Alma Mater 669

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Nº 669 Medellín, octubre de 2017 Vigilada Mineducación

SISTEMA DE COMUNICACIONES • almamater@udea.edu.co • ISSN 1657-4303

Con recursos del IVA la UdeA espera ampliar planta profesoral

¿Qué pasa con la formación en inglés?

Foto: Diego Morales

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Aprobado 1er Doctorado en Microbiología del país

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La vida con enfermedad de Huntington

¿Qué hacer con la business university? Página 16

Foto: cortesía EPM

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Paneles solares, alternativa para escuelas de difícil acceso Página 13


Gestión

Nº 669, UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Medellín, octubre de 2017

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CONSEJO SUPERIOR UNIVERSITARIO Luis Pérez Gutiérrez, Gobernador del Departamento y Presidente de la Corporación • Mauricio Alviar Ramírez, Rector • Antonio Yepes Parra, Representante del Presidente de la República • Ana Milena Gualdrón Díaz, Representante de la Ministra de Educación Nacional • Elvia María González Agudelo, Representante del Consejo Académico • Carlos Arturo Morales Vallecilla, Representante Profesoral •Carlos A. Giraldo Giraldo, Representante de los Egresados • Hernán Moreno Pérez, Representante del Sector Productivo • Jaime Restrepo Cuartas, Representante de los ex Rectores • David Hernández García, Secretario General.

Mauricio Alviar Ramírez, Rector • María Patricia Arbeláez Montoya, Vicerrectora de Investigación • Luz Stella Isaza Mesa, Vicerrectora de Docencia • Carlos Alberto Palacio Tobón, Vicerrector de Extensión • Fernando Tobón Bernal, Vicerrector Administrativo • Gabriel Mario Vélez Salazar, Decano Facultad de Artes • John Jairo Arboleda Céspedes, Decano Facultad de Ciencias Agrarias • Sergio Iván Restrepo Ochoa, Decano Facultad de Ciencias Económicas • Nora Eugenia Restrepo Sánchez, Decana Facultad de Ciencias Exactas y Naturales • Hernando Muñoz Sánchez, Decano Facultad de Ciencias Sociales y Humanas • Edwin Carvajal Córdoba, Decano Facultad de Comunicaciones • Luquegi Gil Neira, Decano Facultad de Derecho y Ciencias Políticas • Elvia María González Agudelo, Decana Facultad de Educación • Lina María Zuleta Vanegas, Decana Facultad de Enfermería • Jesús Francisco Vargas Bonilla, Decano Facultad de Ingeniería • Carlos Alberto Palacio Acosta, Decano Facultad de Medicina •José Pablo Escobar Vasco, Decano Facultad Nacional de Salud Pública • Ángela María Franco Cortés, Decana Facultad de Odontología • Juan Carlos Alarcón Pérez, Decano Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias • Luis Javier Castro Naranjo, Representante Profesoral ante el Consejo Académico • David Hernández García, Secretario General. Invitados: Álvaro Franco Giraldo, Vicerrector General • Sandra María Turbay Ceballos, Directora de Posgrado • Luis Alfonso Escobar Trujillo, Director de Regionalización • José Ricardo Velasco Vélez, Director Escuela de Microbiología • Margarita María Gaviria Velásquez, Directora Escuela Interamericana de Bibliotecología • Paula Andrea Echeverri Sucerquia, Directora Escuela de Idiomas • Berta Lucía Gaviria Gómez, Directora Escuela de Nutrición y Dietética • Francisco Cortés Rodas, Director Instituto de Filosofía • Gloria María Castañeda Clavijo, Directora Instituto de Educación Física y Deporte • Carlos Mario Duque Duque, Director de Desarrollo Institucional • Adriana González Moncada, Directora de Relaciones Internacionales • Adriana Patricia Arcila Rojas, Directora de Bienestar Universitario • Ana María Gutiérrez Giraldo, Directora de Gestión Logística y de Infraestructura • Adriana Lucía Valderrama Patiño, Directora (e) Unidad de Asesoría Jurídica • Adriana Astrid Zea Cárdenas, Auditora Interna • Alma Nury López Patiño, Líder de Comunicaciones.

Foto: Luis A. Cifuentes Jojoa

CONSEJO ACADÉMICO

La Universidad, comprometida con el ambiente Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER luiscif91@gmail.com

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l tema estratégico 6 del Plan de Desarrollo Institucional 2017 - 2027 aborda la contribución de la Universidad en la gestión del ambiente y la biodiversidad. Busca integrar una perspectiva ambiental a la cultura universitaria y asesorar la toma de decisiones en el plano local y regional. Dichas medidas se articulan a los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, particularmente al objetivo 13: “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos”. Para lograr el propósito —una universidad biodiversa y ambientalmente responsable—, se debe mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación, reducción y adaptación al cambio climático, y adoptar medidas que integren el pensamiento ambiental a la vida universitaria, replanteando la manera de habitar el campus. “La función de la universidad es producir conocimiento y queremos que el pensamiento ambiental se haga transversal a esta producción, que la propia comunidad universitaria, en sus modos de relacionarse

con el ambiente, genere prácticas distintas. Pensamos en la universidad como un referente social del tema ambiental”, explica Vladimir Montoya Arango, director del Instituto de Estudios Regionales, INER. Por su parte, Lía Isabel Alviar, docente de la Facultad de Ingeniería, observa que es apremiante discutir estas problemáticas. “La Universidad tiene una responsabilidad social y, si bien es cierto que se venía trabajando en aspectos de gestión ambiental, se hacía de una forma muy tímida. Para obtener avances se requiere trabajo mancomunado y el Plan de Desarrollo es como un faro al cual debe mirarse para aunar debates y esfuerzos”, concluye. La política ambiental de la Universidad está amparada por el Acuerdo Superior 351 de 2008, que orienta el uso racional de los recursos naturales y la mitigación del impacto ambiental que las actividades de investigación, docencia y extensión puedan causar. Alrededor de la política se han venido generando programas específicos para el agua, la energía, el aire, el suelo y la protección de la biodiversidad, a la cual hoy se articula el Plan de Desarrollo Decenal. No obstante, Jairo Zapata Martínez, director de la Corporación Académica Ambiental, considera que hace falta trabajar internamente. “Existe un retraso en cuanto a las acciones dentro de la institución. Es importante seguir con las campañas que comprometan a todo el personal para que esto se vea reflejado en nuestro quehacer

diario”, dice, y asegura que tomar medidas eficientes para la conservación ambiental es algo complejo y que requiere de recursos, pero que no es imposible. Zapata Martínez agrega que otro objetivo es brindar apoyo a quienes toman las decisiones políticas. “Tenemos que articularnos con los tomadores de decisiones para que ellos acepten los conceptos de la academia y nosotros nos podamos comprometer con la participación en los espacios políticos”, sugiere. Al respecto, la gestora ambiental de la Universidad, Ana Mercedes Montoya Restrepo, plantea que “tenemos que ser parte activa del diseño de políticas públicas, para que nuestra experticia sea parte de los debates sobre lo ambiental. Se deben aprovechar nuestras fortalezas en las diferentes áreas para generar articulación con la sociedad y el gobierno”. El Director del INER cree que si bien el conocimiento y la innovación pueden introducir preocupaciones y debates que orienten a la política, la contribución no solo debe provenir de la producción académica, sino de una praxis universitaria; “es decir, que la comunidad universitaria, en sus modos de relación con el entorno, demuestre que la gestión del ambiente es importante”. Añade que la preocupación por el medio ambiente, además de estar consignada en el Plan de Desarrollo, es propia de la producción de conocimiento y de cómo el conocimiento es puesto al servicio


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Con recursos de IVA la U. de Antioquia espera ampliar planta profesoral de Antioquia, la Universidad del Valle, la Universidad Industrial de Santander y la Universidad Tecnológica de Pereira recibirán más recursos.

Por VÍCTOR JAIME VARGAS TORRES Periodista de Comunicación Institucional vjaime.vargas@udea.edu.co

L de la transformación de la Universidad y su influencia en la sociedad. “La sociedad —dice— aprende de la universidad y la universidad, a su vez, se articula con las instituciones y organizaciones sociales”. La Gestora Ambiental de la Universidad define el Plan de Desarrollo como un marco de actuación que orienta el quehacer en materia ambiental. “Se dejaron diseñadas las acciones a emprender a corto, mediano y largo plazo. Se plantea transformar la vida universitaria y, desde esa perspectiva, será muy importante integrar la pedagogía ambiental a toda la comunidad universitaria; no solo a estudiantes, también a trabajadores y a profesores en todas las sedes”, explica. Zapata Martínez concluye que el proceso es largo y costoso, pero que el Plan de Desarrollo es un primer paso, puesto que “todavía estamos temerosos de generar acciones que puedan ir en contra de nuestra rutina. Pero la propuesta es que lo ambiental sea transversal a toda la academia. Nosotros empezamos por la parte formativa y la meta es generar una universidad sostenible y comprometida con el ambiente en todos los sentidos”.

Más recursos

a Universidad de Antioquia recibirá 18 mil millones de pesos —de los 109 mil millones que el Gobierno Nacional girará a las universidades públicas para gastos de funcionamiento—, de dineros provenientes del IVA, conforme a la más reciente reforma tributaria aprobada por el Congreso de la República. El anuncio lo hizo la Ministra de Educación Nacional, Yaneth Giha Tovar, en reunión del Sistema Universitario Estatal, SUE, en Bogotá. La alerta del rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar Ramírez, en nombre de las 32 universidades públicas de todo el país sobre la desfinanciación de la educación superior pública en Colombia, y sus esfuerzos por aliviar esta crisis financiera, comenzaron a dar frutos. La búsqueda de esos recursos ha sido intensa. El Rector había presentado una proposición a las comisiones Tercera y Cuarta de Senado y Cámara de Representantes para garantizar que al menos una tercera parte de un punto del incremento del IVA se destinara a las universidades públicas. “Si era definitivamente imposible lograr que los 339 mil millones correspondientes a la adición presupuestal del IVA fueran a las universidades, buscábamos que por lo menos se nos reconociera una tercera parte de esos recursos para este año 2017. En efecto, cuando hacemos el balance de esos 339 mil millones, 109 mil millones correspondieron a las instituciones públicas de educación superior. Los recursos harán base presupuestal en todo el sistema universitario estatal y nos representa un alivio”, aseguró el profesor Alviar Ramírez. La manera como se distribuyeron los recursos responde en gran medida a la trayectoria de las instituciones de educación superior públicas y al histórico concedido anualmente desde la Ley 30 de 1992. En ese sentido, las instituciones más grandes en población universitaria, profesores e investigación, como la Universidad Nacional, la Universidad

De acuerdo con la distribución que hizo el Gobierno Nacional entre las 32 universidades del país, los 18 mil correspondientes a la Universidad de Antioquia ya están perfilados para un propósito de funcionamiento específico. “Si uno compara ese valor con el déficit inicial presupuestado para el año 2017, estamos hablando de casi un 38% de cubrimiento del déficit. Estos recursos van a permitir presentar al Consejo Superior Universitario una propuesta de ampliación de planta profesoral en 30 plazas, que esperamos seguir incrementando año a año de manera gradual con esos recursos que ya hacen parte de la base presupuestal de la institución”, indicó el Rector. Como se sabe, la situación de crisis financiera de las universidades públicas colombianas se basa en que reciben un incremento anual en las transferencias de la Nación equivalente al índice de precios al consumidor, IPC; sin embargo, sus gastos están por lo menos cuatro puntos por encima del IPC, lo que ha hecho que de 2005 a 2016 se haya acumulado un déficit cercano a los 800 mil millones de pesos. Según el directivo de la Universidad de Antioquia, la búsqueda de más recursos para las universidades públicas, antes de declinar, debe aumentar. “Debemos seguir haciendo esa campaña pedagógica frente al Gobierno Nacional, al Congreso de la República y a los entes territoriales porque se estaban, de alguna manera, desdibujando las necesidades de las universidades cuando se creía que la necesidad fundamental era para la infraestructura física y, en realidad, el gran problema que nos ha llevado a un déficit estructural está precisamente en los recursos que hacen base presupuestal, es decir, funcionamiento”, explicó. En este sentido, el profesor Alviar Ramírez aseguró que continuará liderando ante los entes gubernamentales la consecución de más recursos, teniendo en cuenta que el Congreso de la República está en el momento de la discusión del presupuesto nacional para la vigencia 2018. Indicó además que hará lo propio ante el Concejo y la Alcaldía de Medellín, la Asamblea Departamental y la Gobernación de Antioquia, para tratar de incrementar la base presupuestal de la Alma Máter.

Comité editorial: Álvaro Franco Giraldo • David Hernández García • Alma Nury López Patiño • Ximena Forero Arango • Diana Carmona Hernández • Ángela Milena Rojas Rivera • Liliana Marcela Ochoa Galeano • Luis Javier Londoño Balbín Líder de Comunicaciones: Alma Nury López Patiño • Edición de contenidos: Luis Javier Londoño Balbín • Redacción: María Alejandra Carmona Valencia, Alejandro Valencia Carmona, Luis Alberto Cifuentes Jojoa • Diagramación: Carolina Ochoa Tenorio • Secretaria: María Mercedes Morales Osorio Se garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación. Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en condiciones de equidad. No habrá censura. (Artículo 20. Constitución Política de Colombia)

La actividad periodística gozará de protección para garantizar su libertad e independencia profesional. (Artículo 73. Constitución Política de Colombia)

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Gestión

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Foto: Alejandro Valencia Carmona

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Investigar en serio requiere recursos Por ALEJANDRO VALENCIA CARMONA Estudiante de periodismo alejovalcar7@gmail.com

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as universidades colombianas no solo reflexionan de manera crítica acerca de qué debería plantearse para la construcción de la sociedad. También proponen, desde los muchos saberes y prácticas, rutas para la resolución de los problemas que agobian a las comunidades y al mismo país. Aun así, el presupuesto asignado para ciencia y tecnología, en vez de crecer, paulatinamente ha venido recortándose año tras año. En 2013, el presupuesto de Colciencias era de $430 mil millones, mientras que en 2018 será de $220 mil millones. En el último recorte, se van a utilizar dineros de regalías, que estaban congelados, para la construcción de vías terciarias. Desde diferentes campos de investigación, la Universidad de Antioquia ha generado conocimiento para la ciudad, el departamento y el país. Se destaca su producción investigativa en el área de la salud, donde sobresalen investigaciones relacionadas con enfermedades

como dengue, malaria, leishmaniasis y tuberculosis. Además, desde los grupos de investigación en el área de ciencias sociales y humanas, se ha avanzado en la comprensión de la violencia, los territorios y contextos basados en los estudios regionales. Asimismo en ingeniería y tecnología, donde, por ejemplo, se investiga sobre el desarrollo de energías alternativas. Según Colciencias, la Universidad de Antioquia cuenta con un total de 615 investigadores, de los cuales 145 son investigadores Senior, 152 Asociados y 318 Junior. La Universidad aporta el 15% de los grupos de más alta categoría en investigación en el país. En 2016, la Universidad tuvo más de 1.145 proyectos de investigación activos, los cuales movilizaron más de 300 mil millones de pesos que la Universidad financió en un 46%. El resto se divide entre recursos externos que representan un 60%; el aporte de entidades internacionales suma casi un 4% de los dineros destinados a la investigación universitaria. “El papel de las universidades es plantear la problemática. Las universidades han hecho tradicionalmente, seguirán haciendo y me parece bien que lo hagan, un esfuerzo muy grande en invertir parte de sus propios recursos en investigación; pero hay que tener en cuenta que son recursos pequeños para hacer investigación en serio.

Indudablemente, el Estado tiene una responsabilidad central, y el papel de la universidad es insistir en ese papel central del Estado”, sostiene Moisés Wasserman, exrector de la Universidad Nacional de Colombia. Wasserman plantea que la decisión que tomó el Estado de destinar para la construcción de vías terciarias los recursos de regalías para ciencia y tecnología sin ejecutar, responde a una visión cortoplacista que va a afectar al país a largo término. “El posconflicto no es arreglar una vía, el posconflicto es construir un país”, afirma. Desde 2013, Colciencias ha disminuido el aporte que hace a la universidad. En ese año aportó más de 42 mil millones de pesos para la investigación científica, que se vio reflejado en un crecimiento importante en el número de publicaciones científicas entre los años 2014 y 2016. El año pasado solo aportó el 10% de aquel 2013. Debido a esto, la Universidad de Antioquia ha tenido que intensificar los esfuerzos para buscar recursos provenientes de otras instituciones, para no solo llenar el vacío que produce el recorte presupuestal a Colciencias, sino para seguir fomentando nuevos procesos investigativos y fortalecer los que ya están consolidados por medio de fondos como los de apoyo a la internacionalización, los convenios con empresas privadas

o mixtos, los proyectos por regalías y otras fuentes públicas. María Patricia Arbeláez, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Antioquia, afirma que es lamentable que en el país no haya gobernanza en el sistema de ciencia y tecnología, ni que se tomen decisiones pensando en el mediano y largo plazos. Además, sostiene que es necesario crear redes del conocimiento que den respuesta desde una manera más amplia a las problemáticas planteadas por los grupos de investigación. Algunos de los recursos que destinará la Universidad para llenar el vacío que deja el recorte presupuestal a Colciencias están ligados al Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) que, en este caso, planea mejorar la educación superior a través de empréstitos para focos prioritarios que definió el gobierno y que, según el Comité para el desarrollo de la investigación de la UdeA, Codi, son los fuertes en cuanto a investigación de la institución. “Aunque hay recursos que están fluyendo, que estos sean recursos de empréstito, cuando se están destinando plata de regalías que deberían ser para la ciencia y la tecnología en una carretera, uno lo ve como una incoherencia; por qué nos tenemos que endeudar habiendo recursos que estructuralmente no están llegando al sistema”, se pregunta Arbeláez.


