Alma Mater 690

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ISSN 1657-4303

N.º 690

VIGILADA MINEDUCACIÓN

SEPTIEMBRE MEDELLÍN 2019

SILLA DE RUEDAS PENSADA PARA ZONAS RURALES

P. 2-3

¿CÓMO ESTÁ LA SALUD DE LA JUSTICIA COLOMBIANA?

P. 6

LA REIVINDICACIÓN DE LOS COLOMBIANISMOS

P. 15

LA EDUCACIÓN SEXUAL DEBE EMPEZAR DESDE EL PRIMER AÑO DE VIDA: MANUEL LUCAS MATHEU

P. 18

Líderes sociales, un luto nacional

DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES

ALMAMATER@UDEA.EDU.CO

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Las amenazas y asesinatos contra líderes sociales no solo exigen un vehemente rechazo; también una reflexión sobre las causas y consecuencias de esta violencia. La Universidad de Antioquia se une a ese propósito y al clamor nacional por el respeto a la vida de aquellos que ejercen el liderazgo social, labor fundamental para la construcción de paz.


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

Un desarrollo conjunto de cuatro centros académicos del Valle de Aburrá está a punto de salir al mercado, con la intención de beneficiar a víctimas del conflicto armado y a otras personas con problemas de movilidad que viven en zonas rurales. Tres investigadores nos muestran en qué va.

CARLOS OLIMPO RESTREPO S. Periodista olimpo.restrepo@udea.edu.co

#INNOVACIÓNUDEA

Silla de ruedas pensada para zonas rurales Diseñar y hacer realidad una silla de

ruedas que se pueda mover por gran parte de la geografía colombiana sin importar los obstáculos, de peso ligero, alta resistencia y capacidad de carga, con un comportamiento mecánico apropiado para ayudar a las personas a resolver sus problemas de movilidad en zonas rurales. Ese fue el reto que se pusieron en 2017 investigadores de las universidades de Antioquia, Pontificia Bolivariana y Medellín, junto con expertos del Sena, ante una invitación a presentar proyectos científicos destinados a atender personas víctimas del conflicto armado. «Era una convocatoria de Colciencias que específicamente pedía que las propuestas le apuntaran al posconflicto, porque por aquella época se había firmado el acuerdo entre el

Magnesio, un material casi olvidado

El 30 de enero de 2012, mediante resolución del Ministerio de Minas y Energía, el Gobierno nacional declaró el magnesio como mineral de interés estratégico para el país. Se trata del tercer metal más abundante de la Tierra, usado por diferentes sectores, debido a su maleabilidad, bajo peso y a la menor contaminación que produce, en comparación con otros elementos naturales. En Colombia hay gran cantidad, sobre todo en las dos zonas costeras, pero la industria aún es muy incipiente, pues se usa solo en la producción de algunos fertilizantes y en cerámica, para dar el color blanco característico de algunos productos. En otros países, se usa en industrias como la automotriz, de aviación y tecnológicas.

Gobierno y las Farc», recordó Esteban Correa Bedoya, integrante del grupo Materiales con Impacto de la Universidad de Medellín —T&MPACT— y miembro del grupo desarrollador de la silla. Por eso, agregó el ingeniero, «surgió la idea de que la gente de UPB diseñara la silla, que los materiales para ella fueran los que nosotros usábamos en laboratorios y con los que hacíamos pruebas en la Universidad de Antioquia y en la Universidad de Medellín. Y que cuando la tuviéramos lista, el Sena la probara, la evaluara y nos dijera si servía o no servía». Félix Echeverría Echeverría, del Centro de Investigación, Innovación y Desarrollo de Materiales de la Universidad de Antioquia —Cidemat—, resaltó que, desde un principio, enfocaron el proyecto en ayudar a personas de las zonas afectadas por el conflicto armado. «Y esa población, en su mayoría, es rural. De ahí surge la idea de proporcionarles un sistema que les permita permanecer en sus regiones, que la silla se adapte bastante bien a esas condiciones de terreno donde viven y donde es muy difícil moverse en una silla de ruedas convencional. Y esto también es un aporte en general a todas las personas con dificultades de movilidad». Por eso, desde que surgió la idea, durante el diseño, en los ensayos de laboratorio y en las pruebas a cielo abierto —en las que participaron personas con dificultades para moverse—, la prioridad siempre ha sido que el equipo se pueda mover en terrenos difíciles. Echeverría, reconocido formador de ingenieros, destaca que ese es el mayor aporte de este desarrollo conjunto, así como la utilización de metales livianos, como aluminio y magnesio, a los que ha dedicado más de doce años de investigación. «Vimos que hay una población desatendida, la de las zonas rurales, puede ser porque no es tan atractiva económicamente, pero tiene

Rector John Jairo Arboleda Céspedes Comité editorial: Elmer Gaviria Rivera · Vicerrector General Clemencia Uribe Restrepo · Secretaria General Patricia Nieto Nieto · Profesora de la Facultad de Comunicaciones Fabio Humberto Giraldo Jiménez · Profesor del Instituto de Estudios Políticos Álvaro Sanín Posada · Profesor de la Facultad de Medicina Luis Fernando Echeverri Delgado · Profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

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N.º 690 SEPTIEMBRE MEDELLÍN 2019

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unas necesidades que se deben atender y ese puede ser, además, un buen punto de apoyo, de inicio, para el desarrollo de un sector industrial». A diferencia de una silla convencional, este equipo es de tres ruedas —dos altas, como de bicicleta, y una más pequeña—, que permanecen siempre, de forma simultánea, en la superficie sobre la que se mueven, lo cual da mayor estabilidad, explicó el ingeniero Escobar, quien añadió que el sistema de impulsión no se hace mediante los aros externos de las ruedas, como en un equipo tradicional, sino con unas barras que van pegadas directamente a las llantas, con lo cual se reduce el esfuerzo de quien la conduce. «Tener una rueda caster (la más pequeña de las tres) de mayor tamaño respecto a las convencionales, reduce la resistencia a la rodadura, mejora la maniobrabilidad y permite superar obstáculos como rocas o desniveles del piso con mayor facilidad y seguridad», explicó la ingeniera en Diseño de Producto Paula Andrea Chacón. «La posición delantera de la rueda caster se definió luego de realizar unas pruebas con usuarios, quienes la prefirieron por su percepción sobre la maniobrabilidad, estabilidad y el esfuerzo físico requerido para utilizarla. En estos ensayos también se midió el tiempo que tomaba el usuario en completar un recorrido, previamente establecido para cada una de las configuraciones de la silla. El 80 % de los usuarios completó el recorrido en un menor tiempo con el prototipo que tenía la caster en posición delantera», añadió la profesora de la UPB, cuyo proyecto de maestría es el diseño mecánico, ergonómico y práctico de este equipo, bajo la tutela del profesor Echeverría. Otro proyecto de maestría, también bajo la guía de Echeverría, trabajó en el procesamiento de la superficie del magnesio —metal que se corroe muy fácil—, con una película protectora

Carlos Mario Guisao Bustamante Director de Comunicaciones Luz Adriana Ruiz Marín Jefa División de Contenidos Medios y Eventos Luis Javier Londoño Balbín Coordinador de medios impresos Pedro León Correa Ochoa Coordinación de edición John S. Otálvaro Pérez Corrección de texto

Víctor Aristizábal Giraldo Diseño y diagramación Portada Collage a partir de una selección de ilustraciones de varios artistas. Cortesía: Colección de Ciencias Naturales del Museo Universitario de la Universidad de Antioquia —Muua—. Impresión Editorial La Patria S. A. Las opiniones expresadas en ALMA MATER son responsabilidad de los autores y solo a ellos compete.

@UDEA · DIRECCIÓN DE COMUNICACIONES · Ciudad Universitaria · Calle 67 N.º 53-108, bloque 16, oficina 336, Medellín · Teléfono: (4) 2195026


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

Este es uno de los prototipos de la silla de ruedas fabricado en aluminio. Foto: cortesía Paula Andrea Chacón. Infografía: Víctor Aristizábal Giraldo.

contra el óxido, a la que se le aplica una capa de sellado, sobre la que se pone la pintura. Carlos Daniel Rendón, del Centro Tecnológico del Mobiliario del Sena, en el barrio Calatrava de Itagüí, es uno de los coordinadores de las pruebas que se hacen a los componentes y a la silla. Allí se simulan condiciones climáticas extremas o terrenos muy quebrados, inclinaciones al límite, «para exigir al máximo estos materiales por separado y ensamblados, con el fin de garantizar seguridad para los futuros usuarios». En la actualidad hay tres prototipos de aluminio que están en pruebas, se está terminado de elaborar otro en magnesio y se espera que para diciembre de este 2019 estén listos otros tres en este material.

Los tres modelos en aluminio los han ensayado un militar, un profesor universitario y otro ciudadano, que requieren desplazarse siempre en sillas de ruedas. Con los nuevos aparatos se han enfrentado a caminos obstaculizados por raíces y rocas que, hasta el momento, han superado con facilidad. Faltan algunas pruebas con los modelos de magnesio, pero los investigadores proyectan mejoras respecto a sus predecesoras. «Vamos a donar los modelos de magnesio mejorados a las tres personas que nos ayudaron con las pruebas y vamos a dejar otra para nosotros, los investigadores, para desarrollos futuros y como modelo para tratar de despertar el interés industrial», asegura el ingeniero y profesor de la Alma Máter, Félix Echeverría.


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

Con simulaciones computacionales, investigadores de la Alma Máter, Chile y Argentina, plantearon teóricamente la existencia de un nuevo tipo de objetos astronómicos, las plunetas —ploonets en inglés—, «embriones planetarios», cuyo estudio es un gran aporte al conocimiento de la dinámica planetaria.

NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co

#INVESTIGACIÓNUDEA

Plunetas, lunas migrantes «Las plunetas —nombre acuñado por los investigadores— pueden tener órbitas caóticas, colisionar contra los planetas, lo cual puede explicar fenómenos que vemos actualmente en otros sistemas planetarios, pero también dan pistas sobre situaciones que se han dado en nuestro sistema solar, como la “teoría del gran impacto” que postula que nuestra Luna se formó a partir de la colisión de un objeto de la masa de Marte, llamado Theia, y un pedazo de la joven Tierra», puntualizó Sucerquia Areiza. La transición de las lunas a plunetas depende de su masa, composición, tamaño y del planeta al que orbitan. «Las lunas más grandes migran rápidamente hacia afuera, es decir, sus órbitas se hacen cada vez más grandes. Y una vez están lejos, la gravedad de su estrella les da el empuje final para escapar a sus planetas gigantes, para convertirse así en un nuevo cuerpo planetario o Los análisis de variación de luz de las estrellas y la observación de los recorridos orbitales de los exoplanetas permiten la reconstrucción en el “embrión” de un futuro planeta», de las dinámicas de otros sistemas planetarios. Cortesía: Mario Sucerquia Areiza. puntualizó Zuluaga Callejas. El estudio de los exoplanetas —plaEl universo es una caja de sorpresas: algunas netas que están fuera del sistema solar— ha revelado que, en comparación con otros lugares analizados del universo, la arlunas consiguen emanciparse hasta convertirse en quitectura de nuestra familia planetaria es extraña: los planetas planetas. Puede suceder en las etapas tempranas de pequeños están cerca del Sol, y los gigantes, alejados de este. En los sistemas planetarios, de manera gradual, entre otros contextos interestelares, estos últimos están muy cerca de algunos y cientos de millones de años. Mientras se su estrella principal. da este cambio o tránsito, estas lunas vagabundas se convierten en plunetas —ploonets en inglés, es decir, híbridos de los cuerpos que se nombran en el juego de palabras: planet, planeta, y moon, luna—. Ocurre con mayor probabilidad en lunas que orbitan planetas gigantes que están muy cerca de 181 satélites orbitan los planetas del sistema solar. En el caso su estrella principal, del tipo hot jupiters o jupíteres de la Tierra, solo una luna la acompaña. Marte tiene dos: calientes. Aunque la interacción de las mareas de Phobos y Deimos. En el caso de Júpiter, son 79, de las cuales los cuerpos involucrados propicia este fenómeno, se destacan las cuatro más grandes de nuestro vecindario para que se dé este exilio lunar es determinante la planetario, descubiertas en 1610 por Galileo Galilei: Ío (3643 relación con la estrella central. kilómetros de diámetro), Europa (3122), Ganímedes (5262) y La idea sobre esa emancipación lunar, conceCalisto (4821). Son de forma elipsoidal —curva cerrada—, y bida originalmente por Mario Sucerquia Areiza tienen órbitas y composición diferentes. Ío está cubierta de y Jorge Zuluaga Callejas, fue recientemente azufre y tiene gran actividad volcánica. En Calisto un océano publicada en Monthly Notices of the Royal subyace a su superficie de hielo rocosa y llena de cráteres. Astronomical Society, una de las más prestigioEuropa está compuesta por un suelo de hielo agrietado. En sas revistas de astronomía del mundo. Aunque la el aspecto de Ganímedes se destacan claroscuros de silicainvestigación sobre el tema nació en el grupo de tos y hielo. Astrofísica de la Universidad de Antioquia —al Aunque todos estos satélites son permanentemente obserque pertenecen Sucerquia y Zuluaga Callejas—, vados y estudiados, siguen representando un mar de pregunposteriormente contó con la participación de tas para la ciencia. científicos de las universidades Macquarie, en Australia, y de Córdoba, en Argentina.


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RAMÓN JAVIER MESA CALLEJAS Profesor Facultad de Ciencias Económicas ramon.mesa@udea.edu.co

#UDEAOPINIÓN

La Luna se aleja de la Tierra casi cuatro centímetros cada año. En la actualidad está más lejos de la Tierra en comparación con los primeros años de haberse formado el planeta, dentro de 4500 millones de años ¿Será una pluneta?

Por ser cuerpos que carecen de luz propia y muy pequeños en comparación con sus soles, la búsqueda de exoplanetas es difícil; para ello se acude a la observación de las variaciones de luz de la estrella que orbitan y al estudio de los eclipses o tránsitos planetarios. Otro método para hallarlos es el de «tambaleo gravitacional», pequeñas variaciones en la velocidad de la estrella, que se producen cuando hay un planeta masivo orbitándola. Dichas oscilaciones en la velocidad de la estrella se traducen en pequeños cambios en la coloración de estos cuerpos: «Se ve más rojizo cuando la estrella se aleja y azulado cuando se mueve hacia nosotros. Con la combinación de estos métodos podemos conocer, además, datos sobre la composición interna de los planetas: su densidad, si tienen agua, si tienen atmósfera», explicó Sucerquia Areiza. De acuerdo con Zuluaga Callejas, las plunetas podrían implicar también que algunas lunas originales de los planetas gigantes del sistema solar, especialmente de Urano y Neptuno, se hayan convertido en planetas enanos que orbitan el Sol. Sabemos que Neptuno tiene una luna llamada Tritón, que es tan grande como Plutón. Aunque hoy se sabe que este cuerpo fue posiblemente capturado por el planeta, cabe también la posibilidad del proceso inverso, en el que una de sus lunas terminara convertida en los que hoy conocemos como planetas enanos. Aunque las plunetas son una posible respuesta ante las incógnitas que deja la búsqueda de exolunas, no es la única. Actualmente se investigan los sistemas con mayor probabilidad de albergar lunas detectables mediante bases de datos, como el satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito —TESS— o el observatorio espacial Kepler. Para los investigadores, el mayor aporte de las plunetas es que reta el conocimiento que se tiene actualmente del universo.

Devaluación del peso: beneficios marginales vs. problemas permanentes En el último mes las alzas del precio del dólar en Colombia vuelven a reactivar el

debate sobre los efectos de este fenómeno en la economía, representada en sectores que dependen, directa e indirectamente, del comportamiento de esta divisa en el desempeño del mercado financiero y en el manejo de la política macroeconómica. El pasado 6 de agosto se registró la máxima cotización —a la fecha de escribir esta columna— por un valor de COP 3459 por dólar, superando la del 12 de febrero de 2016 que fue de COP 3434. Lo preocupante de este comportamiento es que se mantienen las tensiones alcistas para los próximos meses, con lo cual estos niveles se podrían desbordar. El lento crecimiento de la economía global, la inestabilidad en el precio de las materias primas, sobre todo del petróleo, y la incertidumbre prolongada de los efectos de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, que se ven reflejados en la debilidad del comercio mundial, la inestabilidad de las cadenas de valor y las tendencias divergentes del sector manufacturero y el de servicios, son factores que contribuyen a explicar en gran medida esta coyuntura alcista de la divisa en el país. A nivel interno, se suma el creciente déficit en cuenta corriente que este año podría superar el 4.5 % del PIB. En teoría, a nivel macroeconómico, un mayor precio del dólar favorece la demanda externa en la medida que aumentan las exportaciones y encarece las importaciones, favoreciendo los sectores agrícolas e industriales que podrían sacar partida e impulsar su actividad productiva a nivel internacional y local; igualmente, un mayor precio del dólar puede estimular el turismo hacia Colombia y ser fuente de crecimiento de la economía. Sin embargo, la realidad parece ser otra. La evidencia está demostrando que: las exportaciones no mejoran, especialmente aquellas que son diferentes a los hidrocarburos y son sensibles a la tasa de cambio; las importaciones crecen, el turismo se reactiva gracias a la buena imagen del país, la devaluación desde hace rato no es fuente de crecimiento y la Andi señalaba en su encuesta del mes de mayo que el alza en el precio del dólar era el principal problema que enfrentaban los empresarios. Hoy, el creciente ritmo de devaluación del peso es un problema. Puede comprometer las metas de inflación por el lado del aumento de los precios de los insumos y los bienes de capital importado, y porque eleva el costo de la canasta familiar ante el mayor valor de los precios de los bienes de consumo final procedentes del exterior. Igualmente, provoca un aumento en pesos del servicio de la deuda externa, afectando el gasto público y con ello la inflación vía demanda. Desde la perspectiva financiera, existe el riesgo de la fuga de capitales por el deterioro de la rentabilidad interna y la caída del volumen de utilidades en dólares de las empresas extranjeras. Sin duda, el riesgo mayor es la inestabilidad en la política de estabilización. La afectación de las metas de inflación trae consigo la adopción de políticas de corto plazo restrictivas, asociadas con el alza en las tasas de interés y la necesidad de contener el déficit fiscal por la vía del recorte del gasto y la urgencia de nuevos tributos, entre otras. Bajo este escenario, la posibilidad de mayor crecimiento económico se esfuma, los costos recaen sobre los hogares, especialmente, de los más vulnerables y los pobres, cuya inflación vía ingresos supera el 4.13 %, más de 1 punto por encima de la meta establecida para este año; volvemos a los tiempos de indexar la economía al vaivén del precio del dólar.


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

La independencia judicial, junto con la libertad de expresión y el control al ejercicio del poder, son pilares de la democracia. Sin embargo, la deslegitimación, la presión mediática y la corrupción, son hoy graves amenazas para la salud de la Rama Judicial.

LEONARDO ÁLVAREZ A. Y ALEJANDRO PUERTA C. Comunicaciones - Facultad de Derecho y Ciencias Políticas boletinalderecho@udea.edu.co

#ACTUALIDADNACIONAL

¿Cómo está la salud de la justicia colombiana? En América

Latina la deslegitimación, la corrupción, el autoritarismo y la violencia se han constituido como las principales amenazas a la independencia judicial. A Colombia, bajo sus propias dinámicas, se le advierten otros factores. En el país, según el Fondo de Solidaridad con los Jueces Colombianos —Fasol—, las actuales amenazas externas a la Rama Judicial provienen de varios sectores. Una de esas amenazas es el proceso de deslegitimación, que en años recientes se ha dado también en países como Ecuador, según recalcó el director de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, Mauricio Alarcón. Para el presidente de la Sala de Restitución de Tierras del Tribunal Superior de Cúcuta y exmagistrado del Tribunal Superior de Antioquia, Benjamín Yepes Puerta, los medios de comunicación que controvierten decisiones judiciales sin ningún fundamento jurídico —cuando mucho ideológico o político— vulneran la independencia judicial y el debido proceso. En ocasiones, la situación se agrava cuando son emitidas noticias sobre casos de connotación nacional y las decisiones del juez generan una inconformidad en determinados sectores de la población. La decisión es motivo de escarnio público, desacreditación y, como los mismos jueces lo han descrito, una destrucción moral de su oficio. Ejemplo de esto es la sentencia C-253 de 2019, de la Corte Constitucional sobre el Código de Policía. Luquegi Gil Neira, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia, advirtió que por esa presión de la opinión pública ya no se le reclama a los legisladores por el endurecimiento de las leyes ni por el aumento de las penas; tampoco se le exige al poder ejecutivo el cumplimiento de los derechos fundamentales que le corresponden al Estado, sino que vierte en los jueces la responsabilidad de tomar decisiones rápidas, inclusive sin garantizar el debido proceso.

Imagen: Faustlawmarketing | Uso libre.

De esto se aprovechan quienes quieren sacar ventaja de la deslegitimación de la Rama Judicial, afirmó el exmagistrado Yepes. «A un ejecutivo no le interesa una Rama fortalecida, por ser un obstáculo para los abusos y atropellos de los gobiernos, y se aprovecha del poder mediático para deslegitimarla y pedir reformas que le quiten poder a la misma». La directora del Programa de Independencia Judicial de la Fundación para el Debido Proceso en Latinoamérica, Úrsula Indacochea, dijo que «en la región, los países con mayores amenazas y afectaciones judiciales son aquellos que tienen mecanismos políticos dependientes de las altas autoridades». La abogada peruana afirmó que esta relación entre poderes, combinada con pocas garantías y mecanismos de control que fomentan la corrupción, terminan afectando la independencia judicial. La dependencia económica a la Rama Ejecutiva también afecta la independencia judicial, puesto que es la Presidencia la que determina cuánto presupuesto se le asigna a los jueces. Cuando la Rama Judicial necesita los funcionarios, herramientas e infraestructura necesarios para funcionar a cabalidad, es el poder ejecutivo el que decide los presupuestos y si estos no son del gusto del gobernante de turno, se corre el riesgo de condicionar sus recursos. Por eso, para el exmagistrado Yepes Puerta es imperativo que también exista una independencia económica.

La independencia en el marco de la paz

La restitución de tierras en el marco del acuerdo de paz entre el Gobierno nacional y las Farc también ha generado reticencias en la autonomía que tienen los jueces a la hora de dictaminar sentencias. Según datos de Fasol, entre mayo de 2018 y agosto de 2019 han asesinado a ocho jueces y cerca de 36 han recibido amenazas, atentados, desplazamientos o exilio, lo que según Yepes —quien también ha recibido amenazas por grupos antirrestitución de tierras— no solo afecta al sistema judicial, sino a todo el Estado y a la sociedad civil. Indacochea relata que el crimen organizado trata de interferir en el poder político y el poder político trata de influenciar en el sistema de justicia —fiscalía y fuerzas públicas—. Es así como uno de los objetivos de algunas estructuras para burlar la ley es cooptar a las fiscalías y ministerios públicos, puesto que son ellos los encargados de perseguir a las estructuras criminales. Por eso se recalca la necesidad de ampliar la brecha que existe entre ambas ramas, por el bien de este pilar democrático.


