado en Derecho es la consolidación de este proceso académico.
El semillero Estudios críticos sobre democracia, adscrito a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, participó en el XIII Congreso nacional de ciencia política, en Buenos Aires, Argentina, llevado acabo entre en 2 y el 5 de agosto de 2017. En esta ocasión, el énfasis del certamen que tuvo lugar en la Universidad de Torcuato Di Tello (Sede Buenos Aires) fue “La política en entredicho. Volatilidad global, desigualdades persistentes y gobernabilidad democrática”, y allí el semillero participó en dos mesas y seis ponencias. Los estudiantes integrantes del semillero que intervinieron con sus ponencias fueron César Benavidez, Edwin Montoya, Rodrigo Piedrahita, Viviana Vallejo y Paulina Carvajal (coautoría), Cristina Castañeda y Fredy Monsalve (coautoría). El semillero también participó en el IV Foro de estudiantes de derecho y ciencias sociales que se cumplió entre el 22 y el 25 de agosto en la Universidad Pontificia Bolivariana, sede Medellín. En esta oportunidad, los ponentes participantes fueron los estudiantes Rodrigo Piedrahita, Vanessa Zapata, Andrés Felipe Posada, María José Botía, Cristina Castañeda y Fredy Monsalve (co-autoría), Viviana Vallejo y Paulina Carvajal (co-autoría). El semillero coordinado por la profesora María Dolly Cuartas, desde 2012 ha tenido como pretensión promover la construcción colectiva del conocimiento, la escritura y la divulgación de propuestas teóricas, respecto de fenómenos políticos-jurídicos generales o contextuales, buscando el debate y la conversación entre pares.
Internacionalización
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Por ANDREA QUINTERO CARDONA Comunicadora de la Dirección de Relaciones Internacionales comunicacionesinter2@udea.edu.co
Foto: cortesía Dirección de Relaciones Internacionales
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urante el primer semestre de 2017, nueve estudiantes y dos profesores de la Universidad de Antioquia obtuvieron becas de estudio con los programas Erasmus+, Becas Santander, Fundación Carolina y Emerging Leaders in the Americas (ELAP). Aprender un idioma y profundizar en las respectivas áreas del conocimiento potencializa las oportunidades laborales de quienes estudian en el extranjero, además les permite una inmersión cultural a la que difícilmente podrían acceder por herramientas virtuales y bibliografía. Ante tal experiencia enriquecedora, la Universidad de Antioquia tiene acuerdos y difunde programas de becas parciales o totales, buscando que el dinero no sea un impedimento. Los esfuerzos institucionales, sumados a la alta calidad académica de la comunidad universitaria, han hecho posible que entre 2017-2 y el próximo año, estos once beneficiarios hagan realidad sus sueños de viajar. Susana Álvarez Pérez es estudiante de Medicina. Gracias a una beca de Erasmus+, ella inicia en enero de 2018 su práctica en el Centro Médico Universitario de Groningen, uno de los hospitales más grandes e importantes de Holanda. Bajo la supervisión de un intensivista con enfoque en el área de cardiología, participará en un estudio sobre predictores de mortalidad en unidades de cuidado crítico. Por su parte, Lorena Morales Agudelo, estudiante de Química Farmacéutica y joven investigadora del grupo Sustancias bioactivas, estudiará desde septiembre en la Universidad de Granada, España, con el apoyo de Becas Santander. Además, será parte de un grupo de investigación en atención farmacéutica, conociendo cómo funciona la farmacia asistencial y hospitalaria en Granada. “Desde el inicio del pregrado, un conjunto de sucesos permitieron la consecución de este logro, aunque se pueden resumir en tres puntos esenciales: pasión, trabajo y un gran apoyo de personas incondicionales”, señala Morales Agudelo, seleccionada por Santander entre 132 postulantes.
Becas académicas que materializan sueños Doctorados internacionales En las universidades colombianas no es un secreto académico que en otras instituciones del mundo existe una mayor tradición en la orientación de estudiantes de doctorado. Las redes de investigación y los recursos que existen en muchas de estas universidades suelen ser superiores a las nacionales. Según el Ministerio de Educación Nacional, en 2014 en Colombia se graduaron 390 doctores, alrededor de 8,2 personas por cada millón de habitantes. Al comparar estas cifras con las que arrojan otros países, se evidencia la debilidad nacional en esta materia. Mientras que Estados Unidos gradúa aproximadamente 200 doctores por cada millón de habitantes, un país emergente como la India posee 20,2 doctores graduados por cada millón de personas (Organización para la cooperación y el desarrollo económicos, Ocde, y Foro Económico Mundial). Esta disparidad en el número de doctores graduados valoriza el trabajo de instituciones como
la Fundación Carolina, que ofrece becas a latinoamericanos para realizar doctorados y estancias posdoctorales en España. En 2017 dos profesores de la Universidad obtuvieron becas de la Fundación: la profesora Ana Cecilia Mesa Arango de la Facultad de Medicina (estancia posdoctoral en el Instituto Nacional de Salud Carlos III) y el profesor Jaime Correa García, del Departamento de Ciencias Contables, quien viajará en enero de 2018 a la Universidad de Valencia para realizar un PhD en contabilidad y finanzas corporativas.
Aprender idiomas Para los estudiantes de Licenciatura en Lenguas Extranjeras de la Universidad, un intercambio internacional significa interactuar directamente con su objeto de estudio: el idioma. La inmersión en las culturas les posibilita un aprendizaje constante que fortalece las cuatro competencias lingüísticas. Braulio Ramírez Holguín es un estudiante de este pregrado que obtuvo otra beca Erasmus+. Finalizando agosto, el joven inició
sus cursos y seminarios en la Universidad de Groningen, además de enfrentar el reto de aprender neerlandés. Según su testimonio, uno de los factores clave para ganar una beca está en expresar con claridad lo investigado sobre la institución y el beneficio del proyecto propuesto. Braulio comenta que la redacción de la carta de motivación le tomó más de 10 días, incluyendo investigación y corrección de estilo. Por su parte, los estudiantes María Clara Díez Moreno y Daniel Ríos López, del municipio de La Ceja, fueron becados por ELAP y estudiarán materias en francés por un semestre académico, en la Universidad de Quebec en Montreal, Canadá. A los programas de becas mencionados se suman otros también populares en la Universidad de Antioquia (Alianza del Pacífico, Fulbright, DAAD) que hasta la fecha no han definido a sus becarios. La Dirección de Relaciones Internacionales invita a estudiantes y profesionales a estar atentos a las nuevas convocatorias.
LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de la sustitución pensional por el fallecimiento del señor JHON DE JESUS LOPEZ SANCHEZ cc 3.468.798, quien falleció el 25 de julio de 2017. Se ha presentado a reclamar la señora FLOR ALICIA MESA de LÓPEZ en calidad de cónyuge. • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de prestaciones sociales de la señora MICHELLE ÁLVAREZ TORO, fallecida el 28 de mayo de 2017. Se han presentado a reclamar el señor JAIRO ÁLVAREZ DÍAZ y la señora LUZ ELENA TORO CALLEJAS en calidad de padres. Las personas que se consideren con igual o mejor derecho deberán presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación, en el bloque 22, oficina 340 (Gestión Pensiones).