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U. de Antioquia celebra 214 años • Celebración del día clásico, el 9 de octubre, a las 4:00 p.m., en el teatro universitario. Homenaje a los universitarios destacados MEJORES ESTUDIANTES POR PROGRAMA Reciben la distinción 84 estudiantes con el mejor promedio académico de su programa PREMIO A LA INVESTIGACIÓN ESTUDIANTIL —Área ciencias de la salud Primera categoría. “Agrotóxicos: exposición, prácticas y acciones organizadas de prevención prenatal en gestantes de familias agricultoras en municipios del suroeste antioqueño 2015-2016.” Jor Franklin Maturana Cuesta, Mariana Arango Cadavid y Melany Cristina Parra Ruiz. Administración en Salud. Segunda categoría. “Porfirias agudas en Colombia: epidemiología, calidad del cuidado médico y mortalidad. Una revisión sistemática de 118 casos.” Daniel Alexander Jaramillo Calle. Medicina. —Área ciencias exactas y naturales Primera categoría. “The effect of planetary evolution ontidal – induce migration of exomoons.” Jaime Andrés Alvarado Montes. Física. Segunda categoría. “Genómica estructural y funcional para el estudio de metiltransferasas RsmG, RsmH y Rsml y su posible asociación con resistencia a aminoglucósido en pseudomonas aeruginosa.” Diana Carolina Castaño Castaño. Biología. —Área de ciencias sociales y humanas Primera categoría. “Los objetos arqueológicos y los relatos sobre el pasado. Sara Ortega Ramírez. Antropología. Segunda categoría. “El daño moral, la masacre de El Salado.” Blas Felipe Peña Ortega. Filosofía. —Área de ingeniería y tecnologías Primera categoría. “Gasificación de raquis de palma en un reactor semi-continuo a escala de laboratorio.” Lina Steffanía López Cuervo. Ingeniería Química. Segunda categoría. “Diseño y consolidación de una celda de consolidación por electro-ósmosis para la obtención de parámetros de comprensibilidad en suelos finogranulares.” Yenni Mariana Ramírez Mazo. Ingeniería Civil. PREMIO MÉRITO UNIVERSITARIO ALMA MÁTER Luz Edilma López Vergara. Adscrita a la Dirección de Logística y de Infraestructura PREMIO PRESENCIA DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD —Categoría ORO. Programa de prácticas “Qirisia Qawai”. Diálogo de saberes desde lo transdisciplinar e intercultural con pueblos originarios y diásporas étnicas. Facultad de Derecho y Ciencia Política. —Categoría PLATA. Práctica pedagógica del Instituto Universitario de Educación Física: una experiencia de formación y un compromiso con la transformación social. Instituto Universitario de Educación Física. PREMIO A LA EXTENSIÓN UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA —Área de la salud. Profesora Beatriz Elena Arias. Facultad de Enfermería —Área de ciencias sociales y humanas. Profesora Gloria Patricia Nieto Nieto. Facultad de Comunicaciones. —Área de ciencias exactas y naturales, economía e ingeniería y tecnología. Profesor Ricardo Moreno Sánchez. Facultad de Ingeniería. PREMIO A LA INVESTIGACIÓN PROFESORAL —Primera categoría. “Baños térmicos cuánticos: influencia de la no-gaussianidad. Estadística no-localidad dinámica en la evolución de sistemas cuánticos abiertos.” Profesor Leonardo Augusto Pachón Contreras. Instituto de Física. —Segunda categoría. “Estudio de la inducción de células madre de cordón umbilical pluripotentes y de perturbaciones eléctricas en la generación eficientes de neuronas dopaminérticas resistentes al stress oxidativo: terapia celular en la enfermedad de parkinson.” Profesores Marlene Jiménez Del Río y Carlos Alberto Vélez Pardo. DISTINCIÓN MEDALLA FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS A LA EXCELENCIA UNIVERSITARIA —Categoría ORO. Ana María Orduz Espinal. Facultad de Artes —Categoría PLATA. Carlos Alfonso Builes Barrera. Facultad de Medicina DISTINCIÓN JOSÉ FÉLIX DE RESTREPO AL EGRESADO SOBRESALIENTE Jorge Valencia Jaramillo. Egresado de la Facultad de Ciencias Económicas. DISTINCIÓN PROFESOR EMÉRITO UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA —Silvia Blair Trujillo. Facultad de Medicina —Carlos Arturo Fernández Uribe. Facultad de Artes —Nelly Ospina de Barreneche. Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias

Del 3 al 12 de octubre de 2017

Con ciencia archivística Por CARLOS MARIO MARTÍNEZ T. Jefe del Departamento de Administración Documental

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a Universidad de Antioquia contribuye a la formación de archivistas que aportan a la adecuada gestión documental en la dinámica organizacional de las instituciones públicas y privadas y al desarrollo de los ámbitos social, político y cultural del país, a partir de la construcción, reflexión y difusión de la ciencia que estudia la conformación, tratamiento y función de los archivos. Con motivo de la celebración del Día Nacional de los Archivos y del Archivista en Colombia, el cual se conmemora el 9 de octubre, la Universidad de Antioquia, con el apoyo de otras instituciones, realizará una serie de actividades durante las dos primeras semanas de octubre, encaminadas a visibilizar la importancia de los archivos y los archivistas para la sociedad. ¿De dónde surge el Día Nacional de los Archivos? El 9 de octubre de 1549 mediante Cédula Real, expedida en Valladolid, se solicita la creación de los Archivos en la Real Audiencia y demás ciudades del Nuevo Reino de Granada. Este documento fue encontrado en el Archivo Histórico de las Indias. Lo anterior, motivó la creación de un día nacional que, primero, reconozca la importancia de los archivos como patrimonio nacional y, segundo, resalte la ardua labor de los archivistas en el proceso de ordenar, clasificar y resguardar la información. En este sentido, mediante Decreto 3666 del 8 de noviembre de 2004 de la Presidencia, se consagra el Día Nacional de Archivos en Colombia y a través de la Ley 1409 de 2010 el día del Archivista (Ministerio de Cultura, 2016).

Los archivos y el trabajo archivístico tienen la noble labor de gestionar la información que producen las organizaciones, colectivos y personas; dicha tarea aporta a los procesos de creación de memoria, identidad y generación de nuevo conocimiento, pues la conservación de documentos — entendidos de una manera amplia como una herramienta de testimonio de acontecimientos para generaciones futuras— permite la reconstrucción documental de épocas pasadas y la conservación del presente para el futuro. Esta labor nutre y facilita los procesos de construcción de memoria, uno de los elementos principales dentro de un escenario de posconflicto como en el que nos encontramos actualmente. Por eso, la Universidad de Antioquia se une a la celebración nacional de la X Semana de la Memoria, entre el 8 y 13 de octubre; así, vinculándolo al día Nacional de los Archivos, surge la iniciativa de la Semana de los Archivos y la Memoria, entre el 3 y 12 de octubre. La Escuela Interamericana de Bibliotecología, el Departamento de Administración Documental, con su Archivo Histórico, y la Dirección de Regionalización, invitan a participar a las diferentes sedes y seccionales de la Universidad de Antioquia en las actividades programadas, para que cada subregión, hable de territorio, y tenga la posibilidad de disfrutar de una agenda académica, cultural y plural en torno a la reflexión de la archivística como una disciplina integral que vincula las nuevas tecnologías a la necesidad de recopilar, administrar y gestionar la información. También se invita a las entidades públicas y privadas a las que les interese reunirse a conversar y a pensar el papel de los archivos y la memoria como herramientas para salvaguardar el derecho a la información de todos los ciudadanos.


Formación

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Programa institucional de inglés ¿Qué pasa con la formación en inglés de los estudiantes de pregrado?

Por DIANA ISABEL QUINCHÍA ORTIZ Jefa de la Sección de Servicios y Extensión Escuela de Idiomas jefaturaseccionservicios@udea.edu.co

A

prender una lengua extranjera se ha planteado como un componente primordial de la formación integral de los profesionales de la Universidad de Antioquia. En su Estatuto General de 1994 la institución planteó en sus objetivos “formar integralmente a los estudiantes sobre bases científicas, éticas y humanísticas”, señalando el “aprendizaje de un segundo idioma como instrumento o medio para interactuar con la comunidad internacional.” En el contexto mundial actual, los estudiantes deben fortalecer sus competencias en lengua extranjera y atender los grandes desafíos a los que deben enfrentarse al expandir su futuro personal, profesional y académico. En 1997, el Acuerdo Académico 0114 estableció la política de competencia lectora en una lengua extranjera para los estudiantes de pregrado, obligatoria para la obtención del título. También se visualizó en esta época la necesidad de la “Competencia lectora en una lengua extranjera para aspirar a los programas de posgrado, para integrarse a los programas de investigación, para entender la cultura propia que propicia cada lengua, para competir en mejores condiciones en el mercado laboral y para acceder de forma directa a diferentes y ricas fuentes de información”. El Acuerdo condicionó los cursos a no formar parte de ningún

Foto: cortesía Escuela de Idiomas

En desarrollo de la política de competencia en lengua extranjera, la Universidad de Antioquia adelanta el Programa institucional de formación en lengua extranjera, Pifle, propuesta que abarca, además del proceso de formación en inglés, la formación y desarrollo docente, la evaluación y certificación de competencias en lengua extranjera y el fomento del plurilingüismo.

currículo de los programas de la Universidad y por consecuencia a no generar créditos. En estas condiciones, la Escuela de Idiomas creó el programa de Competencia lectora en lengua extranjera, que en la actualidad comprende dos cursos de 80 horas cada uno, ofrecidos en inglés, y cuyo objetivo es desarrollar habilidades en la comprensión de textos escritos en inglés. El Acuerdo Académico 0114 fue derogado por el Acuerdo Académico 0334 de 2008, modificado a su vez por el Acuerdo Académico 407 de 2012. Sin embargo, el programa no sufrió ningún cambio curricular, ya que el nuevo acuerdo no sugirió ninguna reforma en este aspecto. Hoy, la mayoría de estudiantes de la Universidad debe cumplir con lo establecido en el Acuerdo Académico 0334, y por tanto se siguen ofreciendo cursos para toda la Universidad en competencia lectora.

¿Cómo estamos hoy? A partir de una preocupación institucional con relación a la formación en una lengua extranjera dadas las políticas nacionales, las relaciones académicas con pares extranjeros, los procesos de internacionalización y la misma globalización que implantan la necesidad de comunicarse al menos en otra lengua, surgió en 2014 el “Acuerdo Académico 0467 por el cual se establece la política de

competencia en lengua extranjera para los estudiantes de pregrado de la Universidad de Antioquia”. Este Acuerdo fija el inglés como la lengua extranjera a incluir en todos los programas académicos de pregrado; asimismo, apunta a desarrollar la competencia comunicativa a partir de la realización de tareas en torno a contenidos del ámbito personal y educativo; y fomentar la interacción y el desarrollo de la comprensión auditiva y lectora y la producción oral y escrita. En la actualidad la Universidad ofrece el Programa institucional de inglés en modalidad presencial y en modalidad virtual un curso piloto en la Seccional Oriente y en Medellín. Sin embargo, la perspectiva se amplía con el Programa institucional de formación en lengua extranjera, Pifle, propuesta que abarca, además del proceso de formación en lengua extranjera, otros tres procesos esenciales, como lo son la formación y desarrollo docente, la evaluación y certificación de competencias en lengua extranjera y el fomento del plurilingüismo. La formación en inglés funciona en Medellín con los programas profesionales de Pedagogía, Química Farmacéutica, Ingeniería de Alimentos, Comunicaciones, Filología Hispánica, Historia, Psicología, Sociología, Gerencia de Sistema de Información en Salud, Licenciatura en Educación Física

y Profesional en Entrenamiento Deportivo. En la Seccional Oriente, con los programas de Ciencias Culinarias, Medicina Veterinaria y Gestión en Ecología y Turismo. Asimismo, el programa de Tecnología en Regencia de Farmacia comenzó con el nuevo programa de competencia lectora en inglés en modalidad virtual. Todos los cursos tienen el mismo nombre English 1, English 2, English 3, English 4, English 5, y English Reading Comprehension 1 y 2, comparten los mismos códigos por unidad académica, con el fin de facilitar a los estudiantes de distintos programas el acceso a diversos horarios y facilitar la matrícula y el reconocimiento de los cursos entre unidades académicas. La implementación del Programa institucional de inglés ha tenido buena aceptación por parte de los estudiantes, quienes han logrado los objetivos propuestos para cada uno de los niveles que se vienen desarrollando. Se continúa en el proceso de que los demás programas académicos realicen sus transformaciones curriculares, con el fin de incluir el programa dentro de sus planes de estudio. Esto posibilitará que cada vez más estudiantes amplíen sus oportunidades de aprendizaje de una lengua extranjera en la Universidad y puedan obtener los beneficios que ello trae para un profesional en un mundo globalizado.


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Profesionalización de artistas Una apuesta por el sector cultural

diferentes municipios del departamento. Ingresó en dos oportunidades a la Universidad; sin embargo, la abandonó por diversas circunstancias. Recuerda que dentro del grupo de personas con quienes realizó la profesionalización, todos tenían empleo y señala que un título no garantiza un mejor trabajo ni un mejor salario. Además, advierte que si el proceso no se hace adecuadamente, se corre el riesgo de que se vuelva un camino fácil para gente que simplemente quiere evadir los cinco años de la carrera. “Lo que más me gustó fue acercarme a las prácticas del jazz y a la música académica y buscarles conexión con la música popular. La profesionalización nos permitió romper esquemas y darnos cuenta de que la música de la calle puede verse con una perspectiva académica. Esa parte fue la más placentera para mí”, concluye Moreno. Por su parte, Rendón considera que el gran impacto social del proyecto es permitir la acreditación académica a quienes difícilmente pueden acceder a la educación

Por LUIS A. CIFUENTES JOJOA Periodista ALMA MÁTER luiscif91@gmail.com

Foto: Alejandro Valencia Carmona

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a profesionalización de artistas es un proyecto de la Facultad de Artes de la Universidad de Antioquia, en convenio con el municipio de Medellín, que busca el reconocimiento académico de artistas empíricos. Este programa hace parte de Colombia Creativa, política del Ministerio de Cultura que consta de tres etapas e incluye a nueve universidades públicas del país. Actualmente se desarrolla la tercera fase que comprende el periodo 2014 - 2018. El proyecto brinda la oportunidad de obtener un título profesional a personas con trayectoria en los campos de la danza, el teatro, la música y las artes plásticas, con el fin de crear tejido social dentro de las comunidades y cualificar al sector cultural. Esta modalidad de estudio se concentra en el fortalecimiento pedagógico mediante la actualización de saberes en la enseñanza, la interpretación y la creación artística. Isabel Rendón, Coordinadora operativa de la profesionalización, asegura que “la experiencia y la edad son los criterios que permiten validar los conocimientos; por eso, y dada la flexibilidad de los currículos, los participantes solo tienen que cursar la mitad de la carrera, que son cinco semestres”. El profesor del Departamento de Música de la Universidad de Antioquia, Luis Carlos Moreno, fue parte de la primera cohorte del proyecto; desde su experiencia, afirma que “en el medio habíamos muchas personas con habilidades para desempeñarnos en unas áreas específicas, pero no teníamos el título. Entonces, se nos brindó esta oportunidad, a quienes tuviéramos más de siete años de experiencia, para que pudiéramos graduarnos”. Antes de entrar al programa, Moreno contaba con catorce años de experiencia como director de ensambles y bandas musicales en

superior. “Por ejemplo —explica—, una de las mejores experiencias fue la de un músico de ochenta años al que se le entregó el título en una de las primeras cohortes. Esto se logró a pesar de todas las limitaciones, como su desconocimiento del uso de correo electrónico o el portal de la Universidad”. Cristian Gómez es otro profesional que obtuvo su título gracias a este programa. Al igual que Moreno, había cursado unos semestres en la Universidad, pero no culminó su carrera; sin embargo, dada su trayectoria, lo aceptaron como docente en el Colegio Soleira de La Estrella. En 2014 conoció el programa de profesionalización, se presentó y, tras sus nueve años de experiencia, fue aceptado. Gómez optó por profundizar en el componente pedagógico del programa, pero establece que, si bien existe este componente, no es una camisa de fuerza y se puede ampliar los conocimientos de acuerdo con las particularidades de cada persona. Su trabajo de grado, realizado junto a sus compañeros Daniel

Yepes y Juan Pablo Yepes, fue la cartilla virtual Colombia, tierra de mil sonidos, con la que ganaron el concurso Otto de Greiff en la categoría Creatividad y expresión en artes y letras. Gómez añade: “El programa me gustó mucho, hay buenos docentes y buenas guías. En mi caso, me llevaron a la construcción de un producto muy valioso como fue la Cartilla, con la que ganamos un premio que nunca antes se había llevado la facultad. Ya todo depende del compromiso de los estudiantes”. En la última convocatoria se abrieron inscripciones para cuatro programas: Licenciatura en Teatro, Licenciatura en Música, Licenciatura en Educación Artes Plásticas y Licenciatura en Educación Básica en Danza. Con estos programas se espera generar espacios de interacción entre la Universidad y los sectores sociales. La flexibilización de currículos, el intercambio de experiencias y el aporte que el entorno académico hace a los conocimientos empíricos son el énfasis del proyecto.