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Alexander von Humboldt brilla con protagonismo en la historia de Colombia. El paso del prusiano por estas tierras significó innegables aportes científicos. Su nombre, sin embargo, eclipsa el gran trabajo que, simultáneamente, desarrolló el payanés Francisco José de Caldas.

GABRIEL JAIME GÓMEZ CARDER Divulgador científico y exdirector del Planetario de Medellín endeavourexpeditions@gmail.com

#EXPLORADORES ESPECIAL

Humboldt permanece en Colombia

Retrato de Alexander von Humboldt, realizado en 1806 por Friedrich Georg Weitsch. Fotógrafo: Karin März.

Desde Cartagena

de Indias hasta Pasto en el sur de Colombia, el nombre de Alexander von Humboldt es un referente cultural para viajeros y naturalistas. De buenas los alemanes que cuentan con un embajador permanente en estas latitudes vecinas al ecuador terrestre y que el científico prusiano diera a conocer, a través de su libro Viaje a las regiones equinocciales, las tierras del Orinoco, del Magdalena y del Amazonas donde el día tiene una duración igual a la de la noche. Humboldt entró a Colombia, por aquel entonces el virreinato de la Nueva Granada, por las bocas del Sinú y recaló en Punta Gigante, cerca de Playa Blanca, en Barú, para observar un eclipse de luna que le permitió determinar con precisión la longitud de Cartagena y navegar luego por el río Grande de la Magdalena, desde el Dique hasta el puerto de Honda, en donde remontó la cordillera a lomo de mula hasta llegar a Santafé de Bogotá, en donde ya lo esperaba el sabio Mutis, director de la Real Expedición Botánica y conocido ya en Europa como uno de los amigos de Linneo. Humboldt no venía solo. Como compañero de su aventura lo seguía el médico y botánico Amadeo Bonpland, a quien conoció en París, y se le recuerda como el gran recolector de un rico herbario que más tarde le serviría a los especialistas para inventariar buena parte de la flora americana. Varios factores determinaron el éxito de la gira de Humboldt en la América española, entre ellos, tener unos pasaportes abiertos para investigar y coleccionar todo tipo de especímenes, hablar el castellano, tener un plan de trabajo definido y, sobre todo, tener una personalidad atractiva, adornada de un pomposo título nobiliario. Alexander von Humboldt venía de la nobleza prusiana, educado en el seno de la élite berlinesa y, por lo demás, heredero de una rica fortuna. La idea de estudiar la naturaleza como un todo la traía en mente desde sus años juveniles, cuando en Jena tuvo oportunidad de conocer a Goethe y Schiller, quienes definitivamente influyeron como inspiradores de una visión estética y holística que buscaba captar un cuadro o conjunto de lo observado sin perderse en el detalle especializado. Humboldt había estudiado física, química, mineralogía, botánica y astronomía como autodidacta, con maestros particulares y en la misma escuela de minas de Friburgo, sin llegar a ser un doctor de ninguna universidad en particular. Sin embargo, al científico berlinés se le considera el padre de la geografía moderna y uno de los padres de la geografía de las plantas.

En Ibarra (Ecuador), Humboldt conoció a Francisco José de Caldas, este sí un autodidacta de tiempo completo en materia de ciencias naturales. En un principio las relaciones fueron muy cordiales y el intercambio de saberes entre uno y otro fue generoso y fluido. Solamente cuando Caldas supo que no estaba incluido en la expedición de Humboldt para continuar por el sur como naturalista agregado, el payanés se sintió dolido y francamente decepcionado. La verdad, valga decirlo, es que Caldas se montó en una ilusión sin tener certeza de una invitación confirmada. La pregunta que hoy me hago, cuando conmemoramos el 14 de septiembre los 250 años del nacimiento de Humboldt, es por qué el prusiano brilla como una estrella de primera magnitud y Caldas apenas si alcanza a ser reconocido con el pomposo título de «el Sabio Caldas». Por qué los colombianos no hemos aprovechado, como sí lo han hecho los alemanes, para promover en el país los sitios y lugares por donde pasó Francisco José de Caldas observando la naturaleza, haciendo registros con el barómetro, tomando puntos geodésicos con el octante, recolectando plantas, rocas y fósiles. Creo que la respuesta a esta pregunta, a esta inquietud, se debe en buena parte al desconocimiento de la vida y la obra del genio de Popayán y a nuestra falta de interés por el estudio de las ciencias. Es en cierta forma una injusticia con Caldas no divulgar su obra a través de libros, documentales, exposiciones, concursos. Contrasta, este año de 2019, la gran prensa que ha tenido Humboldt en su aniversario con el silencio bajo el cual se opaca la vida de un genio que, como lo ha demostrado el doctor Darío Valencia Restrepo en una reciente disertación, trabajó en la geografía de las plantas en simultaneidad con quien se considera uno de los padres de esta disciplina. Por fortuna la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Colombia, otorga este año la medalla HumboldtCaldas como reconocimiento científico al investigador destacado en el campo de la Fitogeografía o Geografía de las plantas. Una gran oportunidad para reconocer los méritos del alemán y también de nuestro primer científico colombiano. Mientras tanto, hagamos un alto en el camino para valorar y cuidar nuestra biodiversidad. Sin duda, nuestro mayor tesoro natural. Por dicha Colombia es todavía un país verde, es decir, un país con esperanza. Que Humboldt y Caldas permanezcan unidos para siempre es nuestro mayor deseo. Y que de Alemania aprendamos mucho de su esmero por cuidar y conservar la naturaleza.


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Mientras el hombre mercadea con cada recurso ambiental del planeta, las alertas científicas demuestran que un número abrumador de especies de fauna y flora se extinguen día a día. El Pacífico y la Amazonia colombianos son dos de las regiones que más preocupan a las entidades ambientales.

JENNIFER RESTREPO DE LA PAVA Periodista jennifer.restrepo@udea.edu.co

#EXPLORADORES

ESPECIAL

Especies en peligro de extinción: ¿cómo está Colombia?

Las áreas de Paramillo-San Lucas y Sierra Nevada de Santa Marta son algunos de los hábitats del jaguar en Colombia. Imagen: Robert Feil.

Como si

fuera el inicio de una película de ciencia ficción apocalíptica, 145 expertos de 50 países con aportes de 310 autores complementarios, realizaron el informe más completo de la historia sobre los impactos en la naturaleza a causa del desarrollo económico global en los últimos cincuenta años. El informe presentado por la Plataforma Intergubernamental de Ciencia-Política sobre Biodiversidad y Servicios del Ecosistema —PBES—, advierte que de las 8.1 millones de especies animales y plantas que se calcula existen en la Tierra, alrededor de un millón están en peligro de extinción y podrían desaparecer en las próximas décadas. «Más del 40 % de los anfibios, casi el 33 % de los corales, más de un tercio de todos los mamíferos marinos y cerca del 10 % de los insectos están bajo amenaza (…). Más del 9 % de todas las razas domesticadas de mamíferos utilizados para la alimentación y la agricultura se extinguieron en 2016, con al menos 1000 razas más amenazadas», apunta el Informe de Evaluación Global sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas.

El foco de pérdidas en Colombia

Colombia, uno de los países más megadiversos del mundo, cuyo territorio continental está

compuesto por un 42 % de selva amazónica y un 50 % de mar, no es ajeno a esta desalentadora profecía científica. Ante la evidente y significativa disminución de la biodiversidad en el país, la Universidad de Antioquia congregó para el conversatorio «Un millón de especies en vía de extinción», a los directores de los principales institutos y entidades encargadas del cuidado y la conservación de la biodiversidad colombiana. De acuerdo con el Fondo Mundial para la Vida Silvestre —WWF, por sus siglas en inglés—, la diversidad biológica de la Amazonia colombiana incluye 674 especies de aves, 158 de anfibios, 195 de reptiles, 212 de mamíferos, 753 de peces y más de 6300 variedades de flora. «Tenemos en el Amazonas un registro de 4 mamíferos en peligro y 15 vulnerables. 1 especie de ave en peligro crítico, 5 en peligro y 20 vulnerables. 1 reptil en peligro crítico, 4 en peligro y 2 en estado vulnerable. Los peces son relevantes porque el 50 % de la economía de la región se debe a la pesca, aproximadamente 16 especies están en vulnerabilidad. Para la flora, se calcula que hay 106 especies en algún nivel de amenaza; 64 vulnerables, 36 en peligro y 6 en peligro crítico», señaló Luz Marina Mantilla Cárdenas, directora de Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas —Sinchi —.

En la lista negra de posible extinción figuran el armadillo y la nutria gigantes, la danta de páramo, el manatí amazónico, el oso de anteojos —único oso de Suramérica—, el delfín rosado, la tortuga carey y el jaguar. En las plantas también están en riesgo: los musgos coníferos; las cícadas —sobrevivientes a la época de los dinosaurios, consideradas fósiles vivientes—; los magnoliales y familias tan importantes como las bromelias, las orquídeas, el pino romerón y el cedro. Con 600 especies de aves, 200 mamíferos, 100 anfibios, 120 reptiles, el Pacífico colombiano alberga el 10 % de la biodiversidad en el planeta y corresponde también al 10 % de la extensión del territorio colombiano. «Es un territorio que se ha tomado la ilegalidad para garantizar el tráfico de armas y de droga, lo que hace que la biodiversidad sea muy vulnerable ante las mafias del narcotráfico, la minería y el aprovechamiento forestal. Los pasivos ambientales que esto deja se traducen en la pérdida de la biodiversidad. El cedro, la caoba, el choibá, el pino amarillo y el orejero son algunas especies vegetales en amenaza»,

Por su antigüedad en la Tierra, las cícadas son conocidas como «dinosaurios vegetales» o «fósiles vivientes». Imagen: Steve Buissinne.


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Especie humana, culpable y en peligro

En el informe, los científicos expusieron las cinco principales causas del deterioro ambiental. «Los impulsores de pérdida de la biodiversidad son el cambio climático, la introducción de especies exóticas invasoras, la contaminación, la explotación de la fauna y la flora y el manejo del uso del suelo», explicó Ana María Hernández Salgar, presidenta del Ipbes. Pese a los múltiples responsables directos, esta película apocalíptica solo tiene un antagonista: la especie humana. El comportamiento del Homo sapiens con el ambiente dista del significado de su nombre científico. Paradójicamente, es una especie depredadora que actúa como una plaga, acabando con cualquier ecosistema. Su comportamiento lo hace candidato para sumarse a la lista de especies en peligro, pues los recursos que destruye son los mismos que necesita para vivir. «El mundo está interconectado pero somos muy desiguales. Tenemos una legislación riquísima pero no se aplica o se desentiende, pongámonos serios con este tema. La evaluación global presenta cifras dramáticas, aunque todavía no vamos a entrar a la sexta extinción masiva, debemos atacar ese motor de pérdida de biodiversidad», enfatizó Hernández. En diciembre de 2019, el Ipbes presentará la evaluación sobre el estado de la conservación de la biodiversidad en Colombia.

destacó William Klinger Brahan, director del Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico John Von Neumann —IIAP—. Según Klinger Brahan, en el Chocó hay aproximadamente 85 especies de peces. Un estudio realizado por el IIAP en el río Quito, encontró que el cien por ciento de los peces analizados allí tenían mercurio en sus organismos, el 50 % de ellos con niveles por encima de los permitidos. Con cerca de un millón de km2 de áreas marina jurisdiccionales, Colombia posee una riqueza incalculable que se escurre como el agua por su explotación indebida. Para Francisco Armando Arias Isaza, director de Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andreis —Invemar—, uno de los grandes problemas con el cuidado de los océanos es que no los conocemos, tan solo el 5 % del territorio marino nacional ha sido explorado. «Tenemos que mostrarnos, tristemente, como un país que no supo manejar sus recursos, estamos en una situación crítica y para demostrarlo tenemos un ejemplo dramático en la cuenca del Magdalena, que antes producía 8000 toneladas de pescado al año, ahora

El oso andino o de anteojos es una de las ocho especies de osos que existen en el mundo. Imagen: Marcel Langthim.

solo produce el 10 % de esta cantidad, aunque el país sigue consumiendo igual. Ese pescado ahora proviene de la Amazonia y la Orinoquia y nos preocupa que tengamos el mismo deterioro en esos dos sistemas si no se administra bien», enfatizó Arias Isaza. Para el director de Invemar, la batalla por la protección también se perdió con el camarón del caribe, un bien ambiental de importancia económica que desde hace 10 o 12 años no se pesca. «Hoy tenemos que decir con vergüenza que la actividad desmesurada lo llevó a desparecer de nuestras aguas», agregó Arias Isaza.