Regionalización
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La comunicación como apuesta de diálogo territorial
Por DIEGO JARAMILLO GIRALDO Comunicador de la Dirección de Regionalización comunicacionesregionalizacion@udea.edu.co
Foto: cortesía Dirección de Regionalización
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omunicación es un término que en sí mismo agrupa un sinnúmero de procesos e interrelaciones en las organizaciones y en la vida social. En la Universidad de Antioquia la comunicación ha permeado las actividades institucionales, académicas y estamentales. Ha influido en sus dinámicas internas y en los modos de relacionamiento con la sociedad. Aun así, el momento actual invita a nuevas miradas de este fenómeno y a una orientación más estratégica en su actuar. En 1998 se creó el Sistema de Comunicaciones de la Alma Máter —Acuerdo Superior 148—, con el objetivo de garantizar el desarrollo de las comunicaciones como un sistema coherente que articulara diversas instancias y medios y cuyo funcionamiento obedeciera a unos principios y políticas. Ello supuso un enfoque más organizado, integral y estratégico de este proceso. En términos cualitativos la institución se fortaleció en asuntos tales como información, divulgación y transparencia. En consonancia con las nuevas demandas de un entorno dinámico y los retos en el ámbito institucional, la Universidad reorienta la visión de las comunicaciones, recoge los aprendizajes y promueve un cambio que incluya la creación de nuevas políticas, el ajuste y actualización de los procesos, la ponderación de los recursos y el diseño de estrategias. (Documento Fortalecimiento del sistema de comunicación institucional). El fin, aportar a un mejor diálogo universitario y a la proyección con la sociedad. Articulado a ello, la Dirección de Regionalización decide en 2017 implementar una Caracterización de las comunicaciones1 en las regiones donde la institución hace presencia, en un momento en el que se viene diseñando un nuevo modelo que brinde mayor autonomía a las sedes y seccionales. Así, el estudio de carácter cualitativo se propuso identificar los modos y usos de la comunicación en los espacios universitarios en regiones, con el ánimo de implementar estrategias con mayor pertinencia, en concordancia con las nuevas políticas de comunicación institucional. El estudio puso en evidencia aspectos cualitativos y cuantitativos de la comunicación, que obedecen a esfuerzos que las sedes y seccionales han realizado para entablar un diálogo permanente y sustancioso con los públicos internos y los actores territoriales. Al mismo tiempo, esbozó retos y dificultades que se deben superar para conso-
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Seccional Oriente, sede El Carmen de Viboral lidar la inserción de la Universidad en la vida regional.
Resultados En lo cuantitativo, el estudio destaca que alrededor del 50% de las sedes avanzaron, durante el último año, en la realización de diagnósticos, y en la planeación y la generación de indicadores de comunicación que les permite orientar de manera más estratégica la relación con sus públicos y el desarrollo de acciones de difusión y divulgación, así como la apertura de nuevos canales de comunicación e información. El relacionamiento con actores municipales fue otro de los ámbitos que se indagó y allí se encontró que la Universidad interactúa con 73 espacios territoriales que aglutinan diferentes actores en las subregiones de Antioquia. Se evidenció la multiplicidad y riqueza de escenarios de relacionamiento e interacción en los que participan las sedes y seccionales en el ámbito municipal y subregional, tales como mesas ambientales, consejos de cultura, comités de política social, redes de mujeres y jóvenes y redes interinstitucionales. Esto le permite a la Universidad incidir y participar directamente en transformaciones de índole social, cultural y política en los territorios. Asimismo, se identificó que el 90% de las sedes y seccionales sostienen una relación constante y fluida con al menos 28 medios de comunicación radiales, televisivos e impresos, pertenecientes a las
subregiones donde la Universidad hace presencia. Esta relación se basa no solo en el intercambio de información y contenidos, sino también en la participación directa en la programación de estos medios. Si bien el estudio revela muchas de las limitaciones que tienen las sedes regionales al no contar todas con canales de comunicación propios, también demuestra la capacidad de gestión de las mismas para abrirse a nuevos espacios de comunicación donde puedan llegar a más públicos y estamentos con temas institucionales de interés. La caracterización mostró la gestión permanente que realizan las direcciones de las sedes regionales para fortalecer el diálogo con los estamentos universitarios. Todas coinciden en afirmar que en relación con el estamento estudiantil los retos son grandes, ya que los jóvenes de hoy son más cercanos a los nuevos lenguajes y no leen tan fácilmente un correo electrónico. “Con los estudiantes hemos encontrado otras formas de comunicarnos, a través de espacios culturales, activaciones, redes sociales, voz a voz o a través de nuestros auxiliares o monitores”, afirma el comunicador de la Seccional Oriente, Fernando López. Dado que algunas seccionales vienen fortaleciendo la planta profesoral, también se ha visto la necesidad de abrir nuevos espacios de comunicación con los docentes que llegan, para que conozcan las dinámicas propias de la región y se
articulen de manera efectiva con el equipo directivo y administrativo de la seccional. Se identificó, además, la necesidad de fortalecer la relación con los profesores de cátedra que atienden gran parte de la demanda académica de las regiones. Otro de los temas que llama la atención en el estudio es la conciencia sobre lo poco que se difunde la investigación que se hace en las regiones, hecho que se explica por el escaso desarrollo de este eje misional en las regiones y los limitados canales de divulgación científica que hay disponibles en las sedes y seccionales. A pesar de ello, se valen de espacios como el Comité Universidad Empresa Estado y los medios universitarios consolidados para difundir los resultados de investigación. Son múltiples los hallazgos y conclusiones que arroja la Caracterización de las comunicaciones en las sedes y seccionales regionales y que invitan a pensar intervenciones que favorezcan el diálogo entre los actores universitarios y territoriales, porque al fin y al cabo el gran propósito de la comunicación, además de informar y garantizar adecuados flujos de información, es propiciar el diálogo y acercar a los públicos a los asuntos institucionales que hacen de la Alma Máter un espacio para el conocimiento, la cultura y la democracia. 1. Caracterización de las comunicaciones en las sedes y seccionales regionales de la Universidad de Antioquia. Dirección de Regionalización, 2017.