Posgrado

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Aprobado Doctorado en Microbiología • La convocatoria a los aspirantes se realizará en el primer semestre de 2018, para iniciar la primera cohorte a partir del segundo semestre.

Por JUAN ÁLVARO LÓPEZ* alvaro.lopez@udea.edu.co

LIDA ARIAS MARÍN**

C

ualificar profesionales de alto nivel académico, con autonomía conceptual y metodológica para gestionar, ejecutar y comunicar nuevos conocimientos en el universo de la microbiología, mediante el desarrollo de proyectos de investigación básica y aplicada, a partir de la identificación de problemas prioritarios para la región y el país. Tal es el propósito del Doctorado en Microbiología de la Universidad de Antioquia, aprobado en días recientes por el Ministerio de Educación Nacional, el cual otorgó el registro calificado mediante la Resolución 15169. El nuevo programa doctoral, en donde, desde luego, los microorganismos cumplen un papel preponderante, no solo se ocupa de los ámbitos clínicos —en los cuales se centran ofertas similares académicas en el país—, sino también en las áreas industrial y ambiental, con miras a la implementación de procesos de innovación tecnológica para Colombia y el mundo.

Distintivo En Colombia existen otros programas doctorales de microbiología que se orientan fundamentalmente a los retos que plantean los microorganismos desde el sector salud, y aquí precisamente es donde encontramos el carácter diferenciador de este nuevo programa que se enfoca en el estudio de los microorganismos ampliando la perspectiva a los sectores industrial y ambiental, además del sector salud, en concordancia con las estrategias internacionales que buscan mejorar las condiciones de salud de la comunidad, la protección del medio ambiente y la producción limpia. En este sentido, el contenido curricular del programa se centra en el fortalecimiento y desarrollo de tópicos específicos relacionados con tales perspectivas, donde la microbiología en manos de personal altamente calificado se convierte

Fotos: Diego Morales

lida.arias@udea.edu.co

en una alternativa eficiente y sostenible para dar respuesta a diversas necesidades, todo ello con miras a la implementación de procesos de desarrollo biotecnológico, generación de productos con valor agregado, procesos de recuperación de ambientes contaminados, entre otros. La creación de este programa es el resultado de un trabajo académico liderado por un grupo de profesores que con su empeño, tenacidad y experiencia lograron consolidar este importante proyecto de formación avanzada desde la Escuela de Microbiología de la Universidad de Antioquia. Para el desarrollo de esta propuesta, la Escuela de Microbiología cuenta con recurso humano altamente calificado y con considerable trayectoria en las áreas biomédicas, industrial y ambiental. Se vale, además, de la experiencia del personal que hace parte de los diferentes grupos de investigación adscritos a la Escuela, entre los que se encuentran el grupo de Micología médica y experimental, Microbiología molecular, Salud y sostenibilidad, Microbiología veterinaria, Salud sexual y cáncer, Biotransformación, Hematopatología molecular, Bioprocesos microbianos, Microbiología ambiental y Microbiología básica y aplicada.

De igual forma, cuenta con la participación de otros grupos de investigación de la Universidad, como Inmunodeficiencias primarias, el Programa de estudio y control de enfermedades tropicales, Epidemiología, Genética médica y Biotecnología.

Perfil y plan El egresado de este nuevo programa de doctorado estará en capacidad de liderar proyectos de investigación que generen conocimiento básico o aplicado en su saber específico y podrá participar en equipos de trabajo interdisciplinarios orientados hacia la solución de problemas en el ámbito clínico, industrial y ambiental en el que interactúan los microorganismos; además de asesorar e incidir en formulación de políticas y la toma de decisiones en asuntos relacionados con la microbiología. El plan de estudios del programa tiene una duración de ocho semes-

tres, durante los cuales los estudiantes abordarán en los tres primeros semestres áreas de conocimiento y temas fundamentales para la formación disciplinar: biología celular y molecular, bioestadística y bioética (primer semestre); microbiología avanzada I, diseño de experimentos y redacción científica (segundo semestre) y microbiología avanzada II (tercer semestre), las cuales serán comunes para todos los estudiantes de las diferentes líneas: clínica, industrial y ambiental. Adicionalmente, contarán con los denominados “cursos específicos de área I y II”, que permitirán al estudiante profundizar en aspectos propios de su área de énfasis y la realización de seminarios de profundización y electivos en campos temáticos científicamente relevantes, en ambos casos orientados a fortalecer su trabajo de tesis. Igualmente, los aspirantes al programa de Doctorado en Microbiología podrán ser profesionales con título de pregrado o posgrado en: biología, bioquímica, biología molecular, genética microbiana, microbiología, bacteriología, medicina, odontología, salud pública, veterinaria, nutrición y dietética, enfermería, química farmacéutica o ingenierías que estén relacionadas e interesadas en el área. Vemos pues cómo la investigación y la formación en investigación continúan dando frutos en nuestra Alma Máter desde diferentes áreas de conocimiento, que como ésta, se encuentran a la vanguardia del tipo de profesional e investigador que el país y la región necesitan. *Coordinador de posgrado de la Escuela de Microbiología **Profesora de la Escuela de Microbiología


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Graduados los primeros magísteres en educación superior en salud Periodista de la Facultad de Medicina boletinesmedicina@udea.edu.co

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n el contexto del sector salud en Colombia, la formación integral, pertinente, e interdisciplinaria es un componente fundamental para asegurar recurso humano de calidad que aporte a la construcción de un sistema más equilibrado, justo e incluyente. En esa dirección, desde hace tres años la Universidad de Antioquia le viene apostando a la profesionalización de la educación superior en salud, con la maestría que ya aporta siete egresados, los primeros de su campo en el país. Cruzana Amparo Echeverri, coordinadora de la maestría, señala que el programa se requiere porque “el quehacer de un profesional dedicado a la docencia no es el que le da su título de médico, nutricionista o instrumentador; su desempeño es docente, por tanto, todo docente debe saber sobre educación y pedagogía, debe tener conocimiento del qué y del cómo se educa en salud, cómo se orienta al otro para que aprenda algo específico, cómo se valoran los logros de estudiantes y se potencian las capacidades de estos, cómo se organizan y administran los programas académicos, pero sobre todo, para responderse a la pregunta para qué educar y en qué condiciones”. La Maestría en educación superior en salud, además de generar condiciones óptimas de aprendizaje, desarrolla en los profesores competencias didácticas y de comunicación, comprensión de la intencionalidad de los currículos y reflexiones para saber evaluar y educar según el proyecto de vida de cada estudiante y de la sociedad. También permite a estos profesionales tener una mirada humanista, realizar investigaciones para transformar los sistemas educativos desde la vida y la salud, que a su vez aportan al desarrollo docente y devuelve la rigurosidad, conciencia y responsabilidad de transmitir sus conocimientos científicos y clínicos a los estudiantes. “Las maestría me cambió la forma de pensar y ese cambio redunda en que cuando enseño tengo más conciencia del cuidado y la disciplina frente a esta tarea”,

explica el magíster Julián Humberto Ramírez Urrea, profesor de Medicina. Desde sus tres líneas de profundización: currículo y salud, comunicación y salud y didáctica y salud, este posgrado permite la transformación de procesos educativos, en coherencia con las tendencias actuales de la educación superior en salud y con los lineamientos éticos y bioéticos que exige el contexto social y cultural. Para Jaime Pérez Giraldo, también profesor de Medicina y graduando de la maestría, el posgrado “indudablemente fortalece los procesos enseñanza-aprendizaje, en particular, la didáctica. Es cómo ese conocimiento científico que tenemos se traduce y se entrega al estudiante para favorecer su proceso de aprendizaje desde sus propias condiciones”.

Hallazgos La maestría, gracias a los proyectos de investigación realizados durante la formación, permitió la formulación, dirección, ejecución y evaluación de estrategias de desarrollo educativo en el área de la salud, en este caso, enfocadas en las necesidades y falencias percibidas en el proceso formativo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia. En esta primera cohorte, la producción de conocimiento hizo grandes aportes desde las líneas de profundización. De los seis trabajos de grado, cuatro obtuvieron mención Cum laude, como el del profesor Jaime Pérez “Cómo incide la correlación básico-clínica en el desarrollo de las capacidades analíticas de los estudiantes de Medicina en las áreas de fundamentación”, el cual logró hallar

Foto: cortesía Facultad de Medicina

Por MARIA CAMILA SALDARRIAGA B.

Los primeros egresados de la maestría son los profesores de la Facultad de Medicina Andrés Zapata Cárdenas, Julián Humberto Ramírez Urrea, Santiago Patiño Giraldo, médicos internistas; así como Nurvey Elena Cano Marín, instrumentadora quirúrgica; Jaime Alberto Pérez Giraldo, médico deportólogo; Olga Francisca Salazar Blanco, médica pediatra y Elizabeth López Henao, bacterióloga.

una estrategia para que los conocimientos básicos que los estudiantes reciben en áreas como fisiología, patología y morfología, sean recordables y aplicables al momento que se enfrentan con un paciente. El profesor explica que “cuando el estudiante pone sus conocimientos en práctica y enfrenta lo que está pasando en el paciente, será capaz no solo de interpretar, sino de plantear el diagnóstico y posibilidades de manejo. La metodología para abordar este conocimiento fue con grupos focales de estudiantes”. Otro trabajo que obtuvo mención especial fue “La autoevaluación formativa desde la mirada de los residentes del posgrado de Medicina Interna de la Universidad de Antioquia, Colombia”, realizado por los profesores Andrés Zapata Cárdenas y Julián Humberto Ramírez, el cual aporta conceptualmente al ajuste del reglamento específico para los posgrados de la Facultad de Medicina. Los proyectos de investigación “El universo relacional en las prácticas académicas de la Facultad de Medicina de la UdeA, vistos por los docentes”, de Olga Francisca Salazar; y “Representaciones sociales de profesores acerca del proceso de evaluación de los aprendizajes implementado a partir de la reforma curricular en el pregrado de Instrumentación Quirúrgica, Facultad de Medicina, UdeA, Colombia”, de Nurvey Elena Cano Marín, también obtuvieron mención de honor. “En la Facultad ya se reconocen los aportes de los profesores desde sus proyectos de investigación. En el horizonte social se espera posicionar el programa en el ámbito nacional. Es posible que a partir del proceso de autoevaluación se generen cambios programáticos y metodológicos que faciliten el acceso a este campo de profesionalización de la docencia en educación superior en salud”, enfatiza la profesora Cruzana al hablar sobre la proyección de la maestría. Dando respuesta a las necesidades, la Facultad ha dispuesto los medios para que, hasta ahora, 23 de sus profesores realicen la maestría. Así mismo, las instituciones aliadas reconocen la importancia de esta maestría, al apostarle a la formación de su talento humano. Actualmente hay estudiantes de la Universidad Cooperativa de Colombia, CES, IPS Universitaria y del Hospital Pablo Tobón Uribe.


Investigación

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La vida con la enfermedad de Huntington Por SERGIO A. URQUIJO MORALES

Especializaciones • Cirugía plástica • Maxilofacial y de la mano • Anestesiología y reanimación • Ginecología y obstetricia • Pediatría • Toxicología • Neurología

Maestrías • Literatura • Ciencias básicas biomédicas • Literatura colombiana • Lingüística • Educación • Biología • Ciencias químicas • Ciencias animales • Investigación psicoanalítica • Salud colectiva • Motricidad • Desarrollo humano • Matemáticas

Doctorados • Física • Educación • Ciencias básicas biomédicas • Ciencias farmacéuticas y alimentarias

Guía de inscripción • Ingresar a la oferta de posgrados en www.udea.edu.co >> Estudiar en la UdeA >> Posgrados >> Oferta. Allí podrá conocer la información completa del programa de su interés. • Registrar la información para el pago ingresando a www. udea.edu.co/posgrados y luego a la opción “inscripciones”. • En la opción “1. Pago” descargar el formato de pago de la inscripción, diligenciarlo y hacer el pago en línea o en una entidad bancaria. • Completar la inscripción ingresando a www.udea.edu.co/ posgrados y luego la opción “2. Inscripción”.

Periodista de la Vicerrectoría de Investigación sergio.urquijo@udea.edu.co

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rimero aparecieron movimientos involuntarios, parecidos a tics, denominados movimientos coreicos. Poco después, crecientes fallas en la memoria e inexplicables cambios de comportamiento; luego, mal genio y agresividad. “A mí me estaba empezando la enfermedad, pero yo no sabía que me estaba empezando”, indica Graciela, que solo hoy, a sus 60 años, sabe que todo esto hacía parte de un mal que, como el Parkinson y el Alzhéimer, deteriora el cerebro: la enfermedad de Huntington —EH—. “Las personas que comienzan a desarrollar la EH, en el estado temprano, no reconocen sus síntomas, lo que se conoce como anosognosia”, explica la investigadora Luz Estela Varela, de la Facultad de Enfermería; “incluso aunque otra persona o un médico se los diga, debido al daño cerebral no logran ver su propio problema. Solo cuando los síntomas les ocasionan caídas o no logran desarrollar actividades laborales, se da una aceptación”. La EH se considera una enfermedad rara o huérfana, por su escasa frecuencia —de menos de 1 de cada 5.000 habitantes—. Eso hace que el desconocimiento y la incomprensión aumenten, y que haya menos recursos para investigarla. Por lo mismo, profesionales de la salud estén dirigiendo sus ojos a las comunidades donde esta enfermedad incurable, que es hereditaria, se expande con cada generación y vulnera a familias enteras. La profesora Varela, con el apoyo del grupo de Neurociencias de Antioquia —GNA—, de la Alma Máter, se concentra hoy en estudiar cómo esta situación afecta la vida cotidiana de pacientes y cuidadores en Colombia. “Es una enfermedad rara, de alto costo, los profesionales sabemos poco de ella y llegar al diagnóstico sin el conocimiento suficiente puede ser difícil”, afirma la investigadora, quien explica que la EH se caracteriza por una triada: alteraciones motoras, problemas de la conducta —trastorno psiquiátrico— y alteración cognitiva que llega hasta la demencia.

El estudio integral de la dolencia en el país apenas comienza a tomar forma. Como explica el neurólogo Francisco Lopera, coordinador del GNA, “la EH ha sido tratada como una enfermedad huérfana, con poco apoyo para investigación y manejo. En Antioquia hemos identificado aproximadamente unos 90 casos de personas afectadas, pero hay un alto número de personas en alto riesgo”.