Invasores, factor en contra

Otro factor de amenaza que pasa desapercibido, pero que es crítico para la estabilidad ambiental de los ecosistemas marinos, son las especies invasoras que depredan o desplazan a las endémicas. «En nuestras aguas hay alrededor de 16 especies invasoras con efectos graves como el pez león. A diferencia de lo que ocurre en tierra es imposible de controlar, en el mar no hay fronteras y preocupa que terminen reemplazando servicios ambientales de los que depende la economía», destacó el director del Invemar. En ese mismo sentido, el director del IIAP, William Klinger, señaló que también «en el Pacífico, la doncella, la boquiancha y la sardina han disminuido su población por la presencia de especies invasoras». Los metales pesados como el mercurio y el plomo envenenan las aguas. En el Pacífico, el Urabá, el Amazonas y la Orinoquia la contaminación por mercurio es gravísima, según el Invemar. «Lo que hacemos en tierra llega al mar. Uno de los más grandes problemas de las costas es la llegada de sedimentos por la deforestación, las basuras, el plástico y los demás residuos sólidos», advirtió Francisco Arias Isaza.

Cerca de 60 000 millones de toneladas de recursos renovables y no renovables se extraen en el mundo cada año, casi un 100 % desde 1980. Más del 75 % de los cultivos alimentarios globales dependen de la polinización animal. Se estima que la producción mundial de cultivos que está en riesgo cuesta entre 235 000 y 577 000 millones de dólares. Entre 300 y 400 millones de toneladas de metales pesados, disolventes, lodos tóxicos y otros desechos de instalaciones industriales se descargan anualmente en las aguas del mundo. Datos Ipbes.

En Colombia, el manatí amazónico habita en los ríos Amazonas, Putumayo y Caquetá. Imagen: McleroyPhotography.


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

Desde Alexander von Humboldt hasta nuestros días, la fascinación que los fenómenos de la vida ofrecen a los exploradores de la naturaleza es inagotable. Hoy, sin embargo, las investigaciones plantean nuevas metodologías para explorar mar, cielo y tierra.

NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co

#EXPLORADORES

ESPECIAL

Exploradores del La pregunta

es el comienzo de una exploración, el viaje de los expedicionarios de nuestros días está determinado por la necesidad de conocer algo más sobre el origen, el curso y la razón de la vida: de animales, minerales y plantas. De Humboldt heredaron la idea de que el contacto con la naturaleza es la única manera de cultivar el alma. Desde las artes, las ciencias exactas y naturales, así como desde las ciencias sociales y humanas, existen investigadores que han recorrido caminos intransitados para obtener hallazgos

sobre sus materias de estudio. La brecha que separa a los naturalistas del siglo XVII y los viajeros de nuestros días no solo es de tiempo; el trazo de los caminos, las herramientas de exploración, la manera de guardar sus hallazgos ha cambiado con la historia de las culturas. Sin embargo, hay una coincidencia entre los diarios que escribió Alexander von Humboldt en su recorrido por América y en el testimonio de los investigadores académicos de la actualidad: el expedicionario debe tener la curiosidad de un niño, el interés por descubrir el lado

inusitado de la vida, y estar preparado tanto para lo esperado como para lo inesperado. Sin importar la época o el lugar, la inmersión profunda en las preguntas que plantea la vida tiene un riesgo: que quien las sondee sin prejuicios y se deje llevar por la ruta de la investigación, no regresará siendo el mismo viajero que partió. No son pocas las experiencias de exploración que se han gestado desde diferentes áreas del conocimiento en la Universidad de Antioquia. Aquí recogemos algunas de ellas.

La naturaleza, inagotable fuente de inspiración

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Mientras se fundaba el Herbario de la Universidad de Antioquia, Lucía Atehortúa Garcés era una estudiante de biología que propuso, a través de un trabajo académico, la realización del inventario de la flora departamental. El proyecto comenzó a ejecutarse con 22 de los 90 millones de pesos otorgados por Colciencias, con lo cual compraron un vehículo jeep para desplazarse por toda Antioquia. «Eran expediciones duras en términos de seguridad, pero eso no impidió que comenzara a desarrollarse el proyecto», recordó, segura de que el motor del equipo de investigadores era la capacidad de asombro, inspirada por las anotaciones y hallazgos de Caldas, Mutis, Humboldt y otros naturalistas que habían conocido en sus clases en la Universidad. De los naturalistas de siglos pasados aprendieron que el ser humano, su política y cultura, no pueden desligarse de las plantas, los animales y del territorio que los acompaña. Hoy, Atehortúa Garcés es la directora del Laboratorio de Biotecnología de la Alma Máter, desde donde busca generar tecnologías sostenibles inspiradas en la naturaleza. De sus hallazgos en especies de helechos tropicales, señala que cada individuo florístico es un universo. «La biodiversidad es el banco genético más importante. Hasta que no se descubra todo sobre su contenido químico y las posibilidades que ofrece, no puede hallarse la importancia aplicable de una especie, pero desde su hallazgo ya se tiene un suceso para la ciencia». Hoy lamenta la devastación de la Tierra y habla de sus recuerdos de campo: muchos lugares no son ni la sombra de lo que fueron cuando fue a explorarlos hace unas décadas. «La supervivencia depende de las plantas, todo está interconectado en la naturaleza», declaró. Su testimonio reivindica que el conocimiento de los usos y dinámicas de los seres vivos, no solo debe recurrir a la ciencia, sino a la sabiduría de los indígenas que han conservado la mística de las tradiciones.

Expedicionario del sistema solar

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Entre las órbitas de Marte y Júpiter existe un planeta menor llamado «366.272 Medellín», fue encontrado y bautizado por Ignacio Ramón Ferrín y su entonces estudiante, Carlos Leal, quienes observaban y estudiaban el cinturón principal de asteroides. El hallazgo se dio el 30 de marzo de 2003, pero solo pudo bautizarse en 2016, según los protocolos de la Unión Astronómica Internacional. Este cuerpo celeste tiene un periodo orbital de 5.60 años y se encuentra a una distancia de 2.85 unidades astronómicas del sol. Aunque este descubrimiento destella en medio de sus experiencias observando el vecindario planetario, no es el único que ha tenido, en 2013, junto a Jorge Zuluaga Callejas, Ferrín reportó un fenómeno llamado cometas Lázaro: «rocas que vuelven de la muerte, ya que después de miles de años de inactividad en las que yacen en un lugar del universo conocido como "cementerio de cometas", reviven», aseguró Ferrín. Su aporte a la ciencia es impersonal: habla de Colombia y de la ciudad que lo recibió para desarrollar parte de su actividad académica, que comenzó en Venezuela. Desde su perspectiva, el universo es testigo de la historia de la Tierra y por ello en él reposan preguntas y respuestas indispensables para el equilibrio planetario.

1. Asplenium otites, de la familia Aspleniaceae, descrita por Lucía Atehortúa. Foto: Peter Medellín. Cortesía Jorge Zuluaga Callejas. | 3. Gusano marino hallado por Mario Londoño d cortesía Mario Londoño. | 4. Vista aérea de la bahía Mar y Río, en el delta del río Atrato. Fo C.DC. Hierba terrestre. Encontrada por Ricardo Callejas en Costa Rica. Foto: cortesía Ricard


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cielo y la tierra Cartografiando la biodiversidad costera

Como investigador de manglares y especies marinas de Urabá, Juan Felipe Blanco Libreros está convencido de que para reconocer el territorio es necesario establecer una conversación con las comunidades que lo habitan: «Hay que sentarse a hablar con la gente primero, para crear lazos de confianza. Allá no valen los títulos académicos, ni la institución que se representa. Vale la palabra y la confianza que se genera con las personas. Ellos se han relacionado con las especies que uno va a investigar». Entre otros recorridos, Blanco Libreros ha participado en la «Expedición Estuarina, golfo de Urabá», como parte de la «Expedición Antioquia 2013», de la Gobernación de Antioquia, y en la «CartoCosta, Urabá», de Hotosm y Youth Mappers. Con ellos se han construido los mapas de una de las zonas más biodiversas de Colombia. La exploración biogeográfica le ha permitido conocer territorios que no estaban señalados en los mapas de Colombia y un inventario preciso de los manglares de Antioquia: 5687 hectáreas, con una precisión de 30 centímetros, es decir el tamaño del píxel o cuadro de la foto. «Dentro de este pudimos establecer que cerca del 80 % se encuentra en el delta o las bocas del río Atrato, en buenas condiciones de conservación», dijo. Diez años de expediciones con un vasto equipo de trabajo han permitido que hoy se reconozca que Antioquia tiene mar y manglares.

Secuaz de piperáceas

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Greenwood. | 2. Representación gráfica del asteroide durante la II Expedición de Colombia a la Antártica. Foto: oto: cortesía Juan Felipe Blanco. | 5. Piper reptabundum do Callejas.

Taxónomo de extremófilos acuáticos

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En sus recorridos por el círculo polar antártico ha aprendido sobre las emergencias de la vida en predios de la «dama blanca», como llama a este continente sur cubierto por hielo y nieve. Son jornadas en las que todo se ve gris y blanco, los bosques allí son fragmentos de pasto y musgo. El frío, de 15 grados bajo cero en verano, es para tenerle cuidado. Un biólogo, para Mario Hernán Londoño Mesa, es eso: la experiencia por resistir ante las circunstancias que plantee el trabajo de campo, porque «nadie controla el ambiente, pero cada persona va sorteando la manera en que se adapta a él». Como investigador, biólogo y ecólogo, sigue el rastro de los tardígrados, microorganismos conocidos como ositos de agua. Como taxónomo —científico que clasifica las especies—, ha descrito más de veinte nuevas especies de gusanos marinos del Pacífico, el Caribe y el Mediterráneo. En la actualidad es reconocido internacionalmente como uno de los más importantes investigadores de tardígrados, algunos de ellos extremófilos, es decir, aquellos que pueden desarrollar plenamente sus vidas en condiciones en las que otros animales y plantas no sobrevivirían. Pero estos no son los únicos escenarios extremos en los que ha estado Mario, a las expediciones Sea Flower ha ido generalmente en temporada de huracanes, por lo cual debe moverse pronto y sin premeditar. Los hallazgos de estas investigaciones en las que las dificultades son una constante, están cargados de misticismo: «Las características de los tardígrados nos permiten ver que no siempre la vida está asociada a las mismas condiciones, sino que puede darse hasta en los lugares que no consideramos habitables».