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Por VÍCTOR HUGO OBANDO
Foto: Víctor Hugo Obando
Comunicador de la seccional Suroeste comunicacionesseccionalsuroeste@udea. edu.co
Participantes del programa Sostenibilidad para el campo
Campesinos del Suroeste ahora van del cafetal a la Universidad
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n desarrollo de Sostenibilidad para el campo 250 familias cafeteras del municipio de Andes se forman en buenas prácticas agrícolas, ambientales y sociales, un programa diseñado por la Universidad de Antioquia. “Estudiar en la Universidad era para ‘los que tenían forma’… Nunca pensé que yo también podía llegar a estudiar aquí”. Con esas palabras y un tono de sorpresa, Gustavo Patiño expresa gratitud al iniciar las clases en la Universidad de Antioquia, Seccional Suroeste, gracias al programa Sostenibilidad para el campo, un proceso formativo en el que familias cafeteras de los siete corregimientos de Andes, fortalecen sus conocimientos en temas como dimensión ambiental, la finca como sistema productivo en el territorio, ruralidad, sostenibilidad, entre otros. Durante el segundo semestre de 2017 se instruyen las primeras 50 familias, dos personas por cada una de ellas, a través de sesiones de clase teórico-prácticas, donde docentes de la Universidad de Antioquia, bajo la tutoría de la directora de la Seccional Sara María Márquez Girón, impartirán 160 horas en las que los agricultores tendrán la posibilidad de adquirir conocimiento en las aulas de la universidad y ponerlo en práctica
en las jornadas de campo. “El compromiso de la Universidad de Antioquia en la región tiene que ir más allá de la oferta de programas de pregrado. Una manera acertada de hacerlo es apoyando a través de procesos formativos a aquellos que se encargan de dinamizar la economía de sus municipios —en este caso los caficultores—. Solo con educación de calidad pensada para públicos definidos, hacemos tangible el desarrollo regional, objetivo primario de la Dirección de Regionalización de nuestra Universidad”, precisó la directora. Pero ese no es el único proyecto con el que el equipo de trabajo de la UdeA busca posicionarse como una institución comprometida con acciones que van más allá de la formación tecnológica o profesional de habitantes del Suroeste. En esa dirección, Márquez Girón recuerda que se está gestando un convenio con la administración municipal de Tarso para capacitar en agroecología por medio de un diplomado a trabajadores del sector agrícola de ese municipio. Lo mismo con la Cooperativa de los Andes, con la cual se están aunando esfuerzos para poner en marcha dinámicas de investigación para el establecimiento de una hectárea de café agroecológica que sirva como laboratorio y modelo de
estudio, cuyos resultados puedan compartirse con las familias asociadas a esta entidad. “También estamos trabajando el proyecto de creación del Centro de investigación aplicada para la sostenibilidad territorial del Suroeste, aunque para ese sí necesitamos apoyo del ente público departamental —ojalá por aval del gobernador mismo— para la cesión en comodato de unos terrenos que requerimos con el fin de acondicionar unos laboratorios vivos que nos permitan hacer las investigaciones que ya tenemos definidas”, añadió la directora. Con este tipo de actividades la Universidad de Antioquia Seccional Suroeste proyecta un camino que ya comenzó a mostrar frutos. El programa de Sostenibilidad para el campo es un buen ejemplo de ello; una actividad que es realidad, gracias a dicha proactividad en la que resulta fundamental la sinergia establecida entre la Alma Máter y la administración municipal de Andes, la cual inscribe la iniciativa en el componente educativo del programa Una hectárea para la vida una hectárea para la paz. “Desde que planteamos nuestro programa de gobierno, pensamos en una línea que denominamos como ‘La universidad del campo’, una estrategia para capacitar a los caficultores en temas como
ordenamiento del territorio y preservación del patrimonio agrosilvopastoril, dos áreas fundamentales para la industria agrícola de hoy”, observa el alcalde de Andes, John Jairo Mejía Aramburo. El programa inició oficialmente el 19 de julio con un acto protocolario al que asistieron directivos de la Universidad de Antioquia, autoridades y representantes de Andes y del Suroeste antioqueño y, por supuesto, los primeros 100 caficultores que desarrollarán el programa. Las clases se extenderán hasta diciembre y cada grupo deberá asistir a 22 encuentros, 15 teóricos en las instalaciones de UdeA Seccional Suroeste y 7 más en salidas de campo. Las sesiones se llevarán a cabo cada miércoles de 9:00 a.m. a 4:00 p.m. y los tutores son docentes de amplia experiencia de la Universidad de Antioquia. Además, un equipo de 5 comunicadores sociales-periodistas formados en la seccional, apoya el proceso a través de la construcción de piezas educativas como cartillas, programas radiales y televisivos para complementar el proceso formativo de los caficultores, así como la ejecución de procesos de divulgación y prensa con el fin de que Sostenibilidad para el campo sea modelo replicable en cualquier parte del país.
Medios
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Por JUAN PABLO MUÑOZ P.
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rente a una multiplicidad de pantallas en dispositivos fijos y móviles, análogos y digitales, a nuestra generación le corresponde ser actor y espectador de un show en el que la estrella principal atraviesa una crisis de identidad, un espectáculo cuyo personaje principal transforma su rol esquizofrénicamente. La televisión está en crisis. El mayor invento del siglo XX, para no ceder ese honor, ha avanzado en su proceso de metamorfosis y el cambio de decorado en el escenario señala un nuevo protagonista: internet. Nada de novedoso hay en ello, la noticia es otra. El titular en los periódicos se refiere a los esfuerzos de los especialistas del lenguaje audiovisual en comprender un fenómeno que cada día muta vertiginosamente en formas diferentes. Asistimos el 8, 10 y 11 de agosto a un encuentro donde se debatieron los nuevos paradigmas de la industria audiovisual a partir de los recientes cambios tecnológicos. Medellín y Santa Marta fueron las ciudades anfitrionas de Tvmorfosis Colombia, la décimonovena versión de una serie de televisión internacional que, como es habitual, se produjo en vivo y sostuvo en tiempo real interacción con los espectadores conectados por medio de internet, y quienes gracias a esa interacción tuvieron la posibilidad de preguntar, debatir y proponer a especialistas líderes de la televisión a nivel mundial cuestiones relacionadas con el tema que convocó: “Entender la televisión actual, las nuevas plataformas, la televisión educativa, el eduentretenimiento y los cambios del ecosistema audiovisual”.
Desafíos De cara a la convergencia digital y tecnológica que ha impactado directamente a productores y consumidores de televisión, la industria audiovisual enfrenta el reto de responder a la inmediatez y multidimensionalidad que plantea esta transformación.
Foto: Luis Javier Londoño Balbín
Periodista del Departamento de Servicios Audiovisuales bolanos45@gmail.com
Investigadores, directivos y funcionarios de la televisión asistentes a Tvmorfosis
Las mutaciones de la tv Gabriel Torres, presidente de las Asociaciones de televisiones educativas y culturales iberoamericanas, ATEI, y fundador y coordinador del proyecto para la televisión Tvmorfosis, recordó que la tarea esencial con Tvmorfosis es reflexionar sobre el impacto tecnológico de la era digital del audiovisual en la manera de producir y consumir televisión. Para enfrentar estos cambios — dijo— “…es fundamental repensar el rol que juega la televisión pública, porque por muchos años la televisión pública se ha preocupado poco por sus niveles de audiencia y yo creo que si vamos a invertir dinero público para hacer televisión, tenemos que preocuparnos por quiénes nos están viendo, y qué opinan de lo que están viendo”. Torres resaltó que aún es posible reducir la brecha entre los objetivos de la televisión comercial y la pública; si bien todo tipo de televisión educa, para bien o para mal, la clave para hacer una televisión pública que logre transmitir valores a la comunidad tiene que ver con resolver la dicotomía entre el contenido y su atractivo a la hora de enganchar audiencias. La reflexión sobre la vigencia de la mirada de lo clásico y convencional a la hora de producir televisión, cuando se pensaba solamente en tres objetivos —educar, informar y entretener—, es una de las tareas pendiente. Germán Pérez, gerente del Canal Nacional Universitario Zoom, dice que “tenemos que mi-
rar qué requiere la sociedad, qué requieren los nuevos realizadores y de la mano de la tecnología hacer esos desarrollos para mantenernos a la vanguardia”. Sin embargo esa es una preocupación que luce tardía, pues la orfandad de las audiencias ha hecho que surjan diferentes hábitos de consumo y nuevas opciones audiovisuales que han captado los públicos con alternativas novedosas como la televisión por demanda, debido a la cantidad de contenidos disponibles. Las diversas plataformas para el audiovisual que se derivan de la convergencia digital exigen al eduentretenimiento propuestas que vayan más allá del programa televisivo y que aprovechen el prosumo y la expansión narrativa por las pantallas y plataformas conectadas. Frente al fenómeno de la convergencia digital que ha absorbido a los lenguajes audiovisuales, el licenciado en ciencia política y ciencias sociales José Yorio, quien tiene experiencia en formatos televisivos y multiplataforma, dice que lo primero es entender la caracterización de los nuevos consumidores audiovisuales y sus necesidades; nativos digitales que tienen en su mayoría, además, la habilidad de producir contenidos, es decir, son prosumidores. Yorio se refirió al fenómeno youtuber y desveló las claves de su éxito: “el lenguaje en el que le hablan los youtubers a sus pares, los adolescentes a otros adoles-
centes, es un lenguaje que el universo adulto no conoce, por eso a los adultos nos cuesta consumir youtubers, porque hay un salto generacional… la audiencia youtuber valora la autonomía, es decir, cómo una persona como yo con muy pocos recursos puede generar un contenido que a mí me parece interesante… y también se valora que se desarrolla un contenido dentro de un universo donde no hay un control adulto; son jóvenes que le hablan a otros jóvenes, no están las normas de los adultos ahí”. Un reto permanente de los actores que conforman el ecosistema audiovisual es el eduentretenimiento, una estrategia para transformar las narrativas audiovisuales con componentes pedagógicos a través del entretenimiento, como “Imaginantes” que, según José Gordón, buscando salir de los discursos usuales y abrir una brecha en la imaginación, creó una serie de microrrelatos que logró en poco tiempo posicionarse como una de las experiencias significativas más exitosa y eficaz al demostrar la tesis del eduentretenimiento. Lejos de la doctrina maniqueísta que nos ha sesgado a verlo todo en blanco y negro, en este caso, la crisis no significa nada bueno ni malo, solo que le corresponde a esta generación, a través del prisma de la evolución, descomponer en barras de colores básicos el monocromático panorama en el que se ha transformado la televisión en los últimos años.