Un asunto de familia Una de las características centrales de la EH es su carácter genético y hereditario. Se produce debido a una mutación en el cuarto cromosoma, que genera un aumento de la secuencia de ácidos nucleicos y ocasiona la aparición de un gen patológico llamado hutingtina. Si una persona sufre EH, hay una probabilidad de que el 50% de los hijos la herede. “La enfermedad se desarrolla con mayor frecuencia entre los 35 y los 55 años”, explica la profesora Varela; “por tanto, suele afectar a las personas en una edad reproductiva y laboralmente activa”. Por ello, cuando una persona es miembro de una familia en la que está la enfermedad, se enfrenta a dilemas como el de tener hijos. Como atestigua una paciente en la investigación, “tenía tanto miedo a tener hijos que me hice una ligadura de trompas a espaldas de la familia”. Especialmente las familias de menos recursos económicos enfrentan la doble tragedia de una enfermedad que, con el tiempo, causa invalidez y dependencia y deteriora las condiciones socioeconómicas de la familia. Una próspera vida laboral puede entorpecerse por la enfermedad, como en el caso de una médica que tuvo que dejar su trabajo cuando sentía que podía equivocarse al diagnosticar o prescribir. Quizás el drama principal, y el más olvidado, es el de los familiares cuidadores; no solo deben atender seres queridos cada vez más dependientes, sino que soportan la amenaza constante de desarrollar en cualquier momento los síntomas. Además, cuando el paciente llega a un estado en el que necesita atención continua y especializada, las familias no encuentran instituciones apropiadas que les apoyen en esta labor fatigante. “Hemos estado pagando en hogares geriátricos y hay un inconveniente y es

que el paciente en la mayoría de los casos es todavía joven, entonces no califica para un hogar geriátrico, ni es suficiente la comida que les dan allá”, indica una familiar, mayor de 50 años, que debe cuidar de su hermano. También se sabe que cuando hay diagnóstico y se logra el esquivo tratamiento (dadas las pésimas condiciones del sistema de salud colombiano), pueden aparecer resistencias que los cuidadores deben sortear: “La gente no quiere tomar medicamentos porque sienten que los medicamentos embrutecen la persona y la gente no quiere estar como un tonto; entonces también se niegan […] a que les sigan dando medicamentos”.

Estudio en marcha Actualmente, el Grupo de Neurociencias de Antioquia está en el proceso de firmar un contrato con la fundación estadounidense sin ánimo de lucro CHDI, que financiará un estudio prospectivo —que busca anticiparse y planear futuros estudios preventivos o curativos— llamado ENROLL-HD, que varias instituciones del mundo realizarán en una cohorte global de la enfermedad. “Es un estudio observacional, prospectivo, multinacional y multicéntrico, en América del Norte, América Latina, Europa, Asia, Australia y Nueva Zelanda, que busca construir un registro de la tercera parte de la población mundial afectada con la enfermedad de Huntington, incluidos todos sus familiares sanos”, explica el investigador Francisco Lopera. El grupo, con el mismo compromiso social que lo ha caracterizado durante 25 años, apoya desde ya a quienes, por su historial familiar o síntomas, crean que pueden tener la enfermedad. “Personas con movimientos involuntarios, coreicos, asociados a trastornos de comportamiento o a demencia pueden acercarse al GNA, en la Sede de Investigaciones de la Universidad —SIU—, para que sean evaluados y saber si pueden ser incluidos en el estudio de ENROL-HD”, señala el profesor Lopera. Conocer más sobre esta enfermedad huérfana puede ayudar a que pacientes y familiares tomen decisiones informadas sobre asuntos como la procreación, y permitirá desarrollar mejores estrategias de atención para los pacientes y sus cuidadores.


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¿Cómo se comportan los océanos? Por LINA GALLO BENÍTEZ Periodista de la Corporación Académica Ambiental comunicacionesambiental@udea.edu.co

Foto: cortesía

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l trabajo de grado del estudiante de oceanografía de la Universidad de Antioquia Wilberto Paternina Pacheco, permite hoy conocer no solo la productividad primaria del golfo de Urabá, sino también el comportamiento de otras zonas del Caribe colombiano. Desde niño estuvo interesado por la robótica y la electrónica, y se formó primero como técnico en mantenimiento de equipos de cómputo. Ahora estudia en la sede Ciencias del Mar en Turbo y alterna su formación como oceanógrafo con el atletismo y el taekwondo, en el que es cinturón amarillo. Hoy, Wilberto se emociona al comprender la importancia de procesar y analizar datos oceanográficos para el desarrollo del país. “Cuando conocí la óptica marina satelital me enamoré de la oceanografía física; esta subdisciplina registra todo lo que ocurre en el mundo de manera global, tanto en el océano como en el continente”, comenta el novel investigador de Chigorodó. Variables como la temperatura, los vientos, las mareas, la precipitación y la evaporación se estudian en la oceanografía física y sirven para modelar la atmósfera del océano y de la tierra, ya que “nos permiten saber cuánto bosque hemos perdido, cuáles son los riesgos de la línea de costa, entre otras problemáticas”, señala. De acuerdo con investigadores de la Universidad y del grupo de investigación Océanos, clima y ambiente —OCA—, adscrito a la Corporación Académica Ambiental, la alta nubosidad que se presenta en la zona dificulta la recolección de datos para determinar cómo se comportan las variables en el Caribe sur de Colombia y en específico en el golfo de Urabá. A la escases de información se suman otros retos para los oceanógrafos en formación y recién egresados de la Universidad, como las problemáticas ambientales que convergen en el golfo de Urabá como la contaminación de las aguas, la disminución de la pesca, el crecimiento de la población en

Wilberto Paternina Pacheco en el laboratorio los municipios costeros, el aumento del nivel del mar, los altos niveles de sedimentación, la erosión costera debido al cambio global y el inminente desarrollo portuario, entre otros temas que perfilan la oceanografía física como un campo de investigación pertinente. “Wilberto buscó determinar con su trabajo de grado la productividad primaria del golfo de Urabá y otras zonas del Caribe colombiano”, observa su asesor y coordinador del Grupo OCA, Lennin Flórez Leiva, y precisa que con esta información es posible decirle al pescador cuáles son los lugares donde más se percibe la productividad biológica”. Este dato es vital, si se considera que más de 2.000 familias mantienen una relación dinámica con el mar en Urabá, según el proyecto Lopegu (Lineamientos prioritarios para la formulación de un ordenamiento pesquero del golfo de Urabá). “Al medir la productividad biológica de un sistema ecológico se pueden definir zonas de pesca para los pescadores artesanales, información útil para las entida-

des territoriales encargadas de la toma de decisiones ambientales”, explica Flórez Leiva, y precisa que si se conoce espacialmente dónde se presentan los aumentos de microalgas se pueden revelar zonas potenciales de pesca y complementar la información suministrada por los pescadores; además, sirve como indicador biológico. Los sistemas de observación remota también permiten monitorear los cambios de los océanos y de las costas, y aportan información relevante de los últimos 30 años del cuerpo de agua. “Para el caso del desarrollo económico, como son los proyectos portuarios, es muy importante conocer estas variables oceanográficas en territorios poco explorados como Urabá; estos datos aportan la información suficiente para que se genere el menor impacto al ecosistema”, afirma el investigador científico de Invemar, Marco Alejandro Correa, co-asesor del trabajo de grado de Wilberto.

El trabajo El trabajo de Wilberto, en cuyo desarrollo tuvo una pasantía en el

Instituto de investigaciones marinas y costeras, Invemar, consistió en capturar la información que generan las imágenes satelitales de los cuerpos de agua y traducirla en números para su posterior análisis. “Registramos datos desde el año 2000 hasta el presente, pero esa información debe validarse con datos in situ, pues en el golfo no tenemos un registro continuo de clorofila”, precisa el estudiante, próximo a graduarse en oceanografía. Esta oportunidad académica logró materializarse gracias a las alianzas entre la Universidad de Antioquia y el Invemar y a la gestión del grupo OCA, que realizó un curso de imágenes satélites en la sede Ciencias del Mar de la Universidad de Antioquia en Turbo, con el acompañamiento de Marco Alejandro Correa. “La Universidad de Antioquia es pionera en oceanografía en Colombia a nivel de pregrado, y por eso nos interesa mucho que los estudiantes vengan al Invemar. El desarrollo de este programa va encaminado a responder tantas necesidades de investigación sobre procesos de desarrollo en los mares en el país; es importante que vean cómo se manejan las problemáticas ambientales y cómo hacemos las investigaciones”, dice Correa. Reitera, además, que se tiene poco conocimiento de la variabilidad marítima tanto en las costas como en las aguas oceánicas y es allí donde los oceanógrafos tienen mucho que aportar. “No sabemos cómo se están afectando las corrientes marinas, la temperatura y el hábitat físico de las especies marinas; esta es la línea de investigación que menos información tiene”, precisa. Mientras la Universidad aporta el talento humano, el Invemar pone al servicio de los estudiantes la instrumentación oceanográfica, el acompañamiento operacional y profesional. “Históricamente la relación con el Invemar ha sido muy buena y ya estamos trabajando en otros trabajos de grado y eventos como SenalMar, que será este año en Medellín”, observa el profesor Flórez Leiva.


Investigación

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Por LINA MARCELA GALLO BENÍTEZ Periodista Corporación Académica Ambiental comunicacionesambiental@udea.edu.co

Ilustración: Luis A. Cifuentes Jojoa

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l oso andino, también conocido como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) es la única especie de oso que vive en Suramérica y se encuentra amenazada por actividades humanas como la caza, la expansión de la frontera agrícola y la pérdida de biodiversidad en los territorios que conforman su corredor biológico. Por su alta vulnerabilidad e importancia ecosistémica el oso andino fue la especie escogida para realizar el estudio de caso en el municipio de Jardín, en el suroeste antioqueño, en desarrollo del Curso internacional de conservación biológica con base en las comunidades —CBBC—, que por primera vez ofrecen en Colombia el Centro Socioambiental OSA de Costa Rica y la Corporación Académica Ambiental de la UdeA. Con el acompañamiento de líderes ambientales, organizaciones sociales, estudiantes del territorio y los participantes del curso, se producirán aportes teóricos y un informe técnico, partiendo del conocimiento autóctono para su conservación. Para Roberval Almeida, biólogo brasileño, primatólogo, magíster en conservación y manejo de la vida silvestre, y fundador del Centro Socioambiental Osa de Costa Rica, la importancia del modelo CBBC radica en que “la conservación se origina en el seno de las comunidades, a partir de un individuo, un grupo organizado o una comunidad”; es decir, la conservación, para que sea real y efectiva, parte del conocimiento popular y los saberes tradicionales de los habitantes de un territorio. “Además de los principios biológicos, nos enfocamos en estudios de caso a través de observaciones en América Latina y el Caribe. Este es un modelo empírico, originario, que tiene cero influencia externa de la academia y las instituciones”, agrega. El camino de Roberval en la conservación biológica comenzó décadas atrás y ha ido sumando las experiencias en diversos países como Brasil, Costa Rica, Ecuador y ahora Colombia. Durante sus años de estudio como biólogo se dedicó a los grandes mamíferos y a mamíferos acuáticos en las zonas costeras de Brasil, luego en Costa Rica orientó sus esfuerzos de conservación a los felinos silvestres en la Península de Osa donde se encuentra el Parque Nacional Corcovado, uno de los sitios

Conservar el oso de anteojos, la tarea en Jardín “hotspot” en diversidad biológica en el mundo. Para proteger a los jaguares y otros felinos silvestres de la Península de Osa, hace 21 años el profesor Roberval comenzó un proceso de concientización y educación ambiental con las comunidades limítrofes al Parque Nacional Corcovado, indígenas Ngöbe y campesinos principalmente. Con ellos empezó a buscar alternativas productivas para las comunidades y hoy en día la mortalidad del jaguar en este lugar del mundo ha llegado a cero; es decir, el modelo de conservación propuesto y experimentado durante estas décadas ha logrado que la gente no mate más felinos en la zona. “En varios países de América Latina he observado las manifes-

taciones propias de la gente local, en paisajes dentro o fuera de áreas protegidas; de esta forma, la conservación es más realista y aplicada: la comunidad está haciendo su proceso de conservación, la academia y las organizaciones cooperan, pero la originalidad y la esencia es propia de la gente”. El curso explora el modelo CBBC con temas como biología de la conservación y biología humana, ecología humana, etnobiología, etnoconservación, ecología de las poblaciones, manejo y conservación de vida silvestre, que refuerzan las iniciativas de conservación que originalmente se hayan presentado en las comunidades a las que llega el curso. Además del profesor Roberval, el curso también cuenta con el acom-

pañamiento de Oscar Leiva Alpízar, gestor de turismo sostenible, magíster en desarrollo territorial rural de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Ecuador) e investigador sobre turismo y economía solidaria. “El Centro Socioambiental Osa es una asociación integrada por líderes locales, más allá de ser una organización grande y burocrática, tenemos objetos de investigación muy precisos con las comunidades”, comenta el profesor Leiva, quien este semestre dicta el curso de desarrollo sostenible para los estudiantes de Gestión de Ecología y Turismo de la Corporación Académica Ambiental en la sede de Turbo de la Universidad de Antioquia. “Fue a partir de este acercamiento con la Universidad donde vimos la posibilidad de adaptar el curso para Colombia, buscando alianzas con el contexto regional”, observa Leiva. El curso incluye dos sesiones teóricas y una salida de campo al municipio de Jardín, donde se ha coordinado el contacto con líderes campesinos gracias al acompañamiento de la Corporación GAIA. “Es un esfuerzo participativo; vamos a ver en Jardín el tema de la conservación de agua y los conflictos actuales; para el caso del oso de anteojos iniciaremos un proceso de investigación biológica, tal como hemos hecho con la conservación del jaguar, aprovechando la larga experiencia del profesor Roverbal en otros países”, explica Leiva. Uno de los principales objetivos del curso internacional es valorar la relación del ser humano con la naturaleza, especialmente en los contextos rurales y a partir de un reconocimiento etnográfico en el cual queden plasmadas las necesidades de las comunidades y sus conflictos socioambientales. “Sabemos que la realidad colombiana es compleja; vemos la conservación ambiental ligada con las necesidades sociales y las tradiciones; no se busca una separación radical entre las necesidades de la gente y la conservación; para esto se crean mecanismos de vigilancia y de control y esto por sí mismo ya es un buen elemento de conservación; no nos interesa entrar en una perspectiva desde la imposición, pues si se diera de esa forma el proyecto se acaba y la gente sigue con su vida común”, concluye el profesor Leiva.


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Colegio Universidad Virtual de Colombia, Bello, Antioquia.

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Foto: cortesía EPM

Paneles solares, alternativa para instituciones educativas de difícil acceso El proyecto, liderado por la Universidad de Antioquia, fue ejecutado con recursos del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación del Sistema General de Regalías. La prueba piloto se realizó en el colegio Universidad Virtual de Colombia, en Altos de Oriente en zona rural de Bello. Las demás instituciones beneficiadas están ubicadas en veredas de difícil acceso en Caucasia y Carepa.

Por JENNIFER RESTREPO DE LA PAVA Periodista Comunicación Institucional prensa@udea.edu.co

E

n búsqueda de impulsar proyectos para el desarrollo, la inclusión y el bienestar de las comunidades más alejadas, la Universidad de Antioquia en alianza con EPM, Andercol, Sumicol y Ruta N, lideran el proyecto “Celdas solares nano-estructuradas: desarrollo y aplicación de las tecnologías en escuelas no interconectadas o de intermitencia energética del departamento de Antioquia”, para llevar tecnologías solares a once instituciones educativas ubicadas en zonas rurales de difícil acceso. Las instituciones fueron seleccionadas por sus condiciones climáticas y ubicación. Algunas no contaban con energía o sufrían de intermitencia en el fluido eléctrico. El proyecto también genera un impacto educativo, al adecuar aulas de cómputo y permitir la realización de actividades académicas,

lúdicas y culturales que requieren del uso de energía. La prueba piloto del proyecto se realizó en Bello, norte del Valle de Aburrá, en el Colegio Universidad Virtual de Colombia; las seis instituciones educativas de Caucasia, en el Bajo Cauca, son: Cristo Salvador, Santiago Castillo, Simón Bolívar, Margento, El Brasil y Río Viejo. En Carepa, Urabá antioqueño, son: Belencito, Miramar, El Cerro y La Cristalina. En cada institución se instalaron los paneles solares, una estructura que los soporta, un sistema de monitoreo y las conexiones eléctricas para conectarse a la red. Para el caso de Caucasia y Carepa, las estructuras son en fibra de vidrio (más liviano y modular) y un material metálico galvanizado, que facilita su transporte hasta estas zonas apartadas. A diferencia de las tecnologías comerciales, los paneles solares desarrollados por los investigadores de los grupos Cidemat y Gimel de la Universidad de Antioquia, cuentan con un sistema de monitoreo remoto que permite a través de internet y una base de datos central, hacer los análisis del funcionamiento de cada estructura.