De sus memorias como explorador de la flora, Ricardo Callejas Posada no olvida la expedición para establecer el inventario botánico de Antioquia: «Llegamos a una laguna que no aparecía en los mapas, en medio de los Farallones del Citará. Era un santuario natural majestuoso, en los límites de tres departamentos. Allí entendí que ese suceso, más que un hallazgo investigativo, era una ocasión para celebrar la vida». Con la motivación de inventariar las especies botánicas de Antioquia recorrió todo el departamento y supo que las plantas no solo hablan sobre la Tierra, sino que también dan ideas sobre cómo somos los animales, los humanos. «No hay nada que marque más a un humano que la geografía. La cotidianidad es el resultado de cómo cada habitante percibe su entorno. El que vive en un territorio transformado por la minería, como Santa Rosa de Osos, tiene una ideas y costumbres muy diferentes al que ha pasado toda su vida a 60 kilómetros de allí, en Angostura, donde aún son avasallantes los paisajes naturales», aseveró. De ahí que en Antioquia y, en general, en Colombia, la biodiversidad esté acompañada de incontables manifestaciones culturales. En el inventario Flora de Antioquia, publicado en 2011, fueron reportados cerca de 14 000 individuos botánicos. Actualmente, Callejas es profesor del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia y, como experto en piperáceas, pasó quince años trabajando en la descripción de esta familia en Mesoamérica, desde Oaxaca, en México, hasta el Darién, en Urabá. Cerca de 2100 especies fueron halladas. «La deforestación en este país es inmoral», afirmó. Este hecho, desde su mirada, está estrechamente conectado con la inequidad social, porque cuando los individuos están aislados de la comprensión de la naturaleza no saben aceptar al otro desde la diferencia.


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El aviturismo se está tomando a Colombia y es excusa para experiencias de reconciliación como la de Diego Calderón Franco, biólogo egresado de la Alma Máter que hoy les enseña sobre pájaros a excombatientes de las Farc que lo secuestraron hace 15 años.

ADRIÁN ATEHORTÚA Periodista – Hacemos Memoria adriano.atehortua@gmail.com

#EXPLORADORES

ESPECIAL

Ver pájaros y hacer las paces

Diego Calderón Franco es biólogo, egresado de la Universidad de Antioquia. Foto: cortesía Federico Rios.

En 2004, cuando era estudiante de Biología en la Universidad

de Antioquia, a Diego Calderón Franco le encargaron una exploración para buscar el chamicero Asthenes perijana y el colibrí Metallura iracunda, dos pájaros de la serranía del Perijá de los que no se tenían registros desde hacía 50 años. Su misión tomó un rumbo diferente cuando, tras empezar su exploración, fue retenido por el frente 41 de las Farc. Durante tres meses estuvo secuestrado. «Prácticamente nos la pasábamos escondiéndonos del Ejército. Recorríamos la serranía de un lado a otro de la frontera, esquivando los ataques. Veíamos paisajes increíbles como los picos de la Sierra Nevada de Santa Marta, que brillaban en medio de las estrellas», recordó Diego. La experiencia del cautiverio no lo alejó de la idea de seguir observando aves. Todo lo contrario: hoy, cuando las Farc han dejado las armas y buscan reincorporarse a la vida civil, Diego ha vuelto a la serranía del Perijá para capacitar sobre avistamiento de aves a quienes lo secuestraron. Los excombatientes ven en esa actividad una oportunidad con potencial ecoturístico y cifras alentadoras. Cecilia Rodríguez, por ejemplo, es una de ellas. «A mí siempre me han gustado los pájaros. Son animalitos que siempre he admirado ¡son tan hermosos y diversos! Cuando llegamos aquí fue que nos surgió la idea de que debíamos cuidarlos y protegerlos. En un país con tantas aves, que significan tanto para el

sostenimiento del medio ambiente… Es una oportunidad para poder seguir con nuestros proyectos de vida», explicó. La vida de Cecilia ha cambiado drásticamente. Desde que dejó las armas tras el proceso de paz, ha buscado la forma de hacer efectiva su reincorporación a la vida civil. Tiene 35 años y durante casi 20 combatió en los Frentes 19 y 41 de las Farc. Entre los proyectos que ella y sus compañeros han emprendido se encuentra uno de ecoturismo que comprende ofertar el avistamiento de aves. Los exguerrilleros crearon un club de observación de aves que tuvo resonancia y provocó que fueran invitados a la Feria Internacional de Aves, en Cali. Diego Calderón estaba allí para dar su conferencia «Pajariando con las Farc», en la que hablaba, entre otras cosas, de las expediciones del proyecto Colombia BIO, misiones científicas que, tras la dejación de armas de las Farc, vienen explorando territorios que por décadas fueron negadas para la ciencia y para cualquier otro interés humano distinto a la guerra. En su encuentro con Diego, los compañeros de Cecilia le contaron su iniciativa. Él, como un acto de reconciliación, decidió sumarse a la causa. Desde entonces, Diego y Cecilia han pajareado juntos. Ha sido una de sus alumnas más aplicadas; se interesa en aprender los nombres científicos de los pájaros que siempre vio en el monte sin mayor conocimiento que el de


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GERMÁN DARÍO VALENCIA AGUDELO Profesor del Instituto de Estudios Políticos german.valencia@udea.edu.co

#UDEAOPINIÓN

su evidente belleza. Su esfuerzo por ser guía dedicada al avistamiento de aves es una de las tantas cosas que ahora emprende desde cero para que su vida tome un rumbo estable. «Yo lo hago para enviar un mensaje que incomode como con cariño —dijo Diego—… decirle a la gente que solo ha visto la guerra por el televisor que hay que reconciliarnos para que estás cosas tan bonitas pasen. Falta poco para que por fin tengamos ese lugar ideal en el que ellos puedan dedicarse de lleno al avistamiento de aves, pero falta. Yo siempre he sido más bien de la gente pesimista: pienso que la situación del planeta está muy difícil, que ya somos demasiada gente en el mundo. Pero este tipo de cosas son las que hacen que me dé esperanza». Con el secuestro y los fusiles en su memoria, ambos coinciden, a su manera, en lo mismo: les gustan las aves y en el país con más especies hay un potencial negocio, ya sea por paz, ya sea por plata, ya sea por ciencia, ya sea por gusto. Una prueba: ambos ya han tenido el tiempo y la tranquilidad de poder ver, de nuevo y para el mundo, el chamicero Asthenes perijana y el colibrí Metallura iracunda. Antes eso implicaba muchos riesgos innecesarios. En otras palabras, es como matar dos tiros de un solo pájaro.

Colombia es el país con mayor diversidad de aves en el mundo. Se han identificado aproximadamente 1930 especies, casi un 18 % de las especies de aves del planeta. La Organización Mundial de Turismo calcula que cerca de 100 millones de personas se dedican a este tipo de actividad. Según las Naciones Unidas, en Estados Unidos el turismo de observación de aves deja ganancias anuales que llegan a los 32 000 millones de dólares, lo que, por ejemplo, equivale al PIB de países como Costa Rica. Un estudio de 2016 del Ministerio de Comercio de Colombia en alianza con Conservation Strategy Found y National Audubon Society de Estados Unidos, reveló que los turistas de ese país interesados en observar aves tienen una edad promedio de 40 años, son en su mayoría profesionales o jubilados, y tienen capacidad e intención de gastar entre 3000 y 4000 dólares a la semana en esa actividad. El estudio proyectó, además, que podrían ser 280 000 las personas que anualmente estarían interesadas en ello.

En los ETCR se produce la paz duradera El 15 de agosto del 2019 se cumplió el plazo para que —según el Decreto 1274 del 28 de julio de 2017— operaran en Colombia los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR). Dos años antes, esta norma había transformado las Zonas Veredales Transitorias de Normalización (ZVTN) y Puntos Transitorios de Normalización (PTN) —lugares donde se realizó la dejación de armas y la desmovilización de las tropas de las Farc-ep— en 24 territorios para la reintegración y la reconciliación. Fue objetivo del Gobierno Santos (2014-2018) convertir a los ETCR en territorios para la paz. Lugares donde los excombatientes alcanzarían el tránsito a la vida civil en lo económico y social, además se configurarían los escenarios para el posconflicto. En definitiva, zonas donde excombatientes y sus familias, comunidades aledañas, organizaciones de la sociedad civil, instituciones del Estado y agencias de cooperación internacional, trabajaran conjuntamente en actividades asociativas que permitieran la reincorporación colectiva y comunitaria y la reconciliación territorial. El resultado, a dos años de la aparición de los ETCR en Colombia, es prodigioso. Tanto la comunidad internacional como la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN) —entidad encargada de acompañar la ruta de reincorporación— presentan lo conseguido allí como una experiencia inédita y exitosa de transición de la guerra a la paz. Afirman que estos lugares se han convertido en el laboratorio para producir un giro definitivo en los programas de reincorporación: pasando de un enfoque individual a otro integral y colectivo, donde se está logrando la reincorporación comunitaria. Varios factores explican el éxito alcanzado. Primero, la férrea convicción que tienen los excombatientes y sus familias de apostarle a la reincorporación y la reconciliación; pues, a pesar de las precarias condiciones que tienen la mayoría de estos lugares en servicios públicos, educación o salud, sus habitantes quieren permanecer en los ETCR y fortalecer sus proyecto productivos y comunitarios, e insisten en que no desaparezcan. Recolectan entre ellos dineros para adquir terrenos, trabajan para mejorar sus casas y se esfuerzan por dotar los ETCR de infraestructura educativa y recreativa. En definitiva, le apuestan a la paz y la reconciliación territorial. Segundo, a la manera como las comunidades han rodeado a estos nuevos miembros vecinos. Desde el arribo de los exintegrantes Farc, en diciembre de 2016, las comunidades vienen integrándolos a las dinámicas productivas y sociales. Ven en estos nuevos habitantes como un alivio a su desamparada condición: los excombatientes han traido vías, placas polideportivas y, sobre todo, la mira institucional al campo y la ruralidad. Pasando de ejércitos temidos a vecinos amigables, con lo que se constata el papel central de los ETCR en la reconciliación. Y tercero, al estratégico acompañamiento que le ha brindado la comunidad internacional a la implentación del Acuerdo Final. Organismos como la ONU, a través del mecanismo de monitoreo y verificación, y las embajadas de Francia y Noruega, han dado apoyo al proceso de paz, ofreciendo seguridad y tranquilidad a excombatientes y comunidades aledañas; además, impulsando programas y proyectos de desarrollo, que han permitido conectar sus productos cooperativos con los mercados internacionales. Ejemplos son las iniciativas de artesanal de muñeca de trapo —en Miranda (Cauca)— y los bolsos, sudaderas y morrales —confeccionados en el ETCR de Anorí (Antioquia)—, que tienen asegurada su comercialización. Estos positivos resultados incrementan el deseo de que los ETCR continúen y se conviertan en lugares concretos para la reincorporación económica y comunitaria de largo plazo en el país. Que se transformen en veredas, caseríos o corregimientos para que hagan posible la implementación de las ideas plasmadas en la política pública de reincorporación colectiva y comunitaria proyectada a ocho años —hasta 2026— (Conpes 3931 de 2018). En definitiva, consolidar estos espacios para la reconstrución del tejido social, la convivencia y la reconciliación.