Formación
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La historia y su rol formador Por ALEJANDRO VALENCIA CARMONA Periodista en formación alejandro.valencia1@udea.edu.co
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a historia en los colegios de Colombia fue relegada a un espacio en la enseñanza del área de las ciencias sociales, con lo cual se le restó a los estudiantes de educación básica y media posibilidades de reflexionar acerca del pasado y se les limitó la formación crítica de los fenómenos históricos, vitales para comprender la sociedad de hoy. En 1994, la ley general de educación estableció la enseñanza de la asignatura de Historia dentro del área de las ciencias sociales en la que se incluyen, además, las cátedras de geografía, democracia y constitución política. Esto se mantuvo hasta 2002 cuando el Ministerio de Educación integró conocimientos básicos de otras áreas de las ciencias sociales y humanas para lograr un conocimiento más general. “La enseñanza de la historia depende de cómo se cuente, de qué forma se relata la historia. Debe ser de una manera diferente y activa para que los muchachos se interesen más por ella”, afirma Luis Felipe Torres Zapata, profesor del Liceo Francisco Restrepo Molina. El desinterés por conocer la historia no es algo nuevo, más por el modelo de enseñanza que se utiliza en los colegios, que apela más a una enseñanza cronológica de los sucesos que al entendimiento de los contextos y los fenómenos que hay detrás de los hechos. Los académicos, en cambio, proponen una enseñanza no a partir de las situaciones, sino empezando por una pregunta que permita volver en el tiempo, como lo manifiesta la historiadora y profesora de la Universidad de Antioquia Marta Ospina. “En la medida —dice— en que nos hagamos preguntas sobre ciertos problemas de ahora, tenemos que considerar distintos elementos, considerar el tiempo, considerar el contexto espacial. Tenemos que hacer una historia que implique una mirada en retrospectiva, yéndonos hacia ese pasado, pero teniendo en cuenta las preguntas que se formula”. Lo que se busca a través del conocimiento histórico es una indagación por la identidad, por los hechos del hombre que configuran
el presente y que de su entendimiento depende el rumbo que tomará la sociedad. Cuestionarse por los hechos históricos puede terminar otorgándoles un nuevo significado a los acontecimientos que en algún momento fueron narrados de una forma con un determinado propósito. Los ideales que trajo consigo la independencia y que hoy se siguen enseñando en los colegios del país, buscan a través de los héroes patrios la unificación de la nación, pero, ¿es esa la historia que necesita comprender la sociedad y los jóvenes en los colegios? En ese sentido, es oportuno cuestionarse el cómo y el qué enseñar sin olvidar a quiénes se les enseña. “Cuando nos hacemos esas preguntas estamos refiriéndonos a sujetos específicos en unos contextos específicos que requieren hacer parte del núcleo creador de respuestas a los problemas que su contexto está demandando”, afirma Beatriz Henao, licenciada en geografía e historia y profesora de la Universidad de Antioquia. Ahora que cursa en el Congreso de la República un proyecto de ley que pretende reestablecer la enseñanza obligatoria de la asignatura de historia en los colegios, se actualiza el debate sobre los contenidos que deben ser tenidos en cuenta en la materia. Si la historia se volviera a enseñar como una asignatura independiente en los colegios, se podrían focalizar más los esfuerzos por enseñar a los estudiantes una historia que pueda ser estudiada a fondo. Aparte de cómo debería enseñarse historia en los colegios, es necesario, también, abrir los espacios de debates por fuera de las aulas, y desarrollar una historia que permita reconocimiento y formación ciudadana. “Si se construye esa historia desde ahí, desde mostrarle a los niños, jóvenes y adultos, cómo hacer esa historia, cómo mirarse en la historia, cómo situarse en ellos en una historia familiar, pero también en una historia de barrio, también en una historia de pueblo, urbana, o en una historia regional, ellos podrán tener mayor sentido de pertenencia, de responsabilidad, precisamente con las decisiones que se deben tomar en el país”, sostiene Luz Eugenia Pimienta, doctora en historia y jefa del Departamento de Historia de la Universidad de Antioquia.
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Fiesta del Libro y la Cultura 2017
Lanzamientos del Fondo FCSH Raros. Historia cultural de la homosexualidad en Medellín, 18901980. Guillermo Antonio Correa Montoya Coedición Fondo Editorial FCSH/Editorial Universidad de Antioquia 15 de septiembre • 11:00 a.m. • Edificio de Extensión. En los 90 años comprendidos entre el Código Penal de 1890 y el de 1980, las relaciones sexuales entre hombres estuvieron penalizadas en Colombia. Raros se orientó hacia la construcción, durante ese periodo y bajo el enfoque de la historia cultural, de las formas como fueron representados los hombres que vivieron una práctica sexual disidente, o desterrada, del orden regular establecido en términos eróticos y sexuales en Medellín. A lo largo de este periodo, la medicina y la moral católica se esforzaron buscando una cura frente a lo que consideraron vicio o pecado; la prensa produjo en sus narrativas las bases para la emergencia de una mirada fóbica y un tratamiento violento y disciplinante; mientras la mirada jurídica, vacilante y poco convencida terminó, atrapada en la presión religiosa, inventando un personaje contraventor, imposible de penalizar. En el contexto de las leyes contra la obscenidad, en defensa del pudor, y de la institucionalización del silencio frente a las pasiones carnales, emergió un conjunto de representaciones jurídicas, médicas, populares y periodísticas sobre unos individuos, observados y nombrados como raros, que realizaban una suerte de prácticas sexuales incomprendidas, ilegibles y reprochables. De este conjunto de representaciones se ocupa esta historia.