“Con la información recopilada, podremos definir las pautas de mantenimiento y degradación de los paneles de manera remota. La idea nuestra es que podamos tener soluciones solares integrales, flexibles, que podamos llevar a más instituciones educativas donde sea una solución práctica y efectiva”, dice Franklin Jaramillo Isaza, coordinador del proyecto. Sostiene el profesor de la Facultad de Ingeniería que al trabajar con tecnología propia, con materiales a partir de nanotecnología escalable y funcional, pueden tener celdas flexibles, semitransparentes, que se puedan integrar a la ropa e imprimirlas como si fueran una pintura, lo cual “no se puede hacer con la tecnología comercial; estamos innovando en materiales y procesos de fabricación para tener tecnología única en el mundo”. Para el caso de la prueba piloto en Bello, el panel instalado trajo múltiples beneficios para la comunidad educativa conformada por 245 niños y jóvenes y 55 adultos, en su mayoría de escasos recursos y víctimas del conflicto armado. “El proyecto le permitió a esta institución educativa entrar en una nueva era, mejorar la calidad de vida de

los estudiantes gracias al suministro de energía para la refrigeración de alimentos del restaurante escolar que antes no estaba en funcionamiento y dar luz a tres salones de clase”, expresó el coordinador del colegio Universidad Virtual de Colombia, Fernando de Jesús Gutiérrez. El proyecto, que está en la etapa final, inició las instalaciones de las estructuras solares con la prueba piloto en abril de este año; en julio se realizaron las instalaciones en Caucasia, y en la actualidad culminan las instalaciones en Carepa. Los paneles solares benefician a cerca de 1.100 estudiantes de escasos recursos en las zonas rurales de los municipios beneficiados, los cuales, gracias a las tecnologías desarrolladas por la Alma Máter, podrán tener en sus comunidades educativas energía para la refrigeración de alimentos, luminarias y equipos de cómputo. Además, las estructuras solares impactan aproximadamente a 6.000 miembros de las comunidades aledañas, pues podrán disfrutar de esta tecnología realizando actividades cotidianas, como cargar sus dispositivos móviles, sin tener que trasladarse hasta el casco urbano.


Extensión

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Consultorio Jurídico atiende programa de protección internacional a migrantes Por CAROLINA SÁNCHEZ ÁLVAREZ Periodista de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas pcarolina.sanchez@udea.edu.co

Foto: cortesía

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l Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, en convenio con la Corporación Opción Legal y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Acnur, dio inicio en Medellín a un programa de protección internacional que brinda asesoría jurídica gratuita, técnica, oportuna y cualificada a la población migrante que requiera el servicio. Por su ubicación geográfica estratégica Colombia siempre ha sido utilizado como zona de tránsito hacia el norte del continente; no obstante, desde hace algún tiempo las transformaciones políticas y sociales de países fronterizos han llevado al incremento sustancial de personas de otras nacionalidades que ingresan al territorio, las cuales no reciben la asesoría o atención adecuadas para iniciar los trámites necesarios que regularicen su situación. En la problemática, la Acnur y la Corporación Opción Legal han identificado que la población con necesidad de protección internacional que llega a Colombia tiene grandes dificultades para acceder al derecho a la justicia como mecanismo para demandar la garantía de sus derechos; y pese a que el Estado ha suscrito y ratificado instrumentos internacionales, la garantía de protección de los derechos de esta población ha sido insuficiente. “Ante la persistencia del alto nivel de desprotección y las condiciones de marginalidad que enfrenta esta población resulta imperativo abordar esta problemática mediante alternativas que permitan un acercamiento real a la situación, a los mecanismos de exigibilidad o medidas de protección dispuestas por el Estado colombiano”, señala la Acnur.

Asesoras del Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia que prestan apoyo al programa de protección internacional a migrantes.

Contactos Al llenar el formulario que se encuentra en el vínculo https://goo.gl/ HXfWcX, los usuarios pueden comunicarse con el personal de apoyo y asesoría jurídica gratuita del Programa de Protección Internacional de la Universidad de Antioquia. También pueden dirigirse al Consultorio Jurídico en la Antigua Escuela de Derecho, ubicado en la calle 49 # 42 A 39, oficina 101. El correo electrónico de contacto es asistenciamigrantes@udea.edu.co.

El programa de protección internacional en Medellín nace entonces como respuesta de la Universidad de Antioquia, la Acnur, y la Corporación Opción Legal, a la presencia en el territorio colombiano de un gran número de personas de distintas nacionalidades, que huye de violaciones a derechos humanos o de circunstancias adversas en sus países de origen. En ese sentido, observa el decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, Luquegi Gil Neira, “la apuesta que hoy está haciendo el Consultorio Jurídico es por generar una orientación para personas, independientemente de su nacionalidad, acerca de sus derechos como personas, como ciudadanos del mundo, y establecer cuáles son los distintos regímenes de protección internacional a los cuales tendrían derecho y cómo pueden hacer valer estas personas sus derechos”. Astrid Osorio, coordinadora del programa en el Consultorio Jurídi-

co de la Universidad, explica que este “es un trabajo cooperativo, donde lo que hacemos es asesorar gratuitamente a personas con necesidades o condiciones migratorias irregulares o que necesiten apoyo para cumplir algunos de los requisitos exigidos por el Estado, o que incluso teniendo su condición migratoria regularizada soliciten asesoría en otros temas como convalidación de títulos o acceso a algunos servicios”. Si bien la atención a la ciudadanía comenzó en septiembre, el programa inició en agosto con capacitaciones en temas de protección internacional, tanto a profesores como a estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas que hacen parte del Consultorio, con el fin de brindar asesorías de calidad. “Nosotros esperamos mucha acogida porque la mayoría de personas no tiene una situación migratoria regular, es decir que no entró con pasaporte o por las dos

fronteras que ha establecido el gobierno colombiano; es decir, la mayoría entró de manera irregular al país, o entró con un permiso pequeño para quedarse en Cúcuta, por ejemplo, pero comenzó a irse al interior del país”, explica la coordinadora del programa. Inicialmente, cuando el usuario se acerca al Consultorio Jurídico de la Universidad de Antioquia se brinda una primera cita para comprender la situación integral de la persona que solicita, “porque si no se identifica bien la situación podemos caer en una revictimización o podemos llegar tarde a la situación”, explica Astrid Osorio. Posteriormente, dependiendo del caso se realiza una asesoría y, de ser necesario, una intervención jurídica. Adicionalmente, hay un formulario online donde las personas pueden poner la información necesaria para revisar su situación migratoria y elevar sus consultas, y brindan, además, sus datos personales para ser contactadas. De esta manera el programa está preparado para tramitar solicitudes de garantía de derechos de la población migrante, de refugio, solicitudes para acceder a los derechos que se adquieren con el reconocimiento del estatus de refugiado, reconocimiento de nacionalidad colombiana cuando sea el caso, restablecimiento de derechos a víctimas de trata de personas y el acertado redireccionamiento hacia instituciones que puedan atender otras necesidades a la población con necesidad de protección internacional. El programa de protección internacional también se está implementando en los consultorios jurídicos de la Universidad UCC - Sede Arauca, en la Universidad del Norte en Barranquilla, en la Universidad Libre de Cúcuta, y la institución universitaria Cesmag de Pasto.

LA UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA HACE CONSTAR: • Que se encuentra en trámite el reconocimiento de la sustitución pensional por el fallecimiento del señor JHON DE JESUS LOPEZ SANCHEZ cc 3.468.798, quien falleció el 25 de julio de 2017. Se ha presentado a reclamar la señora FLOR ALICIA MESA de LÓPEZ en calidad de cónyuge. Las personas que se consideren con igual o mejor derecho deberán presentarse dentro de los 30 días siguientes a esta publicación, en el bloque 22, oficina 340 (Gestión Pensiones).


Internacionalización

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Experiencias de Francia sobre recursos y territorios rurales Por ANDREA QUINTERO CARDONA

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ropuestas y experiencias educativas francesas sobre la articulación entre agricultura, alimentación y territorios, fueron presentadas por Denis Sautier, investigador del Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement, Cirad, en el marco del programa De país en país: Francia 2017, con el apoyo de la Facultad de Educación de la Universidad de Antioquia. El investigador en innovación de sistemas agroambientales adelantó actividades en Medellín y la Seccional Oriente y dialogó en torno a las formas de asociación y formación que han emprendido algunas comunidades rurales en el mundo para alcanzar un desarrollo territorial basado en la valoración de recursos agrícolas y alimentarios. El Cirad es una entidad de investigación agropecuaria para el desarrollo, financiada por el gobierno francés y dedicada a la cooperación internacional. Su colaboración con la Universidad inició en 2015, por medio del grupo de investigación Educación y Diversidad Internacional, EDI, en el marco del proyecto “Diálogo universidades-comunidades hacia el fortalecimiento del liderazgo, la creatividad y la sostenibilidad en contextos rurales diversos”. “Para mantener las especialidades regionales de forma individualizada y diferenciada, a pesar de la globalización de los mercados, se puede recurrir al marco metodológico del SIAL o sistemas constituidos por organizaciones de producción y servicio, asociadas a un territorio”, señala Sautier. Él observa que en los territorios existen recursos específicos (que no existen en otro lugar o en la misma combinación) tales como clima, suelos, biodiversidad, formas de colaboración y organizaciones sociales, atributos que pueden ser articulados, relocalizados e integrados en las prácticas de consumo de lugares distantes. Entre los factores que potencializan su articulación se encuentra

Foto: cortesía Relaciones Internacionales

Periodista de la Dirección de Relaciones Internacionales comunicacionesinter2@udea.edu.co

Denis Sautier, y el equipo de ruralidad en la Seccional Oriente, municipio de El Carmen de Viboral.

el actual distanciamiento entre consumidores y territorios donde se originan los productos. “Esta distancia es peligrosa para el mercado global porque con los alimentos hay una relación íntima, los incorporo en mi cuerpo y soy sensible a su calidad y sanidad; pero al tiempo es un potencial para los territorios rurales que sí pueden reactivar las relaciones de proximidad”, destaca el investigador. Otros factores de interés son el turismo, ya que las visitas concurrentes a distintas regiones, más que incentivar una competencia entre ellas, sirven para reforzarlas mutuamente; y las nuevas formas de organización, como las agroindustrias que existen en Colombia en torno a bocadillos, arepas, panela, semillas de chía, etc., generan productos con identidad cultural y reconocimiento.

Experiencia en Francia Uno de los procesos más llamativos de desarrollo territorial en Francia es el que sucede con la sal de Guérande, una región mediterránea con una fuerte tradición en esta cosecha, que debió encarar distintos desafíos para actualizar y mantener su forma de trabajo. Según Sautier, en los años 70 en Francia empezó una reflexión conjunta de los productores de sal. “La cuestión educativa fue central en su visión, tratando de entender por qué su producción, que tenía

tanta acogida y reputación, no tenía un espacio en el mercado. Fue importante que los jóvenes líderes rurales entendieran su propia problemática”. Su estrategia colectiva consistió en valorar solo un producto y una localidad, capacitar a los productores y movilizarlos junto a otros habitantes, trabajar en cualidades especiales del producto, crear una cooperativa como motor de la cadena productiva y desarrollar una reputación (un tercio de los productores practican la venta directa, para aprovechar el mercado turístico y sensibilizar a los consumidores). Un segundo ejemplo es el ecoterritorio Biovallee, un modelo de 2005 focalizado en el territorio por sí mismo, no en un producto o cadena productiva. Biovallee es una región heterogénea que pretende cubrir su territorio con energía renovable local, movilizarse hacia la agricultura orgánica y proponer alimentos locales u orgánicos en comedores; generar empleos en “cadenas ecológicas” y desarrollar programas de capacitación e investigación con desarrollo sostenible.

Aporte universitario Para Sautier, también las universidades tienen un papel destacado en el fortalecimiento y la consolidación de estos sistemas agroalimentarios localizados. Por un lado, investigan sobre características

originales de los productos y muestran la importancia económica, social y cultural de los alimentos locales, así como las formas de organización social que sustentan determinadas producciones. Otro aporte son los centros de aprendizaje para adultos o la oferta de una formación de corto tiempo que consolide competencias en los productores. “Las seccionales de la Universidad de Antioquia son relevantes siempre que crean capacidades en los habitantes locales. La idea es capacitar a los agricultores en la selección de semillas, a los criadores para entender razas locales, o en general para comercializar productos, manejar sellos y marcas registradas”, señala el investigador. Este aporte, que representa un reto para las universidades en Colombia, es consolidado por la Universidad de Antioquia a través de programas académicos como el diploma en Agroecología y Pedagogías para la Paz, dirigido a campesinos y liderado por la Facultad de Educación en alianza con la Corporación CEAM y la Gobernación de Antioquia. O en menor escala, es enfrentado por medio de programas como De país en país, que posibilita encuentros alrededor de proyectos de cooperación e investigación en temas como territorios y recursos, demostrando que la Universidad tiene la capacidad de dialogar con el campo, concediendo además valor y legitimidad.


Opinión / Análisis

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En términos de la “business university”, el cambio básico que se debe dar consiste en pasar de ser una universidad al servicio de una formación profesionalizada, a una universidad capaz de gestionar su propia misión mediante la investigación, la innovación y la relación con el sector productivo. La universidad debe organizarse como una empresa y buscar el lucro. ¡Punto!

¿Qué hacer con la business university?

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Por FRANCISCO CORTÉS RODAS Director del Instituto de Filosofía

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a transformación del antiguo modelo de la universidad humboldtiana, humanista y liberal, a lo que se denomina la “business university”, es un proceso que se inició en los Estados Unidos y se ha extendido a Europa y a muchos países de América Latina. El cambio básico consiste en que las universidades están desarrollando nuevos modelos de enseñanza e investigación integrados cada vez más a la lógica del mercado. En esta dirección, el modelo de profesor está modificándose: los docentes, que antes se dedicaban a sus cátedras e investigación, se han convertido en verdaderos empresarios, dedicados a aumentar su curriculum, publicaciones, y a competir por puestos y proyectos para estar a la altura del mercado competitivo. La transformación de la universidad no es un fenómeno aislado en la historia reciente. Los cambios se están dando en todos los ámbitos de la sociedad. Los hospitales, museos, el transporte, los clubes de fútbol, experimentan también una creciente mercantilización. Este es el conocido modelo “managerial” de los teóricos de la public choice, propio de las corporaciones y empresas, que se extiende a la universidad. El capitalismo proyecta la racionalidad mercantil a todas las esferas de la existencia humana, la cual además está anulando elementos básicos de la democracia. La razón capitalista convierte la democracia en algo económico.

... el modelo de profesor está modificándose: los docentes, que antes se dedicaban a sus cátedras e investigación, se han convertido en verdaderos empresarios, dedicados a aumentar su curriculum, publicaciones, y a competir por puestos y proyectos para estar a la altura del mercado competitivo. Ahora bien, ¿qué pasa en Colombia? Tenemos fenómenos graves como el desfinanciamiento de la universidad pública, la crisis de Colciencias, el crecimiento desbordado de la universidad privada con instituciones de calidad y privadas de garaje, estas últimas sin calidad. La educación técnica y tecnológica, desarrollada en instituciones politizadas y burocratizadas, está seriamente descuidada. En términos de la “business university”, el cambio básico que se debe dar consiste en pasar de ser una universidad al servicio de una formación profesionalizada, a una universidad capaz de gestionar su propia misión mediante la investigación, la innovación y la relación con el sector productivo. La universidad debe organizarse como una empresa y buscar el lucro. ¡Punto! Así escribe un dirigente empresarial “determinar los conocimientos que debe tener cualquier persona para trabajar en sectores productivos, y a su vez formar y educar pensando en esa pertinencia. En otras palabras, ofrecer una mejor sin-

tonía entre demanda laboral, presente y futura, y formación. Ausencia que por años ha afectado la productividad y el desarrollo del país” (Rafael Aubad, El Colombiano, 14.08.17). En lo que dice este líder empresarial y educativo de manera simple, se expresa la idea, según la cual es necesario abrir disciplinas que respondan mejor a las necesidades de la sociedad, que se definen por el desarrollo de aquellas áreas de ciencia y tecnología que le permiten a un país mantener su nivel de competitividad en el mercado global. La racionalidad de la denominada “business university” plantea, así, un serio desafío a la universidad liberal, humboldtiana. La finalidad de la universidad no es la gestión y los negocios, sino la enseñanza y la investigación. La mercantilización en el sentido de la “business university” menoscaba las dimensiones humanísticas y democráticas de la sociedad. *Publicado en El Colombiano, el 12 de septiembre de 2017

Perdonar implica volver atrás No me basta el arrepentimiento verbal. Estoy dispuesto a exculpar a quien haya demostrado con los hechos que ya no es el hombre de antes. —Primo Levi— Por JUDITH NIETO Profesora de la Facultad de Medicina y de la Escuela Iberoamericana de Bibliotecología judithnieto48@gmail.com

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n una entrevista a J. Derridá (2008), a propósito de su trabajo sobre el perdón, el filósofo francés de origen argelino llama la atención sobre cómo los últimos tiempos parecen marcados por escenas de arrepentimiento, de confesión, de súplicas de perdón o de disculpas comunes a todas las esferas de orden geopolítico, desde la última guerra, y cada vez con mayor frecuencia; piden perdón y se arrepienten no solo algunos individuos, sino comunidades enteras, incluidos representantes de diversas jerarquías.