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Estudiantes de la Universidad de Antioquia experimentan con un dispositivo de olor para ahuyentar zarigüeyas, una especie maltratada y perseguida. El prototipo fue probado en un bosque de Envigado, Antioquia, donde se ha reportado una gran población de estos marsupiales.

NATALIA PIEDRAHITA TAMAYO Periodista natalia.piedrahita@udea.edu.co

#CONSERVACIÓN

Con dispositivo de olor proponen salvar zarigüeyas Es tan lamentable como se lee: ante la incapacidad humana

de comprender a otros integrantes de la fauna y la flora, más allá de los miedos, perturbaciones y la estigmatización con la que se ha cargado a otras especies por el mero hecho de ser diferente en hábitos o patrones estéticos, se están generando medidas para alejarles de lugares en los que su vida corre peligro por las acciones humanas. En la lista de fauna estigmatizada y maltratada por el hombre está la zarigüeya —didelphimorphia—, una de las especies más antiguas de los mamíferos marsupiales: de color pardo, patas cortas y cola flexible, con grandes aptitudes para trepar árboles y combatir plagas como las garrapatas. «Por ser nocturnas, de poca interacción grupal y comer restos de frutas y animales, han sido clasificados como seres poco llamativos y además se han asociado con actitudes humanas despreciables, con lo cual se ha ocultado su importante función ecosistémica y su capacidad de supervivencia», advirtió Sergio Solari Torres, investigador y profesor asociado al Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia. Ante la cifra de ataques a estos marsupiales, que según datos de la Fundación Zarigüeya ascienden a más de 400 en 2019, sobre todo por atropellamientos y golpes, un grupo de estudiantes de Medicina Veterinaria de la Universidad de Antioquia desarrolló el «Protocolo experimental para el ahuyentamiento de zarigüeyas (Didelphis sp.) mediante dispositivos de olor en el municipio de Envigado, Antioquia». Este proyecto es desarrollado por Karen Rodríguez Marín y Diana Aguirre, bajo la tutoría de la docente Claudia Ceballos. Se trata de un prototipo experimental a partir de una caneca que en su interior tiene una espuma que puede ser impregnada de olores como lavanda, creolina, citronela y amoniaco. «Lo implementamos en dos zonas de Envigado: la reserva arqueológica La Lorena: y el parque lineal La Heliodora —explicó Rodríguez Marín— donde se ha reportado gran población de zarigüeyas. Ante el amoniaco, la población de zarigüeyas que rodeaba la caneca con este olor disminuyó considerablemente, con ello se entrega una alternativa de protección de la especie para evitar que las maten o las maltraten». Este dispositivo permitió identificar, asimismo, ideas para optimizar su efectividad: así como el olor a amoniaco las ahuyenta, el de la citronela las atrae. Sin embargo se debe conocer el efecto que tienen estos aromas en otras especies silvestres. «Los campesinos y los habitantes de sitios aledaños a lagunas o a carreteras deben conocer estos métodos para implementar el ahuyamiento en vez de maltratar a las zarigüeyas», aseguró Rodríguez Marín.

atención virtual para los ciudadanos que se incomodan ante la presencia de estas especies. «El conflicto del humano con la fauna silvestre reside en una herencia que viene de nuestros abuelos, que nos impide reconocer la pluralidad de la vida en la Tierra, la cual va más allá del dolor, el miedo o los juicios morales que nos han implantado», aseguró Francisco José Flórez Oliveros, director de Fundzar. Más allá de las apreciaciones despectivas, son seres maternales, que cuidan atentamente de sus hijos y en su infancia los cargan en su bolsa marsupial. Su encanto reside en la fortaleza que han desarrollado y que les permite adaptarse a hábitats diversos a lo largo de América, su continente originario. Tienen cola de prense que les permite colgarse de diferentes superficies y aunque comen residuos, son selectivos con la calidad de estos. Aunque las autoridades ambientales y las universidades no han emprendido en Antioquia un conteo de la población de zarigüeyas, se sabe que en Colombia viven cerca de 50 especies, 12 de ella en el área metropolitana del Valle de Aburrá. La mayor causa de su muerte es el atropellamiento, ya que ante la luz de los vehículos se quedan inmóviles e indefensas. Flórez Oliveros destaca que las zarigüeyas son las bisabuelas de animales tan carismáticos como los canguros y koalas y que pueden aportar grandes beneficios a la salud planetaria, por devorar plagas con una velocidad inusual. Desde su perspectiva, los dispositivos de ahuyamiento de marsupiales son una contribución para mitigar el problema de maltrato de esta especie, pero advierte que la verdadera tarea está relacionada con la educación ambiental: «Es necesario un cambio generacional y de sensibilidad para acabar con el maltrato a cualquier animal, lo importante es que cuando se dé no sea tarde», sostuvo.

Estigmas heredados

En 1996 se creó en Medellín la Fundación Zarigüeya, entidad sin ánimo de lucro que se organizó para proteger a chuchas y otros marsupiales, y promover la educación ambiental. Aunque su cobertura es local, se ha convertido en un referente en Latinoamérica y Europa, ya que cuenta con líneas telefónicas y

Marsupial americano: la zarigüeya. Foto: cortesía FUNDZAR.


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Los colombianismos son palabras «liberadas» del español peninsular —el que se habla en España—, expresiones que se convirtieron en auténticas e identitarias. Un completo diccionario reúne ahora esas voces características de todas regiones colombianas.

ELIZABETH CAÑAS RODRÍGUEZ Periodista y filóloga elizabeth.canas@udea.edu.co

#IDENTIDAD

La reivindicación de los colombianismos Seguramente en algún momento de su vida lo habrán

acusado de «voltiearepas». Y hasta sus oídos habrán llegado también expresiones como buchipluma, guache, madremonte, cipotudo, caché, empiñatado, amangualarse, embelequero e impajaritable. Todas esas palabras están reivindicadas hoy como palabras emancipadas de nuestra madre patria. «Los colombianismos permanecen como pruebas de muchas culturas; se integran a subculturas como la cundiboyacense, la costeña, la antioqueña, entre otras; evidencian nuestra peculiar manera de contar con el léxico y hacen parte de nuestra idiosincrasia. Además, siempre perdurarán así tengamos arraigos de otros países y seamos parte de los más de 430 millones de hispanoparlantes en el mundo», señaló Carlos García Zapata, profesor e investigador de lexicografía y dialectología en la Universidad de Antioquia. Los colombianismos reivindican el habla popular y ganaron mayor estatus gracias al Diccionario de Colombianismos, presentado en 2018 y realizado por el Instituto Caro y Cuervo —con la financiación del Ministerio de Cultura—. Este compendio léxico incluye 6000 entradas, 1500 expresiones, 8000 definiciones y 4500 ejemplos. Aunque su construcción inició en el 2010, desde el 2016 se nutrió con información aportada por investigadores de las diferentes regiones, una de las novedades de la publicación. Por Antioquia participaron la profesora Diana Giraldo Gallego, vinculada al programa de Filología Hispánica de la Alma Máter, y Jorge Jaramillo Reyes, otro experto del lenguaje en el departamento. «Lo más difícil fue verificar que fueran antioqueñismos, porque hay muchas palabras que son del español en Colombia y otras muy nuestras. Fue un trabajo muy interesante porque no era solo aportar las palabras, sino también constatar su origen, sus definiciones y, aunque las listas podían ser largas, no todas eran admitidas». Giraldo Gallego explicó que el Diccionario de Colombianismos permite ahora contar con una herramienta moderna, porque quedó en físico, pero sigue en constructo a nivel digital, donde se le seguirá aportando. «Los colombianismos son palabras y términos muy constreñidos a los contextos no formales, porque a muchos les pueden parecer no elegantes», advirtió. Para la investigadora del «parlache», Luz Stella Castañeda Naranjo, «el auge de los estudios de los colombianismos permite soñar con un repositorio grande para hacer comparaciones con más certezas. Porque el estudio del léxico es una cantera y materia primera para todo el desarrollo social y científico». Aseguró también que «el desarrollo tecnológico abre posibilidades enormes, como el reto de hacer un repositorio del léxico disponible de los países hispanoparlantes». La lexicógrafa del Instituto Caro y Cuervo, María Clara Henríquez Guarín, explicó que «el estudio de los colombianismos es estudiar la identidad y recoger la memoria cultural de nuestro país, porque muchas palabras se pierden y no se conoce el léxico de otras regiones, donde se han encontrado muchas sorpresas». La experta comentó que en el Diccionario de Colombianismos —que podrá ser consultado de manera virtual—, se está

acogiendo lo que más identifica a los colombianos en el uso de la lengua, algunos compartidos con otros países de América, pero con distinta definición o con la categoría gramatical diferente. «Lo que se visibiliza (con este diccionario) es el léxico amazónico, antioqueño-caldense, caucano-valluno, cundi-boyacense, llanero, nariñense, pacífico, santandereano, tolimense-huilense, en fin, todos nuestros dialectos».

En la Universidad de Antioquia se han gestado, entre otros estudios lingüísticos, el Diccionario del Valle de Aburrá, el Atlas lingüístico de Antioquia y Léxico popular del café en Antioquia.


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N.º 690 · septiembre de 2019 · Universidad de Antioquia

La Dirección de Relaciones Internacionales de la Universidad de Antioquia desarrolla varias estrategias para promover una mayor movilidad de alumnos y profesores desde las sedes y seccionales regionales hacia otros países, y también un mayor interés de los extranjeros por venir a esas zonas.

CARLOS OLIMPO RESTREPO Periodista olimpo.restrepo@udea.edu.co

#UDEAREGIONES

Llegar al mundo, la meta de las regiones

La mexicana Malinali Castañeda Romero estuvo de intercambio académico en la Sede Ciencias del Mar, en Urabá. Allí trabajó con los estudiantes de la Institución Etnoeducativa Bocas del Atrato. Foto: cortesía Malinali Castañeda.

El lenguaje fue todo un reto

Malinali Castañeda Romero. Universidad Nacional Autónoma de México. Sede Ciencias del Mar, Turbo.

Embajadores mexicanos en la regiones

«Antes de irme a Colombia, una de las cosas por las que elegí ir allá es porque me interesa el trabajo con poblaciones vulnerables. Llegar a Turbo y vivir en un entorno distinto a la megalópolis en la que he vivido toda mi vida fue un cambio grande, pero me dio la oportunidad de interactuar con mis compañeros de la Universidad de Antioquia, Sede Ciencias del Mar, de forma más cercana. El trabajo en equipo fue agradable y funcional, pero me decepcionó el fuerte pensamiento machista de la región, lo que en ocasiones hacía tediosas las actividades para mí y mis compañeras. Las actividades con la Institución Etnoeducativa Bocas del Atrato fueron un reto, principalmente, y para sorpresa mía, por la brecha del lenguaje: aunque no lo parezca, los regionalismos pueden complicar la transmisión de información, en especial sobre ciencia y crisis climática. Pero fue una experiencia muy enriquecedora para mi formación profesional. Hacer una pasantía en otro país, en una sede regional, ha sido de las mejores decisiones de mi vida, porque me amplió la visión del mundo al conocer otras realidades y culturas».