Hacerse hombres. La construcción de masculinidades desde las subjetividades. Hernando Muñoz Sánchez Fondo Editorial FCSH, Universidad de Antioquia 12 de septiembre • 2:00 p.m. • Auditorio 2, piso 2. Edificio de Extensión. Los estudios sobre masculinidades son unas de las líneas más recientes dentro de los estudios de género. La preocupación por comprender el lugar de opresión que históricamente han vivido las mujeres, ha dejado cierta ausencia en lo que atañe a comprender el lugar y las condiciones de posibilidad a través de las cuales se ejerce el lugar de dominación de los varones. De hecho, esta misma perspectiva que sostiene la existencia de un solo lugar de opresión y un solo lugar de dominación, ha caído en cierto binarismo en la forma en que concibe las relaciones de poder, lo que ha terminado por naturalizar el lugar de los varones, lo cual obstaculiza la comprensión y transformación de estas relaciones. Esto no solo ha afectado el desarrollo de estudios académicos, sino también la orientación de acciones desde los movimientos sociales y del Estado enfocadas hacia la equidad de género, ya que se ha renunciado a vincular directamente a los varones con el proyecto político de unas relaciones de género igualitarias. En el presente libro, el autor se interesa por comprender el proceso de hacerse hombres, ya que se considera necesario analizar a los varones y la masculinidad como productos sociales. Un estudio de este tipo permite también generar una suerte de conciencia en los varones, al plantearles la posibilidad de mirarse en el espejo, lo que se esgrime como un aporte a la creación de otras miradas políticas que generen liderazgo en los hombres para la transformación de las desigualdades de género.
Publicaciones y literatura
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Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín
Títulos y novedades de la Editorial De ahí la invitación de la Alma Máter a los lectores y no lectores para que disfruten de la 11.° Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, que se realizará entre el 10 y el 17 de septiembre de 2017 en el Jardín Botánico, y visiten el estand de la Editorial Universidad de Antioquia®, ubicado en el pabellón de fondos editoriales universitarios en la carrera Carabobo, N°. A13, donde encontrarán 220 títulos de su catálogo y 31 nuevos títulos académicos, investigativos, divulgativos y literarios. En el marco de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín también se realizará el Tercer Salón Iberoamericano del Libro Universitario, un esfuerzo en el que la Editorial Universidad de Antioquia® participa junto con otras nueve editoriales universitarias de la ciudad para brindarles a los asistentes una muestra selecta de libros de sus propios fondos y de editoriales invitadas de países como España, México, Costa Rica, Puerto Rico, Panamá,
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esde los primeros encuentros feriales, y de forma ininterrumpida, la Editorial Universidad de Antioquia® ha participado en la Fiesta del Libro y la Cultura con criterios de calidad editorial, accesibilidad y fomento de la lectura, con un amplio y versátil catálogo de títulos académicos y de interés general para la comunidad universitaria y el público de la ciudad.
Títulos Algunos de los títulos que la Editorial pondrá a disposición de los visitantes a la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín son:
Psicoanálisis e intervención psicosocial Héctor Gallo
Poesía de Roberto Juarroz. La comunión de las formas
La voluntad para Emprender Modelo de formación E3
Mario Enrique Eraso Belalcázar
Clara Inés Orrego Correa
Presentaciones de libros Con el fin de construir una rica agenda cultural que acompañe la muestra comercial, la Editorial Universidad de Antioquia® hará en la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín la presentación de ocho novedades editoriales:
Problemas de la teoría del conocimiento Una introducción a la epistemiología contemporánea Vicente Raga Rosaleny
Lectura crítica de Toá y Mancha de aceite Búsqueda identitaria en César Uribe Piedrahita Augusto Escobar Mesa
Construcción racial y de género en la poesía de la Revolución cubana, 1959-1989 Georgina Herrera, Excilia Saldaña y Soleida Ríos Lídice Alemán
La distracción Conversan: Javier Naranjo y Pedro Arturo Estrada Domingo 10 de septiembre • 6:30 p.m. Auditorio Planetario de Medellín
Los juegos del retorno. Quinteto Conversan: Philip Potdevin y Juan Diego Mejía Sábado 16 de septiembre • 5:00 p.m. Salón Restrepo, Jardín Botánico de Medellín
Elias Canetti. Metamorfosis e identidad A cargo de Carlos Vásquez Tamayo Miércoles 13 de septiembre • 5:00 p.m. Auditorio principal, Edificio de Extensión, Universidad de Antioquia
Cuando la felicidad costaba dos pilas Conversan: Juan Guillermo Valderrama Santamaría y Jaime Jaramillo Escobar Sábado 16 de septiembre • 2:00 p.m. Abril, Café de la Librería, Edificio de Extensión, Universidad de Antioquia
Perversiones digitales. Ciberactivismo, producción transmedia y cultura hacker Conversan: Carlos Obando Arroyave y Heiner Castañeda Bustamante Domingo 17 de septiembre • 3:30 p.m. Auditorio Planetario de Medellín
La universidad colombiana. Horizontes y desafíos Conversan: Pablo Patiño y Moisés Wasserman Lunes 11 de septiembre • 7:00 p.m. Auditorio Parque Explora. Convovan: Editorial del Magisterio y Universidad de Antioquia
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Migrantes de ida y vuelta El sistema migratorio entre las regiones de Antioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá Ecuador, Perú, Chile, Argentina, Brasil y Colombia. La Librería Universidad de Antioquia también se suma a la Fiesta, disponiendo para sus visitantes y compradores un horario especial: el 10 de septiembre desde las 10:00 a. m. hasta las 6:00 p. m. Del 11 al 15 de septiembre desde las 9:00 a. m. hasta las 7:30 p. m. y el 16 y 17 de septiembre desde las 10:00 a. m. hasta las 6:00 p. m.