Pide perdón el papa —continúa Derridá— por los abusadores de menores encontrados en su Iglesia; pide perdón un representante del gobierno alemán por los crímenes del pasado, que no libera de peso alguno su historia. Así, Derridá considera, en sus análisis sobre el perdón, que un síntoma de la internacionalización es pedir perdón. Pues bien, vale la pena preguntarse esta vez, en torno al perdón: ¿qué significa la urgencia actual y global manifiesta en la proliferación de escenas en las que se pide perdón? Para dicho filósofo, todo esto tiene como significado implícito un afán por la memoria: “hay que volverse hacia el pasado. Y ese acto de memoria, de autoacusación, de ‘contrición’, de comparecencia, a la vez hay que llevarlo más allá de la instancia jurídica y de la instancia del Estado-nación” (2008, p. 114). Esto mismo conduce a apreciar la importancia del deber de la memoria, a considerar que ella

implica pensar la historia; es decir, remitirse a un pasado del cual aún están vivas sus huellas. Se recuerda y se piensa en aquello que ha dejado huellas, o cicatrices, que de alguna manera ayuda a pensar en la idea del perdón; con ello se invoca una memoria colectiva que da cuenta del constreñimiento, del despojo y del sufrimiento. En esta proporción, perdonar involucra volver atrás, abrir lugares previamente clausurados; y con dichas acciones, disponerse a la reactivación de la memoria, a hacer incesante el recuerdo con el que se aspira a conocer la verdad de lo que ocurrió y por qué ocurrió; a exorcizar el miedo a olvidar o, en su defecto, a evitar volver a lo ocurrido, lo que lleva a pensar que el presente está levantado sobre acontecimientos semiolvidados que flotan sin más en el tiempo. Pasa a la página 17


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Presencia del egresado*

Hidroeléctrica Ituango, un megaproyecto con decisiones innovadoras Por JOSÉ GUSTAVO JIMÉNEZ ARANGO** gustavojimenezarango@gmail.com

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l crecimiento y el desarrollo de un país dependen en lo fundamental de la pertinencia de la educación, que se traduzca en los propósitos y ambiciones que los profesionales formados en sus universidades se planteen con el fin de crear una historia que impacte, tanto económica, social, tecnológica y ambientalmente, en el beneficio integral de la comunidad y de mostrar capacidades en los macroproyectos de nivel internacional. El Proyecto Hidroeléctrico Ituango es un caso de estos, en el que a la par que proporcionará la energía que el sector productivo y la población demandan, al constituirse con sus 2.400 MW de potencia instalada como la fuente de generación de energía más grande de Colombia, garantizará para las próximas décadas la sostenibilidad y confiabilidad energética del país, fortalecerá con sus transferencias de ley el desarrollo económico, el empleo y el presupuesto público de más de 150 municipios y de las corporaciones autónomas regionales, respetando el derecho de las futuras generaciones al disfrute de sus beneficios con criterios de sostenibilidad en lo social, económico y ambiental. Su construcción se ha convertido en el mayor reto para la ingeniería moderna en Antioquia,

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Esta breve meditación, centrada en intentar responder ¿qué significa pedir perdón?, se apoyará en planteamientos consignados por Manuel Reyes Mate, una de las víctimas que más aportes ha hecho a la comprensión de la guerra y a la idea del perdón como una de sus salidas, pues conduce al no más. Invocar el perdón da cuenta estricta de la disposición del victimario al demandarlo. “El reconocimiento del daño irreversible y la autoridad de la víctima en su plan de vida. No es un gesto vacío” (Mate, 2012-2013, p. 12). Cuando se pide, el perdón va en busca de solicitar una segunda oportunidad. ¿Para quién? Para el victimario, quien una vez asume la culpa frente a la acción perversa cometida, pide a la víctima la oportunidad de mostrar que puede tener un comportamiento diferente con ella. Este gesto lo obliga, lo pone frente al deber de la memoria, frente a la necesidad de asumir desde el pasado la

en Colombia y uno de los mayores en América Latina, y con certeza afirmamos que no se ha sido inferior a tan alta responsabilidad, ya que a la fecha el avance de las obras supera el 75%, garantizando la entrada en operación de la primera de las ocho unidades de generación con las que contará la Central Hidroeléctrica Ituango para diciembre de 2018, cumpliendo con los presupuestos iniciales y las obligaciones ambientales, sociales y de tiempo propias de un proyecto de esta magnitud. Pero, igual de audaz a su construcción en lo referente a la ingeniería de alto nivel aplicada, se puede calificar también la forma como se estructuró el modelo financiero y su posterior cierre, con la decisión que tomó la Sociedad Hidroeléctrica Ituango S.A. E.S.P. de encargar la ejecución de su desarrollo a una empresa de servicios públicos nacional, mediante un contrato tipo BOOMT (build, own, operate, maintain and transfer, que por sus siglas en inglés significa construir, poseer, operar, mantener y transferir), firmado entre la Sociedad Hidroeléctrica Ituango S. A. E.S.P. y Empresas Públicas de Medellín E.S.P. Por su monto, plazo, condiciones y características financieras no tiene antecedentes en el país. Este modelo garantizará ingresos permanentes por venta de energía para sus socios (departamento de Antioquia, IDEA, EPM, CHEC y 67

minoritarios más), entregando al contratista, EPM, los riesgos de financiación, construcción (parciales), operación, comercialización y mantenimiento, sin perder para la sociedad Hidroituango la propiedad del proyecto. Las inversiones, estimadas en diez billones de pesos, han sido principalmente de carácter técnico; sin embargo, se destaca los 2,4 billones presupuestados para inversiones directas en los doce municipios del área de influencia en temas sociales, ambientales e infraestructura, con lo que se ha logrado recuperar, en gran medida, las deficiencias que en estos aspectos se presentaban en la zona antes de la construcción del proyecto. En la Sociedad Hidroeléctrica Ituango S.A. E.S.P. nos sentimos orgullosos de ser parte de la historia grande de Antioquia, aportando con nuestro trabajo a la sostenibilidad económica del departamento y en la confiabilidad energética de Colombia, con el proyecto hidroeléctrico más importante del país, cuya capacidad difícilmente será superada. * Nota promovida por el Programa de Egresados. ** Egresado de Administración de Empresas. Gerente general de la hidroeléctrica Ituango. Docente universitario en posgrado y representante de los egresados al consejo de la Facultad de Ciencias Económicas de la U. de A.

Egresad@ de la Universidad de Antioquia actualice sus datos, para mantener el contacto y recibir información de la Alma Máter. Envíe al correo electrónico programaegresados@udea. edu.co nombre completo, cédula, correo, celular y teléfono fijo, o al teléfono (57-4) 2198995.

responsabilidad de sus actos crueles y punibles; compromiso que, una vez reconocido y asumido, le permite demandar el perdón. Acto que está por fuera de toda obligación; no es una imposición, “ni un olvido, es un gesto gratuito porque nadie puede obligar a la víctima a concederlo” (Mate, 2012-2013, p. 10). A propósito del acto libre y voluntario de ser indulgente, considerado por quien fuera víctima del Holocausto, es importante enfatizar que la clemencia se dirige a quien recibe la agresión; en tal sentido, la absolución reside directamente en la persona, en la víctima, e incluso va más allá de la persona. También, destaca que en casos de un mal extremo o mal radical —según denominación del autor—, la acción del indulto debe extenderse a la sociedad, pues esta también ha sido víctima de los daños y privaciones causados por el agresor. En síntesis, se trata de intentar el perdón, y aunque la indulgencia no viene de ninguna obligación y es posible negarse a perdonar —pues

olvidar el tiempo de la desgracia resulta difícil—, no se exime una actitud remedial para la memoria, siempre y cuando la víctima no se detenga exclusivamente frente al recuerdo nocivo. Siempre y cuando se aprenda a hablar de la memoria como quien sabe olvidar. Esta reflexión ha generado una pregunta, una nueva pregunta surgida a medida que se llegaba al cierre de estas páginas: una sociedad polarizada frente a los acuerdos de paz alcanzados en 2016, ¿logrará asumir el carácter humano, político y público que implica el deber de la memoria; además de pedir y conceder perdón? Adenda: fue conmovedora la súplica del papa Francisco ante el Cristo Negro de Bojayá. Referencias Derridá, J. (2008), “El perdón”, El perdón, virtud política. En torno a Primo Levi, Barcelona, Anthropos. Mate, Manuel-Reyes (2012-2013), “De la memoria a la reconciliación, una elipse incómoda”, Pasajes. Revista de Pensamiento Contemporáneo, Universidad de Valencia.


Opinión / Análisis

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Viva la Universidad

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Por LUIS JAVIER CASTRO NARANJO** Profesor de la Facultad de Medicina

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n estos días celebramos el cumpleaños de la Institución, un momento propicio para la reflexión, y para el recuerdo de aquellas estrofas que orgullosamente repetimos a diario: «Cantaremos entusiastas a nuestra Universidad, Alma Máter de la raza invicta en su fecundidad». Este himno tiene una bella historia, como quiera que en los años 30 fue suspendido por el consejo directivo e impuesto otro que nadie aprendió y, ante la presión de profesores y estudiantes, la Universidad no tuvo otra salida que volver al original, el que todavía cantamos, el que no deja de emocionarnos, el que nos identifica, el que nos convoca. Cuenta el médico y escritor Jorge Franco Vélez, en su muy conocido libro Hildebrando, que la letra fue escrita por el maestro José María Bravo Márquez y el bachiller del Liceo Antioqueño Edgar Poe Restrepo; mientras la música es una adaptación de un himno norteamericano del pastor, músico y gran compositor Robert Lowry. Esto fue motivo suficiente para que algunos lo descalificaran y que fuese prohibido. El himno del predicador se llama: «Shall we gather at the river» (Encontrémonos en el río) y es muy popular, tiene infinidad de intérpretes y no es inusual que en las películas del lejano oeste se escuchara como música de fondo al igual que en otros géneros del séptimo arte. «Madre que de tus semillas savias nobles siempre das, al pródigo amado hijo, muchas para cultivar», agregaba Bravo Márquez, quien se destacó como profesor universitario. Según Franco fue músico y musicólogo, historiador, geógrafo, sociólogo, filósofo, gramático del cas-

tellano y latinista; parecía que todo lo abarcaba en sus vastos conocimientos humanísticos. Fue muy querido por todos los estudiantes, quienes cariñosamente lo apodaban Pepe Von Dillón (por fondillón), dado su sobrepeso, grandes nalgas y el gusto por la cultura germánica. En el libro Universidad de Antioquia. Historia y presencia, que fuera coordinado por la profesora María Teresa Uribe de Hincapié, se lee sobre el maestro Bravo Márquez: «Fue uno de los músicos más representativos de Antioquia y fundó en 1932, el conjunto musical Orfeón Antioqueño…». La producción musical del maestro supera las doscientas composiciones, entre las que sobresalen los arreglos para el himno de la Universidad de Antioquia, La voccata y la Sinfonía de los Andes. Cuando se presentó el sisma de la Universidad Pontificia Bolivariana, el profesor Bravo Márquez firmó el memorial de apoyo al rector Ricardo Uribe Escobar. Don Pepe fue diputado a la Asamblea de Antioquia para el período de 1926 a 1928. «Himno sacro te cantamos, fuente de eternal amor, nuestras voces el espacio llenan hoy en tu loor». Ahora y siempre Universidad de Antioquia, casa del saber, posibilidad de ascenso social aunque el Estado colombiano te asfixie financieramente, aunque te disminuyan el presupuesto para la investigación, para la ciencia y la producción del conocimiento; aunque los mandatarios locales no demuestren su compromiso con la Institución o prefieran egresados de universidades privadas para sus gabinetes, como lo demuestra el reciente nombramiento de secretarios en el gobierno de la ciudad de Medellín. «Viva la Universidad, gritemos todos con gran emoción, que viva la Universidad cantemos con grande fervor», añadiría el poeta Edgar Poe Restrepo, quien vivió poco tiempo, pues una herida por arma blanca precipitó su muerte. Hijo de Abel Farina murió a los 23 años, no obstante, alcanzó a ser profesor de literatura, a escribir poesía y a estudiar derecho en el Alma Máter.

El cantaremos entusiastas se quedó para siempre en la Universidad; no creo que vuelva una administración a tratar de reemplazarlo porque su música no sea original y corresponda a una adaptación realizada por un gran humanista, quien impulsó la música coral entre nosotros, aquel que decía que todo el que habla canta, para invitar a los jóvenes a la conformación de sus grupos musicales. La Universidad que ahora conmemora sus 214 años de existencia permanecerá eternamente y en la escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancur —El hombre creador de energía— encontrará la inspiración que le permita cumplir con el Plan de Desarrollo que ha construido para los próximos diez años. En él llaman la atención, por su novedad e importancia, los temas estratégicos 5 y 6, que corresponden al compromiso con la construcción de paz, equidad, inclusión e interculturalidad y las contribuciones a la gestión del ambiente y la biodiversidad. Colombia no puede seguir en la lucha fratricida que tantos muertos y sufrimiento ha producido. En el posacuerdo los universitarios debemos contribuir a que cese la violencia, tenemos que evitar la propagación del odio y más bien en el perdón y la reconciliación, encontrar la fórmula para la paz. Finalmente, la tierra nos habla a través de fenómenos naturales que producen desolación y muerte. En este año 2017 han ocurrido tragedias en países como Chile, Argentina, Brasil, Méjico, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania, Noruega, China, Nueva Zelanda, entre otros. Los últimos acaecidos en el Caribe y América del Norte relacionados con los huracanes Harvey e Irma y en Méjico con un temblor de 8.2 en la escala de Richter. Desde la Universidad podemos hacer mucho para salvar el planeta azul. *El artículo hace parte de la columna Ágora, bajo la responsabilidad de la Asociación de Profesores de la Universidad de Antioquia. **Representante profesoral al Consejo Académico

Sobre el humanismo positivo de Marx Por JUAN GUILLERMO GÓMEZ GARCÍA Profesor de la Facultad de Comunicaciones punctumed@yahoo.com

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n un pasaje, por claro, acaso olvidado, de los “Manuscritos del 44”, Marx escribe: “Cuando los obreros comunistas se reúnen, su objetivo es, en primer lugar, la doctrina, la propaganda, etc. Pero al mismo tiempo se apropian de esta manera de una necesidad nueva, la necesidad de la sociedad, y lo que parece

el medio se convierte en objetivo. Se pueden observar los más brillantes resultados de este movimiento práctico cuando uno ve reunidos a obreros socialistas franceses. Fumar, beber, comer, etc., ya no son allí, pretextos de reunión o medios de unión. La asamblea, la asociación, la conversación que, a su vez, tiene a la sociedad como objetivo, les compromete; la fraternidad humana no es en ellos una frase vacía, sino una verdad, y la nobleza de la humanidad brilla sobre esas figuras endurecidas por el trabajo”. El pasaje de Marx está inserto en una densa discusión contra el comunismo vulgar. Marx rechaza allí la idea de una forma muy frecuente de entender la sociedad comunista como una simple distribución de los bienes materiales luego de la expropiación de ellos a los capitalistas. Esta idea

es solo una negación envidiosa de la propiedad privada y sigue la lógica, pero al revés, del propietario privado, que es también egoísta, envidioso y cobarde. La superación de esta concepción egoísta y vulgar del comunismo, que alentaban los esquemas utópicos de Saint-Simon, Fourier o Cabet, era un paso indispensable para comprender la verdadera apropiación de la esencia humana por el hombre y para el hombre. El medio social es el objetivo social del hombre, su meta misma. En el pasaje citado, el hombre es un ser social, dispuesto no solo a compartir los bienes materiales en común sino a hacer una vida colectiva cálida, una vida asociativa en la que la converPasa a la página 19


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sación alcance y se base en la fraternidad, una verdad noble que brille por encima de los egoísmos, la brutalidad interesada, la corrupción moral generalizada, que encadena y envilece al género humano. La asamblea, el encuentro fraternal es el lugar de la verdad humana, la construcción de lo más noble del hombre. La apropiación del hombre de su naturaleza más íntima, su naturaleza social-moral, hace del hombre un referente del hombre real, que en su mayoría es explotado, humillado, rebajado por un sistema de jerarquías sociales y privilegios económicos abominables. El comunismo es así planteado como una ateísmo positivo, un humanismo sin dios que aliena y traza líneas odiosas entre los hombres. Este igualitarismo fraternal del ateísmo positivo de Marx, de obrero comunista, es la meta de una meta, que más adelante no osó profundizar el pensador de Tréveris. El ateísmo es la consecuencia del comunismo, al hacer del hombre social (el conversador franco tras las faenas de trabajo), un proceso de reencuentro con la naturaleza, con el ser social igualitario y la universalidad del ser humano. Cuando se cacarea sobre la muerte del socialismo realmente existente y se asimila propagandísticamente a esta defunción la dictadura estalinista, las palabras de los «Manuscritos» del joven Marx, que se involucraba activamente en París en la Liga de los Justos de Weitling, leía con atención a Flora Tristán sus «Promenades en Londres» y atendía a las revueltas de los tejedores de Silesia, son un reclamo y una promesa. Son el reclamo a volver sobre los fundamentos del humanismo positivo de Marx y la promesa de abrirse generosamente a una idea emancipadora más allá de los clichés o de las fórmulas desgastadas de la militancia socialista. El párrafo de Marx citado nos previene, además, de convertir el marxismo en un culto bizantino, en una fe degradada. Marx elaboró su camino filosófico con un esfuerzo enorme de comprensión, sin atajos perezosos, con una serenidad vehemente y profusa. Desde sus años universitarios, Marx se hizo de una cultura universal soberbia (lo testimonia su “Carta al padre” de 1837), y se involucró activamente en los más exigentes círculos berlineses de discusión filosófica. Fue un periodista en un periódico colonés y luego pasó a París, en donde concluyeron sus años de formación. Allí aceró su teoría del mundo histórico, en contacto directo con el mundo obrero. En 1848 publica en conjunto con Engels “El manifiesto comunista”. Nada hay en su biografía intelectual predeterminado, obra del azar o del destino del genio ignoto. La adaptación de ese enorme legado filosófico a la actualidad no es obra de un golpe de suerte. El proletariado europeo de hoy no es el de hace 150 años; hoy su proletariado se ha aburguesado, vive en un estándar quizá mayor que el de nuestras clases medias; ayer el burgués era a la vez dueño del capital y del conocimiento científico y tecnológico; hoy los profesionales e incluso los científicos son explotados por el capital (es la “corrosión del carácter” de Richard Sennett); hoy Europa no puede presumir, como en la época de Marx, de ser el centro de la civilización, luego de los desastres de las guerras mundiales y la barbarie del Holocausto; hoy contamos con una historia revolucionaria inusitada, pues Lenin alteró el orden de la marcha de la historia diseñada por el mismo Marx. Repensar a Marx es siempre una tarea abierta y estimulante. El fragmento citado del humanismo positivo marxista es un abrebocas provocador al presente.