La poca

movilidad que se genera desde y hacia las sedes y seccionales de la Universidad de Antioquia en las regiones, hizo que la Dirección de Relaciones Internacionales diseñara una estrategia para aumentar el flujo de profesores y alumnos en ambos sentidos. «Analizamos en cada sede y seccional cuáles son los programas de pregrado, de posgrado y los grupos de investigación, para conocer el potencial académico de cada una, así como sus dinámicas de vocaciones territoriales. A partir de esto creamos un plan, con la particularidad para cada seccional o sede», explicó Marcela Garcés Valderrama, directora de Relaciones Internacionales de la Universidad, quien agregó que el primer paso fue fomentar más el interés de los estudiantes por salir a otros países, seguido del fortalecimiento de la cooperación científica y de la innovación en seccionales. El poco dominio del inglés y los bajos ingresos económicos son los mayores obstáculos que encuentran los alumnos. Por ello, la Universidad de Antioquia trabaja en fortalecer nexos con centros de educación superior con alta acreditación internacional, donde el idioma no sea un problema, y un programa de estímulos académicos «que tiene como objetivo poder reconocer a los estudiantes con alta excelencia académica y que tengan liderazgo, que estén involucrados en proyectos comunitarios, para apoyarlos económicamente en su

Enseñar a enseñar sobre ambiente

Erasmo Velázquez Cigarroa. Universidad Autónoma Chapingo, México. Seccional Suroeste.

«Mi estadía en la Seccional Suroeste de la Universidad de Antioquia fue de manera periódica, como parte de un plan de trabajo de la pasantía doctoral de seis meses: asistí en seis ocasiones, con una estancia de entre 3 y 5 días. El tiempo restante me radiqué en Medellín. Allí impartí cuatro cursos-talleres dirigidos a estudiantes de licenciatura y de bachillerato de la región, sobre la incorporación de la ambientalización curricular en los planes y programas de estudio. Diseñé un programa para la capacitación de manejo de residuos orgánicos en instituciones educativas. Propuse una batería de instrumentos de evaluación para el programa Sostenibilidad para el campo. Mis expectativas eran muy altas debido al entusiasmo de estar por una temporada en un país distinto al mío. La gran mayoría se cumplieron, aunque hubo actividades que por cuestiones de tiempo y por la dinámica de trabajo de la Seccional no pudieron concretarse. En mi estancia en la Universidad de Antioquia no conocí a estudiantes de maestría o doctorado que hicieran estancias en las sedes regionales, mucho menos pasantías. La riqueza ecológica y cultural de Antioquia y Colombia me asombró. El sentido de pertenencia que tienen las personas con las actividades primarias (en el caso del Suroeste antioqueño, el cultivo de café) es de reconocerse y estudiarse».


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SANDRA PATRICIA DUQUE QUINTERO Profesora de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas spatricia.duque@udea.edu.co

#UDEAOPINIÓN movilidad. Habrá algunos con un apoyo muy amplio, otros con apoyo parcial, pero significativo», aseguró Garcés Valderrama. El plan va más allá. «Partimos de identificar a los alumnos interesados en la movilidad nacional e internacional, para consolidar un grupo de interés con unos semilleros en las regiones, con los cuales se fortalecen capacidades, de manera que si van al exterior tengan la debida preparación para enfrentar diversas situaciones como la resolución de conflictos, aspectos a tener en cuenta cuando se está en un contexto internacional, comunicación intercultural y el manejo de la ansiedad. Esa fase preparatoria la trabajamos con Bienestar Universitario», agregó. Las razones de esta preparación radican en que muchos de los interesados nunca han salido del país o incluso se han movido muy poco de las zonas donde viven, nunca han montado en avión y, por tanto, requieren este apoyo. «Hemos identificado los destinos latinoamericanos recomendados por la Dirección de Relaciones Internacionales y ya tenemos una interlocución directa con cada sede y seccional para acompañar de cerca a los chicos interesados en salir para el primer semestre de 2020», afirmó Garcés Valderrama. En cuanto a la llegada de docentes y estudiantes del exterior a las regiones donde hay sedes de la Alma Máter, la directiva dice que «nuestro primer frente de trabajo es fortalecer la cooperación científica y la innovación en las seccionales Suroeste, Carmen de Viboral y Urabá —donde han llegado la mayoría de los extranjeros— para hacerlas más atractivas. Y meterle la ficha a la movilidad saliente, pues esperamos que, en la medida en que vamos saliendo, va a haber mayor visibilidad de las sedes y seccionales de la Universidad y, por ende, vamos a poder recibir más personas de otros países, porque ahora no es mucho el flujo de profesores, investigadores y ni de estudiantes».

Las cifras del intercambio

México, Estados Unidos y España son los destinos preferidos por miembros de la comunidad universitaria. Desde 2014 viajaron a esos países 207 personas, entre directivos, profesores y estudiantes, de las 477 en total que salieron de la UdeA con rumbo al exterior. De esta última cifra, apenas 23 eran de las sedes y seccionales regionales. De los 308 que llegaron desde ese mismo año hasta hoy, 121 provenían de esos tres países, solo 11 hicieron su proceso de intercambio o pasantía en tres de las sedes y seccionales.

Pago de incapacidades y la vulneración al mínimo vital Es importante

resaltar tres aspectos relevantes sobre el pago de incapacidades por enfermedad de origen común en Colombia. El primero, que los derechos prestacionales derivados de las cotizaciones al Sistema de Seguridad Social en Salud frente al afiliado se encuentran garantizados por la ley, a partir de un sistema de financiamiento con aportes parafiscales. El segundo, que hubo una derogación parcial del artículo 227 del Código Sustantivo del Trabajo toda vez que la prestación económica derivada de la incapacidad no profesional entra a ser asumida por el Sistema de Seguridad Social en Salud, a través del régimen contributivo. Y, tercero, que la prestación que se asignaba por el Código Sustantivo del Trabajo a título de auxilio se transformó en un derecho prestacional. Y aunque la Corte se pronunció en la sentencia C-543 de 2007, declarando exequible el artículo 227 del Código Sustantivo del Trabajo, en el entendido que el auxilio monetario por enfermedad no profesional no podrá ser inferior al salario mínimo legal vigente, es importante señalar que también la Corte ha reiterado en su jurisprudencia que el mínimo vital es un derecho fundamental ligado estrechamente a la dignidad humana, pues como señala la sentencia SU-995 de 1999, «constituye la porción de los ingresos del trabajador o pensionado que están destinados a la financiación de sus necesidades básicas, como son la alimentación, la vivienda, el vestido, el acceso a los servicios públicos domiciliarios, la recreación, la atención en salud, prerrogativas cuya titularidad es indispensable para hacer efectivo el derecho a la dignidad humana, valor fundante del ordenamiento jurídico constitucional». Entonces, si la prestación económica con la cual el sistema de seguridad social en salud protege al trabajador que soporta una incapacidad por enfermedad no laboral, tiene como finalidad otorgar el amparo necesario para la recuperación de la salud y las condiciones de productividad y subsistencia, las reglas para el pago de incapacidades por enfermedad general aplicadas por la Universidad vulneran claramente el derecho fundamental al mínimo vital de un trabajador, al reducir sustancialmente su salario, que es, para la mayoría, el único ingreso para su subsistencia y la de su grupo familiar. Muchas veces el servidor de la Universidad no se incapacita y asiste enfermo a sus labores para no ver reducida su asignación salarial, poniendo en riesgo su salud y vida. Ante este panorama lamentable, el llamado respetuoso a la administración de la Universidad es que de una vez asuma su papel como garante de los derechos fundamentales de sus servidores. ¿Es justa la reducción de nuestros salarios, la afectación a nuestra tranquilidad y mínimo de condiciones de vida por estar enfermos? La dignidad está por encima de cualquier consideración económica. Porque este es un asunto de voluntad política, no de ilegalidad. Es inadmisible la excusa de que «dura es la ley, pero es la ley», y que, por tanto, hay que aplicar la Ley 100 de 1993 y sus reglas en torno a las incapacidades por enfermedad general. La Constitución y sus principios están por encima de interpretaciones legalistas y regresivas. El principio de progresividad y no regresividad en materia laboral constituye un planteamiento esencial en la defensa de los derechos laborales, y los órganos universitarios deben optar por interpretaciones que desarrollen los derechos, principios y valores constitucionales.


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Reconquistar lo femenino; instaurar una educación sexual basada en el conocimiento y la libertad; negociar y comunicar para enfrentar conflictos de pareja; entender el amor como compartir y no como poseer. Lecciones del sexólogo español Manuel Lucas Matheu.

PEDRO LEÓN CORREA OCHOA Periodista leon.correa@udea.edu.co

#BIENESTAR

La educación sexual debe empezar desde el primer año de vida: Manuel Lucas Matheu El sexólogo español Manuel Lucas Matheu analizó 66 culturas y concluyó que una sexualidad más libre favorece sociedades

con menos conflictos. El estudio doctoral —de tipo cualitativo transversal y transcultural con fuentes bibliográficas y trabajo de campo—, duró 18 años y se convirtió luego en el libro Sed de Piel ¿feminizar el futuro? (2009). Lucas Matheu es presidente de la Sociedad Española de Intervención en Sexología y miembro vitalicio de la Academia Internacional de Sexología Médica. El 16 de agosto de 2019 ofreció en la Universidad de Antioquia la conferencia «Sexos, amores y deseos diversos», promovida por la Dirección de Bienestar Universitario como parte del proceso de sensibilización y capacitación para la prevención de las violencias de género y sexuales. En esta entrevista con Alma Mater explica sus posturas sobre temas como la educación sexual, la ideología de género, la fidelidad y el amor.

Pareciera que ese postulado de su tesis doctoral es muy oportuno hoy en Colombia… Sin duda. Lo que puedo decir es que si queremos que una sociedad sea más pacífica tendremos que hacer dos cosas. Una: para quitar la agresividad, dejar de reprimir con tanta insistencia la sexualidad. Y otra, que lo femenino tenga un papel importante. También que los hombres empiecen a replantearse una sexualidad vivida más en imperativo que en sustantivo, porque desde pequeños nos dicen: «sé un hombre», «no demuestres debilidad, ejerce poder hasta en la cama». Nos relajaría bastante que los hombres nos diéramos la oportunidad de descubrir la gran parte femenina que tenemos. En sus libros habla de una «fábrica de bienestar sexual». ¿Qué tiene esa fábrica y qué debería producir? Hasta ahora, lo que hemos hecho de la promoción de la salud sexual y de la clínica sexológica ha sido un taller de reparaciones y prevención. Hemos construido una educación sexual y promoción de la salud sexual centradas en déficit y problemas, lo que se ha reducido solamente a un colectivo: los jóvenes. Habría que plantearse otras formas de construir la sexualidad, y la forma de construirla es la libertad. Algunos dirán: «¡este hombre está proponiendo que todo el mundo haga lo que quiera!». Sí, eso estoy proponiendo, que haga lo que quiera, pero que lo haga desde la madurez del conocimiento. Creo que, además, una fábrica de bienestar significa no solamente solucionar los problemas, sino también que las personas vivan la sexualidad como un valor: el sexo es un bien, nos da una estructura; el hecho de ser sexual es un bien; la sexualidad es un valor y debemos saber vivirla con la capacidad de desarrollar el talento para conocer mejor nuestros cuerpos y los cuerpos de los demás. Eso va mucho más allá de los genitales. El impacto de las políticas de educación sexual en Colombia ha sido cuestionad0, por ejemplo, frente a los embarazos adolescentes. ¿Cómo crear un modelo más efectivo? Lo primero es que no debemos empezar por los jóvenes. Hay que hacerlo desde el primer año de vida. Que los padres y la

familia ejerzan como verdaderas figuras de apego, y que las personas a partir de ahí tengan un apego seguro a la hora de estructurar sus relaciones amorosas, sexuales, de pareja. Por lo tanto, el primer objetivo de la educación sexual tiene que ser los padres y las madres. El niño es un radar ultrasensible y si los padres tienen actitudes sexuales que son positivas, sanas, que aman su propio cuerpo, pues van a transmitirlo al niño. De ahí llegará el colegio, y en el colegio cada materia tiene que estar sexuada, hemos asexuado las materias: la historia, la filosofía, las matemáticas. Y a partir de ahí, ya con adolescentes y demás, empezar a llenarlos de conocimiento sobre lo que es el sexo, la sexualidad, la diversidad, la erótica, porque nuestra sexualidad está imbricada en nuestra piel, tenemos la piel más sensible de todos los mamíferos, con la mayor variedad de corpúsculos sensitivos. Eso significa deconstruir todo el modelo… ¡Claro!, ese modelo falocrático, reduccionista, genitalizado, masculinizado. Ponerlo sobre la mesa para deconstruirlo y para que cada persona vaya poniendo esas piezas para construir, cada uno, en cada momento, en cada circunstancia, su propio modelo de relaciones sexuales. Y claro que hay que hablar de las conductas de riesgo, porque eso está ahí, lo que no debemos hacer es lo hecho hasta ahora, poner las conductas de riesgo en el centro de la diana, sino como un elemento más del conocimiento de nuestras actitudes y de las actitudes ante la libertad de otros. Y, por último, hay que hablar de las capacidades para vivir en pareja o para no vivir en pareja, para amar y para saber qué es el amor; y las capacidades para aprender del rito de la expresión corporal, de nuestras energías corporales, de nuestra sensibilización corporal. Es decir, un modelo de modelos basado fundamentalmente en la libertad y esa libertad basada fundamentalmente en el conocimiento. ¿Qué opinión tiene de ese tenso debate por la llamada ideología de género? Ahora mismo todo está lleno de actitudes normativas y combativas; es decir, oprimen o permiten. La actitud normativa se