Migrantes de ida y vuelta El sistema migratorio entre las regiones de Antioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá Darío Blanco Arboleda —Editor académico—
Seis historias de Madrid A cargo de Darío Ruiz Gómez Sábado 16 de septiembre • 4:00 p.m. Abril, Café de la Librería, Edificio de Extensión, Universidad de Antioquia Raros. Historia cultural de la homosexualidad en Medellín, 1890-1980 Conversan: Guillermo Antonio Correa Montoya y Fabián Sanabria Viernes 15 de septiembre • 11:00 a.m. Auditorio principal, Edificio de Extensión, Universidad de Antioquia
Darío Blanco Arboleda—editor académico— Si revisamos en cualquier diccionario, las definiciones de campo y ciudad son sorprendentemente difusas y se encuentran contrapuestas. La ciudad se define como un conjunto de edificaciones densamente organizadas, donde vive un gran número de personas dedicadas a actividades no relacionadas con el campo. Lo rural refiere la vida en el campo, entendido como el negativo de lo urbano. Es interesante la indefinición de dos conceptos tan caros en la vida contemporánea. Esta visión está estrechamente relacionada con la modernidad, la industrialización y la migración de los campesinos a las ciudades, tras el llamado de la industria, para convertirse en obreros. La ciudad deviene así el lugar moderno por antonomasia. Según esta ideología, lo urbano es el epicentro del progreso y el desarrollo, y las regiones rurales progresivamente pierden estatus frente a su antagonista. El tema urbano se hace preponderante en Latinoamérica a partir de la segunda mitad del siglo xx, justamente cuando la gran inmigración regional llega a los centros urbanos sin mayor aviso, sin ser esperada y sin que estos centros puedan responder en términos de capacidad respecto a las condiciones de vivienda, de servicios públicos, de empleos y de adaptación social. Es lógico imaginar que la visión centralista y desarrollista del Estado-nación y los departamentos no será revaluada a corto plazo. Debido a esto, las relaciones entre la demografía y la migración seguirán determinadas por la expulsión de la población provinciana, lo que contribuirá al proceso de macrocefalia urbana y complejizará de forma gradual las interacciones y la vida en las ciudades. Este libro aporta al develamiento del despropósito de la visión “ciudad vs. campo” y a la generación de la conciencia de que las dos geografías hacen parte del mismo sistema. Creemos que se deben generar modelos no extractivos y de explotación del campo, ya que hoy se trasladan los recursos humanos, naturales y económicos logrados en provincia a la ciudad y se deja a la primera en progresiva pobreza, dependencia y ausencia de opciones. Debemos construir una visión del mundo más equitativa, romper con el modelo evolucionistadicotómico “campo-ciudad” —lo que nos permitiría reducir la presión sobre las ciudades—, mejorar la calidad de vida de los urbanitas y no obligar a los habitantes de las provincias a salir tras la búsqueda de la subsistencia, la presencia estatal y los servicios básicos. En general, Antioquia ha tenido una tasa de emigración baja hacia fuera del departamento, pero su desplazamiento interno es alto. Poseer regiones con grandes diferencias tanto geográficas como económicas la ha llevado a mantener un vigoroso movimiento interno dentro de un marco desarrollista, en el que las poblaciones se desplazan a los centros más poblados, urbanizados y con mayor actividad económica, es decir, en su gran mayoría hacia el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (amva). Esto acentúa una dinámica de desigualdad en las regiones de origen de los migrantes, que terminan enmarcadas como campos de extracción y sirven para exportar materias primas y mano de obra, aunque las ganancias se quedan en la ciudad. Por su parte, la continua llegada al amva de la población del resto del departamento, y de otros cercanos como Córdoba y Chocó principalmente, hace que la infraes tructura de la ciudad no dé abasto, que los empleos y las ofertas de vivienda sean insuficientes, que se genere un hacinamiento en muchas zonas y que un porcentaje importante de la ciudad habite viviendas precarias sin servicios públicos.
(...) Otro de los problemas con los que contiende Antioquia, y que hace que parte de su población salga masivamente de las zonas de origen a las ciudades, es el de la violencia. El departamento tiene la tasa de desplazamiento más alta del país. Debido a sus tierras y recursos de alto valor, los grupos ilegales y paramilitares vienen desplazando con masacres y terror a los pequeños campesinos dueños de tierras, para despojarlos de este recurso. Antioquia distribuye de manera muy desigual a la población, que se concentra en el amva y el Suroeste, así como en grupos numerosos en Caucasia y el Urabá. El Departamento Administrativo Nacional de Estadística (dane) muestra que en los grupos etarios medios se encuentra la concentración de la población nacional, aunque entre los 25 y 35 años se nota una contracción de la pirámide, que se sabe asociada a esta franja que posee la más alta movilidad, que migra a las ciudades, sin que se conozcan elementos concluyentes sobre los motivos de estos desplazamientos (Giraldo, 2007: 22, 27). Durante el siglo xx se presentan explosiones demográficas en las ciudades, en las tierras bajas de Urabá, en Bajo Cauca y en Magdalena Medio. Estas zonas están determinadas por los modelos económicos de la ganadería, la minería y la producción de banano, implementados por los “paisas” del interior bajo un modelo moderno de explotación, sin una integración profunda de dichos modelos con las sociedades y culturas locales. (...) En términos generales, Migrantes de ida y vuelta pretende indagar y profundizar en las motivaciones de las familias y los sujetos en relación con la migración. Las categorías que enmarcan las motivaciones migratorias suman el 73,4 % en la explicación estatal (dane, 2005) acerca de la migración en Antioquia. La propia caracterización del concepto de migración es vaga, pues engloba múltiples y diversos actos. En consecuencia, nos preguntamos por las características del desplazamiento: ¿es una migración en qué términos?, ¿es temporal?, ¿es definitiva?, ¿de jóvenes o de adultos?, ¿de familias enteras o de individuos que dejan compromisos familiares y sociales en las zonas de procedencia? Este trabajo entiende como fundamental arrojar luz sobre los sistemas migratorios (redes y organizaciones), sobre la manera como se vive el acto, ya que cuando nos referimos a migración estamos generalizando, en una categoría, diversas realidades o fenómenos. Puede tratarse de una emigración brutal de familias completas sin mayores posibilidades de retorno, como las de “los desplazados” de la violencia. Asimismo, de la de jóvenes que buscan “abrirse camino en la vida”, sea trabajando o estudiando en la universidad, ampliar sus marcos de referencia, vivir la ciudad como rito de paso y/o salir de los más “estrechos” escenarios de sus regiones de origen. Mantienen vigorosos vínculos con el origen, pueden enviar o recibir dinero, regresar por lo menos una vez al año y estar en continuo contacto por teléfono u otros medios de comunicación como internet. De igual manera, puede tratarse de la emigración de padres o madres que viajan dejando atrás a sus hijos al cuidado de los abuelos o de alguien más, que aspiran a un mayor ingreso monetario y que estarán enviando remesas continuamente a su familia, entre otros múltiples modelos migratorios posibles. *Este texto hace parte de la Introducción de la obra Migrantes de ida y vuelta. El sistema migratorio entre las regiones de Antioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá (pp. xviii-xxi), publicada por la Editorial Universidad de Antioquia®.