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Familia, conflicto armado y reconciliación Por GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co

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s muy difícil encontrar en Colombia una familia donde al menos uno de sus miembros no esté relacionado con el conflicto armado. La explicación es simple: el siglo veinte —que apenas hace 17 años dejamos atrás— fue, en su gran mayoría, un periodo de confrontaciones armadas. Nació en medio de la guerra de los Mil Días, cuando cientos de personas murieron a varilla y machete. Unos decenios después siguió la época de la Violencia, guerra aún más atroz y bárbara que la anterior, con más de 200 mil muertes. Y surgió la guerra insurgente y contrainsurgente en la década de 1960, que se extiende hasta la actualidad, y donde se contabiliza, en los últimos 30 años, por lo menos ocho millones de víctimas. Por esto es posible afirmar que si se tomara una familia colombiana al azar y se le indaga por su pasado político nos encontraríamos con que al menos uno de sus miembros ha participado directa o indirectamente en el largo conflicto armado. Precisamente ahora, cuando estoy trabajando el tema de la guerra y la paz negociada en Colombia en un curso de construcción de paz de la Maestría en Ciencia Política, me encontré con un egresado de la Facultad Derecho y Ciencias Políticas de nuestra Alma Máter. Su nombre fue José Alvear Restrepo; nació en Medellín, el primero de julio de 1913; y según su hermana — que era religiosa—fue un hombre de costumbres conservadoras y muy católico. Para muchos, al contrario de lo que pensaba su hermana, José Alvear fue otra persona. Fue un líder revolucionario y progresista; defensor de las ideas liberales y de los derechos humanos. A nuestro egresado le tocó vivir un momento histórico fundamental: la década de 1930, cuando estudió en la Universidad de Antioquia, que le sirvió para discutir y trabajar la situación de la clase obrera y las reformas implementadas por el gobierno de López Pumarejo. Fue tal su sensibilidad por los temas sociales que su trabajo de grado lo realizó sobre la huelga y su tesis de pregrado sobre el conflicto en el trabajo. Dada la formación que tenía Alvear, una vez graduado de abogado en 1939, su horizonte fue el de participar en el debate político nacional. Perteneció a un grupo de profesionales, muchos de ellos médicos, muy cercanos al líder caudillo del liberalismo Jorge Eliécer Gaitán, y comprometidos con la defensa de los derechos humanos. Además, la situación del país le exigía el compromiso político: la tasa de homicidio en Antioquia, por ejemplo, oscilaba entre 25 y 45 por cada mil habitantes —tal vez la más alta en la historia política del departamento— y uno de sus mejores amigos, el líder Jorge Eliécer Gaitán, había sido asesinado cruelmente en Bogotá en abril de 1948.

Todos estas situaciones llevaron a que Alvear se decidiera por la lucha revolucionaria, la defensa de las ideas socialistas y el apoyó a las guerrillas de los Llanos Orientales. Una vez asesinado Gaitán, y bajo la persecución de los llamados Chulavitas, Alvear se internó en las selvas de la Orinoquia; allí ganó popularidad y reconocimiento. Los que lo conocieron lo identificaban como un líder carismático, comprometido y muy fiel a sus principios. Su pensamiento político se puede sintetizar en un documento que él mismo ayudó a construir y que se conocería como La Segunda Ley del Llano, donde dejó clara su postura sobre las reivindicaciones sociales, la administración de justicia, el recaudo de impuestos y la apuesta por defender la naturaleza y el establecimiento de los derechos humanos. Tal vez por esto un colectivo de abogados de Bogotá tomó su nombre en la década de 1990 y lo homenajeó llamando a su organización con el mismo nombre de este intelectual paisa. José, un estudiante de la Universidad de Antioquia, como muchos de los que han pasado por las aulas del Alma Máter en 214 años de existencia, fue un joven sensible al acontecer nacional, comprometido con el cambio y en mejorar la situación del país. Tomó las armas y las utilizó para defender la vida de la violencia política; lideró las autodefensas campesinas e insistió en la vía armada como forma de revindicar los derechos de las gentes. Desafortunadamente José murió en 1953. Su fallecimiento ocurrió en el río Meta, en los Llanos Orientales. Los enemigos, quienes los acompañaban en la barca, lo dejaron ahogar. Movieron la canoa, en la que se desplazaba a atender una convocatoria política, para que se cayera al agua, y como no sabía nadar, una vez allí, nadie quiso auxiliarlo. Pero este egresado nuestro también tiene otra particularidad: fue el tío paterno del actual rector de la Universidad de Antioquia, Mauricio Alviar Ramírez. Y aquí hay que aclarar que el tío del rector era Alvear, pero de manera extraña —lo más seguro a causa del descuido de un funcionario público— pasó, en menos de una generación, a ser Alviar; de allí que sea difícil la identificación de estos dos egresados como familiares. La importancia de este caso es que podría ser la historia de cualquier familia colombiana y que debemos reconocer que todos hemos estamos vinculados con este largo conflicto armado. Aceptar esta realidad es fundamental para la reconciliación. El país está pasando por un momento político fundamental: se está buscando una salida negociada al conflicto y se le está dando una bienvenida a los excombatientes a la vida civil. Es un momento que exige, por un lado, el uso de la memoria para narrar nuestra historia y, por el otro, persuadirnos para no repetir los horrores de la guerra. Es tarea de todos preguntarnos por nuestro pasado familiar y asumir una disposición a la reconciliación. El caso AlvearAlviar ilustra lo imbricados que estamos todos los colombianos en el origen, dinámica y fin del conflicto armado; pero también lo comprometidos que debemos estar con la construcción de la paz.


Publicaciones y literatura

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“Congelado horror cinematográfico” *

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n Toá no hay personajes ni paisajes sublimes, fantásticos, bellos, íntegros, como se observa en las novelas clásicas o románticas. Prima más la imagen realista y naturalista en cuanto revela un espectro de lo feo, lo atroz, lo violento, lo abyecto, la sevicia, la ignominia, la deslealtad. Es la representación de un orden de valores morales negativos, cuestionables. Bajo el dominio de caucheros, en la selva todo tiende a degradarse, a corromperse; es un mundo chato, amorfo, desolado, fragmentado; es “el reino de la mediocridad, el universo gris del hombre sin cualidades” (Mario Vargas Llosa, La orgía perpetua: Flaubert y “Madame Bovary”, p. 246). Es un “congelado horror cinematográfico”; así define el poeta Cobo Borda muchos pasajes en la novela por la fuerza expresiva de estos, como si se estuviera ante escenas de una película de terror donde hay un predominio de actos de máxima sevicia, crueldad e inhumanidad (Gustavo Cobo Borda, “Dos novelas de Uribe Piedrahita”, p. 11). La portada original es la mejor muestra de ese “congelado horror”: una cabeza ensangrentada colgada de una pica. Por el uso recurrente del diálogo en la novela podría pensarse que este texto tiene mucho de la estructura dramática, porque los interlocutores están intercambiando permanentemente la palabra con un lenguaje familiar, parco y preciso, y acciones continuas, concretas y rápidas que pueden visualizarse por su plasticidad formal. Cuando se combinan estos diálogos con descripciones de fenómenos de la naturaleza, costumbres tribales (el ritual para la guerra, el exorcismo de Antonio, la caza de la anaconda) o escenas de hechos violentos, el lector no parece estar leyendo sino viendo escenas cinematográficas, por la fuerza de las imágenes, el pragmatismo y concreción del lenguaje, el dinamismo, fuerza e intensidad de las descripciones y acciones dramáticas. La percepción es la de un narrador objetivo que muestra sin intervenir a la manera del foco de una cámara en rodaje. No debe olvidarse que dos años antes de la novela, en 1931, Uribe hace un

cortometraje sobre los indios del Caquetá, luego de una aventura por la selva amazónica. La novela lleva incorporadas varias fotografías, la de una indígena (supuesta Toá) y la de Ifé, cacique de los huitotos, a quien se dedica la novela. Uribe se había interesado por la fotografía y el cine desde su época de estudiante en Harvard y lo incorpora en su trabajo investigativo y también literario. Prueba de ello es el diseño visual de Mancha de aceite y el segundo capítulo de Caribe. Muchos pasajes de estas novelas parecen más guiones cinematográficos que otra cosa por la descripción detallada de los escenarios naturales, la combinación de planos, las frases cortas y breves, la precisión de las imágenes, la ausencia de todo retoricismo, el predominio del diálogo y las frases apenas enunciadas. Un segmento textual que puede bien ilustrar este manejo es el momento en que Toá se entrega a Antonio bajo un manto de dudas por lo que ello representa para la mestiza, pero que Antonio pretende desconocer. Todo está sugerido: Estaba muy oscuro. Antonio

vio las estrellas reflejadas en los grandes ojos de Toá y se quedó mirándolas. Las axilas de Toá olían a vetíver, su cabello al suquisuro y su boca… a las piñas perfumadas de Senseya. Asomó la luna por detrás de la selva, y Toá sintió frío en la carne y pensó que estaba desnuda… —Señor… —¿Qué quiere? —¿Qué dirán en la aldea…? —No dirán nada. —Antonio… —Toá… En otro fragmento se puede observar uno de los tantos actos de violencia o de genocidio de los caucheros peruanos bajo los efectos del alcohol contra los indios y colonos colombianos. La descripción de la escena es de un tal verismo e impacto visual que el lector no tiene que hacer ningún esfuerzo para imaginarla, porque el ojo del narrador va mostrando los hechos al utilizar distintos planos, desde el panorámico para contextualizar la gran escena, pasando por planos me-

dios para ubicar y aproximar a los distintos personajes en acciones diversas, hasta un primer plano para visualizar los efectos de la barbarie en una de las tantas víctimas. Por el grado de sevicia y crueldad que se muestra en la escena, esta parece ser un thriller de una película de terror: Veintidós prisioneros, amarrados a los postes y a los árboles, esperaban la sentencia del verdugo Zumaeta. Serrano, colgado por las manos a una viga presenciaba el saqueo del almacén, las oficinas y las comisarías […]. Bebían con exceso los agentes de Loaiza y ya empezaban a reñir y a blasfemar. La tropa se divertía acariciando a una india vieja. Estaban enloquecidos por el alcohol y la rapiña […]. —Qué opina jefe, ¿aseguramos los cojudos? La gente está que se va del seguro. Usté verá si ordena […]. ¡Que hagan lo que quieran! —¡Viva el general Zumaeta! — gritó Flórez. —¡Vivaaa…! —respondieron los borrachos. —Yo me pido a Serrano. —No, dejámelo a mí. —Bueno. Tirale vos primero a ver qué tan apulsao estás. Sonó un disparo, siguieron muchos […]. Enloquecidos por la matanza, los borrachos sacaron los machetes y destrozaron los heridos y los muertos aún sujetos a los postes y a los árboles. Corría la sangre a torrentes. Atado a un pilar, por la cintura, colgaba el cadáver decapitado de Serrano y suspendidas de una viga se balanceaban sus dos manos amarradas en cruz. Una escena diferente pero con la misma o mayor eficacia y expresión plástica que la anterior la observamos en la ceremonia ritual del yagé para exorcizar a Antonio porque, según Tomás y otros, había sido hechizado por las brujas de la aldea y la madre de Toá con las yerbas del chundú o maturranga para evitar que se fuera con Toá. […] *Fragmento del libro Lectura crítica de “Toá” y “Mancha de aceite”: Búsqueda identitaria en César Uribe Piedrahita, de Augusto Escobar Mesa, publicado por la Editorial Universidad de Antioquia.


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Feria del Libro Universidad de Antioquia

Propósito, cultivar lectores

Por DORIS AGUIRRE GRISALES Asistente editorial doris.aguirre@udea.edu.co

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i bien el significado primero de la palabra feria alude a la exhibición para venta de una mercancía, en su base etimológica nos encontramos con la fiesta, con el período de asueto, también con el festín y el festejo. No en vano pues, entre el 3 y el 7 de octubre próximos, la Universidad de Antioquia tendrá su festejo con los libros en la edición número 29 de su Feria del Libro. Las ferias de libros son espacios para la exhibición y venta de libros, organizadas con criterios como la oferta, tanto de títulos de catálogo como de novedades, los descuentos especiales y las actividades de promoción del libro. Dos de esos criterios, la oferta y las actividades promocionales, quizás no den lugar a mucha discusión; no así el que concierne a los precios, objeto de debate, argumentable casi con la misma fuerza y con razones distintas, por editores, distribuidores y compradores. Pero a lo que aquí queremos dar relieve es a la promoción de los libros, factor distintivo de una feria universitaria como la que abre sus puertas a partir del martes 3 de octubre. Una promoción entendida desde diferentes ópti-

cas, pues se trata de entender el libro, allende el objeto mercancía, como el producto cultural en el que confluyen cometidos formativos y de divertimento. Las funciones misionales de la universidad, de hecho, se pueden expresar con los libros: ellos forman, en ellos se condensa la investigación y con ellos la extensión tiene un terreno amplísimo. Pero la promoción de los libros tiene, además, un sentido mayor cuando se articula al propósito nunca acabado de formar lectores, y valga aclarar que no solo se alude a esa tarea, al parecer iniciática con personas no lectoras, sino a la empresa siempre renovada de cultivar a los lectores (avezados o no, pues no hay algo así como una meta alcanzada en materia de lectura), de llevar a cabo una actividad de acumulación, de articulación, en la que lecturas, autores, libros e ideas conforman y consolidan un universo a la par personal y colectivo. En un texto polémico, por no decir que de doble filo, Pierre Bayard (profesor universitario, autor y psicoanalista) plantea cómo la lectura y los libros están en el centro de nuestra experiencia cultural y de vida, pues hablamos de lo que leemos, pero, finalmente, también hablamos de libros cuando mencionamos aquellos que no hemos leído. Y en esta última categoría incluye, por ejemplo, las enumeraciones de autores y obras que se hacen independientemente de si los hemos leído (como cuando se puede decir que James Joyce es

el autor de Ulises y que esta obra es paradigmática de lo que se denomina flujo de conciencia); los libros que hemos leído y olvidado (como si no los hubiéramos leído) y las obras referenciadas por otras obras y que, por así decirlo, leemos con los ojos de otros. Más allá de la postura que el lector tenga frente a un texto como este, importa pensar en los modelos de lector que propone, en las múltiples formas de la lectura, aun desde la supuesta no lectura y en los distintos tipos de bibliotecas. Para lo que nos convoca aquí, a propósito de la Feria del Libro Universidad de Antioquia, interesa hablar de la formación de lectores, de su cualificación, de su diversificación. A medio camino entre los “apocalípticos e integrados” de Umberto Eco, la convicción de que una labor editorial coherente entraña otra ingente y grata de formar lectores, siempre se situará con asombro en un medio que exige pruebas demostrativas del acto de la lectura. En una nota periodística publicada en la revista Semana, a propósito de la pasada parada juvenil en Medellín, el periodista afirmaba, sin sombra de duda, que “los jóvenes están leyendo cada vez más. De hecho, según la última encuesta de consumo cultural que el Dane publicó a finales de 2016, los niños de entre 5 y 11 años leen en promedio 3,2 libros al año, mucho más que el resto de la población (que solo alcanza 2 libros). Además, el 62 por ciento de los jóvenes entre los 12 y los 25 años han leído libros durante el último año, casi el doble que

los demás grupos de edad” (Semana, 19 de agosto de 2017, disponible en línea: http://www.semana. com/cultura/articulo/los-jovenessi-leen/536847 10:15:00 PM), una afirmación difícil de cruzar con el Informe Cerlalc del Libro para 2016 cuando señala que el mayor porcentaje (62.2%) de no lectores se encuentra en el rango de edades entre 12 y 25 años y que el mayor índice de lectura se da de material que circula en las redes (66.3% vs un 47.5% de libros). Pero como tal debate no tiene punto de cierre, por lo pronto cabe afirmar que la 29° Feria del Libro Universidad de Antioquia será un espacio privilegiado para encontrarse con las obras, con los autores, con los editores. En la Feria, los asistentes podrán encontrar publicaciones de distintas disciplinas, temáticas y géneros y será, además, el momento propicio para las actividades académicas y culturales que se derivan de manera natural de las obras con la presentación de novedades editoriales y con la realización de una nueva sesión del programa de Formación Lectora de la Biblioteca Clásica para Jóvenes Lectores de la Editorial Universidad de Antioquia, el programa insignia en el propósito de formar lectores, pues entendemos que un clásico, como bien lo decía Ezra Pound “es un clásico no porque se amolde a ciertas reglas estructurales, ni tampoco porque cumpla determinadas condiciones (cuyo autor es harto probable que jamás haya tenido noticia de ellas). Es un clásico en razón de una cierta frescura eterna e irreprimible”.