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apoya en actitudes combativas, de defensa y ataque: «en contra de la homosexualidad», «a favor de la homosexualidad». Lo que pienso es que no se puede estar ni en contra ni a favor; es como estar en contra de que el cielo es azul, ¡pero es que el cielo es azul! ¿Eso es bueno o malo?, no lo sé, es azul. Yo introduciría en los dos elementos polarizados un elemento que se traduzca en generar bienestar y en que las personas tengan la libertad suficiente de poder vivir como quieran, siempre, lógicamente, con respeto a los derechos de los demás. En Colombia se empiezan a visibilizar las violencias de género y sexuales en entornos universitarios. ¿Qué recomendación tiene para esa tarea? Hay un tema muchísimo más profundo, un tema educativo. El problema que estoy viendo en la cultura occidental es que la mujer está imitando el modelo masculino: ¿al 50 % de testosterona le vamos a añadir el otro 50 % más? Es una sociedad que no educa a la gente para que viva bien, sino para que compita. Las mujeres están entrando en la selva masculina que nosotros construimos. Y claro, lógicamente si quieren sobrevivir en la selva, tanto en política como en empresa, o imitan el modelo masculino o están perdidas, y este es un elemento jorobado. ¿Pero no se pueden negar las barbaridades de los hombres en su selva? Precisamente ese es otro elemento: no estamos atendiendo a la parte masculina, el feminismo se está olvidando de que el elemento a atender no solamente es a las propias mujeres, sino también a los hombres, porque los hombres viven una masculinidad en modo imperativo. Nos dicen «no llores, tú eres el dueño, no hay mujer frígida sino hombre inexperto, tú eres el que tiene que mantener a la familia, sé fuerte». Y en esa fuerza que pretenden que tú tengas, que no vas a tener, te meten en un berenjenal frustrante, que en algunos individuos produce una autoestima por los suelos, y acaban violando, maltratado, y haciendo cosas que, en absoluto, los hacen felices. Las mujeres deberían empezar a trabajar con los hombres, codo a codo, en construir otra selva diferente, una selva no masculinizada. Y no se olvide que la naturaleza es básicamente femenina. Tinder, Grindr, Facebook, Badoo, Twitter… ¿Cómo ve esa reconfiguración de relaciones que plantea hoy la tecnología? Todo puede ser utilizable para lo bueno y para lo malo. Las nuevas tecnologías tienen como ventaja que aumentan la capacidad de comunicación. Pero claro, la gente está claustrofílica con la pantalla y las relaciones sexuales se vuelven acorpóreas. Hay una amputación

Entre las publicaciones de Lucas Matheu se encuentra el Manual de sexología comunitaria. Foto: Juan Pablo Hernández Sánchez.

de los sentidos, sobre todo del tacto. Es verdad que tiene una ventaja: los tímidos pueden atreverse a iniciar un cortejo, ¡bien! Pero si ese cortejo no acaba en un encuentro físico de piel a piel, pues nos encontramos con algo que realmente deja amputada, de alguna forma, nuestra capacidad sexual. Yo tengo la sensación de que las nuevas tecnologías son una oportunidad, pero viendo algunas cosas, también son una amenaza. «Hay que ser infiel, pero nunca desleal», escribió García Márquez. ¿Qué opina de la monogomia? Uno es monógamo por necesidad, la poligamia es bastante cara. Por tanto, no nos podemos permitir equivocaciones: escoge a la pareja que seguirás deseando y amando profundamente. Pero claro, nadie te da todo. ¿Entonces qué pasa?, pues que realmente la fidelidad es una entelequia. Hacemos parte de una sociedad celotípica y metida en un sincericidio absoluto, un querer contarlo todo. Pero hay una intimidad y cada uno tenemos derecho a ella. Ahora, no puedo mantener la convivencia mintiendo, eso sí es desleal. Así que estoy de acuerdo con García Márquez, no es que no haya que serlo, es que somos infieles, pero sí podemos vivir las parejas desde la lealtad de lo que hemos construido, y sobre todo desde la sabiduría de construirlo, que es una cosa que no nos enseñan. Todo el mundo dice: «hay que vivir en pareja», pero nadie nos dice lo que nos vamos a encontrar en la pareja. Firmamos

contratos endemoniados: un contrato sexual, uno amoroso, lúdico, económico. Y la letra pequeña es tremenda. ¿Nos enseña alguien a poner medicamento a los conflictos que son inherentes a la pareja? Una pareja sin conflicto es una pareja muerta. Y para resolver los conflictos una pareja tiene que saber negociar, para los conflictos reales, y comunicarse, para los conflictos irreales. En medio de todo, ¿dónde queda eso que llaman «amor»? ¡Ay!, el amor. Cuando empiezo mis cursos les pregunto a mis alumnos: «¿que pensáis qué es el amor: compartir o poseer?». Y dicen todos: compartir. ¡Mentirosos!, les reclamo. Decía Fritz Perls, fundador de la terapia Gestalt: «Yo soy yo y tú eres tú, yo lo mío y tú haces lo tuyo, yo no estoy aquí en función de todas tus expectativas, ni tú en función de todas las mías, cuando nos encontramos es maravilloso, y si no nos encontramos es irremediable». No, nosotros hacemos lo contrario: tú eres mía y yo soy tuyo, tú haces lo mío y yo hago lo tuyo, por tanto, es aburridísimo. El amor se debería basar más en compartir, en compartir lo compartible, porque todas las cosas no se pueden compartir. Y no en poseer, no en el poder sobre el otro. Ese es el amor, el amor no es solamente dar, esa es una concepción cristiana. ¿Qué vas a dar si no has recibido antes? El amor es recibir, es cultivar, es comunicarse, pero también es comprender que la otra persona tiene su intimidad, su espacio, y tiene derecho a ejercerlo.


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Lápices de colores, escuadras y hojas de papel hacen parte del equipo de rescate con el que se salvaguarda el conocimiento. Estos son los instrumentos con los que Consuelo García Ríos, ilustradora científica, le ha entregado su talento y gran parte de su vida a la ciencia.

SERGIO A. RUIZ SALDARRIAGA Periodista salejandro.ruiz@udea.edu.co

#ARTE

Trazos para la ciencia «El trabajo del ilustrador científico es muy exigente, pues se debe estar muy concentrado en lo que se está haciendo porque cometer un error equivale a la creación de una nueva especie para la ciencia que luego no podrá ser respaldada», dice. Como ilustradora científica tuvo la oportunidad de plasmar gran cantidad de especies descubiertas por los investigadores con los que trabajó: una de estas, por ejemplo, es la Piper perpuvillum Callejas, cuya ilustración fue publicada en Brittonia, la prestigiosa revista editada por el Jardín Botánico de Nueva York. La destreza de Consuelo, incluso, traspasó la botánica, pues también hizo trazos de especies de fauna de otros campos del saber como la antropología.

Maestra del detalle

Consuelo García Ríos. Foto: Juan Pablo Hernández Sánchez.

Sujetada con

algunas cuerdas en modo de arnés, el grupo de investigadores universitarios decidió que fuera ella quien descendiera por el profundo barranco en una de las zonas boscosas de Guatapé, en Antioquia. La misión, aquel día de 1985, era documentar gráficamente un ejemplar botánico inusual: «Una flor que parecía un masmelo blanco», recuerda. Suspendida y con lápiz y papel en mano, logró medir e ilustrar cada detalle de aquella planta. La protagonista: Consuelo García Ríos, un referente de la ilustración científica en la Universidad de Antioquia. A mediados de la década de los setenta, Consuelo conoció ese lugar que sería su casa para la vida. Ingresó a la institución en medio de una época social y políticamente convulsionada, y siendo estudiante del pregrado en Artes Plásticas decidió postularse al vacante cargo de dibujante del Herbario Universidad de Antioquia —HUA—. En ese entonces Consuelo no imaginó que, 27 años después, se jubilaría de la casa que la vio crecer, dejando un legado valioso y de gran importancia para la labor científica en la institución y en el país. Como ilustradora contó con rigurosos profesionales encargados de transmitirle los aspectos específicos que luego ella trasladaba al papel. Algunos de esos profesionales provenían de universidades e instituciones extranjeras, como el indonesio Djaja Doel Soejarto, quien hace precisamente 50 años fundó el HUA. Y aunque Consuelo afirma que no logra dimensionar todo lo que aprendió en aquel templo de la botánica, resalta que el ilustrador es un intelectual renovado que se nutre cada vez que emprende un nuevo trabajo. El método, según dice, se basa en recolectar la mayor información para resaltar un aspecto en particular: el detalle.

Han pasado 11 años desde que Consuelo se jubiló. En sus planes estaba dedicarse a la labor social y retomar algunas tareas artísticas que le permitieran más libertad y descanso. Sus últimos años de trabajo los dedicó a formar biólogos en el campo de la ilustración mediante talleres cortos, como una manera de preservar el legado de su oficio. Incluso, su retiro generó un interés académico particular, abriendo camino en pregrados como Biología, donde se empezó a ofertar un curso electivo. Una de sus pupilas fue Natalia Uribe, a quien la misma Consuelo propuso para que asumiera el nuevo curso. «Ese voto de confianza cambió mi camino académico», cuenta Uribe, actual docente de ilustración científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, quien atesora de su maestra la conexión que se debe tener con aquello que se ilustra, siendo estéticamente agradable y científicamente correcto. Los planes de Consuelo para su jubilación no duraron por mucho tiempo. A pocos meses de su retiro recibió una propuesta para dictar un curso sobre ilustración científica en la Facultad de Artes de la Alma Máter. Decidió aventurarse y desde hace una década se ha comprometido con la formación de nuevos ilustradores científicos para todos los campos del saber. Su nombre se ha convertido en un referente entre los científicos que conocen su trabajo. Hoy la siguen buscando, pero su pasión como maestra la ha mantenido firme en su promesa: «Es el tiempo de esta nueva generación y son mis alumnos los que deben asumir ese papel», dice, empecinada en promover un oficio casi siempre anónimo, pero vital para la ciencia.


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