Publicaciones y literatura
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Cuando la primera sospechosa de una denuncia sobre acoso femenino es la propia víctima A propósito de No apagues la luz, de Bernard Minier, escritor invitado al Congreso de Literatura Medellín Negro 2017
Por GABRIELA HERNÁNDEZ*
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egún el boletín epidemiológico de medicina legal de 2016, los casos de violencia contra la mujer más preocupantes en Colombia son: violencia sexual, violencia intrafamiliar y violencia interpersonal. El aumento de estas cifras año tras año permite interpretar que cada vez más mujeres se atreven a denunciar el maltrato. Sin embargo, vale la pena preguntarse cuántas de estas denuncias derivan en medidas legales en contra del victimario y cuántas recaen otra vez sobre la propia víctima. En otras palabras, ¿qué pasa cuando la víctima es la principal sospechosa de su propia desdicha? Este es el caso de la protagonista de la novela No apagues la luz, del escritor francés Bernard Minier (1960), disponible desde hace unas semanas en las librerías de la ciudad. Christine personifica a la mujer acosada que decide denunciar las agresiones, pero obtiene a cambio la incredulidad de sus familiares, amigos, compañeros de trabajo y, peor aún, es considerada por la policía como principal sospechosa del abuso del que está siendo víctima. El drama de Christine comienza con la carta anónima de una supuesta suicida que ha sufrido terribles abusos y decide poner fin a su vida porque no encuentra escapatoria, pues la policía y los seres queridos no creen su palabra mientras el acechador no da tregua en las torturas. Cuando Christine hace llegar la carta a las autoridades, con la ilusión de ayudar a alguien que está en riesgo, la policía la toma a ella como principal sospechosa: creen
que es la propia Christine quien ha escrito la carta para manipular a su novio y compañeros de trabajo. Así pues, la policía echa mano del historial de problemas que Christine tuvo en la niñez para argumentar su desequilibrio mental y descartar la presencia de un abusador; arguyen que las marcas de maltrato son producto de autoflagelamiento y, por tanto, la denuncia es falsa. Pero la carta es solo el comienzo del acoso, y lo que comienza con intrusiones a su vida privada culmina con un brutal abuso sexual. En todo caso, ninguna de estas agresiones es tomada en serio por la policía. Se diría que historias de este corte tienden a desenlaces kafkianos, pero lo cierto es que la incredulidad por parte de la policía parece tener un norte jurídico bastante racional: la presunción de inocencia de todo acusado y el mito de las denuncias falsas. ¿Qué hay de cierto en que las denuncias de abuso interpuestas por mujeres son mayoritariamente falsas, como lo recrea la novela? En una investigación llevada a cabo en la universidad de Massachusetts se examinaron las denuncias de abuso en el campus durante 10 años. Tan solo un 5.9% de estas denuncias resultaron falsas, y se añade que, en otros análisis del mismo tipo, tal porcentaje estuvo entre el 2% y el 10%. Estos resultados desestiman, por lo menos en términos estadísticos, que las mujeres utilicen las denuncias como su principal herramienta de manipulación. Adicionalmente, una denuncia es considerada jurídicamente falsa en tres casos: primero, cuando la víctima decide unilateralmente retirar los cargos; segundo, cuando no existen suficientes pruebas para hacer una imputación y, tercero, cuando a juicio de los funcionarios encargados no hay suficientes bases para adelantar un proceso. Es claro que los últimos dos casos dependen de la valoración que hacen los funcio-
narios receptores de la denuncia. Esta es la que hace el funcionario al frente del caso de Chistine en No apagues la luz: «-El caso es que en esa carta y en ese sobre no hay ninguna huella aparte de las suyas. ¿Qué impresora tiene? - ¿Qué? ¿A qué viene eso? ¿No pensará que...? - ¿Es su novio el que quiere retrasar la fecha de la boda, señorita Steinmeyer? ¿Acaso ha expresado su deseo de hacer una pausa en la relación? ¿O sus dudas? ¿Le ha hablado de... una posible ruptura? [...] Chirstine tuvo la impresión de que el suelo se hundía bajo sus pies. Era allí adonde el teniente había querido ir a parar desde el principio. ¡Aquel cretino creía que ella era la autora de la carta! ¡La tomaba por una mitómana, por una chalada!» (97) En este sentido, cabe preguntarse sobre qué base un funcionario decide desestimar una denuncia de abuso. Aunque la ley ha avanzado bastante en los mecanismos dispuestos para proporcionar seguridad y ayuda a las mujeres que denuncian, en muchos casos los funcionarios encargados de los trámites se encuentran limitados por los estereotipos sociales. Es innegable que persisten en el imaginario colectivo los referentes culturales que han otorgado a la mujer el papel de manipuladora, celosa incontrolable e insegura. El panorama es desalentador, si se tiene en cuenta que para el grueso de la población feminismo es epíteto de mujeres que defienden ideas descabelladas, salidas de contexto, que nada tienen que ver con vida real y que promulgan actitudes beligerantes ante situaciones carentes de mérito. Si bien han aumentado los casos de mujeres que se atreven a denunciar los abusos, no son necesariamente más aquellos en los que las acusaciones de la víctima son
tomadas en serio. Dos agravantes de esta situación son ilustrados en la novela de Minier: cuando el acoso proviene de un agresor perverso que se esconde tras la fachada de una mujer vulnerable y cuando la persona a cargo de proteger a la víctima es una mujer que desestima su testimonio de manera implacable. Esto último le sucedió a Chirstine, cuando una policía quedó a cargo de su denuncia: «[la mujer policía] desplazó la mirada de la pantalla a Chirstine. Era una mirada hostil en la que afloraba no solo el escepticismo, sino también la exasperación […]. - ¿“Ese hombre”? ¿Entonces cree que es un hombre? Hace un momento pensaba que era esa chica en prácticas la que había montado la cosa… -Bueno… creo que son al menos dos… -Una auténtica conspiración, vaya […]. - ¿Piensa que estoy chiflada, verdad? De nuevo, la otra evitó responder sí o no y se limitó a mantener su brumosa mirada clavada en ella. -Póngase en mi lugar […]. - ¿No debería ser más bien la policía la que debería ponerse en mi lugar?» (262). En síntesis, No apagues la luz desarrolla una trama enfocada en el maltrato femenino, uno de los tópicos imprescindibles cada año en el Congreso Internacional de Literatura Medellín Negro. Los próximos 13, 14 y 15 de septiembre el tema del evento será la paz como ideal individual o acuerdo social, lo que abrirá un espacio para este tópico. A propósito de los grupos sociales cuya presencia ha sido duramente invisibilizada por los actores del conflicto, las mujeres constituyen un porcentaje poblacional importante. *Gabriela Hernández. Filóloga hispanista de la Universidad de Antioquia. Colaboradora del proyecto académico Medellín Negro.
Cultura
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La Biblioteca y Luis López de Mesa Por LUIS GERMÁN SIERRA J. Coordinador cultural de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz german.sierra@udea.edu.co
Foto: periódico El Espectador
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Luis López de Mesa en su residencia en Bogotá, poco antes de regresar definitivamente a Medellín en 1961.
Foto: archivo personal
uis López de Mesa nació en el frío y lechero municipio antioqueño de Don Matías el 12 de octubre de 1884 y murió en la ya informal y medio urbe ciudad de Medellín el 18 de octubre de 1967. Es decir, hace cincuenta años. Estudió medicina en la Universidad Nacional de Bogotá y se especializó en psiquiatría en la Universidad de Harvard en Estados Unidos. En 1934 fue ministro de Educación en el gobierno de Alfonso López Pumarejo y durante su ministerio se instauró en Colombia la Biblioteca aldeana, libros en todas las bibliotecas del país, hasta en el último rincón. «Una modernización de las estructuras sociales del Estado, buscando la manera de llevar la cultura escrita a todo el país a través de lo que denominó ‘Campaña de Cultura Aldeana y Rural’. Este programa […] consideraba que ‘acercando a la población rural del país a conocimientos propios de la cultura occidental, se elevaría el nivel cultural de la población’», diría luego quien también fuera ministro de Educación, Juan Jacobo Muñoz. Para aquel entonces Daniel Samper Ortega era el director de la Biblioteca Nacional y lo fue de la Biblioteca aldeana. En 1938 el profesor Luis López de Mesa fue ministro de Relaciones Exteriores en la presidencia de Eduardo Santos Montejo. Más que doctor, que es como hoy en Colombia se les dicen, inmerecidamente, a casi todos los jefes y políticos en un acto de evidente sumisión y fatuidad, a López de Mesa (que sí era médico y era, por tanto, doctor) se le dijo siempre profesor, para su gusto y su gran comodidad. Fue profesor en las escuelas nacionales de Medicina, de Jurisprudencia y de Bellas Artes, y perteneció a las Academias de la Lengua, de la Historia, de Bellas Artes, de Medicina, de Ciencias Exactas y de un buen número de academias extranjeras. Y trajinó con denuedo el mundo político colombiano desde temprana edad —fue concejal, diputado y representante a la Cámara antes de entrar de lleno a la alta política y a los viajes internacionales—. También fue autor de más de quince libros, unos literarios, otros
Luis López de Mesa con Jaime Sanín Echeverry y una de sus hijas.