Cultura

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Finalistas de los Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia • El músico caleño Luis Carlos Figueroa Sierra, Premio Nacional a las Artes y las Letras. • El Premio Nacional de Literatura, modalidad ensayo literario, fue declarado desierto. Los ganadores de los demás premios se conocerán y se premiarán el 27 de octubre de 2017 en Medellín, a las 5:00 p.m., en el Teatro Universitario. Invitada: Milagros.

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

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as directivas de la Alma Máter de Antioquia y los jurados y coordinadores de los Premios Nacionales de Cultura Universidad de Antioquia 2017 dieron a conocer el 12 de septiembre en Medellín los finalistas de la versión 49, que en las cuatro categorías convocadas este año recibió 79 postulaciones, de las cuales 63 fueron admitidas por cumplir con los requisitos. 13º. Premio Nacional de Comunicaciones, modalidad cortometraje Los jurados Anne Marie Meier, Juan Carlos González y César Acevedo escogieron como finalistas los cortometrajes: —“La madre de las madres”, de Wilson Javier Arango Giraldo (Medellín). Es un trabajo limpio, con valores estéticos, visuales y narrativos, que visibiliza a las madres de los desaparecidos en Colombia. —“Tierra mojada”, de Jhonn Alexander Arbeláez Osorio (Medellín). Destaca por el uso del simbolismo, el manejo del lenguaje audiovisual. “Tierra caliente”, de Álvaro David Ruiz Guarín (Bogotá). Trabajo de época que presenta de manera bella una relación entre dos parejas. Destacan la evolución de los personajes y la forma como construye las relaciones graduamente. —“Killing Klaus Kinski”, de José David Becerra Corredor (Bogotá). Pieza de ficción inesperada y muy bien lograda, con una puesta en escena elaborada y con un alto riesgo narrativo. Plantea una reflexión sobre el cine mismo. —“La niña de la buseta”, de Pedro Pío Martín Pérez (representante), Marcel Gómez Montoya, Sofía Natalia Oggioni Hatty, Juan Felipe Rayo Sánchez y María Juliana Casadiego Iragorri (Cali). Destaca el acercamiento a la historia de ficción, con una estética cercana a lo documental, con un gran valor humano y audiovisual. 11º. Premio Nacional a las Artes, modalidad danza El jurado, integrado por Ángela Marcela Beltrán, Andrea Bonilla Ospina y Juliana Congote Posada, escogió las propuestas: —“La ciudad de los otros”, de Rafael Mario Palacios Callejas (Copacabana). “Es una obra sólida que construye un discurso del ser afro en Colombia y logra poner en escena la subjetividad de una comunidad que resiste y denuncia un racismo soterrado. El valor de esta pieza fundamentalmente recae en

La profesora Martha Elena Bravo anuncia el ganador a las Artes y las Letras.

Maestro Luis Carlos Figueroa Sierra, Premio Nacional Universidad de Antioquia a las Artes y las Letras El jurado del 17 °. Premio Nacional Universidad de Antioquia a las Artes y las Letras, integrado por la maestra Beatriz González y los profesores Martha Elena Bravo y Jorge Alberto Naranjo, eligió al músico caleño Luis Carlos Figueroa Sierra como el ganador del Premio Nacional a las Artes y las Letras. De acuerdo con los evaluadores, Figueroa Sierra “Se ubica como uno de los compositores más importantes y más relevantes de la historia de la música en Colombia en la segunda mitad del siglo XX. Su obra musical, que se compone de más de 100 obras, fusiona en su mayoría las técnicas de composición de las escuelas europeas con varias prácticas musicales tradicionales de su tierra natal.” Y agrega que “Su creación musical se puede considerar reflejo y fruto del importante mestizaje que ha sido fundamental en la constitución de Colombia a lo largo de su historia. Las músicas tradicionales de la región andina colombiana, el componente indígena y el elemento afro-colombiano se pueden todos escuchar en la música del maestro Luis Carlos Figueroa.”

la fuerza de los bailarines que con un bagaje técnico común logran comunicar y establecer un diálogo con el espectador.” —“Mientras anzuelo”, de Cortocinesis (Bogotá). “Esta obra, desarrollada en un espacio no convencional, nutre de manera significativa el discurso coreográfico

con elementos que demuestran un juicioso trabajo de investigación corporal, espacial, dramatúrgico y escenográfico.” —“Diario de una crucifixión”, de Celestino Fernández (Bogotá). “La obra se soporta fundamentalmente en una sólida interpretación del bailarín. Se destaca la propuesta

escenográfica y su capacidad de expresar con claridad el encierro, a partir de las restricciones del espacio físico y la manera cómo afecta el espacio corporal.” 35º. Premio Nacional de Literatura, modalidad ensayo literario El jurado, conformado por Liliana Weinberg, Pablo Montoya y Óscar Castro, decidió declarar desierto el premio, tras considerar que ninguna de las 28 obras postuladas cumplió con los requisitos y, por tanto, no lograron destacarse “por su calidad literaria, imaginación crítica, hondura y singularidad argumentativa”. Asimismo, el jurado respaldó su decisión en la resolución que regula el premio y que en uno de sus apartados señala que no deben aceptarse “monografía académicas, tesis doctorales o tratados estrictamente científicos, a no ser que en ellos predomine la factura literaria”.


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Incertidumbres del desierto Por LUIS GERMÁN SIERRA J. Coordinador cultural de la Biblioteca Carlos Gaviria Díaz german.sierra@udea.edu.co

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uscita inquietud y controversia que en un concurso como el de los Premios nacionales de cultura Universidad de Antioquia, el jurado correspondiente al premio de ensayo literario lo declare desierto. Ocurrió hace poco, en la última edición de dichos premios de 2017. “Es una lástima”, se llegó a decir, dada la decisión del jurado, como también se dijo que el ensayo es un género que la gente casi no lee (en un medio donde, en general, la gente casi no lee), una suerte de “cenicienta” de la literatura. Aquí y allá, sin duda. Se puede pensar —y creo que gravita en el ambiente—, dado el fallo, que el ensayo en Colombia no pelecha, que no ha habido buenos ensayistas en el país y (tal vez por lo mismo) que tampoco ahora los hay; o que el ensayo es un género muy difícil y por eso escasea más que los demás géneros literarios (novela, cuento, poesía) en los cuales casi nunca existe la declaratoria de desierto. Yo no estoy de acuerdo con una cosa ni con la otra ni con la otra. He escuchado la breve declaración a los medios de comunicación que dieron dos de los tres jurados del premio, en la cual coinciden en decir que su decisión en ningún momento significa que no haya tradición del género del ensayo en la literatura colombiana (mencionaron los casos de Tomás Carrasquilla, Baldomero Sanín Cano, Hernando Téllez y Luis Tejada), ni que actualmente no haya buenos ensayistas (no mencionaron nombres de actuales buenos ensayistas, aunque uno de los jurados dijo que el anterior ganador de este premio, Efrén Giraldo, era un listón alto que no podían hacer decaer al elegir un libro inferior) que estén escribiendo y publicando ensayos. También coincidieron en decir que algunos de los textos que leyeron estaban bien escritos y podrían pasar por ser buenos ensayos, pero no eran más que tesis académicas pasadas al concurso como ensayos; que una tesis académica no es un ensayo literario y que los informes de clase (que algunos profesores aluden como ensayos) tampoco lo son. Lo anterior quiere decir que los jurados que actuaron como tales en este premio tienen claro qué es un ensayo bien escrito y qué es una tesis académica bien escrita e investigada, y qué es un informe

de clase (al fin y al cabo los tres jurados son, además de escritores, profesores universitarios; mencionaron a Montaigne como padre del ensayo, y algunas “condiciones” que debe cumplir el ensayo, en las cuales no debe incluirse la excesiva erudición, pero sí un punto de vista personal y bien informado sobre un asunto particular, arriesgado, desenfadado y bien escrito). Y también dijeron que es probable que algunos de los actuales buenos ensayistas no se sintieron lo suficientemente motivados para participar en este concurso de la Universidad de Antioquia. No muy convencido, uno de los jurados dijo que es posible que el monto económico (veintidós millones) no sea halagüeño para algunos; también dijo que este era el único premio de ensayo literario en el país. En general, estoy de acuerdo con los aspectos tocados por los jurados. Cualquiera puede entender que es muy doloroso para un jurado declarar desierto el premio para el que fue elegido juez. Y en este caso particular, creo que el dolor es mayor, porque mucho se ha cantaleteado la poca atención que se pone al ensayo, lo mal que se entiende y, por tanto, los pocos lectores que, con verdadera

Ilustración tomada del libro “Michel de Montaigne. Ensayos (I)”, Ediciones Altaya, Barcelona, 1995.

curiosidad e interés, van detrás de buenos ensayistas, locales o extranjeros. Y más que saber las reglas mediante las cuales se pueden escribir buenos ensayos, lo más importante, qué duda cabe, es leer muchos ensayos, buscar a los ensayistas donde los haya. Casi todos los novelistas, casi todos los poetas, casi todos los cuentistas escriben ensayos. Sobre política, sobre fútbol, sobre arte, sobre educación, sobre la lectura, sobre casi cualquier cosa, porque en literatura no hay tema vedado. Y son los mejores porque su palabra es creativa y punzante y nunca están pensando en reglas, sino que reflexionan, divagan, arriesgan una opinión, se entretienen. No escriben por obligación. Ningún buen escritor escribe por obligación, claro.

Como una balanza, entonces, se mueve el ensayo entre el peso de las ideas propias y ajenas, entre la ciencia y la simple opinión, entre el rigor lógico y la literatura, entre la belleza y la verdad, con un movimiento continuo que mantiene a este género más cerca del experimento y de la tentativa provisional que de la verificación exacta. Algunas mentes, desde luego, quisieran unos límites más definidos y unos marcos más estrechos, pero esta imposibilidad lo que de veras demuestra es que el ensayo también exige, aparte de todo, un modo de ser abierto, una franqueza de carácter que desborda toda normatividad teórica. Por esta razón, a tales mentes tal vez les baste con recordar que al escribir sus ensayos, Montaigne, a fin de cuentas, no se propuso “fin alguno”. (Último párrafo del ensayo “El más humano de los géneros”, de Jaime Alberto Vélez, aparecido en la revista El Malpensante N°. 8 de 1998).

En Colombia, además de los ensayistas mencionados por el jurado, están también, de manera imperdible, Ernesto Valencia Goelkel, Pedro Gómez Valderrama, Jorge Orlando Melo, Óscar Collazos, Juan Gustavo Cobo Borda, Piedad Bonnett, Juan Manuel Roca, Pablo Montoya, Jaime Alberto Vélez, Eduardo Escobar, Julio César Londoño, Santiago Gamboa, Héctor Abad Faciolince, Alfredo Molano, Antonio Caballero (vale anotar que muchos de ellos han sido publicados con algunos de sus ensayos en Leer y Releer del Sistema del Bibliotecas, que va en el número 83, y que muchos lectores esperan, leen y difunden). Y los hay más nuevos, como el ya mencionado Efrén Giraldo, Santiago Espinosa, Felipe Restrepo David, Pablo Cuartas. Es imposible saberlos todos, pero de que los hay, los hay. Y de afuera ni decir. Empezando por quien figura como el fundador del género, el francés Michel de Montaigne (1533-1592) y de ahí en adelante muchísimos y de casi todos los países. En América Latina están desde José Martí de Cuba hasta Mario Vargas Llosa de Perú; pasando por Mariano Picón Salas de Venezuela, Emir Rodríguez Monegal de Uruguay, Ricardo Piglia de Argentina, Roberto Bolaño de Chile, Ernesto Cardenal de Nicaragua, Alfonso Reyes de México, Roque Dalton de El Salvador, y un larguísimo etcétera. En Colombia Jaime Alberto Vélez (1950-2003), quien fuera profesor de la Universidad de Antioquia, escribió un bello, útil y preciso libro (publicó poemas y cuentos, y columnas para una revista, que eran como pequeños y precisos ensayos) que se llama El ensayo: entre la aventura y el orden, Taurus, 2000. Es necesario, creo, conocer ese libro. Una joya. Y se lee con la delicia de las buenas lecturas, esas que alegran el alma porque son un triunfo sobre la sucia realidad. No sabemos qué leyeron los jurados del premio de ensayo literario en el concurso de los premios de cultura de la Universidad de Antioquia. Solo sabemos que tuvieron en las manos 22 libros inéditos que concursaron como ensayos colombianos, y que, al final, declararon desierto dicho premio. Se pudieron equivocar, claro. Pero tienen razón en las razones que esgrimieron para decidir que ninguno de los libros era suficientemente bueno como para alzarse con el galardón de un libro muy bueno de ensayos.


Cultura

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Con Robinson, así suena el tiple Por ALEJANDRA CARMONA VALENCIA Estudiante de periodismo aleja2779@hotmail.com

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a pasión por la música y el tiple de Robinson López, estudiante de Licenciatura en Música en la seccional Oriente, municipio de El Carmen de Viboral, quedó en evidencia, una vez más, en el festival nacional Antioquia le canta a Colombia, donde este año resultó ganador del concurso “Así suena el tiple”. El concurso está enfocado en la música colombiana, de ahí que los instrumentos propios del país tengan un papel relevante. El tiple es el instrumento nacional más reconocido, declarado como Patrimonio Cultural de la Nación. Para López fue un gran acierto haberlo elegido como compañero de vida e instrumento de trabajo, y siente satisfacción de poder contar con un medio como el certamen, para que la gente conozca la belleza de este cordófono y se apropie de nuestra tradición. López entiende la música como un elemento comparable con la vida; también como una herramienta para potenciar la valentía y enfrentar dificultades. “La música tiene un orden y una estructura; eso me ha ayudado a hacer sinapsis aplicando ciertos conceptos a la vida misma, sabiendo de dónde vengo, para dónde voy y tratando de mantener una armonía”, precisa. Desde hace un tiempo, el músico les pone nombre de mujeres importantes en su vida a los tiples que ha tocado. Con el que ganó el concurso lo llamó “Tipliza”. Según él, esto permite que la experiencia al tocar sea más íntima y le da un valor más grande al instrumento.

Foto: Alejandra Carmona Valencia

Estableciendo una relación entre la literatura y la música, este amante del tiple puntualiza que la palabra es un ente creador o destructor en la vida. “Así es la música, a través de ella puedes reflejar lo que estás viviendo. Como en la literatura, uno ve tanta variedad, estilos y formas de hacer las cosas que, en definitiva, ambas nos permiten hacer creaciones muy bonitas. Es saber qué expresar, para quién y que la gente se sienta tocada con esa intención”. Ahora espera seguir trabajando para perfeccionar el arte de tocar el tiple y abrirse a un nuevo proyecto con los campesinos de su municipio, a quienes considera parte esencial de los instrumentos colombianos.

Foto: Luis Javier Londoño Balbín

Aspirantes Un total de 50.134 inscritos presentaron el examen de admisión a la Universidad de Antioquia, el 25 y 26 de septiembre, para aspirar a los 5.327 cupos ofrecidos para el primer semestre de 2018. Del total, 6.960 aspiraron a programas ofrecidos en las subregiones del Departamento; el 94% de los inscritos están en el estrato 1, 2 y 3; el 74,93% proviene de colegios públicos; el 58,29% son mujeres, el 41,71%, hombres.


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