de sociología, otros de viajes, otros sobre idiosincrasia y virtudes, otros sobre autores que admiraba. Al morir a los 83 años, López de Mesa deja dicho en su testamento, realizado el 7 de abril de 1964, entre otras cosas, que “Instituyo heredera universal de todos mis bienes a la Universidad de Antioquia, para que con sus rentas y por su consejo directivo, en común acuerdo técnico con el Director de su Biblioteca General, funde en esta una sección especial denominada Sala de Estudios, la cual se compondrá de libros bien seleccionados […]”. (Fragmento tomado de la copia del testamento del profesor Luis López de Mesa, perteneciente a las Colecciones Patrimoniales de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz de la Universidad de Antioquia. Allí reposan, además, sus archivos personales). Es decir que el profesor Luis López de Mesa no estudió en la Universidad de Antioquia y no vivió una buena cantidad de años de su vida en Antioquia, sin embargo dejó a esta Universidad una parte importante de su herencia económica, sus archivos personales y sus libros, como un acto de agradecimiento con su tierra y con la educación. El amor del autor de El libro de los apólogos por la Universidad de Antioquia, entonces, no requirió que él mismo fuera un egresado de esta Universidad. Ella contó con el honor de ser, para el profesor López de Mesa, la máxima representación en Antioquia de la educación y de la formación intelectual y cultural. Con el dinero de dicha herencia la Biblioteca creó el Fondo Luis López de Mesa y hubo un tiempo de “vacas flacas” en la economía de la Universidad, en el cual dicho Fondo era casi el único dinero que había para comprar libros de ciencias sociales, tal como aparecía en la cláusula de su testamento. En Colombia, que tanto ha carecido de mecenas y de filántropos, el gesto de Luis López de Mesa con la Biblioteca de la Universidad de Antioquia es no solo digno de admiración, sino de agradecimiento y de un verdadero reconocimiento a quien vio siempre en la educación y en los libros una esperanza real de evolución y de dignidad.
Cultura
Fotos: cortesía del proyecto
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Portugal y Marruecos
–El Sahara y el Atlántico, directos al corazón– Por CARLOS ARTURO FERNÁNDEZ URIBE Profesor de la Facultad de Artes carlos.fernandez@udea.edu.co
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ortugal y Marruecos son países atravesados por una especial carga emotiva y sentimental que, tal vez, tiene en ambos casos un origen similar: la conciencia de la pequeñez humana ante el despliegue de un infinito material y concreto, lo que lleva al habitante a vivir en una suerte de tensión constante entre la sublimidad que lo seduce y la recuperación de la propia interioridad. Mar y desierto se confunden muchas veces en la metáfora, mar de arena o desierto líquido, porque su infinitud se convierte en barrera que aísla pero, al mismo tiempo, en camino que conecta con el mundo entero porque, extrañamente, siempre se emprende teniendo en cuenta el retorno a casa. La historia de Portugal encarna esa tensión. Por una parte, fue siempre un país aferrado a su territorio y a su libertad, a las tradiciones campesinas y al cultivo de la tierra. Testimonio de ello son sus exquisitos vinos, especialmente el “vino verde” del norte y los de Oporto, lo mismo que sus extensos olivares, sus trigales y sus bosques de alcornoques que producen más de la mitad del corcho del mundo. En fin, un paisaje que sigue siendo
intensamente verde a pesar de la creciente industrialización. Y, salpicando todo el país, una serie de ciudades de excepcional belleza y discreción, universidades, iglesias, palacios y casas corrientes, con una arquitectura muchas veces recubierta de azulejos, en estilos propios que nada tienen que envidiar a países que disfrutan de un mayor prestigio artístico y cultural. Pero, por otra parte, este pequeño territorio de apenas 92 mil km2 fue durante muchos siglos el centro de uno de los más gigantescos imperios marítimos y comerciales de la historia. Porque, además del amor a su tierra, los portugueses sintieron siempre la fascinación del mar que ya desde comienzos del siglo XV los llevó a las más extraordinarias proezas de navegación y a la apertura de la “era de los descubrimientos”. Siguiendo la costa de África no solo lograron dar vuelta al Cabo de Buena Esperanza, lo que demostró la conexión entre el Atlántico y el Índico, sino que atravesaron el Mar de Arabia para llegar a las costas de India y continuar hasta el extremo Oriente donde establecieron numerosas colonias, algunas de las cuales se mantuvieron como propiedad portuguesa hasta la segunda mitad del siglo pasado. Luego vendrán el Brasil y demás posesiones en América. Era un imperio excepcionalmente rico, basado en el comercio de especias, de productos naturales y de esclavos, que, sin embargo, sufrió el más duro golpe imaginable con el Terremoto de Lisboa de 1755. Quizá también en ese terrible acontecimiento, que destruyó
casi totalmente la ciudad y mató la tercera parte de sus habitantes, podamos encontrar una clave más de la profunda saudade que habita en cada portugués. También Marruecos ha vivido toda su historia en un territorio enfrentado al mismo tiempo con el mar y con el desierto. Durante siglos, desde la Antigüedad Clásica que fundó en el extremo noroccidental de África algunas de sus más ricas colonias, se apreció la belleza de esta región protegida de las inclemencias del desierto por los Montes Atlas. Sin embargo, el mar que la unió a la península Ibérica durante siglos, en especial mientras duró la presencia musulmana en España, se convirtió, luego de la derrota y expulsión de los moros, en una barrera no solo geográfica sino también económica y cultural, de tal suerte que hoy pensamos mucho más en el otro mar, el de las arenas del Sahara, por donde ha transcurrido una historia diferente. De todas maneras, también en Marruecos asistimos a esa dialéctica entre la inmensidad del Sahara, presente en el sur del país con sus dunas de arenas rojizas que cambian constantemente de
forma y de ubicación por la fuerza del viento, y los zocos de viejas ciudades como Fez y Marrakech que parecen todavía anclados en costumbres y tecnologías de hace mil años, como si fuera una manera de intentar conservar la propia manera de ser y de pensar en medio de la creciente modernización. Parecen muchos mundos encontrados: el norte verde y fértil que produce gran parte de las aceitunas que luego se envasan como si fueran producidas en otros países, los oasis con sus infinitos palmerales, las abruptas y solitarias montañas de los Atlas que parecen sacadas de las novelas de Tolkien, las kasbah (alcazabas) bellísimas construidas en ladrillo que se mimetizan con el entorno y, en fin, las “Voces de Marrakech”, del Marruecos que Elías Canetti supo escuchar como ninguno. Todo eso hace de Marruecos un país que parece soñado más que real, donde los siglos, las culturas y las religiones se sobreponen en espacios reducidos donde se hace difícil creer que esa realidad no es una ficción. En síntesis, Portugal y Marruecos, del Atlántico al Sahara, dos países directos al corazón. ***
El proyecto de viajes culturales de la Facultad de Artes organiza entre el 26 de diciembre de 2017 y el 17 de enero de 2018 el viaje Portugal y Marruecos: el Sahara y el Atlántico, directos al corazón. La información completa se encuentra en la página de la Facultad de Artes, en el portal de la Universidad de Antioquia. Unidad de Comunicaciones, teléfono 2198887 o 2195887.